Está en la página 1de 14

Revista

Globalización:
Diálogos de Saberes
¿Interdependencia
KANT: UNA ÉTICA PARA
yISSN 0124-0021?
Cooperación
Revista No. 24.
LA MODERNIDAD*
Enero-junio de 2006
Págs: 181-194 Hernán Martínez Ferro**
Universidad Libre. Facultad de Filosofía. Bogotá D.C.

RESUMEN:
El texto pretende una aproximación a la ética de Kant a 200 años de su
formulación, destacando elementos vigentes que permiten hablar de lo per-
tinente de volver a Kant, al tiempo que se señalan algunos puntos
problemáticos de su pensamiento. En especial se enfatiza en tres asuntos:
primero, la construcción de una ética ilustrada que responde a las exigen-

Colaboradores Nacionales
cias de un hombre moderno y a una sociedad en la que conviven distintas
ideas de vida buena; segundo, la forma como la reflexión kantiana sobre la
libertad, da paso al horizonte de la racionalidad práctica y a la configura-
ción de una imagen moral del mundo; tercero, se muestra que con la
formulación de los imperativos categóricos se constituye una ética del res-
peto recíproco universal.

PALABRAS CLAVES
Kant, ética, moral, libertad, Ilustración. 181

ABSTRACT
The text pretends an approach to Kant’s ethical 200 years of its formulation,
emphasizing current elements that allows to speak about the relevance to
come back to Kant, at the time that put a mark at some problematic points of
his thought. As a special it emphasizes in three aspects: First, the construc-
tion of an illustrated ethical that answers the demand of a modern man and a
society in which different ideas of good life live together. Second, the way
like the kantiana refletion over freedom step away at the horizon of the prac-
tical rationality and the configuration of a moral image of the world. Third, it
shows that with the formulation of the categorical imperatives it constitutes
an ethical of universal reciprocal respect.

KEY WORDS
Kant, ethical, morals, freedom, Illustration.

Fecha de recepción del artículo: 10 de abril de 2006.


Fecha de aceptación del artículo: 1 de mayo de 2006.
*
El presente texto hace parte de la investigación acerca del fundamento de la moral moderna, que adelanta el autor en el Grupo de
Investigación de Filosofía Política de la Facultad de Filosofía de la Universidad Libre. Proyecto de investigación financiado por la
Universidad Libre.
**
Docente investigador de la Facultad de Filosofìa de la Universidad Libre.
Hernán Martínez Introducción Allí, Kant nos dice que la Ilustración
Ferro es la salida del hombre de su condi-
En una nota a pie de página de la
ción de menor de edad de la cual él
Crítica de la razón pura, aparecida en
mismo es culpable y que su lema es:
el año de 1781, el filósofo alemán
Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte
Immanuel Kant celebra entusiasma-
de tu propia razón! 2
do estar viviendo nuevos tiempos:
Hoy en día, a 200 años de la muerte
Nuestra época es, de modo especial, de Kant, podemos preguntarnos ¿qué
la de la crítica. Todo ha de someter- pasó con el sueño de la Ilustración?
se a ella. Pero la religión y la legisla- Dado que la Ilustración representa el
ción pretenden de ordinario escapar momento de mayor auge de lo que lla-
a la misma. La primera a causa de su mamos modernidad, al punto de que
santidad y la segunda a causa de su cuando hablamos de crisis de la mo-
majestad. Sin embargo, al hacerlo, dernidad queremos decir crisis de la
despiertan contra sí mismas sospe- herencia cultural de la Ilustración, la
Colaboradores Nacionales

chas justificadas y no pueden exigir pregunta está en el centro del actual


un respeto sincero, respeto que la ra- debate entre modernos y posmoder-
zón sólo concede a lo que es capaz nos. Que la Ilustración era un proyecto
de resistir un examen público y libre1. que tenía que fracasar, como afirma
MacIntyre; que la dialéctica de la Ilus-
Estas palabras señalan de modo in-
tración terminó en su negación o en
mejorable el espíritu optimista que
la barbarie, como afirma Horkheimer;
anima a los pensadores de la Ilustra-
que la Ilustración es un proyecto in-
ción. Kant cree estar viviendo en un
182 concluso, a decir de Habermas; o que
mundo en el que los dogmas, los pre- la Ilustración ha sido postergada - al
juicios, la superstición, las respuestas menos en Colombia- como afirma R.
ligeras y los saberes aparentes, pron- Jaramillo, son algunas de las respues-
to serían cosa del pasado. En la tas que están en discusión.
lectura que hace de su momento his-
tórico encuentra que la duda, la crítica Pero no es de este debate de lo que
severa y el pensamiento riguroso, son me voy a ocupar. Lo que quiero es
signos alentadores de la creciente ins- centrarme en un problema que se le
tauración de la razón en el mundo. El plantea a la modernidad y que Kant
sueño de una razón que pudiera guiar se propone resolver: construir una
felizmente a la humanidad a alcanzar moral Ilustrada, esto es, una moral
los ideales de libertad, paz y justicia, para mayores de edad, para seres hu-
es el sueño de la Ilustración. Aquel manos que sólo están dispuestos a
movimiento que se convirtió en el obedecer los mandatos de su propia
germen ideológico de la Revolución razón.
francesa y que Kant caracteriza con Asumo que la filosofía práctica de
tanta certeza en un texto que data del Kant todavía tiene mucho que decir-
año 1784 titulado, justamente, Res- nos para la comprensión de lo que
puesta a la pregunta ¿qué es la ilustración? somos y de lo que queremos ser. Por

