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Reseña:

HARVEY David. Urbanismo y desigualdad social. Madrid. Siglo XXI Editores. 1977. Pp. 159-204

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales
Enfoques y métodos de investigación en geografía
Jhon Diego Domínguez Acevedo

A propósito de la geografía radical1

La revolución cuantitativa se consolidó de manera rápida, pero su permanencia como paradigma


dominante fue transitoria en la disciplina geográfica. Una nueva perspectiva de reflexión analítica
–epistemológica– se gestó alrededor de la geografía, (al igual que algunos de sus principales
representantes en la teoría, pertenecieron al círculo de la denominada “revolución cuantitativa” también,
pertenecerían a este nuevo paradigma). En este sentido, los decenios de 1960 y 1970, están inscritos en
la historia de este nuevo paradigma, a saber, la “geografía radical”2. Sus fundamentos filosóficos están
relacionados con perspectivas como el estructuralismo (Louis Althusser) y el marxismo (Karl Marx). En
el primer caso, se hace énfasis a la defensa de un “método” donde los fenómenos son considerados de
forma integrada como parte de la estructura –estructuralismo geográfico–. Y, el segundo, hace énfasis en
la utilización del materialismo histórico y dialéctico, distinguiendo la explicitación del modo de estudio
de la naturaleza, ahincando en la formula en que la naturaleza de manera causal presenta distintas
formas de caracterización en los procesos de la sociedad.
Ahora bien, es menester indicar la importancia que advierte el geógrafo británico David Harvey en su
obra urbanismo y desigualdad social [1977], especialmente en lo relativo a valor de uso, valor de
cambio y teoría de utilización del suelo urbano. Arguyendo la siguiente problemática en relación a estas
–herramientas heurísticas y de conceptualización– indicando que: “Por el contrario, los geógrafos, los
planificadores y los sociólogos se han ocupado de la mercancía solo en su aspecto de valor de uso o, en
el caso de que busquen ciertos esclarecimientos analíticos, han utilizado a ojos cerrados los análisis
marginalistas” [Harvey; 1977, p. 163]. Empero, “El valor de uso proporciona una gran ayuda conceptual
al modo tradicional en que geógrafos y sociólogos tratan los problemas del uso del suelo, pero éstos lo
han utilizado de modo tal que los estudios sobre el uso de suelo quedan «fuera de la esfera de
investigación de la economía política»” [Ibíd.]. En contraste y parafraseando al geógrafo británico, el
sistema de Marx para poner al valor de uso y al valor de cambio en mutua relación dialéctica exige una
mayor consideración porque ofrece la doble posibilidad de aportar nueva savia a los estudios
sociológicos y geográficos sobre el uso del suelo, y de actuar como lazo de unión entre los
planteamientos espaciales y económicos de los problemas del uso del suelo urbano [Harvey; 1977, p.
163]. Este pasaje, evidencia la diferencia entre valor de uso y valor de cambio como la base fundamental

