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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RÍOS

FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS


CÁTEDRA DE CLIMATOLOGÍA AGRÍCOLA

Unidad 4: La temperatura como factor biometeorológico en el crecimiento y desarrollo de las plantas.


Termoperíodo y termoperiodismo. Importancia biológica de la temperatura del suelo. Requerimientos térmicos
de cultivos de invierno y de verano. Constante térmica. Amplitud térmica. Horas de frío. Distribución
geográfica de las temperaturas. Isotermas. Heladas: tipos, origen, primera y última helada, métodos de
defensa.

La temperatura como factor biometeorológico en vegetales

Para satisfacer sus procesos vitales fisiológicos, los vegetales deben encontrarse en un
ambiente dentro de ciertos límites de temperatura.

Se denomina temperatura vital aquella que toma valores en un rango en el cual el


organismo vegetal desarrolla su ciclo de vida sin daños –por efecto de muy bajas o muy altas
temperaturas-.
El crecimiento y desarrollo de los vegetales ocurre dentro de ciertos umbrales. Según los
valores de las temperaturas se consideran como vitales y letales.
• Temperatura vital mínima umbral inferior por debajo del cual se detiene el crecimiento o
desarrollo y por encima del cual estos procesos son incrementados o incentivados.
• Temperatura óptima a la cual el proceso alcanza su mejor expresión y velocidad.
• Temperatura máxima vital umbral superior por encima del cual la planta suspende sus
procesos fisiológicos.
• Temperatura mínima letal temperatura por debajo de la mínima vital, a partir de la cual y para
valores inferiores el vegetal no solo detiene sus procesos sino que manifiesta daños
permanentes y es probable la muerte de sus tejidos.
• Temperatura máxima letal ídem a la anterior pero superior a la máxima vital.

Biológicamente, un organismo vivo está capacitado para adaptarse y tolerar diversos rangos de
elementos extremos. Y esa capacidad variará con cada especie. En cuanto a la capacidad de
tolerancia a la temperatura está definida genéticamente en los vegetales. Se denomina tolerancia a
temperaturas extremas a la propiedad de la planta, específicamente de su protoplasma, a
mostrarse estable frente a situaciones críticas de bajas o altas temperaturas sin sufrir daños
irreversibles.

Termoperiodismo

Variaciones periódicas de la temperatura.


La variación anual y diaria de la temperatura del aire tiene un efecto manifiesto en el
desarrollo de los vegetales superiores. Dicha variación, en un ciclo completo de un año o un día
constituye el termoperíodo anual o diario y se caracteriza por presentar dos sectores bien
definidos: la termofase positiva y la termofase negativa.
La termofase positiva corresponde al lapso más cálido, y la negativa al más frío del
termoperíodo.

La reacción de las plantas al termoperíodo se denomina termoperiodismo.

El termoperiodismo puede ser: anual o diario, según la respuesta del vegetal al termoperíodo
se cumpla en un año o en un día.

Darwin, observó las diferencias que presentaban en su manifestación de fases fenológicas


un mismo tipo de vegetación al encontrarse sometidas a diferentes amplitudes térmicas anuales. Es
algunos frutales, como ciruelo y manzano, disminuyen el valor de las sumas de temperatura
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requeridas para un normal desarrollo al tener una termofase negativa más intensa.
Una manifestación del termoperiodismo anual se refleja en la distribución geográfica de los
cultivos. Por eso al intentar introducir especies exóticas, la viabilidad de las mismas dependerá
fundamentalmente de la similitud entre las condiciones termoperiódicas anuales de las regiones de
origen y las de la región donde se intentará su cultivo.

Variaciones aperiódicas de la temperatura.


También las plantas pueden presentar respuesta a las variaciones aperiódicas, que ocurren
dentro de un ciclo diario o anual o durante un lapso de tiempo diferente.

Clasificación de las plantas según la respuesta a la temperatura.

Burgos, en 1952, establece una clasificación de plantas, según su ciclo vital en relación a la
variación anual de la temperatura.

• Termocíclicas: son aquellas especies que presentan tejidos activos a la temperatura


durante uno o más períodos anuales de variación de la temperatura. Ej. perennes (ciruelo y
bianuales).
• Paratermocíclicas: las especies anuales con tejidos activos a la temperatura en una
parte de las termofases positiva y negativa. Ej. cereales de invierno (trigo, cebada).
• Atermocíclicas: las especies con tejidos activos a la temperatura sólo en la termofase
positiva del termoperíodo anual. Ej. tomate, sorgo, maíz.

Termoperiodismo diario: En 1944, Went demostró la influencia de la variación diaria de la


temperatura en la floración y fructificación del tomate. Si se mantiene constante la temperatura en
26°C esta especie tendrá un crecimiento indefinido sin florecer ni fructificar. Es necesario un
enfriamiento nocturno a 19° C para inducir estos procesos.
En especies Paratermocíclicas como los cereales invernales es importante también la termofase
negativa diaria durante los estadios juveniles para que exista un normal desarrollo.

Variaciones aperiódicas: La advección irregular de masas de aire calientes y frías determina una
variación aperiódica en la temperatura del aire de notables consecuencias bioclimáticas.

La ocurrencia de días con temperaturas anormalmente altas hace que, algunas especies
como almendro y avellano, florezcan prematuramente durante el invierno y sean dañadas por las
heladas posteriores, por lo que rara vez estas especies fructifican y si lo hacen sus rendimientos
son bajos.

Constante térmica
Si desde el momento en que se produce la germinación se suma la temperatura media de
cada día hasta el momento de la madurez, la suma total es siempre la misma, cualquiera haya sido
la ubicación del cultivo y el año considerado. Según Réamur la cebada requiere desde la
germinación hasta la madurez una suma de 1700 °C, el trigo 2000 y el maíz 2500, el autor no
considera las temperaturas medias bajo cero grado. A estas sumas fijas para cada vegetal, se les
dio el nombre de constante térmica.

Esto explica la diferente duración de los cultivos. Por ejemplo el maíz necesita 2500 °C, si el
cultivo se efectúa en una localidad donde la temperatura media diaria es de 25 °C, la planta
necesitará 100 días para alcanzar la madurez. Si la temperatura media fuese de 15 °C la planta
necesitará (2500/15) 167 días para madurar.

La constante térmica también puede calcularse para cualquier subperíodo de las plantas.
Para un frutal como el almendro, se puede calcular la suma de temperaturas que requiere desde
floración hasta la foliación.