1
KANT, Immanuel, Crítica de la razón pura, (A-XII) Alfaguara, Madrid, 1994.
2
KANT, Immanuel, Respuesta a la pregunta: ¿qué es la Ilustración?, en: Revista Argumentos, Bogotá, 1986, Traducción de Rubén Jaramillo
V. No 14/17, págs. 28-43.
Kant: lo que volver a Kant no tiene sólo un HIPOTESIS
una ética para interés histórico, más aún en el esta-
la modernidad
El contenido de los imperativos ca-
do de confusión y crisis moral en que tegóricos kantianos los podemos
nos encontramos. Lo cual no quiere asumir como mínimos morales de
decir que tengamos que compartir y una sociedad moderna.
repetir sus planteamientos como si
fueran doctrinas. Nada más contra- MÉTODO
rio al espíritu del mismo Kant quien, La estrategia metodológica utilizada
en la segunda parte de la Crítica de la en la investigación sigue los pasos de
razón pura, proclama que no es posi- la hermenéutica, la argumentación y
ble aprender filosofía –pues, ¿dónde está, la crítica.
quien la posee y de qué modo se deja-
ría reconocer?- sino que sólo nos es I. El problema: Construir una
dado aprender a filosofar, es decir, ejer- ética para ciudadanos
citar nuestra razón examinando, La ética kantiana pretende respon-

Colaboradores Nacionales
refrendando o rechazando alguna idea der a dos problemas históricos
filosófica sugerida. estrechamente relacionados, que se
le presentan al pensamiento moral y
Pues bien, en este orden de ideas, lo
político europeo desde el siglo XVI:
que me propongo es el ejercicio de
en primer lugar, la pérdida de la fuer-
reflexionar sobre una de las cuatro
za convocante de la moral religiosa;
célebres preguntas que, según Kant,
y, en segundo lugar, la coexistencia
encierran todo el interés de la razón de diversas comunidades con sus
tanto en su uso teórico como en su ideales de vida buena diferentes, al 183
uso práctico: ¿qué puedo saber?, ¿qué interior de un mismo territorio y con
debo hacer?, ¿qué puedo esperar?, unas instituciones comunes.
¿qué es el hombre?3 En lo que sigue
El primer problema viene dado por el
me centraré en la segunda pregunta,
desarrollo mismo de la Ilustración. En
¿qué debo hacer? No para dar cuenta
efecto, a la Ilustración se debe uno de
en forma exhaustiva de la respuesta
los aportes más significativos y deci-
de Kant, lo que implica toda su ética.
sivos para la cultura de occidente; se
La intención es mostrar que hay un
trata del descubrimiento de que las
núcleo irrenunciable en la ética de normas morales que orientan el buen
Kant, que responde de manera plau- actuar y la vida recta, no tienen su
sible a los ideales de la modernidad: fuente y justificación en un orden na-
autonomía, igualdad, dignidad e im- tural de las cosas o en una providencia
parcialidad. Si bien le podemos hacer divina, sino que son el resultado de la
muchos reparos, en especial, a su fun- voluntad de los hombres. Pero, ¿cómo
damentación apriorística. fundamentar la moral sin recurrir a
algo trascendente?
PROBLEMA
El segundo problema, resultado de
¿Tienen vigencia los contenidos uni- transformaciones históricas y socia-
versales de la moral kantiana en la les, está relacionado con la
época actual? cohabitación de pluralidad de comu-

3
KANT, Immanuel, Antropología, Alianza Editorial, Madrid, 1991.
Hernán Martínez nidades culturalmente distintas e es que las leyes morales se determi-
Ferro irreductibles. Si las comunidades tie- nan enteramente a priori, lo que
nen concepciones diferentes de quiere decir que no debemos buscar
felicidad y vida buena ¿cómo esta- derivarlas de la experiencia, sino de
blecer una moral válida para todos? nuestra propia razón. De esta forma
Kant encuentra una fuente univer-
Ha sido el intento de justificar una sal de legitimación moral. Si las
moral que no tenga que recurrir a una obligaciones morales tienen un fun-
autoridad divina y que tenga validez damento a priori, entonces tienen
intersubjetiva, la tarea que se le plan- validez con independencia de con-
tea al pensamiento moderno. En la diciones histórico-relativas.
filosofía de Locke, Spinoza o Mill, por
citar sólo algunos, es clara la insisten- Plantear el problema de esa forma trae
cia en nociones como “autonomía”, aparejadas consecuencias decisivas,
“tolerancia” o “libertad de pensa- que sólo pretendemos señalar. En pri-
mer lugar, la búsqueda de un principio
Colaboradores Nacionales

