Anatoly Karpov
El camino al Campeonato Mundial
MATCH FINAL
Juego Nº 5
25 – 26 de septiembre
Blancas: Korchnoi
Negras: Karpov
Defensa India de Dama
1.c4 ¤f6
2.¤c3 e6
3.¤f3 b6
4.g3 ...
Korchnoi se abstiene temporalmente de
4.e4, tal y como jugó en los juegos 1, 3 y 7, y
se traslada al escenario normal de la India de
la Reina (evidentemente no había conseguido
completar el trabajo analítico requerido).
4... ¥b7
5.¥g2 ¥e7
6.d4 O-O
Anteriormente, siempre se jugaba aquí
6...¤e4. Recientemente, 6...¤e4 se ha evita-
do debido a la respuesta 7.¥d2. En relación
con esto, se puede recordar que, en el vigé-
simo primer encuentro del match de retorno
de 1937, Alekhine incluso provocó especial-
mente ¥d2 y luego jugó ... ¤e4. Parece que
los jugadores de ajedrez modernos no están
suficientemente familiarizados con este viejo
juego, en el que Alekhine logró demostrar la
inocuidad de 7.¥d2.
Solo en el punto más crítico del presente
match, el vigésimo tercer juego, Karpov hace
uso de la experiencia de Alekhine en esta lí-
nea, y nuevamente iguala con facilidad. Ana-
lizaremos esta variante con más detalle en
-70-
nuestras notas al vigésimo tercer juego.
7.£c2 ...
En los juegos undécimo y decimotercero,
Korchnoi jugó 7.£d3, lo que parece poco na-
tural. Evidentemente llegó a esta conclusión,
y en el vigésimo primer juego volvió a 7.£c2.
7... c5
8.d5 exd5
9.¤g5 g6
Esto es sin duda más fuerte que 9...¤c6,
como jugó Karpov en el vigésimo primer jue-
go. Vaganian señaló que si 9...h6 puede se-
guir 10.¤xd5 ¥xd5 11.cxd5 hxg5 12.d6 ¤c6
13.dxe7 £xe7 14.¥xc6 dxc6 15.¥xg5, con
una ventaja insignificante para las blancas.
Pero recientemente, B. Podtserob*, un viejo
colega mío, me recordó que el movimiento
9...h6, había ocurrido en el juego Ravins-
ky-Botvinnik de un encuentro por equipos
jugado en Leningrado hace 45 años. También
me mostró la continuación de este juego:
10.h4 g6 11.¤h3 ¢g7 12.£d2 (como verá
el lector, esta maniobra se parece un poco al
vigésimo primer juego del presente partido)
12. ... ¦h8, y el negro con dificultad lograron
entablar. Recordé que había habido tal juego
y que se había jugado 10.h4, pero sin B. Podt-
serob, quien estuvo presente en este juego el 1
de abril de 1930, no hubiera podido estable-
cer el orden exacto de los movimientos.
Esta fue mi última India de la Dama, don-
de jugué 6. ... O-O.
10.£d1 ...
Todos los movimientos anteriores ya ha-
bían ocurrido en torneos.
Ahora Korchnoi hace un nuevo movi-
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miento, en lugar de 10.O-O ¤c6, prefiriendo
recuperar el peón de inmediato.
10. ... d6
11.O-O ¤a6 un contragolpe en el centro.
Con la idea después de 12.cxd5 de jugar
12. ... ¤c7 seguido de ... b5.
12.cxd5 ¤c7
13.a3 ...
Un movimiento que no se ajusta a las cir-
cunstancias. Simplemente hace que sea más
fácil para las negras desarrollar su iniciativa
del lado de dama. El movimiento podría justi-
ficarse sólo si las blancas jugaran más tarde b5,
pero nunca se llegó a esto. También hay que
tener en cuenta que después de 13...¤fxd5
14.¤xd5, el negro pierde material.
13... ¤d7
14.¤f3 ¥f6
15.e4 b5
16.¥f4 ¤b6
Comienza una aguda lucha. Las negras
se esfuerzan por tomar la iniciativa en el lado
dama con a5 y b4, mientras que las blancas
cuentan con hacer el gran avance de e5, para
activar sus fuerzas en el centro.
17.¦e1 a5
-71-
17...b4 18.axb4 cxb4 19.¤a4, sería pre-
maturo, ya que las negras no logran nada en
el lado dama, mientras que las blancas darán
18.£c2 ...
