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FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE FARMACIA Y BIOQUIMICA

ENSAYO DEL LIBRO EL OTRO


SENDERO

KATY VASQUEZ JUAREZ

PIMENTEL - 2019
ENSAYO DEL LIBRO EL OTRO SENDERO”

La primera publicación de “Otro Sendero” se realizó en 1986 la misma que fue


un verdadero éxito, porque describía la realidad problemática común del acceso
legal a la propiedad e integración al circuito formal de la economía, obra que
dio origen a muchas iniciativas legislativas, leyes, reglamentación, regulaciones
para la modernización del estado y sobre todo para el acceso de los servicios,
integración económica y formalización de los grupos sociales.

De Soto plasma su obra de “Otro Sendero” con cifras numéricas reales de varios
sectores sociales a quienes considera un bastión con enormes potenciales en la
economía de mercado, considera que quienes mueven el país económicamente
son los pequeños empresarios, microempresarios, y mediana empresa, sin
embargo estos tienen una enorme barrera con la que tiene que lidiar a diario y
por años, que es la parte legal y las decisiones políticas que en la mayoría de
los casos está representada por los capitalistas o burgueses, considera que el
principal obstáculo para el crecimiento económico y la informalidad es culpa del
mismo Estado, el mismo que por años ha venido limitado el acceso a los
diversos servicios, como es la propiedad, formalización de los negocios entre
otros. Por ejemplo, considera que con cifras muy exactas que una persona
común y corriente hasta aquellos medianos empresarios tardan muchos años en
conseguir un permiso, una licencia, una autorización, para las operaciones y
funcionamiento de un negocio, empresa o lo que sea., no quedando otra salida
para aquellas personas que quieren abandonar la pobreza utilizar el “Otro
Sendero” que es la informalidad.

Es precisamente las causas de la informalidad a las que se dedica explicar el


autor a través de su obra “El Otro Sendero”, entre estas explica la migración, el
trato hostil, la vivienda informal, el comercio informal, el transporte informal,
importancia del derecho, la tradición redistributiva y el paralelo mercantilista.
CAPÍTULO I: LA VIVIENDA INFORMAL

Considerando que la obra fue escrita fue culminada en el año 2002, el autor pone
énfasis en que en las últimas cuatro décadas, se ha registrado un crecimiento
considerables en la informalidad de adquisición de viviendas al punto que la cifra
bordea 1.200 %, y la reacción del estado ha sido nula, muy por el contrario esta
ha sido aletada por ciertos intereses políticos de autoridades, locales regionales
y nacionales, no que dando otra alternativa que formalizarlas luego que estas
estaban ocupadas y construidas; habiéndose registrado mayor número de
viviendas informales en los distritos de la periferia de la ciudad de lima como
SJL, SJM; El Agustino, Villa María, Villa El Salvador, Manchay, Ventanilla entre
otros.

Para la adquisición de una propiedad se efectuaba de dos formas ya sea por


invasión o por venta informal de tierras agrícolas baja la simulación de
asociaciones u otras formas de organización tales como cooperativas que igual
burlaban los protocolos formales; en lo que respecta a la invasión esta se
realizaba en tierras públicas o en tierras privadas, de forma paulatina o de forma
violenta.

Las invasiones paulatinas se producía en especial por trabajadores u obreros de


haciendas agrícolas, donde al principio sus patrones les cedían ciertos espacios
que no tenía valor o eran improductivos, como laderas, cerros, o eriazos es así
que poco a poco traían a sus familias, paisanos, vecinos y hasta que esto iba en
aumento hasta formar grandes asentamientos de personas de manera informal.

En lo que respecta a las invasiones violentas, estas en su mayoría (90%) recaía


sobre las propiedades del estado, lo cual primero se iniciaba formando grupos
veían el lugar, sacaban algunas informaciones sobre posibles dueños,
instituciones públicas u otros similares, hasta que en un día determinado e
preferencia días festivos donde las autoras no podía reaccionar se asentaban
con esteras, chozas, ollas comunes.

