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1.

EL CONCEPTO DE ECONOMÍA

La etimología de la palabra «economía» se remonta al griego, concretamente a las voces


«oikos», que significa patrimonio o casa, en el sentido de bienes, y «nomo», que significa
regla o administración y, por tanto, «oikonomia» significaría administración domestica o
gobierno de la casa. En sus orígenes, comprobamos que el vocablo economía se
concebiría como el conjunto de reglas para el gobierno del patrimonio familiar. En el siglo
XVII, se empieza a hablar de «economía política» refiriéndose a la administración o
gobierno de la región o de la nación («polis» significa ciudad).

A lo largo de la historia, la economía ha recibido diversas definiciones, en función de los


diferentes objetivos que se pretendían realzar. Nosotros recogeremos algunas de las
definiciones más relevantes por un doble motivo: primero, porque recoge los distintos
aspectos de los fenómenos económicos que interesan a economistas de diferentes escuelas
y épocas; segundo, porque las distintas definiciones ofrecen visiones a veces sustitutivas,
pero más a menudo complementarias, de lo que ocupa a los economistas.

1.1 La producción y distribución de la riqueza

Para los economistas clásicos (s. XVIII y XIX), la definición de economía atiende al
fenómeno de producción y distribución de la riqueza, es por tanto, una concepción
centrada en la actividad material.

Tal vez sea Montcréthien el primero en definir la Economía Política, concibiéndola como
una “ciencia de la adquisición de riqueza”1.

En el mismo sentido, Adam Smith, en su obra “Una investigación sobre la naturaleza y


causas de la riqueza de las naciones” (1776), considerada como el certificado de
nacimiento de la economía como ciencia, define la economía por su objeto material al
establecer que “La Economía Política, considerada como una de las ramas de la ciencia

1
GONZÁLEZ, J. M. (1997): “Sobre la definición de economía y otras cuestiones afines”, en FEBRERO,
R. (Ed.): “Qué es la economía”, Ed. Pirámide, Madrid, pág. 30.

1
del legislador o del estadista, se propone dos objetos distintos: el primero, suministrar al
pueblo un abundante ingreso o subsistencia, o, hablando con más propiedad, habilitar a
sus individuos y ponerles en condiciones de lograr por sí mismos ambas cosas; el segundo,
proveer al Estado o República de rentas suficientes para los servicios públicos. Procura
realizar, pues, ambos fines, o sea enriquecer al soberano y al pueblo” 2. Para Smith, la
economía política consiste en el estudio de las leyes sociales que gobiernan la producción
y la distribución de los medios materiales para satisfacer las necesidades humanas.

La concepción de David Ricardo también se orienta dentro de esta categoría al establecer:


“El producto de la tierra (...) se reparte entre tres clases de la colectividad, a saber: el
propietario de la tierra, el dueño del capital necesario para su cultivo y los trabajadores
que con su trabajo la cultivan (...) Determinar las leyes que gobiernan esta distribución es
el principal problema de la Economía Política”3.

Para John Stuart Mill, la economía es la “ciencia que estudia la riqueza y las leyes de su
producción y de su distribución”4. En sus “Ensayos sobre algunas cuestiones no resueltas
de Economía Política” (1844) establece que la economía es “la ciencia que describe las
leyes de aquellos fenómenos de la sociedad que se originan en las operaciones
continuadas de la humanidad para la producción y distribución de la riqueza en la medida
en la que esos fenómenos no quedan modificados por la persecución de otro objeto”5.
Esta definición de Economía se mantuvo hegemónica durante casi cien años hasta que la
definición de Robbins la destronó, tanto es así que el Diccionario de la Lengua Española
utiliza la concepción de Mill y define la Economía Política como la “ciencia que trata de
la producción y distribución de la riqueza”6.

2
SMITH, A. (1776): “An Inquiry Into the Nature and Causes of the Wealth of Nations”, R. H. Campbell
y Skinner (eds.), 1976, A. S. Clarendon Press-Oxford, pág. 428. Cita tomada de GONZÁLEZ, J. M. (1997):
“Sobre la definición de economía y otras cuestiones afines”, en FEBRERO, R. (Ed.): “Qué es la economía”,
Ed. Pirámide, Madrid, pág. 30.
3
RICARDO, D. (1819): “On Principles of Political Economy and Taxation”, Cambridge University Press,
Cambridge, 1951, pág. 5. Cita tomada de GONZÁLEZ, J. M. (1997): op. cit., pág. 31.
4
FERNÁNDEZ DÍAZ et al. (1989): “Curso de Política Económica”, Ed. AC, Madrid, pág. 41.
5
MILL, J. S. (1844): “Essays on some Unsettled Questions of Political Economy”, London School of
Economics, Londres, 1948. Cita tomada de GONZÁLEZ, J. M. (1997): op. cit., pág. 35.
6
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1992): “Diccionario de la Lengua Española”, Ed. Espasa Calpe, XXI
edic.