Temperatura y velocidad de crecimiento: Existen varios modelos que tratan de representar la

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vinculación entre la temperatura el crecimiento y desarrollo de los vegetales. Casi todos ellos
introducen el concepto de velocidad de crecimiento:

V = f (T)

La planta pasa de un estadio a otro entre los instantes inicial f1 (fecha fase 1) y f2 (fecha
fase 2). El subperíodo a analizar está dado por la diferencia de fechas Df = f2 - f1.

Puede decirse que es posible dividir este crecimiento en períodos elementales iguales y de
corta duración como para admitir que durante ellos la temperatura se mantiene constante.

Σ dfi = Df = f2 - f1 Ti = cte para dfi
i=1

Si se define una velocidad de crecimiento Vi asociada a cada temperatura Ti se puede escribir:

Vi = dLi / dfi dLi: aumento en la biomasa

∞ ∞
L = Σ dLi = ( Σ Vi.)Df
i=1 i=1

Los métodos difieren en la relación Vi =f(Ti).

1- Método directo: Se suman las temperaturas medias diarias.

2- Método residual: Cuando se observó que la constante térmica en realidad sufría variaciones
según las localidades se trató de resolver de la siguiente forma. En el método directo se considera
como útil toda temperatura arriba de cero grado, pero en realidad casi todas las especies
comienzan a crecer a los 6 °C, por lo tanto toda temperatura inferior a este valor no reporta ninguna
utilidad. Este valor 6 se lo denomina cero vital. Para encontrar la verdadera eficiencia de la
temperatura, es necesario restarle los 6° que corresponden al cero vital, el residuo resultante es la
temperatura efectivamente útil. Este método se lo llama residual.
A la temperatura media de cada día se le resta 6 y luego se suman los residuos así obtenidos para
obtener la constante térmica. Las temperaturas medias diarias inferiores a 6° no intervienen para
nada en los cálculos.

Las investigaciones han puesto en evidencia que si se calcula la diferencia diaria entre la
temperatura media del día (Tm) y una temperatura base (Tb) y se suman estas diferencias en el
transcurso de un lapso de tiempo entre fase y fase se obtendrá un valor casi constante en un
lugar determinado - para una especie vegetal dada - cualquiera sea el año o la época del año
entre ciertas fechas límites.

Por lo tanto, hay dos parámetros a determinar para cada fase de desarrollo elegida:
* Tb
* Σ (Tm - Tb) Determinan las fases

El método residual propone una relación lineal entre Vi y Ti de manera tal que:

Vi = f (Ti) = a (Ti - Tb) : Ecuación de una recta de pendiente a y ordenada al origen cero (b=0).

Además, asume que dfi = 1 día por lo que Ti = Tm


f2 f2
L =( Σ Vi) . Df = a . Σ (Tm - Tb) . Df
i=f1 i=f1

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f2
L / (a . Df) = Σ (Tm - Tb) = cte : UNIDADES TERMICAS
i=f1

3- Método exponencial: Aunque el método residual arrojó mejores resultados que el directo, la
constante térmica de un cultivo manifestaba valores bastante variables para las distintas regiones.
Para evitar esto, el problema se planteó así: el crecimiento de las plantas es un conjunto de
reacciones físico-químicas y como tales deben regirse por la ley de Van’t Hoff y Arrhenius, que dice:
la velocidad de las reacciones se duplica por cada aumento de 10° en la temperatura. De acuerdo
con este método de cálculo de la constante térmica, la eficiencia de una temperatura se halla
comparando la velocidad de las reacciones a esa temperatura, con la velocidad unidad que es la
correspondiente a 4,5°. Así, por ejemplo, la eficiencia de la temperatura 14,5° es igual a 2, porque a
dicha temperatura las reacciones se producen dos veces más rápido que a la temperatura de 4,5°.
La velocidad de reacción a una temperatura cualquiera se halla elevando 2 a la potencia
correspondiente. En cada caso el exponente se calcula restando 4,5° a la temperatura dada y
dividiendo el residuo por 10. Ver ejemplo en De Fina- Ravelo (Climatología y Fenología Agrícolas)
Cuando se desea calcular la constante térmica por el método exponencial, es necesario sustituir la
temperatura media de cada día por la velocidad de reacción correspondiente. A estos valores
también se los llama índices exponenciales. Pero a fin de evitar el cálculo del índice exponencial
que corresponde a cada día, se recurre a las tablas ya preparadas para ello, (La ecología agraria...,
Azzi, publicada en Italia en 1928). Por fin se procede a sumar todos los índices. Es objetado el uso
de este método en países calurosos, pues según se ha demostrado, las temperaturas elevadas,
38°, 40°, son computadas como muy eficientes. Por el contrario, al estudiar el tema de las
temperaturas mínima, óptima y máxima para la producción de las fases, se ha visto que a partir de
las temperaturas óptimas cualquier elevación térmica es perniciosa, en vez de ser benéfica.

Si la fase de desarrollo ocurre sobre todo a bajas temperaturas, es necesario renunciar a la


posibilidad de ajustar a una recta la curva de acción de la temperatura. En este caso una exponencial
resultará más adecuada.

Se procederá en forma análoga al caso anterior sólo que:


Vi = f(Ti) = a. e(b . Ti) con a y b constantes.

Inconvenientes de los métodos residual y exponencial:


a) En realidad no es cierto que durante todo el
día la temperatura se mantenga constante (Tm).

b) Existe una temperatura tope a partir de la


cual el cultivo no crece más y en estos casos no se
cumple la ley lineal y menos la exponencial.

4- Método termofisiológico: Este método se basa


en experiencias fisiológicas. Para ello se usan datos
que arrojaron las experiencias termofisiológicas de
Lehembauer. La eficiencia de una temperatura se
establece comparando la velocidad de crecimiento
de las plantitas de maíz, a esa temperatura, respecto
de la velocidad que registra a 4°C. Esta última es la
velocidad unidad. Por ejemplo a 30° la eficiencia de
la temperatura es de 120, significa que a esa
temperatura, el crecimiento de las plantitas es de 120 más rápido que a 4°C. Para calcular la
constante térmica por el método termofisiológico se comienza por sustituir la temperatura media de
cada día por el índice termofisiológico correspondiente, luego se suman todos los índices.

El método termofisiológico es el método ideal para el cálculo de las UNIDADES TERMICAS requeridas

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para que se cumpla un determinado subperíodo. Se basa en el conocimiento de la curva Vi = f(Ti)


Se parte de datos horarios de temperatura con los que se determinan los valores de velocidad de
desarrollo correspondientes a cada temperatura y luego se hace la suma de éstos.

