ANTROPOLOGÍA

DE COYOTE
UNA CONVERSACIÓN EN PALABRAS Y DIBUJOS

Mariana Castillo Deball y Roy Wagner

 Magia engañosa

Érase una vez un comerciante, un hombre blanco en

la tienda allí por el Rez, que era tan bueno engañando
a los Indios que ya hasta estaban un poquito
orgullosos de él. Un buen día un Indio se acercó a la
caja y le dijo al comerciante: “Así que tú eres el genio
del engaño… Pues mira, ese de allá es aún mejor que
tú.”
“¿Él? ¡Si no es más que una sabandija esquelética!”
“Pues sí, ese mero. ¿Por qué no dejas que te lo
pruebe?”
Así que el hombre blanco se dirigió a Coyote
y le dijo: “Te reto a un concurso de trucos y a ver
quién es el mejor haciendo trampa, tú o yo.”
“No se puede”, le dijo canis latrans,
“porque dejé mi magia en casa, y está a dos
días de aquí.”
“No hay ningún problema,” dijo homo
no muy sapiens, “porque puedo prestarte mi
caballo, y tú puedes traer tu magia en menos
de lo que canta un gallo.”
“Es imposible”, respondió el cándido cánido,
“porque yo básicamente soy un depredador, y
en cuanto el jamelgo sienta mi olor me va a
desmontar en un nanosegundo Lubbock.”

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 “¡Ah, caramba!” dijo el comerciante, “Bueno. También te
presto mi ropa, así cuando el caballo perciba tu olor me olerá a
mí en vez de a ti.”
Y eso fue exactamente lo que sucedió, con
todo y carambas; Coyote tomó el caballo
del comerciante, se puso su ropa, y se alejó
despreocupadamente.
Coyote: “Mira, Roy, esto lo demuestra.”
Roy: “¿Demuestra qué?”
Coyote: “Que la percepción es una cosa engañosa.”
Roy: “No tan engañosa como la representación, pues
cualquier cosa que veas en estas líneas la verás
porque la representé de esa manera.”
Coyote: “Yo no estaría tan seguro de eso; siempre hay un truco
de por medio, y como te dijeron tus amigos Barok en Nueva
Irlanda, una vez que te das cuenta de que algo es falso…”
Roy: “O quizás de que todo es falso…”
Coyote: “Resulta que estás no en el fin del conocimiento sino en
el principio.”
Roy: “Y ahora vas a venir a decirme que dejaste tu magia
engañosa en casa.”
Coyote: “No exactamente. La tengo aquí conmigo. Mira en un
espejo.”
Roy: “¿Entonces porqué la percepción es un engaño?”
Coyote: “Verás, Roy, no vemos el mundo que
vemos, ni oímos los sonidos que oímos, ni
tocamos las cosas que tocamos, ni perci-
bimos de ningún modo lo que percibimos, sino algo
más que se interpone.”
Roy: “¿Qué es esto? ¿Una ingeniosa analogía
cánida de la caverna de Platón? ¿Como
si en el fondo del cerebro ustedes los
cánidos tuvieran un inhibidor de la
respuesta de huir o pelear?”
Coyote: “Pues mira, Roy, tengo uno frente
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a mí. De cualquier forma, ¿qué es
un cerebro si no un inhibidor de la
respuesta de huir o pelear?”
Roy: “Bueno, en ese caso también
lo es el sistema nervioso del
cuerpo, tanto el autónomo como
el simpático, pues lo que tenemos
a bien llamar un organismo o un
cuerpo es en ese sentido el lado inverso
del cerebro, la forma en que realmente
funciona y su red básica de inteligencia.”
Coyote: “¿Tú me hablas a mí y te ‘invier-
tes’, eh? Esto es vmás parecido a la
contrainteligencia; el cerebro es el
único órgano del cuerpo suficiente-
mente narcisista como para realmente creer que
está pensando. Es por eso que nosotros los coyotes
tenemos unos tan pequeños.”
Roy: “Ya entiendo; ¿tú eres ese ‘algo más’ que se inter-
pone?”
Coyote: “Así es, compadre; siempre me interpongo,
entre yo mismo y todo lo demás. Tengo que engañarme para
engañar a todos los demás. Soy exactamente lo que la percepción
sería si ésta supiera lo suficiente acerca de sí misma para poder
representarse adecuadamente.”
Roy: “¿Como si lo que percibimos fuera de hecho lo que pensamos
sobre la percepción?”
Coyote: “Por ahí va, pero en realidad de
hecho es más aterradora aún.”
Roy: “Entonces, si pensar equivale a per-
cibirse a uno mismo percibiendo el
pensamiento mismo, lo que hacemos
cada vez que percibimos es percibir el
acto de la percepción, o en otras pala-
bras, representar lo visto al vidente. En
realidad nunca vemos la luz…”
Coyote: “Pero la luz se ve a sí misma como nosotros,
pues lo que vemos y cómo lo vemos son una y la
misma cosa.”
Roy: “No percibimos sino el acto de percibir, una
percepción que se representa a sí misma para ser lo
visto.”
Coyote: “¿Ves? Siempre supe que era parte coyote.
Cuando observas la luz de una estrella lo que en
realidad estás viendo es el impulso que tu nervio
óptico crea al verla, como una estrella perruna, o
dicho de otra manera, ¿hablas en Sirius? Siempre
hay patas de por medio.”1
Roy: “¿Es como tomar una fotografía a intervalos, no?”
Coyote: “O como una acústica a intervalos, en el caso
del oído, que escucha por sí mismo. O un tacto a intervalos en
el caso de la piel y de los sensores de movimiento. O hasta un
conocimiento a intervalos en el caso del cerebro.”
Roy: “No voltees ahora, pero estás en
el show de la cámara escondida.”
Coyote: “En cada caso percibimos
el intervalo reflexivo del
trabajo, o la energía, que el
cuerpo utiliza para entender el
mundo, y por ende a sí mismo.
Siempre estamos un paso atrás de lo
que acontece allá afuera, y que conocemos
por puro reflejo. Y por la misma razón. Que
no es para nada racional. Siempre estamos un
paso atrás de la acción misma, que está aquí, e incluso en
nuestro pensamiento acerca sobre lo que está aquí.”
1 N. del t. Se trata de un juego fonético intraducible. En inglés ‘you can’t
be Sirius’, que se refiere a la estrella Sirio, suena igual que ‘you can’t be
serious’, que significa ‘no puedes hablar en serio’. ‘There is always a paws
(patas) in between’ suena como ‘There is always a pause (pausa) in between’,
‘Siempre hay una pausa en medio’.
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Roy: “Guau, eso sí que da miedo: hasta para pensar en que estamos
un paso atrás tenemos que dar un paso atrás de ese pensamiento,
y después retroceder aun más para saber esto. Es como si toda
la ruta de la percepción, y por lo tanto de la memoria, fueran en
sentido contrario a la acción de lo que creemos estar haciendo.”
Coyote: “Es regresar al mero principio, como efectos que causan
sus propias causas cada vez. ¿Es como si sólo pudiéramos cono-
cer el mundo de la percepción en reversa de nosotros mismos, y
movernos hacia adelante en el tiempo es como la ilusión que la
memoria necesita para reconfortarse a sí misma?”
Roy: “¿De qué otra forma la memoria podría recordar qué debe
recordar e incluso cómo recordarlo? Es como si tuviéramos que
pensarnos de nuevo al salir del mundo de los sueños cada vez que
nos despertamos en la mañana, reanticipar el pasado para así
extenderlo hacia el futuro. Algo como, ‘Veamos, ¿dónde estaba
ayer para poder continuar con el hoy?’”
Coyote: “‘Dejé mi magia en casa, y ahora debo regresar a recupe-
rarla.’ Ya que no habría un ‘día de hoy’ sin esa magia engaña-
dora. O lo que en los libros de Castaneda llaman ‘la burbuja de
reflexión’: la idea de que ‘hay algo de por medio’ que nos rodea
como una burbuja opaca, de modo que todo lo que vemos y sabe-
mos del mundo es nuestra propia imagen o imaginería reflejada
en la superficie interior de la burbuja.”
Roy: “O como la observación de Wittgenstein en el Tractatus de que
‘Lo que se refleja en el lenguaje no puede ser dicho por medio del
lenguaje’.”
Coyote: “Buen punto, Roy,
pues Wittgenstein
mismo fue obligado
a enunciar mediante
el lenguaje que lo
que él mismo había
declarado —la
proposición en
sí— no puede
ser formulado por
 medio del lenguaje. Ese tipo siempre tuvo potencial
de coyote. Qué lástima que tuvo que asumir una
forma humana.”
Roy: “Eso puede discutirse, Coyote, ya que ahora
todo lo que nos queda de él es una serie de
reflexiones sobre al lenguaje, si concedes que
más o menos de eso es de lo que se trata el
lenguaje.”
Coyote: “Bajo sus reglas, no las mías. Pero ¿no
dijo también, más adelante en el Tractatus,
que ‘el significado de este mundo debe encon-
trarse fuera de este mundo?’ Hasta dibujó un
diagrama para mostrar a lo que se refería, en
el que mostraba que el ojo nunca está incluido en su
propio campo de visión. Esto tendría que significar que
el significado mismo está lejos de tener la calidad meramente
subjetiva que le otorga la burbuja de percepción, lo que nos
obliga a percibir nuestras propias percepciones, y que el ojo ve a
través de la burbuja de reflexión para después verse frenado por
el intervalo de tiempo que necesita para pensar en ella.”
Roy: “En otras palabras, vemos lo que conocemos pero
realmente no sabemos lo que vemos, ya que los signi-
ficados son reales pero los significados de esos
significados no lo son, dado que los falsificamos
en el proceso de auto-reflexión.”
Coyote: “Así que Wittgenstein sí era un coyote
después de todo, y la burbuja de reflexión
es el tema de su propio ilusionismo y
un dispositivo demasiado sencillo,
incluso para los propósitos a los que lo
destinaría Don Juan. La reflexión, de
una o de otra forma, es su propio peor
enemigo.”
Roy: “Te refieres a mi mejor observación
acerca de los espejos, que ‘Aquel en
el espejo te roba tu propio acto
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de percepción —mirando y pensando— pero únicamente para
mirarse y para conocerse a sí mismo’.”
Coyote: “Bueno, pues eso también; tu ‘Aquel en el espejo’ es de
hecho lo que Don Juan llamaría un ‘aliado’, como la mayoría
de tus novias. Pero a lo que me refiero es que la tal burbuja
de reflexión se define más adecuadamente como un quiasma
visual, el tipo de proposición o relación que contiene un
impasse que resulta significar mucho más que la proposición
misma. Como los epigramas de Heráclito: ‘Vivimos las
muertes de los Dioses, y ellos viven las nuestras’. Las mismas
palabras se usan dos veces, pero con un giro o intención
diferente cada vez.”
Roy: “Sí, lo entiendo, es como ‘Aquel en el espejo roba tu acto de
percepción, mirando a través de tus ojos, pero únicamente
porque tú, al mirar a través de sus ojos, se los has robado.’
Suena como la historia de mi vida, o lo que realmente sucede
durante el sexo, o con los orgasmos múltiples, o con la vida de
Sigmund Freud (edición sin expurgar).”
Coyote: “O con la de Wittgenstein, reflejada en el aforismo
de su colega vienés, Karl Kraus: ‘Un aforismo
es o una media verdad o una y media
veces cierto’. El ojo que mira a través de la
burbuja de reflexión obtiene más verdad, o
significado, del sentido que puede darle (esto
es a lo que Don Juan se refiere con mirar, o la
percepción sin mediación) porque la acción de
darle sentido a algo, o de percibir la percepción, se
refleja a sí misma en el proceso, y sólo deja que
se filtre una fracción de ese significado.”
Roy: “Ah, ahora lo entiendo de nuevo: una mujer
que logra orgasmos múltiples está de
hecho montada en sus propios
clímax, con o sin ayuda de sus
amigos.”

