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MEJOR IMPOSIBLE

Ficha Técnica Àngels Vilata 1

Director: James L. Brooks.


Intérpretes: Jack Nicholson (Melvin Udall), Helen Hunt (Carol Connelly), Greg Kinnear (Simon Bishop),
Cuba Gooding, Jr. (Frank Sachs), Skeet Ulrich (Randy), Shirley Knight (Beverly), Jesse James (Spencer
Connelly).
País: Estados Unidos. Año: 1997.
Producción: Kristi Zea y Bridget Johnson, para TriStar.
Guión: Mark Andrus.
Música: Hans Zimmer. B.S.O.: Varese Zarabande.
Fotografía: John Bailey. Dirección artística: Bill Brzeski. Montaje: Richard Marks.
Duración: 138 minutos.
Género: Comedia.
Premios: Globos de Oro 1997 a la mejor película de comedia, actriz y actor. Oscar 1997 al mejor actor y
actriz.

Preguntas
1 Presenta el argumento de la película en doce líneas

Melvin Udall es un escritor de novelas románticas que sufre un desorden obsesivo


compulsivo: se lava las manos cada cinco minutos, no pisa los bordes de las baldosas de
los suelos y, además, cuando va a comer al restaurante, lleva consigo tenedores y
cucharas de plástico para no emplear los del resto de los comensales. Inicia una
amistad con Carol, madre soltera con un hijo que padece asma y única camarera capaz
de aguantar sus constantes impertinencias. Como vecino es uno de los seres más
desagradables que uno puede tener. Quien más lo sufre es su vecino gay (Simon
Bishop), un artista del mundo de la pintura, víctima de sus constantes agresiones
verbales. Éste tiene un perro, Verdell, al que Melvin odia a muerte. Un día, Simon es
atacado violentamente por una banda de ladrones y hospitalizado de urgencia. Melvin
se verá obligado a hacerse cargo del chucho.Poco a poco va tomándole afecto al perro

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hasta el punto de que cuando Simon regresa le cuesta mucho devolverle al perro. Las
relaciones entre los tres neoyorquinos se van estrechando hasta desembocar en un
viaje de “educación” en el amor y la amistad en el que cada uno aprenderá el valor de
los demás.
2 ¿Cuál ha sido el objetivo de utilizar esta película como herramienta didáctica?
Varias películas nos describen algunos trastornos mentales. Ésta en concreto se
centra sobre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Jack Nicholson (como
Melvin Udall) nos muestra todo un repertorio de conductas repetitivas, impulsivas, no
controlables, que interfieren seriamente con su vida normal.
La película mantiene como hilo conductor de toda la trama la necesidad de afecto que
despliegan todos los personajes, desde el perro Vendrell hasta Helen Hunt (la
camarera Carol), pasando por los vecinos (Greg Kinnear como Simon, y Cuba Gooding,
Jr) y acabando en el propio Jack. Es el afecto, en cuanto supone aceptación
incondicional, lo que parece “curar” a Jack. Este aspecto de la película nos viene muy
bien para introducirnos en el psicoanálisis y después enlazar con las distintas teorías
psicológicas que se han propuesto a lo largo de la historia de la psicología.
Esa relación afecto-curación no es un componente esencial en los tratamientos
terapéuticos del TOC pero es muy interesante que se plantee. A fin de cuentas, la
necesidad de afecto y su satisfacción sana y equilibrada está en la base de la
estructuración de nuestro ser y nuestra personalidad, y por ende en la base de
muchos trastornos. En concreto, la falta de afecto y la presencia consecuente de
falta de seguridad, apoyo y contención, especialmente en edades muy tempranas, bien
puede generar estados de ansiedad que se pueden patologizar. Una de las
explicaciones que se dan al TOC, situación encuadrada dentro de los Trastornos de
Ansiedad, es que “sirve” a la persona para desviar la atención del problema ansiógeno
principal, elaborando todas esas conductas cuya finalidad suele ser la de aliviar y
descargar esa enorme ansiedad acumulada, pero de una forma indirecta y transitoria.
Esto es, en el caso de la película hay una posible conclusión que nos brindan: la falta de
afecto en Jack genera tal ansiedad que no puede soportar y que siente que no puede
manejar ni solucionar; por ello su mente “fabrica” todo ese repertorio de conductas
que por un lado le dan la sensación de control, por otro le distraen de su necesidad
imperiosa central, y por otro le alivian –aparente y transitoriamente- la fuerte
ansiedad (se siente mejor tras lavarse las manos de la forma en la que lo hace, o tras
comprobar que ha encendido y apagado las luces exactamente cinco veces).
Algo importante es notar como todos los personajes en la película (igual que en la vida
real) tienen sus más y sus menos. A fin de cuentas los estados mentales no son
cuestión de blanco o negro, de todo o nada, sino que todos nos situamos en un continuo
de grises más o menos oscuros/claros (todos somos un poquito obsesivos a veces,
tendemos a algunas compulsiones o “manías”, alguna que otra vez nos sentimos
deprimidos… y también felices, alegres, y ajustados, sufriremos algún que otro delirio
o alucinación, romperermos alguna norma).
Bien, y por si acaso, lo más recomendable es que demos y recibamos afecto en
abundancia.