miento” todas ellas tendientes a


superar el particularismo de las creen- universal de legitimación moral lleva
cias religiosas y por tratar de a Kant a separarse de la tradición éti-
fundamentar en la razón o en la natu- ca anterior a la modernidad que
raleza una idea universal de moral. entendía la moral esencialmente como
doctrina de la felicidad, es decir, como
Kant se plantea el problema bajo la determinación reflexiva de la vida
formula ¿qué debo hacer? Pregunta buena. Para el filósofo de Könisberg
que bien entendida quiere decir ¿qué la felicidad, en tanto que ligada a la
184 debe hacer un ser humano que pien- experiencia, carece de toda universa-
sa por cuenta propia ante una decisión lidad, necesidad y objetividad. En esa
moral?, ¿a qué leyes debe obedecer, medida, la idea de felicidad no puede
si ya no puede recurrir a algo trascen- asegurar una moral de validez inter-
dente?, ¿qué debe hacer para que lo subjetiva, por la sencilla razón de que
que decida subjetivamente tenga tam- no disponemos de un horizonte común
bién validez intersubjetiva? ¿cómo se de vida buena. Las complejas socie-
justifica para mi y para otros el deber dades modernas en las que vivimos,
que se expresa en las exigencias mo- por lo menos en occidente, se distin-
rales? Sin duda, el programa de guen por el multiculturalismo y el
fundamentación kantiana de la mo- pluralismo moral creciente. Por ese
ral constituye el más extraordinario motivo, la propuesta moral kantiana
intento de encontrar una base sólida no está orientada en función de la con-
universal al deber que se expresa en secución de lo bueno, sino de lo justo.
las obligaciones morales. Lo que quiere decir que se establece
Para Kant existen verdaderas leyes una distinción entre normas, que en
morales que prescriben obligacio- la medida que sean justas pueden ser
nes en términos absolutos, sobre lo justificadas universalmente para to-
que hay y lo que no hay que hacer. dos; y, valores, que expresan
Como las obligaciones morales son preferencias particulares referidas a
absolutas y necesarias, no pueden una idea de lo bueno.
depender de motivos contingentes En segundo lugar, contra Kant de-
o empíricos. Por ello la tesis de Kant bemos decir que, al plantear la
Kant: pregunta en primera persona del sin- su vida y obra a comprenderlo. Me
una ética para gular ¿qué debo hacer?, restringe la refiero, claro está, a la revolución
la modernidad
justificación moral a un problema in- científica moderna. Los logros inne-
dividual, cuando lo que más requiere gables de la ciencia en la predicción
de justificación es la obligación con matemática de los fenómenos natu-
respecto a los otros. En otras pala- rales, que traería como consecuencia
bras, en la concepción de Kant cada la revolución industrial y la domina-
individuo se impone unas normas ción técnica del mundo; la fuerte
morales y, como la razón es una sola, pretensión de verdad de la ciencia ex-
se espera que todos los individuos presada en juicios universales y
repitan lo mismo y lleguen a lo mis- necesarios; y, la imagen de un mun-
mo. Esto va a llevar al conocido y do determinado rígidamente por la
criticado monologismo moral kantia- conexión causal entre fenómenos,
no.4 Lo que se critica de esta postura son algunos resultados de la ciencia
es que la legitimidad de las normas moderna sobre los que Kant reflexio-

Colaboradores Nacionales
esté dada por un individuo y no por na en su Crítica de la razón pura. En
todos los individuos que se imponen este libro, al preguntarse cómo ha
las normas de manera recíproca. sido posible la revolución de la cien-
cia moderna, se terminará mostrando
En tercer lugar, frente a toda hetero-
el fundamento a priori de la ciencia,
nomía que pretende encontrar el
remitiendo a una subjetividad tras-
fundamento de la moral en Dios, la
cendental que hace posible la síntesis
tradición, la familia, la ley o cualquier
entre sensibilidad y entendimiento.
autoridad externa al hombre mismo;
la ética de Kant está basada en la no- No nos interesa detenernos en la fun- 185
ción de autonomía. La genial idea de damentación que Kant hace de la
que todo ser humano se puede dar sus ciencia, sino en la forma como afron-
propias leyes. En la medida en que ta una concepción que surge como
sólo se apela a la razón de los indivi- resultado del éxito de la ciencia natu-
duos y no a su idea del bien, podemos ral y que tiene consecuencias
decir que la ética de Kant es una ética desastrosas para la ética. La concep-
para ciudadanos, es decir, para indi- ción, que se puede llamar naturalismo
viduos libres e iguales. En el entendido positivista, según la cual el único
moderno de que tomamos a todos los mundo real es el descrito por la cien-
seres humanos como libres e iguales. cia natural y el único método de
conocimiento es el que da cuenta
II.Libertad y uso práctico matemáticamente de las conexiones
de la razón causales. El problema consiste en que
la ciencia natural sólo describe hechos
Otro fenómeno histórico, no menos y, si ese es el único mundo, entonces
extraordinario ni de menores conse- no hay lugar ni para normas ni para
cuencias que la Revolución Francesa, valores. Se podría suponer que exis-
generará en Kant tan profunda im- ten dos mundos inconmensurables,
presión, que dedicará gran parte de uno empírico y uno normativo. Pero

4
Frente al monologismo de la ética kantiana, Habermas plantea hacer un giro lingüístico y traducir el imperativo de Kant en términos
de una ética discursiva. Cfr: HABERMAS, Jürgen: “Notas para un proyecto de fundamentación de la moral”, en: Conciencia moral y
acción comunicativa, Barcelona: Península, 1985, págs. 59-134.
Hernán Martínez aún aceptando esto, el positivismo conflicto entre dos ideas, oposicio-
Ferro sostiene que el único conocimiento nes o actitudes y sus respectivas
posible y verdadero es el de los he- consecuencias, pero en un sentido
chos empíricos; la ética, en cuanto se restringido alude a un conflicto entre
ocupa del deber ser, es un discurso leyes producida por la naturaleza es-
carente de sentido. Kant no estaba peculativa de la razón5. Se trata de
para nada de acuerdo con esta postu- un conflicto producido por la misma
ra, consideraba que una conclusión naturaleza de la razón. En la Crítica
tal, era incompatible con la idea de de la razón pura se plantea de la si-
responsabilidad moral. Su gran tarea guiente forma:
consistió en fundamentar la ciencia Tesis y antítesis plantean dos supues-
moderna -señalando sus límites-, pero tos igualmente justificables. La tesis
dejando espacio para una voluntad afirma el punto de vista de quien de-
moral libre. En otras palabras, lo que fiende la libertad o autonomía para
intenta Kant es construir una imagen poder explicar lo que ocurre en el
Colaboradores Nacionales

