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SILVIA ELENA TuNDLAR.

,
¿DE QUE SUFREN
LOS NIÑOS?
LA PSICOSIS EN LA INFANCIA

Lugar
Editorial
Tgndlar~. Silvia E:lgna
De que ~ufren 105 niño:>? : la psico6is en la infancia. - 2a ed. 1a reimp.
Quenos Aires : Lusar l;ditorial, 2007 .
100 o. : ZOX14 cm.

1. P~icQlogí~ Infantil. l. Titulo


CDD 155.4

Motivo d~ tapG! PtíjartJ con la mirada tranquila (1960) . Joan Miró, Colección
Thompson, Pittsburgh.

Queda prohibida la repro~ucción total o parcial de este libro, en form.a idénti-


~!l o modificada y por cualquif:~r medio o procedimiento. sea mecánico, infor-
mático. ele grabaciún o fotocopia. sin autorización de los editores.

I5BN: j76-350-63Z-13Z-5
~ 1996 Lug'lr Editorial S.A.
Ca.~tro RArros l 7f;4 (Cl2~7ABN) Buenos Aires, Argentina
T@l/Far (54·11) 4921·5174 / (54·11) 4924-1555
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Ou@d~ h~~ho ~I dé~ógito qu~ m~rca la ley 11 .723


unpre~o en líl l\r~cntiníl - rrinted in J\.rgentina
PRÓLOGO
)

ESTHBLA SOLANO-SU AR.EZ

El libro que tenemos en nuestras manos lleva ~orno tít"Ulo


una pregunta: ¿De qué sufren los niños?
Esta pregunta que interpela al futuro lector -quien puede
reconocerla como suya- se encarna de manera diferente
cada vez que un niño acude a la consulta de un psicoanali~ta _
Determinar las coordenadas estructurale~ de la preguntri,
recortando sus incidencias de forma dominante al ámbito de
la psicosis infantil y más particularmente al autismo, ~Qn~ti­
tuye la propuesta de la autora.
Podemos entonces dejarnos llevar por los meandros del
texto y seguir el atento recorrido que él nos propone sobr~
el análisis estructural del autismo infantil,. deductible de~de I~
respuestas que el Dr. Lacan propone en di~tintos mom{!nto~
de su enseñanza.
Desde ahí se ordena una interpretación posible de IW>
concepciones elaboradas sobre la cuestión del autismo infantil
por los analistas posfreudianos. También podemos apreciar
aquí, las consecuencias de la enseñanza de Lacan ~ nivel de
los aportes que han realizado posteriormente loB anilli5taB que
se reconocen como alumnos de su Escuela.
De esta lectura será fácil deducir que el sólido andamiaje
teórico que proporcionan las categorías forjadas por L9c!ln.
asegura una orientación psicoanalítica, que erradic~ d~ IR
clínica del autismo la errancia golidaria de la impoten~iA . .En
consecuencia, el partido se juega e n el tablero de to impo~iblé _
Este es presentificado al lector, cuando ~e . pre~entR ni
autismo como una consecuencia de una falla en· la esrructura.
Esta falla es equivalente a la no inscripción de lu función
Simbólica del Nombre-del-Padre. En estos términos. la autora consideráramos que esta respuesta silenciosa de l autista,
opta por inscribir estructuralmente el autismo en el campo de condensa lo que queda de indecible en la relación inexistente
las psicosis infantiles. . entre los sexos, cuando la mediación semántica que asegura
No obstante, si el autismo se ubica como una consecuencia la función fálica queda excluida del registro de lo que se
de una malformación simbólica fundamental, eso no implica transmite como Saber inscribible, de una generaci ón a otra .
que en este caso no se puedan ~onsiderar las incidencias del El debate se prosigue más allá de estas páginas. Al cerrar
lenguaje, como incidencias negativas, puesto que éstas ponen este libro nos quedará presente que cada vez que un anaHsta
en evidencia lo que de aquél retorna como lo real d~l verbo . se confronta en la clínica con la psicosis infantil, renueva la
De ahí se deduce que el sujeto auti sta es un sujeto que apuesta de querer saber cómo operar desde lo Simbólico
no se determina como falta en ser en el ejercicio de la palabra. sobre lo Real. Esa es la apuesta ética del psicoanálisis. Si el
Por lo tanto, el registro de la demanda está ausente. Encon- analista opta por elaborar y declarar las razones de su praxis,
tramos aquí la paradoja de un sujeto que al est~r fuera del estará contribuyendo al debate, para hacer avanzar el psicoa-
sentido, se realiza en su petrificación como equivalente del nálisis.
objeto plus-de-goce. . ~ En cuanto al niño, como propone Silvia Tendlarz, se le
En este sentido, el enigma del autismo puede ser leido estará brindando la oportunidad «de que tal vez un encuentro
como la revelación de la verdad de la estructura: el Otro no analítico cambie su destino».
existe y como partenaire del goce, en el lugar d~ la
inexistencia, sólo responde el objeto a, al cual se correlaciona París, 7 de abril de 1996
un modo de gozar autístico . . . ~ . .
·Cómo operar entonces en la exper1enc1a analtt1ca, tenien-
do ~n cuenta que el analista no será el partenai.re de un sujeto
dividido que le dirige un pedido, y~ que quiere . develar el
sentido del síntoma que le escapa, sino de un sujeto que se
presenta como «soy» de goce, fuera de todo sentido Y
desarticulado del «yo pienso»? . .
Silvia Tendlarz nos expone una lectura m1nuc1osa de
tratamientos que hacen de este volumen una .rica fuent~ de
referencias clínicas . Por lo que podemos decir que su hbro
es un estudio sobre la clínica del autismo, y como tal, interroga
a cada analista, para que éste dé cuenta de la manera en que
se confrontó con el imposible desde su acto.
Al terminar su lectura podemos decirnos también, que la
auto ra nos hace participar a un debate entre anal i.stas, s~b.re
un problema crucial que concierne a la Etica del ps.1coanáh s1s.
Este no es otro que el del «¿Qué hace r?» que .interpela a1
~

analista cu ando debe trata r el goce que esta en Juego , en un


modo d~ respue!;ta ext re mo como e] que present~fi ca e.1 ,ni ñ~
autjsta . Seríamos c o nsecuentes con nue stra o r1en tac1on sL

8
,,,
INTRODUCCION ·

El sufrimiento no es una experiencia ajena a los niños,


aunque muchas veces deban permanecer a solas con é1. Las
tres fuentes de sufrimiento que indica Sigmund Freud en <<El
malestar en la cultura>> 1 el propio cuerpo, la relación con los
otros, el mundo exterior- no dependen de la edad. Después
de todo, el concepto de <<niño>> es relativamente reciente
(siglos XVI-XVII); es solidario de la preocupación educativa
que modifica el lugar de ellos en el discurso2 y no depende
de una cronología evolutiva. Debemos encontrar la manera de
acercarnos a su intimidad.
Los síntomas neuróticos, los estados de angustia difusos,
los trastornos de conducta, las inhibiciones y dificultades en
la adquisición del lenguaje dan cuenta que algo ocurre, aunque
muchas veces los niños no puedan dirigir un pedido de ayuda.
Cuando se le da oportunidad de una entrevista analítica, el
niño rápidamente ofrece las razones de un sufrimiento con el
cual el tratamiento analítico permite operar.
Hablar de sufrimiento no nos impide interesarnos por los
elementos particulares de Jas estructuras subjetivas. Intenta-
remos examinar la psicosis en los niños, sin dejar por ello de
lado el estudio de la neurosis en la infancia.
¿Existe una especificidad de la psicosis en los niños?
Jacques Lacan señala una confusión que reinó durante
décadas y que llevaba tanto a rehusar el término de psicosis
para los niños como a indicar su naturaleza exclusivamente
orgánica. Y a la vez no deja de señalar: <<Si en el caso del
niño habiam.os legíti;11.a mente de psicosis es porqire r; or110

1 S. Freud, «El rnalestar en I~ cultura» (J9~0) , (,¡,,.,Js Co 111ri1 1,cs , t. XX I..


13 u~nos Aires: A nlorrort u , 1976.
2 P. Aries. I~ ·e n.fánt e l J,,
\•ie .fun1ilia le .'it>lt.'i J'A1rcie.n Rig;JJir . farjs:
Seui l. 1973 .

11
analistas podemos dar un paso más que lo otros en la Cuando la analista le pregunta cuándo comenzó a escuchar
concepción de la psicosis» .3 las voces por primera vez, la niña relata que una vez el padre
En el Se1ninario 111 Lacan establece el mecanismo de la castigó dejándola encerrada en su habitación, allí surgieron
forclusión del Nombre-del-Padre 4 propio de la psicosi s, que las voces diciendo que el padre era malo. En este caso po-
determina el «orden» particular de la estructura psicótica. demos señalar el momento de desencadenamiento de la
Esta estructura es la misma en la niñez y la edad adulta, psicosis a partir del discurso de la paciente. La coyuntura
aunque su forma de presentación varíe. dramática de la que habla Lacan aquí aparece con precisión:
A diferencia de la neurosis infantil, la psicosis infantil la incidencia del padre en oposición simbólica frente al lazo
no existe como concepto. Este término nunca fue utilizado por imaginario, dual, que mantiene la niña con la madre, no
Lacan: la estructura es atemporal. La psicosis en el niño encuentra la inscripción del Nombre-del-Padre en su psiquismo.
traduce la misma estructura de la psicosis. Es por esto que El castigo no se instala como función simbólica y los pensa-
no hay en Lacan una teoría específica de la psicosis infantil mientos de enojo se vuelven xenopáticos. No es ella . quien
sino sobre la psicosis en general. La cuestión se desplaza de piensa que el padre es malo por encerrarla: son las voces las
lo infantil al momento de desencadenamiento. que lo dicen. En el agujero producido en lo simbólico aparecen
En la niñez se tropieza muchas veces con la dificultad de las voces alucinatorias.
encontrar el momento de desencadenamiento,~ ya sea por- Las dificultades para operar con el lugar vacante dejado
que queda opaco o porque muchas veces falta - como en el por la falla simbólica impulsan a un trabajo propio de la
caso de los niños autistas precoces-. A veces las entrevistas psicosis tanto en la infancia como en la adultez. Un niño
con los padres permiten localizarlo; otras veces es posible esquizofrénico de 9 años, por ejemplo, tiene la certeza de que
establecerlo a partir del discurso mismo del paciente. su padre. al mover la cabeza, desestabiliza la capa de ozono;
Nadia es una niña de 6 años que consulta porque escucha se erige él mismo como garante del orden del universo a1
una vocecita que le dice que la maestra es un demonio.6 indicar que puede controlar ese desajuste por medio de un
3 J . Lacan, El Seminario, libro 11: «El yo en la teorf a de Freud y en televisor que está en su cabeza.7 Este es el núcleo delirante
la técnica psicoanalítica» ( 1954-55). Buenos Aires: Paidós, 1983, p. 160. desde donde intenta -sin lograrlo- construir una metáfora
4 La fo rcluJi<Í11 es el concepto lacaniano que nombra la elCclusi ón de un delirante que lo estabilice. Otro niño, analizado por Alicia
s ignificante del conjunto de significante s que constituye el Otro . En la Hartmann. comienza a construir su delirio de persecución a
ps icosis recae sobre el Nombre-del-Padre : signifi cante que funciona como
los 5 años (sin llegar a sistematizarlo): los camiones de basura
punto de capitón y produce retronctivamente la .rig11ijicació11 .fálica (matriz
de las significaciones). Para el estudio de la teoría lacaniana de la psic osis se lo pueden comer. 8
véase J . Lacan, El Seminario, Libro /JI, «Las psicosis» ( l 955-56). Buenos Eric Laurent relata el caso de un niño de 1 l años con delirio
Aires: Paidós, 1984; «De una cuestión pre 1i minar a todo tratamiento posible parafrénico.9 Antes de la entrevista con Laurent, el niño había
de la psicosis» ( 1958), Escritos ( 1966). Buenos Aires : Siglo Veintiuno . 1988; estado tres años sin decir nada en análisis . AJ interrumpir el
y el Seminario XXIII, «Le Sinthome» (1975-76), Orrticti r? 6- lO (1976).
• tratamiento, le dice a su madre que ahora sí podía hablar:
Una introducción gene ral a la teoría lacaniana puede e ncontrarse e n D.
Leader, w can pa ra principiantes . Buenos Aires: Nueva E ra , 1996. hasta entonces las voces se 10 prohibían . Más aún, encuentra
5 La psicosis no es una continuidad que progresiva1nente hac.:e eclosión,
sino que e n un momento se produce una ruptura t:n el fluir de la vid a y se 7 Caso presentado por Daniel Campos en el curso .c¿ Se p uede :ur<ir.. .'l >•-
desencadena la psicosis. Lacan habló del nrome1110 .fe,:urido de la enfermedad 8 A. Hartmann, «Un ni ño l:lei ni:u10: ·El camión de bas ur¡¡ me pu e<le
para refe rirse a ellos. co me r·» ( l 995), inédit o.
6 Caso presentado por Alicia Díaz e n el cu rso ..:¿Se puede c ura r a un niño 9 E. Laurent , «La psychosc chez l'enfant dans l'ensei gnement <le Ja( 11ues
ps icótico?» dictado por 1n í en la E .O.L . ( I 995). Lacan» ( 1982 ). Q 1111rJo 9 ( 1983).

12 JJ
cierta estabilización delirante a] proclamarse «Hijo natural» , En lo que respecta a la psicosis, aunque la forclusión del
porque con esa nominación Jogra ordenar los fenómenos Nombre-del-Padre se a transfenome nal, el fenómeno psicótico
elementales que lo acosaban desde sus cinco años. permite captar la estructura. Y esto incluye la fenomenología
La neurosis infantil es parte de una temporalidad bifásica de la p sicosis en los niños. Sin duda, las construcciones
de la sexualidad, marcada por e] pasaje por Ja pubertad . AJ delirantes de los niños también dejan pendientes la confron-
mismo tiempo, funciona de modo tal que hace que toda tación con el otro sexo y su incidencia en la estabilización que
neurosis sea infantil. La neurosis infantil es para el adulto Jo logren alcanzar.
que resta de la infancia. 'º Lo infantil constituye la matriz de Fran~ois Léguil analiza un niño paranoico de 7 años que
la estructura del sujeto: los elementos de la estructura no logra, a través del tratamiento, una modificación de su
varían, se remodelan en Jo imaginario según los mitos fami- posición en cuanto al saber que lo sostiene. Pero añade al final
1iares en los que se precipita. En cambio, en el niño se de su artículo: «La edad le per1nite dejar disperso lo que
presenta un conjunto de fenómenos que permiten construirla. sin duda, sistematizado, se volvería más temible. Actual-
Eric Laurent señala: «la infancia es el periodo ele una niente es una «CLtración». La adolescencia, la confronta-
elección del deseo, pero deja en suspenso, en el mejor de ción con las experiencias del sexo y de la vida, a111enzan
• •, 14
los casos, una elección del fantasnza o, 1nejor, de su uso»." con poner/ a ser1a1nente en cues/1011».
~J deseo debe ser ~eri ficado por el tratamiento del goce que No se trata de una retroacción de sentido, sino de nuevas
irrumpe con eJ pasa3e por la pubertad y las posibilidades reales coyunturas posibles de desencadenamiento de la psicosis. Por
de procreación. otra parte, es legítimo interrogarse acerca de las caracterís-
12
Michel Silvestre indica que la pregunta que se formula ticas que presentan los niños con psicosis no desencadenadas
el niño es «¿Qué desea mi madre?», dado su lugar en relación en la infancia y que hacen eclosión en la adolescencia.
al ~eseo mater.no. Luego se transforma y se convierte: «¿Qué Este trabajo es el resultado de los cursos «La psicosis

quiere una mujer?», por lo que el sujeto se confronta a la falta infantil» y «¿Se puede curar a un niño psicótico?», dictados
de un significante en el Otro que pueda responder. Eric en 1994 y 1995, en la Escuela de Orientación Lacaniana
Laurent añade - en otro artículo- que la respuesta se (Buenos Aires) .
encuentra a nivel del fantasma. n Se trata de un «desarrollo La primera parte del libro examina las formas de presen-
del sujeto en .•a estructura», en tanto que Jos diversos o bjetos tac ión de la psicosis en los niños y en particular e l binomio
(oral, anal , mirada, voz y nada) no tienen la misma incidencia psicosis- autismo. En la segunda estud iamos la temporalid ad
de acuerdo a la edad del niño. La separación de] niño de] lógica de la constitución del suj eto, la acción de Ja metáfora
objeto de goce de la madre permite la constitución ·d e una paterna y sus consecuencias clínic as. A continuación, reco-
«posición de goce», una «construcción fantasmática» que rreremos a lo largo de la ense ñanza de Lacan, las indicacio nes
responda a e ste en igma. relativas al tema que nos ocupa. Dejamos expresa mente de
1O C f. G . More ), «Sur le concept de névr ose infant ile». Qua no 39 lado el estudio detallado de la teorfa lacani ana de la ps icosis.
( 199 0 ). La cu art a parte e stud ia los trabajos psicoanal íticos q ue
11 E. Laurcnt, «El ob.ieto en e l ps icoanáli sis co n niños», El A11aliticrí 11 propusie ron una teoría y direcc ión de Ja cura para los niño s
3 ( 1987). p. 100.
psicótic os; cada uno de ellos es e studiado a partir de
12 M. Silvestre, «La neuros is inf antil según Frt! ud», M a llu11tt el p si c:otJ-
ncíU.~is. Bue nos Aires : Mana nr ial. p. 157 . histori ales clínic o s. La cues tió n de la direcc ión de la c o1a
f 3 E. La 11rent, « Hay un fi nal de an::íl isis para los niños », Uno ,,0 ,. Uno 14 F. Lég uil, «¿C ura <lt: un niño paranoico ? •>, N iño \· rJt p ri.- ~uritiJiri.~.
39 ( 1994 ). p. 37.
B uenos A ires : f\.1 unant ial , 1989.

14 IS
desde la ?rien~ación lacaniana es la última parte.
Este h bro tiene como eje teórico la enseñanza de Jacques La-
/.- LACAN Y LA PSICOSIS EN
c~. Para ~l.lo, los cursos de Jacques-AJain Miller han sido esen- LA INFANCIA
c1~les; quisiera entonces expresarle todo mi respeto .
nuent N . ., y reconoc1-
. o. . uest:a re~1s1on de los tratamientos propuestos ara el
aut~smo in~~n~d, as1 como de las teorías que intentan dar ~uenta
de el, se centra de manera casi exclusiva a la on·entac· , J •
E d · . ton acanta-
~ª· n ca a cas? Justificaremos el interés especial que revisten
os otros abordajes de los que nos hemos ocupado 'T'a b. , J .• La clínica psiquiátrica del niño
m 6 · · ... , m 1en per-
anezco muy pr x1ma de lo que Eric Laurent ha transmitido a lo
l~r~o de estos.~ltimos. ~ños acerca de la psicosis y del psicoaná- A diferencia de la del adulto, la clínica psiquiátrica infantil
hs1s con los n1nos: qu1s1era manifestarle mi agradecimiento. se desarrolló a partir de la influencia del psicoanálisis. Paul
Bercherie' distingue tres grandes períodos en la clínica psi-
Buenos Aires, marzo de 1996 quiátrica del niño.
El primer período cubre los tres primeros cuartos del siglo
XIX y se consagra exclusivamente a la discusión de la noción
de retraso, considerado como el único trastorno mental in-
fantil. Esquirol crea esta noción en 1820 con el nombre de
idiocia. La define como un estado donde las facultades
intelectuales no se manifiestan nunca. Por lo que respecta a
la locura, distingue la locura propiamente dicha del adulto y
una enfermedad congénita o adquirida tempranamente en la
infancia (que es la idiocia).
En este punto la discusión psiquiátrica gira alrededor del
grado de irreversibilidad del retraso mental. Para Pinel y
Esquirol, el déficit es global y definitivo. En cambio, para
Séguin y Delasiauve, los educadores de idiotas, el déficit es
parcial, lo que permite utilizar métodos educativos especia !i-
zados . El punto de partida fueron las tentativas de Itard con
Víctor, niño que fue conocido en su época como el ~<sa l vaje
de Aveyron» . Este niño vivió en un total aislam iento hasta su
captura en 1799, y a pesar de su pronóstico negat ivo, [tiird
logró algunos resul tados utilizando ~os métodüs educati vos
para sordomudos. Los efectos de esta iniciativa fueron: la
creac ión de una educación especial en Francia por Séguill ;
María Montessori creó una nueva pedagogía; y Binet y S i 11LOl'I
1 P. B~rcheri e , «L íl clíni1: a psiquiátrica del nii\ u 1Est lldic1 hist\)rico)>.,,
fi-f ctfenfendido 3 ( 1988 )

IT
inventaron su conocido test para la selección y orientación de precoz» para nombrar los Cé\sos de retraimi ento en niños
niños retrasados. menores de un año3 • Parte del ~studio de un grupo de 11 niños
El segundo período comienza haci a fines de los años y de su historia en un período ~ue va de 1938 a 1943. A pesar
1880. Con la publicación de la primera generación de tratados del parecido con la esquizofrenia infantil , distingue este cuadro
de psiquiatría infantil se constituye una c línica psiquiátrica del por su existencia desde el naci"1iento. El innatismo que postula
niño que resulta un calco de la del adulto; es decir, no se no es orgánico sino que ~~nst ituye un déficit intelectual que
vuelve un campo autónomo de investigación. Paul Moreau de no se confunde con la deb1l1daq mental~ por el contrario: tienen
Tours, por ejemplo, escribió «De la folie chez les enfants» «una expresión facial asombr<:>samente inteligente». Y añade
( 1888),
. donde afirmaba
, .
que la locura presenta en el niño las en 'ta causalidad la relación Pé\rticular con sus padres (padres
mismas caracter1st1cas que en el adulto . obsesionados por detalle~ peto poco afectivos).
Saute de Sanctis introdujo en 1906 el cuadro de dementia Se caracterizan por su imposibilidad de establecer conexio-
precocissima y lo diferenció de la demencia precoz del adulto. nes ordinarias con personas y situaciones desde el inicio
El propio Lacan utilizó esta nomenclatura en un caso presen- mismo de la vida, y por su «i ticlinación a la soledad autista,
tado en la Société Médico-psychologique con Claude y alejando todo lo externo que se acerca al niño» . Actúan como
Heuyer en 1933. 2 En la reseña describen el caso de un niño si las personas de su entorn() no estuvieran.
de 8 años y medio con un estado de indiferencia hacia el Kanner considera que el exterior es vivido desde un
ent<?rno, mutismo e inexpresividad. El comienzo clínico fue comienzo por estos niños corno una amenaza no localizable
delirante, con ideas hipocondríacas, insomnio, interpretaciones que se vuelve el estatuto pro~io de lo exterior. Esto produce
y crisis emotivas «histeriformes». Si bien se interrogan sobre que toda acción del otro sea Vivida como intrusión (inclusive
una posible etiopatogenia orgánica (encefalitis), como la alimentación, los cu.idados corporales, e incluso la simple
causalidad psicológica señalan los trastornos familiares. presencia) . Puede expltcars~ ~sta expresión utilizada por Leo
El tercer período comienza en los años 1930 y funda la Kanner desde una perspectiva lacaniana: sin un orden sim-
clínica psiquiátrica del niño que se desarrolla actualmente, bólico los cuidados no son vividos como tales sino que se
4
caracterizado por la influencia dominante del psicoanálisis. vuelven una intrusión.
Bercherie señala que la noción moderna de psicosis in- En este cuadro, e1 défic~t s~ impone fenomenológicamente:
fantil proviene de la introducción de Bleuler del diagnóstico los autistas no hablan , o bien balbucean un soliloquio ininte-
de esquizofrenia ( 1911 ), que substituye al de demencia precoz ligibJe; manipulan objetos en forma estereotipada y rechazan
kraepeliniano. El caso Juanito publicado por Freud inaugura cualquier intrusión en su «ju~go»; no entran en contacto con
el tratamiento psicoanalítico de los niños. Los trabajos ana- su entorno, o sólo lo hacen para cumplir el impulso de su
líticos permitirán matizar y teorizar el abordaje clínico de los «voluntad» . Las coordenadas espacio-temporales están alte-
niños psicóticos. radas: se golpean, no tienen 11oción del peligro, actúan como
si carecieran de cuerpo. Cualquier cambio introduc ido en su
2.- El «autismo infantil» de Kanner rutina, en la disposición de L(Js mueb1es, en las normas , e n el
orden que rige su actividad cotidiana, los desespera.
En 1943 Leo Kanner introdujo el término <<autis1no infantil 3 L. Knnner. «Traducti on de l'<irticle original de l.é o Ka1111er: <~Allt ist ic
djst urb:.i nc.: es of affective contac.: t»)¡ . e n G . Bc.:rqué1. . I , 'c111ti.1:nie i1¡fc11111( t .
2 J. Lacan , H. Claude y G. Heuyt:r, «Un c as de d¿mence precocissime ». Jnrrad1tcritm ii une cl iniq ~tl! 1·e/trtit11r.,:e/I' .H'i tJll K<t1111 t' 1·. 1-'aris: P.U. F., ICJ 8 .1.
A 111utle.~ 1Widit·fl ·p.~yc/uil ox i q ue.~ ( 193 3) . 4 O. Devroede, «Kanner re lu a Pnrtn Je L.acan». l''·" fi111i 1111i re .5 11 ~~) .

18 19
A pesar de esta descripción deficitaria, presentan también [)isorders» («Trastornos generalizados del desarrollo»)
fenómenos «positivos» que expresan su particular «ser-en-el- para nombrar las desviaciones del de.sarr~llo de numeros~s
mundo». Por ejemplo, la memoria prodigiosa que los autistas funciones psicológicas fundamentales tmphc~das en la a?qu1-
guardan de series de objetos, poemas o plegarias. Con ella sición de aptitudes sociales y del lenguaje. A partir de
suplen la incapacidad para utilizar el lenguaje con otras entonces predominan el ·criterio adaptativo ·y el enfoque
funciones. terapéutico educacional. .
En 1987 este esquema es revisado y se proponen dos tipos
J.. ¿Autismos? de TGD: el trastorno autista (según la ·descripción de Leo
Kanner) y el TGD no específico que toma COTl_lO criterio
Desde la creación del «autismo» por B leuler5 en 191 l (para diagnóstico el trastorno comportamenta~ . .
nombrar el retraimiento en el propio mundo imaginario de la El DSM /V establece 5 ítem para el TGD: trastorno autista,
esquizofrenia) - creado sobre el modelo freudiano del trastorno de Rett, trastorno desintegrativo infantil, trastorno d;
«autoerotismo», pero sin lo sexual- , el término adquirió Asperger y trastorno generalizado. del desarrollo no espec1-
distintos sentidos según fuera utilizado para nombrar una fico. 7
patología precoz o un estado secundario al desencadenamien- El trastorno autista es explicado de acuerdo a la descrip-
to de la enfermedad. La distinción emerge de los resultados ción de Leo Kanner. Lo distinguen del trastorno de Rett por
terapéuticos . Se considera que en general los tratamientos que el perfil de su déficit y su proporci.6~ sexual car~cterística.
producen una salida del encierro autista ocurren en psicosis Este último trastorno sólo se man1f1esta en muJerest y su
cuyo «autismo» nombraba más bien su desconexión con el patrón característico es el desacelerami~nto d~I crecimie~to
mundo exterior, por lo que se trataría de un autismo secun- craneal, pérdida de habilidades manuales 1ntenc1onales prev1~­
clario . mente adquiridas, y aparición de una marcha y unos movi-
A veces se asocia el autismo a distintas afecciones mientos del tronco pobremente coordinados. El trastorno
orgánicas: la esclerosis tuberculosa de Bourneuille, la rubéola desintegrativo infantil difiere del autismo infantil por su
congénita, el síndrome del x-frágil, encefalías, entre otras. A momento de comienzo: aparece luego de dos años de desa-
través de distintas perspectivas (estudios orgánicos, rrollo normal. Este trastorno también fue denominado
neurofisiológicos, neuro-bioquímicos, anatómicos y genéticos) «sindrome de Heller>>, «dementia infantilis» o «psicosis
se establecieron resultados positivos, por lo que se indicó el desintegrativa». El trastorno de Asperger no presenta un
origen orgánico de este síndrome. Ahora bien, de acuerdo al retraso del desarrollo del lenguaje como en el autismo. El
tipo de definición de autismo que se utilice varían los DSM IV lo distingue de la esquizofrenia aunque su descripción
resultados de la búsqueda de una etiología orgánica.6 resulta similar. Todos los restantes casos que no se incluyen
El DSM /JI ( 1981 ) abandona la noción de psicosis en la en estas descripciones son reunidos en el trastorno genera-
infancia dada la ra.reza de la evolución de las patologías lizado del desarrollo no especificado.
precoces de la infancia hacia las formas de psicosis adultas. En estas clasjficaciones la inmixión del autismo psicótico
Crean en su lugar el término de <<Persuasive Developn1entaJ y las perturbaciones autísticas comportamentales va~ e~ el
sentido de borrar la especificidad de la estructura ps t có tl~a,.
5 E. Bl c uler, A11a lytica 52 l«L' invention de l ' autis me))) . Paris: Nnvarin ,
1988 .
para homogeneizar el tratamiento en busca de conduc tas
6 C . Burs ztej n. «C inquante ans d ' autis me : év ol urion des concepts». 7 DSM-JV. Manual diagnlJ.rtico J' e.~wd r.~1i c'1 de los trtlSl(> rntJ .t 1it~rJr11l~.1.
l ·cr u ri .<>m e c i n q11a11te a11s e1pres Klt1111er. Pa r is: Eres , 1992 . B orce lona: Mas son, J995.

20 21
adaptativas y eficaces para el desempeño social. En este en relación a un Otro masivo y total , por lo que queda un lazo
estudio nos ocuparemos exclusivamente del autismo psicógeno «cuerpo a cuerpo» sin división de un lado ni del otro. El Otro
y no del secundario a una enfermedad orgánica. Dejaremos se reduce a una ausencia. También falta la in1.agen especu-
de lado la concepción que intenta generalizar la organicidad lar. w El niño «está por entero en el sitio del objeto a en
para todo trastorno auti sta, puesto que la organogénesis no tanto que no especularizable». 11 El psicótico, en cambio,
coincide con nuestra perspectiva. El autismo puede tener una tiene un objeto y un Otro; pero ese objeto está incorporado
base orgánica. De hecho, en numerosas oportunidades Ja falta en lo real como un objeto en más. En el autismo, es el sujeto
de un estudio exhaustivo impide llevar a cabo un diagnóstico que está en más, por lo que busca desaparecer. 12
adecuado. Eso no justi_fi ca su generalización. Teniendo en R. y R. Lefort distinguen el caso de Marie-Fran~oise,
cuenta estas sal vedarles, nos abocaremos al autismo produ- autista, de la psicosis de Roberto. En la primera el goce 13 se
cido por un trastorno psíquico, por la falla simbólica que dirige al Otro, voluntad de goce 14 -con el modelo .s adeano-
produce la inclusión· del sujeto en la estructura psicótica. que apunta a dividir al Otro. Roberto, en cambio, manifiesta
Sin duda, un trabajo analítico es posible tanto con niños que un goce masoquista 15 que intenta completar al Otro.
padecen el Síndrome de Down como con niños que presentan Por otra parte, diferencian el lugar del niño para la madre
cualquier otro tipo de trastorno orgánico. Pero en estos casos del autista y la del psicótico. En la psicosis el niño ocupa un
el tratamiento se confronta con el límite real de la organicidad. lugar en el fantasma materno; en el autismo no: el niño es un
Alicia Hartmann presenta el tratamiento analítico de Bárbara, objeto autoerótico, fuera del fantasma, por lo que queda
una niña con trastornos neurológicos, y estudia cómo opera excluido el lugar del padre . La salida del autismo es por el
el límite del cuerpo.11 lado de la paranoia o de la debilidad .
En cambio, Pierre Bruno indica que en la enseñanza de
4.- Autismo y psicosis Lacan sólo existe una polaridad entre la esquizofrenia y la

Cierto debate ocupa al medio analítico de orientación laca- 10 Co ncepto que corres po nde a l de l estadio del esptj(): e l yo se
niana: ¿el autismo es una forma de psjcosis o debe ser diferen- conslit uye en for ma alienada por identifi cación a su i magen, n1atri z del
ciado? ¿Es un «estado» o pertenece a una estructura clínica? registro in1aginario.
Rosine y Robert Lefort distinguen el autismo de la psicosis : 11 R . y R. lefort , Na ciniiento del Otro ( 1980 ). Buenos Aires: Paidós,
1983, p. 261. Al nombrar el objeto a una fa lta e n lo simbó lico, dad o q ue
dado el fracaso masivo de la metáfora paterna en el autismo e s real, no tiene imagen en el espejo. En e l Se1ni11a rio X , «La Angust ia»,
no hay Otro ni objeto a" - lo que equivale a decir que no Lac an le adjudica el lugar de «reserva libid inal»: el goce no e s es peculari za ble .
hay una inscripción de la falta-. El niño autista se encuentra 12 R. y R. Le fo rt, «Auti sme et psychose de ux signifia nrs: «par1ie~> et
«Cassé>»> ( 1992), l. ' auris me ... . , op. cit. , p. 23 3.
8 A. H artma n n, En busca def nilio en la e .<if r11 c 111rt1 . Buenos Aires: l 3 E l conce pto lacan ia no de jou is .~an ce (go..:e) reú ne. si guie11d o la
Manantia l, 1993, p. 209-211 . indicación de J.-A . Miller, l os fre udianos de libid o ..'itttis/"ticx i'í" ':í p 11/sidn
9 El objeto l l es un concepto creado por Lac an para no1nbrar la falta de muen e; es real y a parece como una satisfacción que va miis -:i.llti .!el
e structural d e obje to . En el vacío central q ue organi za la estructu ra -q ue prir1 cipio deJ f'ltu:e1·.
correspo nde a l c oncepto de c a stració n fre udiano- se aloja una serie de 14 Expresión util izada po r Lacan en su art ículo « Kant c on Sao ci. f :tta
objetos -oral, a nal, mirada y voz- e n relación a los c uales se constituye la nombrar la panic ular posición del perverso en relación al goc e: t:I c!e slllell-
pulsión . El ol~jero a. t!n realidad no es un objeto. s.e constituye a partir de tído de la castración lo lleva a forzar los límites en la prosecusión ele s11 goce
la operació n lógica de separ<1ciú11. Esla c ues t ión será exan1inad a en el por lo que produce la divi sión subjet iva del partenoire .
próximo c apítulo. El objeto a se c aracte riza por constituirse a pa rtir de los 15 E n el masoquismo el sujeto se vuelvl! el instrume nto d e gi>ce .l cl
b(Jn.ks d c::l c uerpo (zonas e rógcn as) co m o objc1 os se pa ra bles del cuerpo. partena ire.

22 13
paranoia: en ningún momento distingue el autismo de la Otro. Y por último indica los problemas de separación del
esquizofrenia, 16 lo que no se contrapone con la di stinción Otro, su adhesividad.
- que hacen R. y R . Lefort- entre el autismo (considerado La posición de Eric Laurent consiste en plantear la acción
como una forma de la esquizofrenia) y la paranoia. Esto no de la forclusión del Nombre-del-Padre también en el autismo
impide la existencia de «estados autistas» - añade P. Bruno- - lo que explica sus estados alucinatorios- , y la estabilización
al estilo de las consideraciones de Tustin. El autismo infantil posible dentro del autismo, sin la necesidad de un pasaje hacia
precoz es una esquizofrenia desencadenada tempranamente. la paranoia - aunque no es excluyente- . Señala la aparente
Lo considera como una «forma extrema de la esquizofrenia». paradoja: si hay cura y el niño sale del estado autista entonces
Dice: «...forma extrema en el sentido de variante de la no era autista; lo que traduciría una paradoja propia a la cura
esquizofrenia, sin que se pueda hablar de una diferencia analítica: alcanzaría con que sea posible para que se arruine
cualitativa de estructura entre esquizofrenia y autismo». 17 a sí misma por la inexistencia del autismo. 19
El punto .de vista de Colette Soler es que no existen En el autismo el significante del Nombre-del-Padre no
autismos puros. Deben ser más bien considerados como un solamente está forcluido, sino que todo lo simbólico se vuelve
polo, «un rechazo de entrar en la alienación, deteniéndose real. Sin embargo, en un cierto sentido incluye al autismo en
en el borde», iN que hace que los autistas aparezcan como la esquizofrenia, porque en ambos casos se pone en juego el
«significados del Otro» (hablan por ellos y buscan un sentido retorno del goce en el cuerpo, que intenta añadir un órgano
a su conducta). De este modo, la psicosis en el niño se dado que el lenguaje no pudo hacer el órgano. 20
manifiesta siempre como forma mixta. Pero, añade, tanto en En otro artículo, 21 Eric Laurent señala que en la infancia
el autismo - considerado como un polo- , como en la domina el campo de la esquizofrenia más que el de la paranoia,
esquizofrenia y en la paranoia es legítimo hablar de forclusión puesto que los fenómenos no se plantean tanto en una
del Nombre-del-Padre. reconstrucción delirante sino en términos de «¿cómo hacer
Distingue a los niños autistas de los propiamente delirantes, función del órgano?». De allí emergen los fenómenos de
y enumera cuatro tipos de fenómenos que les son propios. autismo diversos. El goce vuelve de distintas maneras en lo
Primero, son niños que se sienten perseguidos por los signos real para fabricar el cuerpo como condensador de ese goce .
de presencia del Otro, especialmente por los objetos voz y En tanto que el falo no está simbolizado, el «hacer funci ón»
mirada ; de allí que viven la presencia del Otro como intrusiva. del falo se vuelve «hacer función del órgano». El niño puede
La segunda característica es la anulación del Otro : parecen reducir su cuerpo a ser condensador de goce, a ser un obj eto
sordos , presentan trastornos de la mirada. Indica que Margaret para otro cuerpo. Lo que caracteriza al autismo es que el goce
Mah1er habla incluso de alucinaciones negativas. El tercer retoma sobre el borde; señala la importancia de llevar a cab o
rasgo es el rechazo de que el Otro pueda producir una un estudio minucioso acerca de esta problemática.
intimación con la palabra. La ausencia de la dimensión de la Podemos considerar que en cierta manera el autismo es
llamada es el complemento del rechazo a ser llamado por el una forma extrema de la esquizofrenia infantil. De allí la
utilidad de plantearlo como un polo -según Colette Soler-
en tanto que nombra un «estado» más que una posición en
16 P. Bru no. « Üu v erture >~, L'a utisme et la psychana!yse. Paris: Séries •
de la De co uverte Fre udi enne, 1992, p. 113 . 19 E. Laurenl, (<Lec1ure critique I I~>. L'auri.~1ne ... , op. c it., p. 134.
17 P. Bruno, «El dicho sobre la esquizofrenia», Freudiana 9 ( 1993). 20 E. Laurenl, «Lec1ure critique 11», L ·a uti.u ne ... ., o p. ci1 .• ¡>. l ~S.
p. 109. 2 1 E . Laurent , «Lo psycho se chez J' enfant d ans l' e11 sei gn en\e:nt el<
18 C . So ler, «Hors d iscours: autisrne et parano'ia», Préliminai1·e ( 1992). Jacques Lncan» {1982), Quar t'J (1983) .

