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Para satisfacer sus procesos vitales fisiológicos, los vegetales deben encontrarse en un
ambiente dentro de ciertos límites de temperatura.
Biológicamente, un organismo vivo está capacitado para adaptarse y tolerar diversos rangos de
elementos extremos. Y esa capacidad variará con cada especie. En cuanto a la capacidad de
tolerancia a la temperatura está definida genéticamente en los vegetales. Se denomina tolerancia a
temperaturas extremas a la propiedad de la planta, específicamente de su protoplasma, a
mostrarse estable frente a situaciones críticas de bajas o altas temperaturas sin sufrir daños
irreversibles.
Termoperiodismo
El termoperiodismo puede ser: anual o diario, según la respuesta del vegetal al termoperíodo
se cumpla en un año o en un día.
requeridas para un normal desarrollo al tener una termofase negativa más intensa.
Una manifestación del termoperiodismo anual se refleja en la distribución geográfica de los
cultivos. Por eso al intentar introducir especies exóticas, la viabilidad de las mismas dependerá
fundamentalmente de la similitud entre las condiciones termoperiódicas anuales de las regiones de
origen y las de la región donde se intentará su cultivo.
Burgos, en 1952, establece una clasificación de plantas, según su ciclo vital en relación a la
variación anual de la temperatura.
Variaciones aperiódicas: La advección irregular de masas de aire calientes y frías determina una
variación aperiódica en la temperatura del aire de notables consecuencias bioclimáticas.
La ocurrencia de días con temperaturas anormalmente altas hace que, algunas especies
como almendro y avellano, florezcan prematuramente durante el invierno y sean dañadas por las
heladas posteriores, por lo que rara vez estas especies fructifican y si lo hacen sus rendimientos
son bajos.
Constante térmica
Si desde el momento en que se produce la germinación se suma la temperatura media de
cada día hasta el momento de la madurez, la suma total es siempre la misma, cualquiera haya sido
la ubicación del cultivo y el año considerado. Según Réamur la cebada requiere desde la
germinación hasta la madurez una suma de 1700 °C, el trigo 2000 y el maíz 2500, el autor no
considera las temperaturas medias bajo cero grado. A estas sumas fijas para cada vegetal, se les
dio el nombre de constante térmica.
Esto explica la diferente duración de los cultivos. Por ejemplo el maíz necesita 2500 °C, si el
cultivo se efectúa en una localidad donde la temperatura media diaria es de 25 °C, la planta
necesitará 100 días para alcanzar la madurez. Si la temperatura media fuese de 15 °C la planta
necesitará (2500/15) 167 días para madurar.
La constante térmica también puede calcularse para cualquier subperíodo de las plantas.
Para un frutal como el almendro, se puede calcular la suma de temperaturas que requiere desde
floración hasta la foliación.
vinculación entre la temperatura el crecimiento y desarrollo de los vegetales. Casi todos ellos
introducen el concepto de velocidad de crecimiento:
V = f (T)
La planta pasa de un estadio a otro entre los instantes inicial f1 (fecha fase 1) y f2 (fecha
fase 2). El subperíodo a analizar está dado por la diferencia de fechas Df = f2 - f1.
Puede decirse que es posible dividir este crecimiento en períodos elementales iguales y de
corta duración como para admitir que durante ellos la temperatura se mantiene constante.
∞
Σ dfi = Df = f2 - f1 Ti = cte para dfi
i=1
∞ ∞
L = Σ dLi = ( Σ Vi.)Df
i=1 i=1
2- Método residual: Cuando se observó que la constante térmica en realidad sufría variaciones
según las localidades se trató de resolver de la siguiente forma. En el método directo se considera
como útil toda temperatura arriba de cero grado, pero en realidad casi todas las especies
comienzan a crecer a los 6 °C, por lo tanto toda temperatura inferior a este valor no reporta ninguna
utilidad. Este valor 6 se lo denomina cero vital. Para encontrar la verdadera eficiencia de la
temperatura, es necesario restarle los 6° que corresponden al cero vital, el residuo resultante es la
temperatura efectivamente útil. Este método se lo llama residual.
