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A partir del inicio de la película, hallamos ciertos protocolares que Melvin efectúa. Por
ejemplo, al entrar a la casa, cierra la puerta. Esta tiene varios pasadores, él las cierra, de
arriba abajo, cinco veces cada una. Seguidamente enciende las luces cinco veces; tira los
guantes que manipulaba (no sale sin un par, y son guantes de cuero). Ingresa al baño, en el
cual tiene en su botiquín enormemente ordenado por hileras, jabones de tocador iguales.
Se remanga la camisa, antes de separar el jabón toca uno de sus sitios con el espejo, Y se
lava cada mano con un jabón diferente, los cuales separa seguidamente. Para esto aparta
sólo la llave de agua caliente al máximo. Otra de sus opiniones obsesivas es que no puede
tocar las rayas en el suelo, y va transitando saltándolas. A su vez evade acercamiento con
las personas, y camina diciendo “¡no me manoseen, no me manoseen!”.
PENSAMIENTO
Los individuos con esta perturbación tienen un tipo de ideología que se identifica por la
duda; lo que lleva a alejamientos de inclinación y de acción. Para compensar la angustia
que ocasionan las obsesiones o estímulos que puedan desencadenarlas, el sujeto reclama a
rituales o exigencias, que son tanto motores (la limpieza y orden excesivo de Melvin),
como también cognitivos.
PERSONALIDAD
El hipocondríaco sufre de un trastorno en su temperamento, aun cuando siga existiendo en
su medio tradicional y desarrollando sus actividades diarias. A pesar de realizar todos estos
sucesos insólitos e absurdos, la persona hipocondríaca puede vivir de manera más o menos
“eficaz”. Las incoherencias en la conducta se dan como una salida simbólica de una
emoción reprimida.
Freud testifica que la causa de este tipo de neurosis nace puesto que los sujetos se quedan
fijados en cierto período de su pasado, en una etapa muy temprana de la vida. Sucede como
consecuencia de un trauma doloroso en la niñez.
Casi en la última etapa de la película, Melvin habla de una etapa de su pasado que llama:
“su historia triste”, y testifica al respecto: “Mi padre no salió del cuarto durante once años,
y me golpeaba con una regla en las manos cuando me equivocaba al tocar el piano”.
La falta de cuidado de los padres provoca hostilidad y quebranta la voluntad del niño.
Consecutivamente, si las condiciones de vida no tienden a atenuar la angustia,
desencadenaran todos los componentes que forman este tipo de neurosis.