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Desde la llegada de los colonos Españoles al continente americano el territorio pasaba inmediatamente a sus

manos y el indígena quedaba desposeído de sus tierras ancestrales y empieza su periodo de explotación
como mano de obra en el sistema encomendero establecido por los cabildos como institución real de España,
y la cual era la encargada de la producción en el nuevo continente.
Este proceso de apropiación de la tierra se iniciaba con las ciudades, con las cuales se buscaba una
implantación de una republica de españoles con la cual por medio de la dominación política y militar, se
aseguraba de alguna forma su permanencia y así se inicia la repartición de tierras entre los encomenderos
con lo cual muchas ocasiones no estaban de acuerdo los conquistadores, por que consideraban que se
repartían las tierras sin tener en cuenta las personas que habían servido o no a la corona.
Esta situación llevo a que alguno encomenderos empezaran a asentarse en las afueras del núcleo principal (la
ciudad), sin importarles, las resoluciones del Cabildo y utilizando el tributo como medio para forzar mas el
trabajo de los indios creyendo así que estos recibían a su favor, al ocupar sus tierras.
Es evidente que el proceso que otorgaba tierras por parte del cabildo se realizo de una forma que se podría
considerar desorganizada, razón por la cual se enviaron a los visitadores no solo a comprobar esta situación,
si no también a remediar las contiguas quejas de los indígenas por que el maltrato de los encomenderos, lo
cual nos indica que el proceso de apropiación de tierra estuvo marcado por varios conflictos, donde el poder
político y económico eran los que prevalecían. En el caso de los cabildos de Tunja y Santa Fe, por lo cual a
partir de 1585 el cabildo de Tunja se atribuía el derecho de otorgar y de no aceptar tierras en su jurisdicción,
fijando las unidades de medida (estancia, Huerta, Solares y Cuadras) para tal propósito.
De esta forma una tierra se consideraba explotada, cuando en la encomienda cuando proporcionaba
mano de obra gratuita o cuando estaba dedicado a la ganadería.
El cabildo, en los primeros años en la otorgaciones de tierra procuraba no causar daño a los indios y velar por
esto, ya que su trabajo dependía el abastecimiento de la ciudad, también pretendía proteger aquellas zonas
donde estas tenían sus cultivos, pero esto nuca se efectuó ya que se beneficiaba siempre a los vecinos. De
esta forma la labor del encomendero no se limitaba a privar de tierra a los indígenas, si no que también se
aseguraban de tener el control absoluto de la producción agrícola a través del tributo, controlando el mercado
en las regiones mineras donde los productos adquieren un mayor precio y desabasteciendo a las ciudades.
Al ver esta situación el presidente Lopez de Armendáriz en 1579 ordena que se obligara a los indígenas a
producir trigo y maíz fuera del que tenían que pagar a sus encomenderos como tributo, lo que significaba más
explotación al indígena.
Son muchas las resoluciones que se dictaron en cuanto a la repartición de tierras, buscando una mejor
explotación de ellas lo cual a través del gobierno de Antonio Gonzalez con su reforma agraria por medio de la
otorgación de resguardos e implantando las composiciones como nuevo sistema de apropiación de la tierra y
a la vez creando alcabala como tributo.
Este es solo un ejemplo de que en aquella época por decirlo de alguna forma no sabían que inventar para
explotar estos territorios, la cual se caracterizo por una serie de inconvenientes y una mala toma de
decisiones.
Para este momento el indígena no solo estaba desposeído de sus tierras obligado a trabajar durante turnos
con mas de 12 horas diarias, razón por la cual empezó la disminución de la mano de obra indígena además
de las razones epidemiológicas a las cuales no estaban acostumbrados. Es por esta razón que se empiezan a
traes personas del África, como esclavos. Y las razones mineras fueron las que mas pesaron a la hora de
tomar esta decisión,
De esta forma con la otorgación de resguardos se buscaba concentrar a los indígenas sobrevivientes y
facilitar para la labor de adoctrinamiento, aunque muchas veces estos territorios no eran respetados por lo
cual los indígenas debían utilizar el derecho de amparo como medio para hacer valer sus derechos el cual
muchas veces no eran respetados los derecho por lo cuales podían gozar de pequeñas parcelas que ni el
encomendero ni el poblado español tenían en cuenta, pero se enfrentaban a otro problema el ganado español
que pastaba libre según la costumbre española por lo cual muy pocos cultivos le sobrevivían. Y el ganado se
multiplicaba gracias a los cultivos indígenas.
Con los resguardos, los encomenderos se privaron de tierras, además se ve como perdían importancia ante la
corona por lo cual el orador Miguel de Ibarra fijo las reglas de las otorgaciones de resguardos, las cuales
dependían del numero de tributarios y esta no podía exceder de 1.5 tributarios por hectárea. Sin embargo se
ejecutaron varias disposiciones para medir los predios de los resguardos ya que para aquel periodo, era difícil
medirlo por las condiciones del terreno y además las unidades de medida no eran muy seguras por lo cual los
visitadores utilizaban los puntos de referencias de los indígenas por tal motivo los conflictos con los
propietarios españoles y los indígenas de repartimiento. De esa forma se veían presionados y enfrentados
entre ellos mismos por el hecho de estar dividíos en encomiendas.
A raíz de esta problemática con la visita de Verdugo y Oquendo se inicia el proceso de extinción de los
resguardos indígenas y convertir los pueblos de indios en parroquias de españoles y vendiendo los lugares
que estos ocupaban a los vecinos. Solo con la revolución mestiza de los comuneros el rémale de los
resguardos, el 21 de julio de 1781, había terminado y los indígenas podían regresar allí.
Este proceso de ocupación de la tierra esta llena de pleitos entre los colonos españoles y los indígenas. De
una serie de resoluciones que favorecían más el interés del encomendero, el cual obviamente estaba opuesto
al indígena, siendo estos últimos el verdadero afectado en este proceso. Desposeído de sus tierras, sirviendo
como mano de obra y de alguna manera privado de ejercer sus propias creencias, obligado a creer y practicar
otras totalmente diferentes.