El principal inconveniente es su gran laboriosidad en los cálculos aunque con el empleo de


computadoras se ha difundido muy rápidamente en los denominados modelos de simulación de
crecimiento de cultivos.

La mayoría de las veces no disponemos de datos horarios de temperatura. Sin embargo se


pueden estimar éstos suponiendo la onda termal senoidal a partir de la temperatura máxima (Tmx) y la
mínima (Tmín) del día.

Según los valores Tmx, Tmín en relación con la temperatura tope (Tt) y la temperatura base (Tb)
de crecimiento del cultivo en cuestión se presentan los siguientes casos:

1° Caso: Tmín > Tb y Tmx < Tt

En la figura vemos el área encerrada en línea


de puntos representativa de la energía que
entregó el aire como calor sensible para el
crecimiento de la planta. En este caso los
tejidos de la planta se encontraron activos
durante todo el día.
Las unidades térmicas (UDC) son
proporcionales a esta área según la relación:

⌠ 24 h
UDC = AREA / TIEMPO = ⌡0 h (Tm + A.sen t. dh) - Tb . 24 h / 24 h

AREA = (Tm - Tb) . 24 h

UDC = Tm - Tb (Igual para el método residual)

2° Caso: Tmín > Tb y Tmx > Tt

En este caso la planta detiene su crecimiento


mientras la temperatura esté por encima de Tt.
El área rayada AREA < (Tm - Tb) . 24 h
Para calcular esta diferencia (A') se deben
determinar los momentos del día en los cuales la
temperatura iguala a Tt.
Ti = Tm + A.sen h = Tt

h = arc sen Tt - Tm
A

Se obtienen dos valores de h (h1 y h2). Se calcula


el área por encima de Tb planteando la integral:
⌠ h2
A' = ⌡ h1 (Tm + A.sen h - Tb). dh

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A´= Tm (h2 -h1) + A (-cos h2 + cos h1) - Tb (h2 - h1 )

AREA = (Tm - Tb) . 24 h - A' UDC = AREA / tiempo


Tiempo = 24 hs – (h2 – h1)

UDC = (Tm - Tb) . 24 - A'


24 hs – (h2 – h1)

3° Caso: Tmín < Tb y Tmx < Tt

Este caso es parecido al anterior pero a la


inversa. La planta detiene su crecimiento
mientras la temperatura esté por debajo de
Tb.
El área rayada AREA es mayor que:
(Tm-Tb).24 h
La diferencia de áreas (A') se calcula
conociendo los momentos del día en los
cuales la temperatura iguala a Tb.

Ti = Tm + A.sen h = Tb

⌠ h2
A' = ⌡ (Tm + A.sen h - Tb). dh
h1

AREA = (Tm - Tb) . 24 h + [A']

UDC = AREA / [24 -(h2 – h1)]

4° Caso: Tmx < Tb

En este caso la planta permanece en latencia durante


todo el día. Por lo tanto:

UDC = 0

Horas de frío

Es la suma de horas en que la planta está sujeta a un período de descanso o latencia, en


algunos casos cuando la temperatura es igual o inferior, a 7 °C. Comúnmente la época de
descanso vegetativo está definida como el período que se extiende entre la caída de las hojas en
otoño y el reinicio de la actividad vegetativa en la primavera. El valor de 7°C surge de experiencias
en ramas de durazneros y manzanos, al descender la temperatura por debajo de 7°C cesa su
crecimiento.
Las necesidades del manzano en cuanto a horas de frío son de 900 hs a 1000 hs, de 600 hs
a 700 hs en el duraznero. Ordenando los cultivos según su requerimiento de horas de frío resulta:
manzano, peral, duraznero, ciruelos europeos, damascos y almendros.
Ledesma encontró que la floración del duraznero se atrasaba y prolongaba cuando el invierno
precedente no había sido suficientemente frío. En cambio, con frío invernal previo, a la fase
mencionada se producía rápidamente y en la fecha normal. Esto se debe a que ciertas especies
requieren horas de frío para completar su ciclo de vida. Se dice que estas plantas son criófilas (crio:

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frío - filo: afinidad).


Se consideran horas de frío aquellas durante las cuales la temperatura del aire es inferior a
7°C. Esto es así esencialmente en los frutales:
Frutal horas de frío

Manzano 900 - 1000


Peral 800 - 900
Duraznero 600
Ciruelo europeo 500
Ciruelo japonés 400
Damasco 200 - 300
Cerezo 200 - 300
Almendro 200 - 300

Las plantas anuales invernales (como el trigo) también requieren horas de frío. A esta etapa
se la llama vernalización.

Cálculo de horas de frío normales para una localidad:

El Ing. Agrónomo Damario (1968) propuso un método gráfico de estimación de las horas de
frío mensuales normales en base a la temperatura mínima media anual normal para una localidad.
El cómputo se realiza con el diagrama HORAS DE FRIO según se indica a continuación:

1º) Se calcula el promedio de las temperaturas mínimas medias mensuales correspondientes a los
cinco meses más fríos.
2º) Se valoran las divisiones de la escala térmica sobre el eje de abscisas del gráfico, para ello se
asigna a la división destacada en el centro de la escala el valor del promedio hallado en (1) y a partir
del mismo se valoran las restantes divisiones, las cuales están trazadas con separación de 1°C.
3º) Se ubica el valor de la mínima media anual en la escala oblicua.
4º) Se encuentran las horas de frío mensuales leyendo en las ordenadas su valor.

El autor propone resolver el cálculo sólo para los meses de descanso invernal debido al
proceso de desvernalización que ocurre en zonas del país con inviernos benignos. Este
procedimiento da lugar a las horas de frío efectivas. Los meses a considerar en el cálculo son los
que poseen temperaturas medias mensuales normales iguales o menores a 14°C.

En la actualidad los cálculos se realizan directamente con herramientas informáticas o con


programas específicos.

Vernalización

Es la adquisición o aceleración de la capacidad de florecer de algunas plantas con empleo


de un tratamiento de enfriamiento. Es un proceso que se revierte al someter al vegetal a altas
temperaturas.

Exigencias y tolerancias meteorológicas de los cultivos durante fases y subperíodos

El conocimiento de la influencia del medio ambiente -especialmente en lo referente a


temperatura, precipitaciones y radiación- en el crecimiento y desarrollo de los vegetales, es de vital
importancia en el manejo de cultivos agrícolas. Los requerimientos específicos varían con la especie
y con las fases y subperíodos en que la misma se encuentre.
Los vegetales tienen exigencias meteorológicas específicas para cada fase, y las mismas no
cambian gradualmente durante el ciclo ontogénico. Normalmente al finalizar una fase las exigencias
varían bruscamente y se mantienen constantes durante el subperíodo hasta la fase siguiente. De
esto se desprende que las exigencias cambian con los subperíodos y que no hay que generalizar al
referirse a ellas.

