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Hace dos semanas llevaste a tu recién nacido a casa y tu hija está

aumentando su resentimiento por las demandas de su hermano


pequeño. Un día, al decirle que no tienes tiempo en ese momento
para leerle una historia, rompe a llorar y sollozar, “¡Quieres a
Pedro más que a mí!” ¿Cómo reaccionas?

PALABRAS A EVITAR

-Te apresuras a tranquilizarla y ella siente que ha dicho algo


equivocado.
“Rosa, eso no es cierto y tú lo sabes.”

-Intentas confortarla y ella siente una contradicción.


“No seas tonta, yo también te dedico tiempo a ti. ¿No fuimos al
parque ayer?”

-Tratas de razonar con ella y se molesta.


“Los bebés necesitan mucha atención porque no se pueden cuidar
solos.”

-Le dices lo que debería sentir y sientes que no la escuchas.


“Tienes que entender que no puedo dejarlo todo para jugar contigo
cuando tú quieres.”

PALABRAS A USAR

-Reflejas lo que ella ha dicho y se siente escuchada.


“¿Sientes que queremos a Pedro más que a ti?”

-Parafrasea sus comentarios para ayudarle a clarificar lo que


realmente está demandando.
“¿Entonces te parece que últimamente no paso mucho tiempo
contigo?”
-Expresa sus deseos en vez de intentar explicar las cosas.
“Entonces te gustaría que pasásemos más tiempo juntas como
hacíamos antes?”

-Articulas lo que ella quiere y se siente comprendida.


“¿Te gustaría que por ejemplo pasásemos algo de tiempo juntas
por las tardes leyendo tu libro favorito?”

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H: “Parezco un cegato”
M: “¿No te gustan tus nuevas gafas?”
H: “Todos los niños de la escuela se van a reir de mi.”
M: “¿Temes que tus compañeros te tomen el pelo por culpa de tus
gafas?”
H: “Si. ¿Por qué tengo que llevar esta cosa tan fea, entonces?”
M: “Así que te gustaría que tus compañeros aceptaran tu nueva
imagen, ¿verdad?”
H: “Sí, eso es.”

¿Sientes que...
¿Tienes la sensación de que...
¿Temes que...
¿Te preocupa que...

¿Entonces te gustaría que...


¿Desearías entonces que...

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