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Axiología

La axiología (del griego άξιος 'valioso' y λόγος 'tratado'), o filosofía de los valores, es la
rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos.1 El
término axiología fue empleado por primera vez por Paul Lapie2 en 1902 y posteriormente
por Eduard von Hartmann en 1908. La reflexión explícita acerca de los valores, sin embargo,
es anterior a la noción de axiología y puede remontarse a Hume, quien se preocupa
principalmente por los valores morales y estéticos y elabora una teoría antimetafísica y
nominalista de los valores. Con todo, la teoría de Hume define los valores como principios de
los juicios morales y estéticos, visión que será criticada por Friedrich Nietzsche y su
concepción genealógica de los valores, según la cual no sólo los juicios estéticos y morales
dependen de valores, sino que hasta las verdades científicas y las observaciones cotidianas
responden a ciertos valores y formas de valorar. Por otro lado, también Marx utiliza un
concepto económico de valor para fundamentar en buena medida sus críticas y análisis
socioeconómicos.
La axiología no sólo trata abordar los valores positivos, sino también los negativos, analizando
los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, y considerando los
fundamentos de tal juicio. La investigación de una teoría de los valores ha encontrado una
aplicación especial en la ética y en la estética, ámbitos donde el concepto de valor posee una
relevancia específica. Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o Max
Scheler han realizado diferentes propuestas para elaborar una jerarquía adecuada de los
valores. En este sentido, puede hablarse de una «ética axiológica», que fue desarrollada,
principalmente, por el propio Scheler y Nicolai Hartmann. Desde el punto de vista ético, la
axiología es una de las dos principales fundamentaciones de la ética junto con la deontología.
De acuerdo con la concepción tradicional, los valores pueden ser objetivos o subjetivos.
Ejemplos de valores objetivos incluyen el bien, la verdad o la belleza, siendo finalidades ellos
mismos. Se consideran valores subjetivos, en cambio, cuando estos representan un medio
para llegar a un fin (en la mayoría de los casos caracterizados por un deseo personal).
Además, los valores pueden ser fijos (permanentes) o dinámicos (cambiantes). Los valores
también pueden diferenciarse con base en su importancia y pueden ser conceptualizados en
términos de una jerarquía, en cuyo caso algunos poseerán una posición más alta que otros. El
problema fundamental que se desarrolla desde los orígenes mismos de la axiología, hacia
fines del siglo XIX, es el de la objetividad o subjetividad de la totalidad de los valores. Max
Scheler se ubicará en la primera de las dos posiciones. El subjetivismo se opondrá, desde el
principio, a este enfoque. Y entenderá —a la antigua manera deProtágoras— que lo
estrictamente humano es la medida de todas las cosas, de lo que vale y de lo que no vale, y
de la misma escala de valores, sin sustento en la realidad exterior. Alfred Jules Ayer mismo,
en Lenguaje, verdad y lógica, su obra temprana, dejará los juicios de valor fuera de toda
cuestión, en virtud de que no cumplen con el principio de verificación empírica. De esta
manera, lo ético y lo estético no son más que «expresiones» de la vida espiritual del sujeto. No
una captación comprobable del mundo externo.
Desde el punto de vista de Nietzsche, sin embargo, no hay una diferencia esencial entre lo
que la concepción tradicional llama «juicios de valor» y los juicios científicos, ya que ambos
están fundamentados en valoraciones que se han configurado históricamente y que
constituyen por sí mismas los modos específicos de interpretar y vivir. Asimismo, tampoco hay
diferencia esencial entre el juzgar y el actuar, ya que ambas cosas consisten en el despliegue
de ciertas fuerzas que por definición son fuerzas que valoran y cuyo movimiento también
depende de valoraciones previas.
Dentro del pensamiento filosófico existe un punto central que es cómo queremos llegar a ser
en el futuro, en un estado mejor. Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado es
necesario que se comprenda primero que para hacer mejoras tenemos que fundarlas en
ciertos puntos claves. En el pensamiento los hemos llamado siempre la axiología filosófica o
axiología existencial, es decir los valores, que son aquellos fundamentados de la acción que
nos pueden llevar a un estado mejor el día de mañana, esto se debe a que los valores dan
sentido y coherencia a nuestras acciones.