A la temperatura media de cada día se le resta 6 y luego se suman los residuos así obtenidos para
obtener la constante térmica. Las temperaturas medias diarias inferiores a 6° no intervienen para
nada en los cálculos.
Las investigaciones han puesto en evidencia que si se calcula la diferencia diaria entre la
temperatura media del día (Tm) y una temperatura base (Tb) y se suman estas diferencias en el
transcurso de un lapso de tiempo entre fase y fase se obtendrá un valor casi constante en un
lugar determinado - para una especie vegetal dada - cualquiera sea el año o la época del año
entre ciertas fechas límites.
Por lo tanto, hay dos parámetros a determinar para cada fase de desarrollo elegida:
* Tb
* Σ (Tm - Tb) Determinan las fases
El método residual propone una relación lineal entre Vi y Ti de manera tal que:
Vi = f (Ti) = a (Ti - Tb) : Ecuación de una recta de pendiente a y ordenada al origen cero (b=0).
f2
L / (a . Df) = Σ (Tm - Tb) = cte : UNIDADES TERMICAS
i=f1
3- Método exponencial: Aunque el método residual arrojó mejores resultados que el directo, la
constante térmica de un cultivo manifestaba valores bastante variables para las distintas regiones.
Para evitar esto, el problema se planteó así: el crecimiento de las plantas es un conjunto de
reacciones físico-químicas y como tales deben regirse por la ley de Van’t Hoff y Arrhenius, que dice:
la velocidad de las reacciones se duplica por cada aumento de 10° en la temperatura. De acuerdo
con este método de cálculo de la constante térmica, la eficiencia de una temperatura se halla
comparando la velocidad de las reacciones a esa temperatura, con la velocidad unidad que es la
correspondiente a 4,5°. Así, por ejemplo, la eficiencia de la temperatura 14,5° es igual a 2, porque a
dicha temperatura las reacciones se producen dos veces más rápido que a la temperatura de 4,5°.
La velocidad de reacción a una temperatura cualquiera se halla elevando 2 a la potencia
correspondiente. En cada caso el exponente se calcula restando 4,5° a la temperatura dada y
dividiendo el residuo por 10. Ver ejemplo en De Fina- Ravelo (Climatología y Fenología Agrícolas)
Cuando se desea calcular la constante térmica por el método exponencial, es necesario sustituir la
temperatura media de cada día por la velocidad de reacción correspondiente. A estos valores
también se los llama índices exponenciales. Pero a fin de evitar el cálculo del índice exponencial
que corresponde a cada día, se recurre a las tablas ya preparadas para ello, (La ecología agraria...,
Azzi, publicada en Italia en 1928). Por fin se procede a sumar todos los índices. Es objetado el uso
de este método en países calurosos, pues según se ha demostrado, las temperaturas elevadas,
38°, 40°, son computadas como muy eficientes. Por el contrario, al estudiar el tema de las
temperaturas mínima, óptima y máxima para la producción de las fases, se ha visto que a partir de
las temperaturas óptimas cualquier elevación térmica es perniciosa, en vez de ser benéfica.
El método termofisiológico es el método ideal para el cálculo de las UNIDADES TERMICAS requeridas
Según los valores Tmx, Tmín en relación con la temperatura tope (Tt) y la temperatura base (Tb)
de crecimiento del cultivo en cuestión se presentan los siguientes casos:
⌠ 24 h
UDC = AREA / TIEMPO = ⌡0 h (Tm + A.sen t. dh) - Tb . 24 h / 24 h
h = arc sen Tt - Tm
A
Ti = Tm + A.sen h = Tb
⌠ h2
A' = ⌡ (Tm + A.sen h - Tb). dh
h1
UDC = 0
Horas de frío
Las plantas anuales invernales (como el trigo) también requieren horas de frío. A esta etapa
se la llama vernalización.
El Ing. Agrónomo Damario (1968) propuso un método gráfico de estimación de las horas de
frío mensuales normales en base a la temperatura mínima media anual normal para una localidad.