moral moderna del mundo, que sea mundo. La antítesis representa la po-
compatible con una imagen científi- sición determinista o naturalista.
ca del mundo. Pensar a la vez la tesis y la antítesis
Para mostrar cómo la ética de Kant genera un conflicto de la razón con-
construye una imagen moral del sigo misma o, en otro lenguaje, una
mundo, resulta obligatorio empezar incompatibilidad conceptual. Cabe
por la llamada tercera antinomia, esto anotar que el conflicto tiene antece-
es, la antinomia entre causalidad y dentes entre los griegos, para quienes
186 libertad. En ella se da el primero de las creencias mitológicas en los dio-
dos pasos decisivos en la fundamen- ses chocaban con la idea de libertad
tación de la moral. humana; también en la tradición cris-
tiana la incompatibilidad se presenta
Partamos de clarificar lo que se en- entre libre albedrío y voluntad divina.
tiende por “antinomia”. En un En los dos casos se trata de un con-
sentido amplio antinomia designa un flicto generado por un poder externo:
Dios, el destino o la predestinación.
Tesis Antítesis
Sin embargo, lo novedoso de Kant
La causalidad según leyes de la No hay libertad. Todo cuan- reside en haber formulado una ver-
naturaleza no es la única de la to sucede en el mundo se sión moderna del problema, en la
que pueden derivar los fenó- desarrolla exclusivamente medida en que el conflicto es inter-
menos todos del mundo; para según leyes de la naturaleza6. no, se trata de un conflicto de la razón
explicar éstos nos hace falta otra
causalidad por libertad.
consigo misma7. La antinomia se pro-
duce porque podemos respaldar con

5
Es pertinente distinguir entre la antinomia en sentido kantiano, como algo derivado de la aplicación de la razón pura a la realidad y
especialmente a las proposiciones cosmológicas y paradoja en el sentido de las dificultades –lógicas y semánticas que surgen tan pronto
como una proposición, después de haberse afirmado a sí misma, se contradice. Tampoco se debe confundir con una aporía, que quiere
decir una argumentación sin salida lógica. Cfr: FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía. Tomo I. Madrid, Alianza, 1979, p 190.
6
KANT, Immanuel. Crítica de la razón pura B-473 (pág. 408).
7
El choque entre la posición determinista y la posición autonomista de la tercera antinomia genera lo que, desde la perspectiva de la
teoría de los vértigos argumentales de Carlos Pereda, podría, a su vez, denominarse “el dilema fatal”, el cual consiste en ese conflicto interno
de la razón que se produce cuando se afirma un punto de vista objetivo (naturalismo) en el seno de un punto de vista subjetivo, con
lo que se olvida que la relación de un sujeto con sus experiencias es diferente a las relaciones con acciones cuando no se es agente de
Kant: argumentos cada una de las posturas cual sería la causa de sus actos como
una ética para encontradas. fenómeno, aunque al mismo tiempo,
la modernidad
no estuviera sometido a las condicio-
El conflicto de la antinomia radica en
nes de la sensibilidad. Esto es
la imposibilidad de afirmar la libertad
equivalente a decir que el sujeto al
humana, al tiempo que afirmamos la
obrar no estaría sometido, en cuanto
causalidad natural. En otras palabras,
su carácter inteligible, a las condicio-
el conflicto expresa la tensión entre el
nes de las leyes naturales.
hombre como ser natural y el hombre
como ser libre. La incompatibilidad La solución a la antinomia le permi-
conceptual parece arrastrarnos al di- te a Kant hacer conciliable la ciencia
lema fatal de afirmar, o bien la moderna y una concepción moral
legalidad de la ciencia como única moderna. En ella se establece una
explicación de todo, negando con ello crítica de la apariencia de la libertad
la racionalidad práctica de los indivi- como objeto de conocimiento cien-

Colaboradores Nacionales
duos y la posibilidad de dar razón de tífico, pero al mismo tiempo, una
la acción moralmente en el mundo. O crítica de la ciencia como única po-
bien, aceptamos la “fantasmagoría” de sibilidad de discurso sobre la
la libertad como una espontaneidad realidad. Por otro lado, no se ha de-
que no podemos demostrar, salvando mostrado la realidad de la libertad
la moral al precio de negar la unidad trascendental, lo único que se ha de-
causal de la naturaleza. mostrado es la posibilidad de pensar
libertad y causalidad sin incurrir en
Pero la contradicción es aparente. La
contradicción. 187
solución que Kant da a la antinomia
consiste en afirmar que tanto la tesis Será la tarea de la ética saber sobre
como la síntesis pueden llegar a tener la libertad, pues, según Kant, la ley
sentido, si se asumen dos puntos de moral es la ratio cognoscendi de la li-
vista diferentes. La antítesis debe re- bertad8. A su vez, la libertad es la ratio
ferirse al mundo como se nos da essendi de la ley moral, esto implicará
fenoménicamente y la tesis al mundo pensar la libertad no sólo en un sen-
como lo pensamos, como cosa en sí. tido negativo, entendido como la
Asumiendo dos puntos de vista o dos independencia de la voluntad con
perspectivas del mundo la incompati- relación a la sujeción a factores sen-
bilidad desaparece. En consecuencia, sibles, sino también en sentido
es posible establecer el doble carácter positivo, en cuanto a la capacidad
del que está revestido el hombre: uno humana de actuar por leyes dadas
empírico, por el cual sus actos como por sí mismo, esto es, por autono-
fenómenos estarían necesariamente mía. En tal sentido la libertad se
encadenados a otros fenómenos según constituye en condición de posibili-
la ley natural; otro inteligible, por el dad de la moralidad.