EL VALOR
Un valor es una cualidad de un sujeto u objeto. Los valores son
agregados a las características físicas o psicológicas, tangibles
del objeto; es decir, son atribuidos al objeto por un individuo o
un grupo social, modificando -a partir de esa atribución-
su comportamiento y actitudes hacia el objeto en cuestión. El
valor es una cualidad que confiere a las cosas, hechos o
personas una estimación, ya sea positiva o negativa.
Se puede decir que la existencia de un valor es el resultado de
la interpretación que hace el sujeto de la utilidad, deseo,
importancia, interés, belleza del objeto. Es decir, la valía del
objeto es en cierta medida, atribuida por el sujeto, en acuerdo a
sus propios criterios e interpretación, producto de un aprendizaje,
de una experiencia, la existencia de un ideal incluso de la noción
de un orden natural que trasciende al sujeto en todo su ámbito.
"Puesto que los valores no son cosas, ni elementos de las cosas,
entonces los valores son impresiones subjetivas de agrado o
desagrado, que las cosas nos producen a nosotros y que
nosotros proyectamos sobre las cosas. Se ha acudido entonces al
mecanismo de la proyección sentimental; se ha acudido al
mecanismo de una objetivación, y se ha dicho: esas impresiones
gratas o ingratas, que las cosas nos producen, nosotros las
arrancamos de nuestro yo subjetivo y las proyectamos y
objetivamos en las cosas mismas y decimos que las cosas
mismas son buenas o malas, o santas o profanas".(García
Morente, 1992)
Valores tales como: honestidad, lealtad, identidad
cultural, respeto, responsabilidad, solidaridad, amor, tolerancia, si
nceridadetc., son fundamentales para el convivir pacífico de la
sociedad.
Sin embargo, como en muchos de los temas antropológicos se
puede considerar que la libertad o la solidaridad más que valores
personales o sociales son sus fundamentos de valor, lo que
delimita el ámbito axiológico. Como cualidades apreciadas por el
sujeto sólo adquieren el rango de valores en el momento en que
son alcanzadas como prácticas personales y/o colectivas. En
otras palabras, la libertad no es un valor por el contenido del
concepto o por ser apreciada como una práctica deseable de un
determinado grupo social, la libertad es un valor cuando es
apreciada y ejercida por los sujetos, es decir, demanda
situaciones praxeológicas, es el ejercicio de la libertad en una
comunidad. Esto se conoce comodialéctica objeto-sujeto, relación
recíproca entre el objeto considerado como valioso por el
pensamiento y la práctica del sujeto hábitos virtuosos.
Los valores desarrollan virtudes que desplegados diariamente en
nuestro ambiente benefician a nuestro entorno y a la sociedad en
general. Los valores se delimitan por una cultura, grupo, religión,
hábitos o tradiciones. En línea con la dialéctica sujeto - objeto en
los valores se producen los casos y controversias. Por ejemplo, el
respeto a las mujeres en el medio oriente no es el mismo que
podemos observar en otras partes del mundo. En una cultura y
religión puede no considerarse vejatorio o intolerante (dimensión
subjetiva del valor) .
Existen diversos tipos de valores como son los valores
económicos, los valores sociales y los valores morales o
espirituales. La axiología no puede jerarquizar los valores, cada
uno tiene aspectos o propiedades importantes y además
interaccionan entre sí. Son antivalores aquellos que devalúan el
mundo en su riqueza natural y espiritual.
SENTIDO HUMANISTA

Hay que reconocer que existen valores universales propios de


todos los seres humanos y esos valores poseen las
características propias de una generación y de un lugar específico
del mundo. Por eso el estado de los valores humanos se
determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a
todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de
una situación social dada.

El mundo de hoy sumergido en profundas crisis económicas,


políticas, financieras y sociales retoma nuevas dimensiones de los
valores humanos, pero es necesario primeramente, identificarlos y
determinar cuál es el contenido de ellos en esta generación, en
correspondencia con las condiciones en que se vive. Esa es la
tarea que se tiene planteada en estos momentos para poner en el
lugar que le corresponde, para perfeccionar su actitud y para
hacerlo más efectivo en su papel. Es necesario aclarar que el
valor humano depende en lo fundamental del medio social en que
se desenvuelve el hombre, porque se relaciona con la forma en
que se asimilan esas condiciones sociales. De ahí que hay que
preparar al hombre para que responda al medio social en que
vive y esto está estrechamente relacionado con los valores
humanos.

