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Universidad de La Salle

Facultad de Ciencias Agropecuarias

Programa de Medicina Veterinaria

Trabajo de Patología de la reproducción: Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR)

Natalia Avendaño Higuera Código: 14151180

Daniel Esteban Castellanos González Código: 14152024

Juan Nicolás Rey Camacho Código: 14132000

Docente
Cesar Augusto Gómez Velásquez

Bogotá, Septiembre

2017
RINOTRAQUEITIS INFECCIOSA BOVINA (IBR)
Avendaño Higuera Natalia, Castellanos González Daniel Esteban, Rey Camacho Juan Nicolás

INTRODUCCIÓN

Las infecciones respiratorias y reproductivas constituyen uno de los problemas de impacto

económico que afectan en gran medida a las explotaciones ganaderas, y resulta de una

interacción entre infecciones virales y bacterianas, donde el estrés es el factor determinante

para la incidencia y severidad del problema facilitando la entrada a agentes patógenos.

Esta enfermedad se describió primero como una enfermedad nueva del tracto respiratorio

a partir de 1841 por Rychner (veterinario suizo) identificando signos clínicos de

vulvovaginitis pustular infecciosa y características de transmisión venérea. La Rinotraqueitis

Infecciosa Bovina (IBR) es una enfermedad infecto-contagiosa de distribución mundial que

afecta principalmente al ganado bovino y bufalino, siendo una de las principales causas de

pérdidas económicas y físicas en las producciones, esta enfermedad representa un grave

problema tanto en ganado de carne, como en ganado lechero.

El agente causal es el Herpesvirus bovino tipo I (HVB-I), que se encuentra clasificado

dentro de la familia herpesviridae, subfamilia alfa herpesvirinae; posee cubierta lipídica,

cápside icosaédrica y ácido nucleico ADN. La Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR) puede

adoptar diversas formas que incluyen la afectación respiratoria asociada a abortos endémicos,

la forma conjuntival, la forma genital que afecta el tracto reproductor y la forma septicémica

de los neonatos que se caracteriza básicamente por encefalitis.


OBJETIVOS

Objetivo general.

A partir de esta investigación bibliográfica se busca evaluar todos los aspectos generales,

patogénesis, diagnóstico y control de las Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR).

Objetivos específicos

● Revisar aspectos básicos sobre Rinotraqueitis Infecciosa Bovina con respecto a su

agente etiológico, transmisión y patogénesis.

● Identificar las diferentes manifestaciones clínicas que se presentan en animales

infectados con esta enfermedad

● Determinar cuál es la situación actual de la Rinotraqueitis Infecciosa Bovina en

nuestro país (Colombia).

MARCO TEÓRICO

La Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR), está considerada actualmente como una de las

principales enfermedades limitantes de la industria bovina en el mundo. Se definió

inicialmente como una enfermedad febril, aguda y contagiosa de los bovinos adultos

caracterizada por inflamación severa del tracto respiratorio superior, presentando disnea,

depresión, descarga nasal. Posteriormente se determinó su presentación en bovinos de todas

las edades, designándose con nombres como “Nariz Roja y Rinotraqueitis Necrótica

Infecciosa” y se relacionó etiológicamente como Vulvovaginitis Pustular Infecciosa Guy et

al.1985 y Wellenberg et al 2002 (citado por Materon. N. 2017).

La Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR) fue descrita en el año de 1841 por primera vez

por Rychner, el cual observó signos clínicos tales como la vulvovaginitis pustular infecciosa

y evidenció su característica de transmisión venérea. La investigación de la naturaleza y


transmisión del virus comienza en el años de 1928 por Reisiner y Reinman. En el años de

1953 se empezaron a presentar brotes de esta enfermedad tanto en lotes de engorde como en

hatos lecheros en California y fue atribuido a varios estados; a su vez, el primer caso de

Rinotraqueitis Infecciosa bovina fue reportado en 1960 en Alemania y posteriormente en

otros países de Europa Miller et al 1991 y Gibbs et al 1977 (citado por Martínez. P., et al.

