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MANEJO DEL DOLOR

El manejo médico del dolor discutido multifuncional, de las condiciones no


primarias asociadas con cirugía o trauma o acontecer de manera secundaria.
Los analgésicos son necesarios durante el proceso de curación. (Cabezas,
2015). El dolor torácico visceral puede ser detectado mediante la palpación
abdominal; el dolor visceral también puede expresarse como un dolor referido a
algún sitio cutáneo lejano. Las enfermedades dermatológicas provocan
inflamación que resulta en un dolor leve a intenso (Ej. fascitis necrotizante).
(Otero, 2004). La terapia específica para tratar la causa subyacente debe aliviar
las molestias, pero en algunos casos pueden ser requeridos analgésicos para el
manejo efectivo del dolor. (Cabezas, 2015)
Los animales con dolor incontrolado, agudo o crónico, no se alimentan
correctamente, pues es común la inapetencia causada en forma directa por el
malestar que produce el dolor, e indirectamente por la disminución de la motilidad
intestinal de origen simpático. El dolor incontrolado actúa sobre el sistema
nervioso induciendo alteraciones del comportamiento como agitación, depresión
y actitudes de agresión o de huida. (Hellebrekers, 2002).

INDICADORES DE DOLOR

 Movilidad y actitudes corporales movimiento, están cabizbajos, pueden


arquear el lomo y tienen la cola caída y encogida. En casos de dolor abdominal
es frecuente la postura encorvada o de plegaria.
 Actitud agresiva o sumisión (Jofré, et all; 2006).
 Ocultamiento de la zona dolorida
 Vocalizaciones.
 Expresión facial: el animal mantiene una mirada fija, indiferente al medio
y los ojos están vidriosos. (Cabezas, 2015)
 En algunos casos los animales pueden llegar a automutilarse.
 Inapetencia: se suele presentar con mayor frecuencia en el dolor crónico
(Otero, 2004).

FÁRMACOS UTILIZADOS EN EL MANEJO DEL DOLOR.

OPIOIDES:

Considerados como sustancias hipno analgésicas por su actividad inductora de


sueño, y por disminuir el dolor ,los fármacos. (Otero, 2004).
Derivan en la modulación de la percepción del dolor, ocurren principalmente por
la unión a receptores δ(OP1), k (OP2) y 137μ (OP3)en el SNC, especialmente a
nivel del asta dorsal de la médula espinal (láminas I a V, sustancia gelatinosa) y
en el tronco encefálico (acciones centrales), aunque también actúan sobre
receptores ubicados en tejidos periféricos “mediadores químicos de la
nocicepción”). (Hellebrekers, 2002).En el cerebro predominan los receptores μ
en el prosencéfalo, la materia gris del mesencéfalo. (Cabezas, 2015)
Los agonistas puros, entre los cuales se encuentran la morfina, la codeína, la
oximorfona y el fentanilo, son los que alcanzan la eficacia analgésica máxima,
mediada por los receptores µ. Se debe enfatizar que la morfina es, en el grupo
de los opioides, el estándar de referencia para medir potencia y eficacia
analgésica. (Hellebrekers, 2002).Los agonistas parciales, en contraste, tienen
afinidad por los receptores μ, pero muestran una acción incompleta (efecto
techo), la cual no puede ser superada, aunque se incremente la dosis
administrada, llegando inclusive a disminuir (Otero, 2004)..

ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDALES (AINES).

Son uno de los grupos de fármacos más utilizados en medicina veterinaria,


dados sus efectos antiinflamatorios, analgésicos y antipiréticos. Dichos efectos
son producidos a través de la inhibición de las enzimas ciclooxigenasa (COX) y
5-lipooxigenasa (5-LOX), responsables de la formación de prostaglandinas y
leucotrienos. (Hellebrekers, 2002).
Disminución de los procesos de sensibilización que inducen las prostaglandinas
sobre las fibras aferentes primarias (al disminuir la formación de
prostaglandinas), mientras que su efecto antiinflamatorio se debe a la inhibición
de la vasodilatación producida por la PGE2 (Hellebrekers, 2002).
agonistas α2: Este grupo farmacológico se caracteriza por poseer efectos
sedante, relajante muscular y analgésico. El efecto sedante se utiliza
especialmente para facilitar el manejo en varias especies animales, mientras que
los efectos analgésicos y relajantes musculares se emplean como adyuvantes
en algunos protocolos anestésicos, disminuyendo sustancialmente el consumo
del anestésico general. Aquí está la xilacina (Cadavid, 2005).
antagonistas de los receptores NMDA: ketamina y tiletamina.
Anestésicos locales: lidocaína, bupovacaina, procaina.
Además de los incluidos en los anteriores agrupamientos, existen analgésicos
que actúan a través de mecanismos diferentes, y que abordaremos bajo el título
“otros fármacos analgésicos”. (Cadavid, 2005). Por adyuvantes de la analgesia
se entiende aquellos fármacos y procedimientos encaminados a disminuir la
percepción del dolor, sin tener acción directa sobre las vías nociceptivas
ascendentes o descendentes. Entre ellos se incluyen tranquilizantes como las
benzodiacepinas (midazolam y diazepam) y las fenotiacinas (acepromacina)

ESCALA DE GLASGOW.
La escala de Glasgow, una de las más utilizadas, fue elaborada por Teasdale en
1974 para proporcionar un método simple y fiable de registro y monitorización
del nivel de conciencia en pacientes con traumatismo craneoencefálico.
Originalmente, se desarrolló como una serie de descripciones de la capacidad
de apertura ocular y de repuesta motora y verbal (Muñana; 2014).
Permite medir el nivel de conciencia de una persona. Una exploración
neurológica de un paciente con traumatismo craneoencefálico debe ser simple,
objetiva y rápida. La evaluación del nivel de conciencia es el parámetro más
importante que debe tenerse en cuenta. Han de evitarse términos ambiguos
como estuporoso, somnoliento, inconsciente o comatoso (Cadavid, 2005).

(Aigé, Cruz, 2001)


BIBLIOGRAFIAS.
 Otero P (2004). Glosario. En: Otero PE. Dolor. Evaluación y tratamiento
en pequeños animales. Buenos Aires, Argentina: Inter-Médica Editorial;
p.283-4
 Cabezas M (2015). Terminología del dolor y clasificación. En: Cabezas
MA. Manejo práctico del dolor en pequeños animales. Barcelona, España:
Multimédica ediciones veterinarias. p.1-7.
 Cadavid A (2005). Taxonomía. En: Cadavid AM, Estupiñán JR, Vargas JJ,
eds. Dolor y cuidados paliativos. Medellín, Colombia: Corporación para
Investigaciones Biológicas CIB; p.5-7
 Hellebrekers L (2002). Manejo del dolor en medicina veterinaria. Un
enfoque práctico para el control del dolor en pequeños animales, especies
exóticas y equinos.Buenos Aires, Argentina: Inter-Médica Editorial
 Aigé, V., & Cruz, J. I. (2001). El dolor en los pequeños animales. Revista
de anestesia y cirugía veterinaria de Zaragoza, 9(78), 63-70.

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