2 Definición genérica del TOC, relación entre las obsesiones y compulsiones y


causas del transtorno.
Este trastorno se caracteriza por un conjunto de obsesiones y compulsiones. Las
obsesiones se remiten al pensamiento. Las compulsiones, al comportamiento.
Obsesiones

Ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que invaden la


conciencia del individuo. Por tanto, no son voluntarios. Son vivenciados como
repugnantes, sin sentido, dolorosos, etc. Las obsesiones más frecuentes son: el temor
a contaminarse,temor a causar daño a otros o a que le pase algo a los padres,
familia...Ideas agresivas o de contenido sexual, escrupulosidad o pensamientos
prohibidos.

Compulsiones

Conductas repetitivas que se realizan siguiendo un patrón o reglas determinadas.


Estas conductas no son finalistas. Las compulsiones más frecuentes suelen ser
lavarse, repetir una acción hasta hacerla bien
asegurarse de haber cerrado la puerta, de haber cerrado el agua, el gas, etc.Tocar,
contar objetos o hasta un determinado número, ordenar, acumular (no poder tirar
nada).
Las compulsiones tienen como objetivo reducir la ansiedad provocada por las
obsesiones.

Los avances científicos parecen remitir esta enfermedad a una alteración de la


serotonina. Por tanto, el TOC es una enfermedad neurobiológica. Para comprender la
definición, debemos tener claro lo siguiente:
¿Qué es la serotonina? Una vez respondida esta pregunta, podemos formularnos esta
otra: ¿Qué relación tiene con las patologías?
La serotonina es una sustancia química que liberan las neuronas al espacio sináptico y
sirven para facilitar el impulso eléctrico a través del cual se transmite la información,
los sentimientos, las emociones etc. Nuestro cerebro es como un gran laboratorio
químico donde se generan diversas sustancias químicas que determinan nuestra
percepción, nuestros sentimientos, nuestra personalidad. La serotonina es un
neurotransmisor, que son aquellas sustancias liberadas por las vesículas que se
encuentran al final de las ramificaciones de las neuronas al espacio sináptico, viajan
por este espacio hasta que llegan a las neuronas receptoras y las bombardean hasta
que quedan adheridas a ellas.Cuando tenemos niveles bajos de serotonina la
información no se transmite adecuadamente se produce la ansiedad y en muchos casos
las obsesiones que a su vez tienen efectos negativos en nuestra conducta provocando
la conducta compulsiva que unida a las obsesiones desencadena el TOC.

3 ¿Cuántos ejemplos de compulsiones has podido recoger de la película?


Fundamenta la respuesta.

las típicas conductas relacionadas con la higiene (lavarse las manos con agua
hirviendo, tener las estanterías llenas de jabones usando uno cada vez que se
las lava, no tocar nada con sus manos sin guantes, no ser tocado por otros)
las relacionadas con la seguridad y el peligro (pasar 5 veces la llave, no pisar
las líneas que separan las baldosas o las grietas del suelo, usar sus propios
cubiertos de plástico esterilizados)
el orden y la planificación milimétrica de todos los detalles (tener los montones
de papeles, botellas de agua, botes de comida, CDs, perfectamente ordenados y
alineados, colocar los cubiertos siempre en la misma posición, necesitar que le
atienda siempre la misma persona en el restaurante o sentarse justo siempre a
la misma mesa, pedir siempre la misma comida y cantidad, la lista de ropa para
llevar que ordena meticulosamente en la cama, la música perfectamente
planificada para el viaje en coche y los CD etiquetados para la ocasión) o
los rituales (encender y apagar 5 veces las luces, ponerse las zapatillas al
levantarse de la cama sin que los pies lleguen a tocar el suelo).
4 ¿Què relación podemos establecer entre la película y el psicoanálisis? Describe
psicoanalíticamente el personaje principal.
Es la historia de un cuarteto, Melvin Udall (Jack Nicholson), Simon (el homosexual),
Carol (Helen Hunt, la camarera) y Verdell, el perrito de Simon.
Los tres, o los cuatro, tienen una problemática en común, problemática bastante
común desde la Revolución Industrial hasta nuestros días y que es la piedra de toque
de la neurosis moderna: la falta de padre, el déficit de la presencia del padre en la
vida de una persona.
Recordemos que a Melvin (Jack Nicholson) el padre le pegaba con una regla cada vez
que se equivocaba una nota en el piano.
Simon, cuando el padre lo descubre observando extasiado el cuerpo desnudo de la
madre, copiándola en sus dibujos, lo golpea hasta dejarlo inconsciente y luego le da
dinero para que no vuelva nunca más.
Carol (Helen Hunt) no tiene padre y su hijo, Spence, tampoco tiene padre, están tan
ausentes como inombrados.
Si bien esta cuestión del padre es una problemática en común no es sólo esto lo que los
unirá, porque muchas personas padecen este mal y sin embargo no por ello se juntan.
Entonces, ¿qué factores hacen que personas tan dispares socialmente,
económicamente, axiológicamente, es decir, desde el punto de vista de sus valores y su
cosmovisión se junten y se necesiten y cumplan funciones afectivas el uno para el
otro?
Comencemos por el personaje que encarna Jack Nicholson, como hemos dicho antes,
Melvin Udall es un escritor de novelas amorosas y eróticas, está concluyendo la novela
n° 62.
Realicemos un estudio arqueológico de su personalidad. Veamos las ruinas de su vida
afectiva, los restos de lo que podría haber sido una persona. Los gestos, actitudes y
sus palabras permiten reconstruir una historia. Lógicamente esta película nos depara
un buen final, el encuentro múltiple con los otros personajes le hará despertar, hará
renacer en él los rasgos de un ser humano, aparecerán sentimientos de necesidad,
piedad y consideración hacia las otras personas, antes impensables.
El Melvin que se nos presenta inicialmente persigue al perrito porque no quiere que
haga pis, para el psicoanálisis el hacer pis es el equivalente infantil de usar el pene,
luego Melvin tira al perrito por el incinerador. Si juntamos el comentario que luego
hace del sadismo de su padre que le pegaba cuando se equivocaba en las notas al tocar
el piano, reconstruimos en Melvin a su padre prohibiéndole el uso del pene y mostrando
qué pensaba en general acerca de lo que conviene hacer con un hijo: tirarlo a la basura,
los hijos son mierda. Por eso Melvin está lejos de la sexualidad adulta, por eso es un
ermitaño cascarrabias con la convicción de no tener hijos.
Todo esto se rige por una ley psicológica que dice: lo sufrido pasivamente se realiza
activamente. Es decir que lo que hemos sufrido como niños pequeños, lo que nos
hicieron y causó daño tenderemos, quieran que no, a hacérselo a otros, algo así como
que los otros “disfruten”, que tengan de mi propia medicina. Entonces en la radiografía
de Melvin encontramos el esqueleto del padre.

