Primera nosografía freudiana: sistema de distinciones clínicas que Freud establece en el período
de su obra que transcurre entre 1894 y 1899
En ese momento no se trataba de psicosis en el sentido que tendrá más tarde, y la paranoia. En
esta época estamos muy lejos de la división freudiana entre psicosis y neurosis.
La oposición que sirve para distinguir las neurosis de las neuropsicosis, ese principio de
oposición, es la esencia de la nosología freudiana y se mantiene de manera estable y consistente
a lo largo de toda su obra. Es un principio permanente a pesar de las transformaciones que Freud
va introduciendo.
El término neurosis en ese momento no tiene todavía el sentido con que lo usamos ahora. En
la actualidad lo usamos para designar la histeria y la n.o. que, en esta primera nosología, no son
neurosis, sino lo opuesto, neuropsicosis.
Neurosis fue introducido en 1777 por Cullen para designar las afecciones del sistema nervioso.
A su vez, Feuchtersleben en 1845 introduce el término psicosis para designar las enfermedades
mentales.
Se consideraba que toda psicosis tiene sustrato en el sistema nervioso. Toda psicosis es, una
neurosis, pero no todas las neurosis son psicosis, es decir que hay entidades que no producen
síntomas en lo mental.
Se encuentran por ejemplo nociones muy específicas relacionadas con la primera nosología, en
un psiquiatra vienes Krafft Ebing quien utiliza nociones como psicosis, neurosis, neuropsicosis y
psiconeurosis. El termino neurosis es aplicado fundamentalmente a entidades clínicas referidas
a síntomas somáticos (histeria, epilepsia, hipocondría, y mas adelante se agrega neurastenia).
Charcot tomará este termino de neurastenia en un sentido muy distinto, sentido que tomara
Freud mas adelante.
Krafft Ebing llamaba neuropsicosis a las perturbaciones psíquicas permanentes de las neurosis.
Cuando la neurosis llegaba a tener síntomas no solamente en la esfera corporal, sino también
en la mental, se la llamaba neuropsicosis. Cuando solo se daban en la esfera mental, se llamaba
psicosis. Y las psiconeurosis para referirse a los sujetos en los cuales hasta el momento en que
se desarrollaba la enfermedad mental, sus funciones cerebrales eran normales.
La noción de degeneración, iniciada por Morel, es una noción que influye en el sistema
freudiano, solo que Freud lleva hasta su último límite esta transformación de la degeneración a
predisposición. Este movimiento es iniciado por Krafft-Ebing al considerar una predisposición
latente.
Quien provee los antecedentes para esta primera época de Freud es indudablemente Charcot.
La noción de histeria:
A diferencia de la neurosis obsesiva, entidad clínica casi contemporánea, inventada por Freud,
la histeria es milenaria. Lo que se considera histeria no es siempre lo mismo, va cambiando.
La histeria siempre ha tenido una pareja, otra entidad considerada del mismo orden, pero con
una distinción específica que a su vez se opone a ella. En primer termino la histeria tiene una
pareja que es la epilepsia, mas tarde la hipocondría, y después la neurastenia. Hasta que Freud
introduce su primera nosología expulsando a la neurastenia del lugar de pareja de la histeria e
inventando como nueva pareja la neurosis obsesiva.
Hasta el siglo XVII se piensa que el origen se debe a un desorden uterino (de allí su nombre). En
1618 cuando empiezan a desarrollar las teorías sobre el sistema nervioso y las investigaciones
neuroanatómicas, Lepois la considera como una enfermedad cerebral primitiva (tiene su origen
en ese órgano) la considera muy cercana a la epilepsia, es una perturbación nerviosa, cerebral,
y común a ambos sexos.
En 1667 Willis, pone en correlación histeria con hipocondría. Es considerada como un desorden
cerebral (=Lepois) y a partir de la noción de que el sistema nervioso tiene eficacia en el
funcionamiento de todos los órganos corporales por intermedio del sistema nervioso vegetativo
va a dar cuenta de esta manera de la producción de los síntomas somáticos de la histeria.
El clínico Sydenham retoma las nociones de Willis en 1681 y utiliza su descripción de histeria e
hipocondría pero las considera una enfermedad única. Vuelve la noción de la histeria a la mujer,
y a los hombres les va la hipocondría.
Cuando el termino neurosis fue introducido se refería a entidades que estaban caracterizadas
por un conjunto de síntomas orgánicos, y es este el sentido con el cual Freud lo usa en su primera
nosología.
En la psiquiatría la histeria era parte de las neurosis, y Freud la traslada al grupo de las
neuropsicosis. Hay dos entidades clínicas que son inventos de Freud: las neurosis obsesivas, y la
neurosis de angustia (la angustia no existía en la psicopatología). Del cuadro de neurastenia
Freud extrae un conjunto de síntomas, lo distingue y lo separa como un nuevo cuadro nosológico
con el nombre de neurosis de angustia.
