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La literatura para Roberto Bolaño: concepto y práctica

José Jesús OSORIO


Queensborough Community College-CUNY
josorio@qcc.cuny.edu

Mi ponencia se adentra en algunos aspectos de las consideraciones que Roberto


Bolaño expresó sobre lo que es literatura y su posibilidad de existencia. Por limitantes
de espacio no logro abarcar la mayoría de las ideas planteadas por Bolaño, pero inten-
taré desarrollar algunas. Con el paso del tiempo algunas ideas expresadas por el escri-
tor chileno han causado gran polémica y otras simplemente han sido mal interpreta-
das o sacadas de contexto. También, en algunos casos, el mismo escritor jugó con al-
gunas de sus propias ideas, creando aún más confusión al respecto. Sin embargo, en ge-
neral, siempre se mantiene en sus consideraciones sobre lo que es la literatura y el ofi-
cio de escribir.
Una imagen que el escritor chileno gustaba de expresar era la del guerrero-escritor
que se enfrenta en primera instancia a la literatura, a la cual debe destruir. En “Un na-
rrador en la intimidad” Bolaño escribió:
En mi cocina literaria ideal vive un guerrero, al que algunas voces (voces sin cuerpos ni sombras)
llaman escritor. Este guerrero está siempre luchando. Sabe que al final, haga lo que haga, será de-
rrotado. Sin embargo recorre la cocina literaria, que es de cemento, y se enfrenta a su oponente
sin dar ni pedir cuartel1
Bolaño recuerda que esta idea sobre la actitud del escritor frente a la literatura se la
debe a uno de los escritores del Boom a quien considera su maestro: Julio Cortázar. En
la novela Rayuela podemos encontrar la siguiente frase expresada por Oliveira: «También
Morelli es casi tonto al insistir en eso, pero Etienne acierta en el clavo: por la práctica el
viejo se muestra y nos muestra la salida. ¿Para qué sirve un escritor si no para destruir la
literatura?»2. Bolaño asume esta frase como fundacional de toda buena literatura. No
concibe la literatura que no intenta sobrepasar sus propios límites; sin dejar de reconocer
que este intento es una gran ilusión, porque según él escribe en “Derivas de la pesada”:
«La literatura es una máquina acorazada. No se preocupa de los escritores. A veces ni si-
quiera se da cuenta de que éstos están vivos. Su enemigo es otro, mucho más grande,
mucho más poderoso, y que a la postre la terminará venciendo»3.
Para Bolaño, el escritor que considera imprescindible no es quien escribe bien sino
aquel que tiene una escritura de calidad. En “Discurso de Caracas” al respecto de la ca-
lidad en la literatura afirma:
Saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un
oficio peligroso. Correr por el borde del precipicio: a un lado el abismo sin fondo y al otro lado las
caras que uno quiere, las sonrientes caras que uno quiere, y los libros, y los amigos, y la comida4
En este sentido, para Bolaño el escritor es una especie de Orfeo que baja cantando al
Hades para mirar al horror y a la muerte en sus múltiples formas de frente, sin miedo;
 Por el presente escrito se agradece el año sabático (Sabbatical Year) otorgado por Queensborough Community Co-
llege-CUNY.
1 Roberto Bolaño, Entre paréntesis, Barcelona, Anagrama, 2004, p. 323.
2 Julio Cortázar, Rayuela, Madrid, Punto de Lectura, 2004, p. 565.
3 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 29.
4 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 36.
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pero en este encuentro no se vuelve renovado, porque la literatura tampoco salva a na-
die, y para afirmar esta idea muestra en textos como La literatura nazi en América, que en
la literatura como oficio también cabe la maldad y hay campo para la estética del mal. Es
el caso de Carlos Ramírez Hoffman, quien además de poeta es asesino. Es otro poeta,
Bolaño, quien junto al detective jubilado Abel Romero, se encargarán de dar con el pa-
radero del poeta-asesino fugado por el mundo. El poeta Bolaño le implora al detective
que no lo mate después de haberle señalado el paradero de Hoffman:
No lo mate, por favor, ese hombre ya no le puede hacer mal a nadie, dije. Eso usted no lo
puede saber, dijo Romero, ni yo tampoco. No le puede hacer daño a nadie, dije. En el fon-
do no lo creía. Claro que podía hacer daño. Todos podíamos hacer daño. Ahora vuelvo, dijo
Romero5
Este poeta asesino tendrá otro nombre en la novela Estrella distante, será Carlos Wie-
der6. Es interesante observar que estas historias que aparecen en distintos textos de Bola-
ño amplían la idea de una búsqueda estética fundamental en el escritor: la obra total, que
posiblemente buscaba con esta auto referencialidad y con personajes que se mueven en
distintos textos; creando intertextualidades, que en algunos casos son fundamentales, para
obtener una mayor comprensión de historias que a veces parecen indescifrables para el lec-
tor que no ate cabos a partir de otros textos de Bolaño. Por ejemplo, Abel Romero, el
detective, aparece en diálogo con Joanna Silvestri en el cuento “Joanna Silvestri” del libro
Llamadas telefónicas, pero allí no se menciona su nombre7. Sin embargo, el detective re-
cuerda este encuentro con Joanna en Estrella distante y así el lector avisado, el lector que le
interesaba a Bolaño, se entera gracias a esta referencia que el detective del cuento es Abel
Romero, el mismo que persigue a Carlos Ramírez Hoffman en La literatura nazi en Amé-
rica8. Observamos en este ejemplo que muchas historias en la obra de Roberto Bolaño
actúan como vasos comunicantes que se retroalimentan e iluminan sus significados, los
cuales en algunos casos parecen cifrados, ayudando a que sean descubiertos sus secretos
ocultos, sus enigmas simulados9.
Otro aspecto importante que se puede concluir de la repetición de historias y perso-
najes en la obra de Bolaño es la intención de que la literatura cumpla con un papel que
para el escritor chileno era fundamental: esta debe volver a la Historia del Horror lati-
noamericano y no dejar que caigan en el olvido los crímenes cometidos por las dicta-
duras y los perpetrados bajo la presión del narcotráfico y el comercio global que genera
espacios terribles como Ciudad Juárez, lugar ampliamente recreado en Santa Teresa, la

