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Sentidos perdidos de Sentidos perdidos


la experiencia escolar
de la experiencia
8 sentido que maestros, alumnos y famttias atribuyen a su experienóo en la
escuela constituye un objeto casi inaprensi1ile. Es más senóllo interpretar indicado- escolar
res, reconocer regularidades en lo fenoménico, induso diseñar estructuras eficaces
de intervención. Sin embargo, las grietas de la escuela octual na pueden entenderse Angustia, desazón, reflexiones
sin contemplar lo mirada de los propios actores.
Los trabajos incluidos en este libro hablan del carácter paradópco de la escuela;
Daniel Brailovsky
de la encrucijada ola que conducen los diagnósticos enquistados acerco de sus (caord.)
modos de fracasar yde lograr el éxtto, de los falacias implícitas en lo mercantibza-
dón de sus relaciones, de las contradictorias demandas que reciben los maestros, a
media camino entre reinventarse y recuperarse, y de la invisibilidad de la mayor
parte de estas paradojas. Sin embargo, todos los trabajos sugieren, de alguna
manero, modos ohemativos poro entender ysuperar estos dilemas. -->....
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Sentidos perdidos de la experiencia escolar : angustia, desazón, Daniel Brailovsky (coord.)
reflexiones I Andrea Alliaud ... [et.al.). ; coordinado por Daniel
Brailovsky. • 1a ed. • Buenos Aires : Centro de Publicaciones
Educativas y Material Didáctico, 2006.
224 p. ; 22x15 cm. (Ensayos y experiencias, 70)

ISBN 976-967-536-223-7

1. Fonnación Docente. l. Brailovsky, Daniel. coord.


CDD 371.1
Sentidos perdidos de la experiencia
Colección Ensayos y Experiencias
Dirtcci6n gmual: Daniel H . Kaplan escolar
Coordiuaci6n g~ral: Andrca C . Kaplan
Corrtcci6n dt estilo: Susana Pardo
DiJtñb y diagran=úln: Déborah Cleicr
Disnw tÚ topo: Analía Kaplan Angustia, desazón, reflexiones
La obra dt la portada fuz rtalizada par la ceramisJa Laura Dt la Funiú ni ti •nnrco dtl IV Simposio tk Cerd•mca orgcmiwdo
par ti lnslilulo Munidpol de Cerdmica dt Awllnmdn, pw.lincia de Dunios Arres, m "'ªJO tÚ 1999 y ha sido donada n la
Colttt:úln de Cndmica C<mlenrpordnta dt didw inslilu/o.
Andrea Alliaud
Estanis/ao Ante/o
Mariano Narodowskí
1º edición, junio de 2008
Luján Báez
Jasan Beech
© Noveduc libros
del Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico S.R.L. Nadía Brailovsky
Av. Corrientes 4345 - (C1195AAC) Buenos Aires -Argentina ...
Tel.: (54 11) 4867-2020 - Fax: (54 11) 4867-0220 Flavio Wisníackí
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Ana Lía Passarotto
Ediciones Novedades Educativas de México S.A. de C.V.
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11. 723 y 25.446.
Indice

A.NoREA ALLIAUD. Doctora en Educación (Facultad de Filosofia y Letras. UBA).


Docente-investigadora (Facultad de Filosofia y Letras, UBA). Docente de pos-
grado (Universidad Torcuato Di Tella).

EsTANISLAO ANTELO. Doctor en Humanidades y Artes (Facultad de Humanidades


y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, UNR). Pedagogo. Profesor en la
Universidad Nacional d e Quilmes y en Ja Universidad de San Andrés.

MARIANO NARODOWSKI. Licenciado en Pedagogía (Universidad CAECE, Argen-


tina). Magíster en Ciencias Sociales (FLACSO, Argentina) y Doctor en Educación
(UN ICAMP, Brasil). Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y Ministro de
Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. INTRODUCCIÓN Da11iel Brailovsky .............................................................................. 7

LUJAN BAEZ. Licenciada en Educación (Universidad Nacional de Quilmes) y Es- CAPÍTULO l. El fracaso de enseñar. Ideas para pensar la enseñanza
pecialista en Educación (UD ESA). y la formación de los futuros docentes.
Aiulrea Alliattd y Eslanislao A11telo .................................................. 27
JASON BEECH . PhD en Educación (Institute ofEducation, University ofLondon).
Magíster en Educación Comparada y abogado (UBA). Director de la Escuela de CAPITULO II. Una mirada crítica sobre la mercantilización de las relaciones
Educación (Universidad de San Andrés) y consultor externo (IIPE, UNESCO - educativas y a la calidad educativa como satisfacción
Buenos Aires). del cliente. Maria110 Narodowski y lttján Bnez. .... ............................ 57

DANIEL BRAILOVSKY. Candidato a doctor en Educación y Magíster en Educación CAPÍTULO III. El malestar en la docencia: lidiando con los nuevos discursos
(UdeSA). Licenciado en Educación Inicial (USal). Maestro de Educación Inicial. acerca de la identidad nacional.Jason Beech ................................ 83
Profesor de Educación Musical. Formador y capacitador de docentes. Integra el
Área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella. CAPÍTULO IV. Objetos que hablan. Revisión de los sentidos de la escuela
a partir de su cultura material. Daniel Brai/ovsky ...................... 101
NADIA BRAILOVSKY. Psicóloga (UBA) y cursa estudios de posgrado en la Escuela
de Orientación Lacaniana. Sus áre~ de interés giran en torno a la cuestión de los CAPITULO V. Dos veces imposible. Una perspectiva pedagógica y
vínculos entre psicoanálisis y educación. psicoanalítica sobre el propósito de educar.
Daniel Brailovsky y Nadia Brailovsky ............................................ 131
Fu.VIO WISNlACKI. Licenciado en Letras (UBA). Director del Taller de Estudio
'José Martf', especializado en preparación para el ingreso a las escuelas de la UBA. CAPÍTULO VI. "Niños envueltos en abundante co(a)cción".
Los cursos de ingreso a las escuelas universitarias.
ANA LiA PASSAROTTO. Magíster en Educación (UdeSA). Catedrática en el Instituto Flauio Wisniacki ........... ............................................................... 155
del profesorado Nro. 2 (Rafaela). Coordinadora de Lengua Extranjera en distin-
tos niveles de enseñanza. CAPÍTULO VII. La construcción de un referente axiológico:
poder renombrar los valores en la escuela.
Ana Ua Passarollo ........................................................................ 195
Capítulo 1

EL FRACASO DE ENSEÑAR. IDEAS PARA


PENSAR LA ENSEÑANZA Y LA FOR.\fACIÓN
DE LOS FUTUROS DOCENTES

A ndrea Alliaud j' Estanislao Ante/o

a época es generosa cuando se trat.a del fracaso y su fiso-


L nomía. Tan añejo como las sociedades que le han dado
existencia, casi todos tenemos a mano una versión remozada
del fracaso, que se ha tornado familiar, cotidiano, siempre dis-
puesto a entrar en acción. Como sensación, aventaja clara-
mente al pecado, la culpa o el desvío moral. Se teme más
fracasar que traicionar un ideal. O el ideal mayor parece ser,
justamente, no fracasar, rendir, poder, triunfar, tener éxito.
Prestigioso es quien no fracasa. Escuelas y maestros no son la
excepción. Índices, indicadores, estadísticas, sensaciones, no-
ticias. Proliferan las dificultades, los impedimentos, la impo-
tencia; una especie de no poder o no saber cómo hacerlo
mejor, generalizados. La decepción circula por las instituciones
educativas y entre sus agentes p1incipales. Decepción respecto
de la formación docente, que siempre resulta insuficiente o
poco pertinente. Decepción sobre las prácticas, que siempre
parecen erradas o ineficaces. Fracaso en la formación, fracaso
en la enseñanza.
El profesor se dedica a enseñar. Se lee esta frase en la in-
troducción del último libro de Merieu (2006), cuando el autor
intenta recordar a los jóvenes profesores cuál es la especifici-
dad de su tarea. Propia y distinta al resto de las profesiones,
'1

Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - - - - - - - ; 21


El fracaso de enseñar
A. Alliaud - E. Antelo

ocupaciones, trabajos u oficios. Por su parte, los maeslros en las <lácticas específicas frente a las disciplinas y le asignaron a la
escuelas (según se desprende de una investigación reciente) 1 formación práctica un protagonismo peculiar. En este caso,
asumen el proyeclo de educar, aunque confían bastante poco planes de formación, innovadores en muchos aspectos, im-
en sí mismos a la hora de enseñar. Se trata de jóvenes que, asu- plicaron la pérdida de lo disciplinar y un tratamiento de las
instancias prácticas no del todo aprovechado, lo cual puede
miendo la responsabilidad educativa de su tarea, siemen que
estar jugándole en contra a las dificultades que perciben los
no son capaces de hacerlo, que no están preparados, que les
docentes para hacer lo que tendrían que hacer: enseñar.
falta. Si bien la imposibilidad percibida fue interpretada2 como
Lo cierto es que el maestro no puede enseñar. El director
directamente proporcional a la asunción de la grandeza depo-
no puede conducir. La escuela es la misma (su infraestructura
sitada en una actividad que, además de su carácter simbólico,
es la prueba más evidente de la permanencia gramatical) y es
concretamente se complicaba y los complicaba, las preguntas
otra: "los chicos de hoy no son como los de antes", suele escu-
o cuestionamientos apuntaron directamente hacia la forma-
charse. La formación intenta acomodarse a los nuevos desafios.
ción. Y no es porque esta instancia preparatoria o permanente
Sin embargo, no sale o parece no salir en varias oportunidades.
pueda resolverlo todo. No se trata de trasladar grandezas de
La lista de yerros es extensa, la decepción se multiplica y se
un ámbito a otro, pero sí hay algo de estas percepciones que
vuelve omnipresente, por momentos tediosa.
tendría al menos que interpelar los discursos y las prácticas
Veamos un ejemplo:
con las que estamos formando a los futuros docentes.
A propósito, un estudio reciente, realizado en el ámbito "En el campo había también un grupo de esco/.ares, unos treinta ni1ios y niñas
de nuestra ciudad, 3 da cuenta de que los maestros formados de doce mios: gritaban, se reían y cuchicheaban tonterEas. Estaban más intere-
en los últimos años opinan que la formación recibida no los sados por sus compañeros que por lo que el profesor les ensefzaba y les explicaba.
prepara lo suficiente para el trabajo con los niños, ni en el Lo que veían sólo les servia j1ara fanfarronear, tomarse el pelo los unos a los
dominio o conocimiento de los temas que tienen que enseñar. otros o hacer bromas. jugaban a guardias y prisioneros, y gemían en las celdas
Los planes de formación docente actualmente en vigencia como si los estuvieran torturando o se murieran de sed. El profesor hacía todo
(semejantes a la mayoría de los que se desarrollan en nuestro lo que podía, y escuchándolo se veía c/.aramente que había preparado a fondo
país, siguiendo a su vez las tendencias externas) privilegiaron, la visita al campo con los niños. Pero lodos sus esfuerzos eran en vano"
en la organización de los contenidos, los "problemas" y las di- (Schlink, 2006).
Nos encontramos con un profesor que ha preparado su
Alliaud, Andrea, "La biografia escolar en el desempeño profesional de do· visita, que hace todo lo que está a su alcance, un profesor que
ceme noveles".
2
se esfuerza en vano. También maestros y profesores, muchos,
Ver Alliaud, Andrea )"Amelo, Estanislao, 2005.
3 Dirección General de Educación Superior (DGESUP), Feeney, Sih·ina. y "quieren dejar de enseñar": el 50%, según una encuesta re-
Feldman, Daniel (coords.): Evaluaci6n del curriaúum dt lafonnación doctnle pam ciente realizada en la provincia de Buenos Aires.
los 11iwles inicial)' prirnnho y rnJ>acidadts bá.sicas de docmtes M escuelas primaria.s.

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A. Alliaud - E. Antelo 1 El fracaso de enseñar

Hasta aquí apenas esbozado el problema. Las principales manifiesto que quienes están en nuestras escuelas aprenden
consecuencias, ahora. Una de eIJas se refiere a si es posible en- poco o no aprenden lo que deberían aprender. 4 Sabemos y
señar cuando uno percibe que no puede hacerlo. ¿se puede
enseñar desde la percepción de la propia imposibilidad? Ya ..
,
sostenemos que la relación entre enseñanza y aprendizaje no
es mecánica. Que la primera, centrada en el docente, sólo
no se trata de desconfiar de las posibilidades o potencialidades asegura condiciones para que el aprendizaje acontezca. Que
de los alumnos para aprender. Los cuestionamientos sobre el el aprendizaje es más bien producto del estudio y el protago-
fracaso y el éxito escolar parecen haber virado ahora hacia el nismo del estudiante. Así y todo, nos preocupa que quienes
lado de los docentes y su enseñanza (de la educabilidad a la tienen que ofrecer, promover, crear o simplemente "dejar"
"enseñabilidad", podríamos decir). La segunda es la sensación (como deáa Heidegger) que otros aprendan no lo estén ha-
de extrañamiento, de desconcierto, que se produce al percibir ciendo o lo hagan con cierta dificultad.
que no se está haciendo o no se puede hacer aquello que de- Varias y complejas resultan las aristas de este problema
fine la naturaleza misma del trabajo, la profesión o el oficio; que se enuncia tan simplemente. Nos proponemos en este
aquello que le da sentido. "Cuando el artista pretende conmover, trabajo examinar las explicaciones/justificaciones más fre-
el politico convencer, el hombre de negocios dirigir, el profesor se de- cuentes acerca del fracaso de la enseñanza,5 para detenernos,
dica a enseñar", es la frase completa de Philippe Meirieu finalmente, sobre algunas alternativas posibles.
(2006). Los españoles hablan de "crisis de identidad profesio-
nal", de "identidad resquebrajada". Parálisis, retirada, resig- 1. No saben enseñar porque no saben los contenidos
nación, apelación nostálgica al pasado, acentuación de las No hay dudas de que quien enseña (o pretende hacerlo)
normas de disciplina, búsqueda de culpables o responsables tiene que saber sobre lo que va a enseiiar. Tiene que saber
externos de cualquier índole, etc., parecen ser las derivaciones los contenidos de la disciplina. Y esta sabiduría es primordial.
más frecuentes que producen la desconfianza y el extraña- Sin embargo, frecuentemente, los defensores a ultranza de
miento docentes. esta postura parecen hacerlo manifestando a la vez menos-
Pero todas estas consecuencias, producto del fracaso de precio por los contenidos pedagógicos. Para enseñar con
enseñar, se subsumen en la principal, referida a la posibilidad saber basta, todo el resto no sirve o hasta puede resultar per-
(o no) de aprender que se da a las nuevas generaciones. Su-
ponemos aquí que la imposibilidad o el fracaso de enseñar, y 4 Los resultados del Informe PISA 2007 (Programa Jmernacional de Evalua-
también de conducir, de d ecidir, de guiar, tiene un alto im- ción de enudiantes) nos colocan en el lugar número 53 sobre 57 países en
cuanto al rendimiento de los aprendizajes en las áreas básicas.
pacto en el aprendizaje (de allí la preocupación y ocupación 5 Así como señalábamos el viraje de la "educabilidad" a la "enseñabilidad",
por el tema). Al menos en la escuela. Resultados también re- el fracaso de enseñar, que exploraremos en lo que sigue, es distinto al famoso
fracaso escolar que tuvo el protagonismo, en términos de fracaso, al menos
cientes de evaluaciones de aprendizajes escolares ponen de
hasta ahora.

