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Diccionario de Arquitectura en la Argentina

ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES


Diccionario de Arquitectura en la Argentina
estilos, obras, biografías, instituciones, ciudades
Buenos Aires: AGEA, 2004
v. 2, 224 p.; 22 x 27.5 cm.
ISBN 950-782-427-8
1. Arquitectura - Diccionario
CDD 720.3

ISBN DE LA COLECCIÓN : 950-782-422-7


ISBN DE ESTE TOMO: 950-782-427-8
Impreso en Artes Gráficas Rioplatenses S. A.,
mayo de 2004,
Buenos Aires, República Argentina.

Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, por


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es involuntario, por lo que si fueran notificado los editores y compiladores
se comprometen a corregirlo en la primera oportunidad posible.

Por las imágenes incluidas en este tomo agradecemos a: Alberto De Paula


Alejandro Leveratto, Archivio di Stato di Reggio Emilia, Archivo de la Aseso-
ría, Histórica del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia de
Buenos Aires, Archivo de la Dirección Municipal de Paseos de Buenos Aires
Archivo del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación, Archivo
Amancio Williams, Archivo Gómez, Archivo Ferrari Hardoy, Archivo General
de la Nación. Departamento de Documentos Fotográficos Argentina, Archivo
J. M. Pastor. Instituto de Arte Americano FADU UBA, Archivo Prebisch, Ar-
chivo Wladimiro Acosta, Carlos Moreno, Cátedra A. Díaz (FADU UBA), Cáte-
dra Solsona (FADU UBA), Carlos Sánchez Idiart, Ernesto Yaqüinto, Fernan-
do Aliata, Fernando Gandolfi, Eduardo Grossman, Fundación Antorchas,
Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas, “Mario J,. Buschiaz-
zo”, FADU UBA, Jorge F. Liernur, León Ferrari, Luis Príamo, Olga Paterlini de
Koch, Patricio Randle, Ricardo González, Unidad de Investigación nº 7 del
IDEHAB FAU UNLP

Publicación opcional con Diario de Arquitectura de Clarín.


COMPILADORES

Jorge Francisco Liernur


Fernando Aliata

Diccionario de Arquitectura
en la Argentina
ESTILOS OBRAS BIOGRAFÍAS INSTITUCIONES CIUDADES

Editor: Berto González Montaner (Diario de Arquitectura)


Investigación y textos

Proyecto y dirección general Instituciones académicas Redactores Tomo o r :


Jorge Francisco Liernur (UTDT/CONICET) que contribuyeron al proyecto A. B. Anahí Ballent
Dirección operativa Facultad de Arquitectura A. C. Alejandro Crispiani
Fernando Aliata (UNLP/CONICET) y Urbanismo de la Universidad A. de P. Alberto de Paula
Coordinación académica Nacional de La Plata. A. G. Adrián Gorelik
y redacción Coordinador: Fernando Gandolfi. A. I. Ana Igareta
Alejandro Crispiani (PUCCH), Graciela Facultad de Arquitectura y A. M. R. Ana María Rigotti
Silvestri (UNLP/CONICET). Urbanismo de la Universidad A. N. Alicia Novick
Secretario de redacción Nacional de Rosario. C. G. G. Carlos Gustavo Giménez
Eduardo Gentile (UNLP) Coordinador: María Eugenia Bielsa. C. M. R. Carlos María Reinante
Comité científico Facultad de Arquitectura y D. S. Daniel Schávelzon
Fernando Aliata (UNLP/CONICET), Urbanismo de la Universidad D. M. Daniela Moreno
Anahí Ballent (UNQ/CONICET), Nacional del Litoral (Sta. Fe). E. G. Eduardo Gentile
Adrián Gorelik (UNQ/CONICET), Coordinador: Luis Müller. F. A. Fernando Aliata
Jorge Francisco Liernur (UTDT/CONI- Facultad de Arquitectura de la F. D. Federico Deambrosis
CET), Alicia Novick (UBA), Universidad de Tucumán. F. G. Fernando Gandolfi
Graciela Silvestri (UNLP/CONICET). Coordinador: Diego Lecuona. F. W. Fernando Williams
Facultad de Arquitectura Fa. G. Fabio Grementieri
Financiación y patrocinio de la Universidad Nacional F. W. Fernando Williams
institucional de Mar del Plata. G. F. Graciela Favelukes
Consejo Nacional de Coordinador: G. P. Giancarlo Puppo
Investigaciones Científicas Fernando Caccopardo. G. S. Graciela Silvestri
y Técnicas (CONICET), G. V. Gustavo Vallejo
Universidad de Buenos Aires (UBA), Colaboradores técnicos J. A. Julio Arroyo
Facultad de Arquitectura, Dibujos: Coordinación: J. F. L. Jorge Francisco Liernur
Diseño y Urbanismo de la UBA Martín Ibarlucía, Roberto J. M. Jorge Mele
(FADU/UBA), Lombardi, Omar Loyola. J. R. Jorge Ramos
Fundación Alexander von Hum- Dibujantes: Juan Carlos Arturi, J. T. Jorge Tartarini
boldt. Diego Capello, Daniel Gimelberg, M. D. Mercedes Daguerre
Ciro Najle, Serenella Perrecca, M. I. de L. María Isabel de Larrañaga
Sede del proyecto Adrián Romero, Francisco Vilchez. M. T. Marina Tarán
Instituto de Arte Americano N. A. Noemí Adaggio
e Investigaciones Organización del O. P. de K. Olga Paterlini de Koch
Estéticas “Mario J. Buschiazzo” listado de voces R. C. Roberto Cova
Leticia Mantz R. P. Roxana Pérez
S. C. Silvia Cirvini
Secretaría de redacción S. S. Sandra Sánchez
Pablo Blitstein, Vera Blitstein, V. O. Verónica Osso
Martín Marimón, Alejandra Marimón,
Romina Paula.

Nota del Editor: las firmas de los redactores se consignan al final de cada texto con sus respectivas iniciales
abreviaturas ed. edición || editorial
(Ed., cuando forma parte del nombre de una
PUCCH
p.°
Pontificia Universidad Católica de Chile
paseo
editorial; también edit., Edit.); editor, ra. pág. página (también p. y pg.)
edit., Editorial párr. párrafo
EE.UU Estados Unidos de Norteamérica pdo. pasado
ej. ejemplo PE Poder Ejecutivo
EPEC Empresa Provincial de Energía de Cordoba PEN Poder Ejecutivo Nacional
et ál. (lat.: ‘y otros’) PEVE Plan de Erradicación
etc. Etcétera de Villas de Emergencia
f. sustantivo, o construcción nominal pg. página (también p. y pág.)
sustantiva, de género femenino. Prof. (fem. Prof.°) profesor
F. C. ferrocarril pról. prólogo
a. C. antes de Cristo. FADU Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo prov. provincia
AA. VV. autores varios. fasc. fascículo r. p. m. revoluciones por minuto
ACA Automóvil Club Argentino FAU Facultad de Arquitectura y Urbanismo reg. registro
adj. adjetivo. fca. fábrica Rep. república
adv. adverbio FNA Fondo Nacional de las Artes RR. HH. recursos humanos
ANBA Academia Nacional de Bellas Artes FO Ferrocarril Oeste Rte. remitente
Arq. arquitecto, ta FONAVI Fondo Nacional de la Vivienda S. san (cf. Sto.)
Arqs. arquitectos, tas Gdor. (fem. Gdora.), gobernador s. siglo || siguiente (también sig.)
art. Artículo. Gral. general S. A. sociedad anónima
Av. Avenida. ha hectárea / hectáreas s. a., s/a sin año [de impresión o de edición]
B. Bco. banco (‘entidad financiera’) H.° A.° Hormigón armado (cf. s. d., s. e. y s. l.)
BHN Banco Hipotecario Nacional IAA Instituto de Arte Americano s. d. sine data (lat.: ‘sin fecha [de edición o
Bibl. biblioteca IAIHAU Instituto Argentino de Investigaciones de impresión]’ / sin información.
BID Banco Interamericano de Desarrollo de Historia de la Arquitectura y del Urbanismo s. e., s/e sin [indicación de] editorial
BMCBA Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires ICOMOS Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (cf. s. a., s. d. y s. l.)
BN Banco de la Nación Argentina íd. ídem (lat.: ‘el mismo, lo mismo’) s. f., s/f sin fecha
Bo., B.° barrio IDEHAB Instituto de Estudios del Habitat S. L. sociedad limitada (cf. S. A.)
Bs. As. Buenos Aires igl.° iglesia s. l., s/l sin [indicación del] lugar [de edición]
c. calle Ing. ingeniero, ra (cf. s. a., s. d. y s. e.)
C. F. capital federal (también Cap. Fed.). Ings. ingenieros, ras s. n., s/n sin número
c/u cada uno Inst. instituto (en una vía pública)
Cap. capital INTA Instituto Nacional de Tecnología Agraria s. v., s/v sub voce (lat.: ‘bajo la palabra’, en
cap. capítulo intr. verbo intransitivo. diccionarios y enciclopedias)
Cap. Fed. Capital Federal km Kilómetro/s s/f Sin indicación de fecha de edición o escritura.
CCM Compañía de Construcciones Modernas l. c. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; s/l Sin indicación de lugar de edición o escritura
Cdad. ciudad también loc. cit.) SCA Sociedad Central de Arquitectos
CEAMSE Coordinación Ecológica Área Metropolitana Lic. licenciado, da (también Lcdo. y Ldo.) Sdad. sociedad (también Soc.)
CEPA Centro de Estudios de Proyectación Ambiental loc. cit. loco citato (lat.: ‘en el lugar citado’; sig. siguiente (también s.)
CEVE Centro Experimental de la Vivienda Económica también l. c.) Soc. sociedad (también Sdad.)
cf. cónfer (lat.: ‘compárese, véase’) Ltda. Limitada Sr. (fem. Sra., Sr.°, S.°) señor
Cía. compañía Ltdo. (fem. Ltda.) limitado (cf. Ltd.) Sto. (fem. Sta.) santo (cf. S.)
CIAM Congresos Internacionales de Arq. Moderna m Metro/s t. tomo
CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales m. n. moneda nacional TANAPO Talleres nacionales y Populares
cm centímetro m. sustantivo, o construcción nominal tel. teléfono (también teléf. y tfno.)
CNCB Comisión Nacional de Casas Baratas sustantiva, de género masculino. tít. título
Co. Compañía. MALBA Museo de arte Latinoamericano ton Tonelada/s
cód. código de Buenos Aires tr.: verbo transitivo.
col. colección MAMBA Museo de Arte Moderno de Buenos Aires trad. traducción || traductor, ra
CONICET Consejo Nacional de Investigaciones mimeo: mimeografiado UBA Universidad de Buenos Aires
Científicas y Tecnológicas MNBA Museo Nacional de bellas Artes UNC Universidad Nacional de Córdoba
ctv. centavo (también c., cent. y ctvo.) MOP Ministerio de Obras Públicas Univ. Universidad
d. C. después de Cristo N. B. nota bene (lat.: ‘nótese bien’) UNL Universidad Nacional del Litoral
del. delegación N. del E. nota del editor UNLP Universidad Nacional de La Plata
DGV Dirección General de Vialidad N. del T. nota del traductor UNMdP Universidad Nacional de Mar del Plata
DiHA Diccionario del Habla de los Argentinos de n. nota UNQUI Universidad Nacional de Quilmes
la Academia Argentina de Letras (2003). N.° S.° Nuestra Señora (referido a la Virgen; UNT Universidad Nacional de Tucumán
Diag. diagonal (‘calle’) también Ntra. Sra.) UPCA Union Popular Católica Argentina
dicc. diccionario n.° número/s USA: United States of America
Dir. (fem. Dir.a) director || dirección NA Revista Nuestra Arquitectura UTDT Universidad Torcuato Di tella
DNA Dirección Nacional de Arquitectura NOA Noroeste Argentino v. gr. verbi gratia (lat.: ‘verbigracia,
DNT Departamento Nacional del Trabajo ORPBA Organización del Plan Regulador de Buenos Aires por ejemplo’; también v. g.; cf. p. ej.)
DNV Dirección Nacional de Vialidad OSN Obras Sanitarias de la Nación v. véase (cf. vid.) || verso
doc. documento P. D. posdata v. Véase
dpto. departamento p. ej. por ejemplo (cf. v. g. y v. gr.) vol. volumen
Dr. (fem. Dra.), doctor p. página (también pg. y pág.) vs. versus (lat.: ‘contra’)
DRAE Diccionario de la Real Academia P. S. post scríptum VV. AA. varios autores (cf. AA. VV.)
Española (2 vols. Madrid, Espasa, ed. 2001). (lat.: ‘después de lo escrito’) w. c. water closet (ingl: ‘servicio, retrete’)
Palacio de Aguas Corrientes en Bs. As., de Nyströmer.
o
o

OAM (Organización de Arquitectura Moderna). La edificios de departamentos, de oficinas, con-


Organización de Arquitectura Moderna (OAM) cursos, resulta más difícil realizar un análisis
se constituyó como cenáculo de estudiantes y reconocer los rasgos “de vanguardia”: en unos
de la FAU-UBA en 1948, integrada por Hora- edificios de viviendas realizados pocos años
cio Baliero (v.), Juan Manuel Borthagaray (v.), después, como los de Avenida Alvear y Aya-
Francisco Bullrich (v.), Alberto Casares Ocam- cucho o de Parera y Guido, Buenos Aires, la
po, Alicia Cazzaniga, Gerardo Clusellas (v.), estructura de hormigón a la vista acompañada
Carmen Córdova (v.), Jorge Goldenberg (v. con paredes de ladrillos, solución constructiva
STAFF), Jorge Grisetti y Eduardo Polledo. bastante difundida en la edilicia porteña de
aquella época, permitió otra vez enfatizar pla-
En los primeros años de actividad, a pesar nos y líneas, y se puede interpretar como un
de la juventud de sus integrantes, el grupo tu- homenaje a las arquitecturas en ladrillos y es-
vo la oportunidad de realizar algunas expe- tructura metálica de Mies (en los edificios de
riencias, como participar en el Centro de Es- OAM las vigas y los pilares de hormigón en al-
tudiantes de Arquitectura (CEA), publicar su gunos casos están modelados según perfiles
Boletín y vincularse con personalidades, como que evocan los de las vigas metálicas), que Max
Amancio Williams (v.), Antoni Bonet (v.) y To- Bill había ilustrado en su libro dedicado al maes-
más Maldonado (v.), quienes resultaron de- tro alemán, traducido en castellano por Infi-
terminantes para su desarrollo posterior. nito en 1954.
El contacto con Maldonado y con los artis- En el mismo 1951, Maldonado fundó la re-
tas concretos pertenecientes a la Asociación vista Nv, Nueva Visión, con el propósito de cre-
Arte Concreto “Invención” reforzó el ya pro- u EDIFICIO DE VIVIENDAS EN PARERA Y GUIDO, BS. AS. ar un lugar de encuentro entre las personali-
nunciado interés de OAM por el Racionalismo dades más innovadoras operantes en los varios
alemán (Bauhaus, Mies, Breuer) y suizo (en va Visión (v.), y los rasgos principales de la casa campos de la cultura y de promover la síntesis
particular Max Bill, v.), que fue la principal re- en el Country Club de Tortugas, Prov. de Bue- de las artes. Los miembros de OAM se com-
ferencia del grupo junto a los proyectos de Le nos Aires, la primera ocasión profesional digna prometieron profundamente en esta expe-
Corbusier (v.) y al Espacialismo orgánico de de nota de OAM. A primera vista, la casa pro- riencia que, por un lado, constituyó un episo-
Wright, promovido personalmente en la Ar- yectada en 1951 presenta características casi ver- dio sin duda determinante en su proceso de
gentina por Bruno Zevi (v.) a principios de la náculas, muros de ladrillo visto, techo de teja, formación y, por el otro, resulta hoy uno de los
década de 1950. barandas de madera que, sin embargo, están so- instrumentos más útiles para comprender los
Este panorama heterogéneo de referencias metidas a un sistema de composición. Un sis- intereses y las inclinaciones características
puede explicar tal vez el interés por la síntesis tema que se hace más evidente todavía en el pa- de cada uno de ellos.
que proponía la arquitectura de Richard Neutra, bellón de servicio, que más bien enfatiza los Con el mismo espíritu multidisciplinario,
cuyas casas californianas encontraron espacio planos que los volúmenes. Jorge Grisetti fundó a mitad de la década la
más de una vez en las paginas de la revista Nue- Respecto a los demás proyectos de OAM, Editorial Nueva Visión, cuya actividad tuvo una

8 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


oam obr
sona. Entrevistas. Apuntes para una autobiografía.
Bs. As.: Infinito, 1997; A. Crispiani. Belleza e inven-
ción. En: Block 1, 1997; J. F. Liernur. Arquitectura
en la Argentina del siglo XX. Bs. As.: Fondo Nacio-
nal de las Artes, 2001.

OBRADOR. Publicación de carácter indepen-


diente, destinada a abordar temas de arqui-
tectura y urbanismo desde una óptica social,
que incluía una fuerte crítica estructural a las
condiciones de producción disciplinar. Apare-
ció entre 1963 y 1964, años en los que lle-
garon a editarse tres números. En su conse-
jo editor, y como colaboradores, reunió a
jóvenes figuras, algunas de las cuales llega-
ron a destacarse luego en la docencia uni-
versitaria: los arquitectos José Bacigalupo,
Francisco García Vazquez, Enrique Rotzait, Cé-
sar Vapñarsky y Marcos Winograd, y los inge-
u DETALLE DEL EDIFICIO DE VIVIENDAS DE ALVEAR Y AYACUCHO, EN BUENOS AIRES. nieros Isaac Danon y Gregorio Notensohn.

importancia para la cultura artística y arqui- personalidades demasiado fuertes como para La primera entrega sorprendió tanto por la
tectónica de la Argentina y de todo el mundo durar mucho e individuar algunos factores que diagramación de formato apaisado, no habitual
de lengua castellana que todavía no ha sido re- sin duda contribuyeron a este proceso disgre- entonces en el país, y por la alternancia de pa-
conocida en su verdadera importancia. gativo: los largos viajes al exterior de algunos peles satinado y rústico, como por la declaración
Al mismo tiempo OAM (especialmente Clu- de sus miembros, el término de la Asociación de principios que constituía el editorial “Nos-
sellas y Baliero) empezó a trabajar en el diseño Arte Concreto “Invención” y la emigración de otros y el pasajero del tranvía” -una explícita re-
de muebles, y produjo interesantes piezas que sus principales representantes, el fin de la ex- ferencia a Edoardo Persico-, donde instaban a
revelan, como ya se ha comentado respecto de periencia de Nv, Nueva Visión y, por último, la centrar la atención reflexiva en el déficit habita-
la arquitectura, un sistema complejo de refe- demolición del inmueble de la calle Cerrito pa- cional, la crisis laboral de la matrícula y el com-
rencias europeas y norteamericanas, y una re- ra la ampliación de la Avenida 9 de Julio. Pe- promiso político a través de la práctica discipli-
lación fructífera con Williams, Bonet y los ar- ro en esta incierta tentativa de reconstrucción, nar. Se destaca en este número la traducción de
tistas concretos: es muy probable que en este podría quizás encontrar legitimación también “Arquitectura e ideología”, de Giulio Carlo Ar-
proceso haya jugado un papel importante el ar- una hipótesis más pragmática que considere gan, quien por entonces había dictado en Tucu-
quitecto César Janello (v.), diseñador de la fa- la agrupación como un recurso útil para en- mán un curso que alcanzó gran difusión: “El con-
mosa silla W en la década anterior, con quien frentar las dificultades ligadas al comienzo de cepto del espacio arquitectónico desde el Barroco
Clusellas proyectó los estupendos pabellones una actividad profesional y que pierde su ra- a nuestros días”. La entrega siguiente, dirigida,
para la Feria de América de Mendoza en 1954. zón de ser en el momento en que sus inte- como la tercera, por Marcos Grosman, se centró
La coexistencia de tantas actividades, rela- grantes empiezan a afirmarse en un medio que en la vivienda, con contribuciones que formarí-
ciones e intereses fue posible, y estimulada, por parecía estimular la libertad y la expresión per- an la secuencia canónica de la historia, referidas
la naturaleza del “taller” de donde salían estos sonal como componentes fundamentales de la al caso argentino, como la de Roberto Segre. Por
“productos”: el petit-hôtel de Cerrito 1371 al- arquitectura. Desde esta óptica no sorprende su parte, el último número, continuando la cues-
bergaba al mismo tiempo el estudio de OAM y que los que participaron en OAM hayan cola- tión de la vivienda y orientándose a problemas
la exposición de sus muebles, la redacción de borado entre ellos en varias ocasiones y que en técnicos, como la prefabricación de origen fran-
Nv, Nueva Visión, la sede de la editorial, el ta- sus escritos, ensayos y artículos hayan sido pro- cés Outinord, introdujo
ller de Maldonado, los conciertos de la asocia- movidas las obras de ex integrantes. F. D. a dos figuras que poste-
ción Nueva Música, los talleres provisionales riormente serían perso-
de los artistas Hlito, Girola, Iommi, y de los en- Bibliografía: F. Bullrich. La arquitectura argentina nalidades influyentes en
tonces estudiantes de arquitectura Solsona (v. contemporánea. Bs. As.: Nueva Visión, 1963; C. A. la docencia: Juan Moli-
MSSGSS) y Bell, debido a lo cual se transformó, Méndez Mosquera. Introducción. En: summa 2, oc- na y Vedia, y Juan Car-
por su propia naturaleza, en uno de los lugares tubre de 1963; C. A. Méndez Mosquera. Veinte años los López (entrevista a
de debate más vanguardista de Buenos Aires. de Diseño Gráfico en la Argentina. En: summa 15, Vivanco hecha por este
La Disolución de OAM alrededor de 1957 1969; J. F. Liernur. Para una critica: concurso na- último; reseña del VII
fue un proceso gradual y casi natural que hoy cional de anteproyectos: la Biblioteca Nacional. En: Congreso de la UIA, que
resulta particularmente difícil reconstruir en Materiales 1, 1982; J. M. Borthagaray. Universidad u DETALLE DE LA PORTADA tuvo lugar en Cuba, por
forma detallada. Podría pensarse que reunía y política 1945-1966. En: Contextos 1, 1997; J. Sol- DEL PRIMER NÚMERO. el primero). E. G.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 9


OBRAS SANITARIAS DE LA NACION. (OSN)
Entidad autárquica que tuvo a su cargo, des-
de 1912 a 1992, la construcción, explotación
y conservación de las obras de saneamiento
urbano en el país, ejecutadas con fondos na-
cionales. A este modelo de organismo públi-
co con gran autonomía de acción no se arri-
bó sin conflictos: desde que el problema de la
higiene pública se hizo presente como una res-
ponsabilidad del gobierno, el debate sobre el
tipo de gestión de las obras, tanto en su cons-
trucción como en su explotación, fue perma-
nente. Así, el ejemplo de Obras Sanitarias re-
viste un interés particular dentro del conjunto
de organismos que modernizan la ciudad, en
la medida en que la opción, particularmente
exitosa, se tomó en favor de la construcción y
la gestión pública, a diferencia de otros ser-
vicios que durante largo tiempo se mantuvie-
ron fundamentalmente en manos privadas (v.
Saneamiento; Sanitaria, Arquitectura) u ENTRADA A LA PLANTA POTABILIZADORA DE OBRAS SANITARIAS DE LA NACIÓN, EN PALERMO, BUENOS AIRES

Puede considerarse como antecedente di- en los países más desarrollados no se había otros miembros, determinaba las tarifas que
recto del ente el artículo 34 de la Ley Orgánica arribado a una solución administrativa per- los particulares debían pagar: subsistió durante
Municipal de la ciudad de Buenos Aires (1854), fectamente aceitada, y los modelos a seguir décadas el criterio que entonces se estable-
en donde se estimaba que el gobierno comu- eran disímiles. ció, el del 3% sobre el alquiler de la propiedad.
nal debía establecer el servicio de aguas co- En Buenos Aires, la idea de que el agua co- En 1870 se proyectó una nueva ampliación
rrientes, y facultaba para tal fin a la Comisión rriente (a la cual se reducía por entonces el pro- de las obras, ante las urgencias de una ciu-
de Obras Públicas. Se retomaba así un inten- yecto sanitario) debía ser provista por el Mu- dad que crecía notablemente y la difusión ge-
to fechado más de 30 años antes para la pro- nicipio se mantuvo hasta la federalización de neralizada en la opinión pública de la temáti-
visión de aguas corrientes en Buenos Aires: el la ciudad, aunque nunca logró efectivizarse to- ca higienista (v. Higienismo). Se incluyó esta vez
que se hallaba inscripto entre los objetivos bá- talmente. el problema de las cloacas y el desagüe urba-
sicos del Departamento de Ingenieros Hi- El verdadero punto de partida para la cre- nos. Un dato observado anteriormente adquiere
dráulicos (v.), cuyo reglamento había sido apro- ación del ente se encuentra en la Ley 1867, en ahora significación: tanto Coghlan como Cas-
bado en 1822, cuando era James Bevans (v.) el que la Legislatura autorizó al Poder Ejecutivo tro pertenecían al personal superior del Fe-
ingeniero en jefe del organismo. Pero de estos Provincial a adoptar las medidas convenientes rrocarril Oeste. En efecto, el interés del ferro-
objetivos solo restaban los estudios que había para el saneamiento de Buenos Aires. Fue au- carril era mayúsculo en estas obras, ya que
hecho Bevans sobre provisión de agua potable torizado también un empréstito del Banco de necesitaba contar con agua relativamente lim-
a poco tiempo de llegar a la ciudad; la histo- la Provincia para hacer realidad estas obras. Se pias para alimentar las calderas. Así, la admi-
ria posterior de las aguas corrientes consistió adoptó en principio el proyecto del ingeniero nistración de las aguas corrientes estuvo a car-
solo en emprendimientos particulares ofreci- Coghlan (v.). La llamada Comisión Municipal go del Ferrocarril Oeste en la práctica, y este
dos al gobierno, como el proyecto de aguas cla- de Salubridad Pública no funcionó como se es- se cambió en el principal acreedor del gobier-
rificadas del ingeniero Pellegrini (v.), de 1829. peraba, paralizada por discusiones de deslin- no, que adquirió una deuda notable. Con la ley
Recién después del gobierno de Rosas se re- de de tareas entre el Municipio y la Comisión, de septiembre de 1870, la Comisión se eman-
tomó la cuestión de la sanidad en manos pú- y el gobierno se vio obligado a crear una Co- cipó definitivamente de la administración del
blicas. Y fue sin duda la ciudad de Buenos Ai- misión especial de manera que, aunque la ley Ferrocarril Oeste, y arrancó así la verdadera or-
res, en esta nueva etapa, el banco de pruebas preveía que la Municipalidad se hiciera cargo ganización administrativa de Aguas Corrien-
para la solución del problema sanitario en el de todo lo relativo a las obras, fue finalmente tes. Esta es la explicación, también, del aleja-
Río de la Plata. el Gobierno de la Provincia quien tomó la ini- miento de Coghlan y del contrato con Bateman
Se abrió en esos años una primera cues- ciativa. Coghlan, junto con Emilio Castro (am- (v. La Trobe Bateman). La Comisión nueva poseía
tión: ¿era el Municipio o el gobierno provin- bos del personal superior del FCO), confor- enorme autonomía: adquiría los materiales,
cial quien debía hacerse cargo de estas obras? maron esta última comisión encargada de la administraba las obras, proponía ella misma
La opinión generalizada de técnicos y políti- efectivización de las aguas corrientes. Las obras al ingeniero para dirigirlas, fijaba las tarifas.
cos, basada en experiencias internacionales, finalizaron en los primeros meses de 1869; en Se le otorgaban por ley recursos extraordina-
descartaba ya la explotación en manos priva- abril se abrieron al servicio público. La Comi- rios mientras duraran las obras. Se proyectó
das, fundada en la importancia clave para la sión ejecutiva (Coghlan y Francisco Madero, que estas fueran manejadas luego por el Mu-
población de los factores sanitarios. Pero aun que había reemplazado a Castro), ampliada con nicipio, cosa que nunca llegó a suceder. Las

10 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


orb obr
obras continuaron realizándose exitosamente, Mientras tanto, la Comisión había desapa- Un nuevo impulso a las obras de Buenos
aunque muy por detrás de los enormes re- recido en la práctica durante el período del Aires se dio a partir de la Ley 4973 de 1906,
querimientos, debido al crecimiento acelera- arriendo, si bien mantenía en los papeles la que autorizaba a realizar los estudios perti-
do de la ciudad. La valorización progresiva de función de inspección. Una nueva etapa se nentes para la extensión de las obras a todo
las obras permitió que la deuda con el Ferro- abrió cuando, en relación con la creación del el distrito de la Capital. En 1908, ya realizado
carril Oeste fuera rápidamente saldada. Ministerio de Obras Públicas (v.), se instaló la el estudio y decidido el sistema de aguas co-
Un segundo período se abre con el ambi- Comisión de Obras de Salubridad de la Capi- rrientes y cloacas en lugar de las alternativas
cioso proyecto propuesto por Bateman, con- tal, que dependía de dicho Ministerio. La nue- de pozos semisurgentes u otras soluciones, se
tratado por la Comisión en 1870. En 1871 se va Comisión —presidida por el ingeniero Gui- dictó la Ley 6.385, que permitiría el inicio de
formalizó el contrato según el cual Bateman llermo Villanueva, quien se mantuvo en esta las obras para toda la ciudad.
dirigiría el proyecto y se encargaría de los tra- función hasta 1910— se hizo cargo de la cons- En julio de 1912, la Comisión se reorgani-
bajos. Recién a fines de 1872, la Comisión acep- trucción de todo lo que la Compañía de Hale zó bajo la denominación de Directorio de Obras
tó su proyecto: consistía en la provisión de agua, había prometido y dejado sin hacer. También Sanitarias de la Nación (Ley N.° 8.889 del 27
conductos de desagüe y cloacas en el luego lla- se propuso una ampliación del proyecto origi- julio). Se creó así el organismo autárquico que
mado “radio viejo” o “ciudad de Bateman”, que nal, ya que Buenos Aires había crecido de ma- continuó hasta 1993 con algunas modificacio-
comprendía 2593 ha, una superficie notable nera impensable una década atrás. Las leyes nes, como la de enero de 1914. La Comisión
para la época, si pensamos que la mayor parte de diciembre de 1892, diciembre de 1893 y ene- directiva, con plenos poderes, era nombrada
de la población estaba concentrada en este ra- ro de 1894 contemplaban, entre otras medi- por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Sena-
dio, y Buenos Aires, aún no capitalizada, ca- das, obras en los pueblos de Belgrano y Flores, do de la Nación.
recía de límites formalmente definidos. En conexiones en establecimientos públicos si- Gradualmente Obras Sanitarias concluyó
1874 se consumó el contrato con los cons- tuados por fuera del radio antiguo y la solución la provisión de agua para Buenos Aires y al-
tructores (Newman, Medici y Cía), año en que de la descarga pluvial en el puerto de Buenos rededores, y se hizo cargo de las obras en otras
las obras adquirieron un importante impulso. Aires, construido con posterioridad al proyec- localidades de todo el país. Para 1940 contro-
Pero diversos problemas detendrían el cum- to de Bateman. En 1901 se le encomendó a la laba los servicios de agua potable, cloacas, plu-
plimiento del proyecto. misma Comisión el estudio, la construcción y viales —y en algunos casos de energía eléc-
Mientras las obras de agua corriente, clo- la administración de los servicios sanitarios trica— de más de 4 millones de personas en
acas y desagüe se llevaban a cabo, Buenos Ai- en las provincias, por lo cual la repartición pa- 57 ciudades y pueblos.
res se convirtió en la ciudad Capital de la Re- só a denominarse Dirección General de Obras La importancia del ente no radica solo en
pública. La Comisión de Aguas Corrientes pasó de Salubridad de la Nación. La organización sus realizaciones materiales. Debido a la in-
así, por decreto de diciembre de 1880, a la ju- de la Dirección consistía en cuatro reparti- experiencia argentina en ingeniería sanitaria,
risdicción del Ministerio del Interior. La pri- ciones, dirigidas en cada caso por un ingenie- la institución tomó desde fines de siglo pasa-
mera Comisión Nacional estaba presidida por ro, asesoradas por una comisión directiva for- do la iniciativa de la formación de equipos téc-
el higienista Eduardo Wilde. Se mantuvo la au- mada por dos abogados, dos médicos y dos nicos especializados, por lo que tuvo conflic-
tonomía que la ley de 1870 le había otorgado. ingenieros. tos con la matrícula de los ingenieros, quienes
Las obras, detenidas por el conflicto político de se resistían a someterse a los exámenes de
1880, se retomaron en 1882, adjudicadas a De- nivel para ser admitidos en la repartición. Es-
voto (miembro de la Comisión). Aún no se ha- tuvo también a la cabeza de la imposición de
bía construido el primer sifón del Riachuelo, controles de calidad sobre ciertos materiales
ni el depósito principal de la calle Córdoba; ni constitutivos de la construcción entonces no-
se habían iniciado tampoco las obras del dis- vedosos, como el caso del cemento y del ce-
trito de Boca y Barracas, área que presentaba mento armado, y sus reglamentos para este
problemas particulares. material fueron los adoptados hasta la déca-
En 1887 se tomó una decisión que tuvo re- da del treinta en todas las licitaciones públicas.
sultados funestos: el arrendamiento de las obras Sentó las bases de la confianza en el Estado co-
por 39 años a la firma de Samuel Hale y Cía., mo ente administrador de cuestiones clave pa-
luego “The Buenos Ayres Water Supply & Drai- ra el desarrollo de la población urbana. G. S.
nage Co. Ltda”, una sociedad anónima con
asiento en Londres. La discutida medida no Bibliografía: R. C. Parsons. Memoria al instituto de In-
concluyó en un final feliz: agravada la situa- genieros civiles de Londres. Publicada en Boletín
ción por la crisis del noventa, la compañía arren- de Estadística Municipal. Bs. As.: 1900; E. Tagle Ro-
dataria no concluyó las obras y en mayo de 1891 dríguez. El alcantarillado de la ciudad de Buenos
Victorino de la Plaza se trasladó a Londres pa- Aires. Construcción y explotación de cloacas ex-
ra convenir la rescisión del contrato, refren- ternas y domiciliarias, 1905; M. R. Candioti. Cin-
dada por la Ley 2.796. El gobierno perdió tiem- cuentenario de las obras de la Capital federal. Ex-
po y dinero, y tuvo que readquirir las obras al posición sobre su desarrollo económico y financiero
doble de su valor, sin que ellas hubieran pro- (1868-1918). Bs. As.: OSN, 1918; E. J. Baca. Las obras de
gresado significativamente. u FACHADA DEL PALACIO DE OBRAS SANITARIAS, BS. AS. salubridad e la ciudad de Buenos Aires. Bs. As.: 1918.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 11


OBRAS DE SANEAMIENTO. Conjunto de ser- cumplían esta función: la aparición del aljibe a El ingeniero Pellegrini (v.) propuso, en 1829,
vicios públicos que preservan la salud de una mediados de siglo fue un gran adelanto en re- en el folleto Empresa de aguas clarificadas pa-
comunidad. Aunque esta definición cubre lación a la utilización de las aguas de lluvia en ra Buenos Aires, aprovechar las crecientes pa-
desde los hospitales (v.) y cementerios (v.) forma más higiénica (v. Aljibe, Brocal). El agua po- ra recoger el agua en un piletón excavado en
hasta las reglamentaciones industriales o de table era distribuida por el aguatero, quien la la tosca, forzando el agua a través de lechos
habitabilidad, aquí nos referiremos a la cons- obtenía directamente del río; luego se la en- clarificantes. El tema de las aguas fue trata-
trucción de la infraestructura necesaria para friaba y clarificaba en tinajas de barro. do posteriormente por Juan Pons (v.) y Carlo
obtener agua potable, drenar el suelo urba- Durante el gobierno de Vértiz se dan los pri- Zucchi (v.), quienes en 1830 presentan ante las
no y depurar los desechos sólidos y líquidos; meros pasos para una legislación sanitaria en autoridades un informe detallado. Varios em-
servicios públicos que desde el año 1912 el Río de la Plata. Con la colaboración del in- prendimientos privados se suceden sin que lo-
quedaron en manos del ente Obras Sanita- geniero Joaquín Mosquera (v.), se dicta el “Ban- gren cuajar en intervenciones concretas:
rias de la Nación (v.). do del bueno gobierno” referido a “Aseo, lim- Bleumstein y la Roche en 1845 (provisión de
pieza y policía de Buenos Aires”, que establecía agua natural desde el Molino San Francisco, en
Aunque la preocupación por la sanidad y “dónde podían levantar el agua del río los agua- donde funcionaba la primera caldera a vapor),
la construcción de obras correspondientes no dores o aguateros”. En 1780 también se creó el la misma empresa junto con Pellegrini, en 1853;
es moderna, no cabe duda de que el tema ad- Protomedicato, tribunal que entre sus funcio- Guillermo Bragge, Eduardo Taylor (v.) con Juan
quirió una inflexión particular a partir de los nes reconocía la vigilancia de la Salud Pública. Baratta, y Guillermo Davies, en 1856; Fortuna-
procesos productivos e ideológicos que carac- Luego de la epidemia de 1802, el Protomedi- to Pourcel y nuevamente Pellegrini en 1857. Es-
terizaron la Modernidad. Una inflexión de im- ta serie de presentaciones, que se intensifica en
portancia suficiente como para que el cor- los años cincuenta, presenta a la década como
pus técnico y legal que se asienta desde un período de inflexión. También muestran
principios del siglo XIX sea reconocido por al- que la preocupación por la higiene se ha in-
gunos autores como constitutivo del origen de tensificado la formación del Consejo de Higie-
la urbanística moderna (Benévolo). Perspec- ne Pública y las publicaciones provenientes del
tivas más recientes señalan también el cambio campo médico, cuyo objeto principal de discu-
de paradigmas en los conceptos de salud y de sión ha pasado a ser el problema urbano. Pe-
enfermedad, que pueden verificarse desde fi- ro las propuestas técnicas y el enfoque del pro-
nes del siglo XVIII, y el progresivo desplaza- blema permanecían deudores de las perspectivas
miento desde un pensamiento que hacía eje de las tres décadas anteriores.
en los problemas de la transmisión por el ai- La cuestión de la explotación pública o pri-
re de las enfermedades hacia los problemas vada y la resolución del problema en función
del agua y del drenaje del suelo, como aspec- de los avances científico-técnicos de la segun-
tos centrales por resolver (v. Higienismo). da mitad del siglo XIX fueron los dos puntos
En este marco, podría establecerse una pe- alrededor de los cuales giró el debate sobre las
riodización en la evolución de las obras de sa- obras sanitarias en el tercer período que abor-
nidad en el Río de la Plata: un primer período damos. El nuevo período que se abre institu-
en el cual la preocupación por el agua no cons- cionalmente en 1854 (la ley orgánica municipal
tituye un problema sistemático y que se extiende u ALJIBE EN UNA ESTANCIA DE CAÑUELAS, PCIA. DE BS. AS. preveía el servicio público de aguas corrientes)
hasta mediados del siglo XX; un segundo pe- se orientó en una dirección precisa con el pro-
ríodo en el que la lenta pero progresiva difusión cato fue sustituido por la Junta de Sanidad. yecto que el ingeniero irlandés Juan Coghlan
de las ideas higiénicas lleva a plantear una se- Es en estas circunstancias cuando, durante (v.) presentó en 1859, en calidad de asesor téc-
rie de proyectos y propuestas, cuyo momento el gobierno de Rivadavia, se plantearon las pri- nico del gobierno provincial. Se definió la dis-
de mayor densidad se encuentra en la época de meras iniciativas modernas en el tema del agua cusión de la época de Rivadavia: la toma del
Rivadavia; un tercer período —que se extiende corriente. El ingeniero inglés Bevans (v.), con- agua del río o de napas subterráneas.
desde los años de 1860 hasta la segunda déca- tratado por Rivadavia, encaró por primera vez El proyecto original preveía agua simple-
da del siglo XX— en el que a la luz de impor- el problema del agua potable. Su estudio se li- mente filtrada, tomada del Río de la Plata, pa-
tantes descubrimientos científicos se afinan las mitó a mejorar el agua de los pozos porteños y ra un radio de 150 manzanas. Las diferencias
técnicas de intervención, tanto local como mun- a practicar perforaciones en la antigua noria entre la visión de Coghlan y la de Pellegrini que-
dialmente; un cuarto período en el que las conventual de la Recoleta. Bevans planteó dos daron manifiestas cuando este último pre-
líneas principales de decisión respecto del posibilidades: una relativa al uso de agua de río, sentó en 1860 un nuevo proyecto para aguas
problema sanitario ya están tomadas, las re- que debía ser levantada hasta un depósito y des- corrientes. Pellegrini proponía un aparato hi-
glamentaciones ya constituidas y el debate de allí distribuirse, y otra a la opción entre usar dráulico capaz de suministrar a la ciudad el
público se disuelve en manos de los técnicos. aguas subterráneas o de pozos, que se resolvió triple de agua que el consumo actual. La dis-
Hacia las primeras décadas del siglo XVIII por la segunda. La distribución se realizaría por tribución se realizaría a través de caños subte-
muy pocos habitantes de Buenos Aires disfru- suministro directo o por bombeo, según fue- rráneos hasta Plaza Lorea, Monserrat y el Par-
taban de agua potable. Algunos pozos preca- ra la situación de los pozos excavados. El ex- que, y desde allí se conduciría a domicilio por
riamente construidos, sin brocales adecuados, perimento fracasó. servicio de aguateros. Aunque el Consejo de

12 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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Obras Públicas aceptó la propuesta, Coghlan la tema de desinfección de los ríos, probado en Lei- inflexión importante en el tema. Si hasta en-
rechazó en su informe de 1861, alegando que cester, y el sistema seco, que consistía en mez- tonces las preocupaciones sobre la higiene pú-
el proyecto de Pellegrini resultaría “ineficaz pa- clar directamente tierra seca con materias feca- blica y las necesidades de la industria corrían
ra una ciudad grande y rica como Buenos Ai- les y removerlas por medio de receptáculos y parejas, a partir de la gran epidemia y el fan-
res”. Esta respuesta de Coghlan apuntaba a dos carros. En París se utilizaba el sistema de cajo- tasma del contagio la orientación social pesó
aspectos esenciales en los debates sobre la in- nes vacíos bien tapados para recibir materias infinitamente más, y adquirió hacia la década
fraestructura urbana: la dimensión de la ciu- ofensivas; estos eran vaciados en la noche por del ochenta el carácter social de peligro ante
dad y la necesidad de una circulación ininte- carros atmosféricos. Por último, Coghlan men- la masa inmigratoria, que fue tantas veces se-
rrumpida y mecánica de los fluidos. El otro cionaba el sistema de riego y fertilización del ñalada como el aspecto oscuro y represivo de
punto importante residía en la calidad del agua: suelo, reutilizando después de un tratamiento la higiene. Aunque la cuestión sanitaria no na-
¿debía esta ser única para todos los usos (tanto adecuado las aguas servidas. ció directamente ligada con el impacto de la
para los domiciliarios como para los industria- De esta manera el informe de Coghlan ya epidemia y la inmigración —los dos leit-motiv
les y públicos) o podían proponerse calidades consideraba el núcleo de problemas que pre- que se esgrimen como causas directas de es-
diferenciadas? Los problemas que un agua de sentaría la solución de los desagües cloacales y tas obras en las historiografía—, no cabe du-
mala calidad generaba en el funcionamiento de pluviales, y mostraba los ejes del debate en la da de que la fiebre amarilla aceleró la ejecu-
máquinas a vapor, que comenzaban a difun- década del setenta: circulación continua o carros ción de muchas medidas sobre las que antes
dirse en la industria porteña, orientó la deci- atmosféricos, reutilización para riego de las aguas no se habían tomado decisiones concluyen-
sión hacia la elección de una calidad única. servidas o su eliminación en el Río de la Plata. tes, como la expulsión de los saladeros y es-
Las propuestas para solucionar el proble- tablecimientos afines de las orillas del Ria-
ma del agua fueron anteriores a la epidemia chuelo hacia la Ensenada, e introdujo en la
de cólera de 1867. Pero la epidemia —que se sensibilidad porteña la idea de peligro social
repetiría en 1869— redobló la necesidad de su y contagio interclase.
realización urgente. Así, en 1867, el Ministro Bateman envió a su representante, el in-
de Gobierno Avellaneda encareció al Presidente geniero Moore, para hacer los reconocimien-
de la Municipalidad la adopción de uno de los tos preliminares. Si bien la irrupción de la fie-
sistemas presentados en 1854. Dadas las gra- bre amarilla no permitió la profundización de
ves circunstancias sanitarias, intervino tam- los estudios, el sistema de alcantarillado y clo-
bién el gobierno provincial, que decidió for- acas previsto en estos primeros bosquejos se
mar una comisión especial conformada por sostuvo. Detalladamente informó Bateman so-
Emilio Castro y Juan Coghlan para llevar a efec- bre su proyecto en septiembre de 1871, aunque
to la distribución de agua filtrada a ciertos pun- este fue recién aceptado en 1882. Tomando los
tos y establecimientos importantes de la ciu- informes y proyectos de Coghlan, el proyecto
dad. Ambos ocupaban los cargos de director e original de Bateman, que se ceñía al radio an-
ingeniero principal del Ferrocarril Oeste, cu- tiguo, se hizo previendo una ciudad de 400.000
yo funcionamiento había tenido problemas por personas. La mayor parte del territorio se tra-
no usar agua pura en sus máquinas. En 1869 taba por gravitación, con excepción del área del
Emilio Castro manifestó que parte de las obras u TANQUE DE DISTRIBUCIÓN DE AGUA EN LA ANTIGUA PLAZA Riachuelo y una franja de la ribera norte, zo-
previstas para aguas corrientes estaban termi- LOREA (ACTUAL PLAZA DEL CONGRESO), DE BUENOS AIRES. nas bajas e inundables, para las que estaba pre-
nadas. La administración sucesiva, la fijación visto el sistema de bombeo. Bateman propone
de las tarifas y las ampliaciones que se requi- En el plano presentado por Coghlan en tunnels (alcantarillas abovedadas en terreno
rieron estuvieron a cargo de una comisión am- 1869, se considera solo el radio antiguo de la profundo) como solución para la conducción
pliada. Las obras construidas habían echado ciudad, delimitado aproximadamente por el rápida del agua que proviene de las repentinas
las bases para la extensión en provisión de agua; arroyo Maldonado y las barrancas, al norte y al lluvias frecuentes en el Río de la Plata. La clo-
faltaba establecer el mejor sistema de cloacas sudoeste respectivamente. El desagüe se haría aca máxima iba desde el Matadero Norte, en
y desagües. Se adoptó finalmente el proyecto por simple gravitación. Coghlan divide, ade- la Recoleta, al “filo de la eminencia que domi-
de Coghlan, la más avanzada de las propues- más, a la ciudad antigua en cuatro distritos, na a Barracas, cerca del Hospital y el Matade-
tas que se barajaban en ese momento. aprovechando las cuencas de los terceros. ro del Sur”, y terminaba en una cámara esclu-
Para entonces ya se conocían experiencias En 1871, la provincia aprobó el contrato sa a 14 pies sobre el río. Allí empezaba la cañería
europeas y americanas en el tema. Coghlan es- con John de la Trobe Bateman (v.), a quien de hierro fundido para conducir el producto
taba al tanto especialmente de los avances en le encargó la provisión de agua y conductos, del drenaje a través del Riachuelo y de las tie-
legislación y resoluciones técnicas del Reino el mejor medio de eliminación de aguas ser- rras bajas adyacentes hasta la reserva a orillas
Unido. Más dificultoso resultaba el tema de los vidas y materias fecales, la desecación del sue- del Río de la Plata. También allí podría em-
desagües. En el caso de Londres, en un princi- lo, planos y presupuestos. Era el año de la fie- pezar el caño de drenaje a la tierra de irriga-
pio se unificaron el desagüe fecal y el desagüe bre amarilla, pero Bateman fue contratado ción, en caso de adoptarse esta solución. El dre-
pluvial, y se echaban los desechos al río más pró- previamente: su contratación dio origen a la naje de las tierras bajas del Riachuelo es
ximo, lo que obviamente causaba desastres eco- renuncia de Coghlan. particular: se recogería la materia en un pun-
lógicos. Se propusieron varios remedios: el sis- El contrato de Bateman marcó también una to, por ejemplo en la intersección de las calles

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 13


meras resoluciones se adoptó el criterio de la ra parte de la obra se finalizó en 1884: los ser-
irrigación, las aguas fueron a dar finalmente a vicios generales para toda la ciudad comen-
un punto más alejado del escogido por Bate- zaron a funcionar parcialmente en 1885 y se
man, cerca de donde lo habían propuesto Huer- completaron hacia 1910.
go y Gutiérrez. Mientras tanto, la situación de Buenos Ai-
Un segundo tema aún aparecía polémico: res en estos años se tornaba alarmante en la
la conveniencia del sistema de cloacas. Este medida en que la explosión demográfica de la
punto posee una doble importancia: por un la- metrópoli ya era un hecho. Para las viviendas
do, desde el punto de vista técnico, mientras no servidas por las cloacas, que eran mayo-
que aún se discutía si era conveniente la co- ría, se había reglamentado momentáneamen-
nexión por una red de todas las instalaciones te el uso de letrinas impermeables, pero el sis-
domiciliarias (temiendo el peligro de un con- tema resultaba carísimo. Las obras estaban
u DEPÓSITOS DE OBRAS SANITARIAS DE LA NACIÓN EN OBRA. tagio mayor, ya que los métodos de disrupción detenidas, los contratos rescindidos y no exis-
no estaban perfeccionados), ciertos avances tía legislación relativa a las obras de salubri-
Banderita y Larga, y de allí se elevaría. científicos que posibilitaban la asepsia de otros dad. En 1886, año de una nueva epidemia de
El problema de la polución del Riachuelo sistemas todavía estaban en pañales. Solo a par- cólera, las obras estaban paralizadas y los cál-
constituía uno de los puntos graves. Cuando tir del descubrimiento del método biológico de culos previstos ya aparecían desbordados por
se contrató a Bateman, aún no habían sido erra- depuración, creado por Dibdice y Cameron en el crecimiento de la ciudad.
dicados los saladeros; lo que Bateman aconse- 1894, apareció como alternativa confiable la De modo que en 1887 se promulgó la dis-
jó definir con urgencia, ya que la purificación fosa séptica, complementada por lechos bac- cutida Ley 1992 que autorizaba el arrenda-
de sus aguas constituía para él un punto esen- terianos en lugar de letrinas y sumideros. miento de las Obras de Salubridad y su ter-
cial en las obras de sanidad. Contrató a un fa- Pero la elección de las aguas corrientes y minación dentro de un radio ampliado. A pesar
moso químico de entonces, el Dr. Frankland, de las cloacas tuvo también un significado so- de la oposición, en 1888 se firmó el contrato
para informar sobre el estado de las aguas y so- cial profundo. Por un lado, subyace en su elec- con Samuel B. Hale y Cía., que se comprometía
bre los medios para su purificación. Frankland ción la idea de que todo ciudadano tiene el de- a la ampliación del proyecto para 500.000 per-
propuso en su informe la desinfección por cal recho a la libre y continua utilización del agua sonas en un plazo de tres años; el gobierno au-
viva, a lo que Bateman agregó la necesidad como un bien fundamental para la vida urba- torizaba a la compañía a cobrar por los servi-
de destruir la barra que obturaba el Riachue- na. Años más tarde, cuando se amplió el sis- cios durante 39 años. Samuel Hale y Cía.
lo, y lo convertía en un curso sin salida. La di- tema a toda la Capital, se marcaron con niti- transfirió en 1889 sus acciones y derechos a
ficultad de decidir al respecto estaba ligada, dez los problemas que una provisión de agua The Buenos Aires Water Supply and Draina-
también, a la falta de identificación rigurosa de pozos y un sistema de desechos por me- ge, cuyos capitalistas eran los poderosos ban-
de los orígenes de las enfermedades; esta in- dio de carros atmosféricos traían a las pobla- queros Baring. La crisis financiera de 1890 de-
certidumbre se manifestaba en las disímiles ciones periféricas: al ser muy caras las excava- tuvo las obras y el gobierno las recuperó
alternativas relacionadas con el tratamiento de ciones, frecuentemente se tomaba el agua de nuevamente al año siguiente. Para entonces
las deyecciones y de los residuos, como puede pozos de primera napa; el baño era un lujo pro- estaban terminados los trabajos en lo referido
verse en los encontrados proyectos en relación hibido; el costo de desagote por carros atmos- a los conductos exteriores de 21 distritos, pero
al tema: el de un químico como Puiggari o el féricos, altísimo; los más pobres arrojaban las el más problemático (la Boca y Barracas) ape-
de un médico higienista como Eduardo Wilde. aguas servidas a las cunetas durante la noche. nas había sido comenzado; tampoco la “llave
Uno de los puntos principales de discusión En 1873 se dio comienzo a las obras de Ba- de las obras”, el sifón del Riachuelo y la casa
sobre el proyecto Bateman sería acerca de la teman, que se ejecutaron activamente hasta de bombas prevista en el Puente Chico, ha-
conveniencia o no de arrojar las aguas servi- 1877, cuando se detuvieron por problemas fi- bía sido realizada. La posibilidad de concre-
das al río. Bateman reconocía, como Coghlan, nancieros. La comisión asesora estaba en Lon- tar las obras mediante su parcial privatización
el peligro de la contaminación de los ríos y la dres, los contratistas de las obras en ese perí- solo redundó en favor de los banqueros Baring.
superioridad del sistema que, tras el tratamiento odo eran el ingeniero italiano Medici (v.) y el Rescindido el contrato, el gobierno nombró
de las aguas servidas, las reutiliza para riego. inglés Newman.
Pero señalaba problemas comerciales, agrava- Con la capitalización de Buenos Aires, las
dos en un país “naturalmente” fértil. Aconse- obras de salubridad pasaron a poder del Go-
jaba entonces tirar los desechos al Plata: el vo- bierno nacional y los trabajos se retomaron en
lumen de aguas cloacales, aclaraba, era 1/12 1882. Por entonces no cabía pensar en una ciu-
del de Londres, y el río mucho más ancho. Pro- dad moderna sin aguas corrientes y cloacas: es
puso así un punto para arrojar las aguas ser- así que antes de la fundación de la ciudad de
vidas entre la Boca y Quilmes. En 1871, la Co- La Plata se encaró la realización de este servi-
misión de aguas giró a diversas personalidades cio. A tal efecto, el Poder Ejecutivo provincial
e instituciones una serie de preguntas en fun- encargó en esta ciudad a los ingenieros Lava-
ción de despejar esta y otras dudas. La mayo- lle (v.) y Medici —primitivos concesionarios de
ría de los encuestados opinaron masivamente la obra de Buenos Aires— la preparación de
en contra de este proyecto. Aunque en las pri- los planos y de los presupuestos. Una prime- u PILETAS DE DEPÓSITOS DE ASIENTO DE OSN.

14 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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u CONSTRUCCIÓN DE UNO DE LOS DESAGÜES CLOACALES DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.

una Comisión de Obras de Salubridad de la Ca- día 24 distritos y resultaba una obra de mayor rado. En el momento en que se propuso la cons-
pital. Desde 1891 a 1902 se pasa de 4366 a envergadura que la primitiva. No se trataba de trucción de las obras del radio nuevo, las venta-
47.483 conexiones domiciliarias: el problema la ampliación de las obras de Bateman, sino de jas del sistema separado, más económico y no
estaba prácticamente resuelto en el área de la la construcción de una infraestructura inde- menos eficaz, quedaban a la vista.
ciudad antigua. Los resultados de la instalación pendiente: una nueva toma en el río con su tú- El servicio para agua corriente comenzó en
de aguas corrientes y de cloacas en la salud de nel subfluvial, un nuevo establecimiento de 1913 y el de cloacas en 1915. En 1917 se cons-
la población constituyen un testimonio im- bombas, depósitos y redes, una colectora má- truyó la segunda cloaca máxima, cruzando con
placable de la bondad del sistema: las estadís- xima con su sifón en el Riachuelo y una casa un nuevo sifón el Riachuelo, a la altura de la
ticas realizadas para el censo oficial estimaban de máquinas elevadoras en Wilde, cloaca má- actual calle San Francisco. La tercera cloaca
que la mortalidad había disminuido del 30% xima intermedia de unión entre la máxima an- proyectada en la Capital tenía su itinerario de-
en 1890 al 14% en 1904, una cifra muy baja en tigua y la nueva. A esta propuesta se le suma- finitivo por la calle Centenera cruzando la ave-
comparación con los países desarrollados. ron trabajos de mejoramiento y ampliación de nida Sáenz, y en Provincia de Buenos Aires por
No sucedía lo mismo en el resto del terri- las obras del radio antiguo. la calle Carabobo (Avellaneda).
torio urbano, y mucho menos en las provin- La discusión alrededor de este proyecto vol- Desde 1901, la Dirección de Obras de Sa-
cias. En 1901 se creó la Dirección General de vió a repetir tópicos anteriores, pero se con- lubridad poseía dimensión nacional a raíz de
Obras de Salubridad, encargada del estudio, centraba en los distintos departamentos impli- la Ley 3967, de 1900, que autorizó la provisión
construcción y recepción de los servicios sa- cados en la operación. Desde el punto de vista de agua potable a Jujuy, Corrientes, Santia-
nitarios de las provincias. La Dirección se re- técnico, un tema central radicaba en la utiliza- go, La Rioja, Santa Fe y Salta, y la ampliación
organizó en 1912 (Ley 8889) con el nombre ción del “sistema separado” (separate system, en Catamarca, San Luis, Mendoza y San Juan.
de Obras Sanitarias de la Nación (v.). Memphis, Coronel Warren) o el “unitario” (tout Aunque algunos trabajos importantes ya se ha-
En 1908, Agustín González presentó un a légout, es decir, el drenaje por la misma ca- bían realizado antes —tal el caso de los pro-
proyecto para proveer agua potable y desagües ñería de las aguas pluviales y las aguas servidas). yectos de aprovisionamiento de agua para Men-
a todas aquellas partes del territorio de la Ca- El proyecto inicial de Bateman consideraba pa- doza, proyectado por el ingeniero Nystromer
pital Federal que carecieran de los servicios. El ra el área central el sistema unitario, mientras (v.) en 1884, o de las obras de salubridad de Sal-
llamado “radio nuevo” (15.400 ha) compren- que en la Boca y Barracas se utilizaba el sepa- ta, en 1898, del mismo autor—, fue esta ley la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 15


que proporcionó el marco para las siguientes infraestructura sanitaria argentina se verificó ble. Pero, más allá del crecimiento sostenido de
intervenciones llevadas a cabo en forma sis- hacia fines de los veinte. Ya en 1922, el con- las obras en estas décadas, y de la amplitud de
temática. En 1902 la Dirección General de sumo de agua en la Capital era de 292 l/hab. su servicio, debemos tener en cuenta que solo
Obras de Salubridad inició la provisión de aguas y la red abastecía a 1.700.000 personas. En un 45% de la población argentina era servida
a Jujuy, y Agustín González proyectó obras de 1923 se proyectaba un promedio de 500 l/hab. por agua potable; y solo un 30% (79 localida-
salubridad en la ciudad de Córdoba, con una y un aumento gradual en el Conurbano hasta des) disponía de servicio cloacal. Aun menos
galería filtrante en el Río Primero, capaz de su- cubrir las necesidades de 6 millones de habi- localidades (14 ciudades importantes) eran aten-
ministrar 250 litros diarios por habitante (pa- tantes. El impulso y la renovación dejaron fue- didas por OSN para desagües pluviales. G. S.
ra 120.000 habitantes); se comenzó con 5960 ra de servicio el establecimiento de Recoleta, y
viviendas y 5305 cloacas, y desagües pluviales. el de Palermo se ocupó de estos servicios (era Bibliografía: J. Coghlan. Informe sobre las propues-
Las obras de San Luis comenzaron en 1903. la planta de mayor importancia de Sudaméri- tas para caños de desagüe, aguas corrientes, etc. Bs.
La Ley 4158 de 1903 impulsó otras obras en el ca). La red disponía, además, de los depósitos As.: 1868; J. F. Bateman. Mejora de la ciudad de Bue-
interior del país: en su marco nacieron los pro- de Córdoba, Caballito y Villa Devoto. El con- nos Aires. Informe sobre drenaje, sistema de cloa-
yectos para Bahía Blanca, Ingeniero White y junto de colectores cloacales servía a 4 millo- cas para desagüe y sobre provisión de agua de la ciu-
Puerto Belgrano. En 1904 se inició la galería nes de habitantes. dad de Buenos Aires. Bs. As.: 1871; E. Wilde. Discurso
filtrante en el lecho del río San Lorenzo para En la década del cuarenta, Obras Sanita- sobre salubridad en la ciudad de Buenos Aires. Bs.
abastecer a la ciudad de Salta. En ese mismo rias explotaba los servicios de cerca de ochen- As.: 1872; C.A. Young. “El saneamiento domiciliario
año, el proyecto para Santa Fe incluía colec- ta ciudades del interior, en la mayor parte de en la época del Virreinato”. En: Boletín de OSN. n.°
tores cloacales, cloaca máxima, cámaras sépti- solamente agua potable. Apenas una veinte- 37, 1940; P. J. Pando. Higiene sanitaria. Eliminación
cas, etc. En 1906 se inauguró el servicio en na de estas ciudades contaban con cloacas. de los producidos cloacales y residuos industria-
Mendoza, con una galería filtrante en el río Debido a los avances en la energía hidroe- les. La Plata: 1914; E. J. Baca. Las obras de salubridad
Mendoza (250 litros diarios a 48.000 habi- léctrica (v. Electrificación), una nueva función se de la ciudad de Buenos Aires. Bs. As.: 1918; E. Tagle
tantes), y se iniciaron las obras de San Juan. agregaba en algunos casos: la provisión del Rodríguez. El alcantarillado de la ciudad de Bue-
Los proyectos para Corrientes (previsto pa- servicio eléctrico. Tales los de La Banda, Puer- nos Aires. Construcción y explotación de cloacas
ra 22.000 habitantes) y Mar del Plata (para to Madryn, González Chávez, Casilda, Con- externas y domiciliarias. 1905; R. C. Parsons. Me-
50.000 habitantes) datan de 1907. En 1910 se cepción del Uruguay, La Rioja, y Santiago del moria al Instituto de Ingenieros civiles de Londres.
inauguró la galería filtrante del río Lules, en Tu- Estero. Como obras de particular envergadu- En: Boletín de estadística Municipal. 1905; M. Can-
cumán (60.000 habitantes, ampliable a ra en esta época pueden citarse el acueducto dioti. Cincuentenario de las obras de la Capital Fe-
100.000). En 1912, finalmente, Agustín Gon- del Río Tercero a San Francisco (Córdoba), de deral, exposición de su desarrollo económico y fi-
zález propuso para La Plata un proyecto de en- 166 km de largo, que abastecía a nueve po- nanciero. Bs. As.: 1918; J. V. Huergo. Síntesis
vergadura, proporcionalmente similar al porte- blaciones cordobesas; y el tanque de distribu- histórica de la acción higiénica y urbana de Obras
ño (600.000 personas, 300 litros por habitante). ción de agua de 3000 m3, de Villa Mercedes Sanitarias de la Nación. En: Primer Congreso Ar-
En la primera década del siglo se consoli- (San Luis): en ambos casos la aplicación del gentino de Urbanismo. 1937; R. A. Trelles. “Breve
daron las bases con las que Obras Sanitarias hormigón armado colocaba a estas obras en historia del desarrollo de la ingeniería sanitaria
trabajaría en el interior del país en las décadas una situación de punta con respecto al uso de en nuestro país”. En: La Ingeniería. agosto de 1971;
siguientes. La acción se concentró en las capi- esta tecnología en el país. M. Scarone y J. Gazzaneo. Revolución Industrial y
tales de provincia o en otras ciudades de im- El problema rural comenzó a preocupar con equipamiento urbano. Bs. As.: IAA, 1968; E. G. Herz.
portancia, como Rosario o Mar del Plata. En más fuerza por esos años. Las obras de sanea- Historia del agua en Buenos Aires. Bs. As.: 1978.
estos años ya se conocían los aparatos sepa- miento, principalmente en manos del ente na-
radores, las cámaras de decantación, las fo- cional y de algunos organismos provinciales
sas sépticas y los lechos bacterianos. Así, mu- (entre los cuales se destaca el de la Provincia OCAMPO, MANUEL S. S/d, 1854 - San Isidro,
chos sistemas que se proyectaron en el interior de Buenos Aires), no llegaban a las pequeñas 1931. Ingeniero.
fueron mixtos: desde el punto de vista social, poblaciones dispersas en el campo. De esta ma-
esto imprimiría diferencias notables entre dis- nera, OSN instaló los llamados “servicios re- Graduado en 1882, fue miembro del De-
tintas localidades del país. Mientras se decidió ducidos” con el fin de resolver en forma prác- partamento Nacional de Ingenieros y presidente
frecuentemente por la solución de aguas co- tica el problema; difundió también, desde 1948, de Obras Sanitarias de la Nación. Realizó el edi-
rrientes, el tema del desagüe cloacal no fue las cartillas de saneamiento rural, vinculando ficio de OSN en Avenida Alvear entre Callao y
abordado con la misma asiduidad. Muchas el problema de la higiene con aspectos socia- Riobamba, Buenos Aires, y trabajó como ins-
obras que se proyectaron en localidades del in- les generales. pector en las construcciones del Ferrocarril Cen-
terior plantearon problemas distintos de los de Para 1970 Obras Sanitarias brindaba ser- tral Andino. Es autor de residencias privadas y
Buenos Aires en el aspecto técnico: allí donde vicio de agua potable por conexión domicilia- casas de renta, entre los que se destacan la de
los terrenos no son llanos, la infraestructura ria a 152 localidades que incluían la Capital y Ocampo, en Florida y Viamonte (1905).
es más difícil y cara para resolver. Así, OSN se- parcialmente el Gran Buenos Aires, todas las
ría responsable, décadas más tarde, de algunas capitales provinciales, con la excepción de La Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. Levaggi, J. C.
de las realizaciones de ingeniería de mayor en- Plata (en manos de la provincia), y grandes ciu- Montero,A. S. J. de Paula. La arquitectura del li-
vergadura en el país. dades como Mar del Plata. En unas 260 locali- beralismo en la Argentina. Bs. As.: Editorial Sud-
Un nuevo impulso en el crecimiento de la dades había surtidores públicos de agua pota- americana, 1968.

16 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


obr ole
en 1938 y mantuvo una permanente colabora-
ción por medio de artículos escritos para su ór-
gano de difusión, La habitación popular.
En su continuo interés por el tema de la vi-
vienda económica, participó en distintos con-
gresos, como el de La Habitación, de 1920, en
el que presentó un “proyecto para la cons-
trucción de casas baratas por la acción parti-
cular, bajo la forma patronal cooperativa”.
Ochoa también proyectó las obras de alum-
brado eléctrico de la Casa Rosada, fue docen-
te universitario y se desempeñó en la función
pública dentro del Ministerio de Hacienda de
la Nación. G. V.

Bibliografía: R. Gutiérrez y M. Gutman. Vivienda po-


pular, ideas y contradicciones. Resistencia: IAIHAU,
u BANCO NACIÓN, SUCURSAL SANTA FE, DE J. OCHOA. LA ALTURA DE LAS COLUMNAS JÓNICAS EXALTA SU MONUMENTALIDAD. 1988.

OCHOA, JUAN. Buenos Aires, 1872 – Íd., 1948. Manteniendo una imagen institucional, ca-
Ingeniero. Realizó importantes obras de ar- racterizada por el uso de estilos borbónicos y OFFREDI, DOMINGO. S/d. Italiano. Arquitecto.
quitectura religiosa y bancaria. Tuvo una des- un orden jónico que enfatiza el acceso princi- Actuó en Catamarca y Salta a fines del siglo XIX.
tacada participación en la Comisión Nacional pal, el salón de atención al público, dispuesto
de Casas Baratas (v.) y en los debates sobre siempre en la esquina, constituye el objeto Es autor del proyecto del Colegio Nacio-
vivienda económica generados a partir de su de las principales indagaciones y variaciones nal (1889), del Hospital San Juan Bautista (1881-
creación. formales. Estas van desde el uso de un círculo 1886), realizado junto con Luis Caravatti (v.), y
de grandes proporciones en la sucursal de Dia- de la Estación Ferroviaria (1904) en estilo Ne-
Cursó estudios en la Universidad de Bue- mante (1917), un rectángulo achaflanado en- orrenacimiento italiano, todos ellos en Cata-
nos Aires, donde se graduó como ingeniero ci- vuelto por una recova moderadora del rigor cli- marca. Ejecutó, a comienzos del siglo XX, la
vil. Trabajando solo o en sociedad, proyectó re- mático en Bella Vista (1918), hasta un octógono base y los relieves del monumento a la bata-
sidencias, edificios públicos y religiosos en la alargado en Paso de los Libres (1918). lla de Salta inaugurado en 1913.
Capital Federal y en distintas localidades de las También para el Banco Nación, Ochoa tra-
provincias de Buenos Aires y Santa Fe. bajó individualmente en la realización de las
Individualmente realizó la Iglesia de Aya- sucursales de Bahía Blanca (1919) y de Santa OLEZZA, LUIS. S/d. Arquitecto. Activo en la ciu-
cucho, el Colegio Concepción, el Asilo de Huér- Fe (1920). El paso de las anteriores interven- dad de Buenos Aires en las décadas del trein-
fanos del Socorro, la Municipalidad de Lobe- ciones instaladas en un contexto provinciano ta y del cuarenta del siglo XX, formó parte del
ría y la Aduana de Rosario. Con Selva (v.) y a un ámbito urbano, asociado a mayores exi- grupo de jóvenes arquitectos adscriptos a las
Polizza se ocupó entre 1898 y 1902 de la am- gencias programáticas, se refleja en la monu- nuevas tendencias modernas.
pliación de la Catedral de Lomas de Zamora. mentalidad exaltada por la utilización del or-
En sociedad con Medhurst Thomas (v.), obtu- den jónico, pero ahora de grandes proporciones, Integró el grupo de profesionales que ex-
vo un premio en el concurso organizado para con columnas pareadas de varias alturas que pusieron sus trabajos en el Primer Salón de Ar-
la realización del Hospital Durand en 1905 y marcan el acceso principal. quitectura Argentina Contemporánea en el año
construyó la residencia y local de Cerrito 244. En 1925, como Director General de Cons- 1933. Allí presentó cuatro proyectos personales
Posteriormente, la firma Medhurst Tho- trucciones del Banco Hipotecario Nacional, re- y tres más, hechos con la colaboración del ar-
mas y Ochoa integró la lista de estudios de ar- alizó la sede de ese de ese organismo en la ciu- quitecto Isaac B. Stok (v.). Entre estos últimos
quitectura que por su destacada labor recibie- dad de La Plata, sobre la base de criterios afines se destaca el del Barrio Parque, con marcadas
ron entre 1910 y 1920 encargos del Banco a los ya experimentados en las sucursales del influencias de los postulados del urbanismo del
Nación para la realización de sus sucursales Banco Nación. Movimiento Moderno. En 1941 construyó en
en el interior del país, antes de que esa insti- Ochoa también integró los Círculos de Obre- sociedad con Ernesto Vautier (v.) el edificio pa-
tución formara su propia oficina de arquitec- ros Católicos y la Asociación de Hombres de ra el Sanatorio Anchorena (Buenos Aires), que
tura. La producción alcanzó a una veintena de la Acción Católica, y su intervención posterior se destaca por su resolución funcional. Des-
sucursales construidas en las provincias de en la Comisión Nacional de Casas Baratas (v.) arrollado en cuatro niveles, su expresión exte-
Santa Fe y Buenos Aires. Cuya característica da cuenta de la efectiva inserción de la Unión rior pertenece a la corriente racionalista.
fue el uso de un esquema básico, aplicado a te- Popular Católica Argentina a través de sus téc- Años más tarde construyó, nuevamente en
rrenos en esquina, que permitía la resolución nicos en el seno del Estado nacional para ocu- sociedad con Vautier, un edificio de departa-
de un programa en común: sede bancaria y vi- parse del tema de la vivienda económica. mentos destinados a la renta en la calle Ugar-
vienda del gerente. Alcanzó la presidencia de ese organismo teche del Barrio de Palermo. Sobre una amplia

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 17


parcela irregular, el block de viviendas se im-
planta de modo tal que las unidades disponen
de la mejor orientación en un amplio terreno
arbolado. También fue colaborador de la re-
vista Tecné (v.). R. P.

Bibliografía: Nuestra Arquitectura, n.° 51, 1933; Revista


de arquitectura, diciembre de 1941; Canon, n.° 1,
1950.
u DENTRO DEL MOVIMIENTO DE CASAS BLANCAS, LA CASA SOMOZA, EN BERNAL, PCIA. DE BUENOS AIRES, DEL ESTUDIO ONDA.