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Clasificación biometerológica de los elementos

Los elementos meteorológicos - según BURGOS- se clasifican teniendo en cuenta su acción


sobre los vegetales en:

• Elementos auxígenos promueven el crecimiento.


• Elementos anaptígenos promueven el desarrollo.
• Elementos tanatoclimáticos producen una acción destructiva sobre los vegetales.

Esta clasificación no significa que cada elemento pertenezca únicamente a una categoría
determinada. Un mismo elemento puede, según sus características, actuar de las tres formas.
Ejemplo, la temperatura, la radiación, etc.

Períodos críticos

Los momentos en que un vegetal presenta la máxima sensibilidad a un elemento


meteorológico se denominan períodos críticos. Los mismos ocurren dentro de un subperíodo, por
tiempos breves generalmente los días previos -y en menor medida en los posteriores- a la
ocurrencia de una fase.

Para completar esta unidad consulte las siguientes páginas sobre Temperatura y
temas asociados.

Mapas de temperatura de Argentina 1961/1990-anual, estacional, mensual-


http://www.meteofa.mil.ar/?mod=clima&id=51

Mapas de temperatura de National Geographic


(Requiere instalar Adobe Flash Player -libre-)
http://plasma.nationalgeographic.com/mapmachine/index.html

Mapas climáticos globales (FAO)


http://www.fao.org/WAICENT/FAOINFO/SUSTDEV/EIdirect/CLIMATE/EIsp0002.htm

Elementos Bioclimáticos para el Crecimiento (Ing. Agr. Juliana Gastiazoro Blettler)


http://www.redagraria.com.ar/investigacion/fca_unc/clima- fenol_fca_unc/apunte_fenologia/6_temp_para_crec_desarrollo.html

BIBLIOGRAFIA:
Elementos climáticos que incitan el crecimiento y los fenómenos periódicos de las plantas verdes.
Tomo 2. Manuel Garabatos.

Climatología y Fenología Agrícolas. Armando L. De Fina y Andrés C. Ravelo.

Bioclimatología Agrícola y Agroclimatología, A. J. Pascale y E. A. Damario. Ed. Fac. Agronom. UBA,


Buenos Aires, 2004.

Bioclimatología Agrícola. Juliana Gastiazoro Blettler FCA UN Comahue En Internet:


http://www.redagraria.com.ar/investigacion/fca_unc/clima-fenol_fca_unc/apunte_fenologia/1_Bioclima_Agricola.html

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EL MATERIAL QUE SIGUE –ANEXO- PERTENECE A LA


CATEDRA DE CLIMATOLOGIA Y FENOLOGIA AGRICOLA DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE.

Es autora la Ing. Agr. Juliana Gastiazzoro Blettler.


Influencia del Clima sobre las Plantas

Universidad Nacional del Comahue

Facultad de Ciencias Agrarias


Climatología y Fenología Agrícola

Influencia del Clima sobre las Plantas Ing. Agr. Juliana Gastiazoro Blettler

Cátedra de Climatología Agrícola


Unidad 4 10

Universidad Nacional del Comahue

Facultad de Ciencias Agrarias


Climatología y Fenología Agrícola

Influencia del Clima sobre las Plantas Ing. Agr. Juliana Gastiazoro Blettler

Los elementos y factores del clima que mayor influencia ejercen sobre los vegetales son:
- marcha de la temperatura
- longitud del día
- precipitaciones
Es decir que la producción vegetal está relacionada a la reacción entre la planta y el medio. Existen elementos
bioclimáticos que ejercen influencia sobre el crecimiento (temperatura y agua) y elementos bioclimáticos que
ejercen influencia sobre el desarrollo (temperatura y duración del día).
Elementos Bioclimáticos para el Crecimiento
Agua: es el factor determinante del rendimiento. Existe un mínimo y un máximo, siendo posible entre estos
límites, la acción combinada con otros elementos y de ese modo definir el ritmo de crecimiento y el
consiguiente desarrollo. En el caso de los frutales, las necesidades hídricas de las plantas varían en función
de varios aspectos como la edad de las plantas, el tamaño y la época del año. Las plantas consumen menos
agua cuando no tienen hojas y van intensificando el consumo hasta que llegan a los meses de diciembre -
enero, en los cuales se producen los máximos de consumo. Una planta puede consumir unos 7 litros, como
máximo, por metro cuadrado y por día, en los meses extremos. En los frutales, uno de los que más consume
es el peral, luego le siguen: durazneros, ciruelos y manzanos. En perales, el cv. Williams requiere mucha
cantidad de agua cerca de la cosecha. El manzano requiere una cantidad de agua más o menos constante a
partir del cuaje hasta la cosecha. (Extraído de "El riego en fruticultura, un factor clave". Entrevista a Antonio
Requena, técnico del área Riego y Drenaje del INTA. Diario Río Negro Rural. 4 de octubre 2003.)
Temperatura: la temperatura del aire es un elemento bioclimático que favorece o promueve el aumento de la
masa vegetativa. El crecimiento de una planta se detiene cuando la temperatura del aire desciende por debajo
de un cierto valor mínimo o excede un cierto valor máximo. Entre estos límites existe un rango óptimo, en el
cual la tasa de crecimiento es mayor. Estos valores o "umbrales" son conocidos como temperaturas
cardinales. Se ha demostrado que, por razones de complejidad fisiológica, no es posible una determinación
precisa de las temperaturas cardinales. No obstante, los valores aproximados de las temperaturas cardinales
se conocen para la mayoría de las especies vegetales. Con respecto a las temperaturas cardinales podemos
distinguir:
Temperatura vital mínima: es la temperatura a la cual la planta comienza a crecer o bien, es la temperatura
más baja a la cual un organismo puede vivir indefinidamente en estado latente. Ante incrementos de
temperaturas hay incrementos de crecimiento hasta llegar a:

Temperatura óptima: en la que se produce la mayor velocidad de crecimiento. La temperatura óptima para
un proceso determinado, puede considerarse como aquella en la que el proceso se realiza a la máxima
velocidad. Pero la temperatura correspondiente a dicha intensidad máxima es diferente para los distintos
procesos que tienen lugar dentro de un mismo organismo. En plantas de zonas templadas, la temperatura
óptima para la germinación es diferente al valor óptimo para la fructificación y el óptimo para la floración
también difiere de las anteriores.