1. (arriba) Mensaje en una botella #1: 2. (abajo) Mensaje en una botella #2:
Superficie Möbius como una Rotación Superficie de Klein como una
Externa de una Botella de Klein Rotación Interna de un Möbius
Coyote: “Como ese maldito comerciante que dejé allá atrás, sin su
montura y totalmente encuerado. Ten cuidado con los aliados,
Roy, y con las conclusiones equívocas; no son las conclusiones
que deberías estar sacando. Ni siquiera en la mugre.”
Roy: “De acuerdo, hermano. ¿Entonces cuál es la verdadera forma
de la burbuja de reflexión?”
Coyote: “Una botella de Klein, o lo que los topólogos llamarían una
superficie de Klein.”
Coyote: “Tal vez conozcas la banda de Moebius: es una banda de
papel girado 180 grados en el centro y después unido borde con
borde, de modo que el resultado es una figura con una sola cara
y un solo borde (figura 1, La búsqueda de la banda de Möebius).
Se trata de una figura tridimensional que se cierra sobre ella
misma en una de sus dimensiones.”
Roy: “Sí, como la mayoría de mis aventuras amorosas.”
Coyote: “Ajá Roy. Seguro que sí, Roy. ‘De todos esos bares bara-
tos… etc., etc., ‘ella tenía que aparecer en el mío’. Qué lástima
que no tuvieras mas filo.”2
Roy: “Bueno, pues por lo menos me dieron un giro de 180 grados en
el medio. A ver, y entonces, ¿qué es una botella de Klein?”
2 Juego de palabras intraducible: Coyote dice edge, en referencia a las
orillas de la banda de Moebius. Edge también significa filo, astucia.
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Coyote: “Es como una elevación en 3D de tu vida amorosa, o
un quiasma reflejado de nuevo dentro de sí, o, estrictamente
hablando, una figura tridimensional que se cierra
sobre sí en dos de sus dimensiones: una sola
superficie que es a la vez interior y exterior de
sí misma (ver Figura. 2).”
Roy: “Entonces ver fuera de ella es ver dentro
de ella, y viceversa; lo que une es lo que separa,
y lo que separa es lo que une; exactamente como
el lenguaje, desde el punto de vista de Wittgenstein,
ambos dentro y fuera del significado al mismo tiempo.
¿Oye Coyote, dónde encuentras chicas así?”
Coyote: “Créeme, ellas me buscan. Pero en cuanto a tu obser-
vación, es la perspectiva de Wittgenstein y no la de Don Juan.
Ya que lo que se refleja en el lenguaje es precisamente lo que
no se puede decir con él o con cualquier otra metáfora, lo que
no se puede desglosar en términos léxicos. Así, lo que se refleja
como metáfora, el significado que de otra forma sería invisible e
incalificable, debe encontrarse fuera del mundo del lenguaje.”
Roy: “Es como decir que la metáfora es la forma en la que el lengua-
je intenta dilucidar lo que queremos decir con él.”
Coyote: “O también como entender que no aprendemos
el lenguaje, sino que nos enseñamos a él. Pues
en ambos casos debemos hacer algo que
no suele estarnos permitidos, y que es
tratar al lenguaje como si tuviese una
mente o una inteligencia propias, es
decir concederle agencia por derecho
propio.”
Roy: “¿Acaso no es eso lo que hacen
los lingüistas, en un sentido pura-
mente hipotético? ¿Y no lo que hizo
Heisenberg cuando llamó principio de
incertidumbre a nuestra incapacidad
para determinar al mismo tiempo
la ubicación y la velocidad de una
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 partícula, como si la partícula misma no
estuviese segura de su movimiento y su
ubicación?”
Coyote: “¿Y acaso no es eso mismo lo
que estás haciendo ahora al antro-
pomorfizarme, al pretender que
soy un antropólogo igual que tú?
Heisenberg señaló que interferimos
con unas partículas minúsculas con
el acto mismo de observarlas, y así sin
querer reproyectamos nuestras intenciones
sobre la partícula (o Coyote, dependiendo del
caso). Pero lo que no se permitió pensar es que
la partícula le estaba haciendo lo mismo a él, ya
que ‘ella’ se había internado en su propio proceso de
pensamiento si fuera parte de su red neural.”
Roy: “Lo que, en ese momento, era. O, dicho de otra forma, en
virtud del desplazamiento fundamental de sujeto/objeto,
tengo coyotes en el cerebro.”
Coyote: “O lo que quede de ella ahora.”
Roy: “Y es así como logras ligarte a esas lindas muchachas,
o a esas pollitas mañosas o, como las habrían llamado
los antiguos griegos, mujeres aporéticas de fantasía.
Autosimetrías y nada más; pues, desnudo y expues-
to antes el mundo, la banda de Moebius es de
hecho la única simetría del espacio ante sí mismo,
mientras que la botella de Klein es la autosimetría
del tiempo en relación con el espacio. Muestra un
poco de respeto, Coyote, mira de nuevo esas imáge-
nes.”
Coyote: “Bueno, es cierto que a nosotros los coyotes nos
gusta hacerlo a la luz de la luna, y que lo visual es
una trampa en la que han caído mejores matemá-
ticos que tu y yo. Pero tienes que ver los que estas
muchachas pueden hacer cuando pavonean por ahí
sus encantos.”
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Roy: “¿Qué encantos? ¿El crack? ¿O quizás el chupe?
Me refiero al desplazamiento básico de sujeto/
objeto. La botella de Klein es una alcohólica,
como un cilindro sin fondo que no puede salirse
de la botella sin caer dentro de ella de nuevo. Pobre
chica, ni siquiera repara en su propia réplica.”
Coyote: “Claro, y por la deferencia que hay entre ellas
la banda de Moebius es el supremos ‘coctel de
personalidad’, un truco bastante mono, decidi-
damente superficial, con curvas deliciosas, poca
sustancia, un caso grave de mono, y prácticamente sin borde.”
Roy: “Como dije, mi propia vida amorosa regresa a atormentarme.”
Coyote: “Y ese es el gran problema con ustedes los antropólogos ¿no
es así? Quieren ser tanto la figura como
el fondo e invertir cantidades inmensas
de su experiencia personal, en
encuentros muy obsesivos con
puntos de vista ajenos, para así
poder ser ustedes el desplaza-
miento sujeto/objeto en vez de sólo
hablar sobre él. Para que así, en tus
propios términos, puedas conocer tu
propia cultura —que quién carajos
sabes qué es— al conocer íntima-
mente todas las maneras en que
no puedes ser lo que supuesta-
mente tenías que ser de principio.
Que, para entonces, está a disposi-
ción del primero que pase.”
Roy (sudando): “¡Recórcholis! Por lo menos obtenemos una cultura
para los nuestros.”
Coyote: “¿Ah sí? ¿A qué cultura te refieres, esa que no conoces tan
bien que para este entonces ya te la sabes de memoria, o a la
otra, en la que pretendes haber nacido?”
Roy: “¡Dame chance!; mi oficio, o arte taciturno, es simplemente un
‘no-hacer’ como diría Don Juan.”
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Coyote: “Todavía no termino, y no he acabado de hablar. A estas
alturas del juego el proceso es irreversible; te has vuelto bási-
camente disléxico sobre el método comparativo mismo, y no
puedes distinguir tus experiencias subjetivas privadas —tu ‘vida
amorosa’ etcétera— de las experiencias humanas genéricas que
pretendes llamar ‘objetivas’…”
Roy: “…Ayyyyyy…”
Coyote: “…y sobre el tema de los fundamentales, de los desplaza-
mientos sujeto/objeto y todo eso, me recuerda lo que dijiste
acerca de los postmodernos, los freaks de la ‘autointerpretación’
hermenéutica, la ruina de la existencia de todos. Tú dijiste,
y cito: ‘Tienen la cabeza tan metida en sus fundamentos que
pueden ver la luz a través de sus propios dientes.’ Fin de la cita.”
Roy: “Y fin de Coyote, por cierto, ahora que ya terminaste de
hablar. Y también el fin de la fenomenología, o como sea
que se llamen a sí mismos; yo lo llamo ‘tétanos’ En cuanto
a ti, Nomme du Chien, lo que no sabes acerca de no-
hacer cabría en la palma de la mano de cualquiera,
aunque no estuviese ocupada por algo más.”
Coyote: “Creo que acabas de dar una pista del
tuyo, Roy, Nomme du Loup es Quatorz. Así
que, ¿a qué te refieres con este no-hacer del
que hemos escuchando tanto?”
Roy: “El no-hacer es el camino del guerrero,
un poder tan increíble que, como dijo
el Don Juan mismo, nadie que no
sea un experto en este arte, un
Hombre Sabio, debería murmu-
rar siquiera su nombre.”
Coyote: “Ahora sí que me dejaste
sin aliento.”
Roy: “Qué bueno, al menos en primera
atención, que nos lleva inmediatamente la
percepción de la que hemos estado hablando.
Las figuras esbozadas de las personas, los
lugares las cosas que estás entrenado para
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buscar y pensar (un ejercicio que se
ha vuelto casi inconsciente) forman
la realidad de primera atención de tu mundo. El
trasfondo de estas figuras, que únicamente ves pasar,
es la realidad de segunda atención.”
Coyote: “Claro. Como dicen: ‘las figuras no mienten, pero los
mentirosos configuran’.”
Roy: “Los sonidos y las formas a los que estás entrenado para
reaccionar y proyectar (un ejercicio que se ha vuelto casi
inconsciente) forman el patrón o contenido de la realidad de
primera atención. Los espacios entre y alrededor de esas pala-
bras, o entre las palabras y las cosas que representan, y que sólo
notas al pasar, constituyen el telón de fondo de la realidad de
segunda-atención.”
Coyote: “Ah, ya te entendí. ¿Lo ves? Aprendo rápido. Las figuras y
las palabras dependen de los fondos o de los espacios, al igual
que los trasfondos y los espacios dependen de éstas. Así, la pri-
mera atención y la segunda atención están vinculadas por una
dependencia mutua. En otras palabras, existe una REVERSIÓN
FONDO-FIGURA en general invisible y convencionalmente
inaudible, una INVERSIÓN potencial en las atenciones al fondo
y a la figura que siempre está en operación, y en
juego, entre ellas. Y esta juego de patrones de
interferencias es la llave de la percepción,
del humor y de la seriedad; es la llave del
PODER , el eje de la mirada y la esencia
de todas las decisiones que podemos
hacer e incluso deshacer.”
Roy (sudando): “Esto viene mucho al caso
(como decía Wittgenstein ‘El mundo es
todo lo que viene al caso’) y también no es el
caso: que la experiencia de dos atenciones al mis-
mo tiempo, lo que Don Juan llama la tercera aten-
ción, no se puede obtener sin morir en el proceso.
Los maya de Yucatán hicieron una imagen de esto
que mostraba la simetría inmortal de la simetría en
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 sí misma en la forma de la polilla y la mariposa, formas de vida
que incorporan todas las transformaciones del ciclo de vida y se
convierten unas en otras. Llamaron esa imagen Hunab Ku, que
significa ‘El único dios singular’.”
Coyote: “Y yo la llamaría ‘Se acabó lo de coleccionar mariposas, o
El único antropólogo que la hizo’. Sin ánimo de ofender tu vida
amorosa.”
Roy: “¡Faltaba más! Deberías haber visto a Nancy.”
Coyote: “Pero esa llave solo puede ser servir para abrir los mun-
dos del poder, el humor y la seriedad CUANDO SE USA EN
FORMA DELIBERADA (es decir directamente y a propósito,
en forma plenamente consciente), y si se usa de otro modo es
sólo potencial. Don Juan llama NO-HACER al uso deliberado
y directo de este potencial implícito en nuestro saber y hacer.
Esta técnica, o introspección, o arte que se requiere
es muy arriesgado y peligroso, pero también
muy liberador, pues cuando se usa en forma
consistente, o cuando se convierte en hábito,
PUEDE COBRAR VIDA PROPIA. El guerrero
debe tener autodisciplina y un corazón fuerte
para aguantar la competencia con éste. Don
Genaro lo hace cada vez que entra al límite
de su poder, la esencia del humor mismo; DON
GENARO ES UN CHAMÁN DE LA REVERSIÓN
FONDO-FIGURA. Aquel que no soporta la com-
petencia se vuelve loco; la llave, por el contrario,
abre la puerta de su cordura.”
Roy (maravillado): “Lo mismo es irse que
juirse, que irse sin avisar.”
Coyote: “Todos los inventos son un no-hacer
de otra técnica que existía de antema-
no. (Ejemplo: un pistón de motor
contiene a la explosión dentro
de su mecanismo; el motor de
un jet contiene el mecanismo
dentro de la explosión.) Cada
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introspección un no-hacer de una pers-
pectiva anterior; de esto piden su limosna
ustedes los antropólogos…”
Roy: “…o pensión alimenticia, según el caso…”
Coyote: “…como todos los chistes (un chiste
contiene la llave dentro del candado, y luego
el candado dentro de la llave, o del remate del
chiste).”
Roy: “Cuando la técnica, o invento, o introspec-
ción del NO-HACER se usa en forma directa,
deliberada y resuelta para abrir EL MUNDO
DE LA PERCEPCIÓN Y DE LA EXPERIENCIA, sea
como sea que se logre, entonces ese mundo comienza
a NO-HACER por cuenta propia, y tu mundo se detiene.
Don Juan se refiere a esto como DETENER EL MUNDO.
Entonces los coyotes te hablan, y los escarabajos revuelcan
el mundo. Después de eso ya nada será igual, aunque todo
regrese a la normalidad.”
Coyote: “¿Me estás hablando a mí de lo que es ‘normal’? Al princi-
pio Don Juan y Don Genaro utilizaron esta técnica para hacer
desaparecer el coche de Carlos de este mundo (‘Lo siento, hom-
bre, todo se encuentra en tu perspectiva’), encerraron dentro de
él su punto de vista sobre las cosas (el coche lo perdió a él; él no
perdió el coche) y se carcajearon al verlo conducir en el aire,
cambiando las velocidades adrede y pensando que manejaba un
coche de verdad. Y luego, un tiempo después, cuando le cayó el
veinte de todo esto: ‘¡Eureka detuviste al mundo!’ Es demasiado
simple para cualquiera de nosotros.”
Roy: “En mi caso fue un colibrí el que detuvo mi mundo.”
Coyote: “¿Qué? ¿Y no fue Nancy? Realmente me sorprendes.”
Roy: “Bueno, pues ella lo intentó, y a veces toma mucho tiempo
detener el mundo.”
Coyote: “Dime, ¿para ti el humor consiste en entender el chiste sin
entenderlo?”
Roy: “Esa también es mi definición de divorcio.”
Coyote: “Ahí está el detalle.”
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Roy: “El humor o la ironía, signifiquen lo que
signifiquen y sean lo que sean, son la médula
de cualquier intento de explicación; la expli-
cación de un chiste es un error fatal, un chiste
involuntario sobre el intento de explicarlo. La
ironía es simplemente la inversión de lo que considera-
mos la causa o la agencia, ya que nos da primero el efecto
para después sugerir vagamente lo que pudo o no pudo haber
sido la causa.”
Coyote: “Roy, ¿no fuiste tú quien escribió (2005:233) que ‘La causa y
efecto dependen, debido a su eficacia ‘predictiva’, de una distin-
ción o división arbitraria que se impone a una acción singular
para proyectar la ilusión funcional de que una parte es anterior
(causal) o antecede a la otra?’”
Roy: “Claro que lo escribí, pero después de eso (loc. cit.) también
escribí: ‘El juego entre lo humorístico y lo agentivo —el hecho
de que los chistes por un lado y los inventos por el otro parecen
no tener un origen claro y parecen surgir por generación espon-
tánea— es una reversión de figura-fondo que controla el área de
acción y pensamiento en lugar de ser controlada por éste’.”
Coyote: “Y ese vendría siendo tu desplazamiento
de objeto/sujeto —el chiste del invento y el
invento del chiste—, así que Don Juan y
Don Genaro invirtieron el orden de la
causa y efecto para hacer desapare-
cer el coche de Carlos.”
Roy: “Pero el coche los habría des-
aparecido a ellos, ¿no es así? De
hecho la reversión fondo-figura
es esencial para entender tanto
el humor como la agencia, y Don
Juan aprovechó que ambos están
fuera de nuestro control directo —
los chistes y los inventos aparecen
de la nada— y lo invirtió sobre
nosotros.”
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Coyote: “¿Por qué necesitas magia cuando ya la tienes, no? Mira
Roy, a menos que me expliques cómo se hace, o cómo el humor
depende de la reversión de fondo-figura, podríamos descartar
todo esto como un fraude o como una ilusión ¿no?”
Roy: “Pero yo fui un fraude y una ilusión, ni más ni menos que la
causa y el efecto en sí o, para el caso, la percepción humana.”
Coyote: “¿Cómo estuvo eso?”
La Explicación del humor y el humor de la explicación
Roy: “Don Juan dice que ‘es posible sentir con los ojos’. Hemos
aprendido, y nos han enseñado, a ver mientras pensamos y
a pensar mientras vemos, a encontrar figuras en el mundo,
figuras que corresponden a nuestros pensamientos y a
las palabras que tenemos para las cosas. Pero al mismo
tiempo, nuestros ojos sienten el trasfondo, el ‘campo’ de
formas y figuras que vemos nosotros mismos en
nuestro entorno. Pensar como vemos y ver como
pensamos es para Don Juan la ‘primera atención’,
mientras que sentir el trasfondo en nuestros ojos
es la ‘segunda atención’. La segunda atención
es nuestro ‘sueño’ del mundo, y nuestro cuerpo
usa este sentimiento del mundo para mover-
se con él.”
Coyote: “Así es que el eje entre pensar y
ser está controlado por la reversión de
fondo-figura de las dos atenciones, o
primer y segundo planos; o como pudo
haberlo dicho Descartes: ‘Existo, luego
pienso’.”
Roy: “Sum vel cogito, Coyote. Es una
proposición y/o, un juego suma cero. El
humor depende de su ‘perspicacia humoro-
sa’ para hacernos reír, y es por eso que son
19
 importantes las caricaturas o ‘imágenes en
la cabeza’ de la situación humorística. ‘Lo
chistoso’ llega cuando mirar y pensar se
extravían, y la perspicacia humorosa,
o ‘el lado lejano’ son una grieta entre
los mundos del mirar y el sentir, un
lugar en el que el sentir se abre camino
atravesando el escenarios que el ver
y el pensar hicieron para él y, por el
contrario, se concentra en nosotros. El
cuerpo se ríe. La mente sólo piensa en
reírse, pero se da por vencida y a cambio
la convierte en una explicación.
Coyote: “A Descartes nunca le fue tan bien, o tan
mal; los peores chistes son siempre los mejores.”
Roy: “Y se pone aún mejor. Como dijo algu-
na vez Matt Edwards en mi curso de
Castaneda, ‘El humor es el conocimiento
cercano de cualquier cosa.’ Más o menos las
coordenadas Cartesianas.”
Coyote: “Cualquier cosa, cualquier hecho o situación
en el mundo de mirar y pensar puede volverse gracioso con
el enfoque indicado, así que el trabajo el humorista es hacer
que el chiste o la caricatura parezca trivial o insignificante,
descalificarlo, para preservar la importancia moral de observar
y pensar.”
Roy: “O, dicho de otra forma, nunca pongas a Descartes frente a un
caballo de diferente color, por cierto, una especie de lo que Don
Juan denomina ‘locura controlada’. Nos reímos para controlar
el delirio de ver a través de la locura de nuestra interpretación
normal, y nos acercamos así al ‘conocimiento’ de las cosas, que
de hecho está prohibido para las formas y figuras que hacemos
cuando miramos y pensamos. Don Juan se ríe para controlar
la locura de mirar y pensar. Hay una diferencia abismal entre
ambas perspectivas, pero ninguna de las dos pertenece al mundo
del sentido común.”
20
Coyote: “Así que lo que Don Juan denomina mirar sería como mirar
a través del humor en vez de verlo directamente, como en el
‘montaje’ o las primeras líneas de un chiste.”
Roy: “En el sentir de Don Juan, para ver sería necesario aislar
la capacidad para sentir con los ojos, transportarla a todo el
potencial de movimiento y sentimiento del cuerpo, y utilizarla
para romper la lente del mundo de mirar y pensar. La ‘perspi-
cacia humorosa’ en reversa y de cabeza (Genaro intenta hacer
esto mismo con sus acrobacias y con su burlas a Carlos); nada
volvería a ser chistoso, pero nada volvería a ser serio tampoco
(véase Don Juan: ‘al mirar todas las cosas desaparecen’). Es más
fácil hablar o pensar sobre esto que hacerlo, porque la parte de
nosotros que mira y piensa siempre termina siendo rehén del
trabajo que está entrenada para hacer.”
Coyote: “Así que ver podría hacer que desaparezca un coche.”
Roy: “Junto con todo lo demás, incluyendo los referen-
ciales o sistemas de coordenadas, que te permiten
determinar si el coche, o cualquier otra cosa, está o
no está ahí.”
Coyote: “Corrígeme si me equivoco, pero no resulta
políticamente correcto determinar esto, o usar siquiera
las palabras de Castaneda, ya que la idea misma de
lo políticamente correcto brota de una falta
absoluta de estándares, o de criterios, para
emitir juicios sobre las cosas.”
Roy: “Bueno, entonces tendré que corregirte,
si bien sólo por razones políticas, ya que te
equivocas. La corrección política es de hecho
una forma de sobrecompensar la falta de estánda-
res o de criterios; consiste en el arte de emitir juicios
exagerados y pretenciosos acerca de los temas más
triviales: entre más triviales, mejor.”
Coyote: “En ese caso los juicios perceptuales agudos,
o incluso el hecho de ver, son como el aforismo
del que hablaba Karl Kraus: son o una media
verdad o una y media veces ciertos. O como
21
 ese lenguaje especial, codificado, llamado ‘antrohabla’ que
los antropólogos han desarrollado para comunicarse unos con
otros.”
Roy: “Seguro que sí. Ya sea que puedan ver pero no puedan hablar
de ello, o que puedan hablar de ello pero sean incapaces de ver
más allá de su propia profesión. La mayor parte de lo que Don
Juan llama hacer de hecho es un no-hacer, mientras que la
mayor parte de lo que llama no-hacer es una forma secreta de
hacer. ¿Te quedó claro?”
Coyote: “Tan claro como el lodo. Los antropólogos tienen un
sentido del humor que lo abarca todo, excepto a ellos mismos.”
Roy: “Te equivocas de nuevo, Coyote. Su sentido del humor sólo
es acerca de ellos mismos, porque no se toman a nadie más lo
suficientemente en serio, o se los toman demasiado en serio. La
mayor parte de la teoría antropológica (olvídate la práctica, no
hay tal cosa) consiste en equivocarse sobre ella misma y luego
tratar de corregirse sobre aquello en lo que estaba errada para
empezar. En un caso muy claro de lo que alguien alguna vez
llamó ‘un malentendido en operación’.”
Coyote: “¿Quién lo llamó un malentendido en operación?”
Roy: “Yo siempre pensé que había sido Marshall Sahlins, pero luego,
Marshall dijo que había sido yo, y luego Jim Bohannan dijo que
ambos se robamos a él.”
Coyote: “¿Y entonces quién tenía razón?”
Roy: “¿Qué no lo ves? Ese es el meollo
del asunto. Es como lo que
Robert Murphy llamaba
la ‘ley de Schneider’, que
de hecho es el no-hacer de
lo que la mayoría conoce
como la Ley de Murphy, pues
Murphy se cansó de escuchar a
la gente decir su nombre en vano.
¿Sí sabes cuál es la Ley de Murphy,
no?
Coyote: “No.”
22
Roy: “Bien. El ‘no-hacer’ o el malentendido
en operación de la Ley de Murphy es
la Ley de Schneider. Bastante mordaz y
tallada a la medida.”
Coyote: “¿Tallada a qué medida?”
Roy: “Pues obviamente a la suya propia.
Nadie dijo que estos chicos fueran
descuidados. De acuerdo con Murphy,
La Ley de Schneider es que ‘Todo lo que
esté dentro de una teoría estructural-
funcional se reduce a la simple propo-
sición de que si las cosas no funcionaron
de la manera en la que lo hacen, entonces
funcionarán de alguna otra maner.”
Coyote: “¿Y entonces cuál es la Ley de Murphy según Schneider?”
Roy: “Si algo puede salir mal, probablemente lo hará, o dicho de
otra forma, el no-hacer de la misma cosa.”
Coyote: “¿Qué cosa?”
Roy: “De la fabulosa Ding an Sich, o ‘cosa de y en sí misma’ (por
ejemplo una figura sola, sin fondo), muy aclamada en el folclor
teutón y en la pseudofilosofía (léase ‘fenomenología’) hasta que
Wittgenstein lo esclareció con su brillante proposición, ‘Nos
imaginamos nuestros hechos’.”
Coyote: “Aplica a) la Ley de Murphy, y luego b) la Ley de Schneider
a la proposición de Wittgenstein para descubrir el verdadero
significado de Ding an Sich.”
Roy: “a) Si algo puede salir mal en la fenomenología sin duda ya lo
hizo, y b) Si no nos representáramos hechos para nosotros mismos
entonces los hechos nos representarían a nosotros, y por la
naturaleza misma de la reversión fondo-figura el despla-
zamiento de sujeto/objeto que es necesario para repre-
sentar el hecho en primer lugar, y, por último pero no
menos importante, Don Juan viendo y el antiguo maya
Hunab Ku (es decir, ‘¿Soñaba que era una mariposa, o
era una mariposa que soñaba que era yo?’).”
Coyote: “¿Entonces cuál es la Ley de Wagner?”
23
Roy: “La Ley de Wagner, que se me ocurrió a mí
solito cuando tenía como diez años de edad,
es: De todas las cosas que pueden suceder en
el momento que sigue, sólo una lo hará.”
Coyote: “¿Y de dónde salió la Ley de Wagner?”
Roy: “Del momento siguiente.”
Coyote: “¿Y qué diferencia hay entre la
práctica de Wagner y la Ley de Wagner?”
Roy: “La práctica de Wagner es, lógicamente
opuesta a la Ley de Wagner, aunque sea sólo
para conservar la pluralidad o la plenitud de la estructura-
evento o el inventario del mundo de una mayor disgregación y
vituperio. Dicho en otras palabras —(un montón de palabras)—
revisitar continuamente el pasado, recapitular el pasado, inclu-
so regurgitar el pasado en busca de ejemplos más concretos de lo
que todo el mundo sabe en forma abstracta que es cierto: que la
antropología no es nada sin sus digresiones.”
Coyote: “Y esto causa el efecto de…”
Roy: “Remordimientos. Vitalidad. Interés humano. Facilidad
para demostrar las cosas amablemente. Pero, más que nada,
humor, ya que, como vimos antes, el humor es el sine qua non
de las proezas explicativas, aún en su versión más compacta, la
prowette. Además, cada reacción visible y audible al humor, sin
importar la intención, tiene el efecto de un impulso regurgita-
torio, o de gesto-amenazante, desde el risus, o sonrisa, hasta las
carcajadas. Incluso el sonido de la risa, como ja ja o jo jo, es una
especie de evento del habla en reversa, ya que forma la palabra
sobre el aliento en lugar del aliento sobre la palabra.”
Coyote: “Sí que el efecto de la práctica de Wagner es hacer todo lo
posible para impedir que lleguemos a ese momento siguiente o,
en otras palabras, para evitar que descubramos cómo le hicieron
para desaparecer el coche de Carlos.”
Roy: “Ah, eso. Bueno, verás, ese es un asunto que tiene que ver con
la práctica de Don Juan, o lo que él llama ‘brujería’, y que tú o
yo preferiríamos llamar la interacción entre la memoria y el
azar: causalidades no fortuitas.”
24
Coyote: “¿Qué no se supone que la memoria y el azar son opuestos?”
Roy: “Sí y no; son opuestos que se atraen y se repelen al mismo
tiempo.”
Coyote: “¿Entonces cuál es la relación entre ellos? ¿Cómo se
relaciona el control sobre un evento futuro (‘predicción’) con
los recuerdos del pasado (‘deducción’, ‘ocurrencia tardía’,
‘ultratumba pragmática’)? ¿Qué tienen de integrarse mutua-
mente en el actor o pensador humano? ¿Qué proceso dedutivo
podría convertirlos en opuestos? Si existe un punto de confusión
mutua entre ellos, una especie de humor de la ocurrencia tardía,
¿podría manipularse ese humor a nuestro favor, como en un
chiste? ¿Cómo alguien va a recordar algo en el futuro, y cómo se
reconcilia ese recuerdo postergado con la intención presente de
hacerlo?”
Roy: “Hoy sí que estamos orgullosos de nosotros mismos, ¿verdad?
‘¿Cómo puedo recordar mañana el día de hoy?’ Si la intención
y la memoria comparten la misma descripción, la conclusión es
obvia (todo lo que conocemos, incluyendo el lenguaje mediante
el cual lo sabemos, debe ser recordado, y de esta
forma, todo lo que pretendamos saber
será una combinación de esos recuer-
dos).”
Coyote: “Ya veo a lo que se refería Don
Juan con lo de ‘brujería’. El verdadero
problema, o Brujería, no es por qué ni
cómo operan las intenciones y la
memoria en el mismo corpus
experiencial (‘descripción’) sino
cómo conseguimos separarlos
para ubicarnos a nosotros
mismos, interpolar la posición
(‘ahora’, ‘el presente’) que todos
parecemos compartir aquí en el
CENTRO DEL TIEMPO.”
Roy: “Wow, Coyote, eres muy bueno para esto;
¿qué hiciste, mataste a una oveja o algo así?”
25
Coyote: “Los antiguos Romanos nos dan una pista de esta mani-
pulación con el Ars Memoria, el ‘Arte de la Memoria’ utilizado
por los grandes oradores del Senado romano y de las cortes de
justicia. Cicerón lo hacía así: eliges un edificio, como tu casa,
un lugar que se resulte muy familiar porque te sabes al dedillo
la distribución y las habitaciones (es un lugar-memoria, o una
memoria situada), conoces todos los detalles de cada habitación,
los muebles, los objetos, los detalles de los objetos y los hábitos-
estructuras que los acompañan. Tú los hiciste todos, y lo debes
saber por ti mismo.”
Roy: “Entonces, según recuerdo, ubicas todos los detalles de
lo que quieres decir (p. ej., recordarás) en tu
discurso o alocución, ligándolos
en correspondencia uno a uno
con los detalles del edificio y sus
objetos. Al pronunciar tu discurso,
tu recorrido a través del edificio
de la memoria deviene el orden de tu
discurso; caminas tu mente a través del
edificio y nada es dejado al azar. Esa
fue la antigua recapitulación Romana
(y no es de sorprender que Roma se les
viniera abajo).”
Coyote: “Ya te agarré la onda. ¿Acaso el Ars
Memoria le enseñó a los romanos a pensar?
Seguro que sí, pero solo sobre ellos mismos. Los hábitos impues-
tos son unos verdaderos asesinos, y la ‘memoria’ apenas es la
punta del iceberg. Todavía conservamos la mayoría partes de
los edificios que ‘recuerdan’ a los romanos, aunque las personas
mismas han desaparecido.”
Roy: “Pero las implicaciones epistemológicas de todo esto son
prodigiosas. Lo que tenemos en el Ars Memoria es la reinvención
del Imperio romano como un proceso de autodescomposición.
Es absolutamente a prueba de tontos. Porque si lo que llamamos
‘memoria’ realmente estuviera estructurado de esa forma, el arte
de la memoria sólo serviría para hacer ese hecho más explícito.
26
Y si la memoria no estuviese estructurada
así, de cualquier manera saldrías adelante,
ya que lo habrías inventado por tu propia
cuenta. Es de una vez y al mismo tiempo lo
que Don Juan llama ‘detener el mundo’ y lo
que yo llamo ‘la invención de la cultura’.”
Coyote: “Y lo que yo llamaría detener la digresión.
Oye Roy, ¿tú eres muy famoso por tus digre-
siones, no es así?”
Roy: “Seguro que sí, Coyote, y tú por tus re-gre-
siones. Y Don Juan por sus trans-gresiones,
por más chamán que haya sido. ‘Detener el
mundo’, como bien lo sabe Don Juan, es
sólo detener la descripción del mundo
tal y como lo conocemos, es decir borrar
los referentes léxicos o ‘familiares’ (historia perso-
nal, etc.) gracias a los cuales conocemos las cosas que
conocemos a partir de las metáforas que se desprenden de éstas.”
Coyote: “La brujería sobrevive en la raza humana no porque es la
acusada sin porque es la acusadora. Dile eso a tus tribunales
romanos. Esa es la estructura simple de todos los argumentos
de Don Juan, y también de todas sus conclusiones. Él utiliza
en Carlos un simple truco de intención/memoria, o inversión
sujeto/objeto, una prestidigitación mental, cada vez que necesita
mostrarle algo real, y prefiero llamar ese truco el Truco. Puedes
decirle como se te dé la gana, pero sé consciente cuando lo usan
contigo.”
Roy: “¿Eso quiere decir que este libro es una versión del Truco?”
Coyote: “Preguntaste y respondiste, Roy:
eso ya deberías saberlo.”
Roy: “Ya que ‘trabaja intercambiando los eviden-
ciales mismos, o los referenciales autodes-
criptivos, ese ‘trabajo’ usa para fijar los
parámetros de su propia subjetividad u
objetividad, diferenciándose a sí mismo de sí
mismo, por así decirlo, ¿qué evidencia tenemos de
27
 que ‘esto’ está consciente de lo
que está haciendo?”
Coyote: “¿Qué quieres decir
con ‘esto’, Roy? ¿Te refieres
a este libro, o a la brujería
de Don Juan, o al Truco de la inversión
sujeto/objeto?”
Roy: “Preguntaste y te respondiste solito,
Coyote; eso es. El punto es: de todas las
cosas que podrían suceder en el próximo
momento, sólo una lo hará. Todo lo que
pensamos y sabemos acerca del mundo
regresa sobre sí mismo, ya que esa es la
estrategia recapituladora básica del saber,
el pensar y de la memoria. Pero hasta donde sabemos la siguiente
cosa que ocurra puede ser pura coincidencia.”
Coyote: “Para responder a tu pregunta inicial, acerca de si ‘esto’
está consciente de sí mismo, tenemos toda la evidencia del
mundo de que Don Juan y Don Genaro sabían exactamente lo
que estaban ‘haciendo’ cuando hicieron desaparecer el coche,
que por cierto fue un no-hacer. Pero no tenemos ningún tipo de
prueba contundente de que ‘esto’, o el no-hacer, sepa realmente
lo que estaba haciendo, ya que su trabajo
primordial siempre ha sido borrar
su propia evidencia.”
Roy: “Así que todo se trata de la
manipulación de la memoria y el
azar ¿no es así?”
Coyote: “Claro, ‘ingeniería inversa’, así es
como le dicen en el comercio de OVNIS .”
Ingeniería en reversa: Cómo hicieron
desaparecer el coche
Roy: “En una Realidad Aparte Don Juan le
mostró a Carlos la misma hoja cayendo
varias veces seguidas del mismo encino,
28
como si fuera un solo evento repetido en una película sobre sí
mismo. (¿Cuántas veces, en nuestras historias, se cae César en
el Foro?) Pero la piece de resistance sucedió en Viaje a Ixtlán,
cuando Don Juan y Don Genaro ‘hicieron desaparecer el coche
de Carlos’, provocaron que se re-inventara (‘recordara’), y se
mearon de risa de verlo manejar sentado en el aire, deslizándose
sobre el piso y manejando unas velocidades y pedales invisibles,
objetos, por así decirlo.”
Coyote: “Carlos dijo que cada vez que hacían algo así él mismo le
pierde la pista al paso del tiempo.”
Roy: “Y él mismo es la única fuente información que tenemos al
respecto, ¿no es así?”
Coyote: “Por lo que sabemos eso también era
como ver una película de sí mismo; lo
que realmente sucedió durante la
‘filmación’ es tan intrascendente
para la trama como lo es el tradi-
cional Truco de la cuerda hindú
para lo que los espectadores
recuerdan sobre él. Lo sorpren-
dente es que el juego de ilusión
en estos cuasi-eventos también
puede recuperarse a partir de
la ilusión en sí misma, siempre y
cuando uno sepa dónde buscar. Si
las tácticas ilusionistas de Don Juan fueran montadas (como en
el tradicional juego de la cuerda) a través de la redistribución
subliminal de los objetos en movimiento y la percepción humana
en relación mutua uno, como en una película.”
Roy: “Ingeniería inversa; lección de objeto. Uno debe de ver a través
del ilusionismo de la película para percatarse de que las orugas
del tanque o los rayos del carro corren en sentido opuesto al
movimiento del tanque o coche mismo, y no por accidente. Ya
que la misma ilusión es responsable de la ilusión —en realidad
una ‘película’ de tiempo— que es proyectada en la ‘medida’ del
tiempo del engranaje del reloj, donde el balancín del mecanismo
29
 disparador embona con los
dientes del disco principal en
momentos sucesivamente previos a
su rotación. Dgamos que el tiempo
no sólo debe pasar, sino de hecho
pasarse a sí mismo.”
Coyote: “O, apagarse, como el actor que
es. Al ‘ver a través’ de la subjetividad
falsificada en el caso del coche desa-
parecido uno puede llegar a la siguiente
(asombrosa) conclusión: Carlos no perdió
realmente su coche hasta que lo encontró, y
no encontró realmente su coche hasta que ‘lo
perdió’. Esto se deriva automáticamente de
las conclusiones que revisamos antes: que la
memoria, como el pensamiento mismo, va en direc-
ción opuesta al tiempo, pero la ilusión de progresión
temporal va hacia adelante a través de la retrospec-
ción cognitiva (como si el ojo no viera nada más que
su propia energía). Pero para corroborar esto tenemos
que regresar al principio del evento narrado y después
seguir el curso del tiempo.”
Roy: “Esta es la doble visión, ambos tiempos a la vez, del
pasado-en-su-propio-futuro y del futuro-en-su-
propio-pasado. Tras anunciar lo que están
a punto de hacer, Don Juan y Don Genaro
llevan a Carlos al lugar del desierto en
el que había dejado su coche (cerrado, de
hecho, para que nadie se lo pudiera robar).
Caminan por delante de Carlos, actuando
extrañamente y haciendo absurdos movimien-
tos de bateo con los brazos, ya sea para distraer a
Carlos o para batear las (normalmente invisibles, pero
qué demonios, nadie puede ver el ‘tiempo’ tampoco)
líneas de universo en su lugar. Probablemente ambas.
Cuando llegan ahí, Carlos no puede ver su coche, y
30
Juan y Genaro continúan comportándose en forma extravagante
con objetos grandes y pequeños —rocas, piedritas, vigas, moscas
improbables— con el pretexto de que lo están ayudando a
encontrar su coche. (‘Tratar de’ encontrar algo y encontrarlo de
verdad son dos acciones enteramente distintas; son un no-hacer
la una de la otra.) El esfuerzo llega a exageradas, escandalosas
proporciones, hasta que Genaro decide ‘mostrarle el camino’,
amarra un hilo a su sombrero y procede, exitosamente, a volarlo
como si fuera un cometa.”
Coyote: “¿Y qué posibilidades hay de que eso suceda? Como bien
sabe Carlos, esto es aerodinámicamente imposible (deben ser
esas ‘líneas del mundo’ otra vez) y su ejecución ahí, ante sus
propios ojos (como si fuera película) lo obliga a reconsiderar el
‘tiempo superpuesto en sí mismo’ de toda esta situación deíctica.
En un súbito entendimiento (casi exactamente a lo que Don Juan
llama ver o ‘detener el mundo’), Carlos se percata de que encon-
trará su coche en el lugar donde caiga el cometa. Lo hace, por
supuesto (el entendimiento siempre es una forma de ver) tanto a
pesar de, como debido a que a) el coche no estaba realmente ahí,
y b) los sombreros tienen pocas cualidades aerodinámicas.”
Roy: “Entonces por qué no despegó el coche y desapareció el som-
brero?”
Coyote: “A veces me pregunto sobre ustedes, profesores. ¿Por qué?
Por la misma razón por la que obtienes soluciones equipoten-
ciales de una ecuación cuadrática, Einstein: un positivo y un
negativo —cada uno es resultado de afirmaciones falsas hechas
sobre el otro, afirmaciones que se vuelven reales una vez
que se llega a la solución—. ¿Porqué tú, Kurt Gödel de
lo insignificante? Porque un negativo, o un no-hacer,
multiplicado por otro negativo o no-hacer, siempre
arroja un resultado positivo.”
Roy: “Para mi mente torpe y muy académica, Carlos
‘encuentra’ un primer plano imaginario para su
segundo plano imaginario y se ha despedido, no de
sus sentidos sino de la primera atención, en la que,
citando a Don Juan, ‘todo el poder es un engaño’.
31
 Ahora, ya que todo lo que Carlos conoce
o siente sobre un coche —cómo reco-
nocerlo, usarlo, esconderlo, encontrarlo,
manejarlo— está puesto en primer plano como
parte de sus hacer aprendido de las cosas, está
listo para desafiar a las leyes de la realidad
física misma (el principio rector de su hacer),
sigue el ejemplo de Genaro, invierte el true-
que agentivo, sube hasta su coche no-no
real y, sentado en el aire, conduce a todos
a ‘casa’, con Don Juan y Don Genaro en el
‘asiento trasero’, riéndose como niños.”
Coyote: “¿Y por qué no amarró un hilo a su coche
para recordar dónde lo había dejado y ya?”
Roy: “Porque, triste chacal con traje de lobo, entonces
el coche hubiera volado él mismo como un cometa.”
Coyote: “Hay algo acerca del objeto que hemos estado
siguiendo a lo largo de estas páginas: el objeto como
parte de la percepción que lo percibe, algo acerca del
objeto y de la memoria, o de la yuxtaposición del azar
y la memoria, que no está se está entendiendo en nuestra
explicación. El coche es un objeto, ¿cierto?”
Roy: “En otras palabras, toda nuestra explicación fue un intento de
mirar a Carlos, o a lo que Carlos perdió desde el punto de vista
del coche, tal como el Principio de Incertidumbre es un intento
de ver la relatividad desde el punto de vista de una partícula.”
Coyote: “Un punto de vista objetivo.”
Roy: “Tal como una película ve a su espectador desde un marco
temporal diferencial; es una cuestión de déjà vu y vùjá de.”
Coyote: “¿Qué? ¿A ver, repítemelo?”
Roy: “De eso se trata, ¿qué no?”
Déjà Vu y Vùjá De
Coyote: “Déjame aclarar esto. Un déjà vu es una experiencia rara,
comúnmente asociada con la fatiga, de haber tenido la misma
experiencia, o percepción, que se está teniendo ahora en algún
32
momento del pasado. Una experiencia que uno no podría recor-
dar de otra manera sin su posible recurrencia en ese sentido,
como si la memoria y la casualidad se hubiesen confundido
entre sí.”
Roy: “Una inhabilidad por parte del pasado para predecir el futuro,
o al menos, su propia futuridad. Entonces, sobre esa base, ¿qué
es un vùjá de?”
Coyote: “Bueno, sería justo lo contrario: una experiencia normal,
siempre asociada con la exaltación, por parte de esa experiencia
misma, que te ha tenido a ti en algún tiempo pasado.”
Roy: “Casi, mas no del todo. Sería un opuesto indirecto, con los
papeles del futuro y el pasado, así como los de perceptor y
percibido, invertidos.”
Coyote: “¿Como el futuro-en-su-propio-pasado,
y en un modo activo más que pasivo? ¿Como si el coche de
Carlos, siendo absolutamente cierto, lo hubiera encontrado dado
que estaba sólo relativamente seguro que lo había perdido?”
Roy: “Cierto. Mira, el déjà vu es un simulacro de la
acción de recordar, un recuerdo que está en
lo que un lingüista llamaría una modalidad
ergativa, un verbo o actividad normalmente
activo expresado en una forma pasiva, con
una ganancia neta en la energía
de la expresión misma.”
Coyote: “No entiendo.”
Roy: “¿Recuerdas el viejo chiste soviético:
Fingimos que trabajamos y el estado finge
que nos paga? Esa sería una ergativa doble
o autorreflexiva, como un entendimiento posmoderno
del marxismo o una idea antropológica del sentido del
proceso del ritual.”
Coyote: “Así que un vùjá de sería todo lo contrario
del modo ergativo: un papel activo para un sujeto de otro
modo subordinado o pasivo: no una personificación sino
una EXPERSONIFICACIÓN. Es como decir: “En esta nueva y
liberada Rusia, es el estado el que finge trabajar, mientras que
33
 el individuo, ahora liberado de sus demasiado fácil de ver’.”
cadenas como trabajador, tiene Coyote: “Y Don Juan hace que el mundo invisible sea imposible de
que pagar por todo, y pagar DE evitar.”
VERDAD .” Roy: “Tampoco es debido a las líneas de palabras.”
Roy. “Ya lo tienes, Coyote; canasta. Coyote: “Oye Roy, déjà vu, ¿no te escuché decir la misma cosa antes?”
‘Cada uno es el resultado de falsas Roy: “Oye Coyote, vùjá de, ese fue nuestro viejo amigo, el Ding an
afirmaciones hechas sobre el otro.’ Sich, la figura desarraigada del fondo desfigurado, o el hecho
Es como la intención y la memoria, sin su contexto y el contexto sin su hecho. Ya que, como hemos
que comparten la misma descrip- aprendido, la acción de ‘representar’ —como ‘representamos
ción básica pero tienen posturas los hechos para nosotros mismos’— es recíproca entre el sujeto
completamente diferentes. El pasado y el objeto, así que los hechos nos representan para ellos mismos
en su propio futuro y el futuro en su propio también.”
pasado son cualidades opuestas completamente Coyote: “Dime Roy, ¿por qué ustedes los profesores, y particular-
irreconciliables.” mente los antropólogos, siempre hablan sobre algo como fingien-
Coyote: “Como tú y yo: peste en su propio futuro y futuro en do que lo están explicando pero en realidad hablan de cualquier
su propia peste.” otra cosa?
Roy: “DNA y A.N.D. ¿Andy, alguna vez haz oído esta? El déjà vú
recuerda la intención de recordar, pero no necesariamente la
memoria misma, de la cual está bastante insegura. El vùjá de
intenta recordar pero no es necesariamente la intención misma, Ejemplo:
que está seguro de que será recuperada, o recordada en algún
tiempo futuro. Por lo tanto, el déjà vu es subjetivo y necesita Dejé mi doble en el de-ja-vú,
una corroboración objetiva, como el coche perdido de Carlos, en du da, da du,
tanto que el vùjá de es objetivo, como el coche mismo, que siem- se parece a mí, se parece a
pre estuvo en algún lugar y necesita una recuperación subjetiva, ti,
como que Carlos ‘lo encuentre’ en un lugar en el que nunca lo oh, de-jà-voy;
perdió. La cláusula por incumplimiento es más fácil de manipu- queeeero hablar toda la
lar en prosa, que es justamente el pasado-en-su-propio-futuro, noche,
que en la experiencia inmediata. Pues para el momento en el que queeeero hablar todo el día,
el lector la experimenta ya no es una experiencia inmediata, sino el problema con el doble es la burbuja de Don Juan,
algo que ocurrió en el pasado.” zippity vu-ja-de.”
Coyote: “Y aún más manipulable en la poesía, como esas famosas
líneas de Robert Frost: ‘De quién es este bosque, creo saberlo/Lo
vi antes, en algún lugar’.”
Roy: “O aquellas líneas menos famosas de Wallace Stevens: ‘El
problema contigo, Robert, es que haces que el mundo visible sea