El cómputo se realiza con el diagrama HORAS DE FRIO según se indica a continuación:
1º) Se calcula el promedio de las temperaturas mínimas medias mensuales correspondientes a los
cinco meses más fríos.
2º) Se valoran las divisiones de la escala térmica sobre el eje de abscisas del gráfico, para ello se
asigna a la división destacada en el centro de la escala el valor del promedio hallado en (1) y a partir
del mismo se valoran las restantes divisiones, las cuales están trazadas con separación de 1°C.
3º) Se ubica el valor de la mínima media anual en la escala oblicua.
4º) Se encuentran las horas de frío mensuales leyendo en las ordenadas su valor.
El autor propone resolver el cálculo sólo para los meses de descanso invernal debido al
proceso de desvernalización que ocurre en zonas del país con inviernos benignos. Este
procedimiento da lugar a las horas de frío efectivas. Los meses a considerar en el cálculo son los
que poseen temperaturas medias mensuales normales iguales o menores a 14°C.
Vernalización
Esta clasificación no significa que cada elemento pertenezca únicamente a una categoría
determinada. Un mismo elemento puede, según sus características, actuar de las tres formas.
Ejemplo, la temperatura, la radiación, etc.
Períodos críticos
Para completar esta unidad consulte las siguientes páginas sobre Temperatura y
temas asociados.
BIBLIOGRAFIA:
Elementos climáticos que incitan el crecimiento y los fenómenos periódicos de las plantas verdes.
Tomo 2. Manuel Garabatos.
Influencia del Clima sobre las Plantas Ing. Agr. Juliana Gastiazoro Blettler
Influencia del Clima sobre las Plantas Ing. Agr. Juliana Gastiazoro Blettler
Los elementos y factores del clima que mayor influencia ejercen sobre los vegetales son:
- marcha de la temperatura
- longitud del día
- precipitaciones
Es decir que la producción vegetal está relacionada a la reacción entre la planta y el medio. Existen elementos
bioclimáticos que ejercen influencia sobre el crecimiento (temperatura y agua) y elementos bioclimáticos que
ejercen influencia sobre el desarrollo (temperatura y duración del día).
Elementos Bioclimáticos para el Crecimiento
Agua: es el factor determinante del rendimiento. Existe un mínimo y un máximo, siendo posible entre estos
límites, la acción combinada con otros elementos y de ese modo definir el ritmo de crecimiento y el
consiguiente desarrollo. En el caso de los frutales, las necesidades hídricas de las plantas varían en función
de varios aspectos como la edad de las plantas, el tamaño y la época del año. Las plantas consumen menos
agua cuando no tienen hojas y van intensificando el consumo hasta que llegan a los meses de diciembre -
enero, en los cuales se producen los máximos de consumo. Una planta puede consumir unos 7 litros, como
máximo, por metro cuadrado y por día, en los meses extremos. En los frutales, uno de los que más consume
es el peral, luego le siguen: durazneros, ciruelos y manzanos. En perales, el cv. Williams requiere mucha
cantidad de agua cerca de la cosecha. El manzano requiere una cantidad de agua más o menos constante a
partir del cuaje hasta la cosecha. (Extraído de "El riego en fruticultura, un factor clave". Entrevista a Antonio
Requena, técnico del área Riego y Drenaje del INTA. Diario Río Negro Rural. 4 de octubre 2003.)