En conclusión podemos destacar que el origen del problema de la tierra en nuestro país tiene sus orígenes en
la conquista española, primero la concentración de tierras en pocas manos el resguardo se convierte en el
minifundio y las composiciones en latifundios, como problemáticas actuales por la falta de implantación de una
verdadera reforma agraria que contribuya a que las desigualdades entre regiones no sea tan notorias.
CONFLICTO POR LA TIERRA EN COLOMBIA

Por María de Estrada, Universidad del Mar del Plata


Diogo Lima, UFF de Brasil
Valeria Ysunza, Universidad Autónoma de México
Agencia Prensa Rural
21 de noviembre de 2005

A lo largo de la historia de América Latina, uno de los ejes vertebradores del conflicto ha sido la
lucha por la apropiación de la tierra. Desde la invasión de los europeos al continente, la
desarticulación de la organización del espacio preexistente, de las relaciones de producción
alternativas, ha sido una de las estrategias fundantes. Este conflicto se sostiene y se renueva hasta
la actualidad a lo largo y a lo ancho de nuestro continente generando la miseria y muerte de miles
de personas.

En Colombia, desde la década del 40 hasta la actualidad se vive un inmenso y complejo conflicto
por la apropiación del territorio, en el que la trama de actores, sectores y bloques involucrados,
combinada con la sistemática desinformación generada por los medios, hacen que el conflicto
aparezca como un caso especial, con escasas relaciones con la situación del resto del continente.

Se intenta reducir los acontecimientos a un enfrentamiento entre el estado colombiano, "guerrillas


asociadas al narcotráfico" y algún que otro paramilitar, sin profundizar en las causas, los sectores
involucrados, los recursos naturales en pugna e ignorando por completo a quienes habitan,
quienes trabajan, quienes viven en estas tierras: los campesinos.

La región conocida como Magdalena Medio es una de las zonas más conflictivas del país. Allí
"conviven" las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de
Liberación Nacional), que controlan gran parte del territorio; las Fuerzas Armadas, numerosos
escuadrones paramilitares denominados AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) y cerca de 30
mil campesinos, que pese a ser muchas veces olvidados, se encuentran cada vez más
sólidamente organizados en la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC).

Históricamente, estas tierras forman parte de la zona de colonización, un territorio donde muchos
campesinos se han asentado tras ser expulsados de otras regiones por la violencia, por la
constante concentración de la tenencia de la tierra que genera que la mano de obra deba migrar
hacia las ciudades mientras las tierras se concentran en poder de sectores de la oligarquía que
practican ganadería extensiva. Durante la década de los 60, aquí se cultivaba mayormente arroz y
se extraían maderas, luego en los 70 se introdujo a la región el cultivo de marihuana para su uso
ilegal, plantaciones que fueron fumigadas hasta que se logró llevar el cultivo hacia los Estados
Unidos, donde se mantiene en la actualidad como una importante actividad económica en estados
como el de California. En los 80, debido a la represión sobre los cultivos en Bolivia y Perú, las
plantaciones de hoja de coca se extendieron a Colombia. Se inicia el proceso de la compra masiva
de inmensas extensiones de tierras por grupos de narcotraficantes que utilizaron el campo para el
lavado de las inmensas ganancias que estaban obteniendo, dando inicio a la actual configuración
del espacio.

