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CULTURA DE MASAS

Se denomina cultura de masas al fenómeno cultural que involucra un


conjunto de bienes, artículos o productos que son fabricados y
presentados por las industrias con la finalidad de entretener a un público
y a unos consumidores. Dichos productos se caracterizan por su
heterogeneidad.

Para algunos filósofos y pensadores —como por ejemplo, los integrantes


de la Escuela de Frankfurt— la cultura de masas es un éxito contundente
del capitalismo, puesto que involucra una satisfacción masiva y rápida a
partir del consumo de imágenes y sonidos propiciados por la tecnología.

Según estos intelectuales, la cultura de masas está fundamentada en una


idea superficial del arte que carece de verdadera esencia. En palabras del
pensador Theodor Adorno, el arte ha perdido su aurea, debido a que la
cultura se ha convertido en un elemento banal gracias a la masificación
de su fabricación y producción.

Los medios de comunicación son fundamentales para la propagación de


esta cultura popular, puesto que a través de estos se hace publicidad a
dichos productos. Además, son los encargados de estandarizar el plano
cultural mediante una serie de normas y valores que tienden a ser
homologantes (pese al carácter heterogéneo de las masas sociales).

A pesar de que la cultura de masas —como expresión urbana— tiende a


la homologación de los patrones culturales, también se puede establecer
que esta presión mediática se enfrenta con la riqueza histórica y cultural
de las clases subalternas.

En otras palabras, a pesar de que el consumidor de esta cultura


generalmente actúa como un ente pasivo, recibiendo información de
manera constante sin cuestionarse sobre esta, la cultura de masas
también ha dado paso a algunos artistas subalternos para que expresen
su inconformidad frente a un sistema de producción en el que se fomenta
la trivialidad.

La cultura de masas también tiene aspectos positivos; filósofos como


Edgar Morin han reconocido que la cultura de masas forma parte nuestra
era, por lo que ya no se trata de una subcultura sino de una cultura
propiamente dicha, con sus parámetros y sus manifestaciones artísticas.
El autor la definió como “la cultura de los tiempos modernos”.

Características

La cultura de masas suele tener dos acepciones: en primera instancia se


encuentra la connotación negativa, puesto que se argumenta que el hecho
de tener un alto número de destinatarios es proporcional a su falta de
calidad; la segunda acepción es de carácter social, dado que propone un
modelo de vida, de arte y de pensamiento.

Según esta acepción, la cultura de masas es una cultura democrática,


debido a que es accesible para la mayoría de las sociedades y se presenta
con las mismas características para cualquier persona, indiferentemente
de su clase social. Además, la cultura de masas trasciende las barreras
geográficas y conecta a las personas de todo el mundo.

Centralización del poder económico

La cultura de masas está enfocada principalmente en una concepción


capitalista de la economía, pues apela al consumismo y a la satisfacción
inmediata de necesidades.

Los grupos de poder que tienen la posibilidad de proponer los elementos


deseables para el público consumidor de esta cultura corresponden a la
burguesía.
Por esta razón, se establece que uno de los principios de la cultura de
masas es que el poder económico está centralizado, y que es un pequeño
grupo de personas el que ejerce las mayores influencias.

Uniformidad de los productos

Los productos, bienes o artefactos que son fabricados por esta cultura,
son modelos producidos en serie, lo que quiere decir que todos son
similares.

Un ejemplo de esto puede percibirse en las marcas de automóvil, puesto


que estas fabrican varios modelos de automóviles que se rigen por un
mismo método y mantienen una misma elaboración.

El elemento comercial de la “marca” es fundamental dentro de esta


cultura, ya que las empresas se encargan de elaborar sus propias
propuestas artísticas y económicas, lo que las distingue del resto y las
hace más atractivas para el tipo de consumidor específico que estén
buscando.

Sincronización mediante la producción en serie

La fabricación de estos elementos sigue la línea de montaje de producción


en serie, lo que implica que se elaboran grandes cantidades de un mismo
producto (esto destaca nuevamente la uniformidad presente en la estética
de estos bienes). Lo anterior garantiza que el costo será bajo para el
consumidor.

Expresiones artísticas, los medios de comunicación y la


cultura de masas
La industria cinematográfica

La industria del espectáculo representa una parte fundamental para la


distribución de la cultura de masas; a través del cine —y de otros medios
audiovisuales— se difunden modelos artísticos y estéticos que luego
pueden ser producidos en serie.

La ceremonia de los premios Oscar presenta el lado más estético de las


películas de Hollywood, donde se premia a las películas en distintas
categorías: premio al mejor guión, premio a los mejores efectos
especiales, entre otros.

Por sí solo, este evento forma parte de la cultura de masas, pues involucra
a miles de espectadores en todo el mundo.

El diseño gráfico: un arte publicitario

A pesar de la masificación del arte y su carácter altamente consumista,


se requiere de diferentes técnicas y estudios para llevar a cabo los
diferentes diseños que serán utilizados para convencer al consumidor de
adquirir un producto.