Temperatura: la temperatura del aire es un elemento bioclimático que favorece o promueve el aumento de la
masa vegetativa. El crecimiento de una planta se detiene cuando la temperatura del aire desciende por debajo
de un cierto valor mínimo o excede un cierto valor máximo. Entre estos límites existe un rango óptimo, en el
cual la tasa de crecimiento es mayor. Estos valores o "umbrales" son conocidos como temperaturas
cardinales. Se ha demostrado que, por razones de complejidad fisiológica, no es posible una determinación
precisa de las temperaturas cardinales. No obstante, los valores aproximados de las temperaturas cardinales
se conocen para la mayoría de las especies vegetales. Con respecto a las temperaturas cardinales podemos
distinguir:
Temperatura vital mínima: es la temperatura a la cual la planta comienza a crecer o bien, es la temperatura
más baja a la cual un organismo puede vivir indefinidamente en estado latente. Ante incrementos de
temperaturas hay incrementos de crecimiento hasta llegar a:
Temperatura óptima: en la que se produce la mayor velocidad de crecimiento. La temperatura óptima para
un proceso determinado, puede considerarse como aquella en la que el proceso se realiza a la máxima
velocidad. Pero la temperatura correspondiente a dicha intensidad máxima es diferente para los distintos
procesos que tienen lugar dentro de un mismo organismo. En plantas de zonas templadas, la temperatura
óptima para la germinación es diferente al valor óptimo para la fructificación y el óptimo para la floración
también difiere de las anteriores.
Temperatura vital máxima: es la temperatura de mayor intensidad calórica bajo la cual la especie puede
seguir viviendo indefinidamente en estado de latencia.
Temperatura letal mínima: por debajo de la temperatura vital mínima, cuando se alcanza se produce la
muerte por bajas temperaturas.
Temperatura letal máxima: está por encima de la temperatura vital máxima y la muerte se produce por altas
temperaturas.
El ámbito de temperaturas efectivas dentro del cual el organismo puede vivir y fuera del cual se presenta la
muerte, queda comprendido entre la temperatura vital mínima y temperatura vital máxima.
En la figura 6 distinguimos:
A: temperatura letal mínima: es diferente según las especies sean perennes, de follaje caedizo o
a) Sumas térmicas
Cuando se estudia la duración de un cultivo (de ciclo anual), se observa que ella no es constante, variando
según las regiones y de acuerdo a los años y fechas de siembra.
Diversos estudios realizados concluyeron que si se suma la temperatura media diaria desde el día en que se
produce la germinación hasta el momento de la madurez, la suma total es siempre la misma cualquiera haya
sido la ubicación del cultivo y el año considerado. Estas sumas fijas para cada vegetal recibieron el nombre de
constante térmica. La constante térmica también puede calcularse para cada subperíodo.
El concepto que las plantas tienen un "requerimiento de temperatura" para completar su ciclo, data del siglo
XVIII, pero el mayor impulso a la teoría de acumulación energética o sumas de temperaturas necesarias para
que un cultivo complete su ciclo, proviene de los últimos 70 años. A dicha acumulación se la designa de varias
Existen distintos métodos para estimar las sumas térmicas: método directo, residual, exponencial,
termofisiológico, Weather Bureau, etc.
1.- Método directo: consiste en la suma de todos los valores de temperaturas medias diarias que superen el
nivel térmico de 0ºC durante un período dado, que puede ser un mes, un año o el lapso entre dos fases
fenológicas. En este método no se computan los valores de temperaturas inferiores a 0ºC.
365
Ejemplo: Sumatoria temperatura media diaria igual o mayor a 0ºC = grados-días anuales
1
F2
Sumatoria temperatura media diaria igual o mayor a 0ºC = grados-días del subperíodo
F1
2.- Método residual: en el método directo se considera útil toda temperatura superior a 0ºC, pero en realidad,
el crecimiento vegetal comienza con temperaturas más altas que cero grado. Casi todas las especies
agrícolas comienzan a crecer a partir de una temperatura particular para cada especie, lo que supone que
toda temperatura inferior a este valor no reporta ninguna utilidad al vegetal que se encuentra en descanso.
Este nivel térmico se denomina "cero vital" o "temperatura base". Para encontrar la verdadera eficiencia de
una temperatura, se le debe restar la temperatura base. El residuo resultante es la temperatura efectivamente
útil.
El método residual consiste en sumar las temperaturas medias diarias a las que se ha restado la temperatura
del cero vital de crecimiento. Este método se llama, también, de las sumas térmicas efectivas o grados-días
efectivos. La temperatura base inicial para el cómputo en cada cultivo debe ser determinada mediante
experimentos a campo que incluyan todas las posibles variantes de complejos climáticos que permitan la
incidencia de temperaturas diferentes (siembras continuadas, ensayos geográficos, etc.