24
relación a la estructura. Eso expfica por qué estos niños, que tímidos, inhibidos, con dificultades neuróticas o se trata de un
están mudos o cuentan con pocas palabras estereotipadas al autismo precoz? Es por ello que - junto a las características
comienzo de l tratamiento, pueden sal ir de su retracción autista enumeradas por Kanner para los autistas- hay que apuntar
y entrar en contacto con su analista. también a detectar los fenómenos elementales que presentan
El trabajo clínico muestra evoluciones diferentes entre: a) aunque no hablen , y que muchas veces escapan al observa-
niños cuyas psicosis se manifiestan nítidamente y tienen la dor. 23
posibilidad de alcanzar una estabilización delirante, y b) Juan y también Marc, dos de mi s pacientes, señalan al
aquellos que padecen una retracción autista, cuyo horizonte •
vacío y dicen «Aquí está». Atendí a ambos niños en contextos
de debilidad en la adultez está siempre presente. Las diferen- diferentes; nunca se cruzaron, y sin embargo utilizan una
cias deben evaluarse caso por caso en función de los múltiples mi sma frase holofrásica 24 -compactación de la cadena
factores que intervienen en su destino futuro : tratamientos, significante-, que no remite a un efecto de sentido sino al
entorno familiar, organicidad posible, etc. La complejidad vacío de significación.
clínica del problema merece que se siga trabajando las El orden monolítico de la cadena significante puede ma-
relaciones y diferencias de este binomio. nifestarse por el uso de frases fijas utilizadas para cualquier
ocasión. Carla, otra paciente, dice «tía» cada vez que ve un
5.- Los fenómenos psicóticos en la infancia auto de juguete y nombra al primo cuando encuentra un
biberón; en ambos casos los objetos son nombrados
La descripción del fenómeno psicótico en niños con una holofrásicamente con los significantes que extrae del Otro.
ideación delirante se asemeja a la del adulto. A partir de la Las palabras no cobran una significación nueva al relacionar-
emergencia de fénomenos elementales22 y de alucinaciones se con otras palabras, sino que poseen un sentido originario
,
se construye el delirio. Muchas veces las fabulaciones ideativas y un1voco.
que no se organizan como un delirio dificultan el diagnóstico Las alucinaciones son más difíciles de captar dado el
diferencial. ¿Se trata de un niño con mucha imaginación o de aislamiento que caracteriza a los niños autistas . No obstante.
un delirio? ¿Qué relación guarda con lo que dice? ¿Es una numerosas descripciones permiten suponer su existencia
certeza psicótica o una creencia dialectizable? La precisión - como los de Alex, que se tapa abruptamente los oídos , o
diagnóstica a partir del lenguaje -de acuerdo a la indicación los de terror descritos por Emilio Rodrigué en un niño
de Lacan- se impone tanto como en el adulto. auti.sta-. 25 Este último, de 3 años, presentaba, dos tipos de
El probl e ma se agudiza cuando se intenta establecer un alucinaciones: visiones que lo atraían o que lo aterrorizaban.
di agnós tico en niños aut_istas. ¿Son niños exces ivamente Rodrigué anota: «Coniprendf que estaba escuchando aJgo
que venía de la dirección del techo; la ,,ia11era eJz qlte
22 Fe11iJme110 eJeme ntaJ es un concepto de la psiqu iatría para nombrar Tniraba hacia arriba y prestaba atención, era in equívoca.
ciertas manifestacione s psic ó ticas que aparecen con un s e ntido pleno. no son Tamb;én parecía estar viendo cosas proyectadas e1z ei
dialec t iza bles. y vienen ac ompañados de la certe za de su veraci dad. Por techo, porque seguía con sus ojos Ja ó rbita in\lisibl~ d e
ejemplo, <ceco del pensam iento». «lectura de pensamiento», «adiv inación de
pensa mie nto» , etc . ; e s tos f e nóm enos apare cen dentro del c uadro de l
23 S : Tendlnrz, c<Objeto e imagern em c rian~as all ti>t élS>•, Op p •u
Automa tis mo Me ntal. Su conlra partida so n los fenómenos de si11 -.,·en1ido que
l.trct111ia11u 13 ( 1995).
tambié n aparece n en la ps ico sis. Ambos dan cue nta d e la imposibilidad de
24 Ex nmin ar~ mos el concepto de Ju,Jofl't1.re más udc lante .
establece r unu retroacción sign ifi cante como consec uencia de la falt::i del
25 E. Rodrig ué, «El anális is de un esqui zofrénico de 3 ai'io s co11 m11ti>!Jl~ lt .
punto d e cap itó n (el Nombre-del-Padre).
O/Jra.~ Co mpleta.~ de Mé laoie KJein, t. IV. Buenos Aires: Pnidós • 1~79.

26
?.7
. 26 L
. d
un o b'jeto». a mira a de . miedo y sus gestos bruscos de In mediación imaginaria de identificación con el otro . Entre Las
observa~ a los costa~os lo lle_van al analista a plantear la curacterísticas que presenta Martínt indica que el niño huye
presencia de perseguidores, pero el niño no delira en ningún tanto de los ruidos coro.o de las voces, tapándose los oídos con
momento. En u.n se~undo tiempo del tratamiento Raúl respon- los pulgares. . .
de a estas aluc1nac1ones escondiéndose o tratando de desem- Lacan utiliza esta descripción para señalar que si el niño
barazarse de ellas, como por ejemplo, haciendo gestos como se tapa las orejas (como también es el caso de Alex) es
para que algo se vaya por la ventana. · porque se protege del verbo. 30 Pone así de relieve la
B~uno Bettleheim describe las alucinaciones que presenta estructura de la alucinación: el hecho que el niño no hable no
Laur1e: «lo dedujimos de su manera de quedarse 1nirando impide que esté sujeto a alucinaciones.
al espacio, preferentemente al techo, concentrada total· En 1975 Lacan vuelve sobre esta cuestión: «Como el
m.ente en algo que ocurría en su mente, y absolutamente nombre lo indlca, los autistas se escuchan ellos mismos.
a1ena a todo lo que ocurría a su alrededor».21 Escuchan muchas cosas. Esto desemboca incluso normal-
~¡ bi.en ambas .des~ripciones corresponden a la presen- m.ente en la alucinación y la alucinación siempre tiene un
tac16~ ~e.}ª aluc1nación ~~mo una percepción sin objeto carácter 1nás o menos vocal. Todos los autistas no escu-
-def1n1c1on que Lacan critica en «La cuestión preliminar» chan voces, pero articulan muchas cosas y. se trata de ver
dado q~e es u~ e~ecto de l~ falla simbó~ica y no un problema precisa1nente dónde escucharon lo que articulan>~. 31 . El
perceptivo-, tienen el valor de ·senalar la presencia de muti smo o la dificultad para hablar que presentan no impide
fenómenos cuya causalidad se sitúa en el orden particular de que estén incluidos en el lenguaje, aunque su estructura sea
la estructura psicótica. la de la holofrase.
Lacan aborda en dos oportunidades el tema de las aluci- Los niños autistas utilizan los pronombres personales tal
naciones en el autismo. La primera, el «Discurso de clausura como oyeron que los empleaban en su entorno cuando se
de las Jornadas sobre las Psicosis en el niño» ( 1967); la referían a ellos. En · realidad, como lo describe Lacan en su
segunda, la .«Conferencia en Ginebra sobre el síntoma» Seminario 111; «Las psicosis», la imposibilidad de que apa-
(1975). rezca el yo en su discurso los lleva inevitablemente a hablar
En las Jornadas organizadas por Maud Mannoni en 1967 de sí en tercera persona. Carla repite su nombre llamándose
Sami-Ali presenta un artículo titulado «Génesis de la palabr~ · a sí misma, hasta que finalmente concluye su monólogo
29
en e) niño autista». A partir de un caso clínico intenta indicar solitario respondiéndose ¿qué? a su propia llamada -que no
una evolución de lo preverbal a lo -verbal por 1.a· acción de se dirige al Otro-. En su ser hablados resultan pequeñas
«marionetas del Otro» por causa del funcionamiento automá·
26 Jdem, p. 162.
tico del lenguaje. Falta la dimensión de la demanda.
27 B. Bettclheim, La f ortaleza vacía (1967). Barcelona: Laia, 1987, p. 154.
La institución belga «L' Antenne 11 O" se ocupó reciente-
28 Cf. J .-A . Miller, «Comentario sobre Maurice Merleau-Ponty» (1987).
Nu era BiblioJeca Ps icoana lí1ica 1 ( 1995). En este artíc ulo Mille r explica mente de repertoriar los fenómenos que presentan es to s
cómo la estructura de los percepción e s simbólica -siguiend o la indicac ión niños . Entre otras características, subrayan que manifieslan
ue Lo co.11 en la «Cues tión preliminar» -, por lo que no se trata de un dos fenómenos opuestos: o un desinterés hacia la im1gen
fenómeno vi sual sino que el p erceptum dad o por el lenguaje es anterior al
r~ r·cipiens (ligado a la sensación). Lo falla e n lo simbólico produce el retorno 30 J. Lacan, «Discurso de claus ura de las Jornad as sob re lé! pi~i .:<> s is ef'l
alucinatorio e n lo real de aquello que fue e lid ido dejondo un agujero. e l nirlo•, (1 967), El AnaJiricón 3 (1 987), p. 11.
2 9 Sa rn i- Ali , C uerpo real. cuerpo imaginürio, «Génesis de la palabra e n 31 J . Lacan, «Confe renci as e n Ginebra sob re el :s í11torna :t (1~ 15 ) ~
el ri i iio a.utisla» ( 1967). Bue nos Aires: Pa idós , 1979. lnten ·e r1 ciones y ttxto .~ 2. Buenos Aires: Mananli ol, 1988 , p . l3 4 .
28
correlativo con una atracción· por los agujeros y orificios, o y sin ag uj.eros? ¿Alcanza la inclusión en el lenguaje de todo
32
bi~n una. imitación simétrica de Jos movimi~ntos del otro según sujeto para considerar que l'os autistas tienen cuerpo?.
secuencias ordenadas. Establecen una serte de fenómenos en El significante otorga un cuerpo, pero también lo frag-
tor~o a la relació_ n con los objetos separables del cuerpo menta , resquebrajándolo en órganos y funcione s. Hurta de
(mtra~a, voz, con:uda y excreme~tos) que presentan siempre vida al viviente que reconstituye en lo imaginario la
las m~smas modalidades, pero vanan sus contenidos según sea integridad de su imagen velando su goce. La libido se
el objeto de que se trate: evitación, falta de dirección hacia vuelve incorpórea: un órgano fuera del cuerpo , que no es
el otro, intercambios simétricos o reproducción de secuencias un significante, sino que expresa e l plus-de-goce exterior
fijas. O bien el Otro queda completamente excluido o bien a la acción de lo simbólico. El cuerpo no es ya sólo la
. '
cautivado en un orden inalterable. A veces la presencia de proyección de una superficie sino que tiene agujeros, y en
ciertos objetos se vuelve indispensable, pero en tales casos esos huecos se aloja el sendero de goce que traza los
se les aplica una «palpitación», una ligera oscilación a la bordes del cuerpo.
manera de un ritmo. Para tener cuerpo y hacer uso de él deben conjugarse
Las descripciones del niño autista indican que se comporta las acciones de lo simbólico, lo real y lo imaginario. Pero
en forma diferente si se lo observa con discreción o si se to sin la operación simbólica que permite la constitución de
hace en forma manifiesta y se intenta entrar en contacto con los bordes, del espacio y del tiempo, el sujeto queda sin
él. En el primer caso está más o menos inerte, eventualmente cuerpo.
ocupado por la actividad que repite en forma estereotipada; La unificación del cuerpo sufre sus transformaciones
en el segundo caso, puede presentar un estado súbito de con el derrumbe imaginario que produce el desencadena-
agitación, incluso violento, contra sí mismo o contra el miento de la psicosis..: fenómenos de doble, de
observador. despersonalización, de cuerpo despedazado. La imagen del
¿A qué tenemos que llamar goce? ¿A la concentración cadáver leproso conduciendo a otro cadáver leproso de
tranquila en la cual el sujeto parece autosuficiente 0 a la Schreber 33 da cuenta tanto del desdoblamiento imaginar io
agitación hecha de pánico desenfrenado que lo invade cuando como del rasgo de mortificación del objeto de goce -la
la presencia del otro lo solicita? carroña que es él mi smo- que se aloja en la imagen. Por
El niño autista también pasa de la tranquilidad de su el lado de la esquizofrenia, el cuerpo padece la acción del
encierro a la agitación violenta ante el intento de captación goce del órgano. 34 Esto marca el contrapunto clásico : goce
de su posición como sujeto. ¿Quedará confinado al mundo del Otro en la paranoia, goce en el cuerpo (que se
posible que supo construir frente a su goce? A mi entender manifiesta como hipocondría) para la esquizofrenia. Lacan,
ambos estados son expresiones djferentes del goce del autista:' después de establecer la polaridad entre el sujeto del g oce y
varía su tratamiento ante la intrusión en su universo cerrado. el sujeto que representa el significante para otro signific a.nte,

6.- Cuerpo y espacio en niños autistas 32 S. Tendlarz. «¿ Por qué los niños a utistas no tieoell c11erp<l ? ~ ( 1994),
en Centro Pequeño Hans, Psicu análi .~is cnn u;;io.-. . Buenos A l re s A tuel ,
Qué p asa con los niñqs a utistas precoces en los que no 19 95 .
~ 3 Cf. J. Lacan, « De una c uestión preliminar... ». op . c it.
se puede hab lar de desencadenamiento, de estabil ización
34 Véanst: los artículos de V Palo mera. «Freud y la esq1ii2o frenill [ ,..,
ni de su plenc ia previa? ¿Qué dec ir con respecto a un Uno por Uno 38 ( 1994} y «Freud y la esq uizofren i a 11)& , U110 p1~r UAo 39
cuerpo q ue parecie ra n o pertenecer les : go lpeado, ign orado (1 9 9 4) .

30 31
i nd ica q ue La paranoia identifica el goce en el lugar del Otro. 35 niño tiene en la mano sean uno y el mismo. Por ello, el niño
Los dos ti pos clínicos de la psicosi s - con su tratamiento puede intentar agarrarlo a través de la ventana.
pa rtic ula r del goce- mantienen la presencia de un cuerpo. Adrien, por ejemplo, es un niño de 12 años interesado casi
No hay atribución de un cuerpo en los niños autis ta s. La excJusj vamente e n el agua: e l río, las tormentas.37 Se queda
féllt1 d e extracción del objeto a impide que se estructure la p eg ado contra el vidrio, mirando como si estuviera en trance.
consistencia corporal puesto que e sta «pieza despegada del Las pocas palabras que p ronuncia aluden a estos temas. En
cuerpo)-> no logra alojarse en el punto de fa lta en el Otro. Estos cierta oportunidad se acerca a la cara de l analista y le dice:
niños se presentan como s ujetos que no llegaron a constitujrse «Tus ojos están llen os de colores». El analista señala en su
c omo un ego, en un e stado preespecular, sin tomar conciencia artículo que en realidad el arco iris que ve está tanto en los
de sí mismos como cuerpo. ojos del analista como a través de la ventana. El niño
L a falla de simbolización produce que el Otro sea real constituye una banda de Moebius en la equivalencia ojo-
--como lo señalan R. y R. Lefort- , de alJí las maniobras en ventana.
lo real que apuntan a una producción de una discontinuidad Esta falta de inmersión subjetiva en la tridimensionalidad
simbólica para extraer el objeto a que el niño encarna para es efecto de la ausencia de la significación fálica . Pero no
el Otro. Esta falla tiene su correlato en la falta de constitución se trata de una fall a de percepción del autista, sino de la
especular y en los trastornos espacio-temporales. ausencia del organizador simbólico que distribuye y ordena las
J ohn - uno de los pacientes de Kanner- cuando veía un percepc1 ones.
grupo de gente en una fotografía :preguntaba cuándo iban a Lacan se encarga de señalarlo en su crítica a Sami-Alí.
salir de allí e iban a entrar en la habitación. Las imágenes de No es lo especular lo que estructura el espacio, sino que la
una fotografía no son menos ciertas para este niño que relación con el «aquí» y el «allí» (a los que alude Sarni-Alí
aquellas con las que tropieza en el mundo: sin imagen los e n su caso) implica el sistema de oposiciones de la estructura
objetos son puramente reales, carecen de connotación ima- del lenguaje. «En una palabra --dice Lacan-, la construcción
ginaria. Podemos decir que, más que «hombres-construidos- del es pacio tiene algo de lingüístico».-~!!
a-la-ligera» al estilo de Schreber, para John no hay diferencia Cuando la medida fálica desaparece no hay agujeros que
entre los seres de dos dimensiones en la fotografía y los precedan a las clavijas; los objetos pierden su tamaño y se
tridimensionales . Tal vez espere entrar él mismo en la foto- deslocalizan . Carla repetirá una y otra vez su pugna con
grafía. objetos mucho más grandes que la pequeña valija de juguete
El tratamiento del espacio por parte de los autistas hace donde quiere introducirlos. Se pega literalmente a los demás,
que el adentro y el afuera sean continuos, como si fueran una hasta el punto de que por momentos tengo que sortearla para
banda de Moebius - según la indicación de Eric Laurent-. 36 no tropezarme con e lla. Un niño autista puede temer que el
Este sujeto, que es como la trayectoria de la banda sin avión que cruza los c ielos pase a su lado; otro pega su boca
agujeros de Moebius, se encuentra sumergido en un espacio a la del terapeuta y muestra e l aplastamiento entre él y su
que hace que el coche a 300 metros de distancia y el que el imagen; otro puede, desde un tercer piso, dar un paso al vacío
simplemente para alcanzar el suelo . Juan , otro niño autista, en
3~J . Lacan , «Presentación de la traducción francesa de las Memorias cierta oportunidad sale, sorpren~entemente, de su indiferencia
del Presidente Schreber» ( 1966), lnter11enc:iones y textos 2. Buenos Aires:
Manaruinl. 1988, p. 30. 3 7 M . Mesclier, «Adrien et les météoros>), L 'llutisme et la psyclu111uly.~e.
36 E . Laurent, «Lecture c r itiqu e 11», L ' auti.~me et la p sychanal y.1·e, op. cit.
S~rles de In Découverte freudienne , 1992 . 38 J . Lacan, «Discurso ... », op. cit. , p. 12.

32 33
para ·acercarse a uno de mis ojos y mírar en su interior. ¿Qué
mira? ¿Mi ojo, sus ojos reflejados o el vacío de representa- !/.- LA CONSTITUCIÓN DEL
ción? Quedaba literalmente pegado a mí. En todos estos casos
el vacío que se aloja entre los cuerpos no se constituye como .SUJETO
un inte~valo:
.
los ,objetos
. resultan así demasiado alejados o
excesivamente prox1mos.
La falta de constitución especular no impide la emergencia
de fenómenos calificados por .R. y R. Lefort como «pro-
toespeculares». Aparecen así fenómenos de ecolalia y ecopra-
xia; es decir, diferentes tipos de i1nitación verbal y motor. En
reaiidad, la ecolalia de la cadena significante se repite en lo La psicosis se caracteriza por la forclusión del Nombre-
· imaginario. 39 ·
del-Padre y la falta de inscripción de la operación lógica de
· En una de las primeras sesiones, intento explorar la separación. Retomaremos la dialéctica propia entre aliena-
relación que establece Alex entre los números que repite y ción y separación en la constitución subjetiva para indicar
los objetos y le pregunto: «¿cuántos cubos hay?», y él repite: su particularidad en la psicosis.
«¿cuántos jugos hay?» -cambiando la letra «C» por «j» y la
«b» por «g»-. Cuento «uno, dos»; el niño toma en forma
simétrica otros cubos y continúa metonímicamente «tres, 1.- Necesidad, demanda y deseo ·
cuatro». De la misma manera, repite palabras que escucha La oposición entre estos tres términos pertenece a Lacan;
por televisión y las utiliza fuera de contexto en medio de su Freud nunca habló de demanda. Esta trilogía fue modificada
soliloquio. en el curso de la enseñanza lacaniana: el término de necesidad
Juan, de dos años y medio, imitaba mis movimientos con cae y en su lugar se ocupa del tema del goce.
las manos, y se esforzaba por que pusiera mis piernas en la No obstante, encontramos el punto de partida de esta
misma posición que las suyas. Un día se sienta delante de mí distinción en Freud. En el «Proyecto de Psjcología para
y reproduce la búsqueda de que sus piernas y las mías neurólogos» ( 1895), 1 Freud presenta un esquema que rige 1a
concuerden en la misma postura. Más que volverme irnagen búsqueda de placer. A partir del llanto del bebé por una
quedaba junto a él del mismo lado del espejo: los dos nos necesidad desconocida para el observador, y dado su
encontrábamos frente al vacío que impedía el diseño de una desvalimiento inicial que le impide realizar el movimiento que
forma. elimine esa vivencia de displacer, interviene una acción
A partir de esta presentación de los fenómenos psicóticos, específica exterior de un «Otro primordial» que permite que
examinaremos la particularidad de la constitución del sujeto se constituya la primera «vivencia de satisfacción» y posibiliti
y su «inclusión» en la estructura psicótica o neurótica. que desaparezca esa necesidad indeterminada. A partir de
entonces frente a la emergencia de un estímulo el niño esperll
la reaparición de ese objeto primario de satisfacción que
permita apaciguarlo. Pero entre la satisfacción obtenida Y. la
anhelada existe siempre una diferencia que ~e denomina
~V B l.llllNhl, oel)\• qt1l·lqucs proh lemes de surtace dan s la p!>ychose et
1 S. Freud, <(Proyecto de psic ología para neurólogos» ( 1~95), 0'1rn'i
I¡ 1Mlllmt111, (J lltl J.,,, 2 ( 1'HI 1). CompleJas. Buenos Aires : Amorrortu , 1976.
i"

•• 35
«deseo». Ante el displacer, el aparato psíquico pone en atra viesa e l c ódigo a través del sentido otorgado por la madre,
marcha al deseo. Así, paradójicamente, Freud indica en «La se transforma e n demanda.
inte rpretación de los sueños» que el principio de displacer Este grito toca algo de lo real puesto que no está apresado
moviliza al deseo.2 Junto a esta impronta de goce dada por por lo simbólico . El Otro introduce en el e l grito la dimens ión
el objeto primordialmente perdido, se produce una inscripción de la significación, puesto que, como Jo señala E. Solano, 5 el
significante que traza el sendero de la repetición. Otro debe suponer de l lado del grito un sujeto, para suponer
Lacan, en su Seminario Vil, «La ética del psicoanálisis» ,3 que ese grito es el signo de un sujeto que pide. El S 2 de la
llama a este objeto das Ding, la Cosa, que como tal instaura respuesta le da retroactivamente el valor de un significante
un vacío y desencadena la repetición del imposible volver a al grito con índice 1 y se vuelve el significante que representa
enc.ontrar lo mismo. En realidad, indica Lacan, el objeto está al sujeto «supuesto-pedir».
perdido por estructura; es decir, el objeto está perdido desde La demanda como tal es una articulación de la cadena
siempre, esto permite poner en marcha el movimiento propio significante. La necesidad queda apresada en la red significante
de la pulsión. como sentido del Otro, que traduce la incidencia de lo
Los términos necesidad, deseo y demanda, distinguidos por siinbólico sobre lo real. Su más allá es el deseo como
Lacan en «La dirección de la cura», permiten ordenar esta metonimia for1nulado por la demanda: «El deseo se produce
secuencia. Define a la demanda como «la significación de en el niás allá de la demanda» .6
la necesidad... que proviene del Otro en la medida en que Lacan distingue dos valores de Ja demanda: articulación
de él depende que la demanda sea colmada» 4 • significante y demanda de amor. El énfasis puesto en la
Por el hecho .de hablar, el hombre se vuelve un ser de respuesta del Otro indica que antes que nada la demanda
demanda. El lenguaje antecede el nacimiento del niño. Al como tal es de presencia o ausencia del Otro, que se desliza
nacer, queda capturado en el lenguaje, distinguiéndose así del entonces hacia la demanda de amor. «(el deseo) ... también
animal. El reino del instinto, de la necesidad, queda perdido se ahueca en su niás acá de la demanda» y lo enlaza a. «la
para el hablante puesto que la necesidad se metaforiza en de1nanda incondicional de la presencia y de la ausen-
demanda. La demanda metaforiza. la necesidad, sin recubrirla cia» 7. La demanda de amor busc a los signos de presencia del
por completo. El resto de esta operación es el deseo. Otro todopoderoso en forma incondicional. El Otro pri mo rdial~
Frente al grito del niño, ante la emergencia de la necesidad, representado eventualmente por la madre, al responder a e sta
se presenta la madre como el Otro primordial que tiene el demanda lo reconoce como faltante en tanto que ella mismi
poder discrecional de responder o no. La necesidad del niño es confrontada a la falta . Esta dialéctica no sutura la hi anci a
queda confrontada a la discontinuidad significante de la · sino que la prese ntifica.
respuesta de la madre: es la estructura del mensaje invertido El más allá de la demanda remite a la metonimia del deseo
- el mensaje del Otro se le dirige como tú, pero e] niño lo en relación a la articulac ión significan te de Ja demanda ; sú
recibe en forma invertida, en tanto yo-. Cuando la necesidad más acá e voca la dependencia a) Otro primordjal en s ll
demanda de amor.
2 S. Freud, «La interpretación de los sueños» ( 1900), Obras Compie-
Por otra parte, lo que el niño demanda está del lado de líl
tus, op. cit. necesidad o de l amor, pero el deseo se sostiene en el Nomb re-
3 J. Lacan, El Sem inaritJ. Lib rt1 Vfl. <<La ética del ps icoaná lisis»
.5 E. Solano. «Los niños del uno solo~>. E l Annliti cón ) ( l Y~ 7l. p . 41.
( 1959-60). Buenos Aires : Paid5s , 1986.
6 J. Lacun , «La dirección de la curu>). op. cit .. p . 609 .
4 J. Lacan, «L_a dirección de la cura», E.~critt1.~. Buenos Aíres: Siglo
7 ldent.
Ve intiu no, 1976, p. 61 8.
36
del-Padre, en la medida que introduce una hiancia entre Ja madre indica que ya está s imbolizada. No es sólo un objeto
madre y el niño. primordial sino que se volvió un símbolo .
2) La s imbo lizac ión introduce una mediac ió n del le ng uaje
2.- Los tres tiempos del Edipo en la relación madre-hijo.
3) Se trata de la oposición d e dos fonemas, prototipo de
En el Sen1inario V - «Las formac iones del inco nscien- la e ntrada en la estructura del lenguaje.
te»- Lacan distin gue tres tie mpos lógicos del Edipo que luego 4) La observación d e Freud termina con e l niñ o jugando
se cristalizan en la fórmula de la metáfora paterna.x frente al espejo y repitiendo F ort-Da. Esto permite ver el
En el primer tiempo e l niño se identifica con el objeto de e nlace entre lo imaginario y lo s in1bólico .
deseo de Ja tnadre, el falo. La madre, como ser-hablante, está 5) Si bien e n la prime ra parte de su enseñanza Lacan toma
sometida a la ley simbólica, por lo que e l niño recibe la acc ión e sta oposición como el paradigma de la simbo lizació n primor-
de la ley a través de ella. Pero la ley en este tiempo lógico dial , en el .Sen1inario XI termina por indicar que e l objeto
es incontrolada, on1nipote nte. La madre responde al grito del arrojado por e l niño lo representa a é1 mi smo.
niño según su propia voluntad, su capricho. El niño se En este tiempo del Edipo se introduce un tercer elenzento,
confronta así a un Otro absoluto que como tal es un Otro que más allá de la ley materna, que inter viene como una palabra
también vehiculiza al lenguaje . La madre representa también interdictora: es la ley del padre, que no interviene con su
al objeto primordial, Das Ding, goce perdido por la acción de presencia sino con su palabra. El No1nbre-del-Padre indica al
lo simbólico. niño que el deseo de la madre tiene relac ión con la ley del
Por otra parte, el niño se ide ntifica con la imagen ideal que padre. La pro hibición del incesto funciona del lado materno
le ofrece la madre, y constituye su yo --en Jo que Lacan llamó como la interdicción de re integrar su producto, y del lado del
el estadio del espejo- como primordialmente alienado. Se niño lo separa de su identificac ión con el objeto de deseo
trata de «Ser o no ser» el objeto de deseo de la madre. materno.
En el segundo tiempo se produce la inaugurac ión de la La madre pasa de ser un Otro absoluto a un Otro tachado,
simbolización . Lacan lo explica a través del j uego del carretel que indica la castrac ió n del Otro -«castrac ión de la madre »,
descrito por Freud en «Más allá del principio del placer» .9 El según el té rmino empleado p or Freud y retomado por
niño juega a tirar el objeto y luego a hacerlo reaparecer, con Lacan-, e incluye al niño en un orden simbólico.
la particularidad de pronunciar las palabras Fort-Da, que El padre interviene imaginariamente para el niño privando
indican su ausenci a y presencia. Re pite activamente a través a la madre d e su objeto . En lo si mbólico, la c astraci ón hace
d e l juego un a experiencia que vivió pasivame nte : la partida de que el falo como objeto imaginario del deseo materno aparez-
su madre . ca en lo imaginario como · falta, y en lo s imbólico como
Se pueden seña1ar di stintos aspectos en esta observación: 10 s ignificante del deseo que permite dar sentido a todos los otros
1) El hecho de pronunciar una palabra para nombra r a la sign ificantes, como as í también la ordenación d e las posicio ne s
sexuadas . Encontramos aquí las dos vertientes del falo en 1íl
8 J. Lacan. SeminaritJ V, «Las forn1acione s del incons ciente» (1 957- enseñanza de Lacan: el falo metonímico (que sostiene l it
SK J, in éd i1 0. ecuación niño- falo) y el falo metafórico, como significanle del
lJ S . Freu d , « Nlás allá d el prin c ipi<> d el pla ce r » (!922 ), Obras deseo del Otro. 11
Co111pl ecas , op . c it.
1ll Jan.¡ues-·Alain ~lill er realizó un un1,Jisi5 detallado de la estruc;tura del 11 Véase e l c urso de J.- A . Miller «La orientací()n !ucan iatlo~) ( I Y ~ l-82 ) .
F o r t ·f>1J en su curso «Del síntoma a l íantasrna y retorn o» (1982-lt°\). inédito . iné d ito .

J8 39
E l. ter,:er tie111.po corres ponde al dec live del Edipo : el niño
_])asa de se r e] falo de la madre a la problemát ica de te ne rlo. un efecto de significación fálica. La consecuencia que se
El padre real aparece como soporte de las identificac iones desp rende de la d istinción entre e l padre real y su función
del Jdeal de l yo que permite n la nominación del deseo. El simbólica es que <~ padre» e s un significante que se distingue
varó n encuentra un sentido a su órgano identif icándose al de la pate rnidad biológica: todo padre es adoptado. E l padre
pad re c omo el que t iene el falo: recibe la promesa fálica de adopta a su hijo al reconocerlo como propio; el ni ño adopta
que, co mo el pad re, también recibirá el falo ; puede acceder a su padre al consentir a Ja acción de su ley.
sob re la base de ace ptar no serlo. La niña se confro nta al ~a metáfora paterna i~di c a que si bien lo que pide el niño
Penisn.eid y tramita de d istintas maneras su falta en tener: esta de l lado de la necesidad o del amor, el deseo se sostiene
a través del parecer (mascarad a), de la ma ternidad, y del por el Nombre-del-Padre, en la medida que introduce un
llacerse amar correspo ndiente a la demanda de amor d irig ida límite, un borde, entre la madre y el ni ño, cercenando la acc ión
al parten ai re. f~era de ley del Deseo Materno (DM). Pe ro esta operación ·
tiene u n res to: toda me táfora paterna es fa llida - los síntomas
3.- La metáfora paterna y sus variaciones dan prueba de ello- , de donde e merge el e nigma del deseo
del Otro. Lacan lo indica e n el Sen1i11ario XI de la siguie nte
Lacan int rod uce la fórmula de la metáfo ra pate rna en la manera: « En los intervalos del discu rso del Otro surge en
«Cuestión preliminar. .. ». Es la metáfora que substituye el la experiencia del n iño algo que se p uede detectar en
Nombre-del-Padre «en el luga r pri1neran1ente silnbolizado ellos radica ln1ente -me dice eso, pero ¿qué quiere?». 14
por la operación de la ausencia de la madre» .12 Lo escribe Los té rminos involuc rados en esta metáfora no son exclusiva-
de la sigui ente manera : mente los de la triangulación edfpica :_padre, madre, niño- .
Hay un cuarto elemento, el falo, que se inscribe en el Otro.
Nombre-del-Padre Deseo de la fVládre ( A )
Eric Laure nt esta blece una distinción entre las estructuras
. . . = Nombre-del-Padre el ínicas a parti r de la artic ulación de la escritu ra DM/x : 1s se
Desee de la Madre S1gn1ficado al sujeto Falo
trata de las diferentes posiciones de l sujeto - e n tanto x,
La escritura DM/x indica que no hay una relac ión directa significado del sujeto- e n relac ión al deseo del Otro. Las tres
entre el niño y el padre, si no que está metafori zada por el DM, posibles significac iones que el niño to ma en relación a la
que no es un deseo - cuya escritura en Lacan es «d»-, sino madre son : como síntoma (neurosis), como falo de la madre
que nombra un goce sin ley. E l niño responde al enigma del (perve rsión), o como objeto del fantas ma mate rno (psicosis).
significado del sujeto a través de la incide ncia del padre. En c~ntrapartida, Antonio Dí Ciaccia señala que el niño, en
La madre no es una función: introduce a lo simbólico a tanto objeto correlativo a la subjeti vidad de la madre, da cuerpo
través de la inscripción de la alternancia presencia-ausencia, a fantasmas de acuerdo a la estructura: fantasma imaginado
del Fo rt-Da. 13 E l Nombre-del-Padre es un signi ficante. El (neurosis), realizado (perversión) y real (psicosis)."'
padre actúa por su nombre produciendo en el lugar del Otro En la neurosis el niño cobra valo r de s íntoma; el Nombre-
de l- Pad re se inscribe limitando el goce mate rno. Lacan indica
12 J l.~ acan , «De una cuestión preliminar a todo 1ra1amicnto posible de 14 J. Lacru1. El Senlinario, Libro XI. «Los cuatro conceptos fundan1en-
la psi1.:osis» . Escritos, op. cit., p. 539. 1alcs <lc l psicoanálisis». Buenos Aires: Paidós, 1993, p. 222.
13 Cf. A. Sh::vens . «Y-a-t-il une fonction maternelle ?n , Les feuil/ers du 15 E. Laurcnt, «El niño y su madre», El A11a!itic:ú11 1 ( 1986) .
Co11rtil 5 ( 1992 ). 16 A. Di Ciaccia , «Algunas notas sobre la psicosis en el niño en la
40 enseñan?.a de Lacan», Clínica diferen cial de las psico.~is.

41
que « ... el sínto1na del niño se encuentra en el luxar desde síntoma está puesta en inmixión discursiva con la madre, por
el que puede responcler a lo que hay de sin ton1áti co en lo que se desconoce quién es el sujeto de la consulta, y se
la estructura .f'aniiliar. .. puede representar la verdad de lo pierde de vista la articulación padre-madre.
que es la pareja en la .farnilia». 17 El síntoma del niño no El di scurso de los padres tiene una acción sobre el niño.
representa la verdad del discurso de la madre , sino sólo en C uanto más pequeños son más claramente se vislum bra e l
su articulación al padre; es decir, incluye la acción de Ja efecto de alienac ión en e l Otro de su propio discurso. Repiten
n1etáfora paterna. En e l grafo del deseo este sínto111a se lo que escuchan pero de una manera e lic tiva: siempre hay un
inscribe a ni vel del significado del Otro -en función del sujeto que trama de manera particular su historia. Cuando en
Nombre-del-Padre y de la significación fálica-. Está articu- el transcurso del tratami ento e l verdadero lugar de enuncia-
lado al significante de la falla en e l Otro, a un Otro que padece c ión de los padres es detectado, las frases que surgen
la castració~, introduciéndose así e l resto de esta operación parasitariamente en e l niño desaparecen . Ese es el caso de
que es e l enigma de l deseo del Otro. E l niño se sitúa con su un niño que se despertaba cada mañana diciendo que «ya no
propio síntoma e n e l lugar de la falta de un significante en e l tenía más ganas de vivir», 19 palabras que pertenecían al padre .
Otro. Un vez situado e l contexto de donde extrae esa frase y
Es necesario distinguir el niño corno sínto111a del síntorna remitida a la dialéctica asociativa, la pantomima depresiva del
del niño. El primer caso da cuenta del poder de la palabra niño desapareció. Esos «islotes» en el discurso indican el lugar
de los padres sobre e l niño; en e l segundo, nos e ncontramos en el que se ubica el síntoma del niño.
con la subjetividad del niño, sujeto en tratamiento . Más a llá de las buenas intenc iones de los padres, siempre
. El síntoma de l niño se vuelve su «respuesta» frente al hay un sujeto que se pos ic iona frente a lo que escucha. Un
discurso conyugal. Lacan contrapone e l enfoque fam iliarista niño que tuve en tratam iento, fue gestado para reemplazar a
a la orientación psicoanalítica de la inc lusión del sujeto e n ta un hermano muerto. Estaba muy angustiado por la muerte de
~struct~ra. «Lo que (.leterm,ina la biograj/a i1~fantil, su alguien quien nunca conoció - esta inquietud era la de la
tnstanc1a y su n7-otor no son n1ás que la rnanera en la que propia madre- . Los padres le dijeron que su hermano estaba
se han presentado en el padre y la nlallre el deseo, por muy próximo a ellos y los miraba siempre desde e l cielo . Esta
consigu~ente esto inc ita a explorar no sola111ente Ja frase, to111ada en su literal idad, e ra peor aún: era insoportable
historia, sin.o el 1nodo de presencia bajo el que cada uno ser mira do siempre. 20
de estos tres tér1ninos: saber, goce y objeto causa de cleseo La consulta de los padres se produce cuando algo q ue
hun sido, o.freciclos efectivam,ent e al sujeto n iiio». ii< sucede en e] niño los angustia, pero frecuentemente e nc on -
Esta indicación de Lacan se opone a la teoría de Maud trarnos cierta discordancia entre lo que dicen los padres y la
Mannoni de l niño como síntoma de la madre. En su libro El consulta del niño . Un niño que atendí lloraba todas las noches.
niíio, ."lu « e1~fern,iedad» y los otro.~ ( J 963), e l sín to ma es La madre trae a la consulta la historia del padre muerto de
definido u partir de la estructura del lenguaje co1no una sida que murió ocultando su verdadera enfermed ad; el secreto
palahra que debe ser libe rada (siguiendo las ind icaciones de es u n peso terrible para el la. El niño también trae su secreto:
J ,al:an en «Función y campo de la palabra y de l lenguaje ... » está enamorado de una compañera de colegto y no es
( llJ)3 ). Pero la palabra verdadera que aparece velada en el correspondido . Una vez alojado este secreto fu era del saber
17 J 1..ui.:an. «Nota sobre el niño» ( 1969). El A11C1/i1i.·rí11 3 ( l987) p. 17 .
19 C om unicación personal oc: un caso de A licia Hartrnu11fl.
IH J. Lm:an, t:t Seminario. L1/1ro XVr, «D e un otro al ()tro» , inédito, 20 S , Te ndlari.. <<Salvar a la dama - salvar a la madre peligrosa:.. Lu lu, c1
' la~1· dl.'I 21 de muyo de 1969.
<:omo 111;rudn , Culturo y psi(·ot11uílisi,~ . Bu enos Aires: Atuet. l 99"i _
materno desaparece s u angustia . La ind ignac ió n f re nte al entero de carne». E sta escena de comida s in límites es la
secre to de la muerte permanece del lado de la madre. El niño pri1nera parte d e l sueño. E n la segunda, aparece e l p ro pio
tiene su padre : cada no c he se dirige a él e n sus plegarias para pad re. mue rto, c u idando al niño, pero e lla te me que le pueda
confiarle sus secretos. suceder algo n1 alo. E n e l fantasma esta muje r incorpora un
En Ja psicosis el niño ocupa el lugar de objeto en el objeto oral sin introducir ninguna discontinuidad con lo que
fantasma materno --·según la indicación de Lacan- ; el come: es un fantas ma. d e d evorac ió n. El niño se sitúa frente
Nombre-del-Padre está forcluido y e l ni ño que.da identificado a es te fantas ma co m a una boca que co me, realiza e n lo rea~
a l objeto de goce de l fantasma de la madre. A ni vel del g rafo lo que la m adre su eña angu stiada: un a boca que devo ra. De
queda inscrito en e l lugar d el fan tas ma: $ <> a. allí que las pa labras que pronuncia son una lista de una comida
Un ejemplo de el lo es e l caso prese ntad o por Estela infinita, que só lo puede detenerse devorándose a sí mism o . El
So lano21 (Pa rís). Un niño psicótico de 6 años, en tratamie nto ni ño como «conde n s ador de goce» hace presente un real n o
a nalítico, relata e l s i.g uie nte sueño : «Soíié con un objeto que si mbolizable.
rn e rniraba y nie volví una pieclra, no poc/ía hablar 111.ás Y e n la perversió11, e l niño es ide ntificado por la madre
ni n1overn1e. Soñé que era un objeto en el castillo de las sonz- con el falo , por lo que la falta queda obturada . El niñ o se
bras. Man1á se clur1nió y en el sueño ele 111an1á ya no era vuelve instrumento del goce del O tro, n o hay metáfora sino
un n iño, nie tra1t~jo r1n é en objeto y no estaba ya allí. Son goce ligad o al falo . L acan afirma e R la «C uesti ón preliminar»:
pesadillas que rengo todo el tiernpo. Soiié que un objeto «Todo el problenia de las perversiones consiste en con-
tenía una vo z, o que tenía dos cabezas. ¡Qué pesadilla!». cebir córn.o el nilio .. . se identifica con el objeto i111aginario
En e ste s ueño se v isuali za có mo e l niño a lcanza a soñar con de ese deseo en cuanto que la 1nadre misma lo sünboliza
21
e l fantasma del Otro, su «ser objeto» de la madre, lugar en en el falo». Pero ex is te otra indicación de Lacan qu e apunta
e l que queda petr.ificado y vaciado de v ida. a esta cuestión : «¿ Qué fue para ese n iño su madre, y esa
Tomemos o tro ejemplo que me fue co municado personal- vo z por la que el a1no r se iclentijicaba con los 1nandatos
mente por Francesc Yllá (Barcelona). E l n iñ o en cuesti ón de l deber ? Se sabe bien que para querer sobre111ane ra a
tie ne 12-13 añ os e n e l momento d e la consul ta. Desenc aden a un niño hay 111ás de un niodo, y también entre las n1adres
su p s ic os is a los 3 años al estilo d e u na «demen t ia de honiose.xuales» .~ 3
precoccis1ma». En ese momento, el niño pierde todas su s J acques-Alain MilJer -en su come ntario del artícul o d e
adquisiciones .evolut ivas: no juega más, no h abla, se vuelve Lacan «Juventud de Gide o la letra y e l d eseo>->- e.xami11ó
e nurético, se masturba compul sivarne nt e . No para de comer es ta cuestión en la figura de las do s madres de André Gide .
y de beber hasta llegar al punto de vomitar; las únicas palabras Indica la disyunción e ntre el a mor y e l goce que se p roduce
que pronunc ia pe rte necen a u n menú de com ida , bastante sutil , e n las pervers io nes como efec to de la mortificac ión del
de seo. ~ La mn.d re de Gide, re p resenta nte de la madre idea]
4
al es ti lo de «c ha mp ign ons con crema de hie rba'\». Aunque el
tra tamiento a nal ítico te mperó su s epis od ios d e v iole nci a, no que se ocupa co n ·d e voció n de s u h ij o luego de la mu er1e del
podía parar de co mer. marido y renunc ia a Ja sexual idad , provocó e n su n iño u na
[)ura nte las ent rev is tas, la m adre c uenta un s ueño qu e tu vo re pulsión d e l d eseo que hace que bu squ e una sal ida p oi e l ICJd o
re pet idas veces: « Va a contprar carne, kilos, rnu cha ca rne., '
22 J. Laca n. « Oc u 11a cu estión preliminar... » , op. c it ., p. 5'.16 .
luu11h11 rguesas. va a Ja carn icería y contpra un peilazo
23 J. L acan, «J uventud Je G1dc o la le tra y el deseo,. ( 195 g), E .rr r ir1.1.1,
. ., p. 1. -7L'
op. en ':J .

