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Diccionario de Arquitectura
en la Argentina
ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES
Nota del Editor: las firmas de los redactores se consignan al final de cada texto con sus respectivas iniciales
abreviaturas ed. edición || editorial
(Ed., cuando forma parte del nombre de una
PUCCH
p.°
Pontificia Universidad Católica de Chile
paseo
editorial; también edit., Edit.); editor, ra. pág. página (también p. y pg.)
edit., Editorial párr. párrafo
EE.UU Estados Unidos de Norteamérica pdo. pasado
ej. ejemplo PE Poder Ejecutivo
EPEC Empresa Provincial de Energía de Cordoba PEN Poder Ejecutivo Nacional
et ál. (lat.: ‘y otros’) PEVE Plan de Erradicación
etc. Etcétera de Villas de Emergencia
f. sustantivo, o construcción nominal pg. página (también p. y pág.)
sustantiva, de género femenino. Prof. (fem. Prof.°) profesor
F. C. ferrocarril pról. prólogo
a. C. antes de Cristo. FADU Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo prov. provincia
AA. VV. autores varios. fasc. fascículo r. p. m. revoluciones por minuto
ACA Automóvil Club Argentino FAU Facultad de Arquitectura y Urbanismo reg. registro
adj. adjetivo. fca. fábrica Rep. república
adv. adverbio FNA Fondo Nacional de las Artes RR. HH. recursos humanos
ANBA Academia Nacional de Bellas Artes FO Ferrocarril Oeste Rte. remitente
Arq. arquitecto, ta FONAVI Fondo Nacional de la Vivienda S. san (cf. Sto.)
Arqs. arquitectos, tas Gdor. (fem. Gdora.), gobernador s. siglo || siguiente (también sig.)
art. Artículo. Gral. general S. A. sociedad anónima
Av. Avenida. ha hectárea / hectáreas s. a., s/a sin año [de impresión o de edición]
B. Bco. banco (‘entidad financiera’) H.° A.° Hormigón armado (cf. s. d., s. e. y s. l.)
BHN Banco Hipotecario Nacional IAA Instituto de Arte Americano s. d. sine data (lat.: ‘sin fecha [de edición o
Bibl. biblioteca IAIHAU Instituto Argentino de Investigaciones de impresión]’ / sin información.
BID Banco Interamericano de Desarrollo de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo s. e., s/e sin [indicación de] editorial
BMCBA Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires ICOMOS Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (cf. s. a., s. d. y s. l.)
BN Banco de la Nación Argentina íd. ídem (lat.: ‘el mismo, lo mismo’) s. f., s/f sin fecha
Bo., B.° barrio IDEHAB Instituto de Estudios del Habitat S. L. sociedad limitada (cf. S. A.)
Bs. As. Buenos Aires igl.° iglesia s. l., s/l sin [indicación del] lugar [de edición]
c. calle Ing. ingeniero, ra (cf. s. a., s. d. y s. e.)
C. F. capital federal (también Cap. Fed.). Ings. ingenieros, ras s. n., s/n sin número
c/u cada uno Inst. instituto (en una vía pública)
Cap. capital INTA Instituto Nacional de Tecnología Agraria s. v., s/v sub voce (lat.: ‘bajo la palabra’, en
cap. capítulo intr. verbo intransitivo. diccionarios y enciclopedias)
Cap. Fed. Capital Federal km Kilómetro/s s/f Sin indicación de fecha de edición o escritura.
CCM Compañía de Construcciones Modernas l. c. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; s/l Sin indicación de lugar de edición o escritura
Cdad. ciudad también loc. cit.) SCA Sociedad Central de Arquitectos
CEAMSE Coordinación Ecológica Área Metropolitana Lic. licenciado, da (también Lcdo. y Ldo.) Sdad. sociedad (también Soc.)
CEPA Centro de Estudios de Proyectación Ambiental loc. cit. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; sig. siguiente (también s.)
CEVE Centro Experimental de la Vivienda Económica también l. c.) Soc. sociedad (también Sdad.)
cf. cónfer (lat.: ‘compárese, véase’) Ltda. Limitada Sr. (fem. Sra., Sr.°, S.°) señor
Cía. compañía Ltdo. (fem. Ltda.) limitado (cf. Ltd.) Sto. (fem. Sta.) santo (cf. S.)
CIAM Congresos Internacionales de Arq. Moderna m Metro/s t. tomo
CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales m. n. moneda nacional TANAPO Talleres nacionales y Populares
cm centímetro m. sustantivo, o construcción nominal tel. teléfono (también teléf. y tfno.)
CNCB Comisión Nacional de Casas Baratas sustantiva, de género masculino. tít. título
Co. Compañía. MALBA Museo de arte Latinoamericano ton Tonelada/s
cód. código de Buenos Aires tr.: verbo transitivo.
col. colección MAMBA Museo de Arte Moderno de Buenos Aires trad. traducción || traductor, ra
CONICET Consejo Nacional de Investigaciones mimeo: mimeografiado UBA Universidad de Buenos Aires
Científicas y Tecnológicas MNBA Museo Nacional de bellas Artes UNC Universidad Nacional de Córdoba
ctv. centavo (también c., cent. y ctvo.) MOP Ministerio de Obras Públicas Univ. Universidad
d. C. después de Cristo N. B. nota bene (lat.: ‘nótese bien’) UNL Universidad Nacional del Litoral
del. delegación N. del E. nota del editor UNLP Universidad Nacional de La Plata
DGV Dirección General de Vialidad N. del T. nota del traductor UNMdP Universidad Nacional de Mar del Plata
DiHA Diccionario del Habla de los Argentinos de n. nota UNQUI Universidad Nacional de Quilmes
la Academia Argentina de Letras (2003). N.° S.° Nuestra Señora (referido a la Virgen; UNT Universidad Nacional de Tucumán
Diag. diagonal (‘calle’) también Ntra. Sra.) UPCA Union Popular Católica Argentina
dicc. diccionario n.° número/s USA: United States of America
Dir. (fem. Dir.a) director || dirección NA Revista Nuestra Arquitectura UTDT Universidad Torcuato Di tella
DNA Dirección Nacional de Arquitectura NOA Noroeste Argentino v. gr. verbi gratia (lat.: ‘verbigracia,
DNT Departamento Nacional del Trabajo ORPBA Organización del Plan Regulador de Buenos Aires por ejemplo’; también v. g.; cf. p. ej.)
DNV Dirección Nacional de Vialidad OSN Obras Sanitarias de la Nación v. véase (cf. vid.) || verso
doc. documento P. D. posdata v. Véase
dpto. departamento p. ej. por ejemplo (cf. v. g. y v. gr.) vol. volumen
Dr. (fem. Dra.), doctor p. página (también pg. y pág.) vs. versus (lat.: ‘contra’)
DRAE Diccionario de la Real Academia P. S. post scríptum VV. AA. varios autores (cf. AA. VV.)
Española (2 vols. Madrid, Espasa, ed. 2001). (lat.: ‘después de lo escrito’) w. c. water closet (ingl: ‘servicio, retrete’)
Palacio de Aguas Corrientes en Bs. As., de Nyströmer.
o
o
importancia para la cultura artística y arqui- personalidades demasiado fuertes como para La primera entrega sorprendió tanto por la
tectónica de la Argentina y de todo el mundo durar mucho e individuar algunos factores que diagramación de formato apaisado, no habitual
de lengua castellana que todavía no ha sido re- sin duda contribuyeron a este proceso disgre- entonces en el país, y por la alternancia de pa-
conocida en su verdadera importancia. gativo: los largos viajes al exterior de algunos peles satinado y rústico, como por la declaración
Al mismo tiempo OAM (especialmente Clu- de sus miembros, el término de la Asociación de principios que constituía el editorial “Nos-
sellas y Baliero) empezó a trabajar en el diseño Arte Concreto “Invención” y la emigración de otros y el pasajero del tranvía” -una explícita re-
de muebles, y produjo interesantes piezas que sus principales representantes, el fin de la ex- ferencia a Edoardo Persico-, donde instaban a
revelan, como ya se ha comentado respecto de periencia de Nv, Nueva Visión y, por último, la centrar la atención reflexiva en el déficit habita-
la arquitectura, un sistema complejo de refe- demolición del inmueble de la calle Cerrito pa- cional, la crisis laboral de la matrícula y el com-
rencias europeas y norteamericanas, y una re- ra la ampliación de la Avenida 9 de Julio. Pe- promiso político a través de la práctica discipli-
lación fructífera con Williams, Bonet y los ar- ro en esta incierta tentativa de reconstrucción, nar. Se destaca en este número la traducción de
tistas concretos: es muy probable que en este podría quizás encontrar legitimación también “Arquitectura e ideología”, de Giulio Carlo Ar-
proceso haya jugado un papel importante el ar- una hipótesis más pragmática que considere gan, quien por entonces había dictado en Tucu-
quitecto César Janello (v.), diseñador de la fa- la agrupación como un recurso útil para en- mán un curso que alcanzó gran difusión: “El con-
mosa silla W en la década anterior, con quien frentar las dificultades ligadas al comienzo de cepto del espacio arquitectónico desde el Barroco
Clusellas proyectó los estupendos pabellones una actividad profesional y que pierde su ra- a nuestros días”. La entrega siguiente, dirigida,
para la Feria de América de Mendoza en 1954. zón de ser en el momento en que sus inte- como la tercera, por Marcos Grosman, se centró
La coexistencia de tantas actividades, rela- grantes empiezan a afirmarse en un medio que en la vivienda, con contribuciones que formarí-
ciones e intereses fue posible, y estimulada, por parecía estimular la libertad y la expresión per- an la secuencia canónica de la historia, referidas
la naturaleza del “taller” de donde salían estos sonal como componentes fundamentales de la al caso argentino, como la de Roberto Segre. Por
“productos”: el petit-hôtel de Cerrito 1371 al- arquitectura. Desde esta óptica no sorprende su parte, el último número, continuando la cues-
bergaba al mismo tiempo el estudio de OAM y que los que participaron en OAM hayan cola- tión de la vivienda y orientándose a problemas
la exposición de sus muebles, la redacción de borado entre ellos en varias ocasiones y que en técnicos, como la prefabricación de origen fran-
Nv, Nueva Visión, la sede de la editorial, el ta- sus escritos, ensayos y artículos hayan sido pro- cés Outinord, introdujo
ller de Maldonado, los conciertos de la asocia- movidas las obras de ex integrantes. F. D. a dos figuras que poste-
ción Nueva Música, los talleres provisionales riormente serían perso-
de los artistas Hlito, Girola, Iommi, y de los en- Bibliografía: F. Bullrich. La arquitectura argentina nalidades influyentes en
tonces estudiantes de arquitectura Solsona (v. contemporánea. Bs. As.: Nueva Visión, 1963; C. A. la docencia: Juan Moli-
MSSGSS) y Bell, debido a lo cual se transformó, Méndez Mosquera. Introducción. En: summa 2, oc- na y Vedia, y Juan Car-
por su propia naturaleza, en uno de los lugares tubre de 1963; C. A. Méndez Mosquera. Veinte años los López (entrevista a
de debate más vanguardista de Buenos Aires. de Diseño Gráfico en la Argentina. En: summa 15, Vivanco hecha por este
La Disolución de OAM alrededor de 1957 1969; J. F. Liernur. Para una critica: concurso na- último; reseña del VII
fue un proceso gradual y casi natural que hoy cional de anteproyectos: la Biblioteca Nacional. En: Congreso de la UIA, que
resulta particularmente difícil reconstruir en Materiales 1, 1982; J. M. Borthagaray. Universidad u DETALLE DE LA PORTADA tuvo lugar en Cuba, por
forma detallada. Podría pensarse que reunía y política 1945-1966. En: Contextos 1, 1997; J. Sol- DEL PRIMER NÚMERO. el primero). E. G.