En la época de Freud todavía persistía la noción de que la histeria era una enfermedad d mujeres.
Cuando vuelve de estudiar con Charcot, uno de sus primeros trabajos recae en un caso de
histeria masculina en confrontación con la opinión psiquiátrica.
Como vimos la noción de histeria va mutando. La noción que construye Sydenham permanece
prácticamente invariable a lo largo de dos siglos hasta Freud; y es esta noción de histeria aquella
sobre la cual va a comenzar a trabajar Freud a través de Charcot y sobre la que va a producir
enormes transformaciones. Es la noción que va a adoptar Charcot. La novedad que introduce
Syndenham es agregar a la histeria un tercer grupo de fenómenos (crisis+síntomas
corporales+perturbaciones de carácter). Unifica histeria e hipocondría. Considera que se trata
de una patología funcional de cualquier parte del cuerpo, de cualquier órgano, cuyo origen está
en el sistema nervioso.
“La afección histérica, imita casi todas las enfermedades humanas” la noción de imitación surge
con Sydenham, así también como la de posible engaño que por el momento no incluyen un sgdo
intencional sino objetivo.
El término de hipocondría fue usándose cada vez más en el sentido que ahora llamamos una
psicosis. Su semiología se fue acercando y describiendo como delirante con perturbación de
juicio.
Cualquier grupo de síntomas es incluido en la noción de “estado nervioso”. Es esta noción
contra la que se indigna Freud quien dice que por su enorme generalidad no puede ser la
descripción de una nosológica, y por esto comienza su trabajo proponiendo separar del cuadro
de la neurosis de angustia.
Morel dice que las histéricas “no exponen jamás los hechos en su realidad y engañan” habilidad
de la intención de engañar al médico. Noción discutida por Freud y Charcot.
Falret considera el carácter histérico representa lo que se ha descripto como “locura histérica,
psicosis histérica” .
El trabajo de Charcot:
Cuando Charcot empieza a ocuparse de la histeria ya tenía una larga producción como
neurólogo. Aun así podemos considerar la histeria en Charcot en dos tiempos, el primero
estrictamente neurológico, considerándola como una enfermedad del sistema nervioso. Se ve
llevado a aplicar el mismo método que utilizaba para estudiar las otras enfermedades
neurológicas que consistía en tres pasos 1° “método nosológico”; 2° anátomo-clínico (autopsias
para localizar la lesión pero con la histeria no pudo); 3° fisiopatológico (paso explicativo).
Gracias a todo el recorrido de Charcot es que Freud pudo encontrar la tesis de que la histeria no
es una enfermedad del sistema nervioso. Y lo interesante es que Freud no da este paso como
psicoanalista, sino como neurólogo.
Charcot nunca fue más allá de la idea de que la sintomatología de la histeria era idéntica a la de
los síntomas con lesiones verificables.
Cada vez postula con mayor claridad que se trata de procesos psíquicos y que los
desencadenantes tienen que ver con experiencias del sujeto, va acentuando el carácter
adquirido de la histeria y las otras neuropsicosis.
Un sentido análogo se puede reconocer en el cambio del término neurosis por el de neurosis
actuales. Freud agrega la hipocondría a las neurosis actuales en 1914.
Cuando comienza a ocuparse del narcisismo, Freud produce la diferenciación entre neurosis y
psicosis, pero en la terminología que utiliza en ese momento, conserva para todo el grupo el
nombre de psiconeurosis y produce una división en dos subgrupos: el de las psiconeurosis de
transferencia y las psn. narcisistas, Freud incluye fundamentalmente la paranoia y la demencia
precoz (Kraepelin) y esquizofrenia (Bleuler) pero ninguno le parece adecuado y propone el
término parafrenia. Incluye tmb la psicosis maniaco-depresiva.
La diferencia entre psicosis y neurosis en Freud, determina la eficacia del tratamiento. Esto
queda registrado en la nomenclatura con éste término, neurosis de transferencia.
Lo que viene a producir Freud es la noción de una subjetividad objetiva, es decir, plantear las
nociones de la estructura del sujeto y las leyes de su funcionamiento en términos objetivos tales
que no dependen de la intencionalidad consciente. Es Charcot quien lo precede en esta tarea al
sostener como sustrato de los síntomas histéricos la existencia de una lesión que, debió llamar
funcional o dinámica. Al mostrar la objetividad de los síntomas histéricos Charcot probaba que
no se trataba de una simulación. Charcot nunca establece una diferencia en el registro
semiológico entre los síntomas histéricos y orgánicos. Freud emprende este trabajo.