ellas. Este olvido comporta el peligro de conducir gradualmente a una naturalización de la conciencia y de la subjetividad, que
tendría por consecuencia la pérdida del sentido de nuestro vocabulario moral, al ser tomado éste como mera ficción ante la
primacía de una explicación (causal) unilateral de la realidad. Cfr: Pereda, Carlos. “La tercera antinomia y las perplejidades de
la libertad” en: Dulce María Granja (coord.) Kant: de la crítica a la filosofía de la religión. Barcelona, Anthropos, 1994. También,
Pereda, Carlos. Vértigos Argumentales. Una ética de la disputa. Barcelona, Anthropos, 1994.
8
KANT, Immanuel, Crítica de la razón práctica. México, Porrúa, 1983, pág. 91 (nota al pie).
Hernán Martínez La solución kantiana de una ontolo- tos en su conocimiento práctico para
Ferro gía dualista de fenómenos y cosas en determinar aquel concepto racional y
sí, resulta chocante e inaceptable. trascendente de lo incondicionado y
Pero el aporte importante de Kant sobrepasar, de ese modo, según el de-
es haber señalado de forma clara los seo de la metafísica, los límites de toda
límites del conocimiento científico, experiencia posible con nuestro cono-
mostrando que la ciencia puede lle- cimiento a priori, aunque sólo desde
gar a conocer de todo lo que se da un punto de vista práctico9.
en la experiencia, pero sólo de lo que A diferencia del uso teórico de la ra-
se da en la experiencia. De lo que se zón que se ocupa del conocimiento
concluye que la ciencia no puede de objetos dados, el uso práctico de
dar cuenta del deber ser. Pero no- la razón tiene que ver con la orienta-
sotros los seres humanos, en cuanto ción de la vida humana a partir de la
seres racionales y, por lo tanto, li- representación de ideas de la razón,
bres, queremos ir más allá del reino por eso sus leyes no determinan lo
Colaboradores Nacionales

de lo que es, queremos o aspiramos que es, sino lo que debe ser.
al deber ser. Nos preguntamos ¿qué
debo hacer? y para responder esto Para finalizar este apartado, quiero
ya no basta con el saber que apor- resaltar dos elementos importantes
tan las ciencias. Las ciencias pueden que se desprenden del planteamien-
aportar indicaciones útiles, pero se to kantiano para la reflexión actual.
debe tomar una decisión, se tiene que En primer lugar, podemos afirmar
elegir. La elección puede o no seguir que Kant es un precursor de las cien-
188 leyes morales; más adelante aclara- cias humanas o sociales. En la
remos el sentido de estas leyes, pero medida en que fija los límites de la
en todo caso no son leyes natura- ciencia natural en la experiencia po-
les. Por eso para Kant la moral no sible, abre un horizonte de reflexión
es objeto de la ciencia sino de re- sobre la dimensión de aquello que
flexión filosófica. es creado por el hombre a partir de
Dar cuenta de la libertad y consti- su libertad: la moral, el derecho, la
tuir una moralidad no puede ser tarea política, la historia. Dimensión que
de un uso teórico (especulativo) de para ser pensada con rigor tendrá que
la razón. La Crítica de la razón pura construir un método propio, con una
limita el uso especulativo de la ra- racionalidad y un concepto de ver-
zón a dar cuenta del conocimiento dad apropiadas a su objeto de
objetivo, pero abre la posibilidad de estudio. Claro que esto no lo alcanza-
un uso práctico de la razón que pue- rán las ciencias sociales sino entrado
da ser orientador de la razón el siglo XX. Sin embargo, el que aún
humana. hoy en día persiste mucha confusión
Nos queda aún por intentar, después sobre el sentido de las ciencias so-
de haber sido negado a la razón es- ciales y persistan nuevas formas de
peculativa todo avance en el terreno positivismo, hace que resulte impor-
suprasensible, si no se encuentran da- tante y actual volver a Kant.

9
KANT, Immanuel. Crítica de la razón pura, B XXI.
Kant: En segundo lugar, ya en el prólogo de las costumbres y en la Crítica de la razón
una ética para la segunda edición de la Crítica de la práctica. 11
la modernidad
razón pura Kant nos advierte que cuan-
El punto de partida es el reconoci-
do la razón teórica traspasa los límites
miento de que los seres humanos
de la experiencia, trae como resulta-
somos seres morales. Esto quiere de-
do indefectible una reducción de
cir que enjuiciamos moralmente
nuestro uso de la razón, amenazando
nuestras acciones y las de los demás;
con suprimir el uso práctico de la ra-
que usamos un lenguaje con palabras
zón10. ¿No consiste acaso la crisis de
como “bueno”, “malo”, “deber” etc.;
la modernidad en el triunfo de una
también podemos decir que ser mo-
razón positiva e instrumental que
ral es experimentar sentimientos de
amenaza con colonizar todos los es-
culpa, resentimiento e indignación,
pacios del mundo de la vida? Este
aunque a estos sentimientos mora-
diagnóstico lo comparten el Husserl
les Kant no les prestó mucha
de La crisis de las ciencias europeas y los

