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PAPELES DE CULTURA

CONTEMPORÁNEA
Núm. 15 / JUNIO 2012

El Arte contra el Arte


Creación desde la destrucción
Índice
Introducción (I): Violencia y mentira
Luis D. Rivero 3

Introducción (II): Elogio de la destrucción


Lidia Mateo 5

Crash theory. [Consideraciones post-apocalípticas sobre la estética del accidente]


Fernando Castro-Flórez 7

Visiones delirantes: estética de lo inverosímil, del absurdo y del sinsentido


Lidia Mateo 20

Harakiris (y otros modos de mirar bajo la piel)


Luis D. Rivero 31

Visiones del exceso


María Torres, Irene López, Rubén Coll 45

El fin del cubo blanco


Olga Fernández 68

Arquitecturas colectivas
Santiago Cirugeda 81

La peste
Laboratorio Vladimir Tzekov 90

Destrucción sin violencia


Isabel León 99

La creatividad destructiva y el desencanto. Propuestas desde el cine en la crisis de la


modernidad
Jesús Rubio Lapaz 105

El cine en llamas: Destrucción y autodestrucción temporal


Damián E. Bretones 120
VIOLENCIA Y MENTIRA
“[…] si las cosas tienen una progresiva tendencia a desaparecer y a desmoronarse, es posible que la
principal fuente de energía futura sea el accidente y la catástrofe.”

Jean Baudrillard. Extracto de la obra Las estrategias fatales.

¿Hasta dónde llega la violencia? ¿Cuándo se da comienzo a la misma? ¿Implica la violencia


acción? ¿o bien la represión más o menos pasiva de la actividad de los demás puede consi-
derarse ya violencia?

Al parecer, el derecho originario no tuvo en cuenta el engaño como punible. El engaño no


es, de hecho, una violencia explícita, y cuando comenzó a penalizarse lo hizo no tanto por
su propia utilización sino porque es un resorte para la ejecución de la violencia: la persona
engañada muy probablemente recurrirá a la misma como respuesta.

Nadie nos preguntó si queríamos entrar, y sin embargo nos vemos abocados a vivir en una
época dominada por el simulacro, por la mentira constante, por un engaño ofrecido como
espectáculo en tiempo real en que sumergirnos. Me pregunto si vosotros no percibís en todo
esto el caldo de cultivo de una violencia futura.

Dudo si ésta será regeneradora, apocalíptica como querrán otros o, simplemente, compe-
titiva, la lucha de equipos hasta que gane el mejor.

Los engaños no duran eternamente. Y, cuando los espectadores perciban el truco, la insa-
tisfacción y el rencor del que se siente estafado llevarán probablemente al apedreamiento del
prestidigitador.

Realmente no quiero violencia, nunca me sentí cómodo cerca de ella, pero me muero de
ganas de que llegue el día en que la gente apague el televisor y pida cuentas a los verdaderos
estafadores del mercado y los medios.

La justicia escrita en las leyes proviene de los privilegios de los poderosos. Es fácil entender
entonces por qué decidieron que el engaño no era delito. Es fácil entender por qué hoy deben
tener miedo a que el engaño sea desvelado.

Su poder se fundó en la violencia, después en la mentira. Ambas se protegen. Hoy la men-


tira, normalizada, hace menos necesario el uso represivo de la primera, pues su sutil violencia
a día de hoy es la que adormece al pueblo, no la que lo golpea.

El Mago de Oz no era más que efectos especiales. Si corremos la cortina se acabará


nuestro miedo infantil al poderoso.

Luis D. Rivero

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ELOGIO DE LA DESTRUCCIÓN

“La pasión por la destrucción es también la pasión creativa.”

Mijaíl Bakunin

Desde la infancia misma, cuando despedazar un muñeco no sólo llevaba implícita la pul-
sión destructiva per sé, sino que enmascaraba el deseo de ver más allá de la superficie que lo
recubría: ver sus entrañas, entenderlo por dentro y por fuera, en su totalidad al fin y al cabo; la
destrucción parecía ya, una forma de cuestionarse el mundo, de interpelar a la obviedad. La
impetuosa necesidad de experimentar el desmontaje de lo visible y lo tangible, como realidad
finita y parcial, se une a la posibilidad de que pueda volver a montarse, ahora ya en primera
persona y habiendo comprendido por fin su esencia y su lógica interna.

Es por eso que la destrucción se asienta en el seno mismo de la curiosidad y el conoci-


miento. Blas Pascal decía que la curiosidad es el impulso que tiene el ser humano de tratar
de conocer lo que uno no puede llegar a saber o, en todo caso, aún no sabe, podríamos
añadir nosotros. Y es que la curiosidad, tantas veces censurada a lo largo de la historia y las
civilizaciones, es uno de los principales motores del conocimiento. Así es como el niño que,
cansado de observar otros mundos a través de una mirilla, decide romper su caleidoscopio
para adentrarse por fin en él, o abrir su peluche para ver cuál es verdaderamente el relleno
del que se compone, eso sí, con el resultado un tanto amargo de la desilusión que supone la
brecha insalvable entre la fantasía de lo oculto y la a veces anodina realidad. Y a pesar de todo,
siempre fue más excitante desbaratar un puzzle que montarlo; un puzzle montado reduce su
existencia a una única unidad estática, mientras que destruido multiplica hasta el infinito sus
posibilidades de existencia. Así como excitante era también liberarse del miedo a trastocar la
apariencia de una muñeca, cortando y modificando su pelo o pintando sobre su rostro, siendo
asimismo una demostración inequívoca de la capacidad de acción que poseemos ante una,
por ejemplo, estética impuesta.

La destrucción, así entendida, nos libera de todo lo terminado, de todo lo cerrado, conclu-
so, entero, establecido y muchas veces forzado. Desaprendamos pues lo aprendido. Destru-
yamos las verdades inmutables y los términos absolutos. Intentemos recuperar, de este modo,
nuestra capacidad creativa, de asombro, de curiosidad y de destrucción propias de la infancia.
Porque en su inherente tendencia al caos, la destrucción alberga un proceso de purificación
contingente. La historia y la historia del arte, ¿por qué no?, podrían ser un buen punto de
partida, al menos tal y como nos han sido contadas, tal y como éstas han sido construidas:
destruyámoslas, para comenzar así a leerlas, como propuso Walter Benjamin, a contrapelo.

Lidia Mateo Leivas.

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Fernando Castro Flórez

Crash Theory. [Consideraciones post-apocalípticas


sobre la estética del accidente]
Palabras clave
catastrofe, accidente, terrorismo, desastre, demolición
Keywords
catastrophe, accident, terrorism, disaster, demolition

Resumen
Una aproximación a la catástrofe como aquello que, a la manera aristotélica, revela la sustancia. En cierta medida
la propuesta de Paul Virilio de montar un museo del accidente fue sobrepasada por la dimensión planetaria de los
atentados del 11 de Septiembre que inauguraron el siglo XXI. Del magnicidio al traspiés, de la dimensión vírica
del terror a la política del Imperio, se impone una dimensión tanatopolítica que amplía el “estado de excepción”.
Una estética de la catástrofe tiene que ser, en buena medida, un proceso de demolición de las viejas certezas
conceptuales o, mejor, una invocación a proponer nuevas cartografías conceptuales
Abstract
This paper proposes an approach to the catastrophe as what, in the Aristotelian way, reveals the substance. To some
extent Paul Virilio’s proposal of setting up a museum of the accident was overtaken by the global dimension of the
terrorist attacks of September 11, which inaugurated the XXI century. From the assassination to the missteps, from the
viral dimension of terror to the Empire politics, a thanatopolitic dimension is being imposed and
expanding the “state of emergency”. To a large extent, the aesthetics of catastrophe has to be a demolition process of
the old conceptual certainties or, even better, an invocation for proposals of new conceptual cartographies.

Se nos viene encima el Armagedon. En las hablar de muertos y heridos, acalla cualquier
películas-catástrofe que funcionan como un reacción de piedad o indignación, y crea la
objeto fóbico, caen meteoritos inmensos so- sensación apenas consciente de que la gue-
bre la tierra y reducen todo a cenizas. Apenas rra entera fue una inmensa carrera de demoli-
quedan supervivientes puesto que el relato ciones en la que casi nadie salió herido y que
fantástico siempre fabrica unos héroes que hasta pudo ser divertida”. La ciencia ficción y
son capaces de salvarnos, aunque sea a cos- el relato cataclísmico pueden ser, en sí mis-
ta de su sacrificio. Escapando del conflicto mo, un acto positivo de la imaginación, en úl-
terrenal buscamos un ligero estremecimien- tima instancia las visión fílmica de la catástrofe
to con ese exorcismo del desastre comple- permite que todo el mundo disfrute del horror
to, como si lo peor no estuviera ya aquí. “La sin riesgo. Si recordamos Mad Max, que fuera
muerte por control remoto –apuntó James G. definida por Ballard como la Capilla Sixtina
Ballard- es un juego de bajo riesgo, al menos punk, nos sorprenderá que tras el colapso los
para el telespectador. La devastada autopista supervivientes están entregados al vértigo
de Basora parecía un atasco en proceso de de la velocidad, al placer de demoler lo que
oxidación o un plató de filmación de Mad Max ya no esa casi nada, convertidos los sujetos
abandonado, el supremo Armagedón de los en basura motorizada. Las contrautopías, por
coches. La ausencia de combatientes, por no ejemplo 1984, que describieron un horizonte

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de vigilancia fascista, funcionaban como podríamos pensar que algunas personas,
un exorcismo que genera aún más miedo, más que vivir en las casas, parece que
relatos conectados, de una forma u otra, han acampado en ellas, están en situa-
con el “horizonte” de la amenaza nuclear. ción provisional o, tal vez, gozan de no-
Es manifiesto que la catástrofe es percibi- madismo. Lo cierto es que la desinterio-
da, principalmente cinematográficamente, rización que preparó el más crudo de los
como atentado. vacíos, el espacio que nos corresponde
es clínico y extremadamente frío. Hace ya
La teoría de las catástrofes intenta ex-
mucho tiempo que el calor se fue de las
plicar la discontinuidad como un hecho
cosas, lo único que queda, como resto
de naturaleza casi siempre posicional,
de las antiguas combustiones, incluso
aunque puede ser considerada o for-
musealmente, es la política de la ceniza.
zada como una teoría de las analogías,
La vivencia moderna del desarraigo apa-
una causalidad de lo distante como la de
rece, singularmente, tanto en Benjamin
ese aleteo de la mariposa en la amazo-
como en Heidegger: la experiencia esté-
nía que provoca una perturbación me-
tica se muestra como un extrañamiento
teorológica en Londres. Pero resulta que
que exige una labor de recomposición y
nuestro mundo, sometido a la sobredosis
readaptación. Ahora bien, esa labor no
del terror, prefiere, más que la conexión
se propone alcanzar un estadio final de
de lo heterogéneo (en algún sentido una
recomposición acabada; la experiencia
metaforización expandida), la descripción
estética, al contrario, se orienta a mante-
literal, la punctualización de lo peor. Po-
ner vivo el desarraigo. Entre la mudanza
demos retornar a aquella recomendación
y la incomodidad de la casa destartalada
de Leonardo da Vinci de representar la
hemos aprendido a no tener demasiadas
batalla por medio de cadáveres cubiertos
esperanzas; todos hemos contempla-
a medias por el polvo, pintando la san-
do, a la vuelta de la esquina, los carros
gre con su color propio, también mez-
de los supermercados, reciclados por
clada con el polvo, mientras los hombres
los homeless y el pánico puede, por un
aprietan los dientes o se golpean la cara
momento, llevarnos a ponernos imagina-
con los puños en la agonía de la muerte.
riamente en ese sitio sin asideros. “¿En
Hay que detallar las imágenes inquietan-
qué momento –pregunta Paul Auster en
tes, desde la certeza de que la mirada
La invención de la soledad- una casa deja
despiadada del arte supera el límite del
de ser una casa?,¿cuándo las paredes se
miedo. Conviene tener presente que lo
desmoronan?,¿cuándo se convierte en
terrible no es algo extraño, una realidad
un montón de escombros?”. Si bien es
inconcebible de la que estamos absolu-
verdad que una vivienda se transforma,
tamente separados, sino que más bien,
como señaló Alexander Mitscherlich, en
eso está aquí: nuestras casas están ha-
un verdadero hogar siempre que lo que
bitadas por lo pavoroso. “Hoy –escribe
me vuelve a llevar a ella no sean sólo
Ernst Bloch en El principio esperanza- las
las costumbres, sino la continuidad viva
casas aparecen en muchos sitios como
de las relaciones con otras personas, la
dispuestas para el viaje. A pesar de todos
prosecución del sentir y aprender en co-
los adornos, o quizá por ello mismo, en
mún (un interés todavía sincero por la vida),
ellas se expresa una despedida”. Incluso
tampoco podemos perder de vista la idea

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de que en esa intimidad no dejan de en- cientes del carácter inhóspito de la ciu-
contrarse elementos inequívocamente dad cainita. Ese primer hombre, que mí-
negativos. ticamente amuralla el territorio y cimienta
el espacio “habitable”, es un delirante,
Justamente cuando el búnker se ha
alguien que se desvía del surco. No es
vuelto, militarmente, obsoleto, un vestigio
raro que encontremos refugio, precarios
que no es fácil de demoler, nos hemos
llenos de miedo, en el búnker, sobre todo
instalado (mental y existencialmente) en
cuando se extiende la sospecha de que
él. La bunkerización es la consecuencia,
acaso una casa, a pesar del fuego res-
entre otras cosas, de la televisión pla-
guardado en la memoria, no fue nunca un
netaria y de la reticulación cibernética.
hogar. “Todo “hogar” es sentido como tal
La cripta de la angustia bélica ha sido
cuando ya es demasiado tarde: cuando
metamorfoseada en el salón con el altar
ya se ha perdido. “Hogar” es el lugar de
catódico en el que también pueden se-
la infancia (de la falta de un lenguaje deli-
dimentarse los pavorosos trofeos de los
mitador y clasificador: dominador), el lu-
viajes, esos souvenirs que revelan, más
gar de los juegos, la prolongación cálida
que nada, la falta de cualquier tipo de
y anchurosa del claustro materno. Y es
experiencia. “El desierto crece. Lo salvaje
imposible –y si lo fuera, sería indeseable y
está ya en el interior. Pero también, y en
decepcionante- volver a él”2. La casa, ese
el mismo respecto, como una contradic-
lugar, por simplificar al máximo, en el que
ción viva, somos sedentarios, porque ya
habitualmente se come, es, en muchísi-
da igual dónde vayamos. Todo va siendo
mos sentidos, lo indigesto.
preparado para que en todas partes nos
“sintamos en casa”, esto es: desahucia- La casa puede estar llena de huellas
dos. Baste recordar al respecto el slogan del amor, aunque éste sea, como afirmó
de una conocida agencia de viajes ale- Beckett en Primer amor, una forma increí-
mana: “Déjenos que programemos sus ble del exilio. El sentimentalismo está en
vacaciones””1. Estamos afectados por el franca bancarrota, sobre todo desde que
síndrome de Babel específico de nuestro cobramos conciencia (literariamente, de
Multiverso, aunque fácilmente tras en un forma ejemplar, en Fin de partida) de que
viaje programado (en los que hay que ver hay que sobrevivir sobre un montón de
lo que es necesario ver) podemos caer en escombros, sin que se pueda mencionar
lo que, vagamente, se llama síndrome de la catástrofe anterior: solo callando puede
Estocolmo, esto es, la familiaridad con los pronunciarse el nombre del desastre. Lo
guías-verdugos e incluso el retorno pla- que queda en el espacio donde las pa-
centero a la tortura turística como única siones se desplegaron es la sombra y las
forma de afrontar el tiempo muerto. Tene- huellas de la pérdida. Pero también es
mos que marcharnos de casa, sea como cierto que el amante no fue otra cosa que
sea, aunque finalmente el destino sea, un cobarde, alguien que se dio a la fuga,
sencillamente, deleznable, un cuchitril en aterrorizado por el horizonte de lo “do-
el que se consuma una estafa. Porque, méstico”. Como escribiera John Le Carré
en última instancia, los sujetos son cons- en Un espía perfecto: “Es amor aquello

1 Félix Duque: El mundo por de dentro. Ontotecnología de la vida 2 Félix Duque: El mundo por el dentro. Ontotecnología de la vida
cotidiana, Ed. Serbal, Barcelona, 1995, pp. 126-127. cotidiana, Ed. Serbal, Barcelona, 1995, pp. 82-83.

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que aún puedes traicionar”. El último acto manera, animado4, pero también guarda
de ese abandono puede ser la destruc- relación con el pánico ante la posibilidad
ción de la casa, como esa que muestra de perder los ojos, esto es, a ese para-
Jeff Wall en una magnífica fotografía, La dójico verse cegado. La obsesión por
habitación destrozada, realizada en 1978. la castración y la experiencia del doble
Es verdad que no se necesitan muchas como retorno de lo mismo apuntalan una
explicaciones cuando vemos ropa de- suerte de destino nefasto, concretado en
jada, desordenadamente, en cualquier una criminalidad que no puede desapa-
sitio: la depresión impone su lógica de la recer. Hablando del factor de repetición y
falta de sentido de todo. Sin embargo, la de la sensación de inermidad de muchos
fotografía no es un documento policial estados oníricos como algo asociado con
de un acto de vandalismo, sino que eso lo siniestro, Freud pone un ejemplo que,
que parece el resultado de una violencia en realidad, es una fragmento de su ex-
terrible ha sido dispuesto así, “de hecho, periencia: “Cierto día, al recorrer una cá-
cuando se la examina, parece muy cla- lida tarde de verano, las calles desiertas
ro que es una especie de escenario tea- y desconocidas de una pequeña ciudad
tral, a juzgar por los puntales junto a una italiana, vine a dar a un barrio sobre cuyo
de las paredes que vemos a través de carácter no pude quedar mucho tiempo
la puerta, con lo que esta pared queda en duda, pues asomadas a las ventanas
reducida a una superficie teatral”3. Los de las pequeñas casas sólo se veían mu-
cajones revueltos, el colchón rasgado, la jeres pintarrajeadas, de modo que me
pared desconchada y, como remate ridí- apresuré a abandonar la callejuela to-
culo, la figura de la bailarina, como “su- mando por el primer atajo. Pero después
perviviente” de esa violencia que ha sido de haber errado sin guía durante algún
tratada, en la obra de Jeff Wall, como rato, encontréme de pronto en la mis-
expresión simbólica (una manera de decir ma calle, donde ya comenzaba a llamar
lo que no se puede decir), son elemen- la atención; mi apresurada retirada sólo
tos de una escenificación del accidente tuvo por consecuencia que, después de
que es, propiamente, lo inhabitable. Visión un nuevo rodeo, vine a dar allí por tercera
de lo inhóspito salvaje: el sujeto encuen- vez. Más entonces se apoderó de mí un
tra todo lo propio destrozado, las cosas sentimiento que sólo podría calificar de
fuera de sus lugares “clasificatorios”, el siniestro, y me alegré cuando, renuncian-
lecho del amor desgarrado como si se do a mis exploraciones, volví a encontrar
hubiera metaforizado el crimen. Aquí te- la plaza de la cual había partido”5. El pa-
nemos que retornar a aquella noción de dre del psicoanálisis está encerrado en
lo unheimlich que, según Schelling seña- un laberinto que alude a la cacería visual
ló, es todo lo que, debiendo permanecer de las putas en el burdel, una especie de
secreto y oculto, se ha manifestado. Fue
Sigmund Freud el que un conocido tex- 4 “E. Jentsch destacó, como caso por excelencia de lo siniestro,
la “duda de que un ser aparentemente animado, sea en efecto
to de 1919, asoció lo siniestro al temor viviente; y a la inversa: de que un objeto sin vida esté en alguna
a que un objeto sin vida esté, de alguna forma animado”, aduciendo con tal fin, la impresión que despiertan
las figuras de cera, las muñecas “sabias” y los autómatas”
(Sigmund Freud: “Lo siniestro” precediendo a E.T.A. Hoffmann: El
3 Arthur C. Danto: “Las expresiones simbólicas del yo” en Más hombre de arena, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 1991, p. 18).
allá de la Caja Brillo. Las artes visuales desde la perspectiva 5 Sigmund Freud: “Lo siniestro” precediendo a E.T.A. Hoffmann: El
posthistórica, Ed. Akal, Madrid, 2003, p. 74. hombre de arena, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 1991, p. 25.

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carnaval grotesco en el que él estaría, sin mismo tiempo que invocaba la imagen
saber cómo, completamente desnudo. del niño o mejor de los niños destrozones
Ese volver, inconscientemente, a un sitio que mantienen su energía desbocada en
de una normalidad inquietante (finalmen- algunos artistas que unen la pasión por
te sórdido, lleno de rostros “enmascara- la materia con la urgencia de imponer la
dos”, abismos de un deseo repugnante), urgencia de sus gestos. Hay una dimen-
acaso sea la revelación de que ese era sión antropológica ancestral en el crea-
el destino deseado. “Lo siniestro, no sería dor que entra en un espacio expositivo
realmente nada nuevo, sino más bien algo y lo primero que piensa es en destruir la
que siempre fue familiar a la vida psíquica pureza higienizante, un comportamiento
y que sólo se tornó extraño mediante el que recuerda aquella institución, anali-
proceso de su represión”6. No hace falta, zada en la cultura de Fiji, del vasu, gra-
para pensar en lo espeluznante, remitir a cias a la cual el sobrino tiene derecho en
la casa habitada por fantasmas ni tam- casa de su noble tío a tomar, consumir
poco a la catalepsia o a la ensoñación y destruir todo lo que pertenece a éste
de volver al seno materno, podemos, y su clan. El niño desordenado confía en
mentalmente, colocarnos en la casa de el tiempo instantáneo, es como un caza-
las perversiones de Blue Velvet de David dor que husmea en las cosas. “Le ocurre
Lynch, en aquel armario desde el que se –escribe Benjamin- como en sueños: no
contempla, voyeurísticamente, la escena conoce nada duradero, todo le sucede,
sadomasoquista. Ahí, como en el término según él, le sobreviene, le sorprende. Sus
unheimliche, asistimos a la ambivalencia años de nomadismo son horas en la selva
completa: temor y placer, extrañeza y del sueño. De allí arrastra la presa has-
cotidianeidad, miedo a ser descubierto ta su casa para limpiarla, conservarla y
cuanto tal vez esa escena esté represen- desencantarla. Sus cajones deberán ser
tada para aquel que está encerrado, lleno arsenal y zoológico, museo del crimen y
de terror, en el armario. cripta. “Poner orden” significaría destruir
un edificio lleno de espinosas castañas
Una habitación puede estar desorde-
que son manguales, de papeles de esta-
nada de forma absoluta sin que allí ha-
ño que son tesoros de plata, de cubos de
yan intervenido otros seres violentos que
madera que son ataúdes, de cactáceas
los niños de la casa. Bataille señaló, en
que son árboles totémicos y céntimos de
su ensayo sobre L´Art primitif de Luquet,
cobre que son escudos. Ya hace tiempo
que tanto el niño como el adulto necesi-
que el niño ayuda a ordenar el armario de
tan imponerse a las cosas alterándolas y
ropa blanca de la madre y la biblioteca
el proceso de alteración es inicialmente
del padre, pero en su propio coto de caza
una actividad destructiva: únicamente
sigue siendo aún el huésped inestable y
después del vandalismo de las marcas
belicoso”7. Basta, en verdad, con abrir el
destructivas existía el reconocimiento por
cajón de un niño para comprender que
la semejanza y la creación de signos. En
ese orden externo era una forma de ca-
el momento del origen, Bataille encon-
muflarse en la familia. Los cromos, los
tró no solamente la franqueza del azar al
papeles rotos, restos de golosinas o las

6 Sigmund Freud: “Lo siniestro” precediendo a E.T.A. Hoffmann: El 7 Walter Benjamin: Dirección única, Ed. Alfaguara, Madrid, 1987,
hombre de arena, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 1991, p. 28. p. 55.

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medallas de las competiciones del cole- como sucede en Fin de partida, a cadá-
gio están revueltos de tal manera que es ver. Allí la técnica es siempre la misma:
imposible, en apariencia, recuperar allí, poner cada cosa en su sitio, impedir que
en ese cajón-tesoro, la “armonía” más el caos se adueñe de todo. Archivo y do-
que volcando todo en el suelo, esto es, micilio coinciden en muchos sentidos.
produciendo una catástrofe deliberada. Lo que suena en el mal de archivo (Nous
No es “lógico” pensar que las obras de sommes en mal d´archive) es una pasión
arte, aunque sean analizadas como hi- que nos hace arder: “No tener descanso,
ciera Rene Thom a partir de sus contor- interminablemente, buscar el archivo allí
nos, tiendan a la estabilidad, después de donde se nos hurta. Es correr detrás de
haber pasado por fases de inestabilidad él allí donde, incluso si hay demasiados,
o “saltos”, especialmente, cuando tene- algo en él se anarchiva. Es lanzarse ha-
mos cerca la visión de los performances cia él con un deseo compulsivo, repeti-
de los niños destrozones y conocemos de tivo y nostálgico, un deseo irreprimible
sobra su habitación normalizada y, radi- de retorno al origen, una morriña, una
calmente, caótica. nostalgia de retorno al lugar más arcai-
co del comienzo absoluto. Ningún deseo,
Sabemos que cada técnica propone
ninguna pasión, ninguna pulsión, ninguna
una novedad del accidente, ese aconte-
compulsión, ni siquiera ninguna compul-
cimiento que Virilio quiere exponer, mos-
sión de repetición, ningún “mal-de” sur-
trando que es lo inverosímil, lo inhabitual
girían para aquel a quien, de un modo u
y, sin embargo, inevitable. “No se trataría
otro, no le pudiera ya el (mal de) archivo.
solamente de exponer nuevos objetos,
Ahora bien, el principio de la división in-
reliquias de accidentes diversos, a la cu-
terna del gesto freudiano y, por tanto, del
riosidad morbosa de los visitantes, para
concepto freudiano de archivo, es que
concretar un nuevo romanticismo de
en el momento en que el psicoanálisis
la ruina tecnológica, a la manera de un
formaliza las condiciones del mal de ar-
vagabundo que luce sus llagas para des-
chivo y del archivo mismo, repite aquello
pertar la piedad de los transeúntes -luego
mismo a lo que resiste o aquello de lo
de haber lustrado los cobres de las pri-
que hace su objeto”9. La materialización
meras máquinas a vapor en los museos
expositiva del accidente (ese archivo es-
del siglo XX, no iremos a hacer lo miso
cenográfico de lo que explota y se des-
y tiznar a propósito los restos calcinados
compone) es, como puede advertirse en
de las tecnologías punta-. No; se trataría
Unknown Quantity la muestra concebida
de efectuar un nuevo género de esceno-
por Paul Virilio para la Foundation Cartier
grafía donde lo que se expone sea sola-
pour l´art contemporain (2002), concluye
mente lo que explota y se descompone”8.
en una suerte de hipnosis traumática del
Pero también es cierto que la catástrofe
11 de Septiembre. Todos los desastres,
puede ser algo tan antiguo como el habi-
desde los terremotos en Japón, hasta las
tar, es decir, los accidentes, los traspiés,
inundaciones que continúan el mito del
el caer por tierra tiene uno de sus lugares
Diluvio, de los incendios que asolan los
privilegiados en la casa que puede oler,
bosques al hongo nuclear, de Chernobyl

8 Paul Virilio: “El museo del accidente” en Un paisaje de 9 Jacques Derrida: Mal de archivo. Una impresión freudiana, Ed.
acontecimientos, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 123. Trotta, Madrid, 1997, p. 98.

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a los pozos en llamas de Irak durante la lo que es meteórico debe ser breve, rá-
primera Guerra del Golfo, del hundimien- pido, pasajero. Furtivo, es decir, en su
to de Titanic a la marea negra del Presti- paso de relámpago, tal vez tan culpable
ge, hablan una suerte de lengua babélica, y clandestino como un ladrón. [...] La vida
su precario archivo está tan destinado al de un meteorito habrá sido siempre de-
fracaso como aquella Torre que desafió al masiado corta: el instante de un relám-
cielo. “Si la torre de Babel se hubiera con- pago, de una centella, de un arco iris”11.
cluido, no existiría la arquitectura. Sólo la Los filósofos, como Serres indica, hace
imposibilidad de terminarla hizo posible mucho tiempo que no escriben sobre los
que la arquitectura, así como muchos meteoros, esas plagas del cielo que po-
lenguajes tengan una historia. Esta histo- drían devolvernos a la miseria absoluta,
ria debe entenderse siempre con relación incluso lo (post)apocalíptico está atrapa-
a un ser divino que es finito. Quizá una de do en la narrativa (contra)utópica cinema-
las característica de la corriente posmo- tográfica. De pronto, Mauricio Cattelan
derna sea tener en cuenta este fracaso”10. imagina una catástrofe: el Papa Woytila
Todo cae por tierra. En cierto sentido, los ha recibido el impacto de un meteorito
americanos ya estaban preparados para en una sala de la Kunshalle de Basilea
la caída de las Torres Gemelas, ese acon- (La nona ora, 1999), pero aún se apoya
tecimiento parecido a una película estaba en el crucifijo y parece dispuesto para
marcado por la paranoia. Se tenían que continuar su tremendo viaje de prédicas
caer, era parte de su característica arqui- temblorosas. Esa pantomima trágica sin-
tectónica: llevaban tatuado el cataclismo toniza, en su humor ácido, con la sen-
como destino; ese espacio “clonado” era tencia del Terminator III justo cuando la
algo desafiante que tenía que ser destrui- pareja de protagonistas rememora el pri-
do: materializaron, en todo momento, la mer morreo: “Vuestra frivolidad de buena,
violencia de lo mundial. alivia la tensión y el miedo a la muerte”.
La fragilidad pesante del mundo transpa-
Los aviones, salidos no de un lejano
renta el peligro que no es otra cosa que
país, sino del territorio americano impac-
el bostezo, el aburrimiento mortal, la falta
taron sobre las torres del poder como si
de poesía, esto es, la rareza y escasez
el arcaico mito del Apocalipsis se hubiera
de eso que es capaz de conmovernos.
transformado en una pesadilla cercana,
En una época se saturación informativa
esto es, en un acontecimiento familiar-
termina por imponerse una mezcla de ce-
extraño. Algunos habrían preferido la
guera y amnesia. Pero tampoco eso es,
catástrofe cósmica: un meteorito atrave-
estrictamente, reciente; pensemos en los
sando el espacio infinito que, finalmente,
bombardeos sistemáticos sobre Alema-
impactara sobre nuestra civilización. “El
nia que provocaron, por ejemplo, 200.000
secreto del meteorito: se torna luminoso
muertos en Hamburgo, una destrucción
al entrar, como se suele decir, en la at-
increíble en torno a la que circularon más
mósfera, procedente de no se sabe dón-
que historias, una cantidad extraordinaria
de –pero, en todo caso, de otro cuerpo
de desinformación: “Reck escribe que no
del que se habría separado-. Además,
se puede creer todo lo que se dice, por-

10 Jacques Derrida: “La metáfora arquitectónica” en No escribo sin 11 Jacques Derrida: Dar la muerte, Ed. Paidós, Barcelona, 2000,
luz artificial, Ed. Cuatro, Valladolid, 1999, p. 139. pp. 130-131.

13
que ha oído hablar del estado mental “to- un acontecimiento que obligó a mucha
talmente trastornado de los fugitivos de gente a dormir al raso, en espacios abier-
Hamburgo... de su amnesia y de la forma tos, buscando compañía para atenuar el
en que vagaban vestidos sólo con pija- pánico. La fotografía de gente durmiendo
ma, tal como huyeron al derrumbarse sus en las escaleras de una céntrica oficina
casas” [...] Al parecer, bajo la conmoción de correos de aquella Babel del grado
de lo vivido, la capacidad de recordar ha- cero ocupó la primera página de los pe-
bía quedado parcialmente interrumpida o riódicos, de la misma forma que los no-
funcionaba en compensación de forma ticiarios mostraban a miles de personas
arbitraria. Los afectados de la catástro- atravesando, fantasmalmente, el puente
fe eran testigos poco fiables, afectados de Brooklyn, encaminándose, despacio,
por una especie de ceguera”12. Nosotros hacia casa. El apagón más grande de la
lo hemos visto todo, como el replicante historia hizo visibles a los peatones, una
que lanza aquel discurso épico al final de multitud estupefacta ocupaba la ciudad
Blade Runner, pero no somos capaces de o, mejor, intentaba marcharse de ella. A
comprender que ha pasado: fue algo que muchos turistas no les funcionó la tarje-
cayó del cielo, metástasis de aquellos me- ta electrónica de entrada a la habitación
teoritos que forman parte del exorcismo de su hotel y tuvieron, directamente, que
contemporáneo. irse a dormir al pavimento, a una exterio-
ridad en la que hacía un calor extremo.
Algunas catástrofes, como las de
Paradójicamente o, mejor, irrisoriamente,
los aviones, solamente pueden ser ana-
en toda la noche a la Estatua de la Li-
lizadas a partir de las cajas negras, esa
bertad no le faltó luz, como si fuera más
“memoria indestructible” que mezcla,
que una escultura, el eje de lo ideológi-
hablando en términos paródicamente es-
co, esto es, de la falsa conciencia de la
tilísticos, lo minimalista con la evocación
realidad. Bloomberg, el alcalde de Nue-
de la oscuridad y la ceguera. Considero
va York, dijo que al volver la vista atrás
que una de las más fabulosas materia-
nos preguntaremos, dentro de muchos
lizaciones del desastre inmanente a la
años: “¿dónde estabas durante el apa-
tecnología contemporánea y, al mismo
gón?”. La respuesta sería casi unánime:
tiempo, metáfora (desplazamiento o ex-
en la calle. Si en el 11 S la gente estaba
pansión) de esas cajas negras, es el Blac-
hechizada por el televisor, en el blackout
kout que sufrieron distintas zonas de los
se depositó toda esperanza en la radio,
Estados Unidos y Canadá a mediados
en las voces distantes que descartaban
de agosto del 2003. En la mente de los
la hipótesis del sabotaje. Muchos sujetos
neoyorquinos retornó, bruscamente, el
anónimos fueron grabados en su parti-
recuerdo de los atentados del 11 de Sep-
cular huida, vale decir: se les iluminó un
tiembre, aunque una frase magritteana de
momento mientras buscaban una salida
Bush “aclaró” el asunto: “Una cosa quie-
de aquella implosión técnica. Benjamin
ro destacar: Esto no es un atentado te-
subrayó que en Shakespeare y Calderón
rrorista”. Efectivamente, en esta ocasión
las batallas ocupan continuamente el últi-
se trataba de la catástrofe autónoma, de
mo acto y los reyes, príncipes, escuderos
y séquito entran en escena huyendo. De
12 W.G. Sebald: Sobre la historia natural de la destrucción, Ed.
Anagrama, Barcelona, 2003, pp. 32-33.
repente se detienen al hacerse visibles

14
para los espectadores y pueden tomar riesgo de carecer de sentido y no sería
aliento precisamente cuando están aban- nada sin ese riesgo. Y más que la muerte
donados a su suerte, bien es verdad que lo que nos produce miedo es, como de-
envueltos en una atmósfera nueva: “Por cía Eliot, el terrible momento de no tener
eso la entrada de los que llegan “huyen- nada en qué pensar. Nada en qué pensar,
do” tiene su significado oculto. En la lec- nada que hablar ni nada que sentir: sólo
tura de esta indicación entra en juego la un terrible y bello pesanervios”14. Esa es
esperanza de un lugar, de una luz o de la gran catástrofe: (no tener) nada en que
unas candilejas en las que nuestra huida pensar. Lo único que permanece es una
por la vida también quede a salvo de ob- especie de ronroneo, gestos nerviosos
servadores extraños”13. Nosotros estamos que se agarran a cualquier cosa, la vieja
grabados, habitualmente, en la fuga sin fin. preocupación por ciertos objetos. Recor-
Somos los modernos turistas de la deso- demos esa sacralidad, establecida en
lación, huidos un mundo familiar que ha ciertas culturas arcaicas, de ciertos obje-
terminado por revelar su esencial malsa- tos e imágenes en los que deposita cierta
na. Acaso la catástrofe bélica fue el punto ontología social, esto es, una certidumbre
de partida de la otra movilización perma- existencial, imprescindibles para culturas
nente, de esa gerontocracia (se tenga la que de ninguna manera tenían asegurado
edad que se tenga) que devasta el mundo su Ser, sino que más bien experimenta-
para encontrar en todas partes lo mismo: ban amenazas perpetuas y, sobre todo, la
la instantánea de su estar ahí. inminencia de la catástrofe. En el fondo,
más allá de la termodinámica social, todo
Volvemos a mirar la fotografía de los
regalo está envenenado, forma parte de
neoyorquinos tumbados, de cualquier
la mentalidad retributiva, de esa cadena
manera, en las escaleras y parece como
en la que el sufrimiento está codificado
si hubieran sufrido un bombardeo salvaje;
en una cuenta corriente. El niño que ya
en medio de la oscuridad los semblantes
conoce la impostura familiar de los Reyes
están borrosos, tal vez los pensamientos
Magos comienza a pensar en todo como
de esa multitud indiferenciada giraran en
mercancía, regalos que podría comprarse
torno al vacío. El hombre es el animal
él mismo. “Hay –apunta con lucidez Wal-
simbólico que sobre el fondo inatacable
ter Benjamin- algo que ya nunca se podrá
de la pared de la Nada comienza el traba-
remediar: el no haberse escapado de la
jo del mito. Esos que encontraban serios
casa paterna. A esa edad, en cuarenta
problemas para volver a sus casas experi-
y ocho horas de estar abandonado a sí
mentaron la falta de luz como una prefigu-
mismo toma cuerpo, como en una solu-
ración de la destrucción total, un aconte-
ción alcalina, el cristal de la felicidad de
cimiento siniestro. Sin embargo, no cabe
toda la vida”15. Sin embargo, parece que
consolar a nadie de que tiene que morir,
los individuos prefieren “enraizarse” en
ni siquiera al contemplar las fotografías
la pobreza de la experiencia o, en pocos
de un ser querido podemos apartar de la
casos, pensar en un nuevo concepto po-
mente los amargos pensamientos del final.
“Como decía Derrida, todo poema corre el
14 Leopoldo María Panero: Teoría del miedo, Ed. Igitur, Tarragona,
2000, p. 9.
13 Walter Benjamin: Dirección única, Ed. Alfaguara, Madrid, 1987, 15 Walter Benjamin: Dirección única, Ed. Alfaguara, Madrid, 1987,
p. 92. p. 19.

15
sitivo de barbarie. Habría que volver, sin incomprensión, un no saber de qué va,
angustia, al campo raso, a aquella visión algo para lo que de ningún modo basta
del nihilismo que es, hoy, desierto arqui- el concepto tradicional de ingenuidad”16.
tectónico. La desarquitectura de Robert Como en el cuento El traje nuevo del em-
Smithson, junto a visión (para)pintoresca perador, los estúpidos son siempre los
de las ruinas, o los cortes de las casas de otros: sólo el rumor acaba con la mentira.
Gordon Matta-Clark, en los que se mez- Las casas, el vecindario está infectado de
cla violencia y sublimidad, fundamentan rumores, las frases más que decirse es-
el arte demolido contemporáneo en el que tán sometidas al tartamudeo, si la cosa se
“el original es la ruina misma”. A pesar de dijera sobrevendría el apokalypsis que era
todo, somos capaces de habitar en medio literalmente un quitar el velo, una revela-
de la demolición, esa palabra que podría ción. La mierda, lo pútrido sube y baja en
resumirlo todo. Necesitamos recordarlo: ascensor, tras cada puerta no hay más
en el principio era el calvero, lo primero que malos olores compartidos; aunque
que hay que hacer es extirpar, destruir, lo doméstico esté herméticamente ce-
quemar. rrado, a veces el escándalo atraviesa las
paredes. Mientras tanto el estado general
Nuestra catarsis no libra a la tierra de
debe ser descrito como hebrefenía; la in-
monstruos, al contrario es una reacción
diferencia con respecto al mundo, como
tras la resaca, un cotidiano vomitar o,
Adorno señalara, termina con la sustrac-
también, un engullir, sin ninguna pasión,
ción de todos los afectos del no-yo, en
los cereales del desayuno. Hemos visto
la indiferencia narcisista con respecto a
innumerables vomitonas en el pantanoso
la suerte de los hombres, algo que tiene,
territorio del arte contemporáneo, desde
finalmente, un extraño sentido estético.
las bufonescas de Paul McCarthy hasta
“En ciertos esquizofrénicos la autonomi-
aquel proyecto juvenil de David Lynch
zación del aparato motor tras la disgrega-
Six figures sick, que únicamente consistía
ción del yo conduce a la repetición infinita
en imágenes de seis personas diferentes
de gestos o palabras; algo parecido se
vomitando que debían proyectarse sobre
sabe ya que ocurre con quien ha sufrido
una pantalla con tres cabezas tridimen-
un shock”17. El tipo contemporáneo se
sionales esculpidas. Sabemos que la
caracteriza porque el yo está ausente, en
trasgresión de la sacralidad sólo adquiere
un esquema semejante al de los estados
eficiencia instrumental cuando el sujeto
catatónicos. Si bien es frecuente que se
tiene que hacer violencia a sus entrañas,
pase de la fosilización mental a una agita-
siendo evidente que hoy nadie encuentra
ción exagerada, a rituales insensatos, en
razones para “desgarrarse”, lo que tene-
los que se sigue, también, el ritmo com-
mos es, lejos de cualquier rito, una suerte
pulsivo de la repetición. Los sujetos no
de vómito de la tontería, como puede ver-
actúan inconscientemente, simplemen-
se en las obras de Pierrick Sorin entre-
te reflejan rasgos objetivos; así, cuando
gado a la singular actividad de hacer el
sonríen con una extrema complicidad
patoso, con un humor que nos atrapa. “A
la gran épica, a lo peculiarmente épico, al 16 Theodor W. Adorno: Beethoven. Filosofía de la música, Ed. Akal,
narrar, le pertenecen como un elemento Madrid, 2003, p. 39.
17 Theodor W. Adorno: “Stravinski y la restauración” en Filosofía
de su verdad una cierta estupidez, una de la nueva música. Obra Completa, 12, Ed. Akal, Madrid, 2003,
p. 155.

