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Lavictimaysureparacion PDF
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Elementos que
Elementos que Elementos que
constituyen la
constituyen la constituyen la
noción de
noción de noción de actor
querellante
agraviado civil
particular
Ofendido Perjudicado Ofendido
Perjudicado «En su agravio» «En su agravio»
c) Esto colisiona con la visión tradicional que ha tenido el derecho penal sustantivo
como cuestión de principio: «La pena, necesariamente, precisa de la lesión o puesta en
peligro de bienes jurídicos tutelados por la ley» (art· IV del TP del CP).
i) Entonces el daño del delito consiste en esa lesión o puesta en peligro del
bien jurídico
ii) Por tanto, agraviado es quien resulta titular del bien jurídico vulnerado.
iii) Tanto ha sido así que, por ejemplo, en terrorismo o tráfico ilícito de
drogas, se ha tenido como agraviado al Estado y no al que resultó muerto
por el atentado o al que quedó con severos daños cerebrales por consumir
drogas.
iv) Tanto ha sido así que, por ejemplo, el aparato estatal sigue generando (casi
cotidianamente) las resoluciones autoritativas a que se refiere el D· L·
Nº 17537, para formular denuncia a nombre del Estado; y lo hace sobre
delitos que si los analizamos detenidamente, han causado “perjudicados”
desde un punto de vista del art· 94º.
Frente a esta objeción, cabe preguntarse por qué se asocia esa reparación
con el sistema penal, cuando hay otras soluciones a un hecho delictivo que
no manan del proceso penal mismo, como la nulidad del acto jurídico
fraudulento1.
ii) El de los delitos pluriofensivos. —Según el cual, los delitos tienen bienes
jurídicos mediatos y inmediatos2, y por tanto, no es solamente su ubicación
sistemática, sino también una suerte de “sustancia” que mana del texto del
tipo, lo que nos dice cuáles son los bienes jurídicos materia de protección.
Pero esto a su vez nos hace surgir la pregunta de si tan pluriofensiva teoría
no va a quitarle esencia y límites claros al principio de lesividad y por tanto a
la teoría del delito mismo3
1 Contra esto se podría contra-contrargumentar que la vinculación con el sistema penal viene impuesto por la
economía procesal. Y todo esto podría conducir a una gran pregunta más de fondo: ¿todo lo ajeno a la estricta
determinación de la responsabilidad penal debe ser subsumido dentro del proceso penal? ¿O será mejor que nada
de aquellas cosas ajenas entren al proceso penal y éste se quede con solamente su núcleo? Algo de lo que se va a
decir más adelante incidirá sobre esta pregunta doble.
2 Será interesante revisar, cuando aparezca, el trabajo —hasta ahora inédito, que sepamos— de Eduardo
ALCOCER POVIS, Comentario a las recientes modificaciones del Código Penal en su Parte General / Apuntes a propósito del
Decreto Legislativo 982, nota al pie de página Nº 7.
3 Si de un delito contra la administración pública vamos a extraer lesión al bien jurídico patrimonio; si de un delito
contra la libertad vamos a extraer lesiones o muerte; si de un atentado contra la buena y confianza en los negocios
vamos a extraer problemas contra la intimidad personal; entonces, ¿qué sentido tiene ya clasificar los tipos penales
en títulos, capítulos y secciones? Ya cualquier cosa puede significar atentado contra cualquier cosa.
2
f) El CPP cambia el panorama (bajo sus términos, ahora sí el drogadicto que
destrozó su cerebro con las drogas y la viuda del policía podrán co-concurrir
con el Procurador Público, como agraviados); y no queda claro si:
ii) En segundo lugar, porque la teoría del conflicto incurre en dos errores:
4 Recordemos que el art· IV habla de bienes jurídicos tutelados por la ley, y la Ley sólo menciona bienes jurídicos en la
clasificación de los tipos (delitos contra la vida el cuerpo y la salud, delitos contra el patrimonio, delitos contra la
tranquilidad pública, delitos contra la salud pública, etc·) Cualquier otro ejercicio mental que nos haga sacar
bienes jurídicos “indirectos” no fluirá de la Ley. No digo que tales inferencias no constituyan Derecho; sólo digo
que no manan de la Ley.
5 Sé que más de un procesalista (como Don Juan MONROY GÁLVEZ) refuta la afirmación de que el derecho
procesal sea “adjetivo” frente a la rama jurídica cuyas reglas aplica (que vendría a ser el derecho “sustantivo”). Lo
sé.