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A. Alliaud - E. Antelo El fracaso de enseñar

judicial en tanto banaliza los conocimientos específicos. Se re- nuevo el argumento, como tampoco lo es el desprecio por la
aviva aquí la vieja tensión de principios de siglo entre acadé- tarea de enseñar. Borges decía sin remilgos que existe gente
micos y profesores, para el caso de los docentes de media. que no ama suficientemente la poesía y se dedica a enseilarla.
Para el de los maestros, en cambio, suele apelarse a la revita- Jack Black, en el papel de un desopilante maestro farsante
lización de un saber perdido. Sabemos, sin embargo, que el protagonista de la bellísima "School of rock" (2003) del di-
magisterio originario privilegió cuestiones relativas al ser y al rector Richard Linklater, cita una frase de otra formidable
hacer de los educadores - civilizadores antes que al saber. Esto película, "Annie Hall": los que no saben hacer algo, enseñan
mismo dice un viejo ejemplar de la corporación enseñante, y los que no saben enseñar, enseñan gimnasia.
poeta, coplero, en una entrevista destinada a reunir relatos Perdida en las problemáticas actuales (del sujeto y el
de viejos, viejísimos maestros: mundo) y en las didácticas específicas, la formación docente pa-
"Para ser maestro 120 se necesita ser ninguna Lumbrera, no se necesita ser sabio. rece no aportar los contenidos necesa1·ios para enseñar. El
Basta, amar a los chicos y dedicarse" (Aledo L. Meloni, 2006). 6 tiempo es acotado; los estudiantes portan importantes "falen-
Ya sea por el lado del canon o por el lado del consumo cias" de los niveles anteriores, suele escucharse. Lo cierto es que
cultural, la condena a la insuficiente preparación de los maes- los maestros en formación se pierden el acceso a Jos núcleos
tros, evidente en el desconocimiento llano o restringido de conceptuales que configuran un campo particular, a líneas de
los contenidos, pareciera abrevar en cierta nostalgia por una pensamiento determinadas, a las formas de producción de los
formación clásica (remedo del lrívium y el quadrívium). Como conocimientos científicos (cuyo acceso evitaría, entre otras cosas,
si la insuficiencia fuera proporcional a la distancia que separa la naturalización y ritualización del conocimiento escolar),
al maestro de una formación cultural general (hecha de con- cuando la propuesta formativa obvia o menosprecia el abordaje
tenidos) que hace posible una erudición. La idea que trabaja disciplinar.
por dentro de la queja supone que las claves de la transmisión Así y todo, un profesor que sabe de su materia, que es
están en el canon, es decir, en la apropiación compleja de la culto, ¿puede ser un buen profesor, puede o podría o estaría
disciplina. Nora Catelli (2005) ahorra eufemismos y ataca sin formado para enseñar?
piedad a los miembros de la casia de pedagogos que se ha hecho
con el poder educativo y que ha vaciado de contenidos el 2. No saben enseñar porque no saben didáctica
ideal de transmisión de la cultura. Peter Sloterdijk (2003) de- Philippe Meirieu (2006) pr0porciona una introducción a
nuncia el progresismo y Ja vacuidad de la corporación ense- la versión del fracaso como resultado del desconocimiento de
ñante que pretende sustituir lo sublime por lo popular. No es ciertos saberes (no los contenidos de tal o cual disciplina) y
6 competencias específicas requeridas para practicar el oficio, al
En el documental: ·Memorias del futuro. 1365 años de ensef1anza" elabo-
r.ido por el Ministerio de Ed · . . ' afirmar que
ucao 6 n, C1enc1a y Tecnología de la Nación.

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A. Alliaud - E. Antelo El fracaso de enseñar

"el dominio de los contenidos disciplinares, por nmy pe1feclo que sea, 110 da au- recer, administrar, organizar, coordinar, comunicar, animar.
tomáticamente las claves de su transmisión ( ... )En cual.p.á.er caso, el pro- Cuando se detiene en el saber, es un "saber ~Licitar sus prác-
fesor debe a la vez permitir a cada alumno abordar un saber q~ le s~brepasn Y ticas". Cuando se hace referencia a la enseñanza es con el fin
proporcionarle la ayuda necesaria para que lo interiorice. Al nmmo tiempo.debe de "explotar los potenciales didácticos de programas en relación con
solicitar el compromiso de la persona y poner a su disposición los recursos sin los los objetivos de los dominios de enseñanza".
cuales no podrá obtener buenos resultados en su aprendiwje" (Ibíd., 25). Algunas competencias son bien ambiciosas: "prevenir la
violencia en La escuela o la ciudad". Otras, casi universales: "hacer
Otro Philippe, Perrenoud (2007), en uno de sus últimos frente a crisis o conflictos entre personas" (Ibíd., 16 y ss.). Eviden-
libros traducidos al español, propone instrucciones para ense- temente, lo que se pretende no es un maestro c~lto, erudilo,
ñar mejor. Desconffa de los simplificadores de la enseñanza Y distinguido por su repertorio cultural amplio, sino uno efi-
sus abstracciones, "el ala conservadora de la profesión, que incluso ciente, que enseñe mejor, pero que pueda mostrarnos prue-
niega la necesidad de e~licitar los gestos profesionales y las competen- bas, resultados, evidencias de su mejor enseñar.
cias necesarias ( ... ). Los que dicen en voz alta ¿Por qué hilar tan El problema que genera adjudicar a la falta o insuficien-
fino si todo el mundo sabe qué quiere decir enseñar?" (Ibíd., cia didáctica, la causa del fracaso de enseñar también ha sido
151 ). Suscribe el fracaso de los modelos tradicionales magis- planteado recientemente por Flavia Terigi (2006), cuya tesis
trales y pregona correr el eje, poner en el centro al estudiante central es la siguiente: los maestros transmiten ~n saber que
y al aprendizaje. Su afirmación es contundente: "la verdadera no producen y producen un saber que no se reconoce. Ese no
competencia del profesor es esencialmente didáctica". participar en la producción del conocimiento transmitido
Sin rechazar el valor de disponer de una cultura más am- pone en entredicho el prestigio de la tarea en tanto la trans- 1
plia a la hora de enseñar, señala que los maestros fracasan forma, de alguna manera, en una transposición más o menos
cuando no consiguen relacionar contenidos con objetivos o eficaz de lo que otros han elaborado en otro sitio. Si el do-
1
plantear exitosamente situaciones de aprendizaje. Nos habla cente es en un punto un hacedor, habrá que buscar su crea-
de ¡a.l.entos diMcticos, situaciones didácticas y habilidades tales ción por el lado de los hábitos, los comportamientos y/o
como la soltura. Uno no puede desembarazarse del resultado. espíritus, pero nunca en lo que atañe al conocimiento. No 1
Uno enseña, ¿pero el otro aprende? Para responder a esa porque esté separado del conocimiento, sino porque el que
pregunta, oferta diez competencias para enseñar mejor (en produce es el que se acumula en cada acto de enseñar. Entre
realidad son cincuenta y cinco). En la grilla compuesta de la invención del ADN y la clase sobre la membrana plasmática
verbos que describen las competencias se lee una sola vez el parece mediar un abismo cuyo resultado se asemeja a la des-
verbo enseñar. Se enumeran otros: trabajar, construir, plani- valorización del enseñante que, como sugerimos, es de larga
ficar, adquirir, desarrollar, compartimentar, fomentar, favo- data, tan larga quizás, como el oficio. Es el abismo que separa

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tomo d
A. Alliaud - E. Antelo El fracaso de enseñar

al creador del reproducwr, fundamentalmente producido a 3. No saben enseñar porque no conocen el contexto
causa de la pretensión de universalizar la transmisión, anhelo Si saben los contenidos y son competentes para enseñar,
que está en la base misma de la cuestión escolar. ¿pierde parte ¿está resucito el fracaso? De ninguna manera. Resta mucho
de su legitimidad la objeción que los partidarios de la ense- por hacer. Fracasa quien no distingue y diferencia contextos,
ñanza a secas promueven, una vez que sabemos que el con- quien no dispone de un saber adecuar la ensef1anza a distin-
tenido que la escuela transmite no coincide con el elaborado tas y cambiantes situaciones, quien no conoce los barrios, sus
y reclamado? ¿cuál es la diferencia entre Borges dando una habitantes, la composición de las familias, la relación con la
conferencia y el más competente de todos los profesores de comunidad, la cuestión multicultural, la diversidad soci.ocul-
literatura existentes? ¿Qué tiene que saber un agente cuya tural, el mundo globalizado, etcétera. La lista es extenuante
función es reproducir, sino todo aquello que lo ponga en la y fracasa quien no sabe identificar las necesidades de la gente
situación de poder reproducir mejor? Se puede decir de otra y las demandas o necesidades del contexto.
manera: lo que objeta el "contenidista" a ultranza ¿es una ver- La impresión es que para ser un enseñante más o menos
sión degradada de lo que el maestro reproduce y distorsiona exitoso habrá que ser, además de enseñante, un poco soció-
o es la distorsión misma que toda reproducción supone? logo, semiólogo, psicólogo, antropólogo, pero, fundamental-
Una práctica en apuros, como es la famosa Residencia mente, un luchador. El que conoce el contexto gana votos
Docente, pone de manifiesto la dificultad señalada. Sobre esta independientemente de su repertorio de contenidos y de su
instancia formativa se han concentrado esfuerzos y expectati- talento didáctico, que ceden en importancia a lo que podría-
vas. Se intenta, como vimos, la prolongación de las prácticas, mos llamar coraje, compromiso y conciencia sociológica epo-
se suman especialistas, orientadores, coordinadores, se crean cal. La lista ya no es de competencias, sino de adecuaciones
instancias de articulación. Se pretende la innovación. Así y siempre por hacer. El mismo Perrenoud sitúa algunas de sus
todo los resultados finales no conform~n y el maestro en for- competencias en este rubro: "( ... )luchar contra los prejuicios y las
mación continúa tratando de sortear la Residencia, ade- discriminaciones se:>..1tales, étnicas y sociales". Tal es la predominan-
cuando su propuesta a los distintos profesores participantes cia del término contexto que encontramos espacios curriculares
(quienes cobran más protagonismo que los propios alumnos (lo que antes se conoáa como materia o asignatura) que llevan
}' el conocimiento disciplinar), además de señalar la falta de ese nombre, como por ejemplo La escuela y su contexto, mate-
correspondencia entre la excesiva carga horaria de Ja forma- rias, posgrados, especializaciones, libros, revistas, útulos }'
ción práctica y una mejor preparación profesional (DGESUP). pronto, quizás, atuendos específicos para cada contexto.
¿Qué hace un profesor para no fracasar? Apropiarse de La centralidad del contexto se mezcla con una disputa
todas las competencias y habilidades necesarias para enseñar p01· Ja apertura de nichos de enseñanza en las instituciones }'
mejor. ¿Qué otra cosa podría hacer? en las instancias de capacitación. Nuevas subjetividades,

( 36 ~--------------- Ensayos y Experiencias


tomo
7n~J
Sentidos perdidos de la ... - - - -- - - - - - - - - - - - - ; 3 7 l
El fracaso de enseñar
A. Alliaud - E. Antelo

transformaciones en el ejercicio de la autoridad, emergencia 4. No saben enseñar porque no conocen a los destinatarios
de las tribus juveniles, etcétera. Como si nuevas situaciones Una versión similar -y muy cercana a la enseñanza a de-
poblacionales o, directamente, nuevos campos del saber ins- manda contextual- es la que se concentra en los usuarios o
pirados en mudanzas/conquistas sociales dieran forma a lo destinatarios. Es decir, la que prioriza los intereses, las carac-
que debe ser enseñado. La maniobra es elocuente alrededor terísticas propias o particulares, las motivaciones, las opera-
de la educación sexual, la educación vial, la educación ali- ciones intelectuales, las sensaciones, las representaciones -en
mentaria y vaya a saber uno qué sigue. Cada maestro con su fin, otra vez la lista es exhaustiva- de los chicos, alumnos, es-
contexto. En un claro gesto de enfrentamiento con el pasado tudiantes. Muchas veces fundida con el afán didáctico, la hi-
y las tradiciones, todo lo que en la sociedad sucede o puede pótesis de base indica que si -y sólo si- conozco más y mejor a
suceder debe ser enseñado en las escuelas que, como espon- los alumnos (en todos y cada uno de sus aspectos), puedo en-
jas, deben absorber y transformar el presente, todo presente, señar mejor. Fracasa entonces quien no sabe lo suficiente
independientemente de su valor, en mate1ia de enseñanza. sobre el otro de la educación. Una buena enseñanza, dice Ida
Un padre amenaza a una profesora y armamos un taller D'Anna de Bustíos (2006),7 otra ex maestra de 82 años entre-
sobre la diversidad y el otro diferente. Un psicópata entra en vistada, es la que se adapta a cada niño en particular. Esta vez
la escuela y asesina a unos cuantos ejemplares escolares y ha- no es sólo el contexto, sino el niño, alumno, estudiante; es
cemos un taller de dramatización para docentes sobre lastra- decir, lo que el otro es. Dime quién eres y te enseñaré mejor.
gedias. Un techo se cae en una escuela y la comunidad de Perrenoud (ob. cit.) también describe algunas de estas
padres (que nunca ha estado como hoy tan cerca, y tan lejos, competencias demandadas por lo que el otro es: disponer de
de las escuelas) propone invitar a bomberos, arquitectos, ex- bases teóricas sólidas en psicología social del desarrollo y del
pertos en catástrofes, etcétera .•Si sumamos la obligatoria ade- aprendizaje, tener un control teórico y práctico de los aspec-
cuación y/o el obligatorio uso de las nuevas tecnologías, el tos afectivos y relaciones del aprendizaje, tener una cultura
mundo informatizado y la sociedad de redes (las TICs y su psicoanalítica de base, favorecer la definición de un proyecto
mundo propio), el menú está completo. personal del alumno, suscitar el deseo de aprender, desarro-
Se trata de algo que podríamos llamar teach on demand, es llar la capacidad de autoevaluación en el niño. Ya sobre el
decir, la adecuación absoluta y definitiva de la enseñanza (que final de su libro, resume su preocupación:
ya no ocupa el centro de la cuestión) a las demandas que el "sigue siendo necesario dar el.ases y ejercicios, obtener una forma de disciplina,
contexto plantea. Volveremos sobre esta cuestión. evaluar de fornza certifu:ativa. Sin embargo, 110 es posible eludir la llegada de
¿Qué hace un profesor para no fracasar? Conocer y ade- nuevos problemas y nuevos esfuerzos por superarlos" (Ibid., 151).
cuar su tarea al contexto. ¿Qué otra cosa podría hacer?
7 Ver Documcmal del Ministerio de Educación, ob. citada.