34 35
El Doble un blanco en movimiento.
El pasado en su propio futuro y el futuro en su propio pasado ¿Es eso lo que quieres decir?
¿Como si la personificación
Roy: “La cosa es que todo lo que hay en el mundo en el que vivi- fuera apenas un delgado
mos, todo en el mundo de los hechos, el tiempo y el espacio, el borde en la cuña de la exper-
parentesco, la familia, el carácter, la personalidad, el amor, sonificación?”
el odio, la sociedad, el dinero y los objetos están basados en la Coyote: “Sí, señor Hablemos-
personificación: el mundo en la persona y la persona en el mundo. De-Una-Cosa-Como-Si-
Como lo que Aristóteles llamó mímesis; imitación: la pretensión Fuera-Otra, eso es lo que
de similitud en la diferencia y de diferencia en la similitud, como quiero decir, y mucho
la metáfora. Como Shakespeare: ‘Todo el mundo es un escenario más. Quiero decir
y nosotros sólo somos actores’; como la burbuja de reflexión de que ‘el blanco en
Don Juan, ya sabes: ‘Lo que persigues sólo es el reflejo de tus movimiento’ también
pensamientos. Miras como piensas y piensas como miras, así te contraataca; por
que estás atrapado en un mundo que mira y piensa.” cada déjà vu hay también
Coyote: “Estamos casi consumidos por nuestra propia un vújà de. Quiero decir que lo
autoimitación, ¿no es así, Roy? Para el único que vale la pena predecir
momento en el que cualquier adulto consciente es lo impredecible, y que lo único
y bienintencionado alcanza la madurez, él que vale la pena controlar es lo
o ella ya está viviendo de lleno en su propia incontrolable. Y quiero decir, sobre todo, que lo que llamas un
cabeza. ‘Roymundo’, como lo llamó tu amiga, ‘modelo holográfico’ o una ‘cosmovisión holográfica’ es la que
Liz Stassinos; ‘el mundo-profesor’, lo llamaría te imita a su vez con mayor precisión y exactitud de lo que tú
yo. ¿Recuerdas tu definición casi perfecta de podrías imitarla.”
parentesco?” Roy: “Entonces es como la diferencia que existe entre el modelo del
Roy: “Claro. ‘Todo lo que sabemos acerca del parentesco consiste cerebro de Karl Pribram y el modelo del universo de David Bom.
en conexiones que se establecen entre los vivos en nombre de los Pribram dijo que, de hecho, el cerebro funciona y piensa holo-
muertos, y conexiones entre los muertos que se establecen en gráficamente, y de hecho produce la unicidad, u oclusión mutua,
nombre de los vivos’.” de la parte y del todo; Bohm llamó a ese efecto (o también causa)
Coyote: “Un quiasma perfecto, ¿no? Y también es lo que Don Juan la estructura escondida o implícita del universo mismo.”
llama ‘claridad, el segundo enemigo del hombre sabio’, el mons- Coyote: “Claro, y como cualquier tonto puede ver, en un esque-
truo escondido en el armario del académico que es casi un error. ma de la-parte-por-el-todo, la diferencia entre las dos es
Un reflejo de tus propios pensamientos que tiene más que ver insignificante, ya que, como parte del universo, el cerebro
con cómo pensamos sobre el parentesco que con las acciones que necesariamente incorporaría o personificaría la totalidad de su
en realidad se llevan a cabo.” funcionamiento, su estructura implícita, de acuerdo con Bohm.
Roy: “Ahora entiendo: la estrategia es siempre la primera baja en El universo mismo, por su lado, expersonificaría la actividad
el campo de batalla, y el parentesco, como Coyote, es siempre cerebral al hacerlo. ¿Lo ves?”

