Está en la página 1de 271

1

Taming The Storm


Serie The Mighty Storm #3 2

Samantha Towle
3

El presente documento tiene como finalidad impulsar la lectura hacia aquellas regiones de
habla hispana en las cuales son escasas o nulas las publicaciones, cabe destacar que dicho
documento fue elaborado sin fines de lucro, así que se le agradece a todas las colaboradoras
que aportaron su esfuerzo, dedicación y admiración para con el libro original para sacar
adelante este proyecto.
Staff

Moderadora
Dara & Felin28

Traducción
Dara Isabo Navar Lore
Ilka rihano Musa65
alma radi lanca20011983 arp24
luisa mari65 Felin28
Rouge82 Adaly dark juliet 4
Cherie123 Adaly
maka.mayi

Corrección
Cecilia
Leluli
Vickyra
Liraz

Revisión
Felin28

Diseño
Cecilia
Dedicatoria
Para Mally Towle.
El cielo tiene un plan para ti.
Por siempre en nuestros corazones.

5
Sinopsis
Lyla Summers odia a los hombres. Bueno, tal vez odiar sea una palabra fuerte...
Digamos que a Lyla le disgustan inmensamente los hombres. Su padre la ha defraudado
toda su vida. Su hermano la traicionó de la peor manera posible. Y sus últimas relaciones con
hombres no han sido muy geniales. Lyla centra toda su energía en su banda, Vintage, así que
cuando reciben una oferta para firmar con TMS Records, parece que las cosas finalmente
están yendo por buen camino. Lo último que quiere es un hombre en su vida.
Tom Carter ama a las mujeres. Está bien, decir que las ama podría significar otra cosa...
Digamos que Tom disfruta follando a un montón de mujeres.
Cuando la tragedia alcanza a su mejor amigo, Tom le hace una promesa al de Arriba,
de que va a cambiar su vida, si salva a la mujer que su mejor amigo ama. La oración de Tom
es contestada. Ahora tiene que cambiar. Lo que significa no ir de cama en cama.
Después de que el manager de Vintage se rompa la pierna esquiando, Tom interviene
como manager de la gira, y Lyla se encuentra en una gira con un gigoló.
Pon a un Tom perpetuamente caliente y agrega a una Lyla resistente al sexo, y
conseguirás una receta para el desastre. O al menos eso se podría pensar... Pero se forma una
inesperada amistad. Una cercanía que ninguno de ellos esperaba.
¿La tormenta sexual que es Tom Carter, finalmente se encontrará domado por la chica 6
con el corazón endurecido, o volverá a ser un mujeriego...?
Prólogo
Lyla
Traducido por Dara
Corregido por Cecilia

Diez meses atrás — Entre bastidores, Madison Square Garden, New York

—¡Dex! ¡Chad! ¡Cale! ¡Sonny! ¿Dónde diablos están? —grito mientras deambulaba por
el pasillo vacío, con mi voz resonando.
He estado deambulando por ahí, en realidad ¿dónde demonios estoy? Estoy en alguna
parte de detrás del escenario. Esto es como un laberinto. Creo que podría estar un poco
perdida.
Encogiéndome de hombros, levanto la botella de champán medio vacía, la acerco a
mis labios y tomo un sorbo. También podría estar un poco borracha, pero estoy de
celebración. ¡Mi banda, Vintage, acaba de salir al aire con The Mighty Storm en el Madison 7
Square Garden! Ahí es donde me encuentro perdida ahora.
Mi banda ganó un concurso de radio y el premio era tocar con The Mighty Storm en
la apertura. ¡Esto ha sido algo grandioso para nosotros! No me avergüenza admitir que casi
me meo en los pantalones cuando me enteré de que habíamos ganado el concurso. Así que
ahora, estoy celebrándolo sola. No puedo localizar a ninguno de los miembros de mi banda
ni a mi novio. Con la emoción y la multitud, me las arreglé para perderlos cuando salimos
del escenario.
Quiero decir, en serio me gustaría que mi novio o mi hermano al menos me hubieran
esperado. Apuesto a que Chad está como una cuba con Sonny y Cale, y Dex probablemente
esté ligando y pasándoselo genial mientras hablo.
Me pongo la mano en la boca.
—Dex, sé que probablemente estés llegando a tercera base con alguien sexy, pero
¡venga ya! ¡Acabamos de tocar con The Mighty Storm! ¡The. Mighty. Jodido. Storm! —
remarco las palabras, es que sigo sin poder creerlo.
Tomo otro trago de champán tropezando con mis pies. No pierdo el equilibrio porque
apoyo una mano en la pared antes de reanudar mi marcha.
—¡Dex, quiero celebrarlo con mi hermano mayor! ¿No puedes dejar tus aventuras
sexuales hasta más tarde, por favor?
Dex es el guitarrista principal de nuestra banda y es un puto total. Cuando digo puto,
quiero decir que le gusta ir a putear con hombres. Quiero a mi hermano más que a nada en
el mundo. Soy afortunada de tenerlo. Nos cuidamos mutuamente. Somos un equipo, el
mejor.
Al doblar una esquina, veo una puerta a mi derecha. Parece que podría ser el armario
de un conserje. Dex tiene un don para tener relaciones sexuales en los armarios. Del
vestíbulo, de los percheros, de los conserjes… cualquier armario le sirve, no es quisquilloso.
—¡Apuesto a que estás aquí! —Tarareo—. ¡Bueno, súbete la cremallera hermano
mayor porque ahí voy!
La botella de champán golpea la puerta mientras agarro el picaporte.
—¡Oops! —Me río.
De un tirón abro la puerta, pero el armario está vacío. Solo hay fregonas y cubos. No
Dex. Con un suspiro cierro la puerta. A este paso, nunca voy a encontrar a nadie. No he visto
a nadie desde hace un buen rato.
Esto se está empezando a poner misterioso, inquietante como en una mala película de
terror. Todo se ha puesto muy del rollo de Freddy Krueger por aquí. Solo hay pasillos
interminables.
Resignada a una potencial muerte por un asesino en serie de ficción que venía por el
pasillo, tomo el de la izquierda hasta el final, esperando alguna señal de vida humana. Me
tapo la boca con la mano ahogando una risita cuando veo a una pareja un poco más allá. La
iluminación es mala, así que no puedo ver mucho, no es que quiera tampoco, pero por los
sonidos que hacen, parece que se lo están pasando bien. Cabrones afortunados.
Estoy a punto de darme la vuelta y a dejar a la pareja con lo suyo cuando uno de los
dos habla.
—Eso es, cariño. Tómalo todo. Sabes que te encanta mi jodida gran polla.
Mi corazón se me sale del pecho. El suelo se abre a mis pies. 8
Chad.
Dios, no.
Estoy a punto de vomitar. Me congelo en el instante en que sus ojos se encuentran
con los míos. Observo con horror abstracto como el choque de mi presencia reverbera en
su rostro. Nos quedamos parados un tiempo indefinido en el que ninguno de los dos hace o
dice nada.
Luego se acaba y Chad empieza a moverse. Aleja a la persona a la que se estaba
follando, se sube los pantalones y trata de ponérselos rápidamente antes de avanzar hacia mí.
Y ahí es cuando veo exactamente con quién está follando mi novio. La persona se gira y
nuestras miradas se cruzan. Siento como una bofetada en la cara. Fuerte.
No puedo respirar. Me quedo ahí, el mundo se desmorona a mí alrededor por segunda
vez en mi vida. Soy incapaz de hacer nada mientras miro fijamente los ojos contritos de mi
hermano.

Tom
Dos semanas atrás —Sala de visitas del hospital, Centro Médico Cedars-Sinai,
L.A
Ver a Jake llorar es algo que jamás pensé que vería, y mucho menos ser el que le
sostuviera mientras lloraba. Nunca se rompió delante de mí cuando Jonny murió y yo no lo
hice con él tampoco. Ninguno de nosotros lo hizo. Sé por qué esto le ha roto. Es Tru, la
mujer que ha amado toda su vida. El hecho de que se haya quebrado de esta manera me está
asustando a muerte. Jake no es tan fuerte como le gusta creer que es. Lo pillo. En el pasado
se apoyaba en la coca para evadirse de los malos rollos. Nunca le pude regañar por ello,
porque todos hemos tenido nuestra forma de hacerlos frente. Yo tenía la mía y él la suya.
Pero ahora está limpio. Tru es su todo. Y si ella se va, entonces me preocupa lo que pueda
pasar.
—¿Y si se muere? —El sonido de la voz rota de Jake me hace girar la cabeza a mirarle.
Lo miro a los ojos antes de intentar decir nada. Y es ahí cuando veo su mirada. Joder
no. He visto esa mirada sólo una vez antes, momentos antes de perder todo lo que me
importaba. Y estaba allí, en los ojos de Jake. Una mirada de miedo y dolor y desesperación y
confusión todo junto, creando una oscuridad tan agobiante que se siente que no puedes ver
más allá. El dolor es tan fuerte que te entregas a él. Y ahí es cuando la gente hace cosas que
normalmente no haría. Cosas irracionales, terribles, cosas que alteran sus vidas. Esa es la
mirada que tiene Jake ahora.
El miedo me patea con fuerza en las tripas. No he sentido un miedo así desde esa
noche. No me siento alejado de él. Lo miro fijamente a los ojos porque necesito que me
escuche ahora mismo.
—Tru es una luchadora, Jake. Me patea el culo a diario. No va a ir a ninguna parte.
—Pero, ¿y si…?
Niego con la cabeza sin romper el contacto visual ni un segundo. No puedo perderle 9
justo ahora.
—Sin peros. No te hagas esto a ti mismo.
Sus ojos se llenan de lágrimas, saliendo de la oscuridad que lo está poseyendo ahora.
—No sé qué hacer —Su voz se rompe—, qué pensar, qué decir —Se tapa la cara con
las manos.
Lo miro fijamente mientras su cuerpo se estremece con el dolor, deseo sobre todo
poder ayudarle, arreglar esto. El día que perdimos a Jonny, fue malo… horroroso. Nada
puede jamás preparar a una persona para perder a otra que necesita por encima de todo. Tru
es esa persona para Jake.
Algunas personas tienen la fuerza para superarlo cuando pierden a esa persona que
aman por encima de todo. Yo la tuve. Encontré mi forma de seguir adelante. Otros no la
tienen. Y esas son las personas que tienen la mirada desesperada que ahora tiene en sus ojos
en este momento Jake. Perdí a alguien a quien amaba por esa oscuridad. No perderé a Jake
de la misma manera.
Respiro profundamente y digo:
—No pienses en lo malo, Jake. Piensa en lo bueno. Piensa en el momento en que
tengas a tu hijo en los brazos. Piensa en el momento en que le pongas el anillo en el dedo a
Tru cuando finalmente se vuelva tan tonta que se case con tu lamentable trasero. Piensa en
todas las cosas increíbles que vais a hacer juntos los tres. Y mientras tú piensas en todas esas
cosas, yo rezaré al Gran Hombre de Allá Arriba. Le prometeré hacer algunos cambios
drásticos en mi vida para que tú puedas tener todo eso, tener lo que siempre estuviste
destinado a tener.
* * *
No puedo recordar la última vez que estuve en una iglesia, aunque no es que la capilla
del hospital sea realmente una. Tomo asiento en el banco delantero. El lugar está vacío.
Gracias maldición. No quiero audiencia mientras estoy aquí.
Me inclino hacia delante mientras apoyo mis antebrazos en los muslos, y uno mis
manos.
—Está bien —empiezo—. No rezo, como creo que ya sabes. No soy lo que se llamaría
religioso, lo cual también sabes, pero hice una promesa y la mantendré, así que aquí estoy,
hablándote —tomo una inhalación profunda—. Hay una chica en este hospital, Tru Bennett.
Necesito que la salves. Aparte del hecho de que es increíble, si la salvas estarás salvando a
alguien más. Si Tru muere, Jake no sobrevivirá. Lo vi antes en sus ojos… es la misma mirada
que yo tuve —todas las emociones que he mantenido encerradas durante años me embargan
ahora. Me froto las manos en mi cara—. Mira, sé cómo funciona esto. Yo pido algo y ofrezco
algo a cambio, ¿no? Podrás darte cuenta del hijo de puta que soy. No soy gran cosa. Soy
jodidamente horrible para ser honestos. Trato a la gente como mierda, sobre todo a las
mujeres. Las uso como objetos inanimados hechos para meter mi polla dentro. No he matado
a nadie… pero no lo descarto hacer en un futuro. Tengo un temperamento de mierda. Soy
un auténtico bastardo. El caso es, que ni si quiera puedo evitar maldecir cuando hablo
contigo. Un cabrón menos en el planeta te iría bien, ¿no? Tachar uno de la lista negra. Por
tanto, lo que te digo, es que si le salvas la vida a Tru, cambiaré la mía. Completamente. Dejaré
de vivir a este ritmo. Se acabará lo de joder por ahí con cualquier mujer en lugares
inapropiados, como cuando me follé a esa enfermera en el armario de los suministros
médicos después de visitar a los niños enfermos. Se acabará lo de las mujeres casadas. Se
acabarán los tríos y los cuartetos y las orgías. Dejaré de ir a antros de striptease. No miraré a 10
las mujeres de manera sexual. Joder, incluso viviré la vida de un condenado monje si salvas
a Tru. Lo juro, solo mantendré relaciones sexuales con una mujer si realmente significa algo
para mí.
¿Realmente acabo de decir eso en voz alta?
Cristo.
Rompo a sudar solo de pensarlo. Me limpio la frente y tomo una profunda inhalación.
—Lo prometo todo porque sé que Jake no sobrevivirá si pierde a Tru. Lo vi en sus
ojos. Él se veía igual que… bueno, estoy seguro de que sabes a lo que me refiero —
Exhalando me recuesto en el banco—. Si Jake pierde a Tru… lo perderemos… no puedo
perderle. Jake y Den son todo lo que me queda en el mundo. Y ya tienes suficiente gente
buena Allí arriba. Ya nos has quitado bastante. No la necesitas a ella. La necesitamos más
aquí… así que te hago esta promesa. Salva la vida de Tru, y cambiaré completamente mi vida
—levanto los ojos hacia el techo—. ¿Qué dices?
1
Lyla
Traducido por Isabo Navar
Corregido por Leluli
Hoy — Estudio, TMS Records, L.A.

—Suenas mal.
¿Queeeé?
La voz en mis oídos hace que deje de cantar. Ladeo la cabeza dejando el enorme
micrófono delante de mí a un lado, mirando a través del cristal.
Me quedo mirando fijamente al dueño de la voz, Zane Fox, Vicepresidente de TMS
Records, la compañía discográfica con la que firmamos.
Un tío bueno, si estuviera por la labor, pero no.
No me gustan los hombres. No, no soy lesbiana.
Soy asexual. Célibe. Lo he sido durante los últimos diez meses. 11
No tengo una buena historia con los hombres.
Todos los hombres importantes de mi vida, excepto unos pocos, me han defraudado,
mucho. Cuando se trata de relaciones con hombres, bueno, simplemente diría que soy un
fracaso total.
Mi primer novio me engaño con la única amiga que he tenido.
Mi segundo novio me robo dinero.
Mi tercer novio era aspirante a cantante, descubrí que salía conmigo por qué sabía
quién era mi padre. Le oí contárselo a sus amigos. Fue un golpe bajo por qué odio a mí padre.
Mi cuarto novio me dejo cuando rehusé hacer un trio con su mejor amigo. Y no
bromeo.
Mi quinto novio tomo mi auto «prestado». Hasta hoy no le he vuelto a ver, ni a él ni al
auto.
Mi sexto novio, mi relación más larga y un chico a quien, tonta de mí, pensé que podía
querer, se tiró a mi hermano en la noche más importante de mi vida. Después de pillarlos
haciéndolo, me enteré, que se había estado tirando a mi hermano el último mes de los ocho
que llevábamos saliendo.
Ese acabo conmigo, fue el último clavo en mi ataúd sexual.
Después de eso, me di cuenta que parece que solo me atraen hombres con problemas.
Estoy segura que cualquier psicólogo diría que me atrae este tipo de hombre a causa de mi
padre y de los problemas que tengo con él, ya que es un asco de padre.
Básicamente, fue el donante de esperma que ayudo a crearme.
Así que, paso de hombres. En serio, últimamente lo más que me acerco a uno, es a mi
mejor amigo Cale cuando compartimos una bebida.
Hasta ahora, siempre he sido el tipo de chica que tiene relaciones, aunque ni una con
éxito. El sexo casual es algo con lo que nunca he podido. Uno demasiadas emociones al sexo
como para ser capaz de dormir con un chico y no volver a verle.
Eliminando las relaciones del menú también elimino los postres, vamos que se acabó
el sexo para Lyla.
Lo he llevado muy bien, bueno, el noventa y cinco por ciento del tiempo.
Bueno, si he de ser totalmente honesta, sería más un setenta y cinco por ciento y
subiendo, con la ayuda del AAPA. AAPA: Amigo Asexual A Pilas. Lo ultimó en vibradores,
encuentra tu punto G, te da orgasmos increíbles y hace todo lo que un hombre puede hacer,
excepto abrazarte y romperte el corazón.
AAPA es la manera electrónica de conseguir un orgasmo muy necesario.
Uso el terminó asexual para mi vibrador de forma que no pienso en él como masculino
de ninguna manera. No quiero pensar en ningún hombre de manera sexual para nada, bueno,
excepto cuando estoy intentando llegar al clímax con mi AAPA. Por supuesto necesito algo
de estimulación mental, así que sí, en algunas ocasiones, visualizo un hombre sin cara, o igual
al tío bueno que me sirve el café en Starbucks. Pero rápidamente lo aparto de mi mente, tan
pronto como llego al clímax.
Da igual, volviendo a lo que estábamos… llevo un rato largo mirando a Zane fijamente,
como si tuviera tres cabezas encima de los hombros.
—Perdona, ¿qué has dicho? —esperando que fuese mi oído el que estuviese mal y no 12
le hubiese oído bien.
Zane se inclina hacia delante y habla en el micrófono otra vez, enunciando cada palabra
conforme la dice:
—He dicho que Suenas Mal.
Creo que no le hace ninguna gracia tener que repetirse.
Y no, no le he oído mal.
Enderezo la espalda.
No sueno mal. De ninguna manera. Sueno tan bien que no podría estar más lejos del lado
de suena mal.
Conozco mis canciones. Conozco esta canción de arriba abajo. No hay manera de que
suene mal.
Me pica la cara, mirando a mis Keds en mis pies, intento controlar el arrebato de ira.
No llevo bien las críticas. No son mis amigas. Y oírla de Zane me sienta fatal porque
respeto su opinión.
Soy apasionada con mi trabajo. Adoro mi trabajo. Adoro cantar. Vivo para ello. Mi
banda, este álbum, son todo para mí. Todo mi mundo.
He pasado años y años cantando en antros y clubs de mala muerte, persiguiendo un
sueño. Por fin, consigo ese sueño y paso meses y meses trabajando en el álbum, siete días a
la semana, noche y día, casi sin dormir. Estaba tan desesperada de hacerlo perfecto que
pensaba me iba a dar un colapso.
Y ahora, oír que estoy fallando, sobre todo oírlo de Zane, no es bueno. No ha tenido
ningún problema con como sueno en ninguna de las otras pistas. Y hoy de entre todos los
días, podría pasar de oírlo.
Siento como si hubiera suspendido un examen de mi profesor favorito, y como una
niña, quiero tener una pataleta monumental.
No es muy maduro, pero no me importa.
Respira hondo Lyla.
Hablamos de Zane Fox. No se tomaría bien una pataleta creativa de una cantante
desconocida que acaba de firmar con su compañía.
Calmándome con la respiración, fuerzo un tono encantador.
—Vale, igual se me ha ido la voz un pelín —no lo creo para nada— … pero…
—No se te ha ido la voz un pelín —me corta—. Se te ha ido tan a la mierda que no
tiene ni gracia. Así no funciona. De verdad, parecías la señora de la limpieza con los
auriculares puestos.
¿Qué porras? Vale, ¿qué narices le han metido por el culo?
Abro la boca para hablar, pero me gana.
Gracias a Dios, su tono no parece tan acido.
—Lyla, tu típico sonido de la hostia no está aquí hoy. Ese tono que hace a tu voz tan
distinta, tan única, parece que ha desaparecido. Digo yo, ¿qué coño? Dime, ¿hay algo que
deba saber antes de continuar?
Su mirada es expectante. 13
—Humm… Algo que debas saber, ¿cómo qué?
—Como qué, tú sabrás, por eso te lo pregunto.
—No pasa nada.
—Vas a reventar.
—No voy a reventar.
Vale, igual sí voy a reventar.
Me llamo mi Tía Steph justo cuando iba a entrar en el estudio, y me ha dejado de
piedra. Llamó para decirme que Dex ha firmado con una nueva banda. Y su base ahora está
en LA. Se trasladó aquí hace unos días.
Así que decir que estoy a punto de reventar es quedarse corto.
Estábamos muy bien, Dex en Nueva York y yo aquí en LA. a miles de kilómetros de
distancia sin ninguna posibilidad de encontrarnos inesperadamente, lo que me ayudaba a no
padecer semejante dolor que me partía el corazón y me retorcía las tripas desde que le pille
con Chad.
Pero saber que Dex está aquí en LA lo ha traído todo de vuelta y con mayor intensidad.
Me alegro que Tía Steph me lo haya contado, vamos, me muero si me encuentro con
él de repente sin estar preparada. Desearía que no estuviera aquí.
No perdí los papeles mientras Tía Steph me lo contaba. Ella no sabe la razón por la
que Dex y yo no nos hablamos.
Dex no se lo ha dicho, y yo me siento incapaz de hacerlo. Ella nos respeta y no mete
baza, pero sé que le hace daño que Dex y yo no nos hablemos, que no es porque él no lo
intente.
Sé que cree que si supiera cual es el problema, podría solucionarlo. Pero no puede.
No hay manera de arreglar las cosas entre Dex y yo. Nuestra relación se rompió en el
momento que empezó a tirarse a mi novio.
Siento ese peso en mi pecho. Levantando la mano, froto justo ahí.
—Lyla, estas a punto de explotar —dice Zane—. Si es personal y no quieres
compartirlo, bien. Lo entiendo. Pero nuestro tiempo de estudio es muy valioso en este
momento, así que tienes que dejar tu vida privada en la puerta antes de entrar —señala la
puerta de salida—. Encuentra la forma de canalizar esas emociones reprimidas en la canción,
y la cantas de la manera que yo sé que tú puedes hacerlo.
Tiene razón. Los negocios y la vida privada nunca deberían mezclarse.
Soy más dura que todo esto.
Tengo un bolo del tamaño de Texas en la garganta, y me duele solo pensar que Dex
esta tan cerca.
Pero soy fuerte. Ya ni lloro. No lo he hecho en diez meses.
Creo que mis lagrimales se secaron cuando llore a mares por Dex y Chad.
Miro fijamente a Zane, y con determinación en la voz, digo:
—Tienes razón. Quedará perfecto en la próxima repetición.
Se queda mirándome durante un largo momento y algo se suaviza en su mirada. 14
—¿Necesitas un descanso rápido antes de continuar?
Levanto la barbilla y me pongo las pilas.
—No, ahora estoy bien.
—Vale —junta las manos con una palmada—. ¡Manos a la obra! ¡A grabar esta pista!
—Zane se aleja del micrófono y le da una palmada en el hombro a Gray, nuestro ingeniero
de sonido.
Les hecho una mirada rápida a Cale, Sonny y Van que están sentados con Zane en el
estudio. Ponen la música que grabamos ayer para esta pista. Para esta canción, Zane quería
grabar la música y las voces por separado, eso es por lo que yo estoy aquí, cantando, sola.
Cale es el bajo, y lo conozco desde siempre. Cale, Dex y yo crecimos juntos. Y entre
los tres montamos Vintage. Cale es mi mejor amigo, el único chico en el que puedo confiar,
y sé que siempre me cubre las espaldas porque me lo ha probado en más de una ocasión.
Sonny es el baterista. Se unió a la banda cuando empezamos. Pusimos carteles para
audiciones y fue el único que se presentó. Gracias a Dios, es la bomba. Es increíble con la
batería, jamás he oído a nadie como él.
Van no lleva mucho tiempo con nosotros. Empezó como guitarra principal cuando
Dex se fue, bueno, cuando digo que se fue…
—Dex se queda. Yo me voy. —Me pongo tiesa con los ojos mirando al frente pero no a Dex.
Me siento incapaz de mirarle directamente a los ojos. Si lo hago creo que perderé los papeles. Sentiré
su perdida en mi vida y me desharé en pedazos.
Dex es el sol, y no puedo mirar directamente su mirada abrasadora.
Cale se levanta de su asiento y se acerca a mí. Se pone a mi lado y me coge la mano. Tengo que contener
las lágrimas siento como me arde la garganta. Un poco después, Sonny también se coloca a mi lado,
poniéndome el brazo alrededor de los hombros.
Dex se pone en pie.
—Cuídenla chicos. Y Ly…
Sé que sus ojos están sobre mí. Puedo sentir su mirada quemándome.
—Sé que cualquier cosa que diga será una mierda, no puedes hacerte una idea cuanto lo siento. —
Oigo como su voz se rompe y me muerdo el labio.
—Ly, Te quiero. Siempre te he querido, y siempre lo hare. Y siempre seré tu hermano mayor, lo
quieras o no.
No he vuelto a ver a Dex desde entonces.
Cale me mira y gesticula: ¿Estás bien?
«Bien», gesticulo, antes de poner mi mejor sonrisa.
Me mira entrecerrando los ojos. No me cree. Retiro la vista.
Cale me conoce mejor que nadie, y sabe cuándo no estoy bien. No me apetece nada
tener que decirle que Dex está aquí en LA. No le va a sentar nada bien.
Estoy feliz al pensar que en cosa de una semana nos largamos de aquí de gira.
Esta vez es la voz de Gray la que oigo:
—Lyla, cuando estés lista, empezamos.
Me reajusto los auriculares, inspiro profundamente y muevo las manos. 15
—Lista.
Me acerco al micrófono, casi tocándolo con los labios. Cierro los ojos, y hago lo que
Zane dijo: junto todos mis sentimientos, los que hacen que hoy me sienta fatal, y los vierto
en la canción.
Cantar es lo único que tiene algún sentido para mí. Es mi fortaleza… nada ni nadie
puede hacerme daño en ese momento, en que mi corazón se expresa a través de una canción.
La música, ya muy conocida, suena en mis oídos, el sonido delicioso vibrando a través
de mi cuerpo, apoderándose de mi mente.
Separo los labios, secos, los humedezco y libero la primera línea de la canción. Canto
hasta que mi voz alcanza su volumen total, suelto la letra hasta que me quedo seca ya en la
última línea.
Canción terminada, abro los ojos.
Zane no se podrá quejar. Me ha salido perfecta.
Me quito los auriculares y me retiro del micrófono, esperando ver la cabina llena, pero
la única persona que veo es Gray.
¿Dónde están todos?
Presiono el intercomunicador.
—¿Dónde están todos?
Gray se inclina ante el micro.
—Sala de reuniones. Zane dijo que fueras en cuanto terminaras.
El estómago me da un vuelco.
¿Odia como he cantado? Dios, odio los nervios que me provoca satisfacer a los ejecutivos
del estudio.
—¿Dijo por qué?
—No. Respondió una llamada y se cabreo muchísimo. Después les dijo a los chicos
que fueran con él a la sala de reuniones, y que tú fueras directo en cuanto terminases.
Sintiéndome confusa digo:
—Vale.
—Que sepas que te ha quedado genial —dice Gray—. Perfecta. Con eso puedo
preparar la pista sin problema. Vuelve luego, la tendré preparada y podrás escucharla.
—Gracias Gray. Nos vemos luego. —Salgo de la cabina de sonido, cruzo el estudio y
salgo por la puerta.
Hay poca distancia a la sala de reuniones. Tres cabezas se levantan cuando abro la
puerta. No tienen muy buena cara, así que imagino que lo que sea que pase, ya lo saben.
Zane está de pie al lado de la ventana. Con cara de póker sin mostrar ninguna emoción,
como siempre, con los brazos cruzados delante del pecho.
Su postura tensa, hace que en un instante me preocupe.
—¿Todo bien? —Intento mantener los nervios alejados de mi voz. Cojo la silla al lado
de Sonny y me siento.
—Dina se ha roto la pierna esquiando esta mañana. —Zane se endereza y se acerca a
la mesa a la que estamos todos sentados—. Vamos, increíble, ¿quién coño sigue esquiando
hoy día? —Murmura retirando una silla y sentándose. 16
La verdad, si el mundo no se hubiese parado en este momento, hasta me hubiese reído
de su comentario.
Dina es nuestra manager. Iba a venir con nosotros en la gira.
Llevo soñando con esta gira desde cogí una guitarra por primera vez.
Conozco la política empresarial de TMS Records, si no hay manager, no hay gira.
No dejan hacer presentaciones sin manager, lo que tiene sentido.
Una nueva banda en la carretera sin respaldo no es una buena idea con la cantidad de
tiburones que andan sueltos en este negocio.
Intento tragar, difícil con lo que siento en la garganta. Es una pregunta tonta pero
tengo que hacerla:
—Entonces, ¿Dina no podrá venir de gira con nosotros?
Zane tamborilea los dedos en la mesa.
—No. Se ha roto el ligamento cruzado anterior. Le operan en unos días.
—Y no podemos ir de gira sin manager —dice Cale mirándome.
Conoce las reglas de la casa igual que yo. Y esto es tan importante para él como para
mí. Es importante para todos nosotros.
Consigo tragar.
—Perfecto, entonces ¿qué va a pasar? —intento mantener la voz serena, pero me
tiembla un poco.
No pospongas la gira. Por favor no pospongas la gira.
—La gira se hará. En este momento, Jake está intentando encontrar un sustituto para
ir de gira con ustedes.
Jake Wethers, es el propietario de TMS Records y el cantante principal de la banda más
importante del mundo The Mighty Storm.
Aliviada, suelto el aire que estaba reteniendo.
Pero otra vez me quedo sin respiración cuando Van pregunta:
—Ya, ¿pero podrán encontrar a alguien con tan poca antelación?
Mierda. Ni lo había pensado. Se supone que en una semana salimos de gira.
Una semana para encontrar un buen manager para la gira. Estos riesgos no me gustan nada.
La mayoría de los directores de gira, especialmente los buenos, estarán ya contratados.
Zane mira a Van entrecerrando los ojos.
—Conseguiremos a alguien. —Su tono es áspero. Se pone de pie—. Pronto me pondré
en contacto con ustedes. —Y sale del cuarto.

17
2
Lyla
Traducido por Ilka
Corregido por Leluli

Unos segundos después — Studio TMS Records

—¡Mierda! Esto jodidamente malo —dijo Sonny en el minuto en que la puerta se


cerró de un portazo tras Zane.
—Va a estar bien. No te preocupes. —Le di unas palmaditas a la mano de Sonny,
esperando sentirme más convencida de lo que me sentía.
—¿Pero cómo demonios van a conseguir un mánager? Jodidamente imposible, si me
preguntas a mí. —Estalló Sonny.
—Él nos conseguirá a alguien —dijo Cale sonando seguro.
Sonny sacudió su cabeza. 18
—No lo sé hombre.
—Cale y Ly están en lo correcto. —Nos respaldó Van—. Él nos conseguirá otro
manager.
Sonny le lanzó una mirada confundida.
—¿Qué? Cambiaste de parecer. Unos minutos antes eras tú el que le hacía la misma
pregunta.
Van se encogió de hombros.
—Zane puede ser un idiota, pero él dice que conseguirá a alguien y tenemos que
confiar en él.
Mirando a Van y luego a Cale me gustaría sentirme tan segura como ellos, pero no es
así. Siento la misma preocupación que Sonny. Sólo no lo estoy vocalizando. Estoy haciendo
lo que hago mejor, esconder mis sentimientos y evitar el problema.
—Al diablo con estar esperando por aquí a recibir alguna noticia en todo caso. Voy a
ir a algunos bares. —Van golpea sus nudillos contra la mesa—. ¿Vienen conmigo?
—Me anoto. —Sonny se pone de pie—. Me vendría bien una cerveza después de eso
y han pasado días sin que me coja a una chica.
—¿Días? —Me inclino hacia adelante—. ¿Qué hay de la chica para la que preparé el
desayuno esta mañana? Tú sabes, de la que te escapaste antes de que se despertara.
—Ah sí, me había olvidado de ella.
¿Él realmente tiene la memoria de un pez dorado?
—Lo siento Ly. —Me da su mejor sonrisa, sus ojos de cachorrito, pareciendo
arrepentido mientras se pasa la mano por su cabeza rapada.
Es difícil mantenerse enojada con Sonny.
Y preparar desayuno para las chicas de las que se escapan, especialmente de Sonny, no
es una experiencia inusual para mí.
Si Sonny termina trayendo a alguien al apartamento, tiene la tendencia de escapar antes
de que despierten. Es su especialidad. Entonces yo me siento mal y termino preparándole el
desayuno a la chica.
En muchos sentidos mis chicos son demasiado bien parecidos para su, y mi, propio
bien. Pero de la forma en que lucen funciona fantástico para atraer a las fans femeninas. Las
mujeres sólo se tiran a los pies de los chicos y ellos las dejan.
Un montón de muts, pero los quiero como mi familia.
Oh, Mut es mi término para golfo.
Sonny es el peor. Él sólo es centímetro tras centímetro de musculosa piel oscura. Es
un loco total por el gimnasio. Las mujeres no tienen ninguna oportunidad. Ellas lo aman y él
las deja. Repetidamente.
Cale es el tipo de belleza estúpida, de manera que hace que las mujeres se vuelvan
estúpidas por él. Él no es tan jugador como Sonny, pero Cale se maneja bien. Gajes del oficio,
lo llama él.
Cuando yo era más joven, muchas, muchas lunas atrás y Cale era el mejor amigo de
Dex, antes que Cale se volviera mi amigo, tenía un encantamiento colosal por él. Era difícil
no tenerlo con su hermosa cara, su cabello castaño oscuro que caía sobre sus ojos café
chocolate. Y tiene el mejor corazón que nadie que yo haya conocido.
Pero mi encantamiento pasó rápido y hemos sido los mejores amigos desde entonces. 19
Y Van tiene el estilo del estupendo rockero triste y solitario. Las mujeres se le pegan
como abejas a la miel. Él es más callado sobre eso. Pero ha sobrepasado más baches en su
cama que Sonny. Lo sé porque les he hecho desayuno a todas las chicas. Van me recuerda
mucho a Jake Wethers, todo tatuado, cabello oscuro, penetrantes ojos azules. Estoy
esperanzada en que Van tiene el mismo toque mágico en el mundo musical que Jake.
—Sip, estoy segura que estás completamente arrepentido. —Le doy a Sonny una
mirada poco convincente.
—Ly sabes que lo siento. —Sonríe, mostrándome sus perfectos dientes blancos—. Lo
prometo sobre mi corazón.
—¿Es que siquiera tienes uno? —Bromeo.
Así es como es entre Sonny y yo. Nos enzarzamos en peleas de bromas sobre las
mismas cosas.
—Herido. —Se pone una mano sobre su pecho—. Te mostraré el gran corazón que
tengo cuando me levante mañana al despuntar el alba y haga mis asombrosos pancakes para
ti.
Sonny hace los más increíbles pancakes.
—Entonces ¿eso significa que esta noche no traerás la chica que enganches a nuestro
apartamento?
Me sonríe rápidamente.
—Bueno no puedo hacer ninguna promesa, excepto que prometo hacer esos pancakes
para ti, tanto si la chica está ahí o no.
Sacudo mi cabeza, riendo.
—Entonces ustedes dos ¿vienen o no? —Van nos pregunta a Cale y a mí, ya a mitad
de camino de salida.
—Seguro. —Levanto mi trasero del asiento.
Cale apunta un dedo hacia mí y me dice:
—Mantente ahí.
Me detengo en mitad del aire, levanto mi ceja hacia él.
—Um… ¿Qué?
—Necesitamos hablar. —Es todo lo que dice. Entonces, mira a Van, quien parece
divertido por nuestro intercambio—. Envíame un texto de dónde están y los encontraremos
ahí.
En el minuto en que la puerta se cierra tras Sonny y Van, estoy sobre Cale.
—Um ¿qué demonios fue eso?
—Eso fue que sé que algo pasa con mi mejor amiga. Estabas bien antes que
partiéramos hacia el estudio. Entonces recibiste una llamada y tu ánimo se fue a la mierda.
¿Quién llamó Ly? ¿Fue él? Sé que él aún te llama todo el tiempo.
¿Cómo sabe eso? No le he dicho a Cale que él me llama todos los días porque sé que lo
cabrearía.
—Detente ahí. —Levanto una mano, deteniéndolo—. Él no me llama todos los días. Y
aun cuando lo hace no atiendo.
—No me digas mentiras de mierda. Él te llama cada maldito día. Lo sé porque tienes
ese timbre deprimente para él. 20
«Cry Me a River» de Justin Timberlake es su timbre porque, bueno, yo quiero que él
llore un río por mí.
—Te conozco Ly. Estás empecinada en esconderte rápido y atender sus llamadas…
porque aún te interesa.
Mis ojos se clavan en los suyos.
—No me interesa, no más. No soy esa estúpida, ciega y débil chica que solía ser.
Él mueve dos sillas juntas, así está frente a mí. Toma mis manos.
—Tú nunca has sido estúpida, ciega o débil. Eres una de las personas más fuertes que
conozco, pero tienes un buen corazón, un corazón benevolente. Sé lo que él significó para
ti.
Aprieto mis dientes.
—No fue él quien llamó.
—¿Quién fue entonces?
Libero mis manos y las cruzo sobre mi pecho.
—¿La privacidad no cuenta para nada en estos días?
Estoy siendo una bruja y Cale es la última persona con la que debiera ser una bruja,
pero toda mi ira escondida de antes está desesperada por derramarse.
—No cuando algo saca la sonrisa de tu rostro que he estado tratando de mantener ahí
por los últimos diez meses.
Eso pincha. Miro lejos de él.
—Si debes saberlo, era mi tía Steph. Estaba llamando para decirme que… Dex se ha
unido a una nueva banda. Él está en L.A. se mudó aquí hace unos días.
—¿Él está aquí? ¿En L.A.?
—Sip. —Encontrándome con sus ojos, asiento.
Su mandíbula trabaja furiosamente. Odio que esté enojado por esto, enojado por mí.
Es mi turno de tomar sus manos, apretándolas le digo:
—Cale estoy bien.
—Sí, seguro que lo estás. —Él retira sus manos de las mías mientras se reclina en su
silla. Su rostro todo rojo de ira, grita—: ¡Hijo de Puta! Él sabe que tú estás aquí Ly. Él lo sabe
y debió quedarse lo más endemoniadamente lejos posible, como le advertí.
—No es gran cosa. —Es una tremenda cosa—. Y nos vamos de gira en una semana. —
Con esperanza—. Probablemente yo ni siquiera lo vea de aquí a entonces.
—Mejor se mantiene lejos. Prometo por Dios si se acerca a ti, voy a patear su trasero,
como debí haber hecho en el momento en que rompió tu corazón.
Cale me sobreprotege. Él siempre ha tenido ese síndrome de hermano mayor cuando
se trata de mí. Se aumentó exponencialmente cuando Dex me traicionó. Y yo sé que a Cale
le duele también. Dex era su más antiguo amigo, su mejor amigo. Cale lo extraña. Nunca lo
admitirá ante mí, pero sé que lo hace.
—Cale… no te enojes, pero pienso que deberías hacer contacto con Dex.
—¿Qué? —se va hacia atrás como si lo hubiese abofeteado.
—Sólo escúchame. 21
—Seguro, continúa. —Me hace un gesto airado con su mano—. Ilumíname con tu
sabiduría.
—No seas una bruja.
Eso saca una pequeña sonrisa de él.
—Cale, Dex era tu mejor amigo antes de todo esto y yo sé que lo extrañas. No fue a ti
a quién traicionó y cuando te hice escoger entre él y yo… con la banda… Nunca debí haber
hecho eso.
Sus ojos marrones se iluminaron con ira. Se sentó derecho, se inclinó hacia adelante
con sus codos sobre sus rodillas, su cara cerca de la mía.
—Aclaremos una cosa. Tú nunca me hiciste escoger nada. El minuto en que Dex te
traicionó, me traicionó a mí, a la banda, a todos nosotros. Él nos hizo escoger. Y tú piensas
que debería ponerme en contacto con él… ¡Jesús Cristo! —Sacudió su cabeza—. Ni siquiera
conozco a Dex ahora. No estoy seguro de si alguna vez lo hice y llámame loco, pero no
podría nunca llamar a un tipo que traicionó a su propia hermana, de la forma en que Dex lo
hizo contigo, una amiga. Entonces, ¿terminamos con esto?
Tragándome mis emociones asiento.
Cale toma mi cara en sus manos.
—Bien, te cuido las espaldas Ly, siempre. No voy a dejar a nadie hacerte daño, nunca
más. Y yo sé que piensas que no tienes un hermano mayor ahora, pero lo tienes, justo aquí.
Poso mis manos sobre las de él.
—Gracias Cale.
—En cualquier momento Ly. —Besa mi frente y me suelta. Poniéndose sobre sus pies
dice—: ¿Entonces vamos a ese bar o qué?
Sacudiendo mi cabeza me rio con él.
—Absolutamente, guíanos hermano mayor.

22
3
Lyla
Traducido por Ilka
Corregido por Leluli

Unos días después — Apartamento de Vintage, L.A.

—¿Tom Carter?
—Sí, Tom Carter
—¿Te refieres a Tom Carter, bajista de The Mighty Storm? ¿Ése Tom Carter?
—Sí Lyla ése Tom Carter. —Dina comenzaba a sonar un poco frustrada conmigo.
Lo que entiendo, porque empiezo a sonar como un disco rayado en este momento. Es
sólo que mi cabeza se mantiene rechazando lo que ella me está diciendo, se niega a quedar
registrado.
—Tom Carter… pero no lo entiendo. 23
—¿Qué hay que entender? Tom tomará mi lugar como su tour manager.
Parece que Zane decidió no darnos la noticia ya que lo estoy escuchando de Dina.
Pero Tom Carter. Un mut total. Flirtea conmigo cada vez que lo veo. Él es el epítome de un mut.
—Entonces Tom Carter será nuestro mánager. ¿Él vendrá de tour con nosotros?
Dina se ríe, pero escucho exasperación en su risa.
—Por última vez Lyla ¡Sí! Tom es ahora su mánager, y estará de gira con ustedes por
las próximas seis semanas.
Demonios, demonios.
Tom Carter.
Dios me ayude.
Ni siquiera sabía que Tom trabajaba para TMS Records. Por supuesto él es uno de los
cuatro The Mighty Storm, Pero pensaba que ahí terminaba su asociación. TMS Records es
el negocio de Jake. Tom es sólo el bajista mut, que meterá su polla en cualquier cosa que
tenga pulso y una vagina. En realidad, no pienso que necesite que tenga pulso.
Miau. Un plato de leche se necesita en la mesa de Lyla.
—Llámame estúpida, pero no entiendo por qué Tom será nuestro mánager. Él no es
un mánager. Él es un músico.
Dina deja escapar un suspiro al otro lado de la línea.
—Y Jake Wethers es un cantante en una banda. Él también es el dueño de la fantástica
compañía discográfica para la que trabajo, la misma en la que tu banda está contratada. —
Ella cambia su tono de su voz a uno profesional—. Sé lo que estás pensando Lyla, pero ésta
es la decisión de Jake y el raramente toma una decisión errónea. Él confía en Tom, por lo
tanto nosotros confiamos en Tom. No voy a cuestionar a Jake por su decisión. Él tiene lo
suficiente con lo que lidiar por ahora. Y Zane lo deja en esto ahora.
Ella está en lo correcto. Ahora me siento como una bruja total por estar lloriqueando
sobre esto ahora.
La novia de Jake, Tru, junto con su guardaespaldas y mejor amiga estuvieron en un
accidente automovilístico hace unas semanas. Aún peor Tru estaba embarazada en el
momento del accidente. Su bebé varón nació antes de tiempo por cesárea. Gracias a Dios él
está bien. Pero Tru estuvo en coma por una semana.
Ella está bien ahora y recuperándose y su bebe J.J. está realmente bien. Pero Jake ha
tenido unas semanas terribles y yo no voy a ir a molestarlo sobre mis aprensiones con que
Tom sea nuestro mánager.
Sólo tengo que aceptarlo.
—Lo siento —puntualicé—. No quería sonar desagradecida y llorona.
—No sonabas como nada de eso Lyla. Entiendo tus aprensiones. Lo entiendo. Éstas
cruzaron mi mente cuando Zane me lo dijo, pero Jake no tomaría ninguna decisión que haga
peligrar su gira. Él los tiene muy bien posicionados. Él quiere lo mejor para ustedes, como
yo lo quiero.
Eso me alegró inmediatamente.
—Tienes razón. Seis semanas con Tom como nuestro mánager será… bueno. Como
dar un paseo. —Trato de sonar confiada, pero no lo siento.
—Tú tienes esto controlado Lyla. Y no creo que Tom sea… bueno, um, Tom. No 24
mientras esté trabajando con ustedes chicos. Hay mucho en juego en este tour. Tom es un
montón de cosas, pero él no defraudará a Jake.
—No, él no lo haría —acordé.
Bueno no estoy segura de que realmente esté de acuerdo. No conozco a Tom así de
bien, pero en cada ocasión que nos hemos encontrado, él flirtea conmigo, cada vez. Siempre
lo rechazo. A él no parece gustarle mucho eso. Tengo la impresión de que las mujeres no
rechazan a Tom.
Bueno, ésta mujer lo hizo.
Podría reconocer que Tom es sexy, muy sexy, pero no voy a cambiar mi punto de vista
por un chico realmente sexy.
Especialmente no por Tom, el mayor mut que el mundo ha visto.
Mi virginia está cerrada para negocios. Virginia es mi palabra para vagina.
—Entonces, ¿estás bien con esto? —me pregunta Dina
—Estoy bien. —Sonrío para nadie más que mí misma—. Les diré a los chicos. Sonny
se volverá loco, Tom es su ídolo.
Dina se ríe.
—¿Sí? Bueno, esperemos que Sonny nunca alcance el status que Tom tiene.
Eso me hace reír.
—No lo sé Dina, Sonny ya va de camino hacia allá.
La puerta del apartamento se abre y entran los chicos todos apilados con pizza y
cervezas en mano.
—Los chicos han llegado a casa. ¿Te llamo luego?
—Absolutamente. Estaré pendiente de ti y veré cómo van resultando las cosas.
Luego de colgar, deslizo mi móvil en mi bolsillo.
Espero a que los chicos estén en el sofá alrededor mío antes de hablar.
—Ésa era Dina en el teléfono. —Eso hace que todos los ojos se vuelvan hacia mí,
tomo la botella de cerveza que Sonny está sosteniendo para mí.
—Entonces, ¿qué está pasando? —Pregunta Cale.
El tono ansioso de su voz no me pasa desapercibido. Han sido unos días estresantes.
Saco la tapa de mi botella de cerveza.
—Jake nos tiene un reemplazo para mánager.
—¿Y… quién es? —me apura Sonny.
Tomo un trago y luego descanso la botella en mi regazo.
—Tom Carter.
Los ojos de Sonny se agrandan.
—Tom Carter… como el Tom Carter de The Mighty Storm. ¿Ése Tom Carter?
Eso suena muy a reminiscencias de mi reciente conversación con Dina, excepto que
lo mío fue más parecido al horror cuando me di cuenta que Tom vendría con nosotros de
gira, Sonny está a duras penas conteniendo su excitación.
—Sip, el que viste y calza. —Presiono la botella a mis labios nuevamente. Inclinando
mi cabeza hacia atrás, tomo un gran trago esta vez. 25

—¡Santa Mierda! —Grita Van—. ¡Tom Carter! ¡De gira con nosotros! Hombre ¡será
salvaje! ¡Chicas, fiestas, chicas! ¡Va a ser tan jodidamente salvaje! ¡El hombre es una jodida
leyenda!
Sonny parece en shock traumatizado. Luego vuelve a la vida.
—¡Demonios sí que es una leyenda! ¡Es una leyenda con las chicas! ¡Nos vamos de gira
con el mejor que hay! Sólo piensen en las cosas que nos puede enseñar. —Tiene una mirada
soñadora.
Honestamente, está empezando a asustarme.
—¿Qué piensas Cale? —Van lo palmea por la espalda.
Cale muestra una tonta sonrisa.
—Pienso que es bastante, endemoniadamente increíble.
—¡Amén a eso! —Sonny se inclina hacia adelante, chocando su botella de cerveza con
la de Van. Él le da los cinco al mismo tiempo.
Yo sólo los estoy mirando, con los ojos muy abiertos y enferma del estómago.
Esto es exactamente lo que no quería, pero sabía que pasaría en el instante que les
dijera quién iba de gira con nosotros. No soy aburrida. Honestamente no tengo problemas
con que los chicos lo pasen bien. Tienen toneladas de entretenimiento y duermen con un
montón de mujeres.
Pero la versión de entretenimiento de Tom Carter está en una liga completamente
distinta que la de mis chicos.
Él los va a arruinar a ellos y al tour.
Será más sobre los Tom y chicos acostándose con mujeres que música. El foco de
Tom estará exclusivamente en fans vueltas locas que asegurarse de que todo salga sin
problemas.
Sé su tipo de manager. Él es un músico, no un trabajador enfocado.
Necesitamos un mánager que tenga sus ojos sobre nosotros todo el tiempo, no uno
cuyos ojos están sobre la próxima chica que se va a tirar.
Esto va a ser un desastre.
Voy a tener que tomar el rol de mánager, asegurarme de que los espectáculos fluyan
suavemente y de alguna manera tratar de tener a mis chicos en línea bajo la influencia de
Tom. Si dejo a Tom manejar la gira, para el final de este tour Vintage estará muerto y bajo el
agua y quedaré atrapada con tres clones de Tom Carter.
Esto me recuerda a ese episodio de Friends cuando Chandler y Joey comienzan a
vestirse y actuar como el novio de Mónica, Richard porque ellos piensan que él es súper cool
y ellos quieren ser como él.
Ambos incluso se dejan crecer un bigote como el de Richard.
Bueno eso es lo que estoy visualizando justo ahora, tres clones de Tom Carter,
formalmente conocidos como Cale, Sonny y Van. En vez de habanos y bigotes, serán mujeres
y más mujeres hasta que no pueda ver a mis chicos a través de las capas de mujeres entre los
que están sepultados. Vintage va a morir incluso antes de que hayamos comenzado y volveré
a cantar en bares de mierda por el resto de mi vida.
Comienzo a ahogarme en cerveza, terminándola rápidamente y voy por otra. Escucho
la diarrea verbal que sale de las bocas de los chicos sobre qué tan jodidamente locos se pueden 26
volver mientras estemos de gira con el dios de las mujeres que es Tom Carter.
Acabo de abrir la cerveza cuando siento que el sillón se inclina a mi lado.
—Tú no pareces muy feliz de que Tom Carter sea nuestro nuevo mánager —dice Cale
con una voz tranquila.
Vuelvo mi cabeza hacia él y trato de forzar una sonrisa.
—Lo estoy. Yo sólo… Ugh. —Dejo escapar el aire deslizando mis manos por mi
rostro.
—Estás preocupada por su manejo, ¿cierto?
—Sí, su trabajo como mánager. —Y su tendencia a meterse en mis pantalones, bueno
y del resto de la población, cuando sea que me vea.
Cale pone sus manos alrededor de mis hombros, acercándome a él.
—Ly, estará bien. Nada va a cambiar. Y no te preocupes por esos dos.
Él apunta hacia Sonny y Van mientras ellos están actualmente discutiendo sobre quién
anotará más tiradas en la gira, después de Tom, por supuesto.
—Entre nosotros dos seremos capaces de mantener a estos dos adictos fans
maniáticos en el camino correcto.
—¿Y qué sobre ti? —Levanto una ceja.
Él me sonríe.
—Yo puedo mantenerme controlado alrededor de las mujeres Ly. Dame algo de
crédito.
—¿Incluso con la influencia de Tom?
—Incluso con la influencia de Tom. De todas maneras, si yo no pudiera controlarme
tú Lyla Summers, eres el mejor bloqueo alrededor. Has estado haciéndome la vida difícil, en
ése sentido, desde la secundaria sin siquiera querer hacerlo.
—¡Hey! —Entierro mi codo en sus costillas—. ¡No soy alguien que te detenga de
obtener el placer que quieras!
—¡Tú eres una aguafiestas! —Sonny y Van se inmiscuyeron.
—¡A la mierda! —Me rio.
—Es bueno oír esa risa nuevamente —dice Cale.
—¿Qué risa?
—Tu verdadera risa.
Me río todo el tiempo, pero esas son falsas. Él está en lo correcto. Esa fue la primera
vez en mucho tiempo que me he reído de verdad. Rápidamente se desaparece.
Mis ojos se hunden en el piso.
—¿Te alteré? —Cale aprieta mi hombro.
Miro hacia arriba, encontrando su cálida mirada.
—No —sacudo mi cabeza—. Sólo que ya no espero esta gira con las ansias que la
había esperado. Tom va a hacer la noche de las fans obligatoria o algo así.
—No suena tan mal para mí —sonríe Cal.
—¿Qué no suena tan mal? —pregunta Van.
—Nada —respondo rápidamente, lanzándole una mirada a Cale. 27
Él comienza a reír.
Lo golpeo en el hombro
—¡Eres asqueroso!
—No tan asqueroso como Sonny.
—¿Quién no es tan asqueroso como yo? —Pregunta Sonny.
—Van. —Esquiva Cale.
Un momento más tarde siento un dedo de Cale bajo mi mentón. Él acerca mi cara a la
suya.
—Ly no te preocupes acerca de Tom. Estará bien, mejor que bien. Va a ser increíble.
—Increíble. Seguro. —Pongo mis ojos en blanco.
Seriamente ¿qué va a ser increíble de estar de gira con el mut del rock, quién ha
intentado algo conmigo cada vez que nos vemos?
Nada, nada será increíble.
4
Lyla
Traducido por Alma Radi
Corregido por Leluli

Unos días después — Autobús de la gira, L.A

—¿Puedes creer que estamos aquí, Ly? —Cale desliza su brazo alrededor de mi
hombro.
Niego, mientras observo a mí alrededor.
Estoy más emocionada ahora que estamos aquí que lo que he estado cuando me entere
que era nuestro manager. Pero estoy encima de eso. Voy a estar bien. ¡Porque estamos aquí!
Hoy es el día en que partimos de gira. Mañana por la noche, estaremos tocando en
Seattle, ¡y no puedo esperar!
Estoy parada en la cocina del autobús, y el lugar es increíble. Más allá de increíble. 28
Delante de mi esta la sala de estar, con sillones de piel y una T.V. pegada a la pared.
Veo un DVD y PlayStation. Eso debe mantener a los chicos entretenidos. Hay una mesa adjunta a
la pared con asientos a su alrededor. La cocina esta empotrada a la pared completamente
equipada y un horno, un refrigerador pequeño, y un microondas.
Sigo a Cale a la sala donde se encuentran Sonny y Van, y veo un baño a la derecha.
Ducha, no bañera. Voy a extrañar mis baños por las próximas seis semanas.
—Cuatro literas aquí —dice Vans cuando lo alcanzamos—, y un dormitorio para
cuando quiera tener sexo, que serán todas las noches —sonríe
—El dormitorio es para Ly —menciona Cale.
Dos pares de ojos inadvertidos se posan en él.
—¿Qué demonios? —Lloriquea Sonny—. Pensé que ese lugar seria nuestro palacio
del coño. —¿Palacio del coño? ¿Quién iría ahí con esa mierda?
—Mira yo no tengo ningún problema durmiendo en una litera. Estoy acostumbrada al
apestoso olor de ustedes —digo.
Honestamente, no importa donde duerma mientras este aquí, y esto esté pasando.
—Yo huelo como hombre, y me amas por eso. —Sonny coloca su brazo alrededor de
mi cuello, acercándome a él, apretando mi cara en sus duros pectorales.
—Amor puede ser demasiado —replico, apartándome de él—. Más como tolerarte.
—Pero tú me amas. —Sonríe.
—Te amo tanto como amo a los pies de un atleta. —Sonriendo satisfecha.
—Niños, perdonen que los interrumpa, pero ¿vamos tomar una decisión sobre el
dormitorio? —pregunta Van.
—Ly debería tener el dormitorio —Cale reitera.
—Como dije antes, realmente no me importa donde duerma. —Entonces me
encuentro con la firme mirada de Cale—. Pero me encantaría tener el dormitorio. —
Retrocedo.
—Deberías tener la cama Ly —dice Van detrás de mí.
Me volteo para mirarlo, sonrió.
Me regresa la sonrisa. Van de verdad tiene la mejor sonrisa. Toda su cara se ilumina
con ella.
—Solo tendremos que buscar otro lugar para joder, sino en nuestras literas —agrega
Van.
Qué manera de expresarse. ¿Qué estaba diciendo de su linda sonrisa?
—Bueno, viendo que los dos mencionaron eso, ahora, voy a tener que hacerlo. —Se
queja Sonny—. Ly deberías tomar la cama de mierda.
—Gracias Sonny. —Acaricio su duro pecho—. Eres una joya. ¿Qué tal esto? Yo tomo
el dormitorio, y cuando uno de ustedes anote, puede tener el cuarto el tiempo que lo necesite,
pero tiene que cambiar las sabanas.
—Y ese el porque te amo. —Sonny presiona un beso en mi coronilla.
—Trato. —Van ofrece sus nudillos, y los choco.
—Eres blanda —murmura Cale en mi oído mientras observo a Sonny y Van checando
el dormitorio.
Me encojo de hombro. Entonces, mi móvil comienza a vibrar en mi trasero. Lo saco. 29
Número desconocido. Vacilo, preocupada. Debe ser una llamada que no quiero tomar, pero
podría ser alguien llamando acerca de la gira. No pueden ser Dina o Zane porque ya hable
con ellos más temprano. No he hablo con Tom todavía. Toda debería de estar arreglado por
Zane o Dina, entonces creo que no es él. Ni siquiera estoy segura cuando veré a Tom, no es
que me importe. Pero probablemente volara mañana. Personas como Tom no viajan en
autobuses.
—Solo tomare esta. —Muestro mi móvil a Cale.
Decisión tomada. Conecto la llamada y comienzo a caminar por el autobús.
—¿Hola?
—Lyla, es Jake.
Me detengo en seco.
Por supuesto, nos hemos hablado y reunido muchas veces antes, pero nunca me había
marcado al móvil.
—Hola. —Mierda. Mi voz suena chillona. Me aclaro la garganta—. ¿Está todo bien?
—Tú dime.
Mi estómago se retuerce.
—Rally Brochstein… es tu padre. —No es una pregunta, Jake lo sabe.
Mierda. Mierda. Mierda.
Mis palmas comienzan a sudar alrededor de mi teléfono.
Rápidamente salgo del autobús y prácticamente corro a la parte trasera, poniendo
distancia con las personas de las personas que están cargando el autobús.
Veras, hay algo acerca de mi padre en lo que no he sido completamente sincera con
Jake o Zane o cualquiera en TMS Records. He tratado de mantener en privado quien es mi
padre y quien es mi madre. La gente me trata diferente cuando se enteran quienes son mis
padres. Especialmente mi padre. Él es como un pez grande en el negocio de la música.
Está bien, él es un gran problema.
Él y Jake no se llevan bien.
Rally Brochstein, dueño de Rally Records. Ha descubierto algunos de los más grandes
talentos que el mundo ha visto.
The Mighty Storm es uno de ellos.
Sí, estoy hablando de Rally Records, la compañía que firmo primero a The Mighty
Storm, TMS. La compañía que TMS dejó.
Creo que puedes ver hacia dónde va esto.
Y si Jake sabe sobre Rally, definitivamente Rally sabe que firme con TMS Records.
Esto no es bueno.
No tengo lo que podríamos llamar una relación con Rally, pero eso no lo detiene de
interferir en mi vida, especialmente cuando siente que esto lo atraviesa.
¿Y esto? Mi banda toca con TMS Records. El definitivamente sentirá que se está
metiendo en su territorio.
Aclaro mi garganta.
—Sí, Rally es mi padre… en el sentido biológico de la palabra.
30
Ahora estoy parada en terreno abierto mirando alrededor del autobús, esperando, con
toda esperanza, que esto siga con los chicos y conmigo ahí.
—¿Alguna vez ibas a compartir esta información conmigo? —Su voz es tan neutra que
incluso no puedo leer hacia dónde va esto.
Solo rezo para que no sea el final antes del principio.
Tomando un gran respiro, digo:
—No… bueno, sí…no lo sé. —Froto mi mano sobre mi cara.
No soy una persona engañosa, pero viéndolo ahora, se parece mucho a un engaño.
Comienzo a sentirme enferma.
—Pienso que en algún momento… solo quería que nos vieras por lo que podíamos
hacer, así podrías tomar decisión informada antes de que lo supieras. Sé cómo te sientes
respecto a Rally. Siento lo mismo. Sí, es mi padre, pero ese término se utiliza libremente. No
tengo una relación con él. Es un cabrón.
Jake se ríe. Lo tomo como buena señal.
—He oído nombrar a Rally como muchas cosas pero nunca como un cabrón. En
realidad le viene.
Silencio
Luego exhala.
—Conozco a Rally, Lyla, muy bien. Sé cómo trabaja. También se un poco acerca de
algo que quiere esconder de su pasado. La cosa es que, cuando escondes esas cosas,
especialmente en este negocio, tienden a salir y morderte en el culo.
Recuerdo una noticia acerca del papá de Jake el año pasado. Por lo que la prensa dijo,
el papá de Jake lo lastimó a él y a su madre muy grave, y fue a prisión por lo que sea que les
hizo.
—Y no me gustan las sorpresas Lyla.
Me estremezco con el cambio de tono en su voz.
—No me gusta recibir llamadas de Rally Brochstein cuando estoy a punto de tomar el
desayuno con mi familia, especialmente cuando voy a ciegas por la conversación.
Trago el amargo sabor de mi boca.
—Debí habértelo dicho.
—Sí, debiste haberlo hecho.
Conozco a Rally y se lo que es capaz. Su reputación en el negocio de la música es muy
notoria.
Jake Wethers es una de las pocas personas que ha ido siempre en contra de mi padre
y ha salido limpio.
Rally es un tiburón, y no toma prisioneros. Nada ni nadie se mete en su camino. Es la
forma en que se convirtió en el más joven CEO de AME —American Music
Entertainment— por quince años y luego dejo en términos cuestionables por razones no
reveladas.
Eso fue cuando empezó Rally Records, y se volvió grande muy rápido.
Simplemente no lo suficientemente rápido para TMS.
TMS fueron los primeros en firmar con él. Después de eso, no se mucho, además de 31
lo que la prensa menciono, que fue que TMS superó a Rally Records. Aparentemente, Jake y
Rally tuvieron una relación difícil, lo cual puedo entender porque mi padre no es un fácil de
tratar.
La relación de Jake y Rally se desintegro, y la banda se marchó a la mitad de su contrato,
comprándose a sí mismos.
Inmediatamente después, Jake y el tardío Jonny Creed, el guitarrista principal de TMS
quien murió hace unos años en un accidente automovilístico, prepararon TMS Records,
poniéndose a ellos mismos en competencia directa con Rally Records.
Eso no le sentó bien a Rally.
Y yo firmando con TMS Records tampoco le sentaría bien.
Pero no me importa. Todo lo que me importa es no haberlo estropeado todo porque
no fui honesta con Jake desde el principio.
—Sé que puedo parecer una hija caprichosa que solo lo hace por enojar a su padre,
pero créeme, ni siquiera me importa Rally lo suficiente como para molestarlo. Firme con
TMS porque te preocupas por tus actuaciones.
—Es bueno saberlo.
—Y no te lo dije porque me preocupaba que me juzgaras en base a él.
Jake no dijo nada más.
Muerdo mis uñas, muriendo con el estrecho silencio. Finalmente, pregunto:
—¿Cómo te fue con Rally cuando hablaste con él? —Trato de medir para donde va
esto porque, hasta aquí, no tengo ninguna pista.
—Fue un total cabrón.
Suelto una risa, pero rápido muere con su siguiente frase.
—Rally te quiere fuera de la compañía, Lyla.
Y ahí está.
Bye, bye, autobús. Fue bueno mientras duro.
¿He mencionado cuanto odio a mi padre?
Los chicos van a estar destrozados.
Sé que Jake es un culo duro, y odia a Rally, posiblemente tanto como yo, pero es una
molestia con la que podría estar. No me debe nada, y mantenernos en su compañía no será
nada más que problemas para él. Rally no lo dejara hasta que consiga lo que quiere.
—Lo siento —digo—, acerca de Rally llamándote y haciéndote pasar un mal rato.
—Lyla, no es tu culpa que tengas una mierda por papá. Dices que no me mencionaste
lo de Rally porque querías probarte por ti misma, así que déjame ver de lo que eres capaz, así
puedo tomar una decisión informada. He visto, y tomado mi decisión. Le dije a Rally que se
puede joder. Vintage es parte de mis grupos, y te vas a quedar.
Mi mano fue a mi pecho y solté el aire que estaba sosteniendo.
Podría besar a Jake Wethers en este momento.
Y aun no terminaba.
—No me importa si es el rey de Inglaterra de mierda. Nadie me dice cómo manejar mi
negocio. Ahora, en circunstancias normales, te diría que es tu viejo, y que esta sobre ti para 32
ponerte en línea y le regresarías la mierda, pero es Rally Brochstein de quien hablamos. No
te pondré en esa posición. Dices que no existe una relación con él. ¿Fue su opción o la tuya?
—Mientras crecía, de él. Ahora mía.
—Está bien, yo lidiare con cualquier mierda que Rally lance. Tu solo concéntrate en la
gira. Pero necesito que me digas en este momento si hay algo más que necesite saber. La
próxima vez, no seré tan indulgente.
Tomando una respiración profunda, digo:
—Mi madre es Joni Summers.
—Eso ya lo sabía. —Jake responde—. Sabía que Rally había tenido con niña con Joni
Summers. Vienes de un buen aparador, Lyla, Y hablo de tu madre cuando digo eso.
Eso me hace sonreír.
—Debe ser de donde obtuviste tus rangos —agrega.
—Gracias. —Lo digo honestamente. Mi mamá era la mejor.
Escucho una voz femenina en el fondo.
Entonces Jake dice:
—Me tengo que ir. Buena suerte en la gira. Pasa el mensaje al resto de la banda. No te
preocupes por Rally. Nada cambiara tu posición con TMS Records, no importa lo que diga
o haga.
—Gracias, Jake, por entenderme y por quedarte con nosotros.
—No me agradezcas. Solo haz de la gira y del álbum algo grande. Hazme recuperar los
miles de dólares que me costaron —dijo con tono humorístico.
Asiento y sonrió.
—Definitivamente puedo hacer eso.

33
5
Lyla
Traducido por Luisa
Corregido por Leluli

Sesenta segundos después — Autobús de la gira, L.A.

Mientras meto mi móvil en el bolsillo de mis vaqueros cortados, reflexiono sobre la


conversación mantenida con Jake, cuando oigo una conmoción desde el autobús.
Sonidos de animación y risas.
Desvió mi mirada hacía el autobús pero se encuentra demasiado lejos. Aun estando
cerca, no me sería posible ver algo, debido a las ventanas tintadas.
Olvidadas las palabras de la conversación con Jake, mis pies me llevan rápidamente de
vuelta al autobús. Subo deprisa la escalera, me giro hacía la galera y me paro de golpe ante lo
que veo, quedándome sin aliento.
34
Tom Carter.
Más bien su espalda. Sé que es él, imposible no reconocerle. Su enorme complexión
invade el pequeño espacio del autobús. Sus musculosos brazos están cubiertos de tatuajes.
Ha desaparecido su característica cabeza rapada y ahora está cubierta de sedoso pelo castaño.
¿Qué está haciendo aquí?
Cale me avista por encima del hombro de Tom y sus ojos se iluminan.
—¡Ly, mira quien está aquí! —Me dice con una sobreexcitada voz.
Me invade un apremiante deseo de acercarme a Cale y darle una colleja.
Tom me mira por encima del hombro. Sus intensos ojos de jade se enganchan en los
míos, enviando un calor involuntario a través de todo mi cuerpo.
Se gira del todo para tenerme en frente.
Su mirada se desliza lentamente por mi cuerpo y vuelve a subir.
Mi estómago se contrae. Mi libido se enciende.
Oh Dios.
Odio la forma en que mi cuerpo reacciona a Tom Carter. Cada vez que lo veo, mi
virginia se enciende como una chispa en la gasolina. Puede que le tenga aversión pero no así
mi cuerpo. De hecho, a mi cuerpo le gusta Tom, mucho.
Gracias a Dios mi mente no. Para mí alivio, cuando se trata de él, mi cerebro está en
el asiento del conductor.
Tom es un hombre arrogante, obsesionado por el sexo, y no quiero tener nada con él.
Sólo que Tom es un arrogante, caliente y un mut loco por el sexo.
De veras lo odio.
Ahora también luce un incipiente vello dando forma a una barba, y se le ve aún más
sexy.
Descuidado pero sexy.
Añade a esa sexy, descuidada apariencia una camiseta ceñida negra sobre esos duros
bíceps y vaqueros de talle bajo, mostrando una pizca de estómago, acabando con unos negros
Doc Martens, y Tom Carter hace un apetitoso paquete.
Dios, ayúdame.
Me encuentro con los ojos de Tom, y él sonríe con suficiencia.
Porque estoy mirando fijamente.
Fantástico.
Sus ojos se deslizan a mi pecho. Veo como sus cejas se elevan, y la sonrisa se
profundiza, formando un hoyuelo en su mejilla, que nunca había notado antes.
Se le ve mono, de una forma sexy y caliente.
¿Caliente, sexy bonito?
¿Qué demonios Lyla?
Los hombres no son bonitos, especialmente no hombres como Tom Carter. Los
hombres como él son peligrosos para las mujeres como yo.
Y mirarle, mirando descaradamente mi pecho. Un pervertido total.
Sí, niego rotundamente el hecho de echarle un vistazo por encima porque es una 35
grosería mirar los pechos de una mujer. Por supuesto, estoy bien dotada en el apartado de
pechos, pero eso no le da ningún derecho en mirarlos tan descaradamente.
Cruzo los brazos para cubrir mis chicas y levanto la barbilla.
Sus ojos regresan a los míos, y esa sonrisa complacida sigue ahí.
—Lyla —dice, arrastrando la palabra, en esa grave voz—, ha pasado mucho tiempo.
No lo suficiente.
—Así es. —Asiento—. Gracias por aceptar de ser nuestro manager.
—De nada. —Encoge esos anchos hombros—. Estoy deseando estar otra vez de gira.
¿Volver estar de gira? ¿Lo estará diciendo de forma figurativa, no?
Sigue mirándome fijamente. Está resultando incomodo, pero no soy capaz de apartar
la mirada. Siento como si estuviésemos en una batalla de miradas, y quien parpadeé primero,
pierde.
De ninguna manera voy a ser yo la que pierda.
Sonny rompe el silencio.
—Tenemos buenas noticias, Ly. —Su voz contiene la misma excitación que la de Cale.
Ladeo mi barbilla en la dirección de Sonny, pero no aparto mis ojos de los de Tom.
No voy a perder este juego.
—¿Ah sí? ¿Cuál es?
Una discreta sonrisa aparece en los labios de Tom.
—¡Tom permanecerá en nuestro autobús durante toda la gira! —la voz de Sonny estalla
en mis oídos.
Después, el silencio impera mientras el resto de su devastadora bomba se desparrama
lentamente al suelo, desesperadamente mi cerebro intenta recomponerse a lo que acabo de
escuchar.
¿Tom se va a quedar aquí?
Cerrando los ojos con un parpadeo, sacudo la cabeza, intentando despejar sus palabras.
—Lo siento. ¿Qué?
Sonny frunce las cejas y me mira como si fuese algo lenta en entender.
—He dicho que Tom se quedará con nosotros. ¿No es genial? —Él sonríe.
Van y Cale sonríen.
Tom me sigue mirando. Sólo que esta vez su mirada es curiosa.
Aparto la mirada con las manos posadas sobre las caderas, mi cabeza intentando
asumirlo.
¿Tom vivirá aquí, en nuestro autobús, durante toda la gira?
No, no puede ser verdad.
Entonces, mis ojos se posan sobre una enorme bolsa de deportes, situada encima de
la mesa de la cocina.
Oh, Dios mío.
Se va a quedar aquí.
¡No!
No puede, porque, bueno, por tan numerosas razones, ni siguiera sé por dónde 36
empezar.
Va a ser un total desastre.
No puede ser real. Es sólo un mal sueño. En cualquier momento me voy a despertar
y sólo será un estúpido sueño. Creí, que este autobús de gira era demasiado bonito para ser
nuestro. Esperaba nuestro primer autobús de gira fuese una porquería, no éste formidable
montaje.
Cierro mis ojos en un largo parpadeo, para después volver a mirarlos.
Puede que le parezca un poco aturdida a Cale ya que me sondea los ojos, su mirada fija
en mí.
—Ly, ¿no es una noticia fantástica?
Un mensaje subliminal de Cale: Ly di algo, éste silencio es algo extraño. Y sé amable.
De verdad, intento decir algo amable. Rápidamente en mi mente enumero palabras
amables, pero bueno, solo me sale: Sí.
Pero esa palabra no me acompañan hasta las cuerdas vocales, y mi cabeza se tambalea.
Antes de ponerme contener, emito las siguientes palabras:
—En serio, no puedo pensar en nada peor.
Oh, Dios.
Estoy bastante segura que una planta rodadora ha volado a través del autobús.
—¡Lyla! —Un sonido reprendedor en la voz de Sonny que nunca antes había oído.
Me hace arder la cara. Me siento como una bruja.
Soy una bruja.
No pude mirar a Tom ni a ninguno.
Y entonces escucho la voz profunda de Tom:
—Lyla, quiero hablar contigo un momento.
Al mirarle furtivamente le veo pasar por mi lado, sus largas piernas comiéndose el
pasillo, mientras se dirige a la salida del autobús.
Evitando los ojos de los muchachos, me giro sobre mis tacones y sigo a Tom en su
furioso camino.
No sé frena cuándo sus pies golpean la gravilla. Sino que sigue caminando. Así que le
sigo, mis entrañas removiéndose todo el tiempo.
Esté día ha empezado bien mal. Primero, la llamada de Jake, y ahora, la incapacidad de
mantener mi boca cerrada delante de Tom.
Puede que Tom sea un perro, pero en los últimos cinco minutos, no me ha hecho
nada. No debí decir lo que dije.
Tom se para a unos quince metros del autobús y se da la vuelta. Me paro, casi
tropezando.
Su cuerpo está tenso. Cruza los brazos sobre el pecho, mirándome. Intento no mirar
sus distendidos músculos de los bíceps. Sorprendentemente es difícil.
Le miro a la cara. Aquí afuera aún parece más alto.
Decido en hablar primero, y digo rápidamente:
—Siento mucho lo que he dicho ahí dentro. —Deslizo una mano nerviosa por mi
cabello rubio. 37
Él suelta un suspiro y se rasca la barba.
—Escucha Lyla, lo entiendo. Sé muy bien porque no me quieres en su autobús, debido
a nuestra historia.
—No tenemos ninguna historia.
—Nosotros si tenemos historia —él insiste con el ceño fruncido.
—Hum, no, no lo tenemos. Una historia involucra que algo pasó entre nosotros. Y
nunca pasó algo —le digo, enfatizando las palabras, matizando el asunto.
—Bueno, bien, podría haber sido, si no hubieses sido tan maldita... —ahí mismo se
interrumpe.
Mis brazos se cruzan sobre mi pecho, mis ojos se estrechan.
—Si no hubiese sido tan malditamente ¿qué?
Se produjo un intenso silencio.
Entonces movió la cabeza.
—Nada. Nos estamos saliendo del tema.
Decido dejarlo ir. Tengo una leve idea de lo que iba a decir y, si lo hubiese hecho,
desataría una gran explosión de épica proporciones.
Indudablemente ahora mismo no era necesario.
Mis manos se posan sobre las caderas.
—Muy bien. Lleguemos al asunto.
—Lo que intento decir es, lo ocurrido en el pasado queda en el pasado y no puedo
cambiarlo. Podría disculparme por tirarte los tejos, pero no lo siento. En aquel entonces, no
podía saber que trabajaríamos tan estrechamente, especialmente no tan estrecha. Sí hubiese
sido así, no hubiese dado ningún paso. Lo creas o no, no mezclo los negocios con el placer.
—El placer es sólo con las fans, ¿verdad?
Me dispensa una mirada reprobadora.
—Lo siento. —Me muerdo la lengua.
Él suspira.
—Lyla, no estoy aquí para acostarme contigo. Estoy aquí para trabajar. No tienes que
sentirte incomoda a mi alrededor.
—No me siento incomodada contigo. —Me envaro, necesitando en este momento
aparentar más alta.
Me mira sonriendo.
—Sí lo estás.
—No, no lo estoy.
—Entonces ¿por qué esa actuación de bruja?
Elevo una ceja ante el comentario, pero ahí me ha pillado con la actuación de bruja.
He sido una bruja con él. Y estoy a punto de serlo de nuevo.
—¿Quieres la verdad?
Desdoblando los brazos, sus labios se formaron en una estrecha línea. 38
—Por supuesto. Dispara.
—Bueno, básicamente, no creo que seas la persona indicada para ser nuestro manager.
Su expresión no cambia.
—No ser la persona indicada para ser su manager —repite.
—Sí. No eres lo suficientemente serio.
—No lo suficientemente serio.
¡Por qué tiene que repetir todo lo que digo! ¿Acaso tiene un problema mental?
Se rasca la mejilla en con un rápido movimiento se posiciona en mi espacio.
Algo desprevenida y muy enardecida ante su proximidad, le miro parpadeando.
Él inclina la cabeza, su boca junto a mi oreja.
—Lyla tienes que aprender una cosa de mí, soy muy serio con las cosas que
verdaderamente quiero.
Me recorre un escalofrío por el cuerpo, dirigiéndose directamente a la virginia. El olor
de su limpio, su loción fresca para después de rasurar aturde mi cerebro así como mis bragas
y sujetador.
Y entonces me armo con un poco de sentido femenino.
Tom se endereza y me mira desde arriba, sus ojos quemando los míos. Sigue estando
demasiado cerca.
Echando la cabeza hacía atrás, suelto una condescendiente risa.
—¿Tú? ¿Serio? No tenía idea que Tom «el mujeriego» Carter podría ser formal.
Su cara se endurece.
¡Ups! ¿Quizás he ido demasiado lejos?
Como si me importara.
Él da un paso atrás. Yo dejo salir el aire.
—Por el amor de Dios, mujer. Te tiré los tejos hace siglos. ¡Supéralo! Le he tirado los
tejos a cientos de mujeres, y he jodido y dejado a cada una de ellas.
—Dios eres repugnante.
—Gracias. —Sonríe con suficiencia—. Y porque soy repugnante, como bien dices tú,
a las mujeres que jodo, les da derecho a recibirme con esa helada bienvenida, cuando me
vuelven a ver. Considerando que no hemos jodido y no te he repugnado, no espero ser
recibido con esa actitud de mierda. Así que ¿por qué no lo superas? Sólo intenta considerarme
como tu nuevo manager y no como el tipo caliente que te tiró lo tejos hace una eternidad.
Así mismo intentaré no pensar en ti como la lesbiana rompe pelotas.
—¡No soy lesbiana! —Farfullo—. No hay nada malo en ser una lesbiana. Pero no lo
soy.
—¿No lo eres? —Da la impresión de estar realmente confuso.
¡Oh Dios mío! Cree que soy lesbiana por rechazarle tantas veces. ¡El hombre es un
egocéntrico!
—¡Jesús! ¿Pensabas que era lesbiana por no querer acostarme contigo?
—Bueno, sí. ¿Qué otra razón puede haber?
Me reí estrepitosamente. No lo puedo remediar. Es una risa de retortijón. Me doblo 39
sobre mí y descanso las manos sobre los muslos, intentando recuperar la respiración.
Cuando me pongo recta, un poco que menos divertido Tom me mira ceñudo.
Me limpio las lágrimas de los ojos.
—Dios, eres un cabrón egoísta. ¿No se te puede pasar por la cabeza que el motivo de
no acostarme contigo es porque no eres mi tipo?
Él se mofa.
—Imposible cariño. Soy el tipo de todas.
Como ya dije, un cabrón.
Poso mis manos sobre las caderas.
—Lo siento, los mut no me ponen.
Se me queda mirando, estupefacto.
—¿Me acabas de llamar… mut1?
—Parece ser así.
—Así que ¿me estas llamando perro?
Le fulmino con la mirada.
—No, estúpido. En realidad mut representa a un golfo. —Me aseguro de recalcar las
palabras para enfatizarlas bien.