OLIVARI, ALFREDO. Livorno (Italia), 1867 - s/d. que toma como referencia al Le Corbusier bru- Departamento de Arquitectura de la Facultad,
Arquitecto. Activo en Buenos Aires en las pri- talista y a la tradición colonial argentina. El re- jurado en numerosos concursos y miembro de
meras décadas del siglo XX. Realizó una im- sultado son obras que combinan los muros en- la Comisión de Estructura Didáctica. Colabo-
portante cantidad de pequeñas residencias calados con losas inclinadas de H.° A.° o ró con la revista especializada Tecné (v.). Des-
particulares de carácter académico con ten- bóvedas catalanas, dentro de un carácter inti- arrolló entonces sus dos trabajos de investiga-
dencia al Eclecticismo. mista en el cual hay una preocupación por la ción más importantes: “Series Poliédricas” y
combinación de una orgánica espacialidad con “Dimensiones y ordenación del color”. El fuer-
Graduado en 1887 en la Escuela Micionia- las texturas de la tradición artesanal. te compromiso con sus ideas políticas lo alejó
na (Italia), llegó a nuestro país en 1888. Fue Las viviendas más importantes realizadas nuevamente de las aulas en 1966. R. P.
miembro del Departamento de Ingenieros Ci- por el estudio son: casa Demaría, San Fernan-
viles de la Nación desde 1888 hasta 1892, fe- do (1959); casa Fernández, Lomas de San Isi- Bibliografía: summa, n.°10, diciembre de 1967.
cha en que comenzó a ejercer la profesión de dro (1960); casa Di Tella en Tortuguitas (1963),
manera independiente. todos en la Prov. de Buenos Aires. Otra obra
Entre sus trabajos más importantes se en- digna de mención es el hotel de Turismo en ORGANICISMO (v. Moderna, Arquitectura).
cuentran: el Hospital Fiorito de Avellaneda, el Mercedes, Corrientes (1959), realizado en co-
edificio de la Franco-Inglesa, en Florida y Sar- laboración con Salas, Biloch y Salas. ORIENTACIÓN. f. Situación de un edificio o con-
miento, y la Mueblería Barzi en Rivadavia y Uri- junto urbano en referencia a los cuatro pun-
buru. El mayor volumen de sus obras, en ge- tos cardinales, y estudio de sus implicancias.
neral de carácter ecléctico, está constituido por ONETTO, RAFAEL. Buenos Aires, 1915 - Íd.,
una serie de residencias particulares realizadas 1967. Arquitecto. Se destacó por su labor do- Sancionados en general por la costumbre,
en Buenos Aires: Avenida de Mayo 1346/48/50, cente y de investigación. Participó de diversas los usos relativos a la orientación se hallan ca-
Echeverría y Cuba, Callao 270/274, Av. Alve- actividades en el ámbito de las facultades de si exclusivamente referidos a la ordenación de
ar 1585, Buen Orden 956, Rivadavia 1525/29, Arquitectura de Tucumán y de Buenos Aires los conjuntos urbanos y al emplazamiento de
Viamonte 1030, Rivadavia 1911/15, Humberto Es relevante su labor como artista plástico. templos y construcciones religiosas.
I y Perú, Cuyo 1820/22, Corrientes 829, Chile Siguiendo una norma tácita común a gran
y Cevallos, Montes de Oca 1415/25/37 y Case- En 1940 egresó de la Universidad de Bue- parte de las ciudades fundadas en tiempos de
ros 532. En Mar del Plata realizó varias resi- nos Aires. Paralelamente a sus estudios des- la Conquista, los primeros poblados argenti-
dencias, entre ellas las llamadas “chalets de Fio- arrolló una pasión por la pintura que lo llevó a nos (Mendoza, Buenos Aires, San Juan, Cór-
rito”, en Libertad y Salta. V. O. exponer sus obras en los mejores salones del doba) fueron trazados haciendo coincidir la di-
país y del exterior. Trabajó en la Dirección Ge- rección de sus calles con los ejes mayores del
Bibliografía: R. Gutiérrez, s. v.: “Olivari, Alfredo”. En: neral de Arquitectura del Ministerio de Obras cuadrante solar: Norte-Sur y Este-Oeste. Cada
L. Patetta. Architetti e ingenieri italiani in Ar- Públicas (v.) hasta 1947. Ese año viajó a la ciu- uno de los lados de las manzanas que confor-
gentina, Uruguay e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002. dad de Tucumán para integrarse al Instituto man la cuadrícula urbana responde así a una
de Arquitectura y Urbanismo de la Universi- orientación plena, sin semirrumbos. Este cri-
dad Nacional de Tucumán (v.), donde desarro- terio, del que aún constan raras excepciones
ONDA. Estudio de arquitectura integrado por lló tareas docentes como profesor de Plástica durante las siglos XVII y XVIII, no siempre lo-
ASENCIO, Miguel: Salta, 1931; FRACCHIA, y de investigación en el campo del color y de gró conciliarse con lo recomendado en el títu-
Carlos: Buenos Aires, 1932; GARAT, Jorge: las series poliédricas. lo IX de las Leyes de Indias, según el cual la di-
Buenos Aires, 1932; GIGLI, Lorenzo: Buenos En 1952 renunció a su cargo por presiones rección de las calles debía ser oblicua respecto
Aires, 1932; IGLESIA, Rafael: Buenos Aires, políticas y regresó a Buenos Aires. En 1956 in- de los vientos dominantes a fin de evitar su en-
1930. La producción del grupo, realizada en- gresó en la Facultad de Arquitectura y Urba- trada directa en las ciudades, por ser estos de
tre 1957 y 1974, se encuadra dentro del Mo- nismo como profesor titular de Visión III. En “mucho inconveniente” (Ley VIIIJ).
vimiento de las Casas Blancas (v.). 1959 fue jefe del Departamento de Visión y En el ámbito de la arquitectura religiosa,
desde 1962 a 1966, jefe del Grupo Visión. Fue donde la orientación se impregna de un sen-
Sus obras abordan el tema de la vivienda consejero de la Facultad de Arquitectura y Ur- tido ritual, la práctica medieval de situar el al-
individual suburbana dentro de un lenguaje banismo, miembro de la Comisión Asesora del tar mayor de la iglesia mirando hacia Oriente

18 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ole ori
—aún vigente en Europa— registra pocos ejem-
plos en nuestro país.
Durante las últimas décadas del siglo XIX
la preocupación de médicos y arquitectos hi-
gienistas por la renovación del aire y la provi-
sión de luz natural, tanto a nivel doméstico co-
mo a nivel urbano, conlleva un cierto interés
por los posibles criterios de orientación loca-
les y su papel como elemento de mejoramiento
de las condiciones de salud de la población.
Si bien no existe unanimidad entre los dis-
tintos autores, independientemente de que el
problema de la orientación dista de ocupar
un lugar central en las teorías urbanas hi-
gienistas, pueden detectarse algunos princi-
pios de aceptación general. Para las ciudades
o poblados creados ex novo se propicia la di-
reccionalidad de sus calles a medio rumbo o
con una cierta rotación respecto de los ejes
principales del cuadrante, a los efectos de ha-
cer posible la mayor uniformidad en las con- u EL TRAZADO DE LAS CALLES DE BUENOS AIRES Y DE OTRAS CIUDADES ARGENTINAS SIGUE LOS EJES DEL CUADRANTE SOLAR.
diciones de asoleamiento de las líneas de fren-
te que definen las manzanas. Tal es el caso det, casi exclusivamente en relación con las va-
de la ciudad de La Plata (1882), ejemplo de riables exigencias de iluminación de cada uno
ciudad higiénica en la opinión de Emilio Co- de los locales, lo que afecta más al tamaño y a
ni. A su vez, se trata de hallar una posición la disposición de los vanos, que al plan gene-
cardinal que permita la penetración de aque- ral de la casa, de cuyo diseño quedan práctica-
llos vientos considerados benignos hasta las mente ajenas.
áreas centrales y más densas de la ciudad, pa- Es quizás dentro del campo de la arquitec-
ra posibilitar su aireación. tura hospitalaria donde puede detectarse una
En los centros urbanos existentes, el tener mayor preocupación por las condiciones de
en cuenta la orientación adquiere un cierto asoleamiento y por la posición de los espacios
peso cuando se trata de establecer la altura de habitables con respecto a los vientos. La cap- u CONTROL SOLAR CON VISERA EN UNA CASA DE W. ACOSTA .
la edificación máxima permitida por los Re- tación de las radiaciones solares, a las que se
glamentos de Construcciones; prima el cri- suponía dotadas de una cierta acción terapéu- leamiento y confort térmico. En dormitorios
terio de que esta ha de ser tal que permita el tica y abiótica, determinaba, en teoría, el em- y locales de uso no intensivo, se recomien-
asoleamiento de todas las aceras, cualquiera plazamiento general a que había de responder da la orientación hacia los rumbos interme-
sea su posición. este tipo de edificios; dio origen asimismo a dios Noroeste o Nordeste, acorde con el mo-
A principios del siglo XX se incorporan al estudios de mayor precisión sobre las distin- mento del día en que se requiera la iluminación
campo teórico de la disciplina arquitectónica tas posibilidades de implantación de los tipos solar directa. En cocinas y locales de trabajo
varios métodos analíticos desarrollados por más usuales. doméstico, se considera aceptable la posición
la Astronomía y la Meteorología para la de- A partir de los años treinta, el desarrollo Sudeste, y se limitaba a baños, depósitos y lo-
terminación exacta de la posición del Sol, de de la Arquitectura Moderna en nuestro país cales con características de iluminación es-
acuerdo con la hora del día, la estación del año conoce una mayor preocupación, tanto en el pecial la dirección Sur. Este esquema de or-
y la latitud del lugar considerado, de manera plano teórico como en la práctica, por la adap- ganización ideal, en el que los movimientos
que se puede establecer en cada caso la canti- tación climática de los distintos programas solares se coordinan en cierto sentido con las
dad de horas de acción solar. El asoleamiento arquitectónicos al medio en que han de eri- actividades domésticas, halla seriamente re-
y sus particularidades se constituyen en un sa- girse. Especial atención se concede al estudio ducidas sus posibilidades en el medio urba-
ber en cierta forma autónomo por el grado de de las condiciones óptimas de orientación de no, dadas las características del parcelamiento
rigor de las especulaciones más generales y los distintos tipos de vivienda, y se establecen y amanzanamiento locales, y la creciente den-
abarcativas de la orientación. ciertas reglas relativas a la distribución de sus sidad edilicia registrada desde principios de si-
La importancia dada a las normas que de- locales de acuerdo con las exigencias de uso. glo. Las distintas posturas críticas a la ciudad
finen la “buena orientación” resulta variable En términos globales se prioriza la posición existente, efectuadas por los seguidores del Mo-
según los distintos tipos de construcción. En Norte o Noroeste para habitaciones de uso vimiento Moderno en nuestro país (Acosta (v.),
lo que respecta a la vivienda, teóricos como diurno continuado (living-room, comedor), Prebisch (v.)), incorporan a sus teorías argu-
E. Hary tienden a considerar la orientación si- para las que se reserva un mayor nivel de exi- mentos análogos, en los que el concepto de
guiendo en gran medida los preceptos de Gua- gencia en las condiciones de ventilación, aso- buena orientación, definido sobre la base de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 19


determinaciones científicas aportadas por la dades del país Fue vicepresidente de ICOMOS- conformó una prolífica sociedad con Fernán-
Meteorología, se esgrime como herramienta Argentina. Tiene también un rol destacado en dez Poblet, con quien entre 1905 y 1909 rea-
en el proceso de renovación urbanística. el campo de la publicidad. lizó en la ciudad de Buenos Aires los teatros
Es quizás en la obra y en los escritos de Ha realizado más de cincuenta ensayos so- Nacional, Avenida y Buenos Aires, numerosas
Wladimiro Acosta donde con más claridad y bre diversos temas que van desde la publicidad residencias particulares, entre ellas la de Ro-
rigor analítico se expresan estas ideas. En la a la arquitectura. Como investigador fue pio- dríguez Peña 628, Esmeralda 877, Pellegrini
teoría de Acosta, la elección de la orientación nero en el estudio de la arquitectura del perío- 1298 y casas de renta, como la de Avenida del
en consonancia con el programa debe ante- do 1850-1930 en la Argentina (v. Historiografía de Libertador y García. También realizó los hote-
ceder a cualquier otra consideración arqui- la Arquitectura). También ha trabajado intensa- les Maipú, Castilla y, en Montevideo (Uruguay)
tectónica, por lo que se estipulan con exacti- mente en la investigación sobre arquitectura el Parque Hotel y Casino.
tud las distintas condiciones de aireación, moderna y del período colonial. Entre sus obras Ortúzar actuó además junto al ingeniero
iluminación y grado de humedad a que serán más importantes pueden citarse La arquitec- Lavalle (v.), con quien proyectó el tendido de re-
sometidos los locales. Entendida como un ins- tura del liberalismo en la Argentina (1968), que des cloacales y de desagüe en Córdoba y los de-
trumento científico que engloba a otros sa- realizó junto a J. Montero y otros autores; La pósitos de filtros y decantación de Buenos Ai-
beres de igual rango y que asegura una eficiente arquitectura argentina 1930-1970 (en colabora- res. Asimismo se desempeñó como Concejal
respuesta a los factores climáticos, la noción de ción con R. Gutiérrez); Townscape del Conosur en Buenos Aires y, siendo el único técnico de
orientación adquiere en el pensamiento de Acos- (con R. Gutiérrez y R. Bonifacio) y el capítulo un órgano hegemonizado por “doctores”, ocu-
ta, y de muchos de sus contemporáneos, una referido a la arquitectura durante el período pó la presidencia de la Comisión de Obras Pú-
dimensión puramente instrumental, utilitaria, 1880-1930 de la Historia General del Arte Ar- blicas, desde donde promovió iniciativas que
muy cercana a las enseñanzas de la Bauhaus. gentino de la Academia Nacional de Bellas Ar- se vinculan directamente con su labor como
Hacia principios de la década del sesenta, tes (ANBA), en 1988 y una monografía del es- profesional independiente. Una de ellas fue la
y dentro del marco de una profunda renova- tudio SEPRA. propuesta para la Plaza del Centenario (Con-
ción teórica que apuntó esencialmente a una greso), presentada al Concejo en 1908, con el
definición más acabada de los principios de fin de que fuera inaugurada para los festejos
la "habitabilidad" que habrían de regir para ORTIZ, FERNANDO. s/d. Ingeniero. Actuó a prin- del aniversario de la Revolución de Mayo. Plan-
todos los espacios humanos, se incorporó al cipios del siglo XX en diversas ciudades y pue- teada en oposición al proyecto de 1907 de Bou-
repertorio de ideas anterior el concepto de blos del oeste de la Provincia de Buenos Aires vard (v.), en el que se enfatizaba la centralidad
“orientación total”. Esta noción, que se trata del Congreso por la confluencia de múltiples
de referir tanto al espacio familiar como al ur- Se graduó en la Universidad de Buenos Ai- diagonales, la propuesta de Ortúzar tendía a
banístico, deriva de un intento por conciliar, res en 1884. Trabajó en el Ferrocarril Oeste. exaltar el edificio a través de la conformación
sobre la base de una norma unificada de di- Realizó el abastecimiento de aguas de las ciu- de una gran plaza delantera, delimitada por la
seño, las variables condiciones naturales de dades de Mercedes y Chivilcoy. Proyectó las homogénea continuidad de la Avenida de Ma-
temperatura, humedad, iluminación y venti- municipalidades de San Andrés de Giles y Lin- yo en simétricos edificios para oficinas mu-
lación a que se hallan expuestos los ambien- coln, las usinas de Lincoln y Chivilcoy, la ni- nicipales. A ello se sumaba la apertura de dos
tes externos e internos en cada una de las re- velación y al abastecimiento de Chacabuco y diagonales para conectar directamente la Pla-
giones climáticas. La aplicación del principio Chivilcoy, todas obras de la Prov. de Buenos za del Congreso con el Parque Lezama y con
de la “doble orientación” y el exacto conoci- Aires. Realizó numerosísimas residencias par-
miento del comportamiento térmico de los ticulares en las ciudades antes mencionadas.
edificios y de sus elementos y materiales cons- En Mercedes, cabe destacar las casas de Torre
titutivos, permiten en gran medida salvar las del Águila y López Costa.
contrapuestas opciones que se plantean al tra-
tar de sintetizar en una sola normativa las va- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutierrez, A Levaggi, J. C.
riables señaladas. A. C. Montero, A. S. J. de Paula. La Arquitectura del li-
beralismo en la Argentina. Buenos Aires: Sudame-
ricana, 1968.
ORTIZ, FEDERICO.

Buenos Aires, 1929. Arquitec- ORTÚZAR, ALEJANDRO. Buenos Aires, 1881 -


to, historiador de la arquitec- s/d. Ingeniero. Actuó a comienzos del siglo XX
tura y publicista. individualmente o asociado con Fernández
Poblet. Realizó trabajos convencionales den-
tro del ejercicio liberal de la profesión y tam-
Graduado en la FAU-UBA, en 1956, co- bién ambiciosas propuestas urbanas que in-
menzó su carrera docente. Ha sido en esa ins- cluyen respuestas a la cuestión de la vivienda
titución profesor titular de Introducción a la para sectores de escasos recursos.
Arquitectura y miembro activo del IAA. Dic-
tó cursos y conferencias en diversas universi- Después de graduarse en 1904, Ortúzar u TEATRO AVENIDA SOBRE LA AV. DE MAYO EN BS. AS.

20 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ori ozo
la plaza Lavalle, respectivamente. Se graduó de arquitecto en el año 1927 en También se dedicó a fomentar el estudio de la
Otra de las iniciativas presentadas consis- la Escuela de Arquitectura de la FCEFN de la geografía y creó varias instituciones de dicha
tió en el proyecto de Barrio Obrero para 30.000 UBA. Como estudiante, recibió medallas de especialidad.
habitantes en La Tablada, que Ortúzar realizó oro y plata en el concurso de Arquitectura y A partir de 1927 comenzó a escribir artí-
con su socio Fernández Poblet. Esta propues- Composición Decorativa de esa entidad. Fue culos sobre los túneles de Buenos Aires y sos-
ta, para la que llevó a cabo el plan general, la presidente del Centro de Estudiantes de Ar- tuvo una postura opuesta a la de Héctor Gres-
tipología de vivienda y el equipamiento so- quitectura y también representante en la Fe- lebin (v.), ya que intentó diferenciar los pocos
cial —teatro, salón de fiestas y conferencias, deración Universitaria Argentina. Fue profe- realizados durante el siglo XVIII de otros eje-
biblioteca, club, escuelas—, constituyó la más sor adjunto de Urbanismo (1938-1945), profesor cutados con posterioridad y con diferente fun-
ambiciosa entre las conocidas en nuestro pa- titular de arquitectura desde 1949 y, finalmente, ción. Realizó además importantes estudios
ís para abordar ese tema a comienzos del si- entre 1949 y 1952, rector de la Universidad de acerca de la fundación de la ciudad, aunque su
glo XX. Allí, con muy escasos recursos pro- Buenos Aires. obra más conocida para la historia de la ar-
yectuales, se retomaban algunos aspectos de Ejerció además diversos cargos públicos. quitectura es Iconografía de Buenos Aires co-
“la ciudad lineal” de Soria y Mata, especial- Fue jefe de Planificación del Departamento de lonial, publicada en 1940. Al fallecer dejó dos
mente en la diferenciación entre las arterias Urbanismo de la Municipalidad de Buenos Ai- libros inéditos: uno sobre arquitectura del si-
principales por donde circularían los tranvías res, miembro de la Comisión de Tasaciones de glo XVII y otro sobre túneles porteños. No de-
eléctricos, y las secundarias, perpendiculares la Municipalidad de Buenos Aires y comisio- be confundirse con su homónimo el ingenie-
a estas, sobre la cuales de desarrollaban las vi- nado municipal de la ciudad de Córdoba en ro Félix (Diego) Outes (1879-1969). D. S.
viendas individuales, pareadas y repetidas in- 1944-1945. Durante el período 1932-1935 ha-
definidamente a lo largo de extensos pasajes. bía sido secretario de la SCA (v.). Entre sus pro-
Hacia 1925 Ortúzar impulsó una nueva yectos se destaca la iniciativa para crear un cen- OZORES, JUAN MANUEL. Cambados (Ponte-
iniciativa que buscaba articular en un sector tro cívico (v.) en el corazón de la Capital Federal vedra, España), 1745 - Buenos Aires, 1806.
de Buenos Aires el criterio de embellecimiento presentada en 1933 en la asociación Amigos de Agrimensor. Activo en Buenos Aires en la se-
urbano, con el que antes había concebido la la Ciudad. gunda mitad del siglo XVIII.
propuesta de la Plaza del Centenario, con res-
puestas a necesidades habitacionales para sec- Bibliografía: XX aniversario del estudio de arquitec- Radicado en Buenos Aires en 1780, ejecu-
tores de bajos recursos. Partiendo de ese cri- tura: De Lorenzi, Otaola y Rocca, 1947. tó diversos planos y mensuras en la campaña
terio, impulsó un Barrio Modelo de 2.400 bonaerense y en la Banda Oriental. La junta
viviendas colectivas para 12.000 habitantes municipal porteña le encomendó, en 1790, un
—empleados municipales y sus familias— en OUTES, FÉLIX. S/d, 1888-1939. Historiador, et- plano del ejido (v.), que fue entregado dos años
el Parque Centenario, en una operación que nólogo y arqueólogo. Realizó una importan- después y que ha sido considerado el más com-
dispondría de terrenos cedidos por la Muni- te labor en los museos e instituciones dedi- pleto en su género para la época. En 1796 fue
cipalidad y de la financiación del Banco Hi- cadas a estudiar el pasado indígena, la designado piloto agrimensor de la ciudad.
potecario Nacional (v.). Desestimando su an- arquitectura y la ciudad colonial.
terior valoración positiva de la vivienda Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi-
individual, Ortúzar proyectó un conjunto com- Su bibliografía incluye más de 200 títulos. co argentino. Bs. As.: s/e, 1968.
puesto de casas colectivas de 11 y 16 niveles
con su respectivo equipamiento. El conjun-
to de casas colectivas, igualitariamente trata-
das en estilo francés, que exaltaba el uso de
mansarda, delimitaba con su distribución el
óvalo del parque interior. Aunque finalmen-
te no fue materializada, esta operación solo
tendría correlatos de igual envergadura en
nuestro país a partir de la segunda mitad del
siglo XX. G. V.

Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutierrez, a. levaggi, J. C.


Montero, A. S. J. de Paula, La arquitectura del li-
beralismo en la Argentina. Bs. As., 1968.

OTAOLA, JULIO VICENTE. Buenos Aires, 1901


- s/d. Arquitecto. Junto con De Lorenzi (v.) y
Rocca, formó un estudio de arquitectura de
importante trayectoria durante la primera mi-
tad del siglo XX. u PROPUESTA DE JULIO OTAOLA (1933) PARA UN CENTRO CÍVICO EN EL CORAZÓN DE BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 21


Edificio República en Plaza Roma, Bs. As., de César Pelli.
p
p

PABELLÓN. m. Tipo de habitación colectiva,


de desarrollo lineal y altura variable. (v. Casa
Colectiva; Vivienda de interés social).
Sinónimo: mo-
nobloque o monoblock. En general se consi-
deró al pabellón como una pieza clave del ur-
banismo moderno, pues constituía el elemento
organizativo intermedio entre la célula de vi-
vienda y la ciudad. Sin embargo, sus oríge-
nes son anteriores, dado que pueden obser-
varse desarrollos de edificios pabellonales
desde fines del siglo pasado, aunque en lo-
tes urbanos. Los pabellones habían sido uti-
lizados también con anterioridad en la arqui-
tectura hospitalaria. Los fundamentos de su
empleo en hospitales habían sido dos: pri-
mero, la teoría de las “miasmas” como ori-
gen de las enfermedades, que exigía edificios
bien ventilados; luego (a partir de 1850), la u PABELLÓN DEL BARRIO GRAFA, EN BUENOS AIRES. POR SU ALTURA MEDIA, NO REQUIERE LA INSTALACIÓN DE ASCENSORES.
teoría del contagio a través de gérmenes, que
demandaba edificios que permitieran el ais- mediados de la década del veinte comienzan a la ventilación no se encontraba obstaculizada
lamiento de los pacientes afectados por en- proponerse pabellones exentos, como es el ca- por construcciones transversales y desaparecía
fermedades infecto-contagiosas (v. Higienismo; so del proyecto de Prebisch (v.) y Vautier (v.) pa- el problema de la resolución de los ángulos. Es-
Hospital). Los pabellones constituían disposi- ra el concurso del conjunto “Los Andes” (1925, ta fue una concepción generalizada a partir de
ciones que proporcionaban condiciones de proyecto premiado pero no ganador). los años treinta, aunque existieron también nu-
aislamiento tanto como de ventilación direc- Los principales temas y problemas de la vi- merosas excepciones. Entre ellas pueden in-
ta y cruzada, características que no se ob- vienda en pabellones fueron los siguientes: dicarse proyectos anteriores, como los de F. Be-
servaban en edificios de tipo claustral. Estos reterbide (v.) (Los Andes, 1925; Parque Patricios,
conceptos pasaron de la arquitectura de la Organización de los conjuntos. La edificación 1929) o el conjunto Simón Bolívar (Banco Hi-
salud a la de la vivienda, donde adoptaron en pabellones, por su desarrollo en altura, per- potecario, 1947-1954), obras desarrolladas con
también tonos de crítica moral. La voz pro- mitía liberar suelo urbano para usos de espar- una ocupación periférica de los predios, sobre
cede del francés antiguo paveillon. cimiento, deportes o áreas verdes. En general, la línea municipal. En estos casos, la relación
hasta los años sesenta los pabellones se dis- de la construcción con el predio y el carácter ur-
Las primeras aplicaciones de pabellones en ponían paralelos entre sí, organización a la que bano de los conjuntos adquirían mayor im-
vivienda se observan en edificios, con basa- se atribuía una serie de ventajas: todas las ha- portancia que la aplicación estricta de crite-
mento perimetral o de planta en E o en U. A bitaciones podían tener la misma orientación, rios de iluminación y ventilación.

24 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pab pab
La distancia entre los bloques estaba rela- yectado por I. F. Villa (v.) y H. Nazar para el Ba-
cionada con su altura, ya que la primera debía jo Flores (1945). En el campo internacional, Le
garantizar un correcto asoleamiento (v.) en to- Corbusier (v.) y Gropius se contaron entre los
dos los niveles; su fijación dependía de los mé- mayores defensores de este tipo de edificación.
todos utilizados para el cálculo del asolea- El primero a través de su unité d’habitation, el
miento, cuyo estudio científico constituyó una segundo con obras como Siemensstadt o Span-
preocupación central de la arquitectura de vi- dau-Haselhorst, constituían referencias para
viendas de los años treinta, en particular de este tipo de arquitectura, además de otros au-
la llamada Arquitectura Racionalista. Según tores, como Hilberseimer o los arquitectos so-
W. Gropius (v.) (1930), la distancia debía osci- viéticos, con obras como el Narkomfin (1928-
lar entre una vez y media y dos veces y media 1929). La ponencia que Gropius presentó en
la altura de los bloques, según su orientación. el III CIAM (Bruselas, 1930): “¿Conviene la
W. Acosta, en sus proyectos de “vivienda mí- u PABELLONES DEL BARRIO LOS ANDES, EN BUENOS AIRES. edificación baja, mediana o alta?” fue muy di-
nima para Buenos Aires” (1934), utilizaba una fundida en el medio local (Nuestra Arquitec-
separación de dos veces y media la altura del ternacional, este tipo encontró sus referencias tura, 1934), mientras que su discípulo Möller
pabellón. La orientación (v.) era otra variable más altas en los Siedlungen alemanes de los ilustraba sus hipótesis al proponer un conjunto
central para la determinación de la organiza- años veinte. de estos pabellones altos en la costa de Buenos
ción del conjunto, ya que determinaba la po- Con respecto a los de altura media (3 o 4 pi- Aires (Nuestra Arquitectura, 1932).
sición de los pabellones con respecto al predio. sos), tenían la ventaja de resolverse sin ascen-
Ella dependía de la organización de la planta y sores, reduciendo costos de construcción. Los Distribución interna. Resultaba de las siguientes
de las posibilidades de aprovechamiento del primeros conjuntos pabellonales construidos variables: cantidad de departamentos por piso
lote, pero en general, en la Argentina, se orien- en el país responden a este tipo: Los Andes y relación entre circulaciones horizontales y
taron a medio rumbo, o con el frente principal (1925), Barrio Rawson (1932), aunque por su verticales. El caso más simple consistía en el
hacia el Norte. La preeminencia de estos cri- construcción económica fue utilizado poste- de pabellones con dos departamentos por pi-
terios sobre otro tipo de condicionantes (for- riormente, por ejemplo en el conjunto Los Pe- so; la circulación vertical se ubicaba entre ellos
mas de lotes, preexistencias urbanas, etc.) hi- rales (1947) o en el 17 de Octubre (Barrio Graf- y se accedía a los departamentos a través de un
zo que este tipo de conjuntos pabellonales fa, 1948), o la unidad de habitación en la Isla palier. Corresponden a este tipo los pabellones
recibiera fuertes críticas a partir de 1960. Maciel (W. Acosta, 1960) (v. Vivienda de interés so- de los conjuntos Los Andes y Rawson. Los la-
cial). Sin embargo, en tanto tipo intermedio, es- dos de mayor dimensión de los departamen-
Altura. La altura más conveniente para lograr tos edificios no proporcionaban ni las ventajas tos eran los que armaban las fachadas de los
un aprovechamiento óptimo de las construc- del habitar individual que se observaba en las edificios, que resultaban así de poca longitud.
ciones fue otro tema central de debate. Se ob- casas bajas, ni las de la concentración vertical El mismo esquema podía aplicarse en cuatro
servaban 3 tipos: casas bajas, medias y altas. que proponían las altas, y tendían a la frag- departamentos por piso, por lo que resultaba
Con respecto a las primeras (una a tres plan- mentación del espacio libre, ya que no exigían más económico aunque no aseguraba las mis-
tas), se trata más que de casas colectivas, de vi- grandes distancias entre bloques. mas condiciones de orientación para todas las
viendas individuales agrupadas en hilera; el Las casas altas (8 a 12 pisos) implicaban un unidades. Tal es el caso de los pabellones “Acoy-
pabellón resulta de la agregación de unida- mayor costo de construcción, pero liberaban te y Ambrosetti” (Dirección de la Vivienda,
des con accesos independientes y no plantea un mayor porcentaje de suelo, permitían la in- MCBA, 1948).
los problemas del habitar colectivo, aunque el troducción de la planta baja libre y la incor- Este esquema también podía ser adopta-
resultado formal sea el de un prisma exento. poración de plantas de equipamiento. Ejem- do como unidad base y componer unidades
Como ejemplos pueden citarse algunos tipos plos de este tipo fueron la “vivienda mínima mayores por adición: tal es el caso de las casas
de los propuestos por Prebisch y Vautier en su para Buenos Aires” (Acosta, 1934), los “su- colectivas que M. y A. Civit (v.) construyeron en
“Ciudad Azucarera” (1925) y los pabellones del perbloques” proyectados por el Estudio para el Mendoza (1937) o del conjunto “17 de Octu-
Barrio Alvear de la Comisión Nacional de Ca- Plan de Buenos Aires en el Bajo Belgrano, los bre” (Barrio Graffa). Las ventajas de este tipo
sas Baratas (v.) (1939). Las casas colectivas tipo monobloques del Banco Hipotecario (“Simón consistían en que los departamentos ofrecían
Helios (1934), de W. Acosta (v.), constituye- Bolívar”, “17 de Octubre”) y el conjunto pro- dos frentes y por lo tanto muy buenas condi-
ron una excepción, ya que planteaban accesos
comunes (circulación horizontal), a viviendas
de dos plantas, sobre una planta baja libre.
Acosta ensayaba una urbanización basada en
tal tipo en su proyecto para el Bajo Belgrano,
donde sustituía el amanzanamiento tradicio-
nal por un conjunto pabellonal de casas He-
lios. Oponía así la nueva “edificación lineal”,
“trazado racional, económico y salubre”, a la
tradicional “edificación marginal” (ocupación
tradicional de la manzana). En el campo in- u AXONOMÉTRICA DE UN PABELLÓN DEL BARRIO LOS PERALES, EN MATADEROS, BUENOS AIRES.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 25


u EN LOS MONOBLOCKS PROYECTADOS POR HILARIO ZALBA EN AVELLANEDA, PCIA. DE BS. AS., LA PLANTA BAJA SE RESERVA PARA ACCESOS Y SERVICIOS.

ciones de iluminación y ventilación, a la vez ejemplos de reconstrucciones de ciudades eu- viviendas y locales comerciales, aunque tam-
que se reducían las superficies de uso común. ropeas. Una consecuencia del proceso de crí- bién proyectó algunos teatros y sedes sociales.
Pero exigían un número muy alto de circula- tica en el debate internacional fue la formación Estas obras son en general de carácter ecléc-
ciones verticales (v.) en relación con el núme- del Team X y la disolución en 1959 de los CIAM tico. Entre ellas puede destacarse la casa en
ro de departamentos, por lo tanto se adapta- (v.). El pabellón exento fue considerado símbolo Thompson 374, demostrativa de un crecido nú-
ban solamente a conjuntos de altura media, de un tipo de urbanismo poco sensible a los mero de realizaciones de viviendas unifami-
que no exigieran ascensores. valores urbanos de la vivienda y de la arqui- liares que proyectó en la ciudad.
La presencia de una circulación horizontal tectura. Esto no significó una renuncia a la ar-
(v.) permitía, en cambio, reducir las circulacio- quitectura residencial de alta densidad, pero Bibliografía: G. Viñuales y J. M. Zingoni: Patrimonio
nes verticales a uno o dos núcleos por piso. Tal transformó los criterios de utilización de los urbano y arquitectónico de Bahía Blanca. Bahía
es el caso de los pabellones proyectados por pabellones. En los conjuntos habitacionales de Blanca: IAIHAU, 1990.
Stock (v.) y Olezza (v.) para un barrio parque los años sesenta comenzaron a combinarse dis-
(1932) y del pabellón de Bereterbide y Acosta tintas tipologías (altas, bajas, medias), y los pa-
para El Hogar Obrero (v. Cooperativa El Hogar Obre- bellones se articularon entre sí, buscando la PAGANO, ADALBERTO TORCUATO. San Miguel
ro) (Rivadavia y Riglos), ambos ligeramente cur- conformación de ámbitos abiertos con calidad del Monte, Prov. de Buenos Aires, 1894 - Ba-
vados para mejorar las condiciones de asolea- espacial y usos concretos que superaran la idea hía Blanca, 1960. Ingeniero. Autor de obras
miento. El conjunto Los Perales emplea una genérica de parque desarrollado entre bloques. de carácter ecléctico en Bahía Blanca y su zo-
circulación semicubierta, un tema ya ensayado En la Argentina, productos de ese debate pue- na de influencia.
anteriormente. den considerarse conjuntos como Villa Luga-
Un caso particular lo constituyen los su- no o las investigaciones desarrolladas en los Graduado de ingeniero en la UBA en 1915,
perbloques, pabellones altos desarrollados se- PEVE (v.) y otros planes de las décadas del se- fundó en Bahía Blanca una empresa de cons-
gún las sugerencias de Le Corbusier en sus senta y del setenta. A. B. trucciones. Realizó numerosas obras, entre las
unités d’habitation. Un ejemplo es el mono- que pueden destacarse los edificios e instala-
bloque Río de la Plata proyectado por Eduardo Bibliografía: W. Acosta. Vivienda y ciudad. Bs. As.: I. ciones de las usinas eléctricas de Pigüé y Co-
Catalano (v.) para la Urbanización del Bajo Bel- Aresti, 1934; A. Ballent. “La casa colectiva en las pro- ronel Dorrego, el edificio para la central tele-
grano (1948). Retomaba centralmente dos ide- puestas de reforma social 1880-1940”. En mímeo, 1985; fónica de Tres Arroyos y numerosos silos en
as de Le Corbusier: la calle interna y su forma AA,VV. Historia argentina de la vivienda de interés toda la zona. Su actividad no se limitó a la em-
de acceso a las unidades, y los departamentos social. Período 1916-43; Arquitectura y Comunidad presa constructora: abrió un estudio y pro-
en dúplex (v.), aunque modificaba tanto la dis- Nacional; AA.VV. Historia argentina de la vivienda yectó en la ciudad gran cantidad de obras de
posición interna de los departamentos como de interés social. Período 1943-55 (I). Arquitectura carácter ecléctico. Fue autor del edificio del Dia-
las proporciones del conjunto. En el proyecto y Comunidad Nacional; J. Sorín. “La vivienda ar- rio “La Nueva Provincia”, de la sede de la So-
de Catalano, la calle interior de acceso apare- gentina en la década del 50”. En: Trama, n.° 17, 1987; ciedad Italiana, el cine Rossini, el Club Socie-
cía cada dos pisos, en un nivel de los departa- A. Ballent. Vivienda y sectores populares: las pro- dad Sportiva y su propia casa, en Mitre e H.
mentos se desarrollan los espacios públicos de puestas del Estado durante los gobiernos peronis- Yrigoyen, en estilo Art Déco. Proyectó y reali-
la vivienda y en el superior los privados. Ca- tas. Buenos Aires (1946-1955). En mímeo, 1992. zó el Banco de Tandil y el Hipódromo de esa
talano y Caminos (v.) proyectaron otro bloque ciudad. También tuvo intensa participación en
semejante, aunque de menor altura, como dor- la vida política regional. Entre 1932 y 1943 fue
mitorio para la Universidad Nacional de Tu- PAESA, BERNARDO. Zaragoza (España), 1895 gobernador de Río Negro.
cumán (1949). - Bahía Blanca, 1982. Arquitecto. Activo en
A fines de la década del cincuenta se inició Bahía Blanca en la primera mitad del siglo XX. Bibliografía: G. Viñuales y J. M. Zingoni: Patrimonio
una crítica a este tipo de habitaciones, en es- urbano y arquitectónico de Bahía Blanca. Bahía
pecial a partir de su utilización en numerosos Su actividad se centró en la realización de Blanca: IADIHAU, 1990.

26 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pab pal
PALANTI, MARIO. s/d (Italia), 1885 - Milán (Ita- ga la construcción del pabellón italiano de la precisa de su poética, lo que lo lleva a intentar
lia), 1979. (MP) Arquitecto. Uno de los prin- Exposición del Centenario de la Revolución de construir, como anticipamos, una reputación
cipales exponentes del Eclecticismo (v.) en las Mayo, comisión que MP acepta y por la que profesional, haciendo propaganda abierta de
primeras décadas del siglo XX. La compleji- se traslada inmediatamente a la Argentina. su obra y teorizando acerca de su producción.
dad y el carácter de su producción, que ex- Una vez terminado el encargo, realizado en La búsqueda del contacto con los círculos
cede la media local del período, hacen de MP conjunto con su compatriota Francisco Gia- de poder, la voluntad por incidir en la realidad
una figura importante desde el punto de vis- notti (v.), nuevas oportunidades de trabajo abren en que actuaba y el explícito propósito de pre-
ta historiográfico. Su acción no se vincula so- un intenso período de realizaciones que se pro- sentar a su obra como estilo representativo del
lamente con la práctica profesional, sino que longará por casi dos décadas. Poco después de proceso de modernización son las constantes
abarca también la reflexión teórica. su arribo, lo encontramos colaborando —otra que guían su proceder.
vez junto a Gianotti— con el estudio de Prins La producción de Palanti está signada por
Desarrolla su labor para una clientela for- (v.) y Ranzenhofer (v.), en el proyecto de la Fa- el estallido de la Primera Guerra Mundial, que
mada, sobre todo, por sus connacionales que cultad de Derecho (actual Facultad de Inge- decide su retorno temporario a la Península co-
habían hecho fortuna en la Argentina próspe- niería, sede Las Heras). Posteriormente, ins- mo voluntario en la contienda; a este retorno le
ra de principios de siglo. tala su oficina particular en Avenida de Mayo sucederá un viaje prolongado en 1924 y su vuel-
Dentro de su vasta producción, aunque so- 695 y construye, por cuenta propia, algunos ta definitiva a fines de la década de los veinte.
lo en algunos ejemplos, puede seguirse una lí- edificios privados. Los lapsos de permanencia en nuestro país que
nea de Eclecticismo modernista que, susten- En los decenios siguientes, concreta una hemos podido constatar son: 1909-1916, 1919-
tado en el ideario de C. Boito, intenta construir vasta producción desarrollada casi exclusiva- 1924, 1925-1929. Posteriormente, vuelve a Bue-
un “estilo” representativo y coherente con el mente dentro de la ciudad de Buenos Aires, nos Aires en otras dos oportunidades, aunque
proceso de modernización. Este nuevo género con la sola excepción de un importante encar- por breves períodos, sin realizar trabajos de im-
debe constituirse sobre la base de una con- go en Montevideo (Uruguay) y unos pocos pro- portancia. La obra de MP puede dividirse de
junción entre ciertas vetas de la tradición ar- yectos no construidos para Mar del Plata, Ro- acuerdo con las etapas de residencia: una pri-
quitectónica occidental (en especial la romá- sario y Santa Fe. Como otros compatriotas de mera correspondiente al período inicial (1909-
nica y la gótica), las modernas técnicas la misma generación, también de formación 1916); una segunda (1919-1929) caracterizada
constructivas y lo que el arquitecto entiende lombarda (Gianotti, Colombo, v., etc.), MP ob- por una mayor madurez en las realizaciones —
por “carácter específico” del medio local. Di- tiene la mayoría de sus encargos en el seno de en la cual materializa sus edificios mas impor-
chos elementos solo pueden ser sintetizados la numerosa y próspera colectividad italiana tantes—, y finalmente una tercera, a partir de
por la figura del “genio creador” que Palanti radicada en Buenos Aires. Pero, a diferencia su retorno definitivo a Italia.
asume como razón fundante de su poética. Po- de ellos, trabaja para los estratos más altos de La necesidad de construir monumentos ce-
ética esta avalada por una constante acción pro- dicha colectividad y tiene una conciencia más lebratorios propios de buena parte de la bur-
pagandística, cuya premisa básica es potenciar guesía inmigrante que “hizo la América”, la
la propia trayectoria a nivel de “acción ejem- característica local de inversión diversificada
plar”. Así, el arquitecto se presenta como for- en variados rubros de la economía y el alto ren-
jador heroico de una nueva arquitectura. dimiento de la renta inmobiliaria en una me-
El comienzo de su carrera profesional se trópoli en expansión como Buenos Aires cons-
caracteriza por una serie de rápidos y fulgu- tituyen causas que explican la naturaleza y la
rantes éxitos. En 1904, a los 24 años, ingresa cantidad de obras que conforman la produc-
en la Academia de Brera para realizar estudios ción rioplatense de MP.
de pintura. Decide allí especializarse en Ar- Su poética es tal vez la más representativa
quitectura siguiendo a tal efecto cursos con Fe- de la corriente Ecléctico-modernista; por su ori-
rrari, Mentessi y Moretti. (v.). Posteriormen- ginalidad e intención teórica, se constituye co-
te, en el Politécnico de Milán, completa su mo el lógico resultado de la necesidad de cre-
formación en la escuela especial dirigida por ar un estilo nuevo utilizando material histórico.
Camilo Boito, cuyas doctrinas serían para MP De manera ambivalente, MP exalta la existen-
de gran importancia. cia de un presente distinto de las etapas his-
En la práctica habitual de esquicios de ca- tóricas anteriores y reclama para sí una nueva
rácter monumental, MP muestra una precoz forma de expresión que, sin embargo, debe na-
habilidad que lo hace famoso entre sus con- cer de la tradición. Detrás de su pensamiento,
discípulos. Graduado en la Escuela de Arqui- esbozado claramente en el penúltimo de sus
tectura del Politécnico en 1909, obtiene una libros Cinque anni di architettura, están las ide-
medalla de oro en la Exposición de Bruselas por as de Boito, consideradas por el autor de ma-
sus trabajos y el Premio de la Fundación Cle- nera reiterada para explicitar con claridad y au-
ricetti, distinciones que permiten augurar una toridad los desarrollos de su producción. La
rápida introducción en el ambiente profesio- clave está, según MP, en la manera en que el
nal. Sin embargo, ese mismo año, su maestro pasado debe ser imitado: la mímesis con la his-
Moretti —un ex discípulo de Boito— le encar- toria debe ser selectiva. El repertorio de estile-
u HOTEL CASTELAR, EN LA AV. DE MAYO, DE MARIO PALANTI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 27


mas se limita al período prerrenacentista, pues más o menos convencionales, en los cuales carar la construcción de casas de renta (v.) en
es este el momento en el cual comienza la rein- el arquitecto realiza sus experiencias cons- altura. Los elementos arquitectónicos, frag-
terpretación estilística que aleja a la arquitec- tructivas iniciales. Dentro de los primeros po- mentos provenientes de diversas tradiciones,
tura de las “verdades” primigenias. Pero esta demos consignar: la catedral gótica para Bue- resultan un ensayo de composición en verti-
mímesis no es imitación sino creación, ya que nos Aires y la iglesia del Tigre, además de cal, como los pares de semicolumnas que rein-
según su particular visión, la imitación es el diversos bocetos de residencias y monumen- terpretan de modo imaginario el orden corin-
producto de aquellos que copian directamen- tos que recuerdan, por el dinamismo y la mo- tio, en los cuales se apoya una serie de arcos
te un modelo preestablecido. Lo que Palanti numentalidad, los diseños iniciales de Sant´Elia que recuerdan a las fachadas románicas, limi-
recoge de Boito es la idea de una amplísima y la impronta expresionista a la que hacíamos tados en su parte superior por una ornamen-
erudición que permite superar la imitación me- referencia. Tal vertiente parece provenir de su tación Liberty que incluye follajes serpentean-
cánica y posibilita la creación de formas esti- etapa formativa y se desarrolla a lo largo de to- tes y caracoles.
lísticas nuevas que, enraizadas en la historia, do este tiempo, como también una serie de Esta primera etapa se cierra con la decisión
pueden sintetizar presente y pasado. Su rese- búsquedas explícitas a partir de diversos pro- de Palanti de retornar a Italia con motivo del
mantización —yuxtapuesta en un mismo es- gramas que carecen de comitente o implan- estallido de la Primera Guerra Mundial y la ex-
pacio temporal— anula, en definitiva, la His- tación precisa: Iglesia Votiva (circa 1909), Vi- posición de sus trabajos en Buenos Aires (no-
toria. A diferencia de Colombo, Palanti no lla Medieval (1915), Templo Votivo de la Paz viembre de 1916). A su llegada a la Península,
aborda matrices estilísticas que lo enlazan con Universal (1916), Convento Alpino, etc. No se el arquitecto repetirá la exposición en Milán
la producción contemporánea de la capital lom- trata solo de puras invenciones formales, mu- (1917), acompañada de la edición de un libro
barda. Intenta en cambio construir una poé- chos de ellos tiene una referencia directa a mo- Prima Esposizione Personale d’Architettura nella
tica abierta a un espectro mayor de opciones delos existentes en el repertorio histórico: así República Argentina, que refleja la dualidad en-
que incorporan el carácter monumental de la el Mercado del Abasto (1913) reproduce los “ha- tre el ansia experimental expresada en una se-
metrópoli. Antigüedad y Edad Media se trans- lles” nórdicos; la catedral porteña resulta una rie de diseños ideales y una amplia gama de
forman en una cantera de elementos con los combinación de varias catedrales góticas con proyectos y realizaciones en los que todavía es
cuales obrar en una libertad solo condiciona- sus proporciones engrandecidas, etc. bien visible un convencional Eclecticismo.
da por el clima y el medio ambiente. La con- Frente a esta producción experimental, apa-
fianza en las posibilidades de un pasado rein- recen obras de carácter más convencional den- Segunda etapa. Si algo caracteriza la segun-
terpretado guía el trabajo del arquitecto, al tro del repertorio de estilos históricos de la épo- da etapa de su producción, iniciada por su
menos en su faz teórica durante su etapa ar- ca, que van del Borbónico para la Residencia retorno a Buenos Aires en 1919, es la mate-
gentina, y va in crescendo a medida que su pro- Costaguta en Uruguay 646 (1913), a los diver- rialización de aquella arquitectura que apare-
ducción madura. Una forma particular de Mo- sos chalets de un Eclecticismo pintoresquista, ce como más experimental en el periodo an-
dernismo conservador y antivanguardista, como los dos proyectados para A. Grimoldi. terior, sin que ello implique un abandono de
basada en la posibilidad excepcional del genio Otros ejemplos se ubican en un estilo más con- la realización de un importante número de
es, entonces, el resultado que Palanti intenta vencional, de fuertes inflexiones renacentistas: obras de carácter menor. Durante la década
producir a partir de su interpretación de la pré- el Grand Hôtel en Pueyrredón y B. Mitre (1915), del veinte, Palanti encuentra la posibilidad de
dica de Boito. El producto es una arquitectu- el Hôtel de Rodríguez Peña 1650 (1912), la am- desarrollar una poética monumental con la
ra que incorpora una grandiosidad y un dina- pliación del Banco de la Provincia de Buenos construcción de ejemplos como los Palacios
mismo piranesianos, privilegiando la creación Aires (1931), el cine Presidente Roca en Av. Ri- Salvo y Barolo. Se trata de dos edificios con-
objetual en desmedro de la regularidad urba- vadavia 3736 (1914) y la Facultad de Medicina cebidos por el arquitecto como “Columnas de
na. Esta poética podría corresponderse con una de Rosario (1911). También produce obras de Hércules” del Río de la Plata por su ubicación
serie de búsquedas de matriz ecléctica que en- un Eclecticismo fastuoso como la Villa Vase- como hitos urbanos, monumentos excepcio-
vuelve también al Expresionismo centroeuro- na (1913), en la cual son ya distinguibles des- nales de Montevideo y Buenos Aires, que com-
peo y a ciertas arquitecturas relacionadas con arrollos estilísticos particulares, sobre todo en piten entre sí por lograr la mayor altura, pero
el esoterismo de principios de siglo XX, hipó- los espacios internos de los “halles” y salones. a la vez intentan dialogar como “faros” a es-
tesis que ha sido sostenida en un reciente ar- En ellos la fantasía barroca y el gigantismo cala territorial. Su creación refleja el impacto
tículo por C. Hilguer. de sus dibujos teóricos parecen materializar- de las modalidades locales, la escala america-
se por primera vez. En algunas pocas obras de na y los programas metropolitanos que poco
Primera etapa. El inicio de la actividad de Pa- este primer período, podemos notar los inicios tienen que ver con el período formativo italia-
lanti en Buenos Aires está marcado por la erec- de una experimentación formal que encontra- no, pero que encuentran campo de desarrollo
ción del Pabellón Italiano en la Exposición del rá amplio eco en las realizaciones posteriores. para la experimentación de formas devenidas
Centenario. No sabemos si su trabajo se li- Son estas: las casas de renta de Av. Rivadavia del Eclecticismo modernista.
mitó solo a una dirección técnica del proyec- 1916 y 2625 (1914), en las cuales el Eclecticis- El Barolo es el primero de los ejemplos, y
to de su maestro Gaetano Moretti, pero esta ta- mo se aleja de las formas más convencionales tal vez el que mejor expresa la poética des-
rea profesional le posibilitó el acceso a una serie y comienza a generar una selección de estile- arrollada por MP. Varias condiciones se unen
de encargos en el ámbito local, que pronto se mas más personalizados, coherentes con las para definir su excepcionalidad. Se trata no so-
transformaron en una intensa actividad. La aspiraciones proyectuales del arquitecto, sobre lo de una gran operación inmobiliaria de pisos
obra de esta etapa se caracteriza por las solu- todo en la obra de Av. Rivadavia 2625, que de oficina sobre la avenida más importante de
ciones utópicas o ideales y por los proyectos ejemplifica su novedosa actitud a la hora de en- la metrópoli, sino también del manifiesto au-

28 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Edificio Barolo pal pal

u M. PALANTI ENCUENTRA EN EL EDIFICIO BAROLO LA OPORTUNIDAD DE DESARROLLAR UNA POÉTICA MONUMENTAL, Y UNA ALTERNATIVA LATINA AL PROGRAMA DEL RASCACIELOS MODERNO.

u LOS ELEMENTOS ESTILÍS- u AL INAUGURARSE, EN EL


TICOS EXTRAÍDOS DE LA AÑO 1923, EL BAROLO ERA
HISTORIA (COMO LOS AR- EL EDIFICIO MÁS ALTO DE
COS OJIVALES, LAS ARQUE- BUENOS AIRES.
RÍAS ROMÁNICAS Y LAS
NERVADURAS VERTICALES) u EL PASAJE DE LA PLANTA
SE COMBINAN CON LA UTILI- BAJA, QUE CONECTA LA
ZACIÓN DE ELEMENTOS MO- AVENIDA DE MAYO CON LA
DERNOS: ESTRUCTURA DE CALLE H. YRIGOYEN, SE OR-
HORMIGÓN, BOW-WINDOWS GANIZA COMO LA NAVE DE
Y PLANTA TIPO DE OFICINAS. UNA BASÍLICA MEDIEVAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 29


tocelebratorio de un inmigrante como Luis Ba- tiendo de una fachada más convencional, re-
rolo, que ha hecho fortuna en la próspera Ar- produce en su cubierta la pista de pruebas de
gentina de fin del siglo XIX y quiere perpetuar la Fábrica Fíat de Lingotto, Turín (1919-1923)
su memoria con la construcción de este edifi- e intentaba asimilar un esquema moderno a
cio monumental. La obra obtiene, por única una matriz morfológica de raíz ecléctica. Com-
vez, la excepción de las reglamentaciones par- parándolo con un programa tan innovador co-
ticulares de la avenida, lo que permite una al- mo el Barolo, el resultado es en este caso equí-
tura que supera la de cualquier otro edificio de voco. El dinamismo del espacio recintado, que
la época, en una rápida carrera por lograr un culmina en la rampa, se contradice con una fa-
émulo local del rascacielos, síntesis del ima- chada que apela a una caracterización usual
ginario del progreso (v. Rascacielos). La mole re- dentro de los cánones del Clasicismo. La rue-
sultante tendría todas las condicionantes que da del automóvil, la decoración Floreale, las an-
el mismo Palanti exigía en su predica teórica. tiparras del piloto y los fasci romanos se alter-
En un artículo de 1924, Alcune considerazioni nan en una síntesis imposible entre vanguardia,
sulla architettura della edilizia, el arquitecto re- técnica y tradición.
clama un cambio en la reglamentación urba- A pesar de estos productos originales y de
na porteña que posibilite la poética de la ex- experiencias que quedan a mitad de camino,
cepcionalidad: variación de las dimensiones de un Eclecticismo más formal continúa siendo
los lotes, eliminación del parcelamiento tradi- en esta etapa el estilo que articula la mayoría
cional en pequeñas unidades rectangulares, de sus obras. El Banco Francés e Italiano, el
anulación de las restricciones a la altura. El Ba- edificio Comercial de Alsina y San José (1921),
rolo quiere ser una manifestación que aúne la el Hotel Castelar (1928), de Avenida de Mayo
producción concreta con sus ideas teóricas, ex- 1148, algunas obras para instituciones católi-
presadas en variados y numerosos bocetos. Los cas, como La Nunciatura Apostólica, el cole-
elementos estilísticos extraídos de la historia se gio Santa Rosa, etc., son claros ejemplos de
intentan conjugar aquí en una síntesis: arque- esta tendencia que parece hacer desvanecer
rías de reminiscencias románicas, arcos ojiva- las invenciones planteadas en los esquicios
les, haces que constituyen nervaduras que in- iniciales. También ofrecen esas característi-
tentan caracterizar la verticalidad de la torre, cas un importante número de residencias y
nave de basílica medieval que organiza el pa- u CASA DE RENTA EN LA AV. RIVADAVIA, BUENOS AIRES. petits-hôtels construidos en la zona norte de la
saje de planta baja, etc. Todo ello combinado ciudad. A todo esto debe sumársele una can-
con la utilización de elementos modernos: la una atalaya en esquina que se eleva –coronada tidad de proyectos no realizados, como el ca-
estructura de hormigón, a la que Palanti ima- con una cúpula–, faro que otorga al edificio una sino-teatro-hotel “Montecarlo, ciudad de Mó-
gina como posibilitadora del surgimiento de escala geográfica. Ambos ejemplos conjugan naco” y el mismo programa aplicado en Mar
una nueva decoración y no como una contra- una sumatoria de expresiones arquitectónicas: del Plata (1920-1924), o la sala de Concier-
dicción emergente de las nuevas técnicas mo- el templo, el palacio, la catedral gótica, la torre, tos Augusteum.
dernas; el uso de bow-windows, que ayudan a la que intentan aglutinarse con el programa del Frente a la dualidad que muestra la pro-
lectura del nuevo programa de arquitectura ter- rascacielos estadounidense, en una forzada sín- ducción, la voluntad de cambio permanece, sin
ciaria y el empleo de una planta tipo de ofici- tesis que se transforma en un manifiesto ar- embargo, en sus escasos escritos. En un artí-
nas, acorde con las necesidades de la circula- quitectónico irrepetible. culo contemporáneo —Ha l’era moderna una
ción vertical. Esta conjugación, a la que el propio En algunas de las casas de renta y en resi- nuova orientazione architettonica?—, de 1924,
Palanti quiere ver como la alternativa “latina” dencias particulares, MP experimenta esta se- Palanti se preocupa por la necesidad de crear
al programa del rascacielos moderno, serviría, rie de estilemas de creación personal que dan, una arquitectura que se adapte al medio cultu-
de ahora en más, para organizar los mejores por primera vez, cierta coherencia a sus bús- ral y a las condiciones ambientales de cada si-
ejemplos de su producción urbana y volvería quedas. La ya analizada casa de Av. Rivadavia tio. Pero, a diferencia de los cultores del Neo-
a reiterarse en el otro modelo de excepción: el 2625, así como la obra de Ocampo y E. Costa colonial (v.), el arquitecto italiano enuncia la
palacio Salvo de Montevideo. Dicha obra, si- (1923), muestran las variables de este ordena- necesidad de una monumentalidad que, sin
tuada en el lugar más significativo de la capital miento. En la última sobresale el uso de los ha- perder la resonancia con la historia, incorpore
uruguaya y con un programa celebrativo si- ces de semicolumnas que se habían ensayado el carácter que los nuevos programas y la ciu-
milar, que contenía hotel, oficinas y un pasaje en el Barolo, combinados con una techumbre dad requieren. Desde su punto de vista, la aten-
en planta baja, es producto de un concurso re- de tejas. En otros casos, como en la casa de ren- ción que las arquitecturas del pasado colonial
alizado en 1922, declarado en primer término ta de Santa Fe y Callao (1920), el resultado de hispánico comienzan a recibir en esos años de
desierto, pero adjudicado posteriormente a MP. la experimentación parece retrotraerse a esta- parte del sistema académico no pueden servir
Precedido por su fama de proyectista del Baro- dios anteriores de su evolución proyectual. de base para la construcción de una nueva dis-
lo, el arquitecto produce un edificio de mayor Una obra notable, que acompaña a la rea- ciplina. La modestia de sus resultados las in-
altura, en el que reitera las constantes del ejem- lización de las grandes casas de renta, es la hibe como modelo para un arte urbano que de-
plo porteño: un cuerpo de base sobre la plaza y agencia de automóviles Fevre y Basset. Par- be asumir el escenario metropolitano.

30 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pal pal
Tercera etapa. De la lectura de sus escritos concurso para el palacio del Littorio en Ro- ta, en las secciones “Tapa Homenaje” y “Cam-
emerge claramente que MP veía su actuación ma (1934) y otra serie de desafortunados in- paña para la Preservación del Patrimonio Ar-
en Buenos Aires como un preludio de su re- tentos por ingresar en el círculo profesional quitectónico” de la revista summa (v.). Poste-
torno en Italia. Sus primeros libros, Prima Es- que rodeaba las altas esferas del fascismo. El riormente, debemos adjuntar la revisión en
posizione Personale d’Architettura nella Repub- drama de MP, que reviviría luego en un tras- general del fenómeno del Eclecticismo en Bue-
blica Argentina y Cinque anni di lavoro, fueron nochado Racionalismo –Architettura per tutti– nos Aires, que se encuentra en los trabajos de
editados en la Península y dirigidos a un pú- de 1947, fue, en definitiva, un drama privado. Liernur (1983), R. Fernández (1986), M. Da-
blico de esa nacionalidad. El triunfo del fas- guerre (1991). Dichos estudios muestran la
cismo en 1922, que parecía amoldarse a su na- Historia de la crítica. Como la mayoría de los complejidad del fenómeno y su particular en-
cionalismo católico, decidió seguramente su representantes del Eclecticismo en la Argen- raizamiento con la situación de transforma-
retorno a fines de la década del veinte. A ello tina, el tratamiento de la obra de Palanti ha si- ción que vive la sociedad argentina. Por otra
debemos sumar también el carácter marginal do escaso y superficial. Más allá de las men- parte, sirven de marco inicial en el cual pue-
que dentro del concierto local alcanza su ex- ciones en la bibliografía general de referencia: den situarse estudios más específicos sobre el
periencia. Alejado del Neocolonial y de cierto Peña y Martini (1967), Waisman (1978), Hun- tema, como el de la mencionada Daguerre
Clasicismo despojado, característico de la dé- ter y Solsona (1990), y la más ajustada versión (1995) acerca de las relaciones entre profe-
cada del veinte, encerrado en la prisión de su del trabajo de Ortiz, Gutierrez, de Paula y Mon- sionales y comitentes en el área lombarda, cu-
poética, MP resulta a los ojos del campo cul- tero (1968), no existían hasta hace relativa- yo objetivo central es señalar la complejidad
tural porteño el hacedor de una producción ca- mente poco tiempo estudios en profundidad dialéctica de ida y vuelta que pone en cuestión
da vez más exótica. En ese sentido es sor- sobre su producción. Pese a la importancia de las ideas tradicionales acerca de la relación en-
prendente que en el momento de sus mayores su obra, la ausencia de tratamiento puede ex- tre centro y periferia; el artículo de Hilguer
logros edilicios, las revistas especializadas no plicarse, en principio, del mismo modo que (1993) sobre el edificio Barolo –al cual hemos
publiquen o comenten su trabajo, sino en for- ocurrió con otros autores, por el rechazo de la hecho referencia– y, finalmente, el erudito y
ma negativa. Problemas de relación personal, historiografía moderna a toda forma de Eclec- cuidadoso estudio de O. Iolita (1995) quien,
pero sobre todo una búsqueda artística contra ticismo. Esta visión negativa y militante cons- analizando fuentes locales e italianas, cons-
corriente, marcan el principio del fin del ciclo truyó juicios descalificadores sobre el arqui- truye una periodización definitiva que permite
rioplatense de Palanti y su retorno definitivo tecto italiano, sin intentar comprender los comprender las complejas vicisitudes que ro-
a Italia. Este había sido largamente preparado parámetros en que su poética fue concebida. dearon la amplia y contrastante producción
por su viaje de 1924 y la exposición de un pro- En los últimos años se han realizado los pri- del arquitecto. F. A.
yecto que debía ser la culminación de sus in- meros intentos para la consideración histo-
vestigaciones formales: la mole Littoria, gi- riográfica de su producción. En concordancia Bibliografía: M. Palanti. Prima Esposizione Persona-
gantesco rascacielos de gran basamento que con una nueva mirada preservacionista, se ex- le d’Architettura nella Repubblica Argentina. Mi-
albergaba hotel, centro de convenciones, igle- plica su inclusión, durante la década del ochen- lano: Rizzoli & Pizzio, 1917; Íd. Cinque Anni di La-
sia etc., aparecía como la culminación lógica voro. Milano: Bestetti & Tumminelli, 1924; Íd. La
de sus búsquedas. Después de las experien- Mole Littoria. Milano, 1924; Architettura per tut-
cias de los edificios símbolo de Buenos Aires ti. Milano, 1947; J. X. Martini y J. M. Peña. La orna-
y Montevideo, Roma podía tener su obra re- mentación en la arquitectura de Buenos Aires 1900-
presentativa de un estilo nuevo. Conforman- 1940. Bs. As.: IAA, 1967; F. Ortiz, R. Gutiérrez, A.
do una trilogía con San Pedro –símbolo del ca- Levaggi, J. C. Montero, A. S. J. de Paula. La arqui-
tolicismo– y el monumento a Vittorio tectura del liberalismo en la Argentina. Bs. As.: Edi-
Emannuele –emblema del “Risorgimento”–, torial Sudamericana, 1968; M. Waisman (cord.). Do-
la mole Littoria debía ser la imagen material cumentos para una historia de la arquitectura
del fascismo, leit motiv cultural de una arqui- Argentina. Bs. As.: Ed. Summa, 1984; J. Cacciatore.
tectura producto de la Modernidad reacciona- “Mario Palanti”. En: Sección “tapa homenaje” de Re-
ria. Dicha arquitectura, sin alejarse de la tra- vista summa, n.° 210, marzo de 1985; J. Goldemberg
dición histórica, reinterpretaba sus elementos (comp.). Eclecticismo y Modernidad en Buenos Ai-
para adaptarlos a las nuevas tecnologías de ser- res. Bs. As.: FAU-UBA, 1985; J. Cacciatore. “Edifi-
vicios, al hormigón armado y a los programas cio Barolo, Buenos Aires”. En: Sección “Patrimo-
institucionales masivos. Expuesto en Roma, a nio” de Revista summa, n.° 261, mayo de 1989; J.
pesar de la aprobación del mismo Mussolini Solsona y C. Hunter. La Avenida de Mayo, un pro-
y del aparente entusiasmo de la jerarquía fas- yecto inconcluso. Bs. As.: FAU-UBA, 1990; Carlos
cista, el edificio no pudo superar la faz de pro- Hilguer. “Monumento al genio latino”. En: summa,
yecto. La idea generada a partir de su expe- n.° 3, octubre-noviembre de 1993. O. Iolita. “Da Boi-
riencia en América, de construir con capital to a Palanti. Ricerca di identitá nelle architettu-
privado estos grandes programas, no encon- re di Buenos Aires e necessitá della loro conser-
tró eco en Italia. Por otra parte, su teoría re- vazione”. En: Metamorfosi, n.° 25-26, Roma, 1995; M.
sultaba ya anacrónica en la década del treinta. Daguerre. “Milano- Buenos Aires: la perdita del
Al fracaso de la mole Littoria, se sumaría el del u PROYECTO UTÓPICO DE TEMPLO VOTIVO, DE M. PALANTI. centro”. En: Metamorfosi, n.° 25-26. Roma, 1995.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 31


PANDO, HORACIO. Buenos Aires, 1926. Ar-
quitecto y docente.

Se graduó en la FAU-UBA en 1953. Des-


arrolló una extensa carrera de funcionario pú-
blico, habiéndose desempeñado como jefe del
Grupo de Desarrollo de la DINAE (Dirección
Nacional de Arquitectura Educacional (v. Es-
cuela)) durante la década de 1960; como mi-
nistro de Asuntos Sociales de la Provincia de
Río Negro (1962-1963) y como secretario de
Obras Públicas de la Municipalidad de Gene-
ral San Martín, Provincia de Buenos Aires
(1973-1975). Se especializó en los temas de ar-
quitectura educacional y deportiva, sobre los
que publicó diversos artículos y libros. Fue pro-
fesor titular de las universidades nacionales de
Buenos Aires, La Plata y Cuyo, y en la FAU-
UBA alcanzó la jerarquía de vicedecano (1965)
y de decano en 1966. Retomó la docencia en
la década de 1980, en el período democráti- u DESARROLLO URBANO DE LA CIUDAD DE PARANÁ, A MEDIADOS DEL SIGLO XX.
co. Un aspecto de gran importancia en su ca-
rrera lo constituyen sus investigaciones que, dujo por la estratégica ubicación del caserío en joramiento edilicio y la concreción de obras pú-
radicadas en el IAA, se orientaron hacia la his- lo alto de la barranca junto al Río Paraná. blicas largamente reclamadas por los vecinos.
toria de Buenos Aires, enfocada desde los avan- Su proceso de urbanización fue lento por- Al promediar el siglo pasado, y ya gober-
ces de la tecnología. Tuvo una extensa labor que primaron cuestiones de seguridad y juris- nada Entre Ríos por el Gral. Urquiza, Para-
gremial (fue asesor y jurado de concursos na- diccionales. La fundación de Santa Fe tomaba ná, en su condición de ciudad capital provin-
cionales para la FASA y la SCA, y presidente “20 leguas al este”, creando una dependencia cial, exhibió un conjunto de avances en
de esta institución entre 1970 y 1974 (v. SCA)). resistida desde los orígenes por el “Pago de la educación, asistencia médica, industria, co-
Desarrolló también la profesión privada, en la otra Banda del Paraná”. mercio, inmigración (colonias), correos, cen-
que se destacan su propia casa en el barrio de La creación de la parroquia en 1730, y lue- sos, etc. Esto resulta relevante en relación al
Vicente López, Prov. de Buenos Aires, y la re- go la construcción de un nuevo templo junto período histórico que se avecina: la evolución
modelación de una vivienda en el centro de Co- al existente frente a la Plaza Mayor, denotan de una ciudad que por los hechos derivados del
lonia, Uruguay, pionera en el desarrollo turís- que la “Villa” se fue estructurando en torno de “Pronunciamiento” alcanzaría el grado de Ca-
tico de la vieja ciudad portuguesa. esta, y que a partir de allí se perfiló un centro pital de la Confederación en 1854.
que iría ocupando una planicie alta rodeada de Cuando esto ocurrió, debieron edificarse
zanjones y arroyos. Se desconocen los motivos las sedes de la flamante administración del Es-
PARANÁ. Ciudad capital de la Provincia de En- por los cuales el poblado no se gestó siguien- tado, y por ende, el conjunto urbano se vio fa-
tre Ríos, situada a orillas del río del cual pro- do la evolución del antiguo embarcadero (ac- vorecido por obras y adelantos hasta enton-
cede su nombre. Tiene una altitud de 71,44 tual Puerto Viejo) y las razones que existieron ces desconocidos. Casa de Gobierno, Cámara
m respecto del mareógrafo del Riachuelo y, para realizarlo a la distancia en que se hizo.
según el censo de 2001, una población de Hacia fines del s. XVIII y principios del
247.587 habitantes, incluyendo las localida- XIX, las estancias con frente al Paraná, las in-
des vecinas. Se halla al NO de la Capital Fe- dustrias caleras y la explotación de bosques,
deral, a una distancia de 600 km. que era la principal riqueza del poblado, van a
verse incrementadas por los comercios e in-
Sus orígenes se remontan a mediados del dustrias instaladas por inmigrantes vascos y
siglo XVIII, en coincidencia con el traslado de catalanes. La población, que en 1760 supera
Santa Fe a su actual emplazamiento, desde las 600 almas, registra 4292 habitantes en el
donde sus pobladores partieron para ocupar censo de 1820, al tiempo que las setenta casas
la costa entrerriana. Las tierras, que original- “divisadas” por Félix de Azara a principios de
mente pertenecían a Juan de Garay, pasaron 1784 pasan a ser 781.
luego a sus herederos y posteriormente a la A pesar de sus progresos, la “Villa del Pa-
Compañía de Jesús. raná” va a conseguir recién su rango de ciudad
Para entonces el poblado era un modesto por una gestión del diputado Justo José de Ur-
embarcadero denominado La Bajada, cuya sub- quiza en 1826, durante la gobernación de Vi-
sistencia frente a la hostilidad indígena se pro- cente Zapata. Este cambio representó un me- u LA CATEDRAL DE PARANÁ, CONSTRUIDA EN 1883.

32 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pan par
tre Ríos) con Zárate (Buenos Aires) y el Túnel
Subfluvial lo hace entre Paraná y Santa Fe –to-
dos construidos en los años setenta–, consti-
tuyen la vinculación de la Provincia de Entre
Ríos y de la Mesopotamia con el resto del pa-
ís y la región. Son estas obras justamente las
que aceleran el proceso de integración y hacen
que la etapa siguiente, de nueva industrializa-
ción y expansión urbana, terminen por definir
la ciudad actual. C. M. R.

PARCHAPPE, NARCISO. Epinal (Francia), s/d -


s/d. Ingeniero militar, agrimensor. Activo en
la ciudad de Buenos Aires y su campaña en
la década de 1820.

Graduado en la Escuela Politécnica de Pa-


rís, participó como oficial ingeniero en las gue-
rras napoleónicas. La derrota del emperador lo
u VISTA ACTUAL DE LA CIUDAD DE PARANÁ, DESDE EL RÍO DEL CUAL PROCEDE SU NOMBRE. obligó a exilarse y, en 1818, se radicó en Bue-
nos Aires. Habiendo sido acusado de participar
de Senadores y Diputados, Residencia del Gral. (1904). Ello trajo aparejado un sinnúmero de en la denominada “Conjuración de los france-
Urquiza, Teatro, Mercado, obras de alumbra- obras complementarias que incluyeron la am- ses”, debió emigrar a la Provincia de Corrien-
do, mejorado de calles, barrios nuevos, etc. hi- pliación del Parque Urquiza y la construcción tes, donde trabajó como agrimensor. En 1827,
cieron que la ciudad se convirtiera rápidamente de la Avenida Costanera (1928). Esta etapa se de regreso a la capital bonaerense, fue desig-
“en una verdadera capital del territorio”. La po- reconoce como la de la “ciudad moderna”, ya nado por el gobierno en calidad de ingeniero
blación registraba un número de 10084 ha- que muestra orgullosa los adelantos caracte- militar para realizar trabajos en la nueva fron-
bitantes en el año 1860; 8735 correspondían a rísticos de este período histórico: teléfonos au- tera. A principios de 1828 intervino en las obras
nativos y 1349 a extranjeros. tomáticos, periódicos, teatros y cines, clubes del fuerte de la laguna Cruz de Guerra (actual
Los sucesos de Pavón determinaron el ce- deportivos, transporte, electricidad, etc. 25 de Mayo) y el proyecto La Fortaleza Protec-
se del gobierno en Paraná y su paulatino aban- En los años que siguieron, la instalación de tora Argentina (Bahía Blanca) a las órdenes del
dono; no solo se trasladaron las oficinas y re- instituciones, industrias, etc. fueron determi- Teniente Coronel Estomba. Sobre estas accio-
particiones del Estado, también lo hicieron nantes en lo social y gravitantes en la estructu- nes escribió un diario, destinado a ser publica-
funcionarios, bancos, casas de comercio e im- ra física de la ciudad, especialmente la Base Aé- do en la obra del naturalista Francés A. D’ Or-
portantes capitales que operaban en ella. rea Militar (1926), con sus regimientos y bigny, que ofrece una interesante descripción
El período cosmopolita iniciado con la fe- cuarteles (1928); la creación de la Universidad acerca de la vida en la pampa bonaerense y los
deralización de la ciudad de Buenos Aires en (1920); el asentamiento de Cocerámic (1934) o modos de operar en la fundación de pueblos y
1880, devolvió a Paraná su condición de capi- de la Fábrica de Cemento Portland (1938); el la reorganización de la frontera durante la pri-
tal provincial (1883) y, como parte del “proyecto Matadero; el barrio “La Floresta” (1942), etc. El mera mitad del siglo XIX. F. A.
progresista” del gobernador Racedo, llegaron proceso de modernización creciente incluyó el
ferrocarriles, tranvías, adoquinados, aguas co- asentamiento de industrias, en un principio
rrientes, alumbrado, telégrafo. Se construye- vinculadas a la explotación agrícola ganadera, PARQUE NACIONAL. (v. Área protegida)
ron grandes edificios públicos: Casa de Go- pero que luego se extendieron a otros rubros.
bierno (1884), Municipalidad (1892), Catedral Esta primera industrialización capta población PARQUE PÚBLICO. m. Espacio urbano que co-
y Palacio Arzobispal (1883), e importantes obras del interior provincial, lo que provoca la ex- mienza a definirse en los inicios del siglo XIX
privadas que trastocaron las morfologías con- tensión de la planta urbana al punto de dupli- como producto de la transformación física de
federales existentes. El segundo censo nacio- car su superficie hacia los cincuenta. La pobla- las ciudades europeas y del desarrollo de sis-
nal (1895), dio un total de 19228 habitantes pa- ción, conforme al censo de 1947, ascendió a un temas de sociabilidad independientes del con-
ra la planta urbana. Para esa época, se inauguró total de 83.842 habitantes. trol real; es decir, como “pulmones” de una
la Plaza Urquiza, génesis del actual parque ho- La construcción de la Represa Salto Gran- ciudad en creciente congestión y como pila-
mónimo, de autoría de C. Thays (v.), obra que de –que aparte de obra hidroeléctrica repre- res constitutivos de la ciudad burguesa mo-
por su diseño y envergadura caracteriza a la senta un vínculo caminero y ferroviario con la derna, en un rol de ruptura de la vida corte-
ciudad de modo inconfundible. República Oriental del Uruguay– al igual que sana del jardín palaciego (Sennett, 1978;
El siglo XX se inaugura con una construc- los puentes sobre el Río Uruguay entre Colón- Habermas, 1981). De este modo, en su in-
ción que dotó a la ciudad de un puerto de ul- Paysandú y Puerto Unzué-Fray Bentos, al tiem- corporación como instrumento urbanístico, el
tramar moderno y seguro: el Puerto Nuevo po que otro une los puntos de Brazo Largo (En- parque público combina motivos higiénicos

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 33


característicos del proceso de expansión ur- quista de la escuela trascendentalista, o la ex- al intimista de una vida semirrural en el cot-
bana, con motivos cívicos que buscan defi- periencia de recuperación de la naturaleza que tage; en el segundo, el sistema de parques or-
nirlo como una institución igualadora de la realizan los primitivos cementerios rurales. Fre- ganiza el carácter público y representativo de
sociedad moderna, y se convierte en el ar- derick Law Olmsted, como principal exponen- la ciudad, y se apela a grandes espacios libres
gumento ideológico por excelencia de la bús- te del movimiento, recogerá en forma original enmarcados por edificios neoclasicistas. En el
queda de una vida en la ciudad más sana, todas esas influencias, pero simultáneamen- Continente europeo, por otra parte, el caso
más armoniosa y más justa (Sica, 1978). Pe- te convertirá al parque en un elemento cuali- de Francia sobresale con nitidez, ya que los
ro, asimismo, en tanto instrumento colecti- ficante de la estructura urbana, en un instru- parques fueron uno de los aspectos destacados
vo de servicio urbano, el parque público va mento para su organización funcional y formal en las reformas del prefecto Haussmann en
a cumplir un rol preciso de organización del (Central Park, Nueva York, 1857; Jackson Park, París. Los proyectos de Alphand para los bos-
fluir metropolitano, de intento de control for- Chicago, 1893). De esa experiencia provie- ques de Boulogne y de Vincennes y el parque
mal del crecimiento de la ciudad. Referente ne el concepto de “sistema de parques” co- Montsouris, difundidos en su libro Les prome-
higiénico naturalizador de la experiencia de mo distribución equitativa y planificada del ver- nades de Paris (1867), influyeron notoriamen-
los sectores populares en la ciudad; disposi- de en la ciudad, en un rol de ordenador del te en toda la evolución posterior del parque ur-
tivo de estímulo de la producción y el con- tráfico metropolitano y de la renta del suelo bano a nivel internacional. La escuela de
sumo urbanos; sistema normativo de com- (Dal Co, 1975). paisajistas franceses que de él proviene dio
portamiento colectivo; organizador funcional nombres claves para la urbanística argentina,
de la ciudad moderna: en su densa superpo- Las diversas visiones del parque público en como Charles Thays.
sición de significados, el parque público mo- Inglaterra y en los Estados Unidos se harán En el resto del Continente europeo, los par-
derno se constituye como algo radicalmente contrapuestas en los movimientos que –aun ques públicos nacen en general a mediados del
diferente de otros tipos de espacios abiertos, con prevenciones– podrían verse como conti- siglo XIX como producto de la demolición de
cívicos o recreativos, como las plazas o las nuación natural de estas primeras revaloriza- las viejas fortificaciones anulares que rodea-
alamedas. A lo largo del siglo XX, aquellos va- ciones del verde en la ciudad: el movimiento ban a la ciudad tradicional; el Ring vienés (1857)
lores que convirtieron al parque público en para las Garden Cities, de Ebenezer Howard y los parques de Colonia (1881) son caracte-
uno de los instrumentos por excelencia de (por cuya iniciativa se realizan Letchworth, de rísticos de este proceso.
la transformación de la ciudad en metrópoli Parker y Unwin en 1902, y Welwyn, de L. de Durante el siglo XX proseguirán las mis-
fueron mutando a favor de una más genérica Soissons en 1919, ambas vecinas a Londres), mas tendencias, pero a partir de la tercera dé-
definición de “espacio verde”. En primer lu- y el de las City Beautiful, de Daniel Burnham cada los parques públicos asumirán nuevos
gar, los preceptos del Modernismo arquitec- (Feria de Chicago, 1893; sistematización del significados, en los que va a primar una con-
tónico buscaron una reintroducción del verde centro de Washington, 1902; Plan de San Fran- cepción de parque como espacio de uso recre-
en la ciudad para favorecer una vinculación cisco, 1905; Plan de Chicago, 1909). En el pri- ativo-deportivo para las masas. Las corrientes
sin mediaciones entre el habitar y la natura- mer movimiento, el verde pierde su carácter urbanísticas surgidas en la entreguerra esta-
leza, y disolvieron los valores más propiamente prioritariamente urbano y se enlaza con el ide- blecen diversos tipos de parques públicos por
cívico-públicos del parque. Hacia finales del
siglo XX los viejos parques finiseculares son
reivindicados en su función pública, pero en
la mayor variedad de tipologías de parque que
se realizan (parques costeros, parques linea-
les, parques deportivos, parques memoriales,
etc.), el equilibrio de actividades cívico-higié-
nico-recreativas, que caracterizaron al parque
finisecular, fue reemplazado por una cierta
especialización. Los primeros parques públi-
cos se formaron en Inglaterra (St. James Park,
Londres, 1828; Victoria Park, Manchester,
1830) como iniciativas privadas de valoriza-
ción de la tierra suburbana; pero en 1844 se
define el movimiento de los horticulturistas,
liderado por Joseph Paxton, quien en su pro-
puesta para el Birkenhead Park, en Liverpo-
ol, ya anticipa todos los componentes del par-
que público moderno, incluido el modo de
gestión. La influencia de los horticulturistas
ingleses será notoria en los Estados Unidos,
aunque el Park Movement que allí se desarrolla
reconoce también sus troncos nutrientes en
antecedentes locales, como el agrarismo anar- u AL CREARSE EL PARQUE SAN MARTÍN, EN MENDOZA, SUS DIMENSIONES IGUALABAN A LAS DE LA PLANTA URBANA.