16
ante las catástrofes mínimas del arte con- villa. Se trataría de reencontrar la estupe-
temporáneo, en muchos casos lo único facción, “la posibilidad de verse golpea-
que hacen es integrarse en el infantilismo do y afectado por algo, por alguien, de
que es, obviamente, el estilo de lo roto. quedar atónito, aturdido, casi paralizado,
Pero, insisto, no hay aquí una tragedia de que ardan los ojos y broten las pala-
abismal, ni un desgarro doloroso, al con- bras literalmente como piropos, con ese
trario, la demolición del yo refuerza el nar- fuego en los ojos que hace hablar, es la
cisismo y sus derivaciones colectivas. Los clave de la viabilidad de todo esplen-
“fenómenos del como si” (esa ironización dor, de maravillarse con la existencia del
planetaria) implican estados proto-psicó- mundo”18. La irrupción de lo maravilloso,
ticos en los que el sujeto se refugia en el en vez de lo siniestro, en lo cotidiano es lo
“espectáculo ideológico”. más urgente; es necesario lo imposible, lo
desmesurado, ese don que no se puede
Como señalara Martin Kippenberger,
hacer presente19. Esa maravilla puede ser
en torno a las bufonadas de imitadores
ceniza. Aunque mientras (no) se da ese
baratos: “No puedes hacer el tonto si eres
don, nos entretenemos con la parodia,
tonto”. Donde está la locura no hay obra.
atreviéndonos incluso a contar historias
Podemos sentir una singular nostalgia del
infantiles y patéticas, como la de ese niño
Rey de los Locos, pero, lamentablemen-
castigado por sus padres, en The Grand-
te, no siempre es Martes de Carnaval;
mother de David Lynch, por mearse en la
aquella revolución sustitutoria de los po-
cama; “necesitado de cariño, el pequeño
bres quedó fosilizada en la bohemia y, por
planta en su colchón unas semillas de
supuesto, hoy está transformada en pose
las que, gracias al alimento de su propia
“cínica”. Tenemos claro que las transgre-
orina, surgirá una abuela que paliará sus
siones periódicas de las Ley pública son
carencias afectivas”20. También se mea-
inherentes al orden social. De hecho la
ba sobre el espacio de la pintura Pollock,
comunidad se reconoce e identifica con
por su parte Nauman se toca los huevos
formas específicas de transgresión. Lo
como si fuera el más sublime de los actos
que nos corresponde es la banalidad que
posibles y mientras Mike Kelley se siente
no es, como podría pensarse, el reino del
orgulloso porque, según dice, se caga en
aburrimiento, sino más bien la genera-
los pantalones. Parece que en el desastre
ción constante de microdiferencias, de
estético actual hay un especial amor a los
contenciosos, transgresiones y crímenes
genitales pero también una especie de
en los cuales se reconocen los distintos
pánico frente a lo radicalmente otro, se-
“bandos”. No podemos contentarnos
mejante a la obsesión del neurótico que
con reconocer el banderín de enganche
contempla el sexo femenino como algo
de la estupidez, desplegando el delirio en
absolutamente siniestro: “Pero –advierte
un mundo delirante, ni tampoco estamos
Freud- esa cosa siniestra es la puerta de
dispuestos a compartir la crítica política
entrada a una vieja morada de la criatu-
con tonalidad de parvulario (sea en la cla-
ve efectista y ramplona de Michael Moo-
18 Ángel Gabilondo: Mortal de necesidad. La filosofía, la salud y la
re o en la actitud pseudo-punk de South muerte, Ed. Abada, Madrid, 2003, p. 173.
Park), necesitamos, aunque lo pavoroso 19 Cfr. Jacques Derrida: Papel Máquina. La cinta de máquina de
escribir y otras respuestas, Ed. Trotta, Madrid, 2003, pp. 267-268.
nos constituya, asumir (o crear) la mara- 20 Francisco Plaza: Terciopelo azul. Un mundo extraño, Ed. Midons,
Valencia, 1997, p. 55.

17
ra humana, al lugar en el cual cada uno lo más grande que jamás se haya visto. Tal
de nosotros estuvo alojado una vez, la vez tan sólo fue un lapsus, algo que se cae
primera vez. Se suele decir jocosamente de la boca mientras lo común es una leta-
Liebe ist Heimweh (“amor es nostalgia”), y nía de una fecha, una especie de conjuro
cuando alguien sueña con una localidad enrarecido que prueba que no se ha com-
o con un paisaje, pensando en el sueño: prendido nada, pero también podemos ad-
“esto lo conozco, aquí ya estuve alguna vertir que esa cita para-wagneriana es una
vez”, entonces la interpretación onírica “una provocación barata”. Porque, frente
está autorizada a reemplazar ese lugar a ese acontecimiento, es demasiado tarde
por los genitales o por el vientre de la ma- para el arte o, mejor, no cabe la sublima-
dre. De modo que también en este caso lo ción estética22. Acaso, allí donde algunos
unheimlich es lo que otrora fue heimsch, lo vieron la materialización de lo sublime-
hogareño, lo familiar desde mucho tiem- terrible23 únicamente podamos encontrar
po atrás. El prefijo negativo “un-” (“in-”), la pulsión pornográfica. No salimos del
antepuesto a esta palabra, es, en cam- pasmo ni de la estupidez y, lo peor, es que
bio, el signo de la represión”21. Acaso tras sabemos que vamos rumbo a peor. Ya ni
ese portón duchampiano que nos incita siquiera tiene sentido, beckettianamente,
al voyeurismo no esté solamente la ma- discutir si es más necesario el serrín o la
terialización de la antigua fascinación por arena24. “La prueba de que nos hace sufrir
la micción de su hermana, sino los restos
de un crimen, el ejemplo de la hiancia del 22 “Se piense lo que se piense de su cualidad estética, las Twin
Towers eran una performance absoluta, y su destrucción es
sujeto inconsciente. Cuando uno mira a también una performance absoluta. Sin embargo, eso no justifica
la exaltación de Stockhausen del 11 de septiembre como la
los ojos del criminal parece que no hay más sublime de las obras de arte. ¿Por qué un acontecimiento
nadie en casa, de la misma manera que excepcional debería ser una obra de arte? La recuperación estética
es tan odiosa como la recuperación moral o política –sobre todo
cuanto uno contempla el cuerpo despe- cuando el acontecimiento es tan singular debido precisamente a
dazado, sosteniendo la lámpara que ilu- que está más allá tanto de la estética como de la moral” (Jean
Baudrillard: “Réquiem por las Twin Towers” en Power Inferno, Ed.
mina un paisaje pintoresco no encuentra Arena, Madrid, 2003, pp. 37-38).
ninguna interioridad: todo está en un afue- 23 “Cuando en los días inmediatos a los sucesos de Nueva
York, Washington y Pittsburg, el compositor alemán Karl Heinz
ra inhóspito. Stockhausen declaró que el atentado a las Torres Gemelas había
sido la primera gran obra de arte del siglo XXI, las reacciones
La palabra catástrofe, un término de la bienpensantes no tardaron en producirse. Condenas sin paliativos,
acusaciones de frivolidad cuando no de complacencia con los
retórica que designa el último y principal terroristas, de desprecio a las víctimas, todos los calificativos
acontecimiento de un poema o de una parecieron pocos para anatematizar –sin intentar entenderlas- las
palabras del artista. Pero Stockhausen no fue el único en pensar de
tragedia, está subrayada, en el comienzo este modo. Iñaki Ábalos ha contado cómo asistió a los sucesos del
del siglo XXI, por el estado de excepción. 11-S pegado a un televisor en un hotel de Lima en compañía de una
serie de arquitectos célebres y la reacción de los asistentes ante
La Gran Demolición es, no cabe duda, el el “fulgor de las imágenes” (Baudrillard dixit) que aparecían ante
acontecimiento mayor, eso que resulta difí- sus ojos asombrados: “alguien se atrevió a hablar de la poderosa
atracción visual del horror y coincidimos en que lo que estábamos
cil de pensar y que entró, inmediatamente viendo era la encarnación misma de lo sublime contemporáneo, un
en el terreno de lo espectacular-artístico. espectáculo que en la antigüedad sólo tipos como Nerón se habían
permitido, y que ahora se servía democráticamente en directo a
Seguían aún humeando los restos de las todos los ciudadanos de la aldea globlal”” (Santos Zunzunegui:
Torres Gemelas cuando Stockhausen pro- “Tanatorios de la visión” en Brumaria, n° 2, Salamanca, 2003, pp.
240-242).
nunció la frase: esa era la obra de arte total, 24 “La discusión sobre el serrín o la arena [en Final de partida]
es tan nimia como decisiva la diferencia en la acción residual.
Transición de lo mínimo a la nada. Lo que Benjamin admiraba de
21 Sigmund Freud: “Lo siniestro” precediendo a E.T.A. Hoffmann: El Baudelaire, la capacidad para decir algo extremo como extrema
hombre de la arena, Ed. José J. de Olañeta, Barcelona, 1991, p. 30. discreción, Beckett puede reclamarlo; el consuelo de todo el

18
el acontecimiento tiene como correlato trá- cirlo tenga algo de sacrilegio27. Nos acuna
gico, no lo que pasa actualmente o lo que el videoclip de los aviones estrellándose
pasó en el pasado, sino el signo precursor contra los emblemas arquitectónicos del
de lo que amenaza con pasar. El porve- poder. Afortunadamente estamos en casa,
nir es quien determina lo inapropiado del lejos (pensamos desde el cinismo imperial)
acontecimiento, no el presente ni el pasa- de donde pasan esas cosas atroces. Hace-
do. O por lo menos, si son el presente o mos zapping convulsivamente y encontra-
el pasado, será solamente en tanto lleven mos toda clase de demencias, los serios
sobre su cuerpo el signo terrible de lo que estragos de la epidemia de la tontería: la
podría o podrá suceder, y que será peor de cosa está tan cruda que las risas tienen
lo que haya sucedido jamás”25. Los escom- que enlatarse. Por otra parte todo está
bros son apartados rápidamente, contem- mutilado, “el humor mismo se ha vuelto
plamos el solar desnudo y comprendemos tonto, ridículo”28. La mirada del especta-
que lo que queda es el polvo, ni siquiera el dor-catatónico no quiere reparar en lo que
resto de lo quemado: porquería definitiva. le rodea, prefiere entregarse a la catástrofe
Aristóteles advirtió que el accidente revela mediática que habitar ese hogar que, lo
la sustancia, mientras que Rene Thom, en sabemos, es un sitio donde todo puede ir
Stabilité structurelle et morphogènese, de- mal29. Tenemos miedo a volver al cabeza
clara que es tentador ver la historia de las porque, acaso, como el Angelus Novus,
naciones como una serie de catástrofes26. sólo veríamos montones de ruinas30.
Podríamos, sumando ambas sugerencias,
postular que nuestra situación está cifrada
(post)históricamente en la fotografía del
ejecutivo cubierto de polvo y hollín, senta-
27 “En las ruinas hay belleza. Reconocerla en las fotografías del
do con su ordenador en medio de los es- World Trade Center en los meses que siguieron al atentado parecía
combros de las Torres Gemelas. Volvemos frívolo, sacrílego. Lo más que se atrevía a decir la gente era que
las fotografías eran “surrealistas”, un eufemismo febril tras el cual
(sobreexpuestos al horror público), irreme- se ocultó la deshonrada noción de la belleza. Pero eran hermosas
diablemente, a sublimar la catástrofe: los muchas de ellas: de fotógrafos veteranos como Gilles Pérez, Susan
Meiselas y Joel Meyorowitz, entre otros” (Susan Sontag: Ante el
sedimentos fotográficos de la Gran Demo- dolor de los demás, Ed. Alfaguara, Madrid, 2003, p. 89).
lición tienen una rara belleza, aunque de- 28 Theodor W. Adorno: “Intento de entender Fin de partida” en
Notas sobre literatura. Obra Completa, 11, Ed. Akal, Madrid, 2003,
p. 290.
29 “Un hogar es un sitio donde todo puede ir mal” (David Lynch
mundo, que las cosas siempre pueden ir aún peor, se convierte en Chris Rodley: David Lynch por David Lynch, Ed. Alba, Barcelona,
en juicio condenatorio. En el reino entre la vida y al muerte, donde p. 357).
ya ni siquiera se puede sufrir, la diferencia entre serrín y arena lo 30 “Hay un cuadro de Klee que se llama Ángelus Novus. En
es todo; el serrín, subproducto miserable del mundo de las cosas, él se representa a un ángel que parece como si estuviese a
se convierte en un bien escaso y su privación en intensificación de punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están
la pena de muerte a perpetuidad” (Theodor W. Adorno: “Intento de desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas.
entender Fin de partida” en Notas sobre literatura. Obra Completa, Y este deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto
11, Ed. Akal, Madrid, 2003, p. 300). el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta
25 Jacques Derrida en Giovanna Borradori: La filosofía en una una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona
época de terror. Diálogos con Jürgen Habermas y Jacques Derrida, incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien
Ed. Taurus, Madrid, 2003, p. 145. quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer
26 “¡Qué mejor ejemplo hay de una catástrofe generalizada que lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se
el de la desintegración de un gran imperio como el de Alejandro! ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no
Pero en un tema como el de la propia humanidad, uno no puede puede cerrarlas. Este huracán le empuja irremediablemente hacia
ver más que la superficie de las cosas. Heráclito dijo: “No podrías el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de
descubrir los límites del alma aunque para ello viajaras por todos ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros
los caminos: tal es la profundidad de su forma”” (Thom citado en llamamos progreso” (Walter Benjamin: “Tesis de filosofía de la
Alexander Woodcock y Monte Davis: Teoría de las catástrofes, Ed. historia” en Discursos interrumpidos I, Ed. Taurus, Madrid, 1973,
Cátedra, Madrid, 1994, p. 161). p. 183).

19
Lidia Mateo

Visiones delirantes. Estética de lo inverosímil,


del absurdo y del sinsentido
Palabras clave
absurdo, delirio, sinsentido, alienación, vanguardias
Keywords
absurdity, delirium, nonsense, alienation, avant-garde

Resumen
Partiendo del dadaísmo y continuando por cada una de las vanguardias olvidadas del siglo XX, nos
aproximamos a los movimientos que han compartido su repulsa ante un mundo sumido en los conflictos
bélicos a escala global, así como ante una sociedad decadente y alienante. El absurdo, que parecía haber
anulado a un sujeto atrapado en una existencia sinsentido, se eleva como tentativa artística de nuevo
orden que reniega, no sólo de los cánones artísticos precedentes, sino del mundo de la razón y de la
lógica. Surgen así imágenes delirantes que, bajo el sello de lo inverosímil, del absurdo o del sinsentido,
trastocan el orden del mundo, proponiendo la destrucción de su fallida cultura para erigir sobre sus
ruinas los cimientos de una nueva concepción del arte y de la vida
Abstract
Beginning with Dadaism, and continuing through some of the forgotten artist avant-garde of the
twentieth century, this paper explores the movements that shared their rejection both to a world plunged
into global warfare and to a decadent and alienating society. The absurd feeling, an attitude that seemed
to have blocked a person trapped in a meaningless existence, rises, however, as a new artistic attempt,
which denies not only the previous artistic canons, but the whole world ruled by reason and logic. Hence,
delirious images arise, which, under the label of absurdity, improbability or nonsense itself, try to disrupt
the world order and propose the destruction of their failed culture, while rising the foundations of a new
conception of art and life over the downfall world.

En memoria de Juan Antonio Ramírez,


por el silencio, el vacío y las historias ausentes.

El retorno de Sísifo tística, supuso una actitud de resistencia


y destrucción hacia la cultura y el propio
Este texto gira en torno a la idea de
arte. Se trata de movimientos que, más
un efecto de rechazo o de resistencia
allá de proponer una mera estética nega-
ante los hechos traumáticos que se de-
tiva, funden el arte y la vida, objeto y pro-
sarrollaron a lo largo del siglo XX y ante
ceso, planteando a su vez alternativas. El
la alienación inherente a esta época. Esta
motivo, por tanto, del presente texto es
respuesta, que surge como expresión ar-
hacer un breve recorrido por algunos de

20
los grupos de artistas que encontraron ción de cualquier meta o finalismo en la
en la expresión del delirio, del sinsentido historia, amparada en parte por la idea
y de lo inverosímil, un salvoconducto de del eterno retorno nietzscheano, que refor-
subyugación del absurdo vital imperante, zó además el agotamiento del paradigma
transmutándolo en su propia razón de historicista y del positivismo unidireccio-
ser. nal que celebraba el triunfo de la razón.

Para esta aproximación un punto Según Camus, ante la expropiación


apropiado de partida sería el mito de Sísi- del sentido vital, el hombre absurdo
fo1, como encarnación de este sentir ab- confronta su propia tragedia mediante
surdo del que también adolecieron estos la vivacidad y la experiencia4, así como
artistas en cuestión, por lo que el mito Sísifo tampoco desiste en su empeño y
deviene en piedra angular y de referen- se recrea en la tarea de elevar una piedra
cia a lo largo del texto. Como es sabido, que ineludiblemente ha de volver a caer.
la historia de Sísifo es la de un castigo Y es que, siguiendo a Nietzsche, hay una
eterno por el que los dioses le condena- felicidad metafísica en sostener la absurdi-
ron a arrastrar una pesada piedra hasta la dad del mundo5, es decir, que aquel que
cima de una montaña desde la que, una reconoce el absurdo vive bajo su influjo
vez arriba, vuelve a caer, originando así la una doble pasión, todo estriba en saber
incesante repetición de un trabajo sin fin. si se puede vivir con pasiones, en saber
Es decir, que el castigo de Sísifo consiste si se puede aceptar su ley profunda, que
en la repetición ad infinitum de un trabajo es quemar el corazón que al mismo tiem-
inútil, estéril, sin objetivo ni sentido; un po exaltan. Decía Camus que el goce del
eterno retorno de lo mismo, garante de absurdo por excelencia es la creación6 y se
una desesperación asegurada. preguntaba asimismo si una obra absur-
da era posible, respondiendo que, para
Sísifo supone, por tanto, la perfecta
ello y paradójicamente, era preciso que el
recreación de lo que Camus denominó
pensamiento esté mezclado en ella en su
como hombre absurdo, aquel que percibe
forma más lúcida7.
la inutilidad y la incomprensión de la vida,
aquel que no desprecia la razón y admite lo Al igual que Sísifo, encadenado a sus
irracional (…) que abarca así con la mirada pasiones y su tormento, como reflejo de la
todos los datos de la experiencia y sabe tensión constante que mantiene al hombre
que (..) ya no hay lugar para la esperanza2. frente al mundo, del delirio ordenado que
En otras palabras, refleja la alienación del lo induce a acogerlo todo8, encontramos
ser humano contemporáneo, quebrado también a unos artistas que ya no bus-
por el trauma de las dos guerras mundia- can dar respuestas ni establecer conclu-
les, desorientado por la pérdida de refe- siones, sino que reflejan una realidad en
rentes tras la muerte de dios proclamada muchos casos destructiva y ponen el to-
por Nietzsche3 y que asume la desapari- que de atención en su deriva. El absurdo
reformula la visión que el hombre tiene
1 El mito de Sísifo fue magistralmente analizado y adecuado al
sentir contemporáneo por Albert Camus en 1942 en El mito de 4 Ibid. Pág. 35.
Sísifo, Alianza Editorial, Madrid, 2009. 5 Ibid. Pág. 123.
2 Ibid. Pág. 53. 6 Ibid. Pág. 124.
3 NIETZSCHE, F., La gaya ciencia, Biblioteca Nueva, Madrid, 2001. 7 Ibid.
Pp. 218-220. 8 Ibid.

21
del mundo, muestra la incapacidad en su Recitaban manifiestos contradictorios,
búsqueda ciega de un sentido o de una poemas en francés, alemán y ruso, cele-
objetividad y establece una nueva epis- braban escandalosos festivales en el ya
temología que concluye en una crítica a célebre Cabaret Voltaire que, en realidad,
la posibilidad de un mundo lógico y cog- eran antiespectáculos donde se exhibía
noscible. Lo que a priori puede parecer su espíritu anárquico y destructor. Bus-
una tragedia para la humanidad, resurge, caban el escándalo y la provocación para
sin embargo, como una nueva tentativa que funcionaran como revulsivo de la so-
artística que critica y subvierte los códi- ciedad burguesa y anestesiada a la que
gos tradicionales, mimetizando esta nue- culpaban de la carnicería de la Primera
va apreciación del mundo. Guerra Mundial. El dadaísmo lo atacó
todo, incluso y no sorprendentemente, a
Grito, luego existo
sí mismo; de hecho, en uno de sus ca-
Sería un grupo de exiliados de guerra racterísticos emblemas establecían que
afincados en Suiza, quienes más lúcida- el dadaísmo es antidadaísta.
mente comenzaron a expresar el descon-
La expresión dadaísta era una res-
tento y el desasosiego propio de la época
puesta de burla ante el mundo, como una
posterior a la primera guerra mundial, fe-
broma que tambaleaba los principios de
nómeno que rápidamente se extendería
orden y lógica de la sociedad, ya que el
a otros países de Europa e incluso a ciu-
mecanismo sinsentido y casi cómico de
dades de Estados Unidos como Nueva
sus prácticas permite una evasión de
York. Este conjunto, más que unirse bajo
toda racionalidad. Esto supone, en tér-
una afinidad formal o artística, confluyó
minos bourdieuanos, un salirse del juego9
como un todo heterogéneo cuya unión
del mundo. Es decir, como si el hombre
se asentaría en su comportamiento y mo-
hubiera adecuado la vida a un juego con
dos de vida. Se autodenominaron dadá,
un sentido inmanente, dotándolo de un
eligiendo el término al azar de un diccio-
argumento inteligible y sensato con sus
nario, de modo que su propio nombre es
reglas, sus objetivos y sus efectos, y
un sinsentido. Dadá no significa nada o,
cuyo distanciamiento sólo puede realizar-
más bien, es la nada significativa, por lo
se mediante lo irracional y alógico. Algo
que no está atado a ninguna descripción
que, al mismo tiempo, refuerza la idea
y nada lo limita.
nietzscheana que apunta a la tan huma-
Los dadaístas representaron e ilustra- na necesidad de construirse un mundo
ron los trastornos del exilio y de la guerra, a su imagen y medida, que se encuen-
se rebelaron contra los nacionalismos, tre estructurado bajo unos artículos de
la razón, la civilización y la cultura que
9 El concepto de juego de Bourdieu, entendido en ocasiones
consideraban fallida, representando esta como la noción de campo, se refiere, grosso modo, al lugar o a
crisis de manera histérica y alógica. Ante la trama donde se producen relaciones entre diferentes agentes.
Dentro de estos campos, relativamente autónomos y que pueden
la imposibilidad de asumir una realidad ser religiosos, artísticos, económicos, etc., una serie de beneficios
insoportable y deleznable, trataron de que están en juego se articulan bajo una estructura lógica e
independiente que se rige por unas reglas determinadas. Los
convertirlo todo en una parodia carnava- jugadores compiten, por tanto, incorporando la lógica y las reglas
que su propio campo requiera en una estrategia en la que cada
lizante que permitiera, mediante el humor
uno persigue sus propios intereses. En BOURDIEU, P., Entrevista
y la rabia, una sublimación del trauma. a Piere Bourdieu. “La Lógica de los Campos”. Zona Erógena,16
(1993): 1-5.

22
fe y ante cuya desaparición el hombre de 1918, consiguió subir al púlpito de la
desembocaría en el absurdo y el tedio10. catedral durante el oficio dominical para
Bourdieu, que dotaba al sentido del juego anunciar a los fieles que dadá salvaría al
de la significación y la razón de ser del mundo14 o cuando, por otro lado, en 1921
juego mismo, resolvía que basta salirse y durante una conferencia de Marinetti en
del juego, es decir, que basta suspender la París, se empezaron a lanzar octavillas
adhesión al juego que el sentido del juego que decían El futurismo ha muerto ¿De
implica para arrojar al absurdo el mundo y qué? De dadá15. Los dadaístas, median-
las acciones que se llevan a cabo en él y te la burla y el absurdo, consiguieron dar
para hacer surgir preguntas sobre el senti- una vuelta de tuerca a una realidad de-
do del mundo y de la existencia que jamás masiado anquilosada en sus preceptos,
se plantean cuando uno está atrapado en liberándola de su lógica para hacer surgir
el juego11. Es decir, que privar al mundo de ese modo preguntas sobre su sentido
de su propósito, de su hilo argumental, y su existencia.
reduciría al absurdo a los actos y a los
En París, Picabia pintaba en una pi-
actores que en él se desarrollan e interac-
zarra mientras iba borrando aquello que
túan. Al igual que sucede en la novela de
iba haciendo. En el escenario del Cabaret
Virginia Wolf, en la que se visualizan los
Voltaire se hacía música con ruidos y se
gestos de unos bailarines a través de una
veían escenas tan disparatadas como un
puerta vidriada ausente de música12, o al
gran sombrero bajo el que una voz recita-
igual que, según Camus, sucede al ver a
ba poemas de Hans Arp, junto a Richard
un hombre gesticular y hablar dentro de
Huelsenbeck aullando sus textos sono-
una cabina telefónica13.
ramente acompañado por el bombo de
Pues bien, mediante sus representa- Tristan Tzara, mientras que Sener, antes
ciones y sus actos delirantes, los dadaís- de recitar los suyos, depositaba flores a
tas consiguieron salirse del juego bour- los pies de un maniquí. Más aún, el col-
dieuniano del mundo industrial y alienante mo del escándalo llegó en la Gran Feria
de principios del siglo XX, dinamitando Dadá de 1920 en Berlín, lo que, en esta
su propia lógica y abriendo una grieta ocasión, les costó incluso ser llevados
en su estructura racional, lo que permitía ante la justicia16. De esta manera, el gesto
observar la escena bajo la extrañeza del sinsentido se transmutaba en manifiesto
absurdo (es decir, desde fuera del cristal como grito de liberación y rebeldía vital:
que envuelve el sentido lógico e inma- Grito, luego existo.
nente del baile que relata Woolf o de la
En este sentido, tanto el propio len-
conversación del hombre de la cabina
guaje como el cine, considerados las
de Camus). De esta manera se procedió
en el escenario del Cabaret Voltaire, así 14 BÉHAR, H. y CARASSOU, M., Dadá. Historia de una subversión,
como también lo hicieron cuando Johan- Península, Barcelona, 1996. Pág. 34.
15 Ibid. Pág. 97.
nes Baader, en el Berlín de noviembre 16 En el techo de la sala había colgado un soldado de paja con
atuendo militar con una careta de cerdo y gorro militar. Contra la
pared, sobre un busto de mujer de paja, habían cosido en lugar de
10 NIETZSCHE, F., Op. cit. Pág. 121. los senos un tenedor y un cuchillo oxidado. Estaban además, las
11 BOURDIEU, P., El sentido práctico, Siglo XXI, Buenos Aires, 2007. caricaturas de Grosz y los collages de Hertzfelde o Hanna Hoch,
Pág. 109. que recrearon oficiales y suboficiales infames y abominables, y que
12 Ibid. suscitaron la ira del ejército, lo que le valió a los artistas diversas
13 CAMUS, A., Op. cit. Pág. 27. multas después de un proceso judicial.

23
mayores herramientas de manipulación, del movimiento dadá, algunos de sus
fueron objetivos a destruir y reconsi- componentes, como André Breton, se
derar desde el punto de vista de dadá. implicaron en la creación de lo que sería
Además, el azar también deviene un ele- el surrealismo que, de entrada, adoptó
mento clave en la creación, es decir, dejar actitudes análogas a dadá, aunque debe
actuar lo que escapa al orden de la razón, añadirse que son dos movimientos entre
y que, como divertimento aleatorio, nos los que existen más diferencias que simili-
lleva a un juego en el que lo imprevisible tudes. Por ejemplo, pese a que ambos ex-
e indeterminado desempeña un papel presen un rechazo a la realidad de su tiem-
principal, al igual que en los collages de po, sus modos y sus medios distan mucho
Hans Arp o en la escadografía o rayogra- entre sí. El surrealismo, mediante diversos
fía17. En este tipo de obras de arte, que métodos, procede a un distanciamiento
parecen no albergar reglas precisas y que del mundo, creando un nuevo imaginario
dejan actuar al azar libremente, cedién- imposible o, como diría Deleuze, extraexis-
dole toda la capacidad creativa, encon- tente. El surrealismo plantea una huida
tramos lo que Deleuze denomina como que tiene más que ver con lo individual
juego ideal. Según Deleuze, el juego ideal y el yo, mientras que dadá planteaba un
contradice la esencia de los juegos nor- distanciamiento de la realidad desde den-
males al uso, ya que no responde a unos tro; una inversión de la lógica y del sentido
principios categóricos o hipotéticos, ni del mundo dentro de ese mundo. Dadá no
tiene un resultado consecuente en base a huye, destruye aquello que considera es-
unas reglas preexistentes, sino que pres- torbo y plantea así una nueva opción, una
cinde de normas, no concibe vencedores alternativa. Por eso recurre a la publicidad
ni vencidos, y en él la destreza y el azar y a las revistas para hacer sus fotomon-
son indistinguibles. Este juego ideal, que tajes o a la estética del espectáculo y la
parece no atenerse a ninguna realidad, representación escénica para realizar sus
no puede ser realizado, sólo puede ser veladas. El sinsentido inherente en sus
pensado y, además, pensado como sin- expresiones artísticas produce un nuevo
sentido. Porque afirmar todo el azar, ha- sentido, de modo que crea sentidos como
cer del azar objeto de afirmación, sólo el efectos creativos.
pensamiento puede hacerlo. Y si se intenta
La alienación delirante
jugar a este juego fuera del pensamiento,
no ocurre nada, y si se intenta producir otro El absurdo y el sinsentido vuelven a
resultado que no sea la obra de arte, nada tomar forma en la literatura del absurdo
se produce. Es pues, el juego reservado al que nace en la década de los cuarenta
pensamiento y al arte18. en el contexto ya de la Segunda Guerra
Mundial y que fue definido por Leo Kofler
Concomitantemente con la disolución
como burgués tardío alienado19. Los lite-
ratos del absurdo interpretan toda una se-
17 En este tipo de collages, Hans Arp disponía papeles de colores
recortados sobre un cartón con su cara coloreada boca abajo. Los rie de fenómenos claustrofóbicos que los
movía y después les daba la vuelta y los pegaba en el mismo lugar envuelven y lo representan mediante su
en el que habían quedado, respetando el orden del movimiento
involuntario. Por otro lado, la escadografía o rayografía, consistía exageración radical. A pesar de su inin-
en disponer un objeto sobre una placa sensible para dejar actuar la
luz libremente y ser después revelada. 19 KOFLER, L., Arte abstracto y literatura del absurdo, Barral,
18 DELEUZE, G., Lógica del sentido, Paidós, Madrid, 2011. Pág. 91. Barcelona, 1970. Pág. 127.

24
teligibilidad, estas obras permiten cierta muertos, como la necesidad de un sala-
comprensión ya que ofrecen constante- rio que permita al individuo una vida de
mente al espectador la impresión horripi- calidad y que, sin embargo, provocará su
lante de opresión y tenebrosidad20. Como encadenamiento a un trabajo que ha de
sucede, por ejemplo, en Los días felices garantizar la adquisición de una propie-
de Samuel Beckett, donde la sensación dad (…). y el tiempo muerto que se des-
de angustia y ahogo se formaliza alegó- prende de ello, como un tiempo estéril (…),
ricamente en el personaje de Winnie, una el tiempo libre reificado, o cultura22.
señora semienterrada en un montículo y
No es de extrañar, por tanto, que la
que nos relata, aún a pesar de su eviden-
cultura de la burguesía bienpensante,
te soledad y aislamiento, los motivos que
bajo cuyo amparo muchos conflictos
todavía tiene para reconsiderar sus días
bélicos habían sido justificados e instru-
felices. Conforme va avanzando la obra,
mento en muchos casos de una incipien-
Winni parece hundirse más en la tierra
te industria del ocio y del entretenimiento,
hasta que finalmente desaparece. Aquí
levantase sospechas y una sensación de
vemos cómo el personaje principal aún
desconfianza al haber precedido además
encuentra esperanza sui generis donde
a tanta miseria y dolor como fue la Se-
evidentemente no la hay, lo que nos lleva
gunda Guerra Mundial o los campos de
a pensar que su autor, por el contrario, ha
concentración nazis. Esta sensación de
caído ya en el nihilismo más absoluto al
desolación se describe muy bien en la
desvelar al espectador que, ciertamente
ya célebre frase de Adorno según la cuál
y pese a lo que la protagonista pueda an-
después de Auschwitz no es posible escri-
helar, ya no hay lugar para la esperanza.
bir poesía. Su significación, no obstante,
Todas estas expresiones, ya sean ha sido habitualmente mal interpretada,
desde dadá o desde el teatro, nacen de ya que a lo que se refería el filósofo es
una misma razón de ser alienada que que a partir de entonces la poesía no
resurge como tentativa artística deliran- volvería a ser nunca la misma porque
te en tanto en cuanto resulta liberadora. debería ya incorporar necesariamente
El individuo de la sociedad burguesa se a Auschwitz, entendido como elemento
presenta bajo una contradicción dentro que pasa a formar parte indisoluble de
de la situación de reificación provocada la humanidad y, por tanto, parte también
por un poder cosificado y autónomo y por de su poesía y de su propio imaginario.
la incapacidad del individuo de compren- Un nuevo movimiento, surgido en este
der ese poder, así como la incapacidad de contexto de posguerra, comprendió a la
comprender su propia situación específica perfección esta afirmación, al proponer el
y de comprenderse a sí mismo, es decir, desmantelamiento de la cultura tradicio-
de comprender su mentalidad, socialmente nal y de la poesía en particular, basándo-
condicionada21. Además de todo esto, las se en la idea de que para renovar la poe-
incipientes necesidades creadas garan- sía era necesario deconstruir la palabra
tes de libertad se revelan como falacias reduciéndola a su componente último: la
cautivadoras con excedentes de tiempos letra. Este movimiento, que promovía así
la restitución de un lenguaje primordial,
20 Ibid. Pág. 132.
21 Ibid. Pág. 177. 22 Ibid.

25
basado en las funciones comunicativas espectadores iban a tener que sufrir todo
básicas, fue el letrismo, cuyo líder, Isidore tipo de interferencias e incomodidades
Isou, sentó las bases de esta nueva idea durante e incluso antes del visionado,
en su obra Introduction à une nouvelle ya que se les (des)informaba de un ho-
poésie et une nouvelle musique (1947). rario incorrecto de la sesión, con lo que
tenían que esperar horas haciendo cola a
Ante la imposibilidad de hablar de
las puertas del cine y en donde, además,
todas sus expresiones artísticas, el foco
sufrirían empujones por parte de figuran-
de atención se centrará aquí solamente
tes. Una vez dentro, la película no sería
en el cine letrista, conocido como cine
la anunciada y de nuevo las constantes
discrepante por buscar la confrontación
interrupciones llevarían al público a la
directa con el espectador. La primera
frustración y extenuación. Mediante esta
película propiamente letrista fue Traité de
nueva concepción, el cine se expande
Bave et d’Éternité (1950) del citado Isidore
para increpar y provocar al público.
Isou, quien siguiendo su línea destructi-
vo-creativa pondrá el cine literalmente En esa aproximación al cine discre-
patas arriba mediante la inversión de sus pante letrista, finalizaremos comentando
imágenes o mediante un montaje en el Tambours du jugement premier, dirigida
que éstas y el sonido funcionen de modo en 1952 por François Dufrêne. Su radi-
asincrónico, añadiendo además ralla- calidad se asienta en la ausencia total
duras y veladuras en el propio film. Isou de imágenes, ya que sólo consta de una
consideraba que su cine tenía que dar banda sonora con un recitado de poe-
dolor de cabeza al espectador y, de he- mas24. El resultado es una película sin
cho, en el estreno oficial fue abucheado imágenes que nos cuestiona si eso que
por el público. (no) estamos viendo puede ser conside-
rado como cine.
Pese al aparente fracaso, un año des-
pués, Maurice Lemaître, quien había par- La radicalidad formal del cine letrista
ticipado en el montaje del film de Isou, y su capacidad para frustrar las expec-
llevaría el cine letrista un paso más allá tativas del público, al no tomarle en serio
en su proceso de destrucción con Le film o directamente tomarle el pelo, lo capa-
est déjà commencé?. En esta producción, cita del potencial subversivo apropiado
además de cincelar el celuloide, colo- para incitar a la revuelta, como sucedía
rearlo, quemarlo con ácido o recortarlo, también en el teatro de la crueldad de
busca la aniquilación de cualquier aso- Antonin Artaud. De este modo, se anima
ciación de ideas o posibilidad discursiva, al espectador a dejar de serlo y a salir a
persiguiendo el sinsentido y la desorien- la calle a vivir su vida en lugar de con-
tación23 mediante la manipulación, dis- templar la de otros. Si el dadaísmo hacía
torsión, repetición en eco y reversión del tambalear los pilares del mundo del arte
sonido. Sin embargo, lo más novedoso y de la cultura burguesa, el letrismo esta-
aquí es la creación del concepto de syn- blece puntos de fuga que apuntan ya a
cinema, que supone un desbordamiento la esfera pública y a la calle como lugar
de la propia experiencia fílmica. En él, los
24 BONET, E. y ESCOFFET, E. Próximamente en esta pantalla: el
23 DEVAUX, F. Le cinéma lettriste (1951-1991), Editions Paris cine letrista, entre la discrepancia y la sublevación. Museu d'Art
expérimental, 1992. Pág. 79 Contemporani de Barcelona, 2005. Pág. 31.

26
estratégico en las luchas por el poder. Y criticaba el sistema capitalista y preten-
es que, de hecho, lo que luego ocurriría día trastocar la vida cotidiana mediante la
en mayo del 68 tendría claramente sus construcción de situaciones subversivas
semillas en estos primeros actos de crea- y de resistencia. Para ello, sus protago-
tividad de la juventud letrista. nistas intentaban promover la lucha de
clases mediante la batalla del tiempo libre
Por otro lado, y por si acaso las co-
y la transformación del arte y la política.
nexiones entre dadaísmo y letrismo no
Su mejor contribución fue la concepción
fueran evidentes, siempre se puede hacer
de una política cultural capaz de criticar
mención tanto a la interrupción que uno
el capitalismo de consumo. Debord decía
de sus integrantes realizó en 1946 en una
que la cultura refleja, pero también pre-
conferencia sobre Dadá a cargo de Mi-
figura, las posibilidades de organización
chel Leiris, donde reclamó y reivindicó a
de la vida de una sociedad, por lo que
viva voz que dadá estaba muerto, como,
trató de elaborar estrategias de resisten-
por otra parte, puede también rememo-
cia como el détournement, la deriva, la
rarse el asalto que en 1950 Michel Mourré
psicogeografía o el urbanismo unitario.
disfrazado de dominico y Serge Berna,
entre otros, realizaron a la catedral de No- El détournement se basaba en sus-
tre Dame en mitad de una misa para decir traer algún elemento de su contexto, de
desde el púlpito que Dios había muerto y su destino o de su meta para adecuarlo a
denunciar asimismo la hipocresía de los otro nuevo, cualitativamente distinto, per-
fieles. mitiendo así la creación de nuevos signi-
ficados que dinamitasen las herramientas
Derivas del (sin)sentido
manipulativas empleadas por el sistema
Después de Tambours du jugement capitalista Por su parte, la psicogeografía25
premier de François Dufrêne, sólo que- suponía el estudio de los efectos que el
daba la posibilidad de reducir el cine ambiente geográfico ejerce sobre el com-
a la proyección de intervalos blancos o portamiento de los individuos. Su principal
negros, como sucede en Hurlements en instrumento de investigación fue la deriva
faveur de Sade (1952), donde un fundido y plantearon como proyecto el urbanismo
en negro sumiría a la sala en una exas- unitario, una propuesta de renovación ur-
perante oscuridad con la que se cerraría bana que implicaba al conjunto de las artes
el ciclo del cine letrista. En esta ocasión, y las técnicas en pos de la construcción de
fue Guy Debord el encargado de reducir un ambiente ligado dinámicamente a las ex-
el cine a su mínima expresión (o a su pro- periencias de comportamiento26.
pia destrucción). Debord, además, enca-
Es imposible negar lo que el situacio-
bezaría el cisma del letrismo en 1952, lo
nismo debe a las primeras vanguardias,
que desembocaría en el surgimiento de
especialmente a dadá, al ver obras como
la Internacional Letrista y finalmente de la
las Nuevas desfiguraciones de Asger Jorn,
Internacional Situacionista, un nuevo gru-
retratos de sujetos desfigurados por una
po desvinculado ya de la figura de Isou y
más radical en su posicionamiento políti-
25 PERNIOLA, M., Los situacionistas. Historia crítica de la última
co de retórica marxista.
vanguardia del siglo XX, Acuarela & A. Machado, Madrid, 2007.
Pág. 24.
El proyecto situacionista rechazaba y 26 Ibid. Pág. 26.

27
especie de garabatos infantiles. Destaca Una de las iniciativas más destaca-
uno de ellos, titulado La vanguardia no bles fue simular marcos institucionales y
se rinde (1962), en el que pinta bigote y comerciales de exposición y distribución
perilla encima del retrato de una niña, de arte como la Fluxtienda, fundada por
emulando L.H.O.O.Q., la acción llevada a Maciunas, o la Galería Legítima de Filliou,
cabo 30 años antes por Duchamp y en fundada en 1966, y que consistía en el
donde realizó el mismo procedimiento sombrero hongo del artista, albergando
sobre una postal de La Mona Lisa. Sin objetos, notas o imágenes de sus obras
embargo, para Debord, los precedentes o de otros artistas. Otra obra también
de la la Internacional Situacionista y ante- interesante se titula Counting Song, de
riores a la guerra eran fracasos comple- Emmet Williams, y responde a esta línea
mentarios, ya que, en sus propias pala- irónica y autocrítica. Se trataba de una
bras, el dadaísmo quiso suprimir el arte sin actuación en la que contaba en voz alta
realizarlo y el surrealismo quiso realizar el el número de espectadores que había en
arte sin suprimirlo27. la sala, no tanto como ejercicio autorre-
ferencial, sino porque el artista pensaba
Si, en último extremo, la Internacional que los organizadores le habían enga-
Situacionista pretendía crear situaciones ñado para no pagarle el mínimo que le
que, a contracorriente, generaran flujos correspondía por número de asistentes.
de oposición a los modos de vida inau- La ironía delirante y la crítica al propio
ténticos y alienantes, el movimiento de- sistema del arte se expanden hasta una
nominado fluxus, propondría la creación estética del acontecimiento continuo.
de acontecimientos con el mismo come- Aquí el festival Yam fue el mejor ejemplo,
tido. Fluxus no distinguía entre el arte y un evento de un año de duración (1962 a
la vida. Creía que los acontecimientos 1963), donde se debía realizar una perfor-
banales, rutinarios y diarios debían consi- mance al día, organizada ésta en base a
derarse acontecimientos artísticos. los principios del azar y del juego, como
Fundado en 1961 por George Maciu- aquel juego ideal del que hablaba Deleu-
nas, emigrante lituano de posguerra, su ze. Por otro lado, las partituras de aconte-
denominación fluxus (del latín fluere, fluir) cimientos eran una nueva dramaturgia de
fue escogida poniendo al azar el dedo en performances que dictaban cómo debían
un diccionario, del mismo modo que se de transcurrir estos acontecimientos. Al-
gestó el término dadá. Este movimiento gunas de ellas estaban recogidas en una
surge en un contexto en el que los artis- de las cajas fluxus donde, por ejemplo,
tas de posguerra empiezan a desvincu- podían darse las instrucciones para hacer
larse de la abrumadora figura de Pollock una ensalada.
y el expresionismo abstracto americano, Con sus diversas actividades, que
para dirigir su mirada al dadaísmo y, en incluían conciertos, actuaciones teatra-
particular, a la obra de Duchamp, guiada les, gestos, acontecimientos y acciones
también por el modelo de John Cage28. efímeras, se pretendían derribar términos
intrínsecos a la cultura y al arte como ori-
27 DEBORD, G., en HOME, S., El asalto a la cultura, Virus, Bilbao, ginalidad, valor o genialidad, pretendien-
2002. Pág. 203.
28 FOSTER, H., et al., Arte desde 1900.Modernidad, antimodernidad, do, en último extremo, llevar a cabo una
posmodernidad, Akal, Madrid, 2006. Pág. 457.