Puede considerarse como antecedente di- en los países más desarrollados no se había otros miembros, determinaba las tarifas que
recto del ente el artículo 34 de la Ley Orgánica arribado a una solución administrativa per- los particulares debían pagar: subsistió durante
Municipal de la ciudad de Buenos Aires (1854), fectamente aceitada, y los modelos a seguir décadas el criterio que entonces se estable-
en donde se estimaba que el gobierno comu- eran disímiles. ció, el del 3% sobre el alquiler de la propiedad.
nal debía establecer el servicio de aguas co- En Buenos Aires, la idea de que el agua co- En 1870 se proyectó una nueva ampliación
rrientes, y facultaba para tal fin a la Comisión rriente (a la cual se reducía por entonces el pro- de las obras, ante las urgencias de una ciu-
de Obras Públicas. Se retomaba así un inten- yecto sanitario) debía ser provista por el Mu- dad que crecía notablemente y la difusión ge-
to fechado más de 30 años antes para la pro- nicipio se mantuvo hasta la federalización de neralizada en la opinión pública de la temáti-
visión de aguas corrientes en Buenos Aires: el la ciudad, aunque nunca logró efectivizarse to- ca higienista (v. Higienismo). Se incluyó esta vez
que se hallaba inscripto entre los objetivos bá- talmente. el problema de las cloacas y el desagüe urba-
sicos del Departamento de Ingenieros Hi- El verdadero punto de partida para la cre- nos. Un dato observado anteriormente adquiere
dráulicos (v.), cuyo reglamento había sido apro- ación del ente se encuentra en la Ley 1867, en ahora significación: tanto Coghlan como Cas-
bado en 1822, cuando era James Bevans (v.) el que la Legislatura autorizó al Poder Ejecutivo tro pertenecían al personal superior del Fe-
ingeniero en jefe del organismo. Pero de estos Provincial a adoptar las medidas convenientes rrocarril Oeste. En efecto, el interés del ferro-
objetivos solo restaban los estudios que había para el saneamiento de Buenos Aires. Fue au- carril era mayúsculo en estas obras, ya que
hecho Bevans sobre provisión de agua potable torizado también un empréstito del Banco de necesitaba contar con agua relativamente lim-
a poco tiempo de llegar a la ciudad; la histo- la Provincia para hacer realidad estas obras. Se pias para alimentar las calderas. Así, la admi-
ria posterior de las aguas corrientes consistió adoptó en principio el proyecto del ingeniero nistración de las aguas corrientes estuvo a car-
solo en emprendimientos particulares ofreci- Coghlan (v.). La llamada Comisión Municipal go del Ferrocarril Oeste en la práctica, y este
dos al gobierno, como el proyecto de aguas cla- de Salubridad Pública no funcionó como se es- se cambió en el principal acreedor del gobier-
rificadas del ingeniero Pellegrini (v.), de 1829. peraba, paralizada por discusiones de deslin- no, que adquirió una deuda notable. Con la ley
Recién después del gobierno de Rosas se re- de de tareas entre el Municipio y la Comisión, de septiembre de 1870, la Comisión se eman-
tomó la cuestión de la sanidad en manos pú- y el gobierno se vio obligado a crear una Co- cipó definitivamente de la administración del
blicas. Y fue sin duda la ciudad de Buenos Ai- misión especial de manera que, aunque la ley Ferrocarril Oeste, y arrancó así la verdadera or-
res, en esta nueva etapa, el banco de pruebas preveía que la Municipalidad se hiciera cargo ganización administrativa de Aguas Corrien-
para la solución del problema sanitario en el de todo lo relativo a las obras, fue finalmente tes. Esta es la explicación, también, del aleja-
Río de la Plata. el Gobierno de la Provincia quien tomó la ini- miento de Coghlan y del contrato con Bateman
Se abrió en esos años una primera cues- ciativa. Coghlan, junto con Emilio Castro (am- (v. La Trobe Bateman). La Comisión nueva poseía
tión: ¿era el Municipio o el gobierno provin- bos del personal superior del FCO), confor- enorme autonomía: adquiría los materiales,
cial quien debía hacerse cargo de estas obras? maron esta última comisión encargada de la administraba las obras, proponía ella misma
La opinión generalizada de técnicos y políti- efectivización de las aguas corrientes. Las obras al ingeniero para dirigirlas, fijaba las tarifas.
cos, basada en experiencias internacionales, finalizaron en los primeros meses de 1869; en Se le otorgaban por ley recursos extraordina-
descartaba ya la explotación en manos priva- abril se abrieron al servicio público. La Comi- rios mientras duraran las obras. Se proyectó
das, fundada en la importancia clave para la sión ejecutiva (Coghlan y Francisco Madero, que estas fueran manejadas luego por el Mu-
población de los factores sanitarios. Pero aun que había reemplazado a Castro), ampliada con nicipio, cosa que nunca llegó a suceder. Las
una Comisión de Obras de Salubridad de la Ca- día 24 distritos y resultaba una obra de mayor rado. En el momento en que se propuso la cons-
pital. Desde 1891 a 1902 se pasa de 4366 a envergadura que la primitiva. No se trataba de trucción de las obras del radio nuevo, las venta-
47.483 conexiones domiciliarias: el problema la ampliación de las obras de Bateman, sino de jas del sistema separado, más económico y no
estaba prácticamente resuelto en el área de la la construcción de una infraestructura inde- menos eficaz, quedaban a la vista.
ciudad antigua. Los resultados de la instalación pendiente: una nueva toma en el río con su tú- El servicio para agua corriente comenzó en
de aguas corrientes y de cloacas en la salud de nel subfluvial, un nuevo establecimiento de 1913 y el de cloacas en 1915. En 1917 se cons-
la población constituyen un testimonio im- bombas, depósitos y redes, una colectora má- truyó la segunda cloaca máxima, cruzando con
placable de la bondad del sistema: las estadís- xima con su sifón en el Riachuelo y una casa un nuevo sifón el Riachuelo, a la altura de la
ticas realizadas para el censo oficial estimaban de máquinas elevadoras en Wilde, cloaca má- actual calle San Francisco. La tercera cloaca
que la mortalidad había disminuido del 30% xima intermedia de unión entre la máxima an- proyectada en la Capital tenía su itinerario de-
en 1890 al 14% en 1904, una cifra muy baja en tigua y la nueva. A esta propuesta se le suma- finitivo por la calle Centenera cruzando la ave-
comparación con los países desarrollados. ron trabajos de mejoramiento y ampliación de nida Sáenz, y en Provincia de Buenos Aires por
No sucedía lo mismo en el resto del terri- las obras del radio antiguo. la calle Carabobo (Avellaneda).
torio urbano, y mucho menos en las provin- La discusión alrededor de este proyecto vol- Desde 1901, la Dirección de Obras de Sa-
cias. En 1901 se creó la Dirección General de vió a repetir tópicos anteriores, pero se con- lubridad poseía dimensión nacional a raíz de
Obras de Salubridad, encargada del estudio, centraba en los distintos departamentos impli- la Ley 3967, de 1900, que autorizó la provisión
construcción y recepción de los servicios sa- cados en la operación. Desde el punto de vista de agua potable a Jujuy, Corrientes, Santia-
nitarios de las provincias. La Dirección se re- técnico, un tema central radicaba en la utiliza- go, La Rioja, Santa Fe y Salta, y la ampliación
organizó en 1912 (Ley 8889) con el nombre ción del “sistema separado” (separate system, en Catamarca, San Luis, Mendoza y San Juan.
de Obras Sanitarias de la Nación (v.). Memphis, Coronel Warren) o el “unitario” (tout Aunque algunos trabajos importantes ya se ha-
En 1908, Agustín González presentó un a légout, es decir, el drenaje por la misma ca- bían realizado antes —tal el caso de los pro-
proyecto para proveer agua potable y desagües ñería de las aguas pluviales y las aguas servidas). yectos de aprovisionamiento de agua para Men-
a todas aquellas partes del territorio de la Ca- El proyecto inicial de Bateman consideraba pa- doza, proyectado por el ingeniero Nystromer
pital Federal que carecieran de los servicios. El ra el área central el sistema unitario, mientras (v.) en 1884, o de las obras de salubridad de Sal-
llamado “radio nuevo” (15.400 ha) compren- que en la Boca y Barracas se utilizaba el sepa- ta, en 1898, del mismo autor—, fue esta ley la
OCHOA, JUAN. Buenos Aires, 1872 – Íd., 1948. Manteniendo una imagen institucional, ca-
Ingeniero. Realizó importantes obras de ar- racterizada por el uso de estilos borbónicos y OFFREDI, DOMINGO. S/d. Italiano. Arquitecto.
quitectura religiosa y bancaria. Tuvo una des- un orden jónico que enfatiza el acceso princi- Actuó en Catamarca y Salta a fines del siglo XIX.
tacada participación en la Comisión Nacional pal, el salón de atención al público, dispuesto
de Casas Baratas (v.) y en los debates sobre siempre en la esquina, constituye el objeto Es autor del proyecto del Colegio Nacio-
vivienda económica generados a partir de su de las principales indagaciones y variaciones nal (1889), del Hospital San Juan Bautista (1881-
creación. formales. Estas van desde el uso de un círculo 1886), realizado junto con Luis Caravatti (v.), y
de grandes proporciones en la sucursal de Dia- de la Estación Ferroviaria (1904) en estilo Ne-
Cursó estudios en la Universidad de Bue- mante (1917), un rectángulo achaflanado en- orrenacimiento italiano, todos ellos en Cata-
nos Aires, donde se graduó como ingeniero ci- vuelto por una recova moderadora del rigor cli- marca. Ejecutó, a comienzos del siglo XX, la
vil. Trabajando solo o en sociedad, proyectó re- mático en Bella Vista (1918), hasta un octógono base y los relieves del monumento a la bata-
sidencias, edificios públicos y religiosos en la alargado en Paso de los Libres (1918). lla de Salta inaugurado en 1913.