365
Ejemplo: Sumatoria (temperatura media diaria - temperatura base) = grados-días efectivos anuales
1
F2
Sumatoria (temperatura media diaria - temperatura base)= grados-día efectivos del subperíodo.
F1
3.- Método de Gilmore y Rogers (1958): adoptado por la Oficina Meteorológica de EE.UU (Weather Bureau).
Para realizar la acumulación de unidades térmicas, se utiliza la siguiente fórmula:
Unidades térmicas WB = Temp. Máx + Temp. Mín. – 10
2
Se hace la salvedad que:
- Cuando la temperatura máxima supera los 30ºC, se utiliza en la fórmula el valor de 30ºC.
- Cuando la temperatura mínima es inferior a 10ºC., en la fórmula se utiliza el valor de 10ºC.
365
Ejemplo: Sumatoria (Temp. Máx + Temp. Mín. – 10) = unidades térmicas WB anuales
1 2
F2
Ejemplo: Sumatoria Temp. Máx + Temp. Mín. – 10) = unidades térmicas WB del subperiodo
F1 2
La suma de temperaturas puede expresar la necesidad del vegetal para el desarrollo, siempre que la
temperatura sea el único elemento, o el fundamental, determinante de la expresión de su desarrollo. Pero,
cuando otros elementos contribuyen para el cumplimiento del proceso fásico, la suma de temperaturas como
elemento biometeorológico del proceso resulta insuficiente.
La necesidad bioclimática (en suma de temperaturas), para completar el ciclo es diferente según el cultivo
considerado. En el Cuadro 5, se señalan los requerimientos medios de suma de unidades térmicas para una
serie de cultivos sembrados en el hemisferio norte que, si bien puede diferir como expresión del índice
biometeorológico para similares que se realizan en la Argentina, se los incluye para observar cuan diferente
puede ser la necesidad entre especies.
Cultivo Σ t > 10ºC Cuadro 5: Requerimientos calóricos de los cultivos durante el período
Papa 900-1000 vegetativo (Selyaninov, 1937).
Lino 1500-1700 Existen otros métodos, que suman índices que reemplazan a los valores
Maíz 2000-2300 térmicos diarios, por ejemplo el método exponencial y el termofisiológico.
Algodón 3200-3600
Citrus 4000-4500 Carpogrados o grados – día.
La Carpocapsa, como todo insecto, se desarrolla en función de la
Datilero 4500-5000 temperatura externa, mientras que los animales de sangre caliente se
desarrollan en función del tiempo cronológico. Cada estadio tiene una temperatura mínima y máxima para su
desarrollo, pasando por un óptimo. Para pasar de un estadio al siguiente (huevo, larva, pupa y mariposa), se
requiere una determinada cantidad de grados-día, que equivale a decir que cada uno de los estadios tiene
requerimientos de calor que son constantes. El uso de métodos basados en la constante térmica o Σ de
temperaturas, temperaturas acumuladas o termoacumulativas, tiene como finalidad prever la aparición de los
primeros adultos provenientes de la generación invernante, el desarrollo del primer vuelo, eclosión de los
huevos, etc. Se obtiene la temperatura media diaria de las temperaturas tridiarias y se le deduce 10ºC. que es
el umbral de desarrollo. La aparición se produce a los 90-100º y el daño (según nivel de captura) aparece a
los 250º D.
Acumulación de frío
Aquí no se considera la acción de las bajas temperaturas por su efecto tanatoclimático (muerte de los tejidos),
sino la acción de las bajas temperaturas durante el período de descanso o de crecimiento mínimo en los
cultivos criófilos.
En mayor o menor grado las especies perennes caducifolias y algunos cultivos anuales invernales tienen un
requerimiento de enfriamiento por debajo de su cero vital mínimo de crecimiento, exigencia que si no se
satisface, determina comportamientos anómalos tanto fenológicos como fenométricos (rendimiento) al
reiniciarse el crecimiento primaveral o para la conclusión del ciclo vegetativo anual.
