La maximación de los beneficios y la oferta competitiva
El modelo de la competencia perfecta es muy útil para estudiar una variedad de mercados, este modelo se basa en tres supuestos; las empresas son precio-aceptantes que son las que no pueden influir en el precio de mercado y que por tanto lo considera dado. Homogeneidad del producto; Cuando los productos de todas las empresas de un mercado son sustitutivos perfectos es decir, cuando son homogéneos ninguna puede cobrar un precio superior al de otras empresas sin perder la mayor parte de su negocio o todo. La libertad entrada y salida este es el tercer supuesto que indica que cuando no hay costes especiales que dificulten la entrada (o la salida) de una empresa en una industria. Muchos mercados pueden aproximarse a la competencia perfecta, en el sentido de que una o más empresas actúan como si se enfrentaran a una curva de demanda casi horizontal. En general, el número de empresas de una industria no siempre es un buen indicador del grado en que ésta es competitiva. El supuesto de la maximización de los beneficios se utiliza frecuentemente en microeconomía porque predice la conducta de las empresas con un grado razonable de precisión y evita complicaciones analíticas innecesarias. Para matizar el supuesto de maximización existen formas de organización así como la cooperativa que es una asociación de empresas o de personas que es propiedad conjunta de sus miembros y gestionada por ellos en su propio beneficio. Para maximizar los beneficios, la empresa selecciona el nivel de producción en el que mayor es la diferencia entre el ingreso y el coste. El ingreso es una línea curva, que refleja el hecho de que la empresa solo puede vender un nivel de producción más alto bajando el precio. La pendiente de esta curva de ingreso es el ingreso marginal: la variación que experimenta el ingreso cuando se incrementa el nivel de producción en una unidad. Como las empresas de los mercados competitivos tienen una pequeña proporción de la producción total de la industria, eligen su nivel de producción suponiendo que su decisión de producción no influye en el precio del producto. En este caso, la curva de demanda y la curva de ingreso marginal son idénticas. Una empresa perfectamente competitiva debe elegir su nivel de producción de tal forma que el coste marginal sea igual al precio. A corto plazo, una empresa utiliza una cantidad fija de capital y debe elegir los niveles de sus factores variables (trabajo y materias primas) que maximicen los beneficios en el que el precio sea igual al coste marginal (a corto plazo). Sin embargo, el precio debe ser mayor o igual que el coste variable medio mínimo de producción de la empresa. Una curva de oferta de una empresa indica cuánto producirá a cada uno de los precios posibles. La curva de oferta del mercado a corto plazo es la suma horizontal de las curvas de oferta de las empresas de una industria. Puede caracterizarse por medio de la elasticidad de la oferta: la variación porcentual que experimenta la cantidad ofrecida provocada por una variación porcentual del precio. El excedente del productor de una empresa es la suma de la diferencia entre el precio de mercado de un bien y el coste mínimo que sería necesario para obtener el nivel de producción maximizador de los beneficios. Tanto a corto plazo como a largo plazo, el excedente del productor es el área situada debajo de la recta de precios horizontal y encima del coste marginal de producción. La renta económica es el pago de un factor de producción escaso menos la cantidad mínima necesaria para contratarlo. A largo plazo, en un mercado competitivo el excedente del productor es igual a la renta económica generada por todos los factores escasos, el nivel de producción a largo plazo que maximiza los beneficios de una empresa competitiva es el punto en el que el coste marginal a largo plazo es igual al precio Existe un equilibrio competitivo a largo plazo cuando se cumplen tres condiciones: (a) las empresas maximizan los beneficios; (b) todas ganan unos beneficios económicos nulos, por lo que no hay incentivos para entrar o salir de la industria; y (c) la cantidad demandada del producto es igual a la ofrecida. Por tanto, la condición según la cual los beneficios económicos deben ser nulos es esencial para que el mercado esté en equilibrio a largo plazo, los beneficios contables positivos se traducen en rentas económicas que son ganadas por los factores escasos. La renta económica es la cantidad que están dispuestas a pagar las empresas por un factor menos la cantidad mínima necesaria para obtenerlo. La curva de oferta a largo plazo es horizontal cuando la industria es una industria de coste constante en la que el aumento de la demanda de factores de producción (correspondiente a un aumento de la demanda del producto) no influye en el precio de mercado de los factores. Pero la curva de oferta a largo plazo de la empresa tiene pendiente positiva en una industria de coste creciente, en la que el aumento de la demanda de factores provoca una subida del precio de mercado de algunos de los factores de producción o de todos. La elasticidad de la oferta de la industria a largo plazo se define de la misma que la elasticidad a corto plazo.