2
Según Argandoña, esta concepción está presente, en cierto modo, en los autores
marxistas, ya que para Lange la economía “es la ciencia que estudia las leyes sociales que
rigen la producción y la distribución de los medios materiales aptos para satisfacer las
necesidades humanas”7.

Estas definiciones resultan inadecuadas si limitamos el concepto de riqueza a lo


exclusivamente material, pero no lo es tanto si tenemos una concepción más amplia.

1.2 Búsqueda del bienestar

A principios del siglo XX, se sustituye el término economía política por el de


economía.

Las definiciones ligan la economía con la búsqueda del bienestar están relacionadas con
las anteriores. Dentro de este grupo merece la pena destacar la definición de Marshall,
para quien “La Economía es un estudio de la Humanidad en las ocupaciones ordinarias
de la vida y examina aquella parte de la acción individual y social que pueda tener más
estrecha conexión con la obtención y uso de los artículos materiales necesarios para el
bienestar”8.

Dentro de esta concepción del objeto de la economía también encontramos la definición


de Cannan, para quien “El objetivo de la economía es la explicación de las causas
generales de las que depende el bienestar material de los hombres”9.

1.3 Maximización del placer

7
ARGANDOÑA, A. (1983): “¿Qué es la economía?”, en ARGANDOÑA, A. (dir.), “Gran Enciclopedia
de Economía”, Ed. Orbis, Ed. especial para el diario EXPANSIÓN (1993), pág. 8.
8
MARSHALL, A. (1930): “Principles of Economics”, 8ª ed., Londres. Cita tomada de FERNÁNDEZ
DÍAZ et al. (1989): op. cit., pág. 41.
9
ARGANDOÑA, A. (1983): op. cit., pág. 7.

3
Para los economistas marginalistas la economía es presentada como ciencia de la
maximización del placer. Dentro de la concepción de origen hedonista destaca la
definición de Jevons, para quien la economía es la “ciencia que debe estudiar las
condiciones que ha de satisfacer la conducta humana para conseguir un placer máximo
con un costo mínimo en forma de penosidad”10. En este sentido el objeto de estudio es el
comportamiento del hombre maximizando bajo restricciones.

Dentro de este grupo podemos incluir la retórica definición de George Bernad Shaw, para
quien “la economía es el arte de sacarle el mayor provecho a la vida” 11. Esta definición
está claramente influida por el cálculo placer-dolor y la actitud maximizadora de la
concepción marginalista.

El enfoque marginalista traslada los esquemas ingenieriles al campo de la economía,


tratando de asimilar la ciencia económica a las matemáticas. En este sentido Jevons
sostiene que “la Economía, científicamente hablando, es una ciencia muy estricta; de
hecho es una especie de Matemática que calcula las causas y los efectos de la actividad
humana”12.

En la concepción marginalista de la economía destacan tres rasgos diferenciales: uso de


modelos de maximización, lenguaje matemático y noción de equilibrio.

1.4 Administración de recursos escasos

Esta tal vez es la definición más tradicional y que ha recibido mayor adhesión por el
mundo académico. El precursor de esta concepción es Robbins, quien en su “Ensayo sobre
la Naturaleza y significado de la Ciencia Económica”, publicado en 1932, estableció la
ya clásica definición de que “La Economía comprende la conducta humana como relación

10
Ibídem, pág. 9.
11
AGUILÓ, J. : “Con lentes de economista” Universitat de les Illes Balears (ed.), pág. 20.
12
JEVONS, W. S. (1886): “Letters and Journal of W. Stanley Jevons” incl. en R. D. C. Black y Könekamp
(1972): “Papers and Correspondence of William Stanley Jevons”, vol. II, pág. 321. Cita tomada de
GONZÁLEZ, J. M. (1997): op. cit., pág. 50.

