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UNA VISIÓN MÁS AMPLIA: LA SUSTITUCIÓN DE LOS VIEJOS PARADIGMAS

Llama bastante la atención la parte donde se menciona la diferencia en cuanto a la


estructura de razonamiento que pudiera poseer una persona frente a otra. Me recuerda
a los debates que se organizan para tratar temas de actualidad, generalmente de
temática social y con una fijación polémica. Es incluso gracioso cuando un catedrático
pretende ir a un programa de variedades matutino para debatir sobre temas de inclusión
con personas de la comunidad LGBTTTIQ que evidentemente no están preparadas para
argumentar con estudios científicos, antropológicos y demás. En una discusión donde
una de las partes presenta argumentos científicos disfrazados de visiones reduccionistas,
se puede hacer ver al contrincante como un ser ignorante que carece de capacidad
intelectual. Y es justo esto lo que me resulta gratificante de la lectura en cuestión, ya que
es muy esperanzador e inclusivo. Las personas no tienen que ser tontas porque se
enfrentan a otro con datos palpables y supuestamente irrefutables. En el caso del
LGBTTTIQ, las personas que suelen participar en debates no tienen un nutrimento global
en cultura y estudios científicos, sin embargo, este enfoque propone que aquello no los
hace menos inteligentes, por el contrario, se tiene otro tipo de visión, ya que el
reduccionismo cientificista no necesariamente representa la verdad absoluta. Solo
cuando se entra en contacto con las creencias y la estructura de pensamiento del otro,
se empieza a construir una realidad compartida donde todos los puntos de vista confluyen
para contextualizar una nueva verdad. Esto no significa que todos tengamos que
compartir la misma opinión, pero si expandir las fronteras de nuestro entendimiento sobre
las cosas y considerar nuevos datos que se escapaban de nuestro foco de atención. De
esto se trata romper paradigmas.

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