~ 1 E. So lano. (<L t! m o n s trL~ a deux letes» , .f. ' uu ri~11 1e . .. IJf.1. c it .. p. 10.::t. 24 J.- A.. Millcr. At·erc., del Güie ,Je l.ui·a11. Barcelon a: M'"11~ n.te!ldi ilo. l ~ ~ I> .
44 Clj
de sus prácticas pedófilas. En este sentido Eric Laurent Antes de dormirse, cuando su madre viene a saludarla, no
subraya que lo que se debe captar no es tanto la relación del puede dejar de pensar: «mi madre es una boluda». Frase que
niño con eJ ideal materno , sino la manera en que fue objeto repite en voz baja cuatro o cinco veces. Esto le produce cierta
para la madre. 25 inquietud, aunque considera que esa no es la palabra adecuada
y prefiere verificarla en el diccionario. Es decir que la
4.- Algunos ejemplos de neurosis en niñas compulsión queda asociada a la duda.
A continuación relata el siguiente sueño: «Había un gran
Adela Fryd (Buenos Aires) se ocupó recientemente de departamento, con tres escalones para ir a la habitación y una
estudiar las diferentes posiciones sexuadas en la infancia y alfombra roja estaba extendida sobre la escalera. Los padres
su particular forma de presentación en la neurosis. 26 No se de un niño de 5 años (antiguo compañero de su clase) le
debe confundir estructura y tipo clínico con posición sexuada. regalaban algo de oro, una estatua o una cadena. Luego
La primera traduce la posición del sujeto frente a la inscrip- hacían una gran fiesta».
ción de la falta, dentro de la estructura clínica existen Poco a poco las obsesiones se extienden y cobran una
distintos tipos en los que un tratamiento particular de la nueva amplitud. Una nueva compulsión sustituye la palabra
relación con el Otro; la posición sexuada - masculina y «boluda» y ocupa su lugar. Luego de la lectura de una historia
femenina-- conciernen a lo que Lacan llamó «las estructuras de brujas le surgió la necesidad de verificar todas las noch~s
lógicas de la sexuación» y no dependen del sexo biológico sino si hay una bruja en su habitación. Para ello, tiene que repettr
del lugar en que se ubica un sujeto. Esta última cuestión no la siguiente fórmula mágica dos o tres veces antes de irse a
será tratada en esta oportunidad. dormir: «Bruja, bruja, cuidado con tu trasero». Al decirlo
Tomaremos tres casos de niñas: Ofelia, una niña obsesiva podría hacerla aparecer y echarla a continuación . Ahora bien,
que atendí en París; Elena, la niña histérica atendida por Eric la relación a la madre permanece intacta, y a veces le
Laurent; y Sandy, Ja fobia infantil comentada por Lacan en pregunta por las noches si la rnadre no es una bruja.
su Sent.inario IV. Describe también otras compulsiones: tocar una lámpara
a) La neurosis obsesiva: Ojelia (aunque sepa que va a quemarse), verificar antes de salir que
La consulta de Ofelia, de 9 años, reconoce una doble la lámpara no quede encendida. A su entender, se co1nporta
fuente: por un lado ciertos pensamientos que la torturan y la como el «tío rico» de los dibujos animados, que tiene un c ofre
culpabilizan, y por otro, su obesidad. Por lo menos eso es lo de oro y es a varo . El1a es avara con el dinero y la luz.
que dicen sus padres. En cambio Ofelia está inquieta sobre A través de esta asociación, Ofelia da un sentido a un
todo por sus ideas obsesivas, según su propia expresión. sueño d.onde un niño recibe un objeto de oro. Introduce es te
Jnexpli cable mente, Ofelia piensa algunas palabras que se objeto valioso en la metonitnia fálica que la incluye a ella
articulan en una frase, sin que en realidad concuerde con n1isma identificada al niño.
ellas. Las piensa y luego se siente obligada a dec irlas puesto Para ella es e] aro que las brujas no existen, pero ... a lo
que no le gusta ocultar sus pensamientos. Estas palabras son mej or a veces existen. Lo cree a medias. En princi pio no es
«boludo}>, o «boluda», asociadas a su padre y a su madre. verdad, pero a 1o mejor exi ste en e] mundo una gruta e11 l '1
que e.xjsten brujas y vampiros, y un día vendrán a visitar cas'1
25 E. Laurent, «lnstitu ti ou du foncasrna. íuntas mes de l'institu lion>). L e.~
Jeuiller.~ d11 (.'(1¡1rüf 4 < 1992 ).
por casa, y ento•nces algunas person~s morirán. La d u~a se
26 A. Fryd y otros. «Lo St~xu ación en Los ni:(los ;.,, Ct:11tro Pc:qudio Hnlls instala entonces eeomo la est ructura mi sma de su pensamu~nto.
(199'i). Los vampiros se incluyen a parti r de un programa de
46 itl
s i no es una manera de sostener la relac ión .con su h ija.
te levisión, y desde e ntonces quedan asociados a un rit o Ofelia es muy ce}osa de su madre. Le pide que ri nda cla-
particular. Cada noche, antes de dormirse, debe hacer una ramente cuenta de sus salidas, e insiste que no aceptará que
·cruz con dos tapiceras, junto a la fórmula mágica, para viva con otro hombre, bajo amenaza de ir a vivir con el padre.
asegurarse de que no vengan. La constitución de esta neurosis obsesiva femenina está
Otros ritos aco1npañan sus preliminares antes de irse a a nclada en este lazo entre la madre y la hija, en el que Ofel ia,
dormir. Debe acostarse del lado de la pared para confundirse protegiendo su identificación fálica, ocupa el lugar del hombre
con la sombra por s i llegan a venir. l)ue rme con la luz prendida junto a su madre.
para protegerse. No de be dormir de costado , porque si la bruja
viene puede creer que es más gorda y querer con1érsela. b) La histeria: Elena
Debe verificar varias veces que el placard donde guarda su Elena es una niña de 4 años. La traen a consulta por su
osito está abierto para que no le falte ni aire ni luz. « miedo a caerse de una banqueta» y por pesadillas de las que
Re lata una pesadilla: «Tenía barras de c hocoJate y soñé no puede hablar. «Su miedo a caer se presenta con1:0 una
que todos querían» . Los chocolates de su sueño son los que abasia de tipo histérico», dice Vicente Palomera en su
su madre le compró y que a ella le gustan. comentario del caso.:!7 Eric Laurent señala dos interpretacio-
Esta idea de qu e los otros quieren lo que ella tiene se nes diferentes: la de la madre y la de la niña. La madre piensa
expresa también en su miedo a los ladrones, tanto en la calle que la inquietud está ligada a un aborto espontáneo (en
como cuando tiene que entrar en su habitación . Al mis mo realidad la atorme nta a ella misma). Elena rápidamente pone
tie mpo tiene miedo de ser secuestrada por gangsters que al descubierto e l enlace de su síntoma con la muerte de su
pedirían un rescate de dinero. abuela -de la que lleva el nombre- . Ocurrió seis meses
Vemos cóm'o se diseña con preci s ión su identificación atrás y murió cayéndose de una banqueta. «Esta construc-
,.
yoica con el objeto de deseo de su madre, a ·ta que se añade ción de un síntoma, con un rasgo ton1ado, de unce 1nantru
' la serie metonírnica de objetos: dinero , un objeto cedible (que 1nuy precisa, de la abuela, n1e parece que sitúa a la niña
ella tiene y no quiere dar), oro, un niño , ella misma. Por otra más del lado de la h isteria que del de la fobia».-;:"'
parte, la imposibilidad se sitúa en las trabas que le impiden El relato del caso sitúa tres fases del tratamiento . En la
desembarazarse de estas ideas. primera la niña concurre a sus sesiones con un oso peluche
Tarnpoco falta la clásica mortificaci ón del Otro. A menudo con el que identifica a su hermana menor. A través de su queja
le dice a su madre que e lla te1ne que se 1nuera. Una idea por su hermana llega a contar su pesad illa: «Los ladrones
calificada por ella como tonta se le presentifica en ciertas entran en su casa y arrojan los objetos por la ventana)>, y
ocasiones. Se pregunta si acaso por la noche la madre no se añade que a su hermana no. Laurent aprovecha para sepa-
transforma en un esqu eleto viviente 1n ientras duerme . rarla del oso dicié ndole que los ladrones no lo iban a robar
Esta des cripció n tfpica de una neuros is obsesiva tiene una y que podía dejarlo en la casa .
histori u. Durante el embarazo, la mad re de Ofelia se e ntera En la segund a fase la formac ió n simbólica de la negac ión
de que su marido la e ngaña. Dos años después del nacimiento, introduce una nueva secuencia: interpret a la an gustia de la ma.dre
por in iciativa del marid o, se separan. Queda sumergida en una regalándole un dibujo de un niño muerto en una caja . .A.parece
Jepl'esión~ t iene d ifi cultades para recuperarse . Cuando vuelve
27 V. Pnlon1e ra. «La pr ueba del d~seo del ()tro. Una retrQ specti l' a S()l> rt:!
a salir con otros hombres, repite la condi ción de que exi sta 'El caso Elena',,. Freudiww 14 (1 995 i, p. 47 .
otra 1nuj e r ---que vuelva imposible un vínculo duradero--. 28 E . Laurent , «El objet o en el psicoonálisi s de niiios», 0ip. ci l ., p. ~ 3 .
Guard 8 así su lazo excl us ivo con ()fel ia; llega a pregun tarse t9
4~
entonces un despliegue imaginario en torno a su posic ión, a la Al día s iguiente expresó un miedo intenso ·en su cama, y días
de su hermana, al niño muerto entre las dos, y su articulación más tarde comenzó a aterrorizarse por los pe rros en la calle,
al deseo d e su madre, que concluye en la pregunta acerca de incluso vi stos de lejos. Este episodio duró un mes.
dónde vienen los niños. Esto se desplaza a continu ación a la El padre d e Sandy murió en un accidente de auto m ientras
problemática fálica y a la diferencia entre los sexos. estaba e n e l ejército, antes del nacimien to de Sandy. Tenía una
En la tercera fase aparece el miedo de que quieran robarla. hermana s iete años mayor que ella, que mue re de meningitis
Pero e l miedo también se desplaza: de los ladrones al padre. cuando Sandy tenía dos años, y un hermano dos años mayo r.
El aná lisis se detiene en el punto en el que la niña anuncia Los niñ os fueron evacuados por los bombardeos.
que prefiere ir al cumpleaños del niño que le interesa más que En e l primer tien1po de la observación, la mad re viene
ir a su sesión. Aquí comienza a situarse en relac ión a los regularme nte a verla y se ocupa de ella. Hay una alternancia
hombres en general. «El hecho de que tuviera seis años no regular de presencia-ausencia, con juegos de amor y contacto
canihia nada. Se encuentra con algo ele los niños -iden ~ con su hija que permiten la simbolización primordial. La madre
t(ficados coino ladrones- y hay algo en ellos con lo que juega a ocultarse y aparecer, y hace lo mi smo con los
ella se enfrenta, dando una interpretación persecutoria chocolates que le trae. Durante esa época Sandy tiene un
co1no hizo Dora». 29 Laurent concluye acentuando la temática objeto transicional: un trozo de sábana que chupaba continua-
del amor al padre, fundamen taltnente insatisfecho de esta me nte.
niña, desde donde asume su deseo. Durante el segundo tiempo, Sandy descubre la diferencia
entre los sexos y trata de orinar parada como un niño. Como
e) la fobia: Sandy . no lo logra, levanta su vestido y dice «Bicky » - palabra que
" E l caso de Sandy corres ponde a la observación de una niña utiliza para nombrar las cosas que le desagradan- mostrando
de dos años y medio realizada por Anneliese Schnurmann-'0 sus órganos genitales. En la observación se señala la demanda
y comentada por Lacan en el Sen1inario IV. 31 fálica dirigida a un Otro omnipotente. Pero la d iferenc ia entre
Durante la Segunda Guerra Mundial , Anna Freud, con la los sexos no desencadena el síntoma fóbico .
ay uda de Dorothy Burlingham, creó varias instituciones para En el tercer tiempo, la madre se ausenta durante un mes
niños, qui enes concurrían junt o con s us madres. Luego creó y medio a causa de una operación. Sandy no parecía sentirse
un centro suplementario para bebés en H ampstead, y una casa mal por ello. Pero cuando la madre vuelve, camina c o n mucha
de campo en Essex, que servía como residenc ia para los niños dificultad, apoyándose en un bastón . Estaba muy déb i l y no
rnás grandes que eran evacuados a causa de los bombardeos. podía jugar con la hija. Luego deja de ir a verla duran te un
Anneliese Schnurmann era la madre substituta de Sandy ti empo porque debe internarse para su convalecencia.
durante su permanencia en la guardería. Llega cu ando tiene Unas semanas más tarde estalla la fobia de Sandy c o n líl
siete semanas. pesadill a que la desp ierta en medio de la noche. A parti r de
Una noche la niña se desp ierta gritando: d ec ía que había entonces aumenta su angustia: no quiere ir a dormir . Al día
un perro en su cama y necesitó un largo rato para calmarse. siguie nte recibe a su observadora lad rando, pero cua nd o o tr o
niño juega a ser un perro ella se aterroriza. C om ienza a
29 l dc rn . p. 9 9. inspecciona rse su s órganos genitales en e stado de ang us1ia,
JO A. Sc:llnurma nn, P.• Jclunrnaly1ic S; udy {Jr rh c t'fii lrl ( 1949 J
y A. Schnurman le dice que todo e staba bien , y que 1od as 1cts
.1 l J . Lat.:a n. E/ s~111 h1 c1ri 1;, Liú rt: IV, « L a s rt:l acioncs el..: obj eio»
l 11J5(1. '.'i l) S uenos Aires : Pa id ó s . 199 5 Vf.asc cap. IV: «La dialét.:ric a de;: niñas e ra n a s í. Inten ta di smi nui r su angusti a explic á11 do le La
1:1 fruslroc ión ». d iferenc ia e ntre los sex.os para tranqu ilizarla por el presu a to
'.)() 5l
daño corporal. Pero Sandy comienza a tene r miedo de los castración y permite una elaboración significante. La solución
perros en Ja calle, y dice incluso que terne que los perros le del deseo la encuentra a través del fantasma del plomero que
muerdan su sexo. pone en juego la promesa fálica .
Lacan indica una progres ión en el caso. Primero aparece En cambio, para Sandy el desencadenami ento de la angus-
la madre simbólica que pe rmite la. estructuración del mundo tia se produce ante la falta de la función simbó lica de la madre,
simbólico a través de la alternancia de presencia y ausencia. que introduce la dimensión del enigma; la fobia aparece
El afalicis mo no introduce a la niña en el Complejo de Edipo también com o suplencia.
(no viene del falo) . No se trata del descubrimiento de la
diferencia entre los sexos (su emergencia), ni de su ausencia 5.- Alienación y separación
(cuando la madre rompe la alternancia de presencia-ausen-
cia). Fue necesario que la madre aparezca no solamente como Jacques-Alain Miller, al analizar las operaciones de alie-
alguien que podía faltar, sino que esta falta se inscriba a través nación y separación en su curso «Lo que hace insignia», 32
de la mane ra de presentació n: débil , enferma, apoyada sobre indica dos esquemas diferentes formulados por Lacan de la
un bastón . Esto produce la caída de la omnipotencia materna relación grito-respuesta. En el primer caso el grito suscita la res-
e inscribe la simbolización de la castración materna. En este puesta d el Otro ; en e l segundo, la respuesta precede al grito.
punto se desencadena la fobia. . .. En «Observ aciones sobre el informe de Daniel Lagache»
Un mes más tarde, cuando la madre vuelve sin d1f1cultad, ( J 960), Lacan indica: «Pero ese lugar original deJ sujeto,
desaparece la fobia de Sandy. Cuando tennina la guerra,. la ¿cómo lo recobraría en esa elisión que lo constituye con10
niña vuelve a la casa y comparte la cama con su madre, quien ausencia? ¿ Có1no reconocería ese vacío conio la Cosa
al poco tiempo se casa. Sandy debe cambiarse de lugar. nzás próxim.a, aun cuando lo excavara de nuevo en el .fiello
También el hermano vuelve a la casa, pero en lugar de que d el Otro, por hacer resonar en él su grito ? Más bien se
la diferencia entre los sexos despierte su angustia, la niña no con1¡Jlacerá en encontrar en él las rnarcas de respuesta
vuelve a tener trastornos. La introducción del padre - dice que fueron poderosas para hacer de su grito llan-iada. No
" Lacan- ordena la di stancia entre la madre, e l niño y el falo, es en vano si se llan1a insignes a esas realidades. Este
más allá del poder de la madre. térn1ino es aquí non?.inativo. Es la constelación de esas
La confrontación con la «ca stración de la madre» produce insignias la que constituye para eJ SL~jeto el Ideal del yo». 3·'
una «decepción» que la introdu ce en e] Edipo -por el Pe~is­ En esta perspectiva, la respu esta es primaria en relac ión
neid-. La fobia aparece en ese momen to como supJencta a a la llamada que se constituye como tal por efect o significante.
la falla e n el circuito simbólico. El lugar original del sujeto como vacío está recortado por e l
Para conclui r, pode mos establecer una diferencia entre La significante que precede a su n acimiento. La conver si ón de l
emergencia de la fo bia en Juanito y en Sandy. En Juani to la grito en llamada implica la entrada de l suj eto en 1a dialéctica
irrupción de un goce real que no entra en la metonimia de l signficante. El sujeto se con stituye en esta inclusjón en lo
<lcse() de la madre desencadena primero la angustia y luego sirnbólico que le da un doble estatuto: puro vacío del que
lu fobia . La anu~naza de castracjón pronunc iada por la madre emerge y significante con el que se represe nta frente a otro
aparece como una manifestac ión del enigmático deseo del S-ignificante. El sujeto, en comunid ad topológica con el inco n5-
(Jtro que lo confronta a .la falla de la func ión paterna. La fob ia
32 J .· A . M iller, ..:Ce q ui fait insign e>) {19 &6 -87 ). inédito.
urarc<.:c corno un a suplencia imag inaria fre nte a 1~ fal ta ro
3 3 J. Lucan , 1<0bse rvacio n es sobre el in rrn e de [) on i d
si1nh6lica. l~ I caball o aparece como el agente que sostiene l.a E~ cri to;, op . cit .. p. 65 8-659. · .

~2 )3
36
cie nte y .e l deseo; se ubi ca en el intervalo de l a cadena en el Otro ... ». En la n1edida que el énfasis esté puesto en
significante, en su hiancia. ~a p~r~e ~~c ía d el co njunto - resto de la operacjón de
Jacques-Alain Miller formaliza esta secuencia lógica con 1dent1f1cac1on con e] S 1 - , puede producirse una in tersección
la teoría de los conjuntos. Un conjunto vac ío recortado por c?n la parte vacía del Otro . El sujeto no «se hace significante»
e l sign ificante aloja al suj eto. Un s ignificante de l conjunto de ~ 'º? que «Se hace objeto». Allí se sitúa el objeto a, parte
los significantes se aloja en este co njunto vacío y lo sustituye. ex t1ma del Otro .
El sujeto se identifica con esta «insignia», S 1 , sign ificante am o Lacan desarrolla e sta c uestión en e l Seniinario XI e indica
que es el Ideal. Se constituye así la metáfora original del sujeto que se trata ?el recubrimi e nto de dos faltas (del sujeto y del
que sostiene la metonimia de la cadena s ignificante, puesto Otro) . El sujeto hace de s u desaparición e l objeto del Otro.
que al e legir al S" se e lige también a l Otro (represe ntado por «El prilner objeto que propone a ese cleseo parental cuyo
e l S 2 ) que da sen tido al primer sig nifi cante que se inscribe obj~to no conoce, es su propia pérdida - ¿Puede perd~r­
so lo. Este dar se ntid o traduce ya la acción de la represión. nie? El .fantasnia lle su 111uerte, de su desaparición, es el
E n este esquema prevalece la operac ió n de alienación prilner. o~je~o que el st~jeto tiene para ¡Joner en juego en
s ig nifi cante que implica la e ntrada del sujeto en lo simbó lico. esta t~ll~lect1ca y, en efecto, lo hace - co1110 sabenios por
En e l mismo sentid o, Lacan indica e n «Subversión del 1nuchlstn1os hechos, la anorexia niental por ejeniplo.
s ujeto ... »: «Lo llicho priniero llecreta, legisla, t~foriza, es Saben7.os ta1nbién que el niño evoca comúnmente el fan-
oráculo, confiere al otro real su oscura autoridad. Ton1e- tas111.a de su propia niuerte en sus relaciones de a1nor con
111os sola111ente un significante co1no insignia lle esa sus paclres».-' 7
i 01nnipotencia ... y tendre111.os el trazo unario que, por Existe una e lecció n del sujeto frente a estas operaciones
colnia r la 1narca invisihle que el sujeto recibe del lógicas. Ji< El suj eto elige la cadena significante o elige el vacío.
'· significante, enajena a ese sujeto en la identificac ión E l sujeto autista elige el vacío por lo que se produce una
priniera que for111a el Ideal del yo». 34 · petrificación s ignificante propia de la estructura de la holofrase.
>
" Del Otro primordial emerge la ins ignia que constituye el Cuando la operación de separación no se inscribe , la
Ideal del yo, sos tén de las identificaciones d el sujeto. ex~rac~Jó~ d~J objeto a se v ue l~e in ope~an te . Jacques-A la in
Pe ro e n «Posición del inconsc iente» ( 1964), Lacan inv ierte M1ller· 1nd1ca que esta operación permite tanto la con stit u-
este esquema: «Al sujeto no se le habla. «Ello» habla de c i ~ n de la ventana. del fantasma co mo la pan tal la que la cubre
él, y ahí es donde se aprehende... (antes de que) desapa- - 1(a)-~ la realidad se construye así a través de esta
rezca como sujeto bajo el si gn1ficante en el que se extracc ió n . La no ext racción produce su positivizac ión en el
convierte, no era absolutamente nada»:15 La respuesta es caso de la psicosis. Lacan da e l ejemplo de la paciente italiana,
primera y e l suje to surge como efecto de la acc ión significante. e n estado de mu tismo, que d ib uja u n árbol con tres ojos y un
Esta pe rspectiva introduce la operación d e separac ión. «El le~ rero q ue dice «Soy siempre vis ta» (sono setnpre vista). La
s1~;e10 viene a encontrar en el des eo del Otro su equiva- mi rada se vuel ve visibJe por su falta d e ext racción como o bjeto
lencia a lo que él es co1110 sujeto de l inconsciente. Por
esta vía el sujeto se realiza en la pérdida en la que ha 36 ldem . p. 82 1-8 22.
surgido conio inconsciente, por la curencia qu e p roduce 37 J. Lncan, El Seminario. Libro Xf, op.c..:il. , p. 222.
38 J. Á . Miller, « Done..:» ( 1993-94), inédito. cla e del I • <le lll<IJ<> de
.\4 J . f.acan , «S ubve rsión del sujeto y d ió lcct ic..:a de l d ese;; o e n t!I 199 4 .
im:onsdentc>>, Es<:riros, op. ci t. . p. 787. JY 1.-A . \'l iller. «l'vlostración en Pn::mon~ré». M""'""'-'" f. B11 e.11os Ai res:
:\'.' J. Lacan, «Pos ici ón del inconsciente>), f:.\'t"l'ilos. op. cil., p. 814 . Mananiin l. 198?

54
a. Sucede lo mi smo con la voz. En la neurosis es áfona, pero m anifestarse de distintas maneras: pasajes al acto suicidas,
en la psicosis se vuelve audible. Y esta positivación es enfermedad orgánica, anorexia, y variadas man ife staciones
corre lativa a su multiplicación. s intomáticas.
Desde una perspectiva de conexión de l psicoanáli sis con
6.- Clínica de las contingencias del «¿Puede perderme?» la pediatría, Ginette Raimbault analiza la cuestión de ·1a
incidencia del deseo de muerte de los padres en las enfer-
A partir de la indicac ión de Lacan podemos proponer una medades de los niños. Su trabajo toma como punto de partida
clínica de las conting encias de la pregunta «¿ Puede los grupos «Balint». En el capítulo IX de su libro Pediatría
perderme?». En e l «Informe de Daniel Lagache ... » Lacan y ps icoanálisis 43 analiza e l circuito de repe ticiones a través
indica: « ... es co1110 objeto a del deseo, corno lo que ha sido de las cuales la madre de la niña repite con la pediatra su
para el Otro en su erección de vivo, co1no el ivanted o el propia relación con los padres. En esta secuencia aparece la
unwanted de su venida al inundo, co1no el sujeto está manera con que son subjetivados por Chanta), la hija, a t.ravés
llan1.ado a renacer para saber si quiere Lo que desea ... ». 4º de sus enfermedades a repetición , los deseos de muerte de
Queda así puesto de re lieve el lugar del niño en el deseo del la madre hacia ella, en la medida en que odia en su hija e l
Otro. trastorno ocular que antes odiaba en sí mi s ma.
En el Se1ninario V Lacan indica que el niño no deseado Si bien este enfoque resulta descripti vo - se reproducen
puede tener tendencias suicidas pues no aceptan entrar e n la las entrevis tas de la pediatra con la madre, más que c on la
cadena significante e n la que fueron acogidos a regañadientes niña, por lo que se pierde la subjetivación del deseo del Otro
por la madre.41 En este seminario e l arti culador es el deseo que se pone en movimiento durante la cu ra ana lítica- , q ueda
como deseo de reconocimiento, lo que le da un ser, imaginario, articulado con las consideraciones antes planteadas .
al sujeto. De esta manera, cuando al niño no le es reconocida Ferenczi, en 1929, también se ocupó de la incidencia del
···. su existencia com o tal en el deseo de la madre, se produce deseo de muerte de los padres en los síntomas de sus hij os.
la caída del valor fálico . Este deseo queda vinculado al Dice: « ... los niños recibidos duramente y sin an1or 1nueren
..
'
'' wanted o unwanted antes mencio nado. pronto y por su propio deseo. O echarán 1nano de alguna
Años más tarde, al referirse a cómo los padres mode lan de las numerosas p osibilidades de índole orgánica p ara
al sujeto en lo simból ico, afirma que el niño lle va la marca del procurarse un rápida salida.,.». 44 Ferenczi pone el acento
modo con el cual lo aceptaron los padres, y añade: «Incluso en la capacidad de amar de los padres; es decir, enfatiza e l
un niño no deseado, en nombre de un no sé qué que surge sesgo de la dem anda de amor. Desde nuestra orientac ión,
de sus prin1eros bullicios, puede ser nt.ejor acogido niás queda enfatizada la incidencia del deseo del Otro, que puede
tarde. Esto no i1npide que algo conserve la niarc<l del volver a un suj eto un ser vivien te o mortificarlo.
hecho de que el deseo no existía antes de cie rta fecha ». 42 . Recientemen te, Fran~ois Ansermet se ocupó -a partir de
En definí ti va, lo que está en juego es la ]ncidencia del deseo s u experiencia en Suiza- del s uicidio en los niños: un niñ o
d e l Otro en la subjetividad del niño, y cómo esto puede no deseado puede buscar desaparecer a través de su pasaje
a l ac to .45 Al no haber sido subjeti vado en el deseo de 1os
40 J. L aca11 , «Observacio nes sobre el infor me d e Danie l Lagac he».
Fscriros, op. c it., p. 662 . 43 G. Rai1nbault, Pedia rrío )' p.~ icoanálisi:>. Buenos Aires: A.morronu . 1~ 77.
41 J. L:lcan , El Sl'mi~u1rio. Libro V. iné dito , clase d e l l2 de febrero de 44 S . Fcren\'.:z.i, «El niiío no deseado y su instin to de mt1er tl!>) 11 ??S>> ,
1•JS& . Pr11!J(e.111a.'i y 1nérodo.~ del psico11111ífisi.~. Buenos A i res: Paidós, l\>65, Jl . ~ 2.
42 J. La::an, «Conferend a en Ginebra so bnl e l sín1oma», op ci t .. p . 124. 4S F Ansennel. «Le suicide et l'en fant ». La l.etrre nre11.n¡eJle 1 1() ( J l)l)2).
51
padres, :vuelve sobre sí mismo el rechazo del que fue o bjeto. posición adecuada como padre. Una vez aislado este pun to
Romina, de 6 años, es traída a mi consulta por encopresis. la relación e ntre padre e hijo logra o rden arse.
La madre no deseaba tenerla, tampoco se decidió a abortar. En cuanto a la anorexia infantil, Kreisler, Fain y Soulé se
Carg? con el embarazo co mo una condena, y su odio hac ia ocupan de es te tema en su libro El niño y su cuerpo desde
la crlatura que obstaculizaba sus aspiraciones personales se la perspectiva de la Egopsychology 49 y establecen ciertas
expresaba en el profund o desprecio qu e sentía hac ia e sa niñ a distinc iones entre: 1) la forma común propia de la conducta
que «olía mal». Romina, por su parte, le dirigía su síntoma en re activa del niñ o a la madre en lo que está en juego es el
un a franca confrontación: desde e l lugar de desecho lloraba s istema vincular; 2) la configuración perversa, así sentida por
frente al fracaso de su demanda de amor. la madre, en la que el niño obtiene mayor placer en e l rechazo
En la literatura contemporánea, Kenzaburo Óé, premio que en la alimentación; 3) la psicosis; y 4) las enfermedades
Nobel de literatura e n 1994, trata el te m a del deseo de muerte psicosomáticas, en las que el niño no responde al tratamiento
de un padre hacia su hijo en su libro Una cuestión personal. analítico, por lo que concluyen en un trastorno constitucional
En e l relato, su esposa da a luz a un bebé con una «hernia o en una adquisición precoz de la perturbación alimenticia.
cerebral» que lo condena a u na muerte inminente o a una vida Anna Freud se había ocupado ya de las perturbaciones de
vegetat~va. Se le presenta el siguiente dilema ético : aceptar los hábitos alimentarios y ponía el acentro en tres elementos
la fatahdad de un hijo anormal o desembarazarse del bebé que interferían en la alime ntación normal: la relación del niño
dej ando que muera. Dice: «Tenía que decidir. Co1nenzó a con la madre que lo alimenta, los instintos de la sex ualidad
ca111inar hacia las o.ficinas: había a¡Jostaclo por la 111uerte infantil y la actividad destructora y agresiva del niño. 50 En
del bebé y lo tuvo presente. En este rnon1ento, él era el tanto que e l acento es puesto en la relación madre-hijo que
gran enen1igo ele su bebé, el prinier enen1igo que tenía en lleva a una traducción yoica de la relación demanda-deseo,
l. la vida, el peor. .. '» . 46 En esta historia el padre e lige fin almen- Anna Freud hace intervenir la agresividad narc isista. La
..
:-

