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Joel Diaz Suero B92632

Prof. Tania Vicente

Historia de la Música II

25 Septiembre 2019

Resumen Cap. I II III López Cano

La retórica se puede definir como el arte de hacer discurso, de una manera

correcta y persuasiva. Esta se remonta a la antigüedad romana, donde había

ocurrido una expropiación masiva de tierras y luego a la hora de devolverlas el

gobierno solo puedo contar con la palabra de la gente como factor a tomar en

consideración para hacer justicia. Los antiguos dueños tuvieron que valerse de la

retórica para convencer al jurado y poder recuperar sus ciertas. De esta manera se

puede decir que “​la retórica desde su nacimiento estuvo ligada al justo reclamo de la

propiedad”​ (p. 20). Los principales autores de este arte fueron: Aristóteles, Cicerón y

Quintiliano. Cicerón afirma que el fin del discurso es el convencimiento y la

persuasión del oyente. Es decir mover los afectos de quien escucha. Continúa luego

diciendo que el discurso debe ser agradable (​delectare​), instructivo (​docere)​ , y debe

conmover (​movere​). Estos autores dividieron la retórica en cinco fases

preparatorias. Primero está el ​inventio.​ Esto es el descubrimiento de la ideas y

​ sto se
argumentos que se sustentarán; es decir, la tesis. Luego está el ​dispositio. E

refiere a la distribución de las ideas y argumentos. Consiste en seis momentos:

exordio, narratio, propositio, confutatio, confirmatio y​ ​peroratio. Sigue después el

Elocutio.​ Una vez determinado la tesis y su distribución, se da lugar a verbalizarla.

Se deben encontrar las palabras adecuadas y hacer un correcto uso del lenguaje. A

esta fase le sigue la ​memoria​, que no es más que la memorización del discurso. Y
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por último está el ​pronuntiatio​. Aquí se revisan los principios fonéticos y gestuales, y

se realiza una escenificación del discurso. Bajo todo este marco teórico es sobre la

cual se desarrolló la retórica, incluyendo la retórica musical. La ​inventio ​los

compositores barrocos la aplicaron para obtener ideas musicales apropiadas

​ a ​dispositio,​ se utilizó para crear una


usando el sistema de ​loci topici. L

infraestructura ordenada para entender para momento musical. Creando así un

mapa de los afectos. En la música del ​elocutio ​se toma el sistema ​decoratio, ​para la

​ s una de las áreas que no se explora en la música de


ornamentación. La ​memoria, e

este entonces, ya que los músicos de esta era no demostraban interes en

memorizar las interpretaciones. Y la ​pronuntiatio s​ e utilizaba para determinar el

movimiento corporal de los ejecutantes.

En el Barroco para convertir el arte en un instrumento de persuasión se va a

retornar a todos estos conceptos de la retórica; ya que es la única disciplina que

podía dar un conocimiento pleno y más o menos sistematizado acerca de la

naturaleza y el funcionamiento de los ​afectos ​o ​pasiones del alma. Se pueden

mencionar dos razones fundamentales para explicar la utilización de esta técnica

por parte de los músicos y teóricos barrocos. Primero, el deseo de imitar modelos y

estrategias de la antigüedad clásica. Y luego, la necesidad de ver la música como

fuerza capaz de mover los ​afectos​ de un público; tal y como los buenos oradores.

En este periodo se teoriza la música en tres tipos: ​musica theorica, musica

practica y​ ​musica poetica.​ La ​musica theorica, se vió ocupada por la especulación

teórica del origen del sonido, de la importancia de la música para el hombre y para

el cosmos. Aquí interviene la armonía de las esferas, ​la musica mundana y la

musica humana. ​La ​musica practica, en cambio se refiere a procedimientos


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prácticos de la ejecución musical. Intervienen aspectos como la ornamentación, la

técnica instrumental y vocal, y demás elementos para los intérpretes. Luego la

musica poetica, t​ ambién llamada ​ars compositionis; ​se encargó del estudio de la

metodología empleada a la hora de componer en general. Aquí se toman elementos

técnicos como: el contrapunto, los modos, el bajo continuo, etc. En la época se

escribieron un sinnúmero de tratados exponiendo este tópico; pero el autor

concuerda en que el común denominador entre todos estos es la importancia que le

brindan a la retórica en la búsqueda de mover los ​afectos​; tarea fundamental de los

músicos de esta era. El compositor barroco planeaba el contenido afectivo de cada

movimiento o sección, esperando siempre la respuesta de la audiencia. Pero, a

diferencia de la concepción subjetiva y espontánea de los compositores del

Romanticismo, estos consideran los ​afectos​ como conceptos racionales.

Descartes habla sobre las pasiones del alma como movimientos de los ​Espíritus

Animales. ​Él las describe como una especia de aire sutil que se desplaza por el

torrente sanguíneo. Estos espíritus cuando se mueven dependiendo del estímulo

que reciban. Cada movimiento es determinado por la combinación de: objetos,

fantasias, temperamento personal, y movimientos generados por la voluntad del

alma. Entonces se puede decir que en la concepción cartesiana “​lo que es en el

alma una pasión es en el cuerpo una acción”​ (p. 51). Para Descartes también

existen seis pasiones básicas, de las cuales se desprenden las demás. Estas son:

admiración, deseo, amor, odio, alegría y tristeza. Spinoza luego va a decir que

existen tres tipos de afectos primarios: ​Laetitia (​ que causa placer), ​Tristitia (​ que

causa desagrado) y el Deseo. Hume sobre este tema afirma que existen dos tipos

de pasiones: las directas, que nacen del bien o el mal, del del placer o el dolor; y las
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indirectas, que surgen de los mismo principios pero combinados con otras

cualidades. También el teórico musical Marin Mersenne dicta que existen once tipos

de pasiones. Y estas a su vez se dividen en dos grupos: las que se encuentran en el

apetito concupiscible y​ las que se encuentran en el ​apetito irascible. T


​ omando todas

estas teorías en consideración el compositor elaboraba su propio trabajo para la

creación de un sistema para el manejo y análisis de los afectos. Johann Joachim

Quantz, un teórico del siglo XVIII, nos dice que para reconocer el contenido afectivo

de una obra es necesario tomar en consideración cuatro elementos: los modos, los

intervalos, las disonancias (y ornamentos), y las indicaciones de tiempo y carácter.

Sin embargo al entrar al siglo XVIII denominado “de las luces”; esta doctrina

empieza a decaer y entra en crisis. Esto según Ronald Barthes como “​resultado de

la promoción de un nuevo valor: la evidencia​”. La retórica cae entonces a manos de

la Revolución Francesa y las nuevas ideas de empirismo y ciencia.

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