REPORTE SOBRE LA PRACTICA DE MUSICOTERAPIA

El pasado viernes 23 de marzo tuve la oportunidad de ser participe en una sesión de

musicoterapia que se llevó acabo en las instalaciones del centro de desarrollo
somático, el cual se encuentra ubicado dentro de la Facultad de música.

En un principio me encontraba expectante acerca de las actividades que

desempeñaríamos aquel día, puesto que nunca había incursionado en esta materia.
También me lleve una sorpresa al notar que todos los terapeutas encargados de la
sesión en cuestión eran muy jóvenes, tal vez esperaba encontrar a un grupo de trabajo
con más experiencia en el campo.

Conforme llegaban los niños y jóvenes a los cuales se les brinda la terapia pude notar
que hay más pacientes que terapeutas, lo cual vuelve el trabajo un poco más pesado
y difícil de organizar, además de la problemática inicial que resulta hacer que todos
esos niños logren concentrarse. Tal vez esto me hizo sentir un poco decepcionado al
ver que los terapeutas desempeñan su trabajo de una manera monótona y
automática. No pude notar en sus rostros la pasión y la entrega de desempeñar su
labor. Parecían más bien algo indiferentes y en ocasiones hasta fatigados. Tal vez no
es para menos cansarse con un trabajo tan demandante como este. Aun así considero
que estás personas necesitan demasiada atención y de ser posible que esta atención
fuera personalizada, puesto que cada paciente llega ahí por un motivo diferente.

En un momento pude conversar con una de las chicas que están a cargo del grupo: Ella
me platicó acerca de la formación académica que tenía, la cual constaba en estudios
de psicología y educación musical, pero nunca mencionó haber cursado una
especialidad en musicoterapia.

Al final creo que la sesión difirió bastante de lo que yo creía que era una terapia con
música, ya que el aspecto musical abarco solo una pequeña parte de toda la terapia y
no se permitía que todos los pacientes pudieran tocar un instrumento musical.

Por todo lo anterior puedo concluir que este tipo de tratamientos aún están en
desarrollo dentro de nuestras instalaciones, por lo cual haría falta investigar y preparar
a más personas con la vocación y la entrega que este tipo de labor tan noble requiere.