36 37
Roy: “Ya veo, con lo tonto que soy, que lo que el cerebro personifi-
ca, el universo expersonifica, y viceversa, como el déjà vu y el
vújá de: sujeto y objeto, cada uno re-percibiendo al otro desde su
propio punto de vista. También veo que esto tiene que ver con el
tiempo: un pasado en su propio futuro y un futuro en su propio
pasado. Como si hubiera una enorme diferencia entre estos dos.”
Coyote: “Sí, Roy. Y lo ves en tu particular Roymundo, como alguna
vez lo planteaste: ‘El mundo en la persona y la persona en el
mundo;’ la inversión sujeto/objeto, el Engaño, el truco de la
cuerda, el coche que desaparece y el conductor que reaparece.
Me parece bien. Pero lo que no ves es que estas dos cosas son
iguales, son partes iguales de tú y yo, y de todo el mundo y de
todas las cosas.”
Roy: “¿Y eso es lo que Don Juan llama ‘El Doble’?”
Coyote: “Entre otras cosas, ‘Hay más en el
cielo y en la tierra… de lo que sueñas con
tu filosofía’.”
Roy: “¿Quieres decir que Shakespeare conocía
el Doble?”
Coyote: “Por decirlo de algún modo.”
Roy: “Cuéntame acerca del
Doble.”
Coyote: “Eso te lo dejo a ti.
El yo que recuerda, o la parte de ti que recuerda, piensa, piensa
acerca de sí misma (‘recuerda’ o se imita a sí misma) y es inca-
paz de actuar. SÓLO PIENSA QUE ESTÁ ACTUANDO. La otra
parte de ti, que también podríamos llamar el yo que anticipa,
SÓLO puede actuar, y SÓLO ACTÚA COMO SI ESTUVIERA
PENSANDO.”
Roy: “Eso quiere decir que de hecho se arroja ciegamente hacia un
espacio que nunca ve, y lo hace con tanta precisión y habilidad
como si fuera el mejor acróbata o bailarín de ballet. Como si
conociera los pasos de antemano, a paso redoblado, y como
si actuara no sólo con duplicidad sino como la duplicidad, por
control remoto, con él, mismo, como el remoto.”
Coyote: “Claro, no sólo se ha ido para cuando lo buscas, también
38
se ha ido para cuando éste se busca a sí mismo. Probablemente
por eso Don Juan nunca lo menciona, ya que éste nunca podría
mencionarse tampoco a sí mismo. Conoces el dicho ‘¿Qué es
mejor que la presencia de ánimo en un accidente?’”
Roy: “Carajo, hasta me sé la respuesta: la ausencia de cuerpo. Así
que en otras palabras, éste, a pesar del hecho de que no sepamos
lo que éste sea, actúa sólo por accidente.”
Coyote: “Roy, él es accidente, la otra mitad del azar que la probabi-
lidad nunca ha descifrado.”
Roy: “Y que nos deja con cuerpo presente, que es, para entonces, sólo
una víctima, una imagen de su propio pathos.”
Coyote: “El yo que recuerda sólo puede permitirse fantasías de
movimiento hacia adelante, ya que sólo puede recordarse a sí
mismo haciéndolo.”
Roy: “El yo que recuerda junta toda la evidencia de la acción, todas
tus pistas y señales, todas las palabras y ruidos que dejas atrás
(bla, bla, bla) y las pone en una enorme bolsa, que es él mismo. Es
el detective perfecto, pero jamás resuelve el crimen.”
Coyote: “¿Por qué? Dado que lo que llamamos
‘pensar’ es también recordar, siempre
se va rezagando de sí mismo y tiene
que replantearse (por ejemplo, lo
que Don Juan llama ‘diálogo inter-
no’) cada vez que piensa. Mientras
que el yo anticipatorio es como un
chiste, siempre adelante de sí mismo,
un chiste que siempre es ‘sobre el
doble’, y a costa de la explicación,
que tan sólo puede redoblar sus
esfuerzos para contarte acerca de
sí mismo.”
Roy: “Como si esto…se hubiera ido
tanlejos, mientras, entretanto,
allá en el rancho… todo fuera
saqueado porque incluso ‘tanlejos’
se fue tanlejos.”
39
Coyote: “Mira, Roy, a estas alturas de nuestra conversación, que ¿verdad? Tal como recuerdo el Ars
Marshall Sahlins llamaría ‘la estructura de la coyuntura’ Memoria, un romano en el atardeser
deberías de hacer una pregunta.” y acercándose con sarcasmo.”3
Roy: “Okay, aquí va: ¿Cómo puedes saber Roy: “Y para colmo, tu mentado
qué quiso decir con ‘estructura de la ‘cuerpo invisible’, el yo que
coyuntura’, si ni tú ni Marshall anticipa, lo que Don Juan
pueden estar de acuerdo en a llama el cuerpo que sueña, en
quién se le ocurrió primero el la parte del Doble que camina
malentendido en operación?” en sueños; los imita, hace otras
Coyote: “Esa no es la pregunta cosas visibles, y habitual-
correcta, Roy, es la respuesta mente se mantiene en la
correcta. La pregunta debería oscuridad.”
ser ¿Por qué ellos (las dos partes del Doble, en otras palabras, Coyote: “¿Te refieres al tipo
nosotros) están casi siempre convencidos de que son uno y la que bebe para hacer a
misma cosa?” otras personas más intere-
Roy: “Entiendo. Porque cada uno de ellos, a su manera (uno por santes?”
pensar como si estuviera actuando y el otro por actuar como Roy: “No, más bien como ese
si estuviera pensando) asegura que TODO el ser es él mismo soñador chino que no podía
porque no tiene conciencia del otro. Sin Ser Capaz De Actuar saber si él mismo estaba
El Pensamiento (como en el caso del yo que recuerda) y Sin soñando que era una mari-
Ser Capaz De Pensar El Actuar (como en el caso del yo que posa o si era una mariposa
anticipa), son INVISIBLES el uno para el otro. Y SIN MEDIOS soñando que era él mismo.”
VISIBLES DE APOYO, cualquier cosa puede jugarnos algunos Coyote: “O bien como el Hunab Ku maya, ‘El Dios Único y
trucos.” Verdadero, aquel que represente a Dios como Dios lo repre-
Coyote: “Así que siempre se trató de Pribram y Bohm, o tal vez de sentaría a él y por lo tanto no sabría la diferencia entre ambos.
Shakespeare y Macbeth: ‘No puede actuar su parte, dama, sin Sabiendo con certeza que es una palomilla nocturna en la prime-
conocerla del todo, y no puede acceder al hoyo, tampoco, hasta ra-atención, porque su segunda-atención, o vuelo-nocturno, en
que no conozca su parte’.” realidad es una mariposa’.”
Roy: “Entonces es Rob Roy, ¿verdad? Ya es hora Roy: “Claro, los cuerpos que suelan no tienen por qué saber cómo
[dándose aires de grandeza]: Mañana, mañana actuar; sólo actúan. Y actúan en el futuro de su propia acción,
y mañana, se desliza con pasos sigilosos tanlejos.”
día a día, y todos nuestros ayeres ilumi-
nan a los locos la senda que lleva a la
3 Se trata de un juego de palabras intraducible que hace referencia a una
polvorienta muerte.”
canción popular, ‘Roamin’ in the Gloamin’, escrita por sir Harry Lauder en
Coyote: “Así que es el pasado-en-su-propio- 1911
futuro y el futuro-en-su-propio-pasado,