5 Roberto Bolaño, Literatura nazi en América, Barcelona, Seix Barral, 2005, p. 218.
6 Así comienza la novela: «La primera vez que vi a Carlos Wieder fue en 1971 o tal vez en 1972, cuando Salvador
Allende era presidente de Chile» (Roberto Bolaño, Estrella distante, Barcelona, Anagrama, 1996, p. 13).
7 No menciona el nombre del detective pero sí su profesión y origen: «Aquí estoy yo, Joanna Silvestri, de 37 años,
actriz porno, postrada en la Clínica Los Trapecios de Nîmes, viendo pasar las tardes y escuchando las historias de un de-
tective chileno. ¿A quién busca este hombre?» (Roberto Bolaño, Llamadas telefónicas, Barcelona, Anagrama, 1997, p. 159).
8 En un diálogo entre el narrador y Romero este le menciona a la actriz porno: «Finalmente, en una clínica de Nimes
encontró a una actriz que había trabajado con English y que se acordaba de cómo era. La actriz se llamaba Joanna Silves-
tri y era una preciosidad, dijo Romero, la mujer más bonita, se lo prometo, que he visto en mi vida» (Bolaño, Estrella dis-
tante cit., p. 134).
9 Escribe a propósito de la literatura y el mal Heléna Usandizaga lo siguiente: «Y peor aún, la literatura no salva ni res-
cata: sólo queda el despojamiento y un humilde intento de quedarse a solas con la escritura. El cuestionamiento sobre el mal
acaba siendo cuestionamiento del mundo literario» (Helena USANDIZAGA, “El reverso poético en la prosa de Roberto Bo-
laño”, en Jornadas homenaje Roberto Bolaño [1953-2003], Barcelona, Casa Amèrica a Catalunya, 2005, pp. 77-93: p. 90).
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ciudad inventada por él en 266610. Las muertes en Santa Teresa son un recordatorio del
camino terrible que puede tomar la globalización11. Para Chiara Bolognese:
Es significativo notar que Bolaño sitúa su última obra en un escenario donde la muerte es la pro-
tagonista constante, en una urbe que se convierte en un cementerio, ese cementerio del año 2666
que ya se había anunciado en Amuleto12
La literatura que Bolaño pregona como de calidad es la que nos salva del olvido; por-
que sus escritores no tienen miedo a enfrentar el horror generado por las dictaduras, la
violencia y las ideas fascistas que, según él, aún subsistían en Latinoamérica y España13.
Para Bolaño, la literatura verdadera la ejercen aquellos escritores que son valientes, por-
que para él: «Cervantes, que no era disléxico pero al que el ejercicio de la milicia dejó
manco, sabía perfectamente bien lo que se decía. La literatura es un oficio peligroso»14.
Partiendo de estas consideraciones, Bolaño se dedicará a denostar de aquellos escritores
que considera no asumen la literatura como algo por destruir sino que se dedican a bus-
car prestigio y se dejan tentar por los poderes, ya sea político o de las editoriales. Él ata-
ca fuertemente a los escritores que se juntan en camarillas o cenáculos formando grupos
que viven por y al servicio del poder, sea este de izquierda o de derecha. Para Bolaño, el
poder en cualquiera de sus formas es anti literario. El escritor escribió en “Las palabras y
los gestos”: «La literatura, al contrario que la muerte, vive en la intemperie, en la des-
protección, lejos de los gobiernos y de las leyes, salvo la ley de la literatura que sólo los
mejores entre los mejores son capaces de romper»15.
Sin embargo, Bolaño no se llama a engaño, ni la literatura ni nada nos salva. En su li-
teratura hay una gran melancolía, ya que para el escritor la literatura no salva a nadie y
hasta lo puede condenar. Considera que no hay consuelo ni en los libros ni en la vida.
En él hay un pesimismo existencial fuerte. En entrevista con Mónica Maristain dijo: «El
mundo está vivo y nada vivo tiene remedio y ésa es nuestra suerte»16. Entonces, la lite-
ratura ayuda a sobrellevar la vida, pero como es un oficio peligroso cuando se escribe con
calidad, no nos garantiza ni la felicidad ni la tranquilidad.