El análisis de los mercados competitivos
Con el excedente del consumidor y del productor se puede evaluar las consecuencias para el bienestar de la intervención del Estado en el mercado, en donde se puede averiguar las ganancias y pérdidas de los consumidores y de los productores. Se presentan variaciones del excedente del consumidor y del productor provocadas por la política de control de los precios así como el cambio del excedente del consumidor, del productor y pérdida irrecuperable de eficiencia cuando la curva de demanda es muy inelástica. El objetivo de toda empresa es lograr la eficiencia económica que es la maximización del excedente agregado del consumidor y del productor sin embargo muchas veces se presenta fallo de mercado que es la situación en la que un mercado competitivo no regulado es ineficiente porque los precios no transmiten las señales correctas a los consumidores y los productores. Existen dos casos de fallos; externalidades que es la acción de un productor o de un consumidor que afecta a otros productores o consumidores, pero no se tiene en cuenta en el precio de mercado. Y la falta de información cuando los consumidores carecen de información sobre la calidad o la naturaleza de un producto y, por tanto, no pueden tomar decisiones de compra que maximicen la utilidad. Los gobiernos en ocasiones imponen un precio mínimo a veces tratan de subir los precios por encima de los niveles que equilibran el mercado en lugar de bajarlos, además de imponer un precio mínimo los gobiernos pueden subir de otras formas el precio de un bien. La intervención del Estado generalmente provoca una pérdida irrecuperable de eficiencia; aunque el excedente de los consumidores y el de los productores se sopesen por igual, la intervención del Estado provoca una pérdida neta que desplaza el excedente de un grupo al otro. En algunos casos, esta pérdida irrecuperable de eficiencia es pequeña por lo cual se han desarrollado programas de mantenimiento de los precios en donde el gobierno fija el precio de mercado de un bien por encima del nivel de libre mercado y compra la cantidad de producción necesaria para mantenerlo, suele repartirse entre los productores consumidores y el estado. El Estado también puede hacer que suba el precio de un bien reduciendo la oferta. Puede hacerlo por decreto, es decir, fijando simplemente la cantidad que puede producir cada empresa. Estableciendo unas cuotas adecuadas, puede hacer que el precio suba hasta cualquier nivel arbitrario, llamado asi cuotas de producción. Muchos países utilizan contingentes y aranceles (en donde se le conoce como contingente a la cantidad máxima que puede importarse de un bien y un arancel como el impuesto sobre un bien importado) sobre las importaciones para mantener el precio interior de un producto por encima de los niveles mundiales y permitir así a la industria nacional obtener mayores beneficios que en condiciones de libre comercio. Sin contingentes ni aranceles, un país importa un bien cuando su precio mundial es menor que el precio que estaría vigente en el mercado si no hubiera importaciones. La carga de un impuesto (o el beneficio de una subvención) recae en parte en el consumidor y, en parte, en el productor. La proporción del impuesto que recae en los consumidores depende de las formas de las curvas de oferta y de demanda y, en concreto, de las elasticidades relativas de la oferta y de la demanda. Los impuestos específicos es un impuesto de una determinada cuantía por unidad vendida. Entre los ejemplos de impuestos específicos se encuentran los impuestos sobre la gasolina y sobre el tabaco. Si la demanda es relativamente inelástica y la oferta es relativamente elástica, la carga del impuesto recae principalmente en los compradores. Las subvenciones pueden analizarse de la misma forma que los impuestos; en realidad, pueden concebirse como un impuesto negativo en donde se le conoce como el pago que reduce el precio del comprador por debajo del precio del vendedor; es un impuesto negativo. Con una subvención el precio de los vendedores es superior al de los compradores y la diferencia entre los dos es la cuantía de la subvención, la influencia de una subvención en la cantidad producida y consumida es exactamente la contraria a la de un impuesto: la cantidad aumenta. Como consecuencia, el beneficio de la subvención se reparte más o menos por igual entre los compradores y los vendedores, por lo que en ocasiones el beneficio de una subvención va a parar a los compradores. La intervención del Estado en un mercado competitivo no siempre es negativa. El Estado y la sociedad que representa podrían tener otros objetivos, además de la eficiencia económica. Y hay situaciones en las que su intervención puede mejorar la eficiencia económica. Ejemplos son las externalidades y los casos de fallos del mercado Estructura del mercado y estrategia competitiva El poder de mercado es la capacidad de los vendedores o de los compradores para influir en el precio de un bien. Este poder adopta dos formas el monopolio y el