Reafirmamos que es importante hablar sobre la pérdida de los


valores a través del tiempo y cómo el ser humano ha olvidado que
este punto tiene una total relevancia para el bienestar emocional y
una estabilidad social en todos los sentidos. Si se sabe
reestructurar el estado peyorativo en el que se encuentra el
hombre, se puede llegar a favorecer en el sentido de una mejora
en la conciencia humana.

Aún cuando el tema de los valores es considerado relativamente


reciente en filosofía, los valores están presentes desde los inicios
de la humanidad. Para el ser humano siempre han existido cosas
valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud, etc.
Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través de
los tiempos. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos,
esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en otros
términos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el
prestigio. Todo valor supone la existencia de una cosa o persona
que lo posee y de un sujeto que lo aprecia o descubre, pero no es
ni lo uno ni lo otro. Los valores son producto de cambios y
transformaciones a lo largo de la historia. Surgen con un especial
significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Por
ejemplo, la virtud y la felicidad son valores; pero no podríamos
enseñar a las personas del mundo actual a ser virtuosas según la
concepción que tuvieron los griegos de la antigüedad. Es
precisamente el significado social que se atribuye a los valores
uno de los factores que influye para diferenciar los valores
tradicionales, aquellos que guiaron a la sociedad en el pasado,
generalmente referidos a costumbres culturales o principios
religiosos, y los valores modernos, los que comparten las
personas de la sociedad actual. “Los valores no tienen existencia
real sino adherida a los objetos que lo sostienen. Antes son
meras posibilidades” (Prieto Figueroa, 1984).

El concepto de valor abarca contenidos y significados diferentes y


ha sido estudiado desde diversas perspectivas y teorías. En
sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un
hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella.
El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por
ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser
sincero en lugar de ser falso; es más valioso trabajar que robar.
La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona,
mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad. Desde un
punto de vista socioeducativo, los valores son considerados
referentes, pautas o abstracciones que orientan el
comportamiento humano hacia la transformación social y la
realización de la persona. Son guías que dan determinada
orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada
grupo social. Los valores se aprecian de acuerdo a varios
aspectos: La visión subjetivista considera que los valores no son
reales, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes
les otorgan un determinado valor, dependiendo del agrado o
desagrado que producen. Desde esta perspectiva, los valores son
subjetivos, dependen de la impresión personal del ser humano.
Tal vez podríamos afirmar que el valor es, ante todo, una idea. Se
diferencia lo que es valioso de lo que no lo es dependiendo de las
ideas o conceptos generales que comparten las personas.
Algunos autores indican que "los valores no son el producto de la
razón"; no tienen su origen y su fundamento en lo que nos
muestran los sentidos; por lo tanto, no son concretos, no se
encuentran en el mundo sensible y objetivo. Es en nuestro
pensamiento y en nuestra mente donde los valores se aferran,
cobran forma y significado. Desde una perspectiva idealista,
podríamos considerar que los valores son ideales y objetivos;
valen independientemente de las cosas y de las estimaciones de
las personas. Un ejemplo es que aunque todos seamos injustos,
la justicia sigue teniendo su valor. En cambio, desde la visión
realista podríamos afirman que los valores son reales; valores y
bienes son una misma cosa. Todos los seres tienen su propio
valor. Hablamos de valores humanos entendiendo también que
son aquellos bienes universales que pertenecen a nuestra
naturaleza como personas y que, en cierto sentido, nos
humanizan, ya que mejoran toda nuestra condición de personas y
perfeccionan nuestra naturaleza humana. Los valores surgen
generalmente en el hogar familiar y para transmitirlos es de vital
importancia la calidad de las relaciones con las personas más
significativas en la vida como son: padres, hermanos, familiares,
maestros, amistades, etc. o bien, cualquiera que cumpla con el
papel fundamental afectivo que necesitamos en la vida. El
concepto de valores humanos abarca todas aquellas cosas que
son buenas para nosotros como seres humanos y que nos
mejoran como tales. En el ámbito de los valores humanos se
requiere también un equilibrio y que cada uno de los valores,
tomado individualmente, sea saludable.