Capital Federal y en distintas localidades de las También para el Banco Nación, Ochoa tra-
provincias de Buenos Aires y Santa Fe. bajó individualmente en la realización de las
Individualmente realizó la Iglesia de Aya- sucursales de Bahía Blanca (1919) y de Santa OLEZZA, LUIS. S/d. Arquitecto. Activo en la ciu-
cucho, el Colegio Concepción, el Asilo de Huér- Fe (1920). El paso de las anteriores interven- dad de Buenos Aires en las décadas del trein-
fanos del Socorro, la Municipalidad de Lobe- ciones instaladas en un contexto provinciano ta y del cuarenta del siglo XX, formó parte del
ría y la Aduana de Rosario. Con Selva (v.) y a un ámbito urbano, asociado a mayores exi- grupo de jóvenes arquitectos adscriptos a las
Polizza se ocupó entre 1898 y 1902 de la am- gencias programáticas, se refleja en la monu- nuevas tendencias modernas.
pliación de la Catedral de Lomas de Zamora. mentalidad exaltada por la utilización del or-
En sociedad con Medhurst Thomas (v.), obtu- den jónico, pero ahora de grandes proporciones, Integró el grupo de profesionales que ex-
vo un premio en el concurso organizado para con columnas pareadas de varias alturas que pusieron sus trabajos en el Primer Salón de Ar-
la realización del Hospital Durand en 1905 y marcan el acceso principal. quitectura Argentina Contemporánea en el año
construyó la residencia y local de Cerrito 244. En 1925, como Director General de Cons- 1933. Allí presentó cuatro proyectos personales
Posteriormente, la firma Medhurst Tho- trucciones del Banco Hipotecario Nacional, re- y tres más, hechos con la colaboración del ar-
mas y Ochoa integró la lista de estudios de ar- alizó la sede de ese de ese organismo en la ciu- quitecto Isaac B. Stok (v.). Entre estos últimos
quitectura que por su destacada labor recibie- dad de La Plata, sobre la base de criterios afines se destaca el del Barrio Parque, con marcadas
ron entre 1910 y 1920 encargos del Banco a los ya experimentados en las sucursales del influencias de los postulados del urbanismo del
Nación para la realización de sus sucursales Banco Nación. Movimiento Moderno. En 1941 construyó en
en el interior del país, antes de que esa insti- Ochoa también integró los Círculos de Obre- sociedad con Ernesto Vautier (v.) el edificio pa-
tución formara su propia oficina de arquitec- ros Católicos y la Asociación de Hombres de ra el Sanatorio Anchorena (Buenos Aires), que
tura. La producción alcanzó a una veintena de la Acción Católica, y su intervención posterior se destaca por su resolución funcional. Des-
sucursales construidas en las provincias de en la Comisión Nacional de Casas Baratas (v.) arrollado en cuatro niveles, su expresión exte-
Santa Fe y Buenos Aires. Cuya característica da cuenta de la efectiva inserción de la Unión rior pertenece a la corriente racionalista.
fue el uso de un esquema básico, aplicado a te- Popular Católica Argentina a través de sus téc- Años más tarde construyó, nuevamente en
rrenos en esquina, que permitía la resolución nicos en el seno del Estado nacional para ocu- sociedad con Vautier, un edificio de departa-
de un programa en común: sede bancaria y vi- parse del tema de la vivienda económica. mentos destinados a la renta en la calle Ugar-
vienda del gerente. Alcanzó la presidencia de ese organismo teche del Barrio de Palermo. Sobre una amplia
OLIVARI, ALFREDO. Livorno (Italia), 1867 - s/d. que toma como referencia al Le Corbusier bru- Departamento de Arquitectura de la Facultad,
Arquitecto. Activo en Buenos Aires en las pri- talista y a la tradición colonial argentina. El re- jurado en numerosos concursos y miembro de
meras décadas del siglo XX. Realizó una im- sultado son obras que combinan los muros en- la Comisión de Estructura Didáctica. Colabo-
portante cantidad de pequeñas residencias calados con losas inclinadas de H.° A.° o ró con la revista especializada Tecné (v.). Des-
particulares de carácter académico con ten- bóvedas catalanas, dentro de un carácter inti- arrolló entonces sus dos trabajos de investiga-
dencia al Eclecticismo. mista en el cual hay una preocupación por la ción más importantes: “Series Poliédricas” y
combinación de una orgánica espacialidad con “Dimensiones y ordenación del color”. El fuer-
Graduado en 1887 en la Escuela Micionia- las texturas de la tradición artesanal. te compromiso con sus ideas políticas lo alejó
na (Italia), llegó a nuestro país en 1888. Fue Las viviendas más importantes realizadas nuevamente de las aulas en 1966. R. P.
miembro del Departamento de Ingenieros Ci- por el estudio son: casa Demaría, San Fernan-
viles de la Nación desde 1888 hasta 1892, fe- do (1959); casa Fernández, Lomas de San Isi- Bibliografía: summa, n.°10, diciembre de 1967.
cha en que comenzó a ejercer la profesión de dro (1960); casa Di Tella en Tortuguitas (1963),
manera independiente. todos en la Prov. de Buenos Aires. Otra obra
Entre sus trabajos más importantes se en- digna de mención es el hotel de Turismo en ORGANICISMO (v. Moderna, Arquitectura).
cuentran: el Hospital Fiorito de Avellaneda, el Mercedes, Corrientes (1959), realizado en co-
edificio de la Franco-Inglesa, en Florida y Sar- laboración con Salas, Biloch y Salas. ORIENTACIÓN. f. Situación de un edificio o con-
miento, y la Mueblería Barzi en Rivadavia y Uri- junto urbano en referencia a los cuatro pun-
buru. El mayor volumen de sus obras, en ge- tos cardinales, y estudio de sus implicancias.
neral de carácter ecléctico, está constituido por ONETTO, RAFAEL. Buenos Aires, 1915 - Íd.,
una serie de residencias particulares realizadas 1967. Arquitecto. Se destacó por su labor do- Sancionados en general por la costumbre,
en Buenos Aires: Avenida de Mayo 1346/48/50, cente y de investigación. Participó de diversas los usos relativos a la orientación se hallan ca-
Echeverría y Cuba, Callao 270/274, Av. Alve- actividades en el ámbito de las facultades de si exclusivamente referidos a la ordenación de
ar 1585, Buen Orden 956, Rivadavia 1525/29, Arquitectura de Tucumán y de Buenos Aires los conjuntos urbanos y al emplazamiento de
Viamonte 1030, Rivadavia 1911/15, Humberto Es relevante su labor como artista plástico. templos y construcciones religiosas.
I y Perú, Cuyo 1820/22, Corrientes 829, Chile Siguiendo una norma tácita común a gran
y Cevallos, Montes de Oca 1415/25/37 y Case- En 1940 egresó de la Universidad de Bue- parte de las ciudades fundadas en tiempos de
ros 532. En Mar del Plata realizó varias resi- nos Aires. Paralelamente a sus estudios des- la Conquista, los primeros poblados argenti-
dencias, entre ellas las llamadas “chalets de Fio- arrolló una pasión por la pintura que lo llevó a nos (Mendoza, Buenos Aires, San Juan, Cór-
rito”, en Libertad y Salta. V. O. exponer sus obras en los mejores salones del doba) fueron trazados haciendo coincidir la di-
país y del exterior. Trabajó en la Dirección Ge- rección de sus calles con los ejes mayores del
Bibliografía: R. Gutiérrez, s. v.: “Olivari, Alfredo”. En: neral de Arquitectura del Ministerio de Obras cuadrante solar: Norte-Sur y Este-Oeste. Cada
L. Patetta. Architetti e ingenieri italiani in Ar- Públicas (v.) hasta 1947. Ese año viajó a la ciu- uno de los lados de las manzanas que confor-
gentina, Uruguay e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002. dad de Tucumán para integrarse al Instituto man la cuadrícula urbana responde así a una
de Arquitectura y Urbanismo de la Universi- orientación plena, sin semirrumbos. Este cri-
dad Nacional de Tucumán (v.), donde desarro- terio, del que aún constan raras excepciones
ONDA. Estudio de arquitectura integrado por lló tareas docentes como profesor de Plástica durante las siglos XVII y XVIII, no siempre lo-
ASENCIO, Miguel: Salta, 1931; FRACCHIA, y de investigación en el campo del color y de gró conciliarse con lo recomendado en el títu-
Carlos: Buenos Aires, 1932; GARAT, Jorge: las series poliédricas. lo IX de las Leyes de Indias, según el cual la di-
Buenos Aires, 1932; GIGLI, Lorenzo: Buenos En 1952 renunció a su cargo por presiones rección de las calles debía ser oblicua respecto
Aires, 1932; IGLESIA, Rafael: Buenos Aires, políticas y regresó a Buenos Aires. En 1956 in- de los vientos dominantes a fin de evitar su en-
1930. La producción del grupo, realizada en- gresó en la Facultad de Arquitectura y Urba- trada directa en las ciudades, por ser estos de
tre 1957 y 1974, se encuadra dentro del Mo- nismo como profesor titular de Visión III. En “mucho inconveniente” (Ley VIIIJ).
vimiento de las Casas Blancas (v.). 1959 fue jefe del Departamento de Visión y En el ámbito de la arquitectura religiosa,
desde 1962 a 1966, jefe del Grupo Visión. Fue donde la orientación se impregna de un sen-
Sus obras abordan el tema de la vivienda consejero de la Facultad de Arquitectura y Ur- tido ritual, la práctica medieval de situar el al-
individual suburbana dentro de un lenguaje banismo, miembro de la Comisión Asesora del tar mayor de la iglesia mirando hacia Oriente
ciones de iluminación y ventilación, a la vez ejemplos de reconstrucciones de ciudades eu- viviendas y locales comerciales, aunque tam-
que se reducían las superficies de uso común. ropeas. Una consecuencia del proceso de crí- bién proyectó algunos teatros y sedes sociales.