monopsonio en donde se define al monopolio como un mercado en el que solo hay un vendedor y el monopsonio es un mercado en el que solo hay un comprador. El monopolista, como único productor de un producto, se encuentra en una posición única. Si decide subir el precio del producto, no tiene que preocuparse de la posibilidad de que los competidores cobren un precio más bajo y capturen así una cuota mayor del mercado a su costa. El monopolista es el mercado y controla absolutamente la cantidad de producción que pone en venta. El ingreso medio del monopolista es el precio que percibe por unidad vendida no es más que la curva de demanda. Para elegir el nivel de producción maximizador de los beneficios, el monopolista también necesita conocer su ingreso marginal: la variación del ingreso provocada por un aumento de la producción en una unidad. Un mercado monopolístico no tiene una curva de oferta, la razón se halla en que la decisión de producción del monopolista depende no solo del coste marginal sino también de la forma de la curva de demanda que tiene como consecuencia provocar variaciones de los precios sin que varié el nivel de producción. El efecto de un impuesto en el monopolio es la subida de precio a veces en una cuantía superior a la del impuesto. La empresa que tiene poder de monopolio, el precio es superior al coste marginal. Por tanto, una manera natural de medir el poder de monopolio es averiguar en qué medida es el precio maximizador de los beneficios superior al coste marginal en donde se utiliza el índice de poder de monopolio de Lerner que es la medida del poder de monopolio que es el exceso del precio sobre el coste marginal en porcentaje del precio. El poder de monopolio depende, en parte, del número de empresas que compiten en el mercado. Si solo hay un monopolio puro el poder de monopolio depende totalmente de la elasticidad de la demanda del mercado. Cuanto menos elástica es la demanda, más poder de monopolio tiene la empresa. Cuando hay varias empresas, el poder de monopolio también depende de cómo se interrelacionen las empresas. Cuanto más ferozmente compitan, menos poder de monopolio tendrá cada una. Las empresas se dedican a la búsqueda de rentas económicas que consiste en gastar dinero en esfuerzos socialmente improductivos para adquirir poder de monopolio, mantenerlo o ejercerlo. Para la regulación de los precios existen las leyes antimonopolio que impiden que las empresas acumulen excesivo poder de monopolio debido a su coste social. En el caso en que más se regulan los precios es en el de los monopolios naturales, que son empresas que pueden producir toda la producción del mercado con menos costes que si hubiera varias empresas. En donde se utiliza la regulación basada en la tasa de rendimiento que consiste en la regulación por la que el precio máximo permitido por el organismo regulador se basa en la tasa (esperada) de rendimiento que obtendrá una empresa. El monopsonio se refiere al mercado en el que hay un único comprador el oligopsonio es el mercado en el que solo hay unos poco compradores. Cuando solo hay uno o unos pocos compradores, algunos pueden tener poder de monopsonio: tienen capacidad para influir en el precio del bien. El poder de monopsonio permite al comprador adquirir el bien a un precio inferior al que estaría vigente en un mercado competitivo. El poder de monopsonio depende, en parte, del número de compradores que hay en el mercado. Si solo hay un monopsonio puro el poder de monopsonio depende de la elasticidad de la oferta del mercado. Cuanto menos elástica es la oferta, más poder de monopsonio tiene el comprador. Cuando hay varios compradores, el poder de monopsonio también depende de lo ferozmente que compitan los compradores por las mercancías de sus proveedores. El poder de mercado puede imponer costes a la sociedad. Como tanto el poder de monopolio como el poder de monopsonio hacen que el nivel de producción sea inferior al competitivo, hay una pérdida irrecuperable de excedente del consumidor y del productor. Cuando en el mercado se encuentra un monopolista y un monopsonista se llama monopolio bilateral en donde hay un solo comprador y un solo vendedor en el mercado en donde el poder de monopsonio de los compradores reduce el poder de monopolio efectivo de los vendedores y viceversa. Para evitar que las empresas consigan un excesivo poder de mercado existe las leyes antimonopolio que son normas y leyes que prohíben las acciones que restringen o que es probable que restrinjan la competencia. La ley Sherman en el artículo 1 prohíbe los contratos, las confabulaciones y las conspiraciones que restrinjan el comercio, esta ley se puede infringir por una conducta paralela que es un tipo de colusión implícita en la que una empresa imita sistemáticamente las acciones de otra. El artículo 2 de la ley Sherman declara ilegal monopolizar o intentar monopolizar un mercado y prohíbe las conspiraciones que dan como resultado una monopolización Fijación de los precios con poder de mercado Las empresas que poseen poder de mercado tienen