El sacrificio temporal de una pieza no
funciona, como muestran las siguientes va-
riantes: 18.¥xd6 £xd6 19.e5 ¥xe5 20.¤xe5
¤bxd5 21.¤e4 £xe5 22.¤xc5 £d6 23.¤xb7
£c6, o, 21.¤g4 ¦fd8 22.¤e4 £b6 23.£c1
¤e6, finalmente, 18.e5 dxe5 19.¤xe5 ¤bxd5
20.¤xf7 ¦xf7 21.¥xd5 ¤xd5. En respuesta a
los sacrificios, las negras devuelven el mate-
rial extra y siempre tienen las mismas opor-
tunidades.
18... ¥g7
Por el momento Karpov elimina la ame-
naza de 19.¥xd6, y retrasa el avance de sus
peones del lado dama, ya que después de los
18...b4 19.axb4 axb4 20.¦xa8 ¥xa8 21.¤b1,
las blancas tienen un buen juego. Las negras
avanzarán su peón b5 sólo cuando la torre dama
del oponente haya abandonado la columna a.
19.¦ad1 b4
20.¤b1 ¥a6
21.h4 ...
En cualquier caso, asegurando el puesto
de alfil dama.
21. ... ¦e8
22.¥g5 £d7
Karpov evita con sensatez debilitar su po-
sición por jugando 22...f6. Además, no quiere
bloquear a su fuerte alfil de rey.
23.¢h2 bxa3!
Esto da a las negras un contragolpe en el
lado dama. La inmediata 23...£a4 falla por
24.b3, mientras que después de 23...¤a4
24.e5, amenazando 25.¥h3, las negras esta-
rían en problemas.
24.¤xa3 £a4
25.e5! ...
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Justo en el momento adecuado. Las blan-
cas activan su peón d, y si las negras intentan
bloquearlo con un caballo, entonces después
de 25...£xc2 26.¤xc2 ¤c4 (26...dxe5 27.d6,
seguido de d7) 27.exd6 ¤xd6 28.¥f4, las
blancas tienen una ligera ventaja. Por lo tan-
to, las negras bloquean el peón central con su
alfil.
25. ... ¥f8
26.£xa4 ...
Korchnoi pensó durante 27 minutos en
este movimiento, y cuando lo hizo sólo le
quedaban 17 minutos en el reloj. Es natural
que prefiera el intercambio de damas al más
complicado 26.£c1, cuando las posibilidades
de las blancas son aparentemente preferibles
de nuevo.
26... ¤xa4
27.exd6 ¥xd6
28.¥c1! ¦ab8?
Karpov evita la continuación simplifica-
dora: 28...¦xe1 29.¦xe1 ¦e8, donde habría
tenido todas las posibilidades de un juego
igualado. Quizás al hacerlo tomó en cuenta
los problemas de tiempo de su oponente. Pero
Korchnoi comienza a jugar con mucha fuerza
-72-
y encuentra un sacrificio de intercambio inte-
resante. Sin duda, negro luego lamentaría no
haber intercambiado las piezas pesadas en el
momento adecuado.
29.¤d2! ¥e2
La variante 29...¤xb2 30.¥xb2 ¦xb2
31.¤dc4 ¦xe1 32.¦xe1 ¦b3 33.¤xd6 ¦xa3
34.¦e7 ¤b5 35.¤xb5 ¥xb5 36.d6!, no trae
alivio a las negras.
30.¤dc4 ¥xd1
31.¦xd1 ...
Las piezas menores de las blancas están
fuertemente colocadas, mientras que las to-
rres de las negras son pasivas. Korchnoi tiene
una clara ventaja.
31. ... ¦ed8
32.¤xd6 ¦xd6
33.¤c4 ...
La elección del orden de movimiento de
las blancas (33.¤c4 y 34.¥f4) le da a las ne-
gras la oportunidad de devolver la calidad y,
al mismo tiempo, estropear la estructura de
peones del lado rey de las blancas. Por lo tan-
to, el inmediato 34.¥f4 era probablemente
más fuerte.
33. ... ¦f6
34.¥f4 ...
Con problemas de tiempo, las blancas,
naturalmente, no pueden rechazar la opor-
tunidad de restablecer la igualdad material,
pero 34.¢g1 mereció consideración.
34... ¦xf4
35.gxf4 ¤xb2
Este movimiento conduce a complicacio-
nes tan grandes que el comentarista no tiene
derecho a condenarlo, especialmente porque
es difícil sugerir una alternativa. Desde el
punto de vista práctico, es probablemente la
mejor oportunidad para las negras.
36.¦b1 a4!
Ahora después de 37.¦xb2 ¦xb2 38.¤xb2
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a3 39.d6 ¤e6, o 37.¤xb2 a3, las negras ob-
tienen una ventaja decisiva, pero las blancas
tienen la posibilidad de poner en juego a su
alfil de inmediatamente.