4
entre fines y medios escasos con usos alternativos”13. En esta definición cabe cualquier
actividad humana. Según esta concepción, “La ciencia económica se ocupaba, nada
menos, que de la elección inevitable en que consiste la faena de vivir. Imposible resultaba
a partir de ahora concebir actividad humana alguna, que escapara al interés, al
microscopio imperialista de la lógica económica”.

Es preciso hacer una serie de matizaciones sobre la definición de economía hecha por
Robbins. Primero, los fines o necesidades son ilimitados y de muy diversa índole.
Segundo, no cabe hablar de elección si el individuo no es capaz de ordenar sus deseos, es
decir, de establecer un orden de preferencia, una jerarquía. Tercero, los recursos o bienes
tienen dos atributos esenciales: son limitados y admiten usos alternativos. Son limitados
en relación con las cantidades deseadas. El hecho de que los bienes admitan distintos usos
y el que la elección de un destino implique renunciar a los restantes usos del recurso, hace
emerger la noción de coste de oportunidad que permite valorar mejor las consecuencias
de nuestras decisiones.

La definición de Robbins se deriva del concepto de escasez, ya que la escasez conlleva


el acto de elegir. Si los recursos son escasos y admiten usos alternativos nos vemos
obligados a optar entre los distintos usos de los mismos. A la hora de elegir, el criterio
que seguiremos será el de nuestras preferencias, es decir, nuestra capacidad de ordenar
nuestros deseos de forma coherente. A este acto de seleccionar coherentemente la
alternativa preferida se le designa elección racional. La elección racional implica la idea
de maximización, ya que el elector preferirá la alternativa que le proporciona más
satisfacción. En este sentido, comprobamos que la definición de Robbins está muy
próxima a la definición de Jevons según la cuál la economía es la ciencia de la
maximización del placer.

La concepción de la “Economía como lógica de la elección humana equivale a subrayar


el aspecto formal con perfecto desinterés por el contenido del objeto de elección” 14. En
esta definición las necesidades se toman como dadas, sin que corresponda a la economía

13
ROBBINS, L. (1935): “An Essay on the Nature and Significance of Economic Science”, Londres. Cita
tomada de FERNÁNDEZ DÍAZ et al. (1989): op. cit., pág. 41.
14
GONZÁLEZ, J. M. (1997): op. cit., pág. 61.

5
profundizar en el estudio de la formación de los fines y de su jerarquía, marginando de
esta forma los juicios de valor y subrayando el carácter positivo de la economía.

A pesar de las críticas, la definición de Robbins es la que en más ocasiones aparece en


los manuales de economía15.

1.5 La economía como ciencia social

Los economistas austriacos (Von Mises, Hayek) criticaron el enfoque optimizador de la


economía marginalistas, implícito también el la definición de Robbins, y su énfasis
matemático con pretensiones cientificistas. Para Hayeck, “no es muy científico aplicar el
mismo método de las ciencias naturales a un objeto que tal vez no consiente la aplicación
de esta herramienta de conocimiento”16. Los economistas austríacos no sólo critican a los
neoclásicos la inadecuación entre la herramienta y el objeto, sino sobre todo, el extravío
de los problemas importantes. Para ellos no es el equilibrio lo que importa sino los
procesos dinámicos de los mercados. Para los economistas austríacos el contenido del
genuino conocimiento económico “No consiste en predecir sino en conocer cómo
funcionan las sociedades humanas, cómo se decantan históricamente, cómo emergen los
distintos órdenes sociales por mor de la acción humana espontánea”17.