Una de las claves en la importancia de los valores, es que nos


hacen convivir como seres humanos. Si bien es cierto que la
desvalorización ha estado presente en todas la épocas y
civilizaciones, no podemos negar que en la actualidad el hombre
es capaz de hacer cosas inimaginables, con tal de obtener dinero,
poder, satisfacción personal; parte de la población manifiesta,
negligencia, engaño, agresividad, envidia, etc. Aunque cabe
destacar que también existen personas con valores que revelan
una gran calidad humana y viven su vida diariamente aplicando
las normas correctas de toda sociedad, como; la responsabilidad,
la honradez, la solidaridad, el respeto, etc. Al enfrentarnos a una
nueva cultura, las formas de comportamiento y algunas
costumbres de mucha gente, son muy distintas a las que se
tenían en décadas anteriores, ahora hay mayor delincuencia, más
violaciones, fraudes, engaños, etc. Y por ende hay que prestar
especial importancia a las nuevas generaciones que se están
formando, ya que los valores humanos son un proceso, que se
enseña y se aprende. Pertenece en gran parte o en su totalidad al
mundo de la educación. Este por su parte remite a la cultura. La
cultura es el primer estadio de la moral que no se absorbe de la
misma forma a lo largo de nuestra vida, puesto que los individuos
recorremos un ciclo que comienza por la infancia.

SENTIDO SOCIOEDUCATIVO

Se da educación en valores para: hacer la diferencia y tener


conciencia clara de lo que es bueno y lo que es malo, para
desarrollar una escala de valores que a cada persona o cosa le
de su justo valor sin rebajar ni aumentar, para comprender que
los valores de justicia, amor, solidaridad, paz etc.; nos hacen más
humanos, para rescatar a la sociedad y a la familia de la crisis de
valores que hoy afecta a la humanidad.

Vamos por la vida ignorando situaciones realmente denigrantes,


el simple hecho de no respetar a un anciano, no cederle el
asiento a una embarazada, pasar desapercibido a alguien que
necesita de nuestra ayuda, desvalorizar a las personas con
capacidades diferentes etiquetándolas, es indignante cómo los
valores se van enterrando y en esta sociedad destructiva no
empezamos por hacer una mejora en nuestra conciencia humana.
Esto también ha sido influenciado por los medios a los que
tenemos acceso, dígase televisión, Internet, publicidad impresa,
en fin, todos los medios de comunicación en general. Los valores
son el soporte de una convivencia sana entre seres humanos.
Pero ese soporte se construye con nuestros valores individuales,
con nuestros valores familiares, incluso con nuestros valores
regionales y nacionales, pero todo comienza con la persona. En
la actual sociedad tal pareciera ser lo mismo bueno que malo,
siendo esto una total equivocación, la gente es egoísta al
extremo, ya que solamente piensa más en cosas materiales, sus
pertenencias, su espacio, su libertad, olvidando a todo, haciendo
lo posible para obtener por cualquier forma su beneficio.

La información que es vista día a día por los niños, adolescentes,


jóvenes deben ser palabras y acciones coherentes, porque así
como pensamos actuamos y desarrollamos unos hábitos que nos
marcarán el carácter haciendo que nos comportemos de una
forma determinada ante diferentes situaciones. El acceso a la
libertad nos prepara o capacita para ennoblecer nuestra
existencia, pero también nos deja en un peligro de empobrecerla.
El ser humano accede a esta disyuntiva, pero, si prestamos oídos
a nuestros instintos e inclinaciones más bajas, podemos actuar
como bestias, y de este modo, deshumanizarnos. Boecio, el
filósofo y cortesano del siglo V, escribió: El hombre sobresale del
resto de la creación en la medida en que él mismo reconoce su
propia naturaleza, y cuando lo olvida, se hunde más abajo que las
bestias. Para otros seres vivientes, ignorar lo que son es natural;
para el hombre es un defecto.

Al descubrir o saber lo que somos, por consecuencia


descubriremos qué valores nos convienen. Cuanto mejor
percibamos nuestra naturaleza, tanto más fácilmente
percibiremos los valores que le pertenecen.
Los valores morales o éticos son superiores a los ya
mencionados. Esto se debe a que tienen que ver con el uso de
nuestra libertad, ese don inapreciable y sublime que nos permite
ser constructores de nuestro propio destino. Estos son los valores
humanos por excelencia, pues determinan nuestro valor como
personas. Incluyen, entre otros, la honestidad, la bondad, la
justicia, la autenticidad, la solidaridad, la sinceridad y la
misericordia. Pero todavía no son tan importantes como los
valores morales. Estos valores nos ennoblecen y desarrollan
nuestro potencial humano. Cada valor apoya y sostiene a los
demás; juntos forman esa sólida estructura que constituye la
personalidad de un hombre maduro.