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El fracaso de enseñar
A. Alliaud - E. Antelo

El asunto consiste en Ja delicada línea que Jiga y desliga a 5. No saben enseñar porque no tienen experiencia
las competencias tradicionales con las ahora llamadas emer- Los que trabajamos en el campo pedagógico tenemos
gentes. Lo emergente es lo que está determinado por el avance una versión sedimentada del valor de Ja experiencia. No sólo
de saberes básicamente concentrados en la psicología cogni- porque traducida en salario da como resultado la antigüedad
tiva, la psicología del aprendizaje y el mundo del marketing y Y sus beneficios, sino porque asociamos permanencia en el
las teorías organizacionales. En todos los casos, lo que se omite tiempo con prestigio. Cualquier educador reconoce a otro
es que las distintas psicologías tampoco proporcionan las claves mayor, con más experiencia. También cualquier educador co-
para enseñar mejor. Eso dice uno de nuestros expertos locales: noce la jactancia, esa idea típicamente pedagógica que asocia
el haber estado mucho tiempo en el mismo Jugar con el saber
"De algún modo, la jJsicología, creo, se convirli6 en esto, se apropió del discurso
resol ver problemas.
sobre los sujetos hasta el punlo que parecía ser que los que trabajábamos en el
Lo cierto es que el fracaso asociado a la experiencia suele
campo de la psicología educacional teníamos una suerte de verdad última, de
estar basado en la idea de déficit. Por un lado, se dice que los
clave última acerca de los sujetos. Clave que s6lo disponíanws nosotros".
docentes no tienen experiencia porque se Jos forma con
(Baquero, 2007, 76).
mucha teoría Y poca práctica. Enunciado dicho hasta el har-
Pero lo emergente es también aquello que se vincula a un tazgo, sin contar con argumentos precisos acerca de Ja com-
verbo caro a Ja tradición pedagógica: suscitar. El fracaso suele ple}i~ad que habita esta oposición. Fracasa el que tiene poca
tener la forma de lo que no sigue nuestras intenciones, de lo pracuca.
que no conseguimos suscitar. Una vez que conocemos a nues- Por otro lado, en las ínfulas que la experiencia hace visi-
tros destinatarios, tenemos que implementar estrategias yac- b_le h~bita ~tra idea de larga data: sabe más, tiene más expe-
tividades que provoquen o susciten en ellos diversos estados nenoa, qmen está más cerca de la realidad. Y si bien ese estar
emocionales o mentales. Algunos famosos y en apariencia ~á~ cerca de la realidad remite al fracaso contextual, al que
neutros, tales como interés, atención, respeto, motivación, cu- hicimos referencia en el punto tres, también nos confronta
riosidad, autonomía, creatividad, decisión de aprender, ini- con una forma del fracaso directa: para saber enseñar hay
ciativa, deseo de saber. Y otros estados más progres, tales como que estar con los chicos, en las escuelas. La capacitación debe
conciencia crítica, ciudadanía plena, capacidad de desnatura- ser en las escuelas y las prácticas en las escuelas. El sentido
lizar y desmitologizar, cooperación, solidaridad, etcétera. Sus- común de tamaña afirmación, suele omitir los problemas que
citar, estimular, motivar. En fin. Todo eso no parece funcionar. la conexión causal entre ese "estar cerca de Ja realidad" y el
¿Qué hace un profesor para no fracasar? Conocer y ade- éxito en la enseñanza, pone en evidencia. Fracasa el que tiene
cuar su tarea a las particularidades de Jos destinatarios, usua- poco contacto, el que poco ha experimentado, con la reali-
rios o estudiantes. ¿Qué otra cosa podría hacer? dad. ¿Por qué? ¿Dónde están las pruebas? ¿cómo explicamos

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A. Alliaud - E. Antelo El fracaso de enseñar

entonces los fracasos masivos si los vinculamos con la perma- clusiones, tengan w1 lugar para aprender. Cada vez más, se extiende la idea de
nencia en el tiempo de la corporación docente? que nuestros sistemas de enseiianza tienen que plantearse como objetivo priori-
Al ser la enseñanza una práctica situada, compleja, poco tario el aprendizaje como activúlad centrada en los alumnos, y no la ense1ianza,
definida, atravesada, cierto es que el "estar ahí" en el mo- entendida conw una mera actividad discursiva en la que los protagonistas son
mento apropiado, donde la cosa sucede, puede favorecer los profesores" (Esteve, 2006, 25).
procesos de formación y reflexión docente. Sin embargo, más Sin embargo, colocar la centralidad en el aprendizaje
allá de la contingencia y situacionaJidad, es preciso reconocer foos libera efectivamente del problema del fracaso?
la permanencia de ciertas invariantes constitutivas en la tarea
de enseñar que trascienden lo puramente coyuntural. Quizás
distraídos en el problema, en la particularidad, en la nove- Algunas alternativas posibles
dad, en la complejidad, se pierdan de vista sus componentes
básicos vinculados con la transmisión, con el acceso al saber, 1. Conocimiento y saber
con la ayuda y el seguimiento necesarios, pero como condi- Una apreciación puede ayudarnos a sortear algunas de
ción para el crecimiento, el despegue y la autonomía de los las antinomias o dificultades que hemos planteado. Se trata
que, al fin, aprenden. Con lo conservador y lo nuevo. De allí de la diferencia que existe entre conocimiento y saber. Mien-
la pertinencia de sumergirse o encontrarse con los clásicos, tras que conocimiento remite a un conjunto de significados cre-
experimentados, los que tienen algo para decir, aunque no ados por los hombres, cuya característica principal es la de
necesariamente se asocia experiencia con cantidad de años ser intercambiables y servir de medio de orientación (Elías,
vividos, trabajados o dedicados, estando entonces sí más cerca 1994), saber hace referencia a una dimensión más instrumen-
de la experticia. Tampoco parece relacionarse necesaria- tal, incluso ligada a una expresión frecuente en los discursos
mente saber o saber enseñar con edad. pedagógicos: saber es probar. Quien sabe es el que ha pro-
Hasta aquí hemos vistos distintas versiones del fracaso a bado. Probablemente tenga alguna utilidad no perder de
la hora de enseñar. Podríamos agregar una más, que lenta- vista el carácter experimental de toda enseñanza, el poner a
mente toma su lugar en las discusiones pedagógicas. Es la que prueba o ser puesto a prueba, que remite a la dimensión
sostienen sobre todo los partidarios de la llamada "tercera re- "tentativa" de toda enseñanza.
volución educativa". Ellos afirman que el fracaso consiste en Solemos decir que la lección es la que da el alumno.
la ilusión de haber supuesto que era la enseñanza misma la Ahora bien, eno se somete a prueba un docente cada vez que
que debía ocupar el lugar central: enseña o intenta hacerlo?, eno pasa él también a dar una lec-
"Cada vez es mayor el número de profesores que asume en su metodología del ción? ¿Qué sabe el maestro que sabe? ¿Qué conoce el que co-
aula La idea de construir unas instituciones en las que todos los niños, sin ex- noce? Desde esta perspectiva, el maestro que sabe es el que ha

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probado muchas, distintas y divergentes formas, maneras, o mapa conceptual, enseñar cosas interesantes de manera
estrategias de enseñar. El maestro que conoce, en cambio, es el amena y adecuadas a las expectativas de los jóvenes; pero no
que tiene un repertorio de conocimientos, es decir, de medios distinguen la complejidad que diferencia enseñar distintas
de orientación, ampljado. Si enseñar es repartir el mundo y versiones de la historia. Veamos.
saber es probar, el que sabe enseñar es el que ha probado nu- "En la A 1gentina, la versión de la historia que trans111ile la escuela está debilitada
merosos bocados de ese dar el mundo, de dar un mundo que por el profundo desinterés que la escuela produce en sus usuarios, los alumrws.
conoce, del que dispone de numerosos signos. ¿un maestro La escuela ya no es un lugar de legitimidad si111b6lica, sino un lugar de pasaje
de mundo o un maestro mundano? (para que transcw-ra la adolescencia, para obtener un trabajo, para conseguir
Probablemente, diferenciar conocimiento y saber per- comida o segU7'idad). Por lo tanto, lo que puede decirse allí sobre la historia está
mita también distinguir entre distintos tipos de decepciones. afectado por la falta de peso)' de autoridad que toca a todos SllS mensajes. La es-
Una cosa es fracasar porque uno no ha probado aún lo sufi- cuela compite en desventaja con los medios de comunicación. Pero no s6lo en el
ciente -y eso no es fracasar en ta nto el éxito est.á por verse-. caso de los alumnos, sino también en el de los maestros" (2005).
Otra bien distinta es fracasar porque no se conocen las claves
Para Sarlo, los medios son tanto o más importantes en la
para enseñar, que, recordemos, no parecen estar en el mundo
cultura de los docentes que la propia formación. Y afirma que
ni en la mente de los chicos. Una cosa es decepcionarse porque
la clase "no sale" y otra cosa es no saber lo que hay que hacer "el ámbito de mayor responsabilidad es el de los institutos deformación docente:
para que salga mejor. AJ parecer, el conocimiento, tanto del si allí se ense11a una historia maniquea, no veo de qué modo los maestros y pro-
mundo como de las claves para enseñar, no resulta suficiente. fesores van a poder presentarles a sus alumnos una versión más precisa que la
Se necesita, además, probar las maneras, las formas necesa- que ofrece la historia de divulgación mediática" (Ibíd.).
rias de poner a disposición lo que los otros tienen que apren- Lo (1til del argumento es que localiza distinciones y las
der. Probar variadas y diferentes maneras de dar a conocer el sitúa como problemas. No hay una sola historia (u otra disci-
mundo. Practicarlas, enfrentarlas, "manosearlas". Discutirlas plina) para ser enseñada, sino varias; al menos una de diviú-
con distancia. Analizarlas. Aprender a enseñar durante la for- gación mediática y otra más precisa. La diferencia que inaugura
mación y enseñar y seguir aprendiendo. Meirieu (2001) plan- la complejidad de lo que no es divulgación mediática sitúa la
tea el problema con claridad cuando afirma que la enseñanza importancia que tienen el esfuerzo, lo complejo, o el acceso
es obligatoria y el aprendizaje es una decisión. restringido y, en ocasiones, elitista, a ciertos conocimientos.
Otro conjunto de problemas se perfila en torno al carác- Catelli (2007) vuelve para acusar a la casta de pedagogos. Co-
ter complejo del acceso al saber que luego habrá de transmi- nocedora de la paradójica situación de Jos que triunfan al fra-
tirse. En una entrevista, Beatriz Sarlo ensaya una explicación casar ("el fracaso en las escuelas de Barcelona es un triunfo de los
que podríamos graficar como sigue. Muchos saben hacer un pedagogos", afirma}, también se detiene en la relación directa

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entre Ja enseñanza y lo dificultoso, o entre el deterioro de la livas. Sin pretender agotar todo lo que un docente tendría
enseñanza y el abandono de lo dificil. que dominar o ser capaz de hacer, se define un repertorio bá-
sico habilitante para "comenzar a participar" en Ja tarea de
2. Enseñar y contar "ayudar a aprender" o dejar aprender o permitir que el apren-
Conocer para enseñar, en el sentido de estar preparad o, dizaje acontezca.
como docente enseñante, para poner a disposición o mostrar "( ... ) no se proponen como una metodología general o un enfoque de ense-
distintas versiones del mundo a todos. Pero también saber ñanza. Se considera que constituyen f armas básicas de enseñar que jJueden
acerca del enseñar. Saberes de Ja práctica que necesitan ser ser aceptadas en distintos marcos pedagógicos. Como tales, fonnan parle de di-
revalorizados y tratados como tales en las instancias de forma- fe renles propuestas y de p1·ácticas vigentes en las escuelas. Son un repertorio
ción y capacitación doce nte. ¿Qué es lo que eso significa? No instmmental básico que debe servir al maestro para un desempeño adecuado
se trata (porque no funciona) de aumentar la carga de for- frente a los requerimientos habituales de su tarea escolar" (Ibfd., 26-27, el
mación en un trayecto específico, cuando éste carece de con- destacado es nuestro).
tenidos que permitan verdaderamente integrar y recuperar Son treinta y cuatro capacidades básicas, dieciocho de las
los conocimientos que van aportando las distintas instancias cuales remiten a la instrucción y el resto a la planificación, eva-
formativas. No se trata, tampoco, de probar si n más supo- luación, dinámica grupal, disciplina y organización y desem-
niendo que de la prueba o de las pruebas sucesivas se obten- peño institucional.
drán mágicamente las claves para enseñar. Se trata, más bien, Referentes que podrían ser considerados como apoya-
de darle a las instancias prácticas apoyaturas fuertes, sobre tura de las pruebas necesarias para empezar a participar o
las que será posible sostenerse a la hora de probar, practicar, seguir participando en la tarea de enseñar. Sobre estos pilares
ensayar, utilizando Jos conocimientos que permitan enfrentar (o semejantes}, el abordaje de casos, las simulaciones, el tra-
y resolver situaciones de enseñanza determinadas. Desde esta bajo por proyectos, las experimentaciones empiezan a tener
perspectiva, Ja form ación es una y la enseñanza podría, en- sentido, tanto como la construcción de los saberes que resul-
to nces, transformarse en una ocupación común para el con- tan de probar, analizar y experimentar en situaciones deter-
junto de los formadores. minadas. Experiencias y saberes que pueden, además, ser
Un estudio reciente (ya mencionado)8 refiere, por ej em- contados y companidos con otros. Porque enseñar es, en
plo, a las "capacidades básicas" de Jos docentes de nivel prima- gra n medida, contar:
rio, entendiendo que éstas alertan sobre distintas dimensiones "quien sabe contar donosamenle tiene aprovechado y seguro medio programa
de Ja actividad escolar y a las "capacidades para la acción", que ( ... ). Si yo fuera Directora de Nonnal, no dmia título de maestro a quien no
deberían ser consideradas y tratadas en las instancias forma- contase con agilidad, con frescura y hasta con alguna fascinación" (Mistral,
1929, 96-97).
8 Ver DGESUP, ob. citada.

