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CONTENIDO
Esta unidad considera el período de la historia del cristianismo en el que surgen nuevos
movimientos de reforma y expansión, que prepararon el escenario para la explosión misionera y la
iglesia moderna de los siglos XIX Y XX, eventos que consideraremos en te próxima unidad. Si bien
será necesario considerar con mayor atención que en las unidades anteriores las ideas que
modelaron las reformas y abrieron las puertas a la revolución política, intelectual e incluso
tecnológica, no se perderá de vista el énfasis en los individuos como forjadores de la historia.
La Lección 7 Considera los grandes movimientos de reforma, comenzando con Martín Lutero,
pasando por Ulrico Zwinglio, Juan Calvino, los Anabautistas, la revuelta en Inglaterra, Juan Knox y
los hugonotes en Francia, Se destacan algunos aspectos da la vida de los reformadores más
importantes, su obra y sus ideas principales.
LECCIÓN 7
LA REFORMA PROTESTANTE
Dos condiciones son necesarias para cualquier gran expansión del cristianismo: oportunidad,
especialmente en materia de comunicaciones por el mundo; y, vigor espiritual dentro de la iglesia.
Poco después del año 1500, estas dos condiciones estaban presentes y al mismo tiempo en un
grado inusual. El resultado fue el período más grande de expansión cristiana que la historia haya
conocido hasta aquel momento.
Hacia fines del siglo XV los marinos al servicio de España se estaban aventurando hacia el oeste.
La idea renacentista de que el mundo era redondo los animaba. Los portugueses sentían que su
camino estaba más hacia el sur, por la costa africana, Ambas naciones esperaban flanquear la
barrera del Islam (caída de Constantinopla en el 1453) y encontrar una nueva ruta marítima que les
diera un acceso libre hacia oriente. En 1492 Cristóbal Colón descubrió “las Indias” (Indias
Occidentales) que realmente resultó ser el Nuevo Mundo. Para 1522 la expedición de Magallanes
había completado esta exploración hacia el oeste. Sus naves fueron las primeras en navegar
alrededor del mundo.
En 1497 Vasco de Gama rodeó el Cabo de Buena Esperanza, y navegó cruzando el Océano Indico
hasta la costa sudoccidental de la India. Los mercaderes portugueses continuaron avanzando
hacia oriente, y en 1517 llegaron por fin a la costa de la China, siendo de este modo los primeros
europeos en hacerlo por casi 200 años.
El Renacimiento fue un período no sólo de nuevas rutas cruzando el mundo, sino también de un
conocimiento acerca del mundo mismo más grande que el de cualquier otra edad previa. Pero la
nueva vida no sólo se encontraba entre los marinos y mercaderes, los filósofos y artistas, sino que
algo nuevo estaba ocurriendo también dentro de la iglesia medieval. El mismo año en que las
naves portuguesas llegaron al Lejano Oriente, Martín Lutero colocó sus Noventa y Cinco Tesis en
la Universidad de Wittemberg, y se ofrecía a defenderías contra todos los que quisieran discutirlas.
Este fue el primer acto de la Reforma Protestante, De esta manera, puede decirse que el año 1517
vio cumplidas las dos condiciones vitales para la expansión del cristianismo: comunicaciones y
vigor espiritual.
La Reforma en Alemania
A comienzos del siglo XVI la gente discutía diferente caminos para realizar la ansiada y
necesaria reforma de la Iglesia. Algunos grupos de místicos buscaban renovarla mediante su
propia santidad personal. Otros consideraban un error el intento de los papas de crear una
cristiandad bajo su autoridad única como soberanos políticos de Europa, ocupando el lugar de los
emperadores romanos, y lo resistían. Los intelectuales en las universidades, que usaban los
nuevos métodos del Renacimiento (crítica histórica y literaria), estudiaban las lenguas clásicas y
los documentos antiguos y aplicaban sus hallazgos al estudio de la Biblia, descubriendo que no
todo lo que la iglesia enseñaba y practicaba era bíblico. Mucha gente deseaba un cambio y hacia
algo por lograrlo, pero sin mayor efectividad. Hacía falta un líder y una circunstancia dramática que
canalizara todas estas fuerzas hacia una reforma auténtica. Muchos de los que buscaban una vida
espiritual más pura, libertad del control político del papa, y una teología más profunda, bíblica y
erudita, encontraron todo esto en la prédica, la acción, y los escritos de un monje y profesor
alemán de Wittemberg: Martín Lutero.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/4
Al principio, Lutero no se dio cuenta de que el camino que comenzaba a transitar iba a ponerlo
fuera del sistema que no logró traer paz a su vida, El primero de los pasos en este proceso fue su
resistencia a las indulgencias. La Iglesia Católica Romana enseñaba que todos los pecados
cometidos antes del bautismo eran limpiados por este sacramento, mientras que la penitencia
purgaba los que se cometían después. Para los pecados que no se cubrían por estos medios
existía, después de la muerte, el Purgatorio. La manera más común en los días de Lutero de
acortar la estadía en el Purgatorio era comprando a los representantes del papa, unas escrituras
(indulgencias), que autorizaban al titular de la misma a “salir antes”, de aquel lugar de tormento,
Generalmente, estas indulgencias se compraban en beneficio de familiares fallecidos. Hacia 1516,
Lutero ya tenía dudas acerca de esta práctica, y, a riesgo de perder su sustento, negó su
efectividad. Roma necesitaba grandes sumas de dinero para financiar la construcción de la Basílica
de San Pedro y realizó una venta especial de indulgencias para recaudar los fondos necesarios,
declarando ahora que directamente las indulgencias perdonaban todos los pecados de quienes las
compraban, Lutero no pudo resistir esto, y el 31 de octubre de 1517 colocó en las puertas de la
Iglesia de Wittemberg noventa y cinco proposiciones, que invitaban a debatir tres temas generales:
1. El tráfico de las Indulgencias, que para Lutero era contrario a las Escrituras, inefectivo y
peligroso.
2. El poder del papa para el perdón de culpas y penas no canónicas, que Lutero negaba.
3. El carácter del tesoro de la Iglesia, que se decía, consistía en los méritos donados por Cristo y
los santos para cubrir los pecados de los penitentes, que Lutero también negaba.
Lutero expresó los grandes interrogantes que se estaba planteando toda la Iglesia y la Imprenta
esparció rápidamente sus ideas por toda Europa. Pero su desafío no fue aceptado hasta 1519,
cuando se encontró con teólogos católicos en Leipzig. Ni él ni sus oponentes ganaron, pero Lutero
mostró que ya no estaba dispuesto a seguir la opinión de los teólogos de la Iglesia Católica
Romana en cuanto al significado de la Biblia y que estaba más de acuerdo con la doctrina de Juan
Huss que con la de Roma. En 1520 fue condenado como hereje y en 1521 fue citado para
presentarse en Worms ante la Dieta (Asamblea Legislativa) del Sacro Imperio, en la que estuvo
presente el emperador Carlos V, y que terminó colocándolo bajo el bando. Mientras el papa León X
pesaba el riesgo de condenar a Lutero, éste se dedicó a escribir una serie de panfletos y tratados
convocando a una reforma:
la pretendida superioridad del poder espiritual sobre el temporal; (2) el derecho exclusivo del papa
para interpretarlas Escrituras; y, (3) sólo el papa podía convocar un concilio o reformar la Iglesia.
3. Tratado sobre la libertad cristiana: Donde destaca la libertad que goza el creyente e indica
que todos los cristianos son sacerdotes. Allí presenta la paradoja de que un cristiano es un sector
perfectamente libre de todos, y no está sujeto a nadie. Un cristiano es un siervo perfectamente
obligado a todos, y está sujeto a todos”
La manera en que Lutero se expresó en estos panfletos no era muy diferente de la usada por
Wycliff O Huss. Sus amigos vieron que corría peligro y planearon un secuestro; así lo llevaron a un
castillo en Warburgo, donde pasó diez meses. Su trabajo literario en este lugar fue intenso,
destacándose la traducción del Nuevo Testamento al alemán popular. Mientras se encontraba
escondido en Warburgo, algunos de sus seguidores en Wittemberg asumieron posiciones
radicalizadas, y Lutero tuvo que regresar para ponerse al frente del movimiento que había iniciado
encauzándolo por carriles más conservadores, Lutero contó con el respaldo del príncipe elector de
Sajonia, Federico el Sabio, y pudo continuar su obra tranquilo hasta morir en paz. Además, la
guerra entre Carlos V y Francisco 1 de Francia, y la amenaza de los turcos, obligaron a Carlos V a
suspender su persecución de Lutero, y éste pudo organizar mejor su reforma.
Las enseñanzas de Lutero viajaron rápido y llegaron lejos. Bajo su influencia el rey de Dinamarca
comenzó a reformar la Iglesia en su reino, que en pocos años se transformó en la primer nación
luterana. En 1521, Enrique VIII, rey de Inglaterra, que sabia algo de teología escribió un libro
atacando la enseñanza de Lutero sobre los sacramentos. Esto les valió a los monarcas ingleses el
título de “Defensores de la Fe”.
En 1525 - el mismo año en que Lutero se casó con Catalina von Bora, (una ex-monja) en el sur de
Alemania ocurre una revuelta de campesinos, que atacaron monasterios y castillos hasta llegar a
excesos mayores. Lutero se volvió contra los campesinos en un violento panfleto titulado “Contra
las hordas de campesinos asesinos y ladrones”. La rebelión terminó en una horrenda carnicería, y
Lutero perdió el respaldo de las clases más bajas, convenciéndose de que su reforma prosperaría
sólo si contaba con el apoyo de los nobles y príncipes. Al año siguiente (1526), Carlos V se
propuso liquidar al luteranismo y para ello convocó un Dieta en la ciudad de Espira, que se frustró
por la renovación de la guerra y terminó afirmando que cada estado tenía derecho de seguir el
credo religioso que deseara adoptar, hasta que se reuniera un Concilio General. En 1529 se reúne
una segunda Dieta en Espira, que demandó la inmediata ejecución de las decisiones de la Dieta de
Worms, dio a los católicos plenos derechos de adoración en todos los estados del Imperio, y limitó
los derechos de los luteranos. Cinco príncipes alemanes armaron una protesta y se les llamo
“protestantes”, siendo ésta la primera vez que se usó este término.
En 1530 la Dieta de Augsburgo les dio a los protestantes el derecho de ser oídos. Se presentaron
tres declaraciones de fe, siendo la más larga la presentada por los luteranos, que había sido
redactada rápidamente por Felipe Melanchton con la aprobación de Lutero. En esta declaración,
conocida como la Confesión de Augsburgo, Melanchton procuró reducir al mínimo las diferencias
con los católicos, y llegó a ser la declaración oficial de la fe luterana.
A partir de 1530 los luteranos procuraron organizarse en ligas defensivas. La iglesia luterana se
puso en manos de los príncipes y se transformó en una iglesia estatal. La confusión política, la
amenaza de los turcos y la esperanza de un concilio general que aclarara estos problemas
religiosos, hicieron que muchos postergaran una toma de posición ante el luteranismo, y esto le
permitió al mismo desarrollarse con cierta ventaja. En 1546 el papa Pablo III convocó a una
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cruzada contra los protestantes, que se aliaron constituyendo la Liga de Esmalcalda. Pero fueron
derrotados por dividirse debido a las traiciones de algunos de sus dirigentes. Sin embargo, la
envidia entre el emperador y el papa imposibilitaron la destrucción inmediata de los protestantes, y
en 1552 después de muchas maniobras políticas se reinició la guerra, y los protestantes
recuperaron los territorios perdidos. En 1555 se firmó la paz de Augsburgo, que consideró a los
luteranos con iguales derechos que los católicos y estableció el principio de que cada estado
tendría la religión que su príncipe eligiera debiendo ser una con la exclusión de la otra.
La reforma de Lutero hizo tres planteos en el pensamiento de la Iglesia que jamás se olvidarán:
2. Que el centro del mensaje de la Biblia es la relación entre Dios y sus criaturas.
La Reforma en Suiza: La Reforma del siglo XVI fue la Reforma de Lutero. Si bien cada país
realizó su propia reforma, todos fueron influenciados por el pensamiento de Lutero a través de sus
escritos. Las dos ideas básicas de Lutero, que Dios ha justificado a los pecadores a través de lo
que hizo en Cristo y que la Biblia es la única base para la fe y la práctica cristianas, fueron
aceptadas unánimemente por todos los reformadores. Su obra comenzó en el noroeste de
Alemania, pero su mensaje echó raíces por toda Europa, especialmente en Suiza.
En el siglo XVI, Suiza era una confederación de ciudades libres y cantones incorporada al Sacro
Imperio Romano Germánico, que tenían gobierno propio y vivía de la manufactura y el comercio.
Los panfletos de Lutero inundaron Suiza y fueron leídos con avidez por los pequeños comerciantes
y artesanos, que hicieron de la Reforma de su país un movimiento más práctico y con mayor
énfasis en la organización que el luterano. Lutero sólo quedo lograr sus reformas persuadiendo a
los grandes señores feudales de Alemania, y éstos a su vez tuvieron que persuadir al emperador y
al papa. En cambio, los reformadores suizos sólo tuvieron que convencer a los consejos de sus
propias ciudades.
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Las ideas de Zwinglio. -- Zwinglio fue un hombre de acción más que de reflexión. Sirvió en el
ejército de su ciudad y murió en el campo de batalla. Comenzó su carrera como reformador
predicando una serie de sermones utilizando el Nuevo Testamento griego preparado por Erasmo.
Casi no escribió sobre sí mismo y no sabemos qué fue lo que lo llevó a seguir las enseñanzas de
Lutero, pero hacia 1533 su vida cambió. Al año siguiente, renunció al sostén económico que recibía
de la Iglesia Católica Romana y por verse complicado en incidentes anticatólicos fue puesto preso.
Huyó de Francia y fue a Basilea, donde publicó su obra cumbre: Instituciones de la Religión
Cristiana, que fue la más ordenada y sistemática presentación popular de la doctrina y de la vida
cristiana que hasta entonces había producido la Reforma. Calvino tenía entonces 26 años, Más
tarde viajó a Italia, luego a Francia y de regreso a Estrasburgo pasó por Ginebra, donde se
encontró con Guillermo Farel, entusiasta reformador en aquella ciudad que lo animó a quedarse
con él para ayudarle en su obra. Calvino comenzó modestamente su trabajo en Ginebra, actuando
como profesor de Biblia y más tarde como predicador, hasta que se transformó en un líder de la
ciudad. En 1538, por diferencias con las autoridades civiles, Calvino y Farel fueron desterrados.
Calvino fue a Estrasburgo, donde actuó como pastor de una iglesia de refugiados franceses y
como conferencista sobre teología. Los tres años que allí pasó fueron los más felices de su vida:
fue honrado por la ciudad, que lo nombró uno de sus representantes en los debates auspiciados
por Carlos y para la unión de protestantes y católicos (1540 y 1541), se casó, y escribió algunas de
sus obras más importantes, como una edición ampliada de las Instituciones su Comentario a los
Romanos y la Respuesta a Sadoleto.
En 1541 regresó a Ginebra donde pronto consiguió la adopción de una nueva constitución
eclesiástica, las Ordenanzas, mucho más definidas que las recomendaciones que había hecho con
Farel en 1537. Sobre la base de las Ordenanzas, Calvino organizó la Iglesia en Ginebra
estableciendo cuatro oficios: predicadores, maestros, presbíteros y diáconos, todos bajo la
dirección de un consistorio, que tenía a su cargo la disciplina eclesiástica. Además, escribió una
confesión de fe, un catecismo para los niños y una nueva liturgia que ponía énfasis en el canto
congregacional. Fundó también una academia, que posteriormente llegó a ser la universidad de
Ginebra, donde se formaron muchas generaciones de pastores que llevaron el calvinismo por
todas partes, Su meta fue hacer de Ginebra el modelo de una perfecta comunidad cristiana. Su
influencia fue notable, llegando incluso a Polonia y Hungría, y antes de su muerte, el calvinismo ya
había echado raíces en el sudoeste de Alemania. Lamentablemente, no tuvo un sucesor de su
envergadura y la obra que había puesto en marcha ya era demasiado grande para que un solo
hombre pudiera dirigirla.
Las ideas de Calvino. Calvino, al igual que Lutero, puede ser considerado como “reformador
bíblico”, porque procuró encontrar un sistema de doctrina cristiana sacado directamente de la
Biblia. En esto fue ayudado por su hábito de predicar la Biblia texto por texto. Con Lutero, pensaba
que el argumento de Pablo en la Carta a los Romanos es la clave del evangelio y el mensaje
central de toda la Biblia. Calvino, al igual que San Agustín, escribió más libros de los que cualquier
persona puede leer en toda su vida. Pero sus enseñanzas e ideas principales están en las
Instituciones. Generalmente se considera al calvinismo sólo como un sistema de teología, pero fue
mucho más que esto.
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Enseñanzas teológicas: En la mayor parte de lo que escribió, Calvino era un buen luterano, que
basaba toda doctrina en la Biblia y que creía que “la justificación es el gozne sobre el que gira la
religión”. La diferencia realmente importante entre Lutero y Calvino fue que el segundo fue más
cuidadoso y sistemático que el primero. Procuró reunir el mensaje de toda la Biblia y de cada uno
de sus libros en un todo lógico y armónico, produciendo así la exposición más sistemática,
consecuente y completa de la doctrina que jamás se haya dado al mundo. Su doctrina básica fue la
soberanía de Dios y de aquí se deducen los demás elementos del sistema, como:
1. Los mandamientos: Surgieron como consecuencia de la caída del hombre y no fueron la causa
de su condición pecadora.
2. La elección: La salvación depende de la elección, y las razones de esa elección están ocultas
en la inescrutable voluntad de Dios, Para Calvino, ésta fue siempre una doctrina de consolación
cristiana. Decía él: Cristo sufrió suficientemente por todos los hombres, pero eficazmente sólo por
los elegidos.
3. La salvación: La salvación del hombre depende totalmente de la iniciativa de Dios y es obra del
Espíritu Santo, que actúa cuándo, cómo y dónde, él quiere llevando al arrepentimiento, y se hace
propia por la fe, que es una unión vital del creyente con Cristo.
4. La vida cristiana: La salvación es para justicia, de modo que el testimonio del Espíritu en el
corazón, las buenas obras y una vida santa son evidencias de haber sido elegido para salvación.
“Somos justificados no sin obras”, decía Calvino, “pero no por obras.” El calvinismo puso un gran
énfasis en el carácter, pero el hombre es salvado para el carácter y no por el carácter.
5. La vocación divina: Compartía con Lutero esta idea de que Dios había ordenado a todos sus
deberes particulares en las diferentes esferas de la vida.
7. La oración: Era el medio de comunicación con Dios y el alimento primordial de la vida cristiana.
8. La vida futura: Rechazó la idea de un Purgatorio afirmando que había sólo dicha eterna o
condenación eterna. Además, condenó otras enseñanzas católicas medievales como la confesión
auricular y la intercesión de los santos.
Enseñanzas eclesiológicas: Como vimos, Calvino y Lutero tuvieron muchas cosas en común.
Pero la enseñanza del primero se distinguió significativamente de la del reformador alemán en dos
cosas: el fuerte énfasis que puso sobre la Iglesia y su concepto de los sacramentos:
1. La Iglesia: Los reformadores enseñaron que para tener una Iglesia verdadera sólo son
necesarias tres cosas: la Biblia, los sacramentos (generalmente la Cena del Señor y el Bautismo),
y una vida cristiana disciplinada. Lutero pensaba que la Iglesia verdadera consistía de creyentes
auténticos y que sólo Dios sabia quiénes eran. Calvino creía lo mismo señalando que la iglesia no
es idéntica con ninguna institución visible, sino que incluye a todos los elegidos, estén vivos o
muertos, No obstante, para él, la Iglesia era una institución para la educación cristiana, donde la
gente no sólo era llamada al arrepentimiento y la fe, sino también era enseñada en cómo vivir la
vida cristiana en forma práctica. Por esto, para Calvino, la Iglesia visible tenía mucha importancia.
Creía que debía ser organizada según el Nuevo Testamento, y enseñó que debía atender a sus
propios asuntos sin interferencia del estado. Su sistema de gobierno eclesiástico fue una
democracia, pero no de carácter absoluto sino más bien representativa, que consistía en una serie
de cuerpos representativos que ejercían funciones legislativas, ejecutivas y judiciales bajo la
dirección de la Biblia (sesiones locales, Presbiterio, Sínodo y Asamblea General). La disciplina
eclesiástica fue muy rígida y severa, llegando a ser administrada incluso por medio de las
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2. Los sacramentos: Calvino reconoció dos sacramentos: el Bautismo y la Cena del Señor.
Respecto del bautismo, conservó el bautismo infantil enseñando que era tanto un sello de la gracia
(Lutero) como una señal de la misma (Zwinglio), por eso debía conferirse sólo a los hijos de padres
cristianos. En cuanto a la Cena del Señor, negaba que el cuerpo y la sangre de Cristo estuviesen
realmente presentes en los elementos, pero afirmaba que el comulgante participa del Cristo
glorificado de un modo espiritual cuando lo hace con fe. Así, a mediados del siglo XVI, los
cristianos sostenían cuatro conceptos diferentes en cuanto a la Cena del Señor:
b. Para Lutero el cuerpo y la sangre de Cristo se daban junto con el pan y el vino, por la fidelidad
de Dios a su pueblo y no por la acción del sacerdote. Tampoco la Cena es un nuevo sacrificio de
Cristo por nuestros pecados, sino que es un acto de comunión con él. El pan y el vino no cambian,
pero Cristo viene a todo aquél que come y bebe con fe, “bajo”, el pan y el vino. Esta doctrina se
conoce como consubstanciación.
c. Calvino enseñó que en la Cena se daba una presencia espiritual real de Cristo, por la cual el
Señor viene, pero sólo a los creyentes.
d. Zwinglio y otros entendieron la Cena como un acto conmemorativo, como una proclamación y
una entrega, donde los elementos sólo cumplen la función de símbolos.
La Reforma Radical
La división de la cristiandad europea, que comenzó con la condenación de Lutero en 1520, fue
inevitable y permanente. Los distintos países y ciudades de Europa occidental fueron escogiendo
entre el protestantismo y el catolicismo. Pero hubo algunos reformadores que no fueron aceptados
ni por unos ni por otros: los reformadores radicales. Sus ideas y prácticas eran ilegales en todas
partes, porque se oponían al concepto “constantiniano” imperante, que sostenía que cada nación
debía tener una sola religión y que el gobierno debía apoyarla. Los reformadores radicales
profesaban que lo único que querían era, obedecer a Dios antes que a los hombres. Creían que el
Nuevo Testamento indicaba una iglesia de creyentes libre, sin apoyo ni reconocimiento del estado,
que era guiada y fortalecida por la Palabra y el Espíritu de Dios, El movimiento se conoce como a
Reforma Radical, porque sus propulsores lo fueron en dos sentidos:
1. Aplicaban las ideas de Lutero, Zwinglio y Calvino en todas las esferas de la vida en forma cabal.
No hicieron una reforma a medias, sino en forma completa.
2. El movimiento, al menos en parte, nació en las bases. Sus líderes eran laicos y trabajaban entra
los campesinos y artesanos; no eran ministros o sacerdotes ordenados.
Es posible que estos radicales hayan surgido de la situación histórica inmediata a la Reforma y del
avivamiento producido por el estudio de la Biblia; aunque no se descarta que hayan tenido
antecedentes en la baja Edad Media, dada la complejidad y variedad que manifestó este
movimiento. Hubo diversos tipos de reformadores radicales.
Biblistas o anabautistas. Entre ellos se encontraban hombres como Conrado Grebel, Félix Manz
y Baltasar Hubmaier, que habían sido seguidores de Zwinglio en Zurich, pero diferían de él porque
sostenían que la Iglesia debía ser reconstruida estrictamente sobre la base de la imitación de la
vida de Cristo, y el ejemplo de los primeros capítulos del libro de los Hechos. Enseñaban también
que la iglesia debía ser totalmente independiente del estado. No obstante, la discusión principal
con Zwinglio giraba en tomo al bautismo infantil. En 1525 el Consejo de Zurich arregló un debate
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entre Zwinglio, Grebel, Manz y Hubmaier, para aclarar ese tema. El Consejo votó en favor de
Zwinglio y ordenó el bautismo de todos los niños. Tres días más tarde, los rebeldes se rebautizaron
y desde este momento se los llamó ”ana-bautistas’ (1.e., rebautizadores). La reacción oficial fue
rápida: Grebel murió en prisión, Manz fue ahogado y Hubmaier fue quemado vivo, y cientos de
anabautistas corrieron la misma suerte. Debido a estas persecuciones que se desataron en Suiza,
el anabautismo se extendió a Austria y Moravia en 1526. La persecución se vio intensificada
porque se pensaba que eran cómplices en la revuelta campesina de 1525. En parte esta acusación
se justificaba, pues Tomás Muntzer, el líder de la considerado anabautista.
El cuerpo más numeroso de los anabautistas que sobrevivió a las persecuciones fue el de los
menonitas, que recibieron ese nombre de Menno Simons, un holandés ordenado sacerdote que
en 1536 renunció a la Iglesia Católica Romana y fue bautizado. Fue un extraordinario predicador
itinerante que difundió a fe anabautista en Holanda y Alemania.
La Paz de Augsburgo (1555) reconoció sus derechos religiosos a los luteranos; la Paz de Westfalia
(1648) hizo lo propio con los reformados; pero los Anabautistas no pudieron adorar a Dios con
libertad y predicar sus convicciones hasta el siglo XVIII. Fueron tolerados en diferentes momentos
de su historia en el sur de Alemania, en Europa oriental y especialmente en los Países Bajos. Más
tarde fueron invitados como colonos a Polonia y Rusia, y en los siglos XIX y XX muchos emigraron
a América.
El primero de ellos, en 1521, hizo cambios en la liturgia y la gente continuó los cambios quitando
las imágenes de los templos. Lutero se enfureció, Temía que su reforma teológica se transformase
en un movimiento popular incontrolable. Regresó a Wittemberg y después de una febril campaña
de predicación, recuperó el control de la situación. Muntzer era un pastor luterano que veía la obra
del Espíritu en los movimientos sociales y políticos de su tiempo. Creía en una Iglesia espiritual
cuyos miembros alcanzaban los dones del Espíritu mediante una intensa lucha interior. Estaba en
contacto con los campesinos que se oponían a la injusticia provocada por los cambios económicos
del periodo, y fue su líder en la revuelta de 1525. La guerra no duró mucho, pero silo suficiente
como para hacer bastante daño. Los campesinos fueron derrotados y Muntzer capturado y
decapitado.
Un intento principal de los milenaristas fue el de producir el reino milenario, trayendo los cielos a la
tierra, incluso mediante el uso de la fuerza. Uno de estos milenaristas fue Nicolás Storeh, amigo de
Muntzer, que estaba influido por su doctrina y el movimiento milenarista de Bohemia. Sucesor de
Muntzer fue también Melchor Hoffman. Después de la revuelta campesina, muchos radicales
emigraron a Estrasburgo, donde había tolerancia. Hoffman dijo que Cristo establecería en esa
ciudad su reino milenario y que esto ocurriría en el año 1535; pero en ese año lo que ocurrió fue
que Hoffman fue puesto en la cárcel, No obstante, sus enseñanzas influyeron sobre muchos
anabautistas en Alemania y los Países Bajos. A principios de 1534 la ciudad libre alemana de
Münster fue tomada por anabautistas fanáticos que decían que esa ciudad era la Nueva
Jerusalén”. El líder de la ciudad fue uno de los seguidores de Hoffman y sucesor suyo al frente del
movimiento, Juan Mathys, quien creía ser el profeta Enoc e hizo uso de la fuerza para lograr sus
propósitos milenaristas. Sin embargo, al poco tiempo la ciudad fue sitiada y la mayoría de sus
habitantes fueron muertos. Protestantes y católicos tomaron los episodios en Münster como prueba
de que las enseñanzas anabautistas conducían a la inmoralidad y el derramamiento de sangre.
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Las ideas de los anabautistas. La mayoría de los cristianos hoy acepta las ideas anabautistas
como la mejor expresión de la fe del Nuevo Testamento. Los radicales del siglo XVI sentaron un
ejemplo de un cuestionamiento libre, agudo y honesto de las ideas cristianas tradicionales. Algunas
de las convicciones de estos radicales fueron:
2. Insistían en que la Iglesia debía estar compuesta exclusivamente por creyentes regenerados y
bautizados después de una profesión de fe en Cristo.
4. La Cena del Señor era una conmemoración de la muerte de Cristo, un símbolo de la comunión
con él y un recuerdo de la promesa de su regreso. Sólo los bautizados participaban de la Cena.
5. Creían en la separación de la Iglesia y el estado por eso los creyentes no podían ser
funcionarios públicos o tener cargos políticos.
7. Sostenían que el amor cristiano debe ser la base de todas las relaciones humanas, por eso
fueron celosos pacifistas.
A pesar de las persecuciones que sufrieron, los anabautistas continuaron con la promoción de su
fe. No constituyeron cuerpos eclesiásticos muy grandes, pero su influencia ha sido notable,
especialmente por sus tres convicciones básicas:
En nuestros días estos principios han sido aceptados por muchos cristianos.