Temperatura vital máxima: es la temperatura de mayor intensidad calórica bajo la cual la especie puede
seguir viviendo indefinidamente en estado de latencia.

Temperatura letal mínima: por debajo de la temperatura vital mínima, cuando se alcanza se produce la
muerte por bajas temperaturas.

Temperatura letal máxima: está por encima de la temperatura vital máxima y la muerte se produce por altas
temperaturas.

El ámbito de temperaturas efectivas dentro del cual el organismo puede vivir y fuera del cual se presenta la
muerte, queda comprendido entre la temperatura vital mínima y temperatura vital máxima.
En la figura 6 distinguimos:
A: temperatura letal mínima: es diferente según las especies sean perennes, de follaje caedizo o

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persistente, el estado de desarrollo del vegetal, etc.


B: temperatura vital mínima o umbral térmico inferior.
C: temperatura óptima o rango de temperaturas óptimas.
D: temperatura vital máxima o umbral térmico superior.
E: temperatura letal máxima.
Entre A y B y entre D y E, en estos límites, la temperatura no influye en el crecimiento: estado de reposo o
letargo.

Fig. 6: Temperaturas cardinales.

Temp. Cultivos de Cultivos de


Cardinal invierno verano

B Vital Min 5ºC 10ºC (7-18)

C Optima 23-25ºC 30-32ºC

D Vital Max 35ºC 45ºC

Cuadro 4 : Ejemplos de algunas temperaturas cardinales de cultivos invernales y estivales.

Ejemplos de temperaturas cardinales Cuadro 4.


El crecimiento óptimo de las raíces del maíz se produce entre 25 y 30ºC y los límites extremos son 9 y 40ºC.
La temperatura cardinal B, en el caso de los cultivos estivales, varía según la especie: girasol: 7ºC, maíz:
10ºC, sorgo: 15ºC, algodón: 18ºC (15.5ºC).
Elementos Bioclimáticos para el Desarrollo
Son los elementos del clima, de carácter continuo que posibilitan el cumplimiento del proceso fásico de un
cultivo. La temperatura del aire y la duración del día son los elementos continuos y periódicos de mayor
importancia.
Temperatura: la temperatura del aire influye sobre el proceso de desarrollo de los vegetales de tres maneras:
a- por la acción de la acumulación de calor (sumas térmicas)
b- por la acción de la acumulación de frío (horas de frío).
c- por la acción de las amplitudes térmicas (termoperiodismo).

a) Sumas térmicas
Cuando se estudia la duración de un cultivo (de ciclo anual), se observa que ella no es constante, variando
según las regiones y de acuerdo a los años y fechas de siembra.
Diversos estudios realizados concluyeron que si se suma la temperatura media diaria desde el día en que se
produce la germinación hasta el momento de la madurez, la suma total es siempre la misma cualquiera haya
sido la ubicación del cultivo y el año considerado. Estas sumas fijas para cada vegetal recibieron el nombre de
constante térmica. La constante térmica también puede calcularse para cada subperíodo.
El concepto que las plantas tienen un "requerimiento de temperatura" para completar su ciclo, data del siglo
XVIII, pero el mayor impulso a la teoría de acumulación energética o sumas de temperaturas necesarias para
que un cultivo complete su ciclo, proviene de los últimos 70 años. A dicha acumulación se la designa de varias

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maneras: Suma de Unidades de Crecimiento, Sumatoria de Temperaturas, Sumatoria de Unidades Calóricas,


Sumatoria de Grados-Día, etc.

Existen distintos métodos para estimar las sumas térmicas: método directo, residual, exponencial,
termofisiológico, Weather Bureau, etc.

1.- Método directo: consiste en la suma de todos los valores de temperaturas medias diarias que superen el
nivel térmico de 0ºC durante un período dado, que puede ser un mes, un año o el lapso entre dos fases
fenológicas. En este método no se computan los valores de temperaturas inferiores a 0ºC.

365
Ejemplo: Sumatoria temperatura media diaria igual o mayor a 0ºC = grados-días anuales
1

F2
Sumatoria temperatura media diaria igual o mayor a 0ºC = grados-días del subperíodo
F1

2.- Método residual: en el método directo se considera útil toda temperatura superior a 0ºC, pero en realidad,
el crecimiento vegetal comienza con temperaturas más altas que cero grado. Casi todas las especies
agrícolas comienzan a crecer a partir de una temperatura particular para cada especie, lo que supone que
toda temperatura inferior a este valor no reporta ninguna utilidad al vegetal que se encuentra en descanso.
Este nivel térmico se denomina "cero vital" o "temperatura base". Para encontrar la verdadera eficiencia de
una temperatura, se le debe restar la temperatura base. El residuo resultante es la temperatura efectivamente
útil.

El método residual consiste en sumar las temperaturas medias diarias a las que se ha restado la temperatura
del cero vital de crecimiento. Este método se llama, también, de las sumas térmicas efectivas o grados-días
efectivos. La temperatura base inicial para el cómputo en cada cultivo debe ser determinada mediante
experimentos a campo que incluyan todas las posibles variantes de complejos climáticos que permitan la
incidencia de temperaturas diferentes (siembras continuadas, ensayos geográficos, etc.

365
Ejemplo: Sumatoria (temperatura media diaria - temperatura base) = grados-días efectivos anuales
1

F2
Sumatoria (temperatura media diaria - temperatura base)= grados-día efectivos del subperíodo.
F1

3.- Método de Gilmore y Rogers (1958): adoptado por la Oficina Meteorológica de EE.UU (Weather Bureau).
Para realizar la acumulación de unidades térmicas, se utiliza la siguiente fórmula:
Unidades térmicas WB = Temp. Máx + Temp. Mín. – 10
2
Se hace la salvedad que:

- Cuando la temperatura máxima supera los 30ºC, se utiliza en la fórmula el valor de 30ºC.
- Cuando la temperatura mínima es inferior a 10ºC., en la fórmula se utiliza el valor de 10ºC.

365
Ejemplo: Sumatoria (Temp. Máx + Temp. Mín. – 10) = unidades térmicas WB anuales
1 2
F2
Ejemplo: Sumatoria Temp. Máx + Temp. Mín. – 10) = unidades térmicas WB del subperiodo
F1 2
La suma de temperaturas puede expresar la necesidad del vegetal para el desarrollo, siempre que la
temperatura sea el único elemento, o el fundamental, determinante de la expresión de su desarrollo. Pero,
cuando otros elementos contribuyen para el cumplimiento del proceso fásico, la suma de temperaturas como
elemento biometeorológico del proceso resulta insuficiente.
La necesidad bioclimática (en suma de temperaturas), para completar el ciclo es diferente según el cultivo
considerado. En el Cuadro 5, se señalan los requerimientos medios de suma de unidades térmicas para una
serie de cultivos sembrados en el hemisferio norte que, si bien puede diferir como expresión del índice

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Unidad 4 13

biometeorológico para similares que se realizan en la Argentina, se los incluye para observar cuan diferente
puede ser la necesidad entre especies.