6 Muchos han escrito al respecto, y sólo por citar a uno de los más ilustres, cito a Alberto B INDER. El enfoque
dice que el derecho penal ha entendido al delito como una trasgresión a valores abstractos (entre ellos, la
obediencia que todos le debemos a las normas del Estado, y por tanto, al Estado mismo), y que se ha olvidado de
que detrás de ese aparato de deber-trasgresión existe un conflicto creado entre personas concretas. El ejemplo de
BINDER es muy ilustrativo: «te castigo no porque le hayas pegado a Pedro; sino porque al pegarle a Pedro, me has
desobedecido, y eso no lo puedo tolerar». Ya veremos más adelante que es un simplismo reduccionista pensar que
detrás de cada delito hay un pobre Pedro apaleado. Las cosas no son tan sencillas.
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por tanto casi hasta podríamos afirmar que no hay víctima. ¿Y qué decir
si se atenta contra una poderosa empresa trasnacional? ¿Dónde quedaría
toda ese discurso sobre la víctima desvalida, cuya dignidad no se toma en
cuenta?
Hay que refutar con el aserto de que existen cosas inmateriales, que son
bien concretas (como nuestros derechos, nada menos), de manera que
ese error de concepto no debe admitirse más.
2) AGRAVIADO Y DENUNCIANTE
Sobre los dos ejemplos dados, cabe hacerse una sencilla pregunta: ¿cómo es que
un ser particular puede arrogarse la calidad de titular de un bien jurídico
público? Si María López es verdaderamente agraviada de un delito contra la
salud pública, ¿es realmente pública la salud que se ha afectado, o más bien la
salud bien particular de María? ¿Por qué habría que calificar de atentado contra
la fe pública el hecho de que se haya jugado con la credulidad de Juan Pérez?
¿Qué de pública puede tener la fe o confianza que Juan Pérez tiene en la
palabra de sus semejantes o en los documentos que éstos le presentan? Así,
vemos que expresiones como las acabadas de analizar («contra la fe pública en
agravio de Juan Pérez», «contra la salud pública en agravio de María López») son
contradicciones en los términos.
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discusiones dogmáticas vigentes (y con fundamento) sobre la naturaleza del
agraviado en el delito de robo.
i) El antiguo régimen
(1) «La acción penal es pública o privada. La primera se ejercita por el Ministerio
Público de oficio o a instancia de la parte agraviada, o por acción popular en los
casos autorizados por la ley» (art· 2º del C· Pp· Pp·)
(2) «El Ministerio Público es el titular de la acción penal pública, la que ejercita de oficio,
a instancia de la parte agraviada o por acción popular, si se trata de delito de
comisión inmediata o de aquéllos contra los cuales la ley la concede
expresamente» (art· 11º de la LOMP)
(3) «Denunciado un hecho que se considere delictuoso por el agraviado o cualquiera del
pueblo, en los casos de acción popular, se extenderá acta» (art· 94º,2 de la
LOMP)
(4) «Para ejercitar o contestar una acción es necesario tener legítimo interés económico o
moral.
El interés moral autoriza la acción sólo cuando se refiere directamente al agente o a su
familia, salvo disposición expresa de la ley» (art· VI del TP del CC)
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Como que un “sexto sentido jurídico” nos dice que en principio nadie va a tomarse la molestia de denunciar
algo que no le importa. Hay un prejuicio de “sexto sentido” en el art· 143º del Código de Procedimientos Penales
y en el art· 171º.5 del Código Procesal Penal, pues en ambos casos la declaración del agraviado se pone dentro de
la parte que regula la declaración de los testigos y se hace una equiparación sobre la parte formal de ambas
declaraciones; y es que en el fondo se piensa que «agraviado» es una persona que “vio” los hechos. Es natural y
casi necesario pensarlo. La compleja regulación de la representación queda fuera de tanta sencillez, y por ello en
la práctica vemos que al apoderado de una persona jurídica agraviada se le hacen preguntas como si hubiese
“estado allí”.
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(5) «El proceso se promueve sólo a iniciativa de parte, la que invocará interés y legitimidad
para obrar. No requieren invocarlos el Ministerio Público, el procurador oficioso ni
quien defiende intereses difusos» (art· IV del TP del TUO del CPC)
(7) «Para demandar y/o formular denuncias a nombre del Estado, será necesario la
expedición previa de la Resolución Suprema autoritativa, salvo las excepciones que
expresamente contemplen las leyes de carácter especial y el artículo siguiente».
