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Ana Belén y su amiga Laura se fueron, ayer por la mañana temprano, al parque que hay al
lado de su casa a jugar con sus bicicletas de montaña.
Cuando la gente veía pasar a la viejecita montada en la escoba, la saludaban con la mano y, a
veces, le daban cartas, encargos o saludos para algún familiar que vivía al otro extremo del
país.
Tengo un amigo que es ciego. En clase el profesor le está enseñando a leer, pero no como a
nosotros.
El profesor le hace que ponga la mano sobre una hoja con muchos agujeritos. Mi amigo nos ha
dicho que este sistema se llama Braille y que es el alfabeto de las personas ciegas.
Luis y Ángel han formado un grupo musical con Laura y Rocío. Luis toca la guitarra, Ángel el
órgano eléctrico y las niñas cantan. Pronto van a grabar su primer disco que se llamará "El
otoño es amarillo".
Había una vez un pequeño sapo que vivía en una charca al lado de un prado, rodeada de una
verde y exuberante vegetación. El sapo estaba contento y era feliz, pues tenía todo lo que un
sapo podía necesitar: una cama entre unos juncos, mucha agua limpia y mosquitos e insectos
de los que alimentarse.
Una rana amaba a un sapo que vivía en la charca al lado de la suya, pero era demasiado
tímida para decírselo. Sin embargo un día, el sapo estaba tan guapo y elegante, que la
pequeña rana se inclinó sobre él y le dio un beso.
La noche del cinco de enero, Luis se acostó temprano y trató inútilmente de dormir. Llegó la
medianoche; y la una; y la una y media; y las dos... Estaba tremendamente nervioso. Oyó
tocar las tres... Y a las cuatro se quedó profundamente dormido sin saber si su petición habría
llegado a los Reyes Magos.
Fui a comprarme un lápiz a la papelería. Delante de la puerta saqué una moneda del bolsillo
del pantalón y se me cayó de las manos. La vi rodando hacia la alcantarilla, traté inútilmente
de pararla y en mi esfuerzo resbalé y me caí. No pude comprarme el lápiz y volví triste a mi
casa.
Mi tío fue a ver un coche nuevo que ha salido al mercado. Es un coche familiar que alcanza los
180 kilómetros por hora y que lleva frenos ABS. El coche es un poco caro, cuesta 24.000
euros. Tiene la tapicería de cuero y la pintura metalizada. Seguro que mi tío se lo compra.
El fin de semana pasado subí a la montaña y me encontré latas y bolsas de plástico. Mi amigo
Ángel fue con los submarinistas y en el fondo del mar encontró una bicicleta vieja y una red de
los pescadores.
En la tele un astronauta contó que en sus viajes espaciales se encuentra chatarra espacial que
navega sin rumbo por el espacio.
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Además de mis continuas equivocaciones y de las cosas que pierdo, tengo mala memoria.
Entro a una cafetería, cuelgo mi abrigo, y me voy sin él. Cuando me acuerdo de que tengo que
volver a buscarlo, ya he olvidado dónde estuve. Pierdo sombreros, libros, paraguas, y, sobre
todo, manuscritos. En alguna ocasión he olvidado mi propia dirección y no recuerdo donde
vivo.
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A las dos cuando salimos de clase comprendí que me gustaba mi trabajo y que me lo había
pasado fenomenal con los niños.
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El sábado pasado fui con mis padres al jardín botánico. Los colores de las plantas eran
maravillosos y se mezclaban con unos olores fantásticos. Había cientos de plantas que yo no
había visto en mi vida, porque sólo crecen en zonas tropicales y necesitan unos cuidados muy
especiales.
Fue una tarde estupenda y aprendí lo emocionante que es el mundo de las plantas.
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Eran las cinco de la tarde y ya empezaba a refrescar de lo lindo. En poco más de una hora
sería de noche, así que aligeró el paso. De esta forma pronto divisaba a lo lejos las primeras
casas del pueblo y ya empezaban a verse algunas luces encendidas porque la noche estaba
abriéndose camino. Tuvo que aligerar un poco más pues aún le quedaban como dos kilómetros
de camino y el frio empezaba a calarle los huesos.