Una vez tomas las tierras estas se bautizaba con nombres de personalidades
celebres como nombre del presidente, esposa, nombre de santos, con la
finalidad de causar impacto en las autoridades y que estas se congratularan para
no desalojarlos, al mismo tiempo los dirigentes hacia alianzas con empresas de
transportes para ampliar sus rutas, veían la forma hacer llegar la luz, instalaban
pequeños mercados invitaban ambulantes, hasta que en corto plazo esta iba
tomando forma de asentamiento humano, convenciendo rápidamente a las
autoridades la necesidad de obtener un lugar donde vivir.

En la historia de las invasiones esta tiene sus orígenes en la segunda década


del siglo XX, ya que las altas clases comenzaron a urbanizar zonas agrícolas
muchos de ellos sin contar con los permisos legales, por ejemplo Lince, Jesús
María, Magdalena, San Isidro, al darse cuenta de ello las autoridades quisieron
frenar primero en 1915 la municipalidad de lima, luego en 1922 y 1924 el
gobierno de A. B. Leguía y posteriormente en 1928 el Congreso, todos ellos
dando leyes que prohibían la venta de terrenos sin la habilitación de servicios
básicos, sin embargo pocos o nadie respeto estas leyes, muy por el contrario fue
expandiéndose a los distritos de Chorrillos, La Victoria, el Rimac, etc.

En vista que las clases altas y medias iban avanzando en las construcciones,
seudo formales aparándose de un contrato de compra venta de terrenos, en
forma paralela iba avanzando a pasos agigantado la ocupación de lugares no
deseados por los residentes como laderas de cerros, acantilados, lugares de
botadero de basura, como por ejemplo los cerros del agustino, la victoria, los
márgenes del rio Rímac, no quedando otra alternativa al gobierno y autoridades
la reubicación de ciertas poblaciones que se encontraban e inminente peligro de
focos infecciosos y desastres naturales, esto fue de alguna manera la
aceptación reconocimiento del gobierno y autoridades a las pretensiones de los
informales.

Una vez que los asentamientos humanos estaban afincados los grupos políticos
como el APRA y otros de izquierda trataron de acercarse y compartir su causa,
ya que en ellos veían un potencial apoyo, esto definitivamente fue en aumento
ya a partir de 1940 los partidos más organizados y favoritos para llegar al poder
veían en los asentamientos humanos un peligro latente si es que los reprimía,
mejor en lugar de ellos se congratulaban otorgándoles ciertos servicios básicos,
porque a la largo eran un capital político, como muestra ello tenemos la reforma
agraria del Presidente Juan Velasco Alvarado, quien sin una orientación técnica,
y formal, de un momento a otro les entregó a las clases populares el derecho
que por años venían reclamando, sobre el acceso a la propiedad producto de su
trabajo, sin embargo esto no fue suficiente ya que luego sirvió de insumo
principal para la construcción informal.

Como hemos podido apreciar el tema de la construcción informal se ha venido


desarrollando por varios años, desde inicios del siglo XX, siendo una de las
principales causas el estado manejado por lo grupos de poder económico, y ver
en los ciudadanos de segunda y tercera clase como únicamente mano de obra,
los mismos que cansados de abusos de poder, no tuvieron que aventurar a las
ciudades para poder sobrevivir y mantener a sus familias, al inicio esto fue
inadvertido, pero luego se fue masificando, llegando a ser de carácter
incontrolable por las leyes y autoridades, no quedando otras alternativas de
aceptarlas, reconocerlas e incorporarlas al reconocimiento de derechos y
beneficios legales, producto de ello es que teneos la ciudad más poblada de
manera informal de América Latina (Lima).