1 Mutt normalmente se usa para referirse a perros que no son de raza, pero Lyla usa mut para definir a un
golfo, a un mujeriego que va de cama en cama.
Una sonrisa rompe su cara. Entonces, echa para atrás la cabeza y suelta una fuerte
carcajada. Es un sonido grave, varonil.
Y me golpea en todas las partes adecuadas.
Tengo que morderme los labios por no reírme.
Sus ojos, repletos de humor, encuentran los míos.
—¿Sabes?, eres una maldita buena pieza.
—Soy genial. —Me encojo de hombros—. Pero no soy lesbiana. —¿Por qué sigo
puntualizando eso?
El asiente, sonriendo.
—Sí, ya lo he entendido. —Se rasca la mejilla—. Pero ahora, estoy intentando
descubrir cómo conseguiste resistirte a mí, y por qué. —Inclina la cabeza hacía un lado con
una mirada desafiante en sus ojos.
—No hace falta que lo descubras. Simplemente no me gustas.
—Como ya he dicho, imposible.
—¿Eres real?
Sus labios se fruncen.
—Soy tan real que es irreal, bebé.
Me río de nuevo.
—¿Quién es ahora una buena pieza?
Me regala una sonrisa aniñada, encogiéndose de hombros. Es cautivador y se gana un 40
poco mi simpatía.
Hay un entendimiento entre nosotros. Es el tipo de entendimiento que aclara un poco
el aire y todo se asienta.
—¿Entonces entre nosotros todo está bien? —pregunta Tom, señalando a nosotros.
Relajada, sonrío.
—Todo bien.
—Perfecto. Hagamos un trato. No más peleas ni comentarios de mierda.
—O comentarios sexuales —añado.
—O comentarios sexuales —acepta, un poco a regañadientes—. En todo momento
seremos profesionales. ¿Trato? —Me extiende su gran mano.
—Trato. —Le sonrío mientras deslizo mi mano entre las suyas.
La descarga eléctrica que siento al tocarle casi me tira de culo al suelo.
Él también lo siente. Sé que él también lo siente por su desencajada mandíbula y la
sorpresa en sus ojos.
Me agarra la mano con más fuerza. Entonces sus ojos se desvían a mi boca.
Me humedezco los labios, repentinamente me siento seca. Puedo sentir como se acerca
a mí.
¿O soy yo la que se acerca a él?
Y entonces me doy cuenta. Creo que está a punto de besarme.
Mierda.
Arranco mis manos de entre las suyas.
—Deberíamos regresar. —Doy un paso atrás.
—Sí. Deberíamos. —Mira fijamente por encima de mi cabeza.
Me giro y empiezo a caminar de regreso al autobús.
¿Qué demonios fue eso?
Nunca antes he sentido algo así al tocar a un hombre. Quizás la carencia de sexo hace
esto a mi cuerpo. Se vuelve loco a la primera señal de un cromosoma Y.
Acabo de alcanzar el autobús cuando escucho a Tom decir detrás de mí:
—Firecracker, quería comentarte que adoro esa camiseta.
Mis ojos se desvían rápidamente a mi camiseta Fraggle Rock. Es vieja, un poco corta
por el dobladillo, y ajustada sobre mi busto, pero me gusta. Me gustan los dibujos animados.
Colecciono camisetas con dibujos animados. Puede que esté en una banda de rock pero
nunca dije que fuese genial. Hoy en día visto por comodidad. Jamás espere encontrarme a
Tom, aunque ahora ya no importa cómo vaya vestida en su presencia. No me importa lo que
piense de mí, ni una pizca.
¿Y Firecracker? ¿En serio?
Me doy la vuelta.
—No me llames así.
Él sonríe.
—¿Qué? ¿ Firecracker? 41
—Sí. Acabo de añadir otra regla a nuestro pacto, ningún sobrenombre. Sobrenombres
quebrantan el pacto.
Chasquea la lengua contra el paladar en reprimenda.
—No puede valer, Firecracker. Porque, en realidad no hay ningún quebrantamiento
de pacto. Quieras o no me tendrás que aguantar. —Guiña el ojo y pasa por mi lado, subiendo
las escaleras y entrando en el autobús.
¿Alguna has tenido la sensación que te han tomado el pelo y jugado contigo?
Sí, ahora mismo siento como si hubiesen jugado conmigo, pero no tengo ni idea de
que trata el juego.
Confundida, y en verdad un poco harta, subo las escaleras del autobús con fuertes
pisadas, justo cuando Henry, uno de nuestros conductores, se acomoda en el asiento del
conductor.
—¿Todos a bordo? —pregunta Henry.
—Sí —respondo.
Henry enciende el motor. El autobús retumba bajo mis pies mientras las puertas sisean
y se cierran a mis espaldas.
—¿Todos preparados para esto? —Henry pregunta con una sonrisa.
Miro en la dirección en donde Tom se encuentra de pie, hablando con los chicos.
Mi estómago se retuerce en dos confusos, diferentes nudos.
—Estoy lista, más o menos. —Suspiro.
6
Lyla
Traducido por Rouge82
Corregido por Leluli

Más tarde esa noche — Autobús de la gira, L.A.

Esta atardeciendo y he estado evitando a Tom desde que nos pusimos en camino. Eso
es lo que yo llamo un gran logro, considerando el lugar en el que estamos.
Sé que ya hemos aclarado las cosas, pero aún no me siento del todo cómoda a su lado,
principalmente por la forma en que mi cuerpo reaccionaba ante él, no es que necesite
explicarlo. No necesito seguir aumentando su ego, que de por sí ya es demasiado grande.
Hasta ahora, en mis intentos por evitar a Tom, he estado sentada en la parte delantera
del bus, platicando con Henry mientras maneja, me he enterado de que tiene dos hijos
jóvenes, un chico y una chica, que además son gemelos y acaban de entrar a la universidad,
que es un entusiasta pescador con mosca y que ha estado casado por veinticinco años con
una maestra de jardín de niños, de la que me ha hablado con evidente afecto. 42
Es bueno saber que aún hay hombres decentes en este mundo.
Después de mi plática con Henry, fui a ducharme. Los chicos aún están jugando al
PlayStation. Tom está hablando por el móvil, sentado sobre la mesa de la cocina y hablando
en voz baja, lo cual probablemente indica que este teniendo sexo telefónico con alguna de
sus mujeres.
No he querido usar toda el agua caliente por lo que no he permanecido en la ducha
por demasiado tiempo pero me quede dentro del baño un rato más para matar el tiempo,
después entre al cuarto y me vestí con mis vaqueros rasgados favoritos y una camiseta. Me
senté en el escritorio, mi nuevo tocador improvisado y sin maquillaje, y arregle mi cabello en
un moño desordenado sobre mi cabeza.
Alguien toca mi puerta y escucho a Cale decir:
—¿Estas decente?
—No, tengo el culo al aire.
Lo escucho reír antes de que gritara.
—Es mejor que estés bromeando porque voy a entrar.
—Claro, que estoy bromeando —solté.
Cale entró cerrando la puerta detrás de él y brinca sobre la cama de espaldas.
Termino de arreglar mi cabello y me giro para poder verlo.
—¿Estás cómodo?
—Mucho —contesta con una sonrisa, extendiendo los brazos sobre su cabeza.
Acabo de sumergir el dedo en mi crema facial cuando Cale pregunta:
—Entonces ¿Por qué te estás escondiendo aquí?
Lo miro a través del espejo.
—No me estoy escondiendo.
—Sí lo estás haciendo.
—Bien —suspiro—. Me estoy escondiendo. —Esparzo la crema sobre mi rostro.
—Supongo que te estás escondiendo de Tom. Entonces, ¿vas a decirme que pasa? Sé
que no estas feliz de que él haya venido a la gira con nosotros, y que te hace falta un poco de
tacto, Ly, fuiste muy ruda con él.
—No fui ruda. —Miro su expresión escéptica y acepto—. Está bien, si fui ruda.
—Entonces, ¿qué es lo que no sé? —pregunta Cale con un tono que indica que no me
dejara en paz hasta que se lo diga.
Me remuevo sobre mi asiento y abrazo mis rodillas contra mi pecho colocando los pies
sobre el borde del banquillo y descansando el mentón contra ellas.
—Hace algunos años, Tom coqueteo conmigo —suspiro—. Ha coqueteado conmigo
muchas veces.
—¿QUÉ? —Dice Cale casi gritando e irguiéndose en su asiento—. ¿Cuándo?
—Shh… —le advierto, viendo de reojo hacia la puerta.
Estas paredes son como de papel y no quiero que Tom escuche nada de esto.
—Habla en voz baja. No importa cuando coqueteó conmigo. De hecho lo ha hecho
solamente dos veces, la primera vez que lo intento lo rechacé y no pareció afectado por ello 43
—mordisquee mi labio— pero entonces lo vi unos meses después y él volvió a intentarlo.
Al ver la rabia invadir el rostro de Cale, me apresuro a decir:
—Nunca cruzó la línea. Nunca me toco ni nada. Es solo que no había visto a Tom
desde la última vez que coqueteó conmigo… y no sabía lo que pasaría si el intentaba hacerlo
de nuevo —agrego con una mueca—. Así que estaba en guardia, ya sabes, modo perra.
—Es comprensible. ¿Entonces, Tom ha entendido el mensaje? Porque si no lo ha
hecho… —dice de una manera completamente sobreprotectora.
—Cálmate, enojón. Ya platicamos —gritamos—, se disculpó y me preguntó si
podíamos dejar todo eso atrás y ser profesionales y yo dije que sí.
—Ok, bien —dice Cale relajándose un poco y volviendo a recargarse sobre los
codos—. Pero si el vuelve a intentar algo…
—No lo hará, pero si lo hace serás el primero en saberlo.
De ninguna manera le diría a Cale si Tom intentaba algo. Además del hecho de que
soy capaz de cuidar de mi misma, Tom es mucho más grande que Cale, y no es que Cale no
este lo suficientemente musculosos, porque lo está, pero los bíceps de Tom son literalmente
dos veces más grandes que los de Cale. Tom siempre ha sido un tipo grande pero ahora luce
incluso más grande, como si hubiera estado yendo al gimnasio diariamente.
—¿Entonces rechazaste a Tom? —Cale sonríe espeluznantemente.
—Lo hice —contesto sonriendo satisfecha.
Cale dejó escapar una carcajada.
—Esa es mi chica. Supongo que fue un golpe masivo a su ego. A ningún chico le gusta
ser rechazado, y supongo que eso jamás le había pasado a Tom, así que seguramente su ego
quedo mucho más que maltrecho.
—Estoy segura de que su ego no ha sido afectado, debe haber sido rechazado por una
mujer antes —digo empujando mis dedos de los pies contra su muslo, el atrapa mi dedo y
me hace cosquillas haciéndome reír.
—Lo dudo seriamente. La mayoría de las mujeres se limita a acostarse y abrir las
piernas para él.
—Demasiada información, gracias. Y yo no soy como la mayoría de las mujeres —
contesto mirándolo a los ojos y dándole mi mejor sonrisa arrogante.
—Sé que no lo eres. Ese es el problema —dice poniéndose de pie, lo miro notando la
preocupación grabada en su rostro—. Eres maravillosa, talentosa y lista. Eres todo un reto
para un chico como Tom, y ahora lo has rechazado rotundamente.
—Dos veces —completo sin saber porque.
—¿Lo ves? A eso es a lo que me refiero. Él ya te veía como un reto cuando lo
rechazaste la primera vez, por eso lo intento de nuevo —señala despeinando su cabello con
las manos—. No le debió haber gustado demasiado ser rechazado por segunda vez,
probablemente se sintió más herido que la primera vez. Los chicos como Tom no están
acostumbrados a ser rechazados, eso hace de ti un desafío y no hay nada que a un chico le
guste más que un desafío
—Cale, Tom no está persiguiéndome, ha renunciado, renunció, su ultimo coqueteo
conmigo fue hace muchos años, y él no ha intentado nada desde entonces. —Me pongo de
44
pie—. Esta hecho. Ha terminado. De todas maneras Tom ya tiene demasiadas mujeres detrás
del como para molestarse en ir detrás de mí, pero es muy dulce de tu parte preocuparte por
mí. —Añadí rodeando su cintura y abrazándolo a lo que él responde besándome
afectuosamente en la frente.
—Es mi trabajo preocuparme por ti.
—¿Desde cuándo es ese tu trabajo? —Pregunto alejándome un poco de él y
liberándolo de mi abrazo.
—Desde los doce años —contesta acariciando mi barbilla
—Oh he olvidado decirte que la llamada que recibí hace rato era de Jake, ya sabe que
Rally es mi papá, Rally le llamó.
Cale arrugo la frente mientras vuelve a recargarse sobre la espalda.
—¿Y cómo te fue?
—¿El autobús sigue avanzando no? —Sonrío.
Cale sonríe de vuelta mientras dice:
—Teníamos que venir, Ly. Y cuando seamos famosos…
—¿Cuándo? —Replico con una mueca.
—Sí, maldita sea, cuando. En el momento en que nuestra música llegue a la radio,
¡Vamos a ser grandes nena!
Me rio ante su entusiasmo y fe en la banda.
—¿Tienes hambre? —Pregunto abriendo la puerta
Lo sigo, saliendo detrás de él.
—¿Tengo que interpretar eso, como que estas hambriento y quieres que yo haga la
cena?
Se gira hacia mí, caminando de espaldas.
—Sabes que no podemos cocinar una mierda, Ly. Entonces es eso o esperar a que
Henry haga una parada —dice haciendo pucheros ante esto último.
—Ugh —pongo los ojos en blanco, dándole un empujón juguetonamente—. Está
bien, cocinaré.
—¿Quieres que te ayude? —Se ofrece sonriendo afectadamente, sabiendo que no
quiero que me ayude. Cale es una pesadilla en la cocina, hace un desastre más grande de lo
que podrían imaginarse, y se la pasa estorbándome todo el tiempo. En esta cocina no hay
suficiente espacio para ambos.
—Ve a jugar —contesto señalando al lugar donde Sony y Van están jugando en la
consola.
No hay señales de Tom. Tal vez este en la parte delantera junto con Henry.
Cale se sienta junto a los otros chicos y les dice que yo hare la cena, a lo que todos
contestan gritándome palabras de amor.
Sonrió y sacudo la cabeza, cuando escucho una puerta abrirse detrás de mí, me giro
para ver a un Tom recién salido de la ducha, con solo una toalla por ropa.
Mi boca se hace agua. No es broma. Mis ojos adquieren mente propia mientras se
abren completamente para observarlo. Su piel aún estaba húmeda y pequeños ríos de agua
escurren sobre su tatuado pecho, claro que yo ya sabía que tenía tatuajes, es decir tiene ambos
brazos cubiertos de ellos, pero no sabía que también tenía en todo el pecho y el estómago, 45
lleva escrito TMS en su pectoral izquierdo.
Y que increíble pectoral tiene. No hay ni un gramo de grasa en él.
Hay aún más cosas escritas debajo de su pectoral, justo encima de su impresionante
six pack. El ayer es memoria. El mañana puede no suceder nunca.
Siento un destello de emoción al leer esa frase, es decir hasta el momento en el que
miro hacia abajo, hacia el comienzo de la toalla y pudo observar otra frase asomando por
encima de ella, sin embargo no puedo descifrar lo que dice.
Vuelvo al presente cuando escucho a Tom aclararse la garganta.
Lo miro a los ojos y puedo notar que está sonriendo.
Estaba completamente embobada comiéndomelo con los ojos y él lo sabe.
Mierda Santa
Subo la guardia nuevamente e ignoro el golpe de calor que inunda mis mejillas,
diciendo firmemente:
—Apreciaría que te pusieras un poco más de ropa mientras caminas por aquí.
Tom mantiene su expresión neutral.
—He olvidado traer ropa limpia. Mi error. No sucederá nuevamente —contesta
girándose y alejándose de mí, aunque no lo suficiente como para que no pueda escucharlo
musitar—. No soy su tipo, mi culo.
Ignóralo. Él quería que lo escucharas, por eso lo dijo.
Solo ignóralo.
Maldita sea, no puedo ignorarlo.
—¡No eres mi tipo! —grito
Oh dios. ¿Por qué no puedo mantener la boca cerrada?
No me atrevo a mirar hacia los chicos para ver si me han oído.
Tom se gira hacia mí sonriendo ligeramente.
—Lo siento, ¿qué?
Mira ligeramente sobre mi hombro, diciéndome todo lo que necesito saber. Los chicos
me habían oído.
Mierda.
Enderezo la espalda, dándome valor.
—Escuché lo que dijiste.
Tom me miró inocentemente inclinando la cabeza hacia un lado.
—¿Y qué fue lo que dije?
Bastardo tramposo.
—Tú sabes lo que dijiste.
—No, no lo sé —replica encogiéndose de hombros—. Por favor ilumíname.
—¡Ugh! —Gruño molesta ante el hecho de que me haga repetir sus sarcásticas
palabras—. Dijiste: «No soy su tipo, mi culo».
—¿Estas segura de que dije eso? —Inquiere recargando su hombro contra la pared.
—Cien por ciento segura —contesto poniendo mis manos sobre mi cadera. 46
—Pero, ¿por qué diría algo así?
—Porque estaba viendo tu pecho desnudo.
Jodido bastardo de mierda.
Está jugando conmigo.
Mi cara arde de rabia.
—¡Eres un cabrón!
Se ríe.
—¿Un cabrón? ¿En serio? ¡Dios! ¿Cuántos años tienes? ¿Doce? Y no intentes
insultarme, yo no era quien estaba mirando pervertidamente mi sexy cuerpo.
—No fue pervertidamente —chillo indignada
—¿Así que admites que soy sexy?
—¿Yo, que? No. ¡Y no admito nada!
Ahora se está riendo de mí.
¿Por qué ninguno de los chicos ha venido a rescatarme? ¿Y Cale?
Miro por encima del hombro solo para encontrarlos viéndonos extasiados. Bueno, Van
y Sony, Cale solo nos mira con curiosidad. Lo miro intencionadamente antes de girarme hacia
Tom.
—Uno, no creo que seas sexy. —Mentira total—. Y dos, solo estaba viendo tus
tatuajes. Me gustan los tatuajes. He estado pensando en hacerme uno, entonces cuando veo
que alguien tiene uno, me gusta verlos detenidamente por si pongo alguno de ellos sobre mi
piel.
La peor excusa del mundo.
La mirada de Tom atrapa la mía, caliente y pesada. Por un momento solo somos
nosotros dos, a tal punto que me siento sofocada y con la sangre fluyendo por cada rincón
de mí ser.
Y entonces pasa.
Su mirada se endurece, vuelve a colocar las manos por detrás de su cuello, mira al techo
y deja escapar un suspiro.
Estaba esperando que dijera algún comentario estúpido, por lo que me sorprendí
cuando me miro y se limitó a decir.
—No hay nada tatuado en mi cuerpo que quieras tener en el tuyo. Créeme.
Miro su espalda mientras regresa a su litera para tomar su ropa, mis ojos se fijan en el
enorme tatuaje que hay allí. Una larga cruz de madera, abarcando toda su espalda, con una
espada al final que parece estar cortando su piel. Con la inscripción: Solo los más fuertes
sobreviven, entrelazada a lo largo de ella.
Es hermoso de una forma macabra.
Entonces mi mirada se enfoca en el texto escrito directamente sobre la cruz Thomas
III, y en un texto mucho más pequeño debajo de este reza: Descansa en paz, aquella que la vida
no pudo darte.
Tom había perdido a alguien importante justo como yo.
Supongo que después de todo si tenemos algo en común.
47
7
Lyla
Traducido por Cherie123
Corregido por Vickyra

El día siguiente — Backststage de un Club, Seattle

Thomas III.
He llegado a tantos escenarios sobre quien podría ser Thomas III. Tiene que ser alguien
de su familia seguro. Tom, Thomas III —yo no era estúpida como para no entenderlo.
Pensé que tal vez era su padre, pero por alguna razón, mis pensamientos siguen dando
vueltas de nuevo a un niño.
«Descansa en paz, aquella que la vida no pudo darte».
Nunca he oído nada acerca de que Tom Carter tuviera un hijo, pero también sé que es
posible mantener cosas calladas de la prensa por la cantidad correcta de dinero. 48
Rally me enseñó eso.
No me avergüenza admitir que después de la cena de la noche anterior, que Tom se
unió a nosotros, pero él estaba notablemente tranquilo. Me pasé el resto de mi noche en el
dormitorio googleándolo. La primera búsqueda fue: «Hijo de Tom Carter». Nada ocurrió, por
lo que entonces trate: «Tom Carter III». No tuve nada relevante, solamente imágenes de Tom.
Muchos eran de él con los miembros de su banda, pero también había un montón de él con
mujeres, lotes de mujeres.
Comencé a sentirme un poco enferma mientras miraba las fotos de sus conquistas, así
que me di por vencida poco después y me fui a dormir.
Mi mente ha estado en Tom desde anoche, bueno, más en su tatuaje. El misterio sigue
molestándome como el infierno. No me preocupo por él. Estoy solo increíblemente curiosa.
Es una enfermedad mía. Es algo en lo que estoy trabajando.
—¿Lyla Summers? —Levante la mirada de la hoja de papel en frente de mí, donde
había estado garabateando la escritura de Tom.
Vine al backstage en nuestro camerino para trabajar en algunas nuevas canciones
mientras que los chicos hacen prueba de sonidos en el escenario donde tocaremos en pocas
horas. Es justo decir que yo no he sido muy productiva con mi tiempo.
Se cierne sobre mí y sonriendo ampliamente una hermosa modelo delgada, vestida con
lo que sólo puede ser descrito como jeans pintados con un ligero top de corte bajo que
revelaba bastante de su busto. Ella tenía el cabello largo marrón oscuro, perfectamente liso,
enmarcando su cara donde había pesadamente aplicado maquillaje.
Estoy lejos de ser fea. A menudo me dicen que me veo exactamente como mi madre,
y yo sé que ella era hermosa. Pero esta mujer delante de mí me hace sentir como una niña
pequeña. Eso es en parte debido al hecho de que estaba vestida como una, llevaba mis fieles
zapatillas de lona Keds, jeans rotos y una camiseta que tiene una imagen de Homero Simpson
vistiendo sólo su ropa interior con el lema, “El último hombre perfecto” en él. No es una
desgarbada y enorme camiseta. Siempre las he obtenido a medida, pero aun así, es una
camiseta Simpsons.
Dios, estoy tan sosa.
—Um... sí, soy Lyla —respondo con inquietud, preguntándome quién es ella.
—Bueno, es usted simplemente impresionante. La foto que Zane me dio no le hace
justicia en absoluto. Soy Shannon, su estilista.
Ella sostiene una mano con manicure hacia mí.
Levanto mi mano, encogiéndola en los extremos porque están mordisqueadas y con
barniz desconchado, y sacudo la suya. Soltando mí mano ella se sienta en el asiento delante
de mí, dejando caer una gran bolsa que colgaba de su hombro delgado en la mesa.
—No sabía que tenía un estilista —replico.
Ella deja escapar una risa y huele a la goma que está masticando.
—Cariño, por supuesto que tienes un estilista. Todos los artistas lo tienen. Siendo esta
tu primera gira, estamos en un presupuesto, por lo que sólo seremos Ashlee y yo. Ashlee es
mi asistente.
Me siento tonta. Debería saber estas cosas. No soy exactamente nueva en este mundo.
—Está bien —le respondo.
Entonces, ella sólo se me queda mirando, mirándome de arriba abajo. Me muevo en 49
mi asiento, sintiéndome más allá que incómoda. Nunca he sido evaluada así antes.
—Tienes una genial piel, muñeca, y tus ojos...
Se apoya cerca de mi cara. Está tan cerca que puedo oler su aliento mentolado.
—Son tan... inusuales. ¿Tienes alguna herencia asiática, cariño?
Sus ojos se extienden sobre mi pelo rubio y piel pálida.
Niego con la cabeza.
—No que yo sepa.
Mi madre era de raza caucásica, y también lo es el Rally. No sé mucho de su
ascendencia, así que supongo que podría tener una cierta herencia asiática. Pero aparte de sus
ojos, parece europeo para mí. Por desgracia, tengo los ojos de Rally, incluso hasta el color
azul cristalino de ellos. Odio mis ojos. Me gustaría tener los ojos de mi madre, grandes e
inocentes. Mis ojos no son pequeños, pero son estrechos e inclinados hacia abajo, dándoles
un aspecto felino. No es raro para mí recibir comentarios de mis ojos. Me han dicho muchas
veces que mis ojos son la primera cosa que la gente nota acerca de mí. Al parecer, son
intrigantes.
Personalmente, creo que se ven vacíos y fríos. Algo así como mi corazón.
—Vamos a utilizar un poco de plata brillante y delineador negro en tus parpados con
esos ojos azules océano. Mierda dulzura, ¡te verás impresionante! No es que no lo haces ya.
¡Vas a estar golpeando a los chicos, y las chicas, con un palo! Ella se ríe.
Es una risa calurosa y cálida de esa clase que me hace quererla.
—No es que me imagine que tienes algún problema en el departamento de sexo,
luciendo como lo haces. ¿Eres Heterosexual? Siempre he tenido una gran lectura en las
personas y te ves heterosexual para mí. Yo soy bisexual —ella presiona su mano contra su
pecho—. Siempre me ha gustado un poco de variedad en mi vida —hace guiños y risas de
nuevo.
Bueno... Sin duda una sobrecarga de información.
No puedo creer que he conocido a esta mujer alrededor de sesenta segundos, y ya he
conocido sus preferencias sexuales. Yo podría pasar casi todo mi tiempo con tres hombres
libidinosos, pero no estoy particularmente abierta a hablar o escuchar acerca de sexo,
especialmente con una virtual extraña, y más aún desde que ya no estoy teniéndolo.
—¿Cómo te sientes acerca de las capas? —pregunta Shannon.
—Um... ¿qué?
—Capas. En tu cabello. El flequillo definitivamente funciona en ti, pero creo que
algunas capas en la parte posterior y alrededor de tu cara se verán increíbles.
En sus pies ahora se traslada detrás de mí, y sus manos están esponjando mi cabello,
tirando de él de aquí para allá.
Dios mío, esta mujer es un torbellino. Estoy teniendo traumatismo cerebral de sólo
escucharla.
—Sí, tal vez. Lo que sea que tú pienses.
—¿Esas son nuevas letras en las que estás trabajando?
—¿Qué? —Mis ojos golpearon la mesa, y casi me muero cuando veo que el trozo de
papel con la escritura de Tom todavía están allí.
Pongo mi mano sobre el papel. 50
—Uh... no, no es nada.
Al parecer, no estoy cubriendo el papel tan bien.
Shannon se inclina sobre mi hombro y dice:
—Dios, suena tan familiar. “Descanse en la paz que…
Desecho el papel hacia arriba con la mano y lo meto en el bolsillo. Mi cara está
quemando.
—Lyla, tú…
Al sonido de la voz de Tom, mi cabeza azota alrededor y lo veo parado en la puerta.
Luego, sin previo aviso, Shannon comienza a chillar como una jodida llorona, asustándome
como la mierda.
—¡Oh mi Dios maldito! —Las manos de Shannon apretaron alrededor de mi cabello
mientras tiro de él, causándome una mueca de dolor—. ¡Tom Carter!
Suelta el pelo y corre a través de la habitación antes de lanzarse a sus brazos. Y cuando
digo lanzamiento, quiero decir, sus largas piernas envolviendo su cintura, y enlazando sus
brazos alrededor de su cuello. Entonces, ella planta sus labios directamente en los suyos,
besándolo.
Aparto la mirada. Puedo sentir mi cara ardiendo de irritación.
¿Por qué estoy tan irritada que ella lo bese? No es que yo quiera besarlo.
Está bien... bueno, tal vez a mis labios le gustaría besar a Tom, pero mi cerebro dice definitivamente
no.
Me obligo a mirar hacia atrás de ellos, para superar lo que demonios es lo que estoy
sintiendo, pero la visión de sus largas piernas todavía envueltas alrededor de la cintura de
Tom con sus labios fundidos a los de él, rasguñaba sobre mi piel como alfileres y agujas de
celos.
Tom rompe el beso y sus ojos parpadeando pasan de ella y se encuentran con los míos.
Aparto la mirada de nuevo.
Puedo sentirme frunciendo el ceño al ver el reluciente brillo de labios de ella en los
labios de él. Froto mi frente, aliviando las líneas de expresión.
—Shannon Archer —dice—. Ha pasado mucho tiempo.
Él la conoce. Por supuesto que la conoce y muy bien por el aspecto de las cosas.
—¡Demasiado tiempo! —Dice ella con una voz cantarina.
Puedo verla bajar sus piernas perfectas al piso, pero me doy cuenta de que ella no lo
soltó, mientras que sus manos agarraban su cintura.
—Jake dijo que estabas aquí como manager de la gira, pero yo pensaba que me estaba
cagando. Es decir, es de ti de quien estamos hablando, y sabes cómo es Jake, siempre
molestándome. Pero aquí estás. Tom Carter, un manager de tour. Bueno, ¡jódeme! Aunque,
ya me has jodido bien, ¿verdad, Bebé? —Ella le guiña.
Quiero vomitar. De hecho, me dan ganas de vomitar.
Ha tenido relaciones sexuales con ella. Por supuesto que ha tenido relaciones sexuales con ella. La
mitad de la población femenina ha tenido relaciones sexuales con él.
Los ojos de Tom parpadean por delante de ella para reunirse con la mía de nuevo. 51
¿Qué busca mirándome?
Meto mi mirada, fingiendo estar de pronto cautivada por las palabras en mi bloc de
notas.
—Mírate, sin embargo… —dice, su voz sonaba más suave—. Tu pelo ha crecido.
Mis ojos curiosos tienen que echar un vistazo rápido.
Shannon está corriendo sus dedos por el pelo de una manera íntima y familiar. Hace
que mi estómago se apriete.
—Y te dejaste crecer una barba —sonriendo, arrastra sus uñas sobre su vello facial—
. Te ves todo crecido.
Él frota la mano por su mandíbula.
—Crecí hace mucho tiempo.
—Claro que lo hiciste, pero me gusta.
Él le da una sonrisa.
—Te ves bien, Shan.
—¿No lo hago siempre? —Ella menea sus caderas—. Así que, ¿te gustan las nuevas
chicas? —Ella da un paso atrás y resalta sus pechos—. Yo sólo fui por una talla de copa más.
Soy un D ahora. No quería demasiado grande, ¿sabes? No puedo soportar aquellas tetas
falsas en-tu-cara. Estas se sienten reales. No se puede decir que son implantes en absoluto.
Tener sensibilidad.
Los ojos de Tom parpadean hacia mí. Aparto la mirada antes de que realmente pueda
coger mi mirada.
En serio, ¿por qué sigue mirándome?
—Sí, se sienten verdaderamente bien.
Así pues, él la manoseó. Impresionante.
—Te dije. Estoy muy contenta con ellas. Mi cirujano era increíble. Eran un regalo a mí
misma por alcanzar el mal sitio de los treinta. ¡Dios, no puedo creer que tenga treinta y cinco
años! —Ella gime—. ¿Dónde se ha ido el tiempo?
¿Treinta y cinco? Dios, yo pensaba que era de mi edad, veintidós. Le había dado veinticinco como
máximo. Demonios, espero que me vea tan bien como lo hace ella cuando tenga su edad.
—Sí, te estás haciendo vieja ahora —Tom se ríe.
—¡Hey! No estás tan lejos detrás de mí. ¿Qué tienes ahora? ¿Veintinueve?
—Sip. Soy un bebé en comparación contigo.
—Vete a la mierda —se burla ella de buen humor—. Nunca te quejaste de mi edad
cuando tuviste tu polla en mí. Y ahí estaba yo, pensando que te gustaban las mujeres mayores.
Oh Dios. Ruedo los ojos, ahogando una risa ante lo absurdo de lo que estoy escuchando.
Tom deja escapar una risita-sucia diciendo.
—Tú me conoces, Shan. Siempre me han gustado todo tipo de mujer, Mientras sea
caliente y dispuesta a todo.
—Sí, eso sí lo sé a ciencia cierta —se ríe.
Me muevo en mi asiento, poniendo mi espalda a ellos. Me pego dos dedos en mi boca
y la amordazo falsamente. 52
—¿Lyla?
Mi cabeza azota alrededor por el tono severo de Tom. Mis ojos se encontraron con
los suyos, veo que está frunciendo el ceño.
Shannon está a su lado con su mano sobre su brazo, su cara neutral.
¿Se me acaba de ver la mordaza falsa? Estaba de espaldas a ellos, por lo que no podía
ser —Oh, mierda.
Recuerdo que hay un espejo en la pared. Me vuelvo a mirarlo.
Mis ojos se conectan con Tom en el espejo, y él levanta las cejas en sugerencia mientras
una deliberada sonrisa golpea sus labios.
Vio lo que hice.
Mierda de mierda.
Mis mejillas están ardiendo.
Me vuelvo en mi asiento para mirarlo.
—¿Qué quieres? —Mi voz sale más aguda de lo que pretendía, haciéndome sonar
como una perra.
La expresión de Tom endurece en mi tono.
—Te necesitan en el escenario para hacer las pruebas de sonido.
Oh. Bueno.
Una pregunta, ¿por qué ha venido por sí mismo por mí? ¿Por qué no enviar un mensajero?
Aliviada que no llamara a mi comportamiento infantil, yo digo:
—Déjame recoger mis cosas —empiezo a reunir mi celular, libreta, pluma, y una
botella de agua antes de meterlas en mi bolsa.
—Así que, ¿cuáles son tus planes para esta noche después del espectáculo? —Shannon
le pregunta a Tom—. Yo estaba pensando que deberíamos follar. Han pasado unos cuantos
años desde la última vez que jodimos.
Mi espalda se puso rígida.
¿En serio? ¿Jodidamente en serio?
¡Estoy de pie aquí!
Shannon es bastante agradable, y yo podría aprender a que me gustara, pero no puedo creer que esté
tratando de organizar una cita de sexo con Tom mientras estoy parada aquí.
¿Tan invisible soy?
Golpeo mi bolso sobre la mesa, las hebillas de metal resonaron con fuerza. No me
importa si me encuentro como grosera. No estoy aquí para estar como un maldito poste de
luz, mientras que estos dos conciertan una sesión de lucha.
Mis ojos se levantan a ese maldito espejo de nuevo, y los ojos de Tom ya están en mí,
su mirada ardiente en la mía. En este momento, es casi como si estuviera tratando de leerme.
Incómoda ante su mirada y de su conversación sobre joder, mis ojos cayeron al suelo.
Cojo mi bolsa y la lanzo a mi hombro. Estoy más que lista para abandonar esta habitación y
a estos dos maníacos sexuales.
—Lo siento, Shan, no se puede hacer —pronuncia Tom.
¿Qué? 53
Levanto la mirada justo a tiempo para ver un destello de confusión cursando sobre la
cara de Shannon.
—Está bien... bien, ¿qué hay de mañana?
Tom niega con la cabeza.
¿Acaba de... rechazarla? ¿Acaso Tom Carter acaba de rechazar sexo de una mujer?
Dios mío, ¿estoy viendo las estrellas?
—Oh, estás viendo a alguien —asiente con certeza.
¿Lo está?
Esa posibilidad no se siente bien conmigo.
Shannon no parece molesta o avergonzada por su purga. Si fuera yo, estaría
mortificada. Pero por otra parte, nunca haría una proposición a un hombre por sexo como
ella acababa de hacer.
—Bueno, ¿las maravillas nunca cesan? —Ella se ríe—. ¡Tom Carter se ha sentado! —
Ella aplaude juntando sus manos.
Tom no le responde en modo alguno. En realidad, lo único que está haciendo es
mirarme directamente a mí.
¿Por qué está mirándome de esa manera?
¿Y por qué sus ojos tienen contracciones?
¿Qué diablos está mal con él?
Shannon se vuelve y sigue sus ojos hacia mí. Su ceja se levanta. Ella mira a Tom y luego
a mí de nuevo. Ella sonríe.
¿Por qué está sonriendo? ¿Me estoy perdiendo de algo aquí?
—¡Estás viendo a Lyla! —Exclama—. ¡Jesús, Tom! ¿Por qué no lo dijiste antes?

54
8
Lyla
Traducido por Isabo Navar
Corregido por Vickyra

Un segundo después — Entre bastidores en un Club, Seattle

Mi cuerpo da un tirón, conmocionado, como si hubiera recibido un disparo.


¿Qué?
¿Qué demonios?
—¡No! —Grito—. ¡No nos estamos viendo! Quiero decir, si nos vemos aquí, pero no,
no estamos juntos. No dormimos juntos. ¡Dios mío! —Me paso la mano por el cabello—. ¡Tom
y yo no estamos juntos! ¡Se acabó! Apunto un dedo en dirección a Tom—. Díselo.
Él no dice nada. No muestra nada. Solo una sonrisa maliciosa en su engreída cara, la 55
que estoy más que dispuesta a borrar.
¿A qué demonios está jugando?
Shannon de nuevo vuelve a mirarnos a los dos.
—Vale… —dice lentamente, mirándonos confusa—. Lo pillo —me guiña un ojo y
baja la voz al decir—, Lyla, no te preocupes. Soy muy buena guardando secretos.
¡Secretos! ¿Qué secretos? ¡No hay ningún secreto que guardar!
Dios, parece que acabo de entrar en un universo paralelo.
—Humm… no hay ningún secreto que guardar porque no hay nada entre Tom y yo
—mi voz va subiendo de tono con cada palabra que pronuncio.
Miro a Tom expectante, desesperada por que diga algo, que le diga la verdad. Pero él
solo se queda ahí parado, con una sonrisita y sin decir una mierda. Así que, básicamente, me
sirve de tanto como un cero a la izquierda.
—¡Ahg! —Echo las manos al cielo, más enfadada que otra cosa.
Acabo de darme cuenta que si sigo aquí un momento más, voy a matar a Tom a palos.
—¡No tengo ni idea que porras pasa aquí! ¡Contigo en particular! —Digo señalando a
Tom—. ¡No tengo tiempo para idioteces, los dejo con sus grilladas! ¡Me voy al escenario a
hacer mi trabajo! Encantada de conocerte Shannon. A ti Tom, ¡espero volver a verte… nunca
más!
Paso delante de ellos pisando fuerte y me largo pitando, con la cara hirviendo de la
mala leche.
¿De qué coño iba todo eso? ¿Por qué ha dejado Tom que Shannon piense que estamos juntos?
¡El cabrón de Tom Carter!
Igual se ha vuelto loco. Parece distinto al tipo que conocía. Hasta parece un vagabundo
con esos pelos y esa barba.
¡Hombres! ¿Ves? Por eso paso de ellos. Son todos unos cabrones tarados.
—Así que entonces ¿no estamos juntos? —Escucho por detrás la deliciosa y profunda
voz de Tom.
Al oír su voz de barítono los escalofríos hacen que se me erice el vello de la nuca.
Ignorando esa sensación me vuelvo y le echo los perros.
—¿De qué coño estás hablando? ¿Se te ha ido la pinza? —le estoy gritando como una
loca pero se lo merece—. ¿Por qué has dejado que Shannon piense que tú y yo estamos
juntos?
Arruga el ceño. Así de cerca, reparo en una línea en su frente que le hace tan lindo.
¿Lindo? Lyla, por Dios. ¡Céntrate!
—Yo no le he hecho creer nada a Shannon —contesta tan tranquilo.
—Ehh… va a ser que sí. Por lo que dijiste, ella asumió que estás viendo a alguien, y ¡tú
me miraste directamente a mí! Vamos Tom, ¿qué porras? Ni siquiera nos caemos bien.
Torciendo el morro dice:
—Bueno, eso no es del todo cierto —pasea la vista por mi cuerpo.
Odio sentir la electricidad recorriendo mi cuerpo bajo su intensa mirada.
—A mí la verdad es que no hay nada de ti que no me guste, ese cuerpazo que tienes, 56
que me llama a gritos pidiéndome que me lo coma a lametones, y tu delantera-hostia
Firecracker —dice con voz ronca y tan sugerente.
Prácticamente puedo sentir sus palabras en mi cuerpo, como si me estuviese tocando
con cada una de ellas.
Se acerca más. Está a un suspiro de distancia y ahora resulta que no puedo ni respirar.
—Y tu cara… preciosa, de verdad, preciosa —su aliento cálido acaricia mi rostro—.
Si quieres que sea sincero, lo único que no me gusta de ti… es ¡esa boca rompe-pelotas sin
filtro que tienes!
—Agh… —le doy un fuerte empujón en el pecho—. ¡Qué te jodan!
—Sí por favor, hazlo. Sería el hombre más feliz del mundo si tú me montas —dice
con un gemido viril y una gran sonrisa de satisfacción.
—¡Ahhh, eres una pesadilla! ¿No paras nunca?
—Cuando se trata de ti, Firecracker, nunca pararé. Nunca.
Aturdida y excitada, enfadada y confusa, aprieto las piernas intentando mantener mi
virginia controlada y cruzo los brazos por el pecho. A la vez sigo tirándole dardos
envenenados con los ojos.
Me mira fijamente. Su pecho jadeante, arriba y abajo.
De repente mi ira se desinfla como un globo y me quedo totalmente vacía.
Buena manera de empezar bien la primera actuación de la gira.
Me froto la nariz.
—Tom, solo ha pasado un día y ya estamos gritándonos el uno al otro. Así esto no va
a funcionar, para nada. Y lo que acabas de montar ahí adentro… joder, te has pasado del
todo —la decepción clara en mi voz.
Tom fija sus ojos en los míos. En este momento, veo una sombra de su yo real que no
creo haber visto nunca antes.
—Vale —suspira—. Tienes razón. Lo siento.
No creo que Tom Carter haya pedido perdón a muchas personas, si es que alguna vez
lo ha hecho, así que su disculpa ahora, creo que es de verdad sincera.
—He sobrepasado los límites. No intente disuadir a Shannon cuando supuso que tú y
yo dormimos juntos. Aunque en mi defensa diré que técnicamente hablando, realmente
tampoco dije nada.
Descruzo los brazos dejándolos volar en todas direcciones.
—¡Y eso, es peor!
—¿Cómo que peor?
—¡No lo sé! —digo confundida—. ¡Simplemente lo es! —Me paso las manos por el
pelo—. Tom, no te entiendo. ¿Por qué querrías hacer pensar a Shannon que tú y yo estamos
saliendo juntos?
Se mueve metiendo las manos en los bolsillos. Hasta parece incómodo.
Interesante.
—Por qué no quiero tener sexo con Shannon. Por si no te has dado cuenta, no admite
un no como respuesta, pero es una buena chica, y la conozco hace mucho tiempo. No quería 57
herir sus sentimientos y sabía que la única manera de hacerle retroceder era haciéndole pensar
que estaba con alguien.
Ahhh…
Y me enternece.
Sí, ya lo sé. Debería darme de tortas.
—Pero podías haber dicho que estabas con otra persona. No tenía por qué ser yo.
Me mira confuso.
—Pero eras la única persona en el cuarto.
Suelto una risa.
—Tom, el que estés con alguien no quiere decir que tenga que estar contigo en ese
momento. Si te hubieras inventado un nombre, estoy segura que para Shannon hubiese sido
suficiente.
Se encoje de hombros, y sus labios forman una sonrisa.
—Como que no se me ha ocurrido.
Pongo los ojos en blanco.
—Ya, bueno, la próxima vez que se te ocurra, ¿bien? —Me apoyo en la pared
mirándole—. ¿Haces esto a menudo?
Al igual que yo, apoya la espalda en la pared de enfrente.
—¿Si hago qué a menudo?
—¿Crear novias imaginarias para evitar tener sexo con mujeres? Simplemente podrías
decirles que no, ¿Sabes?
—Nunca he evitado tener sexo con ninguna mujer que me lo ha puesto en bandeja,
hasta hoy, claro.
No me gusta nada cómo me hace sentir el que lo admita.
—Entonces, ¿Por qué lo has hecho esta vez? ¿Por qué simplemente no lo has hecho
con ella? Creía que eso era lo tuyo.
Se retira de la pared y se acerca a mí de nuevo.
—El sexo es lo mío. Simplemente… —se pasa la mano por el cabello—. Las cosas
cambian.
Le miró fijamente a los ojos. La boca se me queda seca, y el cerebro se me nubla con
el aroma a limpio de su colonia.
—Me aseguraré que a Shannon le quede claro que no estamos juntos.
Sus palabras me sacan de la niebla.
—Bien —enderezo la espalda y me alejo de él—. Y asegúrate de hacerlo pronto. No
quiero que Shannon vaya contando a nadie que tú y yo estamos juntos.
Me sigue, eliminando la distancia entre nosotros otra vez.
—¿Por qué el tener algo conmigo te molesta tanto?
Es mi turno de arquear una ceja.
—¿De verdad lo preguntas? Pensaba que era algo obvio. Uno —señalo con el dedo—
, esta es mi primera gira, y tú eres el manager. No quiero hacerme con la reputación de que
intento subir pasando por la cama de nadie. Dos ¡tú eres el manager de la gira! Y Tres, ¡odio
las barbas! 58
En realidad no sé porque he dicho eso último porque de verdad no odio las barbas.
Incluso me gusta cómo le queda a él.
Se ve que le he lastimado por cómo pasa la mano por el vello crecido de la barbilla. El
sonido que hace al pasar sus dedos ásperos envía un escalofrió por mi cuerpo.
—Anda ya, Firecracker, no odies la barba. Busco un aspecto de utilero. ¿No crees que
me quede bien?
—No. Pareces un vagabundo.
Echa la cabeza hacia atrás con una ronca carcajada.
El sonido me golpea con la velocidad del fuego. Lo siento en todos y cada uno de mis
puntos erógenos censurados.
Me muerdo el labio evitando una risa tonta que quiere escapar. —Aunque tu cabello
te queda bien. Me gusta más largo.
—Increíble Firecracker, ¿Ha sido eso un halago?
—No —mis ojos se cruzan con los suyos risueños.
—Ósea, que si me quito la barba y mantengo el cabello tal cual, ¿pretenderás ser mi
novia para salvarme de las Shannon de la gira?
—Humm… —pensando me froto la frente—. No.
—Mierda —se ríe.
Empiezo a andar otra vez y Tom me sigue.
Cuando llegamos a la puerta del escenario, me vuelvo. Insisto con la misma pregunta,
a ver si consigo una respuesta verdadera esta vez.
—¿Por qué quieres que pretenda ser tu novia para desalentar al resto de mujeres?
Pensaba que tu pasatiempo favorito era tirarte montones de mujeres.
—Como te he dicho, las cosas cambian —se encoje de hombros mientras retira la vista
mirando al fondo del pasillo—. Pensaba que yo era el último hombre perfecto.
—¿Qué?
Vuelve a mirarme a la cara y señala mi camiseta.
—Ah sí —me rio, pasando la mano por la foto de Homero—. Na, no tienes ninguna
oportunidad. Homero está por encima de cualquier otro hombre. Es el ideal —digo con una
sonrisa descarada.
—Tomo nota, tu ideal es una gran panza y un gran trasero. Ahora lo entiendo, el por
qué me rechazabas. Por fin esta aclarado. Así mi ego se recupera por completo.
Vuelvo los ojos.
—Eres un chico.
—Eso espero, Firecracker. Con el tamaño de mi aparato, me preocuparía si no lo fuese.
—¡Dios mío! —Me rio—. No puedes evitarlo, es superior a ti mismo.
Pone una sonrisa infantil seguida de una risita, encogiendo los hombros. Siento esa risa
como un suspiro por mi piel.
Dios mío ayúdame.
—Sabes Lyla —dice bajando la voz—, Henry se parece un poco a Homero Simpson.
Te apuesto lo que quieras que si lo dejas en sus apretados calzoncillos, justo ahí tendrías a tu
hombre ideal. 59
Se me escapa una carcajada, la que hace que me atragante con mi propia saliva.
Eso es clase Lyla, si señora.
—Cuidado, tigre. —Tom se inclina y me da una palmada en la espalda mientras yo
reprimo la tos—. Siendo la primera actuación de la gira, esta noche necesitamos tus cuerdas
en buena forma.
Me froto el pecho intentando enderezarme mientras tomo respiraciones profundas.
—¿Estás bien? —Apoya su mano en mi hombro.
Ni siquiera me toca la piel directamente, pero el suave agarre de sus dedos traspasa el
algodón de mi camiseta y me quema la piel, marcándome.
El corazón me empieza a martillear en el pecho.
Su mano en mí se siente bien… demasiado bien.
De repente el aire se hace irrespirable.
No.
Dejo caer mi hombro, apartándome de su toque rápidamente.
—¿Qué es lo que tienes con las camisetas de dibujos animados? —Tom me pregunta
pasado ese momento—. Es la tercera que te veo puesta en dos días.
¿Lleva la cuenta?
Ayer por la noche me puse la azul de My Little Pony con los pantalones azules cortos
del pijama.
Sí, Tom me vio con el pijama. Él estaba subiendo a la litera cuando yo salía del baño.
—Me encantan los dibujos animados. —Encojo los hombros, omitiendo el hecho de
que las colecciono por mi madre.
Todo empezó cuando mamá tuvo que ir a Paris a un espectáculo. Yo no pude ir con
ella, y se sentía culpable, así que fue a Disneylandia y me trajo un montón de juguetes y ropa
para compensarme. De todo lo que me trajo, lo que me encanto fue una camiseta de la
Sirenita. Estaba completamente enamorada del Príncipe Eric. Llevaba la camiseta a todas
horas, incluso para dormir. Por lo visto la volví loca con ella. Así que para conseguir que
usara otra cosa, en su viaje siguiente, me compro una de la Bella y la Bestia. Por supuesto,
me encanto. Así que la iba rotando con la de la Sirenita.
Después de eso, se convirtió en nuestro regalo especial. Cada vez que se iba de viaje,
me traía una nueva camiseta de dibujos animados.
Mamá ya no está, así que en homenaje a ella, me compro una camiseta cuando viajo.
Tengo que sacar tiempo para comprarme una camiseta en cada ciudad que paremos durante
la gira —bueno, por lo menos en cada estado.
Oigo el sonido sosegador de las guitarras traspasando la puerta a mi espalda. Mis
colegas se están preparando para esta noche. Sonny empieza a golpear la batería, haciendo
sonar un ritmo familiar. Que provoca una sensación cálida por todo mi ser.
Sonriendo digo:
—Debería estar en el escenario. —Estiro la mano a la manilla.
—¿Lyla?
Me vuelvo.
—Siento… lo que ha pasado antes. No volverá a ocurrir. 60
—Bien. —Me despido con un movimiento de cabeza, corriendo a reunirme con mis
chicos, dejando a Tom parado donde está.
9
Lyla
Traducido por Cherie123
Corregido por Vickyra

El día siguiente — Autobús de la gira, en el camino a Boise.

Me despierto con la sensación de la última noche de show todavía zumbando en mis


venas.
Para el primer show y teniendo en cuenta el nivel de nervios que todos estábamos
sintiendo, nos fue increíblemente. Después, nos tomamos unas copas en el backstage con
algunas de las otras bandas.
Tom estaba notablemente ausente. Tom había estado allí cuando llegamos fuera del
escenario, pero él había desaparecido poco después. Ni siquiera tuve la oportunidad de hablar
con él, no es que necesitara hablar con él. Supongo que sólo habría sido agradable escuchar
61
lo que pensaba de nuestro primer show.
Pero cuando llegamos fuera del escenario, había estado hablando con una mujer, una
morena impresionante. Y la forma en que su cuerpo había estado apoyado en el de él, había
parecido bastante seguro que sus intenciones eran con él, y él no parecía estar empujándola
lejos.
Su mirada se había golpeado con la mía y luego se deslizó por mi cuerpo. Sus ojos se
habían ensanchado y encendido cuando los puso en mis pechos vestidos en la parte superior
con el corsé negro, que era en realidad más fácil respirar de lo que parecía. Pude ver su mirada
absorbiendo mis ceñidos jeans negros, los que habían sido deshilachados con un par de tijeras
por Shannon. Había cortado en ellos, dando la impresión de rasgaduras, empezando en lo
alto de mis muslos y hasta los tobillos. Entonces, sus labios se curvaron en la sonrisa más
sexy que jamás había visto en los tacones de aguja de plata en mis pies.
El calor se había extendido por todo mi cuerpo por su descarado escrutinio.
Mi cabello grueso se había fijado en ondas sueltas por mi espalda, y mi maquillaje
estaba lleno de humo mientras mis labios estaban brillantes.
Sabía que me veía caliente, y yo estaría mintiendo si no dijera que me gustó el hecho
de que Tom se viera afectado por cómo me veía.
Entonces, la bomba morena había presionado su cuerpo en el suyo. Ella había
susurrado algo en su oído: y ahí fue cuando desvié mi mirada, diciéndole a Cale que me dirigía
al baño.
En el momento en que volví, Tom se había ido, y también la morena. Había sabido
que Tom iba a hacer... lo que sea con ella. Y yo había ignorado la sensación de malestar que
me dio el pensamiento de lo que sea.
Por lo tanto, bebí con mis chicos, no queriendo volver al autobús y, posiblemente,
caminar entre Tom y la Morena.
Me aseguré de divertirme, y observé con diversión leve como Shannon y su asistente,
Ashlee, coqueteaban alrededor de mis chicos. Ashlee es una guapa rubia que usa la falda
demasiado corta y su top demasiado bajo. Sencilla no es una palabra que Ashlee parece
conocer.
La había conocido antes del show mientras ella y Shannon nos preparaban. Shannon
se había centrado en mi cabello, el maquillaje y la ropa, mientras Ashlee había preparado Van,
Sonny, y Cale. Ellos no necesitaban mucha ayuda. Todos ellos tienen «esa cosa» de hombre
enfadado. No importa lo que visten, siempre se ven caliente, mientras que yo, como la
mayoría de las mujeres, tenía que trabajar para lucir bien.
Yo no soy mala con la ropa. Es que solo no me molesto realmente para vestirme. Estoy
más feliz en un par de jeans y una camiseta. Claro, sé cómo vestir para un show. He estado
vistiéndome por mi misma hace mucho tiempo.
Pero las ideas de Shannon de ropa son diferentes de la mía, y tengo que decir, realmente
me gusta su idea de ropa—que ella pone en mí de todos modos. Parece saber lo que va a
funcionar a la perfección en mí.
Después del tiempo que he pasado con Shannon, en realidad me está empezando a
agradar. Es divertida cuando no está ligando a los chicos frente a mí, bueno, sobre todo a
Tom. Afortunadamente, no menciono lo que había sucedido antes. Supongo que él arreglo
las cosas con ella.
En nuestras bebidas después del show, Ashlee fue con todo a Cale. Pero yo sabía que
no estaba interesado. Conozco el tipo de Cale, y ella no lo es. Cale siempre va por morenas 62
o pelirrojas. Nunca lo he visto con una rubia.
Cuando Ashlee descubrió que no estaba interesado, volvió su atención a Van, que
estaba más que feliz de entretenerla. Estoy bastante segura de que la entretendría en el baño
por un rato.
Shannon y Sonny pasaron mucho tiempo hablando entre ellos. Me dio la impresión de
que ella estaba interesada en él. Y conozco a Sonny. Si una mujer caliente muestra interés en
él, él está en ella como blanco en arroz. Shannon es considerablemente mayor que Sonny, él
solo tiene veinticuatro años, pero sé que a él no le molesta. Por la forma en que había visto
a Shannon actuando con Tom y sabiendo cómo es Sonny, me sorprendió que él y Shannon
no conectaran. Por lo que yo sé, no lo hicieron porque Sonny se fue conmigo, Cale, y Van
—después Van se fue con Ashlee— nosotros volvimos al autobús juntos.
Cuando llegamos, el autobús estaba estacionado en la oscuridad. Tom ya estaba en su
litera, durmiendo, con su cortina cerrada. Probablemente estaba cansado de hacer lo que sea
con la morena.
Me retiré el maquillaje de mi cara y me puse la parte de arriba de un pijama y pantalones
cortos antes de entrar a la cama. Yo estaba apagada antes de que mi cabeza tocara en la
almohada.
Frotando el sueño de mis ojos, busco y alcanzo mi celular de la mesa de noche.
Compruebo la hora —diez en punto.
Hambre, sed, y extrema necesidad del cuarto de baño, me levanto de la cama y trato
de no perder el equilibrio por el movimiento del autobús.
Abriendo la puerta, oigo a alguien moviéndose en la cocina, así que me meto
directamente en el cuarto de baño.
Todo está lleno de vapor aquí. Alguien había estado despierto por un tiempo y ya había
tomado una ducha. Conociendo a mis chicos, no se levantarían temprano, por lo que tuvo
que ser Tom. Mi estómago hace un pequeño vuelco estúpido ante la idea de él duchándose
ahí. Limpiando la imagen de Tom mojado en la ducha, de mi mente, hago pis, me cepillo los
dientes, y me ato el pelo en un nudo complicado.
Al salir del baño, veo que la cortina de la litera de Tom está abierta. Mi estómago
burbujea al hecho de saber que está aquí, es una locura.
¿Qué edad tengo? ¿Doce?
Empujando mi atracción por Tom fuera de mi mente, Me preparo para verlo.
Hacer caso omiso de mi atracción por él dura aproximadamente tres segundos hasta
que lo veo sentado en la mesa, y mis hormonas van a toda marcha por la vista de él. Con el
cabello aún húmedo, lleva un look antiguo como The Casbah en el álbum “Clash Rock”
camiseta y jeans rotos azules. Hay una taza de café en frente de él y un cuenco vacío de
cereales, una caja de Froot Loops, y un cartón de leche a un lado. Tenía un periódico en sus
manos. Pero una cosa notablemente se ha ido, su barba. Está bien afeitado.
¿Hizo eso por mí? ¿Porque le dije que odiaba la barba?
No seas tan presumida, Lyla.
Tomando una respiración profunda, empujo mis hombros hacia atrás y camino hacia
él.
Sus ojos se levantan desde el papel hacia mí. Su mirada casi quema un agujero en mi
ropa interior.
—Buenos días, Firecracker —él arrastra el saludo. Su voz suena toda profunda y 63
gutural.
Fumando caliente.
Ignoro el apodo de Firecracker. Me imagino que no hay punto en la discusión porque
él conseguiría una subida de la misma. Sonrío y fuerzo un tono neutral en mi voz mientras
digo:
—Buenos días.
Decidí unirme a Tom en comer cereal de niño, me dirijo directamente a la alacena. Me
pongo de puntillas y alcanzo un plato, y luego agarro una cuchara del cajón. Tomo asiento
frente a él, vierto yo misma algunos Froot Loops y los ahogo en la leche.
Cuando miro a Tom, veo que sus ojos están en mi pecho, y sus verdes están en llamas.
El jade casi quema en azul. Es entonces que me doy cuenta que no estoy usando un sostén.
Mierda.
Y este es el momento exacto en que mis pezones deciden ponerse firmes bajo la mirada
climatizada de Tom.
Maldita puta mierda.
Está bien, así que tengo una de las dos opciones. Uno, puedo estar avergonzada, correr
a mi habitación y ponerme un sujetador, pero sé que si hago eso, sólo le dará futura munición
para burlarse de mí. O dos, puedo actuar de manera fría.
De manera fría entonces.
Elevo mis brazos por encima de mi cabeza, pretendiendo estirarme, que por supuesto
empuja a mis chicas en su dirección. Tengo que reprimir una risita al ver la expresión de su
rostro. Sus ojos son como platos. A continuación, arrastra la lengua por el labio inferior.
Humedece fuego entre mis muslos. Tragando saliva, bajo los brazos. Puse mi voz lo
más dulce que puedo y digo.
—Um ¿Tom? —Sus ojos se levantan lentamente hacia los míos. La mirada sigue ahí,
y tengo que dejar de retorcerme bajo su mirada lujuriosa—. A menos que el cuerpo humano
haya cambiado durante la noche, los ojos están aquí —señalo dos dedos en mis ojos.
Su cara se transforma en una sonrisa y una risa gutural suena desde él. Deja el periódico
a la mesa.
—Lo siento. Sólo tienes un gran maldito conjunto de pechos. Es difícil no mirar.
Él roza el labio inferior con sus dientes. Una llamarada de calor acaricia hasta la parte
trasera de mi cuello, trazando círculos y dejando mi rostro en llamas.
—Bueno, trata de hacerlo mejor. El respeto va en ambos sentidos.
Levanta los hombros.
—Tal vez podrías usar un sostén. Eso podría ayudar. En realidad, no, no lo haría.
—Dios, ¡eres un cerdo! —exclamo—. En serio, ¿te gustaría que me sentara y me
quedara mirando el enorme bulto de tus pantalones durante todo el día?
¿Acabo de decir eso? ¿Realmente llame su bulto enorme? Oh Dios.
Una sonrisa llena se propaga a través de su hermoso rostro.
—Firecracker, ¿me estás preguntando si me gustaría que te sentaras y miraras mi polla
todo el día? —Él sonríe, sus ojos me interrogan—. ¿Estás segura de que quieres que responda
a esa pregunta? Porque sabes que sería escandaloso.
Alzo mi mano, deteniéndolo. 64
—¡Para! En serio, no quiero saber.
Me estoy riendo cuando digo esto, y Tom me recompensa con una risa de niño.
Sonriendo, sumerjo mi cuchara en mi cereal para cargarla.
Tom me está mirando, pero la diversión en su rostro ahora ha desaparecido,
reemplazado con algo un poco más serio. Sus dedos empiezan a tocar en la mesa. Me trague
mi cereal y la leche.
—¿Todo bien? —Gestione con mi cuchara.
—Hablé con Jake anoche. Me habló sobre Rally, me dijo que él es tu padre.
El cereal que acababa de tragar golpea mi estómago como rocas.
Puse la cuchara en el tazón.
—Oh, está bien. Está bien... y ¿tienes algún problema con eso?
Inclina la cabeza hacia un lado, mirando confundido.
—¿Por qué tendría problemas con eso?
—Porque mi padre es un idiota, y él te causo a ti y a tus amigos un montón de
problemas a lo largo del año.
—Confía en mí, hemos aguantado más de lo que lo Rally nos ha lanzado.
—Así que, ¿ahora no te agrado por asociación?
Él me da una sonrisa maliciosa.
—Ah, ¿entonces estas preocupada de si me agradas o no?
No queriendo responder a esa pregunta, le doy un encogimiento de hombros. Cojo mi
cuchara y empiezo a comer de nuevo.
Tom une sus dedos y se inclina hacia mí. No puedo dejar de mirar sus manos. Fuertes,
manos masculinas. Manos que no tengo duda de que sepa cómo utilizar muy bien. Se ven
ásperas por años de tocar el bajo. Sólo puedo imaginar lo bien que se sentirían contra mi piel.
—Jake explicó su situación —dice Tom llevando mi atención hacia él—, y cómo son
las cosas para ti con Rally. Pero incluso si te llevaras bien con él, no iba a cambiar mi forma
de verte.
—Gracias. —Sonrío—. Lo digo de verdad. —Él asiente y se apoya en su asiento—.
Así que, ya sabes que mi padre es el bastardo de la industria de la música. Supongo que sabes
que mi madre era…
—La niña mimada de la misma. Tu madre era hermosa, Lyla. Muy talentosa. Por las
fotos que he visto, tú te ves exactamente como ella, lo cual es bueno. Te podrías ver como
Rally y sería un total maldito desperdicio —él sonríe. Me río. Entonces, dice—: Siento que
la hayas perdido.
Y mi estado de ánimo cae, derecho junto con la cuchara dentro de la taza en frente de
mí.
—Sí, yo también.
—Háblame de ella.
Una oleada de incertidumbre se mueve a través de mí. Él sabe de mi madre. Todo el
mundo lo hace. Estaba en los tabloides de la prensa durante la mayor parte de su corta vida.
Cada respiración que tomó fue documentada. 65
Tom pidiendo oír hablar de lugares calientes en mí que han sido fríos durante mucho
tiempo.
—Estoy segura de que sabes más de ella a partir de los diarios.
—Sí, ya sé lo que dijo la prensa acerca de tu mamá. Pero yo no sé cómo era realmente,
que era ella para ti.
Lo miro fijamente, aturdida por la profundidad en sus palabras. Y eso es por lo que
mis labios parten y mi voz hablando despedida
—Mi madre era una estrella infantil. En primer lugar, en la televisión, y luego se
trasladó hacia el canto. Rápidamente se convirtió en una de las cantantes de country más
grandes que hemos tenido.
—Tenía una voz increíble, Lyla. Suenas mucho a ella cuando cantas.
Su elogio me pincha en el corazón.
—Así que, ya sabes que ella era hermosa y talentosa... pero también era amable y dulce
y tan inteligente. Realmente sabia de los negocios, ¿sabes? Entonces, conoció a Rally en algún
evento para recaudar fondos. La deseaba, y sabes cómo es cuando quiere algo. De todos
modos, mamá firmó con AME cuando tenía diecinueve años.
»Ella estaba en el medio de la etapa de limpiar su imagen de niña —estrella y creciendo
a la mujer en que se estaba convirtiendo. Rally fue fundamental para hacer que eso sucediera.
Se casaron un año después de que ella firmó con AME, y nací al año después de eso. Fuimos
felices por un tiempo —solté un aliento—. Entonces, Rally se aburrió, como siempre hace.
Cuando algo deja de ser un reto, va y encuentra uno nuevo, lo cual era Tanya Olsen. ¿Has
oído hablar de ella? —Tom niega con la cabeza—. Ella no está aquí ahora. Creo que se está
presentando en los cruceros estos días. Fue otra de las que Rally jodió. De todos modos,
Tanya tenía diecinueve años, una cantante de pop recién saliente. Él la firmó para AME, pero
obviamente, el interés de Rally no se detuvo en la música —ruedo los ojos—. Él no era
discreto sobre el romance. Todo el mundo, incluyendo a mi madre, se enteró, y cuando
finalmente golpeó los tabloides, fue la excusa que necesitaba para dejarnos.
—¿Cuántos años tenía cuando se fue?
—Cuatro.
—¿Y qué edad tenías cuando tu madre murió?
—Ocho.
—Ella murió de una sobredosis, ¿verdad?
Mis ojos defensivos encajaron en los suyos.
—Ella no se suicidó.
—Hey —se inclina hacia adelante, apoyando los brazos sobre la mesa—. Nunca dije
que lo hizo.
—Lo siento —rabié. Mis codos golpean la mesa, y dejo caer mi cabeza en mis manos.
Una sorpresiva lágrima se me escapa. Discretamente la limpio con mi manga—. Es sólo que
todo el mundo dice que se suicidó, y sé que no lo hizo —mis ojos se levantaron a los suyos—
. Ella nunca me habría dejado de esa manera, no a propósito.
Hay una expresión en su rostro benevolente pero algo más... preocupación.
—¿Quieres hablar de ello? —pregunta en voz baja.
Niego con la cabeza.
66
—Yo no hablo de... lo que pasó nunca. La única persona con la que realmente hablé
era con Dex.
—Bueno, tal vez es hora de que lo hagas —se pone de pie—. Hare un poco de café, y
entonces puedes hablar.
Observo a Tom, confundida. No dice nada. Los únicos sonidos son el calentador
hirviendo y mi palpitante corazón.
Tom coloca una taza de café humeante delante de mí, y se vuelve a sentar, sosteniendo
su propia taza entre sus manos.
Me alejo el cuenco a medio comer de cereales, mi apetito ha desaparecido. Envuelvo
mis manos alrededor de la taza, tirando de ella más cerca.
—Por lo tanto, tenías ocho años cuando murió.
—Sí. Mi niñera y yo fuimos a un viaje de la escuela unos cuantos días. Cuando volvimos
a casa, encontré el cuerpo de mi madre en su cama. Se había tomado un cóctel de pastillas y
vodka. Había estado muerta por todo un día. Estaba allí sola —una estúpida lágrima se
escapa, pero rápidamente la atrapo—. Ella tenía solo veintinueve años cuando murió —mis
ojos llorosos se encuentran con él—. Siete años mayor de lo que soy ahora.
—Demasiado joven. Pero, dicen que los grandes siempre mueren jóvenes.
Puedo ver en su cara que él está pensando en Jonny Creed.
—¿Echas de menos Jonny?
Su mirada golpea la mía.
—Cada maldito día. Entonces, después de que tu madre murió, ¿fuiste a vivir con
Rally?
—No. Me fui a vivir con mi tía Steph, la hermana de mi madre, y su marido, mi tío
Paul. Ellos ya tenían un niño, Dex, mi primo, que se convirtió en mi hermano —tomo una
respiración profunda—. Rally no me quería. La mirada de enojo en el rostro de Tom hace
que el rechazo de Rally salga a la superficie. Trato de encogerme de hombros como que no
importa—. No fue una sorpresa —le digo, tratando de sonar no afectada—. Apenas vi a
Rally después de que él nos dejara y se casara con Tanya.
—Ha estado casado varias veces, ¿verdad?
—Llegamos a la esposa número siete el año pasado. Olga, la supermodelo sueca, quien
es dos años menor que yo —ruedo los ojos.
Tom ríe un sonido profundo. Tomo un sorbo de mi café.
—Eso es justamente lo que hace Rally. Consigue mujeres inteligentes, talentosas y
hermosas. Bueno, tal vez llamar a Olga inteligente es demasiado —le doy una sonrisa
descarada, y Tom se ríe de nuevo—. Y él las destruye. Se lo hizo a mi madre. Para el mundo,
sé que parecía que estaba bien, pero ella no lo estaba. Claro, iba en giras y grabaciones, pero
estaba rota —mis ojos bajaron a la mesa—. Yo solía escuchar su llanto por las noches cuando
ella pensaba que estaba durmiendo —Tom se acerca y me aprieta la mano libre. Marcando
su toque demasiado, saco mi mano con la excusa de necesitarla para levantar mi taza de café
a la boca—. Ella estaba medicada para conseguir pasar los días. Yo no lo sabía. Debería
haberlo visto.
—¿Cómo exactamente? Eras una niña. Confía en mí, como hombre-culo crecido, vi a
Jake cayendo en pedazos delante de mí, y no me di cuenta de lo que estaba ocurriendo hasta
que fue demasiado tarde. Algunas personas son realmente buenas en ocultar cosas.
Miro a Tom, sorprendida. Sorprendida de que estamos teniendo esta conversación. 67
Sorprendida de que existe este lado de Tom, pero sobre todo, me sorprende porque yo le
estoy diciendo estas cosas. Estoy abriéndome él. Ahora que he comenzado, me parece que
no quiero parar.
—Pero Jake está bien ahora —le digo.
—Sí, pero no gracias a mí —él se pasa la mano por el pelo.
—No te quedes corto. Eres un buen chico, Tom.
—Será mejor que tengas cuidado, Firecracker. Van a llegar a gustarme esos elogios, y
voy a empezar a exigirlos todo el tiempo.
—Eres un tonto —sonrío.
—Eso es mejor —él hace un guiño—. Yo no soy un buen chico, bueno, no lo era,
pero estoy trabajando para convertirme en uno.
Miro su rostro sincero, un poco sorprendida por su descarada honestidad.
—No eres un mal tipo. Un chico malo es aquel que tiene a su hija de cuatro años,
entregando los papeles del divorcio a su madre.
Las facciones de Tom se tensan, la ira disparando sus ojos.
—¿Él hizo lo que? —Su tono está hirviendo.
Oculté mi dolor bebiendo mi café, preguntándome por qué demonios le dije eso. Pero
ahora, Sé que tengo que decirle el resto.
—La primera vez Rally vino a buscarme después de que nos había dejado... bueno, a
mi mamá... ella estaba un poco perdida cuando lo vio. Ella le estaba rogando volver —me
estremezco al recordarlo, odiando que Rally redujera mi madre a eso—. Por supuesto, mi
mamá estaba molesta, así que se puso a llorar. Rally me recogió y me saco de allí como una
basura en su auto. Yo no podía dejar de llorar, así que me llevo por un helado. Toda la hora
que estaba en esa heladería, pasó hablando por su celular. Entonces, me dijo que tenía
negocios que atender y tuvieron que llevarme a casa. Se detuvo frente a mi casa y no salió.
Me entregó un sobre marrón y me dijo que se lo diera a mi madre. Resultó que el sobre
contenía los papeles de divorcio y que me había llevado para que yo le sirviera.
Recuerdo que caminé hasta la puerta, y mi madre estaba esperando al otro lado. Rally
ya se había marchado antes de que yo siquiera abriera la puerta. Le entregue el sobre y su
mano temblaba cuando me lo quitó. Todavía puedo oír el tono desolado en su voz cuando
me dijo que fuera a mi habitación. En vez de ir a mi habitación, me escondí en el rellano,
mirando, como abrió el sobre y sacó los papeles de adentro. Sintiendo lágrimas en los ojos,
vi como ella se apoyaba en la pared. Al día de hoy, todavía puedo ver claramente la mirada
de devastación en la cara de mi madre.
—Joder, Lyla. Yo sabía que odiaba ese tipo por una buena razón.
—Sí. Esa fue la última vez que Rally me recogió para una visita. Mi relación de niña
con Rally consistía en llamadas con su AP2 y regalos y tarjetas todo hecho por su AP. Eso
funcionó bien para mí ya que más o menos lo odiaba después de eso —me encuentro con
ojos de Tom—. Él no asistió al funeral de mi madre, ya sabes. No llamo para ver si su hija
de ocho años estaba bien después de perder a su madre.
—Algunas personas no merecen tener hijos. Yo siempre lo digo, la familia es la que
uno se hace.
Sonrío.
—Mi tía Steph y tío Paul son geniales —evito mencionar a Dex nuevo. Eso es otra lata
de gusanos en mi historia de vida patética, que no estoy listo para abrir con Tom—. Tengo 68
suerte de tenerlos.
—¿Cómo se sienten acerca de que entraras en el negocio de la música?
—Son un gran apoyo.
Entonces, el malestar se barre en mí. Le he dicho a Tom cosas que sólo un puñado de personas
conoce. Personas en las que confío. Después preocupada mordí mi labio con los dientes, le digo:
—Tom, todas estas cosas que te he hablado de Rally y mi mamá, no son cosas que
mucha gente sabe. Sólo las personas en que confío.
Así que, ¿por qué le dije? Él sonríe. Es cálido y genuino.
—En lo que se refiere al resto del mundo, esta conversación nunca sucedió. Pero para
mí, sucedió. Si alguna vez necesitas hablar de nuevo, ven a mí. —Se recuesta en el asiento
con una pierna cruzada sobre la otra pierna y su brazo alrededor del respaldo, sus fuertes y
masculinos dedos golpeando contra la madera—. No tuve la oportunidad de decirte la noche
pasada, pero sacudiste el maldito lugar.
Está cambiando el tema. Lo Agradezco. Sonrío, curvando los dedos alrededor de la taza
de café enfriada.
—Gracias. Eso significa mucho.
Entonces, recuerdo por qué él no estaba allí para decirme eso anoche, y la sonrisa
desaparece de mi cara.
Compartir mi historia de vida con él y siendo tan dulce me hizo olvidar por un
momento con quién yo estaba hablando. Toma un sorbo de su café.

2 AP: Asistente Personal


—¿Te divertiste anoche después del show?
Sí, pero no tanta diversión como la que tú tuviste, estoy segura.
Asiento, digo:
—Sí, estuvo bien.
—¿Llegaste tarde?
—Sip. Estabas durmiendo.
Asiente, se frota la mano por la barbilla suave.
—Me borré.
Por las relaciones sexuales con la morena.
Basta, Lyla.
Entonces, una imagen no deseada paso a través de mi mente.
Ugh. ¡Imagen de Tom con la morena vete!
—Te afeitaste —le digo, tratando de dirigir mis pensamientos a otra parte.
Echo un vistazo a mi café, y cuando miro hacia arriba, sus ojos están intensos sobre
mí. Tengo que dejar el escalofrío que siento. Se frota la mano por la barbilla de nuevo.
—Sí, no estaba funcionando para mí. Las mujeres parecían aún más atraídas a mí con
la barba. Vaya usted a saber —él sonríe.
—¿Cómo la de ayer por la noche?
Y ahí está. 69
¿Por qué no puedo mantener mi boca cerrada acerca de cualquier cosa siempre? Más aún cuando se
trata de algo que no quiero saber.
Es como si tuviera un botón de auto-infligida tortura en mi cerebro.
Tom inclina la cabeza, dándome una mirada interrogadora.
—¿La de anoche?
Traigo la taza a los labios y tomo un trago antes de hablar.
—Sip, la fan morena que estabas hablando después del show. Con la que te fuiste.
Se frota la frente pensando, sus ojos se reúnen con los míos. Veo algo allí en ellos, pero
no puedo descifrarlo. No tuve la oportunidad porque lo que sea, desaparece, y es como una
luz encendiendo en sus ojos.
—Oh —dice, asintiendo—. ¿Quieres decir, la que tiene el pelo largo y oscuro, piernas
que van hasta siempre, y la mayor par de tetas falsas que yo alguna vez…?
—Sí, esa —le cortó justo cuando él está imitando el tamaño de un par de pechos con
las manos delante de su propio pecho.
Se pone de pie y se aleja de la mesa.
—Sí, no me fui con ella.
—¿No lo hiciste? —Es difícil para mí esconder la sorpresa de mi voz.
—No, no lo hice. Me fui solo, volví aquí, y caí —él se da vuelta para mirarme—. Suenas
sorprendida.
—No, no lo estoy. Bueno, algo así.
—Pero más aún, te ves... aliviada —él pone sus grandes manos sobre la mesa,
inclinándose cerca de mí—. ¿Lo estás?
Su cercanía ha revuelto mi cerebro.
—¿Qué?
Se inclina un poco más cerca.
—Aliviada.
—Por supuesto que no estoy aliviada —fuerzo indiferencia en mi cara.
Pero él sabe que estoy aliviada porque lo estoy. Está escrito por toda la imperfecta cara
indiferente.
—Supongo que eso es una buena cosa, entonces —su voz suena ronca—. Si estabas
aliviada al pensar en que no estuve con otra mujer, entonces eso significaría que te
preocupas... por mí. Y si te importaba, significaría que tú quieres…
—No me importa —le digo rápidamente—. Y ciertamente no quiero nada.
Levanto mi barbilla, tratando de dar con la mayor indiferencia pero fallando
miserablemente.
Todo lo que me las arreglo para hacer realmente es poner mi cara cerca de la suya.
Bueno, técnicamente, mi boca está más cerca, como a distancia de besos.
Puedo sentir su aliento caliente en todo mi cuerpo, y el olor a menta es mezclado con
café. Es como un afrodisíaco. Estamos mirándonos el uno al otro. Las respiraciones de Tom
son profundas y rápidas. Las mías son aún más rápidas. Mis bragas están húmedas, y él ni
siquiera me ha tocado. Estoy tan mojada que va a ser embarazoso cuando tenga que ponerme 70
de pie.
Sus ojos se sumergen en mis labios. Me retuerzo a la vista de sus dientes arrastrando
sobre su labio inferior. Él va a besarme. Y estoy bastante segura de que voy a dejarlo.
La puerta del baño se cierra de golpe. Tom y yo de un tirón nos distanciamos el uno
del otro como si hubiéramos recibido un disparo. Segundos después, Cale viene vagando a
la cocina.
—Maldito Sonny —llega antes que yo al baño y me muero de ganas de mear.
Sigo con los ojos fijos en Tom. Él está de pie junto al banco en que estaba sentado con
su mano agarrando la parte de atrás, con los ojos en Cale.
—Exceso de información como de costumbre —le digo, arrastrando mis ojos de Tom
a Cale—. Y por favor no hagas pis en el lavabo —agrego, sabiendo que ha ocurrido en más
de una ocasión en el pasado.
—Aguafiestas —se ríe—. Buenos días —dice mientras se mueve más allá de Tom para
el armario de la cocina.
Tom le hizo uno de esos guiños varoniles que da.
Cale vuelve, con plato y cuchara en la mano.
—Ven acá —dice.
Me arrastro, haciendo espacio y tomo mi ahora taza de café vacía conmigo.
—¿Dormiste bien? —Cale me pregunta, sabiendo que siempre me cuesta dormir bien
en la primera noche en una nueva cama.
—El alcohol que bebí anoche ayudó —le sonrío.
—¿Entrando en el estilo de vida de estrella del rock ya? —Bromea.
Le doy el dedo medio. Riéndose, él envuelve su brazo alrededor de mi cuello y me tira
hacia él antes de plantar un beso en la parte superior de mi cabeza. Riendo, le empujo. Agarro
la caja de cereal y vierto un poco en su plato.
—Come tu desayuno, y deja de molestarme.
Sacude la cabeza, sonriendo, Cale llega a obtener la leche. Fue entonces cuando mis
ojos se encuentran con Tom.
Él está mirando en silencio a Cale y yo. Los brazos cruzados sobre el pecho apretado,
su rostro es perfectamente blanco, pero en sus ojos, veo un destello de ira. Él parece darse
cuenta de que estoy mirándolo, y afloja los brazos y la mirada.
—Vamos a parar a cargar gasolina pronto, así que si necesitas algo, lo consigues ahí,
porque no vamos a parar de nuevo hasta llegar a Boise.
Entonces, Tom se aleja. Observo que se mueve hacia abajo a la zona del conductor, y
él cierra la puerta, la misma puerta que siempre tenemos abierta.
¿Esta Tom enojado porque Cale interrumpió lo que estuvo a punto de pasar entre
nosotros? ¿O es debido a la manera cariñosa de Cale conmigo?
Cale siempre es cariñoso conmigo, así que no es inusual.
Porque si él está enojado sobre Cale, entonces eso significaría…
No.
No estoy pensando en lo que significa todo esto, y yo definitivamente no estoy
pensando en el hecho de que yo estuve muy cerca de besar Tom. 71
O que le di la historia de mi vida. Los únicos que saben mi mierda son Dex y Cale, e
incluso Cale no sabe todo. Pero ahora Tom sabe, y no sabía qué hacer con eso. No sé lo que
está pasando entre nosotros.
Una cosa que sí sé, es que confié a Tom mi pasado. Y para mí eso significa mucho.
Realmente mucho.
10
Lyla
Traducido por rihano
Corregido por Vickyra

Más tarde ese día — Un Club, Boise

—¿Estás follando con Cale?