Pero exigían un número muy alto de circula- tica en el debate internacional fue la formación Estas obras son en general de carácter ecléc-
ciones verticales (v.) en relación con el núme- del Team X y la disolución en 1959 de los CIAM tico. Entre ellas puede destacarse la casa en
ro de departamentos, por lo tanto se adapta- (v.). El pabellón exento fue considerado símbolo Thompson 374, demostrativa de un crecido nú-
ban solamente a conjuntos de altura media, de un tipo de urbanismo poco sensible a los mero de realizaciones de viviendas unifami-
que no exigieran ascensores. valores urbanos de la vivienda y de la arqui- liares que proyectó en la ciudad.
La presencia de una circulación horizontal tectura. Esto no significó una renuncia a la ar-
(v.) permitía, en cambio, reducir las circulacio- quitectura residencial de alta densidad, pero Bibliografía: G. Viñuales y J. M. Zingoni: Patrimonio
nes verticales a uno o dos núcleos por piso. Tal transformó los criterios de utilización de los urbano y arquitectónico de Bahía Blanca. Bahía
es el caso de los pabellones proyectados por pabellones. En los conjuntos habitacionales de Blanca: IAIHAU, 1990.
Stock (v.) y Olezza (v.) para un barrio parque los años sesenta comenzaron a combinarse dis-
(1932) y del pabellón de Bereterbide y Acosta tintas tipologías (altas, bajas, medias), y los pa-
para El Hogar Obrero (v. Cooperativa El Hogar Obre- bellones se articularon entre sí, buscando la PAGANO, ADALBERTO TORCUATO. San Miguel
ro) (Rivadavia y Riglos), ambos ligeramente cur- conformación de ámbitos abiertos con calidad del Monte, Prov. de Buenos Aires, 1894 - Ba-
vados para mejorar las condiciones de asolea- espacial y usos concretos que superaran la idea hía Blanca, 1960. Ingeniero. Autor de obras
miento. El conjunto Los Perales emplea una genérica de parque desarrollado entre bloques. de carácter ecléctico en Bahía Blanca y su zo-
circulación semicubierta, un tema ya ensayado En la Argentina, productos de ese debate pue- na de influencia.
anteriormente. den considerarse conjuntos como Villa Luga-
Un caso particular lo constituyen los su- no o las investigaciones desarrolladas en los Graduado de ingeniero en la UBA en 1915,
perbloques, pabellones altos desarrollados se- PEVE (v.) y otros planes de las décadas del se- fundó en Bahía Blanca una empresa de cons-
gún las sugerencias de Le Corbusier en sus senta y del setenta. A. B. trucciones. Realizó numerosas obras, entre las
unités d’habitation. Un ejemplo es el mono- que pueden destacarse los edificios e instala-
bloque Río de la Plata proyectado por Eduardo Bibliografía: W. Acosta. Vivienda y ciudad. Bs. As.: I. ciones de las usinas eléctricas de Pigüé y Co-
Catalano (v.) para la Urbanización del Bajo Bel- Aresti, 1934; A. Ballent. “La casa colectiva en las pro- ronel Dorrego, el edificio para la central tele-
grano (1948). Retomaba centralmente dos ide- puestas de reforma social 1880-1940”. En mímeo, 1985; fónica de Tres Arroyos y numerosos silos en
as de Le Corbusier: la calle interna y su forma AA,VV. Historia argentina de la vivienda de interés toda la zona. Su actividad no se limitó a la em-
de acceso a las unidades, y los departamentos social. Período 1916-43; Arquitectura y Comunidad presa constructora: abrió un estudio y pro-
en dúplex (v.), aunque modificaba tanto la dis- Nacional; AA.VV. Historia argentina de la vivienda yectó en la ciudad gran cantidad de obras de
posición interna de los departamentos como de interés social. Período 1943-55 (I). Arquitectura carácter ecléctico. Fue autor del edificio del Dia-
las proporciones del conjunto. En el proyecto y Comunidad Nacional; J. Sorín. “La vivienda ar- rio “La Nueva Provincia”, de la sede de la So-
de Catalano, la calle interior de acceso apare- gentina en la década del 50”. En: Trama, n.° 17, 1987; ciedad Italiana, el cine Rossini, el Club Socie-
cía cada dos pisos, en un nivel de los departa- A. Ballent. Vivienda y sectores populares: las pro- dad Sportiva y su propia casa, en Mitre e H.
mentos se desarrollan los espacios públicos de puestas del Estado durante los gobiernos peronis- Yrigoyen, en estilo Art Déco. Proyectó y reali-
la vivienda y en el superior los privados. Ca- tas. Buenos Aires (1946-1955). En mímeo, 1992. zó el Banco de Tandil y el Hipódromo de esa
talano y Caminos (v.) proyectaron otro bloque ciudad. También tuvo intensa participación en
semejante, aunque de menor altura, como dor- la vida política regional. Entre 1932 y 1943 fue
mitorio para la Universidad Nacional de Tu- PAESA, BERNARDO. Zaragoza (España), 1895 gobernador de Río Negro.
cumán (1949). - Bahía Blanca, 1982. Arquitecto. Activo en
A fines de la década del cincuenta se inició Bahía Blanca en la primera mitad del siglo XX. Bibliografía: G. Viñuales y J. M. Zingoni: Patrimonio
una crítica a este tipo de habitaciones, en es- urbano y arquitectónico de Bahía Blanca. Bahía
pecial a partir de su utilización en numerosos Su actividad se centró en la realización de Blanca: IADIHAU, 1990.
u M. PALANTI ENCUENTRA EN EL EDIFICIO BAROLO LA OPORTUNIDAD DE DESARROLLAR UNA POÉTICA MONUMENTAL, Y UNA ALTERNATIVA LATINA AL PROGRAMA DEL RASCACIELOS MODERNO.
EL PARQUE INDEPENDENCIA DE ROSARIO, EN UNA VISTA DE FINES DE SIGLO XIX, POCO DESPUÉS DE SU INAUGURACIÓN.
política de los planes en el tiempo y a una ma- y artificiales. La problemática ecológica, que en ta (la referencia más conspicua fue la del par-
yor atención a las variables de control estatal, esta década se extendió popularmente, convo- que temático de la Villette en París). Las rea-
que no subsumieron los objetivos urbanos en caba además una reestructuración más pro- lizaciones fueron escasas. Cabe destacar, sin
las demandas del mercado. Tal protagonis- funda del balance entre lo orgánico y la impo- embargo, los avances historicistas de los es-
mo del parque en las políticas urbanas se tra- sición humana, que la arquitectura significaba pacios públicos diseñados por Miguel Ángel
dujo, también, en una multiplicación de sus de manera paradigmática. Si en los puntos an- Roca en Córdoba al final de la dictadura, aun-
definiciones, actualizando la vocación deci- teriores no nos hemos explayado sobre el di- que delimitados a plazas y paseos (la recupe-
monónica hacia los parques temáticos. Muy seño concreto de los parques argentinos, es ración de La Cañada como espacio verde era
diversos en sus finalidades, ellos responden porque durante la centuria anterior se trató so- una vieja resolución que no se concretó hasta
básicamente a dos motivos. Por un lado, como lo de repetir recetas exitosas: la novedad del más tarde, durante los años ochenta). Pero ha-
el nombre lo dice, al propio tema del parque parque argentino radica más en su forma de cia los años noventa, las citas históricas o los
(principalmente la recreación, pero también la articularse con la ciudad que en las innova- más modestos reclamos de preservación ti-
educación en la ciencia, la naturaleza, la his- ciones formales. A su vez, a partir del Moder- pológica o edilicia resultaban insuficientes en
toria, y cabe incluir temas solemnes, dramáti- nismo arquitectónico, como hemos visto, se el marco de la voluntad entrevista de recrear
cos, en la tradición de los cementerios anglo- abandonó toda reflexión en el diseño específi- las modalidades tradicionales de la arquitec-
sajones). Por otro, a su forma en relación al co del parque. La escasa densidad de la mate- tura. Las referencias se desplazan entonces ha-
contexto físico: florecieron en estos años los ria aparece testimoniada por la inexistencia de cia una de las últimas experiencias compre-
parques lineales, habitualmente situados a la escuelas y centros de formación paisajística de hensivas del arte contemporáneo: la del Land
vera de ríos (parques fluviales) o de mares (lo nivel universitario –hasta fines de los años no- Art que había florecido en los primeros años
que implicaba el problema del waterfront, de venta– que atendieran a algo más que a la va- de la década del setenta, con protagonistas co-
tal envergadura simbólica como para definir, riedad vegetal. No fue esta la situación de otros mo Walter de María (que jugaba con las fuer-
en muchos casos, el carácter de la ciudad). La países latinoamericanos, de más asentada tra- zas naturales en su Campo de Relámpagos),
centralidad del proyecto en las políticas urba- dición: baste recordar la experiencia de Burle Robert Smithson (cuyo Spiral Jetty alude a for-
nas implicó, además, una revisión de los len- Marx en el Brasil. En la Argentina, los reque- mas arcaicas), o Richard Long, que tan fácil-
guajes utilizados. Enfocada la cuestión del par- rimientos de los años noventa en materia de mente podía enlazarse con la tendencia mi-
que no solo como instrumento clave de nuevas espacios públicos constituyeron un verdadero nimalista con sus marcas sutiles en la tierra.