10 A propósito de los personajes en la obra de Bolaño escribe Valeria de los Ríos: «Los personajes que los habi-
tan, circulan por ellos libremente, ocupando lugares centrales o secundarios según la ocasión. El mapa cognitivo
de Bolaño no es el Macondo de García Márquez, territorio utópico, exótico y de límites claramente establecidos,
sino la aldea global marcada por viajes y un contraste permanente con lo local» (Valeria DE LOS RÍOS, “Mapas y
fotografías en la obra de Roberto Bolaño”, en Bolaño salvaje, eds. Gustavo FAVERON PATRIAU y Edmundo PAZ
SOLDÁN, Barcelona, Candaya, 2008, pp. 237-258: p. 240).
11 Un aspecto constante en la obra de Bolaño es la auto referencialidad con la presencia del alter ego del escri-
tor, Arturo Belano, esto ayuda a la idea de la obra total. Para José Promis: «El propósito de eliminar “artística-
mente” la distancia entre el autor y su obra está implícito en las palabras de Bolaño cuando afirma que la respon-
sabilidad de un escritor “no es servir de recordatorio de nada”. Aunque expresa dudas acerca de la función que
pueda ejercer la literatura, acepta que si alguna misión tiene el escritor es la de “mirar algo que uno muchas ve-
ces no quiere ni ver”» (José PROMIS, “Poética de Roberto Bolaño”, en Territorios en fuga. Estudios críticos sobre la
obra de Roberto Bolaño, Santiago de Chile, Frasis, 2003, pp. 47-63: p. 51).
12 Chiara BOLOGNESE, Pistas de un naufragio. Cartografía de Roberto Bolaño, Santiago de Chile, Margen, 2009, p. 274.
13 Ignacio Echevarría escribe lo siguiente sobre la obra de Bolaño: «La primera es su extraterritorialidad. Por la
obra de Bolaño transitan –errantes, fantasmales– los náufragos de un continente en el que el exilio es la figura épi-
ca de la desolación y de la vastedad. Laberinto de la identidad, Latinoamérica es para Bolaño una metáfora del
abismo, un territorio en fuga» (Ignacio ECHEVARRÍA, “Una épica de la tristeza”, en Roberto Bolaño: la escritura co-
mo tauromaquia, Buenos Aires, Corregidor, pp. 193-198: p. 193).
14 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 38.
15 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 284.
16 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 342.
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Por las razones de cómo se debe hacer literatura, Bolaño no hace diferencia entre el
escritor como profesional y su vida. Para él, su vida como escritor es la que lo define. Es
ésta una posición ética vital. Hay ecos del pensamiento de Sartre en estas consideraciones
de Bolaño, aunque sin la importancia que el primero da a la solidaridad. Así se expresa
Sartre sobre el escritor y su oficio: «Pero solamente porque es hombre. Tiene que vivir y
querer esta responsabilidad y, para él, es lo mismo vivir y escribir, no porque el arte salva
la vida, sino porque la vida se expresa en empresas y la empresa del escritor es escribir»17.
Bolaño no concibe al escritor que separa su literatura de su vida, y que no hace de su
vida y de su escritura una sola, en la que la escritura y la vida se complementan. Par-
tiendo de esta idea, es muy crítico con muchos escritores que consideró se dejaban ten-
tar por el poder y se silenciaban frente a temas importantes como la violencia, el horror,
la soledad, el desamparo y la culpa. Bolaño escribe al respecto lo siguiente en “Los per-
didos”: «Es decir: somos seres que pueden optar en un momento histórico por la liber-
tad y también, aunque resulte paradójico, por la vida»18. Así que el escritor no debe de-
jarse tentar ni por el éxito ni por la búsqueda de un prestigio. Bolaño escribe al respec-
to en “Sobre literatura, el premio nacional de literatura y los raros consuelos del oficio”:
«La literatura, supongo que ya ha quedado claro, no tiene que ver con premios naciona-
les sino más bien con una extraña lluvia de sangre, sudor, semen y lágrimas»19. En Bo-
laño hay un rechazo de todo aquello que es vano, hueco, pesado, inconsistente y sin un
sustento ético desde la vida. Por eso piensa que los escritores que no se dejan tentar por
los poderes son quienes lograrán escribir una verdadera literatura, pero al alejarse del po-
der se encontrarán solos, a la intemperie. Así lo expresa Bolaño:
Ellos se enfrentarán, algunos hombro con hombro y otros más solos que la una, al reto de hacer
de la literatura chilena algo razonable y visionario, un ejercicio de inteligencia, de aventura y de
tolerancia. Si la literatura no es esto más placer, ¿qué demonios es?20
Sin embargo y a pesar de su pesimismo vital, Bolaño piensa que hay algunos aspectos
que nos pueden reivindicar frente a la vida y la literatura. Admira al escritor que man-
tiene como algo importante de su oficio el leer, que escribe sin estar determinado por la
urgencia de publicar y que en su vida como escritor no se deja seducir por la idea de res-
petabilidad. También valora las tertulias literarias serias, las amistades literarias y la confi-
guración de una izquierda real. Afirma que todo lo anterior es la salvación de la entraña
poética americana, que ve en proceso de desaparecer si no se vuelve a una literatura ra-
dical; donde prime el valor y no haya temor de adentrarse en temas difíciles, peligrosos.
Para Bolaño las dictaduras primero y después el mercado del libro, basado en las ven-
tas, están acabando con la entraña poética tan cara al espíritu americano. Es en esta idea,
determinada en gran medida por la intemperie de los latinoamericanos, el dolor, el ol-
vido, la violencia, que toda Latinoamérica se puede ver como una entidad simbólica úni-
ca, diferenciada del mundo y atravesada por algo que le es propia. En la novela Amuleto
podemos encontrar las siguientes palabras expresadas por la narradora de la novela, Au-
xilio Lacouture, sobre los jóvenes poetas mexicanos:
Es decir: todos iban creciendo en la intemperie mexicana, en la intemperie latinoamericana, que
es la intemperie más grande porque es la más escindida y la más desesperada. Y mi mirada rielaba