' te salvarlo, y al final sólo se trataba de un tumor benigno. « inanición oral» es planteada como una defensa frente al
•"" Retoma luego esta cuestión en otras his torias dándole distintos sad ismo oral; es decir, la acción de la defensa contra la pulsión
"'·
desenlaces. E n el c uento «Agwil, el m o nstruo de las nubes», torna el relevo a la di aléctica propia del deseo.
el padre, fre nte a la misma encrucijada, decide matar a su hijo , Aunque Kreis ler, Soulé y Fain preg untan qué lugar ocupa
Y luego se entera del error di ag nóstico : sólo era un tumor el niño para la madre, su respuesta redu ce la relación a
benigno. Despu~s de ese acto, su propio destino es la locu ra. 47 intercambios imaginarios que desconocen el lugar del Otro
En real id ad Oé, tuvo que confrontarse en la realidad con s imbólic o que la madre person ifica para e l niño . El tratamien to
el ~acimiento de un niño con un retraso producido por una propuesto será restablecer un eje imagi nario adecuado en tre
lesión cerebral. L a relación con su hijo la describe en el cuento la madre y e l niño .
a
«l)ites-nous comme n1 survivre notre folie» .-'!\ I.,,o destac ado En su libro ilustran la temática de la anore xia y los v ómitos
<le esta h istoria es la sutil seza con qu e describe que el punto con e l caso de C hristophe, de 6 meses, a l que tuvieron que
l:lav~ no es la enfermedad del h ijo, s ino la relac ión con su atar con bandas en los brazos porque se introduc ía los d edos
propio padre q ue lo obstaculiza , a su vez, para to rnar una en la boca hasta llegar a la faringe y provocar el vómito.
:1(, ll:c111.ahu ro <?é. U1u1 c 11e.'>tiiÍ11 1rier .to11al. Bur~dona : Anagrama , 1898.
49 Kreislcr. Fnin y Soulé. El níiio y su cue1po. Buenos Aires: A1111>rrorr n.
·t 7 Kt·n:.i :ab 11n1 Oé . « Agwll le 111011st ~ des n l1ag~s ». Dile~ · lllJ i!J c om111 e 111
1977 .
J 11 11·11·,.,· , -, "º'''' f1Jl1t- P::iris: Folio. 1982.
··IH Kl!nt.~1buro C) é, ''Diles-nou s comment s urvivre a notre folie ". dites- 50 A . Frcud, E./ f>.~ú:aan úlisi.~ y In <"f'Í(lnz.ct del ni1in . Ruen~s Airt":~: P::iit16s.
cap. IV y V.
""" '· op . (" ÍI.
Se detienen en particular en el caso de Ch loé, de 1O meses, 7 .- Excursus. La anorexia mental
internada en urgencia por un estado de deshidratación aguda. A
los 5 meses y medio la niñita comienza con su anorexia. A los La perspectiva lacaniana se contrapone a toda psicologiza-
8 meses sólo aceptaba la leche y aparecen los vómitos provo- ción de la anorexia. Más qu e de un cuadro clínico indepen-
cados en forma voluntaria. En realidad, la niña sólo vomitaba diente se trata de un síntoma articulado en una estructura.
cuando se le acercaba la madre. Se la confía al mes siguiente Lacan aborda la cuestión de la anorexia en distintos momentos
a una puericultora, pero entra en un cuadro de anorexia absoluta. de su enseñanza relacionándola con diferentes conceptos:~'
Pasa entonces al cuidado de sus abuelos pero comienza con una 1) la agresividad del narcisismo ( 1938);
diarrea intensa que motiva su deshidratación. La internación fue 2) la dialéctica entre la neces idad, la demanda y el deseo
de 2 meses, y acepta comer paulatinamente. Sólo a l0s 1O días ( 1958-60);
de estar internada vuelve a sonreír. 3) Ja operación lógica de «separación» y el objeto oral
La madre tuvo muchas dific ultades para quedar embara- como «nada» ( 1964-67); y
zada, y luego tenía la convicción de que de tener un hijo, éste 4) el saber y el goce ( 1973).
nacería con una malformación . Cuando nace Chloé tuvo la
certeza de que su hija moriría. Desde entonces, vivía al Estas articulaciones no son arbitrarias , corresponden a
acecho de la enfermedad que la mataría (leucemia, enferme- distintas prevalencias de los registros en la enseñanza de
dad cerebral, tumor o encefaliti s). Estas fantasías ponen en Lacan: lo imaginario antes del inicio de su enseñanza en 1953;
escena sus fantasías de muerte asociadas a su hija. lo s imbólico en la década del 50; lo real en los 60; y la
En la anamnesis aparece un recuerdo infantil. El padre fue equivalencia de los tres reg istros en relación con la primacía
deportado durante la Segunda Guerra Mundial por participar del goce en los 70.
en la resistencia. Cuando lograron vo lver a verlo estaba En «Los Complejos familiares» ( 1938), Lacan se ocupa del
completamente desfigurado y só]o lo reconoc ió por su ropa. «complejo de destete» y de la « imago materna» puesta en jue¡o
En ese momento pensó que cometió un error1 puesto que fue en la forma oral de este complejo. Indica . ciertas formas de
la madre y no ella quien logró salvarlo. Cuando vuelve a ver suicidios no violentos que se manifiestan en «la huelga tlt
a su hija, un mes después de su internación, este episodio se hambre de la anorexia mental, envenena1rziento de ciertas
reprodu ce: no la reconoció, pensó que se había equivocado toxicomanías a través de la boca, y régimen de hambre tn
de sala. «No era su rostro ni su voz, si Ja hub ie ra encontrado neurosis gástricas».52 Y concluye que «el anáiisis cie tst"s
en la calle no la hubiera reconocido». Al mismo ti empo vuelve casos muestra que en su abandono a la nzuerte e.i suj~to
a tener la idea de que su hija era anormal, retrasada. En ambos busca volver a encontrar la im.ago de Ja madre» . La te11dencia
eventos vemos que frente a la falta aparece una vaci lación suicida invocada aquí se enlaza con la vertiente mortífera del
de la imagen que produce la emergencia de lo Unhein1lich, narcisismo que Lacan trata en «Acerca de la causalidad
lo famil iar que se vuelve desconocido. Esto devela el lugar psíquica» ( 1945).
de obj eto que ocupa esta niña para esa madre . La an gustia En «La di rección de la cura» ( 1958) vue lve sobre es 11
de la madre tiene su c ontrapunto en el efecto de mortificación cuestión a partir del caso d e Kris --«Ego psychology ílnd
Je lu niña. cuya única salida es· la ano rexia.
51 C f. S . Tendlar2. «'Joras de lectura sob1·e L aca11 y l:l oticre""i a~ , A1·r1
y O.fic·in 1 ( 1995).
52 J. Lacan, f,es Cn111plex es fam iUaux ( 1 9.~8 ) . Puris: Navain , l ~~-4 . ¡i
3 3- 34.
'1 0
interpretation in psychoanalyt ic therapy»- de los «sesos entre la neces idad y la demanda. El rechazo del dejarse
frescos» . Un jove n inte lectual de tre inta años presenta como alimentar protege al s ujeto de la desaparic ión de su deseo, a
s ínto ma un a in hi bic ión para publi car su s trabajos. Se queja de causa de su aplastamiento por la sati sfacción de la demanda.
ser pl ag iario: le saca las ideas a u n amigo. En el ~omento E n este punto Lacan cita los «Tres ensayos» de Freud para
en que e stá por publicar un trabajo importante, dice ~n la indicar la relaci ón entre demanda oral y canibalismo, p or lo
sesión que descubr ió en Ja biblioteca un tratado, publicado qu e la oralidad queda recubierta de un tinte sexu al.
unos añós antes, que conten ía sus propias ideas. Kris lee e l Nuevame nte, en el Se1ninario XI Lacan reto ma e n dos
trabajo menc ionado y le indica al paciente· que e l plagio . no oportun idades la cuestión de la anorex ia. Plantea a la «nada»
e r a ta l. En un primer análi sis anterior - con M e lttta como parad igma del objeto oral. «El objeto a es algo d e lo
Schmideberg-- se había puesto de relieve su tendencia a cual el sujeto, para constituirse, se separó co1no órgano.
robar, con un desplazamiento de los objetos a las ideas. La Vale corno símbolo. de la falta ... A nivel oral, es la nada,
respuesta a la interpretación de Kris -«Usted º.º, p lag.ía»- por cuanto el sit;jeto se tlestetó de algo que ya no es nada
es un acting out: cada vez que sale de la seston, dice el para él. En la anorexia 111.ental, el niño co1ne esa nada». 57
paciente, va a comer un plato de sesos frescos. . El objeto a se cons tituye por acción de la operac ió n lógica de
Vicente Palomera se ocupa de este caso e n su trabajo separación que inscribe una falta, la cual, a nivel o ral , se
sobre la anorex ia.53 Señala que, según Kris, si e l a náli sis inscribe com o nada .
anterior se ocupaba de interpretar la pulsión, ese anál is is se Una segunda indicac ión articula a la ano rex ia con la
oc upa de la acc ión de la defensa. Con esta inte rpretaci ó n, Kris contin gencia de la respuesta del Otro, con la inscripción de
hace s urg ir la «pul sión o ral » en el paciente. su falta. No se trata ya sólo de la dialéc tica entre la demanda
lJacan señala que «no es su defensa contra la idea de y el deseo, sino de la posició n del sujeto e n re laci ón al deseo
robar lo que le ha ce creer que roba. Es de que pueda del Otro. E l ni ño como objeto pone en juego su pro pia
tener una idea propia, de lo que no tiene la 1nenor illea , desaparic ión en la operac ión de separaci ón, tal c omo se
o apenas» .'~ No se trata de un sujeto que roba, sino qu~ roba presenta en e l caso de la anorexia m ental.
«nada» . La nada como objeto abre una nueva perspectiva e n E n e l « Discurso de c lausura de las jornadas sobre las ps ic osis
la c línica de la or alidad: puede d isting uirse del registro de la en el niño» ( 1967) Lacan evoca a la ano rexia mental co mo
nutrici ón. Lacan di agnostica a este paciente como «anorexia, ejemplo contrapuesto al mito de La comp lementariedad armónica
en este caso, en cuanto a fo mental, en cuanto al deseo entre la madre y el hijo.58 Esta concepción, ampliame nte
.
CiIe l que vive j a 1'd.ea ... >>:'iS· difundida entre los analistas de niños, que lleva al matemaje,
En el Serninario V///, «l.,,a transferenc ia» ( 1960-6 1), desco noce que la dialéctica entre la alie nación y la separación
Lacan reto1Tia el esquen1a necesidal1-llen1andcc-deseo, plan~ inscribe un a. falta que va en contra de la armonía del «hábitat
te ado en «La direcc ión de la cura», para explicar la anorexia materno» - la ano rexia es demostrativa al respecto.
m en tal. ~ó E l deseo su rge por la diferencia que se i nst aura La última referenci a de Lacan que re pertori aré en esta serie
5 :1 Y. P:•lomcra. «C o nsidc:raciones sob re la •tn orex ia mcn1 ul: e l ho mbre pertenece al Semi nario «Les non-dupes errent» (Lo~ desenga-
tk los sc¡;o~ frescos». E 1 A11(t fitfr·ún 1 ( 1986 ). ñados se engañan) (1973-74). Lacan señala el caso de llilíl
54 J . L:1c.:an . «Lu direc ción dt: la cura » ( 19 5&), J:sc ritn .'>, op .c il , 19 86, paciente que estaba tan preocupada por saber si com ía, que par:i
p. :'\8()
55 lck rn. 57 J. L ac~in . Semina rio XI , « Los c uatro concepto . ·" ( 11)6!1), 011.cit -
)ó J. Lacan. Le Sé111i11aire. J.ir1·e V l ll. «Le transfcrt » ( 1Y60-6 l l. Par i ~: p. 11 0 .
Sc uil. 1119 l. p. 2:\ 8 -240 . ."8 J Lac:in. « Discurso de claus uro ... ;> (1967 1. op.cil. . p . 11.

62 6]
desalentar ese saber estaba dispuesta a dejarse morir de ///.- ALGUNAS INDICACIONES
hambre. 59
En esta época Lacan define al inconsciente en «Televisión»
DE .LACAN
como un «saber que trabaja» y que aloja al goce de sentido
(jouis-sens).60 Esta orientación introduce la vertiente de goce
involucrada en la anorexia. La voluntad de no-comer resulta en
tnuchos de estos casos solidaria de su horror al saber, del rechazo
neurótico frente al saber acerca de Ja castración. Su no-querer
saber nada traduce Ja posición del sujeto frente a su goce.
Esta secuencia nos pe rmite visualizar distintos aspectos Es posi ble fijar un repertorio cronológico de los comenta-
tratados por Lacan a través de su enseñanza: la agresividad rios de Lacan en torno a la psicosis en los niños.
narcisista ; la dialéctica entre la necesidad, el deseo y el goce; 1.- 17 y 24 de febrero de 1954 (Se1ninario /) : comentario
la nada como objeto oral (que se distingue de la nutrición); del caso Dick de Melanie Klein.
la posición del sujeto frente al enigmático deseo del Otro; y 2.- 1O de marzo de 1954 (Seniinario /): comentario del
su relación al goce. Todas estas cuestiones están presentes caso Roberto de Rosine Lefort.
en el tratamiento de un sujeto que llega a la consulta con su 3.- 2 de febrero de 1955 (Seminario //) : observaciones
anorexia. Sin duda, la relación entre estos términos varía en sobre la psicosis infantil a partir del comentario de la
la psicos is y en la neurosis . De allí la necesidad de un presentación de J . Lang «El abordaje psicoanalítico de las
diagnóstico diferencial que permita visualizar cómo se modula psicos is en el niño».
la nada como objeto en cada uno de estos casos. 4.- 23 de enero de 1963 (Seminario X): Lacan indica a
En el caso de anorexia en niños pequeños nos volvemos a propós ito de la manera en que la futura madre del
encontrar con un síntoma articulado en una estructura. Los niños esquizofrénico subjetiva su embarazo: «nada n1ás qu<:' '"'
psicóticos pueden ser anoréxicos como parte de los trastornos cuerpo diversa111erite cónzodo o niolesto, a saber la
correlativos a la falta de constitución de un cuerpo: faltan los subjetivación del objeto a co1no puro real>>. 1 Alude '1quí
agujeros, tampoco experimentan la necesidad de comer puesto - sin nombrarlo- al artículo prese ntado por Piera Aulagnier
que el cuerpo está mortificado sin el efecto «viviente» que otorga «Observacione s sobre la estructura psicótica» .
la significación fálica. En los niños neuróticos es legítimo retomar S.- l O de junio de 1964 (Seminario XI) : Lacan señala que
las consideraciones de Lacan antes señaladas. El trastorno no «cut.villa no hay intervalo entre S 1 y S2) cuando el prinier
es vincular, responde a una estrategia del sujeto frente a su deseo par t.le sif?niJtcantes se .solidifica, se holof'rtlsea, obt~ne­
en tanto que toma como objeto a la nada. n1.os el tn odelo de toda una serie de ccxsos - si bie1i l1a y
que advertir que el si~jet o 1w ocupa el n1is111.o Íltgar e 11
cada caso». 1 Y a continuación se contr apone a la e)(pli ca(iÓTl
de M aud Mannoni en torno a .Ja din1ensión psicótica gu e se
1 J. L::i.c nn , f.J Se111i11t.1rio, l.ib ro X. «La :ang ustin », i néd it<J , cl~~e dd 2~
59 J. L a..:an. SeminHl'io XXI. «Les non -dlt~s errent » ( 197.' -74). i nédito, de ene ro de 1963.
duse del lJ dt! a br il de 1974. 2 J. Lacan. El Se111ina r io. Libro xr. « L OS cu :atro l:Onc epLOS. ..». º P- c it .,
ftl) J . La ca n. «Televisión» ( 1973). P5 ict,c111 ú/i.~i.~ . Radü~fonítt y Tefei ·i - p . 24 5-2 46.
1·1011 . 8an:dt> na : Anagra ma. 1977, p. 94 y 96 .
65
64
introdu ce en la educ ac ión de l débil ; y explica la espec ificid ad
de la ho lofrase e n la psicos is. nada que ver en la cuestión. De lo que ella se ocupa e5
de otros objetos a que son los lliños». 5
6.- 1967 (« Di scurso de c laus ura de las Jornadas sobre la
psicosis infa nti l»). En este artículo Lacan enfatiza: «Sin.
e111bargo, lo in1portante no es que el objeto transicional
preserve la autonornía del niiio sino que el niño si rva o I.- J_,OS AÑOS 50
no d e objeto transicional para la nJ.adre. Este susp enso
revela su razón al 11J.isn10 tienipo que el ohjeto revela su Las referencias que exam inarem os a co ntinuac ión perte-
estructura. Que es la de un condensaclor para el goce, necen a los dos Sem inarios anteri ores a «Las psicosis»; es
en tanto que por la regulación del placer, le es sustrafc.lo dec ir, se ubi can antes de la fo rm alizac ión de la forc lus ió n d e l
al cuerpo». 3 Nombre-del-Padre, y e l desarro llo conceptua l que lleva a cabo
7 .- _1969 (« Dos notas s obre el ni ño»). Lacan di sting ue la e n la «Cuestión p relimi nar ... » ( 1958).
neu rosis de la ps icosis e n e l niño. «Cuando la distancia ent re
la iclentificación con el l cleal del yo y la parte ton1ada del 1) El caso Dick de Melanie Klein
deseo de la madre no tiene rnediación (la que asegura
nor1nabnen te la función ele! padre), el niño quecla exp ues- En 1930 M e lanie K lein publica en « La importancia de la
to a todas las capturas jczntas111áticas. Se convierte en e l fo rm ac ió n de s ímbo los e n el desarro llo del yo» e l análi s is de l
objeto de la m.adre y su única f unción es entonces revelar caso d e u n ni ño esqu izofrénico de 4 años. An tes que nada
la verclalf de ese objeto. El niño rea liza la p resen cia de señala su inh ibició n de l yo y la incapacidad para tolerar la
eso q u e Jacques L,acan design a con10 el objeto a en e l fa n - angustia.
tasma». 4 La descri pc ión d e l ni ño concuerd a con lo que sería e1
8.- 1975 (R. S. l. ). Lacan es tablece u na pos ic ió n d is imétrica cuadro de «autis mo infa nt il precoz»: pobreza de vocabulario
. entre la mujer y e l hombre en cuan to padres, lo que determi- y desarro llo in te lectual, ausencia de an gustia o do lo r, ind ife-
,.
"
.J nará la posic ión reservada a l niño en esta coyuntu ra conyugal. ren te a la presenc ia de Ja niñera, no juega, man tiene unu
••
•• D~I homb re dice: «Poco importa que él tenga síntomas, si ac titu d negati va y de oposic ión, rechaza alime ntarse. En ILJ
a nade a ellos el del padre-versión (pere-ve rsion . N .T.: sesión corre a lreded or de la analista como si fue ra un mueble
tam bién puede traducirse como versió n de l padre) ... que su más . M e lanie Kl ein co nclu ye que para el ni ño to do e s
causa sea una 1n ujer, que la haya adquirido para hacerles igualmen te indiferente p uesto que está inmerso en la realidad.
h ~jos, y que a estos, los quiera o no, les b rin de un cuidado A pesar de la ind ifere ncia que man ifiesta Dick a los
paternal». Y luego: «Un padre no tiene derecho al respeto juguetes que le p re senta la anali sta, e lla interpreta de inme-
o al 111enos al a1no r más que si dicho an1or o d i cho diato, y es esta inte r venció n que resulta el objeto de interés
resp eto se encuentra pere-ve rsaniente orienlatlo. es para Lacan . .
dec ir si hace de una 1nujer el objeto a q u e causa su Me lanie K lein relata: «Tonié entonces un tren g rand e, tu
t!eseo» . Y de la mujer d ice: «Lo q ue una niujer en a coloqué junto a uno n1ás p equeíio y los designé co1,10
acoxe corno causa de su {feseo del hornbre n.o tiene «Tren papá» y ~<Tren Dick». Entonces él tan-1 ó el tre11. qae
yo había llant.ado Dick, lo hi zo rodar hasta fa 1Jenta r~c1 y
J J . Lacan. «Discurso de clausura ... », op. cit., p. 13.
dijo: «Estación». Ex pliqué: «La estación es Jnc1111ira; Oi i·.lc
4 J. Lacan . «Dos no tus s obre e l ni iio». p. 55.
5 J . Lal::in, «R. S.I .», Onricu r:! 2-5 < 1975) .
66
61
significante -«Estación»-, que rápidamente Melanie Klein
está entrando en 1nan1ita ». Dejó entonces el tren, fue se ocupa de incluirlo en la triangulación edípica - e stablece
co rri endo hasta el espacio for1n.ado fJOr la s puertas una equivalencia entre e stación y mamá- , que produce un.a
exterior e interior del cuarto y se encerró en él diciendo: significación fálica. El niño comienza a hablar por la .~onst1-
«oscuro», y volvió a salir corriendo. Repitió esto va rias tución de la metonimia fálica . De esta manera, este n1no que
veces. Le expliqué: «Dentro de rna1nita está oscuro. Dick no dirigía ningún llamado, puede 1Jamar ahora a la niñera. Esta
está dentro de n1an1ita oscura ». Entretanto, él tonió nue- llamada traduce la acción de lo simbólico desde donde
vamente el tren, pero pronto corrió otra vez al Jugar entre aparece lo imaginario. , . . .
las puertas. Mientras yo le dec[a que él estaba entrando Pero en Melanie Klein «no hay teorta de Lo tmag1nar10,
en la maniita oscura, él había dicho dos veces en tono ni teoría d e l ego. So1nos nosotros -dice Lacan- quienes
interrogativo: «¿Niñera?». L e contesté: «Niíiera viene debemos introducir estas nociones y comprender que si
pronto», cosa que él repitió... 6 una parte de la realiclad es imaginaria la otra es real ... ».
7
El efecto de esta intervención es que Dick comienza a • Para este niño lo real y lo imaginario son equivalentes; la
llorar cuando la niñera se va, expulsa los objetos, juega y diferenciación surge como efecto de lo simbólico y no por la
paulatinamente aumenta su vocabul~rio:, . acción del desarrollo yoico - como lo afirma Melanie Klein.
Melanie Klein explica la const1tuc1on de la demencia Lacan intenta mostrar así que el estadio del espejo no
precoz (no utiliza el té rmin o esquizofr~nia) como ef~~to. de determina la estructuración de la realidad, sino que depende
la fijación al estadio de sadismo oral, mientras que la f1Jac1ón de la primacía de lo simbólico: ., . .
al sadismo uretral y anal produce la paranoia. La defensa El «injerto simbólico» de la 1ntervenc1on de Melan~e Kle1n
prematura del yo contra el sadis mo impide el establecimiento indica que Lacan no considera que ella halla neurot1zado al
de una re lació n con la realidad y el desarrollo de la fantasía. niño, sino que logra crearle una suplenci~ eficaz desde d~nde
La exploración y posesión sádicas del cuerpo materno y del construye un imaginario con el que comienza a construir su
mundo exterior quedan detenidas; esto produce el retraimiento mundo.
afectivo del niño, y la suspensión de la relación simbólica con
las cosas y los objetos que representan el cuerpo materno, con
la correlativa pérdida de contacto con e] ambiente y la 2) El caso Roberto de Rosine Lefort
realidad. Rosine Lefort presentó el caso dentro del seminario. de
Lacan retoma lo q ue denomina e l «informe de una expe- Lacan «Los escritos técnicos de Freud» ( 19 53-54). El n1 fio
riencia» para mostrar la disyunción entre lo real y lo simbólico. tenía tres años y nueve meses cuando comenzó a a tenderlo.
Dick está sumergido en lo real, en la «realidad indiferenciada»; Sus primeras notas son de 1952 y. como ~na misma .dice.
y. por otra parte, está inc lu ido en lo simbólico, en e l lenguaje, forman parte de su anális.is. En 1988 reescribe el caso JUnto
pero no puede hacer uso de la palabra. con Robert Lefort.x
Lacan muestra cóm o la acción sobre lo simbólico acarrea Roberto es un niño que fue internado a los 6. meses el\ 11n
una producción del yo y de lo imaginario. La opo sició n estado grave de desnutric ión : la madre - parano ica- dej ó de
entre d os signifi cantes -«Tren papá» y «Tren D ick>>-
produ ce como resultado la e merge nci a de un te rcer 7 J. Lacan, El Se111i11ario. t;b,.o f . «Los escritos téc11 ic()> ele freu<l:.o
(1953-54). Buenos Aire s: Paidós, 198 1, p. 133.
6 M . Klc in. «l,n i m¡1r11 ·u111(·ic1 e(,,, Ju ¡,n·11wc úí11 de ,iírnb,J/os en el g R . y R. Lefort. us .r1rucr1tre.r de ¡,, ft.'>y1 ·J1".~' · L '& tj(rrlt cu1 [,.,.,,µ et i.t
de.,·11r r.,lfn 1/e l .Yo» ( 1930). Ob ras Completas. L 11. Buenos Aires: Paidós, P1·éside11r. Poris: Na"arin, J 988.
1978. p. 2 14 .

68
alimentarlo. Luego, a causa de una otitis bilateral, complicada oportunidad gritó «Mamá». Pero el sigo ificante «Señora» era
con una masteidectomía. padece una interveRción quirúrgica el que nombraba todas las figuras del Otro.
sin antestesia, y durante la operación lo mantuvieron por la A partir del significante «El lobo». R. y R. Lefort indican
fuerza con un biberón de agua azucarada en la boca para que el niño construye su delirio; de allí su diagnóstico de
impedirle gritar mientras le agujereaban los oídos. Esta psicosis paranoica. De este significante Lacan indica que es
escena, en la que el niño queda situado como víctima del esencialmente la palabra reducida a su médula: « Ven aquí
capricho del Otro que goza de él como un cuerpo inanimado, ustedes el estado nodal de la palabra. El yo es aquí
se vuelve el paradigma de la posición del niño en la estructura. conipletamente caótico, la palabra está detenida. Pero
Falta la dimensión de la demanda: en lugar del grito, que a sólo a partir de ¡El lobo! podrá ocupar su lugar y
través de la intervención del Otro se volvería una llamada, lo constituirse». 12 Los Lefort señalan la función transferencia}
hacen callar a través de la intrusión del biberón . de este significante en tanto que localiza al goce.
Antonio Quinet distingue cuatro tiempos en la cura de Siguiendo el desarrollo de A. Quinet, se pueden distinguir
Roberto. 9 El primero corresponde a la tentativa de mutilación aquí tres momentos:
del pene con una tijera de plástico después de las tres 1) El lobo es un significante exterior; esto aparece en la
primeras sesiones. Intenta introducir su cuerpo en lo simbó- cura cuando el niño se dirige a la ventana para nombrar ese
lico, inscribir una negatividad en su cuerpo para que el órgano significante.
pase al significante fálico. Pero la forclusión del Nombre-del- 2) El niño se vuelve «el niño del lobo» -no «el niño lobo»
Padre hace que esta operación tenga lugar en lo real. Es una puesto que, como lo señala Lacan, se trata de un «niño-
«castración en lo real» que indica el comienzo del tratamiento hablante»- a partir de la interpretación de Rosine Lefort: el
por la entrada en funcionamiento de ese menos. Como lo niño bebe el biberón y luego se dirige hacia la ventana diciendo
indica Jacques-Alain Miller, debe tomarse como una «reali- «el lobo» . R. Lefort le dice que se bebió al lobo junto con el
zación de lo simbólico» (réellisation. que incluye la palabra biberón . Esta identificación lo lleva a jugar que es el lobo,
réel, que significa «real»). 10 Lo que no puede «realizarse» es aterrorizando a los otros niños, dice «el lobo» cuando se mira
el menos, la falta, porque no está en lo real. «Si se piensa en el reflejo de un vidrio, e incluso se pone en cuatro patas
al Otro como un Otro real, no se puede decir que haya y aulla. ·
una separación entre este Otro en lo real y a», 11 señala 3) A continuación Roberto le hace tomar a su analista al
Miller. lobo y la encierra en el baño: a] identificarla con el lobo ese
El segundo tiempo de la cura corresponde a la creación significante desaparece.
de un nuevo significante: «El lobo». Con este personaje las El tercer tiempo corresponde a la sesión del «bautismo».
enfermeras aterrorizaban a los niños que se portaban mal. Un Roberto hace correr la leche del biberón sobre su cuerpo
dfa Roberto apuntá con su dedo al agujero del inodoro y hasta que cae sobre el pene y en ese · momento pronuncia
pronuncia por primera vez ese significante. Hasta entonces «Roberto». Nombra su cuerpo a partir de la significac ión
sólo había dicho «Señora», «Sí-no», «Bebé», y en una pue.sta en escena del «pene que d a leche».
El cua rto tiempo está marcado por la tentat iva de i 11clu ir
9 A. Quinet, «Avoir un corps», L 'e11fúnt et lt1 psyc:lianalyse. Arc:hives una negati vidad a partir de los trazos que d ibuja. Comienz.a
de psycha11alyse ( 1992 ). rayando la pared mientras dice « Roberto>~ . y 1uego se raya i ll
lO J.-A. Miller, «A pro pos des Str11c1ures de la psrcfu1se. L ' E1~f(mt au
lottp e l le Présidenf». L ' e r~fa11 t et la p.tyclu111aly.te, op . i:i t.
1 1 ldem 12 J. L acan. El S eminario. f.J !J ro / , op . c it., p. 16 4.

70 ?'I
cuerpo y a lo s animales de un 1ibro de imágenes . Seminario. Vuelve sobre la presentación del autor acerca de
Luego Roberto saca unos zapatos del placard de las lo discutible que resulta el diagnóstico en el niño, el hecho de
enfermeras y se los pone. Este comportamiento ilustra el que se utilice para el adulto y el niño el mismo término, y la
«empuje-a-La-Mujer» propio de la psicosis, que R. Lefort manera en que se acentuaba la organicidad. Insiste en que
señala ya con el advenin1iento del significante «Señora». sólo el psicoanálisis permite legítimamente hablar de psicosis
Al comentar el caso, Colette Soler u estructura una secuen- en los niños.
cia en la serie de nombres que utiliza para referirse al Otro Por otra parte, señala la insuficiencia del registro irnagi-
como real : «Señora» designa al Otro del goce; «Mamá» nario para explicar la psicosis, aunque elogia el esfuerzo
nombra la pérdida real de la presencia ; y el significante «el llevado a cabo por Lang : «Sobre la psicosis del adulto. y
lobo» suple al significante del agujero en el Otro -según la a .fortiori sobre la del ni11o, reina aún la mayor confu-
hipótesis de R. y R. Lefort- , a la forclusión del Nombre-del- sión». 15 Anticipa que tal vez en e l año siguiente - tal como
Padre, y substituye al significante «Señora». Del análisis de lo hizo- desarrolle el tema de la psicosis. Y también se
este caso R. y R. Lefort extraen consecuencias relativas a pregunta: «¿Puede la psicosis del niño aclararnos, de re-
la posición del niño psicótico en la cura, que retomaremos más bote, lo que deben1os pensar sobre la psicosis del adul-
adelante. to ?» . 1(\ De hecho, responde a la pregunta con su obra . La
posición del psicótico como objeto a es teorizado a partir del
3) Lang y la psicosis en el niño lugar que ocupa el niño psicótico para la madre, y esta
encarnación del objeto, que no ha podido ser extraído, es
El 1° de febrero de 1955 J. Lang presenta una exposición clínicamente observable en los adultos .
titulada «El abordaje psicoanalítico de la psicosis en el niño»
en Ja Sociedad Francesa de Psicoanálisis, 14 comentada por
Lacan al día siguiente en su Seminario. 11.- LOS AÑOS 60
•'
Parte de señalar la insuficiencia del abordaje psiquiátrico
de la psicosis infantil en tanto que su autonomía no es En los años 60 se produce un cambio de axiomática en la
reconocida ya que en general no presentan las formas típicas enseñanza de Lacan: de la del deseo se desliza hacia la del
que se pueden encontrar en el adulto. Señala la importancia goce. Esto produce paulatinamente un énfasis puesto ea lo
de estudiar el fenómeno psicótico en la niñez e indica que los real. Si en los años 40 fue desarrollado el registro imaginario,
verdaderos aportes son suministrados por el psicoanálisis. en los SO to1nó el relevo lo simbólico -a partir del informe
Para desarrollar su punto de vista retoma la teoría sobre lo de Roma- , en los 60 lo real, y finalmente en los años 70 los
imaginario de Lacan, desde donde intenta establecer cierto tres registros fueron equiparados en su relación al goce.
criterio diferencial en la emergencia de los distintos tipos de Esta modificac ión en Lacan le permitió teorizar la psicosis
. .
ps1cos1s. en los niños tomando como punto de partida el objeto de goce.
Lacan comenta esta presentación cuando tenía ya en su Para elJo cuenta ya con el esque1na R de la estabilización
haber dos comentarios sobre niños psicóticos en su primer delirante en el ca.so Schreber que presenta en «La cuestión
preliminar... » ( 1958) y con e l grafo del deseo que Lacan
desarrolla en su artículo «Subversión del sujeto)> ( 1960).
13 C . Soler. «Une: g rande marche», L 'eqji"'I ef fa p.1")·c:lumalyse. op. di .
14 J. L. Lang, «L' abord psychanalytique des psyc.:hoses chez renfant», l :'i J . Lacan. 't€! Seminaria. Libra JI. op . c it.. p. 160 .
La P.~.,·c· iwJ111Jyst' vol. IV ( 1958). 16 ldem .

72 • 13
1) El niño como objeto real a esta exposición. A partir del fantasma de cuerpo desmem-
brado que «algunos de ustedes reconocieron» - dice- en la
En enero de 1963 Piera Aulagnier presenta una comuni- esquizofrenia, indica que una «investigación reciente» -sin
cación sobre la psicosis ante la Sociedad Francesa de decir cuál es- señala la articulación entre la madre del
Psicoanálisis . Pone el acento sobre la transmisión simbólica esquizofrénico y lo- que fue su niño en el momento en que
del padre y la constitución especular. Se ocupa en particular estaba en su vientre: un cuerpo diversamente cómodo o
de la manera en que se estructura la primera relación en la molesto.
madre del psicótico. Indica que, si bien no es necesariamente Hasta aquí vemos que el ~omentario de Lacan retoma lo
psicótica -la distingue de las psicosis puerperales- , y expresado ya por P. Aulagnier; es más: indica que estas
guarda cierta adaptación a la realidad, su mala inserción consideraciones no le pertenecen. Pero añade algo nuevo en
simbólica produce una descompensación ante la presencia del su conclusión : ese cuerpo es subjetivado como un objeto a,
niño en su vientre. un puro real. Es decir, que no se restringe a las categorías
Dice a continuación: «Cuando en el nivel de la simple de lo simbólicó y lo imaginario para explicar por qué ese
entrevista se le pregunta a este tipo de madre cómo ha cuerpo queda como real, sino que establece que se vuelve un
transcurrido su embarazo, qué puede decirnos de esa objeto a para la madre. La madre de un niño autista de 3 años
época - las rnás de las veces responde de una manera - por ejemplo- relató con total indiferencia que en el
bastante idéntica-, responde refiriéndose a su propio momento de dar a luz tuvo un dolor de vientre y pensó que
cuerpo. Groseramente, sus respuestas se podrían resumir tenía ganas de ir al baño. En el inodoro descubrió con sorpresa
y dividir en dos tipos corrientes (tomados en el curso de la llegada del niño .
las entrevistas): Esto anticipa la formulación de un objeto en el fantasma
a ) Pas ó muy bien. Fue la iínica vez en que durante un de la madre. Sólo la inscripción de la falta permite que un niño
larf?O período no tuvo perturbaciones urinarias; sin duda sea deseado. Su falla petrifica al niño como un objeto real
. mi hijo, a l desarrollarse, hacía contrapeso sobre ·m is puesto que falta la común medida fálica .
,•
•... órganos y los mantenía liberando mi vejiga. En esta misma clase Lacan introduce consideraciones
' b ) Fue un período difícil. Continuamente me dolía el esenciales en torno a la cuestión de la separa ción. No ya en
estóma go. Pienso que era a causa del niño, que al crecer torno al objeto perdido que puede significar para la madre el
pesaba sobre mis intestinos y mandaba todo de vuelta al momento del parto -como lo señala Aulagnier-, sino que
estómago» . 17 indica que el corte en cuestión no es entre el niño y la madre
El niño es tomado como un «objeto orgánico», una especie sino con las «envolturas». En el conjunto pre-especular que
de «relleno corporal», de «órgano sobreañadido», que se es el ·Objeto a , las envolturas son elementos del cuerpo. De
desarrolla en ella y gracias a ella. Al no poder ser represen- allí que la separación sea de estas envolturas.
tado no es simbolizable. Esta falla simbólica repercute sobre
lo imaginari o, por lo que ese cuerpo real es tomado como un 2) [..,a Holofrase
conjunto físico n1uscular. Esto repercute luego en la
fragmentación especular que caracteriza a la esquizofrenia. La holofrase se produce por la petrificac ión del S 1 que i m-
En el Se 111ina rio X. «La angustia», Lacan alude, al pasar, pide que el sujeto pueda ser representado por otro significa11 t(
17 P. Ati lng n1er. «R e n1a r ques sur la s t r uc tu rc psych otiqu e» , Lo en tanto el S 2 no se constituye como tal. La fa]ta de co11sti ru-
Pr) t·lia 11cil)·re V() I. V 111 { 1964). ción de la operación de separación impide la inscripción de u11
74
intervalo donde se ubique el deseo. No hay retroacción nzani.fiesta en el fenó111eno de la creencia». 21 En el lugar de
significante, por lo que el discurso del paciente no es Ja creencia neurótica se instala Ja certeza en Ja psicosis.
dialectizable ni subjetivable. Después del Se111.inario Xi Lacan no vuelve & hablar de
En el trabajo sobre este tema, Alexander Stevens repertoria la holofrase. En su lugar desarrolla la cuestión \le la emer-
tres referencias de Lacan: los Sernin.arios 1, VI y XL'x Lacan gencia del S 1 solo. Cuando el significante está hQlofraseado,
toma este término de la lingüística, pero le da un sentido permanece identificado al S 1, sin que se produzca una falta
específico en relación a sus conceptualizaciones teóricas. El del sujeto y sin que reenvíe a otro significante. El sujeto no
adjetivo «holofrásico» aparece en la literatura en 1866. está barrado y no puede ser representado frente a otro
Globalmente la holofrase quiere decir que la frase entera es significante: el sujeto es un 1nonolito con la holofrase. En la
aglutinada como una sola palabra. psicosis el sujeto está identificado al S 1• La falta de intervalo
En el Se111inario I Lacan define la holofrase: « ... hay entre S 1 y S 1 impide la emergencia del deseo del Otro: en su
.frases, expresiones que no pueden descon1ponerse y que lugar aparece el goce del que el sujeto se vuelve su objeto.
se refieren a una situación ronzada en su co1~junto: son Jacques-Alain Miller diferencia dos valores del Si, solo, y
las holofrases». 19 En este seminario, Lacan intenta demostrar en su articulación al S 2 • 22 El S 1 solo es el significante fuera
el carácter discordante del campo imaginario y simbólico. de la serie; el S 1 junto al S 2 expresa la articulación significante.
Retoma este concepto para mostrar que no hay ninguna Existe una equivalencia lógica entre el S 1 como significante
transición posible entre los dos planos. Toma con10 ejemplo del Ideal y el objeto a. En las operaciones de alienación y
una frase utilizada por los habitantes de las islas Fidji, en la separación se inscriben sucesivamente en el mismo lugar. «.la.
que pronuncian una serie de sílabas ininteligibles como una alienación pone de relieve el sujeto llel sign;¡;ca11te
frase fija. Esta holofrase se pronuncia en un estado de «inter- tnientras que la separación pone de relieve el sujeto del
miradas», de intersubjetividad imaginaria. Lacan señala que goce», i:. dice Miller. Pero la identificación del sujeto con el
forma parte ya de una estructura simbólica. objeto a -que se produce en la separación-, muestra la
La segunda referencia pertenece a la clase del 3 de relación entre la representación significante del sujeto a partir
" .
diciembre de 1958 del Seminario VJ -«El deseo y su del rasgo unario y su ser de goce.
,..
interpretación». 10 AJlí aproxima la holofrase a la interjección Esta articulación permite entender cómo la identificación
¡Pan!, ¡Socorro!, y la identifica a la unidad de la frase. El del· psicótico con el S 1 expresa simultáneamente su elección
sujeto es el grito mismo, y se puede reducir al emisor que grita de ser como realización en Ja posición de objeto a. 14
<'(¡Pan!>>. Subraya así la estructura monolítica del sujeto en la Al referirse a la dimensión psicótica que se introduce en
holofrase. la educación del débil -no habla de debilidad mental-,
La tercera referencia pertenece a] Sen1inario XI. en el que Lacan comenta el libro de Maud Mannoni El niño rei1asado
acentúa la solidificación de la cadena significante. Lacan dice: y su niadre, y al elogiarlo, dice exactamente lo contrario de
«.Esta solidez, esta captació11 masivü de Ja cadena lo que plantea la autora.
significante prilnitiva i1npide iü apertura dialéctica que se
2 1 J., Lucan, El s~,,i;11ario, ljhro Xi . op. cit., p. 246 .
22 J.-A. Milkr. «Sobre la insignia » (versión reducida t:n t!SIJ<iñ<>I del
18 A. Ste\'erJs, (<L' holoph rase.. , On1ic:141·:; 42 (IY&i -88 ), . i.: urso «Ce qui íait insigne » (l987 -88 J, Meu~f1Jra y d< firi ,,, E.11r.rcfir;.1
I ~ J. L:::ic;a.11, El Se111 i11.ario, l,i/n" f , op . c.:1L. p. J2Q psict>tr11a!ilú:115 1. Madrid: Eolia, 19 Y3.
20 J.Lai.:on. E.f ~emi11C1ri1J, Lif1r " v J . .-.E l deseo y ~ u 1nterpreración » 23 ldem, p. 22 .
( 19 58 - :;~). i11 édilo 24 E . Solano, «Los niños dt.!l uno solo» , EJ Arullitict;fl 3 < 19~1)

76

En su libro, Mannoní plantea: «Ya vimos hasta qué punto neurótica en la que el rechazo del· saber apunta a interrogar
el niño retrasado y su n1adre forn¡,an en algunos m o111entos la verdad. 26
un solo cuerpo confundiéndose el deseo de uno con el del Pierre Bruno,27 indica un corte en la enseñanza de Lacan
Otro, aunque parezca que los dos viven una 111is1na y única entre dos empleos del término debilidad:
historia. Esta historia tiene por soporte en el plano 1) Antes de 1969: Lacan acepta el sentido del término
fantasn1.ático un cuerpo afectado, dirícunos, por idénticas generalmente admitido en la clínica psiquiátrica.
heridas que han to111allo un marchan10 significante. Lo 2) Después de 1969: Lacan utiliza el término en la relación
que en la 1nadre no pudo quedar resuelto a nivel de la del saber inscrito en un discurso. Dice: «Llan1.o debilidad
prueba de castración, lo vivirá con10 un eco en el hijo, n1ental al hecho de que un ser, un ser hablante, no esté
que en sus. sfnto111as no hará niás que hacer «hablar» a sólida111ente instalado en un discurso ... flota entre dos
la angustia materna». 25 lliscursos» .28 Bruno subraya la diferencia entre el «fuera del
Ahora bien, para Lacan no se trata de la pareja madre- discurso» del psicótico, y el «entre dos discursos» del débil.
hijo sino del par significante. Lo que se solidifica es la cadena En el Seniinario XI Lacan diferencia el niño débil del
significante; esto es diferente a la afirmación de que se trata psicótico, e indica que la relación con la madre introduce la
de «Un solo cuerpo». Por otra parte, que el deseo del niño se dimensión psicótica en su educación. En el grafo que incluye
confunda con el de la madre forma parte de la estructura del al referirse a la holofrase, 29 Lacan ubica al niño débil debajo
deseo -el deseo es deseo del Otro-. En la psicosis, el niño de la serie de las identificaciones (queda reducido a ser el
no queda dentro del campo del deseo sino que ocupa un lugar soporte del objeto de deseo de la madre sin substitución
de objeto en el fantasma materno. Por último, e sto no es simbólica, lo que impide la emergencia del propio deseo).
específico del débil sino que es el modelo de toda una serie En el débil no hay forclusión del Nombre-del-Padre sino
de casos - nos hemos detenido en particular en la psicosis, que el «término oscuro» indica que hay una falla a nivel
pero Lacan desarrolla también su incidencia en el fenómeno simbólico. El rechazo de saber que presenta puede entenderse
psicoso1nático- -. como la falta de llamada del S2 , del sentido. La solidificación
significante impide la producción de saber.
., R . y R. Lefort proponen una distinción entre la holofrase
3) La debilidad mental
en el débil y en el psicótico a partir de los lugares del objeto
El térmjno «debilidad mental» fue creado a comienzos de a y del significante del Otro. 30 En la psicosis el par S 1-S2 está
siglo por Dupré, por extensión a lo mental de la debilidad hasta holofraseado sin caída del objeto a, que queda del lado del
entonces reservada a la física . Nace de la psicología diferen-
cial y la utilización de los tests psicométricos para obtener una 26 E. Laurent, «El goce del débil», Nill o,~ e11 t11u ili.ü ,<r. Buenos Aires:
base ohjet i vable en términos de déficit en relación a una Paidós , 1989.
27 P. Bruno, «Examen de la débilité>1, P<u Talll 3- 4 (1984); y <~A coté
competencia intelectual supuestamente normal. de la plaque. Sur la débilité mentalc» , O rnit.·uT::> 37 <1986).
La debilidad es una cierta relación 'de ser sin el saber. Ef 28 J. Laca n, « ...ou pire» ( 1971 ·72) , seminario inédit o, e; Je1sc del 15 de
sujeto se a loj a en re lación al saber en una posición de marzo de 1972.
exterioridad,. de no entender nada. Es diferente a la debilidad 29 J. Lac an, Ef Seminario, Libro XI. op. c it.. p. 245. Eric L:L11re11t
explica e ste grafo en su artículo ({La psychose chez J' e11 f;int ..>->, Ofl . ciL. p .
4 -6.
25 ~l. !V1e1nnoo:. EJ nü i o 1·errtJ.w1dfl .\' .1·11 11utdle. Madrid: Fax . 1991 , p. 30 R . y R. L1::forl, «L ' enfan1 est-il ~et etre «fa.t tice» lle ~oll:sseat:1 ?
L'enfant freudi en fait-il retour ou n::et '>., , L '€ r~/él.1 iJ t! In f'·'fd1C1J111.iJSe>, op. cit .