40 41
La diferencia entre la realidad y ella misma o al menos ‘personas mayores’. Mientras que el sensato amor
severo de Don Juan, tan diferente a las idealidades vacías en las
Coyote: “Oye, acabo de hacer un descubrimiento brillante sobre que pretendemos vivir, sería lo que la mayoría de las personas
Don Genaro, el inmemorial compinche de Don Juan: es la consideraría como el enemigo.”
auténtica encarnación de todo lo que es correcto y de todo lo Roy: “¿Y eso qué tiene que ver con los contratiempos, por decirlo
que es incorrecto en nuestra la idea del tiempo.” de algún modo, con nuestros dos malentendidos de tiempo: el
Roy: “¿Te refieres a eso que una vez dije: ‘El tiempo es la diferencia pasado en su propio futuro y el futuro en su propio pasado?”
entre sí mismo y el espacio; el espacio es la semejanza entre los Coyote: “Para Genaro la diferencia misma hace toda la diferencia
dos?’” del mundo, porque él se ha dado la vuelta a sí mismo (y a todo
Coyote: “Bueno, no puedes tener razón todo el lo demás) de tal modo que estos dos malentendidos no son para
tiempo; algunas veces, tienes que ser el resto, nada malentendidos, sino formas de autoconocimiento.”
como Doble o Nada, donde dos es la variable Roy: “Si las cosas no funcionaran de un modo, ¿funcionarían de
operativa. Fíjate que sin humor Genaro no algún otro modo?”
tendría poder, pero sin poder no tendría Coyote: “Nones, siempre de ambas maneras al mismo tiempo: no
humor. Entonces es entre Genaro y su cuerpo es el pasado en su propio futuro, sino el pasado como su propio
que sueña donde la desconfianza en el humor futuro, y también el futuro como su propio pasado.”
es un asunto de matemáticas puras, pero la Roy: “¿Cómo dices?”
desconfianza en las matemáticas es un asunto de Coyote: “A fuerza de incontables años de férrea disciplina y cui-
puro humor. Están unidos por la cadera... dadoso entrenamiento, o bien pura pinche suerte (nadie sabe a
la CADERA DE VERDAD.4
Roy: “Correcto, pero si como tú dices el tiempo y humor son las
variables operativas —la diferencia entre la realidad y ella
misma— entonces la esencia de las enseñanzas de Don Juan
es la duplicación real. Tú sabes, el acto de malabarismo. Como
las acrobacias de Genaro en medio de la rigurosa disciplina de
hierro de Don Juan, su ‘camino del guerrero o del acosador’, y
el contenido absolutamente contraintuitivo de su conocimiento,
que nadie en su sano juicio podría creer sin los trucos que nos
juega Genero. ‘En tus sueños, socio’.”
Coyote: “Quiero decir, algo así como el camino de la cadera a la
articulación, o el nudo de la construcción. Como déjà vu y vújà
de. Como los ‘enemigos del hombre sabio’: miedo, claridad,
poder y vejez son lo que todo mundo consideraría como amigos,