CAPÍTULO II: EL COMERCIO INFORMAL

Como habíamos advertido en los primeros párrafos del primer capítulo,


inmediatamente instalados los asentamientos humanos, en forma paralela
parecían los ambulantes que eran los mismos vecinos, quienes ofrecían sus
servicios a sus propios compañeros al inicio abarcaba productos de comida,
verduras, tubérculos, frutas, artículos de limpieza, y luego lo demás, a medida
que esto iba desarrollándose cada vez más gente se sumaba a esta actividad,
primero en los accesos de los mercados, luego las vías públicas, en esta parte
los ambulantes se sentían con derecho porque pagaban un tributo llamado
“SISA” avalado por los gobiernos locales (Alcaldes).
En muchas ocasiones las mismas organizaciones que invadían un terreno,
dentro de la misma invasión separaba un lugar destinado para su mercado, pero
a medida que este empezaba a funcionar su construcción era precaria sin
considerar los lineamientos técnicos legales, si bien es cierto las políticas de
gobierno también consideraban la construcción de mercados formales, pero ello
era muy reducido el autor precisa que la inversión informal en mercado estaba
en un 80% mientras que el estada solo invertía el 20%, esto guarda relación
precisamente con los distritos donde mayor asentamientos humanos había,
como San Juan de Miraflores, San Martin, La Victoria, El Agustino, San Juan de
Lurigancho.

El comercio informal tiene dos modalidades una el comercio ambulatorio y la otra


el mercado informal, como sabemos el comercio ambulatorio se realiza desde
dos perspectivas cuando el comerciante camina por las calles ofreciendo sus
productos o servicios y la segunda cuando el comerciante desde un lugar fijo en
la vía publica expende sus productos, esta última tiene sus orígenes en épocas
de la colonia cuando mercaderes iban de lugar en lugar vendiendo determinados
bienes ya sea en las zonas urbanas o rurales. Mientras que en la segunda
modalidad el ambulante ha abandonado la vía publica ya sea por represión o
voluntad propia y se ha instalado al interior de un mercado informal, o campo
ferial a lo que comúnmente llamamos “puesto” esta modalidad ofrece mayor
seguridad en la inversión, facilidad de créditos y derechos de propiedad.

El comercio informal tiene una larga historia desde la época incaica donde el
soberano autorizaba a determinadas personas a viajar por las ciudades para
vender o intercambiar sus productos sin que nadie pudiera detenerlo; a partir del
1600 los Virreyes ponen restricciones a este oficio por considerarlo un acto
desleal practicados por criollos, judíos y mestizos, que de alguna forma
representaban una especie de competencia a los mercaderes formales
reconocidos legalmente, en 1850 el presídete Ramón Castilla mandó a desalojar
a todos los ambulantes de la Plaza Mayor de Lima.
Así a lo largo de la historia los ambulantes han sido un problema para los
gobernantes locales, el autor nombra 13 que hasta a la fecha han seguido los
ambulantes, iniciándose con la convivencia y aceptación de las diversas culturas,
la época colonial, y época republicana, pasando por grandes acontecimientos de
lucha con las autoridades locales y hasta gobiernos nacionales que los
erradicaban, reubicaban y tras un tiempo nuevamente estos invadían las calles,
especialmente en el centro de lima, como es las Malvinas, Av. Grau,
inmediaciones del mercado central, La Parada y otros de los distritos populosos,
en muchas ocasiones estos han influido en las organizaciones políticas con la
finalidad de conseguir beneficios legales y sobre todo seguridad jurídica, en lo
económico si bien es cierto estos se hallaban al margen de la Ley, representaban
un buen porcentaje de movimiento económico del país al haber construido un
buen porcentaje de la infraestructura de los mercados formales.

CAPÍTULO III: TRANSPORTE INFORMAL.

El transporte masivo en el Perú se inicia en 1851 con una locomotora que


recorría del Centro de Lima hacia el Callao, paralelo a ello se utilizaba los
carruajes de alquiler, en 1874 se promulgo un reglamento de vías y tarifas por
pasajes, con el crecimiento y demanda llegó el tranvía jalado por tracción animal
siendo el primer medio de transporte en la ciudad, bajo las reglas impuestas por
el Estado, que controlaba las rutas, concesiones, construcción de rrieles, hasta
que no paso por mucho tiempo que la fuerza animal fue remplazada por el
eléctrico, hasta inicios del siglo XX el Estado entrego en concesión varias rutas
a un solo Empresario “Compañía del Ferrocarril Urbano de Lima Ltda.

