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EDIFICIO ALTO RIO

El edificio Alto Río fue un edificio ubicado en la avenida Los Carrera de la ciudad de
Concepción, el cual colapsó como consecuencia del terremoto de Chile de 2010, a solo un
año de haberse inaugurado.

Altura 42 m

Plantas 15 y 1 subterráneo

EL TERREMOTO DEL 27 DE FEBRERO DE 2010

La base del edificio habría sido desplazada respecto del volumen en colapso a causa del efecto
de los desplazamientos cosísmicos y sísmicos durante la llegada del primer pulso emitido
desde la fuente sísmica

corrimiento longitudinal de 80 cm del volumen colapsado respecto de la base.

Con una superficie construida de 8455,02 m 2 , el edificio estaba compuesto por 15 pisos y 2
subterráneos, y estructurado con muros, losas y vigas de hormigón armado. Estaba
conformado por 113 departamentos, 4 locales comerciales, 26 estacionamientos con bodegas,
34 estacionamientos y 92 bodegas. La planta tenía configuración rectangular,

La construcción del edificio fue completada el año 2008. Sus dimensiones en planta eran
aproximadamente 40 m de longitud por 12 m de ancho, con altura de primer piso de 3,06 m y
de 2,52 m para el piso típico (2 al 15)

Uribe y Ruiz (2010) midieron la velocidad de ondas de corte en el suelo de Concepción,


obteniendo valores que lo clasifican como suelo tipo III

entre las cuales se dio a conocer que están los problemas en el diseño y construcción de la
estructura, además de una falta de control en la construcción y también el error en la
clasificación de suelos , “ya que se construyó utilizando materiales pensando en que el tipo de
suelo era 2, cuando correspondía que fuera tipo 3 por su mayor complejidad”
COLEGIO REBSAMEN

El sismo de magnitud 7.1 ocasionó el derrumbe del Colegio


Enrique Rébsamen, ubicado al sur de la Ciudad de México, y
la muerte de 26 personas: 19 niños y 7 adultos, quienes
quedaron sepultados bajo los escombros.

En ese momento, el entonces delegado del Departamento del


Distrito Federal, Guillermo Nieves Jenkin, y el Jefe de
Oficina, José Manuel Lomas Uribe, autorizaron que en ese
predio se construyera de manera legal una escuela, y sobre
ella una casa.

el arquitecto Juan Mario Velarde Gámez certificó que el


edificio, que operaba como secundaria, pasó las pruebas de
carga y no presentaba “agrietamientos, descascaramiento
o deflexión de tan magnitud y extinción que sea
obviamente excesiva e incompatible con los requisitos de
seguridad”.

De acuerdo con una serie de peritajes realizados por la


PGJCDMX, el penthouse de lujo supuso un peso extra de casi
una tonelada, pues la directora puso materiales como granito y
porcelanato, además de un jacuzzi, que hicieron que la
estructura no resistiera.

En 2014, luego de un sismo de 7.2 grados, el arquitecto e ingeniero


Juan Mario Velarde Gámez, quien se presentó como Director
Responsable de la Obra, hizo constar que la edificación contaba
“con los equipos y sistemas de seguridad para situaciones de
emergencia previstas en el Reglamento de Construcciones para
el D.F.”.

Pero la estructura no aguantó un nuevo sismo y se desplomó con el


temblor del pasado 19 de septiembre.

indica que las columnas originales del inmueble no estaban


diseñadas para soportar el peso de la vivienda de la directora
edificada en el tercer piso.

Gustavo Navarro es experto en construcciones y al analizar el caso,


comprobó que sin duda el crecimiento de la edificación sin los
procesos necesarios provocó que esta se sobrecargara.

Sobre todo dice, si tal y como lo indica el reporte oficial, la vivienda


tenía materiales muy pesados como el mármol, el granito y una doble
losa con relleno.

"Aunque hubiera sido de loseta normal tiene un peso considerable


y si no está calculado evidentemente está en riesgo", dice el
arquitecto Navarro.

De comprobarse las negligencias, la historia de la escuela, una de


las postales más desoladoras tras el sismo, daría un giro radical. El
colapso no solo se explicaría por el embate del temblor y podría
también pondría bajo la lupa a los dueños del colegio y a las
autoridades, que permitieron que funcionara irregularmente.
el apartamento de la directora estaba en la parte más alta del
edificio caída y en una de las puertas de salida del colegio. “De los
primero que se cayó fue la dirección, que estaba justo debajo de
donde vivía la directora, se levantó una gran nube de polvo”,
relataba un alumno de segundo de secundaria, que pidió el
anonimato. La zona segura en caso de sismo para los estudiantes
de secundaria estaba en la primaria y durante los simulacros se
disuadía a los menores de salir por ese portón.

El colegio, según reportes periodísticos, se inauguró en la década


de los ochenta y se construyó en varias etapas. El edificio que
cayó fue el último en construirse. Otra de las construcciones, de
magnitud similar, se sostiene, pero está apuntalada. Las obras de
ampliación se detuvieron por presuntas irregularidades y se
decretó una clausura por exceder la altura permitida para una
escuela, detalla el diario Reforma.

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