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Introducción
Nuestro objetivo prioritario es fechar lo más estrechamente posible el presente
texto, así como adscribirlo a una zona geográfica, a partir de las características
histórico-filológicas que presenta.
Para ello, seguimos un método inductivo; esto es, a partir de los rasgos que
observemos en el texto, iremos concluyendo la época en que el texto pudo ser escrito.
Procederemos al análisis por niveles lingüísticos, a fin de que nuestra exposición sea
clara y ordenada. Con ello pretendemos no ofrecer una nómina de datos filológicos sin
norte alguno, sino seleccionar y comentar aquellos que sean útiles para nuestro
propósito: datar el texto y caracterizarlo geográficamente.
b) Consonantismo
I. Palatales (nasal, lateral, africada)
En cuanto a la representación de las palatales, la nasal palatal aparece
representada como ñ, solución moderna cuya falta de vacilación nos remite al siglo XV;
o nn, solución fijada por Alfonso X. Mientras que la lateral palatal aparece como ll, por
lo que observamos que se ha fijado una solución estable a esta yod segunda,
generalizada con Alfonso X.
Por su parte, la africada aparece grafiada como ch, solución para la yod cuarta
propia del siglo XIII y que se estabilizará con Alfonso X (aparece en torcha, 1084 y en
barbecho en 1196).
II. Sibilantes (africada, fricativa alveolar, fricativa palatal)
El sistema fonológico que aparece en el texto es denominado por Rafael Lapesa en
su Historia del español como español medieval y por tanto presenta evidentes
diferencias con el español actual. El español medieval, que Lapesa sitúa entre el inicio
del reinado de Alfonso X (1252) y el inicio de la crisis del sistema de sibilantes
(alrededor de 1350), se caracterizaba por la presencia de una serie de seis fonemas
sibilantes organizados en tres parejas opuestas por el rasgo sonoro/sordo. Los seis
fonemas se articulaban en puntos muy cercanos a la zona alveolar lo que tuvo decisiva
influencia en su posterior evolución.
Así, existía una primera pareja formada por los fonemas africados dorsodental
sordo|ŝ| y sonoro |ẑ|) representados respectivamente por las grafías ç o c y z (s. XV).
Por otro lado, había una segunda pareja del sistema: las fricativas alveolares sorda |
s| y sonora |z| que el sistema gráfico de la época representa con las grafías ss y s (1350).
Finalmente, existió la oposición en la pareja de fricativas palatales sorda |š| y
sonora |ž|, representados por la grafía x y g/j/i respectivamente (XVI).
Si existe oposición fonológica en todos los pares y carecemos de vacilaciones a
nivel gráfico, concluimos que el texto es:
- posterior a la época de orígenes
- se ajusta plenamente a la distinción establecida en época alfonsí
- al diferenciar la fricativa alveolar sorda de la sonora de la sonora (ss/s)
sabemos con seguridad que no puede pertenecer a la zona norte, ya que
dicha zona jamás diferenció esa oposición.
III. Labiales (f- inicial y betacismo)
En otro orden de cosas, todavía se mantiene la f- inicial latina. Esta grafía
aparece hasta 1499, fecha de publicación de la primera edición de la Celestina, en la que
el predominio de la f inicial es absoluto; se estudia en contraposición con la edición de
1501, donde domina completamente la h inicial.
Finalmente, llamamos la atención sobre el fenómeno del betacismo que nos
remite a los siglos XIV o XV, puesto que en el siglo XVI se soluciona.
Nos fijamos ahora en los grupos consonánticos:
- grupo CL: localiza el texto de nuevo en Aragón o Cataluña
- grupo GN: indica que estamos ante un texto anterior al siglo XIV.
- grupo DG evoluciona a ZG, en el siglo XIV o posterior.
- grupo culto NS (monstrado, l.12) de carácter conservador
- grafía qu-:gusto latinizante, que pervive hasta 1815.
Otros datos de interés:
- Siglos XIII y XIV, usual la duplicación de la f- en posición inicial (ff-) y de la
vibrante múltiple (rrey). Gusto latino antietimológica. Nebrija propone actual.
- H- etimológica recuperada y antietimológica, 2/2 del XIV
- PL, KL, FL: conservación por cultismo. Si no, en castellano pasa a ll, en gallego
a ch y en aragonés (zona oriental) se conserva
7. Conclusión
Tras los datos analizados en el comentario podemos determinar que nos
encontramos ante un texto de la zona castellana central, integrado dentro de la reforma
ortográfica alfonsí y podemos aventurar con bastantes posibilidades de acierto,
basándonos en datos como la apócope o la terminación –ía para el imperfecto, que su
datación oscila entre finales del XIII y primera mitad del XIV
Y por todos los rasgos que hemos señalado pertenecientes a los diferentes
niveles del lenguaje, podemos adscribir el texto a la época…1, siguiendo la terminología
que plantea Rafael Lapesa en su Historia de la lengua española.
1
Español arcaico (hasta 1250), La época alfonsí (1250 a 1400), La transición del español medieval al
clásico (1400 a 1474), El español preclásico (1475 a 1525), El español clásico (1525 a 1700)