Con la creciente demanda de transporte y la aparición de los “Ómnibus” en el


año 1920 el Estado formalizo el servicio de estos transportistas, no paso mucho
tiempo hasta que apareció el transporte informal de colectivos en automóviles
sedan, claro que al inicio debido a su gran tamaño y su alto costo en
mantenimiento, el servicio era caro, pero esto fue amoldándose a las economías
hasta que en 1970 este servicio se masificó.
Hacia el año 1930, se habían formado varios grupos de transportistas informales
de automóviles y ómnibus, que retaron al gobierno debido a que el transporte se
había tornado en un monopolio contralado por allegados al gobierno, hecho que
desencadeno una huelga de choferes debido a las preferencias políticas de este
servicio, suscribiéndose varios acuerdos en el año 1931 donde el estado
reconocía a los informales y les imponía algunas condiciones por las ventas de
boletos y transporte gratis de funcionarios entre otras.

En la década de los 40 el Estado forma la Empresa Nacional de Transporte


Urbano, la misma que estaba influenciada por la injerencia política y la
burocracia, hasta que en la década de los 70 apareció una ola de vehículos
Station Wagon con más capacidad de carga y pasajeros, con bajos costos

de mantenimiento, masificando el transporte informal colectivo en


varias ciudades grandes del país.

Esto pues se ha prolongado hasta nuestros días, siendo uno de los


servicios con mayor crecimiento informal en todas las ciudades,
extendiéndose abiertamente al transporte rural, sin que las
autoridades puedan controlarlo.

CAPÍTULO IV: LOS COSTOS Y LA IMPORTANCIA DEL


DERECHO.

Ya que en los capítulos anteriores se ha visto cómo se desarrollan las


actividades informales en tres áreas concretas ahora se verá como con el fruto
de ello se evidencia que vivimos en una sociedad costosa, en donde tanto los
formales como los informales desperdician un gran número de recursos, existe
la inestabilidad jurídica que distrae de la producción una cantidad de recursos,
esfuerzos e ingenios para dedicarles más bien una acción política que permita
evitar las sanciones legales y obtener el reconocimiento de los derechos
extralegales adquiridos.
Consecuencias de los costos de la formalidad y la informalidad para
la economía peruana

Luego de tener una visión de los costos derivados de la existencia de


actividades formales e informales, descubrimos que tal división tiene otros
efectos negativos sobre la economía en general. Los principales son la
baja de productividad, la disminución de la inversión, la inferencia del
sistema tributario, el aumento de las tarifas de los servicios públicos, las
limitaciones del progreso y una serie de dificultades para formular la
política macroeconómica.

Baja productividad

Como hemos podido ver en lo que respecta a las empresas formales la


excesiva interferencia gubernamental ocasiona un gran derroche de
recursos. Por un lado, debe invertirse mucho tiempo para cumplir con las
regulaciones gubernamentales y, por otro, las numerosas restricciones
afectan la flexibilidad en la toma de decisiones empresariales y generan
una mala asignación de recursos. Como resultado de ambos procesos,
baja la productividad.