Cultivo Σ t > 10ºC Cuadro 5: Requerimientos calóricos de los cultivos durante el período
Papa 900-1000 vegetativo (Selyaninov, 1937).
Lino 1500-1700 Existen otros métodos, que suman índices que reemplazan a los valores
Maíz 2000-2300 térmicos diarios, por ejemplo el método exponencial y el termofisiológico.
Algodón 3200-3600
Citrus 4000-4500 Carpogrados o grados – día.
La Carpocapsa, como todo insecto, se desarrolla en función de la
Datilero 4500-5000 temperatura externa, mientras que los animales de sangre caliente se
desarrollan en función del tiempo cronológico. Cada estadio tiene una temperatura mínima y máxima para su
desarrollo, pasando por un óptimo. Para pasar de un estadio al siguiente (huevo, larva, pupa y mariposa), se
requiere una determinada cantidad de grados-día, que equivale a decir que cada uno de los estadios tiene
requerimientos de calor que son constantes. El uso de métodos basados en la constante térmica o Σ de
temperaturas, temperaturas acumuladas o termoacumulativas, tiene como finalidad prever la aparición de los
primeros adultos provenientes de la generación invernante, el desarrollo del primer vuelo, eclosión de los
huevos, etc. Se obtiene la temperatura media diaria de las temperaturas tridiarias y se le deduce 10ºC. que es
el umbral de desarrollo. La aparición se produce a los 90-100º y el daño (según nivel de captura) aparece a
los 250º D.

Acumulación de frío
Aquí no se considera la acción de las bajas temperaturas por su efecto tanatoclimático (muerte de los tejidos),
sino la acción de las bajas temperaturas durante el período de descanso o de crecimiento mínimo en los
cultivos criófilos.
En mayor o menor grado las especies perennes caducifolias y algunos cultivos anuales invernales tienen un
requerimiento de enfriamiento por debajo de su cero vital mínimo de crecimiento, exigencia que si no se
satisface, determina comportamientos anómalos tanto fenológicos como fenométricos (rendimiento) al
reiniciarse el crecimiento primaveral o para la conclusión del ciclo vegetativo anual.
En 1930, Nightingale y Blake, comprobaron que las ramitas de manzano y duraznero detenían su crecimiento
cuando la temperatura descendía por debajo de 7ºC. y consideraron como "horas de frío" para el desarrollo,
las que actuaban sobre el vegetal en descanso por debajo de ese nivel y en cantidad variable para las
distintas especies.
La cuantificación del enfriamiento que reciben las plantas se puede estimar o calcular de diferentes maneras
como: temperatura media del mes mas frío del año, temperatura mínima media mensual, temperatura mínima
media anual, etc. Pero lo más usual es el número de horas de frío, entendiéndose esto como la sumatoria de
horas en que el vegetal está sometido, durante el descanso vegetativo (abril a agosto en el hemisferio Sur), a
temperaturas iguales o inferiores a 7º C. Estas son las horas de frío efectivas. Las horas de frío anuales son
aquellas temperaturas iguales o inferiores a 7 ºC que se contabilizan a lo largo del año. El conocimiento de las
horas de frío normalmente acumulables en una localidad o región (de abril a agosto), permite evaluar la
posibilidad de cultivo de las variedades de especies frutales de hoja caduca.
Las horas de frío que se suceden en forma continua, sin alternancia de altas y bajas temperaturas, son mucho
más efectivas que cuando ocurren períodos alternados. Las altas temperaturas tienden a anular el efecto de
las horas de frío.
Valores medios de necesidades de horas de frío en especies frutales caducas:
- manzano: 1000 horas
- peral : 900 horas
- duraznero : 600 horas
- ciruelo europeo: 500 horas
- ciruelo japonés : 400 horas
- damasco, almendro y avellano: 200 – 300 horas

La acción de la falta de frío se ejerce sobre los distintos órganos de la planta:


‫ ٭‬Sobre las yemas: durante los inviernos cálidos se produce la caída de yemas tanto de madera como
mixtas. Y como las yemas de madera son más exigentes en frío, la planta se desprende, primero, de ellas. El
orden de la caída comienza en las yemas laterales de las ramitas. Si la deficiencia en frío es muy marcada,
puede producirse, además, la caída de las yemas apicales. Finalmente, se llega a la muerte de la ramita por
falta de yemas. Es común en áreas con falta de frío invernal, que los árboles frutales broten solamente en los
extremos de las ramitas dificultando su poda.
‫ ٭‬Sobre la floración: los inviernos con baja acumulación de horas de frío determinan un atraso en el comienzo

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Unidad 4 14

de la floración de los frutales criófilos. Y cuanto más elevada sea la temperatura durante el período de reposo,
mayor es la falta de "energía de fase" que se valora por el número de días que transcurren desde la aparición
de la primera hasta la última flor. Es decir, hay un aumento en los días de duración de la floración. Otra
anomalía que se observa es la segunda floración, que suele producirse en algunos frutales durante el otoño.
‫ ٭‬Sobre el fruto: la caída de yemas florales determina la existencia de menor cantidad de frutos sobre el
árbol. Y como el cuaje se produjo a través de un período de floración dilatado, es común la existencia de
frutos de tamaño y maduración despareja.
‫ ٭‬Sobre la longevidad: la existencia de menor cantidad de hojas y la falta de descanso determinan la pérdida
de vitalidad de las plantas sometidas a un régimen térmico invernal favorable para el crecimiento. Las fases
se superponen, siendo común observar en el Norte de Argentina, durazneros que durante el invierno
presentan ramas en descanso, ramas floreciendo y también ramas con frutos de diferentes tamaños. Todo
esto lleva a que el período de vida útil de los árboles sea inferior al que normalmente tienen en lugares con
inviernos lo suficientemente fríos.
‫ ٭‬Sobre el rendimiento: todas las deficiencias señaladas sobre los órganos de la planta y sobre el proceso
biológico, confluyen en una disminución del rendimiento final.

