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SERIE CRECER: Parte 1

¡Hola Iglesia! Estamos comenzando una nueva serie titulada “Crecer” que hace
eco al nombre de este año. Creemos con todo nuestro corazón que este 2024,
Dios nos ha llamado a crecer en las diferentes áreas de nuestra vida. Y en esta
serie queremos darles algunos principios bíblicos que te van a ayudar a Crecer.

Y me gustaría empezar compartiendo algunas verdades bíblicas que nos van a


servir de fundamento para toda la serie.

Mateo 13:31-32 RVA Les presentó otra parábola diciendo: “El reino de los
cielos es semejante al grano de mostaza que un hombre tomó y sembró en su
campo. 32 Esta es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, es
la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen
las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Jesús nos enseñó que el Reino de Dios es como una semilla que comienza
pequeña, pero crece hasta convertirse en un árbol muy grande.

¿Por qué debemos crecer? Porque la voluntad de Dios es que crezcamos.

El deseo de Dios es que su reino crezca en la tierra y para que eso suceda
nosotros debemos crecer.

¿Por qué podemos crecer? Porque todos tenemos el potencial para crecer.

Dios ha depositado en todos nosotros potencial para crecer.

¿Por qué confiamos que vamos a crecer? Porque es una promesa.

Cuando Dios creó a la primera familia, les dio la promesa que iban a crecer.

Cuando Dios llamó a Abraham y al pueblo de Israel, les dio la promesa que
iban a crecer.

Cuando Dios envió a los apóstoles y la iglesia primitiva, Dios les dio la promesa
de crecer.

Lucas 2:40 NBLA Y el Niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la


gracia de Dios estaba sobre Él.

En la Biblia, hay pocos detalles sobre Jesús antes de sus 30 años y su


ministerio, pero hay un versículo clave.

Por 30 años, Jesús tomó el tiempo, no para ministrar ni enseñar, sino para
crecer. Ahora, esto es realmente impresionante. Porque ojo, Jesús es Dios, no
necesitaba tomar ese tiempo. Vemos que a los 12 años, Él tenía la capacidad
de enseñar a los maestros veteranos, entonces no esperó 30 años por
beneficio propio sino para darnos a nosotros una lección.
En tres años y medio hizo todo su ministerio, pero tomó 30 años en darnos
una lección de vida. Sabes, yo siempre digo de los pastores y predicadores,
que nuestra mejor charla no es una que predicamos sino la que vivimos. Si
esa regla la aplicamos a Jesús ¿Cuál es la charla que predicó pacientemente y
silenciosamente por 30 años?

Que debemos de permitirnos el tiempo suficiente para no solo crecer


físicamente sino también madurar y crecer espiritualmente. Ahora, otra vez,
no porque Él lo necesitó, sino porque nosotros necesitábamos esa lección.

Es el mismo motivo por lo cual Dios descansó el séptimo día después de la


creación. Les pregunto: ¿Se cansa Dios? La respuesta es no, Salmo 123:3b
NVI dice refiriéndose a Dios: jamás duerme el que te cuida.

Entonces, ¿Por qué Dios Padre descansó si no necesitaba descansar? Para


darnos una lección que nosotros necesitábamos descansar. ¿Por qué Jesús
tomó 30 años en crecer? Para dejarnos una lección que a nosotros, los seres
humanos, nos toma tiempo crecer y madurar.

Entonces por todo el mes vamos a hablar del crecimiento porque crecer es
clave si vamos a llegar de donde estamos ahora al destino que Dios tiene para
nosotros.

Crecer en lo natural es más fácil, no hay que pensar ni actuar, pero para crecer
en lo espiritual hay que ser intencional. Todo lo que es sano, y está en las
condiciones adecuadas, va a crecer. Una semilla sana, con tierra, sol y agua,
va a crecer. Un niño sano, con alimento, abrigo y cuidado va a crecer. Y lo
primero en que vamos a enfocar para crecer es en sanarnos. Como mencioné
al comienzo, todo lo sano crece, pero ¿si no estamos sanos? Podemos dejar de
crecer o crecer deformes.

Entonces, el día de hoy, vamos a conversar sobre cuatro áreas donde debemos
buscar la sanidad para luego poder crecer.

1. Sana tu corazón.
Proverbios 4:23 RV60 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque
de él mana la vida.

Muchos conocen el versículo, pero piensa un momento en por qué crees que
Salomón dijo SOBRE TODA cosa guardada, porque tu corazón es un punto
estratégico. El cielo y el infierno pelean por tu corazón. El cielo lucha para que
ames y perdones, el infierno lucha para que te amargues y te resientas.

El enemigo va a luchar con TODAS las armas que tiene para intentar
envenenar tu corazón con amargura y resentimiento porque si lo logra, tu
corazón va a dejar de crecer. Y Él conoce la Palabra de Dios mejor que tú, de
tu corazón mana la vida.
El diablo sabe que un corazón sano que AMA a Dios y a su prójimo va a
cumplir toda la ley y ser un cristiano IMPARABLE que extiende el Reino de Dios
a diestra y a siniestra.