una tarea más difícil que las empresas competitivas, pero tienen posibilidades de obtener grandes beneficios de acuerdo a la estrategia de precios que utilicen. Aunque la empresa fije un único precio, necesita una estimación de la elasticidad de la demanda de su producto. Las estrategias más complicadas, que pueden implicar la fijación de varios precios, exigen aún más información sobre la demanda. Todas las estrategias de precios aspiran ampliar la base de clientes que busca capturar el excedente del consumidor y transferir al productor. En principio a la empresa le gustaría practicar la discriminación de precios que consiste en cobrar a cada cliente su precio de reserva que es el precio máximo que está dispuesto a pagar un cliente por un bien. Sin embargo en la práctica la discriminación perfecta de precios de primer grado casi siempre es imposible. Pero a veces las empresas pueden discriminar imperfectamente cobrando unos cuantos precios diferentes basados en estimaciones de los precios de reserva de los clientes. Existe la discriminación de precios de mercado que consiste en cobrar precios unitarios distintos por cantidades diferentes de un mismo bien o servicio. Un ejemplo de discriminación de precios de segundo grado es la fijación de los precios por bloques. La discriminación de precios de tercer grado consiste en dividir a los consumidores en dos o más grupos cuya curva de demanda es distinta y cobrar un precio diferente a cada grupo. Hay otros dos tipos de discriminación de precios así como la discriminación intertemporal de precios que consiste en separar a los consumidores en grupos que tienen diferentes funciones de demanda y cobrarles diferentes precios en distintos momentos del tiempo. Otro es la fijación de los precios según la intensidad de uso también consiste en cobrar precios distintos según el momento del tiempo. Sin embargo, en lugar de capturar el excedente del consumidor, el objetivo es aumentar la eficiencia económica cobrando a los consumidores precios cercanos al coste marginal. La tarifa de dos tramos es otra forma de extraer excedente del consumidor que es la forma de fijar los precios que consiste en cobrar a los consumidores tanto una tarifa de entrada como una de uso. La tarifa de dos tramos es más eficaz cuando las demandas de los clientes son relativamente homogéneas. La venta conjunta de bienes consiste en vender conjuntamente dos a más productos. La venta conjunta de bienes tiene sentido cuando los clientes tienen demandas heterogéneas y cuando la empresa no puede practicar la discriminación de precios. Cuando las demandas son heterogéneas y están correlacionadas negativamente, la venta conjunta puede aumentar los beneficios. En el caso de la venta conjunta pura, se venden dos o más bienes conjuntamente. En el caso de la venta conjunta mixta, el cliente puede comprar los bienes por separado o conjuntamente. La venta conjunta mixta puede ser más rentable que la pura si los costes marginales son significativos o si las demandas no guarda una correlación negativa perfecta. La venta conjunta en la práctica es una estrategia de precios muy utilizada, es un caso especial de los contratos de relación exclusiva que consiste en obligar al cliente a comprar un bien para poder comprar otro. Además se refiere a la obligación de comprar o vender conjuntamente los productos. Una de las principales ventajas de los contratos de relación exclusiva se halla en que a menudo permite a las empresas medir la demanda y, por tanto, practicar más eficazmente la discriminación de precios. Los contratos de relación exclusiva también pueden utilizarse para aumentar el poder de mercado de una empresa, proteger el fondo de comercio relacionado con la marca. Fijar los precios es importante para una empresa, pero la mayoría de las que poseen poder de mercado tienen que tomar otra decisión importante: cuánto deben anunciarse, en donde las empresas que poseen poder de mercado pueden tomar decisiones publicitarias maximizadoras de los beneficios y que estas decisiones dependen de las características de la demanda de su producto, la publicidad puede aumentar aún más los beneficios. Dado un precio, a mayor publicidad, mayores ventas y, por tanto, mayores ingresos. Para decidir el gasto en publicidad se utiliza el cociente entre la publicidad y las ventas que es consiste en el cociente entre el gasto de una empresa en publicidad y sus ventas en donde interviene la elasticidad dela demanda con respecto a la publicidad que es la variación porcentual que experimenta la cantidad demandada cuando se incrementa un porciento el gasto en publicidad. Esta regla establece que el cociente entre la publicidad y las ventas de la empresa debe ser igual al cociente entre la elasticidad de la demanda con respecto a la publicidad y la elasticidad con respecto al precio, con signo negativo. En el caso de una elasticidad baja de la demanda implica un gran margen del precio sobre el coste marginal, por lo que el beneficio marginal generado por cada unidad adicional vendida es elevado.