28
tabula rasa totalizadora que equiparase el el statu quo social, que depauperiza y reifica
valor de todas las cosas. Pero, más allá al individuo, con el propósito de dinamitarlo
de eso, enfatizaron la unión entre el arte mediante actitudes subversivas y de resis-
y la vida, proponiendo un tipo de bioarte tencia.
que hiciese frente al sometimiento biopo-
Lo que subyace en esa violencia y
lítico de los cuerpos y de lo vivo. Si de
en esa agresividad contra el mundo, en
lo que trata el experimento biopolítico,
ese vandalismo o deseo de aniquilar ma-
según lo explica Foucault, es de transfor-
nifestaciones de la alta cultura, es una
mar y de desarticular al sujeto, teniendo
respuesta radical y evidente a otro tipo
como primer objetivo el control de la vida
de violencia, obviamente la violencia del
mediante la estatalización de lo biológi-
poder, mucho más sutil o, como diría
co, los acontecimientos fluxus, de lo que
Foucault, descentrada y que atraviesa
trataban era de animar al público y a la
todos los aspectos de la vida, que con-
sociedad en general a erigirse como due-
diciona los actos y los comportamientos,
ños de sus propias vidas y sus propios
que regula la conducta y las relaciones
cuerpos y a no dejarse llevar por modos
sociales, los anhelos y los modos de
de vida inauténticos impuestos por los
sentir. Un poder tal que gentes lúcidas
medios de masas y la sociedad del es-
empezaron a intuirlo ya a comienzos del
pectáculo.
siglo XX. Como lo hicieron los dadaístas
Conclusión ante la cultura y la sociedad que había
enaltecido la violencia hasta los límites
Consciente de la falta de profundidad
de una guerra mundial y que se reveló
que el tratamiento de tantos movimientos
contra su lógica y su orden por medio de
impide en un espacio tan limitado, lo que
actos absurdos. Como lo hizo el teatro
se ha buscado en este texto, más que una
del absurdo, elaborando nuevos modos
inabarcable exhaustividad obviamente au-
de expresar la alienación y la opresión mi-
sente, es poner en relación unas mismas
metizando su esencia. Como lo hicieron
formas de sentir que resurgieron como
los letristas proponiendo una vuelta al ori-
tentativas artísticas a priori desquiciadas,
gen sígnico de la letra en un proceso de
histéricas y nihilistas. Pero nada más lejos
desbastamiento de lo accesorio. Como lo
de la realidad, ya que, aunque probable-
hicieron Debord y los situacionistas que
mente no fuera premeditado, a sus expre-
vislumbraron la incipiente sociedad del
siones sinsentido subyacía una lógica y un
espectáculo, proponiendo situaciones
sentido concreto, y en donde, aún teniendo
no impuestas y manipulativas que pro-
en cuenta sus instintos destructores, latía
moviesen una autonomía verdadera del
una intensa pulsión vital, liberadora y rege-
individuo y el cuestionamiento constante.
neradora. A pesar de que en su evolución,
O como lo hizo, en fin, fluxus con sus ya
sus objetivos se hicieron más evidentes y
citados acontecimientos que devolvían la
políticamente explícitos, lo que comparten
autonomía a la vida y a los cuerpos.
todos estos movimientos es una actitud de
negación y de rechazo que, más que diri- Y es que éste es el sentido hallado en
girse exclusivamente al propio mundo del el aparente sinsentido, el de repetir una
arte y de la cultura, apuntaba a la vida mis- y otra vez un interminable camino cuyo
ma. Fueron movimientos que cuestionaban objetivo o meta no existe más allá de en-

29
contrar satisfacción en el acto mismo de
resistencia creativa y a su vez destructiva
del sinsentido y el absurdo de un mundo
de individuos deshumanizados y recon-
vertidos en competitivos consumidores
de la nada. Gentes lúcidas, como decía,
que, cual moderno Sísifo, se guían bajo
la única lógica de que crear es dar forma
al destino29.

29 CAMUS, A. Op. cit.. Pág. 151.

30
Luis D. Rivero

HARAKIRIS (y otras formas de mirar bajo la piel)


Palabras clave:
arte contemporáneo, cuerpo en el arte, violencia, obsceno, harakiri
Keywords
contemporary art, body in art, violence, obscene, harakiri

Resumen
Empeñado en conceptos como lo abyecto y obsceno, el arte contemporáneo más trangresor ha tratado de abrir
las vías de acceso al interior del cuerpo. De este modo el sexo, la enfermedad, la violencia y la muerte se han
representado una y otra vez con el objetivo de reflexionar sobre su existencia imprescindible, a pesar de tratarse
como tabúes sociales. Sin embargo todo quedó en un simulacro escenificado. ¿No será entonces el harakiri la
apoteosis de la acción artística?
Abstract
Contemporary art has been determined to reflect on abjection and obscenity. Trying to open the paths to the inner
body, art has shown sex, illness, violence and death with the aim of reflecting on its indispensable existence,
in spite of being taboo in society. However everything was finally a just pretending scene. Won’t be harakiri the
apotheosis of artistic action?

harakiri. (Voz japonesa). 1. m. Forma de suicidio ritual, practicado en el Japón por razones de honor o por
orden superior, consistente en abrirse el vientre.

SOBRE ESA NECESIDAD DE AHONDAR es el despertar de la inquietud, la superación


EN LO HUMANO. del miedo a lo desconocido, el entendimiento
de lo hasta entonces incomprensible.
La mayor necesidad del hombre a lo largo
de la historia es la de su autocomprensión, a Y la piel es la frontera número uno, la más
todos los niveles. El misterio de lo oculto y/o cercana e importante, la frontera vivida por
desconocido ha sido y será uno de los mayo- cada ser en primera persona toda su vida. La
res resortes del avance científicio y del pensa- frontera que marca la imagen con la que vivi-
miento. Consciente de la existencia de puntos mos, el exterior al que nos enfrentamos y el
límites, de fronteras, de opacidades tras las que interior que sentimos y no alcanzamos a ver.
no se atisba lo que hay detrás, el hombre ha
De una manera literal o simbólica el hom-
tratado de ir expandiendo éstas en su desarro-
bre ha ido trazando pasos con los que ac-
llo cultural, en su desarrollo del conocimiento
ceder a ese interior, a ese abismo que nos
ético, estético, teórico y científico.
permite vivir y nos castiga a morir, que nos
No existe posibilidad de obviar el secreto, recuerda su presencia desde el goce y el su-
parece que el único objetivo de su existencia frimiento. Con timidez o sutileza, ingenuidad

31
o violencia, el hombre se ha decidido a cido, por imposiciones teológicas o por
explorarse, a abrirse en canal para tratar arrojado humanismo, el cuerpo siempre
de comprenderse con mayor plenitud. fue considerado ente sacro, único, bajo
en comparación al alma, pero constituido
Una vez más el arte ha sido su más
como unidad indivisible, materia opaca,
fiel compañero en este empeño. Capaz
impenetrable. Tan sólo la circunstancia
de presentar, representar, copiar, cons-
extrema de la enfermedad hacía atisbar
truir, crear, investigar, simular... el arte
el dinamismo de su interior, el fluir de sus
ha tomado el cuerpo como la base física
humores. Aún más negativamente, sólo
y estética desde la que se desarrolla la
en el caso de la llegada de la muerte,
vida, nuestra herramienta de acción, tar-
fue poco a poco considerado como ob-
jeta de presentación, objeto de estudio,
jeto de estudio, ya extinguida la vida. Y
sujeto investigador.
las lecciones aprendidas fueron pocas
Y si la piel es la frontera, la imagen que pero provechosas, como lo debió ser la
reflectamos, el contenedor que aglutina impartida por el Dr. Tulp según la lectura
nuestro interior, la bolsa que lo recoge de Rembrandt.
y le da forma, no quedará más remedio
La anatomía precisaba del arte. El arte
que rasgarla para acceder a la oscuridad,
en su empeño en la búsqueda de las di-
viscosidad, humedad e informidad de los
mensiones perfectas, del canon, se había
mecanismos que nos permiten vivir.
convertido desde hacía tiempo en el per-
Más allá de cristianismos y cartesia- fecto aliado de la ciencia médica, de la
nismos, separaciones de lo matérico e comprensión de lo acontecido en y sobre
intangible, existe en el hombre una nece- el cuerpo.
sidad psicológica, mental, casi sentimen-
Pero son el siglo XX y lo que va de
tal, de meter el dedo en la llaga, imaginar
XXI los que se han encargado, gracias
lo etéreo del alma, cuestionarse sobre el
al enorme desarrollo de la tecnología, de
fluir de la sangre, preguntarse por la ma-
darnos muy diversas visiones y puntos
teria que nos da el peso, la forma, y la in-
de vista de lo que hay debajo de nuestra
formación que transita en nuestro apara-
piel. Los rayos X, la ecografía y demás
to nervioso, los conceptos que se hacen
técnicas consiguen convertir por prime-
eco en nuestro cerebro.
ra vez en la historia lo invisible en visible,
UNA MIRADA CIENTÍFICA: ANATO- acercándonos al conocimiento definitivo
MÍA, MICROSCOPÍA Y RAYOS X. de aquello de que estamos constituidos.
El cuerpo se ha convertido así en algo
El arte a lo largo de la historia huma-
tendente a la transparencia1, dejando la
na ha ilustrado filosofía y ciencia, casi sin
medicina de ir a remolque de la represen-
distinción. Así Miguel Ángel del mismo
tación artística para abrirse campo con
modo retrató el espíritu del hombre en
técnicas meramente científicas que han
los rotundos músculos de sus escultu-
modificado enormemente la concepción
ras que dejando a sus personajes sin el
humana sobre el cuerpo.
arropo de la piel, como es el caso de su
San Bartolomé deshollado en la Capilla 1 Hasta llegar a la desnudez del hueso como avisa el título del libro
Sixtina. Por simple miedo a lo descono- de KEVLES, Betyam, Naked to the bone: medical imaging in the
twentieth century. Reading, Mass.: Addison Wesley, 1998.

32
La microscopía nos ha hecho enten- ofrecernos en un mesa perfectamente
der que no estamos formados sino por preparada para un banquete (Deep throat,
pequeñas unidades llamadas células. El 1996) el dudoso espectáculo de la explo-
desarrollo de la ingeniería genética ha ración endoscópica como plato, sin duda
llegado más allá, reduciendo el misterio de mal gusto. Todo ello para advertirnos
humano a la lectura de códigos matemá- del poder de penetración de la ciencia y
ticos, lenguajes inscritos en cadenas de los medios sobre lo más íntimo que aún
ADN que terminan por determinar hasta guardábamos, el interior de nuestro cuer-
el más mínimo detalle de nuestro orga- po. El viaje entre las oquedades forma-
nismo. das por órganos, tejidos y jugos no deja
de ser una muestra de aquello que nos
Si hubo un tiempo (y fue mucho) en
forma por un lado de forma fría: al modo
que los estudios artísticos determinaron
médico de la asepsia y el distanciamien-
la visión de nuestros tejidos, hoy es la
to; por otro sensacional, al estilo del es-
ciencia pura, la que a la vanguardia nos
pectáculo televisivo del morbo en que no
ha suministrado un arsenal de imágenes
hay frontera que separe lo que se pue-
a diferentes niveles y con diversos có-
de mostrar al público y lo que queda al
digos visuales para alimentar el conoci-
resguardo de nuestra intimidad. Hatoum
miento de nuestro interior.
es sutil y directa de un modo paradójico:
Algunos artistas han tomado nota de consumimos nuestra propias bajezas en
éstos. Así, Andrés Serrano, en paralelo al el espectáculo diario que supone asistir
neobarroquismo de sus retratos de muer- a un informativo a la hora de la comida.
tos en la serie La morgue, descendientes Curiosamente, la cámara en nuestro inte-
directos de la lección de Tulp rembrand- rior no parece sino mostrarnos “paisajes”
tiana, parece emular las fórmulas visua- más cercanos a la ciencia ficción que al
les del microscopio para acercarnos un hogar, produciendo el extrañamiento.
punto de vista casi abstracto sobre los
Pero de vuelta al barroquismo con-
fluidos que forman el cuerpo en su serie
temporáneo al final siempre quedará la
Fluids (1989-1990), bien sean éstos san-
muerte, y con ella la autopsia y la mor-
gre, semen, leche u orina.
gue. A ella acude Andrés Serrano para
Otra técnica, la radiografía, ha ahon- ahondar en el esteticismo inquietante
dado en la concepción de que no seamos del cuerpo ya inerte, sea por la causa
más que piel y huesos, haciéndonos a que sea. El cuerpo ausente de vida es
día de hoy nada sorprendente la visión paradójico: moral, científica y psicológi-
del esquema óseo que nos mantiene en camente aporta la facilidad de la ausen-
pie. Ana Mendieta, rememorando el có- cia del riesgo, de la imposibilidad de ir “a
digo radiográfico, recuerda el memento peor” que siempre angustia en la mesa
mori barroco proyectando sobre su cuer- de operaciones. Sin embargo, y por otro
po la figura de un esqueleto. No es esto lado, ese cuerpo no hace sino nutrirnos
más que un recordatorio contemporáneo de preguntas que ahondan en el misterio,
de lo fugaz de nuestra existencia, de lo el de la vida humana y el lugar de su au-
reducido de nuestra materia más básica. sencia. La inquietud es innegable: quién
fue el personaje anónimo que sucumbió a
Mona Hatoum será la más radical al

33
su llegada. ¿Qué vida se escondería tras en la inocuidad de lo extremadamente
él? Cada muerte nos rememora la impor- limpio e inodoro, la ciencia se desmarca
tancia de la intrahistoria unamuniana, la de la vida ofreciendo imágenes prefa-
del humilde personaje que sin embargo bricadas que nunca darán luz a los más
parece ganar notoriedad tras su ausen- profundos misterios del hombre a pesar
cia. Todo esto quizás sea provocado por de abrir su piel. Y el arte vuelve a hacer-
la proyección de nuestro miedo a lo des- nos ver la contradicción: Wim Delvoye
conocido, quizás no sea más que la mera plasma en Lick (2001) un (suponemos)
curiosidad del saber ante quién estamos, apasionado beso reducido al esquema
quizás no más que esa inquietante ener- visual del rayo X. Nunca podremos cali-
gía de la presencia de la ausencia, la no- brar científicamente el deseo.
toriedad que adquieren esos 21 gramos
PENETRAR ES SOMETER
que hay quien dice que se pierden en un
último suspiro. Penetrar (en) el cuerpo es someterlo.
El cuerpo se convierte así en una cues-
Otro fotógrafo, Joel-Peter Witkin, será
tión de poder (con lo que tendremos que
otro esteta de la muerte, otro creador de
tener en mente las teorías del biopoder
composiciones neobarrocas, “freaks”,
de Foucault); el campo de batalla (como
del recuerdo del mar al que van a parar
diría Barbara Kruger) que sufre las rela-
los ríos. Pero convencido de que el final
ciones de clase, las relaciones políticas,
“no es lo oscuro”, Witkin será capaz de
ideológicas, sociales, económicas, labo-
obsequiarnos con la ironía egocéntrica
rales...; el cuerpo se convierte en la inelu-
y onanista de Le Baiser (1982)2, en que
dible “topía”, el aquí y ahora desde el que
hasta en el más allá habremos de reco-
habitamos el mundo, la propiedad más
nocer que a quien más queremos es a
preciada que defender.
nosotros mismos.
Acceder al interior del cuerpo se trans-
El profesor Von Hagens, a medio ca-
forma así en una cuestión de control, de
mino entre la ciencia y la barraca de fe-
conocimiento de los mecanismos huma-
ria, lleva ofreciendo desde hace años, y
nos a través de los cuales se produzca
con gran éxito de público, su exposición
una mayor eficiencia en su uso. El avance
Body worlds (1995-) por todo el mundo.
médico-científico estaría destinado a una
Entre el sensacionalismo y la rigurosidad
mayor perdurabilidad del cuerpo como
médica consiguió crear un tipo de “em-
herramienta del sistema, como eslabón
balsamamiento” capaz de hacer perdurar
en la cadena de producción y consumo
los tejidos que forman el cuerpo. Con-
que mueve la rueda capitalista.
vertidos éstos en plástico, el método de
la plastinación nos aleja de la verdad del Así, la prostitución, el trabajo, la re-
cuerpo en descomposición, del cuerpo presión física planteada por ejércitos y
viscoso, corruptible y oloroso que real- métodos policiales, son los modos en
mente llega a su máxima expresión con la que el poder hace visible su control sobre
muerte. Y es que obstinada en la asepsia, los cuerpos, su utilización como medios
productivos, como productos que crean
2 En Le baiser Joel-Peter Witkin utiliza una cabeza diseccionada plusvalías y son violados, golpeados, re-
justo a la mitad de forma vertical juntando los labios de cada parte
para simular un beso. ducidos, penetrados...

34
Hacer uso, controlar, conocer, el inte- muy interesantes: declarado tabú, a nivel
rior del cuerpo genera diferencias socia- social nos permite acceder al ámbito de
les y genera beneficios. Por ello las inves- lo privado, de lo reprimido moralmente
tigaciones científicas tendentes al descu- (desde una perspectiva cristiana sobre
brimiento del más interno y oculto de los todo); a lo abyecto (a lo sucio que hay
códigos de funcionamiento del cuerpo en él: el intercambio de fluidos, etc); y a
humano: el ADN, el genoma humano; dan lo obsceno, aquello que ha sido elegido
pie al escepticismo y la oscuridad de un como elemento fuera de lo visible; y, sin
futuro más tendente a lo distópico que lo embargo, y a pesar de todo ello, estric-
utópico. tamente necesario para la supervivencia
de la especie.
El sexo se nos aparece por otro lado
como el método cotidiano de penetración El arte ha sido una de las pocas vías
en el cuerpo. Cargado de simbolismo cul- culturales en que el sexo ha conseguido
tural, el sexo conlleva la aceptación de la salir a la luz, no sin sus convenientes po-
entrada de un ente extraño en el organis- lémicas asociadas. Courbet ya en 1866
mo. Pero aún más, la negación de esta no tuvo reparos en afirmar (y mostrar) de
inmersión en nuestra intimidad puede ser modo explícito la vagina como El origen
“violada” por el ejercicio indiscriminado del mundo.
de la fuerza. El sexo dejará de convertirse
Marcel Duchamp, mucho más tar-
así en fuente de placer para pasar a ser
de, atendió a la vertiente voyeurística
muestra de dominación y sometimiento
que tanta atracción suscita, para hacer
del otro. La denuncia de la agresión so-
al espectador partícipe y convertirlo en
bre el débil será una de las vías político-
testigo de una escena ambigua donde
sociales más pretendidas por body art y
sexo y violencia parecen compartir prota-
arte de acción desde los años 60. El fe-
gonismo. Étant donnés (1946-66) supone
minismo y otros grupos de defensa de la
investigar en la curiosidad que mueve al
minoría social discriminada denunciarán
espectador, obligado a explorar, a utilizar
los abusos del patriarcado blanco, como
la mirilla, el hueco en la puerta, para ac-
explicitará Ana Mendieta en su acción
ceder a la privacidad del “otro”.
Rape scene (1973)3.
Jenny Saville retomará esta corriente
El sexo
en sus pinturas, aunque añadiendo nue-
“Someone wants to cut a hole in you vos contenidos y elementos que harán
and fuck you through it, buddy” hincapié en las relaciones entre los cáno-
nes de belleza habitualmente mostrados
Jenny Holzer4
a lo largo de la historia y combatiéndolos
Pero va a ser el sexo una de las vías a través de la deformación de sus figu-
más utilizadas por el arte a la hora de ras, distorsionadas, extrañas, llegando a
analizar la entrada al interior del cuerpo. la hibridación sexual del hermafrodita en
El sexo ofrece una serie de aspectos algunos casos.

Sobre el acto de penetración y la re-


3 En ella Ana Mendieta, semidesnuda y cubierta de sangre, simuló memoración psicológica de la vuelta al
haber sufrido una violación en su propio apartamento.
4 Jenny Holzer, The living series, 1980-82. útero materno, a la primera casa de que

35
disponemos en nuestra vida, a la seguri- en que se invitaba al espectador a mirar
dad del cobijo, reflexionará Niki de Saint su órgano sexual a través de una lente
Phalle en la instalación HON de 1966 amplificadora en una tentativa “científica”
(donde una gran vagina sirve de puerta a de constatar su falta de dientes.
un interior habitable). Algo parecido nos
El porno aparecerá en la obra de Jeff
mostrará Almodóvar en El amante men-
Koons que, en su serie Made in heaven
guante, un corto inserto en su película
(1990), utilizará sus habituales códigos
Hable con ella (2002) que rinde homenaje
para adscribirlos al ámbito artístico, en
al clásico de ciencia ficción El increíble
un modo de provocación y reivindicación
hombre menguante (Jack Arnold, 1957).
de una belleza relegada a la comerciali-
En él el sueño de acceder por completo al
dad de las revistas y el cine. Ampliamente
sexo de la amante llegará a consumarse.
expandido pero socialmente denostado,
Pero si los estudios psicoanalíticos Koons reivindicará el género mostrando
han profundizado en el miedo provoca- escenas de sexo junto a su pareja (la co-
do por el sexo femenino ha sido a tra- nocida actriz porno Cicciolina).
vés del mito de la “vagina dentata”, a la
Martin Creed, por su parte buscará la
castración imaginaria que tiene lugar en
formalización artística del acto sexual de
el acto sexual. Toda una serie de artis-
un modo bien distinto. Jugando con la
tas feministas han tratado de desmontar
escala (trayéndolo a un primer plano) y la
este mito desde finales de los años 60:
descontextualización, el zoom sobre tan
Valie Export con su intimidante Genital
privado momento lo convertirá en monu-
Panic (1969); otras mostrando sin tapu-
mentalmente estético, en un asepticismo
jos lo que durante tanto tiempo se trató
que huye de la realidad del sudor y los
de ocultar: Judy Chicago con Red Flag
fluidos. De este modo Creed reflexiona
(1971); Carolee Schneemann con Interior
sobre la capacidad del medio artístico de
scroll (1975); o Hannah Wilke con What
generar imágenes de valor propio, formas
does it represent? What do you repre-
compositivas a través de la luz y el color,
sent? (1978-84). La puesta en primer pla-
sea cual sea su objeto de representación.
no del sexo femenino se hará de modo
directo, en este caso en forma de vídeo, INTERFACES. COMUNICACIONES
en Multiple orgasm de Barbara Hammer CON EL INTERIOR
(1976), reivindicando el placer femenino
“The mouth is interesting because it’s
para hacerlo monstruoso, en un modo
one of those places where the dry outside
de subversión de los tópicos asociados
moves toward the slippery inside”
al sexo.
Jenny Holzer5
Visibilizar lo oculto y acabar con el
mito de la vagina devoradora será el pro- El interior, aquello no visible, supone
pósito, quizás de un modo más irónico y el misterio: del alma, del espíritu, de la
humorístico, de Annie Sprinkle, antigua oquedad, de los órganos, de las células,
actriz porno decidida a llevar su labor a del ADN...; en todos esos lugares aspira-
un terreno artístico-didáctico. Para ello mos a encontrar las respuestas que nos
mostrará en tour su sexo en Post-porn
modernist (1989-1996), una performance 5 Jenny Holzer The living series, 1980-82.

36
den las claves de la compresión del fun-
vías para acceder al interior del cuerpo:
cionamiento del hombre a todos los nive-
Frida Kahlo en el sentimiento de dolor
les, para encontrar, quizás, en todo ello,
provocado por un accidente que fracturó
de una manera u otra, su sentido más
su columna; Hans Bellmer en la ensoña-
profundo, su razón de existencia.
ción de una niña que, abierta en canal,
Si la piel es la frontera debemos en- explora inquieta el mundo que contiene
contrar las vías de acceso hacia el interior (Rose ou Vert la nuit, 1966); Salvador Dalí
tras ella. El cuerpo nos ofrecerá orificios y Luis Buñuel en la paranoia obsesiva del
para ello, lugares fronterizos, aduanas hormiguero que surge en una mano (Un
donde se produce la fusión entre esos perro andaluz, 1929); o Álex Francés ima-
dos mundos separados: boca, nariz, oí- ginando una piel penetrable como barro
dos, ano, vagina. La fascinación llegará aún húmedo en sus fotografías (Funda de
aquí, pues habrá grutas que explorar, a cuero; y Cuero penetrable, 2001).
las que asomarse y percibir la oscura
Otros no querrán imaginar y sí actuar
inmensidad que nos espera. El primer
sobre la piel como materia penetrable y
plano, la inmensidad descontextualizada
moldeable. Stelarc no dudará en some-
que supone la Boca (1929) retratada por
terse a “suspensiones” que pondrán a
Jacques-André Boiffard, nos acerca a
prueba la resistencia de su piel perfora-
ese misterio, alimentado por los códigos
da por ganchos. En la cotidianidad, los
fotográficos. Bill Viola, aprovechando en
piercings y el bodybuilding llevarán esta
este caso los medios del vídeo, parecerá
reflexión a nuestro día a día a través de
coger carrerilla (a modo de alocado trave-
la aplicación de prótesis que perforan y
lling) para adentrarse en el espacio entre
deforman el contorno normal del cuerpo,
los dientes (The space between the teeth,
demostrando no conformase con la ca-
1976). De nuevo gracias al uso del pri-
pacidad de la ropa que vestimos de ac-
merísimo primer plano y su consecuente
tuar como “segunda piel”.
creación de extrañamiento, de una incó-
moda monumentalidad, Janine Antoni re- Las teorías posthumanistas, capaces
tratará la extraña comunicación (de aire de afirmar sin tapujos la obsolescencia
sexual quizás) establecida entre lengua y de lo orgánico en una sociedad plena-
ojo en Mortar and pestle (1999). mente tecnológica, serán las que más
decididamente van a investigar sobre la
Más allá de la utilización de los orifi-
creación de interfaces que permitan la
cios naturales donde adivinamos ya la
comunicación fluida entre los mecanis-
humedad interior, la piel también podrá
mos de comunicación corporales y los
ser perforada, estudiando sus límites,
producidos por la ciencia y la informá-
su capacidad de resistencia antes de la
tica. El objetivo para ello será fundir de
ruptura. Vito Acconci así lo hará en su ac-
modo eficiente la carne con el metal y
ción Trademarks (1970) en que la some-
los nuevos materiales, ampliando las ca-
terá a los mordiscos producidos por sus
pacidades y habilidades del hombre. La
propios dientes, que dejarán sus marcas
pantalla y el ratón del ordenador ya no
sobre la piel.
serán suficientes, por lo que la tendencia
Algunos artistas encontrarán otras llevará a la creación de “entradas” que
conecten directamente cuerpo y tecno-

37
logía. El posthumanismo, además de su la descarga y desarrollo del lado inmate-
fuerte contenido filosófico ha permitido rial del hombre (la información contenida
la creación de toda una estética de gran en su sistema nervioso) en soportes in-
presencia visual que ha impregnado li- formáticos, convirtiéndolo de este modo
teratura, cine y arte. En el séptimo arte, en pura energía no sometida a los límites
David Cronenberg será el director que de lo físico.
más ha contribuido a esta estética, en
FLUIDOS
películas donde la carne se funde con los
nuevos materiales tecnológicos en una El desarrollo del arte a lo largo de la
suerte de evolución de carácter vampíri- contemporaneidad ha llevado a la “ane-
co y sexual (Crash, 1996); tendente a la mia” de lo plástico, incapaces pintura
paranoia psicotrópica y la enfermedad y escultura de competir ante la presen-
mental (Videodrome, 1983); o bien a la fu- tación (que ya no representación) de la
sión con realidades virtuales paralelas de carne y los fluidos del cuerpo. Body art y
difícil distinción con la realdiad (Existenz, demás movimientos de arte de acción se
1999). El ordenador y el videojuego han encargaron de romper los tabúes y abrir
colaborado para la inmersión en estas la nueva vía. Lo obsceno, aquello hasta
realidades binarias que bucean en mitos el momento fuera de la escena, accedió
filosóficos antiguos (la caverna platónica) así al arte, relacionándose directamente
para advertirnos de los peligros de una con la reivindicación de la materia, su
fantasía, que en su conseguida aparien- corruptibilidad y caducabilidad, así como
cia sensorial (y gráfica) podría abocar al defendiendo la fusión indisoluble de arte
sometimiento del cuerpo real, en un esta- y vida. La superficialidad de la imagen
do de hibernación paulatino (Matrix, Andy poco tendría que hacer frente a la angus-
y Larry Wachowski, 1999). tiosa presencia física de la materia que
nos da forma y de la experiencia vital a
Artistas como Stelarc o Marcel.lí An-
ella asociada.
túnez profundizarán en estas cuestiones,
el primero tratando de desarrollar una Existía no obstante, el precedente de
ampliación de los miembros y capaci- una pintura desgarrada, capaz de hacer
dades del hombre a través de su Third latir al lienzo a partir de una utilización
hand (1980-1998) o Ear on arm (2006). agresiva de la pintura como material ca-
El segundo investigando en la búsqueda paz de alcanzar la tercera dimensión, de
de una ampliación sensorial a través de rememorar la sensación visceral del ma-
nuevas drogas así como en el desarrollo tadero y la carne aún húmeda. Si Rem-
de exoesqueletos que permitirían una brandt (El buey deshollado, 1655) se
vida artificial (o, al menos, movimiento) considera el iniciador de este camino, el
más allá de la muerte (siendo Réquiem siglo XX aún sacará provecho al método
(1999) la perfomance definitiva sobre este desgarrando el lienzo (Manolo Millares
hecho). sería un ejemplo cercano) o la piel de los
retratados (Francis Bacon).
Todavía más allá, el transhumanismo
se alzaría como teoría aún más radical en Otros optarían por incluir los fluidos
este sentido, defendiendo el abandono corporales como material susceptible de
total del cuerpo y todo organicismo, para ser utilizado de modo pictórico: Marcel

38
Duchamp en su Paysage Fautif (1946) mito de los protagonistas que aparecen
así lo hizo con semen. El objetivo era la ante la cámara. Sin embargo la paradó-
reivindicación del valor de los desechos jica utilización de esta acción como ele-
derivados de las funciones del cuerpo. Si mento artístico-estético se acentúa en el
el giro conceptual del arte contemporá- aséptico decorado en el que lo realizan:
neo abría la posibilidad de la utilización un espacio desprovisto de toda clase
de cualquier objeto como arte, una vez de elementos añadidos, sorprendente-
descontextualizado y recontextualizado, mente limpio y totalmente blanco. ¿Una
Piero Manzoni no dudó en utilizar la iro- referencia quizás a la tentativa de alejar
nía para que su Mierda (1961) adquirie- lo repugnante de la realidad del funcio-
ra precio de oro gracias a su enlatado y namiento corporal? ¿Una crítica a lo que
firma como obra original del artista. Si el parece objetivo prioritario, por inútil que
arte actúa como memoria de la presencia sea, del hospital y, aún más, del museo?
en nuestro mundo de “genios”, Manzo- La huída hacia la pulcritud parece impo-
ni decidió que el desecho corporal era la sible para Creed, aún en la tentativa de
mejor manera de corroborar su paso vital la limpieza exhaustiva y extrema.
(y la digestión y excreción es una función
La abyección así ha ido ganando te-
fundamental para la vida) por el mundo.
rreno como concepto sobre el que re-
Shigeko Kubota decidió simular la flexionar, sobre todo a partir de su trata-
utilización del flujo vaginal en Vagina miento teórico por parte de Julia Kristeva.
painting (1965), una reivindicación de la La excrecencia se alza desde entonces
capacidad de la mujer frente al habitual como síntoma de vitalidad, aceptación
dominio patriarcal, tanto a nivel artístico, de la realidad que nos mueve día a día,
social y sexual. Ahora que el sexo y los a pesar del desprecio a que fue sometida
fluidos se hacían eco, la mujer defendía históricamente por la victoria de la moral
de esta manera su territorio. cristiana y el rechazo del cuerpo frente a
la limpieza del alma. Platón fue un corre-
Pero los fluidos corporales tradicio-
dor de larga distancia, y su apología de
nalmente remitieron al miedo a la enfer-
lo intangible tan sólo pudo ser frenada en
medad y la muerte, a la alteración del
parte a la llegada de Nietszche, el gran
mecanismo de nuestros órganos, a un
pensador de lo dionisíaco y del sí a la
posible “error del sistema” que provoca-
vida.
ría la salida a la luz de aquello que debie-
ra permanecer oculto. El fallo digestivo Lo que tantos años fue apartado
conllevaría así al desagradable vómito de la visión del arte se convierte así en
(tanto para el que lo sufre en primera tabú que explorar y mostrar, modo de
persona como para el que asiste a él). La enfrentar al espectador con sus miedos
provocación procurada por el arte más y generar su reacción, aunque ésta sea
revolucionario había tendido además a el rechazo y/o la náusea. La provocación
la búsqueda de la reacción del público, se convierte así en la manera de activar
aunque ello llevara a su repulsa y a la los instintos y desencadenar sensaciones
náusea. Martin Creed parece reflexionar durante mucho tiempo atrofiadas por los
sobre todos estos temas en Sick Film códigos del buen gusto.
(2006). En su película asistimos al vó-

39
LA CARNE una vuelta de tuerca al tema de la vanitas
barroca haciéndonos explícito que no
Frente al asepticismo de la medicina
somos más que eso, carne, por mucha
y la hipérbole de los medios de comuni-
vestimenta y sostificación que queramos
cación, el arte trata de volver a hacernos
aportar a la misma. Así, Vanitas (1987) re-
sensibles a la fragilidad del cuerpo, a la
visa estas ideas de la mano de un diseño
putrefacción de la carne, a la viscosidad
de moda fabricado en carne.
de los fluidos, a su olor. El acceso al inte-
rior del cuerpo nos lleva a la contundente La conjunción de arte y carne llegó a
presencia de la carne. Con ella el cuerpo una de sus mayores expresiones gracias
se hace definitivamente tangible, aprecia- a Orlan, artista francesa indispensable a
mos aquello que la superficie de la piel la hora de reflexionar sobre la abyección.
tan sólo trata de ocultar, quizás debido a Todo ello además con una fundamenta-
su informidad, a la difícil coexistencia con ción concreta en forma de manifiesto6.
el sublime orden que suponemos reina en La utilización de las posibilidades de la
nuestro organismo. Pero, ¿qué es lo más ciencia médica, en este caso en forma
real, la piel, superficie que se deja ver, o la de cirugía plástica, llevarían a Orlan a la
víscera que oculta? posibilidad de la “re-encarnación” en una
nueva fisonomía decidida por ella misma,
La celebración de la carne supone la
a modo de escultura en primera persona.
vuelta a lo dionisíaco y animal, a nues-
tra aceptación como seres primarios, la La cirugía trata así de dejar atrás la
aceptación definitiva de que antes que pesadilla frankensteiniana del fracaso en
nada somos materia, cosa, substan- la tentativa de control de la vida. Marcel.
cia (aunque sea pensante al modo de la lí Antúnez recupera de modo sui generis
res cogitans cartesiana; pensante, pero el mito para crear un JoAn, l’homme de
cosa). carn (1992) que en su mostruosidad nos
recuerda la inocencia del ser creado, por
La afirmación de la carne ha llevado a
horrible que pueda ser su apariencia, y la
algunos artistas a su disfrute colectivo y
imposible ocultación de las cicatrices de
festivo. Así lo hizo Carolee Schneemann
sus heridas. La reacción de JoAn ante el
en su performance Meat Joy (1964).
público (a través de sensores de sonido)
Otros han preferido cargar a sus presen-
no es sino otra manera de recordar la di-
taciones de un misticismo mágico-reli-
fícil aceptación social de un ser primitivo
gioso, más dramático y ampuloso, teatral
y grotesco, objeto de burla y rechazo, a
y simbólico, para dar la vuelta a la mone-
pesar de tratar de nacer de la imitación
da y, de algún modo, volver a forzar lo ex-
del prototipo humano.
puesto hacia la representación. Hermann
Nitsch lo ha llevado a cabo a través del La fabricación de un “cuerpo sin órga-
desarrollo de su “Teatro de los misterios”. nos” (concepto de origen artaudiano) su-
pondría la generación de otra utopía, en
Lo carnal tiene muchos modos de
este caso la de la “ausencia de víctimas”.
aparición, aunque siempre recordando
la podredumbre, la violencia, la acepta-
ción del corto período de vida de lo or- 6 Para consultar las ideas básicas del arte carnal podemos visitar la
propia página web de la artista: http://www.orlan.net/bibliography/
gánico. Jana Sterbak en este sentido dio carnal-art/ (consultado el 25 de mayo de 2012)

40
Esta idea conllevaría la tranquilidad ética cepticismo sufrido por Cristo en Wound
consecuencia de que ya no sería nece- (1996)7. El propio Collishaw juega con
sario “matar para comer”, supondría la la ampliación fotográfica para descon-
liberación de la incomodidad que produ- textualizar y magnificar la herida hasta
ce la necesidad de una muerte previa a la el extremo en Bullet Hole (1988-1993),
cesión de órganos que salvarán nuestra que termina por convertirse en un extra-
vida si estamos enfermos. Sin embargo ño abismo que multiplica la inquietud en
todo esto será también puesto en entre- el espectador, incapaz de ver nada más
dicho por las investigaciones científico- que oscuridad a pesar de la posibilidad
artísticas de Oron Catts e Iona Zurr. Ellos, del zoom.
utilizando los métodos de fabricación de
Pero es la necesidad de experimentar
tejidos a partir de células-madre, reflexio-
en primera persona el hecho violento, en
narán sobre este hecho. La generación
contraposición a un dolor imaginado a
de “organismos semivivos”, órganos sin
partir de acciones vistas pero no vividas,
cuerpo, nos lleva a pensar en los (falli-
el que llevará a Chris Burden a plantear
dos) sueños prometeicos de creación, el
las acciones Shoot (1971) y Transfixed
sueño del demiurgo capaz de manejar los
(1974). La primera siendo disparado en
cauces de la vida. Quién decide cuándo
el brazo por un amigo; la segunda cla-
y cómo comienza una vida, qué respon-
vándose literalmente a un coche en una
sabilidad se tiene sobre lo fabricado. Un
forma que de nuevo remite a iconología
limbo abyecto y obsceno parece generar-
cristiana.
se a través de elementos a la espera de
encontrar el cuerpo del que formar parte, El arte a lo largo de la historia, había
piezas que en su independencia carecen basado su método en la copia de referen-
de sentido. Generación de vísceras sin el te reales, un hecho que lo rebajaba on-
amparo de la cavidad que las define. tológicamente a experiencia de segundo
rango. Sin embargo, el arte de acción, a
SENTIR ES CREER. La violencia-la
través de la vivencia directa que propo-
herida
nía, acababa con cualquier posibilidad
La necesidad de experimentación de simulación, de engaño, a raíz de la
física llevará al hombre a meter el dedo re-presentación. La imagen siempre con-
en la llaga, pues la incredulidad (como llevó a reflexionar sobre acciones nunca
la sufrida por Santo Tomás) sólo parecerá ocurridas, o, si bien ocurridas, sometidas
resuelta con ello, con la obstinada nece- a la lejanía de lo visto y no experimenta-
sidad no sólo de ver para creer (pues la do, a la limitación de los propios códigos
imagen engaña), sino de sentir para creer. del medio utilizado o a la dudosa credi-
Pero, ¿no es acaso el tacto otro sentido bilidad de la rememoración subjetiva del
expuesto a la poco fiable subjetividad? artista.

La herida, resultado de una previa ac- Sin embargo, no todas las experien-
ción violenta sobre el cuerpo, supone el cias del arte más radical de acción o el
camino más corto y radical de la expe-
7 Fotografía en que deja ver una herida en las costillas semejante a
rimentación de la carne, y del fluir de la
la de la iconografía cristiana, una iconografía de la que podríamos
sangre. Matt Collishaw rememora el es- poner ejemplos célebres como el de La incredulidad de Santo
Tomás de Caravaggio (1602).

41
body art llevarán a la presentación del he- la denuncia de la violencia. Este hecho
cho violento y muchas quedarán también ha llevado a una serie de acciones de
relegadas a una simulación más o me- un reivindicativo masoquismo que tra-
nos simbólica del mismo. El accionismo ta de devolver la primacía del cuerpo
vienés así lo hizo en muchas ocasiones, como “topía” y “propiedad” desde las
controlando más la imagen producida por que establecemos nuestra existencia.
sus planteamientos que la búsqueda de Ana Mendieta así lo hizo en gran par-
una experienca vital real. Así, si Rudolf te de su carrera. Gina Pane materializó
Schwarzkogler en Acción 2 (1965) simula esa lucha en las lesiones autoprovoca-
la amputación de pene; Günter Brus es- das en su piel en intervenciones como
cenificará el corte de su cuerpo en Au- Acción sentimental (1973). Este tipo
topintura (1964-1965), retratándose junto de obras se han ido sucediendo en los
a objetos cortantes (hachas, cuchillos...) años: Marina Abramovic con Labios de
que llevarían a pensar en una mutilación Thomas (1975); Valie Export: Eros/ion
nunca llevada a cabo, aunque sí experi- (1971); o Kira O’Reilly: Succour (2002);
mentada mentalmente. Otto Mühl realiza- entre otras. La gratuidad de la violencia
ría también acciones de tinte similar. es puesta sobre la mesa por Abramovic
en acciones como Rythm 10 (1973). Aún
Escenificada o no, el arte buscaba de
más, la artista balcánica ofrecerá a los
este modo la catarsis, la purificación del
asistentes de Rythm 0 (1974) la posibili-
miedo a la violencia, el dolor y la muer-
dad de actuar sobre su cuerpo de forma
te. La liberación artística fomentada por
libre quedando ella en actitud obligato-
estas acciones sería llevada a escena
riamente pasiva. En esta última acción el
por Mike Parr en Cathartic action (1977)
público no dejará pasar la oportunidad
sometiéndose a la perturbadora expe-
de ejercer el poder sobre el otro, abu-
riencia de amputarse el brazo con un
sando de su posición de fuerza, para ha-
martillo. La capacidad de evocación de
cernos caer en la tendencia humana ha-
la acción se hace más realista y contun-
cia el ejercicio desproporcionado de la
dente por el hecho de haberse recons-
misma y la actitud de sumisión en caso
truido previamente el brazo izquierdo del
de encontrarse en una posición desfa-
que el artista carecía de nacimiento.
vorable.
La recuperación del control sobre el
Otros artistas trataron de liberar en la
cuerpo está en la base de la automuti-
autolesión el dolor provocado por la en-
lación, pues en la posibilidad de elegir
fermedad física: Bob Flanagan en obras
el momento, el lugar y el modo de la
como Autoerotic sm (1989); o mental:
acción violenta sobre el mismo se pro-
David Nebreda. Todo esto como lucha
duce la confrontación con la alienación
directa frente a la alienación provocada
sufrida en el día a día por la represión de
por el sometimiento a las reglas socia-
las instituciones y el consumo obligado.
les, tendentes a fomentar la enajenación
El feminismo, modo de lucha contra el
mental, la esquizofrenia, la personalidad
patriarcado capitalista y blanco, ha uti-
múltiple y la desposesión de lo más ínti-
lizado pues el “cuerpo como campo de
mo y preciado, una identidad y un cuer-
batalla” (Barbara Kruger), lugar sobre el
po con el que desarrollarla. Ron Athey
que escenificar la lucha por la libertad y

42
explora también el dolor de la anulación presentación simulada, en cierto modo
de la persona como consecuencia del fraudulenta, representación que finge. Se
trauma en acciones como Self oblite- alza de esta manera como acción física,
rations (2007-2010). En oposición a la estética, artística, política y violenta; pa-
huida de la droga y la medicina, estos radójicamente simbólica y real; recupera-
artistas buscan la confrontación con un ción del poder sobre el cuerpo al mismo
destino doloroso. tiempo que sacrificio público. Lucha y
abandono. Decisión personal y expiación
LA APOTEOSIS DE LA CARNE, LA
social. Experimentación del dolor extre-
ACCIÓN ARTÍSTICA Y LA MUERTE: EL
mo y aceptación de la muerte. El harakiri
HARAKIRI
condensa ese deseo primitivo de obser-
Pero si, como hemos ido constatando, var nuestro interior del modo más directo.
el arte contemporáneo más radical lanza
Si vivimos en el mundo del simulacro,
puentes hacia la violencia y la muerte
parece claro que entendamos la ironía
como experiencias extremas, ¿por qué
de Daniel Joseph Martínez en Selportrait
todas ellas son “estéticamente acepta-
#9, Fifth attempt to clone mental disorder
bles” mientras no alcancen su objetivo
or How one philosophizes with a ham-
final? ¿Por qué la consecución de la li-
mer. After Gustave Moreau, Prometheus,
beración en la muerte sólo es artística
1868; David Cronenberg, Videodrome,
mientras sea metafórica? ¿Por qué el si-
1982 (2000), donde sujeta sus vísceras
mulado salto al vacío de Klein es genial y
con la tranquilidad del “efecto especial”;
no lo son los realizados por Ana Mendie-
y quedemos desubicados frente a la te-
ta y Rudolf Schwarzkogler, que pusieron
rrible decisión de Yukio Mishima de cul-
realmente el punto y final a sus vidas?
minar el harakiri. En el más terrible de los
La crítica de arte quizás tenga miedo a
nihilismos, asistimos escépticos, entre
convertirse en la narración y análisis de
la admiración y la burla, a la defensa de
“sucesos”, o bien las páginas de sucesos
unos supuestos ideales que puedan con-
de los periódicos no quieren dar el salto
llevar a tan alto sacrificio.
a la estética.
-Bibliografía:
¿Fue Van Gogh el pionero de la au-
tomutilación como arte? ¿El primero en VIRILIO, Paul. Discurso sobre el horror
experimentar el carácter transgresor de en el arte. Madrid: Casimiro, 2010.
la violencia?
VERGINE, Lea. Body art and perfor-
El harakiri se nos presenta en toda mance: the body as language. Milano:
esta marabunta como peculiar respuesta: Skira, 2000.
la apoteosis que lleva a la consecución
KUPPERS, Petra. The scar of visibility:
de aquello que el arte sólo había tratado
medical performances and contemporary
de simular, bien por representarlo, o bien
art. Minneapolis: University of Minnesota
por abortarlo aún en proceso. El harakiri
Press, 2007.
hace literal la metáfora del body art, su
amago, su querer y no poder, lo lleva a O’BRYAN, C. Jill. Carnal art. Orlan’s
su trágico y terrible extremo, quedando refacing. Minneapolis: University of Min-
retratado éste como anécdota de re- nesota Press, 2005.