78 ?9
'

sujeto: objeto en más o él mismo objeto del Otro . En la deslizamiento del querer decir, una ausencia de lógica y de
debílidad el S 1-S 2 está holofraseados, sin caída del objeto a, rigor en el razonamiento. De allí que la expresión del débil
pero éste queda incluido en el Otro no barrado: es el Otro el mental es pobre, chata, repetitiva; su discurso es estereotipado
que dice «Pienso», él no piensa y no es más que el eco del y banal.
Otro sin ninguna interrogación acerca del deseo del Otro
(como en la neurosis). 4) El niño como condensador de goce y objeto del
Anny Cordié reto1nó hace poc0 la cuestión del retraso fantasma materno
mental en un libro con un título sugestivo: los retrasados no
existen.·" Parte de la idea de que el fracaso escolar está En octubre de 1967 Lacan pronuncia el discurso de
relacionado con los ideales de nuestra actual sociedad de . clausura de las Jornadas sobre las psicosis en el niño
consumo. En realidad, hasta que no se creó la escolaridad organizadas por Maud Mannoni . Este artículo antecede al
obligatoria y los tests de inteligencia para la ubicación del niño movimiento estudiantil francés del año siguiente, pero tiene ya
en su clase correspondiente no existía el concepto de debilidad un énfasis puesto en el tema de la libertad.
mental. En cierta manera es un concepto contemporáneo. Comienza con una crítica a la antipsiquiatría, en particular
Plantea que la demanda de saber proveniente del Otro logra a las exposiciones realizadas en el mismo congreso de Ronald
obturar la emergencia del deseo, por lo que se crea lo que Laing -«Metanoia: Algunas experiencias en el Kingsley Hall
llama una «anorexia escolar»: el niño no quiere saber nada, de Londres»-~ 3 y de David Cooper -«Alienación mental y
queda preso de una inhibición a nivel de la escolarización. alienación social». 34
Luego de estas consideraciones generales se ocupa del La concepción antipsiquiátrica afirma que el «loco» es el
tema de la «debilidad mental». Indica que para Lacan la chivo expiatorio de la sociedad, son los que protestan contra
inteligencia es la posibilidad de leer entre líneas, de compren- el orden social, y en realidad la «normalidad» corresponde a
der lo que se dice más allá de las palabras. En ese sentido, la alienación burguesa. Buscan la etiología de la esquizofrenia
el débil mental no se aparta del sentido literal, el equívoco en situaciones y circunstancias sociales en las que se pone
permanece inaccesible para él, de allí que se aferra a lo que en juego tal atribución. Establecen una oposición entre falta
cree que es la verdad de lo dicho. En realidad, la holofrase ·de libertad y locura. El prejuicio psiquiátrico crea al «enfer-
detiene la movilidad significante, por lo que los pensamientos mo», de donde surge la nominación «anti-psiquiatría». El
no resultan dialectizables. tratamiento consiste en cambiar el «paradigma»: no se trata
Dice: «Esta contracción holofrásica ofrece la aparien- de curarlo sino de ayudar a liberarse.
cia de que el sujeto se fija en un significado dado, no Laing da un ejemplo clínico en este sentido. El paciente
puetle entender ninguna otra cosa que lo que se constru- de 25 años vivía aterrorizado por su «angustia de cas tració11>>,
yó de una vez para sie11·1pre. Repite sus convicciones sin y se paseaba desnudo «contrafóbicamente». Este jo'\' en sentía
que ef sentido pueda desarrollarse y la reflexión enrique- que su cuerpo estaba muerto y que, además, el lado izquierd()
cerse» ..n Esto produce una distorsión del discurso, su ausen- era femenino y el derecho masculino. Laing considera que el
cia de perspectiva, un mal encadenamiento de las ideas un
' 33 R. Laing, «Metanoia: Algunas experiencias en el Killgsley H:iJi te
Londres», en M. Mannoni y otros, P.ticnsi.~ i1¡j(,,1til. B 111::11os ~ires : N11ev-a.
31 A. Cordié. Los retrasados no existen. Buenos Aires: Nueva Visión, Visión, 197 1.
1994. 34 D. Cooper, «Alienación ~ntal y alienncáón soi.:i:tl», e11 ~[ lvlannc:Jni
32 ldem. p. 190. y otros, Psicosis i11fa111il, op. e i c.

80 ~1
cuerpo del paciente era como · un «cementerio» en el que sino que pone el acento en la relac ión del loco al sign ificante
habían sido enterrados los fa mi liares muertos de varias y a su objeto de goce.
generaciones . Un día toma una pistola y la disparó sobre los Esto permite abordar Ja cuestión de la posición del niño en
genitales de otro paciente. Ni el analis ta ni e l otro paciente la homeostasis del goce de la relac ión de los padres, que da
sabían que es taba descargada puesto que el arma hjzo un como resultado la neurosis, la perversión o la psicosis.
ruido de verdad. A partir de este incidente disminuyó su Un aspecto en particular es resaltado por Lacan en el
angustia de castración. Laing concluye: «Ninguna interpre- artículo de Cooper, aunque sin nombrarlo: « ... para obtener
tación podía ser tan primitiva como esa acción dra1nática un niño psic6ti co hace jaita al 1nenos el trabajo d e dos
completamente impredecible e ilnposible de repetir. En generaciones. El propio niño es el fruto de ese trabajo
Kingsley Hall tenemos la esperanza ·de contar con un en la tercera generación». 37
lugar donde puedan ocurrir cosas semejantes».35 A nues- En ese sentido, Cooper dice en su artículo: «Para co1n-
tro entender, esta perspectiva es comportamentalista, no se prender lo que está en juego en la dincí1nica fa1niliar del
detiene en el discurso del paciente puesto que no actúa sobre esquizofrénico, es necesario llevar el e studio hasta la
lo dicho. tercera gen eración , y asi allí lo que está en germen como
Lacan retoma esta cuestión desde otra perspectiva : los fa ctor psicotizante. En fun ción de su propia historia
límites de la libertad sugerida por «cierta práctica» funciona personal (de ese «accidente» que sobrevino en la relación
como señuelo y como su propio límite. El paradigma en con sus ascendientes). los p adres se encuentran en
cuestión está más bien dado por la determinación del situación de no poder reservar a su descendencia otro
automatismo del lenguaje que por lo social. No obstante, . ./', .. . 31!
lugar que e l d e esqu1 z0Jren.ico .. . ».
resulta sensible a los efectos de segregación que producen las El «accidente» en cuestión expresa la falla simbó lica que
estructuras sociales y señala la incidencia en ese sentido del se transmite de padre a hijo, y que en curso de tres
progreso de la ciencia. Nadie se libera de los procesos generaciones puede producir en un sujeto la forclusión del
inconscientes. Se intenta liberar al paciente del peso social, Nombre-del-Padre que lo incluye en la e structura psicótica .
.. pero no puede liberarse de sí mismo. La libertad del hombre Podemos considerar un ejemplo. El padre de Alberto, un
está acotada por el determinismo significante. niño autista de 2 años que recibí hace algunos añ-os , ex:plica
En otra conferencia de la misma época -«Breve discurso que es suya la «culpa» de la enfermedad: cuando nació no
a los psiquiatras» (noviembre de 1967)-36 enfoca la segre- había lugar para él; e staba preparado para ser padre de an
gación del loco por parte del psiquiatra y vuel ve sobre el tema hijo, no de dos. El b isabuelo había ocupado un lugar importante
del racismo y los campos de concentración. El punto está en la polít ica argentina y llamó con su no m·b re a su h ijo . Raúl
en tonces en la posición de los analistas frente a los fenómenos junior fue un gran amigo de su hijo , pero al ser padre n o pudo
de segregación, puesto que la ética del psicoanálisis concierne jamás entrar en contacto c on e l niño al que también d i() su
a esas «formaciones humanas» que refrenan a l goce, y que propio nombre. El padre de Alberto vi vi ó ais lado, muy un id o
en el rac ismo se expresan como intolerancia de otro goce. a su madre y con enormes dific ultades de contacto con ~u
En real idad, . la crític a de Lacan no se d iri ge tanto hacia entorno. Al nacer su pdmer hijo lo llamó también Raúl , u11 ni:iio
el mo vimie nto de segregaci ón que denunc ia la ant]psiquiatrfa, particularmente listo qu e reto ma la genealogía paterna. Con

3.'\ R. L ai 11g, op . cit. , p. J.'\. 37 .1 . La.can. «Disc.:urso dt: clausura ... ». op . ci t., p . 6.
J6 J. LDcan. «Petit 4i ~1.:ou rs aux. psy<: lli atre:»> ( l967), inédi to . 38 D. C ooper. OJ>. cit .. p. .\8 .

82
ese primer nac1m1ento comenzaron las dificultades entre niño, sino que el niño sirva o no de objeto transicional
esposa y madre, con la consecuente depresión de la madre para la madre». 40
de Alberto. Al nacer el segundo niño, no buscado, la madre El «objeto transicional» es un concepto creado por Winnicott
no se había so brepuesto aún a la depres ión; tan1poco encontró para nombrar el objeto que se sitúa en el espacio intermedio
auxilio deJ lado paterno: un segundo niño, al que no podía dar entre el bebé y la futura relación con el objeto.41 Lacan dice
su nombre, no tenía para éJ un lugar simbólico. Esto muestra de ellos: « ... son esos objetos, medio reales, medio irreales,
bien cómo, de los mismos padres, un hijo puede ser psicótico a los que el niño se aferra por medio de una especie de
y otro no : depende del lugar que ocupa en el deseo de los enganche, con10 por ejemplo una puntita de su sábana o
progenitores y cuáles son las coyunturas simbólicas puestas de un babero... no le otorgamos ni una realidad plena ni
en juego con su nacimiento . La fractura simbólica que un carácter plenaniente ilusorio» .42
produce la psicosis es impredecible de antemano. Aun cuando Este objeto es experimentado como parte de) yo y no
este padre no tuviera lugar para un segundo hijo, por ejemplo, obstante está fuera de él. Los fenómenos transicionales
la función paterna podría haberse articulado de otra manera posibilitan la distinción entre el yo y el no-yo. El objeto
a través de suplencias extraídas del universo simbólico transicional representa al pecho materno o el objeto de la
familiar. primera relación. A la larga puede transformarse en un objeto
Lacan critica a continuación la concepción de lo preverbal fetiche. Esta afirmación dio lugar a las distintas consideracio·
puesto que la estructura es la del lenguaje. Para ello toma el nes que se encuentran en Ja literatura psicoanalítica en torno
artículo «Génesis de la palabra en el niño autista» de Sami- al objeto fetiche de los niños psicóticos. El objeto transicional
Ali -citado ya-. Sami-Ali parte de la idea de que la génesis permite la transición del bebé de un estado en el que se
de Ja palabra no está mediatizada por el lenguaje sino por la encuentra fusionado con Ja madre, a uno de relación con ella
síntesis del mundo, síntesis inicial que apunta a constituir pero ya como objeto separado.
objetos simbólicos estables en un espacio abierto al otro. El El niño puede encontrarse en distintas posiciones en tanto
niño crea una equivalencia entre los objetos y su cuerpo objeto: puede ser mediatizado por el objeto transicional, fuente
(proceso simétrico) de donde emergen los símbolos. de las equivalencias simbólicas ; o real, objeto del fantasma
En esta concepción, lo imaginario (de la relación del niño materno, condensador de goce, separado del cuerpo.
con la madre) precede a la constitución de lo simbólico. Es El fantasma de la madre antecede lógicamente a la
más , lo imaginario es pre verbal. Dice: «Sobre ese fondo de posición del niño en la estructura. Cuando el niño real i2a la
objetos que se corresponden unos a otros reflejando {a posición de objeto en ese fantasma no logra ya posicionarse
correspondencia fundan1ental del propio cuerpo y del como sujeto frente al objeto causa del deseo. El niño obtura
objeto 1naterno, hace aparición lll palabra». 3') la castración materna en lo real, sin mediación simból ica..
Frente a esta posición Lacan indica la prevalencia
significante, la construcción simbólica del espacio, la presen-
cia de alucinaciones en el caso estudiado y critica e l mito de
la relación del niño con la madre. Y dice: «Lo importante no
e~· que el objeto trans icional preserve fa al4tono111ía deJ 40 J. Lacan, uDiscurso de clausur.i ...> , op. c.: it. p. 13.
41 D. W. Winn icoll, «Obje1os 1nu1sit:íonales y fe nór11e11()s trusoition11lc~.,.
Re olidua _,. j11~.e, n . Barcelona : Gedis~. 1982 .
42 J . L::ican. EJ Sem i1 iuri<1, l .ibru JV. ((L a relación de ol>jét() J 11~5(> . j/').
39 Sami-Ali. «Génes is de h1 p~ l :ibr:i ...» , np. cit .• p. Y8. Bu e nos Aires : Pui dós. 1994. p. 129.

84
111.- LOS AÑOS 70 objeto primordial, cómo fue afectado por esa pérdida, cómo
surgió su fantasma y que goce recuperó de e sa catástrofe.
1) El lugar del niño en el discurso parental La primera modalidad en que se introduce la relación entre
los padres en el psiquis mo del niño es el fantasma del coito
La di simetría entre los sexos produce lugares diferentes parental. Una niña de 4 años me cuenta que durante la noche
para el hombre y la mujer en tanto padres. P ara la mujer, e s se despertó porque escuchó ruidos. Asustada, se puso a llorar
importante constatar el lugar que otorga a la palabra del padre pensando que eran · ladrones . En realidad los padres se
en la promoción de la ley que regula el deseo; para el hombre, encontraban en medio de una violenta disputa que formaba
se vuelve crucial transformar a una mujer en su falta, en el parte de su modalidad de divorcio. Pero esta escena consti-
objeto que causa su deseo, ya que a través de ese movimiento tuye ya un segundo tiempo que resignifica otra anterior. Una
muestra su relación con la falta propia de la estructura. noche escucha también ruidos en la habitación de los padres.
En la «Cuestión preliminar» ( 1958) Lacan dice en relación Se levantó porque pensó que eran ladrones. No sabe qué es
a la madre: «Pero sobre lo que quere1nos in~~i.stir es sobre lo que vió. Estaban «roncando». Sin ser vista se volvió a
el hecho de que no es sólo de la manera en que la n1adre acostar. El fantasma de los ladrones es ya el velo fantasmático
se aviene a la persona del patlre de lo que convendría con el que cubre lo imposible de la inscripción de la relación
ocuparse, sino del caso que hace ele su palabra, <iigcunos sexual; pero, al mismo tiempo su explicación retoma Ja
el tér111ino, de su autoridad, dicho de otra manera ele/ connotación sexual que para ella no resulta aún posible
lugar que ella reserva al Nombre-del-Padre en la pro1110- descifrar.
ción de la ley». 4 -' El «padre-versión» (pere-version, homofónico en francés
En uno y otro caso queda enfatizada la posición frente a con «perversión») es una nueva manera de referirse a lo que
la castración. Del lado de la madre se expresa por su relación antes era la metáfora paterna: no a partir del Nombre-del-
a la ley del padre; del lado del padre, el hombre puede no Padre, del amor al padre, sino a partir de la causa de su deseo.
erigirse en ley, y entonces su deseo tiene como causa a la El padre debe demostrar cómo arreglárselas c o n el goce, con
mujer, a quien decide darle un hijo. Lacan afirma que el objeto lo que no tiene nombre. Eric Laurent indica: «El lugar del
a para un hombre es una mujer - y eso le permite ser padre- padre ya no se deduce de que transmita el falo -lo que
pero que para la mujer lo son sus propios hijos, en tanto que definía a la 1netáfora paterna- sino en tanto que di iina
se vuelven una forma de tratamiento de su falta-en-tener, de solución, que presente un · semblante, que dé una ver.sión
su Penisneid. El riesgo es que sin la mediación paterna el niño de Lo que es el objeto a». 44
como objeto a suture la falta de la mujer aportándole un J.-A. Miller propone la siguiente secuencia de maternas:
complemento de ser. en un primer tiempo M/J, que escribe a la madre como figura
La rnadre es el significante del objeto de goce primordial, absoluta de goce; en el segundo DM/x, en el que la simbolización
por Lo que está proh ibido. El padre _:_como función- es el de la ausencia permite que se escriba el deseo de la madre
obstáculo para el acceso a este objeto. El sujeto no es el niño y su significado desconocido para el sujeto ; y e n el tercero
--eso nos conduciría a una concepción fam iliarista-, sino aparece su articulación al Nombre-del-Padre .45
que como tal dehe ubicarse en tre los tres términos . La novela
familiar e xplica la manera en que el sujeto es separado de su
44 E . Lau ren t, «[nslitution du fan tasme, fnnt:t.sm~s de 1'i11sti1uti<1n •. op.
c it .. p. 18.
4 ~ J. Lac::m. «De una cuestión pre lim111ar . ···· op . cit .~ p. 560. 4 5 J .-A . l'vtille r , «Causa y conse ntinliento » ( 1987- 88)~ inédi t() .

86
Di stingue dos metáforas paternas . La primera corresponde 2) Algunos ejemplos
a la inscripción P/M. En lugar de la relación sexual que no
existe está la condición de amor que puede inscribirse. La Alicia, de diez años, acude a la consulta por sus llantos
liebesbedingun.g no enlaza al sujeto al ()tro sexo sino a un inmotivados que se iniciaron hace seis meses. En su intento
objeto asexuado - incluso si es a través de un objeto sexuado de consolarla, los padres aceptan la escena que ella construye:
que eso se obtiene. toma las manos de los padres y así, los tres juntos, deja de
La segunda metáfora paterna corresponde al significante llorar. Los llantos tienen su historia familiar. La madre tuvo
del falo que se substituye a un goce desconocido . Este muchas dificultades para quedar embarazada: perdió nume-
proceso de significantización se inscribe como una pérdida de rosos bebés y no pudo volver a tener un hijo después de Alicia
goce: este goce queda separado del Otro: A/J=a. (es hija única) . Ella tiene su secreto: un aborto antes del
La metáfora paterna es una manera de inscribir la relación matrimonio que le produjo una hemorragia de cierta gravedad.
padre-madre, en el lugar de la inscripción imposible de la El padre tiene también su secreto. Después del parto de Alicia
relación hombre-mujer. Lacan lo indica con su fórmula «no su mujer perdió el deseo sexual y no acepta tener relaciones
hay relación sexual». La imposible inscripción de un significante sexuales. Piensa entonces la posibilidad de divorciarse, aun-
que nombre a la Mujer -en la oposición falo-castración que nunca se lo dijo a su mujer.
freudiana, elfalo permite una inscripción del lado de la sexua- Alicia, que se ocupa continuamente de consolar el llanto
ción masculina, pero la sexuación femenina no tiene un signi- de la madre, pone al descubierto )a verdad conyugal y expresa
ficante que le sea propio--, impide que la relación hombre-mujer claramente que llora porque tiene miedo de que los padres se
pueda ser inscrita en el psiquismo. Se intenta suplir este vacío separen. Cuando logra verbalizar ese pensamiento rehúsa
central a través de la metáfora del amor. continuar con sus entrevistas y le pide a la madre que venga
Jacques-Alain Miller propuso la fórmula P/M que se sitúa en su lugar. La maniobra de la niña reenvía a los padres su
en la inscripción imposible H/M (hombre-mujer). Si bien la pregunta. No es ya por qué llora, sino adónde apunta su llanto
Mujer no existe, sí existe la madre como suplencia, como una lo que se pone en juego en la entrevista con los padres. U na
de las versiones posibles para responder a qué es ser mujer. vez planteada esta cuestión los padres vienen a la entrev ista
Ella metaforiza el deseo del Otro a través de] Nombre-del- siguiente y relatan el siguiente episodio. Como sucede a
Padre; y metonimiza el objeto de goce a través del hijo. Es menudo, comienzan a discutir. Alicia hace el ges to de estar
por ello que los post-freudianos enfatizaron la relación que sí a punto de llorar. Los padres, advertidos , la mi r.an sin
existe entre la madre y el hijo. conmoverse. El padre se ríe y le dice jocosamente: «No vas
La inscripción de la «pareja conyugal», la relación padre- a llorar» . Y la madre: «Lo que tu padre me dice es cuestión
,,
madre, no recubre completamente la imposible inscripción de m1a».
la relación hombre-mujer. De a11í que también aquí encontra- Los efectos de la ruptura de la complicidad entre madre
mos un resto , el objeto a , verdadero partenaire del sujeto: e] e hija son inmediatos : el llanto de Alici a desaparece,. vttel ve
sujeto finalmente está a solas con su propio goce. La pareja a reírse y a mostrar entusiasmo, y, además, aparece su i 11terés
conyugal se ocupa de la transmisión de esta imposibilidad que por los chicos, cosa que hasta entonces la te nían total mente
reve la que la falta no es una contingencia sino que es un indifere nte. El resultado de estas ent revi stas es la con fron-
elemento de la estructura. tación de los padre s a su in1passe sexual y a .su decisión de
no separarse . Para e ntonces la niñ a no necesita ~CJ fll nc i<>nar
como lazo, y esta problemática qued a· en sus n1lltl os en la
88
-m~lli da gu.e puede separarse de sY alienación en e l discurso in ex istente. Ella enunciaba con su miedo Ja verd ad secreta de)
ma.temo . padre, rechazada por la madre ; y a l mi smo tiempo ll oraba en
En «Líl equivocac ión del suj eto supuesto saber» Lacan el lugar de la madre . E J efecto depresivo es el resultado de
Te léi ta a11 a his t 0 ria que escuchó de Derrida de una anécdota la caída del deseo. En el segundo caso, la depresión de Pierre
que le ~ucedió con su hijo Pierre. Lo evoca de la sigu iente es e l efecto de l «impasse sobre el Otro» -<:orno lo expresa
manera: <<"Soy un rra111poso de oficio', dice un niñito de Lacan- por parte de l padre, que involucra la posición de la
ct«i1TO años acu rrucándose en los brnzos de su progenitora madre como objeto causa del deseo para el padre.
ant~ sw padre, quien acaba de responder «Eres lindo » a
s 11 pregu nta <¿ por qué me miras?» Y el padre no recon oce
a llí (aunque el niño haya fingido ~n el inte rvalo haber
p erdido el gusto d e s[ desde el día en que habló) el
impasse que él nzismo intenta sobre el Otro, jugando al
muerto. Le roca al padre que 1ne lo dijo, el escucharnie
4
O IZO». <i
Eric Laurent subraya algunas cuestiones relativas a esta
historia:47
l) Frente a la pregunta ¿qué soy para ti?, es decir, sobre
el deseo del Otro, el padre responde -fascinado por la
imagen fá1ica del niño en brazos de su madre- en el registro
imaginario : nombra la belleza que oculta el objeto de deseo.
El que hace trampas es el padre pues impide que se dirija al
Otro para formular su pregunta y lo deja atrapado en la
agresividad imaginaria.
2) El niño responde que es un tramposo en el lugar del
padre, puesto que el padre lo identifica al lugar del niño
muerto: objeto de deseo sin que se incluya en el deseo. Con
su respuesta el niño queda así identificado .
La trampa del padre es que se dirige al niño en lugar de
orientarse hacia la mujer y confrontarse con el deseo del Otro.
En los dos casos vemos la aparición de la pantomima
depresiva en los niños. Alicia encarna el impasse en el que
se encuentran sus padres, y sus lágrimas se establecen un lazo
entre e ] padre y la padre -la escena en que están los tres
tomados de la mano- en el lugar de la relación sexual

46 J. Lac:in. «La equivocación del s ujeto supuesto saber». M o 111e111os


cruci<i/es en la experiencia analítica . Buenos Aires : Manantial , 1987 .
47 E. Laurent. «El objeto en el psicoanálisis con niños» , op . cit.

90 91
IV.- TRATAMIENTOS

«¿Qué hacer con un niño autista que llega a la consulta?»,


se pregunta el analista al confrontarse con estos niños
encerrados en su propio mundo. Las experiencias clínicas y
las teorizaciones correlativa muestran los impasses a los que
conducen ciertas orientaciones. Una serie de autores de
orientación psicoanalítica nos permitirá examinar los abordajes
diagnósticos y los tratamientos propuestos para niños psicóticos.

t ... Margaret Mahler: el caso Stanley (1951)


En los años 40 Margaret Mahler comienza a trabajar en
e l Servicio Infantil del Instituto P siquiátrico del E stado de
Nueva York y de la Universidad de Columbia. En 1948
.."
'
presentó (junto a J. Ross y Z. De Fries) un resumen preliminar
de sus hallazgos en 16 casos de psicosis infantil ti tu lado
«Estudios clínicos en casos benignos y malignos de la psicos is
infantil (semejantes a la esquizofrenia)». En los años SO
introduce su di stinción entre el «autismo infantil precoz>~ y e 1
«síndrome de la psicosis simbiótica» .
En s u libro Sin1biosis huniana: vi cis i tu de~ 1le la
individuación ( 1968) presenta a] autismo como defensa
frente a la necesidad vital de simbiosis con la madre o <:on
un su bstituto materno. Distingue el «autismo infantil tempra-
no» (según la descripción d e Kanner) del «sindrome de la
psicosis simbió tica». El tratamiento consiste en u na experien-
cia simbiótica co rrectora con un terapeut a.
En la evolución normal d el niño ap arece en las primeras
semanas un autisn7.o norn·1al que se caracteri za por s;u e ~ta.do
alucinatorio . Desde el segundo mes en adelante se produce etapa que faltó o que fue gravemente alterada en el niñ o
b jase sünbiótica con la madre : ambos constituyen una . , .
ps1cot1co.
unidad dentro de un límite común . Esta fase indica la caída En la fase del tratamiento propiamente dicho se intenta que
de la caparazón autista y es solidaria de un yo rudimentario. el niño reviva y entienda las experiencias traumáticas que han
La fase siguiente, de separación-individuación, permite la impedido su evolución para lograr un desarrollo yoico.
maduración del yo. El caso Stanley, que examinaremos a continuación , no
Desde esta perspectiva, la psicosis expresa una deficiencia describe la aplicación de las vicisitudes de este tipo de
yoíca originada por una individuación deficiente o ausente. tratamiento, sino que se vuelve el modelo de la apreciación
~ahler distingue este tipo de psicosis, simbiótica, que implica diagnóstica que hace Margaret Mahler de la psicosis simbiótica.
cierto progreso de Ja fase simbiótica, del autismo infantil Los padres de StanJey consultan cuando tiene 6 años. La
descrito por Kanner, en el que está totalmente ausente. madre no encontraba nada anormal en él, fue el tío materno
A partir de estas consideraciones, establece una serie de que llamó la atención sobre su conducta extraña. Después de
metas para el tratamiento: J) restauración de la imagen haber balbuceado unas cuantas palabras en Ja segunda mitad
corporal y de la identidad; 2) desarrollo de las relaciones de del segundo año Stanley dejó de hablar. Desde los 3 años
objeto; y 3) restauración de las funciones carentes o permanecía inerte, acostado en el piso, mirando fijamente en
distorsionadas madurativas del yo. 1 A esto se añade cierta el espacio, sin jugar. La observación es el resultado de tres
función educativa que apunta al desarrollo yoico: « ... el años de tratamiento.
terapeuta trabaja para convertirse en una figura mater- Margaret Mahler va puntuando una serie de cuestiones a
na. Se ofrece a sí mismo conio un compañero simbiótico lo largo del tratamiento. Parte de la constatación de la
y le per1nite y ayuda al niño a revivir - reexperimentar- «memoria fabulosa» del niño, efecto de la inhabilidad del niño
en una forma más normal pero más adecuada a su edad, psicótico para olvidar selectivamente y reaccionar específi-
las primeras fases de su vida psíquica».2 camente a ciertos estímulos afectivos y perceptivos. Relata
El tratamiento es planteado como un modelo tripartito la siguiente secuencia a modo de ejemplo . La madre solía
(madre, niño y terapeuta) que consta de dos fases diferen- leerle un libro llamado Cuando tú eras un bebé, que lo hacía
~iadas : int.r oductoria y propiamente dicha. En Ja etapa llorar sin control. Stanley insistía en escucharla y se ponía a
1ntroductor1a se busca un contacto con e) niño que no sea llorar. Cuando la maestra del jardín leía una historia que
experimentado como una intrusión. El terapeuta intenta vol- mencionaba al bebé Stanley lloraba.
verse el «principio materno» para funcionar como amortigua- En el libro había dos cuadros en páginas opuestas. En un o
dor entre él y su ambiente. A continuación lleva a la madre está el bebé en su corral llorando puesto que su s. juguetes
al mismo tipo de relación que pudo establecer con el niño; es están afuera y no los puede recuperar. En la otra página está
decir, busca producir una identificación de la madre con el un Panda sentado en la jaula con un platón de comida junto
terapeuta que se vuelve el modelo de la posición «adecuada» a él. Un tex to dice: «Y mamá pensó: Ese bebé 5e pa rece aJ
con el ni ño. La meta de esta primera etapa es el restable- Panda gordo en el zoológico sentado en su jaula» . A partir
cimiento de una relación simbiótica con . el objeto original, de entonces el niño llama «Panda» a los bebés y muñec<>~ <¡lle
encuentra. Mahler señala que llorar y ser alimentado por l~ mamá
1 t.-f. Ma.h ler. Si111 b1 0.~is Jmmtuw: lus ~·it·i.'>1111de .~ de Ja indi 1:ul11aciá11
estaban irreve rsiblemente juntos. Y que ]as tres ftguras: bebé,
( l 968). Méxic; o: ed . Joaq 11ín t\1ortí l, 1980, p. 204. Panda y mamá estaban indiferenciadas. lo que es ca1acterí stico
2 Jde1n. p. 218. del síndrome de la psicosis simbiótica.
94 95
Tiempo después, Stanley encuentra en el consultorio de la En el consultorio había un teléfono de pared que sonaba
terapeuta un libro infantil llamado Diversión con caras. En cuando alguien abajo apretaba el botón para entrar. El ruido
este 1ibro había un cuadro con la cara de un bebé cuya del timbre se convirtió en una experiencia fascinante y
expresión podría cambiarse con una etiqueta que servía para aterrizadora. Si casualmente se acercaba al teléfono pregun-
«apagar» o «encender» una expresión fisionómica: o llora o taba en forma estereotipada: «¿Qué hará ahora el teléfono de
ríe. Stanley cambiaba las expresiones en un estado de gran la pared cuando se acabe el tiempo?». Cuando la terapeuta
excitación, pero esta conducta estereotipada alternaba con respondía «Sonará», el decía a su vez «no sonará».
momentos de total indiferencia en que se movía letárgicamente La terapeuta intenta quitarle el miedo mostrándole la
de un lado al otro sin meta alguna. relación entre el botón de abajo y el timbre de arriba. Cuando
Mahler describe esta oposición como una alternancia entre sonaba, decía: «Ahora no sonó tan fuerte porque sabía que
la fusión simbiótica y el retiro autista. Bastaba con decir la esperábamos que sonara». Atribuye así una iniciativa al
palabra «bebé» o si tocaba el cuerpo del terapeuta para objeto, que se dirige a él, lo que le da su carácter alucinatorio,
sacarlo de su estado de estupor. mientras que guarda la certeza de esta atribución .
Un traumatismo infantil cobra un lugar prevalente y Estos fenómenos de alternancia aparecían también de
cristaliza el enlace entre llorar y alimentarse. A los 6 meses otras maneras: apagaba y encendía la luz, especialmente la
Stanley sufrió una hernia inguinal por lo que los padres de la heladera; frente a la desaparición de los frijoles en el
evitaron a toda costa su llanto para evitar una operación de inodoro preguntaba con insistencia a dónde habían ido.
urgencia. Al mismo tiempo vomitaba mucho y rehusaba Sobre el final de la observación, Mahler señala los fenó-
comer. Para Mahler se trata de un enlace sincrónico entre las menos hipocondríacos que presenta, y la repetición ecolálica
dos experiencias que desemboca en los fenómenos antes de frases con el mismo tono de voz y los gestos utilizados por
descritos que para ella tienen el valor de procesos restitutivos el adulto al hablar. Relaciona esta última cuestión con la
para salir del caos. construcción de una máquina. Stanley era una «máquina de
Una cuestión cobra un valor especial en este tratamiento: memoria»: «allnacenaniiento de engrames desconectados,
el interés de Stanley por los objetos mecánicos, en particular desorganizados en cuanto a las cualidades de lo esen cial
por los fenómenos de alternancia, donde intenta alojar la o lo no esencial».J El niño reaccionaba como si hubiera
emergencia subjetiva. Una alternancia holofraseada traduce, encendido un apagador en él y ponía en funcionamiento la
en cada uno de los ejemplos que expondremos a continuación, máquina de la memoria. Diferencia el func ionamiento de la
la fijeza de las alternativas. Stanley se cruzaba habitualmente «máquina psicótica» en e l adulto y en el niño: el adul to está
con una propaganda de cerveza en la que había una repre- influenciado por una máquina porque proyecta su cuerpo fuera
sentación de un robot mecánico sobre una bicicleta que estaba de sf (V. Tausk 4 ) , el niño es la máquina influenciada, lo que
en movimiento constante durante todo el día. Al niño lo Indica su lugar de objeto que completa al Otro: A+a .
fascinaba este espectáculo. Un día llega a su sesión con gran Eric Laurent, en el artículo «Estructuras freudianas de la
entusi asmo: «Estaba apagado, repetía, es mi día de suerte» . psicosis infantil», indica: << Lo que hace la sin.gu laTiáad d e
A part ir de entonces el hombre «encendido» o «apagado» se Stanley es que siendo por entero máquina inffwent·ia da,.
volvió uno de sus temas repetitivos . .
También se puso a dibujar ruedas que distribuía entre las
3 ldern , p. 1:11 .
que <{gritan» y las que «cesan» de g ritar. l)ibuja entonces 4 V. Tausk , «Acercll del aparato de influ ir en el curso de la e ~<111 i1ci 'fre11iu..>
«apagadores» que enciende y apaga. (19 19), Tral"1jos ¡Hi(""'"'"líticos. Barcelono : Gedi sa . 197 7.