En 1930, Nightingale y Blake, comprobaron que las ramitas de manzano y duraznero detenían su crecimiento
cuando la temperatura descendía por debajo de 7ºC. y consideraron como "horas de frío" para el desarrollo,
las que actuaban sobre el vegetal en descanso por debajo de ese nivel y en cantidad variable para las
distintas especies.
La cuantificación del enfriamiento que reciben las plantas se puede estimar o calcular de diferentes maneras
como: temperatura media del mes mas frío del año, temperatura mínima media mensual, temperatura mínima
media anual, etc. Pero lo más usual es el número de horas de frío, entendiéndose esto como la sumatoria de
horas en que el vegetal está sometido, durante el descanso vegetativo (abril a agosto en el hemisferio Sur), a
temperaturas iguales o inferiores a 7º C. Estas son las horas de frío efectivas. Las horas de frío anuales son
aquellas temperaturas iguales o inferiores a 7 ºC que se contabilizan a lo largo del año. El conocimiento de las
horas de frío normalmente acumulables en una localidad o región (de abril a agosto), permite evaluar la
posibilidad de cultivo de las variedades de especies frutales de hoja caduca.
Las horas de frío que se suceden en forma continua, sin alternancia de altas y bajas temperaturas, son mucho
más efectivas que cuando ocurren períodos alternados. Las altas temperaturas tienden a anular el efecto de
las horas de frío.
Valores medios de necesidades de horas de frío en especies frutales caducas:
- manzano: 1000 horas
- peral : 900 horas
- duraznero : 600 horas
- ciruelo europeo: 500 horas
- ciruelo japonés : 400 horas
- damasco, almendro y avellano: 200 – 300 horas
de la floración de los frutales criófilos. Y cuanto más elevada sea la temperatura durante el período de reposo,
mayor es la falta de "energía de fase" que se valora por el número de días que transcurren desde la aparición
de la primera hasta la última flor. Es decir, hay un aumento en los días de duración de la floración. Otra
anomalía que se observa es la segunda floración, que suele producirse en algunos frutales durante el otoño.
٭Sobre el fruto: la caída de yemas florales determina la existencia de menor cantidad de frutos sobre el
árbol. Y como el cuaje se produjo a través de un período de floración dilatado, es común la existencia de
frutos de tamaño y maduración despareja.
٭Sobre la longevidad: la existencia de menor cantidad de hojas y la falta de descanso determinan la pérdida
de vitalidad de las plantas sometidas a un régimen térmico invernal favorable para el crecimiento. Las fases
se superponen, siendo común observar en el Norte de Argentina, durazneros que durante el invierno
presentan ramas en descanso, ramas floreciendo y también ramas con frutos de diferentes tamaños. Todo
esto lleva a que el período de vida útil de los árboles sea inferior al que normalmente tienen en lugares con
inviernos lo suficientemente fríos.
٭Sobre el rendimiento: todas las deficiencias señaladas sobre los órganos de la planta y sobre el proceso
biológico, confluyen en una disminución del rendimiento final.
Un avance en el concepto de horas de frío como requerimiento de los frutales criófilos, se logró con la
caracterización reciente de la acción que tienen diferentes temperaturas y que generan las denominadas
unidades de frío o unidades de enfriamiento de Richardson (1973).
Una unidad de frío equivale a 1 hora de exposición a 6ºC (Cuadro 6). Las temperaturas horarias son
transformadas en unidades de enfriamiento, según su efecto en la acumulación de frío. Ejemplo: en Utah
(EE.UU) la variedad de duraznero Red Haven necesita 870 unidades para romper el descanso y la variedad
Elberta 790 unidades (Richardson, 1974).
Horas con temp. unidades de frío
< 1.4º 0
1.5 – 2.4º 0.5
2.5 – 9.1º 1
9.2 – 12.4º 0.5
12.5 – 15.9º 0
16.0 – 18.0º - 0.5
Cuadro 6: Equivalencia entre horas de frío y unidades de enfriamiento según Richardson (1973).