Otro elemento importante presente en este personaje es la agresividad constante al


comunicarse con otros y sus aspectos sarcásticos. Así vemos por ejemplo, en cierto
momento Carol (la mesera) le estaba diciendo a Melvin que con su dieta de comida "iba
a morir pronto", a lo que él responde que todos vamos a morir y agrega: "tú hijo
también va a morir pronto". El hijo de Carol estaba cursando con una enfermedad muy
grave. Así es como vemos que la agresividad es una de las características de personas
obsesivo compulsivas y neuróticas. La neurosis de Melvin es aquella donde prevalece la
angustia y las reacciones pueden ser desencadenadas ante la mínima provocación, por
esto y las demás características se podría considerar a este personaje como el eje
fundamental de una historia muy interesante desde el punto de vista psicoanalítico.
¿Qué se ha hecho de la vida amorosa, de la vida sexual de Melvin? Señalemos algunos
ítems como el modo de ordenar las cosas o pasear por la calle sin pisar las hendiduras:
Melvin funciona con sadismo y anulación de los sentimientos. Regula las tendencias
sexuales mediante actos y ceremoniales. La vida sexual de Melvin transcurre en sus
fantasías, perfectamente separadas del resto de su vida cotidiana y podemos inferir
que practica el onanismo.
Cuando está más avanzada la película, Carol y Melvin comienzan a tener cierta relación.
En una escena habían ido a cenar a un restaurante fino, donde no dejaban entrar a
Melvin por no tener saco y corbata. Por supuesto que él no acepta un saco y una
corbata prestadas. Prefiere ir a comprarse prendas nuevas. Al volver, le dice a Carol:
“No entiendo este lugar, a mi me hacen ir a comprar ropa nueva y a ti te dejan entrar
con un vestido corriente”. Así como estos, hay en la película otros ejemplos de
agresividad, sarcasmo y “poco tacto”.
La agresividad es característica en las personas que sufren de neurosis. Afirman que
les es más fácil decir cosas desagradables u ofensivas, que palabras amorosas.
Expresar sus sentimientos amorosos les provoca angustia intensa, ya que implica
acercamiento. La cercanía con los demás la experimentan de manera amenazante, se
sienten en peligro y adoptan una actitud alerta y defensiva.
En la neurosis, la persona “vive” inconscientemente al otro, y proyecta su propia
imagen en él; quisiera alcanzar una relación íntima, que a la vez la teme con todo su
ser. No puede renunciar a su necesidad afectiva, pero tampoco puede superar su
temor al contacto.
Al presentarse de esa manera, las reacciones obsesivas le brindan una solución
alternativa al dilema entre su deseo y su temor. En su hostilidad expresa tanto el
amor como el odio. Es decir, en su proyección “vive” al otro como él se siente a sí
mismo, y a pesar de su necesidad afectiva, tiene miedo de ese otro.
El mecanismo de defensa característico de la neurosis, es la formación reactiva, que
consiste en adoptar una actitud psicológica en un sentido opuesto a un deseo
reprimido, y que se constituye como reacción defensiva contra este deseo. Esta es una
“defensa exitosa”, en la medida en que los elementos que intervienen en el conflicto
son excluidos de la conciencia a favor de virtudes morales llevadas al extremo.
En la neurosis, las formaciones reactivas pasan a ser rasgos de carácter. El sujeto no
desarrolla ciertos mecanismos de defensa cuando se siente amenazado por un deseo o
pulsión inadmisibles a su sentido moral, sino que cambia la estructura de su
personalidad, como si este peligro estuviera presente todo el tiempo.
En una determinada formación reactiva, se puede ver la acción del deseo o la pulsión
contra la que se defiende el sujeto: por un lado irrumpen con brusquedad en ciertos
sectores de la actividad del sujeto; y por otro, el sujeto impulsa sus actos hasta sus
últimas consecuencias y satisface también el deseo o la pulsión contrapuesta, que
termina infiltrando todo el sistema defensivo.
En el caso de Melvin, esto se puede apreciar claramente. En su vida diaria es una
persona sumamente agresiva, bruta en su trato con los demás, sin la más mínima
consideración ni empatía; mientras que es, a su vez, es un escritor famoso de novelas.
Llegó a publicar 62 libros, dedicándose horas a esta labor en su casa, escribiendo los
párrafos más románticos. En cierta escena, lo muestran escribiendo el último párrafo
de su último libro, en el cual relata una escena sumamente tierna entre una pareja.
Además de Melvin, la película se centra en tres personajes más: Carol, Simon y su
perrito. Simon es vecino de Melvin, y ante un ataque y hospitalización que sufre,
Melvin se ve intimidado y presionado a quedarse a cargo de la mascota. Poco a poco se
va encariñando con éste. Así, sin buscarlo, Melvin deja ciertos ritos; como por
ejemplo, se cambia de mesa (para el asombro de Carol) en el restaurante con el
propósito de vigilar al perrito que se encuentra afuera. También con Simon comienza a
tener una relación amistosa, lo que hace que se preocupe por él; hasta que al final de
la película lo hospeda en su casa.
Con Carol la relación es diferente. En cierto momento de la película, ella va a la casa
de Melvin en la madrugada para aclararle que no importa lo que él esté haciendo por su
hijo, ella no va a tener relaciones con él: “Nunca, nunca, nunca jamás”. Melvin le está
pagando a un doctor particular para que atienda al hijo de Carol, sólo para que ella
pueda servirle en el restaurante. Podemos unir esto con el planteamiento de “el objeto
imposible”. Cuando la mujer -objeto de su deseo- se transforma en un objeto
imposible, se convierte en objeto del deseo amoroso. Citando a Lacan, en El deseo y su
interpretación: “Enfatiza el encuentro con la imposibilidad. Frente a ésta, el objeto de
su deseo toma el valor de significante”. La película muestra cómo él se levanta
(haciendo su rito de cruzar cada pie sobre las pantuflas, perfectamente alineadas); y
borracho, repite lo que ella le dijo. Después que Carol lo rechaza en el plano amoroso,
él se interesa por ella hasta el punto de invitarla a un viaje junto con Simon, con la
excusa de que necesitaba un “chaperón” (dado que Simon era homosexual). Al final de
la película se nota que son novios.