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Hoy sabemos que no hay una sola forma de contar y, por sobre hechos y acciones que los profesores que saben les trans-
lo tanto, de saber enseñar. De la agilidad, frescura y fascina- mitirían a Jos que no. El encuentro planteado, más que dejar
ción se puede pasar al mouse, Internet, imágenes y sonidos, docentes atrapados en los decires o hazañas de otros, tendería
entre Jinks y computadoras. a producir lazos; es decir, docentes encontrados entre ideas,
Se puede aprender a enseñar también a través de lo que consejos y reflexiones. Desde esta concepción, no habría fieles
otro/s nos cuenta/n. Nuevamente los pilares, y los distintos con- "reproductores" de lo que otros hicieron (o les contaron que
tenidos puestos al servicio de una formación que se preocupa hicieron); no sería posible, entre otras razones, debido al ca-
por el saber enseñar, en algo que va mas aUá de los saberes del rácter particular que toda situación de enseñanza plantea y a
campo disciplinar o cultural, puede nutrirse de lo hecho por Ja intransferibilidad propia de toda experiencia. No se trata
otros así como de los consejos, las ayudas, las indicaciones prác- de que uno le diga a otro u otros cómo tienen que hacerlo. Se
ticas (al fin y al cabo, enseñar es en un punto indicar) que se trata de dar cuenta de cómo lo hizo, de lo que le aportó ese
desprenden de lo que aconteció y pasó y les pasó a otros. hacer, de lo que le pasó en términos de reflexión, de las trans-
Sin caer en Ja simplificada asociación entre antigüedad y formaciones que esa experiencia le generó. La propuesta
saber, que ya mencionamos, recuperamos sí Ja vinculación apunta, entonces, a una dimensión incontrolable e inmaneja-
entre la experiencia o las expe1·iencias pedagógicas con la ble de Ja formación: lo que se puede "provocar" en otro/s, en
producción de un saber susceptible de ser transmitido o com- términos de pensamiento, imaginación, decisiones, creación,
partido con otros, con un alto potencial formador. No se trata acción y, por qué no, en dar curso a la propia narración.
de transferir una experiencia, sino de recuperar lo que esa Las instrucciones para enseñar mejor como relatos acerca
expe1·iencia produjo, en tanto puede aportar para inspirar, de lo que se puede hacer (o lo que no es conveniente hacer),
para imaginar, para tomar las decisiones y accionar en situa- basados en lo que se ha hecho, corren el peligro, sin embargo,
ciones determinadas. Inspirarse en las obras de otros. Poner de acercar la formación al género de autoayuda. Si consegui-
a disposición, en los espacios de formación, "buenas obras de mos tratarlas como algo más que un enunciado cándido y op-
enseñanza" (en el buen sentido de la palabra de la palabra timista, es decir, si conseguimos situarlas en la intersección
bueno), y que quienes las produjeron puedan companir con entre conocimiento y saber (al fin y al cabo, en algún punto,
otros los saberes que les resultaron, así como los pensamien- instrucción, conocimiento y saber se conectan fuertemente), si
tos, reflexiones y teorizaciones que elaboraron a partir de lo las tratamos como heteroayuda, pueden ser fructíferas.
hecho. En vivo o en directo o mediante relatos o produccio-
nes que trascienden actualidad y espacialidad. 3. Oferta)' demanda
Como decíamos en alguna oportunidad, estas escenas Conocer, probar dar el mundo, inspirarse en las creacio-
imaginadas se alejan del pasaje de información "objetiva" nes de otros, para asumir con algunas chances a favor la obli-

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gación de enseñar en situaciones y contextos escolares que, lo que le resulta, hasta ese momento, radicalmente ajeno, como llegado
convengamos, sí presentan sus particularidades. La misma de otro p!,aneta". 9 Mariano Narodowski (2007), en un sentido
escuela es a la vez diferente. Son otras (variadas y complejas) similar, pone en cuestión la cuestión educativa de satisfacer al
las exigencias hacia la institución, las expectativas juveniles, cliente, lo cual coloca a los docentes en meros proveedores,
las infancias, las familias, etcétera. No nos detendremos aquí. con el costo en debilitamiento que tal posicionamiento im-
Sí en afirmar que la misma escuela, como institución de dis- plica. Es necesario asumir, concluye, en sintonía con lo que
ciplinamiento, j erarquizada, graduada, burocratizada, meri- expone en su capítulo de este mismo volumen, el fortaleci-
tocrática, hoy se ve obligada a incluir, retener, abrirse a Ja miento del lugar del docente, "( ... )que la última pal.obra sea del
comunidad, alimentar, educar y también (además de todo) docente y que todos sintamos alegría al reconocerla)' responsabilidad
enseñar. para respaldarl.a ".
La adecuación al contexto/demanda tiene importantes
inconvenientes. Juan Carlos Tedesco y Emilio Tenti Fanfani 4. La decisión de aprender
(2003) han dado inicio a una discusión (una de las más esti- Un docente autorizado, respaldado, reconocido, respe-
mulantes de los últimos años) con respecto a la centralidad de tado. Uno que conoce, sabe, accede, instruye, no es garantía
cada término. Mientras Tedesco focaliza cierto éxito de Ja ma- suficiente para el aprender, considerando, como dijimos, que
quinaria escolar (en vías de transformación) a partir de la pri- el aprendizaje es una decisión y la enseñanza una obligación.
macía de la oferta pedagógica, incluso en su capacidad de Este reconocimiento puede propiciar cierta astucia conserva-
crear demanda, Tenti opta por matizar y relativizar la con- dora. Es claro que la educación vive de Ja conservación. No la
fianza en el valor de la oferta. La discusión, que lamentable- hay, no parece poder haber, una educación que en un punto
mente no tuvo segundas partes visibles, ofrece un espacio no sea conservadora. Aprendimos eso tempranamente. Sara
sugerente para la reflexión, al ofrecer dos versiones bien di- Pain (1983) escribió un libro memorable en el que situaba esa
ferenciadas del fracaso: ¿fracasa quien no enseña o quien en- dimensión inherente a la acción pedagógica. O tal vez haya
seña mal? ¿o fracasa quien no adecua la oferta/enseñanza a sido Hannah Arendt la que mostró la magnitud y peso de la
la demanda/necesidad de los alumnos? conservación en las cuestiones ligadas a la enseñanza. Trans-
En uno de sus artículos periodísticos, Beatriz Sarlo mitir es dar el mundo, decía, pero para dar el mundo es pre-
(2007) señala la inutilidad de pensar el aprendizaj e en térmi- ciso apropiárselo previamente. El contacto con lo viejo (y con
nos de utilidad. Critica el "consejo pedagógico" de relacionar los viejos), con los muertos, con ciertas prácticas ligadas a la
toda educación con e l mundo inmediato. Al contrario, ex- custodia, el acopio, Ja colección y Ja recolección, así como
presa que "lo arrebatador de un aprendizo.je es cuando se escucha otras vinculadas a la distribución y el reparto, son inevitables.
algo que no se sabía antes, cuando alguien puede interesar a otro en
9 En Revista Viva, Claifü, 8 de abril de 2007.

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Tan inevilables como la disposición de un ejército selecto de fundadora. Que uno sepa más no se traduce en una pedago-
agentes encargados de practic.:ar ese 1·epano del mundo entre gía carcamán, tan familiar, tan vitalmente rancia. El prestigio
las nuevas generaciones, y unas ideas consecuentes de patri- de lo viejo no cesa de radicar en su distorsión. Dice María
monio y repertorio.
("Mary") Fernández Lacour, maestra, de 103 años, cuando
Pero consen·ar se conserva con afanes bien diferencia- se le pregunta por qué este mundo necesita maestros: "ic6mo
dos. Para protegerse del carácter inexorable de la variación, va a ser si no? Se precisa alguien que sepa más". O, dice Jerkho
del movimiento }' la libertad que presupone la intervención Spiller, maestro de 97, frente a la misma pregunta: "siempre
de todo destinatario sobre lo conservado, es decii· conservar hay uno qu¿ va más adelante'', 10 borrando de un plumazo esa
por temor (eno es eso quizás la definición más ajustada de culpa progresista que recusa, sin justificar, las ideas de distin-
conservadurismo?). Tam bién se conserva para suministrar las ción y selección. Que el aprendizaje sea una decisión es señal
guías para obrar en lo sucesivo que faltan en la cría inma- de que estamos vivos y no un obstáculo que debe ser despe-
dura, inerme y débil, al nacer. En el primer caso, se conserva jado. Quiere decir, ni más ni menos, que el que manda en edu-
para acumular lo más rico, lo mejor, lo distintivo. Se conserva cación siempre es el otro, que la responsabilidad en ed ucación
para poseer, cuidar y evitar pérdidas. En el segundo, la con- es siempre adulta y que en cuestiones de enseñanza existe un
servación es puramente instrumental. Se conserva para hacer derecho negado, omitido, ninguneado: el derecho a la indife-
posible la vida. No hay otra chance que conservar para sumi- rencia, es decir, el derecho que'tiene el otro (alumno, mientras
nistrar. Esto quiere decir que el objetivo de la educación, no tengamos otra palabra más efectiva) a no entrar en el inter-
corno lo quería Dewey, es el crecimiento, el progreso enten- cambio.
dido como complejidad (Moreno, 200 1). El fracaso a la hora de enseñar, finalmente, puede en-
También habita en el juicio conservador una necesidad tenderse como la desproporción de pretender suscitar o pro-
nostálgica de mantener en el centro de la enseñanza ese mix vocar estados en los alumnos. Eso que Schlink llama lo vano,
entre vejez y autoridad, que tantos y olvidados perjuicios nos lo vanidoso, incluso. Esa paradoja fundamental cuyo recono-
ha causado. En efecto, los conservadores temen lo joven, les cim iento puede proporcionar cierto sosiego al alma ense-
produce envidia y escozor y no son capaces de avizorar un ñante. Es en el abismo que se abre entre transmitir y suscitar,
mundo enseñado sin diferencias generacionales, las que sue- donde es posible encontrar ayuda para la enseñanza. Juan
len confundir con jerarquía, dominio u agobio. Olvidan que Carlos Onetti afirma, con respecto a la vocación literaria de
lo/s viejo/s está/n para ser abandonados. Eso decía Kant con comunicar, lo siguiente:
miliméu·ica el 'd d
an a •en su Pedagogía: Se le educa (al niño) "El que jmlende dirigirse a la humanidad, o es un tramposo o está equivocado.
para que un día pueda ser libre, esto es, para no depender de La f>relendida comunicaci612 se wmple o no; el autor 110 es responsable, ella se
los otros. La asimetría no d . ., .
es ommacion, smo anterioridad
10 Ver documental del Ministerio de Educación, ob. citada.

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A. Alliaud - E. Antelo
El fracaso de enseñar

da o no por añadidura. EL que quiera enviar un mensaje -como se ha reiterado


Dominio de aquello que un enseñante ha decidido ense-
tantas veces- que encargue esta tarea a una me12saje1ia" (2007).11
ñar. Esto entra en un verbo todavía vivaz: estudiar.
Viene el escritor a decir algo que todos sabemos: esos es- - Probar la enseñanza. Experimentar la enseñanza. Ejer-
tados que se producen en los otros, como resultado de una
citar distintas y variadas formas básicas de enseñar, con-
ensei'lanza, se dan por añadidura y no porque los transforme-
tando con apoyos que brinden la confianza necesaria.
mos en la meta principal de nuestra actividad. Si el aprendi-
- Intercambiar y analizar distintas versiones de enseñanzas
zaje es una decisión, ¿de qué es responsable un enseñante?
bien y mal sucedidas. Contar, contarse, compartir esas
¿Qué hace un alu mno con lo que un maestro enseña? ¿A
pruebas, esos experimentos, esas situaciones.
dónde va una enseñanza? cQuién es su destinatario?
Estudiar, probar, analizar y experimentar. tEs poco?

Conclusiones
Bibliografía
Se suele afirmar que la enseñanza fracasa porque no se
Alliaud, Andrea y Antelo, Estanislao, "Grandezas y miserias de la
encuentran las claves. Hemos visto que tal vez esas claves no tarea de enseñar". En Revista Li11has Vol 6, N11 1, Brasil, Univer-
estén en ningún lado; ni en los contenidos, ni en la didáctica, sidade do Estado de Santa Catarina, 2005.
ni en el conocimiento del contexto o de los destinatarios, ni Alliaud, Andrea, "La biograüa escolar en el desempeño profesional
tampoco en la experiencia. No están. ¿y entonces? de docente noveles''. Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofia Y
No saber sobre las claves no nos libera del asunto. En Letras (UBA),julio de 2004.
absoluto. Baquero, Ricardo, "Enfoques socioculturales, aprendizaje significa-
Una estrategia es la sumatoria (a la vieja usanza de tomar tivo y sentido de la experiencia escolar". En La educación inicial
hoy. Maestros, ni11os y enseiianw.s, Gobierno de la Provincia de Bue-
un poco de cada cosa) que no ha dado mayores resultados. Las
nos Aires, Dirección General de Cultura y Educación, 2007.
prácticas puestas a trabajar bajo,el nombre de integración, in-
Catelli, Nora, "Crisis de la lectura, crisis de las elites", 2005. Consulta
terdisciplina o articulación no siempre han contribuido a hacer,
on-line, 23/09/2007.
de este oficio, un oficio más eficaz. Pero hay otras prácticas, más
Catelli, Nora, "El fracaso de la educación secundaria no obligatoria
pacientes, menos pretenciosas, incluso, menos espectaculares. es un triunfo", 2007. En. Consulta on-line 15/12/2007.
Alrededor de esas prácticas hemos encontrado en estos años Dussel, Inés, "Impactos de los cambios en el contexto social}' la or-
unas pocas orientaciones provisorias para enseñar. Podríamos ganización del oficio docente". En Tent.i Fanfani, Emilio, El oficio
agruparlas bajo el nombre de heteroayuda para enseñar más docente. Vocaci6n, trabajo J profesi611 en el siglo XXI, Buenos Aites,
Ymejor. ¿De qué está hecha esa heteroayuda? Siglo XXI, 2006.
11 Elías, Norben, Conocimiento y j1oder, Madrid, La Piqueta, 1994.
En R~t•ista <Ú Cullura 1\1 155, Clarin, septiembre de 2006.
Esteve,josé. M., en Tenti Fanfani, Emilio, El oficio docente, ob. citada

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tomo o Sentidos perdidos de la ... ------------------1
A. Alliaud - E. Antelo Capítulo 2
UNA MIRADA CRÍTICA SOBRE LA

Fccney, Silvina y Feldman, Daniel (coords.), Emltuicw11 del cuniculum


MERCANTILIZACIÓN DE LAS RELACIONES
de !.a Jon110.ci611 docente para los niveles inicial y primario y capacidlUÍes EDUCATIVAS Y LA CALIDAD EDUCATIVA
básicas de doce11ll!s de escuelos p1ima1ias, Buenos Aires, Ministerio de
COMO SATISFACCIÓN DEL CLIENTE 1
Educación, Gobierno de la Ciudad Amónoma de Buenos Aires,
Dirección General de Educación Superior (OGESUP). Mari.ano Narodowski J Lujdn JJaez.
Meirieu, Philippe, Carta a 1111 jov1!11 profesor. Por qué enseñar 110)·, Bar-
celona, Grao, 2006.
Mistral, Gabriela, Magisterio)' 11i1io, Santiago de Chile, Andrés Bello,
1979.
ensar.acerca de la angustia de los educadores ante la in-
Moreno, Julio, Ser humarw. La inconsistencia, los vínculos, la crianza,
Buenos Aires, Del Zor-zal, 2005. P eficacia de las prácti~s escolares, ante la falta de sentido
Narodowski, Mariano, "Calidad educativa no implica satisfacción del día tras día, remite necesariamente a la cuestión de las po-
del cliente". siciones de subjeti\'idad que se ocupan en el aula. Ser maestro
Pain, Sara, Diagn6slico y Ira/amiento de los proble11ws de aprendiuije, Bue- y ser alumno son lugares cuyos estatutos e imaginarios subya-
nos Aires, Nueva Visión, 1984. centes se modifican históricamente, y son esos cambios los que
Perrenoud, Philippe. Diez 11uevas competencias para e11se1iar, Barce- acompasan la construcción de ese sentido, hoy percibido en
lona, Grao, 2007.
crisis. En las siguientes páginas procuraremos analizar la hi-
Sarlo, Beatriz, "Entrevista realizada por Cecilia Sagol", 2005. En .
pótesis de que lo que está en juego es la calidad de la educa-
Schlink, Bernhard, Amores en Jugn, Barcelona, Anagrama, 2006.
ción, esto es, qué se enliende como una "buena educación"
Sloterdijk, Meter, "Una filosoíla contra el rencor". Entrevista en dia-
rio Página 12, Buenos Aires, 2003. -educación con sentido, educación con resultados, educación
Tedesco,juan Carlos, "Educación y hegemonía en el nuevo capita- que aporta beneficios a los que la dan y la reciben, educación
lismo: algunas notas e hipótesis de trabajo". En revista Propuesta que construye conocimientos, educación que forma un ser-y
Educativa, Año 12, N 2 26, Buenos Aires, FLACSO - Ediciones consideraremos como factor relevante de la crisis de sentido
Novedades Educativas, julio de 2003. la concepción del alumno y su familia corno "clientes" y el pá-
Tenti Fanfani, Emilio, "Notas sobre la escuela y los modos de pro- nico ante el conflicto, que no llega a ser comprendido como
ducción de la hegemonía". En revista Propuesta Educativa, Ailo un factor inherente a la institución escolar.
12, N2 26, Buenos Aires, FLACSO-Ediciones Novedades Edu- Relatar el ritmo de los cambios, marcar y detallar escena-
cativas, julio de 2003.
rios, remontarnos al pasado, no deja de ser un modo de prn-
Terigi, Flavio, "Exploración de una idea. En torno a los saberes
sobre lo escolar". En Ricardo Baquero, Gabriela Diker, Graciela
Este capitulo es el resultado de una ampliación y reclaboración de la nota
Frigerio (comps.), Las fonll.(Js de lo escolar, Buenos Aires, Del es-
periodlstica publicada por Mariano Narodowski en el diario Cla1in del 28 de
tante, 2007.
febrero de 2007, "Calidad educatfra no implica satisfacción del cliente".