El cálculo de las unidades de enfriamiento supone conocer las temperaturas horarias, que es un dato
disponible en muy pocas localidades del país. Damario y Rodríguez (1991) desarrollaron un método que
permite su estimación a partir de valores climáticos de relativa fácil obtención, como son las temperaturas
medias mensuales y su desviación standard. Una de las características de las unidades de enfriamiento
mensuales, es la gran variabilidad entre años.
Termoperiodismo
La variación anual o diaria de la temperatura del aire tiene un efecto manifiesto en el desarrollo de los
vegetales superiores y es lo que se conoce como termoperíodo. Dicha variación, en un ciclo completo de un
año o un dí, constituye un termoperíodo anual o diario. El termoperíodo se caracteriza por presentar 2
sectores bien definidos: la termofase (+) y la termofase (-) (Fig.7). La primera termofase corresponde al lapso
más cálido y la segunda al lapso más frío del termoperíodo.
En 1952, el Ing. Agr. J. J. Burgos establece una clasificación de las plantas, según que su ciclo vital coincida
o no con la variación anual de la temperatura.
Se determinan así 3 grupos principales de plantas:
Plantas Termocíclicas: : son aquellas especies que presentan tejidos activos a la temperatura durante uno o
más períodos anuales de variación de la temperatura. Ej. : plantas perennes y bianuales (Fig. 8).
Plantas Paratermocíclicas: son las especies anuales con tejidos activos a la temperatura en una parte de la
termofase (+) y (-). Ej. : cereales invernales: trigo, cebada, etc..
Plantas Atermocíclicas: son las especies anuales con tejidos activos a la temperatura sólo en la termofase
(+) del termoperíodo anual. Ej. : cultivos de veranos: sorgo, maíz
Termoperiodismo Diario
En las especies Termocíclicas, la acción del termoperiodismo diario debe considerarse como de interferencia
con el termoperiodo anual. No ocurre lo mismo en las especies Paratermocíclicas y Atermocíclicas, en las
cuales la termoperiodicidad diaria tiene una acción importante en la expresión del desarrollo. En 1944, Went
demostró la influencia de la variación diaria de la temperatura en la floración y fructificación del tomate. Esta
especie presenta un crecimiento indefinido si se la mantiene constantemente a 26ºC, pero no florece ni
fructifica. Para inducir estos procesos reproductivos es necesario un enfriamiento nocturno a 18ºC. En el caso
del trigo, tiene acción favorable la termofase negativa del termoperíodo diario durante su estado juvenil, para
una normal espigazón. En el caso de la frutilla, las altas temperaturas durante el día favorecen el color rojo y
las noches con bajas temperaturas (10ºC) intensifican el aroma y el sabor. En manzano Red delicious, el
descenso nocturno de la temperatura favorece la intensidad del color rojo.
aperiódica o asincrónica provocada por la advección de masas de aire con temperaturas mayores o menores
a las del lugar. Según el origen de la masa de aire (cálida o fría), se produce una variación aperiodica de la
temperatura del aire de notables consecuencias bioclimáticas.
Esa termoperiodicidad puede actuar por si sola o, como sucede generalmente, interferir en el termoperíodo
anual y diario. La influencia de la variación aperiódica o asincrónica se encuentra ejemplificada en la
adaptación deficiente a las condiciones climáticas de Bs. As, del almendro y el avellano. Estas especies
exigen una termofase anual negativa de poca intensidad y duración y presentan, además, un bajo nivel
térmico de brotación. En gran parte del territorio argentino, la termofase anual negativa, está formada por
oscilaciones térmicas aperiódicas de considerable amplitud. Ello determina que las exigencias en horas de frío
de dichos frutales sean satisfechas rápidamente. La ocurrencia de cierto número de días con temperaturas
anormalmente elevadas, logra que el almendro y el avellano florezcan prematuramente en plena época
invernal. Esta floración es, seguramente, dañada por las bajas temperaturas de los días subsiguientes.