34 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


par par
escala según los sectores urbanos, y los rela- el Plan combinado de Educación común, sil-
cionan con otros servicios como la educación vicultura e industria pastoril, en el que defi-
o la salud a partir de fijación de estándares. La ne con precisión la Quinta Normal, con sus es-
preeminencia dada a la actividad física y la ex- cuelas de maestros, hospicios, jardines de
tensión de los deportes de masas convertirán aclimatación, quintas de experimentación agro-
a los parques públicos en espacios esencial- nómica, bibliotecas populares, establos mo-
mente de uso, más que de representación y en- delos, postas y administración de vacunas, etc.,
cuentro social, tal cual primaba en el parque etc., como un instrumento básico para la mo-
finisecular. Pero la cada vez mayor conciencia dernización integral del Estado de Buenos Ai-
sobre la necesidad de grandes parques metro- res. Esta es la base de la propuesta para Pa-
politanos y, más en general, de grandes ex- lermo, las tierras en las que Juan Manuel de
tensiones verdes en la ciudad, a medida que Rosas había establecido su Caserón como cen-
u
avanza el siglo XX enfrenta el obstáculo de la ESTANCIA SAN JUAN, ACTUAL PARQUE PEREYRA IRAOLA. tro de un vasto enclave productivo desde don-
mayor consolidación y congestión de las ciu- de ejerció su gobierno. La densidad política de
dades, a lo que responden teorías urbanísticas ro, impulsado y emprendido personalmente la propuesta sarmientina de Quinta Normal
que proponen la instalación de grandes par- por el entonces presidente Domingo Faustino adquiere en ese sitio su más alto voltaje; Pa-
ques en la periferia de la ciudad, directamen- Sarmiento, cuya construcción se sancionó por lermo es concebido como una operación de re-
te relacionados con el servicio de transporte Ley Nacional en 1874. emplazo simbólico: sobre la barbarie de las for-
metropolitano (por ejemplo, ver la experiencia Sarmiento había sido influenciado por sus mas políticas del pasado, la civilización del
de Ernst May en Frankfurt). Pero por sobre to- viajes a los Estados Unidos, donde conoció en parque. La propuesta original de Palermo fue
das estas cosas, para el llamado Movimiento forma directa la experiencia que estaba reali- acertadamente definida como un “laborato-
Moderno, el verde público, más en su catego- zando el movimiento reformista desde la lu- rio técnico” (Pschepiurca, 1983), ya que el pro-
ría de “naturaleza recuperada” que en su cali- cha por la instalación de cementerios verdes grama del concurso que se confecciona en 1874
dad de espacio público, se constituyó en el pun- suburbanos (ver en los Viajes su descripción (aunque desde 1870 Sarmiento le había hecho
to central de la contestación al hacinamiento y de la visita al cementerio de Greenwood en comenzar los trabajos al ingeniero militar po-
la disfuncionalidad de la ciudad tradicional. 1847) hasta la construcción y administración laco Jordan Wyzocky) prioriza la construcción
Recién en las décadas de 1970 y de 1980, co- del Central Park en Nueva York (durante su de instalaciones vinculadas a los jardines de
mo parte de la crítica a los postulados moder- estadía como Ministro Plenipotenciario en la propagación y a la difusión de la agricultura y
nistas sobre la ciudad y la recuperación de al- década de 1860). Si bien conocía también en la ganadería en términos “científicos”: esta-
gunos valores de la ciudad decimonónica, como forma detallada la obra de los paisajistas fran- blos, tambos, prados para pastoreo, viveros, in-
el espacio público, los parques clásicos son re- ceses, puede decirse que su iniciativa para Pa- vernáculos, espacios para las exposiciones agrí-
valorizados en su compleja combinación de lermo se nutrió principalmente de aquella ver- colas, etc. El parque como difusor de formas
significados urbanos, sociales y culturales. tiente anglosajona. Sin embargo, lo que modernas del trabajo rural, más que como dis-
Se inicia entonces una serie de iniciativas, co- Sarmiento imagina desde la década de 1850, positivo urbano.
mo el parque de la Villette en París, que al mis- todavía en su exilio chileno, es un dispositivo De este modo, Sarmiento inicia una tradi-
mo tiempo que vuelven a colocar el parque pú- completamente original: el rol experimental y ción que anclará fuertemente en el desarrollo
blico en el centro del debate urbanístico, van a propagandista que en el norte tuvieron los ce- de los parques urbanos en la Argentina: a di-
probar las dificultades de aquella revaloriza- menterios, su función de puesta a punto de ferencia de la tradición norteamericana, en la
ción en términos proyectuales. una serie de instrumentos técnicos e ideoló- que el parque funciona como instrumento ide-
gicos en la búsqueda de una renovación de las ológico de recuperación de la naturaleza para
ORIGEN Y EXPANSIÓN DEL PARQUE relaciones entre ciudad y territorio, aquí será el corazón de la ciudad y como instrumento
PÚBLICO EN LA ARGENTINA. cumplido por una institución que vincula las económico de valorización de la renta urbana,
Si bien durante la época rivadaviana (1821- principales obsesiones de Sarmiento en un úni- aquí se tratará en general de obras excéntricas,
1827) ya se había creado la Escuela de Agri- co dispositivo territorial: la Quinta Normal. propuestas una y otra vez como dispositivos
cultura y un Jardín de Aclimatación, junto al (Gorelik, 1998). La Quinta Normal es un ar- “civilizatorios” del suburbio, en el que se iden-
cargo de Jardinero Botánico de las Provincias tefacto educativo, social y productivo, una es- tificarán indistintamente la naturaleza y el pa-
Unidas (creaciones inspiradas por el naturalis- pecie de semillero en el que podrían crecer y sado bárbaros; pero, a su vez, esas propues-
mo francés, que en Europa acompañaron la fortalecerse, protegidas por el Estado pero cul- tas tendrán la capacidad de orientar las
transformación de los jardines palaciegos en tivadas por el asociacionismo civil, todas las tendencias de crecimiento de las ciudades. El
parques públicos); y si bien durante los años virtudes necesarias para producir el monu- programa, en verdad, estaba mucho más di-
del Estado de Buenos Aires Prilidiano Puey- mental traspaso de una sociedad tradicional versificado, aunque siempre apuntando a los
rredón va a llevar adelante una serie de refor- a otra moderna. Sarmiento asiste a la creación valores del cambio social. En primer lugar, el
mas modernizadoras en las plazas de la ciudad, de una Quinta Normal en Santiago de Chile; parque es reivindicado como el lugar por exce-
va a ser recién en la década de 1870 cuando la incentiva por correspondencia al ministro de lencia de la igualación social: “Sólo en un vas-
idea del parque público haga su ingreso, a tra- gobierno mendocino para la creación de otra to, artístico y accesible parque, el pueblo será
vés de una propuesta de alto voltaje político y en Mendoza, enviándole desde Chile a un agró- pueblo; sólo aquí no habrá extranjeros ni na-
urbano: el proyecto para el Parque 3 de Febre- nomo francés para su cuidado; y en 1855 edita cionales ni plebeyos”, dice Sarmiento en la in-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 35


Sarmiento y del Libertador, la calle Ugarteche
y el Río de la Plata, espacio al que se le deben
sumar los predios del Jardín Zoológico y de la
Sociedad Rural (ambos parte sustantiva del pro-
yecto educativo y asociativo originario de Sar-
miento). El antiguo Caserón de Rosas, ubica-
do en el ángulo de las actuales avenidas
Sarmiento y del Libertador, fue convertido en
Colegio Militar (sería demolido recién en 1902),
y sus cadetes trabajaron en el levantamiento
de los planos del parque. Sobre esta base ini-
cial se les adosarían con el tiempo diversas sec-
ciones hasta completar las aproximadamente
550 hectáreas que posee en la actualidad. En
1888 el parque es cedido por el Gobierno Na-
cional a la Municipalidad de Buenos Aires, y
en 1891 comenzará el segundo gran impulso
dado a Palermo, emprendido por Charles Thays
(v.), encargado desde ese año y hasta 1914 de la
Dirección General de Parques y Paseos, lap-
so en el que le dará al parque la fisonomía que
mayormente conserva hasta hoy. Pero entre
1880 y 1887, años de la acción del intendente
Torcuato de Alvear y de la definición de los
u EL PARQUE 3 DE FEBRERO, EN PALERMO, BUENOS AIRES, EN UNA IMAGEN DE PRINCIPIOS DE SIGLO XX. límites definitivos de la ciudad federalizada, se
sucede una serie de realizaciones en el tema
auguración de Palermo en 1875. Por otra par- primeras décadas del siglo XX, van siendo apro- de los parques públicos que comienza a inci-
te, como el lugar para introducir a la sociedad piados por las masas populares al compás de dir en la imagen de la ciudad. Este período es-
en las prácticas deportivas y, más en general, la la institucionalización del tiempo libre. De to- tá marcado por la obra al frente de la Dirección
vida sana al aire libre, aspectos que, a través de dos modos, incluso en su uso inicial, es im- de Paseos (1883-1889) de Eugenio Courtois (v.),
la identificación de la cultura anglosajona con portante notar que la noción de representación quien ha sido caracterizado como el introduc-
la modernidad, se habían generalizado en las lleva implícito, en el espacio público burgués tor sistemático de los medios expresivos del
visiones reformistas en todo el mundo. La vida del cual el parque es un ejemplo máximo, un jardín público francés en Buenos Aires (Berj-
deportiva era vista como una alternativa vital contenido ambivalente: como espacio de figu- man, 1998). A él se debe el diseño de los te-
tanto a la “vida en la calle” de los niños y jó- ración y como espacio de aparición de la polí- rrenos del Predio de la Convalecencia como un
venes de los sectores populares, como a las for- tica. Entre los primeros años de la década de “Gran Paseo del Sud”, en 1885, y la realización
mas pomposas de uso burgués del espacio pú- 1870 y finales de la de 1880, la construcción del Paseo Alvear en las adyacencias de Reco-
blico, los célebres “intercambios de sombreros” de Palermo atraviesa diversas circunstancias. leta, acortando la distancia que separaba a Pa-
en el ritual de los paseos en carroza. Aunque, En sus inicios, Sarmiento encara la realización lermo de la ciudad.
por supuesto, estos paseos encontrarán en el con un grupo de técnicos europeos, botánicos Ya estaba presente, con el diseño de un Par-
parque (ese “salón aristocrático al aire libre”, e ingenieros militares. En 1874 se realiza el que del Oeste, la idea de realizar en Buenos Ai-
como lo llamarán los observadores de la épo- concurso que ganan Adolfo Mehtfessell y Car- res un esquema similar al que se había llevado
ca) un espacio sin igual de representación. Al los Boermel, también vinculados a ese gru- adelante en el París de Alphand, proponiendo
punto de que ya hacia finales del siglo XIX las po. Pero más adelante se le confía la finaliza- un parque público en cada punto cardinal. Sin
voces reformistas (en Buenos Aires como en ción de las obras al ingeniero Dormal. embargo, durante la gestión de Alvear comienza
París, a juzgar por las Memorias de Haussmann) Complementando el impulso inicial a un con- a consolidarse la marcada tendencia preexis-
van a criticar los usos del parque, señalando cepto de parque vinculado a la experiencia nor- tente de transformación cualitativa del norte
que ha sido más exitoso en incorporarse como teamericana, todas estas obras se realizan en de la ciudad frente a un relativo estancamien-
pieza central de los rituales tradicionales de la directa relación con los tratados franceses so- to del sur tradicional, tendencia que va a defi-
alta sociedad, que en modificarla y moderni- bre el tema, como el de Alphand, de gran di- nir el tipo de crecimiento de Buenos Aires. Que
zarla. Para el imaginario reformista, los par- fusión y prestigio en la época; tratados en los el Paseo Alvear se convierta en el paseo por ex-
ques nacen “populares” y en su uso se van vol- que se combinan los trazados regulares carac- celencia de encuentro social y representación
viendo “elitistas”, aunque es fácil comprobar terísticos de la tradición racionalista gala con de la burguesía porteña, mientras que los jar-
el proceso inverso: más allá de los programas el paisajismo irregular de los jardines román- dines de la Convalecencia quedan restringidos
reformistas, los parques nacen como un espa- ticos de la tradición inglesa. a pulmones internos de un espacio de servicio
cio de representación de la alta burguesía y, en En todo este período Palermo ocupa el es- y reclusión, marginal a la vida urbana, es un
un proceso continuo que se desarrolla en las pacio comprendido entre las actuales avenidas hecho indicativo de tal tendencia. Pero, a su

36 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


par par
vez, también la propia insistencia en la im- percibidas como “focos infecciosos”; ya sea por-
portancia de un parque al sur es indicativo de que se presenta como la producción de un nue-
que los parques públicos asumirán, en el ima- vo paisaje urbano ex novo, que influirá positi- Parques en Buenos Aires
ginario público, el rol de instrumentos privi- vamente en el desarrollo de nuevos hábitos
legiados de compensación de los desequilibrios residenciales y de nuevas tipologías edilicias
sociales y urbanos. En Buenos Aires, esta ten- que no permite el centro tradicional consoli-
dencia comienza ya con la gestión de Thays, dado; ya sea porque se presenta como una nue-
en cuyos primeros años se concreta la compra va orientación en el curso del desarrollo ur-
de la Quinta de Lezama, al sur del casco de la bano. Por ejemplo, el Parque del Oeste en
ciudad sobre la barranca, para convertirla en Mendoza es trazado por Thays al pie de la mon-
parque público (1893). taña que inicia la precordillera a la salida de la
Se ha destacado reiteradamente, y con jus- ciudad, como resultado de una propuesta hi-
ticia, el importante papel de Thays durante los gienista de Coni para que la forestación mejo-
veintiún años de gestión al frente de la Direc- rara el clima y el aire de la ciudad. Se trata de
ción de Paseos de Buenos Aires (Marengo de una superficie muy grande (se inicia con más
Tapia, 1977; De Paula, 1983; Berjman, 1998) de 300 ha) que casi iguala a la de la ciudad exis-
como diseñador de la mayor parte de los par- tente para entonces. Y su realización a lo lar-
ques públicos en esa ciudad; años claves, ya go de las primeras décadas del siglo XX se con-
que en ellos se consolida casi definitivamen- virtió en un poderoso eje de atracción para el
te su sistema de parques públicos. Pero ade- desarrollo de Mendoza; cuando en los años de
más Thays proyectó y realizó los principales 1940 comienzan los trabajos de ampliación y
parques en el interior del país, habiendo ex- renovación del parque, de acuerdo con el plan
tendido su acción a países limítrofes, como realizado por el arquitecto Ramos Correas (v.),
Chile, Uruguay y Brasil. De hecho, la llegada ya está completamente integrado a la ciudad,
de Thays a la Argentina en 1889 se produjo por con el Monumento al Ejército de los Andes co-
el encargo realizado por un emprendedor pri- mo eje cívico-monumental y atractivo turísti-
vado para la realización de los jardines de su co principal. La misma relación excéntrica a la
residencia en la ciudad de Córdoba, converti- ciudad se verifica en el Parque Independencia
dos luego en el actual Parque Sarmiento. Re- de Rosario. En 1887 se realizaron los buleva-
alizó después el Parque del Oeste en Mendo- res Oroño y Pellegrini, que conforman la ron-
za (1896, luego Parque General San Martín), da ortogonal del casco urbano, materializando
el Parque Belgrano en Salta (1900), el Par- una propuesta de varios años antes que ya in-
que Urquiza de Paraná (1908), el Parque Cen- cluía la realización de una plaza de cuatro man-
tenario de Tucumán (1908) y el Parque Rodó zanas en la intersección más alejada del cen-
en Montevideo (1911), además de jardines pri- tro de la ciudad, desarrollada a orillas del río.
vados para estancias. Hubo también proyectos En 1900 se aprueba finalmente la realización
no realizados, como los de los parques nacio- de un parque mucho mayor (una figura cua-
nales Nahuel Huapi e Iguazú. Como se ve, los drangular de unas 8 manzanas de lado), en
años de finales del siglo XIX y comienzos del el ángulo externo a la ronda de circunvalación,
XX son los de la expansión y consolidación de que funcionó también como un dinamizador
esta tipología urbana en las principales ciuda- extraordinario para el crecimiento de la ciudad.
des del país: además de los parques realizados Por otra parte, también se verifica la apari-
por Thays, se realizan el Paseo del Bosque en ción de ciertas infraestructuras que muestran
La Plata (1882), el Parque Mitre en Corrientes programas técnicos para los cuales el parque
(1887), el Parque de la Independencia en Ro- es un espacio de experimentación, como los
sario (1900), el Parque Camet en Mar del Pla- canales de riego en el Parque del Oeste en Men-
ta (1903), etc. En casi todos los casos vamos a doza. Pero, más en general, el tipo de progra-
ver repetirse algunas constantes que ya apare- ma educativo-recreativo variado del parque sar-
u LA CREACIÓN DE PARQUES EN DIVERSOS BARRIOS
cían en el modelo sarmientino. Por una parte, mientino: el Parque de la Independencia en
DE BUENOS AIRES FUE UNO DE LOS PROGRAMAS
la excentricidad, que es el modo en que el po- Rosario irá dando albergue, a lo largo del tiem-
MÁS SIGNIFICATIVOS DEL URBANISMO DE LA CIU-
der público aprovecha el bajo valor de las tie- po, al Jockey Club y a otros clubes deportivos,
DAD, A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. ARRIBA: PLANTA
rras extraurbanas para realizar las grandes ex- la Sociedad Rural (la primera exposición rural
DEL PARQUE AVELLANEDA; UNA IMAGEN DEL PARQUE
propiaciones que requieren los parques. Pero, se celebra en 1902), la Escuela de Jardinería,
CHACABUCO; EL LAGO ARTIFICIAL DEL PARQUE CEN-
en general, esa excentricidad es reconvertida el Estadio Municipal, el Museo de Bellas Ar-
TENARIO; LA PLANTA ELIPSOIDAL DEL PARQUE SAA-
en valor: ya sea porque el parque se presenta tes; el Parque del Oeste, en Mendoza, a los jar-
VEDRA EN EL PLAN REGULADOR DE 1925.
como el instrumento para “civilizar” o “higie- dines zoológico y botánico, el hipódromo, el
nizar” zonas marginales del suburbio que son velódromo, los estadios deportivos; el Parque

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 37


momento en que fundamenta la necesidad de
ampliar los límites de la ciudad recién fede-
ralizada (Gorelik, 1998).
Con estos fundamentos se incorpora al pa-
trimonio público el parque privado de Saave-
dra, en 1893, y se instala el Parque Rivadavia
(hoy Florentino Ameghino) sobre el antiguo
Cementerio del Sur en 1895; y entre 1900 y
1903 se proyectan y comienzan a realizarse
el Parque Rancagua (en Chacarita), el Parque
de los Patricios, sobre los terrenos de los an-
tiguos Corrales del Sur, y el Parque Chacabu-
co, primero de los que se crearán específica-
mente como parque de ejercicios físicos,
anticipando lo que va a ser norma en la segunda
década: el pasaje del parque de espacio de re-
presentación a espacio de uso.
En estos años a caballo del cambio de si-
glo es Adolfo Bullrich (Intendente 1898-1902)
quien más explícitamente emblematiza la su-
u PARQUE 9 DE JULIO, EN SAN MIGUEL DE TUCUMÁN, DE CARLOS THAYS. SE REALIZÓ ENTRE 1908 Y 1916. ma de ideales urbanos que por entonces cir-
culaban en torno de los parques: instrumen-
9 de Julio, en Tucumán, a los jardines botáni- ginarios que buscaron reformarla a lo largo del tos privilegiados para “aliviar la miseria, vencer
co y zoológico, el Estadio, el Hipódromo, el Te- siglo XX. En este enfoque no va a ser Thays la ignorancia y evitar las enfermedades”; me-
atro de Verano; el Paseo del Bosque, en La Pla- una figura principal, ya que durante los 21 años canismos de compensación urbana frente al
ta, a las instalaciones universitarias y los de su gestión como director de Parques su prin- desequilibrio norte / sur (y así va a defender
museos; etc., etc. Es evidente que esta con- cipal tarea se concentró en el diseño de par- la creación del Parque de los Patricios como
centración de usos e infraestructuras se vin- ques cuyo emplazamiento y función urbana un “Palermo de los pobres”); y frenos a la irra-
cula con el hecho de que el Estado, ante la po- eran previamente definidos por las gestiones cional “aglomeración de casas de familia en
ca disponibilidad de tierras vacantes (y la escasa municipales u otros poderes públicos; no exis- el suburbio”.
disponibilidad económica, ideológica y jurídi- ten datos suficientes que permitan atribuirle Pero si entonces los parques eran excén-
ca para llevar adelante nuevas expropiaciones), al paisajista francés una visión articulada del tricos respecto de la ciudad, a partir de me-
va a utilizar las grandes extensiones de los par- parque público como instrumento de diseño diados de la primera década se comienza a con-
ques tradicionales como un espacio disponi- urbano y como institución social, visión que solidar la tendencia de expansión de los sectores
ble para el desarrollo de sus propias activida- en la Dirección de Parques recién podrá en- populares desde el centro al primer cordón su-
des o, en muchos casos, como un recurso en contrarse durante la gestión de Benito Carrasco burbano, tendencia posibilitada por el abara-
su relación con los sectores privados podero- entre 1914 y 1918. tamiento de los medios de transporte y el lo-
sos (las donaciones a los clubes de la alta bur- Más allá de la específica resolución plani- teo a plazos. De tal modo, estos parques, que
guesía). Pero también es cierto que detrás de métrica de cada parque, de estos años nos va a se habían proyectado como obstáculos a la es-
esa concentración hay otra idea, la visión sar- interesar señalar cómo de la acción municipal, peculación, se convierten entre 1908 y 1916 en
mientina del parque como el lugar donde el de las polémicas en el Concejo Deliberante e verdaderos motores de valorización de la ur-
Estado debe experimentar con las institucio- incluso en el Gobierno Nacional, se despren- banización periférica. El parque, con una can-
nes que pueden favorecer el cambio social. den líneas de acción en torno de la necesidad tidad de instituciones que comienzan a girar
de constitución de un cinturón de parques pú- en torno de él (clubes, iniciativas culturales pú-
PARQUE PÚBLICO Y DESARROLLO blicos que rodeara a la ciudad tradicional. Este blicas y privadas, colonias de vacaciones, es-
URBANO EN BUENOS AIRES. cinturón se veía no solo como un necesario cuelas, viveros, hospitales, conjuntos de vi-
Más allá de las generalizaciones tipológicas pulmón higiénico de la ciudad, sino como el vienda obrera, etcétera), en la segunda década
o programáticas, es importante ver que, como posible freno a la especulación inmobiliaria pasa a ser un efectivo corazón del proceso mo-
artefacto urbano, el parque público tiene una que extendía “irracionalmente” los límites del dernizador del barrio, haciendo confluir las
incidencia mucho más específica en el parti- área urbanizada; es decir, como el comple- principales actividades sociales y dotando de
cular desarrollo de cada ciudad y en la parti- mento suburbano de un ideal de ciudad pe- identidad al ramillete de pequeños y disgre-
cular conformación de cada cultura urbana. queña y concentrada, rodeada de verde, en el gados vecindarios que se habían estado insta-
Por eso vale la pena, como ejemplo particu- que se sumergirían higiénicamente los servi- lando en el suburbio desde finales de siglo
larmente denso, revisar el modo en que los par- cios insalubres. Ideal cuya tradición puede re- en un proceso de expansión sin cualidad.
ques públicos fueron una parte estructurante mitirse a la influencia francesa ya en la gestión Frente a la evidencia del carácter de la ex-
de la constitución de Buenos Aires como me- rivadaviana (Aliata, 1990), pero que en nues- pansión urbana de esos años, comienza a dis-
trópoli moderna y de la constitución de los ima- tro período Alvear hace explícito en el mismo cutirse a finales de la primera década aquel ide-

38 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


par par
al de la ciudad pequeña y concentrada, en con- ción de Parques y Paseos (1914-1918), y más dad de completar un “sistema de parques”.
sonancia con el proceso de elaboración del Plan tarde como divulgador y polemista sobre pro- Este sistema debía conectar los parques exis-
Bouvard (1907-1910) (v.Plan). Así, Benito Ca- blemas urbanos, Carrasco intentará conciliar tentes por medio de bulevares y Park Avenues
rrasco, en 1908, va a sostener con originalidad el fenómeno de la expansión urbana con cier- y, asimismo, se debía conformar, según el Pro-
y realismo las ventajas del crecimiento de la tos valores más próximos a la City Beautiful yecto Orgánico de la Comisión de Estética Edi-
ciudad hacia el oeste, proponiendo los parques norteamericana que a la Garden City inglesa. licia, un “gran cinturón periurbano que cru-
urbanos como centros cívicos capaces de do- Podría afirmarse que el cambio de Thays por zará con su gran trazado envolvente de la
tar de cualidad a los nuevos barrios del sur y Carrasco es el paso de una imagen Beaux Arts Capital diversas zonas boscosas, terminando
del oeste. De este modo anticipa el diagnósti- del parque en la ciudad a un programa de Ci- en sus dos extremos en espacios también ar-
co que el urbanista alemán Werner Hagemann vic Art: es significativo el énfasis de Carrasco bolados: en el norte, el parque de Palermo, y
hará en 1931 sobre los problemas de la ciudad. en el parque como lugar de uso, como “ele- en el sur en los jardines que bordearán a am-
La posición de Carrasco en defensa de la cua- mento educativo de las masas” y como con- bos lados el Riachuelo rectificado”. Así, la Cos-
lificación de la expansión hace evidente que en centrador de funciones cívicas a escala barrial. tanera Sur (proyectada por Carrasco), la Cos-
apenas una década la situación de la ciudad se Y en forma consecuente, su idea completa de tanera Norte (proyectada por Forestier) y la
haya modificado enormemente, y que le haya ciudad, en la que el poder público debe con- Avenida General Paz (ya prevista como aveni-
cambiado el carácter a temas y debates que so- centrarse en garantizar la uniformidad de la da de circunvalación en su misma delineación
lo en apariencia son los mismos: cuando Bull- edificación en el espacio público y en distri- como límite de la Capital en 1887) se imagi-
rich proponía densificar la ciudad se estaba buir “conveniente y equitativamente” parques nan unidas como un parque lineal que rode-
oponiendo a un proceso especulativo monta- urbanos como foros cívicos. aría a toda la ciudad. Y para completar el sec-
do sobre el vacío de la pampa; cuando Carras- Todos estos temas, de fuerte impronta nor- tor sur se proyecta el Parque de la Tablada, que
co defiende la expansión ya está claro que es a teamericana –aunque ya habían sido incorpo- en sucesivas propuestas concluirá en la déca-
través de esta que la ciudad puede ofrecer a sus rados al sentido común de la urbanística tam- da del treinta como proyecto del “Gran Parque
sectores populares mejores condiciones de ha- bién en los países europeos mediante la noción del Sud de la Ciudad” (actual Almirante Brown),
bitabilidad, y en función de ello considera ne- de Park System–, comienzan a articularse en ejecutado por la Dirección del Plan Regulador
cesaria una acción decidida de la gestión pú- planes urbanos en la década de 1920. Con el creada por Carlos María Della Paolera (v.). El
blica en la definición de las direcciones y las Plano General de Terrenos Reservados para la Proyecto Orgánico de 1925 (Intendencia Noel)
condiciones de esa expansión. Formación de Nuevos Paseos, elaborado por genera un intenso debate que interesa una va-
En este clima se proyecta para los festejos la Dirección de Paseos en 1923 (gestión de Car- riedad de temas; pero es fácilmente reconoci-
de 1910 el Parque Centenario como un Parque los Thays, hijo), y las propuestas que el urba- ble en buena parte de las acusaciones más du-
Central, por lo que se asume por primera vez nista francés J. C. N. Forestier le eleva a la Co- ras que se le profieren la crítica a promover,
que el centro geográfico de la Capital Federal misión de Estética Edilicia para el Plan de 1925, mediante el embellecimiento de “zonas aleja-
podía llegar a ser el centro de todo un territo- se llevan a los planos varias de las ideas anti- das del municipio”, la expansión de los barrios
rio urbanizado. Con la misma idea se propo- cipadas por Carrasco y otros sobre la necesi- populares de la ciudad: “La Comisión no com-
ne en esos años comprar las tierras de Lezica
(operación que se concretará mucho más tar-
de), aledañas al Parque Centenario; y, con mi-
ras a la expansión hacia el oeste, en 1908 se
comienza a instalar el Parque Avellaneda.
En 1911, una discusión en el Concejo De-
liberante es indicativa del estado de la polé-
mica sobre la expansión de la ciudad y del rol
principal que en esa polémica tenía el verde
urbano. Se confrontan el proyecto de realizar
un cinturón de bosques que separase al casco
tradicional de los suburbios y el proyecto de
realizar tres barrios parque en los tres puntos
cardinales de expansión de la ciudad. El triun-
fo del segundo proyecto, que se llevó a cabo
sólo en parte con los barrios de Palermo Chi-
co al norte y Parque Centenario al oeste, indi-
ca que el ideal de ciudad pequeña y concen-
trada, rodeada de verde, estaba cediendo ante
el ideal expansivo, que en este caso tiene co-
mo modelo a la ciudad jardín inglesa, cuyos
postulados cobran preeminencia en la prime-
ra década del siglo XX.
Durante su gestión al frente de la Direc- u LA CIUDAD DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN Y LOS TERRENOS DESTINADOS AL NUEVO PARQUE, EN 1916.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 39


prendió que lo esencial residía en la planta vie- al Puerto Madero y de un Cinturón Ecológico EL PARQUE PÚBLICO EN LA ARGENTINA
ja de la urbe y se aventuró sobre los suburbios a escala del Área Metropolitana. La primera fue DESDE LA DÉCADA DE 1990.
y nuevos barrios”, escribía Gerónimo de la Ser- una propuesta efectuada por el Plan Director El parque, como tipología decimonónica,
na en 1927. Y en la misma dirección apunta- de 1958-1964, que comenzó a materializarse había disuelto sus fronteras en favor de la idea
ba Schiaffino cuando en 1927 se quejaba de la en la gestión del intendente Cacciatore durante de espacio verde, plano neutro y natural sobre
existencia de parques y paseos “en las orillas el gobierno dictatorial de 1976-1983, de acuer- el que los edificios se disponían como objetos;
de la ciudad”: “Esta ciudad respira por la pe- do con un proyecto que preveía la creación de invirtiendo el equilibrio de llenos y vacíos que
riferia [...]. Los pulmones de la metrópoli es- un parque de 400 ha; el relleno se realizó con se observaba en la ciudad tradicional; disol-
tán fuera del cuerpo”. los escombros de las demoliciones llevadas a viendo tipologías urbanas reconocibles (calle,
El libro de Vicente Rotta, Los espacios ver- cabo para la construcción de las autopistas. plaza, esquina); olvidando su papel moderno
des de la ciudad de Buenos Aires, publicado en Abandonado el proyecto por la caída de la dic- de espacio público en el sentido político sar-
1940, da buena cuenta de la situación de los tadura y librado el relleno a su suerte, fue co- mientino. Tal era el juicio que, hacia media-
parques urbanos a finales de una década mar- lonizado por especies vegetales y animales ca- dos de los años setenta, comenzaba a difun-
cada por la febril actividad de modernización racterísticas del área, que crearon un paisaje dirse entre arquitectos y urbanistas, en un clima
urbana llevada adelante por el intendente Ma- verdaderamente curioso a pocos metros del co- de ideas que recolocó los problemas de la re-
riano de Vedia y Mitre (1932-1938). Se ha con- razón de la ciudad. Con la apertura democrá- presentación, en el más amplio sentido, en el
solidado como espacio urbanizado todo el pe- tica, comenzó a ser objeto de una disputa en- centro del debate.
rímetro de la Capital Federal, con una notable tre sectores que buscaban el desarrollo En la Argentina, esta tendencia se engarzó
expansión de los servicios públicos a los nue- inmobiliario del área y sectores que busca- con la emergencia democrática, cuando los as-
vos barrios, pero lo realizado en cuanto a par- ban protegerla en tanto “Reserva ecológica”, pectos representativos de la política comenza-
ques públicos no llegó a satisfacer a las inicia- en una pinza que desplazó por completo el vie- ron a reconocerse después de la brutal expe-
tivas menos pretenciosas. El “sistema de riencia de la dictadura. Pero durante la década
parques” no es más que una serie de pequeñas de 1980, las reformulaciones del parque pú-
manchas verdes diseminadas e inconexas, que blico fueron escasas. Más bien, asistimos a la
no lograron modificar el crecimiento eminen- consolidación de un tópico de larga influencia
temente radial de la ciudad y que solo llegaron en su diseño, el de la preservación de los valo-
a cumplir un papel significativo en la escala de res urbanos a través de una nueva mirada so-
cada barrio en que se instalaron, barrios a los bre la ciudad compuesta por plazas, calles y
que sí proveyeron de un sistema de identifica- frentes homogéneos. En una perspectiva más
ción y cualificación urbana e institucional. amplia, la experiencia de Barcelona fue de-
El Parque Almirante Brown finalmente se terminante en el debate sobre la ciudad. Con
construye en los años cuarenta en el ángulo el nuevo enfoque de lo público se articuló la
sudoeste de la Capital y con una dimensión mu- idea de proyecto urbano, opuesto a la abstrac-
cho menos ambiciosa que la del proyecto ori- ción del zoning y a la indeterminación de los
ginal del “Gran Parque del Sud”, descartando u PLANTA DEL PARQUE SOLÍS, EN SANTA FÉ. homogéneos verdes modernos (Novick, 2003).
de hecho la propuesta que el mismo implicaba Junto a la idea de oportunidad y de mayor fle-
de convertir al sudoeste en el lugar de aplica- jo programa de Parque Metropolitano. Triun- xibilidad para la gestión económica de los es-
ción de “las más modernas ideas sobre lo que fó la propuesta de “Reserva”, que fue aproba- pacios, que incluía la participación del capital
debe ser una ciudad”, de acuerdo con el pro- da por ley en 1985. Durante la década de 1990, privado, la idea de proyecto urbano colocó al
yecto del diputado González Maseda en 1935. en el marco de la construcción del Puerto Ma- arquitecto, y consecuentemente a su perspec-
Se construye acompañando la culminación de dero, la “Reserva” siguió siendo objeto de con- tiva formal, en el centro de la gestión de los es-
la General Paz y la expansión hacia el sudoes- flicto, atacada recurrentemente con focos in- pacios públicos urbanos. El concurso de las
te del Gran Buenos Aires, que las obras del pe- cendiarios. Actualmente esas disputas se han Veinte Ideas para Buenos Aires, organizado
ronismo favorecen con la instalación de em- aplacado y la “Reserva” ha entrado en un pro- en 1986 en el marco de un convenio de coo-
prendimientos como el aeropuerto de Ezeiza y ceso de consolidación, a la vez que se discuten peración técnica con Madrid, desplazaba la
el Barrio Evita, entre otros. Pero los barrios de diversas propuestas de flexibilización de su ré- atención de los problemas globales a los de la
vivienda que el proyecto original del parque in- gimen para liberar áreas de parque de uso más reestructuración de los espacios públicos con-
cluía recién se llevarán adelante en las décadas masivo. El Cinturón Ecológico también fue una cretos, y señalaba una serie de espacios vacantes
de 1960 y 1970 con los concursos para los con- realización de la gestión Cacciatore, por ini- o degradados que serían los protagonistas de
juntos de Lugano y Soldati, según las directivas ciativa de su Secretario de Obras Públicas, Gui- las acciones en la década de 1990. El mayor
del Plan Director de 1958-1964 (v.Plan). llermo Laura, y preveía formar una cintura ver- obstáculo para este desarrollo, que ya podía
A partir de entonces se sucede una serie de de desde La Plata hasta el Tigre, pasando por constatarse, consistía en que, en las experien-
propuestas para la creación de parques me- los bosques de Pereyra Iraola y de Ezeiza, y por cias de otras ciudades, los proyectos concretos
tropolitanos que puedan satisfacer el déficit de Campo de Mayo, utilizando como relleno la se insertaban en aggiornados planes públicos
espacios verdes de Buenos Aires. Así se for- basura domiciliaria reprocesada; para eso se de ordenamiento territorial. No casualmente
mula una propuesta articulada de un Parque creó el CEAMCE, que llegó a cumplimentar en ciudades como Rosario el modelo español
Metropolitano en tierras ganadas al río frente aspectos muy parciales del proyecto. fue más exitoso, debido a la mayor coherencia

40 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


par par

EL PARQUE INDEPENDENCIA DE ROSARIO, EN UNA VISTA DE FINES DE SIGLO XIX, POCO DESPUÉS DE SU INAUGURACIÓN.

política de los planes en el tiempo y a una ma- y artificiales. La problemática ecológica, que en ta (la referencia más conspicua fue la del par-
yor atención a las variables de control estatal, esta década se extendió popularmente, convo- que temático de la Villette en París). Las rea-
que no subsumieron los objetivos urbanos en caba además una reestructuración más pro- lizaciones fueron escasas. Cabe destacar, sin
las demandas del mercado. Tal protagonis- funda del balance entre lo orgánico y la impo- embargo, los avances historicistas de los es-
mo del parque en las políticas urbanas se tra- sición humana, que la arquitectura significaba pacios públicos diseñados por Miguel Ángel
dujo, también, en una multiplicación de sus de manera paradigmática. Si en los puntos an- Roca en Córdoba al final de la dictadura, aun-
definiciones, actualizando la vocación deci- teriores no nos hemos explayado sobre el di- que delimitados a plazas y paseos (la recupe-
monónica hacia los parques temáticos. Muy seño concreto de los parques argentinos, es ración de La Cañada como espacio verde era
diversos en sus finalidades, ellos responden porque durante la centuria anterior se trató so- una vieja resolución que no se concretó hasta
básicamente a dos motivos. Por un lado, como lo de repetir recetas exitosas: la novedad del más tarde, durante los años ochenta). Pero ha-
el nombre lo dice, al propio tema del parque parque argentino radica más en su forma de cia los años noventa, las citas históricas o los
(principalmente la recreación, pero también la articularse con la ciudad que en las innova- más modestos reclamos de preservación ti-
educación en la ciencia, la naturaleza, la his- ciones formales. A su vez, a partir del Moder- pológica o edilicia resultaban insuficientes en
toria, y cabe incluir temas solemnes, dramáti- nismo arquitectónico, como hemos visto, se el marco de la voluntad entrevista de recrear
cos, en la tradición de los cementerios anglo- abandonó toda reflexión en el diseño específi- las modalidades tradicionales de la arquitec-
sajones). Por otro, a su forma en relación al co del parque. La escasa densidad de la mate- tura. Las referencias se desplazan entonces ha-
contexto físico: florecieron en estos años los ria aparece testimoniada por la inexistencia de cia una de las últimas experiencias compre-
parques lineales, habitualmente situados a la escuelas y centros de formación paisajística de hensivas del arte contemporáneo: la del Land
vera de ríos (parques fluviales) o de mares (lo nivel universitario –hasta fines de los años no- Art que había florecido en los primeros años
que implicaba el problema del waterfront, de venta– que atendieran a algo más que a la va- de la década del setenta, con protagonistas co-
tal envergadura simbólica como para definir, riedad vegetal. No fue esta la situación de otros mo Walter de María (que jugaba con las fuer-
en muchos casos, el carácter de la ciudad). La países latinoamericanos, de más asentada tra- zas naturales en su Campo de Relámpagos),
centralidad del proyecto en las políticas urba- dición: baste recordar la experiencia de Burle Robert Smithson (cuyo Spiral Jetty alude a for-
nas implicó, además, una revisión de los len- Marx en el Brasil. En la Argentina, los reque- mas arcaicas), o Richard Long, que tan fácil-
guajes utilizados. Enfocada la cuestión del par- rimientos de los años noventa en materia de mente podía enlazarse con la tendencia mi-
que no solo como instrumento clave de nuevas espacios públicos constituyeron un verdadero nimalista con sus marcas sutiles en la tierra.
políticas que permitirían resolver problemas aprendizaje para los arquitectos, que vieron Esta tendencia solo había sido percibida en su
de articulación regional, demanda social re- multiplicarse las oportunidades de diseño par- novedad por un núcleo reducido de artistas
creativa a escala metropolitana o pulmón hi- quístico en función de vastos planes urbanos. que, bajo el designio político de los setenta,
giénico, sino también como aspecto clave del Las primeras referencias novedosas, que se di- emigraron o abandonaron el arte. La arquitec-
embellecimiento urbano (el aspecto represen- fundieron en nuestro país en la década del tura lo descubre tardíamente. Veamos en al-
tativo, identitario, releído en la doble clave de ochenta, apelaban a motivos historicistas que gunos ejemplos la incidencia de estas solicita-
la política y el “marketing urbano”, la experiencia se articularon, en un segundo momento, con ciones en la producción de los parques de la
de diseño parquístico suponía el desafío de reu- el lenguaje plagado de citas del deconstructi- década de 1990. El caso del Parque Central de
nir en un nuevo lenguaje materiales naturales vismo que presidió los primeros años noven- Mendoza, un concurso nacional realizado en

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 41


ticas en relación al espacio público. El borde
costero (de aproximadamente 17,5 km) se ar-
ticula con un espacio contiguo de 132 ha, a su
vez vinculado con 22 ha de parques menores.
Los principales emprendimientos fueron los
parques de la Cabecera, Costa Alta y Paseo del
Caminante, Sunchales, de las Colectividades,
España Norte y Sur, de la Bandera, Italia y de
la Tablada, Scalabrini Ortiz y Barrio de la Uni-
versidad. Se trata de espacios de diferentes cua-
lidades y propósitos: existen áreas cívicas re-
diseñadas, como la dominada por el
Monumento a la Bandera que, a través de una
lectura actual pero respetuosa del proyecto pri-
mitivo de Ángel Guido (v.), otorga al motivo im-
ponente del monumento el fondo paisajísti-
co adecuado del río Paraná, y lo articula,
mediante un pasaje abierto a través de edifi-
cios públicos, con el interior de la ciudad. La
oferta variada incluye parques temáticos y cul-
u PASEO DE LA COSTA DE VICENTE LÓPEZ, PCIA. DE BS. AS., DE C. VEKSTEIN, CON LOS “PARAGUAS” DE AMANCIO WILLIAMS. turales, entre los que se destaca el Jardín de los
Niños en el Parque de la Independencia (un
1999, que convocó por el Municipio de la ciu- a las marcas dejadas por el ferrocarril desac- espacio recreativo-educativo que, en la volun-
dad, resulta paradigmático. Todo en él responde tivado, que orientan la linealidad del conjunto tad bauhausiana de articular arte y ciencias,
al programa del parque contemporáneo: su si- siguiendo la traza de las vías– y la considera- apela en su diseño a formas, motivos y textu-
tuación relativamente periférica, en terrenos ción paisajística del marco de montañas que ras alusivas a cada área con propósito didácti-
que habían pertenecido al ferrocarril (típico te- solo desde pocos puntos de la ciudad pueden co diferenciado, con una elegancia y originali-
rrain vague, según la denominación francesa contemplarse. También el segundo premio (ar- dad pocas veces alcanzada). También paseos
de estas zonas abandonadas por la industria quitecto M. Vilas y otros) fue importante en los de dimensiones notables, que recuperan áre-
y la tecnología que se ofrecían ahora para dis- caminos inmediatos del diseño de parques, en as antes vedadas para los habitantes, como la
tintos usos), rodeados de un tejido habitacio- la medida en que basó su diseño de aspecto reciente Costa Alta y el Paseo del Caminante,
nal escasamente caracterizado; la modalidad “espontáneo” en el uso participativo que de- recorrido de 600 metros lineales que culmina
del emprendimiento (consulta pública insti- rivaba de la consulta popular, presente en las en un muelle en T del que salen embarcacio-
tucionalmente regulada, concurso nacional); bases. Pero el parque de Mendoza no deja de nes para las islas. De esta experiencia queda
los principios expresados en las bases (la aten- ser una experiencia que se engarza en la vo- una radical alteración de la imagen urbana
ción a la tradición paisajística mendocina, cla- luntad política sarmientina, ahora reactuali- de Rosario: de una ciudad cerrada al Paraná y
ve de su identidad; el requisito de preservar los zada en el período democrático. Más novedo- a sus posibilidades paisajísticas y recreativas,
viejos galpones de evocación industrial; la vo- sas son las experiencias llevadas adelante en con la costa bloqueada por instalaciones de ser-
luntad de ampliar la oferta cultural y de cons- Rosario y Buenos Aires, en la medida en que vicio, se pasa en quince años a una recupera-
tituir el área como un polo de desarrollo sin es- deben articular, con el afecto a la renovación ción franca a través de un circuito que los ges-
catimar las oportunidades inmobiliarias; el lingüística característico de los noventa, com- tores públicos delimitaron en tres secciones:
financiamiento mixto en la etapa de construc- plejas cuestiones metropolitanas. En ambas una ribera norte cultural-recreativa, una ribe-
ción; la articulación del proyecto con una es- ciudades prevaleció el problema de la articu- ra central accesible y una ribera sur portuaria.
trategia urbana general). El proyecto ganador lación de la costa fluvial con la ciudad, tema Como escribió Isabel Martínez de San Vicen-
(arquitectos D. Becker, C. Ferrari, O. Fuentes) que en estos años alcanza popularidad; y la vo- te (1998), la clave del éxito radicó en la capa-
ofreció una sensible articulación entre tan di- luntad de construir un sistema de espacios pú- cidad de integrar plan y proyecto, además de
versos requerimientos con un lenguaje que se blicos de escalas diversas (plazas, paseos, par- mantener, las distintas gestiones, una perma-
apoyaba simultáneamente en la tradición de la ques) en función de la revitalización urbana. nente vocación social. Pero no es despreciable
escuela rioplatense –simple, pura, nítida– y en Resulta de interés notar cómo en ambos casos en este éxito la misma acción de los proyectis-
las nuevas orientaciones internacionales que el desarrollo de la ciudad y su articulación con tas rosarinos, sin duda los más interesantes de
el Land Art había revelado a la arquitectura. Un el río son aspectos rectores del sistema de par- la década en el país, que participaron en los or-
trabajo estrecho con especialistas agronómi- ques que, a diferencia de los sistemas radiales, ganismos de gestión: con un lenguaje mesu-
cos resultó en la variedad de áreas definidas concéntricos, propuestos hasta los años trein- rado aprovecharon estéticamente los escasos
por las especies botánicas, aunque el conjun- ta, se abren linealmente sobre el territorio. En recursos disponibles. El caso de Buenos Aires
to estaba sujeto a una idea rectora que se ali- Rosario, la claridad de las autoridades muni- es más complejo, y no solo por la envergadu-
mentaba de dos requerimientos de las bases: cipales permite colocar la experiencia como un ra de la ciudad que concentra el poder político
la preservación de la memoria –en la atención ejemplo logrado de las aspiraciones democrá- y económico de la República. También aquí el

42 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Areas verdes de Puerto Madero par par

u VISTA GENERAL, DE SUR A NORTE, DE PUERTO MADERO, SUS ÁREAS VERDES Y LA COSTANERA SUR, EN BUENOS AIRES.

u EL PROYECTO CONSISTE
EN UNA SERIE DE PIEZAS
DIFERENCIADAS DE DIVER-
SAS ESCALAS (BARRIAL,
URBANA Y METROPOLITA-
NA), QUE RESUELVE EL
CONJUNTO EN UNA “ARQUI-
TECTURA VEGETAL”. A LA
DERECHA, LA FUENTE CREA-
DA POR LOLA MORA.

u EL PROYECTO, REALIZADO
POR I. JOSELEVICH,
G. NOVOA, A. GARAY, N. MA-
GARIÑOS, A. SEBASTIÁN Y
M. VILA, FUE GANADOR DE
UN CONCURSO NACIONAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 43


tema de la integración de la ciudad con la cos- la relación con el centro se obtendría a través céntrica, avanzada por los planes modernos
ta fue motivo de las distintas gestiones, pero de una revitalización del eje de la Av. Corrientes, anteriores (v. Plan). En lo referente a la arquitec-
él se manifestó, frecuentemente, más como tó- que estaba destinada, por los límites de la ges- tura paisajística, resulta de interés mencionar
pico que como acción concreta. La fragmenta- tión, al fracaso. La agenda del año 2000 am- algunos ejemplos que abordan las diferentes
ción de la ciudad en zonas pobres y ricas (sur plió las ambiciones originales, con el intento temáticas en las que el parque contemporáneo
y norte) a lo largo de la década de 1990 se vol- de establecer coordinaciones interjurisdiccio- se especializa. El Parque de la Memoria puede
vió irreversible, y toda intervención ideológica nales que excedieran el área capitalina, para considerarse a la vez como una pieza del sis-
de buenas intenciones ha sucumbido a estas preservar los espacios libres que, en la carto- tema de parques costero y como parque te-
condiciones drásticas. Pero, aunque la com- grafía, estaban sugeridos por el “trípode” con- mático que enfrenta una sentida reivindicación
plejidad de los problemas porteños no ha re- formado por las grandes extensiones de los porteña: el recuerdo de los desaparecidos. En
dundado en un diseño orgánico como el de Ro- bosques de Ezeiza, el parque Pereyra Iraola y su origen, formó parte del programa de un con-
sario, debemos tener en cuenta la cantidad de el delta del Paraná, organizados por la cuen- curso que proponía el rediseño de los terrenos
propuestas, y aun algunas realizaciones de in- ca Matanza-Riachuelo y la costa del Plata (Cha- de la Ciudad Universitaria, cuyo primer pre-
terés, que fueron posibles a partir de las di- rrière, 2003). La cuenca del Riachuelo confor- mio lo obtuvo el equipo de los arquitectos A.
rectivas planteadas. La creación de la Corpo- maría el Eje Bicentenario en una articulación Varas (v.), C. Ferrari y D. Becker. Como carac-
ración Puerto Madero fue el paso inicial para que buscaba resolver problemas espaciales, so- terística de la ambigüedad política de los años
repensar un problema similar al rosarino: la ciales y políticos, en donde la reserva verde era noventa, junto al recordatorio de los desapa-
recuperación de la costa y su articulación con fundamental. El sistema de grandes parques recidos se instalaron otros dos espacios de si-
un centro degradado, lo que a su vez redun- se completaba con el ambicioso proyecto del milar solemnidad: el que homenajeaba a las
daría, en las hipótesis de los proyectistas del Corredor del Oeste, corredor verde que, se es- víctimas de los atentados de la Embajada de Is-
Masterplan, en la revitalización del sur y el re- pera, será posible luego del soterramiento de rael y de la Amia; y el del obispo Segura, cu-
equilibrio de la ciudad. El concurso de Puer- las vías del ferrocarril Gral. Sarmiento desde yo motivo de inclusión aparece aún hoy en las
to Madero dio como resultado, sin embargo, la calle Hidalgo hasta el límite de la Capital. sombras. Cabe mencionar que en este con-
un proyecto de compromiso: la reserva ecoló- Estos dos proyectos están aún en etapa de for- curso la innovación arquitectónica-parquística
gica obturaba inevitablemente la franca rela- mulación, pero permiten distinguir aspectos corrió por cuenta del segundo premio (arqui-
ción con el río y, si la preservación de la ar- de los emprendimientos que ya señalamos: la tectos S. Forster, C. Najle y otros) que intro-
quitectura de los docks sobre la ciudad constituyó revitalizada confianza en el parque como ins- dujo la topografía del sitio como estructura-
una estructura sólida para el proyecto, el te- trumento de políticas públicas igualadoras; el dora del conjunto. Del ambicioso proyecto de
rreno lindante con la reserva fue entregado a carácter lineal de estos parques, marcados ya la Ciudad Universitaria solo se construyó el
la más brutal especulación. Aun así, quedaron por la topografía del sitio, ya por la direccio- Parque de la Memoria (como era de prever, y
en la costa bonaerense sobre el Plata grandes nalidad impuesta por las estructuras viales que seguramente por la obstinada gestión de las
áreas que el gobierno de la ciudad intentó ar- se reciclan, y que afirma en el caso de Buenos prestigiosas ONGs. vinculadas al tema, como
ticular en el programa Buenos Aires y el Río; Aires una imagen opuesta a la ciudad con- las Abuelas de la Plaza). Los proyectistas ima-
ginaron el lugar diferenciado de los otros, so-
brio en su disposición. Pero, por voluntad de
las organizaciones políticas, se abrió un con-
curso plástico con el fin de tapizar de estatuas,
instalaciones y figuraciones plásticas del sitio,
en la nunca perdida vocación decimonónica.
El área se convirtió así en exposición temática
de arte, antes que en sitio de recogimiento me-
morial. Un ejemplo notable, que puede refe-
rirse simultáneamente a la vocación temática
y a la articulación lineal metropolitana, lo cons-
tituye la remodelación de la costa de Vicente
López, que dentro del conjunto cuenta con un
homenaje, la reconstrucción de un episodio
mítico en la arquitectura argentina, los “para-
guas” que Amancio Williams presentó en la
feria de 1960. Claudio Vekstein, que desde
1998 participa en el Plan 2000 del municipio,
planteó la reconstrucción de la obra con sen-
sibilidad, respondiendo a la vez a los criterios
originales de Williams (obras puras suspendi-
das entre agua, suelo y cielo) y a sus explícitas
tendencias referidas al Land Art. Con modes-
u LA REMODELACIÓN DEL MONUMENTO A LA BANDERA ARTICULA EL ESPACIO CEREMONIAL CON EL TEJIDO URBANO DE ROSARIO. tia contrastante con el discurso metafísico de

44 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


par pas
Vekstein, y más cercanos a la experiencia ro- PARR, STRONG Y PARR. S/d. Ingleses, ar- lar de departamentos, señala para las configu-
sarina, otros emprendimientos parquísticos de quitectos. Proyectistas de Arquitectura Fe- raciones de espacios privados la necesidad de
destacable calidad se convirtieron también, rá- rroviaria. disponer de pasillos de mínima longitud.
pidamente, en éxitos populares. Tal es el caso Las limitaciones geométricas, económicas
del proyecto y la realización parcial de los par- Realizan el segundo edificio para la esta- y de hábitos adquiridos, hacen que se consoli-
ques de la Costanera Sur (arquitectos I. Jose- ción Constitución en Buenos Aires (1885), con den estructuras planimétricas típicas forma-
levich; G. Novoa, A. Garay. N. Magariños, A. fachada de palacio en estilo Neorrenacimien- das por la reunión de dos o tres dormitorios
Sebastián y M. Vila), una serie de piezas dife- to italiano, aún existente en la esquina de Li- y baños en torno de un pequeño pasillo, el que
renciadas de diversas escalas (barrial, urbana ma y Brasil. se convierte en la única circulación privada de
y metropolitana), que resolvió el conjunto en la vivienda, dado que las condiciones de dis-
una “arquitectura vegetal” con énfasis en es- tribución, costo y superficie impuestas obligan
pecies nativas. Tal vez este caso sea más elo- PASCUAL, ÁNGEL. S/d. Arquitecto Concibe una a hacer desaparecer en la mayoría de los casos
cuente de la multitud de instrumentos pro- teoría estilística influida por formas y motivos la relación directa entre la zona privada y el ac-
yectuales que hoy manejan los arquitectos que decorativos aztecas. ceso, alternativa que solamente se plantea a
trabajan en equipos transdisciplinarios e in- través del local de estar.
corporan así, en la forma que ellos dirigen, Graduado en 1916, realiza un proyecto pa- Dentro de la estrategia de minimizar su-
muy diversas referencias (desde la Villette has- ra el Teatro Colón de Mar del Plata y numero- perficies y maximizar rendimientos que la Ar-
ta el Land Art) –y especialmente, la relación sas residencias en Buenos Aires: Cangallo y quitectura Moderna introdujo como ideología
con el material vegetal que la arquitectura del Rodríguez Peña; Córdoba y Rodríguez Peña; de proyecto, se han ensayado distribuciones
país se negaba a considerar. De este proyecto Córdoba y Cerrito; Av. de los Incas y Freyre, superadoras de la situación anteriormente plan-
está sólo inaugurado el parque Micaela Basti- de Manuel García Rivera; Libertad 257; Puey- teada, las cuales, aun en viviendas de reduci-
das, con gran suceso de uso público. A. G. / G. S. rredón y Lavalle; Hotel Nogaró, etc. da superficie, evitan el tránsito obligado a tra-
vés del estar, y donde el pasillo agrega, en
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lermo, la construcción del Parque”. En: summa mos y su morfología llegó a ser frecuentemente PASMAN, RAÚL. La Gándara (España), 1887
Temática, n.° 3, 1983; S. Berjman, (comp.). El tiempo desprolija, resultante en ese caso de su rol pa- - Buenos Aires, 1973. Arquitecto. Se des-
de los parques. Bs. As.: IAA-FADU-UBA, 1992; S. Berj- ralelo de espacio poche. En cuanto a las refe- empeñó en la función pública, en la que fue
man. Plazas y parques de Buenos Aires: la obra de rencias sobre el origen, si bien son asimilables el principal proyectista de la Comisión Na-
los paisajistas franceses, 1860-1930. Bs. As.: FCE, a las del corredor, debe tenerse en cuenta el de- cional de Casas Baratas (v.) desde la consti-
1998; A. Gorelik. La grilla y el parque. Espacio pú- gagement francés como antecedente más es- tución de ese organismo hasta la década de
blico y cultura urbana en Buenos Aires. Bs. As.: Edi- pecífico, presente desde el siglo XVI en resi- 1930. En la esfera estatal también ocupó
torial de la Universidad Nacional de Quilmes, 1998; dencias como Chambord. cargos directivos, entre ellos el de Director
I. Martínez de San Vicente. “La sutil belleza de la Su introducción en la Argentina coincide de Obras Públicas de la Provincia de Buenos
ciudad aluvional. 15 años de arquitectura pública con la del corredor y se manifiesta en especial Aires, y mantuvo una intensa actividad como
en Rosario”. En: summa, n.° 33, 1998; M. Charriè- en el ámbito doméstico con el desplazamien- profesional liberal actuando en sociedad con
re. “Buenos Aires”. En: Gobierno de la Ciudad de to de la casa de patios como hábitat predomi- Marcó del Pont.
Buenos Aires. Las dimensiones del espacio público. nante y su reemplazo por tipos que, como el
Problemas y proyectos. Bs. As., 2003; A. Novick. “Es- hotel particular, recurren a la vinculación de Inició su labor dentro de la Dirección de
pacios y proyectos. Oposiciones, hegemonías e in- la parte privada y el servicio a través de los pa- Obras Públicas de la Nación en 1902, antes de
terrogantes”. En: Gobierno de la Ciudad de Bue- sillos. Véase en ese sentido el Palacio Paz (1912) iniciar sus estudios en la Escuela de Arquitec-
nos Aires. Las dimensiones del espacio público. de Luis Sortais (v.). tura de Buenos Aires, donde se graduó en 1908.
Problemas y proyectos. Bs. As., 2003; Gobierno de El desplazamiento de la casa chorizo por el Además de desarrollar esta actividad, que se
la Ciudad de Buenos Aires. Las dimensiones del es- tipo compacto, que se generaliza después de prolongó hasta 1920, Pasman asumió el car-
pacio publico. Bs. As., 2004. Textos de Margarita los años treinta como hábitat de los sectores go de Arquitecto Proyectista de la Comisión
Charriére y Alicia Novick. populares, junto a la difusión de la casa popu- Nacional de Casas Baratas e integró el equi-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 45


po de trabajo que en 1916 conformó su primer que se destacan, en 1916, la propuesta para el Plan del Valle del Tennessee hasta los infor-
Presidente, Marcelo T. de Alvear. Su actuación Instituto de Oceanografía Argentino, en Neo- mes ingleses que dieron origen al planea-
en ese organismo –donde fue designado en griego, de monumentales proporciones, y el miento británico, el Plan de Londres o los pro-
1921 Arquitecto Jefe– se extendió por casi dos edificio del Patronato de la Infancia –calles yectos de New Towns. Con esos artículos, Pastor
décadas. A su cargo estuvieron los proyectos Juan B. Justo, Solís, Galicia y Esteban Echeve- (que todavía no había viajado ni había recibido
de los conjuntos de viviendas individuales y ca- rría (1932)–, institución de la que había sido formación especializada sobre urbanismo o pla-
sas colectivas en tipologías que van desde el presidente en 1923. G. V. neamiento) va en realidad organizando sus pro-
cottage inglés –barrios Cafferata (1921), Alvear pias posiciones, en lo que podríamos llamar un
(1923-1927) y Rawson (1928)–, hasta el claus- Bibliografía: R. Gutiérrez. SCA, 100 años de compro- planeamiento regional pragmático, que asume
tro –Casa Alsina (1921)–, o bloques paralelos miso con el país 1886/1986. Bs. As.: SCA, 1993. los motivos principales del planeamiento an-
entre medianeras –Casa Rivadavia (1923)–. Re- glosajón (descentralización territorial con el ide-
cién van a alejarse del universo de soluciones al de la ciudad jardín, proyecto urbano por uni-
que las Habitations des a bon marché francesas PASTOR, JOSÉ M. F. Buenos Aires, 1914 - Íd., dades vecinales, centralidad del automóvil y la
venían experimentando desde el año 1900 (v. 1981. Arquitecto con actuación relevante en autopista en la estructuración urbana y territo-
Vivienda de interés social), con los bloques parale- el campo de la planificación urbana entre los rial), pero como una caja de herramientas que
los dispuestos sobre grandes superficies libres años 1940 y 1960. Fue uno de los princi- puede usarse a conveniencia en las tan dife-
en la ampliación del Barrio Rawson (1934). pales introductores de los postulados del pla- rentes realidades jurídicas e históricas de los
Sus inquietudes en torno de la problemá- neamiento anglosajón en la Argentina. asentamientos urbanos en la Argentina. Al mis-
tica de la habitación popular lo llevaron a par- mo tiempo, Pastor desarrollaría una prédica di-
ticipar en el I Congreso Panamericano de Ar- José Pastor estudió en el Colegio Nacional rigida al poder público: abogando desde la Re-
quitectos de 1920, en el que expuso propuestas Buenos Aires, e ingresó en 1939 en la Escuela vista de Arquitectura por la realización de un
para la realización de Casas Baratas. En forma de Arquitectura de la Facultad de Ciencias Exac- Plan Regulador Nacional (que el auge del uso
simultánea a su desempeño en la CNCB, fue tas, Físicas, y Naturales de la Universidad de de la palabra “planificación” durante el pero-
entre 1922 y 1930 Arquitecto Jefe de la Supe- Buenos Aires, de donde egresó titulado en 1944. nismo hacía parecer viable) y por el protago-
rintendencia de Construcciones Militares, y en Apenas graduado de arquitecto se involu- nismo de los arquitectos como únicos profe-
ese carácter proyectó 11 cuarteles en distintos cró en temas de Planeamiento, y publicó asi- sionales autorizados para su realización y
puntos del país. duamente artículos sobre el tema tanto en la gestión; por la creación del Gran Buenos Aires
Tras su adhesión al alzamiento militar de revista Nuestra Arquitectura (v.) como en el ór- como área de planeamiento, y la consiguiente
1930, un espacio importante de su actividad gano oficial de la Sociedad Central de Arqui- realización de un Plan Regulador del Gran Bue-
pasó a ocuparlo su desempeño en cargos di- tectos y el Centro de Estudiantes de Arqui- nos Aires; por el planeamiento para la recons-
rectivos de instituciones públicas. En la SCA, tectura, la Revista de Arquitectura (v.), donde trucción de San Juan (v. San Juan), destruida por
donde se había sido protesorero y vicepresi- aparece como colaborador desde diciembre de el terremoto de 1944 (tema sobre el cual pu-
dente durante la década de 1920, fue presi- 1943, secretario de redacción desde 1945 y lue- blica su primer libro, San Juan. Piedra de toque
dente durante los períodos 1930-1931 y 1934- go director entre 1947 y 1951. Esas revistas van del planeamiento nacional, en 1945). Su inter-
1938. Asimismo, en 1932, fue vicepresidente a ser la tribuna en la que Pastor se dedicará vención en estas dos últimas cuestiones tuvo
del I Congreso Nacional de Ingenieros, Ar- a una difusión pedagógica de los principios importantes resultados: logró una inserción ins-
quitectos y Agrimensores realizado en La Pla- del planeamiento regional en la versión hu- titucional en el gobierno de la Provincia de Bue-
ta; entre 1937 y 1938 actuó como agente fis- manista de Lewis Mumford y de las realiza- nos Aires que lo lleva a realizar para sus fun-
calizador de las compañías radiotelegráficas ciones del planeamiento anglosajón, desde el cionarios un “Curso básico de Planeamiento
y telefónicas de la Nación, y en 1941 asumió el
cargo de interventor de la Dirección General
de Arquitectura del Ministerio de Obras Pú-
blicas de la Provincia de Buenos Aires.
En forma particular trabajó en sociedad con
el ingeniero Marcó del Pont, con quien reali-
zó principalmente viviendas suburbanas y ca-
sas de renta. Entre su producción cabe citar las
“casas de campo” en Ranelagh, de 1913, la re-
sidencia Miralrío sobre las barrancas de Pun-
ta Chica en San Isidro, en un sobrio Neocolo-
nial que evoca las casas del norte de España, o
cottages como el de la calle Virrey del Pino 3210
en Belgrano. A ellas pueden sumarse las casas
de renta en estilo francés, de Ayacucho 1307 y
de Arenales y Billinghurst, en Buenos Aires
En Mar del Plata, Pasman y Marcó del Pont
también realizaron diversos trabajos, entre los u UNO DE LOS PLANES URBANÍSTICOS REALIZADOS POR JOSÉ M. PASTOR: EN ESTE CASO PARA RÍO GALLEGOS, EN SANTA CRUZ.

46 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pas pas
Urbano y Rural” en 1947 y a conseguir en 1948 mentales del planeamiento físico, como las dos en estos planes casi desconocidos, la mayor par-
la aprobación legislativa del Gran Buenos Ai- que mencionamos, y entre los años cincuenta te de ellos de escaso interés teórico o metodo-
res, en paralelo a que en la ciudad de Buenos y sesenta llevará adelante una enorme cantidad lógico, pero de gran capacidad normativa para
Aires se formaba el Estudio del Plan de Buenos de planes urbanos en ciudades pequeñas y me- conformar el ambiente urbano y territorial. Las
Aires, con miras a articular ambas jurisdiccio- dianas o en municipios del Gran Buenos Aires modalidades institucionales en que se realizó
nes en una visión regional que nunca se pro- (Ciudad Jardín en el municipio de San Martín, toda esa producción también son un capítulo
dujo; y logra en 1948 formar parte del Conse- planes reguladores de Tandil, Necochea, Mira- desconocido de máximo interés para aproxi-
jo de Reconstrucción de San Juan, que asume mar, Trenque Lauquen, San Fernando, Beris- marse a una historia de la producción real del
el Plan Regulador que Pastor había propuesto so, Bahía Blanca, Puerto Deseado, etc.). Curio- territorio en la Argentina; contratos privados
en 1945, y para el cual realiza los planes par- samente, buena parte del desarrollo real de la con los municipios, convenios con la Cámara
ciales de varios barrios de vivienda. (Ballent, disciplina del planeamiento y de la gestión mu- de la Construcción, asesoramientos a entes pú-
1998; Healey, 2000). nicipal-urbana en la Argentina deberá estudiarse blicos, participación en la Asociación de Plani-
Alejado de la Revista de Arquitectura (v.), en
1951 comienza a editar el boletín Plan, de acuer-
do con el formato del boletín homónimo que
realizaba una asociación de estudiantes de ar-
quitectura británica. Y en 1952 forma el Ins-
tituto de Planeamiento Regional y Urbano
(IPRU), asociación privada codirigida con el
ingeniero José Bonilla y el arquitecto Alfredo
Etcheverry, dedicada a difundir e investigar te-
mas de planeamiento y a realizar planes ur-
banos; el boletín Plan se convierte en su ór-
gano de difusión.
En el IPRU se constituye una línea del pla-
neamiento moderno completamente distan-
ciada de la que va a comenzar a ser dominante
en la Argentina a partir de los mismos años cin-
cuenta. Esta otra línea, también moderna y tam-
bién influenciada por el planeamiento anglo-
sajón de posguerra, es la que forma Juan
Kurchan (v.), primero en el EPBA y, luego de su
disolución, en la Dirección de Urbanismo de la
Municipalidad de Buenos Aires (1952-1957),
con los jóvenes Eduardo Sarrailh (v.) y Odilia
Suárez (v.), línea que va a realizar los planes de
mayor impacto en la cultura urbana y arqui-
tectónica entre los años 1950 y 1980, y que por
lo tanto va a producir el relato maestro de la pla-
nificación urbana en la Argentina hasta hace
muy pocos años. Vale la pena insistir en que
las influencias específicas en temas urbanos
era bastante común, para advertir que las prin-
cipales diferencias fueron de índole político-
ideológico y de colocación en el campo disci-
plinar: el grupo de Pastor era católico de derecha
y nunca logró una efectiva articulación con los
sectores de punta de la producción arquitectó-
nica, mientras que la otra línea era reformista
de izquierda y nació en el seno de la renovación
arquitectónica de los años cuarenta y cincuen-
ta (entre el grupo Austral (v.) y el grupo OAM (v.)
(v. Moderna, arquitectura). De ahí que la línea de Pas-
tor casi no forme parte de las historias del pla-
neamiento o de la urbanística que se produje-
ron hasta hace muy poco tiempo, aunque tuvo
directa incidencia en algunas acciones funda- u PUBLICACIÓN DEL PLAN REGULADOR DE LA NUEVA CIUDAD DE SAN JUAN, EN LA REVISTA DE ARQUITECTURA DE LA SCA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 47


ficadores o el Consejo Profesional de Arqui-
tectos, etc. En términos de esa participación ins-
titucional poco relevada, vale la pena apuntar
que Pastor integró, hasta su fallecimiento, el
Consejo de Planificación Urbana (CPU) de la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires,
formado en la gestión del brigadier Cacciatore,
con Guillermo Laura de secretario de Obras Pú-
blicas. Un CPU fundamental para el desarro-
llo urbano de Buenos Aires, ya que allí se ela-
boraron y pusieron en práctica transformaciones
tan fundamentales como el nuevo Código de
Planeamiento de 1977 y la red de autopistas
(v. Buenos Aires). A. G.

