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Texto científico.

Complejo de Edipo.

Los CELOS, es un sentimiento que acompaña al temor de perder a la


persona amada, en beneficio de un rival real o imaginario. La psicología
y la psiquiatría se han ocupado de la naturaleza de este sentimiento que
frecuentemente llega a tener un carácter patológico y que se ha
utilizado como justificación de conductas muy negativas.

En el estudio de los celos se ha distinguido entre los celos infantiles y los


amorosos. Para Jacques Lacan, los celos amorosos ocultan un deseo de
infidelidad que se proyecta sobre la persona amada y que se manifiesta
en un deseo de posesión sexual del rival. Sigmund Freud, por su parte,
estudió con detalle los sentimientos que invaden al niño cuando la figura
del padre, o el nacimiento de un hermano, amenazan el amor posesivo
que siente por la madre. Tal proceso lo describió como complejo de
Edipo, que el niño terminará por superar, pero que, de no ser así, le
creará fuertes conflictos cuando sea adulto. Los celos infantiles se
manifiestan a través de algunas regresiones en la conducta (enuresis,
agresividad, humor cambiante). Cuando los celos adquieren carácter
patológico (delirio de celos) revelan una malformación de la
personalidad y, frecuentemente, un complejo o sentimiento de
inferioridad.

El término ‘complejo de Edipo’ fue acuñado por el neurólogo Sigmund


Freud, que consideraba, dicho complejo como una etapa fundamental en
el desarrollo psicosexual del niño y estableció que ocurría entre los 2 y
los 5 años, cuando los niños experimentan intensos sentimientos de
amor, odio, miedo y celos, que desaparecen una vez que el niño se ha
identificado con el padre y ha aprendido a reprimir sus instintos
sexuales.
Texto técnico

Receta de Paella (España) (4-6 personas)

Paella tradicional en su versión más sencilla

Ingredientes:

• Un diente de ajo
• 600 gramos de arroz • Perejil
• 1/2 de pollo troceado • 1 hebra de azafrán (o
colorante)
• 2 alcachofas
• Aceite de oliva (un vaso, 1/4
• 2 pimientos rojos medianos de litro)
• 2 tomates maduros • 1/2 limón
• Pimienta molida • Ramitas de romero y tomillo
• Sal

Pasos:
Paso 1: Se fríe el pollo con aceite. Una vez frito se pone a hervir con 8
vasos de agua.
Paso 2: Se sofríen las alcachofas, el pimiento y se separan aparte Por
otro lado se sofríe el tomate y el ajo.
Paso 3: Se echa el arroz y se le dan unas vueltas con el tomate y el ajo
ya sofrito.
Paso 4: El pollo debe estar ya hervido tras una 1/2 hora y antes de que
se termine de sofreír el arroz con el tomate y ajo, se añade todo. Esto
es: el pollo ya hervido con su agua (el pollo debe llevar 6 vasos de caldo
tras hervirlo); después se añaden las alcachofas y el pimiento; el zumo
de medio limón; un poco de pimienta, un poco de perejil, tomillo,
romero, la hebra de azafrán picada (si no se tiene azafrán puede
utilizarse colorante) y sal.
Paso 5: Ya tenemos todo lo anterior en la paellera o sartén. Al principio
fuego fuerte, a mitad de cocción se baja a medio fuego y tras unos 20
minutos en total (más cinco minutos de reposo) ya debe estar lista para
servir.

Texto periodístico.

TODO VA BIEN EN ESPAÑA


Aznar ha decidido ser fiel a sí mismo por encima de todo. Dijo que
agotaría la legislatura sin cambiar a sus ministros, y eso es lo que
rubricó ayer. No hay ministros quemados ni perfiles incompatibles con el
tan publicado viaje al centro. Sólo mínimo reajustes -dos caras nuevas y
un cambio de cartera- debido a decisiones que afectan al partido La
designación de Javier Arenas como nuevo secretario general del PP le
obliga a abandonar la cartera de Trabajo por imposición estatutaria y la
designación de Barrero como candidato a la Junta de Extremadura deja
vacante la presidencia del Senado. Nadie duda de que el congreso de PP
ratificará a la búlgara la propuesta de Aznar, pero en una vuelta de
tuerca el presidente anticipa un reajuste provocado por una decisión que
se tomará formalmente dentro de dos semanas. Y quien la hace pública
es un portavoz que la semana pasada reconocía que aún no esta afiliado
al PP. Más que al centro parece un viaje al caudillismo.
El único cambio que realmente se formalizó ayer fue el relevo de Álvarez
Cascos al frente de la secretaría general del partido. Pero eso ya lo
habían anticipado antes del verano Aznar el propio afectado. ¿Dónde
reside la gran sorpresa que el presidente se ha encargado de pregonar
durante estos meses y de cultivar personalmente la pasada semana? En
su breve comunicación de ayer a la dirección política del partido insistió
en que ya tenía tomada la decisión hace tiempo. No parece que fuera
muy difícil, dado el nivel de debate interno existente en el partido. Aznar
se declaró ajeno a las especulaciones originadas estos días. Pero no es
casual que la mayoría de su Gabinete interpretara en claves de reajuste
ministerial su intervención del pasado jueves ante la convención del PP
de Cataluña. Incluso aquellos que no querían creer que los cambios
fueran a producirse antes del congreso, aunque sólo fuera por cuestión
de formas. Una vez lanzado el mensaje tenía que elegir entre mantener
la incertidumbre entre dos semanas, lo que habría provocado infartos, o
erigirse en congreso del PP y designar, al estilo de Fraga, al nuevo
secretario general. Ha elegido lo segundo, limitándose a rellenar su
hueco y el de Esperanza Aguirre, promovida a la presidencia del Senado
después de una gestión ministerial que si se ha caracterizado por algo
ha sido por su incapacidad para alcanzar el consenso con la oposición e
incluso con los aliados nacionalistas en cuestiones educativas que
exigen amplios acuerdos.
La continuidad de los ministros más quemados o incompetentes acota
hasta la inanidad el nuevo centrismo pregonado por Aznar. De hecho, lo
que hizo ayer fue ratificar a algunos de los más sólidos puntales de la
derecha en este país. Claro que si el presidente trata de reafirmar su
posición centrista personal por referencia a sus ministros, la continuidad
de Álvarez Cascos o Mariscal de Gante es una garantía.

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