43
The body within: art, medicine and
visualization / edited by Renée van de
Vall, Robert Zwijnenberg. Leiden [Nether-
lands]; Boston: Brill, 2009.

WARR, Tracey (ed.). The artist’s body.


London: Phaidon, 2000.

44
María Torres

Visiones del exceso: aberraciones sexuales en la


cultura contemporánea

Palabras clave
Bataille, exceso, gasto improductivo, violencia, transgresión, régimen de la visión
Keywords
Bataille, excess, unproductive expenditure, violence, transgression, regime of vision

Resumen
El presente artículo propone explorar las relaciones entre violencia extrema y representación visual en el ámbito
de la imagen periodística y la producción artística. Partiendo de la noción de exceso y de gasto improductivo
propuesta por el filósofo francés George Bataille, plantearé, por un lado, lo que este autor ha definido como
“punto muerto de una transgresión ilimitada”1 y, por otro, examinaré el vertiginoso proceso inflacionario al
que se ha visto sometida la imagen contemporánea, hundida en una suerte de régimen obsceno en el que la
comunicación se torna imposible. Estos puntos me llevarán a cuestionar la vigencia del régimen postmoderno de
la visión que se halla atravesado fatalmente por una imagen corrosiva y perversa en plena decadencia.
Abstract
The present article seeks to develop an approach to the relationship between extreme violence and visual
representation within the context of contemporary mexican press photography and artistic production. Based
on Georges Bataille’s notion of excess and unproductive expenditure, I will analyze what Bataille calls “the
unfinishing transgression deadlock” and furthermore examine the vertiginous inflationary process which has led
the contemporary image to collapse. Therefore, communication becomes impossible. This ideas will lead me to
question the validity of the obscene and decadent postmodern regime of vision.

1 BATAILLE, George. La iteratura y el mal, Barcelona: Nortesur, 2010, pp. 173-176.

Visiones del exceso y excesos de la visión un exceso opaco2 que nos embriaga de emo-
ción voluptuosa y excitación violenta.
Si existe un síntoma que podría definir el
Este espíritu excesivo surge de la ruptu-
espíritu de la contemporaneidad, éste es el
ra de un sistema de saber y de conocimien-
del exceso. Un exceso encarnado en una ra-
to que produce y acumula obsesivamente;
bia extática: un delirio ostentatorio, un frenesí
de la puesta en crisis de un orden de cosas
histérico que desborda nuestras sociedades
que pospone, hasta los límites de lo posible,
en crisis y nos precipita a un abismo de vio-
la necesidad profunda de un consumo en
lencia sinuosa y embriagadora y de gasto de-
pura pérdida. La abundancia, y no la esca-
lirante ajeno a todo cálculo, de lujo y destruc-
sez, encarna el movimiento desbordante de
ción electrizante, de desorden. Este impulso
una energía excedente que recorre el mun-
feroz y caprichoso sacude como un relámpa-
go nuestros cuerpos y nuestras conciencias
iluminando con su luz cegadora y soberana 2 Sarduy, Severo. «Nueva Inestabilidad». En: Barroco y neobarroco. Ed.
Christine Buci-Glucksmann, Francisco Jarauta. Madrid: Círculo de Bellas
Artes, 1992, pp. 75-80.
45
do: abundancia que se manifiesta en una de prodigalidad que disipa”6. Para Batai-
efervescencia vital y en puro exceso3. Es lle este “consumo en pura pérdida” equi-
en este sentido en el que me gustaría vale a la destrucción necesaria de energía
retomar a Bataille, recuperando, precisa- excedente y se manifiesta a través de lo
mente, dos conceptos económicos que que el autor denomina gasto improducti-
desarrolla ampliamente en sus ensayos vo, es decir, todo aquél reservado al “lujo,
de economía general La noción de gasto los duelos, las guerras, la construcción
(1933) y La parte Maldita (1949), la abun- de monumentos suntuarios, los juegos,
dancia y la teoría del excedente. Para ello los espectáculos, las artes o la actividad
trataré de exponer brevemente el com- sexual perversa”7.
plejo pensamiento económico-filosófico
Nuestra visión económica del mundo,
que atraviesa la visión del mundo de este
a menudo fragmentaria, tiende a ignorar
autor, y que se encuentra condensado en
la abundancia que nos rodea y a leer la
estos dos textos.
problemática del hombre en términos
La abundancia está, en efecto, en la de escasez. Bataille no pretende negar
base de la visión del mundo de Bataille, el problema real de la falta de recursos
lo que le lleva a idear una hipótesis tan -del que ya se ocupa el estudio de la eco-
excéntrica como original: “La fuente y la nomía tradicional-, sin embargo sostiene
esencia de nuestra riqueza se encuentra que el problema de la necesidad es rela-
en la radiación del sol, la cual dispensa tivo en tanto que se deriva de una pers-
energía -riqueza- sin contrapartida. El sol pectiva analítica y fragmentaria que toma
da sin recibir”4. De ahí que tenga lugar en cuenta al ser vivo en particular o a los
una acumulación de energía en el mundo “conjuntos limitados de seres vivos”. Es
que no puede ser más que derrochada decir, surge de una conciencia del ser se-
en “exhuberancia y ebullición”5. Éste es parado y del análisis parcial y limitado de
para Bataille el origen de la existencia en un sistema aislado.
todas sus modalidades. Así, en esta his-
De esta forma, la cuestión que se
toria de la vida el ser humano juega un
plantea en esta economía general que
doble papel: por un lado, la técnica hu-
Bataille idea no es la de escasez sino la
mana abre camino a nuevas posibilida-
de abundancia, de ahí que el problema
des de crecimiento y de acumulación de
radique más bien en cómo las socieda-
riquezas, pero por otro, el hombre es el
des utilizan y destruyen este excedente,
más apto de entre todos los seres vivos
ya que puede oscilar entre la guerra o el
para consumir “intensa y lujosamente”
juego, el sufrimiento o el gozo. En este
el excedente de energía. Mientras que la
punto Bataille introduce la noción de pot-
industria multiplica sus posibilidades de
latch, actualizando la teoría del don en
crecimiento, el hombre dispone también
la vida económica moderna. Basándose
de “una facilidad infinita de consumo en
en el análisis de Marcel Mauss8 sobre las
pura pérdida”. La humanidad alterna así
formas arcaicas de intercambio de los
períodos de “austeridad que acumula y

6 Ibid, p. 123.
3 Bataille, George. La parte maldita. Barcelona: Icaria, 1987, p. 48. 7 Ibid, p. 28.
4 Ibidem, p. 64 8 Véase Mauss, Marcel. “Ensayo sobre los dones”. En Sociología y
5 Ibid Antropología, Madrid, Tecnos, 1979.

46
indios del noroeste americano, Bataille gasto ostentatorio creador de rango y de
define el Potlatch como la constitución poder, se sitúa en oposición al intercam-
de una propiedad positiva de la pérdida bio racional y al consumo útil, funcionan-
de la cual emanan valores como la gloria, do como una forma general de sacrificio.
la nobleza, el honor y el rango en la jerar- Y es precisamente en este movimiento
quía. Este régimen arcaico de intercam- de “explosión exuberante”, en ese gesto
bio, asociado a un sistema de fiestas, de “generoso, orgiástico y desmesurado”,
regalos y de prestaciones de todo tipo, donde radica el germen de la transgre-
toma generalmente la forma gloriosa de sión y del exceso en Bataille y, al mismo
una cadena regular de dones -pero nunca tiempo, el síntoma de su agotamiento.
de trueque- y a menudo consiste en una Una transgresión y un exceso que, su-
donación considerable de un jefe a su ri- midos en una espiral inflacionaria, toman
val con el fin “de humillar, desafiar, obli- el sentido puro de la destrucción y solo
gar”. El donatario debe aceptar la dona- pueden conducir al desbordamiento y al
ción y responder en el tiempo convenido colapso de la vida, del entendimiento, de
con un nuevo potlatch del cual se derive la visión. Para Bataille “todo es transpa-
un don más importante. Así, el donatario rente, todo es abierto y todo es infinito
debe devolver con usura. entre los que consumen intensamente.
Pero nada tiene importancia desde ese
Más allá del don de rivalidad, también
momento; la violencia se libera y se des-
se puede desafiar al rival por medio de un
encadena sin límites en la medida que
gasto o una destrucción espectacular de
aumenta la pasión”11.
riquezas, los cuales son ofrecidos gene-
ralmente a los ancestros de los donata- Las visiones del exceso emanan de
rios en un gesto que apenas se diferencia un espíritu arcaico que el autor evoca
del sacrificio religioso. A su vez, el rival con una plasticidad deliciosa en muchos
debe responder con un sacrificio mayor. de sus textos: el desorden de la guerra
Así, el potlatch no puede reducirse al sim- y del juego desmedidos, el exhibicionis-
ple deseo de perder, pero lo que aporta mo violento, “la ignominia y el carácter
al donador no es el incremento material repugnante de aquellas carnicerías, aso-
de los dones de la revancha sino “el ran- ciadas a la piedad, a las lágrimas y a la
go que confiere a quien tiene la última grandeza”12, la “llamarada delirante” que
palabra”9. El potlatch de rivalidad está envuelve el cuerpo en la hoguera y su
asociado a valores como la gloria y el resplandor cegador y esplendoroso, to-
honor, vinculados a la riqueza tan solo a das ellas imágenes genialmente descritas
través de la pérdida. Como nos recuerda en El verdadero Barba Azul (La tragedia
Bataille, “el sentido arcaico de la rique- de Gilles de Rais). O aquella anécdota de
za se dirige hacia la pérdida. El poder la que se sirve en La literatura y el mal
adquirido se entiende como el poder de para relatar el derroche vertiginoso pro-
perder”10: el poder del don. pio del carácter noble del medievo, en la
que “un caballero hace sembrar con mo-
De este modo, el potlatch, en tanto
que exhibición desmedida de riquezas y
11 Ibid, p. 95.
9 Bataille, George. La parte maldita… p. 107. 12 Bataille, George. Tragedia de Gilles de Rais. Barcelona: Tusquets,
10 Ibid, p. 34. 1972, p.129.

47
nedillas de plata un terreno previamente (est)ético capaz de poner en crisis todo
labrado; otro quema cirios para alumbrar sistema de representación e idea de lí-
su cocina; un tercero, por pura jactancia, mite. Una imagen delirante y contagiosa
ordena que sean quemados vivos todos en la que podemos verlo todo y al mismo
sus caballos”13. tiempo no ver nada; que se hunde en el
vacío vertiginoso de la transgresión ilimi-
Transgresión y exceso que, aún bajo
tada para habitar plenamente las arqui-
las formas que impone el régimen con-
tecturas abyectas del exceso. Esta retó-
temporáneo de la visión, parecen emer-
rica desbordada de la ya vieja sociedad
ger de este “espíritu arcaico y excesivo
del espectáculo incide sobre el plano de
de consumir por el placer de consumir”
lo demasiado visible, de lo demasiado
que impregna también la propia escri-
luminoso, de lo que no debe mostrarse,
tura de George Bataille. Un espíritu que
es decir, de lo obsceno. Una obscenidad,
desata un consumo inútil, soberano y al
que según Baudrillard, define este régi-
tiempo simbólico: consumo de “imáge-
men de sobrepuja de signos y de hiperre-
nes, de efectos de realidad, de hechos
ralidad mediática en el que se producen
‘impactantes’”14. El siglo XXI, como afir-
transgresiones sin fin17.
mara Foucault sobre el siglo pasado en
su Prefacio a la transgresión, está des- En una lúcida visión, Christine Buci-
cubriendo sus propias categorías hijas Glucksmann describe este exceso his-
del gasto, del exceso, del límite y de la térico como “una especie de Locura del
transgresión: “Categorías que constitu- Ver […] un Ser de Luz de ceguera en el
yen formas actualizadas, extrañas e irre- que la imagen es inarticulable”18. Así, el
ductibles de esos gestos sin retorno que mismo gesto que niega la posibilidad de
consumen y destruyen”15. una transgresión ilimitada empuja a la
imagen, en su soberanía derrochadora
En este sentido, me gustaría retomar
y desmedida, hacia una espiral de deca-
el tema que nos ocupa en el presente
dencia y abyección; hacia la negación y
texto: el de la imagen excesiva y abyecta
la repetición sin fin. Un callejón sin salida
de la contemporaneidad, cuya estética
en el que la imagen se quiebra en un ges-
cada vez más cruda y grotesca entronca,
to incomunicante. Este fenómeno vendrá
según Gerard Imbert16, con “una cultura
definido por lo que llamaré, apropiándo-
del exceso, basada en una sobresatura-
me del término usado por Jacques Derri-
ción de signos, una especie de potlatch
da, la inflación del signo, así como por la
mediático”.
inevitable devaluación de su significado
Si algo caracteriza a la imagen de la que anuncia, así, el fin del régimen mo-
postmodernidad es, de nuevo, su natura- derno de la visión.
leza excesiva. Un exceso no solo cuanti-
El callejón sin salida de la transgresión
tativo y formal sino también discursivo y

13 Citado en Bataille, George. La Literatura y el mal… p.187. 17 Baudrillard, Jean. La transparencia del mal. Ensayo sobre los
14 Imbert, Gerard. Los escenarios de la violencia. Barcelona: Icaria fenómenos extremos. Barcelona:
Editores, 1992, p. 216. Anagrama, 1991
15 Foucault, “Prefacio a la transgresión”. En: De lenguaje y 18 Buci-Glucksmann, Christine. “La manera o el nacimiento
literatura. Barcelona: Paidós, 1996 de la estética”. En: Barroco y neobarroco. Ed. Christine Buci-
16 Imbert, Gerard. “Violencia e imaginarios sociales en el cine Glucksmann, Francisco Jarauta. Madrid: Círculo de Bellas Artes,
actual”, en VERSIÓN 18, UAM-X (México), 2006, pp. 27-51 1992, p. 25.

48
ilimitada generalizada de las prohibiciones, una
búsqueda del mal sin limitaciones. Una
Medio siglo atrás, Andy Warhol ya in-
vez destruidas todas las barreras, todo
tentó probar en su serie de Accidentes y
se reduce a la total decadencia. Ya no
Catástrofes (1961) que al visualizar una
quedan reglas que violar en el terreno de
imagen espantosa una y otra vez, ésta fi-
la imagen y la abyección, y difícilmente
nalmente dejaba de tener efecto. En este
puede haber transgresión sin prohibición.
sentido, podríamos añadir además que
cuando se exhiben una y otra vez no una Como afirma Bataille, “el deseo de una
sino cientos de imágenes de horrores in- nada que no quisiera admitir límite alguno
finitos e inimaginables, la transgresión se queda reducido a la vana agitación”20. El
torna imposible y la imagen como signo mal, cuando se realiza, se ha convertido
se quiebra, se vuelve incapaz de comu- en un deber, y esto es lo que era precisa-
nicar. mente el bien. Se desencadena entonces
un debilitamiento ilimitado. Ninguna pro-
Dejando atrás todo afán historicista,
hibición proporciona ya el sentimiento de
podríamos situar este trabajo de Warhol
lo prohibido. He aquí la imposibilidad de
entre los primeros en inaugurar oficial-
la transgresión ilimitada.
mente toda una estética de lo abyecto
que se extiende desde la segunda mitad La imagen abyecta es aceptada por
del siglo XX hasta nuestros días y en la todos con indiferencia. La transgresión ya
que los excesos de la realidad y de la no parece capaz de inspirar esa virulenta
forma toman la palabra a través de su beligerancia iconoclasta de otras épo-
representación visual. Desde ese mo- cas ni generar respuestas censuradoras
mento comienza una escalada brutal de o apasionadas; apenas consigue con-
abyección y violencia encarnada en un mover o afectar al espectador. El artista
nuevo régimen de imaginería que invadirá transgresor es condenado a transgredir
plenamente los imaginarios de muerte de infinitamente la transgresión y a crear
nuestra época. obras profundamente estériles y banales:
el vacío, la incomunicación21.
En efecto, la idea de transgresión se
encuentra en el núcleo de este encade- El anunciado final de esta estrategia
namiento de excesos visuales. No hay narrativa y estética viene determinado
duda de que en el transcurso del siglo XX por la propia pérdida de significado del
tiene lugar una omnipresencia del con- término que la define. La devaluación de
cepto transgresor en el ámbito de la cul- la palabra transgresión es, como afirmara
tura visual. Para Anthony Julius, “la idea Derrida respecto de la palabra lenguaje,
de que las obras se hacen violando las “la inflación del signo mismo, la inflación
instituciones del arte, sus reglas, sus pro- absoluta, la inflación como tal”. Esta
tocolos y sus autoridades se ha instalado crisis aparece como un síntoma. Indica
en la convención”19. Sin embargo, al bus- que una época debe terminar. La trans-
car obstinadamente el mal, la creación gresión, como el lenguaje en Derrida, “se
visual entra inevitablemente en un calle- halla amenazada en su propia vida, des-
jón sin salida. Se produce una negación
20 BATAILLE, George. La iteratura y el mal…p. 174.
19 JULIUS, Anthony. Transgresiones, Barcelona: Destino, 2003 21 JULIUS, Anthony. Transgresiones…p. 67.

49
amparada, desamarrada por no tener ya nidad), de la violencia (el terror), de la in-
límites, remitida a su propia finitud en el formación (la simulación). En el fondo, si
preciso momento en que sus límites pa- la era de la transgresión ha terminado es
recen borrarse”22. porque las mismas cosas han transgredi-
do sus propios límites”23.
Así, trabajos artísticos como Carru-
sel o Lavatio Corporis (XX) del colecti- La inflación del signo
vo mexicano SEMEFO construidos con
En paralelo a este proceso de deva-
partes o fragmentos orgánicos son do-
luación sígnico del gesto transgresor, y
blemente sintomáticos en este sentido.
como parte del mismo, la imagen en los
Exceden lo que para nuestra imagina-
medios de comunicación impregnada
ción es el último límite antes del vacío.
por el espíritu de los tiempos no puede
La inclusión de fragmentos y fluidos de
sino reproducir al tiempo esta lógica de
cadáveres humanos y animales en el
abyección y obscenidad en la represen-
seno de la institución museística anuncia
tación de las realidades excesivas en las
la ruptura de un último límite -un sinsen-
que se inscribe. En su conjunto, las imá-
tido- y, por ende, un punto de inflexión
genes que nuestra sociedad produce son
que les obliga a un cambio de estrategia
los bestiarios de nuestra época. Genea-
estética. Desde el fotoreportero mexica-
logías minuciosas, retratos preciosistas
no Enrique Metidines, cuyas imágenes
de la abyección y del horror. Visiones del
de muertos en accidentes de tráfico y en
exceso y excesos de la visión que des-
catástrofes rozaron la perfección estética
bordan nuestra mirada epiléptica.
en los años 60, hasta las imágenes de
cadáveres en la morgue de artistas tan En este goce de la visión desmedida
diversos como Andrés Serrano, Sue Fox aparece de nuevo el fenómeno inflacio-
o Joel Peter Witkin, pasando por trabajos nario. Inflación de la imagen como signo:
artísticos más interesantes como la serie síntoma del resquebrajamiento de las
de Autorretratos en la morgue de Teresa estructuras del conocimiento, signo de
Margolles, poco a poco estas imágenes, la obsolescencia de esta máquina de vi-
su dimensión estética y su capacidad crí- sión24 que ha hecho posible la hegemonía
tica, tienden a diluirse y perderse entre de las imágenes y su decadencia.
los recovecos de un inmenso corpus ico-
Para explicar este proceso de de-
nográfico del horror que emerge, desde
valuación sígnica de las imágenes me
infinitos puntos y con muy diversas signi-
apoyaré en la idea de inflación lingüística
ficaciones, de las visiones cegadoras de
desarrollada por Derrida y en la interpre-
una sociedad en llamas.
tación que hace de ésta el semiólogo co-
Baudrillard explica bien este proceso: lombiano Rogelio Tobón en su texto “La
“nuestras sociedades, a fuerza de senti- inflación del símbolo como decadencia
do, de información y transparencia, han de la cultura”.
franqueado el punto límite del éxtasis
Definir este fenómeno de inflación nos
permanente: el de lo social (la masa), del
cuerpo (la obesidad), del sexo (la obsce- 23 Baudrillard, Jean. El otro por sí mismo. Barcelona: Ed.
Anagrama, 1988, p. 69.
22 Derrida, Jacques. De la gramatología. Madrid: Siglo Veintiuno 24 Hago referencia aquí al libro de Paul Virilio La máquina de Visión.
editores, 1986, p. 11. Madrid: Cátedra, 1998.

50
obliga en todo caso a volver a la idea de excesiva que parece impregnar, a través
exceso, que constituye la condición de de las imágenes, todo el terreno de la re-
posibilidad de estas imágenes y, al mis- presentación visual. Las imágenes se van
mo tiempo, la negación de esa condición. desgastando y con ese desgaste van per-
diendo todo significado.
Partiendo del significado económico
de la palabra inflación, que en sí misma En segundo lugar, el exceso de visio-
es un exceso -el de la emisión de bille- nes gira en torno a una especie de furor
tes y capitales-, Tobón se apoya en su colectivo en el que se producen muchas
artículo en el hecho de que el proceso imágenes, demasiadas. Es una especie
inflacionario desencadena dos conse- de compulsión de la imagen que final-
cuencias inevitables: el alza de los pre- mente en su exceso no dice nada. Mirar
cios y la depreciación o devaluación de se vuelve una especie de “actividad vicio-
la moneda, que conlleva una disminución sa”, donde el que produce la visión y el
del valor legal de la moneda y, por ende, que mira no cuidan ni el contenido ni la
una redefinición de la unidad monetaria. forma, ni las consecuencias de la imagen.
En todo este proceso lo que se produce Así, el exceso de visiones señala no solo
en realidad es una pérdida. La abundan- una carencia, sino un estado de llenura,
cia que se deriva de la emisión excesiva de hartazgo.
de billetes, nos recuerda Tobón, es una
A continuación, una cierta prolifera-
falsa abundancia ya que no implica que
ción de “discursos mentirosos” -en térmi-
con ella se puedan adquirir más cosas
nos de Tobón- desencadena una crisis de
sino todo lo contrario. De esta forma, la
la credibilidad del signo. La desconfianza
inflación implica una riqueza aparente y a
sobre la realidad brutal de las imágenes
la vez una pobreza real.
empieza a funcionar como condición de
Este comportamiento económico in- supervivencia, mientras que las relacio-
flacionario mostraría un funcionamiento nes comunicativas entre la imagen y el
similar al ser trasladado al ámbito de las receptor se hacen cada vez más distan-
imágenes. Según Tobón, pueden identi- tes. Se producen entonces, según nos
ficarse cuatro síntomas que permitirían recuerda la antropóloga colombiana Elsa
reconocer este proceso de inflación en la Blair26, formas discursivas vacías que
imagen: el exceso de significado, el exce- equivalen a la negación de las estructuras
so de visiones, la crisis de credibilidad del comunicativas o lo que podríamos llamar
signo o fractura del símbolo y, por último, “fractura del símbolo”.
la negación misma del símbolo.
Finalmente, se produce la negación
El primer síntoma, el exceso de signi- misma del signo anunciando un estado
ficado, hace referencia a aquellos signos terminal del proceso inflacionario, ya que
que aparecen “recargados con un peso es la detonación absoluta del símbolo, su
abrumador de significados”25. En este grado cero, su voladura. Para Tobón, “las
caso, una violencia con un sustrato real relaciones en este punto ya no se hallan
mediatizadas por ninguna forma de sim-
25 TOBÓN, Rogelio. “La inflación del símbolo como decadencia
de la cultura”, Coloquios lingüísticos, nº4, Círculo Lingüístico de 26 BLAIR, Elsa. Muertes violentas. La teatralización del exceso.
Medellín (abril, 1991), p. 30. Medellín: Universidad de Antioquia ediciones, 2005, pp. 22-23.

51
bolización, sino que se pasa a las formas más exactamente, la cabeza”29. Acaba
de violencia directa”27. así el reinado de la visión en Occidente.
La explosión no hace sino evidenciar la
Así la existencia de estos índices de
anunciada muerte de la imagen. Muerte
inflación que se concretan en el exceso
al menos en el sentido que Emil Cioran
de imágenes, de signos y de significados
le asigna, es decir: “Morir es cambiar de
produce formas vacías que equivalen a la
género, renovarse”.
negación de las estructuras comunicati-
vas. Para Blair, “todo lo que se dice es A este respecto, me gustaría plantear
aparentemente verdadero pero incomuni- algunas preguntas a modo de conclu-
cante…Al producirse la ruptura simbólica sión: ¿Es hoy el arte capaz de generar,
se pierde el poder comunicativo. La vio- a través de las imágenes, una distancia
lencia es excesiva y los símbolos que la reflexiva en el espectador que le permita
nombran son muchos pero en su exceso penetrar críticamente en determinadas
no comunican”28. realidades de violencia y horror extre-
mos? ¿Es posible demarcarse de este
A través de la imagen, la realidad
régimen de obscenidad que impregna la
violenta pierde sentido de realidad, “su
visión para construir eficazmente imáge-
exceso la vuelve improbable”, dice Blair.
nes de realidad? ¿Puede negarse por fin
La imagen se recubre de una pátina de
la visualidad del pensamiento? Y sobre
ficción que reduce nuestra densidad
todo, ¿qué estrategias no visuales ha de
óptica del mundo y nos impide penetrar
crear el arte para generar una toma de
en la profundidad real de esos horrores
conciencia profunda respecto de las rea-
y alcanzar cierto grado de conciencia de
lidades excesivas que nos invaden?
la realidad de las imágenes. Se produce
entonces un doble fracaso: el de la mi- En un pasaje de la novela White Noise
rada, enturbiado por el exceso de visión de Don DeLillo se describe el olor de la
y el del pensamiento, desactivado en la muerte: “El hedor nos ahuyentaba, pero
ficción de las imágenes y en su palpable bajo él se adivinaba algo infinitamente
desrealización. peor, la conciencia de que la muerte llega
hasta nosotros de dos modos distintos
En su anhelo por salir a chorro de su
y, a veces, simultáneos, el modo en que
reclusión y cegar su mirada en el ardiente
la muerte penetra en nuestra boca y en
sol, el ojo pineal batailleano estalla por fin
nuestra nariz. Los distintos aromas de la
llevándose consigo la cabeza, símbolo de
muerte podían, en cierto modo, afectar
la razón y del alma: “El ojo, en la cima
diferentemente a nuestras almas”.
del cráneo, abriéndose al sol incandes-
cente para contemplarlo en una soledad Quizá tengamos que volver al cuerpo
siniestra, no es un producto del entendi- y encontrar en él nuevos sentidos. En el
miento sino una existencia inmediata; se cuerpo y a través del cuerpo: su fisicidad,
abre y se ciega como una conflagración, su carne y su piel, su olor, su tacto, su
o como una fiebre que devora el ser, o sonido. Y definir de nuevo, al modo pro-

27 TOBÓN, Rogelio. “La inflación del símbolo como decadencia


de la cultura”…p. 30.
28 BLAIR, Elsa. Muertes violentas. La teatralización del exceso…p. 29 Citado en JAY, Martin. Ojos abatidos. La denigración de la visión
23. en el pensamiento francés del s. XX. Madrid: Akal, 2007, p. 174.

52
puesto por De Certeau30, los límites del
cuerpo -¿dónde termina?-, las maneras
de percibirlo y pensarlo -a través de sus
actividades exteriores, su superficie, la
apertura de su interior…- o el desarro-
llo de los sentidos -¿el oído, el olfato, la
vista?-. Lars Von Trier tiene toda la razón
cuando afirma que “el desafío último es
ver sin mirar: ¡desenfocar! En un mundo
en el que los medios de comunicación
se prosternan ante el altar de la nitidez,
y al hacerlo se vacía la vida de toda vida,
el desenfocador será el comunicador de
nuestra época -¡ni más ni menos!”31.

30 De Certeau, Michel. “Historias de cuerpos. Entrevista con Michel


de Certeau”, Historia y Grafía, nº9 (1997).
31 VON TRIER, Lars. Defocáliser, Rageleje (marzo, 2000).

53
Irene López

Visiones del exceso: Georges Bataille y el


pensamiento antivisual contemporáneo

Palabras clave
Bataille, Antivisualidad, mirada, dominación, subversión
Keywords
Bataille, antivisual, gaze, domination, subversion

Resumen
Este texto pretende analizar de forma introductoria el pensamiento de George Bataille desde la perspectiva
de la antivisualidad o la abolición de la hegemonía de la visión propia de la filosofía occidental. Para ello,
se analizarán los textos del escritor francés que, de manera directa o indirecta, guardan una temática
oculaercéntrica. Una reflexión que puede ser sustraída y aplicada a la actualidad, puesto que vivimos en
un régimen panóptico que oscila entre la vigilancia constante y la exposición de la intimidad.
Abstract
This essay will focus on antivisualisics Geroge Bataille thinking. As “antivisual” we refer to the hegemony
of the vision which has been a dominant field in occidental phylosophy. To gain this aim we will analize
the ocularcentric Bataille essays in relation with our actual context, due to the fact that we are livig in a
panoptical society,: surveillance and privacy exposure are a normal behaviour.

“Es hora de abandonar el mundo del Nos rodean cámaras de vigilancia en el


ojo civilizado y de su luz”1 espacio urbano, exponemos nuestra pri-
vacidad en las redes sociales y la fiebre
Este texto plantea la importancia que
del archivo de la que ya hablaron Derrida
en el trabajo intelectual de Georges Ba-
o Foucault2 parece haber conseguido su
taille adquiere el pensamiento antivisual
mayor expresión en el impulso por docu-
y cómo mediante sus obras ésta se ha
mentarlo y visibilizarlo todo. Las conse-
puesto de manifiesto.
cuencias de lo descrito, que en las últimas
Antes de entrar en materia, me gusta- décadas se ha hecho más que evidente,
ría hacer hincapié en la reflexión sobre la auspiciado en parte tras los atentados del
era de la imagen, el abuso de la visualidad 11/s, están aun por llegar. A corto plazo,
y las estrategias anti visuales en nuestra se ha visto un incremento de las políticas
época actual. Asistimos a una época de de la seguridad en los últimos años, con
constante saturación visual, de exceso la consecuencia de la reconfiguración del
icónico. La visión ha adquirido una im- paisaje urbano. Este fenómeno no sólo se
portancia inusual en nuestra actualidad.
2 DERRIDA, Jacques, Mal de archivo. Una impresión freudiana,
1 BATAILLE, George, Vision of excess. Selected writtings. 1927- Madrid: Trotta, 1997. FOUCAULT; Michel, La arqueología del saber,
1939, Mineapolis, 1985, p.179 Madrid: S XXI, 2009.

54
deja ver en un entorno público como en bancos genéticos de ADN para controlar
las ciudades, sino también en los entor- terroristas. David Lyon, profesor de so-
nos privados: en las viviendas unifamilia- ciología en la Universidad de Queens, ve
res, urbanizaciones, o complejos resort. una clara conexión entre el ascenso de
El auge de las nuevas tecnologías de la las nuevas tecnologías y la sociedad de la
seguridad han normativizado su uso en vigilancia. Ambos campos, el tecnológico
estos espacios Cada vez es más común la y el social no se pueden separar para el
adquisición de dispositivos de seguridad análisis de las implicaciones que la vigi-
como alarmas, cámaras de circuito cerra- lancia supone4. Internet sin duda es otra
do, televigilancia etc. en el nuevo modelo de las herramientas fundamentales que
de arquitecturas domésticas. es manejada por los sistemas de control
ofreciendo infinitas posibilidades. En un
Las metamorfosis de las ciudades tie-
principio Internet se erige como una en-
nen su faceta más evidente en la implanta-
rome red aparentemente libre y fuera de
ción de cámaras de circuito cerrado, me-
los límites de la vigilancia. Sin embargo,
jor conocido como CCTV que se configu-
como ha estudiado el profesor, artista y
ran como un elemento más del mobiliario
programador Alexander Galloway, la red
urbano, adquiriendo una posición natura-
actúa bajo códigos programados que son
lizada. El mimetismo con el resto de mo-
perfectamente controlados y por tanto
biliario urbano juega un trompe l´oeil ante
vigilados. Ejemplo de ello es el programa
nuestra visión, ya que en la mayoría de las
Carnivore, un software creado por el FBI
veces pasa desapercibida. La normativa
que sirve para controlar los rastros ciber-
alerta de que el uso de CCTV tiene que ser
néticos de personas sospechosas.
avisado. Pero, ¿cuántas veces nos perca-
tamos de esta indicación? Sin duda, los medios de masas, tam-
bién se ha hecho eco del control y los
Sin embargo, estas mutaciones urba-
peligros de los sistemas de vigilancia. Me
nísticas se extienden hacia más elemen-
remito a un ejemplo actual. Circula por la
tos arquitectónicos. Nuevas construccio-
red (esa red que está siendo restrictiva y
nes que llegan a infundir sensaciones de
prohibitiva) una trilogía de serie llamada
inquietud y ansiedad más que de segu-
Black Mirror que en sus tres episodios re-
ridad. Este nuevo fenómeno se conoce
lata casi de forma apocalíptica la realidad
como arquitectura del miedo3.
de nuestro tiempo.
Por otra parte el auge y desarrollo de
Uno de ellos, el tercero, me llama es-
la sociedad de la vigilancia no puede ser
pecialmente la atención. En un contexto
entendida en su totalidad sin relacionarlo
social burgués que bien podría tratarse
con el territorio de las nuevas tecnologías.
de décadas anteriores, en cierta manera,
Los dispositivos de control son cada un american/british way of live, se cuenta
vez más sofisticados y novedosos, como cómo tras la implantación de una pequeña
los microchips, los scanners corporales y camarita en los ojos, podemos documen-
de reconocimiento de iris, las CCTV y la tar y archivar todo lo que vemos. De esta
posibilidad de reconocimiento facial, los
4 LYON, David, “Surveillance technology and surveillance society”,
3 ELLIS, Nan (ed) Architecture of Fear. New York: Princeton en: Tom Misa, Philip Brey y Andrew Feenberg (eds): Modernity and
University Press,1997 technology, Cambridge M: MIT Press, 2003. pp173-195

55
manera, en una galería de archivos, se po- una reflexión sobre las dimensiones de
dría acceder, guardar, revisitar todo lo que la experiencia humana: la economía, el
hemos grabado. Así mismo, este conteni- erotismo, la política, la religión, el arte, la
do podría ser cedido para revisión en los literatura…como si hubiera querido llevar
controles aeropuertuarios etc. No parece a cabo una especie de fenomenología de
tratarse de un episodio de ciencia ficción los diversos órdenes de los seres huma-
teniendo en cuenta la cada vez sofistica- nos.
ción de los medios tecnológicos.
Pero en esta aportación, me gustaría
Por falta del tiempo y porque no es el centrarme en aquellos textos que ponen
cometido principal de este texto de pro- de relevancia el peso de la tradición ocu-
fundizar en estos aspectos, aunque si de larcéntrica en la obra de Bataille. Me he
señalarlos, no voy a centrarme en el pen- centrado en este aspecto y no en otro para
samiento teórico, ya de larga andadura, poner de manifiesto la idea que apuntaba
que se ha encargado de reflexionar sobre al principio: vivimos en una tiempo de la
ello: desde las aportaciones de pensado- imagen. La visión, como se verá a con-
res como Foucault, que en Vigilar y cas- tinuación, siempre ha sido el órgano do-
tigar realiza un ejercicio de análisis muy minante. La mirada ejerce un poder de
acertado sobre las instituciones biopoli- racionalización, de imposición. Frente a
ticas de control partiendo del panóptico este régimen visible, existen estrategias
ideado por Jeremy Bentham hasta otros que privilegian otros sentidos que han
autores contemporáneos como Whitaker, quedado relegados por ser considerados,
David Lyon o Armand Mattelart5. en la tradición occidental, por debajo del
intelecto.
Me interesa lleva esta misma cuestión
al pensamiento de Bataille. No sólo por Con ocularcentrismo me refiero enton-
ser referencia básica y tronco común en ces, tal como apunta Martin Jay en su en-
las cuestiones que se están planteando en sayo Ojos abatidos. La denigración de la
algunos de los textos que acompañan a visión en el pensamiento francés del siglo
esta publicación, sino porque plantea una XX, al pensamiento intelectual occidental
serie de cuestiones que han sido primor- que ha privilegiado el órgano de la visión
diales para entender la época actual. El por encima de los modos de percepción.
pensamiento de Georges Bataille ha sido El llamado “régimen escópico” que había
siempre difícil de clasificar por su carácter tenido su apogeo en el perspectivismo
disperso y fragmentario y por los cientos cartesiano, ha dominado las formas de
de textos que editó en las muchas versio- ordenación del espacio. Sin embargo, ya
nes que manejaba. Desde revistas como en el siglo XVIII y sobre todo en el XIX,
Documents o Acéfalo hasta novelas de el régimen escópico entra en convulsión
talante erótico, panfletos o ensayos. En cuando aparecen nuevas formas de mirar.
todos sus trabajos podemos encontrar El siglo XIX trae consigo una revolución
en muchos ámbitos, como la electricidad.
5 DELEUZE, Gilles: “PostScript on the sociesties of control” en Las lámparas de gas iluminan la noctur-
October 59, Winter 1992, MIT Press, Cambridge MA, pp 3-7,
WHITAKER, Reg El fin de la privacidad: cómo la vigilancia total nas noches de las ciudades europeas.
se está convirtiendo en realidad, Barcelona: Paidós, 1999, Surgen figuras de la modernidad como
MATTELART, Armand, Un mundo vigiliado, Barcelona: Paidós, 2009.
el detective, el flaneur o el periodista, que

56
son inextricables para entender el cambio modus operandi. No parece extraño si se
de paradigma surgido en contexto deci- tiene en cuenta las convulsiones vividas
monónico. con la I Guerra Mundial a comienzos de la
centuria. Sin duda un contexto que favo-
Gracias a la invención de la fotografía,
reció el pensamiento crítico y el cambio de
la pintura deja de representar el modelo fiel
paradigma en la cultura visual del momen-
de la realidad. Los pintores impresionistas
to. Muchos de los leit motivs presentes en
comienzan a experimentar nuevas formas
Bataille como la degradación, la muerte, el
de percepción, inspirados en parte, por el
sacrificio, etc no dejan de ser experiencias
oxigeno y la luz de la calle. El ejercicio de
traumáticas fruto de las agitaciones socia-
la pintura llamado Plein air contra la tradi-
les vividas en el período de entreguerras.
ción del estudio.
Más allá de las categorías comunes
Se podrían citar algunos de los ejem-
que suelen usarse para identificar su tra-
plos más emblemáticos que represen-
bajo, interesa resaltar la imbricación y la
tarían el cambio de paradigma, como el
dialéctica antivisual que Bataille desarro-
caso de Manet, que, con su famoso De-
lló durante su trayectoria. En los prime-
sayuno en la hierba, desafía al espectador
ros textos que escribió en la década de
con la mirada directa a la que nos some-
los años veinte (época de la que hablaré
te la protagonista del cuadro, una mirada
más), se comienza a perfilar una inclina-
que nos interpela directamente, rompien-
ción por temas místicos como la luz, que
do el punto de fuga perspectivísitico. Caso
por ejemplo recogía en un ensayo sobre la
similar sucede en El balcón donde la vi-
Catedral de Notre Drame de Reims7 donde
sión queda obstruida debido a un juego de
describía con ahínco las vicisitudes lumíni-
miradas que no conducen a ninguna par-
cas de la catedral destruida por la guerra.
te, un juego similar que también se puede
La mística y su relación escatológica con
encontrar en el célebre cuadro de Veláz-
lo sagrado van a ser una constante en su
quez Las Meninas, no sólo vemos lo que
trayectoria intelectual.
está sucediendo detrás de la escena, sino
que las miradas de los personajes están Comentario aparte, por la importancia
dirigidas a puntos diferentes. El estudio que tiene en esta intervención será His-
foucoultiano de ambos casos ilustra de toria del ojo, texto que escribe en 1927 y
forma brillante cómo ciertos artistas han que supone uno de los paradigmas de su
desafiando los parámetros de la visión y teoría, sobre todo, a raíz de la reedición en
han supuesto una evolución en la historia 1967, puesto que se convirtió en una refe-
de la cultura visual6. rencia para los pensadores estructuralis-
tas como Michel Foucualt, Susan Sontag
Bataille, que había nacido en los albo-
y Roland Barthes en particular.
res del siglo XX, pertenece a una extraña
generación de escritores que contribuyen Como era habitual en Bataille tuvo que
a la creación de un contexto intelectual firmar con seudónimo debido al alto con-
encargado de arremeter contra el canon tenido pornográfico del mismo. Lord Auch
establecido y hacen de la heterodoxia su es el nombre que aparece en la primera

6 FOUCAULT, Michel, Las palabras y las cosas, una arqueología de 7 BATAILLE, George, Against the architecture. Selected writtings of
las ciencias humanas, Mexico: SigloXXI, 1988. George Bataille,, Cambridge: MIT Press, 1989. Pp 15-19.

57
edición del que se editaron 135 copias, del texto ya que nos ayuda interpretar los
acompañado, además, de litografías de elementos antivisuales y las constantes
su amigo el artista André Masson. Una referencias al ojo como elemento simbó-
posterior reedición fue acompañada de lico que representa la hegemonía de la
los grabados de Hans Bellmer. visión.