La Reforma en Inglaterra
Protestantismo y reacción (1547-1558). Cuando Enrique murió fue sucedido por su hijo Eduardo
VI que tenía 9 años y que gobernó bajo la tutoría del Duque, de Somerset (1547). Durante su
reinado Cranmer pudo llevar adelante la promoción del protestantismo, pero todo terminó con la
muerte de Eduardo y la ascensión al trono de Maria, la hija de Catalina de Aragón. María era
católica, como su madre, y se casó con Felipe II de España. El pueblo inglés no la quería. Su
reinado triste duró sólo cinco años, en los que destiló su resentimiento por la anulación del
casamiento de sus padres. Con la ayuda del cardenal Reginaldo Pole revocó los cambios
realizados en la Iglesia de Inglaterra desde 1529. Muchos resistieron estas medidas y fueron
ejecutados, entre ellos Tomás Cranmer.
De esta manera, hacia el año 1563, la corona de Isabel estaba sólidamente afirmada, pero
amenazada por dos lados: por el de Roma, y aún más peligrosamente, por el de los reformadores
más fanáticos que luego serian conocidos como los puritanos. La corona inglesa había ido
demasiado lejos en sus pretensiones de independizarse de Roma, por eso en 1570 el papa
excomulgó y depuso a Isabel y puso bajo el bando a Inglaterra, lo que significaba que cualquier
nación podía conquistarla contando para ello con la aprobación papal. Felipe II intentó hacerlo en
1588 con su Armada Invencible, pero fue derrotado.
La Reforma en Escocia
La Escocia del siglo XVI era un país sumido en el feudalismo con una corona débil e incapaz, una
nobleza pobre y una Iglesia inmensamente rica en tierras y muy secularizada. El país estaba
preparado para la Reforma por la educación de algunos sectores sociales, el constante intercambio
con Francia y los Países Bajos, y la simpatía de los estudiantes escoceses por los primeros
movimientos de reforma en Inglaterra y Bohemia.
1. Seguía el modelo de Calvino: fue doctrinal antes que política; exaltó la Biblia como única regla
de fe y orden; y, puso gran énfasis en la disciplina.
2. Tuvo éxito con todas las clases sociales: la nobleza la aceptó primero ofreciéndole su apoyo,
y luego le siguió la gente común. Surgió una sorprendente unanimidad religiosa entre los
escoceses.
3. Fue democrática: Mucho más que la reforma calvinista. Cada congregación tenía el derecho de
escoger a su propio pastor. Habla más libertad en los Sínodos, las sesiones y la Asamblea
General.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/15
5. Fue muy intolerante: No había muchos radicales en Escocia, pero Knox y sus seguidores no
tuvieron misericordia con los católicos.
La Reforma en Francia
EVALUACIÓN LECCIÓN 7
1.- Colocar la letra que corresponda:
___ Caída de Constantinopla A.- El primero en navegar alrededor del
mundo
___ Vasco de Gama B.- 1492
___ Magallanes C.- 1453
___Cristóbal Colon D.- 1517
___Noventa y cinco tesis E.- Rodeó el cabo de Buena Esperanza
2.- Lutero probó todos los caminos que la iglesia medieval ofrecía para traer perdón y
salvación, menciónelos:
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿Cuál es su
Importancia?_______________________________________________________________
_________________________________________________________________________
12. La Reforma de Suiza fue un movimiento más práctico y con mayor énfasis en la
organización, que el movimiento luterano (cierto, falso) Subraya la Respuesta Correcta.
13.- ¿Cuáles fueron las dos ideas más importantes de Zwinglio?
a.-
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b.-
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19.- En que dos sentidos los propulsores de la Reforma Radical fueron radicales?
a.-
_________________________________________________________________________
b.-
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20.- Puede una Iglesia equivocar el Camino? ¿Cómo podemos saber si un grupo que se
auto dominaba Iglesia, realmente lo era? ¿Puede una Iglesia dejar de ser Iglesia?
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HISTORIA DE LA IGLESIA II/19
LECCIÓN 8
LA REFORMA CATOLICA
La Reforma protestante no fue la única señal de nuevo vigor espiritual durante el siglo XVI. Muchos
cristianos dentro de la iglesia Católica Romana luchaban por deparar la iglesia. Al principio,
ninguno de los reformadores quiso dejar la Iglesia Romana; lo que querían era cambiarla, Por
supuesto, su acción afectó a la mayoría católica, especialmente los más instruidos, que leían y
pensaban los escritos de los reformadores. Los católicos reaccionaron a esta disidencia con lo que
los historiadores llaman la “Contrarreforma”. La Contrarreforma es el nombre dado a los
movimientos de nueva vida que se dieron en esa parte de la cristiandad que permaneció bajo la
alianza romana. Sin embargo, es mejor hablar de avivamiento o reforma católica porque hay
evidencias del deseo de renovar la Iglesia dentro de la iglesia Católica Romana, incluso antes de la
revuelta de Lutero. A pesar del movimiento protestante, la mayoría de los que querían cambiar la
Iglesia siguieron siendo católicos, y la Iglesia Católica Romana habría cambiado de todos modos
incluso sin la Reforma protestante. El movimiento protestante estimuló a la Iglesia de Roma a
realizar lo que muchos anhelaban, si bien en primera instancia, el avivamiento católico se dirigió en
contra de los protestantes.
1. Aspecto moral y social: reformar la iglesia desde el papa hasta el último de los monjes, exigiendo
el cumplimiento estricto de las leyes canónicas y poniendo más énfasis en la disciplina.
4. Aspecto misionero: ganar a los paganos de los nuevos territorios para la Iglesia Católica
Romana.
Los medios utilizados para lograr estas metas de renovación anheladas fueron tres:
Este fue el primer y más importante paso de la reforma católica. Aparece el clero regular (los que
siguen una regla) constituido por sacerdotes de parroquia que vivían bajo una disciplina coman,
que incluía sus responsabilidades parroquiales y que estaban ligados con los votos de pobreza,
castidad y obediencia. Llevaban una vida comunitaria, pero no estaban en clausura, sino que
servían como sacerdotes dando misa, oyendo confesiones y predicando. No llevaban ropas
monásticas especiales sino que vestían como sacerdotes. No estaban ligados a una parroquia
particular y se movían conforme a las indicaciones de sus superiores. En la primera mitad del siglo
XVI se fundaron varias órdenes de clero regular como expresión del sentimiento de muchos en el
sentido de que la reforma debía comenzar en la vida de la iglesia local. Un tipo de orden algo
diferente fue la Compañía de Jesús, conocida también como la orden de los jesuitas.
que ingresó cuando Calvino egresaba, reunió un grupo de nueve de los mejores estudiantes, entre
los que se encontraba Francisco Javier, para poner en práctica sus enseñanzas. Preparó un
manual titulado Ejercicios Espirituales, para conquistarse a sí mismo y regular la propia vida,
como indica su subtitulo. En este manual Loyola enseñaba que la contemplación debe hacerse por
medio de la actividad, y el método de esta contemplación era la imaginación, de manera que lo que
se contemplaba se reflejara en los cinco sentidos.
Originalmente, Loyola pensó en su sociedad como una orden misionera, una especie de compañía
militar que luchara contra los infieles y herejes. En París, su grupo hizo votos de ir a Jerusalén y
convertir a los musulmanes, pero no pudieron viajar. Entonces, surgió una segunda meta: la
absoluta obediencia al papa. En 1540 la Sociedad fue aprobada por el papa Pablo III, después de
muchas dudas. Al año siguiente, Loyola fue nombrado general de la Sociedad de Jesús, como fue
el nombre que se le dio a su movimiento. La primera necesidad del papa en aquel momento no era
convertir a los musulmanes, sino la renovación espiritual y disciplinaría de la Iglesia y a
reconversión de los protestantes. Los jesuitas jugaron un papel importantísimo en favor de estas
aspiraciones recuperando para la Iglesia Católica Romana a Austria, Bohemia, Hungría, Alemania
del sur y Polonia, y actuando como los maestros más notables y eficientes de Europa. Los jesuitas
se destacaron de las demás órdenes católicorromana por su alto nivel intelectual, su práctica
sistemática de su método de contemplación, sus actividades e intrigas políticas y su obediencia
incondicional al papa.
Obra misionera de los jesuitas. La Compañía de Jesús no olvidó nunca su primera vocación
misionera. Los jesuitas fueron los misioneros más famosos en India y China, y también los más
prominentes en América, La primer oportunidad se presentó cuando el rey de Portugal solicitó al
papa misioneros para las nuevas colonias fundadas en Oriente, Loyola escribió a su amigo y
compañero Francisco Javier, quien habría de ser uno de los más grandes misioneros de todos los
tiempos, diciéndole: “Los cielos en este día te nombran para la India. Ve, hermano donde la voz de
Dios te llama, de inflama a todos con el fuego divino que está dentro tuyo y Javier respondió; “Bien
entonces, vayamos.”
Un bosquejo de la vida de Javier demanda, antes que nada, un mapa. Nacido en Navarra en el año
1506, estudió en la universidad de Paris en 1525, en el mismo tiempo en que lo hizo Calvino y fue
influido al principio por los mismos maestros. Allí en Paris se unió al grupo de Loyola y fue con ellos
a Roma en 1538, donde dos años más tarde fueron reconocidos como orden. Destacado como
misionero a la India, fue a Lisboa en 1541, Siguió un viaje agotador en un barco plagado de
enfermedades, sin agua ni higiene. lnvernó en Mozambique y legó a Goa (al sudoeste de la India)
después de un viaje que duró un año. Estuvo en la India dos años y medio (que con dos visitas
posteriores suman cuatro años y medio), su período de mayor permanencia en un lugar. Viajó
hacia el sur hasta llegar a Ceilán y en Goa fundó un centro para que los jóvenes de todas las
razas, naciones y lenguas, evangelizaran oriente. En 1545 fue a Mataca y luego a las Islas
Molucas. En 1549, después de su regreso a la India, fue a Japón donde obtuvo resultados
sorprendentes. La iglesia que fundó creció rápidamente, pero fue casi totalmente eliminada por la
persecución que se inició en 1614. Estando en Japón tuvo noticias de China y sus posibilidades
misioneras. Fue así que regresó a Goa para preparar su viaje a aquel misterioso país. China
limitaba todo su comercio exterior a una pequeña isla en su costa sur. Regia la pena de muerte
para todo aquel que introdujera a un extranjero en el territorio chino, Javier escribió: “Los chinos
dicen que los peligros son dos: que los boteros chinos puedan tomar nuestro dinero para luego
desembarcarnos en una isla desierta y que el gobernador chino de Cantón nos torture y ponga en
prisión. Esto bien puede ocurrir. Pero hay otros peligros todavía mayores que no tienen que ver con
los chinos. Enumerarlos es tedioso, pero mencionará uno: que perdamos la esperanza y la
confianza en la misericordia de Dios. Desconfiar de él es un peligro mucho mayor que todos los
males que sus enemigos puedan hacer,” Este fue uno de sus últimos mensajes. En el umbral de
una tierra prohibida y atendido sólo por un chino fiel, Javier partió de este mundo en 1552.
La muerte de Javier en el umbral de la China desafió a otros a intentar su sueño. En 1583 dos
jesuitas lograron penetrar al país por el sur. Habían aprendido el idioma chino y adoptaron las
HISTORIA DE LA IGLESIA II/21
Otro extraordinario misionero jesuita fue Roberto de Nobili, que llegó a la India en 1605. A
diferencia de los primeros misioneros portugueses que se apoyaban en la violencia y el cohecho
para ganar convertidos nominales en las castas inferiores, Nobili procuró predicar el Evangelio en
el marco de la cultura india para ganar a las castas superiores. Adoptó sus vestiduras y comidas, y
aprendió su idioma. Fue el primer europeo en dominar el sánscrito y desarrolló una tarea de
predicación admirable.
La lnquisición y el lndex
A partir de Pablo III, la Iglesia Católica Romana fue dirigida por una serie de papas reformadores,
enérgicos, inteligentes y hábiles. El papado no volvió a caer a los niveles tan bajos en que se había
encontrado a comienzos del siglo XV. La moral del papa y la Curia fue un modelo para toda la
Iglesia. No obstante, no podía lograrse una reforma total porque los papas seguían siendo no sólo
las cabezas administrativas y espirituales de la Iglesia, sino también los gobernantes de los
estados papales en el centro de Italia, y esto hizo que durante tres siglos se vieran comprometidos
en los vaivenes de la política italiana.
Con Pablo III se inició una profunda reforma en la estructura organizativa de la iglesia Católica
Romana, Entre los cambios más importantes estuvo el establecimiento del Santo Oficio de la
Inquisición Romana, reorganizada por Pablo III en 1542. “inquisición”, significa investigación. La
inquisición romana tenía antecedentes en el siglo XIII, cuando la herejía era fuerte en el sur de
Francia y los obispos tenían que mantener una corte que investigaba la fe de los miembros de la
Iglesia. La inquisición estaba dirigida a los cristianos e investigaba su fe y prácticas. No imponía
castigos por si misma, si bien podía usar la tortura en sus investigaciones, como era común en
aquel entonces. El propósito era llevar a los herejes al arrepentimiento; si esto no ocurría, eran
derivados al poder civil para su castigo. Los españoles en su empresa de reconquista de Espada
utilizaron la Inquisición en escala nacional y bajo el control de la corona para perseguir a los
musulmanes y los judíos, y más tarde, a los protestantes.
Con Pablo III la Inquisición se aplicó a toda la iglesia, que se vio de esta manera sometida a la
investigación papal por primera vez. El tribunal del Santo Oficio estaba constituido por seis
cardenales y frailes dominicos, y su deber era “eliminar las ofensas morales, la simonía y la herejía,
tanto del clero como de los laicos. Bajo el papa Pablo IV (cardenal Caraffa) la Inquisición no
perdonó a nadie, investigando tanto a la jerarquía eclesiástica como a la nobleza. Tan severa fue la
acción del Santo oficio que en Italia el protestantismo casi desapareció.
En 1559 Pablo IV añadió el Index, que era una lista de libros prohibidos y que pretendía asegurar
la unidad de la iglesia, controlando las lecturas de los católicos. Estaba prohibido leer libros
escritos por herejes, ya fuesen anónimos o aquéllos específicamente condenados por la Iglesia.
Más tarde, se estableció en forma permanente una congregación del lndex, hasta que finalmente
fue abolido por Pablo VI en 1966. La Iglesia Católica Romana todavía tiene un tribunal del Santo
Oficio, pero bajo otro nombre y diferente al del siglo XVI.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/22
El concilio se reunió en tres sesiones que ocuparon seis años entre 1545 y 1563, y se realizó en
medio de conflictos políticos y religiosos; incluso dos sesiones fueron aplazadas, una por la guerra
y la otra por la peste. No obstante, sus decisiones fueron de vital importancia para la iglesia
Católica Romana:
2. La tradición y la Biblia fueron consideradas de Igual valor como fuente de verdad, siendo la
Iglesia la única que tiene derecho a su interpretación (Magisterio de la iglesia).
3. La única versión bíblica autorizada fue la Vulgata (traducida por Jerónimo en el siglo IV), que
incluía en su canon todos los libros contenidos en la Septuaginta, incluso los apócrifos.
4. La doctrina de la justificación fue definida de tal manera que dejo lugar para las obras meritorias;
se perdía por el pecado y se restauraba por el sacramento de la penitencia.
5. Los sacramentos fueron discutidos en detalle aprobándose los siete medievales, definidos a la
manera medieval; por eso, reafirmó la doctrina de la transubstanciación y enseñó que la Cena era
un sacrificio.
6. Afirmó la doctrina del pecado original, del purgatorio y de los méritos, y se apoyó la validez de
las indulgencias y las oraciones a los santos.
Estas medidas y otras frustraron toda posibilidad de reconciliación de la iglesia Católica Romana
con los protestantes al enquistarla en la doctrina medieval, y la fortalecieron en su avance sobre los
territorios perdidos por causa del protestantismo y aquellos otros ganados por las exploraciones y
conquistas, de las potencias católicas durante los siglos XV y XVI.
Una nueva vitalidad eclesiástica. Se elevó el nivel moral del sacerdocio y de la vida monástica y
mejoró la calidad de la educación teológica. Se definió la fe católica con claridad de tal manera que
los católicos eran uno en doctrina con un sentido de dirección y gran determinación. La obra de los
jesuitas renovó el espíritu de sacrificio y valor en una Iglesia que estaba moribunda. Si bien la
Iglesia Católica Romana no tuvo éxito total en lograr la restauración de la unidad religiosa en
Europa occidental, hizo una gran recuperación, ya que los territorios que eran católicos hacia el
1600 todavía hoy lo siguen siendo: La reforma interna de la Iglesia fue asombrosa. El Concilio
ordenó la preparación de un catecismo que expresaba la fe de Trento. Se revisaron los libros
litúrgicos, incluso el misal y el Breviario; también se revisó la Vulgata. Se ordenó a los obispos
realizar sínodos regulares en sus diócesis y visitar al clero y mantener un seminario, Se redujeron a
la mitad los gastos administrativos de la iglesia. Pero muchas de estas reformas fueron negativas y
HISTORIA DE LA IGLESIA II/23
colocaron a la iglesia Católica Romana en una posición de excesiva rigidez. Las enseñanzas de
Trento y la nueva estructura eclesiástica no sólo condenaron a los reformadores protestantes sino
también a científicos como Copérnico y Galileo, Más tarde, en el siglo XIX, sobre la base del
pensamiento tridentino la Iglesia Católica Romana asumió una posición defensiva contra las
tendencias modernas en el campo político, económico, social y científico, cometiendo errores que
le costó mucho corregir. Los cristianos siempre hemos sido mejores en el ataque que en la
defensa.
Un gran desarrollo de la piedad mística. El avivamiento católico se caracterizó también por un
acrecentamiento del misticismo que se expresaba en la contemplación y la oración silenciosa hasta
lograr la unión en el amor divino o en un éxtasis de revelación interior. El movimiento comenzó en
España con una monja carmelita, Teresa de Jesús, quien realizó una infatigable obra como
reformadora de su orden, recorriendo toda España, y que compuso algunos de los más altos
escritos de la literatura mística de todos los tiempos. Su discípulo, Juan de la Cruz, enseñó nuevas
formas de oración interior. Otro místico famoso fue Francisco de Sales, un prelado francés que
llegó a ser obispo de Ginebra y fue fundador de la orden de la Visitación. La piedad de estos
místicos expresaba los anhelos religiosos de muchos católicos sinceros y era acompañada de una
devoción exterior a la Iglesia y los sacramentos. Esta misma pasión tuvo su expresión estética en
el arte barroco (pintura, escultura y arquitectura).
El Imperio Español incluía las Islas Filipinas, que fueron descubiertas por Magallanes y donde el
cristianismo penetró en forma casi total hasta hoy, ya que las Filipinas son el único país de Asia
nominalmente cristiano. Las rutas seguidas por el imperio portugués muestran también una notable
expansión del cristianismo, aunque a diferencia de España no agregó territorios completos como
ganancias permanentes para la cristiandad, con excepción de Brasil.
En África el cristianismo fue llevado por primera vez al sur del Sahara por la obra de los
franciscanos que predicaron en la costa occidental y por los jesuitas que hicieron lo propio en la
costa oriental. Estas misiones, no obstante, no dejaron resultados permanentes.
India era el centro del poder portugués, con Goa como a capital y una sucesión de otros puertos a
lo largo de la costa occidental que hacia el sur llegaban hasta Ceilán. Los portugueses poseían
Onnuz en la entrada del Golfo Pérsico, Malaca sobre la Península Malaya, y varios puertos más en
las Indias Orientales. Comerciaban también con Burma, con un puerto en el sur de la China y con
Japón. Siguiendo esta vasta red de intercambio comercial el cristianismo se fue esparciendo. Goa
fue transformada en obispado con jurisdicción sobre los cristianos esparcidos desde el cabo de
Buena Esperanza hasta Japón. En los puertos marítimos en poder de los portugueses y en las
regiones vecinas muchas veces el gobierno utilizó el soborno y la violencia para convertir a las
poblaciones sometidas. No obstante, es notable que los éxitos más espectaculares se dieron
donde no existía el dominio portugués o donde estaba muy limitado. En Japón, en una sola
generación, desde 1549 a 1582, el uno por ciento de la población fue ganado para la fe cristiana, y
en China entre 1640 y 1700 hubo emperadores que favorecieron tanto a los misioneros que por un
momento existió la posibilidad de que ascendiera al trono imperial un emperador cristiano.
La colonización de ultramar, no fue sólo española o portuguesa. Los franceses (católicos) y más
tarde los ingleses y holandeses (protestantes) ocuparon también importantes territorios. Francia
llegó a ser una gran potencia europea hacia fines del siglo XVI, más preocupada en sus problemas
internos y en lograr la hegemonía en Europa que en realizar el comercio de ultramar. El primer
centro de atención francesa en el siglo XVI fue el territorio de América del norte a lo largo del río
Lorenzo (Canadá). Los franceses visitaron esta región desde 1524, pero no la colonizaron
HISTORIA DE LA IGLESIA II/24
regularmente hasta el siglo XVII, y entonces sin hacer asientos permanentes. Los jesuitas y los
recoletos establecieron misiones que fueron temporarias.
Colón trajo frailes con él en su segundo viaje y en el tercero construyó una iglesia. En su propio
informe Colón narra la experiencia del primer encuentro con los nativos a quienes llamó indios.
Cuenta que les obsequió muchas cosas de valor, y explica: “Hice esto para poder conciliarme con
ellos más fácilmente, y para que pudiesen ser llevados a hacerse cristianos. . . Que Cristo se
regocije en la salvación de las almas de tantas naciones hasta ahora perdidas. Que todos nosotros
nos regocijemos, de igual modo, a causa de la exaltación de nuestra Fe así como también por el
aumento de nuestra prosperidad temporal.” En estas palabras Colón cometió dos grandes errores
Primero, el error más grande que jamás se haya cometido en geografía: al llamar indios (habitantes
de la India) a los salvajes americanos no sólo se refirió a un país equivocado sino que se equivocó
también de continente y de hemisferio. Pero peor todavía fue su segundo error relacionar “la
exaltación de la Fe cristiana, con el aumento de la prosperidad temporal”. Estos dos intereses son
opuestos y no pueden conciliarse, y en la historia de la conquista de América eso fue lo que
desgraciadamente ocurrió.
Las principales órdenes misioneras que llegaron a América fueron la de los franciscanos y la de los
dominicos. Los primeros llegaron a las Antillas en 1500 y en 1505 pasaron a México, donde Cortés
los recibió con agrado. Desde 1541 comenzaron a trabajar en Perú. Al Río de la Plata llegaron con
la expedición de Pedro de Mendoza e independientemente entraron del Perú por Tucumán en
HISTORIA DE LA IGLESIA II/25
1550. Los dominicos comenzaron a establecerse en las Antillas en 1510 y llegaron a México en
1525. Fueron los más destacados predicadores del Evangelio en Perú desde donde continuaron su
labor misionera hacia otras regiones. A la primitiva cristianización de América se agregaron dos
órdenes más, la de San Agustín y la de la Merced. El Consejo de Indias impedía la venida de otras
órdenes de tal modo que para las cuatro órdenes mencionadas América fue en virtud del patronato
real, como un “coto cerrado”, en orden a la predicación del Evangelio.
Para 1510 la Iglesia Católica Romana en las Indias Occidentales ya tenía su propio obispo. En
1519 Cortés llevó algunos frailes a México, y los primeros sacerdotes residentes llegaron a pedido
suyo en 1525, como vimos. El obispado de México se transformó en arzobispado en 1548, y
durante un tiempo la iglesia de Filipinas estuvo bajo su jurisdicción.
La caída vertiginosa del Imperio Azteca llevó al desprecio de su extraordinaria cultura. México
estaba en condiciones para asimilar la cultura europea y maduró para la evangelización. En 1529
los franciscanos informaban de 8000 a 14000 bautismos diarios en algunas regiones. El avance del
cristianismo fue tan rápido como el avance de las tropas conquistadoras. En parte estos éxitos se
debieron a la efectividad de los líderes religiosos. El primer obispo de la ciudad de México, Juan de
Zumárraga, nombrado en 1527, era un seguidor de Erasmo que patrocinó la traducción de la Biblia
a los idiomas de México y la preparación de clérigos nativos.
Muchos de los pilateros misioneros manifestaron real compasión y celo evangelístico, pero los
resultados de su labor no fueron grandes. La lucha de hombres como Las Casas no logró
neutralizar la crueldad de muchos de los conquistadores, La población indígena de México central
declinó de 11.000.000 de habitantes en 1519, año en que llegó Cortés, a 2.500. 000 hacia fines del
siglo XVI. Este despoblamiento de América Central llevó a la necesidad de importar esclavos
negros de África para atender los trabajos más pesados. El comercio de esclavos, que había sido
iniciado por los ingleses, fue continuado por los portugueses y otros. Nadie pensaba entonces en la
esclavitud de los negros como contraria a la ética cristiana, ni siquiera Las Casas.
Una de las empresas evangelizadoras más notables llevadas a cabo en América fue el trabajo
misionero de los jesuitas. Los jesuitas comenzaron a trabajar en América a los 10 años de su
fundación como orden, Eran la principal orden misionera en Brasil, y un jesuita, Pedro Claver,
desarrolló un trabajo pionero evangelizando y protegiendo a los negros en Colombia, por lo cual
fue llamado Apóstol de los negros. En Argentina, establecieron sus primeras misiones en la
gobernación del Tucumán y luego fundaron un colegio en Córdoba. Siendo gobernador interino del
Paraguay Hernando Arias de Saavedra, establecieron un colegio en Asunción. Poco después
comenzaron a fundar reducciones indígenas en territorios que hoy pertenecen a Paraguay,
Argentina y Brasil. Estas misiones adquirieron un gran desarrollo y constituyeron lo que algunos
HISTORIA DE LA IGLESIA II/26
han denominado “el imperio jesuítico”. Lo más destacado de la labor de los jesuitas fueron estas
“reducciones”, que es el nombre dado en América a las poblaciones de indios fundadas por los
misioneros durante la colonización, Las más célebres fueron las que se establecieron en Paraguay.
La reducción constituía un poblado edificado alrededor de una gran plazoleta, administrado por los
mismos sacerdotes. El gobierno general de las misiones era ejercido por el Padre Superior
residente en la Candelaria (Posadas). Cada reducción tenía a su frente un padre rector, que la
administraba, auxiliado por uno o más sacerdotes que ejercían funciones de maestros, doctrineros
y despenseros. Completaban las autoridades locales un corregidor, un teniente corregidor y un
cabildo cuyos miembros (alcaldes y regidores) eran todos indígenas.
El indio cultivaba una parcela de tierra particular y un campo común, se dedicaba también a la cría
del ganado y debía pagar su correspondiente tributo, Las misiones eran verdaderas escuelas
agrícolas e industriales donde los indios trabajaban bajo la constante vigilancia de los sacerdotes,
alternando el trabajo con el aprendizaje de las primeras letras y del catecismo. Los indios
marchaban al lugar de sus faenas en procesión; mientras estaban en ellas, solían cantar u oír
música. Este sistema tuvo éxito en ganar a los indígenas que odiaban y temían a los españoles y
que eran muy difíciles de civilizar con los métodos usuales debido a su estilo de vida nómada. Los
jesuitas recibieron permiso de la corona española para trabajar entre los indios guaraníes y
persuadieron a 120, 000 indígenas a mudarse a sus reducciones, donde se creó una sociedad
cristiana, con los jesuitas en el control en forma absoluta. Los jesuitas garantizaban la seguridad de
los nativos y les enseñaban la agricultura y la arquitectura. Todas las propiedades eran comunes.
El método de los jesuitas fue muy paternalista, como lo fueron todos los esfuerzos españoles en la
instrucción religiosa y el bienestar social en América. Las consecuencias trágicas de esto se
hicieron evidentes cuando los jesuitas fueron expulsados del continente. La Compañía de Jesús
había llegado a ser tan poderosa e influyente que perjudicaba los intereses de la corona española.
Por esto, el rey Carlos III, en 1767, resolvió expulsarla de España y de todas sus colonias. El
encargado de ejecutar la orden en el Río de la Plata fue el gobernador de Buenos Aires Francisco
de Paula Bucarelli, Unos 300 jesuitas fueron embarcados en Buenos Aires en 1768, abandonando
sus colegios y sus misiones, Los jesuitas fueron reemplazados por otros religiosos, pero éstos no
pudieron mantener la organización implantada, y las misiones decayeron rápidamente hasta
desaparecer por completo. Los indígenas indefensos quedaron a merced de los españoles que los
asesinaron o dispersaron para quedarse con sus tierras.