EL PROBLEMA DEL VALOR

“La Axiología y el problema de los valores”


Cuando hablamos de valores, generalmente nos
referimos a las cosas materiales, espirituales,
institucionales,profesionales, etc. Que permiten un mejor
desarrollo, entendimiento y convivencia del hombre, en el
medio en que se desenvuelve.
Ahora bien debemos irnos a donde proviene la palabra
valor y su significado,su etimología; dice poseer valor
significa ser merecedor, digno, estar vigoroso o fuerte, por
eso todo lo que tiene valor es apreciado por el hombre,
deseado por sí mismo o por su relación con algoque le da
utilidad y que le genera satisfacción a sus necesidades.
El valor también es el conjunto de ejemplos o normas que
se deben seguir en la sociedad y que propone una
manera idónea de hacer lascosas.
Ahora si vemos el valor como una cualidad que da a las
cosas, hechos y personas una estimación ya sea positiva
o negativa; entramos en materia filosófica, ¿Por qué?
Pues debemos saber que laaxiología es la rama de la
filosofía que se encarga del estudio de la naturaleza y la
esencia del valor.
Axiología: del griego axios, “lo que es valioso estimable” y
logos, ciencia; es decir lo que seconsidera valioso.
La axiología analiza los principios que permiten considerar
que algo es o no valioso, considerando los fundamentos
de tal juicio. El estudio griego culmina con el desarrollo
deun sistema de valores.
Los valores pueden ser objetivos o subjetivos; ejemplo de
los valores objetivos tenemos: el bien, la verdad o la
belleza, siendo finalidades ellos mismos. Y se
consideranvalores subjetivos cuando estos representan
un medio para llegar a un fin (en la mayoría de los casos
caracterizados por un deseo personal).
fines de la axiología

El objeto de estudio de la Axiología es: la naturaleza de los valores y


juicios valorativos. Tanto los valores positivos, como los valores
negativos, analiza los principios que permiten considerar que algo es o
no valioso, y considera los fundamentos de tal juicio

Dentro de la axiología, los valores podrán ser subjetivos o en cambio,

objetivos. Los subjetivos, son aquellos mediante los cuales se plantea un

medio que permite llegar a un fin, y están impulsados por un deseo u

objetivo a nivel personal, por ejemplo la solidaridad o el compañerismo. En

cambio, los valores objetivos son valores por sí solos, como la verdad o la

belleza, que plantean finalidades por si solos.

Existe también lo que se denomina “jerarquía” o “escala” valorativa donde,

entre los valores, algunos tienen una posición o escalón de relevancia más

alta que algunos otros.

CARACTERISTICAS DEL VALOR

Los valores se circunscriben y subsisten en un sistema de relaciones,


que da a cada cual su propia significación, pero a partir de sus relaciones
con los otros del mismo sistema. Así, la apreciación de un valor
cualquiera debe hacerse apoyada en un sistema de valores, con sus
propias reglas o código de significación6.
En cuanto a sus características propias, Ferrater Mora señala seis
puntos, en torno a los cuales se circunscribe el debate de la mayoría de
los autores que tratan el tema. Estos puntos son: a) el valer, b) la
objetividad, c) la independencia, d) la polaridad, e) la cualidad y f) la
jerarquía7.

a) En cuanto al valer, lo que se busca determinar es la naturaleza de los


valores en la teoría de los objetos. Hay los que defienden que son cosas
reales; otros los ven como ideales; y hay los que los ven como
simplemente seres valentes. Argumentan los que defienden ésta última
hipótesis que los objetos reales vienen determinados según las notas de
especialidad, temporalidad, causalidad, etc. Los objetos ideales son
intemporales. Los valores también son intemporales y por eso han sido
confundidos a veces con las idealidades, pero su forma de realidad no es
el ser ideal ni el ser real, sino el ser valioso. Así, la realidad del valor es,
pues, el valer8.