Existen unas circunstancias en el mo- Hay que tener en cuenta, que en el


mento de la creación de Historia de un ojo momento de la escritura del texto, Bataille
que merecen ser tenidas en cuenta. estaba psicoanalizándose con un famoso
doctor freudiano de la época, llamado Bo-
Por una parte, el contexto sociopolí-
rel, que sin duda, ejerció una gran influen-
tico del momento, la década de los años
cia en sus planteamientos. Además, ese
20 fue especialmente problemática, un
mismo psicoanalítico le descubre la obra
período de entreguerras, que sin duda, no
del Marqués de Sade y la imagen de Los
dejó indiferente a ningún artista y que su-
cien trozos del Suplicio chino. Todos estos
puso una explosividad de creatividad. La
elementos, en conjunto, juegan un papel
Gran Guerra había supuesto una serie de
esencial en la redacción y creación de His-
condicionantes que, de una u otra forma,
toria de un ojo, y son influencias rastrea-
influyeron en la cosmovisión de la época.
bles y referenciales.
Tal es el caso de las circunstancias espe-
ciales que se daban en los espacios de las Roland Barthes, en Ensayos críticos,
trincheras: al tratarse de lugares oscuros, realiza una interpretación de las metáforas
borrosos y difusos, debido en parte a los del texto, análisis en el que nos basare-
experimentos con el gas. se agudizaba la mos para desentrañar el contenido semió-
percepción de las señales auditivas. Ba- tico del mismo. Para el pensador francés,
taille recogiendo esa vivencia escribe: la la novela de Bataille se configuraría como
práctica de la alegría antes de la muerte una heterología, es decir, el protagonista
donde describe la práctica de la guerra: del relato pasa a ser un el objeto y no un
sujeto, rompiendo, de esta forma, el es-
“Yo mismo soy guerra, por doquier hay
quema cognitivo sujeto–objeto. El análisis
explosivos que pronto me cegarán. Me río
barthiano pone de manifiesto la degrada-
cuando pienso que mis ojos continúan de-
ción del ojo, como si el desgarro y la de-
mandando objetos que no los destruyan”8
nostación de la visión fuese el punto de
Además, el tema de la ceguera fue recu-
partida para llegar a la experiencia límite
rrente a lo largo de su trayectoria, en parte
y al descubrimiento de otros sentidos de-
debido a la influencia clara de su padre
safiando la visión privilegiando y partiendo
ciego.
de otros sentidos.
Historia de un ojo, por resumirlo bre-
Confluyen varias estrategias, en el tex-
vemente, es la narración pornográfica de
to de Bataille, que ponen en entre dicho la
dos amantes, Simone y Marcel que vivirán
supremacía de la visión. Estas estrategias
aventuras y vicisitudes eróticas de todo
que Barthes analiza parten del análisis de
tipo. Interesa resaltar la lectura simbólica
las modulaciones que el ojo, como objeto,
sufre a lo largo de la historia. Así concluye
8 BATAILLE, George, “la práctica de la alegría antes la muerte”
en: La conjuración Sagrada. Ensayos 1929- 1939, Buenos Aires, que podríamos encontrar los “avatares del
Adriana Hidalgo Editora,2003, p. 253

58
ojo” y los “avatares de los líquidos,” refi- denominó la dépense, traducido por gasto
riéndose a la cadena de imágenes que se o derroche, es decir, la pérdida, la trans-
van hilvanando en las transformaciones gresión y el exceso. Al escribir Historia del
metafóricas del ojo, como son las referen- ojo Bataille estaba poniendo en práctica
cias continuas a los huevos, los testículos, toda una suerte de “residuos” de elemen-
el sol, o los platos. La otra cadena meta- tos sobrantes, de fragmentaciones.
fórica sería aquella que, frente, al uso del
Además Bataille en otros textos, conti-
objeto circular, representaría los “avatares
núa con las metáforas solares- circulares,
de los líquidos” como las lágrimas, yemas,
como en ano solar escrito en 1927, donde
esperma, orina, sangre o leche. Por tanto,
se identifica él mismo con el sol, pero no
se da un uso obscenos del ojo que se ma-
es un sol amable e inspirador de fuerza,
terializan a través de todas las metáforas
sino que lo describe como “cegador y tó-
circulares, en especial la de los agujeros.
rrido”. Se trataría pues de un sol agresivo,
Para Barthes ninguno de estos térmi- que “ama a la noche e intenta violarla”11.
nos recibe privilegio alguno: “es la propia Para Martin Jay esta metáfora representa
equivalencia de lo ocular y lo genital. Lo el mito de Ícaro pero a la inversa12.
que es original: el paradigma no comienza
En otros textos, por seguir con la me-
en ninguna parte. Todo se da en la super-
táfora del sol como representante del he-
ficie y en sin jerarquía”9.
liocentrismo tradicional, donde analiza la
Un hecho que llama especialmente la figura de Van Gogh13 y relaciona la idea
atención, por seguir con el análisis meta- de castración y ceguera producida por
fórico del texto, son las enucleaciones que el sol. Para él, el pintor holandés estaba
se suceden en varias escenas. Lo que su- obsesionado con la metáfora de los so-
pone, un rechazo, por tanto, de la mirada les que aparecen con constancia en sus
imperante como generadora de significa- cuadros. Curioso es el caso de Gaston del
do. Los ejemplos que se pueden encon- que le habla su psicoanlaista Borel, ya que
trar son de varia índole, como el sacerdote se auto mutila cortándose uno de sus de-
asesinado por Simone en un momento de dos mientras mira al sol, a propósito del
éxtasis. No hay que olvidar que, Buñuel y tema iconográfico de los dedos, se podría
Dalí realizan su particular denigración de relacionar podría ser el dedo gordo que
la visión en la famosa escena de Un perro parece en Documents representante de lo
andaluz. Además Bataille escribe sobre informe.
ello en Documents10. El propio Bataille ha-
Por continuar con todos los motivos
bía sido testigo de una enucleación de un
bataillanos del mismo cabría destacar el
ojo en directo cuando, en 1922, el torero
ojo pineal, otro de sus textos donde refleja
Granero es atravesado por un toro. Esta
la idea de un “tercer ojo” que se situaría en
escena que se representa literalmente en
la coronilla de la cabeza y que miraría di-
Historia del ojo, es la separación de la vis-
ta respecto al cuerpo. Pero esa separación
también se demuestra en lo que Bataille 11 BATAILLE, George, “rotten sun” en: Vission of excess, op cit, p.
57.
12 JAY, Martin, Ojos abatidos. La denigración de la visión en el
9 BARTHES, Roland, Ensayos críticos, Barcelona: Seix Barral, 1977, pensamiento francés del sigo XX, Madrid: Akal, 2007, p. 172.
p. 288 13 BATAILLE, George, “la mutilación sacrificial y la oreja cortada de
10 BATAILLE, George, “ojo” En La conjuración sagrada, op cit, p. 23. Vincent Van Gogh” en, La conjuración sagrada, op cit, 74

59
rectamente al sol. Partiendo del ojo pineal Una suerte de monstruo, que, como él mis-
que Descartes había postulado en Diop- mo confesó, era en realidad, una metáfora
trique14 pero con un significado contrario, del propio Bataille. En la portada vemos
para Descartes se trata del ojo interior a la un ser fragmentario, al que han privado de
manera neoplatónica, como ojo del alma la cabeza, de la razón, un ser centrado en
que se transforma las imágenes del mun- la muerte, una idea que prevalecerá en los
do visible en inteligibilidad, espiritualidad y posteriores números de la revista, como el
encuentro con Dios. segundo numero que dedican al filósofo
Friedrich Nietszhe, poniendo de manifies-
Para Bataille por el contrario el ojo pi-
to la obsesión con la muerte de Dios. El
neal representa la obscenidad, teniendo
gesto no puede ser más radical, represen-
en cuenta que obsceno es todo lo que
ta la “muerte del monarca” pero también
queda detrás de la escena, lo sobrante,
la muerte del heliocentesimo, de la razón,
los residuos, la dépense, que quedaría en
del intelecto.
un régimen de ocultación, que incluso lle-
ga a tener un carácter de secreto, de opa- Bataille, en este sentido, defiende la
cidad. No deja de tener relación con His- necesidad de una comunidad acéfala, sin
toria del ojo, como hemos analizado, una dios y sin rey, sin padre y sin patria. Tal
apología del erotismo y un encuentro con como dice en uno de los números de la
lo sobrante, los líquidos, la sexualidad, la revista:
muerte como umbral necesario para llegar
“la vida humana se ha excedido en
al éxtasis. La función distanciadora de la
servir de cabeza y de razón al universo”16
vista normal y la tradición del heliocentris-
mo se cancelan en la medida en la que el CONCLUSION
sol, el ano, el ojo o la cabeza se mezclan.
El repaso por el pensamiento ocular-
Dice Bataille:
céntrico y por los textos antivisuales de
“el ojo en la cima del cráneo, abrién- Bataille traen a colación la ruptura con la
dose al sol incandescentemente para con- hegemonía de la razón, la sutura de la vi-
templarlo en una soledad siniestra, no es sión. El desgarro del ojo que pone de ma-
un producto del entendimiento, sino una nifiesto, ya en la década delos años veinte,
existencia inmediata, . Se abre y se cierra el agotamiento de la imagen y de la visión
como una conflagración o como una fie- como sentido hegemónico. Los pensa-
bre que devora el ser o más exactamente dores posterioes a Bataille como Merleu
la cabeza”15. Ponty, Jacques Derrida o Michel Foucault,
e incluso la crítica falocentrica de teóricas
No es de extrañar entonces que años
feministas como luce Irigaray (quienes
más tarde Bataille crear a una sociedad
asociarían la dominación visual masculina)
secreta que tenía por nombre Acéfalo de
han continuado poniendo de manifiesto
la que también fundan una revista, en cuya
la ruptura con el pensamiento dominante.
portada, tal como vemos en la imagen 6,
Sin embargo, y por volver a la época en la
aparece una figura humana decapitada.
que nos encontramos, ¿hemos aprendido
14 Cfr: KRELL, David,”Paradoxes of the pineal: from Descartes to la lección?, ¿cómo representar el horror
Bataille” en Contemporary french philosophy, Cambridge, 1987.
15 BATAILLE, Georges, El ojo pineal, precedido de, el ano solar y
sacrificios, Valencia: pre-textos, p. 56 16 BATAILLE, Georges, “La conjuración sagrada” op cit, p. 229.

60
en nuestros días? ¿ qué lugares quedan
fuera del control de la mirada vigilante?
¿dónde podemos encontrar las zonas de
sombras, los puntos muertos?

La agresividad y la violencia del ojo


extirpado que hemos visto en Bataille, es
para Foucault una renuncia; así lo descri-
be en Prefacio a la transgresión:

“Lo único que queda es un relámpago


que alumbra la noche en el instante, en
este mismo movimiento el ojo se cierra a
la luz del día para mostrar sólo el brillo de
su superficie que dirige su noche hacia la
cavidad vacía del cráneo”17.

El régimen de sombra del que habla


Bataille tratará de poner en evidencia pre-
cisamente el punto ciego de la mirada, el
punto surgido de la constatación de la in-
traducibilidad de lo visible.

17 FOUCAULT, Michel, “prefacio a la transgresión” en: entre


filosofía y literatura, Barcelona, Paidós, 1999, p. 163.

61
Rubén Coll Hernández

Visiones del exceso: La muerte no es el fin

Palabras clave
Muerte en el arte, imagen, violencia, Georges Bataille, Teresa Margolles.
Keywords
Death in art, image, violence, Georges Bataille, Teresa Margolles

Resumen
Las reflexiones de Georges Bataille en torno a los tabúes asociados a la muerte sirven como punto
de partida para aproximarse a la trayectoria de la artista Teresa Margolles. Las diferentes estrategias
adoptadas por la mejicana a la hora de presentar la muerte en sus obras plantean una serie de cuestiones
sobre la utilización de la imagen como medio de abordar la problemática de la violencia en su país de
origen.
Abstract
Georges Bataille’s reflections on death-related taboos are a good point of departure to approach Teresa
Margolles’ production. The Mexican artist adopts different strategies when introducing death in her
works that question the role of images as a means of tackling the issue of violence in her country.

En la presente intervención voy a no nos llevemos a engaño, la obsesión


aproximarme al trabajo de la artista me- de la mejicana por la muerte está lejos de
jicana Teresa Margolles (1963). Si he ser sexualizada. Es cierto que el cadáver
decidido centrarme en su trayectoria es deviene fetiche en su obra, pero no en
porque ésta se encuentra atravesada, en términos parafílicos, como sí ocurría en
mayor o menor medida, por algunas de la reprobable Blind Date (1980) de John
las ideas vertebradoras del pensamiento Duncan3. Con Margolles se trata de una
siempre paradójico de Georges Bataille fetichización en la que el cadáver es con-
(1897-1962). En particular, en lo relativo a siderado como objeto de una compleja
sus reflexiones en torno a la muerte, indi- de red de variables políticas, económicas
solublemente ligadas a una singular con- y sociales. Lo que pone en cuestión la
cepción de lo erótico, resumible en esa vieja idea de la muerte como algo ante la
aparentemente contradictoria definición cual todos somos iguales.
por la cual el erotismo es la “aprobación
En la bisagra entre los años 20 y 30
de la vida hasta en la muerte”1.
Bataille pone en circulación la seminal
El trabajo de Margolles ha llegado a
3 Para esta obra Duncan compró el cadáver de una mujer en
ser calificado como de necrofilia2, pero Méjico, con el cual mantendría relaciones sexuales y grabaría
el acto. Posteriormente se sometería a una vasectomía para
1 BATAILLE, Georges. El erotismo. Barcelona: Tusquets, 1997, p. 8. “asegurar que la última semilla fértil que tenía fue gastada en
2 JAUREGUI, Gabriela. «Exhumando la obra de Teresa Margolles». un cadáver”. Ver JONES, Amelia. «Ritualistic and transgressive
En: Teresa Margolles. Muerte sin fin. Frankfurt: Hatje Cantz, 2004, bodies». En: The artist’s body. Ed. Tracey WARR. Londres: Phaidon,
p.158. 2000, p. 105.

62
revista Documents que se constituiría en del cadáver, cuya visión constituye una
un órgano de disidencia respecto a la or- amenaza para el orden social, pero tam-
todoxia surrealista, en su “enemigo des- bién de la condena de lo sagrado, cuan-
de dentro”4. Tanto en aquellos primeros do es entendido como la transgresión de
textos como en los que escribiría al final la prohibición de dar muerte. Si traigo a
de su vida, concretamente en El Erotismo colación esta compleja noción es porque
(1957) o Las Lágrimas de Eros (1961), la con la llegada de religiones como el cris-
presencia de la muerte es una constan- tianismo se condenaría, como es lógico,
te de la obra batailleana. De Documents esta serie de sacrificios antaño legítimos
es de donde voy a extraer dos ejemplos y desde entonces pecaminosos. Según
como punto de partida de mi interven- Bataille esto se saldaría con la expulsión
ción. En dicha revista se publicaron va- de la muerte de nuestra experiencia nor-
rias entradas de un singular diccionario, mal pero también de esa parte sombría
siendo el término matadero5 una de las de nuestra conciencia, encarnada en
primeras. En ella Bataille se remonta a aquellos impulsos que nos acercan a la
los tiempos en que los lugares religiosos animalidad y a la violencia de la natura-
eran espacios donde la oración compar- leza. Para el autor de El erotismo el ser
tía espacio con lo sacrificial, con el consi- humano había de tener conocimiento del
guiente derramamiento de sangre. Hablar horror en su máxima expresión, tener una
de lo sagrado en Bataille obliga a retomar verdadera conciencia de sí misma6.
su compleja noción de erotismo, entendi-
En 1930, en el número 7 de Docu-
da como el paso, disolución del ser me-
ments Bataille reseñaba un libro editado
diante, de un estado de discontinuidad al
ese mismo año, X Marks the Spot (Una
de una continuidad a recobrar. En las re-
X marca el lugar)7, una historia fotográfi-
ligiones primitivas esto tenía su correlato
ca de la guerra de bandas que sacudía
en la idea de sacrificio, ese ritual solemne
Chicago. Si reparo en esta reseña es por
donde la muerte de un ser discontinuo,
la sorpresa expresada por Bataille ante la
humano o animal, revelaba a los asisten-
legitimación del editor de la publicación
tes la continuidad del ser, definiendo así
acogiéndose al valor moralizante de las
lo sagrado. Sin embargo, apuntaba Ba-
fotografías. En ellas la presencia de ca-
taille, dicha violencia se vería desplazada
dáveres en el lugar del crimen ocupaba
en la misma medida que la localización
más de la mitad de las páginas. Bataille
de los mataderos, como consecuencia
veía en esto un cambio de actitud en
de una progresiva racionalización de la
la percepción del público respecto a la
vida, implicando la constitución de una
muerte violenta, más allá de la angustia
arquitectura de la vida destinada a ocul-
o del asco, deviniendo en una suerte de
tar la muerte y todo lo susceptible de ser
reactualización de los antiguos circos
considerado como abyecto. Es el caso
romanos. Y añadía al respecto de esa
fuente de divertimento el principio del fin
4 ADES, Dawn, BRADLEY, Fiona: «Georges Bataille and
Documents». En: Undercover surrealism. Ed. Dawn ADES, Simon 6 BATAILLE, George. Las lágrimas de Eros. Barcelona: Tusquets,
BAKER. Cambridge-Londres: The MIT Press and Hayward Gallery, 2000, 1984, p. 184.
2006, p. 11. 7 BATAILLE, George. « Revue des Publications » [en línea].
5 BATAILLE, George. «Abattoir» [en línea]. Documents (Paris), 6 Documents (Paris), 7 (1930), pp. 437-438. [ref. de 10 de febrero
(1929), p. 329. [ref. de 10 de febrero de 2012] Disponible en Web: de 2012] Disponible en Web: <http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/
< http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k32951f/f440.image > bpt6k32952s/f534.image>

63
para aquella sociedad capaz de disfrutar y en particular a la obras de Hermann
con semejante espectacularización de la Nitsch. Las similitudes en su metodología
muerte. Siendo ésta una mesa en la que de trabajo son varias, desde la utilización
sobrevuela la sombra de lo aberrante, de cualquier sustancia por su calidad
¿acaso no nos resulta a día de hoy una sensual,9 -desde alimentos a sangre, en
depravación el deseo de transgredir la el caso de Nitsch, a los últimos residuos
prohibición de contemplar la muerte? Sin procedentes de la autopsia en el caso de
embargo, se trata de un impulso inheren- SEMEFO- hasta la presencia de cadáve-
te a todo ser humano, como demuestra res de animales. Nitsch se hizo célebre
Platón en La República al evocar la na- en los 60 por lo que Piedad Solans10 llama
rración de Sócrates sobre un hombre que una dramaturgia del exceso, un descenso
al pasar cerca de los cadáveres de tres en lo dionisiaco, que pretendía explorar
ajusticiados, sintió el deseo de mirarlos lo reprimido por un entorno tan estricto
y ante la duda de cerrar o abrir los ojos como el de la sociedad austríaca post-
finalmente cedió a la curiosidad diciendo: Segunda Guerra Mundial. En el caso de
“¡Ahí lo tenéis, malditos, saciaos del her- SEMEFO no se quedarían atorados en el
moso espectáculo!”8 cul de sac de la transgresión teatralizada
que terminaría lastrando al accionismo
Dicho esto, lo que puede parecer un
vienés, retorciendo los tabúes asociados
interminable rodeo, estas dos contribu-
a la muerte hacia terrenos más fértiles.
ciones extraídas de Documents me sirven
para adentrarnos finalmente en la obra Lavatio Corporis (1994), en tanto pri-
de Teresa Margolles, pues en ella queda mera gran exposición, llevaría a SEMEFO
patente, por un lado, esa idea expuesta a utilizar las técnicas taxidérmicas para
a partir del ejemplo del matadero, de la impedir el inevitable proceso de des-
conciencia de sí como reconciliación de composición al que estaban expuestos
los opuestos, entendida en Bataille como los restos orgánicos empleados en sus
aceptación de que lo abyecto está en piezas. Sin embargo, esta proscrita visión
nosotros. Por otra parte, y en relación a de la violencia de la naturaleza asociada
las fotos de gángsters tiroteados en Do- a la putrefacción derivaría en interesarse
cuments, que la producción de Margolles en lo que el colectivo denominaría como
vehícula una serie de reflexiones crucia- “la nueva vida del cadáver o vida des-
les en torno a la espectacularización de la pués de la muerte” 11. La transgresión de
muerte a la que se ha llegado en nuestros este tabú, no se quedaría en una perver-
días, especialmente en el contexto que le sión sin más, sino que evolucionaría en
ofrece su país de origen. paralelo al ascenso de los crímenes de
sangre en Méjico, fruto del narcotráfico,
Margolles inició su andadura artística
la corrupción y el aumento de las des-
a comienzos de los 90 en el seno del gru-
igualdades sociales a consecuencia de
po SEMEFO, acrónimo del Servicio Mé-
dico Forense en Méjico. Sus orígenes les 9 BUCHLOH, Benjamin. «1962b». En: Art since 1900. Ed. Yve-Alain
aproximan a las performances catárticas BOIS, Benjamin BUCHLOH, Rosalind KRAUSS, Hal FOSTER. Londres:
Thames and Hudson, 2004, pp. 464
de carácter ritual del accionismo vienés, 10 SOLANS, Piedad. Accionismo Vienés. Guipúzcoa: Editorial Nerea,
2000.
8 Citado en SONTAG, Susan. Ante el dolor de los demás. Madrid: 11 SÁNCHEZ, Osvaldo. «SEMEFO: la vida del cadáver». Revista de
Alfaguara, 2003, pp. 112-113. Occidente (Madrid), 201 (1998), p. 136.

64
la expansión de las políticas neoliberales. el caso de Margolles, la cura social se
De hecho, ese incremento de muertes entiende como la realización de un luto,
brutales tendrá como correlato la progre- un duelo. Si SEMEFO se había interesado
siva desaparición del cadáver tanto en por esa nueva vida después de la muerte
las piezas de SEMEFO como en la poste- que experimenta el cadáver, Margolles se
rior trayectoria de Margolles en solitario. interesa por cómo la muerte puede volver
La primera época de la artista mejicana al terreno de los vivos y hacer que estos
como parte del colectivo se caracteriza tomen conciencia no solo de su condi-
por una estética cruenta, independiente- ción mortal, como memento mori, sino
mente de la mayor – la fotografía de un de todo aquello que rodea al cadáver. Su
cuerpo casi irreconocible en Tarjeta para obra es siniestra más allá de la acepción
picar cocaína de 1997- o menor presen- común que damos al término, lo es en el
cia del cadáver –las prendas ensangren- sentido de aquello que queda fuera de la
tadas exhibidas en Estudio de la ropa de vista, lo que se traduce en una recons-
cadáveres también de 1997. trucción de la biografía del cadáver, para
dedicarle el reconocimiento que no tuvo
En este punto la morgue va a ser el
en vida. Es el caso de obras como Len-
equivalente a su taller o estudio, una
gua (2000) o Entierro (1999), mostrando
suerte de lo que Foucault denominaba
la primera la lengua de un adolescente
heterotopía, un contra-emplazamiento
asesinado en el Norte de Méjico. Ante
desde el que analizar el resto de la socie-
la imposibilidad de la familia para poder
dad, ya que en palabras de Margolles: “la
costear el entierro de su hijo, Margolles
morgue es un termómetro de la ciudad”12.
se ofreció a pagarlo a cambio de poder
Cuando la violencia alcanzó un nivel tan
utilizar su lengua, para que ésta se con-
desproporcionado que la morgue ya no
vierta en un testimonio de la violencia.
podía explicar el afuera, se hizo nece-
Por su parte, Entierro tiene un origen si-
sario abandonarla y pasar directamente
milar, la incapacidad de una madre para
a la escena del crimen como ocurrirá en
evitar que su hijo nacido al morir vaya a
obras más recientes como Muro baleado
una fosa común. La obra consiste en un
o Sangre recuperada, ambas de 2009. El
bloque de cemento que incluye, aunque
Méjico que influye a Margolles supone la
imperceptible, los restos de la criatura. La
desaparición de todo ese sistema arqui-
de Margolles es en definitiva una estra-
tectónico de ocultación de la muerte del
tegia no de representación sino de pre-
que hablaba Bataille13.
sentación de la muerte14. Ambas obras
El accionismo vienés defendió sus pueden parecer moralmente reprobables
obras como una suerte de catarsis con por lo que puede considerarse una falta
vistas a un intento de curación social. En de respeto hacia las víctimas y sus fa-
miliares, pero el hecho de que articulen
12 Extraído de una conferencia ofrecida por Margolles en el intercambios injustos es también una
Elizabeth A. Sackler Center for Feminist Art en marzo de 2007.
Disponible en Web:
denuncia de la injusticia que atraviesa la
<http://www.brooklynmuseum.org/exhibitions/global_feminisms/ sociedad y también la esfera del arte15.
teresa_margolles.php> [ref. de 10 de febrero de 2012]
13 MARGOLLES, Teresa, MEDINA, Cuauhtémoc, PIMENTEL,
Taiyama: «Conversación entre Taiyama Pimentel, Teresa Margolles 14 GÖRNER, Klaus. «Muerte sin fin». Teresa Margolles. Muerte sin
y Cuauhtémoc Medina». En: ¿De qué otra cosa podríamos hablar? fin. Ed. Klaus GÖRNER. Frankfurt, Hatje Cantz, 2004, p. 32.
Ed. Cuauhtémoc MEDINA. Madrid, RM Editores, 2009, p. 88-89. 15 JAUREGUI, Gabriela. «Exhumando la obra de Teresa Margolles».

65
La de Margolles es una opción por de jabón producidas con agua de lavar
recurrir a un índice desmaterializado de cadáveres en la morgue explotan al en-
la violencia16. Hasta el punto de que al- trar en contacto con la piel del visitante;
gunas de sus obras tampoco alojan fi- el oído, en piezas sonoras que registran
gurativamente en el objeto el fenómeno desde el sonido de las herramientas para
que aluden. Se produce así una confron- la autopsia –Trepanaciones (2003)- a gra-
tación con una realidad sobreexpuesta a baciones de campo realizadas en el lu-
una avalancha de muertes grand guigno- gar del crimen; el olfato, en muchas de
lescas, particularmente a través de unos las obras que introducen elementos que
medios de comunicación dominados por han estado en contacto con el cuerpo de
la denominada “nota roja”, esas crónicas los asesinados –Dermis (1996)-; y casi
de sucesos donde abundan las decapi- me atrevería a decir que el gusto, como
taciones, los cuerpos calcinados o des- ocurre cuando en obras como Vaporiza-
cuartizados hasta el extremo de resultar ción (2001) donde el agua de la morgue
irreconocibles. Quien quiera satisfacer se convierte en una nube que ocupa todo
su curiosidad morbosa que intente ac- el espacio expositivo y penetra a la fuerza
ceder a los contenidos de publicaciones tanto por la nariz como por la boca del
de gran tirada como Nuevo Alarma, La espectador. El encuentro con la obra se
Prensa o El Sol de México, las cuales no convierte en una inevitable toma de con-
se detienen en su explotación del horror, tacto con la muerte y la hipotética y abe-
aunque vulneren la ética periodística, rrante morbidez ante lo mortuorio queda
acogiéndose en el derecho a la informa- neutralizada. De esta forma se produce
ción17. un doble movimiento en el que se acor-
tan las distancias con la experiencia de
Volviendo a Bataille, nos cuenta Lo
la muerte, a la vez que se establece una
Duca en el prefacio de Las Lágrimas de
distancia respecto de su estetización.
Eros, que en el proceso de finalizar su
última obra el escritor, cuya capacidad La diferencia respecto a las primeras
de visión estaba considerablemente mer- obras de Margolles es la articulación de
mada, obtuvo nuevas fuerzas gracias a la unos dispositivos que tienen gran parte
turbación provocada por la sensación del de su potencial en su recurso al concepto
gusto y del olfato. En el caso de Margo- de lo siniestro o lo ominoso (das unhei-
lles lo sensorial va a ser clave a la hora mlich) en Freud, y por el cual lo familiar
de imponerse a un espectador que aun- deviene inquietante. ¿No es angustioso
que desee cerrar los ojos a la muerte, no cuando después de ver una imagen tan
podrá evitar que ésta entre en él a través aparentemente inocua como la de un es-
del resto de los sentidos: El tacto en el pacio en el que flotan pompas de jabón,
caso de En el aire (2002) donde pompas tenemos conocimiento de que en ellas
están los últimos residuos de seres que
En: Teresa Margolles. Muerte sin fin. Frankfurt: Hatje Cantz, 2004,
p.162. han perdido la vida de manera brutal?
16 MEDINA, Cuauhtémoc: «Espectralidad materialista» En: ¿De qué Son estas las obras de Margolles que
otra cosa podríamos hablar? Ed. Cuauhtémoc MEDINA. Madrid, RM
Editores, 2009, p. 24. mejor consiguen su objetivo de conver-
17 ROSAGEL Shaila. «Las imágenes de la nota roja» [en línea]. tirse en una denuncia del horror y de la
Etcétera. 1 de octubre de 2007 [ref. de 10 de febrero de 2012].
Disponible en Web: <http://www.etcetera.com.mx/articulo.
php?articulo=2260>

66
impunidad que siega miles de vidas18 y que MAC pidiera disculpas a las asocia-
donde la cobertura mediática de las atro- ciones de víctimas. La obra de Margolles,
cidades actúa en una doble y perversa di- se aproximaba a esos lugares donde una
mensión: describir a la vez que ocultar19. x marca el lugar, para recoger tierra con
No quiero con esto realizar una condena la que fabricaría una serie de ladrillos que
maniquea de la imagen o caer en una darían lugar a una suerte de lápidas anó-
suerte de iconoclastia. Sin embargo, ante nimas cuya disposición puede ser vista
una situación como la que atraviesa Mé- como un muro, entendiendo éste como
jico, donde confluyen la desaparición de un llamado a la unidad ante la impunidad
la arquitectura de ocultación de la muer- y el sinsentido de la violencia. Y también
te con la espectacularización del crimen a la reflexión, ausente en estrategias me-
violento, las “imágenes” interiores -como diáticas y de mercado carentes de escrú-
indica Klaus Görner20- que desde la dis- pulos que ejemplifican lo verdaderamen-
tancia son capaces de evocar los traba- te aberrante, mucho más que la trans-
jos de Margolles se presentan como infi- gresión del tabú de mirar a los muertos
nitamente más eficaces y necesarias que que practica Margolles desde hace años.
toda esa miríada de imágenes atroces
que conmocionan, insensibilizan o incitan
el deseo mórbido, pero difícilmente llevan
a reflexionar sobre lo que muestran. De
hecho, quería concluir confrontando una
obra de Margolles como es Lote Bravo
(2005) con la desacertada campaña de
MAC y Rodarte inspirada en los femi-
nicidios de Ciudad Juárez. En 2010 fue
anunciado el lanzamiento de una nueva
línea de productos donde Factory (fá-
brica), Ghost Town (ciudad fantasma) o
Sleepwalker (sonámbula) se convertían
en nombres de productos de belleza21. La
consiguiente ola de protestas no tardó en
llegar, llevando a cancelar el proyecto y a

18 48000 muertes desde 2006. Ver: FANTZ, Ashley. «La lucha


contra el narco en México: muertos a cambio de millones »
[en línea]. CNN México, 20 de enero de 2012 [ref. de 10 de
febrero de 2012]. Disponible en Web: <http://mexico.cnn.com/
nacional/2012/01/20/la-lucha-contra-el-narco-en-mexico-
muertos-a-cambio-de-millones>
19 Expresión de Barbie Zelizer citada en DIDI-HUBERMAN,
Georges. Imágenes pese a todo. Memoria visual del holocausto.
Barcelona: Paidós, 2004, p. 108.
20 GÖRNER, Klaus. «Muerte sin fin». Teresa Margolles. Muerte sin
fin. Ed. Klaus GÖRNER. Frankfurt, Hatje Cantz, 2004, p. 35.
21 CNN MÉXICO. «La campaña inspirada en los feminicidios de
Ciudad Juárez baja de tono» [en línea]. CNN México, 24 de julio de
2010 [ref. de 10 de febrero de 2012]. Disponible en Web: <http://
mexico.cnn.com/nacional/2010/07/24/bajan-el-tono-de-la-
campana-inspirada-en-los-feminicidios-en-ciudad-juarez>

67
Olga Fernández López

El fin del cubo blanco.


Releyendo a Brian O’Doherty
Palabras clave
cubo blanco, espacio independiente, autonomía, Brian O’Doherty, historia de las exposiciones
Keywords
white cube, independent space, autonomy, Brian O’Doherty, history of exhibitions

Resumen
La aparición de la denominación cubo blanco (white cube) a principios de los años setenta coincide
con el principio de su cuestionamiento, a partir de la toma de conciencia sobre sus límites. Este hecho
coincide también con el surgimiento de la denominación espacio independiente, ambos debidos al
mismo autor, Brian O’Doherty. Este artículo aborda la relación entre estos dos fenómenos situándolos en
su momento histórico. Asimismo se pregunta si la crisis del cubo blanco no ha acabado sirviendo para
su refuerzo y expansión.
Abstract
The emergence of the so called white cube in early 1970s coincides with the beginning of its questioning,
through the consciousness of its limits. This fact also coincides with the coinage of the term independent
space. Both notions were put forward by the same author, Brian O’Doherty. This paper addresses
the relationship between this two phenomena, situating them in a precise historical moment. It also
examines if the crisis of white cube has not ended in its re-inforcement and expansion.

Galería de arte y cubo blanco manera en que nosotros lo vemos”1. Hay


que señalar dos puntos en esta afirma-
La historia del cubo blanco nos pare-
ción, los dos discutibles: que modernis-
ce conocida, aunque no sepamos contar
mo y arte moderno sean equivalentes y
a ciencia cierta cómo y cuándo empie-
que la historia del arte moderno esté liga-
za. En su formulación más divulgativa,
da irremisiblemente a la del cubo blanco.
ha adoptado el carácter de un mito, o al
Cabe destacar un tercer aspecto: en las
menos supone uno de los puntales en los
primeras páginas de su texto, O’Doherty
que se asienta el mito del arte moderno,
no habla de cubo blanco (white cube),
o mejor dicho, del arte modernista. Su
sino de galería (gallery space). No es
narrador inaugural, Brian O’Doherty, nos
hasta más adelante, en el tercer artículo
cuenta, ya desde las primeras páginas
cuando el autor hace que la caracteriza-
de sus artículos en Artforum, que “la his-
ción física de ese espacio se sustantive,
toria del modernismo está íntimamente
enmarcada por ese espacio, o más bien 1 Brian O’Doherty, Inside the White Cube. The Ideology of the
la historia del arte moderno es correlativa Gallery Space, Berkeley, University of California Press, 1986, p. 14.
Hay traducción española, Dentro del cubo blanco. La ideología del
con los cambios en ese espacio y en la espacio expositivo, Murcia, Cendeac, 2011.

68
para dar lugar a la figura ideológica en la A principios del siglo XX, existían di-
que éste se ha convertido. El cubo blan- versos ámbitos donde exponer obras de
co se trata de un concepto que se acu- arte al público, museos para las obras
ña después de su existencia real, puesto del pasado y salones, galerías públicas,
que la transformación de la denomina- pabellones de ferias y exposiciones in-
ción gallery space en la de white cube no ternacionales, galerías comerciales, e
tiene lugar en el discurso y en el lenguaje incluso la primera Bienal, para la produc-
artístico hasta 1975-1976. No sólo eso, ción contemporánea. Las obras de las
sino que además su popularización se primeras vanguardias no se exponen en
produce de modo efectivo sólo a partir de cubos blancos, sino que “parasitan” es-
1986, cuando los artículos de O’Doherty tos y otros territorios -sin preocuparse
se reimprimen como libro. mucho de la apariencia del lugar-, o los
transforman para crear ambientes espe-
Hasta mediados de los años setenta,
cíficos en relación con las obras. Es más
los espacios que exhibían arte moderno
bien en el ámbito institucional, en el cam-
se llamaban simplemente galería, tanto en
bio de siglo y ligado a las Secesiones vie-
instituciones públicas como en el ámbito
nesas y alemanas, donde se empieza a
comercial. Originalmente el término gale-
despojar a los espacios de exposición ya
ría denominaba un espacio arquitectóni-
existentes de elementos que empiezan
co sin función específica, que servía de
a considerarse innecesarios, un proceso
paso entre estancias y que se fue trans-
que ha estudiado con detenimiento Wal-
formando en un lugar de recreo, espar-
ter Grasskamp3. El paso de las paredes
cimiento y disfrute de obras de arte. Se
enteladas al muro desnudo no se hizo sin
trataba de un espacio de forma alargada
resistencias. A los ojos de los espectado-
y estrecha, donde se mostraban las co-
res de los años veinte, la severidad de las
lecciones privadas y donde se escenifica-
paredes de los museos alemanes estaba
ba la exhibición de riquezas renacentistas
demasiado cerca de la estética arquitec-
y barrocas2. El término fue heredado por
tónica de las nuevas fábricas.
el museo ilustrado. El nombre, en francés
e italiano, también alude a otros usos, en El desarrollo hacia un espacio neutro,
concreto a pasajes y grandes almacenes, de muros blancos, sin decoración arqui-
es decir comprende una declinación co- tectónica, sin ventanas y con luz artificial,
mercial. Adicionalmente, galería puede fue progresivo y su implantación no se
referirse a la noción de público a partir de realizó de forma homogénea. Hasta la
su uso en el campo semántico del teatro, fecha, la narración sobre la expansión
que va desde la zona física –anfiteatro-, del cubo blanco ha estado ligada en la
donde se encuentran las localidades más historiografía anglosajona a la historia del
baratas, hasta una noción más amplia de MoMA como modelo de referencia y por
audiencia (actuar de cara a la galería). Ex- tanto a la interpretación modernista del
posición, mercado y público, por tanto, arte moderno. Esta versión se originaría
parecen ser componentes importantes a con la americanización de la vanguardia
la hora de definir este espacio.
3 Walter Grasskamp, “The White Wall. On the prehistory of the
2 Alfonso Muñoz Cosme, Los espacios de la mirada: Historia de la white cube”, en Marianne Eigenheer, Barnaby Drabble y Dorothee
arquitectura de museos, Gijón, Trea, 2007. Richter (ed.), Curating Critique, Frankfurt am Main, Revolver, 2007.

69
en el discurso proyectado por Alfred Barr seo de arte moderno y que en la segun-
Jr. desde el MoMA, tras su paso por Eu- da posguerra, EEUU alcanza el dominio
ropa y el conocimiento de las nuevas téc- político y económico, la implantación de
nicas museográficas alemanas. Durante y esta versión parecía ineludible. Sin em-
después de los denominados “años del bargo, conviene señalar que algunas de
laboratorio”, la adopción del cubo blan- las primeras galerías pensadas explícita-
co habría ayudado a Barr a la transfor- mente para exhibir arte moderno, como
mación, tanto de la vanguardia, como del el Abstract Kabinet de El Lissistzky no
arte moderno, en un proyecto modernista son cubos blancos. En el caso de los pri-
ligado a un programa ideológico y a su meros museos de arte moderno, algunos
exportación al resto del mundo, especial- están pensados como edificios de cristal,
mente a partir de 1939 con la consolida- donde la museografía se inclina hacia es-
ción de su colección permanente. tructuras independientes de los muros5.
Algunas exposiciones se sitúan incluso
Aunque esta narración ha sido revi-
en espacios en ruinas como en los bom-
sada en los últimos años desde varios
bardeados Palazzo Reale de Milan (expo-
puntos de vista, sigue teniendo un papel
sición de Picasso en 1951) o Fridericia-
fundamental en la historiografía hege-
num (Documenta 1 en 1955). Estas otras
mónica. En este relato el MoMA adop-
versiones de las galerías de arte moderno
ta de forma consciente el cubo blanco
indican que su historia no termina nece-
para situar al espectador en un espacio
sariamente en el cubo blanco y que se
con ambiciones de pureza, neutralidad y
pueden escribir otras posibles historias
objetividad, garante de la autonomía es-
de los espacios expositivos. Desde el
tética y del formalismo artístico. El cubo
punto de vista formal, también se puede
blanco separaría el arte de la vida y del
señalar, como señala Mark Wigley, que
devenir histórico y sería un dispositivo
las paredes de los edificios modernos no
diseñado conscientemente para produ-
fueron tan blancas como parece en las
cir un sujeto ahistórico, despolitizado,
fotografías y en todo caso no llegaron a
descorporeizado, además de asegurar la
los interiores de los museos hasta entra-
posibilidad de acceder a una experiencia
da la década de los sesenta6. La implan-
estrictamente estética4. Si bien es cierto
tación del cubo blanco como un espa-
que el arte moderno está atravesado por
cio hegemónico fue gradual y en buena
la idea de autonomía, ésta no ha estado
medida estuvo ligada a su funcionalidad
ligada necesariamente al cubo blanco. La
para las galerías comerciales. Este proce-
vinculación entre autonomía y cubo blan-
so donde las galerías tomaron su forma
co, o más bien la conversión de éste en
predominante: paredes blancas, suelos
un significante de aquélla, se trataría de
grises y luz artificial cenital, culmina en
un fenómeno histórico, como veremos.

En la medida en que el MoMA se pro- 5 Como en los casos del Museo de Arte de Sao Paulo de Lina
Bo Bardi, la Neue National Gallery de Mies van der Rohe o
pone como el modelo “universal” de mu- la ampliación acristalada del Museo Stedelijk de Amsterdam,
promovida por Willem Sandberg.
6 Mark Wigley, Olafur Eliasson and Daniel Birnbaum, “The hegemony
4 Christoph Grunberg, “The Politics of Presentation: The Museum of TiO2: A Discussion on the Colour White; A Conversation between
of Modern Art, New York”, en Marcia Pointin (ed.), Art Apart: Art Mark Wigley, Olafur Eliasson and Daniel Birnbaum”, in Olafur
Institutions and Ideology across England and North America, Eliasson: Your Engagement has Consequences; On the Relativity of
Manchester, Manchester University Press, 1994. Your Reality, Baden, Lars Müller Publishers, 2006.

70
los sesenta y setenta, momento en que el crítico muy activo en los sesenta y entre
cubo blanco comienza a ser cuestionado, 1969 y 1976 trabajó como Director del
primero desde las prácticas y luego des- Programa de Artes Visuales del National
de los textos. Endowment for the Arts (NEA)11. En este
puesto, fue una figura que tuvo enorme
Dentro del cubo blanco de Brian
influencia en la financiación de los espa-
O’Doherty
cios independientes en los EEUU, hasta
La primera mención a una todavía el punto que él mismo acuño el término
imprecisa noción de cubo blanco apare- “espacios alternativos” en 197212. Todos
ce en las notas de 1967-1975 de Daniel estos factores, el que O’Doherty fuera un
Buren publicadas en 1975 en Studio In- artista posminimalista y conceptual, su
ternational7, un texto que posteriormente conciencia sobre las condiciones en las
se conoce como Función de la Arquitec- que el arte se muestra, y su visión gene-
tura8. Aunque el sentido del término está ral sobre el sistema del arte, determina-
claro, Buren no escribe ninguna teoría ron la forma en la que él concibió y acuñó
y en última instancia piensa en el cubo tanto el cubo blanco, como los espacios
blanco como un marco, igual que de for- alternativos. Todo esto nos ayuda a ca-
ma sincrónica lo hacen Michael Asher racterizar la configuración del cubo blan-
o Hans Haacke. También en 1975 Brian co como un dispositivo histórico, a pesar
O’Doherty imparte una conferencia en el de que esta aproximación haya sido fre-
LACMA (invitado por Maurice Tuchman), cuentemente obviada.
bajo el título Dentro del cubo blanco,
Como dijimos, a pesar de que el títu-
1855-1974 (Inside the White Cube, 1855-
lo de la conferencia era Dentro del cubo
1974). Un año más tarde publica esta
blanco, O’Doherty partía de la idea de
conferencia dividida en tres partes en
galería. Su primer artículo se tituló “No-
Artforum9.
tas sobre la galería” y ni en éste ni en el
Al margen de su reputación por ser segundo (“El ojo y el espectador”), usó la
el autor de Dentro del cubo blanco, es expresión cubo blanco. El término apare-
importante entender a O’Doherty a partir ce en el tercer artículo (“El contexto como
de su perfil polifacético. Por encima de contenido”) y su primera mención estaba
todo es un artista, multiplicado en varios entrecomillada. O’Doherty desarrolla su
heterónimos, entre otros Patrick Ireland, argumento evitando la teoría o la filosofía,
y también un escritor que ha publicado y se centra en cómo fueron las obras de
varios libros de ficción10. Además fue un los artistas las que iniciaron el proceso de
concienciación institucional. Su análisis
7 Daniel Buren, “Notes on Work in Connection With the Places
Where it is Installed, Taken Between 1967 and 1975, Some of
Which Are Specially Summarized Here”, Studio International, (una crítica de arte de Art in America y Artforum) y William Magnin
London, Studio International Journal Ltd, n° 977, sept-oct 1975. (escritor irlandés del s. XIX). Ver Thomas McEvilley, “An Artist & His
8 Daniel Buren, “Function of Architecture” en A.A. Bronson and Aliases--Brian O'Doherty/Patrick Ireland” en Art in America, mayo
Peggy Gale (ed.), Museum by Artists, Toronto, Art Metropole, 1983. de 1999. Entre sus escritos como crítico destaca la compilación
9 El libro de Brian O’Doherty, Inside the White Cube es una Brian O'Doherty, Object and idea; an art critic's journal, 1961-1967,
compilación de esta primera conferencia dividida en 3 capítulos New York, Simon and Schuster, 1967.
que aparecieron en números sucesivos de Artforum en 1976 con 11 Ver Brian Wallis, “Public Funding and Alternatives Spaces”, en
la adición de un cuarto capítulo posterior que apareció en Artforum Julie Ault (ed), Alternative Art New York. 1965-1985, Minneapolis,
en 1981. Su publicación como libro data de 1986. University of Minnesota Press, 2002.
10 Sus heterónimos: Patrick Ireland (un artista nacionalista 12 Kay Larson, “Rooms with a Point of View”, ArtNews, 76, no 8,
irlandés), Sigmund Bode (un historiador del arte), Mary Josephson New York, October 1977.