5) Explica desde el psicoanálisis alguna de las obsesiones del protagonista.

Lavarse las manos


Eso de lavarse las manos es una vieja historia, el fundador fue un tal Gobernador
Poncio Pilatos, representante de Roma ante los hebreos y que se lavó las manos de la
muerte de Jesús. Desde entonces lavarse las manos quiere decir “yo no fui”. “Yo no
fui” el que realizó tal acto, tal crimen. Pero si te lavas las manos es porque quieres
quitar las manchas, los restos que indican tu crimen. Esto aparece en Macbeth: Lady
Macbeth tiene una alucinación de sus manos manchadas de sangre. Se trata de los
efectos psicóticos de la culpabilidad, ella ha incitado a Macbeth, su joven marido, a
que asesine a Duncan, el rey, para apropiarse del trono. Entonces Melvin se lava las
manos con agua caliente para que saque profundamente las manchas, para que no haya
contaminación alguna, no debe quedar huella alguna del crimen.
La investigación psicoanalítica conduce al descubrimiento, en el neurótico obsesivo, de
algún período de la vida durante el cual pudo estar en contacto y obtener satisfacción
sexual de un vínculo incestuoso (madre, hermana, etc.) seguramente pudo ver, tocar.
Si Spence, el hijo de la camarera, retrata la infancia de Melvin allí tenemos
justamente la expresión de un contacto excesivo entre el hijo y la madre. Este tipo de
contacto es tremendamente satisfactorio. La otra situación que se observa en la
película es con Simon (el pintor gay) que conmocionará a Melvin porque él también
retrata aspectos importantes de la infancia de Melvin, a saber: la exhibición de la
madre ante los extasiados ojos de Simon, el contacto incestuoso prohibido con la
madre. El pago por estos “crímenes”, digo crímenes porque son de ese modo vividos
por el alma infantil y perduran de esa manera expresándose en el futuro mediante
síntomas en Melvin o una modificación del destino sexual en Simon.
Melvin luego de ese período de actividad sexual de contacto prohibido cae en la
cuenta que su padre se enoja con él por todo esto: hay un desplazamiento de ese enojo
y castigo por el padre cuando se equivocaba en las notas del piano… Entonces el crimen
consistió en tocar “mal” y esto explica en parte porque Melvin tiene terror al contagio,
no puede tocar “mal”, no puede tocar lo prohibido, tabú se denomina esto o también
fobia de contacto. Se pone guantes, usa bolsitas de polietileno para los cubiertos,
toma los picaportes de las puertas con un pañuelo, etc. Todo esto es para cuidar su
pito, pues para el muchachito el contagio básico, el castigo por excelencia que podría
recibir por su crimen incestuoso es que le corten el pene y quedar hecho una mujer
(ser un maricón como el vecino). Pero para Melvin será necesario tocarse el pene una y
otra vez para averiguar si no se lo han cortado, y cuando se lo toca le da sensaciones
que en lo inconsciente evocan las satisfacciones prohibidas. Pero después de tocar o
de tocarse hay que borrar los indicios… con agua caliente y jabón. Se trata de borrar
huellas y también castigarse con el agua caliente.