Disminución de la inversión

La informalidad tiene dos efectos conocidos que reducen la inversión


agregada, En primer lugar habiéndose determinado que las empresas
informales utilizan tecnologías más intensivas en trabajo, habrá una
importante reducción en la inversión de capital, en la medida que los
recursos nacionales se trasladan hacia la informalidad. En segundo lugar,
dadas las dificultades que los informales enfrentan para exigir sus
contratos y el alta tasa de retorno que demanda el capital financiero a los
inversionistas informales, habrá poca inversión productiva a largo plazo

Ineficiencia del sistema tributario

Al momento de la recaudación, la tributación se concentra en el pequeño


grupo de gente que conserva su formalidad, el estado desperdicia una
considerable cantidad de recursos en detectar la evasión y ocurren
distorsiones innecesarias en toda la economía.
CAPÍTULO V: TRADICIÓN REDISTRIBUTIVA

Para un estado que no entiende que la riqueza y los recursos pueden crecer y
ser facilitados por un adecuado sistema institucional, y que inclusive los
pobladores de condición más humilde pueden generar riqueza, la redistribución
por vía directa aparece como la única tica aceptable.

Lo cierto es que esta tendencia ha llegado a un extremo tal que, aunque no


seamos absolutamente conscientes de ello, el hecho de organizarse para
obtener las rentas que el estado puede dispensar o trasferir a través del derecho
o almenas para protegerse de aquel es decir, de formar lo que nosotros
denominamos “coaliciones redistributivas” no solo se da en ámbitos
tradicionalmente relacionados con la actividad política, como los partidos de los
medios de difusión o las organizaciones informales, sino también en las
sociedades empresariales y hasta dentro de las familias. Es evidente, por
ejemplo que los cambios en la composición y la presidencia de los directorios,
muchas veces responden a la llegada de un nuevo gobierno.

De esta manera, a medida que crece la corrupción, crece la anarquía porque en


un país donde el derecho se puede comprar, donde tanto los partidos de
izquierda como los de derecha aceptan que es prerrogativa del estado
reglamentar y legalizar el detalle y donde la falsa ética de la justicia distributiva
ha soslayado y ha hecho olvidar la ética de la justicia productiva, no hay derechos
de propiedades firmes, no existen incentivos legales para crear prosperidad y el
régimen resultante es necesariamente inestable y anárquico.

CAPÍTULO VI: EL PARALELO MERCANTILISTA

En realidad, la tradición redistributiva no es privativa de peruanos y


latinoamericanos, no resulta únicamente de las características culturales de
determinados pueblos, ni tampoco es única en la historia. Antes bien es la
característica principal de un sistema de organización social en el que
actualmente parecen estar inmersos al Perú, América Latina y quizá buena parte
del tercer mundo. Como antes lo estuvieron los países desarrollados. Nos
referimos concretamente al mercantilismo.
El Perú: ¿País mercantilista?

Como estos modelos nos han permitido constatar, el sistema de la Europa


mercantilista y el sistema de derecho redistributivo del estado peruano tiene una
gran semejanza, ambos comparten en mayor o menor grado, características
como: La producción autoritaria de la legislación, un sistema económico
directamente intervenido por el Estado una reglamentación engorrosa, detallada
y “dirigiste” de la economía, acceso difícil o imposible a la empresa por parte de
los que no tienen vinculo estrechos con los gobernantes, burocracias
abigarradas y una ciudadanía obligada en muchos casos a organizarse en
coaliciones redistributivas y gremios poderosos.

CAPÍTULO VII:
Vigencia social de las instituciones legales

El mercantilismo peruano está en decadencia. Es prácticamente imposible que


recupere vigencia social y que la situación no siga empeorando.

En parte, las instituciones legales están en mutación como resultado de la


pérdida gradual de vigencia social frente a las incursiones de la informalidad de
todos los ámbitos de la vida diaria.

La Violencia

Cabe añadir que el problema central no es si las instituciones formales deberían


o no incorporar las informalidades por razones humanitarias, sino lo lograrían
hacerlo a tiempo para evitar que la democracia representativa sea violenta
destruida. Los más pobres y descontentos no están dispuestos a aceptar una
sociedad en la cual las oportunidades, la propiedad y el problema son
distribuidos arbitrariamente.

Agenda para el cambio

Por lo tratado, en el caso peruano, tratar de salir del mercantilismo evitando la


represión requeriría fundamentalmente un acercamiento del Derecho a la
realidad. El divorcio entre ambos resulta evidente a la luz de la informalidad.

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