Me giro, con los ojos abiertos, ignorando el calor de Tom presionado contra mi
costado. Su aliento caliente mientras habla en mi oreja sobre la música a todo volumen.
Estamos en un club en Boise, y acabamos de terminar de tocar nuestro set hace quince
minutos. Decidimos quedarnos, tomar una copa y escuchar al resto de las bandas tocar antes
de que tengamos que volver a la carretera.
Estoy en el bar, esperando para pedir bebidas para mí y los chicos. Cale, Van, y Sonny 72
ya están fuera pescando, y Tom, por lo que parece, tiene una pregunta seriamente inapropiada
para mí.
—¿Qué? —Digo lentamente.
Sus ojos verdes jade están quemando sobre mí.
Espero que se retracte, o tal vez cometí un error y no lo escuché correctamente.
Él mantiene su mirada fija en la mía mientras se inclina, poniendo su cara cerca. Mete
mi cabello detrás de mí oreja, los dedos quedándose allí.
—Yo dije, ¿estás follando a Cale?
Me alejo de él.
—¿Estás hablando en serio en este momento?
—Bastante.
Lo miro, completamente desconcertada.
Apenas lo he visto en todo el día, y cuando lo hice, él era un bastardo mal humorado.
Ahora, las primeras palabras que me dice directamente en toda la noche son para
preguntar si estoy teniendo relaciones sexuales con Cale.
Sin hacerle caso, me giro de nuevo hacia la barra justo cuando el camarero se acerca.
—Tres cervezas y un vodka con tónica, gracias.
Los ojos del camarero se mueven a Tom. Me pregunto si él sabe quién es Tom.
—Agrega un Jack doble a ese orden. —Tom le da al barman su tarjeta de crédito.
—No necesito que me compres una bebida —le frunzo el ceño.
—Pensé que tal vez responderías a mi pregunta si lo hacía.
—¿Por qué te importa si estoy durmiendo con Cale?
Sin decir nada, él me mira fijamente.
Empiezo a retorcerme bajo su intensidad.
—No es asunto tuyo.
—Necesito saber lo que los miembros de mi banda están haciendo.
—¿Incluso sus actividades en el dormitorio?
Da un paso cerca de mí.
—Incluso eso. El conocimiento es poder.
—Bueno, Sonny debe hacerte completamente poderoso entonces.
Él soltó una carcajada. Luego, se mueve más cerca, su mano dirigiéndose a mi baja
espalda expuesta.
—Responde la pregunta, Lyla.
Sus dedos presionan mi piel. El calor me llena.
Estoy enojada por su pregunta, sabiendo que la razón que dio por preguntar es una
mierda completa, pero estoy poniéndome más encendida por su toque.
Es seriamente confuso querer golpear a un tipo y joder sus sesos al mismo tiempo.
—¿Le has hecho a los chicos esta misma pregunta?
Él me da una lenta sonrisa. 73
—Todavía no.
—Sabes, no recuerdo a Dina haciéndonos esa pregunta cuando ella nos estaba
manejando.
—Sí, bueno, Dina no es exhaustiva. Yo lo soy.
Algo me dice que Tom es muy exhaustivo en todo lo que hace.
Las bebidas aparecen en la barra. Agarrando la mía, me la lanzo completa. Me
estremezco por la quemadura, mis labios hormigueando.
Pongo la copa en la barra y miro hacia Tom.
—No es que sea de tu incumbencia, pero no, no estoy jodiendo con Cale. Él es mi
mejor amigo. Punto —me giro y empiezo a alejarme.
Destino —esconderme en el baño.
—Por lo tanto, no estás jodiendo con Cale. ¿Estás jodiendo a alguien más? —Me dice
desde detrás de mí.
Avergonzada, me doy la vuelta, mi cara en llamas, y lo miro conmocionada. Siento
como que los ojos de todos en el bar están sobre mí cuando la mayoría de la gente
probablemente no oyó a Tom por encima de la música a todo volumen. Pero eso no me
impide sentirme aún más cabreada.
Le doy una mirada desagradable y comienzo a caminar de nuevo.
—Responde a la pregunta, Firecracker.
Miro hacia él por encima de mi hombro.
—Aquí está una respuesta para ti. —Levanto mi puño en el aire y disparo mi dedo
medio hacia él.
Oigo su risa retumbando detrás de mí.
¡Estúpido!
Piso fuerte cruzando el club hacia Cale, quien está sentado en un taburete del bar en
una mesa con una pelirroja situada entre sus muslos.
—Tu cerveza está en el bar con Tom —lanzo las palabras hacia él en mi enojado
caminar.
Cale atrapa mi brazo, deteniéndome. Mueve a la pelirroja a un lado y se desliza del
taburete antes de venir a pararse delante de mí.
—¿Qué pasa?
—Nada.
Él examina mi rostro en esa forma en que lo hace.
Sé que me veo molesta. Estoy con el ceño fruncido, así que relajo mis facciones.
—En realidad, no pasa nada. Sólo voy al baño. Regresa a tu —miro por encima de su
hombro a la pelirroja, que ahora está lanzando dagas hacia mí—, diversión. —Traigo mis
ojos de regreso hacia él.
—¿Me estoy perdiendo de algo aquí? —Pregunta.
¡Sí! Tom está siendo un culo, y está haciendo preguntas inapropiadas.
Y me siento atraída por él y encendida casi veinticuatro/siete, porque tengo que vivir 74
en el mismo bus que él. ¡Para una mujer que está en celibato, eso es como meter a una persona
a dieta en el medio de una fábrica de chocolate!
Pero, por supuesto, no digo nada de eso porque no quiero que Cale se ponga todo
molesto con Tom, y termine consiguiendo su culo pateado por mí.
Así que, pego en mi sonrisa jovial.
—No te estás perdiendo de nada. Vuelve a tu pelirroja. Estaré de regreso pronto —
alejo mis ojos de él.
Él tira de mi brazo, obligándome a mirarlo de nuevo. —Nadie es más importante para
mí que tú, Ly. Sabes eso, ¿verdad?
—Lo sé —sonrío, esta vez de verdad—. Y lo mismo va para ti. Pero si tú no atiendes
a tu pelirroja, estarás volando en solitario esta noche.
—Nunca vuelo en solitario, no cuando tengo a mi chica justo aquí —él agarra mi
mejilla y presiona un beso en mi frente—. Baño, y regresas directamente a mí.
—Sí, jefe —saludo.
Los puestos están vacíos cuando voy, lo que me da la oportunidad de darme una buena
charla en el espejo.
No dejar más que Tom Carter llegue a mí. Y no más sentimientos sexy mientras estoy cerca de él.
Estoy volviendo para patear culos, Lyla, quien no deja que ningún hombre llegue a ella.
Así que, jódete Tom Carter.
El sentimiento se impulsó mientras yo me lavaba y regresé al club.
Mirando alrededor, veo a unas pocas mujeres rodeando a Tom. Sonny está con él,
disfrutando de la atención que Tom siempre atrae.
Una de las mujeres le entrega a Tom una pluma. Entonces, ella se bambolea
acercándose a él, empujando a un lado a las otras mujeres, y tira de su parte superior hacia
abajo, dejando al descubierto su pecho para él. Tom sonríe y comienza a escribir en su pecho.
Ruedo los ojos.
Conseguir tus tetas firmadas por una celebridad. Clásico.
—Pecho firmado es tan de la temporada pasada —dice una voz masculina detrás de
mí.
Riendo, me volteo para ver a Robbi Kraft, vocalista de The Turnstiles. Yo soy una fan
de su música, pero oficialmente no he conocido a nadie de la banda.
Robbi es muy guapo. Del tipo peligroso de buen aspecto. Cabello rubio oscuro. Ojos
azul tinta.
Ceja perforada. Tatuajes cubriendo sus brazos y uno en el lado de su cuello.
—Sí, escuché que todo es acerca de culos firmados hoy en día —sonrío.
Robbi se ríe. Él tiene una gran risa. No es profunda y varonil como la de Tom. Es un
sonido feliz y contagioso.
Miro los ojos de Robbi hacer su camino hacia abajo por mi cuerpo antes de que
aterricen de nuevo en mi cara.
—Robbi —él tiende una mano hacia mí.
—Sé quién eres —sonrío tímidamente mientras deslizo mi mano en la suya—. Lyla…
—Summers —termina por mí—. Sé quién eres.
75
Sonrojándome, tomo mi mano de regreso.
—Sonabas genial antes —dice Robbi—. Me gusta mucho tu música.
—Gracias —sonrío, complacida por su cumplido—. Estoy muy entusiasmada por
escucharlos actuar esta noche chicos. He estado siguiéndolos desde sus días de Las Vegas.
The Turnstiles comenzó grabando sus presentaciones en vivo en Las Vegas y
subiéndolos a YouTube.
Rápidamente consiguieron una gran cantidad de seguidores. Seguido inmediatamente
de eso llegó un contrato discográfico con nada menos que Rally Records.
Estoy sorprendida de que Rally no tratara de poner un alto a la presentación de Vintage
aquí, al mismo tiempo que una de sus bandas.
O tal vez lo hizo, y yo no sé nada de eso.
Robbi pasa una mano por su cabello rubio y me da una sonrisa arrogante.
—Una fanática.
—Tal vez. —Me encojo de hombros, mordiéndome mi labio.
Las mariposas han tomado vuelo en mi estómago. ¿De qué trata todo eso?
Los ojos de Robbi se mueven a mis manos vacías.
—No tienes una bebida. No puedo tener a una hermosa fan nuestra viendo el
espectáculo sin una bebida. ¿Me dejas comprarte una?
No tuve la oportunidad de responder.
Un chico con el cabello largo grasiento tocó a Robbi en el hombro.
—Te necesitan detrás del escenario. Seth y Dougie están en eso otra vez.
Seth y Dougie son miembros de su banda. Es bien conocido que los miembros de The
Turnstiles tienen una relación volátil.
Yo no podía imaginar lo que sería, luchar con los miembros de tu banda todo el tiempo.
Yo lo odiaría.
Tengo suerte de tener a Cale, Sonny, y Van.
Robbi exhala un suspiro.
—Ya voy —le dice al chico de cabello grasiento. Robbi me mira de nuevo—. Lo siento.
Me tengo que ir, cosas de la banda.
—Está bien —le ofrezco una sonrisa—. Espero que consigas arreglarlo antes de que
vayan al escenario. Odiaría perderme de escucharlos tocar esta noche en vivo.
—No te preocupes. Soy un profesional en cuanto arreglar a esos dos —él empieza a
irse, pero luego se da vuelta—. ¿Tú nunca respondiste a mi pregunta sobre si querías esa
bebida o no?
Extendiendo mis manos vacías, sonrío suavemente.
—Supongo que nunca lo sabrás.
Poniendo su mano en el bolsillo, él saca algo y da un paso hacia mí.
—Si alguna vez te sientes como para darme la respuesta, llámame. —Presiona una
tarjeta en mi mano. Con una sonrisa encantadora, se va, desapareciendo entre la multitud.
Yo me quedo con esas malditas mariposas y una cálida sensación de hormigueo en mi
pecho.
Ni siquiera tuve la oportunidad de moverme cuando escucho la voz de Tom en mi 76
oído.
—Entonces, ¿vas a llamarlo?
El olor de él pasa sobre mí, y mi anterior charla sale volando por la ventana.
—En serio —lo rodeo—, ¿qué pasa contigo esta noche? Preguntándome si estoy
durmiendo con Cale y el resto de la población masculina. Y ahora, ¿Robbi?
Tom estudia mi rostro por un momento. Puedo sentir mi cuerpo calentándose bajo su
mirada.
Él me da una sonrisa irónica.
—Nunca pregunté si estabas durmiendo con Robbi. Pregunté si ibas a llamarlo.
—Lo que sea —digo cortante, mis manos van a mis caderas—. ¿Por qué el repentino
interés en mi vida amorosa?
—Tal vez sólo me preocupo por tu bienestar.
Me burlo ante esa noción.
Sus ojos se estrechan.
—Sólo estoy cuidando de ti. Robbi Kraft es un jugador.
—¡Como tú lo eres! —Lanzo mis manos arriba.
Se inclina hacia mi cara. Su oscura mirada me penetra, y su calor está todo sobre mí,
lamiendo mi piel.
Él está confundiéndome, demonios. Y no me gusta nada.
—Eso podría ser —dice él, su voz áspera y baja—. Pero no estoy tratando de meterme
en tu ropa interior.
Doy un paso hacia atrás, sacudiendo mi mente desordenada.
—Ya no lo estás más, ¿verdad?, pero lo estuviste no hace mucho tiempo.
Entonces, me doy cuenta, y me pregunto si eso es parte del problema.
¿Realmente me gustaba cuando Tom estaba follándome antes? ¿Me molesta ahora que no lo está
haciendo?
De repente, me dan ganas de llorar. Mi garganta se espesa, y mis ojos se llenan de agua.
Mis emociones están por todo el lugar, y es gracias a él. Fijo mis ojos al suelo, tratando de
recuperar el control de mis sentimientos.
Pareciendo sentir mis emociones crecientes, él da un paso atrás, dándome espacio. Con
una voz amable, dice:
—Sólo estoy cuidándote. En este momento, en esta gira, eres mi responsabilidad.
Como tu representante, te estoy diciendo, una chica como tú no quiere llamar a un tipo como
él.
Mis ojos saltan a los suyos.
—¿Una chica como yo? ¿Qué diablos se supone que significa eso?
Él pasa la mano por su cabello, tirando de los mechones. Parece que está luchando
con las palabras.
—Eres una buena chica. Robbi es un mal tipo. Tú estás surgiendo, y él te arrastraría
hacia abajo. Conozco a las chicas como tú, Firecracker. Y conozco aún más a los tipos como 77
Robbi. Él no es un sitio a donde tú quieres ir.
—Tú no me conoces —me burlo.
Él me conoce, más de lo que quiero admitir. Y, eso parece, es por qué yo no puedo
dejar de derramar mis sentimientos tristes en él.
Sus ojos se oscurecen.
—Sí, lo hago.
Me siento fuera de balance. Por lo tanto, hago lo que mejor sé hacer. Reacciono a los
sentimientos que no puedo controlar.
Dejo escapar una risa hueca.
—Sigue diciéndote eso a ti mismo. —Arrugo la tarjeta de Robbi en mi mano y la lanzo
al pecho de Tom—. Tú no sabes una mierda acerca de mí. Si fuera así, sabrías que no tenía
intención de llamar a Robbi. Estoy apartada de los hombres. Ser jodida por uno te hará eso.
Me vuelvo para salir, pero Tom me jala de vuelta a él. Con una mano en mi brazo, la
otra sujeta el lado de mi cara.
—¿Quién te jodió?
La preocupación en la cara de Tom envía a tambalearse a mi interior. Todo es
demasiado para tomarlo a la vez.
Sacudo mi cabeza.
—No importa.
—Claro que parece como que importa. Y necesito saber de quién es el culo que tengo
que patear.
Mis ojos se encuentran con los suyos.
—¿Eso no sería considerado pelear por una mujer? No es algo en lo que yo pensaba
que tú estarías.
Algo en sus ojos cambia.
—Somos amigos. No me gusta si alguien hiere a mis amigos. Yo no lo vería como
luchar por una mujer... es más como pelear por uno.
Él piensa que soy alguien por la que vale la pena luchar.
Palabras, Lyla. Son sólo palabras.
Los hombres son muy buenos con las palabras. Las acciones son en donde fallan.
Necesitando un momento lejos de Tom, lejos de la facilidad de su toque y palabras,
me muevo y me siento en el sofá cerca recientemente desocupado.
Tom toma el espacio vacío a mi lado, llenándolo y poniéndose cerca de mí. Él llama la
atención de un camarero pasando y nos ordena algunas bebidas.
No empieza a hablar hasta que tengo mi vodka con tónica en la mano.
Pasando mi dedo índice por el lado del vidrio recogiendo las gotas de condensación,
dejo escapar un suspiro.
—Mi ex-novio, Chad... es bisexual. Algo que él falló en decirme cuando estábamos
juntos.
Tom me mira fijamente.
—Está bien... así que saliste con alguien llamado Chad, a quien le gustaban las pollas y 78
los coños... y ¿no te gustó que él solía follar a tipos?
—No. El problema era que no era que solía. Él continuó jodiendo con tipos mientras
estábamos juntos, bueno, no tipos. Sólo a un tipo específico.
Mi hermano.
—Él te engañó —murmura comprendiendo.
Él simplemente no capta toda la situación.
Asiento en respuesta, y entonces tomo un gran trago de mi vodka, disfrutando de la
quemadura en la garganta mientras trago.
—Bueno, tengo que decir, que estás empezando tener mucho más sentido para mí
ahora.
Mis ojos se levantan a los suyos.
—Y en cuanto a Chad, el cabrón tramposo de tu ex, bueno, es claramente un idiota.
Quiero decir, él te tenía... y a estas —él gesticula hacia mis chicas—, la mejor parrilla que he
visto en mi vida. Y he visto un montón de tetas-parrillas en mi vida. Chad tenía lo mejor en
sus manos todos los días, literalmente, y ¿los cambió por una polla?
—Um... gracias, creo.
—De nada —dijo inexpresivo—. En serio, yo no entiendo toda la cosa del tipo-
jodiendo-a-otro-tipo. Claro, me encanta follar culos pero el culo de una mujer. Tú, quiero
decir, las mujeres en general —corrige—, son puro sexo. Tan suaves y cálidas, y tú tienes
esas —hace gestos a mis niñas de nuevo—, que son increíbles. Dios estaba en el camino
correcto el día en que diseñó a las mujeres. Dame un apretado y caliente coño en cualquier
día, y yo soy un hombre feliz.
—Um... demasiada información, Tom. Realmente. ¿Y no es ese el problema? Has sido
un hombre feliz por mucho tiempo. ¿Qué vas a hacer si te quedas sin mujeres? Podrías tener
que recurrir a los hombres.
Parece momentáneamente horrorizado ante ese pensamiento. Entonces, relajándose,
se acomoda en el sofá, su brazo yendo por detrás de mí.
—Eso nunca va a suceder.
—Pasas a través de las mujeres a la velocidad de la luz. A pesar de que aparentemente
estás manteniendo una pausa, o descanso, o lo que sea, tú siendo tú lo reiniciarás, y es posible
que pudieras haber jodido a toda la población femenina de los Estados Unidos para finales
de esta década, excluyéndome, por supuesto.
—Por supuesto —él sonríe, llevando su vaso de whisky a los labios, y toma un trago.
Ignoro su mirada mordaz.
—Así que, ¿qué vas a hacer entonces? ¿Iniciar a reciclar?
Él colocó su vaso sobre la mesa.
—Nop. No soy un tipo de persona amigable con el medio ambiente. Y para que lo
sepas, yo podría haber pasado por un montón de mujeres en mi tiempo, pero cuando follo,
yo follo largo y lento... jodida y verdaderamente lento.
Una imagen de Tom y yo teniendo sexo destella a través de mi mente.
Mi corazón se acelera. Puedo sentir mi cuerpo calentándose ante el pensamiento de
Tom, sexo y yo.
Él y yo... mierda. 79
Sé que mi pecho está sonrojado. Yo no tengo que mirar hacia abajo para verlo. Sé que
es porque los ojos de Tom están sobre este, mirando, ahora mismo.
Cuerpo estúpido, traicionero, infrautilizado, y actualmente falto de sexo.
Los ojos de Tom se levantan, encontrándose con los míos, con conocimiento.
Apartando la mirada, obligo a mi columna a enderezarse mientras sostengo el vaso en
mi pecho, tratando de enfriarme.
—Y necesito saber tu velocidad de follar, ¿por qué?
Se inclina cerca, muy cerca esta vez, dejando nuestras bocas a centímetros de distancia.
Trago.
Su cálido aliento con olor a whisky sopla a través de mis labios entreabiertos y dispara
señales a mis largamente desusadas partes femeninas, enviándolas a un frenesí.
Mierda.
Apretando mis muslos, muerdo mi labio inferior para recuperar el control.
No voy a perder mi mierda sobre Tom.
Sus ojos bajaron hasta mi boca.
—Tú no estás lista para escuchar la respuesta a esa pregunta.
—¿Y si yo alguna vez estoy…?
¿Qué diablos estoy diciendo?
Nunca voy a estar lista para Tom «Folla Cualquier Cosa» Carter. Nunca.
—Quiero decir, ¿y si lo estoy, en algún momento en el nunca real, futuro imaginario?
Veo sorpresa parpadeando en su rostro, pero rápidamente la cubre con una sonrisa.
—Bueno, en ese día imaginario, tú me lo harás saber, y luego yo te lo diría. Pero hasta
entonces, sólo usa esa imaginación tuya.
Él se pone de pie, pasándose una mano por ese sexy y abundante cabello suyo.
—Y, Lyla, déjala correr salvaje —con un guiño, él se ha ido, paseando por el bar,
dejándome a mí y a mis partes femeninas infrautilizadas en llamas.

80
11
Lyla
Traducido por Blanca20011983
Corregido por Cecilia

Unos pocos días después — Autobús de la gira en algún lugar de Centro


América.

Mi imaginación dio rienda suelta, demasiado salvaje.


Pasé los siguientes días pensando en Tom. Mucho más tiempo que una persona debería
pasar pensando en alguien con el que está viviendo.
También tomé muchas duchas de agua fría, y durante noches de insomnio, me gustaba
tratar de expulsar el dolor que dejó en mí con mi mano. No podía ni siquiera utilizo AAPA
porque tenía miedo de que los chicos escucharan las vibraciones a través de estas paredes
finas como el papel. Así que, era, Hola Mano, para mí.
Pero lo que hizo las cosas fueran aún más difícil para mí fue ver un lado diferente del 81
Tom Carter que yo creía conocer.
Él es ¿me atrevo a decir? dulce. Todavía es pervertido, pero es amable.
Me gusta el Tom que reside en el interior del mujeriego, endurecido, chico malo
exterior.
Como esta noche, viéndole jugar videojuegos con los chicos.
Él es divertido, como siempre lo es, pero también es relajado. Sin pretensiones, sin
guardia, sin ser el Tom Carter. Él es Tom.
Viéndolo de esta manera me ablanda aún más de lo que ya estaba.
Después de una noche de chicos jugando videojuegos mientras leo en mi Kindle y
hago la comida para ellos, nada fuera de lo común, que todos decidimos irnos pronto, y
darnos cuenta de lo mucho que es necesario descansar para tener un buen show esta noche.
Como lo ha sido cada noche, después de que me subo a la cama, me despierto, mirando
al techo, mientras pienso en Tom y sexo.
Y el sexo con Tom.
Inquieta, decido levantarme y hacerme un chocolate caliente en lugar de tratar de
masturbar el dolor a distancia, ya que es evidente que no funciona.
Espero que un poco de chocolate me ayude a dormir.
Si no es así, lo próximo serán pastillas para dormir.
En silencio, abro una grieta en mi puerta, e inmediatamente oigo los sonidos suaves de
una guitarra.
Parece que no soy la única que no puede dormir.
Voy de puntillas al pasillo, y cuando paso las literas, encuentro que la cortina de Tom
es la única abierta. Mi estómago se agita sabiendo que está ahí fuera, tocando la guitarra.
Me detengo justo antes de la entrada a la sala de estar y observo desde mi punto de
vista. Tom está sentado en el sofá, con una pierna doblada hacia arriba, con la guitarra
acústica de Van en sus manos. Tocando las cuerdas y cantando en voz baja las palabras de
Justin Timberlake «Cry Me a River».
Me siento ignorante por el hecho de que yo ni siquiera sabía que tocaba algo que no
fuera el bajo —y mucho menos, de que podía cantar.
Suena... increíble.
Y parece... hermoso.
Oh Dios.
La forma en que canta. Ojos presionados. Sintiendo la letra. Al igual que en algún nivel,
que entiende el dolor de la traición.
Me quedo donde estoy, observando, no queriendo interrumpir y romper la canción.
A mitad de una línea, una que realmente me golpea, con los ojos de Tom abiertos. Su
mirada impacta directamente sobre la mía.
Me pregunto cuánto tiempo ha sabido que he estado de pie aquí.
Sus ojos están en los míos mientras él está cantando, se siente como si estuviera
cantando para mí. Algo se enrolla alrededor de mi pecho, apretando mi corazón con fuerza.
Espero que deje de cantar, pero no lo hace. Él sólo me mira y continúa. Por lo tanto,
decido participar. Tomo el asiento delante de él, y canto las letras que han quedado grabadas 82
en mi mente.
Me torturé a mí misma con esta canción durante meses después de que encontré a Dex
y Chad juntos.
—Yo no sabía que podías cantar —le digo mientras rasguea el último acorde. Yo apoyo
mis pies sobre la mesita de café entre nosotros.
Él pone la guitarra a su lado en el sofá.
—Soy un hombre de muchos talentos.
Apuesto a que lo es. Pienso en la forma en que sus dedos se movían sobre las cuerdas.
Además, él tiene mucha práctica con las manos- me saco el pensamiento de Tom y otras
mujeres de mi mente.
—Me encanta esa canción. —Yo podría torturarme con ella, pero es una hermosa
melodía.
—Lo sé.
Le doy una mirada de confusión.
—¿Cómo lo sabes?
Él pone su pierna hacia abajo. La visión de sus pies descalzos hace cosas extrañas en
mí, calienta partes de mí que no han visto ninguna acción durante bastante tiempo.
—Bueno, para empezar, la tienes como tono de llamada, y la cantas mucho.
—¿Yo lo hago? —¿Se dio cuenta de eso?
Asiente, se frota su pulgar por el labio inferior. Es un movimiento ridículamente sexy.
—Sí.
—¿Te vuelve loco? —Sonrío, sabiendo que impulsa a la locura Cale.
Él inclina la cabeza hacia un lado. Una sonrisa descarada aparece en los labios.
—Muchas de las cosas que haces me vuelven loco, Firecracker. Pero escucharte cantar
no es una de ellas.
Un rubor comienza en el pecho y termina en mi virginia. Cruzo mis piernas,
vinculándolas en los tobillos.
—Debes cantarla el escenario en algún momento —dice.
¿Qué?
—¿Lo crees? —Poco convencida, levanto una ceja.
—Definitivamente lo creo.
Doblo mis brazos.
—Está bien, la voy a cantar en vivo, si tocas la melodía para mí.
Él deja escapar una risa.
—Ni hablar.
—¿Tienes un poco de miedo escénico, Carter?
—Buen intento. No tengo miedo de nada, y lo sabes. Es todo tuyo. Tu espectáculo, tu
tour. No me necesitas en el escenario contigo. Pero esta canción, cantarla... a los fans les va
a encantar. Te voy a enseñar la melodía, y puedo acompañarte. Eso es todo lo que estarás
recibiendo de mí.
—Aguafiestas. —Yo le saco la lengua y me pongo de pie. 83
—No me saques la lengua a menos que tengas la intención de utilizarla de la manera
correcta.
Haciendo una pausa, me dirijo de nuevo a él.
—Eres repugnante.
—Sólo en la forma en que te gusto. —Se pone de pie, elevándose por encima de mí.
Me siento muy parecida a una chica en este momento.
Mis manos van a mis caderas. Sus ojos siguen el movimiento.
—Nunca dije que me gustabas.
—Nunca dijiste que no lo hacías.
—Polla.
—¿Polla? Sí, tengo una. —Se inclina cerca—. Y es jodidamente enorme.
Empujo una mano contra su pecho. Encendiendo la conexión.
—Como he dicho... repugnante. —Sonrío, por lo que él sabe que estoy jugando con
él.
Él lanza una carcajada.
—Así es como te gusta... es repugnante lo grande que mi polla es.
Una risita se me escapa. Yo podría abofetearme a mí misma.
Pasando, digo sobre mi hombro:
—Yo nunca la he visto, así que no puedo comentar.
—Fácilmente rectificada.
Me doy la vuelta al igual que sus manos van a los jeans.
—¡Basta! —Sostengo mi mano.
—¿Basta qué?
—Mantén tú... cosa fuera.
—¿Mi pene?
Asiento.
—Dilo, Firecracker.
—¿Diga el que? —Me muerdo el labio—. ¿Polla?
Sus ojos parpadean con intensidad y lujuria. Aprieta mi estómago. Otro destello de
calor se enciende entre mis piernas.
Da un paso más cerca.
—Dilo otra vez.
Me sentiría avergonzada, pero no. Este es el efecto que tiene sobre mí.
—Polla. —Estoy sorprendida por cómo suena mi voz entrecortada.
Él toca con su pulgar mi labio inferior. Aguanto la respiración.
—¿Sabes que tu boca hace una O perfecta cuando dices polla?
Estupefacta, niego con la cabeza.
Sus ojos están en mis labios.
Y no me puedo mover. 84
Él va a besarme. En realidad va a suceder.
No hay nadie despierto para que entre e interrumpa este momento.
¿No quería que él me besara?
¡Sí!
No.
Si él hace un movimiento, yo lo empujo fuera.
Creo.
Desliza sus dedos a lo largo de mi mandíbula, ahuecando la misma. Su piel es áspera
contra la mía.
—Lyla... —respira mi nombre.
Me derrito en un charco en el suelo.
Entonces…
—Zzz-zzzz-zzzzz-hngggggh-ppbhww-zzzzzzzz.
La mano de Tom cae de mi cara.
Los dos nos miramos en la dirección de las literas y luego de nuevo el uno al otro y
nos echamos a reír, nuestros beso instantáneamente roto.
Pongo mi mano sobre mi boca.
—Sonny —le digo, la palabra ahogada bajo mi palma.
Tom quita la mano de mi boca, pero él no la suelta, sosteniendo mi mano entre la suya.
—En serio. El tipo tiene la litera enfrente de la mía, y sólo cortinas nos están
separando, ¿recuerdas?
Es difícil para mí concentrarme en nada, con mi mano en la suya, mientras corre muy
ligeramente su pulgar sobre la piel suave en la parte superior de mi mano.
—Claro. Debes estar perdiendo el sueño.
—Va con el tour en autobús turístico. Tuve que soportar los ronquidos de Denny
durante años. Auriculares era mi amigo desde hace mucho tiempo.
Estoy sonriendo, pero mi corazón está actualmente haciendo un baile-chunda chunda-
chunda-thumpity en mi pecho.
—Bueno, si alguna vez quieres un descanso de Sonny el dragón de ronquidos, siempre
puedes tomar la cama.
—¿Me ofreces un lado? —Él se inclina la cabeza, sonriendo.
Y todo el temblor vuelve con fuerza en mi cuerpo.
—Si quieres meterme en tu cama, Firecracker, es suficiente con que me lo digas. —
Sus dedos se cierran alrededor de mi mano, apretando suavemente.
Giro los ojos.
—¡Ja! Tú lo deseas. Te estoy ofreciendo la cama, no a mí. Voy a tomar tu litera.
—¿Y dónde estaría la diversión en eso? Parece estúpido que estés en mi litera cuando
podríamos tratar de conseguir una buena noche de sueño en la misma cama.
No me puedo imaginar la obtención de un segundo de sueño con él tumbado a mi
lado. 85
Sabiendo lo mucho que a mi cuerpo le gustaría eso, mi cerebro me aconseja
rápidamente que es una mala idea.
Yo libero mi mano libre y le doy un codazo suave en ese duro pecho.
—Buen intento, Carter.
—¿Qué? —Él levanta sus manos con inocencia, pero su cara me demuestra todo lo
contrario.
—No voy a tener relaciones sexuales contigo.
Sus ojos se abren.
—¿Quién ha dicho algo sobre sexo? Por Dios, Lyla, yo sólo estaba hablando de dormir.
Tienes una mente muy sucia, ya sabes.
Abro la boca para volver con una réplica, pero lo único que sale es un sonido burlón.
El calor se arrastra hasta mi cuello, y se dirige a mi espalda. Camino a través de la cocina, y
llego en mis dedos de los pies, abriendo el armario.
—Estoy haciendo chocolate caliente. ¿Quieres?
—No, gracias.
Me ocupo de conseguir una taza para el chocolate caliente. Lleno el hervidor con agua,
lo enchufo y lo enciendo.
Está tan tranquilo aquí que creo que Tom se ha metido en la cama, pero cuando me
giro, él está todavía aquí, un hombro apoyado contra la pared, mientras me mira.
La mitad-sonriente, inclino mi espalda contra el mostrador, curvando los dedos
alrededor del borde.
—¿Estas paseando por un rato?
Él me da un guiño lento y luego sus ojos se fijan en los míos.
—¿Estás por encima de él?
Mi cuerpo se pone rígido.
—¿Estoy sobre quién?
—Tu ex-Chad —dice Tom con un sorprendente nivel de veneno.
Y el nombre de Chad sirve como un recordatorio de esa noche. La traición.
Mis manos se deslizan desde el mostrador y vienen en torno a mi pecho, presionando
sobre el dolor que siento.
—Sí, estoy por encima de él. He estado por un tiempo.
La expresión de Tom permanece estoica.
—Pero él es la razón por la que siempre cantas «Cry Me a River», ¿verdad?
Sacudido hasta la médula, me doy cuenta de que él ha pensado en esto, pensó en mí.
Niego con la cabeza suavemente.
—¿Qué te hace pensar que cantar esa canción es sobre él?
Él me da una mirada de confusión.
—Porque somos músicos, Ly. Música sangra en todo lo que hacemos. Atamos todos
los sentimientos de dolor, la felicidad, la ira, la tristeza, la música... de letras. Yo sé que él te
hizo daño... mucho. Y esa canción no es exactamente la luz y rosas, y la cantas todo el tiempo.
Cuando no respondo de inmediato, él dice: 86

—Tengo una canción para cada persona que he perdido.


Quiero preguntarle sobre el tatuaje en la espalda, pero lo lanzo fuera.
En cambio, digo en voz baja a la única persona que conozco que ha perdido:
—Jonny Creed.
La cara de Tom se contrae, una punción dolor a través de sus ojos. Él asiente, y su voz
es tranquila cuando él dice: «Hear you me».
—¿Jimmy Eat World?
—La tocaron en su funeral. La he escuchado todos los días desde entonces.
En este momento, no me gusta que él haya sentido dolor y todavía lo sienta ahora. Me
dan ganas de ir hacia él y envolver mis brazos alrededor de él, abrazarlo con fuerza.
Pero, por supuesto, no hago nada.
—Cry Me a River —no es la canción de Chad, lo admito.
Tom da una curiosa inclinación de la cabeza.
—Nunca te dije con quién me engaño Chad. —Tomo una respiración profunda, el
dolor en mi pecho—. Mi hermano.
Parpadea ira a través de esos ojos verdes. Su expresión todavía es estoica. Él pone sus
brazos por encima de él. Sus manos están agarrando el arco, levantando su camiseta y
dándome una idea de esos fabulosos abdominales suyos.
¿Ves? Incluso ahora, en este momento, mientras recuerdo muchas cosas dolorosas, al
verlo me distrae.
—Dex, mi hermano. Técnicamente, él es mi primo, mi tía Steph e hijo del tío Pablo,
pero él era mi hermano, desde donde yo contaba. —Prosigo mi mano a mi pecho—. Después
de haberlos pillado en el acto, Dex admitió que él y Chad habían estado teniendo una
aventura durante un mes. Dex, aparte de ser mi hermano y mejor amigo, también fue
guitarrista en Vintage. Originalmente formó la banda con Cale. Después de lo sucedió —
hago un, incapaz de decir las palabras, hice que mis mejores amigos aligeran entre él y yo—, que, um...
dejó la banda. Lo sustituimos con Van. No he hablado con Dex desde entonces. —Mis
manos se mueven para agarrar el borde de nuevo.
Tom no ha dicho nada. Él sólo me miraba, sus ojos me perforaban, mientras que él
está trabajando su mandíbula con furia.
No estoy seguro de dónde su ira está viniendo. No puedo creer que estaría tan enojado
por mí.
Sin duda tiene que haber alguna otra razón.
Torpe en nuestro silencio y confundido por su reacción, me pongo a hablar de nuevo.
—La noche que los pille juntos fue la noche que abrimos para ustedes en el Madison
Square Garden. Después. Mientras que estabas actuando.
Tom da un ligero movimiento de cabeza, reconociendo pero todavía sin decir nada.
—Chad había venido a apoyarnos durante nuestra gran noche. Después de salir de
escena, perdí a los chicos en la emoción, así que estaba dando vueltas, tratando de encontrar
a uno de ellos. Me vi un poco perdida, volví una esquina, y tropecé con un par de chicos en
esa esquina. Quiero decir, en realidad estaban teniendo relaciones sexuales, y lo vi.
A partir de la nada, mis ojos se llenan de lágrimas, mi temblor de labios. 87
—Jesús, Lyla.
Lo siguiente que sé, es que Tom me está tirando con fuerza contra su pecho y sus
brazos están alrededor de mí, sosteniéndome. Tom me está abrazando.
Sorprendida por su acto de compasión, me congelo por un momento antes de
relajarme en él. Deslizo mis brazos alrededor de su cintura hasta que estoy presionando mis
manos en su espalda, haciendo caso omiso de lo muy bien que se siente.
—Siento que te haya pasado. —Él pasa la mano por mi espalda, sus dedos tocando
sobre la piel expuesta de mi camiseta.
De sólo los leves toques de su piel en la mía, mi cuerpo está pidiendo mucho más de
él. Sólo puedo imaginar lo que sentiría tener sus manos por todo mi cuerpo, sus labios sobre
los míos... él dentro de mí.
Trago en seco.
—Dex me llama todos los días. No contesto. Tengo «Cry Me a River» para él para
recordarme lo mucho que me dolía, así que no me debilito y respondo, por lo que la canción
esta siempre en mi cabeza.
—Eso no es sano, Firecracker.-Su mano acaricia suavemente mi cabello.
—Yo sé —le digo en voz baja—. Pero es todo lo que tengo en este momento.
Escucho y siento un murmullo de comprensión de estruendo a través de su pecho.
—Y no contestas sus llamadas porque no sabes cómo perdonarle.
—No —le susurro en su camisa.
Su boca está cerca de mi cabello, su aliento soplando a través de los mechones.
—El perdón es la cosa más difícil del mundo para dar. Puede tomar a algunas personas
un largo tiempo para llegar allí. Y algunos nunca llegan allí en absoluto.
Mi corazón cierra más el ritmo. Levanto la cabeza de su pecho, mirando hacia él.
—Eso sí, no te rindas en el camino del mismo. —Él me sonreía suavemente. Acaricia
mi barbilla con los dedos—. Ya sabes, cuanto más aprendo de ti, Firecracker, más me haces
sentir.
Ni siquiera me pregunto qué quiere decir con eso. No estoy listo para cavar más
profundamente en este momento de lo que ya está sucediendo.
—Así que, aparte de la tortura de la música, ¿lo estás llevando bien? —Sus hermosos
ojos están clavados en los míos.
La ternura se levanta en mí. Miro de nuevo en sus ojos sinceros y luego en la boca. La
boca Estoy tan desesperado por llegar y besarla.
Me muevo mis ojos más allá de él.
—Estoy bien.
Sus dedos se mueven de mi barbilla para meter mi cabello detrás de mí oreja.
—Bueno, si alguna vez te encuentras atascada... ya sabes, cómo llegar, estoy aquí.
Mirando de nuevo a él, sonrío.
—¿Cómo te las arreglas para hacer que todo suene sucio?
Se ríe a la ligera.
—Yo no lo hago, Firecracker. Como establecimos antes, sólo tienes una mente sucia. 88
Sacudiendo la cabeza, me río mientras pongo mi palma contra su pecho. Puedo sentir
su corazón latiendo debajo de mi mano.
—Gracias —digo con sinceridad.
—No hay nada que agradecerme. —Él me libera, alejándose—. Voy a golpear el saco
ahora, solo. —Destaca la última palabra—. Por lo tanto, no trates de seguirme a la cama.
—Buenas noches, Tom. —Yo fuerzo una sonrisa, sintiéndome despojada sin su toque,
y aplastando el sentimiento de decepción de que se vaya a la cama.
Me vuelvo a hacer mi chocolate caliente.
—¿Ly? —dice Tom.
—Sí. —Lo miro por encima del hombro.
—No todos los hombres engañan. Rally, Dex, Chad y todos idiotas.
—Idiotas —estoy de acuerdo con el movimiento de cabeza.
—Tu chico está ahí fuera. Uno que no será un idiota. Hay un tipo que merece una
chica increíble como tú.
Mi corazón comienza a golpetear de nuevo.
Y no puedo dejar de escuchar esa voz ridícula, sobre-idealizado en el fondo de mi
mente que me está diciendo que si alguna vez vi de una manera estúpida volvía a confiar en
un hombre otra vez... entonces yo quería que fuera Tom.
12
Lyla
Traducido por Blanca20011983
Corregido por Cecilia

Unos días más tarde — Mirando en un bar en una parada de camiones, en algún
lugar entre Kansas y Missouri

Llevamos siete días de gira. Ya hemos hecho seis espectáculos.


Yo diría que estoy agotada, y lo estoy, ¡pero estoy disfrutando cada minuto!
Estamos en algún lugar entre Kansas y Missouri en un bar llamado…
En realidad, no tengo ni idea cual es el nombre del bar. Antes de dirigirnos a Jefferson
City para hacer un espectáculo mañana por la noche, tenemos una rara noche fuera.
Y estamos en una parada de camiones.
Cuando estás en la carretera, el glamour no existe en ella. 89
Yo sólo quería descansar y tener una noche tranquila en el autobús, pero los chicos me
convencieron para que viniera a cenar con todo el mundo.
Así que, aquí estoy, terminando mis patatas fritas después de comer la mitad de una
hamburguesa muy cuestionable.
La comida puede ser un poco rara aquí, ¡pero la cerveza de barril es genial! Llevo dos
y lista para otra. Estoy lista para esa otra cerveza porque he tenido que soportar ver a Ashlee
estar encima de Tom durante toda la cena. Por supuesto, él mantuvo las manos para sí
mismo, pero no le ha impedido coquetear de nuevo con ella.
Y él apenas me habla, y mucho menos, me mira.
Es difícil de llevar cuando he tenido su atención durante toda la semana.
Sí, sé exactamente cómo suena, es por eso que estoy considerando seriamente golpear
mi cabeza contra esta mesa de un momento a otro.
—¿Estás bien, cariño? —Shannon levanta una silla junto a mí al final de la mesa.
—Estoy muy bien. —Le doy una sonrisa llamativa para enfatizar el hecho de que
realmente lo estoy.
A pesar de que ni si quiera me acerco.
Siento todas estas cosas confusas sobre Tom. Cuanto más tiempo paso con él, más me
gusta. Pero no quiero gustarle. No creo que pueda gustarle.
Y lo que realmente me molesta, es cuando tengo que ver a otras mujeres sobre él.
Sé que es irracional, y es mi mierda para tratar, pero eso no hace duela menos, sobre
todo cuando está pasando justo en frente de mí.
Realmente me ha llegado a gustar Shannon, después de pasar más tiempo con ella.
Ashlee, no tanto. Si ella no está tonteando con mis muchachos o Tom, ella está ocupada
mirándose en el espejo.
Shannon me sonríe y acaricia mi mano.
—Cariño, cuando una chica me dice que está bien y me pongo a ver todos los dientes
en esa sonrisa, entonces sé que está muy lejos de estar bien. —Ella mira hacia abajo de la
mesa a Tom y luego de nuevo a mí.
—Es Tom, ¿no? —pregunta, bajando la voz.
Al darse cuenta de que me estoy mordiendo mi labio inferior con los dientes,
inmediatamente me detengo, liberando mi labio.
—Estoy bien. Tal vez sólo un poco cansada, pero eso es todo.
Ella sonríe y niega con la cabeza.
—Él no está interesado en Ashlee. Si lo estuviera, él habría hecho algo con ella ahora,
probablemente en el baño. Conozco a Tom. Pasé mucho tiempo en el camino con él y los
chicos cuando regresamos. Si Tom quiere algo, él sólo lo toma. Sin juegos previos en el
sentido figurado. —Ella toma un trago de su cerveza, recordándome que estoy en extrema
necesidad de otro.
—Sé que dijiste que nada está pasando entre tú y Tom. Tom también fuertemente
destacó ese hecho para mí. Claro, puedo que no haya nada físico pasando entre vosotros dos,
pero en realidad, el nivel de tensión sexual entre tú y Tom es suficiente para iluminar toda la
ciudad de Los Ángeles por un año.
La miro fijamente. 90
—No digas tonterías. —Barro su declaración con mi mano.
—Puedes negarlo todo lo que quieras, pero veo lo que veo. Y lo que veo es una mirada
de deseo pasando entre ustedes. O Tom es un hombre que ha cambiado, parece diferente
últimamente, o tú lo estás manteniendo a raya, lo que no puedo entender. Cualquier mujer
de sangre roja se arrastraría por este hombre a la cama y no lo dejaría salir durante días. Y
hablo por experiencia.
No puedo evitarlo. Me estremezco al recordar el hecho de que Shannon y Tom
tuvieron historia del tipo sexual.
—¡Mira! —Ella señala un punto rojo en mi cara—. Ahí está. Te molesta como la
mierda cada vez que menciono que tuvimos algo hace años. Chica, tienes una grave calentura
por él. Y él la tiene claramente por ti. Por lo tanto, haz algo al respecto antes de que alguien
gire la cabeza, y te dejan deseando poder tenerlo. —Ella toma su cerveza, se pone de pie y
se gira de nuevo hacia su mesa.
Si solo fuera así de fácil…
Recojo mi copa para tomar una bebida, y luego recuerdo que está vacía. Mierda. Decido
ir al baño primero antes de conseguir otra copa.
En mi camino de vuelta a la barra, unas pocas mujeres me pasan, y oigo que hablan
con entusiasmo sobre que Tom Carter está en el bar. Supongo que ha sido descubierto.
Siento una repentina sensación de privilegio en este momento. Duermo bajo el mismo
techo que Tom. He visto al tío recién duchado y vestido sólo con una toalla. Tengo la
oportunidad de hablar con él todo el tiempo. Se ha convertido en un verdadero amigo para
mí durante la semana pasada.
Supongo que estas mujeres pensarían que soy afortunada.
Tal vez lo soy, y yo simplemente no lo aprecio.
O tal vez esto solo habla la cerveza.
Sonriendo para mí, doy un paso atrás en la zona del bar, y es entonces cuando veo a
Tom de pie en el bar. Y hay una mujer bonita rubia con el cabello hasta su diminuta cintura,
las piernas como taburetes de bar y grandes tetas que parecen reales. Y Tom los miraba con
satisfacción completa.
Ella es su ideal.
Siento una guerra de emociones a la vez. Mierda —y sí, celosa— decido ir a la barra, y
apretar los dientes mientras me dirijo de nuevo a nuestra mesa.
¿Por qué diablos estoy molesta de que Tom hable con la rubia?
Por la misma razón por la que me molestó que coqueteara con Ashlee.
Echo un vistazo a Ashlee, y ella se ve seriamente cabreada por haber perdido a Tom
por una chica guapa.
Ella esta celosa al igual que yo.
Dios, sería divertido si no fuera tan deprimente.
—Te tengo otra bebida —dice Cale, y me entrega una cerveza fresca.
—Gracias. —Le sonrío con gratitud como me siento.
—Ly —Sonny me llama la atención—. Estábamos diciendo, que parece que Tom va
a obtener algo esta noche. Pensé que lo haría con Ashlee, pero estoy pensando que va a ser
esa chica de la barra. Sobre el tiempo, si me preguntas. Ha estado discreto que llegamos a la
carretera. Es hora de que Tom juegue. Parece que vas a tener que cederle la habitación esta 91
noche. —Sonny empuja el brazo, sonriendo.
Estoy bastante irritada. Mezcla eso con celos y tienes a una Lyla muy amargada.
Sobre mi cadáver. Tom no estará follando en mi cama esta noche o nunca.
Dando un encogimiento de hombros sin compromiso, me doy la vuelta y trago de un
golpe la cerveza.
—Cinco minutos —dijo Van—, y Tom estará fuera de aquí y follando con ella.
Bastardo con suerte. Ella es caliente como el infierno.
—¿Cinco minutos? —Sonny ríe—. Más bien como dos.
Estoy culpando a la cerveza por las siguientes palabras que salieron de mi boca.
—Te apuesto cincuenta dólares a que Tom no tiene relaciones sexuales con esa rubia
esta noche.
¿Qué estoy haciendo? Para, Lyla. Para ahora.
Pero no puedo parar porque lo he dicho, y ahora, Sonny está mirándome con su cara
de juego.
Si hay una cosa que Sonny no puede resistir, además de las mujeres, es una apuesta.
—Cien dólares —Sonny dice—. Porque estoy tan jodidamente segura de que lo hará.
—Hecho. —Le doy la mano.
Sonny sacude.
—Vas a cambiar tus sábanas mañana —dice—. Y voy a tener cien dólares.
Él me está incitando.
¿He mencionado que tengo una vena competitiva?
Sin hacerle caso, me retuerzo en mi asiento, orando a Dios para que Tom no haya
salido de la barra con la rubia ya. Le busco mientras me imagino cómo voy a ganar esta
apuesta.
Todavía está aquí, y él no está besándola. Buena señal.
Pero ella está sobre él, y él no está empujándola fuera.
Tom mira a través de la barra hacia mí. Rápidamente miro lejos.
Espero unos segundos y luego hacia atrás.
La rubia está susurrando en su oído. Él ríe. Entonces, su mano se detiene íntimamente
en su cadera.
Empiezo a sentirme un poco enferma.
Él no puede tener sexo con ella porque... porque...
No puedo perder esta apuesta. Si pierdo, yo nunca voy a parar de escuchar a Sonny.
Chaka Khan «Ain’t no body» comienza a sonar en el bar. La rubia parece quedar
excesivamente excitado por la canción.
Ella desliza su pierna en el medio de Tom, entre el muslo. Ella empieza a girar contra
su pierna, bueno, está poniendo limpiamente. Ella está tirando a su pierna.
Mierda.
Estará inclinada sobre la barra, y estará haciéndolo ella en segundos a este ritmo.
Mis ojos se cierran exprimiendo dolorosamente el pensamiento. Mis dedos se enroscan 92
en mis palmas, uñas clavándose en mi piel.
Y esa es la razón por lo que hago a continuación. Yo estoy culpando Chaka Khan por
incitar a follar su pierna, y me quedo con ella.
Nada que ver con el hecho de que estoy enferma de celos.
No, nada que ver con ello en absoluto.
Me paro, recogiendo mi cerveza, y me dirijo directamente a Tom y su rubia fan. Estoy
tan lista para poner fin a su pequeño espectáculo que ni siquiera es gracioso.
Los ojos de Tom parpadean arriba en mi enfoque. Hay una nota de cautela en su
mirada. Entonces, él sonríe —no, él sonríe ampliamente, lo que me molesta sin límite.
Bastardo.
Mi sangre comienza a hervir.
—¡No puedo creer esto! —Lloro a Tom.
La rubia se aleja de él con el sonido de mi llanto.
—¡No me puedo creer me estés haciendo esto de nuevo! —Empujé mi mano hacia él.
El shock afloja sus características.
—¡Me prometiste que me amabas! —le digo con voz quejumbrosa, haciendo ruidos
de ahogada como si estuviera a punto de empezar a llorar. Incluso me limpio la nariz con la
manga para el efecto—. ¡Me prometiste que esto no volvería a ocurrir! Después de la última
vez, cuando cogí una enfermedad por tu culpa, ¡tuve que ir al médico y extender toda esa
medicina maloliente por mi vagina! ¡Yo confiaba en ti cuando dijiste que no volvería a
suceder! Pero aquí estamos, ¡otra vez, con otra fan!
Lanzo mis brazos hacia arriba sólo por si acaso. Un poco de cerveza chapotea desde
el cristal en mi muñeca.
—Eres un mentiroso, ¡hijo de puta infiel, Tom Carter! ¡Estamos tan jodidos otra vez
que ni siquiera es gracioso! ¡Cien por cien terminado!
Tom abre la boca para hablar, pero no le doy una oportunidad.
Arrojo mi cerveza en su cara.
La rubia salta de nuevo, evitando la salpicadura.
Es entonces cuando me doy cuenta de que todo el bar está en silencio. Chaka Khan
ha dejado de cantar, y todos los ojos están sobre mí.
Mierda. Joder. Mierda.
Creo que podría haberlo hecho de otra manera.
Tom se arrastra una mano por la cara, limpiando la cerveza.
Llegando a más, pongo mi copa vacía en la mesa más cercana.
—Está bien... bueno, creo que ya es hora de que me vaya.
Le doy una sonrisa incómoda al camarero que me está mirando desde detrás de la
barra.
Evitando los ojos de Tom, me vuelvo sobre mis talones y rápidamente hago mi camino
de regreso a los chicos. Ojos abajo, sin mirar hacia arriba hasta llegar a nuestra mesa.
Los chicos me miran como si me hubieran salido tres cabezas, pero mirando la sonrisa
de complicidad en el rostro de Shannon. 93
—Um... ¿qué diablos fue eso? —Sonny prácticamente gruñe a mí.
—Eso era yo ganando nuestra apuesta. —Yo le doy una sonrisa de suficiencia mientras
levanto mi mano a mi boca. Lamo las gotas de cerveza pegajosas de mi muñeca—. Escupe.
Creo que me debes cien dólares.
—¡Mierda! —Van ríe—. Ella totalmente se picó, hombre.
Sonriéndome a mí con admiración, Van levanta la mano, así que por supuesto, tengo
que chocar los cinco con él.
Sonny nos da una mirada sucia, y luego se mete la mano en el bolsillo. Después de tirar
mis ganancias, él vuelca dos de cincuenta en mi mano extendida.
—Es genial hacer negocios contigo. Nos vemos chicos en el autobús.
Entonces, estoy fuera de allí, ignorando la mirada que Cale me está dando. El que está
diciendo, vamos a tener palabras más tarde.
Cuando me golpea el aire de la noche, me detengo, mi corazón latía como una perra
en mi pecho.
¡Oh Dios mío! ¡No puedo creer que acabe de hacer eso!
Una risa ahogada se me escapa.
Empiezo a caminar de nuevo, pero el espectáculo de la barra me golpea, la realización
de lo que acabo de hacer comienza a hundirse en mí.
Acabo de hacer una escena pública y tiré la cerveza en la cara de Tom.
Ahora la gente va a pensar que él y yo estamos juntos.
Y Tom es famoso. Realmente famoso. Cosas como las que acabo de hacer son de
interés periodístico.
No, no habrá ningún problema. No me puedo imaginar a nadie estando allí para
publicarlo.
Estoy a mitad de camino a través del estacionamiento, en dirección al autobús, cuando
la voz de Tom retumba como un trueno desde detrás de mí.
—¿Qué demonios fue eso?
Me vuelvo lentamente. La mirada feroz en su cara me hace casi ceder bajo la presión.
Yo acero mi confianza, manteniendo mi expresión neutral. Pongo mis manos en mis
caderas.
—De nada —le digo, dando una cierta actitud.
Sus ojos se estrechan.
—¿De nada? —Él da unos pasos hacia mí, sus largas piernas devorando el espacio
entre nosotros.
Lucho el impulso de dar un paso atrás.
—¿De nada por qué exactamente? ¿Por gritarme como un alma en pena en un bar
público, o por la cerveza que arrojaste en mi cara? —Él pasa una mano por la camiseta
empapada por la cerveza, que se aferraba a su duro pecho y bíceps gruesos y…concéntrate,
Lyla.
—Um... por salvarte —le digo con calma. No siento otra cosa que calma. Mis entrañas
se sacuden, y mis pensamientos se arremolinan como una tormenta. 94
—¿Salvándome? ¿De qué?
Le doy una mirada duh.
—De la rubia que no iba a dejarte en paz.
Su rostro va desde enojado a confundido y directamente a enojado.
—¿Me estás diciendo que todo lo que allí fue porque pensabas que necesitaba
ahorrarme lo de la rubia caliente que estaba a minutos de chupar mi polla? —Él da un paso
más cerca hirviente—. ¿Has olvidado quién soy? ¡Yo no soy el puto Papa, Lyla! Soy Tom
Carter, y es bien sabido que me gusta mucho las rubias calientes, ¡especialmente las que están
más que dispuestas a ponerse de rodillas y chuparme la polla! —Otro paso—. Y sólo porque
no has visto eso en mí la semana pasada no por ello es menos cierto.
Sus palabras perforan mi pecho como un cuchillo. Me encojo de vuelta.
—Está bien, lo siento. Yo no sabía que la deseabas. —Jesús, esas palabras duelen—.
Pensé que te estaba ayudando. Es que... bueno, parecía que no querías a mujeres alrededor
tuyo, teniendo en cuenta lo que pasó con Shannon en el primer día, y aposte con Sonny-
Mierda.
Estrecha su mirada como rejillas.
—¿Apostaste con Sonny qué?
Trago en seco.
—Nada. Aposté nada.
Me giro para irme, más lista que una gallina para de salir de esto y llegar de nuevo al
autobús, pero Tom me coge la parte superior del brazo, tirando de mí hacia él.
—Termina el resto de la frase.
—Está bien. —Yo doy un suspiro, soltando mi brazo de su mano.
Empujo mi cabello de mi cara y levanto la barbilla.
—Sonny me estaba dando un mal rato, diciendo que ibas a dormir con esa rubia y yo
tendría que renunciar a mi cama para que tú pudieras utilizarla para hacer... lo que sea con
ella. —Agito mi mano, tratando de no atragantarme con las palabras.
—Así que, aposté con Sonny que no tendrías sexo con ella porque yo en realidad pensé,
eh...que no lo harías.
Él levanta una ceja, lo que no hace nada para mi confianza.
—Bueno, fue sólo... las cosas que me has dicho a mí y toda la cosa a Shannon y, um...
sólo la forma en que has estado en general... así que, sí. —Enderezo la espalda y le miro a los
ojos—. Y debido a esas cosas, pensé que mi dinero estaba a salvo... pero entonces empecé a
ver como si fueras realmente a hacer algo con ella y, um —las palabras se están pegando en
mi garganta—. Yo... no quería perder la apuesta. —Miro de distancia.
Mentirosa.
Yo no quiero que tengas sexo con ella porque la idea me hace sentir enferma.
Parpadeando, miro hacia él.
La expresión de su rostro. Está cabreado, seguro, pero parece... herido.
Puedo verlo allí, en las profundidades de sus ojos.
Y me siento como la perra que soy.
95
Es muy difícil mirarlo y decir lo que estoy a punto de decir, así que miro por encima
del hombro a las luces brillantes del bar detrás de él.
—Mira eso fue una mierda... y lo siento, ¿de acuerdo?
Su cara está en blanco, pero sus ojos están diciendo un infierno en este momento.
Nada de esto es bueno.
—¿Cuánto? —Su tono es frágil.
—¿Qué? —Lo miro.
Sus ojos se cruzan con los míos.
—¿Cuánto dinero de mierda apostaste con Sonny?
Me trago lo que se siente como grava.
—¿Importa?
—¿Cómo. Mucho?
—Cien dólares. —Estoy temblando por dentro.
Los ojos de Tom se ensanchan, y deja escapar una risa incrédula.
—Cien dólares. ¿Eso es todo lo que valgo?
Él mete las manos por el pelo antes de vincularlos detrás de su cuello.
—¡Jesucristo! —Su mirada se rompe a través de mí—. Bonito, Lyla. Realmente bonito.
—Mira, he dicho que lo siento. —Yo frunzo el ceño.
Deja caer sus brazos y los pone sobre el pecho.
—¿Te ha pagado Sonny?
Sé que estoy entrando en algo que realmente no quiero, pero no tengo otra opción.
—Sí.
En un rápido movimiento, se quita su camiseta empapada de cerveza, exponiendo la
lisa extensión de genialidades totales. Se mete la camisa en el bolsillo trasero de sus jeans, y
entonces él se mueve. En unos pocos pasos, él está en mí, bien cerca. Su pecho está en mi
cara. Está en todas partes, me consume. No puedo respirar. Tengo que clavar prácticamente
mis pies en el suelo para dejar de moverme.
Inclino mi cabeza hacia atrás para mirar hacia él mientras él se inclina hacia abajo en
mi cara.
Él huele a cerveza. Pero sobre todo a Tom. Todo lo que hace que mis dedos se doblen.
—Está bien, así es como va a ser. Vas a volver a ese bar. Vas a darle a Sonny doscientos
dólares, los cien suyos y los cien que has perdido.
Mis cejas se juntan.
—Yo no perdí…
—No, pero vas a perderlos en unos cinco minutos. Por suerte para mí, la rubia no se
dejó intimidar por tu pequeño show en ese país. Ella va a venir aquí, y la voy a llevar al
autobús y a tu dormitorio, donde voy a pasar toda la noche de mierda follando mientras te
sientas fuera, cien dólares más ligeros, escuchando el tipo de sexo del que una puta frígida
como tú sólo podía soñar con tener.
Si él me hubiera disparado, no creo que me hubiera lastimado tanto.
Lagrimas pican los ojos. 96
—¡Vete a la mierda! —le grito, empujándolo lejos. Me doy vuelta y empiezo a correr
hacia el autobús.
Sólo quiero alejarme de él para librarme de este dolor maldito en mi pecho.
Casi entro al bus, pero Tom me atrapa y me empuja con fuerza contra el lado del
autobús.
Mi aliento me deja en un silbido.
—Eso es lo que quieres, ¿no? —Él presiona su cuerpo sobre el mío.
Mi cuerpo empieza a temblar.
—Que te folle. Estabas celoso, Firecracker. Admítelo. Es por eso que hiciste tu
pequeño truco allí.
Solté una carcajada, pero suena hueco, incluso a mis propios oídos.
—¿Celosa? ¡Eso es lo que tú quieres! ¡Yo no te desearía aunque fueras el último hombre
en la Tierra! —Estoy diciendo esto, pero no es claramente cierto.
Y él lo sabe.
Si él no puede decir por el temblor de mi cuerpo o mi respiración rápida o el hecho de
que mis ojos están pegados a sus labios, entonces lo único que tendría que hacer es poner su
mano sobre mi ropa interior, y la evidencia húmeda estaría allí para su confirmación.
—Sí, bueno, la sensación cien por ciento mutua, cariño.
Él está diciendo esto, pero puedo decir por sus respiraciones rápidas, la dilatación de
las pupilas, y el hecho de que está arrastrando sus dientes sobre su labio inferior que está
mintiendo. E incluso si no hubiera todas estas señales, entonces su enorme erección, que
actualmente está presionado en mi vientre, me habría dicho todo lo que necesitaba saber.
—Creo que eres un hombre repugnante —siseo, alisando mi mano hasta su pecho
desnudo.
Su cuerpo se estremece bajo mi tacto.
Dios, se siente tan condenadamente bueno.
La mano de Tom corre por mi brazo, rozando el borde de mi pecho. Sus dedos se
deslizan en mi pelo, y él tira hacia abajo, inclinando mi rostro hacia él.
—Y como he dicho, creo que eres una perra frígida.
Me reflejo en sus ojos.
—Jodidamente te odio —hiervo. Pero mi voz suena realmente sin aliento. Aliento
atractivo. No sueno como yo en absoluto.
Él mueve su boca a la mía.
—Sí, y ese sentimiento es más que mutuo.
Estamos muy juntos. Pechos agitados. Las neuronas de la química sexual se disparan
entre nosotros como balas.
Y sé que todo lo que va a tomar es un movimiento más de cualquiera de nosotros y
vamos a estar besándonos.
¿Eso es lo que quiero?
Lamo mi labio inferior.
Lo último que registro es a Tom gruñendo:
—¡Joder! 97
Luego, su boca está en la mía, fuerte y rápido.
En un gemido, me abro para él. Su lengua caliente se sumerge directamente en la boca,
y él empieza a besarme como un hombre muerto de hambre. Mis manos van directamente a
su pelo, y ataco su la boca con la misma ferocidad.
Las grandes manos de Tom van a mi culo, y él me levanta. Envuelvo mis piernas
alrededor de su cintura, agarrándolas en los tobillos.
En esta posición, su erección está bien pegada a la costura de mis pantalones vaqueros,
enviando todo mi cuerpo en un frenesí.
Voy a quejarme. No puedo evitarlo.
Notando mi respuesta, Tom mueve sus caderas hacia atrás, y luego le mete al alza.
—Oh Dios —digo. Mis ojos en blanco, la cabeza cae hacia atrás contra el autobús con
un ruido sordo.
Dejando escapar una risita, Tom comienza en el cuello, besando y chupando su camino
de regreso a mi boca. Todo el tiempo, él se frotaba tortuosamente en una increíble erección
de su polla mi punto caliente.
Cuando su boca llega a la mía, vacila. Los ojos en la cara, moviendo lentamente su
mano debajo de mi camisa.
Haciéndole saber que estoy bien con la dirección donde esto se dirige, corro mi lengua
por su labio inferior, y luego lo absorbo en mi boca.
Las manos de Tom pasan por mi pecho a través del sujetador. Sus dedos ásperos trazan
sobre mi pezón duro a través del encaje.
—Jesús, Lyla. —Mirando hacia abajo a mis pechos, deja escapar un gemido—. Tus
pechos se sienten aún mejor de lo que parecen. Tan jodidamente bueno. No puedo esperar
para tenerlos en mi boca. —Su lengua se arrastra por su labio inferior mientras me da en el
pecho un apretón.
Un rayo de lujuria dispara directamente a mi núcleo.
Trae su boca de nuevo a la mía, dirigiendo su lengua a lo largo de la comisura de mis
labios y luego me lleva en un profundo beso exuberante.
Me deshago en sus manos mientras toma el control del beso.
Toma el control de mí.
Mis dedos se aprietan en su cabello. Él se queja en mi boca.
Punto débil.
Sonrío para mis adentros.
Entonces, oigo el sonido de voces. Cale, Sonny, y Van se dirigen directamente a nuestra
dirección.
La boca de Tom desconecta de la mía.
—Mierda —yo jadeo.
Miro fijamente a los ojos, sin saber qué hacer. No quiero que los chicos nos vean a
Tom y a mí así.
Y estoy dando gracias a Dios ahora mismo que el autobús estacionado junto a nosotros
nos está protegiendo.
98
—Tenemos que irnos —insto.
Asiente, Tom me reduce a mis pies. Agarrando mi mano, me jala hacia la parte trasera
del autobús, sacándonos de vista. Estamos aquí con un pie de espacio entre nosotros, sólo
mirando el uno al otro.
Cuando el sonido de ellos se ha asentado, Tom dice en voz baja:
—Tú primero. Voy a ir en un minuto.
Él mira hacia abajo, y mis ojos siguen viendo que él está siendo muy duro.
¿Cómo es eso posible?
—Um... ¿Dónde estaba yo? —le pregunto.
Él me da una sonrisa atractiva. -Sólo unos pocos allá abajo con las piernas envueltas
alrededor de mi cintura, gimiendo en mi boca, mientras te golpeaba contra el autobús.
—¡No quise decir eso! —Le golpeo a su estómago, golpeando la roca—. Quiero decir,
¿por dónde les digo a los chicos que he estado?
Se encoge de hombros.
—Sólo diles que lo estabas haciendo con un extraño caliente en el estacionamiento.
Le golpeo en el brazo este momento.
—¡Ay! —susurra, frotándose el hombro.
Como si yo pudiera hacerle daño.
Giro los ojos.
Tom mira por encima del hombro a la tienda iluminada detrás de nosotros.
—Sólo diles que fuiste a la tienda.
—Un buen plan. —Asiento.
—¿Qué hay de mí? ¿Dónde estaba yo? —pregunta.
Le doy una sonrisa descarada.
—Diles que lo estabas haciendo con una chica caliente en el estacionamiento.
Sus manos se acercan a los lados de mi cabeza, enjaulándome en contra del autobús.
—Hablando de caliente... —su boca comienza a descender hacia la mía.
—No. —Aprieto las manos contra su pecho, deteniéndolo.
La única cosa que los chicos me dieron fue la claridad, recordándome lo que no quiero
hacer.
Mi cuerpo estaba en el asiento del conductor por un tiempo. Ahora, mi cerebro está
de vuelta y en funcionamiento.
—¿No?
—No. —Salgo de debajo de sus brazos—. Esto fue un error.
Él mira por encima del hombro hacia mí.
—¿Un error? ¿Es una puta broma?
Mordiéndome el labio, niego con la cabeza.
—No debería haber ocurrido. Y no va a suceder de nuevo.
Se vuelve y se mete en mi espacio.
—Debería haber ocurrido hace mucho tiempo. Y con seguridad volverá a suceder. 99
—No, no lo hará.
Su lenta sonrisa hace que mi vientre silbe.
—Ya veremos. —Él se aleja de mí, en la dirección de la parte delantera del autobús.
¿Eso es?
Yo esperaba que peleara conmigo más.
Entonces me golpea algo en mí. ¿Y si él va a recoger lo que no ha obtenido de mí de
la fan rubia, pudiendo aparecer aquí en cualquier momento?
—¿Adónde vas? —Desprecio cómo de necesitada suena mi voz.
Se vuelve hacia mí, sin dejar de caminar hacia atrás.
—Ducha. Apesto a cerveza. —Él me mira—. Entonces, a la cama.
Con ella.
Aprieto los dientes. -¿Con tu rubia fácil?
Realmente necesito filtrar esta mierda que viene de mi boca.
Él sonríe, y se extiende al otro lado de su hermoso rostro.
—Nop. No tengo ni idea de dónde está.
—Pero dijiste... —Yo frunzo el ceño.
Él da un encogimiento de hombros lento de sus hombros.
—Nunca tuve la intención de acostarme con ella. Estaba. —Tom se frota la cabeza,
pensativo y luego sonríe haciendo un espectáculo.
Madre.
Él jugó conmigo.
Todo lo de allí, él sólo estaba haciendo que mis celos salieran a la parte delantera.
—¡Tú, tu eres un... jodido hijo…! —Siseo.
—Sí, y tú eres la más sexy maldita cosa que he visto en mi vida. Duerme bien,
Firecracker. —Él hace un guiño y luego sube al autobús, desapareciendo de mi vista.
Me caigo hacia atrás contra el autobús.
Tocando con un dedo mis labios, me doy cuenta de que en realidad estoy sonriendo.
Entonces, una risita me escapa.
Acabo de estar en el lado de un autobús de la gira con Tom Carter.
Y yo quería.
Yo lo deseo. Muy mal.
Bueno, ahí va mi castidad. Esa cinta se ha roto en dos y alimentado a los jodidos lobos.
¿Y yo? Bueno, estoy en un gran problema. No sólo deseaba a Tom antes, pero ahora,
lo deseo aún más después de ese beso.

100
13
Lyla
Traducido por Blanca20011983
Corregido por Vickyra

Al día siguiente — Autobús de la gira, St. Louis

La evasión es mi amigo.
Cuando me subí de nuevo en el autobús unos minutos después de Tom, él se estaba
riendo y bromeando con los chicos, actuando como si nada hubiera pasado entre nosotros
sólo unos momentos antes.
Por supuesto, eso era bueno. Era exactamente lo que quería.
Pero la tensión sexual entre nosotros todavía estaba allí, ardiendo con intención. Fue
hasta el punto que pensé que me iba a volver totalmente loca. 101
Hice mi mejor esfuerzo por actuar natural, pero era difícil. Cada vez que Tom hablaba,
yo recordaba la sensación de sus labios sobre los míos.
Cale sabía que algo no estaba bien conmigo, y la pregunta en sus ojos no estaba
ayudando a mi estado general. Fue difícil mantenerme a raya cuando me llevó a un lado y en
silencio me preguntó sobre de que iba mi truco en el bar.
Sabía que no era algo normal en mí.
Hice como si nada hubiera pasado. Él no estaba convencido, pero por suerte, no
discutió conmigo. Van y Sonny estaban ajenos. Sonny todavía estaba de mal humor porque
él había perdido la apuesta.
Fue mucho después de cuando me fui a la cama.
Me desperté temprano, sintiéndome inquieta, pero me quedé en la cama, sin querer
levantarme y arriesgarme a encontrarme a solas con Tom. Así que, esperé hasta oír como los
niveles de ruido se elevaban cuando todos los chicos se arrastraron fuera de sus literas, y
luego hice acto de presencia.
Podía sentir los ojos de Tom en mí cuando salí a desayunar, pero rotundamente ignoré
su mirada.
A partir de ahora, mi plan era evitar estar a solas con Tom bajo ninguna circunstancia.
Iba bien hasta el momento.
Tom estaba en mi dormitorio en una conferencia telefónica con Jake y Zane.
Los chicos y yo estábamos sobre una canción que habíamos decidido añadir al
conjunto. Es una canción que escribí hace mucho tiempo. Nunca pude conseguir que el
sonido trabajara, pero Van había conseguido un riff increíble para él, dándole el tono
perfecto. Decidimos probarlo entre la multitud esta noche y ver cómo funcionaba.
Sentí a Tom entrar en el salón antes de verlo. Eso ha estado ocurriendo cada vez más
últimamente, como si estuviera conectada a él de alguna manera.
Él tiene su celular en la mano.
—¿Tienen un minuto, muchachos? Tengo a Jake y Zane todavía en la línea. Algunas
cosas están avanzando, y queremos contarlo rápidamente.
Puse mis hojas de música en la mesa de café, pero manteniendo mi pluma en mi mano.
Tom coloca su celular en el medio de la mesa. Él permanece en pie.
—Jake, Zane, ya pueden hablar.
—Hey, ¿cómo va? —Jake pregunta.
—Realmente genial —respondo por nosotros.
—Genial. Bueno, hemos tomado algunas decisiones sobre cómo vamos a avanzar con
ustedes. En realidad, este es el bebé de Zane, así que voy a dejar que él te diga.
—Hey, chicos —Zane habla.
—Hola —decimos todos al unísono.
—Así que, como dijo Jake, hemos estado trabajando en cosas aquí. El álbum es genial,
por lo que Jake, Tom y yo hemos estado discutiendo qué canción debe ser lanzada primero.
Por supuesto, se sacaría antes de salir para la gira, y sé que todos sentimos que «Nonsense»
sería mejor para su primer lanzamiento. Pero después de las pruebas y mirando el mercado
últimamente, pensamos que «Better than you» sería la canción perfecta para lanzar primero. 102
Hay un silencio, y luego Zane dice:
—¿Qué piensan?
Pienso en ello por un momento y luego miro alrededor de la mesa.
Todos estamos buscando el uno al otro, a la espera de ver lo que los otros piensan.
—¿Qué piensas tú, Ly? —Cale pregunta, siendo el primero en romper el silencio.
Es una gran canción con un atractivo comercial, y puedo ver por qué quieren sacarla
primero.
—Es una gran canción —hago eco de mis pensamientos—. Estoy contenta si ustedes
están de acuerdo con ello.
—¿Qué pasa con ustedes? —Cale pregunta a Sonny y Van.
—Yo soy fácil —dice Sonny—. Feliz de estar grabando un disco y haciendo una gira.
—Lo que dijo —Van sonríe.
—Por lo tanto, ¿estamos bien? —Cale comprueba conmigo.
Por alguna razón, siento la necesidad de mirar a Tom, casi como que necesito su
consuelo en esto.
Mis ojos se deslizan a los suyos. Su mirada ya está en la mía.
Por primera vez desde la noche anterior, en realidad hablo directamente a él.
—¿Crees que es la canción adecuada no?
Veo un destello de sorpresa en sus ojos, y luego su expresión se ablanda.
—Sí, lo creo —él sonríe—. La canción traerá el tipo adecuado de atención. El tipo de
atención que queremos.
Miro de nuevo a Cale, quien está mirando entre Tom y yo con un surco de confusión
en su frente.
—Entonces, sí, estamos bien —por fin contesto la pregunta de Cale.
—Bueno, ya está decidido —dice Jake.
—El equipo de Zane llegará a las estaciones de radio de todo el país. Nos
concentraremos sobre todo aquí en Los Ángeles, pero también vamos a golpear todas las
áreas en las que están tocando ahora. Vamos a tener gran cobertura y rápido. Entonces,
vamos a ver cómo va a partir de ahí.
—Suena muy bien —Cale se inclina hacia adelante para decir.
—Por lo tanto, creo que hemos terminado aquí —Zane habla—. A menos que haya
otra cosa que alguien necesite decir.
—Nada más de mí —dice Jake—. Espera. ¿Qué?
La voz de Jake se ahoga mientras empieza a hablar con alguien en el fondo.
Oigo las palabras:
—¿Qué carajo?
Entonces:
—Jesús Cristo de mierda.
—Jake, ¿todo bien? —dice Zane. 103
—Tom, quita el manos libres. Ahora. Zane, te llamaré después de haber hablado con
Tom.
Con el ceño fruncido, Tom levanta el teléfono y quita el manos libres antes de ponerse
el teléfono a la oreja. Observo mientras él camina a mi habitación y cierra la puerta tras él.
Tengo una sensación incómoda en mis entrañas.
—Me pregunto de qué se trata —Van dice en la mesa.
Me encojo de hombros.
—Ni idea. Probablemente cosas de TMS —a pesar de que lo digo, no se siente bien.
Se siente como…
Oh no.
Santa mierda no.
Cojo rápidamente el celular de mi bolsillo y escribo en el motor de búsqueda, Tom
Carter. Lyla Summers.
Luego, presiono ENTRAR.
Y veo con horror, mientras se hunde mi estómago, como se llena la pantalla con
titulares y fotos de Tom y yo.
¡THE MIGHTY STORM’S TOM CARTER ENGAÑANDO A LA NOVIA QUE
NO SABIA QUE TENIA!
MIRA EL VIDEO EN EXCLUSIVA DE LA NOVIA DE TOM PILLANDOLE
CON OTRA MUJER. ¡ASEGURATE DE DAR UN PASO ATRÁS PARA EVITAR EL
SPLASH!
¡TOM CARTER, PENSABAMOS QUE ERAS MÁS INTELIGENTE!
¡BAD BOY DEL ROCK, TOM CARTER, PILLADO ENGAÑANDO! ¡LA
CONFRONTACIÓN AL COMPLETO EN VIDEO! ¡MIRE AQUÍ!
¡CARTER CAPTURADO ENGAÑANDO!
Señoras el hombre del rock y el bajista de The Mighty Storm, Tom Carter fue capturado engañando
a su novia en un bar la noche anterior. De acuerdo con los espectadores, Tom estaba coqueteando hasta los
codos con una rubia de piernas largas. Antes de salir con ella, su novia irrumpió. Hemos confirmado que su
novia es Lyla Summers, cantante prometedora de la banda, Vintage.
Un patrón en el bar dijo: —Ella lloraba por él, llamándolo mentiroso y tramposo. Luego, arrojó su
bebida sobre él y se fue. Tom se fue persiguiéndola.
¡Si sólo él viniera persiguiéndonos a nosotros!
En este momento, debemos agradecer a los dioses de la tormenta porque alguien lo grabó en vídeo.
Para el show tormentoso completo, ver a continuación.
Oh, santa madre de Dios.