San Vicente de Paúl (1580-1660). Era un francés de origen campesino que después de estudiar
teología fue capturado por piratas y vivió como esclavo en Tunisia durante dos años. Según él, la
mejor manera de expresar su fe y de testificar del amor de Cristo era hacer obras de caridad entre
los desvalidos. Su segunda idea era que cualquier renovación de la iglesia debía comenzar con la
renovación de la vida de cada parroquia local. Para dar a su obra un carácter permanente, fundó
dos órdenes religiosas. La primera en 1625, conocida como la de los Lazaretos, era una orden de
sacerdotes cuyas dos misiones principales eran preparar sacerdotes y conducir “misiones” en las
parroquias rurales, con un agresivo programa de predicación evangelística. La segunda orden fue
la de las Hermanas de Caridad, fundada en 1633. Las monjas no se quedaban en el convento sino
que salían para cuidar de los pobres y los enfermos. Vicente fue también consejero real del rey de
Francia Luís XIV durante su infancia y organizó el trabajo de socorro durante las guerras civiles de
este período.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/27
Alfonso Liguod (1696-1787). Era natural de Nápoles, de familia noble y muy brillante. A los 16
años era Doctor en Leyes, pero al perder un juicio en la corte reconsideró su vocación y terminó
uniéndose a una orden religiosa. Como monje descubrió las condiciones deplorables de muchos en
Nápoles y decidió fundar una nueva orden, la de los Redentoristas para servir entre los pobres y
menesterosos. Su predicación era muy dramática y escribió un famoso libro titulado Teología Moral
que continúa influenciando todavía en la ética católica. Fue un hijo devoto de la Iglesia Católica
Romana, de la que llegó a ser obispo y se mantuvo fiel a ella acatando la autoridad del papa a
pesar de que condenó su orden de los Redentoristas cuando el estaba moribundo.
Si bien los siglos XVII y XVIII no fueron notables por el desarrollo de la teología católica, se dieron
algunas controversias teológicas dentro de la iglesia Católica Romana, Las principales fueron:
Galicanismo. Las relaciones entre la iglesia Católica y los estados europeos fue muy tensa
durante los siglos XVII y XVIII, Cada nación quería liberarse del control y dominio de Roma. La
expresión más extrema de este sentimiento antiromano y nacionalista en el siglo XVII se conoce
como “galicanismo” (de Galia, nombre latino de Francia). Desde el Gran Cisma de 1378, los
teólogos franceses sostenían que el rey de Francia merecía una posición especial dentro de la
Iglesia Católica Romana porque los reyes francos habían brindado su protección al papa. En el
siglo XVII este concepto encontró expresión en los cuatro “Artículos Galicanos”, también conocidos
como libertades Galicanas”, que fueron redactados por teólogos de la universidad de Paris y
adoptados por el clero francés en 1682. Según estos artículos:
Estas ideas gozaron de gran popularidad. Los jansenistas apelaron a ellas, y a pesar de que fueron
condenadas por el papa y suprimida su validez, continuaron influyendo en la Iglesia francesa hasta
nuestros días.
EVALUACIÓN LECCIÓN 8
1.- ¿Por qué es mejor hablar de avivamiento o reforma Católica?
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7.- ¿Cuál fue uno de los movimientos fundamentales de la conquista española de América?
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12.-¿Que es el ultramontanismo?
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16.- Jesús dijo: “Por sus frutos los conoceréis”. Pablo dijo que somos “justificados por la fe
de Cristo y no por las obras de la ley, y Santiago dijo: “La fe sin obras es muerta”. A partir
de estos y otros pasajes del Nuevo Testamento sobre estos temas, explique su propio
concepto de lo que el Nuevo Testamento enseña acerca de la relación entre la Fe y las obras
(Use una
concordancia)______________________________________________________________
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19.- El método Jesuita fue muy paternalista, como lo fueron todos los esfuerzos españoles
en la instrucción religiosa y el bienestar social en América. ¿Qué usted piensa de esa
afirmación? ¿Cuáles son las Consecuencias de este paternalismo sobre el desarrollo
religioso en América Latina? ¿Hay madurez religiosa en América Latina?
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20.- Los aventureros Europeos llevaron su Cultura y comercio, al igual que su Fe , por todo
el mundo ¿Es posible predicar el evangelio a alguien sin que al mismo tiempo le
comuniquemos nuestras ideas, pautas y valores que son el resultado de nuestro propia
transfundo cultural?
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HISTORIA DE LA IGLESIA II/31
LECCION 9
DESARROLLO DEL CRISTIANISMO PROTESTANTE
Una de las razones por las que el protestantismo no estuvo asociado con la gran expansión del
cristianismo en ultramar durante el siglo XVI (ver Lección 8) fue que los países protestantes tenían
poca participación en el desarrollo del comercio marítimo y la expansión imperial, donde se
destacaron las dos grandes potencias católicas de entonces: España y Portugal. No obstante, hubo
dos excepciones a esta observación general: Inglaterra y los Países Bajos. Desde los días de Juan
Caboto en 1491, Inglaterra afirmó su pretensión de tener una parte en el reparto del Nuevo Mundo,
y los marinos isabelinos posteriores desafiaron valientemente a España en el dominio del mar.
Desde 1568 los Países Bajos comenzaron su lucha para ganar su libertad política y religiosa de
España. Durante el siglo XVII los holandeses rivalizaron con Portugal en el Océano Indico, y
lograron adueñarse de Ceilán y de las Indias Orientales, que habían estado en manos lusitanas. El
único interés que movía a los holandeses era el comercio y el dominio político, pero realizaron
también alguna obra misionera, aunque en forma muy superficial. La carta orgánica de la
Compañía Holandesa Unida de las Indias Orientales ordenaba la provisión de capellanes para
atender a las necesidades religiosas de sus empleados en cada factoría. Se enviaron capellanes a
Asia, estableciéndose la primera congregación protestante en aquel continente en Ambon, en las
Molucas, en 1605. Estos capellanes no eran misioneros, pero especialmente en Indonesia muchos
nativos se sintieron atraídos por sus cultos y fueron ganados a la fe cristiana. No obstante, el título
de “primer misionero evangélico”, le corresponde a un puritano inglés, Juan Eliot quien en 1631
viajó a Nueva Inglaterra. En el Nuevo Mundo tradujo la Biblia al idioma amerindio de la región y
logró convertir a muchos con su predicación.
Además de las comunicaciones, la otra condición necesaria para toda expansión del cristianismo
es el vigor espiritual. Si bien el primer impulso del celo protestante careció de visión misionera,
desde fines del siglo XVII en adelante se generó un novedoso vigor en una sede de nuevos
movimientos que reciben el nombre de “evangélicos” (l. e., pertenecientes a ese tipo de
cristianismo que considera el arrepentimiento y la fe como imprescindibles para una correcta
relación personal con Dios, que se manifiesta en una vida espiritualmente renovada y regenerada).
Esta serie de movimientos, al igual que el protestantismo mismo, comenzó en Alemania con el
pietismo en 1670, que en 1706 inspiró la primera misión protestante a la India. También en
Alemania surgieron los moravos, que llegaron a ser la denominación más celosamente misionera
de todas.
En América, el movimiento evangélico tuvo su mejor hora con el Gran Avivamiento, cuyos efectos
se vieron principalmente entre los congregacionalistas y presbiterianos, y cuya figura descollante
fue Jonatan Edwards. En Inglaterra, y más tarde en América, a partir de 1738 se vivió el
avivamiento metodista, que tuvo a Juan Wesley como su líder. Hubo movimientos similares en
Gales en 1135, y dentro de la Iglesia de Escocía en 1742, Un espíritu muy semejante se presentó
entre los evangélicos, un movimiento radicalizado dentro de la iglesia de Inglaterra. Hacia fines del
siglo XVIII en Inglaterra y América había muestras muy claras de un gran vigor religioso dentro del
protestantismo. Grandes cosas estaban a punto de ocurrir en esa parte de la cristiandad.
Las controversias luterianas (1548 – 1577) La causa principal de los conflictos fue el
consentimiento de Melanchton al ínterin de Leipzig, en 1548. El Ínterin fue un documento mandado
a redactar por Carlos V y que era esencialmente romanista, si bien afirmaba la justificación por la fe
y otras creencias protestantes. Hubo también otras disputas teológicas que hicieron tambalear al
luteranismo durante el siglo XVI. La solución a estos conflictos llegó en 1577, cuando se aprobó el
HISTORIA DE LA IGLESIA II/32
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La guerra se presentó como un conflicto de tipo
religioso entre protestantes y católicos, si bien la rivalidad fue más política que religiosa. No
obstante, las controversias luteranas, el reavivamiento católico durante el siglo XVI, el desafió del
calvinismo que reemplazó al luteranismo en muchos lugares y fue enemigo tanto de luteranos
como de católicos, y las continuas violaciones del Tratado de Augsburgo de 1555 llevaron a un
nuevo enfrentamiento. La guerra comenzó en Bohemia y se desarrolló en cuatro fases distintas, En
un primer momento (1618-1625), el conflicto fue puramente alemán. Los príncipes protestantes
fueron vencidos por los católicos aliados con el emperador. En un segundo período (1625-1629),
las fuerzas católicas imperiales, comanda das por Wallenstein, vencieron al rey de Dinamarca, que
había acudido en socorro de sus correligionarios alemanes, El emperador promulgó, entonces, el
Edicto de Restitución, que obligaba a los protestantes a devolver todos los bienes eclesiásticos
secularizados desde la Paz de Augsburgo. Esta medida alarmó no sólo a los afectados por ella,
sino también a Suecia, para luterano que veía crecer peligrosamente el poderío de los católicos en
Alemania. El entonces rey de Suecia, Gustavo Adolfo, decidió intervenir en favor de los
protestantes. El tercer período (1630-1634) se inició con el desembarco de las fuerzas de Gustavo
Adolfo en Alemania, donde derrotó a los católicos a costa de su propia vida. En la cuarta etapa
(1635-1648) intervino Francia, que apoyó a los protestantes para limitar las pretensiones
hegemónicas del Imperio. La lucha fue enconosa, pero los ejércitos franceses lograron sucesivas
victorias que obligaron al emperador a firmar la Paz de Westfalia (1648). Entre los resultados de
este tratado, señalamos:
1. Resolvió el problema religioso alemán, estableciendo que cada gobernante tenía el derecho de
elegir entre las religiones: católica, luterana y calvinista, y que sus súbditos debían seguir su
religión; sí no querían hacerlo, podían emigrar con sus bienes.
2. Se reconocían como legítimas las secularizaciones efectuadas hasta 1624, poniendo fin de este
modo a la larga sede de guerras iniciadas en tiempos de Lutero y reafirmando el principio de la
tolerancia.
3. Modificó la situación de casi todos los estados de Europa occidental. Pero esto provocó nuevas
y sangrientas guerras, pues Francia quedó consagrada como la más poderosa de las naciones
europeas.
4. Estableció las primeras normas del derecho internacional que fueron concebidas por el jurista
holandés Hugo Grocio.
Otros conflictos teológicos. No sólo hubo disputas teológicas dentro del luteranismo, sino
también en otros sectores del protestantismo. Algunas de estas disputas tienen que ver con
movimientos como:
Socianismo: El movimiento deriva su nombre de Lelio y Fausto Socino, que atacaron la teoría de
la satisfacción en la expiación, que los reformadores habían aceptado universalmente. Sostenían
que la naturaleza de Dios no exige la satisfacción, ya que perdón y satisfacción son excluyentes.
La muerte de Cristo es sólo un ejemplo de la obediencia que debe manifestar todo creyente, pero
carece de valor salvador para los demás. La obra expiatoria no fue necesaria porque la salvación
viene por la obediencia a una lista de creencias Jesucristo fue sólo un profeta enviado por Dios
para predicar un tipo superior de moral. Su función más s importante fue la de comunicar
conocimiento a los hombres. Tenían una idea intelectualista de la fe, que para ellos era un
consentimiento de la mente más que una entrega confiada de la vida. La Biblia es la fuente de toda
verdad, pero no es más que un libro de información sobre doctrina y moral. La razón gobierna la
interpretación y no hay lugar para el Espíritu Santo. Dios es absoluto y arbitrario.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/33
Los socianistas tuvieron un gran desarrollo en Polonia y expresaron sus creencias en el Catecismo
Racoviano (1605), que es una notable combinación de especulaciones racionalistas y crudo súper
naturalismo. Fueron muy perseguidos por los jesuitas, pero lograron sobrevivir en los Países Bajos
e Inglaterra.
2. Posición infralapsaria: sostenía que Dios previó y permitió la caída del hombre, y entonces
decretó la elección como medio para salvar a algunos.
Estudiando este problema, Arminio comenzó a dudar de una predestinación incondicional y a dar
mayor libertad al hombre, En 1610, algunos discípulos de Arminio, que habían sistematizado y
desarrollado sus enseñanzas, redactaron una declaración de fe llamada la ‘Remonstrance”,
(protesta). Estaba en contra de la doctrina calvinista de la predestinación absoluta y sostenía una
predestinación basada en el preconocimiento divino. Cristo murió por todos, pero sólo los
creyentes reciben los beneficios de su obra. La gracia puede ser rechazada y puede perderse una
vez recibida. Pronto se generó una serie de conflictos en los Países Bajos, que terminaron en 1619
con la finalización del Sínodo de Dort. El Sínodo condenó al armenianismo y adoptó, “cánones”,
doctrinales muy calvinistas. Los remonstratenses fueron desterrados hasta que en 1795 fueron
reconocidos oficialmente.
Federico IV de Dinamarca, influenciado por el capellán de su corte, fundó una misión en las
posesiones danesas al sudeste de la India, en Tranquebar. Ziegenbalg, un pietista alemán,
comenzó la obra, siendo el primer misionero protestante en Asia, en 1706, y el primero en traducir
la Biblia al tamil, un idioma de la India, en 1711. Esto interesó a muchos en Inglaterra, incluso a la
reina Ana, que ordenó la financiación de la empresa misionera dado que el trabajo se extendió a
las posesiones británicas en la India, De esta manera, una misión danesa, con un misionero
alemán y financiación inglesa estaba difundiendo el Evangelio en la India.
Zinzendorf quería que los, hermanos moravos, quedaran dentro de la iglesia Luterana como una
célula pietista, pero las dificultades que se presentaron fueron muy grandes. Zinzendorf mismo fue
expulsada de Sajonia en 1736. Al año siguiente, fue consagrado como obispo de los Hermanos
Moravos por un pastor reformado en Berlín, y puede decirse que recién aquí comienza su
extraordinaria carrera. Visitó as Indias Occidentales y América en busca de lugares para establecer
Inmigrantes y desarrollar actividades misioneras. Fundó una colonia en Pennsylvania, una obra
misionera entre los amerindios, y fue el primero en trabajar por la unión de todos los protestantes
de habla alemana en Pennsylvania. Con su propia fe inspiró a los moravos una vida de piedad
caracterizada por una relación personal y apasionada con Cristo y sus sufrimientos. Esta devoción
mística por el Cristo sufriente estaba estrechamente ligada a una práctica capacidad organizativa y
al interés por el bienestar social. Los moravos han sido, y todavía lo son, los más grandes
misioneros del protestantismo, y esta pequeña denominación continúa haciendo más obra
misionera que cualquier otro grupo en proporción a su tamaño y recursos.
El puritanismo. El puritanismo era un principio de vida más que un partido dentro de la Iglesia
Anglicana. Se manifestaba en el deseo de aquellos que querían purificar la iglesia Anglicana para
alejarla del romanismo y hacerla más parecida a las iglesias reformadas del continente y de
Escocia. Los puritanos fueron presionados durante el reinado de Maria, y buscaron refugio en el
continente, donde tomaron contacto con reformados y anabautistas, y donde maduraron sus planes
de reforma. Las enseñanzas del calvinismo los influenciaron, pero se concentraron mayormente en
cuestiones de adoración y gobierno eclesiástico. Así, pronto se dividieron en dos grupos:
1. Moderados o puritanos primitivos: Querían que el Libro de Oración Común tuviera una
interpretación reformada de la adoración, y que hubiera garantías de libertad de expresión en una
Iglesia oficial gobernada por obispos. El centro de influencia puritana fue la Universidad de
Cambridge.
Durante el reinado de Isabel, los puritanos regresaron a Inglaterra, pero se vieron envueltos en
serios debates con el alto clero de la Iglesia Anglicana, que era el más Interesado en defender la
uniformidad, incluso con el arzobispo de Canterbury, Juan Whitgift. La esperanza de los puritanos
se vio alentada con la muerte de Isabel sin dejar heredero al trono. La corona inglesa cayó,
entonces, en manos de un primo escocés: Jacobo I, que fue el primer monarca Estuardo de
Inglaterra, Jacobo era hijo de María de Escocia, que había sido depuesta por los escoceses,
arrestada y decapitada por Isabel. El joven príncipe había pasado su infancia y juventud como una
especie de rehén de los nobles escoceses. Los puritanos esperaban que Jacobo Estuardo,
proveniente de Escocia, que era presbiteriano, simpatizara con su causa. Pero Jacobo estaba
cansado de Escocia y de la Iglesia Escocesa, y gobernó al estilo Tudor. En 1604, en Hampton
Court se celebró una conferencia entre Jacobo y los líderes del puritanismo. No se concedió ningún
cambio importante, excepto una nueva versión de la Biblia, que fue publicada en 1611 como,
Versión Autorizada y que llegó a ser la Biblia, para los pueblos de habla inglesa.
La lucha entre los puritanos y los monarcas Estuardos alcanzó su momento cumbre durante el
reinado del hijo de Jacobo I, Carlos I, un hombre sinceramente religioso y anglicano, pero no muy
sabio y estable. Desde el principio gozó de la amistad y el apoyo de uno de los hombres más
notables de la época, el arzobispo Guillermo Laud. Laud era un ferviente anticalvinista y
sostenedor de la posición romanista. El apoyo de Caños a la política del arzobispo de reforzar la
unidad litúrgica y reprimir el calvinismo suscitó la hostilidad del pueblo contra la monarquía y la
Iglesia. Caños quiso controlar el Parlamento hasta que finalmente lo suprimió (desde 1629 a 1640).
En 1642 estalló la guerra civil; Carlos fue derrotado y Laud ejecutado en 1645. El rey se rehusó a
un acuerdo con el Parlamento, que estaba bajo la influencia del presbiterianismo, y fue ejecutado
en 1649, transformándose Inglaterra en un “commonwealth” (conjunto de naciones, mandatos,
dominios, protectorados, posesiones y colonias unidas por un lazo común con la Corona Británica,
cuyo soberano es el jefe de esta comunidad).
Durante el período del “Commonwealth” Inglaterra no tuvo rey sino un Protector” Oliverio
Cromwell, un congregacionalista o independiente que había conducido la caballería de las fuerzas
parlamentarias. Bajo su gobierno hubo un elevado grado de tolerancia religiosa, y los reformadores
más radicales tuvieron oportunidad de promover sus ideas. Durante este periodo, los protestantes
ingleses estaban divididos en cuatro grupos:
1. Anglicanos moderados: Que querían asegurarse de que la Iglesia anglicana siguiera siendo
calvinista en teología y mantuviera un balance entre Biblia y tradición en su liturgia.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/36
2. Presbiterianos: Querían una iglesia oficial, pero gobernada como en Escocia no por un obispo
sino por juntas de ministros y ancianos, llamados presbíteros. En el periodo de la guerra civil la
mayoría en el Parlamento era presbiteriano.
3. Independientes: Creían que la Iglesia debía ser independiente del gobierno y que cada
congregación local debía ser libre para decidir por si misma su propia adoración y vida eclesiástica.
Oliverio Cromwell era independiente.
4. Separatistas: Sentían que la Iglesia de Inglaterra no era una Iglesia verdadera, sino una
“sinagoga de Satanás”. Sus creencias eran semejantes a las de los independientes, pero eran
menos tolerantes y no reconocían a otra Iglesia que la de ellos. Eran conocidos también como
Brownistas por ser seguidores de Roberto Browne, autor de un famoso folleto titulado “Un tratado
de la Reforma sin esperar por nadie”. Según él, la única iglesia es un cuerpo local de creyentes
en Cristo por experiencia propia, unidos a él y los unos con los otros por un pacto voluntario. Por
compartir conceptos similares en materia de gobierno eclesiástico, los independientes y los
separatistas llegaron a ser conocidos como “congregacionalistas”.
Además de estos grupos principales, dentro del ejército de Cromwell hubo otros grupos menores,
como los Hombres de la Quinta Monarquía, que estaban de acuerdo con las ideas extremistas de
Tomas Muntzer y su milenarismo. También aparecieron grupos de mayor permanencia como los
Cuáqueros y los Bautistas.
Los bautistas. El primer nombre asociado con el surgimiento de los bautistas es el de Juan Smyth.
No se sabe casi nada de su niñez y juventud, salvo que estudió en Cambridge - centro del
puritanismo - donde se gradué en 1593. Fue ordenado sacerdote de la Iglesia Anglicana en 1596 y
en 1600 fue elegido conferencista de Lincoln, siendo ya posiblemente puritano pues casi todos los
conferencistas de Lincoln lo eran. Fue despedido de su puesto porque en sus sermones había
atacado a ciudadanos distinguidos y luego no se sabe con certeza qué ocurrió con él, hasta 1605
en que se puso en contacto con la iglesia congregacional. Esta iglesia se dividió para evitar la
persecución oficial al año siguiente, quedando un grupo bajo la dirección de Smyth y el otro bajo
Juan Robinsón, el futuro líder de los “Padres Peregrinos”, que arribaron a América. En 1607 la
congregación de Smyth se trasladó a Ámsterdam, porque había allí más tolerancia religiosa,
llegando a ser la segunda iglesia separatista en aquella ciudad. Allí tomó contacto con los
menonitas quienes influyeron en él con su armenianismo y la doctrina del bautismo de creyentes.
Convencido de estas cosas, se bautizó así mismo por aspersión en 1609 y luego al resto de su
congregación, y se organizó así la primera iglesia bautista. Pero hacía fines de ese año Smyth
cambió de opinión debido a las severas criticas de otros separatistas y pensó que debía hacerse
menonita. La mayoría de los miembros de su iglesia estaban de acuerdo con él, pero un grupo de
once personas no, entre ellos Tomás Helwys y Juan Murton. Helwys no estaba de acuerdo con los
menonitas en tres cosas: su Cristología, su concepto de la relación de la Iglesia y el estado, y la
idea de la sucesión apostólica. El grupo que segura a Helwys regresó con él a Inglaterra y en 1611
fundó la primera iglesia bautista en tierra inglesa.
Smyth falleció repentinamente en 1612 y sus seguidores fueron recibidos en la iglesia menonita en
1615. Helwys escribió un tratado dirigido a Jacobo I. titulado, “Una Breve declaración del misterio
de iniquidad”, en el que solicitaba al rey mayor libertad religiosa. Por su posición anticalvinista fue
encarcelado y murió en 1616. Murton se transformó, entonces, en el líder del grupo. En los años
que siguieron, el grupo mantuvo muchas relaciones con el continente para lograr algún acuerdo
doctrinal, pero sin resultados, Murton fue también encarcelado y escribió muchos tratado desde la
cárcel. Murió en Londres hacia 1626, cuando ya había seis o siete iglesias bautistas. Hacía 1644
habla 47 congregaciones, que se caracterizaban por ser armenianas en su teología (Cristo murió
por todos los hombres, y no sólo por los escogidos), y en razón de ello se los conoce como
Bautistas Generales. Sostenían el bautismo de creyentes por aspersión, lucharon
denodadamente por la libertad religiosa para todos y fueron agresivos evangelistas.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/37
Los Metodistas. Hacia fines del siglo XVII la situación del cristianismo en
Inglaterra era, en general, deprimente, tanto en la Iglesia establecida como
entre los disidentes. Hacia falta un avivamiento y el mismo vino a partir de
1738, con el más grande de todos los movimientos evangélicos, el
avivamiento metodista. La figura central de este despertar espiritual fue
Juan Wesley, un graduado de Oxford y ministro anglicano de la Alta iglesia,
que fuertemente influido por los moravos introdujo el pietismo en el mundo
de habla inglesa. Estando estudiando en Oxford, se unió junto con su
hermano Carlos a un grupo que se reunía para ejercicios devocionales y
estudios bíblicos, y que era conocido como “Club Santo”, y que más tarde
recibirían el nombre de “metodistas”, por su método devocional. En 1735 se
unió al grupo Jorge Whitefield, que habría de ser el predicador de habla inglesa de mayor influencia
y poder en el siglo XVIII. Una grave enfermedad le había llevado a una profunda experiencia
espiritual y en 1136 fue ordenado como Juan WesIey predicador. Una de sus características era su
disposición de predicar en cualquier lugar, de una manera simple, pero enérgica.
En 1735, Juan y Carlos se embarcaron hacia América, para Ir como misioneros a Georgia. Viajaron
junto con 26 moravos que los impactaron por su fervor religioso y su fe confiada. Su trabajo
misionero no duró mucho:
Carlos regresó a Inglaterra enfermo y disgustado en 1736, y Juan se quedó un año más hasta que
“se escapó”, como dice el Informe oficial. Al regresar a Inglaterra concurrió a una reunión de los
moravos, donde se convirtió (1738).Al año siguiente aceptó a desgano realizar reuniones
evangelisticas al aire libre organizadas por Whitefield. Quedó sorprendido por el éxito y decidió
dedicar su vida a esa tarea, y así comenzó su extraordinaria carrera predicando casi diariamente
durante cincuenta años. Su predicación, al igual que la de Whitefield, frecuentemente provocaba
una gran excitación física en los oyentes, que lloraban, se desvanecían y tenían convulsiones.
Juan Wesley tenía dotes de organizador, sin embargo, no quería romper con la Iglesia de Inglaterra
fundando una nueva Iglesia. En razón de esto, sólo ‘‘sociedades”, religiosas dentro de la iglesia
establecida, con una gran participación de laicos. De esta manera, la creación del metodismo fue
gradual. La primera sociedad metodista fue fundada en Bristol en 1739. En 1740, Wesley y algunos
Integrantes de una sociedad morava de Londres, fundaron una sociedad unida puramente
metodista. Wesley continuó sus relaciones amistosas con los moravos, pero desde entonces
ambos movimientos fueron independientes el uno del otro. En 1744 se reunieron en Londres los
predicadores en lo que fue la primera Conferencia Anual.
Si bien Wesley se mantuvo dentro de la tradición doctrinal evangélica y sus “sociedades”, eran
parte de la iglesia de Inglaterra, dos cuestiones llevaron a una considerable controversia. Una tenía
que ver con la perfección. Wesley creía posible que el cristiano llegara a ser dominado por motivos
correctos, como son el amor a Dios y al prójimo, y que al llegar a esa condición quedaría
totalmente libre del pecado. Pero para él, esto era más una meta que un resultado. La segunda
controversia estuvo relacionada con la predestinación. Wesley era armeniano y anticalvinista;
Whitefield por el contrario, era calvinista, Entre 1740 y 1741 intercambiaron cartas, severas que no
llegaron a mellar sus buenas relaciones personales. No obstante, estas discusiones confirmaron el
carácter armeniano del metodismo Wesleyano. En 1784, Wesley ordenó por primera vez
predicadores metodistas para atender a las necesidades pastorales del movimiento en América.
Hacia fines de ese año, los nuevos ministros consagrados por Wesley realizaron una Conferencia
Anual en la cual se constituyó la Iglesia Metodista Episcopal en América. Los metodistas ingleses
se organizaron como denominación en 1795.
Los resultados del metodismo en Inglaterra y América fueron extraordinarios, El movimiento fue
generador de sociedades misioneras, bíblicas, de tratados, y evangelisticas, y con todo ello
benefició no sólo a otros grupos evangélicos, sino que incentivo el proceso del Gran Avivamiento
del siglo XVIII.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/39
Wesley murió en Londres en 1791, pero su obra revolucionó enormemente la situación religiosa de
Inglaterra y afectó aún más a América. Pero es necesario destacar, de igual modo, que las
consecuencias sociales del avivamiento Wesleyano fueron tan importantes como las religiosas.
Wesley dirigió su mensaje conmovedor a las masas obreras que estaban incorporadas al proceso
violento y crítico de la revolución industrial. La nueva clase obrera no tenía Iglesia y Wesley les
enseñó cómo vivir y por qué vivir Su propósito inmediato fue atraer a la fe cristiana a esa clase
social postergada, pero los efectos fueron más amplios porque comenzó un movimiento religioso y
social que fue conocido como los “evangélicos”, generador de una nueva manera de concebir la fe
cristiana y de interpretar la sociedad, Los “evangélicos trabajaron incansablemente por la reforma
de las cárceles, las leyes de protección del trabajador, un Parlamento más representativo, el fin del
comercio esclavista en todo el mundo, y, sobre todas las cosas, un concepto experiencias y
dramático de la conversión cristiana.
Las primeras colonias. Las primeras colonias inglesas permanentes en suelo americano
representaban los puntos extremos de las diferencias dentro del puritanismo. La Colonia de
Virginia era oficialmente anglicana, mientras que la de Plymouth, en Masachusetts, era separatista.
No obstante, eran más parecidas en su puritanismo que diferentes en su manera de entender el
gobierno eclesiástico.
La Colonia de Plymouth: Se fundó también por iniciativa de la Compañía de Virginia, que invitó a
un grupo de separatistas que en 1608 habían huido a los Países Bajos de la persecución de
Jacobo I. Un tercio de estos colonos viajaren en un pequeño barco, el Mayflower, que por error
desembarcó a sus 99 pasajeros no en Virginia como era su destino, sino más al norte, en
Plymouth, el 21 de diciembre de 1620, en pleno invierno. Para la primavera la mitad de los colonos
habían muerto y sólo sobrevivieron tres mujeres casadas. A pesar de estos problemas, la colonia
pudo practicar los principios separatistas sin interferencia. Cada iglesia era independiente, y se
constituía una nueva congregación cuando se reunía un grupo de creyentes que se comprometiera
en un Pacto, que establecía sus creencias, forma de adoración, gobierno eclesiástico y disciplina.