Un avance en el concepto de horas de frío como requerimiento de los frutales criófilos, se logró con la
caracterización reciente de la acción que tienen diferentes temperaturas y que generan las denominadas
unidades de frío o unidades de enfriamiento de Richardson (1973).
Una unidad de frío equivale a 1 hora de exposición a 6ºC (Cuadro 6). Las temperaturas horarias son
transformadas en unidades de enfriamiento, según su efecto en la acumulación de frío. Ejemplo: en Utah
(EE.UU) la variedad de duraznero Red Haven necesita 870 unidades para romper el descanso y la variedad
Elberta 790 unidades (Richardson, 1974).
Horas con temp. unidades de frío
< 1.4º 0
1.5 – 2.4º 0.5
2.5 – 9.1º 1
9.2 – 12.4º 0.5
12.5 – 15.9º 0
16.0 – 18.0º - 0.5

Cuadro 6: Equivalencia entre horas de frío y unidades de enfriamiento según Richardson (1973).

El cálculo de las unidades de enfriamiento supone conocer las temperaturas horarias, que es un dato
disponible en muy pocas localidades del país. Damario y Rodríguez (1991) desarrollaron un método que
permite su estimación a partir de valores climáticos de relativa fácil obtención, como son las temperaturas
medias mensuales y su desviación standard. Una de las características de las unidades de enfriamiento
mensuales, es la gran variabilidad entre años.

Termoperiodismo
La variación anual o diaria de la temperatura del aire tiene un efecto manifiesto en el desarrollo de los
vegetales superiores y es lo que se conoce como termoperíodo. Dicha variación, en un ciclo completo de un
año o un dí, constituye un termoperíodo anual o diario. El termoperíodo se caracteriza por presentar 2
sectores bien definidos: la termofase (+) y la termofase (-) (Fig.7). La primera termofase corresponde al lapso
más cálido y la segunda al lapso más frío del termoperíodo.

El termoperiodismo es la reacción de las plantas a la variación anual o diaria de la temperatura. Se


distinguen los tipos de termoperiodismo: anual y diario, según se trate de la respuesta del vegetal a la
termoperiodicidad anual o diaria. Si la variación no es periódica se lamma ‘aperiodica’
La importancia de la periodicidad anual de la temperatura se manifiesta en la distribución geográfica de los
cultivos. El éxito o el fracaso de las introducciones de especies exóticas dependen, en gran parte, de la
similitud o no, entre las condiciones termoperiódicas anuales de las regiones de origen y las regiones donde
se intentará cultivarlas. Como ejemplo se puede citar la introducción exitosa de manzanos y perales
(originarios de Asia media) en la región cuyana y el Alto Valle. También se puede mencionar los
inconvenientes que se presentaron al introducir en la pradera pampeana argentina, trigos europeos y
canadienses.

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Unidad 4 15

Figura 7 : Termofases del Termoperiodismo anual

En 1952, el Ing. Agr. J. J. Burgos establece una clasificación de las plantas, según que su ciclo vital coincida
o no con la variación anual de la temperatura.
Se determinan así 3 grupos principales de plantas:

Plantas Termocíclicas: : son aquellas especies que presentan tejidos activos a la temperatura durante uno o
más períodos anuales de variación de la temperatura. Ej. : plantas perennes y bianuales (Fig. 8).
Plantas Paratermocíclicas: son las especies anuales con tejidos activos a la temperatura en una parte de la
termofase (+) y (-). Ej. : cereales invernales: trigo, cebada, etc..
Plantas Atermocíclicas: son las especies anuales con tejidos activos a la temperatura sólo en la termofase
(+) del termoperíodo anual. Ej. : cultivos de veranos: sorgo, maíz

Figura 8 : Plantas termocíclicas

Termoperiodismo Diario
En las especies Termocíclicas, la acción del termoperiodismo diario debe considerarse como de interferencia
con el termoperiodo anual. No ocurre lo mismo en las especies Paratermocíclicas y Atermocíclicas, en las
cuales la termoperiodicidad diaria tiene una acción importante en la expresión del desarrollo. En 1944, Went
demostró la influencia de la variación diaria de la temperatura en la floración y fructificación del tomate. Esta
especie presenta un crecimiento indefinido si se la mantiene constantemente a 26ºC, pero no florece ni
fructifica. Para inducir estos procesos reproductivos es necesario un enfriamiento nocturno a 18ºC. En el caso
del trigo, tiene acción favorable la termofase negativa del termoperíodo diario durante su estado juvenil, para
una normal espigazón. En el caso de la frutilla, las altas temperaturas durante el día favorecen el color rojo y
las noches con bajas temperaturas (10ºC) intensifican el aroma y el sabor. En manzano Red delicious, el
descenso nocturno de la temperatura favorece la intensidad del color rojo.

Variación térmica aperiódica o asincrónica


Es la reacción particular de ciertas especies vegetales frente al comportamiento aperiódico de la temperatura.
La temperatura tiene una marcha regular hacia un valor máximo en el año y luego un descenso hasta un valor
mínimo. Cuando esa marcha periódica se produce irregularmente, estamos en presencia de una temperatura

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aperiódica o asincrónica provocada por la advección de masas de aire con temperaturas mayores o menores
a las del lugar. Según el origen de la masa de aire (cálida o fría), se produce una variación aperiodica de la
temperatura del aire de notables consecuencias bioclimáticas.
Esa termoperiodicidad puede actuar por si sola o, como sucede generalmente, interferir en el termoperíodo
anual y diario. La influencia de la variación aperiódica o asincrónica se encuentra ejemplificada en la
adaptación deficiente a las condiciones climáticas de Bs. As, del almendro y el avellano. Estas especies
exigen una termofase anual negativa de poca intensidad y duración y presentan, además, un bajo nivel
térmico de brotación. En gran parte del territorio argentino, la termofase anual negativa, está formada por
oscilaciones térmicas aperiódicas de considerable amplitud. Ello determina que las exigencias en horas de frío
de dichos frutales sean satisfechas rápidamente. La ocurrencia de cierto número de días con temperaturas
anormalmente elevadas, logra que el almendro y el avellano florezcan prematuramente en plena época
invernal. Esta floración es, seguramente, dañada por las bajas temperaturas de los días subsiguientes.
En consecuencia, esas especies frutales rara vez fructifican, y si lo hacen, sus rendimientos son bajos. En el
caso del avellano, las bajas temperaturas de comienzos del invierno satisfacen los requerimientos de los
amentos masculinos. Estos florecen y pueden llegar a producir polen antes de estar receptivos los estigmas
de la flor femenina, que tiene mayor requerimiento en bajas temperaturas. Se determina así, una esterilidad
permanente en áreas de temperaturas asincrónicas por una protandria acentuada y por una destrucción de
los órganos masculinos prematuramente formados, cuando se producen los descensos térmicos posteriores
naturalmente posibles.
Otro ejemplo notable se produce en San Juan cuando sopla el viento zonda en agosto- septiembre. El mismo
produce la brotación de las yemas de la vid anticipadamente, las que quedan expuestas a los daños
provocados por las heladas primaverales que ocurren posteriormente.
La vegetación natural se defiende de los termoperíodos asincrónicos presentando un umbral térmico de
brotación elevado, pero manteniendo su reducida exigencia en frío que es la necesidad que puede satisfacer
el invierno relativamente cálido de su área de dispersión. Esta es la razón de la floración tardía o bien definido
el verano, de las especies subtropicales en el área de Bs. As.( lapacho, tipa, jacarandá, Bahuinia sp, etc).