104
14
Tom
Traducido por mari65
Corregido por Vickyra

Sesenta segundos después — Habitación de Lyla, autobús de la gira, St. Louis

—¿Estás jodiendo a Lyla? —me llega la dura voz de Jake en el momento en el que
acerco el teléfono a mi oído.
Incapaz de tener esta conversación enfrente de una audiencia, espero hasta cerrar la
puerta de la habitación para responder.
—No, no estoy jodiendo a Lyla —digo mecánicamente.
—¿Me estás diciendo lo que crees que quiero oír o la verdad?
Aprieto la mandíbula, tensando los hombros. Algo que nunca hago es mentir. Y no
me gusta que nadie me acuse, especialmente alguien que me conoce tan bien como Jake.
—Es la verdad. ¿Te he mentido alguna vez? No, y jodidamente lo sabes. Pueden no 105
haberte gustado las verdades que te he contado en el pasado, pero eran sólo eso —la verdad.
Así es que, en cualquier caso, ese cien por ciento debería decirte que yo jodidamente no
miento. ¿He besado a Lyla? Sí, anoche, por cierto. ¿Pero follarla? No. —Por desgracia.
—Jesús, Thomasina. Cálmate de una puta vez. ¿Tienes el síndrome premenstrual
ahora?
—¡Ja! —Me río—. No es jodidamente posible. No es a mí al que le ha crecido una
vagina, ¿recuerdas?
—Que te jodan —se ríe.
La tensión que sentía con Jake se ha ido, pero todavía queda un poco, y es todo culpa
de cierta pequeña rubia que está aquí afuera.
—Entonces, ¿supongo que no te has metido en internet esta mañana? —Pregunta Jake.
—No. ¿Tengo que hacerlo?
—Sí. Hay un vídeo dando vueltas en todas las páginas de cotilleos, en el que salen Lyla
y tú de un bar anoche. Ya sabes, el bar donde estabas con una chica rubia y Lyla te estaba
gritando antes de echarte una bebida por encima —lo que estuvo perfectamente
sincronizado, debo añadir. Tru acaba de enseñarme el vídeo.
¿Hay un vídeo de eso?
Por supuesto que hay un vídeo.
—Mierda —exhalo.
—¿Qué pasó, hombre?
Presiono el dorso de mi mano contra mi ojo, frotándolo.
—Hubo algo y nada. Lyla acababa de apostar con Sonny que yo no podía ligar con la
rubia con la que estaba hablando. A ella no le gusta perder, así que se aseguró de que no lo
hacía.
Jake deja escapar una carcajada.
—Jesús, ella es puro nervio.
—Sí. No es una maldita broma.
—Entonces, ¿la besaste antes o después del baño de cerveza?
—Después. La perseguí fuera del bar. Discutimos. Minutos después, tenía mi boca en
la suya. Su culo estaba en mis manos, y sus piernas estaban envueltas a mí alrededor mientras
nos restregábamos en el lateral del autobús.
Jake se ríe.
—¿Y no tuviste sexo con ella?
Está sorprendido, lo cual no es sorprendente porque normalmente nada me detiene de
tener sexo.
—Nos interrumpieron.
—¿Y cuándo te ha importado eso antes?
—No paré por mí, cara de culo. Lyla no es ese tipo de chica.
Y por alguna razón inexplicable, no quería que la primera vez que tuviera sexo con ella
fuera en el lateral de este autobús.
Aunque no se lo admitiría a Jake. Nunca me dejaría en paz. 106
—Bueno, tan interesante como es oírte hablar sobre tu restregón con la vocalista de
mi presentación, déjame recordarte que es sólo eso —la vocalista de mi presentación. La
presentación que tú organizas.
Me paso la mano por el cabello.
—Lo sé. La cagué.
—Yo no diría que la cagaste. Lyla hizo un movimiento imprudente en el bar. Pero,
hombre, vamos, sé cómo es estar en la carretera.
—Sí, pero las cosas son diferentes. Estoy intentando ser diferente.
Jake baja su voz.
—Lo sé. Pero no tienes que hacerlo.
—Sí, tengo que hacerlo.
Hay un silencio tácito entre nosotros.
Lo rompo.
—Necesitamos hacer control de daños con el vídeo.
—Sí. Déjamelo a mí. Pondré a Stuart y a Zane en ello. —Stuart es el asistente personal
de Jake, y un jodido experto en arreglar desastres. No sé cuánto podrá hacer ahora que el
vídeo es público, pero haremos algo.
—Sólo no quiero que nada dañe la reputación de Lyla.
—No salir en la prensa es mala prensa —dice Jake.
—Sí, sólo que no creo que sea el mejor momento para que las cosas con ella se hagan
públicas. Si se la relaciona conmigo, pueden empezar a escarbar y averiguar quiénes son sus
padres.
—Sí, tienes razón —acuerda.
Creo que estamos a punto de acabar esa conversación cuando dice:
—Entonces… te gusta.
—¿Lyla?
—Sí, Lyla.
—Sabes que sí. Estuve intentando meterme en sus pantalones antes, ¿recuerdas?
—Lo recuerdo. También recuerdo que te dio calabazas —dos veces. Pero no estoy
hablando de follar ahora, Tom. Quiero decir, ¿te gusta? Porque parece que a ella le gustas
ahora.
Me encojo de hombros. No me importa que Jake acabe de decir que le gusto a Lyla.
¿Por qué me debería importar? Soy un chico, y a los chicos no les importan mierdas
como ésa.
Sólo quiero joderla, muchas veces, porque está buena, y tiene el mejor par de tetas que
he visto nunca.
—Sí, quiero decir, ella está bien. Ella es… no sé. Supongo que es diferente de otras
chicas.
—¿Acabas de admitir que realmente te gusta una mujer, no sólo porque quieres
tirártela? 107
Mierda.
—No —hago una mueca.
—Sí, jodidamente lo hiciste. Y sólo para que lo sepas, estoy grabando esta llamada, así
es que tengo pruebas.
—Vete a la mierda. ¿Qué tienes? ¿Doce años? —Aun así, no puedo evitar sonreír.
Se ríe.
—Entonces, ¿debo prepararme para más titulares?
Ésta es la forma que tiene Jake de preguntar si voy a perseguirla.
Me rasco la mejilla.
—No lo sé. Quiero decir, soy su mánager. Vivimos en un autobús juntos.
—Entonces, eso significa que vas a tirártela. Vale, bien, para que lo sepas, no tengo
ningún problema con que lo hagas con ella.
—Vaya, gracias, papá.
Se ríe.
—Sólo no lo arruines. No quiero que mi cantante más prometedora se vaya y deje el
sello discográfico por tu culpa.
—Gracias por la confianza —digo frunciendo el ceño.
—No le busques tres pies al gato. Sabes lo que quiero decir. Y no te hagas daño a ti
mismo tampoco.
Dejo salir una carcajada fuerte.
—¿En serio acabas de decirme eso? No estás hablando con Denny ahora, ya sabes.
—Jodidamente sí —se ríe—. Olvidé por un momento con quién estaba hablando.
Hay otro silencio raro entre nosotros.
Entonces, dice:
—Tom, ¿acabamos de tener una maldita charla de corazón a corazón?
Me froto una mano en la barba incipiente de mi mentón.
—No lo sé, hombre. Tal vez… sí.
—¿Quieres hablar de cosas de chicos? Fingir que nunca ha pasado.
—Entonces, los Mets jodidamente apestan ahora mismo.
Nos quedamos al teléfono un par de minutos más, hablando de béisbol y de nuestras
cosas de chicos. Entonces, terminamos la llamada. Tengo que hablar con Lyla. Necesita saber
sobre ese vídeo que está en la red —si es que no lo sabe ya.
Empujo la puerta para abrirla y salgo al recibidor.
Puedo ver a Lyla sentada cerca de Cale. Sus cabezas están inclinadas tan cerca la una
de la otra mientras hablan.
Siento un extraño endurecimiento en mi pecho.
Entonces, Cale pone su brazo sobre sus hombros y la empuja hacia él.
Mi sangre empieza a hervir. Mis manos se están cerrando en puños a mi lado.
Y tengo una visión en la que doy zancadas hasta ahí, arrancando su brazo fuera de ella,
y entonces lo golpeo hasta que entiende el mensaje. 108

Es extraño e irracional.
Sé que ella dijo que no hay nada sexual entre ellos, y sé que no me mentiría. Pero cada
vez que me doy la vuelta, él tiene sus manos alrededor de ella. Ahora estoy empezando a
pensar que a lo mejor él la quiere, y ella solamente no lo ve.
Y lo que más me molesta es el hecho de que me molesta.
Realmente quiero apartar sus malditas manos cuando lo veo tocándola.
Lo único que me lo impide es saber que Jake tendrá un problema si le arranco los
brazos al bajista de Vintage. Eso, y que no quiero asustar a Lyla.
Claro que tengo temperamento. Me he metido en putas peleas durante los años pero
nunca por una mujer —bueno, no por una que realmente me hubiera importado. Pero, sí,
me he metido en un par de peleas por tomar prestada la mujer de otro tipo por una noche,
sin el consentimiento de él.
Es sólo que nunca me ha importado ver las manos de otro hombre en una mujer a la
que he follado —bueno, sólo besado una vez. He llegado a ver muchas veces a una mujer a
la que acabo de joder divirtiéndose con algún otro chico mientras me muevo a la siguiente.
Pero pensar en otro hombre tocando a Lyla me hacer querer hacer un agujero en la
pared más cercana.
Me siento territorial con ella. Aunque no tengo derecho, siento como que es mía. Y no
quiero que nadie que no sea yo la toque.
—Lyla, ¿tienes un momento? —grazno. No quería sonar tan cabreado, pero no hay
nada que pueda hacer sobre eso
Su cabeza se sacude, y su mirada golpea a la mía. Ni me molesto en mirar a Cale.
Yo sólo disfruto viéndola levantarse, forzando a sus piernas a caer fuera de ella.
Disfruto viéndola caminar hacia mí.
Mis ojos nunca la dejan, ni siquiera para pestañear.
Sin embargo, ella no me está mirando. Sus ojos están bajos.
Mierda.
Me ha estado evitando desde anoche, y lo tomé con calma, dándole espacio para pensar
en las cosas… en nosotros.
Antes, cuando me pidió opinión sobre algo importante para ella, pensé que estábamos
dando un paso más.
Pero ahora, parece que hemos dado dos pasos hacia atrás.
Y cuando le diga sobre el vídeo —bueno, tengo el presentimiento de que nos va a
llevar incluso más atrás.
Cuando se acerca, doy un paso atrás, dejándola pasar a mi lado dentro de la habitación.
El olor de su perfume tiene a mi cabeza dando vueltas y a mi polla endureciéndose. Se acerca
y se para junto al escritorio, poniendo la mesa entre nosotros.
Alzo una ceja y cierro la puerta. El clic de la cerradura es fuerte en nuestro silencio. Me
vuelvo hacia ella, preguntándome cómo empezar.
Entonces, ella exclama:
—¡Lo siento! —Cubriéndose la cara con las manos.
La visión de su malestar se siente como si me hubieran dado un puñetazo en el pecho.
109
Caminando alrededor de la cama, cierro la distancia entre nosotros rápidamente.
Deslizo mis manos en su cabello, forzando su cara arriba hacia la mía. Ella despacio quita
sus manos de su cara. No me gusta lo que veo mirándome en sus ojos.
Parece triste y preocupada. Eso hace que el puñetazo en mi pecho parezca un juego de
niños, comparado con el tractor que me acaba de pasar por encima, viéndola así.
Supongo que sabe sobre el vídeo.
Bueno, espero que lo sepa, por lo que su disculpa no es por algo más. Algo sobre lo
que no quiero ni pensar. Cale.
—Has visto el vídeo.
Sacudiendo su cabeza, ella parpadea hacia mí.
—No lo he visto, pero vi los titulares —sus ojos bajan—. Lo siento mucho, mucho,
Tom. Debería haberlo pensado antes de hacer mi truco anoche. Sé lo famoso que eres, y lo
creas o no, incluso sabiendo quiénes son mis padres, sólo no estoy acostumbrada a la fama.
Me protegieron de ella, especialmente después de la muerte de mi madre. Algunas veces
olvido…
—Shh… está bien —pongo un suave beso en su frente.
—No, no lo está —mueve su cabeza suavemente de lado a lado—. Te he avergonzado.
Dejo salir una suave risa.
De eso es de lo que se preocupa. No de ella. De mí.
—Créeme, no me has avergonzado. Nada me avergüenza. E incluso si pudiera
avergonzarme, tú —dibujo una línea hacia abajo en su mejilla con mi dedo, y me gusta mucho
el estremecimiento que siento en ella cuando la toco—, nunca podrías avergonzarme.
Ella parpadea esos ojos azules hacia mí. Una sensación destella a través de mi pecho.
—¿Está Jake enfadado? —Pregunta.
Me doy cuenta de que no se aleja de mí, así es que tomo ventaja y me acerco, acunando
su mejilla en mi mano.
—No, no está enfadado. Está haciendo control de daños ahora.
—¿Por ti?
—No, Ly, por ti. Se está asegurando de que tu relación conmigo no tenga a la prensa
escarbando en tus cosas.
Sus ojos bajan de nuevo. Se muerde su labio.
Siento mi polla sacudiéndose al verla.
—Nunca he pensado en ello —murmura.
—No te preocupes. He cometido errores, malditos errores colosales, al principio
cuando TMS empezó a ser reconocido. Jake también. Sabemos cómo es. Pero se hace más
fácil con el tiempo. Se hace normal.
Asiente, con sus ojos todavía bajos.
No me gusta eso. No me gusta cuando no me mira.
—Hey —le doy un golpecito en su barbilla con mi dedo.
Sube sus ojos a los míos.
—No es un gran problema. A nadie le importará mañana. ¿Bien?
—Bien —respira, una hermosa sonrisa en el borde de esos labios tan llenos y deseables 110
que tiene.
Sus ojos se mueven sobre mi cara antes de establecerse en mi boca.
Quiere que la bese.
—Ly… voy a besarte de nuevo.
Su cabeza se mueve mínimamente. Lo tomo como un sí. No quiero malgastar ni un
segundo y darle la oportunidad de cambiar de opinión. Moviéndome rápido, capturo sus
labios con los míos. Despacio paso mi lengua a lo largo de su labio inferior, y entonces sello
mi boca sobre la suya.
La beso con tanta fuerza como puedo sin herirla. Quiero que sepa cuánto la quiero.
Su cuerpo se afloja en mis manos.
Envuelvo mis brazos a su alrededor, encerrándola. Lamo el dulce sabor del interior de
su boca. Gime con el sonido más jodidamente sexy, y entonces envuelve su lengua en torno
a la mía. Sus manos se envuelven en mi espalda, abrazándome fuerte, y hunde sus uñas en
ella. Puedo sentir la presión en mi piel a través de mi camiseta.
Estoy tan duro como una roca, y mi pene se presiona contra su suave estómago.
El estómago enfrente del cual voy a caer de rodillas y lamer mientras desabotono sus
jeans. Entonces, voy a tomarla en mi boca y finalmente probar su dulce coño.
—Te quiero —respiro en su boca.
—Oh Dios —susurra, con su cuerpo temblando. Abre sus ojos, mirando directamente
en los míos.
Su mirada es brumosa y llena de lujuria y, en este momento, realmente creo que la
tengo, que voy a conseguir lo que he querido tan desesperadamente desde el instante en el
que puse mis ojos en ella.
Deslizo mi mano por su lado hacia abajo y alrededor de su estómago, dirigiéndome al
botón y la cremallera de sus jeans, cuando el fuerte ruido de la puerta del baño cerrándose
sacude sus ojos y su cuerpo lejos del mío.
Tropezando hacia atrás para alejarse de mí, con su caliente pecho jadeando, sacude su
cabeza.
—No. No puedo hacer esto contigo.
Odio la forma en la que dice contigo. Es como si hiciera esto con cualquier otro chico
pero no conmigo.
Ella hace un movimiento para pasar por mi lado, pero la detengo, cogiendo su muñeca.
—¿Qué quieres decir con que no puedes hacer esto conmigo? ¿Hay alguien más con
quien quieres enrollarte?
—Eres asqueroso —sisea—. ¿Nunca paras?
—No. No en lo que se refiere a ti —me inclino hacia su cara—. ¿Sabes lo que pienso?
Creo que me quieres demasiado, Lyla. Y asusta como la mierda a la frígida perra en la que te
has convertido desde lo que tu hermano y ese idiota de tu ex te hicieron.
Es un golpe bajo, y lo sé. Pero parece que no puedo evitarlo con ella. Hace que salga
el bastardo que hay en mí algunas veces.
Veo a sus ojos mirarme con dolor, y me importa. Odio que me importe lo suficiente 111
como para afectarme.
Y lo peor es el silencio que le sigue.
Ella no me da ninguna réplica. Tranquilamente sólo quita su brazo de mi mano y
empieza a irse.
Empiezo sentir pánico en mi pecho.
No sé qué hacer con ello porque nunca lo he sentido antes. No de esta manera. No
por una mujer.
—Eso es, Lyla. Huye. Haz lo que mejor haces.
Se detiene y se vuelve hacia mí. El dolor se ha ido, y su expresión está en blanco.
No sé cuál es peor. Viéndola herida, o viendo que no le importa.
—No estoy huyendo. Estoy haciendo la elección inteligente —y esa es alejarme de ti.
Jesús, eso malditamente dolió.
Mis manos frotan mi pecho mientras sacudo mi cabeza despacio —no, estás huyendo
porque tienes miedo.
—No tengo miedo de nada —mucho menos, de ti.
Dejo que una sonrisa se deslice en mis labios incluso cuando sonreír es la última cosa
que quiero hacer ahora.
—Sí, lo estás. Pero no hay nada a lo que temerle. Te lo voy a enseñar. Puedes seguir
huyendo, pero te cogeré, y pronto. No me rindo, Lyla.
Sus ojos se ajustan, y el frío en ellos me hiela hasta los huesos.
—Pero tú deberías rendirte, Tom. De verdad que deberías.
Entonces, sale por la puerta.
Y me deja aquí con una furiosa erección, el peor caso de bolas azules, y un dolor en
mi pecho que no puedo explicar.

112
15
Lyla
Traducido por Adaly
Corregido por Leluli

Unas horas más tarde — Cena en St. Louis

Hemos venido a un restaurante para tener una cena temprana antes del show de esta
noche. El resto del equipo está preparando el lugar, así que solo somos Cale, Sonny, Van,
Shannon y yo. No tengo idea donde esta Ashlee y no me importa saberlo. Solo estoy feliz
que no tengo que verla adorar a Tom otra vez.
¡Oh, sí! Él está con nosotros.
Él no ha tratado de hablar conmigo desde esta mañana. Apenas me mira.
Me molesta mucho más de lo que quisiera admitir en este mismo momento.
Tal vez ha cambiado de opinión sobre no darse por vencido. Y ni siquiera voy a entrar 113
en lo mucho que me afecta ese pensamiento.
Él estaba enojado después de que me aparté de nuestro beso. Pero, claro, no puedo
culparlo. Me debo de ver visto como una provocadora.
No lo soy. Sólo estoy confundida y asustada. Él estaba en lo cierto acerca de esa parte.
Tom enciende partes de mí que preferiría que se mantuvieran en la oscuridad.
Parece que no me puedo controlar a su alrededor. Todo lo que tiene que hacer es poner
una mano sobre mí y todos mis sentidos junto con mis inhibiciones se escapan volando.
Estaba muy contenta por la interrupción. Pero no puedo seguir confiando en que las
interrupciones me salven. Tengo que encontrar una forma de permanecer fuerte alrededor
de Tom. Tengo que parar de molestarlo. No es justo.
Lo que Tom piensa de mí me importa. No quisiera disgustarlo. Antes de todos esos
besos, teníamos un buen lugar en donde éramos amigos. Quiero regresar a ese lugar aunque
los besos son asombrosos.
Jesús, estoy tan confundida.
Frotando mi cabeza, suelto un suspiro.
Van me mira.
—¿Estás bien? —pregunta con la boca llena de comida.
Asintiendo, digo:
—Sip. Todo bien por acá. —Le doy una sonrisa deslumbrante.
Entonces, miró mi plato. Corté un pedazo de panqueque con mi tenedor, le clavo el
tenedor dejando que el jarabe gotee al plato. Me inclino hacia adelante y deposito el pedazo
de panqueque en mi boca. Decidí tener un desayuno para cenar. Perdí mi apetito, pero
necesitaba algo y pensé que los panqueques pasarían fácil.
Mastico lentamente, tratando de concentrarme en la dulzura del jarabe, pero estoy muy
distraída por el sonido de la voz de Tom. Él está sentado del otro lado de la mesa a un asiento
más allá de mí, junto a Van y está hablando con Cale sobre guitarras.
Nunca pensé que sería tan difícil tratar de ignorar a alguien, pero con Tom lo es. Me
tengo que contener de mirarlo. Mis ojos parecen estar atraídos por él, como abejas a la miel.
Vuelvo mi rostro hacia adelante y miro hacia el frente, fijando la vista en el cuadro de la pared
detrás de la cabeza de Van. Es una pintura aburrida de un campo con árboles, vacas y ovejas;
pero me obligo a examinar intrincadamente cada parte de esa pintura.
Llegue a la tercer oveja cuando siento mi teléfono vibrar contra mi trasero. Deslizo
una mano en el bolsillo y al sacarlo encuentro la pantalla iluminada con el nombre de Tom.
Con el corazón en la garganta, lo miro y él no me pone atención, tiene sus ojos puestos en
Cale mientras lo escucha hablar. Viendo hacia mi teléfono, abro el mensaje.

Todavía te puedo saborear.

¡Mierda! ¿De dónde viene eso?


Supongo que sí quería decir lo que dijo anteriormente acerca de no darse por vencido.
Mi corazón golpea fuerte contra mi caja torácica tambaleándose en dos direcciones: una hacia
Tom y la otra hacia salir huyendo de esta cena.
Me le quedo viendo, coloco mi teléfono en la mesa para hacerle saber que lo estoy 114
ignorando.
Él sonríe, entonces, y recoge otra vez su teléfono.
El mío vibra segundos después. Suspiro y lo ignoro durante dos minutos, pero la
curiosidad gana y lo cojo.

Apuesto que tu coño sabe tan dulce como tú boca.


No puedo esperar para averiguarlo.

Jesús. Mis muslos se aprietan, mi núcleo se tensa y mi cuerpo se inclina en la dirección


de Tom.
Estabilizándome contra la mesa, tomo una respiración profunda y calmante. Escribo
lo que mi cabeza me está diciendo e ignoro a mi traidor cuerpo.

Detente.

Aplasto enviar y coloco el teléfono en mi muslo. Escucho el zumbido del teléfono de


Tom al vibrar contra la mesa. Por el rabillo de mi ojo veo cuando lo levanta y lee el mensaje.
Su mirada impasible. Y entonces él mira hacia arriba y yo dirijo mis ojos de nuevo a la
pintura.
Un momento después, mi teléfono vibra.
¡Ugh!
Dirijo mis ojos furiosos hacia los suyos.
Él me está viendo con una mirada determinada, la cual hace a mi estómago revolverse.
Mirando hacia mi celular, lo dejo en mi muslo y abro el texto.

Te lo dije, no me detendré hasta que te tenga.


Y aun así tal vez no me detenga.

Le contesto:

Esto es hostigamiento.
Te podría demandar por acoso.

Le oigo reír en voz baja. Y entonces…

Valdría la pena cada puto centavo.

Casi gruño en frustración.


115

Tom, metete esto en la cabeza.


Lo nuestro nunca sucederá.
Lo de anoche fue un error
y lo de esta mañana fue un error más grande.

Lo miro fijamente tratando de hacer respetar mi punto. Él levanta su teléfono y lee el


mensaje. Lo veo levantar su ceja y entonces sus dedos se mueven sobre la pantalla. Segundos
después mi teléfono vibra contra mi muslo.

El único error fue dejarte salir de ese cuarto.


Va a pasar otra vez Lyla, una y otra y otra vez.

No. No y no. ¡Y no!


La mesera se acerca y rellena nuestros cafés, causando distracción, así que tomo la
oportunidad y atraigo la atención de Tom.
Sacudiendo mi cabeza ligeramente y articulo la palabra «NO» hacia él, esperando
enfatizar el mensaje. Necesito que me deje en paz.
No me puedo involucrar con Tom. Estar con alguien como él solo conseguirá hacerme
daño. Y no puedo salir lastimada otra vez.
Frunce el ceño y me da una mirada dura. Él articula hacia mí: «Si».
Mi mente y mi cuerpo están trabajando por separado. Lo deseo tanto.
Mi cuerpo ansia sus palabras y ama que aún no se ha dado por vencido conmigo. Pero
mi mente esta aterrada, diciéndome que corra muy muy lejos.
La mesera se va y se retoma la conversación en la mesa. Creo que eso es todo, estoy
salvada. Me equivoco. Mi teléfono vibra contra mi muslo, la necesidad de leer el mensaje es
abrumante. Abro el mensaje.

Sé que me deseas, así que no hay forma de que me eche para atrás.

Tecleo:

De verdad, no te deseo.

Leo:

Maldita sea, no mientas.


Puedo oler tu excitación desde aquí.
Y me está poniendo duro, Ly. Jodidamente duro como roca.

116
Mierda.

Por favor Tom…

Estoy suplicando porque no sé qué más hacer. Sí él se acerca a cualquier lugar cerca de
mí volveré a ceder ante él. Y la próxima vez serán más que besos.

No puedo esperar para tener tu boca alrededor de mi polla.

¡Oh, Dios!
Mi palma sudorosa se aprieta alrededor de mi móvil. Mi cuerpo se ruboriza desde la
parte superior de mi cabeza hasta las puntas de mis pies. Cada parte de mí está encendida
gracias a sus sucias palabras. Mi excitación me empapa.
Muevo mis ojos hacia Tom y los suyos están en mí, aun determinado.
Junto mis muslos tratando de aliviar el dolor que él está creando con cada palabra en
sus mensajes.
Pienso por un momento mientras mis dedos se ciernen sobre la pantalla de mi teléfono.

Yo quiero
Me detengo, luchando con que decir. Entones, accidentalmente presiono la tecla
enviar.
Mierda.
Mi estómago se revuelve por el mensaje sin terminar que acabo de enviarle. Un
segundo después la canción «Gorrilla» de Bruno Mars empieza a sonar alto. Me toma un
segundo darme cuenta que proviene del teléfono de Tom, señalando el mensaje que acabo
de enviar.
Me congelo.
¿Acaba de cambiar su tono de llamada?
¿Por qué?
Para atraer mi atención
Bueno, sí esa es la intención, él tiene toda mi atención. Y no solo porque sé de qué
trata la canción, sino también por la parte exacta que él ha establecido como tono de mensaje.
Creo que sabes a qué parte me refiero, hijo de puta.
Lo veo. Él me está mirando con lujuria y desafío. Muevo mi mirada. Los chicos no
parecen afectados por la canción sonando del teléfono de Tom. Incluso Cale ha empezado
a cantarla. Tom espera, dejando el tono terminar antes de recoger su teléfono y leer mi
mensaje.
—Joder, me encanta esa canción —dice Cale. Yo murmuro en acuerdo.
—Esa canción es genial. Me ha ayudado a conseguir revolcones varias veces. Ahora le
hago un altar a Bruno Mars —dice Sonny con la boca llena de hamburguesa.
—Bien —contesto.
Ahora no puedo retirar mis ojos de Tom sabiendo lo que está leyendo. 117
Los ojos de Tom parpadean hacia mí, están llenos de preguntas, confusión y sobre
todo de hambre.
—Ly, ¿te vas a comer eso?
Arrastro mis ojos de Tom hacia Van sosteniendo un tenedor sobre el plato apuntando
hacia mis panqueques.
—No, tómalos —empujo mi plato hacia él. Mi teléfono vibra.

¿Qué es lo que quieres nena? Dime y te lo daré.

Permanezco inmóvil viendo la pantalla, dividida entre la realidad de mi cuerpo y lo que


cree mi cabeza que es correcto. Me decido por mi cabeza.

Maldita sea, quiero que me dejes en paz.

Coloco mi teléfono abajo, esperando su respuesta. Pero nunca llega. Espero por lo que
parece una eternidad y nunca llega. Y cuando miro a Tom, él no me está viendo, él está
hablando con Shannon y su teléfono no se ve por ningún lado.
El pánico rasca justo debajo de la superficie pero lo aparto. Esto está bien. Esto es lo que
quiero. Y entonces mi celular empieza a sonar, asustando la mierda de mí. Es un número de
celular que no reconozco. Dudo por un momento y contesto:
—¿Hola?
—Lyla, soy Robbi, Robbi Kraft.
Mi estómago hace una pequeña voltereta:
—¡Oh! Robbi, hola.
Echo un vistazo a Tom para ver si él me escucho, lo hizo.
No sé qué reacción esperar de él al saber que Robbi está al teléfono, tal vez ira.
Pero eso no es lo que consigo. No hay nada. No reacción, su cara está perfectamente
en blanco.
Shannon le dice algo y él la mira. Me siento extrañamente vacía pero con un pequeño
hormigueo porque Robbi me está llamando. Me levanto de mí asiento y me alejo de la mesa.
Camino a través de la salida para tomar la llamada en privado. La primera cosa que sale de
mi boca es:
—Am… ¿Cómo conseguiste mi número?
Lo escucho tomar una bocanada de aire. Él suena un poco nervioso mientras dice:
—Está bien, sé que esto tal vez suene un poco acosador, pero te prometo que no lo
es. Bueno, tal vez lo sea un poco. Pero tú nunca llamaste y tengo un amigo… en la policía.
Él consiguió el número para mí.
—Estoy bastante segura que es ilegal —lo digo con una sonrisa
—Estoy seguro que estas en lo correcto, pero si digo que no he podido dejar de pensar
en ti desde Idaho, ¿ayudaría?
—No lo sé, es un crimen bastante serio el que has cometido.
118
—Está bien, ¿Qué tal si accedes a cenar conmigo? Si te sientes igual sobre mi lado
criminal, mis métodos acosadores, yo personalmente me entregare a los policías.
—¿Te refieres a tu amigo el policía, él que rompió la ley contigo?
Él se ríe y contesta:
—El mismo.
Golpeo mi dedo contra mi barbilla.
—No estoy segura si ir a cenar con un criminal y acosador será una buena idea.
Deja escapar un ruido de desaprobación.
—Sí, creo que puede que tengas razón. Mierda, la he jodido desde el principio.
Me reí.
—No la has jodido totalmente.
—¿No?
Me gusta la esperanza que escucho e su voz.
—¿Qué te parece que la próxima vez que nos veamos me compres la bebida que no
tuviste la oportunidad de comprarme la última vez?
Oigo crujir el papel. Y él dice:
—En cinco días en Pittsburgh los dos estaremos tocando ahí. Es una cita.
—Robbi nunca dije que fuera una cita —le digo añadiendo ligereza a mi voz para no
sonar tan perra.
—Está bien. No es una cita, solo una copa entre dos amigos. Prométeme una cosa…
—Por lo general no hago promesas.
—¿Por esta vez puedes hacer una excepción por mí?
Suena tan encantador que no puedo evitar decir:
—Está bien, dispara.
—Prométeme que no dejaras que alguien más te compre una bebida de aquí a
Pittsburg.
—¡Oye, una chica tiene que beber! —Me río—. ¿Qué tal si te prometo no dejar que
alguien que no sea mi amigo me compre una bebida de aquí hasta Pittsburg? —Casi puedo
sentir su sonrisa por la línea.
—Perfecto. Así que te veo en cinco días Lyla.
—Me veras en cinco días.
Con una sonrisa en la cara cuelgo el teléfono y lo guardo en mi bolsillo trasero.
Empiezo a caminar de regreso a la mesa. Tan pronto como levanto mis ojos me encuentro
con la mirada de Tom. Y él me está mirando de una forma que nunca antes había visto, como
si viera a través de mí, distante, casi como sí no me viera más.
Y estaría mintiendo si dijera que no me duele.

119
16
Lyla
Traducido por Adaly
Corregido por Liraz

Cinco días después — En el escenario en un club en Pittsburg

Está bien. Así que, Tom no me está evitando. Él no me está ignorando.


Él está siendo amable conmigo.
Lo cual es bueno, ¿Verdad? Es lo que yo quería.
Bueno, debería de ser bueno… pero no lo es.
Porque él ha sido amable conmigo. Demasiado malditamente agradable.
Cordial. Bien educado.
Básicamente, no ha sido el Tom que yo conozco.
120
No ha habido bromas. No ha habido coqueteo, no textos sexuales. No intentos de
estar solos.
Nada.
Durante cinco malditos días.
¡Nada!
Y me está volviendo loca. Él me está volviendo loca. Lentamente.
Cada vez que entro en cuarto y él esta solo ahí, él me da una sonrisa educada antes de
levantarse y salir de ahí. Como si yo tuviera la peste o algo parecido.
Al principio, me pregunte sí era un juego al que él estaba jugando, tratando de
desgastarme hasta que me rompiera y cediera ante él.
Pero después del tercer día, me di cuenta de que no era un juego. Él realmente ha
renunciado a mí.
Me di cuenta, porque en el tercer día del Amable Tom, lo vi coqueteando con Ashlee,
y no lo hacía porque pensaba que yo está ahí. No estaba tratando de traer mis sentimientos
a la superficie mediante los celos.
Él no tenía idea de que yo estaba ahí, y él estaba coqueteando con ella.
Verlo con ella —sus manos descansando en los hombros de ella, sus dedos jugando
con el cabello de ella— duele como una perra.
Pero me dije a mí misma que está bien. Quería que él me dejara en paz.
Él estaba haciendo lo que le pedí.
Así que, esto estaba bien.
Excepto que no se sentía bien. No quiero esto nunca más.
Quiero que vuelva a ser como era antes.
Quiero a Tom de vuelta.
La única cosa que me mantuvo cuerda durante los últimos cinco días era la atención
que estaba consiguiendo de Robbi Kraft.
Después de su acosadora llamada. Al día siguiente, recibí un texto dulce de él. Le
contesté. Hemos estado masajeándonos unas cuantas veces al día desde entonces.
Él es dulce.
Él no enciende un fuego muy candente en mi vientre como Tom lo hace.
Pero el fuego es peligroso. El fuego hace que te quemes.
Realmente no veo que esta cosa con Robbi vaya a ninguna parte.
Aún no estoy en el mercado para nadie. Solo estoy disfrutando la atención de Robbi.
Tal vez Tom haya roto temporalmente las correas de mi cinturón de castidad, pero le
he puesto candado de refuerzo al maldito otra vez, y no estoy dispuesta a quitárselo para
nadie más.
Es agradable tener alguien para mantener lejos mi mente de Tom.
Sin embargo, estoy ansiando conocer a Robbi un poco mejor. La fan geeky en mí está
emocionada por hablar de música con él.
Esta noche, estamos en Pittsburgh, y en Pittsburgh es mí no-cita de bebida con Robbi.
Estoy en el escenario, cantando mi enojo antes de terminar nuestra presentación.
Aún no he visto a Robbi. The Turnstiles tocaron más temprano, y después otra bando 121
pasó entre nuestras presentaciones, así que supongo que lo veré cuando salga del escenario.
Presionando mis labios en el micrófono cantó la última línea de «Better Than You».
Hace unos días, Tom decidió que esa debería ser nuestra canción de cierre. Al sencillo
le ha ido muy bien en la radio, y el número de descargas luce fenomenal. Él dijo que sí esto
sigue yendo de esta forma, nos posicionaremos en tabla muy bien, lo cual es asombroso.
Sólo desearía sentirme asombrosa.
Cuando las baquetas de Sonny tocaron la batería por última vez esta noche, grite en el
micrófono:
—¡Gracias Pittsburgh! Han sido increíbles.
Con un gesto de mi mano, salgo del escenario, paso la correa de la guitarra sobre mi
cabeza. En el momento en el que estoy fuera del escenario, le entrego mi guitarra a Jon, uno
de nuestros roadies3, con un:
—Gracias.
Bajo los escalones y veo a Tom esperándonos, como siempre lo hace. Él luce
deliciosamente caliente en pantalones vaqueros bajos y en una playera vintage del concierto
de David Bowie Live Santa Monica ’72.
Desafortunadamente Ashlee está aquí de pie junto a él.
Ella está usando un pantalón corto rojo y ajustado que muestra todo su atractivo. Luce
bien.

3 Un roadie es un técnico que viaja con un grupo musical en sus giras y que se encarga de todos los aspectos
de sus conciertos.
Pero no me siento inferior esta noche porque sé que me veo realmente bien. Shannon
me dio el servicio completo antes, ya que le dije que me encontraría con Robbi para tomar
una copa esta noche. Y ella tomo eso para suponer que es una cita. No importó cuantas veces
le dije que no lo era, ella no estaba escuchando, así que puso todo su entusiasmo en mí. Lo
cual, ahora, me alegraba.
Mis labios rojos, uñas pintadas a juego, y estoy usando un vestido impresionante. Es
negro y corto con mangas largas, pero la mejor parte de ese vestido es el escote hasta el
ombligo. Es un vestido malditamente caliente vestido para usar sin sujetador y con los pechos
pegados en su lugar. Y para rematar, estoy usando unos botines de ante negros con tacón
alto. Me veo bien, no, me veo caliente y mis chicas lucen mejor.
Con la cabeza en alto, saque mis mejores atractivos, los atractivos en los que ya sabía
que Tom se fijaba, me pavoneé hacia ellos.
—¡Hey! —Sonreí.
Ashlee me vio de pies a cabeza.
—Shannon me pidió que te diera tu bolso. —Ella me lo ofreció.
Demasiadas cortesías. Le dije:
—Gracias. —Tomando el bolso.
Me dio una sonrisa falsa.
A diferencia de Tom, realmente no me gusta esta chica.
—Excelente presentación como siempre —dijo Tom con sus ojos en mi rostro—. Tu
voz estaba en llamas esta noche. —Entonces dirige su sonrisa amable hacia a mí. Él ni 122
siquiera miró hacia mis pechos.
Bien, él podría haberme dado una patada en la virginia.
Tengo que contener el grito de frustración que trepaba por mi garganta. Y con más
razón cuando vi la mirada de suficiencia en el rostro de Ashlee.
Cabreada y sintiéndome estúpida por tratar de llamar su atención con mi pechos, le
doy un asentimiento de cabeza.
—Genial. Bueno, voy a estar en el bar por sí alguien me necesita.
Giro sobre mis tacones de aguja, sin molestarme en esperar a Cale, Sonny y Van,
pisoteando me alejo.
Estoy enfadada, y estoy bastante segura de es bastante obvio con cada paso que doy.
No es que Tom lo notará. Él va a estar demasiado ocupado mirando los pechos falsos
de Ashlee.
Meow.
Al llegar a la barra, golpeo la tarjeta de crédito en la barra y dejo caer mi bolso junto a
ella.
—Un shot de tequila y que sigan viniendo.
El lindo barman levanta una ceja hacia mí y sonríe. Toma mi tarjeta y la coloca junto a
la caja registradora. A continuación, pone una copa tequilera en la barra y vierte el tequila en
ella.
—¿Creí que no dejarías que nadie más te comprara una copa, a excepción de mí? —
La suave voz de Robbi viene a mi oído.
Me giro hacia él.
Jesús, luce mejor de lo que recordaba. Al ver a Robbi, algo de la tensión de mi cuerpo por
Tom empieza a dirigirse a la puerta marcada como salida.
Le sonrío a Robbi. Mis ojos haciendo un viaje rápido por encima de su cuerpo. Yo
podría estar en paréntesis de hombres, pero no estaba ciega. Robbi es delgado y tonificado, pero no
musculoso como Tom.
Me gusta mucho la forma en que sus jeans negros y rasgados cuelgan de sus delgadas
caderas. La playera negra y ajustada que está usando tiene un cráneo rodeado por las llamas
con Hellraiser escrito debajo. Muestra su pecho y brazos prácticamente definidos.
Espero que Robbi sea un diablillo.4 Eso es exactamente para lo que estoy de humor
esta noche, para levantar un infierno.
Tomo el shot y lo bebo, disfrutando de la quemadura de alcohol.
Me vuelvo hacia a Robbi y lo miro por debajo de mis pestañas, dándole una sonrisa
tímida.
—Compré este yo misma.
Sus ojos se oscurecen en mí, y me gusta la forma en que me hace sentir.
—Una chica como tú no debe de comprarse bebidas —me dice, inclinándose un poco
más cerca de mí.
—Bien.
Él hecha la cabeza hacia atrás y se ríe con su contagiosa risa.
Imagino que el sonido tiene a las mujeres de la derecha, izquierda y del centro arrojando
sus bragas. 123
—Así que finalmente, ¿Puedo comprarte esa bebida? —Me da una sonrisa baja bragas.
—Si puedes. —Le sonrío.
Inclinándose sobre la barra, levanta una mano, atrapando la atención del barman.
—¿Otro shot? —Pregunta Robbi.
Niego con la cabeza. Probablemente no es una buena idea para mí tomar shot y
emborracharme.
—Una cerveza, por favor.
—Dos cervezas —le dice al barman.
Me giro y me apoyo en la barra, mirando a su alrededor. Veo a Van charlando con una
chica y a Sonny con la lengua en la garganta de otro chica. Cale no está a la vista.
Exploro a la multitud en búsqueda de Tom, y lo veo a través del cuarto.
Mi estómago se aprieta en mil nudos y siento como si fuera a vomitar. Él está sentado
al borde una silla con sus piernas largas extendidas y de pie entre ellas se encuentra Ashlee.
Ella tiene su mano en el pecho de él y le está diciendo algo al oído.
Sus ojos se encuentran con los míos a través del cuarto, y la quemadura que siento es
dolorosa.
Encontrando extraño que Cale no este alrededor y no queriendo ver a Tom con Ashlee,
saco mi celular de mi bolso y compruebo sí Cale ha enviado un mensaje con su paradero.

4 Juego de palabras: ella dice que él espera que será un Hellraiser (diablillo).
Efectivamente él lo ha hecho.

Llevando a esa chica de antes de vuelta al hotel. Tom dijo que va a asegurarse de que regreses a
salvo al hotel. Me hubiera gustado verte antes de irme, pero te vi hablando con Robbi. No quería
interrumpir. ;) Te amo x

Nos vamos a quedar en un hotel esta noche ya que tenemos dos shows en dos clubes
diferentes en Pittsburg. Uno de ellos fue el show de esta noche. Así que Tom decidió que
podríamos tener una noche libre de dormir en el autobús, y este fue el momento ideal,
mientras no estuviéramos en el camino.
Tecleo rápidamente una respuesta.

Diviértete. Y no habrías interrumpido. Sólo estoy tomando una copa con Robbi, esto es todo. Te veré
en el desayuno. Yo también te amo x

Robbi sostiene una botella de cerveza en frente de mí. Tomándola, cerré a pantalla de
mi celular y lo puse en el bolso.
—Gracias. —Le sonreí.
—Así que… —dijo.
Parecía nervioso. Es lindo.
124
Vuelvo mi cuerpo hacia el suyo.
—¿Así que?
Se pasa la mano por el cabello y se desplaza sobre sus pies.
—Está bien, voy a decir esto. Realmente me gustas.
—Está bien… —me muerdo el labio, un poco insegura de cómo responder. No
esperaba esto.
—Y me pones muy nervioso.
Suelto una carcajada.
—¿Te pongo nervioso? Realmente lo dudo.
—De verdad. —Se mueve un poco más cerca de mí—. Nunca me pongo nervioso
alrededor de mujeres pero… lo hago.
Me puse la botella en los labios y tomo un sorbo.
—No estoy seguro de sí el ponerte nervioso es algo malo o bueno.
Levantando una mano hacia mi cara, toma mi cabello y la pone atrás de mi oreja.
—Bueno, realmente bueno. Eres increíblemente hermosa Lyla. Es un poco
desconcertante.
—¿Desconcertante? —Frunzo el ceño.
—Sí. Tú puedes tener a cualquier chico que quieras en esta sala.
Sus dedos corren por mí mandíbula, y él se inclina en aún más cerca. Su botella choca
contra la mía.
—Y eso me pone nervioso porque yo quiero que me quieras, y lo quiero más que
nunca me ha importado antes.
Él me está mirando como Tom me mira.
Sólo, que su mirada no tiene el mismo efecto que la de Tom. Sólo hay una calidez en
mi estómago, no el calor abrazador que consigo de Tom.
«Heart Attack» de Demi Lovato comienza a tocar en voz alta a través de los altavoces.
Con Tom en mi mente y siendo consciente del hecho de que él es esta justo del otro
lado de la habitación, me muevo un poco hacia atrás, dejando su mano suspendida en el aire.
Rápidamente se retracta, poniéndola alrededor de su botella antes de sostenerla contra
su pecho. Una expresión de angustia aparece en su rostro.
—¿He ido demasiado rápido y te he asustado?
—No. —Niego con la cabeza—. No es eso. —Mis ojos se desvían y es cuando veo…
Tom besando a Ashlee.
Me siento como sí me hubieran abofeteado, golpeado y por si acaso pateado.
La música aliviando un doloroso latido en mi cabeza.
Todo se ha detenido. El tiempo. Mi corazón. Mi vida. La tierra girando.
Jesús. Esto duele.
Todo deja de moverse, a excepción de lo que está sucediendo al otro lado en este
momento.
Él besando la a ella. 125
En realidad, él la está besando.
Y sus manos están en sus brazos, abrazándola.
Y él… él la está besando.
Jesús.
Voy a vomitar.
Las lágrimas están quemando mis ojos, y un dolor está arañando su camino hasta mi
garganta.
Sé que no tengo derecho a sentirme de esta manera. Lo rechacé.
Pero este hecho no hace que el dolor sea menos.
—¿Lyla? —Robbi me trae de vuelta.
Mis ojos se encuentran con los suyos. Estoy bastante seguro de que él puede ver algo
en ellos.
Entonces, él dice,
—Tom… —gira su cabeza en la dirección de Tom y Ashlee—. ¿Están ustedes dos…?
—No.
—Vi el video en línea, y tú parecías…
—No parecemos nada. Él video no significa nada. Sólo una apuesta.
—Está bien. —Él sonríe—. Me alegra oír eso. —Se acerca de nuevo—. Muy contento.
Me quede mirando a Robbi. Él es dulce y de buen aspecto, y huele bien. Limpio. Jabón
y loción para después de afeitarse. Como un hombre debe de oler.
No tan increíble como huele Tom, pero eso es bueno.
Ahora mismo, no necesito nada parecido a Tom. Necesito exactamente lo opuesto a
él. Algo para hacer que el conocimiento de que él está besando a Ashlee duela menos.
Por eso me inclino hacia Robbi y también inclino mi rostro hacia él, ofreciéndole mi
boca, haciéndole saber exactamente lo que quiero.
Él sonríe suavemente, levantando sus manos hacia mi cara.
Cierro los ojos mientras se acerca.
En el momento en que los labios de Robbi tocaron los míos, sentí una punzada de
culpabilidad.
Ridículo, ¿Verdad?
Me siento culpable por besar a Robbi, mientras que Tom ha metido la lengua en la
garganta de Ashlee.
Haciendo caso omiso de la culpa, me esforcé en el beso, poniendo mi mano alrededor
de la nuca de Robbi y abriendo la boca para él.
A él parece gustarle eso. Le siento reír contra mis labios, y luego su lengua se desliza
dentro de mi boca.
Es… agradable. Su beso es lento, suave. Nada como los besos de Tom. Los labios de
Robbi son sorprendentemente suaves para ser de un chico. No como los labios de Tom, que
son firmes y deliciosos.
Deja de pensar en Tom.
Los dedos de Robbi tejen mi cabello y el profundiza el beso. 126
Esto es un error.
No. Esto es bueno. Perfecto. Robbi es genial.
Apago mi cerebro y me mantengo besándolo.
Entonces, de la nada, una sensación de vértigo se arrastra por mi columna vertebral, y
de repente mi sentido de araña me hace detener el beso. Presiono una mano en el pecho de
Robbi, empujándolo hacia atrás.
Él me mira fijamente, respirando con dificultad. Sus labios están hinchados con sus
labios manchados con mi labial rojo.
—Wow. —Respira.
Veo una figura detrás de él, y de repente, él es arrancado lejos de mí. Ahora en donde
Robbi estaba se encontraba un Tom seriamente cabreado.
—¿Qué coño estás haciendo? —Gruñe Tom.
—¿Disculpa? —Parpadee.
Su rostro se oscurece.
—Dije, ¿qué coño estás haciendo?
Entrecierro los ojos hacia él, mis manos fueron a mis caderas.
—¿Qué te parece que estoy haciendo?
Frunce el ceño.
—Haciendo el ridículo, eso es lo que parece.
Bien… eso duele.
Lágrimas pican los ojos. Ira golpea con toda su fuerza.
—¡Veta a la mierda! —Le escupo.
—¿Me estoy perdiendo algo aquí? —La voz de Robbi proviene detrás de Tom.
La cabeza de Tom gira hacia Robbi. La mirada que Tom le da a Robbi derribaría a
cualquier hombre, para el caso, muy posiblemente a un osos polar. Tom daba miedo.
—Sí, los dientes, si no te vas de una puta vez.
Robbi mira más allá de Tom hacia a mí, con su mirada inquisitiva.
Tom se vuelve completamente hacia Robbi.
—No la mires a ella. Mírame a mí. —Con su voz dura como piedra—. Todo lo que
pensaste que estaba sucediendo con Lyla no está pasando. Nunca. ¿Me entiendes?
Robbi frunce el ceño y da un paso hacia Tom.
—¿Y si no te entiendo? Entonces, ¿qué?
Tom deja escapar una risa sin humor. Se mueve tan cerca de Robbi que sin duda se
llamaría invasión del espacio personal.
Hace acelerar mi corazón.
Tom se inclina hacia la cara de Robbi con propósito.
—Deberías de aprender a cerrar la puerta de tu camerino, Kraft. Sí no lo haces y alguien
pasa por ahí puede escuchar todo tipo de cosas.
Veo algo destella en la cara de Robbi. Algo que no me gusta.
127
Tom se endereza.
—Lyla es una zona prohibida para ti. Por lo tanto, lo diré de nuevo. ¿Me. Jodidamente.
Entiendes?
Robbi retrocede.
—Alto y claro. —Me mira sobre el hombro de Tom, y me da una cara de disculpa.
Entonces, se vuelve y desaparece entre la multitud.
Tom se gira hacia a mí y me agarra del brazo.
—Nos vamos.
Lo arranque, liberándolo.
—No voy a ninguna parte contigo, ¡maldito neandertal! —Después pasando una mano
sobre mi cabello, agarro mi bolsa—. De todos modos, estoy bastante segura de que tu novia
ahí te está esperando para que puedas terminar lo que empezaste, así que será mejor que
vuelvas con ella. —Tiro mi cabeza en dirección de una Ashlee que nos ve aturdida y que
sigue de pie en donde la dejó.
Su mandíbula tensa.
—Ashlee no es mi novia y lo sabes. —Algo destella a través de sus ojos—. Es por eso
que besaste a Robbi, ¿verdad? Porque nos viste a Ashlee y a mí…
Levanto una mano interrumpiéndolo.
—No sigas adelante por ahí, casanova. Bese a Robbi porque quería. Porque él es
caliente y un gran besador. Un mejor besador que tú.
Puede ser que también haya sacado mi lengua hacia él y le dijera: Na-na-nananana.
Dios, soy patética.
Tom estrecho sus ojos como rendijas.
—No seas ridícula. Estas actuando como una niña en este momento.
—¿Yo? —Grito, golpeando con una mano mi pecho—. Yo no soy la que acaba de
echar a un niño fuera de la caja de arena porque pensé que estaba jugando con mis juguetes.
Su rostro se tensa, sus ojos oscureciéndose a extremadamente aterradores.
—Estaba jugando con mi juguete.
Escondo el escalofrió que siento por sus palabras. En su lugar frunzo el ceño hacia él.
—Dios mío, eres un bastardo egoísta.
—Sí, y tú eres una perra loca. Nos vamos. Ahora.
Le digo:
—¿Eres sordo? ¡No voy a ningún lado contigo!
Estoy bastante segura de que todo el club nos estaba mirando en este momento. Pero
me importa una mierda.
La siguiente cosa que escucho es este gruñido de hombre de las cavernas que viene de
Tom. Entonces, estoy siendo levantada del suelo antes de ser arrojada por encima del
hombro.
—¡Argh! —Grito—. ¿Qué demonios estás haciendo?
—¿Qué te parece que estoy haciendo? —dice lazando las palabras que dije antes—.
No vas a venir tranquilamente, así que estoy llevando tu culo de perra fuera de aquí.
128
—¡Bájame, lunático! —Le pegué en la espalda con mi bolso.
Entonces, rápidamente me doy cuenta de que tan corto es mi vestido. Le doy al
dobladillo un tirón, asegurándome de que mi trasero este cubierto.
—No —rechina.
—¡Psicópata!
—Reina del drama.
—¡Argh! —Grito de nuevo—. ¡Te odio!
—¡Sí, sigo escuchando eso. Ahora cállate porque estás haciendo una escena. —Me da
una palmada en el culo.
Mi boca cae abierta.
¡Gilipollas arrogante! No puedo creer que él acaba de decirme que me calle y golpea mi
trasero.
Ignoro el hecho de que en algún otro escenario, un dormitorio, sería realmente muy
caliente. Con mis dientes apretados, dejo salir
—Eres un jodido mut. —Luego, por si acaso, de nuevo lo golpeo en la espalda con mi
bolso.
—Sí, sigo oyendo eso también. —Se ríe.
La vibración de su risa golpea en todos mis lugares hormigueantes.
En este momento, me alegro de que mi culo este en su cara, para que no pueda ver la
sonrisa forzar su camino en mis labios.
Tom trota por las escaleras del club antes de dirigirse por la salida, cargándome como
sí no pesara nada en lo absoluto.
Sí no fuera tan vergonzoso, sería muy en su mayoría caliente.
Sé que la gente nos está mirando, así que mantengo la cabeza abajo y los ojos cerrados,
rezando para que me baje pronto.
Él silba para llamar un taxi. Veo uno aparecer. Tom abre la puerta y luego me deposita
en el asiento trasero.
Mi culo golpea el asiento, mi respiración sale silbante con fuerza.
Tom sube a mi lado.
—Fairmont —dice al conductor.
El taxi se detiene en el tráfico.
Me muevo en mi asiento para enfrentar a Tom.
Pasa un largo rato para que vuelva la cabeza para mirarme.
—¿Qué?
—¿Qué? —Dándole una mirada incrédula, sacudo una mano entre nosotros—. ¿Vas
a explicarme qué demonios fue todo eso?
Agarrando mi mano, él la levanta, aprieta la palma de su mano contra la mía, y luego
une los dedos.
Mi corazón tartamudea.
El fantasma de una sonrisa toca sus labios, haciéndolo más atractivo, sí eso fuera 129
posible.
—Sé que te gustan los espectáculos públicos, Firecracker, pero este no es el lugar.
Hablaremos de ello cuando llegue al hotel.
Entonces, él mira hacia adelante. Sentada aquí, estoy sorprendida por todo lo que acaba
de pasar. Pero sobre todo, sólo estoy sin palabras por la sensación de su mano sosteniendo
la mía.
Sabiendo que no quiero darle una razón para dejarla ir, no digo ni una palabra en todo
el viaje de regreso al hotel.
17
Lyla
Traducido por maka.mayi
Corregido por Liraz

Quince minutos después — Fairmont Hotel, Pittsburg.

Manteniendo un firme control de mi mano, Tom me lleva a través del lujoso vestíbulo
del Fairmont y directamente a un ascensor en espera. Aprieta el botón correspondiente a la
vigésimo tercera planta, su piso, supongo. Mi habitación está en el piso quince.
Sintiéndome desafiante, me inclino y pulso el botón que marcaba el quince.
Lo siguiente que sé, es que su cuerpo duro está presionando el mío, haciéndome
retroceder. No tengo más remedio que ir a donde él quiere y termino contra la pared del
ascensor.
Trato de armarme contra su delicioso aroma y contra la erección que puedo sentir
presionando en mi estómago. Pero mi cuerpo está en control y mi cuerpo ama a Tom Carter. 130
El deseo estalla en mi vientre y se estremece a través de mí.
Las manos de Tom suben a cada lado de mi cabeza, encarcelándome.
Sus labios se ciernen sobre los míos. Sus ojos se oscurecen, convirtiéndose en piscinas
de lujuria.
Mierda Santa.
—Bajas en tu piso, y tú y yo vamos a tener un problema aún más grande del que ya
tenemos. —Se chupa los labios.
Estoy distraída por la vista. Sólo sirve para aumentar la presión que siento entre mis
muslos.
—Tenemos que hablar, y tomando en cuenta nuestra trayectoria, podría llegar a
ponerse... ruidoso. —Sus ojos se encendieron con otro significado, enviando un escalofrío a
correr a través de mi cuerpo—. Tu habitación está al lado de la de Cale, pero la mía es la
única que hasta allí, así nadie nos escuchará.
Se aleja de mí con esa maldita sonrisa en su rostro. Se inclina contra la pared frente a
mí y cruza sus brazos sobre el pecho, mostrando esos increíbles bíceps que tiene.
—Además, tengo algo para ti en mi habitación.
Levantando una ceja, y cambio la dirección de mi mirada a la erección muy visible en
sus jeans.
Tom deja escapar una risa sexy.
—No es eso, bueno, no inmediatamente.
Ignorando el hormigueo lujuriosos que estoy sintiendo, le muestro mí dedo medio.
Se ríe de nuevo, esta vez más fuerte. Miro a mis pies para ocultar la sonrisa que está
forzando su camino en mis labios. Odio la forma en que puede llegar a mí de esta forma.
El ascensor no tarda mucho en detenerse en mi piso. Miro las puertas abiertas,
considerando mis opciones.
Tom es terco y quiero conseguir sacar algunas cosas de mi pecho con él, así que me
trague mi orgullo y dejé que las puertas se cerraran. Estoy esperando una réplica inteligente
por su parte, pero no dice nada.
Cuando lo miro, él está sonriéndome suavemente.
Hace que mi corazón se arrugue.
Muy pronto, las puertas se están abriendo en el vigésimo tercer piso. Sigo a Tom por
el pasillo. Se detiene frente a una puerta marcada como la Suite Presidencial.
Por supuesto que se está quedando en la mejor suite del hotel.
Desliza la tarjeta llave y abre la puerta.
—Después de ti.
Me sorprende su manera caballerosa, pero no dejo que se muestre. Camino por delante
de él y entro en su suite. Es preciosa y las vistas de la ciudad son impresionantes.
—¿Quieres algo de beber? —Pregunta.
Quitando la vista de mis ojos, deje caer el bolso sobre la mesa de café y me vuelvo para
encontrar a Tom ya en el minibar. Sabiendo lo exageradamente caras que son las bebidas del
minibar y lo enojada que estoy con Tom en este momento, me decido a pedir la cosa más
cara en él. 131
Me muevo a su lado, dejando un espacio de seguridad entre nosotros. Me inclino hacia
abajo y miro en la nevera. Dirijo mis ojos sobre la lista de precios. Excelente. Lo más caro es
una botella en miniatura de whisky Thomas Segal.
No me gusta el whisky, pero de todas formas digo:
—Voy a tomar el Segal y un cartón de pistachos.
Me obligaré a tragar la jodida bebida y cubriré el sabor con los frutos secos.
Sí, soy así de mezquina.
El cuerpo de Tom se endurece a mi lado.
—No. Te voy a comprar todo lo que quieras de aquí, pero no eso.
—¿Las nueces?
Frunzo el ceño.
—No. Segal. No voy a comprarte eso.
Inclino mi cabeza, para poder ver su rostro.
—¿En serio? ¿Después de la mierda que hiciste esta noche, me estás negando una
copa?
—No te voy a negar nada. Simplemente no te voy a comprar eso. —Su voz es dura.
—¿Qué demonios te pasa? —Grito. Al parecer, todavía estoy con ánimos para pelear
con él. Mis uñas están fuera y con muchas ganas de comenzar.
—Lyla —dice mi nombre como una súplica, sus dedos sostienen el puente de su
nariz—. Déjalo, por favor. Te voy a comprar todo lo que quieras, pero no eso.
Su voz suena diferente y extraña. Me mira. Sus ojos están suplicantes. Se ve triste. Toda
la rabia en mí se disipa.
No entiendo por qué comprarme esa bebida le pone triste.
Curiosidad de lado, no insisto, pero decido dejarlo.
—En realidad, podría hacer esto con la cabeza clara. Voy a tomar una Coca-Cola
dietética.
Su cuerpo se relaja. Me alejo de él, pero lo oigo suspirar en voz baja y dejándome aún
más confundida en cuanto a lo que era eso exactamente.
Me siento en el sofá y miro las luces parpadeantes de la ciudad que nos rodea.
Tom lleva dos latas de Coca-Cola y un contenedor de pistachos para mí. Los pone
sobre la mesa y toma asiento a mi lado.
Me inclino hacia delante, abro mi lata y tomo un trago. Mi garganta está un poco seca
de tanto gritarle a Tom esta noche. En este momento, se me ocurre que nunca le he gritado
a alguien tanto como lo hago con Tom. Nadie ha conseguido meterse bajo mi piel como él
lo hace, sexualmente o por enojos. Y realmente no sé qué significa.
Bajando la lata, me retuerzo en mi asiento para mirarlo.
—Así que, ¿vas a explicar el comportamiento de hombre de las cavernas?
Se vuelve hacia mí, subiendo la pierna sobre el sofá, que presiona gentilmente contra
mi muslo. Cada partícula de mi cuerpo se agudiza por la parte de mí que su cuerpo está
tocando.
—No lo lamento. 132
Eso trae mi atención de vuelta a él.
—Haría lo mismo otra vez, si se presenta la misma situación. El tipo es un idiota.
Me paso una mano por el cabello.
—Apenas lo conoces.
—Conozco lo suficiente.
—Me gustaba, pero has ido y has arruinado eso ahora.
No sé por qué no le digo que estaba interesada en Robbi sólo como amigo.
Está bien, si lo sé. Es porque tendría que explicar por qué besé a Robbi. Y eso
significaría decirle a Tom que lo hice como una reacción, porque estaba celosa porque él
estaba besando Ashlee.
Sus ojos se estrecharon.
—Pensé que no estabas pendiente de los hombres. Así que, ¿por qué no estás lejos de
él? ¿Por qué darle un beso?
Mierda. ¿Cómo puedo responder a esto?
—Yo... —Mi boca se seca—. No estaba en él —le digo lentamente. Recojo una pelusa
imaginaria de mi vestido, para poder evitar su mirada pesada—. No sé por qué le di un beso.
Mentira, mentirón, se te quema el pantalón5.
Tom agarra mi mano en la suya y pasa la yema de su pulgar sobre la palma de mi mano.

5 Liar, liar, pants on fire: referencia de un poema del siglo XIX, escrito por William Blake, lleva el título de
«El Mentiroso».
—Querías darme celos.
—¡No! —Yo arranco mi mano de la suya.
Se inclina hacia delante, metiéndose en mi espacio.
—¿Por qué no puedes decir la puta verdad? ¿Por qué no puedes admitir que me quieres
y terminas con esto?
Porque soy una cobarde.
Lo miro, al ver la frustración grabada como líneas en su rostro. Pero entonces, en las
profundidades de sus ojos, veo un destello de dolor.
¿Estoy haciéndole daño? No quiero hacerle daño.
Con los labios temblorosos digo:
—Bien. ¿Quieres la verdad? Es porque me asustas. Esto… —hago un gesto entre
nosotros—, sea lo que sea, se siente intenso. —Mi voz se calma—. Y lo intenso me asusta
muchísimo.
Algo cruza su frente y sorprendentemente, se pone de pie y de espaldas a mí.
Me deja sintiéndome bien abierta y vulnerable.
—¿Quieres saber por qué asusté a Robbi? —Su voz es baja. Se vuelve a mirarme.
—Por supuesto que sí.
—Por dos razones. Cuando te digo la primera, sabrás que no quiero hacerte daño de
ninguna manera. La última cosa que querría hacer alguna vez es herirte.
Mi estómago empieza su caída libre. 133
—Pero necesitas saber la verdad, para que te mantengas alejada de ese imbécil. —Se
frota la frente.
Me siento un poco más erguida, mi estómago formando bolitas de tensión. Estoy
preocupada por lo que va a decir.
—El contrato para The Turnstiles está en el momento de renovación y Rally no lo va
a hacer.
Le doy una mirada confusa.
—¿Por qué no renovará Rally su contrato? The Turnstiles están haciéndolo muy bien.
Tom niega con la cabeza.
—No tanto como quiere Rally que lo estén haciendo. Conoces lo idiota que es y lo
salvaje que puede ser con sus decisiones. Cualquier cosa es prescindible si no le está
funcionando.
Incluso su hija.
Sé que está pensando lo mismo. Lo veo en sus ojos.
—Cuando supe que Robbi estaba haciendo un movimiento contigo, hice que fuera mi
trabajo saber que trama. Resulta que su gira es un acto desesperado. Ellos están afrontado el
efectivo para la gira por sí mismos. Por suerte, se me ocurrió pasar por el camerino de Robbi
antes y le oí hablar con alguien por teléfono. —Toma una respiración profunda—. Lyla,
cuando te digo esto, estoy diciéndolo de corazón y tienes que saber que es un gilipollas Robbi
hambriento de fama que hará cualquier cosa para llegar a donde quiere estar.
Empiezo a sentirme un poco enferma. Pongo rígida mi columna vertebral y me
endurezco.
—Sólo escúpelo. Sea lo que sea, estoy segura de que puedo soportarlo.
Se pasa la mano por el cabello y me mira con ojos cuidadosos.
—Robbi sabe que eres la hija de Rally. Buscaba estar contigo para que lo ayudes con
su carrera. Le oí diciéndole a quienquiera que sea con el que estuviera hablando por teléfono
que iba a entrar suavemente en tu vida y que te enamoraras completamente de él, por lo que
te gustaría hablar con tu papá para que mantuviera la banda en su sello.
Trague rocas. La humillación me inundó. Me pongo de pie y sacudo la cabeza.
Necesitando protegerme a mí misma, digo:
—Debes haber oído mal. Fuera de mi círculo, casi nadie sabe que Rally es mi padre.
Me he asegurado de eso. Robbi no podría saberlo.
Tom me da una mirada triste.
—Lo sabía, Ly. Lo siento.
Mi humillación se convierte rápidamente en ira. Levanto la barbilla y cuadro mis
hombros.
—No necesito tu maldita compasión. Obviamente, Robbi no hizo su tarea
adecuadamente porque Rally no podría dar una mierda por mí. No es como si alguna vez me
hubiera escuchado. —Dejé escapar una risa seca—. No sería capaz de influir en una mierda
sobre lo que sucede a la banda de mierda de Robbi.
Tom no dice nada. Sólo se queda mirándome fijamente.
Estoy empezando a sentir que voy a romper. Toda la noche se derrumbó sobre mí.
No me gusta cómo los hombres tienen la capacidad de hacerme daño tan 134
condenadamente fácil.
Odio lo débil que soy.
Más que nada, odio cómo me mantengo invitándoles a hacerlo.
Fui tan estúpida al dejar entrar a Robbi. Dios, dejé que me besara y todo el tiempo, fui
sólo un medio para un fin para él.
Pero Tom me salvó.
Mi corazón late por él. Entonces, recuerdo rápidamente su lengua enredada con la de
Ashlee.
El dolor me aguijona. Tengo que largarme de aquí. Todo esto es demasiado.
—Bueno, si eso es todo, me iré.
—No he terminado. —La voz áspera de Tom me mantiene donde estoy.
Moviéndose rápidamente, cierra la brecha entre nosotros.
De repente, todo se reduce a este momento. Para él y para mí.
Deseo explotando entre nosotros como una bomba sucia.
No hay nada más que ardiente calor y tensión sexual. Con gusto a nada que alguna vez
haya sentido antes.
Es una sobrecarga sensorial total.
Él es perfecto y hermoso. El deseo se enrosca en mi vientre. Mis manos pican por
tocarlo.
—Dije que había dos razones por las que arrastré a Robbi fuera de ti. La segunda, si te
soy sincero, es la razón principal. —Toma una respiración entrecortada—. No podía
soportar verte con él.
—Tú besaste a Ashlee.
Niega con la cabeza lentamente.
—No, ella me besó. Y no hice mucho más que dejar que me besara. Simplemente no
quiero herir sus sentimientos. Me aparté suavemente. Le dije que estaba enamorado de otra
persona. Pero no esperaste para ver esa parte.
—¡Oh, lo siento, no me quedé alrededor para ver cómo le chupabas la cara a Ashlee!
Sus cejas se juntaron. Sus ojos de jade se oscurecieron con la ira.
—Basta, Lyla. —Su voz es tan dura y dijo las palabras con tanta fuerza que pone firme
todo mi cuerpo.
Sólo esas dos palabras y yo estoy lista. Me encanta la forma en que su voz de mando
me hace sentir.
Caliente. Realmente caliente.
El calor está lamiendo arriba y abajo de mi cuerpo. Y estoy tan húmeda que es
vergonzoso.
—La única mujer que quiero ahora mismo eres tú —dice, con la voz ronca—. No
puedo dejar de pensar en ti. Lo que se sentirá estar dentro de ti. Dios, Ly, no puedo dejar de
imaginar lo dulce que tu coño sabrá en mi lengua.
Mierda. 135

Tom habla sucio bastante bien.


Realmente bien. Actualmente soy un charco en el suelo.
Su mano se acerca y agarra mi barbilla, forzando mis ojos en él. Dios mío, sus ojos
están en llamas.
Ojos oscuros recorren mi rostro, deteniéndose en mi boca. Un destello de ira se mueve
a través de ellos.
—Dejaste que te besara. —La almohadilla de sus pulgares presionaron contra el centro
de mis labios.
Trague.
Tom mueve el pulgar sobre mis labios mientras elimina la barra de labios restante,
borrando cualquier rastro del beso de Robbi.
Mi cuerpo empieza a temblar. La intensidad del momento es mi dueño.
Él es mi dueño.
Sus ojos se mueven hasta la mía. La mirada en ellos tiene mis pezones apretados y
disueltas mis bragas.
Mi cuerpo está golpeando niveles de deseo que ni siquiera sabía que existían hasta este
momento. Hasta él.
—Eres mía —gruñe, haciendo un sonido lleno de la agonía más dulce. Entonces, me
besa, caliente y duro—. Nadie puede tocarte más yo —respira acaloradamente en mi boca—
. ¿Lo entiendes?
La intensidad de él, la sensación de él besándome, ha frito todas mis células cerebrales.
No podría discutir si quisiera.
Y no lo hacía.
He renunciado a la lucha contra esta cosa entre Tom y yo. Le estoy entregando todo
el control de mi cuerpo a él. Por esta única noche, dejaré que Tom obtenga todo de mí para
que haga lo que desee.
Y mañana, después de que haber hacernos el amor mutuamente fuera de nuestros
sistemas, las cosas volverán a ser como eran.
—Lo entiendo —respiro.

136
18
Tom
Traducido por mari65
Corregido por Liraz

Cinco minutos después — Hotel Fairmont, Pittsburgh

—Tom, necesito que me folles… ahora —gime Lyla.