Contar las veces que cierra los cerrojos, encender y apagar la luz, etc.
Se trata de lo que se llaman actos y rituales obsesivos. Freud los denomina “la religión
privada”, pues al igual que en un culto religioso hay rituales, pasos a seguir que tienen
una significación simbólica. En la religión conocen ese significado los estudiosos de la
religión, los sacerdotes, etc. En la religión privada el significado es inconsciente y
secreto, pero se trata una vez más de tendencias sexuales prohibidas que mediante
los rituales tratan de frenarse y ocultarse. El pensamiento es “si no hago tal cosa
( encender y apagar la luz 5 veces o si no evito las rajaduras) sobrevendrá una
desgracia”. La lista de desgracias posibles es enorme: “si no hago esto me vuelvo
homosexual”, “si no hago aquello mi padre morirá”, “si no hago esto me vendrán ganas
de masturbarme”, etc.
Melvin encontró un sistema de estabilización de estos actos obsesivos con el n° 5, si
no lo hace viene la angustia. Debe hacerlo 5 veces. Es un gran avance porque sino no
hay solución y es eterno, no hay hendidura posible. Por ejemplo una persona con
pensamiento obsesivo piensa “¿y si el teléfono no tiene tono?”, entonces lo levanta y
tiene tono, corta… “¿pero ahora tendrá tono?” Levanta otra vez, “ah, sí tiene tono”,
corta, “pero ¿y ahora?” ¿Nunca os ha pasado no estar seguros de haber cerrado el
coche, o la casa?... Bueno así se empieza. Un amigo me hizo caer en la cuenta de que el
n° 5 es un número freudiano, es el número del complejo de Edipo, que es a los 5 años,
entonces si cumple con las 5 veces queda liberado hasta el próximo y cercano acto
obsesivo. La vida de este hombre es un continuo sucederse de actos obsesivos. Saltar
las rajaduras o hendiduras está relacionado con el complejo de castración, esto es
como los psicoanalistas denominan al resultado del temor a que el padre se cobre por
los crímenes o pecados incestuosos de que hablamos antes. Además también se
denomina de ese modo a la separación entre el hijo y la madre que el padre debe
efectuar, y esto queda retratado simbólicamente y en el inconsciente de Melvin las
rajaduras que salta y que quieren decir: no hay castración yo sigo haciendo según mis
deseos, toco y miro lo que quiero. Pero en realidad es un miedoso que hace pinta de
valiente.
Melvin evita los sentimientos, pero los sentimientos se expresan en el cuerpo. Cuando
le anuncia que van a venir a buscar al perrito, no puede pensar simplemente “qué pena
me da” sino que transpira copiosamente. Para evitar el dolor psíquico que implica el
reconocimiento de que no se puede obtener ciertas satisfacciones pues éstas están
prohibidas (como tocar a la madre o verla desnuda por ejemplo) Melvin anula sus
actos, se anestesia, niega los sentimientos, se hace “realista”: “Todos vamos a morir,
por lo que oí tu hijo también”, le dice a Carol. Ha perdido la piedad, se identifica con
un padre inmisericordioso. Realiza “sincericidios”, es decir homicidios de sinceridad
que son formas de sadismo, de ataque al otro al que quieren conservar como objetos
útiles, y los inútiles se los tira. Tiene dificultades para ponerse en el lugar del otro.
Claro que cuando Carol le agradece y lo transforma en alguien generoso, todo esto se
irá modificando un poco, lo suficiente para empezar.
Melvin pretendía vivir dentro de una bolsita de polietileno y alimentado por la madre
/la camarera, el rechazo al contacto y el temor al contagio hablan de una fantasía de
reinfetación, es decir vivir en el vientre materno, un mundo solitario e idealizado
dentro de la bolsita de la madre. Las rajaduras son el mundo tal cual es con sus
rajaduras, ser parido, ser lanzado al mundo lleno de bacterias, de rivales, de
desencantos… pero también, y sólo pasando, pisando la rajadura, comienza el mundo de
la relación con el otro y el amor posible y real, imperfecto y conflictivo.
Melvin querrá permanecer intrauterino, pero la realidad es que ha salido al mundo,
prefiere obtener las cosas del mundo, incluso amor y sexo en la fantasía (hasta que
luego con Carol se le juntarán ambos mundos). Escribe libros de amor y sensualidad
erótica, allí, aislado nos relata qué es lo que hay en su mundo interno, sublima
escribiendo, tiene, sin saberlo, un gran conocimiento de los anhelos que hombres y
mujeres tienen, pero sólo los puede aceptar a condición de que sean una ficción. Dirá
algo así como “todo esto son pavadas, no me importa nada, escribo esto porque a la
gente tonta le gusta y yo me aprovecho”.
Bueno, gracias a Verdell, el perrito, y su “mamá” Simon y también con Carol se le
juntará un poco de su mundo interior ficcional y un poco de su realidad, aunque al final
de la película hay un guiño, mientras Carol ya entró a la confitería en esa madrugada,
él está todavía con una pata en su mundo solitario, una vez más sortea la rajadura
antes de entrar. El guiño es “no vayan a creer que renuncié totalmente a mi religión”.