17 Jean-Paul Sartre, ¿Qué es la literatura?, Buenos Aires, Editorial Losada, 2003, p. 49.
18 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 97.
19 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 104.
20 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 105.
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como la luna por aquella intemperie y se detenía en las estatuas, en las figuras sobrecogidas, en los
corrillos de sombras, en las siluetas que nada tenían excepto la utopía de la palabra, una palabra,
por otra parte, bastante miserable21
Bolaño constata entonces que esta cualidad latinoamericana, su profundo sentido po-
ético de la vida, va camino de desaparecer. En esta intemperie, quien mejor preparado
está para resistir y mantener la entraña poética latinoamericana es el escritor valiente, pe-
ro en particular el poeta verdadero, aquel quien siguiendo a Rimbaud hace de su vida
un arte. Es interesante observar que Bolaño es muy coherente en sus apreciaciones al res-
pecto de la relación entre literatura y vida.
En cuanto a los géneros literarios, para él la novela no es el género privilegiado sino
que es la poesía, aunque expresa que la mejor literatura del siglo XXI será hibrida y da
como ejemplo la novela Bartleby y compañía de Vila-Matas. Pero es el poeta y la poesía
quienes tienen el máximo valor para Bolaño. En este sentido, nos hace pensar en el va-
lor que la cultura griega antigua daba a la poesía y a los poetas en la sociedad. Siente ade-
más Bolaño que los poetas verdaderos no están determinados por el mercado del libro,
porque saben que no hay muchos lectores de poesía y también porque no buscan la res-
petabilidad sino la libertad. El mismo Bolaño se consideraba más un poeta que un no-
velista. En la entrevista con Mónica Maristain, ella le pregunta: «¿Quién le hizo creer que
es mejor poeta que narrador?». Y Bolaño responde: «La gradación del rubor que siento
cuando abro un libro mío de poesía o uno de prosa. Me ruboriza menos el de poesía»22.
En su poemario Los perros románticos, se observa la visión personal que tiene Bolaño
sobre el poeta y la poesía y cómo ésta lo salva de morir en las guerras floridas latinoa-
mericanas, aquellas donde los jóvenes, especialmente, se enfrentaron a las férreas dicta-
duras de derecha. Cito del poema “Autorretrato a los veinte años”:
Un escudo y una espada. Entonces,
Pese al miedo, me dejé ir, puse mi mejilla
Junto a la mejilla de la muerte.
Y me fue imposible cerrar los ojos y no ver
Aquel espectáculo extraño, lento y extraño,
Aunque empotrado en una realidad velocísima:
Miles de muchachos como yo, lampiños
O barbudos, pero latinoamericanos todos,
Juntando sus mejillas con la muerte23
Si la vida del escritor y su literatura no están divididas, entonces el espacio del escritor
o mejor del poeta de acuerdo con Bolaño, debe ser la intemperie; porque en ésta es libre
y su literatura escapa al poder y los conciliábulos sean estos de derecha o de izquierda. En
este sentido, la imagen del poeta va a ser la de un perro romántico a la intemperie. Poeta
como perro romántico que vive a la intemperie y que sobrevive gracias a la poesía, que
es el territorio del sueño24. Así lo escribe en el poema “Los perros románticos”:

21 Roberto Bolaño, Amuleto, Barcelona, Anagrama, 1999, p. 42.


22 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 331.
23 Roberto Bolaño, Los perros románticos: Poemas 1980-1998, Barcelona, Lumen, 2000, p. 14.
24 Para Bruno Montané Krebs la poesía es fundamental en toda la obra de Bolaño: «Roberto se veía a sí mismo
como un poeta y en este sentido su escritura narrativa le debe muchísimo a la singladura de su poesía. Para él no
había una oposición entre esas dos escrituras, más bien al contrario, hasta el último momento no dejó de confiar
en esa doble y complementaria forma de hacer y vivir la literatura» (Bruno MONTANÉ KREBS, “Prefiguraciones
de la Universidad desconocida”, en Jornadas homenaje Roberto Bolaño cit., pp. 97-102: p. 102).
 José Jesús OSORIO

Y a veces me volvía dentro de mí


Y visitaba el sueño: estatua eternizada
En pensamientos líquidos,
Un gusano blanco retorciéndose
En el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
Y olvidarás.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
Y aquí me voy a quedar25
Observamos entonces la poesía como un sueño infrarreal que sustenta al poeta en su vi-
da; en medio de la soledad y en su lucha contra el poder y por mantener su libertad. Vo-
luntad y sueño que se realiza en la poesía, como lo escribe en su poema “Resurrección”:
Contempladla desde el fondo:
Un buzo
Inocente
Envuelto en las plumas
De la voluntad.
La poesía entra en el sueño
Como un buzo muerto
En el ojo de Dios26
Es en el espacio abierto de la soledad y la intemperie, lugar de los verdaderos poetas,
donde se puede dar la literatura de calidad. Es en este ámbito del sueño poético donde
los poetas no temen caminar al borde del abismo y mirar de frente al horror que es la
historia latinoamericana; como lo señala Auxilio, la narradora de la novela Amuleto: «Y
pensé: así es la Historia, un cuento corto de terror»27.
En su crítica a la poesía chilena contemporánea, que en su momento causó gran po-
lémica y le generó muchos enemigos en su país de nacimiento, Bolaño consideró que
esta volvería a ser valiosa cuando volviera a la intemperie y a ejercer su libertad. Al res-
pecto escribió en “A la intemperie”:
La respetabilidad de la poesía se redujo a un puñado de polvo. Ahora los poetas chilenos viven una
vez más en la intemperie. Y pueden volver a leer poesía. E incluso pueden leer o releer a algunos
poetas chilenos. Y pueden darse cuenta de que lo que escribían no era malo. Y en algunos no só-
lo no era malo sino que incluso resultaba bueno. Y pueden volver a escribir poesía28
Es por esta vía de reivindicar a la poesía como territorio del sueño y considerar al po-
eta como un perro romántico que no se deja tentar por el poder ni por la respetabilidad,
-que gracias a su valor a toda prueba se enfrenta con los ojos bien abiertos a los temas
más difíciles como son el horror, la soledad, la violencia y los poderes- que Bolaño va a
insistir en la importancia y la valoración que daban los griegos y la cultura occidental an-
tigua al poeta y a la poesía. Es la cultura griega antigua que construye el acantilado, otra