Estoy pasando mi lengua por su garganta, dirigiéndome a esa sexy pero frustrante boca
suya, y mi polla casi estalla fuera de mis pantalones.
Jesucristo.
Casi no puedo creer que esto esté pasando. Sigo esperando a que me empuje y corra
lejos de mí otra vez, pero no lo hace. Y ahora, me está pidiendo que la folle.
Cristo, quiero follarla.
Más de lo que nunca he querido follar a una mujer antes, pero… 137
—No quieres hacer esto conmigo.
¿Qué?
Vale, sé que sueno como un marica, pero ella está dolida desde el truco que hizo ese
idiota de Robbi. No importa cuánto quiera follarla, de verdad me preocupo por ella, y no
puedo tener sexo con ella mientras está lastimada. No estaría bien.
La última cosa que quiero es que ella se arrepienta de follarme.
Intentando mantener mi control, hundo mis dedos en su cintura. Pero todo lo que
hace es ponerme tan duro que siento la suavidad de su piel debajo de la tela de este
jodidamente-caliente vestido que lleva puesto.
—Firecracker, necesito que me digas la verdad. ¿Estás haciendo esto porque Robbi te
hizo daño? ¿O porque de verdad me quieres?
Me mira con despreocupación.
—No estoy herida, Tom. Estoy caliente.
Le doy una mirada.
—Solamente no puedo seguir haciendo esta mierda del tira-y-afloja contigo, Ly.
Sus ojos se suavizan. Descansa su mano en mi pecho. Mi corazón está latiendo como
un hijo de puta debajo de su palma.
—¿Es esto lo que hago? ¿Un tira y afloja contigo?
Mis ojos se estrechan.
—Sabes que lo haces.
Sus dedos agarran mi camiseta mientras sus ojos bajan.
—¿Te he… hecho daño?
Dejo salir una risa corta.
—No, no me has hecho daño. Sólo me confundes como el infierno, así es que quiero
asegurarme de que estás haciendo esto por la razón correcta —no porque te sientes herida y
cabreada con algún idiota que no fue lo suficientemente inteligente para ver tu verdadero
valor.
Sé que normalmente reacciona mal cuando está enfadada. Lo entendí alto y claro
cuando besó a Robbi porque pensó que me gustaba Ashlee.
—No quiero que te arrepientas de tener sexo conmigo.
¿Por qué sigo hablando?
Ahora, en realidad sueno como si estuviera intentando hacerla salir de esto.
La tengo justo donde literalmente he soñado con tenerla durante meses. Estoy a
minutos de estar dentro de ella, y mis labios jodidamente no dejan de abrirse.
En serio necesito aprender a malditamente callarme.
Ella sube poco a poco, cerniendo su boca sobre la mía. Sus labios susurran:
—Me arrepentiré si no lo hago. Lamento huir de ti cuando estuvimos en la habitación
el otro día. No quiero más arrepentimientos, Tom. Sé que me quieres. Puedo sentirlo. —
Baja su mano, envolviendo sus delicados dedos alrededor de mi polla cubierta por los jeans.
Mis ojos se ponen en blanco. Parece que no puedo conseguir una respiración
constante. Mis pulmones están llenos de ella. Está en todas partes… a mí alrededor, sobre
mí, en mí. 138
Nunca me había sentido así con una mujer. Realmente necesito conseguir un agarre y
recuperar un poco de control.
Raspa sus dientes sobre mi labio inferior. Lo siento en todos lados.
—Quiero esto… te quiero a ti. Más de lo que he querido a ningún hombre antes.
Quiero que me folles, Tom… por favor.
El sentirla y el sonido de su sexy voz rogándome que la folle quiebran mi control.
Sumerjo mis dedos profundamente en su cabello y estrello mi boca en la suya.
Soy un hombre poseído. Descoordinado y fuera de control. Mi lengua está follando su
boca. No hay restricción ni paciencia. No puedo conseguir suficiente de ella. Semanas de
frustración reprimida por quererla a ella por tanto maldito tiempo explotan y son canalizadas
en este único beso.
Si sigo así, esto terminará en unos minutos.
No puede terminar en unos minutos.
Mis dedos encuentran el dobladillo de su vestido sexy, y lo empujo por encima de sus
caderas.
Agarrando su culo en mis manos, la elevo del suelo, nuestras bocas siguen fusionadas.
Sus piernas se enrollan en mis caderas, y sus manos tiran de mi pelo mientras gime en
mi boca.
Conozco el sentimiento, nena.
Es como que estoy trepando de mi piel a la suya. No puedo conseguir suficiente…
estar lo suficientemente cerca de ella.
Esto es una locura. Nunca me he sentido así por una mujer.
Siempre estoy en control. Me tomo mi tiempo. Las mujeres me ruegan para que se lo
dé.
Pero esto… esto se siente como que soy yo el que le está rogando a ella. Quizás no
debería estar diciendo esto, pero mi cuerpo seguro como el infierno que lo está haciendo.
Recuperando un poco de control, me empiezo a mover hacia la habitación,
quitándome mis zapatos mientras lo hago. La tumbo en la cama, posicionándome entre sus
muslos. Todavía no hemos roto nuestro beso. Bueno, quizás besarnos es una palabra
demasiado buena para lo que estamos haciendo. Básicamente nos estamos follando con la
boca.
Finalmente parando para respirar, rompo el beso. No importa cuánto quiera seguir
besándola, quiero incluso más verla desnuda.
Miro hacia abajo a ella. La única luz viene desde el salón, pero todavía puedo ver que
sus ojos miran con lujuria.
—Te quiero —murmura, sin aliento, mientras sus grandes ojos parpadean hacia mí.
Finalmente es mía.
Saberlo me hace querer golpear mi pecho y agradecer a los dioses.
—Me tienes —digo—. Me has tenido por un largo tiempo.
Me pongo sobre mis rodillas. Sentado sobre ella, alcanzo su vestido. Ella se sienta,
permitiéndome quitarlo. Tengo que tirar un poco alrededor de sus pechos porque el vestido
parece estar atascado, y cuando lo hago, oigo ese extraño sonido de rasgado. 139
Mierda, ¿he roto su vestido?
Lo que sea. Si tengo que hacerlo, le compraré uno nuevo. Le compraré un millón de
vestidos si esto significa que finalmente consigo estar dentro de ella.
Dejo caer su vestido en el suelo, y cuando miro hacia atrás, veo —bueno, no lo que
esperaba ver.
Lyla está mirando hacia abajo a sus tetas como si estuviera quitando algo de ellas.
Mi cabeza se inclina hacia un lado.
—Um… ¿qué coño estás haciendo?
Sus ojos suben hasta los míos, y sus mejillas se sonrojan.
—Cinta en mis tetas. —Arruga su nariz mientras sostiene un trozo de cinta adhesiva
entre su pulgar y su índice.
Se ve tan jodidamente adorable ahora mismo.
—Tengo que mantener a mis chicas en su lugar de alguna forma —se encoge de
hombros, dejando escapar una risa dulce.
Me río, sacudiendo la cabeza, mirándola, mientras ella se despega otro pedazo de cinta
para pezones. Espero como el infierno que sea la última pieza, porque no sé cuánto tiempo
más puedo mantener mis manos para mí mismo.
Ella hace bolas con los trozos de cinta y las tira al suelo.
—Listo. —Me da una sonrisa sexy mientras empuja su pecho contra el mío—. Son
todo tuyas.
Me río de nuevo. Entonces, miro hacia abajo a sus tetas, y toda risa se va de mi boca.
Perfección. Perfección absoluta. Justo como pensé que sería. Grande. Real. Alegre.
Con pezones rosas esperando que les preste la atención que se merecen.
Extiendo la mano y sostengo sus tetas en mis manos.
Se sienten tan bien como se ven. Ajuste perfecto para mis manos, como si estuvieran
hechas sólo para mí. Pesadas y muy reales. Después de demasiado tiempo sosteniendo tetas
falsas que parecen ser lo normal en LA, no puedo esperar para envolver mi boca alrededor
de estas bellezas.
Lamo mis labios al pensarlo.
Ella se arquea ante mi toque.
—¿Te gusta lo que ves?
Levanto mis ojos para encontrar los suyos viéndose lujuriosos y sexys como el infierno.
Ella es la perfección.
Sonriendo, le digo:
—Sin lugar a dudas. —Lamo mis labios otra vez, sintiéndolos repentinamente secos—
. En serio tienes las mejores tetas que he visto en mi vida. In-jodidamente-creíbles. Podría
mirarlas todo el día y no aburrirme ni una vez.
Ella deja escapar una risa ronca, haciendo que se agiten en mis manos.
Ella se apoya en sus codos y levanta la barbilla.
—Desnúdate. Ahora. —Sus ojos me están mirando con determinación.
Normalmente no me gustan las órdenes de las mujeres. El dormitorio es mi dominio. 140
El sexo siempre va a mi ritmo. Pero no quiero hacer nada que pueda arruinar esto o
desencadenar su loca boca, así que me callaré esta vez. La tengo donde la he querido durante
mucho tiempo, y ella es actualmente flexible, así que voy a disfrutar de ella y hacer lo que le
pide.
Sin embargo, soy un poco reacio a dejar de lado a estas bellezas ahora que por fin las
tengo en mis manos.
Dándoles un último apretón, sonrío.
—Con mucho gusto, cariño.
Me quito mi camisa, dejando que se una a su vestido en el suelo. Cuando veo la mirada
en sus ojos mientras me mira fijamente, me da la sensación que nunca he tenido antes.
Ella no me está mirando de la misma manera que otras mujeres cuando saben que
están a punto de ser folladas por mí.
Cuando una mujer tiene sexo conmigo, está teniendo sexo con mi banda, mi nombre,
dándose notoriedad. Ella puede decir que fue follada por Tom Carter de TMS.
No es que yo no use a las mujeres de la misma forma.
Pero Lyla no me está mirando de esa manera.
La única cosa en sus ojos soy… yo.
Me mira como si le importara —a ella. Como si esto fuera real.
Entonces, se encuentra con mis ojos, y algo pasa. No estoy seguro de qué es
exactamente, pero sea lo que sea, aprieta sus manos alrededor de mi pecho, haciendo que
mis pulmones quemen y mi corazón lata como una perra.
Entonces, sonríe y sus ojos se mueven por mi pecho, en dirección al sur. Casi exhalo
de alivio.
Observo mientras su mirada golpea mi polla, que se está apretando contra mis jeans,
desesperada por salir y entrar en ella.
Sus ojos se abren.
Sonrío.
Con esto puedo trabajar.
Agarrando mi polla, me aprieto el jeans con más fuerza contra ella, dándole una idea
del tamaño que está a punto de atravesarla.
Hay un parpadeo nervioso en sus ojos. Se muerde el labio. Entonces, levanta su mirada
a la mía. Tengo que contener la risa cuando veo la fuerza de su determinación en su mirada.
—Desnudo —reitera.
Una vez más haciéndole caso, me pongo de pie.
De pie en la cama, un pie a cada lado de sus caderas, me desabrocho mis jeans y los
empujo hacia abajo más allá de mis caderas, dejando que mi polla salte libre.
Con sorpresa, su boca forma una O perfecta, mostrándome su boca para mamadas, la
cual voy a estar poniendo en uso muy pronto.
Ella está o bien impresionada por el hecho de que he estado sin ropa interior toda la
noche, o bien sorprendida por el tamaño real de mi polla.
No soy lo que llamarías... pequeño.
141
—¿Te gusta lo que ves? —Sonrío.
Sus ojos abiertos me miran. La veo parpadear de vuelta a la realidad, y contengo la risa
que siento.
Alzando su ceja, arrastra su lengua por su labio inferior.
—Sí, me gusta lo que veo… mucho.
Jesús. Eso casi me lleva de rodillas.
Mi polla salta, palpitando contra mi estómago.
Miro hacia su coño.
—Quítate las bragas, Firecracker. Ahora.
Ella prácticamente salta ante la orden en mi voz. Me gusta que lo haga. Esto funcionará
bien para futuras folladas. Moviendo las piernas de entre las mías, se quita esas botas sexys.
Disfruto del sonido de ellas golpeando el suelo.
Mis ojos están fijos en sus manos, mirando absorto mientras desliza sus bragas fuera.
Perfecta. Sólo jodidamente perfecta.
Ella es rubia allí, también. Recortado exquisitamente. Una pista de aterrizaje sexy.
Un gatera simplemente esperando mi entrada.
Gracias, Dios.
Dejé a mis ojos vagar.
Mi polla se endurece aún más a su vista no adulterada.
Cabello rubio y largo derramado sobre hombros delgados. Ojos impresionantes. Piel
cremosa y suave. Tetas perfectas.
Entonces, una ola de ira me golpea. Me ha querido todo este tiempo, pero me ha estado
negando, manteniendo su increíble cuerpo lejos de mí.
—No me vuelvas a decir que no de nuevo.
Ella inclina la cabeza hacia un lado, con una sonrisa insegura en sus labios.
—Vale...
Elijo ignorar la falta de certeza en su voz.
Reflejándola, ladeo mi cabeza hacia un lado.
—Realmente debes estar desnuda todo el tiempo, sabes.
Echa la cabeza hacia atrás y se ríe. El sonido hace que mi polla duela.
—En serio eres jodidamente caliente, Firecracker.
Dobla un dedo hacia mí. Me pongo de rodillas y me arrastro por su cuerpo. Incapaz
de permanecer lejos ni un segundo más, aplasto mi boca contra la suya.
Gime con un sonido de placer absoluto. Lo siento bajo mi piel, como una droga
cayendo en mis venas.
Sus labios se parten en un suave gemido. Deslizo mi lengua dentro de su boca.
Sosteniendo su cabeza entre mis manos, tomo el control del beso, profundizándolo. Me estoy
tomando mi tiempo, disfrutando de la sensación de su sexy lengua deslizándose contra la
mía.
Entonces, ella envuelve su mano alrededor de mi polla. Se sacude con su toque. Y lo
mismo ocurre con mi control antes de que se rompa.
142
Nuestras bocas se ponen a ello, duro y rápido.
Mierda, si sigo así, va a terminar antes de que comience.
Dejando su boca, beso a través de su mandíbula hasta su cuello, y me deslizo por su
cuerpo hasta llegar a esas hermosas tetas que tiene.
Con la lengua en su pezón, lo lavo, lamiendo y chupando, bajando en su dulce sabor.
Lyla se arquea hacia arriba, empujando en mi boca, ofreciéndose a mí.
Con ganas de jugar un poco, me alejo.
—Tom, por favor... —gime, sus manos agarrando mi pelo mientras trata de guiarme a
donde quiere.
Me encanta lo mucho que lo quiere... que me quiere.
Soplo ligeramente sobre su húmedo pezón, y luego tomo una de sus perfectas tetas en
mi boca. Lamo, chupo y muerdo hasta que su pezón se distiende, y ella se está retorciendo
salvajemente debajo de mí.
Su coño está mojado y frotándose contra mi muslo, consiguiendo lo que voy a darle
tres veces antes de que termine la noche.
Levanto mi cuerpo ligeramente y deslizo mi mano entre sus piernas.
Ella se sacude ante mi tacto.
—Jesús, Ly —gimo—. Estás empapada.
Sabía que estaba mojada, pero esto es más allá de caliente. Prácticamente gotea en sus
muslos por mí.
Deslizo mi dedo a través de sus pliegues y encontró el nirvana cuando empujo en su
coño.
—Joder —silbo, sintiendo su increíblemente apretado coño poner freno contra mi
dedo.
Ella no ha sido follada desde hace tiempo. He estado en el interior de suficientes
mujeres para saberlo.
No es de extrañar que esté de tan mal humor todo el tiempo. Ella es una caliente bola
de frustración.
Mi plan es aliviar esa tensión muy pronto. Ella tendrá una sonrisa como la del Joker en
el momento en el que haya terminado con ella.
Me inclino y beso suavemente sus labios.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que fuiste follada? —Murmuro
mientras sigo deslizando mi dedo dentro y fuera de ella.
Su cuerpo se pone rígido. Sé que ella está a punto de retirarse.
Capturo su mirada.
—No corras. Es sólo una pregunta. No hay agenda oculta. Sólo quiero saber cuántos
orgasmos se te debe... porque estoy dispuesto a pagarlos.
Pensamiento rápido ahí, Carter.
Parpadea hacia mí, con los ojos muy abiertos e inseguros.
—¿Cuánto tiempo, bebé? —Paso mi lengua por su labio inferior antes de pellizcarlo
con mis dientes. 143
Su cuerpo se suaviza en mis manos.
Exhala un ligero aliento.
—No es un tiempo muy largo... diez meses. No he estado con nadie desde...
Desde que ese hijo de puta le rompió el corazón.
Y en serio, diez meses es jodidamente mucho tiempo para estar sin sexo. Estoy sin él,
y está matándome. Pero eso es mayormente por ella.
Presiono otro beso en sus labios mientras hago rápidos cálculos en mi cabeza.
—Se te deben seiscientos orgasmos —murmuro en su boca.
Echándose hacia atrás, me mira como si estuviera loco.
—¿Cómo sabes eso?
—Diez meses secos, con un promedio de treinta días cada mes. Eso es dos al día…
—¿Dos?
—El mínimo necesario cuando estás conmigo, nena. —Le guiño.
Ella se ríe, y sus tetas se agitan, llamando mi atención de nuevo hacia ellas.
Descendiendo, las ahueco con mis manos y presiono un beso entre ellas.
—Entonces, eso es treinta veces dos. Sesenta orgasmos en diez meses son igual a
seiscientos.
—Puedes contar rápidamente.
—No soy sólo una cara increíblemente bonita.
Desliza sus dedos en mi cabello.
—Estoy empezando a darme cuenta de eso.
Sintiendo una presión en mi pecho de nuevo, lo ignoro y empiezo a lamer un camino
entre sus tetas.
—Seiscientos —ronronea—. Eso es un montón de orgasmos.
—Podría cumplirlo en un mes —murmuro sobre su piel.
—Eso es todo un reto.
—Es un camino fácil para mí.
—Tom, te das cuenta de que me he estado viniendo por mí misma durante los últimos
diez meses, ¿verdad?
Dejando caer mi cabeza en su pecho, gruño.
—Jesús, ojalá hubiera estado allí para verlo. —O al menos ayudar—. Levanto mi
cabeza—. Por favor, ¿dime que me estabas imaginando cuando te estabas viniendo?
Ella levanta una ceja sexy y pellizca sus labios con los dientes.
—Tal vez... una o dos veces.
—Jesús jodido Cristo —me quejo, dejando caer la cabeza hacia atrás contra su pecho.
El sonido y la sensación de su risa traen una sonrisa a mis labios.
Mi cabeza vuelve a subir con un pensamiento.
—En el mundo de los orgasmos, sabes que la auto-ayuda no cuenta, ¿verdad?
Ella niega con la cabeza, sus ojos brillando.
144
—No sabía eso.
Se muerde ese maldito labio otra vez, haciendo que me den ganas de morderlo y más.
Tomo su labio entre mi pulgar y mi dedo, liberándolo. Sus ojos se oscurecen.
—Seiscientos orgasmos, Firecracker. Sólo piénsalo...
Hay este momento entre nosotros. Algo sucede, algo que nunca he sentido antes. No
soy muy seguro de lo que es.
Ella deja escapar una risa.
—Todo bien en teoría, pero ambos sabemos que esto sólo va a suceder una vez. Es
una lástima, porque yo sin duda tengo ganas de seiscientos orgasmos.
Sus palabras se pegan en mi garganta.
Una vez.
No puedo sólo follarla e irme. Aparte de romper mi promesa al gran hombre de arriba,
el pensamiento de una vez con ella no parece suficiente.
Tengo que mantenerla... por un tiempo al menos.
Dejando todos los pensamientos y la charla detrás, me arrastro por su cuerpo.
Separando sus muslos, me establezco entre ellos y levanto una pierna, enganchándola en mi
hombro. Bajando mi boca hacia su coño, levanto mis ojos y encontró su mirada fija en mí.
—Quédate exactamente así. Quiero que veas todo el tiempo que te estoy lamiendo
hasta que te corras alrededor de mi boca. Cierra los ojos, y no te vendrás. ¿Entiendes?
Su lengua se desliza por su labio inferior, y asiente.
Me encanta cuán flexible es bajo mis manos. Parece que el sexo es lo que hace a Lyla agradable.
—Buena chica.
Presionando mi nariz y boca contra su coño, inhalo. Dios, ella huele tan jodidamente bien.
En este momento, me gustaría haber mantenido ese argolla que solía tener en la lengua.
Me deshice de él porque me estaba volviendo loco, pero sé que la sensación de él la habría
vuelto loca.
Supongo que tendré que hacer algo de magia extra sólo con mi lengua.
Inclinando mi cabeza un poco hacia atrás, saqué mi lengua, y lamí su coño hasta que
llegué a su clítoris.
Su cadera se sacudió, y gritó en voz alta en el instante en el que hice contacto con su
clítoris.
Me encanta su reacción. Y me impulsa más.
Repito el movimiento unas cuantas veces más hasta que se retuerce, empujando contra
mi boca.
Entonces, sólo lo pierdo. Me pierdo en ella.
Lamiendo y chupando duro, sumerjo mi lengua dentro de su coño, bajando en la
sensación de sus manos tirando de mi pelo. Estoy literalmente follando en seco el colchón
al mismo tiempo que el movimiento de sus caderas mientras ella se mece en contra de mi
boca.
Su voz se entrecorta, maldice y grita mi nombre.
Ella es vocal, y eso es muy caliente.
Sus ojos se han quedado en mí todo el tiempo, justo como le dije... justo hasta que ese 145
férreo control suyo cae. Entonces, está explotando en mi boca... gritando mi nombre.
La satisfacción absoluta que siento ante su reacción ante mí no se parece a nada que
haya sentido antes.
Me siento embriagado.
Lleno de ella y aún no lo suficientemente lleno.
Me siento como un maldito rey.
Fuera de la cama, agarro mis jeans del suelo, consiguiendo un condón de mi cartera.
Me ve poniéndomelo, sus ojos codiciosos en mi polla, así que me aseguro de dejarla
disfrutar del espectáculo.
Cuando estoy cubierto, vuelvo entre sus piernas listo para conseguir ese home run.
—Te necesito dentro de mí —susurra sin aliento.
Tomo sus dos manos y las muevo hacia arriba sobre su cabeza, sujetándolas a la cama.
Bajo mi boca a la suya, los labios apenas tocándose.
—Voy a follarte tan duro que no vas a saber por dónde empiezas tú y dónde termino
yo.
Entonces, lamo un camino a lo largo de sus labios mientras provoco con mi polla su
entrada resbaladiza.
—Pídeme follarte.
Sus ojos se encuentran con los míos.
—Fóllame, Tom.
—Di por favor.
—¡Por favor, Tom! —Grita—. ¡Sólo fóllame! ¡Ahora!
En un rápido movimiento, me introduzco en su interior. Estoy bastante seguro de que
pierdo la conciencia durante unos segundos. Ha pasado demasiado tiempo desde que he
estado dentro de una mujer, y Lyla se siente como nada que haya sentido antes.
Estrecha. Tan apretada, caliente y perfecta.
Me zumban los oídos, mi sangre bombea y mi corazón late con fuerza. Estoy a punto
de estallar fuera de mi piel.
Y estoy tan cerca de venirme que ni siquiera es gracioso.
Deslizo una mano por su muslo.
—Envuelve tus piernas a mí alrededor. —Pone sus piernas a mí alrededor, sin hacer
preguntas.
Me encanta cuán controlable es en la cama. Tal vez sólo la mantendré encerrada aquí todo el
tiempo.
Ahora, esa es una idea.
—Tom... por favor —gime.
Me salgo de ella lentamente y luego de golpe hacia adentro de nuevo.
—Oh Dios. —sus ojos se cierran, y arquea su espalda, empujando sus tetas en mi
pecho.
Bajo la cabeza y chupo su pezón con mi boca, fuerte. 146
—¡Santa mierda! —Llora, sin aliento—. ¡Más fuerte, Tom! ¡Fóllame más fuerte!
Y me deshago.
Empiezo a follarla como si no hubiera un mañana. La levanto de la cama con cada
dura embestida. El sonido de mi piel abofeteando la suya me está llevando más cerca del
borde.
Puedo sentir su estrechez alrededor de mi polla. Está lista para venirse, lo que es un
jodido alivio porque estoy unos dos segundos detrás de ella.
Llevo una mano entre nosotros y froto mi pulgar sobre su clítoris.
—Dos orgasmos, Ly —murmuro sobre su boca antes de capturarla en otro beso—.
Dámelo. Ahora.
—Oh Dios... Tom... Tom...
Presiono mi pulgar contra su clítoris, luego, está gritando mi nombre y el de Dios, y
un montón de maldiciones mientras su cuerpo se derriba.
Jodidamente me encanta cuán vocal es. Es muy sexy.
Soy veloz cuando me muevo sobre mis rodillas. Me agarro de sus caderas, tirando de
ella hacia mí, y luego me pongo a golpear mi camino a casa. Bombeo dentro y fuera —una,
dos veces— mientras mi saco golpea su culo caliente, y luego...
—¡Lyla! ¡Mierda!
Me vengo más duro de lo que me he venido antes.
Me caigo encima de ella, mi cuerpo retorciéndose con réplicas.
Todavía dentro de ella, descanso sobre mis codos, quitándole mi peso de encima. Sus
ojos están vidriosos, y tiene una sonrisa linda y torpe.
—Ha sido increíble —respira. Levanta su mano hasta mi cara y pasa sus dedos por mi
mejilla.
—Por supuesto que lo ha sido. —Le doy una sonrisa arrogante.
Se ríe. El sonido tiene a mi polla levantándose de nuevo con atención.
Incluso ella parece no tener bastante de ella.
La estoy mirando. Ella me está mirando.
Entonces, veo el cambio en su expresión.
—Debería irme —dice.
¿Qué coño?

147
19
Tom
Traducido por Blanca20011983
Corregido por Cecilia

Un segundo después — Fairmont Hotel, Pittsburgh

—¿Qué? —Yo frunzo el ceño, los ojos enfocados.


Todavía estoy dentro de ella, y ella está hablando de salir. Eso es por lo general mi
línea. ¿Me he perdido algo?
Ella me da una mirada cautelosa.
—Yo debería, eh... salir e ir a mi habitación.
Estas son las palabras que siempre quiero oír de una mujer, pero nunca lo hacen. Si lo
hice, hubiera sido como cantar. Pero escucharlo de Lyla...
Sí, no es genial. 148
De hecho, me siento un poco... utilizado.
¿Qué carajo? ¿Me ha crecido una vagina? ¿Me he convertido en Jake o Denny?
Jesucristo. Ella me está convirtiendo en un hombre al que apenas conocía.
Deslizo mi polla semidura de ella y me quito el condón antes de tirarlo a la basura junto
a la cama.
Miro de nuevo a ella. Ella no me está mirando. Sus ojos están mirando por la ventana.
Hay algo persistente dentro de mí, como un dolor en el pecho. Entonces, me doy
cuenta de que el dolor está ahí porque no quiero que se vaya. Todavía no de cualquier manera.
No quiero que se vaya porque... bueno, porque no he tenido mi ración de ella todavía.
No he terminado de follarla.
Sí, es por eso que mi pecho duele como una perra.
—No va a pasar —le digo con firmeza—. Yo no he terminado contigo todavía.
Sus ojos se vuelven hacia mí con una mirada dura en ellos.
—¿Y si yo he terminado contigo?
Pongo mi mano entre sus muslos y deslizo mi dedo entre sus pliegues. Todavía
mojados.
—No se siente como que hayas terminado conmigo.
Ella golpea mi mano.
Me río.
—Realmente eres asqueroso.
—Sí, y a ti te encanta.
Ella trata de darme una mirada de enojo, pero una sonrisa bordea de sus labios.
Entonces, de la nada, ella deja escapar un suspiro triste y se frota las manos por su cara
antes de salir de allí.
Pongo sus manos lejos de su cara.
—Háblame.
Ella deja escapar otro suspiro. Centrando sus ojos en los míos, me da una mirada
perdida.
—Pensé que habíamos terminado. Eso es todo —ella pone una mano entre
nosotros—, la tensión sexual podría volverme loca esta vez. Entonces, podríamos volver a
la normalidad, ya sabes, ser amigos como si lo fuéramos. Pero... —Ella se muerde el labio—
. Ahora, hemos tenido relaciones sexuales, y bueno... —sus ojos bajan—. No se siente como
si hubiéramos acabado.
Esta extraña sensación de alivio se extiende a través de mí.
—Eso es porque no hemos terminado. Ni siquiera hemos empezado. Una vez nunca
fue una opción. Nunca iba a ser suficiente para satisfacer lo que hay entre nosotros.
Veo un destello de miedo cruzando su rostro.
—No puedo tener una relación, ni contigo ni con nadie. —Ella gira la cabeza de mí.
—Hey. —Cojo su barbilla, trayendo de vuelta—. No estoy diciendo que deberíamos
tener una relación, Ly. Vamos, soy yo el que está hablando. Sabes que yo nunca he tenido
una relación en mi vida, y yo no voy a empezar ahora. 149
Su rostro se relaja, y ella asiente ligeramente.
—Está bien, ¿así que lo que estás diciendo?
—Que debemos estar follando. Fuera de eso, vamos a seguir siendo amigos.
Ella arruga su hermosa cara.
—¿Quieres que seamos amigos con derecho a roce?
—Sí.
—No sé —dice, no muy convencida.
—Bueno, ¿qué sugieres? —Paso los dedos por su lado, disfrutando de la sensación de
ella retorciéndose bajo mi tacto. Deteniéndome en su cadera digo—: yo te aseguro que no
puedo llegar a nada más. Confía en mí, si pudiera, me gustaría tenerlo a estas alturas. Además,
todo el mundo ya se piensa que estamos jodiendo, así que…
—Eso no es una razón para que sigamos haciéndolo. —Ella frunce el ceño.
Estoy empezando a estar cabreado. Ella es en serio un trabajo duro, y es jodidamente
agotador.
—Nunca dije que lo fuera. Pero como has señalado, tenemos dificultades para
permanecer lejos el uno del otro. Después de lo que pasó esta noche, está muy muy claro
que no quieres que este con nadie más, y te aseguro que no quiero que estés con nadie más
que yo. También está la cosa sobre los orgasmos debido a esa estúpida prohibición de
relaciones sexuales que te pones a ti misma, y yo puedo más que compensarte por ello. Soy
una máquina cuando se trata de sexo. Literalmente, no me canso, y como acabas de descubrir,
soy impresionante en ello. Además, no he estado nadie más que contigo en un tiempo muy
largo, así que estoy más que abajo soplando mi carga dentro de una mujer.
Bueno, ¿dónde diablos viene todo eso?
Estoy empezando a pensar que esta mujer va a ser mi perdición.
Ella me da una mirada de disgusto.
—Jesús, Tom, ¿soplando tu carga? ¿Crees que el uso de palabras como esas me llevara
hacia el lado oscuro?
Froto mi cabeza, dejando escapar una risa frustrada.
—Está bien, yo podría haber dicho la última parte diferente. ¿Qué tal, no he tenido
una expulsión de semen dentro de una mujer en un tiempo muy largo?
Eso rompe su enfado. Una pequeña sonrisa trabaja rápidamente su camino en los
labios.
—Un poco mejor. Ella ríe. —Si no es un sonido espeluznante.
Relajante, sonrío y le meto el cabello detrás de la oreja.
Me gusta ver a Lyla feliz. Me gusta que sea aún más cuando ella está feliz por mí.
—¿Por cuánto tiempo? —Ella traza un dedo sobre mi ceja.
—¿Cuánto tiempo, qué?
—Desde la última vez que tuviste relaciones sexuales.
Compruebo mi reloj.
—Um... cerca de sesenta segundos.
—¡Ya basta! —Ella me da un empujón juguetón.
150
Me río de su delicadeza.
—Quiero decir, antes de mí —aclara.
Cierro los ojos pensando.
¿Quién fue la última mujer que folle antes de Lyla?
Ah, sí, la camarera rubia de ese bar. No recuerdo el nombre de ella. Ella me llevó a su
apartamento después de haber terminado su turno. Empezamos en el puto sofá. Entonces,
su compañera de cuarto llegó a casa a medianoche y se unió a nosotros. Así que, mi última
mierda fue en realidad un trío. Terminé follando a su compañera de habitación por el culo.
Ella era un poco rara. Insistió en chuparme la polla con el condón aún después de que había
estado en su culo. Pero, bueno, era su barco. Lo tuve, y eso era todo lo que importaba.
Y era todo lo que importaba por un tiempo, hasta Lyla.
—Años —respondo—. Hace unas cinco semanas.
Ella empieza a reír.
—¡Cinco semanas no es mucho tiempo!
—¡Hey! —Yo empujo su cintura.
Ella deja escapar un grito y se menea, golpeando mi mano.
Hmm... Ella tiene cosquillas. Yo sólo podría tener que usar eso a mi favor y pronto.
—Cinco semanas es un tiempo muy largo, Firecracker. —Especialmente cuando estoy
acostumbrado a follar a diario, por lo general varias veces con varias mujeres.
No es que se lo vaya a decir. No soy estúpido. Quiero seguir follando con Lyla, y
recordando cómo solía ser no es la mejor manera de hacer que eso suceda.
—Y se sentía incluso más tiempo, mientras que vivía bajo el mismo techo que tú.
Hacerme bromas con tu cuerpo caliente y las tetas increíbles ocultas bajo esas camisetas
apretadas de dibujos animados mientras movías tu culo sexy alrededor del autobús.
—No fue aposta, y definitivamente no te tomaba el pelo. —Ella saca la lengua.
Voy a pellizcarme, pero lo echo de menos. En cambio, me muerdo el labio inferior.
—Te burlabas de mí, y tú lo sabes. Tuve una grave erección durante días después de
la cosa contra el autobús. No pudo ponerse abajo.
—Lo siento. —Se ríe.
El sonido es como labios húmedos deslizándose por mi polla.
—Vivir en el autobús de gira contigo ha sido una tortura. No he usado tanto mi mano
tanto desde que era un adolescente. He tenido el peor caso de bolas azules.
Yo pongo mala cara, dando el efecto completo. Estoy tratando de ganar la culpabilidad
aquí. Hey, nunca he dicho que fuera un buen tipo.
Ella envuelve sus dedos alrededor del que tengo en el labio, y ella besa la punta.
—Pobre bebé. ¿Te he estado volviendo loco?
—Eso es decir poco —me quejo.
—Así que, supongo entonces que te debo... —Cierra los ojos en sus pensamientos. Al
abrirlos, ella dice—: Setenta expulsiones de semen—. Ella acaba con una sonrisa sexy.
¿Setenta?
Hago cálculos rápidos en mi cabeza. 151
Ella me está promediando follar dos veces al día. No es como que vaya a decirle la
verdad y recordarle el hombre que era, así que sólo voy a estar con ella.
—Bueno, es sesenta y nueve ahora, gracias a ti, magnífico. Sesenta y nueve mi número
favorito. —Yo le doy una sonrisa descarada.
Ella niega con la cabeza, riendo.
—Pero para mantener la media alta, vamos a tener que hacerlos dos veces al día, todos
los días. —Yo descanso mi codo al lado de su cabeza, poniendo su cabeza en mi mano. Miro
hacia abajo a ella.
Ella sopla un suspiro. Empuja una mano en su cabello, y se queda mirando más allá de
mí en el techo. -Nadie puede saber que estamos durmiendo juntos.
Y ella es mía.
Me subo encima de ella, me posiciono entre sus muslos.
—Nadie lo sabrá.
Sus ojos se encuentran con los míos.
—No quiero que la gente piense que estoy tratando de escalar mi camino hacia el éxito.
—La gente no pensaría eso. —Le cepillo el flequillo de la frente.
—No, probablemente pensarían que perdí mi mente.
Ignoro el aguijón que sus palabras causan. Barriéndolas, digo:
—Sí, bueno, me gusta cuando pierdes tu mente sobre mí. —Aprieto un beso en el
cuello.
—¿Cómo vamos a hacer esto? ¿Tener relaciones sexuales sin que nadie se entere
mientras estamos viviendo juntos en el autobús de la gira? Yo no sé si es posible.
Traigo mi cara de nuevo a ella, poniendo la punta de mi nariz contra la de ella.
—Es más que posible. Puedo ser muy inventivo cuando sea necesario. —Doy un
codazo a mi polla dura contra su muslo.
—Oh, estoy seguro de que lo puedes ser. —Ella levanta una ceja—. ¿Y no crees que
va a ser incómodo nosotros viviendo y durmiendo juntos?
Trazo su mejilla con la mano.
—Las cosas son tan complicadas como tú quieras hacerlas querida.
Observa, absorta, mientras procesa mis palabras.
—No hay complicaciones. Sin ataduras. Sólo sexo.
—Sólo sexo —murmuro antes de presionar un beso en sus labios.
Puedo sentir su cuerpo ablandándose por debajo de mí, cediendo a mí.
Ella pone sus manos en mi cabello, pasando los dedos por los mechones.
—Y cuando el tour termine, también vamos a seguir nuestro acuerdo.
¿Habré terminado con ella entonces?
Sí, creo lo haré.
Y todavía estoy manteniendo mi promesa. Sólo dormir con una mujer. No con más.
Perfecto.
152
—Cuando el tour termine, nosotros también. —Inclino mi cabeza hacia atrás,
disfrutando de la sensación de sus dedos suaves que mueven a través de mi cuero cabelludo.
—Está bien... estoy dentro —sus susurros, voz entrecortada.
Luego, sus manos dejan el cabello. Abro los ojos, faltándome la sensación de ella, sólo
para encontrar la mano pegado delante de mi cara. Ella me sostiene como si quisiera
sacudirme.
—Er... ¿qué coño es lo que quieres que haga con eso?
Ella me da una mirada sardónica.
—Er... agitarlo.
Levanto una ceja.
—¿Necesitamos a escupir en ellos primero, ya sabes, para sellar el trato correctamente?
—Sólo dame la mano, idiota.
—Firecracker, cuando trato algo con una mujer, siempre implica lenguas. —Tomo el
asimiento de la mano y corro la punta de mi lengua muy lentamente hasta su palma.
Alcanzando su dedo medio, lamo mi camino hacia arriba y luego lo meto en mi boca.
Ella se estremece.
Sonriendo, hago mi camino hacia abajo a su pequeño cuerpo sexy. Engancho su pierna
por encima de mi hombro y prosigo mi lengua directamente a su coño.
Ella corta su respiración, sus manos yendo para mi cabello.
Chupo su clítoris en mi boca y empujo un dedo dentro de ella. Entonces, voy a trabajar
hasta que ella se retuerza debajo de mí, sin vergüenza follándola con mi boca.
Ella no podría ser más caliente aun si lo intentara.
Entonces, ella se corre en la cama, gritando un montón de improperios, teniendo
orgasmos en mi boca.
Y lamo todo lo que me da.
Me limpio la boca con el dorso de la mano y subir a su cuerpo tembloroso. Presiono
un beso en los labios.
—Esto, es un trato.
Me empujo hacia arriba, saltando a mis pies.
—Sólo voy a tomar una botella de agua y gasolina. ¿Necesitas algo?
Ella me da un pequeño movimiento de cabeza con una mirada de asombro en su
rostro.
Riéndose, digo:
—Dos segundos, querida, y voy a estar de vuelta para darte ese maldito orgasmo que
tanto necesitas.
Agarro un agua de la nevera y rápidamente cojo otra conmigo.
Cuando regreso a la habitación, ella todavía acostada, donde la dejé, cabello rubio
extendió sobre la almohada, pareciendo una diosa.
—Hey —dice ella, descansando sobre sus codos, empujando esos magníficos pechos
de ella para arriba—. En el ascensor, dijiste que tenías algo para mí. ¿Realmente tienes algo
para mí? ¿O estaba en lo cierto, y era en realidad un eufemismo para el sexo?
153
—No, pesimista. —Me apoyo en el marco de la puerta—. De hecho, tengo algo para
ti.
Su rostro se ilumina. Me gusta la forma en que me hace sentir.
Pongo la botella de agua sobre la cómoda, me dirijo a mi bolsa de viaje y saco la bolsa
de plástico que contiene lo que he comprado para ella antes.
Esta es la primera vez para mí. Yo nunca tengo algo para una mujer que quiero follar
o estoy follándomela.
Siento una puñalada rápida de nervios por si le no va a gustar lo que le compré.
Entonces, saco esa mierda de mi cabeza.
—No es mucho —le digo, entregándole la bolsa para ella—. Pero yo lo vi en la
gasolinera cuando paramos esta mañana, y tenía tu nombre escrito por todas partes.
Miro su rostro mientras mete la mano en la bolsa y saca la camiseta de Angry Birds
amarilla.
—Angry Birds —lee—. A es para Angry6. —Ella deja escapar una risita.
Entonces, sin previo aviso, un sollozo le sigue.
Ella golpea una mano sobre su boca, sorpresa y lágrimas llenando sus ojos.
La respiración es eliminada de mí.
Mierda.

6 Angry: Enfadado, enojado.


—Cristo, Lyla, yo no quería decir que seas molesta. —Alcanzo para ella, tirando de ella
hacia mí.
—No lo hiciste. Me encanta la camisa... de verdad. Es sólo que... la camiseta de la
historieta era algo que mi mamá y yo compartimos. Siempre me compraba una camisa nueva,
mientras ella estaba en gira. Seguí la tradición después de su muerte, y nadie más ha comprado
una para mí, pero ella. —Ella se frota una lágrima que ha caído.
La visión de su llanto me hace sentir como si hubiera sido perforado. Nunca me he
visto afectado por las lágrimas de una mujer antes. Pero viendo Lyla me afecta mucho.
—Quise comprar una camisa de cada ciudad que visitamos, pero no ha habido tiempo
para llegar a la tienda ya que siempre estamos tan ocupados cuando nos deteníamos.
Entonces, antes de darme cuenta, estábamos de vuelta en el camino. Cerca de dos semanas
en la gira, y no he comprado una camiseta.
Toco su cara.
—Vamos a empezar ahora. —Le froto mi pulgar por la mejilla húmeda—. Me
aseguraré de sacar tiempo en cada ciudad para llegar a una tienda y comprar una camisa
nueva.
Hermosos ojos esperanzados azules parpadean para mí.
Tengo esta repentina sensación de caer.
—¿Crees que podría? ¿No causaría ningún problema de tiempo?
Retiro mi repentino vértigo a un lado.
—Yo programo esta gira. La gente trabaja a mi ritmo. Ellos hacen lo que yo digo. Y 154
yo digo, que quiero una camiseta en cada ciudad, nos detenemos y punto.
—Gracias. —Ella se apodera de mi mano, poniéndola en su rostro, y presiona un beso
a mi palma.
Es cálido y cariñoso. Y me encanta.
No.
Siento como si mis bolas se acabaran de atornillar a un banco. Mi corazón empieza a
martillar fuera de su jaula.
Me alejo de su toque y me aparto de la cama, con la excusa de conseguir mi botella de
agua de la cómoda. Mantengo mi espalda a ella mientras que bebo de la botella hasta que
siento que mi ritmo cardíaco vuelva a la normalidad.
Cuando me giro, sus brazos están en el aire, Angry Birds es descendente, casi a punto
de cubrir esas tetas perfectas de ella.
—¿Qué crees que estás haciendo?
Ella se detiene, la camisa demasiado cerca de cubrirla para mi gusto. Ella me da una
mirada de confusión.
—Poniéndome la camisa linda que me compraste.
Sacudiendo la cabeza, doy un paso grande y saco la camisa de nuevo fuera. La lanzo a
la silla cercana.
—Nueva REGLA sin ropa cuando tú y yo estamos juntos.
—Eso podría ser un poco incómodo en el autobús, ya sabes, en público.
—Muy bien, pequeño-culo. Tú y yo en una habitación, la ropa permanece en la puerta.
—No me gusta dormir desnuda.
Inclinándome sobre ella, mi mano se mueve rápidamente al interior de su muslo, y sin
parar, empujo dos dedos dentro de ella.
—Bueno, acostumbrarte a ello.
Ella aprieta alrededor de mis dedos, con la cabeza caída sobre la almohada.
—Te necesito dentro de mí —ella respira.
—Di por favor.
Sus ojos se clavaron en los míos.
—Por favor —gruñe, su mandíbula apretada.
En un segundo, estoy envainándola y follándola de nuevo.
***

Ahora está durmiendo. Desgastada, de los cuatro orgasmos que le di.


Y ella está usando la maldita camiseta.
Cedí después de que ella tuviera todo lindo en mí. No estoy feliz por eso. No veo la
razón de ocultar su cuerpo perfecto. Pero ella quería usarla y cedí.
Definitivamente es algo que tengo que trabajar. Ceder no es algo a lo que estoy
acostumbrado a hacer.
Se puso su camisa, se acostó en mis brazos, su cabeza en mi pecho, y estaba fuera en
minutos. No está acostumbrada a todo el sexo. Bueno, ella tendrá que aprender y rápido, 155
porque mi deseo sexual es muy alto.
Vamos a estar follando todo el tiempo que estemos de gira.
Miro hacia abajo a ella. Ella se ve aún más hermosa durmiendo.
Entonces, miro la camiseta y sonrío. No sé por qué, pero me da la sensación
ridículamente feliz de saber que ella está usando la camisa que le compré.
Pero, esa sonrisa desaparece rápidamente cuando mi mente me recuerda que esa
mierda todavía está aquí, sentado allí en el maldito mini bar.
Yo pedí específicamente no Segal en el mini bar, como lo hago en cada hotel en el que
me alojo. Cabrones estúpidos aquí obviamente no dan una mierda sobre peticiones de sus
huéspedes. Sí, bueno, mañana, van a hacerse una idea de cómo es un cabreado Tom Carter.
Sabiendo que no voy a dormir con esa mierda aquí, saco el brazo de debajo de Lyla, y
tranquilamente salgo de la cama y voy a la sala de estar.
Abro la puerta del mini bar y agarro todas las botellas de Segal. Ni siquiera puedo
soportar esa mierda en mis manos, así que las tiro rápidamente a la papelera. Caminando
hacia la puerta, la abro y dejo la papelera en el pasillo de los productos de limpieza para que
se la lleven.
El momento en que cierro la puerta, toda la tensión que sentía sale de mi cuerpo.
Vuelvo a la habitación y me meto en la cama. Lyla se ha movido en su sueño, así que
voy por detrás y envuelvo mi brazo sobre su cintura, sintiéndose extrañamente aliviado por
el calor de su cuerpo.
Nunca me he acostado con una chica así antes. Por lo general, follamos, y luego me
voy a casa.
Pensé que iba a ser raro, dormir aquí con ella, pero no lo es. Me gusta mucho.
—¿A dónde fuiste? —pregunta con voz soñolienta.
Está despierta. Presiono un beso a su cuello.
—Sólo a coger una bebida, —miento.
—¿Vas a dormir de nuevo? —Ella bosteza.
Sonrío contra su piel. Entonces, levanto su camisa y paso mi mano suave por su lado
y por encima de su culo.
—No, yo estaba pensando que podría darte otro orgasmo, si no estás demasiado
cansada para ello.
Deslizo mi mano entre sus piernas. Partes de ella son mías. Tengo mi dedo entre sus
labios, buscando su humedad y muy lista para mí.
Dios, es tan jodidamente caliente.
Se encoge de hombros, tratando de fingir indiferencia.
—No estoy cansada. Claro, supongo que podría ir a otro orgasmo. Quiero decir, que
se te da muy bien.
Sonriendo, me acerco y agarro un preservativo de la mesilla de noche. Sólo dos
salieron. Parece que voy a tener que abastecerme de estos bebés. No es que me queje.
Me pongo el condón en cuestión de segundos. Agarrando su muslo con la mano,
levanto su pierna superior y empujo dentro de ella.
—Cristo, Lyla. Estás tan apretada, tan jodidamente caliente. 156
—Oh Dios —ella gime.
Empiezo a follarla, deslizando mi polla dentro y fuera de su agujero resbaladizo.
Tener relaciones sexuales con Lyla es como encontrar mi nirvana.
Y de repente me doy cuenta de que esto es todo lo que quiero. Seguir haciendo esto
con ella. No me puedo imaginar parando nunca.
No.
Yo pararé. La gira terminará, y también lo hará esta cosa que tengo con ella.
Al instante, me golpeó con un aluvión de sentimientos.
Una parte de mí, la parte que está con ella ahora mismo, dentro de ella, sintiendo su
alrededor eufórico y me ilumina de una manera que nunca lo ha hecho antes.
Pero la otra parte de mí, la parte que sabe que tengo que dejar esto ir, bueno, esa parte
se siente muy jodida de hecho.
20
Lyla
Traducido por rihano
Corregido por Liraz

A la mañana siguiente — Suite de Tom, Hotel Fairmont, Pittsburgh

Me despierto con un pesado brazo descansando sobre mi estómago, peludas piernas


largas enredadas con las mías, y esa sensación de saciado que una mujer sólo puede conseguir
al tener sexo increíble.
Dios mío. Tuve sexo con Tom.
Montones y montones de sexo caliente alucinante y algunos serios orgasmos
extracorpóreos.
Así que, supongo, que follar hizo que mi sexo explotara... con una explosión real.
Teniendo un momento total de chica, pego mi mano sobre mi boca para ahogar una
157
risita.
Tom y yo tuvimos sexo cuatro veces. Nunca he tenido tanto sexo en un corto período
de tiempo. Nuestra última sesión de sexo fue hace sólo tres horas.
Y digo sesión porque el sexo con Tom no es un asunto de empuja-golpea-gracias-
señora. No, señor.
Es el tipo de persona que cree en el sexo oral y más sexo oral, y sexo y más sexo, hasta
que pienso que podría morir de demasiado orgasmos.
Me pregunto si puedes morir a causa de demasiados orgasmos.
Si puedes, entonces... qué manera de irte. Definitivamente me gustaría morir de un
orgasmo de Tom Carter.
Las cosas que el hombre puede hacer con su lengua y dedos... magia.
Volviendo mi cabeza, lo miro dormir a mi lado.
El cabello cayendo suavemente por su frente, largas pestañas oscuras abanicando sus
pómulos, los labios ligeramente separados con su cálido aliento rozando el mío propio.
Se ve mucho más joven en pijamas. Más suave. No el imbécil que sé que es.
El hombre es una máquina en la cama. Yo no sabía que un hombre podía venirse tanto
y tan duro y llegar tantas veces en una noche.
Tom me demostró que es posible.
Los chicos con los que he dormido todos han sido de una vez y entonces apagan las
luces.
Pero no Tom. Él sólo sigue y sigue, como el conejito de Energizer. Excepto, que Tom
no es un conejito.
Él es puro macho primitivo. El hombre es una bestia. Una bestia muy caliente.
Debería sentirme totalmente agotada, pero no lo hago. Mi cuerpo se siente desgastado
pero en el mejor tipo de forma.
Me siento viva.
No me he sentido viva en un tiempo muy largo. Y ahora, lo hago... por su culpa.
Por culpa de él.
Oh Dios.
¡Mierda! ¡No!
No puedo tener este tipo de sentimientos por nadie, especialmente no por Tom.
Definitivamente no con Tom.
No puedo sentirme nada más que caliente a causa de él.
¿Qué estoy pensando? Decir que me siento viva por Tom no es bueno. Está tan lejos de
ser bueno que cruzo la línea de meta para mal, y se dirige a una jodida locura.
Sentir algo por él, unir emociones al sexo que acabamos de tener, es una pendiente
resbaladiza hacia un camino en el que no quiero terminar.
El pánico se apodera de mí. Me siento sofocada. No puedo respirar.
Tengo que salir de aquí.
Cuidadosamente, levanto su brazo y me deslizo fuera de la cama.
Voy de puntillas alrededor de la cama, recogiendo mi vestido, bragas y botas en el
camino. 158
Con el corazón desbocado, me visto rápidamente en la sala de estar y aliso mi
estropeado cabello con mi mano.
Volviendo atrás, miro a través de la puerta abierta y veo la camiseta de los Angry Birds
sobre la cómoda por la cama. Siento una punzada en mi pecho. No puedo creer que él me
compró un regalo tan dulce.
No queriendo dejarla atrás, regreso de puntillas al dormitorio y la recojo. Sosteniéndola
contra mi pecho, inhalo y huelo a Tom en esta. Puedo olerlo todo sobre mí.
Me hace desear quedarme, sin embargo, quiero huir, todo al mismo tiempo.
Miro hacia abajo a Tom, la confusión haciendo estragos en mi cabeza y corazón. Los
sentimientos en mi corazón son demasiado pesados y están sucediendo demasiado rápido.
Necesito distancia. Tal vez estoy confundida porque dormimos juntos después del
sexo. No es muy jodidamente amigable.
Sí, es lo de dormir juntos. Esa es la razón. Estoy segura de ello.
Me siento como una mierda, saliendo antes de que despierte, pero este es Tom. No le
importará si estoy aquí o no cuando se despierte. Él probablemente estará aliviado por no
tener el incómodo momento de la mañana siguiente conmigo.
Sosteniendo la camiseta, agarro mi bolso de la mesa de café donde lo dejé anoche, y
me deslizo fuera por la puerta sin hacer ruido.
Hago mi camino al ascensor y pulso el botón. Llega rápidamente. Me paro dentro y
presiono el botón para mi piso, observando como las puertas se cierran, terminando la noche
que acabo de tener con Tom.
Mientras salgo del ascensor, ruego porque no haya nadie alrededor. Hacer el camino
de la vergüenza es lo suficientemente malo sin personas que den testimonio del mismo. Lo
peor sería si uno de los chicos me pillaba. No habría explicación para eso. Sería catastrófico.
Rápidamente camino hasta mi puerta y me las arreglo para meterme dentro sin ver un
alma. Caigo sobre mi cama con un suspiro de alivio.
Recién duchada y vestida, estoy sentada en el restaurante del hotel, tomando el
desayuno. Tocino, huevos, panqueques, y tostadas, estoy teniendo un festival de comida
grasosa y carbohidratos. Tengo que elevar mis niveles de energía después del maratón de
sexo de la noche anterior.
Cale viene paseando justo cuando la camarera ha terminado de rellenar mi taza de café.
—Buenos días, hermosa. —Él se inclina y besa mi frente antes de tomar el asiento
frente a mí.
—Buenos días. —Le sonrío.
Él me da una mirada curiosa y hace señas para que la camarera venga.
—Dios, fue tan bueno dormir en una cama de verdad anoche.
Trato de dirigir mis pensamientos lejos de las camas y Tom.
—Sí, lo fue. Pero no pensé que tú estarías consiguiendo dormir mucho anoche. —Yo
le doy una sonrisa socarrona.
Entonces, soy golpeada por un recuerdo de Tom empujando dentro de mí. Todo mi
cuerpo se estremece con el recuerdo.
—Ella no se quedó. —Él sonríe—. Nos quedamos unas horas. Hicimos la cosa buena, 159
y entonces ella se fue por su camino feliz, así que pude conseguir mi sueño de belleza. De
todos modos, te ves demasiado feliz esta mañana, no es que me queje. Solo me pregunto lo
que despertó la felicidad. —Él mira a la camarera para pedir su orden—. Voy a pedir lo
mismo que mi niña aquí. Gracias.
Ella le da la mirada sexy como la mayoría de las mujeres hacen, pero él se vuelve hacia
mí, sin siquiera darle la hora del día. Parece un poco abatida mientras se aleja. Quiero decirle
que las rubias no son la cosa de Cale, pero obviamente, eso parecería un poco raro si yo lo
hacía.
—Por lo tanto, ¿es esa sonrisa por culpa de Robbi Kraft?
Al oír el nombre de Robbi, mis labios se voltean. Cale lo nota, así que tengo que decirle
lo que pasó anoche. Solo dejo de lado toda la parte del sexo con Tom y el hecho de que él y
yo somos ahora amigos de follar.
—Ese hijo de puta. —Cale hierve—. Voy a patearle el culo cuando le ponga las manos
encima.
—¿El culo de quien estamos pateando? —Pregunta Sonny. Él y Van acaban de
levantarse.
—Robbi «Cara de coño» Kraft. —Entonces Cale procede a informarles.
En ese momento, me siento bastante pequeña.
—Chicos, por favor, ¿podemos solo dejarlo? Sé que están cuidando de mí, pero para
ser honesta, es realmente vergonzoso, y quiero olvidarlo.
Cale se acerca y aprieta mi mano.
—Simplemente no me gusta verte herida. Te duele, me duele. Y me hace querer hacerle
daño al hijo de puta que lo hizo.
—Secundo eso —dice Van.
—Tercero. Tú eres nuestra chica, Ly —añade Sonny—. Nadie se mete contigo. Ellos
se meten contigo, se meten con todos nosotros. Somos un equipo.
Mi interior se caliente.
Entonces, mi culpa irracional me recuerda que mi equipo ha perdido a uno de los
miembros, y recuerdo por qué.
De repente, no me siento ya tan genial.
Tragando más allá de mis emociones en conflicto, digo:
—Gracias, chicos. Pero, honestamente, Tom se encargó de ello anoche, y ahora, sólo
quiero olvidarlo.
—¿Olvidarte de qué?
Mis ojos miran hacia arriba para encontrar a Tom de pie junto a nuestra mesa.
Um... definitivamente no es el sexo caliente que tú y yo tuvimos, o los múltiples orgasmos que me diste
hace sólo unas horas.
—Robbi Kraft —suelto.
La cara de Tom se oscurece ante la mención del nombre de Robbi. Agarro mi café y
tomo un sorbo.
—Ly nos dijo lo que hizo —dice Van.
Tom toma el asiento vacío a mi lado.
—Sí, gracias por cuidar de Ly y encargarte de Robbi «Cara de coño» Kraft —le dice Cale 160
a Tom.
—No hay problema. —Él se encoge de un hombro mientras echa su otro brazo sobre
el respaldo de mi silla.
¿Por qué tiene su brazo alrededor de mi silla? Él no hace eso normalmente. Si él comienza a actuar
fuera de lo acostumbrado, la gente puede darse cuenta de que algo está pasando entre nosotros.
—Y gracias por traerla de vuelta aquí a salvo —añade Cale.
Todo mi cuerpo se tensa.
Él hizo más que solo eso.
Prácticamente puedo sentir la sonrisa en el rostro de Tom a mi lado.
Un calor está quemando mi cuello, en dirección a mi cara.
—Fue un placer —dice Tom, su voz suave.
Sus dedos tocan la parte posterior de mi brazo. Sus dedos callosos suavemente hacen
cosquillas en mi piel suave.
Y justo así, mi cuerpo se sintoniza de inmediato con el suyo.
Soy consciente de él. Cada movimiento que hace. El corte en su aliento mientras dibuja
una línea abajo hacia mi brazo con la punta de su dedo.
Un sendero ardiente es dejado en su estela.
Dios, lo quiero de nuevo.
¿Cómo es eso siquiera posible? Pensaría que mi cuerpo tuvo su lleno anoche.
Al parecer no.
Me estoy poniendo cachonda y ansiosa ante la sensación del tacto de Tom, y estoy lista
para salir disparada de aquí.
De pronto quita su mano de alrededor de mi silla, dejándome sintiendo extrañamente
vacía.
Le hace señas a la camarera.
Cuando ella ve a Tom, veo la forma en que sus ojos se iluminan como el Cuatro de
Julio.
Me encuentro a mí misma observándolo de cerca por su reacción a ella, porque es
exactamente su tipo.
—Café, negro —le dice a la camarera. Entonces, se vuelve hacia mí.
Vaya.
Apenas la miró, y ahora, él me está mirando.
Se inclina cerca.
—Te fuiste —dice en voz baja en mi oído. Él no suena feliz.
Un escalofrío me recorre.
Lanzó una rápida una mirada a los chicos. Están hablando entre ellos.
Me encuentro con ojos de Tom.
—Estabas durmiendo —susurro—. Yo no quería despertarte.
Sus ojos se estrechan.
—La próxima vez, despiértame. Me desperté con una furiosa erección, y sin ti para 161
aliviarla.
Sintiéndome audaz, le doy una mirada descarada. Entonces, le doy a la mesa otra
revisada para asegurarme de que nadie está viendo. Estiro mi mano por debajo de la mesa y
palmeo su polla a través de sus jeans.
Sus músculos abdominales se tensan contra mi brazo.
Me encuentro con su mirada, mordiendo mi labio.
—Es una pena. Supongo que vas a tener que esperar hasta esta noche —le susurro,
quitando mi mano.
Él atrapa mi muñeca, tirando de mí hacia atrás. Su voz suena letal cuando dice:
—Yo no estoy malditamente esperando.
Sofoco un gemido cuando la lujuria se enrolla bajo en mi vientre, disparándose
directamente a mi sexo.
Tom suelta mi muñeca y se para.
—El autobús estará en frente en treinta minutos, chicos, así que prepárense para salir.
Lyla, ven conmigo.
Parpadeo hacia él, atónita.
—Um... ¿qué? ¿Ir contigo? ¿Por qué?
Estoy bastante segura de que sé por qué. Yo simplemente no quiero que todos los
demás sepan por qué.
Sus ojos de jade se endurecen, oscureciéndose.
—Porque tengo que dejar a Jake saber sobre Robbi, y sería mejor si estás allí cuando
haga la llamada.
—Está bien... —Poco a poco, consigo levantarme sobre mis temblorosos pies—.
Supongo que los veré a todos en el autobús. —Saludo con la mano a los chicos y sigo a Tom
fuera del restaurante.
En el instante en que estamos fuera de vista, me agarra la mano, jalándome a su lado.
—Esta es una advertencia de una sola vez, Firecracker. La próxima vez que agarres mi
polla en público, asegúrate de que estás dispuesta a hacer algo sobre esta malditamente ahí
mismo.
Mis ojos se abren mientras busco una réplica, pero me estoy moviendo de nuevo antes
de que tenga la oportunidad cuando Tom comienza a arrastrarme por la recepción. Se detiene
abruptamente en el mostrador de recepción, y me estrello contra su espalda.
Mirando más allá de Tom, veo a un tipo de treinta y algo, usando una insignia que dice,
Todd Archer, Asistente del Gerente, de pie detrás del escritorio.
Los ojos de Tom van a su tarjeta de identificación antes de mirar su cara.
—Todd, ¿sabes quién soy yo?
El chico lo mira.
—Sí, señor. —Él asiente—. Sí. Usted es Tom Carter.
—Bueno. Por lo tanto, no estarás sorprendido cuando te pregunte, ¿los ascensores
tienen cámaras activas en ellos?
¿Qué demonios? ¿Está preguntando...? 162
Mierda... lo está.
Todo mi cuerpo se congela, pero se inicia un fuego entre mis piernas.
El hombre sacude lentamente la cabeza, los ojos van entre Tom y yo.
—No, señor, nuestros ascensores no tienen cámaras.
Tom mete la mano en el bolsillo y saca unos billetes. Él pone lo que parecen ser tres
billetes de cien dólares sobre el mostrador.
—Gracias por tu tiempo, Todd.
Entonces, estoy de nuevo en movimiento, siendo jalado hacia los ascensores. Estoy
temblando a causa de lo que acaba de suceder, pero también con la anticipación de lo que
está a punto de suceder.
—¿Qué demonios fue eso? —Siseo cuando llegamos a pararnos fuera de los
ascensores.
Tom presiona el botón antes de mirarme fijamente, sus ojos de jade ardiendo calientes.
—¿Qué diablos crees que fue eso? Tú me excitaste, y ahora, voy a follarte en uno de
estos ascensores.
Mi mandíbula golpea el suelo. Una puerta suena abriéndose.
Él me da un suave empujón.
—Métete en el maldito ascensor, Firecracker.
Me tropiezo, acalorándome con la vergüenza, pero encendida más allá de lo racional.
Tom sigue detrás de mí, entonces, pulsa el botón de su piso.
Esperamos a que las puertas se cierren, y con cada segundo pasando, la tensión sexual
entre nosotros se convierte en una entidad viva, respirando.
Es fuego crepitando caliente.
Todo mi cuerpo está electrificado y nervioso. Ni siquiera puedo recordar desear a un
hombre tanto como quiero a Tom en este momento.
Al segundo que esas puertas se cierran, estamos el uno encima del otro.
Tom tiene una mano en mi pelo, la otra agarrando mi culo, mientras su lengua saquea
mi boca.
No estoy exactamente en el lado de delicadeza mientras trato de subir a su cuerpo,
como un mono a un árbol.
Tom me levanta del suelo, usando la mano en mi culo, y entonces me golpea contra la
pared de metal. Su mano está ahora en mi pecho, apretando con apenas la presión correcta,
mientras su lengua lame mi boca.
Su pene está duro como roca y apretado contra mi estómago, pero yo no lo quiero allí.
Lo quiero contra mi clítoris.
Estoy moviéndome, tratando de moverlo al lugar correcto, cuando Tom de repente
deja de besarme y cae a mis pies.
Con las piernas seriamente temblorosas, con respiraciones pesadas saliendo de mí, veo
como él presiona el botón de parada, haciendo que el ascensor llegue a una súbita parada.
Entonces, él empieza a retroceder. Parando, se inclina contra la pared de metal frente
a mí. 163
Tengo un recuerdo de la noche anterior, cuando hizo la misma cosa, excepto que las
cosas eran un poquito diferentes entre nosotros entonces.
Él está claramente excitado. Puedo ver eso. Simplemente no puedo entender por qué
se detuvo cuando acababa de comenzar.
—Desnúdate. Ahora.
Ah... está bien.
Oyendo la orden en su voz, empiezo a quitarme la ropa sin dudarlo. Voy un poco más
lento para burlarme de él, pero no voy demasiado despacio ya que estoy muy consciente del
hecho de que nuestro tiempo es limitado.
Me deshago de mis zapatillas y salgo de mis vaqueros. Entonces, saco mi camiseta por
encima de mi cabeza y la dejo caer al piso, quedándome en sólo mi sujetador y bragas. Doy
gracias a Dios que tuve la previsión de ponerme la ropa interior buena.
Bragas de encaje rosa y sujetador. Muy femenino.
Por la mirada en los ojos de Tom, él parece aprobarlo.
—El rosa es un buen color para ti —dice, con la voz ronca.
Le doy una sonrisa tímida.
—Así que, ahora que me tienes aquí en sólo mi ropa interior, ¿qué vas a hacer
conmigo?
De la nada, sus ojos se endurecen y él se endereza.
—En primer lugar, vas a ponerte de rodillas y chupar mi polla. Luego, cuando me haya
hartado de follar tu boca, voy a joder tu coño... duro.
Um... ¿qué coño? ¿De dónde diablos salió eso?
Sintiéndome un poco sacada fuera de balance, mis manos van a mis caderas.
—¿Estás hablando en serio en este momento?
Él me mira fijamente.
—Dulzura, siempre soy serio cuando se trata de mamadas.
No me gusta la forma en que me llama dulzura. Se siente condescendiente e
impersonal.
Un repentino frío desciende por mis brazos. Me froto las manos sobre ellos.
—No me llames dulzura. Y realmente, ¿no podrías pedirme amablemente que chupe
tu polla?
Él frunce el ceño.
—Yo no pido amablemente, Lyla, porque no lo necesito. La mayoría de las mujeres
están más que dispuestas a arrodillarse y chupar mi polla sin una puta palabra.
Jesús, eso duele.
Ocultando el dolor que siento por sus palabras crueles, digo entre dientes:
—Sí, bueno, yo no soy la mayoría de las mujeres. Quieres que yo te chupe la polla,
entonces aprenderás a pedirlo amablemente.
Sus ojos se estrechan peligrosamente.
—Sí, bueno, quieres que te hable amablemente, entonces no te escapes de mi cama
antes de que yo despierte. Tú haces eso, y entonces tal vez me sentiré como para ser amable 164
contigo.
Y ahí está, la razón de su imbecilidad.
Encuentro su dura mirada, me parece ver un destello de dolor en sus ojos.
¿Lastimé sus sentimientos al irme esta mañana?
Honestamente pensé que no le molestaría. Pero, al parecer, sí.
Siento un endurecimiento extraño en mi pecho, así que presiono la palma de mi mano
en el dolor para aliviarlo.
—Tom, lo siento si te lastimé al irme esta mañana…
Él suelta una carcajada fuerte.
—Tú no me lastimaste. Nadie puede hacerme daño. Solo estoy cabreado porque quería
follar, y no estabas allí. Como yo hice este trato para tener sexo sólo contigo por el resto de
esta gira, no era como que yo podría ir a buscar algún otro coño para follar como el infierno.
Lágrimas golpean la parte de atrás de mis ojos, pero las contengo, junto con las
obscenidades que quiero lanzarle. Independientemente de lo que él dice, sé que él está siendo
un idiota y arremetiendo porque yo lo lastimé.
Llevo mi voz a un tono neutral y digo:
—Bueno, según nuestro acuerdo actual, sólo nos tenemos el uno al otro para follar, y
si quieres que chupe tu polla, entonces tienes que decir por favor.
¡Chúpate eso, imbécil!
Él está tan acostumbrado a conseguir lo que quiere, con las mujeres siempre cayendo
a sus pies... o en su polla, podría ser en su caso. Bueno, si él quiere que esta mujer chupe su
polla, entonces él puede pedir amablemente.
Si no lo hace, entonces he terminado.
Su ceño se profundiza, dándole esa pequeña línea linda entre sus cejas.
—¿Quieres que te ruegue que chupes mi polla? —La aversión ante esa idea es clara en
su voz. Su rostro se tensa como su mandíbula salta—. Yo no lo creo. La mendicidad no es
algo que yo haga.
—Muy bien. —Me encojo de hombros y me volteo, me agacho para recuperar mi ropa.
Me aseguro de levantar mi culo en su dirección, y dejé que mis tetas cuelguen justo en su
dirección, sólo para fastidiarlo más.
—¿Qué coño estás haciendo?
Todavía inclinada, levanto la mirada hacia él.
—Vistiéndome. Entonces, estaré dejando este ascensor.
Con la camiseta en la mano, me enderezo.
Uno, dos…
Él gruñe, y luego agarra mi brazo, tirando de mí hacia él. Mi espalda choca contra su
pecho duro, su gran mano rodeándome, abarcando mi estómago. Él me empuja con fuerza
contra su erección, la que está ahora pegada en mi espalda.
—Bien, Lyla. —Su voz es áspera y gutural—. Ponte de rodillas, y chupa mi jodida gran
polla con esa maldita boca caliente tuya... por favor. 165
Contengo una sonrisa. Inclinando mí cabeza hacia atrás contra su pecho, lo miro a los
ojos.
—Pudiste hacerlo con un poco de trabajo... pero mejor. —Me volteo en sus brazos y
lo empujo contra la pared del ascensor.
Puedo sentir su corazón latiendo bajo mis palmas. Su respiración es irregular.
Manteniendo mis manos presionadas contra su pecho, me pongo de puntillas y beso
sus labios suavemente.
—Lo siento, por irme esta mañana —susurro, manteniendo mis ojos en los suyos.
Tom lleva sus manos a mi cabeza. Deslizando sus dedos por mi pelo, acunando mi
cabeza, sus ojos suavizándose.
—No lo sientas. Solo, no lo hagas de nuevo.
—No lo haré —le digo, dando un suave asentimiento con mi cabeza.
Entonces, me besa con fuerza.
Después de que ha terminado de besarme ferozmente, enseñándome que a Tom Carter
no le gusta ser abandonado, le quito la camiseta y lo beso a lo largo de su mandíbula, su
cuello, y luego por su pecho, salpicando besos hacia abajo hasta que estoy sobre mis rodillas
y a la altura de su polla.
Estirando la mano, suelto el botón de sus pantalones vaqueros y tiro hacia abajo la
cremallera. Deslizo sus vaqueros hacia abajo sobre sus caderas, encontrándolo de comando
de nuevo.
¿No posee ni un par de calzoncillos?
Me encuentro cara a cara, no sólo con su hermosa polla grande, sino también con un
tatuaje justo en el corte de sus caderas por encima de su pelo bien recortado. De alguna
manera, yo no lo vi en la oscuridad durante la escapada de anoche.
Y en realidad, sólo Tom tendría un tatuaje que dice...
FROTA LA LÁMPARA
Soltando una carcajada, miro hacia él, mis ojos incrédulos.
—Tienes Frota la Lámpara tatuado por encima de tu pene.
Encogiéndose de hombros, él me mira con despreocupado engreimiento.
—Él es mágico. Unas buenas frotadas, y hará que los deseos de una mujer se hagan
realidad.
Suelto una carcajada.
—Mi Dios, tú estás más allá del ego.
Sosteniendo mi barbilla, él inclina mi cabeza hacia atrás, así que estoy mirándolo. Sus
ojos están ardiendo con algo que no entiendo.
—En este momento, yo soy tu Dios. Y en cuanto a mi ego... bueno, conseguiste cuatro
probadas de eso ayer por la noche, y no estabas quejándote entonces.
Él me tenía ahí. No hay discusión con eso.
Dándole una mirada sugerente, paso la punta de mi dedo índice por la longitud de su
pene endurecido.
—Por lo tanto, si froto tu lámpara, ¿eso significa que tengo tres deseos? 166
—Firecracker, pon esos magníficos labios tuyos alrededor de mi lámpara, y puedes
tener tantos deseos como quieras.
Yo sonrío seductoramente.
—Sólo tres servirán —murmuro antes de lamer la cabeza de su pene. Abriendo, lo
chupo en mi boca.
—Jesús, Lyla. —Su voz es ronca—. Tu boca se siente tan jodidamente buena.
Relajando los músculos de mi garganta, tomo más de él en mi boca, y soy
recompensada con un chorro de líquido preseminal golpeando la parte posterior de mi
lengua. Él sabe a puro hombre. Es viril en todos los sentidos.
Tarareo de placer, dejando que el sonido vibre a través de él, antes de empezar a mover
mi boca.
Y cuando lo hago, él deja escapar un sonido de absoluta satisfacción masculina.
Con una mano palmeando la parte posterior de mi cabeza, él empieza a follar mi boca,
murmurando,
—Sí. Eso es, nena. Chúpame duro. Mastúrbame con tu boca.
Así que, hago lo que él pide.
Después de que he terminado de darle a Tom su mamada de disculpa, con mi mente
aún resonando con su cruda y caliente alabanza de lo buena que soy, lo increíble que mi boca
se siente chupándolo, lo hermosa que soy, él se pone de rodillas y me da mucho más de los
tres deseos que me gané en ese ascensor libre de cámaras.
21
Lyla
Traducido por Lore
Corregido por Liraz

Una semana después — Un festival en Lexington

Otra semana ha pasado, y durante toda la semana, fiel a su palabra, Tom ha conseguido
tiempo para llevarme de compras, así podría comprar nuevas camisetas. Ir de compras con
él ha sido sorprendentemente divertido. Y estoy empezando a construir todo lo colección de
camisetas de gira.
Además, no ha pasado un día en que Tom y yo no hayamos tenido sexo. Y no sólo
una vez. Dos, tres... cuatro veces.
Tom solo sigue y sigue. Me sorprende todavía poder caminar.
Alrededor de todo el mundo, incluyendo en el autobús con los chicos, Tom y yo
actuamos normal, como si nada fuera diferente. Pero cuando no hay nadie alrededor, 167
pasamos nuestro tiempo juntos, solos y desnudos.
En la noche después de nuestra aventura en el ascensor, una vez que los chicos
estuvieron durmiendo, Tom pasó la noche en mi cama en el autobús, enseñándome a tener
relaciones sexuales en silencio. No es fácil cuando soy tan vocal. Pero estoy segura que
aprenderlo fue divertido.
Cada vez que tengo sexo con Tom, se siente como la primera vez. No estoy segura de
qué se trata, pero él saca un lado de mí que yo no sabía que existía.
Atrevido y dispuesto.
Creo que haría casi cualquier cosa que él me pidiera, sin importar la hora o el lugar.
Me ha follado en más posiciones de las que creía posible y en algunas que no conocía
y en lugares en que jamás creí que tendría sexo. Él realmente no estaba bromeando cuando
dijo que podría ser inventivo.
Hemos tenido relaciones sexuales en el armario de los abrigos en un club, el probador
de una tienda, un baño en un restaurante, y otro en un club donde tocamos. Él me tuvo
contra un árbol detrás de la parte posterior de una parada de descanso. Pero el lugar más
extraño fue... en el maletero del autobús del tour.
En serio, no preguntes. No tengo ni idea de cómo eso incluso pasó.
Ese hombre podría quitarme mis bragas mientras está sentado en la cena con mi
familia.
No puedo decirle que no a él, y yo no quiero hacerlo.
Me gusta la forma en que me hace sentir, y me asusta exactamente cuánto me gusta.
Pero lo que más me asusta es cuando Tom viene a mi cama por la noche cuando el autobús
está durmiendo, y tenemos sexo lenta, profunda... y lo que se siente como sexo significativo.
Si yo no lo conociera mejor en esos momentos en la oscuridad de la noche, nuestros
cuerpos enredados juntos, casi podía creer que estamos haciendo el amor.
Pero no puedo pensar de esa manera, porque hacerlo a solamente me hará daño.
Esta noche, estamos en Lexington, Kentucky, y estamos tocando en un festival al aire
libre. El festival ha estado funcionando desde que llegamos a media tarde, y estamos
programados para tocar a las siete por unos treinta minutos.
Parece ser nuestra mayor multitud, sin embargo, y estoy emocionada de subirme al
escenario.
Tom ha estado en un estado de ánimo extraño desde que llegamos, y no ha pasado
desapercibido. Él no está siendo él mismo, y ha sido frío y distante conmigo. Toda la tarde,
he querido preguntarle qué está mal, pero no he sido capaz de conseguir un momento a solas
con él.
No tengo ni idea de dónde está ahora. No lo he visto desde que estuvimos en el
vestuario, que es en realidad un remolque que estamos compartiendo con Star Point Five,
una banda vocal formada por cinco chicas. Cada chica es hermosa en su propio derecho.
Creo que Cale, Van, y Sonny pensaron que murieron y habían ido al cielo cuando vieron con
quien estaríamos compartiendo el vestuario.
Y una de las miembro de las Star Point Five se destaca. Aurora Simmons es alta y rubia
con un tamaño de tetas promedio. Ella se destaca porque es del tipo de Tom... y sé que él se
168
ha acostado con ella en el pasado.
No, él no me lo dijo.
Vi cómo ella lo miró cuando él entró en el remolque detrás de mí. Ella lo miró de
arriba abajo, y su expresión sostenía una familiaridad que decía que sabía cómo él se veía
desnudo. Ella sabe lo que se siente estar con él... Lo confirmó la forma en que ella gritó y
prácticamente me dejó sacó del camino para llegar a él. Entonces, ella le dio un beso en la
boca justo en frente de mí.
Me dolió como una perra, pero me lo tragué porque en el pasado porque no era mío
para reclamarlo.
Puede ser que seamos amigos exclusivos para follar... pero somos sólo amigos que
follan. No tengo lugar para darle una bofetada a la perra y decirle a que se aleje de él a pesar
de que realmente, realmente quería hacerlo.
Sé que Tom se sintió incómodo con su beso porque no se desprendió tan cortésmente
a sí mismo de ella. Salió poco después, y luego de un minuto más tarde, recibí un texto de él
que decía una palabra.
Lo siento.
No le respondí porque no sabía qué decir. Así que, guarde mi celular y dejar que
Shannon trabajara su magia en hacerme ver linda para esta noche.
Ahora, estoy lista, y yo estoy de pie en el escenario con Cale y Van, viendo a Emerson,
una banda muy cool de rock pesado. Sonny está en alguna parte. Supongo que está con una
chica.
No estaremos en el escenario durante una hora más, y estoy empezando a pensar que
estas botas de tacón de 12 centímetros que Shannon me convenció de usar tal vez no sea la
mejor idea ya que mis pies están empezando a dolerme ya. Mirando hacia abajo, veo que una
hebilla en la parte frontal de una bota se ha deshecho. Me agacho para sujetarla, y oigo un
poderoso rasgón. ¡Mierda!
Al instante me toco el culo, y siento la rotura enorme en la costura de atrás de mis
shorts de mezclilla, que Shannon tuvo que coser me prácticamente dentro un poco antes.
¡Mierda! ¡No puedo creer que rompiera el culo en estos shorts! Claro, son apretados, ¡pero no es como
si mi trasero fuera del tamaño de Texas!
Avancé lento en puntillas, siseo:
—Cale. —En su oído.
—¿Qué? —dice, no quitando los ojos de la banda.
—He roto el culo de estos malditos shorts que llevo.
Me mira.
—¿Estás bromeando, verdad?
Puedo ver la risa brillando en sus ojos.
—No, yo no estoy bromeando —contesto
Él empieza a reír.
—No es divertido —gruño, dándole un empujón.
—Lo siento —dice, sin dejar de reír—. ¿Quieres que vaya a buscar a Shannon para ti?
—No, voy a volver al tráiler y voy a cambiar. ¿Me puedes dar tu chaqueta, así que
puedo cubrirme el culo? 169
—Claro. —Se quita la chaqueta y me la da.
En un movimiento rápido, me pongo la chaqueta, y la estiro hacia abajo, asegurándome
de que cubre mi trasero.
—Vuelvo pronto —le digo a Cale. Entonces, me voy, dirigiéndome hacia el vestuario.
Voy a quitarme estos y a ponerme algo más del rack de ropa que Shannon trajo con ella. Y me
aseguraré de que sea algo que definitivamente no vaya a romperse si me inclino.
Unos minutos más tarde, exhalo un suspiro de alivio cuando veo el tráiler.
Aumentando mi ritmo de la mejor manera que puedo en estos tacones, subo los pocos
escalones, abro la puerta y doy un paso dentro de la seguridad del tráiler.
Y mi corazón muere en mi pecho.
No.
No otra vez.
Tom me mira, aturdido, en su posición en la silla del tocador con una Aurora Simmons
solo usando bragas a horcajadas sobre él.
Silencio golpea el remolque como un ruido sordo.
Tom empuja a Aurora de encima de él, y él está fuera de esa silla y avanzando en mí.
—Lyla, esto no es lo que parece.
Subiéndose los pantalones, Dex se mueve rápidamente hacia mí.
—Ly, esto no es lo que parece.
Mi labio inferior tiembla.
Tom se detiene delante de mí.
—Lyla.
Todo el dolor y la furia que he mantenido acumulada los últimos once meses explotan
fuera de mí. Mi mano se mueve antes de darme cuenta, y yo abofeteo a Tom, duro. El sonido
de la bofetada se hace eco en el silencio ensordecedor.
—¡Vete a la mierda! —escupo. El escozor de mano duele como una perra, me giro
sobre mis talones y salgo corriendo de allí.
—¡Lyla! —llama Tom detrás de mí.
Nada me impide alejarme de él, ni siquiera estos malditos zapatos de tacón, y sigo
corriendo hasta que me encuentro a mí misma en una sección detrás del escenario.
Al no ver gente alrededor, me detengo con la espalda contra la pared. Me agacho,
poniendo mis manos sobre mis muslos, mientras trato de recuperar el aliento.
Y lidiar con el dolor agonizante en mi pecho.
Jesús, esto duele.
Mal.
Ni siquiera puedo determinar si esto duele más que la última vez.
Dios, escúchame... la última vez.
¿Cuántas veces tiene esto que suceder antes de que aprenda?
Maldito Tom Carter. ¿Cómo pude haber sido tan estúpida como para confiar en que
un mut como él sería fiel? Realmente debo ser la perra más tonta del mundo. 170
Mis ojos están llenos de lágrimas, pero no voy a parpadear. No voy a llorar una sola
maldita lágrima sobre ese hijo de puta.
Atrapo un sollozo en la garganta, y una lágrima furtiva se desliza por mi mejilla.
—¡Ahí estás! —La voz de Tom viene a mí en voz alta y dura.
Yo me paro como si me hubieran disparado.
—¡No te acerques paso más! —Puse mi mano entre nosotros, un débil intento de
mantenerlo alejado de mí. Conozco a Tom, y nada lo detendrá cuando quiere estar cerca de
mí.
Él se mueve rápidamente, devorando el espacio entre nosotros.
—Yo no voy a ninguna parte hasta que escuches lo que tengo que decir.
—Gracias, ¡pero no quiero oír ni una palabra de tu boca mentirosa!
Entonces, él estaba delante de mí, y sus manos son alrededor de mis brazos.
—¡Quítate de encima! —Lloro, tratando de quitarme sus manos engañosas de encima.
No puedo soportar que me toque—. Si querías tener sexo con otra persona, podrías al menos
tener la cortesía de dejarme saberlo, así que podría al menos esquivarlos. ¿O era eso? ¿Querías
seguir teniendo sexo con ella y conmigo... y quién más, Tom? —Estoy gritando. Estoy casi
histérica ahora.
Es una cosa buena que la música este fuerte. De lo contrario, estaríamos atrayendo a
una multitud con todos nuestros gritos.
—¡Jesús, Lyla! —Se pasa la mano por el cabello. Él me devuelve la mirada de miedo
en sus ojos—. Yo no quiero tener sexo con Aurora o cualquier otra persona.
—¡Eso es mierda!
—En serio. —Él me agarra de nuevo—. ¡Tienes que escucharme! Yo no la toqué. La
única vez que mis manos estaban cerca de ella fue cuando la empujé lejos de mí. Yo estaba
allí, buscándote. Ella dijo que acababas de irte a buscar algo de tomar, y que ya volverías.
Dijo que no pasaría mucho tiempo y que debía esperarte. Yo no estaba seguro porque sé
cómo es ella…
—¿Tú te has acostado con ella antes?
Él deja escapar un suspiro, liberándome, sus ojos tenues.
—Sí.
Ignoro el dolor de la confirmación en mi pecho.
—¿Cuándo?
Sus ojos se encuentran con los míos.
—¿Importa?
—¡Sí, importa! Más ahora porque... porque necesito saber si has tenido sexo con ella
mientras has estado conmigo. Si has tenido sexo con alguien... además de mí. —Mi voz
flaquea por su aguda expresión.
—No ha habido nadie desde que tú y yo comenzamos a dormir juntos. Tuve sexo con
Aurora hace unos años. Ella no tiene nada especial y es algo que yo no quiero volver a repetir.
Estúpidamente, tomé la decisión de esperarte con ella allí.
Se agacha la cabeza, entrando en mi espacio.
—Tú nunca respondiste a mi texto... después de que ella me dio un beso en frente de
ti. Sólo quería asegurarme de que estabas bien, así que fui al remolque para encontrarte. Yo, 171
literalmente, sólo me senté y estaba viendo mi celular. La siguiente cosa que supe, era que
ella estaba semidesnuda y encima mío. Entonces, tú estabas allí. —Él me mira
profundamente a los ojos—. Fue tan rápido, Ly. No tuve la oportunidad de reaccionar.
Lo miro, evaluándolo. De hecho, creo que yo le creo.
—¿Y si tuvieras... la oportunidad de reaccionar?
Se mueve más cerca, tan cerca que tengo que inclinar la cabeza hacia atrás. El olor de
él me abruma. Siento que mi cuerpo se tambalea.
—Entonces, la hubiera empujado le diría que eso no estaba sucediendo... porque estoy
con alguien... tú. —Pone sus manos en mi cara—. Cometí un error de juicio, al esperarte allí
con ella, pero ese es mi único crimen. Yo no te he traicionado. Yo no lo hice. Soy un montón
de cosas, pero yo no soy un tramposo. —Sus dedos rozan mi mejilla con ternura—. Este
acuerdo... este compromiso que te he hecho a ti, a la mayoría de la gente sé que ser amigos
exclusivos para follar puede sonar como un compromiso de risa, pero para mí, es grande.
Importa. Me importas. Me preocupo por ti.
Él se preocupa por mí.
Hundo mis dedos alrededor de su muñeca, cerrando los ojos, ya que absorbo sus
palabras.
—Me preocupo por ti, también —admito suavemente.
Las emociones me abruman, una lágrima solitaria corre por mi mejilla, y Tom la coge.
—Yo nunca voluntariamente haría nada para lastimarte, Ly.
Levanto mi mano y la coloco en la mejilla roja. La mejilla que golpee.
Nunca he golpeado a nadie, ni siquiera a Dex después de atraparlo con Chad.
Así que, ¿por qué reaccioné así cuando lo vi a Tom con ella?
—Siento haberte pegado. Le doy una sonrisa triste.
—No lo hagas —dice—. No lo sientas, no te arrepientas.
Entonces, él me está besando. Pero hay algo en este beso, algo diferente... algo más.
Tom envuelve sus brazos alrededor de mí, me sostiene apretada contra él.
Me derrito en él.
Sus labios en los míos, dice:
—¿Sería apropiado decir que realmente tengo que estar dentro de ti ahora?
Una sonrisa se hace cargo de mis labios.
—¿Desde cuándo te preocupa ser inapropiado?
—Buen punto. Ven conmigo.
Él me lleva de la mano. Nos detenemos un poco más adelante en un panel de acceso
al gran escenario marcado como, punto de entrada. Use cascos al entrar. Solo Empleados.
Tom levanta un pestillo y tira de abrir el panel, lo que ahora sé es una puerta.
Una puerta que nos llevará bajo el escenario. El escenario que en la actualidad tiene
una banda tocando en él y unos pocos miles de personas en el frente.
—¿Aquí? —Parpadeo hacia él.
—Sí.
—¿Es seguro? 172
—¿Estás interesada en una caja fuerte? —Sus ojos oscuros miran profundamente en
los míos. De repente la boca se me seca, niego con la cabeza.
—Entonces, ven conmigo.
Inclino la cabeza, y doy un paso dentro. Excitada por el peligro... por él, mis piernas
temblorosas le siguen. El espacio es limitado. Tom no puede mantenerse erguido. Su cabeza
cuelga hacia adelante. Estamos rodeados de andamios y los golpes de bajo y batería y
cantando. Tom cierra la puerta, sumergiéndonos en la oscuridad total.
Me estremezco.
Entonces, siento a Tom apretado contra mí, su calidez cubriéndome.
Sus dedos trazan un camino por mi brazo. Él se apodera de mi mano.
—¿Estás bien? Estás temblando.
—Estoy bien. —Sonrío a pesar de que no me puede ver...
Sólo estoy temblando en mis botas porque estoy tan excitada que es ridículo. Esto es lo que me haces.
Siento las manos de Tom vienen a cada lado de mi cuello. Empujando hacia fuera, él
desliza la chaqueta de Cale de mis hombros y por mis brazos hasta que llega al suelo. Luego,
me quita el top negro que llevo, dejándome en sólo en mi sujetador. Su mano se va a mi
espalda, y él me acerca. Sus hábiles dedos se deslizan hacia abajo, hacia mi culo. Entonces,
lo siento tocar mis bragas a través de la rajadura en mis shorts.
Mierda, me olvidé de eso.
—Um... Ly, te das cuenta de que tienes una rajadura masiva en el culo de tus shorts,
¿no? —Un dedo solitario se mueve hacia arriba y hacia abajo por el enorme agujero en mis
shorts, rozando la grieta de mi trasero a través de la fina tela de mi ropa interior—. ¿Te
inclinas por un fácil acceso con este look? No es que me queje.
Él desliza su mano por dentro y agarra el borde de mi ropa interior, moviéndola a un
lado, por lo que está tocando sólo piel.
Un escalofrío se hace cargo de mí mientras acaricia mi culo.
—No. Me agaché, y lo rompí. Por eso me fui al tráiler, y...
Tom corta mis palabras con un beso. Fuerte y rápido.
—No lo hagas —dice.
Entonces, siento un cambio en él, y sé que este viaje está a punto de ponerse duro.
Justo lo que me gusta.
—Date la vuelta —dice con voz ronca en mi oído.
Hago lo que él dice, me vuelvo lentamente en el acto.
Se aprieta contra mi espalda, y sus manos correr por mis brazos hasta que llega a mis
manos.
—Agáchate.
Hago lo que él pide.
Tom todavía está sosteniendo mis manos. Él los coloca en una barra de metal de los
andamios en frente de mí. Puedo sentir la vibración de la música que se reproduce arriba a
través de él.
—Sostén esto, y no lo dejes ir. —Su voz ordena en mi oído—. Tú lo dejas ir, y no 173
podrás correrte.
—Está bien —le digo, sin aliento y con anticipación. Mi cuerpo chisporrotea.
Entonces, registro la canción que la banda por encima está tocando. Es una versión de
«Thought I’d Died and Gone to Heaven», de Bryan Adams.
De lo que puedo oír, es realmente un gran cover de la canción. La multitud suena como
que se están volviendo locos. Mis ojos se cierran en los sonidos de la canción, la letra, la
multitud cantando... y luego la sensación de Tom poniéndose de rodillas detrás de mí.
Sus manos agarran mis shorts, y rasgándolos aún más.
Santa. Mierda.
Él es tan jodidamente caliente.
Sigue mi ropa interior en un movimiento rápido. Él la saca, dejándome de pie aquí en
sólo mi sujetador y los shorts, expuesta.
—Me gustaría poder ver cómo te ves en este momento. —Su voz es un gruñido.
Su dedo se mueve entre mis pliegues. Mi cuerpo se sacude en su toque, necesitándolo,
necesitando esto.
Entonces, su rostro se acerca a mi culo, su aliento caliente golpeando todas mis
terminaciones nerviosas.
—Grita tan fuerte como quieras, Ly, porque nadie te va a escuchar.
Hunde su lengua en mi coño y me empieza a follarme con ella, su dedo tocando mi
clítoris a la perfección. Estoy jadeando, salvaje bajo su boca, y en este momento, solo vivo
de la sensación de que me conduce al borde del abismo.
Cada vez que me acerco, él se aleja.
Estoy más allá de caliente y necesitada, desesperada.
—Tom, por favor...
—Shh... te tengo, querida. Ly, ¿has sido alguna vez follada en el culo?
Los nervios se disparan a través de mí, y mi cuerpo se tensa ante la idea de dejar entrar
a Tom a un lugar tan privado.
—No, no lo he hecho, y yo no sé si pudiera. —Mi cabeza se sacude en la oscuridad,
mi cabello cepillado sobre mi piel sensibilizada.
—¿Confías en mí?
—Tú sabes que lo hago... pero no sé si puedo hacer... eso. —La idea de la enorme
polla de Tom en mi culo es aterrador.
—No voy a usar mi polla. Tu culo es territorio virgen, así que tenemos que empezar
lento. Sólo mi dedo, cariño. —Él presiona un beso a la mejilla de mi culo—. Te lo prometo,
no te hará daño, y podemos parar cuando quieras. Sólo confía en mí cuando digo su voz
espesa con lujuria—. Si me dejas follarte el culo con mi dedo... eso superará cualquier
orgasmo que alguna vez te he dado antes. —Otro beso—. Permíteme darte eso.
Y así como así, yo soy suya.
Así dispuesta a dar todo de mí misma para él es aterrador... pero muy caliente.
—Sí —me oigo decir.
Él juguetea sobre mi piel con suaves toques de su lengua.
—¿Sí, qué? Dilo, Lyla. Dime lo que quieres.
174
Estoy loca con lujuria. Ebria en él. Yo diría lo que sea, haría lo que fuera que él me
pidiera en este momento, si eso significaría tenerlo a él.
—Quiero que folles mi culo con tu dedo.
Él gruñe y luego hunde sus dientes en la piel carnosa de la mejilla de mi culo, me
muerde suavemente. Él desliza su dedo en mi vagina. Aprieto su alrededor. Entonces, él lo
saca, su dedo regresa de nuevo a mi trasero.
Me tenso al instante en que su dedo toca mi agujero fruncido.
—Relájate... no voy a hacerte daño. Sólo entrégate a mí. Cuidaré de ti.
Por lo tanto, hago lo que él pide. Cierro los ojos, relajo mi cuerpo, y permito a Tom
cuidar de mí.
Su dedo se mueve hacia arriba, repitiendo el movimiento, pero esta vez, el dedo va a
mi clítoris. Él acaricia, dibuja mi cuerpo, y luego se ha ido de mi coño y otra vez moviendo
mi astucia a mi trasero.
Mis caderas comienzan a moverse inquietas, mi cuerpo subiendo más y más, cada vez
que repite el movimiento.
Me siento más mojada de lo que nunca antes estuve, mi humedad recubriendo las
partes más íntimas de mí. Tom se queda en mi culo y empieza por el borde de mi agujero
fruncido con el dedo, moviendo mi humedad alrededor y en él.
Anhelando más, para llegar a algo que no estoy realmente seguro de que es, empiezo a
empujar contra él.
En el momento exacto empujo hacia atrás, con la boca encuentra mi clítoris, y la punta
de la yema del dedo en mi culo.
La sensación de él ahí es sorprendentemente intensa. Dejé escapar un grito de placer.
—Joder, estás apretada. —Sus palabras vibran a través de mí—. ¿Estás bien?
—Uhum. —Apenas puedo formar palabras en este momento.
Aplica un poco más de presión y mueve su dedo en una fracción más adentro.
Entonces, de nuevo, y él continúa moviéndose en un poco más cada vez. Estoy empezando
a sentirme frustrada. Necesito más. Entonces, Tom retira repentinamente el dedo hasta la
punta y lo desliza de nuevo en el interior hasta sus nudillos.
Me quedo sin aliento. Luces parpadean detrás de mis párpados. Mi cuerpo entrar en
sobrecarga sensorial total. Estoy llena de él. Y se siente increíble.
Dejé escapar un gemido, y que parece ser todo lo que él necesita porque Tom comienza
a follar mi culo con el dedo, deslizando los nudillos a más profundidad cada vez, mientras su
lengua lame frenéticamente mi clítoris.
Me corro en segundos. Mis manos se aprietan alrededor de la barra de metal, un grito
escapa de mis pulmones.
Me siento como si estuviera en órbita. Como si no peso nada. No tengo ni idea de
cómo estoy realmente todavía de pie.
Él no estaba bromeando cuando dijo que superaría cualquier orgasmo que jamás me
ha dado hasta el momento. Eso fue espectacular. Soy consciente de dedo de Tom saliendo
de mí, la sensación de tenerlo en movimiento detrás de mí.
Lo siguiente que sé, es que un Tom muy desnudo se presiona contra mí. Su espesa
polla cubierta por un condón asentada entre mis nalgas.
175
Se inclina sobre mi espalda. Él barre mi cabello sobre mi hombro, y pasa su lengua por
mi cuello.
—Eres la mujer más sexy que he conocido. Eres increíble, Firecracker.
Haciendo una conjetura salvaje en el número de mujeres que Tom ha conocido, yo
trato de tomar lo que dijo como el cumplido que es.
Dejando mi espalda, él se enreda su mano alrededor de mi cabello y lo mantiene
apretado. Su pene se aleja. Echo de menos el contacto al segundo. Lo siguiente que sé, su
mano agarra mi cadera y él se encuentra dentro de mí.
Yo gimo.
—Cristo, te sientes tan jodidamente buena. Perfecta para mi polla.
Él se desliza hacia afuera hasta la punta, con la mano tirando de mi pelo, y luego entra
de golpe de nuevo en mí. Mis ojos se cierran en un gemido.
—Aprieta mi polla con tu coño —me dice con esa voz de mando, lo que significa que
no está preguntando sino ordenando.
Apretando mis músculos internos, aprieto su polla tan duro como puedo. El sonido
que hace casi me hace correrme.
—Mierda, ¡sí! —susurra—. Yo quería ir lento, pero no puedo. Necesito follarte duro
y rápido.
Y lo hace.
Él desliza su polla y me golpea nuevamente. El aumenta la velocidad cada vez más, él
me golpea seguros y fuerte. Entra tan profundo que me tocan sus bolas, su cadera golpeando
contra mi culo, su pesado saco golpeando contra mi clítoris mientras él tira de mi pelo.
Mis tacones excavan en la tierra, y yo estoy sosteniendo la barra de metal como si fuera
a salvarme la vida, mientras que Tom me folla bien y duro. No podía sentirme más caliente
que en este momento.
Suelta mi cabello, dejando que se derrame a través de mi espalda. Su mano se mueve a
mis pechos pesados y sensibles. Él tira la copa de mi sujetador hacia abajo y tuerce mi pezón
con apenas la presión correcta.
Un grito se me escapa.
—Eso es, nena —gruñe—. Grita para mí.
Su otra mano encuentra mi clítoris. Al mismo tiempo, no pierde el ritmo follándome
con empujes controlados.
—Vas a correrte de nuevo, Ly. No menos de dos veces, ¿recuerdas?
—Sí... sí... —me quejo, mi cuerpo escalando de nuevo, tratando de alcanzar ese
segundo orgasmo.
—Eso es, nena. Dámelo. Ven por mí. Necesito sentirte corriéndote alrededor de mi
polla.
—¡Joder... Tom! —Estoy explotando a su alrededor, mis paredes internas apretándolo,
mi cuerpo y mente en un espiral fuera de control.
—Jesús... —gime Tom—. ¡Ya voy... Estoy jodido... joder! —Él golpea en mí y deja
escapar un sonido de placer primario puro.
Siento un poderoso estremecimiento correr a través de él mientras su polla empieza a
pulsar dentro de mí, derramando todo lo que tiene en el condón. 176
Los dos estamos sin aliento. Parezco sin huesos. Si no fuera por Tom sosteniéndome,
estaría en el suelo en este momento.
Se inclina hacia delante, todavía dentro de mí, su polla semi-erecta y pone el pecho
caliente y húmedo contra mi espalda. Sus brazos están alrededor de mi cintura,
sosteniéndome. Aprieta un beso a mi hombro y luego uno a mi cuello.
—La mujer más sexy jamás vista.
Me río y vuelvo mi rostro al suyo. Él roza sus labios sobre los míos.
—Tú no estás tan mal, me quejo.
Sintiéndome de lo más feliz que me he sentido en mucho tiempo, sonrío todo el tiempo
que Tom me ayuda a vestirme. Me río cuando se golpea la cabeza en una de las barras de
metal, y luego lo beso cuando él me hace sentir mal por reírme. Todavía estoy sonriendo
cuando se abre la puerta, y salimos.
Cierre la puerta y enclavamiento, él se vuelve hacia mí, tomando mis dos manos entre
las suyas. Estamos aquí de pie, uno frente al otro, nuestros ojos encontrados. Entonces, algo
pasa por el rostro de Tom, y se instala.
Se parece mucho a la alegría.
Hace que mi corazón lata más rápido.
Liberar una de mis manos, Tom toca mi mejilla.
—Ly... —Pone mi cabello detrás de mí oreja—. He estado pensando... por un tiempo
ahora... que tal vez deberíamos...
—¡Ahí estás! —La voz de Shannon rompe a través de cualquier cosa que Tom estaba
a punto de decir. Y el sonido de su voz me ha hecho alejarme de él, poniendo clara distancia
de seguridad entre nosotros.
Veo el surco en su frente.
Haciendo caso omiso de su ceño, me dirijo a Shannon, preguntándome si ella vio
nuestro intercambio íntimo.
A juzgar por su expresión, voy a decir que no.
Gracias A Dios. No quiero que nadie sepa sobre Tom y yo.
—¡He estado buscándote por todas partes, señorita! —Dijo Cale—. Que rompiste tus
shorts y te fuiste a cambiar, pero fui al remolque, y no estabas allí. Y se sobre ti y la ropa,
Lyla Summers. No eres tan jodidamente genial en vestirte, y yo quería asegurarme de que te
pusieras algo apropiado... —Se detiene a media palabra, mirando mis shorts—. Pero veo que
sigues usándolos.
Ella mira entre Tom y yo. Sus ojos se extienden sobre nosotros y luego a la puerta del
escenario directamente detrás de nosotros. Veo realización en su mirada. Ella sonríe.
Cae mi estómago.
—Los dos estaban... —su sonrisa se ensancha—. ¿He interrumpido algo? ¿O es que
ya tuvieron sexo?
Mierda. La gente no puede averiguar acerca de Tom y yo. No quiero que la gente
piense...
¿Qué? 177
¿Qué van a pensar?
Pensarán que soy otra de las fáciles que se acuestan con Tom. Otra chica tonta que ha estado follando.
Alguien de poca monta que está tratando de encontrar su camino a la cima.
—No hemos tenido sexo. —Dejó escapar una risa ahogada—. ¡Cómo si yo tendría
sexo con Tom! Quiero decir, ¡él es un mujeriego total! Tengo estándares, ya sabes. —Las
palabras están fuera antes de que pueda detenerlas. Y me odio a mí misma al instante. Los
ojos de Shannon se deslizan a Tom. La expresión cambia en ellos me ha girado para mirar a
él.
Sea lo que sea que Shannon vio en su rostro se ha ido cuando mis ojos se encuentran
con los suyos. No veo nada allí. Sus ojos son claros, con el rostro perfectamente blanco.
Tom me mira a mí y después a Shannon.
—No es que sea tu problema, Shan, pero nosotros no estábamos teniendo sexo.
Su voz es fría, individual.
Nunca lo he oído hablar a él de esa forma antes. Envía un escalofrío a toda velocidad
a través de mí. Sus ojos se deslizan de nuevo a mí, y eso es cuando lo veo, el frío
enmascarando el dolor.
Yo le he hecho daño.
—Al igual que Lyla —dijo—, ella tiene estándares. Ella nunca perdería el tiempo en
un mujeriego como yo. —Él mira su reloj—. Me tengo que ir. —Entonces, él se aleja.
Empiezo a sentir pánico.
—¿Mujeriego? ¿De qué diablos estás hablando? —Shannon se ríe y se acerca a mí,
claramente ajena a lo que acaba de ocurrir entre Tom y yo.
Debo ir tras él. Decirle que lo siento.
Pero si lo hago, entonces Shannon sabrá que algo está pasando entre nosotros.
¿Qué tengo que hacer?
Desgarrada por la indecisión, yo estoy aquí, confundida y para entonces, Tom se ha
ido, desapareciendo por la esquina.
Y dejé a Shannon tomar la decisión por mí cuando me lleva lejos en la dirección
opuesta.
—Tenemos que conseguir que te cambies. Debes estar en el escenario en menos de
media hora, y no puedes estar allí con tu culo colgando. De lo contrario, Zane tendrá el mío
por permitirte vestirte como una prostituta. No es que me importe que Zane tenga mi culo.
Maldita sea, que el hombre está bien.
Los latidos de mi corazón, bloqueo a Shannon y saco mi celular de mi bolsillo.
Abro un nuevo texto.