15
Los principales manuales de Introducción a la Economía recomendados en las universidades españolas
incorporan la concepción de Robbins como definición de economía. P. A. Samuelson y W. D. Nordhaus en
la pág. 4 de su “Economía”, 1987, Ed. McGrraw-Hill, 12ª ed., definen la economía como “el estudio de la
manera en que los individuos y la sociedad deciden emplear los recursos escasos que podrían tener usos
alternativos para producir diversos bienes y distribuirlos para su consumo, presente o futuro, entre las
diferentes personas y grupos de la sociedad”. J. E. Stiglitz en la pág. 28 de “Economía”, Ed. Ariel, 1ª ed,
1993, dice que “la economía estudia el modo en que eligen los individuos, las empresas, el Estado y otras
entidades de nuestra sociedad y en que esas elecciones determinan la manera en que se utilizan los recursos
que tiene. El término escasez ocupa un lugar destacado en economía: las elecciones son importantes porque
los recursos son escasos”. Paul y Roland Wonnacott en la pág. 29 de “Economía”, Ed. McGraw-Hill, 4ª
ed., 1992, definen la economía como “el estudio de cómo se distribuyen los recursos escasos para satisfacer
las diversas necesidades humanas”. F. Mochón en la pág. 4 de “Economía. Teoría y Política”, Ed. McGraw-
Hill, 3ª ed., 1993, sostienen que la “economía es la ciencia que estudia la asignación más conveniente de
los recursos escasos de una sociedad para la obtención de un conjunto ordenado de objetivos”. R. G. Lipsey
en el primer tema de su célebre “Introducción a la Economía Positiva”, Ed. Vicens Vives, 12ª ed., 1991, al
referirse al concepto de economía habla de recursos insuficientes para satisfacer todas las necesidades, y
como la existencia de recursos escasos conlleva la necesidad de elegir entre usos alternativos.
16
HAYEK (1952): “The Counter-revolution in Science”, Chicago, pág. 24. Cita tomada de GONZÁLEZ,
J. M. (1997): op. cit., pág. 62.
17
GONZÁLEZ, J. M. (1997): op. cit., pág. 62 y 63.

6
Siguiendo esta concepción social de la economía, realizada por los economistas de la
escuela austríaca, Buchanan se aleja del paradigma maximizador, se desmarca del
escenario neoclásico de la eficiencia asignativa y el equilibrio para centrarse en la elección
bajo incertidumbre; huye del ejercicio maximizador de un objeto vacío y se sitúa en el
análisis de las instituciones, subproducto histórico, no intencionado, de las propensiones
humanas al intercambio. Para Buchanan, “Los economistas deberían concentrar su
atención en una forma peculiar de la actividad humana y sobre los diversos arreglos
institucionales que surgen de esta forma de actuación. El comportamiento humano en las
relaciones de mercado, reflejando la propensión a trocar y cambiar, y las múltiples
variaciones de estructura que tales relaciones pueden adoptar ... esta aproximación básica
y elemental que sugiero coloca la «teoría de mercados» y no la teoría de la asignación de
recursos en el centro de la escena ...”18.

A este visión social de la economía también se apunta Friedman al afirmar que la


“Economía es el estudio de cómo una sociedad particular resuelve su problema
económico”19.

Una definición que resume muy bien la concepción de la economía como una ciencia
social es la de Manuel Jesús González, para quien la economía “no estudia al Robison
Crusoe optimizando à la Robbins, sino entrando en relación con Viernes y generando un
orden social sobre el que influye y del que recibe influencias por interacción”.

1.6 Otras definiciones

Hay una serie de definiciones difíciles de enmarcar dentro de las categorías anteriores.
Entre estas destaca la definición de Viner: “Economía es lo que hacen los economistas”20,
según esta definición “es el criterio de los economistas el que determina qué es y qué no

18
BUCHANAN, J. M. (1979): “What Should Economics do”, Indianápolis, pág. 18. Cita tomada de
GONZÁLEZ, J. M. (1997): op. cit., pág. 63.
19
Ibídem, pág. 21. [pág. 64].
20
FERNÁNDEZ DÍAZ et al. (1989): op. cit., pág. 42.

7
es economía, y el que atribuye status y categoría científica a las aportaciones que sus
miembros han incorporado a lo largo de la historia”21.

También es original y sorprendente la concepción de Salvador de Madariaga: “La


verdadera economía consiste en la administración adecuada de los valores morales en el
reino material”22.

2. EL CARÁCTER CIENTÍFICO DE LA ECONOMÍA

Podemos situar la economía entre las ciencias empíricas de carácter social, y dentro de
éstas, como ciencia nomotética. Al definir las ciencias nomotéticas, Piaget las considera
como “aquellas disciplinas que intentan llegar a establecer leyes en el sentido, algunas
veces, de relaciones cuantitativas relativamente constantes y expresables en forma de
funciones matemáticas, pero también en el sentido de hechos generales o de relaciones
ordinales de análisis estructurales, etc.”2324. A su vez, enumera como características de
las ciencias nomotéticas: “1ª La elaboración o búsqueda de leyes. 2ª La utilización de
métodos, ya de experimentación estricta, ya de experimentación en sentido amplio, de la
observación sistemática acompañada de verificaciones estadísticas. 3ª La tendencia a
dirigir las investigaciones sobre pocas variables a la vez” 25 . Las características de la
Ciencia Económica son las de las ciencias nomotéticas, tal vez, la única matización hace
referencia a las dificultades que presenta en Economía el uso del método experimental,
que debería ser sustituido por el de método empírico o experimental en sentido amplio,
en la definición de Piaget.

