Devocionales semanales

CCAC Venezuela

Tiempos con Dios

Lunes. El Señor es mi Pastor
Salmo 23

Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará

descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Puedes estar confiado sabiendo que Dios cuidara de ti, y que Él no te dejara nunca.
Bendiciones.
Martes Estamos seguros en su plan
Génesis 28:15

He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a

traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho.

Que importante es saber que estamos seguros en el Plan de Dios, y que cumplirá su
propósito en nosotros. Bendiciones.

Miércoles Deja que Dios te transforme

Salmo 30:11

Has cambiado mi lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.

Dios está en el asunto de cambiar destinos y reputaciones; solo deja que el cambie tu
lamento en alegría. No hay hoyos profundos que el amor de Dios no pueda alcanzar y
sacarte de ahí. Recuerda que un día de favor puede valer más que toda una vida de
labor.
Jueves Amar un Mandato
1 Juan 4:8

El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

La madre teresa de Calcuta dijo: La enfermedad que mata más gente en el mundo es
la falta de amor, debemos aprender a amar. Bendiciones.
Viernes Libres en Cristo
Gálatas 5:13

Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la

libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.

Cuando no se entiende la libertad con que Cristo nos hizo libres, entonces nos
hacemos esclavos del pecado, que escogerías tú, libertad o esclavitud.
Sábado Qué pide Dios de ti
Miqueas 6:8

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente

hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios, estos tres elementos
siempre nos harán estar firmes delante del Señor, eso es lo que El pide, y si lo haces
seguro estarás.
Domingo No es bueno Juzgar
Romanos 2:1

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo
que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

Fácil es señalar a otros, fácil es querer con una excusa librarse de un momento
comprometedor, pero que difícil es salir de la condenación hecha por nuestros juicios
y excusas. Bendiciones.