Lo siento mucho. No quise decir lo que dije. Sólo quería despistar a Shannon.

Yo busco que mis contactos, seleccione Tom y pulso Enviar.


Nunca debí haber dicho lo que dije. En este momento, yo debería estar rastreando a
Tom y rogándole que me perdonara, no escondiéndome detrás de mi celular como la cobarde
que soy.
178
Pero aun sabiendo eso, no hago lo correcto. En lugar de ello, sigo caminando con
Shannon y espero su respuesta. Mi corazón está en mi garganta todo el tiempo.
No recibo un texto hasta que estoy de vuelta en el vestidor, afortunadamente Aurora
no está en ninguna parte para ser vista, mientras Shannon me obliga a ponerme un par de
leggings brillantes, negros y ajustados.

No te preocupes. Entiendo.

Lagrimas llenan mis ojos porque no lo entiende. Él no lo entiende en absoluto.


Y no estoy segura de que yo lo haga también.
22
Tom
Traducido por Rouge82
Corregido por Liraz

Pocos días más tarde — Suite, Hotel Mandalay Bay, Las Vegas.

¿Que dónde estoy justo ahora?


Estoy en la suite de un hotel en las Vegas, mirando a Lyla enrollarse con un pijo
imbécil.
¿Por qué no lo he golpeado en el rostro, te preguntarás?
Créeme, si pudiera, lo haría, porque esto me está volviendo loco, viendo sus manos
sobre ella.
Es como ácido para mis ojos.
Ahora sé cómo debió sentirse Lyla cuando vio a la ninfómana Aurora Simmons 179
semidesnuda y sobre mí.
No puedo hacer nada excepto mirar, porque estos son negocios.
Actuación.
Están grabando un video musical.
El sencillo ha sido un éxito en la radio. El interés ha ido creciendo. Las descargas se
han disparado hacia el cielo la última semana y eso hablando solamente de iTunes. La banda
necesita un video para poder tener la canción en todos los medios posibles.
Lyla y los chicos tuvieron un show en un club de las Vegas la noche pasada.
Zane había decidido que las Vegas sería un buen lugar para la filmación y consiguió
una suite en el Mandalay para filmar el video. Por supuesto que el hotel estaba más que feliz
de complacer al sello de Jake, e incluso ofrecieron la mejor suite que tenían disponible sin
costo alguno.
Así que Zane y su equipo se reunieron con nosotros en las Vegas.
Denny está aquí. Llego acompañando a Zane. Den nunca podría resistirse a un viaje a
las Vegas. Estoy contento de que este aquí. No lo he visto desde que me fui de gira. Sera
genial ponernos al día.
Esta mañana grabaron una parte del video abajo en el House of Blues Music Hall. Fue
una gran locación para el video.
Ahora es media tarde y estamos haciendo la interesante parte de «amor» del video,
están filmando en la habitación y yo estoy sentado fuera en la sala, mirando. Tengo una visión
muy clara de lo que está pasando desde aquí y no puedo malditamente esperar a que acabe.
Ellos apenas han comenzado y ya quiero golpear al chico.
Andy, el pijo imbécil.
Cuando llego era todo como «¡Lyla, es tan fantástico conocerte! ¡Amo tu música! ¡Estoy deseando
filmar contigo!»
Besaba sus mejillas y la tocaba a cada momento.
Pequeño capullo. Le debería haber arrancado las manos en el momento en que la toco.
Sé que Lyla se siente incómoda con todo esto. Aparte del hecho de que el director
artístico, Julio, le advierte que necesita relajarse cada cinco minutos, puedo verlo en sus ojos.
Y lo peor, las cosas entre nosotros han estado raras los últimos cinco días, y ahora, ella
tiene a ese niño pijo sobre ella, haciendo su supuesta actuación.
La rareza es por mí. He retrocedido un poco. Me estaba volviendo demasiado cercano
a ella. Lo note en el momento en el que estuve a punto de decirle a Lyla que quería hacer
público lo nuestro.
Mirando atrás. Me alegra que Shannon haya aparecido en ese momento y Lyla haya
actuado como lo hizo. Era justo lo que necesitaba para entrar en razón.
Quiero decir, en serio, ¿qué era exactamente lo que quería «hacer público»? ¿El hecho de
que estaba follando con ella hasta que el tour terminara?
No lo creo. Que la gente supiera lo nuestro solo complicaría las cosas. Y yo solo ya
había hecho un trabajo lo suficientemente bueno complicando las cosas en mi propia cabeza.
No necesitaba a nadie más que me ayudara.
Pero ahora todo está bien. Estoy de regreso en el lugar que debo estar. He dejado de
comportarme como una nenaza y he vuelto a asumir el papel de tipo duro. 180
Cuando vi a Lyla esa noche más tarde y después de haber actuado como «Tom la
nenaza», me aseguré de follarla como un hombre folla a su compañera de sexo casual.
Puede que me guste Lyla… puede que me preocupe por ella…
Pero me preocupo por ella como un amigo y nada más.
Mi cerebro solo se embrollo por un momento. No pasaría otra vez.
—Esto parece ir bien ¿No crees? —dijo Zane sentándose a lado mío.
—Sí, nada mal.
—Lyla está nerviosa, lo cual es comprensible por ser su primer rodaje de un video,
pero creo que obtendremos algo bueno fuera de eso.
Lo miré.
—El actor es un capullo.
Zane me miró.
—¿Lo crees? No me lo parece
—Muy pijo. Deberían haber ido por algo más… rudo, cubierto de tatuajes, rockero.
Yo.
—Julio pensó que sería bien visto tener un chico pulcro para contrastar su imagen y
mantener las cosas clásicas.
Julio es un capullo también.
Me encogí de hombros.
—Como sea. Supongo que el tendrá que hacerlo, no es como si pudieran traer a otro
chico ahora.
Zane miro hacia la escena de la habitación.
—Supongo que no —reflexionó en voz baja.
—Entonces, ¿Saldremos después de esto? —Den se desplomó en una silla a mi lado y
me pasó una lata de Coca Cola.
—Sí —contesté, abriendo la lata. Entonces me distraje por algo que estaba diciendo
Julio.
—Lyla, cariño, pon tus manos sobre Andy. Vamos a hacer que la audiencia crea que
estas enamorada de él. Andy quítate la camisa. Puede que sea mejor si trabajamos con un
poco de piel al descubierto.
Uhm… ¿Qué mierda? ¿Por qué necesita quitarse la camisa?
No pude evitar reír cuando Andy se quitó la camisa.
No hay una sola onza de hombre en él. Seguro, él puede estar tonificado pero su pecho
luce un falso bronceado y estoy bastante seguro de que trae delineador en los ojos. Ni siquiera
tiene un tatuaje, ¡Joder! Quiero decir, ¿Qué tipo de hombre no tiene un tatuaje? Los pijos,
esos son los que no lo tienen.
—Entonces, ¿Qué piensas? —la voz de Den se filtró a través de mis pensamientos.
Ahora Lyla tiene sus manos contra el pecho del capullo y él está besándole el cuello.
Cerré las manos en puños contra mis muslos y tuve que dejar de mirar hacia el set.
181
—¿Qué pienso de qué?
Den me miró extrañado.
—De lo que dije, sobre hacer unas cuantas apuestas, ¿Antes o después de irnos de
fiesta?
—No me importa —dije mientras mis ojos regresaban hacia Lyla.
Estaba desabotonando el pantalón del pijo.
¿Qué demonios?
Okay, esto es el colmo.
—Seguro, lo entiendo… un poco. Pero, ¿Por qué los pantalones?
Si ella le quita los pantalones, voy a parar toda esta mierda, no estamos grabando una
película porno aquí.
—Tom, ¿Estas bien hombre? Luces distraído.
Le eche un vistazo a Den antes de volver a mirar a Lyla «No estoy distraído».
Okay, todo bien. Los pequeños pantalones del capullo siguen en su lugar. Lyla solo los
estaba desabotonando para una escena que Julio quería filmar.
Genial. Todo está muy bien ahora.
Entonces el maldito Julio, abrió la boca.
—Lyla, cariño, creo que deberíamos hacerlo sin blusa para esta parte. Quítatela, pero
déjate el sujetador. La piel sobre piel mejorara este trabajo.
¿Qué mierda está diciendo?
Antes de darme cuenta estoy fuera de mí asiento diciendo.
—¡Mierda! ¿Estás hablando en serio? ¿De verdad necesitas que se quite la blusa? ¡No
estamos filmando una puta porno!
Silencio en la habitación.
Julio se gira para mirarme. En realidad todo el mundo aquí está mirándome.
Incluyendo a Lyla.
Aparté la mirada.
Estoy actuando como un novio celoso.
No soy un novio celoso. De ninguna maldita manera.
—Tom. —Zane se levantó de su asiento—. Sé que has tenido problemas con algunas
de las ideas que hemos tenido. ¿Por qué no vamos a platicar un poco mientras ellos terminan
aquí? Entonces podremos regresar y aportar algunas ideas.
Zane está siendo sincero en realidad. Pero justo ahora me siento como un completo
estúpido y necesito largarme de aquí.
—No, está bien. No tengo nada que aportar. Todo lo que están haciendo está bien.
Tengo algo que hacer —beber— entonces, los veré luego. —Tomo mi chaqueta y salí de ahí
lo más rápido que pude.
—¡Espérame! —Grita Den detrás de mí.
Reduje mis pasos pero no me detuve. Ni siquiera me atreví a mirarlo. Sabía lo que
estaba pensando.
182
—¿Qué mierda fue eso? —Se rió, un poco sin aliento por haber corrido detrás de mí.
—¿Qué fue qué?
—Uhm… tu pequeño arrebato emocional.
—No fue nada —contesté un poco cortante, pero no me importó, avanzando a
grandes zancadas alcancé el elevador y presioné el botón para llamarlo.
No volvimos a hablar hasta que nos sentamos en el bar del hotel y ordenamos las
bebidas.
—Entonces… ¿Estas jodiendo con Lyla? —Dijo Den divertido.
Inmediatamente me puse en guardia, respondiendo con una mirada furiosa a su mirada
fija.
—Sí, estoy jodiendo con Lyla. ¿Y qué?
Una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro.
—Así que… supongo que estabas celoso allá atrás, viéndola sobre ese tipo y por eso
actuaste como un maldito bicho raro.
—No estaba celoso —me burlé—. Yo no siento celos.
¡Celoso!, Estaba muy celoso
¿Qué demonios pasa conmigo?
—¿Cuánto tiempo has estado tirándotela?
Lo miré con el ceño fruncido.
—¿Has estado hablando con Jake?
—No —dijo con una carcajada—. Sorprendentemente Jake ha mantenido la boca
cerrada, lo cual me dice que esto es más serio de lo que pensaba.
—No seas ridículo. Esto no va en serio. Tú sabes que yo no soy de ese tipo.
—Entonces, ¿cuánto tiempo? —Insistió
Sonreí a la mesera que acababa de traer nuestras bebidas y espere a que se fuera antes
de contestar.
—Tres semanas.
—¿Has follado con alguien más en todo ese tiempo?
—¿Qué es esto? ¿El maldito juego de las veinte preguntas?
Den toma su medida con una sonrisa de idiota en el rostro.
—Usualmente no eres tan tímido al contar detalles de tu vida sexual.
Tiene razón. No lo soy. Maldita sea. No quiero contarle nada de Lyla y de mí, pero sé
que si no lo hago comenzara a pensar que hay más de lo que en realidad hay.
—Okay, está bien. Estoy follando con Lyla y no he follado a nadie más desde que puse
mi polla en su coño.
—¡Santa Mierda! —Ladró entre carcajadas—. Nunca pensé que llegaría el día en el que
te vería con una sola mujer. Amigo, lamento decirte esto, pero es obvio que tienes una
relación con Lyla.
Mi corazón se detuvo. Muerto.
No. 183

¿Lo estoy?
No.
De ninguna manera. Solo somos folla-amigos
—No tengo una relación con ella.
—Sí, y yo soy Steve Jobs.
—¿Te das cuenta de que él está muerto, verdad?
—¡Vete a la mierda! Como sea. Claro que tienes una relación con Lyla.
—¿Cuántos años tienes? ¿Cinco? No tengo una relación con Lyla, idiota. Es mi folla-
amiga.
—Los folla-amigos usualmente tienen sexo con otras personas. Ese es el punto, tiene
sexo regularmente pero también lo hacen con otras personas.
—Ya lo sé gilipollas, pero Lyla no es ese tipo de chica y yo quería follarla
desesperadamente. En serio ¿Has visto lo sexy que es? Y sus tetas son reales, Den,
malditamente reales. No he tocado tetas reales en años. Todas las chicas parecen tener tetas
de silicona en estos días. Y claro que estuve de acuerdo con follarla solo a ella hasta que la
gira terminara. Follamos tanto como queremos hasta que regresemos a Los Ángeles,
entonces nos diremos adiós.
¿Qué es ese dolor en mi pecho?
—Estás en negación —dijo riéndose entre dientes y sacudiendo la cabeza.
—No estoy en negación —contesté frotando mi pecho
—Estas en negación. Te gusta esa chica, Tom. Puedo verlo. Te conozco desde hace
mucho tiempo y nunca te había visto mirar a alguien de la manera en que la miras a ella, no
puede dejar de verla, te vuelves exclusivo y no me hagas empezar con lo de los celos.
—No estaba celoso. Y le estas ladrando al árbol equivocado, todo lo que busco en Lyla
es su apretado coño y su impresionante par de tetas.
—Nope —dijo mientras sonreía satisfecho—. Te gusta
—Claro que me gusta, estúpido. Es una chica genial. Tienes las mejores tetas que he
visto nunca y folla como una actriz porno. ¿Por qué no me iba a gustar?
—Nah… te gusta ella, ¡Te gusta!
—Tú también estas pasando mucho tiempo con Simone, de hecho comienzas a sonar
como ella ¿Te ha crecido vello púbico también en ese pequeño coño de nenaza?
—Supongo que tú también le gustas a Lyla —dijo enseñándome el dedo medio—. Por
eso te deja entrar en su cama, no parece del tipo «duermo donde sea».
—No lo es.
Esa respuesta provoco otra sonrisa sabelotodo en Den.
—Entonces a ti te gusta, tú le gustas… ¿Por qué no ven hacia donde van las cosas?
—Porque no van hacia ningún lado. —Me levanté frotándome la cabeza pues su
cháchara estaba haciendo que me doliera—. ¿Podemos dejar el tema y comenzar a beber? —
exclamé levantando mi whisky y bebiéndomelo.
El rostro de Den se tornó serio, sentándose hacia adelante con los codos sobre la mesa. 184
—Tom, estar con Lyla, tener finalmente una relación seria, no es algo malo, de hecho
podría ser genial. Tú no eres tu padre. Las cosas no serán…
—En serio —espeté—. Cierra la maldita boca, no quiero hablar sobre eso. —Despeiné
mi cabello con una mano, sintiéndome al borde y entonces deje mi copa sobre la mesa,
llamando al mesero a señas.
—Está bien, cálmate. —Se tomó de un trago la bebida y dejó la copa sobre la mesa—
. Lo único que digo es que estarás cometiendo un grave error si te alejas de Lyla cuando
termine la gira, creo que podrías tener algo grandioso con ella si te das la oportunidad.
23
Lyla
Traducido por Rouge82
Corregido por Leluli

Más tarde esa noche — Habitación del Hotel Mandalay Bay, L.A.

Estoy en pijama mientras la canción de «Drunk in Love» suena en el televisor, cuando


tocan mi puerta.
Siento mariposas en el estómago y espero que sea Tom.
Salgo de la cama, pasando por encima de una almohada de camino a la puerta, la abro
y las mariposas se convierten instantáneamente en luciérnagas cuando lo veo.
Me mantengo impasible, no muy segura de donde estamos parados en este momento.
Esta mañana Tom lucia visiblemente enfadado en la filmación.
Su arrebato y posterior salida no pudo ser más alta y clara.
185
Cale notó el comportamiento de Tom y me preguntó sobre ello en la cena. Le reste
importancia al decirle que no tenía ni idea de lo que estaba pasando, que probablemente Tom
solo estaba de mal humor o algo.
He estado pensando en el comportamiento de Tom en la filmación toda la noche,
dándole vueltas y vueltas tratando de entender lo que significa y que es lo que está pasando.
—Hola —dice levantando las manos por encima de su cabeza para sujetar con los
dedos el marco de la puerta, lo que provoca que su camiseta se levante mostrando sus
abdominales y que mi vientre se estremezca de lujuria.
Abro aún más la puerta dando un paso atrás para dejarlo entrar.
Detecto un ligero olor a whiskey cuando su cuerpo roza el mío al entrar a la habitación,
ese olor lo hace incluso más sexy.
Apenas he cerrado la puerta cuando su cuerpo me presiona contra ella.
—No me gustó ver las manos de ese imbécil sobre ti —gruñe en voz baja.
La fuerza de sus palabras me corta la respiración.
Supongo que eso responde a mi pregunta no formulada. Tom esta celoso.
—A mí tampoco me gustó, pero solo fue actuación Tom. Tu entre toda la gente
deberías entender cómo es esto. He visto tus videos musicales, ¿recuerdas?
Descansa su frente contra mí, su respiración se torna pesada mientras habla.
—Yo solo… mierda, no estoy celoso, Dinamita. No soy ese tipo de hombre, pero al
verte con él… —Sus ojos se encuentran con los míos, quemando con una intensidad que
nunca había visto en él—. Hoy, soy ese tipo de hombre. —Entonces su boca se cierra sobre
la mía.
Enredo mis dedos en su cabello, abriendo la boca para él, desesperada por él, estaba
muy asustada de que estuviera enojado conmigo y las cosas entre nosotros han sido tan
diferentes desde Kentucky que tenerlo aquí, diciéndome esto, me hace tan feliz, no puedo
ser más feliz
Sí, me asusta dejar mi felicidad en manos de Tom, confiar en él de esta manera.
Pero justo ahora, estoy dejando mis miedos de lado y enfocándome en la manera en la
que me hace sentir justo ahora.
Nos arrancamos la ropa como si estuviéramos en una carrera para ver quién puede
desvestir primero al otro.
Tom gana.
Me carga, mientras se baja los pantalones hasta los tobillos y me lleva hacia la cama.
Caemos sobre el colchón con él sobre mí soportando su peso con sus manos.
—Eres mía —dice en voz baja—. Por lo que dure esta gira, me perteneces.
—Sí, tuya —susurro mientras tomo su cabeza entre mis manos y acerco mis labios a
los suyos.
Sus dedos recorren mis muslos de manera brusca. Levanto la pierna y la enrollo
alrededor de sus caderas presionando mi talón contra sus nalgas.
Sus dedos siguen su camino y me encuentran húmeda y a la espera de más.
—Tan malditamente húmeda… siempre lista para mí. —Acerca sus labios a los míos
justo en el momento en que empuja un dedo en mi interior.
Mi espalda se arquea presionando mis senos contra su pecho. 186
Tom baja la cabeza y toma mi pezón entre sus labios chupándolo furtivamente.
—Necesito estar malditamente dentro de ti. —Su voz retumba en mí y lo siento por
todo mi cuerpo.
—¿Qué estás esperando? —Pregunto con una sonrisa sexy y descarada
Sus ardientes ojos jade se encontraron con los míos.
—Firecracker, sabes que soy un hombre muy goloso. Necesito mis aperitivos primero,
después voy a cenar en tu coño y de postre… te tendré sentada sobre mi cara.
Santa Mierda.
Tom se levanta y alcanza sus pantalones para sacar su cartera del bolsillo trasero.
—Mierda —gruñe
—¿Qué pasa? —Le digo sentándome en la cama.
—No tengo condones —contesta pasándose una mano por el cabello.
¿No tiene condones?
¿Cómo es eso posible?
Tom siempre tiene condones. Y si, saber que él siempre trae condones consigo a donde
quiera que vaya es un pensamiento con el que tengo que luchar todos los días.
—Sabía que se me había terminado y pensé en ir a la tienda a comprar unos pero lo
olvide. Estaba impaciente por regresar aquí contigo.
Estaba impaciente por regresar conmigo. Sentí mi corazón aletear dentro de mi pecho y salir
volando.
—Bueno, tu sabes… no tengo ninguno —resoplo para apartar el cabello que había
quedado sobre mi cara.
Tom se sentó a mi lado.
—¿Estas tomando la píldora?
—Sí…
—Bien, entonces ¿podemos hacerlo sin condón esta vez?
Mis cejas se elevan con sorpresa casi hasta tocar el nacimiento del cabello.
—¿Estás borracho?
—No, no estoy borracho. E incluso si lo estuviera, ¿qué tiene que ver eso con esto?
—Bueno, sé que si estuvieras sobrio no me sugerirías hacerlo a pelo.
Inclinándose roza sus labios contra los míos mientras dice:
—He estado bebiendo esta noche, claro, pero estoy lejos de estar borracho. Puedo
aguantar la bebida, Firecracker. El punto es, no soy un hombre paciente, no quiero tener que
esperar para estar dentro de ti.
—Tom… —presiono mis manos contra su pecho, poniendo un poco de distancia
entre nosotros, tenerlo tan cerca nubla mi mente—. No estoy segura, me refiero a que… es
solo que… tú has estado con muchas mujeres.
Me mira con cara de pocos amigos.
—Y tú has dormido con otros hombres, uno de los cuales solía tirarse a hombres, y
no me ves aquí pidiéndote el historial de tu vida sexual. 187
Jadeo, siento mi rostro contraerse de dolor, mientras me giro lejos de él.
—Jesús, Tom eso fue un golpe bajo
—Mierda —musita mientras levantaba mi mentón forzándome a mirarlo a los ojos—
. Lo siento bebé, eso no sonó muy bien, me refería a que… confío en ti. —Se sube a la cama,
colocándose entre mis piernas y presionándome contra el colchón, con los brazos a ambos
lados de mi cabeza y la mirada fija en mí—. Confío en ti, y me gustaría que tú confiaras en
mí también. Estoy limpio, lo juro. Me hago chequeos regulares y nunca lo hago sin condón.
Juraría que mis compras han mantenido a la empresa Trojan en el mercado los últimos quince
años. No tienes nada de qué preocuparte.
¿Quince años? ¿Empezó a tener sexo a los catorce?
¿Estoy en realidad sorprendida? Es Tom Carter de quien estamos hablando.
Y pensar que comenzaba a considerar ceder después de toda esta cosa de la confianza.
Pero ahora todo lo que puedo escuchar era su voz diciendo Juraría que mis compras han
mantenido a la empresa Trojan en el mercado los últimos quince años. Que buen recordatorio de su
forma de ser, un completo mujeriego
Me siento enferma.
Conteniendo la irritación le digo:
—Nada de qué preocuparse entonces, ¿eh? Oh, está bien… —puedo sentir como mi
enojo va en ascenso. Solo él puede hacerme enojar de esta manera, trató de no pensar en lo
que esto significa—. Tengo que decirte, Tom, que me hace sentir mucho más dispuesta a
follar sin condón —chillo—, ¡cuando me recuerdas que en el pasado has sido montado más
veces que un elevador del Empire State!
Sus ojos se entrecierran.
—Lo has sabido todo el tiempo que hemos estado en la cama, corazón.
—¡Ugh! A veces me pregunto qué demonios estoy haciendo contigo. —En realidad
no quiero decir eso, pero estoy enojada y no pienso lo que digo.
Empujo su pecho duro como roca y me revuelvo sobre la cama intentando salir de
debajo de él.
Pero Tom es mucho más grande y fuerte que yo, me atrapa con sus caderas, y atrapa
mis manos sobre mi cabeza y contra la almohada. No me puedo mover ni un ápice y no me
gusta nada.
—Sabes exactamente por qué estás conmigo. Porque te follo como ningún hombre lo
ha hecho ni lo hará nunca.
Para nada impresionada, frunzo el ceño mientras le digo:
—SUEL-TA-ME
—No, parece que necesitas recordar algunas cosas. Número uno, yo soy quien da las
ordenes y no tú, la habitación es mi dominio.
Moviendo las caderas presiona su larga longitud contra mi clítoris. Tengo que reprimir
un gemido. Pero mi cuerpo se estremece, delatándome. Odio la manera en la que mi cuerpo
me traiciona cuando se trata de él.
Sonríe satisfecho mientras continúa:
—Pronto nena, por ahora necesito que contestes mi maldita pregunta. ¿La recuerdas
o necesito repetírtela? —Se empuja fuerte contra mí, más certero que antes, presionando los
botones correctos. 188
Juraría que este hombre tiene un croquis de mi vagina, sabe exactamente cuando y
donde tocarme en el momento justo. Mi mirada se pierde y dejo escapar un gemido esta vez.
Las palabras dejan mi boca sin que siquiera haya pensado en ellas.
—Las recuerdo. —Mi voz suena entrecortada, de niña, en absoluto como lo hace
normalmente.
¿Exactamente quién soy yo cuando estoy con él?
—Buena chica.
Puedo ver un halo de poder atravesar su mirada antes de que baje la cabeza para
alcanzar la mía, nuestros labios separados apenas por unos frustrantes milímetros y me asusta
cuan desesperadamente necesito su boca sobre la mía en este momento.
Nuestras respiraciones se mezclan mientras gruñe suavemente:
—Por alguna maldita y retorcida razón, tú eres la única a la que quiero montar.
Constantemente. Una y otra vez. No puedo tener suficiente de ti y definitivamente eres la
única a la que he querido montar a pelo. Dicho todo esto, lo demás no importa, eso borra a
todas las demás de la lista ¿No crees? —Tom chupa mi labio inferior y lo introduce en su
boca—. Quiero sentirte —murmura.
Se me corta la respiración.
Tom no me presiona para darle una respuesta, porque ni siquiera la necesita. Soy débil,
una blandengue dócil, un lio de emociones bajo sus firmes manos y su maldita forma de
hablar.
—Tom —susurro entrecortadamente—. Móntame…ahora…a pelo.
Liberándome, toma su polla en una mano frotándola arriba y abajo sobre mi centro,
cubriéndola con mi humedad, luego se detiene y se posiciona en mi entrada.
Cierro los ojos.
—Mírame.
Parpadeo al abrir los ojos y encuentro su ardiente mirada.
—Quiero que me veas, que no apartes de mí la mirada mientras este dentro de ti.
Sosteniendo su mirada asiento suavemente.
Entonces se desliza dentro de mí.
—Oh dios. —Lucho por respirar, sentirlo dentro de mi es… intenso.
Él. Yo.
Conectados de esta manera.
Es extraño como una pieza de látex puede cambiar las cosas de tantas maneras
distintas.
Sus ojos lucen llenos de un sentimiento que no puedo comprender.
—Cristo… Yo nunca he… eres tan malditamente apretada, Ly. No puedo… —musita
sacudiendo la cabeza.
—Lo sé —contesto trazando con los dedos el contorno de su rostro.
Tiene la piel tensa, los ojos oscuros y la mandíbula apretada.
Está al borde.
Acerca su frente a la mía, nuestras miradas aun entrelazadas, mientras se empuja
lentamente adentro y afuera.
189
Una ráfaga de aire sale de su boca solo para encontrarse con una ráfaga de la mía.
—Jesús, creo que no voy a durar mucho… no así. Es tan malditamente bueno. Eres
maravillosa, bebé.
—Déjate ir —susurro—. Dámelo. Quiero sentir todo lo que tengas para darme.
Su frente deja la mía, y puedo decir por el aspecto de su rostro que cualquier control
que haya estado ejerciendo sobre sí mismo ahora se ha ido.
Apretando los dientes, comienza a follarme como un poseso.
Este sexo puro y duro es absolutamente perfecto.
Me presiona tan fuerte contra el colchón con cada embestida que tengo que arañar las
sabanas para poder sostenerme.
—Dime que estas cerca, porque no puedo aguantar por mucho más tiempo.
—Estoy cerca Tom… si… solo sigue… haciendo… eso.
Su pelvis golpea mi clítoris y el orgasmo rompe a través de mí. Mis ojos se cierran,
incapaces de permanecer abiertos ante la magnitud de mi orgasmo, rompiendo nuestra
conexión.
—Jesús… esto es… no puedo.
Siento su polla sacudirse dentro de mí.
Abro los ojos para ver los suyos cerrarse apretadamente, lo veo echar su cabeza hacia
atrás con el pecho agitado convulsivamente por la fuerza de su orgasmo, mientras se vacía
dentro de mí.
Verlo así, sentir su cuerpo desnudo y su esencia dentro de mí, es demasiado.
Siento mi pecho apretarse y mi respiración detenerse.
Es como si me hubiera dado un puñetazo en el pecho, sacándome el corazón del todo
para llevárselo consigo.
Oh no.
Estoy tan perdida. Estoy empezando a sentir cosas… por él.
Tom recuesta su húmedo pecho sobre el mío y me besa.
—Wow, eso fue… algo más.
Me esfuerzo por hacer mis sentimientos de lado mientras sonrío.
—¿Quién diría que hacerlo sin condón sería tan genial? —Recorro su cabello con mis
dedos.
—No, no fue eso… eres tú. Eres increíble.
Tan pérdida.
—Bueno, tú tampoco eres tan malo. No es que necesites que yo te lo diga.
—Cierto.
Su carcajada retumba a través de su pecho y hacia todos lados haciéndome consiente
de todas las partes en las que mi cuerpo está unido al suyo, lo siento dentro de mí.
—Pero es bueno escucharlo. No sueles elogiar mi técnica.
—Cierto —digo sonriendo
Me besa una vez más, para después levantarse sobre sus manos.
190
—Solo voy a limpiarme un poco, vuelvo en un segundo.
Se retira de mí cuidadosamente y lo veo caminar hacia el baño.
Oigo el agua correr y Tom regresa un segundo después con una toalla entre sus manos.
Gatea sobre la cama y presiona la toalla entre mis piernas. Me levanto sobre los codos para
mirarlo.
—¿Qué estás haciendo?
—Limpiándote después de limpiarme a mí mismo —contesta con una sonrisa
descarada—. Quiero cuidar de mi chica.
Mi chica.
Después de limpiarme entra al baño, para dejar la toalla y regresa a recostarse sobre la
cama boca abajo.
Recostándome de lado, comienzo a recorrer su tatuaje con un dedo.
—¿Quién es Thomas III? —Pregunto.
—Mi padre —contesta mientras se pone rígido bajo mis manos.
—¿Él… está muerto?
Lo veo suspirar antes de girar su rostro hacia mí.
—Sí.
Me inclino a besar su tatuaje mientras musito:
—Lamento tu perdida. ¿Hace cuánto tiempo?
—Hace mucho tiempo —contesta girándose para recostarse de espaldas con las manos
debajo de la cabeza.
—Entonces… eso te hace Thomas IV
—Sip.
Recordando lo que me dijo sobre tener una canción para cada persona que habías
perdido, pregunté en voz baja:
—¿Cuál es la canción de tu padre?
Una sombra de dolor cruza por su mirada haciendo que me arrepienta al instante de
haber preguntado.
—«Ordinary World» —dice, su voz suena rara… rígida.
—Duran Duran.
Asiente una vez.
—¿Entonces… escuchas la canción de tu padre todos los días tal como lo haces con
la de Jonny?
Tom se sienta abruptamente.
—Jesucristo —estalla—, ¿Qué mierda es esto? ¿Un tercer grado7 para Tom?
—Lo siento. No quería… —balbuceo desconcertada por el repentino veneno en su
voz.
—Sí, claro que sí. Sabes exactamente lo que estás haciendo. ¿Quieres saber más de mí?
Bien. No, Lyla. No escucho esa maldita canción todos los días. No la he escuchado en
dieciséis años e incluso ese tiempo no es lo suficientemente largo. ¿Es suficiente información
para ti? ¿Has tenido suficiente de mí o necesitas más?
191
Las lágrimas golpean mis ojos y un nudo se forma en mi garganta. Confusa y herida
me siento dándole la espalda, y comienzo a levantarme.
Lo oigo suspirar, y entonces toma mi muñeca para detenerme lo siento acercarse por
detrás, y presionar su pecho contra mi espalda, sus brazos me rodean, sosteniéndome y
entonces lo siento presionar su rostro contra un costado del mío.
—Lo siento. Yo solo… No hablo sobre mi padre. Nunca.
Recuerdo lo que dijo sobre la necesidad de hablar con alguien de nuestra perdida.
Quiero recordárselo pero tengo miedo de presionarlo demasiado, me preocupa alejarlo de
mi si comienzo a hablar sobre ello.
—Está bien. Lo entiendo —le digo cerrando la mano sobre su muñeca
Y ahí nos quedamos, atrapados en un incómodo momento, no sé qué decir, por lo que
termino diciendo lo primero que me viene a la cabeza.
—¿Tienes una canción para mí?
Lo siento separarse de mí y mirarme fijamente por lo que me giro para verlo a mi vez.
Luce perplejo.
—Aun no te he perdido. ¿O sí?
—No —contesto sacudiendo la cabeza—. Pero la gira terminará y… —titubeo porque
no sé cómo terminar la oración ni siquiera sé si quiero terminarla.
Una expresión que no se interpretar cruza por su rostro y entonces dice:

7 Tercer grado hace referencia a bombardear con preguntas.


—Creo que «I’d Died and gone to Heaven».
Mi corazón se detuvo dentro de mi pecho.
Esa es la canción que estaba sonando la noche que tuvimos sexo bajo el escenario.
—Bryan Adams —grazno
Asiente con la mirada fija en la mía.
—Bueno, ambas versiones, la de Bryan o la de la banda que estaba tocando la noche
en que me dejaste ir a donde ningún otro hombre había ido antes —dice con una sonrisa
sexy iluminando su rostro.
Me quedo muda. Por primera vez en mi vida no sé qué decir.
Esa canción… está diciendo…
¿Está diciendo lo que creo que está diciendo?
Porque si está diciendo lo que creo que está diciendo, entonces…
—Entonces… ¿Tienes una canción para mí? —su voz interrumpe mis pensamientos.
Froto mi cabeza tratando de reunir mis pensamientos.
—Oh, uhm…si… «Gorilla» —contesto forzando una sonrisa.
Suelta una carcajada antes de decir.
—Es porque soy una bestia en la cama, ¿verdad?
—Más bien es porque me torturaste con ello mientras estabas en tu rol de mensajero
de texto en aquella cena.
192
Tom deja salir otra carcajada al tiempo que nos vuelve a recostar en la cama
acurrucándome a su lado mientras acaricia mi cabello.
Pero yo, yo aún estoy pedida en mis pensamientos, atrapada en el significado de esa
canción. Analizo la letra una y otra vez en mi mente, preguntándome si Tom ha escogido la
canción solamente porque le recuerda ese increíble momento bajo el escenario… o si es
porque siente lo que la canción dice.
Y si lo hace ¿Qué significa para nosotros? Y, ¿quiero que signifique algo? ¿Podría significar algo?
¿Podría alguien tan emocionalmente rota como yo y una persona emocionalmente hermética como Tom, tener
algo juntos?
Cierro los ojos ante tal pensamiento
Y cuando vuelvo a abrirlos, entornándolos ante la luz de la mañana Tom se ha ido y
ahí tengo la respuesta.
24
Lyla
Traducido por Blanca20011983
Corregido por Leluli

Cinco días más tarde — Última noche del Tour, un club, San Diego

Tom ha estado alejado de mí.


Después de nuestra noche en Las Vegas, cambió.
Apenas habla conmigo durante el día, cuando lo hace, es relacionado con el trabajo.
Dejó de buscarme activamente para tener relaciones sexuales durante el día. Evita estar a
solas conmigo. Sólo por la noche cuando los chicos estaban durmiendo, Tom viene a mi
cama. Quiero preguntarle qué le pasaba, pero no lo hago por miedo a que no me guste su
respuesta. Cada noche, tenemos sexo durante horas. Sin ninguna conversación. Sólo nuestros
cuerpos comunicándose. A veces, siento que me está haciendo el amor, pero yo no soy tan
ingenua como para creer que es más de lo que es. 193
Cuando estamos teniendo sexo, y yo estoy repleta y agotada, me quedo dormida en sus
brazos.
Y me despierto en una cama vacía.
Le he perdido.
Sabía que iba a suceder. Simplemente no me gusta.
Ahora, el último show de la gira ha terminado, y después de esta noche, Tom y yo
habríamos terminado.
Me digo a mi misma que es lo correcto, lo que debería suceder. Es lo que acordamos.
Lo que yo quería.
Pero mi corazón me está diciendo algo diferente. Está con ganas de más. De él.
Desesperadamente quiero pelear por mis sentimientos por Tom, pero por una vez, mi
corazón parece estar ganando la guerra contra mi cabeza.
Mi corazón puede luchar y desear lo que quiera, pero Tom no está en el mismo lugar
que yo.
Claro, las pequeñas cosas que ha hecho y dicho me hicieron pensar que podría tener
sentimientos por mí.
Pero yo sé quién es Tom. Y estos últimos cinco días, ha hecho que recuerde
exactamente dónde nos encontramos uno con otro.
Estamos en San Diego, a pocas horas de su casa, por lo que el plan es permanecer en
el club que tocamos, celebrando con el resto del grupo. Luego, el autobús nos llevará a casa,
y será el final de la gira.
El fin de todo.
No he visto a Tom desde que salimos del escenario.
Me preocupa que él se haya ido. Que ni siquiera vaya a tener una última noche con él.
Deseo haberlo sabido ayer por la noche, así podría haber aprovechado la mayor parte del
tiempo. Hubiera memorizado cada segundo.
El DJ está en su momento, y Fall Out Boy’s «Thanks for the Memories» empieza a
bombear en los altavoces.
Estoy de pie en la barra con Shannon y Ashlee, mis manos agarrando una botella de
cerveza, y mi cuerpo comienza a balancearse con la música.
Siento una mano en mi hombro. Una sonrisa se me viene a la boca, con la esperanza
de que fuera Tom, me giro y me encuentro cara a cara con Robbi Kraft.
Mi sonrisa se cae.
Me las arreglé para evitar con éxito a Robbi en otro espectáculo que tuvimos juntos,
así que es sólo mi tonta puta suerte que tengo de verlo en mi última noche.
—Lyla.
Pongo mi botella sobre la barra. Entonces, le miro fijamente. Si pudiera matar a un
hombre con una mirada, Robbi Kraft estaría en el suelo, inconsciente, en este momento.
—¿Qué quieres? —Mi voz es firme.
—Mira... —se rasca la cabeza—. Sólo quiero disculparme.
—No malgastes tu aliento porque no voy a aceptar tus disculpas.
Me vuelvo para alejarme, pero él agarra mi brazo.
194
—Sólo escúchame.
—No. No estoy interesada en que tengas que decir. Ahora, suéltame el brazo. —Me
libero.
—¿Lyla?
Mi cuerpo se queda como frío.
No. Dios, no. Ahora no.
Me vuelvo lentamente. Entonces, siento que voy a morir en este mismo lugar cuando
mis ojos chocan con Dex.
Todo lo demás a mí alrededor se desvanece a negro.
Dex camina hacia mí.
Quiero moverme, pero no puedo hacer que mis piernas trabajen.
Todo lo que puedo pensar es, él está aquí. ¿Está Chad aquí? ¿Y cuánto necesito para
escapar?
—¿Cómo… cómo estás? —Dex se pasa la mano por el cabello de esa manera nerviosa
que ha hecho desde que éramos niños.
—¿Por qué estás aquí? —Mi voz apenas puede decir palabras.
Mis ojos comienzan a escanear la multitud, en busca de Cale o Sonny... Tom.
Necesito a Tom.
Veo a Robbi alejarse, haciendo su camino de regreso a través de la multitud. Ni siquiera
puedo estar aliviada de que él se está alejando, porque estoy demasiado llena de pánico de
que Dex esté aquí.
Tom, ¿dónde estás? Le llamo en una súplica silenciosa.
Dex da un paso más cerca.
Mis piernas finalmente despiertan, y doy un paso atrás.
Veo el dolor en su rostro por mi rechazo físico hacia él.
Bien. Dolor. Quiero herirte exactamente como me lo hiciste tú a mí.
—Mi banda... estamos tocando aquí —Dex contesta mi pregunta—. Subimos en una
hora.
¿Cómo fue que no sabía esto?
Entonces, me doy cuenta de que no sabía el nombre de su banda. Tía Steph nunca me
lo dio, y estúpidamente, nunca pregunté.
—Me tengo que ir...
Estoy retrocediendo cuando llega y agarra mi mano.
—Espera... Ly, necesito hablar contigo.
—¡No me toques! —Yo doy un tirón de mi mano de la suya, como si me quemara.
Porque lo hace. Quemó mi corazón hace mucho tiempo.
—Por favor, Ly, te extraño... echo de menos a mi hermana. Necesito hablar contigo.
Necesito que sepas cuánto lo siento. Hacerte entender.
—¿Entender qué? ¿Cómo jodiste a mi novio a mis espaldas? ¿Qué quieres de mí, Dex?
¿El perdón? Porque no puedo darte eso. Quiero que me dejes sola. Deja de llamar. Sólo
lárgate de mi vida. —Mi cuerpo se sacude con tanta fuerza que mis dientes están chocando 195
juntos. Aprieto mi mandíbula.
—Ly... por favor...
Él llega a mí otra vez. Le esquivo.
—Te extraño tanto —suplica.
—Te lloré todo un jodido río —dije—. Deberías haber pensado en eso antes de joder
a Chad. —Me aparto, las lágrimas picando mis ojos.
Dex agarra mi brazo, girándome.
—Yo soy tu familia, Ly. No puedes ignorarme así…
Él nunca llegó a terminar la frase porque fue apartado de mí por Tom, poniéndose
entre Dex y yo.
El alivio que siento de que Tom esté aquí es inmenso.
—¿Tú eres su hermano? —Tom dice con disgusto—. Bueno, has oído a Lyla. Ella no
quiere hablar contigo, ni ahora, ni nunca, por lo que necesitas irte. —Hay una amenaza
inconfundible en su voz.
Dex le mira de arriba a abajo. Él sabe quién es Tom, pero eso no parece perturbarlo.
—Esto no tiene nada que ver contigo.
Tom se acerca a Dex. Las campanas de alarma empiezan a ir en mi cabeza.
—Esto tiene más que ver conmigo de lo que piensas. —La voz de Tom es baja,
amenazante.
Los ojos de Dex se fijan en mí.
—Jesús, Ly, ¿te estás acostando con él? —Sacude la cabeza con decepción—. Eres
mejor que él, y lo sabes.
Mi cuerpo se congela como una guerra de emociones de rabia dentro de mí.
La decepción de Dex me duele, y me enoja al mismo tiempo.
¿Qué derecho tiene él para juzgarme?
—Ella es mejor que yo —dice Tom—. Y ella es claramente mejor que tú. Lo que
hiciste, te deja muy abajo. Ahora, vete. —Tom empuja a Dex con fuerza en el pecho.
Entonces, todo sucede muy rápido. Dex se abalanza a Tom, pero Tom le esquiva y
golpea a Dex en el lado de su cara rápidamente.
—¡No! —Grito.
Ante el sonido de mi voz, los ojos de Tom se giran hacia a mí. Su distracción le da a
Dex ventaja y él golpea a Tom, poniendo a ambos al suelo. Él golpea a Tom en la cara.
—No —lloro otra vez, las lágrimas nublan mi visión. Yo limpio mis ojos.
Tom parece perder por completo. Con un fuerte empujón, él tiene a Dex fuera.
Entonces, Tom está encima de Dex, golpeándolo con fuerza. Una y otra vez.
Me muevo hacia ellos, necesitando poner fin a esto, pero Shannon me atrapa alrededor
de la cintura, tirando de mí hacia atrás.
—Si te acercas ahí, vas a salir lastimada.
—Pero tenemos que detenerlos —lloriqueo—. Ellos se van a matar el uno al otro.
—Deja a los hombres organizarse —dice, apuntando con su dedo. 196
Lo sigo y veo a Cale, Sonny, y Van abriéndose paso entre la multitud de espectadores.
—Cale —grito.
Él me observa.
—Detenlos, por favor.
Él me da un guiño, y luego empieza a moverse a través de la multitud. Sonny, con su
gran porte, no tiene problemas en hacer que la gente se aparte de su camino.
Dex está en el suelo, y Tom le está golpeando duro. Cale agarra a Tom por detrás, pero
está demasiado lejos y trata de apartar a Cale, que de alguna manera se las arregla para
esquivarlo.
Me está asustando ver a Tom así.
Van ayuda a Cale a frenar Tom, mientras que Sonny aparta a Dex del suelo.
—Sácalo de aquí —Cale dice a Sonny.
Mis ojos se encuentran con los de Dex. Se limpia la sangre de su boca con la mano.
Entonces, veo una solitaria lágrima correr por su mejilla.
—Lo siento, Ly —él dice.
Me aparto, refugiándome en los brazos de Shannon, y cuando miro hacia atrás, Dex
se ha ido.
—¿Estás bien? —Shannon me pregunta.
—Sí... no. —Le doy una sonrisa triste.
—No tengo ni idea de que mierda estaba pasando, pero queda claro que tú y Tom
están durmiendo juntos.
Levanto mis hombros y le doy una sonrisa débil, no tiene sentido negarlo ahora. A
pesar de que después de esta noche, Tom y yo no vamos a estarlo más.
—Ly, ¿estás bien? —El aliento de Cale está a mi lado.
Puedo ver la rabia todavía en llamas en sus ojos.
—Lo siento, yo no estaba aquí. Yo estaba…
—Está bien. Estoy bien. —Me froto el brazo—. ¿Cómo está Tom? —Mientras hablo,
me doy la vuelta y veo a Tom hablando con dos de los hombres de seguridad del club, que
finalmente han hecho acto de presencia.
—Debo ir a ver si está bien. —Alejándome, dejo a Cale con Shannon.
En mi enfoque, los ojos de Tom se encuentran con los míos. Él dice algo a los chicos
de seguridad. Entonces, él se aleja de ellos, y viene a mí.
Nos detenemos unos centímetros de distancia.
—¿Estás bien? —Le pregunto.
Se ve bien. Su mejilla esta roja donde Dex lo golpeó, pero aparte de eso, Tom no parece
tener una marca en él.
—¿Tu? —pregunta, dando vuelta mi pregunta de nuevo a mí.
—Sí. —Asiento—. Lo golpeaste...
Él me mira fijamente durante un largo momento.
—Me ocupo de lo que es mío.
¿Soy de él? 197
Mi corazón golpea contra mis costillas. Cierro la distancia entre nosotros.
Tentativamente, levanto mi mano a su cara y la presiono suavemente contra su mejilla.
En sus ojos, veo la sorpresa por estar tocándole así en público.
Bajo mi mano.
—Esta es nuestra última noche juntos.
Sus ojos se oscurecen.
—Entonces, debemos hacer la mejor noche.
Estoy más aliviada de que voy a tener esta una última noche con Tom. Sé que mañana
va a dolerme, pero para esta noche, no me importa. Lo único que importa es estar con él.
Tom desliza su mano en la mía.
—Vamos a salir de aquí —dice.
—Espera. —Yo le doy un tirón en la mano—. Tengo que dejar que Cale sepa que me
voy. Él se preocupa si me desaparezco.
Tom se inclina hacia abajo, y presiona sus labios con los míos. Siento el beso hasta en
la punta de los dedos de mis pies.
—Tienes un minuto —dice sobre mi boca, antes de liberarme.
Doy un paso atrás inestable.
—Un minuto. —Me vuelvo sobre mis talones, y camino rápidamente de vuelta a donde
dejé a Cale.
Él todavía está de pie con Shannon.
—Cale, voy a... —Mierda, ¿qué digo?
—Marcharte con Tom. —Él me da una mirada—. Vamos, Ly, sé que tú y Tom ha
estado haciendo guarrerías.
¿Qué?
El choque se debe escribir claramente en mi cara, porque Cale dice:
—No estés tan sorprendida. Siempre has sido una mentirosa de mierda.
—Hey. —Le doy un golpe suave en el brazo—. Lo siento, por no decírtelo.
—Hablaremos de eso mañana. Ya has tenido suficiente mierda pasando esta noche de
ver... —no dice el nombre de Dex.
Al ver a Dex aquí esta noche ha tenido un efecto en Cale, también.
—¿Estás bien? —Le pregunto, tocándole el brazo.
Envuelve su mano sobre la mía, agarrando mis dedos.
—Estoy bien. Vete con Tom. Y mañana, tú y yo tendremos una larga charla acerca de
cómo guardas secretos a tu mejor amigo. —Él sonríe.
Dejo ir su brazo, y me envuelvo alrededor de él, abrazándolo.
—Eres el mejor amigo que una chica nunca podía esperar —le digo contra su camisa.
Él me aprieta.
—Y tú eres la mejor chica un chico puede pedir.
Levanto la cabeza de su pecho, mirándolo.
198
Él me da una sonrisa triste.
—Si él te hace daño, Ly, yo…
—Vas a patearle el culo. Sé eso. —Me da una sonrisa.
En este momento, no quiero decirle a Cale que entre Tom y yo no existirá mañana, y
mi corazón va estar pateando mi propio culo. Se lo puedo decir a Cale cuando se acabe.
Dándole un último apretón, digo adiós y camino de vuelta a Tom, que me espera donde
lo dejé.
Él tiene una mueca en su rostro.
—¿Estás bien? —Le pregunto.
—Uhum. —Sus ojos encuentran los míos, suavizándose, el ceño fruncido desaparece
al instante. Él pone su brazo alrededor de mi cintura—. Vamos.
Tom nos guía por una puerta lateral del club, y abre la puerta de una limusina negra
esperando, invitándome a entrar.
En el instante en que estamos sentados, enredo mi cuerpo alrededor suyo, con la
necesidad de sentirlo. Su fuerza. Su calidez.
Una mano se desliza alrededor de mi espalda antes de colocarla en mi cadera. Su otra
mano encuentra mi barbilla. Él inclina hacia mi cara la suya.
—¿Estás bien, Firecracker?
—Sí... estoy bien. Aquí contigo, estoy feliz.
Él me mira fijamente. Entonces, sus ojos se cierran, y se inclina, dándome un dulce
beso en mis labios mientras pasa sus nudillos contra mi mejilla.
La limusina se empieza a mover.
Instalo mi cabeza en su hombro, y le pregunto:
—¿A dónde vamos?
—A casa.
—¿Casa?
—Sí, mi casa en Los Ángeles.
—Eso es un camino largo. —Sonrío, secretamente feliz ante la idea de ver la casa de
Tom. Feliz de que él quiere llevarme allí.
—No te preocupes. —Él sonríe cuando «Scream» de Usher comienza a sonar en la
limusina—. Estoy seguro de que puedo encontrar una manera de mantenerte entretenida
durante las pocas horas que nos va a tomar llegar allí.

199
25
Traducido por Adaly
Corregido por Leluli

Unas cuantas horas después — Casa de Tom, L.A.

Me despierto con la sensación de caer al vacío. Mi cuerpo salta.


—Te tengo —dice desde arriba y con voz profunda Tom—. Te quedaste dormida en
la limusina.
Entonces me doy cuenta de que estoy en sus brazos y él me está cargando. Deslizando
mis manos alrededor de su cuello me acurruco en su cuello, inhalando el olor de su loción
de afeitar, amando la sensación de su barba contra mi piel.
Nos besamos por un rato en la limusina, las cosas se pusieron un poco calientes y acabe
con la cabeza de Tom entre mis piernas en donde él usó su boca y sus dedos para darme un
orgasmo. Le regresé el favor al ponerme sobre mis rodillas y tomarlo en mi boca, después él
terminó en mi garganta y me arrastró a su gran cuerpo y me abrazó. Debí de haberme
quedado dormida en sus brazos.
—¿Estarás bien sí te bajo por un minuto? Necesito sacar mi llave.
—Seguro. 200
Tom me pone sobre mis pies y me apoyo en la pared junto a la puerta. Él saca la llave
de su bolsillo y desbloquea la puerta antes de abrirla. Espero que entre para seguirlo, pero lo
siguiente que sé es que él me está cargando de nuevo.
—Estoy bien para caminar —me rio.
—Me gusta cargarte. Eres como una pequeña muñeca.
—No soy pequeña, tú eres enorme.
—En todos los sentidos, cariño. —Él me da un guiño.
Patea la puerta para cerrarla y procede a llevarme hacia una gran escalera. No puedo
ver mucho porque Tom no se ha molestado en encender las luces, pero por el tamaño de la
escalera supongo que su casa es grande.
Alcanzando rápidamente la parte superior de las escaleras nos lleva hacia la izquierda
y luego a través de una puerta localizada un poco más abajo del pasillo. Cruza la gran
habitación y me deja en su enorme cama, lo veo caminar hacia la pared, y él presiona un
botón en el panel. Luces tenues se encienden y después él se traslada hacia la estación de
conexión del iPod, la cual está sobre su tocador. Lo veo desplazarse por la música hasta que
elige una canción, «Last Request» de Paolo Nutini empieza a sonar a través de los altavoces en
la habitación.
Instantáneamente las lágrimas llenan mis ojos, parpadeo para hacerlas retroceder
mientras me trago el dolor que siento al escuchar la letra, de lo que Tom me está diciendo
con esta canción.
Él está diciendo adiós.
Mientras lo veo caminar hacia a mí, mi corazón se rompe. La voz conmovedora de
Paolo Nutini estimula mi dolor, lastima lo mucho que quiero a Tom en este momento
sabiendo que es el último. La última vez que llegaré a tocarlo, a besarlo, a sentirlo dentro de
mí. Necesito hacer la mayor cantidad de esas cosas está noche.
Deslizo mis manos debajo de su camisa y presiono mis dedos contra su duro abdomen,
amando el sonido de su brusca inhalación en respuesta a mi tacto. Sus ojos brillan hacia mí
con lujuria. Agarrando la parte inferior de su camisa la levanto, Tom levanta los brazos y me
permite tirar de ella sobre su cabeza. Dejo caer su camisa al suelo y luego pongo mis manos
en su pecho, levantándome sobre los dedos de mis pies rozo mis labios con los suyos.
Mientras me retiro y Tom toma mi cabeza entre sus manos, sus ojos están ardiendo en los
míos con tanta intensidad que me quita el aliento, entonces él sella su boca sobre la mía y me
arrastra hacia un beso debilitador de rodillas.
Él agarra mi trasero con las dos manos, levantándome mientras envuelvo mis piernas
alrededor de su cintura. Tom sube a la cama de rodillas aun besándome y nos baja en el
colchón. Esta vez es diferente, más lento, se toma su tiempo al desvestirme mientras me
acaricia y besa cada parte de mí. Mirándome con reverencia, es casi como si él me estuviera
memorizando con los ojos, manos y boca.
Mientras estoy desnuda y esperando bajo de él alcanzo su pantalón y desabrocho su
cinturón, Tom se hace cargo, se desliza y libera de su pantalón; con cinturón en mano él
toma mis dos manos y las mueve por encima de mi cabeza. Me mira interrogante, asiento
dejándole saber que estoy bien con eso y sintiéndome infinitamente excitada. Encaja el
cinturón alrededor de mis muñecas con una precisión que elijo ignorar.
Él pregunta:
—¿Así está bien?
—Sí. —Estoy sin aliento por la anticipación. Coloca su gran cuerpo entre mis piernas 201
y me dice: mantén tus brazos arriba, no los muevas, sí los mueves te haré esperar más tiempo
para que llegues.
—Lo entiendo —susurro mientras mi cuerpo vibra de excitación.
Toma mi pezón en su boca y tira de él con sus dientes, dejando dolor que de inmediato
alivia con su lengua. Moviéndose hacia mi otro pecho, él repite la acción. Se pone sobre sus
rodillas y se coloca entre mis muslos. Con voz ronca me dice:
—Luces tan hermosa en este momento, separa tus piernas. —Abro más para él.
Recorre con su dedo mis pliegues húmedos y murmura:
—Tan malditamente hermosa. —Se baja de la cama, coloca su cabeza entre mis piernas
y me empieza a lamer con entusiasmo. Sus dedos entran en mi coño bombeando dentro y
fuera, y entonces empiezan a arrastrarse hacia mi culo.
—Sí. —Levanto mis caderas para hacerle saber lo mal que lo quiero ahí.
—Quiero follar tu culo tan desesperadamente. —Besa el interior de mi muslo y lame
mi culo—. Quiero ser el primer hombre en darte esto.
¿Puedo hacer esto?
Me ha estado metiendo el dedo por el culo desde esa noche bajo el escenario, Tom ha
aumentado a dos dedos pero nunca hemos ido más allá como para tener sexo anal. Es nuestra
última noche y esto podría ser algo nuestro… algo que le di solo a él.
Confió en él, sé que nunca me lastimaría.
Sí, quiero esto con Tom.
—Hagámoslo. —Me escucho decirlo.
Levanta su cabeza, sus ojos oscuros se fijan en mi cara.
—¿Realmente quieres hacer eso? —De repente consternación pasa por su rostro—.
Joder —pronuncia— no tengo ningún lubricante en la casa.
Estoy sorprendida por lo decepcionada que me siento.
—¿No tienes nada?
—No… mi casa no es un lugar en el cual tengo sexo.
Mis ojos se abren.
—¿Nunca has tenido sexo aquí antes? —Conociendo a Tom encuentro eso difícil de
creer.
—No te sorprendas. En el pasado, con otras mujeres, fui a sus casas o al apartamento
que tengo en la ciudad, que es especialmente para…
Se detiene, dándose cuenta que no necesito saber sobre su sitio para ligues. Se mueve
más cerca de mí.
—Tú eres la primera.
Quiero que él sea él primero
Tragándome las emociones de chica que su declaración ha disparado en mí le digo.
—¿Podemos hacerlo simplemente usando mí…? —Dirijo mi cabeza hacia la ridícula
cantidad de humedad que estoy teniendo. Su mirada pasa por todo mi cuerpo y se detienen
entre mis piernas, sus ojos empiezan a arder de nuevo y dice:
—Podemos tratar. —Sus manos están debajo de mí y de repente él me voltea hacia el 202
frente—. Ponte de rodillas con la cara sobre la cama, coloca los brazos sobre tu cabeza y
levanta ese sexy culo para mí.
Estimulada por sus órdenes, hago todo exactamente lo que me pide. Coloco mis manos
en una posición cómoda para que el cinturón no se incruste en mis muñecas. Tom se coloca
atrás de mí y sumerge su grueso dedo en mi entrada para esparcir mi lubricante natural hasta
mí agujero fruncido, él lo trabaja con cuidado. Siento ese leve malestar que siempre aparece
cuando empezamos a hacer esto, pero la sensación desaparece rápidamente y caigo en la
sensación.
No ha pasado mucho tiempo cuando él empieza a trabajarme con un segundo dedo
estirándome, y todo el tiempo ha estado frotando mi clítoris con sus hábiles dedos. Estoy
jadeando con el corazón palpitante y las piernas temblorosas.
—Tom —gimo—. Te… necesito… ahora. —Apenas puedo respirar, mi cuerpo está
en llamas y mi cabeza está sumergida en deseo, estoy desesperara por tenerlo.
Sin decir una palabra, él se pone sobre sus rodillas y empuja su polla dentro de mi
coño.
—¡Oh, Dios mío! —Mis ojos se ponen en blanco mientras mis músculos internos se
aprietan alrededor de él—. ¡Joder! —dice entre dientes. Su mano se posa en mi cadera y sus
dedos me agarran con fuerza, entonces empieza a cogerme.
Después de algunas penetraciones certeras, él lo saca. Siento que la cabeza de su polla
se mueve hacia arriba sobre ese delicado pedazo de piel que separa mis lugares más íntimos.
Empuja su polla suavemente en mi agujero fruncido, su agarre en mi cadera se tensa y sus
dedos se entierran deliciosamente en mi carne. La sensación de tenerlo a él ahí me pone en
guerra, lucho con el miedo y el deseo.
—¿Segura que quieres hacer esto? —pregunta con su voz ronca y me doy cuenta que
me he tensado, mis músculos están apretados fuertemente.
Sí, quiero hacer esto con él. Cierro mis ojos y me fuerzo a relajarme, asiento, incapaz de
hablar por estar demasiado enfocada en la sensación de él ahí.
—Contéstame —me ordena
—¡Sí! —Grito—. ¡Cógeme ahora! —Mi voz suena necesitada, deseo poder hacerlo y
no quiero perder el tiempo. Lo quiero dentro de mí.
Él gruñe y entonces lo siento empujar con fuerza contra mi estrecho agujero, la cabeza
de su polla se desliza hacia adentro. Siento la quemadura familiar de tener algo ahí pero es
mucho más intensa que la ocasionada por sus dedos. Muerdo fuerte mi labio y de nuevo me
tenso instantáneamente.
—¿Necesitas que me detenga? —pregunta de forma brusca, apenas se escucha un poco
de control en su voz.
—No te detengas, continua.
—Está bien, pero necesito que te relajes. —Desliza su mano por mi columna
vertebral—. Necesitas abrirte y dejarme entrar.
Relajo mis músculos otra vez permitiéndole a Tom trabajar para ir un poco más allá.
—Jesús. —Mi voz sale como un sollozo y un gemido al mismo tiempo, de repente la
quemadura desaparece y todo lo que puedo sentir es un deseo enloquecedor así como una
intensa necesidad de tener a Tom Carter enterrado en mi culo tan profundo como se pueda.
—Más —demando, él se introduce un poco más, libero el aliento. 203
Sus dedos avanzan hacia mi clítoris, jugando conmigo, y de repente mete uno dentro
de mi coño obteniendo más de mi lubricante natural; removiendo su dedo lo empieza a frotar
en mí y alrededor de él.
Estoy caliente y desesperada, queriendo más esto de lo que nunca pensé que lo haría.
Él nos está lubricando pero no se mueve.
—Tom ¡Por favor! Necesito esto… no… te detengas. —Me siento medio loca de
lujuria, me ha llevado al borde del precipicio, necesito que termine esto—. Solo coge mi
maldito trasero. —Se introduce un poco más.
—¿Estas bien? —Pregunta sonando sin aliento.
—Deja de hablar, y házmelo. —Me encanta que él se preocupe y no quiera lastimarme,
pero estoy desesperada; tan excitada que no puedo más, mi cuerpo está caliente por todas
partes y no puedo recordar haberme sentido así de excitada antes. Tenerlo en un lugar
privado, dominando mi cuerpo, poseyéndome, está más allá de lo que alguna vez he
imaginado.
Un empujón más.
—Estoy casi allí, nena. —Su mano me rodea y él empieza a rozar mi clítoris otra vez—
. ¿Estas lista para el resto?
Cierro los ojos.
—Muy lista.
Conduce el resto de su gran y hermosa polla en mí, él me llena. Deseo corre por mi
cuerpo, creo que podría volverme loca con la pura sensación. Nunca he necesitado a alguien
tanto como necesito a Tom ahora.
—¿Cómo te sientes? —Pregunta con voz tensa, volteo la cabeza para verlo.
—Asombrosa —rozo mis dientes en mi labio inferior. El fuego en sus ojos brilla más
fuerte que nunca y lo había visto así. Él saca su polla a la mitad y lo vuelve a meter, el sonido
casi me hace venir. Mi cabeza cae hacia adelante y mi cabello cae como cortina sobre mi cara,
él placer es tan intenso que casi me ciega.
—Ly, nunca he sentido algo así… tú. Podría hacer esto por siempre contigo.
Por siempre.
Entonces, él empieza a coger mi culo con una pasión desenfrenada y me pierdo.
Corazón, alma y cuerpo, pertenezco a Tom Carter. Minutos después me vengo fuerte.
—Me voy a venir, Ly. Ahora… voy a… —Tom gruñe un sonido áspero y sucio, es la
cosa más malditamente sexy que he oído. Él se sale y los chorros calientes de su venida caen
sobre mi trasero y espalda baja. Cuando él ha terminado se deja caer en la cama a mi lado,
dejo que mi mitad inferior descienda así que me tumbo.
Él saca el cabello de mi cara:
—Me vas a matar uno de estos días. —Sonríe y entonces se da cuenta de lo que dijo.
No habrá más días después de este.
—Quédate ahí, voy a conseguir algo para limpiarte.
Giro mi cabeza hacia la cama escondiendo mi tristeza.
—No planeaba moverme —le digo amortiguado por el edredón. Él se ríe y escucho el
sonido del agua, Tom regresa y me limpia con un paño húmedo.
Él libera mis muñecas del cinturón y me dice:
—Ven a tomar una ducha conmigo. 204
Deslizando su mano en la mía, me levanta suavemente de la cama y lo sigo
perezosamente hacia el baño. Con la cadera apoyada en el lavabo observo mientras enciende
la ducha dejando que el agua se caliente. Tomando de nuevo mi mano me guía hacia la ducha
y bajo el chorro, inclino mi cabeza hacia atrás permitiendo que el agua caiga por mi cara.
Empujando mi cara hacia atrás, quito el agua de mi cara con mis manos y abro los ojos. Tom
me está viendo. La intensidad de su mirada hace mi cuerpo temblar.
Él se acerca más colocándonos a los dos bajo el agua. Nuestros cuerpos están rozando,
mis pechos están aplastados contra su pecho, toma mi cara con sus manos y me besa. Su
beso es profundo y lleno de significado. Un beso que se siente como una despedida, aunque
mi corazón se está rompiendo bajo el peso de este no me puedo resignar a parar y en este
momento me doy cuenta que tomare todo lo que Tom me pueda dar. Cualquier pedazo de
él que me dé felizmente lo aceptaré.
Me besa como si el tiempo no tuviese sentido, como si tuviéramos todo el tiempo del
mundo. Regreso a la realidad cuando él aparta sus labios de los míos y recuerdo que el tiempo
es relevante y que me queda muy poco. Algunas horas.
Quiero aprovechar al máximo todas esas horas, recojo una esponja y le pongo gel para
ducha, empiezo a lavar su cuerpo. Paso la esponja por todo su cuerpo limpiando sus líneas,
memorizando cada parte de su cuerpo hasta que estoy sobre mis rodillas mirándolo. Él ya
está excitado con sus brillantes ojos hacia mí, después paso mí palma por su muslo y por
toda su pelvis para tomar su polla con mi mano. Agarro la botella de gel para poner un poco
en mi mano y empiezo a frotarlo sobre toda su polla haciendo una resbaladiza espuma.
Tom gime, sus dedos rozan mi mandíbula y me dice:
—Chúpame. —Pongo las manos sobre sus caderas y lo empujo hacia abajo de la
ducha, dejando correr el agua por su cuerpo para lavar el jabón de su polla. Abro la boca y
deslizo su dura longitud entre mis labios. Me encanta el rugido de placer que hace y la forma
en que sus manos van hacia la pared de la ducha para mantener el equilibrio.
Lo chupo hasta que se viene en mi boca y trago golosamente cada gota que me da.
Tom me levanta y su caliente elogio sigue haciendo eco en mi mente mientras él me mueve
hacia el chorro de agua y empieza a lavar mi cuerpo, deteniéndose sobre mis pechos y sus
ojos no se apartan de ellos. —Tienes los mejores pechos que he visto Firecracker.
Dejo escapar una carcajada.
—Tienes una seria obsesión con los pechos.
Dirige sus dedos hacia el valle de mis pequeños moviéndose a través de ellos y
rodeando un pezón. Un rayo de lujuria se dispara entre mis muslos.
—No, solo tengo una obsesión con tus pechos. —Aprieta el dedo con fuerza contra
mi pezón y entonces su otra mano se levanta y los sostiene. Me arqueo en su toque. Pulgares
jabonosos provocan mis pezones—. Tus pechos son asombrosos, maldita perfección. Nunca
he visto un par de pechos tan perfectos antes y nunca lo haré de nuevo.
Creo que él ve el destello de dolor en mis ojos, al pensar en nuestro final, porque sus
manos dejan mis pechos rápidamente y una de ellas encuentra su camino entre mis piernas.
Él empuja su dedo dentro de mí.
Mi cabeza cae hacia atrás con un gemido que Tom capta con su boca. Él me besa duro
mientras me masturba con su dedo. De repente saca su dedo y él se está moviendo por mi
cuerpo hacia abajo, su lengua lamiendo el agua que corre por mi piel. Levanta mi pie
colocándolo sobre su hombro y presiona su boca en mí.
—¡Oh Dios! —Presiono mi mano contra la pared de la ducha, las manos de Tom 205
agarran mi trasero cargándome. Minutos después me vengo gritando su nombre. Mi cuerpo
aún se estremece con temblores cuando Tom se pone de pie y empieza a lavar mi cabello.
Después de cerrar la ducha, él sale y envuelve una toalla alrededor de su cintura,
después viene hacia a mí y me envuelve en una grande, blanca y mullida toalla llevándome a
la habitación. Secando mi piel y quitando el exceso de agua de mi pelo veo como Tom deja
caer su toalla al suelo y me sorprendo de ver que esta duro de nuevo, retira la ropa de la cama
y me meto en ella. Él apaga la luz y la música, y se mete en la cama arrastrándose por mis
piernas.
En la oscuridad, Tom se me queda viendo mientras pasa sus dedos a través de mi
cabello húmedo. Él baja su boca hacia la mía mientras se presiona contra mi entrada. Libero
un gemido mientras él me penetra lentamente, su beso rápidamente cambia a uno
profundo… apasionado. Sus movimientos se hacen más intensos… urgentes.
Acuna mi cabeza entre sus manos, sus ojos clavados en los míos con una mirada de
adoración mientras se mueve dentro de mí.
En esta oscuridad, por última vez, me permito creer que Tom me está haciendo el
amor. Mientras me vengo, cierro los ojos así él no puede ver las lágrimas en ellos.
Tom se viene segundos después, su polla enterrada dentro de mí, su cara presionada
en mi cuello, su respiración caliente quemando mi piel mientras él marca mi interior con su
venida.
Entonces, sin salir de mí, nos da la vuelta poniéndome encima de él. Su mano sostiene
mi cabeza en su pecho y presiona un beso en mi cabello.
No hablamos, no hay buenas noches, no hay despedidas.
Y así es como me quedo dormida, mi cuerpo envuelto alrededor del cuerpo de Tom,
nuestros pechos presionados juntos, mientras mi corazón me deja y se va con él.