La Economía también es, sin embargo, una ciencia peculiar, distinta por ejemplo de la
física, porque se dedica al estudio del comportamiento humano y, por tanto, invoca como

21
ARGANDOÑA, A. (1983): op. cit., pág. 11.
22
DE MADARIAGA, S. (1967): “L’Espagne a l’heure du déveoppement”, en la Revista Tiers-Monde, nº
32, París. Cita tomada de FERNÁNDEZ DÍAZ et al. (1989): op. cit., pág. 42.
23
PIAGET, J. (1973): “La situación de las ciencias del hombre dentro del sistema de las ciencias”, en la
obra “Tendencias de la investigación en las ciencias sociales”, Ed. Alianza Universidad, Madrid, pág. 46.
Cita tomada de FERNÁNDEZ DÍAZ et al. (1989): “Curso de Política Económica”, Ed. AC, Madrid, pág.
24
.
25
Ibídem, pág. 47 [pág. 39].

8
«causas de las cosas» a las razones y motivos que mueven a los agentes humanos; se
diferencia igualmente de la sociología o la ciencia política, por ejemplo, porque, en cierta
medida, logra proporcionar teorías deductivas rigurosas sobre las acciones humanas, cosa
que prácticamente no ocurre en esas otras ciencias del comportamiento.

En un sentido parecido se pronuncia Lipsey, quien considera que “clasificar la economía


como ciencia supone que la veracidad y aplicabilidad de las teorías económicas puede ser
apoyada o refutada por la prueba que aceptan todas las ciencias: el grado en que las teorías
se corresponden con las observaciones del mundo real. Por lo tanto, la afirmación de que
la economía es una ciencia se sostiene, o cae, con la pretensión de que los economistas
pueden mejorar su capacidad para entender y predecir hechos del mundo real, enunciando
teorías, sometiendo las teorías a contrastación con las observaciones del mundo real y
mejorando las teorías a la luz de lo que se aprende de este modo”26.

3. ECONOMÍA POSITIVA Y ECONOMÍA NORMATIVA

Las proposiciones positivas se basan en lo que es, fue o será y se refieren al universo en
el que vivimos.

Las proposiciones normativas se fundamentan en lo que debería ser. Dependen de


nuestros juicios sobre lo que es bueno o malo y, por tanto, están íntimamente relacionadas
con nuestras posiciones filosóficas, culturales y religiosas.

Las proposiciones positivas se refieren a la realidad. Si es posible demostrar la falsedad


de una proposición mediante la evidencia empírica la llamamos proposición contrastable.
Muchas proposiciones positivas son contrastables y cuando se producen desacuerdos
sobre ellas podemos acudir a los hechos.

Las proposiciones normativas nunca son contrastables. Los desacuerdos sobre estas
proposiciones no pueden ser resueltas acudiendo a las observaciones empíricas.

26
LIPSEY, R. G. (1991): “Introducción a la Economía Positiva”, Ed. Vicens Vives, 12º ed. , pág. 17.

9
Ejemplo:
• Proposición positiva: Juan es un humano varón y de raza caucásica.
• Proposición normativa: Juan es bueno y debería ser elegido delegado.

4. MICROECONOMÍA Y MACROECONOMÍA

Microeconomía: Estudio de la realidad económica en el que se considera prioritariamente


el comportamiento económico de los sujetos individuales: un consumidor, una empresa,
un sector o un mercado. La microeconomía se centra en determinar la cantidad y el precio
que se intercambia en un mercado o la cantidad producida y el precio que establece una
empresa.

Macroeconomía: Se considera primordialmente el comportamiento económico de una


agrupación de sujetos. Va a estudiar las relaciones entre los grandes agregados
económicos de un país o región. La macroeconomía intenta contestar a las cuestiones
relativas a distintas magnitudes: empleo y desempleo, inflación, producción nacional,
crecimiento de la producción, déficit público, etc.

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