2008). Se pensaba que países de Sudamérica se encontraban libres de IBR, hasta la década

de los 60’s, momento en el cual se aisló el agente en bovinos importados a Perú desde

Norteamérica (Zapata et al. 2002).

En Colombia el primer diagnóstico de Rinotraqueitis Infecciosa Bovina se realizó a partir

de 1972 de un toro que presentó lesiones genitales; en los últimos 10 años se lograron aislar

cepas de campo del virus mediante lavado prepucial e hisopados nasal y conjuntival

obtenidos de toros reproductores sometidos a inmunosupresión con corticoides. Por otro lado

los estudios de seroprevalencia de la enfermedad han indicado porcentajes de seropositividad

relativamente altos, que varían de 3.7 % a 75% en muestreos realizados entre 1978 y 2000 y

en estudios realizados en 1974 y 1982 se evidencio una seroprevalencia entre 0.75 y 67% en

varias regiones Zapata et al. 2000 y Navarrete et al. 2004 (citado por Materon. N. 2017).

AGENTE ETIOLÓGICO

Clasificación del virus

Herpesvirus Bovino tipo 1, también conocido como virus complejo Rinotraqueitis

Infecciosa Bovina o Vulvovaginitis pustular infecciosa pertenece a la familia Herpesviridae,

subfamilia Alphaherpesvirinae, género Varicellovirus. Ha sido clasificado en cinco subtipos:

VHB-1.1 y VHB- 1.2, a su vez el VHB-1.2 se divide en VHB-1.2ª y VHB-1.2b. El subtipo

1.1 se asocia con la forma respiratoria de la enfermedad, mientras que el subtipo 1.2 se asocia
tanto con enfermedad respiratoria como con las genitales; y la VHB-1.3 incluye la forma

encefálica o nerviosa en terneros (Materon. N. 2017).

Las cepas del subtipo HVB-1.1 son las más virulentas y causan las enfermedades de

mayor severidad asociadas a las infecciones con HVB-1. Este subtipo es excretado en altos

títulos en secreciones nasales y diseminado más efectivamente que el 1.2 (Ruiz. 1977).

TRANSMISIÓN DE LA ENFERMEDAD

El virus de IBR invade el organismo de los bovinos a través del tracto respiratorio o

genital. Las vías principales para el ingreso del virus son la cavidad nasal, orofaríngea, ocular

y tracto genital (Kahrs, 2001).

El virus puede ser transmitido por aerosoles o contacto con animales infectados, debido a que

el virus se excreta en grandes cantidades a partir de secreciones respiratorias, oculares y del

tracto reproductivo puede ser transmitido por el semen ya sea durante la monta natural o por

inseminación artificial, incluso se puede transmitir mediante la transferencia de embriones

(OIE. 2012).

En la infección respiratoria directa, el virus penetra en el animal por vía nasal a través de

aerosol o por contacto de mucosas entre animales infectados, y se replica en el tracto

respiratorio; luego se disemina y réplica en la conjuntiva ocular y mediante su transporte por

el axón de las neuronas alcanza el ganglio trigémino. En la infección genital, el agente se

replica en la mucosa genital y se establece de forma latente (Materon. N. 2017).

La forma de contagio más importante de la infección genital está dada por el toro, ya que el

virus tiene receptores celulares en el tracto genital de la vaca facilitando la infección para la

presentación de vulvovaginitis pustular infecciosa (Materon. N. 2017).


EPIDEMIOLOGÍA

IBR es una enfermedad de distribución mundial, la presencia del agente se ha descrito en

varios países de los cinco continentes y en cada uno de ellos se reporta con distintos grados

de prevalencia, reactores serológicos indican que prácticamente todos las razas son

susceptibles a la enfermedad. La presentación de la enfermedad se da con mayor frecuencia

en animales mayores de seis meses, debido a que los niveles de anticuerpos maternales duran

de uno a seis meses. La morbilidad en el ganado lechero es del 6% acompañada por una

mortalidad del 3%, mientras que en el ganado de carne la morbilidad es mayor alcanzando

entre el 20-30% (Gibbs. 1997).