(art· 12º del DL Nº 175378)
(8) «La defensa de los intereses del Estado está a cargo de los Procuradores Públicos
conforme a ley» (art· 47º de la Constitución)
Y las conclusiones que se derivan de esto, bajo mi modo de ver, son las
siguientes:
8 De conformidad con el artículo único del Decreto Ley Nº 17667, publicado el 28.MAY.1969, se modifica este
Judicial, y tratándose de un delito de persecución pública, sólo hay acción de parte del Ministerio Público ante el
Poder Judicial; y —por supuesto— no hay acción en la interposición de denuncia ante la Fiscalía.
10 La práctica conoce una salida interesante para esta aporía: decir que, bueno, la denuncia podrá no valer, pero el
hecho es que el Ministerio Público ya se enteró y por tanto puede actuar por la parte que lo faculta a accionar de
oficio. Esta astuta respuesta nos revela que no ha pensado en algo elemental: si cada vez que un no agraviado
denuncie, se va a acometer esta convalidación, ¿entonces ya para qué las normas precisan que sólo el
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En lo que toca a delitos en agravio del Estado, esa exigencia de
legitimidad se hace más determinante todavía: sólo el Procurador Público,
y sólo con autorización superior.
He allí el deber ser del tratamiento de la denuncia penal fuera del ámbito del
Código Procesal Penal.
También aquí revisaremos normas (ésta vez las del Código Procesal Penal) y
extraeremos conclusiones:
(1) «Cualquier persona tiene la facultad de denunciar los hechos delictuosos ante la
autoridad respectiva, siempre y cuando el ejercicio de la acción penal para perseguirlos
sea público» (art· 326º,1 del CPP 2004)
(2) «No obstante, lo expuesto deberán formular denuncia: […] Los funcionarios que en
el ejercicio de sus atribuciones, o por razón del cargo, tomen conocimiento de la
realización de algún hecho punible» (art· 326º,2,b del CPP 2004)
(3) «4. Cuando aparezca que el denunciante ha omitido una condición de
procedibilidad que de él depende, dispondrá la reserva provisional de
la investigación, notificando al denunciante.
5. El denunciante que no estuviese conforme con la Disposición de
archivar las actuaciones o de reservar provisionalmente la investigación,
requerirá al Fiscal, en el plazo de cinco días, eleve las actuaciones al Fiscal
Superior.» (art· 334º del CPP 2004)
agraviado puede denunciar? Seamos más sinceros y habilitemos —contra el art· VI del TP del CC y del art· IV
del TP del TUO del CPC— que cualquier persona denuncie.
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conflictuadas (según la teoría del conflicto) nada quieren alegar; o
sea personas que son más papistas que el Papa11.
a) OBC (= Ojo de Buen Cubero). —Si hay alguna carencia clamorosa en el sistema
penal, es alrededor de la absoluta imprecisión técnica para determinar el monto
de la reparación civil. Ésta se estima según el leal saber y entender del operador;
y allí reside una de las causas por las cuales casi nunca a casi nadie satisface el
monto de la reparación civil.
No debe pensarse que estos justicieros no legitimados queden para situaciones excepcionales. Los hay de las
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Los que técnicamente no son agraviados, pero aducen haber “sufrido” de alguna manera por el delito
Los que creen erróneamente que de una denuncia sacarán algún provecho que en realidad no les tocará
Los que quieren tomar alguna clase de represalia contra el denunciado y quieren usar de arma al sistema
penal.
Y sólo finalmente:
Los que tienen alguna curiosa y peculiar percepción de la realidad —que la mayoría de los seres humanos no
tiene— y que los hace ver lo que los demás no ven y presentir lo que para los demás queda inadvertido.
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Contienen una terrible exigencia técnica que implica cálculos que en no
pocos casos son altamente complejos.
12 Decían los antiguos que “nadie celebra un contrato para delinquir”. Se basaban seguramente en textos
normativos análogos al art· 140º.3 del Código Civil («El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear,
regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. Para su validez se requiere: […] 3. —Fin lícito»). Pero su apodíctica
convicción desconoce que no se trata de que el contrato tenga un fin ilícito, sino que en su proceso (negociación,
celebración, ejecución) pueden cometerse delitos, de una tal manera que la responsabilidad civil generada sea de
índole contractual.