71
se basa en ejemplos de la vanguardia his- algo que inventé, porque la galería nunca
tórica europea y de la escena neoyorkina es cúbica. Es rectangular. Pero si hubiera
de los años sesenta13. Introduce distan- dicho el rectángulo blanco, o dentro del
cia sobre su objeto de estudio, hablando rectángulo blanco, nadie habría prestado
desde una perspectiva de 1976 y presen- atención”15. En un momento en el que el
tando el ciclo como terminado. El término cubo era un motivo predominante en lo
cubo blanco llega a escena sólo después visual y en lo simbólico O’Doherty, con
de que O’Doherty haya desarrollado una su ojo de artista, fue capaz de re-formar
teoría sobre el espacio de la galería. En en el imaginario la vieja galería rectan-
esta secuencia, cuando finalmente se gular en una habitación cuadrada16. Con
reconoce que la galería es una cons- anterioridad sólo otro artista, El Lissitzky
trucción histórica producida por una de- y su Gabinete Abstracto, lo había inten-
terminada ideología, la galería (artículos tado, aunque su propuesta no prosperó,
primero y segundo) se convierte en cubo quizá porque su proyecto, basado en la
blanco (tercer artículo). El cubo blanco, implicación activa del espectador, repre-
por tanto, no es más que una galería con sentaba una perspectiva complemente
autoconciencia histórica y contextual. opuesta.

Hablando del valor de los gestos de La aproximación de O’Doherty no


Duchamp, O’Doherty afirma “Como todo puede ser separada de su práctica como
buen gesto, Duchamp y sus sacos de artista, particularmente la de un artista
carbón se convirtieron en algo obvio post situado en el contexto de la interacción
facto. Los gestos son una forma de inven- minimalista con el espacio y en el del in-
ción. Sólo pueden ser hechos una vez, a terés del arte conceptual por el lenguaje
menos que todo el mundo esté de acuer- y los sistemas de mediación17. O’Doherty,
do en olvidarlos (…) Supongo que el con- antiguo estudiante de medicina, estaba
tenido formal de una gesto reside en su especialmente interesado en las inves-
aptitud, economía y gracia”14. La concep- tigaciones perceptuales y cognitivas, y
tualización de O’Doherty sobre el cubo rechazaba el sentimiento y la metafísica,
blanco es de la misma naturaleza que el como la mayoría de los artistas de su
gesto de Duchamp: es obvio post-facto, generación. En sus trabajos, abordaba
y demuestra aptitud, economía y gra- la relación entre el cuerpo, experiencia
cia. De hecho, el gesto más refinado de
O’Doherty fue crear una imagen capaz de 15 Y continua: “si hubiera dicho la caja blanca, hubiera sonado
sugerir una hipótesis, de proponer simul- confinante. Así que me dije, a lo que van a prestar atención es al
cubo. Porque todo el mundo puede conceptualizar un cubo. Uno
táneamente un concepto y su icono. En ve un cubo en su cabeza, y es sólido. Así que “dentro del cubo
una entrevista afirma: “El cubo blanco fue blanco” tiene una cierta fascinación como idea. Y funcionó”, en
Brian O’Doherty, Entrevista con la autora, Nueva York, 11 de febrero
de 2009. La traducción es mía.
13 En el primer artículo habla de Courbet, Monet y Matisse y la 16 John C. Welchman, “Parametrology: from the white cube to the
escena contemporánea está representada por Frank Stella, Gene rainbow net”, Art and Text, no. 53, enero de 1996.
Davis and William Anastasi, todos en exposiciones de los primeros 17 En torno a O’Doherty como artista Peter Plagens, “Return of
años sesenta en galerías comerciales. En el segundo capítulo the White Cube”, Art Review, vol. 56, febrero de 2005; Christina
establece una genealogía que va de los collages de Picasso y Kennedy y Georgina Jackson (eds.), Beyond the White Cube :
los Merzbau de Schwitters a los environments y tableaux de los a retrospective of Brian O'Doherty (exh. cat), Dublin, The Hugh
sesenta (Kaprow, Segal, Kienholz, Oldenburg y Samaras) y Hanson, Lane, 2006; Saul Ostrow, “Decoding O'Doherty”, Art in America,
de Andrea, Kosuth y Burden, como ejemplos de los primeros nº 11, diciembre de 2007 y Simon Sheikh, “Positively White Cube
setentas. El tercer artículo está basado en Duchamp y Mondrian. Revisited”, e-flux journal nº 3, febrero de 2009, accessible en
14 O’Doherty, op. cit, pp. 69-70. La traducción es mía. http://www.e-flux.com/journal/view/38.

72
y el lenguaje, y lo formalizaba en cua- de revelación se había conseguido según
drículas, tramas de lenguaje, laberintos O’Doherty a través de una objetualización
y dibujos espaciales con cuerdas. Por real del espacio de la galería y de la inten-
ejemplo, los Laberintos de O’Doherty sificación de la experiencia del visitante.
exploraban la posición del cuerpo en el En el contexto del arte estadounidense,
espacio como precondición de la percep- esta objetualización se presentaba en
ción, la cognición y la interpretación. Los la historiografía como la consecuencia
Rope Drawings conformaban diagramas inevitable de la expansión formalista de
lineales con hilos de nylon desplegados la pintura abstracta y de la activación
en el espacio, que hacían al espectador minimalista del potencial significante
interactuar perceptualmente con el sitio. del contenedor. En este punto, la narra-
O’Doherty recuerda: “En 1973, cuando ción de O’Doherty enlaza con la versión
estaba haciendo instalaciones con cuer- ideológica (descorporeizada, apolítica)
das en varios museos y galerías, me en- modernista, pero en última instancia la
contré de repente atando cosas al suelo, desborda. En la línea evolutiva abierta por
a la pared, a las esquinas”18. Clement Greenberg, la conciencia de los
límites del espacio era un efecto inevita-
Además del minimalismo, O’Doherty
ble de la reflexión y expansión del medio
desarrolló una línea importante de arte
específico de la pintura. El conflicto sur-
conceptual caracterizada por su interés
gía en la activación fenomenológica del
en el lenguaje, la indeterminación inter-
espectador (combatida en ese momento
pretativa y los patrones (repetición, varia-
por Michael Fried) y en la asunción de las
ción y permutación) 19. En el modo auto-
consecuencias que derivaban de la con-
reflexivo del conceptual, también prestó
ciencia sobre los límites del cubo blanco,
especial atención a la forma en la que
que naturalmente no eran sólo físicos20.
los sistemas sociales y las instituciones
estructuraban la obra de arte. Su expe- Desde el punto de vista histórico,
riencia como crítico y como gestor cul- O’Doherty se sitúa en el momento en que
tural fue también fundamental para de- estas contradicciones empiezan a hacer-
sarrollar una visión personal sobre cómo se evidentes, tras el período clásico del
la interpretación, la política y la economía arte modernista de los años cincuenta
determinan la autonomía artística. Su y sesenta, en un nuevo contexto social,
posición como artista, consciente de las económico y cultural. Su importancia es-
limitaciones físicas e institucionales de- triba en que fue capaz de aislar el papel
terminó definitivamente su concepto del de la galería y convertirla en un argumen-
cubo blanco. to, caracterizarla y también establecer
una genealogía, no tanto de su historia,
Una estética de la mediación
como del proceso por el que los artistas
La idea del cubo blanco y su proceso llegaron a ser conscientes de ésta. Si-
tuado entre una estética de producción
y una de recepción, entre el estudio de
18 Brian O’Doherty, Entrevista con la autora, Nueva York, 11 de
febrero de 2009. La traducción es mía.
19 Entre sus amigos estaban Sol LeWitt, Dan Graham, Mel Bochner,
Eva Hesse, Robert Smithson, Ruth Vollmer y Peter Hutchinson. 20 Michael Fried, Art and Objecthood (1967), publicado en Michael
O’Doherty es el editor del número 5+6 de la revista conceptual Fried, Art and Objecthood: Essays and Reviews, University of
Aspen. Chicago Press, 1998.

73
artista y el salón doméstico, e interesa- da, la colocación de cada enchufe, el
do por las complejas relaciones entre la océano de espacio en el centro. Entonces
economía, el contexto social y la estética, serigrafió todos estos datos en un lienzo
O’Doherty formula una pregunta en tor- ligeramente más pequeño que la pared y
no a cómo los artistas deben construir su lo colgó. El cubrir la pared con una ima-
trabajo en relación con el espacio de la gen de esa pared situaba a la obra de
galería y con el sistema21. obra justo en la zona donde superficie,
muro y pared habían entablado un diá-
La toma de conciencia en relación al
logo central para el modernismo. Para
cubo blanco implicaba entender y hacer
mí, por lo menos, la exposición tuvo un
explícito el espacio de la galería como
efecto peculiar; cuando se descolgaron
medio y como estructura de mediación.
las pinturas, la pared se convirtió en una
A finales de los sesenta algunos artistas
especie de muro ready-made y desde
emprendieron este proceso de visibiliza-
entonces cambió cada exposición en ese
ción del medio a partir de diversas es-
espacio”22. La noción de la pared como
trategias. Una de ellas, la propuesta por
ready-made (pinturas que se convierten
O’Doherty, suponía entender la galería
en paredes y paredes que se convierten
como un contenedor que podía ser va-
en pinturas) transformó la galería de un
ciado, llenado, cerrado, reducido, ima-
espacio en un objeto artístico listo para
ginado o intervenido. Pero otros artistas
ser intervenido: un simple cubo blanco.
buscaron de forma paralela vías distintas.
Algunos prefirieron cambiar el uso de la Este muro ready-made pronto empe-
galería de una nueva función social, o zó a desarrollar variadas posibilidades.
viceversa, utilizar otros espacios (restau- Una era utilizar la pared como un lienzo.
rantes, hoteles) como galería. También Este se podía hacer de una forma literal
cabía liberarse del espacio y distribuir el (Sol LeWitt, Wall Drawings), conceptual
arte a través de otros canales, como en (Robert Huot, Blanco sobre Blanco, una
publicaciones o en los mass media. En versión extrema de Malevitch) o física (in-
todos los casos existe un impulso (que terviniendo en la pared), como la incor-
se demostró imposible) de eliminar la poración de la pared a los dibujos (Ro-
mediación, deshaciéndose lo más posi- bert Barry) o la eliminación de la misma
ble del espacio físico, tratando de que la (Lawrence Weiner, Square removal). El
relación entre la obra y el espectador se proceso de objetificación también se po-
efectuara sin intermediación. día conseguir indicando las característi-
cas físicas del local (Mel Bochner, Measu-
La versión modernista que subyace al
rement Room) o a través de alteraciones
punto de partida de O’Doherty queda pa-
perceptivas, como en las obras de Irwin,
tente en el siguiente fragmento explica-
Asher, Kaltenbach (Room Cube) o Rose-
tivo de sobre una exposición de William
marie Castoro (Room Revelation). Esta
Anastasi (Dwan Gallery, New York, 1965).
revelación implicaba una experiencia cor-
“[Anastasi] fotografía la galería Dwan va-
poral que a veces iba acompañada para-
cía, tomando nota de los parámetros de
dójicamente del vacío del espacio, como
la pared, suelo y techo, derecha e izquier-
en White sight de Les Levine, donde los
21 Anne Rorimer, New Art in the 60s and 70s. Redefining reality,
London, Thames and Hudson, 2001. 22 O’Doherty, op. cit, p. 34. La traducción es mía.

74
espectadores necesitaban unos de otros centralidad23.
para poder situarse. El revestimiento del
Un ejemplo paradigmático de ex-
Museo de Chicago por Christo en 1969
posición invisible fue la intervención de
también enfatizaba la objetualización del
Michael Asher en el Pomona College,
contenedor, en este caso, del museo en-
donde las obras fueron reemplazadas por
tero. De forma paralela, en el ámbito eu-
acontecimientos en tiempo y espacios
ropeo, Daniel Buren había expuesto en
reales, como los sonidos de la calle, las
1971 su idea de que el estudio necesita-
diferentes gradaciones de luz de noche y
ba ser superado. Para Buren el “lugar de
de día, las corrientes de aire y la presen-
la producción” debía coincidir con el “lu-
cia de públicos inesperados. Otro ejem-
gar del consumo/exposición”, borrando
plo significativo es la pieza de Barry Le
los límites entre obra, espacio y exposi-
Va Velocity Piece#1. Impact Run, Energy
ción con el fin de preservar el sentido del
Drain (1969). Se trató de una acción en la
arte. A finales de los sesenta y principios
que el artista corría y se golpeaba con-
de los setenta, el site-specific se entendía
tra las paredes de la galería de arte de la
de una forma bastante literal.
Universidad de Ohio State durante 1,45
El cubo blanco desaparece h, dejando huellas físicas sobre las pare-
des. La obra no era la performance, sino
Entre los casos más conocidos del
la escucha de la grabación en un repro-
desvelamiento de la galería, sus límites y
ductor. Le Va quería que “la gente visua-
condicionantes, están el cierre del espa-
lizara y experimentara el acontecimiento
cio de la galería en las obras de Robert
desde el principio hasta el final, mientras
Barry, Daniel Buren y Graciela Carnevale
oían la cinta”24. La fisicidad del cubo
o las intervenciones de Michael Asher en
blanco desaparecía en beneficio de su
el cubo blanco. Antes de este momento
representación imaginaria. El cubo blan-
las obras, la exposición y la galería eran
co estaba presente y ausente al mismo
hechos separados, mientras que en es-
tiempo. En una obra de John Knight de
tas acciones se provocaba una tensión
1972, titulada, Asumo… (I assumed…),
que hacía que se borraran las fronteras
una exposición imaginaria se encontraba
entre ellas. Este estado de “suspensión”
con un espacio imaginario. Al no poder
provocó dos efectos complementarios.
visitar la galería [Project Inc., Cambridge,
Por un lado, empujó a la exposición y al
Mass], Knight imaginó aproximadamente
cubo blanco a un grado cero, donde no
55 características que ésta podría tener.
sólo espacio y exposición eran vaciados,
Imprimió sus conjeturas como enuncia-
sino que eran negados y desaparecían
dos en fichas de archivo, usando frases
en beneficio de la obra. Por otro lado, y
como “El espacio parece nuevo, pero es
paradójicamente, consolidaron a la ex-
bastante viejo”; “El espacio está en el
posición y a la galería como el medio
tercer piso”; “Tres de las paredes están
privilegiado para el arte contemporáneo.
hechas de cemento y ladrillo” y expuso
Más allá del deseo romántico de anular
la mediación, el medio no sólo no podía 23 Jean-Marc Poinsot, “Déni d’exposition”,en Art conceptuel I: Art
& Language, Robert Barry, Hanne Darboven, On Kawara, Joseph
ser superado, sino que acababa ganando Kosuth, Robert Morris, Lawrence Weiner (exh. cat.), Bordeaux,
CAPC. Musée d'art contemporain, 1988.
24 Carter Ratcliff, Out of the box. The reinvention of Art, 1965-1975,
Allworth Press, NY, 2000, p. xi.

75
las fichas en un archivador25. de acción. Los campos de la economía,
la política o la ley frecuentemente están
Un último ejemplo. En 1969, Dennis
interesados en entrar en el campo artís-
Oppenheim dibujó la planta de una de
tico y en muchas ocasiones esta irrup-
las salas del Museo Stedelijk en un cam-
ción demuestra la falacia de la creencia
po de trigo cerca de Jersey City (Gallery
romántica de los artistas. Las condicio-
Transplant), creando un espacio artístico
nes de posibilidad para que el arte tenga
imaginario, a la vez que superponía espa-
lugar en un marco de autonomía no están
cios incongruentes. Dos años más tarde,
garantizadas, por lo que al contrario de
el 2 de febrero de 1971, hace una obra
lo que podía pensarse de la ingenuidad
llamada Protección. Oppenheim marcó
de Oppenheim, los perros sí tenían algo
un perímetro de 32 pies de ancho y 64
que defender/proteger. Quizá debido a
de largo con doce postes de acero en un
que los artistas saben de la imposibilidad
terreno adyacente al Museo de Bellas Ar-
de una autonomía absoluta, sean los más
tes de Boston. A cada poste ató un perro
interesados en mantener este espejismo.
entrenado para el ataque con cadenas de
6 pies. Un intervalo de 2 pies separaba Cubo blanco y autonomía
cada perro de modo que los visitantes
Con o sin muros, el cubo blanco (ga-
podían pasar entre ellos con miedo, pero
lería ya consciente de sí misma) pasa a
sin daño físico. Esta zona cerrada era el
convertirse en el significante privilegiado
emblema de un espacio virtual donde el
de la autonomía del arte, precisamente
artista ejercía su autonomía. Con este
en el momento en que la posibilidad de
gesto simbólico el artista se investía con
esta autonomía empieza a ponerse en
un poder auto-generativo para el arte y
duda. Si el ensayo de O’Doherty (y en
para los artistas. La protección y los pe-
menor medida el de Buren) está dedicado
rros eran obviamente simbólicos. Los pe-
a la narración de esta toma de concien-
rros no tenían otra cosa que proteger que
cia, Pierre Bourdieu, desde la sociología,
esta zona metafórica26.
y Peter Bürger, desde la teoría crítica y la
Si la objetualización del espacio de estética, sientan las bases para un des-
la galería facilitaba su conversión en un montaje paralelo, donde la autonomía
cubo blanco consciente de sí mismo, es caracterizada como una illusio. Para
cuando el cubo blanco abandonaba su explicar esta relación haré en este punto
dimensión física, se proyectaba en un una breve digresión. Autonomía es una
campo metafórico (el de la autonomía), palabra desorientadora cuando se usa
facilitando su transformación en una en el contexto artístico, porque puede
suerte de alegoría, donde el cubo blan- referirse tanto al desarrollo formal de las
co actuaba como icono-significante. La obras de arte en relación con la especi-
forma, la localización, o el contexto de ficidad del medio (pintura, escultura, di-
la galería (todas características físicas) bujo), como a la relativa autosuficiencia
no eran importantes. Lo que estaban en que las esferas intelectual, artística o
juego eran las consecuencias que se de- cultural tienen (o creen tener) en relación
rivaban de la delimitación de un campo a otros campos, como el de la política o
la economía. La intersección de ambos
25 Ibid, p. 265.
26 Ibid, p. 275. significados es el terreno donde Bürger y

76
Bourdieu desarrollan sus teorías sobre la una alienación de otras realidades. Bou-
función del arte. rdieu enfatiza el papel que la autonomía
formalista (del medio) tiene en la consoli-
Bürger y Bourdieu comparten un mis-
dación del campo y cómo este formalis-
mo horizonte intelectual, caracterizado
mo ha ocultado sus propias condiciones
por el debate entre arte e industria cul-
históricas de posibilidad27.
tural y por una misma perspectiva de
origen marxista. Ambos coinciden en Bürger coincide con Bourdieu en que
que el arte no es “autónomo” como un el arte es un subsistema en el todo social.
absoluto. Más bien, la autonomía es una Para él la función que la sociedad bur-
noción relativa: se es autónomo en rela- guesa le ha otorgado al arte es la de ser
ción a algo. En la teorización de ambos aparentemente afuncional, pero cuyo fin
autores, es “algo” es la sociedad burgue- último es mantener el sistema. Esto se-
sa. Ambos entienden el campo artístico ría fruto de un proceso histórico que de-
como una construcción histórica ligada a nomina “estetización”. Bürger distingue
las condiciones de la economía capitalis- entre la verdadera función del arte en el
ta desde el siglo XVIII. Desde su punto de sistema social y la imagen, la auto-ima-
vista, la autonomía artística beneficia a la gen ideal, que en el arte tiene en relación
sociedad burguesa porque contribuye a con el sistema. Para este autor, la auto-
preservar el status quo social, económi- nomía es la forma de superar esta con-
co y político. Además ambos proponen tradicción. “[Autonomía] es una categoría
un modelo para pensar el papel concreto cuya principal característica es describir
ideológico que el arte debería desempe- algo real (la separación del arte como una
ñar, asignándole una función de crítica esfera especial de la actividad humana
hacia el aparato, aunque difieren en torno del núcleo de la práctica de la vida), pero
a cómo funciona realmente esta crítica. simultáneamente expresa este fenómeno
real de forma que bloquea el reconoci-
Las teorías de Pierre Bourdieu nos
miento de la determinación social de este
ofrecen uno de los modelos más amplios
proceso. La autonomía del arte es una
para entender el desarrollo de lo que él
categoría de la sociedad burguesa que a
denomina “el campo de la producción
la vez revela y oculta un desarrollo histó-
cultural autonónoma”. Para este autor, la
rico real. (…) En un sentido estricto del
autonomía sería el proceso correlativo a
término, “autonomía” es por tanto una
la emergencia gradual de una categoría
categoría ideológica que une un elemen-
visible de artistas e intelectuales profe-
to de verdad (la separación del arte de la
sionales capaces de darse a sí mismos
praxis de la vida) y un elemento de men-
“reglas del juego” que son practicadas
tira (la hipostatización de este hecho, que
por los distintos agentes. Sin embargo,
es el resultado de un desarrollo histórico
este campo, a diferencia de otros, está
de la “esencia” del arte)” 28. La pieza de
marcado por una paradoja que afecta a
los productos artísticos. Éstos son a la 27 En torno a Bourdieu ver, Pierre Bourdieu, The Field of Cultural
vez bienes simbólicos y mercancías y sus Production, Polity Press, Cambridge, 1993 y en español Pierre
Bourdieu, Creencia artistica y bienes simbólicos, Córdoba y Buenos
valores culturales y comerciales son re- Aires, Aurelia Rivera ed., 2003.
lativamente independientes. Esta disfun- 28 Peter Bürger, Theory of the Avant-Garde, Univ. of Minnesota
Press, Minneapolis, 1984, pp. 36 y 46. La traducción es mía.
ción hace que su autonomía se base en Existe traducción al español, Teoría de la vanguardia, Barcelona,

77
Oppenheim sería un ejemplo ilustrativo el campo. Para este autor, “Los conflic-
de idea. Por un lado, establece la verdad tos manifiestos disimulan el consenso
del establecimiento de un campo autóno- [que existe] dentro del disenso, y definen
mo para el arte y por otro, revela la ficción el campo de la batalla ideológica de una
de esta creencia. época determinada”29.

La naturaleza contradictoria del arte, Este proceso teórico por el que se


como “estetización” o como “campo analiza el campo del arte, sus condicio-
autónomo de producción cultural”, está nes de posibilidad, su dimensión históri-
respaldada por las diferentes institucio- ca y su grado de interdependencia con
nes que se han ido estableciendo durante otros campos, coincide en el tiempo con
este proceso, pero también se materiali- este grupo de prácticas que está reali-
za en determinadas ideologías, ideales, zando esta misma revelación, pero des-
deseos, experiencias y prácticas, tanto de el propio arte, con sus propias herra-
individuales como colectivas. Es decir, el mientas formales y tomando como “caso
concepto de autonomía artística contie- de estudio”, la galería. A partir de estas
ne la idea que el propio arte tiene de sus prácticas y de la inmediata elaboración
funciones y de sus efectos. Pero también ensayística de O’Doherty, la galería se
el mismo arte puede tomar conciencia transforma en cubo blanco, fruto de este
sobre sus propias condiciones de posi- proceso de desvelamiento y empieza a
bilidad, sobre sus puntos ciegos, aunque convertirse en el significante principal del
Bürger y Bourdieu difieren sobre el alcan- supuesto alienación del arte en relación
ce que ésta pueda tener. a sus condiciones de posibilidad. El ce-
rramiento del cubo se convierte en una
Para Bürger, a comienzos del siglo
metáfora de este aislamiento, que es a la
XX, después de haber completado el
vez, pernicioso y necesario.
proceso de estetización, el arte se hace
históricamente maduro y despierta de la El cuestionamiento del cubo blanco
ilusión de pensar que la autonomía es po- y la apertura de la heteronomía
sible. Para él esta madurez se da en las
Con respecto a la autonomía, algunos
vanguardias, en su intento de borrar las
filósofos han señalado que puede hacer-
fronteras entre arte y vida. La estetización
se una distinción entre dos usos posibles
puede ser desmontada desde dentro y
del concepto, uno “estricto” y otro “ins-
la vanguardia sería un conjunto de prác-
trumental”. El primero argumenta que
ticas autoreflexivas que se orientarían
una obra de arte es (y además necesita
específicamente al desvelamiento de la
ser) distinta de lo que hace. Es decir, sólo
supuesta autonomía artística. Para Bou-
puede ser evaluada por sus propiedades
rdieu, la vanguardia es, por el contrario,
artísticas y estéticas. Esta versión se ha-
una manifestación estructural del propio
bría desarrollado en la historiografía y la
campo. Sería el modus operandi por el
crítica de are no-contextual o formalista.
que se escenifica un conflicto (puntual
La segunda enfatiza la capacidad especí-
y ficticio) que, en última instancia, sólo
fica del arte de hacer algo no hecho, o no
sustituye un poder por otro, sin cambiar

29 Pierre Bourdieu, “The market of symbolic goods” en The Field of


Península, 1987. Cultural Production, Polity Press, Cambridge, 1993, p. 139.

78
hecho de la misma manera por otra clase El ensayo de O’Doherty está dedica-
de objetos. También afirma que las obras do a la narración de la mencionada toma
de arte son valiosas como obras de arte de conciencia y alude de modo circuns-
tanto intrínsecamente como instrumen- tancial a la apertura de las prácticas y
talmente. De este modo las obras de arte los espacios a una nueva autonomía.
pueden ser evaluadas por sus propieda- En su versión de 1975-76 no es capaz
des internas, pero también tiene un valor de profundizar en los efectos que esta
instrumental basado en otros puntos de conciencia ha provocado, más allá de los
vista. Esta versión se asocia con el pen- cambios de la práctica artística hacia la
samiento marxista y pragmatista30. expansión última del formalismo, como él
hacía en su propia obra. Ni su posición
El sentido “estricto” de autonomía fue
en relación al espectador, ni las implica-
el predominante en los años de la se-
ciones de convertir el contexto en con-
gunda posguerra cuando el formalismo
tenido (context as content) están final-
estaba en su punto álgido. El cuestiona-
mente destinadas a cuestionar el sistema
miento de esta autonomía desde el cam-
institucional del arte. Su objetivo princi-
po teórico y desde las prácticas artísticas
pal es que el sistema artístico adquiera
es indicativo del agotamiento del modelo
auto-conciencia con el fin de fortificar la
formalista y de la historiografía modernis-
autonomía en relación a las intrusiones
ta. Este momento, los años sesenta-se-
en la libertad artística. De este modo,
tenta, coincide también con la aparición
la revelación de O’Doherty se convierte
de nuevas prácticas basadas en nuevos
en un fin en sí mismo, algo que llevaba
medios (performance, cine experimen-
inevitablemente a su reificación. Resulta
tal, etc) o desarrollos de presupuestos
significativo que la persona que inventa el
de los movimientos existentes (posmi-
nombre para los espacios alternativos, en
nimalismo, arte povera) que acaban por
los que él mismo había expuesto, y que
resquebrajar el edificio modernista. Entre
había contribuido a financiar , los evite y
otras cabe señalar el surgimiento de las
acabe defendiendo el cubo blanco como
prácticas site-specific que al producirse
un mal menor. Él mismo señala “lo que
en espacios concretos y no intercam-
mantiene estable la galería es la falta de
biables serían el reverso del tipo de arte
alternativas. (…) El espacio de la galería
ligado al cubo blanco. Uno de los proble-
es todo lo que tenemos y la mayoría del
mas derivados de la asimilación entre una
arte lo necesita”31. En todo caso, para
teoría estética basada en la autonomía y
O’Doherty, la alternativa a la galería sería
una construcción histórica es que parece
el estudio y a éste dedicó otro de sus li-
imposible proponer espacios autónomos
bros de ensayo32.
que no sean cubos blancos. La opción
sería buscar espacios con autonomía ins- Uno de los principales obstáculos que
trumental o espacios heterónimos. Este han limitado una buena historización de
tipo de espacio también se estaban ges- las posibles alternativas fue el éxito dife-
tando en este momento, pero O’Doherty rido que la re-publicación del libro tuvo
no los considera importantes.
31 O’Doherty, op. cit., p. 80.
32 Brian O’Doherty, Studio and Cube: On The Relationship
30 Casey Haskins, “Kant and the Autonomy of Art”, The Journal of Between Where Art is Made and Where Art is Displayed, Princeton
Aesthetics and Art Criticism, vol. 47, nº 1, invierno de 1989. Architectural Press, 2008.

79
en 1986. A pesar de que el concepto y
el nombre existían desde 1976 en su
versión de artículos en Artforum, el tér-
mino no se utilizaba. Diez años después,
cuando las condiciones artísticas se en-
cuentran en un momento de transición,
su reimpresión es tomada como ban-
dera por el grupo de artistas y teóricos
que desarrollan la denominada crítica
institucional. A partir de ese momento y
en las voces de estos autores el término
empieza a popularizarse. La teorización
de la crítica institucional, al estar fuerte-
mente anclada en el sentido estricto de
la autonomía, provocaba un estado de
inercia donde autonomía y cubo blanco
iban de la mano. Y eso, a pesar de que el
sentido instrumental de la autonomía va a
ser el predominante a partir de los noven-
ta, momento en que se populariza, a su
vez, la propia crítica institucional. O que
algunos autores han abogado incluso por
un uso político del cubo blanco. Ambos
temas exceden el objetivo de esta confe-
rencia, pero esta última afirmación puede
ser relacionada con un nuevo tema de
debate que sitúa el cubo blanco, no ya
en términos de metáfora de la autono-
mía, sino como significante de un modo
de operar donde los formatos expositivos
occidentales se están imponiendo en el
resto del mundo. Así Elena Filipovic ha
hablado del cubo blanco global33. Como
vemos, el tema sigue dando de qué ha-
blar, y más que destruirse o desaparecer,
parece apuntar a un final abierto.

33 Elena Filipovic, “The Global White Cube”, en Elena Filipovic,


Marieke van Hal y Solveig Ovstebo (ed.), The Biennial Reader,
Ostfildern, Hatje Cantz Verlag, 2010.

80
Santiago Cirugeda

Arquitecturas Colectivas: Reusar la Ciudad


Palabras clave
arquitectura contemporánea, leyes urbanísticas, espacio público, ocupación
Keywords
contemporary architecture, urban laws, public space, squat

Resumen
Recetas Urbanas desarrolla proyectos de subversión en distintos ámbitos de la realidad urbana que ayudan a
sobrellevar esta complicada vida social. Desde ocupaciones sistemáticas de espacios públicos con contenedores,
hasta la construcción de prótesis en fachadas, patios, cubiertas e incluso en solares. Todo ello negociando entre la
legalidad e ilegalidad, para recordar el enorme control al que estamos sometidos.
Abstract
Recetas Urbanas develops subversive projects in various areas of urban reality that help them cope with this
complicated social life. From systematic occupation of public spaces with containers to the construction of
prostheses in facades, yards, decks and different urban areas. All this negotiating between legality and illegality, to
remember the enormous control that we are subjected.

Numerosos edificios, públicos y privados, puertas a tipologías arquitectónica híbridas, y


permanecen vacíos y sin uso alguno en el te- procesos económicos y sociales de muy fácil
rritorio español, especialmente en el interior implementación, que en muchas ocasiones
de nuestras ciudades. se convierten en revulsivos y activadores de
la rehabilitación de los barrios donde están
Los usos que les daban sentido, ahora
situados. Todo ello sin la necesidad de un
obsoletos, o procesos urbanos de muy dife-
mayor consumo territorial.
rentes problemáticas produjeron las causas
de su abandono. Esta situación se ha vis- Igualmente diseminados por el territorio,
to acompañada por unas políticas tardías o tenemos centenares de ejemplos de edifica-
inexistentes, que propusieran la incorpora- ciones e infraestructuras que nunca se finali-
ción de nuevos usos y el aprovechamiento zaron, debido a estar cargadas por delitos ur-
instantáneo que estos edificios pueden ge- banísticos, procesos especulativos o causas
nerar. desconocidas.

El creciente interés que hay de diferentes La localización de estos esqueletos ur-


proyectos europeos en la reutilización de banos, es primordial para evaluar el impacto
estos elementos urbanos, por su idoneidad ambiental de los mismos, y poder solicitar
para incorporar usos temporales (programa desde la ciudadanía autoorganizada medidas
Catalyst) o definitivos, nos obliga a sondear que devuelvan al territorio su estado original,
la capacidad funcional y simbólica de los mi- ya que en muchas ocasiones nadie se quiere
les de metros cuadrados de construcciones responsabilizar de la demolición de estos edi-
diversas que conviven con nosotros. ficios o urbanizaciones fantasma.

La adaptación de los mismos abre las Debemos conseguir montar un listado


81
local de las edificaciones vacías y esque- cepto de ocupar.
letos urbanos, con el que posteriormente
Últimamente escucho “ocupar” en to-
se elaboraría una guía donde se descri-
dos los foros arquitectónicos y artísticos
ban los edificios vacíos, con su empla-
a los que asisto. Curiosamente, la mayor
zamiento, plantas y alzados, superficie
parte de personas que usan esa palabra
construida, y los usos para los que esta-
como parte de la estrategia proyectual,
ban proyectados.
sólo lo hacen por sus cualidades espa-
En el listado deberían contemplarse: ciales, y nunca como búsqueda de reuso
de elementos construidos, de poner en
-Obras inacabadas por expedientes
vida tejidos urbanos enfermos, quizás,
urbanísticos (esqueletos urbanos)
porque piensen que el terreno natural que
-Edificios Equipamentales (públicos y rodea las ciudades es limitado.
privados) abandonados.
Mientras intentamos animar u obligar
-Infraestructuras públicas en desuso o a las administraciones al “cumplimiento
inacabadas. debido“, de los soportes legales, noso-
tros ocupamos y reusamos estos ele-
-Vivienda vacía, vivienda en espera,
mentos construidos de hormigón y acero.
estados ruinosos etc...
Organizados como grupos o colectivos,
Para articular todos los archivos e in- ocupamos calles, plazas, fachadas, azo-
formaciones contradictorias o erróneas teas, cubiertas, árboles, edificios y sola-
de la que hacen gala las administracio- res con una serie de “pollos” diversos,
nes, deberíamos poner de acuerdo un como a mi me gusta llamarlos.
montón de entidades públicas responsa-
Paralelamente, recordemos que Es-
bles de este vacío informativo: Instituto
paña está a la cola de los países Euro-
nacional de estadística (y autonómicos)
peos en el reuso y reciclaje de residuos y
, Ministerios de Fomento y Vivienda, Ge-
materiales de construcción, a pesar de la
rencias de Urbanismo, Registros de la
importancia y fomento del sector en los
propiedad, Etc…
últimos quince años.
Lo que me ha producido estos 13 años
La experiencia de Aula Abierta, que hi-
de trabajo, casi en solitario, afectado y
cimos en Granada (www.recetasurbanas.
embebido de intereses y necesidades
net) , marca una vía para demostrar que
urbanas, de índole social, es plantear
incluso la arquitectura que fue diseñada
situaciones donde se reclama el derecho
para ser estática puede comportarse de
innato del ciudadano a usar la ciudad en
una manera dinámica y transformarse en
la que vive.
otro edificio totalmente flexible. Una ma-
La pregunta: ¿Qué debe de hacer o nera de transformar un bien inmueble de
aportar un grupo de ciudadanos para propiedad pública obsoleto y a punto de
obtener el derecho de uso de un suelo o demolerse, con la creación de los resi-
edificio obsoleto de propiedad pública?. duos pertinentes, en otro bien (in)mueble
Un promotor ya sabemos… cuya gestión y aportaciones ciudadanas,
le convierten en un equipamiento público
Es entonces cuando aparece el con-
autogestionado que se sale de un pla-

82
neamiento urbano codificado, fruto de la promotora de las obras donde estaba
una actitud de gente que replantea las situado el edificio, a una aseguradora que
situaciones que les rodean. pudiera confiar en los estudios de segu-
ridad y control de obra propuestos, y a
UNIDAD DE EJECUCIÓN nº 15
la universidad de Granada que pusiera
Arquitecto y Asociación Aula AAAbier- en valor la experiencia cultural y social
ta que desmontan edificio público para sostenible, que supone la autogestión
construir un espacio autogestionado cul- de unos recursos muertos y residuales,
tural y socialmente. por parte de una juventud creativa y rei-
vindicativa, cuya acción de desmontar-
Arquitecto y Asociación cultural Aula montar, evidencia el enorme compromiso
Abierta, de constitución simultánea a los social que les une y les lleva a solucionar
encuentros de debate y trabajo desarro- colectivamente la implantación y cons-
llados desde Noviembre del 2004, y don- trucción del nuevo espacio, evaluando
de se plantea la necesidad de obtener un desde del seguro de responsabilidad civil
espacio físico y mental de trabajo y re- al tornillo autorroscante. Incluye primer
flexión urbana a través de herramientas mail de Antonio Collados al arquitec-
diversas, con un grupo oscilante de es- to, material extraído del desmontaje del
tudiantes de bellas artes, arquitectura e edificio de la diputación por 25 personas
indefinidos, que desmontan edificio de la en 8 días y el resto de amigos, hasta 60
diputación de Granada, tras convencer al personajes, para la materialización del
mismo órgano político de representación proyecto, cuya ubicación, con derecho
pública de la cesión del bien inmueble, a adquirido naturalmente, será en suelo

83
público de la universidad de Granada. siendo estos los responsables de su uso y
todo lo que repercuta sobre su persona,
Tras 5 años de actividad, se reactiva
para así salirnos de la institución universi-
puntualmente por la ocupación del Aula
taria que prohíbe el uso de la misma, con
por el Colectivo Conceptuarte, y otros
el fin de crear un espacio de libre acceso
alumnos de la facultad.
donde no se repitan modelos de gestión ya
Manifiesto por la ocupación: establecidos.

AULA RECICLADA Como planteamiento principal se preten-


de generar un discurso de colaboración y
Planteamos esta acción como una nueva
uso del alumnado tanto del espacio físico
visión de la política interna actual en cuan-
de AAAbierta como de sus inmediaciones
to al estado de AAAbierta, proponiendo el
generando por ejemplo; una sala de ex-
reciclaje de este espacio público para plan-
posición libre creada con materiales des-
tear la renovación de esta política cultural
echados de las inmediaciones del aula,
fallida con una nueva generación, ya que el
proyectos artísticos en las inmediaciones,
rendimiento de esta no es el esperado, no
proyecciones, comidas, siestodromo, char-
cumple con los propósitos que este espa-
las,… generando un verdadero espacio por
cio proponía en sus principios.
y para los alumnos.
Proponemos la restauración de estos con-
Como nota final comprendemos que
figurando una nueva red de trabajo cultural
AAAbierta es un espacio que no nos per-
abierto a la colaboración del alumnado de la
tenece, pero que al mismo tiempo puede
facultad, con propuestas semanales para la
ser nuestro ya que es un espacio publico
realización de actividades con el fin de abrir
apropiado del que se han olvidado, aprove-
una nueva vía a la difusión de inquietudes y
chando su nombre con otros fines que no
proponer un nuevo rumbo abierto a modifi-
son los que bien claro quedan en sus co-
caciones donde todo el alumnado tenga el
mienzos, ya que la asociación que se ocupa
mismo papel de actuación y compromiso,
de su gestión no ofrece ninguna alternativa
un espacio de interacción.
para poder hacer uso de las instalaciones
Al no ser un espacio puramente legal, se de una manera colectiva.
propone el aprovechamiento de estas ins-
Este planteamiento no pretende tener nun-
talaciones para el usufructo de los alumnos,
ca una intención de enfrentamiento o falta

84
de conducta solamente pretende sacar un una serie de contenedores de viviendas,
nuevo punto de partida o simplemente su cedidos por la Sociedad Municipal de re-
desmontaje para evitar problemas y tenta- habilitación urbana del Ayuntamiento de
tivas, además de su posterior reutilización Zaragoza, que son re-usados por diferen-
para un nuevo uso. tes grupos de ciudadanos, asociaciones
y colectivos.
En enero de 2012 se desmonta por la
universidad de Granada y se transporta Los grupos implicados en la experien-
hasta Sevilla, donde Recetas Urbanas cia vienen de campos muy heterogéneos:
son el equipo técnico de Varuma Teatro entre ellos colectivos y cooperativas
para la construcción del nuevo espacio vinculadas a la educación alternativa,
Sociocultural “La Carpa”, en un solar ce- como La Fundició y el colectivo juvenil
dido por el ayuntamiento bajo convenio Spaider3; asociaciones de artistas como
público. Alg-a o Caldodecultivo; de múltiples ac-
tividades como en Castuela, activistas
Todavía en Mayo del 2012 se está le-
como Todo por la Praxis y estudios de
vantando, para la creación de un nuevo
arquitectura como Straddle3 o nosotros
espacio multiusos, para ofrecer a dife-
mismos. A las iniciativas ciudadanas se
rentes colectivos, y que incluye un taller
unen proyectos vinculados a institucio-
de costura que producirá vestuarios y
nes que han apostado por la creación de
decorados para la escuela del circo. Se
espacios cedidos a los habitantes, como
empezó la primera semana de marzo con
El NIU, en Girona o el Centro de Diseño
un taller de autoconstrucción organiza-
promovido por Proyecta3, y apoyado por
do por La Matraka. Sigue adelante de la
el Ayuntamiento de Benicassim para que
mano de Recetas Urbanas y con la ayuda
las pongan en uso y a la vez creen pro-
de colectivos como: ElGatoconMoscas,
grama. Este libro recoge las diez primeras
la Jarapa, El cuarteto Maravilla, Concep-
experiencias, y al igual que el proyecto,
tuArte, Straddle3 y muchos mas amigos.
seguirá abierto en Internet creciendo a
Los que quieran participar y bierrear que
medida que el proyecto se amplifica.
escriban a sc@recetasurbanas.net
Aunque el re-uso de los contenedo-
Otra propuesta de Reuso, parte de
res ha involucrado hasta la fecha a un
una ocasión excepcional de recupera-
número de 17 colectivos que trabajan
ción de patrimonio mobiliario público:

85
con la autoconstrucción como una de El 12 de marzo, apenas dos semanas
sus armas de participación, el sondeo y más tarde, salían los primeros camiones
contactos realizados en el último año y camino de Vigo (6 contenedores) y Caste-
medio de trabajo intenso no se ha limi- llón (6 contenedores). La semana siguien-
tado a ellos, produciéndose numerosas te nuevos camiones salían para Valencia
colaboraciones. El éxito y la expansión (6 contenedores) y Barcelona (8 conte-
vírica de la propuesta inicial demuestra nedores); el 3 de Mayo salían otros 12
lo importante que son procesos de auto- contenedores para Sevilla, y el 4 de Mayo
gestión que complementan o proponen recogíamos el último contenedor, con
un trabajo social y político diferente al del destino a esta misma ciudad. En sólo dos
poder que trata incisamente de controlar meses la mayoría de los contenedores-
cualquier actividad ciudadana. vivienda habían dejado Zaragoza, unos
almacenados con carácter provisional,
Casualmente, tras una conferencia
otros instalados de forma indefinida en lo
que impartí en el COA de Zaragoza el 15
que iba a ser su emplazamiento inmedia-
de febrero de 2007, Juan Rubio del Val,
to. Una vez obtenido el contenedor, nos
de la Sociedad Municipal, me comentó
enfrentábamos a un reto mayor: conse-
que estaban desmantelando un poblado
guir un suelo donde asentarlos y negociar
y que se quedarían vacías 14 viviendas de
una ocupación para que cada una de las
42 m2 cuyo destino probablemente sería
iniciativas pudiera germinar y crecer.
el desguace. Dichas viviendas, construi-
das con tres módulos prefabricados cada El arranque de cada uno de los pro-
una, habían dado servicio como asen- yectos que ponían en uso los contene-
tamiento provisional a una población de dores ha sido harto difícil y controverti-
etnia Gitana, que finalmente fueron realo- do. Para empezar, en la mayoría de los
jadas en viviendas de protección oficial. casos, los colectivos se sumaron al pro-
yecto y recogieron los contenedores aún
El día 1 de Marzo del 2007 iniciamos
sin saber donde habrían de ubicarlos. En
desde Recetas Urbanas diversas gestio-
algún caso, como sucedió con el proyec-
nes ofreciendo a diferentes asambleas,
to Park-a-part de Straddle3, tuvimos que
cooperativas, colectivos y asociaciones
recurrir a recetas de emergencia como
la posibilidad de adjudicarles gratuita-
los “Proyectos en Tránsito”, poniendo en
mente diferentes contenedores como
uso los contenedores durante festivales
sede residencial y/o centro de trabajo. El
de arte, mientras era resuelto el convenio
tuneado y acondicionado de los mismos
de ocupación del solar. En otros casos
se podría hacer en colaboración con Re-
llegaron a realizarse sucesivas ocupa-
cetas Urbanas, dando la posibilidad de
ciones ilegales temporales, con diversos
incluir para su legalización las justificacio-
movimientos y traslados de contenedo-
nes técnicas, los proyectos de instalación
res, como fue el caso de Spaider3, con la
y el seguro de responsabilidad civil del
voluntad de legalización por los promo-
arquitecto que está escribiendo. El trans-
tores del proyecto, LaFundició. El gran
porte de los contenedores, la instalación
esfuerzo por conseguir la ocupación legal
y gestión de licencias y permisos correría
negociada con las instituciones, acabó
de parte de los grupos que asumieran la
con el retiro de los contenedores por par-
responsabilidad de darles uso.