4 Otro juego de palabras intraducible; en inglés hip significa tanto ‘cadera’

como ‘a la moda’.

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 ciencia cierta y Genaro no lo dice), Genaro logró convertir a su Coyote: “No. Para ser exactos son ANTIGEMELAS , no sólo la
yo que anticipa, o cuerpo que sueña, en un simulacro perfecto una de la otra sino de todo lo demás. Pero eso pertenece a otra
de su cuerpo físico ordinario, o yo que recuerda. Así que ahora descripción, perfectamente correcta, que escribiste en otro libro,
es capaz de ejercitar (como en las ‘acrobacias’) cualquiera de llamado Antropología del sujeto, un libro mucho mejor que éste.”
las posibilidades ilimitadas de su cuerpo que sueña y anticipa Roy: “¿Eso quiere decir que tengo que escribir otro libro más?”
dentro del espectro monocromática del hacer físico ordinario. Él Coyote: “No, eso significaría quedarse atrapado en otra descripción
es pasado como su propio futuro por virtud de ser también, y al ¿no? Significa que tienes que aclarar ésta, de una vez por todas.
mismo tiempo, futuro como su propio pasado.” Porque AHORA es el único tiempo que ha sido, o es, o podría ser.”
Roy: “Entonces déjame adivinar: Roy: “Y eso, como diría Don Juan, significaría que me he despegado,
la ‘virtud’ no tiene nada que o desprendido del pegamento que une nuestra descripción del
ver con esto. Porque Genaro tiempo. Y eso, a su vez, significaría que AHORA , que sólo es un
fue capaz de usar su yo que término descriptivo, NO es el único tiempo que ha sido, o es o
anticipa para anticipar su yo podría ser, porque para cuando lo piensas como un ahora ya es
que recuerda fue capaz también un ENTONCES . Y por evidencia prima facie, o por descripción
de recordar su yo que anticipa, (elige el que quieras) entonces es el único tipo de tiempo que ha
y así hacer lo que el yo anticipa sido, o es o podría ser.”
hace mejor: desaparecer. Y es Coyote (buscando en Roy alguna señal de cordura): “Hombre, sin
precisamente por eso que ya duda alguna te has despegado, esta vez con kola loka, porque
no está por aquí.” AHORA no sólo te has quedado pegado en la descripción, sino
Coyote: “Nones, Roy, en la descripción de la descripción, como un fenomenólogo.
mal de nuevo. Mira, Creo que fue Kurt Gödel quien le señaló, ni más ni menos que a
entras en estos Albert Einstein, que lo que él pensaba como tiempo —la ‘cuarta
pequeños periodos de dimensión’— era sólo espacio, como el ‘espacio del tiempo’, y
confusión porque lo que el pasado ya se ha ido en el momento en el que tratas de
que Don Juan llama recordarlo.”
‘el pegamento que une nuestra descripción del tiempo’ te tiene Roy (buscando en Coyote alguna señal de locura) : “Si haces
atenazado. Ese ha sido tu problema desde el principio, ¿no? Te memoria, esa es precisamente la descripción explícita del yo que
quedaste atrapado en la descripción, como típico antropólogo; anticipa, que también se ha ido en el momento en el que tratas
no pudiste enseñarle a Don Juan porque te quedaste atrapado de recordarlo. Y resulta lógico (aunque tú sólo puedes quedarte
en la descripción de hacerlo. Pero tampoco pudiste enseñarle la ahí sentado y rascarte) que, como ya escribí en el que llamaste
descripción misma porque te quedaste atrapado en Don Juan. ‘un mejor libro que éste’, el espacio es el único tipo de tiempo
Y ahora estás atrapado en la descripción del Doble y todo está que queda, y que realmente importa, todo al mismo tiempo, de
redoblado, pero no de risa.” hecho. Y además, aunque tal vez esté buscando la descripción de
Roy: “¿Así que la imitación de la expersonificación no es la exper- la descripción, como cualquier fenomenólogo pulgoso tú mismo,
sonificación de la imitación, y las dos partes del doble no son perro callejero, buscas la descripción de la descripción de una
gemelas entre sí?” no-descripción.”

