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LA OROYA “LA CIUDAD DE LOS HUMOS”

Todo inicio en 1922, cuando la compañía Cerro de Pasco Corporation construyo el


complejo metalúrgico, este complejo metalúrgico paso a administración directa del
estado peruano en el gobierno de Velazco Alvarado por la empresa estatal Centromin
Perú, en 1997 paso a ser adquirida por la empresa Doe Run hasta la actualidad. En
donde en casi un siglo no hubo un adecuado control de contaminación producido por
dicho complejo.

En 1998 la Asociación Interamericana de Defensa Ambiental (AIDA), se involucró


directamente para proteger la salud pública de La Oroya, la cual está catalogada como
la 5 ciudad más contaminada del mundo, teniendo un alto índice de contaminación de
aire con humo metálico lleno de partículas de metales pesados.

El principal contaminante en el complejo metalúrgico es el plomo. Debido a que el plomo


inhibe el desarrollo del cerebro, todos los habitantes de La Oroya tienen presencia de
plomo y/o otros tipos de metales en la sangre y orina, muchos de los trabajadores tienen
ya enfermedades plúmbicas y neomocosis, lo más triste es la salud de los niños que a
temprana edad ya tengan un contenido alto de plomo en la sangre.

En las últimas décadas se encontraron otros tipos de metales como el mercurio, cesio,
uranio, etc. Todo ello debido al proceso de fundición que se realiza en el complejo,
fundición de métales que son traídos de otras partes del mundo, ya que en muchos
países la fundición de estos metales esta prohibida, son costosos o tienen estándares
altos en temas de salud y medio ambiente.

Nosotros creemos que la salud de las poblaciones debe primar por todo el resto, pero
las autoridades poco hicieron para combatir o frenar la contaminación agresiva de casi
un siglo. En la ciudad no hay un cumplimiento de la legislación ambiental, pareciera que
el dinero y los interés de las empresas extranjeras tiene más importancia y relevancia
que la salud pública, debemos tener en cuenta que nuestro país no es industrializado y
carece de tecnología suficiente para poder controlar el impacto ambiental de los
procesos metalúrgicos producidos en el complejo de La Oroya. El tener la quinta ciudad
más contaminada del mundo es una realidad muy lamentable y triste.

Se deben establecer medidas cautelares para evitar más daños a la salud, integridad y
vidas de las personas de La Oroya, debido a la intervención de AIDA, se logró ciertas
mejoras ambientales, pero aún queda mucho por hacer, el gobierno peruano y la
empresa Doe Run deben hacerse responsables por el maltrato y vulneración de los
derechos humanos de los habitantes de La Oroya, brindando apoyo, asistencia y
tratamiento a todas las personas afectadas por la contaminación de estos metales
pesados.

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