l 561----------------- Ensayos y Experiencias


tomo
7Q Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - - - - - - - ; 57 J
¡- Capitulo 4
OBJETOS QUE HABLAN. REVISIÓN DE
LOS SENTIDOS DE LA ESCUELA A PARTIR
DE SU CULTURA MATERIAL

Daniel Brailovshy

a escuela tiene sentido y tiene sentido pensar en la es-


L cuela como un espacio atravesado de historia, de política,
de conceptualizaciones. Existe, sin embargo, una dimensión
de la escuela que, tal vez por causa del desdén que en nuestro
sentido común amerita lo material p or sobre lo conceptual,
ha sido menos indagada. Se trata del conjunto de condiciones
materiales que la conforman . No tanto en el sentido de su
equipamiento o a rquitectura en forma literal , sino en cuanto
a la posibilidad de realizar un análisis del lugar funcional y
simbólico que ocupan en la escuela ciertos objetos, aquellos
que definiremos como "objetos escolares". Quizás la manera
más sencilla de definirlos sea, en primera instancia, por enu-
meración: la tiza, el pizarrón, la campana que anuncia el fin
del recreo, la bandera en el mástil, son algunos de ellos. Tam-
bién los "machetes" que usan los alumnos para copiarse en
los exámenes y las pelotas de fútbol caseras que improvisan
con papeles y cintas de pegar, por ejemplo, no son menos "es-
colares" por estar prohibidos. Y otros objetos, y este no es un
dato menor, deberían ser enumerados entre signos de inte-
rrogación: ¿son "objetos escolares" los proyectores de pre-
sentaciones en PowerPoint?, nos j ueguitos electrónicos
portátiles de los niños?, ¿Jos celulares?

Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - - - - - - i . 1 01 l


Daniel Brailovsky Objetos que hablan...

Se parte de la premisa de que es posible acceder a ciertos tirse e n tales. La cultura escolar hegemónica actual atraviesa,
aspectos profundos de la experiencia de adultos y nif1os en la en este sentido, una crisis existencial al no lograr compatibi-
escuela analizando su cultu ra material, esto es, el modo en lizar sus filosofias de la enseñanza y concepciones del apren-
que se seleccionan, utilizan, valoran y significan los objetos, dizaje con los nuevos objetos. Se analizarán , entonces, estos
desde los cuadernos hasta los celulares, pasando por los "ma- problemas con relación a las cuestiones del saber, la autoridad
' chetes'' y las figuritas. Se recurre, como procedimiento de y la propia identidad de maesu·os y alum nos en la escuela.
análisis, a la puesta en relación de Ienórnenos de la cultura La disputa silenciosa que portan los objetos es, final-
material actual de la escuela con procesos históricos con los mente, la lucha por definir el lugar de los grandes actores
que, se sostendrá, guardan relación. A.sí, mediante un exa- que intervienen en la definición de lo escolar. Es la lucha por
men del sentido que la escuela ha ido atribuyendo a los ob- sostener qué es finalmente una escuela, y qué es aceptable
jetos a través del tiempo, la supuesta actualidad y no\'edad hacer, pensar, decir y saber en ella.
de discusiones como la que se sostiene alrededor del u so de Este plan de análisis admite dos direcciones. Por un lado.
celula1·es y reproductores de mp3 en las aulas, revelará su una general y panorámica, destinada a trazar ideas generales
inscripción en prncesos de conjunto que las hacen más inte- acerca de cómo los actuales sinsentidos de la experiencia es-
ligibles. Los objetos escolares actuales se comparan así con
colar se inscriben en la dinámica de una forma de significar
objetos asociados a diferentes propuestas pedagógicas a tra-
Jos objetos de la escuela, y donde los casos analizados servirán
vés de la historia (nos concentraremos aquí en los objetos del
de ejemplos de apoyo parn el argumento general que se
orden escolar comeniano, en los dones de Froebel y en algu-
quiere presenta1: El análisis de los ejemplos, entonces, no es
nos principios de los materiales sensoriales de Montessori)
exhaustivo sino ejemplar, a modo de apoyo del argumento
para cotejar sus funciones, las concepciones sobre las que re-
general. La segunda, que constituye una avenida de análisis
posa su discfto y uso, y las .críticas que en algunos casos cose-
central d e la investigación, pero que no se abordará aquí, es
charon por parte de sus detractores.
un examen más minucioso de estos y otros casos históricos
El trabajo, que destaca una dimensión de la investigación
en co1Tespondencia con los usos actuales de objetos ,;ncula-
en curso más amplia en la que se inscribe,1 concluye con el es-
dos, por ejemplo, con las nuevas tecnologfas.
bozo de la siguiente hipótesis: la cultura escolar demanda
contar con objetos bien definidos que forman parte de sus ri-
tuales y su liturgia }' de herramientas para producir nuevos
Los objetos de la escuela
objetos, o procesar los que llegan con aspiraciones de conver-

"Saberes, auto1;dad e identidades en los materiales y objetos cscobres", El análisis de los objetos escolares se inscribe en una tra-
tesis de doctorado en curso de Daniel 13rail0\·sky, Universidad de San Andrés. dición de estudios cemrados en la "materialidad de lo esco-
Dir.: M. Narodo\\ski.

t 102 >------------------ Ensayos y Experiencias 7 Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - -- ----11031


tomo
lt Objetos que hablan ...
Daniel Brailovsky

lar", que ha sido definida como cultura material. Pueden men- tituyen son los actores, los discursos, los aspectos organizati-
cionarse como referentes de programas de estudio, desde vos-administrativos y los elementos de la cultura malerial. 3
esta perspectiva, los u·abajos de Lawn y Gros\'enor (2005). al- Distintos objetos han estado siempre presenLes en la vida
gunos de los cuales están disponibles en I nternet. 2 Desde este cotidiana de instituciones r aulas, definidos por los propios
enfoque se busca definir el carácter estructurante de los ob- actores escolares de diferentes maneras: como materiales di-
jetos (que según las diferentes líneas de estudio i.on definidos dácticos, como uniformes, como herramientas de registro,
como materiales, artefactos, tecnologías, dispositiYos, etc.), es- como sopones de la tarea escolar, como instrumentos "co-
tableciendo relaciones entre éstos y distintos aspectos simbó- rrectivos", como vehículos de la organización administrati\"a,
licos del campo educativo (sus ideologías, valores, rituales, como medios de comunicación enu·e actores institucionales,
narraúvas, etc.). La cu ltura material forma parte de la cultura con funciones informaúvas, como no\'edadcs tecnológicas al
escolar, definida por Viñao Frago como: servicio de la enseñanza o el aprendi7..aje. Nos referimos, en
fin, a todos aquellos objetos que, producidos y utilizados co-
"el c01~j1mlo de leoría.s, ideas, Jnincipios, normas, pautas, rituales, inercias, há-
tidianamente en el ámbito de la escuela, permanecen en ella,
bitos y f1rácticas (formas de lw.cery pensm; mentalidades y co111jwrtamie11tos) se-
o bien se alternan entre la escuela y otros espacios, como los
dimentadas a lo largo del tiempo en fonna de tradiciones. regularidades)' reglas
hogares o los distritos escolares, y cuya propia existencia, di-
de juego no /mestas en entredicho, y compartidas por sus actores, en el seno de
seño y uso se hallan claramente establecidos en todas las ins-
las institucionr.s educativas; ( ... )que se lransmiJen de generación l'Tl gerwmción
útuciones en un determinado período. Si habíamos definido
y que pmporcionan estrategias( ... ) fxtra integrarse en didzas instituciones, (... )
para llevar a cabo las la reas cotidianas que de cada uno se esperan ( ... )y para 3 Siguiendo a Viflao, son r.ll>gos c;iracterf~cico~ de fa culmra escolar la conli11w-
sobrevivir a las sucesivas refon11as, rcinle1pretándolas y adaplá11dolns, desde dacl en el tiempo, la inslil11cicrtU1liuiri6n y una relativa mt.t1momío. Este último
punto se vincula con aquel carácter propiamente escolar y rdati\•amentc diso-
dú:lw cultura, a su contexto y necesUlades" (Vifiao Frago, 2002, 59). ciado de los saberes y contenidos escolares. La relath~1 autonomía de la cuhura
eswlar alude a su cualidad ele wbijar un conjunto de efectos engendrados por
El sentido de lo escolar nos conduce al terreno de la cul- el propio sistema escolar, que se diferencian de b cultura (cultura nacional,
tura de la escuela, este conglomerado de representaciones y 1 cultura !errada, cullura cicnc!fica) que la escuela se propone explícitamente
1.ransmilir o inculcar en los alumnos. Esta relativa escisión entre la culcura es·
prácticas, y allf habitan también los objetos. Pero ¿de qué está colar y el mundo excra-escolar, sin embargo. no debe ser entendida como una
hecha la cultu rn escolar? Para Viñao, los elementos que la cons- impermeabilidad de la escuela a los procesos sociales y culruralcs zn¡\s amplios,
tu
sino como el 1~cm101:11niei1to lo escolar como un nivtl rle análisis irredttrliblt. no ne-
cesariamente "efecto de ..... ou·os niveles. Con sirrularcs fundamentos, GYirt7.,
Véase también: Cohen, Y., "Schools and Civilüational Scatcs"'. en Fischer,J.
Larripa y Oría analizan l o~ procesos de cscoúcrizociún del sal:m; "'proce:.os de pro-
(ed.), Tlu Social Scimus anti U1e Comp11rati1•e Stud) of Edurational Syilcms,
durción tic 511~ que se generan para o en el tlmbilo 1•scdor", c11fuqiu: qui' "ni lugar de
Pennsylvania: Internacional T<"<Lbook Co., 1970 y Johru.on, N., "The ~1.atcrial
colocar ti cmnfm de las rvnciru anno prmimetro pam nl()Íuor lu l[IU' wadr con el Slll"r
Cu lture of Public Schoul Classrnoms: The Symbolic lntegration of Loc<il
e11 el aula. /mscu11 apmi"r los objetos d,, ronocimiml11 qut los t.'i(11r/os ¡;merau dt•!llc 11110
Schools :md N<iLional Culcure". A11/lnopo!ogy & EduraLim1 Q11a1U-rly, Vol. 11,
f11m¡1cclim inlmw 1ú campo ile proclu.crión dr du ho sallt'I··· (2006, 7).
No. 3. Filll 1980.

• [ 104 ¡------------------ En::ayos y Experiencias 71'ti Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - - - - - - -


tomo v
Daniel Bra1lovsky .--:==::t:. Objetos que hablan ___

antes a los objetos escolares por enumeración, ési.a es una de- crítica que, a estas alturas, puede hacerse a este procedimiento
finició'n comprensiva que se les puede aplicar. es la relativa incapacidad para actuar sobre su entorno inme-
Algunos de estos objetos se han consolidado sólidamente, diato que asigna a los actores, que tienden así a ser concebidos
logrando permanecer en las au las, con sutiles o fuertes mo- como instancias inmovilizadas y sordas, víctimas del castigo in-
dificaciones de su estructura o estética (como el pupitre, el visible de los dispositivos materiales. En el mismo sentido, la
pizarrón, o los mapas)' láminas de pared) y otros han desapa- profusa utilización que se ha hecho de las distintas categorias de
recido o tienden a hacerlo (como la pizarra individual, la Michcl Foucault aplicadas a este tipo de análisis escolar, y el apa-
moña o el puntero), dejando lugar a otros nuevos o que fue- rente estancamiento de sus resultados a estas altm·as, alienta la
ron considerados nuevos en su momento (como el cuaderno búsqueda de nuevas estrategias para entender situaciones en
de clase, la birome o el retroproyector de transparencias). las que intervienen elementos del orden de la punición.
Los objetos escolares son una parte de la cultura escolar. Su Sólo a modo de ejemplo de cómo lo material puede ser-
uso, diseño y sentidos atribuidos forman parte (y son eviden- vir para a nalizar las relaciones escolares, el trabajo de Elsie
cia) del sentido que Jos sujetos escolarizados atribuyen a su Rockwell sobre keys, walls and fences (llaves, paredes y cercos)
"estar en la escuela". 1 analiza documentos históricos en los que las referencias al uso
Analizar la "materialidad" ha sido un procedimiento de de esos objetos y espacios sirven de indicios para reconstruir
análisis de problemas clásicos de Ja micropolítica escolar (tales distintos aspectos de la vida cotidiana en las escuelas mexica-
como la inmovilidad en la que sumen a los alumnos los pupi- nas de principios del siglo XX (Rockwell, 1995). Mediante un
tres, la homogeneización de los uniformes, lac; connotaciones minucioso examen de documentos históricos e::n los que estos
de las filas, los castigos y sanciones, etc.) mediante la idea del tres objetos aparecen aludidos, la autora teoriza acerca de la
"dispositivo". Y aunque de algún modo la idea de dispositivo autonomía de los docentes y las car acterísticas de distintos es-
asocia la materialidad de las situaciones con su productividad tamentos de la gestión escolar.
en términos políticos (Foucault, 1970; Narodowski, l 994).~ Una Para Sacchctto (1986), los objetos escolares son portado-
4 El ·•estar en la escuela" puede encenderse como una craspolación de la no- res de "huellas" que guardan correspondencia con ideolo-
ción clásica de la filosolia "estar en el mundo", o "ser en el mundo" (Por-
tuondo, 2004), que desde los trabajos de Paulo Freire ~e ha comenzado a gías, valores y aserciones pedagógicas. En fin, se trata de
utili7ar en los estudios sobre los procesos subjetivos de la escolaridad. definir un enfoque centrado en
5 Es importante sei'lalar que la concepción de FoucaulL dt:I poder excluye com-
pletamente la idea del sentido común de éste como una ''violc11ci(L que m ocasimzc¡ "los modos en que los objetos cobran significado, c6mo son utilizados, )' c6mo
logra ocultarse", sino que se define como "un amj1111to de acciones sobre acciones po- entran en relaci6n con una red activa y heterogénea en ut que sujetos, objetos
sibks.· opera en el temmc de la posibilulnd. cú cual se m.scribe rt co111p<ntt111W.11tc tk /.o.1su-
jelcs que o.clú1111" (FouraulL, 1989. 39). Es decir, que no alude (necesariamente) al y rutinas 1~stán íntimamente conectados" (Lawn y Grosvenor, ob.ciL, 7).
u'i<• ele l.1 , iulencia par.1 hacer que cien as conducta.~ tengan lugar, sino a un pro-
De diversos modos, parece evidente que las relaciones es-
cedimiento m:'u ~util, que más que fun~ar "incita, induce. clesvfa. fucilila o difi-
cuh.41, amplfa o limita. hace que las cosas ~can más o menos probables'' (lbícL). colares están mediadas por objetos y que hay una dimt'11Sión

e 1001----------------- Ensayos y Experiencias


tomo
• Sentidos perdidos de la ... - - -- - - - -- - - - - - - - - - 1 1 0 1 1
Daniel Brailo•:sky
~==::i Objetos que hablan ...