De hecho, en cualquier clasificación de la realidad hay un sistema de


valores. Así, por ejemplo, se puede tomar como referencia la
clasificación de la realidad en tres mundos, de Popper. En su
clasificación, en primer lugar, se encuentran las entidades del mundo
físico - procesos, fuerzas, campos de fuerzas - que interactúan entre sí y
con los cuerpos materiales. A esa realidad, la llama Mundo 1, y conjetura
que las cosas de este mundo son cosas reales. Por otro parte, además
de los objetos y estados físicos de este mundo, conjetura también que
hay estados mentales, y que dichos estados son reales, ya que
interactúan con los cuerpos. Como un buen ejemplo que constituye un
estado a la vez mental y físico, cita un dolor de muelas. Si lo tiene, es un
fuerte motivo para visitar al dentista, lo que implica un cierto número de
acciones y de movimientos físicos del cuerpo. O también en la situación
de un montañero que puede ir de escalada, forzando su cuerpo a
avanzar. En este caso, le mueven los estados mentales de su ambición,
de su deseo de alcanzar la cumbre y de su determinación. A este, lo
llama Mundo 2. Por fin, al universo de los productos de la mente humana,
el mundo de los contenidos del pensamiento, donde se encuentran las
historias, los mitos explicativos, las herramientas, las teorías científicas,
los problemas científicos, las instituciones sociales y las obras de arte,
etc., llama Mundo 3. Muchos de los objetos de este mundo existen bajo
la forma de cuerpos materiales y, en cierto sentido, pertenecen también a
otros mundos. Ahí se encuentra, por ejemplo, un libro, una escultura, una
tecnología cualquiera, etc., donde se verifica una realidad como producto
de la mente, además de otros niveles de realidad9.

Ahora bien, correspondiente a la jerarquía de los factores que interactúan


en cada una de esas realidades, o bien en las tres, hay un sistema de
valores, que efectivamente define su identidad bien como sus fines. Así,
en la percepción del orden de los factores del mundo físico, del mundo
mental y del mundo de los productos de la creación de la mente,
considerados separadamente o en conjunto, hay necesariamente un
correspondiente orden de valores, inherente a la percepción y
clasificación de la realidad, es decir, inherente a la conciencia de la
realidad, que se identifica según la jerarquía y la relación de sus factores
componentes. En esas relaciones y jerarquías que se establecen entre
los componentes de la realidad, de la idea o concepto y de la
representación simbólica, se encuentra el valor de las cosas.
De hecho, los valores constituyen una realidad procesal de la conciencia,
que se crean y actúan, en primer lugar, en el plano de la mente, y luego,
como producto de la cultura, se representan en la simbolosfera por medio
de las teorías y doctrinas éticas, morales, religiosas, económicas,
científicas, etc., y dirigen la conducta humana en el plano del
espacio/tiempo, es decir, en el plano de la factosfera.

b) En lo que se refiere a la objetividad, se destacan especialmente dos


corrientes opuestas - una objetiva y otra subjetiva. Para una, los valores
no dependen de la apreciación, valoración o preferencias personales,
sino que son objetivos y absolutos, independientes de las relaciones
humanas y las circunstancias de tiempo y lugar10. Para la otra, las
circunstancias de agrado o desagrado y satisfacción de deseos o
necesidades personales son lo que fundamentan los valores11. Pero la
verdad es que los valores comportan elementos con caracteres tanto
racionales como afectivos, además de elementos con caracteres
utilitarios. El juicio de valor no se restringe a los componentes cognitivos,
sino que también atiende a reclamaciones emocionales y pragmáticas.

La valoración de un objeto, sea cual sea, no significa simplemente la


constatación y descripción del mismo en un contexto de la realidad, sino
que se realiza mediante la participación de deseos, gustos, afectos,
creencias, mitos y otras sensibilidades, además de un fin al cual se
destina. No es la descripción del estado interno de los sujetos lo que la
realiza, tampoco la descripción objetiva, absoluta e independiente de los
sujetos y de las circunstancias espacio/temporales, o como puro
instrumento puesto para la consecución de un determinado fin12. Más
bien, los trazos de subjetividad (sentimientos, emociones, creencias) y de
utilidad se entremezclan con los de objetividad y ponen de manifiesto las
dimensiones de la sensibilidad, da la finalidad y de la factualidad de los
valores.