El segundo período de Charcot será dedicado a la histeria donde introduce nociones más allá
de la neurología que son claves para Freud. Llega a producir la idea de la hipnosis como una
neurosis artificial, esencialmente histérica. Bajo hipnosis y por sugestión se pueden generar en
un sujeto síntomas idénticos a los que espontáneamente se producen en la histeria. Charcot
reconoce que en todos los casos de neurosis traumática, se trata de casos de histeria por lo que
los hombres también los padecían.
Charcot casi llega a la conclusión, después de estos estudios, de que los síntomas histéricos
deben ser considerados como síntomas psíquicos ya que se fundan en una idea y representan,
o no son si no, la realización funcional de esa idea. Llega a decir que esto llevaría a pensar que
los síntomas histéricos pueden ser considerados como psíquicos, en tanto se fundan en una idea
y son la realización funcional de esa idea. No modifica su tesis anterior, pero no sabemos si no
lo habría hecho. Al que le correspondió dar ese paso es a Freud.
Importante el texto del 93 “Algunas consideraciones para un estudio comparativo de las parálisis
motrices orgánicas e histéricas”. No es posible oponerse a la idea de que existen lesiones
funcionales o dinámicas; es totalmente legítimo postular una noción que no hayamos
encontrado sustrato anatómico observable. Pero si existen, tienen que producir síntomas que
compartan todas las características de los síntomas que son provocados por este tipo de
lesiones.
Si un histérico paraliza un brazo, se guía en la delimitación de la parte del cuero paralizada por
la representación del brazo en el lenguaje común, no por la delimitación anátomo-nerviosa.
Pone en cuestión cosas a las que podemos llamar del orden del saber del paciente, quien toma
los órganos en sentido vulgar.
Se propone demostrar que puede haber alteración funcional sin lesiones orgánicas. La lesión
consistiría en la imposibilidad de asociación de la concepción del brazo con el resto de las
asociaciones. Esto es el origen de lo que Freud va a llamar síntoma de conversión.
El hecho de que no haya asociación de esta idea con el resto, no quiere decir que la idea
desaparezca. Una idea (huella mnémica) una vez constituida, no desaparece nunca y no deja de
tener efecto en el funcionamiento del aparato.
Otra cuestión fundamental que incorpora Freud de Charcot: no hay que tomar al cuerpo como
idéntico a lo que llamamos organismo biológico. El cuerpo es un conjunto de ideas. Lo que
importa no es el brazo, sino la idea de brazo. La idea de brazo no es más que una parte, asociada
a otras ideas, que constituyen la idea de cuerpo, lo que está diciendo es que el cuerpo es parte
del yo, es decir, no tenemos que considerar al cuerpo como idéntico a lo que llamamos
organismo biológico, el cuerpo es un conjunto de ideas.
Freud retoma la noción de Charcot de status histérico, para referir a que consiste en
perturbaciones en la distribución normal en el sistema nervioso de cantidades estables de
excitación. Esto conllevaba a una mayor influencia de los procesos psíquicos sobre el organismo,
y a que haya un plus de excitación en el sistema nervioso, plus que puede ser desplazado. Dos
hipótesis: tendencia a la conversión en la histeria, y la labilidad del síntoma histérico.
Freud utiliza estas concepciones para oponer a la histeria con la neurastenia. Si la neurastenia
era una debilidad o insuficiencia, la histeria era lo opuesto.
Con esa oposición llegamos al umbral de la nosología freudiana. Lo decisivo para que se inaugure
la nosología freudiana, será el desplazamiento de la histeria de la neurosis a la categoría de
neuropsicosis.
Este es el núcleo de la primera nosología. De esta manera la histeria queda separada, excluida,
de toda entidad psicopatológica que tenga que ver con mecanismos orgánicos, deja de ser
considerada una neurosis (como sí lo hacían en Krafft, Charcot y Kraepelin).
Las neuropsicosis:
Hay que hacer notar, que en la primera nosología, tanto para el grupo de las neurosis como
para el grupo de las neuropsicosis, la etiología es considerada por Freud de orden sexual. Y a la
vez Freud distingue una etiología específica para cada uno de los grupos, más allá del carácter
compartido de lo sexual.
En “las nuevas puntualizaciones” Freud termina de esbozar tu teoría traumática, que después
abandona, pero las principales hipótesis de estos textos serán mantenidas porque ha logrado
describir mecanismos específicos que se mantienen independientemente de que se considere
que estas situaciones traumáticas hayan realmente ocurrido.
Freud pone énfasis en la etiología sexual, posicionándose contra Charcot y rebatiendo su teoria
de que la histeria era hereditaria.