Políticamente, la colonia era independiente y estuvo regida por un acuerdo, llamado “Pacto del
Mayflower, que todos los Padres Peregrinos tuvieron que firmar antes de desembarcar.
los cultos. Sólo los miembros activos tenían derecho a votar en las elecciones de la colonia, y
recibían la Cena del Señor. Así, de ser una corporación comercial, la colonia se transformó en una
comunidad que se autogobernaba sobre una base religiosa. Si bien en la cédula de autorización de
la colonia no se decía nada de esta transformación, sus líderes la justificaban diciendo que estaban
haciendo la voluntad de Dios.
Las Colonias de Connecticut y New Haven. Una de las doctrinas básicas del protestantismo ha
sido la de la Interpretación privada y la libertad de conciencia, lo que ha resultado en la
multiplicación de los grupos religiosos. Desde un comienzo en Masachusetts hubo muchas
controversias religiosas. La migración puritana de 1630-1642 trajo 65 nuevos ministros, y la colonia
pronto tuvo demasiados líderes religiosos. Por otro lado, todos los colonos querían quedarse sobre
la costa o sobre los ríos navegables, produciendo un atestamiento de gente en las poblaciones de
Nueva Inglaterra. El resultado de los dos factores señalados fue que se fundaron varias colonias
como ramificaciones de la Colonia de la Bahía de Massachussets. Connecticut, una de ellas, se
organizó cuando unos 50 colonos de Massachussets emigraron a este lugar en 1635, y un año
más tarde los siguieron otros contingentes New Haven fue establecida por puritanos de Londres
que deseaban establecer un puesto de comercio en América, Se establecieron allí en 1638, pero
nunca lograron desarrollar una colonia sólida, hasta que finalmente fueron absorbidos por
Connecticut, en 1664.
El puritanismo en Nueva Inglaterra. Los colonos en Nueva Inglaterra (el tercio norte de las
colonias) estaban informados de lo que ocurría en la metrópoli. El Parlamento había formado una
comisión de teología para revisar los Treinta y Nueve Artículos y en 1643 completaron la Confesión
de Fe de Westminster. Desde 1646 a 1648, se realizó un Sínodo en Cambridge (Masachusetts),
que adoptó la Confesión de Westminster, pero con ciertos cambios, especialmente en aquellas
partes en que establecía el presbiterianismo como sistema de gobierno eclesiástico. El nuevo
documento, conocido como, Plataforma de Cambridge”, contenía lo que llegó a ser una expresión
modelo del concepto congregacional de gobierno eclesiástico. Los pastores tenían autoridad sólo
en la congregación que los llamaba y no participaban en el gobierno de otras iglesias, como en el
sistema presbiteriano, y eran ordenados por la iglesia que los llamaba. Cada iglesia era
independiente, pero tenían sínodos de consulta sobre problemas teológicos, eclesiológicos y de
disciplina, pero las decisiones del sínodo no eran obligatorias. La liturgia era más simple que la de
las iglesias formadas en Europa. Consistía en largas oraciones del pastor, lectura bíblica, canto de
salmos rimados sin un tono establecido, y el sermón, que era el centro del culto y duraba una o dos
horas. El predicador explicaba el texto, luego lo desarrollaba doctrinalmente y terminaba con una
aplicación relacionada con los problemas reales de la congregación.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/41
El Gran Avivamiento(1740 -1744). Los teólogos de Nueva Inglaterra llegaron a ser conocidos en
todo el mundo protestante, pero el más grande de todos no nació hasta el siglo XVIll. Su nombre
fue Jonatan Edwards nacido en Connecticut y educado en la Escuela de YaIe.
Desarrollo del denominacionalismo. A fines del siglo XVIII, las Iglesias en América mostraban
tres características comunes que las distinguían del resto del mundo cristiano:
1. Eran puritanas.
2. Aceptaban el principio de una total separación de la iglesia y el estado
3. Se llamaban, denominaciones, en lugar de Iglesias o sectas.
El término tal como aquí lo usamos significa algo más que purificar la iglesia de Inglaterra. El
concepto “puritano” tuvo un desarrolla propio en las colonias de Nueva Inglaterra e influyó sobre
todas las Iglesias en los Estados Unidos, inclusa a iglesia Católica Romana, El puritanismo, en este
sentido general, involucro tres principios básicos:
Este concepta puritano, totalmente diferente de las ideas de los cristianos medievales, se
desarrolló en Nueva Inglaterra durante el siglo XVII. El denominacionalismo comenzó a surgir en el
siglo XVIII, y fue muy Influenciado por el Gran Avivamiento, Los anglicanos e independientes que
fundaron la mayor parte de las colonias de Norteamérica todos creían que debía haber una Iglesia
del estado. Pero la situación en América no favorecía este sistema. Muchos inmigrantes habían
cruzado el Atlántico para deshacerse de la opresión de la Iglesia oficial, tenían trasfondos
religiosos diferentes, y no estaban dispuestos a someterse a una autoridad central ni a una
uniformidad religiosa. Al aumentar la población comenzó el avance hacia el oeste, donde se
hicieron nuevos asentamientos, y esto hacia más difícil el control eclesiástico. Los colonos, como
inmigrantes y hombres de frontera, compartían muchas experiencias que eran más Importantes
que sus diferencias religiosas o de nacionalidad.
El Gran Avivamiento ayudó a todo esto, ya que predicadores de diferentes posiciones doctrinales
iban viajando y predicando más o menos el mismo mensaje. Lo importante no era a qué iglesia se
pertenecía. Sino si se estaba a favor a en contra del avivamiento. Algunas iglesias llegaran a
dividirse sobre este asunto. También los acontecimientos políticos aceleraron el planteo de la vida
religiosa en América. A medida que la separación de Inglaterra se hacia más profunda, las
colonias contemplaron la posibilidad de tener una sola nación con cinco iglesias oficiales.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/42
1. Algunas vinieron directamente de Europa, y retuvieron su forma original, si bien todas ellas se
adaptaron ala situación americana. Este primer grupo incluye a los anglicanos, luteranos,
reformados, presbiterianos, anabautistas, y a la Iglesia Católica Romana.
2. Algunas surgieron del sectarismo característico del período posterior a la guerra civil inglesa, En
algunos casos estas Iglesias se formaron primero en Inglaterra, pero alcanzaron su madurez en
América. Aquí se incluyen a los bautistas, cuáqueros, y más tarde, a los metodistas.
Los Bautistas: Los bautistas en Norteamérica nacieron bajo el fuego de la persecución. La mayor
parte había venido de Inglaterra huyendo de la persecución bajo Jacobo l y Carlos I, pero al llegar
a América se encontraron con la oposición de los congregacionalistas y otros grupos. La primera
iglesia bautista en suelo americano fue fundada por Rogelio Williams en su colonia de Providencia
(Rhode Island), en 1639, cuando después de llegar a la conclusión de que el Nuevo Testamento
enseñaba el bautismo de creyentes, se hizo bautizar y bautizó a otros por inmersión. Una de las
mayores contribuciones de Williams fue su concepto de libertad religiosa, y más radical que éste,
su idea de total separación de la Iglesia y el estado. Estos conceptos radicales se fueron
enfatizando cada vez mas a medida que los estados de la Unión maduraron como nación y
llegaron a expresarse cabalmente en la Constitución de los Estados Unidos, aprobada en 1787. La
idea era que el gobierno no debía mostrar favoritismo ni dar reconocimiento oficial a ningún cuerpo
religioso particular. Rogelio Williams y los bautistas fueron grandes promotores de este principio.
En su tratado El Dogma Sangriento de la Persecución, Willlams sostenía esta idea de una total
separación entre Iglesia y estado, que finalmente logró expresarse en la Primer Enmienda de la
Constitución norteamericana, y que dice: NEI Congreso no hará ninguna ley respecto de cualquier
religión establecida, ni prohibirá el ejercicio libre de la misma. En Newport, en 1641, Juan Clarke
fundó la segunda iglesia bautista.
Estas primeras iglesias eran de tendencia calvinista y se vieron desafiadas por el armenianismo
imperante en tiempos de Jorge Whitefield. No obstante, el calvinismo prevaleció y ejerció una gran
influencia hasta hoy. La eclesiología bautista era sumamente adecuada para la vida en la frontera
americana, donde la gente vivía muy distante unos de otros. Se podían constituir congregaciones
locales sin la aprobación de una autoridad eclesiástica distante, y cualquier miembro podía ser
escogido como pastor sin necesitar mayor preparación ni pasar por una junta eclesiástica. El Gran
Avivamiento ayudó mucho al crecimiento de los bautistas, El movimiento comenzó entre los
congregacionalistas y presbiterianos; los bautistas no lo apoyaron, pero recibieron una influencia
indirecta a través de los pastores que se hicieron bautistas al estudiar a fondo la Biblia. Durante la
gesta revolucionaria, los bautistas lucharon en favor de la Independencia y ganaron un gran
prestigio. Después de la independencia tuvieron oportunidad de influir en la constitución legal del
país. En 1791, debido a esa influencia, se incorporó el principio de la separación de la Iglesia y el
estado en la Constitución de la nación.
Estas organizaciones, de escala nacional, vieron quebrada su unidad, primero, por el sentimiento
de que las agencias misioneras domésticas no habían evangelizado en forma efectiva el territorio
sureño, y más tarde, por el problema de la esclavitud y de la Guerra Civil. La gran división en tomo
al problema de la esclavitud se dio en 1845, cuando los “sureños” se separaron para formar la
Convención Bautista del Sur.
Los bautistas se han caracterizado por no tener credos escritos válidos para todas sus Iglesias,
pero han formulado algunas confesiones de fe consideradas como importantes para la
denominación. Las iglesias bautistas de Londres redactaron la Assembly Confession en 1689; esta
confesión fue ampliada por la Asociación de Filadelfia en 1742. La Convención Bautista del Estado
de Nueva Hampshire produjo otra Confesión famosa en 1 833.
Los Cuáqueros: Los primeros cuáqueros (o Amigos en llegar a América fueron Ana Austin y María
Fisher, que arribaron a Massachussets en 1656, pero fueron acusadas de ser brujas y las enviaron
de vuelta a las Barbados, de donde habían venido. Durante muchos años se vieron perseguidos
por leyes severas y fueron tratados sin misericordia. No obstante, crecieron y encontraron
tolerancia en Rhode Island. Se os encontraba también en Nueva York, Nueva Jersey y Maryland;
pero el número mayor llegó traído por Guillermo Penn, como vimos. El trato cordial que ofrecieron
a los amerindios ganó su confianza y los cuáqueros prosperaron en su colonia. Hasta 1756
controlaron la legislatura de Pennsylvania, año en que se rehusaron a pagar un impuesto destinado
a financiar una guerra contra los indios. Fueron extraordinarios pacifistas, que lucharon por la
educación popular, la temperancia, la democracia y contra la esclavitud.
Los Metodistas: Felipe Embury, un predicador laico, organizó el primer grupo de metodistas
americanos. Esto ocurrió en Nueva York, en 1766. Este grupo solicitó ayuda a Inglaterra y en 1789
llegaron dos misioneros, Ricardo Boardman y José Pitmoor. Desde 1769 a 1774 Wesley envió
ocho misioneros a América y hubo también varios voluntarios. De entre los misioneros, Francisco
Asbury pronto se transformó en el líder del movimiento. La Iglesia Metodista Episcopal se organizó
en Baltimore en 1784. La iglesia fue metodista en doctrina y disciplina, pero episcopal en su forma
de gobierno eclesiástico. Los dos primeros obispos en ser elegidos fueron Francisco Asbury y
Tomás Coke, si bien al principio se los llamó superintendentes. Adoptaron el Servicio Dominical
(una ampliación del Libro de la Oración Común) y los Artículos de Religión escritos por Juan
Wesley.
La iglesia de Cristo: Nació en el siglo XVIII, no como una denominación sino como un grupo de
denominaciones que usaban un nombre común. Su nombre confuso surgió de su rechazo de las
diferencias denominacionales, tan comunes en América. Experimentaron los avivamientos que se
dieron en el territorio fronterizo del oeste hacia fines del siglo XIX, y creían que todos os cristianos
debían reunirse sobre la base de una fe bíblica y una vida eclesiástica simple. Rechazaron las
confesiones de fe, diciendo que “su base no era un credo sino Cristo”, y adoptaron una forma de
adoración simple basada en el libro de los Hechos, con la Cena del Señor todos los domingos y un
gobierno eclesiástico de tipo congregacional.
Tomás Campbell, miembro de la rama Secesionista de la iglesia Presbiteriana de Irlanda, fue uno
de los líderes de este grupo. Llegó a los Estados Unidos en 1807 y se estableció en Pennsylvania.
Allí invitó a congregarse con él a mucha gente que no tenía ninguna afiliación eclesiástica directa.
Como resultado, él y su hijo, Alejandro Campbell, formaron una organización llamada “Asociación
Cristiana de Washington, Pennsylvania” No obstante, no era el deseo de estos líderes que esta
Asociación se transformara en una denominación. A causa de no aceptar el bautismo infantil se
vieron muy atraídos por los bautistas. En 1813, Alejandro Campbell y sus seguidores se hicieron
bautistas, pero al poco tiempo fueron borrados a causa de un escrito de Campbell que provocó una
oposición bastante generalizada. Los discípulos de Cristo (seguidores de esta denominación),
consideran que esta separación fue gradual, pero indican el año 1830 como la fecha a partir de la
cual los seguidores de Campbell fueron llamados Cristianos, o Discípulos de Cristo, o Iglesia
HISTORIA DE LA IGLESIA II/44
Cristiana, o más comúnmente con el titulo oficial de Iglesia de Cristo. Después de la Guerra Civil,
experimentaron una gran expansión.
A fines del siglo XVII, Europa volvía a prosperar en el comercio y la industria, después de superar
el periodo de las guerras de religión. Comenzaron a surgir las ciudades modernas por toda Europa,
si bien la vida seguía siendo peligrosa por la situación política inestable. Algunos pensadores
comenzaron a reflexionar buscando un fundamento para una vida más feliz y pacífica como
individuos y como sociedad. Cuando miraban al pasado todo les parecía oscuro y por eso llamaron
“Edad Media” al período que iba desde la caída del Imperio Romano hasta sus días. Así, se
comenzaron a elaborar nuevas maneras de pensar y de concebir la realidad, especialmente en el
campo de la ciencia. El desarrollo científico durante los siglos XVII y XVIII fue asombroso, en
particular en el campo de la física y las matemáticas. Los humanistas amantes de las glorias del
pasado clásico y los nuevos científicos estaban de acuerdo en que la religión, tal como era
practicada en ese tiempo, no había ayudado mucho a la gente a ser feliz ni a entender el mundo.
Durante la confusión producida por la Reforma se presentaron diferentes conceptos, todos los
cuales pretendían ser la verdad, y en las guerras de religión que siguieron, miles se mataron por
defender esas diferentes maneras de entender la voluntad de Dios. Muchos pensadores de los
siglos XVII y XVIII quisieron dar respuestas más seguras y confiables a los grandes interrogantes
sobre la verdad en cuanto al mundo, el hombre y Dios.
Deístas. El tercer grupo de teólogos racionalistas tuvo una influencia más duradera. Creían que
habían descubierto la religión más antigua y cierta de todas, (i.e, la “religión natural”). Ya en 1624,
Eduardo Herbert de Cherburgo (1583-1648) había enumerado los artículos de fe de la religión
natural, sostenidos por toda la humanidad, tales como: Dios existe; debe ser adorado: la diferencia
entre el bien y el mal; el hombre debe arrepentirse de sus pecados; y después de la muerte hay
recompensas y castigos Los deístas posteriores consideraron a ésta como una exposición del
contenido de la religión natural, universal y racional. Su doctrina consistía sólo en la creencia en la
existencia de Dios como autor de la naturaleza, pero sin admitir revelación ni culto externo. La idea
de una “religión natural” fue rápidamente adoptada por muchos pensadores en Alemania y Francia.
En Francia los deístas ejercieron una gran influencia, y muchos estuvieron entre los colaboradores
de la Enciclopedia, esa inmensa obra en varios volúmenes que pretendía ser un resumen
completo del conocimiento literario y científico, El más famoso de los deístas fue Tomás Paine
(1737-1809), un inglés que fue uno de los líderes de las guerras de la independencia
norteamericana, y que más tarde participó en la Revolución Francesa. Su libro, La Edad de la
Razón (1795), llegó a ser un modelo de todo el pensamiento europeo del siglo XVIII. Paine
rechazaba buena parte de las enseñanzas cristianas tradicionales, y concluía:
“Es cierto que, en un punto, todas las naciones de la tierra y todas las religiones
concuerdan; todas creen en un Dios; las cosas en las que difieren son las redundancias
anexadas a esa creencia; y por lo tanto, si alguna vez prevaleciera una religión universal,
HISTORIA DE LA IGLESIA II/45
no será por creer en algo nuevo, sino por deshacerse de las redundancias, y creer como
creyó el hombre al principio. Adán, si es que existió, fue creado deísta”.
Unitarismo. Como resultado del deísmo se produjo el unitarismo que, al igual que el socianismo,
negaba la doctrina de la Trinidad. Las ideas antitrinitarias del continente penetraron en Inglaterra y
alcanzaron un grado de gran influencia durante el período de la Guerra Civil. Se fortalecieron
todavía más durante el siglo XVIII con el auge del racionalismo y su inclinación a ver en la
moralidad la esencia de la religión. Sin embargo, fue entre los disidentes, especialmente los
presbiterianos y los bautistas generales, donde el antitrinitarismo ganó más seguidores. El
arrianismo de los antitrinitaristas se transformó más tarde en socianismo. El unitarismo inglés era
formal e intelectual; rechazaba los credos e insistía en la salvación por el carácter.
Esta última frase pertenece a Guillermo Carey(1761 - 1834), un zapatero inglés, que luego de un
cuidadoso estudio se hizo bautista y más tarde predicador. Tenía un talento extraordinario como
lingüista y botánico, y un profundo celo misionero. En una reunión de pastores bautistas se atrevió
a sugerir sus proyectos de predicación a los paganos como tema de discusión. El presidente de la
asamblea le respondió: “joven, siéntese. Cuando Dios quiera convertirá los paganos, lo va a hacer
sin su ayuda o la mía. Carey comenzó, entonces, a reunir material para un pequeño libro que tituló
Investigación de la obligación de los cristianos de emplear medios para la conversión de los
paganos, en el que resumió todo lo que se había hecho desde Pentecostés hasta ese día para la
difusión de la fe, junto con un estudio del mundo no cristiano. Este estudio resultó ser una
producción notable. La mayor parte de la gente educada en el siglo XVIII no conocía mucho de
geografía y los libros sobre el tema eran escasos. No muchos hubieran podido producir
estadísticas tan ajustadas a la realidad como las que el libro de Carey presentaba. En 1792 se
reunió en Nottingham el mismo grupo de pastores, pero esta vez Carey tenía a su cargo el sermón,
cuyo titulo y tema fue “Esperad grandes cosas de Dios. Emprended grandes cosas para Dios”. En
octubre de ese año se reunieron nuevamente en Kettering y constituyeron la Sociedad Misionera
Bautista, ofreciéndose Carey como su primer misionero. Carey navegó hacia la India en 1793 y se
HISTORIA DE LA IGLESIA II/46
transformó así en el “padre de las misiones modernas”, y en uno de los más grandes traductores
bíblicos de todos los tiempos.
Es necesario notar que antes de Carey ya habían habido otros intentos misioneros. Con el cambio
del siglo XVII surgieron tres sociedades misioneras: la Sociedad para la Promoción del
Conocimiento Cristiano (S.P.C.K.) en 1699; la Sociedad para la Propagación del Evangelio en
Tierras Lejanas en 1701; y, la Sociedad en Escocia para la Propagación del Conocimiento
Cristiano en 1709. Las dos primeras pertenecieron a la iglesia de Inglaterra y siguen siendo las
sociedades misioneras más antiguas de Inglaterra. Fueron fundadas por el Dr. Tomás Bray,
teniendo en cuenta las necesidades de los colonos ingleses en ultramar, especialmente en
Norteamérica. Pero muy pronto se interesaron por las necesidades de los paganos, La tercera
sociedad pertenecía a la Iglesia de Escocia (presbiteriano), que en 1717 se sintió movida a enviar
ministros a los países infieles y extranjeros, Su misionero más famoso fue un americano llamado
David Brainerd, en 1743.
1. La Reforma Protestante se produjo en países pequeños y débiles. Las dos grandes potencias
del siglo XVI (España y Portugal) no fueron alcanzadas por la Reforma y continuaron católicas, Los
países protestantes fueron: Estados del norte de Alemania;
Los protestantes esparcidos por Francia eran reformados, mientras que los de Manda del Norte
eran anglicanos y presbiterianos. La mayoría de estos países recién comenzaban a lograr y
expresar su independencia nacional; algunos ni siquiera habían alcanzado esto (Noruega y los
estados alemanes). Ninguno de ellos era una gran potencia. Es evidente que los protestantes, en
contraste con los católicos no tenían una visión muy amplia del mundo. Esta fue una de las
razones por las que carecieron de espíritu misionero. Lutero mismo escribió: “Nadie tiene ya más
tal mandamiento apostólico universal (“Id por todo el mundo… y”), sino que cada obispo o pastor
tiene asignada su propia diócesis o parroquia.
2. La otra debilidad de los protestantes fue que tuvieron que luchar durante mucho tiempo en
defensa propia para poder sobrevivir y de esta manera se replegaron sobre sí mismos en lugar de
salir ya todo el mundo. Una evidencia de esto son las múltiples divisiones y subdivisiones que
experimentó el protestantismo a lo largo de su historia, El cuadro que sigue presenta sólo las
principales escisiones, pero son suficientes para mostrar que hay una dispersión de energía, que
podría haber sido utilizada de una mejor manera.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/47
En el cuadro anterior, los nombres sobre la izquierda son los de los personajes principales que
estuvieron relacionados con el origen del denominacionalismo inglés.
Podemos resumir la situación, poco antes del año 1800, de la siguiente manera: El periodo de la
expansión católicorromana había pasado su mejor hora para el año 1700. Hacia 1750 ya se notaba
una marcada declinación en su progreso. En 1639, Japón había cerrado sus puertas a toda
influencia y penetración extranjera, y procedió luego a borrar todo rastro de fe cristiana. Poco
después de 1700 el cristianismo en China fue sepultado por la persecución En la costa
sudoccidental de la india y en Ceilán sólo sobrevivieron algunos reducidos remanentes de la iglesia
a la declinación del poderío marítimo portugués, a partir de 1650. La Compañía de Jesús, que
había caído en desgracia, fue disuelta por el papa en 1773 y expulsada de las colonias católicas.
Francia, como nueva potencia católica, ocupó el lugar dejado vacante por España y Portugal, como
patrona de las misiones católicorromana, hasta que se produjo la Revolución Francesa en 178 y el
espíritu antirreligioso dominó durante vahos años.
Por otro lado, desde 1713 (Tratado de Utrecht) en adelante, Inglaterra fue reconocida como la
primer potencia marítima. Un siglo más tarde su dominio cubría cuatro continentes, y para este
tiempo ya habían surgido las nuevas fuerzas religiosas dentro del Protestantismo, que llevaron al
gran avivamiento misionero del siglo XIX (1790-1840), y que fue liderado precisamente por
Inglaterra, si bien con una creciente participación de los protestantes de Norteamérica y del norte
de Europa. Nuevamente la oportunidad ofrecida por el desarrollo de las comunicaciones y el vigor
religioso se amalgamaron y esta vez en manos de los protestantes. El período más extraordinario
en la expansión del cristianismo estaba a punto de comenzar.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/48
EVALUACIÓN DE LA LECCIÓN 9
1.- ¿Por qué el protestantismo no estuvo asociado con la gran expansión del cristianismo.
En ultramar durante el siglo XVI?
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5.- ¿En que cuatro grupos estaban divididos los protestantes durante el periodo de
Commonwealth?
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c.-_______________________________ d.-_______________________________
6.- ¿Quién fundó la primera Iglesia Bautista, y en suele ingles, y en que año?
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14.- ¿Qué querían los puritanos primitivos o moderados y cuál fue su centro de influencia?
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17.- ¿De que tres maneras los pensadores cristianos que querían unir fe y razón en los
siglos XVII Y XVIII se volcaron al Nacionalismo?
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HISTORIA DE LA IGLESIA II/50
18.- ¿Piensa que es necesario probar la verdad de las enseñanzas cristianas? Si es así
¿Cómo lo haría usted? Si no es así ¿Qué tipo de certeza o seguridad deben tener los
creyentes?
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19.- Es posible vivir una vida Cristiana autentica sin creer todas las enseñanzas del credo?
¿Puede usted creer realmente en Dios o en Jesús sin creer en la trinidad, el pecado, la
segunda venida, etc.? Dé dos razones para su respuesta.
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20.- ¿Qué es más importante para usted: ser bautista, metodista, hermano libre,
salvacionista, o cristiano?
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HISTORIA DE LA IGLESIA II/51
LECCIÓN 10
EL MOVIMIENTO MISIONERO PROTESTANTE
El surgimiento de Inglaterra como gran potencia significó que este país tomara la delantera en el
Avivamiento Misionero. Este es el nombre que se le dio al despertar religioso que se manifestó en
la creación, entre 1790 y 1840, de casi todas las grandes agencias misioneras, primero en
Inglaterra, luego en Norteamérica, y más tarde en el continente europeo. Ya hemos mencionado
algunas de las primeras sociedades en la lección anterior. El avivamiento religioso de mediados del
siglo XVIII fue un factor de suma importancia en este despertar misionero, especialmente el
metodismo como movimiento evangélico, que se esparció no sólo en Inglaterra sino también en
América El Dr. Toms Coke, un clérigo de la Iglesia de Inglaterra, que al Igual que Wesley era
superintendente de la Iglesia, en 1784 propuso la creación de una sociedad misionera
interdenominacional (el “Plan Coke”). Al no prosperar su idea, comenzó a trabajar por su cuenta en
1786, entre los esclavos en las Indias Occidentales. Los metodistas no organizaron su sociedad
hasta 1813.
En América, las nuevas fuerzas religiosas que surgieron del Gran Avivamiento se vieron nutridas
por la inspiración y el ejemplo de Inglaterra. Esto resultó en la iniciación del trabajo misioneros por
parte de grupos americanos similares: la Junta Americana de Comisionados para las Misiones
Foráneas en 1810, los bautistas en 1814, la Sociedad Bíblica en 1816, los metodistas en 1819, etc.
En el continente europeo surgieron varias sociedades que sólo enumeraremos con la fecha de su
fundación: La Sociedad Misionera de los Países Bajos en 1797; de Basilea en 1815; Danesa en
1821; de París en 1822; de Berlín en. 1824; Renana en 1828. Así se inauguraba el más
extraordinario período de expansión del cristianismo. Como hemos visto, entonces, en la década
anterior al año 1800, comenzó el período más grande de extensión de la fe cristiana. Protestantes
y católicos entre 1800 y 1914 llevaron la fe cristiana a fronteras hasta entonces no alcanzadas. Por
razón de falta de espacio nos veremos obligados a concentrarnos en el trabajo de los protestantes,
analizándolo en tres etapas sucesivas.
Con la terminación de las guerras napoleónicas en 1815, comenzó para Europa un siglo de
comparativa paz, y para el cristianismo uno de progreso sin parangón. Inglaterra era la potencia
mundial más importante y la revolución industrial, en la que este país asumió la delantera, hizo de
la nación británica el taller del mundo. Es en el marco de estas transformaciones políticas,
económicas y sociales que hicieron de Gran Bretaña un imperio mundial, que podemos
comprender el lugar de este país en la nueva expansión del cristianismo, En este siglo, el
cristianismo se transformó en una religión mundial, no sólo en el sentido de predicar un mensaje
HISTORIA DE LA IGLESIA II/52
para todos los hombres, sino también en el sentido de haber ganado para la Fe cristiana a
hombres, “de todas naciones, y tribus y pueblos y lengua”.
Pioneros en Asia El trabajo de la mayoría de los pioneros en la obra misionera puede describirse
bajo dos encabezamientos: pequeños comienzos y grandes ideas. Consideremos la obra en los
principales países o regiones de Asia.
India: Carey fue a la India en 1793, viajando durante cinco meses en un barco dinamarqués,
porque los ingleses no querían misioneros a bordo, Al llegar a Calcuta tuvo problemas con las
autoridades locales y con sus recursos económicos, que se agotaron pronto. Se empleó en una
fábrica de añil, mientras realizaba su trabajo misionero por la noche. En 1799 se le unieron
Marshman y Ward en Serampore. Los tres se propusieron ser financieramente independientes de
la Sociedad Misionera Bautista, y lo lograron. Carey se destacó como un gran lingüista, y ganó
prestigio como profesor de bengalí. Marshman se ganó la vida como maestro de escuela, y Ward
como imprentero. Los tres usaban el diezmo de sus ingresos para vivir, y consagraban el resto a su
trabajo misionero. Sus principales metas respecto a su tarea misionera eran:
1. La traducción de la Biblia: esto parecía imposible, pero lo lograron. Con la ayuda de algunos
colaboradores locales tradujeron la Biblia a 6 idiomas, el Nuevo Testamento a otros 23, y algunas
porciones a otros 10, sumando un total de 39 idiomas diferentes. Jamás nadie había hecho algo
parecido.