c) Con respecto a la independencia, a los valores hay que situarlos como


interdependientes en las relaciones de los factores que operan en el
proceso de conocimiento13. Así, en primer lugar, la concepción de los
valores depende de la existencia de que algo pueda ser valorado,
puesto que siempre hace referencia al ser. De hecho, los valores son
agregados del ser. Por otra parte, deben subrayarse los estrechos
vínculos que los conectan a los principios. En realidad, toda valoración
está fundamentada en un determinado principio, o en un sistema de
principios, que a su vez integra una determinada visión del mundo14. En
definitiva, un sistema de valores, que adopta el individuo, la sociedad o el
ordenamiento jurídico, necesariamente expresa una determinada
cosmovisión.

d) En cuanto a la polaridad, de hecho, los valores no son simplemente


positivos o negativos, sino que se orientan hacia polos opuestos y se
valoran positivo o negativo según vectoriales que se establecen en la
conjugación de los demás factores operacionales con los deseos o
necesidades puestos como fin. Así, se puede atenuar o agravar la
valoración en cada circunstancia. En el orden jurídico, esto implica
también la variación o gradación de las sanciones, en direcciones
opuestas, que se representan por medio de premios, cuando
correspondientes a valores positivos, o penas, cuando correspondientes
a valores negativos. De ahí que, por ejemplo, la rectitud y la delincuencia,
siendo valores opuestos sobre el comportamiento del hombre, conforme
al ordenamiento jurídico, soportan sanciones diversas, una de
aprobación y la otra de rechazo, en la dinámica del Derecho.
e) Respeto a la cualidad, es lo que el valor pone en evidencia sobre
algo. El valor es la expresión de una cualidad sobre lo que tiene
relevancia para quien valora. En síntesis, por excelencia, es una
representación del objeto bajo la perspectiva de satisfacción, o
insatisfacción, de deseos o necesidades del sujeto, sea individual sea
colectivo, en determinada circunstancia15.

f) Con relación a la jerarquía16, los valores se vinculan directamente a


los principios que fundamentan y determinan los fines de las cosas en
una determinada visión de mundo. Según la cosmovisión que se crea, a
partir de estos principios, se definen el orden y el grado de los valores en
un sistema dado. Para determinados fines, unos valores son
jerárquicamente superiores a otros, mientras que, para otros fines, estos
mismos asumen diferentes posiciones. Así, si se invierte un orden de
valores, no se alcanzan los mismos fines que serían adecuadas en el
orden contrario. Los fines determinan el orden, por consiguiente también
a la jerarquía. Además, hay que destacar que esta se establece según la
estructura de la cosmovisión que le da fundamento. Los valores se
fundamentan en los principios, y, según el modo como estos interpretan
la realidad, se establece la jerarquía que les es más coherente. En este
sentido, a través del orden y la jerarquía de los valores, el sistema denota
una cosmovisión o paradigma social17.

Por lo tanto, a la teoría de los valores precede una clasificación de las


cosas en el mundo, que se hace con fundamento en un conjunto de
principios de la ciencia, de las creencias o de utilidad, con lo que se crea
una teoría de las necesidades y demandas. Para eso, debe adoptarse
una referencia explícita, que permita en la teoría de los valores el
ponderado de las cosas por el precio, por el grado de importancia y
utilidad o por el grado de estima18.

Así, establecidas las necesidades primarias, secundarias, terciarias, etc.,


es decir, establecida una jerarquía de las necesidades, utilidades y
placeres, en una dinámica dialéctica, por lo menos triádica, y en los
distintos niveles, pueden establecerse, entonces, los valores o
satisfactorios correspondientes. En realidad, los “valores” no se
confunden con los principios - metas o ideales - o con criterios
reguladores - morales, legales, éticos o consuetudinarios -, sino que
corresponden al grado de satisfacción que se puede alcanzar ante la
necesidad y la escasez de bienes, sean materiales, sean intelectuales o
sean morales, en los planos de la logosfera, de la simbolosfera o de la
facotsfera.