Estas tierras poseen, tanto en superficie como en el subsuelo, riquísimos recursos naturales:
madera, fuentes de agua, biodiversidad, oro, hierro, petróleo, uranio, entre tantos otros. Es por esto
que esta área suscita el interés de numerosos grupos de poder, que van desde grandes
terratenientes ligados al narcotráfico, hasta inmensas multinacionales como la AngloGold Ashanti
Mines, por apropiarse de los recursos.

Gracias a la ACVC pudimos llegar a la zona ocho estudiantes de geografía de Venezuela, México,
Brasil y Argentina, con el objetivo de conocer la situación, dialogar con los campesinos y poder
observar directamente lo que acontece en este lugar mediante un trabajo de campo en equipo.

Por encima de todos los aspectos mediáticos del conflicto colombiano, la parte que más lo sufre,
los que son realmente atacados y que ven sistemáticamente violados los derechos más esenciales
del ser humano, son los campesinos. En esta brutal estrategia para apropiarse de sus tierras, el
estado colombiano, de la mano de los Estados Unidos por medio del Plan Colombia y de las
fuerzas paramilitares, que se entremezclan y confunden con el propio ejército, utilizan las
herramientas más siniestras para lograr su objetivo: desapariciones y asesinatos de campesinos en
forma constante, quema de escuelas y poblados enteros, fumigaciones, bloqueo económico y
sanitario, entre tantas otras.

La producción de los campesinos consta básicamente de dos componentes: el pan coger: cultivos
de subsistencia como la yuca, el plátano, el maíz o el arroz para los que no existen posibilidades
de comercialización debido a los altos costos de transporte hacia los mercados (que debe
realizarse a mula o en embarcación) y el bajo precio de los mismos; y el cultivo de la hoja de coca.
Si bien todos los campesinos son conscientes de los problemas que apareja este cultivo de uso
ilícito (ya que ilícito es el uso que se le da y no la coca en sí), también tienen en claro que es la
única forma posible de obtener dinero para adquirir todo aquello que no pueden producir por sí
mismos. Son los mismos campesinos quienes fabrican la pasta base que es vendida en los
poblados más importantes para su cristalización y posterior incorporación al circuito comercial.
Muchas veces este eslabón es controlado por los mismos grupos paramilitares que se encuentran
inmiscuidos en el narcotráfico. A su vez, la guerrilla cobra un impuesto de unos US$ 100 por cada
kilogramo de pasta base a los campesinos de la zona, quienes en general aceptan esto sin
problemas, ya que tanto las FARC como el ELN tienen una buena relación con los productores,
quienes se sienten apoyados, protegidos por estas fuerzas, que tienen al campesino como una de
las bases de reivindicación y lucha.

Las tierras que los campesinos abandonan son ocupadas por los sectores del poder, ya sean
paramilitares ligados al "narco latifundio", sectores asociados al estado o a las multinacionales que
operan en conjunto con el resto de los grupos. Estas tierras pasan a producir sobre un modelo
extensivo asociado al mercado externo, poniendo así en jaque la soberanía alimentaria de
Colombia, que desde la implementación de las políticas neoliberales vio aumentar en un 700% las
importaciones de alimentos. Así, de esta forma, se reproduce el modelo excluyente de tenencia de
la tierra que beneficia al 3% de los productores con el 70% de la superficie, mientras que el 57% de
los campesinos posee apenas el 3% de los terrenos para cultivar.

Este proceso de desplazamiento de los campesinos que ha afectado a casi tres millones en los
últimos 30 años tiene una característica especial, que es su invisibilización. Al producirse en forma
constante, pasa desapercibido para importantes sectores de la sociedad que no perciben su real
importancia, su complejidad y las implicancias sociales, económicas, culturales, políticas y
territoriales.

Pero además estos desplazamientos son funcionales a la reproducción del sistema, porque al
engrosar el número de desocupados de las ciudades se garantiza mantener a un costo muy bajo la
mano de obra y en forma simultánea muchos de los jóvenes que se ven subsumidos en esta
situación de marginalidad ven en las Fuerzas Armadas, así como en los grupos paramilitares un
espacio de supuesta inclusión que les permitiría romper el círculo de la pobreza.