políticas que permitirían resolver problemas aprendizaje para los arquitectos, que vieron Esta tendencia solo había sido percibida en su
de articulación regional, demanda social re- multiplicarse las oportunidades de diseño par- novedad por un núcleo reducido de artistas
creativa a escala metropolitana o pulmón hi- quístico en función de vastos planes urbanos. que, bajo el designio político de los setenta,
giénico, sino también como aspecto clave del Las primeras referencias novedosas, que se di- emigraron o abandonaron el arte. La arquitec-
embellecimiento urbano (el aspecto represen- fundieron en nuestro país en la década del tura lo descubre tardíamente. Veamos en al-
tativo, identitario, releído en la doble clave de ochenta, apelaban a motivos historicistas que gunos ejemplos la incidencia de estas solicita-
la política y el “marketing urbano”, la experiencia se articularon, en un segundo momento, con ciones en la producción de los parques de la
de diseño parquístico suponía el desafío de reu- el lenguaje plagado de citas del deconstructi- década de 1990. El caso del Parque Central de
nir en un nuevo lenguaje materiales naturales vismo que presidió los primeros años noven- Mendoza, un concurso nacional realizado en
u VISTA GENERAL, DE SUR A NORTE, DE PUERTO MADERO, SUS ÁREAS VERDES Y LA COSTANERA SUR, EN BUENOS AIRES.
u EL PROYECTO CONSISTE
EN UNA SERIE DE PIEZAS
DIFERENCIADAS DE DIVER-
SAS ESCALAS (BARRIAL,
URBANA Y METROPOLITA-
NA), QUE RESUELVE EL
CONJUNTO EN UNA “ARQUI-
TECTURA VEGETAL”. A LA
DERECHA, LA FUENTE CREA-
DA POR LOLA MORA.
u EL PROYECTO, REALIZADO
POR I. JOSELEVICH,
G. NOVOA, A. GARAY, N. MA-
GARIÑOS, A. SEBASTIÁN Y
M. VILA, FUE GANADOR DE
UN CONCURSO NACIONAL.
u CÚPULA DE LAS GALERÍAS PACÍFICO, REMODELADAS POR JUAN. C. LÓPEZ CON ASESORAMIENTO DE E. KATZENSTEIN.
Arquitectónico iniciaron trabajos conjuntos jos se centraron en el conjunto plaza, catedral, la Humanidad, aquellos que provocan orgullo
con los alumnos de inventariado y redibujo del museo, con una cámara subterránea en la que y alegría, sino también las huellas de una me-
patrimonio ecléctico y temprano-moderno de se exponen restos arqueológicos. moria trágica, con una función didáctica, ilu-
las principales ciudades argentinas. En esta cla- Sin embargo, puede afirmarse que los pro- soria pero indiscutible: que este pasado no se
ve pueden mencionarse los trabajos de la Cá- blemas más ríspidos no se encuentran en aque- olvide para que estas tragedias no sucedan más.
tedra de J. Solsona (v. MSGSSS), sobre la Aveni- llos sitios cuya antigüedad, o significación cul- Fue en Alemania, por cierto, donde estos pro-
da de Mayo (1990) y los Relevamientos de la tural e histórica, los convierten en obvios blemas adquirieron el máximo clivaje: porque,
cátedra A. Díaz (v.) (1985), centrados en la obra destinos de la disciplina. Ellos surgen cuan- ¿cómo se preserva y por qué un campo de con-
de los primeros modernos locales. do estos sitios deben componerse con activi- centración? El tema adquirió un lugar relevan-
Desde entonces, distintos trabajos afirman dades actuales y cotidianas, poco compatibles te en la Argentina después de la Dictadura Mi-
la tendencia a la confección de catálogos e in- con su origen o jerarquía, o cuando se trata de litar, y dio lugar, desde fines de los noventa, a
ventarios de ciudades, centros históricos y ar- edificios relativamente recientes cuya calidad debates acerca del destino de algunas cons-
quitecturas significativas, como indispensa- no puede competir en términos de antigüedad trucciones de siniestras evocaciones. El caso de
ble instancia previa a la implementación de con otros edificios, y sobre todo cuando debe la ESMA (Escuela Mecánica de la Armada), lu-
acciones orientadas a su conservación y res- dictaminarse el tipo de edificios que la ciudad gar emblemático de detención de quienes lue-
tauración. Entre ellos se destacan los realizados debe conservar, aceptando que otros deben des- go serían desaparecidos, condensó diversas po-
para las ciudades de Córdoba, Santa Fe, Rosa- aparecer si se pretende al organismo urbano siciones, desde su demolición y conversión
rio, Bariloche, Mar del Plata, Buenos Aires y La como conjunto dinámico. La misma valoración en parque, su reutilización como escuela de Ar-
Plata, entre otros. Un ejemplo de preservación de los objetos está hoy en entredicho, en tan- tes y Oficios y, finalmente, su establecimiento
actual del patrimonio histórico en la década del to están en entredicho lo estándares para es- como Museo de la Memoria, destino dispues-
noventa lo constituye el caso de la ciudad vie- tablecer un canon universal. to en 2004. La presrvación se ha extendido no
ja de Mendoza, destruida por un terremoto en Los problemas respecto de la salvaguarda solo a aquellas obras y sitios poco estimados
1861. En 1993 se inició la puesta en valor de los del patrimonio se han ampliado después de la desde el punto de vista estético, sino también
restos, en un área que había sufrido sucesivas Segunda Guerra Mundial en una dirección im- a la voluntad de hacer públicos, visibles, e in-
remodelaciones entre 1930 y 1970. Los traba- pensable: no solo se preservarán los tesoros de olvidables, los testimonios materiales del terror.
u PROYECTO DE ESTABLECIMIENTO PARA ABASTECER DE AGUA POTABLE A BUENOS AIRES, DE CARLOS PELLEGRINI.
moda que desde Inglaterra pronto se extendió lación con el campo. La naturaleza a que alu-
PINTORESCA, ARQUITECTURA. El adjetivo pin- al Continente, especialmente a Alemania y a día, más que el primitivismo del paisaje virgen
toresco se aplica a la pintura, en especial a Francia. Un segundo escenario para esta ar- natural, era la del “jardín”, es decir, la natu-
la p. paisajista, que tuvo un gran auge en el quitectura lo constituyeron las casas de cam- raleza trabajada o controlada por el hombre. El
siglo XVII. Referido a arquitectura, alude a la po, un programa que planteaba centralmente Pintoresquismo refería al habitar fuera de la
que puede encontrarse integrada en un con- la relación arquitectura-naturaleza, esta última ciudad, en contacto con la naturaleza, pero sin
texto extraurbano, como en una pintura pai- entendida en términos de paisaje. Arquitectu- abandonar los beneficios de la civilización.
sajista. Entre los primeros en reflexionar so- ra pintoresca era aquella que abandonaba la si- La producción pintoresca fue muy amplia
bre el concepto, se encuentra el pintor y metría clásica para proponer formas de fuer- y variada, y no siempre puede ser abordada des-
teórico inglés A. Cozens, quien lo propuso co- tes contrastes volumétricos y quiebres de de un único punto de vista. Tomada global-
mo fundamento de una estética pictórica del cubiertas, exponiendo los materiales de cons- mente, habla de la moderna relación ciudad /
paisaje, cuyos principios eran la idea de na- trucción y buscando referencias figurativas fue- campo y de la forma en que diferentes grupos
turaleza como fuente de estímulos para el ar- ra de los cánones clásicos, en muchos casos en sociales, a través de diversos programas ar-
tista, a los que correspondían sensaciones las arquitecturas populares regionales. quitectónicos, la fueron planteando a lo largo
entendidas como formas de experiencia so- En base a estos elementos, el Pintores- del tiempo. Los mejores ejemplos pueden ser
bre lo real. A partir su desarrollo en estos cam- quismo se inscribía dentro de las corrientes observados como reflexiones culturales sobre
pos, en el siglo XVIII lo pintoresco pasó a ser eclécticas de fines del siglo XIX (v. Eclecticismo). el peso del campo y la naturaleza en la vida mo-
también una categoría estética: lo bello su- Considerando las diferencias de planteos con derna, y permiten trazar relaciones con otros
blime se oponía a lo bello pintoresco, como respecto al sistema clásico, la historiografía ha campos culturales. Para el debate disciplinar,
dos ideas de belleza que dependían de la ac- hablado de “Antiacademicismo” a propósito las arquitecturas pintorescas también consti-
titud del hombre frente a la realidad. de las arquitecturas pintorescas. Tal definición tuyeron un campo renovador.
no es correcta en tanto la Arquitectura Acadé-
Con frecuencia las estéticas pintorescas son mica utilizaba también las estéticas pintores-
englobadas dentro de la estética romántica, por cas, aunque asignándoles un lugar particular:
los temas que esta abordaba (la naturaleza, cen- la resolución de los problemas arquitectónicos
tralmente), por el uso de referencias litera- extraurbanos. La idea de “carácter” era el ins-
rias y por la figura del artista que construían trumento que permitía utilizar distintas esté-
(libertad individual, búsqueda de sensaciones ticas o conjuntos formales de acuerdo con los
y expresiones, etc.). programas abordados.
La distinción entre arquitectura urbana y
DESARROLLO DE LA CATEGORÍA extraurbana refiere a una oposición central de
EN ARQUITECTURA. la arquitectura y el urbanismo desde el siglo
La aplicación del concepto se realizó pri- XIX en adelante, como es la de campo-ciudad.
mero en la arquitectura de los jardines, en una La Arquitectura Pintoresca señalaba una re- u HALL EN ESTILO TUDOR.
u PLANTA GENERAL Y VISTA DEL CENTRO ADMINISTRATIVO DEL PROYECTO DE CIUDAD AZUCARERA PARA TUCUMÁN, REALIZADO POR PREBISCH Y VAUTIER EN 1924.
u EL CINE GRAN REX (1937) CONTRASTA CON EL DECORATIVISMO ALEGÓRICO DE OTROS CINEMATÓGRAFOS, Y ES UNA DE LAS PIEZAS MÁS DEPURADAS DE ALBERTO PREBISCH.