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Coyote (haciendo como si se rascara unas
pulgas inexistentes): “Mira, esto no nos
está llevando a ningún lado, Roy, y en
cuanto a la descripción, la única des-
cripción real del tiempo es el tiempo
de la descripción, o en otras palabras,
su Doble.”
Roy: “Eso significaría que el yo
que anticipa, o natural, como
lo llama Don Juan, es en sí lo
que hemos llamado ‘tiempo’.”
Coyote: “Su propio no-hacer, y la diferencia
entre él mismo y el espacio.”
Roy: “Ya clavó el pico, o como dicen, le diste al clavo.”
El nagual
Coyote: “El nagual, por definición, no tiene limitaciones, y así es
como se define, lo que por supuesto significa que nadie es capaz
de conocerlo ni controlarlo, ya que es incapaz de conocerse ni
controlarse a sí mismo. No hay tal cosa como una parte del
nagual ni, por la misma razón, un todo del nagual. La hologra-
fía, en otras palabras, es sólo una manera de describirlo, que sólo
puede conseguir describiéndose a sí mismo.”
Roy: “Entonces ¿cómo es que uno le ‘llega’ al nagual, como Don
Juan y Don Genaro parecen capaces de hacer?”
Coyote: “Uno no llega a él sino que él llega a uno. Uno no lo causa:
él lo afecta a uno.”
Roy: “Entonces, ¿cómo es que uno ‘afectaría’ al nagual si la perso-
na, o el humano que se hace pasar por uno, no tiene manera de
adquirirlo?”
Coyote: “Por un acto de expersonificación total que opera con lo
que Don Juan llama abandono puro. Como si estuvieras cayendo
desde un avión a 2000 metros de altura, sin ningún soporte
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aparente, sin paracaídas para amortiguar tu caída.
Y te dices a ti mismo: ‘Parece que me quedan unos
segundos de vida así que puedo tratar de disfrutar-
la’.”
Roy: “¿De verdad le pasó eso a alguien real?”
Coyote: “¡Le pasó a la persona más real que jamás hayas
conocido!”
Roy: “¿Cómo si el nagual te hiciera el amor?”
Coyote: “Y que lo digas, pero preferirías no saber
sobre ellos.”
Roy: “Pero sí quiero saber sobre ella.”
Coyote: “¿Qué dijo ella sobre eso?”
Roy: “Bueno, por años no pudo recordar exactamente
lo que había pasado, pero después dijo: ‘Recuerdo
sólo una parte; dos seres me ayudaron a bajar’.”
Coyote: “Y sabemos exactamente cuáles eran esos dos
seres ¿no?”
Roy: “Pero por supuesto que no.”
Coyote: “¿Qué fue lo que dijo sobre ellos?”
Roy: “Bueno, pues nada, la verdad. Excepto que después, en
otra ocasión, mientras hablaba sobre otras personas, dijo:
‘Cada uno se ha definido como superiores unos en relación
con otros, y eso crea un vínculo más fuerte que el amor’.”
Coyote: “Sin embargo, para la mayoría de
nosotros, la posición del nagual es exacta-
mente la contraria: tiene un complejo
de inferioridad. Está reprimido. Tú
también lo estarías si pasaras la
mayor parte de tu vida encerrado en
un sótano y siendo tratado como un
loco.”
Roy: “Querría madrearme a todos,
matarlos a todos.”
Coyote: “Seguro.”
47
Lo tonal
Roy: “Entonces el nagual
no tiene ni existencia
real, ni no-existencia tampo-
co, y sólo puede ‘actuar’ a la manera
del yo que anticipa: despidiéndose de sí mismo.
No persiguiendo sino siendo de hecho perseguido por la
ilusión de que podría tener una existencia real.”
Coyote: “En otras palabras, no puede conocer, solamente
conocer de sí mismo, y no puede realmente actuar en
ningún sentido que sea real, a no ser que reaccione.”
Roy: “Y no podría reaccionar a menos que ya estuviera inactivo,
es decir, bajo la apariencia de otra cosa, lo que llamamos tonal y
que lo reprime hasta la médula, por el bien de su dulce vanidad.”
Coyote: “Vamos a aclarar esto: el nagual no tendría posibilidad de
existir sin el tonal.”
Roy: “Ni tampoco imposibilidad, que suele ser el caso. Cada uno se
ha definido, o indefinido, como superior en relación al otro, y
eso crea un vínculo más fuerte que...”
Coyote: “NO del amor. ¡Carajo!, más fuerte que la EXISTENCIA
sería más acertado.”
Roy: “Entonces todos esos filósofos que han hablado
de la equivalencia entre holografía y amor...”
Coyote: “Podrían haber estado hablando sobre el tonal,
o bien no han caído desde 2000 metros de altura sin
paracaídas y aún así han sobrevivido.”
Roy: “De cualquier manera la mayoría están muertos.”
Coyote : “Bien.”
Roy: “¿Por qué te pones así de desagradable?”
Coyote: “Porque tú tuviste una aventura con la perso-
na más real en este mundo, y yo no.”
Roy: “Ajá. Celoso.”
Coyote: “La única razón por la que el tonal y el
nagual pueden existir es gracias a los celos
mutuos.”
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Roy: [comienza a silbar Carmen] “¿Entonces por qué la llamaste la
persona más real del mundo?”
Coyote: “Porque estoy comenzando a tener mis dudas al respecto,
y la mejor manera de tomar el control de mi incertidumbre es
estar celoso de ella.”
Roy: “La definición más útil de tonal podría ser un ensamblaje, como
la bolsa de evidencias con todas las pistas y huellas que el yo
que recuerda reúne, ya sabes; el estilo de vida de ‘recolector y
cazador’ que podría confundirse con cultura.”
Coyote: “Así que un antropólogo moderno diría que las personas
ya no comen, hacen otra cosa que se llama ALIMENTACIÓN. Y
en realidad no se aparean, como se dice que hacen los animales,
sino que hacen otra cosa llamada CLONACIÓN. En otras pala-
bras, ya no están haciendo algo ÚTIL , sino tal
vez algo más argumentativo, como lo que los
posmodernos llamarían POLÍTICO.”
Roy: “Como un lobo vestido de oveja ¿eh?
¿Entonces qué están haciendo realmente?”
Coyote: “Lo que están haciendo realmente
es una tercera cosa, que tú has llamado
obviación. Y que resulta ser la definición
más efectiva de tonal: escenificar una espe-
cie de competencia interna con sí mismo
o con el mundo —tú elige—, un reduccio-
nismo autodescriptivo que parea palabras
o conceptos, como dice Don Juan, para
poder nombrar su opuesto.‘Palabras
sacan palabras y un clavo saca a otro
clavo’.”
Roy: “Y así las culturas continúan convir-
tiéndose en otras culturas, los lengua-
jes en otros lenguajes, los conceptos en
otros conceptos, las religiones en otras
religiones, todo en un estudiado y desespe-
rado intento por descubrir qué es lo que les
hace querer hacer algo así.”
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Coyote: [cantando bajito ‘Lepra, ella me pegó la lepra’] “Como el Roy: “¿Eso significaría que la sustitución en sí, o la sustitución de la
genetista que está buscando el gen que hace que las personas sustitución por cualquier cosa, es tonal? ¿Como la descripción de
quieran descubrir genes. Y así el proceso nunca termina porque la descripción misma que se pierde en su propia descripción?”
el secreto de lo que se está buscando es el mismísimo proceso con Coyote: “Para nada. Cuando dices eso comienzas a hablar sobre
el que se está buscando.” otra cosa: la obviación o el proceso autorrevelador autorre-
Roy: “En otras palabras, la palabra ductivo, que es, por así decirlo, el delgado borde de la cuña del
clave en todo acerca de lo nagual.”
que hemos estado hablando Roy: “Ella llena un vacío muy importante en la hasta ahora segura
—APAREARSE, CLONARSE, de sí misma, totalmente lógica y autocomprensible estructura de
OBVIACIÓN — es parearse, nuestro romance o tonal, tú escoges.”
hacer pares de cosas para Coyote: “Déjala en paz, Roy. Ella ya se recuperó de su caída del
poder eliminar, y encontrar cielo. ‘Baila con la Gravedad’, creo que la llamaste. Mientras
cuál de los pares es más que tú, parecer ser, no lo has hecho.”
significativo para que avanzar Roy: “Define obviación.”
al siguiente par. Y el siguiente y Coyote: “Ese es el punto ¿no? Parece que nunca lograste eso del
el siguiente... podrías hacer una ‘pareamiento’ con Pat, o como se llame. El término ‘obviación’
especie de diagrama de árbol o proviene del Latín ob via, literalmente ‘en el camino’. El diccio-
una cadena de triángulos.” nario define obviar como ‘anticipar y deshacerse de’.”
Coyote: “Llegaremos a eso en Roy: “Entonces esa sería la versión tonal del nagual, como el yo que
otro capítulo; lo que tenemos se anticipa del que estábamos hablando, en la versión del yo que
que hacer por ahora es ...” recuerda, o lo que Don Juan llama ‘el salto mortal
Roy: “Te reto a que termines del pensamiento hacia lo imposible’ o ‘la
esa oración.” configuración ulterior de lo abstracto’: Es
Coyote: “No hay definición del tonal.” lo que Goethe llamó la imaginación exacta,
Roy: “Te equivocas. Hay demasiadas definiciones del tonal, y nos concreta.”
hacemos un flaco favor al llamarlas culturas, al de vivir con Coyote: “Había muchas tradiciones formidables
ellas, imaginando que de algún modo podrían resolverse por sí detrás de las enseñanzas de Don Juan ¿no es
mismas, como rompecabezas.” así? Por ejemplo el ‘Señor del Centro y de la
Coyote: “La simple palabra o concepto, tonal. ‘Todas las palabras Periferia’ de los mesoamericanos y su ‘Dios
que sabes y todas las cosas (por ejemplo, combinaciones, sinta- Único y Verdadero’, o el azteca Moyucoyani,
xis) que esas palabras significan, o por las cual ellas podrían sig- ‘El Dios que se inventó a sí Mismo’.”
nificar’, pueden ser reemplazadas por cualquier tema, disciplina Roy: “IMPRESIONANTE sería la palabra
o metodología, o ciencia, o arte, o filosofía que la mente pueda indicada, como faustiano, el favorito de
concebir, y así consumar nuestro pensamiento sobre ese tema. Spengler, llamado a partir del tipo que le
En ese sentido el tonal es la disciplina de disciplina, ‘mundo en la vendió su alma al diablo a cambio de poder
persona y persona en el mundo’.” y que continúa haciéndolo.”