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SESIÓN DE TUTORÍA. IES ISAAC ALBÉNIZ (Málaga) Curso: 2.0__/__.
Alumno(a): __________________________________________ Grupo: 1º__
Ana Belén y su amiga Laura se fueron, ayer por la mañana temprano, al parque que hay al
lado de su casa a jugar con sus bicicletas de montaña.
Cuando la gente veía pasar a la viejecita montada en la escoba, la saludaban con la mano y, a
veces, le daban cartas, encargos o saludos para algún familiar que vivía al otro extremo del
país.
Tengo un amigo que es ciego. En clase el profesor le está enseñando a leer, pero no como a
nosotros.
El profesor le hace que ponga la mano sobre una hoja con muchos agujeritos. Mi amigo nos ha
dicho que este sistema se llama Braille y que es el alfabeto de las personas ciegas.
Luis y Ángel han formado un grupo musical con Laura y Rocío. Luis toca la guitarra, Ángel el
órgano eléctrico y las niñas cantan. Pronto van a grabar su primer disco que se llamará "El
otoño es amarillo".
Había una vez un pequeño sapo que vivía en una charca al lado de un prado, rodeada de una
verde y exuberante vegetación. El sapo estaba contento y era feliz, pues tenía todo lo que un
sapo podía necesitar: una cama entre unos juncos, mucha agua limpia y mosquitos e insectos
de los que alimentarse.
Una rana amaba a un sapo que vivía en la charca al lado de la suya, pero era demasiado
tímida para decírselo. Sin embargo un día, el sapo estaba tan guapo y elegante, que la
pequeña rana se inclinó sobre él y le dio un beso.
Fui a comprarme un lápiz a la papelería. Delante de la puerta saqué una moneda del bolsillo
del pantalón y se me cayó de las manos. La vi rodando hacia la alcantarilla, traté inútilmente
de pararla y en mi esfuerzo resbalé y me caí. No pude comprarme el lápiz y volví triste a mi
casa.
Mi tío fue a ver un coche nuevo que ha salido al mercado. Es un coche familiar que alcanza los
180 kilómetros por hora y que lleva frenos ABS. El coche es un poco caro, cuesta 24.000
euros. Tiene la tapicería de cuero y la pintura metalizada. Seguro que mi tío se lo compra.
El fin de semana pasado subí a la montaña y me encontré latas y bolsas de plástico. Mi amigo
Ángel fue con los submarinistas y en el fondo del mar encontró una bicicleta vieja y una red de
los pescadores.
En la tele un astronauta contó que en sus viajes espaciales se encuentra chatarra espacial que
navega sin rumbo por el espacio.
Además de mis continuas equivocaciones y de las cosas que pierdo, tengo mala memoria.
Entro a una cafetería, cuelgo mi abrigo, y me voy sin él. Cuando me acuerdo de que tengo que
volver a buscarlo, ya he olvidado dónde estuve. Pierdo sombreros, libros, paraguas, y, sobre
todo, manuscritos. En alguna ocasión he olvidado mi propia dirección y no recuerdo donde
vivo.
A las dos cuando salimos de clase comprendí que me gustaba mi trabajo y que me lo había
pasado fenomenal con los niños. Y lo mejor ellos también lo pasaron bien y además
aprendiendo muchas cosas.
El sábado pasado fui con mis padres al jardín botánico. Los colores de las plantas eran
maravillosos y se mezclaban con unos olores fantásticos. Había cientos de plantas que yo no
había visto en mi vida, porque sólo crecen en zonas tropicales y necesitan unos cuidados muy
especiales.
Fue una tarde estupenda y aprendí lo emocionante que es el mundo de las plantas.
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Eran las cinco de la tarde y ya empezaba a refrescar de lo lindo. En poco más de una hora
sería de noche, así que aligeró el paso. De esta forma pronto divisaba a lo lejos las primeras
casas del pueblo y ya empezaban a verse algunas luces encendidas porque la noche estaba
abriéndose camino. Tuvo que aligerar un poco más pues aún le quedaban como dos kilómetros
de camino y el frio empezaba a calarle los huesos.
Un señor hace el trayecto final hasta un pueblo ya acabando el día y con frío.