11.aterial de la \'ida cotidiana escolar que. a la vez que es un Si la experiencia escolar, superficie subjetiva de la cultura
ápice visible de 'todos los procesos escolares (lo que supone
escolar, está hecha de prácticas y de representaciones, pre-
que mediante los objetos es posible conocer la cultura escolar), gu ntaremos ¿qué conjunto de prácticas inrnlucran a los ob-
también los constiture (lo que supone que la cultura escolar se jetos?, ¿cómo los objetos construyen y son depositarios de
define en gran medida a partir de los objetos). Se trata de una
significados alrededor de los saberes escolares, la amoridad
doble dinámica (evidenciaJ y preformati\'a) de los objetos es- de los maestros, las posibles identidades de alumno? ¿Qué
colares, que es en realidad propia de todo objeto social. 6 En objetos definen (porque Jo acompaüan, lo rodean, lo sostie-
fin, hemos dejado claro que los objetos escolares no son meros nen) al "buen alumno"? Los sign ificados que portan los ob-
accesorios de una función insLructiva, ni se reduce su valor a jetos interactúan con su carácter propiamente "escolar".
una dimensión didáctica o tecnológica, sino que pueden ser El relato que sigue es un buen ejemplo de cómo los ob-
también en muchos casos soportes r detonadores de, por jetos mutan y modifican sus funciones al "escolarizarse".
ejemplo, una determinada distribución de roles, una precisa Hacia fines de los 90', cuando todavía no se había insti-
jerarquización dt: lugares, una definición ele aspectos simbó- tuido la costumbre de conmemorar el golpe de Estado del 76,
licos, no visibles (como los espacios de visibilidad, o las reglas y cuando hablar de los desaparecidos todavía era algo que
implícitas para el uso de la palabra) dentro de la escuela. debía hacerse con bastante cuidado, yo les llevaba a mis alum-
''La histo1ia de los objt'Los escol.ares es, hasta cierto fnmto, la historia del modo de nos un librito de Laura Devetach, hermoso, llamado "La torre
artttar de la escu,ela, de los diferentes pro)'etlos educativos, de los diferentes roles de cubos". Se los leía y luego les contaba que durante el pro-
jmVlslos y desemjm/(Jdos por adultos y niños, 11uu•stros y escolares" (Sacchetr.o, ceso ese libro estaba prohibido. Y les leía el decreto de prohi-
ob.cit., 28). bición, textual, un documento terrible que acusaba al librito
Es posible entonces -y éste es nuestro punto d e parlida- de "excesiva imaginación". Los chicos quedaban congelados, el
cncontrar nuevos sentidos a problemas propios de Ja cultura efecto era enorme. Hoy se los ve formados a la mañana escu-
escolar desde una conceptualización de su compleja maleria- chando a la directora hablar de la memoria, o leer un d iscurso
lidacl. Tomando la expresión de Foucault, podría decirse que sobre estos temas, y a los chicos simplemente no les interesa, es
la actitud epistemológica de este trabajo d e análisis es una como escuchar hablar de Sarmiento. Si les llevo el librito,
puede illleresarles más o menos, pero ya no es lo mismo, no les
suene de materialismo dr lo incorporal.
genera el compromiso que les generaba ames.7
Esta dualidacl de lo humano como obJClO de csludio constitu}e uo problema
cl,ísico de las ciencias sociales, que se reconoce como preocupación epislemo- 7 Este relato, que surge de un diálogo infonnal t-on una maestra en el contexto
l6gic;¡1 ya desde los cU~icos, pasando por los 1eóricos del de1·ccho natural del de un encuentro de capaciLación, resu!Ló un fuerte argumenlo en el CCJ11Lext<>
'>igl1) XV!J y los dcbalc~ actualc' arcrca ele! conocimic1110 cu las ciencia~ hu- de un Lrabajo acerca de la enseñanza de los hechos del Holocausto en la es-
manas. Para Verón, por qjcmplo, "/ns ideologías dcsig11a11 gramáticas de jmxlucci6n cuela. Ver: Narodowski, ~l. y Brailo\'sky, D., "El Holocausto y la educación
rl1.1rnr>1t'll, en ltmlo son fonru1ci111Us lu1tórica111enlt clclcnn111ada.1 t itlnitifunbk• (... ) argentina: educar cuando la ci1•ilizació11 es la barbarie", INDICE. Rn~sta IÚ
qrtt rfrrtirnmt:n/c rt•11Jlituyrn vna dimtn.s16n nnalüica de todo d1.1cuno" ( 1998. 53). Cienciru Sociak.<, Publicación ele la DAIA, Centro de Estudios Soci.úes. Número
cledic;¡1do al tema: la Argentina durante la Shoá. Ai10 37, N2 ~5. 2008.

108 1----------------- Ensayos yExperiencias


tomo
7n Sentidos perclidos de la... - - - - - - - - - - - - - -----< 109 )
Objetos que hablan ...
Daniel Brailovsky

"los e.,igu-0s nrnlllldos obtenidos, lo mulilidnd de los contenidos~ de los métodos


Los cuentos pierden su valor ético al sumergirse en la de enseña11w, In 11iole11cia )' arbilrariedad de los camilws ier.orridos, r[ desmden
c;tica escolar, al pregnar:;c de Jos significados que la escuela e11 las esrne/as, la falla de locales aj1ropiados, las carencias de todo tipo de

asigna a los objetos que escolar iza. Este proceso no es no,e- aquellos que se dedicaban a la mseiianza" (lbíd.).
doso, siempre tuvo lugar. Analizaremos somera mente a con- El Orbis ... ofrece un nuevo modo de enseñar el conte-
tinuación tres momentos históricos. rep1·escntados por tres nido nodal que la escuela transmitía: el latín. Y lo hace ape-
conjuntos de objetos, que dan cuenta de algunos procesos lando a las lenguas Yernáculas y a las imágenes como
que atraviesan este problema. disparadoras y apoyo, en oposición a los métodos repetitivos
y "demasiado abstractos" (lbíd.).
Así, el libro recorre, a traYés de sus más ele ciento cin-
Los objetos escolares en el Orbis Sensua/ium Pictus cuenta breves apartados ilustrados, los elementos esenciales
del mundo como creación divina y como artificio del hombre.
L a obra de Comenius es señalada recurrentemente como Para Aguirre, "se trata de verdaderos cuadros de éj10ca" (Ibíd.)
un paradigmático pu nto de partida del pensamiento pedagó- que parten de la creación de Dios, los elementos (füego. aire,
gico moderno. El trabajo ya clásico de Narodowski Jnfnru:ia )' tien-a y agua), los reinos de la naturaleza (vegetales, animales,
poder (1994) halla en la Didáctica Magna la síntesis de los dis- minerales) y el H ombre (así, con mayúsculas, pues, como la
positivos esenciales que definen, para nuestros tiempos, todo Didác:tica Magna afirma y establece, "lta_v q11e educar al hombre si
aquello que constituye la estructura de la educación escolar. ha de ser tal") a partir de su anatomía, sus oficios, su arte, y
En este mismo vol umen, el mismo autor parte del ideal pan- sus costu mbres sociales.
sófico comeniano para explicar problemas vinculados a las ac- Dos son los puntos de interés de esta obra para nosorros.
tuales concepciones de la calidad educativa. El Orhis SenS1wlium En p rimer lug-dr, que se trata, ella misma, de un o~jeto esco-
Pictus (1658), por su pane, es un libro metódico; de h echo es lar muy significativo. Señalado como el primer libro de texto
reconocido como el primer libro de texto ilustrado difundido ilustrado, constituye, más allá ele todo análisis de contenido,
p ara su uso en el á mbito escolar. Aguirre (2001) refiere las un objeto escolar paradigmático, que aparece en el contexto
memorias ele Goeth e, que de las d iscusiones metódicas a ntes referidas. En segundo
"wrnwerdan con agrado, evocá11dolo como uno de los libros en los que apren- lugar, Y éste será nueslro eje de análisis, dedica un capítulo
diera a letn"'. ilustrado a una de las instituciones sociales 1-elevantes de la
época: la escuela.
El análisis de Aguirre de la obra de Comenius d estaca el
modo en que ella canaliza ciertas posturas críticas que se ve-
nían p lanteando con relación a la escuela, esencialmente

Sentidos perdidos de la..• - - - - - - - - - - - - - - - - { 1 1 11

e110 1----------------- Ensayos yExperlcncías


tomo
~
una primera referencia a maesu·o y alumnos en los siguientes
términos: el macsu·o, como aquel que "está sentado en una
silla.. y los alumnos, como aquellos que "están formados".
dvlera estrategia descriptiva? No. Como lo anticipáramos, Los
lugares materiales que ocupan son una eYidencia que define
La posición simbólica que ocupan en el aula. Sólo a conunua-
ción agrega: "él ense1ia, ellos aprenden".
El siguiente conjunto de objetos presentados son los ob-
jetos escriturables: el pizarrón donde escribe el maestro y la
Una escena escolar en el Orbi~ Sensualium PicLUs
mesa donde escriben algunos alumnos. La única aclaración
que acompaña estos objetos, a modo de descripción, es: "él
La imagen del Orbis SensuaHum Pictus (cap. XCVII) pre-
[el maestro] corrige stts errores [los de los alumnos]". Esta orga-
senta una escena escolar que define como "un local en el que los
nización de la escritura en dos espacios (el pizarrón, Yisible,
jóvenes son entrenados en la virtud y aprenden a distinguir entre !.as
público, y la escritura individual en las mesas, provisoria, ob-
formas". El propio modo de presentar el tipo de actividad for-
jeto de corrección) evolucionará a lo largo de la historia mo-
mal que allí tiene lugar, la prolija distinción entre las formas,
dificándose sutil pero sustantivamente. A modo de ejemplo,
refleja la propia organización del texto, cuya estructura,
un trabajo de Gvirtz. sobre los cuadernos de clase hace noLar
como hemos dicho, da cuenta de esa lógica. La forma expo-
cómo la posibilidad de conservar un registro cotidiano de las
sitiva del capítulo es, como en los demás, la descripción mi-
tareas escolares que permitió el cuaderno (a diferencia de la
nuciosa de los objetos presentes y su modo de uso. En las
vieja pizarra) incidió en La relación ele maestros y familias. El
manos del maestro, de hecho, aparece abierto el libro, testigo
saber escolar d<;jaba ele ser un secreto (Gvirtz, 1999).
de la escena, garante del modo en qu e el mundo es nom-
Cuando se hace referencia al uso legítimo e ilegítimo de la
brado por la escuela. Esto sugiere e l pod er organizador que
palabra las referencias de esta distribución de atribuciones es,
se atribuye al texto escriturado en la actividad escolar. Objeto
nuevamente, apoyada por la organización material del aula:
estructural, el libro cumple la incipiente función de acompa-
sar el ritmo de trab~jo escolar, función que se mantendrá in- ·'algunos, de jJie, repiten cosas que han memorizado; y otros hablan entre sí,
tacta hasta entrado el siglo XX. co111j1ortándosc en Jornut jJfluúmte y negligente, por lo que el maestro los castiga
El cuadro muestra, en un segundo nivel estructural, un con la vm·illa ".
mobiliario que organiza la clase en términos muy precisos,
La imagen muestra a un alumno diciendo una lección Y
delimitando los roles de maestro y alumnos en la relación pe-
a otros conversando entre sí en la (1ltima fila, lugar que rcyda
dagógica. El texto que acompaña la imagen, de hecl10, hace

[ 112 r------------------ EllS)yOS yExperiencias 1n Sentidos perdidos de la ... ------------------t11


tomo • '
Objetos que hablan ...
Daniel Brailovsky

~quí su estereotipada antigüedad como sitio destinado al bancos de los alumnos) y el objeto con función disciplinaria
mal alumno/disópulo" que sob revivirá
· . hast.a nuestros días. (la varilla). Claramente definidas, las tres funciones se articu-
. La estructura de presentación de la es.cue1a es,. entonces lan en la doble [inalidad moralizante e instructiva. que define
tnbutaria de una estructura muy precisa. , los parámetros del buen alumno.
• ~n espa~io con una doble finalidad, moral y cognitiva: Pondremos ahora entre paréntesis este brevísimo acceso
mtrodu~r organi~~amente al alumno en la virtud y en a la escuela que nos muestra el Orbis Semualium Pictm, claro
la ca~ac1dad de dtstmguir enlre las formas del mundo. cuadro del orden escolar fundado por la pedagogía comc-
• Habitado por dos tipos de sujetos, maestro y alumnos niana, para avanzar un siglo y medio hasta la obra pedagó-
do~~e uno enseria y corrige a los otros al ritmo de un~ gica de Federico Froebel (1782-1852).
act1v1dad organizada y pautada.
• D~nde la actividad se organiza en torno a la palabra es-
crita )'a la palabra hablada. ambas claramente atravesa-
Los dones froebelianos, síntesis de la creación de Dios
das de una regulación que las hace legítimas o ilegítimas.
En el prólogo a la edición de 1896 de un libro de la ba-
ronesa Barenholc:z-Buhlow, Juan García Burón relata su vi-
El sostenimiento de cada uno de los elementos ele esta es-
t~ucturn está vigilado, asegurado o garantizado por la presen- sita a un jardín de infantes.
cia• de• ciertos
. obietos
J • ' q ue son e1 eje
· d escnpnvo
. . del capíLUlo. "Hace cerca de 20 flños, allá en mis mocedfldcs, visité uno de esos jardi111•s, y
~l hbro y Ja vanlla ifémla o báculo) son herramientas fun- nunca olvidaré la impresión que causó en mi ánimo Vl'1. a aquella colmena de
etonalcs,
. respectivamente ' a la finalidad cognitiva
.. y mo- niitos constituidos rn obreros. Todos trabojaba11 llenos de alegría. Allá, u11
raltzante de Ja escuela, ambas están en manos del grupo edificando con trozos de madera en fon11a de wbo ( ... ) Aquf, otros ocu-
1naesu·o. ·parlos en las formas geométricas valiéndose d.e palillos, o bien descubriendo Y
• El mobiliario y la s pos1aones
· · i1s1cas
í'! · ocupadas represen- contando prismas. All.á, por medio de ttna bola)' un hilo, describiendo lodo
tan y apoyan los lugares subjetivos, esto es, las posiciones
clase formas, desde la recta hasta el espiral. Acullá, entrelazando papelillos de
colores y fonnando con ellos numerosas curiosidades. Más acá, los niños CJ1ca11-
ocupadas también en el plano simbólico.
1ados jJor el dibujo y /.as formas de barro modeladas por sus propias 111an1•citas·'
• El p.izarrón, el lugar de la lección recitada y la mesa de
escritura, apoyan la regulación a los usos del lenguaje. (en Barenholtz-Buhlow, 1896, iv).
Los objetos descriptos remiten a materiales inspirados en
. Los tres. niveles reconocidos son los del o~jeto con fon- las propuestas de Froebel. Aunque dirigida a la educación <lel
hombre en todas las edades, sin embargo, la obra de Früebel
~1ón~s,ab~r (libro, pizarrón, mesa de escritura), el objeto con
unaon-1dentidad (posiciones en el aula , s1·11a d e1 maestro y pasó a la historia como un aporte a la educación infantil. Ve-