6) Describe el personaje de Carol, la camarera.


No tiene padre y no tiene marido. Tiene su madre gorda (Beverly) y tiene a su hijo
asmático (Spencer). Carol misma manifiesta que ella está enfermando a su hijo con
tanto abrazo. Ella lo abraza porque no tiene hombre a quien abrazar.
El chico padece de asma, la afección respiratoria expresa que la madre no lo deja
respirar. Spencer está enfermo porque ocupa un lugar inconveniente, hace las veces
de compañero, de marido, de objeto de la madre, evoca al hombre ausente, pero como
es un niño no puede ocupar ese papel: el asma es la expresión de esta contradicción, de
este aprieto.
Carol siente que ningún hombre se interesa en ella. Podemos señalar que en general un
padre se debe interesar por su hija. Cuando él le dice a su pequeña “eres preciosa”, la
hija será preciosa, cuando le dice “eres inteligente”, será inteligente, si le dice: “ah!
que buen gusto tienes”, ella tendrá buen gusto. Un padre le construye a la hija su
belleza interior y su autoestima. Pero Carol no tiene, entonces no se siente atractiva
(esto lo advierte Melvin e intentará tomar ventaja de ello). Para otra cosa que sirve el
padre es para armar una cuña entre la madre y los hijos, de modo tal que la hija o el
hijo puedan tener acceso al mundo externo, a la exogamia, a buscar aires nuevos. Al
principio podemos adivinar que Carol no tiene esta posibilidad y por tanto tampoco la
tiene su hijo. Luego las cosas cambiarán un tanto, cuando aparece Melvin, quien debido
a sus aspiraciones egoístas interviene en la vida de Carol generando esa cuña entre
ella y su hijo mediante su delegado, el Dr. Bettes. Pero antes de esta feliz
intervención analicemos la escena de Carol llevando al muchacho con quien tenía la cita,
a su casa. La intención aparente es conseguirse un novio, tener una pareja, tener sexo
con un hombre. Pero Carol lleva al muchacho a un terreno totalmente inadecuado para
esas intenciones. Lectura psicoanalítica: no lo desea auténticamente o al menos le da
demasiada ventaja a los factores de oposición de sus intereses, es decir desea que las
cosas sigan como estaban. Observamos que en la casa las divisiones de ambientes en
lugar de puertas que puedan cerrarse hay cortinas que permiten escuchar, percibir
qué sucede en el ambiente contiguo. Es así que se produce un control de las acciones
de cada uno de los miembros de la familia de lo que hacen los otros, no hay privacidad,
todos son uno y uno son todos.
Así es como Spencer, al advertir a la madre en los prolegómenos de un contacto físico
con el muchacho, tose y cuando la madre, interrumpiendo su supuestamente anhelado
encuentro va al lado de Spencer y lo abraza, éste vomita. La afección del chico
gobierna como un control remoto a la madre. Así la enfermedad se convierte en un
arma para poseer y paralizar la vida de la madre, a la vez ella encuentra en la
enfermedad del hijo el más extraordinario pretexto para no enfrentar, ella tampoco,
la vida. .
La madre gorda (Beverly) completa el cuadro. Es una representante de la madre
nutricia, la que da de comer, y por lo visto también se come todo, come (a falta de
hombre) a la hija y al nieto. Aunque dice “ve con el muchacho, yo me ocupo de
Spencer” se pone los auriculares “no quería escuchar” dice, pero de esta forma: 1) no
puede ocuparse de su nieto para dejar espacio al encuentro de su hija con el
candidato; 2) ¿qué es lo que no quiere escuchar? Es ambiguo: ¿no quiere escuchar para
preservar la intimidad de la hija o no quiere escuchar que la hija puede tener
sexualidad? Beverly (la madre de Carol) engorda de comerse a todos aunque está en
apariencia al servicio de los otros. Observen que Carol sirve, también da de comer
como camarera.
Pero hay una situación extraordinaria que posibilita cierta salida, ciertas posibilidades
novedosas. Melvin quiere que Carol le sirva, y la enfermedad del hijo de Carol lo
impide, Carol no está dispuesta a tirar a su hijo por el incinerador (como el perrito).
Seguramente si se profundizara el script, el guión, en una dirección histórica, sería
coherente la existencia en la vida de Melvin de un hermano o hermana menor a la que
celó intensamente respecto de la madre.
Spence representa a este hermano molesto que interrumpe la relación con la madre.
Más aún realizando un esfuerzo imaginativo (que como pueden advertir no es muy
esforzado) podemos especular que la presencia de este hermano o hermana sobrevino
muy tempranamente, por el tiempo en que él, Melvin, era alimentado por su madre.
Melvin quiere que Carol le dé de comer y ninguna otra mesera le sirve, y echa a los
intrusos, manifiesta su agresividad hacia todo lo “extranjero” a su vínculo primordial
(negros, judíos, etc.) todos son intrusos que lo afectan. Este tipo de personas tiene lo
que se llama una fantasía solipista, que es una palabra fina para decir que añoran una
soledad “total”, digo total entre comillas, porque como vemos se trata de tener un
vínculo único, unívoco con la madre. Señores aquí presentes, ¿quién de ustedes no ha
tenido alguna vez un pensamiento del tipo “yo me voy a una isla con mi computadora y