En consecuencia, esas especies frutales rara vez fructifican, y si lo hacen, sus rendimientos son bajos. En el
caso del avellano, las bajas temperaturas de comienzos del invierno satisfacen los requerimientos de los
amentos masculinos. Estos florecen y pueden llegar a producir polen antes de estar receptivos los estigmas
de la flor femenina, que tiene mayor requerimiento en bajas temperaturas. Se determina así, una esterilidad
permanente en áreas de temperaturas asincrónicas por una protandria acentuada y por una destrucción de
los órganos masculinos prematuramente formados, cuando se producen los descensos térmicos posteriores
naturalmente posibles.
Otro ejemplo notable se produce en San Juan cuando sopla el viento zonda en agosto- septiembre. El mismo
produce la brotación de las yemas de la vid anticipadamente, las que quedan expuestas a los daños
provocados por las heladas primaverales que ocurren posteriormente.
La vegetación natural se defiende de los termoperíodos asincrónicos presentando un umbral térmico de
brotación elevado, pero manteniendo su reducida exigencia en frío que es la necesidad que puede satisfacer
el invierno relativamente cálido de su área de dispersión. Esta es la razón de la floración tardía o bien definido
el verano, de las especies subtropicales en el área de Bs. As.( lapacho, tipa, jacarandá, Bahuinia sp, etc).
Subperíodos
Subperíodo: es el lapso de tiempo transcurrido entre fase y fase y durante el cual las condiciones
meteorológicas se mantienen relativamente estables.
En los vegetales estudiados, se ha establecido que las exigencias meteorológicas varían
notablemente desde la germinación hasta la madurez. Por regla general, las exigencias no cambian
gradualmente durante la vida del vegetal. Lo más frecuente es que las exigencias varíen
bruscamente después de cada fase, para mantenerse luego constantes hasta la próxima fase. Es
decir, que las exigencias meteorológicas de los vegetales varían con los subperíodos.
Según G. Azzi (1959), ecólogo agrícola italiano que comenzó a estudiar estos temas alrededor de
1930, el rendimiento de los cultivos se debe a la productividad de las plantas y a su resistencia a las
adversidades, entendiéndose por productividad a la capacidad que tiene un cultivo de responder
con cantidades crecientes de productos, a cantidades crecientes de los elementos meteorológicos
que influyen en el rendimiento. Cada subperíodo tiene exigencias bioclimáticas diferentes,
existiendo subperíodos de mucha exigencia y otros de poca. Esto conduce al conocimiento de los
subperíodos críticos y los subperíodos de latencia, siempre referidos a un determinado elemento
meteorológico.
Subperíodo crítico: es la parte del ciclo vegetativo donde las variaciones del elemento
meteorológico en cuestión, producen las máximas oscilaciones en el rendimiento final del cultivo.
Ej.: son, generalmente, aquellas etapas del ciclo con tejidos jóvenes o tiernos o de crecimiento
rápido: floración, primeros estadios de fructificación (críticos en frutales para temperatura),
espigazón, comienzo de maduración (crítico para agua en cereales).
Subperíodo de latencia: es la parte del ciclo vegetativo donde las variaciones del elemento
meteorológico en cuestión, no producen oscilaciones significativas del rendimiento. Ej.: el descanso
vegetativo invernal de los frutales es un período de latencia respecto de la temperatura y la
humedad, al igual que el subperíodo de macollaje en los cereales.
Se puede considerar que los equivalentes meteorológicos de Azzi representan el antecedente
primero sobre las necesidades bioclimáticas de los cultivos.
Se entiende por Equivalente Meteorológico o Equivalente Termopluviométrico a la cantidad de
mm de precipitación o grados de temperatura que separan las situaciones normales de las
anormales. Así, puede distinguirse un equivalente por exceso y otro por defecto.
En el Cuadro 1 se observan los equivalentes mínimos y máximos de precipitación y temperatura
señalados por Azzi para el cultivo de trigo en los subperíodos por él determinados.
Subperíodo Pp. en mm. Temp. en ºC.
Siembra a nacimiento 50 - 205 4 - 15
Nac. a macollaje 25 - 60 8 - 18
Mac. a espigazón 40 - 116 15
Espig. a maduración 15 - 92 14 - 24
Cuadro 1 : Equivalentes meteorológicos para el trigo.