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La insurgencia electoral en Chihuahua

En México, hasta antes de la década de los ochentas, las elecciones no

eran relevantes debido a la forma en que se configuraba el sistema de partidos.

Después de varias reformas electorales vinieron una serie de fenómenos políticos

y la idea de que para salir de los males se requería que la alternancia electoral,

en todos los gobiernos, llegara para como parte del proceso de transición a la

democracia.

1. Los cambios que anunciaron las novedades económicas y políticas

Durante los años ochenta Chihuahua se convirtió en un laboratorio de cambios

que presagiaban tiempos nuevos, en economía, respeto al voto, democracia

electoral. A partir de esos años se empezó a formar un consenso diferente sobre

la alternancia política que fue hacia el crecimiento de un partido de oposición.

El discurso hablaba de la responsabilidad de la crisis y la corrupción se debían

a un gobierno autoritario que no permitía la alternancia, la democracia y el voto

libre, como los mecanismos para superar la crisis y la corrupción. Con esta

narrativa se iniciaron importantes convergencias sociales.

2. Los ciclos de alternancia

En la década de los ochenta, hubo un comportamiento político que formó

extraños ciclos de contraste con otras regiones y con el proceso nacional. En

1983, el pan ganó los principales municipios y junto con algunos partidos de

izquierda, la oposición pasó a gobernar al 75% de la población del estado.

Después vino el conflicto de 1986 por la gubernatura del estado, en donde el

fraude electoral trascendió a la región y llegó a ser nota internacional; este hecho

negativo fue uno de muchos que antecedieron a la cuestionada sucesión


presidencial y a la ruptura del régimen en 1988. Luego llegó la fase de las

alternancias controladas, primero en 1989 en Baja California y después en

Chihuahua en 1992. En el caso de Chihuahua, pasaron nueve años entre la

sorpresa de 1983, (como el inicio de la alternancia), hasta 1992. También ha

pasado por gobiernos divididos y unificados. En la sucesión presidencial del 2000

el pan ganó 6 de 9 diputaciones federales y la fórmula de mayoría del senado; en

2006 sólo ganó 4 de 9 diputaciones y también la fórmula de mayoría del senado.

3. Dos generaciones de problemas, reglas electorales y buenos

gobiernos

En Chihuahua se completó un ciclo de alternancia entre 1983 con elecciones

municipales y diputaciones; 1992 con el proceso estatal y 1998 con el regreso del

viejo partido gobernante, el pri.

En el país ya existe un ciclo completo, en 2012 regresa el pri a Los Pinos

después de dos sexenios de gobiernos panistas. Además, se puede ir de lo

regional a lo federal, de lo local a lo estatal y a lo nacional, del municipio a las

gubernaturas, de un diputado local a uno federal; como en un juego de espejos

deformados, cargados de los nuevos referentes de significación política, que nos

regresan las imágenes y las miradas de lo que hoy tenemos en México y sus

regiones sobre democracia

A lo largo de varios años se plantearon en Chihuahua lo que hemos llamado

las dos generaciones de dificultades, situación que se generalizó al mismo ritmo

que creció la competencia y la alternancia en casi todo el país. Los problemas de

la primera generación son: reglas equitativas, transparencia y alternancia, y sin

haber terminado con los obstáculos de la primera generación, empezaron a surgir


los conflictos de la segunda generación y que forman ya parte de la vida cotidiana

del país. Una vez que se logró la sucesión estatal en 1992, se dio un proceso de

cambio de reglas y Chihuahua se puso al día con los avances que ya existían a

nivel nacional.

4. Comparación entre dos gobiernos estatales, uno priista y uno panista

En Chihuahua, con Patricio Martínez, 1998-2004 y Jalisco, con Francisco

Ramírez Acuña, 2001-2006: Para decirlo de forma coloquial, el control llega a tal

grado que nada se mueve sin que el gobernador lo autorice. Se da una embestida

en contra de los organismos autónomos, como la Comisión Estatal de Derechos

Humanos en Jalisco, que dura varios meses sin titular por un veto del gobernador

en contra de una candidatura independiente, como un cobro de una vieja factura.

En ambos estados, el gobernador tiene mayoría en los congresos, lo que

debilita la capacidad de fiscalización, que durante los gobiernos anteriores

correspondió a un gobierno dividido que la llevó a cabo de forma intensa y

sistemática.

Estas características nos hablan de un problema importante que se inicia con

las alternancias, que no estaba contemplado en ninguna de las hipótesis y que,

además, pone en entredicho el supuesto de que la alternancia generaría mejores

gobiernos. Pero no sólo eso, sino que también cuestiona las hipótesis sobre el

voto retrospectivo, es decir, que la ciudadanía orienta el sufragio con la mira

puesta en el gobierno saliente

5. Vaciamiento y violencia

La crisis de seguridad y destrucción de una ciudad afecta de forma general a

los ciudadanos, por ello los procesos electorales dejan de ser importantes. La
percepción de que en esos años no había Estado con autoridad para proteger los

derechos más elementales, como la vida, afectó de manera directa los comicios

de 2010.

Las instituciones de control democrático y participación ciudadana,

transparencia, derechos humanos y elecciones, han entrado en un proceso donde

han sido capturadas por las autoridades.

Ahora son espacios subordinados al poder estatal y a las cuotas entre los

partidos, pri y pan, institutos dominantes que se han repartido el poder al ritmo de

un bipartidismo. Estas instituciones están muy limitadas para convertirse en un

contrapeso. Una parte de su desempeño depende de alguna excepción, algún

consejero o representante que se tome en serio su trabajo y se salga de los

mecanismos de control gubernamental, pero en general, no son espacios de

empoderamiento ciudadano para cumplir funciones de control democrático. Por lo

pronto, Chihuahua ha bajado nueve posiciones entre 2008 y 2010, en el índice de

desarrollo humano estatal del país (salud, ingreso, educación), medido por el

pnud.

6. Algunas reflexiones finales

A lo largo de las últimas décadas, la estructura de poder bipartidista en

Chihuahua ha pasado por una serie de fenómenos que se inician a principio de los

años ochenta, con la insurgencia electoral que formó una convergencia social de

la que se benefició el pan, un partido de oposición con una tradición civil que

evolucionó en varios ciclos hasta que ganó la gubernatura a principio de los años

noventa, y desde entonces no ha podido recuperarla.


Pero ha tenido una transformación paradójica en sintonía con lo que le pasó a

nivel nacional desde que ganó la presidencia en el año 2000. En Chihuahua el

peso del pan bajó, a pesar de ser gobierno a nivel federal, pero en los dos

espacios sufrió el mismo proceso de descomposición por haberse acomodado

entre viejos intereses dominantes. Así han evolucionado los ciclos políticos en

Chihuahua, desde la insurgencia hasta la crisis de violencia.


Fuentes documentales:

 Medina, J., & Trujillo, E. (2017). 20 años de alternancia electoral en el

noroeste de México. INE.

https://cvicsa.uacj.mx/cvicsa/pluginfile.php/585566/mod_resource/content/1/

Apuntes%20sobre%20Chihuahua%20De%20la%20insurgencia%20electora

l%20a%20la%20violencia%20en%20Alternancia%20Electoral%20Noreste

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