. Bipolaridad.- El valor oscila siempre dentro de una polaridad. Toda


polaridad encierra los dos valores límites: bueno-malo (moral);
verdadero-falso (ciencia); bello-feo (arte). Al primer término de toda
valoración se le llama valor positivo y al segundo, valor negativo; a
estos últimos también se les llama disvalores o contravalores.
La característica de polaridad o bipolaridad consiste en que los valores
se presentan desdoblados en un valor positivo y el correspondiente
valor negativo. Es necesario advertir que el disvalor no implica una
inexistencia, una negación del valor positivo; el valor negativo tiene
tanto existencia efectiva como el valor positivo.

c. Jerarquía.- Hay valores que son considerados superiores


(dignidad, libertad) y otros como inferiores (los relacionados con las
necesidades básicas o vitales). Las jerarquías de valores no son rígidas
ni predeterminadas; se van construyendo progresivamente a lo largo de
la vida de cada persona.

d. Durabilidad.- los valores se reflejan en el curso de la vida. Hay


valores que son más permanentes en el tiempo que otros. Por ejemplo,
el valor del placer es más fugaz que el de la verdad.

e. Integralidad.- cada valor es una abstracción íntegra en sí mismo,


no es divisible.

f. Flexibilidad.- los valores cambian con las necesidades y


experiencias de las personas.

g. Satisfacción.- los valores generan satisfacción en las personas que


los practican.

h. Trascendencia.- los valores trascienden el plano concreto; dan


sentido y significado a la vida humana y a la sociedad. Consiste en que
los valores se dan de un modo perfecto sólo en su esencia; pero cuando
se encarnan en los seres materiales, existen de un modo imperfecto.
Por ejemplo: El adolescente suele concebir los valores en toda su
perfección, y no faltan ocasiones en las que sufre una grave desilusión
cuando se percata de que la realidad de la vida no está a la altura de su
concepción. La justicia, el amor, la fidelidad. La honradez, la bondad en
general, siempre están en un nivel inferior al ideal que le corresponde.
Lo peor acontece cuando la decepción crea un resentimiento; el sujeto
llega a renegar de todos los valores. Porque no encuentra la libertad
perfecta, reniega de la libertad y dice que no existe; no encuentra la
justicia, la verdad, el amor perfectos, y reniega de ellos y actúa como si
no existieran. Esto hay que delatarlo; porque, lejos de ser una actitud
aceptable, es simplemente un acto de cobardía y debilidad. Los valores
no están encarnados con perfección; pero el hombre es el encargado de
encarnarlos con su esfuerzo y su perseverancia. Los valores
proporcionan grandes satisfacciones al hombre; pero antes hay que
conquistarlos.

i. Preferibilidad.- Consiste en esa particularidad por la cual los


valores atraen o inclinan hacia sí mismos la atención, las facultades y,
en especial, la voluntad del hombre que los capta. Enfrente de las cosas,
el hombre prefiere las que encierran un valor.
En efecto, un objeto o una persona valiosa, inmediatamente nos inclina
hacia ella. El hombre tiene una tendencia natural para dirigirse hacia
algo valioso. Cuando una persona no ha captado un valor, queda
indiferente hacia él, su ánimo no se inclina en pro o en contra. Pero
basta atisbar el valor contenido en una persona o en un objeto, para
que entre en función toda nuestra capacidad de apropiación. Quien ha
captado la belleza, trata de conservarla para sí, e inclusive crearla.

j. Objetividad.- Consiste en que los valores se dan en las cosas o


personas (objetos) independientemente de que sean conocidos, o no,
por alguien en particular.
Así, por ejemplo, el valor “utilidad” reside en una máquina de escribir,
aunque ésta caiga en poder de unos salvajes analfabetos que no
conozcan su uso y, por tanto, su utilidad. El valor moral de una persona
reside en ella, aun cuando otros la juzguen en sentido opuesto, e
inclusive, aun cuando el propio sujeto no sepa valorizar su propia
actitud honesta. A propósito de esto, se puede añadir aquí que no es
raro que se den casos de alto valor moral en los que el propio sujeto no
se percate de los niveles que está viviendo, tan inaccesible para el
común de los mortales. También sucede (y esto es lo más común) que
la persona se sobre valorice en el orden moral, o intelectual o estético.
Por lo dicho, ya se puede concluir que no es lo mismo el valor que la
valoración. El valor es objetivo, se da independientemente del
conocimiento que de él se tenga. En cambio, la valoración es subjetiva,
o sea, depende de las personas que juzgan. Sin embargo hasta la misma
valoración, para que sea valiosa, necesita ser objetiva, es decir, basarse
efectivamente en los hechos reales que se están juzgando y no ser un
producto arbitrario de las tendencias viciosas o circunstanciales
desfavorables del que juzga.

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