zado dentro de la región. Recordemos también resto de América. El segundo centro ceremo-
que los habitantes de El Alamito fueron los es- nial, Choya 68, es una pirámide circular lo- PREHISPÁNICO, (ASENTAMIENTO). Para la ar-
cultores de los “suplicantes”, los objetos de bulada y escalonada, realizada en piedra, de 25 queología, asentamiento es toda área de un
arte más sorprendentes del noroeste argentino. m de diámetro y unos 7 m de altura. No exis- territorio ocupado de modo permanente o re-
Sus creadores brillaron por su madurez espa- te otra pirámide conocida con esta forma, muy currente en el pasado por un grupo humano
cial, su capacidad de abstracción y de síntesis. elaborada en su diseño. Se supone que perte- cuya presencia introdujo modificaciones en el
En el Abra del Infiernillo, a 3000 m de al- nece al período avanzado de La Aguada, alre- paisaje y generó un registro (‘conjunto de in-
tura, se encuentran más de un centenar de re- dedor del 800 d. C. Los arqueólogos Alberto formación’) material susceptible de ser ana-
cintos circulares, que fueron viviendas, depó- Rex González y José Togo la excavaron en 1999, lizado. El tipo de evidencia material requeri-
sitos, graneros y talleres de la cultura Tafí. trabajo que quedó inconcluso por falta de fon- da para definir un asentamiento continúa
Estos recintos llegan a tener 15 m o más de dos y de ayuda. siendo tema de discusión entre los arqueólo-
diámetro, de modo que albergaban a grupos Son estos centros los ejemplos más sig- gos, si bien suele aceptarse como tal todo
numerosos. Están agrupados de a tres hasta nificativos de arquitectura antes de la Con- conjunto de artefactos que indique transfor-
diez recintos o más, tuvieron techos de ma- quista; demuestran la existencia de una so- mación de un espacio natural en función de
dera y paja que no han subsistido, como tam- ciedad organizada, con estratificación social, un interés cultural. La presencia de conjun-
poco los de otras culturas (El Alamito, La Cié- conocimientos de medicina y técnicas de tra- tos edilicios o de estructuras construidas de
naga, y posteriores). bajo de metales. cualquier tipo supone una instancia ineludi-
En el período medio encontramos pobla- En el período tardío se desarrollan centros ble en la identificación de asentamientos hu-
dos de mayor tamaño, como Santa Rosa de Tas- poblados de mayor envergadura, tales como manos, si bien estos no pueden ser conside-
til en Salta, perteneciente a la cultura de La Quilmes, uno de los mayores. Los santama- rados como la única forma de registro de los
Candelaria (600 d. C.), infinidad de asenta- rianos fortificaron muchos de estos poblados. mismos, error muy común.
mientos en La Rioja y Catamarca, de la cultu- En el área jujeña también se encuentran po-
ra La Aguada (desde el 400 dC hasta el 900 d. blaciones fortificadas (pucarás, v.), que cons- Históricamente, los primeros asentamien-
C.), y los primeros centros ceremoniales de truían en las alturas laterales de las quebradas. tos prehispánicos que llamaron la atención de
gran tamaño, como el de Loma Larga, el de Son ejemplos Tilcara, Los Amarillos y una can- los investigadores fueron aquellos que conta-
Shincal, el de Ambato, La Rinconada y los re- tidad en la Quebrada de Humahuaca. ban con un registro material monumental o
cientes hallazgos próximos a la ciudad de Ca- La influencia incaica (v. Inca) se canaliza ma- edilicio significativo (v. Prehispánica, arquitectura),
tamarca, en La Choya. Nos referiremos a los yormente a través de la cultura de Belén, la que ya que sus grandes dimensiones, la durabili-
dos últimos. adopta sus modalidades constructivas. El in- dad de los materiales empleados y el podero-
El centro ceremonial de La Rinconada cons- canato construye su red de caminos que llegan so significado político-religioso otorgado a los
ta de una pirámide truncada (de tierra) de apro- hasta Mendoza. Los vestigios de arquitectura mismos los convertían en muy atrayentes pa-
ximadamente 6 m de altura y unos 70 m de incaica son menores, se limitan a la construc- ra los arqueólogos y los turistas. Por otra par-
largo, con restos de un templete superior con ción de tambos (v.) –estaciones de suministro te, el rico registro artefactual habitualmente
rampa de acceso y una gran plaza frontal. Es y albergue sobre el camino–, que aparecen asociado a este tipo de sitios (objetos de cerá-
la primera pirámide encontrada en la Argen- en La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy. mica, madera, metal y piedra) permitió cons-
tina y se relaciona con otras altas culturas del Lo más interesante de la arquitectura pre- truir complejas interpretaciones sobre la di-
centración urbana en altura de Buenos Aires 1982); b) Torres exentas, en predios amplios, bitacional” (v.), con la que se ha designado es-
se observa en los valores globales de cons- con baja ocupación del suelo y constitución de te tipo de combinaciones formales más com-
trucciones nuevas terminadas, examinando el áreas verdes: obras del estudio Aisenson (v.) y plejas): Torrejardín (Martínez, H. Armesto, Ca-
aumento en los promedios de superficies cons- asociados, sobre todo en la zona de Belgrano sado Sastre, v., y H. R. Armesto, 1969-1973);
truidas por obra, que indican una generaliza- (Scalabrini Ortiz 3216 y 3278, tres torres en Te- obras y proyectos de Manteola, Sánchez Gó-
ción de emprendimientos de mayor enverga- odoro García y Villanueva, Zabala y Arribeños, mez, Solsona, Viñoly (conjuntos Barracas, Acoy-
dura: 430 m2/obra (1950); 889 (1960); 1.304 1969-1974, Las Barras, 1984-1989); Av. Alem te, Las Heras, c. 1970).
(1965); 1.702 (1970); 1.465 (1975); 1.478 (1978). y Alsina, (Bahía Blanca, J. Germani, R. Ger-
También se observa un aumento en el pro- mani, Jáuregui, Rubio (v.), 1971-1974); Monta- 3) Período 1977 en adelante. Desde la sanción
medio de habitaciones por obra: 9 (1950); 15 ñeses 1951 (Baliero (v.), Casares (v.), Córdova (v.), del nuevo Código de Planeamiento Urbano (v.
(1957); 24 (1960); 38 (1965); 54 (1970); 40 Katzenstein (v.), 1977-1982), Av. del Libertador Código), la nueva normativa impuso mayores
(1975); 39 (1978). Entre 1970 y 1977 existen es- 4444 (M. R. Álvarez, 1989-1994). c) Torres en restricciones al uso del suelo urbano, a través
tadísticas precisas, que indican la magnitud predios urbanos irregulares: Arroyo 663 (Pan- de los indicadores FOS y FOT, de fijación de
del proceso de construcción en propiedad ho- toff y Fracchia, c. 1969); Av. San Martín y Do- mayores fondos libres y de establecimiento de
rizontal, a partir de los permisos de construc- nato Álvarez (Korn, Lopatín, Moreo, Talloné, indicadores urbanísticos según la caracteri-
ción de obra nueva, en años de gran desarrollo: c. 1971), Billinghurst y Las Heras (M. R. Álva- zación de áreas urbanas. Sin embargo, su apli-
1530 permisos (3.928.800 m2, 97% de la su- rez, 1980-1985); Virrey del Pino y Zapiola (Man- cación reconoce numerosas excepciones. Es-
perficie por construir en vivienda, 1970); 2.468 teola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Vi- tas han permitido aumentos en la superficie
(1.515.100 m2, 94%, 1972); 1.225 (2.669.200 ñoly, v., 1977-1980); Torre Salguero 2601 edificable (FOT), que condujeron a un aumento
m2, 94%, 1975); 2.063 (4.661.300 m2, 97%, (Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas, v., 1979- de la altura de los edificios, sobre todo en las
1977). El promedio anual (1970-1977) fue de 1983); Los Arcos III (Córdoba, J. I. Díaz, v., torres exentas. Estableció las dos tipologías que
1.368 permisos y 2.583.025 m2. En cuanto a 1984). d) Pabellones o tiras curvadas: Cerrito ya se desarrollaban en la práctica: el edificio
las categorías de construcción, el mayor por- y Posadas (Dubourg, 1964); Dorrego 2699 entre medianeras (EEM) y el edificio de perí-
centaje de permisos (57%), de superficies por (Caffarini, Joselevich y Riccur, v., c. 1969); Mi- metro libre (EPL). Se trató de favorecer a los
construir (64%) y de cantidad de habitaciones rador Cabo Corrientes (Mar del Plata; Di Vé- segundos, permitiendo en ellos valores FOT
(64%) corresponde a la categoría multifami- roli, c. 1970); e) Edificios entre medianeras: más altos. Creó premios (aumento del FOT)
liar “sencillo”, hecho que indicca la amplitud obras de SEPRA (Austria 2624, en 1966; Su- para los edificios que cumplieran ciertos re-
del mercado de propiedad horizontal en los cre y 11 de Septiembre, 1968); obras del estu- quisitos: englobamiento de lotes, planta baja
años sesenta y setenta. Le siguen: en porcen- dio Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas (Coro- libre (compenetración visual de la calle con el
taje de permisos “confortable” (30%) y “lujo- nel Díaz 2521, en 1970; Juncal 3152, 1976-1982); corazón de manzana libre), retiros de frente.
sa” (13%); en superficies: “lujosa” (20%) y “con- Avda. del Libertador 2325 (M. R. Álvarez, 1966- Estas características, incorporadas a los tejidos
fortable” (16%); y en habitaciones: “lujosa” y 8); Migueletes 825 (Manteola, Sánchez Gómez, urbanos existentes (ruptura de tejido, alturas
“confortable” (18% cada una). Benasso, c. 1969); Rómulo S. Naón 1833 (Ko- irregulares, ruptura de la línea municipal, etc.),
Como tipologías y ejemplos del período pue- courek, c. 1969); calle 45 entre 5 y 6 (La Plata, no siempre produjeron resultados urbanísti-
den señalarse los siguientes (se indican tam- Thomas, 1969). f) Bloques aterrazados: Virrey cos interesantes, aunque mejoraron la calidad
bién ejemplos posteriores para indicar el des- del Pino 3432/40 (M. R. Álvarez, 1982-1985); de las unidades.
arrollo de los tipos): a) Basamento y torre: obras Terraza Palace (Antonio Bonet, Mar del Plata, Paralelamente a este cambio de normativa,
de Juan A. Dompé en Mar del Plata (edificios 1957). g) Conjuntos compuestos por torres vin- se produjeron transformaciones en el merca-
Elíades, Edén, Cosmos y Banco Popular Ar- culadas entre sí (aunque esta tipología corres- do de la propiedad horizontal, ya que la falta
gentino); Oro 3066 (M. R. Álvarez, v., 1981- pondería más a la denominación “conjunto ha- de apoyo crediticio oficial produjo un achica-
u LA VILLA OCAMPO, EN SAN ISIDRO (1891), PCIA. DE BS. AS., DE MANUEL OCAMPO, UTILIZA LA PLANTA COMPACTA TRADICIONAL DE LAS VILLAS ITALIANAS.
elite se concretó hacia 1910, desplazó a las vi- Desde el punto de vista de la modernización Bibliografía: J N. L. Durand. Recopilación y paralelo
llas, arrimadas entonces a una de las media- del hábitat, las casas quinta cumplieron un rol de edificios de todas las clases, antiguos y moder-
neras del lote para permitir la entrada del ve- importante. Alejadas del área central y del tipo nos. Madrd: Pronaos, 1981 (edición oiriginal París:
hículo al garaje, construido generalmente en de loteo heredado de la tradición, las quintas 1801); A. Martínez. Manuel du voyageur. Paris: 1907;
el fondo del predio. Este desplazamiento sig- responden a un programa menos condiciona- R. Peracca. Mar del Plata y sus progresos. S/I, 1917;
nificó la existencia de uno o más cuartos cie- do que las viviendas urbanas. De allí que este G. Mazzotti. La Villa Veneta. Treviso: 1954; R. Witt-
gos, apoyados contra el muro divisorio. tejido informal del suburbio sea escenario de kower. La arquitectura en la edad del Humanismo.