Ha sido diagnosticada en numerosos países como causa de aborto; en Estados Unidos en

1960, Canadá en 1975, México en 1971, Bélgica en 1973. En Argentina se aisló el virus

VHB-1 desde un feto abortado en 1972 y se notificaron brotes importantes de

meningoencefalitis (OIE, 2012).

En Colombia el primer diagnóstico de esta enfermedad se realizó en 1972, a partir de un

toro que presentaba lesiones genitales y del cual se obtuvieron 3 aislamientos. En los últimos

20 años solo se ha reportado un aislamiento mediante la aplicación de corticoides para

estimular la reactivación viral, este aislamiento se realizó a partir de muestras tomadas de un

toro seropositivo de la sabana de Bogotá. Por otro lado los estudios de seroprevalencia en

algunas regiones, han indicado porcentajes de seropositividad relativamente altos, los cuales

varían entre 0.75% y 67.6% sin ninguna o muy poca evidencia clínica o virológica, se han

descrito 16 aislamientos desde 1972. Sin embargo, se han presentado inconvenientes entre la

presentación clínica de BHV-1 y el diagnóstico por laboratorio; en la mayoría de los

aislamientos que se han realizado en Colombia han sido de muestras tomadas de órganos

genitales y las cepas involucradas en esta forma clínica no se asocian con abortos Zapata,

Ossa, Bedoya, Zuluaga, 2000 (citado por Materon. N. 2017).


PATOGÉNESIS

Después de la entrada del patógeno, la replicación se presenta dentro de la mucosa nasal o

genital, los herpesvirus pueden replicar en los axones de células nerviosas (intraaxonal), los

virus llegan a los cuerpos neuronales en los ganglios regionales donde se establece la latencia

(Materon. N. 2017).

La transmisión dentro del organismo se presenta a través de sangre, nervios y tejidos

infectados, a raíz de la viremia transitoria, sitios secundarios serán infectados, tales como el

tracto digestivo, ubre, feto y los ovarios. Desde el sitio de la infección, los nervios periféricos

son alcanzados por el transporte axonal, ganglio trigémino en caso de infección respiratoria y

ganglio sacro después de la infección genital (Biswas et al; 2013).

La entrada del virus dentro de la célula involucra varios procesos que afectan a diferentes

glicoproteínas. Las glicoproteínas gC de alphaherpesvirus inicia estos pasos mediante la

unión a proteoglicanos, de sulfato de heparina en la superficie celular. La unión de las

glicoproteínas C es necesaria para la iniciación de la entrada viral y para los pasos de unión

entre el virus y la fusión de la membrana mediante la interacción con otros componentes

celulares. Además, el BHV-1 puede ser absorbido por los linfocitos que también pueden

servir como vehículo, al menos mientras no estén presentes anticuerpos neutralizantes Lovato

et al; 2003 (citado por Materon. N. 2017).

El virus se multiplica en el tracto respiratorio y causa alteraciones inflamatorias tales

como rinitis, laringitis, traqueítis llevando a la destrucción de las microvellosidades. La

infección de los animales con Rinotraqueitis Infecciosa Bovina deteriora la resistencia a

infecciones secundarias bacterianas tales como Mannheimia. haemolytica, Pasteurella

Multocida lo que conlleva a inmunosupresión y mortalidad; posteriormente el virus se

localiza en células epiteliales y agregados linfoides de cavidades nasales y vías aéreas

superiores, se multiplica en células epiteliales, células de submucosa y tejido conectivo; el


efecto viral causa pérdida de cilios, hipertrofia epitelial e infiltración de neutrófilos (Materon.

N. 2017).

Después de la infección primaria el BHV-1 puede infectar monocitos con moderada

replicación viral y también puede infectar macrófagos y linfocitos los cuales pueden servir de

vehículo hacia diferentes tejidos en el animal (Biswas et al; 2013).