Bibliografía: Anahí Ballent. Las huellas de la políti-


ca. Arquitectura, vivienda y ciudad durante el pe-
ronismo. Tesis doctoral (Filosofía y Letras, UBA,
1998); Mark Allan Healey. The Ruins of the New Ar-
gentina: Peronism, Architecture, and the Remaking u UNA DE LAS OBRAS MÁS ORIGINALES DEL BEAUX ARTS EN LA ARGENTINA: EL TIGRE CLUB, PCIA. DE BS. AS., DE PABLO PATER.
of San Juan After the 1944 Earthquake. Disertación
doctoral en el Department of History in the Gra- A lo largo de los estudios, Pater obtuvo me- con la época, controla la escala y el carácter ge-
duate School of Duke University, 2000. dallas y distinciones por diversos proyectos en neral a través de ejes quebrados.
los que el alumno debía definir el partido en En esta etapa inicial de su carrera trabajó
un “encierro” de 12 horas, y semanas más tar- asociado con su compatriota Louis Dubois (v.)
Todos los escritos de José M. F. Pastor pueden con- de presentar el anteproyecto completo –que quien, establecido en el país desde 1888, fue
sultarse en el Archivo Pastor, que se ha formado desarrollaba en el atelier junto a su patrón– sin uno de los mejores cultores del Art Nouveau.
recientemente en la Facultad de Arquitectura de apartarse de la idea original. Asimismo fue pre- Pater y Dubois realizan juntos un buen nú-
la Universidad de Buenos Aires, en una acción con- miado varias veces en concursos anuales de la mero de casas de renta y residencias particu-
junta del Archivo CIHAM y de la Sección de Ar- Escuela, como el de Godeboeuf (en 1902, 1903, lares, donde se verifica una lograda integración
chivo Documental del Instituto de Arte America- 1904 y 1906) o el Rougevin (en 1903, 1905 y de motivos académicos y sutiles tonalidades
no; el archivo está siendo ordenado por Magdalena 1906). Estos rápidos esquicios de resolución modernistas. En este campo, y especialmen-
Bieule, Alicia Novick y Clara Hendlin. de un tema arquitectónico estimulaban la des- te dentro de los edificios de varios pisos, el pro-
treza y la habilidad compositiva de los estu- tagonismo recae en la definición de los alza-
diantes y los preparaban no solo para compe- dos. Y nuevamente aquí el denominado “estilo
PATER, PAUL EUGÈNE. (PP). Dijon (Francia), tir en concursos públicos o privados sino para Beaux Arts” ofrece a principios de siglo pro-
1879 - Buenos Aires, 1966. Arquitecto. Ac- resolver ágilmente las encomiendas de la vida puestas que por su imagen y escala urbana no
tivo en Buenos Aires durante la primera mi- profesional. Los antecedentes le permitieron han sido aún superadas.
tad del siglo XX. La trayectoria de PP refleja a Pater acceder en 1906 al exigente concurso En la Argentina se construyeron algunos
como pocas en nuestro medio el momento a tres rondas del Grand Prix de Rome, cuyo te- de los ejemplos más originales de arquitectu-
culminante del sistema Beaux Arts. En su obra ma era “Un College de France”, y dentro del ra Beaux Arts de la época: uno de ellos es el ex-
se descubren los aciertos de una formación cual estuvo entre los 10 finalistas. traordinario edificio del Tigre Club diseñado
sustentada en ciertas premisas básicas que, PP llegó a la Argentina hacia 1908, poco por Pater y Dubois, inaugurado en 1912.
como a muchos otros arquitectos de su mis- antes del Centenario, cuando la actividad cons- Característico del momento y ligado al es-
ma generación, le sirvieron para asimilar el tructiva alcanzaba niveles sin precedentes en parcimiento, resulta prácticamente inédito en
desafío y el compromiso de la Modernidad. el ámbito privado y se organizaban numero- su género y sólo se puede señalar como ante-
sos concursos. Participó en varios de ellos, co- cedente el proyecto de “Casino” realizado por
Pater ingresó en la famosa École des Beaux mo el de la Facultad de Ciencias Exactas, Fí- Louis Hippolyite Boileau en la École, que en
Arts de París en 1899 y obtuvo su diploma ofi- sicas y Naturales (1908); el de la Universidad 1900 recibió el premio Achille Lecière.
cial de arquitecto en 1905. Los años de su for- y el Colegio Nacional Central (1909) o el del El Tigre Club resume como pocos las ca-
mación dentro del atelier oficial de Edmond Policlínico José de San Martín (1909). Estos racterísticas de la arquitectura Beaux Arts en
Paulin (Grand Prix de Rome, 1875) coincidie- proyectos de edificios y conjuntos monumen- su apogeo. En el aspecto compositivo, se veri-
ron con el apogeo de la famosa escuela. Defi- tales, prototípicos programas de la École, prio- fica el habitual refinamiento de la volumetría
nida por su máximo ideólogo, Julien Guadet, rizan la resolución y representación del con- surgida de una planta simple y clara. Esta es-
como “la más liberal del mundo”, se había junto en planta. trategia se ve potenciada por la relación dia-
transformado en el paradigma pedagógico y PP sigue la tradición aprendida, pero esca- léctica entre los elementos básicos del proyec-
teórico de la disciplina. pa a la tiranía de una rígida simetría y, a tono to –cuerpo principal y puente–, esencial para

48 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pas pat
la apreciación del conjunto. Otro aspecto re- tría, fórmula en la que residía la atracción de Ambos arquitectos cursaron estudios en la
suelto aquí con singular maestría es la im- estos edificios. École des Beaux Arts de París; sin embargo, la
plantación de la obra y su relación con el en- La culminación de la trilogía monumen- mayoría de los trabajos surgidos de esta aso-
torno. Básicamente el Tigre Club no es sino la tal no es otra que la muy conocida residencia ciación se desarrollaron dentro de las formas
brillante transcripción de los “tradicionales” Ortiz Basualdo, actual embajada de Francia en expresivas del Movimiento Moderno, no obs-
chalets de la zona con su correspondiente te- la Argentina. Proyectada en 1912, su termi- tante haber sido sobre todo Pater (v.) un autor
rraza muelle. Dentro del espectro de la fun- nación definitiva demoró varios años y, en au- académico de destacada inspiración en el re-
ción, el edificio responde impecablemente a sencia de PP, la construcción estuvo a cargo pertorio borbónico. En los múltiples edificios
los múltiples requerimientos, en especial aquel del arquitecto Eugenio Gantner (v.). que realizan como binomio –fundamental-
de la imagen. En cuanto a los aspectos for- El edificio se basa en un partido de simples mente casas de renta y de oficinas–, donde se
males, puede decirse que edificios como el Ti- figuras geométricas yuxtapuestas que generan adoptan los cánones racionalistas, se hace evi-
gre Club confirman la aparición de la arqui- la volumetría. Este riguroso planteo composi- dente la sólida formación académica de los au-
tectura Beaux Arts, que termina con el tivo se enriquece en elevación con el tratamiento tores. Solo a modo de ejemplo de la extensa
Eclecticismo historicista y engendra por fin su plástico de los límites de la envolvente. obra construida por estos arquitectos (650.000
propio estilo, el cual, respondiendo a la teorí- La obra es una lección de inserción en el te- m2) en la Capital y en el interior del país, pue-
as de Julien Guadet, maximiza el valor de las jido urbano, de correspondencia entre masas den destacarse las casas de renta de Riobam-
operaciones proyectuales con “elementos ar- exteriores y espacios interiores, y de original ba 1250 (1935), Avenida Alvear esq., Libertad
quitectónicos”. recreación de motivos decorativos para refor- (1937) y Perú 428, así como oficinas para SKF,
PP habría de completar su primera etapa zar la propuesta formal. en Perú 543 (1937), todas ellas en Buenos Ai-
en la Argentina, antes de volver por primera Luego de una fugaz estadía en la Argenti- res, y el edificio Sudamérica, en la calle Santa
vez a Francia en 1914 con motivo de la guerra, na, al finalizar la conflagración, PP volvió a Fe 1027, Rosario (1930). M. I. DE L.
iniciando la construcción de otras dos grandes Francia para participar de las obras de pos-
piezas de estilo Beaux Arts. guerra, construyendo viviendas y edificios in-
Una de ellas fue la imponente residencia dustriales en su región natal. PATRIMONIO. m. En sentido amplio, conjunto
de la familia Urquiza Anchorena (1912) en La De regreso hacia 1923, reemprendió su tra- de bienes heredados de los padres. // Con-
Lucila, realizada en colaboración con el ar- yectoria proyectando edificios que si bien con- junto de bienes de carácter cultural, legados
quitecto francés Fredéric Bertrand y lamen- servan las cualidades básicas del sistema Be- a una sociedad por las generaciones prece-
tablemente demolida a mediados de la déca- aux Arts no poseen el carácter vital de la dentes.
da del cuarenta. Se trataba de otro gran ejercicio arquitectura de la década anterior. El retrai-
compositivo que combinaba la monumenta- miento y la austeridad apenas se aligeran a tra- Este concepto resulta de una construcción
lidad de su masa con el juego volumétrico de vés de rígidos formalismos Art Déco o tímidos histórica que primitivamente remitía solo a
las cubiertas, el tratamiento plástico de los mu- motivos clasicistas. obras consideradas como monumentos u
ros en las zonas de los vanos y la integración Así lo demuestran en el ámbito de la ar- obras de arte, pero se amplía, en la actualidad,
del sitio –la barranca junto al río– a través de quitectura comercial dos obras: el Gran Ho- a paisajes, sitios y entornos construidos, gru-
terrazas y escalinatas. La obra resumía el es- tel Royal, en Florida y Lavalle, o el edificio Drey- pos de objetos diversos, tradiciones, costum-
tilo Beaux Arts dentro de un planteo donde la fus, en Corrientes y 25 de Mayo, proyectado bres y formas de habitar de importancia his-
heterodoxia es la regla: las simetrías se relati- junto con su socio Gatner y con el arquitecto tórica o cultural. La valoración del patrimonio
vizan, los motivos tradicionales son utilizados francés Paul H. Nénot, el controvertido gana- conlleva la necesidad de elaborar criterios de
sin prejuicios, las proporciones se relajan. Es- dor del concurso del Palacio de la Sociedad de selección y técnicas para su conservación o
tas contradicciones intrínsecas no disolvían la las Naciones en Ginebra. restauración. Tales prácticas, ligadas en sus
unidad compositiva sostenida por la geome- De la misma época son dos proyectos que inicios con la historia, la arqueología, la mu-
demuestran las limitaciones y la vigencia del seística o el coleccionismo privado, fueron
sistema Beaux Arts: el proyecto del Palacio complejizándose hasta constituir ramas dis-
de Gobierno de Mendoza y el diseño para el ciplinares específicas. Por otro lado, el papel
concurso de la sede del Jockey de San Isidro. relevante de la conservación patrimonial en
Luego de otra estadía en Francia entre 1930 las naciones modernas condujo a la inter-
y 1934, PP trabajó en asociación con el inge- vención decidida de los organismos estata-
niero Alberto Morea (v.). La mayoría de los tra- les para la creación de cuerpos legales que ha-
bajos surgidos de esta asociación se desarro- biliten la protección, establezcan criterios
llaron dentro de las formas expresivas del básicos y construyan los organismos públicos
Movimiento Moderno. F. A. G. dedicados a las tareas de inventariado, rele-
vamiento y conservación de los bienes que se
consideran significativos. La conservación de
PATER Y MOREA. (PATER, Pablo (v.); MOREA, la arquitectura –en sentido amplio– constitu-
Luis: Buenos Aires, 1903 - Íd., 1975). Estu- ye un capítulo central dentro de la conserva-
dio de arquitectura de importante producción ción patrimonial, y ha desarrollado por su na-
u LOGGIA DEL TIGRE CLUB, P. PATER. en la primera mitad del siglo XX. turaleza métodos y técnicas particulares.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 49


ANTECEDENTES INTERNACIONALES. camiento, que se refuerza en la medida en que
La conservación de obras pretéritas por par- la obra de arte se coloca, en el Romanticismo,
Santa Catalina te de diversas culturas demuestra que la espe- como sustituto de aquellos valores trascen-
cial consideración que funda nuestras ideas ac- dentes. El Estado moderno reemplazó a la Igle-
tuales de patrimonio resultó de la convergencia sia en las políticas de conservación; deben en-
de valores materiales, estéticos, simbólicos y tonces formularse los principios, metodologías
religiosos, y también de la voluntad cognosci- y propósitos nuevos para regirlas.
tiva: como ya aparece planteado en los textos El tema del ripristino, que pone en cuestión
de Heródoto, los objetos materiales se consti- la continuidad temporal al reconocer un hiato
tuyen aún en una de las fuentes privilegiadas drástico entre distintas épocas, al tiempo que
de la Historia. considera posible la recuperación del original,
El coleccionismo relativamente sistemático se ve asediado también en otros países que for-
practicado por los romanos podría conside- mularon más tardíamente el problema, como
rarse entre los antecedentes más lejanos de va- Francia e Inglaterra. En Francia, la disputa en-
loración de objetos patrimoniales, aunque la tre antiguos y modernos en el siglo XVII vuel-
formación de colecciones implique su desarti- ve a plantear la cuestión, realzando el modelo
culación del el contexto material de origen. El griego. El XVIII francés es el siglo de auge de
emperador Adriano coleccionaba obras de arte las labores arqueológicas cuya relación con la
y llegó a formar una suerte museo con escul- conservación es inmediata: Colbert empeña in-
turas griegas en su villa en Tívoli; tanto él, co- gentes sumas de dinero para enviar colabora-
mo Septimio Severo y Teodosio en el Imperio dores a Grecia, Turquía, Palestina, Persia, con
Romano, Constantino en el período Bizanti- la función de recoger manuscritos, monedas,
no e incluso Teodorico en el reino germánico medallas, y relevar lugares clásicos. En 1668,
de Italia, establecieron prescripciones respecto Robert de Dreux alaba el Partenón como mo-
del tratamiento de los monumentos, lo cual de- delo de perfección arquitectónica e inaugura
nota que el carácter patrimonial asignado a los una tradición valorativa occidental que llega a
mismos implicaba ya una política de Estado. nosotros. Para salvaguardar tales bienes, Lord
Se asiste en los inicios de la Edad Moderna Elgin traslada a Londres los mármoles del Par-
a un panorama diverso en torno de la consi- tenón; Lord Burlington reactualiza a Palladio,
deración de los testimonios del pasado, en el adquiriendo una serie de relevamientos origi-
que se superpone el respeto por el mundo an- nales del vicentino. Todavía la conservación de
tiguo con una voluntad transformadora. El plan bienes posee un carácter universal; se carece de
de Sixto V resulta clave para comprender la ten- la idea de contexto, por lo que un templo pue-
sión entre conservación y renovación urbana, de ser desarmado y llevado a Londres, a París
al definir un recorte del repertorio patrimonial o a Berlín; la recolección de restos y el releva-
a favor de los monumentos significativos de la miento de modelos implica alcances directa-
cristiandad romana, puestos en relación por co- mente operativos en el quehacer arquitectóni-
herentes intervenciones. Para entonces ya es- co. Así, por ejemplo, las excavaciones de
taban planteadas las coordenadas del debate Pompeya –la ciudad sepultada por las cenizas
que atravesaría los siglos siguientes: ¿es posi- del Vesuvio, descubierta por Domenico Fonta-
ble restaurar ese “diseño original extraviado”, na a fines del XVI–, iniciadas en 1748, provo-
cuya búsqueda nos remite al mito de una edad caron una ola de entusiasmo europeo, refren-
dorada? Se corre el riesgo avanzado por el hu- dada por los pronunciamientos laudatorios de
manista Pietro Bembo: su presente ya parecía Winckelmann y los croquis de Piranesi, lo que
moverse entre una “colección de modelos” y un se tradujo en inspiración para arquitectos, pin-
“museo de falsificaciones” (Mazzacuratti, 1985). tores, ceramistas y diseñadores de muebles; en
En relación a este clima cultural, surge a el revival de técnicas como el estuco; en la in-
principios del 1500 la figura del “conservador corporación de motivos decorativos; en la afir-
de monumentos”, ligada aún a la actividad mación, en fin, de la tendencia neoclásica. La
de la Iglesia. Rafael fue nombrado como tal en excavación también produjo, a partir de 1860,
u IMÁGENES DE LA ESTANCIA SANTA CATALINA, EN Roma por el papa León X, y sabemos que la ac- innovaciones sustanciales en las técnicas ar-
ALTA GRACIA, CÓRDOBA. LA FACHADA DE LA IGLE- tividad de relevamiento científico de las obras queológicas y de restauración.
SIA, ATRIBUIDA AL HERMANO ALEMÁN ANTONIO antiguas, ya presente en el temprano Quatro- El criterio de patrimonio en función na-
HARLS, ES UNO DE LOS FRAGMENTOS MÁS LOGRA- cento, se desarrolla desde entonces de mane- cional y pública (bienes al alcance de todos los
DOS DE LA ARQUITECTURA COLONIAL ARGENTINA. ra notable. Como apuntó Alois Riegl, el culto ciudadanos) es más tardío. Algunos historia-
moderno de las ruinas posee aún el valor re- dores destacan el quiebre producido a partir
ligioso o mítico derivado de este primer acer- de la Revolución Francesa, entre 1790 y 1792,

50 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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cuando se realizaron los primeros inventarios figuras centrales en el relato de la Arquitectu- arrollo notable. Pero, como afirma Choay (Sca-
de bienes del nuevo Estado. El decreto que la ra Moderna, como William Morris y John Rus- rrochia, ed. 1995), la contribución de Riegl no
Convención Nacional sancionó en 1794 sue- kin, opuestos a la “falsedad” de las reconstruc- ha sido aún suficientemente asimilada. La
le considerarse como el primer instrumento ciones o continuaciones. Para Ruskin, el mayor mundialización de la conservación no des-
normativo y regulatorio moderno con respec- valor de un edificio era el valor de antigüedad. arrolló suficientemente dos cuestiones que el
to a la noción de patrimonio público como sis- Morris fundó la SPAB (Society for the Protec- estudioso austríaco había distinguido: el ori-
tema de bienes de la comunidad. Teóricos des- tion of Ancient Buildings), apodada Anti-scra- gen occidental, etnocéntrico, de la noción de
tacados como Quatremère de Quincy elaborarán, pe por su oposición vehemente a las “restau- monumento y de las prácticas de conserva-
ya en el siglo XIX, criterios maestros de se- raciones conjeturales”, y pionera entre las ción; el carácter relativo y problemático de cual-
lección y preservación de obras en relación asociaciones no gubernamentales dedicadas a quier acto de preservación, que debe respon-
con su contexto. la cuestión. En la misma línea Georg Dehio, der a demandas y valores contradictorios. En
En pleno auge de la construcción de los es- ferviente defensor del patrimonio histórico com- la sociedad de masas actual, predominaron los
tados-nación, los monumentos “nacionales” prendido como legado indeclinable al pueblo, valores de antigüedad ante los más conflicti-
son frecuentemente reconstruidos para con- rechaza firmemente la museificación y cual- vos valores estéticos, que son de todas ma-
vertirse en hito del relato que hace posible la quier forma de restauración no necesaria pa- neras inevitables en el momento de inventa-
identidad. La conservación del patrimonio ar- ra el mero mantenimiento del objeto. riar qué permanece y qué cambia; las formas
quitectónico adquiere implicancias político-so- Fue el austríaco Alois Riegl quien inaugu- de restauración suelen asimilarse, afirma la
ciales cada vez más amplias, y excede las pre- ró en El culto moderno a los monumentos investigadora francesa, al repertorio de citas
ocupaciones eruditas y artísticas. de la Arquitectura Posmoderna.
El famoso artículo de Goethe sobre la ca- Cuando Riegl escribió el ensayo mencio-
tedral de Estrasburgo puede considerarse no nado, como introducción para un proyecto de
solo la inauguración de una sensibilidad que ley de tutela patrimonial en Austria, se habían
contribuiría con las poderosas vertientes his- cumplido 50 años de la creación de la Comi-
toricistas en la arquitectura decimonónica, sión Central para la Conservación de Monu-
sino también entre las primeras expresiones mentos Históricos y Artísticos del Imperio Aus-
del interés por obras estilísticamente desde- trohúngaro (que funda el fin de la prehistoria
ñadas en tanto revelación de un carácter na- en la cultura de tutela), y a la tarea de reorga-
cional o popular. En este contexto, no interesa nización se dedicará Riegl hasta su muerte. Có-
centralmente el valor estético de una obra, si- mo articular instituciones y leyes con experi-
no su valor cultural como expresión colecti- mentación y cambio fue el problema central
va. Con estas bases, Schinkel propone en 1813 planteado en su proyecto. En Gran Bretaña, la
la clasificación y conservación de monumen- Royal Commision on Historical Monuments
tos propios como deber del Estado, siguiendo (RCHM) fue establecida en 1908; en 1913, la
la estela francesa. Recordemos este afán re- Ancient Monuments Consolidation and
constructor a través de un ejemplo notorio: la Amendment Act estableció que las propieda-
inacabada catedral de Colonia reabre su can- u RUINAS DE LA MISIÓN DE SAN IGNACIO, EN MISIONES. des desocupadas de interés podían ser reteni-
tera en 1842. El episodio reavivó el debate acer- das en tutela estatal; pero recién en 1967, con
ca de la oportunidad de la salvaguarda de rui- (1903) con una posición más compleja, la tra- la Civil Ammenities Act, se habilitó a las au-
nas, de su rehabilitación o reconstrucción y de dición contemporánea. Riegl critica los des- toridades locales de planificación para esta-
los límites de esta tarea, en la medida en que puntes chauvinistas del conservacionismo a ul- blecer ámbitos de conservación arquitectóni-
cualquier perspectiva que se adoptara impli- tranza –los bienes no son para él nacionales ca que excedieran el edificio individual. De
caba un compromiso configurante con la his- sino para la entera humanidad– y auspicia una manera similar, en Francia se creó la Com-
toria, y esta constituía el relato maestro para superación de las categorías de valor artístico e mision des secteurs Sauvagardés en 1962, du-
articular la identidad de una Nación. histórico de los monumentos, derivadas de la rante el ministerio de André Malraux, y en la
La tutela de monumentos implicaba ya dos apreciación de lo bello en la estética normativa misma dirección se creó en Estados Unidos la
modos distintos de entenderla: la restauración y del mencionado desarrollo teológico de la con- Historical American Survey. De la política de
o la conservación. La cultura arquitectónica his- cepción romántica del arte, para proponer una restauración norteamericana es testimonio
toricista poseía en los trabajos de reconstruc- fruición democratizada, relativamente libre y maestro el trabajo sobre Williamsburg, la ca-
ción de Viollet le Duc un punto de apoyo que múltiple del patrimonio (Scarrocchia, 1981). pital colonial de Virginia desde 1699 a 1780.
derivaría en las intervenciones interpretativas Destaca también la insuficiencia del trabajo eru- El proyecto se inició en 1926, con el propósi-
de Semper, Schmidt y Boito, estrechamente li- dito cuando no existe una sensibilidad social li- to de que the future may learn from the past.
gadas a propuestas de arquitectura contempo- gada a los objetivos, sensibilidad que debe ser Se restauraron unos 500 edificios; el tráfico de
ránea. De Viollet Le Duc se recuerdan los tra- educada por los poderes públicos. automóvil fue excluido del área restaurada en
bajos de reconstrucción de la villa de Carcassone; Los problemas de la salvaguarda del patri- temporada alta; el énfasis se colocó en la edu-
la restauración de la Sainte-Chapelle (1840-67) monio son ya mundiales, y muchos aspectos cación cívica popular.
y de Notre Dame de Paris (1845-64). A favor de planteados por Riegl, y ampliados por discí- Williamsburg es modélica porque enfren-
la conservación, en cambio, se encontraban pulos como Dvórak, han conocido un des- ta algunos problemas de la móvil sociedad de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 51


en los que ICOMOS intervino constituyen hi-
tos científicos, debido a su enorme problema-
ticidad. El más publicitado fue el rescate de los
templos de Abu Simbel, amenazados por la
construcción de la represa de Aswän, en Egip-
to. Ellos fueron convertidos en bloques gigan-
tes y resituados 60 metros por encima de la
ubicación original. La dramática operación pu-
so en evidencia el lugar central de las tecno-
logías modernas en la tarea de preservación, y
las ingentes sumas que se deben invertir: so-
lo es posible la preservación de los tesoros de
la Humanidad si existen organismos interna-
cionales de apoyo.
La idea de patrimonio cultural se amplió en
la segunda mitad del siglo XX, incluyendo el
paisaje natural y conectándolo con las arqui-
tecturas a preservar, de tal manera que la Co-
u EL CABILDO DE BUENOS AIRES SUFRIÓ DISTINTAS TRANSFORMACIONES A LO LARGO DE LOS AÑOS, INCLUYENDO LA DEMOLI- misión de Protección del Patrimonio Mundial,
CIÓN DE UN SECTOR PARA LA APERTURA DE LA AVENIDA DE MAYO, Y LA RESTAURACIÓN DE M. BUSCHIAZZO EN 1928. Cultural y Natural, creada por la UNESCO en
1972, reúne conceptualmente los lugares de
excepción “naturales” y “artificiales”. Desde
entonces más de 450 monumentos, conjuntos
y sitios han sido considerados de valor uni-
versal excepcional: en la Argentina fueron dis-
tinguidos los parques nacionales Los Glacia-
res, Iguazú, y la Quebrada de Humahuaca,
como patrimonio natural, y las Misiones Je-
suíticas de San Ignacio y las Estancias Jesuí-
ticas de Córdoba como patrimonio cultural. (v.
Área protegida).

LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO


EN LA ARGENTINA.
Los debates reseñados aparecen en el es-
cenario argentino, en los dos últimos siglos,
en forma particular. Si en otros ámbitos la pre-
ocupación comenzó a partir de preguntarse
por qué y cómo deben ser protegidas las obras
masas. Nuevas cuestiones emergieron en re- patrimonio cultural se orientó a la salvaguarda de arte del pasado, la fiebre museística que pue-
lación a la estructura económica del capitalis- de estos bienes excepcionales en ocasiones de de verificarse en la Argentina durante las últi-
mo avanzado, tales como el proceso de valo- conflicto extremo. Asociaciones no guberna- mas décadas del siglo XIX está ligada a la con-
rización de la tierra urbana, que pone en jaque mentales, como Heritage at Risk, The World vicción de que existían aquí escasas obras de
la posibilidad de congelar ciertas áreas; la mo- Conservation Union, World Conservation Fund, arte en el sentido tradicional. El valor más re-
vilidad creciente a través el automotor, que ICOMOS, asesoran a los organismos interna- currente fue, entonces, el valor de antigüedad,
deteriora áreas de valor histórico; la necesa- cionales en la apreciación del patrimonio mun- ligado al acontecimiento histórico relevante.
ria reducción de los valores en función de la dial. ICOMOS (Consejo Internacional de Mo- Los debates acerca de la demolición de la Pi-
pedagogía masiva, etc. numentos y Sitios), fundada en 1965 como rámide de Mayo, en ocasión de los amplios tra-
La Segunda Guerra Mundial volvió a poner resultado de la Carta para la Conservación y bajos propuestos por Alvear en Buenos Aires
en primer plano la previsión de Riegl: que los Restauración de Monumentos y Sitios firma- durante la década del ochenta, dejan en claro
bienes culturales son patrimonio de la Hu- da en Venecia en 1964, es la más difundida de las diversas posiciones con respecto a los mo-
manidad. Así, en la segunda mitad del siglo ellas en nuestro país. Se ocupa del inventa- numentos históricos de la ciudad que se iden-
pasado ha adquirido relevancia la acción de or- riado y evaluación del patrimonio internacio- tificaban con la historia de la Nación. Aunque
ganismos como la Unesco, y de las conven- nal, de la difusión de principios, técnicas y po- la Pirámide era, según Alvear, una “mezquina
ciones internacionales que buscan definir prin- líticas de conservación. Posee actualmente construcción de albañilería”, con agregados
cipios comunes a las diversas culturas. En 1954, comisiones en 107 países, incluido la Argen- “de mal gusto”, de apenas setenta años de an-
la Convención de la Haya para la protección del tina. Algunos de los trabajos de restauración tigüedad, nada acorde al “recuerdo glorioso de

52 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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la obra de nuestros padres” (y como conclu- minación de este fecundo debate, con la fun- zando sobre la construcción de un imaginario
sión debía así demolerse), otros apreciaban, ción de clasificar, proteger y conservar los bien- patrio popular, la Comisión proyectó una vas-
precisamente por sus imperfecciones, su va- es comunes de la Nación, estaba bastante ale- ta agenda de publicaciones, sin desdeñar la uti-
lor documental: según Estrada, ella es “recuerdo jada de la salvaguarda de la arquitectura como lización de medios técnicos novedosos, como
y testimonio de la pobreza y virtudes de nues- valor específico, ya en el plano estético, ya en lo demuestra el plan para la realización de cor-
tros padres”. Prevaleció esta posición, y la Pi- el de la identidad social: se clasificaba como tos cinematográficos. En tal sentido, aunque en
rámide, trasladada dentro de la misma plaza, monumento sólo el ámbito físico de valor his- principio la Comisión poseyó estrecha afinidad
se mantuvo (Gorelik, 1998). Las posiciones pa- tórico o arqueológico. Los criterios de valora- con la Academia de estudios históricos, tenía
trimonialistas, que en estas décadas a caballo ción histórica aparecen estrechamente unidos en claro que su rol y sentido social eran bien di-
del siglo XX comienzan a desplegarse con ma- al relato épico que, desde Mitre en adelante, se ferentes. Los años de dirección de Levene, en-
yor solidez, implicaron, entonces como hoy, construyó sobre el pasado. No extraña así que tre 1938 y 1946 –cuando sus miembros re-
diversas posiciones ideológicas. El caso de las el primer presidente de la Comisión fuera Ri- nunciaron por divergencias con el gobierno–
ruinas de San Ignacio es un testimonio nota- cardo Levene, el líder de la llamada nueva his- fueron aquellos en que se construyó la imagen
ble de estos conflictos. Mientras se propone toria que consolidó, con rigor documental, los pública de la institución.
como empresa nacional la reconstrucción “a tópicos de la historia política y militar formu- En lo atinente a la salvaguarda de obras y
nuevo” de las ruinas, críticos como Groussac lados por sus antecesores. sitios, el criterio de la primera etapa de la Co-
señalarán, con justeza, que su encanto residía La década de 1930 asistió a un florecimiento misión estuvo ligado a los acontecimientos cla-
en la intrincada relación con el sitio natural, de la actividad historiográfica, hegemonizada sificados como excepcionales, tales como la
cuya exuberante vegetación convertía los res- por esta escuela y consolidada con apoyo esta- reunión de los cabildantes de Mayo, la erec-
tos en románticas ruinas. Groussac niega va- tal; baste recordar algunas iniciativas de lar- ción o conservación de mausoleos o monu-
lor estético al “estilo” jesuítico, considerán- go aliento, como la publicación de los Docu- mentos en las tumbas de los hombres distin-
dolo mestizo, y recuerda la negra historia de la mentos de arte argentino por la Academia guidos, incluso la oportunidad del traslado
Compañía para negar, además, todo papel di- Nacional de Bellas Artes, iniciada en 1938. El de sus restos; o la salvaguarda de los escasos
dáctico-ciudadano a su reconstrucción. Tam- antecedente inmediato de la Comisión Nacio- ejemplos arquitectónicos que, por valor de an-
bién enjuiciará las intervenciones planeadas nal de Museos, Monumentos y Lugares His- tigüedad, resultaban ineludibles, en particular
en el área del “natural” del Iguazú. En la posi- tóricos fue la Superintendencia de Museos y los edificios eclesiásticos. Los dos casos más
ción del conocido historiador se entremezclan Lugares Históricos, constituida en 1937 du- publicitados y significativos en la consolida-
juicios estéticos estrechos y apreciaciones his- rante el gobierno de Justo, que aceptaba las ción de la historia patria, la restauración del
tóricas de fuerte carga ideológica, pero además conclusiones del II Congreso de Historia In- Cabildo de Buenos Aires y de la Casa Históri-
estimaciones aún actuales acerca del tipo de ternacional de América, celebrado en Buenos ca de Tucumán, no fueron iniciativas de la Co-
intervención de tutela y el peligro de las re- Aires el mismo año. Sus tareas se iniciaron en misión, sino del Congreso Nacional. El caso
construcciones interpretativas. 1938, y es reconocida con su actual nombre por
En el clima del Centenario, el juicio negati- la Ley 12.665 de 1940. Esta ley encontraba un
vo acerca de la arquitectura hispánica comen- antecedente de importancia en la 9.080/1913,
zó a ser revertido. Algunas iniciativas indivi- reglamentada en 1921, que declaraba propie-
duales dieron como resultado los primeros dad de la Nación las ruinas y yacimientos ar-
inventarios patrimoniales de la Arquitectura queológicos y paleontológicos, bajo la tutela de
Colonial: el más importante fue el de Juan Kron- la Dirección del Museo Nacional de Historia
fuss (v.), quien, inspirado por Ruskin, desdeña Natural (luego Museo de Ciencias Naturales)
el valor estético edilicio para subrayar su valor y del Museo Etnográfico (FFYL, UBA). Estos
cultural. Desde esos años, la historiografía de sitios habían despertado interés internacional
la arquitectura comienza a definirse a la par que desde el siglo XIX, y así se iniciaron labores de
crece el entusiasmo, entre los arquitectos, en conservación en lugares como el Pucará de Til-
recrear un estilo nacional. En las décadas su- cara, descubierto por Ambrosetti y Debenedetti
cesivas, arquitectos como Héctor Greslebin (v.) en 1908 (v. Sitio arqueológico).
no solo activan en pos de un estilo propio, sino La Comisión actuó en sus primeros pasos
que también dedican su esfuerzo a tareas ar- como una superestructura que atendía la co-
queológicas. Este clima de ideas contribuye de- herencia de propósitos de los múltiples muse-
cididamente a la institucionalización de orga- os históricos del país, muchos de ellos califica-
nismos específicos para asumir la tarea de dos como meros “gabinetes de curiosidades”,
preservación del patrimonio arquitectónico y así como también a cuestiones de estrecha re-
urbano nacional (v. Historiografía de la Arquitectura). lación con la memoria histórica, tales como la
A pesar de la importancia que fue adqui- nomenclatura de las calles; la instalación de pla-
riendo la conservación de testimonios arqui- cas recordatorias en las casas de próceres y las
tectónicos y urbanos, la filosofía inicial de la sedes de eventos fundacionales para la Repú-
Comisión Nacional de Monumentos, Sitios y blica; las ceremonias conmemorativas; la opi- u ENCUENTRO DE LA ARQUITECTURA CONTEMPORANEA Y EL
Lugares Históricos, creada en 1940 como cul- nión sobre el festejo de días patrios, etc. Avan- PATRIMONIO: SEDE DEL BANCO DE CORRIENTES, DE MSGSSV.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 53


del Cabildo antecede, en la decisión legal, a Jorge Gazaneo (v.), figura identificada con la dades (Córdoba, Buenos Aires, v.), que sometían a la
la formación de la Comisión; el caso de la Ca- enseñanza de la Historia de la Arquitectura destrucción a barrios enteros, con las sinies-
sa de Tucumán había sido previsto por Leve- Moderna en las facultades de Arquitectura de tras desapariciones de personas: aún hoy, la
ne en 1940, cuando considera esta restaura- La Plata y de Buenos Aires, cuyas preocupa- apelación a la memoria urbana sugiere una
ción como primera etapa de la Región Norte, ciones respecto del patrimonio estuvieron tem- oposición activa a estos crímenes contra la hu-
a la que debían seguir el Cabildo de Salta y el pranamente focalizadas en la Arquitectura In- manidad. Por otro, mientras el pensamiento
de Humahuaca. Este había sido sustituido por dustrial y de infraestructuras decimonónicas. progresista se reciclaba en la crítica histórica,
la Dirección General de Arquitectura –los res- Desde entonces, la noción de patrimonio ar- reafirmando su lugar en la cultura, este lugar
tos del cabildo histórico fueron demolidos en quitectónico y urbano excedió el listado histó- no deja de ser, sin embargo, complicado por
1928–, y tanto la Comisión como M. Bus- rico de la Comisión para abordar arquitecturas la censura: ninguna objeción, en cambio, pue-
chiazzo (v.), autor de la celebrada reconstruc- cotidianas o utilitarias, que podían ponderarse de poner la Dictadura al ensalzamiento de la
ción del cabildo porteño, criticaron su enfoque con distancia temporal (ej.: las estaciones de fe- historia nacional.
pintoresquista. Quedaba pendiente, sin em- rrocarril, los viejos silos, fábricas, estancias, edi- Durante la década del setenta se realizaron
bargo, la discusión que la propia intervención ficios-testimonio del ingreso de la modernidad relevamientos sistemáticos del patrimonio ar-
en el Cabildo de Buenos Aires había origina- en la arquitectura local). quitectónico y urbano con vistas a su preser-
do: Buschiazzo, consciente del anacronismo, También en 1973 aparece la revista DANA vación: Centros Históricos del NOA (Instituto
siguió las ideas de restauración interpretativa (Documentos de Arquitectura Nacional), di- de Historia de la Arquitectura, UNT, desde
de Viollet le Duc. rigida por Ramón Gutiérrez (v.), y una serie de 1970), Casco Histórico de Corrientes (Depto.
Un aspecto que iría unido al tema de la pre- iniciativas impulsadas por Marina Waisman de Historia de la Arquitectura de la Universi-
servación edilicia, ya reconocido en las décadas (v.), como la creación –en 1974– del Instituto dad Nacional del Nordeste, 1971-1974), Centro
de formación de la Comisión, lo constituye el de Historia Crítica y Preservación del Patri- Histórico de Córdoba (Asesoría de Planea-
turismo. La novedosa industria se mueve en monio Arquitectónico en la Facultad de Ar- miento Urbano de la Municipalidad), Patri-
contacto directo con el avance de rutas, cami- quitectura de la U.C.C.; la aparición –en 1975– monio Cultural de la Prov. de Chubut (ICO-
nos y ferrocarriles, y resulta emblema de mo- de Summa/historia (que se convertiría en Do- MOS, 1974-1975), etc.
dernidad en empresas como el Automóvil Club cumentos para una historia de la arquitectu- Ya en la década del ochenta se formó, ba-
Argentino. Anahí Ballent ha puesto en relación, ra argentina) y el inicio, también en Summa, jo la dirección de Ramón Gutiérrez, el Insti-
en sus investigaciones, esta función de la pre- de la campaña en pro de la salvaguarda del pa- tuto Argentino de Investigaciones en Historia
servación patrimonial que marca decididamente trimonio arquitectónico nacional. de la Arquitectura y Urbanismo, orientado a la
las intervenciones patrimoniales del siglo XX. Este movimiento de operativización de la producción de trabajos históricos funciona-
En tal sentido, los inventarios y catálogos historia no es ajeno a la emergencia de la Dic- les a temas de rescate patrimonial; esta ten-
de monumentos y sitios de interés no fun- tadura Militar. Por un lado, se identificaron al- dencia se afianza con la creación de los con-
cionan solo como instrumento indispensable gunas operaciones de cirugía mayor en las ciu- gresos de Preservación del Patrimonio
para las políticas de Estado, sino también co- Arquitectónico y Urbano.
mo guías turísticas: tal es el caso de la “Guía La fundación, en 1993, del CICOP (Centro
de los Monumentos Históricos de la R. A.” Internacional para la Conservación del Patri-
–iniciativa surgida en 1993 cuando Jorge E. monio), con sede en La Laguna, Islas Canarias;
Hardoy (v.) ejercía la presidencia de la Comi- y la constitución en ese mismo año de su filial-
sión– que abarca todos los monumentos his- Argentina, bajo la dirección de Jorge Bozano,
tóricos comprendidos por la Ley 12.663, or- resulta de una diversificación en el campo de
ganizados en circuitos acordes con las regiones la teoría y práctica de la conservación y restau-
culturales consideradas como tales desde ha- ración patrimoniales, que refleja tanto la emer-
ce más de 30 años. gencia de España en el tema, y su proyección
Durante las décadas de 1970 y 1980 se pro- en América Latina, frente a las tradicionales pla-
dujo un punto de inflexión respecto del tema zas de Italia, los países anglosajones y Francia,
patrimonio. En principio, la Historia y la Ar- como su articulación con bienes intangibles
quitectura regresó a fines los años setenta a un (conjunto de manifestaciones culturales, tales
lugar relevante en las discusiones teóricas de como las tradiciones, la lengua, la música, la
la disciplina. Pero su progresivo desplazamiento danza, la gastronomía, etc). Investigadores de
hacia la preservación del patrimonio arquitec- formación arquitectónica, como Daniel Scha-
tónico y urbano relegó el interés por la inves- velzon, se han especializado en la arqueología
tigación de base a la consideración de su fun- y el rescate de edificios, infraestructuras, túne-
cionalidad directa para la salvaguarda de los les y objetos varios, que pintan en conjunto un
testimonios materiales del pasado. fresco del pasado argentino.
Pueden indicarse diversas estaciones en es- Por último, y ligado directamente con la en-
ta transformación. En principio, la creación, señanza de la arquitectura y con el desarrollo
en 1973, del Comité Argentino de ICOMOS, de la crítica histórica, a partir de la emergen-
presidido desde entonces y por varios años por u FACHADA DEL CENTRO CULTURAL RECOLETA, BS. AS. cia de la democracia varias cátedras de Diseño

54 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


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u CÚPULA DE LAS GALERÍAS PACÍFICO, REMODELADAS POR JUAN. C. LÓPEZ CON ASESORAMIENTO DE E. KATZENSTEIN.

Arquitectónico iniciaron trabajos conjuntos jos se centraron en el conjunto plaza, catedral, la Humanidad, aquellos que provocan orgullo
con los alumnos de inventariado y redibujo del museo, con una cámara subterránea en la que y alegría, sino también las huellas de una me-
patrimonio ecléctico y temprano-moderno de se exponen restos arqueológicos. moria trágica, con una función didáctica, ilu-
las principales ciudades argentinas. En esta cla- Sin embargo, puede afirmarse que los pro- soria pero indiscutible: que este pasado no se
ve pueden mencionarse los trabajos de la Cá- blemas más ríspidos no se encuentran en aque- olvide para que estas tragedias no sucedan más.
tedra de J. Solsona (v. MSGSSS), sobre la Aveni- llos sitios cuya antigüedad, o significación cul- Fue en Alemania, por cierto, donde estos pro-
da de Mayo (1990) y los Relevamientos de la tural e histórica, los convierten en obvios blemas adquirieron el máximo clivaje: porque,
cátedra A. Díaz (v.) (1985), centrados en la obra destinos de la disciplina. Ellos surgen cuan- ¿cómo se preserva y por qué un campo de con-
de los primeros modernos locales. do estos sitios deben componerse con activi- centración? El tema adquirió un lugar relevan-
Desde entonces, distintos trabajos afirman dades actuales y cotidianas, poco compatibles te en la Argentina después de la Dictadura Mi-
la tendencia a la confección de catálogos e in- con su origen o jerarquía, o cuando se trata de litar, y dio lugar, desde fines de los noventa, a
ventarios de ciudades, centros históricos y ar- edificios relativamente recientes cuya calidad debates acerca del destino de algunas cons-
quitecturas significativas, como indispensa- no puede competir en términos de antigüedad trucciones de siniestras evocaciones. El caso de
ble instancia previa a la implementación de con otros edificios, y sobre todo cuando debe la ESMA (Escuela Mecánica de la Armada), lu-
acciones orientadas a su conservación y res- dictaminarse el tipo de edificios que la ciudad gar emblemático de detención de quienes lue-
tauración. Entre ellos se destacan los realizados debe conservar, aceptando que otros deben des- go serían desaparecidos, condensó diversas po-
para las ciudades de Córdoba, Santa Fe, Rosa- aparecer si se pretende al organismo urbano siciones, desde su demolición y conversión
rio, Bariloche, Mar del Plata, Buenos Aires y La como conjunto dinámico. La misma valoración en parque, su reutilización como escuela de Ar-
Plata, entre otros. Un ejemplo de preservación de los objetos está hoy en entredicho, en tan- tes y Oficios y, finalmente, su establecimiento
actual del patrimonio histórico en la década del to están en entredicho lo estándares para es- como Museo de la Memoria, destino dispues-
noventa lo constituye el caso de la ciudad vie- tablecer un canon universal. to en 2004. La presrvación se ha extendido no
ja de Mendoza, destruida por un terremoto en Los problemas respecto de la salvaguarda solo a aquellas obras y sitios poco estimados
1861. En 1993 se inició la puesta en valor de los del patrimonio se han ampliado después de la desde el punto de vista estético, sino también
restos, en un área que había sufrido sucesivas Segunda Guerra Mundial en una dirección im- a la voluntad de hacer públicos, visibles, e in-
remodelaciones entre 1930 y 1970. Los traba- pensable: no solo se preservarán los tesoros de olvidables, los testimonios materiales del terror.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 55


PATRIMONIO URBANO ARQUITECTÓNICO prendido por los barrios de San Telmo, Cate- dad ex novo con un particular trazado, prácti-
Y CÓDIGOS DE PLANEAMIENTO dral al Sur, Monserrat y la Avenida de Mayo. camente intacto, representativo de las princi-
Ángel Guido (v.), figura militante del na- Entre las principales disposiciones de la Or- pales tendencias del urbanismo decimonónico
cionalismo y consecuente cultor del neocolo- denanza 34.956 figuraban la conservación de y el valor urbano arquitectónico de sus edificios
nial (v.), escribió en 1939 Reargentinización la estructura catastral existente, que prohibía públicos fundacionales –en especial los que for-
edilicia por el urbanismo. Un año antes había subdivisiones e integraciones; el manteni- man el Eje Monumental– , además de una se-
concluido el Plan regulador de Tucumán, en miento del ancho de calles y veredas; la pre- rie de rasgos complementarios, como la abun-
el cual proponía como “solución a los proble- servación del paisaje edilicio, lo cual implica- dante forestación. Los argumentos en contrario
mas urgentes de carácter edilicio” la apertura ba la integración de toda edificación nueva con destacan que tal cuadrícula es, al menos, pa-
de una gran avenida central flanqueada por re- el entorno previo, la construcción de las facha- trimonio de las ciudades rioplatenses más tem-
covas que integraría al Centro Histórico Mo- das sobre la línea municipal, de medianera a pranas; que la preservación de la traza de ma-
numental, uniendo la Plaza de la Indepen- medianera, la consideración de la volumetría nera abstracta es al menos problemática, y que,
dencia con la del nuevo edificio de Tribunales dominante y el límite de la altura máxima fi- en la escasa densidad intelectual de la propuesta,
y creando en su trayecto un espacio de cele- jado en 10 m. no se establecen criterios específicos para el
bración de la Casa Histórica. Fomentaba el es- En el año 1992 se sancionó la Ordenanza equilibrio cambio-conservación.
tilo colonial o californiano para la construcción 45.517 que dio origen a la denominada prime- Más allá del éxito de la candidatura, aún en
de viviendas, a partir destacar los valores fun- ra Área de Protección Histórica de la Ciudad proceso de revisión debido a sus insuficiencias,
cionales y climáticos –en particular las virtu- de Buenos Aires, o APH1, la cual incluye a San su formulación contribuyó a instalar un clima
des de aleros, balcones y recovas– en la ar- Telmo, Monserrat y Avenida de Mayo, un sec- de debate acerca de la relaciones posibles entre
quitectura tradicional del NOA. Paralelamente, preservación del patrimonio construido, des-
realizaba el Plan Regulador para la ciudad de arrollo urbano y calidad de vida (v. Plan; Código).
Salta, donde, al igual que en el caso anterior,
la consideración del Centro Histórico se vin- PATRIMONIO: PRAXIS Y TEORÍA
culó con los estudios de asoleamiento, vientos La generalización de las prácticas de in-
dominantes y la circulación ferroviaria y ve- tervención sobre obras de valor patrimonial re-
hicular. Las propuestas urbanas de Guido con- gistrado en los últimos años ha redundado, por
figuran una temprana consideración de los cen- una parte, en la consolidación de un campo au-
tros históricos como material de trabajo de los tónomo de preservación patrimonial, con la
planes urbanos. consecuente multiplicación de contribuciones
Córdoba constituyó otro caso testigo, des- teóricas e históricas de orientación específi-
de temprano, en la articulación de planes ur- ca, y la emergencia de programas de estudios
banos y preservación patrimonial. En 1967, du- cuaternarios de la especialidad. Se crearon pos-
rante la gestión municipal del Arq. Rodríguez grados y maestrías en el ámbito de las facul-
Brizuela, se incorporó al Código de Edificación tades de Arquitectura de las universidades na-
de la ciudad un decreto-ordenanza que regla- u LICEO VICTOR MERCANTE, EN LA PLATA. cionales de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán
mentaba las nuevas intervenciones en el sec- y Mar del Plata, a las que se suma la reciente-
tor céntrico o área histórica. Apoyándose en tor aproximadamente similar al anterior U-24. mente creada en La Plata, como también en
esta base patrimonial, y ampliando los objeti- También se creó la sección 10 del Código de universidades privadas, como El Salvador y Di
vos de reciclaje hacia edificios de la periferia Planeamiento Urbano, con la intención de Tella (Buenos Aires).
barrial antes no considerados, la ciudad sería orientar la preservación en la ciudad de Bue- Dentro del campo teórico se destaca la la-
transformada notablemente durante la gestión nos Aires. En 1997, existían 800 edificios pro- bor de Roberto Fernández, organizador de los
de M. Á. Roca (v. Córdoba). tegidos en Buenos Aires, cifra que trepa hoy a seminarios internacionales de Teoría y Prácti-
A principios de la década de 1970 comen- más de 2000. ca de la Gestión Integral del Patrimonio Ur-
zó a gestarse la propuesta de Código de Pla- Destacable a nivel nacional, La Plata, capi- bano Arquitectónico (GIPUA) y autor de Obra
neamiento Urbano de la Ciudad de Buenos Ai- tal de la Provincia de Buenos Aires, presenta del Tiempo, ensayo –pronto a publicarse– en
res, que se haría efectivo en 1977, ya instalado caracteres particulares con respecto al pro- el cual ofrece un marco teórico-conceptual ge-
el Proceso. Mientras planteaba preservar los blema de la conservación. La ciudad se propuso neral acerca de la GIPUA, centrándose en un
ámbitos y edificios de valor histórico, tradi- en 1996 como Patrimonio Cultural de la Hu- fragmento del vasto patrimonio genérico del
cional o arquitectónico salvaguardando sus ca- manidad, propuesta promovida por la Fun- mundo histórico material –el de las arquitec-
racterísticas, proponía conflictivamente la cons- dación CEPA (v.), autora del proyecto de can- turas de las ciudades y los territorios–, pero sin
trucción de un sistema vial de autopistas didatura, y patrocinada por el municipio. perder de vista la urdimbre de las relaciones
urbanas –sobre el lecho de un cauce de de- La propuesta comenzó a elaborarse a fines de ese fragmento con el campo integral o total
moliciones– finalmente concretado. de 1996 para ser presentada en el marco de la de lo patrimonial: lo microcósmico de los ob-
En 1979, la Municipalidad dictó normas es- Convención sobre la Protección del Patrimonio jetos (obras de arte) y lo macrocósmico de los
peciales para la preservación y renovación de Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO. territorios (naturales o antropizados a lo largo
la zona histórica de la ciudad o Distrito U–24 Los principales argumentos que sostienen la de la historia). También deben mencionarse
del Código de Planeamiento Urbano, com- postulación de La Plata son su carácter de ciu- en esta última etapa las exhaustivas fichas de

56 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pat pat
catalogación del patrimonio edilicio barrial de del revoque símil piedra en el paisaje urbano contemporáneas –como las piezas premolde-
Buenos Aires, llevada adelante por I. Josele- de las ciudades rioplatenses, si los propietarios adas de símil piedra–, habilitó una recreación
vich, G. Novoa y otros en la FADU-UBA; los carecen de apoyo financiero para mantener si- del ausente programa iconográfico original,
trabajos de arqueología urbana ya citados, re- quiera la fachada en condiciones mínimas de que apeló a la inclusión de temáticas propias
alizados por D. Schavelzon desde la mediados sustentabilidad estructural. de la historia argentina y latinoamericana.
de 1980; los estudios sobre el patrimonio ru- En el espectro de posibilidades de interven- En otro punto se sitúa el caso del Liceo Víc-
ral efectuados por C. Moreno, los análisis so- ción patrimonial podemos distinguir, a través tor Mercante de la UNLP; su puesta en va-
bre el patrimonio de las ex empresas del Es- de casos relevantes, las prácticas más frecuen- lor, coordinada por Ana Ottavianelli, marcó
tado, desarrollados por J. Tartarini, los trabajos tes. Debemos tener en cuenta el tipo de pro- un punto de inflexión en la gestión patrimo-
sobre el patrimonio académico realizados por tección que se sugiere o impone (integral, es- nial a partir del protagonismo de la comuni-
F. Grementieri y sobre el patrimonio rural pa- tructural o cautelar, según las definiciones dad –expresado en el aporte de materiales y
tagónico llevados a cabo por L. Lollich, etc. utilizadas en los códigos locales); la incidencia mano de obra– en conjunción con el Munici-
Por otro lado, la preocupación por el tema de los organismos públicos en relación a estas pio y la Universidad.
ha provocado una diversificada expansión de definiciones; el comportamiento privado según Aun con todos los reparos que pueden ha-
sectores de la industria de la construcción vin- el destino de la obra o conjunto, su enverga- cerse a estas operaciones, no cabe duda de que
culados a la provisión y producción de mate- dura, su lugar físico y su viabilidad económica. en el último cuarto de siglo se ha avanzado de
riales y tecnologías específicas y a la ejecución En un extremo se sitúan los casos de mo- manera notable en la conservación de edificios
de distintas tareas que la puesta en valor de edi- numentos relevantes, como el Congreso de de valor reconocido. Baste recordar la llamada
ficios demanda (recuperación de fachadas, cu- la Nación (que ha sido objeto de excelentes tra- Valoración de la Casa Histórica de Tucumán,
biertas, pisos, carpinterías, etc.). La aparición, encargo del gobierno provincial de la Dictadura
en 1994, de la revista Hábitat, bajo la dirección Militar a la Facultad de Arquitectura y Urba-
de Eduardo Leguizamón, es representativa de nismo de la UNT, que tuvo por resultado el re-
la conformación de este segmento. emplazo de los edificios aledaños por un par
También resulta sintomático del creci- de muros ciegos como parte de una serie de
miento de un campo tecnológico con sus pro- intervenciones –afortunadamente no concre-
pios espacios de reflexión, la realización de tadas– que incluían la demolición total de la
eventos como las Jornadas de Técnicas de Con- manzana opuesta y la construcción de un com-
servación y Restauración del Patrimonio del plejo turístico cultural dominado por un hotel
Laboratorio de Entrenamiento Multidiscipli- de veinte pisos.
nario para la Investigación Tecnológica (LE- Pero es en el campo más llano de cierta pra-
MIT), la labor docente en cátedras como la xis profesional, en obras que no presentan la
de Patología de la Construcción, Rehabilita- densidad simbólica o histórica de las anterio-
ción y Mantenimiento del Hábitat (FADU res, donde se verifica el mayor desarrollo de
UBA) y la participación de operadores espe- las prácticas de preservación expresadas en tra-
cializados en facetas específicas, como el ar- u SEDE DE LA UCA EN PUERTO MADERO, BUENOS AIRES. bajos de riprístino de la apariencia exterior o
quitecto Marcelo Magadán y sus trabajos de re- imagen urbana del edificio, y descomprome-
cuperación de revestimientos símil piedra en bajos de restauración, a cargo del Arq. Mede- tidas intervenciones interiores, más afines a
obras señeras como la restauración de la en- rico Faivre (v.), el Teatro Colón (que inició sus una lógica del reciclaje, muchas veces opues-
volvente del edificio Kavanagh. trabajos de conservación y actualización con tas al espíritu del original. Tal es el caso de nu-
Este panorama de expansión de los estu- vistas a terminarlos en su Centenario, en 2008), merosos ejemplos, que van desde la Casa Cen-
dios y las prácticas de preservación, que van de y la problemática conclusión de la Catedral de tral del Bankboston (original de Chambers y
la mano con la instalación de la problemática La Plata. Estas obras, iniciadas en 1996, in- Thomas con York y Sawyer de New York, 1924
en vastos sectores de la opinión pública en los cluyeron la terminación de sus dos torres prin- y reciclaje de Hampton Rivoira y asocs. (v.); la
centros urbanos más importantes, no debe cipales –1999–, e instalaron así una genera- torre Bencich –Daniel Fernández–; y, espe-
ocultar, sin embargo, los límites y dificultades lizada polémica teórica acerca de la oportunidad cialmente, la serie de remodelaciones de edi-
de la praxis cotidiana. Entre los trabajos de con- del completamiento. El tema, más allá del dis- ficios de notable valor arquitectónico que ac-
servación de edificios públicos listados, de im- curso técnico –alimentado por un siglo de es- tualizan las características de la función
portancia cultural e histórica reconocida, y la peculaciones referidas a las condiciones de es- comercial original, como las Galerías Pacífico
remodelación descuidada de la que es objeto tabilidad de la obra–, puso en cuestión, por su y el Mercado de Abasto, en Buenos Aires. Am-
el mayor volumen de la obra construida, se en- carácter similar al ejemplo citado de la catedral bos constituyen casos testigo de las posibili-
cuentran los casos intermedios más proble- de Colonia más de un siglo antes, aspectos doc- dades y límites de estas prácticas blandas de
máticos: los de aquellos edificios, ámbitos o trinarios de la conservación, condensados en preservación, que necesariamente tienen que
técnicas constructivas de valor, a veces con pro- la continuación de las obras, iniciadas en 1884, medirse con los cambios epocales y con la tra-
tección pública, pero sin prioridad y frecuen- y prácticamente interrumpidas desde la déca- dición arquitectónica moderna.
temente con escasos recursos económicos pa- da de 1950, según un proyecto original difu- El rescate de las Galerías Pacífico y su con-
ra efectivizar una restauración prolija. De nada samente documentado. Este último factor, su- versión en shopping mall (1992), realizado a
sirve, por ejemplo, insistir en la importancia mado a la utilización de materiales y técnicas partir de un proyecto del estudio de Juan Car-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 57


los López (v.), tutelado por la Comisión de Mo- ejemplos de reciclaje de viejas fábricas o ins- Corbusier (v.) como modelo de arquitectura con-
numentos, contó con asesores de prestigio co- talaciones industriales, con cambio de la fun- temporánea–, sino también a la construcción
mo Ernesto Katzenstein. Al margen de las con- ción original. Tal el caso de los silos Dorrego de insípidas torres de escala monumental, aje-
venciones que el género demandaba, el (1992, estudio Solsona en colaboración con Ló- nas al perfil costero porteño, que ponen en ries-
conjunto recuperó el valor urbano y la espa- pez, Dujovne y Hirsch), el reciclaje que con- go no solo la imagen urbana del conjunto, si-
cialidad de la propuesta original, desvirtuadas virtió en lofts a las instalaciones de Molinos Mi- no también el patrimonio natural de la ciudad,
por la anterior intervención que el estudio As- netti. El destino de habitación de los reductos en la medida en que su impacto ecológico no
lan y Escurra (v.) realizó en la década de 1940, industriales, que sirvió como motor de cualifi- ha sido convenientemente evaluado. En cuan-
y de la cual formó parte la cúpula con pinturas cación de enclaves degradados, bajo la seduc- to a la reutilización de los depósitos o el man-
de A. Berni y otros, forzosamente respetada ción del gusto minimalista, ya había sido con- tenimiento de su tipología, puede considerar-
por el nuevo reciclaje. sagrado en barrios enteros de Londres y New se como ejemplo El Porteño Building (estudio
En el caso del Mercado de Abasto –Delpini- York; sin duda el conjunto cumplió con esta Solsona, en colaboración con el exitoso dise-
Sulcic-Bes (v. Delpini, José Luis), 1928-1934, remo- función en una zona barrial porteña ambigua ñador Phillippe Starck), reciclaje del centena-
delación del estudio Solsona (v. MSGSSS) asocia- y desarmada, pero con grandes posibilidades rio silo harinero en el Dique 2 de Puerto Ma-
do con una oficina norteamericana–, también de crecimiento económico. dero. La obra presenta los rasgos emblemáticos
tutelado por la CNM y convertido en shoping El caso más notable en esta sensibilidad lo de la antigua función –ocho fustes cilíndricos
mall, se observa en cambio que, si bien la con- constituye el reciclaje de un sector entero de la de ladrillo visto en el ángulo NE–, horadados
tundencia de la estructura es capaz de absorber ciudad, dedicado antes a actividades portuarias: siguiendo una indiferenciada trama de llenos
la propuesta de reciclaje –la envolvente exterior el Puerto Madero en Buenos Aires (v. Puerto). Su- y vacíos, con lo que se disuelve la singular vo-
fue respetada puntualmente–, la espacialidad cesivos planes habían previsto la renovación del lumetría que buscaba preservarse.
original, de sugerencias tardorromanas, fue in- área, pero ella adquiere su forma contempo- Puerto Madero, fuera de las intenciones ori-
molada por la multiplicación de metros cua- ránea a partir del trabajo conjunto de la MCBA ginales, se encuentra en los límites de una cul-
drados, que implicaron entrepisos sucesivos con el Ayuntamiento de Barcelona (1990) y del tura de manipulación, antes que de preserva-
que cancelan la posibilidad de contemplación Concurso Nacional de Ideas (1991). Tras el pos- ción patrimonial. Esta actitud quedaría definida
de aquel espacio singular. terior desarrollo del Master Plan, liderado por por el sometimiento de edificios y sitios de va-
La preservación blanda no deja de colocar el estudio ganador de J.M. Borthagaray (v.), y ba- lor histórico a estrategias proyectuales que, con
problemas que, en ocasiones, implican la co- jo la órbita de la Corporación Antiguo Puerto el fin de producir un cambio de uso o argu-
rrecta interpretación de los valores específicos Madero S.A., formada ad hoc. (v. Buenos Aires), se mentando una revalorización de los mismos,
por los cuales tal o cual edificio debe perma- iniciaron las obras de infraestructura y los dis- exacerban las intervenciones nuevas a punto
necer. El Palacio Alcorta (1995), una operación tintos emprendimientos. tal de desvirtuar los valores que justifican la
de vaciado del edificio proyectado por Mario La filosofía de los proyectos ganadores, en conservación de obras o conjuntos como tes-
Palanti (v.) para la agencia Fevre y Baset, con- acuerdo con el programa del concurso, pre- timonio de una época.
cesionaria de Chrysler de Argentina, es ejem- servaba algunos aspectos claves de la ciudad Sin embargo, la manipulación del pasado
plo de falta de ponderación específicamente que no habían sido tenidos en cuenta en pla- no siempre lleva a tales límites. Por el contra-
arquitectónica que va más allá del problema de nes anteriores: la continuidad de la trama ur- rio, muchas intervenciones heterodoxas en edi-
la conservación: se destruyó lo que de singu- bana amanzanada en función de la integración ficios de cierto valor patrimonial, contrastan-
lar tenía el edificio –una pista de prueba de au- del área portuaria con el área central de la ciu- tes con la lógica original, permiten poner en
tomóviles a cielo abierto como coronamien- dad; la siempre deseada conexión con el río cuestión la consoladora idea de continuidad de
to, única en América Latina–, mientras se puso –violentamente desmentida por la imposibili- lo viejo y lo nuevo, pues ponen en evidencia
el acento en la preservación de la anodina en- dad de avanzar sobre la reserva ecológica, uno la necesaria artificialidad de toda operación
volvente. El problema planteado es clave para de los conflictos entre patrimonio urbano y pa- de ripristino, y aun permiten comprender con
este tipo de edificios, que requieren una valo- trimonio natural más relevantes en los últimos mayor justeza las diferencias entre las distin-
ración cualitativa y no mimética ni integral. años del siglo XX (v. Área protegida)–; la preser- tas formas históricas de composición y proyecto
Formas y temas de la preservación están a vación de la estructura tipológica de los alma- urbano. Este es el caso del trabajo de Clorindo
la altura de lo que una sociedad elige en cada cenes que caracterizaban el paisaje portuario, Testa (v.) en la Plaza del Pilar, con el Buenos Ai-
momento histórico. Un caso ejemplar lo cons- dispuestos para el reciclaje bajo ciertas nor- res Design Center (1993) que complementa su
tituye la instalación de una nueva sensibilidad mas; y, con menos decisión, la preservación de anterior trabajo en el Centro Cultural Recoleta
ante el paisaje industrial, que en la tradición de algunos objetos y edificios industriales del área (finalizado en 1991, pero ya en funcionamien-
la primera mitad del siglo XX carecía de enti- (silos, grúas, etc), indispensables para man- to en 1983). Deliberadamente distanciado del
dad cultural para merecer protección. Ligada tener su carácter portuario-fluvial. rigor conservacionista, Testa consigue, sin em-
al hecho de que muchas fábricas, enclaves in- Pero el resultado es desconsolador. El pro- bargo, una recalificación del espacio urbano
dustriales o conjuntos portuarios, perdieron blema no radica sustancialmente en el plano apelando a la distorsión de los motivos clási-
desde 1970 su funcionalidad económica, estos de arquitectura, sino en el carácter especulati- cos, o realzando la extrañeza de los objetos pro-
sitios y objetos comenzaron a ser observados vo que finalmente adoptó la operación, lo que yectados a nuevo, o utilizando una ambigua
con nostalgia como parte de una cultura del llevó no solo a la destrucción de obras de va- retórica proyectual que denuncia las posibili-
progreso que desaparecía. Desde fines de 1980, lor histórico patrimonial –como los famosos si- dades de reconocer lo auténtico de lo falso (v.
en la Argentina pueden observarse diversos los harineros publicados por Gropius (v.) y Le Museo). Siempre se apega a la cualificación del

58 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pat pel
espacio público, como es notable en la terraza, La actividad de Pellegrini puede dividirse ma de distribución (v. Saneamiento). Pero duran-
con panorama del río, que une los dos edifi- en diversas etapas. La primera comprende las te los años posteriores a 1835, su actividad de
cios. Irónico y desconsolado, los límites del tra- vicisitudes de los primeros años de su vida, in- ingeniero será dejada, virtualmente, de lado.
bajo de Testa son, probablemente, los de la mis- cluyendo su contratación en el Río de la Plata
ma Arquitectura Moderna: carente de valor para la función pública, rescindida casi de in- SEGUNDO PERÍODO (1829-1852).
normativo, parece destinado solamente a te- mediato, en 1829. Aunque no deja de imagi- El alejamiento de Pellegrini de la función
ner relevancia en manos de talentos excepcio- nar proyectos ingenieriles, se abre entonces un pública no se resuelve en 1829: en 1833-1834
nales, y en esto no puede descansar una polí- período en el que su principal actividad con- integra una de las comisiones de vías públicas,
tica cultural. F.G. / G.S. siste en la pintura, en particular en el género en la que propone la prolongación de la calle
del retrato. La tercera etapa se inicia después Federación (hoy Av. Rivadavia). También re-
Bibliografía: G. Mazzacurati. Il Rinascimento dei Mo- de la Organización Nacional. Su figura resu- cibe la encomienda de reconocimiento del Ria-
derni. La crisi culturale del XVI secolo e la nega- me en este período el perfil amplio de las dis- chuelo para su reacondicionamiento portua-
zione delle origini, Bologna, 1985; A. Riegl. Il cul- ciplinas ligadas a la construcción del hábitat. rio, y la petición de las autoridades orientales
to moderno ei monumenti. Bologna: Nuova Alfa, de un proyecto de puerto para Montevideo. Pe-
1990; S. Scarocchia. Alois Riegl: teoria e Prassi de- PRIMER PERÍODO (1800-1829). ro los encargos oficiales cesan desde la asun-
lla Conservazione dei Monumenti. Bologna: Acca- La familia Pellegrini, de larga raigambre en ción de Rosas en 1835.
demia Clementina, 1995; A. Gorelik. La grilla y el la Saboya francesa, poseía una tradición de ar- CEP, que había participado en su juven-
parque. Buenos Aires: UNQ, 1998; R. Fernández. “La quitectos ingenieros desde el siglo XVII. En la tud en la revolución constitucionalista turine-
cuestión del patrimonio o la historia material”. En: generación de CEP, dos de sus hermanos es- sa de 1821, se presentaba todavía a fines de su
AA.VV. Maestría en gestión e Intervención del Pa- tudiaron en la Escuela Politécnica y en el Liceo vida como “un republicano de 1800”. Aunque
trimonio Arquitectónico. Mar del Plata: Universi- de Grenoble. Jean Claude, el primogénito, fue no participó activamente de los asuntos políti-
dad Nacional de Mar del Plata, 1998. entrevistado en 1826 por Larrea, comisionado cos rioplatenses en el período rosista, conde-
por Rivadavia para encontrar un ingeniero hi- naba firmemente el asesinato de Dorrego, y to-
dráulico competente. Aunque Jean Claude des- do indica que sus simpatías estaban del lado de
PEDROTTI, BENJAMÍN. S/d (Italia), 1880 - s/d. iste, Larrea contratará a CEP, quien, matricu- los federales moderados que lograron un efí-
Arquitecto. Cultor del estilo Floreale en la Ar- lado en 1823 en la Academia de Ciencias Físicas mero poder entre 1833 y 1834, fecha en que ce-
gentina, actuó en Buenos Aires a comienzos y Matemáticas de París, luego de una tormen- san sus encargos públicos. En 1854, manifes-
del siglo XX. tosa estancia en Turín, había obtenido el títu- tará en un artículo de la Revista del Plata su
lo de Ingeniero de Puentes y Caminos en 1825. confianza inicial en Rosas y su posterior des-
Realizó un número importante de resi- Fue recomendado por el Instituto de Francia ilusión. Tal vez, el alejamiento de los círculos
dencias privadas, entre las que pueden citar- a raíz de varios trabajos, entre ellos la medi- rosistas explique en parte la ausencia de en-
se: Libertad 761; Cabildo y Sucre; Salguero y ción de un arco paralelo medio entre el Ecua- cargos oficiales. Pero existen otros factores que
Rivadavia; Bartolomé Mitre 1690 y 1957; San dor y el Polo, y se había vinculado al proyecto explican su alejamiento de la ingeniería, entre
Juan y Urquiza; Cerrito 1019. Sus obras se ca- Georama de París (la construcción de un in- ellos, el hecho de que poco se había realizado a
racterizan por el uso de texturas policromas y menso mapamundi). Pellegrini suscribe el con- nivel oficial en materia de obras públicas en los
la ornamentación en hierro de carácter antia- trato para trabajar en Buenos Aires en 1827. años posteriores a 1835.
cadémico. Viaja en 1828 con suerte adversa: el bloqueo Alejado de su “verdadera vocación”, se de-
del puerto de Buenos Aires originado en la gue- dica privadamente a la pintura, retomando la
Bibliografía: R. Gutiérrez, s. v.: “Pedrotti, B”. En: L. Pa- rra con el Brasil lo obligará a permanecer en vieja habilidad de dibujante y acuarelista que lo
tetta. Architetti e ingenieri italiani in Argentina, Montevideo durante 7 meses. Llega a Buenos absorbe hasta 1845. Realiza en este período
Uruguay e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002. Aires con grandes expectativas, apoyado por alrededor de 800 retratos de los principales
notables como Azcuénaga, Guido y López y miembros de la sociedad rioplatense, en acua-
Planes: se presentó ante el gobernador Manuel rela, aguada y pastel, además de paisajes y cua-
PELLEGRINI, CARLOS ENRIQUE (Charles Dorrego con un proyecto para instalar un ob- dros de costumbres de Buenos Aires y Mon-
Henry). (CEP). Chambery (Francia), 1800 - servatorio astronómico –sobre esta materia ha- tevideo. Poco existía en el Plata en el terreno de
Buenos Aires, 1875. Destacado ingeniero cu- bía realizado sus primeras investigaciones, co- estas artes, por lo que Pellegrini (que había ejer-
ya actuación durante gran parte del siglo XIX mo discípulo de Nicollet. Los encargos son más cido brevemente como examinador de dibujo
determinó no solo el curso de importantes modestos: un muelle aduanero y un fortín. en la Universidad de Buenos Aires en 1834), in-
obras en Buenos Aires, sino también la difu- Muy breve será el paso de Pellegrini por el car- tenta junto con el pintor francés Amadeo Gras
sión en la opinión pública de temas clave de go oficial, debido en parte a los trágicos acon- la formación de una Academia de Dibujo, que
la industria, la arquitectura, las prácticas ur- tecimientos políticos de aquel año: renuncia no se concreta por el traslado de Gras a Mon-
banas y la ingeniería territorial, a través de la oficialmente en 1829. Inmediatamente, pre- tevideo. También incursiona en la litografía,
influyente Revista del Plata. Se destaca tam- para un proyecto para abastecer de agua po- aprendiendo la técnica con Hipólito Bacle. En
bién su actividad como retratista de la socie- table a la población porteña, que retomará en 1841 funda junto con Luis Aldao la Litografía
dad de mediados de siglo, y paisajista que de- 1845 en una presentación ante la Legislatura, de las Artes, en cuyos talleres imprimirá en el
jó un cuerpo documental incomparable de asociado con la firma Bleumstein y de la Ro- mismo año el álbum Recuerdos del Río de la Pla-
vistas rioplatenses. che, repetida en 1857, modificado en el siste- ta, con veinte láminas de su autoría.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 59


De la variedad de intereses de Pellegrini dan raciones de progreso y el aumento de la riqueza topográficos en los que confluyen cuestiones
cuenta otros emprendimientos de la época, co- material con la modestia de los recursos hu- de propiedad, vías de comunicación, asenta-
mo el proyecto de establecimiento modelo en manos, Pellegrini publica su periódico men- mientos de pueblos, planeamiento de las ciu-
su estancia “La Figura”, en Cañuelas, destina- sual “consagrado a la agricultura, las industrias dades, conocimiento y dominio territorial. Por
da a la cría de merinos. Su inclinación por los y el comercio” del Río de la Plata. Sus convic- cierto que existía un largo retraso en esta ma-
temas de agricultura continuará durante el pe- ciones eran claras: por un lado, articulaba fir- teria en el Río de la Plata, pero esta temática
ríodo posterior, cuando se convertiría en uno memente progreso social y material; para él, revela también el anclaje de CEP en un idea-
de los socios fundadores de la Sociedad Rural. la vida mercantil e industrial era la base de las rio ilustrado tradicional, como también lo re-
sociedades libres. Reconocía un límite en el velan las perspectivas con que enfoca los te-
TERCER PERÍODO. progreso de Buenos Aires: un tipo de educa- mas campestres, la arquitectura de la ciudad y
Pellegrini, enriquecido por su actividad de ción que ignoraba los aspectos técnicos y cien- las obras públicas. El tema de la organización
retratista, era ya en la década del cuarenta un tíficos y acentuaba otros órdenes de la cultura. de la campaña lo absorbe: publica tipologías
personaje principal de la elite porteña. Pero la Escribe en la presentación de la revista: “No para iglesias rurales, nuevas técnicas agrarias,
actitud de prescindencia política que había de- hay autor que se rebaje a tratar del orden ma- reconocimientos y delimitaciones territoriales.
mostrado en el período rosista, en coinciden- terial de la comunidad argentina. De manera Su visión de las artes de la construcción
cia con el abandono de sus proyectos de inge- que se discurre a maravillas en un salón de Pa- queda clara en la propuesta que, junto a Se-
niería, cambia fundamentalmente después de rís [...] sobre las razas que poblaban estas co- nillosa, realiza para una educación superior en
Caseros. El punto de inflexión lo constituye la marcas antes del diluvio, mientras si se pre- 1857. En 1855, CEP plantea ante el Consejo de
publicación desde 1853 de la Revista del Plata, gunta al cónsul de Buenos Aires cuántas almas Instrucción Pública, del que formaba parte, la
que él mismo redacta e ilustra. encierra la ciudad de su nacimiento, el bien in- necesidad de crear una Comisión especial pa-
Es necesario detenerse en ella, ya que arro- formado personaje contesta con una hipér- ra un plan de estudios superiores. Pellegrini
ja luz sobre la influencia de Pellegrini en la so- bole”. Su programa, entonces, trata de colocar concibe la enseñanza superior dividida en cin-
ciedad local, sobre la variedad de sus intereses, en un plano simbólico central el haz de ma- co facultades: Teología, Bellas Letras, Juris-
sobre sus propias ideas enlazadas con el par- terias “útiles” que considera indispensable pa- prudencia, Medicina y Ciencias Económicas.
ticular clima cultural de los años del Estado de ra el progreso del país, pues incide en una es- Bajo este último título englobaba todas las ac-
Buenos Aires. El período es especialmente fa- fera pública estrecha pero permeable y activa. tividades productivas, divididas en cinco es-
vorable para el progreso porteño: aisladas por Su actividad de publicista resulta un ejemplo cuelas: Artes y Oficios, Agricultura, Comercio,
propia voluntad, la ciudad y su provincia viven claro de la manera en que son retomados, en Topografía y Arquitectura –en realidad, Inge-
del usufructo portuario. Se ponen en marcha diferentes condiciones, ciertos aspectos de la niería Civil. La propuesta inicial de CEP, com-
los primeros ferrocarriles, se extiende la ilu- ideología ilustrada en los años cincuenta. batida por Senillosa, otorgaba sólo rudimen-
minación a gas, se instala la red de tranvías a El temario de la revista aborda arquitectu- tos de geometría y álgebra, y en el caso de la
caballo, se mejoran las instalaciones portua- ra e ingeniería, agrimensura, ganadería e in- Arquitectura, escasísima formación estilística.
rias. Pero la prosperidad económica choca fre- dustria, legislación, economía y finanzas, opi- Pellegrini participó, en estos años, de infi-
cuentemente con la ausencia de expertos en niones sobre el problema indígena, sobre la nidad de iniciativas públicas, desde diversos or-
materia de obras públicas. El puñado de in- situación de los pueblos de campaña, informes ganismos de gobierno. Entre los que atañen a
genieros extranjeros que había sobrevivido en sobre otras ciudades argentinas, asuntos limí- la ciudad, fue miembro del primer Consejo
Buenos Aires se hace indispensable para los trofes, y aun notas de color, como los espejis- de Obras Públicas recreado en 1852, de la pri-
objetivos del progreso: Pellegrini, Senillosa (v.) mos en la pampa. La revista se publica en dos mera Comisión Municipal en 1856, y luego in-
y Taylor (v.) son convocados para importantes épocas (1853-1855 y 1860-1861), interrumpida geniero municipal de Buenos Aires desde 1860
trabajos públicos, mientras se intenta restituir por la actividad de su único redactor en la cons- hasta 1872; integró el Consejo Consultivo de
el Departamento Topográfico, aletargado en la trucción del teatro Colón. Gobierno del Estado de Buenos Aires en 1855;
época de Rosas, y se reorganiza el Departa- En un análisis de los temas tratados y de fue secretario y subcomisario de Patentes In-
mento de Ciencias Exactas en la Universidad sus enfoques, es evidente que la preocupación dustriales. No resulta fácil delimitar exactamente
de Buenos Aires. principal de CEP, especialmente en la prime- su papel en las diversas obras públicas de en-
En esta época, en que contrastan las aspi- ra época de la revista, se instala en los temas tonces, entre las que se cuentan tareas de to-

u PROYECTO DE ESTABLECIMIENTO PARA ABASTECER DE AGUA POTABLE A BUENOS AIRES, DE CARLOS PELLEGRINI.