96 91
él es objeto a, atraído y rechazado por el significante». 5 veía cinco veces por semana, y contro laba una vez por se-
Reparte a continuación los fenómenos bajo la escritura del $ mana con Lebovici, de allí que el planteo es un libro escrito
y del objeto a: pulsación por un lado, excitación y estupor por de a dos.
e l o tro. Por otra parte, señala que el testimonio de Marga ret E l relato del caso da cuenta de la teorizac ión de Lebovici
Mahler permite visualizar el peso de l automatismo mental en en torno a la psicosis infantil , y de cómo trata de convencerlo
la infancia, y que en definitiva, la verdadera simbiosis se al niño de la veracidad de sus interpretaciones que apuntan
produce con el significante. Concluye: «La psicosis simbiótica a neurotizarlo. El prólogo de Lebovici expresa claramente esta
según Mahle 1; es el auto111atism o 1nental. En este sentido, orientación: «Lo esencial de este docun1ento se lo debemos
es j ustan1ente el fondo y 110 el origen genético de la a nuestro ¡Jaciente: fue él quien nos perm.itió co1nprender
psicosis». 6 el doloroso camino que debió recorrer atacado sin tregua
por su s objetos internos, hasta que una organización
2.- Joyce McDougall y Serge. Lebovici: Diálogo con po rtadora de valencias edípicas salió a la luz y le
Sammy (1960) posibilitó algún doniinio de valor seudoneurótico».x No
obstante, el material clínico de este niño de 9 años y medio
Serge Lebovici comienza a sus trabajos sobre niños en los muestra los fenómenos propios de un cuadro de esquizofrenia
años 50.7 Junto a R. Diatkine publica «Etudes des fantasmes infantil (diagnosticado así por Margaret Mahler) .
chez l' enfant» en 1954. Toma como referencias a R. Spitz, Sammy llega a la consulta en un estado de excitación
M. Kle in, Winnicott y la teoría de relación de objeto . En esta verbal y psicomotriz. En sus primeros años presenta un cuadro
época describe a la psicosis infantil como la tentativa última de autismo que luego se manifiesta como una esqujzofrenia
de adaptación en relación a la angustia por experiencias infantil. El niño no sonreía a la gente y ni siquiera parecía
primitivas no integradas. Se trata de una defensa contra una advertir su presencia. A los 2 años no daba la impresión de
angustia mortal insoportable. Pero, a diferencia de M. Klein, mirar realmente a las cosas. Se balanceaba hacia adelante y
no acepta la concepción de posiciones psicóticas en bebés hac ia atrás haciendo movimientos estereotipados con las
normales. Distingue la psicosis de la prepsicosis por el estado manos. No se dirigía espontáneamente a nadie . Hasta los 6
del yo. En lugar de detenerse en la posición de objeto del niño años no dio muestras de interés por los juguetes; se entretenía
en el fantasma materno -como lo señala Lacan- , pondrá exclusivamente con sus manos. Tenía la costumbre de hablar·
el acento en las perturbaciones que se producen en el relación les durante horas, en una jeringoza donde aparecían incansa·
de obje to entre el niño y la madre, en la que interviene una blemente las palabras «dedán, dedán, dedán>> (l a palabra
di sarmonía evolutiva como etiopatogenia de la psicosis. inglesa «the hand» repetida). Luego comenzó a hablarles a
El análisis de Sammy traduce en verdad el diálogo entre personas imaginari as. Se saludaba a sí mismo diciendo:
Joyce McDougall , analista de lengua ingles.a por ese entonces «¿Cómo le va, señor Bump-Bump?» . En el momento de la
en formación en París - razón por la que recibe al niño en consulta no se interesaba por nada, no j ugaba con otro s niños
trata rniento-, y Serge Lebovici, su supervisor. La analista lo y se mostraba muy agresivo.
Las transcripciones de las .sesiones mu estra ~ tctnt() l <>S
5 E . Lauren 1. <~Es t ruc t uras fre udianas de la psicosis infantil», Co11 1·ep · fe nómenos psicóticos como el tipo de interpretaciones de s11
ciofles de In c: 1Jrt1 en p.~ i cor11uilisi.r. Bu c:n o~ Aires: Manarll iol, 1984, p.
6 lde rn, p.
7 Véase M . Ledo u:t. , C onception .~ p .<ryc fu11taf,\' tiques df' la ps.\· cho.~ e 8 J. fl.1c Dougall y S. Lebovici. Dirí l o~o co11 ScT1 1111r1 · ( 1~60). Buenos
i11fe1 ntile. Pa ris: P.U. F., 19 89, pp. 54 -7 1 Aires : Pai<iós, 1990, p. 6.
98
analista. Indicaremos ambas orientaciones sin detenernos en juego la fantasía que el niño tiene en rel~ción a su n:arido
demasiado en las construcciones teóricas ad-hoc de Ja analista. en tanto pene-vela (objeto aludido en la sesión) escondido en
Sammy establece .su posición e n eJ dispositivo analítico. el interior del analista que intenta destruir, es decir le da una
An.te las notas que tomaba la anali sta, el niño se proclama lectura edípica. Le dice : « Ya ves, Sam.niy, creo que tienes
«dictador»: «Y ahora, escriba todo lo que voy a dictar». Esta miedo de lo que suce<lería si continuáramos teniendo
exp re~ ión traduce su posición de an10 del saber que debe ser relaciones tfe amistad. Te preguntas lo que haría mi
rec~pila~o por. su analista, es ella quien debe acoger su niarido y lo que pensarían tu padre y tu niadre». 10 En
test1mon10. Y sin duda tiene una función estabilizadora al fijar realidad, trata de convencerlo de la acción paterna desde una
l~s pal ~bras qu~ se desplazan sin sentido - por lo que el niño posición de alter-ego sin obtener ningún result~do. ~n ~a
tiene cierta mejoría durante su análisis-. medida en que ella se instala en un eje puramente 1mag1nar10
Pero este lugar de testigo queda circunscrito por la teoría la anali sta termina por responder a una agresión del niño casi
a la que se le quiere hacer entrar el relato del niño. Sólo casi con una cachetada, frenada por la cara de terror del niño.
al final del libro nos enteramos por ejemplo de los trastornos Podemos puntuar una serie de trastornos. El niño se
del lenguaje evidentes del niño, silenciados por el sentido desplaza continuamente de un modo metonímico ~n sus
bus.c~do por el analista a través de las interpretaciones de tinte fabulaciones siguiendo la homofonía de la lengua, sin una
kle1n1ano. McDougall dice: «A menudo San1.n1y habla en construcción delirante. De allí que las historias incoherentes
fo~nia bizarra. Utiliza frases que no tienen significación que construye no produzcan un efecto. de sentido. D.e sde el
evidente y pronuncia clichés inadecuaclos unos tras otros, inicio del tratamiento aparecen neologismos - por ejemplo,
cruzados por gritiros agudos y por una suerte ele alari- «cara bonita», el «pensamiento» o el «fastidio»-, que si bien
do) ». 9 ·
no son palabras nuevas que incluye en la lengua, tienen un
Este «idi oma especial» -como lo llama la analista- está sentido personal .
constituido por una ola de palabras carentes de significado, Las interpretaciones de la analista promueven la produc-
frases hechas, gruñidos y alaridos. Las manifestaciones de ción psicótica. La analista encuentra sentido a todo lo que d ice
este idioma son omitidas del relato, o interpretadas como el niño, y Sammy termina por tener la convicción de la «lectura
«resistencias», o bien desencadenan sentimientos coléricos de pensamientos». Cada vez que dibuja le pide que anote el
contratransferenciales en la analista. Se ve bien que ella no pensamiento propio del dibujo. Y por más que McDougall
tolera no entender qué dice el niño y le pide que asocie sobre intenta convencerlo de lo insensato de esa idea , Sam my
ello o intenta serenarlo con interpretaciones. Los trastornos mantie ne su creencia en este fenómeno elemental .
del lenguaje que caracterizan a la ps]cosis son desconocidos Las ideas de muerte de) sujeto que reaparecen incesan-
por la analista y de allí que trata de establecer una trama temente en el relato y su hipocondría (dolores de coraz:ón, de
n~urótic.a a lo que aparece como una ensaJada de palabras estómago, de los genitales, de apéndice) son abordados
SID sentido, trastorno propio de la estructura no)ofrásica del lateralmente, aunque en realidad traducen la mane1a de
lenguaje .
retorno de l goce sobre el cuerpo propio de la esqu iz:ofren1a.
. De esta .m anera, se esfuerza por introducir al p adre en sus Las interpretaciones que recibe lo enloquecen y a u me11tan s11s
1nterp retac1ones. P or ejemplo , el niño dice: «Tengo ga nas de fabul aci ones puesto que la analista intenta hacerl e reco no cer
romper lo todo en su casa», y la anah sta traduce que se pone la diferenc ia entre los sexos, que para é l no tiene inscripc ión.

9 ldem . p . 170.
1O ldc:m. p. 67 .
100
1Dl
La teoría kleiniana de los pechos buenos y malos utilizada en Mientras que el mundo continúa desvaneciéndose - .las
las interpretaciones erotizan la re lación con el niño, y a toda paredes se desintegran, el libro devora sus propias páginas-en
costa quiere ver los genitales de su analista. Sammy aumentan sus ideas de muerte, de las ·que habla con una
En un momento Sammy le dice c laramente que ella habla gran reticencia. De hecho, en su última sesión hace un dibujo
demasiado; en otro se rebela contra el paradigma que rige que ti tula: «Yo muerto». La analista lo interpreta como expres ión
todas las inte rvenc iones de la analista: frente a un dibujo dice de sus sentimie ntos depresivos por la interrupc ión de la cura; el
que ese un tesoro encerrado en una caja, y si ella insiste en niño lo relaciona con un personaje persecutorio.
pensar que es un pene todo está estropeado de entrada. Joyce M cDougall tuvo noticias de Sammy dieciséis años
Al final del tratamiento -los padres deciden enviarlo a una después. En cuanto al devenir del niño expresa lacónicamente
escuela especializada en los E.E.U.U.-, todas las interpretacio- que pasó muchos años en la escuela a la que lo ·e nviaron, y
nes estarán orientadas por este pensamiento contratransferencial que durante ese tiempo la institución impidió · que tuviera
del fastidio que le produce a McDougall la interrupción del noticias suyas. Termina su libro mostrando la conformidad de
tratamiento, aunque el material muestra que en el niño predomina Sammy con la publicación y se cuida muy bien de dar
la emergencia de fenómenos persecutorios. En un momento, ante informac ión que contradiga la supuesta «neurotización» que
el robo que se produce en su casa, Sammy llega a tener la supone que produjo el tratamiento.
convicción de que el ladrón es el marido de la analista.
Se constituye una secuencia que termina por cristalizarse 3.- Bruno Bettelheim: Joey, el «niño-máquina» (1967)
en la idea: «Todo me mira», momento en el que el mundo
comienza a cobrar una significación personal, y tiene como Bruno Bettelheim explora la constitución del autismo en
objeto privilegiado la mirada. Esta serie comienza en trans- comparación con su experiencia en los campos de concen-
ferencia . El niño comienza por llamar a uno de su s dibujos : tración durante la Segunda Guerra Mundial.. El resultado de
«Los ojos·de Douggi --como llama a su anali sta- que lo ven su trabajo en la Sonia Shankman Orthogenic School es su libro
todo». La certeza de la lectura de pensamientos termina por La fo rtaleza vacía. EL autisn10 infantil y el nacin?.iento d el
situar a la analista en el lugar del objeto mirada. A continua- sí niisn10, 11 publicado en los años 60.
ción llama a otro .dibujo: '«Dios con sus ojos que lo ven todo», Dice: «Alg unas víctinia s de los can1.pos de concen-
para terminar afirmando que los objetos lo miran . . tración había n perdido su htilnanidad en re3·pu esta a
L a emergencia del objeto mirada va acompañado por la situaciones extremas. Los niños autistas se reJ ira1i d el
aparición de trastornos imaginarios . De golpe las cosas le n1.undo antes de que su hu111anidad se haya realrn.e1ite
parecen alejadas, las personas de su alrededor, aunque no desarrollado. ¿Existía· alguna conexión entre el i1npa e-
cambian de tamaño, se vuelven minúsculas. En otro momento t o de las dos c lases de inhun1a12idad... ?». 11 E indica q11e
tiene la impresión que el mundo se inmoviliza o que él mismo la t area del te rapeuta es c rearle a l niñ o un mu 11do
queda sumergido en sus visiones y al volver no sabe en qué totalmente diferente del que ab ando nó en s u deses·p eración
pensaba o cuánto tiempo transcurrió. La percepc ión de los pa ra que pueda incluirse en él. «.Nuesrro estfn111ia sir ve
objetos vacilan y Sammy tiene la impres ió n que las casas principaln1en te para convencer a estos ni í1o s de qlie '11'
suben y bajan. · que se mueven . Aparecen al ucinaciones
visu ales y olfati vas asoc iadas a un del irio que construye en 11 B. Be1tt!lhcim. u1 forta.lea1 ra i: íu. El ullti.t11u~ i 1i/t1111if ·' 11 JI lf n J11i-lJ1J1J
tomo al n1érro: lo fasci na, quiere tocarlo y tiene un sentinliento 1Jel (1967)
s{ 11ri5111 0 Barcel ona : Laia. '. 98 7.
inefable asociado a é l. 12 ldem. p. 17.

102 IOJ
están solos ni en peligro en la luc ha por encontrarse fracaso; el de Joey e s considerado como un éxito relativo.
,, • • 13 d .
a s1 m ·1sn1os», ice. Bruno Bettelheim res ulta particularmente sensible al trato
Lo que para el prisionero de un campo de concentración que rec ibieron estos niños por sus padres y se encarga de
es su realidad exterior, para el . niño autista es su realidad señalar los casos de hostilidad. En e l caso de Laurie, por
interi or: ambos parecen estar convencidos de la inminencia de ejemplo, señala que al internarla la madre manifestó dos
la mue rte. Recoge algunas características que presentaban deseos: que no le cortaran sus largos cabellos, porque los
los «musu1manes» -se les llamaba así a los prisioneros que adoraba, y que se diese a la pequeña un tratamiento de
se habían resignado a la muerte sin oponer resistencia si é sta electrochoques. Los padres de Marcia se casan sin amor, a
era la voluntad de los SS (o de Alá)- y los compara con el la espera que la madre pudiese superar su depresión por la
comportamiento de los niños auti stas. muerte de su primer marido. Ellos no deseaban, dice Bettelheim,
Su estudio del autism o corresponde a las teorizaciones de que Marcia existiese: el padre para estar a solas con la madre,
la Egopsychologie. Plantea que el autismo infantil nace del la madre para sacarse de encima al marido. Los pad.r es de
convenc imiento original de que uno no puede hacer nada Joey se casaron para consolarse mutuamente de sus pérdidas
respecto de un mundo que ofrece ciertas satisfacciones, pero de seres queridos durante la Segunda Guerra Mundial. Al
no las que uno desea, y esto sólo de manera frustrante. Se nacer Joey, la madre no quiso verlo, lo consideraba «una cosa
retira a la posición autista. El mundo que parecía insensible más que una persona», « no quería cuidarlo ni darle de
hasta entonces aparece como destructor. Toma como modelo mamar», lo ignoraba; nadie nunca lo tocaba, lo acunaba o
el «marasmo» y el «hos pitalismo infantil» teorizados por Spitz: jugaba con él.
los niños están convencidos que el mundo es sólo frustrante El caso más patético de los presentados es el de Laurie,
y destructor, por lo que toman una posición de pasividad dado que muestra có mo una niña que llega a los 7 años muda
extrema. Lo diferencia de la ps icos is simbiótica infantil y totalmente inerme logra hacer grandes progresos en el
descrita por M. Mahler; en este caso el niño puede establecer libro se incluyen algunas fotografías de las construcciones que
por lo menos el contacto con una persona, su madre, lo que la niña alcanzó a hacer- que terminan en la nada d ado que
le permite desarrollar su aptitud de relacionarse . los padres la sacan del tratamiento para terminar internándola
Critica la interpretación kleiniana del autismo como temor en un hospital público para niños deficie ntes mentales. Cuando
del mundo por proyecc ió n de su agresiYidad (como lo plantea Bettelhe im la va a vi sitar a esa inst itu ció n la ve igua l q ue en
Rod rigu é ), puesto que e l fac tor cuantitativo no ex.plica por qué su prime r encuentro: había perdido todas sus adqu isiciones. y
alguJll)S niños se vue lven autistas y otros no . «Creo que la no respo ndía a nadie ni a nada.
causn inicia l d e la retirada es más bien la correcta El caso de Joey resulta verdaderamente ejemplar del
interpreta ción d el 12i1io de las e1noc io11es negativas que le trabajo de la psicos is . Dominique y Gérard Mil ler, al comelltar
procuran. las fi guras nlás sign ijicati vas de su 1nedio» 14 , e ste caso, indican su itinerario de ser el ni ño-máq ui na a ser
dice. Concl uy e que la tragedia de estos niños es que no poseen el niño de la máquina: 15 el niño logra u na estabil izac ión a través
ex perienc ias m ás beni gnas que compensen a la negativa . de la creación de .una máquin a eléctrica construida por él
En su libro presenta tres historiales clínicos. Uno de e llos mi smo que mostraba a qu ien quisie ra escucharlo.
- Laurie--. a pes ar de un notable p rogreso, res ul tó ser un Joey llega a la Escuela Orto génica de Ch icago a los <) a.ñCJ s
y medio co mo si fu era un máquina. Cuando hacía algo pare~ í.i
13 1<len1. p . 126
14 l den1, p t.} 3. 15 D. y G . !\.f il ler . «E l niño móquina». A1u1ií1ic" 5 ( 14.} g~).

104 1() 5
funcionar· por control remoto, era un «hombre mecánico» mos que . cambia incesantemente para que no se sepa su
mo vido por máquinas constituidas por engra najes y transmi- significación. Al mismo tiempo humaniza a .tas máquinas y
sores creados por él y luego fu era de su control. establece diferencias entre ellas.
El niño sólo tenía existencia cuando·la máquina funcionaba, Al cabo de un año se inicia la segunda fase, como resultado
sino permanecía parado sin moverse. Luego de una pausa de de la oposición de los educadores frente a las prevenciones
inmovilidad ponía en marcha la máquina que funcionaba a gran alimentic ias de Joey. El niño distingue entonces entre las
velocidad hasta que se producía una explosión que consistía máquinas buenas y malas. Por otro lado, comienza sus
en que Joey tiraba una lámpara de radio o una bombilla construcciones delirantes en torno a la analidad, asociados a
eléctrica -era particularmente hábil para procurarse esos un niño llamado Ken .
objetos, y si no los encontraba utilizaba una botella o cualquier En la tercera fase sitúan la emergencia subjetiva de Joey
objeto frágil- . En el momento de la explosión corría hacia a través de la creación de dos significantes: el indiecito de
todos lados gritando «¡ Crac!» «¡Crac! » o «i Explosión!». Una «Connecticut» y los furgones «Hennigan» . Connecticut se
vez que el objeto lanzado se destrozaba Joey moría con él. descompone en connect - 1 - cut, y Hennigan en Hen - I •
Para poder vivir, Joey se representa como máquina a gan. Joey logra representarse por dos significantes fundamen-
través de complejas instalaciones constituidas por bombillas, tales para una máquina, connect (conectar) y cut (cortar). De
cabos de cuerdas y lámparas: respiraba con un carburador, esta manera, la construcción simbólica comienza a separarlo
comía con un gran motor, y dormía con un aparato complejo de l goce que lo maquiniza. De lo simbólico emerge una
fabricado con cinta adhesiva, cartón, trozos de alambre y otros identificación imaginaria con otro niño, Mitche ll, su alter ego
objetos di versos -en el libro se encuentra la fotografía- especular: empezó a imitarlo, a constituir un «como si» . De
instalado a los pies de la cama. Tendía en el suel o un hilo allí emergen nuevas producciones delirantes el «Chickenpox»
imagi na rio y se conectaba con su fuente de energía eléctrica. de donde surge una serie de dibujos de la gallina eléctrica
Necesita enchufarse a través de su pantomima para poder encinta de un feto eléctrico, que da a luz una gaJlina-pol lito
func ionar. En definitiva, Bettelheim indica que se encontraban que lo representa- que toman el re levo de las máquinas .
frente a un «robot»: sus maquinarias formaban parte de sus Bette lhe im da por terminado e l tratamiento en el punto en
«prevenciones» para protegerse del mundo exterior. un supuesto renacer del auti smo a través del trabajo reparador
El «enchufarse» es interpretado por Bettelheim como la de la Escue la: según su deseo, tal como señalan D . y .G . Mil ler.
posibi lidad de recibir amor -en contrapunto a su historia Tres años después Joey va de visita a la Escuela con la
afectiva. Lo ejemplif ica con la si guiente anécd ota. Un día máquina de su invención: un convertidor de corrien te alter11a
Joey deja de funcionar porque había saltado un plomo. La e n continua que cargaba con él de la misma manera que la
educadora le ofrece un bombón, el niño acepta y en ese m áquina que trajo a su llegada al establecimiento. El efecto
momento dice que sus hilos se arreglaro n. Bettelheim conclu- estabilizador de la nueva máquina está dado por la 1<>cali2ación
ye: «Alinientado con amor, la energía vital volvía a fluir» . 16 ?el goce en un aparato con el que se libera de su expe ríe 11cia
D. ,,v G . M iller señalan tres fases en este tratamiento. En invasora.
la primera fase - q ue corresponde a su lJegada a la Escuela- Las prótesis imaginarias que propone Bettelhe i m se>11
el niño es una máqu ina ; sus «prevenciones» ta mbién concier- insuficientes para lograr un progreso duradero en 1os trata-
ne n al lenguaje : constru ye·su pr()pio código y utiliza neologis- mientos. Podemos oponer los dos casos: Laorie fuer2 del
conte xto imaginario que le permitía sostener un cu erpo Vll el ye
16 ldi:rn, 31 8. a su punto de partida ; Joey - cuyo punt o de pan ida )11 e si 11
106
duda mucho más productivo- · encue ntra la salida en la ción espacio-temporal ; no tiene noción de las proporcione~.
construcción de un aparato, e n e l Jugar de la metáfora piensa que algo grande y voluminoso puede meterse indife-
delirante, que le pe rmite encontrar un orden peculiar en el renciadamente en una caja pequeña como en una grande ; tiene
interior de su estructura, vol viéndose un caso paradigmático pánico a bañarse y lo aterroriza que pasen por agua sus
de estabilización delirante. calcetines; no tiene an1igos, juega un poco con autos pequeños;
lee; no comprende nada de cálculo pero está obsesionado con
4.- Fran~oise Dolto: el caso Dominique ( 1971) ello; tiene comportamientos extravagantes: los objetos no deben
cambiar de lugar; y, sobre todo, cuenta historias que inventa, pero
Fran~oi seDolto perteneció a la Escuela freudiana de más que una fabulación se trata de delirios.
París.11 Lle'vó a cabo cierto número de desarrollos conceptua- El desencadenamiento se sitúa a los 2 años y medio, frente
les a partir de su rica experiencia en el trabajo con niños. al nacimiento de la hermanita: reacciona con angustia al ver
Siguiendo la orientación de Lacan, pone el énfasis sobre lo mamar a la hermana pues no quería verla «comerse a la
simbólico y en la especificidad del deseo en el ser viviente. mamá» . Comienza entonces sus crisis de oposición, cólera y
Pone el acento en las «imágenes inconscientes del cuerpo» rabia, y pasa por períodos de mutismo e insomnio.
que funcionan en todo momento como una síntesis actual de Podemos leer la dirección que Dolto le imprime a la cura
experiencias emoc ionales repetidamente vividas a través de a partir de la indicación de Eric Laurent : Fran~oise Dolto
sensaciones erógenas. Define al auti smo como una enferme- intenta hacerle creer a Domínique que su padre el padre
dad simbólica de la relación con el e ntorno. 111 Aparece como ldeal- tie ne cierta incidencia sobre él, aunque en verdad se
una ruptura simbóli ca del narcisi smo del sujeto. La psicosis desinteresa completamente. Esto produce un cierto alivio en
del niño se constituye en relación al Edipo no resuelto de los el niño, aunque de corta duración. 19 Es decir que hay un
padres. Su libro más conocido sobre este tema es el análisis empuje a neurotizarlo cuyo alcance es frag1nentario.
del adolescente llamado [)orninique. Examinaremos exclusi- La madre de Dominique indica desde sus primeras entre-
vamente este hi storial clínico, sin tomar en consideración los vistas que hace de madre y de padre a la vez, puesto que el
desarrollos teóricos forn1ulados en sus otros libros. marido tiene una presencia muy variable; es más, los n iilos
Dominique Bel tiene J4 años en el momento de la consulta. no ven la diferencia cuando el padre no está pues el la se
Es deri vado para un diagnóstico y una consecuente ubicaci ón entiende muy bien con ellos. De hecho, estas d iferencias
escolar (repite tres veces el mismo grado). Al comienzo se quedan solapadas e indica que al conoce rse con su marid o los
lo consideraba como un «débil simple», pero después de la unió ser «herma nos en la miseria», e n los trastornos afectivo~
pubertad tiene una evolución hacia la esquizofrenia. que cada uno de ellos padecía.
Dominique mantiene una sonrisa estereotipada, con los Frente a esta declaración F. Dolto intenta rescatar al pad re
oj os semicerrados; al salir de la escuela, si ·nadie se lo impide, de entrada, por lo que le dice a Dominique: <"-Repito a
sigue a cual quiera~ aunque habla, no responde a las preguntas ; Dominiqu.e tlelante de su madre que el hecho de q c.1¿ el
dibuja y hace modelados estereot ipados de a rtefactos mecá- padre 1io esté en casa a nienudo no quiere de cir qu e no
nicos (aviones y autos, ja más barcos ); tiene cierta desorienta cuente, que y a sabe que Ja niadre ha acluado sie111p re J e
acuerdo a una decisión ton1ada e,1 co111Ú11». 1<J
17 Véase M L L:dou.x ' COll1'€[lfioJ1.<; p ..yclro1 u1/Jli1¡1te.~ .. • or. cit.. pp . l )(J. 19 E. Laurcnl , «Hay un fin d~ :iná l i si~ 1>ara los ni ños~. OIJ. c: il.. p. .~l>-J J .
14 3 . 20 F. Dolto. Ef c ct .fo Dominil¡ue ( 1971 ). Buenos Aires: Sigl1> V<intilJriu.
L8 F. DDlto. f ..i cn11sfl des eur"'''·'· P:i ri ~: Rnber• Luííon t. 1985. 1973. p. 32.

1{)8
Al mismo tiempo introduce una precis ión de valor: sorpresa Dbminique responde que el padre se divierte con
Dominique no es un niño débil mental, aunque lo parezca, sino ello. Por lo que ella concluye: «Bueno, ahí ti enes, si el p adre
22
un niñ o psicótico inteligente. Lo que prima es la estructura de dice que eso está permitido, es que está permitido», p_e~~
la psicosis -con un diagnóstico positivo- y no los resultados aclara en una nota al pie de página que ante la duda pref1r10
escolares y el aspecto deficitario que puede presentar. hacer una referencia al padre.
En la segunda entrevista volvemos a encontrar la orien- El tratamiento es interrumpido porque el padre de Dominique
tación particular de la cura que inventa a un padre. El padre consideraba un gasto inútil, que perdían tiempo y dinero, que
de Dominique dice durante la entrevista que su hijo es de otro sólo eran.charlatanerías, que el niño no podía extraer nada útil
planeta, que no es como ellos. Dolto responde a ello acen- de verla, que lo único que se podía hacer era mandarlo a una
tuándole a Dominique el interés que tiene el padre por él y escuela de aprendizaje para retrasados .
la molestia que se tomó en ir a verla. Dolto rápidamente acude a sostener al Padre y concluye
Entre tanto, en el transcurso de las entrevistas aparecen - contra toda evidencia-: «Pienso que esta voluntad del
los trastornos del lenguaje (trastornos gramaticales que ex- padre, si se opone a la continuación d e la psicoterapia,
presan un trastorno generacional -«Es mi madre de mi podrá ser tomada por Doniinique como un destete en
padre»-; neologismos - «odesaba», fusión entre ordeñar y la relación conn1.igo, una separación sin traiunatismo dem.a-
palabra francesa baiser que significa tener relaciones sexua- siado grande: porque Dominique es muy positivo para
les-; desplazamientos metonímicos entre las palabras que lo a coger todo lo que viene de su padre y actualmente eso,
13
llevan de un tema al otro; habla en tercera persona, y expresa para su estructura, es algo que hay que preservar».
así su ser hablado por el Otro. Señala algunas alucinaciones: Si bien Fran~oise Dolto mantiene todo el tiempo un
«Muc has veces veo ratones, no sé dónde los veo, pero los discurso analítico -se opone al «adiestramiento» educacional
veo». Por otra parte, la transferencia hacia su analista del niño psicótico, se dirige al sujeto, opera con la transferen-
rápidamente toma un cariz delirante, por lo que tiene la cia- , su concepción de un posible pasaje de la psico sis a la
certeza que ella va a actuar sobre él . neurosis a través de una inyección simbólica de la ley paterna
L a interpretación edípica es utilizada nuevamente en la fallida, lo lleva a afirmar que Dominique fue curado de su
quinta sesión. El niño solía acostarse en la cama de la madre . regresión psicótica y está en curso una elaboración tardía de
Dolto intenta introducir la prohibición paterna, · cuando en sus componentes edípicos. Al tratamiento de la psicosis
realidad el padre no objeta que sus hijos se pasen a la cama debería sucederle el tratamiento de la neurosis .
con su esposa cuando él no está. l ..e dice: « ... en la ley de La secuencia de este final de tratamiento se puede resumir
todos los hon1bres ... está prohibi<ÍO que Jos muchachos se en afirmaciones contrastantes: la madre dice que e l padre dice
acuesten con sus n1adres ... pero pregúntale a tu padre, te que no sirve para nada tratarse ; Dolto dice que lo que e 1padre
e/irá lo n?.i.s1110 que te he clicho, es la ley de todos los dice es ley~ pero el padre no habla: la m adre y Dolto
hom bres>) .2 1 interpretan su silencio, y Dominique es hablarlo por el Otro
En realidad, trata de sal var al padre, de inventárselo, por materno, cuya alienación es reproducida por la conducción de
todos los medios. Ante un juego que para Dolto tiene un la cura.
carácter perverso --juega a ser la mujer- , le interroga si
acaso sería posib le hace rlo ~el a nte del padre. Para su
22 lden1. fl . 9~ .
21 l dem , p . S9. 2::1 Ide an. p. 156.

l 1o 1 11
S.- Frances Tustin: la caparazón autista (1972) autistas son frías e intelectuales; considera que padecen más
bien una depres ión, lo que las lleva a disminuir su atención
Frances Tustin publicó su primer libro en J972 llamado hacia el bebé. Durante la depresión recurren al niño que llevan
At~tismo Y psicosis infantil. Posteriormente publicó varios en su vientre para que las acompañe y reconforte. El
mas: Estados autísricos en los niños ( 1981 ), Barreras nacimiento del bebé es vivido como una pér~ida, porque
a utestas en pacientes neuróticos ( 1987) y El cascarón inconscientemente no qu erían que salga de su cuerpo, porque
P':~tector ( 1992). Trabajó en diferentes instituciones para al hacerlo queda un sentimiento de soledad sentido como un
n1nos hasta llegar a ser la jefa de la Child Guidance Clinic de «agujero negro». La separación produce una depres ión post-
la Tavistock Clinic. natal también en e) bebé, y e n Ja causalidad se incluyen
Define al aut ismo como «un estado centrado en el factores hormonales. El encapsulamiento lo protege de esta
.,
cuerpo, con predo111inio de las sensaciones que· constituye amputac1on.
e~ _núcleo del sí 111isn10». 24 Diferencia el sentido general del A modo de ejemplo podemos tomar el caso de John, quien
s rn~rome e.s pec~fico descrito por Leo Kanner. Habla de un le fue derivado a los tres años y siete meses con un
aut~smo pr1mar10 normal que no debe confundirse con el diagnóstico de autismo. 2s Por entonces, su principal interés
autismo patológico que produce la p sicosis infantil. Por otra era golpear superficies con los dedos o hacer girar objetos
parte, su inclusión del concepto de «estados autísticos» da redondos. Los padres se empezaron a preocupar por él porque
c ue~ta de la pos ibil.idad de salida del autismo psicógeno . a no aprendía a caminar y por la naturaleza extraña de su juego:
t ra~es de un trat.a m1ento analítico. Su definición amplia de hacía movimientos extraños con las manos, agitaba los dedos
aut1sm? le permite hablar de estados autísticos tanto en la frente a su cara de una manera estrafalaria y tiesa. En la
neurosis como en la psicosis. primera entrevista el niño empujó la mano de la terapeuta para
Parte .~e la idea de que los niños autistas protegen su que hiciera girar un trompo, y luego hizo girar su pene a través
vuln~rab1hdad engendrando la ilusión de tener una envoltura de los pantalones mientras que con la otra mano jugaba en
exterior a su cuerpo, como una cáscara dura. torno de su boca con movimiento giratorios . Esta secuencia
En los primeros años de vida los niños autistas toman le permite identificar la escasa diferenciación que existía entre
c.onciencia de una ~anera particularmente dolorosa y dramá- los movimientos del trompo y los del propio cuerpo. A partir
tica de su separación con la madre . Se sienten brutalmente de] material presentado, y utilizando sobre todo las pocas
arrancados de una madre que sentían como una parte de su palabras que presenta el niño, Tustin rápid amente co mienza
cuerpo. Para p~otegerse de ese daño corpora] y excluir otros a interpretarle al niño su deseo de vol ver a l vientre materno
trastornos ~!te~1ores se ~rotegen encapsulándose rígidamente. y la impres ión invasora de qu e la mami «no está». Con el curso
Su protecc1on incluye ciertas sensaciones corpora1es sentidas del trat am iento el niño comienza a hablar y es él quie11
como protectoras, d~ ~llí las manipulacio nes de objetos, el introd uce la idea de un «aguje ro negro con un p inc he feo»
balanceo o l o~ mov11n1entos estereotipados. Por otra parte, ligado a su sentimien to de pérdida y aparen te destrucción . E l
pl an tea que existe una predisposición genética para este t ipo tra tam iento concluye tres añ os más tarde cuando el íliii o log1a
de encapsulamiento . integrarse a un a escuela normal .
Critica la idea de Kanner de que las madres de los niños La idea de Tustin es que el autismo se genera po1 lln~
les ión psíquica que provoca u na «depresión elem ental» que
24 F. Tu~tin. F:s111c/11s 11u1ú1ico.~ Pll lri.• ,,¡¡¡,,,, (1981 ). f'il idós : B.in.:dona, 2.5 F. Tustin, Barrera.~ 11u ri.'il<1.~ en pac ie,1re.~ Jl<!1,,.,;ri1.·r.1.~ (1 4~ 1 1. i 11en1>s
1942, [l . 2 1. A ires : Amorrortu. 1989. cap. IV.

112 l !3
produce la detención masiva del desarrollo emocional y que lo cuiden y que podrían ayudarlo a modificar sus terrores.
cognitivo. Este concepto queda asociado a la «depresión El tratamiento consiste en sacar al niño de su mundo
psicótica» de Winnicott ( 1958) y a la pena que experimentan bidimensional, pegado a las superficies, y maniobrar para
estos niños referido por Margaret Mahler ( 1961 ). El prototipo engendrar objetos y figuras de sensaciones . Al llegar al
de esta depresión es formulado en términos de «agujero tratamiento estos niños parecen flotar. John, por ejemplo, miró
negro» por su paciente John. · al techo- y dijo que estaba allí arriba. A Tustin le pareció que
Diferencia el tipo de .protección que se produce en la el niño se refería a una experiencia fuera del cuerpo, como
esquizofrenia. y en el autismo. En algunos casos el autismo reacción a la separación terrorífica de la madre.
se desarrolla como una protección contra la desintegración En general los tratamientos resultan de buen pronóstico: los
característica de la esquizofrenia. Cuando el autismo cede, la cuatro niños que trató al final del tratamiento parecían
esquizofrenia latente aparece. Ambas son protecciones contra relativamente normales. Un poco tímidos e hipersensibles,
el «agujero negro» de la depresión. · sociables, algunos ligeramente obsesivos . Dos hicieron estu-
En la esquizofrenia las niños son confusos y embrollados. dios universitarios y progresaron normalmente.
Hay una vaga conciencia de la separación con la madre. Propone que los analistas hagan sentir su presencia y no
Puede producirse un desarrollo confuso aunque en forma dejen que se los ignore. Tratar de hacerles entender que la
fragmentada y extravagante. En cambio, los niños autistas ausencia de la madre nutricia no puede ser evitada a través
están fijos, su desarrollo está detenido. Siguen un curso de los objetos autistas. Poco a poco, a través de la «trans·
estrecho y anormal, pero no· desorganizado como en la ferencia infantil», los niños se vuelven capaces de soportar
esquizofrenia. Tienden a protegerse de las experiencias la ausencia del objeto y aparece el deseo de vol ver Jo a
aterrorizadoras. El niño esquizofrénico fantasea - por iden- encontrar. Distingue la transferencia del autista, que lleva
tificac ión proyectiva- que se esconde en ·el cuerpo de la sobre su analista su no-relación con los padres, de la infantil,
madre, por lo que se vuelve demasiado dependiente. El autista en la que el analista representa el seno nutricio que permite
se envuelve en sensaciones corporales creando su envoltura perder sus barreras.
protectora: se vuelve insensible a sensaciones tales como el La coherencia y la firmeza del terapeuta les p ermite
dolor. No tienen conciencia de sí e ignoran su dependencia desarrollar una creencia en la continuidad de la ex iste11cia y
de los otros. Sin juegos y sin sensaciones normales (que los pueden establecer contactos con la gente.
hace parecer ciegos o sordos) el desarrollo mental no está En su propuesta de trabajo incluye a los padres . El marco
estimulado por lo que parecen deficientes. de la sesión debe ser claramente definido: horari os, objetos
Tustin señala que los niños au tistas no distinguen los de la casa y del consultorio, para di ferenciar los lugares. Eso
objetos animados e inanimados. · Se trata de una «ecuación ayuda -a su entender- a tomar consciencia de sus límites
adhesiva» (se pegan contra los objetos) más que de una corporales y saber que están envueltos por una piel p1otec-
«identificación adhesiva>>. Se rodean de objetos duros con los tora. Los niños comienzan entonces a sentirse seguros con el
que se sienten en ecuación en forma bidimensional . Estos terapeu ta, como paso . anterior a inclu irse en el mundo.
objetos no los diferencia de su cuerpo. Los llama <(objetos
auti stas>•, que corresponde a lo que Winnicott llamaba «objetos 6.- Donald ~1eltzer: la bidimensionalidad (1975)
subjetivos». La función de estos objetos es protegerlos de un
ataque corp oral y de la an iquilación total. Pero esta pseudo- Meltzer y su gru po de c o laboradores !levaron n cal>o ~11
protección le impide entrar en contacto con seres humanos estudio sobre el autismo a par ti r de la teoría klein ianit ~del
114 115
trabajo de Esther B ick sobre la ilientificación adhesiva Con la identificación proyectiva comienza a funcionar el
--anterior a la identificación proyectiva kleiniana, caracteri- mundo tridim.ensional; y con el advenimiento de la posición
zada por la relación piel a piel-·. Plantean una forma especial depresiva se alcanza la tetradünensionulidad.
de disociación llamada des1nantelamiento, cuyo caso extremo ~istingue dos tipos de fenómenos en los estados post-
es la desmenta/ización (nún{/lessness), en el que se paraliza auttstas: la obsesionalización: rituaJización y fragmentación
la vida mental. El estado autista se caracteriza por esta que no tiene nada que ver con la estrategia obsesiva de un
suspensión inmediata y transitoria de la actividad mental. Este sujeto en relación a la castración; y la fetichización del objeto.
proceso se realiza pasivamente, sin sadismo, y no se acom- En cuanto a la dirección del tratamiento, Meltzer indica:
paña de angustia ni de dolor. Los niños desmantelan su yo en « ... era necesario que el terapeuta juera capaz de movi-
sus distintas capacidades perceptuales de ver, tocar, oír, oler, lizar la atención suspenditla del nitio en su eJ·tado autista,
etc., por lo que el objeto se reduce a una multiplicidad de para traerlo nuevaniente al contacto transferencial». 27
eventos unisensuales en los cuales los aspectos animados e Esto se traduce en una disponibilidad corporal directa del
inanimados se confunden y son indiferenciables. analista frente a los requerimientos del niño que dan cuenta
El autismo es definido como un trastorno en el desarrollo - . para Meltzer-::- de su sensualidad oral. Da el ejemplo de
que afecta a niños inteligentes cuando se produce una T1mmy que pon1a su boca cerca de la del analista mientras
alteración severa en el contacto con la madre por un estado éste hablaba y parecía comerse sus palabras.
depresivo grave. . E! analista d~be ayudar a constituir un objeto en un espacio
La diniensionalídad es un concepto que utiliza como 1nter1.or, ~s decir propiciar .la identificación introyectiva que
parámetro del funcionamiento mental. Este concepto es permita 1nco~porar un objeto continente del espacio para
susceptible de un desarrollo que lleva a distinguir las diferen- acoger los objetos no dañados. El dispositivo analítico apunta
tes dimensionalidades en función de los mecanismos en juego a crear un límite, un continente que pueda contener al niño.
en el psiquismo. Su posición ~ista del furor curandi. En el caso de Timmy
El mundo unidiJnensional es radial, tiene su centro en el resume el tratamiento de cuatro años con la conclusión lacónica
self desde donde parten los impulsos hacia los objetos. de «resultados significativos por momentos pero al fin. Je
El mundo bidimensional concibe al objeto como una cuentas decepcionantes». 2x Incluso en el caso de Piffie
superficie puesto que el yo también es una superficie sensible paciente analizada por Shirley Hoxter, considerada como un cas~
que percibe las cualidades sensibles del objeto. En este mundo de aut ismo residual, y con la mejor evolución entre los casos
no cabe la introyección de los objetos, ni el pensamiento o la presentados en el libro, la analista concluye: « ... mi optimismo
memoria; nada cambia y el tiempo es circular. Aquí funciona acerca de las condicione.'i presentes queda ate1nperado por
la identificación adhesiva, que en el desarrollo normal ante- la cautela proveniente de anteriores decepciones... El e.xa-
cede a los procesos de disociación e idealización que según n1.en de este aparente desarrollo muesrrü hasta qui pw11 to
Melanie Klein inician el desarrollo humano - es decir, previo este paciente htl continuado condenado a co111pfi cad!l.s
a la posición esquizo-paranoide- . Esta posición es comple- versiones del interminable es/e reo tipo del niño ccutislc1 .•.
tamente original dentro del movimiento kle iniano -señala gran parte de su aprenclizaje. confinacfo dentro d e e.5Jos
Lauren t·-,! 6 pues no recurre a los mecanismos e squizoides linzites, e.s estár;co y esrérib>. 2\)
para exp licar la psicosis.
27 D. Mellzer, E.,¡J / u roc ione.~ Ji:! r1 u1í~11r.
, .o , •)p . C· I 1. , p . 2"'
'° ·
. 28 ldcm, p. 45.
2(> E La urc111. «l'k que lqui:s problemes.. .>) , op . l: i l. 29 ld em. p. 169.