imagen que él expresa de la poesía. Esta valoración de la importancia de la herencia po-
ética griega queda expresada en el poema “La griega”:
25 Bolaño, Los perros cit., p. 13.
26 Bolaño, Los perros cit., p. 15.
27 Bolaño, Amuleto cit., p. 60.
28 Bolaño, Entre paréntesis cit., p. 87.
La literatura para Roberto Bolaño: concepto y práctica 

Y por tus ojos. Renegada de las ciudades y de la República,


Cuando crea que todo está perdido a tus ojos me fiaré.
Cuando la derrota compasiva nos convenza de lo inútil
Que es seguir luchando, a tus ojos me fiaré29
Es a la poesía, representada en esta imagen de la “griega”, a quien se confiará para se-
guir en la lucha por la vida. Sin dejar de constatar que esa época ya no existe, como lo
escribe en el poema dedicado a los poetas troyanos en el poema “Entre las moscas”:
Poetas troyanos
Ya nada de lo que podía ser vuestro
Existe
Ni templos ni jardines
Ni poesía
Sois libres
Admirables poetas troyanos30
De donde podemos observar su pesimismo sobre el valor dado en nuestra sociedad a
la literatura, que ya no tendrá el lugar privilegiado que tuvo durante la época clásica. Sue-
ño de un tiempo clásico disuelto en la historia, pero revisitado por algunos poetas valien-
tes dispuestos a caminar sin temor a la intemperie y a mirar y escribir sobre el horror. Es-
pacio poético que como unidad simbólica latinoamericana, Bolaño considera aún, se ex-
presa en la entraña poética americana que cada día se pierde más y más; antes por la re-
presión producto de las dictaduras y en el presente por la presión del mercado editorial y
el deseo vehemente de respetabilidad de la mayoría de los escritores latinoamericanos.

Resumen: El presente escrito analiza la obra de Roberto Bolaño, y sus ideas a propósito de lo que es literatura y cómo
éstas quedan plasmadas en su propia literatura. Se observa que en general su propuesta estética, en especial la réplica de
personajes e historias, es una manera de evitar el olvido, aspecto en el cual la literatura cumple un papel fundamental y
ayuda a pensar en la idea de la obra total. También se analiza la idea de la entraña poética que en el pensamiento de Bo-
laño es tan cara al espíritu americano y qué puede hacerse para que esta presencia de la poesía en América se mantenga.
Palabras clave: estética, poética, Bolaño, Latinoamérica, intemperie, globalización, intertextualidad.
Abstract: This paper analyzes the books by Roberto Bolaño and his views on literature and how these ideas are found-
ed in his books. I notice that his aesthetics, especially the use of the same characters in more than one story or book, helps
to avoid forgetting the history of Latin America. For Bolaño, literature is very important in remembering the past. I al-
so analyze the idea of the poetics essence that for Bolaño is very important for the American spirit and what he thinks is
necessary to maintain the presence of the poetics in America.
Keywords: aesthetics, poetics, Bolaño, Latin America, in the open, globalization, intertextuality.

29 Bolaño, Los perros cit., p. 56.


30 Bolaño, Los perros cit., p. 91.

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