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pel pel
terraza en lugar de las estatuas palladianas, y ello (v. Puerto). No es extraño que el primer nú-
una novedosa mansarda en reemplazo de las mero de la Revista del Plata se inaugure con un
más marcadas aguas del italiano. Debe recor- artículo sobre este problema, que persiste des-
darse que parte de la fachada sobre la calle Re- de décadas. Presenta en ese artículo varias al-
conquista, y por derivación de coherencia tam- ternativas y realiza su balance crítico. CEP, que
bién la fachada sobre la calle Rivadavia, fue participa como consultor en algunas modifi-
determinada por la preexistencia del viejo e in- caciones de las instalaciones portuarias –la
acabado Coliseo, proyectado por el neoclásico Aduana Nueva y el muelle encargados a Tay-
español López de Aguado (v.), y sucesivamen- lor–, diseña a fines de 1850 un proyecto que,
te retrabajado por Catelin (v.) y Senillosa (v.). Con- junto con el contemporáneo de Coghlan (v.),
trastando con este repertorio estilístico ruti- aborda el tema en toda su dimensión. Ambos
nario, el Colón abunda en innovaciones técnicas: son proyectos complejos, que atienden al cre-
u MERCADO DE LOREA, BS. AS., DE CARLOS PELLEGRINI. la luz de gas, los depósitos de agua en preven- cimiento de la ciudad sobre el río. Con respecto
ción de los incendios, la heladera de dimen- a la localización, el puerto de Coghlan tiene su
pografía y agrimensura, embellecimiento ur- siones inéditas, los mecanismos del escenario, baricentro en el sur, mientras que el de CEP
bano e infraestructura. Pueden citarse, entre y la aplicación del hierro por primera vez en crece desde el Norte, aunque la propuesta fi-
otros, los proyectos para cementerios (el Ce- vastas salas públicas. El costo del teatro, enor- nal no implica un privilegio particular para ca-
menterio del Sur, los muros perimetrales de la me para la época, suscitó muchas críticas. da área, y deja abierta la posibilidad de articu-
Recoleta y el asilo de mendigos); la finalización, Esta combinación característica entre no- lar el puerto de la ciudad con el Riachuelo.
en 1862, del edificio de la Curia, iniciado por vedades tecnológicas y convencionalidad esti- CEP continúa con las visiones tradiciona-
Fossatti (v.); el viejo Mercado del Plata en cola- lística vuelve a hallarse en el matadero (v.) del les que enfocan la ciudad separada de los pue-
boración con Benoit (v.); dos escuelas munici- Sud, que estaba situado en el actual Parque de blos que forman su Hinterland: Barracas es
pales; la canalización del zanjón primero; la pro- los Patricios (aún puede advertirse la huella del otro lugar para Pellegrini. Así, lo que él pre-
puesta de arquerías sobre los paseos costaneros, viejo edificio en la forma del parque). CEP ya tende para Buenos Aires es, a través del puer-
etc. Resulta probable su participación en el fron- había expresado en la Revista del Plata su ad- to, “vivificar la ciudad” con el modelo de pro-
tispicio de la Catedral, sobre el que ya había pu- miración por las innovaciones saladeriles del greso del pueblo de Barracas. El puerto de
blicado recomendaciones en su revista y que se francés Cambacérès, en base a las cuales pen- Pellegrini es un instrumento de transforma-
concluye en 1863, durante su ejercicio como in- saba modernizar la actividad de los mataderos ción de las formas de vida urbana; pero para
geniero municipal. Fuera de la ciudad, se des- municipales. El proyecto definitivo de 1869 lograr esto el puerto debía estar directamente
taca la exploración del territorio de Bahía Blan- responde a un sistema de matanza racionali- relacionado con la ciudad física. Era necesario
ca (entonces fortaleza “Protectora Argentina”) zado y adaptado a las condiciones locales; se introducir “tan adentro de la población como
en 1859, para cuya defensa propone un vasto ha avanzado en especificación con respecto sea posible el espectáculo animado de la vida
plan territorial. al abstracto esquema durandiano que Benoit mercantil por excelencia, de esa vida que fun-
Tres obras de distinto carácter se destacan había propuesto en 1861, aunque permanece dó la libertad en todas partes y en todos los
en estos años: el Teatro Colón; el Matadero del dentro de la misma tradición. La organización tiempos”. La forma planteada acentúa esta re-
Sur y el proyecto para el puerto de Buenos Ai- básica propuesta por CEP es retomada en 1888 lación, continuando la trama amanzanada en
res. La construcción del teatro (1854-1860) se en los nuevos Mataderos de Liniers. Solo in- el mismo puerto. CEP atiende tanto a la di-
debe a la iniciativa de un grupo de ciudadanos, teresa al saboyano proporcionar un edificio dig- mensión técnica y económica como a la sim-
encabezado por el mismo Pellegrini, quien pre- no; su carácter estará de acuerdo, en la tradi- bólica: desarrolla docks sobre la costa de la ciu-
senta en ocasión del contrato con el gobierno ción clásica, con su destino. La novedad de las dad y subraya su centro, articulando el complejo
los planos de remodelación del viejo Coliseo, obras arquitectónicas de Pellegrini no se en- con la trama. Las dimensiones y la definición
en el predio en donde, en 1944, se construiría cuentra en el plano estilístico, sino en que no del proyecto son novedosas para la ciudad: pe-
la casa central del Banco de la Nación. Las pro- le interesa reflexionar sobre este: es la vertiente ro factores centrales en la construcción mo-
porciones del edificio competían generosamente de la ingeniería francesa la que se revela una derna de los puertos que Coghlan toma en
con la de los mejores teatros líricos del mundo: vez más. Una prueba modernísima: las tres cuenta –el movimiento natural de los ríos; la
la boca del proscenio, de 12 m de ancho, igua- versiones intercambiables de fachada para igle- dimensión territorial; la perspectiva de creci-
laba la del montevideano Solís y la de la opera sias de campaña, una griego-romana, la otra miento–, CEP no parece verlas. Le interesa más
Cómica de París, y era apenas inferior a la de gótica, la última mixta, con aires moriscos, sin el valor cívico del puerto; sus formas de pro-
la Scala de Milán. (v. Teatro). Poco comenta CEP que la variedad de formas para un mismo des- yectación están aún ancladas en la tradición de
acerca del ornato, aunque subraya la impor- tino merezca ninguna reflexión. Lo que le in- Puentes y Caminos francesa. Así como los ma-
tancia de construir una fachada que no desdi- teresa es simplificar y hacer económicos los taderos del Sud son antecedente directo de los
ciese la dignidad cívica del lugar. Su fachada modelos disponibles. de Liniers, este proyecto será retomado con po-
alude en forma directa a la Scala de Milán (1776), Pero CEP, en la última etapa de su vida, no cas alteraciones en la propuesta triunfante de
del académico Piermarini, con su base rústica alcanza a absorber tampoco las importantes Madero, realizada por los ingenieros ingleses
y aporticada, su decoración lavada con chatas innovaciones productivas que ya han cambia- Hawkshaw & Son. Pellegrini muere en 1875,
lesenas, un remedo de frontis que indicaba el do la faz de muchas ciudades europeas: el pro- reconocido por sus contemporáneos. Su hijo,
acceso, pilones sencillos en la balaustrada de la yecto del puerto de Buenos Aires es prueba de que se revela como activo político inmediata-

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mente después de la Organización Nacional, A las obras ya mencionadas, se les agregan búsquedas de orden intelectual. En su lugar
será presidente de la república. En 1900, con el concurso ganado para el World Financial ha desarrollado un pragmatismo de base pro-
una gran exposición pictórica, se inicia el ba- Center y el W. F. C. Plaza, en N. Y. (1981-1987); fesional, en firmas de mediana perfomance, do-
lance historiográfico de su vida. G. S. y algunas notables propuestas para rascacie- tado de la suficiente ductilidad para dar res-
los: el Norwest Center en Minnesota, Minne- puestas arquitectónicas en base a procesos de
Bibliografía: A. B. González Garaño y otros. C. H. Pe- apolis (1985-1989); el Yerba Buena Tower en diseño enfocados como fases diferenciadas de
llegrini, su obra, su vida, su tiempo. Bs. As.: Amigos San Francisco, California (1988-1992); el Mi- toma de decisiones. Esta óptica le ha permiti-
del Arte, 1946; A. De Paula y R.Gutiérrez. La encru- glin-Beitle Tower en Chicago, Illinois (1988); do desarrollar un compromiso personal con la
cijada de la arquitectura argentina. 1822-1875. San- la Carnegie Hall Tower, en New York City práctica potenciadora de una libertad explo-
tiago Bevans y Carlos E. Pellegrini. Resistencia, UN- (1987-1990) y las más recientes intervencio- ratoria y experimental mesurada en el contex-
NE, 1973. nes internacionales que, como el edificio de to de objetivos estéticos referidos a un com-
oficinas en nuestro país o la Torre Petronas en promiso con el plano tecnológico y la expresión.
Kuala-Lumpur, dejan el registro de una ar- CP ha privilegiado el proceso de diseño por
PELLI, CÉSAR. quitectura de “firma”. En 1995, CP recibió la sobre la perfección del objeto y diferenció asi-
medalla de oro en AIA (American Instituto of mismo ese proceso de muchas de las sofisti-
(CP). Tucumán, 1926. Arqui- Architects), luego de más de cuarenta años de cadas metodologías operativas en el marco
tecto. Radicado en los EE.UU., residencia en los EE.UU. de la Tercera Generación. La posición de CP
donde desarrolla su práctica en el interior del campo de la cultura arqui-
profesional. Desde mediados IDEAS Y REFLEXIONES tectónica está más centrada en el área del des-
de los años setenta, CP y su estudio se en- SOBRE LA ARQUITECTURA. arrollo productivo que en otras opciones pre-
cuentran entre las firmas de arquitectura más CP se ha considerado a sí mismo un ar- ocupadas por dimensiones epistemológicas de
acreditadas dentro del concierto internacio- quitecto de la “tercera generación” (coetáneo las prácticas o por búsquedas críticas. Este po-
nal. Su trabajo se caracteriza por la acepta- de J. Utzon, R. Venturi, A. lsozaki, etc.). Su sicionamiento ajustado a la operatividad, sin
ción de preceptos universales que, sin olvidar identidad como miembro de esta generación embargo, no lo han alejado de ciertas consi-
la tradición moderna o particularidades lo- queda sintetizada en estas autodefiniciones: deraciones teóricas sobre la forma, la tecno-
cales, participan de una tendencia globali- se trata de construir para el presente, basado logía y la utilización lingüística de la transpa-
zadora de la disciplina en la cual los avances en el cambio y no en la permanencia como rencia. El trabajo sobre la noción de “caja de
en la tecnología de la construcción tienen es- condición natural de la práctica del habitar; se cristal” le ha permitido potenciar en los edifi-
pecial importancia. trata de operar con materiales sintéticos y de cios de oficinas volúmenes funcionales, redu-
suponer los aportes tecnológicos como una ciendo la forma a películas envolventes vi-
CP egresó de la Facultad de Arquitectura y motivación para desarrollar e intensificar la driadas, las que asumen simultáneamente el
Urbanismo de la Universidad de Tucumán en experiencia de los espacios. En este sentido, papel de fachadas y cubiertas.
1950. En 1951 ganó una beca de perfecciona- es posible observar en C. P. un desdén por las CP concibió un cierto tipo de contenedor ar-
miento para complementar sus estudios en Illi- quitectónico donde la estructura y la superficie
nois (EE.UU.). Entre 1952 y 1962 vivió y tra- acristalada definen un concepto de volumen di-
bajó en Michigan para el estudio de Eero ferente de la idea de masa. Suponiendo que las
Saarinen; aquí, junto a Kevin Roche, contri- cualidades estéticas de claridad y reflexividad
buyó a elaborar el proyecto para la Trans World representan una de las formas de la sensibili-
Airlines (T.W.A.) en el aeropuerto Kennedy de dad de nuestro tiempo, CP ha trabajado el con-
Nueva York. Desde 1962 hasta principios de cepto de transparencia perceptiva.
los setenta, se desempeñó para la oficina Da- CP ha sostenido que la diferencia entre un
niel Mann, Johnson & Mendenhali, y para Vic- tipo y otro de transparencia es cualitativa, ya
tor Gruen & Co. Pertenecen a esta fase de tra- que no solo importa el atravesar con la mira-
bajo el Pacific Design Centre, en Vancouver, da un medio o una cosa. La transparencia per-
Canadá; la Embajada de los Estados Unidos en ceptiva recupera a un material como el vidrio
Japón y los jardines de invierno en las Cata- de un tratamiento neutral y lo reconduce a un
ratas del Niágara. proceso en el que la mirada registra la super-
En el año 1977 es nombrado decano de la ficie de lo que está atrás tanto como el me-
Universidad de Yale. En ese año se establece dio por el que se ve su superficie.
como profesional independiente, y se abre Cé- Se desarrollan así interpretaciones visua-
sar Pelli & Co. La primera obra de magnitud de les, simultaneidad de experiencias perceptivas
la firma fue ganada por concurso: la remode- y de pertenencia a lugares diferentes, poten-
lación del Museo de Arte Moderno de Nueva ciando la trasparencia, el reflejo y la refracción.
York. Desde esta encomienda hasta el presen- Esta caracterización es el correlato de una ope-
te la firma ha ido consolidándose como una ofi- ración sobre la técnica que permitió acelerar
cina profesionalista sensible a los cambios de los tiempos de ejecución y montaje de siste-
la tecnología, de los mercados y de las modas. u TORRE PETRONAS, EN KUALA-LUMPUR, DE CÉSAR PELLI. mas o partes preformadas, utilizando los com-

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w Edificio República pel pel

u EN SU PRIMERA OBRA EN u EL EDIFICIO PRESENTA u DETERMINADAS INFLE-


BUENOS AIRES, C. PELLI IN- INNOVACIONES TÉCNICAS, XIONES Y GESTOS, COMO
TERPRETA LA DEMANDA COMO EL USO DE UN SO- LA CURVATURA DE LA FA-
PROGRAMÁTICA DE PRO- FISTICADO COURTAIN WALL CHADA HACIA EL RÍO O EL
YECTAR UNA “OBRA ÚNICA”, Y LA IMPLEMENTACIÓN DE SOCAVAMIENTO EN EL
PERO HOMOLOGABLE A UN SISTEMA DE PROGRA- LOBBY DE ACCESO, ACEN-
CONSTRUCCIONES DE MACIÓN PARA EL LOGRO DE TÚAN CIERTAS TENSIONES
PRESTIGIO EN OTRAS CAPI- UNA BUENA PERFORMANCE FORMALES DENTRO DE UNA
TALES DE OCCIDENTE. DE SUS INSTALACIONES. ACTITUD CONVENCIONAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 63


ponentes materiales de la producción indus- tura de los espacios urbanos articuladamente, rediente artificioso que le da una “piel” de gra-
trializada directamente, sin ningún refinamiento con las escalas preexistentes. El paisaje urba- nito respecto de la cual se dibuja la figura de
artesanal o presunción retórica, con el conse- no así concebido se complementaba con dos la “ventana” espejada como un signo tradicio-
cuente abaratamiento de los costos de obra. Se edificios de nueve pisos dispuestos como una nal de la repetición.
relacionan con estas ideas el Couthouse Cen- “puerta urbana” y un patio vidriado que a es- En la medida en que las plantas se confor-
ter-The Commons en Columbus, Indiana, con cala metropolitana funcionaba como un con- man según áreas menores, el volumen pris-
CP trabajando para Gruen Associates; y prin- tenedor de actividades públicas. Su transpa- mático cambia tanto como su envolvente, ya
cipalmente dos trabajos que cierran el des- rencia, tanto como su forma, lo convierte en que en esta se aumenta el tamaño de los va-
arrollo de la serie: el Rainbow Center Mail and un jardín de invierno para usos peatonales. nos. En los últimos niveles el muro se trans-
Winter Garden en Niágara Falls, N.Y., para La búsqueda de una estética urbana de sig- forma en una totalidad reflejante y los rema-
G.A. y el Pacific Design Center en Hollywood, no contemporáneo se hacía presente en el di- tes de cada edificio se coronan con formas
California. Una consideración aparte merecen seño de los espacios para las calles y plazas, y singulares materializadas en cobre.
reflexiones que desde la práctica C. P. plante- en la continuidad de elementos vinculantes en- El WFC sintetiza un proceso que había te-
ará sobre la contextualidad histórica de su ar- tre los principales edificios. Se trató de salva- nido en las Four Oaks Towers, en Houston,
quitectura y el estilo. En efecto, en la serie de guardar la peatonalidad mediante puentes ca- Texas, 1982, un antecedente claro.
trabajos sobre el tipo rascacielos, apelará con- lles, extendiendo los basamentos de las torres Estas cautas exploraciones se desarrollan
cretamente a la consolidada tradición de estos para estructurar espacios públicos intermedios gradualmente desde la torre Canary Wharf, en
edificios en los EE.UU. en la forma de recovas o loggias de acceso. La Londres, Inglaterra (1986-1991); el Norwest
Sobre la clave de la eficiencia funcional del caracterización expresiva de los edificios me- Center, en Minneapolis, Minnesota (1985-
ordenamiento de la planta, las propuestas de rece una consideración particular. Si bien se 1989), con marcada acentuación de los ritmos
tales características derivarán desde un mode- ha procedido a tomar el modo convencional y verticales y atenuadas inflexiones en estilo Art
rado tratamiento de su configuración en tér- eficiente del núcleo centralizado para la com- Decó; el NCNB, en Charlotte, Carolina del Nor-
minos “tardomodernos” a expresiones de con- posición de la planta en los edificios de ofici- te (1987-1992), en el que las mismas cuestio-
textualidad basadas en la recuperación estilística nas, las fachadas fueron resueltas de forma de nes se complejizan con el diseño de planta en-
dirigida a un Eclecticismo coherente con las plantear la tradicional tripartición como un tendida como superposición de geometrías
preexistencias del entorno. cambio gradual de sustancia. simples y remate de cuño expresionista.
Estas dos líneas de trabajo confluyen con la En las partes bajas del fuste de las torres, En el Columbus Circle, para New York
propuesta premiada y construida del World Fi- se resolvió como envolvente variable, según el (1985); el Society Center para Cleveland, Ohio
nancial Center y el World Financial Center Pla- (1987), y el Yerba Buena en San Francisco, Ca-
za, en Battery Park City, N.Y., para la corpora- lifornia (1988), se han incorporado otros re-
ción Olympia & York Equity, de 1981 a 1987. cursos expresivos, como la esculturización del
remate del edificio, esquinas con chanfles y
LA PRÁCTICA ARQUITECTÓNICA. bay-windows. Dentro de esta serie la propues-
El W. F. C. es sin duda el emprendimiento ta más depurada está representada por la Mi-
de mayor escala desarrollado por CP, con una glin-Beitler Tower en Chicago, Illinois, de 1988.
vinculación cualitativa con lo urbano. En este Un punto culminante lo representan las torres
planteo apelará a un análisis del tipo rascacie- mellizas construidas en Malasia. Esta obra, pro-
los característico de la historia de Manhattan. ducida para la empresa petrolera nacional, es
Esta operación genealógica, ya mostrada en las el resultado de un concurso ganado para dicho
perspectivas que hacían referencia directa a los emprendimiento. Se levanta en Kuala Lum-
dibujos de Hugh Ferris, expresaba la voluntad pur, en el contexto de un master plan respec-
de constituir una silueta urbana de mediación to del que las torres son el emblema de mayor
entre la escala “colosal” de las torres de Mino- significación. Su carácter dual y las alturas (452
ru Yamasaki, el WTC y el zócalo de los edifi- m) reflejan una preocupación por la forma en
cios en altura más bajos de la ribera. relación a la magnitud, ante la necesidad de
La obra ha supuesto la posibilidad de or- instalar una imagen regional en ausencia de
ganizar un enorme cubaje de metros por cons- tradición a la cual hacer referencia.
truir, en cuatro torres de oficinas de entre 34 Retomando ciertos procedimientos ya ex-
a 50 pisos. Esta decisión le ha permitido un sis- plorados en el Columbus Circle, la forma de
tema de orden en el que los cuatro volúmenes generar la planta es el resultado de la super-
principales fueron caracterizados morfológi- posición de dos cuadrados que al entrelazarse
camente de manera similar, mediante una su- permiten interceptar ocho círculos, de tal ma-
perposición de prismas verticales de creci- nera que organizan una figura de ocho puntas
miento telescópico. El procedimiento ha con referencias islámicas.
generado criterios de unidad que otorgan un Las torres están unidas por un puente que
sentido de identidad al emprendimiento, pero vincula los pisos cuarenta y uno y cuarenta y
también a la posibilidad de ordenar una lec- u TORRE DEL BANKBOSTON EN BS. AS., DE C. PELLI. dos. Se le ha otorgado así la semblanza de una

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pel pel
“puerta al cielo que crea una conexión con el PELLI, VÍCTOR. derico Moreno, Rivadavia y Mitre, anunciadas
infinito”, como son descriptas en tono mítico. en un diario local como “cuatro grandes pala-
La única obra que construyó CP antes de San Miguel de Tucumán, 1931. cios para escuelas públicas” que, al dividir la
su partida a EE.UU. es un proyecto de barrio Arquitecto, investigador, espe- ciudad en cuatro secciones, serviría cada una
para obreros de un ingenio azucarero. Recién cialista en vivienda. a 15.000 habitantes. Ubicadas en esquina en
después de cuarenta años de trabajo en el ex- el mismo ángulo relativo: noroeste, en todas
terior, construye en Buenos Aires una obra co- Se graduó de arquitecto en 1960, luego de ellas las aulas recostadas sobre las calles con-
herente con su posición actual en el campo de haber cursado estudios en Tucumán y Buenos forman grandes patios con galerías. En la es-
la cultura arquitectónica: el edificio República. Aires. Actuó como docente de arquitectura du- cuela Plazoleta San Martín adoptó otro esque-
Esta realización, producida junto a Mario rante diversos períodos en las universidades de ma y diseñó volúmenes simétricos en medio
Roberto Álvarez (v.) como asociado local, ha si- Buenos Aires, Córdoba y Nordeste. Desde 1965 de jardines. En este período instalaron sus se-
do la respuesta y la interpretación a la demanda vive en Resistencia. En 1967 elaboró el proyecto des bancos locales, nacionales y extranjeros,
programática de proyectar una “obra única”, de lo que es hoy el Instituto de Investigación como el Constructor y el Nación en 1908, Lon-
pero homologable a construcciones de presti- y Desarrollo en Vivienda de la Facultad de Ar- dres, Español y Francés en 1909 y el Alemán
gio en otras capitales de Occidente. El edificio quitectura y Urbanismo de la Universidad Na- Transatlántico en 1910. Dos ejemplos impor-
resulta de ponderar el lenguaje contemporá- cional del Nordeste. Ha realizado importantes tantes se deben a Pelsmaekers: el Banco Pro-
neo de franjas horizontales, ya ensayado con proyectos en el campo de la vivienda popular a vincia de 1905 y el Municipal de Préstamos de
éxito por MRA en el IBM y en el American Ex- partir de la autoconstrucción y el uso de siste- 1911 (demolido). Entre 1907 y 1909 –años en
press, con una valorización visual de la reso- mas prefabricados. que se concentra su mayor producción– pro-
lución técnica. El edificio tiene un comporta- yectó un número considerable de edificios re-
miento contextual basado en inflexiones y Bibliografía: Revista summa. n.° 231, noviembre de 1986. ligiosos: iglesia para Villa General Mitre (Tafí
gestos que, como la curvatura de la fachada que Viejo, 1907); Seminario Conciliar y Obispado,
da al río o como en el socavamiento en el lobby 1908; templo y casa para los Misioneros del
de acceso, acentúan ciertas tensiones forma- PELSMAEKERS, FRANÇOIS (ALBERTO). Bru- Corazón de María, 1908; tal vez, la iglesia (de-
les en el marco de una actitud convencional. selas (Bélgica), 1855 - Buenos Aires, 1923. molida) de las Hermanas Terciarias Francis-
Un manejo atenuado de la alusividad se Arquitecto. Activo en Tucumán a fines del si- canas, 1909.
manifiesta en los balcones y en los tubos re- glo XIX y comienzos del XX.
dondeados. Las innovaciones técnicas están Bibliografía: M. Silva. “Pelsmaekers”. Sección tapas ho-
definidas por la utilización de un sofisticado Llegó a la Argentina en 1886. En una pri- menaje de Revista summa. n.° 241, 1987.
courtain wall y por la implementación de un mera etapa se radicó en Buenos Aires para re-
sistema de programación para el logro de una calar 10 ó 15 años después en Tucumán. En-
buena perfomance de sus instalaciones. tre 1902 y 1913 trabajó como arquitecto
El courtain wall, según las nuevas tecnolo- proyectista del Departamento de Obras Públi- PELUFFO, VALERIO. s/d. Arquitecto. Desarrolló
gías de aluminio y vidrio, ha posibilitado la ca- cas de la Municipalidad, donde desarrolló una su actividad principalmente en la ciudad de
racterización planar de las fachadas. Los per- labor fecunda. Concretó en la ciudad de Tu- Buenos Aires en la década de 1940. Trabajó
files de aluminio que funcionan como cumán, y en el interior de la provincia, una am- con algunos de los más destacados repre-
sostenes, al encontrarse por dentro de la fa- plia y valiosa obra compuesta casi totalmente sentantes de la Arquitectura Moderna duran-
chada solidarios con la estructura del edificio, por ejemplos realizados dentro de la Dirección te el período.
han permitido enfatizar una textura superfi- de Obras Públicas. Los temas principales abor-
cial lineal, suplementada por la capacidad de dados abarcan diversos campos: educativo, ban- En 1939 obtuvo junto al arquitecto Jorge
montaje de los paneles armados según tramos cario y religioso. Utilizó siempre la mampos- Vivanco (v.) el primer premio en el Concurso
de piso a piso. A este trabajo inicial debemos tería portante de ladrillos y tirantería de madera de Anteproyectos para Viviendas Rurales del
agregar la Torre del Banco de Boston en Ca- reforzada con perfiles metálicos para las cu-
talinas Norte (2000), que sigue los mismos biertas. Así como combinó la madera con el
preceptos de diseño. Desde su estudio en New hierro, coordinó también los aspectos forma-
Haven (Connecticut), César Pelli sintetiza una les y estilísticos, adoptando los espacios abier-
cierta condición de los arquitectos en el mar- tos y las columnas de hierro fundido para los
co de la globalización económica, volver a ser interiores y una composición académica de ra-
dadores de forma, sustentados en un desarro- íz italiana para los exteriores.
llo instrumental aparentemente sin límites de Los primeros trabajos que realizó se refie-
los soportes tecnológicos. J. M. ren a la reparación, remodelación y diseño de
escuelas. En 1902 propuso para la Escuela Mon-
Bibliografía: CP. “Transparencias y reflejos”. En: sum- teagudo una pintoresca galería de madera que
marios. n.° 4, 1977; César Pelli. AU – 1985; CP. Buil- puede emparentarse con una obra posterior,
dings and projects. Tokyo – CP & Gruen Asociados; el quiosco para la plaza de Monteros, de 1909.
G.A. 5. César Pelli. Catálogos de arquitectura con- En 1904 proyectó la escuela Álvarez Con- u VIVIENDAS RURALES, DE VIVANCO Y PELUFFO, 1º PREMIO
temporánea. New York: Extra Edition, Rizzoli, 1990. darco y en 1907 las escuelas Benjamín Paz, Fe- DEL CONCURSO ORGANIZADO POR EL BCO. NACIÓN (1939).

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Banco de la Nación Argentina. En 1944, con (1792) y la residencia de los comandantes de PICCINATO, LUIGI. Legnano (Italia), 1899 – Ro-
Bonet (v.) y Vivanco, proyectó un grupo de cua- Colonia (1802). En Buenos Aires proyectó un ma, 1988. Arquitecto y urbanista. Fue un ac-
tro casas en Martínez, en la esquina de Ave- muelle con espigones para su defensa (1806) tivo protagonista de la urbanística italiana mo-
nida Aguirre y Güemes. Sobre un terreno ar- y en Paraná realizó un estudio sobre el templo derna. Graduado en Roma en 1923, fue luego
bolado dispusieron las viviendas de modo tal matriz a construir (1807). profesor en las universidades de Nápoles, Ro-
que se integraran al paisaje. Fue también co- ma y Venecia. Dictó cursos de su especiali-
laborador de la revista Tecné (v.). R. P. Bibliografía: A. de Paula. “El Real Cuerpo de Inge- dad en numerosas universidades del mundo;
nieros Militares y la cultura artística en el sur fue relator en los congresos de la Town Plan-
Bibliografía: Revista de Arquitectura, octubre 1939, de América”. En: Crítica 1995, n.° 56. Bs. As.: IAA. ning Federation, jurado en concursos inter-
pp. 516; Tecné, n.° 3, marzo de 1944, pp. 22-29. nacionales de planes reguladores, miembro
del CIAM, vicepresidente de la Federación In-
PERO, RAFAEL. S/d. Arquitecto. Asociado con ternacional de Urbanística y consultor en asun-
PÉREZ BRITO, JOSÉ. S/d (Galicia, España), Manuel Torres Armegol, desarrolla una vasta tos urbanísticos de numerosas ciudades de
s/d - s/d, 1814). Ingeniero militar. Miembro tarea como proyectista en las primeras dé- Europa y de otras partes del mundo. Son des-
del Cuerpo de Ingenieros Militares con sede cadas del siglo XX. tacables sus estudios para Matera (1953),
en Buenos Aires, trabajó en el plan de colo- Bolzano (1962), Tel Aviv (1962), Venecia
nización patagónica emprendido por las au- Entre las obras más destacadas del estudio (1965). Entre 1949 y 1950 realizó distintos
toridades españolas en los decenios finales pueden citarse: el cine teatro Splendid en San- trabajos en nuestro país, entre los que se des-
del siglo XVIII. Realizó diversas obras en el ta Fe 1860 (1919), la Jefatura de la Policía de tacan sus aportes para el Estudio del Plan de
Río de la Plata. Rosario, el castillo Las Parvas de Julio Mendi- Buenos Aires y su plan urbanístico para ciu-
teguy en Carmen de Areco (1922), la estancia dad Ezeiza, entre otros proyectos.
En 1780 preparó los planos definitivos del de Emilio Sastre y Amenábar, y varias resi-
Fuerte de Nuestra Señora del Carmen, actual dencias: Viamonte 738, Santa Fe 3044, Char-
Carmen de Patagones; dirigió otros emplaza- cas y Paraná, en Buenos Aires.
mientos defensivos complementarios y pro-
yectó la planta urbana de la población de Nue- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. de Paula, G. Vi-
va Murcia, que debía construirse sobre la ñuales y otros. La arquitectura del liberalismo en
meseta del fuerte a corta distancia del mismo. la Argentina. Bs. As.: Sudamericana, 1968.
La traza de Nueva Murcia era cuadricular y for-
maba un cuadrado de nueve manzanas, pero
a diferencia de otras ciudades de la región pre- PETRARCA, DOMINGO. S/d (España), 1690 -
sentaba edificación solo en dos de sus lados. Buenos Aires, 1736. Ingeniero militar. Ac-
Esta modalidad, distinta en la organización de tuó en el Río de la Plata en los primeros de-
la traza, se debe a ciertos modos de organiza- cenios del siglo XVIII.
ción urbana presentes en Galicia, región de
donde provenía Pérez Brito. Graduado en 1716, se trasladó a Buenos Ai-
En Uruguay, Pérez Brito realizó el cabildo res al año siguiente con el grado de ayudante u BARRIO 17 DE OCTUBRE, EN EZEIZA, DE L. PICCINATO.
de San José (1791), la iglesia de San Carlos de ingeniero. En 1719, como “capitán ingeniero
del presidio” realiza el plano de la Ensenada Luigi Piccinato (LP), a quien contactaron
de Montevideo y el presupuesto para el Ca- Vivanco (v.) y Bonet (v.) en el Congreso del CIAM
bildo y la Cárcel de Buenos Aires, según di- (v.) realizado en Bérgamo en 1949, trabajó jun-
seño –luego no construido–- del arquitecto Prí- to con Ernesto Rogers (v.) en el Estudio del Plan
moli (v.). Participó también en tareas de de Buenos Aires (EPBA).
remodelación del fuerte de la Capital, en prin- Simpatizante de Mussolini en su etapa uni-
cipio como asistente de Bermúdez (v.) y pos- versitaria, Vivanco conocía los trabajos del ur-
teriormente, a la muerte de este, como inge- banista italiano y especialmente su proyecto
niero principal. En 1728 construyó la guardia de la ciudad de Sabaudía, internacionalmente
provisoria del Riachuelo sobre su antigua bo- famoso porque había sido realizado en el mar-
ca. Al margen de su actuación castrense, pre- co del saneamiento de los pantanos Pontinos,
paró en 1722 un nuevo proyecto, tampoco cons- y una de las “niñas bonitas” consideradas en
truido, para el Cabildo de Buenos Aires. En el cuarto CIAM, en 1933, cuyos resultados fue-
Montevideo trabajó desde 1724 en la dirección ron publicados en 1941.
de las obras de las primeras fortificaciones y LP había trabajado también en los planes
de la ciudadela. Realizó, además, el reconoci- de Olivetti para Val d’Aosta, donde concretó el
miento en la Ensenada de Barragán, donde pro- Plan de Ivrea en 1941. En la inmediata pos-
yectó una batería principal y dos complemen- guerra, la suya era una figura decisiva en el de-
u TRAZADO DE NUEVA MURCIA, DE J. PÉREZ BRITO. tarias que se habilitaron parcialmente en 1736. bate que tenía lugar a través de Metron y de la

66 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pel pil
organización de la APAO. La publicación de liares en propiedad y a plurifamiliares en al-
su manual de “Urbanística” en 1947 otorgó quiler. El conjunto se subdividía en cinco uni-
mayor prestigio a sus posiciones, ya claramente dades con una relación similar entre bloques
volcadas a la defensa de planes regionales, y y viviendas individuales articuladas en torno
a una apropiación “orgánica” del territorio, afín de escuelas y de pequeños comercios; el cen-
a las ideas de Abercrombie que, desde la pu- tro cívico se organizó con edificios aislados
blicación del Plan de Londres en 1945 comen- para comercios, cine-teatro, administración,
zaban a atraer a los miembros del EPBA. Aun- atención médica e iglesia.
que carecemos de elementos para detectar los LP proyectó también la urbanización de “La
resultados concretos de su actuación en el Plan, Florida” (presumiblemente en Tucumán, te-
es evidente que su presencia se hizo especial- niendo en cuenta la coautoría de Alberto Pre-
mente valiosa ante la necesidad de coordinar bisch (v.) y las características topográficas), un
la tarea con los municipios de la Provincia de asentamiento destinado a albergar a los obre-
Buenos Aires. Este objetivo, impulsado por ros que intervenían en la construcción de una
Pastor (v.), sería determinante del acercamien- represa cercana. El conjunto daría alojamiento
to de Ferrari Hardoy (v.) y el mismo EPBA a las a unas 300 familias y se transformaría en un
ideas anglosajonas de descentralización, de las centro turístico cuando finalizaran los trabajos.
que LP aportaba la experiencia de su articula- Estaba localizado en una zona montañosa, y las
ción con los antecedentes CIAM. En el orga- unidades de vivienda, organizadas en dos su-
nigrama de la dependencia, LP revistó como bunidades con un centro común de servicios,
representante del MOP (v.) en el 9° Departa- se emplazaban siguiendo las cotas de nivel. u PILOTIS EN EL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, LA PLATA.
mento, dedicado a los “Problemas inmediatos Además de estos proyectos, LP ideó una al-
y Obras Públicas del Gran Buenos Aires”. ternativa de loteo con un mayor aprovecha- Libertador y Lafinur (1936), de Sánchez, Lagos
Además de su vinculación con el EPBA, LP miento de los terrenos y planificó un centro y De la Torre (v.), algunas de las estaciones pa-
realizó trabajos para el MOP, que comenzaba turístico en San Luis. ra el Automóvil Club Argentino, de Antonio
en esos años a ocuparse de la construcción Las dificultades de inserción en las estruc- Vilar (v.), los laboratorios de YPF (1941), de Jor-
de viviendas y barrios urbanos, en concurren- turas argentinas, las incertidumbres en la re- ge de La María Prins (v.), hasta llegar a la sede
cia con otras dependencias estatales, como el alización de los proyectos determinaron el re- de ENTEL, de SEPRA, formulada dentro de la
BHN (v.), las provincias y los municipios. greso de LP a Italia en 1950. J. L. estética corbusierana derivada de Marsella.
La construcción del Aeropuerto de Ezeiza, A partir de la década del cincuenta, cuan-
el principal emprendimiento que se encaraba do se realizaron grandes emprendimientos en
en el MOP, supuso una gigantesca operación PILOTIS. m. pl. Columnas que permiten despe- programas de vivienda para los sectores po-
de transformación territorial a escala metro- gar el volumen del edificio del terreno, con el pulares a través del tipo monoblock, se puso en
politana, concentrada sobre el sudoeste de Bue- fin de posibilitar una relativa continuidad fí- práctica este principio, aunque solo en modo
nos Aires (v. Aeropuerto). En este marco, además sica y visual del mismo. El concepto es parte discontinuo. Se produjeron conjuntos que ha-
del Aeropuerto, se plantaron bosques, se cons- de la poética corbusierana y resulta apropia- bían sido anticipados a nivel local por las pro-
truyó la autopista, centros de recreación po- do para un amplio sector de la disciplina que puestas de Wladimiro Acosta para la casa He-
pular y varias “ciudades satélites”, y LP fue adhirió a la Arquitectura Moderna. lios o por el proyecto de barrio parque de Stock
contratado para contar con su experiencia ur- y Olezza (1933). Pero la transformación que su
banística, de la que resultó un plan para Ciu- Los pilotis transgredían por un lado la tec- utilización suponía en el uso del suelo y en los
dad Ezeiza, uno de los barrios vinculados al tónica tradicional en que se fundamentaba la términos visuales en que eran concebidos los
emprendimiento, además de su ya citada par- arquitectura clásica y, por otro, rompían la con- edificios quedó como una alternativa puntual
ticipación en el EPBA. En relación con el em- figuración espacial de la ciudad existente co- sin incidencia en el espacio urbano en gene-
prendimiento del Aeropuerto, LP obtuvo el mo instrumento que puede acompañar el cam- ral. Como ejemplos de esa modalidad pueden
primer premio en un concurso organizado por bio en las formas de propiedad del suelo. citarse el conjunto Simón Bolívar en Buenos
el Banco Hipotecario para el barrio 17 de Oc- Como sucedió en la obra de Le Corbusier, Aires y los monoblocks tipo proyectados por Hi-
tubre, con un proyecto realizado con Morelli estos conceptos encontraron aplicación, en lario Zalba (v.) para Avellaneda y La Plata.
(colega italiano con quien también proyectó principio, solo a través de intervenciones pun- Tras una relativa ausencia de los planteos
el Barrio Serra Venerdi), Gómez, Stortini y tuales, insertas dentro de las coordenadas ju- locales durante las décadas del sesenta y del
Adighero. Se trataba de organizar un barrio rídicas tradicionales. Es así como aparecen en setenta, hacia fines de los setenta se reabre la
para 32.000 habitantes (debe recordarse que viviendas suburbanas, edificios de renta o en discusión en el marco del cuestionamiento lo-
la citada “ciudad” de Sabaudia estaba desti- ciertas dependencias del Estado. cal de la Arquitectura Moderna. Para sus de-
nada a 5.000 habitantes). Los apresuramien- Obras representativas en el empleo de es- tractores, los pilotis significaban una inade-
tos políticos habían llevado a construir varios te recurso son algunas casas de Antonio Vi- cuación antropológica, energética y económica;
edificios en monoblock sin plan alguno y el con- lar (v.), la casa en Olivos de Rodríguez Remmy estas críticas silenciaban una evidente prefe-
curso buscaba reordenar las intervenciones (v.) y Ocampo (1932), la casa de Vicente López rencia por modelos estéticos basados en la tec-
posteriores destinadas a viviendas unifami- (1937), de Alberto Prebisch (v.), el edificio en tónica tradicional. E. G.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 67


PINAROLI, FRANCISCO. Novara (Italia), 1842
– Goya (Corrientes), 1887. Arquitecto. Activo
en las últimas décadas del siglo XIX.

Emigrado a la Argentina, solicitó revalidar


su título de arquitecto en la Facultad de Cien-
cias Exactas de la UBA en 1878, y realizó una
tesis sobre el empleo del hierro en las cons-
trucciones de arquitectura. Construyó algunas
casas en Buenos Aires y en Córdoba, la antigua
estación La Plata del F. C. Sud –actual Pasaje
Rocha– y un anteproyecto no concretado para
la Catedral de esa ciudad y otro para la Catedral
de Corrientes (1870). Ejecutó la Basílica del Ro-
sario en Goya (Corrientes), así como el mer-
cado y el hospital de esa ciudad. También efec-
tuó trabajos topográficos en esa provincia.

Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario biográfi-


co argentino. Bs. As., 1968; L. Patetta (compilador).
Architetti e ingenieri italiani in Argentina, Uru-
guay e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002. u UN INTERIOR CON DECORACIÓN Y EQUIPAMIENTO EN ESTILO TÚDOR.

moda que desde Inglaterra pronto se extendió lación con el campo. La naturaleza a que alu-
PINTORESCA, ARQUITECTURA. El adjetivo pin- al Continente, especialmente a Alemania y a día, más que el primitivismo del paisaje virgen
toresco se aplica a la pintura, en especial a Francia. Un segundo escenario para esta ar- natural, era la del “jardín”, es decir, la natu-
la p. paisajista, que tuvo un gran auge en el quitectura lo constituyeron las casas de cam- raleza trabajada o controlada por el hombre. El
siglo XVII. Referido a arquitectura, alude a la po, un programa que planteaba centralmente Pintoresquismo refería al habitar fuera de la
que puede encontrarse integrada en un con- la relación arquitectura-naturaleza, esta última ciudad, en contacto con la naturaleza, pero sin
texto extraurbano, como en una pintura pai- entendida en términos de paisaje. Arquitectu- abandonar los beneficios de la civilización.
sajista. Entre los primeros en reflexionar so- ra pintoresca era aquella que abandonaba la si- La producción pintoresca fue muy amplia
bre el concepto, se encuentra el pintor y metría clásica para proponer formas de fuer- y variada, y no siempre puede ser abordada des-
teórico inglés A. Cozens, quien lo propuso co- tes contrastes volumétricos y quiebres de de un único punto de vista. Tomada global-
mo fundamento de una estética pictórica del cubiertas, exponiendo los materiales de cons- mente, habla de la moderna relación ciudad /
paisaje, cuyos principios eran la idea de na- trucción y buscando referencias figurativas fue- campo y de la forma en que diferentes grupos
turaleza como fuente de estímulos para el ar- ra de los cánones clásicos, en muchos casos en sociales, a través de diversos programas ar-
tista, a los que correspondían sensaciones las arquitecturas populares regionales. quitectónicos, la fueron planteando a lo largo
entendidas como formas de experiencia so- En base a estos elementos, el Pintores- del tiempo. Los mejores ejemplos pueden ser
bre lo real. A partir su desarrollo en estos cam- quismo se inscribía dentro de las corrientes observados como reflexiones culturales sobre
pos, en el siglo XVIII lo pintoresco pasó a ser eclécticas de fines del siglo XIX (v. Eclecticismo). el peso del campo y la naturaleza en la vida mo-
también una categoría estética: lo bello su- Considerando las diferencias de planteos con derna, y permiten trazar relaciones con otros
blime se oponía a lo bello pintoresco, como respecto al sistema clásico, la historiografía ha campos culturales. Para el debate disciplinar,
dos ideas de belleza que dependían de la ac- hablado de “Antiacademicismo” a propósito las arquitecturas pintorescas también consti-
titud del hombre frente a la realidad. de las arquitecturas pintorescas. Tal definición tuyeron un campo renovador.
no es correcta en tanto la Arquitectura Acadé-
Con frecuencia las estéticas pintorescas son mica utilizaba también las estéticas pintores-
englobadas dentro de la estética romántica, por cas, aunque asignándoles un lugar particular:
los temas que esta abordaba (la naturaleza, cen- la resolución de los problemas arquitectónicos
tralmente), por el uso de referencias litera- extraurbanos. La idea de “carácter” era el ins-
rias y por la figura del artista que construían trumento que permitía utilizar distintas esté-
(libertad individual, búsqueda de sensaciones ticas o conjuntos formales de acuerdo con los
y expresiones, etc.). programas abordados.
La distinción entre arquitectura urbana y
DESARROLLO DE LA CATEGORÍA extraurbana refiere a una oposición central de
EN ARQUITECTURA. la arquitectura y el urbanismo desde el siglo
La aplicación del concepto se realizó pri- XIX en adelante, como es la de campo-ciudad.
mero en la arquitectura de los jardines, en una La Arquitectura Pintoresca señalaba una re- u HALL EN ESTILO TUDOR.

68 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pin pin
DESARROLLO EN LA ARGENTINA. ternaban quintas de labor y de veraneo en Quil- ron utilizadas con mucha precisión en la Ar-
PERÍODO 1880-1910. PROGRAMAS. mes, Bernal, Temperley, Lomas de Zamora y gentina, prácticamente todas se desarrollaron:
La Arquitectura Pintoresca se desarrolló prin- Adrogué por el sur; Flores, Ramos Mejía, Mo-
cipalmente en la vivienda y en algunos progra- rón y Merlo por el Oeste; el Norte, en cambio, 1) Castillos: se diferenciaban de las villas en
mas ligados al ocio, como clubes y hoteles. En tenía características más residenciales: Olivos, que eran edificaciones más importantes, ro-
ambos casos se asociaba a emplazamientos no San Isidro, San Fernando y Tigre. deadas de grandes parques y generalmente ocu-
urbanos: el campo, las playas, las sierras o los padas en forma permanente.
suburbios; solo tardíamente, a partir de los años CASA DE VERANEO. 2) Villas: era la denominación italiana de la
treinta, la arquitectura pintoresca se incorporó Este programa comenzó a perfilarse en los casa de campo. En general, las villas eran cons-
a las ciudades. ochenta, aunque en forma más lenta que los trucciones utilizadas en verano y contaban con
Los inicios del empleo de estas arquitec- anteriores. Con la inauguración de la vía férrea jardines, antes que con grandes parques. Las
turas pueden encontrarse en varios programas a Mar del Plata, en 1886 se inauguraba tam- villas francesas, en particular, se caracteriza-
en los últimos decenios del siglo XIX. Uno de bién la costumbre de pasar el verano en las pla- ban por su aspecto simétrico y por una bús-
ellos lo constituyen las casas de estancia, en las yas. La modalidad turística del momento im- queda de unidad en la disposición. Ejemplos
que se evidencia a partir de 1880 la aparición plicaba largas permanencias de las familias en de castillos y villas se encuentran en las casas
de nuevos lenguajes como el Neogótico y el el centro balneario. Principalmente las fami- de estancia.
Normando. Ejemplos de la primera corriente lias porteñas caonstruyeron viviendas de vera- 3) Cottages: casas de campaña inglesas, deri-
son las estancias San Enrique (Luján, arqui- neo, mientras que las provenientes del interior vadas de las antiguas casas de granja, caracte-
tecto Ernesto Moreau) y Chapadmalal (1905, prefirieron el uso de la hotelería, que también rizadas por una gran preocupación por el con-
arquitecto Walter B. Bassett Smith (v.)), mien- comenzaba a desarrollarse.
tras que la estancia San Simón representa a la En estos tres últimos programas avanzaron
segunda. Este proceso puede verse como un las tipologías de chalets (v.), viviendas aisla-
signo del enriquecimiento de los productores das de forma pintoresca y planta compacta (cua-
agrícola-ganaderos, como consecuencia del au- drada o alargada), desarrolladas en dos o tres
ge de la economía agroexportadora, tanto co- niveles. En las obras publicadas en la Revista
mo un cambio en las funciones del casco de Técnica se observa la influencia de modelos
estancia (v.), que dejaba de ser un instrumen- franceses a fin de siglo: La Construction Mo-
to de trabajo para convertirse en residencia de derne, Le Monde Moderne, las obras de Planat,
veraneo, por lo que se asociaba al habitar del eran referencias para estas arquitecturas. Pron-
tiempo libre. En las plantas del período se ob- to comenzarían a observarse también referen-
serva la forma en que se sofistican los pro- cias a la arquitectura inglesa, cuya asociación
gramas, que pasan a incorporar salas de armas, con el Pintoresquismo se hallaba ampliamen-
salas de juegos o de lectura, etc. te extendida.
La aparición del Pintoresquismo en el cam- Desde el punto de vista social, el chalet sig-
po tenía también implicancias culturales: la ur- nificaba la necesidad de viviendas más peque-
banización de la vida en la estancia, la moder- ñas y económicas que los palacios y petits-hô-
nización del campo. tels urbanos, tanto como una forma de vida más u VISTA DEL TIGRE CLUB, DE PAUL PATER.
libre, ligada a la sociabilidad del ocio. Gene-
CASAS QUINTAS Y VIVIENDAS SUBURBANAS. ralmente se componían de sala, vestíbulo y co- fort, buscado a expensas de la regularidad. El
Este constituyó otro núcleo de introduc- medor en planta baja y de un número variable aspecto general no ofrecía un conjunto claro,
ción de la Arquitectura Pintoresca. La cos- de dormitorios (dos o tres) en planta alta. En sino que era una agregación de detalles a los
tumbre de veranear fuera de la ciudad se in- entrepisos se resolvían las habitaciones de ser- que el conjunto se subordinaba. Una disposi-
tensificó en Buenos Aires a partir del impacto vicio y las cocinas. Esta organización se com- ción típica eran las plantas alargadas, donde
de la epidemia de fiebre amarilla de 1871, he- plejizaba en el caso de las residencias marpla- uno de los lados mayores constituía el frente
cho que convenció de las ventajas de pasar una tenses (a veces llamadas chalets y a veces villas), principal. Ejemplos: arquitecto Walter B. Bas-
parte del año en sitios abiertos, considera- ya que, si bien las primeras construidas como set-Smith y B. H. Collcut en Mar del Plata; cha-
dos más saludables, como Flores o Belgra- el chalet de J. Peralta Ramos (1890), el de Pe- let La Loma de Rafael Ocampo 1914-1919; cha-
no, pero también incitó a muchos sectores aco- dro Luro (1885) o el de Zamboni (aprox. 1890), let de Bonorino Udaondo (1915).
modados a vivir fuera de la ciudad, posibilidad responden en líneas generales a esta descrip- Otra categoría que presentaba similaridad
que posteriormente se fue afianzando y con- ción, las viviendas se fueron ampliando y com- con el cottage inglés eran las villas normandas,
solidando en otros sectores sociales en la me- plejizando. Junto a la planta compacta coexis- de plan libre y carente de simetría, construido
dida en que se extendieron las redes de trans- tían plantas alargadas y de conformación en pans de bois aparentes, con grandes techos
porte. Sin embargo, debe tenerse en cuenta bastante libre para el momento, que referían esbeltos y quebrados que cubrían cada parte
que la costumbre del veraneo en quintas se a modelos ingleses. de la planta. Ejemplo: Villa Ortiz Basualdo, en
encuentra documentada desde principios del Louis Cloquet en su Traité d’Architecture (Lie- Mar del Plata (G. Camus, 1919).
siglo XVIII (v. Quinta). Hacia principios del si- ja, 1900) enumeraba una serie de categorías 4) Cottages americanos: se caracterizaban por
glo XX, para el caso de Buenos Aires, se al- para la “casas de campo”, que aunque no fue- la arquitectura maderera, rodeada en tres o cua-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 69


articulación entre arquitectura y topografía. de la ciudad, como el Rowing Club en el Tigre
Propiciaba también la incorporación del color, (1919, proyecto de M. Madero y E. M. Real de
las texturas de los materiales y de las visuales Azúa, en Normando), el club Atlético San Isi-
no ortogonales. dro (1924, R. Soto Acebal (v. Neocolonial), el Golf
Finalmente, sobre todo a partir de la pri- Club de Mar del Plata (1922), Calvo, Jacobs y
mera década de este siglo, el Pintoresquismo Giménez (v. Tudor), el Hurlingham Club (1928),
se manifestaba como un campo más apto que el Pidgeon Club marplatense (1931, E.M. La-
el Clasicismo para la introducción de cambios nús y F.C. Woodgate, v.), etc. Estas construc-
técnicos. Por ejemplo, la introducción del hie- ciones remataban un proceso de práctica de
rro se veía facilitada por un sistema composi- deportes al aire libre que había comenzado a
tivo que discutía las proporciones clásicas y generalizarse entre las elites a partir de 1880,
las relaciones visuales entre carga y sostén. desplazando los entretenimientos de origen
También posibilitaba la introducción de ele- campero o los heredados de España, para adop-
mentos prefabricados, como es el caso de los tar el estilo de la sociabilidad europea (v. Club).
bloques “Bianchi” (c. 1910), o la experimen-
tación tecnológica, como el sistema construc- VIVIENDA DIRIGIDA A LOS SECTORES
tivo del ingeniero Chacón (c. 1907) para vi- POPULARES.
viendas extraurbanas. Merecen destacarse los proyectos de vivienda
u PABELLÓN EN EL TIGRE, PCIA. DE BUENOS AIRES. individual de la Comisión Nacional de Casas
PERÍODO 1915-1930 Baratas (v.), creada en 1915. Tal es el caso del ba-
tro de sus lados por una galería semicubier- PROGRAMAS. CASAS SUBURBANAS rrio Cafferata (1919), del Alvear (1922) y del
ta. Dentro de este género podrían considerar- Y DE VERANEO. Rawson (1930). Inicialmente, la CNCB propo-
se las viviendas construidas en el Tigre, so- En este período, los programas arquitectó- nía este tipo de arquitectura para los barrios
bre todo entre 1880 y 1916, más conocidas aquí nicos indicados anteriormente se mantuvieron porteños de baja densidad, mientras ensayaba
como bungalows y en general importadas de como soporte de la Arquitectura Pintoresca, casas colectivas, sin rasgos pintorescos, en sec-
Suecia, Inglaterra o Estados Unidos. proporcionando un mercado en ampliación, tores urbanos de mayor densidad. Aquí las vi-
5) Manoirs flamencos: tradicional casa de cam- sobre todo en cuanto a las casas suburbanas y, viendas se asociarían a la idea de ciudad jardín
po flamenca, de planta rectangular y tres o cua- en menor medida, a las de veraneo. El Pinto- (v.), asociación que mantendría su vigencia en
tro niveles. Dos techos a dos aguas se cruzaban resquismo aportaba individualidad a las vi- los proyectos de vivienda popular hasta los años
en ángulo recto, y en el ángulo de encuentro se viendas para satisfacer las expectativas de los cincuenta (v. Vivienda de interés social).
ubicaba la torre de la escalera. Como ejemplo clientes, aun en viviendas de presupuestos po- Esta relación, aunque no necesaria, articu-
de este tipo de planta puede citarse el chalet de co elevados. laba dos elementos centrales de los programas
Dardo Rocha en Mar del Plata (c. 1910). A estos programas se agregaron otros en de vivienda dirigida a sectores populares: re-
6) Chalet (v.): construcción esencialmente ma- este período: los clubes fuera de la ciudad y forma urbana, a través de trazados alternativos
derera, que en algunas regiones (Norte de Fran- ciertas experiencias del Estado y de institucio- a la cuadrícula, y reforma de la casa, por medio
cia, Normandía) comenzaba a reemplazarse nes de acción social pioneras en vivienda des- de una compactación de la planta, frente a la
por mampostería. En nuestro país, el término tinada a los sectores populares. tradicional “casa chorizo” (v.). Las resoluciones
tuvo una circulación muy amplia, y se aplicó formales se simplificaban con respecto a las vi-
prácticamente a toda vivienda aislada, de te- CLUBES. viendas suburbanas indicadas anteriormente:
chos inclinados y aspecto pintoresco. Alrededor de 1920, varios clubes constru- desaparecían torres, pórticos, galerías y ele-
yeron su sede para práctica de deportes fuera mentos decorativos, mientras el contraste de
DEBATE ARQUITECTÓNICO. materiales quedaba reducido al mínimo. El re-
Para los arquitectos e ingenieros, los esti- sultado eran conjuntos basados en muros blan-
los pintorescos significaban una renovación cos y techos de tejas con reminiscencias de
importante. Por un lado, ciertas obras –por ej. cottages (Barrio Cafferata) o en variantes neo-
el chalet en Haedo de Edouard Le Monnier (v.)– coloniales (Alvear) o normandas (Rawson).
eran presentados como Arquitectura “Moder-
na” y “Racional”. Esto significaba una arqui- DEBATE ARQUITECTÓNICO.
tectura que carecía de “decoración”, en tanto Aunque las referencias francesas, y sobre
los tratamientos plásticos se obtenían a través todo las inglesas, no decayeron, se incorpora-
de los propios elementos constructivos (vigas, ron en el período otros conjuntos formales, cu-
columnas, cambios de materiales, etc.) y no a ya procedencia puede caracterizarse genérica-
través de elementos aplicados. mente como “latina”, muchos de los cuales
En segundo lugar, esta arquitectura ofrecía eran también denominados “mediterráneos”:
nuevos materiales estéticos: desde plantas asi- Hispanizante, Neocolonial (v.), Californiano,
métricas hasta un nuevo repertorio de ele- Vasco, Neorrenacimiento italiano (v.). Estas nue-
mentos formales, pasando por los ensayos de u SEDE DE LA CASA CUNA, EN SANTIAGO DEL ESTERO. vas respuestas giraban sobre un problema: la

70 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pin pin
necesidad de definir una arquitectura argenti- ticular por los materiales locales y su expresión
na, cuestión en la cual la pregunta sobre su ori- arquitectónica conducían a un cambio pro-
gen ocupaba un lugar central. Sobre este tema fundo en el desarrollo del Pintoresquismo. La
había coincidencias en la disciplina en invocar “rusticidad”, entendida como carácter áspero,
a España, pero a partir de tales coincidencias de terminaciones deliberadamente simples y
se abrían múltiples caminos de interrogación poco refinadas, emparentada con el mundo ru-
y divergencia: España podía ser tanto su des- ral, se presentaba como nuevo valor. A la vez
arrollo europeo como sus rastros en América; se evidenciaba un mayor carácter tectónico en
y dentro de esta última posibilidad existían múl- las composiciones, que tendían a enfatizar la
tiples variantes regionales. relación entre el edificio y el suelo. Hasta es-
Este nuevo debate, que produce un des- te momento, el carácter rústico podía ser un
plazamiento de las elecciones figurativas, se elemento integrante de la arquitectura pinto-
relacionaba con el clima cultural del Centena- resca, pero no lo era necesariamente ni ca-
rio y con las preguntas por la identidad de la racterizaba la totalidad del campo. Estos temas
cultura nacional, lo que culmina en la consti- serían intensamente explotados en la década
tución de la corriente neocolonial alrededor de siguiente, cuando el carácter rústico predomi-
1915. El Neocolonial (v.) puede mencionarse en nó dentro de la arquitectura pintoresca, y se
relación con los programas que se venían des- extendió a la decoración y los muebles.
arrollando en lenguajes pintorescos: en casas u IGLESIA DEL BARRIO DE SUBOFICIALES SARGENTO CABRAL.
de estancia tal como Acelain, de Martín Noel PERÍODO 1930-1945.
(v.), de 1922, o El Cortijo, de Juan Kronfuss (v.), Este tipo de combinaciones eran frecuen- PROGRAMAS. CASAS DE VERANEO
de 1927; en viviendas suburbanas, la obra de tes en el período. Los tipos y modelos italianos Y DE FIN DE SEMANA.
Estanislao y Juan Pirovano (v.) en Mar del Pla- eran juzgados como más adecuados que las lla- Estos fueron programas que continuaron
ta, el chalet de Juana Casilda (1922), de Al- madas “arquitecturas nórdicas”, que habían en expansión, aunque abarcando los sectores
gelt (v.), “Villa Izpazter” de Martín Noel (1920); caracterizado el primer momento de desarro- medios, dato central para comprender las trans-
en clubes, como el ya citado Club San Isidro. llo del Pintoresquismo en el país, sobre todo formaciones tipológicas y formales de un pe-
De hecho, el Neocolonial estaba planteando en cuanto al uso del ladrillo, de cubiertas de ríodo en el que se difunden viviendas más pe-
una discusión con todos los lenguajes consi- escasa pendiente, y por la profusión de espa- queñas y sencillas que las producidas en
derados poco adecuados a las características cios semiexteriores. Esta tendencia se vio re- décadas anteriores. Aparece, por ejemplo, la
climáticas, culturales e históricas del país y a flejada en distintos programas, especialmente vivienda de una única habitación y servicios, o
los materiales de construcción locales, por lo en las residencias de verano, entre las que pue- los chalets de una sola planta, raramente abor-
tanto no sorprende esta competencia con los de citarse el caso de las obras en Mar del Pla- dados anteriormente. Tal ampliación del mer-
pintoresquismos en su propio terreno. Sin em- ta de Luis Broggi (v.) (su propia casa “Villa Ge- cado confirmaba, además, la tendencia a la rus-
bargo, no es correcto considerarlo como un ex- roma”, y la residencia de David Costaguta, 1911) tificación de los lenguajes pintorescos que ya
ponente de la Arquitectura Pintoresca, porque o la de Gino Aloisi (v.) (“La Gioconda” de Mar- se observaba en la década anterior y explica
constituyó una totalidad ideológica y estética cos Algier, 1922; proyecto para “Villa Leopol- la inmensa aceptación del llamado “estilo ca-
–características que raramente se observan en dina” de Francisco Badino, 1922); o de Mar- liforniano” que caracteriza los años treinta. Los
la Arquitectura Pintoresca– y porque se trata- chessotti y Bressan. También puede detectarse nuevos clientes reclamaban casas de menores
ba de un “estilo” en un sentido estricto; un sis- en el área de la vivienda destinada a sectores dimensiones, a las que no todos los estilos del
tema pautado y codificado que contrastaba con populares, tal el caso de la obra de Fermín Be- repertorio pintoresco podían dar respuesta. El
la libertad de combinación de elementos y for- reterbide (v.). Californiano, en cambio, proponía un reper-
mas observados en la Arquitectura Pintoresca; También abundaban las referencias a Es- torio formal muy laxo, que podía combinarse
no estaba ligado a programas determinados. paña en el período. Entre los ejemplos se al- libremente, resolviendo tanto una gran man-
En algunos autores, como Christophersen ternan distintos modelos de casas de campo, sión como una vivienda mínima. Si se obser-
(v.), el Arte Colonial se proponía como una fuen- como las del norte de España, en el caso de “Mi- van manuales referidos a él, como el de R. New-
te de inspiración más vaga, que podía ser per- ralrío” en San Isidro (Pasman (v.), y Marcó del comb (The Spanish House for America. Its
feccionada a través de la incorporación de ele- Pont (v.)), la estancia “Melilla” cerca de Monte- Design, Furnishing and Garden, 1927), se en-
mentos de detalle del Renacimiento italiano. video (Christophersen, c. 1926), o chalets de cuentra un conjunto de elementos arquitectó-
Así, en la residencia que proyectó en Playa Ca- impronta vernácula, como el chalet vasco. En nicos y una serie de ejemplos muy distintos
rrasco (Uruguay, c. 1924) puede verificarse la Mar del Plata se encuentra una buena cantidad entre sí, a partir de los cuales resulta difícil de-
exasperación de efectos pintorescos: planta asi- de estos, como las obras de Alula Baldassarini finir en qué consiste la Arquitectura Califor-
métrica, quiebres de volúmenes a 45°, articu- (v.) (casa de Brenda Bassi, 1930; Sofía Lanús de niana. En tal vaguedad radicó su éxito: era una
lando en el exterior elementos españoles y del French, 1931 y Corina Blanca Smith, c. 1934). arquitectura de carácter, definida a partir de
llamado Renacimiento italiano: un patio an- Así, para fines de la década, la introducción muy pocos elementos de utilización libre: mu-
daluz, techos de escasa pendiente, columnas de un cambio de referencias (del mundo nór- ros revocados y blancos, arcadas, techos de te-
toscanas y muros donde se combina un basa- dico al mediterráneo), una nueva preferencia ja española de escasa pendiente.
mento en piedra y muros en revoque blanco. por la arquitectura anónima y un énfasis par- La ampliación del mercado hacia los secto-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 71


res medios se relaciona con varios procesos, en- ya que no se trata de una “huida”, sino de una proyecto de Horacio Caminos (v.), ganador del
tre los que se encuentra la ascensión económica “compensación” entre un tipo de habitar y otro. concurso de prototipos rurales para la región
de tales sectores durante los gobiernos radica- Un tema central del período es el del confort Norte del Banco de la Nación Argentina (1939).
les; los cambios en la infraestructura física del moderno, tema que se relaciona con la intro- Allí, la rusticidad de la construcción en made-
país, como la ampliación de la red de caminos ducción de modelos norteamericanos. La bús- ra y paja intentaba borrar por completo todo
en los treinta y el aumento del número de au- queda de tal confort en viviendas pintorescas o signo de arquitecto proyectista, para impos-
tomóviles, que generalizaron el acceso al tu- del tipo rústico intentaba articular las ventajas tarse como un producto anónimo. Otro hecho
rismo y a la casa de fin de semana. Finalmen- de la Modernidad con los placeres del campo. sintomático del cambio de modelos es el aban-
te, existieron cambios culturales, por los cuales dono de plantas compactas, en favor de plan-
los sectores medios adoptaron costumbres del VIVIENDAS RURALES. tas alargadas, o en L, con galerías, retomando
ocio y del deporte extraurbano, anteriormente A partir de mediados de la década se pro- tradiciones de uso del espacio abierto propias
ligado a los sectores altos. En tal sentido tu- duce una serie de iniciativas de distintas re- del trabajo rural.
vieron no poca importancia las políticas esta- particiones oficiales vinculadas a la construc-
tales de fomento al turismo, leyes sociales co- ción o a la provisión de modelos de viviendas ARQUITECTURA DEL ESTADO.
mo la de sábado inglés y vacaciones pagas, la rurales (v. Vivienda de interés social), en un momento También dentro de la obra del estado se di-
promoción realizada por las localidades turís- de debate sobre la crisis del campo y las mi- fundían los lenguajes rústicos. Un caso es el
ticas y las asociaciones comerciales locales. graciones de la población rural a las ciudades. de la Dirección de Parques Nacionales (v. Área
En una primera etapa, los proyectos de vi- protegida). De su producción más importante
VIVIENDA URBANA. viendas rurales fueron tomados del repertorio puede mencionarse la obra de Alejandro Bus-
El proceso de generalización de los estilos pintoresco: así se alternan, sobre plantas com- tillo (v.), en Bariloche, por ejemplo el Hotel Llao-
rústicos no se detenía en los programas su- pactas, chalets suizos, californianos, neocolo- Llao (1936-1938), la catedral Nuestra Señora
burbanos o en las villas turísticas; a finales niales, cottages de techo de paja, por ejemplo de Nahuel Huapi (1946), la residencia El Mes-
de la década del treinta se observa en vivien- en la serie de obras de la Dirección de Tierras sidor (1942-1948), o la de Ernesto de Estrada
das entre medianeras. De esta forma, parte de y Colonización publicadas por Casas y Jardines (v.), autor del centro cívico y del ensanche Oes-
las implicancias del carácter pintoresco se de- a fines de la década del treinta (arquitectos Hor- te de Bariloche, y del planeamiento de las vi-
jaban de lado, mientras el “gusto rústico” se ta y Guastavino). Pronto comenzaron a bus- llas Catedral, la Angostura y Llao-Llao. YPF
generalizaba. El estilo californiano se extendía carse modelos dentro de la Arquitectura Rural también utilizó lenguajes pintorescos, como
y banalizaba: entre 1935 y 1948 se construye- autóctona: un buen ejemplo lo constituye el se observa en la obra de Antonio Vilar (v.). La
ron los pequeños chalets marplatenses cuyo Dirección de Ingenieros Militares del Minis-
volumen y características definieron gran par- terio de Guerra empleó el californiano en una
te de la morfología de la ciudad. Aparecía en serie de obras, como la Escuela de Aviación en
ellos el llamado “estilo Mar del Plata”, un pro- Córdoba (1938), cuarteles en Esquel y Covun-
ducto híbrido que consiste en un tipo particu- co o el barrio de suboficiales “Sargento Cabral”
lar de chalet de dimensiones moderadas, con en Campo de Mayo (1933-1937). Otro caso lo
partes de piedra y partes de revoque blan- representan los proyectos de cuarteles tipo
queado, techado con tejas coloniales y un pe- de Antonio Bilbao La Vieja (v.) (c. 1940) para la
queño jardín al frente. recientemente creada Gendarmería Nacional.
La Dirección de Arquitectura del Ministerio de
COUNTRY CLUBS. Obras Públicas lo utilizó en hoteles y hosterí-
Dentro de los sectores altos también se ob- as y en escuelas. Todas estas obras tienen en
servaban cambios culturales, referidos a nue- común la búsqueda de imágenes para el inte-
vas formas del ocio: aparecían los primeros rior del país.
country clubs (v.). Esta iba a ser una tendencia
que se ampliaría a partir de los años sesenta, DEBATE ARQUITECTÓNICO.
sobre los modelos provistos por las leisure li- La “rustificación” del gusto en el habitar
ving communities norteamericanas, pero los pri- motivó distintas respuestas dentro del campo
meros se fundaron en la década del treinta (Tor- arquitectónico. En los treinta, debe recordar-
tugas Country Club; el Hindú Club; Highland). se que “rústico” o “pintoresco” se oponían a
En sus orígenes se nucleaban alrededor del de- “moderno” como elecciones figurativas. Fren-
porte: golf, polo y natación (Tortugas e Hindú) te al rústico existían tres posiciones: actitudes
o deportes ecuestres (Highland). Pero a dife- eminentemente profesionalistas, que incor-
rencia de los clubes ingleses de origen, los poraban estos estilos de manera pragmática;
argentinos incorporaron la vivienda de fin de actitudes modernistas, en principio confron-
semana. La articulación entre ocio y deporte, tadas con el universo de formas rústicas; y po-
realizada durante el fin de semana, sin inte- siciones nacionalistas, que encontraron en tal
rrumpir la actividad cotidiana en la ciudad, ha- universo un núcleo a partir del cual montar
bla de una relación ambigua con la ciudad, u LA CIUDAD DE LOS NIÑOS, EN LA PLATA. sus búsquedas de una “arquitectura argenti-

72 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pin pin
na”. Con respecto a la primera, muchos ar- al Pintoresquismo: el campo era ahora un nú- (MOP, BHN), provinciales o municipales (v. Vi-
quitectos ganaron dinero y prestigio público cleo de valores. vienda de interés social). En buena parte de esta pro-
a partir de sus obras rústicas: Carlos Mal- Por otra parte, esta corriente criticaba la co- ducción se generaliza el uso del California-
branche, difusor de la casa suburbana cali- pia o la aclimatación de estilos, de métodos no, en agrupaciones derivadas de los esquemas
forniana, Rodríguez Etcheto (v.), conocido cons- constructivos y de materiales de otros países. de la ciudad jardín (v.), como en la producción
tructor de chalets de piedra en Mar del Plata, De esta forma se criticaba un mecanismo de del MOP o en el Plan Eva Perón (v.) del BHN,
Aberastain Oro o Lyman Dudley, quienes per- selección formal que había sustentado la exis- pero también en muchos de los ministerios
severaron en la línea de los cottages de paja, tencia del Pintoresquismo en el medio local. provinciales. Se lo consideraba adecuado para
son algunos ejemplos de un ejercicio profe- Lo que es difícil de inferir es de qué forma sus el interior del país o para conjuntos suburba-
sional correcto y sólido, ligado al mercado cons- modelos, referidos en general a edificios de nos en la capital, como Ciudad Evita o el Ba-
tituido por los sectores medios altos. contenido histórico, podían servir para la edi- rrio Saavedra. Las imágenes de estos barrios
Lo rústico era un problema para un sector ficación popular. tuvieron mucha difusión en la prensa parti-
minoritario, aunque más reflexivo, que desde daria y en la propaganda política, y quedaron
fines de los años veinte había impulsado la in- PERÍODO 1946-1950. fijados en el imaginario social como “arqui-
troducción de formas modernas, entendidas PROGRAMAS. VIVIENDA MASIVA. tectura peronista”, a la vez que como un signo
como una renovación radical del habitar (v. Mo- En este período se inicia la construcción del apoyo que tal gobierno había brindado a la
derna, Arquitectura). Esta constituye la segunda po- masiva de viviendas populares por parte del vivienda popular, aunque esta articulación de
sición indicada: para figuras como Alberto Pre- Estado, a través de organismos nacionales Pintoresquismo y ciudad jardín tenía desarro-
bisch (v.), Antonio Vilar (v.), Alejo Martínez, llos anteriores en el país. El Californiano se
León Dourge (v.) o Wladimiro Acosta (v.), la pro- empleaba en vivienda popular desde mediados
liferación de estilos rústicos significa el filis- de 1935: proyecto Bilbao La Vieja para La Ma-
teísmo estético que combatían. El chalet californiano tanza; el barrio de suboficiales Sargento Ca-
Pero hacia fines de la década se verifica un bral, el Barrio Dodero en Monte Chingolo (c.
viraje “regionalista”. Y la arquitectura rústica 1945), el barrio de viviendas “Monseñor Co-
comprende la mayor parte de las obras publi- pello” de la ACA (1943-1946). El Estado, du-
cadas por las revista de arquitectura. Por ejem- rante el gobierno del peronismo, encontró en
plo, en 1941 Casas y Jardines publicaba la casa este tipo de arquitectura aceptación social, so-
de Alejo Martínez (v.), en San Isidro, con te- bre todo dentro de los sectores medios. Apli-
cho de tejas y mampostería pintada en rosa ocre; car este “gusto” de los sectores medios a la
ella se alejaba de las formas modernas, la an- vivienda popular era parte del cariz redistri-
terior preferencia del arquitecto Martínez. butivo que el peronismo imprimía a su ges-
Con respecto a la tercera posición, la bús- tión. Por otro lado, se consideraba una arqui-
queda de una arquitectura nacional era un te- tectura apropiada para el interior del país:
ma ya trabajado por el Neocolonial y sus teó- utilizando un Californiano “lavado” y simpli-
ricos, pero se actualiza a fines de los treinta y ficado podía prescindirse de las variantes re-
principios de los cuarenta, y alcanza su pun- gionales sobre las que había reflexionado la ar-
to más alto a partir de la alianza entre los sec- quitectura de los años treinta y podía emplearse
tores militares y el nacionalismo católico, que una misma arquitectura en todo el territorio,
produce el GOU. Esta línea, en la cual con- lo que facilitaba la proyectación centralizada
vergían radicales como Guido (v.) y Noel (v.) con de obras públicas.
católicos como Buschiazzo (v.) y Domínguez, La Dirección Nacional de Arquitectura del
se encontraba directamente ligada a la inves- MOP, continuando con ciertas líneas ya des-
tigación histórica y al restauro, pero en este ca- arrolladas en los años treinta, utilizó un Cca-
so, insertada dentro del Estado, ya que la Co- liforniano lavado combinado con madera, pie-
misión Nacional de Monumentos Históricos dra y ladrillo (v.) visto para obras como colonias
había sido fundada en 1939, y en 1943 se cre- de vacaciones y hoteles (Embalse Río III en
aba en la Dirección General de Arquitectura Córdoba, colonias de Ezeiza, Chapadmalal,
del MOP la Oficina de Lugares, Edificios y Mo- San Luis, Corrientes y Paso de los Libres). En
numentos Históricos. escuelas se emplearon los mismos lenguajes,
Se observa aquí que la marcada inflexión disminuyendo la presencia formal de las cu-
hispanista y americanista que caracterizó el biertas y agregando algunos detalles del re-
primer Neocolonial se trastocó en la búsque- pertorio neocolonial (Escuela Normal de San
da de raíces “argentinas”, esto es, pampeanas, u LA LAXITUD FORMAL DEL “ESTILO CALIFORNIANO” Nicolás, Colegio Nacional de Artes y Oficios
cuyo más alto ejemplo lo constituía la quinta PERMITÍA SU DIFUSIÓN MASIVA, Y SU UTILIZACIÓN de Río IV, Córdoba, Colegio nacional de Per-
Pueyrredón, objeto de restauración junto con EN CASAS DE DIMENSIONES REDUCIDAS. gamino, Colegio Nacional “Aguilares” en Tu-
otros edificios históricos. El modelo elegido cumán, Escuela Normal de Villa Dolores, Cór-
implicaba también en este caso una renuncia doba, etc.). Para los hoteles de Bariloche y

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 73


Ushuaia, se eligió una arquitectura con ma- blarse de “Arquitectura Pintoresca”, en tanto PIRCA. f. En la Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador
yor presencia de la madera, en una línea ya el contexto cultural en el que la expresión te- y Perú, pared de piedra en seco. El vocablo
iniciada en la década anterior por Parques Na- nía sentido ha desaparecido. El universo den- lo tomó el español del quechua, donde sig-
cionales (v. Área protegida). Este tipo de arquitec- tro del cual el Pintoresquismo se recortaba era nifica ‘pared’. Se trata de un muro de esca-
tura se observaba también en obras de OSN el del Eclecticismo, con la posibilidad de se- sa altura, construido mediante la técnica de
(v.) y de la Dirección General de Vialidad Na- leccionar conjuntos formales de acuerdo con encastrar bloques de piedra sin labrar, o con
cional. Parques Nacionales continuó con sus el carácter asignado a la obra, y de reformu- poco trabajo en una de sus caras, y habi-
políticas de edificación pintoresca de la dé- lar la relación arquitectura / naturaleza a tra- tualmente sin el empleo de ligante de ningún
cada del treinta. vés de determinadas figuraciones. La genera- tipo salvo, barro y pedregullo.
La Fundación Eva Perón realizó gran par- lización de la Arquitectura Moderna acabó con
te de sus obras en Californiano. En obras co- este tipo de diferenciaciones y la relación arte
mo la Ciudad Infantil y la Ciudad Estudian- / naturaleza adoptó otras posibilidades de des-
til, por las características simbólicas de los arrollo, como las planteadas por los regiona-
programas, la arquitectura se recargaba y exa- lismos. A. B.
geraba, aproximándose al kitsch. En estos ca-
sos se apelaba a los que se consideraban gus- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. Levaggi, J. C.
tos populares: el Californiano, por su relación Montero, A. S. J. de Paula. La arquitectura del li-
con las casas de veraneo de los sectores me- beralismo en Argentina. Bs. As.: Editorial Sudame-
dios, era visto como el espacio de una vida “lu- ricana, 1968; AA.VV. “Las casas quintas”. En: DANA,
josa” y sin privaciones, que la Fundación po- n.° 2, 1974; A. de Paula y O. Costa. “La Chacra de Gre-
nía al alcance de los humildes. También la en y su incidencia en Lomas de Zamora”. En: DANA,
institución proyectó y construyó una pequeña n.° 3, 1975; M. T. Sassi, G. D. E. Bonetto y M. C. Fran-
ciudad pintoresca en Las Cuevas (Mendoza chello de Mariconde. “Quintas Cordobesas”. DANA,
1953). En el Hogar de Ancianos “Presidente n.° 6, 1978; A. de Paula. “El Neorrenacimiento y los
Perón” de Burzaco se emplearon ciertos ele- Revivals (1852-1880)”. En: Documentos para una his-
mentos del Neocolonial para asemejarlo a una toria de la arquitectura argentina (coord. M. Wais- u MURO DE PIRCA EN EL NOROESTE ARGENTINO.
residencia de campo. En la Arquitectura Hos- man). Summa, 1978; R. Jesse Alexander. “El Pinto-
pitalaria promovida por la Fundación el Pin- resquismo en la arquitectura argentina. Una Las pircas pueden servir tanto para definir
toresquismo se ve reducido a las cubiertas in- reflexión”. En: Documentos..., op. cit.; “Arquitec- un espacio acotado, que se destina a conte-
clinadas y a ciertas combinaciones de materiales tura marplatense (1900-1940): estilística y pinto- ner animales de corral, como extenderse por
en el tratamiento de los muros. resquismo”. En: Documentos..., op. cit.; O. Cova y A. cientos de km sin interrupción por la ladera de
Gómez Crespo. Arquitectura marplatense. El Pinto- una montaña a fin de definir un límite terri-
VIVIENDA SUBURBANA Y DE VERANEO. resquismo. Resistencia: Editorial del IAIHAU, 1982; torial. Es posible observar una amplia variedad
A la vez que la arquitectura californiana y S. Berjman y R. Gutiérrez. “El patrimonio arquitec- de calidades constructivas en las pircas, que
otras variantes rústicas fueron ganando te- tónico de parques nacionales en su etapa pionera: abarca desde los muros simples de una sola hi-
rreno dentro de la arquitectura producida por Nahuel Huapi (1935-1950)”. En: Revista de Arqui- lera de piedras hasta las de varias hiladas, con
el Estado, en las viviendas suburbanas y de ve- tectura, n.° 135, 1985; A. Ballent. Chalets y barrios relleno y aspecto notablemente simétrico. La
raneo se introdujeron nuevas formas. Se im- jardín: lo rústico y la relación campo-ciudad en el construcción de las primeras estructuras de es-
pone el Cape Cod o “de Nueva Inglaterra”, co- debate sobre la vivienda popular (mimeo); A. M. Ri- te tipo se remonta al período prehispánico tem-
mo en las residencias “Aluminé” en Mar del gotti. “Alberdi de pueblo a suburbio”. En mímeo, prano, si bien la técnica continúa siendo em-
Plata, del arquitecto Alberto Rodríguez Etcheto 1985; A. Romay, R. Erhardt del Campo y L. Santos. pleada, en pequeña escala, por las poblaciones
(1940), o “el estilo rural estadounidense” (Pa- “Fin de semana y veraneo en el Tigre”. En: summa Te- actuales en toda zona en que haya piedra ac-
ter y Morea, c. 1943). mática, n.° 4, 1986; A. Gorelik. “La arquitectura de cesible. En el noroeste argentino se destacan
YPF: 1934-1943. Notas para una interpretación de las las que, por influencia incaica, tiene una cara
DEBATE ARQUITECTÓNICO. relaciones entre Estado, Modernidad e identidad frontal bien escuadrada, usadas en puertas de
A partir de 1950 el término pintoresco de- en la arquitectura argentina de los años 30”. En: viviendas, altares o nichos. A. I. / D. S.
jó de ser utilizado en la cultura arquitectónica, Anales del Instituto de Arte Americano, n.° 25, 1987;
síntoma de que la tensión cultural que lo ha- F.Giesso. “Nuestra arquitectura del Delta”. En: sum-
bía caracterizado durante cerca de 70 años en ma Temática, n.° 31/32, 1989; J. Sáez. “El estilo Mar PIROVANO, ESTANISLAO. S/d, 1890 - s/d. Ar-
el país se desvanecía. Aunque algunas de las del Plata: la obscenidad doméstica”. En: Arquitec- quitecto. Uno de los principales represen-
preocupaciones que habían nutrido tal tipo de tura Sur, n.° 3, 1990; G. M.Viñuales. “La empresa Cha- tantes de la corriente Neocolonial en Buenos
arquitectura se mantienen y podría continuarse cón: calidad de construcción y propaganda acerta- Aires (v.).
el análisis de algunas de ellas en conjuntos de da”. En: DANA, n.° 30, 1991; A.Ballent. “Arquitectura
obras fundados en la vivienda individual ex- y ciudad como estéticas de la política. El peronismo Estudia en la Escuela de Arte de Glasgow y
traurbana, como las llamadas “Casas Blancas” en Buenos Aires 1946-1955”. En: Anuario Instituto en la Escuela Especial de Arquitectura de Pa-
(v.), la “Arquitectura Mediterránea” o las vi- de Estudios Histórico Sociales de la Universidad rís, donde se gradúa en 1914. Trabaja en esti-
viendas de los country clubs, ya no puede ha- Nacional del Centro, 1993. los Revival, Tudor y Georgiano, luego se inte-

74 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pin pla
gra en la tendencia neocolonial, realizando di- tructuras previstas para una ciudad a crearse”,
versos edificios “arequipeños”. Proyecta el edi- contrariamente a un plan (regulador), que de-
ficio del diario La Nación, el colegio Argenti- be comprender a muchos “planos” y a toda cla-
no Modelo en Riobamba 1059, el Consulado se de representaciones de la ciudad y sus pro-
español y varias residencias: de Sojo en Sui- blemas [...] la propaganda, la enseñanza y la
pacha, hoy demolida, Talcahuano 1273; Juez lucha urbanística, y debe amoldarse a la me-
Tedín y Tagle; Ombú 3024; Lafinur 2988; Char- tamorfosis rápida de los complejos vitales de
cas y Anchorena, etc. C. G. G. la urbe” (Della Paolera, 1929). Desde esa acep-
ción restrictiva, el plan sería específicamente
el resultado de las tareas profesionales –de ur-
PIZZUL, FINLANDIA ELISA. Buenos Aires, 1902. banistas o planificadores–, si bien el lenguaje
Primera arquitecta graduada en la Universidad corriente otorga al plan un alcance más am-
de Buenos Aires, el 19 de noviembre de 1929. plio. Eefectivamente, en sus acepciones ge-
nerales, se denomina plan al “Modelo siste-
Su carrera se desarrolló como funcionaria mático de una actuación pública o privada, que
de la Secretaría de Salud Pública de la Nación, se elabora anticipadamente para dirigirla y en- u PLANO DEL ÁREA FUNDACIONAL DE LA PLATA.
en la Dirección General de Construcciones e cauzarla” y al “Escrito en el que sumariamen-
Ingeniería Sanitaria. Fue también directora de te se precisan los detalles para realizar una diseño del plan. Por un lado, manifiesta la re-
la Biblioteca de la Facultad de Arquitectura y obra” (cf. Real Academia. Op. cit.). lación que se establece entre ciudad (contex-
Urbanismo –tarea en la que cesó, por motivos Las diferencias entre plano y plan son espe- to de intervención) y arquitectura. Por el otro,
poco claros, en 1949– y piloto aviador, gra- cíficas de nuestro idioma. En francés existe ex- define una óptica de la ciudad, en relación a la
duada en el curso oficial de aeronáutica civil. clusivamente el término plan, que condensa regularidad, comodidad y funcionalidad hi-
Una sala de la actual biblioteca de la FADU- ambas acepciones. En la Enciclopedia de Dide- giénica (Pracchi, 1974).
UBA lleva su nombre desde 1994. G.S. rot y D´Alembert, plan alude exclusivamente a La historia del urbanismo recupera como
su dimensión geométrica. No obstante, exis- antecedentes concebidos en ese espíritu do-
tieron contemporáneamente otras acepciones cumentos tales como el plano de alineamien-
PLAN. m. En urbanismo, producto intelectual pre- que asimilaban la palabra a proyecto (“se dice to de Verniquet (1774), que respondía a una
vio a una acción. Es un tecnicismo tomado figuradamente del proyecto de una obra” (Fu- demanda real de relevamiento de París dentro
de la arquitectura, en la que alude al hecho retiere, 1690); “conjunto de disposiciones que de la muralla con casas, terrenos, etc.; el plan
de formalizar el proyecto en una dimensión se deciden para la ejecución de un proyecto” Patté (1776) y el Plan de los Artistas (1793).
diferente de la de su materialización. (Larousse, 1766). En este sentido, la idea de plan El plan sería un documento técnico de cono-
se define en asociación con la de composición cimiento pero también de anticipación, de pro-
A diferencia de plano, que alude a una “re- artística: “El arte de escribir ha tomado el tér- yecto, tal como se manifiesta en los “planes de
presentación gráfica de una superficie o te- mino plan de la arquitectura y lo utiliza para embellecimiento y extensión” decimonónicos.
rreno”, plan es “intención, proyecto”, de acuer- significar el conjunto de lineamientos que for- Tales concepciones se fueron transfor-
do con la definición del Diccionario de la lengua man un primer diseño [...], que circunscriben mando durante el siglo XIX y estuvieron en la
de la Real Academia Española (Madrid, Espasa, su extensión, que marcan el principio, el me- base del clima científico, en el que Marcel Po-
2001). El urbanismo moderno retoma esta dis- dio y el fin, que ordenan las partes principales, ète y Patrick Geddes construirían sobre la idea
tinción lingüística y define las voces de esta las relaciones y el encadenamiento” (Larousse, de plan sus teorías acerca de la ciudad de los
manera: “un plano” es “una representación 1879). En esta definición, el plan sería el prin- inicios del siglo XX. La idea moderna de plan
gráfica, agradablemente coloreada, en la que cipal instrumento que puede asegurar el con- (asociada con proyecto, plano y programa) in-
figuran todas las transformaciones proyecta- junto de una composición en el espacio y en el corpora una nueva dimensión –en un sentido
das para una ciudad existente o todas las es- tiempo. En el espacio, porque asegura el todo opuesto a la “construcción conforme a plan”–
y la autonomía relativa de las partes. En el tiem- cuando se opone a “destino”. Proyecto, plan
po, porque debe ser una guía de la composi- y programa serían: “acciones similares y con-
ción, que ordena el proceso de la actividad del vergentes de síntesis y de previsión, con la cua-
artista. Esta definición alude a las lógicas de la les se manifiesta la decisión y con ella la pre-
naturaleza y se vincula con las ciencias natu- sunción de control sobre las interpelaciones
rales. La “construcción conforme a plan”, re- humanas y, en definitiva, la afirmación de la
fiere a la materia viva, donde las partes y el to- voluntad consciente y del rigor racional sobre
do se completan en una función total. la oscuridad casual de la existencia y el deve-
La utilización de la palabra plan, en refe- nir” (Portoghesi, 1969). En ese sentido, la idea
rencia a la ciudad, coincide con un momento de plan es próxima a la de tabla rasa, opuesta
clave, el fin del siglo XVIII, cuando el Ilumi- o superpuesta a la tradición, a la construcción
nismo construye la ciudad como un objeto de existente. En la tensión entre estas acepciones
estudio y de acción. La “forma” y “distribución contrastadas, más que en su oposición, se fun-
u PLANO DEL ÁREA FUNDACIONAL DE BUENOS AIRES. de la ciudad” racional tiene su correlato en el damentan dos formas de gestación espacial: la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 75


“norma”, plan constituido sobre la base de las
leyes de constitución del espacio urbano, y “el
modelo”, que se concibe como creación ex-no-
vo (Choay, 1980).