2. El Colegio de Serampore: ninguno de los tres había tenido preparación universitaria, pero
soñaban con el surgimiento de una nueva cultura en Asia, que tuviera al cristianismo en su médula,
y fundaron este colegio movidos por esa idea.
3. La cooperación misionera: Carey sugirió que los misioneros de todo el mundo se reunieran cada
10 años para consultas. Esperaba que la primera conferencia se realizara en Sudáfrica en 1810,
pero sus sueños recién se hicieron realidad un siglo más tarde cuando en Edimburgo se realizó la
Primer Conferencia Misionera Mundial, en 1910.
Carey estuvo 48 años como misionero en la India. Llegó a tener 33 lugares de culto, fundó 126
escuelas para varones, 21 para niñas y un colegio superior. En 1832 publicó la octava edición del
Nuevo Testamento en bengalí, y ésta fue su última obra, pues en 1834 murió.
Otro pionero en la India fue Enrique Martyn, un hombre culto, graduado en Cambridge, que
inspirado por la vida de David Brainerd se consagró al Señor como misionero. Desembarcó en
Calcuta en 1806, como capellán del ejército inglés, donde por su influencia se produjo un gran
despertar espiritual. Fue un excelente traductor, tradujo la Biblia al árabe y al persa, y gran
diplomático. En 1811 debió abandonar Calcuta por razones de salud, pero al llegar a Persia decidió
continuar el viaje por tierra y al llegar a Armenia murió cuando sólo tenía 31 años (1812).
Otro gran misionero fue Alejandro Duff, pionero en dos sentidos: fue el primer misionero de la
iglesia de Escocia en la India y el iniciador de las escuelas misioneras. Llegó a Calcuta en 1830, a
la edad de 24 años, y se encontró con oposición. Con trabajo tenaz logró fundar una escuela que
pronto se hizo popular entre las castas superiores.
Los capellanes anglicanos de la East India Company ayudaron a Carey a establecerse y a lograr
una posición de Influencia. Uno de ellos, Claudio Buchanan, había luchado para que se
estableciese un obispado en Calcuta. En 1813 se resolvió tal medida. El segundo obispo de
Calcuta fue Reginaldo Heber, quien realizó un trabajo extraordinario viajando incansablemente por
su diócesis, que incluía a Australia y Nueva Zelandia, hasta 1826, cuando murió. Heber es también
conocido por ser autor del himno ‘“Santo, santo, santo’ y otros tan famosos como éste.
A Juan Scudder le pertenece el honor de ser el primer médico misionero de la india. Era médico en
Nueva York y por la lectura de un folleto misionero se sintió llamado a la India, hacia donde se
HISTORIA DE LA IGLESIA II/53
embarcó en 1819. Trabajó en Ceilán y Madrás, siendo continuada su obra por sus hijos y nietos.
Uno de los más dinámicos misioneros en Asia fue Juan Clough, un presbiteriano que trabajó entre
los telugus intocables de Madrás. Llegó al país en 1866 y fue a trabajar a un lugar donde había
obra misionera desde hacia 30 años, pero sin fruto. En 1878 bautizó a más de 2.000 personas y
seis meses después el número aumentó a 8.000, de tal manera que su iglesia fue, en aquel
momento, la más grande del mundo. Falleció en 1910 dejando 50.000 convertidos como fruto de
50 años de trabajo.
Birmania: Aquí encontramos otro ejemplo de un comienzo pequeño que llevó a grandes
resultados. Un bautista norteamericano, Adoniram Judson, en 1812 había intentado unirse al trío
misionero de Serampore (Carey, Marshman y Ward), pero la East India Company le negó la
entrada a la India Británica, de modo que con su esposa fue a Rangún (1813). Aprendió el idioma
birmano, tradujo la Biblia a ese idioma y estableció una pequeña iglesia birmana y una gran iglesia
entre los karens. Estos resultados no se lograron sin sufrimientos, trabajos y muchas aventuras.
Cuando estalló la guerra entre Inglaterra y Birmania en 1824, Judson fue acusado de espía y
puesto prisionero durante dos años, en los cuales casi murió. Una aventura más agradable fue un
descubrimiento interesante que hizo entre los karens. Esta tribu montañesa creía en un Dios
llamado “Y’wa” (cf. con “Jehová”). Y’wa era el creador, e hizo a la mujer de la costilla del hombre.
Una serpiente trajo el mal, tentando al hombre a comer del fruto prohibido. Tenían también una
tradición que decía que sus antepasados en un tiempo sabían mucho más acerca de Y’wa, y que
este conocimiento volvería a ser de ellos cuando un “Hermano Blanco” trajera de vuelta el “Libro
Perdido”. El primer convertido de Judson fue un Karen, Con él se difundió la noticia de que el
Hermano Blanco y el Libro habían llegado. La profecía se cumplió y las conversiones fueron
masivas. Incluso en tiempos de Judson se formó una Iglesia Karen con varios miles de miembros.
Hoy hay más de doce millones de karens y la mayoría son cristianos.
China: ¡Pequeños comienzos y grandes ideas!. La primera gran idea con referencia a la China fue
que éste era el país más populoso del mundo, y por eso la Biblia debía ser traducida al chino. Pero
China era un país cerrado, excepto en el asentamiento portugués de Macao, controlado por la
Iglesia Católica Romana, y una estrecha franja costera en el río Si-kiang, fuera de los muros de
Cantón. En este segundo lugar se apiñaban las factorías de varias empresas comerciales
europeas y americanas, de las que la British East India Company era la más poderosa. Los chinos
sólo permitían la presencia de extranjeros durante la temporada de comercio, y aun en ella éstos
no podían entrar a la ciudad, ni moverse libremente, ni traer a sus familias. Se consideraba como
traición que un chino enseñara su idioma a un extranjero. El extranjero debía mantenerse a
distancia y el único contacto permitido era con los mercaderes chinos autorizados.
El pionero del trabajo misionero protestante en China fue Roberto Morrison, un pastor presbiteriano
enviado por la Sociedad Misionera de Londres en 1807. Si la East India Company se opuso a los
misioneros en Calcuta, mucho más o hizo en Cantón. Para poder llegar a este lejano lugar,
Morrison tuvo que ir primero a Norteamérica y desde allí consiguió pasaje y trabajo en las factorías.
Allí encontró a dos chinos que le enseñaron su idioma. Se dice que siempre llevaban veneno para
eliminarse en caso de ser arrestados. En 1809 Morrison consiguió un trabajo más estable y un
mejor sueldo como traductor de la East India Company, lo que le permitió independizarse
económicamente de la Sociedad Misionera de Londres, si bien seguía siendo su misionero. Para
1819, con la ayuda de algunos chinos, logró completar la traducción de la Biblia al chino. También
tenía grandes ideas y preparó las cosas para un futuro con mejores oportunidades mediante:
2. El establecimiento de una imprenta, junto con su primer colega Guillermo Mime en 1813; la
fundación de una escuela anglo-china en Malaca; y la promoción de la obra cristiana, donde no
había restricciones, entre los chinos que vivían fuera de su país.
3. Morrison desafió a otras sociedades misioneras y países, especialmente a los Estados Unidos, a
preparar hombres y mujeres, para el día en que se abrieran las puertas de la China.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/54
Uno de los medios más efectivos en el trabajo misionero en China fue la literatura. Un joven chino
llamado Hung, que se postulaba para la carrera de funcionario público del Imperio, fracasó en los
exámenes previos y en 1837 volvió a rendir, pero esta vez con un colapso nervioso. En su delirio
pensó que Dios lo llamaba para destruir la idolatría. Seis años más tarde, en 1843, redescubrió
algunos libros cristianos que le habían sido entregados en la calle hacia tiempo. Se encontró con
que lo que ellos contenían concordaba con su “visión”, No conocía a ningún creyente, pero él y su
primo se convirtieron, renunciaran a los ídolos, se bautizaron”, y fundaron una ‘Sociedad de
adoradores de Dios, que pronto ganó a más de 2.000 personas, Al entrar en conflicto con los
oficiales del gobierno, se transformaron en una sociedad revolucionaria. En 1851 Hung levantó el
estandarte de la revuelta y proclamó una nueva dinastía bajo el nombre de “El Reino de los Cielos
de la Gran Paz (taiping). Conquistó buena parte del sur de la China y gobernó como emperador en
Nanking hasta 1853.
Este tipo de cristianismo autóctono se caracterizó por el recitado de un credo metrificado, el canto
de himnos en tonos chinos y con instrumentos chinos, y la predicación del sermón que era leído y
luego quemado como ofrenda a Dios. Creían en la Biblia y también en que su emperador (Hung)
era un profeta y que Dios hablaba directamente a algunos. Los misioneros occidentales, que no
podían viajar al interior de la China para predicar, a menudo decían en sus informes: “Los libros
cristianos pueden llegar donde nosotros no podemos, y prepararán el camino del Señor”. En el
caso de Hung tenemos un ejemplo de lo que la literatura cristiana podía y puede hacer los taipings,
seguidores de este tipo de cristianismo, estuvieron a punto de adueñarse de la China hacia 1856,
así como los comunistas lo hicieron en la primavera de 1949. La diferencia esta en que los
comunistas continuaron hasta terminar su trabajo, mientras que los talpings declinaron después de
1856. Así se perdió una oportunidad más en China, como la que no se da ni en mil años.
Pioneros en África. La Sociedad Misionera de Londres envió como su primer misionero al África a
un médico holandés en 1799, pero el trabajo más fructífero comenzó con la llegada de Roberto
Moffat a Ciudad del Cabo en 1817, cuando sólo contaba con 21 años. Se interné en el país hasta
la región al norte del río orange, donde logró convertir a Africander, un jefe tribal que era el terror
de toda la región. Su lema era “La Biblia y el arado para África”. Trabajó incansablemente entre las
tribus salvajes de Sudáfrica viviendo increíbles aventuras. Se destacó como traductor, a pesar de
no tener demasiada educación; había sido jardinero antes de ser misionero. Pero, por ser jardinero
pudo cumplir mejor su segundo propósito de ayudar los nativos a ser mejores agricultores y
constructores, y sobre todo, a ser mejores hombres. Su descripción del “humo de mil villas”, que
veía cuando miraba hacia el norte, cautivó la imaginación de otro escocés, David Livingstone, el
más grande de los apóstoles de África y el sucesor de Moffat. En 1840, Livingstone se unió a esta
familia y se casó con una hija de Moffat. Comenzó su trabajo entre varias tribus dentro de un radio
limitado y luego comenzó a extenderse hacia el norte.
Hacia fines de 1852 salió en su primer viaje de exploración, que duró cuatro años, realizando
grandes descubrimientos y relevamientos geográficos. Este viaje de 17500 kilómetros recorridos a
pie estuvo rodeado de incontables dificultades, peligros y penurias. Regresó a Inglaterra en 1856
cargado de mapas y documentos de gran valor, y fue recibido con todos los honores. Volvió a
África en 1.858 como oficial del gobierno británico y como agente de la Sociedad Geográfica Real,
pero su primera pasión fue la obra misionera. Los quince años siguientes, excepto una breve visita
a Inglaterra entre 1864 y 1865, los invirtió en la exploración, descubriendo las fuentes del río Nilo,
HISTORIA DE LA IGLESIA II/55
los grandes lagos y el río Congo. En 1871, Enrique M. Stanley, a la cabeza de una expedición
enviada por el diario Herald de Nueva York, encontró a Livingstone enfermo y agotado, pero sus
esfuerzos por persuadirlo de regresar a Inglaterra fueron vanos. Cuando se sintió repuesto
emprendió un nuevo viaje de exploración hasta que murió en 1873.
Sus restos fueron llevados a Inglaterra, donde fueron sepultados en la Abadía de Westminster con
todos los honores.
En África occidental murieron tantos misioneros (a menudo a las pocas semanas de haber llegado)
que durante 30 años no hay mucho para contar. En 1838 llegó como misionero metodista Tomás
Birch Freeman, hijo de padre negro y madre inglesa. Su esposa murió seis semanas después de
desembarcar, y el escribió: “Me quedo en la brecha mortal con reposada confianza en Dios.” Y se
quedó durante 52 años, llegando a ser el pionero más grande de África occidental. Pero, no se
quedó quieto, porque viajó continuamente. En 1838 viajó hacia el interior, donde logró el favor del
rey de Ashanti y su permiso para predicar. El gobernador de la Costa de Oro (Ghana) escribió a la
Sociedad Misionera Metodista diciendo que ésta era “una gloriosa apertura hacia el interior,”
En África oriental los pioneros fueron dos misioneros alemanes, J. L. Krapf (1844) y Juan
Rebmann (1846), quienes dijeron: “Venimos a África sin pensar en hacer descubrimientos
geográficos.” La Sociedad Misionera de la Iglesia de Inglaterra empleaba a muchos alemanes
porque los candidatos ingleses eran muy pocos. Comenzaron en Mombasa. Krapf perdió a su
esposa e hijo a poco de desembarcar, y él mismo enfermó gravemente, pero siguió adelante con
su trabajo. Rebmann fue el primer europeo en ver las cumbres nevadas de los montes Kilimanjaro
y Kenia en 1848. Durante 29 años continuó su labor sin un período de descanso, hasta que se
retiró ciego y quebrantado en 1875. Con Krapf, habían soñado con establecer una cadena de
estaciones misioneras desde la costa oriental hacia el interior y desde el norte hasta el sur, en
forma de cruz y colocando a cada misión el nombre de un apóstol. Pero todavía este sueño no se
podía hacer realidad y la tarea de estos hombres fue la de espiar la tierra para una conquista
futura.
Madagascar fue alcanzada por la Sociedad Misionera de Londres en 1818. Durante diez años el
rey se había mostrada favorable a los misioneros por su trabajo de poner por escrito su idioma e
introducir la imprenta y las escuelas. Al morir fue sucedido por una de sus doce esposas: que
asesinó a sus rivales y comenzó una política de represión. En 1835 en una asamblea pública la
reina anunció que no debían cambiarse las costumbres de los ancestros y que todos los cristianos
debían renunciar a su fe en un mes, bajo la pena de muerte. Muchos acataron la orden, pero de
todos modos no se aplicó la pena de muerte, si bien si se ordenó que todos los libros debían ser
entregados y destruidos, Para este tiempo ya se había completado la traducción de la Biblia, pues
los misioneros habían continuado su tarea esperando un cambio en las circunstancias. Los
creyentes escondieron sus Biblias, pero en 1837 se desató la tormenta. La primer mártir fue una
mujer, Rosalama, que fue encadenada, flagelada y torturada, y como aún así continuaba
confesándose cristiana la ejecutaron atravesándola con una espada mientras cantaba y oraba de
rodillas. Muchos cristianos fueron arrestados, torturados y vendidos como esclavos. Algunos fueron
alanceados, quemados, envenenados y arrojados desde un acantilado. La persecución continuó
hasta 1861, produciéndose un noble ejército de mártires en la Iglesia de Madagascar.
Pioneros en Oceanía. Guillermo Carey escribió: “Mi Interés por las misiones se despertó primero
por la lectura del libro El Ultimo viaje del Capitán Cook.” Las islas descubiertas por Cook en el
Pacífico se transformaron en el escenario de la primera empresa misionera de la Sociedad
Misionera de Londres, en 1796. La Sociedad compró un barco, el “Duff’, y su capitán fue Juan
Wilson, quien se ofreció como misionero. Su barco llevó como pasajeros a cuatro pastores, un
médico y quince artesanos, La idea era cristianizar por la colonización, Desembarcaron en Tahití,
donde a pesar de muchos errores, algunos martirios, e Inmensas pérdidas (entre ellas el “Duff”,
que cayó en manos de los franceses), el cristianismo logró establecerse. Poco a poco fue
ocupando el lugar de los viejos cultos, trayendo consigo a escritura, literatura, escuelas, salud,
artesanías y la oportunidad de una vida mejor para los pueblos de las islas de los Mares del Sur,
que hasta entonces habían vivido en guerras fratricidas, masacres, sacrificios humanos y
HISTORIA DE LA IGLESIA II/56
canibalismo. El más grande de los pioneros, nacido en el año de la primera navegación del Duff,
fue Juan Williams, que llegó a Tahití en 1817.
El dominio imperial británico en el Pacífico comenzó en 1788, cuando llegó a Nueva Gales del Sur
(Australia) el primer barco cargado de convictos. Un establecimiento penal, como el que se
estableció allí, necesitaba de un capellán, y Samuel Marsden fue elegido para ese trabajo a partir
de donde habría de ganar el titulo de “apóstol de Nueva Zelanda”. Desde Australia visitó Inglaterra
en 1809 e introdujo a lana australiana en el mercado inglés. Aprovechó la visita para conmover la
opinión pública acerca de las necesidades de los prisioneros, sus mujeres, y sus huérfanos, y para
persuadir a la Sociedad Misionera de la Iglesia de que enviara misioneros a los maoríes. Su pedido
no tuvo respuesta hasta la navidad de 1814, cuando Marsden realizó su primer culto cristiano en
Nueva Zelanda, junto con varias familias de colonos misioneros que habían venido con él, Marsden
realizó varias visitas desde Australia a Nueva Zelanda. En la última, cuando tenía setenta y dos
años, pudo informar de paz en lugar de guerras tribales, de muchos bautismos, de los maoríes
viviendo como cristianos, y de los misioneros en plena tarea. Además de ser el pionero de su
iglesia (anglicana), Marsden aconsejó a la Sociedad Misionera de Londres acerca de las islas del
Pacifico y alentó a los metodistas a entrar en Nueva Zelanda, en 1832.
Misiones pioneras entre 1790 y 1860. Remos visto pequeños comienzos aquí y allá, pero es
necesario enfatizar que lo mencionado son sólo ejemplos de un movimiento que tenía alcances
mundiales. Cada punto en el mapa de la página anterior muestra el momento de iniciación de la
obra en cada país. El mapa muestra sólo las misiones pioneras, los países misionados y el
movimiento en su alcance mundial. Uno de los efectos de esta expansión del cristianismo, evidente
antes de 1860, fue que las Iglesias que habían estado confinadas a un país, a veces por su mismo
nombre (v. g, Iglesia de Inglaterra, “de Escocia,” etc.) se encontraron, debido a la migración y aún
más a través del trabajo misionero, ligadas con otras de la misma “familia”, en muchas tierras.
Estas Iglesias, limitadas y locales se desarrollaron hasta adquirir proporciones mundiales,
demostrando así algo de la universalidad que es propia de la Iglesia. De esta manera, el
cristianismo protestante estaba listo para el nuevo periodo de oportunidades que tenía por delante.
Así como el cambio era de carácter mundial, la idea de progreso era dominante. “Quién podía
dudar de que estos eventos eran para lo mejor, y que la civilización occidental señalaba el camino
hacia un futuro cada vez más brillante para toda la humanidad” El lema de la Unión Misionera de
Voluntarios Estudiantiles hacia fines del siglo XIX era “La Evangelización del Mundo en esta
Generación. A veces se ha criticado esto como un eco cristiano del espíritu de la época y como
expresión de un optimismo que se marchitó con la Primera Guerra Mundial. No obstante, a pesar
de su optimismo ilusorio, los cristianos del siglo XIX lograron lo que hasta entonces ninguna
generación de creyentes había logrado. Nunca antes había habido una devoción tan difundida a la
tarea de extender la te por todo el mundo, y en ningún período previo de la historia del cristianismo
HISTORIA DE LA IGLESIA II/57
creció tanto el número de los creyentes. La influencia total del cristianismo en el mundo jamás fue
tan grande como en este medio siglo.
El mundo en proceso de cambio ofrecía oportunidades excepcionales para la obra misionera, poro
no todos, consideraban a estas oportunidades de la misma manera. Algunos decían; “Predicar el
Evangelio, eso es lo único que hay que hacer. Hay que alcanzar a todos los individuos que se
pueda para que tengan oportunidad de oír el mensaje de salvación”, otros decían: “No sólo hay que
predicar a los individuos, sino que hay que procurar que la civilización en proceso de cambio se
mueva en una dirección cristiana”. En realidad, en algunos países, surgieron imprevistamente
movimientos masivos de conversión, que confrontaron a los misioneros, en teoría, no estaban de
acuerdo con las conversiones masivas o colectivas.
Algunos de los acontecimientos en este siglo recuerdan los días de la Iglesia Primitiva, o de la
Edad Media europea, por ejemplo:
2. Iglesia y estado: El cristianismo en Asia durante este periodo tuvo la oportunidad de producir
algunos de los líderes nacionales más sobresalientes. Si bien ninguna civilización oriental concretó
lo que hizo el imperio Romano (adoptar el cristianismo como su religión oficial), veremos que
incluso esto fue posible durante algún tiempo en algunos países, como en China y Japón.
4. Cristianismo y civilización: Al ver el cristianismo aceptado por muchas tribus y grupos en África y
Oriente como religión de la comunidad, recordamos las contribuciones del cristianismo a la
civilización del norte de Europa. Ocurrieron muchos eventos similares. Se inventó una escritura, se
tradujo la Biblia, y se inició así una nueva literatura, se le enseñó a la gente a leer, y se hizo posible
la vida en un nuevo nivel cultural.
Antes de 1914 podemos notar tres desarrollos que señalan hacia el futuro y que surgen del
movimiento misionero. Primero, surgen asociaciones cristianas estudiantiles, que estaban
conectadas a lo largo de todo el mundo. Segundo, varias denominaciones cristianas comenzaron a
reconocer que se habían desarrollado en proporciones mundiales y se organizaron conforme a las
nuevas circunstancias. Tercero, los cristianos de la mayoría de las naciones y denominaciones
comenzaron a cooperar entre sí y a consultarse para encarar empresas comunes (esto llevó a la
formación de la Liga de las Naciones por un lado, y a la fundación del Consejo Mundial de Iglesias
en 1948, por el otro). Estos fueron factores que habrían de fortalecer la causa cristiana a lo largo
de la difícil prueba de la Primera Guerra Mundial y que ayudarían a su consolidación en el período
siguiente.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/58
Fue una poca de muchas reformas y avances, y de una vida intelectual y religiosa múltiple. Se
crearon nuevas leyes que reivindicaron a la nueva clase obrera; se elevó el nivel de educación
popular; se mejoraron las condiciones sanitarias de las poblaciones; florecieron el arte y la
literatura; el periodismo tuvo su edad de oro; la asistencia a los cultos de las iglesias alcanzó su
mejor hora, surgieron nuevos movimientos, sociedades y organizaciones de todo tipo entre los
cristianos de todas las tradiciones, etc. De no menos importancia fueron las señales de un
despertar en el sentido de la responsabilidad social entre los cristianos, (e. g. entre 1877 y 1890),
en la iglesia Anglicana bajo el liderazgo de los obispos Headlam y Gore, en diversos grupos
denominacionales con Juan Clifford (bautista), Hugo Price Hughes (metodista) y Guillermo Booth
(salvacionista), y en muchas organizaciones estudiantiles sin rótulo denominacional a partir de
1884.
La vida parecía no ser otra cosa que progreso. Las crecientes comodidades de la edad moderna
europea señalaban a la promesa de triunfo sobre los males del industrialismo que las producía. La
civilización occidental tuvo, al menos, la oportunidad de llegar a ser verdaderamente cristiana.
En el avance sobre nuevos territorios en China, el evento singular más Importante fue la fundación
de la Misión al interior de la China (1865). Hudson Taylor, un misionero independiente y sin
recursos, se sintió llamado a trabajar en este país al saber que once de las dieciocho provincias de
China y el territorio de Mongolia no habían sido alcanzados hasta entonces por misioneros
protestantes. Su primer propósito fue encontrar dos voluntarios para cada uno de estos lugares, un
total de veinticuatro misioneros. Al año siguiente (1866), viajaron veintidós de estos nuevos
misioneros. Para cuando Taylor murió en 1905, esta sociedad interdenominacional tenía 828
misioneros, y era la misión más grande en China. Su reclutamiento más espectacular ocurrió en
1884, cuando se ofrecieron como misioneros siete graduados de Cambridge de muy buena
posición social.
Los misioneros llegados a China trabajaban en tres tareas: evangelismo, obra médica y obra
educacional, El primer grupo fue siempre el más numeroso, pero, para 1911, la obra médica y la
educacional sumaban más esfuerzos que la evangelística. La Misión al Interior de la China
publicaba un periódico titulado “Los Millones de China”, en el que presentaba su estrategia
misionera, que consistía en predicar el Evangelio por todas partes. Timoteo Richard, misionero de
la Sociedad Misionera Bautista, que fue a China en 1870, escribió un libro con un título similar:
“Conversión por el Millón”, pero proponía una estrategia diferente: misionar mediante la literatura y
HISTORIA DE LA IGLESIA II/59
la educación para que el cristianismo pudiera afectar la vida total de la nación. La influencia de
Richard fue notable entre los chinos más progresistas, incluso el emperador. Su estrategia fue la
que contó con mayores adeptos en este periodo. El cristianismo era predicado y enseñado como la
religión que “salvaría a China”. Este tipo de apelación tenía sus peligros, que más tarde se hicieron
evidentes. El más obvio es que se puso en primer lugar lo que debía ir en segundo lugar: no se
trataba del cristianismo por el cristianismo mismo, sino del cristianismo por el patriotismo. No
obstante, la fe cristiana fue un desafío, especialmente para la juventud, que tuvo resultados
sorprendentes.
El gran avance comenzó en 1890, cuando China se vio amenazada por Japón, que finalmente la
derrotó en 1895. En 1900 se frenó un poco por el levantamiento Boxer para luego resurgir con un
progreso más acelerado. Los 12.000 protestantes de 1810 se habían multiplicado por cuarenta
apenas cuarenta años más tarde.
Un aspecto notable de las misiones protestantes en la India en este periodo fue su contribución a la
emancipación de la mujer. En 1857 Alejandro Duff fundó la primera escuela diaria para niñas, y
luego siguieron otras fundadas por diferentes sociedades misioneras. La mujer india más
destacada en las filas cristianas fue Ramabal. Decidió dedicar su vida para ayudar a las mujeres
jóvenes que quedaban viudas a edad temprana.
Santiago Hannington, uno de los tres misioneros de la Sociedad Misionera de la Iglesia enviados
a África oriental en 1882, llegó a ser obispo de Uganda y murió como mártir Enrique Stanley cuyo
nombre esta asociado con el de Livingstone, escribió en 1875 desde Uganda solicitando
misioneros. La Sociedad Misionera de la Iglesia envió a un joven ingeniero, Alejandro Mackay. Su
primera contribución fue enseñar a los nativos nuevas técnicas e industrias, que le valieron un gran
prestigio y algunos pocos convertidos. En 1882 el rey nativo fue sucedido por un joven de diecisiete
años que odiaba a Mackay y su religión. Bajo su gobierno pronto hubo 45 mártires africanos y otros
300 fueron condenados a muerte como sospechosos. Hannington mismo fue muerto alanceado
mientras rogaba a sus torturadores que le dijeran al rey que él moría por Uganda y que había
comprado con su vida el camino de entrada a este país.
Ya consideramos las dificultades que tuvieron los misioneros para realizar su trabajo en Africa
occidental. Ningún campo misionero requirió tantos sacrificios como éste, al punto que la costa
occidental de Africa legó a ser conocida como la “Tumba del Hombre Blanco”. Hemos visto también
el trabajo de Tomás B. Freeman, el primer africano en ocupar un obispado anglicano. Otro nombre
destacado en la historia de las misiones en Africa es el de Maria Slessor de Calabar, que trabajó
incansablemente entre 1876 y 1915 bajo el patrocinio de la iglesia Libre Unida de Escocia. Su vida
de aventuras misioneras no tiene parangón en el servicio de otras mujeres.
En el noreste de Africa, en Etiopia, los misioneros protestantes creyeron su deber reavivar la vida
de la antigua Iglesia Etíope. Con este fin, la Sociedad Misionera de la iglesia envió misioneros
alemanes a ese país en 1859. Pero tres años de trabajo les costaron el doble de tiempo en la
cárcel. El único trabajo con éxito se hizo entre un sector de la población de religión judía. Entre
1860 y 1910 fueron bautizados 18.000 judíos. Desde 1866 los misioneros suecos comenzaron un
trabajo en pequeña escala.
No obstante estos progresos, en 1868 se publicó un edicto prohibiendo la fe cristiana, que fue
revocado en 1873. En 1884 nuevos reglamentos ofrecieron una mayor tolerancia religiosa. De
todos modos, los convertidos en Japón no eran muchos. Uno de los más destacados fue José
Hardy Neesima perteneciente a una familia de samurais (caballeros), la clase militar del Japón.
