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3. Sin plenitud de vida en tu interior no puede haber un desbordamiento de vida para los
demás. No puedes dar lo que no tienes.
5. Todos nosotros necesitamos una religión que pueda vivir tanto en el desierto como
entre las multitudes, tanto cuando estamos en la iglesia entre la muchedumbre, como
en nuestra soledad.
6. Somos salvados por fe sin obras, pero no por una fe que no produzca obras.
9. Para ganar una batalla se necesita la más consumada habilidad, la mayor paciencia, y
el más alto grado de valor. Nosotros batallamos por las almas.
10. Antes de ponernos a la labor de ganar almas debemos ser enseñados por Dios.
12. Raquel dijo (génesis 30.1) dame hijos o perezco. Su esposo era Jacob, un hombre rico,
pero ella no quería riquezas, quería hijos. Que sea así también tu vida.
13. La esterilidad era una deshonra para la mujer. No estemos tranquilos si nunca hemos
dado a luz hijos espirituales. Imitemos el ejemplo de Ana, madre de Samuel, que oró
hasta que Dios puso fin a su esterilidad.
14. Cada vez que la manecilla del reloj completa una vuelta, el infierno devora a
multitudes, algunos de ellos ignorantes de Cristo, y otros habiéndolo rechazado a
sabiendas.
15. El pez se vuelve pescador en manos de Dios. Si ya has sido salvado, la obra está hecha
sólo a medias en ti, hasta que seas utilizado en traer a otros a Cristo.
16. Todos en la iglesia deben trabajar en la obra de ganar almas. Cantares 4.2
- síguele.
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- pasa tiempo con él.
- obedécele. El secreto de la iglesia primitiva en el evangelismo, era su sensibilidad a la voz
del Espíritu Santo y la obediencia a sus directrices. Hay muchas señales del Espíritu Santo
que los cristianos no perciben cuando se encuentran en un estado endurecido; pero
cuando el corazón está en perfecta relación con Dios, y vive en comunión con él, se
experimenta una santa sensibilidad, y ya no es necesario que el Señor grite, sino que
podemos oír sus más apagados susurros. Es más, ni siquiera tendrá necesidad de susurrar;
su mirada nos conducirá. “sobre ti fijaré mis ojos”. Al adquirir esta sensibilidad podrás oír
su voz diciéndote:-“ve y habla a esa persona”-. Hechos 8.26,27.
- imita su santidad. Todo es en vano cuando la vida no respalda el mensaje que predicamos.
18. La iglesia tiene poca influencia en el mundo porque el mundo tiene mucha influencia
en la iglesia.
20. Si estamos llenos del Espíritu Santo, como lo estuvieron los primeros discípulos, no
habrá límites para nuestra predicación.
21. Nosotros mismos no somos aptos para la obra de evangelismo, pero Dios, por su
Espíritu, nos capacitará. Salmo 127.
22. Santiago 5.19, 20 nos enseña el valor de un alma para Dios. Salvar a un alma de la
muerte no es poca cosa. No te conformes mientras no hayas ganado al menos un alma
para Cristo.
23. Morir según las Escrituras no es dejar de existir, sino separación eterna de la
presencia de Dios morando en un sitio de tormento eterno. Esto es lo que la gente
desconoce cuando dicen. “-Después de muerto, se acabó”-. Nosotros sabemos que
después de nuestra muerte física todo comienza. Job lo sabía muy bien. Job 19.25, 26.
24. Recuerda que Cristo vino al mundo a destruir la muerte y a quitar el pecado.
-Muchas veces son los grandes descuidados en las iglesias, pero no olvidemos que en la
conversión de un niño se lleva a cabo una inmensa labor preventiva.
-Bueno es hacer volver al hijo pródigo, pero mejor es salvarlo de ser pródigo.
Maravillosa acción es salvar al ladrón y al borracho pero mucho mejor es actuar para que
el niño no llegue a convertirse en nada de esto.
-La salvación de los niños da a la iglesia la esperanza de ser provista con lo mejor de
nuestros futuros hombres y mujeres. Los samueles y salomones de la iglesia adquieren la
sabiduría en su juventud. Los ministros más eminentes fueron hombres que comenzaron
su vida cristiana en una edad muy corta. Por esto, los maestros de las escuelas de niños
tienen una labor importantísima, debiendo enseñarles bien la Palabra de Dios.
-Se necesita mucha oración y súplica por la pronta conversión de los niños al Señor
Jesucristo.
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26. Asegúrate que tus hijos biológicos sean también tus hijos espirituales. 3ª Juan vs.4
27. Yo no quisiera ir al cielo solo, sino con muchos hijos espirituales. Espero que este sea
también, a partir de hoy, tu más profundo deseo.