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Ésta es la era en la que aparece el Condotiero: mercenarios que ofrecen sus servicios a las
más poderosas ciudades, formidables estrategas y soldados altamente preparados, el
Condotiero no tiene suficiente con alquilar su conocimiento y sus tropas. Ellos rehacen el mapa
de Italia a fuerza de intrigas, alianzas, batallas y sitios. El más atrevido entre todos ellos
fundará nuevas dinastías: Francesco Sforza tomó posesión del Ducado de Milán y Giovanni de
Medici hizo de Florencia su reino.
En el juego de Condottiere, tú revives esta increíble época, cuando todo parecía posible para
un determinado grupo de hombres. En este juego, tú representas uno de los Condotieros,
intentando conquistar las ciudades más famosas de Italia. Pero ¡ojo!, ¡no estás solo! Debes
tener en cuenta las ambiciones de los demás condotieros. La fuerza de tus ejércitos no será
suficiente, debes usar la diplomacia si quieres tener una oportunidad para vencer.
Con 4,5 ó 6 jugadores, un jugador debe controlar 3 ciudades de regiones adyacentes para ser
declarado vencedor. Para ser consideradas adyacentes, 2 regiones deben tener al menos una
frontera común. Ejemplo: un jugador que controla Génova, Lucca y Bologna ganará el juego
inmediatamente si conquista Parma, Módena o Friese. Con 2 ó 3 jugadores es necesario
controlar 4 ciudades de regiones adyacentes.
Si ningún jugador alcanza el objetivo, el jugador con más ciudades ganará la partida.
El tablero se pone en el centro de la mesa. Cada jugador elige un color y coloca sus piezas de
ese color enfrente de él (pero no en el tablero). Estas piezas marcarán las ciudades
conquistadas por el jugador durante la partida. El jugador más joven es Condotiero durante el
primer turno. La pieza de Condotiero se coloca enfrente de él. Entonces él baraja las cartas y
reparte 10 cartas boca abajo a cada jugador (incluido él mismo).
Una partida de Condottiere se juega en varias rondas. Cada ronda está formada por una serie
de batallas para controlar las grandes ciudades italianas. Las batallas se resuelven con la
ayuda de las cartas que los jugadores ponen en juego, de una en una, enfrente de ellos. Una
ronda termina cuando, al final de una batalla, sólo un jugador tiene cartas en la mano. Él
descarta estas cartas y ellas son barajadas junto al resto de cartas. Cada jugador recibe 10
cartas nuevas y 2 más por cada ciudad que él controle. Entonces, una nueva ronda da
comienzo. El juego continua de esta forma hasta que se proclama un vencedor. Nota: los
jugadores no tienen por qué enseñar cuantas cartas tienen en la mano.
Batallas:
El lugar donde se realiza cada batalla es elegido por el Condotiero (es decir, el jugador que
posee la pieza de Condotiero). Él también debe jugar carta primero en la batalla, después se
sigue en sentido horario. Importante: no está permitido atacar una ciudad que haya sido
conquistada por otro jugador anteriormente. Durante la batalla, cada jugador puede, en su
turno:
- Jugar una carta en frente de él. El valor de la carta es añadido al valor de las cartas que ya
tuviera sobre la mesa. Está permitido comenzar con cualquier tipo de carta (incluso una carta
de invierno, tambor, o espantapájaros; o
- Pasar su turno. En este caso, él anuncia: “paso” y ya no podrá jugar cartas hasta la siguiente
batalla. Esto no evita que él puede conquistar la ciudad si, al final de la batalla, él posee el
ejército mayor.
Es importante hacer notar que un jugador puede continuar jugando cartas de una en una
aunque él esté solo en la batalla, mientras él no decida pasar. Ningún jugador está obligado a
participar de una batalla. Incluso el Condotiero puede decidir pasar al principio de la misma.
Fin de la batalla:
La batalla finaliza cuando todos los jugadores han dicho “paso” o una carta de rendición ha sido
jugada. La batalla termina y las fuerzas de los jugadores se contabilizan. Para hacerlo, se
suman las cartas de mercenario y se tienen en cuenta las cartas especiales jugadas (ver más
abajo). El jugador que tenga el mayor ejército conquista la ciudad colocando una pieza de su
color sobre el círculo rojo de la ciudad en el tablero. El vencedor toma la pieza de Condotiero y
se descartan las cartas usadas en la batalla.
Cuando se juega una carta de obispo, la batalla finaliza sin que se cuenten las fuerzas
aportadas. La pieza de Condotiero pasa al jugador a la izquierda del actual Condotiero. Del
mismo modo ocurre si dos o más jugadores empatan en el valor de sus fuerzas o si nadie
decide participar de una batalla.
Siempre al finalizar una batalla se descartan las cartas utilizadas en la misma por todos los
jugadores. El jugador que posee la pieza de Condotiero elige una nueva ciudad en la que
luchar. Puede elegir cualquier ciudad sin conquistar, incluso la última elegida si no se llegó a
conquistar. También puede decidir no elegir ninguna ciudad, con lo que pasaría la pieza de
Condotiero al jugador a su izquierda.
Cartas de tambor: los tambores añaden moral a las tropas. El valor de todas las
cartas de mercenario jugadas por ti o que vayas a jugar en esta batalla se
multiplica por dos. Puedes jugar dos cartas de tambor pero el valor de tus
mercenarios sólo se multiplica por dos. Si se juega una carta de invierno en la
misma batalla, cada carta de mercenario tendrá un valor de 2 puntos. Hay 6 cartas
de tambor en el mazo.
Cartas de heroína: tienen un valor 10 (en color rojo) y se suman al valor de las
cartas de mercenario. Pero no son afectadas ni por las cartas de invierno, ni por
las cartas de tambor. Se pueden jugar tantas como quieras y no pueden ser
devueltas a la mano por una carta de espantapájaros. Hay 3 cartas de heroína en
el mazo.
REGLAS OPCIONALES:
Si los jugadores desean un juego más largo y complicado pueden incorporar las siguientes
reglas:
- Capturar ciudades:
Es decir, el Condotiero puede elegir una ciudad ya perteneciente a otro jugador, pero éste
tendrá la siguiente ventaja: puede decidir pasar y jugar después de haberlo hecho siempre y
cuando no haya jugado aún ninguna carta. Si juega una carta sobre la mesa, si pasa no podrá
volver a bajar carta. Si el propietario de la ciudad gana la batalla, recibe la pieza de Condotiero.
Si nadie gana la batalla, el propietario de la ciudad la pierde (quita su pieza de la ciudad) pero
obtiene la pieza de Condotiero. Si se juega una carta de rendición y el propietario de la ciudad
no había jugado ninguna carta, ya no podrá jugar ninguna y perderá la ciudad. Si se juega una
carta de obispo, la ciudad permanece en su posesión aunque no hubiese jugado ninguna carta.
Créditos:
CONDOTTIERE es un juego diseñado por Dominique Ehrhard.
Traducido por Almudena Garrido Barba.