1
“Surge como respuesta a la crisis del capitalismo, a la guerra de Vietnam, y al mayo del 68. Ofreció distintas líneas de actuación: la primera de ellas, fue la
liberal o geografía del bienestar de D. Smith (1971), y a ella siguieron los planteamientos a favor y en contra sobre la idoneidad de la teoría marxista para
comprender el espacio por parte de Quaini (1974), Lacoste (1976), Peet (1977) y Claval (1977). Desde un planteamiento libertario la revista francesa
Hérodote recuperaba la influencia de los clásicos griegos (Heródoto y Estrabón) así como de Reclus para afirmar que la geografía sirve ante todo para
hacer la guerra y para organizar los territorios con objeto de controlar mejor a los hombres sobre los que ejerce su autoridad el aparato estatal (Lacoste,
1976: 8-12). La línea que se consolidó como definitiva y mayoritaria, desde 1974, sería la que combinaría los métodos marxistas y estructuralistas”. Véase:
Capdepón Félix. “La geografía y las distintas acepciones del espacio geográfico” en revista de Investigaciones geográficas, Anales De la Universidad de
Alicante Instituto Universitario de Geografía, No. 34. Junio-Agosto de 2004.
2
Este nuevo movimiento intelectual tuvo primero bases ideológicas liberales, luego planteamientos socialistas, y después encontró en el marxismo el
sustento teórico para su actitud de ciencia crítica. Véase: http://www.bdigital.unal.edu.co/1280/5/04CAPI03.pdf Capítulo III, Relativo a la geografía
radical: la producción social del espacio social. Pp. 79-101.
para analizar el mercado3del suelo urbano. Desechando de tajo el “neoclásico” concepto de utilidad, y
taxidermia las particulares características del suelo como mercancía haciendo énfasis en su carácter
monopolista. Asimismo, en sus apartados “el valor de uso y el valor de cambio del suelo y sus mejoras”,
el autor británico presenta la importancia con el cual actúa la economía capitalista, en la cual, el valor de
uso y valor de cambio asumen una variante, veamos algunos elementos que la caracterizan: Primero, “el
suelo y sus mejoras no pueden ser trasladas de un sitio a otro a voluntad y esto los distingue de otras
mercancías” [p.164]. Es decir, el suelo y sus mejoras tienen una localización fija, lo que implica algunos
privilegios de carácter monopolista en relación a su uso4. Segundo, “el uso y sus mejoras son mercancías
de las que ninguna persona puede prescindir” [p. 164], esto quiere decir que, un individuo no puede
existir sin ocupar un lugar, y sin hacer uso de los objetos materiales que están en ese lugar… Tercero,
“el suelo y sus mejoras cambian de mano, con relativa frecuencia” [p. 164], por ejemplo, en ciertos tipos
de transacciones comerciales, en la creación de servicios, en arrendamiento… en ese sentido, vale la
precisión que arguye el geógrafo británico en relación al carácter del uso del suelo: “la interpretación
dialéctica de valor de uso y del valor de cambio en forma de mercancía no se manifiesta en el mismo
grado ni ocurre con igual frecuencia en todos los sectores de la economía urbana” [p. 164]. Cuarto, “el
suelo es algo permanente y el porvenir de las mejoras, es frecuentemente considerable” [p. 164] esto
equivale a los derechos de uso, con fines de almacenamiento de riquezas. Quinto, “el cambio en el
mercado se produce en un tiempo muy corto, mientras que el uso se extiende a lo largo de un período de
tiempo” [p.165] y sexto, “el suelo y sus mejoras tienen numerosos y diferentes usos que no se excluyen
entre sí para el usuario”, esto indica que puede ser utilizado simultáneamente de diferentes maneras. En
el apartado de la teoría del uso del suelo urbano, teoría microeconómica del uso del suelo, la renta y la
asignación del suelo urbano para diversos usos. Emprende Harvey una revisión exhaustiva del análisis
microeconómico de los agentes del mercado del suelo, desde planteamientos marxistas, estos análisis
bastante comunes en este momento. En suma, Harvey [1977] inició su teoría del espacio geográfico
estableciendo la teoría de la utilización y de la renta del suelo (diferencial, monopolista y absoluta), y de
su valor de uso y de cambio. En su análisis del espacio como producto social, indicó a su vez, la
comprensión del significado simbólico y las complejas influencias sobre el comportamiento. En
perspectiva, diré con Harvey [1977, p 199] que “la renta es la parte del valor de cambio que se reserva el
propietario del suelo. El valor de cambio (por medio de la circulación de mercancías) con los valores de
uso determinados socialmente”. Desde su concepción de la geografía como ciencia, como ideología y
como compromiso, llama la atención para interpretar que en el paso del capitalismo fordista al
capitalismo global de acumulación flexible o posfordista es necesaria una nueva vuelta de la
comprensión tiempo-espacio en la organización del capitalismo5. La geografía debe explicar los
procesos de producción social del espacio geográfico, en lugar de centrar su interés sobre el espacio
mismo y sus formas. Y esas explicaciones, puesto que no se encuentran en el espacio mismo, se deben
construir apelando a las disciplinas de las ciencias sociales que se interesan por los procesos, como la
historia, la sociología, la economía política, la antropología, o la ciencia política, entre otras. La
geografía no debe hacer del espacio un fetiche, cuyo estudio pueda reducirse a la geometría de sus
formas, sin tener en cuenta las condiciones históricas que lo generaron.

3
Marx distingue en toda mercancía su valor de uso de su valor de cambio. El valor de uso es el valor que un objeto tiene para satisfacer una necesidad.
Este concepto hace referencia a los rasgos de las cosas gracias a los cuales nos son útiles para la satisfacción de cualquier tipo de necesidad, desde las más
biológicas como comer, hasta las más espirituales como las que se refieren al ocio y el mundo de la cultura. El valor de cambio es el valor que un objeto
tiene en el mercado, y se expresa en términos cuantitativos, medidos por el dinero. Dos objetos con diferente valor de uso pueden tener el mismo valor de
cambio si así lo determina las leyes del mercado. Véase: Marx Karl. “Trabajo asalariado, y capital” versión en línea: Marxists Internet Archive, 2000.
4
“Un importa atributo del espacio físico es el de que dos personas o cosas no pueden ocupar exactamente el mismo emplazamiento y esta principio,
cuando esta institucionalizado como propiedad privada, tiene consecuencias muy importantes para la teoría del uso del suelo urbano y para el significado
del valor usado y el valor cambiado” Harvey David. Urbanismo y desigualdad social. Madrid. Siglo XXI Editores. 1977. P. 164.

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