116
111
Eric Laurent señala que este grupo lleva los fen ómenos actividades; el nivel de la constancia del funcionamiento
simbólicos a esquemas imaginarios por lo que term inan intelectual ; la impresión general de un clínico experimentado.
valorando el continente y no e l agujero e n la estructura. Opone En su trabajo, Peeters constata que estos niños son lentos
entonces esta práctica a la de los Lefort en los que lo en sus adquisiciones: sólo conocen Jo que se les enseña.
subrayado es e l agujero. 30 Nunca conocerán lo que no se les haya enseñado . Resulta
esencial la e lección de las «apti tudes» del niño que serán
7 .- El método educativo (1982) desarrolladas.
«Hay que ser realistas -dice Peeters-, inclusive con
El método TEACCH fue redactado en 1982 por Eric Schlo- un progra1na ideal, el adulto autista no alcanzará una
per y Robert Reichler en la Universidad de Carolina de l Norte. autonomía co111pleta. El niejor de los progra1nas no hará
Inclu ye un perfil p sico-educativo. Parten de la idea de que el de un niño autista deficiente niental un adulto sin déficit.
auti smo no es un trastorno afectivo si no un trastorno co~nitivo, Es un handicap crónico; hasta un adulto autista dotado
que tiene como consecuencia un desarrollo desviado en los per1nanecerá demasiado ingenuo, en términos sociales,
campos de las relaciones sociales, de la afectividad, y de las como para vivir de nianera completamente autónoma».
emociones. Esto permite incluir a l autismo dentro de los Esta perspectiva e s una viva encarnación del discurso amo,
trastornos del desarrollo y los défic it mentales, y no entre las puesto que desde un criterio purame nte ideológ ico se eligen
e nfermedades mentales. El trastorno cognitivo tiene una base las aptitudes más «útiles» y se «programa» a los niñ os para
orgán ica ·Y sus causas son heterogéneas. que se adapten a un siste ma de significaciones deterrninado .
El artícu lo «El autismo, tratar es educar», de T. Peete rs;H El sujeto queda elidido, y aquello que resulta singular, lo que
director del Centro de Formación sobre Autismo de Berchem podría volverse la marca de su unicidad, se borra e n Ja
(Flandes), da cuenta de esta orientación. adquisición estereotipada de ciertas conductas. Esta posición
El PEP es un inventario de aptitudes creado con el fin de traduce una herencia psiquiátrica en la que lo subrayado es
encontrar los diferentes modos de aprendizajes adaptados a e l déficit ; en este caso, es llamado 111ental, y los comporta-
cada niño en fun c ión de su handicap . Se evalúan 15 íte m para mientos socialmente utilizables intentan suplirlo.
detectar q ué áreas están más afectadas y organizar así el
programa educativo . La enseñanza está orientada hacia una
adaptación adecuada que les permita «sobrevi vír» en la
sociedad.
Los ítem son: la rel ac ión con el otro; la imitación; las
reacciones emoc ionales; la relación a su cuerpo; la relación
a los objetos; la adaptación a los cambios; las reaccio nes
vi suales; las reacciones auditivas; · las reacciones de los
re,ceptores próximos; -la angustia y la nervi osidad; la comu,.
nicación \ler bal ; la comu nicación no verbal; el nive l de las

.~O E L ;iurc nt. •c:fk quelqucs problc rnc:> ... » , llp . cit .
-~ l T, f ~¡;tcr~ . <1L autismc , trailer c' t:sl édu q11t>r,,, i11 Ph. Parquet. C
0

Burs:/,1Cj ll )' ~ . c ,1Jse. Soi~llf'1', idit<(!ft'I: / 'e11.fiuu (IUfÍ5/ P ".P<iri~: ~1as~on ,


1\)<) (l

118 119
V.- UNA · PERSPECTIVA·
IACANIANA DE
. . . . .

TRATAMIENTO
. '

El concepto de curación. no es psicoanalítico, lo. ·que ~no


imp.ide que un sujeto consulte· para aliviarse de S·U sufrim·icfnto.
Lacan indica ,que existen tres incurables en psicoanálisis: la
estructura,. Ja.división del sujeto, y.el goce: se .p ueden deshacer.
los sín:tomas, pero:_ el suje.to no se cura del fantasma sino que
lo atraviesa, lo qu-e implica. una pérdida de goce. . .
Lacan,se refiere a. la cura de la siguiente manera: <<La. cu·r a
es .una· demanda que parte de la voz· del .~iifriente, de
algitien que sufre de ~·u citerpo .o . de si1 penst.i1n.iento>>. 1
Lacan no dice que sea un respuesta sino que es una demanda
_,de ·c urar ·S·U sufrimiento, de ·obtener· un. sentid,o a lo que le
sucede .. Pero en esa .d emanda se desconoce la s.a tis.f acción
asociada .a su padecimiento, su goce que está más allá .del
bien del sujeto . Por otra .parte, la demanda no es un deseo.
. El analista no rechaza la demand~ terapéutica, :pues.to que
el · efecto. terapéutico :es posible a . través .·de un. ali.v io
sintomát.ico. ·P~ro . a diferencia de las psicoterapjas,, q.ue ,pro-
ducen cierto· alivio pero logran hacer · callar, al . paciente~ le
pe~mite encontrar las , palabras ve.rdadetas_. que: QQmbre11 e~e
sufrir: Lacan lo llamó el <<bien decir>>.. ·:. ~, :·:· :·:··. ·.·:
: EJ tratamiento de niños psicóticos re~t anza,. e~ta ; ~preg~nta
acuciante a partir de .la particul-ar. posi ·ción · del : suj~;to . e11 la
estructura._Hemos ex~rninado . ya dist.in.t~s .tentativ.as ~ de .res.,,
pondera esta cuestión. Abürdaremos. ah.o.ra esta prpb lemát i~a
desde .un.a pers·p ectiva. lacan.ia,na, donde -.se.pone en~j~eg0 . m. á.~
que la noción de curación la <<estabilización>> que el ps i có 1ic~
logra · obtener ·e·n el interi or de su estructu·ra. ·
1 J. Lacan? ·«Televisión>>, p. 88.

1:2 1
1.- El <<autismo. precoz» · treinta años después verbales. Si se lo contrariaba gritaba. Las palabras tenían para
é l un sentid o específico e inflexible. Re petía ecolálicame nte
Casi treinta años después, L~o K~nner .llevó·: ~ cabo un Jas frases que utilizaban para dirigirse a él. Hab laba de sí en
segu im iento de los once casos estudiados en 1943. Ellos dan te rcera persona. Y al comunicarse con los otros util izaba
cuenta de la multiplicidad de destinos posibles que van desde expresiones sin sentido .
estudios universitarios e inclusión social al estado de profunda Una vez iniciado el tratamiento empezó a hablar en primera
apatía y aislamiento. Kanner se pregunta qué es lo que pe rsona, aprendió a leer y a tocar el piano, sus juegos se
determina en cada caso el curso diferente del autismo. 2 Una volvieron más imaginativos y variados, aunque enteramente
constatación, no obstante, se impone: la mayor parte de los ritual izados.
niños de mejor evolución fueron tratados en forma En octubre de 1939 lo enviaron a una escuela e hizo rápi.d os
individualizada, o en escuelas especializadas. progresos . En el informe de 1941 indican que si bien mejoró
Dice: «Uno no puede impedirse pensar que la admisión mucho, sus dificultades de base seguían siendo eviden.tes . Su
en un Hospital del Estado fue equivalente a una sentencia conversación consistía en preguntas obsesivas que eran
por vida que se acompañó de La desaparición de Las inagotables, al estilo: ¿cuántos días hay en una semana, años
; l.
extraordinarias hazañas de memoria; del abandono del en un siglo, siglos en la mitad de un milenio?
combate anterior, patológico pero activo, por el m"anteni- En 1945 Kanner visitó a Don en una granja donde los
niiento de La presencia; de La pérdida del interés por lo padres lo habían enviado a vivir. Los granjeros lograron
objetos, a lo que se agrega una relación fundamentalmen- resultados interesantes al enlazar las estereotipias del niño a
te pobre con las personas, en otras palabras, un repliegue actividades prácticas. Por ejemplo, le hicieron utilizar su
completo en la casi nada». 3 preocupación por las medidas pidiéndole que cavara un pozo
Esos niños fueron agrupado con pacientes severamente del cual tenía que tomar la profundidad . En una oportunidad
deficitarios, en un caso lo admitieron a título de «guardería». en que comenzó a calcular interminablemente los surcos de
Los dos casos de mejor evolución fueron los de Donald y trigo le hicieron contarlos a medida que los ·araba.
Fréderick. Los retomaremos brevemente . El último informe escrito por la madre es de 1970, cuando
Donald fue visto por primera vez en octubre de 1938, a los tenía 36 años: «Don es soltero y vive en casa con noso-
cinco años. En su historia evolutiva relatan que al año podía tros... Desde que aprobó sus estudios universitarios en
cantar con mucha precisión. Antes de los 2 años manifestó una 1958 trabaja como cajero en' el banco loca J - notable
«memoria inhabitual» para las caras y los nombres. Rápidamente, ·utilización de sus cálculos ininterrumpidos- ... Su distracción
aprendió el alfabeto de un lado y de.1 otro y contaba hasta cien. principal es el golf, al que juega 4 o 5 veces por semana
Pero no preguntaba ni respondía a las preguntas, salvo si se en el club local y en donde ha ganado seis trofeos ef1
enlazaban a ritmos. Le gustaba estar solo. A partir de1 segundo competencias ... Es secretario de la escuela do111inical en
año desarrolló una «manía de hacer dar vueltas a los cubos, la Iglesia presbiteriana... es muy dotado para Jo¡ fdi o-
cacerolas y otros objetos redondos». También sacudía la cabeza 1nas... j uega bien al bridge. la falta de iniciafi\.ia parece
hacia un lado y hacia el otro. Hacía movimientos estereotipados ser su secuela n1ás iniportante. Participa poco d e la.s
con sus dedos , cruzándolos en el aire. Tenía innumerables rituales conversaciones y no d efnuestra ningún éfit erés po,. el s exo
opuesto». 4
2 L. K:.n.r.er. aA ut is tic disllirbanc e of affecti ve con tacl». trad ucción
4 L. Kann cr . «Estudio dt! seguim iento de once casos d ~ 11 iii.i s :a:11is1is
fran cesa ell L ·llu li.~111, i11fr111rife d~ Géra rd Be squez, P.U .F.. 1983.
or igin :i l mcntc co mun icados e n 1943». J . Auri,'(11'. Sclli2" pJ11: 1-2 ( 1~11~ .
3 l <lem .

l22 12 .1
Fréderick les fue dirigido a los 6 años, en mayo de l 42, por escritorio y digo: «Son lágrimas, caen». María instanLánea-
dificultades de adaptación. No jugaba como los otros niños. m~nte deja de llorar, comienza a jugar con las plasti linas
Lo ater rorizaban los objetos mecánicos: la batidora, la mlentras que me habla del abuelo muerto que se fue al cielo.
aspiradora, el ascensor. Se comportaba como si a su alrededor Desde el comienzo de la consulta, Alex rehúsa categóri-
no hubiera otras personas. Si se acercaban a él, se alejaba. camente a entrar solo al consultorio . Un día, c ierro la puerta
Perseveraba con las mismas cosas, ordenaba sus objetos de antes de que pase la madre y le digo que no entra. El niño
la misma manera. Pronunciaba palabras ininteligibles o repetía permanece unos instantes frente a la puerta, y luego se sienta
palabras en eco. d~lante mío del Jado izquierdo, dándome la espalda, sin
En setiembre de 1942 fue inscrito en la Escuela Devereux mirarme. Reproduce la misma posición que tomó .cuando
y permaneció allí has ta 1965. A los 26 años era un muchacho entraba con la madre : se sentaba frente a ella del lado
agradable y pasivo cuyo principal interés era la música. izquierdo y manipulaba sus objetos ignorando nuestro diálogo
Formaba parte de un coro y era el responsable de los y presencia. Durante veinte minutos desplaza sus cubos
altoparlantes durante las fiestas de Carnaval. Pasaba solo los guardando silencio en esta posición. Me quedo sentada, sin
fines de semana en la ciudad, y era autónomo en sus compras moverme ni decir nada. Cuando finalmente el nifio se da
... personales . vuelta y me mira, corto la sesión.
Cuando deja la escuela se va a vivir con sus padres. El Desde entonces, Alex entra solo y una serie de efec«os se
útlimo informe es de 1970, cuando tenía 34 años. Los padres m,anifiestan paulatinamente: comienza a utilizar un mayor
lo pusieron en contacto con un Taller protegido del condado numero de palabras y frases comprensibles, se dirige a mí 1
y en el Centro de Aprendizaje Profesional, donde le consiguie- a los otros con la voz y la mirada, e incluso aprende a Jeer
ron un trabajo rutinario con máquinas duplicadoras; tiene un y a escribir. De hecho, algunos meses después, la madre m•
buen desempeño. c~~nta durante una entrevista, con sorpresa, un progreso del
Ninguno de e stos historiales especifica el tipo de trata- n1no : antes e ra completamente indiferente a su imagen· ea.el
miento recibido o el destino de los fenómenos psicóticos espejo; ahora se mira, se reconoce y d ice su nombre. Es dec::ir,
presentados en la infancia. Examinaremos a continuación hay una cons titución especular como efecto .del tratamiento
nuestra propuesta de trabajo con n iños psicóticos. de lo real a partir de lo simbólico.
En los dos casos la intervención analítica apunta u te
2.- La dirección de la cura separación de l objeto. Pero la inscripción de esta opera.ci611
lógic a marca la diferencia. En el autismo hay alienación pero
Partiré de la oposición de las secuencias clínicas de una falta la sepa ración: la primera se traduce en el uso holofrásico
niña neurótica y un niño auti sta; ambos tienen cuatro años.s ?el. lengu~je e n intermitencia :con . su mutismo. o j ergu
L uego de una internación hospitalaria por un cuadro severo 1nd1ferenc1ada; la segunda prod~ ce. la,positi vaci6n del obje t<>.
de bro nquitis espasmódica, María retoma sus sesiones en En la neurosis, ambas operaciones se instaura n, y deja11.c()mo
forma diferente a co mo lo hacía hasta enton ces: no quiere resto el en igma del deseo d e l Ot.ro. .
de sprende r s.e d e l os b razos de s u madre y l lora P ara M ar ía, interpreto que un objeto puede s eparar~e de ]
desconsoladamente e n e l tran sc-urso de la sesión . Fre nte a su cuerpo -en es te c as o las 1ág rirnas- ; Ja a ngus ti ct dese11ca-
ll anto, ton10 un a plas til ina, hago un a lág ri1na, la tiro sobre e l denada p o r la int rusión del eni g ma del dese o del Otro .
5 \l éa se S. Ten dlarr.. «¿ ln terprelar al n i ño a ut·i!-la"!•l , El C11 Jd~ r11 41
rep re sentad a en este caso por la acció n del di~c urso rnédic:o
<19Y6). so bre su cuerpo . cede de inmedia tó , y la niña puede d esp legar

124 1:25
su cadena asociativa en relac ión a la reciente muerte de su ferenci a en el autista por ausencia del Otro (lu gar del
abuelo. ·L a direcc ión de la cura ratifica la extracc ión del significante y·del deseo): presencia real de la que no es posible
objeto : esta operac ión precede al tratamíento y la instala en extraer un objeto.
la estructura neurótica. · - Lo ilustra con el caso de un niño de ci nco años que
Para Alex, en cambio, el objeto está positi vizado : él mi smo presenta los rasgos c'lás.icos de u~~ for~a severa de auti smo.
es el objeto 1nirada que se ofrece como complemento del Al comienzo del tratamiento, el n1no lo ignoraba totalmente o
Otro. Mi intervención apunta a la producción de una hiancia si tocaba alguno de sus autos le empujaba la mano sin mirarlo.
entre el -sujeto y el objeto que el niño encarna, de modo que Su juego repetitivo consistía en aline~r dos autos, siempre lo
suture la falta del Otro. Se trata· de introducir cierta discon- mismo, constituyendo así una especie de holofrase con . los
tinuidad en su inercia real de goce. La dirección del tratamien- objetos. ·Decidió no hacer nada y limitarse a cortar la sesión,
to hacia el agujero y la hiancia posibilita que el niño comience a lo que el niño se resistía pasivamen!e: parecíaº? e~ter~rse.
a hablar y que aparezcan rudimentos imaginarios. De a poco surgieron algunos significantes al di sminuir su
Resta la paradoja del tratamiento de una operación que no «intrusión>) sobre sus objetos.
puede ser inscrita - la separación-, y que, sin embargo, Un día rechaza salir al terminar la sesión. «Se dirigió
produce efectos subjetivos. Esta perspectiva permite que el entonces a un rincón del consultorio, . 1nirando · la pared
niño no quede petrificado en la posición de objeto en el y dándome la espalda. Insistí en que . debía irse ~ues
fantasma materno. El analista se dirige al sujeto que se habíamos terminado. Se dio vuelta, furioso, me tomo de
manifiesta en esporádicas palpitaciones que indican su pre- la niano y me llevó al rincón, el mismo donde él se había
sencia en lo real, y estas puntuales escansiones actúan sobre puesto antes, y nie dejó allí, mirando . la pa~ed» . K El niño
los tres registros: extracción de goce, hiancia en la estructuración comienza a dirigir un llamado, al mismo tiempo que lo
holofrásica del lenguaje, textura imaginaria dada por la _ constituye como un doble real dada la ausencia del regis~ro
constitución del espacio simbólico. imaginario. El punto en que se interrumpe este relato cl_íntco
Distintos psicoanalistas de orientación lacaniana han abor- es en el que el niño comienza a darle algunos de s~s ~~Jetos,
dado la cuestión de la direcci ón de la cura en niños autistas . lo que muestra que han adquirido para él un valor s1gn1f1cante
F. Koehler (París) indica: «La clínica del ai1tismo debe (lo que les permite entrar en circulación).
operar sobre el corte y no sobre el nJafernaje, se trata de A diferencia de la neurosis, en la que se apunta a una
producir una fa lta que autorice el acceso a la palabra». 6 rectificación subjetiva, aquí el analista procede por una
Leonardo Rodríguez (Melbourne) señala -siguiendo a los rectificación del Otro, para modificar su posición de puro real .
Lefort- la importancia de adoptar una «actitud pasiva» Para ello --dicen R. y R. Lefort- , el analista co nsiente a
- que requiere una escucha activa y el t rabajo si lencioso del prestar su cue rpo para el trabajo analític~ de] ni ño .
anali sta- en el trabajo con niños auti stas para fac ilitar los El libro El naciniiento del Otro de Ros1ne y Robert Lefort
es parad igmático de un abordaje clínico-topológico ~el autis.mo.
9
«intentos del sujeto de di vidir al Otro. articular un a
demanda y extraer el objeto del Otro ».7 Esta afirm ación El análisis de Marie-Fran<;oise da cuenta del lntpa5se l)Ue
toma como base la dificu ltad para el desarrollo de Ja trans- conduce la falta de articu lación entre lo rea) y lo s imbólico,
y la presenc ia de u na superficie sin agujeros.
<> F. Koehlcr, .cEI 0 1ro e n la c u1a del psicó tico», Nili o.~ e11 p,ric 11trr1 cílisi.~.
op . cit. 8 lde1n. p. 97.
7 L. Ro <lriguez. «E n l os límiles de Ja transferenc ia l P~icoa nálisis y 9 R. ':J R. Lefor1, El 11cu:i11ú eJ1Jt1 del Otro ( 19&0). Paidós: ll 11e110~ Air~s.
a utis1110)», U11t1 prir U 111J ·33 (1992 -9 3). l 98'.-L
126 1ZJ'
)a dirección de la cura no es un no hacer nada, sino que i mplic.a
Vicente Mira (Madrid) da cuenta de una secuencia de estar atento al trabajo del niño en su e sfuerzo por pr~duc1r
análi sis con una niña autista. 'º Sara tiene 3 años en el una hiancia en lo real donde poder alojarse co~o sujeto.
momento de la consulta. De entrada se plantea cómo hacer Annie Cordié publicó un libro e~ el ~u~ a pa~ttr de un .c aso
actuar lo simbólico sobre lo real. La traen porque no aprende clínico analiza la cuestión de ta ps1cos1s 1nfantt.l y, ~I, mismo
a hablar, no se interesa por nada alrededor de ella, y a veces tiempo, da algunas indicaciones en torno a la d1recc1~n d~ la
está muy agitada por crisis de cólera. Cuando se le acercan cura. 11 Sylvie tiene 3 años en el momento ~e la co~~ulta. ~o
reacciona con pánico, y por momentos se queda completa- habla no camina, tiene trastorno de ahmentac1on, . grita
mente inmóvil. Se expresa con gestos; utiliza la mano de su inces~ntemente, le aterrorizan ciertos objetos ---en ~ar~tcular
madre para conseguir lo que busca. A veces se deja acariciar, los esféricos-, ·su rigidez alterna con mov1m1ent~s
pero cuando comienza a molestarse da pequeños golpecitos estereoripados que consisten en golpear con u.~ mate~tal
sobre la parte del cuerpo que está en contacto con ella. En plástico que sostiene con su mano derecha, tamb1en rechina
cuanto al uso del lenguaje, sólo balbucea algunas sílabas . A sus dientes. La madre expresa su deseo de no volver a ver
raíz de una luxación congénita bilateral de la cadera debe ser a su hija para no escuchar sus gritos. Dice: «~Sto ~o puede
inmovilizada desde los 4 hasta los 16 meses. La madre sufrió durar, es ella o yo». Es más, le preg~nta a la a~ahsta s1 durante
una depresión al final del segundo embarazo y al comienzo el transcurso del tratamiento Sylv1e no pod1a queda~se con
del embarazo de Sara. La niña tenía siempre una ex.presión ella. La niña permaneció con sus padres ha~ta l<?s 7 anos : un
triste, no sonreía, y se ponía rígida cuando la tomaban en estado agudo de despersonalización con aluc1nac1ones la ll~v.a
brazos. a entrar en un hospital de día en París, por lo que pasa a v1v1r
De entrada, Mira señala el efecto pacificador que tiene con su abuela paterna.
sobre. ella su no intervenir y funcionar como pura presencia. Durante el primer tiempo del análisis A. Cordié llevaba en
Para ello, respeta los límites que la niña le propone: cuando brazos a Sylvie mientras la niña gritaba: la apret~ba muy
le acerca una muñeca la niñ.a le da unos golpecitos en la mano, fuerte para calmarla. Entre tanto, nombraba los obJ~~os que
evita entonces traspasar el límite en relación a su cuerpo. veía de pasada. Frente al espejo le hablaba de la ~1na Y de
Entretanto, la niña mantiene su mirada fija en el vacío. Pero ella. También se le ocurr)ó hablarle cantando y variando los
de l Otro real que es el analista para la· niña, toma un objeto ritmos . Le nombraba partes del cuerpo. Una vez más tran-
- su agenda- y comienza a manipularla en sus sesiones. quila, Ja sentó al lado de la mesa, y la.niña c.omenzó ª .~olpear
Pero ese no-actu ar produce en cierta ocasión la somnolencia ese objeto. Cordié respondía con el mismo ritmo o var1ando.1_0,
de su analista, que se despierta cuando escucha el ruido de al mismo tiempo que introducía palabras . Len tameTlte la 11 1na
la niña a l caerse de la silla. Descubre entonces que . su comenzó a explorar el cuerpo de s u analist.a.u~ilizando com()
pasividad. sostenía el «trabajo» de inscripción de una falta. en instrumento la mano de Cordié que ell a d1r1g1a. To~a s estas
el Otro , aunq ue más no sea por su m irada, y que, a l ausentarse maniobras de contacto iban acompañadas de algunas interpre-
para dorrn itar, Sara no puede más que caerse en lo real para· taciones. Una de ellas resulta clave : vincula su rechaz:o de
agujerea r ese Otro . A cont inuación ' Se pone a ag ujerear y· caminar con un episodio traumático ocurrido en la playa Y,. le
d~sgarrar papeles. A partir de ali í se construye una secuenci a dice: «A lo mejor c reíste que al me te rte en 1.a are na ha1>1its
en la que inter viene un ci rcuito de objetos. . perdido tus pies». A partir de est a intervenctón se prod\l( e
Este trabajo muestra bien que la «pasivid ad» propuesta en
11 A. Cordié. U11 ,,,Ji1111 1~.i;~· 1:f11,ticJ 11c: e 19 Si }. Pilri.~: 5"e11 il . l!l~ .1.
12Y
128
un trabajo alrededor de los pies, primero exploratorio de -los deseo. Pero ese ir y venir se presenta en forma diferente . "" . .
de ~na y de otra, y luego comi enza a caminar. La nominación según se trate de un niño neurótico, perverso o ps1cot1co.
simbólica de los pies, que intenta simbolizar lo que fue ·para Plantea al niño autista.como la prolongación de l cuerpo de
ella una pérdida real - si no tiene pies no ·puede caminar- la madre: el niño y la madre hacen uno, el niño sólo tiene sitio
restituye la función y pone en marcha su ideación delirante. como sobrecarga narcisista de la madre. Estos niñ os pasan
La niña dice mucho tiempo después que creyó que las olas temporadas en Bonneuil en alternancia con otros lugares.
del mar la querían comer. Sylvie logra una estabilización en Considera que la ruptura en lo real producen efectos en la
su adolescencia p.o r identificación con Lisa, la educadora que madre y el hijo. Dice: «Mecliante la ausencia, anibos tienen13
se ocupó de ella. Pero su destino depende del enlace obtenido la posibilidad de nietaforizar su relación con el otro».
con lo simbólico, de lo contrario permanecen como simple A su entender, es oeseable que el niño cambie de lugar cuando
«muletas» fácilmente derrumbables. establece una estereotipia adaptativa.
Su posición en torno a este tipo ~~ trata".1~entos. es
excesivamente optimista: con la separac1on, el n1no autista
3) El trabajo institucional con niños psicóticos
conquista la reapropiación simbóhca de su cuerpo que ~abía
Maud Mannoni creó la Escuela experimental de Bonneuil- abandonado al poder real de su madre, por lo que comienza
sur-Marne en 1960 en oposición . a las instituciones conven- a desear y a . hablar. .
cionales, lo que se llamó por entonces el «estallido de las Ahora bien, al poner el acento sobre la fusión de los
instituciones» (sigue la orientación antipsiquiátrica). 12 En ese cuerpos termina reduciendo el concepto de. Otro simbólico
lugar se recibe, sin segregación de edades, a niños y adoles- planteado por Lacan en un «Otro an1bzental a tratar,
14
centes llamados débiles, psicóticos o normales. Los niños así esencialrnente, el Otro fa1niliar», dice Ph. Lacadée. De allí
aceptados (a media pensión) intervienen en la organización de que crea una instituci ón para recibir a pacientes ¡:,sicótico~,
la casa (presupuesto, cursos, cocina, actividades internas y y en ese ámbito, separados del cuerpo de la madre, produc1r
externas). Los mayores trabajan dos día por semana en el una ruptura fam iliar que produzca su curación espo.ntánea.
taller de un artesano, si lo solicitan. Los chicos eligen a sus Resultan interesantes los trabajos llevados a cabo en las
responsables y eligen sus trabajos en equipos que se forman instituciones belgas de la «A.ntenne 110» y «Le Courtil>>. El
y se disuelven. Los adultos viven con los chicos en forma tal resultado de sus investigaciones, junto a ejemplos precisos de
que se excluye cualquier relación jerárquica entre los miem~ su práctica, son publicados en las revistas Préliminaire y Le.s
bros. feuillets du Courtil. La propuesta de lo~ dos t.ugar~s es
Si bien en Bonneuil no se hace psicoanálisis, ·el conjunto se,parar los tratamientos analíticos de l trabaJO en el 1~ter1or_ e11
del trabajo lo toma como su referente .. La organización la institución - que si bien tiene como marco la or1~nt ac1611
institucional funciona como un út i1 terapéutico. La noción de lacaniana no incluyen an áli sis-, por lo que 1n tenta11
«estructura estallada» concierne a que· lo esencial· de las conceptual izar el estatuto particular del trabajo l1e\lado a cab<>
actividades s.e desarrolla fuera. y ese lugar queda corno un en esos .ámbitos.
lugar de permanencia. M. Manonni indi ca que en la oscilación
13 tv1. Mannoní, L<1 edt.1u1ci1i11 imp".~ibfe (1 973). Mé~i:co: Si~lo Vdn··
de un lugar de vida con otro, emerge. un sujeto en busca del
tiuno. 1979, p 76 .
14 Ph. L acadéc, <!Qu' on fait les él i!:ves de Loc;an de l' i raL.:i llenl.:e de so11
12 M . Ma11no ni, «E l «c aso» Pierre», C11e1J~ ,.,1 os Siu uu11ui Freud 2-3 en-st:ignemt:nt dan.s le cha1np de la ps; chos~ e t de. l ' in s1iu 11i<1ll?». I' r~Ji1tii1t11 in:-
( 19 73). 5 ( 1993 ) .

l 30 1~·
La «Antenne 11 Ü» fue fundada por Antonio Di Ciaccia deran de que se trata ·de trabajar con el humor para producir
cerca de Bruselas en 1974. 15 [)el equipo se espera que efectos enigmáticos, de sin sentido, para apuntar así al goce. 17
produzcan un encuentro con los niños: que no actúen co1no ~<Le Courtil» es una institución fundada en setiembre de
psicólogos o psicoterapeutas, y menos aún como psicoanalis- 1982 para trabajar con niños psicóticos y neuróticos graves
tas. Se ocupan de atelieres o de actividades de la vida en Lille-Roubaix-Tourcoing (Bélgica). 11i Hace dos años se
cotidiana. En ese ámbito, frente a un coyuntura particular, los incluyó la admisión de algunos adultos en forma separada a
niños acogen de otra manera sus intervenciones. El respon- los niños . «Courtil» es el nombre dado en el francés antiguo
sable terapéutico debe garantizar que la institución esté. a un patio o a un jardín interior; ese fue el ámbito inicial de
articulada en relación a un lugar vacío; es decir, que no haya trabajo, de allí su nombre. Los «intervinientes» no son
un saber constituido que bloquee el trabajo de elaboración analistas pero cuentan con una experiencia personal de
colectivo. análisis . Se espera de ellos que actúen como «analizantes
En relación al autismo, no lo consideran como un estado civilizados» -según la expresión de Eric Laurent-.
diferente a la psicosis, sino que los toman como sujetos Alexander Stevens indica que· el trabajo con los pacientes
psicóticos . Plantean que el autista trabaja para realizar en lo apunta a privilegiar Jos efectos de la palabra y su acción .de
real la substitución no advenida en lo simbólico a causa de orientación para el sujeto. El marco de referencia es el
la forclusión del Nombre-del-Padre. La falla simbólica impide psicoanálisis, pero lo distinguen de un tratamiento propiamente
separar el Otro y el goce, de allí que el niño psicótico, para dicho. 19 Con los niños neuróticos el trabajo en la institución
producirlo, intenta llevar a cabo una inscripción en lo real. toma como referencia las entrevistas preliminares en psicoa..:
¿Cómo trabajan? Lacan invitaba a funcionar como el nálisis~ con los psicóticos se sitúan en el marco preliminar a
secretario del alienado. La gente que trabaja en Ja Antena se una cura posible.
ofrecen distraídamente en ese lugar: se trata de una oferta Anne Lysy-Stevens se interroga sobre el estatuto particu-
de asociación para el tratamiento del Otro. Dejan a los niños lar de las intervenciones, que se llevan a cabo en esta
que los ordenen de acuerdo a su necesidad lógica de institución: no son ni interpretaciones ni puramente acciones. 20
inscripción en lo real, con los que logran que construyan Concluye que se trata de no dar sentido a las acciones del
circuitos más comp licados o los ayudan a e laborar un delirio. niño sino de intervenciones que apuntan al sujeto, de producir
A menudo, logran de esta manera cierta pacificación. la emergencia de la dimensión subjetiva sin cristal izar por ello
Dicen: «lntenramos dirigirnos a estos niños a partir de un sentido . Da dos ejemplos . Emmanuel es un niño autista
una fa lta, hacernos faltar }rente a ello de alRo de! orden de agitado que se golpea la cabeza contra las puertas. Un «inter-
Ja nr.irada o de la voz. lntenranios dirigirnos a e/Jos apun- viniente» le traza una línea en el piso, entre la puerta ~ él,.
ttuzdo, niirdndo hacia otro lado. Jntenta1110.'I 111a11iobrar con y le dice que no puede atravesarla. A part ir de este límite el
la voz como ·con la gui1arra. fa ponernos en rnúsica eri forma niño comienza a jugar con sus bordes, organiza su espac io y
teatrl2lizallll;'. con itn gran cerenionia/. Esto tiene como efecto comienza a decir algunas palabras. Otro niño, que solía esca-
que el sujet o psicóliL·o se rranquifiz.a, acepta mucho más Ja 11 V. B aio. <L' institution et le malaise i:hez l 'e nfant>t. Prí lirn i"tiire 4
presencia del educador y .'le arriesga ü acercárseJe, a (1 992 ) .
ht1b/llrle e in c fu~ o 12 d e111a11dar >:>. 16 Por otra parte, con s i- l8 A. Stevens, ,.Le Courtil: un choix1<1 , )1t1ucd l (199 5).
19 A. S 1eve11 ~. «La clinique psy chanaly tiqu e dé1 11s une ins t i 111•i~11
15 A . Di C'inc ci a y V. Baio, «Le volle et k rno n4 11~ i·, M e11 1"I 1 { l iJCJ';) . d'enfants» . Le.i feu;Ut t .~ tlu Courri f 1 (J 989).
16 V 8 aio, B. d e Halleu x y M. K\J snic r4: k . .el.e 1r avail e n í11 i.;lilulilln 1:1 20 A . Ly sy-Ste vens , « ln re rven tion c r in
t erpr~ t atio 11» , Le.~ j t rti fJer .1 rir1
snn c:idr~ ~. PnJfimi rJttirt: 4 ( 1992). p . 15 Cou,.1il 4 ( 1992 >.

l32 1 l3
parse de la institución, recibió un día una intervención donde lentamente pude reconocer trozos de palabras con
paradójica. Al escaparse, lo van a buscar en auto, y en el inversiones de letras, que junto a los fragmentos de frases
momento de alcanzarlo, en lugar de detenerse, lo saludan y traducen la estructura de las «frases interrumpidas» en la
se van. El efecto sorpresivo hace que el niño vuelva solo. psicosis. Frente a este bloque monolítico aparecían palabras
que tenían sentido pleno: remitían a un objeto puesto en
4) Carla, una niña autista continuidad metonímica con la palabra, pero que, aislado, no
producía efectos de significación. Llegaba al consultorio,.
Presentaré el caso de Carla, quien está en tratamiento sacaba de la canasta un auto y decía "tía'', y luego un biberón
desde hace un año. 21 y repetía el nombre de su primo. Esto lo hacía en. forma
Los padres consultaron cuando ella tenía 3 años y medio, estereotipada sin construir un juego ni hacer algún uso de esos
enviados por la psicopedagoga del jardín. Carla casi no habla- objetos.
ba, o si lo hacía, pronunciaba algunas palabras sueltas o se En el transcurso del tratamiento fue trayendo frases que
sumergía en un soliloquio ininteligible. Algunas conductas eran escucha y repite. Carla es hablada por el Otro. Se nombraba
llamativas: olía todo y repetía en forma estereotipada «huele a sí misma en tercera persona: "Carla, Carla", hasta finalmen_.
a pata». No lograba integrarse al jardín, costaba darle de te responder "¿qué?, o decía "Chau Carla, me voy", como si
comer, mantenía un fugaz contacto visual con las personas. le hablara a otra persona. Se encerraba a oscuras en el
Se entretenía buena parte del día con algunos rituales: sacaba placard del consultorio. Su alienación en el Otro hace que
los libros de la biblioteca, rompía papeles~ tocaba los objetos, repita en forma de órdenes las indicaciones maternas: "comé" ,
pero no jugaba. "tomá", "andá". En lo imaginario, nos encontramos con una
Dos mom.entos articulan su tratamiento e indican el pro- niña sin imagen: para e.lla no hay un otro, sólo un Otro que
greso desde su consulta hasta los efectos que produce en ella vocifera. En su lugar aparecen fenómenos proto-espectacu-
la cura analítica. lares en la ecolalia y la ecopraxia que se expresan en el
Los trastornos espaciales aparee ieron ya desde sus primeras interior de la sesión .
entrevistas: cuando intenté acercarme mientras vaciaba la biblio- El Otro es real por la falla simbólica propia de la psicosis.
teca, se detuvo inmediatamente y retrocedió de espaldas m irando Por .momentos se presentaron estados de excitación maníaca
al vacío. Ni toleraba mi proximidad ni me miraba. Este compor- en los que no paraba de cantar, reír y hablar como si se
tamiento se repitió en una ocasión en la que tropieza y cae: se dirigi~ra a otro, que pueden hacer suponer un estado
levantó, no lloró, y sin darse vuelta repitió «mamá», m ientras que alucinatorio. ¿Acaso escuchaba voces? l)ec ido dejar de
se acercaba a su madre hasta quedar pegada. Reaccionaba de hablar en sus sesiones y me limito a pequeños gestos para
la misma manera ante mi negativa a que hiciera ciertas cosas . evitar reduplicar con mis palabras el Otro real que vocifera
No lograba entrar sola al consultorio, lloraba si la rnadre se en las voces: mi silencio intenta disminuir el fenómeno
alejaba. Tiempo después, ya en confianza, se desplazaba tan alucinatorio ...
pegada a mi cuerpo que tenía que sortearla para no tropezar con Seis meses después de la iniciación del tratamiento co-
ella. La falla simbólica impide la estructuración de} espacio: no mienza a hablar de mi IJamándorne "Siva'', un signi ficallte que
hiy ni demas;ado lejos 1li den1as;ado cerca. extrae del discurso materno. Mi ausencia no está s imbali z:ada.1

El uso ho 1ofraseado del lenguaje se presentnhci de diferen- es rea l; Carla reproduce con111igo la misma deseperación que
tes mane1as. No paraba de hablar e n un soliloqu io ininte ligible ante la ausencia de su madre: grita y llora si no me 'Ve, pero
21 S. Tcndlari, «lnlt~•r> rctac.:ió n y <:lll ti!S1n o e ll la i11 f:mcia;. 1 1CJ95) . i11 édi to. se calma ni bien llego, y entra al consult~Jrío enlusia~rnada..