206
26
Lyla
Traducido por Musa65
Corregido por Leluli

La mañana siguiente — Casa de Tom, L.A.

Me despierto sobre mi espalda, el calor del sol en mi cara.


Vuelvo la cabeza, entrecerrando los ojos contra la luz brillante de la mañana, me parece
que estoy sola en la cama.
Me siento, deslizo mis piernas por el borde de la cama, dejando que mis dedos se
hundan en la alfombra suave. Veo el cinturón que Tom utilizo en mí la noche anterior sobre
el suelo, y registro un ligero dolor en el culo cuando un vivido recuerdo de Tom moviéndose
dentro de mí, me viene a la superficie.
Cierro los ojos, dejando que pase sobre mí.
207
Como se sentía. Como me sentía.
Todo lo de anoche fue perfecto.
Pero la noche de ayer ha terminado. Y esta es la dura realidad de la mañana.
Mi última mañana con Tom.
Cierro los ojos y respiro profundamente, forzando mis sentimientos hacia atrás.
Poniéndome de pie, miro a mi alrededor y veo la recamara de Tom apropiadamente
con la luz del día, tratando de aprender un poco más de él.
Es el dormitorio de un hombre. Todo es de madera oscura y paredes blancas. Las
sabanas donde pase la noche envuelta son negras. Una enorme pantalla plana está en la pared.
Levantándome me acerco a la ventana que básicamente cubre toda la pared del fondo.
Veo la vista, el letrero de Hollywood y me doy cuenta que estoy en las colinas.
Increíble.
Tom no está exactamente corto de dinero, gracias a TMS.
No veo mi ropa o ropa interior en ningún lugar, así que voy al vestidor de Tom, y
agarro una camisa.
Llevando solo la comisa, piso fuera de la habitación, en busca de las escaleras.
Las encuentro fácilmente, empiezo a hacer mi camino hacia abajo.
Miro alrededor mientras camino, veo el entorno ya que no tuve la oportunidad de
hacerlo anoche.
Tenía otras cosas en la cabeza entonces... principalmente Tom.
A la luz del día, su casa me sorprende. Es todo mobiliario suave, hermosas pinturas
que cuelgan en las paredes, alfombras de felpa y pisos de madera, un poco sorprendente.
No como esperaría que la casa de una estrella de rock luciera, bueno, no la casa de
Tom de todos modos.
Imagine su lugar como un maldito departamento con fotos de mujeres desnudas en las
paredes y cajas de pizzas vacías y botellas de cerveza tiradas en todas partes. Teniendo en
cuenta la edad de Tom, pensé que también pudiera tener algunas fans desnudas cubriendo el
lugar como decoración extra y para uso personal.
Pero esta casa lucía cálida y acogedora.
En realidad, no me atrevería a llamarla casa porque es más que eso. Es un hogar.
El hogar de Tom.
Entonces me acuerdo de lo que dijo ayer por la noche, que soy la primera mujer que
ha traído aquí.
Una sensación pegajosamente cálida llena mi pecho.
Empujo el sentimiento a un lado, tratando de no leer demasiado en el hecho de que
Tom me llevó a su casa. Me recuerdo a mí misma sobre el departamento que utiliza para
acostarse con mujeres. Apuesto a que ese lugar definitivamente tiene fans en él.
Porque ese es el hombre que es Tom.
La razón por la que no ha traído mujeres aquí es porque no quiere sus-solo-una-noche
lo molesten en casa. Piensa que yo soy una apuesta segura. Que no voy a molestarlo después
de esta mañana. 208
Y tiene razón. Yo podría tener unos sentimientos graves por él, pero también tengo
orgullo.
Al llegar a la sala, mis pies se mueven sobre los pisos de madera, y me dirijo hacia los
sonidos y olores de los alimentos que se fríen.
Empujo la puerta de la cocina y la vista es... bueno, es excelente y se lleva todo
pensamiento en él.
Debido a que Tom está de pie en su cocina, descalzo sin camisa vistiendo solo un par
de pantalones cortos. Y está friendo tocino.
Es como si todas mis navidades llegaran de una vez.
—¿No es un poco arriesgado? —Me apoyo en el marco de la puerta.
Tom se da la vuelta, con la espátula en la mano y arquea una ceja interrogante.
—Grasa caliente. Muy poca ropa. —Señalo a su pecho desnudo.
Él sonríe con esa sonrisa sexy.
—Soy intenso, Firecracker. Lo sabes. —Luego me hace un guiño. Y yo me derrito en
el suelo.
Es de ensueño.
Y yo soy una maldita chica.
Veo sus ojos en la camisa que llevo puesta.
Me siento un poco incomoda, digo:
—¿Espero que este bien que tomara prestada una camisa? No pude encontrar mi ropa.
—Está bien. Hice que lavaran tu ropa. Están justo allá.
Sigo su mirada hacia donde mi ropa cuelga en la parte posterior de una puerta.
Wow, eso fue rápido. Son solo las nueve de la mañana. ¿Exactamente a qué hora se
levantó él?
—¿Tienes un servicio de limpieza súper rápido de guardia?
Se ríe.
—No, mi ama de llaves. Ella viene temprano. Le pedí que lavara y secara tu ropa.
—¿A qué hora te levantaste?
—Temprano. Fui a correr mientras todavía estabas durmiendo.
¿Él corre?
Nunca fue a correr mientras estábamos de gira, pero supongo que entonces no tenía
muchas posibilidades. Y para seguir luciendo como esta, debe de ejercitarse.
—¿Tienes hambre? —Me pregunta, volviéndose al tocino.
—Claro, yo podría comer algo.
Observo mientras Tom sirve tocino en dos platos, y camina hacia la mesa de la cocina
con ellos. Lo sigo por detrás. Una cafetera y tostadas están ya ahí.
Me siento, metiendo una pierna debajo de mí. Tom toma el asiento opuesto a mí.
Tomo un pedazo de tocino y lo muerdo. Prácticamente se derrite en mi boca.
—Cocinaste muy buen tocino. —Sonrió.
Él me regresa la sonrisa, pero sorprendentemente no me da una réplica.
209
Me deja una sensación de malestar en el pecho.
Durante el desayuno, charlamos acerca del sencillo de mi banda y de nuestro álbum,
los próximos planes de TSM y de todo lo demás menos de él y yo.
Terminado el desayuno, estoy arriba vistiéndome con mi ropa. Acabo de abrochar mis
jeans cuando Tom entra al dormitorio.
—¿Estas lista para irte?
—Sí. —Sonrió. Es débil. Lo sé, él lo sabe, pero ninguno de los dos reconoce el hecho.
—Solo me cambio y te llevare a casa. —Él desaparece en su armario.
—Está bien —le digo. Mi boca se siente como si estuviera llena de algodón—.
Esperaré abajo.
Me deslizo abajo y me cierno en el masivo pasillo. Sintiéndome entrometida y con
ganas de más vistas de Tom, camino hacia la puerta que está ligeramente entreabierta.
La sala de música.
Hay una gran variedad de guitarras, una batería y un piano. Tomo asiento en el piano
y empiezo a juguetear con las teclas.
—¿Tocas?
Salto y giro para encontrar a Tom en la puerta, luciendo magnifico un par de jeans
azules oscuros, una camiseta negra simple y botas de motociclista.
—No —niego con la cabeza—. No sabía que tú sí.
—Lecciones de piano desde los cinco años hasta los doce. —Se sienta a mi lado—.
Algunas cosas nunca se olvidan. ¿Quién crees que le enseño a Jack a tocar? —Me da un
guiño.
Y ahí está, otro pequeño fragmento de Tom. Me hace hambrienta de más.
—¿Tocaras para mí?
Él me mira. Creo que va a decir que no, así que bato las pestañas a él y descanso mi
barbilla en mi hombro, explotando mi lado tierno.
—Por favor —le digo con dulzura.
Deja escapar una risa, sacudiendo la cabeza.
—Bien. ¿Alguna solicitud?
—No. Tú eliges.
Hace una pausa por un momento, sus dedos sobre las teclas. Entonces, toca. Me toma
unos buenos segundos darme cuenta que canción está tocando, es muy hermosa.
«Clocks» de Coldplay.
Entonces, justo me hace doler con tristeza.
Cuando empieza la letra en voz baja, siento como que no puedo respirar.
Fuerzo aire en mis pulmones. Mi corazón se dirige a una muerte lenta y agonizante en
mi pecho.
Me uno a él, cantando suavemente, mi hombro se presiona contra el suyo.
—Tú tocas increíble —le digo mientras toca la última nota—. Recuérdame de nuevo
¿Porque solo tocas el bajo? No es que el bajo no sea importante —agrego ante su ceja
elevada—. Porque es el instrumento más importante en la banda —sonrió—. Pero... podrías
hacer, ser mucho más. Eres mucho más. 210
Él me mira, entonces, mira hacia otro lado, de nuevo al piano. El empieza a juguetear
con las teclas
—La primera línea no es un lugar que quiero estar. Me gustan las cosas fáciles, simples.
Tengo la oportunidad de tocar, hago lo que me gusta, obtener las recompensas de ello con
el costo de marginarme a mí mismo.
Asiento, entendiendo lo que quiere decir. Para estar al frente de una banda, la cara,
como yo entonces tienes que dar... y perder más.
Él levanta la mano a mi cara, metiendo suavemente mi cabello detrás de mí oreja. Su
mirada sobre mí es suave.
Luego, de la nada se endurece.
—Voy a agarrar mis llaves y luego nos podemos ir. —Se levanta y sale de la habitación.
Me levanto, decepcionada.
Justo paso por la puerta cuando se reúne en la entrada con un juego de llaves en la
mano.
—¿Lista?
Asiento y luego lo sigo por el pasillo, a través de la cocina y por una puerta en el cuarto
de servicio.
Caminamos hacia su garaje. Cuando digo garaje, quiero decir, un amplio garaje de
cuatro puertas. Me lleva a través de una puerta en un costado y acciona el interruptor, que
ilumina el lugar.
Hay tres autos aquí y una motocicleta en el otro extremo.
No sé mucho sobre autos, pero todos parecen costosos.
Tiene un Range Rover negro y un auto negro más pequeño que parece un auto de
carreras. Tiene dos rayas de color naranja por todo el cofre y alrededor de cada faro. Grita
dinero. El último auto es de color gris plomo y sé que es un Audi por la tarjeta de
identificación en la parte delantera, tengo un Audi, un TT Roadster, pero el mío no es de
lejos tan costoso como este luce. Lo compre cuando me dieron mi licencia. Mi auto es de
color rojo brillante, y lo amo.
—¿Exactamente cuántos autos necesitas? —Le pregunto, pasando la mano por encima
del capo del lujoso, parece auto de carreras.
—Un hombre nunca puede tener demasiados autos.
Sacudiendo mi cabeza, le doy una mirada burlona.
—Está bien, sé que ese es un Range Rover —señalo en dirección de la bestia negra—
. Y ese es un Audi.
—R8 —aclara Tom para mí.
—¿Cual es este? —toco mis nudillos suavemente en el auto deportivo.
—Esa diosa que estas tocando es un Bugatti Veyron.
—Wow.
Podré no saber mucho de autos, pero sé que los Bugattis se hacen sobre pedido. Para
figuras como Tom.
—¿Tu llamas a tu auto diosa?
—Ella es una diosa. Mírala —Tom se acerca y le pasa la mano por encima del techo
del auto—. Ella es pura perfección. Una puta diosa total. 211
—Eres tan chico —dejando el Bugatti, empiezo a caminar hacia la moto de aspecto
peligroso.
—Una Harley diseñada a pedido. —La voz de Tom viene de atrás de mí. Su aliento
me hace cosquillas en el cuello. Me estremezco.
—¿Diseñada a pedido? —Extiendo la mano y toco el cuerpo rojo rustico de la moto.
—Significa que tenía en mano el diseño. Le dije a Harley lo que quería. Trabaje en los
diseños con ellos y esto se nos ocurrió. ¿Te gusta?
Me doy la vuelta, encontrándolo más cerca de lo que esperaba.
—Sí. Se ve linda y un poquito peligrosa.
—Te gusta el peligro, ¿verdad?
En sus ojos, veo todas las veces que estuvimos juntos, todos los riesgos que he tomado
con él.
—Sí —le digo, mi aliento de repente llega corto.
—Bien —sonríe—. Porque te voy a llevar a casa en ella.
Me tenso.
—Nuca he estado en una motocicleta antes.
Él inclina su cabeza a un lado, una sonrisa maliciosa juega en sus labios.
—Supongo que tengo que tomar otra virginidad de ti, entonces.
Me toma un momento para darme cuenta de que se está refiriendo al sexo anal de
anoche. Me sonrojo desde mi cabeza hasta los pies.
Tom toca con sus dedos mi mejilla caliente. Mis respiraciones se enganchan. El deseo
rápidamente se acumula en mi estómago.
No pasa desapercibido para él. Y no estoy sola en esto tampoco. Sus ojos se han
oscurecido con lujuria.
Estamos congelados en un momento juntos y me pregunto... esperanzada... rezando
para que él me bese.
Entonces, algo ensombrece su rostro. Sus ojos se endurecen al igual que lo hicieron
antes en la sala de música.
Quita la mano y se aleja de mí.
Siento la pérdida de su tacto como hielo en mi piel.
—No tengo una chaqueta que te ajuste —dice, dirigiéndose a un perchero en la pared,
donde un montón de chamarras cuelgan—. Vas a tener que usar una de las mías. ¿Está bien?
—Claro —le digo, preparándome, no dejo que vea mi decepción.
Toma dos chaquetas de cuero negro de gacho de ropa y lleva una hacia mí. Deslizo los
brazos, tirando de ella y subo la cremallera. Es enorme y huele a Tom.
Su aroma está llenando mis pulmones, me asfixia por dentro. Miro hacia arriba para
verlo subir la cremallera de su chaqueta. El luce ilegalmente caliente en ella. Tirando de la
chaqueta grande, me quejo.
—Apuesto que luzco estúpida.
Él sonríe.
—No, te ves linda. De todos modos, me gusta verte con mi ropa. 212
Él puede decir las cosas más dulces a veces.
Cosas que me hacen pensar que tal vez esto no es el final. Que puede que haya algo
más para nosotros.
Le sonrió. Y sus ojos se endurecen de nuevo y mi esperanza se desvanece.
Me entrega un casco.
—Ponte esto.
Hago lo que me dice, poniéndolo en mi cabeza. Estoy luchando por fijar la correa, por
lo que Tom se encarga.
—Todo listo —me da una suave sonrisa antes de tirar la visera.
Él se pone su propio casco y lo sujeta con facilidad.
A continuación, se sube en la moto.
Patea el soporte, manteniendo los pies bien apoyados en el suelo y acaricia el espacio
detrás de él.
Pongo una mano en su brazo, pongo mi pie en el descanso y me alzo a mí misma sobre
ella, balanceando mi pierna por encima. Pongo el otro pie en el descanso y coloco las manos
en la cintura de Tom. Agarra mis manos y las empuja hacia al frente, que me lleva hasta estar
contra él.
Mi respiración se engancha.
Enciende el motor. Las vibraciones pasan por mi cuerpo, resaltando cada sentimiento
lujurioso que estoy teniendo al estar tan cerca de él.
Saca el pequeño control de mando de su bolsillo y abre la puerta del garaje. Poco a
poco, nos conduce fuera del garaje, maniobrando alrededor de la casa. Cuando golpea el
camino de entrada de grava, empieza a coger velocidad.
Mis muslos se aprietan más, los dedos se clavan en su chaqueta de cuero.
Quita una mano del manubrio y le da a mi muslo un apretón.
—Relájate —dice sobre el rugido del motor—. Estas a salvo conmigo.
Conociendo a Tom, nunca dejaría que algo me sucediera, me relajo un poco.
Él desacelera a medida que nos acercamos a la puerta. Se abre automáticamente. Tom
maneja a través.
Toma rápidamente el camino y luego gira a la izquierda, golpeamos el asfalto y
rápidamente acelera.
Dejo escapar un chillido, apretando los ojos, mientras aprieto mis manos en él de
nuevo.
Siento su risa bajo mis manos, retumbando a través de su pecho.
Después de un tiempo, abro los ojos, pensando que yo debería tratar de relajarme y
disfrutar del paseo.
Disfrutar simplemente de estar cerca de Tom por esta última vez.
Demasiado pronto, estamos en Silver Lake y llegando hacia afuera de mi edificio,
donde comparto un departamento con los chicos, cortesía de TMS Records.
Tom saca el soporte y se quita el casco. Lo cuelga en el manubrio. Se pasa la mano por
el cabello. Desordenándolo. 213
Mi corazón se siente pesado como ladrillos.
Me aferro a él mientras columpio mi pierna por encima. Mis pies golpean el concreto,
me toma un minuto para estabilizarme en mis tambaleantes piernas. Por mucho que me
encante estar cerca de Tom y una gran parte de mí no quiera dejarlo ir, es bueno estar en
terreno seguro de nuevo.
Extraigo el casco, sacudo mi cabello.
—Gracias por el paseo —sostengo el casco fuera para que él lo tome.
—Quédatelo —dice, empujándolo de nuevo a mí—. No puedo ir a casa con él.
Quédate con la chaqueta también. No es que tendrás algún uso con ellos, pero son tuyos.
Me está rechazando.
Prefiere que me quede con sus cosas que tener la oportunidad de verme otra vez.
Solo di bien y aléjate.
Pero parece que no puedo evitar que mi gran estúpida boca diga:
—Yo podría llevarlos al estudio para ti. —Y Ahora sueno desesperada.
Fabuloso.
Él mira al frente.
—No, está bien. Quédatelos. —Ni siquiera se atreve a mirarme.
—Está bien. —Doy un pequeño paso atrás—. Gracias, supongo.
Sigue moviéndote Ly. Di adiós y lleva tu culo al edificio.
Estoy tratando, de verdad, lo hago, pero el dolor de su rechazo es tan agudo como una
piedra, y no consigo moverme.
—Así que, si mm... gracias por el paseo.
Ya dijiste eso. Solo deja tu orgullo intacto.
Vamos míralo. Ni siquiera se atreve a mírate. Él tiene ganas de irse.
Entonces, me golpea. Esto es todo. Dejo a Tom y no sé cuándo lo vuelvo a ver, si
alguna vez lo haga.
Nosotros no corremos exactamente por los mismos círculos. La única posibilidad de
que yo vuelva a ver a Tom seria en el estudio, pero simplemente no quiere verme, entonces
no sería fácil vitarme.
No quiero perderlo.
La realización me golpea como un pánico cegador enfermizo.
No puedo imaginar un día en que no consiga verlo o hablar con él y la idea de no ser
capaz de estar cerca de él otra vez... nunca seré capaz de tocarlo o tener su toque...
Jesús...
Froto mi mano contra mi pecho, la idea me hace daño físicamente.
Levanto mis ojos a él, encontrando sus hermosos ojos verdes mirándome.
Oh Dios.
Estoy enamorada de él.
Estoy enamorada de Tom 214
—Lyla...
Empuja su mano sobre su cabello y deja escapar un profundo suspiro, completamente
inconsciente del miedo pendiendo en mi mente y mi cuerpo en este momento.
—Um... mierda, no sé qué decir. Nunca he hecho esto antes.
Me da una sonrisa triste, tira de mi corazón. La que yo ahora aparentemente quiero
darle.
—Sé que al principio, nos pusimos de acuerdo que terminaríamos aquí al final de la
gira, pero... bueno, no conseguí cumplir con todos esos orgasmos que me debes... y estaba
pensando... —Cambia su posición incómoda.
Estoy colgada de sus palabras a la espera, desesperada por ver a donde va con todo
esto.
Se frota la mano por la barbilla.
—Lo que estoy tratando de decir es que no quiero perderte de mi vida por completo
y no puedo imaginar que solo seamos amigos.
Me da una suave y sexy sonrisa que se filtra en mi pecho y se enrolla en mi corazón.
—Así que, aún me gustaría verte...
Él quiere volverme a ver. Él me quiere como yo lo quiero.
Mi corazón se ilumina.
—Un par de veces por semana, ya sabes, engancharnos. Entonces, ¿qué piensas?
Mi corazón se ensombrece.
Él quiere que sigamos siendo folla-amigos.
Él no me quiere. El solo quiere follarme un par de veces a la semana.
Mi corazón cae a mi estómago, en caída libre, llevándose el resto de mis entrañas con
él.
Me siento estúpida. El calor pica en mi cara.
Mi garganta se hincha mientras las lágrimas amenazan en mis ojos.
—¿Quieres que sigamos siendo folla-amigos? —No puedo ocultar el límite o la
emoción en mi voz.
Sus ojos encuentran los míos, cautela en ellos.
—Sí.
—Claro —doy un paso atrás.
—¿Fue una mala sugerencia? —Se rasca la mejilla—. Porque no luces muy feliz con la
idea.
¿La sugerencia equivocada? ¿No feliz con la idea? Podrías decirlo.
Y lo hago.
—No, no estoy feliz con la idea.
—Claro... —sus dedos se levantan en su frente y los presiona contra su piel. Un
segundo después, deja caer la mano y su mirada me golpea—. Entonces ¿Qué ha cambiado?
Le frunzo el ceño.
—¿Qué quieres decir, con que ha cambiado? —Mi voz se está levantando.
Y él se está poniendo molesto. 215

Puedo ver por la línea indicadora entre la frente y el oscurecimiento de sus ojos.
—Quiero decir, que estás contenta en ser mi folla-amiga para la gira y hasta ayer en la
noche, pero ahora, de repente, no lo estás. Por lo tanto, me pregunto, ¿Que ha cambiado
entre salir de mi cama esta mañana y ahora?
—Hace alrededor de sesenta segundos, me di cuenta de que estoy enamorada de ti.
Eso es lo que ha cambiado.
Y ahí está. Mi absoluta maldita incapacidad para filtrar todo lo que sale de mi boca.
Miro su rostro reverente con sorpresa. Esa sorpresa rápidamente se convierte en
horror absoluto.
Mi esperanza de más allá del sexo con Tom se quema en cenizas y vuela a distancia
con la suave brisa.
Niega con la cabeza.
—Tú no me amas.
Mis ojos se llenan de lágrimas. No las puedo detener más igual que no puedo detener
el hecho que lo amo.
El orgullo duele como una perra, grito:
—Entonces ¿Me estás diciendo lo que siento ahora? Pensé que tus ordenes se
quedaban en el dormitorio.
Sus ojos se ajustan a los míos. Está enfadado, lo más enojado que lo he visto jamás.
—¡No tienes ningún puto derecho a decirme que me amas! —Ruge.
Su voz es tan dura que me asusta, me obliga a dar un paso atrás.
—¡Solo estábamos follando! Folla-amigos. Nada más. Tú estuviste de acuerdo. El
amor nunca se suponía que entraría. —Arrastra las manos por su cabello. Sus rasgos están
tensos. Mi corazón se está rompiendo.
—Yo... yo... esto no fue algo planeado —mi voz es pequeña—. No era mi intención...
enamorarme... —Aprieto el casco sobre mi pecho como si fuera una tabla de salvación.
Necesito desesperadamente algo a que aferrarme.
Tom deja salir una risa descuidada que me parece como una bofetada en la cara.
—¿Qué pensaste que iba a ocurrir cuando me dijeras que me amas? ¿Pensaste que yo
te diría lo mismo? ¿Qué íbamos a cabalgar hacia el atardecer y vivir felices para siempre? Yo
no soy de ese tipo, y tú malditamente lo sabías. Yo no hago el amor. Nunca lo hecho, y ahora
no voy a empezar a hacerlo. ¿En qué momento te di la impresión de que yo podría? —Su
voz se está poniendo cada vez más dura con cada palabra—. ¿Fue cuando te estaba follando
por el culo? ¿O tal vez cuando te follaba bajo el escenario? ¿O cuando te tenia de rodillas
mientras follaba tu boca...?
—Basta —gimo, cada una de sus palabras se sienten como golpes en el pecho.
Es bastante doloroso saber que no siente lo mismo por mí. Pero saber que el
pensamiento de que yo lo ame lo hace ponerse así de enojado... duele más allá de las palabras.
Las lágrimas corren por mi cara. Aprieto la manga de cuero contra mi mejilla, tratando
de secarlas, pero todo lo que sucede es que tomo una bocanada de Tom. Enciende mi dolor
más.
—Nunca me diste ninguna indicación de que sintieras lo mismo —le susurro, mi voz
rota—. Fue todo mi error. Mi error.
216
Me doy la vuelta para irme, pero Tom agarra mi brazo, me mantiene allí. Estaba claro
que no ha terminado de infringir su rabia en mí.
—Todo fue un error —se pasa la mano libre por el cabello, tirando las hebras—.
¡Mierda! Nunca debí haber empezado esto contigo.
Un error. Si me hubiera golpeado, me habría herido menos.
—¡Suéltame! —Lloro, tratando de sacar mi brazo libre.
Tener a Tom tocándome ahora mismo es como echar sal a mi sangrante herida.
Pero él no me suelta. Es como si no me sintiera ahora.
—Nunca debía dejar que esto pasara. —Sus ojos puestos en el pavimento, con la
cabeza temblorosa. Casi como si ni siquiera me estuviera hablando a mí en este momento—
. Debí haber sabido que esto iba a pasar... especialmente con una chica como tú.
Una chica como yo.
Si necesitaba algo para traerme de vuelta, era eso.
Me lleno de fortaleza en mi cuerpo débil. Puede que todavía allá lágrimas en mi cara,
pero me asegurare que mi expresión sea de cólera total.
—Has terminado tu punto —tengo mi voz firme—. Entiendo. Yo no te importo.
Estoy escuchando fuerte y claro. Ahora déjame ir.
Veo lo que creo que es un destello de emoción en sus ojos. O tal vez es este estúpido
hilo de esperanza que estoy sosteniendo desesperadamente para que lo vea.
La esperanza de que me diga que no quiso decir nada de esto, que él siente lo mismo
por mí como yo por él.
Deja caer mi brazo, sus ojos aterradoramente duros.
—Cuanto antes me vaya de aquí, malditamente mejor. —Él tira de su casco fuera del
manubrio—. Tú y yo hemos terminado aquí. ¿Queda claro?
Y esa esperanza se pisotea bajo sus palabras. Me armo a mí misma contra él.
—Como el cristal. No te preocupes. Después de hoy, tú nunca tendrás que verme de
nuevo. —Empiezo a alejarme.
Pero no he terminado. No todavía.
Me doy la vuelta y miro a Tom, no reconozco a la persona delante de mí. El Tom que
llegue a conocer las últimas seis semanas no habría sido tan cruel o me hubiera herido tanto.
El Tom con el que pase tiempo, enamorándome...
O tal vez se trata de eso, yo no conocí a Tom en absoluto.
Y esa posibilidad me duele más que todo lo demás. Doblando mis dedos en mi palma.
Tomo una profunda respiración.
—Ojala que nunca hubieras puesto un pie en el bus de gira. Ojala que nunca te hubiera
dejado acercarte a mí, y mucho menos a mi corazón. —Una lágrima cae por mi mejilla. La
limpio—. No mereces ninguna parte de mí que te haya dado. Eres un bastardo de la peor
especie, Tom Carter.
Sus ojos se levantan hacia mí. Veo lo que creo que es un rastro de dolor en ellos pero
se ha ido rápido que pude haberlo imaginado.
—Eso es realmente lo que soy. Es bueno que finalmente lo recuerdes. Ahora, puedes
tomar tu declaración de amor y dársela a alguien que la quiera.
Me hago en una dolorosa respiración. 217
Mi alma y lo que queda de mi corazón se rompen en pedazos.
Él levanta el casco hacia su cabeza pero se detiene.
Sus ojos se mueven a los míos, su mirada me detiene ahí.
Mi corazón puede estar roto, pero no puedo apartar la mirada de Tom. Nunca he sido
capaz de hacerlo. Una vez que él me atrapa con sus ojos, estoy atada.
No sé lo que ve en mi cara o lo que sucede en este momento, pero dolor verdadero
llena sus ojos y un aliento agonizante se le escapa.
—Te mereces algo mejor —dice, bajo y áspero—. Te mereces algo mejor que yo.
Se pone su casco, el rugido de la moto cobra vida y luego se ha ido, desapareciendo en
el grueso tráfico de Los Ángeles.
Y yo me quedo aquí de pie. Las únicas cosas que me muestran mi tiempo con Tom
son sus palabras que resuenan en mi mente, mi corazón destrozado y las lágrimas manchando
mis mejillas.
27
Tom
Traducido por Ilka
Corregido por Leluli

Una hora más tarde — Un bar en el centro de L.A.

Lyla me ama.
Ella no puede amarme. Ella no puede porque… bueno, soy Tom Carter. Yo no amo.
No puedo amarla. No puedo amar a nadie.
Nunca lo he hecho y no voy a empezar ahora por una vagina apretada y unos pechos
increíbles… y una hermosa sonrisa.
Seguro, me interesa Lyla, pero amar… nunca entró en la ecuación.
Lyla es una chica buena, a la que le han tocado algunas cartas de mierda en la vida. Si
ella estuviera conmigo, todo lo que haría sería seguir haciéndole daño, porque ése es el tipo 218
de hombre que soy.
Ella se merece a alguien mejor que yo. Ella se merece a un hombre que pueda…
Una ola de rabia me tiene apretando la mandíbula y apretando mi mano alrededor del
vaso de Jack con el pensamiento de Lyla con otro hombre.
Tomo un largo trago del whiskey, tratando de apaciguar las turbulentas emociones
dentro de mí.
Esto es ridículo. Yo no me pongo celoso. No soy ése tipo. Soy el tipo al que le importa
una mierda. El tipo que folla a una mujer y se aleja, limpiamente.
No me importa. Nunca.
Y tengo que dejar de preocuparme por Lyla y con quién o qué hace. Justo jodidamente
ahora.
Tiene que parar.
Necesito volver a poner mi vida en la vía correcta.
Esto de dormir con una sola mujer ha desordenado mi cabeza. Sólo necesito tirarme
alguna chica y estaré nuevamente normal. Y ese normal necesita empezar ahora.
Dejo que mis ojos barran el bar hacia la morena que ha estado mirándome desde que
llegué.
Mis ojos se encuentran con los de ella y veo la mirada instantáneamente.
Ella quiere follar.
Perfecto.
Dejo que mis ojos la recorran. Mirándola como debí haberlo hecho en el momento
que llegué aquí.
Normalmente no suelo tener ese tipo de efecto. He estado fallando en eso mucho
últimamente y ése es el problema.
Esto me devolverá a las pistas.
Esta morena es alta, curvilínea. Definitivamente tiene caderas y trasero. Pequeñas tetas,
pero puedo vivir con eso. No estoy buscando casarme con la chica. Sólo follármela hasta el
infierno.
Seguro, ella no es Lyla, pero ése es el punto.
Estar con una rubia justo ahora sería muy parecido. Necesito estar tan lejos posible de
cualquier cosa remotamente parecida a Lyla.
El punto de esto es alejar mi mente de Lyla y mi entrepierna enterrarla en alguien más.
Y esta chica morena, quien claramente está dispuesta, es lo completamente opuesto a Lyla
en todo sentido, es perfecta para lo que necesito justo ahora.
Dejando mi bebida detrás, me bajo del taburete y me abro paso hacia la morena.

Quince minutos más tarde — Un cubículo del baño, el bar, en el centro de L.A.

—Joder, sí. Eso es dulzura. Ponte de rodillas y chupa mi verga. —Cierro mis ojos ante
la sensación de, mierda ¿cuál es su nombre? ¿Lacy? ¿Maisy? En serio, ¿a quién le importa una mierda 219
siempre y cuando ella me haga acabar?
Sólo necesito tener su boca alrededor de mi verga. Entonces, estaré de vuelta a mi
antiguo yo y Lyla saldrá de mi maldita cabeza.
La imagen de Lyla parada en la vereda, diciéndome que me ama se queda pegada en
mi cerebro.
Las cosas que yo le dije a ella. Ella estaba llorando.
Joder.
No quería herirla. Sólo entré en pánico. Ella nunca me perdonará luego de lo que dije.
Lo que sea. Como si importara. No necesito que me perdone. Porque Lyla y yo terminamos.
Sólo hice lo que tenía que hacer. Como sacarse un parche. Herirla ahora y terminar
evita cualquier mierda complicada en el futuro.
Me puedo sentir mal ahora, pero en el segundo en que esta chica chupe mi verga, todo
desaparecerá.
De pronto se escucha música a alto volumen en el bar. Alguien debe haber activado la
rocola. La línea pesada de guitarra de «Boulevard of Broken Dreams» de Green Day comienza a
zumbar a través de la pared.
Siento mi pecho apretarse. Un dolor… como si mi corazón estuviera…
No.
Enfocando mi mente en los eventos que están sucediendo, miro hacia abajo, a la
morena que está luchando con mis jeans. Para alguien tan ansiosa de ponerse de rodillas, se
está tomando bastante tiempo abriéndolos.
Impaciente de tener su boca alrededor mío, me hago cargo. Soltando los botones, saco
mi verga afuera.
Estoy a penas medio duro.
¿Qué mierda?
Lo que sea. No importa. Es sólo por la estupidez de no acostarme con cualquiera que
he estado haciendo. Tener sexo exclusivamente con Lyla sólo ha confundido las cosas.
Confundido a mi verga, pero volverá al juego una vez que comience con esta chica. Volverá
a la vida cuando esté dentro de su boca.
Necesito ser el Tom que solía ser. El Tom que folla y se aleja. El Tom al que no le
importa. Porque ése es el Tom que puedo manejar.
Palmeando mi verga, miro hacia ella.
—Abre dulzura y asegúrate de chuparme bien y fuerte.
Ella me sonríe hacia arriba. Su sonrisa no está ni cerca de la bella sonrisa de Lyla.
—Voy a chupártelo tan bien que no querrás que acabe nunca.
Lo dudo mucho.
Pero continúo con ello. La observo abrir su boca y deslizar mi verga entre sus labios.
—¡Mierda, sí! Así se hace —siseo, tocando la parte de atrás de su cabeza, urgiéndola a
que tome más de mi verga—. Tómalo entera.
Con mi verga en su boca, ella comienza a balancear su cabeza arriba y abajo,
chupándome fuerte.
220
Cierro mis ojos tratando de relajarme, mientras me enfoco en la sensación de lo que
está haciendo.
Pero no pasa nada.
¿Qué demonios?
Necesito esto, sintiéndome desesperado, tomo un puñado de su cabello y comienzo a
bombear dentro y fuera de su boca.
Sólo necesito ponerme duro, entonces puedo follármela y todo volverá a la
normalidad.
Volveré a ser mi antiguo yo.
Me mantengo así por unos minutos, follando su boca, pero aún nada está pasando.
Aún no ha crecido ni siquiera un centímetro.
¿Qué Demonios está pasando?
Esto nunca me pasa a mí. Nunca.
La morena saca mi verga de su boca con un pop y comienza a recorrer con su lengua
toda su longitud, gimiendo mientras lo hace.
No es nada como los dulces sonidos que Lyla hace cuando me chupa.
En verdad, se está volviendo algo molesto, estoy tentado a sólo enterrar mi verga de
vuelta en su boca para callar a la chica.
—Me encanta tu pene —murmura, tomándome en su mano, ella empieza a
masturbarme—. Tan jodidamente grande. No puedo esperar a tenerlo dentro de mí. Amo tu
banda. La he seguido por cuatro años. Te he visto en conciertos dos veces. No puedo creer
que esté aquí contigo. Que tengo tu polla en mi mano y muy pronto, vamos a tener sexo. —
Sus ojos se levantan hacia los míos. ¿Tienes un condón contigo, cierto? Porque yo no tengo
ninguno.
Por supuesto que tengo…
No, no tengo.
No tengo ni un solo condón conmigo porque dejé de comprarlos cuando Lyla y yo
comenzamos a hacerlo sin nada.
Cuando me dejó tomar más de ella.
Y anoche… me dejó tener todo de ella.
Mi cabeza comienza a girar.
Presiono mi mano a la pared para sostenerme. El bajo bombea a través de los ladrillos,
haciendo eco del ritmo lastimero de la canción en mi cuerpo. La voz grave de Billy Joe
Amstrong nutre las desoladas letras en mi mente.
Cierro mis ojos, tratando de acallar todo… pero todo lo que puedo ver es a Lyla.
La manera en que luce tirada en mi cama. Mi cinturón atado en sus muñecas.
Bañándola en la ducha. Ella bañándome a mí. Besándola. Cómo me quita el aliento cuando
está de rodillas frente a mí, sus hermosos ojos azules observándome. Moviéndome dentro
de ella… teniendo sexo lento y profundo. Quedándome dentro de ella hasta que se queda
dormida. Sosteniéndola en mis brazos porque no puedo permitirme soltarla. Sin poder
dormir porque no me quiero perder ni un momento del tiempo que me queda con ella,
sabiendo que eventualmente tendré que dejarla ir.
La dejé ir. 221
Un dolor lacerante atraviesa mi pecho. No puedo respirar.
Necesito... necesito irme.
No, puedo hacer esto. Puedo follarme a esta chica.
Esto es lo que hago. Esto es en lo que soy bueno.
Estamos en un baño público. Deberían tener una máquina de condones aquí. Sólo voy
a comprar un paquete, follarla y luego irme a casa.
El sexo oral claramente no está funcionando. No está sacando a Lyla fuera de mi
cabeza. Pero cubrir la última vez que estuvimos juntos estando dentro de otra lo hará.
Tiene que funcionar.
Abro mis ojos y miro hacia abajo, pero en vez de ver a la morena veo a Lyla
devolviéndome la mirada.
¿Qué demonios?
Los grandes ojos azules de Lyla pestañeando. Su maravillosa boca sonriéndome en esa
forma dulce que ella sabe hacer.
El pánico me golpea. Un pánico que no me había golpeado desde que tenía trece años
y mi vida cambió para siempre.
El día que perdí todo. El día en que estuve parado sin poder hacer nada para detener
lo que estaba sucediendo.
No puedo hacer esto. Necesito salir malditamente de aquí.
Ahora.
—No puedo hacer esto.
Traté de moverme, pero la morena no me escucha y trata de meterse mi verga de vuelta
a su boca.
—No. —Con mis manos puestas firmemente en sus hombros, la empujo—. Tenemos
que parar.
Ella mira hacia arriba, la confusión se refleja en su rostro.
—Hice… ¿hice algo malo?
—No. —Haciéndome a un lado, pongo mi pene de vuelta en mis pantalones y
rápidamente los cierro—. Tú no hiciste nada malo. —Inspiro profundo, el sentimiento de
culpa y un montón de otras emociones de mierda con las que no puedo ni comenzar a pelear,
me golpean—. Yo lo hice.
Abro la puerta de un portazo y prácticamente salgo corriendo de ahí, dejando atrás la
confundida morena de rodillas.
Prácticamente no puedo ver claro mientras trato de hacerme camino fuera del bar.
Finalmente, llego a la puerta. Empujando para abrirla, el aire entra en mis pulmones
con fuerza, dejándome respirar superficialmente.
La presión en mi pecho es tan intensa, que siento como si fuera a explotar.
Lyla me estropeó.
¡Ella me estropeó, maldita sea!
Ella se metió dentro de mi cabeza y revolvió todo.
Me importa. Más de lo que me importa am…
222
No.
No puedo hacer esto. No puedo sentirme así.
Necesito… Cristo ¿Qué necesito?
Tiempo.
Necesito tiempo. Eso es todo.
Traté de saltar a mi vieja vida muy deprisa.
Sólo me tomaré unos días para despejar mi cabeza.
Salir del estado mental de adicción en el que me dejé caer con Lyla.
Me gustaba la vida que tenía antes, no, la amaba jodidamente. Antes de que empezara
a hacer promesas, tratando de pensar que podría cambiar para ayudar a Jake. Pero eso era
pura mierda. Y Tru y Jake están bien ahora.
Mantuve mi promesa, hice lo dije que iba a hacer.
Pero las cosas necesitan volver a la forma en que estaban antes.
Fácil. Sin complicaciones. Sin expectativas.
Nadie que diga que me ama.
Y yo… yo no vuelvo a am…
Preocuparme por alguien que no sea yo mismo.
Volveré a la vida que tenía antes. Trabajo y mantengo toda mi mierda alejada.
Pero desde Lyla, todo lo que he hecho es sentir cada día.
Sentirla.
Me convertí en el hombre que nunca quise ser.
Débil.
No puedo ser débil. No puedo preocuparme de ella. No puedo arriesgarme a
convertirme en él.
No puedo nunca arriesgarme a convertirme en mi padre.
Y no convertirme en él significa que tengo que volver a ser el hombre que era antes,
no importa cuánto pueda doler dejar ir a Lyla.

223
28
Lyla
Traducido por Musa65
Corregido por Cecilia

Dos semanas más tarde — Una tienda de zapatos, Boulevard Robertson, LA.

Es Curioso como el tiempo se detiene cuando tu corazón se ha roto.


Como si de alguna manera, tu corazón tuviera el control del tictac del reloj llamado
vida.
El tiempo se calmó cuando Dex me rompió el corazón. Y ahora...después de Tom...
bueno, el tiempo y todo entre eso ha dejado de moverse. Solo a la deriva a través de los días.
Nada importa.
Solo hay un enorme agujero en mi vida donde estaba Tom.
Él llegó disparan do a mi mundo y golpeo lejos cada muralla defensiva que había
acumulado. Yo fui estúpida por pensar que no me afectaría... él no me afectaría. Él no 224
trabajaría en mis afectos. Ahora es el tipo de chica que soy. Conecto sentimientos con el
sexo. Era ingenua al pensar que podía hacer toda la cosa de folla-amigo con Tom y salir sin
problemas.
Y ahora, yo estoy enamorada de Tom y él está fuera de mi vida. Estoy rota, indefensa
y débil y no sé cómo solucionarlo. Me parece que no puedo arreglar el vació que ha dejado
en mi vida. No importa cuánto me involucro en las cosas de la banda y trato de mantenerme
ocupada, nada está ayudando.
Su ausencia está aquí. Cada minuto del maldito día.
Extraño hablar con él. Reírme con él. Pelear con él. Amarlo.
Tengo este constante dolor, como si estuviera perdida en el limbo. Estoy tratando de
averiguar cómo se incrusto tan profundamente dentro de mí en un corto tiempo.
Preguntándome si me volveré a sentir completa otra vez.
—¿Lo has llamado ya?
Mis ojos se mueven desde el punto en la pared de la tienda de zapatos para mirar a
Shannon, que esta agachada delante de mí mientras ajusta un par de zapatos a mis pies. Tiene
unos cien diminutos cierres en ellos. Si me preguntan, creo que parecen zapatos de puta, pero
Shannon parece pensar que irán con el vestido que acaba de comprar para una sesión
fotográfica de la revista que tengo que asistir con los chicos en unos días.
Shannon ha sido contratada como nuestra estilista permanente, lo cual estoy muy
contenta. El único inconveniente es que tengo que aguantar a Ashlee también, pero ella se
centra más en los chicos mientras que Shannon cuida de mí, que estoy segura que Ashlee
está muy contenta de eso.
—¿Llamar a quién?
Shannon me mira mientras tira duro en otra correrá y la fija.
—Tú sabes a quién, Tom.
—No, ¿por qué debería? —Me muevo en mi asiento, apartando los ojos.
—Tú sabes por qué. Aquí. —Ella sujeta la última hebilla, sonando sin aliento—. Pensé
que nunca iba a conseguir esos cabrones abrocharlos. Ponte de pie —me dice.
Me pongo de pie, tambaleándome en los ridículos tacones.
—Camina hacia mí. Vamos a ver como luces con ellos.
—Pensé que era una cantante no una modelo de pasarela.
—No eres lo suficientemente alta para ser una modelo de pasarela, así que calla tus
gemidos y comienza a caminar, hermana.
Ella sonríe.
Le saco la lengua a ella y luego empiezo a caminar en el pasillo, en dirección hacia el
espejo delante de mí. Me veo como una herramienta completa. Los zapatos se ven realmente
calientes. Solamente que no puedo caminar en ellos.
Incluso lucen bien con mi vaqueros recortados y mi camiseta de Angry Birds que llevo,
la que Tom compro para mí.
Está bien, me gusta torturarme llevando el regalo que me compro. Y yo tengo que
mantener su chaqueta de cuero en mi recamara, así me puedo envolver en ella en la noche.
Me odio por aferrarme a él cuando él me lastimó tanto.
—Me veo como una idiota —me quejo.
225
Shannon viene desde atrás, mirándome en el espejo.
—No, no lo haces. Te vez caliente. Nos los vamos a llevar. Ahora, pon tu culo de
vuelta, así te los puedo quitar.
Tomo asiento. Mientras trabaja para quitar un zapato, yo trabajo en el otro. Con la
pierna enganchada en mi muslo, empiezo a desabrochar.
—Así que, recuérdame por qué no has llamado a Tom.
Dejo escapar un suspiro, tratando de pretender que me aburre su pregunta, cuando en
realidad, todo lo que estoy tratando de hacer es detener mi dolor de sangrar por todo el piso
de esta tienda.
—No tengo ninguna razón para llamarlo.
Tú y yo...terminamos aquí.
—Puta mentira. Lo extrañas.
—Realmente no.
Sí lo hago. Lo extraño tanto que siento que no puedo respirar casi todos los días. Y
ante la sola mención de su nombre, quiero gritar de dolor desgarrando mis entrañas.
Además de tortúrame con su chaqueta de cuero, también voy a la cama cada noche
escuchando «Though I´d Died and Gone to Heaven» sin parar porque él me dijo que era su
canción para mí. Analizando esas letras, deseando que hubiera querido decir esas palabras de
la manera que yo lo quería y no solo para que sirva como un recordatorio de una época en la
que una vez me jodió bajo el escenario.
Haciéndome la idiota, digo:
—Incluso si lo hiciera, ¿qué importa? Tom no me extraña.
Él no puede ni verme.
—Sí lo hace.
Mi cabeza se mueve bruscamente hacia arriba, con la boca seca al instante.
—¿Él lo hace? ¿Ha dicho algo?
—No. Pero está ahí. —Ella deja el zapato para apuntar a mi cara—. Esa mirada en tu
cara cuando pensabas que él te extrañaba, era de alivio. Y ahora, aplastando la decepción
porque sabes que no me diría eso él. —Ella agarra mi pie otra vez y empieza a tirar de las
hebillas—. Ustedes dos tienen que solucionar su mierda. —Deja de tirar del zapato y me
mira a la cara—. Tom no podría haber dicho que te echa de menos a mí, pero lo vi ayer, y se
veía como una mierda. Nunca he visto a Tom lucir como una mierda. Y lucía una mierda
horrible. Así que mencione tu nombre, y cuando lo hice, se veía como si le hubiera disparado
a su cachorro, y entonces él estuvo fuera de allí en un minuto más tarde.
No podía ocultar que me importaba más.
—¿Se veía como una mierda? —¿Es malo pensar en Tom luciendo como una mierda
me haga sentir mejor?
—Sí, estaba sin afeitar y bien en su manera de crecerle la maldita barba de nuevo. A
diferencia de la última vez sin embargo, no se veía caliente. Parecía sucio, como si no se
hubiera bañado en una semana. Lo mismo que la ropa. Y apestaba a whisky. Tenía círculos
negros bajo los ojos que ni siquiera yo podría cubrir. Él lucía como una mierda total, me
imagino que es porque te extraña.
—Él no me extraña.
Entre más rápido este fuera de aquí, malditamente mejor. 226
Mis labios bajaron.
Shannon se sentó en sus piernas y me agarro mis manos, sosteniéndolas juntas en mis
muslos.
—No sé qué paso entre ustedes. Solo sé que los pequeños pedazos de información
que me has dado en las últimas dos semanas, pero está claro que te importa él y que le importa
a él. Solo háblale. ¿Qué tienes que perder?
Deslizo mis manos liberándolas y muevo mis ojos hacia abajo. Empiezo con esas
malditas hebillas otra vez.
—Orgullo. No le voy hablar a Tom. La última vez que hable con él, él lo hizo
meridianamente claro que no quería nada conmigo. Además, aunque él haya cambiado de
opinión, es demasiado tarde. Ya lo he superado.
—Puta mentira —ella murmuró—. Necios, los dos. —Agarra mi pie, lo acerca a ella y
termina de quitar el zapato.

Treinta minutos después — Boulevard Robertson, L.A.

—¿Quieres ir por un café? —Shannon me pregunta mientras caminamos hacia mi


auto.
—Seguro, vamos a dejar las bolsas en la cajuela primero.
Quitando el seguro a mi auto y abro la cajuela. Tiro las bolsas de las compras y cierro
la puerta.
—Mierda —Shannon pronuncia.
Levanto la mirada hacia ella, sigo su mirada a través de la calle, y mis ojos aterrizan en
Tom.
Está parado junto a un auto negro estacionado afuera de un restaurante lujoso.
Puedo ver desde aquí que luce cansado, no como de costumbre, y la barba
definitivamente está de regreso.
Pero esa no es la razón por la que siento como si alguien estuviera de pie en mi pecho.
No, lo que lo está causando es la vista de una morena esbelta y muy hermosa que está
con él.
Ellos están de pie juntos. Se ven amigables, como si se conocieran bastante bien.
Íntimamente bien.
Ella pone las manos en sus brazos mientras habla con él. Tom sonríe a lo que está
diciendo. Él le dice algo a ella y ella ríe.
La odio al instante. Ella levanta la mano a su cara y se inclina y lo besa en la mejilla.
Dejo de respirar.
Es como un accidente automovilístico. Quiero quitar la mirada pero no puedo.
También quiero gritar.
Pero tampoco lo hago. 227
Yo solo estoy aquí, como una maldita estatua, observándolos.
Tom abre la puerta de auto para ella. Se sube en el asiento trasero.
No entres al auto con ella. No entres al auto con ella.
El empieza a subir.
Mi corazón se hunde. Cierro mis ojos, respirando a través del dolor.
Cuando los abro, Tom tiene un pie en el auto con una mano en el techo, y está mirando
a través de la calle hacia mí.
Puedo ver la sorpresa de verme aquí es evidente en su cara.
Él no está feliz de verme.
¿Porque lo estaría? Él lo dejo bastante claro como las cosas estaban la última vez que
lo vi.
Sus palabras crueles vuelven para burlarse de mí, haciendo eco en mi mente.
Estoy congelada en el lugar, como rehén por el poder de su mirada, cuando el dolor
corre a través de mis venas como veneno. Es agonía absoluta.
Hace un momento estaba rezando porque él no entrara en el auto, ahora deseo que
hiciera eso.
El articula mi nombre y comienza a retroceder fuera del auto.
El viene hacia aquí.
Mierda. Mi corazón comienza a latir con golpe doloroso contra mi caja torácica.
No puedo tener otro enfrentamiento desgarrador con él. Tengo que salir de aquí.
Ahora.
Adrenalina prende mi cuerpo en acción. Arranco alrededor del auto y de un tirón abro
la puerta del conductor. Le grito a Shannon:
—¡Entra en el puto auto!
Su cara se sacude de la sorpresa. Pero no me importa. Solo tengo que salir de aquí, y
voy a hacer lo que sea necesario para que eso suceda.
Ya tengo el motor en marcha y estoy haciendo clic en mi cinturón de seguridad cuando
Shannon entra el auto.
Miro por la ventana lateral y veo a Tom que está tratando de cruzar la calle muy
transitada, con los ojos fijos en mi auto.
Mi corazón saliendo del pecho y corriendo por la calle y lejos de él, pongo el auto en
marcha. Con una rápida comprobación en mi espejo lateral, golpeo mi pie en el suelo,
sacándonos de allí.
Conducimos en silencio durante un largo momento.
—¿Estas bien? —Shannon me pregunta en voz baja. Asiento, con miedo a hablar, en
caso de que me eche a llorar.
—Eso podría no ser lo que parecía —respiro fortaleciendo—. No importa.
—Claramente lo haces. Tú estás enamorada de él. —No es una pregunta.
Yo podría discutir o mentir, pero no tiene sentido.
—Él lo sabe —dejo escapar una respiración profunda—. Le dije la mañana después 228
de nuestra última noche juntos. Me llevo a casa, y antes de que se fuera, le dije que estaba
enamorada de él —sintiendo mi labio inferior temblar. Tomo otro aliento fortaleciente antes
de hablar de nuevo—. La versión corta es, él no siente lo mismo.
—Me resulta difícil de creer. Vi la forma en que estaba contigo.
Niego con la cabeza.
—Confía en mí. No lo hace. Él me dijo y cito: «toma tu declaración de amor y dísela a alguien
que la quiera».
—Oh, cariño. Bueno, si esa es la verdad, que él no te ama, que realmente dudo,
entonces Tom Carter es el mayor maldito idiota de lo que pensaba. Siempre ha sido un
jugador, pero cuando lo contigo, pensé que era diferente. Vi la manera en que te ve cuando
él cree que nadie lo ve, y pensé que era por él, que tú estabas.
Yo sé que no es su intención, pero sus palabras me están haciendo daño. Una lágrima
perdida escapa, cayendo en la esquina de mi boca.
—¿Podemos simplemente no hablar de eso ahora?
—Cualquier cosa que quieras, cariño —ella se acerca y enciende la radio.
«Cruel Summer» empieza a sonar en el auto. Me pingo a cantar, canalizando mi dolor en
la forma que mejor conozco.
La canción está comenzando a terminar cuando es cortada por el timbre de mi celular
que dice que es la tía Steph llamando. No me siento en condiciones de hablar, pero no le he
llamado en un tiempo, así que ella no se rendirá hasta que conteste. Mi tía Steph es persistente
como si estuviera mucho tiempo sin hablar con ella.
—Hola, estoy en el auto con una amiga. ¿Te puedo llamar de vuelta?
—Ly... —dice, con la voz quebrada. El sonido viene como una mano en mi garganta.
—Es Dex. Está en el hospital. Él... —ella comienza a sollozar.
Mi pulso golpea la adrenalina. Presa de pánico, pierdo el tráfico. Vagamente registro
una estridente bocina y luego el sonido de Shannon maldiciendo bajo, pero nada de eso
importa. No puedo estoy manejando ahora.
Derrapando en un lugar abierto al lado del camino, golpeo los frenos.
¿Dex? ¿Está bien? Oh, Dios mío, ¿qué paso?
Tía Steph toma una respiración profunda.
Dex... tomo un montón de pastillas... alcohol. Están diciendo... el médico dijo que una
sobredosis... pero él no haría eso. No lo intentaría… no a propósito...
Ella se rompe de nuevo.
¿Él tiene una sobredosis?
Dex. Sobredosis.
No, eso no puede ser cierto. Él no se haría daño a sí mismo de esa manera.
Entonces, recuerdo como sonaba esa noche en San Diego.
Desesperado. Con dolor.
Como mi madre solía sonar.
La última cosa que me dijo fue... lo siento.
Oh no.
229
Él trato de matarse.
Es mi culpa. No quise escucharlo. No quise perdonarlo.
La culpa me abruma, entierro mi cara en mis manos y comienzo a sollozar.
29
Lyla
Traducido por rihano
Corregido por Cecilia

Cuarenta minutos más tarde — Área de espera, Centro Médico Cedars-Sinai,


L.A.

—¿Quieres algo de beber, cariño?


Miro a la cara perfectamente maquillada de Shannon. Me imagino que parezco un
desastre total. No es que verse bien esté muy alto en mi lista de prioridades en este momento.
Todavía froto mis dedos debajo de mis ojos, tratando de limpiar la máscara de pestañas que
sé que está ahí, no deseando asustar a la gente con mis ojos de panda.
—Espera. Tengo algunas toallitas.- Shannon hurga en su bolso y saca un paquete de
toallitas de maquillaje. 230
Ella siempre está preparada. Saca una e inclina mi cara hacia ella. Empieza a limpiar el
maquillaje de debajo de mis ojos.
—Tú me darás un tic nervioso, frotándote los ojos así. No voy a tener a mi súper
estrella viéndose de edad antes de tiempo. —Ella me da una sonrisa suave—. Ya está. Todo
terminado. —Lanza la toallita en la basura.
—Gracias —le digo.
—No es necesario. Es mi trabajo cuidar de tu apariencia.
—No me refería sólo a la cara limpia. Quise decir, que estés aquí… realmente lo
agradezco.
Ella se sienta a mi lado y me da palmaditas en la mano.
—La cara limpia soy yo haciendo mi trabajo. Esperar aquí contigo… esto soy yo siendo
tu amiga.
—Me alegro de que seas mi amiga —le digo, apoyando mi cabeza en su hombro.
Realmente necesito un amigo en este momento. Trato de no pensar en la única persona
que deseo que estuviera aquí.
Ante ese pensamiento, mis mejores amigos irrumpen a través de la puerta.
Llamé a Cale al momento en que colgué el teléfono con la tía Steph. Yo sabía que él
querría estar aquí.
Sonny iba a ser mi siguiente llamada, pero después de que Cale consiguió superar la
sorpresa inicial, él dijo que llamaría a Sonny. Para ser honesta, me alegré de que no tuviera
que hacer la llamada. La única otra llamada que quería hacer era a Tom. Quería hablar con él
tanto que me dolía no hacerlo.
—¿Cómo está él? —Cale se agacha delante de mí.
Sonny toma el asiento a mi derecha.
Niego con la cabeza.
—No lo sé. El doctor salió cuando llegamos aquí. Ellos lo están tratando justo ahora.
Dijo que regresaría cuando tuviera más que decirnos.
Cale toma mi mano y la aprieta.
No puedo evitar que las lágrimas vuelvan a caer, se derraman hacia abajo sobre mis
mejillas.
—No, Ly… no te culpes por esto —dice Cale.
Me muerdo el labio, tratando de contener las lágrimas.
—Cale… esa noche en el club, él estaba rogándome que hablara con él, y yo no quise
escuchar.
Él acuna mi cara entre sus manos.
—Escúchame. Tenías cada buena razón para no escuchar. No has hecho nada malo.
Nada. ¿Me escuchas?
—Cale tiene razón —dice Sonny en una voz suave.
Me encuentro con los ojos de Sonny.
—No pongas esto sobre ti —añade.
Asintiendo, froto las lágrimas de mis mejillas. 231

—Déjame conseguirnos algunas bebidas ya que parece que vamos a estar aquí un
tiempo —dice Shannon, levantándose.

Dos horas más tarde, área de espera — Centro Médico Cedars-Sinai, L.A.

Han sido dos horas increíblemente largas.


Finalmente aparece el médico. Él es un médico diferente al que vino a hablar conmigo
cuando llegué primero. Éste es más joven. Parece cansado, agobiado. Frotando una mano
por su cabello castaño rizado, dice:
—¿La familia de Dexter Henley?
Ya parada, digo:
—Yo soy la hermana de Dex. ¿Cómo está?
—Señorita Henley…
No me molesto en corregirlo. Sólo sería confundir aún más una situación ya confusa.
—Soy el Dr. Lowe. He estado tratando a Dexter. Él va a estar bien.
Exhalo con alivio. Sintiendo la mano de Cale en mi espalda, le sonrío.
—Dexter había tomado una gran cantidad de pastillas. Tuvimos suerte de que hubiera
sido encontrado cuando él lo hizo, mientras su cuerpo no había tenido tiempo para absorber
la droga. Le administré carbón activado, el cual se une a la droga así el cuerpo no puede
absorberla, y él está respondiendo bien al tratamiento, lo que significa que va a lograr una
recuperación completa y no habrá daños a ninguno de sus órganos.
—¿Podemos verlo? —Pregunto.
El médico nos mira a los cuatro.
—Sólo a la familia se le permitirá ver a Dexter en este momento.
—Nosotros esperaremos aquí. —Cale aprieta mi hombro.
—Sólo dile que estamos aquí —dice Sonny.
Le doy a Cale y a Sonny una suave sonrisa.
—Yo le voy a decir.
Me pongo a caminar junto al Dr. Lowe.
—Doctor, cuando mi ti… —yo vacilo y me corrijo a mí misma para evitar confundir
al médico—. Cuando nuestra madre llamó, dijo que Dex había… intentado suicidarse. ¿Es
eso cierto?
Él deja de caminar y se vuelve hacia mí.
—Las píldoras de las que Dexter tomó una sobredosis eran un antidepresivo prescrito.
Tomó un montón de esas pastillas y los combinó con alcohol. Él podría no haber
querido intentar suicidarse… pero en mi experiencia profesional, cuando un paciente
combina la cantidad de píldoras que Dexter tenía con alcohol, entonces uno asumirá que es
un atentado contra la vida, sí.
Cierro los ojos, el dolor aplastando mis entrañas. 232
Exactamente cómo murió mi madre.
Una lágrima corre por mi mejilla, y yo la limpio.
—Dexter va a necesitar mucha ayuda y apoyo. Debido a la naturaleza de lo que ha
pasado, tuve que ponerme en contacto con el departamento de psiquiatría. Un consejero
estará aquí en un par de horas para evaluar a Dexter y ver si es un peligro para sí mismo. A
pesar de que Dexter parece estar lográndolo en este momento, es un protocolo estándar.
—Entiendo. —Le doy un breve asentimiento.
Empezamos a caminar de nuevo hasta que el Dr. Lowe se para fuera de una puerta.
—Ésta tendrá que ser una visita rápida —me dice el Dr. Lowe.
—Está bien.
Con el corazón golpeando, presioné hacia abajo la manija. Doy un paso dentro de la
habitación con luz tenue. Inmediatamente, veo a Dex acostado en la cama, su rostro alejado
de mí. Una máquina conectada a él está sonando. Un goteo está pasando por su brazo.
Insegura de si está durmiendo, doy un paso tranquilo más cerca.
—Dex —digo suavemente.
Poco a poco, su cabeza gira, sus ojos encontrando los míos.
Sus ojos están oscuros, hundidos. Su piel cetrina. Parece una sombra de lo que fue.
Viéndolo así, mi hermano mayor, mis ojos se llenan de lágrimas. Muerdo mi labio para
que deje de temblar.
—Estás aquí —dice, su voz áspera.
—Estoy aquí. —Tomo un pequeño paso más cerca. Una parte de mí quiere estar cerca
de él, y la otra parte se aguanta.
Él aleja la mirada de mí.
—Siento que tuvieras que venir aquí —dice ronco, su tono sin emoción.
—Ya basta. —Mi voz es fuerte, pero no puedo evitarlo. Tantas emociones están
enredadas dentro de mí, y es difícil controlarlas.
Los ojos de Dex lentamente regresan a los míos.
Camino hasta el final de la cama, mis dedos curvándose alrededor de la estructura de
metal.
—¿Por qué? —Esta se siente como la pregunta más difícil del mundo para hacer, pero
la más importante.
Necesito entender por qué hizo esto.
Él deja escapar un suspiro, frotando su mano sobre su cara.
—No lo sé.
—Sí, lo sabes.
Deja de frotar su cara, y lleva sus ojos a los míos.
Lo veo todo en allí, el dolor, la pérdida.
—Yo sólo quería que todo se detuviera —dice en un susurro.
—¿Querías qué se detuviera?
Exhala suavemente. 233

—El arrepentimiento. La culpa. La soledad. El silencio comiéndome vivo. Cometí el


error más grande de mi vida. Lastimé y perdí a la persona más importante para mí, todo por
alguien que no importaba cuando se trataba de esto.
—¿Qué pasó… contigo y Chad? —Nunca lo he hecho esta pregunta. La verdad sea
dicha, yo nunca quise saber porque él estaba con Chad, o no, no habría cambiado nada para
mí.
—Eso no continuó después de esa noche.
Tomo una respiración profunda, procesando esa información.
—¿Por qué?
—¿Cómo podría? —Sacude la cabeza, el arrepentimiento nadando en sus ojos—. El
hecho es, que te quiero más de lo que jamás lo amaría.-
—Pero eso no te detuvo de joderlo… —digo cortante, sabiendo que este no es el
momento. Mi respiración se está poniendo pesada. Puedo sentirme empezar a entrar en
pánico.
Mis dedos se deslizan del marco de la cama. Estoy lista para irme, y Dex lo sabe.
—Ly, no te vayas, por favor.
El pánico en sus ojos y su voz hace que me quede. Me aferro a la estructura de metal
de nuevo, necesitándola para equilibrarme.
—Desearía poder darte una razón de por qué hice lo que hice —dice en voz baja—.
Lo único que tengo es que… yo era débil. Chad me persiguió, y yo no parecía poder decir
que no. Cada vez que esto pasaba, yo me decía a mí mismo que esta vez era la última, y que
no iba a dejar que sucediera de nuevo. Entonces, me encontraba de regreso en esa misma
situación con él. —Sus ojos encontraron los míos—. Yo estaba enamorado de él... o pensé
que lo estaba. Quiero que sepas que yo no tenía una aventura con él como una especie de
reto. —Deja escapar un suspiro de derrota—. Sea lo que fuera que yo sentía por Chad sin
embargo… al final, no importó.
—¿Por qué te mudaste a Los Ángeles?
—Para estar más cerca de ti. Pensé que si yo estaba más cerca de ti, podría tener una
oportunidad de reparar lo que había hecho. No podía hacer eso cuando estabas al otro lado
del país. Entonces, llegué aquí y averigüé que te ibas de gira durante seis semanas. Tengo el
peor cronometraje. —Él deja escapar una risa autocrítica—. Pero me quedé, sabiendo que
estarías de vuelta. Pensé que si sólo podía conseguir verte, hablar contigo, entonces esto
estaría bien… que estaríamos bien. Sólo necesitaba conseguir que me escucharas. Si eso
pasaba, entonces, pensé que todo estaría bien.
—Entonces, finalmente conseguí mi oportunidad en San Diego, y después de lo que
pasó esa noche... realmente me golpeó que yo te hubiera perdido para siempre. No había
vuelta atrás. En ese momento, era peor que pensar que estabas muerta. Todavía estabas
viviendo tu vida, pero yo no podría ser una parte de esta, y eso era mi propia hechura. La
mejor parte de mi vida éramos nosotros. Tú y yo. Y Cale y Sonny. La banda. —Él pasa una
mano por su cabello—. Supongo que... las cosas se dispararon después de esa noche. La
depresión empeoró. Yo no estaba asistiendo a la práctica. Estaba bebiendo más,
drogándome. Los chicos de mi banda estaban cabreados conmigo. Luego, me perdí un
concierto importante porque estaba de fiesta, y al día siguiente me sacaron y me dijeron que
estaba fuera.
—Así que, no te tenía a ti, y después no tenía banda. Solo me sentí perdido… enojado
conmigo mismo, y yo quería dejar de sufrir. Tomé algunos de mis pastillas, sabiendo que 234
aliviarían el dolor. Yo las regué con vodka. Supongo que tomé demasiadas.
La ira estalla dentro de mí como un volcán en erupción.
—¿Tomaste demasiadas? ¿Estás malditamente jodiéndome en este momento? Podrías
haber muerto. ¡Si tu compañero de piso no te hubiera encontrado, yo estaría de pie sobre tu
cuerpo muerto ahora! —Mi pecho está latiendo con fuerza, mi cabeza doliendo—. ¿Cómo
diablos crees que tu mamá y papá se sentirían si te perdieran? Si hubieras muerto exactamente
de la misma forma en que mi mamá lo hizo, ¿cómo crees que tu mamá se sentiría de perder
a su hijo de la misma forma en que perdió a su hermana? ¿Cómo diablos crees que me
sentiría? —Golpee mi puño contra mi pecho.
Ojos tristes se encuentran con los míos.
—Aliviada... pensé que te sentirías aliviada, Ly.
Sus palabras me golpearon como una bola de demolición.
—¡Jódete! —le grito. Me dirijo a la puerta, mi cuerpo temblaba duro con todas las
emociones que estoy sintiendo en este momento.
—¡Lyla, espera! —Grita.
Me giro en el sitio. Mis manos están apretadas en puños a mis costados. Me siento
como si pudiera hacer un agujero a través de la pared.
Él está sentado en la cama, su rostro ansioso.
—Lo siento. No quise decir eso. Solo pensaba que tu vida sería más fácil sin mí
alrededor.
Mis uñas se clavan en mis palmas.
—Yo preferiría tener una vida dura a que tú estés muerto. ¿No entiendes eso? Yo
podría estar enojada y herida, pero sigues siendo mi familia. Mi carne y sangre. No dejo de
amarte, Dex, sólo porque me lastimaste.
Su cabeza baja.
—Lo siento. Yo no estaba pensando cuando tomé esas pastillas. Sólo quería dejar de
sentir. Y sé que tú tienes todo el derecho de estar enojada conmigo, pero por favor, no en
este momento. —Él se desploma hacia atrás, frotándose los ojos—. No en este momento.
Tomo unas cuantas respiraciones profundas.
—No debería haber gritado. —Me muevo de nuevo a la cama. Agarrando la silla cerca
de la cama, me siento en esta—. No podemos seguir haciendo esto —digo en voz baja—,
lastimarnos el uno al otro así.
Sus ojos se levantan a los míos.
—Lo sé.
Dejé salir un suspiro, flexionando mis manos en mis muslos.
—Hiciste una cosa imperdonable. Me lastimaste mucho. Peor de lo que Rally alguna
vez lo hizo. —Mis labios se estremecen—. Toda la mierda con él, que yo esperaba. Esperaba
que Rally me defraudara. Pero no tú. Tú eras la única persona en quien confiaba por encima
de todos, y me traicionaste.
—Dios, lo siento mucho. —Su voz se rompe en un sollozo. Envuelve su brazo sobre
su estómago como si estuviera adolorido—. Si yo pudiera retroceder, lo haría. Daría cualquier
cosa por volver y hacerlo de manera diferente. Yo no estaría cerca de Chad. Te diría por
adelantado cómo me sentía sobre él, antes de que cualquier cosa pudiera suceder. No haría 235
lo que hice. —Las lágrimas estaban corriendo por su rostro.
—La traición me fregó tan mal, no porque fuera Chad, sino, debido a que eras tú. Eras
mi puto héroe, Dex. Te adoraba. Nunca pensé que me lastimarías de esa manera.
—Yo tampoco —dice con tristeza. Usando la manga de la bata del hospital que está
usando, se seca las lágrimas de su rostro.
Baja su mano a la cama, y tentativamente, busca la mía. Lo dejé que la tomara.
—Ly, sé que no merezco tu perdón o tenerte de vuelta en mi vida... pero sí tú
consideras tratar...
Mis ojos se levantan hasta los suyos y los veo brillando con lágrimas frescas. Dejé
escapar un suspiro.
—Cuando recibí esa llamada de tu madre, por una fracción de segundo... temí lo peor.
—Froté mis ojos con la palma de mi mano—. Esto me hizo darme cuenta de que no importa
cuán molesta, herida o traicionada me siento por ti... nada sería peor que no tenerte aquí,
vivo y bien. Sabía que si hubieras muerto, y no hubiéramos arreglado la ruptura entre
nosotros, entonces, el arrepentimiento me habría comido viva. No estoy diciendo que
podemos volver a ser como éramos porque no podemos. Pero yo estoy diciendo, que voy a
tratar de trabajar hacia algo... el perdón. Pero tienes que prometerme vas a ir al consejero, y
conseguir ayuda real.
Una suave sonrisa toca sus labios.
—Lo haré. Lo prometo. —Él aprieta mi mano.
—Consigue ayuda, y luego tú y yo podemos empezar a hablar... con la ayuda de alguien.
Conociéndote y conociéndome, creo que vamos a necesitar un mediador en esto.- Mis labios
se levantan en la esquina, intentando una sonrisa.
—Cualquier cosa. Tanto tiempo como consiga tener a mi hermana de nuevo en mi
vida, voy a hacer lo que sea necesario.
Veo una sombra junto a la puerta, y yo levanto mis ojos para ver al Dr. Lowe allí.
Levanta su muñeca y da golpecitos a su reloj, dejándome saber que es hora de irse.
—Me tengo que ir. —Asiento en dirección a la puerta.
Dex mira al médico y luego de nuevo a mí. Él me da una sonrisa sin alegría.
—Me verás de nuevo. —Aprieto su mano antes de soltarlo. Me levanto de la silla y
empiezo a irme. Me detengo cuando me acuerdo de algo—. Sonny me pidió que te dijera
que él está aquí, él y Cale.
Sorpresa se muestra en la cara de Dex.
—¿Sonny y... Cale? ¿Ellos están aquí?
—Sí. —Yo sonrío ligeramente—. Vinieron tan pronto como llamé. Ellos querían
entrar y verte, pero el doctor dijo que sólo la familia.
Él asiente comprendiendo.
—¿Les dirás que dije gracias… por venir?
— Lo haré.
Estoy en la puerta cuando su voz me hace retroceder.
236
—Ly... sé que dijiste que tengo que conseguir ayuda primero antes de que tú y yo
podamos empezar a hacer funcionar las cosas... pero yo me estaba preguntando... ¿si puedo
tal vez... llamarte mañana? Solo para decir hola.
Hago una pausa por un momento. Me volteo hacia él y niego con la cabeza.
—No necesitas llamar. Voy a volver en la mañana. Tu mamá y papá van a estar aquí.
Voy a recogerlos en el aeropuerto y venir con ellos. Tengo la sensación de que puedes
necesitar el apoyo.
Él sonríe.
—Mañana, entonces.
—Mañana.
Cierro la puerta de su habitación detrás de mí, y dejo escapar el aliento que he estado
reteniendo toda la noche antes hacer mi camino de regreso por el pasillo.
Cale, Sonny y Shannon están todos sentados donde los dejé, bebiendo en la máquina
de café.
Sonny se pone de pie.
—¿Cómo está?
Levanto mis hombros.
—Está bien, teniendo en cuenta lo que pasó. Hablamos. Él está en verdad feliz de que
ustedes hayan venido al hospital.
—Y ¿cómo estás tú? —pregunta Cale, viniendo hacia mí.
—Estoy bien —yo suspiro, sintiéndome mental y físicamente agotada—. Le dije que
estaría regresando en la mañana... que podemos tratar de arreglar las cosas.
—Sonny y yo vamos a volver contigo.
—La tía Steph y el tío Paul estarán aquí entonces.
—Lo sé —dice Cale—. Pero necesito hablar con Dex, también. Resolver algunas
cosas con él.
Me encuentro con sus ojos, comprendiendo.
Creo que todos tenemos mucho que resolver.
—¿Vamos a salir de aquí? —Pregunta Sonny—. Yo jodidamente odio los hospitales.
—Vamos —le digo.
Todos comenzamos a caminar hacia los ascensores. Saco mi celular de mi bolso.
Perdí dos llamadas y un mensaje de Tom.
Comprobando la hora de la primera llamada. Él llamó mientras yo estaba aquí, unos
treinta minutos después de que lo vi en la calle con esa mujer.
¿Sabe lo de Dex? Pero entonces, ¿quién le habría dicho? ¿Por qué llamó? Me dijo que no se
preocupaba por mí.
Con los dedos temblorosos, abro el mensaje.

Tenemos que hablar. Llámame.

¿Qué es esto?
237
Estoy asumiendo que no sabe acerca de Dex entonces. Bueno, me gustaría pensar que
si lo hacía, su mensaje diría algo más que eso. Sé que es un hijo de puta, pero no creo que
sería así de insensible.
Y realmente, ¿de qué tenemos que hablar? ¿Cómo que no da una mierda por mí? ¿Cómo que
claramente ha seguido adelante respecto a mí?
Gracias, pero no gracias.
No he oído hablar de él o visto en dos semanas, y después de que lo veo con alguna
mujer, llama y escribe.
Probablemente sintiéndose culpable o peor aun sintiendo lástima por mí.
Sí, bueno, yo no necesito su maldita lástima.
Borro su mensaje y limpio mi pantalla de sus llamadas. Marcó a la tía Steph. Ella y el
tío Paul deben estar en el aire ahora en su camino aquí, pero quería hacerle saber que he visto
a Dex.
Escucho el saludo de su correo de voz.
—Hola, soy yo. Acabo de ver a Dex. Está lográndolo. El médico dijo que va a estar
bien. Quiero decir, obviamente, no está bien, pero va a estarlo... con un poco de ayuda. Sólo
quería que supieras que lo he visto, y está lográndolo. Me estoy encaminado a casa porque
no nos dejarán permanecer por más tiempo siendo tan tarde aquí. Llámame cuando aterrices,
y vendré a recibirte al aeropuerto.
Voy a tener que pedir prestado el auto de Cale para recogerlos ya que el mío es de solo
dos asientos.
Mientras estoy pensando eso, Cale pone su brazo alrededor mío.
Llegamos a pararnos frente a los ascensores. Sonny presiona el botón, y yo descanso
mi cabeza contra el pecho de Cale mientras esperamos. Estoy agradecida de tenerlos. Puedo
no tener a Tom, pero tengo los mejores amigos que una chica podría desear. El ascensor
llega, y todos entramos. Cuando llegamos a la planta baja, salgo con el brazo de Cale todavía
alrededor de mi hombro.
Nos acercamos a las puertas electrónicas. Se deslizan abriéndose, y el aire de la noche
trae un frío con él. Yo me estremezco. Todavía estoy en mis pantalones cortados y camiseta.
Cale frota mi brazo.
—¿Tienes frío?
Sonrío hacia él.
—Estoy bien. —Entonces, miro hacia delante.
Ahí es cuando mi corazón cae de mi pecho.
Tom está parado al otro lado del camino, apoyado contra su Range Rover, sus ojos
fijos en mí.