El virus puede causar una invasión sistémica al ser transportado por monocitos y

leucocitos periféricos, logrando alcanzar la placenta y el feto, produciendo aborto, pero se

observa principalmente en el último tercio de la gestación. Se ha demostrado el efecto de alta

mortalidad embrionaria del virus; cuando se expone la vaca en los primeros 7 días post

servicio al BHV-1 este pasa a través del epitelio uterino, infecta membranas embrionarias y

causa la muerte del embrión; la cual puede pasar desapercibida o puede generar un ciclo

estral prolongado (Materon. N. 2017).

SIGNOS

El IBR tiene 5 formas principales de presentación: Respiratoria, Genital, Conjuntiva,

Abortiva y Encefalitis

1. Respiratoria: Probablemente es una de las más importantes desde el punto de vista

económico, ocurre normalmente cuando se unen animales de distintas procedencia, ya

que inoculan el nuevo virus en sus compañeros. Se producen signos respiratorios,

inapetencia, baja de producción láctea y fiebre, con un curso de 7 a 10 días

aproximadamente y puede presentar casos de abortos a las 48 semanas después de la

infección respiratoria.

2. Conjuntival: Puede presentarse con reacción sistémica respiratoria o sin ella, los

signos que se presentan son: Inflamación de la conjuntiva palpebral y membrana

nictitante, edema bajo la conjuntiva, membrana necrótica en la conjuntiva, exudado


ocular, exudado nasal seroso y después exudado mucopurulento, córnea opaca y

queratitis secundaria a la conjuntivitis con o sin ulceración.

3. Genital: En vacas, produce una vulvovaginitis pustular infecciosa o exantema

vesicular coital, según alguna literatura, en esta presentación, no hay abortos, ya que

no hay viremia. se presenta en un curso de 3 a 8 semanas. En los toros se conoce

como balanopostitis pustular infecciosa, se caracteriza por pústulas e inflamación en

prepucio y pene

4. Abortiva Es frecuente que se presente síndrome respiratorio uno a dos meses antes del

aborto, se presenta principalmente por vacunaciones con vacunas vivas poco

atenuadas y al vacunar en el último trimestre, o sea entre los 167 y 232 días. Si se

vacuna antes de los 5 meses y medio generalmente no hay aborto

5. Encefálica: La incidencia es baja, se presenta principalmente en terneros de menos de

6 meses de edad, se presenta ataxia, depresión, convulsiones, bruxismo, y mueren

presentando espasmos opistótonos.

DIAGNÓSTICO

Para el diagnóstico del IBR se puede guiar de los signos clínicos y hallazgos a la

necropsia, sin embargo, para un correcto diagnóstico son indispensables las pruebas de

laboratorio Rola, Larska, Polak, 2005 (citado por Materon N. 2017).

De realizarse el diagnóstico mediante signos clínicos, se deben tener en cuenta

diagnósticos diferenciales como el virus de la diarrea viral bovina (DVB) y la parainfluenza.

En cuanto a la necropsia, se realiza una toma de muestras para identificar el virus en

laboratorio, las muestras idealmente son tomadas de hisopados nasales, traqueales y

conjuntivales en animales infectados en la primera parte de la enfermedad, que es donde se

producen secreciones serosas.


En cuanto a presentaciones de vulvovaginitis o balanopostitis se toman hisopados de

mucosa de los genitales, que deben ser frotados vigorosamente para tener una buena muestra.

Las muestras se suspenden en un medio adecuado para cultivo celular, virológico y

posteriormente se envían refrigeradas al laboratorio.

Aislamiento viral Se pueden utilizar células de distintos orígenes, como células primarias

o secundarias de riñón, pulmón, testículos, secreciones de cornetes nasales y semen, los

cuales deben mantenerse en congelación a una temperatura de -70° (Materon N. 2017). Esta

prueba se caracteriza por su alta especificidad pero no muy buena sensibilidad.