86
te de la policía cuando estaban casi listos para un centro de formación en La Caña-
para comenzar a ser disfrutados. da Real. Un dato importante es que los
acuerdos de ocupación del suelo de pro-
La situación final ha dependido sobre
piedad privada negociado con su dueño
todo de la oportunidad: en un extremo
mediante contrato escrito o acuerdo ver-
tenemos ocupaciones de parcelas priva-
bal, han tenido un proceso mucho más
das en entornos paisajísticos y rurales,
ágil que aquellos en los que mediaban
mediando acuerdos verbales con los pro-
instituciones, como Benicassim o Gan-
pietarios (Park-a-part, Nautarquía, Alga-
dia. El primero, incluso, ha sido cerrado
Lab), y en el otro, ocupaciones de solares
justo a su finalización, por un cambio
o edificios públicos (Künstainer, el Niu,
de partido en el gobierno local, que en
Centro de diseño en Benicassim, Centro
muchas ocasiones se dedican a tirar
sociocultural en Castuera, Estudio Araña)
por suelo lo que se ha podido hacer en
instaladas en entornos urbanos median-
anteriores legislaturas. De hecho, estos
do acuerdos con instituciones entre la
dos proyectos están a la espera de resol-
legalidad inducida y la alegalidad. Ante la
ver los trámites necesarios mientras que
dificultad de las negociaciones, en oca-
otros han visto finalizada su construcción
siones la ocupación final del solar se ha
y llevan un tiempo siendo disfrutados.
hecho ilegalmente sin mediar acuerdo
alguno, como es el caso desesperado Con este proyecto, en proceso ac-
del proyecto con Todo por la Praxis y la tualmente, y con 13 construcciones ya
Iglesia de Santa Domingo de la Calzada ejecutadas, conseguimos unos protoco-

87
los de gestión, financiación, reutilización
y reciclaje, mecanismos de ocupación
de solares o edificios y maneras de fun-
cionar como colectivos, asociaciones y
cooperativas, que sirvan de ejemplos e
incentivos a grupos de ciudadanos que
quieran participar colectivamente en la
gestión cultural y social de su ciudad.

www.colectivosenlared.org

www.arquitecturascolectivas.net

www.meipi.org/redaacc.meipi.php

88
89
Laboratorio Vladimir Tzekov

Filosofía, teatro y epidemia


Réquiem Nº8: “La peste”, laboratorio de acción
escénica Vladimir Tzekov
Palabras clave

teatro contemporáneo, réquiem, peste


Keywords
contemporary theater, réquiem, plague

Resumen
Misa de Réquiem nº 8 ; “La peste”: La sala como espacio aislado en cuarentena, el espectáculo como
estado de sitio. Reorganización de textos de Artaud y de Camus. Confirmación de que el bacilo de la peste
no muere ni desaparece jamás.
Abstract
Requiem Mass No. 8, “The Plague”: The room as a space in quarantine, the show as a state of siege.
Reorganization of texts by Artaud and Camus. Confirmation that the plague bacillus never dies or
disappears ever.

Este artículo pretende ser el doble del del lenguaje escénico y del literario con-
espectáculo “Misa de réquiem nº8: “La vierten en irreductible la diferencia bá-
peste” del LAC. Vladimir Tzekov. Si es su sica entre ellos: ahora, redactando este
doble, su intención debe ser equivalente discurso, pretendemos incidir en estos
a la del espectáculo y, para no pecar de conceptos con palabras, mientras que en
arbitrarios, guardar la distancia apropia- el espectáculo nuestro arma fundamen-
da, ni mucha ni poca, con lo que el títu- tal son nuestros cuerpos, como se verá,
lo de este artículo predispone al lector a vacíos de sus órganos en la medida de
recibir. lo posible.
“Filosofía, teatro y epidemia” es lo que Por esa falla fundamental entre estos
podemos leer en el principio de la página, dos lenguajes sería casi obsceno con-
y es precisamente la relación entre estos vertir este artículo en una explicación del
conceptos la que pretendemos explorar espectáculo o incluso en una especie
desde el espectáculo y desde este escri-
de crítica o reseña (que siguen siendo,
to.
al fin y al cabo, formas refinadísimas de
Sería casi de mal gusto intentar que explicar), porque significaría privilegiar a
el artículo comunicase al mismo nivel que las palabras contenidas en estas páginas
el espectáculo o, peor aún, viceversa. con respecto a los cuerpos que pusimos
Es obvio que las características propias en escena, porque sería anular la inde-

90
pendencia estética de la obra con res- en cierto sentido. Y, en consecuencia,
pecto a la teoría que la mantiene. No es, deberá aceptar que hemos demostrado
por tanto, este artículo un complemento un argumento con nuestros cuerpos, que
al espectáculo, sino más bien su doble, hemos generado pensamiento crítico con
algo así como otra forma de acceder a el teatro.
lo mismo.
Pero dejemos de justificar la interrela-
Se podrá argumentar que es dema- ción entre este artículo y el espectáculo y
siado atrevido llamar doble a un artículo de deleitarnos en los posibles beneficios
sobre un espectáculo, un artículo es pen- argumentativos que surgen de esta rela-
samiento crítico, filosofía al fin y al cabo, ción de doble para entrar de lleno en lo
y un espectáculo es una concretización que nos importa, en la acción:
de un lenguaje artístico con pretensión
estética, en el fondo, teatro.

Pues bien, es uno de nuestros obje- I. Teatro y filosofía


tivos principales en este artículo (y, por “No está lejos el día en que ya no será po-
tanto, también lo es del espectáculo, sible escribir un libro de filosofía como es
recordemos que sus intenciones eran usual desde hace tanto tiempo: <<¡Ah! El
equivalentes) el mostrar que filosofía y viejo estilo…>> La búsqueda de nuevos
teatro pueden no ser tan diferentes. Así, medios de expresión filosófica fue inaugu-
esta especie de introducción, que podría rada por Nietzsche, y debe ser proseguida
parecer a simple vista mera retórica, co- hoy relacionándola con la renovación de
bra un sentido argumentativo. Todavía algunas otras artes, como el teatro o el
no hemos defendido (con palabras, en cine”.1
este artículo) que filosofía y teatro sean
lenguajes equivalentes, pero hemos ten- Sin entrar en la polémica a favor o en
dido una trampa ya al lector: si la lectura contra de eso que se ha dado en llamar
de este artículo genera un pensamiento posmodernismo, o incluso en la polémica
equivalente a la participación (porque es sobre si incluir el pensamiento deleuziano
imposible la mera observación) en el es- o no en esa corriente, nos gusten o no sus
pectáculo, habremos logrado ya nuestro textos, es innegable que el pensamiento
objetivo: mostrar que filosofía y teatro no de Deleuze ha tenido mucha repercusión
están tan separados. Y lo habremos con- en la creación artística de los últimos
seguido mostrar con nuestros cuerpos años. Que quede claro que nuestro inte-
más que con nuestro discurso. Así pues, rés reside en explorar las relaciones entre
aunque ese lector no esté de acuerdo filosofía y teatro, no defender o criticar lo
con los argumentos que aquí vamos a ex- arbitrario o, por el contrario, lo sugerente,
poner y crea poder refutar nuestro discur- del pensamiento posmoderno.
so racional y, a nuestro pesar, aristotélico; Para Deleuze existe un teatro diferente
si, como antes decíamos, este artículo le (y en tanto que ha habido gentes creando
genera algún pensamiento que también lenguaje escénico desde postulados de-
pudo proceder del espectáculo; enton-
ces no tendrá más remedio que aceptar
1 DELEUZE G., Diferencia y repetición, Buenos Aires, Amorrortu,
que filosofía y teatro son equipotentes 2002, p. 18.

91
leuzianos, más o menos acertados, tenía de la filosofía. Por muy grandes que sean,
razón) que tiene la función de la filosofía, la estupidez y la bajeza serían aún mayores
según se entiende esto en el universo de- si no subsistiera un poco de filosofía que,
leuziano: en cada época, les impide ir todo lo lejos
que querrían, que respectivamente les pro-
“La filosofía sirve para entristecer. Una fi-
híbe, aunque sólo sea por el qué dirán, ser
losofía que no entristece o no contraría a
todo lo estúpida y baja que cada una por su
nadie no es una filosofía. Sirve para detestar
cuenta desearía.”4
la estupidez, hace de la estupidez una cosa
vergonzosa. Sólo tiene este uso: denunciar Sin embargo, Deleuze no es un au-
la bajeza del pensamiento bajo todas sus tor teatral, así pues encontramos poca
formas […] en fin, hacer del pensamiento información en sus textos5 sobre cómo
algo agresivo, activo y afirmativo.”2 crear fácticamente este tipo de teatro.
Debemos encontrar, para seguir avan-
Si esta es la función de la filosofía y el
zando, un pensador teatral que comparta
teatro debe tomar el relevo como medio
intuiciones ontológicas y estéticas con
de expresión del pensamiento crítico, la
Deleuze:
función del teatro es denunciar también,
con la filosofía, la estupidez. Concrete- “Desde un punto de vista humano la acción
mos un poco más qué puede significar del teatro, como la de la peste, es bene-
esa estupidez o necedad: ficiosa, pues al impulsar a los hombres
a que se vean tal como son, hace caer la
“esa impostura del pensar que se extiende
máscara, descubre la mentira, la debilidad,
cuando se adelgaza su nexo con el mundo
la bajeza, la hipocresía del mundo, sacude
y algunas de cuyas consecuencias podrían
la inercia asfixiante de la materia que inva-
ser la incapacidad para distinguir lo relevan-
de hasta los testimonios más claros de los
te de lo peregrino, lo importante de lo banal
sentidos; y revelando a las comunidades su
o, tal vez, la incapacidad para aprehen-
oscuro poder, su fuerza oculta, las invita a
der lo que reclama, aquí y ahora, nuestra
tomar, frente al destino, una actitud heroica
3
valentía.”
y superior que nunca hubieran alcanzado
Por si a alguien le pareciera que esta de otra manera”6
misión que le hemos otorgado a la filoso-
Es obvio que en esta definición del
fía o al teatro no es suficiente para susti-
teatro, de Artaud, se le atribuyen las mis-
tuir a algo tan importante para nosotros,
mas funciones que Deleuze le otorga a la
occidentales, como el pensamiento críti-
filosofía7; podemos, por tanto, desplazar
co, o que de alguna forma ese denunciar
ese tipo de teatro que buscamos definir
la estupidez sólo tiene consecuencias
desde la teoría deleuziana a los escritos
lúdicas o como mucho valorativas, ma-
de Artaud, fundamentalmente el ya cita-
ticemos:

“Que nadie se atreva a proclamar el fracaso 4 DELEUZE G., Nietzsche y la filosofía, Barcelona, Anagrama, 1986,
p. 150.
5 Encontramos, específicamente sobre teatro, sólo un texto
2 Denunciar la estupidez, ver DELEUZE G., Nietzsche y la filosofía, escrito con Carmelo Bene (DELEUZE G., “Un manifiesto menos” en
Barcelona, Anagrama, 1986, pp. 149-150 Superposiciones, con Carmelo Bene, Buenos Aires, Ed. Artes del
3 SÁEZ RUEDA L., “Ser nada y diferencia. El nihilismo nómada de sur, 2003), al contrario de su voluminoso trabajo sobre cine.
G. Deleuze, más allá de Nietzsche y Heidegger” en Pensar la nada, 6 ARTAUD A., El teatro y su doble, Barcelona, Edhasa, 1978, p. 36.
Madrid, Biblioteca nueva, 2007, p.454. 7 Ver nota 4.

92
do El teatro y su doble8 . dato perfecto para entender el teatro que
pueda adoptar la compleja función que
Pero hay más:
Deleuze le reclama: constituir el nuevo
“Átenme si quieren, / pero tenemos que lenguaje de la filosofía, denunciar la es-
desnudar al hombre/ para rasparle ese tupidez. Entremos de lleno en la explica-
microbio que lo pica/ mortalmente/ dios/ y ción y el uso de este concepto.
con dios/ sus órganos/ porque no hay nada
II. Filosofía y epidemia
más inútil que un órgano. / Cuando ustedes
le hayan hecho un cuerpo sin/ órganos lo El cuerpo sin órganos es una forma
habrán liberado de todos sus auto-/ matis- de estar en la realidad, pero no en cual-
mos y lo habrán devuelto a/ su verdadera quier realidad, sino en la fundada por De-
libertad.”9 leuze, así pues constituye una metáfora
del tipo de teoría ontológica que Deleuze
Para reforzar la unión entre Deleuze
pretende poner en juego11, la que no res-
y Artaud recurriremos a otra prueba bi-
peta las reglas impuestas por Aristóteles.
bliográfica, un concepto compartido por
Podemos concentrar esta “legislación”
ambos, creado por Artaud (aparece por
aristotélica en el principio de no-contra-
primera vez en el poema transcrito arriba)
dicción y el principio de identidad12. Así
y desarrollado por Deleuze: el Cuerpo sin
pues, desde Aristóteles estamos obliga-
órganos.
dos a luchar por permanecer idénticos a
Cuerpo sin órganos es un concepto nosotros mismos, sólo a este precio po-
que aparece en un poemario que Artaud dremos ser comprensibles para el mundo
escribió para una retransmisión radiofó- que nos rodea. Mucho exige el estagirita
nica que fue finalmente prohibida antes para lo poco que ofrece a cambio, ser
de su realización, y que Deleuze recupera comprensibles. Si al menos el premio por
después para convertirlo en un concepto seguir sus consejos ontológicos fuese
clave del desarrollo de esa tercera fase el ser comprendidos, sería más lógico
de su pensamiento10 que comparte con (ironizando ya sobre este término) seguir
Guattari (quizá para eliminar la identidad las reglas epistemológicas aristotélicas:
del autor que habla). Que Deleuze haya buscar el origen de las cosas y definir
tomado un verso de Artaud y lo haya con- su identidad, aun a riesgo de estar redu-
vertido en parte de su sistema filosófico ciendo lo real al lenguaje, las cosas a las
implica que él mismo creía coincidir con palabras o, en términos deleuzianos, de
Artaud en ciertas intuiciones básicas, las hacer desaparecer el desequilibrio básico
que le llevaron a escribir aquel poema. Y entre las dos series heterogéneas13 que
esto es suficiente para tender esta nueva permite que haya movimiento en el pen-
cuerda entre ellos, ya que nuestro obje-
11 Por ser este un tema demasiado amplio para tratar en este
tivo es presentar a Artaud como candi- artículo, remitimos a uno de los mejores comentarios sobre
Deleuze: PARDO J.L., Deleuze: violentar el pensamiento, Madrid,
Ed. Pedagógicas, 2002.
8 ARTAUD A., El teatro y su doble, Barcelona, Edhasa, 1978. 12 ARISTÓTELES, Metafísica, Madrid, Ed. Gredos, 1994, IV,
9 ARTAUD A., Para terminar con el juicio de Dios y otros poemas, 1005b18-20.
Valencia, MCA, 2001, p. 42-43. 13 Las que contienen por un lado a lo real y por otro al lenguaje,
10 Según la temporalización que del pensamiento deleuziano o también separadamente cosas y palabras, verbos y nombres,
propone Morey en: MOREY M., “Del pasar de las cosas que pasan y significados y significantes; ver DELEUZE G., Lógica del sentido,
su sentido” en DELEUZE G., Lógica del sentido, Barcelona, Paidós, Barcelona, Paidós, 2005, “Sexta serie de paradojas, sobre la
2005, p. 16. serialización” pp. 66-72.

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sar, que no se detenga la teoría en res- A veces, el cuerpo sin órganos se
puestas sino en nuevas preguntas y, por equivoca de camino, conforma su territo-
tanto, que se posibilite esa denuncia de la rio sólo como huída de lo que cree que no
estupidez que venimos invocando. En re- es él, de su supuesto contrario excluso:
sumen: vuelta al terreno pre-lógico (mejor la máquina deseante, vuelve a instaurar
que decir avance hasta el post-moderno); la legalidad aristotélica. Comienza a que-
pensamiento (y teatro) no identitario para jarse demasiado, deja que la realidad le
no reducir lo real a un amasijo de catego- enfurezca, se convierte en un resentido17
rías comprensibles, eso sí, pero inútiles y esto le hace encontrar su identidad:
en el mejor de los casos. SER absolutamente cuerpo sin órganos.
Y, por tanto, permite de nuevo a los ór-
Así, retrocediendo un poco en el dis-
ganos la entrada en su cuerpo, vuelve a
curso, el cuerpo sin órganos nos permi-
ser máquina y deja de ser cuerpo, es una
te pensar (que no “entender” en sentido
máquina resentida, vigilante: es una má-
aristotélico), por su forma paradójica de
quina paranoica: “La máquina paranoica
estar entre nosotros, los tipos de relacio-
es en sí un avatar de las máquinas de-
nes estéticas, éticas o políticas que se
seantes: es el resultado de la relación de
pueden dar en este nuevo terreno. Me
las máquinas deseantes con el cuerpo sin
explico:
órganos, en tanto que éste ya no puede
El cuerpo sin órganos sufre por saber- soportarlas.”18
se organizado; tiene claro que el órgano
El cuerpo sin órganos se ha excedido
no otorga salud (a la nietzscheana14) sino
en su afán de independizarse del discur-
gravedad, y por eso abandona la búsque-
so identitario; ha tratado de excluir todo
da de su identidad, “ya está en marcha
lo que de este discurso quedaba en él,
desde el momento en que el cuerpo está
de forma tan seria que lo ha conseguido,
harto de sus órganos y quiere deshacerse
está seguro de NO SER máquina desean-
de ellos”15.
te, ha vuelto a excluir los contrarios, a
No tiene miedo a vaciarse porque con- separar lo que ES de lo que NO ES y, por
fía en que seguirá habiendo cuerpo cuan- tanto, ha reforzado el Principio de No-
do se despoje de sus órganos, seguirá Contradicción. El cuerpo sin órganos se
habiendo algo de cosmos en el caos. El ha convertido en máquina paranoica. El
cuerpo sin órganos es caosmos16. Pero el cuerpo sin órganos ha vuelto a encontrar
cuerpo sin órganos no se mueve aleato- su identidad persiguiendo a la máquina
riamente, no le da igual. deseante. Ha dejado de ser simulacro19
para volver a ser copia de algún original.

14 “Despreocupados, irónicos, violentos”, así deben ser los Acabamos de introducir cómo se
guerreros, los hombres saludables, NIETZSCHE F., Así habló
Zaratustra, Madrid, Alianza, 1972, p. 69. También aparece
mueve un cuerpo sin órganos en los
como autocita del propio Nietzsche al inicio del tercer tratado
de La genealogía de la moral, Madrid, Alianza, 1972, p. 111. No
podemos olvidar tampoco lo que Nietzsche dice en el prólogo de 17 Y ya conocemos, por la Genealogía de la moral de Nietzsche, lo
La genealogía de la moral (p. 26 de la edición citada), a saber, que insalubre que puede llegar a ser el resentimiento.
todo el tercer tratado es una explicación de este aforismo. 18 DELEUZE G./ GUATTARI F., El Antiedipo, Barcelona, Paidós, 1985,
15 DELEUZE G./ GUATTARI F., Mil mesetas, Valencia, Pre-textos, p. 18.
1988, p. 156. 19 Usamos el concepto simulacro en la manera en que Deleuze lo
16 Respecto a la noción de caosmos: DELEUZE G., El pliegue, propone en el apéndice I: “Platón y el simulacro” en DELEUZE G.,
Barcelona, Paidós, 1989, pp. 107-108. Lógica del sentido, Barcelona, Paidós, 2005.

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textos de Deleuze. Intentemos ahora como para vaciar de una vez a todos los
ejemplificar esta dinámica del cuerpo sin cuerpos de sus órganos.
órganos desde Artaud, aunque debemos
Hay, en estos casos, quien, como Bo-
recordar que en él no es un concepto sino
caccio21, se retira con comida y mucha-
un verso.
chas voluptuosas al campo, a esperar
III La peste: Teatro y epidemia. simplemente que acaben los días negros.
Gente, en definitiva, que entiende y se
Cuando la peste llega a una ciudad
aprovecha del cambio generado, que se
todo el sistema que la mantiene (moral,
alegra del brutal advenimiento del cuer-
económico, social) se quiebra, la orga-
po sin órganos; y precisamente es a esa
nización se desorganiza; paralelamente,
gente, que sigue realizando actividades
cuando llega a una sala de teatro las con-
afines a la vida (comer y copular, por
venciones escénicas se contagian por el
ejemplo), a la que la peste deja tranquila
bacilo y mueren. Todas las instituciones
(porque sabe de alguna manera que ya
(los órganos) de la sociedad se deshacen
están de su lado). Mientras que los no-
como los humores del apestado y los ac-
bles que deciden encerrarse en su cas-
tores rompen sus relaciones estrictas con
tillo y poner a toda su guardia armada
los personajes o con el drama. La peste
en la puerta con el fin de evitar que se
es primeramente destrucción.
acerque cualquier apestado, los que te-
Los hombres se convierten en cuerpo men irresistiblemente al caos, los que ra-
sin órganos por la acción inexpugnable cionalmente se asustan de la peste, son
de la peste, los actores, gracias a ella, justamente los que caen enfermos22.
pierden su identidad. La peste desorde-
Los guardias expuestos directamen-
na, genera caos, pero también ordena,
te a la peste no se infectan, la peste les
también genera cosmos, ya que en toda
esquiva para llegar a los protegidos de
acción del ciudadano de la ciudad apes-
dentro del castillo. Estos nobles (también,
tada subyace la peste, en todo movi-
probablemente, parte de los espectado-
miento del actor en escena también está
res) han intentado analizar racionalmen-
la epidemia. La peste manda y, como
te la peste y los apestados, para poder
dice Artaud20, la gratuidad extrema de los
excluirse de ella, para poder decir con
actos llevados a cabo por los apestados
seguridad que ellos NO SON parte de la
no puede ser explicada ni siquiera por la
epidemia, en definitiva: para poder seguir
cercanía de la muerte o el fin de la legali-
usando las reglas aristotélicas y certificar
dad penal (gente que roba dinero que no
que si NO SON la peste, no puede haber
va a poder gastar, por ejemplo). El cuer-
nada de la enfermedad en ellos. Y para
po sin órganos ha tomado las riendas y
ello han hecho todo lo que un apesta-
los hombres se comportan generando
do no hace (no han mantenido contacto
caosmos. El cuerpo sin órganos destru-
con el resto de la gente, no se han que-
ye la legalidad lógica y la gente destruye
dado saqueando la ciudad, no salen al
la legalidad penal. La peste constituye
un cataclismo lo suficientemente radical
21 Seguimos haciendo referencia al mismo capítulo de Artaud, el
de la nota anterior.
20 ARTAUD A., “El teatro y la peste” en El teatro y su doble, 22 De nuevo hablamos de salud y enfermedad casi en términos
Barcelona, Edhasa, 1978. pp. 17-37. nietzscheanos, Ver Nota 11.

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aire libre), y sin embargo enferman. Han gar del “Evangelio” en el espectáculo,
cometido el mismo error que la máquina recordemos que se trata de una Misa de
paranoica, han vigilado demasiado, se Réquiem): a un barco no le fue permitido
han alejado de las actividades saludables atracar en Cagliari porque el virrey había
(las de Nietzsche o Bocaccio, no las de tenido un sueño en el que veía los efec-
profilaxis), han dejado que el miedo23 les tos destructivos de la peste en su ciu-
mueva a actuar y, en definitiva, no se han dad. El barco llegó finalmente a Marsella,
regocijado de la llegada del cuerpo sin donde se le permitió atracar, con todos
órganos; creen que representa lo caótico, sus tripulantes enfermos, excepto el ca-
lo apocalíptico. Por eso, la peste (forma pitán. La ciudad cayó bajo los efectos
de presentación más radical del cuerpo de la epidemia, y si bien es cierto que el
sin órganos), no les ha perdonado, y su principio de tal epidemia coincidió tem-
única alternativa, una vez que la epidemia poralmente con la llegada del barco lleno
ha llegado, es la curación o la muerte; y el de apestados a Marsella, es igualmente
cuerpo sin órganos ha visto claro (con su cierto que la peste ya estaba allí. Esta-
miedo y su conversión en máquina para- ba en Marsella esperando a que el barco
noica) que no quieren curarse. llegara para descubrirse, para seguir en-
gañando al hombre, para darle un efecto
La peste de la que hablamos ha de-
de superficie que la razón humana sen-
jado de ser una realidad física: bacteria,
tenciara como inicio de la epidemia. La
espectáculo o virus, para ser una realidad
epidemia esperaba pacientemente para
incorporal; y por tanto la curación que
valorar quién quería en realidad salvarse
ella misma exige para no destruir lo que
(del bacilo y de la razón) y tirarle el anzue-
encuentre a su paso también es incorpo-
lo a la máquina paranoica, que ya podía
ral, no fisiológica, no depende de la profi-
comenzar a construir sus medidas profi-
laxis sino de la ausencia de miedo.
lácticas controlando la llegada de barcos
La peste ha devuelto lo real (incluyen- al puerto.
do el espectáculo dentro de este conjunto
Pero la peste no podía haber sido evi-
de cosas que llamamos lo real) al terreno
tada aunque el barco no hubiera atraca-
pre-lógico. Ella, la epidemia, aparece por
do en Marsella. En Cagliari se salvaron,
una convulsión social, por un cambio de
pero tampoco hubieran caído enfermos
gobierno, por un truco del destino, por lo
aunque el barco hubiese repuesto víveres
que sea excepto por una causa racional,
allí. El cuerpo sin órganos ha burlado de
y cuando la razón parece capturar el mo-
nuevo a lo institucionalizado. El virrey de
mento de su llegada la peste se vuelve
Cagliari es capaz de romper todo acuer-
a reír del hombre escapándose de sus
do marítimo internacional e incluso toda
esquemas.
regla ética personal por la visión que
Así lo leemos en el ejemplo de Ar- tuvo en un sueño; es decir, permite que
taud24 (el mismo texto que ocupa el lu- la razón pierda su superioridad máxima
a favor de un presentimiento irracional,
23 Ya nos avisa Hamlet contra lo poderoso del miedo: el eterno absurdo, cuando prohíbe que el barco
comienzo de toda resignación, SHAKESPEARE W., Hamlet, citamos
de la edición bilingüe del Instituto Shakespeare dirigida por Manuel
Ángel Conejero, Madrid, Cátedra, 1992, p. 347. “El teatro y la peste” en El teatro y su doble, Barcelona, Edhasa,
24 De nuevo remitimos al ya citado capítulo de Artaud, ARTAUD A., 1978. pp. 17-20.

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atraque en su puerto. Y es por eso, y no como el sueño de la ciudad apestada
porque en realidad el barco no tocó la tuvo sobre el virrey de Cagliari. Tiene que
costa de Cerdeña, que la peste no azotó conseguir llevarnos, aunque sólo sea un
Cagliari, porque como Bocaccio, ya ha- segundo, al terreno del pensamiento ile-
bían aprendido la lección antes de que la gal; allí donde se puede prohibir que el
peste la explicitara, ya habían vaciado el barco atraque en tu puerto aunque sea un
cuerpo de sus órganos, ya habían nega- riesgo para los tripulantes y para ti mis-
do la lógica más elemental al impedir que mo, allí donde lo alógico es la otra cara
el barco se acerque a sus costas y, por de la moneda de lo lógico, donde puede
tanto, no tenía la peste la necesidad de medirse en igualdad de condiciones con
eliminarlos. lo racional, e incluso, como en este caso,
vencerlo.
“Si admitimos esta imagen espiritual de la
peste, descubriremos en los humores del La peste es como el teatro porque
apestado el aspecto material de un des- destruye el cosmos edificado sobre los
orden que, en otros planos, equivale a los principios de la lógica para crear un nue-
conflictos, a las luchas, a los cataclismos y vo cosmos sobre el caos, porque cree en
los desastres que encontramos en la vida. el caosmos deleuzeano. Además, el buen
Y así como no es imposible que la desespe- teatro, como revela Artaud, no puede de-
ración impotente y los gritos de un lunático jar de ser virtual27 (recordemos que virtual
en un asilo lleguen a causar la peste, por aparece también en Deleuze28, otro nexo
una suerte de reversibilidad de sentimientos más). Si el teatro se identificara con un
e imágenes, puede admitirse también que tipo determinado de lenguaje volvería a
los acontecimientos exteriores, los con- estar muerto, tomaríamos medidas para
flictos políticos, los cataclismos naturales, acercarnos a ese original que hemos fi-
el orden de la revolución y el desorden de jado, nos pasaría como a los nobles en-
la guerra, al pasar al plano del teatro, se cerrados en su castillo, o a los filósofos
descarguen a sí mismos en la sensibilidad que sólo piensan en el nivel aristotélico
del espectador con toda la fuerza de una en el que parece estructurarse la realidad,
epidemia.”25 los que no quieren incluir el fondo caóti-
co, contradictorio, en su análisis porque
El buen teatro debe ser, pues, como la
sienten el miedo que Hamlet denunció,
peste, debe vaciar al cuerpo de sus órga-
los que vigilan su identidad como espe-
nos, debe mostrarse tan elocuentemente
cialistas en tal o cual sistema filosófico,
que se pueda confiar en la comunicación
en definitiva: los filósofos-máquina para-
como ascensión de sentido a la superfi-
noica.
cie26, proceso que no depende ya total-
mente de cumplir unas estrictas normas El buen teatro (ya da igual decir tea-
lógicas ni, mucho menos, de respetar tro que filosofía) es como la peste en
unos cánones escénicos. Tiene que tener Cagliari, que cumplió sus efectos sin ne-
un impacto tan claro sobre el espectador cesidad de ser real, no hubo de matar a

25 Ibíd., p. 29. 27 ARTAUD A., “El teatro y la peste” en El teatro y su doble,


26 Ver para este concepto DELEUZE G., Lógica del sentido, Barcelona, Edhasa, 1978. pp. 31-32.
Barcelona, Paidós, 2005, “Segunda serie de paradojas, de los 28 DELEUZE G./ GUATTARI F., ¿Qué es la filosofía?, Barcelona,
efectos de superficie” pp. 30-39 Anagrama, 1993, pp. 117-118.

97
nadie para que el virrey renunciara a las -DELEUZE G., Lógica del sentido,
leyes de la lógica, para que el cuerpo sin Barcelona, Paidós, 2005.
órganos triunfara, no dejó de ser virtual,
-DELEUZE G./ GUATTARI F., El Antie-
puro simulacro. El mejor teatro es como
dipo, Barcelona, Paidós, 1985.
la mejor peste, porque nace de la abso-
luta gratuidad de ciertas acciones, las -DELEUZE G./ GUATTARI F., Mil Me-
del cuerpo sin órganos (“El cuerpo sin setas, Valencia, Pre-textos, 1988.
órganos es lo improductivo”29). Porque el
-DELEUZE G./ GUATTARI F., ¿Qué es
apestado que se dedica a saquear para
la filosofía?, Barcelona, Anagrama, 1993.
conseguir un dinero que sabe que nunca
va a poder gastar, no está realizando una -DELEUZE G., El pliegue, Barcelona,
acción lógica sino contradictoria, porque Paidós, 1989.
el actor que se niega a representar una
-DELEUZE G./ BENE C., “Un mani-
identidad está desafiando a la metafísica
fiesto menos” en Superposiciones, Bue-
clásica y desobedeciendo a Aristóteles,
nos Aires, Ed. Artes del sur, 2003.
está destruyendo aparentes certezas (so-
bre el comportamiento humano o sobre -NIETZSCHE F., Así habló Zaratustra,
los paradigmas clásicos de la interpreta- Madrid, Alianza, 1972.
ción escénica), está planteando parado-
-NIETZSCHE F., La genealogía de la
jas; en definitiva, está haciendo teatro y,
moral, Madrid, Alianza,1972.
por ende, filosofía.
-PARDO J.L., Deleuze: violentar el
pensamiento, Madrid, Ed. Pedagógicas,
Bibliografía: 2002.
-ARISTÓTELES, Metafísica, Madrid, -SÁEZ RUEDA L., “Ser nada y diferen-
Ed. Gredos, 1994. cia. El nihilismo nómada de G. Deleuze,
más allá de Nietzsche y Heidegger” en
-ARTAUD A., El teatro y su doble, Bar-
Pensar la nada, Madrid, Biblioteca nueva,
celona, Edhasa, 1978.
2007.
-ARTAUD A., Para terminar con el
-SHAKESPEARE W., Hamlet, edición
juicio de Dios y otros poemas, Valencia,
bilingüe del Instituto Shakespeare dirigi-
MCA, 2001.
da por Manuel Ángel Conejero, Madrid,
-DELEUZE G., Nietzsche y la filosofía, Cátedra, 1992.
Barcelona, Anagrama, 1986.

(Obras ordenadas según la fecha de


publicación de las ediciones originales
francesas).

-DELEUZE G., Diferencia y repetición,


Buenos Aires, Amorrortu, 2002.

29 DELEUZE G./ GUATTARI F., El Antiedipo, Barcelona, Paidós, 1985,


p. 17.

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Isabel León

Mini-taller de Arte de Acción


“Destrucción sin Violencia”

Palabras clave
arte de acción, creación, destrucción, violencia
Keywords
performance art, creation, destruction, violence

Resumen
Este taller se planteó como un acercamiento a la relación entre destrucción y violencia, también a la posibilidad
o no de la existencia de una destrucción no violenta. Todo ello como reflexión sobre la dialéctica “creación-
destrucción” planteada en el congreso aunque en este caso concreto a partir de la vivencia real, práctica y
colectiva que supone el arte de acción.
Abstract
This workshop was proposed as an approach to the relationship between destruction and violence, also whether or
not the existence of a non-violent destruction. All this as a reflection on the dialectic “creation-destruction” posed
in Congress but in this case from the real experience, and collective practice involved in the art of action.

Mi propuesta para este congreso, que Para este taller planteo un acercamiento a
trata sobre la creación a partir de la destruc- la destrucción como algo positivo y no violen-
ción, se fundamenta en varios aspectos que to, partiendo de que mi posicionamiento ante
reflexionan sobre el significado de estos dos cualquier tipo de violencia es esencialmente
conceptos y cómo se relacionan con el Arte de rechazo visceral y primario. Es posible que
de Acción. Por un lado me fascina cómo este existan violencias justas, legítimas, bien foca-
congreso, a través de únicamente su título, lizadas e incluso artísticas, sin embargo, mi
relaciona y suma estos dos términos apa- rechazo a los actos e imágenes violentos
rentemente opuestos (creación-destrucción) es inevitable. Esta posición, que es totalmen-
para hablar de arte. Por otro lado me pregun- te personal, despierta mi interés en investigar
to qué relación existe entre la destrucción y la sobre este asunto, convirtiéndose en la moti-
violencia, si están implícitas la una en la otra, vación principal de la propuesta.
qué connotaciones tienen ambos aspectos al
En relación al asunto que nos ocupa, el
relacionarse y si hay posibilidad de “destruir
filósofo Félix Duque reflexiona en su libro
sin violencia”. Por último, busco qué vincula-
“El terror tras la posmodernidad” (1), sobre
ción existe entre la creación, la destrucción y
cómo en la época posmoderna no hay ma-
el arte de acción, disciplina a la que me de-
nifestaciones artísticas de auténtico terror, y
dico en los últimos años tanto en el ámbito
establece una diferencia notable entre terror
artístico como en el docente.

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y horror señalando cómo el segundo se to la apreciación sobre la espectaculari-
queda en un intento morboso que utili- zación de estas obras que eclipsa, quizá,
za el asco y la repulsión, pero que en el un mensaje y una intención interesante y
fondo no llega a ser más que una mera profunda, pero que queda banalizada tras
espectacularización de la violencia. el horror que produce la violencia de las
Considero también muy acertada y su- imágenes. Ese terror al que hace referen-
gerente la descripción que hace Duque cia Duque (1), relacionado con lo sublime
sobre el terror en el plano artístico como y lo siniestro me parece mucho más su-
“el sentimiento angustioso surgido de la gerente, atractivo y complicado desde un
combinación, inesperada y súbita, de lo punto de vista artístico. El trabajo de la
sublime y lo siniestro”. Sin duda, el terror performer irlandesa Sandra Johnston se-
es mucho más sutil y conmovedor que el ría un claro ejemplo de ello; eso sí, hay
horror producido por el asco o rechazo que estar presente en sus acciones pues
que genera la violencia. El terror está re- no es suficiente ver imágenes documen-
lacionado con el plano emocional y men- tales o escuchar referencias sobre su tra-
tal, mientras que el horror es más visual bajo; el terror es tan sutil que solo llega
y físico. Y esto confirma la dificultad de a través de la energía que transmite su
crear obras de arte terroríficas, que con- presencia.
muevan, produzcan angustia y sean “be-
Retomando el tema de la destrucción
llas” al mismo tiempo.
sin violencia, aparece la vinculación di-
El horror es más inmediato, evidente y recta y obvia con lo terapéutico y lo ritual.
fácil que el terror; debido a la saturación Destruir aquello que nos hace daño es
y la estetización de imágenes violentas, positivo, y ese acabar con lo que es vio-
hemos llegado a un punto de insensibili- lento para nosotros se convierte en posi-
dad que ha hecho que ni si quiera sinta- tivo incluso si lo hacemos violentamente.
mos repulsión ante ellas, aunque ese no Sin embargo, me interesa ser capaz de
es mi caso como expliqué anteriormente. acercarme al concepto de destrucción
Sobre este tema, me llama la atención la desde un enfoque intencionadamente no
referencia a las performances de Marina violento y vincularlo con el arte, en este
Abramovic, Chris Burden o Gina Pane y caso, con el arte de acción o la perfor-
la relación sobre su trabajo con el comen- mance, sin que necesariamente tenga
tario que hace Duque en su libro (1): “Sólo connotación ritual, sino meramente for-
rememorando el horror puede accederse mal y plástica. Si revisamos en qué con-
a la purificación por el terror”. Desde mi siste el arte de acción, observamos que
posición como artista de acción, valoro y es una disciplina viva, es decir, es un arte
respeto el trabajo de los artistas citados, que se hace en un tiempo y en un espacio
y entiendo la necesidad (o en algunos determinados. La acción de hacer, valga
casos la curiosidad) de experimentar de- la redundancia, es la esencia del trabajo.
terminadas situaciones violentas, dramá- Por otro lado, destrucción o destruir tam-
ticas o dolorosas como parte de un pro- bién son hacer, aunque aparentemente
ceso personal y creativo. Sin embargo, destruir-hacer sean opuestos. Destruir es
no me interesa este tipo de trabajo desde un verbo, y esto implica, inevitablemen-
un punto de vista artístico, pues compar- te, accionar (como dicen los performers).

100
Así pues, para esta propuesta parto de la destrucción no sea violenta, que pon-
idea esencial de “destruir como acción”. gamos atención en la acción de destruir,
que disfrutemos con la acción, que nos
Para ello planteamos un mini-taller de
recreemos en el acto en sí, que busque-
arte de acción, en el que tendremos una
mos su lado poético, que tratemos de
toma de contacto con esta disciplina, con
realizar una “acción artística”, entonces,
su lenguaje y con sus premisas formales
inevitablemente se hace patente la tenta-
y conceptuales, centrándonos en el “acto
ción deconcluir con un “objeto artístico”.
de destruir (sin violencia)” como foco
central de esta experiencia. Son muchos Para cerrar, revisemos algunos ejem-
los casos de acciones donde la destruc- plos de arte de acción en los que de al-
ción de “algo” ha estado presente como guna manera la destrucción es el tema
tema principal o como parte de la obra; principal de la obra o parte de ella. En un
convertir esta acción-destrucción en algo primer grupo de acciones con carácter
poético y artístico es el reto que nos plan- violento, cabría señalar a Carlos Llavata
teamos. y el uso frecuente que hace de su esco-
peta, disparando a toda clase de objetos,
La experiencia de este mini-taller re-
tales como huchas de porcelana con for-
sultó muy satisfactoria a pesar del escaso
ma de conejos que vuelan por los aires
tiempo con el que contamos para llevarla
asustando al público presente. También
a cabo (apenas tres horas). Los asistentes
serviría de ejemplo la acción de Zhow Bin
pudieron tener un acercamiento al arte de
la que rompe de un fuerte golpe sobre
acción, cómo es su lenguaje y cuáles son
su frente un cristal en el que ha estado
sus principales premisas. Como ejercicio
lamiendo diferentes salsas junto con per-
final, realizamos una serie de pequeñas
sonas del público.
acciones con el tema central del taller,
“destrucción sin violencia”, y fue muy Podríamos establecer otra clasifica-
significativo cómo a la mayoría de los ción de acciones donde la destrucción
participantes les resultó muy complicado tiene una connotación cómica. Sirva de
simplemente destruir algo, romper, elimi- ejemplo el trabajo del dúo “Zona Zálata”
nar… Casi todos destruían para construir y su acción 1 + 1  2 en la que establecen
algo, es decir, transformaban y buscaban un duelo rompiendo platos, para acabar
un objeto plástico resultante de la des- bailando (agarrados) sobre sus trozos
trucción del objeto del que partían, como rotos. También es ilustrativo uno de los
una botella, un papel o un mechero. Sólo últimos trabajos de Joan Casellas reali-
unos pocos se atrevieron a arrancar las zado el pasado verano en Instituto Cer-
páginas de un libro, romper en mil peda- vantes de Berlín, en el que quemaba un
zos una bandeja de corcho, comerse una billete de cinco euros en un platito sobre
manzana o meter lentamente un vaso de su cabeza, o empujaba una mesa llena
tubo dentro de otro hasta romperlo, sin de adoquines por la sala de exposiciones
buscar ese objeto final. hasta sacarla a la calle donde acabó rom-
piéndose.
Es fácil llevar a cabo una destrucción
violenta como acto catártico, pero en el Continuando con una revisión sobre
momento en el que pedimos que esa acciones en las que la destrucción está

101
102
Foto izquierda: Álvaro Picho
Foto superior: Concierto, Nieves Correa
Foto derecha: Compendio breve de poesía
subconcreta. Poema num. 5, Joan Casellas

(Fotos: Isabel León)

103
presente, encontramos en ese grupo que
podríamos llamar de “destrucción poéti-
ca”, algunos ejemplos que, en mi opinión,
son especialmente sugerentes: Denys
Blacker construye enormes capas con
las que se envuelve y a las que añade fi-
nas planchas de porcelana, para terminar
destruyéndolas al girar sobre su propio
cuerpo en el suelo. Por otro lado, Nieves
Correa destruye mordiendo con su boca
un “bocadillo” de cómic en el que se lee
la onomatopeya Aaahg!!, o reconstruye
pegando con cinta objetos cotidianos
que previamente ha roto (ha destruido)
en la acción Hacer y Deshacer. Pero so-
bre todo, no quiero dejar de hablar de
la terrible acción de Sandra Johnston a
la que hacía referencia anteriormente.
En ese trabajo, Sandra atraviesa poco a
poco durante casi dos horas, utilizando
únicamente su dedo, un periódico de
ese día en el que hay una noticia de un
atentando, mientras que ella, en trance,
va cayendo de la silla, atravesando el pe-
riódico y rompiendo su camiseta. Todo
ello tan lenta, sutil e intensamente, que
abruma.