4¡-~~~~~~~~~~~~ Ensayos Y Exp~rienclas -,n Sentidos perdidos de la ..• - - - - - - - - - - - - - - - - -


tomo U
Daniel Brailovsky Objetos que hablan ...

remos cómo sus rasgos disruptivos respecto del orden escolar, .


niños necesitan objetos adecua d os p ara que su . juego realice
que se sigue del análisis en el apartado anterior, en gran me- una función instructiva y, sobre todo, formauva. ..
dida justifican este confinam iento. Los argumentos explícitos á
En su obra m s uund '" di da ' La educación del hombre, Froebeld
a favor de esa especificación, sin em bargo, irán p or otro lado. . 1 el motor de sus intentos por construir un método ~e a-
1eve a , · gobierna
"Si se perfora una hoja tiema en la primavera con una aguja finísima", dirá ó ico basado en los objetos. Una ley eterna y un'.ca
g g nifi sta en lo exterior revelada
la baronesa, mecenas y ferviente difusora de la obra del pedagogo, el universo, dice, y ésta se m~ e. " ;r.; ta en la inteli-

"mostrará la señal durante toda su vida, seiial que irá acentuándose hasta or la naturaleza, pero en lo mtenor se mam.1te~ . . "
p · y además en la unw11 . , de la naturaleza con la mteltgencw. , .
marchitarse la hoja en el ot01io. ¿Cuántas punzadas parecidas recibe el alma
gencza, . resenta caouco
tierna d.el niño, y con ellas los principios de muchas señales en forma de malos L areuniºón del mundo materia1, que se .p
hábitos y vicios? ¿Hay un solo ser humano qu.e no haya tenido qu.e soportar el Y d eso1·de11ado• en un material que lo simplifique y· Jmuestre froe-
. perfecc10n,
su esencial . . , es la finalidad de los matena , 1es . ños
peso, muchas veces muy grande, de las consecuencias de algún descuido de la
niñez?" (ob. cit., 72). belianos. :Los materiales de juego . que se ofreceran
. a os 111
. . 1 , modo Ja creación de Dios.
Las causas d e los descuidos, malos hábitos y vicios que
smtet1zan, de gun ª ' . ha inmortalizado a
Nos detendremos en el material que " N
se denunciaban con relación a la infancia, las halla la máx ima F bel en el mundo de la educación ·mfan ti! • 1os "dones . . o
lectora d e Froebel en el roe . . 1 talidad de su pensamiento pedagógico,
porque srnteucen a to diferentes etapas,
"montón informe de jugu.etes sin la menor significación que el niño de un año h dido lo escolar y que atravesó por
que a exce d" · pe-
tiene para entretenerse; j1orque la percepción clara y ordenada es resultado del 5 .110 porque es e1 m atería! que lo representó en e1 iscm d s0, ·
buen 01den exte1ior, [y] así como no es posible al hombre abarcar con una mi- i . .· La propia historia del discurso pe agogico
dag6g1co poste1ior. 1 dones como referentes del trabajo
rada todos los innumerables objetos de una exposición industrial, el ojo poco ha tendido a escoger a os ,.. limitaremos a
práctico del infante no puede dist1:nguir los objetos unos de otros en el conjunto b 1 As' a los fines de este anahsis, nos
de Froe e · i, Y . . · d na pro-
de sus juguetes, algu.nas veces rotos o sin fomia, por los cuales generalmente los dones froebelianos como parte s1gmficat1va e u 1
adquiere sus primeros conocimientos (... ) ¿puede el ni1io comprender otra cosa uesta edagógica que ha dejado su huella en la esc~e a. e
p pd un coniunto de materiales, casi todos d
antes de liaber ajmmdido hasta cierto /Junto la fomw, el color, material, nú- Los ones son :.i º van a-
mero, etc., es decir las cualidades de los objetos?" (ob. cit., 76). . do de la esfera (el don N- l ), P
madera, que, paruen , . d"das como sínte-
sando por una serie de formas bas1cas entenc i , d de gran
Una difundida fáb ula biográfica, cierta o no, habla de un d 1mundo Froebel tuvo un peno o
sis de las formas e · , b lo de la reunión
Froebel niño construyendo una copia a escala de la iglesia gó- fascinación respecto de la esfera como ~1m ~ . ersal la es-
tica de su aldea, de la que su pad re era párroco, y señala ese . . S ·te de smtesis umv •
de lo material con lo divmo. ue1 d b'1a estar au-
episodio como el origen de su convicción acerca de que los fera simbolizaba para el , cierta
· esen cía que no e

- - - - - - - - - - - - - - - - - Ensayos y Experiencias fl Sentidos perdidos de la .• • - - - - - - - - - - - - - - ; 1 1 7


tomo I
Objetos que hablan ...
Daniel Brailovsky

Si en Comenius la actividad y los lugares en el aula esta-


sente en los dones. El primer don, de hecho, consiste en una
ban definidos por objetos que circunscribían la voz, la cscri-
se1·ie de esferas coloreadas co11 los tonos del espectro de Ju¿:
wra, Ja moral y la razón de maestro y alumnos, aquí los
rojo, narnnja, amarillo, verde, azul y violeta, en ese orden.
o~jetos se centran en Ja relación del niño con un uni\'erso
Vera Peñaloza (1894) describe los dones minuciosa-
idealizado que busca ser representado por los materiales. Re-
~ente. El primer don está formado por u na c~j ita que con-
lativamente lejos de Ja didáctica tal como la entendemos en la
uene seis pelotitas ele goma forradas por un tejido de lana, de
actualidad, el plan de Früebcl cm formativo más que instruc-
color rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta, corres-
tivo, y tal vez por ello se sitúa entre el niño } el mundo, re-
pondientes e n tonalidad a los del espectro solar.
servando para el maestro un lugar de guía edificante y
"Hay una idea de unidad en la esfera, afirma, concebida como un símbolo de moralizante, pero también cauto y algo lateral. La organiza-
u~ii6~ en todo lo_crrado". Y agrega: "Este simbolismo tiene ho)' su e:q1licaci6n ción de la escuela y los lugares del aula vendrán a reclelirurse,
c1entí}tca en la mtrrdej1endencia en que están unidos todos los fenómenos de inspirados en el trabajo de Früebel, recién un siglo después
orden ft~ico, biol6gico y social que afectan la vida del hombre en el planeta en de la muerte del pedagogo, cuando la educación infantil cle-
que habita, de modo que así considerado fue como lo voz de alerta dada por el fma y consolide unos espacios del aula tangencialmeme dife-
gran j1erlagogo de que se presenlt1se11 al ni1io ( ... )todos los r.011ociruienlos hu- rentes a Jos u-adicionales.
manos (Ibíd.). La estructura de presentación de Ja tarea educativa de
Früebel, tal como se desprende del análisis de los dones, su-
Los dones siguientes, hasta el sexto, son llamados 'jue-
giere una estructura muy diferente de los términos en que
gos de construcción". Se basan en una progresiva subdivisión
Comenius había ··conformado" Ja escuela moderna. Aunque
del cubo, que luego llegará a se1· representado e n sus caras,
el espacio conserva su doble finalidad, moral y cognitiva, e
sus aristas y sus vértices por láminas de madera, palitos y gra-
introduce organizadamente al alumno en la' irtud y en la ca-
nos. El diseño es muy cuidado y las prescripciones de su fa-
pacidad de distinguir entre las formas del mundo, la tarea
bricación}' uso, muy específicas. El quinto don, por ejemplo,
de maestro ) alumnos aparece acompasada no ya por la es-
es descrito corno
critura y la corrección, sino por una actividad entendida
"un cubo dividido en tres partes iguales en las tres direcciones. Este, ent011 ces, como "natural" del niño, el juego, que busca disciplinarse.
tiene 27 cubitos, cada uno de los cuales es igual al los del tercer don. De estos Pero no ya mediante el "báculo y la terula", sino por medio
cubitos j)('(¡ueiios ha)' tres divididos por La diagonal de una de las carti.s, '\'otros de un mater ial lúdico que imprime un orden y una dirección
tres dividulos f)()r las dos diagonales. Por estos corles, el male1ial que c;nti.ene a esa actividad natural. Como anticipáramos, se podría aven-
1
es _el siguiente: 21 cubitos enteros, seis prismas de base tria.ugular iguales a la turar la hipótesis de que son estos desplazamientos los que
1111tad de un cubilo, 12 />rismas de base triangular; iguales en ¡1olumen a la han con \'er tido a esta propuesta pedagógica en una sólo
cuar/a parle de un cubilo" (Vera Peñaloza, Ibíd.).

Sentidos perdidos de IL. - -- - - -- - - - - - - - - - - - 1 ' 1 1 !


:11s ¡----------------- Ensayos y Experlencias
torno \...-
Daniel Brailovsky
Objetos que hablan ...

acepLable para niños pequeiios, en los que es justificable la


ausencia de la escrin.tra como eje ordenador de la actividad. Montessori y la escuela nueva: los objetos que enseñan
Nuevamente, la estructura está garantizada por la pre-
"El mwulo arín tlO está capacitado pam drfi-
sencia de o bjetos. Los dones unifican la actividad y le dan es-
ni1· Jo bueno y lo malo. Tod() este tiempo hn
Lructura. Tocios los niños, a la vez, usan el mismo don. La juzgarlo err6ru:a111cnte. Prira obtrnei disri-
maestra conoce las canciones y rimas que deben utilizarse con f1lina hay que da.r librruul. No Ps nemario
cada m aterial)' guía el juego de los niños. De las funciones re- qu~ el w:luf.lo se ronvie1ta en guia. o mentor.

conocidas en los oqjetos (función-sabe 1~ función-identidad y Sólo tiene que dar a los ni1/os úis oporlunirb1-
función disciplinaria), la primera se impone con la au toridad rle; de trobojo que 01úes M! lrs luibúui 1tRgado."

que le confiere su diseñ o: representar a l mundo. En los tex- Momes~ori, 1953


tos de Frnebe l las consideraciones con relación a la disciplina
tienden a ser en unciadas desde una filosofia de la ternura y Nuestrn tercer y liltimo mojón en el análisis de distintos
la comprensión, so bre la base de características del niño pe- constrnctos pedagógicos centrados en el uso y diseño de ob-
queño, de una infancia que debe ser introducida poco a poco, jetos escolar es son las propuestas pedagógicas de Momessori,
sin violencias, sin excesiva severidad, en las reglas del mundo. producidas en la primera mitad del siglo XX. Coinciden con
Los lugares escolares trad icionales aparecen d esdibujados, y un conj unto de reformulaciones a los formatos escolares aso-
teñidos de r epresentaciones acerca d e la maternidad y los ciad os al movimiento de la escuela nueva. El trabajo de la es-
roles maestra-madre . Tal vez por Lodo ello, por su carácter cuela, dirá Montessori, consiste en evitar que el niño
disruptivo en el contexto de la época en que se prndujo, la se- confunda, como sucedía en la vieja escuela, el bien con la in-
lecció n que el devenii· histórico ha hecho de sus trabajos y el movilidad y el m al con la actividad,
modo en que los usos h egemónicos han cooptado su pro-
"porque nuestro objeto es educar para la activi.tl.ad, para el trabajo, para. el bien,
puesta han dejado poco de su esencia en pie. '
y no para /,a inmovilidad, para la pasividad, para /.a obediencia. Una clase
donde todos los nifws se moviesen útilmente, inteligenlemmle )" volwrtaria11u:nle
sería sin duda nrut clase muy bien disciplinacú1" (Montessori, 1957).

Este fuerte tono i<leológico, esta filosofia libenaria, con-


ducen a procurar la "liberación del uiño" a toda costa. Y nos
interesa especialmente retomar algunas ideas de Montessori
porque el lugar que deja vacame esa intención liberadora irá
a ser ocupado, en parte, por el material.

:120 t----------------- Ensayos y Experiencias 7c. Sentidos percidos de la ... ----------------;121


tomo u
Daniel Brailo vsky Objetos que hablan ...

En MonLessori, el material no es un nuevo medio para Si en Comenius, cuyo trabajo se ubica en los albores ele
uso de la maesLra, no es esencialmente una nueva herra- la escolaridad moderna, el material se pone al servicio de la
mienta para la enseñanza dirigida, sino que se trata de delimitación de lugares y tareas, y si en Froebel, tnmgresor
de esas formas, los objetos prncuran sinLetizar la creación di-
''1m _
radical cambio d.e artividatl1·s que antes caían en la 111ae.1tra y qur, por
vina en su perfección, desdeñando la fuerza de los lugares
Tlll'dzo de nuestro método, son princijJalmenle dejadas al niiio" (Jbíd.).
instituidos por Comenius, el malerial montessoriano sitúa en
Lo principal, dice Montessori, son los objetos, y no la en- los objetos la propia acción pedagógica sobre la base de su
señanza de la maestra. Como es el niño quien los usa, pasa a cualidad de estar diseñados en forma sensible a la percepción
ser él la entidad activa. Los materiales, literalmente, reempla- y el pensamienlo infantil. Para Sánchez Blanco (2008), el ca-
um a la maestra.
rácLer de
En su radical oposición al uso del término "método"
"vistoso, susceptible de manipuúzci6n y que liiciera posible el autocontrol del
para referirse a sus propuestas, Montessori desecha el enfo-
error, constituían las características [del) material 111ontessoriano construido
que comeniano por la desatención que le supone a Ja natu-
raleza infantil. f1a.ra la educación sensorial de los niños)' 11i1ias, )'que sigue siendo empleado
en las escuelas".
"fa la pe1:mnalidad humana. y no un método de Nlucación lo que debe consi-
drrarse. Es la d~fensa del niño, el reco11ocimiento científico de su naturaleza, Si en Comenius los objetos consútuían una estructura que
la prorlamaci6n social de sm derechos lo que debe sustituir a los inarticulados garantizaba, en tres fremes simultáneos (el de los saberes, el ele
modos de co11cebir la educación" (Montessori, 1935 ). la disciplina y el de las idenúdades), un orden escolar edificado

Los maLeriales montessorianos se basan en dos grandes sobre la finalidad de instruir y moralizar a los alumnos, en Fro-
principios. Por un lado, la idea de que exisLe en la interacción ebel son el resultado de sintetizar el mundo (entendido como
del niño con el material una posibilidad de autoeducación creación divina) y en Montessori vienen clirecLamente a reem-
0

de autoaprendizaje mediante el uso lúdico del material. Por plazar al lugar directivo del docente. Se trata d e configuracio-
otrn parte, la concepción del aprendizaje como una experien- nes del espacio, la actividad y el propio senúdo de lo escolar
cia esencialmente sensorial. El material, "complejo y delicado" que apelan a la dimensión material para ponerse en práctica.
según sus propias palabras, tiene el fin de

"cultivar _'): perjácionar la actividad de los sentidos, táctil, térmico, bárico, es- S Los cinco sentidos 1radicionales son ampliados por Momessori para dar
tereagn6stico, oído, gusto, vista y olfalo ... lo. peculia1·uúul más importante de cuenta de forma más amplia <le este carác1cr percepuvo impUcito en el apren-
este material f'S su carácler autoc01nctor. 8 La maestra se ha de ver sustituida. dizaje. El ~enti<lo estercagnóslico, por ejemplo, alude a la posibili<la.d de
1ransferir sensaciones enire un semido y ol.fo. Si se reconoce por medio de
por el malerial, q11.e co1rige por sí mismo los en-ores)' jJenniJ.e que el nir'i.o se edu- Ja vista dos objetos diferentes, por ejemplo, luego se podrá disunguir entTC
que a sí mismo" (lbíd .). ellos por medio del lacio.