238
30
Lyla
Traducido por Marp24
Corregido por Cecilia

Un rato después — Fuera del centro médico Cedars-Sinai, L.A.

Tom se aparta del auto y empieza a caminar hacia mí. Sus ojos no dejan los míos
mientras sus largas piernas se comen la distancia que nos separa. Aún está usando la misma
ropa que tenía más temprano. Su espesa barba adornaba su barbilla. Se veía tan caliente como
siempre. Odio eso.
Mis pies están pegados al lugar, mis piernas temblaban. Siento el agarre de Cale
apretarse en mi hombro.
Decir que Cale no está contento con Tom es quedarse corto. Cale es mi mejor amigo,
le cuento todo y le conté lo que paso entre Tom y yo —bueno quitando los detalles sobre
sexo—, obvio. También deje por fuera algunas de las cosas más crueles que Tom me dijo. 239
Sé que si le hubiera dicho a Cale sobre eso, habría ido a la casa de Tom para tener unas
cuantas palabras con él y la última cosa que quiero es estos dos peleando.
Cale está enojado por la forma en que Tom dejo las cosas conmigo. Trate de hacer
entender a Cale que Tom no hizo nada realmente malo —aparte de haber sido un malvado
bastardo cuando termino las cosas, él nunca me ilusionó, nunca me dio falsas promesas. Si
algo fue, fue honesto conmigo todo el tiempo.
Es mi culpa haberme enamorado de él.
Que Tom no se sienta de la misma manera no es tu culpa. No importa que tanto
quisiera estar enojada con Tom, los sentimientos no son algo que puedas controlar.
Desde el principio sabía que Tom no era el tipo de chico con sentimientos. Solo le
tomo decirme la manera en que lo hizo para que yo lo entendiera.
Aunque… el estando aquí ahora mismo no está haciendo nada para mi corazón. Tom
se para a un metro de distancia de mí. De cerca, puedo ver que tan cansado realmente esta.
Tiene círculos negros alrededor de sus ojos, como si no hubiera dormido en un buen tiempo.
Mi corazón empieza a latir con fuerza en mi pecho.
—Lyla —su voz es rasposa pero aún se siente como un bálsamo para la herida aún
abierta de mi corazón. Me doy cuenta de que lo extraño más en este momento de lo que lo
he extrañado en estas dos últimas semanas. Duele tenerlo tan cerca y que no sea mío.
—Hola —mi voz suena tan pequeña. Odio eso. Necesito crecer. Tomo una respiración
fortalecedora. Todo lo que puedo manejar es respirar a Tom. Su familiar esencia me
recuerdas tiempos perdidos.
Dolor pasa a través de mi corazón.
Los ojos de Tom parpadean ante la mano de Cale en mi hombro y se endurecen.
Luego sus ojos vuelven a mí y se ablandan.
—Estas… —se rasca la barba en el mentón antes de que sus dedos suban hasta su
cabello y tira de el—, podemos umm… hablar?
No sé por qué pero miro a Shannon. Tal vez es porque sé que ella me animara a hablar
con él y animo es lo que necesito ahora mismo porque mi cabeza está diciéndome que le diga
que se joda.
Aun cuando mi corazón está sacando sus pequeños y sucios dedos en desesperación
por alcanzarlo.
Shannon me anima «Habla con él» modula.
Miro de nuevo a Tom. Puedo ver el malestar en su cara, su cuerpo tenso mientras
espera por mi respuesta. Duele verlo.
Miro por encima de su hombro y digo:
—No lo sé.
—Por favor Lyla.
La angustia en su voz tiene a mis ojos volviendo a él. Luce asustado. Tomo una gran
respiración.
—Está bien…
Esa solas palabras de mi lo dejaron visiblemente relajado. Me tienen preguntándome
que es lo necesita hablarme urgentemente.
Me volteo hacia Cale, causando que su mano se resbale de mi hombro.
240
—Vayan a casa sin mí, los veré allí. —Luego recordé que yo era la conductora de
Shannon—. ¿Podrías llevar a Shannon a casa? Si eso está bien contigo, Shannon.
—Claro que lo está. —Ella sonríe en grande. Ella está feliz de que Tom este aquí para
verme. Pienso que debajo de esa capa de frialdad ella es una verdadera romántica.
Cale ni siquiera me ha mirado. Sus ojos están molestos y en Tom. No sé si Cale será
difícil acerca de esto o no, luego arrastra su mirada de Tom hacia mí.
—Ly, no voy a tratar de convencerte de no hablar con él. Tú haz lo que tengas que
hacer. Pero si me necesitas, me llamas y vendré de inmediato.
—Lo sé, gracias —dije, tocando su brazo.
Cale volteo sus ojos de nuevo hacia Tom, su mandíbula apretada.
—No me importa quién carajos seas. La lastimas de nuevo y vendré a por ti.
—Vendremos por ti —Sonny dice.
Mi corazón se desploma, Tom no es exactamente pacífico y yo realmente no necesito
una confrontación entre ellos ahora mismo.
Tom los mira, luego suspira.
—La cague enormemente, lo sé. No estoy planeando lastimar a Lyla de nuevo si puedo
evitarlo. Pero si lo hago, entonces me merezco lo que venga.
Bueno, santa mierda. Mi corazón vuelve a mi pecho y comienza a latir a doble tiempo.
Cale mira a Tom con una mirada renovada de respeto, le da a Tom un asentimiento y
se va. Sonny le da una dura mirada y sigue a Cale. Shannon se queda un momento dándome
una gran sonrisa y un pulgar arriba antes de ir tras de Cale y Sonny.
Escuchando sus tacones repiquetear contra el concreto, llevo mis ojos de nuevo hacia
Tom para encontrar sus ojos en mi pecho con una rara emoción en su cara.
—La estás usando —dice y traga—. La camisa que compre para ti.
Hay algo parecido a la esperanza en sus ojos.
Encogiéndome de hombros, lanzo mi cabello por mi hombro.
—No analices eso. Solo pasa que me gusta la camisa. ¿Cómo sabías que estaba aquí?
Empuja sus manos hacia sus bolsillos traseros, inclinándose en sus talones.
—Shannon. Ella me llamo cuando llegaste aquí. Tú estabas hablando con el doctor.
Frunzo el ceño hacia ella. Esa furtiva pequeña perra. Tendremos unas palabras más tarde.
—No estés enojada con ella —Tom dijo suavemente—. Ella pensó que tu tal vez
umm… me necesitarías. Bueno, ella dijo que luego de que me hubiera masticado el trasero
por haberte lastimado. —Sus jades se encuentran con mis azules—. Lo siento tanto, Ly.
Quiero decirle que no necesito sus disculpas y que no lo necesito aquí, pero sería una
mentira.
Miro hacia otro lado.
—¿Cuándo llegaste aquí?
Se mueve en un pie.
—Llegue tan pronto como llego la llamada. He estado aquí unas cuantas horas o algo
así.
Mi corazón se aprieta. Odio que pueda hacerme sentir así. 241
—¿Esperaste todo este tiempo aquí afuera… por mí?
Sus hombros caen, y sus ojos miran el suelo – quería estar seguro de que estabas bien.
—¿Por qué no entraste?
Las puertas se abren detrás de mí y algunas personas salen. Tom y yo nos movemos
lejos de las puertas, dándonos un poco de privacidad.
Estando frente a mí, más cerca ahora, dice:
—Quería entrar y verte, pero no sabía… como las cosas estaba contigo, si querías
verme. Se lo que Shannon dijo pero cuando me viste más temprano, enloqueciste… así que
no estaba seguro. —Sus ojos se oscurecen.
Un escalofrió recorre mi cuerpo cuando recuerdo exactamente como me sentí cuando
lo vi en la calle con esa mujer.
—Tú estabas con alguien.
—Puedo explicar eso. Te llame a ti antes de que Shannon me llamara porque vi tu cara.
Sabía qué estabas pensando —él se acerca un paso más—, necesitamos hablar.
Lo miro a la cara.
—¿De?
—Nosotros
—No hay un nosotros.
Él sacude su cabeza.
—No, pero debería haberlo.
Sus palabras me sacuden hasta la medula. No puedo encontrar nada para hablar.
—Pero antes de nosotros… —desliza su mano como si quisiera tocarme pero luego
la baja—, ¿estás bien? ¿Tu hermano… está bien? Shannon no lo sabía cuándo me llamo.
Envuelvo mis manos a mí alrededor.
—Dex va a estar bien… físicamente… pero el trató, um, el trató de… tuvo una
sobredosis.
Tom asiente.
—Shannon lo dijo.
Trago la bola en garganta.
—Afortunadamente las píldoras no lograron entrar a su sistema, así que no hay daño
permanente ni nada.
—Eso está bien. —Se mueve un poco más cerca—. Más importante, ¿cómo estás tú?
Me encojo de hombros, mirando más allá de él.
—Haciéndole frente. Hay mucho por averiguar, pero llegare a ello, siempre lo hago.
—Lo harás, eres la persona más fuerte que he conocido.
Se acerca de nuevo para tocarme y esta vez no para. Sus dedos rozan la piel de mi
brazo. Calor se arremolina en mí.
Lo quiero y lo necesito, pero no sé qué quiere el de mí. No sé lo que vi antes o lo que
él ha hecho en el tiempo que hemos estado separados y no puedo olvidar que tanto dolieron
sus palabras. Confundida, doy un paso atrás, lejos de su toque. 242
—No…
Decepción llena sus ojos, frustración mostrándose en su cara.
—Ly, la mujer con la que me viste antes
—No quiero hablar sobre eso ahora mismo. —Miedo me golpea, rápidamente
convirtiéndose en pánico. Tal vez quiera la verdad, pero no ahora mismo. Mi corazón no
puede tomar otro golpe.
—Sé que este es el peor momento, pero no es lo que tú piensas. La mujer con la que
me viste antes es mi hermana.
Eso llama mi atención.
—¿Tienes una hermana? —Estoy aliviada pero sorprendida.
Él mira alrededor, como si estuviera chequeando a la gente.
—Sí —responde, trayendo su mirada de nuevo a mí.
—Cómo es que no lo sabía —me paro a mí misma—, claro que no lo sabía. Tú nunca
me dijiste nada acerca de ti, pero de nuevo, nosotros solo estábamos follando, como tú dijiste.
Así que, ¿Por qué compartirías algo? Ahora que no estamos follando tengo permitido
preguntar, ¿Tienes solo esa hermana o más? ¿Algún hermano? ¿Mascotas? ¿Tienes hijos de
los que no sé? ¿Una novia? —Estoy yendo hacia la zona de la locura pero no puedo evitarlo
a su alrededor. El saca la loca de mí.
—Solo esa hermana, ningún hermano, ninguna mascota, definitivamente no hijos. —
Me da una sonrisa con sus manos detrás de su cuello, mostrando los músculos en sus brazos.
Incluso en este momento emocional con pelea mi atracción por el erosiona.
—Y ninguna novia. —Me da una mirada significativa—. Tienes razón, no he
compartido nada de mi vida contigo… pero quiero que eso cambie. Necesito decirte algunas
cosas sobre mi… cosas que necesito que entiendas.
—¿Por qué?
—Lyla…
—No, Tom. ¿Por qué necesitas que te entienda?
Se mueve, envolviendo sus brazos alrededor de su pecho.
—Porque me preocupo por ti
—Oh, te preocupas por mí ahora. Gracioso, porque hasta hace solo dos semanas tú
no dabas una mierda por mí. ¿Qué ha cambiado?
—Todo… todo ha cambiado. —Mete su mano en su cabello, sus ojos mirando a
nuestro alrededor—. ¿Podemos solo no hacer esto aquí?
—Aquí es tan bueno como cualquier otro lugar. ¿Quieres hablar? Háblame aquí.
Estoy cavando mis talones, estoy siendo difícil, sé eso, pero no me siento con ganas
de ponérselo fácil ahora mismo.
—Lyla, las cosas que quiero decirte no son cosas que quiero decir en público.
Recordando quien es Tom y como su vida terminara en la prensa como también lo
hará la mía, suspiro.
—Está bien, ¿dónde quieres hablar?
—Mi casa. —Me da una sonrisa esperanzada. 243
—¿Tu casa? —Mi primera y última vez allí fue nuestra última noche juntos—. No lo
sé. —Me retiro un paso
—Solo para hablar. —Sostiene sus manos en el aire—. Nada más.
Corro una mano a través de mi cabello, mis dedos quedan enredados en los nudos.
—Está bien… supongo. Pero mi auto está aquí, así que tendré que seguirte.
—O puedes dejarlo aquí y puedo traerte por él más tarde.
Inclino mi cabeza y lo miro con recelo.
—¿Cuál sería el punto de eso?
Sus ojos se vuelven serios.
—Tendría más tiempo contigo.
Mi corazón sale de mi pecho y se envuelve alrededor de él. Pero mi enojada cabeza me
dice que él pudo haber tenido las dos últimas semanas conmigo si hubiera sacado su cabeza
de su trasero antes.
—Está bien —consiento, controlando mis emociones—. Tu auto será.
Sigo a Tom hasta el Range Rover, sintiéndome un poco sorprendida cuando el abre la
puerta para mí. Con una mano en mi espalda, me ayuda a entrar. Su toque quema a través de
mi ropa. Él ni siquiera intenta una tocada de trasero.
No sé si eso es una buena cosa o no.
Sintiéndome agitada, trato de calmarme mientras que Tom rodea el auto hacia el lado
del conductor. Se monta y cierra su puerta con un chasquido.
Luego, solo somos él y yo en su auto en la oscuridad.
De repente todo parece mucho más pronunciado. El sonido de mi respiración, el
tamborileo de mi corazón,
La respiración de Tom, su loción de afeitar, su fuerza y tamaño en este pequeño
espacio.
Toda esta abrumándome.
Él arranca el auto y la mitad de esa canción de Bryan Adams empieza a sonar.
La canción con la que él dijo que me recordaba. Con la que me he estado torturando
por las ultimas semanas. Con el corazón en mi garganta, le lanzo una mirada. Estoy muy
segura de que mis sentimientos están por toda mi cara
Él alza su mano y gentilmente toca mi mejilla con sus dedos.
—He estado escuchándola mucho estas últimas semanas.
Sin palabras y al borde de las lágrimas, alejo la mirada y miro hacia fuera de la ventana.

244
31
Lyla
Traducido por Felin28
Corregido por Cecilia

Veinte minutos más tarde — Casa de Tom, L.A.

El camino a casa de Tom fue tranquilo. Me pasé todo el viaje atrapada dentro de mi
cabeza, preguntándome sobre de qué quiere hablar conmigo y también tratando de averiguar
lo que quiero decirle.
Se detiene frente a las puertas de su casa. Usa el mando a distancia, para abrirlas.
Observándolas se mueven lentamente, mi corazón va en tiempo extra.
En el momento en que se detuvo fuera de su casa, mi corazón está intentando de
escapar de la jaula de mis costillas.
Sin decir una palabra, Tom sale del auto. Desabrocho el cinturón de seguridad y abro
mi puerta. 245
Tom está ahí, y él toma mi mano, ayudándome. Mi cuerpo con sobresaltos al tener la
sensación de tocar su mano grande, la electricidad serpentea a través de mi cuerpo, el deseo
se agrupa entre mis piernas.
No importa lo que está pasando entre Tom y yo, mi cuerpo siempre lo desea.
Conforme lo recorro hacia abajo, veo sus ojos fijarse en mis piernas, una llamarada de
deseo los tiene encendidos.
Siento un golpe de alivio. Es bueno saber que todavía tengo ese efecto en él. Estaba
empezando a preocuparme de que había desaparecido. Él no me mira de una manera sexual
desde que lo vi en el hospital.
Sus dedos se enroscan con los míos, agarrando mi mano.
Me congelo, mi corazón se rebela contra mi cabeza.
—No me alejes. Sólo necesito abrazarte... aunque sea una pequeña parte de ti. —Su
voz era gruesa con mucho significado.
Su pecho se apretó contra mi hombro, recuerdo lo bien que se siente tener su cuerpo
reconfortarte de Tom contra el mío.
Mi cabeza comienza a girar.
Levantando la cabeza, lo miro a los ojos y asiento.
Con su férreo control sobre mi mano, me conduce a la casa y directamente a la sala de
estar.
Es la primera vez que la estoy viendo. Es muy parecido a su dormitorio —varonil, con
madera oscura, paredes blancas, un sofá negro con forma de L que se ve cómodo a la vista,
una enorme pantalla plana en la pared.
—¿Puedo ofrecerte algo de beber? —Me pregunta, mientras me lleva hacia el sofá.
—No, gracias.
Tom se sienta y tira de mi mano, llevándome a que me sentara a su lado.
Estamos en la esquina, así que me moví otra vez, dejando su mano, puse un buen poco
de distancia entre nosotros.
Puedo ver por la expresión de su rostro que no está contento con la distancia, pero
necesito hablar con él con la cabeza clara, y si Tom me deja mi mente confusa y con un juicio
nublado.
Determinación de sus ojos, Tom se desplaza hacia mí, dejando poco espacio entre
nosotros. Luego, gira su cuerpo hacia el mío, presiona su rodilla cubierta con su jeans contra
la parte externa de mi muslo desnudo.
El contacto es como un cable de alta tensión en mi piel.
Suspiro y lo miro. Sus ojos son oscuros, y me dice que si me muevo, no habrá
problemas.
Me quedo donde estoy.
Se inclina hacia adelante —sus antebrazos en los muslos, las manos enlazadas juntas—
, atrayendo aún más cerca.
Exhala, y siento el calor de su aliento en mi piel.
—¿Por qué estoy aquí, Tom?
Sus ojos me estudian en silencio por un momento.
246
—Necesito que sepas cuánto lamento la forma en que me comporté. Las cosas que te
dije la última vez que nos vimos son imperdonables. Lo siento mucho.
Aprieto mi mandíbula.
—Oh, quieres decir cuando desnudé mi alma contigo, y tú me dijiste —y lo cito—
«Toma tu declaración de amor, y dísela a alguien a quien la quiera» entonces, te alejaste de mí sin
pensarlo dos veces.
—Tarde un segundo en pensarlo. —Su expresión se obscureció—. Me he arrepentido
de lo que dije cada instante desde entonces.
—¿Y qué? ¿Tengo que olvidar lo que me dijiste como si no fuera en serio? —El dolor
de ese día sigue siendo tan crudo dentro de mí.
—No sé... fue el miedo. —Se encoge de hombros.
—¿El miedo? —Estoy confundida y enojada, y se nota en mi tono.
La culpa afila su expresión.
—Lo que estoy tratando de decir es... que tal vez en el fondo, pensé que si te hacía
daño, entonces haría el camino más fácil para alejarme de ti. Si me odiabas, entonces no
habría vuelta atrás. Sólo que no tomé en cuenta lo mucho que te echaría de menos. Cómo
vacío —así… me sentía sin ti —Su sonrisa es torcida, sincera... y triste…
—No lo entiendo. Si me quieres, entonces ¿por qué me rechazas? —Tal vez estoy me
estoy haciendo la tonta aquí, pero no puedo entender su lógica.
Él deja caer su mirada.
—Porque yo estoy jodido.
—No, no lo estás. —Niego con la cabeza—. Eres independiente emocionalmente pero
no jodido.
Sus ojos vuelven a los míos.
—Estoy jodido, Ly. Si supieras todo sobre mí, cosas que he hecho, la forma en que he
comportado —no estarías diciendo eso.
—Incluso después de la forma en que te comportaste hacia mí ese día, Tom, no cambió
la forma en que te veo. Y no se trata de que cambie con lo que necesitas decirme ahora.
—Sólo espero en Dios que todavía sigas diciendo eso cuando haya terminado de
contarte todo. —Su mano se frota sobre su cabello. Parece nervioso, incómodo—. Las cosas
que tengo que decirte... mi tiempo es una mierda, pero para que te enteres... bueno, yo...
tengo que decirte esto.
—Así que dímelo. Estoy escuchando. —Lo miro, animándole con mis ojos.
—Está bien. —Toma una respiración profunda—. Qué fue lo que te sucedió con Dex
hoy... entiendo lo que estás pasando.
Sus ojos se mueven hacia abajo. Después de un momento, él los levanta para mirarme.
Veo una vulnerabilidad que nunca pensé que vería en Tom.
—Sé cómo te sientes, porque cuando yo tenía trece años, mi padre se suicidó.
—Oh Dios, Tom, lo siento mucho. —Agarro su mano, apretándola.
Con lo que ha pasado con Dex, sigue siendo tan duro. Y conozco que es lo que siente
perder a mi madre, me duele el corazón de Tom.
Sus dedos se enroscan alrededor de mi mano. 247
—Con Dex y cómo perdió a su madre... del cómo la prensa lo interpretó... tú y yo
tenemos mucho más en común de lo que crees.
—No es una gran cosa tener algo en común, sin embargo —digo, mis dedos van a mis
labios.
Toma la mano de mi boca. Sosteniendo entre sus dos manos, y la envuelve entre sus
dedos juntos. Inclino mi cuerpo al suyo, su pierna colocada entre la mía, poniéndonos cara a
cara.
Niega con la cabeza.
—No, eso no. Pero hay más de ti en esto. Sólo necesito saber que entiendes cómo te
sentías cuando eras más joven después de que perdiste a tu mamá. La atención de la prensa...
—Su mirada se clava en la alfombra bajo mis pies—. Mi padre no era famoso en el sentido
como lo era tu mamá, pero el nombre de mi familia es... reconocible. Y la forma en que
murió hace que la prensa esté muy interesada en nosotros.
¿Su apellido?
—¿Tu apellido Carter? —Le digo, confundida, tratando de pensar en Carters famosos.
Solo encuentro al ex Presidente Carter, pero no hay forma de que Tom esté relacionado con
él. Creo.
Él me da una sonrisa arrepentida.
—No, Ly... Carter en realidad no es mi apellido. Es mi segundo nombre.
—Mi apellido es Segal.
Le doy una mirada de confusión.
—¿Segal? ¿Quieres decir, como el whisky que odias?
—Sí, Firecracker, como el whisky que aborrezco. La cosa es... que el whisky que odio
técnicamente es mío. Bueno, la compañía en realidad. Mi nombre completo es Thomas
Carter Segal, Cuarto.
Sostengo el puto teléfono.
¿Él es Thomas Segal? ¿No está Thomas Segal muerto? ¿No se murió, como hace, unos
pocos cientos de años?
No seas tan jodidamente estúpida, Lyla. Por supuesto que no es que Thomas Segal. Él
debe ser su tataranieto o algo así.
Mierda.
Bueno. Tenemos que hacer una pausa por un momento.
Para poner esto en perspectiva, Tom me dice que él es Thomas Segal IV prácticamente
me está diciendo que él es el tátara-tátara nieto de Jack Daniels.
Jack, Jim, Johnnie, y Thomas y cuatro de los grandes nombres de whisky.
Y he estado durmiendo con Thomas.
Bueno, a la mierda.
—Está bien —chilló—. ¿Cómo es que no sabía de esto? ¿Cómo es qué todo el mundo
lo sabe? Porque si eres famoso estás en el TMS. Ahora que lo pienso, ¿por qué estás en el
TMS cuando eres el dueño del whisky Segal? ¿Y por qué odias el whisky si eres el propietario?
Y-y... —me estoy quedando sin aire.
Él deja escapar una risa suave.
—Esas son bastantes preguntas, Firecracker. 248
—Lo sé. Lo siento. Estoy confundida. —Levanto una mano hacia atrás, frotándome
la cabeza.
—Lo sé. Es confuso, y lamento que ni fui sincero contigo desde el principio.
—No tienes que lamentarlo. No debes contarme la historia de tu familia, porque
estabas durmiendo conmigo.
—Sí, lo hice.
Levantando la cabeza, me mira, y la fuerza de su mirada me golpea directamente en el
corazón.
—Había algo más entre nosotros que sólo sexo desde el principio. Ambos lo sabíamos.
Yo sólo elegí ignorarlo durante mucho tiempo, mientras que eras valiente y te ponías a la
altura.
Él se apoya en el sofá, con la cabeza inclinada hacia atrás y el resto de él.
Sus palabras me han fascinado y lo sigo. Me quitó mis zapatos, y subo los pies en el
sofá, sentado cerca de su lado con las piernas metidas debajo de mi trasero, mis muslos
apretados contra los suyos. Mis ojos están puestos en su rostro, desesperada por saber todo
sobre él.
Él inclina la cabeza hacia mí, con los ojos tristes en los míos.
—Te merecías saberlo todo sobre mí desde el principio, en lo que te estabas metiendo,
y lamento haberlo callado. —Él arrastra una mano por su cabello—. Mi pasado no es una
historia fuerte y difusa, y no me gusta compartirla. Las únicas personas que conocen mi
pasado son Jake y Den. Y Jonny, que se lo llevó a la tumba con él. Yo sólo les dije una vez
sobre TMS y porque recibía bastante debido a que tenían derecho a conocer el equipaje que
llevaba. Mi pasado es el tipo de noticias que los tabloides aman. Afortunadamente, nadie ha
cavado lo suficiente en mí para descubrirlo, y me he asegurado de que siga siendo así. Siendo
el mujeriego, tocando el bajo en la banda mantiene el interés de la gente en mí a ese nivel.
Ese es mi mundo el que pasará de moda después de un tiempo. La gente pierde interés.
Él se acerca y acomoda mi flequillo en la frente.
—¿Recuerdas lo que te dije cuando estábamos en el piano ese día?
No quiero estar en primera plana. Me gustan las cosas fáciles, simples. Tengo la oportunidad de tocar,
hacer lo que amo, de obtener las recompensas con mi esfuerzo.
—Sí. —Asiento.
—Me gustan las cosas simples. Yo no quiero estar en la primera plana... pero lo hago
contigo. —Toma mi mano de nuevo—. No quiero que sea fácil si eso significa que no puedo
tenerte. Eres importante para mí. Más importante que alguien alguna vez haya sido. Quiero
que conozcas... el verdadero yo. Quiero que entiendas, mi vida hasta este punto.
Mis ojos se cierran en sus palabras. Siento que se mueve más cerca, entonces, sus
manos acunan mi mandíbula.
Abro los ojos.
—Eres importante para mí, también, Tom. Quiero entenderte. Es por eso que estoy
aquí, ¿por qué quiero escucharte.
Sus dedos dibujan un camino a través de mi mandíbula y en el cuello.
—Como habrás adivinado, mi tatarabuelo era el patriarca de Segal whisky. Su nombre
era Jean-Pierre Segal. Llegó a los EE.UU. de Francia a mediados de mil ochocientos. 249
Tom es francés de Tom... del tipo de...
Mierda increíble.
Él acaba de ir aún más alto en la escala de caliente.
—Jean-Pierre se instaló en Danville, Kentucky, donde conoció a mi tatarabuela, Sarah
Thomas.
Kentucky. Recuerdo lo borde que fue Tom mientras estábamos en ese festival en
Kentucky.
—El padre de Sarah, John Carter Thomas, había muerto el año anterior y le dejó la
granja donde creció. Ella y Jean-Pierre se casaron y se hizo cargo de trabajar la granja.
Cultivaban maíz, y decidió empezar a producir el whisky que ella llamaba bourbon que había
llegado a ser popular. Algunos agricultores estaban haciendo buen dinero con él, y mi abuelo
tenía que ganar dinero cuando Sarah estaba embarazada de mi bisabuelo. Nació una semana
antes de que destilara con éxito el primer lote de Segal whisky. Ellos decidieron llamar a mi
bisabuelo, Thomas, detrás del nombre de la familia de Sarah, y, Carter, al igual que sus padres.
Jean-Pierre nombró el whisky después de que naciera su hijo. Y así es como nació Thomas
Segal whisky. —Él deja escapar una risa autocrítica—. Yo ni siquiera sé por qué no te dije.
En realidad no es relevante para los detalles de mi vida de mierda.
Inclinándose aún más, pegó mi frente a la suya.
—Todo en ti es relevante. Todos tus asuntos. Quiero saber todo sobre ti.
Sus dedos se deslizan por mis mejillas.
—¿Alguna vez te dije lo increíble que eres?
—No últimamente. —Sonrío.
Él traza su dedo sobre mis labios.
—Bueno, eres increíble. Eres la mejor persona que he conocido.
Me recuesto, descansando mi hombro contra el sofá, lista para escuchar el resto de su
historia.
—Así que, ya sabes que mi padre era Thomas, Tercero. —Se está refiriendo a su
tatuaje—. Papá se hizo cargo del funcionamiento de la empresa, cuando mi abuelo ya no
podía. Mi padre estuvo a la cabeza de la empresa, el presidente ejecutivo, y su hermano
menor, mi tío Joe, fue director general. Yo estaba preparándome para hacerme cargo un día.
Toda mi vida la pasé en Danville, Kentucky —escuché su acento sureño en ese momento—
, siendo preparado para el día que tuviera que hacerme cargo de la empresa. Me graduaría del
instituto, e iría a la universidad de Ivy League, y luego asumiría un trabajo en Segal y aprender
el negocio. Mi vida se había trazado. Entonces, todo cambió cuando tenía trece años.
Estoy a punto de preguntarle acerca de su acento sureño, que fue lo que le sucedió,
cuando sus ojos encuentran los míos. El dolor que veo en ellos lo siento como si fuera mío.
Es así de fuerte.
—Cuando tenía trece años, mi padre descubrió que mi madre tenía una aventura. Ella
había estado durante bastante tiempo con... mi tío Joe. Mi padre les encontró juntos.
Al ver la dirección que estaba tomando la historia, me muevo más cerca, sintiendo que
Tom me necesita cerca ahora.
—Todo se vino abajo. Mamá salió de nuestra casa junto con Joe. Ella quería llevarnos
con ella, pero yo no dejaría a mi papá. Heather, mi hermana menor por cinco años, realmente
no comprendió lo que estaba pasando, y ella quería estar con mamá. Así, que Heather se fue
250
con mamá, y yo me quedé con papá. Siempre estuve más cerca de él. —Él suspira—. Eso lo
golpeó mal. Él no sólo había perdido a su esposa, también perdió a su hermano, y me estaba
obligando a trabajar en la empresa con él. Estaba bebiendo más y más. Todo era una mierda.
Yo era un niño, tratando de mantener todo unido. En ese momento, pensé que las cosas no
podían empeorar, pero estaba equivocado. Yo estaba en la casa de un amigo, y llamé a papá
para checarlo, pero no me respondió. No sé, pero algo se sentía fuera de lugar. Tenía esa
sensación extraña en el estómago, por lo que dejé la casa de mi amigo y monté mi bicicleta a
casa. Cuando estaba cerca de la casa, vi el auto de mi tío Joe en la calle. Sabía que el que
estuviera aquí no era bueno, así que abandoné mi bicicleta y corrí a la casa. Llamé a papá,
pero no tuve una respuesta. Sonaba —«Ordinary World»— así que pensé que no podría
escuchar más que eso.
El dolor en su expresión es paralizante. Y recuerdo lo que me dijo de esa canción de
su padre, que no la ha escuchado durante dieciséis años.
Mi estómago se aprieta en nudos.
Restriega sus manos por su rostro.
—Cristo, esto es difícil. —Él se pone de pie—. Necesito un maldito trago. ¿Quieres
tomar algo?
Niego con la cabeza.
—Dame un minuto. —Él sale de la habitación y vuelve minutos más tarde con un vaso
con líquido color ámbar en la mano.
—Jack. —Levanta el vaso, se inclina de un lado a otro, mientras deja escapar una risa
débil.
Toma asiento a mi lado, Tom se sienta por un momento, hace girar el whisky alrededor
del vaso.
Entonces, él lanza el contenido hacia atrás y tira el vaso en el suelo junto al sofá.
—La música venía de nuestra sala de estar, así que fui ahí. La televisión estaba
encendida, y el video musical estaba en ella. Miré el televisor, y fue entonces cuando escuché
voces procedentes de la oficina de mi papá. Sabía que él estaba allí con Joe, así que empecé
a correr a su oficina. No tenía idea que haría. Sólo sabía que tenía que estar allí. Acababa de
salir de la sala cuando escuché a Joe gritar. Sonaba con pánico. Ni siquiera di un segundo
pasó cuando la escuché. La pistola. Estúpido como era, corrí en la dirección de la bala, no
lejos como lo haría la mayoría de la gente normal. Atravesé la puerta de la oficina. Fue
entonces cuando vi a Joe en el suelo, sangrando del pecho, y mi padre estaba de pie allí con
su pistola en la mano. Corrí hacia Joe y apreté mi mano contra su pecho para tratar de detener
la hemorragia, pero no había una maldita forma de detener la sangre. Toda había terminado
en mis manos, en mi ropa... en todas partes.
Él lleva sus manos frente a él, como si todavía pudiera ver la sangre de Joe en ellas.
Toco su brazo. Parpadea hacia mí.
—Podía escuchar a Joe ahogarse en su propia sangre. Yo estaba gritando a mi padre
para que ayudara, pero se quedó allí, con la pistola todavía en su mano, con los ojos vacíos.
Entonces, Joe —Tom frota los ojos— murió... ahí conmigo de rodillas a su lado. Mis manos
apretadas contra su pecho.
Una lágrima corre de su ojo, pero rápidamente se limpia bruscamente. Entonces, todo
lo que puedo ver es a un niño de trece años de edad, Tom lidiando con algo tan horrible
como debió ser eso. Veo todo lo que he sufrido, con la búsqueda de mi mamá, y todavía no
puedo imaginar lo que vivió él. Mi corazón está sufriendo mal por él.
—Joe estaba muerto —dice con la voz quebrada—. Y yo estaba asustado. Me puse de 251
pie, gritándole a mi padre, gritándole que Joe estaba muerto y que él había matado a su
hermano. Pero él no estaba allí. No era más que un cascarón. Y yo estaba jodidamente
aterrorizado. Sabía que él nunca me haría daño, pero él estaba de pie con la pistola en la
mano. Entonces, de repente, pareció reaccionar. Él puso el arma en su escritorio. Me miró y
dijo: «Tommy, ve a buscar el teléfono de la cocina. Marca nueve-uno-uno. Y diles que ha sucedido».
Entonces, él… —Tom toma respiración dolorosa— me dijo que lo lamentaba.
La cara de Tom agonizaba. Otra lágrima corre por su mejilla. Él no se molestó en
limpiar fuera. Observo que corre su camino hacia el labio superior.
—Yo era sólo un niño, Ly, y él era mi padre, así que hice lo que me dijo. No fue hasta
que estuve en la puerta de la cocina cuando me di cuenta de algo. ¿Por qué me estaba
enviando a la cocina por el teléfono cuando él tenía uno en su oficina? Y lo supe, yo
malditamente lo sabía. Todo el camino, corriendo de regreso a su oficina, mi corazón latía
tan fuerte. —Aprieta las manos en sus ojos, como si estuviera tratando de bloquear lo que
está viendo en este momento—. Yo estaba a pocos pasos de su oficina cuando el segundo
disparo sonó. —Suelta una respiración entrecortada—. Mi padre se pegó un tiro en la
cabeza... y lo encontré allí, boca abajo sobre el escritorio. Sangre... sólo había tanta maldita
sangre.
—Jesús, Tom. —Las lágrimas corren por mi cara.
Envuelvo mis brazos alrededor de él, tirando hacia mí. Siento su estremecimiento en
el pecho, y luego entierra su cara en mi cuello.
Nos quedamos así durante mucho tiempo. Y lo dejé que sacara todo el dolor que él
está reprimiendo durante tanto tiempo.
Voy a la cocina y le sirvo otro whisky. Me sirvo uno a pesar de que no me gusta.
Después de lo que acabo de escuchar, necesito un trago.
Voy de regreso con las bebidas. Él toma la que le entrego, me siento a su lado y tomo
un sorbo del whisky repugnante.
Él apoya su vaso sobre su muslo.
—Entonces, ¿qué pasó... contigo y la compañía de tu familia? —Le pregunto, no estoy
segura de qué preguntarle. Toma un sorbo de su bebida—. Con la muerte de papá y del tío
Joe, la junta tomó el control de la empresa. Yo estaría a cargo cuando cumpliera dieciocho
años. Pero no podía hacerlo. —Sacude la cabeza—. Todo había cambiado para mí. Mi vida,
como yo la conocía, había terminado. Culpé a mi madre por lo que sucedió, y ella no era de
ninguna utilidad para nadie. Ella era un caso perdido. Heather y yo nos quedamos para
ganarnos la vida. Yo no quería nada que ver con la empresa a la que estaban tratando de
atarme. Yo estaba contándole a la policía sobre lo que sucedió una y otra vez. Tenía
problemas en el instituto con los niños. Yo era el niño rico que vio a su padre asesinar a su
tío y luego suicidarse. Yo era un problema. Constantemente me metía en peleas. Las personas
que alguna vez fueron mis amigos de repente ya no lo eran. La prensa estaba teniendo un día
de campo de mierda. Ellos estaban acampando fuera de nuestra casa. Me sentía atrapado.
Había perdido a mi padre. Lo había visto asesinar a mi tío y luego suicidarse. Sólo quería
enterrar el dolor, enterrar esa noche... olvidarlo como si jamás hubiera sucedió. Pero no podía
alejarme de ella. Tenía recordatorios por todas partes. Entonces, empecé a beber, fumar
marihuana... tener relaciones sexuales para bloquearlo. —Busca mis ojos.
—Yo tenía catorce años cuando perdí mi virginidad con alguien un poco mayor en
una fiesta. Estaba borracho y al máximo, y yo sólo quería sentirme normal. Ni siquiera pude
recordar su nombre después, y estoy bastante seguro de que ella nunca supo el mío. Pero lo
que sí recuerdo, era lo que me estaba ocurriendo, mientras yo estaba teniendo relaciones
sexuales con ella, no sentí ninguna de mis mierdas. No tenía que pensar en todo lo que estaba 252
mal conmigo. Pero en ese momento, no estaba con Tommy Segal, el heredero de la fortuna
del whisky, y el hijo del hombre que disparó a su hermano antes de suicidarse. Yo era nadie.
Nadie más que un jodido cuerpo caliente para ella. Ella no se preocupaba por mí, y yo no
me preocupan por ella. Me gustó la forma en que me sentía, y quería seguir sintiéndome de
esa manera. Supongo que fue cuando el sexo se convirtió en un mecanismo de supervivencia
para mí. Yo sólo me podía desconectar y perderme en otra persona, olvidarme de todo.
Trabajé durante mucho tiempo hasta que se convirtió en una regla. Tener relaciones sexuales
para desconectarme y eso fue justo lo que hice... hasta que te conocí. Y en cuanto a la
empresa... —Se ríe con dureza—. Apenas me las arreglé para graduarme del instituto. Yo
estaba de fiesta seriamente, joder. No aparecía en casa casi todas las noches. Mi madre no
me podía controlarme, y después de un tiempo, ella dejó de intentarlo. Yo cumplí dieciocho
años, y se suponía que era todo mío, la empresa —la maldita Segal whisky.
Me mira.
—Incluso con el escándalo de lo que pasó, no afectó la compañía. Esperaba que la
desgracia quemara la empresa que ardería hasta enterrarse, pero no fue así. Se hizo más
grande, más popular. Aumentaron las ventas. Ese primer año después de su muerte, las
ventas aumentaron un cincuenta por ciento. Al parecer, para la gente fue como una inyección
para su whisky. Jodidos, ¿no?
Se frota la cara, mirándome frustrado.
—Yo tenía dieciocho años, y estaban tratando de conseguir sacar adelante Segal, bajo
la dirección de la junta. Apenas podía atarme los cordones de mis jodidos zapatos propios
día a día. Yo era un desastre. Sólo quería salirme. —Él deja escapar un suspiro pesado—.
Era sólo un niño. Un jodido niño. Entonces, tomé algo de dinero de mi fondo, lo suficiente
para sobrevivir. Empaqué una maleta, subí a mi auto y conduje a New York.
Deja escapar un suspiro que suena miserable.
—Me escapé. Cuando llegué a New York, me quité el apellido y me convertí en Tom
Carter. Para el primer año, lo fastidié todo, festejando, drogándome... perdido. Entonces,
una noche, conocí a Denny en la fiesta de un amigo en común. Nos pusimos a hablar de
música. Fue increíble. Me gustó. Él era un tipo genial. Congeniamos, y había pasado tanto
tiempo desde que tuve un verdadero amigo. Los amigos que había hecho en New York eran
sólo gente para fiesta y drogarme. Pero Den, él era diferente. Empezamos a salir, y él hizo su
misión de sacarme de todo eso.
—Den estaba en la universidad, así que decidí ir, también. No tenía ni idea de lo que
quería hacer, pero siempre había amado la música. Den estaba cursando una licenciatura en
música, pero la mierda espesa fue que tuve que repetir el año como había reprobado todo.
—Él sonríe con cariño a sus recuerdos.
—Cursé lo mismo que Den, aunque tomé algunas clases diferentes. Yo estaba
interesado en la historia de la música, mientras que Den estaba interesado en la composición.
Conoció a Jake y Jonny en esa clase de composición. Nos presentó, y el resto es historia. —
Toma un trago de su whisky. Inclinándose hacia delante, coloca el vaso en la mesa de café
enfrente de nosotros.
Se voltea hacia y toma mi mano entre la suya.
—Nunca pensé que llegaríamos a ser famosos. Estábamos bien. Lo sabía. Pero,
¿cuántas bandas pueden grabar, ¿verdad? Me estaba divirtiendo con ellos, y los sentía como
mi familia. Algo estable. Algo que no había tenido en mucho tiempo. Así que, cuando
empezamos a despuntar, no pude salirme. Y pensé que, ciertamente, nadie daría una mierda
por el bajista que le gusta follar a un montón de chicas. Nadie estaría interesado en mí o de 253
dónde venía. Y si alguien tenía alguna pregunta acerca de mi familia en las entrevistas, me
gustaba quitarle importancia. Estaban interesados en Jake y Jonny, y funcionó bien para mí.
Tenía que estar con los chicos, haciendo algo que se me da bien, y eso me encanta. —Él me
mira con ternura.
—Yo estaba feliz, Ly. Yo no había sido feliz durante mucho tiempo. Entonces, las
cosas fueron a la mierda cuando Jonny murió. Yo no podía creer que mierda. Me pareció
que era me va a empujar al límite. Yo no podía ver bien. Jake y Den no estaban enfrentando.
Pensé que íbamos a caer a pedazos.
—Entonces, de la nada, un mes después de Jonny muriera, yo recibí una llamada de
Heather. En todo mi egoísmo, sólo la había dejado atrás. Yo nunca dije adiós. Pensé en ella
todos los días, pero no podía regresar. Cuando llamó, era como en los viejos tiempos, cuando
éramos niños, antes de que todo sucediera. Ella me pidió verme, y por supuesto, le dije que
sí. Yo estaba viviendo en Los Ángeles en ese momento, así que volé al día siguiente. Nos
encontramos, y después de eso, ella se convirtió en mi salvavidas... eso fue, hasta que
apareciste. Heather había tomado el control de la empresa como director general. Se había
graduado temprano, consiguió su título en negocios. Ella siempre fue inteligente, de una
forma más inteligente de lo que yo era. A día de hoy, está aún al frente de Segal. Y trato de
verla con regularidad. Ella por lo general viene a verme porque no me gusta ir a Kentucky si
no tengo que hacerlo. Cada vez que la veo, trato de cederle la empresa a ella, y cada vez, ella
se niega y me pide que vaya con ella. —Él deja escapar una risa suave—. Dejé a Heather
detrás hace tantos años cuando me fui. Pero no voy a cometer el mismo error de nuevo con
ella.
—Ella se ve realmente genial, Tom.
Sus ojos se encuentran con los míos con calidez.
—Ella lo está. Al igual que tú en muchos sentidos... valiente, con argumentos.
—No estoy argumentativa. —Sonrío.
—Firecracker. —Aprieta un dedo en la punta de mi nariz.
—¿Y qué decir... tu madre?
Sus ojos se oscurecen.
—Heather la ve. No la he visto ni hablado con ella desde que tenía dieciocho años. No
puedo perdonarla por lo que hizo. Si ella jamás tuvo un romance con Joe, entonces...
Se detiene allí, y yo no lo presioné. Yo, mejor que nadie, sé lo difícil que es perdonar y
olvidar. Inhala fuertemente.
—Ly, lo que te dije ese día... cuando te aparté, reaccionaste como lo hice yo... después
de que me dijiste que estabas enamorada de mí... —Sacude la cabeza, el arrepentimiento en
sus ojos—. Claro, hay una razón por la que he vivido mi vida de la manera que la llevo,
usando el sexo para sobrevivir, pero también me gusta mi vida. Era sencillo. No tenía que
preocuparme por nadie más que por mí. Y después de mi papá, después de lo que pasó, de
lo que pasé... me prometí a mí mismo que nunca volvería a ponerme en esa posición. Me
juré a mí mismo que nunca volvería a enamorarme. Yo nunca le daría a una mujer la
oportunidad para que me destruyera como mi madre lo hizo con mi padre. Tenía miedo de
que si me enamoraba y me destrozabas de la forma en que mi madre lo hizo con mi padre...
yo no fuera capaz de hacerle frente, del mismo modo como lo hizo él, no podía...
Busca mis ojos, y veo que hay en los suyos. Miedo. Él no tiene que decirlo en voz alta.
—Por lo tanto, continué con distancia emocional a las mujeres, tomando lo que quería,
y luego alejándome. Era sencillo... hasta que llegaste. —Él toca mi rostro, pasando sus dedos
por mi mejilla, y por mi cabello—. No te podía sacar de mi cabeza. 254
—Y aun así, me alejaste.
—Entré en pánico. Sobre lo que me estabas diciendo... en el fondo, sabía que sentía lo
mismo, pero yo estaba luchando con eso. El miedo me hizo luchar contra eso. —Él deja
escapar una risa suave—. Me asusta la puta mierda que hay en mí, Lyla Summers.
—Te asusta la puta mierda que tengo yo, también, Tom Carter. —Le doy una sonrisa
inquieta, abriéndome de nuevo a él—. Lo que siento por ti... nunca había sentido nada igual
esto por alguien, jamás.
Una luz se apaga en sus ojos, y él quita sus manos de mi rostro, dejándome con una
sensación fría de aprensión. Se sienta derecho. Yo lo imito.
Dejé que mis pies cayeran al suelo, el frío piso de madera contra mi piel.
—Ly... Quiero estar contigo, y espero... realmente tengo la esperanza —me da un
mirada nerviosa—, quiero estar contigo, también…
—Lo quiero —digo rápidamente, interrumpiéndolo, con miedo de que esto pudiera
estar pasando.
Él inclina la cabeza hacia un lado. Su mirada se reúne con la mía, mirándome
profundamente. La mirada de sus ojos verdes hace contraer mi estómago.
—Siempre he sido sincero contigo. Fuera de las cosas sobre mi familia, nunca te he
mentido, y eso no va a cambiar ahora.
Mi corazón comienza a latir con fuerza en mi pecho.
—No puedo pedirte que comiences algo conmigo si no conoces todas las
circunstancias.
Me tiemblan las manos.
—Después de que te dejé ese día... he cometido un error.

255
32
Lyla
Traducido por Dark Juliet
Corregido por Cecilia

Un latido del corazón más tarde — Casa de Tom, LA

No. No. No.


La sala comienza a girar. Temblando, me pongo de pie. Rodeo la mesa de café,
poniéndola entre nosotros.
—Has estado con alguien más —ahogo las palabras.
Él se pone de pie.
—No. Sí.
—Oh Dios. —Me cubro la cara con las manos.
De repente, él está aquí, con las manos en la mías, tirando de ellas de mi cara. 256
—Esto no es lo que piensas. No hice…
—¡Mierda nunca lo es contigo! —Me tambaleo hacia atrás, empujándolo lejos—. Lo
siento por ti. Siento lo qué te pasó, cómo perdiste a tu familia, pero no puedo tomar esto. —
Estoy alejándome de él—. No puedo hacer esto. No soy estúpida. Sé quién eres. Sabía que
había una gran posibilidad de que te acostaras con otras mujeres estas dos últimas semanas,
pero saber que estabas con alguien inmediatamente después de que me dejaste allí en la acera
de enfrente de mi apartamento... —Tomo una mano para el dolor desgarrador de mi
estómago.
—Después de lo que habíamos hecho horas antes... dejé que tuvieras relaciones
sexuales conmigo allí... Dejé que tú —Lo corté, lo recuerdo moviéndose dentro de ese
íntimo, lugar privado, ahora mancillado por su confesión.
Mi mirada se desliza en la suya, mis ojos llenos de lágrimas. Puedo ver el miedo y
remordimiento en su rostro.
—Eso fue muy importante para mí. —Mi voz se quiebra en susurros—. Lo que
hicimos... Te lo di, porque confiaba en ti, y saber ahora que horas más tarde saliste y tuviste
relaciones sexuales con otra persona... —Un sollozo rompe en mí. Las lágrimas
descuidadamente goteando por mis mejillas. Me muevo hacia la puerta—. No podríamos
haber estado juntos en el momento, pero se siente como una traición. —Golpeé mi cara con
rabia.
Tom dio zancadas hacia mí, tomándome por los hombros, y no tengo la energía para
luchar contra él.
—No tuve relaciones sexuales con ella. No he tenido sexo con nadie desde ti. —Está
respirando pesadamente—. No desde ti, lo juro. Fui a ese bar, pensando que si tenía sexo
con alguien, me arreglaría, pondría mi vida de nuevo como estaba antes. Sentía demasiado
por ti. Estaba asustado. Me entró el pánico, por lo que reaccioné de la única manera que
sabía. Pensé que remontándome a mis viejas costumbres lo arreglaría.
Envuelvo mis brazos alrededor de mí.
—¿Quién era ella?
Niega con la cabeza lentamente.
—No lo sé. Sólo una mujer en un bar.
—No tuviste sexo con ella. ¿Entonces qué hiciste?
¿Por qué estoy preguntando esto? ¿Realmente quiero saber? ¿Va a hacer algo de esto
mejor?
No.
Pero la parte sádica de mí tiene que escuchar esto.
Tom me mira, indecisión en sus ojos. Puedo ver el desgarro de dolor en su rostro.
—Lyla... no quieres escuchar eso.
Pero eso no me detiene. Cualquier raciocinio en mí se ha ido. Estoy adolorida, dolor
cegador, y en el asiento del conductor.
—No la jodiste —le digo con amargura—. ¿Y qué? Se puso sobre sus rodillas y —No
entiendo más allá de eso. Mis propias palabras me golpean duro, como un golpe en el
estómago, torturándome.
Tom agarra mi cara, obligándome a mirarlo. Él hace una mueca en lo que él ve allí.
—Nadie es mejor que tú. ¿Me oyes? Nadie. Cometí un maldito estúpido error, por 257
miedo, pero no pude seguir debido a ti.
Sus palabras deberían calmarme, pero en su lugar, encienden mi ira como el llamativo
de un partido.
—¡Bueno, jodidamente siento estar en tu camino y el de tus putas! —Grito en su cara,
golpeándolo en el pecho.
No me deja ir.
—Para. Te quiero en mi camino todo el puto tiempo. —Su voz, como su cara, es
determinada—. Te quiero aquí conmigo cada minuto de cada día. Te quiero más de lo que
he querido nada en mi vida. Sé que la jodí, y lo siento mucho por eso. Me gustaría regresarlo,
pero no puedo. Y tienes razón. No estábamos juntos, pero aquí, estábamos.
Golpeó su pecho.
—Estaba tratando de sacarte volviendo a mis viejas costumbres. No estaba pensando
bien. Pero estoy pensando bien ahora. Pensar es todo lo que he estado haciendo durante las
últimas dos semanas. Pensando en ti y el tiempo que tuvimos juntos. Dios, te he extrañado
como loco. Estas últimas dos semanas sin ti fueron un infierno. Sé que ha sido por mí, pero
me quedé fuera porque necesitaba tiempo para entender las cosas. Tenía que estar seguro de
que puedo ser el hombre que te mereces. Un tipo que puede darte todo de sí mismo.
Entonces, te vi hoy, y me di cuenta de algo.
Mi mente se despeja de repente. Mi enojo se está disipando mientras tomo cada una
de sus palabras, necesitando saber lo que va a decir luego más de lo que necesito mi próximo
aliento.
—¿Qué es lo que notaste?
—Me di cuenta de que me tienes. Eres para mí. —Tomando mi cara entre sus manos,
limpia mis lágrimas—. Estoy enamorado de ti, Ly. Lo he estado durante mucho tiempo. Sólo
me tomó un tiempo darme cuenta de ello. Y cuando lo hice, me di cuenta de que mis temores
no significan una mierda más. En ese momento, mirándote a través de la calle, al ver que
estabas allí, lo supe... me dio una patada en el culo. En ese momento, supe que haría cualquier
cosa para quitar el dolor que te causé. Me gustaría renunciar a todo, incluso a mí mismo,
porque... porque yo preferiría tener un momento de todo contigo que toda una vida de nada.
Dios mío.
¿Él está enamorado de mí?
Estoy ahogada por las lágrimas, impresionada de su confesión.
—¿Me amas? —Le susurro.
Aprieta su frente contra la mía, una sonrisa tocando los bordes de sus labios.
—Te amo.
Las palabras susurradas sobre mi piel, se filtra en mi corazón, llenándolo...
completándolo.
—Ly... —toma una respiración profunda—. Sé que no tengo derecho a preguntar...
pero necesito saber si todavía sientes lo mismo. ¿O he jodido las cosas? ¿Te he perdido?
Cierro los ojos en un parpadeo. Mi mente está funcionando a la velocidad de la luz.
Estoy tratando de agarrarme a algo cualquier cosa...
Ira. Dolor. Deseo. Necesidad.
Yo podría argumentar y luchar contra esto, luchar lo que siento por él. Podría alejarme 258
a causa de un error que cometió cuando no estábamos juntos.
O lo puedo perdonar. Ponerlo detrás de nosotros y empezar a partir de ahora.
Estoy trabajando para perdonar a Dex por lo que me hizo. Lo menos que puedo hacer
es tratar igual a Tom.
Abro los ojos.
—Estoy enamorada de ti, Tom. Eso no lo impide que actúes como un idiota.
Se mueve la frente hacia abajo, con la nariz moviéndose sobre mi piel, mientras me
inspira.
—Soy un idiota.
—Sí, lo eres. El mayor idiota nunca. Y no me refiero a eso de una manera halagadora.
Él deja escapar una risa suave.
—Así que... ¿no te perdí?
—No, no me has perdido.
—Gracias a Dios. —Sus brazos vienen a mí alrededor, con la cara enterrada en mi
cuello. Siento el alivio en su cuerpo. Lo oigo en su respiración.
Y ahí es cuando me doy cuenta de lo mucho que significo para Tom.
El conocimiento penetra en cada parte de mí, me calienta.
Levantando la cabeza, él desliza sus dedos alrededor de mi nuca de mi cuello y hasta
en mi pelo.
—Lo haré por ti, lo juro —susurra la promesa sobre mis labios.
—Lo sé. —Presiono mi mano en su cara.
—No soy nada sin ti, Ly. No trabajo sin ti. Me has roto. —Sonríe—. Eres todo para
mí, y voy a pasar el resto de mi vida mostrándote que no cometiste el peor error de tu vida
enamorándote de un mut como yo.
—No eres mut. Eres ex-mut.
—Un ex-mut. Me gusta. Me hace sonar rudo.
—Eres un idiota. —Me río, golpeando su pecho.
—Y tú eres hermosa.
Luego, sus manos están en mi culo y me levanta del suelo, lo que me hizo chillar de
sorpresa. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura.
—Jodidamente te amo, Lyla Summers.
—Bien, porque jodidamente te amo, Thomas Carter. —Paso mis dedos sobre el
rastrojo de su mandíbula—. Pero la barba tiene irse.
Él sonríe.
—Lo que quieras, cariño.
Entonces, él me besa. Una corta respiración, bochornoso beso. Puedo sentir a Tom
verter todo en este beso... todo de sí mismo en este beso... mostrarme con su cuerpo lo
mucho que realmente me quiere.
—Así que, ya han pasado dos semanas —dice, tomando aire—. Esos son veintiocho
orgasmos que te debo por sobre el resto de los pendientes.
259
Me muerdo el labio pensando.
—No tenemos tanto tiempo. Tengo que recoger a la tía Steph y al tío Paul del
aeropuerto en unas pocas horas y llevarlos a ver a Dex.
—Por lo tanto, será mejor que empecemos. —Él me lleva hasta el sofá, recostándonos.
Desliza su mano a mi top—. Iré contigo a recogerlos. Conoceré a tu familia.
¿Quiere conocer a mi familia? Esta será una gran cosa, especialmente para alguien
como Tom.
—¿Seguro que quieres conocer a mi familia? ¿No es demasiado pronto?
Su mano se detiene en su camino hacia mi teta.
—Ya conocí a tu hermano.
—Y le diste un puñetazo.
Sonríe ligeramente.
—En mi defensa, merecía ser golpeado.
—Sí... lo hacía —estoy de acuerdo.
—Por lo tanto, ¿puedo conocer a tu familia si prometo no golpear a tu tío?
—Estoy feliz de que conozcas a mi familia. —Me río cuando sus dedos rozan sobre
mi caja torácica, haciéndome cosquillas.
—Es sólo que no quiero que te sientas presionado. Conocer a la familia es una gran
cosa.
—Nada es demasiado grande cuando se trata de ti. —Su boca cae en la mía, sus labios
rozando suavemente sobre los míos—. ¿No lo entiendes todavía?
Deslizo mis brazos alrededor de su cuello, mis dedos en su sinuoso cabello. Mi corazón
está tan lleno de todo... llena de él.
—¿Entender qué? —Le susurro.
Sus ojos miran profundamente en los míos.
—Que esto... tú y yo... seremos siempre. Eres mi cielo, Firecracker.

260
33
Lyla
Traducido por Dark Juliet
Corregido por Cecilia

Una semana más tarde, una casa enorme — Littleborough, Inglaterra

—... el hombre más afortunado del mundo por tenerla aquí conmigo ahora. Tengo aún
más suerte que aceptó casarse con mi lamentable culo.
Miro desde mi asiento junto a Tom como Jake se inclina y besa a su novia.
Estamos en la casa de Jake y de Tru en Littleborough para la recepción de su boda.
Jake sorprendió a Tru con una boda en su lugar especial llamado Lumb Falls aquí en
el Reino Unido. Era tan romántico y una boda muy hermosa.
Cuando Jake llamó a Tom para hacerle saber acerca de sus próximas nupcias, había
estado con Tom. Tom había dicho a Jake que estábamos juntos. Yo escuché a Jake decirle a
Tom que solo era jodidamente cuestión de tiempo. 261
Me había hecho sonreír.
Cuando Tom consiguió colgar el teléfono, él me dijo que tanto Jake y Denny habían
estado con él durante las dos semanas que estuvimos separados. Al parecer, había estado
enfermo, abatido, sin bañar, y de mal humor, y ellos le dijeron que debían conseguir
jodidamente que tocáramos juntos, para que me pidiera disculpas, y luego mendigar para que
tomara su culo devuelta.
En mi caso ahora como la novia de Tom, Jake me había invitado a la boda.
Por lo tanto, habíamos volado a Inglaterra, y acababa de ver la boda más romántica de
nunca.
Ahora, estamos terminando de escuchar los discursos después de comer una cena
increíble.
Jake tomó asiento después de acabar su discurso, y ahora, todos estamos vitoreando y
aplaudiendo, elevando nuestras copas para brindar por la feliz pareja.
Tom tiene su brazo colgando por la parte trasera de mi silla, sus dedos jugando con mi
cabello, mientras abuchea a Jake por ser cursi. A pesar de que está tomándole el pelo, puedo
ver los ojos de Tom brillando.
Me inclino y le susurro al oído:
—Tom Carter, ¿estás a punto de llorar?
Me mira con horror.
—Por supuesto que no voy a jodidamente llorar. Um... todo varón aquí. —Enfatiza
por golpeando su mano contra su pecho—. No lloro.
Sé que no es verdad. Hace una semana, sostuve a Tom mientras lloraba en mis brazos
después de que me hablara de su padre. Pero no le recordaré eso. Lo dejo con su orgullo de
hombre intacto.
—Lloró con Forrest Gump —dice Denny, inclinándose sobre la mesa de su asiento
junto a Tom—. Lo vimos una noche cuando estábamos en la universidad, y lloró como un
jodido bebé en esa parte cuando el Teniente Dan va a la boda de Forrest. Piernas Mágicas
—Denny dice en voz de Forrest Gump—. Lo llamé Tom Piernas Mágicas por alrededor de
un año después de eso. —Él se ríe.
—¿Qué mierda, tío? —Tom suelta—. No puedo creer que le hayas dicho eso. —Se
vuelve hacia mí—. Ly, estaba borracho, y fue realmente una jodida parte triste en la película.
No lloré como un bebé, como el cabeza hueca aquí está diciendo. Pude haber derramado, tal
vez, una lágrima minúscula. Pero eso fue todo. El imbécil aquí me llamó Piernas Mágicas
porque soy un bailarín increíble.
—Sigue diciéndotelo, Piernas Mágicas. —Den me mira de nuevo—. Lloró como un
bebé —reitera, sonriendo. Él pasa sus dedos debajo de sus ojos, capturando lágrimas
fingidas.
Empiezo a reír, pero pongo mi mano sobre mi boca cuando Tom me da una mirada
de muerte.
—No puedo creer que lloraste en Forrest Gump, hombre —dice Smith, sacudiendo
la cabeza a Tom. Smith es el guitarrista principal de TMS. Él tomó el lugar de Jonny en la
banda cuando comenzaron a grabar de nuevo.
Y en serio, nunca se lo diría a Tom esto, pero mierda wow, él es de verdad caliente. Su
esposa, Carly, es realmente preciosa también. 262
Tom voltea con Smith antes de tomar un trago de su cerveza.
—Lo que sea —dice Tom, dirigiéndose a Denny.
—No eres mejor. Hey, Simone, ¿Te dijo Den que lloró como una perra cuando
estábamos viendo a Beyoncé cantar «El Himno Nacional» en la inauguración de Obama?
Simone es la prometida de Denny, y la mejor amiga de Tru. Ella es muy bonita y muy
dulce. Realmente hizo un gran esfuerzo para hacerme sentir bienvenida y parte del grupo.
Denny le da el dedo medio.
—Gracias por eso, cara culo.
—De nada. —De pie, Tom da una media reverencia. Luego, vuelve a sentarse.
Simone se ríe.
—No te preocupes nene. Aún te amo incluso si eres un idiota. —Ella se inclina y le da
a Denny un beso en los labios.
—Smith lloró cuando nos casamos —Carly, comparte.
—Jesús, nena. —Smith le da una mirada.
Ella simplemente se encoge de hombros, sonriendo.
—Creo que el llanto en su día de boda es dulce —dice Simone.
Denny se le queda mirando.
—No esperes que llore el día de nuestra boda.
Tom se inclina hacia adelante.
—Simone, en el segundo que lo digas lo haré, él será el del El Himno Nacional otra
vez, confía en mí.
Él hace un guiño, y Simone se ríe.
Denny levanta sus manos en la derrota.
—Está bien, lo que sea. Soy lo suficientemente hombre para admitir que lloré mientras
escuchaba a Beyoncé matar nuestro himno nacional. Fue una mala experiencia para mí.
Jodidamente horrible. Todavía tengo pesadillas sobre eso ahora. —Él se estremece
falsamente.
—Es cierto —Tom está de acuerdo, asintiendo—. En serio, ¿qué fue eso? Pero
entonces, ella totalmente lo compuso cuando cantó en vivo de nuevo para la prensa.
Simone y yo nos miramos y echamos a reír.
—Jay-Z es un bastardo con suerte —musita Tom—. En realidad, ¿a quién le importa
cómo sonaba? Ella es realmente caliente. Casi me pasé todo el tiempo mirándola
—Um... ¿hola? —Lo miro, devolviendo la mirada de muerte que recibí momentos
antes—. Lyla Summers. Tu novia. ¿Me recuerdas?
—Como si alguna vez pudiera olvidarte. —Sonríe hacia mí, y presiona un beso en mis
labios fruncidos—. No te preocupes. Sólo es una observación, nena. Mirar escaparates no es
un delito. Mientras no se haga la compra, está todo bien.
—Cierto... —paso mis dientes sobre mi labio inferior—. Así que, ¿no te importará si
veo algunos escaparates entonces? —Eché un vistazo alrededor—. Porque yo estoy viendo
algunos hombres británicos seriamente calientes aquí que puedo pasar horas viendo
escaparates. 263
—Bueno. Suficiente. —Él se apodera de mi barbilla, volviendo la cabeza hacia atrás a
la suya—. No nos dejemos llevar aquí. Las reglas han cambiado. A partir de ahora, sólo
escaparates entre nosotros. ¿Trato?
—Trato. —Sonreí, sabiendo que gané esa ronda.
Él se inclina y presiona otro suave beso en mis labios.
—Uf, ¿no puedes dejar a la pobre chica sola, Tom Cat? —Me vuelvo para ver a Stuart
tirando una silla al lado mío.
—¿Celoso? —Tom le sonríe.
—Ya quisieras —Stuart muerde.
—¿Qué? —Tom tocó su oreja—. ¿Estás diciendo, que deseas poder tener mi carne?
Lo sentimos, amigo, pero estoy fuera del mercado ahora, y las salchichas nunca fueron lo
mío de todos modos.
—Sí, ¿cómo fue eso exactamente? Y no me refiero a la carne, sino a lo de ¿fuera del
mercado? —Stuart me mira—. En serio, tengo que escuchar esta historia. ¿Cómo una gran
chica como tú termina con nuestro Tom Cat Frota la lámpara Carter? —Él me da una mirada
de desconcierto total.
—Stuart está celoso porque él nunca llegó a frotar la lámpara —dice Tom, poniendo
su brazo alrededor del respaldo de mi silla.
—Has visto el tatuaje, ¿verdad? —Stuart me pregunta. Él hace un guiño, haciéndome
saber que está molestando a Tom.
—He visto el tatuaje. —Asiento antes de sorber mi vino.
—¿Y todavía lo quieres?
Eché una mirada a Tom y luego miro hacia atrás a Stuart.
—Sí, lo hago. —Sonrío.
—Y eso es porque mi chica es la chica más inteligente del mundo. —El brazo de Tom
viene alrededor de mi cuello, tirando de mí cerca, y luego presiona sus labios contra mi sien.
Me encanta cuando me llama mi chica.
—Oh Dios, ahora, él está haciendo actos aleatorios de DPA8. Siento el vómito en
aumento. En serio, Tom, si te pones en una rodilla, me voy de aquí.
—Um, sin propuesta hoy. Tengo a Tom abajo por estar con Lyla durante un año antes
de que él saque el anillo. Tom se le propondrá a Lyla en un año, y estoy hasta con cinco mil
dólares.
Mi cabeza azota hacia Denny.
—Jake y yo hicimos una apuesta —Denny me dice ante mi mirada interrogante.
Um... ¿qué demonios?
—Sí, aposté a un año... pero ahora, estoy pensando en seis meses como máximo, y
Tom Cat estará sobre una rodilla. —Oigo la voz de Jake, y miro hacia arriba para verlo y a
Tru de pie en nuestra mesa.
Se ven ridículamente hermosos juntos. Perfectos.
—¿Por qué no me metieron en esa apuesta? —Stuart pregunta a Jake.
—¿Quieres entrar? —Den pregunta.
—Sabes que sí. —Stuart ríe. 264
—Sí, cuenta conmigo —dice Smith.
—En serio, ¿qué coño? ¿Qué pasa con la gente apostando por mí últimamente? —
Tom exclama.
Él me mira, me recordó la apuesta que hice con Sonny. La apuesta que hice como una
excusa porque estaba celosa de ver a Tom con otra mujer.
Me toma un minuto darme cuenta de que Tom no está enloqueciendo sobre la
mención del matrimonio conmigo. Es sorprendente, pero es bueno saber que el matrimonio
podría ser una posibilidad en la línea para nosotros.
Lejos, muy lejos en el futuro.
—Tru, ¿Te acuerdas de Lyla? —dice Jake, haciendo un gesto hacia mí.
—Por supuesto que sí. —Ella sonríe. Se mueve alrededor de la mesa y camina con una
gracia sin esfuerzo, teniendo en cuenta que está en tacones sobre la hierba. Se inclina y besa
mi mejilla—. Muchas gracias por venir a nuestra boda.
—Gracias por tenerme aquí. —sonrío—. Fue un hermoso servicio.
—Todo por Jake. No puedo tomar ningún crédito por ello. —Ella lo mira con amor.
El brazo de Tom viene alrededor de mi hombro mientras él sigue hablando con los
chicos.
Veo que los ojos de Tru siguen su movimiento. Entonces, ella ve a Tom. Captando su
mirada, le da una sonrisa juguetona.

8 DPA: Demostraciones Públicas de Afecto. En ingles PDA (Public Displays of Affection).


—Ni una puta palabra, Bennett. —Señala hacia ella.
—Wethers ahora. —Sin dejar de sonreír, ella lo corrige,
—Maldita putamente correcto eres Wethers —dice Jake, tirando de dos sillas para
ellos.
Él deja que se siente primero. Se sienta junto a Simone, y Jake se sienta a su lado.
—Y yo no iba a decir una palabra —Tru continúa con Tom—. Estaba a punto de decir
que es bueno verte feliz.
—¿Debe preocuparme que no me esté dando mierda? —Tom pregunta a Jake.
—Nah. —Él pone su brazo alrededor de Tru, con lo que la acerca a su lado—. Ella se
siente sentimental hoy. ¿Cierto, bebé?
—Cierto. —Sonríe hacia su cara.
Puedo ver el amor entre ellos, como si fuera un ser vivo, respirando.
Es maravilloso de ver.
Tru mira a Tom, una sonrisa superando sus labios.
—Dame hasta mañana, Tom, y estaremos de nuevo en nuestros altercados.
—Putas gracias por eso. —Tom se ríe, pasándose una mano por el cabello—. Estabas
empezando a asustarme por un momento. Pero como estamos siendo agradables hoy, quiero
decir que te ves muy hermosa, Tru.
—Gracias, Tom.
—¡Está bien! Suficiente. —La mano de Stuart sube—. Tom, me estás asustando a la 265
mierda. ¿Actos de DPA, diciéndole a Tru que se ve hermosa? En serio que no estoy
acostumbrado a todo esto de la amabilidad. Es demasiado, demasiado pronto. ¿Alguien
puede sólo lanzar un cierto abuso a mí o a Tom para que me pueda sentir normal de nuevo?
—Calma de una puta vez, sopla polvo. Sabes que nunca voy a ser amable contigo. —
Tom le sonríe.
—Y el mundo está bien de nuevo. —Stuart coloca su mano de manera espectacular
contra su pecho, todos nos reímos.
«I Need Your Love» de Calvin Harris comienza a tocar. Me encanta esta canción. Es una
melodía algo infecciosa.
Girando mi cabeza, veo la pista de baile improvisada empezar a llenarse. La madre de
Tru, Eva, y su padre, Billy, están allí. Eva tiene al hijo de Tru y Jake, JJ, en sus brazos. Mientras
Eva se balancea suavemente con JJ, Billy lanza algunos movimientos de baile interesantes.
Eva echa la cabeza hacia atrás, riéndose de él. Le sonrío a los dos.
—I need your love9 —susurro cantando junto con la letra.
Tom se inclina cerca y me dice al oído:
—¿Quieres acabar a estos perdedores y bailar conmigo?
—Claro que sí.
Él me lleva de la mano, y dejo que me lleve a la pista de baile improvisada.

9 I need your love: Necesito tu amor.


Cuando nos movemos más allá de Billy, que está todavía en ello, palmea a Tom en la
espalda. Tom le sonríe y entonces me tira estrecha, envolviendo sus brazos alrededor de mí.
Él comienza a cambiarnos a la música. Él es un sorprendentemente buen bailarín.
—Así que, realmente eres Piernas Mágicas. —Sonrío hacia él.
—Te lo dije. Bailo tan bien como follo.
—No puedo discutir con eso. —Avance lento en mis dedos de los pies, rozo mis labios
con los suyos.
—Ly —murmura—. He estado pensando en algo... algo que quería preguntarte.
—Bueno. Simplemente mirando aquí, no vas a ponerte en una rodilla y lograr que Jake
gane su apuesta, ¿verdad? Porque te amo y todo, pero sólo hemos estado juntos durante una
semana —bromee.
—Técnicamente, nueve semanas, si incluyes el tour y mi quincena cagada. —Él me
sonríe.— Y no te preocupes, Firecracker. La única razón por la que voy a estar de rodillas
frente a ti esta noche es para enterrar mi cara entre sus muslos calientes. —Sus dedos bailan
sobre mi culo.
Me estremezco contra él, mi ropa interior al instante se moja. Me encanta cuando él es
tan directo sobre el sexo.
—Estás húmeda, —susurra en mi oído, sabiendo muy bien que lo estoy.
Él sabe lo que sus palabras me hacen.
—Sí, —respiro.
Estoy mojada y tan dispuesta a tenerlo dentro de mí que ni siquiera es gracioso. 266
—¿Quieres encontrar un rincón oscuro y tener un rapidito? —Me muerdo el labio
sugestivamente.
Sus ojos se oscurecen.
—Como si alguna vez fuera a rechazar tu solicitud para sexo... pero antes de
desaparecer a esa oscura esquina, hay que algo que tengo que preguntarte...
—Oh, sí, claro... continúa. —Lo miro fijamente a los ojos.
De repente se ve inseguro, nervioso. Me pone un poco nerviosa sobre lo que él necesita
preguntarme.
—Bueno, he estado pensando... verte la semana pasada, trabajando hacia perdonar a
Dex después de lo que te hizo y la forma en que me perdonaste cuando la cagué. Eres una
persona increíble, Lyla. Y eso me hizo pensar. Tal vez necesito un cierre en mi pasado. No
estoy diciendo que jamás pueda perdonar a mi madre... pero han sido once años. Yo estaba
pensando que tal vez es hora de que vaya a verla. Hablar con ella.
Puse mis brazos alrededor de su cuello. —Creo que es una muy buena idea.
—Bueno. ¿Y yo quería preguntarte si vendrías conmigo?
—Por supuesto que iré contigo.
Exhala.
—Bien, bien. Ya que estamos en el camino del arreglo, ¿quieres ir a ver Rally para algo?
Estoy adivinando que sabe que estamos juntos... y que va a tener un ajuste de mierda —
musita Tom, su cara se convierte en una sonrisa.
—Él va a tener sin duda un ajuste de mierda, pero —agito mi cabeza—, no me importa.
Y no necesito verlo o hablar con él. No hay nada que arreglar con Rally. No nos caemos.
Simplemente nos comunicamos, y fue obra suya. Él nunca estuvo allí. Me ha defraudado
toda mi vida. No voy a perseguir a un hombre que no me quiere en su vida.
La expresión de Tom cambia, y él me tiene más cerca, presionando sus labios con los
míos.
—Te quiero en mi vida todo el tiempo. Te amo —murmura sobre mi boca—. Y todo
esto... —Hace un gesto señalando a la fiesta de la boda que sucediendo a nuestro alrededor—
. Sé que los chicos estaban bromeando acerca de nosotros antes de casarnos, y sin duda es
demasiado pronto...
Enfatiza con la mirada. Asiento, estando de acuerdo.
—Pero sí sé que el día que decida que quiero casarme... serás la chica a la que se lo
preguntaré.
La emoción que siento en sus palabras por un momento me abruma. Mis ojos
relucientes, le digo:
—Supongo que tenemos un montón de cosas increíbles que esperar juntos.
—Lo hacemos. —Él sonríe—. Hay un montón de cosas que quiero hacer contigo,
Firecracker. —Su sonrisa se transforma en una sonrisa traviesa sexy—. Empezando por ese
polvo rápido en una esquina oscura. —Él me agarra de la mano.
Riendo, dejo que Tom me arrastre lejos, mirando rápidamente a su alrededor para
asegurarse de que nadie nos vea escabullirnos.
Lo miro mientras me conduce a casa Tru y de Jake.
Mi corazón está tan lleno de amor por Tom. 267
Un amor que nunca pensé que sería capaz de sentir y mucho menos, sentirlo por Tom
Carter.
Es curioso como la única persona con la que pensé que nunca volvería a estar en un
millón de años resultó ser el que yo estaba buscando todo este tiempo.
¿Quién lo hubiera pensado? El indomable Tom Carter, y yo, Lyla Summers, fue quien
lo domó.
O lo que probablemente debería decir es, el indomable Tom Carter, que domó su
camino por mí.

Fin
Próximo Libro

The Storm

(The Storm # 3.5)


TORMENTA (sustantivo): una perturbación
turbulenta; una interrupción o disputa.
La vida de Jake Wethers es perfecta. Él está
casado con la mujer que ha amado siempre, y tienen
tres hermosos hijos. The The Mighty Storm todavía es
fuerte, y su sello discográfico está prosperando.
Jake lo tiene todo: una vida que creía que nunca
tendría y que no creía que se mereciera. 268
No hace mucho tiempo, la vida de Jake no era
perfecta. La muerte inesperada y prematura muerte de
su mejor amigo, Jonny Creed, envió un Jake a estar
fuera de control en una espiral hacia abajo aún más.
Con adicción a las drogas. Alcohol. Mujeres.
Jake estaba en la vía rápida siguiendo a Jonny a la tumba hasta que Tru Bennett volvió
a entrar en su vida y lo cambió todo.
Pero ahora, el pasado que Jake dejó atrás ha vuelto a encontrarlo. Y lo que el pasado
trae consigo va a ser uno de los mayores desafíos a los que se tendrá que enfrentar alguna
vez.
Agradecimientos
Poner fin a la serie The Storm ha sido una decisión realmente difícil para mí. La familia
TMS ha sido gran parte de mi vida durante mucho tiempo ahora, dejarlos ir ha sido muy
difícil. Muchas lágrimas se han derramado, he bebió mucho vino, e innumerables botes de
Ben & Jerry que he conseguido devorarme.
Como siempre, hay personas a quienes agradecer por aguantar mi locura, pero el
primero como siempre tuvo que ser mi marido, Craig. Él es el que me escucha cuando hablo
con los personajes en mi cabeza y no me mira como si estuviera loca cuando hablo de ellos
como si fueran reales. Él escuchó mis rabietas a las 3 a.m. porque no podía resolver la
siguiente escena en mi libro. Él es una joya total. Es el mejor BBF.
Mis hijos dejaron que su mami pasara todo el tiempo con sus libros —los amo más
allá del tiempo y del espacio, hasta el infinito y más allá.
Mi chica, Sali Benbow-Powers —podría divagar sobre lo mucho que te amo y te
aprecio. En su lugar, sólo tengo dos palabras para ti— ¡Bom Sex!
Trish Brinkley —tu iluminas mi día. ¡No puedo esperar para exprimirte en julio! Te
agradezco tu corazón enormemente.
Un gran agradecimiento para Christine Estevez —¡Chica, eres un torbellino de mujer!
A mi agente que increíblemente me apoyo, Kimberly Whalen —como siempre, gracias 269
por todo lo que haces.
Quiero agradecer a mi editora, Jovana Shirley (Unforeseen Editing), por hacer un
trabajo increíble. Con tu ayuda, TTS se convirtió e n todo lo que yo deseaba y más. Además,
envío un gran agradecimiento a Najla Qamber Designs por hacer la portada hermosa de TTS.
A todos los bloggers que trabajan incansablemente para ayudar que nuestros libros
lleguen a nuevos lectores —mi agradecimiento hacia ustedes nunca se terminará.
Y a ustedes, mis lectores —con los que converso en línea, los que he conocido, a los
que no —les envió mi más grande agradecimiento a todos.
Sobre el autor
Samantha Towle
Empecé a escribir en serio en 2008, mientras
estaba de licencia de maternidad de mi hijo. He
hecho mi primera novela en cinco meses y no he
dejado de escribir desde entonces. Soy la autora
de: The Mighty Storm, Wethering the Storm, The Bringer
y la serie de Alexandra Jones. No puedo escribir una
sola palabra sin escuchar música. Escucho a Kings
of Leon, Adele, One Republic, The Doors, Muse,
Oasis, Fleetwood Mac, Lady Gaga, Ed Sheeran y
Lana del Rey por nombrar algunos. Nací en Hull.
Me gradué de la universidad de Salford en 2002
con BSc (Hons) en Negocios y Marketing. Ahora
vivo en el este de Yorkshire con mi marido Craig,
mi hijo Riley y mi hija Isabella.
270
Visítanos!!

271

También podría gustarte