Entonces, día y noche, de la nada, estás manejando o en el taxi, y ¡bum! viene


una voz: ¿Te acuerdes hace diez años cuando tu líder hizo una reunión para
celebrar el cumpleaños de tu consierva, pero a ti no te hizo nada? ¡Resiéntete
ahora!

¿Te acuerdas cuando tus padres le dieron a tu hermana en su quinceañero una


fiesta y un viaje a Cancún y ti te regalaron una torta hecha en casa?
¡Amárgate ahora!

Nadie tiene una mejor memoria que un corazón amargado. Cada vez que
recibes esos pensamientos, recuerda, son dardos de veneno dirigidos
directamente a tu corazón para que dejes de crecer y comiences a envejecer.

Dios estableció dos instituciones en el mundo, la familia y la iglesia. Entonces


el enemigo ve a ambos como blancos para derrumbarlos y los ataca en el
campo de batalla de tu corazón y tu mente.

2. Sana tu mente.
Proverbios 23:7a RV60 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal
es él.

Te conviertes en lo que siempre piensas.

Es imposible que pienses todo el día en sexo con una persona que no es tu
cónyuge, y que te guardes en santidad.

Es improbable que tengas pensamientos suicidas día tras día, pero que eso
nunca te guie a hacerte daño.

Es interesante, la Biblia no dice que eres lo que comes o eres lo que dices, ni
siquiera eres lo que haces, sino que eres lo que piensas. ¿Sabes?, el único que
escucha cada pensamiento oscuro, obsceno es Dios. Si quieres crecer de una
manera saludable este año, tienes que limpiar tus pensamientos.

Haz un detox de tu mente. Cada vez que viene un pensamiento intruso que no
debería estar allí, “fuera en el nombre de Jesús”.

Es tan importante sanar y cuidar nuestra mente porque una mente llena de
pensamientos negativos o hasta diabólicos, no va a poder crecer. Tú no puedes
ir donde tu mente no ha estado primero, entonces, si quieres crecer y avanzar,
tu mente tiene que crecer y salir.
3. Sana tu cuerpo.
1 Corintios 6:19 NTV ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del
Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se
pertenecen a sí mismos.

Yo creo que muchas personas nunca van a cumplir su propósito completo en la


tierra porque no cuidan de sus templos y se mueren antes del tiempo. Es
nuestra responsabilidad como cristianos cuidar del templo del Espíritu Santo
para que dure todo lo que pueda.

Si Dios te encargara el cuidado de un templo hecho de piedra y cemento, y te


dijera, “mientras esté en pie este edificio, el Espíritu Santo se va a poder
mover y tocar a tu comunidad y tu familia, pero en el momento en que cae, va
a quedar vacío.” ¿Cómo cuidarías ese local? ¿Lo descuidarías hasta que le
salgan grietas y se caigan los tejados? ¿Permitirías que se rompieran las
mayólicas y se perdieran las sillas? No, sino que por amor a Dios y a la gente
seguro lo tendrías brillando.

Pero sabes, el templo de hoy no solo es el lugar donde se reúne la iglesia, es


también tu cuerpo. Tu cuerpo carga la presencia de Dios contigo, al trabajo, la
universidad y a tu casa.

Tu cuerpo también es un testimonio de excelencia o de descuido y puede abrir


o cerrar puertas a la hora de querer ganar un alma para Cristo. Tener una
higiene excelente, estar en forma y comer de manera saludable influyen
directamente en las personas que podemos alcanzar y en la cantidad de años
que podemos servir a Dios en la tierra.

Por mucho tiempo había un pensamiento de que cuidar de tu cuerpo era carnal
y descuidar de tu cuerpo era espiritual, pero no solo eso está alejado de la
Biblia, sino que parece un pensamiento del infierno para sacar a los cristianos
de la carrera antes de terminarla. Así que cuiden sus cuerpos, sean
disciplinados con su alimentación y ejercicio, porque la eternidad de algunas
almas va a depender de ello.

4. Sana tu espíritu.

Para tener un espíritu sano, igual que el cuerpo, hay que saber alimentarse
bien y no solo hay que alimentarse bien una vez por semana, hay que comer
bien todos los días. Los otros seis días de la semana, hay que alimentarse de la
Palabra. Hay que asistir a un grupo de conexión para escuchar otro día la
Palabra y para tener amigos que nos alienten en la dirección correcta.

Hay que orar para fortalecer el espíritu. Cada vez que oras, fortaleces tu
espíritu. Cada vez que ayunas, fortaleces tu espíritu. Nosotros, hace poco
terminamos 21 días de ayuno de Daniel y eso nos fortaleció. Cultiva una
relación con Dios y obedece la voz y la guía del Espíritu Santo. Cada vez que
obedeces a la voz del Espíritu Santo, fortaleces tu espíritu.

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