(1 22 r--- - - - - - - - - - - - - - - Ensayos y Experiencias /


tomo I
1 Sentidos perdidos de la ... - - -- - - - - - - - - - - - - - - { 1z:
.:==z: Objetos que hablan...
Di!niel Brailovsky

ción de éstos que sirva como pumo de partida para establecer


Los objetos y el sentido de la experiencia escolar provisoriamcnte distinciones en el interior del ~mplio uni-
verso que constituyen. Se ha analizado el matenal presente
Alguna5 pn:gumas que surgen de este brc,·e recorrido, en las aulas pensadas por Comenius, Froebel y Montcsson a
en vistas a ponerlo en relación con problemáticas de la esco- tra\'és de sus funciones en relación con el saber escolar, con
laridad actual, podrían formularse del siguiente modo. En Ja autoridad del maestro, con las pautaS de disciplina y con el
primer lugar, habida cuenta de que existe una correlación modo en que contribuían a perfilar las identidades de m<1es-
cutre la cultura material del aula y el sentido que los actores tros y alumnos. Este criterio sugiere una organización ele los
escolares dan a su experiencia: ¿qué funcionalidad existe objetos según su función. Ahora procuraremos reconocer
entre los lugares de maestros. alumnos y familias en la escuela una d .isunaon
. . , basada' en Ja propia cualidad escolar del ob-
y los materiales escolares actuales? jeto, que se propone reconocer la dinámica por la que un ob-
En segundo lugar, si los objetos escolares han servido jeto deviene "escolar··. . . .
como sopone de filosofias de la enseflanza y concepciones del Partiremos entonces, proponiendo la chstmaón entre
aprendiz~je, y si han funcionado como evidencia de cómo se tres tipos de objetos escolares.
piensan el saber, la autoridad y la propia identidad de maes-
tros y alumnos en la escuela, ¿de qué modo los objews de a) Los objetos escolares "oficúúes". Se u·ata de objetos funcio-
nuestras escuelas reflejan o son funcionales a un sentido que nales a la tarea escolar de manera manifiesta y aceptada.
puede ser, mediance su análisis (el de los o~jetos), accesible a La tenencia y el uso de estos objetos están permitidos,
nuestra comprensión y un medio para superar el descon- pues existe una regulación clara acerca de ell~s. Los ob-
cierto, Ja angustia y la desazón que moti,·an las reílexiones jetos escolares "oficiales" se asocian a percepc1on~ y de-.
de este \'Olumen? finiciones espontáneas acerca de usos ya establecidos, )
Finalmente, cabe interrogar el propio carácter escolar que son relativamente homogéneos en el interior del
de los objetos en un contexto de atomización de la propia ló- sistema escolar. Nadie duda sobre el modo de usar una
gica de la escuela. Al comienzo, al definir por enumeración tiza. Si uno es maestro, la usa para escribir en el pi1.a-
los objetos escolares, poníamos entre signos de interrogación rrón y graficar las explicaciones que ofrece a Jos alu~1-
a algunos que, a diferencia de la tiza y el cuaderno, ofrecían
. ¡ ara aiT01ar
nos. Si uno es alumno, la usa, por eJemp o, P :.J

algu nas dudas acerca de la posibilidad de ser incluidos en esa a un compañero sin que el maestro lo note. Legítimos
categoría. FinaliLarcmos entonces con alguna consideración o no, son usos reconoódos y portadores de un sentido
acerca de estas preguntas. escolar más o menos uní\'oco.
Para pensar algunos problemas en torno a los objetos es-
colares acluales, creemos, es preciso esbozar una categoriza-

Sentidos perdidos de la... - - - - - - - - - - -


l 1 24 1------------------ Ensayos y Experiencias
tomo
70
Daniel Brailovsky

Objetos que hablan ...

b) Los objetos escolarizados "en disputa". Se trata de objetos


acerca de los que no hay un consenso sobre su peni- son objetos escolares. Como ejemplo paradigmático
nencia en la tarea escolar. Las regu laciones implícitas pueden mencionarse los clásicos "machetes" para co-
acerca de su uso son difusas. La autorización o 110 de piarse en las pruebas o las pelotas de papel endureci-
su uso, incluso. se cuestiona. Los celulares son un das con cinta ele pegar que utilizan los chicos en los
buen ejemplo de este tipo de objetos. Hoy es posible recreos.
encontra r escuelas en las que se desarrollan proyectos
pedagógicos que aüeman el uso educativo de los telé- Esta distinción permite aventurar algunas hipótesis
fonos celu lares, o que regulan su uso conside1·ándolos acerca de las preguntas que encabezaron este apartado.
funcionales al modo de comprometer a las familias Cuando hablamos de sentidos perdidos de la experiencia es-
con la esLadfa de los nifi.os en la escuela. Hay escuelas, colar nos referimos, en términos generales, a la imprecisión
por otro lado, en cuyas puertas de entrada se leen car- reinante en los lugares que maestros, alumnos y familias ocu-
teles que rezan: "se prohíbe el ingreso con celulares··. pan en la escuela, esto es, en el conjunto de posiciones de au-
1
Se han sancionado no1·mas desde el Estado acerca del toridad, habilitaciones para saber, decir y actuar que los
tema, y se han levantado voces desde la corporación define en la posición que ocupan. La existencia de objetos
docente reclamando autonomía para decidir sobre cuyo carácter escolar está "en disputa" (y que no casualmente
esta cuestión. En esta categoría de objetos problemá-
1 funcionan articulando diversos conflictos) sugiere una escena
ticos se pueden inclui1· en general los objetos asoc.iados en Ja que el poder performativo de Ja escuela parece no al-
a las nuevas tecnologías: reproductores de mp3, jue- · a] y un va lora lo nuevo
can zar para asignar un lugar f unc10n
gos electrónicos, computadoras portátiles. que a ella llega.
Los ejemplos analizados muestran cómo la cultura es~o­
e) Los objetos escoÚJ.res "ilícitos". Se trata de objetos que lar hegemónica, en lo que respecta a la dimensión matenal,
están manifiestamente prohibidos. Su tenencia y uso ·
parece basarse en dos premisas b,as1·cas.
. · con tar con obietos
J .

no están pennítidos en la escuela o en algunos de sus mu y bien definidos, que forman parte de sus rituales Y su h-
espacios, pero de hecho aparecen, y por esos motivos turgia, por un lado, y disponer de herramienLas para prndu-
(porque aparecen y porque se sabe qué hacer con ellos cir nuevos objelOs, o procesarlos si llegan de la manos ele una
cua ndo aparecen) son funcionales a unos modos esta- propuesta pedagógica "alternativa", por otro lado.
bles ele vivir Ja e xp eriencia escolar. Es decir que, a di- .
Estas hcrrarmentas han s1·d o ¡11st
· ó n·came me dos·· la co-
ferencia de los objetos "en disputa", los objetos ilícitos, optación del o~jeto atribuyéndole un nuevo sentido, .con~pa­
aunque cumpla n una función disruptiva, claramente ti ble con la cultura escolar hegemónica, o su erradicación.
. .
Con el advenmuento de un peno
, elo de, madurez de la edu-

! 125 !----------------- Ensayos y Experiencias , J


tomo 1 Sentidos perclidos de la ... - - - - - - - - - -
Objetos que hablan ...
Daniel Brailovsky

los distribuye, la brecha que los hace accesibles o inaccesibles,


cación infantil hacia los at"ios 50', poi ejemplo, los dones ele
0 el afán modernizante de una institución que cada Yez más
Froebcl comenzaron a ser utilizados cada vez menos como su
busca legitimarse por fuera de sus propias reglas.
creador lo sugería y si acaso hoy fueran empleados por niilos
p1·eescolares, no lograrían diferenciarse ele cualquier juego
de consu·ucción, porque en una escuela laica y positivista, la
funcionalidad didáctica del objeto prima sobre su pretensión
de condensar la creación divina. La utilización ele la varilla
Bibliografía
Aguirrc, Ma. E., .. E.nsci'lar con textos e imíigcnes. Una de las apor-
de castigo, por poner un ejemplo de la escena escolar come- taciones de Juan Am6s Comenio", Rel'ista Elulr6nica de /nvest1ga-
niana, fue erradicada cuando el sistema moral imperante en ci6n Edua1liva, 3 ( 1), 2001 En: http://rcdic.cns.uabc.nu;/\"ol3no 1/
materia de crianza la hizo incompatible con los usos en el in- contenido-lora.h unl
terio1· de las au las. Se trata, en fin, de casos en los que estas llarenholcz-Buhlow, El ni1io y su naluralew, E.\posición de las doctri110s
herramientas de procesamiento de los objetos funcionaron a de Ftoebel sobre la en.señrmza. NY: Appleton, 1896 (traducción de
Sara Eccleston).
Ja perfección. Frente a los celulares y los reproductores de
Augustowsky, G., "Las paredes del aula. Un estudio del espacio dis-
mp3, en cambio, la cultura escolar parece no contar con res- puesto por docemes y alumnos/as en la escuela primaria", Arte,
puestas tan firmes. irulividuo y sociPdad nro. 39 (15), 2003
Se trata de u na nueva cultura material ele la escuela que Dus:.el, 1., "Historias de guardapolvos y uniformes: sobre cuerpos,
no necesariamente está haciendo un esfuerzo por depositar normas e identidades en Ja escuela". en Gvirtz, S. (comp.), 1/!xtus
en los objetos filosofías de la enseñanza y concepciones del para re/1eu~ar el día a dio escolar: sobre cr.mpos. vestuarios, espacios,
lenguajrs, 1ilos y modos de convi1.1rnna en nuestra eswcla, Buenos
aprendizaje, tal vez porque se percibe que e l saber, la autori-
Aires, Santillana, 2000.
dad y la propia identidad de maestros y alumnos en la escuela
Faria Filho, J., Gonc;alves, l.; Gonc;alves Vidal, D. y l'aulillo, A.., "A
no están tan firmemente determinados estructuralmente. cultura escolar como categoría de análise e como campo de in-
En suma, el procesamiento y la dispur.a sobre nueYOS ob- vcstiga910 na historia da educa910 brasileira,., Educarao e Pes-
jetos escolares se inscriben en la cada vez mayor permeabili- quisa, Sao Paulo, v30, n. I , abril 2004
dad de la escuela al mundo extra-escolar. Ante la angustia de Foucault, M .. La arqueología del saber, México: Siglo XXI, 1997·
los sentidos perdidos de la escuela actual, Jos oqjetos recién Foucault, M., La vida dt los hombres infames, La Plata, Carontc, 1996.
Frigerio, G., "¿Las reformas educati\•as reforman las escuelas o las
llegados parecen reclamar un procesamiento acorde con la
escuelas reforman las refom1as?", documento de trabajo presen-
lógica escolar -con alguna lógica escolar- que trascienda los tado al Semintmo sobre prospectivas dr la Educación en la !legión de
extremos tecnofóbicos y tecnofilicos a los que se arriba América Lalina )'el· Caribe, Santiago de Chile, Oficina Regional de
cuando quien procesa su presencia en la escuela no es la pro- Educación de la UNESCO, 23-25 de agosto de 2000.
pia escuela, sino la fascinación idealizante del mercado que Frocbcl, F.. La ed11cació11 dtl hombre, NY, Applcton, 1988.

Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - - - - - - - { 120]


e12a 1------------------ Ensayos y Experiencias ""P"l
tomo
Daniel Brailovsky

Dos VECES IMPOSIBLE. UNA PERSPECTIVA


Gvirtz, S., El discw su escolar a trnvés <ir los cuarlerno.i de cla:;e: A1ge11tina PEDAGÓGICA Y PSICOANALÍTICA SOBRE
1930-1970, liuenos Aires, Eudeba, 1999.
EL PROPÓSITO DE EDUCAR
Lawn, M. y Grosvcnor, l. , Male1ialilirs of Sclwoling, UniLed Kingclom,
Cambridge UniYersi[y Press, 2005.
Momessori, M., Educazione e Pace, Mil{m, Garzanti, 1953.
Daniel Bmilovsky y Nadi.a Brailo·vsfly
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drmn, Buenos A.ires, Aique, 1994.
formados y mi firopio inundo específico
Ponuondo; C., "Kanl y El 'MéLodo Del Trascender' en la Filosofía
parn criarlos, y os gamntiw que elegiré
de Karl Jaspers", Dilwiosynr No. 13, Revista de filosofia práctica
uno al azar y lo educaré de manera q11e se
Universidad de Los Andes Mérida - Venezuela, diciembre de
convierta en un especialista en cualquier
2004.
m111a que yo elija (. .. ), cualesquiera que
Rock\\'cll, E., "De huellas, bardas y veredas: una historia cmidiana
sean sus a¡1titudes, inclrnaciones, fJrojiósi-
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tos, talento, o indef1erulientemenJ.e de quie-
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Se puede, no se puede. Mucho, poquitos nada
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Verón , E., La Scmiosis Social, Barcelona, Gedisa, 1998. nes imposibles". En el caso de ésta última, la educación, sería
Viñao, A., Sistemas educativos, culturas escolares y reformas, Madrid, Mo- la tercera de
rara, 2002.
"aquellas profesiones imposibles en que se puede dar anticipadamente por cierto
la insuficiencia del resultado" (Freud, 1937).

Hay en el acto educativo un resto, una carencia que es


sencillamente inherente, nn punto inalcanzable en el que las

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tomo 1
- l Sentidos perdidos de la ... - - - - - - - - - - - - - - - - - - ; : 1311

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