Las primeras villas veraniegas de Mar del la experimentación más radical en relación con Bs. As.: Nueva visión, 1958; M. Buschiazzo. La arqui-
Plata tuvieron, como las próximas a Buenos Ai- la modificación de hábitos arraigados, tanto en tectura de la República Argentina, 1810-1930. Bs.
res, una tipología similar a las antiguas quin- el terreno de la organización de la planta como As.: Mac Gaul, 1971; R. Gutiérrez. Presencia y con-
tas suburbanas y un lenguaje pintoresquista. en el de la incorporación de nuevos lenguajes. tinuidad de España en la arquitectura rioplatense.
Ese Pintoresquismo (v.) trajo consigo los movi- Una distinción que es comprendida rápida- Madrid: 1972; B. del Carril y A. Aguirre Saravia. Ico-
mientos de planta, la pérdida de simetría, la in- mente por algunos de los observadores más nografía de Buenos Aires. Bs. As.: 1982; D. Lecuona.
corporación de bay-windows, balcones, chime- atentos a los cambios en el hábitat, como Man- La vivienda de criollos y extranjeros en el S. XIX.
neas, el uso de la piedra en las fachadas, los silla, quien diferencia muy bien este tipo de ca- Tucumán: 1973; R. Cova. Casas compactas en Mar del
encuentros de faldones en cubiertas, el empleo sas y la influencia de los residentes extranjeros Plata, 1877-1989. Mar del Plata: Departamento Edi-
de tejas rojas, el cromatismo resultante, hasta en su construcción, y también Sarmiento, que torial FAUD-Universidad Nacional de Mar del Pla-
que fueron transformando el panorama y las ve el progreso edilicio en los suburbios, antes ta, 1993; J. S. Ackerman. La villa. Forma e ideología
primitivas villas cedieron su lugar a los chalets. que en el centro de Buenos Aires. R. C. / F. A. de las casas de campo. Madrid: Akal, 1997.
RAFFO, MANUEL. s/d. Italiano, arquitecto. Ac- Su segundo período estuvo signado por el
tivo en Buenos Aires y en el Litoral a comienzos viaje y estancia en Europa, donde por ese tiem-
de la segunda mitad del siglo XIX. po se sentaban las bases del Movimiento Mo-
derno. A su regreso abandona el Historicismo,
Se le atribuye la iglesia de Nuestra Señora que tanto prestigio le había aportado, y ad-
de Monserrat (1858-1865) en Buenos Aires; pro- hiere prudentemente al Movimiento Moder-
yectó Nuestra Señora de los Dolores (1858-1863), no, aunque limitado a tipologías urbanas no
en Dolores, y la basílica de Morón (1868-1872), residenciales. Nunca abandonaría el Pintores-
ambas en la Prov. de Buenos Aires. Y también, quismo en entornos suburbanos (chalets, clu-
posiblemente en colaboración con Bernardo bes, construcciones del parque), ya muy sim-
Poncini, la iglesia de la Sagrada Familia (1861- plificado en aspectos formales y evidenciando
1867), en Gualeguay, Prov. de Entre Ríos. u EL ANFITEATRO FRANK ROMERO DAY, DE RAMOS CORREA, un buen manejo de los materiales del lugar y
SE INTEGRA AL PAISAJE DE LA PRECORDILLERA MENDOCINA. de las condiciones bioclimáticas. En esta épo-
Bibliografía: R. Gutiérrez y G. Viñuales. “Arquitec- ca, la de sus grandes realizaciones paisajísti-
tura de la Confederación Argentina en el Litoral ta- pintoresquista”; entre 1930 y 1945, el “pai- cas, vuelca toda su creatividad.
Fluvial”. Resistencia: UNNE, 1972. sajístico” y entre 1945 y 1980, el “moderno”. Entre 1938 y 1943 actúa como director de
En el primer período adhirió a las más va- Parques, Calles y Paseos de la Provincia de
riadas corrientes del Historicismo, con pre- Mendoza, bajo la gobernación de Corominas
RAMOS CORREAS, DANIEL. Talcahuano (Chi- dominio del Renacimiento español en su ver- Segura. La gestión de Ramos Correas signifi-
le), 1898 - Mendoza, 1992. Arquitecto. Acti- tiente neoplateresca. Fue también la época de cará la más importante refacción y remodela-
vo en Mendoza, donde realizó durante su larga las grandes residencias y de la Arquitectura ción del Parque General San Martín, trazado
carrera una importante cantidad de obras en Monumental urbana, la que le dio prestigio por el paisajista Carlos Thays (v.), desde su cre-
diversos estilos. Entre todas ellas se destaca la por más de medio siglo (Mercantil Andina). ación en 1896. Del ambicioso plan de veinti-
remodelación del Parque General San Martín. En vivienda afirmó el gusto local por el chalet, dós puntos, presentados en el denominado
a través de la sumatoria del Pintoresquismo “Plan de Mejoras...”, se concretaron, entre los
Nació en Chile; siendo niño se radicó en con el Historicismo. Así trabajó en Renaci- más importantes: el teatro al aire libre “Pul-
Mendoza, donde vivió hasta su muerte. En 1924 miento español (casa Arenas, sucursal Men- garcito”; el inicio de la construcción del actual
se recibió de arquitecto en la Escuela de Ar- doza del Banco Hipotecario Nacional); en es- Teatro Griego Frank Romero Day (proyecto en
quitectura de la Facultad de Ciencias Exactas tilo Vasco (chalet Moyano) y en versiones muy el que trabajaron juntos Ramos y el arquitec-
de la UBA. Fue dibujante de Gastón Mallet (v.) particulares del Neocolonial (casa López Fru- to uruguayo Duffau); el traslado del Jardín Zo-
y discípulo de René Karman (v.) y de Villeminot goni). También utilizó en esta época el Art Dé- ológico a la ladera este del Cerro de la Gloria;
(v.). Su trayectoria profesional recorre práctica- co como repertorio formal de moda, asociado las reformas al pie del Monumento al Ejército
mente todo el siglo XX, con su riqueza y con- a los nuevos valores de confort y al uso de nue- de los Andes en el Cerro de la Gloria; la cons-
tradicciones. En su obra pueden distinguirse vos materiales en edificios para negocios, ofi- trucción del recinto para ofrendas en el cami-
tres períodos: entre 1924 y 1930, el “historicis- cinas y departamentos. no al monumento; varias reformas en el acce-
u LA GRAN ESQUINA DEL BANCO HIPOTECARIO NACIONAL, EN MENDOZA, DE D. RAMOS CORREA REALIZADO EN ESTILO NEOPLATERESCO.
u PROYECTO GANADOR DEL CONCURSO PARA LA SEDE DE LA EMPRESA CAPSA - CAPEX DE BERDICHEVSKY - CHERNY. EL CROQUIS FUE REALIZADO POR VÁZQUEZ MANSILLA.
u VISTA DE LAS TORRES EL FARO DEL ESTUDIO DUJOVNE - HIRSH, EN CONSTRUCCIÓN EN EL ÁREA ESTE DE PUERTO MADERO, BUENOS AIRES.
u A LA IZQUIERDA, VISTA
FRONTAL Y LATERAL DE LAS
TORRES. SE ENCUENTRAN
UNIDAS POR TRES PUENTES
Y UN SALÓN MIRADOR EN EL
ÚLTIMO PISO. ABAJO, LA
PLANTA TIPO DE UNA DE LAS
TORRES. A LA DERECHA, DE-
TALLE DEL HALL DE ACCESO.
u INSTITUTO DE REHABILITACIÓN MUNICIPAL, EN VICENTE LÓPEZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES, DE CLAUDIO VEKSTEIN Y MARTA TELLO.
ceptibles de invadir el espacio público. A partir nores de 10 m y, para las mayores, se estable- pas (1858-1887, 1887-1928) tiene lugar una
de 1872 no se permitió el libre escurrimiento ce un coeficiente en función del ancho de la progresiva incursión de lo público en lo pri-
de los desagües de los techos, la apertura de calle. En 1904 la altura máxima en avenidas es vado, que se refleja en permanentes restric-
puertas y ventanas directamente hacia la ca- de 10 a 24 m, en tanto alcanza 32 m en 1928. ciones a la propiedad. La conexión a obras
lle, los elementos fuera de línea (1880) y los bal- d. El espacio privado. La primera distinción de infraestructura y el cambio en los modos
cones de más de un metro de voladizo (1887). de los locales internos se establece a partir de de producción del hábitat y de “representación
En el reglamento de 1928, la partes de la fa- criterios de habitabilidad. Se mencionan ex- de lo urbano” van transformando las normas
chada que avanzan sobre la línea municipal son plícitamente las habitaciones, las cocinas (v.) eminentemente proscriptivas propias de la pri-
tratadas en un capitulo especifico. y los patios. mera época. Sin embargo, las caracterizaciones
Las prescripciones sobre pinturas y mate- En lo que respecta a las primeras, se legis- edilicias, efectuadas bajo el prisma de la segu-
riales de las fachadas se relacionan con la hi- la en función de la higiene, las alturas interio- ridad, la higiene y la estética, aún ofrecen imá-
giene y la estética. A la obligación higienista de res (que oscilan entre 3 y 4 metros). Las otras genes fragmentarias de las partes del edificio,
blanquear los frentes de las casas de inquilina- dimensiones no se determinan, excepto en las de sus relaciones con el exterior o de los modos
to (1872) se agrega la exigencia de terminar las viviendas colectivas (ocupadas por más de una posibles de utilización el espacio urbano.