Neuropsicosis de defensa:
Aquí Freud comienza diciendo que la teoría de las representaciones compulsivas es la que ha
permitido un aporte a la teoría de la histeria.
El yo se plantea como labor considerar como “non arrivee” la representación intolerable. Pero
es una tarea imposible, porque ni las representaciones ni el afecto pueden hacerse desaparecer
una vez surgidos. Lo único que se puede lograr es debilitar la representación por medio de la
separación del afecto. Pero esta cantidad de excitación tampoco desaparece, por lo cual tiene
que tener otra utilización, otro empleo. Y aquí se produce la diferenciación, en el empleo que se
hace de ese quantum. En la histeria esta cantidad de energía va a ser utilizada en el cuerpo, en
la neurosis obsesiva el empleo es otro.
El mecanismo de defensa de las neuropsicosis no existe en las neurosis. Las neurosis se tratan
de algo corporal.
El tercer capitulo esta destinado a la psicosis alucinatoria. En este caso, la defensa es mucho mas
enérgica y eficaz y consiste en que el yo rechaza la representación intolerable conjuntamente
con su afecto y se conduce como si la representación no hubiese nunca arribado. El costo es
elevado: perder un trozo de realidad.
No solo este cuadro no existía en la nosología psiquiátrica sino que ni siquiera la noción de
angustia formaba parte de las teorías utilizadas por la psiquiatría. Es Freud quien construye una
teoría de la angustia, y una clínica de la angustia.
Hay dos teorías de la angustia (para Mazzuca no). Al principio Freud concibe la angustia de dos
maneras diferentes: una a partir de un mecanismo fisiológico, por el cual la angustia surge como
un afecto tóxico, y otra que se deriva de un mecanismo psíquico por el cual la angustia surge
como un efecto traumático. A la altura de inhibición síntoma y angustia Freud unifica estos dos
modelos.
Freud genera este nuevo cuadro nosológico básicamente por razones clínicas, ya que la noción
de neurastenia no alcanzaba ya que algunos síntomas presentaban una discordancia clínica,
algunos eran típicos y otros son espurios. Freud va a identificar diferencialmente algunos
síntomas dentro de este gran cuadro con un criterio descriptivo y etiológico, para llegar a
mostrar que la conexión íntima entre esos síntomas responde a una etiología diferente en la
neurastenia y en la neurosis de angustia. Freud es muy riguroso en este sentido, y sobre todo
despreciaba las categorías clínicas generales.
En el momento que precede a la formación de esta primera nosología, Freud ya había
introducido la hipótesis de cantidades de excitación que circulan en el sistema nervioso que dan
lugar a la existencia de perturbaciones por un exceso, y en otro por un déficit. Como pareja de
la neurastenia (-), la neurosis de angustia (+) es ubicada por un plus de excitación, por un
excedente de energía.
La otra razón es la teoría sexual que tenía construida allí en 1895 (anterior a la teoría traumática
y a la sexualidad infantil) que era una teoría fiosológica. Freud va a presentar la angustia como
un efecto de procesos que generados en algunos órganos corporales actúan n el sistema
nervioso. Postula que la excitación sexual se origina en los órganos sexuales, y desde allí
estimula al sistema nervioso desde abajo hacia arriba, haciendo un recorrido de los centros
inferiores a los superiores, venciendo las resistencias que oponen las barreras nerviosas hasta
llegar a la corteza. Esta excitación se convierte de somática a psíquica; lo cual significa que un
grupo de ideas, de representaciones resulta cargado con una cantidad de excitación sexual y
esta trae como consecuencia un estado de tensión libidinal (la noción de libido surge en 1910
acá se utiliza como excitación psíquica). A partir del momento en que la excitación accede al
registro de lo psíquico es posible la producción de la descarga “adecuada”. La neurosis de
angustia surge cuando la acción específica de descarga no se produce.
Freud ubica los síntomas nerviosos de la neurosis de angustia (agitación, sudoración) como una
manera sustitutiva de la satisfacción sexual, en que la descarga de la excitación sexual sigue una
vía somática secundaria. Los síntomas de la n. de angustia son sustitutos del orgasmo. La
excitación descarga en forma de angustia.
Igualmente, cuando Freud divide el grupo de las neuropsicosis (que se llamaran psiconeurosis)
en dos subgrupos: psiconeurosis de transferencia y las narcisistas, los síntomas de estas ultimas
(lo que ahora llamamos psicosis) tampoco son interpretables en la cura psicoanalítica.
Freud afirma que siempre en todo síntoma psiconeurótico hay un núcleo de síntoma actual. El
núcleo entonces seria algo que no tiene significado psíquico.
Lo interesante es que afirma la formulación del trauma en dos tiempos, y que es el segundo el
que retroactivamente termina de resignificar el primero.