13 El interesante trabajo teórico que ha hecho Víctor PRADO SALDARRIAGA en pos de una ponderación técnica de
la pena misma, indica que dentro de los márgenes mínimos y máximos de punición que se dan para un tipo penal
dado, los operadores no aplicarían tampoco criterios técnicos y se limitan a utilizar también el método OBC.
Algunos códigos penales, como el colombiano, tienen —por el contrario— parámetros bastante estructurados de
por qué una persona concreta que cometió un delito que tiene pena conminada de 5 a 15 años de privación de
libertad, va a recibir 8 y no 12; 10 y no 6.
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4) LA INCIDENCIA DE LOS SEGUROS EN EL PAGO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
c) El seguro puede, entre otros muchos aspectos, clasificarse así, desde el punto de
vista de este análisis de su incidencia en el mundo procesal penal16:
d) Si el seguro ha sido tomado por el autor del delito o por el tercero civilmente
responsable, y cubre daños a terceros, por hechos relacionados con el evento
delictivo, será lógica consecuencia que el agraviado del delito será indemnizado
por el seguro.
14 Es decir, el operador puede comprobar que se incendió un edificio, que dentro de él había cosas muy valiosas,
que 32 empresas quedaron inoperativas y que 528 gentes perdieron sus empleos. Pero como el seguro cubría ese
siniestro por el monto de 50 mil dólares, eso quiere decir que todos esos hechos dañosos merecen una
indemnización de 50 mil dólares, y nadie tiene por qué reclamar más.
15 Ello es: se atropelló a una persona, el Seguro Obligatorio por Accidentes de Tránsito (SOAT) ha cubierto todo
lo que costó la atención médica, que importó diez mil nuevos soles. En la reparación civil, los operadores
imponen 2 mil nuevos soles. El condenado solicita que esos dos mil se subsuman dentro de los diez mil ya
pagados por el SOAT. Los operadores no le hacen caso alguno, pues consideran que el seguro nada tiene que ver
con la reparación civil. (No, no es que estimen que daño emergente y daño a la persona se evalúan de manera
separada; no. Es simplemente que no existe una distinción de conceptos y que por tanto el seguro y la reparación
civil nada tienen que ver.
16 Por tanto, esta clasificación no sigue en lo absoluto alguna taxonomía que se halle consagrada en el mundo del
derecho de seguros.
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f) Dada esa condición, la cobertura del seguro no sólo puede, sino que tiene que
ser tomada en cuenta para efectos de la reparación civil (y descontar lo
pertinente de lo ya cubierto por la aseguradora).
17Esto de «los supuestos expresados» nos lleva a una complejidad todavía mayor de problemas de determinación
de la reparación civil (qué opuesto es todo esto al método OBC). Tenemos que si se produce un accidente que
constituye lesiones culposas, hay que distinguir entre el daño emergente, que es lo único que cubre el seguro, y el
daño moral y el daño a la persona. De esta manera, habría que determinar eventualmente tres cifras que
componen la reparación civil: [1] el monto de los gastos de curación y recuperación que cubre el seguro; {2} el
11
5) PROBLEMAS DE COSA JUZGADA O DE PLEITO PENDIENTE
a) El proceso penal fuerza a que la reparación civil sea materia de decisión judicial:
[…]
i) Artículo 349°.1.g
monto de los gastos de curación y recuperación que no fueron cubiertos por el seguro, y que por tanto el
condenado tendrá que asumir de su peculio; <3> el monto de la indemnización por daño moral y daño a la
persona, que sólo cubrirá el condenado.
18 Y esto pese al art· 14º.2: «Una vez que la transacción se formalice ante el Juez de la Investigación Preparatoria,
respecto de la cual no se permite oposición del Ministerio Público, el Fiscal se abstendrá de solicitar reparación
civil en su acusación», porque no se habla de los otros Medios Alternativos de Resolución de Conflictos
(MARCs), ni de la demanda civil que está autorizada en el art· 106º: «El actor civil que se desiste como tal antes de
la acusación fiscal no está impedido de ejercer la acción indemnizatoria en la otra vía»
12
accesorias del delito, las costas y sobre la entrega de los objetos
secuestrados a quien tenga mejor derecho para poseerlos.»
c) En suma:
e) Luego entonces:
i) Demandar civilmente si el proceso penal se está tramitando, haría concurrir
una litispendencia (art· 446º,7 del TUO del CPC), que puede generar la
anulación de todo lo actuado y la conclusión del proceso civil (art· 451º,5)
ii) Demandar civilmente si el proceso penal ha concluido (con condena), haría
concurrir una cosa juzgada (art· 446º,8 del TUO del CPC), que puede
generar también la anulación de todo lo actuado y la conclusión del proceso
civil (art· 451º,5)
Y que sin embargo, sí se pueda admitir esta trasgresión contra el fuero penal,
con demandas civiles.