Isabel León. Mayo 2012.

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Jesús Rubio Lapaz

La creatividad destructiva y el desencanto.


Propuestas desde el cine en la crisis de la
modernidad
Palabras clave
Historia del Cine, Modernidad, Posmodernidad, Crisis del 68, Neocapitalismo, Existencialismo, Alienación
Keywords
History of Art, Modernism, Postmodernism, Crisis of ‘68, Neocapitalism, Existentialism, Alienation

Resumen
En este texto se aborda cómo en el momento de la crisis de la Modernidad y la conformación de los planteamientos
posmodernos el cine es un medio fundamental para exponer el cambio de ideario cultural y estético de una época.
La crisis de valores y la decadencia de las utopías marcan un intenso recorrido que nos explora la dura
confrontación entre concepto y realidad, que se vehicula desde el fin de la década de los sesenta, traspasa buena
parte de los setenta y culmina en el desencanto deconstructivista que alumbra el proyecto posmoderno. Es quizás,
una de las muestras más interesantes de creatividad radical desde la decadencia de los cánones de la ideología
burguesa una vez constatada la derrota del idealismo revolucionario. En este sentido, los ecos de la frustración
de los episodios del 68, la acentuación del existencialismo destructivo, la alienación, la confrontación de las
contradicciones críticas con la Historia, etc., nos marcan cómo numerosos cineastas entran en una búsqueda de
espacios y actitudes donde refugiarse de un mundo que no comparten, aunque esto dé lugar a profundas, radicales
y violentas manifestaciones estéticas profundamente arraigadas en los valores más críticos de la condición de una
época. Nos hemos centrado fundamentalmente en la crisis del concepto de familia tradicional en el pensamiento
burgués occidental, integrando o buscando nuevas formas, valores y/o sujetos que liberalicen su concepción
histórica, lo que no hace sino poner de manifiesto la fragilidad y decadencia de esa ideología cultural y política.
Abstract
This text discusses how cinema is the basic way to expose the cultural changing and aesthetic ideals of an
era, at the time of the crisis of modernity and the formation of postmodern approaches. The crisis of values and
the decline of utopian marks an intense itinerary that we explore the harsh confrontation between concept and
reality that is linked from the end of the sixties, crosses much of the seventies and ends in a disappointment
deconstructivist that the postmodern project figure out. It is perhaps one of the most interesting examples of
radical creativity from the decay of the canons of bourgeois ideology once observed the defeat of revolutionary
idealism. In this sense, the echoes of the frustration of the 68 events, the accentuation of destructive existentialism,
alienation, confrontation of contradictions critical of History, etc., marks how many filmmakers get into a search
of space and attitudes that they take refuge from a world that does not share, although this leads to profound,
radical and violent aesthetic demonstrations deeply rooted in the most critical condition of an era. We have focused
primarily on the crisis of traditional family concept in Western bourgeois thought, integrating or looking for new
ways, values and / or subject to liberalize its historical conception, which only serves to show up the fragility and
decay of that culture and politic ideology.

Una parte importante de la configuración apreciamos la profunda crisis que se cierne


del mundo actual tanto a nivel ideológico sobre los valores utópicos de las décadas de
como estético se lleva a cabo en el cambio los 50 y 60, que pierden su optimismo cultu-
de la Modernidad a la Posmodernidad, a ral y reivindicativo y se ciñen de desencanto
lo largo de un período de tiempo en el que y contradicciones sobre todo a partir de las
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experiencias frustrantes que van desde África, las voces del bloque comunista, o
el año 68 hasta bien entrada la déca- la efervescencia cultural latinoamericana
da de los 70, justo antes de la definitiva tras el triunfo de la revolución cubana y que
configuración posmoderna que se esta- puede tener una de sus cumbres utópico-
blece sobre el triángulo neoconservador críticas en Dios y el diablo en la tierra del
y neoconsumista dispuesto por tres po- sol del brasileño Glauber Rocha (1964) y la
tencias económicas y políticas en este letra de la canción de su final cuando seña-
tiempo, como son Estados Unidos, Reino la: “Más fuertes son los poderes del pue-
Unido y el Vaticano. En este contexto, el blo… Mi historia está terminando ¿verdad
cine va a ser fiel reflejo de esta evolución, o imaginación? Espero que hayan aprendi-
respondiendo a las características de los do esta lección que estando mal repartido
nuevos tiempos y a los parámetros artís- este mundo anda mal. Que la tierra es del
ticos de esta secuencia. hombre, ni de Dios ni del Diablo…”

Mientras tanto, en España, la situa- Sin embargo, como hemos comentado,


ción será distinta, pues la dilatada dic- pronto va a cambiar el signo utópico y re-
tadura franquista hará que los primeros volucionario por el cuestionamiento real de
tiempos de libertad tras la muerte del dic- si esa opción es posible tras los desencan-
tador coincidan con los años de la crisis tos del 68 a nivel internacional. El mundo
de la Modernidad y los inicios de la Pos- parece que de repente se ha vuelto hostil a
modernidad, lo que confiere un aspecto la burguesía dominante y a sus juegos utó-
singular a la producción fílmica realizada picos y contraculturales. En este sentido
en la década de los 70, pues a los avata- valga como inicio de este planteamiento la
res de la lucha contra la censura en tiem- obra maestra cubana Memorias del sub-
pos franquistas hay que añadir la pronta desarrollo de Tomás Gutiérrez Alea (1968)
incursión en modelos más subjetivos de que nos muestra magistralmente el des-
la Posmodernidad. encanto de un personaje alienado entre la
Cuba pre y posrevolucionaria sin encontrar
De esta manera, podríamos hacer una
su lugar en ningún momento en el nuevo
amplia nómina de películas que marcan
orden de cosas. Algunas expresiones del
el deseo de utopía y modernidad que re-
film nos hablan por sí mismas: “Empezaron
corre las décadas de los cincuenta y se-
a tratarme como si yo hubiese engañado
senta hasta llegar a la crisis del 68 y que
a una infeliz del pueblo. Ahora todo es el
abarcan, sin duda, los diferentes contex-
pueblo… Siempre trato de vivir como un
tos cinematográficos que van desde el
europeo y Elena me obliga a sentir el sub-
debut de John Cassavetes con Shadow
desarrollo a cada paso. Quise cambiarla,
en 1959, las europeas Al final de la es-
pero no entiende nada. Tiene otro mundo
capada -À bout de soufflé-, de Jean Luc
muy distinto del mío en la cabeza.”
Godard, del mismo año, o la simbólica If…
de Lindsay Arderson, ya del año 68, ejem- También en Estados Unidos comen-
plo de radicalismo revolucionario propio zaba a sentirse la crisis y el desencan-
de la época que se vivía. Sin olvidar otras to en un proceso interesante en el que
propuestas críticas que nos comenzaban a participan algunos de los maestros
venir de otros contextos como los países ahora claramente actualizados y donde
descolonizados recientemente en Asia y/o advertimos la llegada de nuevos direc-

106
tores que van a conformar a partir de como ejemplo la aventura norteameri-
esta fecha importantes aportaciones cana de Michelangelo Antonioni con Za-
al Hollywood más crítico y “revolucio- brinskie Point (1970). También arrecian
nario”, ya sean provenientes de otros desde el cine las críticas a los valores
países como John Schlesinger, impor- histórico-políticos, dejando al descu-
tante miembro del Free Cinema inglés bierto aspectos no tan brillantes que las
cuyo Cowboy de Medianoche -Midnight versiones oficiales tratan de ocultar o por
Cowboy- (1969) es quizás la película más lo menos maquillar. Podemos traer en
crítica con el american way of life que este contexto las aportaciones de Donald
haya ganado el Oscar. No podemos olvi- Trumbo, Johny cogió su fusil (1971), Box-
dar otra gran aportación del mismo año, car Bertha de Martin Scorsese (1972), El
como es Easy Rider dirigida por Dennis portero de noche de Liliana Cavani (1973)
Hopper, donde la destrucción de un modo o El matrimonio de Maria Braun de Rainer
de vida idealista por las fuerzas reaccio- Werner Fassbinder (1978).
narias del interior norteamericano, no es
No obstante, aquí vamos a anotar el
sino una impresionante y bella muestra de
cambio efectuado en el cine del brasi-
la creación estética desde la destrucción
leño Glauber Rocha en 1969 cuando
y el desencanto. Otro ejemplo de este
realiza su film Antonio das Mortes, con-
cambio es El restaurante de Alicia de Ar-
tinuación natural de su anterior Dios y
thur Penn (1969), amarga crónica de unos
el diablo… del año 64, de la que anotá-
personajes que no encuentran su lugar en
bamos su final esperanzador. Pues bien,
un mundo contracultural inventado y que
desde 1964 se instaura la dictadura mili-
se empieza a desvanecer tras constatar
tar en Brasil, siendo el período más duro
la importancia crítica que tienen aconteci-
de 1968 a 1974. Este cambio se aprecia
mientos como las guerras o simplemente
en el mensaje de las dos películas, pues
la amargura de comprobar que el ámbito
a esa conclusión esperanzadora de la
imaginado no se corresponde con la coti-
primera sustituye el concepto de la duda
dianeidad.
como referente más claro del mensaje
A partir de este momento, las posi- fílmico, cuando el pistolero Antonio das
bilidades expresivas de ese desencanto Mortes se plantea cual es el sentido de
existencialista invaden las producciones sus mercenarias acciones en un alarde
cinematográficas de más prestigio, lle- de comprensión de la realidad político-
gando en numerosas ocasiones a replan- social que le lleva a cuestionarse dón-
tearse actitudes críticas de gran profundi- de está el espacio de su lucha cuando
dad con respecto a la ideología burguesa señala “hace mucho tiempo que estoy
dominante y a las prácticas socio-cultu- buscando un lugar para quedarme. Aho-
rales que conlleva. De esta manera, nos ra me voy a quedar del otro lado… ya
encontramos con importantes ejemplos entiendo quiénes son los enemigos”;
de lo que supone el fracaso de los plan- a partir de aquí descubre que hay que
teamientos revolucionarios que poco ayudar a los pobres y no venderse a los
tiempo atrás quedaban de manifiesto corruptos y caciques.
en un alarde de optimismo y, por qué no
La culminación de la crítica histórica
decirlo, también de ingenuidad. Sirvan
desde una vertiente fuertemente política

107
la da Pier Paolo Pasolini en Saló o los 120 vistas que caracterizan el nuevo período.
días de Sodoma (1975), donde traslada Pasamos por tanto del escepticismo, la
el relato del Marqués de Sade al último alienación y el inconformismo posterior
período de la alianza nazi en la Italia fas- al 68, a la subjetividad, lo fragmentario,
cista de Mussolini, en lo que se llamó la lo marginal como valores del nuevo idea-
República Social de Saló. Aquí se mues- rio. Todo ello sin abandonar el espíritu
tran de forma simbólica los horrores del crítico, aunque ahora se proyecta des-
sometimiento humano al que se puede de y hacia lo particular en vez de incidir
llegar cuando la jerarquía irracional impo- en su tratamiento global o universal. En
ne su criterio más feroz en el marco del este sentido, la destrucción como pro-
delirio decadente del fascismo en su fase puesta de creatividad subjetiva llega a
de derrota. altas cotas expresivas ya sea en títulos
como Cabeza borradora –Eraserhead-
También en estos años se acude a
de David Lynch (1977), la española Arre-
la búsqueda de espacios y entornos de
bato de Iván Zulueta (1979), la alemana Yo
huida/refugio ante la no identificación
Cristina F de Uli Edel (1981), sin olvidar
con el mundo que les ha tocado vivir,
algunos de los grandes directores en esta
cuestionándose los valores de éste, en
línea como pueden ser el canadiense Da-
propuestas cinematográficas donde
vid Cronenberg o el británico Peter Gree-
el hedonismo menos convencional se
naway.
plantea como crítica al momento que
se vive a la vez que se proyecta como Incluso no nos resistimos a poner
símbolo de libertad individual y subje- algunos ejemplos de propuestas en el
tiva. Para ello es importante importar nuevo siglo que seguirían, y en cierta
referencias de otras cinematografías medida culminarían, todo el proceso
cuyas culturas pueden aportar “liberta- que venimos anunciando, ya dentro de
des” que en el pensamiento occidental los cánones de un cine con una cuida-
resultarían cuanto menos escandalosas, da producción y éxitos tanto de crítica
actitudes basadas fundamentalmente en como de público en un mundo supues-
el hedonismo extremo y en la violencia tamente globalizado donde aún per-
que puede generar. En este caso, hay sisten elementos que nos hablan de la
dos ejemplos que podemos traer como importancia de las identidades político-
paradigmas de lo comentado: la japone- culturales, según la dialéctica que carac-
sa El imperio de los sentidos de Nagisa teriza los últimos tiempos ya en este mi-
Oshima (1975) y la mexicana El lugar sin lenio. Por poner sólo algunos ejemplos,
límites de Arturo Ripstein (1977). podemos hacer mención a la mexicana
Amores perros de Alejandro González
En la segunda mitad de la década de
Iñárritu (2000), Réquiem por un sueño de
los setenta asistimos ya de forma defi-
Darren Aronofsky (2000) o la más “identi-
nitiva al advenimiento de la Posmoder-
taria” Paradise Now de Hany Abu-Assad
nidad, y el cine, en este sentido, no iba
(2005), película palestina de importante
a ser menos. Todos los postulados que
repercusión internacional. Todas ellas
hemos señalado que se venían plantean-
excelentes propuestas creativas desde
do como crisis de la Modernidad ahora
la más profunda destrucción.
se recubren de los rasgos deconstructi-

108
El hedonismo como destrucción de las deserciones”1.
las normas históricas y como búsqueda
Aunque si hablamos de una película
de refugios de libertad alienada. De la
de esta línea cuya repercusión haya sido
crisis de los sesenta hasta hoy: de lo re-
fundamental en la historia del cine pos-
volucionario a lo afectivo-imaginativo.
terior, esa es El último tango en París de
En este apartado vamos a analizar Bernardo Bertolucci (1972), donde sus
más pormenorizadamente una seria de dos protagonistas, Marlon Brando y Ma-
películas que se dan desde principios de ria Schneider llevan a cabo una relación
los años setenta, dentro de la crisis que basada en los instintos sexuales sin que-
hemos comentado, y en las que sobresa- rer apelar al romanticismo ni a ninguna
le la indagación de espacios y entornos norma emocional que pueda implicar un
de escapismo en los cuales el placer y el proceso ideológico-cultural convencional
fetichismo se convierten en los referentes y que los aleje de su condición de out-
de una huida existencialista dominada siders en la alienada sociedad parisina
por la violencia y la radicalidad ideológi- del momento. Pocas veces la soledad se
ca. ha plasmado en el cine con tal violencia
destructiva ya sea ésta proveniente del
Para comenzar a hablar de este gru-
drama de un personaje desbordado por
po de films de nuevo hay que partir de
los acontecimientos (Brando) o por el
comienzos de los setenta donde dos pe-
sentido vacio del esnobismo moderno ya
lículas marcan el inicio de este proceso,
en plena decadencia (Schneider). Aunque
convirtiéndose en paradigmas de ese
todo esto desembocará en una de las tra-
radicalismo hedonista donde el placer de
gedias más celebradas del cine moderno,
los sentidos eliminaría cualquier rastro de
donde se aúnan en perfecta simbiosis y
racionalidad histórica e ideológica como
en estado de gracia, la dirección, el tra-
muestra de una crítica feroz a un momen-
bajo actoral, la fotografía, la música y el
to de profunda crisis de valores en el que
guión.
el pensamiento burgués se habría preci-
pitado al abismo después de los fracasos A partir de aquí, las puertas para un
de la década anterior. Se trata de La gran cine con profundas implicaciones simbó-
comilona -La grande bouffe- de Marco licas donde lo excepcional fuera tratado
Ferreri (1973), donde se narra “como con espíritu crítico, estaban abiertas, y
cuatro personas se reúnen en una casa es interesante que sea también en Es-
para suicidarse en una orgía de comida y paña donde se llevan a cabo importan-
sexo. Cuatro amigos unidos por el hedo- tes y laboriosos intentos por mostrar ese
nismo y el tedio más absoluto se reúnen carácter alienado en un momento donde
en una mansión con la idea de suicidarse se comienza a vislumbrar el final del fran-
comiendo sin tregua. Pronto añaden a la quismo y el comienzo de una libertad aún
gula otro pecado capital: la lujuria, y así frágil e incipiente que vendría a encum-
empiezan a llegar las prostitutas. El sexo brar la difícil existencia de la Modernidad
obsceno se entremezcla con los cerdos, crítica en su lucha contra la censura, en
los quesos, los jamones y el caviar... y los últimos años del dictador, y en los
cuando todos están cebados, comienzan
1 Cita de la página http://www.filmaffinity.com/es/film806574.html

109
Foto 1. No es bueno que el hombre esté solo, Pedro Olea (1973). El protagonista celebra una cena “familiar” con su mujer-muñeca y su
cuñada-muñeca.

Foto 2. Final de No es bueno que el hombre esté solo.

primeros años de la Transición, antes de el hombre esté solo en la que un magnífi-


la llegada fulgurante y avasalladora de la co José Luis López Vázquez interpreta a
Posmodernidad hispana en la segunda un personaje atormentado por la muerte
mitad de los setenta. En esta secuencia de su esposa a la que se niega a olvidar,
de películas vamos a observar un fuerte encerrándose para ello en su casa con
replanteamiento del concepto de familia una muñeca fiel reproducción de la falle-
tradicional de origen católico-burgués cida. Sin embargo, la presencia de unos
abriéndose a presupuestos tan atrevidos nuevos vecinos acabará socavando su
como es la sustitución de uno de sus intimidad y provocando la tragedia final.
miembros por objetos inanimados o por Es interesante destacar cómo en este
animales. momento el final de la película lleva al
protagonista a presentar en sociedad a
Comenzamos este repaso por una
su muñeca y querer, por tanto, normali-
película del director vasco Pedro Olea
zar esta relación con el visto bueno de la
del año 1973 titulada No es bueno que
burguesía vasca del momento, repitiendo

110
los ritos y costumbres que haría con su Tras esta primera aproximación a este
verdadera esposa de no haber fallecido. tema de la desestructuración de la fa-
(Fotos 1-2) milia tradicional en el cine español, será

Foto 3. Madre, hijo y muñeca en amena reunión familiar. Tamaño natural (1973) Luis García Berlanga

Foto 4. Matrimonio entre Michel y su muñeca. Tamaño natural.

Luis García Berlanga el que haga saltar se pudo hacer en España por no pasar
por los aires todos los postulados de la la censura y que por tanto tiene la nacio-
moral tradicional en su film Tamaño na- nalidad francesa, donde se deja notar en
tural, también de 1973. Película que no toda su carga irónica y negra la mano del

111
Foto 5. La muñeca dando de “amamantar” a un niño. Tamaño natural.
Foto 6. Emigrantes españoles en París, llevando a hombros a la muñeca como si de una imagen de Semana Santa se tratara. Tamaño
natural.

director y también la del guionista Rafael de El último tango de Bertolucci. Michel


Azcona. Aquí el protagonista (Michel Pic- es un hombre maduro que tiene todo lo
coli) ya no quiere la comprensión de la que puede desear: un buen trabajo, una
sociedad, no busca la justificación moral esposa brillante y una amante joven y
a sus actos ni la redención por sus inicia- apasionada. Pero un día adquiere por
tivas, sino que se trata de un ejercicio de capricho una muñeca hinchable que casi
libertad corrosiva fuertemente metafórica parece una mujer real. Así empieza a dis-
donde no está muy distante la influencia frutar de la sumisión y la docilidad que no

112
puede encontrar en su esposa, llegando la Semana Santa española, en una serie
incluso a tener celos y a desconfiar de de imágenes de potente impacto visual
aquellos que puedan desearla o manci- y fuerte significado moral y cultural, lle-
llarla.2 gando incluso a manifestar su muerte en
el deseo de conferir significado humano
De ahí que en la película de Berlanga
total a la muñeca. (Fotos 3-7).
aparezcan como convencionales la inte-
gración de la muñeca con la familia de Tras estos dos ejemplos previos a la
Michel, la celebración del rito del matri- muerte de Franco, será en el conflictivo
monio, la experiencia de la maternidad o tiempo de la primera Transición donde la
incluso la exaltación como una virgen de sustitución de la familia tradicional por

2 http://www.filmaffinity.com/es/film209053.html

Foto 7. Suicidio de Michel y de la muñeca en las aguas del Sena. Tamaño natural.

nuevas formas se carga de toda la carga hacia los sectores de la extrema derecha
simbólica hacia la decadencia de la bur- de aquel momento, carece de la sugestión
guesía como manifestación del oscuro pa- estética de Caniche de Bigas Luna (1979),
sado vivido. En este caso, traemos otras magnífico film en la manifestación de la de-
dos películas españolas en las que el ele- cadencia de la burguesía catalana y cómo
mento nuevo en las relaciones personales la soledad y la mezquindad de los prota-
es un animal, concretamente un perro, en gonistas, llenos de traumas e intereses
dos propuestas arriesgadas y valientes en ocultos, se proyecta en la figura de este
su contenido, pero diferentes en cuanto a pequeño animal.
calidad cinematográfica, pues mientras La
El cine crítico español del final de la
criatura de Eloy de la Iglesia (1977) tiene
época franquista y de los comienzos de la
un fuerte componente ideológico y crítico
Transición constituye hoy en día un impor-

113
tante corpus documental para estudiar lo fuerza expansiva de lo que será posterior-
que fueron esos años tan trascendentes en mente la integración de la cultura española
la conformación de la España contemporá- en la más rabiosa posmodernidad a partir
nea. Debido a numerosos fallos en su nivel de fines de esa década, ha quedado rele-
estético y de producción, y sobre todo a la gado e incluso menospreciado en compa-
Foto 8. Cristina, la protagonista de La criatura de Eloy de la Iglesia (1977), ataviada con el vestido blanco del matrimonio religioso y con el
perro con el que quiere compartir su vida.
Foto 9. El perro compartiendo lecho con Cristina e intentando expulsar al marido de ésta, miembro de un partido de la extrema derecha
española posfranquista, que se refleja como una sombra amenazante. La criatura.

114
Foto 10. La nueva “familia” de Cristina tras su embarazo. La criatura.

ración con su mensaje ideológico y políti- monio, Cristina logra, por fin, quedarse
co. Sin embargo, se hace absolutamente embarazada. Poco antes de dar a luz,
necesaria su reconstitución y valoración el susto que le produce un perro preci-
sin complejos, sobre todo, por la valentía pita el parto, y el niño nace muerto. Para
de algunas de sus propuestas críticas que ayudarla a olvidar lo sucedido, su mari-
posteriormente van a ser apaciguadas y do la lleva a la playa, donde encuentran
desechadas por el exceso de hedonismo un perro muy parecido al causante de la
individualista de las diferentes movidas na- desgracia. Aunque al principio el animal
cionales. En este espíritu de modernidad la atemoriza, acaba encariñándose con
crítica y combativa es donde se circunscri- él y llevándoselo a casa. El perro acaba
ben los films que vamos a anotar, películas compensándola de un matrimonio que va
que no tienen tapujos en mostrar lo más cada vez peor. En él deposita todo el ca-
contradictorio y repudiable de la sociedad riño que no pudo darle a su hijo3.
española del posfranquismo y que inme-
La película tiene la valentía de si-
diatamente, la cultura del pacto y el acuer-
tuarse ideológicamente en su tiempo y
do de la Transición, va a arrinconar casi
hacer una crítica a la pervivencia de los
definitivamente hasta el día de hoy.
grupos de extrema derecha que seguían
En esta constatación simbólica de la organizándose de cara a una intervención
destrucción de un modelo socio-cultural política radical y a la imposición de sus
perverso a través de la interiorización sub- valores y moral tradicional. Todo ello se
jetiva de los sentimientos y el hedonismo, concentra metafóricamente en los acon-
La criatura constituye una obra casi olvi- tecimientos que ocurren a Cristina (Ana
dada de su director Eloy de la Iglesia, en Belén), la protagonista, que renuncia al
la que, después de varios años de matri-
3 http://www.filmaffinity.com/es/film898791.html

115
Foto 11. Simbólica imagen con el perro, Cristina embarazada y de blanco soltando una paloma blanca, como metáfora de la paz conseguida
fuera de la sociedad del momento, en su nueva concepción afectiva y tras abandonar la ciudad y a los sectores dominantes en ella. La
criatura.
Foto 12. La protagonista de Caniche (1979), Eloísa (Consuelo Tura), practicando sexo con el perro Dany.

mundo “oficial” que le ha tocado vivir y se respecto a los conceptos de la familia,


refugia en su propio escapismo a través el matrimonio religioso o el padre como
de la cercanía ética y física que le otorga referentes convencionales de la moral
la criatura que adopta y que convierte en franquista y burguesa. Las fotos 8 a 11
su ser más cercano. En este sentido, al- son buena muestra de lo que estamos
gunas imágenes hablan por sí solas con comentando, en las que el perro y Cris-

116
Foto 13. Max es presentado “formalmente” al marido y al hijo de la protagonista. Max, mon amour.

tina llevan a cabo una serie de actos en tensas entre sí básicamente porque Ber-
los que ella renuncia a los convenciona- nardo no tolera que Dany sea el objeto
lismos establecidos y se lanza a la bús- de los afectos de su hermana. Una no-
queda de nuevas relaciones que llenen el che, Eloísa lo sorprende penetrando a un
vacio de su vida cotidiana. perro callejero, lo que produce un desen-
cadenamiento de hechos que empiezan
Por su parte Caniche de Bigas Luna
por el desborde febril hasta terminar con
(1979) nos introduce en un mundo ago-
la muerte de ambos y la liberación (sólo
biante y oscuro no sólo a nivel de con-
pasajera) de Dany, que en su huida es
tenido, sino también a nivel de lenguaje.
apresado por dos paseantes4.
Los hermanos Bernardo y Eloísa viven
en una mansión, arruinados económica- La película nos muestra un auténtico
mente y dedicados a una vida de amar- repertorio en la relación patológica entre
go ocio y de infausta convivencia, con los dos hermanos, donde el incesto, los
su pequeño perro Dany. Éste es objeto celos, la envidia, el morbo, la zoofilia, etc.
de múltiples atenciones, sobre todo de se convierten en prácticas habituales y en
Eloísa. Acostumbran a visitar a la tía Lina, el marco común donde se desarrolla esta
con quien Bernardo sostiene una rela- dura revisión de la burguesía urbana bar-
ción tirante, pero cuando aquella muere celonesa. Foto 12.
les hereda su riqueza. De este modo, sus
A partir del advenimiento de la Pos-
vidas dan un giro a la opulencia, aunque
modernidad, la dureza y el compromiso
siguen consumiendo carne de perros, an-
tigua forma de subsistencia en la etapa 4 SANABRIA SING, C. “El "tríptico negro" de Bigas Luna: El cine
erótico en Bilbao, Caniche y Angustia”, en Reflexiones, Vol 86, nº
de la pobreza, y manteniendo relaciones 2, pp 157-179.

117
Foto 14. Escena entre Margaret y Max. Max, mon amour.

crítico de todo este tipo de películas se va dramático, y sería una especie de conti-
relajando, para ir convirtiéndose paulati- nuidad complaciente y posmoderna de
namente en una especie de divertimento Tamaño Natural de Berlanga, al despro-
hedonista donde las profundas implica- veerla del cinismo, la crítica existencial y
ciones anteriores con la crisis de valo- la oscuridad narrativa de la obra del va-
res quedan relegadas a un plano mucho lenciano. Sirvan de nuevo, las imágenes
más secundario. Sirva como ejemplo, en en las que el chimpancé Max es integra-
este sentido, la producción francesa del do dentro del contexto convencional en
japonés Nagisa Oshima titulada Max, mi el que se mueve su protagonista (Char-
amor -Max, mon amour- (1986). En ella, lotte Rampling). Fotos 13 a 16.
Peter, un diplomático británico destinado
Incluso esta tendencia a legitimar e
en Francia, ha contratado a unos detec-
integrar cualquier forma no convencional
tives para que sigan a Margaret, su mu-
de relaciones afectivas sin provocar nin-
jer, y averigüen la identidad de su nuevo
guna alarma ni escándalo, es lo que tam-
amante. Gracias a ellos, se entera de que
bién aparece en una película ya mucho
Margaret pasa todas las tardes en un
más reciente, Lars y una chica de verdad
apartamento del que nunca han visto sa-
-Lars and the Real Girl- de Craig Gillespie
lir a nadie más. Peter se presenta allí para
(2007) una de las comedias más aplau-
saber cuál es el misterio y se encuentra
didas del cine independiente norteame-
con un chimpancé llamado Max5.
ricano de los últimos años. Lars (Ryan
La película se debate entre los rasgos Gosling), un joven enormemente tímido y
de la comedia elegante con algún toque dulce que vive en una pequeña localidad
junto a su hermano (Paul Schneider) y su
5 http://www.filmaffinity.com/es/film968942.html

118
Foto 15. Max participando como pareja de la protagonista en una cena de amigos de la burguesía parisina en casa de Margaret. Max,
mon amour.
Foto 16. Max es paseado por la familia por el centro de París (Campos Elíseos) como símbolo de su integración en la vida social ciudadana.
Max, mon amour.

cuñada (Emily Mortimer), lleva por fin a Lars la trata como si fuera una persona
casa a Bianca, la chica de sus sueños. real. Alentados por una doctora (Patricia
El problema es que Bianca es una mu- Clarkson), y en un esfuerzo por compren-
ñeca que encargó por Internet, aunque derle, su familia decide seguir con la fan-

119
tasía de Lars, de la que pronto acabará rural para con uno de sus miembros de
participando todo el pueblo6. cara a que no sufra un desengaño. Asisti-
mos, por tanto, a un cambio ideológico y
De esta manera, nos encontramos
en el mensaje de primer orden en el que
con que un tema que había nacido con
el posicionamiento revolucionario radical
toda la fuerza crítica y escéptica de fi-
ha dado paso al entretenimiento románti-
nes de los años sesenta y principios de
co y sugerente donde incluso desaparece
los setenta, se convierte con el paso del cualquier atisbo de implicación hedonista
tiempo en un argumento para ensalzar las o sexual. Fotos 17 a 19.
cualidades bonachonas de una sociedad
Como vemos, este es un tema que,
con sus diferentes variaciones, sigue
6 http://www.filmaffinity.com/es/film764156.html

Foto 17. Lars y su novia-muñeca. Lars y una chica de verdad (2007)


Foto 18. Lars, su novia-muñeca y su familia, en la celebración litúrgica de su comunidad rural. Lars y una chica de verdad.

120
Foto 19. Escena de Lars con su novia-muñeca en el momento en que ésta tiene “problemas de salud”. Lars y una chica de verdad.

adaptándose hasta el día de hoy, lejos literario al real en un proceso de corpo-


ya de los postulados críticos del pasa- reización viene a ser la última experien-
do, sino más bien como exaltación de un cia de la necesidad de buscar más allá
humanismo poco frecuente en el mundo de lo convencional las formas de relación
del capitalismo salvaje y neoliberal en el social-afectiva que la cotidianeidad del
que vivimos, o bien como experimento mundo establecido no es capaz de ofre-
de metalenguaje narrativo –incluso con cer al personaje moderno. Foto 20.
toques de metafísica del relato cinema-
tográfico- donde realidad y fantasía van
de la mano sin ofrecer la dura oposición
de antaño. Sirva para ilustrar este último
caso la película de este mismo año 2012,
Ruby Sparks, de los directores Jonathan
Dayton y Valeria Faris, donde relatan la
historia de un escritor que se enamora
de uno de sus personajes femeninos.
Calvin Weir-Fields (Paul Dano) había sido
un niño-prodigio, cuya primera novela
había tenido un gran éxito. Pero, desde
entonces, sufre un sistemático bloqueo
creativo agravado por su deprimente vida
amorosa. Finalmente, consigue crear un
personaje femenino, Ruby Sparks (Zoe
Kazan), que acaba materializándose y
compartiendo la vida con él7. La trasla-
ción del personaje femenino del mundo

7 http://www.filmaffinity.com/es/film527159.html

121
Foto 20. Ruby Sparks se aparece por primera vez a su “autor-demiurgo” Calvin Weir-Fields como si de un acto metafísico se tratara. Ruby
Sparks (2012).

122
Damián Esteban Bretones

El Cine en llamas:
Destrucción y autodestrucción temporal
Palabras clave
Cine contemporáneo, Tarkovsky, Apichatpong Weerasethakul, Godard, narrativa cinematográfica
Keywords
Contemporary cinema, Tarkovsky, Apichatpong Weerasethakul, Godard, cinematic narrative

Resumen
Tarkovsky hablaba de “la presión del tiempo en el plano” para referirse a que “la figura cinematográfica no existe
más que en su interior”. Este fragmento presionado por el tiempo es unidad y base para construir narrativas
y destruir concepciones temporales en la narrativa cinematográfica. En el cine contemporáneo, el plano se ha
convertido en autosuficiente, ensimismado en sus límites, casi liberado de su dependencia a un todo, a la vez que
lo cohesiona. Este cine-fragmento articula la obra, entre otros, del cineasta tailandés Apichatpong Weerasethakul o
del último film de Godard, Film socialismo (2010), formas crípticas y fascinantes, de ficción y no ficción, que vamos
a analizar, comprendiendo sus mecanismos de construcción.
Abstract
Tarkovsky spoke of “time pressure in the plane” to refer to “Figure film exists only inside”. This fragment is pressed
for time and base unit to build narratives and destroy temporary conceptions on film narrative. In contemporary
cinema, the shot has become self-sufficient, self-absorbed in their limits, almost freed from their dependence on a
whole, while it fuses that whole. This film-fragment articulates the work-piece, among others, the Thai filmmaker
Apichatpong Weerasethakul or Godard’s latest film, Film Socialism (2010), cryptic and fascinating forms of fiction
and nonfiction, we will analyze, understanding their mechanisms of construction.

Tarkovsky hablaba de “la presión del sus mecanismos de construcción.


tiempo en el plano” para referirse a que “la
Sud Pralat (2004), fragmentos siameses.
figura cinematográfica no existe más que en
su interior”. Este fragmento presionado por el Analizaremos la estructura de Sud Pralat
tiempo es unidad y base para construir nar- (2004) de Apichatpong Weerasethakul, direc-
rativas y destruir concepciones temporales tor tailandés que se ha hecho un hueco no-
en la narrativa cinematográfica. En el cine table en los grandes festivales europeos, para
contemporáneo, el plano se ha convertido en unos por considerar su obra vanguardista y
autosuficiente, ensimismado en sus límites, para otros por ser simples artificios huecos,
casi liberado de su dependencia a un todo, cuestiones que escapan a esta reflexión.
a la vez que lo cohesiona. Este cine-fragmen- Sud Pralat está dividido en dos partes-
to articula la obra, entre otros, del cineasta fragmento, como toda la obra de Apichat-
tailandés Apichatpong Weerasethakul o del pong, a las que antecede una escena prólogo
último film de Godard, Film socialismo (2010), que es también el desenlace, completando
formas crípticas y fascinantes, de ficción y no un círculo. La primera parte cuenta el pro-
ficción, que vamos a analizar, comprendiendo ceso de enamoramiento de de un soldado
123
con un aldeano, hasta que el aldeano de- (1976) de Nagisa Oshima, entre otras.
saparece y el soldado emprende un viaje
Intereses formales compartidos a la
para buscarlo. Tras un fundido a negro,
vez que irreconciliables con Film social-
comienza la segunda parte (El camino
isme de J. L. Godard, la otra pieza de
del espíritu), fábula que se desarrolla en
esta conferencia. En la obra de Weeras-
un bosque, interpretada por los mismos
ethakul, los fragmentos se contraponen
actores, ahora, el personaje buscador de
y se complementan, buscando sensacio-
la primera parte es un cazador mientras
nes. En el film de Godard, como tratare-
el personaje perdido es un chaman que
mos, los fragmentos se ensamblan, se di-
se transfigura en tigre. Estas dos partes
luye la ficción y el documental, invitando
en las que se divide el film son comple-
a la reflexión sobre la historia, la sociedad
tamente diferentes entre sí pero están
y la política.
unidas simétricamente. Si la primera es
una historia de amor, casi documental, Film Socialisme (2010), los fragmen-
con desarrollo casi lineal, la segunda es tos como historia y rebelión.
un viaje iniciático a la magia y lo sobre-
Film Socialisme (2010) es una película
natural que rompe con el espacio-tiempo
relevante en la obra de J. L. Godard por el
dejando suspendida la narración. Pero
tiempo que ha dedicado a realizarla, unos
ambas partes están unidas, formando un
3 años, y por suponer una ruptura con su
díptico, por los mismos intérpretes que
anterior gran obra Histoire(s) du Cinéma,
pasan de amantes a convertirse en caza-
al no aparecer mención a su creador,
dor y fiera, y porque la historia de amor
eliminando su omnipresencia en primera
se transforma en un cuento mágico. Par-
persona del singular, y al hibridar y diluir
tes complementarias igual que dos her-
hasta hacerlo no distinguible la ficción
manos tailandeses gemelos unidos en
de la no ficción, mediante una sucesión
alguna parte de su cuerpo, siameses por
de planos caóticamente ordenados, casi
procedencia y naturaleza.
ininteligibles, que quedan en la memoria
Weerasethakul, con este díptico sia- como posos de café, densos y oscuros.
més, muestra su interés por los aspectos Film realizado con fragmentos de film,
formales, cuestión central en su obra, de como cualquier otro, pero donde el frag-
cómo el tema del amor puede ser una mento (la destrucción, la degeneración)
historia o una fábula, un documental o es el film (fin). Los mismos tráiler de Film
una ficción, una narración o un poema. socialisme que consisten en acelerar la
Y estas formas aportan nuevos sentidos película completa (102 min.) en duracio-
(sensaciones): primero vemos a dos chi- nes comprendidas entre 6 min. y 1 min.
cos que se conocen y se enamoran, se 30 seg., realizados por Godard, suponen
documenta el proceso de esa relación, llevar al límite esa sucesión de planos,
después vemos a un cazador que qui- que apenas aparecen unas milésimas de
ere matar a su presa (tigre-hombre) y esa segundo ante nuestros ojos, convirtién-
presa intenta devorar al cazador, se reve- dose en un experimento de la persisten-
la el amor y la muerte a nivel sensorial, cia retiniana.
el eros y el tánatos, tema mitológico-psi-
Nos encontramos ante un inmenso
coanalítico que aparece en Ai-no corrida
criptograma basado en la fragmentación

124
y la discontinuidad, no solo del tiempo y ciera, del enriquecimiento a toda costa y
del espacio cinematográfico, sino tam- de sus cómplices. El principio del fin.
bién de los soportes visuales constructo-
Godard desde esta fragmentación,
res de texturas diversas, desde películas
autodestrucción narrativa, llama a la re-
filmadas en celuloide hasta la alta defin-
belión. El cine como acción, como instru-
ición digital, pasando por fotografía y gra-
mento activo que participa en su con-
baciones pixeladas de teléfonos móviles.
texto, haciendo Historia. De ahí la refer-
Para Godard lo importante son las imá-
encia a Bronenosets Potyomkin (1925) de
genes no el tipo de soporte que las con-
S.M Eisenstein y a toda revuelta social,
tiene, aunque éste las modifique. Imá-
sea la batalla anticolonialista de Argel o
genes-planos que contienen personajes
la Guerra Civil Española, guerra que sig-
que sobreactúan un estado de ausencia
nifica la pérdida de la inocencia y de la
mientras realizan un crucero por el Medi-
esperanza para el pensamiento libertario
terráneo, uno de los intérpretes es Patti
de izquierdas en Europa antes de la Se-
Smith, no parece casual que intervenga
gunda Guerra Mundial. Este cine acción
en Film socialisme, ella que arrojó la rabia
está compuesto de imágenes que preten-
y la poesía del punk hacia el sistema. Pla-
den conocer (el cine de los Lumiere), no
nos unidos con la técnica de ensamblaje
imágenes que pretenden enmascarar (las
–collage- de elementos diversos que se
fotos que se hacen en el barco), reflexion-
asocian en el film huyendo de sentimen-
ando sobre el camino que ha llevado de
talismos, denunciando el uso emotivo de
las unas a las otras, sobre la degradación
la música. Tan solo mostrar las cosas, tal
que se ha producido en las imágenes y en
cual, para que cada espectador asocie
su uso, sobre la degradación que afecta
de muy diversas formas, según su ex-
a todos los aspectos de la llamada civili-
periencia visual, cinematográfica y vital,
zación occidental.
según su memoria. Significados abier-
tos en un film hermético y hermenéutico Este manifiesto político-social-esté-
que nos hace construir lo que vemos, tico que se adelanta a los acontecimien-
construirnos pensando esa sucesión de tos del 15 M, de la primavera árabe,
planos. Así, Film Socialisme une films de la desesperación por la pérdida de
con fragmentos de historia, la historia del derechos sociales y del estado del bi-
Mediterráneo y de Europa, imágenes de enestar en la “vieja” Europa, no podía
gatos con Egipto, western fordianos con tener otra naturaleza que la fragmentaria.
inmigrantes, el cine de Eisenstein con re- Porque el resultado de la destrucción son
vueltas sociales actuales, la Guerra Civil fragmentos, y de fragmentos se nutre
Española en el frente catalán con símbo- la creación. Como el cubismo analítico
los de la Barcelona actual como Messi, el fragmenta para analizar y el cubismo
cine de Hitchcock con la irrealidad más sintético une fragmentos de objetos-
real, el principio de la civilización griega sujetos para crear-sintetizar algo nuevo
(Hellas) con el infierno (Hell as) que está (collage), de la misma forma Godard crea
por venir, perdón, que ha llegado ya a una para conocer y plantear preguntas en esa
Grecia “rescatada” y a la mayoría de ciu- travesía, en ese barco que navega por el
dadanos del sur de Europa, cautivos de Mediterráneo con los retazos de social-
la deuda, de la corrupción política y finan- ismo unidos al capitalismo, a la vez que

125
los seres humanos se ven abocados a
la miseria y al abismo. Un sistema que
empobrece a sus ciudadanos después
de ser vampirizados por las multinacio-
nales y las financieras. Un sistema que
desecha a los pobres igual que Godard
desecha los diálogos y la música en Film
socialisme. Pobres, diálogo y música ex-
isten pero nada pueden hacer. Ante este
panorama, tomemos los fragmentos del
mundo, la calle, parece decir Godard, y
construyamos nuestro destino. Empec-
emos de nuevo.

126
Créditos
DIRECTOR DE LA REVISTA COMITÉ ASESOR
Jesús Rubio Lapaz Ignacio Henares Cuéllar (Universidad de Granada)
Julio Flores (IUNA de Buenos Aires)
SECRETARIOS Marisa Sobrino (Universidad de Santiago de Compostela)
Luis D. Rivero Moreno Ascensión Hernandez (Universidad de Zaragoza)
Ximena Hidalgo Julia Portela (ISA de la Habana)

EDITA I.S.S.N 1695-8284.


Grupo de investigación de la Universidad de Granada I.S.S.N. Edición electrónica: 2254-5646
HUM736. Tradición y modernidad Depósito legal: GR 300/03
en la cultura artística contemporánea. Junio 2012 nº 15
“El Arte contra el Arte. Creación desde la destrucción”
Coordinadores del nº 15:
Lidia Mateo Leivas y Luis D. Rivero Moreno www.hum736-papelesdeculturacontemporanea.es

DISEÑO Y MAQUETACIÓN Este número se edita como Actas del Congreso “El
Esther Rivero Moreno Arte contra el Arte. Creación desde la Destrucción”
(maleenies@gmail.com) celebrado entre el 12 y el 15 de marzo de 2012 en
Foto de portada: Luis D. Rivero la sala de conferencias del Complejo Administrativo El
Triunfo de la Universidad de Granada.
CONSEJO DE REDACCIÓN
Jesús Rubio Lapaz (Director)
Luis D. Rivero Moreno (Secretario)
Ximena Hidalgo (Secretaria)
Dara Cabrera
Manuel Jesús González Manrique
2012

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