l.~ 4 lJ 5
Entre tanto, con mucha dificultad, la madre comienza sus queda enlazado a su análisis. Carla pide por él cuando no viene
entrevistas analíticas conmigo y pone a trabajar lo inasimilable a ses ión, y rechaza todos los caballos de juguete que la madre
en lo simbólico de una muerte . El asesinato de la bisabuela le compra.
de Carla por parte del bisabuelo que luego se suicida, todo Carla comienza a armar pequeñas frase s y utiliza más
esto frente a su hija de dos años inicia una secuencia. Esta palabras. Se di~i ge a los otros con la mirada, pide cosas y
niña, ya madre, abandona a su vez a sus tres hijos y los parece más · conectada. Hace pequeñas travesuras con una
entrega al cuidado de la mujer que la adoptó a ella misma. mirada pícara: quiere sacar uno de mis libros y para lograrlo
La madre de Carla tendrá primero una hija que muere de hace que corra mi silla diciéndome: «Permiso Siva» mientras
toxoplasmosis poco tiempo después de rtacer; luego, abortará me sonríe (recorde mos que miraba al vacío).
espontáneamente; por último nace Carla. Para esta mujer Produjo incluso un desplazamiento: abandonó el caballito ;
quedan sólo dos lugares para una niña: o muerta o loca. Al en lugar de acariciar su cabellera, comenzó a tocar tímida-
cabo de tres · generaciones nos encontramos con la psicosis mente mi c~bello cada vez que entra al consultorio . Aprove-
de Carla como forclusión del significante del Nombre-del- c~o la ocasión para hacerle cosquillas en la nariz con mi pelo
Padre. e instauramos así un pequeño juego que Carla reproduce con
Relata también un fantasma con el que se complace en su alegría. .
intimidad: «hacerse curar por un médico». Esta declaración E~ta. niña, que se pegaba a ciegas a la madre ante cualquier
muestra bien cuál es el lugar de Carla en el fantasma materno: contrariedad, pone a funcionar esta separación en lo rea l en
la niña enferma cristaliza su lugar de objeto del cuidado· del relación a la madre. Una vez, al entrar la madre al consultorio
otro. Cuando Carla mejora, la madre queda obsesionada por arma el siguiente c ircuito . Carla entra con la madre, se
ideas de muerte. O loca o muerta traduce entonces su lugar encierra en el placard, y después se va del consultorio. Cierra
como objeto condensador de · goce n1aterno. la puerta y deja a la madre adentro del consultorio; la madre
En el transcurso de las sesiones un objeto se vuelve abre la puerta y · sale a su vez; Carla entra, cierra la puerta,
privilegiado para Carla: un pequeño caballito que busca en la y deja a su madre fuera.
caja de juegt>s ni bien entra al consultorio, lo n-0mbra, le Lentamente se instaura un transitiv ismo entre ella y yo. Si
acaricia la cabellera, lo abraza, besa, e incluso desplaza llora se acerca a mí y me pregunta por q ué lloro. Si yo hago
jugando. A veces me lo entrega, añadiendo un objeto al Otro algo ella le pregunta a Carla qué es lo que hace .
que .soy para ella (según la fórmula de los Lefort (A+a) que La dirección de .la cura apunta a una o peración s im bó lica
expresa la falta de operación de separación). desde lo real. Los «como si» imaginarios los ex trae Carla de
Un día estab lece la secuencia: canta el feliz cumpleaños ~u medio escolar, en particular de una niña que tiene su mismo
en tercera persona, como probablemente se lo cantaron unos nombre. Conocemos la precariedad de las curas que in tentan
días antes; luego vuelve a cantarlo, y substituye «Carla» por producir un sostén imaginario : dejan de funcionar con facili-
«caballito:>>. Se encierra en el placard con el caballito y d ice dad. Tanto e l silencio - sustracción de la voz-, como Ja
«chau»·; pone el caball ito en el placard y cierra la puerta . Me despedida del objeto que queda fuera del Otro so ste nido por
apresuro a salir de mi silencio para cortar la sesión y decir e l corte de sesió n, guardan esta mjsma di recc ión.
~<chau c aballito», mientras la conduzco fuera del consultorio. · Estas modificaciones en Carla fueron el resultado de la
Mi intervención apunta a la separación a través del objeto discontinuidad en lo real que produjo mi intervención qoe e:;b o2a
que logra extraer del Otro. Al finahzar la .sesión siguiente, Ja extracción de un objeto: le permite distinguir I ~ palabras "i
gua rda el caballito y dice «chau caballit o~). Este significante comenzar a hablar, entrar en la dialéctica de la demanda -pro-
136 131
pia del automatismo de la cadena significante-, y dirigirse duce diálogos que probablemente escuchó en s u entorno .
a los otros. A partir de entonces Carla comienza a hablar notablemente
El destino de la relación con el cabello siguió su recorrido mejor, aunque sigue cambiando letras y sílabas de lugar. Sus
en el curso de la cura por el desplaza1niento metonímico diálogos con interlocutores imaginarios se vue lve n más claros
operado del caballito a mi cabello . Esto posibilita una y pe rsis ten hasta el momento de la redacción de este trabajo .
construcción especular solidaria a operar con la extracción Pregunta y responde, y reproduce diálogos que probablemente
imposible del objeto. e scuchó en su entorno.
Tiempo después, comienza la sesión cortando papelitos y El caballito es un objeto diferenciado por e l significante.
tirándolos por la ventana mientras se despide de ellos; luego Al deslizarse al cabello se apoya sobre lo real del pelo que
se quita las gomitas que sujetaban las dos colitas de su cabello e lla toca y sobre todo en la estructura de /alengua .22 Se
y me dice -transitivamente- que Carla se las ponga. Me las instaura así una secuencia significante que opera como una
pongo, peinándome con trencitas (como ella). Toma un construcción dada por la metonimia de los objetos.
marcador verde, me pinta unos trazos sobre los labios, hace P~r otra parte, los objetos privilegiados en su trabajo
lo mismo con los de ella. Frente a la imagen de su doble conciernen a la voz y la mirada. Sobre mi boca escribe su
-en que me vuelvo al reproducir su propia imagen- me trazo significante con el marcador - debemos tener presente
sonríe con alegría, y por primera vez me abraza y se queda la . incidencia de mi silencio en la dirección de la cura- ·, mi
en esa posición durante unos instantes. Dice luego «anteojos» mirada queda enmarcada en el significante «anteojos».
-que utilizo en las sesiones y que ella se niega obstinadamente Estela Solano me sugirió -en una comunicación perso-
a usar- y busca un par en la caja de juegos sin encontrarlo. nal - que Carla encuentra su suplencia en el anudamiento de
A la sesión siguiente viene con anteojos pues tos - que le los _tres registros en el a~alista tom~do como objeto: imagi-
pidió a la madre antes de salir de su casa-, con una muñeca nario, e n sus consecuencias sobre la imagen; si mbólico, en el
Barbie y una cola de cabello postiza para la muñeca. Pero desplazamiento metonímico ; y real , en el rasgo real. S in duda
no se lo coloca a la muñeca sino que añade a mi cabello el queda entonces abierto el interro gante de cómo p odrá lograr
objeto postizo, luego de haberme hecho las dos colitas. Al sostene r fuera del dispositivo analític o este mundo que se
partir no deja de mi lado ese objeto en más, sino que me lo estructura así para ella.
saca y lo pone en el cabello de ella. Sale así peinada de]
consultorio. El objeto comienza entonces a circular de un lado 5.- El análisis infantil de una psicosis desencadenada en
y e l otro -de1 lado del Otro y del sujeto-, sin produc ir una la adolescencia
extracción, pero posibilitando su cesión . Distingue el analista
como objeto de los objetos de intercambio. Al salir, veo que Quisie ra detenerme en el caso de un análi sis infantil de u11 a.
el ci rcui to especular se c ierra: la madre está también peinada niña que desencadena su psicosis en Ja adolescencia. E1 caso
como ella y lleva sus anteojos puestos a partir de la insistencia fue p resentado e n mi curso por Agueda Hernánde2 (Bueno~
de su hija de ponerse los suyos propios. Aires) , quien la atendió en la infancia con un di agnóst ico
A parti r de entonces Carla comienza a habl ar no table- presuntivo de neurosis , y que la vuel ve a tomar en 1rat.amien to
mente mejor, aunq ue sigue camb iando letras y sílab as de una vez desencaden ada su psicosis. 23
lugar. Sus diálo gos con in terlocutores imag in arios se vu el- 22 l t1le11µ 1u1. t:sc: rilo rodo j u11 to, es un c o11 cep to l ilc:i11 i~ 111> q.:c desigr1:l
ven más claros y persisten hasta e l mom e nt o de la la mmerialid nd so nora an t l!rior a la estruc111 rae: ió n d ad~ 110 ~ el l engwj r .
redacción de este trabaj o. Pregunta y respond e , y repro- 23 A . Hem ández.. «Rel::ito de u 11a ¡, ne urosis i nf;i11ri·1·» ' 1 ~9'J) . it w i lr.L

13 8
La primera co nsulta se lleva a cabo a los 8 años: Ana la convicción de que le enviaba mensajes por la radio y la
tenía miedo de perderse en el interior del colegio, de que televi sión . También escuchaba voces que decían palabras
un día la dejaran sin darse cuenta. En este punto re to ma relativas al sexo;·ella las incluyó en su organización de lirante.
la histori a familiar. La abuela mate rna abandona e l hogar para Vuelve del viaje con la convicción de que Jaime la vendría
irse con un hombre y deja a la hija internada en un colegio. a buscar para casarse con ella. En el camino los carteles se
Solía pegarse a una de sus compañeras del colegio, con lo indicaban, cada elemento era interpretado en el sentido de
. ., ,
lo que lograba c ierta tranquilidad. Presentaba otros trastornos : su conv1cc1on erotoman1aca.
miedos a los insectos y · animales, agorafobias, ataques de Una vez que logra compensarse, duda si realmente Jaime
angustia inesperados, insomnio, miedo a los profesores y la quería, pero al mismo tiempo sigue teniendo la certeza
compañeros de clase: se vuelve la «rara» del colegio. Apa- - a pesar que él se negó a recibirla e incluso hizo decir que
recen ideas paranoides difusas que no se sistematizan como se fue al extranjero- de que la ama. El núcleo delirante del
un delirio. La inquietud inefable que presenta no aparece en postulado erotomaníaco se mantiene aunque la estabilización
ese momento como fenómeno elemental. La relación imagi- lograda le permite no buscar ponerlo a prueba y el encuentro
naria con sus pares le brinda cierta estabilidad . No obstante, queda postergado.
tiene problemas con la alirnentación y la defecación . Está muy Al salir de su internación reinicia su análisis. Trae al poco
inquieta por la pérdida de sus excrementos porque podría tiempo un sueño y un cuento. En el sueño aparece una mujer
«debilitarse». Mantiene la misma ideación en relación a la que, ante el requerimiento de un hombre, se levanta e l vestido,
comida: come demasiado para no «debilitarse» y luego termina y al hacerlo ve su cuerpo desintegrado, como una pura nada .
vomitando. A veces termina vomitando «nada». Frente al vacfo aparece el «arrebato» -como llama a su
Un sueño se destaca dentro del material que presenta que delirio pasional- y los mensajes alucinatorios.
será retomado más tarde luego del desencadenamiento de la En su cuento, retoma las temáticas de su preocupación
psicosis: «Está detrás de Ulises, apoyada junto a él en una inicial: perderse en el interior del colegio. Dos alumnos, uno
tabla de surf, con la misma postura, y así recorren los mares de ellos Ulises -como en su sueño- entran a escondidas
y l~chan juntos. Ulises se enfrenta a los hombres y e lla a las al colegio durante la noche. A través de mensajes cifrados
mujeres» . y signos mi steriosos descubren la presencia de habitantes
Este primer tramo de análisis concluye con la construcción nocturnos que aparecen cuando todo queda en silenc io. Uno
de una cajita en la que dice Ana, aloja su «nada y los miedos». de ellos desaparece ; el otro, Ulises, se enfrenta a lo inefable.
Ceden los síntomas y mantiene su estabilización imaginaria, Tal vez este cuento explique la inquietud que invadía a esta
que se refuerzan con consultas puntuales. niña al ir al colegio y retome algunos de Jos mensajes
Cuando termina el colegio secundario, a los 17 años, se indesc ifrables que emergían en forma aislada y la aterroriz2-
produce el desencadenamiento de la psicosis como efecto de ban. La construcción de un delirio -el erotóman o- permite
la vacilación imaginaria que le produce un encuentro sexual. hacer un tratamiento creativo de estos fenómenos y transfor-
Durante el último año de estudios aparecen ideas erotomaníacas marlos en una producción artís tica.
en · relación a un compañero que le impiden estudiar. Pero e l
episodio maníaco se produce a la vuelta del viaje de egresados
6.- El destino de la cura
y req uiere una internación (que dura un mes) .
Ana dice que en ese viaje conoció a Jaime y salió con él. ¿Cuál es el destino de la cura de Jos niñ<Js au1 i stas1
Lo veía por tod as partes, en cada hombre que pasaba, con Colette Soler se muestra un tanto escéptica: -.i:.Los re.sal·
140 J'1 1
tados obtenidos no van más allá del progreso en el plano llamaba. Durante nueve días pi ensa sobre la manera de
de la norn1a y en el ¡1lano educativo. .. Se civilizan un sacárselo de encima - d ónde esperarlo, con qué instrumento
poco ... Pero se encuentra siempre el mismo obstáculo: la matarlo-; lo mata con tres puñaladas con el cuchillo de la
se¡Jaración ilnposible» 24 • Lo que no debe frenar el trabajo cocina de su madre. Se queda al lado del cadáver y no ofrece
posible con los niños psicóticos. ninguna resistencia cuando vienen a buscarlo.
El resultado de l trabajo analítico con Roberto es una c ierta Francesc Vilá lo encuentra internado en un Servicio Infanto-
pacificación , «domesticación», un «cierto do1ninio a través Juvenil para hacerle un diagnóstico. El niño no puede ser juzgado
del significante de una libido o un goce desarrin1ado)>. 25 por ser menor de edad. Luego de su pasaje al acto pasa por un
Esto lleva a los Lefort a preguntarse si el saber produc ido no período de agitación con experiencias de despersonalizac ión que
lo volvió simplemente débil por una sumisión al di scurso del finalmente ceden, pero también el delirio queda abortado sin que
Otro s in la caída del objeto. 26 nada venga en su lugar. Este caso presenta la particular posición
De todas formas, esta pac ificación tiene sus matices --como de un niño que construye un delirio paranoico y que luego del
lo señala C. Soler- : en un acceso de cólera intenta estran- pasaje al acto homicida, la falta de sanción simbólica le impide
gular a una niña. Este pasaje al acto no tiene consecuencias subjetivar su acto, por lo que queda al decir de su analista en
a sus 4 años; pero, mayor, e l resultado podría ser diferente. lUl statu quo ante, que lo deja en un curso parafrénico - sin
Tomemos e l caso de un pasaje al acto homicida de un niño. delirio sistematizado-.
Francesc Vi lá27 (Barcelona) presenta el caso de un niño que La cura del niño autista puede concluir en una estabilización
desencadena su psicosis a los 5-6 años como consecuencia dentro de una estructura psicótica. El análisis le ofrece a estos
de una inte rvención quirúrgica con objeto de corregir un niños la posibilidad de salir del encierro autista y esbozar una vida.
estrabismo convergente. En el post-operatorio se le impone En cambio, para los niños que presentan ideas delirantes, el
la idea de haber quedado c iego por acción de un ser destino de su estabilización depende del trabajo de la psicosis.
impe rsonal. Las visitas peri ódicas al oftalmólogo lo llevan a Algunos casos presentan diferentes soluciones delirantes.
sospechar de ese hombre . Examinaremos los presentados por F. Koehler (París ), E.
A los 7 años aparecen los fenómenos elementales : pensa- Be rengue r (Barcelona) y R. Sonnabend (Barcelona) .
mie ntos que le «hacen la puñe ta» - lo inducen a una F. K oehler presenta el caso de una niña esquizofrénica d e
respuesta- y le son impuestos; y pensamientos que se 12 años que se sentía pe rseguida por un enjambre de abejas .2K
presentan como imagen que producen una satisfacci ón .lúdica. Salta, grita y sacude la cabeza murmurando cosas incohe ren-
A partir de c ierto momento la inquietud de1 niño comienza tes, tiene accesos de cólera, gol pea a los adultos o a Jos niños
a tomar la forma de que le desagraden las pesonas e n la calle . en la cabeza, sólo habla con onomatopeyas o en ecolalia. En
A los 9 años construye un de lirio persecutorio centrado en un el transcurso de la cura Maria-Louisa comenzó a c omprar
perseguidor: otro niño le hace gestos de burla y le dice burrro, caj as de plástico de colores para encerrar las abej as. Cuand o
ne na, idiota y niño pequeño. Cuando respondía a la provoca- logra loca lizar sus alucinaciones en la caja , éstas ceden:
ción preguntándole qué sucedía, el otro niño se volvía hacia modalidad de construcción de un aparato para localizar el
atrás señalando el vacío y preguntándole qué quería y a quién goce invasor (que produce c ierta mejoría en la pac ien1e ).
Enrie Berenguer presenta el caso de M ar, una Tliñ a. de ?
24 C. Soler, (<Hors discours .. ., op. cit
25 J .-A. Miller. «lnt roduction ... », op .c it. . p . 11 .
26 R. y R. Lefon , Les s tructurex .. .. op. cit. , p. 499 . 28 F. Koehler . ..:La pratique a nal )'t iq ue avec les auti~t es. Cllimcre Dl.I
. ,,
prax is .»,
L .dUll.~JJPe...
. .
op. c Lt.
27 F. Vilá , «Un niño mata a otro niño». ft.1afe11te11dido 5 ( 1989). ,

142 1!13
años cuando comienza la cura.29: En el primer tiempo se pasea E sos pequeños otros imaginarios se desdoblan ininterrumpi~a­
por el ~onsultorio a la deriva: muerde los muebles, golpea a mente. Cuando la ana1ista intenta llamarla por su nombre, pide
cualquiera. De a poco, comienza a mirar a su analista en una que se la llame como uno de sus personajes·. .
especie de fascinación que la lleva a pegarse al analista con Esta primera secuencia es interrumpida: la madre decide
su bo:.ª .ª1 punto q~e .10 babea todo el tiempo. La boca ·y la recurrir al s~ber médico. Cinco años más tarde, la vuelven a traer
superf1c1e -const1tu1da por el cuerpo del analista- son a Ja consulta: la aparición de la menstruación desencadena su
puestos en una continuidad sin agüjeros . delirio. No quiere salir de su casa y se queda encerrada en su ·
En cierto momento, el analista le interpone un «no» a este habitación mirando las revistas en las que aparecen los perso-
pegoteo. De allí en más, la niña comienza un movimiento de najes de series de televisión. Por otra parte, permanece g~an
alternancia de ir y venir que concluye en la extracción dé un parte del tiempo encerrada en sus. monólogos con las pequenas
objeto del analista: le abre la camisa, le arranca un pelo del muñecas de las que no. se separa. ·. '
pecho y se queda mirándolo detenidamente. También le saca En su primera sesión, Marta trae las fotos de los personajes
los anteojos y se los pone en la boca . Este objeto extraído del de las series: las fotos le hablan y ella habla con las fotos. A
Otro, su analista, permite la creación de un circuito de objetos veces incluso la llaman por teléfono o van a visitarla. La· mayor
que se substituyen unos a otros. parte del tiempo sus diálogos se refieren a historias de familia.
En otro artículo, Enrie Berenguer presenta la continuación Un día Marta le lleva a la analista un papel que contiene nombres
30
de la cura en la que se distinguen dos fases -erotomaníaca de parejas. También incluye el nombre ~el homb~e que ama,
Y persec~toria- que se organizan en torno al objeto mirada. cuyas iniciales coinciden con las.de la analista. Escribe entonces
E.~ la prt~era fase, Mar «Se daba a ver»; en la segunda, la uno y otro nombre. Ese papel incluye un dibujo - un corazón
ni.na man1fes~aba ataques de pánico frente a los aparatos eléc- con las iniciales de la analista y las suyas propias- que da cuenta
t~1c?s, especialmente los luminosos, que expresaban se sen- de la instalación de la transferencia en la vertiente erotomaníaca.
t1m1ento de «estar perseguida por la mirada» de cualquier A partir de allí surge la primera demanda: que le traiga fotos del
punto luminoso. Esta secuencia termina en una pacificación. personaje . amado. Simultáneamente, apare.<:_e n sus temores
Ruth Sonnabend examina la cuestión de la circulación de persecutorios relacionados con un perro, un n1no y un borracho.
objetos dados bajo transferencia -erotomaníaca- en una niña R. Sonnabend se interroga sobre el valor de las fotos.
31
de 11 años. Marta consulta por primera vez al comienzo de su Concluye que se trata de objetos de goce, que la completan y
escolarización : la maestra encontró que la conducta de la niña que manifiestan la imposibilidad de separación_. Desde ~sta
era atípica. Durante la primera entrevista la madre revela un dato posición, la analista decide poner en su con~ultor1~ una rev1sta
i~portante . Marta tiene miedos extraños: frente a un rayo de sol, con las fotos del pesonaje que reclama. Al mismo tiempo Marta
dtc~ que es un lobo que la va a comer. Pero esta interpretación deja de traer sus fotos, porque como tien~ que salir tempr~no
dehran te no logra sistematizarse como un delirio sino que tomaron frío. Pide llevarse una del consultorio, a Jo que la analista
permanece como una ideación aislada. En las entrevistas, trae accede, instaurando así una secuencia de objetos de circulaci<>n
muñecas que tienen como misión ayudarla a destru ir al analista. en substitución a esos objetos iniciales con.los que se desplazaba,
operación que posibilita cierto sostén para el sujeto.
29 M . Ba~sol s, E . Berenguer y R. Calvet. <iL a q uestion éh tique de la En un trabajo colectivo, E. Laurent aborda nuevamente la
p sy..:hose », l 'tiiainn~ .... o p. cit.
cuestión del tratamiento de niños psicóticos.3J lndi~a <J..Ue el
3 0 E. Berenguer, «Eroton1an1e c.t rersé cuti on», L ',urrí.'ime . ... , op. i.:it.
.~ 1 R . Somnabe11d, «Trans fert érotoma11 1:iq ue ..:he7. une fill euc de onze 32 E . Lau rent y col., "Psychnnalyse avec les c: llfnnts". º'"it.:1J1·~ 35
ans>. L 'auli.~fne ... , o p. cit. ( 19 85-86) .
144 J .::jj
hecho de que el niño se acostumbre a la presencia del analista secu enc ias son diferentes a la creación de un aparato
no alcanza, es necesario buscar una intervención que posibilite condensador de goce -como en e l caso Joey--, pero , en
una apertura dialéctica. Este punto de aplicación es el sínto- definiti va, y de acuerdo a las distintas posibilidades simbólicas,
~ª·. que de be di stinguirse de la masa de fenómenos pato- tienen la misma función estabilizadora.
log1cos que presenta el niño en su posición específica. El Y. Baio pre~enta el trabajo de la psicosis de Kim que
analista, al instaurarse - a través de la transferencia-- e n el ilustra esta orientación.33 Kim llega a la institución «L' Antenne
lugar de recepc ión del síntoma, permite que se aislen las 11 O" a los 6 años con una boya náutica negra que golpeaba
coordenadas simbólicas de su historia y su lugar de objeto e n sin cesar con un lado y otro de su mano mientras que mantenía
e~ fantasma mater~o.' De esta manera, el analista queda su oreja pegada a e lla. El niño evitaba la mirada y no hablaba
situado e n una pos1c1ón tercera, y al mismo tiempo que se con nadie . Se limitaba a comer los restos que encontraba e n
vuelve e l pivote alrededor del cual se produce la recomposición el plato de su educadora. Un día le pregunta: «¿ Tenés mi edo
simbólica, se produce un efecto de localización de goce. de los cocodrilos?» . Y la educadora responde canta ndo:
Opera entonces como un «interviniente real» que produce un «Sobre e l borde del Nilo, los cocodrilos se fueron, no hablemos
corte que permite la extracción del goce del campo del Otro, más de ello». Busca a continuación otra boya negra, una
lo que conllev·a modificaciones sintomáticas. cámara, e n los garages. Kim recorre junto a la educadora los
¿De qué naturaleza es el objeto que se desplaza rnetoní- garages en busca de su cámara a zig-zag entre las gomas.
micamente en los tratamientos de niños psicóticos? Luego quiere comprar camioncitos, y después pide detenerse
Tustin habl ó de la importancia de hacer ceder el objeto sobre los tún eles de donde salen autos y camiones.
autista -siempre el mismo- para producir la posibilidad de Señala entonces que cuanto más se metonimiza el
substituciones con otros objetos. Meltzer se refirió a la circuito boyas-garages-camiones, más se sociali za Kim y
presenci a de objetos fetiches. Todos estos objetos inmuta- comienza su trabajo psicopedagógico. Comienza a hablar,
bles no están simbolizados y tienen una función espec ífica: come r y mira, al punto de aprender a leer y a escribir. El niño
forman parte del cuerpo del niño, traducen la imposibilidad de «se produce» como sujeto a partir de la construcción me.t ?-
ceder el ·objeto - por la falla de operación de separación- ; son nímica en el espacio que se desliza luego a u na construcc1on
reales, no transicionales. La substitución de este prime r objeto metonímica en el saber. «A partir de esta construcción, de
-que puede ser modificado, pero en tal caso vuelve a guardar ese deslizan1 ie11ro de un objeto a otro, el s il)eto apullta
la misma fijeza- se produce, en todos los casos presentados a introducir una 11egativiz.ación, una .faltll, un agujero en
en la 1iteratura analítica, bajo transferencia. El trabaj o ana- e l Otro. Un agi~;ero no en Jo simbólico sino en lo real».
34

lítico permite introducir al niño en el proceso de simbolización El <<trabajo de la psicosis » de l niño autista apunta a
que lo lleva a de mandar y hacer circular objetos que tiene n producirse como sujeto e introducir una negativizaci ón en ~o
un valor simbólico -el símbolo representa al objeto e n su real. La construcc ión metonímica actúa como una .suple llcta
ausencia, sin esta operación los objetos no pueden inter- frente a la separación que nunca podrá ser produci da .
cambiarse- . Eric Laurent señala que los ci rcuit os creados por los
Los c ircui tos personales constituidos por el desl izamiento niños - tanto a través de objetos o través de recorridos
metonímico de objetos puede n tener una función de supl enc ia espacial es- son una expresión de lo simbólico como rea1:' 5 E l
que pacifica al niño en tanto que aparecen bajo tra nsfere ncia,
por 1o que el objeto-ana lista logra sostener e l anudamien to JJ V. Baio. « Kinl. l 'en fa nt l>o11t!en, ;\,fe11ral :?. ( 199 6).
34 lde 1n. p. 65 .
que, en tértninos lacania nos, to1na e l valor de sintho111e. Estas .t5 E. L:turcnt. «Lecture critique n... f. ' llu ii .111t e .•. . op . ci.I .. 11 · 14 3
146
l .:41
concepto de sup.lencia se refiere justamente a ·esta cuestión:
log_rar un tratamiento de lo real a través de Jo s imbólico para REFLEXIONES FINALES
pahar eJ r~~orno de goce como efecto del agujero que produce
la fo rc lus ron del Nombre-del-Padre.

Nuestro punto de partida fue una pregunta: «¿ De qué su-


..... fren los niños?». El subtítulo acentuaba nuestro inte rés
particular por el problema de la psicosis. Sin embargo, no fue
dejado de lado el análisis de otros trastornos que provocan
sufrimiento. Estudiamos las modalidades de la neurosis, Ja
debilidad mental, las perturbaciones anoréxicas, los estados
depresivos y la incidencia del deseo del Otro en la aparición
de la angustia. La cuestión de la direcci ón de la cura fue
particularmente enfatizada en el estudio de la psicosis, clave
de lectura de los casos c línicos.
Más que concluir quisiera dejar abiertas las preguntas que
el trabajo clínico nos impone. Los tratamientos de niños que
presentan una franca sintomatología psicótica se c onfrontan
con las mismas dificultades que tienen los de los adultos
psicóticos: manejo de la transferencia y posición del anal ísta,
tipo de intervención, y orientación de la cura hac ia \lna
acotación delirante o h acia la creación de una suple ncia
estabilizadora.
Pudimos constatar que el auti smo infantil forma. parte de
la psicosi s, y no es equi valente a debi lidad y 1e tra so
eventualeme nte fu turos . Sin e mbargo, queda abierto e l pro-
blema de por qué algunos niños responden tan favorableme11te
a los tratamientos y otros no, por qué algunos mantienen l<ts
su plenc ias constru idas e n sus análisis y otros las de11umball
fác ilmente.
Hablar del autismo como de un «estado)> (al eslilo de
Tustin) permite man tener ab ierta la posibilidad de n na s.itli<la.
No obstante, la p recoc idad de su emergencia en el sín drC>m e
148
descrito por Kanne r y la inerci a en que se sumergen los J)olto) . Llamativamente , la descripc ión de los primeros años
autistas ex ige continuar e l trabajo de in vestigación. La pers- de ambos niños es semejante a la de los autistas precoces,
pectiva de la creación de una «suplencia» es un preliminar aunque su destino ulterior les permita c.ierta construc~i ó11
a un trabajo posible c on niños autistas. delirante. En uno y otro caso, los analistas intentan neurottzar
Los auto res que hemos estudiado recortaron los historiales al niño y hacerle c reer en la incidencia de la palabra del padre
en función de su s orientaciones teóricas. Más allá de la sobre él. Estos tratamientos no son equi valentes: Dolto dirige
cuestión de la pertinencia de sus a rticulac iones conceptuales, una cura analítica; Joyce McDougall se dirige a su supervi sor,
podemos rescatar la ex istenc ia de una serie de fenómenos y Serae Lebovici, a través de su monólogo con Sammy. El
de respuestas a las inte rvenc iones que se re piten e n uno y inip°asse e n el que desemboca esta d irección del tratamiento
otro hi storial. Estas series admiten una interpretaci ón desde se debe al hecho de que no hay un pasaje de estructura. Por
1a orientac ión tacan iana. 1 más bue na fe que ponga un niño p sicótico en la palab ra de
Con e l tratamiento tripartito (madre, niño y terapeuta) que su analista, nunca se volve rá neurótico. Dominique reproduce
propone Margaret Mahle r para el cuadro de «simbiosis las palabras de la analista de la mi sma manera que es hablado
infantil » introduc ido por e ll a, se inte nta e nseñarle a la madre por el Otro matern o. Sammy denuncia, a tra vés de la ironía
cómo ponerse en contacto con su hijo y se la invita a esquizofrén ica, las interpretaciones prer-a~porter, de s~ ~na­
identificarse con e l modelo propuesto por la terapeuta. lista, que decod ifican sus palabras en ter1n1nolog1a kle1n1ana
Simultáneamente, tiende a desarrollar el rudimentari o yo del sin al canzar por ello su subjetividad .
niño. Aunque su detallado diag nóst ico diferenc ia l resu lta Meltzer se ocupa del tratamiento del espac io e n el autismo
valioso, e l modelo de cura que propone no apunta al sujeto, y estudia el mecan istno de «des1nante lamiento», dife rente del
sino al for talec imie nto yoico, cuyos Ílnpasses Lacan señaló «clivaje» klein iano . No trata ya al autista esforzándos~ ~?r
a lo largo de su obra. El refuerzo imaginario otorga muletas introducir la nominación de los objetos -según la trad1 c1on
...
que se pierden con facilidad, ya que falta un trabajo sobre la kleiniana-, sino que busca introducir agujeros en estos
posición de l sujeto desde lo simbólico. sujetos «bidimensionales» a través de la transferencia . Meltzer
Otros analistas de la Egopsychology emprendieron la mis- ubica los fenómenos simbólicos en lo imaginario, por lo cual
ma tarea sin inc luir a la madre, y quedaron expuestos a una valora más el límite y e l continente. En cambio, R. y R. Lefort
similar fragilidad de la cura. El caso de Laurie -relatado por ponen el énfasis sobre el agujero en la estr~~tura . El
Bruno Bettelhe im- da cuenta de e llo. Sus sorprende ntes pro- dispos it ivo analítico se reduce a una construc c1on de un
gresos desaparecen rápidamente una vez que sale de la continente, u n lími te, que contiene al niño .
O rthogenic School y es inte rnada en un hospital público para Los libros de F. Tusti n, de accesible lectura en los distintos
niños débi les mentales. Pero e l de Joey marca una diferencia: niveles de fo rm ación teórica , ponen el acento en la dep resión
la construcc ión de una máquina funciona como condensador que se aloja en los «estados autistas>>: su confrontación res11 lta
de goce y lo estabiliza. clave para la salida posible que encuentra a través de los
Algunos historiales clínicos incluyen estudios de casos de tratam ientos anal íticos.
niños esquizofrénicos que presentan ideas de lirantes. Así Finalmente, el enfoque educat ivo, al est ilo del mé todo
ocurre en los casos de Sammy (estudiado por Joyce McDougall TEACCH , resulta parcial: no trata al niño, sólo le e11 seña
y Serge Lebovici) y de Dominique (analizado por Fran~oi se conductas socialmente adaptadas que borran lo parti~olar de
cada sujeto.
1 Cf. S . Tc11dhlrz... «¡, lnt~rpret ar al niño autista'?». f/ Caldero 41 ( 1996). En cambio, la original posic ión de los L.efort. nos introd uce eC1
150 15 1
las sinuosidades de la cura analítica del niño autista. En la BIBLIOGRAFÍA
o rientación lacaniana encontramos el acento puesto ---como lo
señala Eric Laurent2- sobre la estabilización en el interi or de
la estructura. Esta estabilización es sol idaria de la invención de
suplencias que operan en el lugar de la falla simbólica.
La mayor parte de los autores se abstuvieron de represen-
tar una intrusión en el universo cerrado del niño. La única F. ANSERMET, «Le suicide et l' enfant», La lettre mensuelle
pos ibilidad de intervenir en el caso del niño autis ta es poder 110(1992).
quedar próximo a él sin representar una amenaza persecutoria. P. ARIES, L' enfant et la vie familia/e sous l 'Ancien
A partir de allí gran parte de las secuencias clínicas expuestas Rég inie. París : Seuil, 1973. .
en el último capítulo dieron cuenta de los progresos de los P. AULAGNIER, «Remarques .sur la structure psychotique»,
niños en tratamiento. La reserva con que los casos, en su La Psychanalyse vol. VIII (1964).
mayor parte, son presentados demuestra que no se trata de M. BASSOLS, E. BERENGER, M . R . CALVET, «La
m furor curandi, s ino s implemente de dar oportunidades question éthique de la psychose», L'autisme et la psychanalyse.
para que la vida de estos niños se des arrolle en mejores Séries de la Découverte Freudienne VIII ( 1992) . ·
condiciones. Se trata de explorar caso por caso y acompañar V. BAIO, «L' institution et le malaise chez l' enfant»,
al niño en su trayectoria s ingular de un mundo habitable para Prélilnina ire 4 ( 1992) .
él. - «Orientation psychanalytique dans une institution pour
Cordié dice en la conclusión de su libro: «No hablem os de enfants dits psycho tiques», Les f euillets du CourtiL 4 ( 1992).
«curación» como algunos alardean de ello. Más bien de . -«Kim,. l'enfant bouée», Mental 2 ( 1996). · ·
«estar mejor», d e v ivir mejor, de una vida no exenta de V. BAIO, B . de HALLE UX y M. KUSNIERE K; · <~Le
sufriniiento, sino de una vida que uno mismo se puede travail en institution et son cadre», Préliniinaire 4 ( 1992). ·
adn1inistrar, que permite tener su lugar en Ja sociedad, y P. BERCHERIE, «La clínica psiquiátrica del niño», Mal-
va no más en el asilo». 3 entendido 3 ( 1988).
- Podemos parafrasear a Freud cuando decía, en re lación a E. BERE NGER, «Erotomanie ·et persécu tion» ( 1992) ,
la neurosis, que los tratamientos debían transform ar e l sufri - l 'autisme ... , op .cit. .
miento neurótico en un a «miseria común>>. Tal vez podamos B. BE l'IELHEIM, la fortaleza vacía. Barcel.ona.: L.'11a.,
afirmar lo m ismo en re lación a los niños p s icóticos. Después 1987 . Original en inglés: The Empty Fortress (In.fantile A utis1n
de todo, el sufrimiento concierne a lo infranqueable de cada and the Birth ·oj· the Sel/) . New York : T he Free Press, 1967.
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vivible la propia existencia. P. BRUNO, «Examen de la débjlité~>, Pas Ta11t 3-4 ( 1C)8J) .
Si pensamos que toda vida está constituida por un a mezcla -«A coté de la plaque. Sur la débilité m entale >,, Ornica r?
de encue ntros y destino , brindemos la oportunidad a es tos 37 ( 1986). . .
niños de que, tal vez, un encuentro analftico cambie su destino. -«El d icho sobre la esquizofren ia->>~ Fre iJJ1a r1a 9·c1993 ).
P. BRUNO y. ot ros , l'autisn1e er Ja p sycha1'talyst: . Séries
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a) La neurosis obsesiva: Ofelia ..... .... ... .46
bl La histeria: Elena .... . . ........ ... ....49
e) La fobia: Sandy ...... . ... ... ...... ....50
5) Allenaclón y separación . . .. ...... .... . .. .53
61 Clínica de las conttngenctas del
"¿Puede perderme?" ... . .... .. . ..... . .. . .56
7) Excursus: La anorcxla mental . .... ..... .. . .61

m. ALGUNAS INDICACJONES DE lACAN .... .. •. 65


l. LOS At\105 ·50 . . .. ... .. ..... . ... ... .. . . 67
l l El caso Dlck de Melanle Kleln ... . .•• .. . . .•. 67
2) El caso Roberto de Roslne Lefort . .. ... .. .. . .69
3) Lang y la psicosis en el niño _ ... . ... ... .. . .72
11. LOS At\105 .60 ..•••••. . . . .. . . . ••••• .. • •13
1) El nltlo como objeto real . . . . .. . . . .. - .. .. • .74
2) La HoloFrase . . . . ........ . .. . .. - - - - .. • .75
3) La debilidad menta l . ...... .. . . .... - - . . • .76
4) El nh'o como condensador de goce y objeto
del fantasma materno ... . . . .. . .. ... - - .. - .81
IU. LOSAFIOS 70 . . . . . .. . . • . .... ... - - - .. - .86

)(
- - . -~- --· __ ,._ -•• ...,.• .....,.~~ª'""""' 1""' 1 '-".J Ll.Cl l 1 • ~ : • ~bu
2). AJgu nos ejemplos . . . . .. . . . . . .. . . . .. .. . ..89

W. 7RA'TA.l!!ENTOS . . . . .. . . . . . . .. . . . .. • .. . .93
l) Margaret Mahler: el caso Stanley (1951) . . ·. . . .93
2) Joyce McDougall y Serge Lebovici: Diálogo
con Sammy ( 1960) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .98
3) Bruno Bettelhejm: Joey, el ..nlño-máquinaH
(] 967) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
4) Francoise Dolto: el caso D ominique (1971) . . . .108
5) Frances Tustin: la caparazón autis ta (1972) . .. 112
6) Donald Maltzer : la bidimens ionalidad (1975) .. 115
7) El método educativo (1982) . .... . . . . . ... . . 118
,. .
V. UNA PERSPECTWA LACANIANA DE
'CRATA,H,IENro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
1) El ..a utismo precoz" treinta años después . . ... 122
2) La dirección de la cura . . . . . . . .. . . . .. .. . . 124
3) El trabajo institucional con niños psicóticos . . . 130
4) Carla: una niña autist a ... . .... . . .. .. . . . 134
5) El análisis infantil de una p sicosis
d esencadenada en la adolescencia . . . . . . . . . .139
6) El destino de la cura . . . . . . . . . . . . . . . . . . .141

Reflexiones finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149

Bibliografía general

Se terminó de imprimir en el mes de octubre de 2007 Continúa en la otra solapa


en Edili, Castro 1860, Buenos Aires Argentina.
BILIB0201332 ..
DE QUE SUFREN LOS NINOS
35613000132712

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