Detección de ácido nucleico En comparación con el aislamiento viral, el PCR tiene la

ventaja de ser más rápido y más sensible, el problema con este método diagnóstico, es que las

muestras son fáciles de contaminar y por lo tanto hay que tomar medidas para evitar los

falsos positivos.

Detección de antígeno viral A partir de las muestras tomadas anteriormente, se prepara

un frotis en un portaobjetos. Estos se someten a la prueba de inmunofluorescencia directa o

indirecta. Para tener resultados fiables, es necesario tener muestras de varios animales de un

lote que tengan fiebre y presenten ligera rinorrea serosa.

Inmunoperoxidasa Cuenta con mayor sensibilidad que el aislamiento viral, como

ventaja, permite el diagnóstico en tejidos autolisados y momificados en formol durante

mucho tiempo.

PREVENCIÓN Y CONTROL

Se debe tener un adecuado conocimiento de la situación epidemiológica, tanto local como

regional de la zona geográfica donde se esté trabajando. Es importante tener medidas

generales de prevención tales como: Aislamiento y observación de nuevos animales

integrados a la explotación, y de ser necesario, administrar las vacunas necesarias.


La vacuna con virus vivo modificado se encuentra aún en uso y es de fácil administración

(Martínez et al 2008), sin embargo se debe tener especial cuidado con hembras lactantes y

gestantes, ya que si se administra en el último tercio de la gestación, puede inducir abortos, lo

ideal es ponerlo antes de los 5 meses y medio de gestación para evitar estos problemas.

IBR EN COLOMBIA

Se han realizado estudios de seroprevalencia de IBR en las regiones de Colombia, los

cuales arrojaron los siguientes resultados; En hembras bovinas se ha reportado un 51.7% para

la región del Caribe, 21.5 para región Andina, y un 20.6 para el piedemonte llanero Griffiths

et al 1982 (citado por Martínez P. et al 2008). Según Góngora y col 1995, en la sabana de

Bogotá se encontró un 15.3% de reactores positivos, demostrando un porcentaje

significativamente alto de positividad a la enfermedad en el contexto colombiano, además los

resultados mostraron un aumento conforme aumentaba la edad de los animales sin mostrar

diferencias significativas entre ganado de leche y ganado de carne.

Por último, en un informe de 2952 muestras procedentes de diferentes regiones del país,

mediante la técnica de ELISA, se identificó un 53.4 % de positividad para IBR.

Aunque esta enfermedad no está incluida dentro de las enfermedades de declaración

obligatoria por el ICA, sus grandes pérdidas económicas medidas en bajos rendimientos

reproductivos y productivos la hace de interés en investigación y para el productor,

requiriendo realizar estudios sobre los métodos de prevención y control en los predios, esto

incluye la evaluación de biológicos disponibles en el país, sus tiempos de aplicación y

período de inmunidad post-vacunal ICA, 2004 (citado por Materon. N. 2017).


CONCLUSIONES

Los estudios estadísticos, demuestran que el IBR es una enfermedad de alta presentación y

seroprevalencia en el contexto colombiano, con porcentajes que alcanzan hasta el 50% en

algunas zonas del país, por ello se deben tener medidas de prevención y control para mitigar

la presencia de la enfermedad, ya que puede causar fuertes pérdidas económicas en algunos

casos. Entre las medidas de control se encuentran el aislamiento y observación de animales

nuevos, junto con la administración de vacunas (únicamente de confirmarse que son

necesarios, ya que también en muchos casos los animales ya se encuentran naturalmente

inmunes al virus), de las cuales las cepas vivas modificadas mostraron tener muy buenos

resultados, teniendo cuidado de no aplicarlas en animales en lactancia ni en el último tercio

de la gestación ya que puede inducir abortos en los animales.

El diagnóstico puede ser llevado a cabo mediante evaluación y signos clínicos, pero se debe

tener cuidado con diagnósticos diferenciales como DVB y parainfluenza, Las pruebas

paraclínicas siempre serán las más acertadas.

BIBLIOGRAFÍA

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