PLANES EN BUENOS AIRES.


La cuadrícula de Indias (v.) puede conside-
rarse como un plan, en la medida que su tra-
za –forma urbana– conduce la ocupación del
espacio de la ciudad, asegurando su control so-
cial y administrativo. El “espíritu iluminista”
arribó a Buenos Aires por medio de la norma-
tiva borbónica, en tanto los primeros planes fue-
ron confeccionados por los profesionales de los
departamentos técnicos que contrató Rivadavia
durante la década de 1820. Posteriormente se
confeccionaron planos para la fundación de co-
lonias y pueblos, así como una inmensa ga-
ma de documentos para el alineamiento, el
loteo y la regularización. El plan de La Plata (v.),
para la capital provincial, marca la finalización
de una etapa de experimentación.
El Plano de Mejoras (1898) y el Nuevo Pla-
no (1909), confeccionados por Comisiones téc-
nicas, fueron “planos” y no “planes”, en el sen-
tido disciplinar antes mencionado. No obstante u PLAN REGULADOR Y DE REFORMA DE LA CAPITAL FEDERAL, REALIZADO POR LA COMISIÓN DE ESTÉTICA EDILICIA EN 1925.
marcan una inflexión en las modalidades de
representación de la ciudad y se conciben co- Capital Federal, y manifiesta por primera vez por la figura histórica de la ciudad, concilian-
mo instrumento administrativo de control e la necesidad de considerar la extensión. Esta do “lo viejo y lo nuevo”. Se pretendió una dis-
intervención. Son trazados geométricos, que visión sobre la necesidad de incluir los barrios tribución edilicia equilibrada, proponiendo una
organizan y jerarquizan intervenciones mo- extramuros se plantea, a instancias del fran- zonificación y una reestructuración a nivel del
numentales –plazas y edificios– sobre una gri- cés Forestier, por primera vez en Buenos Ai- conjunto. Se diseñó una red vial articulada por
lla regular. Estos “planos” intentaron poner en res. Traza estudios diagnósticos: proyecciones centros cívicos (conformados por las estacio-
relación proyectos diversos. Asimismo, fueron de población, estimaciones edilicias, y consi- nes y conjuntos de los edificios públicos) y un
los primeros documentos donde la ciudad se dera la extensión de la ciudad en el tiempo y sistema de espacios verdes jerarquizado (par-
visualiza como un conjunto dentro de sus lí- en el espacio. ques, cementerios, plazas, plazas de juegos y
mites jurídico-administrativos. Esta visión de Participaron de la Comisión, presidida por bulevares arbolados) que organizarían la ex-
conjunto tuvo entre otros fines operativos los el intendente, el arquitecto René Karman (v.) tensión metropolitana. Asimismo, se planteó
de planificar las obras públicas y controlar la –por la Municipalidad de Buenos Aires–, el ar- la creación de barrios parque y equipamientos
edificación pública y privada. quitecto Carlos Morra (v.) –por la SCA–, el in- destinados a los barrios obreros; se elaboró una
geniero Sebastián Ghigliazza (v.) –por el MOP–, normativa diferencial según los barrios. In-
1. El Proyecto Orgánico para la Urbanización el arquitecto Martín Noel (v.) –por la Comisión cluye propuestas de descentralización admi-
del Municipio. El Plano Regulador y de Re- Nacional de Bellas Artes–, el ingeniero Víc- nistrativa y considera la participación de las so-
forma de la Capital Federal de la Comisión de tor Spotta –por el director general del Depar- ciedades de fomento (inscriptas desde 1919 en
Estética Edilicia (1925). Es el primer documento tamento de Obras Públicas de la Municipali- un registro municipal) en la toma de decisio-
local que intenta responder a las ópticas del dad–, el historiador Emilio Ravignani nes en torno de los espacios barriales.
Urbanismo Moderno. La Comisión es convo- –secretario de Hacienda de la Municipalidad– El plan de la CEE formula un diagnóstico
cada por el intendente Carlos Noel en abril de y Jean-Charles Forestier (v.), parquista francés, para fundamentar su propuesta. El capítulo
1923 y el documento es editado en 1925. Se ela- funcionario de la Municipalidad de París. Es- “Población” efectúa un análisis de los datos
bora durante la presidencia de Marcelo T. de te último tuvo a su cargo la propuesta para los demográficos y de edificación globales y por
Alvear, en un momento de mayoría socialista espacios verdes y una extensa documentación circunscripción, que justifican “científica-
en el Concejo Deliberante. sobre legislación urbanística y de expropiacio- mente” el zoning por el cual la ciudad se divi-
El Proyecto Orgánico se propone como un nes incluida en el anexo. de en seis secciones, con alturas, densidades
plano de proyectos, como un estudio preli- La Comisión desarrolló un planteo que ten- y ocupación de la parcela diferenciadas. Se vis-
minar para la elaboración de un Plan Regu- día explícitamente al reequilibrio de la estruc- lumbra, pese a un tratamiento rudimentario
lador, cuyos alcances se precisan en el último tura urbana de Buenos Aires. Las propuestas de las estadísticas, el interés por examinar las
capítulo. Plantea propuestas para el área de del Plan intentaron recuperar el río y el respeto tendencias para construir las leyes de evolu-

76 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
ción y la visión de la totalidad del sistema, sus aunque cabe puntualizar la influencia de los una estructura de centros urbanos de diferen-
partes y sus relaciones. textos de Hegemann (v.) y Peets sobre arte cí- te jerarquía. Se propone una zonificación de ac-
En las propuestas se examina la factibilidad vico, los planteos norteamericanos de la City tividades agropecuarias e industriales para to-
de los proyectos anteriores, que se intenta ho- Beautiful y, más globalmente, las ideas del ur- da la región, y se prevé la preservación de
mogeneizar desde premisas de partido globa- banismo SFU (Sociedad Francesa de Urba- espacios naturales a través de obras de sanea-
les. La ciudad se plantea como un conjunto. La nismo), vehiculizada por Forestier. miento, forestación y canalización. En la esca-
estructuración se constituye con un “sistema la metropolitana (que comprende el Gran Bue-
de calles” –la necesidad del camino periférico, 2. Plan Director para la Ciudad de Buenos Ai- nos Aires), se enfatiza el crecimiento vial por
como pieza del sistema vial– y los “centros” res y lineamientos generales para el Área Me- medio de la autopista de la costa. En el interior
con edificios públicos en torno de las estacio- tropolitana y su región. Se elabora desde 1948 del área, las vías interrelacionan los centros ur-
nes” y de los nudos de circulación principal. (estudios diagnósticos previos al Plan), se or- banos de convergencia para equilibrar y con-
Estos “conjuntos monumentales” son a su vez ganiza en 1958 y es publicado en 1962. El or- trolar. La superficie destinada a las activida-
los núcleos para la descentralización admi- ganismo creado para su confección es la Ofi- des industriales se reduce considerablemente
nistrativa y los reorganizadores de la estructu- cina del Plan Regulador de Buenos Aires (1958), y se evitan los fraccionamientos de áreas rura-
ra urbana: Avenida de Norte-Sur , Avenida Cos- en el ámbito de la Municipalidad de Bs. As. les. En la escala urbana, domina un criterio
tanera, la Explanada de Retiro, Plaza del La idea de planeamiento es coincidente con de racionalidad y ordenamiento. La ciudad se
Congreso, Plaza Constitución, Plaza de Mayo, la reconstrucción europea de posguerra: “El divide en 5 sectores urbanos y 46 unidades de
Plaza Italia, Plaza Once de Septiembre, Par- Plano Director es un instrumento técnico-ju- planeamiento. Uno de los principales objetivos
que Centenario. Sumado al proyecto de la Co- rídico, que establece la estructura futura de la de la propuesta es definir una nueva zonifica-
misión, se incluye un anexo con la propuesta ciudad, conjugando realidad urbana con mo- ción, que nivele los valores de la tierra y distri-
de Forestier, que propone un sistema de par- dernos criterios de previsión urbanística”. El buya en equilibrio la población. La propuesta
ques públicos, plazas, avenidas, paseos bule- equipo técnico estaba constituido por profe- se completa con un sistema jerarquizado de cir-
vares arbolados que abrazan la extensión. sionales de diferentes disciplinas, organizados culación vial: autopistas periféricas, avenidas
En el capítulo final se plantean los instru- en equipos según áreas temáticas. Cada equi- de distribución y avenidas de interconexión
mentos para un Plan científicamente concebi- po contaba con consejeros. Los equipos eran: El Plan Director selecciona áreas de inter-
do: la constitución de una comisión técnica y Áreas Rurales y Puerto (arquitecta Ítala Villa vención, a escala regional y a escala urbana, a
los reglamentos (v.). El Plan, que superaría los (v.) e ingeniero Ricardo Ortiz); Industria y Ener- los efectos de conducir las transformaciones.
alcances del proyecto de la CEE, es presenta- gía (Dr. Alberto Zanetta); Morfología Urbana Para el espacio regional se proponen zonas de
do como una necesidad imperativa. A fin de lle- y Sociología (arquitecto Eduardo Sarrailh (v.), promoción forestal en el eje La Plata-Buenos
varlo a cabo, se proponen varias secciones pa- arquitecta Odilia Suárez (v.), arquitecto Clo- Aires, en las zonas bajas del borde costero del
ra su elaboración y seguimiento: I) Legislación; rindo Testa (v.) y Jorge Goldemberg (v. STAFF); sur de Buenos Aires; construcción de núcleos
II) Plano de la ciudad, plan de vialidad y ex- Legislación (Dr. Carlos Mouchet); Adminis- de vivienda en altura en terrenos de relleno re-
tensión, estética urbana, división de manzanas tración Pública (Dr. Carlos Pérez Crespo); Eco- cuperados al Río, y áreas de forestación en
y loteos, paseos, parques, terrenos de ejercicios nomía y Finanzas (Dr. Leopoldo Portnoy); Re- las márgenes de los ríos Matanza y Reconquista.
físicos, distribución general de los servicios pú- laciones Públicas (arquitecto Francisco García Para el espacio de la Ciudad de Buenos Aires
blicos sanitarios, etc; III) Higiene urbana, aguas Vázquez (v.); Secretario General (Juan Carlos se proponen: autopistas del Centro y de la Cos-
corrientes, desagües, construcción, limpieza y Gómez); Secretaría Técnica (arquitecta Marta ta (Tigre-La Plata), completamiento Camino
barrido, transportes y tráfico, previsiones sani- Valinoti). El equipo de Morfología Urbana y de Cintura y la Avenida Gral. Paz, renovación
tarias, hospitalarias, mercados y servicios de Sociología tendría un rol protagónico en la ela- del Área Centro, remodelación de terrenos
abastecimiento; IV) Habitación, reglamenta- boración de la propuesta definitiva. de uso inadecuado (Catalinas N, Catalinas S,
ciones, higiene de la habitación, saneamiento El documento técnico del Plan establece Casa Amarilla; Chacra Saavedra; Ex Bañado de
de casas insalubres, casas de alquiler baratas tres escalas de planeamiento: la primera co- Flores; Agronomía; Puerto Madero), creación
para empleados y obreros. rresponde a la Ciudad de Buenos Aires; la se- espacios verdes en: Puerto Madero, ex-bañado
Las fuentes de referencia son múltiples, gunda se ubica en un radio de 30 km alrede- de Flores, Chacra Saavedra; creación del Ae-
dor de esta: el Gran Buenos Aires; y la tercera,
en un radio de 100 km. Respecto de la gestión,
el plan se propone establecer acuerdos entre
los gobiernos nacional y provincial, sin preci-
sar modeladas efectivas. Se realiza por prime-
ra vez un estudio integral de la región, que in-
tenta articular las diferentes escalas (urbana,
metropolitana y regional).
A escala regional, se propicia el crecimien-
to en dirección Norte-Sur. Con el propósito
de orientar el desarrollo del área se marca la im-
portancia de una red vial y ferroviaria como fac-
u SEDE MUNICIPAL EN EL REMATE DE LA DIAGONAL SUR. tor de intercambio económico y conexión de u RECONSTRUCCIÓN DE LA PLAZA CONSTITUCIÓN, 1925.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 77


para el Desarrollo”, donde se establecieron los von der Becke, Wilma Zipper); Técnicos Ad-
ámbitos y la estructura de los organismos re- juntos (María del Carmen Saravia de Costa,
gionales y sectoriales de desarrollo. Fue su fun- Silvia Scroll, Juana Reisses). Se contó con el
ción la de asesorar a las autoridades en pro- apoyo permanente de una Misión de Coope-
blemas relacionados con la acción del ración Técnica de Francia.
desarrollo. La implementación de este siste- La Región Metropolitana de Desarrollo com-
ma consistió en la creación de las Regiones de prendía la Capital Federal y los partidos de Al-
Planeamiento y de sus respectivas oficinas. Se te. Brown, Avellaneda, Berazategui, Cañuelas,
dividió el territorio nacional en ocho áreas de Esteban Echeverría, Florencio Varela, Gral. Las
acción regional, p. ej. la Oficina Regional Me- Heras, Gral. Sarmiento, Lanús, Lomas de Za-
tropolitana y los límites del área. mora, Marcos Paz, La Matanza, Merlo, More-
La idea de Plan fue desplazada por el con- no, Morón, Pilar, Quilmes, San Fernando, San
cepto de “esquema”, el cual supone el trazado Isidro, San Vicente, Tigre, Tres de Febrero,
de lineamientos generales para el desarrollo San Martín y Escobar en la Provincia de Bue-
u ESQUEMA DEL PLAN DE LE CORBUSIER PARA BS. AS. futuro de la región. El documento es la expre- nos Aires, la isla Martín García y el Delta. Es-
sión de una postura “pragmática” relacionada ta delimitación institucionaliza la región como
ropuerto Regional ubicado en el Río, rees- con la planificación, que se apoya esencial- espacio geográfico y como área para la imple-
tructuración y renovación de la zona de Puer- mente en un análisis de la proyección de ten- mentación de acciones de desarrollo.
to Madero. dencias de la región hasta el año 2000. Tal co- La propuesta consistió en un Plan de Orien-
Este trabajo plantea entre las condiciones de mo se lee en el texto, se trata de una idea de tación para la organización del espacio y la lo-
operatividad del Plan la necesidad de formu- planificación centralizada que fija una imagen calización de las actividades. Se intentaba trans-
lar un Código de Planeamiento, en tanto ins- futura, a la cual deberían ajustarse los poste- formar el tradicional esquema radioconcéntrico
trumento básico. La segunda condición de ope- riores programas y proyectos de inversión. en un sistema lineal. Se indicaron dos ejes pre-
ratividad del Plan se relaciona con la gestión: la El Esquema se elaboró en un período don- ferenciales de urbanización: la autopista de la
coordinación de acciones a escala provincial y de prevalecía la concepción “desarrollista” de costa y la autopista tangencial. Paralelas al río,
nacional mediante acuerdos y una labor técni- la planificación territorial. Fue también el re- definen en dirección NO-SE, una extensa fran-
ca conjunta. Sus fundamentos teórico-técnicos, ferente de un gobierno militar que apuntó a la ja de 120 km de largo por 20 de ancho, que va
explícitos en el estudio de “Uso del suelo y dis- organización y al control del territorio nacio- de Zárate-Campana a La Plata. Esta franja se
tribución de la población actual y futura de la nal. Realizado en el marco del proyecto de co- encuentra surcada por una red vial y ferrovia-
Ciudad de Buenos Aires”, manifiestan las ide- operación técnica con el gobierno francés, guar- ria interconectada (red de expreso regional). Por
as urbanísticas de la década del cincuenta, que daba grandes similitudes con el esquema último, otra autopista denominada marginal o
con criterio racionalista definían la ciudad y elaborado para París en 1965. El Esquema Di- mediterránea sirve de límite al Hinterland me-
su futuro desarrollo mediante la técnica del zo- rector es considerado como “instrumento pa- tropolitano. El área central fue considerada co-
ning y de intervenciones inductivas. ra inducir la coordinación interadministrati- mo símbolo de la “vida metropolitana”, y se
va”. Los planes y programas elaborados en los puso énfasis en su fortalecimiento y reorga-
3. Esquema Director del año 2000. Esquema niveles locales o en los diferentes sectores de nización. Según las hipótesis de crecimiento
Director de la Organización del Espacio de la gobierno tendrían “armazón o marco de refe- del diagnóstico, el área podría absorber el 35%
Región Metropolitana de Buenos Aires. Se ela- rencia” para su cumplimiento. Se intentó cons- de los nuevos empleos terciarios, que resulta-
bora entre 1966-1969, en tanto la propuesta tituir un instrumento de decisión para ser uti- ban de las proyecciones para el año 2000. Así,
fue publicada en 1970 por la Oficina Regional lizado en el momento de programar inversiones se mantuvo la concentración de funciones y
Metropolitana (ORM) y la Secretaria del Con- a nivel regional. Esta concepción es la que jus- se propuso para ello avanzar sobre la zona de
sejo Nacional de Desarrollo (CONADE- PEN). tifica una zonificación de actividades de con- Puerto Madero. La idea de consolidar el área
El CONADE (Consejo Nacional de Des- tornos indefinidos y el diseño de un esquema central se vinculaba con la propuesta de rees-
arrollo) fue creado el 23-08-1961 como orga- abstracto del espacio regional metropolitano,
nismo de la Presidencia de la Nación, en el donde se trazan exclusivamente líneas de des-
marco de la Secretaria de Planeamiento y Ac- arrollo para el largo plazo.
ción de Gobierno; tenía entre sus funciones El equipo base se constituyó en el seno del
principales la de definir los objetivos a largo CFI (Consejo Federal de Inversiones). Estuvo
plazo del “proceso de desarrollo”. Se trataba de conformado por: Director (arquitecto Juan An-
un organismo de coordinación de la acción de tonio Ballester Peña), Asesores de la Direc-
gobierno, que centralizaba decisiones relativas ción (Félix Della Paolera, Jorge Gabrinetti,
a la programación de inversiones, evaluación Juan Pablo Lobert, Antonio Margaritti); Co-
de política económica, estudios de investiga- ordinación de Estudios (Mabel M. Jiménez,
ción socioeconómica y elaboración de proyec- Daniel Pini); Técnicos (arquitectos Ignacio Ar-
tos de cooperación internacional. Más tarde did, Alberto Cignoli, Susana M. de Cuezo, Ar-
–Decreto 1907/1967, Ley 16.964– se creó el naldo Diano, Marta A. de Marin, Elena Mas-
“Sistema Nacional de Planeamiento y Acción sué, Juan P. Torres, Eduardo Vázquez, Raúl u CABECERA DEL PLAN DE BUENOS AIRES DE LE CORBUSIER.

78 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
tructuración del suburbio, que revela la volun-
tad de concentración: se promovió la consoli-
dación de los centros tradicionales, que serían
dotados de equipamientos de escala regional.
Se descartaron las soluciones descentralizadas,
como la construcción de ciudades nuevas o ciu-
dades satélites.
El objetivo fue consolidar una tendencia que
se consideraba irreversible: la conformación de
la “megalópolis”. Desde la perspectiva del cre-
cimiento metropolitano, la creación de espacios
libres para la recreación fue considerado un te-
ma relevante basado en las proyecciones de po-
blación respecto del año 2000. Por otro lado,
la representación del espacio del Esquema Di-
rector manifiesta una imagen visual de “trama
mayor de espacios libre y construidos”, donde
las áreas de recreación son consideradas ele-
mentos maestros tan importantes como el es-
quema de movilidad. La creación de parques
regionales periféricos entre las autopistas tan-
gencial y marginal o mediterránea, y el proyecto
de incorporación del Delta como espacio do-
minante de recreación a nivel metropolitano,
constituyen dos ideas de proyectos.
Las necesidades del presente y del corto pla-
zo se subordinaban a la dimensión y el trata-
miento de las demandas del futuro. El docu- u LOS LINEAMIENTOS PARA LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES, EN EL PLAN DIRECTOR DE 1962.
mento refleja las ideas de Planeamiento y de
Región que fueron desarrolladas en los semi- banismo y vivienda. En este contexto se inser- experiencias innovadoras, en particular la cre-
narios y congresos dedicados a la temática ur- ta el Proyecto ARG/74/024, financiado por un ación de organismos que incluían la proble-
bana en la Argentina y el resto de América La- PNUD (Programa de las Naciones Unidas pa- mática del medio ambiente, como la Secreta-
tina desde fines de la década del cincuenta. La ra el Desarrollo). El proyecto del SIMEB pue- ría de Planeamiento Ambiental y la Dirección
necesidad de encarar la región como una to- de considerarse de transición, en un momen- Nacional de Ordenamiento Ambiental. Al con-
talidad que incluye a la ciudad constituye una to en que se cuestiona el rol de la planificación cluir el programa CONHABIT, la creación del
de las recomendaciones del Congreso Inter- y se propone una renovación de contenidos, FONOA (Fondo Nacional de Ordenamiento
americano de Municipios del año 1954 y 1956, pero persisten ópticas anteriores. Ambiental) brindó el marco institucional para
que señala la importancia de la planificación El CONHABIT se agrupa en dos subpro- esta experiencia de planificación. No se plan-
para el ordenamiento de ciudades y regiones. gramas: el GESPLAN –Gestión y Concertación teaban propuestas espaciales sino líneas glo-
Es necesario recordar La Carta de los Andes del Hábitat– y el AURI – Asentamientos Ur- bales indicativas.
(1956), surgida de una reunión realizada en banos Integrados. Ambos programas tenían El Equipo estaba constituido por un Direc-
Bogotá con el auspicio de la OEA, en la que se por objetivo promover el afianzamiento de un tor Nacional de Ordenamiento Ambiental: (ar-
recomienda la integración de la planificación nuevo modelo de gestión del hábitat que per- quitecto Héctor Echechuri), diversas áreas: De-
urbanorregional, inspirada en movimientos mitiera detener el deterioro de los asentamientos mografía (Lic. Delia de Dios); Población (Lic.
europeos de posguerra. humanos y de los recursos naturales. Lidia de Jiménez); Mercado de Tierras (arqui-
El estudio del SIMEB (Sistema Metropoli- tecta Nora Clichevsky); Situación Habitacional
4. SIMEB (Sistema Metropolitano Bonaeren- tano Bonaerense) se inscribió en el programa (arquitecto Luis Giudici); Industrias (arquitecta
se), 1979. Se confecciona en 1975, durante el AURI. CONHABIT contaba con una estruc- María Rossi); Centros Terciarios (Lic. Ponset-
gobierno democrático, y es publicado en 1979, tura político-institucional que nucleaba a fun- ti Bosch, arquitecto Rubén Pesci); Áreas para
durante el gobierno militar, por el CONHA- cionarios y representantes de organismos pro- la preservación ecológica (arquitecto Rubén
BIT (Programa de Concentración del Hábitat vinciales, sumada a una estructura técnica Pesci, v.); Equipamientos y servicios urbanos
y Ordenamiento Territorial). El programa se compuesta de especialistas que desarrollaban (arquitecta Elena Massué); Sistema de Movili-
constituye sobre la base de un convenio entre distintas líneas de trabajo. dad en el SIMEB (arquitecto Rubén Pesci).
la Secretaría de Estado de Recursos Natura- La interacción entre ambas esferas se con- El área del Sistema Metropolitano fue de-
les y Ambiente Humano, y los gobiernos pro- cebía en términos de “concertación institucio- finida como “Área Metropolitana de Buenos
vinciales, a través de sus organismos de obras nal”. La experiencia del Programa CONHABIT Aires”; “Área Metropolitana de La Plata o “Gran
y servicios públicos, planeamiento, diseño, ur- proporcionó un espacio para el desarrollo de La Plata” y la subárea “Bipolaridad Urbana Zá-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 79


rate-Campana”. Consideró asimismo como en la magnitud de las demandas de espacio pa- Los resultados de los estudios suponían la
área futura del Sistema Metropolitano a los par- ra viviendas, equipamiento y servicios. Se es- necesidad de “contener el crecimiento” y la de
tidos de Brandsen, Magdalena, Cañuelas, Gral. tudió el comportamiento espacial actual como “control” del sistema existente, por medio de
Las Heras, Mercedes, San Andrés de Giles, San medio de extraer tendencias del sistema. Des- acciones tendientes a mejorar su funciona-
Pedro y Baradero. de allí, se construyó una tipología de proble- miento y calidad ambiental. Se apuntó a una
La propuesta incluyó por primera vez la pro- mas previsibles: actividades altamente con- delimitación por coronas y sectores geográfi-
blemática ambiental, relacionada con la pre- sumidoras de espacio (vivienda permanente y cos, de acuerdo con la población de nueve mi-
servación de los recursos naturales y el mejo- de fin de semana, industrias y espacios recre- llones de habitantes en 1970. Se establecieron
ramiento de la calidad de vida. En ese sentido, ativos); actividades inductoras de crecimiento dos áreas: Área Consolidada (Capital Federal
precisa sus objetivos: una equitativa distribu- (establecimientos industriales, actividades ter- y Primera Corona), donde se observa dismi-
ción de los beneficios del desarrollo, el mejo- ciarias y de transporte) y actividades inducidas nución de tasas de crecimiento demográfico
ramiento de la calidad de vida, aumentando la (equipamiento y los servicios, que por sí solos en beneficio de áreas externas; saturación de
disponibilidad de servicios y preservando el no aseguran una dirección voluntaria). asentamientos industriales; relleno de espa-
medio natural, la participación de la comuni- A nivel del Eje Fluvial Industrial (Gran Bue- cios comprendidos entre los ejes radiales; Área
dad y la preservación del área como factor de- nos Aires, Gran La Plata y Gran Rosario), se Periférica (Segunda y Tercera corona), con di-
cisivo en cuestiones internacionales. planteó una localización de mano de obra ocu- ferencias entre sectores norte, oeste y sur, en
De la situación observada en el área me- pada en los sectores externos a las tres aglo- cuanto a atracción poblacional, industrial y re-
tropolitana surgió la programación de accio- meraciones. En la expansión del Eje Fluvial In- creativa. La estrategia espacial consistía en pro-
nes. Era necesario, en la filosofía del Plan, re- dustrial, se consideró el papel de las obras de mover una mayor movilidad lineal paralela a
conocer el carácter irreversible del fenómeno infraestructura de transporte, como el com- la costa mediante la consolidación de ejes pre-
metropolitano, el rol del sistema industrial y plejo vial Zárate-Brazo Largo; puente sobre el figurados (Costero y Marginal Interno), vin-
sus zonas de concentración, y formular pro- río Uruguay; conexión ferrovial Salto Grande; culados a la propuesta del Esquema Director
puestas “posibles y no utópicas”. y grandes obras hidroeléctricas como Salto de 1968; desalentar todo tipo de expansión ha-
Se consideraron tres niveles espaciales: el Grande, Yaciretá Apipé y Paraná Medio. Se cia el oeste, con excepción del corredor urba-
espacio nacional, el eje fluvial industrial y el planteaba la estrategia de influir en la distri- nizado R.N.7, a través de un controlado me-
SIMEB. Las propuestas se focalizaron sobre el bución espacial de las actividades industriales, joramiento de la movilidad; equipar las
eje fluvial industrial y el SIMEB. Se propor- operando mediante medidas de inducción y polaridades externas con elementos de escala
cionó un cuadro de situación para diseñar po- control que reforzaran las tendencias positivas metropolitana (puerto, aeropuerto, centros di-
líticas, actuando sobre problemas originados y corrigieran las negativas. reccionales, etc.) para aumentar su autonomía
a la vez que su complementariedad con el res-
to del sistema; incentivar la protección de las
áreas rurales; incorporar en el sistema las áre-
as de influencia y expansión para asegurar la
continuidad espacial de las áreas consolidadas
con los territorios de reserva.
La metodología de planificación propuesta
intentaba “inducir” acciones para reorientar o
bien para fomentar actividades en el espacio.
Consideraba el cambio dinámico del sistema
en un mediano plazo (1970-1985), a través de
acciones consideradas prioritarias. Las estra-
tegias surgían de la comparación entre el mo-
delo actual y el modelo tendencial.
Respecto de los lineamientos de gestión, se
propuso la necesidad de actuar sobre aquellos
agentes públicos con mayor fuerza inductiva
y la necesidad de conciliar todos los niveles y
sectores que concurrían a la configuración me-
tropolitana para producir el crecimiento en la
dirección, el tiempo y la calidad deseados. Se
propuso la constitución de un ente de Gobier-
no Metropolitano.
En el marco del Programa CONHABIT, se
realizaron además del estudio del SIMEB dos
subprogramas complementarios: el Progra-
ma Eje Costero del SIMEB y el Programa Zá-
u ORGANIZACIÓN DE LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES, PROPUESTA POR EL CONADE EN 1969. rate-Campana.

80 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
La propuesta surgió en el marco de la Se-
cretaría de Recursos Naturales y Ambiente Hu-
mano, que signó el reconocimiento institu-
cional de los problemas del medio ambiente.
La idea de “Región” se sustituyó por la de “Sis-
tema Metropolitano”, en la medida en que el
fenómeno de ocupación y estructuración del
espacio ya no podría ser interpretado o des-
cripto por los conceptos de metrópoli o área
metropolitana. “Sistema Metropolitano”, en
cambio, parecía una “representación más ajus-
tada a la realidad” (R. Pesci, SIMEB, 1975). Es-
ta afirmación se inscribe en las concepciones
de una visión sistémica de la realidad. En re-
lación a ella, se construía la noción de sistema
ecológico –o ecosistema– y de ecosistema hu- u PLANO PARA EL TRANSLADO DE LA CAPITAL FEDERAL A VIEDMA Y CARMEN DE PATAGONES.
mano, el efecto de las relaciones del hombre
con su entorno, que reconoce como compo- vica Radical–, que son a su vez docentes de la del paisaje urbano y de las urbanidades barria-
nentes las actividades localizadas en espacios Facultad de Arquitectura. En el contexto de un les para recuperar su identidad, una visión del
adaptados, interconectadas por medio de co- acuerdo entre la Facultad de Arquitectura y la sistema vial como paisaje y como lugar, la con-
municaciones materiales o inmateriales, las Fundación Plural se organizó en 1984 el se- sideración de los fragmentos urbanos y el re-
que fluyen a través de canales. Actividades y minario “Urbanismo Español y proceso de diseño de sus bordes a los efectos de constituir
flujos sintetizan el “modelo de descripción” consolidación de la Democracia”, y el Foro “Es- regiones evitando el “zoning monofuncional”;
del sistema urbano. El conjunto de todos los trategias Urbanas” (1985), origen de la pu- la integración del tejido urbano periférico, la
sistemas se denomina “Medio Ambiente” (v.). blicación Buenos Aires, una estrategia urbana valorización del patrimonio y la creación de ins-
Desde esta perspectiva se manifiesta el cam- alternativa, cuyos presupuestos fundaron las trumentos de regulación adecuados. Se vis-
bio epistemológico que introduce la teoría de bases de las Veinte Ideas, cuando algunos de lumbran varios nuevos temas problema y un
sistemas. Se plantea una ecología humana que los responsables de la Fundación Plural se in- esfuerzo sustantivo por “reconsiderar el papel
concibe el “ambiente total de vida”; se introduce corporaron como funcionarios en la gestión de la arquitectura como señalador de la iden-
el concepto de calidad de vida, que implica tan- municipal. Los jurados del concurso fueron ele- tidad urbana” para resolverlos.
to la oferta y disponibilidad de servicios como gidos por la Subsecretaría de Desarrollo Ur- Sobre esas hipótesis, y a partir de un diag-
la preservación del medio ambiente (propiciando bano, por la SCA y por la FASA. nóstico preliminar –restringido al estudio de
un equilibrio de zonas para la preservación, pa- Según los organizadores de las Veinte Ide- las formas urbanas–, se sugieren quince sec-
ra la transformación, y el tiempo libre). as, el llamado se planteó dos finalidades prin- tores problemáticos como objetos proyectua-
cipales: “lograr la participación de arquitec- les, definidos según ocho áreas piloto y siete
5. Veinte Ideas para Buenos Aires (1986). Se tos y urbanistas en la definición de la estructura enclaves específicos. En tanto áreas, se pre-
trató de la organización de un Concurso de an- urbana y la identidad arquitectónica de la ciu- sentan Barracas, Boca, Ensanche Área Cen-
teproyectos para la ciudad, en el marco de un dad” y “obtener un repertorio de ideas reali- tral, Mataderos, Agronomía, Liniers, Parque
Programa de Cooperación entre la Comunidad zables con posibilidades concretas de realiza- Almirante Brown y los terrenos de la ex AU3.
de Madrid y la Municipalidad de Buenos Aires. ción”. Esos objetivos se apoyan en una crítica Por el otro, y como enclaves por reestructurar,
En un clima de profunda reformulación de las de los planes tradicionales: “la ciudad como se propone el paredón de Retiro, los bordes
ideas y de los métodos de la planificación ur- producto cultural no puede resolverse ya en de la Av. San Juan, la Costanera norte, el Par-
bana, se seleccionaron los proyectos que die- encerrados gabinetes tecnocráticos, sino que que Chacabuco, las plazas de Constitución y
ron lugar a una exposición en Madrid (del 3 al debe recoger las necesidades de los habitantes, Once y el Bulevar García del Río.
12 de junio de 1988) y a una publicación, a car- el talento y las inquietudes de quienes han si- Los participantes pueden introducir otros
go de las entidades organizadoras. El coordi- do preparados para la estimulante labor de dar espacios urbanos para intervenir. El programa
nador por la parte española fue Eduardo Leira forma a la ciudad”. Desde esa perspectiva, se no contempla los edificios de vivienda –solo se
(ex director del Plan General de Madrid) y, en presenta como un “urbanismo alternativo” fren- considera la “renovación de tejidos deteriora-
representación del sector local, tuvieron un rol te al modelo agotado de los grandes planes ur- dos o con problemas de hacinamiento”– ni la
destacado los técnicos de la Fundación Plural banorregionales, “[...] de la abstracción del zo- necesidad de planteos de conjunto. Estos últi-
–entre ellos Dardo Cúneo, entonces presiden- ning cuantitativo, que relegó la consideración mos se restringen a una cartografía de análi-
te del Concejo de Planificación Urbana de la de la construcción real de la ciudad, de sus sis morfológico –planos de subdivisión de ba-
ciudad. El concurso fue el corolario de una se- agentes económicos, de su morfología edilicia rrios, de circunscripciones, viales, de llenos y
rie de eventos que, luego del retorno a la de- y que desatendió a la vez la conformación ar- vacíos, de vacíos urbanos, de hitos y referencias
mocracia (1983), vincularon instituciones es- quitectónica de su espacio público”. de identidad, de barreras urbanísticas– que se
pañolas con profesionales de la Fundación Plural En las “hipótesis básicas para una estrate- entregaba a los participantes como insumo pa-
–adscripta al partido gobernante, la Unión Cí- gia proyectual”, se prioriza la reconstrucción ra el despliegue de sus ideas.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 81


La respuesta a la convocatoria es amplia: los proyectos urbanos se presentaban como
más de 120 equipos integrados por casi 400 programas abiertos de escala intermedia y me-
Concurso 20 Ideas para Buenos Aires profesionales. Participaron cátedras de la Fa- nor, en tanto acciones concretas que a su vez
cultad de Arquitectura de la Universidad de abrían el juego a una multiplicidad de acto-
Buenos Aires (FAU-UBA), arquitectos jóvenes, res urbanos. Son sustantivos los principios de
de trayectorias consagradas y, en muchas oca- la participación de los habitantes en las deci-
siones, los mismos proyectistas participan de siones –que se dirimían desde la década ante-
varios equipos. A los veinte premios y diez men- rior– y el reconocimiento del rol que les toca
ciones estipulados, se sumó una sección abier- jugar a los privados en consonancia con un in-
ta destinada a estudios publicados o inéditos. tervencionismo estatal que iba perdiendo pe-
Respecto de las áreas piloto, se selecciona- so. Por su parte, el “espacio urbano”, entendi-
ron tres proyectos para Barracas (Cátedra Er- do como conjunto de calles, plazas y tejido de
bin-Lestard, FAU-UBA; Baudizzone y otros; la ciudad, desplaza los temas habitacionales y
Carlos Bugni y otros); dos para la Boca (Bares sociales, hegemónicos hasta los años setenta.
y otros, Baudizzone y otros); seis para el en- Las contribuciones teóricas sobre la “esfera pú-
sanche del área central (Díaz y otros; A. Álva- blica” permiten dar forma a un concepto que
rez y otros; Schaffner y otros; Marchetti y otros; permitía articular las dimensiones políticas y
Schlaen y otros; Testa y otros); una para Mata- sociales con las determinantes físicas del es-
deros (Cajide y otros); tres para Agronomía (Cá- pacio. A partir de interpretaciones dispares –y,
u ARRIBA: PROPUESTA PARA EL ENSANCHE DEL tedra Varas FADU-UBA, González Ferrari y paradójicamente similares a “cambiar el es-
AREA CENTRAL, TONY DÍAZ Y OTROS; LA CIUDAD LLE- otros, Blinder y otros); uno para Flores (Arre- pacio es cambiar la sociedad”– se supone que
GA AL RÍO, FONTANA, PASTOR Y CORTI. ABAJO: PLA- gui y otros); uno para el Parque Almirante la reconstitución del escenario –de las “for-
ZA BARRIENTOS, BOUREL, HUNTER Y SALVIA; PAR- Brown (Díaz y otros): cuatro para la reurbani- mas”– es capaz de promover la sociabilidad,
QUE CULTURAL RECOLETA, LE PERA Y VÁZQUEZ zación de los terrenos de la ex Autopista AU3 aunque la relación entre prácticas sociales y es-
MANSILLA; BARRACAS, BUGNI, PENEDO Y OTROS. (Cátedra Varas-FAU-UBA; Crespo y otros; Lis- pacios urbanos, en el sentido visual que adop-
man y otros; Feferbaum y otros); dos para Pa- taron estas tendencias, nunca fue algo evidente.
lermo Viejo (Hampton y otros; Bullrich y otros) Las nociones de nueva generación entran
y uno para el entorno de Recoleta (Lepera y Man- en consonancia con los cambios en la gestión
silla). En tanto rediseño de enclaves, se selec- de las aglomeraciones, donde los entes me-
cionaron: cuatro proyectos para el paredón de tropolitanos y centralizados pierden protago-
Retiro (García y Morzilli; Feferbaum y otros; nismo en un contexto de achicamiento de los
Manteola y otros; Antonini y otros); tres para la aparatos estatales. En Inglaterra, las reformas
Costanera norte y la ciudad universitaria (Cá- suprimen los entes de planificación y en Fran-
tedra Tony Díaz-FAU-UBA; Fontana y otros; cia se implementan las políticas participativas
Faivre y otros); dos para la remodelación de Pla- y de descentralización. En ese marco se cons-
za Once (Mermoz y otros; García y otros), dos truyen también las obras monumentales del
para el Bulevard García del Río (González Fe- París de Mitterand –y un frustrado proyecto de
rrari y otros; Dodero y otros); una propuesta pa- exposición para celebrar los dos siglos de la re-
ra Av. de Mayo (Catedra Solsona FAU-UBA) y volución francesa 1789-1989–, y tuvieron lu-
una para la Plaza Barrientos (Bourel y otros). A gar muchas de las experiencias españolas pos-
ellas se sumo una propuesta de gestión para teriores a la caída del franquismo. En 1985 el
una política descentralizada (Garay y otros). Ayuntamiento de Madrid proponía un Pro-
Las ideas centrales que sustentaron el Con- grama de Acciones Inmediatas cuyo objetivo
curso fueron las de “proyecto urbano” y la de era responder a problemas funcionales, a la in-
“espacio público”, nociones que se gestan en suficiencia de los equipamientos y a la recua-
un momento de disolución de las bases del ur- lificación ambiental de la ciudad. Se trata de
banismo de los años de la segunda posguerra. articular globalmente el territorio urbano por
La noción de “proyecto urbano”, en oposición medio de acciones estructurales, con énfasis
al planeamiento tradicional, opone la abstrac- en el rediseño del espacio. Objetivos similares
ción del zoning y de los espacios indetermina- organizan las acciones de Oriol Bohigas en Bar-
dos de la Modernidad a la recuperación de los celona, que tuvieron como antecedentes, en
valores simbólicos y materiales de la ciudad los años setenta, a los proyectos de la Estación
histórica. Constatando las carencias de los es- Saints y del Parque de la España Industrial –su-
tudios tendenciales de base matemática –cu- mados a una multiplicidad de intervenciones
yas previsiones mostraban sus límites–, y a di- de rehabilitación de centros y pueblos histó-
ferencia de las visiones integrales y abstractas, ricos–, que proporcionan a su vez la base de
que requerían de inversiones de gran escala, las obras para los Juegos Olímpicos de 1986.

82 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
Los concursos de ideas se pensaron también provincial. Desde 1989, la nueva administra- de “ideas fuerza”. Así el Funcionamiento mul-
como un instrumentos de innovación progra- ción provincial desarrolló un proyecto de des- tipolar y multifocal, que se opone a la histórica
mática. La recuperación de la democracia re- centralización incompatible con la propuesta centralización y concentración, se propone for-
cibió en la Argentina la influencia de esas in- institucional de la CONAMBA, mientras esta talecer el municipio y las formas de democra-
tervenciones modélicas españolas, que tuvieron continuó funcionando en la órbita del PEN. cia participativa por medio del surgimiento
en América Latina un eco similar a las trans- El equipo se constituyó por un Presidente de centros direccionales reestructurantes; la Re-
formaciones decimonónicas del París de Hauss- (Dr. Juan Portesi), un Coordinador Técnico (ar- activación económica compatible apunta a la
mann. El Concurso de las Veinte Ideas para quitecto Rubén Pesci) y varios técnicos. promoción de sectores y actividades donde se
Buenos Aires manifiesta una primera traduc- En tanto, en el Área Metropolitana de Bue- impulse la industria de tecnología adecuada y
ción de estas ideas al medio local. nos Aires se incluía la ciudad de Buenos Aires la mano de obra calificada; la Organización
y los partidos de Almirante Brown, Avellane- territorial tramada promueve el ordenamiento
6. Proyecto ‘90. Se eluden los alcances del Plan da, Berazategui, Esteban Echeverría, Florencio urbano lineal en forma de red abierta adapta-
y se precisan los de proyecto –en concordancia Varela, General San Martín, General Sarmiento, ble y desconcentrada, siguiendo los alinea-
con líneas directrices y estrategias. Se elabora La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Merlo, mientos tradicionales: tutelar áreas vacantes y
en 1989 en la CONAMBA (Comisión Nacional Moreno, Morón, Quilmas, San Fernando, San consolidar la ciudad actual; la Regulación eco-
del Área Metropolitana de Buenos Aires). Los Isidro, Tigre, Tres de Febrero, y Vicente López. lógica propone una actitud respetuosa de los ci-
antecedentes de la formación de la CONAMBA La propuesta incluyó un conjunto de proyec- clos biológicos y las comunidades naturales, po-
datan del 08.11.1984, cuando el Gobernador de tos puntuales, sobre temáticas prioritarias re- niendo en valor las interfases naturales (cuencas
la Provincia de Buenos Aires y el Intendente lacionadas con las estrategias globales, que con- hídricas, bosques y zonas rurales importantes
Municipal de la Ciudad de Buenos Aires sus- ceptualmente coinciden con los fundamentos por su finalidad ecológica y como zonas de
cribieron el Convenio AMBA. El AMBA fun- del Concurso de las Veinte Ideas. amortiguación entre áreas urbanas).
ciona desde la Provincia en la Dirección del Co- La propuesta se orientó según un conjunto La forma de implementar estas ideas fuer-
nurbano dependiente del Ministerio de
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. El
22.04.1986 el gobierno nacional, a través del
PEN, dicta el Decreto 577, que adhiere a las ac-
ciones mancomunadas establecidas en el acuer-
do y asigna al Ministerio del Interior la res-
ponsabilidad institucional. Las tres jurisdicciones
designaron a sus respectivos representantes, el
Ministro de Gobierno Provincial, el Secretario
de Gobierno Municipal y el Subsecretario de
Asuntos Institucionales del Ministerio del In-
terior, quienes constituyeron el Comité Téc-
nico del AMBA. El 22.12.1987 se sancionó el
Decreto 2064, por el que se creó la Comisión
Nacional del Área Metropolitana de Buenos Ai-
res (CONAMBA). Esta tendría como objetivos:
asistir al PEN en lo concerniente a la política
metropolitana; ejercer la dirección de las tare-
as necesarias a los fines perseguidos, articu-
lando el accionar de los Ministerios, Secreta-
rías, Empresas y Sociedades del Estado, y demás
organismos involucrados en el Área Metropo-
litana bonaerense; coordinar tareas con los or-
ganismos nacionales intervinientes en el pro-
yecto del traslado de la Capital de la República
a Viedma. El texto del decreto constituye el avan-
ce más importante para la sistematización de
la problemática regional.
En el espíritu de la creación de la CO-
NAMBA se encuentra implícita una idea de
concertación entre los máximos niveles de po-
der, en el contexto de un ente metropolitano
que coordine acciones interjurisdiccionalmente.
La idea tuvo vigencia real hasta el cambio de
poder político que se produjo en el gobierno u AFIANZAR EL CENTRO Y MEJORAR LA CONEXIÓN NORTE-SUR, SON ALGUNOS DE LOS OBJETIVOS DEL PLAN URBANO AMBIENTAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 83


za se resume en una propuesta que contiene
como elemento dominante un conjunto de es-
trategias definidas. Los tres grandes grupos de
estrategias apuntan a: 1. Descentralizar deci-
siones y desconcentrar actividades (fortaleci-
miento del municipio, promoción de iniciati-
vas locales, constitución de nuevos centros
direccionales); 2. Mejorar el nivel de empleo y
rentabilidad económica en sectores compati-
bles (relocalización y reconversión industrial,
innovación tecnológica y modernización em-
presaria, microemprendimientos y modalida-
des de gestión cooperativa, promoción de pro-
ducción rural y agroindustrial); 3. Mejorar las
condiciones de vida (mejorar los servicios so-
ciales –educación, salud, servicios de seguridad
y transporte–; consolidar la ciudad actual –pro-
moción del desarrollo urbano y la vivienda, com-
pletamiento de la infraestructura urbana, sis-
tema de espacios abiertos urbanos–, reordenar
y contener la periferia –reconversión de áreas
periurbanas en áreas extraurbanas y comple-
mentarias, monitoreo del crecimiento periur-
bano; fortalecimiento de centros de servicio ru- u LA AGENDA DEL ÁREA METROPOLITANA, EN EL LIBRO “LAS DIMENSIONES DEL ESPACIO PÚBLICO”, EDITADO POR EL GCBA.
ral, preservar los recursos naturales (sistema
de áreas naturales de equilibrio: sistema de pre- NAMBA, la institución central, con los niveles tropolitano. Como vimos, los estudios del SI-
vención de catástrofes; tutela ecológica). locales a través de los proyectos ejecutivos. El MEB introdujeron dos conceptos retomados
Se considera prioritaria la materialización Proyecto ’90 privilegia la escala local de las en el Proyecto ’90: la gestión concertada y la
de proyectos ejecutivos, propuestos en coope- mismos e interviene puntualmente y con ac- preservación ecológica. Pero el Proyecto ’90
ración con diversos organismos nacionales e ciones precisas sobre fragmentos del territo- considera al sistema metropolitano en un con-
internacionales, con un rol de efecto demos- rio del AMBA. La escala, la dimensión tem- texto socioeconómico de crisis, en el cual no
trativo e inductivo de los lineamientos globa- poral inscripta en el corto plazo y la gestión se plantean propuestas de largo plazo ni de es-
les. Entre estos puede citarse el Centro Direc- descentralizada son los rasgos sobresalientes. cala regional. Los resultados de las acciones
cional de Merlo (en relación con la estrategias Los proyectos ejecutivos constituyen los plasmadas en los proyectos de corto plazo y es-
de fortalecimiento municipal –promoción de principales instrumentos de la propuesta. El cala local permitirían realizar los ajustes ne-
centros direccionales, promoción del desarro- anteproyecto propicia un Ente Interjurisdic- cesarios para las estrategias de carácter más
llo en la segunda corona; el Parquintec CITA cional para el Área Metropolitana de Buenos general, siendo el medio de retroalimentación
(en relación con la innovación tecnológica y mo- Aires; Previéndose una integración igualitaria, entre la propuesta y la realidad.
dernización empresaria); el PAE-Producción las distintas jurisdicicciones –gobiernos de la Respecto del contexto en que se inscribe la
Agraria Intensiva y el PAE-Tres Límites (en re- Provincia y de la Ciudad de Buenos Aires– de- propuesta, se hace necesario considerar el re-
lación con la estrategia de promoción de la pro- berían designar a sus representantes. En cada dimensionamiento del Estado y de las institu-
ducción rural y la agroindustria). Asimismo se una de ellas, los órganos deliberativos de pla- ciones centralizadas. “Lo local” y la gestión con-
plantearon proyectos de medio ambiente (mo- neamiento y ejecución garantizarían las ope- certada entre múltiples actores desplazarían
nitoreo de la calidad del aire, sistema de alerta raciones concertadas. El Ente tendría faculta- definitivamente las ideas de plan y propuestas
de inundaciones, ribera de Quilmes), de vivienda des de coordinación y de ejecución en las regionales. Asimismo, las ideas de concerta-
(Ley Hábitat, Plan integral de Vivienda, Pro- acciones concertadas, financiadas por medio ción y descentralización de decisiones se vin-
yecto BID-SVOA tres municipios, centros re- de un Fondo para el Área Metropolitana. culan con los debates disciplinares en conso-
creativos en barrios), de transporte (PAE Cen- Podemos mencionar dos tipos de referen- nancia con la reinstauración de la democracia.
tro de Transferencia; PAE Corredor sur), etc. tes relacionados con la concepciones que guían
Desde el punto de vista institucional se las modalidades de abordar los problemas del 7. PUA. (Plan Urbano Ambiental, 1987-2003).
apunta a la coordinación intersectorial e in- área. El proyecto se inscribe en lo expresado El PUA es un proceso de planeamiento que se
terjurisdiccional en las diferentes áreas de go- en la declaración de México (1987), firmada inicia en respuesta a los artículos 27 y 29 de la
bierno que tienen competencia sobre el AM- por 35 ciudades integrantes de la “Asociación Constitución de la Ciudad, que estableció las
BA, lo cual es coherente con la propuesta de Mundial de Grandes Metrópolis”. Entre los bases de su autonomía. En el marco del nue-
creación del Ente Metropolitano y se apoya en referentes teóricos se destaca el enfoque sis- vo estatuto jurídico-administrativo de Bue-
la coincidencia política entre el PEN y la Pro- témico como herramienta conceptual y me- nos Aires, se ponen en marcha dos planes pa-
vincia. Se imagina una articulación de la CO- todología para comprender el fenómeno me- ra funcionar en el ámbito del Poder Ejecutivo:

84 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
el estratégico –medio de concertación y co- La Ley define el carácter del PUA como ins- estructura del Buenos Aires futuro.
municación social de las acciones– y el Plan trumento técnico-político de gobierno para la A partir de la Ley, entre 1998 y 1999 el Co-
Urbano Ambiental, de carácter analítico y pro- identificación e implementación de las prin- PUA promovió un proceso de trabajo a lo lar-
positivo, a ser elaborado con participación de cipales estrategias de ordenamiento y mejora- go del cual se elaboraron estudios diagnósticos,
las entidades académicas, profesionales y co- miento territorial y ambiental de Buenos Ai- con el concurso de consultores especializados
munitarias como marco de las obras públicas res en diferentes horizontes temporales. Lo –en particular la FADU-UBA tuvo a su cargo la
y al cual debe ajustarse la normativa urbanís- “urbano” refiere al territorio de Buenos Aires selección de los equipos de trabajo– para ca-
tica. Sobre ese mandato, la entonces Secreta- –en su dimensión regional– como objeto de racterizar las problemáticas urbanas (la ciudad
ría de Planeamiento Urbano y Medio Ambiente, estudio y acción, y lo “ambiental” es conside- capital, ambiente urbano, población y territo-
luego Secretaría de Planeamiento Urbano, ela- rado como un insumo constitutivo que atra- rio, hábitat y vivienda, vialidad y transporte, los
bora durante 1997 un prediagnóstico, base de viesa la totalidad del proceso de planeamiento espacios públicos y las costas, área central y sub-
la Ley 71, promulgada por Decreto N.° 2288 –desde los estudios diagnóstico a la puesta en centros, el sector sur, marco institucional e ins-
del 22 de octubre de 1998, que definió tanto la marcha de acciones. En particular, la noción trumentos). En esos estudios, con el fin de con-
composición del Consejo del PUA (CoPUA), de “desarrollo sostenible” se especifica como cluir en lineamientos propositivos, se identifican
encargado de su elaboración, como su carác- un “proceso participativo que integra la trans- los factores y situaciones que permiten a la ciu-
ter, objetivos y criterios orientadores. formación urbanística, el crecimiento econó- dad impulsar un proceso de transformación o
Según el artículo 12 de la ley mencionada, mico, la equidad social, la preservación de la que constituyen un obstáculo para su desarro-
el rol del CoPUA es programar y llevar a cabo diversidad cultural y el uso racional de los re- llo. Se presume que ese material sirvió como
la elaboración del Plan, ponderando las con- cursos ambientales, con el objetivo de mejorar insumo para la elaboración –durante 1999 y
secuencias urbanas y ambientales del conjun- las condiciones de vida de la población y mi- 2000– del Modelo Territorial (imagen de la ciu-
to de las acciones propuestas, elaborando los nimizar la degradación o destrucción de su pro- dad deseada) y de los lineamientos territoria-
estudios necesarios y la promoción y coordi- pia base ecológica de producción y habitabili- les, que incluyen una Agenda Metropolitana
nación de las actividades de consulta, partici- dad, sin poner en riesgo la satisfacción de las como medio para operar las transformaciones.
pación y difusión. Entre las misiones y fun- futuras generaciones”. Desde esa óptica, in- En ese marco, se puntualiza la necesidad de:
ciones establecidas, debe proceder también a tenta presentarse como un proceso integral de “consolidar y completar el centro de la aglo-
su actualización periódica y a formular los ins- desarrollo, desde una distribución equitativa meración en su riqueza patrimonial y poli-
trumentos necesarios para implementar polí- de los recursos presentes y futuros, creando funcional-recreativa, de negocios y habitacio-
ticas urbano-ambientales, en especial de los escenarios de consenso, a los efectos de con- nal”, “fortalecer las vinculaciones transversales
Códigos de Planeamiento Urbano, Ambiental tribuir a la constitución de un proyecto de ciu- entre los distintos sectores de la ciudad –nor-
y de Edificación. La composición del Consejo, dad compartido y en el largo plazo. En corre- te, oeste y sur–, potenciando los centros y sub-
presidido por el Jefe de Gobierno y coordina- lato, los objetivos generales plantean la centros locales”, “equilibrar el desarrollo urba-
do por el Secretario de Planeamiento y Me- necesidad de: “mejorar la calidad de vida de la no consolidando el Sector Sur”, “redimensionar
dio Ambiente –”o del organismo que en el fu- población”, “promover un desarrollo más equi- y rehabilitar la infraestructura de transporte
turo lo reemplace”–, conformado por los tativo de la ciudad”, “generar oportunidades portuaria, ferroviaria y aérea, así como las gran-
Secretarios de Gobierno, cinco especialistas de consenso y compromiso institucionalizan- des puertas de acceso a la ciudad”, “mejorar
designados por el Ejecutivo y nueve por la Le- do mecanismos de concertación de políticas el sistema de espacios públicos –vialidades,
gislatura, intenta asegurar la representatividad urbanas con todos los sectores de la ciudad”, grandes parques, plazas y costas– y, configu-
política de sus miembros y por ende la conti- “promover y hacer más eficientes, en términos rando un eje verde en el corredor del oeste”,
nuidad del proceso de planeamiento. Entre los sociales, ambientales y urbanísticos y econó- “emprender operaciones compartidas con la
técnicos que tuvieron un sustantivo protago- micos, las inversiones, tanto del Estado como Provincia en los territorios limítrofes, ponien-
nismo en su puesta en marcha, cabe citar, en- del sector privado”, “instrumentar una eficiente do especial énfasis en el eje del Riachuelo”.
tre otros, a los arquitectos Enrique García Es- coordinación entre las áreas gubernamentales Complementariamente, se precisan los ins-
pill (Secretario de Planeamiento Urbano entre de la ciudad y el resto de las jurisdicciones de trumentos normativos y de gestión que de-
1999 y 2002), Margarita Charrière (consejera la región metropolitana tendiente a una ges- berían otorgar las condiciones de posibilidad
hasta 2002, subsecretaria de Espacio Público tión de carácter integral”, “tender a que todos para su implementación. El resultado de los
y Desarrollo Urbano, entre 2002 y 2003 y sub- los habitantes de la ciudad tengan acceso a dis- estudios y las propuestas dieron lugar a even-
secretaria de Planeamiento desde 2004); Da- poner de aire, agua, alimentos, química y bac- tos, debates y publicaciones (cf.: Modelo Te-
vid Kullock, Heriberto Allende, Jorge Iribarne teriológicamente seguros, a circular y habitar rritorial y Políticas Generales de actuación, 2000,
(consejeros), etc. Muchos de ellos habían tra- en áreas libres de residuos, de contaminación y Documento final, 2001).
bajado con anterioridad como asesores de pla- visual, sonora y ambientalmente sana, y al uso Si bien el Plan no fue consagrado legal-
neamiento en la Asamblea que redactó la Cons- y goce de espacios verdes y abiertos”, “pre- mente hasta fines de 2003, es el marco a par-
titución de la Ciudad Autónoma. En tanto servar el patrimonio cultural, arquitectónico y tir del que se formularon los programas del
consultores internacionales participaron, en- ambiental”. Estas metas se proyectan espa- Corredor Verde del Oeste, la revitalización del
tre otros, Jordi Borja (ex vice-alcalde de Barce- cialmente mediante un listado de “criterios Área Central, la reestructuración del Sector
lona), Dominique Petermuller, del APUR fran- orientadores” de carácter territorial, que actú- Sur, el mejoramiento de parques y plazas. En
cés, Néstor Inda y Hugo Gilmet, del Plan de an como referencia para la formulación de pro- sus propósitos se presenta como un instru-
Montevideo (Uruguay). yectos e instrumentos capaces de delinear la mento de nueva generación, que considera la

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 85


complejidad y la multiplicidad de actores que res, 1970; A. Pracchi. “La ciudad como campo ca-
intervienen en la construcción de la ciudad. Es- racterístico del Iuminismo”. En: Lezioni di Storia
Plan Urbano Ambiental tán presentes aún, en una reformulación, las dell´Architettura. Milano, Politécnico de Milán
nociones de “proyecto urbano”, “espacio pú- (Ist. di Umanistica), 1974; CONHABIT. “Documen-
blico” –que se esbozan embrionariamente en to especial del SIMEB”. Versión Preliminar, 1975;
el Concurso de las Veinte Ideas– y las de “am- A. Furetière. Dictionaire Universel “Le Robert”.
biente”, “participación” y “acciones” del Pro- Paris, 1978. (Facsímil de la ed. à la Haye et à Rot-
yecto ‘90. Y, aunque se gestó como una he- terdam, Chez Arnoux & Reiner Leers, 1690); R. Pes-
rramienta para formular las políticas públicas ci. SIMEB-EJE COSTERO. Lineamientos ambienta-
del gobierno, los temas de salud, educación, les. CONHABIT, 1976; CONHABIT. Proyecto
desarrollo económico, etc., se dirimen desde AURI-SIMEB. Estudio especial del SIMEB. Tomo 1,
otras esferas. En un primer momento tuvo pri- cap.3, nivel 3, 1979; P. Larousse. Grand dictionnai-
macía un nuevo “referencial”, según el cual la re universel du XIX siècle 1766-1879. Deuxième par-
ciudad se pensaba en términos de competiti- tie. Genève, 1982; L Cahiers de l’Institut d’ Ame-
vidad, en tanto sede de inversiones en el mar- nagement et d’Urbanisme de la Region d’ile de
co de la red de ciudades globales. Las consig- France. 40 ans de planification en region d’ile de
nas de “ciudad competitiva”, “gobernable”, France, n.° 70, decembre 1983; O. Súarez. Planes y
“atractiva para inversiones y turistas”, “equi- Códigos para Buenos Aires. Bs. As.: Ed. Previas - FA-
tativa”, que coinciden con los postulados de los DU-UBA, 1986; P. Gross. “Santiago de Chile: cien
planes de otras ciudades latinoamericanas, en- años de planes, utopías y desarrollo urbano”. En:
tran en consonancia con los lineamientos de Conferencia “Trends and Challenges of Urban Res-
los planes estratégicos impulsados por las re- tructuring”. Río de Janeiro, 1988; J. Hardoy. “Te-
comendaciones emitidas por foros internacio- orías y prácticas urbanísticas en Europa entre 1850
nales e instituciones como el Banco Mundial. y 1930. Su translado a América Latina”. En mímeo
Luego de la crisis argentina de diciembre de (IEHAL, 1988); Municipalidad de la Ciudad de Bue-
2001, y simultáneamente con las corrientes de nos Aires - Comunidad de Madrid, 20 ideas para Bue-
pensamiento urbanístico que cuestionan las nos Aires. Madrid, 1988; A. Novick, y T. Núñez. De
intervenciones “escenográficas” y la primacía los planes de embellecimiento y extensión a los Pla-
del mercado de las décadas de 1980 y 1990, el nes Estratégicos. Cien años de Planificación en la
énfasis se fue deslizando a los problemas de la Región Metropolitana de Buenos Aires. Documen-
segregación y la marginalidad social, priori- to de Trabajo, 1995; Plan Urbano Ambiental de la
zando los proyectos de reactivación y la nece- Ciudad de Buenos Aires (PUA). Elementos de diag-
sidad de reforzar la intervención pública (Sub- nóstico. Documento de Trabajo. Bs. As.: Gobierno
secretaría de Planeamiento, 2003). de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), Secretaría
El PUA, al igual que los planes anteriores, de Planeamiento Urbano y Medio Ambiente (SPUy-
presenta un esquema sistematizado de los pro- MA), 1998; PUA. Diagnóstico y objetivos. Bs. As.:
yectos en danza, de las asignaturas pendientes GCBA, SPUyMA, 1999; PUA. Modelo Territorial y
de la ciudad, así como de las tendencias por re- Políticas Generales de actuación. Bs. As.: GCBA,
vertir, y, como en ellos, su materialización se SOUyMA, 2000; PUA. Documento Final, GCBA,
verifica a partir de una selección de proyectos, SPUyMA, 2001; Subsecretaría de Planeamiento. Las
cuya puesta en marcha resulta de un comple- dimensiones del Espacio Público. Problemas y pro-
jo juego de decisiones políticas, disponibilidad yectos. Bs. As.: GCBA, 2003.
presupuestaria, concepciones técnicas y con-
sensos sociales. A. N.
PLAN 17 DE OCTUBRE. Continuación del Plan
Bibliografía: Bouvard, Andrés. El nuevo plano de la VEA (v.) –dentro del BHN (v.)– entre 1973 y
Ciudad de Buenos Aires. Bs. As.: Intendencia Mu- 1976, durante el gobierno peronista.
nicipal, 1909; Intendencia Municipal, Comisión de
Estética Edilicia. Proyecto orgánico para la urba- Consistía en el otorgamiento de créditos in-
nización del municipio. Buenos Aires. Bs. As.: Ta- termedios para construcción, mientras las fa-
lleres Peuser, 1925; C. M. Della Paolera. “El Plan milias podían recibir préstamos individuales
u LUEGO DE DESCRIBIR LA CONFIGURACIÓN ACTUAL
Regulador de Buenos Aires”. En: La Nación, Buenos con plazos y tasas de interés iguales a los cré-
(ARRIBA) Y DE ESTABLECER UN MODELO TERRITORIAL
Aires, 20 de noviembre de 1939; P. Portoghesi (dir). ditos intermedios. El Plan Trienal de Gobierno
(AL CENTRO), EL PLAN URBANO AMBIENTAL PROPO-
Dizionario enciclopedico di architettura e urba- (1974-1977) proyectaba construir 53.550 vi-
NE UNA SERIE DE ACCIONES ESTRATEGICAS Y POLÍTI-
nistica. Roma: Instituto Editoriale Romano, 1969; viendas anuales. Entre 1973 y 1976 se constru-
CAS DE ACTUACIÓN PARA BUENOS AIRES (ABAJO).
CONADE. Esquema Director de la Organización del yeron alrededor de 95.000 viviendas por in-
Espacio de la Región Metropolitana de Buenos Ai- termedio del Plan Alborada (v.). En 1976 pasó a

