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La mayoría de los indígenas wayúu expulsan a las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans de sus clanes debido a su orientación sexual e identidad de género. En varias comunidades wayúu, las personas LGBT han enfrentado agresiones, amenazas de muerte y discriminación. La cultura wayúu tradicionalmente no acepta a las personas LGBT y considera la homosexualidad como un castigo o un demonio.
La mayoría de los indígenas wayúu expulsan a las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans de sus clanes debido a su orientación sexual e identidad de género. En varias comunidades wayúu, las personas LGBT han enfrentado agresiones, amenazas de muerte y discriminación. La cultura wayúu tradicionalmente no acepta a las personas LGBT y considera la homosexualidad como un castigo o un demonio.
La mayoría de los indígenas wayúu expulsan a las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans de sus clanes debido a su orientación sexual e identidad de género. En varias comunidades wayúu, las personas LGBT han enfrentado agresiones, amenazas de muerte y discriminación. La cultura wayúu tradicionalmente no acepta a las personas LGBT y considera la homosexualidad como un castigo o un demonio.
La mayoría de los indígenas de esta etnia expulsan a lesbianas, gais, bisexuales y trans, por su orientación sexual e identidad de género.
En La Guajira el 90 por ciento de sus habitantes son indígenas wayúu, y la mayoría de
lesbianas, gais, bisexuales y trans que forman parte de esta etnia, son expulsados del clan por su orientación sexual e identidad de género. Algunas de las personas LGBT que forman parte de la cultura wayúu se van a otros municipios o hasta de La Guajira con tal de hacer sus vidas. En Maicao, mientras tanto, ocurre otra cosa: una mujer trans denunció el año pasado que un grupo armado ilegal la obligó a cortarse el pelo, y luego la amenazaron con matarla sino dejaba de actuar como una mujer. En Uribia, por ejemplo, un joven gay de 17 años que se viste en ocasiones con prendas femeninas, fue agredido el año pasado por sus compañeros y una profesora del colegio donde cursaba octavo grado. En este municipio, que es conocido como la capital indígena de Colombia, también hace varios meses un grupo de cristianos recorrió el pueblo con un megáfono, y le pidió a los habitantes de esta región que no asistieran a una capacitación sobre temas de género que realizaría la Alcaldía municipal. En Riohacha varias mujeres trans se han quitado la vida. En algunos de los colegios de Manaure y estos tres municipios los manuales de convivencia prohíben cualquier manifestación homosexual y no se permite que se hagan jornadas de capacitación sobre temas LGBT en estas instituciones. La mayoría de los wayúu no aceptan que haya personas LGBT dentro de sus clanes, es casi una ofensa para las costumbres de esta etnia, que representa al pueblo indígena más grande del país. Ojalá las cosas empiecen a cambiar ahora que la Corte Constitucional aprobó el matrimonio igualitario y la adopción entre parejas del mismo sexo, aunque los indígenas se rijan por sus propias reglas. La discriminación, sin duda, ha sido impartida sobre todo por los arijunas, como llaman los wayúu a los que no pertenecen a su etnia, quienes por prejuicio y conductas moralistas les han enseñado a los indígenas que las personas con orientación sexual e identidad de género diversas, no podrían ser parte de ningún grupo social, ni siquiera porque fueran miembros de uno de los clanes de esta etnia.
En la cultura wayúu en áreas rurales existe la creencia que la homosexualidad es un castigo
a la persona y ala familia por alguna acción del pasado. La homosexualidad es considerada un demonio que habita un cuerpo y la solución suele ser una pócima proveniente de la planta Pringamosa, recetada por una espiritista, asegura un joven líder Wayúu de Riohacha.