que me dejen de joder” o “desaparezco de este quilombo, me voy al medio del campo”,
etc.? Lo que quiero decir es que en cada uno de nosotros hay un cachito de Jack
Nicholson, en algunos un cacho grandote.
Bueno, pero debido a que Carol se le convierte a Melvin en la madre nutricia y quiere
tenerla a su exclusivo servicio operará involuntariamente como una cuña mediante su
delegado, el Dr. Bettes, cuya intervención cumple con lo que en el psicoanálisis
llamamos la función paterna, que es el remedio que cura la enfermedad del hijo y la
madre, la enfermedad del hijo es quedar en los brazos de la madre. El Dr. Bettes
tiene oxígeno, le da aire, pone distancia entre Spence y Carol que hace el viaje, se
distancia del hijo camino al amor genital y a su advenimiento como mujer, una
significativa modificación de su destino. Y a la vez el hijo se cura (recuerdan la
conversación telefónica) el chico estaba jugando al fútbol, mete un gol, va a seguir
jugando. La mamá titubea: “no corras tanto” (no te alejes de mí). El chico que había
estado al borde de la muerte (devorado por la madre) ahora se aleja corriendo de ella
y tiene la plenitud de la vida. Allí la película nos alecciona sobre la importancia de esta
función paterna. Recuerden también que Carol dice que estaba celosa de que el Dr.
Bettes estuviera casado, le hubiera gustado un hombre así para ella… y también para
el hijo un padre así.
Para Melvin en búsqueda de su satisfacción omnipotente y egoísta y gracias a la
interpretación que hace Carol porque le dice que es tremendamente generoso… y de
ese modo en una perspectiva impensable acerca de sí mismo, Melvin se puede ver
generoso en los ojos de Carol y se produce un efecto reparatorio. Melvin como padre
de sí mismo representado por Spencer. Spencer es quien Melvin podría haber sido.
Melvin es el padre que él mismo hubiera necesitado.
7) Describe el personaje de Simon, el vecino de Melvin.
Él también, como Melvin, ha tenido un intenso contacto prohibido con la madre, la ha
mirado desnuda desde pequeño, estuvo encerrado en esta relación íntima. El padre no
intervino, permitió que Simon tuviera ese “privilegio”, durante este período y Simon
experimentó un goce importante. Cuando el padre interviene lo hace con todo sadismo,
lo deja inconsciente y le da dinero para que se vaya, le compra a la madre, lo obliga a
vendérsela porque si no lo mata. Simon paga el haber gozado de mirar a la madre
entregando su heterosexualidad, para no entregar la vida, entrega el hombre que hay
en él, lo deja morir, ha sido muerto por el padre un pedazo de él, casi nada: su virilidad
heterosexual (recordemos que para Freud la homosexualidad es un transtorno, es una
desviación, el síntoma de un trauma). Pero se lleva a la madre, se la lleva puesta
mediante una identificación, se la lleva dentro de sí, él se convierte en una copia de la
madre, se convierte en la madre y a la vez la escena de la mirada fascinada de la
desnudez se convierte en su profesión, dibuja, pinta, copia cuerpos. Pero también le ha
quedado una fijación con el sadismo del padre. Se hizo masoquista. ¿Qué otra cosa
sino masoquismo puede ser la homosexualidad para Freud? El masoquismo de
destruirse, en él mismo, al hombre fecundante y padre: el masoquismo de no ser nunca
padre. Aquí vemos también un punto de unión con Melvin que ha estado a punto de
sepultar dentro de sí a un padre, sepultar en el sentido de un padre que muere como
tal. Pero ese masoquismo de Simon no sólo le lleva a destruir al hombre fecundante
sino también lo hace perder una y otra vez: se le repite la escena del padre pegándole
hasta dejarlo inconsciente, se consigue a alguien (el muchachito que le sirve de modelo
y sus amigos). Otra vez recibe un daño en el cuerpo y queda inconsciente.
A Melvin lo horrorizan las hendiduras, las rajaduras, para Simon las rajaduras
son las cicatrices y quebraduras de su cuerpo, la función del padre que no se ha
ejercido en el territorio simbólico, en el territorio psíquico, en la presencia de una
autoridad moral que normalmente adviene como una instancia interna del psiquismo
(Freud la llama Super Yo y es la instancia psíquica que contiene las normas morales y
nos conduce desde dentro nuestro en lo que respecta a la moral). Esta instancia no se
le hace presente a Simon desde dentro, sino que viene de afuera, a los golpes y lo
marca salvajemente: es una ley despiadada.
Una escena importante será con Carol en el hotel, al verla desnuda se le renueva el
deseo sublimatorio creativo, vuelve a pintar porque Carol allí le hace de mamá... Pero
no es la mamá. Melvin viene tarde a interrumpir la escena y pregunta si hubo sexo,
está enojado pero esto es de menor escala de agresividad que lo del padre de Simon,
es tolerable, entonces lo puede tomar con humor, además es entonces un hombre pleno
aunque sea por un rato. Carol y Simon, cómplices, dejan la incertidumbre a Melvin
(¿cómo, tiene sensibilidad, tiene celos?). Simon puede burlarse del papá sin que le
cueste la vida o su sexualidad.
8) Haz una valoración crítica y personal de la película.