Cuando Estados Unidos obligó a Japón a abrir sus puertas al mundo por el Tratado de Yedo, en
1858, Neesima contaba con 14 años. En su juventud quedó impresionado con una Biblia en chino y
decidió salir de su país para aprender más y conocer el mundo occidental, Con riesgo para su vida
se embarcó hacia Estados Unidos en 1864. Diez años más tarde regresó a su patria como pastor
congregacionalista y fundó una escuela cristiana, que más tarde llegó a ser universidad. Al
momento de morir, en 1890, estaba marcando sobre un mapa nuevos lugares en los cuales
establecer escuelas. El período de Neesima fue el de la revolución cultural del Japón. En lugar de
cerrarse al mundo, desde 1868 en adelante Japón comenzó a aspirar transformarse en una
potencia mundial. Adoptó de occidente su cultura, su técnica, su progreso científico y hasta parecía
que también su religión. Al menos así parecía indicado en las estadísticas. El cristianismo
protestante creció de 10 creyentes en 1872 a 5.000 en 1882, y a 32.000 en 1891. Un escritor muy
optimista señaló entonces que para fines del siglo XIX Japón sería un país predominantemente
cristiano, No obstante, el gobierno imperial no escogió el cristianismo como su religión, sino que,
HISTORIA DE LA IGLESIA II/61
desde 1882, tomó ciertos templos sintoístas y los transformó en lugares de importancia nacional,
haciendo del sintoísmo la religión nacional del Japón, con su característica honra a los
antepasados y a las fuerzas de la naturaleza. En las décadas siguientes el nuevo poder imperial
fue demandando mayor devoción de sus súbditos y el cristianismo comenzó a ser visto cada vez
con mayor frialdad, El avance cristiano se fue deteniendo un poco, aunque continuó siendo
admirable. Los 32.000 protestantes de 1891 se transformaron en 43.000 para 1900 y en 103.000
para 1914. Japón no llegó a ser un país cristiano, pero el cristianismo ocupó un lugar muy
importante en la vida de la nación.
El desarrollo denominacional: A lo largo del siglo XIX los europeos emigraron a todo el mundo, y
tanto de Europa como de América salieron misioneros a todas partes. Así, migraciones y misiones
hicieron que las denominaciones cristianas adquirieran proporciones mundiales.
4. El metodismo se desarrolló hasta llegar a ser la denominación más grande de Inglaterra y diez
veces mayor en los Estados Unidos, participando activamente en ambos países de la empresa
misionera. La primer Conferencia Metodista Ecuménica se reunió en 1876.
resultaron otras conferencias mundiales importantes, como “Vida y Obra”, en 1925, “Fe y Orden”,
en 1927, y finalmente la constitución del Concilio o Consejo Mundial de iglesias en 1948.
En Norteamérica las cosas eran algo diferentes. Realmente las catástrofes de Europa parecían
confirmar la idea de que la esperanza estaba en el Nuevo Mundo y no en el Viejo, y esto llevó al
aislacionismo, Los Estados Unidos estaban superando a Europa en muchos campos, no sólo
científicos sino también culturales, y por supuesta, incluso en el religioso.
En Africa, el desarrollo del continente gracias a la empresa occidental llevó a crecientes problemas.
En Sudáfrica, peor que en ninguna otra parte del planeta, se dio el problema racial. Toda Africa
experimentó la decadencia de la vida tribal, con los consiguientes problemas sociales.
Principalmente después de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a surgir movimientos
nacionalistas, especialmente en as colonias del oriente y occidente africano. Africa no tenía una
religión nativa que pudiera hacer frente a la invasión de la civilización occidental y sobreviviría, por
eso en este período el cristianismo avanzó más en Africa que en cualquier otro lugar del mundo.
Pero el islamismo continuó su progreso hacia el sur en ambos márgenes del continente, y en Africa
occidental compitió con el cristianismo, en parte porque el Islam era menos foráneo.
Desde la Revolución Rusa de 1917, el comunismo se expandió ocupando grandes secciones del
globo, con el celo de una nueva religión, ya que demanda una lealtad absoluta como cualquier
religión. Así se ha transformado en un nuevo y peligroso rival del cristianismo, quizás el más
formidable desde el surgimiento del Islam en el siglo VII, y con muchas semejanzas con el Islam, al
HISTORIA DE LA IGLESIA II/63
menos en su agresividad. Los sistemas totalitarios fascistas también chocaron con el cristianismo
por sus demandas arrogantes en beneficio del estado. Fueron estas fuerzas las que con sus
continuas agresiones llevaron a la Segunda Guerra Mundial, Así, por dos veces en lo que va del
siglo se vivió la tragedia de una guerra que comprometió a la mayor parte de la humanidad.
A la luz de todos estos eventos catastróficos, alguien se preguntar, ¿cómo podemos llamar a éste
el período de la consolidación del cristianismo? En realidad, con respecto al número de misioneros
occidentales, el período entre las dos guerras fue testigo del máximo esfuerzo hasta entonces
logrado. El trabajo que se realizó, en la mayoría de los casos, no fue tanto la apertura de nuevos
campos como el desarrollo de aquellos que los pioneros habían abierto en la etapa anterior. Desde
un principio, el propósito consciente en todas partes había sido establecer no una colonia del
cristianismo occidental, sino un cristianismo que llegara a pertenecer al lugar y se expresara en
términos locales con líderes locales. Felizmente, fue en este tiempo de creciente nacionalismo que
los cristianos estuvieron dispuestos a efectivizar esta estrategia. La obra misionera comenzó a dar
lugar a la maduración de iglesias nacionales. Así se desarrolló un cristianismo chino, indio,
africano, japonés, indonesio, latinoamericano. Algunos de los líderes de estos países llegaron a ser
reconocidos como personalidades del cristianismo mundial y ocuparon lugares prominentes en
organismos eclesiásticos o paraeclesiásticos de nivel internacional. Esta es una de las evidencias
de consolidación.
Mientras ocurría esto con relación a las “Iglesias jóvenes’, se desarrolló también, mayormente a
partir del movimiento misionero, un acercamiento fraternal que habría de afectar también a las
Iglesias de mayor tradición. La primera experiencia de cooperación, a nivel mundial, entre
cristianos de diferentes tradiciones se efectivizó, como vimos, con la Conferencia Misionera
Mundial, A partir de este evento surgieron otro, hasta que se consolidó una organización
permanente: el Consejo Mundial de Iglesias. Como resultado del mismo espíritu de creciente
unidad cristiana, surgieron proyectos concretos de uniones orgánicas de iglesias hasta entonces
separadas. Se dice que en la década de 1926 a 1936, 53 acercamientos eclesiásticos llevaron a 15
uniones, 7 de las cuales se dieron en territorios de las iglesias jóvenes. En la década siguiente
(1936-1946) hubo 58 acercamientos que llevaron a 8 uniones eclesiásticas.
En nuestra selección de media docena de ejemplos, que presentamos más abajo, comenzamos en
1925 y vamos hasta 1947, en razón de las importantes uniones ocurridas en esos dos años:
Se notará que entre estos ejemplos escogidos, algunos representan la terminación de querellos
‘familiares”, dentro de una misma tradición eclesiástica (caso 3, 4, 5); otros significan la reunión de
diferentes tradiciones (como 1 y 2); y la última, es el salto mayor pues incluye tradiciones
episcopales y no episcopales. Además, es de destacar que las uniones más audaces pertenecen a
un país relativamente joven (1) y a iglesias jóvenes (2 y 6).
HISTORIA DE LA IGLESIA II/64
EVALUACIÓN DE LA LECCIÓN 10
1.- ¿Qué país tomó la delantera en el Avivamiento Misionero y por qué razones?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
5.- Mencione algunas de las reformas y avances habidos en el periodo de 1860 a 1914:
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
7.- ¿Cual era la situación del cristianismo protestante en la India para 1914?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
8.- ¿Cual fue la relación de las primeras sociedades estudiantiles con la obra misionera?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
11.-¿ Cuales son las 3etapas en que el autor divide el proceso de expansión del cristianismo
protestante desde 1800 hasta nuestros días?
a.-
_________________________________________________________________________
b.-
_________________________________________________________________________
c.-
_________________________________________________________________________
13.- Mencione cuatro acontecimientos entre 1860 y 1914 que recuerdan los días de la
Iglesia Primitiva. a.-_____________________ b.-________________________________
c.-___________________________________ d________________________________
HISTORIA DE LA IGLESIA II/66
17.- Mencione tres desarrollos que señalan hacia el futuro y que surgen del movimiento
Misionero
a.-
_________________________________________________________________________
b.-
_________________________________________________________________________
c.-
_________________________________________________________________________
18.- En la generación previa a 1914 surgieron nuevos factores que afectaron profundamente
no solo la obra misionera sino también la vida total de las iglesias. Enumere 3factores.
a.-
_________________________________________________________________________
b.-
_________________________________________________________________________
c.-
_________________________________________________________________________
LECCION 11
EL CRISTIANISMO PROTESTANTE EN AMERICA LATINA
Antecedentes y Establecimiento
No ha sido muy grande la atención que los autores de textos de historia del cristianismo han
prestado a América Latina. Es obvio que así haya sido, por cuanto al escribir desde una
perspectiva anglosajona la mayoría de ellos, no podían atribuir mayor importancia a un continente
nuevo y considerado en la periferia de las posibilidades del protestantismo, por ser “cristiano”
(catolicorromano) o por no responder a su particular concesión del desarrollo histórico del
cristianismo. Es evidente que casi todos los autores protestantes han estructurado sus obras
pensando en un cristianismo que, nacido en Jerusalén, llega hasta lo último de la tierra siguiendo
una ruta que durante siglos pasa por Siria, Asia Menor, Grecia, Roma, Europa mediterránea, norte
de Europa, Inglaterra, Estados Unidos. Esta tendencia “occidentalistas” ha respondido más o
menos fielmente a la historiografía típica del siglo pasado y comienzos de este siglo en la historia
universal y a la concepción imperialista inglesa o de “destino manifiesto” norteamericana. Pero ha
dejado postergado en el olvido la riqueza y el valor de los desarrollos del cristianismo en el “tercer
mundo”, particularmente América Latina, Esta postergación ha significado la casi total falta de una
historiografía del desarrollo del protestantismo en este continente. No hay todavía una obra
profunda, que con seriedad científica, recree los fenómenos humanos vividos en el siglo y medio
de presencia protestante continuada en América Latina. Esta lección no pretende llenar ese vacío;
tan sólo quiere ilustrar al estudiante sobre algunos de los episodios y elementos más significativos
de nuestra herencia protestante latinoamericana.
La colonia Welser en Venezuela (1528 - 1546). El emperador Carlos V tenía una deuda con la
casa bancaria de los Welser de Augsburgo y saldó esa deuda entregando para su conquista la
región occidental de Venezuela. Entre los alemanes que llegaron para ocupar el nuevo territorio
había algunos luteranos. Entre ellos los más destacados fueron el gobernador de la colonia,
Ambrosio Alfinger, y el vicegobernador, Nicolás Federmar, cuyos padres estuvieron entre los que
firmaran la Confesión de Augsburgo. Para el año 1532, parece ser que toda la colonia había
HISTORIA DE LA IGLESIA II/68
La colonia hugonote en Brasil (1555 -1567). Durante el reinado de Enrique II, algunos
protestantes franceses buscaron seguridad y libertad de cultos en América. La posición de la
reforma calvinista (hugonote) en Francia era muy difícil, y estos perseguidos protestantes
encontraron un alivio efímero estableciendo una colonia en una isla de la Bahía de Guanabara,
cerca del actual Río de Janeiro. El vicealmirante Nicolás Duran de Villegaignon; protagonista de
esta aventura, creyó poder ganarse el apoyo de los hugonotes y principalmente de su noble
protector, Gaspar de Coligny” prometiéndoles la creación de una Francia Antártica”, que sirviera de
refugio a los perseguidos. Durante un tiempo la colonia adoptó un sistema de gobierno civil y
eclesiástico semejante al de Ginebra. Pero cuando, por razones de orden político, Villegaignon
cambió de parecer, los hugonotes se vieron amenazados. La mayoría volvió a Francia y unos,
pocos presentaron al versátil gobernador una, Confesión Fluminense, de inspiración calvinista,
que les costó la vida. Estos hugonotes no hicieron ninguna labor evangelizadora entre los
indígenas, pero fueron los protagonistas del primer intento protestante de establecerse en América
Latina.
La colonia escocesa de Panamá (1698 – 1700). En 1698 mil doscientos protestantes escoceses
intentaron establecer una colonia en Panamá. La colonia duró apenas dos años, luego de los
cuales desapareció.
Piratas y particulares protestantes. Muchos de los piratas y bucaneros ingleses y franceses más
destacados fueron protestantes. Estaban generalmente al servicio de su país de origen para
hostigar a España y Portugal en sus posesiones americanas. Además, muchos mercaderes y
aventureros venidos a América confesaban su fe protestante. Para eliminar a estos elementos
heterodoxos y heréticos, Felipe II en 1569 estableció la Inquisición Española en el Nuevo Mundo,
con tribunales en Lima, México y, más tarde, en Cartagena. Cada tribunal tenía sus “comisarías” y
éstas, a veces, sus “subcomisarías”. La obra de los inquisidores tuvo un éxito extraordinario. El
protestantismo fue totalmente extirpado y no volvió a aparecer sino hasta el siglo XIX, coincidiendo
con las guerras de independencia.
La penetración inglesa. Inglaterra, que desde el período isabelino comenzó a vivir su mejor hora
como gran potencia de ultramar, quería ocupar el lugar de España en el dominio del Nuevo Mundo.
Varías expediciones invasoras desembarcaron a tal efecto en las playas de América del Sur. En
ambas márgenes del Río de la Plata (1807) ejercieron una gran influencia, llamando, la atención
de los criollos sobre las ideas y el espíritu de una nación predominantemente protestante y
predicando la fe evangélica y el principio de la libertad religiosa. En Uruguay, un misionero enviado
por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera con un cargamento de Nuevos Testamentos y
porciones aprovechó el breve control inglés del país para agotar sus existencias. Ante la noticia de
su presencia, la gente viajaba desde lejos para obtener una porción de las Escrituras (1809).
HISTORIA DE LA IGLESIA II/69
Factores que hicieron posible la reaparición del protestantismo. Cabe mencionar varios
factores que hicieron posible que a comienzos del siglo XIX el protestantismo se presentara
nuevamente en América Latina, pero esta vez con mejor suerte que en la etapa anterior.
1. La revolución filosófica del siglo XVIII (racionalismo y romanticismo), con su énfasis sobre los
“derechos del hombre”, ofrecía la oportunidad de demandar una mayor tolerancia religiosa que
permitiera el establecimiento de colonos protestantes en el Nuevo Mundo, sin temor a las
persecuciones Muchos pensadores, gobernantes políticos y personalidades latinoamericanas,
admiradoras de los nuevos principios, vieron al protestantismo, no como una amenaza para su
estilo de vida tradicional, sino como una contribución valiosa para la modelación de las nuevas
naciones que estaban surgiendo.
5. La presencia de colonos protestantes con sus familias y tradiciones religiosas obligó a una
mayor tolerancia religiosa. Muchos gobiernos prefirieron traer a sus países inmigrantes
protestantes, famosos por su laboriosidad, vida ordenada y responsabilidad, y para atraerlos
HISTORIA DE LA IGLESIA II/70
tomaron todas las medidas necesarias para que pudieran ejercer libremente su culto como en las
tierras de origen.
6. El catolicismo, que durante tres siglos había estado íntimamente identificado y comprometido
con la corona metropolitana, cayó bajo sospecha con los movimientos independentistas. Es cierto
que muchos sacerdotes y frailes fueron excelentes patriotas, pero la jerarquía eclesiástica se
mantuvo mayormente fiel al rey y fue reaccionaria. Los abusos del catolicismo colonial a través de
la inquisición que muchas veces fue más un tribunal político que religioso, provocó el rechazo de
muchos que veían en los Estados Unidos protestantes o en la Francia revolucionaria y
librepensadora, el modelo para sus propios países.
Con el tiempo, la tolerancia religiosa se fue extendiendo a todos los países latinoamericanos,
llegando a formar parte de su legislación, que muchas veces se formuló siguiendo los modelos de
países protestantes, especialmente la Constitución de los Estados Unidos. Con estas nuevas
legislaciones comenzaron a llegar algunos inmigrantes protestantes, si bien en contingentes no tan
numerosos como los que fueron a las colonias de Norteamérica. Así, comenzaron a levantarse los
primeros templos y a constituirse las primeras iglesias. Pero tratándose de grupos cerrados, con su
propio idioma y pertenecientes a Iglesias muy tradicionales y establecidas, carecieron de celo
misionero y evangelístico. En muchos casos, el proselitismo estaba prohibido y la legislación
contemplaba el ejercicio del culto sólo dentro de la comunidad inmigratoria y exclusivamente en su
idioma. Muchos, también, abandonaron su fe simplemente por conveniencia o por carecer de un
fundamento firme.
En Haití, el trabajo protestante comenzó en 1807, cuando los metodistas británicos enviaron
pastores para ocuparse de los inmigrantes protestantes que llegaban al país, procedentes de las
colonias británicas en el Caribe. No obstante, fue en Haití donde se produjo el primer intento
misionero foráneo, en 1823, fecha en que la Sociedad Misionera Bautista de Masachusetts envió al
país a su primer misionero, el pastor Tomás Paul. En esta fecha también corresponde ubicar el
primer intento de realizar obra protestante en América Central (1824), cuando un bautista inglés
hizo una breve visita a Guatemala, pero sin resultados permanentes.
Los paises que recibieron los mayores contingentes de inmigrantes protestantes fueron Brasil y
Argentina. Del segundo hablaremos un poco más adelante. En cuanto al primero, presenta el
primer cuerpo protestante que consiguió establecerse en América Latina: la Iglesia Anglicana. A
comienzos del siglo XIX se organizó en Brasil una congregación anglicana para miembros de la
colectividad anglosajona, que vivían en ese país. La construcción del templo anglicano en Río de
Janeiro comenzó en 1819, y fue el primer lugar de culto no católico que se construyó en América
Latina. Cinco años más tarde llegó a Brasil un contingente de inmigrantes alemanes, la mayor
parte de ellos luteranos, que obtuvieron permiso para desarrollar su culto y edificar templos. Su
HISTORIA DE LA IGLESIA II/71
venida al Nuevo Mundo contó con el patrocinio de la corona imperial del Brasil que les concedió
tierras, especialmente en los estados del sur. Esta política obedecía a la necesidad de suplantar la
mano de obra de los esclavos, cuyo comercio era cada vez más difícil. Si bien los colonos vinieron
movidos por motivos puramente económicos, sus creencias estaban vivas y pocos abandonaron su
fe para dejarse absorber por la religión mayoritaria. El medio social hostil, que desconocía el
principio de la tolerancia religiosa, y las disposiciones discriminatorias de la legislación vigente
tendían a aislar a estos grupos de tal manera que su fe evangélica se levantaba como símbolo de
su identidad étnica y de su dignidad humana. Para 1827 ya había cinco parroquias que se
multiplicaron mas todavía después de 1847 con nuevos contingente inmigratorios.
En Argentina los anglicanos fueron los primeros en recibir aprobación oficial. En 1.825, a raíz del
reconocimiento de la independencia argentina por el ministro inglés Canning y del primer tratado de
amistad y comercio que la Argentina firmara con un país extranjero, se garantizó la libertad de
conciencia y culto a los súbditos de la corona inglesa. Así se construyó el primer lugar de culto
protestante en Buenos Aires. Los presbiteriano, americanos ya habían iniciado cultos en 1.823 y
junto con los anglicanos fueron el único testimonio protestante en esos años. Los presbiterianos
escoceses configuraban el núcleo mayoritario de la colectividad británica residente en Buenos
Aires y proporcionaron el primer contingente de colonos que se establecieron en el país en 1822, A
fines de la década el protestantismo había alcanzado notables avances en Argentina. En buena
medida este progreso se debió al clima político liberal imperante. Las colectividades extranjeras
pudieron continuar normalmente sus prácticas religiosas bajo la dictadura de Juan Manuel de
Rosas (1829-1852). Durante este periodo se organizaron en Buenos Aires dos nuevas iglesias: la
metodista en 1836 y la luterana en 1843. De igual modo florecieron las escuelas protestantes que
incorporaron en sus aulas no sólo a los hijos de los extranjeros, sino también a muchos nacionales.
En las décadas que siguieron a 1852 (derrocamiento de Rosas) se dio un gran progreso
protestante en Argentina. Las iglesias existentes se consolidaron y desarrollaron. Algunas,
enriquecidas por la inmigración colonizadora; otras, como la metodista, arraigándose como iglesia
nacional, adaptándose al medio y obrando conforme a su idiosincrasia y necesidades. Después de
1852 se promovió en forma consciente la inmigración para colonizar los vastos territorios
argentinos.
La obra de las Sociedades Bíblicas. Las primeras entidades que pensaron en América Latina
como campo de evangelización fueron las sociedades bíblicas. Juan A. Mackay, en su libro El otro
Cristo español, señala que “A la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera pertenece el honor de
haber introducido Sur América a la fuente perenne del pensamiento y la experiencia cristiana”.
Entre 1804 y 1807 la Sociedad Bíblica publicó 20.000 ejemplares del Nuevo Testamento en
portugués, que en su mayoría fueron distribuidos en las poblaciones situadas a lo largo de la costa
del Brasil a través de comerciantes y marineros interesados en la difusión de las Escrituras. De
esta manera, como dice Mackay, los nuevos cristianos aparecieron no con espada sino con la
Biblia.
Se puede afirmar, entonces, que los primeros esfuerzos planeados por protestantes para la
propagación del Evangelio se realizaron mediante la introducción y difusión de la Biblia. Quien
merece ser considerado como pionero de esta acción en América Latina es Diego Thomson, Este
pastor bautista escocés llegó a Buenos Aires el 6 de octubre de 1818 y permaneció hasta mayo de
1821, cuando partió para Chile, Thomson, amigo personal de José Lancaster, el creador del
HISTORIA DE LA IGLESIA II/72
sistema educativo que llevara su nombre, fue invitado por el Cabildo de Buenos Aires para
organizar escuelas donde se aplicara el famoso método de enseñanza. Había arribado al país
corno agente de la Sociedad de Escuelas Británicas y Extranjeras. El Cabildo lo nombró Director
General de Escuelas y durante 1820 fundó varias de ellas, en las que usó trozos del Antiguo y
Nuevo Testamentos como textos de lectura. Un hecho significativo es que el 19 de noviembre de
1820, Thomson presidió el primer culto evangélico celebrado en a ciudad de Buenos Aires, que fue
continuado por otros en forma ininterrumpida. En 1821 Thomson pasó a Chile, adonde fue invitado
por el gobierno para hacer el mismo trabajo educacional que, como representante de la Sociedad
de Escuelas Británicas y Extranjeras, había hecho en Argentina imponiendo el sistema
lancasteriano de enseñanza, Cabe agregar que las porciones bíblicas utilizadas por Thomson en
Argentina para la lectura fueron los primeros textos de enseñanza publicados en el país.
Al arribar a Chile, Thomson fue recibido con entusiasmo por O’Higgins y sus ministros, quienes en
1822 le otorgaron la ciudadanía chilena, en “reconocimiento por su notorio patriotismo y relevante
mérito”, Ese mismo año llegó a Perú por invitación de Monteagudo, para formar escuelas en el país
recientemente independizado por San Martín, quien le ofreció todos los medios para hacer su
labor. Los cambios políticos que alejaron a San Martín y a Monteagudo del escenario peruano,
demoraron un poco sus planes, hasta que Bolívar lo respaldó y su escuela funcionó con éxito,
usando el Nuevo Testamento como libro de texto, al igual que en as escuelas por él fundadas en
los paises anteriormente visitados. La venta de Biblias en Lima fue también extraordinaria,
logrando vender 500 ejemplares en sólo dos días.
Al salir del Perú viajó por varias ciudades de Ecuador y Colombia. En 1825 visitó Bogotá, donde
fue bien recibido por los elementos liberales del gobierno y del clero. Allí logró fundar una Sociedad
Bíblica Colombiana, (la primera en su tipo en América Latina), con el apoyo del gobierno y de la
jerarquía eclesiástica, pero que lamentablemente decayó cuando Thomson salió de Colombia. De
regreso a su país publicó un libro titulado “Cartas sobre el estado moral y religioso de Sur
América”, obra en la que narra sus aventuras misioneras y educacionales en este continente.
En 1827 regresó a América Latina enviado Por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera como su
agente colportor. Llegó a México y en una librería de la ciudad capital encontró varios centenares
de Biblias que no se habían podido vender por una prohibición del Cabildo. Compró toda la
existencia y logró venderlas en su totalidad. Lo mismo hizo con un cargamento que ocupó 24
mulas para transportarlo desde la costa y que agotó en viajes al interior del país. En 1830 partió
para las Antillas. En 1833 lo encontramos en Puerto Rico y en 1837 en Cuba y otras islas del
Caribe. En 1842 intentó iniciar su trabajo en México, pero esta vez no pudo superar las dificultades
que se le pusieron por delante, tanto de parte del gobierno como del clero. Thomson pasó el resto
de su vida trabajando en España, y falleció en Londres en 1854 a [a edad de sesenta y dos años.
Otro colportor digno de mención en esta etapa de los inicios del protestantismo en América Latina
es Lucas Matthews. Salió de Inglaterra rumbo a Buenos Aires en 1826; desde esta ciudad viajó a
Córdoba y luego a Mendoza realizando su labor de vender Biblias. Pasó a Chile y regresó a
Argentina, donde con un pasaporte de Facundo Quiroga visitó La Rioja, Catamarca y Tucumán,
para seguir el viaje a Salta y Jujuy. Desde allí pasó a Bolivia (1827), donde visitó sus principales
ciudades. Al año siguiente estaba en Panamá y más tarde en Colombia, donde sucedió a Thomson
como representante de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. En 1830 desaparecía
misteriosamente mientras navegaba por el río Magdalena, posiblemente siendo asaltado y
asesinado.
La Sociedad Bíblica Americana, poco después de su fundación en 1816, envió también colportores
a América Latina, Entre los más destacados agentes de esta Sociedad recordamos a Andrés
Milne y a Francisco Penzotti, ambos en la segunda mitad del siglo Xl. El primero era un escocés
que llegó a Montevideo en 1867, donde realizó un trabajo de colportaje extraordinario, Su obra es
notable porque en su casa se celebraron los primeros cultos en castellano en el Uruguay y porque
a través de ella Francisco Penzotti tuvo contacto con la Sociedad Bíblica Americana, de la que
llegó a ser su agente más extraordinario y el héroe más destacado del protestantismo
HISTORIA DE LA IGLESIA II/73
latinoamericano. Penzotti había conocido el Evangelio por la predicación del pastor metodista Juan
F. Thomson en la ciudad de Montevideo (1876) y pronto comenzó lo que habría de ser la tarea de
toda su vida de servicio al Señor: el colportaje. Junto con Milne trabajó incansablemente por todo el
continente, pero su obra más notable tuvo lugar en el Perú a partir de 1888, cuando logró vencer la
oposición del clero y los elementos ultra conservadores de la nación. Fue perseguido y
encarcelado, pero logró salir airoso, y gracias a su celo y constancia se estableció en Perú la
iglesia metodista. En 1892 lo encontramos en Guatemala, desde donde visitó todos los paises de
América Central durante 16 años. Finalmente, regresó a Buenos Aires para ocupar el puesto de
agente de la Sociedad Bíblica Americana, dejado vacante por Andrés A. Milne. Penzotti falleció en
Buenos Aires en 1925.
EL ESTABLECIMIENTO (1880-1930)
Hace ya más de un siglo que el protestantismo ha sido implantado en América Latina, Obviamente,
la Iglesia Católica Romana consideró siempre como una penetración injustificada y peligrosa todos
los esfuerzos de establecimiento de iglesias evangélicas. Pero hubo también resistencias desde el
mismo protestantismo hacia las misiones en América Latina, misiones que fueron consideradas
como producto de grupos fanáticos y poco cultos. Muchos protestantes estimaban que, bien o mal,
la Iglesia de Roma había evangelizado el continente y que no era necesario consumir recursos
aquí cuando había tantos lugares todavía paganos que había que alcanzar con el Evangelio. Por
otro lado, los católicos eran celosos de un continente que durante siglos habían considerado como
una especie de coto de caza privado. Este celo por conservar la influencia religiosa ostentada
desde los días de la conquista no les permitía ver las reales condiciones espirituales y morales de
las masas, totalmente ajenas a la luz del Evangelio. Tuvieron que pasar muchos años antes que
una actitud más liberal, progresista y renovadora trajera una visión más realista, que superara la
estrechez de la intransigencia y el monopolio religioso. Pero esta nueva actitud recién alcanzó
cierta madurez en la Iglesia Católica Romana con el Concilio Vaticano II.
Por el lado protestante, hubo que esperar hasta el Congreso Evangélico de Panamá en 1916 y el
de Montevideo en 1925, para que se legitimaran los esfuerzos misioneros realizados y se alentaran
nuevas empresas. No obstante, en las cinco décadas que van de 1880 a 1930, se estableció la
mayor parte de los grupos protestantes de mayor importancia. Es cierto que algunos lo hicieron en
el curso del medio siglo previo y otros en los años que siguieron a 1930. Pero por sus
características este período puede ser considerado como el del establecimiento de las iglesias.
El primero de estos pioneros fue un oficial de a marina inglesa, el capitán Allen Gardiner. Su
sacrificio abnegado y su martirio señalan uno de los episodios más conmovedores de la historia de
las misiones. Gardiner fue uno de los misioneros más intrépidos y tenaces, a pesar de que todos
sus esfuerzos terminaron en frustración y acabó su vida en forma trágica. Su ministerio abarca un
periodo que va desde 1835 hasta 1851. Después de haber recorrido como misionero Africa del Sur,
Nueva Guinea y las islas del archipiélago Indico. Pasó a Chile, pero todos sus intentos fracasaron.
