Está en la página 1de 3

Caso Aceros de Guatemala

A partir de informes contables, documentación brindada por el Registro Mercantil, Registro Nacional
de las Personas, Organismo Judicial y demás información presentada por el Ministerio Público y la
Superintendencia de Administracion Tributaria, se establecio una amplia red de empresas de cartón
en donde los propietarios estaban muertos, o poseían direcciones falsas, están fueron utilizdas por
la empresa Aceros de Guatemala, para defraudar al fisco. Esta red suma al menos veintisiete
propietarios, una treinta de emresas y sociedades anónimas, abogados y contadores.

Según la SAT, un círculo de empresas registró, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2008,


Q422.42 millones en ventas simuladas. La defraudación se realizaba al consignar como válidas
auditorías realizadas por funcionarios de la SAT, las cuales certificaban la adquisición de facturas
por parte de Aceros de Guatemala por productos y servicios con los cuales nunca se contó. Y
cuando los dictámenes eran desfavorables, se modificaban para exculpar a la empresa.

Un total de Q50.69 millones fueron registrados como crédito fiscal (la devolución del 12 % del
Impuesto al Valor Agregado), a favor de esas compañías.

La alarma saltó en 2009 en las revisiones de rutina de la SAT en el periodo fiscal anterior. El
intendente de jurídico de la SAT, Adrián Zapata, arroja luz sobre este detalle y lo elaborado del
entramado.

En el caso de Aceros de Guatemala la información contable, los cheques e incluso los detalles como
el peso de la chatarra comprada se registra en la documentación de la compañía, aunque según
apunta el intendente, “todo es manipulable”. “El problema es cuando llegas a los de segunda línea,
y resulta que hay personas ya fallecidas”, explica Zapata. “Eso hace creer que la chatarra nunca
existió. Y casualmente la empresa de la primera línea reporta ventas por Q1 millón y gastos por Q1
millón, con lo cual tampoco va a pagar impuestos.

El 14 de marzo de 2012, la SAT denunció a Aceros de Guatemala por defraudación tributaria y casos
especiales de defraudación tributaria. A finales de 2014, la División de Fiscalización de la
SAT constató que los proveedores de primera línea —Aguirre Lagunas, de la Rocha, Ayala Chan,
Morales Quintanilla y Morales Palencia— no existían, y que “los localizados” no vendían chatarra. Se
concluía que eran ventas ficticias.

Semanas después, la Gerencia de Contribuyentes Especiales Grandes de la SAT exculpó a Aceros


de Guatemala con el siguiente argumento: “quienes probablemente cometieron los ilícitos fueron los
proveedores de primera línea de la entidad Aceros de Guatemala, Sociedad Anónima, así como los
proveedores de segunda línea debido a que se estableció que algunos no fueron localizados, otros
indican no haber realizado ventas y otros fueron inscritos ante la SAT”.

Sin embargo, tienen esta red poseía nexos entre sí: por ejemplo, comparten el mismo contador y
auditor registrado en la SAT o también el notario, existen conexiones entre empresas que incluyen
nexos familiares según información proporcionada por RENAP, además de la misma direccion.

Las empresas de cartón de esta estructura reflejan dos patrones muy distintos. Por un lado, están
las registradas cerca de zonas industriales o con alguna relación con otras dedicadas a la
manufactura de productos metálicos. Por el otro, las compañías cuyas direcciones son inexistentes
o están registradas en terrenos baldíos y bodegas vacías.

Según el Código de Ética para Profesionales de la Contabilidad emitido por el Internataional


Federation of Accountants establece que el profesional de la contabilidad debe de ser Objetivo ya
que ningún profesional debe tener prejuicios, intereses o influencia de terceros al momento de ejercer
su juicio profesional y deberá poseer un Comportamiento Profesional haciendo cumplir con las
disposiciones legales vigentes aplicables y evitar además cualquier acción que desacredite la
profesión, el profesional de la contabilidad no se asociara con informes, declaraciones,
comunicaciones u otra información cuando contienen afirmaciones o información falsa o que
induciría a errores.

El Auditor al momento de desarrollar el proyecto de auditoria dentro de cualquier entidad ya sea


pública o privada deberá contar con independencia total ya que si la firma o alguno de los integrantes
tienen un interés ya sea directo o no, el riesgo de interés personal que se crea sería tan importante
que ninguna salvaguarda podría reducir el riesgo a un nivel aceptable. En consecuencia, la única
acción apropiada para permitir al Contador Público y/o firma desempeñar dicha auditoria seria de
deshacerse del interés que se posea. Pero en este caso en particular el contador registrado ante la
Superintendencia era la persona encargada de cuatro personas integrantes de dicha red.