Subperíodos
Subperíodo: es el lapso de tiempo transcurrido entre fase y fase y durante el cual las condiciones
meteorológicas se mantienen relativamente estables.
En los vegetales estudiados, se ha establecido que las exigencias meteorológicas varían
notablemente desde la germinación hasta la madurez. Por regla general, las exigencias no cambian
gradualmente durante la vida del vegetal. Lo más frecuente es que las exigencias varíen
bruscamente después de cada fase, para mantenerse luego constantes hasta la próxima fase. Es
decir, que las exigencias meteorológicas de los vegetales varían con los subperíodos.
Según G. Azzi (1959), ecólogo agrícola italiano que comenzó a estudiar estos temas alrededor de
1930, el rendimiento de los cultivos se debe a la productividad de las plantas y a su resistencia a las
adversidades, entendiéndose por productividad a la capacidad que tiene un cultivo de responder
con cantidades crecientes de productos, a cantidades crecientes de los elementos meteorológicos
que influyen en el rendimiento. Cada subperíodo tiene exigencias bioclimáticas diferentes,
existiendo subperíodos de mucha exigencia y otros de poca. Esto conduce al conocimiento de los
subperíodos críticos y los subperíodos de latencia, siempre referidos a un determinado elemento
meteorológico.
Subperíodo crítico: es la parte del ciclo vegetativo donde las variaciones del elemento
meteorológico en cuestión, producen las máximas oscilaciones en el rendimiento final del cultivo.
Ej.: son, generalmente, aquellas etapas del ciclo con tejidos jóvenes o tiernos o de crecimiento
rápido: floración, primeros estadios de fructificación (críticos en frutales para temperatura),
espigazón, comienzo de maduración (crítico para agua en cereales).
Subperíodo de latencia: es la parte del ciclo vegetativo donde las variaciones del elemento
meteorológico en cuestión, no producen oscilaciones significativas del rendimiento. Ej.: el descanso
vegetativo invernal de los frutales es un período de latencia respecto de la temperatura y la
humedad, al igual que el subperíodo de macollaje en los cereales.
Se puede considerar que los equivalentes meteorológicos de Azzi representan el antecedente
primero sobre las necesidades bioclimáticas de los cultivos.
Se entiende por Equivalente Meteorológico o Equivalente Termopluviométrico a la cantidad de
mm de precipitación o grados de temperatura que separan las situaciones normales de las
anormales. Así, puede distinguirse un equivalente por exceso y otro por defecto.
En el Cuadro 1 se observan los equivalentes mínimos y máximos de precipitación y temperatura

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Unidad 4 17

señalados por Azzi para el cultivo de trigo en los subperíodos por él determinados.
Subperíodo Pp. en mm. Temp. en ºC.
Siembra a nacimiento 50 - 205 4 - 15
Nac. a macollaje 25 - 60 8 - 18
Mac. a espigazón 40 - 116 15
Espig. a maduración 15 - 92 14 - 24
Cuadro 1 : Equivalentes meteorológicos para el trigo.

Si se observa el cuadro anterior, en el subperíodo macollaje a espigazón: 40 y 116 mm


representan los equivalentes meteorológicos de precipitación por deficiencia y exceso
respectivamente., encontrándose entre esos valores las situaciones normales.
De Gásperi (1968) realizó el estudio de los equivalentes termopluviométricos para el algodón en la
Argentina (Cuadro 2).
Subperíodo Pp. en mm. Temp. en ºC.
Siembra a nacimiento 30 - 40 18.0 - 20.0
Nac. a floración 200 - 300 18.0 - 20.0
Flor. a 1ª cápsulas 200 25.0 - 26.0
1ª caps. a 1ª cosecha 20 - 30 22.0 - 23.0
1ª cosecha a última cosecha 10 20.0 - 22.0
Cuadro 2 : Equivalentes meteorológicos para algodón.

Es conveniente destacar que los equivalentes meteorológicos son límites de probabilidad y


no valores absolutos, puesto que muchas veces, el complejo ambiental puede actuar en el sentido
de compensar o acentuar la deficiencia o el exceso de un elemento climático. Un cultivo puede
presentar un estado de sequía como consecuencia de una evapotranspiración acentuada, no
obstante haber recibido lluvias relativamente abundantes.
Para establecer los valores de los equivalentes meteorológicos, se requieren los siguientes
elementos:
• Observaciones meteorológicas regulares y comparables.
• Conocimiento de las fechas de las fases fenológicas.
• Observaciones sobre el efecto que produce la marcha del tiempo sobre el desarrollo
del cultivo.
• Datos de rendimientos del cultivo estudiado.
Como los equivalentes se determinan, siempre, para las deficiencias y los excesos, es
importantísimo registrar para cada elemento a analizar (temperatura, precipitación), los valores más
altos y bajos posibles. Ello se consigue realizando el estudio sobre cultivos situados en las regiones
más diversas.
La utilización de los equivalentes meteorológicos para relacionar el comportamiento de los
cultivos frente al complejo atmosférico, es un concepto muy simplista dado que considera elementos
simples y de acción individual. Actualmente, esa relación se efectúa mediante índices:
Índice Biometeorológico: relaciona las observaciones fenológicas, fenométricas y de
productividad realizadas sobre cultivos, ganado, plagas, enfermedades, malezas y la información
meteorológica.
Índice Agrometeorológico: es la expresión cuantitativa de la dependencia que tienen el
crecimiento, el desarrollo y el rendimiento de los cultivos, la aparición y virulencia de plagas y
enfermedades y la eficiencia de las medidas agrotécnicas, en relación con las condiciones
meteorológicas.
Índice Agroclimático: es la expresión cuantitativa para la valoración local, regional o
territorial de las disponibilidades y variabilidad de los índices agrometeorológicos y la información
climatológica.

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