En este escenario entra la disciplina del diseño gráfico, que mantiene


varias nociones artísticas universales (por ejemplo, la búsqueda por la
simetría y la belleza), pero enfocadas a agradarle al consumidor y a darle
una imagen llamativa y comercial a una marca determinada.

El arte de las series de televisión

El auge de las series de televisión fue potenciado por la llegada de Internet


ya que, mediante esta plataforma, los espectadores pueden buscar la
serie que deseen sin importar la época en la que salió al aire. Por ejemplo,
existe la empresa de Netflix, la cual ofrece toda una gama de películas,
series y musicales por un bajo costo.

Los medios de comunicación y la cultura de masas

Los medios de comunicación son los pilares que mantienen a la cultura de


masas en vigencia y en constante movimiento, ya que gracias a estos las
industrias del entretenimiento y del consumo tantean el terreno para
innovar en sus próximas ideas y productos, adquiriendo cada vez más
poder dentro del mercado.

Publicidad agresiva a través de radio, televisión e Internet

Desde el año 1930 los grandes filósofos y pensadores comenzaron a


manifestar su inconformidad con respecto a las publicidades agresivas
que pueden encontrarse en cualquier medio comunicacional, como lo son
la radio, la televisión e Internet.

Su preocupación residía en el hecho de que, en la mayoría de las


ocasiones, la publicidad invade en su totalidad al individuo, ya que se le
presenta a través de todos los medios posibles: el alcance es totalitario.

Esto trae como consecuencia que el individuo solo piense en consumir


cada vez más, alejándose de su capacidad crítica y argumentativa, pues
absorbe cualquier imagen o concepto que se le presente mediante los
aparatos tecnológicos.

Referencias
Abruzzese, A. (2004) Cultura de masas. Recuperado el 2 de febrero de
2019 de Revistas UCM: revistas.ucm.es
Aziz, A. (s.f.) Cultura de masas: medios de difusión y culturas
subalternas. Recuperado el 2 de febrero de 2019 de Culturas
contemporáneas: culturascontemporaneas.com
Magallón, R. (2010) La transformación de la cultura de masas. Aura y
comunión fática.Recuperado el 2 de febrero de 2019 de Aposta digital:
apostadigital.com
Rodríguez, M. (1991) Cultura popular-cultura de masas. Espacio para las
identidades. Recuperado el 2 de febrero de 2019 de: Redayc: redaly.org
Rueda, M. (s.f.) Artes y medios, entre la cultura de masas y la cultura de
redes: un tejido evanescente. Recuperado el 2 de febrero de 2019 de
UNLP: sedici.unlp.edu.ar
Serie Latas de Sopa Campbell's

Latas de sopa Campbell's. Serigrafía y polímero sintético sobre tela.


1962.

Este objeto de consumo, un alimento industrializado nada poético, se


volvió un tema de discusión en la escena cultural. Pero el atrevimiento de
Warhol no estuvo solo en el tema elegido. También lo fue el modo de
representación y la técnica utilizada: una reproducción de imágenes en
serie partiendo de la serigrafía.

Con esto, Warhol estaría dando un golpe a dos grandes puntos claves del
mundo de las bellas artes: la trascendencia del tema y el valor del objeto
artístico "único" y "original".
Serie Marilyn Monroe

Serie Marilyn Monroe. Serigrafía. 1967.

Warhol inicia una serie de retratos de Marilyn Monroe aplicando la técnica


de la serigrafía, en la que de una imagen original se imprimen las
siguientes. Mientras más veces se reproduce la imagen, más se desdibuja
o se deforma.
Así, Warhol pone en evidencia la gran hipocresía del mundo de Hollywood:
Marilyn fue un ícono destruido a través de la exposición reiterada de su
belleza como supuesto valor único.

Autorretrato

Autorretrato. Serigrafía, 1967.

Warhol pasó muchos años de su vida obsesionado por hacer dinero, y eso
le llevó a pretender imponerse en el mundo artístico aplicando las reglas
de la publicidad y desconociendo deliberadamente las reglas del arte
convencional.

Así, Warhol se trató a sí mismo como un ícono de la cultura pop a través


de una serie de autorretratos como se muestra en la imagen. Sin
embargo, el autor aplicó diferentes conceptos y técnicas de autorretrato
a lo largo de su vida.

El nacimiento de Venus después de Botticelli

El nacimiento de Venus después de Botticelli. Serigrafía. 1984.

Si de algo estaba consciente Warhol es de que no solo los íconos del pop
pierden su significado después de la reiteración exacerbada en los medios
masivos de comunicación. El vaciamiento de sentido no es una
exclusividad de las masas. También desde la cultura de élite el significado
se pierde, se desdibuja gracias a la mera repetición del signo vaciado de
su contexto. Así lo evidencia con su serie El nacimiento de Venus después
de Botticelli.

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