Volvió a Inglaterra en 1839. Ese mismo año salió nuevamente para evangelizar Pasó por Australia,
Nueva Guinea y Argentina, hasta que regresó a Inglaterra para organizar, en 1844, la Sociedad
Misionera de la Patagonia, llamada más tarde Sociedad Misionera de la América del Sur. La
primera empresa de la flamante Sociedad la realizó Gardiner en la Patagonia, pero se vio forzado a
regresar a Inglaterra ante la hostilidad de los indígenas. Retornó para nuevos intentos misioneros
en Chile y Bolivia, pero sin resultados positivos. Gardiner llegó a Bolivia en 1846, donde procuró
alcanzar a los indígenas. En La Paz obtuvo permiso oficial para hacerlo. Dejó a un colaborador en
Potosí mientras él regresó a Londres para reclutar más ayudantes. La Sociedad Misionera
Sudamericana se aprestaba a enviar a un español cuando el gobierno boliviano cambió
repentinamente de actitud frenando el proyecto. Fue éste el primer intento por establecer un
testimonio permanente en Bolivia. En 1850 llegó o Tierra del Fuego acompañado por otros seis
ayudantes. Llevaban provisiones para seis meses, luego de los cuales un barco pasaría a
recogerlos. Pero ese barco no llegó; Cuando en octubre de 1851 una expedición salió en su busca,
sólo encontró sus cadáveres. El escorbuto y el hambre habían terminado con ellos y con los planes
misioneros de Gardiner.
El segundo pionero fue un norteamericano, David Trumbull, que llegó a Chile en 1845 enviado por
la Sociedad de Amigos del Marinero y por la Unión Evangélica Foránea. Le cabe a él el titulo de ser
el verdadero fundador de la obra protestante chilena en lengua castellana, Durante algunos años
su trabajo se limitó a satisfacer las necesidades religiosas de los inmigrantes y marinos de habla
inglesa. En 1855 se construyó el primer templo protestante de Chile, que debido a la oposición del
clero, fue rodeado de un muro. Trumbull procuró lograr mayores concesiones legales y supo
aprovechar el creciente sentimiento liberal de las clases intelectuales del país. Primero consiguió
mayor tolerancia para los extranjeros no católicos residentes en el país, Así, por fin, pudo
comenzar la predicación en castellano, de modo que la primera iglesia protestante de habla
castellana quedo fundada en 1868, con cuatro miembros chilenos. Mientras tanto, ya habían
llegado otros misioneros para colaborar con Trumbull. En 1876 la obra de la Unión Evangélica
Foránea pasó a manos de la iglesia Presbiteriana, Para identificarse completamente con su país de
adopción, Trumbull renunció a su ciudadanía norteamericana y se hizo chileno. Cuando murió en
1889, la nación lloró a uno de sus hijos más grandes.
El tercer pionero fue el Dr. Roberto R. Kalley, medico escocés que en 1855 llegó al Brasil
procedente de la isla de Madeira, de donde se vio forzado a huir a causa de la persecución
religiosa. A él se deben los primeros resultados permanentes de la predicación protestante en
Brasil. Se instaló en la capital brasileña, donde se granjeó la amistad del emperador Pedro II y
logró algunos convertidos entre la aristocracia imperial. Kalley poseía un tipo de espiritualidad
evangélica que no se encasillaba en ningún credo confesional, Era presbiteriano de origen, se caso
en segundas nupcias con una joven darbista, mientras que la comunidad por él constituida en
1858. Con el nombre de iglesia Evangélica Fluminense, adoptó un sistema eclesiástico
congregacionalista, con la peculiaridad de no aceptar el bautismo infantil. Inicialmente, el grupo
estaba compuesto en su mayoría por ingleses y portugueses, pero no tardó mucho en ganar
adeptos en la población local. La congregación tuvo que soportar actos de violencia, pero Kalley
siempre conseguía el amparo de las autoridades, incluso parece que tuvo alguna parte en
conseguir del gobierno la regularización de los casamientos no católicos (1863). Antes de regresar
a su tierra natal, Escocia, en 1876, este gran misionero dejó organizada otra comunidad evangélica
en el estado de Pernambuco. Kalley es el precursor del misionero evangelizador que procuró llevar
el mensaje a los nacionales por sobre todas las cosas.
Las denominaciones. El periodo que va desde 1855 en adelante fue testigo de la entrada, en
rápida sucesión, de misioneros evangélicos y sociedades misioneras en los diferentes países
HISTORIA DE LA IGLESIA II/75
latinoamericanos. Algunos datos ilustrativos sobre el curso que ha seguido este movimiento
pueden ayudarnos a comprender su carácter y significación. Fundamentalmente, hubo tres
denominaciones que manifestaron su interés en América Latina e hicieron esfuerzos por
misionada:
1. Los presbiterianos. El primer esfuerzo misionero en Argentina fue acometido por la junta
Americana de Comisionados para Misiones Extranjeras, una entidad interdenominacional, por
medio de la cual la iglesia presbiteriana envió sus primeros misioneros. El trabajo comenzó en
1823, con el arribo de Teófilo Parvin y Juan Brigham, quienes vinieron para estudiarlas
posibilidades misioneras del país y aprovecharon especialmente las oportunidades en el campo de
la educación. En 1829 los presbiterianos escoceses organizaron su iglesia en Buenos Aires, bajo el
pastorado de Guillermo Brown, quien se destacó también en la tarea educativa.
Más tarde los presbiterianos iniciaron obra misionera en Colombia en 1856. En ese año llegó al
país el verdadero fundador del protestantismo en Colombia, Enrique Barrington Pratt, enviado
por la junta de Misiones Foráneas de la iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos. Contaba sólo
con 24 años. Venía impulsado por el avivamiento religioso anterior a la Guerra Civil en los Estados
Unidos y como respuesta a una carta enviada por un oficiar de la Legión Británica en la que pedía
encarecidamente se enviaran misioneros evangélicos al país. Pratt trabajó en Colombia desde
1856 hasta 1859, y desde 1869 hasta 1878. Su labor más importante fue la traducción de la Biblia
al castellano, que se conoce como Versión Moderna. La primera iglesia evangélica se organizó en
Bogotá en 1861, durante la ausencia de Pratt, pero sus miembros eran todos extranjeros. Los dos
primeros miembros colombianos fueron recibidos en 1865. A partir de entonces la Iglesia
Presbiteriana ha continuado trabajando en Colombia. En 1877 se fundó el Colegio Americano de
Bogotá, y poco después se fundaron otras instituciones semejantes en otras regiones del país.
En 1859 los presbiterianos entraron a Brasil, con Ashbel G. Simonton. Muy pronto se le unieron
otros misioneros, y en 1862 se constituyó en Río de Janeiro la primera comunidad de la referida
denominación. Si bien durante veinte años predominó el elemento extranjero, la iglesia trabajó
entre los elementos nacionales, expandiéndose rápidamente por el interior de la provincia de San
Pablo debido a la predicación de José Manoel de Conceigao, un ex sacerdote de cualidades
excepcionales. En 1865 los misioneros formaron el primer presbiterio en el Brasil y dieron particular
atención a la educación, abriendo en Río un seminario teológico y manteniendo en San Pablo un
instituto de enseñanza secundarla desde 1869.
En México, los presbiterianos comenzaron en 1871, a pedido de una congregación organizada por
el impulso misionero de una misionera independiente, Melinda Rankin, que trabajó en el país
desde 1866. La Junta Misionera Presbiteriana envió 7 misioneros que se establecieron en la capital
y pronto se extendieron a otros estados. En 1883 fueron ordenados diez ministros mexicanos y se
organizó el primer presbiterio del país.
2. Los metodistas. Comenzaron obra en Brasil en 1835, siendo la suya la primera tentativa de
propaganda protestante en este país. En este año, el pastor Fountain E. Pitts hizo una breve visita
a Río de Janeiro, prosiguiendo viaje a Montevideo y Buenos Aires. Su iglesia no tardó en enviar al
misionero Justin Spaulding, que trabajó en la capital desde 1836 a 1841. En el último año, por
problemas internos de la misión, se suspendió su trabajo en Brasil. La obra se reanudó con mejor
éxito a partir de 1867, con los trabajos de Junius E. Newman y la ayuda de nuevos misioneros. En
1886 se constituyó la primer Conferencia Anual y se consolidó la organización administrativa de la
misión.
El metodismo comenzó en Uruguay en 1835 con la llegada de Fountain E. Pitts, que organizó
algunas reuniones caseras. Dos años más tarde llegó Juan Dempster, que pudo celebrar
HISTORIA DE LA IGLESIA II/76
libremente los cultos en inglés y con una congregación compuesta de extranjeros. Sucesor suyo
fue el misionero Guillermo Norris, que al igual que los dos anteriores habla sido enviado por a
Junta de Misiones de la Iglesia Metodista Episcopal. Norris reunió un grupo numeroso de personas
de origen extranjero, pero problemas económicos de la misión obligaron a su alejamiento. La obra
se reanudó en 1867 cuando Juan F. Thomson determinó radicarse en Montevideo como misionero
de la iglesia metodista y predicó el primer sermón en castellano en aquel país. La Iglesia Metodista
se organizó definitivamente en 1878 y en ese mismo año se fundó el Instituto Crandon de
enseñanza secundaria en el que cooperaron metodistas y discípulos de Cristo.
En Argentina, el trabajo del misionero presbiteriano Parvin fue continuado por Guillermo Torrey
hasta 1835, cuando la misión presbiteriana clausuró sus actividades en el país. Fue entonces
cuando la obra fue retomada por Pitts, quien luego de muchos trámites obtuvo la autorización del
gobierno para cumplir su ministerio. No permaneció mucho tiempo, pero su informe determinó el
envío del pastor Juan Dempster quien realizó una fecunda labor misionera entre 1836 y 1842. Los
cultos en castellano estuvieron prohibidos hasta 1867. Cuando el 25 de mayo de ese año, Juan F.
Thomson predicador metodista, predicó el primer sermón en este idioma en Argentina. A partir de
1880 la Iglesia Metodista alcanzó la plenitud de su organización institucional, en razón del
crecimiento de su membresía y el mayor número de pastores ordenadas. Hubo progresos también
en lo educativo y social. Con gran empuje los metodistas se expandieron fuera de Buenos Aires,
llegando incluso a Uruguay y otros países como Perú y Bolivia.
Este último país fue visitado por colportores como Penzotti, Mitne, Wood, Thomson y Orellana,
todos ellos conocidos metodistas. Pero el año 1901 marca el inicio del trabajo metodista en Bolivia
con el arribo de Karl Beutelspacher, enviado desde Chile como superintendente del nuevo distrito
boliviano.
El año de 1872 marca el comienzo de la obra metodista en México, que es el producto de la obra
misionera de la Iglesia Metodista Episcopal y la Iglesia Metodista Episcopal del Sur de los Estados
Unidos. La segunda contó con el apoyo de Sóstenes Juárez, quien se había convertido a través
de la lectura de la Biblia y ya en 1865 había predicado el primer sermón protestante en la ciudad de
México. En 1873 fue ordenado ministro metodista, y a partir de entonces sus seguidores formaron
parte de esa iglesia.
La obra metodista en Chile comenzó en 1877, a raíz de los viajes de Guillermo Taylor por la costa
del Pacifico, Su trabajo consistía en establecer contacto con inmigrantes de habla inglesa que
estuviesen interesados en tener escuelas y cultos dirigidos por metodistas norteamericanos. Luego
se ocupaba de reclutar misioneros en los Estados Unidos y enviados a América del Sur, donde
debían buscar sus propios medios de subsistencia. La obra metodista en Chile avanzó con la
conversión de Juan Canut de Bon, un exjesuita de origen español que pasó por el
presbiterianismo, volvió al catolicismo y finalmente adoptó el metodismo gracias a la obra de
Taylor. En 1888 un pastor metodista norteamericano comenzó a predicar en castellano en Santiago
y Canut fue su ayudante. En 1890 lo nombraron pastor y dedicó los seis años restantes de su vida
a la predicación y el establecimiento de iglesias. Su popularidad fue tan grande que desde
entonces en Chile a los protestantes se les dice “canutos”, como titulo despectivo. Para 1893 las
iglesias fundadas por Taylor se habían unido al metodismo norteamericano, y en 1897 se organizó
una Conferencia Anual que incluía a Chile y Perú.
3. Los bautistas. Comenzaron en México en 1870 con la llegada de misioneros del norte de los
Estados Unidos, pero no lograron fundar una obra permanente hasta 1881. Los primeros cultos en
la capital tuvieron lugar dos años después, y en 1887 construyeron su primer templo. Los bautistas
del sur comenzaron su obra por la misma época.
En el año 1881 se inicia también la obra bautista en Brasil y Argentina. Del segundo país
hablaremos en el próximo párrafo. En cuanto al primero, Brasil, el trabajo allí comenzó con la
llegada de misioneros provenientes de la Junta de Misiones Foráneas de la Convención Bautista
del Sur de los Estados Unidos, La Guerra Civil, que desde 1861 a 1865 desbastó los Estados
HISTORIA DE LA IGLESIA II/77
Unidos; creó circunstancias que estimularon poderosamente las misiones protestantes en Brasil.
Derrotados los estados del sur, que defendían el feudalismo y la esclavitud, algunos grupos de
inmigrantes buscaron en Brasil lo que habían perdido en su patria. Así vinieron contingentes de
bautistas sureños, en algunos casos acompañados por algún pastor. El general A. T. Hawthome,
un piadoso colonizador, despertó el Interés de la Convención Bautista del Sur, que envió como
misioneras a Guillermo Bagby y a Zacarías C. Taylor. Pronta lograron la adhesión de Antonio
Texeira de Albuquerque, un exsacerdote nordestino que había pertenecido temporalmente a la
comunidad metodista de Río de Janeiro. Entre los tres decidieron establecer la sede de su misión
en Bahía (1882), y a partir de allí se extendieron a otras ciudades y estados, llegando a Río, donde
el progreso fue lento y difícil. Al ser proclamada la República, Brasil tenía cuatro iglesias bautistas
con una conciencia denominacional muy acentuada.
La obra misionera. El problema de cómo misionar en países considerados cristianos debía ser
resuelto. En 1910 la cuestión había sido planteada durante la Conferencia Misionera Mundial de
Edimburgo. Allí, las iglesias evangélicas de origen europeo resolvieron abstenerse de abrir obras
HISTORIA DE LA IGLESIA II/78
Es interesante notar que los argumentos utilizados por los protestantes en el Congreso de Panamá
a fin de justificar la predicación misionera en América Latina son semejantes a los argumentos
utilizados por las órdenes y congregaciones católicas europeas para justificar el envío de
misioneros a este continente. Entre otras cosas se mencionaba la calidad y disolución del clero
católico, el bajo nivel moral de las poblaciones, su ignorancia y superstición religiosa. Hay
coincidencia también en las soluciones propuestas: dado que el mal mayor era la ignorancia
religiosa y cultural, se proponía abrir escuelas y realizar una labor catequística responsable. Así,
pues, las iglesias evangélicas de origen norteamericano y las congregaciones religiosas católicas
de origen europeo se esforzaron por cubrir el continente de escuelas y colegios religiosos, unos
insistiendo en una formación más pragmática, otros en una formación mas humanística, pero
ambos coincidiendo en rechazar la religión y fa cultura de raíz hispanolusitana.
La década que siguió al Congreso de Panamá fue importantísima porque en ella se instrumentaron
las decisiones habidas en el Congreso, en medio de grandes dificultades, El Comité de
Cooperación en América Latina que había organizado el encuentro de Panamá, organizó un
segundo encuentro en Montevideo, que se realizó en 1925. Aquí ya no se discutió la legitimidad de
la obra misionera en América Latina, sino que se pensó en las vastas regiones no evangelizadas
del continente como campo misionero. La reacción internacional fue positiva. En la reunión del
Consejo Misionero Mundial, realizada en Jerusalén en 1928, se invitó al entonces misionero en
Perú, Juan A. Máckay, a tener un discurso que llamó la atención del movimiento misionero mundial
sobre América Latina. A la siguiente reunión del Consejo Misionero Mundial, realizada en Madrás
en 1938, asistió una delegación de latinoamericanos que fueron invitados a hacerlo como
“miembros”.
Las relaciones con la Iglesia Católica Romana. A nivel de las relaciones del protestantismo con
el catolicismo, se observa un choque que por momentos es muy violento en algunos países. De
una situación de monopolio y privilegios, la Iglesia Católica Romana se ve confrontada por la
competencia protestante. Las iglesias protestantes (de origen europeo por la inmigración, pero por
sobre todo de origen norteamericano por la obra misionera) ofrecen una nueva alternativa religiosa,
constituyéndose en un frente conflictivo y agresivo para el catolicismo. Como era de esperar, la
Iglesia Romana reaccionó a la prédica controversial protestante, resistiéndose a perder su lugar de
privilegio, mientras los protestantes hicieron de la apología y la controversia anticatólica su
estrategia principal. Estos conflictos fueron severos y testimonio de ello son los himnos, escritos,
sermones de la época y artículos que están cargados de expresiones combativas y alentadoras, en
lo que parecía ser una lucha sin cuartel por ganar terreno o espacio religioso en América Latina.
Esta lucha explica también el crecimiento lento de las iglesias protestantes durante este período.
Los convertidos al protestantismo provenían en su totalidad del catolicismo y el proceso de
asimilación no era fácil, máxime tratándose de un protestantismo caracterizado en general, por una
teología sumamente conservadora, de corte pietista y dualista, que tendía a contraponer como
irreconciliables a la Iglesia y el mundo, y que alentaba a los creyentes a “retirarse” del mundo,
alejándose de todo compromiso político y social. A su vez, el pueblo latinoamericano estaba lleno
de temores y prejuicios hacia el protestantismo, que durante siglos habían sido alimentados por el
catolicismo peninsular y que no eran fáciles de ahuyentar. España había sido la enemiga número
uno de la Reforma Protestante y había infundido esa misma actitud en sus colonias de América. El
odio a la herejía quedó arraigado en la cultura hispanolusoamericana, de tal manera que se
consideraba como una traición a la raza y a la nación abandonar el catolicismo para convertirse al
protestantismo.
El desarrollo de las iglesias. Con el cambio del siglo las iglesias jóvenes experimentaron algún
crecimiento. La obra misionera comenzó a penetrar lentamente hacia el interior de los países, a
pesar de las dificultades en los medios de comunicación y los caminos deficientes. En algunos
HISTORIA DE LA IGLESIA II/79
casos, ya existía algún liderazgo nacional, que fue supliendo las necesidades de los nuevos
campos. Hace su aparición, entonces, en la mayoría de los grupos denominacionales un cuerpo
directivo nacional; y se organizan entidades eclesiásticas denominacionales como Conferencias
Anuales, Convenciones, Asociaciones, etc.
El desarrollo de las iglesias no fue el mismo en todos los casos. Las denominaciones misioneras
crecieron multiplicándose el número de iglesias y conversos, si bien el crecimiento fue lento. En
1916, había unos 500.000 protestantes en América Latina, pero la mayoría de ellos residían en las
Antillas Británicas y en sus colonias en el continente, De este total, sólo unos 95.000 eran
latinoamericanos bautizados. En 1925 el número de protestantes era de 750.000, de los cuales
123.000 eran latinoamericanos bautizados, En América del Sur casi no se notaba algún desarrollo,
salvo en Argentina y Chile que en las dos primeras décadas del siglo XX tuvieron el mayor número
de protestantes en esta parte del continente. En algunos países las Iglesias y el número de
creyentes se duplicaron, como en América Central En el caso de las iglesias tradicionales, su
crecimiento fue casi nulo, pero se destacaron en su intento de alcanzar a las clases superiores
mediante la educación. Los gobiernos liberales, interesados en ver prosperar sus programas
educativos, ofrecieron muy buenas oportunidades para este tipo de tarea. En 1926 el Comité de
Cooperación en América Latina puso en marcha un ambicioso plan denominado “Adelanto
Educativo en América del Sur”, El deseo de alcanzar a la clase media e intelectual latinoamericana
llevó a la fundación de numerosos colegios en todo el continente, que dependían de las juntas
misioneras foráneas que fueron una opción a la labor propiamente evangelística.
2 - El protestantismo del período estuvo dado por dos vertientes diferentes, Por un lado, el
protestantismo étnico o las “Iglesias de trasplante”, que resultaron del movimiento inmigracional
alentado por los gobiernos liberales, Estos grupos mantuvieron su idioma original, un crecimiento
vegetativo y en general fueron considerados con cierto respeto o indiferencia por la Iglesia católica.
Por otro lado, estaba el protestantismo de origen misionero (especialmente norteamericano) o
“Iglesias de misión”, que fue más agresivo, proselitista, de fuerte contenido ético y marcado énfasis
misionero y polémico. Este protestantismo, representado por las misiones denominacionales
primero y más tarde por las no denominacionales, fue resistido por el catolicismo, que lo concibió
como una seria amenaza a su monopolio religioso.
3 - Una tercera característica del protestantismo del período del establecimiento fue su dinámica
social y política, La obra educacional, médica, rural y de integración del indio fue típica de muchos
grupos, que hicieron una gran contribución y causaron un notable impacto en los países donde
actuaron. La significación política del protestantismo inicial es también digna de destacar. Como
minoría disciplinada, sacrificada y dinámica, se transformó muchas veces en la bandera del cambio
y símbolo del rompimiento con el orden feudal heredado de la colonia y que las guerras de
HISTORIA DE LA IGLESIA II/80
independencia no habían cambiado. Con el correr del tiempo, la dinámica social y política se
perdería, y el protestantismo se transformaría en una subcultura de clase media, sin capacidad
interior para desafiar el orden establecido.
4 - Una última característica del protestantismo inicial fue su celo por la Biblia, que se transformó
en símbolo de la fe evangélica. Los protestantes fueron conocidos como “pueblo del Libro”, y sus
primeros esfuerzos estuvieron encaminados hacia la distribución de las Escrituras. Los colportores
prepararon el terreno a los misioneros que, predicando la Palabra, ganaron los primeros conversos
y establecieron las iglesias pioneras. El estudio de la Biblia ocupó un lugar importante, por eso, el
movimiento de las escuelas dominicales adquirió gran relevancia en las nuevas iglesias.
EVALUACION DE LA LECCIÓN 11
1.-¿Cómo se fundó la colonia Wesler en Venezuela?
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8.- Cual fue la principal resolución del Congreso Evangélico en Panamá? (1916)
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11.- ¿Cómo se explica el crecimiento Lento de las iglesias protestantes entre 1880 y 1930?
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_________________________________________________________________________
13.- Mencione dos características del Protestantismo después de la Primera Guerra Mundial
a.-
_________________________________________________________________________
b.-
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14.- Enumere los factores que hicieron posible la reaparición del protestantismo en
América
Latina____________________________________________________________________
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_________________________________________________________________________
15.-¿Que representaba su Fe evangélica para los inmigrantes alemanes que fueron al Sur de
Brasil? ___________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
16.- Mencione 3tradiciones que han ejercido una influencia permanente en la vida espiritual
de America a.-
________________________________________________________________________
b.-
_________________________________________________________________________
c.-
_________________________________________________________________________
20.- Redacte una breve historia de la labor misionera foránea de su denominación en su país
de residencia. Investigue en revistas, boletines, libros y otras fuentes
denominacionales.__________________________________________________________
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HISTORIA DE LA IGLESIA II/84
LECCIÓN 12
EL CRISTIANISMO PROTESTANTE EN AMÉRICA LATINA
Desarrollo y Situación Actual
En parte, el desarrollo verificado después del Congreso de Panamá estuvo dado en virtud a una
mayor penetración misionera, debido a la particular situación de la post guerra. Entre 1914 -1919
casi no hubo ingreso de misioneros foráneos, pero a partir de 1919 el arribo de misioneros fue in-
crescendo. Por otro lado, el liderazgo nacional comenzó a destacarse junto con las mayores
posibilidades financieras locales, todo lo cual haría posible la transición hacia las iglesias
nacionales autónomas. Esto explica como el Segundo Congreso pudo ser expresión del
cristianismo evangélico Latinoamericano.
“El hecho de que una representación así de las iglesias nacionales de ese gran continente se
podían reunir en conferencia y que los delegados nacionales eran hombres de señalada
inteligencia y habilidad fue, en si, un elocuente testimonio del adelanto que se había logrado en los
nueve años que habían pasado desde el Congreso de Panamá.”
De esta manera se colocaron las bases para un desarrollo futuro todavía mayor. El periodo de
desarrollo que se dio a partir de 1925 continuó en forma intermitente durante las tres décadas
siguientes, especialmente en lo que hace al trabajo institucional.
I. EL DESARROLLO (1930-1960)
Crecimiento de las iglesias. Después de 1925 se nota un desarrollo considerable en las iglesias,
que tiene un pique de aceleración una década más tarde. Las instituciones denominacionales
continuaron su lucha buscando definirse internamente por una estrategia misionera: evangelización
directa o indirecta. Algunos grupos discutieron acaloradamente esta cuestión; mientras unos
continuaron fundando escuelas y ampliando el ministerio de las existentes, otros aumentaron su
personal misionero (predicadores, pastores, obreros, etc.) y desarrollaron sus estructuras
eclesiásticas. De cualquier manera, nos encontramos con un protestantismo en expansión, que
ejerce una influencia marcada en el medio en el que se desenvuelve. El crecimiento fue bastante
rápido, ya que para 1936 la comunidad protestante habla alcanzado la cifra de 2.400.000
creyentes, de los cuales la mayoría estaba constituida - por latinoamericanos. Este crecimiento
respondió a varias causas:
Harold Lindsell, al discutir los efectos de la Segunda Guerra Mundial sobre el desarrollo de las
iglesias en América Latina, señala que Norteamérica envió contingentes mayores de misioneros y
que las misiones comenzaron a actuar a la defensiva en medio de un nacionalismo y antagonismo
internacional, que iba en ascenso. El surgimiento del segundo mundo y su intento de fomentar
revoluciones en todas partes despertó en los desposeídos de América Latina el clamor en
demanda de mayor justicia, que obligó a las oligarquías gobernantes a hacer concesiones y otorgar
beneficios que evitaran una revolución violenta. Los procesos de industrialización, urbanización,
tecnificación, educación, emigración y revolución crearon condiciones favorables para que la gente
común estuviera abierta a las nuevas ideas y, por lo tanto, a la prédica evangélica.
Las décadas de post guerra ofrecieron, entonces, una oportunidad misionera grande, que fue
aprovechada mayormente por las misiones no denominacionales.
Los más dinámicos de estos nuevos contingentes misioneros fueron los que pertenecían a
misiones que se sostenían “por fe”, que eran enviadas por nuevas iglesias independientes de los
Estados Unidos y que estaban afectadas por el espíritu misionero antidenominacional
característico de la época en muchas denominaciones y personas en el país del norte. En 1958 el
número total de misioneros de todas las denominaciones o grupos protestantes que trabajaban en
América Latina alcanzaba a 5.431 (el 25% del total mundial). De éstos, 3.182 pertenecían a
misiones no denominacionales.
3. El desarrollo del movimiento Pentecostal. Durante este período el movimiento Pentecostal tiene
un desarrollo realmente asombroso, al punto de que llegan a constituir las dos terceras partes de la
comunidad protestante en América Latina los pentecostales llegaron a Brasil en 1910 con dos
norteamericanos de origen sueco. Daniel Berg y Gunnar Vingren, que se establecieron en Belén.
Comenzaron la obra de las Asambleas de Dios, que se multiplicó rápidamente en las principales
ciudades del norte y llegó hasta el sur en el año 1925. Para 1930 ya contaban con unos 30.000
miembros. Otro desarrollo Pentecostal interesante, en Brasil, fue el de la Congregación Cristiana,
que surgió como resultado de un avivamiento espiritual entre los inmigrantes italianos residentes
en San Pablo, y cuyo líder fue Luís Francescón. En México el pentecostalismo data desde
comienzos del siglo, pero tuvo uno de sus momentos más importantes a partir de 1932, cuando
Maria Atkinson fue nombrada misionera de la iglesia de Dios y se bautizaron algunos de sus
convertidos. El pentecostalismo es el grupo evangélico más numeroso en México con más de
300.000 miembros, En Chile, el pentecostalismo es un descendiente auténticamente chileno del
joven metodismo nacional fecundado por avivamientos de corte carismático. El gestador de este
fenómeno casi único en América Latina fue el pastor metodista WilIis C. Hoover, que se separó de
la Iglesia Metodista por motivos doctrinales el 1910. Desde entonces, y por medio de un marcado
HISTORIA DE LA IGLESIA II/86
El ejemplo más notable de obra educativa y filantrópica fue el trabajo incansable del pastor
anglicano William C. Morris. En 1898 Morris fundó una escuela para niños pobres en Buenos
Aires. Aquel trabajo creció y este tipo de escuelas se multiplicó. En 1930 estaban educándose
6.200 niños en las Escuelas Filantrópicas Argentinas, y en el orfanato llamado “El Alba” había 333
niños. Mas de 150.000 niños pasaron por las “escuelas Monis” como se las conocía entonces,
durante los 40 años de su residencia en Buenos Aires. La obra se sostuvo con aportes privados y
más tarde con subsidios del gobierno. Al morir Morris en 1932, su vasta obra comenzó a decaer
por falta de recursos suficientes.