86 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
denominarse Plan 25 de Mayo (v). En junio del PLAN ALBORADA. Continuación de los Planes La gestión de estos fondos, que formaban
mismo año se suspendió el financiamiento del de Erradicación de Villas de Emergencia (PE- parte de una política del gobierno norteame-
Plan, que fue posteriormente absorbido por la VE) (v.) entre 1973 y 1976, durante el go- ricana de ayuda a América Latina, se había ini-
Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, en bierno peronista. ciado durante la presidencia de Frondizi (1958-
uso y aplicación del FONAVI (v.). 1962), aunque la finalización de los acuerdos
En este Plan tuvo gran importancia la in- Este Plan se dirigía a los grupos de menor se produjo durante el gobierno de Guido
tervención de la Confederación General del nivel de ingresos, que podían recibir présta- (1962-1963); en 1964, durante el gobierno del
Trabajo (CGT): para marzo de 1974 se había mos para adquirir viviendas en conjuntos ha- presidente Arturo Illia, el Plan entró en su faz
acordado la construcción de 24.962 viviendas bitacionales cuya construcción era promovi- de ejecución.
mediante organizaciones gremiales obreras. da por el Estado, mediante contrato con Los préstamos se otorgaban para la cons-
Como ejemplos arquitectónicos produci- empresas privadas. A partir de los conflictos trucción de viviendas urbanas exclusivamen-
dos en el marco del Plan pueden citarse los si- presentes en las políticas de erradicación, el te, divididos en cinco categorías de proyectos,
guientes conjuntos habitacionales: “Chacofi” gobierno peronista propuso la transformación según las entidades que encaraban el proyec-
en Resistencia (Manteola, Sánchez Gómez, de las villas de emergencia en núcleos habi- to: 1) Entidades intermedias, tales como coo-
Santos, Solsona, Viñoly, v., 2.000 viviendas, tacionales modernos, propendiendo a la radi- perativas o gremios; 2) Organismos de vivien-
1974); “Ojo de Agua” en San Miguel de Tu- cación en el área ocupada. Pero las erradica- da dependientes de gobiernos provinciales o
cumán (Terán Etchecopar y Angilletta; Petri- ciones no se desecharon por completo, de municipales; 3) Empresas privadas para sus
na; Abulafia y Alderoqui, 610 viviendas, 1974); acuerdo con los destinos asignados a las tie- empleados; 4) Planes de esfuerzo propio y ayu-
“Barrio Intergremial Carlos Pellegrini” en Mar rras ocupadas. El Plan Trienal 1974-1977 pla- da mutua; 5) Proyectos especiales, en particu-
del Plata (Urquijo, Mariani, Perez. Maraviglia neaba ejecutar 47.175 unidades anuales por lar programas de eliminación de villas de emer-
y Álvarez, 411 viviendas, 1974-1975); “Quil- medio del Plan Alborada, número que repre- gencia. Las entidades y los beneficiarios debían
mes”, en el partido del mismo nombre, Pro- sentaba aproximadamente una tercera parte efectuar aportes que oscilaban entre el 15 y el
vincia de Buenos Aires (Ezcurra, Larreguy, de la inversión pública en el sector vivienda. 35% (entidades) y entre el 10 y el 30% (benefi-
Ugarte; Cavallo, Hilger, Basualdo, 250 vi- Fue suspendido por el gobierno de facto de J. ciarios), calculado sobre la tasación del terre-
viendas, proyectado en 1974.); “Conjunto de R. Videla en 1976. no, la urbanización y las viviendas.
viviendas económicas” en La Matanza, Pro- Entre los ejemplos financiados por el Plan El costo máximo de las viviendas se esta-
vincia de Buenos Aires (Levinton y Tambutti, Alborada pueden indicarse los siguientes: con- blecía en 5.000 dólares y existían topes del
105 viviendas, 1975). A. B. junto habitacional en Villa Corina (Avellane- costo por metro cuadrado, según las distintas
da, Provincia de Buenos Aires, 5.070 vivien- zonas del país. El valor del terreno no podía
Bibliografía: Conjuntos de viviendas: planes oficiales. das, primera etapa 1690, 1973-1974); conjunto exceder el 40% del costo de edificación. Los
Summa. N.º 86, 1975; summa, n.° 136, 1979; n.° 169, 1981; habitacional en Villa Tranquila (Avellaneda, préstamos se acordaban para cubrir el costo
n.° 178; 1982; H. Baliero (coord.). Desarrollo urba- Provincia de Buenos Aires, Secretaría de Es- de la construcción de viviendas, pues no po-
no y vivienda. Introducción al estudio de la acción tado de Vivienda y Urbanismo, 5.000 vivien- dían destinarse a gastos de terreno o urbani-
del Estado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Cla- das, primera etapa 1.188; 1973-1974); la uni- zación ni a gastos administrativos. Estaban
ves políticas del problema habitacional argentino dad de realojamiento UR-02 en Rosario destinados a familias cuyos ingresos men-
1955-1981. Bs. As.: GEL, 1984. (Provincia de Santa Fe, Basadonna y Fava- suales no superaran los 150 dólares y no po-
rio, 1969-1975); Barrio de Av. Gral. Paz y Al- dían ser adjudicatarios aquellos que no pu-
barellos (Capital Federal, Dujovne, Flah, dieran pagar los servicios hipotecarios con el
PLAN 25 DE MAYO: Continuación del Plan 17 Hirsch, Saiegh, Sorondo, Notenson, 200 vi- 25% de sus ingresos.
de Octubre (v.) a partir de 1976, durante el viendas, 1975). A. B. Primera Etapa. El contrato original del BID
gobierno de facto del militar de J. R. Videla. preveía la construcción de 15.200 unidades, con
Bibliografía: “Conjuntos de viviendas: planes oficiales. un aporte financiero de dicho banco de 30 mil-
En junio de 1976 se suspendió el financia- En: summa, n.° 86, 1975; n.° 136, 1979; n.° 169, 1981; n.° llones de dólares y en un plazo que debía fi-
miento del Plan 17 de Octubre, que fue pos- 178; septiembre de 1982; H. Baliero (coord.). Des- nalizar en 1967. El BID interrumpió la finan-
teriormente absorbido por la Secretaría de Des- arrollo urbano y vivienda. Introducción al estudio ciación a fines de ese año, durante el onganiato,
arrollo Urbano y Vivienda, en uso y aplicación de la acción del Estado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yuj- cuando se habían realizado 8.700 unidades.
del FONAVI (v.). Se construyeron por el Plan novsky. Claves políticas del problema habitacional Segunda Etapa. En 1968 se renegoció el
25 de Mayo alrededor de 8.400 viviendas en- argentino 1955-1981. Bs. As.: GEL, 1984. contrato con el BID. La segunda etapa com-
tre 1976 y 1977, y alrededor de 3.600 entre prendía la realización de 7.200 unidades. Exis-
1980 y 1981. A. B. tían tres tipos de proyectos, divididos en tres
PLAN FEDERAL DE LA VIVIENDA. Plan de fi- fases, que podían ejecutarse simultáneamen-
Bibliografía: summa, n.° 136, 1979; n.° 169, 1981; n.° 178, nanciamiento de viviendas puesto en vigencia te: cada una de ellas comprendía la construc-
1982; H. Baliero (coord.). Desarrollo urbano y vi- por el BHN (v.) en 1962, con la cooperación ción de 2.400 viviendas.
vienda. Introducción al estudio de la acción del Es- financiera del 50% del Banco Interamerica- Primera fase: proyectos tramitados durante
tado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Claves po- no de Desarrollo (BID), en su calidad de Ad- la primera etapa del plan.
líticas del problema habitacional argentino ministrador del Fondo Fiduciario del Progreso Segunda fase: grandes conjuntos de más de
1955-1981. Bs. As.: GEL, 1984. Social, parte de la Alianza para el Progreso. 300 unidades cada uno, licitadas por el BHN,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 87


con sus propios proyectos, o por entidades gu- La vivienda no podía superar los 70 m2. Piloto de Erradicación de las Villas 5-6-18 del
bernamentales. Tercera fase: conjuntos de 50 Con respecto a los proyectos, el Banco creó la Parque Almirante Brown (1965). En este últi-
viviendas o más, construidas mediante el pro- Dirección Técnica “Plan Eva Perón”, que en- mo solo llegó a desarrollarse la primera etapa,
cedimiento de “concurso de proyecto y precio”, tregaba a los adjudicatarios planos normaliza- cuyo objetivo era resolver necesidades urgen-
a través de entidades intermedias. Este pro- dos y asesoraba sobre cuestiones diversas. tes, como la instalación de luz eléctrica, agua
cedimiento sería utilizado en los planes PEVE Las operaciones correspondientes al Plan, corriente o el mejorado de accesos y vías pea-
y en operaciones FONAVI. escrituradas en 1953, representaron el 18% del tonales, y el desarrollo de campañas sanitarias
En los aspectos financieros, se establecían total, y en 1954 el 32%. La operatoria fue anu- y asistenciales. La segunda etapa preveía el con-
tres categorías, según las entidades que enca- lada en 1955 cuando, a la caída del gobierno pe- gelamiento de las villas existentes, y la terce-
raban el proyecto: 1) Cooperativas, gremios u ronista por el golpe militar de la llamada Re- ra su erradicación. Las dos últimas no llegaron
otras entidades sin fines de lucro, entes pro- volución Libertadora, se reorganizó el Banco. a ejecutarse. Algo similar ocurrió con otras pro-
vinciales o municipales; 2) Empresas privadas Al basarse en vivienda individual, propo- puestas del gobierno del Dr. Illia, como la Ley
o mixtas para sus empleados; 3) Proyectos es- ner planos normalizados y contar con una es- N.° 16.601/64, que autorizaba a encarar un plan
peciales, en particular programas de erradi- tructura de gestión descentralizada, el Plan ha- de erradicación. Poco antes se había creado la
cación de villas de emergencia. bía podido llegar eficientemente al interior del Comisión de Coordinación de erradicación de
Los valores de proyecto se fijaban en 4.000 país y a amplios sectores sociales. Como con- villas (Decreto N.° 7807/64), presidida por el
dólares por unidad, con el límite de 5.000 dó- trapartida de estos aciertos, las condiciones titular de la Secretaría de Obras Públicas.
lares como costo final. Las viviendas se desti- extremadamente liberales de estos créditos, Por otro lado, la población de tal tipo de
naban a sectores de bajos ingresos (no supe- implementados en un momento de crisis eco- asentamientos en la Capital Federal contaba
riores a 85 dólares en el Gran Buenos Aires y nómica, constituyeron un subsidio del Estado con sus organizaciones de gestión y defensa.
a 75 dólares en el interior). a sectores medios y medios-bajos, financiado
Aunque el monto fijado inicialmente para con recursos de tipo inflacionario.
la segunda etapa era de 7.200 unidades, más Con respecto a los proyectos que proponí-
tarde se aumentó dicho cupo en 8.272 unida- an los planos normalizados, se trataba de ca-
des. El total construido por el Plan con finan- sas cajón (v.) de una planta, compuestas por co-
ciación BID fue de 16.447 unidades. Además cina, comedor, uno a tres dormitorios, baño,
de ellas, el Banco Hipotecario financió con re- lavadero semicubierto y galería, con retiro de
cursos propios otras 2.584 viviendas dentro de frente. Los techos podían ser losas planas o in-
la misma operatoria.A. B. clinados de tejas. Se proponían variantes se-
gún tipos de clima (frío, templado y cálido),
Bibliografía: “Programas y realizaciones”. En: summa, que no alteraban las tipologías, las mismas pa-
n.° 43, 1971; H. Baliero (coordinador). Desarrollo ra todo el país. A. B.
urbano y vivienda. Introducción al estudio de la ac- u CONJUNTO HABITACIONAL PEVE EN SAN JUSTO.
ción del estado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Bibliografía: Banco Hipotecario Nacional. Conmemo-
Claves políticas del problema habitacional argen- ración 75 años. Bs. As., 1961; M. Schteingart y B. Broi- Durante el gobierno de Frondizi se habían des-
tino 1955-1981. Bs. As.: GEL, 1984. de. “Políticas de vivienda de los gobiernos popula- arrollado comisiones vecinales y regionales,
res para el área de Buenos Aires. II Gobiernos como la Federación de Villas y Barrios de Emer-
peronistas (1946-1955)”. En: summa, n.° 372, 1974. gencia de la Capital Federal, que mantenían
PLAN DE VIVIENDA “EVA PERÓN”. Plan de alianzas con otras organizaciones.
acción indirecta de fomento a la vivienda, im- Ninguno de los antecedentes había alcan-
plementado por el Banco Hipotecario Nacio- PLAN DE ERRADICACIÓN DE VILLAS DE zado la magnitud de la propuesta de los PEVE,
nal (v.) en 1952. (v. Vivienda de interés social). Sus EMERGENCIA (PEVE). Plan de viviendas cre- creados por el gobierno de facto de Onganía,
destinatarios eran obreros y empleados com- ado por Ley 17.605 de 1968, que proponía que preveía habilitar 56.000 viviendas defi-
prendidos en las leyes de previsión social, cu- la promoción social, la construcción y el fi- nitivas y 8.000 transitorias en 7 años. El Plan
yos ingresos no superaran los 2000 pesos, a nanciamiento de viviendas, tendiente a la so- mencionaba las inundaciones de 1967, que ha-
quienes proveía individualmente de financia- lución del problema habitacional que habían bían afectado en mayor medida a las villas de
miento para la construcción de una vivienda. provocado las inundaciones de 1967 y a la emergencia, pero ellas constituyeron la opor-
erradicación de villas de emergencia (v.) si- tunidad de poner en marcha el plan antes que
El crédito otorgado proporcionaba el total tuadas en la Capital Federal y en el Gran Bue- su detonador. No solo se atendía en los PEVE
de la valuación del edificio, más un valor sub- nos Aires. Entre 1973 y 1976 el plan pasó a un problema social, sino que influía también
sidiario del 30% del costo total del terreno y la a denominarse Alborada (v.). en su propuesta la búsqueda de disponer de
construcción, con el objeto de facilitar la com- terrenos ocupados por viviendas precarias pa-
pra del lote. El interés era bajo (4,5%) y la cuo- Este tipo de programas contaba con an- ra obras públicas y privadas; y el control de un
ta no podía superar el 30% del salario, consi- tecedentes, como algunos de los conjuntos grupo social organizado que era visto como po-
derado como de 1500 pesos. El otorgamiento construidos durante los gobiernos peronis- tencialmente peligroso.
era muy rápido, ya que el tiempo de gestión tas (1946-1955) (v. Vivienda de interés social), el La población se estimaba en 280.000 per-
debía ser inferior a 30 días. Plan de Emergencia (v.) (1958-1965), el Plan sonas, calculadas, sobre la base de unas 70.000

88 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
familias (20.000 en la Capital Federal y 50.000 dificultad consistía en que debían presentar- Banco Hipotecario Nacional (v.) a partir de
en el Gran Buenos Aires). El Plan se aplicaría se en vinculación con una empresa construc- 1969 (v. Vivienda de interés social). En 1973, con
en el Área Metropolitana. En las provincias, ac- tora, hecho que en muchos casos limitó las algunas modificaciones, el plan continuó con
ciones similares se realizaban como comple- posibilidades de participar del proyecto. Sin el nombre de Plan 17 de Octubre (v). En 1976
mento de planes locales. embargo, gran parte de la experimentación en pasó a denominarse Plan 25 de Mayo (v.).
El financiamiento se cubría fundamental- proyectos de los años sesenta y setenta se re-
mente con fondos del presupuesto nacional. alizó dentro del marco de esta operatoria. El Plan VEA, creado durante el gobierno de
También existió una contribución del BID (Ban- Como ejemplos pueden citarse los si- facto de la “Revolución Argentina” (1966-1970),
co Interamericano de Desarrollo), gestionada guientes: PEVE Joaquín (San Justo, Prov. Bue- se constituyó como el programa financiero más
durante el gobierno radical, para el Programa nos Aires: 400 viviendas y 3120 habitantes), importante en el mercado de viviendas del mo-
del Parque Almirante Brown de la Municipa- del estudio MSGSSV (v.); conjunto habitacio- mento. Se basaba en el otorgamiento de prés-
lidad de Buenos Aires, que incluía la ejecución nal Ciudadela I y II, del estudio Staff (v.) (Prov. tamos para la construcción de viviendas agru-
de un conjunto de viviendas en Ciudad Gene- Buenos Aires: 2360 viviendas, 13.400 habi- padas, destinadas a la venta como vivienda
ral Belgrano (actual Ciudad Evita), destinado tantes); PEVE n.° 22 (Tigre: 256 viviendas), de propia y permanente de los adquirentes, otor-
al realojamiento de habitantes de villas erra- Marcovich, Paglog, Gulchin, Malenky, Barboy gados a entidades que acreditaran “adecuada
dicadas del Parque. y Basualdo; PEVE San Justo (Pdo. de La Ma- capacidad legal, económica, administrativa y
El Plan constaba de dos programas: uno tanza: 962 viviendas, 4367 habitantes), de A. técnica”. La operatoria se dirigía a la cons-
de alojamiento transitorio (8.000 viviendas y M. Resnick Brenner y García Vázquez (v.). Un trucción de grupos habitacionales completos,
en 17 nucleamientos) y otro de viviendas de- ejemplo de emprendimientos en el interior lo que requerían estudios de infraestructura y
finitivas (8.000 viviendas anuales, durante un constituye el Conjunto Habitacional de Rea- equipamiento social. Sobre la base de estas ca-
lapso de 7 años). lojamiento UP 02 (Rosario: 477 unidades), de racterísticas, la operatoria se dirigía principal-
El Ministerio de Bienestar Social, recien- los arquitectos Favario y Basadonna. A. B. mente a las grandes empresas constructoras.
temente creado, era el encargado de la ejecu- En tal sentido, el Plan demostró falta de adap-
ción y coordinación del Plan. La Secretaría de Bibliografía: “Concurso summa 70. La vivienda de in- tabilidad a realidades regionales, ya que los des-
Vivienda se encargaba de aspectos técnicos terés social”. En: summa, n.° 36, 1970; “Plan erradi- arrollos industriales y empresarios no presen-
(evaluación y gestión de terrenos, anteproyec- cación de villas de emergencia. Esquema compara- taban volúmenes y características uniformes
to de planeamiento físico), mientras que el tivo de algunas realizaciones”. En: summa, n.° 71, en todo el país. A estas entidades el BHN les
BHN (v.) encaraba la faz ejecutiva de los pro- 1974; H. Baliero (coordinador). Desarrollo urbano otorgaba un préstamo equivalente al 100% del
gramas de viviendas definitivas, llamando a li- y vivienda. Introducción al estudio de la acción del monto total establecido y aprobado por él co-
citación por el sistema de “proyecto y precio”. Estado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Claves mo valor de venta de las respectivas unidades.
La Secretaría de Asistencia y Promoción de la políticas del problema habitacional argentino 1955- El BHN actuaba como organismo financie-
Comunidad del Ministerio de Bienestar Social 1981. Bs. As.: GEL, 1984. ro y fiscalizador, y la venta de las unidades cons-
tenía a su cargo la determinación de priorida- truidas corría por su cuenta. Los adquirentes
des de erradicación, la promoción social y la recibían un préstamo a plazos (10 a 30 años, se-
administración y conservación de unidades de PLAN ISLAS MALVINAS. Continuación del Plan gún el número de dormitorios de la vivienda)
alojamiento transitorio. Eva Perón (v.) a partir de 1976, durante el go- y a un interés variable según la categoría o el
En cuanto a la implementación del plan, los bierno de facto de J. R. Videla. nivel constructivo de la unidad (0 a 10%). El
programas de alojamiento transitorio y defi- Plan establecía cinco categorías de construc-
nitivo se desfasaron en el tiempo, con lo cual En junio del mismo año se suspendió el fi- ción, según niveles de confort y terminación.
muchas viviendas propuestas como provisorias nanciamiento del Plan, que fue posteriormente El proceso inflacionario que vivió la eco-
terminaron siendo utilizadas como definitivas. absorbido por la Secretaría de Desarrollo Ur- nomía argentina y el mecanismo de reajuste
Los primeros conjuntos de viviendas definiti- bano y Vivienda, en uso y aplicación del FO- de los préstamos concentraron la demanda en
vas comenzaron a terminarse en 1971. Se erra- NAVI (v.). Entre 1976 y 1981, se construyeron los sectores sociales de mayores ingresos. Es-
dicaron unas 3.000 familias por año, aunque por el Plan Islas Malvinas alrededor de 13.500 te hecho no era el objetivo del programa, que
inicialmente habían previsto unas 8.000. Para viviendas. A. B. pensaba destinarse al sector de la población
toda el área metropolitana, entre 1968 y 1971 con limitada capacidad de ahorro. Los límites
se erradicaron 83 villas con un total de 35.691 Bibliografía: summa, n.° 136, 1979; n.° 169, 1981; n.° 178, superiores del Plan eran inicialmente los in-
personas; de las cuales 25.952 fueron alojadas 1982; H. Baliero (coord.). Desarrollo urbano y vi- feriores que atendían los bancos en general y
en núcleos habitacionales definitivos. vienda. Introducción al estudio de la acción del Es- el sistema de ahorro y préstamo.
Con respecto a la arquitectura de estos em- tado. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Claves po- Como obras construidas por medio de es-
prendimientos, se trató de grandes conjuntos líticas del problema habitacional argentino te plan, pueden citarse el barrio de 1.517 vi-
en terrenos disponibles, ya que la obtención 1955-1981. Bs. As.: GEL, 1984. viendas (7.000 habitantes) en Ranelagh (Be-
de tierras era uno de los grandes problemas razategui, Provincia de Buenos Aires), iniciado
de los planes. El sistema era de “concurso y en 1970 y proyectado por el estudio Rebuffo,
precio”, y los grandes conjuntos convenían es- PLAN VEA. (VIVIENDAS ECONÓMICAS AR- di Gioia, Katz y Buar, que comprendía mono-
pecialmente a las grandes empresas cons- GENTINAS). Operatoria destinada al finan- blocks bajos, viviendas en hilera e individuales;
tructoras. Para los arquitectos proyectistas la ciamiento de vivienda, llevada a cabo por el el barrio San Pedro (San Martín, Mendoza), de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 89


1.219 viviendas individuales (4.500 a 5.000 ha- das para los relevamientos se basaban en la uti-
bitantes), proyectado en 1968 por Kurchan, lización de instrumentos de medición de dis-
Riopedre y Ugarte (urbanismo) y Aslan, Ez- tancias, ángulos, desniveles. Las técnicas de di-
curra, Madero, Gigli (arquitectura), etc. A. B. bujo se basaban en la norma convencional
adoptada en la Comisión Topográfica de París
Bibliografía: “Concurso Summa 70. La vivienda de in- en 1802, que definía códigos de colores y lí-
terés social”. En: summa, n.° 36, 1970; “Programas y neas para graficar materiales de edificación, ti-
realizaciones”. En: summ, n.° 43, 1971, pp.68-71; H. Ba- pos de vegetación, desniveles de terreno, etc.
liero (coordinador). Desarrollo urbano y vivien- El modelo topográfico se aplicó para mu-
da. Introducción al estudio de la acción del Esta- chas ciudades de la Argentina. En varios casos
do. Bs. As.: Durruty, 1983; O. Yujnovsky. Claves se registra la actuación de un mismo profe-
políticas del problema habitacional argentino, 1955- sional en más de una provincia –el caso de Ber-
1981. Bs As.: CEAL, 1984. trés (v.) o de Nicolás Grondona (v.) en Buenos
Aires y Rosario. El ejemplo del Departamento
u PLANO TOPOGRÁFICO DE BUENOS AIRES, A. SORDEAUX. Topográfico porteño también fue utilizado en
PLANO TOPOGRÁFICO. m. Representación bi- numerosas provincias, y así existen planos to-
dimensional de áreas territoriales y urbanas, calles y caminos, de accidentes del terreno, de pográficos de ciudades como Mendoza, Tucu-
con énfasis en la información acerca de la dis- cursos de agua, de la ubicación de edificios pú- mán, Rosario.
tribución de zonas edificadas y libres, relieve, blicos civiles y religiosos, y de los equipa- Hacia finales del siglo XIX, con la comple-
accidentes naturales. mientos, a través de códigos gráficos especia- jización de las administraciones municipales
les, o de numeraciones en el dibujo y de listas y el establecimiento de oficinas específicas pa-
Este tipo de planos comenzó a sistemati- escritas en los márgenes del plano. La infor- ra catastro (v.) y para construcción, los planos
zarse con las técnicas de agrimensura y geo- mación catastral se reduce al nombre de los generales de las ciudades se fueron restrin-
desia desarrolladas en las instituciones mili- propietarios, que en algunos casos se inserta giendo a la representación de la red viaria y de
tares y civiles encargadas de la administración, en la silueta de los lotes, y en otros casos se de- los espacios urbanos abiertos o aún no ocupa-
control y modificación del territorio, durante talla en listas numeradas por cuarteles (divi- dos, adoptando con ello una convencionaliza-
el siglo XVIII. Es un tipo de representación siones administrativas de la ciudad). ción cada vez mayor para las indicaciones del
que operó en dos dimensiones horizontales, y El auge de este tipo de planos ha sido rela- nivel de consolidación del tejido, hasta que ese
que eliminó progresivamente toda alusión a la cionado con el impulso por la recuperación y rasgo se abandonó por completo en las pri-
dimensión vertical. Existen numerosos planos extensión de la regularidad de la traza de la ciu- meras décadas del siglo XX. Un abandono que
topográficos de ciudades y pueblos de la Ar- dad (v. Alineación), tributario de las ideas urba- está en directa relación con nuevos modos téc-
gentina; sobre Buenos Aires comenzaron a re- nísticas vigentes y de la necesidad de afirma- nicos de observar y registrar la ciudad, que se
alizarse a finales del siglo XVIII. Los planos ción del poder estatal mediante una delimitación inauguraron con el primer relevamiento aéreo
que se conservan fueron realizados por oficia- firme y estable entre el espacio público y el pri- de Buenos Aires en 1915. G. F.
les e ingenieros españoles (plano de Boneo y vado, a la vez que de la necesidad creciente de
Azara), primero; por las oficinas estatales más garantizar la existencia de un mercado de tie- Bibliografia: A.Taullard. Los planos más antiguos de
tarde (Romero, v., Departamento Topográfico, rras que se dinamizó con el proceso de mo- Buenos Aires. 1580-1880. Bs. As., 1940; F. Esteban. El
v.), y por particulares mediante orden o auto- dernización de la ciudad. Este ideal de regula- Departamento Topográfico de la Provincia de Bue-
rización del gobierno (Manso, Sourdeaux). ridad fue uno de los pilares de la acción estatal nos Aires. Su creación y desarrollo. Bs. As., MOP,
La mayoría de estos planos son en realidad de sobre las ciudades durante buena parte del si- 1962; A. De Paula y R. Gutierrez. La encrucijada de la
un tipo mixto o híbrido, ya que en ellos el área glo XIX; los planos topográficos fueron enton- arquitectura argentina. 1822-1875. Santiago Bevans-
central o edificada de la ciudad es representa- ces no solo instrumentos de conocimiento y Carlos E. Pellegrini. Resistencia: UNNE, 1974; R. Mar-
da de manera topográfica, en tanto que para la control sobre los procesos de edificación de la tínez Sierra. El mapa de las pampas. 2 vol. Bs. As.: AGN,
periferia semirrural la información combina ciudad, sino también instrumentos de prefi- 1975; A. Collado y M. L. Bertuzzi. Santa Fe, 1880-1940.
datos topográficos y catastrales. Esta modali- guración, pues funcionaban como planos de Cartografía histórica y expansión del trazado. San-
dad comenzó con los planos del período vi- trabajo que en muchos casos “adelantaron” en ta Fe:, Universidad Nacional del Litoral - Peuser, 1995;
rreinal, en que objetivos fiscales referidos al la imagen la forma futura del tejido. Norman Thrower. Maps and civilization. Cartography
ejido de la ciudad llevaron al emprendimiento Durante el período hispánico la figura pro- in culture and society. Chicago y London: The Uni-
de un catastro gráfico de la periferia (v. Carto- fesional encargada de la producción de estos versity of Chicago Press, 1996; G. Favelukes. Mirar,
grafía urbana) , que se combinó con el releva- planos fue la del piloto o la del ingeniero mi- dibujar y pensar la ciudad a través de la cartografía.
miento del área central, restringido a infor- litar. En tanto, en la etapa independiente, la fi- El plano de Buenos Aires de 1867. En: Crítica, n.° 102,
mación material, y no al estado patrimonial gura fue la del ingeniero (siempre de origen IAA-UBA, 1999; J. E. Hardoy. Cartografía urbana co-
de las tierras de la traza. europeo, al menos hasta el establecimiento de lonial de América Latina y el Caribe. Bs. As.: Insti-
De esta manera, los planos suministran in- la carrera de ingeniero local), acompañado de tuto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo
formación sobre el grado de consolidación de agrimensores y delineantes, que en muchos (IIED-América Latina) - GEL, 1991; F. Aliata y G. Fa-
la ocupación del tejido (a través de la utiliza- casos, en Buenos Aires, se formaron en el De- velukes. “Las formas de medir la ciudad: plano topo-
ción de códigos gráficos), de la distribución de partamento Topográfico. Las técnicas utiliza- gráfico y catastro urbano en el Buenos Aires de la

90 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
segunda mitad del siglo XIX”. En mímeo, 2002; C. Lois. tructura del espacio clásico e introduce los va- tura se nivela con la cámara de aire del piso
“La invención de la tradición cartográfica argen- lores de dinamismo, continuidad y ruptura que de madera o con el contrapiso. En la década
tina: de las cartografías de autor a la cartografía intenta expresar la Arquitectura Moderna. del cincuenta puede observarse un llamativo
institucional del Estado”. En: Terceras Jornadas In- A pesar de que Mies había expuesto los desarrollo del mismo por las nuevas figuras
terdisciplinarias “Formas y representaciones del te- mismos principios simultáneamente, no es de la disciplina (Testa, v., Gaido, Rossi, Spen-
rritorio y la ciudad”. Bs. As., 2002. bajo su influencia que penetra esta poética en cer, v.), con fuerte presencia en obras y con-
la Argentina. Si bien el recurso aparece tem- cursos (sedes de Correos, proyectos para la Cá-
pranamente en el Comega de 1932, aunque mara Argentina de la Construcción, proyectos
PLANTA LIBRE. f. Uso de esqueleto portante de no de manera sistemática y alejado de la línea de edificios para San Juan, etc.).
acero u hormigón armado, que convierte a los corbusierana, las características particulares Sin haber alcanzado la formulación más
tabiques interiores y muros exteriores en ele- que adquiere la Arquitectura Moderna hasta libre del Modernismo brasileño, su utilización
mentos no portantes, sostenidos por vigas o 1939 en nuestro país hacen que sea excluido suscita algunas reacciones en el campo disci-
por las losas del entrepiso. Esto permite co- por la carga de ruptura que comporta (v. Mo- plinar, como por ejemplo la de Wladimiro Acos-
locarlos sin relación con la estructura o con derna, Arquitectura). ta (v.), que considera la planta libre como un me-
los distintos pisos; recurso que constituye un Esta exclusión del concepto de planta libre ro juego de curvas y líneas oblicuas que olvidan
elemento fundamental de ruptura con el sis- ha sido advertida en la casa de Vicente López la ortogonalidad impuesto por el sistema pro-
tema clásico, pues invierte la relación tradi- (1937), de Prebisch (v.) (Katzenstein, 1989), la ductivo. El desarrollo que la disciplina inicia
cional muro portante / entrepiso soportado. cual, si en muchos aspectos sigue el modelo después de 1960 deja de lado este lenguaje, que
Por otra parte, permite la continuidad del es- de la casa Citrohan de Le Corbusier, elimina nunca trascendió un reducido ámbito profe-
pacio, y destruye la noción de lugar cerrado, no solo la planta libre sino también la doble al- sional. Razones derivadas del costo de los en-
sobre la cual se apoya el Clasicismo. De allí tura de la sala de estar. Asimismo se pueden trepisos sin vigas, incompatibles con la mer-
deriva que la planta libre haya sido adoptada citar las obras de Antonio Vilar (v.), de Birabén cantilización extrema del departamento, no
por la Arquitectura Moderna como presupuesto (v.), de Sánchez, Lagos y de De la Torre (v.), en- hacen posible su aplicación a nivel masivo. E. G.
fundamental de su práctica. tre otros, como ejemplos de la ausencia de la
composición a partir del concepto de planta li- Bibliografía: E. Katzenstein. “Algo más sobre los trein-
Además de posibilitar el aumento del nú- bre. Sin embargo, al igual que en la casa de ta”. En: Revista de Arquitectura, n.° 148, 1988; A. Co-
mero de plantas, la introducción del esquele- Prebisch, las fachadas de dichas obras apa- rona Martínez. Ensayo sobre el proyecto. Bs. As.:
to de acero hacia 1885 hace desaparecer el ca- rentan su uso (edificios de Libertador y Lafi- Editorial CP67, 1990.
rácter portante de los cerramientos exteriores nur, de la calle Uruguay, ambos en la Capital
y de los tabiques internos. Sin embargo, la es- Federal, o la casa de Vilar en San Isidro, para
tructura se subordina a la distribución de los citar solo tres ejemplos). PLAZA. f. Lugar público, ancho y espacioso, ge-
mismos (en los que se la oculta), sin preocu- Después de 1939, la primera exposición neralmente parquizado y con sendas peato-
parse por la regularidad distributiva. En la dis- sistemática de este recurso se encuentra en la nales, bancos y juegos para niños, delimita-
posición tampoco se modifica la articulación obra de Bonet, Ferrari Hardoy (v.) y Kurchan do por cuatro calles o por alguna de estas y
de la planta, dado que la disciplina ofrece re- (v.) (ateliers de Paraguay y Suipacha, de 1939, edificaciones. En el Diccionario de autorida-
sistencias a la eliminación de la noción de lu- edificio en la calle Virrey del Pino; los dos en des (1737), la RAE definía plaza –término que
gar. La generalización del esqueleto de H.° A.° Buenos Aires), hasta culminar con la casa Cu- viene del latín vulgar *platea, y este del grie-
a partir de la década del treinta coincide en rutchet, de Le Corbusier, en La Plata (1949). go plateia– en varias acepciones que se han
cambio con una demanda ejercida sobre la ar- En esta obra aparece una resolución estruc- mantenido con pocos cambios hasta la ac-
quitectura para romper las trabas que oponí- tural a partir de vigas cinta invertidas, cuya al- tualidad.
an sus leyes disciplinares. En principio, esto
provoca una convivencia ambigua entre muro Los diversos significados refieren genéri-
y estructura portante, dado que las diferentes camente a lugar o sitio, como lo prueba cla-
dimensiones originan visibles mochetas, sien- ramente un derivado castellano de plaza: em-
do antieconómico disimularlas con el engro- plazamiento, que significa ‘ubicación’. En
samiento de los tabiques. primera acepción, el Diccionario de autorida-
Finalmente, en la obra y el discurso teóri- des definía plaza como un espacio urbano des-
co de Le Corbusier (v.) la planta libre adquiere tinado al comercio (“colocar en plaza” es si-
una formulación sistemática frente a la prác- nónimo de “vender”), a la “reunión” –no solo
tica corriente. Para Le Corbusier la planta libre de personas– y la realización de festividades
debe expresar la oposición entre esqueleto y de todo tipo. El segundo valor aludía al carác-
cerramiento, entre línea y plano, entre regla ter “público” de un ámbito en el que se daban
y excepción, entre ortogonal y orgánico. Esta a conocer las noticias y se comunicaban nor-
poética requiere uniformar los cielorrasos, ha- mas y decisiones de gobierno. Con un léxico
ciendo desaparecer vigas, y separa los tabiques profuso, el citado diccionario registraba su-
de las líneas de columnas. La resultante de la bentradas relativas a lo militar: plaza alta, pla-
aplicación de estos principios destruye la es- u LA PLANTA LIBRE EN EL EDIFICIO COMEGA, BUENOS AIRES. za baja, plaza de armas, plaza fuerte, plaza

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 91


muerta, plaza viva y, por un proceso de me- como se manifiesta en el “Proyecto de policía rían un centro atractivo para la concurrencia y
tonimia, derivado del rol militar de las ciu- para la ciudad de México” de 1821. Esa diná- el recreo de los vecinos, particularmente de los
dades durante la Reconquista española en la mica se continúa luego de la emancipación. niños” (Rawson, 1891). José A. Wilde las de-
Península y la Conquista de América, plaza Avanzando el siglo XIX, la consolidación de pla- signa, literalmente, “modificadores urbanos”
fue sinónimo de “ciudad” en expresiones ta- zas secundarias, la internación de “mercados (1872). Por su parte, el arte urbano las consi-
les como: ceñir la plaza o socorrer la plaza. de abasto”, la multiplicación de los cuarteles dera un sitio privilegiado para el despliegue de
Las ciudades musulmanas no tenían plazas, militares, el desplazamiento de las ejecuciones un proyecto pedagógico y civilizatorio, debiendo
habituales en las poblaciones españolas de la hacia plazas periféricas y la creación de “pase- localizarse en ellas la “efigie de nuestros hé-
Reconquista, donde se las fue creando en es- os” contribuyeron a enfatizar el carácter cere- roes [...] para revivir sus vidas ejemplares”
pacios liberados por demoliciones o reubica- monial de la plaza central, mientras que el sis- (Schiaffino, 1894).
ciones para alojar mercados de extramuros (Gut- tema de plazas secundarias fue diferenciando Bajo la influencia de Haussmann y de los
kind, 1967). Las plazas así creadas se rodearon usos en el tejido de la ciudad. Las redes so- tratados del arte urbano centro-europeo, los
de edificios significativos y propiciaron usos, ciales tradicionales, otrora convocadas por las técnicos las adoptan como instrumento com-
insertándose sin orden aparente en la traza ur- plazas centrales, se disgregan con la moder- positivo recuperando su carga simbólica. En
bana y diferenciándose en ello de las ciudades nización, en tanto las plazas se fueron espe- consonancia con el ideario del urbanismo, du-
americanas, donde la plaza se concibió como cializando. Se inició así un proceso de trans- rante los años veinte y treinta las plazas co-
núcleo central de la traza, concentrador de las formación de las antiguas plazas en base al mienzan a considerarse piezas de un sistema
funciones urbanas. Según la bibliografía, la pla- modelo del paseo. A lo largo del siglo XIX, jerárquico metropolitano que los manuales y
za hispánica es el resultado de la experiencia en la búsqueda de “embellecimiento, adorno y las intervenciones de Forestier (v.) en América
urbanística acumulada desde el siglo XII por la simetría”, se les incorporó vegetación y equi- Latina contribuyeron a consagrar (1907, 1925).
Reconquista ibérica, de los trazados regulares pamientos, se las delimitó con cadenas y des- Se trata del conjunto de “espacios libres pú-
establecidos según cánones de belleza en los niveles y se erigieron en ellas monumentos. Al blicos” comunicados por avenidas-paseo y com-
manuales renacentistas y de la tradición de los igual que en otras ciudades, en Buenos Aires puestos por parques, plazas y patios. Diferen-
espacios abiertos ceremoniales de las culturas la plaza ya no fue un espacio abierto de múlti- ciadas según su función y localización, “centros
americanas –que en algunos casos, como en ples funciones, sino restringido a un uso social cívicos” y “terrenos de juego y ejercicios físi-
México y Cuzco, fueron reutilizadas. Esta mul- para el cual se impuso un nuevo código de com- cos” equipaban y cualificaban el centro y los
tiplicidad de filiaciones fue luego sistematiza- portamientos como, por ejemplo, la pena con barrios periféricos. La noción de “centro cívi-
da por la legislación indiana, que fijó su ubica- multas al uso habitual de estos espacios para co” (v.), concebida por el movimiento de la City
ción, su forma y sus usos (Ordenanzas 112 a echar basura. Esta norma se fue imponiendo Beautiful y sistematizada en los manuales de
128). Así, la centralidad de la plaza americana muy lentamente; en la década de 1860 se con- Werner Hegeman (v.), fue reformulada en los
adquirió un rango normativo. sideraba todavía conveniente el cercado de las “centros funcionales” de los planteos ex novo
Desde Centroamérica hasta el Cono Sur, plazas para evitar el ingreso de “vagabundos”. de la Arquitectura Moderna (Le Corbusier y
pletórica de funciones, la plaza se rodeó de las Hacia fines del mil ochocientos, las plazas otros, 1947), que tuvieron como corolario las
principales instituciones (gobierno, religión, se transformaron en una preocupación de pri- “plataformas” y “explanadas” de los conjuntos
justicia), fue sede del mercado cotidiano, de las mer orden para la Dirección de Parques y Pa- habitacionales de la segunda posguerra.
residencias de las principales familias, esce- seos de las recientemente creadas municipali- De ese modo, los alcances de la “plaza tra-
nario de celebraciones y lidias de toros, lectu- dades. Junto a los parques, se las consideró dicional” se fueron desdibujando hasta los años
ra de bandos, ejecuciones y autos de fe; se ha instrumentos para contrarrestar los “males ur- setenta del siglo XX, cuando se intenta recu-
destacado por ello su carácter de espacio de in- banos” y posibilitar el fortalecimiento de los perarlas en tanto lugares y temas de interés
tegración social y de representación colectiva valores democráticos. Adquieren cualidades de cultural. Finalmente, en la década siguiente y
(Rojas Mix, 1978). En esa sociedad tradicional, espacio higiénico, de sociabilidad y de civismo: en el contexto de las operaciones urbanísti-
estructurada según vínculos verticales, corpo- “las plazas y sus correspondientes plantacio- cas de nueva generación, se revalorizan co-
rativos y estamentales, se desarrollaba en las nes de árboles servirían para aumentar la su- mo dispositivos de cualificación del espacio pú-
plazas la publicidad del “antiguo régimen” en perficie aereatoria de aquellas vecindades y se- blico –sus cualidades de “hacer ciudad” se
América. Sacar a plaza equivalía a hacer co-
nocer a la sociedad, al “pueblo” de la ciudad
concebida como “república”, como “comuni-
dad perfecta” dotada de un gobierno y un te-
rritorio propios (Lempérière 1998).
Con el tiempo fueron perdiéndose los usos
de la plaza, que tendía a concentrarlos todos.
La pérdida queda consagrada cuando el higie-
nismo (v.), heredero de la Ilustración, propicia
la descentralización y la supresión de activida-
des, principalmente las comerciales. No obs-
tante, las plazas se multiplican en torno de las
parroquias con el rol de subcentros urbanos, u PROYECTO PARA LA GALERÍA DE LA PLAZA DE LA VICTORIA, 1837.

92 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pla
co: “Y, volvimos a la Plaza y la retomamos [...] PLAZA MAYOR. f. La que constituye o constitu-
esa Plaza había que conservarla porque era la yó el núcleo principal de la vida urbana en nu-
lucha, porque era el futuro” (Hebe de Bonafi- merosos pueblos o ciudades (DRAE, 2001).
ni, 1988). No por casualidad “La plaza vacía” La plaza mayor ha cambiando a lo largo de la
es la metáfora elegida para referirse a las de- historia, no solo en cuanto a su función y sig-
rivas del peronismo y, más globalmente, de la nificado sino también en lo que respecta a su
política latinoamericana (Martucceli y Svam- estructura. Así, entre la plaza mayor medie-
pa, 1997). A. N. / G. F. val europea, de carácter orgánico, y la plaza
de planta regular y arquitectura uniforme, exis-
Bibliografía: “Reglamento de los Alcaldes de barrio” te una amplia gama de variantes, a las que
(1813). En: Registro Oficial de la República Argen- deben agregarse las plazas de armas de las
tina que comprende los documentos expedidos des- ciudades hispanoamericanas, resultado de un
de 1810 hasta 1873. Bs. As., 1879; Memoria de la In- plan preconcebido.
tendencia de la Capital de la República
correspondiente a 1860, 1861 y 1886, presentada al La plaza mayor española no tuvo, en su ori-
Honorable Concejo Deliberante. Bs. As.: Municipa- gen, un emplazamiento central dentro de la
lidad de Buenos Aires, 1887; A. Bouvard. El nuevo ciudad, ya que a fines de la Edad Media, este
plano de la Ciudad de Buenos Aires. Bs. As.: Imprenta tipo de espacios abiertos, donde los jueces lo-
u PLAZA EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DEL ESTERO. Litografía y Encuadernación Kraft, 1909; J. C. Fo- calizaban sus tribunales, estaban ubicados a la
restier. “Memoria”. Comisión de Estética Edilicia entrada de las ciudades, por ser el sitio donde
ponderan ahora a partir de sus virtudes “de (Intendencia Municipal), 1925; Proyecto Orgánico se realizaba el comercio con los forasteros.
moderadores de procesos ambientales” y “co- para la urbanización del Municipio. Bs. As.: Talle- Cuando las ciudades crecieron estos espacios
munitarias”– en una reformulación de la an- res Peuser, 1925; Intendencia Municipal, Comisión quedaron dentro de su estructura urbana.
tigua clasificación de espacios verdes, consi- de Estética Edilicia. Proyecto Orgánico para la ur- La plaza mayor medieval fue el resultado
derando su uso esporádico, semanal, cotidiano banización del Municipio, Bs. As.: Talleres Peuser, del agregado espontáneo de una suma de es-
y sus modalidades de gestión público / priva- 1925; Le Corbusier, J. Kurchan y J. Ferrari Hardoy. pacios cerrados interiores, vinculados a un es-
da (“Áreas verdes”, 1998), mientras la vivien- “Plan Director para Buenos Aires”. Separata de L’ar- pacio libre a través de soportales y ventanas,
da de interés social (v.) se retira de la agenda chitecture d’aujourd’hui. Bs. As., 1947; E. W. Palm. construidas en distintas épocas. Estaba más
política por falta de financiamiento. Los orígenes del urbanismo imperial en América. o menos descentrada respecto del núcleo ur-
Independientemente de la mirada de los México: IPGH, 1951; L. Torres Balbás y otros. Resu- bano. Posteriormente fue constituyéndose en
técnicos, las plazas se consagraron como es- men histórico del urbanismo en España. Madrid: el centro vital y privilegiado de las ciudades y
pacios de sociabilidad: “la vuelta del perro” es Instituto de Estudios de Administración Local, 1954; villas de los distintos reinos españoles, de ahí
la denominación coloquial argentina que alu- M. Rojas Mix. La plaza mayor. El urbanismo, instru- que se transformara en corazón y punto de re-
de a los rituales paseos para ver y ser vistos, co- mento de dominio colonial. Barcelona: Muchnik ferencia urbanos.
munes en la vida pueblerina. Asimismo, la pla- Editores, 1978; AA.VV. La ciudad latinoamericana. En muchos casos, su construcción fue el
za fue crecientemente percibida como un El sueño de un orden. Madrid: CEOPU, 1989; F. de resultado de importantes cirugías en la ciudad.
sinónimo de vida barrial, de posibilidades re- Solano. Ciudades hispanoamericanas y pueblos de Fue en Valladolid, después del incendio de
creativas para los habitantes de ciudades, y se indios. Madrid: Consejo Superior de Investigacio- 1561, en donde –según expresa A. Bonet Co-
convirtieron en un reclamo habitual de aso- nes Científicas, 1990; D. Martuccelli y M. Svampa. rrea– se produjo el cambio formal de las pla-
ciaciones vecinales. La plaza vacía. Las transformaciones del peronismo. zas mayores, que de irregulares pasaron a ser
En el transcurso del siglo XX, las plazas cen- Bs. As.: Losada, 1997; G. Favelukes. “La plaza, arti- regulares. En la nueva ciudad se introduje-
trales reforzaron sus rasgos de espacio sim- culador urbano de la ciudad hispanoamericana in- ron los principios de uniformidad, simetría y
bólico. Durante el siglo anterior la “plaza pú- dependiente. Buenos Aires, 1810-1870”. En: Escritos linealidad. Fue esta plaza el modelo y estímu-
blica” había sido el espacio de la expresión del IAA. Notas sobre Buenos Aires. Territorio, es- lo del nuevo tipo de plaza mayor española.
política gubernamental. La plaza de la “publi- pacio público y profesionales de la ciudad (siglos La vida urbana se desarrolló en la plaza,
cidad” –de las fiestas y actos ceremoniales co- XVIII al XX). Bs. As.: FADU-UBA, 1998; H. Sábato. La en cuyo centro se situaba el rollo y a su alre-
loniales– se transformó con la política moderna política en las calles. Entre el voto y la moviliza- dedor se concentraban todas las instituciones
en el escenario de las demostraciones partida- ción. Buenos Aires, 1862-1880. Bs. As.: Sudamerica- de la corona europea, la iglesia y los intere-
rias y del mitin, dando forma al “espacio pú- na, 1998; A. Lempérière y otros. Los espacios públi- ses privados de mayor jerarquía. Los princi-
blico” en conjunción con las calles y los atrios cos en Iberoamérica. Ambigüedades y problemas. pales aspectos que caracterizan a la plaza ma-
de las iglesias. Mediante grandes manifesta- Siglos XVIII-XIX. México: Fondo de Cultura Eco- yor americana son: el ser planificada, el ser
ciones, allí dirimieron sus pujas políticas los nómica, 1998; A. Novick. “Foreign Hires: french ex- estructuradora de la ciudad y el concentrar
líderes de movimientos populistas, allí se ex- perts and the urbanism of Buenos Aires. 1907-1932”. múltiples funciones.
presaron el movimiento sindical y estudiantil, En: Seminario Imported-Exported Urbanism. El Lí- En el proceso de transformación de la ciu-
allí se gestaron o se derribaron las dictadu- bano, 19-21 de diciembre de 1998; S. Berjman. La pla- dad americana, la plaza mayor dio lugar a otros
ras. Las Madres de Plaza de Mayo se consti- za española en Buenos Aires. 1580/1880. Bs. As.: Klicz- modelos de plaza, más representativos de las
tuyeron como grupo en ese lugar emblemáti- kowski Publishers, 2001. nuevas ideologías gobernantes.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 93


POBLADO TANINERO. m. Pueblo ligado a la ex- Ocampo, Piracuacito), todo ello de propiedad
plotación del quebracho para la obtención del de la Compañía.
tanino, explotación que en nuestro país se ex- A lo anterior debe agregarse el estableci-
tendió por la selva subtropical del norte de miento de una cantidad de poblados en torno
Santa Fe y el sur del Chaco. Esta genérica de- de las fábricas, entre los que se destacaron Cal-
nominación abarca una serie de localidades chaquí, La Gallareta, Villa Ana, Tartagal, Gui-
surgidas a partir de 1880. llermina, Villa Ángela, que actuaban como
núcleos de concentración y producción es-
La integración del país al sistema econó- tratégicamente dispuestos sobre las troncales
mico internacional como productor de mate- ferroviarias, con vinculaciones a los puertos
rias primas alentaba la inversión de capitales en los casos más importantes (Tartagal, Villa
extranjeros que, facilitados por las políticas per- Guillermina).
misivas implementadas localmente, permitie- Los pueblos así surgidos tenían claras de-
ron un proceso de acumulación de tierras y ca- marcaciones en su planta, casi siempre or-
pitales que a la postre derivó en una explotación ganizadas sobre una cuadrícula, lo que los ha-
intensiva del recurso. cía objeto de una planificación previa que
El tanino es una sustancia básica del pro- garantizaba su eficiencia funcional. Los ele-
ceso de curtiembre de cueros, que podía obte- mentos básicos eran la fábrica y la línea ferro-
nerse con relativa facilidad de la corteza y de la viaria. La plaza, elemento fundamental de la
pulpa del quebracho, un árbol usado hasta en- urbanística de la época, era un dato secunda-
tonces solo por la extraordinaria dureza de su rio en estos casos. El conjunto fábrica-ferro-
madera, que ofrecía un rinde muy superior al carril dividía al poblado en dos áreas residen-
de otras especies europeas y norteamericanas. ciales bien diferenciadas, una destinada al
La explotación registra una serie de em- personal jerárquico (casi en su totalidad ex-
u PROYECTO DE PLAZA MAYOR. prendimientos aislados, efectuados por com- tranjero), y la otra al personal subalterno que
pañías extranjeras, hasta que en el año 1902 ocupaba las diferentes viviendas según su je-
Desde el siglo XVI el nombre de plaza ma- los hermanos Hartenek (alemanes) y Portalis rarquía en el esquema productivo.
yor será dado en España a toda plaza principal. (franceses) crearon la Compañía Forestal del Los poblados contaban con una importan-
Con el paso del tiempo, las nuevas definicio- Chaco, la que organizó racionalmente la ex- te provisión de servicios urbanos, tales como
nes la caracterizan como: “lugar ancho y es- plotación del tanino sobre una vasta extensión instalaciones cloacales, suministro de agua co-
pacioso, descubierto y rodeado de edificios e territorial, inaugurando un período de expor- rriente, alumbrado publico, mejorados de cal-
inmediato a una población para su utilidad, tación del producto a Europa y a los Estados zadas y comunicaciones telegráficas, además
adorno y desahogo”. Lo que evidencia que su Unidos, extraordinariamente rentable. de centros de aprovisionamiento y farmacias,
rol se modificó sustancialmente. La constitución de esta compañía se con- todo bajo el control monopólico de la Com-
La plaza mayor hispanoamericana tuvo otro cretó a través de un intrincado proceso de con- pañía, que incluso emitía su propia moneda.
origen, nació con la ciudad fundacional. Si- centración de tierras, por vía de negociaciones El área residencial jerárquica disponía, co-
guiendo un plan preconcebido, con un patrón con el Estado y por la absorción de otras em- mo es de suponer, de los mejores servicios
morfológíco cuadricular, la ciudad creció a par- presas, lo que originó una formación mono- al desarrollarse generalmente en las zonas
tir de su plaza. Como estructuradora del tejido pólica de escala regional sobre un área que que- no afectadas por las emanaciones de la fábri-
urbano, constituía el módulo central vacío des- dó absolutamente regulada por las disposiciones ca y en proximidad a las reservas acuíferas que
de el que partían o se cruzaban calles rectilíneas de la Compañía, que gobernó con leyes propias. formaban pequeños espejos, muchas veces
que definían el resto de las manzanas. D. M. Se produjo en consecuencia una rápida ocu- aprovechados como recursos paisajísticos com-
pación de toda la región, hasta entonces esca- plementarios de las canchas de golf.
samente poblada por indígenas de hábitos nó- Como contrapartida, los sectores destina-
PLOU, AUGUSTO. S/d. Arquitecto. Activo a co- mades, los que constituyeron una fuerza de dos a los trabajadores se extendían del lado
mienzos del siglo XX dentro de la corriente trabajo naturalmente adaptada a los rigores cli- opuesto, de modo que la fábrica quedaba en
ecléctica, con ciertas tendencias hacia la re- máticos, además de resultar dócil y barata. En posición intermedia entre ambas áreas. Estos
novación del Art Nouveau (v. Arte Nuevo). poco tiempo quedó organizado un proceso de sectores comprendían las viviendas del perso-
producción que, comenzando en la tala del ár- nal de planta y de apoyo, e incluía algunos ser-
Entre sus obras se encuentran el edificio bol en medio de la espesura del bosque, cul- vicios de abastecimiento y seguridad básicos,
de La Previsora, en San Martín 266; el Hotel minaba con el envió del producto industriali- como almacenes, correos y telégrafos, etc. Los
Metropole, en Avenida de Mayo; el Grand Ho- zado por vía fluvial o ferroviaria hacia los servicios educativos y religiosos no recibieron
tel, en Florida y Rivadavia, y el edificio de Ca- puertos de ultramar. atención inicialmente.
llao y Corrientes (1908), todos ellos en Buenos Para posibilitar la línea de producción se El diseño de las viviendas se resolvía den-
Aires. En Rosario realiza la Escuela Normal n.° ejecutaron instalaciones que incluyeron el ten- tro de los parámetros del Funcionalismo in-
2, en Córdoba 1545 y, en Santa Fe, la Escuela dido de líneas ferroviarias de trocha angosta glés; se conservaba una constante tecnológi-
Industrial. y la construcción de pequeños puertos (Pto. ca en todos los tipos de casas, aun siendo que

94 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pla pos
estas conformaran diferentes grupos de cali- gurativo y simbólico en medio de la selva. En 1823 fue designado como segundo jefe
dad según quiénes fueran sus ocupantes. Las agudas condiciones sociales que se fue- del Departamento de Ingenieros Arquitectos
En términos generales, las viviendas prin- ron desarrollando bajo un régimen de traba- (v.). Al disolverse este en 1825, por orden del
cipales presentaban volumétricas simples de jo a destajo agudizaron las tensiones que es- Ministro García, pasó a desempeñarse como
plantas en U o rectangulares, con galerías pe- tallaron en una serie de conflictos y huelgas inspector de Obras de la Provincia de Buenos
rimetrales y cubiertas a dos aguas de chapas (en 1905 y 1919 fueron los más serios), dura- Aires. A partir de allí tuvo a su cargo los tra-
zincadas onduladas sobre estructuras made- mente reprimidos por cuerpos policiales sub- bajos de la Catedral, la Casa de Gobierno, el
reras. Los muros de mampostería revocada acu- sidiados por la propia patronal. Si se agrega a proyecto y la construcción de una cárcel y una
saban escasa ornamentación, por lo que defi- lo anterior el hecho de que la explotación in- escuela en San Nicolás de los Arroyos y el Ce-
nían una imagen austera que solo alcanzaba tensiva fue diezmando los bosques de que- menterio del Norte. En 1826, en relación con
algunas notas destacadas en las residencias de bracho –especie de muy lento crecimiento– y la construcción del templo, mantuvo una ás-
los funcionarios de mayor rango, que incluían que, por añadidura, no se contempló la refo- pera polémica con Catelín (v.) acerca del modo
pisos y revestimientos de maderas junto a mo- restación, se explica que la producción del ta- en que este debía realizarse. En 1828 Dorrego
biliarios, cortinados y enseres más suntuosos. nino ingresara en el período de entreguerras nombró a Pons ingeniero de la Provincia. En
Un tratamiento esmerado de la vegetación da- en una declinación. Ello alentó a la Compañía 1831 renunció al cargo y fue reemplazado por
ba un entorno paisajístico adecuado a las ne- a buscar sustitutos, los que fueron hallados en Carlo Zucchi (v.), con quien realizó también al-
cesidades de diferenciación social. la mimosa, árbol natural del África, continen- gunos encargos particulares, como la casa de
Las viviendas populares, por su parte, eran te hacia el cual se redirigieron los capitales, con Ladislao Martínez. No existen constancias de
mucho más sencillas, pues se limitaban a una el consiguiente descalabro de todo el sistema su labor con posterioridad a esta fecha. F. A.
planta rectangular con dos o tres habitaciones aquí establecido. El testimonio más acucian-
y galería, con excusados exteriores, dispuestas te de este ciclo productivo esta dado en la ac-
sobre parcelas que permitían una apropiación tualidad por los pueblos abandonados, muchos POSADAS. Ciudad capital de la Provincia de Mi-
privada del espacio abierto. de ellos ya totalmente avanzados por la selva, siones, ubicada sobre el río Paraná, frente a
La resultante era una alineación de peque- que entraron en un proceso de decrecimien- la ciudad paraguaya de Encarnación, y a una
ñas casas a lo largo de las calles, sumidas en la to progresivo que intentó ser contenido por las distancia de 1.060 km de Buenos Aires. En el
sombra densa de las arboledas. Para los tra- políticas del peronismo y del desarrollismo has- año 2001 la población de Posadas y su área
bajadores solteros se ofrecía una solución ti- ta finales de los años sesenta, aunque sin ma- de influencia ascendía a 280.454 habitantes.
pológica denominada “soltería”, que consistía yores resultados; desde entonces sus poblado-
en un tipo de vivienda colectiva elemental en res quedaron virtualmente librados a su suerte, El lugar que ocupa la ciudad de Posadas fue
donde se podía pernoctar en dormitorios co- con una secuela de éxodo y pauperización en escenario en 1615 de la fundación de Nuestra
munes, complementados con servicios sani- el plano social, y de depredación irreversible Señora de la Anunciación de Itapúa por parte
tarios mínimos. en el plano ecológico. J. A. de Roque González de Santa Cruz. Este asen-
Los edificios destinados a algunas funcio- tamiento fue posteriormente trasladado a la
nes de servicio, tales como almacén, dispen- Bibliografía: G. Gori. La forestal. La tragedia del que- orilla opuesta del río Paraná con el nombre de
sario, etc., no alcanzaban, en términos gene- bracho Colorado. Bs. As.: Platina, 1965; R. Viraso- Encarnación, dando origen así a la ciudad ho-
rales, gran relieve ni por sus características ro. “La forestal argentina”. En: fascículo n.° 75 de mónima.
arquitectónicas ni por guardar alguna relación La historia popular. Bs. As.: CEAL, 1971; J. Huret. Ar- El lugar del primer asentamiento quedó
de implantación particular que pudiera signi- gentina. De Buenos Aires al Gran Chaco. Paris, Fas- despoblado hasta la Guerra de la Triple Alian-
ficar un interés de jerarquización. La excep- quelle, 1911. za, momento en que fue usado por soldados
ción a este punto podía darse en el importan- paraguayos como depósito de mercaderías in-
te conjunto hospitalario de Villa Guillermina, gresadas desde Brasil. Por esta razón el lugar
el cual, al igual que la actual estancia Las Ga- PONS, JUAN. S/d. Francés, ingeniero. Activo du- era conocido como “Trinchera de los Para-
mas, constituían equipamientos de alcance re- rante la década de 1820 en Buenos Aires. guayos”, nombre que fue cambiado por el de
gional en cuanto a salud y alojamiento de hués- “Trincheras de San José”, luego de quedar ba-
pedes destacados. jo control argentino. Con este nombre el pue-
La fábrica, que por su emplazamiento, mag- blo fue oficialmente fundado el 8 de noviem-
nitud y significación era el centro excluyente bre de 1870 como cabecera del departamento
del conjunto, presentaba en todos los casos una correntino de Candelaria. Su nombre actual
contundente volumétrica ladrillera con cubierta fue impuesto en 1879 en recordación de Ger-
de chapas sobre cabriadas metálicas, y con- vasio Posadas, Director Supremo de las Pro-
formaba una serie de cuerpos servidos por ra- vincias Unidas. Por ese entonces el territorio
males de rieles que ingresaban al predio, para de la actual provincia de Misiones formaba par-
permitir un movimiento eficiente del material. te del de Corrientes, y es recién en 1882 cuan-
A modo de remate del conjunto fabril se ubi- do se produce la separación y se designa a Cor-
caba la gran chimenea, referente principal de pus como capital del nuevo territorio. Rudecindo
todo el poblado que, emergiendo por sobre la Roca, primer gobernador misionero, gestiona
vegetación, introducía un hito de gran valor fi- u PROYECTO DE UNA VIVIENDA, POR JUAN PONS. la entrega del área de Posadas por parte de Co-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 95


rrientes, la que se hace efectiva el 22 de agos- quitectura Italianizante, caracterizada por la ex- mada en 1898, que en 1932 comenzó a cons-
to de 1882. En 1884, año de la creación de los presión ladrillera de sus exteriores, como el edi- truir su propia sede frente a la plaza principal.
Territorios Nacionales, se declara oficialmen- ficio en esquina de dos plantas conocido co- El edificio de dos plantas posee una fachada ne-
te a Posadas como capital de Misiones. mo “La Vieja Casona”, erigida por el constructor oclásica en la que varios detalles escultóricos
El trazado del pueblo fue delineado por el Mutinelli en 1923. Antiguamente, y debido a la y decorativos hacen clara alusión al origen pe-
agrimensor Francisco Lezcano en 1871. Se tra- influencia de la población paraguaya, muchas ninsular de la institución. A lo largo de los años,
ta de una cuadrícula de 13 por 14 manzanas de las viviendas originales del área costera es- el edificio fue ocupado por un club, una ra-
ubicada sobre el recodo del río Paraná, en el taban construidas en madera y paja, y no han dioemisora y un café. Otro edificio con in-
que había comenzado a formarse espontánea- sobrevivido hasta el día de hoy. fluencias neoclásicas es el de la Logia Masóni-
mente el pueblo desde 1867. De esta manera, En 1912 la ciudad se conectó con el resto ca Roque Pérez, construido en 1926 por Whalter
hacia el norte y el este, el trazado urbano esta- del país por medio del Ferrocarril del Nordes- Ratoff. Su fachada retirada de la línea munici-
ba rodeado por el río hacia el sur y hacia el oes- te Argentino y con Paraguay por medio de un pal posee un acceso centralizado a través de una
te se extendía la cuadrícula del ejido, que con- servicio de ferry boat, ambos construidos por loggia enmarcada por columnas dóricas.
tenía más de 250 chacras. la compañía anglo-chilena Clark. La estación Con el poblamiento y la consolidación de
Si bien la arquitectura del pueblo se con- se construyó ese mismo año según el proyec- la ciudad aparecen las primeras obras de in-
centraba inicialmente sobre la costa con ran- to del arquitecto Arturo Gancedo Castrillo. Su fraestructura y equipamiento a nivel urbano.
chos de madera y paja, la delineación de su tra- maciza volumetría ladrillera de dos plantas y Uno de los primeros ejemplos relevantes de
zado y su designación como capital generaron techo de tejas se ubicó hacia el este, cerca de este tipo de obras es el Hospital Regional “Dr.
cambios en la estructura urbana a partir del re- la costa ribereña, y constituyó, junto con la Madariaga”, iniciado en 1916 y concluido en
conocimiento de la plaza central como nuevo mencionada “Bajada Vieja”, un factor más en 1924. La construcción del mismo se produce
foco de crecimiento, y de la construcción en la mayor consolidación del área costera. como parte del plan de hospitales regionales
torno de esta última de los primeros edificios La aparición del ferrocarril, la explotación de la Comisión Asesora de Asilos y Hospitales
institucionales. de las riquezas agrícolas y forestales de la re- Regionales, creada por el ministro Cabred du-
El primero de ellos es el de la Casa de Go- gión, la llegada de colonos europeos y el em- rante el primer gobierno de Irigoyen. Su ar-
bierno provincial, que el mencionado Rude- quitectura guarda, en general, bastante simi-
cindo Roca encarga al ingeniero Juan Col (v.) litud con el Hospital Perrando de Resistencia,
en 1882. El edificio, de estilo académico en su la primera de este tipo de instituciones cons-
fachada, ubicado sobre una de la esquinas de truida en el nordeste. (v. Resistencia). Se trata
la plaza principal, está organizado alrededor de pabellones con techos a dos aguas, reali-
de dos patios hacia los que se abren amplias zadas con maderas de la zona, que definen áre-
galerías que sirven de resguardo del tórrido cli- as semicubiertas perimetrales. Otras realiza-
ma misionero. ciones destacables a escala urbana durante las
La población de origen paraguayo fue, des- primeras décadas del siglo XX son la avenida
de los comienzos, el grupo inmigrante más im- costanera, el pórtico del Cementerio La Piedad
portante en la población de Posadas. Junto con y el diseño de la plaza principal, todas a cargo
italianos, brasileños, españoles, uruguayos, fran- u HOSPITAL COMÚN REGIONAL, EN POSADAS. del arquitecto porteño Alejandro Bustillo (v.),
ceses, alemanes y suizos, representaba un 30% de destacada actuación dentro de la provincia
de los 2.446 habitantes registrados en 1888. Los prendimiento de numerosos proyectos de co- por su participación en distintas obras rela-
inmigrantes europeos jugaron un importante lonización, repercutieron favorablemente en cionadas con la creación del Parque Nacional
papel en el desarrollo económico del territorio la economía de Posadas, cuya población alcanzó Iguazú (v. Área protegida). La obra más importante
y de su capital. Pedro Schneider y Felipe To- en 1919 los 17.960 habitantes. En este contexto de Bustillo en Posadas es, sin embargo, la ca-
mareu establecieron los primeros molinos yer- aparecen las primeras sucursales bancarias. La tedral, una iglesia neorrománica de planta ba-
bateros y sentaron las bases de lo que sería, jun- primera de ellas es la del Banco de la Nación silical con nave central y dos naves laterales.
to con la explotación maderera, la principal Argentina, que inició sus actividades en 1892 Desde que fue terminada en 1937, las agujas
actividad económica del territorio. Como testi- y construyó en 1915 un edificio propio en la es- de sus dos torres fueron, por mucho tiempo,
monio de esta época de surgimiento del culti- quina de las calles Félix de Azara y Bolívar, án- uno de los hitos más sobresalientes en el per-
vo y de la explotación de la yerba mate encon- gulo noroeste de la plaza principal. Al pro- fil de la ciudad.
tramos un área de Posadas conocida como mediar la década de 1930, Posadas era una Hacia mediados de siglo, Posadas se con-
“Bajada Vieja”, ubicada al norte del trazado ori- plaza comercial de importancia dentro de la re- virtió en uno de los núcleos urbanos más im-
ginal, en un lugar elevado sobre la barranca del gión, hecho que quedaba demostrado por la portantes de la región y centralizó la salida
Paraná, cerca del denominado “Cerro Pelón”. apertura de otros bancos, como el Hipotecario de gran parte de la producción agrícola y ma-
Allí se asentaron comerciantes de origen sirio- Nacional, el Popular de Misiones y el de Lon- derera de la zona del Alto Paraná. En este con-
libanés, quienes contrataban trabajadores para dres y América del Sud. texto fue ganando importancia el área del puer-
los obrajes de las empresas yerbateras. Además La presencia de inmigrantes europeos se hi- to ubicado hacia el este del trazado, en cercanías
de su topografía y de su historia, la arquitectu- zo sentir también con el surgimiento de las co- de la estación de ferrocarril.
ra también confiere a esta área un carácter pro- lectividades que los nucleaban. Este es el caso En 1955 se provincializa el territorio nacio-
pio. Encontramos aquí varios ejemplos de Ar- de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, for- nal de Misiones, de modo que a partir de en-

96 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pos pos
tonces se planteó la necesidad de albergar una elaborados entre 1979 y 1981 por los arquitec-
nueva estructura administrativa. Como en mu- tos Antonini, Schön y Zemborain (v.).
chas provincias argentinas, este suceso marca La mayoría de estos proyectos de relocali-
el comienzo de un período de notable reacti- zación se ubicaron en lo que era originalmen-
vación de la obra pública, en la que se desta- te una zona de chacras, es decir, por fuera del
can algunos edificios de gobierno. Entre estos trazado original de la ciudad, limitado por las
últimos, el caso más importante en Posadas es llamadas “cuatro avenidas” (las actuales Roque
el del Instituto de Previsión Social, realizado Sáenz Peña, Mitre, Corrientes y Comandante
según el proyecto de los arquitectos Soto y Ri- Guacurarí). Si bien para ese momento el pro-
varola (v.), quienes obtuvieron el primer pre- ceso de ocupación del ejido ya se encontraba
mio en el Concurso Nacional de Anteproyec- avanzado, el mismo se acentuó notablemen-
tos organizado por la provincia en 1959. El te durante la década de 1980, período en el que
edificio, comenzado en 1961, fue resuelto co- Posadas experimentó un crecimiento pobla-
mo una torre en forma de placa cuyas diez plan- cional sin precedentes. Es interesante notar
tas se reparten funciones de oficinas y de ho- que, a diferencia de la mayoría de las ciudades
tel. A nivel de la calle, bajo la estructura de esta argentinas donde la ocupación de los ejidos se
tira elevada, se organiza un complejo progra- produce a partir de la extensión del damero del
ma de actividades comerciales y accesos in- trazado central, en Posadas cada chacra del eji-
dependientes de todas las áreas del edificio. do ha tendido a subdividirse de formas dife-
Otro proyecto de interés es el de la Facultad de rentes, generándose, de esta manera, un tra-
Ingeniería de la UNNE, realizado por el ar- u PUENTE INTERNACIONAL POSADAS - ENCARNACIÓN. zado relativamente irregular, donde se han
quitecto Juan Manuel Borthagaray (v.), en el mantenido los límites entre las antiguas cha-
que las áreas semicubiertas se generaban a par- central de 570 m de largo. Sobre el lado ar- cras, que forman un especie de supercuadrí-
tir de una versión más geométrica de los “pa- gentino se construyó un centro de frontera que cula definida por avenidas.
raguas” de Amancio Williams (v.). Como en el incluye pabellones para el control de autobu- Durante los últimos años, el amanzana-
edificio de Soto y Rivarola, los arquitectos pre- ses y automóviles y un edificio para Gendar- miento ha alcanzado el límite del arroyo Már-
sentan el factor climático como uno de los ar- mería Nacional con embarcadero propio. tires con la construcción de barrios como Vi-
gumentos centrales del proyecto moderno. Otro ejemplo de este grupo de obras pú- lla Cabello y ha superado también el límite sur
Luego de la provincialización, el gobierno blicas es el Aeropuerto Gral. Don José de San del ejido original constituido por la actual Ave-
de Misiones organizó un concurso público de Martín, ubicado al otro lado del Arroyo de los nida Cuarenta. Esta última es importante, ya
anteproyectos para el ordenamiento de la ciu- Mártires, que define el límite sur de la ciudad. que coincide parcialmente con la traza de la
dad, que fue ganado por el grupo URBIS, in- El edificio, proyectado en 1979 y finalizado en ruta 12 y distribuye el tráfico hacia Buenos Ai-
tegrado, entre otros, por los arquitectos Juan 1984, se caracteriza por el uso del hormigón res, Iguazú o hacia el puente que comunica
Kurchan (v.) y José Luis Bacigalupo. El infor- armado en pórticos estructurales, muros de ce- con Paraguay. Por fuera del área del ejido, la
me de URBIS sienta las bases para la posterior rramiento y núcleos exentos de circulación ver- continuación de dicha ruta se ha convertido en
confección de un Plan Regulador para Posa- tical y servicios. El extendido uso del hormi- un nuevo eje de crecimiento en una zona que
das. En coincidencia con estas iniciativas se re- gón caracteriza también a otros edificios del se consolida día a día y a la que también se han
alizan algunas obras urbanísticas relevantes, período, como el de la Caja Nacional de Aho- destinado áreas para conjuntos habitacionales
como la remodelación de la Plaza 9 de Julio, rro y Seguro construido en 1975. de relocalización. F. W.
llevada a cabo en 1957 por el arquitecto local Pero sin duda, la más importante de estas
Jorge Pomar. Dentro del Parque República del obras públicas es la de la represa Yacyretá, que Bibliografía: Colección Revista summa Temática (1977,
Paraguay, en la zona costera próxima a la “Ba- no solo dio mayor impulso a la economía de la 1985, 1989); Colección Revista summa (1957, 1967,
jada Vieja”, el mismo Pomar proyecta un an- región sino que afectó en forma considerable 1983, 1994).
fiteatro desde el que se domina el recodo del la estructura física de Posadas. En efecto, como
Paraná que rodea a toda la ciudad de Posadas. consecuencia del llenado de la represa, una ex-
Hacia la década de 1970, y como resultado tensa franja costera de la ciudad quedó bajo las
de la atención que recibieron ciertas áreas fron- aguas, lo que hizo necesaria una redistribución
terizas por parte del Estado nacional, se lleva- de ciertos usos que incluían, entre otros, el puer-
ron a cabo diversas obras de infraestructura de to, las instalaciones ferroviarias y gran cantidad
transporte y comunicaciones, que dinamiza- de viviendas. Con tal fin se realizaron hacia fi-
ron la vida de Posadas, al reforzar su centrali- nes de la década de 1970 un importante nú-
dad en la región. Una de estas obras fue el mero de proyectos de relocalización en el que
puente San Roque González de Santa Cruz, participaron varios estudios de arquitectura de
que unió a Posadas con la localidad paragua- renombre a nivel nacional. A manera de ejem-
ya de Encarnación. La obra se compone de los plo, podemos citar aquí el proyecto de la Cos-
viaductos argentino y paraguayo de 1595 y 385 tanera, preparado por el estudio MSGGSV (v.)
m de longitud respectivamente, y del puente o los proyectos de relocalización de viviendas u SECTOR DE LA CIUDAD DE POSADAS DESDE EL RÍO PARANÁ.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 97


POSCOLONIAL. adj. En la historiografía local, se postería por encima de la cornisa. La defini- bio que afecta fundamentalmente a la edilicia,
dice del grueso de la arquitectura y la edilicia ción estilística producto de esta combinación, sobre todo en la zona pampeana y en el Lito-
producida en la Argentina durante el período aunada a una relativa continuidad de los tipos ral, no como una persistencia de la cultura del
que va desde la Revolución de Mayo a la ca- y programas tradicionales con posterioridad a pasado, sino como una renovación de largo al-
ída de Rosas. Usado t. c. s. m. 1810, ha sido, en líneas generales, aceptada por cance que solo puede ser entendida en un pro-
la historiografía, lo que demostraría la persis- ceso de larga duración. Un proceso que nace
El Poscolonial corresponde a un momento tencia de la matriz hispánica durante buena de las reformas borbónicas, materializadas en
de transición, de ahí que en sus formas y con- parte de la primera mitad del siglo XIX. Esta la nueva normativa urbana del Virreinato, y se
tenidos se encuentre cierta persistencia del pa- noción adquirió luego una dirección diferen- prolonga hasta abarcar la primera mitad del si-
sado reciente. Este común denominador nos te, aunque complementaria, ya que bajo las in- glo XIX. Enfocado el problema a partir del pro-
permitiría hablar de la existencia de un estilo fluencia de las hipótesis de la “historia revi- ceso de larga duración, debe necesariamente
más o menos uniforme, cuya característica fun- sionista” se ha interpretado que tal persistencia prescindirse de los eventos circunstanciales de
damental es la permanencia de una actitud re- estilística era explicable como resistencia de la historia política; por lo cual una división en-
fractaria a la incorporación de las nuevas co- un saber propio de los sectores populares fren- tre Colonial y Poscolonial carecería de sentido.
rrientes arquitectónicas europeas. te a la cultura de importación de las elites. La fuerza y el impulso de esta edilicia re-
El estilo poscolonial ha sido analizado co- Una consideración actualizada del com- gular –en la arquitectura culta existen otras
mo la natural continuidad formal de la Arqui- plejo fenómeno del Neoclasicismo nos lleva- variables complejas que, unidas a estos con-
tectura Colonial (Nadal Mora, Peña y Martini) ría a relativizar y contradecir la hipótesis de la tenidos, otorgan a sus resultados materiales
o como manifestación de una generalizada re- persistencia, al menos en la totalidad del te- un indiscutible tono neoclásico–, aseguran su
sistencia local a la importación estilística y a rritorio. En efecto, una lectura de las preocu- éxito a partir de otras dos premisas funda-
la anulación de los contenidos “nacionales”, paciones de la cultura iluminista acerca del mentales. Por un lado, el precario desarrollo
propuesta por las elites liberales en la prime- fenómeno de la ciudad y su edilicia, nos de- técnico del Virreinato, la ausencia casi total de
ra mitad del siglo XIX (Pando, Gutiérrez); tam- mostraría cómo, ya desde mediados del siglo artesanos calificados, propios del cultura ba-
bién como un “Neoclasicismo popular” que XVIII, existía una predisposición hacia la re- rroca, hacen que esta tendencia a la simplici-
afectó principalmente a la edilicia, al incor- gularización de la estructura de las ciudades, dad haya sido recibida sin resistencia por téc-
porar, a la simplicidad de las técnicas cons- no solo en su red vial, sino también en sus fa- nicos y operarios. Por otro, la tendencia a la
tructivas rioplatenses, elementos propios del chadas, entendidas como límite preciso entre simplicidad en la configuración de las facha-
racionalismo neoclásico (de Paula). el dominio público y el privado. Racionaliza- das es también resultado de los estudios hi-
ción de la construcción, eliminación paulati- giénicos que creen ver en la disposición tor-
Contenidos estilísticos. El término Poscolonial, na de la ornamentación, supresión de salien- tuosa y desorganizada de las ciudades el campo
al menos en su primera acepción, tal como apa- tes u otras estructuras que compliquen la más propicio para el desarrollo de todo tipo de
rece en los escritos de Nadal Mora (v.), supone claridad que deben poseer los límites del es- pestilencias.
la perduración de las modos estilísticos carac- pacio público son los elementos esenciales que Estas afirmaciones, que a fines del siglo
terísticos de la etapa colonial luego de finali- guían la organización de una arquitectura cu- XVIII eran ya compartidas por la elite y por
zado el dominio hispánico. Sin embargo, de- yo canon es la “regularidad” elevada esta a ca- amplios sectores de la población, son las que
bería entenderse a partir de esta definición, tegoría de leit motiv fundante de toda expe- impulsan más rápidamente los cambios mor-
según lo señalan Peña y Martini, que las for- riencia estética y científica. fológicos antes aludidos.
mas y contenidos de la arquitectura local su- De allí que podamos interpretar este cam- La situación varía de acuerdo con las re-
frieron alguna modificación durante ese pe- giones geográficas. Tampoco se mantiene den-
ríodo de transición, aunque no en un modo tro de la misma tónica en un período tan lar-
esencial como para tener que apelar a otra de- go como el que va desde 1780 a 1850, ya que
nominación estilística. Lo fundamental de es- recibe impulsos, según los vaivenes que va to-
ta redefinición radica en la supresión de los de- mando, tanto del Neoclasicismo como del des-
talles ornamentales barrocos que caracterizaban arrollo del saber científico y los cambios en la
el período final del siglo XVIII. Sus principa- organización técnica.
les invariantes morfológicas, teniendo como Resulta evidente que la noción de persis-
base los elementos formales propios de la ar- tencia del saber colonial (no lo llamaríamos
quitectura andaluza, son: la desaparición de en este caso “resistencia”) se hace mucho más
los guardapolvos de las ventanas hasta con- clara en el noroeste, donde una organización
vertirse en un simple recuadro literalmente social antigua y consolidada –aunque haya en-
planchado que forma un marco para el vano; trado posteriormente en rápida crisis– es más
la disminución del tamaño de las cornisas; la impermeable a las nuevas consideraciones
desaparición del techo de teja en pendiente y acerca de la edilicia que se reciben indirec-
su reemplazo por la azotea. La configuración tamente de ultramar, por vía de la influen-
resultante da un aspecto distinto a la facha- cia rioplatense. En Buenos Aires y la Banda
da, a lo que debe sumarse la incorporación Oriental, donde la llegada de artesanos y de
de la baranda de hierro con pilares de mam- u CASA EN LA CALLE BOLIVAR, BUENOS AIRES. inmigrantes europeos se hace notoria desde