El profesional debería contar con un comportamiento profesional, esto recae en que los auditores
deben de cumplir con las disposiciones legales y reglamentarias aplicables, pero al momento en que
los profesionales enviados por parte de la Superintendencia de Administracion para practicar la
auditoria correspondiente, se consignaban estas como válidas en las cuales certificaban la
adquisición de facturas por parte de Aceros de Guatemala por productos y servicios con los cuales
nunca se contó. Y cuando los dictámenes eran desfavorables, se modificaban para exculpar a la
empresa.

Los regalos e invitaciones que conduzcan a un cambio en o al final del proyecto de la auditoria, ya
sea al mismo profesional o a un familiar inmediato o próximo, puede originar amenazas, y el
profesional evaluara la importancia de cualquier amenaza que pueda existir y cuando sea necesario
aplicara salvaguardas para eliminarla o reducirle en un nivel aceptable, y si estás no pueden ser
reducidas el profesional no deberá aceptar tal ofrecimiento, pero los profesionales mencionados
hicieron caso omiso.

Las normas establecen que durante la auditoria el profesional deberá tener cuidado y diligencias
profesional durante los procesos de auditoria pero los profesionales que trabajaban en esta empresa
utilizaban a los funcionarios de la SAT en donde gestionaban la aceleración, si se trataba de una
devolución fiscal, o bien cancelaban alguna de las auditorías que estuviera programada para hacer,
en donde infringían las normas ya que el ejercicio del cuidado debido requiere una revisión crítica en
cada nivel de supervisión del trabajo ejecutado y del criterio empleado por aquellos que intervinieron
en el examen. El hecho de que el auditor sea competente y tenga independencia mental no garantiza
que su examen sea un éxito pues se hace necesario que no actúe con negligencia, ya que don esta
parte se considera que estaban las irregularidades, ya que los funcionarios ordenaban que la
empresa del cliente se ahorrara una cola que tardaba hasta cuatro años y su trámite fuera en dos
años o menos.

La empresa busco los servicios de Tres Puertos, los cuales eran disfrazados de asesorías contables
para crear un blindaje tributario y ellos no aplicaron las normas, en donde se requiere que el auditor
sea independiente; además de encontrarse en el ejercicio liberal de la profesión, no debe estar
predispuesto con respecto al cliente que audita, ya que de otro modo le faltaría aquella imparcialidad
necesaria para confiar en el resultado de sus averiguaciones, a pesar de lo excelentes que puedan
ser sus habilidades técnicas. Sin embargo, la independencia no implica la actitud de un fiscal, sino
más bien, una imparcialidad de juicio que reconoce la obligación de ser honesto no sólo para con la
gerencia y los propietarios del negocio sino también para con los acreedores que de algún modo
confíen, al menos en parte, en el informe del auditor.

Y en el postulado VII Del código de tica del Colegio de Contadores Públicos establece que tienen
obligación de rechazar tareas que irrespeten los principios y normas de la moral, en donde habrán
faltas de honor y dignidad hacia todo profesional. Y esta empresa omitió esta parte prefiriendo los
beneficios que le proporcionaban dar este tipo de asesorías hacia esta empresa que buscaba una
devolución del crédito fiscal por supuestas compras.
En las Normas Internacionales de Auditoria se establecen directrices que cualquier profesional
deberá poner atención al momento de realizar cualquier encargo de auditoria, específicamente en la
NIA 200 establece los objetivos globales del auditor al momento de la realización de una auditoria,
esta va dirigida a aumentar el grado de confianza que los usuarios poseen dentro de dicha entidad,
pero los encargados de practicar dicho encargo, decidieron ignorar, dado que cambiaban los
informes que iban dirigidos hacia la Superintendencia en donde colocaban que la institución estaba
libre de incorrecciones y cualquier otra amenaza que pudieran afectar y utilizaron esta información
para para gestionar más rápido la devolución del crédito fiscal o evitar más auditorías.

Todos los auditores ya sea que trabajen en el sector privado o público dentro de las fronteras del
país de Guatemala se guiaran por las normas establecidas ya sea a nivel internacional o nacional
debiendo de practicar la profesión con un alto nivel en conocimientos, estrategias y demás recursos
que tenga a su alcance para desempeñar su labor con los principios que establecen los códigos de
ética, dando respeto a sus colegas y a la profesión en donde todas las relaciones con sus
colaboradores y con las instituciones que se agrupan, dando una imagen positiva y prestigiosa de la
profesión

Código de Ética para Profesionales de la Contabilidad emitido por el Internataional Federation of


Accountants

https://www.plazapublica.com.gt/content/aceros-de-guatemala-una-red-de-empresas-y-
fantasmas-para-defraudar-al-fisco-23
Normas Generales

También podría gustarte