Esta película me ha gustado siempre por dos razones: su guión y su reparto, va más
allá de un drama con dosis de comedia negra. El guión se zambulle con una lucidez
sorprendente en las vidas de tres personajes, podríamos incluso incluir al perrito
Verdell como un cuarto personaje. Los personajes están muy bien escogidos y
maravillosamente descritos: el obsesivo-compulsivo, misántropo y casi ermitaño Melvin
Udall; la camarera, madre soltera de un pequeño asmático y casi siempre enfermo,
Carol Connely y el pintor homosexual de doloroso pasado y terrible presente, Simon
Bishop.
Bishop y Udall son vecinos de edificio, y Udall es habitual comensal en el restaurante
en el que trabaja Carol. Lo que altera, sin llegar a trastocar, las vidas del pintor y la
camarera, es el comportamiento amoral de Udall, que comienza la película lanzando al
vertedero al perro de su vecino Bishop. Un perro adorable, por cierto, que va a
resultar un personaje muy importante en la historia. Pero lo que perturba las vidas de
la pintora y el camarero son sendos desastres vitales en los que intervendrá, porque
no tendrá más remedio (porque finalmente adora al perro y le encanta comer en el
restaurante…) que echarles una mano.
Udall es el Jack Nicholson más desatado en mucho tiempo. Un papel expresamente
creado para él. Sólo un actor de su talento podía dar vida a un personaje tan en el
borde del disparate, y hacerlo creíble y emocionante. Udall es un individuo con
transtorno de personalidad que dice lo primero que se la pasa por la cabeza. Cosas que
a lo mejor diríamos pero que nos callamos por respeto y empatía. Pero también
despliega una habilidad asombrosa para tocar los cojones. Antológica la respuesta a
una fervorosa lectora suya que le pregunta por su capacidad para escribir sobre
mujeres: “pienso en un hombre, y le quito la sensatez y la responsabilidad”. O la
provocación racial al personaje de Cuba Gooding Jr., o el desprecio sistemático hacia
la orientación sexual de Simon. Melvin es un tipo que no quiere a nadie cerca, por
mucho que en el fondo le gusta Carol, y lo deja claro con sus malas maneras y sus
respuestas maleducadas.
Hunt es una de las mejores actrices también para la interpretación de su personaje ,
su papel es duro de interpretar porque era muy difícil no caer en lo melodramático, ya
que su camarera es una mujer al límite del cansancio y la desesperación, que además
tiene que aguantar al tarado más insoportable de la ciudad (Udall/Nicholson) todos los
días. Su drama, el de un hijo precioso que padece de un asma grave, pero que no puede
acceder a buenos cuidados porque carecen del dinero para pagarlos, es una crítica
brutal a ese chiste que es el sistema sanitario norteamericano, y Hunt es tan creíble
en ese papel de madre desbordada, regala a la pantalla tal derroche de belleza,
dignidad, vitalidad y frescura que hay que verlo para creerlo.

Y Kinnear, un actor que hasta entonces había hecho muy pocas películas, clava un papel
también muy difícil, porque en él se da la mano el patetismo con la reconciliación, el
orgullo con el amor fraternal, el perdón, la aceptación, la madurez interior. Por eso
este relato de buenos sentimientos, en que las diferencias y los complejos se superan
para alcanzar una mejor comprensión del otro, no se queda en la típica cursilería. Se
eleva hacia una hermosa representación de la soledad y la capacidad de sacrificio, en
una ciudad que es más un crisol de múltiples posibilidades de abrirse a los demás, que
una jaula en la que aislarse. Y todo esto narrado con sentido del humor, con ritmo, con
humildad. Sin grandes aspavientos, de forma serena y comprensiva.

No hay una sola escena que el espectador que no la haya visto pueda anticipar su final,
como no hay nada que sobre, ni que falte, en esta comedia dramática, o de drama
cómico. O simplemente cine realista, con más vida que la misma realidad, y cuyo
abierto final nos deja con una sonrisa de satisfacción que nada tiene que ver con los
finales felices, porque sigue siendo parte de la vida misma, y porque seguro que Melvin
la vuelve a fastidiar en el futuro.

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