Colaboradores Nacionales
atención.
fundadores de la Teoría crítica. Volver
a Kant permite comprender la moder- Una vez reconocido el faktum de la
nidad en su complejidad, amenazas y moralidad, Kant nos previene, sin
posibilidades. embargo, de la imposibilidad de en-
contrar en la experiencia sensible el
III. Una ética del respeto fundamento de la ley moral. La tesis
universal principal de su programa de funda-
mentación pretende mostrar que
La reflexión que hemos hecho nos 189
existe una razón pura práctica, sufi-
permite situar el ámbito propio de la
ciente por sí sola para mover la
moral kantiana en la dimensión de la
voluntad, sin la ayuda de impulsos
racionalidad práctica; ámbito en el
sensibles. Sólo en este caso pueden
cual se orienta la praxis humana por
existir principios morales válidos
medio de la representación de ideas,
para todos los hombres sin excep-
que no tienen un referente empírico,
ción, es decir, leyes morales que
pero que en tanto ideales o modelos
tengan un valor universal.
permiten transformar nuestro mun-
do social. Pero, ¿cómo es posible que Los mandatos de la razón se nos pre-
haya leyes de lo que debe ser? ¿cómo sentan bajo la forma de deberes o
son posibles las leyes morales univer- mandatos, o como dice Kant, bajo
sales y cuáles serían? Responder la fórmula de imperativos. Pero no
estas preguntas es la tarea de Kant todo imperativo es un imperativo
en la Fundamentación de la metafísica de moral. Los imperativos que nos di-

10
KANT, Immanuel. Crítica de la razón pura, B XXV.
11
Kant escribió tres obras sistemáticas sobre la ética: Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785), Crítica de la razón práctica
(1788), Metafísica de las costumbres (1797). Para nuestro propósito nos centramos en la primera. Compartimos con Tugendhat que el
texto principal es la Fundamentación “Este librito es quizá lo más grandioso que se ha escrito en la historia de la ética y es, al menos en
sus dos primeras secciones, una de las pocas obras filosóficas realmente importantes que poseemos. Liberado de las coerciones
formalistas llamadas “arquitectónicas” y de las extravagancias a las que se había sometido no sólo en la Crítica de la razón pura, sino
también en la Crítica de la razón práctica, escrita dos años después de la Fundamentación, Kant se deja guiar aquí libremente por la riqueza
de su genio, argumentando de modo tan pleno de fantasía como riguroso. En una obra de ese nivel se aprende también de los errores.
Tugendhat, Ernst. Lecciones de ética, Gedisa, Barcelona, 1997. pág. 97.
Hernán Martínez cen lo que sería bueno hacer u omi- leyes objetivas válidas para todos los
Ferro tir son de dos tipos: hipotéticos o seres racionales. Pero, ¿cuál es ese
categóricos. Los imperativos hipoté- imperativo moral que manda cate-
ticos determinan la voluntad sólo en góricamente? K ant for muló de
el caso de que ésta quiera alcanzar diversas maneras el imperativo ca-
determinados objetivos. Por ejemplo, tegórico, aunque consideraba que
el imperativo “si quiero ganar la com- todas ellas eran equivalentes; no obs-
petencia, debo entrenar todos los tante, en cada una de ellas se destaca
días” no es para nada un imperativo un matiz especial de su concepción
moral, ganar la competencia puede moral. De las tres formulaciones bá-
ser una meta solo para mí y es posi- sicas de la Fundamentación, en la
ble que en ciertas circunstancias no primera fórmula sobresale la univer-
sea algo importante y prefiera dedi- salidad; en la segunda la finalidad;
car mi tiempo a hacer otra cosa. Los en la tercera la autonomía y la inter-
impertivos hipotéticos son del tipo subjetividad.
Colaboradores Nacionales

“si quieres conseguir aquello, debes


hacer tal cosa”. Kant caracteriza es- La primera fórmula, ofrecida en la
tos imperativos como mandatos Fundamentación de la metafísi-
condicionados, porque ordenan ha- ca de las costumbres, dice así:
cer algo sólo a condición de que se obra sólo según una máxima tal
quiera otra cosa. que puedas querer al mismo
tiempo que se torne ley univer-
Los imperativos categóricos, en cam- sal12. Este imperativo es conocido
bio, determinan la voluntad no en como principio de universalización,
190
vista de obtener un efecto determi- ya que lo que exige es el tratamien-
nado que se desee. Los imperativos to igual de casos iguales, aunque no
categóricos –y sólo ellos– son impe- se reduce a este principio. El impe-
rativos morales. Ellos mandan de rativo me exige actuar de acuerdo
una forma incondicionada. La for- con máximas que yo pueda querer
ma de tal imperativo sería “se debe que se conviertan en leyes genera-
hacer algo, punto y sin condición”. les, lo que quiere decir que en
Ahora bien, en un imperativo cate- asuntos normativos, no debo hacer
górico el deber no viene dado ni por excepciones conmigo mismo. Dicho
códigos, ni por la tradición, ni por la de otro modo, no podemos elevar a
ley del Estado, ni por la ley de Dios, ley moral una máxima que no pueda
pues en todos estos casos una volun- ser universalizada. Kant considera-
tad heterónoma distinta a la del ba que este postulado era tan claro
individuo mismo anularía su libertad, y sencillo, que se encontraba a la
sin el que la moral sería imposible. El base de la moral popular; pero, sin
imperativo categórico es autónomo, embargo, era difícil de cumplir.
implica que cada uno se debe dictar a
sí mismo su propia ley moral. En Sobre la primera formulación del im-
eso consiste la autonomía moral. perativo categórico nos parece
Pero no como si estuviera dirigido importante tener en cuenta dos co-
por causas subjetivas, sino por por mentarios, uno de Tugendhat y uno