fachadas con ladrillo, estuco, piedra o de blan- familia), donde se prescriben los m3 de aire re-
quearlas (1886), en tanto que el revoque se im- queridos por persona. Tercera etapa: 1928-1944. El reglamento de
pone (1928) en todos los inmuebles. Los patios se caracterizan como espacios 1928 se diferencia conceptualmente de los an-
El uso de elementos estilísticos, como “lu- no construidos, sinónimo de aireación e ilu- teriores, pues intenta inducir formas de ocu-
carnas”, “pilastras”, “techos a la Mansart”, “pi- minación de los locales. En el Reglamento de pación del espacio urbano y tipos de configu-
náculos”, se fomenta en este período mien- 1887 se determinan las diferencias entre patio ración edilicia.
tras que paralelamente se prohíbe utilizar el (ventilación de locales principales) y pozo de La zonificación, que apenas se insinúa en
blanco como color en el área céntrica. En el aireación (destinado a locales de servicio). En los reglamentos anteriores, es el eje organi-
reglamento de 1928, en el capítulo “Decora- un primer momento se les asignan dimensio- zador del espacio urbano. El Municipio se sub-
ción de las Fachadas”, se incluye una serie de nes mínimas para todo tipo de edificación. En divide en áreas y la localización es el factor de-
artículos referidos a los posibles componen- 1891 cambia el criterio y se establecen sus di- terminante de las disposiciones edilicias.
tes de los frentes. mensiones en función de la profundidad o Esta postura es tributaria del debate urba-
La altura de la edificación se determina en de la superficie del terreno. nístico de la década del veinte, cuyos conteni-
función del ancho de las calles, según criterios Los locales interiores —salas, comedores, dos quedaron impresos en el Proyecto Orgá-
de seguridad, aireación y asoleamiento. El des- piezas de servicio— son caracterizados en 1887 nico para la Urbanización del Municipio,
arrollo de las redes de infraestructura, la apa- a partir de las sobrecargas estructurales. Re- elaborado en 1925 por la Comisión de Estéti-
rición de nuevas tecnologías y de modelos edi- cién en 1928 se diferencian locales habitables, ca Edilicia de la Intendencia Municipal. Este
licios y el encarecimiento de los terrenos no habitables y dependencias. Proyecto incluía una propuesta preliminar de
urbanos suscitan una permanente tensión en- La aparición en los reglamentos de ciertas reglamento que fue retomada en 1928.
tre las alturas permitidas por el código y las ex- denominaciones de locales y disposiciones da Según los autores, para la segmentación ur-
cepciones requeridas por los particulares. una pauta de la difusión de nuevas configu- bana se tomaron en cuenta las zonificaciones
En 1871 se establece una altura máxima de raciones de viviendas. parciales anteriores, la distribución de la po-
20 varas. En 1887 se fijan 16 m para calles me- En síntesis: durante estas dos primeras eta- blación (situación actual y tendencias) y los va-
en su especificidad. La transferencia y cambio mación de las particularidades culturales, se regida por el “gusto” y la “sensibilidad” —no-
de contexto en la adopción de los distintos es- adoptan regionalismos originados en tradi- ciones desarrolladas críticamente por la cul-
tilos produce además una alteración de los sig- ciones vernáculas que distinguen sus edificios tura europea en clave anticlásica—, descubre
nificados a ellos atribuidos en el debate euro- institucionales (asociaciones, clubes, hospita- la “espontaneidad” en el juego volumétrico, en
peo, por lo que se genera un proceso de les, etc.). El mecanismo de selección de un es- los cerramientos tipo bow-window, en la alter-
reideologización de los códigos lingüísticos en tilo y de una determinada fase de su evolución nancia de los techos inclinados y las chime-
función de las nuevas problemáticas en que se lleva implícita la voluntad de indicar el rol eco- neas de las regiones frías con las terrazas, pór-
realiza su inserción. Por lo tanto, consideran- nómico y social que sus miembros ejercen ticos y balcones de las zonas mediterráneas.
do el significado de R. en su acepción más am- en el país de adopción, enfatizando de este mo- Esta actitud proyectual pone en crisis los fun-
plia y concibiendo los distintos repertorios for- do la posición que ocupan o desean ocupar en damentos del sistema clásico (abandono de
males como instrumentos de estrategias de el contexto urbano. La articulación de motivos la simetría, eliminación de los órdenes, etc.).
poder, es posible detectar algunos de los sig- estilísticos en declinaciones particulares alude El Neocolonial, en cambio, forma parte de
nificados generales que suelen determinar a conflictos internos o a debates político- cul- un fenómeno americano generalizado como
su elección. Si los academicismos constituye- turales que se desarrollaban en el centro de re- oposición arcaizante a la Modernidad. Este mo-
ron la tendencia dominante del período, arti- ferencia y se divulgaban a través de la prensa vimiento surge en la Argentina en un clima cul-
culada en vertientes y registros representati- de la colectividad. El juego de identificaciones tural de reivindicación de los orígenes como
vos de paradigmas culturales de amplios es complejo y muchas veces se articula respecto búsqueda de una arquitectura que, contrastando
sectores de la clase dominante, el Neogótico se de grupos de intereses interétnicos, empeña- con la proliferación de lenguajes heterogéne-
utiliza en nuestro medio para caracterizar la dos en la búsqueda de consenso o en la defi- os, se adapte al clima y a las costumbres loca-
edilicia religiosa, estableciéndose sus inflexio- nición de una particular imagen comercial, fi- les, rescatando una supuesta “identidad esen-
nes estilísticas en relación con las exigencias nanciera o productiva (compañías de seguros, cial” a través de pautas como la sencillez, la
de identificación simbólica de la congregación bancos e institutos de crédito, grandes tiendas, pureza y la autenticidad. La revalorización del
comitente. Las elites dirigentes de las diversas etc.). Los pintoresquismos han sido directa- pasado hispánico atraviesa el campo artístico y
colectividades étnicas acuden a sus profesio- mente relacionados con la adopción del chalet literario, y se presenta como discurso oficial en
nales para difundir los repertorios estilísticos suburbano, que con fuertes connotaciones an- torno del Centenario, en un intento de homo-
nacionales que entonces se elaboraban en los tiurbanas y en su versión cottage revival adop- geneizar la fragmentación cultural provocada
países de procedencia. En la búsqueda de afir- tan los estratos medios. Una arquitectura que, por el aluvión inmigratorio.
EL OPTIMISMO (1863-1880).
El progreso no fue quebrado por la batalla de
Pavón. Dos años de incertidumbre cesaron con
la decisión de Mitre de avanzar con el proyec-
to del ferrocarril: en 1866 se inauguró el pri-
mer tramo a Bell Ville, en 1870 llegó a Cór-
doba y en 1880 a Tucumán. Este renacimiento
se vio definitivamente consolidado con la Gue-
rra del Paraguay, durante la cual Rosario ofi-
ció de puerto de embarque de todas las fuer-
zas y pertrechos. u ESQUEMAS DE CRECIMIENTO DE LA CIUDAD DE
la consolidación de ciertas sociedades inmo- nas construcciones importantes de los “fun- ta para reducir los gastos cotidianos y sopor-
biliarias permitían operaciones a otra escala. dadores” y la extensión de servicios mínimos, tar las periódicas crisis del mercado laboral.
El sistema madura con un primer grupo de fueron elegidos como residencia permanente El boleto obrero, la posibilidad de acceder a
“fundaciones” suburbanas: Alberdi (1876-1886), por algunas familias de los sectores medios y viviendas mínimas por el mismo sistema de
Fishertown (1888), Saladillo (1889), Eloy Pa- altos, seducidas por la imagen de suburbio ele- cuotas, justificaron un discurso promotor de la
lacios (1891). Se trata de pueblos en tierra ru- gante y culto, a la inglesa. expansión urbana, fundado en argumentos hi-
ral, bien alejados, surgidos con el respaldo de Fueron seguidos por nuevos emprendi- giénicos y en la preocupación por el bienestar
una concesión tranviaria y la compra a muy ba- mientos: La Florida, Sorrento y Arroyito, Ta- “de los que menos tienen”, que también asu-
jo precio de tierras próximas a ella. El trazado lleres en el sector norte, Echesortu, San Fran- mió el gobierno municipal.
y la subdivisión quedaban al arbitrio del es- cisquito, Arrillaga, Mendoza y Godoy, Nueva Los pueblos y barrios fueron fruto de em-
peculador / fundador, que disponía de cier- Fisherton hacia el oeste y Calzada al sur. Se tra- presas autónomas, favorecidas por sus estre-
tos espacios para la futura vida comunitaria: taba de simples trazados de sociedades inmo- chos vínculos con los intereses de algunos fun-
en el caso de Alberdi, bulevar y avenida, pla- biliarias que seguían el perfil previsto por el pla- cionarios y políticos. El Municipio, en cambio,
za y solares para la iglesia, el mercado, la so- no de extensión, por lo general sin previsión de va a actuar desde iniciativas de alcance más
ciedad de fomento, la escuela, el juzgado de espacios colectivos, sobre tierras en las que ya global, beneficiando a estas empresas de ma-
paz y hasta un lazareto y un hipódromo. Pen- estaba asegurado el transporte, la apertura de nera indirecta. Con una Ordenanza de 1887 se
sados como una oferta alternativa a la vida ur- las arterias principales, la luz y el agua corriente. comienza a promover la extensión hacia el sur
bana, para la oxigenación y el recreo en la épo- El mercado era otro: “familias obreras” atraídas con el trazado de una avenida de 40 m de an-
ca estival, tuvieron relativo éxito explotando las por la posibilidad de acceder a un pequeño lo- cho —la San Martín—, de veredas parquiza-
tierras altas, el río o los baños que construyó te en cuotas equivalentes al alquiler de un cuar- das y jardines al frente, que vinculaba el cen-
Arijón, empresario de El Saladillo. A medida to de conventillo, con la promesa de una vida tro con el arroyo Saladillo, y un futuro parque,
que se consolidaban, con el estímulo de algu- más sana, y hasta de explotar una pequeña huer- al Sur, “sugerido” por los propietarios aleda-