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g) Es claro que la tolerancia ante este fenómeno tiene dos raíces:
i) Pero a lo que esto debe conducir es a una reforma normativa en más o menos el
siguiente sentido:
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soles, como la resolución civil que dice que se pagarán 50 mil dólares. ¿Con qué
criterio vamos a escoger una sobre la otra?
d) Pero no sólo ello, también tenemos el caso de los delitos que llegan a lesionar
bienes jurídicos, cuando dicha lesión no llega a causar un daño
patrimonialmente cuantificable.
19 Desde una perspectiva estrictamente técnica, tiene sentido condenar al microcomercializador de drogas al pago
de una reparación civil: el daño causado será el perjuicio a la salud de las personas a las que les dio droga (cuya
recuperación tiene un costo bien concreto). Pero una inmensa banda internacional dedicada al tráfico ilícito de
drogas, que ha transportado y vendido toneladas de clorhidrato de cocaína, y que es capturada cuando acababa de
entregar su mercadería a un barco en alta mar, ¿qué daño cuantificable ha causado? ¿A quién se lo ha causado? La
respuesta es rotunda y única: no hay daño indemnizable, de ninguna clase. (Dejemos fuera actos que sirvieron
para facilitar este delito, que tienen su propia tipicidad y pueden tener su propia dañosidad: corrupción, asesinato,
secuestro para tener esclavos que trabajen en el proceso, robo, tráfico de armas, etc·; no me refiero a esos delitos
medio, sino al tráfico de droga mismo.)
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g) De modo que se imponen:
ii) Una ampliación del concepto vertido en el art· 12º.3 del CPP de 2004:
Para que:
(1) Una norma imponga una regla semejante fuera del entorno del Código
Procesal Penal.
(2) En ambas partes se entienda que el texto no quiere decir que un juez civil
(o laboral o de paz, etc·) no estará impedido de imponer el pago de una
indemnización, así el hecho haya sido materia de sobreseimiento o
absolución en el fuero penal; sino que significa que si un juez penal abre
proceso para abocarse a determinar la responsabilidad penal y también
la reparación civil, el que emita una absolución o sobreseimiento por lo
primero, no implica que deba dejar sin pronunciamiento lo segundo,
incluso para imponer el pago de una reparación civil, si corresponde de
acuerdo con el ordenamiento jurídico.
b) La reparación civil es nada más ni nada menos aquella suma de dinero que
permitirá que la persona dañada pueda restaurar las cosas al estado anterior a la
vulneración (o se vea adecuadamente compensada, si ello no es posible).
16
Tesorería de la Clínica u Hospital: «ustedes deben cobrarme mucho menos
que lo facturado, porque el responsable del daño es indigente»?
ii) Otra cosa completamente diferente es que no sea justo sacar consecuencias
contrarias al condenado si es que él realmente no puede cubrir dicho
monto por su indigencia. Por ejemplo, que no se le den beneficios
penitenciarios porque no pagó el íntegro, o que no se le borren los
antecedentes si es que no pagó el íntegro, etc.
i) Deducciones tributarias
ii) Ajustes de indemnización con su compañía de seguros
iii) Eventualmente tener la expectativa de cobrar más adelante, si la situación
económica del condenado mejora20.
20Imaginemos que por espíritu emprendedor en los negocios, o por un buen puesto de trabajo, o por cualquier
otro golpe de suerte, el condenado llegue a tener incluso mejor situación económica que el agraviado. Imaginemos
que éste se halle sumido en la miseria a causa del daño causado por el delito, y que sin embargo no pueda exigir
nada de quien lo dañó, porque una sentencia tuvo la magistral idea de decir que una fractura múltiple de pierna no
merecía ni siquiera el costo de la primera operación… sólo porque el condenado era insolvente o pobre de
solemnidad.
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