12
KANT, Immanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres (421), Ariel, Barcelona, 1996.
Kant: de Wellmer. El primero es referido máxima es o no una “ley práctica”,
una ética para al poder querer que se expresa en el no basta con saber si se puede que-
la modernidad
imperativo.13 Es claro, según Tugen- rer que se convierta en ley general.
dhat, que se está hablando de un En cambio, cuando se comprueba
poder querer en el sentido habitual que no se puede querer que una
del término, esto es, un poder que- máxima se convierta en ley general,
rer empírico, egoísta y pre-moral. No esto permite concluir que sería malo
podemos querer que una máxima in- actuar conforme a ella. A favor de
moral se torne ley universal. ¿Por esta interpretación estaría la prefe-
qué? Por razón de nuestros intere- rencia de Kant por ilustrar las normas
ses. Por ejemplo, si no quiero que morales con ejemplos negativos.
otros me hagan daño, no puedo que- Pero Kant afirmaba que las máximas
rer que la máxima “hacer daño a otro generalizables son leyes prácticas.
si me conviene” se torne ley univer- Wellmer muestra que, para salvar la
sal, pues otros, si les conviene, me diferencia con Kant, los juicios ne-

Colaboradores Nacionales
harían daño. Tugendhat sostiene que gativos, que expresan la prohibición
aquí se nombra la verdadera base de hacer esto o lo otro, podrían ser
del imperativo categórico: el con- traducidos afirmativamente por me-
tractualismo. En su opinión, Kant dio de “mandatos de omisión”, algo
propuso una moral que correspon- así como no hacer nada de lo prohibi-
de, en su contenido, con el do por la máxima “no generalizable”,
contractualismo, pero que se dife- por ejemplo, “debes evitar matar”.
rencia en el hecho de que las reglas Esto le permite una distinción entre
deben obedecerse de manera univer- un concepto débil de generalizabili- 191
sal por sí mismas o por las otras dad de máximas, que bastaría para
personas14. eliminar máximas no generalizables,
pero no para fundar leyes prácticas; y
Por su parte, Albrecht Wellmer afir- un concepto fuerte de generalizabili-
ma que el “tiene que” o “debe” de dad, en el sentido de negación de las
nuestras creencias morales ordinarias máximas no generalizables, que per-
sólo pueden ser inferidas del impera- mitirían fundar leyes prácticas
tivo categórico via negationis. Esto es, (morales).15 En todo caso, la ética kan-
que la transferencia de obligatoriedad tiana estaría al servicio de la detección
del imperativo a las normas concre- de aquello que los individuos no pue-
tas ha de llevarse a cabo a través de la dan querer que se torne ley universal.
prohibición de máximas generaliza-
bles. Según esto, la generalizabilidad La segunda formulación es la si-
de máximas sólo significa que actuar guiente: Obra de tal modo que
conforme a ellas está moralmente uses la humanidad, tanto en tu
permitido. Para determinar si una persona como en la persona de

13
En la Fundamentación se explica que existen muchas máximas que no pueden ser “siquiera pensadas” como
ley universal, y “mucho menos se puede querer que deban serlo”.(KANT; Immanuel, Fundamentación 424
(pág 41) Se tienen dos criterios de evaluación moral: podría preguntarse si una norma es inmoral porque no se
puede pensar su universalización o porque no se la puede querer. Kant parece reconocerle mayor valor a
aquellos mandatos morales que cumplen con el primer criterio, llamándolos deberes “perfectos”.
14
Cf: TUGENDHAT, Ernst, Lecciones de ética, págs. 134 y ss.
15
Cf: WELLMER, Albrecht, Ética y Diálogo, Barcelona, Anthropos, 1994. pág. 50 y ss.
Hernán Martínez cualquier otro, siempre como un neos basan los derechos humanos.
Ferro fin al mismo tiempo y nunca so- Así mismo, siguen siendo la mejor
lamente como un medio16. forma de oponerse a aquellas doc-
trinas que pretenden subordinar los
Esta versión del impertivo se aleja
derechos del individuo a supuestos
del formalismo y ofrece un conteni-
fines superiores, tales como, el bien-
do material. Lo que Kant pretende
estar general, el Estado, Dios, la
haber encontrado es la posibilidad de
voluntad general, etc.
afirmar un fin, no como mero capri-
cho subjetivo o material de un ser La tercera versión del imperativo es
racional, sino un fin objetivo válido la siguiente: No hacer ninguna ac-
para todo ser racional. “Ahora yo ción por otra máxima que ésta, a
digo: el hombre, y en general todo saber, que pueda ser tal máxima
ser racional, existe como fin en sí mis- una ley universal y, por tanto, que
mo”.17 El valor absoluto lo aclara la voluntad, por su máxima, pue-
Kant distinguiendo entre persona y da considerarse a sí misma al
Colaboradores Nacionales