La primera de estas instituciones habla sido fundada en 1884, cuando las comunidades valdenses
y metodistas de Uruguay iniciaron juntas la preparación de sus pastores nacionales. Más tarde,
esta obra se trasladó a Buenos Aires. En 1917 se adhirieron a esta Facultad Evangélica de
Teología los discípulos de Cristo, y más tarde otras iglesias. La Escuela de Cadetes del Ejercito de
Salvación inició su trabajo en 1890 en Buenos Aires, Cuatro años más tarde hacía lo propio el
Colegio Adventista del Plata, en Puiggari (Argentina). El Seminario Internacional Teológico Bautista
de Buenos Aíres comenzó su trabajo en 1912.
En términos generales, durante este periodo la preparación teológica del liderazgo nacional
manifestó características no del todo positivas, si bien es de notar su incesante desarrollo y
evolución. Por un lado, es de destacar la naturaleza foránea de la educación existente. Los
programas de capacitación ministerial fueron muchas veces una imitación de los sistemas
europeos y/o norteamericanos. Esto es explicable si se tiene en cuenta que los profesores eran
misioneros en su casi totalidad. Además, los graduados de las instituciones no fueron suficientes
para llenar las necesidades de las iglesias, ya que el ritmo de crecimiento y reproducción de las
mismas no fue acompañado por un desarrollo en la preparación de un mayor número de líderes.
En tercer lugar, la preparación muchas veces fue estática, en medio de una situación evolutiva y de
rápidos cambios. No hubo demasiadas inquietudes por “contextualizar” la enseñanza teológica. Por
lo tanto, el liderazgo que resultó de esta formación estuvo capacitado para las funciones internas
de las iglesias, pero no para hacer frente a las presiones externas de la sociedad. Además, como
es de suponer, las instituciones carecían de una infraestructura educativa básica: pocos
profesores, y no siempre bien preparados; instalaciones bibliotecarias deficientes y con muy pocos
libros; carencia de comodidades edilicias; falta de recursos económicos, etc. No obstante, es
sorprendente la tarea titánica realizada por aquellos pioneros de la educación teológica en el
continente.
En segundo lugar, es evidente y clara la autonomía nacional con referencia a las entidades
eclesiásticas metropolitanas. En 1932 los metodistas del Río de la Plata tienen su primer obispo
nacional: Juan E. Gattinoni, y un proceso similar se da en las iglesias metodistas de todo el
continente. Las iglesias se esfuerzan cada vez más para lograr su autosostén y este logro es el
resultado de una mayor nacionalización administrativa, que a su vez responde a razones de
carácter histórico y estratégico. Las juntas o sociedades misioneras ven mas claramente la
necesidad de fortificar los cuadros nacionales tomando en cuenta factores de carácter misiológico,
político e ideológico, como el temor a una tercera guerra mundial, lo sistemas políticos
antinorteamericanos y la posible necesidad de un retiro rápido y forzoso, etc. Tal es el caso de la
decisión tomada en 1967 por la Misión Bautista Canadiense (que provocó la protesta social de la
Unión Bautista Boliviana) de eliminar todo subsidio foráneo en un período de cinco años. Una
decisión similar se adoptó en Argentina entre los bautistas. Por otro lado, al disponer de líderes
locales, se pudo atender a las necesidades en otros paises. Así, se dio el interesante fenómeno de
países de misión que enviaron misioneros a sus vecinos, como en algunos grupos evangélicos de
Argentina que enviaron misioneros nacionales a Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú.
En Brasil, el deseo de autonomía se manifestó en los conflictos que se dieron en las relaciones
entre misioneros extranjeros y los dirigentes nacionales, en casi todas las denominaciones. En
forma particular esto afectó a los presbiterianos y los bautistas. Entre los segundos, el proceso de
creación de una iglesia autónoma fue algo diferente porque su congregacionalismo hacia que la
situación fuese más fluida. De todos modos, se llegó a un sistema ultra congregacionalista para
neutralizar la centralización del poder en manos de misioneros extranjeros. En las demás
denominaciones ocurrió algo parecido, aunque en menor grado. Poco a poco los dirigentes
nacionales han do ocupando posiciones de mayor responsabilidad, si bien hay denominaciones
que todavía dependen en forma muy considerable de recursos procedentes de los Estados Unidos,
HISTORIA DE LA IGLESIA II/88
El arraigo nacional de la obra protestante. Al haber una mejor preparación de los elementos
nacionales, los misioneros foráneos procuraron también una mejor identificación con el contexto
sociocultural en el que servían. Es en este período en el que una buena parte de los misioneros
que vienen a América Latina pasan por la Escuela de Idiomas de San José en Costa Rica,
reconociendo a necesidad de dominar el idioma y adentrarse en la cultura latinoamericana, Parte
de esta adaptación al medio se tradujo en el cambio de nombre de algunos cuerpos eclesiásticos,
como la iglesia Evangélica Alemana que pasó a ser la Iglesia Evangélica del Río de la Plata. Los
documentos eclesiásticos abundan en expresiones como “nacional”, “sostén propio, “autónoma”,
“independiente”. etc. Otra expresión de “arraigo nacional” fue la nacionalización de las Sociedades
Bíblicas y el aumento del aporte local al financiamiento de su tarea.
Otra característica del protestantismo latinoamericano de este periodo fue su celo evangelístico.
Especialmente manifestado en grandes campañas interdenominacionales, como las de Osvaldo
Smith y Billy Graham. Unido a ese celo, y a veces ocupando su lugar, se dio también un
significativo esfuerzo por expresar el Evangelio mediante la acción social cristiana. Todo esto llevó
a un desarrollo numérico que, a partir de la década del 40, adquirió una interesante magnitud, al
igual que el número de los pastores autóctonos.
“no estamos en América Latina para combatir al Catolicismo Romano sino para dar testimonio de
Jesucristo.
choca con lo moral, a la luz del Evangelio. La situación de la mujer sigue siendo de postergación,
justificándose esto con argumentos culturales y tradicionales que no corresponden fielmente a la
doctrina cristiana.
Contra este telón de fondo del escenario latinoamericano, consideraremos cuál es la situación del
protestantismo actual, señalando tan sólo algunos aspectos que parecen dignos de ser
destacados.
Protestantismo y secularización
Resulta incuestionable el hecho del proceso de secularización por el que ha pasado y pasa
América Latina. Si bien la secularización aquí no ha sido igual a la europea (que desplaza lo
cristiano), sus rasgos característicos son bien evidentes. En general, América Latina está pasando
por el proceso de transición de una sociedad tradicional a una moderna, con el consiguiente
desarraigo e inevitable descristianización. La transición no se produce en forma regular y
sincronizada, pero está en marcha. La tradición va perdiendo fuerza, de tal modo que las acciones
prescriptivas dejan lugar a las electivas, actuando las personas más en base a sus propias
decisiones que por tradición, Las instituciones regulan con menos vigor la vida del individuo, Esto
se ve en el rol cada vez menos directivo que asumen los pastores, diáconos o la congregación en
general. La disciplina eclesiástica es infrecuente, al menos en comparación con décadas atrás
donde era muy rigurosa. Junto con la pérdida de la vigencia de la tradición, se ha dado también la
aceptación del cambio como normal y necesario. Lo novedoso se ve con mayor simpatía que lo
tradicional. Por otro lado, la diferenciación de funciones (técnica, ciencia, familia, economía) típica
de la sociedad moderna, ha compartimentalizado la vida, que en la sociedad tradicional funcionaba
como un conjunto indiferenciado. La vida de la iglesia, que antes apelaba más a la totalidad de la
persona, poco a poco se especializa más en el área religiosa. El cristiano “dominguero” no es una
rareza en los medios evangélicos, especialmente en los grandes centros urbanos. El desarraigo y
las transformaciones resultantes de la transición social afectan también en forma especial a la
familia. De la familia extensa o grupo familiar, típico del medio rural, se pasa a la familia nuclear o
reducida. La familia pierde las funciones tradicionales, como por ejemplo, la educación religiosa. Se
pierde el culto familiar y cambian otros usos, costumbres y normas tradicionales. La práctica
religiosa en términos generales se ve afectada; la asistencia a los cultos no es tan frecuente y
regular como antaño.
En términos generales, el proceso de secularización en América Latina ha sido considerado por los
evangélicos en forma ambigua. Por un lado, se le interpretó positivamente como el esfuerzo por
liberar del control institucional de la Iglesia Católica Romana ciertas áreas de la vida nacional:
registro civil, matrimonio, educación, cementerios, etc. Por el otro, se o concibió negativamente
como la creciente tendencia a prescindir de lo religioso, de entender la vida como algo aparte de
Dios. Cuando el protestantismo hizo su ingreso a América Latina lo hizo con posterioridad a los
movimientos independentistas, cuando las ideas libertarias francesas y el mercantilismo inglés
habían ganado amplia admiración, y el desprestigio de la Iglesia Romana era creciente, Desde
mediados del siglo XIX se dio una progresiva radicalización de las ideas liberales, que
posteriormente fueron abonadas por el romanticismo, el utilitarismo, el anticlericalismo, el
positivismo, y finalmente el marxismo. Al establecerse, el protestantismo lo hizo en el momento en
que se daba el auge del mundo anglosajón y el ingreso de América Latina a la órbita comercial del
mismo, De este modo el protestantismo se asoció a la lucha anticlerical y a los gobernantes
liberales con sus ideas progresistas. En este sentido, el protestantismo incentivó el proceso de
secularización. Por un lado, lo hizo al respaldar los proyectos liberales de crear instituciones
seculares, para funciones que hasta entonces habían estado dentro de la esfera religiosa; por otro
lado, lo hizo al atacar al catolicismo y cuestionar su autoridad religiosa, minando su prestigio y
autoridad tradicional.
Sin embargo, el proselitismo protestante tuvo también su lado positivo, puesto que presentó una
alternativa religiosa a los desarraigados del proceso social, como eran los inmigrantes, por
ejemplo. Esto es bien claro en el caso del movimiento Pentecostal y explica en parte su éxito; De
todos modos, hoy se da una polarización, que también tiene sus puntos extremos, Están aquellos
HISTORIA DE LA IGLESIA II/91
que, comprometidos con los cambios políticos y sociales del continente, adoptan una militancia
ideológica secularista, muy critica de las iglesias institucionales y generalmente sin tener relaciones
con ellas. Por el otro lado, hay quienes se constituyen en defensores del status quo, y se enquistan
en posiciones tradicionalistas y conservadoras, con exclusión de todo cambio posible. Entre los
extremos hay una variada gama de posiciones.
En América Latina el proceso de secularización no tiene que ver tanto con la idea de libertad,
heredada de la Revolución Francesa o el iluminismo; o con la idea de racionalidad científica
característica del racionalismo y el cientificismo. Más bien, el proceso parece caracterizarse por
una búsqueda de identidad nacional. En este sentido, la secularización fue el camino por el cual los
líderes intelectuales latinoamericanos buscaron liberarse del control eclesiástico y del marco de
referencia del pensamiento escolástico, para crear nacionalidades autónomas con identidad y
conciencia propia. Así pues, el nacionalismo como motivación tiene gran importancia. En este
sentido, ya no se trata de ser del mundo o estar contra el mundo, sino de estar en el mundo
haciendo la voluntad de Dios, comprometiéndose con su obra en la historia. Es por esto que el
compromiso político y social ha venido a ser, para muchos en el protestantismo latinoamericano,
una forma de vivir la vida cristiana, no a pesar de la fe, sino por causa de la fe y bajo su
orientación.
Protestantismo y ecumenismo
El movimiento ecuménico no es nuevo en América Latina. Lo que resulta novedoso es el nuevo
espíritu ecuménico que caracteriza al protestantismo actual en el continente. Los esfuerzos
tendientes a la unidad evangélica latinoamericana datan de 1916, cuando en la ciudad de Panamá
se realizó el Congreso Evangélico Panamericano. El encuentro fue promovido por las juntas
misioneras con el fin de estudiar la marcha de la obra evangélica en América Latina y elaborar
estrategias para el futuro. El segundo encuentro, el Congreso de Obra Cristiana, se realizó en
Montevideo en 1925, y se limitó a América del Sur. Hubo un tercer congreso que se celebró en La
Habana en 1929, bajo el nombre de Congreso Evangélico Hispanoamericano, El informe oficial se
refirió al cónclave como “el primer ensayo de afirmación de nuestra personalidad como iglesias
hispanoamericanas”.
En 1963 se realiza la Consulta Cristiana de Acción Social y Servicio en Río de Janeiro. Varíos
líderes presentes recomiendan la formación de una Federación Latinoamericana de Iglesias. Un
año más tarde se constituye un Comité Provisional pro Unidad Evangélica en América Latina
(UNELA). Las relaciones entre UNELA los movimientos ecuménicos se tensionan. En 1966 ULAJE
tas rompe, y en 1969 los intentos de relaciones con CELADEC fracasan. Durante la década de los
años 60, los movimientos ecuménicos fueron creciendo y radicalizándose en sus posiciones,
creando un distanciamiento mayor con las iglesias. En general, se vive cierta frustración respecto
de las expectativas de unidad.
La década de los años 70 testifica de renovados esfuerzos ecuménicos, aunque durante los
primeros años continúa el cisma entre los movimientos y las iglesias, en buena medida debido a
problemas económicos e ideológicos. Las iglesias quieren controlada política ecuménico, así como
los recursos que se vuelcan en el continente. Vuelve a hablarse de la necesidad de constituir una
Federación o Concilio de Iglesias Latinoamericanas. Durante 1976 se realizó una consulta en la
que participaron 114 iglesias nacionales de casi toda América Latina. En Panamá (Marzo de 1977)
se reunieron los delegados de estas iglesias y se nombró una comisión compuesta por 24 líderes
(uno de cada país, más los cuatro miembros del Comité Ejecutivo de UNELAM) que representaban
a 85 iglesias nacionales. Esta Comisión se reunió en Bogotá en septiembre de 1977 y acordó, por
unanimidad, convocar a todas las iglesias nacionales y organismos ecuménicos a una asamblea
que se celebraría en Oaxtepec (México), del 19 al 26 de septiembre de 1978. Lo novedoso de esta
Asamblea fue, por un lado, el carácter deliberativo y resolutivo de la misma, que resultó en la
creación de un Consejo Latinoamericano de Iglesias (en formación), con pleno apoyo institucional;
y, por el otro, el amplio espectro eclesiástico de los delegados, si bien hubo un marcado
predominio de iglesias pentecostales, luteranas y metodistas. Un total de 193 delegados oficiales,
de 110 diferentes iglesias evangélicas y 10 organismos ecuménicos, provenientes de 19 países del
continente, participaron de tan importante evento. La Asamblea estuvo presidida por el obispo
Federico Pagura, quien fue electo presidente de la Junta Directiva del CLAL Con la constitución del
CLAL (en formación), UNELAM, que durante más de diez años había sido el intento unificador de
las iglesias en el continente, decretó su propia disolución. A pesar de su gran representatividad,
estuvieron ausentes en Oaxtepec importantes grupos denominacionales del continente, como los
bautistas, los hermanos libres y los adventistas.
El espíritu ecuménico, no sólo en las relacione entre protestantes sino también con los católicos,
caracteriza en forma muy particular al protestantismo latinoamericano de la última década. Aun los
grupos que se declaran antiecuménicos, son más ecuménicos en su manera de actuar y pensar de
lo que ellos imaginan. Las circunstancias históricas vividas en América Latina han abierto poros en
la epidermis rígida de muchos grupos denominacionales que, si bien no han perdido su particular
perfil e identidad religiosa y eclesiástica, están más abiertos al diálogo, la cooperación, el
intercambio y el respeto en un clima de pluralismo y mayor aceptación.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/93
Protestantismo y evangelización
Al pensar en evangelización es imposible hacerlo sin tomar en cuenta a la Iglesia Católica
Romana, que sigue siendo dominante en América Latina. Según muchos católicos, América Latina
es un continente ya evangelizado, y por lo tanto, cristiano. En medios protestantes se dice que
después de 400 años la iglesia Católica Romana ha fracasado en evangelizar el continente,
Prueba de ello, se dice, son las frecuentes crisis políticas, económicas y religiosas. Pero este
argumento tiene que ser revisado con cuidado. Es necesario preguntarse, ¿por qué fracasó Roma?
La Conferencia Latinoamericana Evangélica, realizada en Buenos Aires en julio de 1949, lo
explicaba así: “Cuatro siglos de catolicismo romano no han logrado dar a nuestros pueblos un
sentido cristiano de la vida. La religiosidad ambiente es más bien formalista y externa, cuando no
una amalgama con el paganismo y las supersticiones de los pueblos autóctonos. Grandes grupos
raciales, en algunos países, mantienen sus propias religiones y se muestran reacios a toda
influencia cristiana. La Iglesia Católica Romana procura aliarse con los partidos políticos que
ocupan el poder y con las aristocracias, cuidando sobre todo de mantener su dominio sobre los
gobiernos y defender sus intereses materiales. Como consecuencia, va perdiendo la adhesión del
pueblo, que se torna indiferente cuando no enemigo de la religión; sólo una pequeña proporción de
la población es católica conscientemente practicante, dándose el caso de que católicos destacados
afirmen que éstas son tierras de misión, existiendo ya entidades misioneras católico romanas, en la
América del Norte, que intentan suplir las deficiencias del catolicismo romano latinoamericano, con
el envío de misioneros. A pesar de los esfuerzos aislados que últimamente están realizando la
Iglesia católica romana, es muy grande el desconocimiento de la Biblia y sus enseñanzas, aun
entre gente culta.
A menudo se atribuye este fracaso a los métodos misioneros del siglo XVI, caracterizados por su
superficialidad y violencia. Pero, en realidad, lo que ocurrió es que los misioneros no fueron muy
numerosos, Otro factor es que la iglesia Romana se ajustó superficialmente a las religiones pre
cristianas. No hubo verdadera conversión al cristianismo, sino una imposición del cristianismo
sobre el paganismo autóctono, Otra falla reside en la historia del catolicismo político, que hizo que
la gente sospechara que los nombres de Jesús y Maria estuviesen siendo usados como pantalla de
algo completamente diferente. Pero todos estos argumentos se pueden aplicar por igual al
evangelismo protestante.
Hay más de 120 denominaciones ocupadas en la evangelización en América Latina, que lo hacen
a través de más de 80.000 congregaciones, con más de 6.000.000 de miembros comulgantes, y
con una comunidad confesional mucho mayor. Read, Monterroso y Johnson, en su libro Avance
Evangélico en América Latina, señalan: “Podemos afirmar, entonces, que hay cuando menos diez
millones de evangélicos en América Latina, pero quizás hay ya quince o aun veinte millones” (p g.
31). El problema es que la población total de América Latina es de más de 300.000.000 de
habitantes. De modo que, entonces, la cuestión es cómo evangelizar a los millones que están sin
Cristo.
Siguiendo los datos de Read, Monterroso y Johnson (el libro fue publicado en el año 1970),
agregamos que para 1967 habían 74.394 comulgantes en las iglesias latinoamericanas
relacionadas con las misiones no denominacionales, o sea el 1,5% del total de miembros; mientras
que en las iglesias pentecostales habla 3.104. 535 miembros, o sea, el 63.3%. En las iglesias
tradicionales el total era de 1.252.434 miembros, es decir, el 25.5% del total, Es sorprendente el
hecho de que el personal de las misiones no denominacionales constituía el 32.4%, aunque sus
Iglesias contaban sólo con el 1.5% del total de miembros; mientras que los misioneros
HISTORIA DE LA IGLESIA II/94
pentecostales construían el 9,8% de todos los misioneros de América Latina, pero sus iglesias
contaban con el 63.3% de la membresía total, Las denominaciones más recientes tenían un 10.3%
de misioneros con un 3.4% de miembros, Los adventistas un 2.7% de misioneros con una
membresía del 6.3%. El personal misionero de las denominaciones tradicionales sumaba un
44.8%, mientras su membresía totalizaba un 25,5%. Los adventistas, por su énfasis sobre la
autonomía local, se cuentan entre los más latinos y nacionales de todos los grupos evangélicos de
América Latina, y con los pentecostales, se caracterizan por su rápido crecimiento. Algo semejante
ocurre con los hermanos libres.
Un tercer problema tiene que ver con el ethos latinoamericano. El ethos es la característica
predominante de una cultura étnica o racial considerada como un todo. Se refiere al sistema de
preferencias de un grupo social, al conjunto de hábitos, costumbres y modo de ser que se define a
través de la suma de los actos de los individuos que integran una determinada cultura. El ethos
latinoamericano, en definitiva, es el modo como cada latinoamericano y la cultura latinoamericana
vive su ser. Se trata, pues, del conjunto de ideas, valores e ideales predominantes que le dan su
carácter distintivo a la cultura latinoamericana. En este sentido, el pueblo latinoamericano está
mayormente inclinado a ser influido más estéticamente que de otra manera. Cuando el sentimiento
y las emociones ocupan el lugar del racionalismo, hay una mejor respuesta. La evangelización
debe contemplar esta sensibilidad estática, especialmente en lo que hace ala alabanza y la
adoración a Dios.
Un cuarto problema es que nuestra evangelización ha sido más neumática que total; más
verbalista que pragmática o concreta; con un evangelio de ofertas y no con un evangelio de
discipulado y obediencia. La falsa distinción entre materia y espíritu, cuerpo y alma, y vida terrena y
vida eterna, junto con la dicotomía entre mundo e iglesia, ha sido característica de la prédica
evangélica de muchas iglesias. Esto ha llevado a concebir un evangelio ajeno e indiferente a las
necesidades inmediatas del ser humano. Incluso, ha producido un evangelio inhumano, que negó
como herética o mundana toda demanda por justicia social amor y promoción humana y social. Se
redujo el deber evangelístico a lograr la salvación del alma, mutilando el Evangelio de Cristo que
tiene que ver con la salvación del hombre, y del hombre total, No han habido todavía mayores
Indicios de cambios en esta tendencia gnóstica y parcializadora en lo que hace a la tarea
evangelística se refiere.
Un último problema que señalamos es que la evangelización es siempre concretada por una
comunidad, la iglesia, que lo hace a partir de su propia vida. En América Latina, las iglesias, en
general, han estado más preocupadas en el montaje de sus estructuras y programas internos que
en cumplir la Ineludible misión de ser sal y luz del mundo. Ha habido un divorcio muy marcado en
algunos casos entre teología y ética, entre prédica y acción, entre doctrina y praxis. Las iglesias
que pregonan el amor de Dios no siempre son un buen ejemplo o claro reflejo de ese amor; las que
declaman justicia crean dentro de su seno las más absurdas condiciones opresivas o de
marginamiento. La rigidez, el ajuste estricto a las tradiciones heredadas y la falta de plasticidad
ante el cambio están haciendo morir en esterilidad o dormitar en el conformismo a muchas iglesias.
No obstante, algunas están asumiendo su función profética y comprometiéndose con Cristo en
llevar al mando y en el mundo el Evangelio de redención, comenzando por vivirlo con todas sus
demandas. Las inquietudes puestas de manifiesto en el II Congreso Latinoamericano de
Evangelización, celebrado en Huampaní (Perú) del 31 de octubre al 9 de noviembre de 1979, son
testimonio de la profunda preocupación de las iglesias evangélicas latinoamericanas por la
evangelización del continente, en cumplimiento de la Gran Comisión.
HISTORIA DE LA IGLESIA II/96
CONCLUSIÓN
Podemos concluir con una perspectiva hacia un futuro nuevo y lleno de esperanza. Por cierto, esto
tiene que ver con la cuestión de que podemos esperar razonablemente bajo las presentes
circunstancias en relación con el futuro del cristianismo. No se trata de lo que queremos esperar ni
de lo que debemos esperar. Optimismo y pesimismo no son categorías bíblicas ni históricas. Sobre
bases objetivas deseamos arribar a una conclusión cristiana acerca del futuro del cristianismo. Por
eso, lo que buscamos es la mayor aproximación posible a la verdad con relación a nuestro
interrogante, y esto es realismo cristiano.
El análisis de la situación actual no ofrece un panorama muy alentador Guerras, hambre, violación
de los derechos humanos, terrorismo, pobreza, enfermedad, analfabetismo, totalitarismos,
materialización de la vida, secularismo, contaminación, apatía ante los valores culturales, todo esto
y mucho más es evidencia de que la humanidad no va precisamente en dirección a un futuro
promisorio.
A la luz de estas realidades, ¿qué esperanzas podemos abrigar con respecto al futuro del
cristianismo? La pregunta no es pesimista sino realista y, además, es bíblica, es coherente con el
testimonio bíblico. Según la Biblia Dios tiene la última palabra e interviene cuando se han agotado
los recursos humanos, En definitiva, el futuro del cristianismo es una cuestión de fe, que por
tratarse de fe cristiana, es siempre una fe “sin embargo y a pesar de”. Cualquier otra interpretación
del futuro del cristianismo, ya sea “triunfalista” o “derrotista”, es pura ilusión, fantasía o ficción, y por
lo tanto, no es objetiva, no responde a los hechos.
Por eso, a la pregunta sobre el futuro del cristianismo le cabe la respuesta del Cristo resucitado: No
les toca a ustedes conocer los tiempos o las fechas que el Padre ha reservado a su autoridad”
(Hechos 1:1, Nueva Biblia Española). Es Dios quien está detrás del cristianismo y de la iglesia, y
estos son instrumentos en la obra de redención que él concreta en la historia de la humanidad. De
modo que el futuro de la iglesia y del cristianismo no dependen de la obra del hombre ni de las
particulares condiciones históricas en las que ésta se realiza, sino del poder de Dios. Desde un
punto de vista humano, el cristianismo, tal como lo conocemos hoy, no tiene muchas posibilidades
de supervivencia. Pero Dios puede confundir las mejores predicciones, como frecuentemente ha
ocurrido en la historia. Precisamente, es la convicción del cristiano fiel que hasta el fin de los
tiempos, cuando el Señor se manifieste en gloria, el Evangelio seguirá siendo proclamado y la
iglesia continuar cumpliendo con su misión. Sin embargo, esto es lo que él espera del futuro a
partir de su fe, lo cual no le dispensa de la obligación de investigar de qué manera puede
HISTORIA DE LA IGLESIA II/97
garantizarse un futuro mejor para la iglesia y el cristianismo, En otras palabras, bajo qué
presupuestos la iglesia y el cristianismo pueden continuar cumpliendo con su tarea de servicio para
la salvación de toda la humanidad. La definición de estos presupuestos es responsabilidad de cada
cristiano y de la comunidad de fe, bajo la guía del Espíritu Santo, y a la luz del registro de la
autorrevelación de Dios, que es la Biblia.
El futuro que confronta al cristiano hoy no es diferente del futuro que confrontaban los apóstoles de
Jesús y los testigos de los siglos subsiguientes, en lo que hace a sus demandas de entrega a una
misión de encarnación y servicio. Cada generación de cristianos se ve ante la invitación del Señor
de la historia para que se asocie con él en su misión de redención, apelando a todos los recursos
que él mismo les ha entregado y basando su tarea sobre el poder que él imparte en razón de la
autoridad que él delega. En este sentido, entonces, el futuro del cristianismo se nos presenta
nuevo y lleno de esperanza, porque en esta dimensión, al Igual que en la pretérita o en la presente,
el Señor resucitado es victorioso y comparte su victoria final con quienes le siguen fielmente.
Volviendo la mirada hacia atrás, después de haber recorrido la historia del cristianismo, podemos
estimularnos mutuamente, diciéndonos: “En consecuencia, rodeados como estamos por tal
nube de testigos de la fe, sacudámonos todo lastre y el pecado que se nos pega. Corramos
con constancia en la competición que se nos presenta, fijos los ojos en el pionero y
consumador de la fe, Jesús; el cual, por la dicha que le esperaba, sobrellevó la cruz,
despreciando la ignominia, y está sentado a la derecha del trono de Dios. Mediten, pues, en
el que soportó tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el
ánimo” (Hebreos 12:1-3, Nueva Biblia Española).
HISTORIA DE LA IGLESIA II/98
EVALUACIÓN LECCIÓN 12
1.- ¿Por qué razón el año 1925 marca un hito importante en la historia del protestantismo
latinoamericano?___________________________________________________________
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2.- El crecimiento de las iglesias después de 1925 respondió a varias causas, mencione 4
a.-
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b.-
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c.-
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d.-
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3.- Señale dos aspectos negativos del trabajo de las escuelas evangélicas
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_________________________________________________________________________
4.-¿ Quién fue el ejemplo más notable de la obra educativa y filantrópica, y que hizo?
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_________________________________________________________________________
b.________________________________________________________________________
c.-
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8.- Resuma cuatro rasgos característicos del proceso de secularización en América Latina
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9.- Mencione las 2maneras que utilizo el protestantismo para incentivar el proceso de
secularización en América Latina
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10.- En materia de ecumenismo, ¿Cuál es la característica general del periodo hasta 1949?
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14.- ¿Cuál es el País que tiene el índice mas elevado de crecimiento evangélico?
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16.- Explique de que manera la segunda guerra mundial afecto el desarrollo de las iglesias
en America Latina
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HISTORIA DE LA IGLESIA II/100