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COMUNIDAD TEOLÓGICA EVANGÉLICA DE CHILE

Casa Central - Santiago

SÍNTESIS: LITURGIA EN CONTEXTO: TEOLOGÍA Y PRÁCTICA

Nombre: Cristian Tello Arancibia

Curso: Celebración Litúrgica

Profesor/a: Miguel Ulloa Moscoso

Santiago de Chile, 24 de Junio 2019


La liturgia es un acontecimiento que el ser humano ha experimentado desde sus orígenes y a lo

largo de la historia; ésta se sitúa y manifiesta en una zona intermedia a las distintas dimensiones de

los individuos; entre el mundo exterior e interior, lo espiritual y lo anímico, y lo material y físico.

La liturgia se desenvuelve mediante una serie de símbolos incorporados en la conciencia colectiva.

Los símbolos son el lenguaje de la liturgia; y éstos tienen la capacidad de penetrar las emociones y

la espiritualidad de las personas. Los símbolos son también, la expresión de la experiencia religiosa

que es esencialmente afectiva y sensitiva, cuyo origen y alcance es imposible conocer.

La liturgia es un conjunto de elementos y formas que constituyen un todo, ordenado y organizado.

Es importante señalar que la liturgia no se restringe a estos elementos y formas que empleamos en

el culto, sino que trasciende a los demás aspectos de la vida del creyente, en consecuencia, nuestro

culto comunitario debe estar relacionado con lo que nos sucede con Dios durante la semana, de lo

contrario, se transforma en un rito vacío y sin sentido.

Siendo conscientes que la liturgia se extiende a aspectos más allá de la reunión congregacional es

dable sostener que existe una estrecha relación entre el culto, el contexto y la cultura. En efecto,

una liturgia contextual incorpora partes de la cultura del pueblo que la está celebrando.

Consecuencialmente, la liturgia debe expresar la autonomía y libertad de los creyentes, de tal

manera que los participantes se vean reflejados en ella.

En el culto todos los asistentes son llamados a participar de manera activa, siendo de su

responsabilidad hacer posible y efectiva la comunicación entre la comunidad y Dios. De lo dicho

anteriormente radica la importancia de que los miembros de una comunidad asistan al culto.

El Culto y la liturgia son el reflejo de lo que experimentamos con Dios diariamente y que queda de

manifiesto visiblemente en el culto dominical.


La liturgia comprende un aspecto pastoral enfocado en que la congregación experimente la liturgia

desde sus contenidos bíblicos, teológicos y pastorales; no solo en sus formas rituales o externas. La

liturgia como acción pastoral consiste en practicar las enseñanzas de Jesús, adoptando una actitud

empática para con los demás, consolando a los afligidos y desamparados.

Hay ciertos aspectos que debemos considerar como comunidad al llevar a cabo la celebración del

culto el día domingo. Por ejemplo, en relación a la preparación y realización del culto, se enfatiza

los usos correctos de los recursos que empleamos para comunicar el evangelio, entre los que

figuran:

- El cuidado empleado en el templo o espacio litúrgico comunica un mensaje.

- Es necesaria la preparación o preproducción del culto en base a su propio orden con el fin

de ayudar a los asistentes a alcanzar una experiencia con lo divino. En este sentido es

necesario que quien dirija el culto tome conciencia sobre cada detalle en el

desenvolvimiento del mismo puesto que en ello se manifiesta la teología o falta de teología

de una congregación.

- En caso de pretender realizar un cambio litúrgico debe tenerse en cuenta el objetivo

teológico de dicha innovación y no solamente una justificación estética.

- La oración es el modo directo de comunicarse con Dios, ésta debe recordar, exponer, confiar

y empoderar el testimonio de Dios. Las oraciones en el culto generalmente dicen relación

sobre el contenido del Evangelio. Las oraciones que se eleven durante el culto debe ser

pertinentes, es decir, estar relacionadas con el momento litúrgico a tratar, por ejemplo, las

oraciones por la iglesia, por el país, entre otros, se debe realizar en el momento de oraciones
de la Iglesia o Intercesión, las oraciones de penitencia en la confesión comunitaria y en otro

momento la oración del Padre Nuestro.

- En la predicación se debe anunciar, exhortar y enseñar el Evangelio de Jesucristo, Las Buenas

Noticias. En este sentido es indispensable que el texto bíblico sea contextualizado de tal

modo que motive a feligreses a testificar y poner en práctica lo aprendido, es decir, ser

enviados para la misión.

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