El desplazamiento de los campesinos, acción previa al fin último de apropiarse de estas ricas
tierras, es impulsado también por el terrorismo, por la guerra sucia que el estado está llevando a
cabo por medio del paramilitarismo. Estas fuerzas de ultraderecha fueron conformadas durante la
década de los 80, dentro de una estrategia general contrainsurgente de los Estados Unidos, que
incluyó por ejemplo el financiamiento y organización de los "contras" nicaragüenses y
salvadoreños. Estos grupos paramilitares, que se denominan "Autodefensas Unidas de Colombia"
(AUC), forman parte de un aparato paraestatal impulsado por las Fuerzas Armadas y los
organismos de seguridad del estado colombiano. Realizan el "trabajo sucio" de este plan,
acompañados por el gobierno nacional y los sectores ligados al narcotráfico. En la región de
Magdalena Medio, se encuentran presentes hace más de 20 años, pero desde el año 2000
Barrancabermeja, la ciudad cabecera y donde está ubicada la refinería más grande del país, se
encuentra bajo control paramilitar, percibiéndose su presencia en la atmósfera. En esta ciudad son
constantes las desapariciones y los asesinatos, el temor está allí, en las calles, generando el miedo
constante de quienes viven allí y se saben amenazados y vigilados. Sólo en lo que va de este año,
más de mil personas fueron desplazadas de Barrancabermeja y 100 personas fueron asesinadas.

Así, los campesinos, acorralados por el estado, las fumigaciones, los asesinatos, el bloqueo
económico y sanitario y la constante presión de los grupos económicos para que les vendan sus
tierras, se ven totalmente presionados a desplazarse, a abandonar la zona.

Estas tierras son luego apropiadas ya sea por estos grupos, por los paramilitares, por la oligarquía
ganadera o por narcotraficantes que los continúan usando como base para el lavado de dinero.

La utilización del suelo que los mismos realizan es antagónica a la economía campesina. Se trata
de la incorporación de estas tierras al modelo vigente, utilizándolas ya sea para la ganadería
extensiva, la extracción de maderas, minerales o cultivos de exportación que dependen totalmente
del "paquete tecnológico" que incluye agrotóxicos, transgénicos y maquinaria que reemplaza la
mano de obra campesina.

Así, la lucha que aquí se está dando es una lucha por la territorialización de uno u otro modelo. Un
modelo excluyente que enriquece aún más a los ya ricos y una economía campesina de
subsistencia, que produce coca porque actualmente no existe otra manera de obtener el ingreso
suficiente para solventar a sus familias.

Pese al terrible y constante boicot, los campesinos continúan luchando y organizándose para que
estas iniciativas salgan adelante y les permitan mantenerse en este espacio, no sólo resistiendo,
subsistiendo, sino de una forma más estable, que garantice su continuidad en el lugar. Es
vergonzoso, irritante, violento ver cómo el estado colombiano se encuentra comprometido en este
siniestro proyecto de para-reforma agraria. Mientras en toda América Latina en el marco del
conflicto por la tierra se plantea como urgente la necesidad de redistribuir las tierras para quienes
las trabajan, aquí se está perpetrando, desde los sectores de poder, una contrarreforma que, por el
contrario, profundiza su concentración y un modelo de desigualdad extrema. Es tan terrible este
modelo que se busca concretar como los siniestros métodos que para ello se están utilizando. Es
el estado mismo envenenando a "su" gente, es el estado mismo masacrando a la población, un
estado que por medio del genocidio busca apropiarse de territorios.

¿Por qué Colombia?

Desde Tierra Digna somos conscientes que Colombia es un territorio de notable interés para los
Grupos Económicos de diferentes industrias, toda vez que:

 Es el segundo país más biodiverso en América Latina, al tener dos imponentes focos
naturales receptores de una gran cantidad de especies de fauna y de flora, éstos son la
Amazonía y los tres brazos de la Cordillera de los Andes; sumado al hecho de ser un
territorio bañado por dos océanos, lo cual se traduce, en términos del mercado, en un
inmenso potencial para el avance de la biotecnología y la experimentación con
transgénicos, favorecida, entre otras, por el régimen de patentes, las directrices de la OMC
y por los acuerdos de libre comercio.
 Posee niveles elevados de reservas de aguas superficiales y subterráneas, así como ríos
con amplios caudales y corrientes poderosas que favorecen la generación de energía
mediante la construcción de mega proyectos como termoeléctricas e hidroeléctricas.
 Tiene importantes reservas de hidrocarburos y de minerales, cuya extracción, explotación y
comercialización ha sido potenciada en las últimas décadas.
 Goza a lo largo del territorio nacional de inmensas extensiones de tierra con vocación
agrícola, y excelentes niveles de producción, lo que ha atraído la siembra masiva de
monocultivos y de alimentos destinados a la producción de energía (agro combustibles),
mediante procesos de desposesión y apropiación ilegal de la tierra a las comunidades,
claro factor generador de desplazamientos forzados masivos de población.
 Así mismo, una gran parte del territorio nacional ha sido declarado con distintas
modalidades jurídicas, como zonas de especial importancia ecológica. En algunas de ellas
se destaca la implantación de proyectos MDL (proyectos de desarrollo limpio), que
permiten, entre otros, la negociación de nuestro aire en las bolsas de valores del mundo,
para efectos de dar cumplimiento a los compromisos que se desprenden del Protocolo
de Kioto.

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