cosas, las cosas son intercambiables mismo tiempo como universal-


como las mercancías, por eso poseen mente legisladora. 19
un valor relativo, mientras que las
personas son seres que tienen un Aquí, el imperativo hace radicar la le-
“valor absoluto”, un “valor interno”, gislación universal en la autonomía de
una “dignidad”. la voluntad. Si en la primera formula
destaca el “principio de universali-
Me parece que la mejor forma de en- dad”, en esta sobresale el “principio
192
tender esta formulación es en la de autodeterminación”. Kant ha pre-
interpretación de Tugendhat, quien tendido alcanzar, bajo ésta tercera
propone dejar de lado la expresión versión, una conciliación entre las as-
“fin en sí mismo”, por considerarla piraciones de una ley moral universal
enigmática e innecesaria. La formula de validez intersubjetiva y las exigen-
del imperativo en su segunda versión cias de autonomía de los sujetos
quedaría limitada a: “No uses nunca morales, gracias a que cada individuo
a los hombres meramente como me- se piense como miembro legislador en
dios”. Según Tugendhat el imperativo el “reino de los fines”. Aquí podemos
categórico culmina en el mandato: notar una justificación moral del “con-
¡No instrumentalices a nadie! Expre- trato social” de Rousseau, si bien
sado en modo positivo: ¡Respétalo –pasando a su pensamiento jurídico-
como sujeto de derecho! O con Kant: político- para Kant será en el Estado
¡Respétalo en su dignidad!18 jurídico entendido como Idea regula-
La noción de dignidad, autonomía y tiva, el principio en el que se funda el
respeto universal, que están impli- poder y la soberanía legal; a diferen-
cados en el imperativo kantiano, cia del filósofo ginebrino que establece
siguen siendo el fundamento en el inequívocamente el principio fundan-
que muchos autores contemporá- te en la soberanía popular.
16
KANT, Immanuel, Fundamentación, 429 (pág. 45).
17
KANT, Immanuel, Fundamentación, 429 (pág. 44).
18
TUGENDHAT, Ernst, Lecciones de ética, pág 139.
19
KANT, Immanuel, Fundamentación, 432 (pág. 46).
Kant: Para finalizar y no cansarlos más, sólo que la fundamentación racional de
una ética para voy a hacer unos comentarios fina- la moral como la propone Kant, en
la modernidad
les. En primer lugar, si bien bajo la la medida en que recurre a algo tras-
segunda y tercera formulación del cendente es inaceptable.
imperativo aparece el horizonte de la
Sin embargo, los contenidos y alcan-
intersubjetividad, lo hace de una for-
ces de la ética kantiana constituyen
ma muy precaria. La pregunta por la
la concepción más plausible de una
posibilidad de conciliar las diferen-
moral moderna. Una ética que pres-
tes autonomías y la ley moral, la
cribe el respeto de todos los
resuelve Kant apelando a un sujeto individuos. La revolución kantiana en
trascendental. Kant pretende que así el campo de la filosofía práctica es tal,
como hay una justificación racional- que toda la filosofía posterior ha par-
condicionada para el imperativo tido de confrontaciones críticas o
hipotético, también hay una justifi- puntos descuidados o ignorados por
cación racional-incondicionada para reflexión de Kant. A pesar de ello,

Colaboradores Nacionales
el imperativo categórico. ¿Qué sen- ningún intento ha logrado la profun-
tido tiene esta pretensión de didad, coherencia y claridad que
justificación absoluta y por qué tie- encontramos en la filosofía moral de
ne ella que ser racional? Sostener que Kant. En ella encontramos el más pre-
las normas morales son mandatos in- claro humanismo universalista, en el
condicionales de la Razón, es usar un que la ley moral está basada en la de-
concepto de Razón con mayúscula cisión autónoma del individuo, de
inexistente, como lo señala con cer- individuos tomados como libres e
teza Tugendhat20. Lo que quiere decir iguales. 193

BIBLIOGRAFÍA
APEL, Karl Otto.: Estudios éticos. Buenos Aires, Alfa, 1986.
COLOMER-MARTÍN, José Luis.: La teoría de la justicia de Kant. Madrid,
C.S.I.C., 1995.
CORTINA, Adela.: Ética Mínima. Madrid, Tecnos, 1989.
——————-Razón comunicativa y responsabilidad solidaria. Sígueme,
Salamanca, 1985.
FRANKENA, William.: Ética. México, U.T.E.H.A., 1965.
GONZÁLEZ VICEN, Felipe. De Kant a Marx. Valencia, F. Torres (ed), 1984.
GRANJA, Dulce María: Kant: de la crítica a la filosofía de la religión. Barce-
lona, Antrophos, 1994.
GOLDMANN, Lucien: Introducción a la filosofía de Kant. Buenos Aires,
Amorrortu, 1974.

20
TUGENDHAT, Ernst, “Una nueva concepción de filosofía moral” en: David Sobrevilla, (compilador) El derecho, la política y la
ética, Siglo XXI, México, 1991, pág 157.
Hernán Martínez HABERMAS, Jürgen.: “Acerca del uso ético, pragmático y moral de la razón práctica”
Ferro en: Filosofía (Revista del postgrado de filosofía de la Universidad de los An-
des) no. 1, Abril 1990, Mérida (Venezuela), pp. 3-24.
HELLER, Agnes. Crítica de la ilustración, Península, Barcelona, 1984.
Hennis, Wilhelm.: Política y filosofía práctica. Buenos Aires, Sur, 1973.
HOYOS V, Guillermo.: El problema de la libertad humana en Kant, en: Ideas y
Valores. Nos. 51-53. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1978.
—————— Ética y libertad en Kant. En : ECO 244, Bogotá 1982
KANT, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Ariel, Barce-
lona, 1986.
MUGUERZA, Javier.: La razón sin esperanza Madrid, Taurus, 1977.
LANDGREBE, Ludwig.: Fenomenología e historia Caracas, Monte Avila,
Colaboradores Nacionales

1975.
SCHOPENHAUER, Arthur, Los dos problemas fundamentales de la ética.
Madrid, Aguilar, 1970.
TUGENDHAT, Ernesto, Lecciones de ética. Barcelona, Gedisa, 1998.
UREÑA, Enrique, La crítica kantiana de la sociedad y de la religión. Madrid,
Técnos, 1979.
194 WELLMER, Albrecht, Ética y diálogo. Barcelona, Anthropos, 1994.

También podría gustarte