37.d6! ¤e6
38.¥d5! ...
38.¦xb2 ¦xb2 39.¤xb2 a3, o 38.¤xb2
a3; todavía no eran buenos. Pero ahora el alfil
guardará la casilla a2, por lo que la respuesta
de las negras es forzada.
38... a3
38...¤xf4? falla por 39.¦xb2 ¦xb2
40.¤xb2 a3 41.d7.
39.¤xa3 ...
Un resbalón, que da a las negras la opor-
tunidad, mediante un juego sutil, de salvar la
partida de varias maneras. Las blancas proba-
blemente podrían haber ganado con 39.¥xe6
fxe6 (o 39...a2 40.¦a1 fxe6 41.¤e5, seguido
de d7) 40.¤xa3. En la variante 40. ... ¢f7
(Shakhmaty v SSSR, 1974, No. 12) 41.d7 ¢e7
42.¤c4 ¢xd7 43.¦xb2 ¦xb2 44.¤xb2 ¢d6
45.¢g3 ¢d5, las blancas tienen el movimien-
to 46.f3 a su disposición (no considerado en
el análisis), lo que niega al rey negro el acceso
a su casilla e4. Es muy probable que las negras
-73-
no puedan salvar la partida, por ejemplo, 46.
... ¢d4 47.¢f2 ¢c3 48.¤a4+, etc.
39... ¤xf4
Eliminando un peón enemigo importan-
te.
40.¥f3 ...
40.¥a2 ¢f8 41.¤c4 ¤fd3, tampoco le
daría ventaja a las blancas.
40... ¦b4
¡El último movimiento antes del control
de tiempo! Después de 40...¢f8 41.¤c4
¤fd3, las negras hubieran estado completa-
mente a salvo.
41.d7 ¤e6
42.¤c2 ...
El blanco ahuyenta a la torre de la quinta
fila. Ahora 42...¦xh4+ pierde a 43.¢g3.
42. ... ¦b8
La aparentemente peligrosa variante
42...¦b6 43.¥d5 ¤d8 44.¦e1 ¢g7 45.¦e8
¦b8 46.¤e3 ¤d3, era probablemente sufi-
ciente para un empate.
43.¤e3 ¢f8
44.¤c4 ¦b4!
¡Una decisión elegante! Esta torre
persistente está de nuevo en la quinta fila, con
la vista puesta en el débil peón h4.
45.¥d5 ...
Después de 45.¤xb2 ¢e7, atacando a los
peones d7 y h4, y amenazando a c4 – c3, las
negras fácilmente atraen una pieza hacia aba-
jo.
45... ¦xc4
46.¥xe6 ¢e7!!
Vigilando el cuadro d8 y amenazando
47...fxe6, las negras obligan a su oponente a
realizar el intercambio, lo que lleva a un final
empatado.
47.¥xc4 ¤xc4
48.¦d1 ¢d8
49.¢g3 ...
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Las blancas renuncian a su peón d por el 60.f4 ¤d3
peón h de las negras. Si en vez de esto gana 61.¦f1 ¢e4
el peón c5 (49.¦d5 ¤b6 50.¦xc5 ¤xd7), las 62.f5 ¤e5
negras pueden volver a empatar. 63.¢f6 ¤g4+
49... ¤e5 64.¢g5 ¤e3
50.¢f4 ¤xd7 65.fxg6 fxg6
51.¢g5 ¢e7 66.¦c1 ¢d3
52.¢h6 ¤e5 67.¢xg6 ¤g2
53.¢xh7 ¤f3 1/2-1/2
54.¦h1 ¢e6 ¡Un juego de lucha!
55.¢g7 c4
56.¦h3 ¤e5 * El embajador soviético en Viena durante
mucho tiempo; un fuerte jugador de primera
categoría en su juventud, y un gran amante
del ajedrez más tarde[nota del traductor].

57.¦a3 ...
Las blancas pueden colocar su torre en
c3 cuando el rey negro está en c5 (como en
el juego), o cuando está en e6. En este últi-
mo caso, el empate se alcanza de la siguiente
manera: 57.¦c3 ¢f5 58.¦c1 ¢e6 59.f4 ¤f3
60.¦xc4 ¤xh4 61.¦c6+ ¢f5 62.¦f6+ ¢g4
63.¢xf7 g5.
57... ¢f5
58.¦c3 ...
Pero ahora este movimiento tiene la des-
ventaja de que el rey negro se vuelve activo.
58. ... ¢e4
59.¦c1 ¢d4
-74-