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Coyote: “¿Puedes ver lo que los mesoamericanos buscaban con sus
extravagantes e intensamente aterradoras imágenes-dioses,
como el ‘Dios Desollado’, o el ‘Señor del Espejo Humeante’ o las
polisintéticas, con frecuencia sinestésicas (como en ‘sinestesia’:
abarcadoras y sugerentes para todos los sentidos al mismo
tiempo) tecnologías pan-ilusorias de su arquitectura?”
Roy: “¿Obviación?”
Coyote: “No, obviación pero EN SERIO, como dijo Lyndon
John: ‘Agárralos por los huevos y sus mentes y corazones los
seguirán’. Como un DRAMA. No solamente los convenzas
¡ASÓMBRALOS!”
Roy: “Como el slogan que vi una vez en el friso de un salón de baile
del siglo XIII al sur de Inglaterra, revelado por los arqueólogos
después de siglos de capas y más capas de yeso. Decía: DREDE
GODDE , ‘témele a Dios’, como diciendo ‘A ver, cuate, no me
importa lo que creas o no creas acerca de nada: ‘CORRE. COMO.
LOCO’.”
Coyote: “Igualito que los coches que desaparecen, ¿no?”
Roy: “¡Más como MUNDOS ENTEROS que desaparecen!”
Coyote: “Como diría Dorothy: ya no estamos en Kansas.”
Roy: “Evidentemente tampoco en el tonal y, si lo piensas, tampoco
en el nagual.”
Recapitulación
Coyote: “Ese es el meollo, ¿no? De nuevo la
ley de Schneider: ‘Si las cosas no
funcionaron de esta manera
habrían funcionado de alguna
otra’.”
Roy: “¿Por qué no simplemente ‘Si
las cosas no se descomponen de una
manera, se habrían descompuesto de
alguna otra’? ¿No te hace gracia?”
52
Coyote:“No va a funcionar; esa sería la versión reduci-
da, insidiosamente privatizada o, en otras pala-
bras (¿y qué es el tonal sino otras palabras?)
computarizada de la Ley de Murphy. Roy,
déjame decirte algo sobre la originalidad.”
Roy: “¿Qué es lo que me quieres decir sobre la
originalidad?”
Coyote: “Lo olvidé.”
Roy: “En ese caso debe de ser un mal entendido operativo.”
Coyote: “¿Un malentendido operativo acerca de qué?”
Roy: “Un malentendido operativo acerca de a quién se le
ocurrió originalmente la idea de un malentendido ope-
rativo, o, en otras palabras, ¿qué carajos crees que Marshall
Sahlins, Jim Bohannan y yo hemos estado haciendo todos
estos años?”
Coyote: “La Ley de Mercurio.”
Roy: “¿La Ley de Mercurio? ¿Qué carajos es eso?”
Coyote: “Absolutamente nada, o dicho de otra forma, lo olvidé. O
tal vez no lo olvidé y alguien se robó mi mensaje.”
Roy: “¿Cuál mensaje?”
Coyote: “¿Cuál? mi mensaje original. Mira, Mercurio fue el antiguo
dios Romano de los límites y de las fronteras, herméticamente
sellado, por decirlo así, y famoso por su acto doble de envenenar
peces espadas y robar mensajes al mismo tiempo.”
Roy: “Ya veo, es una frustración caduca, como en ‘mejor un pez
espada muerto que un herm-e-NUEV-euta vivo’.”
Coyote: “Seguro, mira, un hermeneuta vivo sería una contradistin-
ción de términos.”
Roy: “¿Entonces qué es la Ley de Mercurio?”
Coyote: “Una sub-versión insidiosa de la Ley de Wagner: ‘De todas
las cosas que podrían suceder en el momento que viene, absolu-
tamente ninguna de ellas lo hará.’ Porque ¿sabes? todas ellas ya
han sucedido antes, e incluso antes que eso, lo que, amigo mío,
es la mera y completa definición del tonal y la única palabra
que conoces que prohíbe absolutamente la posibilidad de un
después.”
53
Roy: “Excepto la recapitulación, por supuesto.”
Coyote: “De todos los baresuchos del mundo... Entonces de
hecho todo se reduce al pareamiento o dualidad, como
la del tonal y del nagual, tan reconcentrados en
sí mismos que su codependencia, invisibles para
ellos mismos, por definición uno sobre otro, es lo
único real sobre ellos. Nunca vas a encontrar
un ejemplo del tonal por su cuenta sin su ten-
dencia inherente a nombrar a su opuesto. Y
nunca vas a encontrar un ejemplo del nagual
por su cuenta pero será lo siguiente que
suceda después de lo que estabas esperando.
Y así sucesivamente.”
Roy: “¿Entonces, para qué molestarse en hacer la distinción?”
Coyote: “Para que la distinción, por decirlo de algún modo, no nos
haga, desde adentro en vez de desde afuera. Como esa obviedad
daribi acerca de nuestra supuesta reproducción, que ‘un niño es
una herida que viene desde los adentros’ o como la persona más
real del mundo, a la que jamás pudiste olvidar, y que te convirtió
en la persona más irreal de este mundo.”
Roy: “Y te convirtió en el coyote más irreal del cosmos.”
Coyote: “Así que lo que Castaneda llama ‘recapitulación’ no sólo
otro asombroso ejemplo de un ejercicio de excesiva simplifica-
ción mental new age, otra personificación de personas, o, como
tú las llamas, culturas, personificándose entre sí.”
Roy: “¡Dímelo a mí!”
Coyote: “Bueno, el problema con los gemelos, o las personificaciones
mutuas de unos con otros, es que en realidad son anti-gemelos,
EXPERSONIFICACIONES mutuas unidas por la cadera y en
busca del amor.”
Roy: “Es demasiado chistoso para
que me lo cuentes; mejor
enséñame.”
Coyote: “El pareamien-
to del pareamiento
mismo con el
54
despareamiento, o la asimetría. Lo que Don Juan llama el no-
hacer, o cómo el yo que recuerdo y el yo que anticipa no tienen
nada que ver el uno con el otro. ¿Lo ves? Ese es el lado chistoso.”
Roy: “No, no veo.”
Coyote: “Es como si dos antropólogos, en busca del secreto del tabú
del incesto, se toparan con su opuesto indirecto, el TABÚ del
FUERESTO.”
Roy: “El incesto, o el tabú del incesto, es la prueba más pasmosa a la
que se ha tenido que enfrentar la raza humana.”
Coyote: “Sin duda, y ha sido inmensamente honrado en la ruptura, si
no es que la rotura. Es como la canción alemana: ‘Uno es robado
y el otro no es suyo’.”
Roy: “A ver déjame entender bien esto (como Adán le dijo a Eva): El
género nos parea hacia afuera en dos tipos de cuerpo caracte-
rísticos, los cuales llamamos ‘masculino’ y ‘femenino,’ mientras
que la lateralidad —la ‘ladez’ o la dimensión derecha-izquierda
del mundo) o del conjunto cerebro-cuerpo (elige la que quieras,
siempre lo hacemos)— parea a cada uno de
nosotros hacia adentro dentro de un único
organismo individual, o por lo menos
orgasmo. ¿De dónde sacaste eso de ‘Uno es
robado y el otro no es suyo’?”
Coyote: “Bueno, tuvieron que decirte de que
género eras, y qué es el género, ¿no? Qué es
y cómo funciona, ya que no lo sabías por
puro instinto. Y luego, cuando supiste, sólo
pudiste hacer en relación a la otra forma
de gemelar —la lateralidad— por que
es la única manera en la que podemos
hacer distinciones.”
Roy: (citando a Brer Rabbit) “Nacido y
criado en las zarzas espinosas. Pero
todo se desmoronó cuando la conocí a
ella, la persona más real en el mundo.
¿Por qué es eso, hermano Coyote, por
qué?”
55
Coyote: “Porque, mi mechudo y
emplumado amigo, ya despe-
gaste. Por más antropólogo
que seas, perdiste todo rastro
de objetividad. Pero más que
nada, y más que todo porque el
género, tomado dentro y para sí
mismo, es una dirección puramente
subjetiva, al igual que la latera-
lidad, dentro y para sí misma, es
una dirección puramente subjetiva.
Mírate en un espejo un día de estos;
depende de que lado estás parado.”
Roy: “Entonces estaba utilizando un conjunto de direcciones
subjetivas para hablarme del otro, y luego el otro conjunto de
direcciones subjetivas para hablarme del único. Sé cuales son
cuando están juntos, pero ¿como puedo distinguirlos?”
Coyote: “Como dicen: ‘Soñaba el ciego que veía, y soñaba lo que
quería.’ Eras la criatura de tus propias personificaciones, com-
paraciones de tonal con tonal, parentescos-relaciones cara-a-
cara, madres, enamoradas, lo que llamabas, según recuerdo,
‘Adulterio Borgoña’. Y lo que realmente necesitabas eran dos
seres que te ayudaran.”
Roy: “En otras palabras, los ANTI-GEMELOS,
EXPERSONIFICACIÓN, EL TABÚ DEL FUERESTO. ¡Háblame de
ellos, Coyote!”
Coyote: “DREDE GODDE , Roy, te tengo que mostrar. Mira, la
humanidad jamás sería humanidad —al carajo las malditas
imitaciones de sí misma—, si no hubiese echado lámina, una
configuración ulterior de su naturaleza abstracta. Me encantaría
mostrarte a lo que me refiero pero luego tendría que matarte.”
Roy: “Voy a tomar tu recapitulación como una muestra de buena
fe.”
Coyote: “Y arrepentirte instantáneamente, por que uno es robado y
el otro no es suyo. Como que tenemos que robarle a la lateralidad
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para conocer la uniparcialidad de nuestro ser con género propio:
el strip-tease de Möbius del hecho de que cada persona en este
planeta pertenece a un solo género, llamado ‘género propio’, que
resulta ser el género que se adjudican.”
Roy: “Y eso quiere decir que nadie en este planeta pertenece al otro
género, ya que resulta ser que ese es el que no le pertenece a
nadie.”
Coyote: “Seguro, ‘el otro no es suyo’. Pero en el caso de que el otro
género sea femenino, entonces ella te posee. Hasta podría ser tu
madre. Si la versión lateral de un género propio está moldeada
como un Möbius, la versión lineal parece una botella de Klein.
Ya sabes, primero ella te personifica, literalmente, por dentro, y
después te expersonifica, figurativamente por fuera, pero siem-
pre es tu madre, de ambas maneras al mismo tiempo.”
Roy: “Como que tenemos que robarle al género para conocer los
adentros de los afueras, o hablando en forma figurada, la madre
del yo. ¿En dónde encaja del tabú del incesto?”
Coyote: “Bueno, verás, ese es el punto: tú no quie-
res estar fuera de tu madre y dentro de ella, al
mismo tiempo. Una es robada y la otra no es
tuya.”
Roy: “Mira, Señor Sabelotodo, como antropó-
logo sucede que yo sé bien que el incesto
maternal es sólo una de las muchas formas
del incesto, que se entiende de manera
muy diferente en las diferentes culturas.”
Coyote: “Pero tú no conoces muy bien
el Tao, ¿o sí? Y el Tao resulta ser el
Camino, y el camino comienza con
la afirmación de que ‘Aquel que tiene
nombre es la madre de una miríada de
criaturas’.”
Roy: “Así que, dicho de otra forma, ¿cada
vez que mencione el nombre de otro
estoy cometiendo un incesto?”
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Coyote: “No, ese sólo es el incesto primigenio, como conocemos a nosotros mismos —y también la subjetividad de la
cuando hablas de una cosa en vez de hablar objetividad— y sabemos estas cosas al poder distinguir una de la
de todo el resto. Profesor. Para llegar al punto otra.”
real de esta discusión, que es el FUERESTO, Roy: “¿Y cuales son sus nombres?”
nos vemos en la mera necesidad de recapitular.” Coyote: “El Singular se llama El Dos del Uno o El Icono del Incesto,
Roy: “No de nuevo.” como el mal ejemplo, quedarse atrapado en la descripción. El
Coyote: “Ese es el único Camino.” Otro se llama El Uno de Dos o El Embrión Adulto, como el buen
Roy: “¡Suspiro!” ejemplo, no quedarse atrapado en la descripción.”
Coyote: “La humanidad, al igual que muchas otras criatu- Roy: “¿Cómo es que algo sin descripción puede atrapar cualquier
ras, está formada de una sola manera, la cual hemos cosa, y cómo es que algo tan lleno de su propia descripción
identificado como ‘gemelismo’ y la cual consiste en puede ser atrapado?”
gemelizar una cosa hacia afuera, en forma de dos Coyote: “Pregúntate a ti mismo, Roy: ¿cómo sobrevivimos nosotros
tipos característicos de cuerpos, llamados géneros, y a este capítulo?”
después gemelizar esa misma cosa Roy: “No lo hicimos.”
hacia dentro para formar la distin- Coyote: “Ahora ya le estás agarrando la onda. Nosotros estamos
tiva (y distinguida) lateralidad del hechos por un género gemelizado hacia fuera, mientras que ellos
individuo singular.” están hechos por un género gemelizado hacia dentro. Es la defi-
Roy: “Bueno, eso para mí sí que suena como nición más general de incesto imaginable. Y estamos hechos de
una recapitulación: uno es robado y el otro... lateralidad gemelizada hacia adentro, concentrada en el núcleo
ni siquiera es el otro ya que, y sigue mis palabras, la interno del cuerpo, mientras que ellos están constituidos por una
objetividad de cada forma de gemelización está completamente lateralidad gemelizada hacia afuera, que es la definición más
basada el la subjetividad del otro. No hay final a la vista.” general de la tecnología imaginable. Son como la herramienta
Coyote: “Así fue durante miles de millones de años: la miríada de usándonos, y son como el
criaturas cruzándose promiscuamente entre sí, cometiendo inde- incesto utilizándonos.”
cibles actos de incesto interespecífico, que tú llamas ‘evolución’. Roy: “Recórcholis, Coyote,
Entonces, un día de la nada...” ¿sabes qué significa eso?
Roy: “No retengas tu aliento; es más saludable si te das por venci- Significa que han
do...” obviado la diferencia
Coyote: “...llegaron los ANTI-GEMELOS , las entre subjetividad y
SIMETRÍAS DE GÉNEROS , los (improperio objetividad —como los
borrado) EXPERSONIFICADORES, LOS ANTI alienígenas y sus objetos
TONALES ANTI-NAGUALES .” voladores no identifica-
Roy: “¿Y causaron alguna diferencia?” dos— para que ni siquiera
Coyote: “Toda la diferencia del mundo. De hecho, ellos puedan saber de dónde
el mundo; estos son los Únicos por los que nos vienen o hacia a dónde van.

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 Son neotenos, seres completamente El trabajo de la guerra es luchar sobre la lucha,
neoténicos, falsificaciones de las fal- el negocio sin fin del negocio: un robo ciego,
sificaciones que siempre creímos que La proctología nunca se queda atrás,
eran. Y se pone peor la cosa, ya que el trabajo de los dioses: ¡fuerza ridiculizante!
si juntas todo esto resulta que se caen Un astuto trabajo de contador está refrendado
en pedazos ya que están construidos para re-indemnizar la palabra ‘acusación’,
de manera totalmente opuesta a como el trabajo de las estrellas es quedarse despiertas toda la noche
estamos hechos: son seres bi-género con un para intimar despreocupación a la mente.”
solo lado cada uno.”
Coyote: “¡Santa nube atómica, Roy! Eso significa que hemos Coyote: “¡Un asunto de vocación, por así decirlo;
sido reemplazados, y ni siquiera por computadoras. cuando el día termina, fingir evolucionar
Reemplazados por seres que no sólo son más unidireccionales su rollo es tan aburrido que la única cura
que nosotros, sino también mucho más reales. De hecho, son tan es un flaco servicio a la luna
reales que son prácticamente invisibles para nosotros, y debemos sin apuro, sin más problemas que resolver,
inferirlos, al igual que un ciego está forzado a inferir el humor.” renuncia a tu trabajo diurno, la noche es un gran viaje!”
Roy: “¿Tú crees que Don Juan estaba al tanto de estos, como los que
llamaba los aliados, o la consciencia inorgánica?”
Coyote: “Ni de chiste, porque si él supiera acerca de éstos, como
era un Nagual y todo eso, nunca podría haberse quemado con el
fuego desde dentro y salir de este mundo triunfante con su fiesta
de guerreros desfilando tras él.”
Roy: “¿En qué nos equivocamos, Coyote,
porqué no somos guerreros como
él?”
Coyote: “Debe ser nuestra
vocación, ya que parece
ser la única parte de noso-
tros que sigue por aquí.”
Roy: “Bueno, supongo que sí.
Cuando era joven quería
ser astrónomo.”
Coyote: “¿Para qué? ¿Para evitarte el llamado a filas?”
Roy: “¿Para no quedar atrapado en el reclutamiento? Oye, está
bueno. Pero realmente era una especie de relámpago de luna:

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