98 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pos pos
tramos en las iglesias de los Valles Calchaquíes,
como las de Rosario de Cochinoca (1860-1871),
San Francisco de Tilcara (1850) o Nuestra Se-
ñora de Tumbaya (1873), y aun en las remo-
delaciones o adiciones realizadas con poste-
rioridad a esta época.
En Salta, cuya actividad económica deca-
yó más lentamente, se nota la introducción del
lenguaje de nuevo cuño en las antiguas gale-
rías de madera reemplazadas paulatinamente
por columnas de mampostería y sólidos volú-
menes encalados que, recordando la imagen
transculturada de Andalucía, introducen sin
u VISTA DE UN HOTEL EN CORRIENTES Y PASEO DE JULIO, EN BUENOS AIRES (1925). embargo los nuevos repertorios formales de
zócalos y pilastras.
las primeras décadas del siglo XIX, y donde tos Sartorio (v.); el caserón de Rosas (1836-1838), En Tucumán sucede algo similar. Ejemplo
recala también la mayoría de los técnicos con- obra de paternidad discutida, pero con evidentes de esto es la casa del obispo Colombres, con
tratados por los gobiernos, los cambios son matices de origen durandiano propios de la de- amplias arquerías que no es posible diferen-
más rápidos y palpables. De allí que sea ne- nominada “arquitectura regular”. ciar de las realizadas en el período colonial. La
cesario dividir el fenómeno de acuerdo con las La modalidad se reitera también en la se- novedad estilística en la región la encontramos
jurisdicciones regionales, para poder expli- rie de estancias bonaerenses del período de ex- sobre todo en algunas casas quinta, programa
carlo en forma coherente. pansión de la frontera (1820-1850), como Juan- de por sí más novedoso, que puede alejarse de
cho Viejo, La Postrera y Santa María, de formas los cánones tradicionales, como la casa con mi-
Buenos Aires y Litoral. Como prueba contun- simples y contenidas que evocan directamen- rador en Trancas.
dente de la intromisión de la cultura liberal de te esta “arquitectura regular”. También el gé- En Santiago del Estero, así como en Cata-
la Revolución sobre la edilicia popular, la his- nero estilístico se puede encontrar en las ca- marca y La Rioja, que sufrieron en mayor me-
toriografía arquitectónica ha exhumado el in- racterísticas casas quintas del período. Sus dida las consecuencias de las guerras de la In-
forme del arquitecto francés J. Boudier acerca techumbres planas y sus plantas compactas dependencia y la interrupción del comercio, el
de la fachada de la “Vereda Ancha” en Plaza con miradores ayudan a conformar un juego predominio de la herencia hispánica es más
de la Victoria, documento en el que se reitera volumétrico que las aleja decididamente de notorio. Dentro de tantos ejemplos de este re-
la voluntad de control arquitectónico sobre la la edilicia tradicional. traimiento pueden citarse: la iglesia Santa Bár-
edificación. La idea de construir una normati- En el Litoral las modificaciones pueden le- bara de Panarcillo (1825) o Nuestra Señora del
va para la totalidad de las fachadas de la plaza erse más en las ciudades importantes que en Tránsito en San Fernando (1865).
es una constante que estaba presente en or- los pequeños poblados y las zonas rurales. En Es la aceptación del Neorrenacimiento ita-
denanzas del período virreinal y que se pro- Corrientes, ejemplos tardíos como la casa Fe- liano (v.), casi contemporáneamente a la caída
longaría luego en la organización del Depar- rro o la Lagrana son significativas de esta nue- de Rosas, lo que indica el abrupto término de
tamento de Ingenieros Arquitectos. En efecto, va modalidad. En Santa Fe pueden destacar- esta modalidad. Pero cuando la edad de la aus-
el mismo Catelín elevó en 1822 al gobierno un se la antigua Aduana y el Cabildo. tera regularidad, identificada erróneamente
anteproyecto de decreto que preveía los rasgos con la “barbarie” rosista, toque a su fin, no po-
que luego fueron identificados como Arqui- Noroeste. En esta región encontramos una con- dremos invocar solo causas estilísticas para jus-
tectura Poscolonial: prohibición de la orna- tinuidad mayor con las formas heredadas de la tificar su derrumbe. Un complejo mosaico
mentación sobre la fachada, obligación de cons- última etapa colonial. Solamente a mediados de antecedentes, que van desde las transfor-
truir cubiertas planas, eliminación los desagües de siglo, y sobre todo luego de la caída de Ro- maciones técnicas, poblacionales e ideológicas
a la calle, supresión de las rejas voladas, etc. A sas, se vislumbran modificaciones importan- a los cambios de las concepciones higiénicas,
esto debe sumársele el control legal y técnico tes en los gustos y los modos de producción. actúan para modificar inevitablemente la mor-
de alarifes y maestros mayores por parte de ese La lenta evolución se ve apoyada por el ti- fología arquitectónica.
Departamento. po de programas realizados que no superan lo
Esta nueva normativa arquitectónica pro- doméstico o la Arquitectura Eclesiástica, cues- Historia crítica. Independientemente de las
dujo rápidas consecuencias, y sus resultados tión que en un contexto de crisis y aislacio- diferentes acepciones del término, que im-
pueden analizarse en la arquitectura porteña nismo, ayudaría a mantener arraigadas las for- plican posiciones bien definidas dentro del
de la época. Dentro de la amplia producción mas anteriores. campo historiográfico, la edilicia de la prime-
que se constata durante el período 1821-1827, En ese sentido, la persistencia se hizo mu- ra mitad del siglo XIX, sobre todo en la región
son ejemplos de casas urbanas con tales ca- cho más fuerte en las zonas rurales. En ellas pampeana, ha servido como material históri-
racterísticas: la serie de viviendas (ya demoli- se prolongan las tradiciones inmutables, como co para avalar diferentes propuestas estilísti-
das) ubicadas en la calle Bolívar 809, 946 y lo demuestra la iglesia de Sectantás (1837), ca- cas. Su carácter de contención formal, volu-
959; el Hotel de Corrientes y Paseo de Julio si un ejemplo de Barroco popular en pleno metría pura y ausencia de ornamentación han
(1835); El Teatro de la Victoria (1837), de San- siglo XIX. Persistencia que también encon- sido exaltadas por las primeras vanguardias,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 99


que creían ver en esta tendencia la expresión POSTMODERNISMO. m. Movimiento cultural fábrica, ejemplificada por la producción de ace-
formal de cierto “carácter” argentino. Poste- que, originado en la arquitectura, se ha ex- ro, símbolo de la edad industrial, ha sido re-
riormente, con el surgimiento del Regiona- tendido a otros ámbitos del arte y de la cul- emplazada por la generación diseminada in-
lismo, también encontramos esta modalidad tura del siglo XX, y se opone al Funcionalis- ternacionalmente de partes de las que a su vez
dentro de los antecedentes de variables tan mo y al Racionalismo modernos. La idea de son protagónicos los microcircuitos. El mun-
dispares como la arquitectura de A. Williams una Arquitectura Postmoderna fue creada por do cultural, pero también el mundo político y
(v.) o el Movimiento de las Casas Blancas de el crítico norteamericano Charles Jencks a económico, se caracterizan por la pluricentra-
inicios de la década del cincuenta. propósito de un libro homónimo. No era la pri- lidad frente a las contadas oposiciones nacio-
En efecto, a pesar de la escasa cantidad de mera vez que se empleaba el concepto en re- nales del período anterior; han perdido su cre-
ejemplos que han sobrevivido, su significación lación con la arquitectura. En los años cua- dibilidad las grandes narraciones unitarias
cultural como momento inicial –y en conse- renta ya el crítico [...] hacía alusión a una –religiosas o ideológicas– que explicaban el
cuencia esencial para la arquitectura local– ha arquitectura “Postmoderna”. mundo, y en su lugar quedan solo fragmentos
tenido múltiple aceptación. Posiciones tan dis- cuya efectividad se mide exclusivamente en su
cordantes entre sí, como la vanguardia moder- Aunque los postulados de Jencks y otros te- productividad presente. Junto con esas gran-
nista o el nacionalismo cultural de Bustillo (v.), óricos de la Arquitectura Posmoderna en re- des narraciones del mundo caen igualmente
la colocan como común denominador fundan- lación a la supuesta emergencia desde media- los relatos sobre el pasado y las compulsio-
te de una “argentinidad”, diferenciada del caos dos de los años setenta de una corriente nes hacia el futuro, y con ellos se instala la idea
ecléctico del proceso de modernización. Fren- netamente escindible y “más allá” de las co- de un final de la Historia. Asimismo, la im-
te a esta suposición, hemos tratado de construir rrientes modernistas de la arquitectura del s. portancia dada a los contenidos y a los signifi-
una hipótesis que relacione la austeridad re- XX resultan hoy insostenibles, es posible de- cados en la etapa anterior se traslada ahora a
gular con motivos históricos múltiples, bien le- tectar, sin embargo, una cierta producción que las formas y a los significantes; se instala el pri-
janos de una construcción metafísica. F. A. puede encuadrarse bajo este rótulo. En nues- mado de la superficie y el desinterés o la in-
tro país, el P. tomó cuerpo dentro del campo diferencia de la profundidad. Desinterés por
disciplinar en los últimos años setenta, cuan- los contenidos y pluricentrismo dan lugar a la
do recogió, aunque débilmente, ciertos fer- ruptura de la homogeneidad y, con ella, a las
mentos contestatarios que, superado el perí- expresiones locales y diversas; y esto a su vez
odo dictatorial y con el correr de los años determina el relativismo cultural. La fuerza de
ochenta, quedarían completamente diluidos. la superficie, las formas y los significantes es
El éxito crítico de la categoría inventada por condición del primado de la imagen por sobre
Jencks se debió a que anticipó un debate ex- la narración misma.
tendido con posterioridad al conjunto de la cul- Mientras que estos rasgos caracterizan al
tura. Deben distinguirse así dos niveles de de- menos el discurso acerca de la “Posmoderni-
bate con los que la palabra se vincula. En uno dad”, el P. en arquitectura puede describirse en
se trata de establecer si, como algunos pensa- términos muy diversos y en cierto modo mu-
dores contemporáneos proponen, las condi- cho más sencillos. En la versión más difundi-
u UNA CASA POSCOLONIAL EN BUENOS AIRES. ciones generales del desarrollo material y espi- da, que tuvo su consagración internacional en
ritual de Occidente se han transformado lo la exposición realizada en la Bienal de Venecia
Bibliografía: V. Nadal Mora. Arquitectura Colonial y suficiente como para configurar una condición de 1980 bajo el título “La presencia del pasa-
Poscolonial en Buenos Aires. Bs. As., 1945, H. Pando. que ha dejado de ser moderna para convertir- do”, el P. se caracterizó ante todo por aplicar de
“Palermo de San Benito”. En: Anales del IAA, n.° 17, se en “postmoderna”. En el otro nivel, en cam- manera arbitraria sobre estructuras composi-
1964; “Estancias”. En: Documentos de arte argenti- bio, se trata de determinar si los rasgos fun- tivas más o menos tradicionales formas em-
no. Bs. As.: Academia Nacional de Bellas Artes, 1965; damentales de la arquitectura de nuestros días pleadas por las arquitecturas historicistas del
J. Gazaneo y M. Scarone. Tres asentamientos rura- difieren en tal modo de los que corresponde- siglo pasado. El P. fue ante todo el estilo deco-
les. Bs. As., 1965; R. Gutiérrez, A. de Paula y G. Vi- rían a una “Arquitectura Moderna”, como pa- rativo más difundido de los años ochenta.
ñuales. Arquitectura de la Confederación Argen- ra establecer que nos encontraríamos ante otra Si bien es indudable que algunos de los ras-
tina en el Litoral fluvial. Resistencia, UNNE, 1971; arquitectura, esto es, la “Arquitectura Postmo- gos que antes señalamos como pertenecientes
R. Gutiérrez. “Presencia y continuidad de España en derna”. En el primer nivel se está frente a una al discurso sobre la Posmodernidad pueden
la arquitectura rioplatense”. En: separata de la re- discusión filosófica, que si bien afecta a la es- hallarse en la arquitectura del P., resulta difí-
vista Hogar y Arquitectura. Bs. As., 1973; R. Gutié- tética es ante todo ontológica. En el segundo ni- cil, si no imposible, no identificarlos también
rrez y G. Viñuales. “La arquitectura catamarqueña vel se está frente a una discusión estilística. en buena parte de la llamada “Arquitectura Mo-
1810-1880”. En: DANA, n.° 1. Resistencia, 1973; R. Gu- Aunque no es esta la oportunidad indicada derna” o, como se propone en otra voz de es-
tiérrez. “Arquitectura, 1810-1876”. En: AA.VV. His- como para dar cuenta del debate en el primer ta obra, en algunas de las distintas corrientes
toria general del arte en la Argentina. Tomo IV. Bs. nivel, solo a efectos de considerarla como re- modernistas (v. Moderna, Arquitectura). Es que el
As., Academia Nacional de Bellas Artes, 1985; F. Alia- ferencia trazaremos una sintética descripción concepto de P. se basa ante todo en una previa
ta. “Edilicia privada y crecimiento urbano en el Bue- del universo conceptual a los que se hace re- definición de esa Arquitectura Moderna de la
nos Aires posrevolucionario: 1824-1827”. En: Boletín ferencia con la designación “Posmodernidad”. que han sido borradas contradicciones y dife-
del Instituto Emilio Ravignani, n.° 7, abril de 1993. Se entiende que en la era postmoderna la gran rencias. Recortadas contra aquel presunto blo-

100 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pos poz
gías y utopías que habían movilizado la cul- dia, cines, comercios– se emplearon hasta el
tura argentina en el período anterior. En me- hartazgo los tímpanos como remate de las fa-
dio de una violenta represión cultural y de la chadas, las columnillas a ambos lados de los
censura, el P. se presentaba como un cambio accesos, los lucernarios longitudinales trian-
que, si en los comienzos resultó “subversi- gulares, la simetría, los falsos arcos en puertas
vo” para algunas burocracias académicas, pron- y ventanas, las sillerías igualmente falsas y las
to demostró ser un inofensivo vehículo de ca- cornisas con perfil de pecho de paloma.
nalización de rebeldías y expresión de La expresión más acabada de este proceso
presuntas libertades, más allá de la voluntad –que llevó a confundir la disciplina arquitec-
de sus protagonistas, quienes podían estar con- tónica con un juego de manipulaciones for-
vencidos de la necesidad de esas libertades y males gratuitas y sin otro propósito que el de
de la eficacia real del P., al menos en el pla- la satisfacción de un gusto kitsch de origen
no estético. De pronto, para cualquier arqui- hollywodense– fue la obra de J. C. López (v.) y
tecto grande o pequeño ser posmoderno equi- asociados. Concebidas siguiendo modernísi-
valía a encontrar una vía aceptada, pero al mos sistemas de gestión empresaria y de or-
mismo tiempo sencilla y descomprometida pa- ganización funcional, los grandes centros de
ra la especulación formal, que parecía permi- compras proyectados por López no dejaron de
tirle finalmente una verdadera “libertad” cre- apelar –en los elementos decorativos de inte-
ativa y deshacerse del duro catecismo riores y fachada, como no podía ser menos– a
ético-estético que las formas modernistas más todos los tics posmodernos publicitados por
u INTERIOR DEL SHOPPING ALTO PALERMO, DE J. C. LÓPEZ. difundidas y hegemónicas habían instalado en las revistas internacionales (v. Shopping center).
la Argentina. Luego de esos grandes espejismos y, pa-
que homogéneo, sus características se insta- Si las condiciones económicas de estos años radójicamente, cuando en los últimos años de
lan ante todo como una diversidad de signo ne- de fuerte crisis también contribuyeron a la ex- la década del ochenta arreciaba el debate sobre
gativo. En otras palabras, solo aceptando una pansión del P., es porque ante la caída de los la Postmodernidad, el P. había agotado sus dé-
homogeneidad en las manifestaciones con- volúmenes reales construidos, la primacía y biles impulsos y perdido para los arquitectos
cretas y en las líneas teóricas de la “Arquitec- autonomía del dibujo –una de las manifesta- todo interés. J. L.
tura Moderna” es posible proponer su “fin”, y ciones de la exacerbación de la forma que el P.
con ello la entrada a un período al que cabría propugnaba– constituía un vehículo legitima-
legítimamente aplicar el prefijo “post”. do que daba continuidad a los procesos de con- POZO CIEGO. m. El que sirve para desaguar le-
Ahora bien, que esa operación carezca de sagración y ocupación del campo profesional. trinas y recibir los residuos líquidos de la vida
fundamentos y legitimidad teórica no supo- La experimentación con la pura forma y el doméstica. La construcción nominal pozo cie-
ne que no sea posible distinguir como pos- uso de la historia como reservorio iconográfico go es un argentinismo que en nuestro país al-
modernas a un conjunto de obras dentro del comenzaron a ensayarse en tres diversas sedes. terna con pozo negro, de uso más extendi-
ciclo de la Arquitectura Moderna. Lo que estas En Buenos Aires, en los Cursos de Arquitec- do en el español.
tienen en común, y es difícil de encontrar en tura más conocidos como La Escuelita, dirigi-
otros casos, es su particular fusión entre es- dos por Díaz (v.), Katzenstein (v.), Solsona (v. Se trata de un tipo de construcción subte-
tructura conceptual, marco normativo y dis- MSGSS) y Viñoly (v.), y, aunque algo posterior, el rránea, de enorme importancia en las vivien-
ponibilidad constructiva modernas, con una Laboratorio de Arquitectura organizado por Al- das urbanas hasta su prohibición (Buenos Ai-
vulgarización y descontextualización de la ico- berto Varas; en Córdoba, a través de la actua- res, 1894). Pese a la acción contaminante de
nografía clásica. ción pública y privada de Miguel Ángel Roca (v.). las napas de agua y a su peligrosidad en lo que
Así entendida, la arquitectura P. comenzó En la primera fase, que coincidía con el re- respecta a la seguridad de construcciones lin-
a difundirse en la Argentina a fines de la dé- chazo por parte de las burocracias académicas deras, se lo continúa usando en zonas no abas-
cada del setenta. Las condiciones culturales, de la dictadura militar, el P. tuvo un carácter tecidas por redes cloacales. Originalmente eran
políticas y económicas en que se encontraba experimental y las principales obras construi- pozos circulares de profundidad variable que
el país entre mediados de los setenta y me- das (paradójicamente todos encargos estatales) trabajaban por absorción de la tierra. Siempre
diados de los ochenta eran propicias para que fueron los mercados y plazas cordobesas, y al- estaban rematados por un cupulín de ladrillo
se produjera una expansión que afectó la obra gunos rasgos de la obra de Solsona, Viñoly y apoyado en el nivel que empezaba la arcilla,
de muchos arquitectos ya consagrados en pe- sus socios, en particular los elementos que de- con una boca en la parte superior; su diáme-
ríodos anteriores. Y esa posibilidad estuvo de- finen la plaza-techo de ATC (Argentina Tele- tro era generalmente de una vara. Luego de un
terminada ante todo porque el P. como estilo visora Color). También de este primer perío- metro se excavaban a mano: sobre sus muros
se articulaba con un cuestionamiento a los sen- do son algunas incursiones posmodernas de se hacían pequeños escalones que los poceros
tidos fuertes de los modernismos, y particu- Clorindo Testa (v.), como el Centro Comercial usaban para salir. Cuando se llenaban se los
larmente a sus contenidos de reforma social y Paseo de la Recoleta y la sucursal del Banco de tapaba con basura sólida y se cavaba otro a su
a su vocación crítica respecto de las propues- la Nación en Villa Carlos Paz. lado. Los había ubicados directamente bajo las
tas conservadoras. Ese cuestionamiento esta- En los años siguientes, en una infinidad de letrinas y otros a los que se llegaba por medio
ba en la base de la fuerte crisis de las ideolo- obras anónimas –bares, casitas de clase me- de un albañal de mampostería. En el siglo XIX

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 101


se crearon diversos adminículos para impedir Sus obras y escritos de los años veinte y clausura, después de los años treinta, sus pro-
que el olor saliera de ellos y para usarlos des- treinta del s. XX lo ubican entre los precurso- yectos experimentales.
de varias letrinas, piletas de lavar o desagües res del Movimiento Moderno en la Argentina. Sin embargo, sus trabajos iniciales de re-
de piso en forma simultánea. Participó activamente de la vanguardia artísti- gularización de partidos tradicionales, así co-
En la actualidad su modo de construcción ca porteña constituida en torno de las revis- mo los “tipos” de inmueble urbano y de casa
no ha variado sustancialmente, salvo por la co- tas Martín Fierro y Sur, en las que publica sus suburbana, que condensan su producción pos-
locación de una tapa de hormigón armado, apo- artículos. Se inserta en el campo profesional terior, muestran que su arquitectura se ins-
yada en un anillo de mampostería. D. S. con La Ciudad Azucarera, proyecto concebido cribe en los procesos de racionalización edili-
en colaboración con Ernesto Vautier (v.), pre- cia porteños, que él mismo contribuyó a
miado en el Salón de Bellas Artes de 1924, don- constituir con sus textos de difusión.
POZO DE AGUA. m. El circular, habitualmente de explicita sus propuestas urbanísticas. La ca- A lo largo de su trayectoria es posible dife-
de una vara a un metro de ancho habitual- sa de la calle Luis María Campos, edificada en renciar cuatro etapas: la primera corresponde
mente, excavado hasta la primera o la segunda 1930; el controvertido proyecto del Obelisco a su período formativo e incluye los textos y pro-
napa freática. Sistema más sencillo para ob- (1936), que le encargó la Intendencia de Bue- yectos realizados como estudiante. AP egresa
tener agua en las ciudades, cuando no era ac- nos Aires, y el cine Gran Rex (1937) son las en 1921 de la Escuela de Arquitectura de Bue-
cesible o potable la del río. También llamado obras que le aseguran su trascendencia al gran nos Aires, donde recibe los fundamentos aca-
pozo de balde. público. Construye también numerosas ca- démicos en el Taller de René Karman (v.). El via-
sas individuales, edificios de renta y comer- je de posgraduación –que efectúa junto con
Los pozos comenzaron a excavarse hasta la ciales. Entre las responsabilidades institucio- Ernesto Vautier entre 1921 y 1923– despierta
segunda napa a partir de la década de 1860, nales que asumió fue intendente de la ciudad su interés por la pintura y la producción de
con una nueva tecnología europea que permi- de Buenos Aires (1962-1963) durante la pre- las vanguardias artísticas europeas.
tió prescindir de la excavación manual. La par- sidencia de José María Guido, y miembro, lue- El año 1924 marca un punto de inflexión
te superior, cavada en tierra blanda o humus, go presidente, de la Academia Nacional de Be- en su carrera, cuando inicia su trayectoria co-
era necesario recubrirla con un murete de la- llas Artes. Como delegado de la Academia mo arquitecto y crítico de arte. Esta segunda
drillo: en casos de viviendas de lujo estos po- participó en la confección del Plan para Bue- etapa se caracteriza por los desafiantes artí-
zos podían estar totalmente recubiertos de la- nos Aires (1958-1960) que impulsó desde su culos y los proyectos experimentales que des-
drillo, lo que servía a su vez para evitar rol de funcionario municipal. En dos oportu- arrolla en sociedad con Vautier. Se trata de una
filtraciones provenientes de pozos ciegos cer- nidades desempeñó el cargo de decano inter- serie de ejercicios de estilo donde AP reela-
canos. El agua del fondo se sacaba mediante ventor de la Facultad de Arquitectura de la Uni- bora las teorías de la estética aprendidas du-
un balde con una soga, y en las ciudades se versidad de Buenos Aires como delegado del rante su viaje europeo. Por medio del debate
acostumbraba colocarles un muro superior de Gobierno Nacional (1955-1956 y 1968-1970). intenta ocupar un espacio en el campo arqui-
protección que tenía una viga de madera o hie- AP tiene el mérito de iniciar con sus textos tectónico porteño, entablando polémicas con
rro sostenida por dos parantes, de donde col- polémicos la renovación del campo disciplinar, los “americanistas” y con las figuras institu-
gaba una roldana para la soga. Esta construc- abriendo los debates que preceden a la visita cionales consagradas. La tercera etapa se des-
ción, llamada “brocal” (v.), es similar a las que de Le Corbusier en 1929 y el movimiento de arrolla durante la década del treinta. En esos
se colocaban en los aljibes, construcciones pa- la Arquitectura “Blanca” de la década del trein- años viaja a EE.UU., sus artículos revelan una
recidas usadas para el mismo propósito. En la ta. Las propuestas de AP pueden interpretar- actitud menos polémica y sus obras le otorgan
segunda mitad del siglo XIX fueron comu- se, en términos de traducción (Katzenstein, importancia y trascendencia. A través de vin-
nes los pozos que servían a dos casas al mis- 1987), como una reinterpretación de los prin- culaciones con personas de prestigio y fun-
mo tiempo, construidos bajo la medianera, de cipios del Movimiento Moderno internacional, cionarios municipales, obtiene los primeros
forma tal que a cada uno de los lados daba me- a la luz de los problemas específicos que se encargos de magnitud. La cuarta etapa, “de
dio agujero; en estos casos también se hicie- plantean los arquitectos y comitentes locales. construcción y desencanto” (Molina y Vedia,
ron de forma oval. D. S. Su arquitectura se caracteriza por partidos com- 1983) o “Modernidad Gris” (Grementieri, 1994),
pactos y trazados de geometría regular. marca las últimas décadas de su producción,
Bibliografía: D. Schávelzon. Túneles y construccio- Los conflictos entre la tradición y la inno- cuando paralelamente a la actividad institu-
nes subterráneas. Bs. As., 1992. vación los resuelve interpretando en clave clá- cional construye numerosos edificios que no
sica las doctrinas de la nueva arquitectura, en alcanzan la calidad y la trascendencia de sus
consonancia con las características del Movi- intervenciones iniciales.
PREBISCH, ALBERTO. miento Moderno argentino, que antepone la
opacidad a la transparencia, la tradición a la ta- PRIMER PERÍODO (1919-1924).
(AP). Tucumán, 1899 - Bue- bla rasa (Liernur, 1992). Su acción se desen- La formación. Prebisch es un estudiante des-
nos Aires, 1970. Arquitecto. vuelve en el contexto de los movimientos de tacado: sus trabajos son premiados y publica-
AP forma parte de una gene- renovación cultural y en proximidad a los gru- dos tempranamente en la Revista de Arquitec-
ración que se sintió responsa- pos católicos. A diferencia de otros contem- tura (v.). En el taller de Karman, donde recibe
ble por los rumbos que debía adoptar la ar- poráneos suyos, como Antonio Vilar (v.) o Wla- su formación, se pone énfasis en la racionali-
quitectura, en consonancia con la “nueva dimiro Acosta (v.), AP adopta una interpretación dad de la composición formal, los trazados com-
sensibilidad” impuesta por los tiempos. de la Modernidad más estética que social, y positivos regulares y la consideración de la di-

102 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


poz pre
mensión funcional. Sustenta la hipótesis de desarrolla la idea del arte como operación del adelante escribe críticamente sobre el ameri-
Grementieri acerca de la “Modernidad ate- espíritu, adjudicando un rol determinante a la canismo, redacta el catálogo de la exposición
nuada” de sus discípulos (A. Virasoro, v., E. arquitectura. Los boletines de L´École Spéciale de Pettorutti y se incorpora al grupo martin-
Vautier, F. Bereterbide, v., C. Vilar, v., J. Bun- d´Architecture y las páginas de La Construc- fierrista. Su imagen pública de pionero del Ar-
ge, v., o A. Prebisch). A este rasgo formativo tion Moderne publicaban los principios de es- te Nuevo se dibuja durante los años veinte, me-
sería preciso sumarle las particularidades de tética de la arquitectura de Borissavlievitch, “es- diante un triple frente de polémica: con las
una sociedad porteña resistente a la experi- tética científica” de la arquitectura que intentaba instituciones del arte, con aquellos arquitectos
mentación y a las nuevas formas promovidas articular los factores subjetivos y objetivos que de su generación de opiniones controvertidas
por la Arquitectura Moderna. intervienen en la apreciación del arte. El tema y contra los arquitectos consagrados que ejer-
Estos conflictos se manifiestan en el pri- de la forma y su percepción tendría un corre- cen el poder institucional.
mer texto publicado por Alberto Prebisch: “La lato en la composición geométrica y modula- En sus críticas de arte se opone constan-
cúpula” (1920), que da cuenta de la angustia da que adoptaron los pioneros del Movimien- temente a las obras expuestas en los Salones
que suscitan en AP y en los artistas de su ge- to Moderno. Desde la historia del arte, Elie de Bellas Artes, decadentes y repetitivas. Sus
neración las transformaciones de la Moder- Faure ponía el énfasis en el estudio de los “rit- antagonistas principales son las instituciones:
nidad, la pérdida de las tradiciones y el inten- mos colectivos” que suceden a los individua- la Academia, la Comisión Nacional de Bellas
to de recuperarlas por la búsqueda de lo clásico, lismos artísticos, donde la arquitectura se con- Artes (presidida entre 1921 y 1931 por Martín
de los valores inmanentes del arte. cibe como la manifestación suprema que marca Noel (v.), los Salones Nacionales, que asumen
el pasaje de la expresión individual de unos po- el rol de asegurar los rumbos estéticos de la
El viaje. La disyuntiva entre el peso de la tra- cos a la expresión colectiva. Los conceptos de producción, poniendo el énfasis en un nacio-
dición y la necesidad de innovar se resuelven “serie” y de estándar le deben a autores como nalismo tradicionalista.
parcialmente durante su viaje de posgradua- Faure los fundamentos teóricos que permiten En esa misma línea de debates, en las pá-
ción. En París AP y Vautier se vinculan con los incluir el Arte Moderno como un nuevo ja- ginas de la Revista de América pelea contra el
movimientos artísticos de la primera posgue- lón dentro de la tradición artística. arte oficial y con los neocoloniales, cuestio-
rra y con el grupo de pintores argentinos, Bu- Estas son algunas de las teorías estéticas nando sus búsquedas identitarias. En su artí-
tler, Basaldúa, Spilimbergo, que se convertirí- en danza en el medio europeo, en el que AP culo, apunta sus dardos a la ambigüedad de la
an luego en compañeros de su ruta intelectual se forma como crítico de arte. Con estas pre- noción de “América”, contrapuesta a la ten-
en la Argentina. misas teóricas intentó realizar una cruzada a dencia de universalización inevitable del arte
Toman contacto con André Lothe –pintor su regreso, reelaborando y dando a conocer y la literatura. Replica las críticas que se esgri-
cubista y crítico de arte que albergaba en su en Buenos Aires los resultados de su apren- men en torno de los fundamentos extranjeros
atelier a los jóvenes latinoamericanos– y con dizaje en Europa de sus propuestas y argumenta que toda su ge-
autores consagrados como Valéry, Faure y Bo- neración, incluidos los “americanistas”, están
ris Savlievitch, que publicaban sobre estética, SEGUNDO PERÍODO (1924-1930). profundamente marcados por la circulación
filosofía e historia del arte, fundamentando te- Ejercicios de estilo. El regreso de su viaje en mundial de doctrinas y experiencias.
óricamente el Arte Nuevo. Paul Valéry y Tony 1924 marca el inicio de un período de intensa Asimismo, AP debate con los arquitectos
Garnier fueron objeto de reportajes que AP pu- producción. que bregan por un Arte Nuevo y se resisten a
blicó a su regreso. Además de elaborar el proyecto de La Ciu- adoptar las formas de la era de la máquina, sin
Valéry publicaba Eupalinos o el Arquitecto dad Azucarera, durante ese año publica un tex- responder a las exigencias que imponen los
(1923), donde sistematiza escritos anteriores y to sobre el escultor Antoine Bourdelle; más tiempos. En una carta abierta a un anónimo

u PLANTA GENERAL Y VISTA DEL CENTRO ADMINISTRATIVO DEL PROYECTO DE CIUDAD AZUCARERA PARA TUCUMÁN, REALIZADO POR PREBISCH Y VAUTIER EN 1924.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 103


arquitecto modernista, publicada en las pági- pura, racional y estética que las vanidosas pre- logo de Pettorutti publicado en 1924 se inicia
nas de la Revista de Arquitectura, A. Christo- tensiones del artista de hacer arte, con su fan- con un epígrafe de Paul Valéry tomado de Eu-
phersen (v.) critica los excesos modernos, con tasía individual de buen gusto caprichoso. En palinos o el Arquitecto, en el que alude a un ar-
el argumento de que el “nuevo estilo” es el “Hacia un nuevo estilo” (1925), AP y Vautier te con leyes propias y no como “doble de seres
producto natural de una evolución. Desde esa reiteran las oposiciones publicadas en L’Esprit conocidos”, desde donde AP manifiesta la ne-
posición, defiende el valor de las tradiciones Nouveau, traduciéndolas a temas porteños, y cesidad de construir el hecho artístico a la ma-
disciplinares, rescata la validez de los princi- aprovechan para denostar la Arquitectura Ecléc- nera de la naturaleza. Este concepto es utili-
pios de armonía y belleza como uno de los te- tica de la época. Después de esta primera se- zado para denostar los cuadros que aún
mas más difíciles de enfrentar y propone una rie los artículos abandonan el recurso de ridi- conservan el valor naturalista o de réplica de
gestión de tiempos largos. AP responde con culizar la producción disciplinar y asumen un la realidad sin resolver la unidad plástica, el
una irónica carta, utilizando esa ocasión pri- formato más propositivo. Por un lado, mues- color y las formas en los límites materiales de
vilegiada para difundir su visión sobre estos tran la serie tipológica y el estándar como re- la obra. En el ámbito de la arquitectura cues-
nuevos problemas y ridiculizar la enseñanza sultantes de una larga selección. En ocasiones, tiona la repetición de las formas tradicionales
académica. Entre 1924 y 1930, AP escribe nu- se incluyen imágenes sobre objetos heterogé- que no da lugar a la innovación. La necesidad
merosos artículos críticos, en los que va de- neos para mostrar que “la perfección dentro de una actualización estética por medio de la
purando y adaptando ideas tomadas de múlti- de la utilidad y la economía crean objetos ca- investigación formal conduciría a la emer-
ples referentes, en una suerte de ejercicios gencia de los nuevos lenguajes. En sus escri-
de traducción que apuntan sus municiones tos, AP argumenta que esa insurrección apa-
contra el campo disciplinar instituido. rente contra la naturaleza funda la nueva
concepción estética, que respondería a una
A la manera de L’Esprit Nouveau. En la for- “nueva sensibilidad”.
ma de presentación, al igual que sus comen- En cuanto al segundo problema, AP plan-
tarios sobre los Salones de Bellas Artes, los tea la necesidad de adecuar la obra de arte a las
textos de arquitectura que publica AP (en co- nuevas condiciones de vida. En este terreno
laboración con Vautier) en Martín Fierro in- también se manifiestan sus controversias con
tentan impactar al lector. Los fundamentos los criterios artísticos que tratan de rescatar los
del grupo martinfierrista no son aquellos de valores nacionales de la tradición oponiéndo-
los “artistas del pueblo” ni del arte social. El se a “los ciegos adoradores del pasado que no
blanco de sus críticas es el arte nacional con- admiten en nuestra época industrializada la
sagrado por las instituciones –entendido co- posibilidad de una estética original”. La reali-
mo motivo folclórico– que frena la innovación dad transformada por la racionalidad de las téc-
estética y el desarrollo de un proceso de cons- nicas requeriría de otras respuestas.
trucción de un arte local genuino. Sus textos Para AP el dilema entre tradición e innova-
de defensa apasionada o de crítica corrosiva ción –el tercero de los problemas planteados–
son pretextos para exponer principios valo- presenta múltiples aristas. Siguiendo a Valéry
rativos. El recurso utilizado por AP consiste y al Le Corbusier de Vers une architecture, Vau-
en diseñar una página a partir de imágenes tier y AP tratan de resolverlo mediante la bús-
y fotos provocativas –inspiradas en las moda- queda de los valores inmanentes de lo clásico:
lidades de comunicación de L’Esprit Nouveau– u PROYECTO DEL OBELISCO DE BUENOS AIRES, 1936. “cada época busca su equilibrio. Los historia-
que imponen una visión instantánea de lo nue- dores del arte llaman clásica a la obra de arte
vo y permiten diferenciar inmediatamente rentes de pretensiones artísticas, pero de dis- en la que este equilibrio armónico se encuen-
lo correcto de lo incorrecto. creta presencia, como cuadra a los buenos ser- tra realizado. Pero ellos limitan el clasicismo
Las ideas que transmite son sumarias: se vidores”. El corolario de la argumentación de a una época determinada y la realidad se en-
trata de mostrar la superioridad de las formas Vautier y AP apunta a definir el estilo como re- cuentra aprisionada dentro de esta estrecha de-
que emanan de la racionalidad ingenieril o in- sultante de una larga selección operada sobre finición limitativa. Toda época busca realizar
dustrial, sin concesiones sentimentales y en el ajuste entre la forma y la función. ese acuerdo, ese equilibrio, busca un clasicis-
respuesta a los requerimientos de los tiempos, Al igual que las críticas de arte, estos artí- mo, su clasicismo”. Esta búsqueda intelectual
mediante una oposición conceptual a la orna- culos ponen la mira en tres problemas cen- de Clasicismo resolvería las tensiones entre la
mentación. En “Fantasía y Cálculo” (1925) las trales: a) la autonomía entre el arte y la natu- expresión individual y los valores colectivos y
oposiciones se trazan entre dos pares: el puen- raleza; b) la relación entre el arte y los a las nuevas circunstancias productivas, vin-
te de St. Pierre de Vauvray – construido por requerimientos actuales, que obligan a incor- culadas a los conceptos de serie y tipo, tal co-
Freyssinet– y la pasarela decorativa del Rose- porar los métodos y las formas derivados de la mo lo desarrollaban las teorías de Elie Faure.
dal; una bañera “de resultado estético positi- producción industrial, y c) el rechazo de las for- Sin embargo, en el contexto de esta argumen-
vo” y una consola Luis XV de “resultado esté- mas y los contenidos académicos que permi- tación, que prioriza lo colectivo sobre lo indi-
tico nulo”. La argumentación es breve, las ten rescatar de la tradición solo lo inmanente, vidual, en AP está ausente el énfasis en la di-
“exigencias del cálculo” y la producción in- es decir los valores racionales de lo clásico. mensión social del arte característica de los
dustrial en serie se acercan más a la creación Con respecto al primer problema, el Catá- movimientos europeos.

104 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pre pre
La elaboración de las nuevas ideas toma cuer- terias primas y se insertan en redes fluviales, de carácter administrativo que centraliza el con-
po en sus textos, que explícita o implícitamen- viales y ferroviarias que aseguran el transpor- junto y una plaza religiosa que abre lateralmente.
te entablan sus controversias con las ideas y los te de personas y mercaderías. De acuerdo con La torre del reloj, retomada en su expresión mo-
representantes del establishment, constituyendo los principios saintsimonianos, la concepción dernista de La Ciudad Industrial, preside la ciu-
un espacio propio dentro del campo profesio- de ciudad subyacente es la de un núcleo de pro- dad a la manera de una torre de iglesia, jerar-
nal. AP no dictará cátedra para arquitectos y se ducción, de progreso y de difusión de rique- quizando y alterando el sentido del conjunto
instalará como profesor en la Escuela de Bellas za en todas sus dimensiones. respecto del modelo de Garnier.
Artes. Pero la presentación de un proyecto ur- Sin embargo, las propuestas de Garnier y Una de las innovaciones que introduce Gar-
banístico experimental fue su entrada en esce- de Prebisch-Vautier no son propuestas utópi- nier apunta a la diferenciación de zonas fun-
na en el ámbito arquitectónico porteño. cas: responden a un programa arquitectónico cionales, jerarquizando los equipamientos y
preciso, destinado a satisfacer las necesidades separando industria y residencia. El zoning ma-
A la manera de Tony Garnier. El trabajo de La materiales y morales del individuo. Las ex- nifiesta su doble dimensión, tanto en su rol
Ciudad Azucarera, resulta premiado en el Sa- periencias habitacionales filantrópicas y del “funcional”, diferenciando actividades, como
lón de Bellas Artes de 1924. La Revista de Ar- patronato industrial capitalizadas por estos en lo formal, asegurando el carácter, en tér-
quitectura lo publica junto con el ensayo “Es- proyectos reflejan la intención de plasmar pro- minos académicos, de cada sector. En la ciu-
tética Contemporánea”, cuyo texto delata la yectos realizables. Los planos de conjunto, ca- dad de AP y Vautier se reitera la idea de ciudad
autoría de AP. La revista Martín Fierro publica como organismo, cuyas funciones diferencia-
una pequeña ilustración de la planta, en tanto das deben articularse en un conjunto. La me-
Prebisch, que comenta con dureza el resto de táfora de la máquina es retomada para la justi-
la muestra pictórica, se excusa por no ser el crí- ficación. No obstante, en la década del veinte la
tico de su propia obra. La revista belga 7 Arts zonificación ya no es una novedad, siendo una
también da cuenta del proyecto, elaborado par- de las conclusiones del Congreso de la Habi-
cialmente durante el viaje europeo. La Ciudad tación y una de las propuestas programáticas
Azucarera condensa muchas de las discusio- del Plan de la Comisión de Estética Edilicia.
nes contemporáneas sobre la ciudad. Sus au- En cuanto al partido adoptado, La Ciudad
tores viajan a Europa en un momento de in- Azucarera se estructura sobre tres zonas. Un
tenso debate urbanístico y regresan a Buenos área de usinas, una zona residencial y grandes
Aires cuando aún resuenan los ecos del Con- extensiones sin edificación (previstas para la
greso de la Habitación (1920) y del Congreso explotación agrícola y los equipamientos ex-
Panamericano de Arquitectos (1923); se orga- tramuros, tales como cementerios, campos de
nizaba la Asociación de Amigos de la Ciudad deportes, establecimientos para distribución y
y la Comisión de Estética Edilicia; en tanto los depuración de aguas, etc.). El área de usinas
diarios publicaban numerosas notas sobre esos se aísla, separada por la estación de cargas, un
temas. El proyecto se inspira directamente en garaje colectivo de autobuses y camiones y una
La Ciudad industrial de Tony Garnier, que AP arboleda de 100 m, previendo un crecimiento
califica de “obra clásica: de unidad y estilo”. AP modular hacia el sur. El conjunto es organi-
y Vautier traducen el proyecto creando un pro- zado con una red vial de cuatro niveles: aveni-
ducto conceptualmente diferente. das de acceso, calles de circulación, de habi-
Los principios de La Ciudad Industrial de u DETALLE DE FUNDACIONES DEL OBELISCO. tación, y callejones cul de sac para jardines y
Garnier, centrados en la función económica recreo de niños. La planta de conjunto se ins-
de la ciudad como factor de desarrollo en sen- da uno de los barrios y las viviendas, son di- cribe en un rectángulo con eje desplazado que
tido amplio, son retomados en el proyecto pa- bujados en detalle, configurando un producto descarta la simetría. La resolución de los edi-
ra la Ciudad Azucarera, que “responde a las disponible para ser ofertado a comitentes po- ficios, con pilotis, techos planos y en hormigón,
necesidades que acarrearía la explotación de la tenciales como los empresarios o las muni- lo aproximan al proyecto de Garnier. Cuatro “ti-
riqueza tucumana en vista de su máxima efi- cipalidades reformistas. pos” de vivienda implantados en lotes de trein-
ciencia”. Ambos proyectos ex novo recuperan Las diferencias conceptuales entre el mo- ta metros, según la orientación de las calles, se
experiencias anteriores. Garnier localiza su ciu- delo de Garnier y su traducción residen en la escalonan con retiros.
dad imaginaria en el sudeste francés, donde se base ideológica. Garnier participa activamente El emplazamiento es plano “al pie de una
implantaban desde el siglo XIX numerosos de los grupos socialistas. Siguiendo esos prin- eminencia natural del terreno”. Allí, sin obstá-
conjuntos habitacionales construidos por y pa- cipios, la ciudad del francés carecía de ámbitos culos, intentan liberarse de las resoluciones pin-
ra la industria. En forma simétrica, la propuesta institucionales de control (Iglesia, Policía, Tri- toresquistas: “hemos huido como de mala co-
de AP se localiza en su provincia natal, don- bunales) y estaba centralizada en torno de un sa de esa preocupación del Pintoresco arbitrario
de las empresas de la extracción de la caña de espacio comunitario, lugar de encuentros de y rebuscado que caracteriza al urbanismo ger-
azúcar construyeron los poblados azucareros, una sociedad autoorganizada alrededor del tra- mano de Camilo Sitte y Cía. El pintoresco na-
para asegurarse la mano de obra. Ambas ciu- bajo. La versión de Vautier y Prebisch no res- da tiene que ver con el arte”, afirmaban. Los au-
dades son de carácter productivo, no adminis- ponde estrictamente a estas ideas comunitarias. tores sostienen, por un lado, la necesidad de
trativo; consideran la proximidad de las ma- Concretamente, el proyecto tiene una plaza “una disposición racional de las calles”, de un

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 105


espíritu ordenado y limpio propio de las líneas interpretar los fenómenos estéticos”. La pre- bre un patio flanqueado por una tira de servi-
rectas, pero, por otro, se oponen a las manza- ocupación de AP consiste en negar una inter- cios y el muro ciego del garaje.
nas cuadradas, como “forma burocrática que pretación de la nueva arquitectura como “re- En una composición menos tensionada, AP
tiraniza el funcionamiento urbano”. Cuestio- ducción” a causas económicas y técnicas, y diseñó la sede de la Compañía Fénix del Nor-
nar la cuadrícula reitera el rechazo de las for- enfatiza la “voluntad espiritual de expresión”: te. Localizada en su provincia natal, la planta
mas tradicionales de construir la ciudad y su- una nueva arquitectura no-laica que condensa baja de locales y los pisos altos con departa-
pone una renovación profunda. muchas de las posiciones adoptadas durante mentos remiten directamente a las soluciones
Tradición e innovación presentan fronte- los años treinta, cuando los gobiernos conser- típicas de la “casa chorizo de esquina”, propias
ras difusas. El conjunto trata de resolver arqui- vadores devienen en uno de los ejecutores prin- de las ciudades de cuadrícula.
tectura y ciudad en un proyecto unitario, reto- cipales de obras modernas. La obra de mayor magnitud de este perío-
mando una de los principales aportes al debate El resto de los proyectos experimentales de do es el Mercado de Abasto, encargada por la
urbanístico de Tony Garnier. Asimismo, consi- este período se centran en el estudio de uni- Intendencia de Tucumán. El edificio fue re-
dera los nuevos materiales y formas constructi- dades y conjuntos habitacionales. En ellos Vau- suelto en su totalidad en clave neocolonial.
vas. Sin embargo, el conjunto es dominado por tier tuvo un rol protagónico, en la medida en En la casa de renta de la calle Cramer, que
el cementerio, que condensa simbólicamente que los continúa junto con Bereterbide durante proyecta junto con Vautier, el frente es un “Die-
los valores del pasado. “Situado en un terreno los treinta, en tanto AP los clausura luego de ciochesco” con basamento de pierre de taille con
irregular y aislado de la población, con su ca- terminar su sociedad. El conjunto de casas de tres alzadas de desarrollo, delimitadas por una
pilla y su crematorio, domina la ciudad desde rentas en Belgrano, proyectado para el padre cornisa del piso alto que oficia de remate. Por
la eminencia en que se encuentra, en cuyo de Vautier, es presentado en el Salón de Ar- detrás de la fachada de “estilo”, la distribución
punto más alto, el monumento a los muertos quitectura, y comentado por Oliverio Girondo de la planta es rigurosa y modulada, reveló uno
recuerda a los vivientes sus antepasados”. en Martín Fierro. Asimismo, sus planchas se de los rasgos característicos de la arquitectura
Si bien en La Ciudad Azucarera se leen nu- exhiben en la Exposición organizada durante de AP. En todos los casos, los partidos adopta-
merosos puntos de contacto con los modelos la visita de Marinetti. dos de plantas compactas conviven con refe-
de referencia, es un producto con particulari- Ese mismo año recibían el segundo premio rentes estilísticos vinculados al carácter y al des-
dades propias. El núcleo distintivo se sitúa en el Concurso Municipal de Casas Colectivas tino de cada uno de los edificios: la casa
en su propuesta de una Modernidad no laica, Económicas en Chacarita (“Conjunto Los An- individual, pintoresca; la Compañía de segu-
donde las tradiciones, implícita y explícita- des”), bajo el seudónimo “Ultra”. A diferencia ros, neoclásica; el mercado de abasto, neocolo-
mente, gobiernan el conjunto. de “Beta” –el proyecto ganador de Bereterbide nial y la casa de rentas, Luis XIV. Es probable
que conserva la morfología de la manzana–, que los comitentes tuvieran roles determinan-
Experimentación. Entre 1924 y 1930, Vautier Vautier y AP diluyen la trama tradicional y par- tes en las resoluciones, si se piensa que estas
y AP llevan a cabo una serie de propuestas ex- ten la manzana con un trazado de bloques, jar- obras son elaboradas durante los veinte, mien-
perimentales sobre temas diversos. Entre ellos dines y calles peatonales. La única concesión tras AP inicia sus críticas a los estilos, descali-
un Museo de Bellas Artes para La Plata (1927). a los límites de la manzana tiene por objetivo fica al Neocolonial y escribe los ya comentados
En el Primer Salón de Arquitectura Mo- resolver sus irregularidades. Los bloques cons- alegatos de vanguardia. Las obras ponen de ma-
derna, realizado en Buenos Aires en 1933, AP tituyen una serie repetible con posibilidades nifiesto las dificultades que plantea diseñar ar-
presenta un proyecto religioso, que contrasta de crecimiento ilimitado. quitectura nueva en la década del veinte, con
con una amplia gama de trabajos sobre vi- A diferencia de La Ciudad Azucarera, que los métodos y las imágenes mentales tributa-
viendas colectivas y centros comunitarios. Los conservaba aún la división de lotes y la arti- rias de la formación y sin suficientes referen-
dos únicos proyectos de iglesia son de AP y en culación plástica de las volumetrías, este con- tes construidos. A eso cabe sumarle la férrea
coautoría con Rodríguez Remmy (v.) y Ocam- junto se plantea como una forma de interven- oposición del medio y de los comitentes.
po. La maquette de AP presentaba un conjun- ción sobre la ciudad en franca ruptura con la Las obras presentadas forman parte de es-
to de nave con claustro, equilibrado por una forma urbana tradicional. te ciclo experimental de trabajos, que se in-
torre lateral, donde prima el interés por la com- terrumpe en la década de 1930, cuando Pre-
posición de los volúmenes cúbicos. Según la Experiencia. Paralelamente a estos proyectos bisch proyecta la casa para su hermano, el
revista CACYA (v.), se trata de “la concreción experimentales, a lo largo de los cuales AP po- economista Raúl Prebisch, y disuelve su so-
austera, rígida, del espíritu franciscano, todo ne a prueba sus ideas, responde a una serie de ciedad con Vautier.
humildad y “renunciamiento”, celebrando la encargos particulares para Tucumán y Buenos
presencia de la arquitectura religiosa en el Sa- Aires, estos últimos en conjunto con Vautier. TERCER PERÍODO (1934-1940).
lón, con el objetivo de desmentir el carácter En las obras iniciales se manifiesta un inten- A la manera de Le Corbusier. La casa para su
frío y materialista que se le adjudica a la Ar- to de regularización de los partidos tradicio- hermano (1930) y la casa de Vicente López (1937)
quitectura Moderna. Este comentario es coin- nales en conjunción con fachadas organizadas pueden ser leídas como la culminación de los
cidente con el mismo AP, quien en sus dis- con elementos compositivos del repertorio clá- ejercicios de estilo del período inicial. Estas obras
cursos trató de despegar su arquitectura de una sico y neocolonial. Una de las primeras obras tienen una fuerte impronta corbusierana, al tiem-
posición política de izquierda. “No me agra- de AP es una casa individual en Tucumán, po que revelan los rasgos principales del diseño
daría –afirmaba AP en 1931– que se me acha- construida en 1925, donde reinterpreta el pa- de AP: modulación y regularidad.
case una inexistente propensión a adherirme tio de la casa colonial. El tramo central de la Las revistas de arquitectura la presentan co-
a los errores del materialismo histórico para planta remata con una galería con arcadas so- mo “Casa Moderna en Belgrano” y ponen el

106 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Cine Gran Rex pre pre

u EL CINE GRAN REX (1937) CONTRASTA CON EL DECORATIVISMO ALEGÓRICO DE OTROS CINEMATÓGRAFOS, Y ES UNA DE LAS PIEZAS MÁS DEPURADAS DE ALBERTO PREBISCH.

u EL VESTÍBULO DE TRIPLE u LA IRREGULARIDAD DE LA


ALTURA ESTÁ CIRCUNSCRIP- PARCELA OBLIGA A PRE-
TO POR LAS ESCALERAS Y BISCH DESVIAR LOS EJES
SUS BARANDAS DE TENUE DE LA SALA Y DEL HALL. LO-
GEOMETRÍA, EN UNA CIRCU- GRA ASÍ UNA SUTIL ASIME-
LACIÓN PERIMETRAL. TRÍA QUE AGREGA INTERÉS
AL TRATAMIENTO ESPACIAL.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 107


énfasis en la implantación –una casa compac- res caracterizadas por un trazado modular que
ta que libera gran parte del lote– y en la ca- organiza la totalidad de los espacios: un parti-
Ateliers en Tucumán 685 rencia de ornamentación. En un escrito pos- do compacto o en “L”, en los casos de parcela
terior, A. Williams (v.) recupera de la casa los estrecha o de edificio exento, y servicios agru-
rasgos corbusieranos, que consagran a AP co- pados. La distribución de las plantas, si las par-
mo uno de los pioneros de la corriente racio- celas lo permiten, se inscriben dentro de un cu-
nalista en nuestro medio. bo cuyas secciones articulan estructura y
En efecto, el pabellón Citrohan presentado distribución funcional. En esa clave resolverá
en 1922 y su versión construida para la expo- la casa de la calle Thames (1934) y las viviendas
sición de la Weissenhoff de 1927 fueron los privadas de La Lucila (1941) y Martínez (1942).
principales referentes de la casa en Belgrano. Las resoluciones son sumarias: cubierta terra-
Su análisis comparativo, en la versión de E. za y/o pendiente de tejas; muros de ladrillo a la
Katzenstein (v.), ilumina las diferencias de tra- vista o revoque blanqueado, y carpinterías es-
tamiento espacial entre el original corbusiera- tándar. En grandes superficies articula volú-
no y la versión local de AP. El acceso diseñado menes a diferente altura, como en el caso de la
por Le Corbusier en Stuttgart, con la sala de calle Rivera Indarte, en San Isidro (donde re-
máquinas, “un verdadero Léger corpóreo”, se constituye un espacio-galería, en tanto el ga-
contrapondría al clásico vestíbulo de Luis Ma- raje y los servicios le permiten su habitual jue-
ría Campos al que Katzenstein alude caricatu- go de volúmenes), y en su casa particular.
rescamente como “un casto radiador rubrica- La experimentación en hábitat social no es
do por un estante de mármol y un espejo”. Del un capítulo importante de su obra; no obstan-
mismo modo, el crítico apunta a las solucio- te estas viviendas deben incluirse en su bús-
nes que borran las tensiones espaciales pro- queda de regularidad y de serie, que rechazan
pias de la obra corbusierana. La doble altura, lo singular y lo expresivo cuando la “casa ca-
que en el modelo original permitió una chi- jón” (v.) se va consagrando como el modelo pa-
menea exenta, es reelaborada en un espacio ra los loteos suburbanos.
tradicional que articula en continuidad el pro-
lijo escritorio y la terraza, muy alejado de las La fachada tipo para el inmueble urbano. Des-
resoluciones escultóricas del maestro francés. de las páginas de Sur, dirigida por Victoria
Idéntico razonamiento puede efectuarse Ocampo, AP continúa durante los años trein-
sobre la casa de Vicente López (1937). La obra ta su campaña propagandística por la nueva
cumple en una primera lectura con los cinco arquitectura. A diferencia de la década ante-
puntos canónicos, si bien estructura y cerra- rior, ya hay consenso entre los jóvenes profe-
miento se aúnan y el interior carece de la cua- sionales acerca de lo que nueva arquitectura
lidad de fluidez espacial. Los pilotis coinciden significa. La visita de Le Corbusier en 1929, la
u MODULACIÓN Y REGULARIDAD EN LA FACHADA, Y
con los muros y la estructura es sistemática- edición de nuevas publicaciones, como Nues-
DOBLE ALTURA EN EL INTERIOR DE ESTOS ATELIERS
mente disimulada por las carpinterías, en tan- tra Arquitectura y el Salón de Arquitectura Con-
REALIZADOS PARA VICTORIA OCAMPO, EN BS. AS..
to la distribución de los espacios no da lugar a temporánea de 1933 contribuyeron a la difu-
una verdadera interconexión espacial. sión de las nuevas ideas.
El análisis de la obra permite identificar los Con este marco, los textos de AP, que des-
núcleos característicos de la obra de AP, que de 1932 participa en la redacción de la Revista
suprime los sobresaltos vanguardistas del mo- de Arquitectura, son más reposados y didácti-
delo, en una operación similar a la efectuada cos. En la revista Sur escribe a pedido de Vic-
por Bustillo en la casa de Victoria Ocampo. Los toria Ocampo los comentarios sobre las confe-
ejercicios de estilo permiten una reelaboración rencias de Le Corbusier y otras notas que ofrecen
en una permanente operatoria de traducción. apoyatura doctrinaria a los comentarios gene-
En estas primeras etapas, entre la experimen- rales de distintos autores. En el proyecto cul-
tación y la experiencia, entre los saberes apren- tural de Sur, la arquitectura es una de las di-
didos y la práctica profesional, AP va cons- mensiones de la renovación artística, tal como
truyendo una arquitectura con rasgos propios. lo prueban las notas de la propia directora. El
clima de la revista la aproxima a un ámbito in-
La planta tipo para la casa suburbana. Muchos telectual que difiere en forma y fondo del Mar-
de los principios de diseño elaborados para las tín Fierro. Este nuevo medio le proporciona otras
casas de L. M. Campos y V. López serán apli- posibilidades profesionales en un momento de
cados en la amplia gama de casas suburbanas, mayor madurez como intelectual.
aunque no siempre alcanzan la misma calidad En 1933 viaja a EE.UU., financiado por una
de diseño. AP construirá viviendas unifamilia- beca de la ICANA, con el objetivo de relevar

108 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pre pre
museos y salas de espectáculos. A su regreso de racionalización edilicia. zas del vasto plan de obras públicas encarado
diseña un auditórium y una sala de conciertos Paralelamente, AP proyecta otros edificios por el gobierno de Justo para los festejos del
de gran escala con muros ladrilleros. Simul- de planta racional y con elementos compositi- aniversario de la fundación de Buenos Aires.
táneamente participa con Juan José Castro y vos tributarios de “los luises” en la fachada. En dicho contexto, la operación Obelisco apun-
V. Ocampo del Directorio del Teatro Colón. Así, en la esquina de Larrea y Beruti (1935) y taba a consolidar un nuevo centro para la re-
V. Ocampo lo contrata para edificar varios en Av. Alvear 1831 (1950), AP recurre a la pie- fundación de la ciudad. Principalmente, con-
edificios sobre solares construidos con casas rre de taille para el basamento, a los balcones a tribuía al desplazamiento del centro de la ciudad
familiares. El proceso de sustitución –casas so- la francesa (con balaustrada y/o reja metálica) hacia el Norte. El ensanche de Corrientes y la
lariegas por edificios de rentas–, común en y a las molduras que marcan el desarrollo de terminación de la Diagonal Norte creaban un
Buenos Aires, explica además las posibilida- las alzadas de revoque blanco. Los remates se foco que quitaba peso al eje histórico de la Ave-
des que se abren para incorporar nuevos len- resuelven con los balcones terraza permitidos nida de Mayo.
guajes y tipos en el espacio urbano. Esta diná- por los retiros reglamentarios. La Ley Luro de 1912 autorizó las expropia-
mica se va acentuar con posterioridad a la Al igual que sus obras tucumanas, cons- ciones para la Avenida Norte-Sur, previendo
legislación sobre propiedad horizontal (v.) truidas en la primera etapa de su trayectoria, dos rond point (uno en la intersección con la
(1948), consagrando una cierta homogeneidad estas casas de renta estarán ausentes de los es- Avenida de Mayo y otro en la intersección con
de los inmuebles urbanos entre medianeras. tudios críticos, en la medida que suponen una Corrientes). Iniciar el megaproyecto con el
En la distribución en planta de las casas de desviación del itinerario moderno de AP. Pe- nuevo monumento marcaba la nueva relación
renta, los esfuerzos de diseño de AP se trazan de fuerzas que se intentaba imponer. En ese
en el mismo sentido que en sus casas unifa- sentido, fue el puntapié inicial para la aper-
miliares, donde insiste en una regulación for- tura de la Avenida Norte-Sur, cuya construc-
mal y distributiva por medio de una modula- ción comienza un año después, según la va-
ción estricta. En las parcelas anchas organiza riante park way (v. Buenos Aires). El Obelisco era
dos cuerpos –frente y contrafrente–, de modo uno más entre los múltiples emprendimien-
que las circulaciones, los servicios y los patios tos imaginados para festejar el aniversario de
de aire y luz se ajusten a una geometría regu- la fundación. Debía construirse en tiempo ré-
lar (Chile 1368, de 1939; Tucumán 685, de cord y clausurar un viejo debate en torno del
1936). En los casos de parcela reducida –típi- monumento adecuado. Desde fines de la dé-
co problema de Buenos Aires–, AP opera so- cada del veinte, la Sociedad Sanmartiniana, la
bre un solo cuerpo y agrupa circulaciones y ser- Belgraniana, etc., se disputaban el derecho a
vicios. Los primeros encargos de Victoria –el la construcción de un monumento alegórico
edificio de departamentos de la calle Chile en dicho emplazamiento.
(1935), los ateliers de la calle Tucumán 685 AP aceptó inmediatamente el encargo y
(1936) y la casa de rentas vecina (1937)– le per- lo resolvió con celeridad. Diseñó un conjunto
miten concebir también una fachada tipo “pa- centrado en la Plaza de la República, rodeado
ra el inmueble urbano”. Esta se estructura so- con una línea uniforme de fachadas. La pro-
bre un basamento blanco y una alzada de ladrillo puesta era coherente con los proyectos de cen-
con ventanas planas sin balcones salientes. Los tros cívicos que se dirimían durante los trein-
dos edificios más destacados de esta resolución ta, inspirados en las premisas del civic art. Los
de fachada son los ateliers de Tucumán 689 y u CASA EN VICENTE LÓPEZ, PCIA. DE BS. AS. conjuntos monumentales y los ejes jerárqui-
un edificio de propiedad horizontal (Libertador cos de viaria eran previstos como instrumen-
846, de 1955). En este último, la recova obli- ro con o sin ornamentación, las casas indivi- tos para la reorganización y cualificación del
gatoria de doble altura permite una modula- duales y de departamentos de AP se incluyen centro. La preservación del valor cívico y ale-
ción de la fachada que se beneficia con el es- en los procesos de racionalización constructi- górico de los monumentos apuntaba a des-
pacio perspectívico que proporciona la avenida. va de los treinta, que sus textos y proyectos con- pertar los sentimientos de pertenencia e iden-
La fachada ladrillera es utilizada también en tribuyeron a constituir. tidad de la comunidad frente a la fragmentación
los tres inmuebles de oficinas diseñados para metropolitana.
el Banco Hipotecario, localizados en la calle El Obelisco. Según Grementieri, el viaje a los El espacio imaginado por Prebisch con-
San Martín 685 (1949), y en Paseo Colón 329 EE.UU. dejó su impronta en la resolución del siste en una muralla de edificación que con-
y 533 (1950-1951). Obelisco, y es posible que la travesía america- tinúa las alturas reglamentarias de las diago-
En este conjunto de obras cabe mencionar na haya influido en ciertos aspectos de la re- nales. El conjunto dibujado, comunicado a los
el interés de Victoria, que en la contratación solución formal, en la que se perciben aún las medios periodísticos para dar a conocer el pro-
de AP articula intereses patrimoniales con as- resonancias del Plan Urbanístico de Washing- yecto de la Plaza, quedó eclipsado por la con-
piraciones culturales. En 1935, la señora Ocam- ton. Sin embargo, la idea original del Obelis- troversia suscitada por el Obelisco propiamente
po -replicando los propósitos de Gropius-cla- co pertenece a un funcionario amigo de AP: Ati- dicho. El proyecto, cuya obra se inicia inme-
maba desde la revista Sur por la necesidad de lio Dell´Oro Maini, secretario del intendente de diatamente, es apoyado en forma incondicio-
una estandarización. AP, en conjunción con Buenos Aires, Mariano de Vedia y Mitre. nal por los amigos de Prebisch y los grupos de
su comitente, podrá avanzar en sus intentos La Plaza de la República era una de las pie- “vanguardia”. Abstracción, verdad, pureza, son

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 109


los adjetivos que emplean sus defensores. Organiza un vestíbulo de triple altura, cir- zada sobre una trama de columnas y la fachada
Las controversias y los problemas que se cunscripto por las escaleras y sus barandas de vidriada, resuelta con sofisticadas carpinterí-
plantean durante la construcción no impidie- tenue geometría, en una circulación perime- as de madera, se adecuaban a los requeri-
ron su inauguración en 1936, en ocasión de tral. La irregularidad de la parcela lo obliga a mientos de la gran tienda.
los multitudinarios festejos. El periodismo mos- desviar los ejes de la sala y del hall, y logra así
traba la iluminación nocturna reflejada en la una sutil disimetría que agrega interés al tra- CUARTO PERÍODO (1950-1970).
Corrientes ensanchada, en su intento por im- tamiento espacial. Una resolución tecnológica Arquitectura y ciudad. El último período de Pre-
pactar a la opinión pública. Los opositores no “de tensores forrados por camisa de hierro y bisch es difícil de revisar. Por un lado, asume
se dejaban encandilar y apuntaban sus dardos símil oro rellenada por cemento para evitar los responsabilidades como funcionario. Será de-
hacia el intendente y su equipo técnico, a quie- efectos de la temperatura”, diseñada por el in- cano interventor de la Facultad en 1955, después
nes acusaban de dilapidar el erario público. Las geniero Adolfo Moret, aseguraba la estructura de la Revolución Libertadora (nombrado por
tensiones alcanzaron un punto culminante en de una vidriera de grandes dimensiones. Los Atilio Dell´Oro Maini), y en 1970 la interven-
1939, cuando el concejal Comolli propuso una tensores del frente ayudaban a soportar el pe- ción militar le otorgará las mismas funciones.
ordenanza de demolición. so del dintel de entrada y de la marquesina, co- Su inclusión en la Universidad es como
Entretanto, la sociedad porteña lo iba in- laborando en una transparencia total entre el funcionario. AP nunca tuvo interés en des-
corporando a través del humor gráfico, los mo- interior y el exterior en la caja del hall. empeñarse como docente. Valoriza al máximo
delos para armar del Billiken y los comenta- La fachada es un plano liso de travertino la práctica profesional.
rios de la revista Fémina y de El Hogar. sin lustrar, horadado con un ventanal suspen- En 1960 asume como intendente de la Ca-
El verdadero interrogante que plantea la dido y un espacio lateral previsto para publici- pital, bajo la Presidencia de José María Gui-
obra se refiere al proceso por el cual el dis- dad, donde se reconoce la impronta de la mo- do, y desde ese puesto favorece la gestión del
cutido monumento se transformó en el sím- dulación de AP en el trazado. La fachada refleja Plan Regulador e instala un novedoso servi-
bolo de la ciudad moderna. Este proceso ex- la estructura interna del vestíbulo y el foyer, a cio de comunicaciones con la comunidad. Co-
cedió largamente la labor de AP, aunque no través de la cual, desde la calle, puede obser- mo delegado de la Academia de Bellas Artes
deba menospreciarse su sensibilidad para in- varse el movimiento del público en escaleras, colaboró en la confección de dicho Plan. Si
terpretar y para defender con tozudez un pro- galerías y balcones. bien su rol no es protagónico –se reconoce co-
yecto de dimensión urbana que parecía con- Idéntica fluidez logra en el interior, donde mo un lego en urbanismo–, los problemas de
denado al fracaso desde sus inicios. Refleja a el marco oval de la pantalla se continúa en una la ciudad estuvieron presentes en sus diseños
la vez el carácter de la controvertida Moder- bóveda dividida en arcos de borde superpues- de arquitectura. En un principio, presenta sus
nidad de los treinta, que en Buenos Aires lle- to, en una solución similar a la del Radio City ideas en La Ciudad Azucarera (1924) y cues-
va a cabo la Intendencia. de New York e inspirada en los principios acús- tiona implícitamente los alcances del Proyec-
ticos de Monsieur Lyon de París. En los espa- to Orgánico en elaboración. Durante la déca-
El cine Gran Rex. Cuando la virulencia del de- cios entre arcos se resuelven la iluminación, la da del treinta transmite sus experiencias en
bate público en torno del Obelisco se desplaza acústica –los vacíos permiten la absorción del EE.UU., en relación con la necesidad de tra-
hacia la apertura de la Avenida Norte-Sur, AP sonido– y los conductos de ventilación artifi- zar un Plan Regulador, y está presente en los
finaliza el cine Gran Rex (1937), localizado en cial. Grandes estructuras de hormigón en vo- frustrados intentos iniciales de constituir en
el nuevo corazón de la City. Acorde con la cons- ladizo sustentan las butacas en pendiente, en la Argentina una filial del CIAM. Su apoyo
trucción del centro moderno de la ciudad, que tanto la cubierta es resuelta en hierro, material efectivo a las tareas del urbanismo las efec-
había inaugurado la Plaza de La República en que permitió la velocidad constructiva y la so- tuará desde la Municipalidad.
contraste con el decorativismo alegórico del res- lución de problemas técnicos. Los espectado- Su producción de las últimas décadas, me-
to de los cinematógrafos vecinos, AP diseña una res se ubican en 3.500 butacas, sobre tres ni- nos conocidas, no presenta aristas destacables.
de sus piezas más depuradas. veles, y se suprimen los palcos. Hemos mencionado sus cines, casas de de-
El programa era moderno desde la partida. El cine Gran Rex resuelve todos los proble- partamentos y edificios institucionales, a los
Contemplaba la realización de un complejo de mas de la Arquitectura Moderna en cuanto a que se suma una amplia gama de residencias
sala de espectáculos, dos playas de estaciona- fluidez espacial, relación entre interior y exte- suburbanas, que no presentan innovaciones
miento para automóviles en el subsuelo y un rior y supresión total de elementos decorativos. respecto de una forma de diseñar consolidada
bar, por resolver sobre un lote de 46 m de la- Las grandes líneas estructurales organizan la durante los años treinta.
do. La sala de espectáculos requería del plató, totalidad de sus espacios. Recibe una distinción En las últimas entrevistas que se le efec-
camarines, niveles para el movimiento de de- por su diseño y será una de las realizaciones túan pone de manifiesto cierta amargura res-
corados, etc. La experiencia de AP en EE.UU., técnicas más publicitadas de la década. pecto de la profesión. Como a toda la genera-
en ocasión de su viaje, y el proyecto de audi- Ese emprendimiento le abre la puerta pa- ción de pioneros, a AP le es difícil asimilar las
tórium le proporcionaron un importante pla- ra varios encargos de cines en el interior: el transformaciones que conlleva la arquitectura
fón para cumplir el encargo de Cordero, Ca- Plaza de Tucumán (1944), el Victoria de Sal- de la segunda posguerra, que pone en cuestión
vallo y Lautaret, empresarios cinematográficos. ta (1945), el Gran Rex de Rosario (1947), el las ideas básicas que fundamentaron su acción.
“Un cine es una sala, una pantalla y un hall”, Atlas de Buenos Aires (1966). No obstante,
definirá AP muchos años después. Y es, en ninguno de ellos alcanzó la calidad del Gran ALBERTO PREBISCH Y LA HISTORIOGRAFÍA.
efecto, en torno de estos tres elementos que Rex de Buenos Aires En 1941 proyectará El Los estudios sobre AP se incluyen gene-
AP despliega la resolución de conjunto. Emporio Económico. La planta libre, organi- ralmente entre los trabajos sobre el Movimiento

110 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pre pre
Moderno en la Argentina, que consideran a AP luntad de permanencia y tendiente a descui- biografía profesional de AP le permiten anu-
uno de los “pioneros” –junto a Vilar, Bereter- dar la materialidad a favor de la abstracción”. dar sus interpretaciones. Paradójicamente, son
bide, Vautier y Wladimiro Acosta (v.)– de la nue- Estos rasgos se aplican a la arquitectura de AP. las investigaciones sobre la arquitectura de la
va arquitectura. Así, su trayectoria se examina A propósito del tema “creatividad”, J. Sar- Academia, realizadas por Grementieri, aque-
bajo el prisma de la crítica ideológica, particu- quis adjudica al proyecto de Ciudad Azucare- llas que le permiten abordar la crítica interna
larmente durante los años en que el Movimiento ra el valor de una inflexión, junto a otras ma- de la obra de AP con su devenir artístico (mo-
Moderno era percibido como una réplica irre- nifestaciones que “contribuyeron a formalizar dernidad “azul”, “blanca”, “roja”, “gris”).
flexiva de “modelos importados” o como un in- un debate en un medio con serias resistencias La mayoría de las lecturas críticas ponen el
discutible paradigma de renovación. La crítica para aceptar lo nuevo”. La publicación de la Cá- énfasis en el período heroico y en sus obras pa-
interna de su obra es muy reciente. tedra de Solsona de la FADU (1987) y la revis- radigmáticas, en la oposición de su época de
El texto de Bullrich (v.) (1963) considera los ta Casas (1992), reúnen como principales mé- oro con sus últimos años. Sin embargo, un aná-
escritos y obras de AP “como una de las pri- ritos el redibujo cuidadoso de las obras y la lisis del conjunto de su obra abre matices.
meras contribuciones a la Arquitectura Racio- antología de textos originales de AP, pero no En nuestro texto intentamos mostrar su ela-
nalista en nuestro medio”. Del mismo modo, se extienden en lecturas críticas boración de “tipos” urbanos y suburbanos, don-
La arquitectura en la Argentina 1930-1970 con- Los tres textos monográficos disponibles de se conjugan los procesos de modernización
sidera a AP “el principal difusor del ideario del sobre la obra de AP tienen un carácter muy di- en la construcción y las ideas del Movimien-
Racionalismo europeo”. No obstante, sus edi- ferente. La publicación de la Academia de Be- to Moderno que introdujo AP en nuestro me-
ficios merecen pocas líneas (es mencionada la dio. La obra de Prebisch se inserta en dichas
Ciudad Azucarera, la Casa de Luis María Cam- transformaciones, que su tarea de propagan-
pos y el Cine Gran Rex, “su mejor obra”), y el dista ayudó a constituir. De igual modo, se-
análisis se asocia con las críticas formuladas guimos la hipótesis de la traducción (Kat-
al Movimiento Moderno local, concebido co- zenstein), con que traslada situaciones
mo un producto efímero, “de moda” y “audaz”, internacionales a las circunstancias naciona-
reflejo del “esnobismo” burgués. Se enfatiza les, que precisan sus obras iniciales y la cris-
la falta de trascendencia del ideario del Movi- talización de sus ideas en los años treinta. En
miento Moderno en la construcción de edifi- tercer lugar, ponderamos a los comitentes en
cios del Estado y se aduce su inadecuación en el rol que adquieren en sus obras de arqui-
un país “que apasionadamente buscaba ale- tectura. Pero quedan muchas zonas en pe-
jarse del cosmopolitismo”. numbra. Entre el conferencista infatigable y el
La controversia entre “lo propio y lo ajeno” arquitecto laborioso, entre el amigo soñador y
persiste en el debate que opone a Larrañaga y el funcionario, su biografía abre más interro-
Katzenstein en las páginas de la Revista de Ar- gantes que respuestas.
quitectura. Los análisis de la arquitectura “no Todos los estudios –incluido el nuestro–
ortodoxa” de Larrañaga se centran en la pro- marcan la necesidad de revisar la arquitectu-
ducción de arquitectos “transgresores”, que no ra de Prebisch de los años cuarenta a los se-
se limitan a replicar modelos europeos. En res- senta desde otra perspectiva: examinando las
puesta, Katzenstein mostró que “nuestros ar- vinculaciones entre comitentes, empresas cons-
quitectos desvirtuaron los modelos originales tructoras y mercado. Esta visión colaboraría
y, apoyándose en esa traducción traidora, pu- u EDIFICIO DE OFICINAS EN LA AV. PASEO COLÓN, BS. AS. con la interpretación de los procesos de “des-
dieron establecer las bases de una arquitectu- encanto” y de los períodos grises. En otras pa-
ra propia”. El texto de Katzenstein, con un fi- llas Artes es una semblanza elaborada por sus labras, se trataría de examinar las alternativas
no análisis de dos casas de AP, ya mencionado, amigos, que incluye la reproducción de su cu- de producción del espacio de la ciudad, don-
muestra que ambas obras, si bien se inspiran rrículo, sus escritos y obras ilustradas con fo- de los arquitectos no siempre han sido pro-
en Le Corbusier, están atravesadas por reso- tos de Horacio Cóppola. Es el único libro, la tagonistas. A. N.
luciones propias que responden a demandas primera publicación, destinada exclusivamen-
específicas, que terminaron por transformar te a AP, base de muchos trabajos posteriores. Bibliografía: Escritos sobre A. P.: “Alberto Prebisch,
el sentido original de “los modelos”. Molina y Vedia emprende una revisión de 1899-1970” (nota necrológica). En: Summa. N.° 30,
Desde otra perspectiva, Liernur cuestiona la obra de los protagonistas del Movimiento 1970; “Merecida distinción al arquitecto Alberto
en 1985 la historia oficial del Movimiento Mo- Moderno. Periodiza la arquitectura de AP en Prebisch”. En: Revista de Arquitectura. Año XIX, N.°
derno en Argentina y muestra la necesidad de términos de los períodos “efervescente, polé- 47, 1933; M. L. Bastos Kern. “Martín Fierro: Moder-
revisar sus supuestos. El título del texto es ilus- mico y productivo”, de “construcción” y final- nidad e identidad Nacional”. En mímeo (PUC/RS, Bra-
trativo de su hipótesis sobre las características mente de “agobio, desencanto y derrota”. sil); F. Bullrich. Arquitectura argentina contem-
del Movimiento Moderno, que precisa en un Alejado de los debates operativo e ideoló- poránea. Bs. As.: Nueva Visión, 1963; F. Grementieri.
artículo más reciente: “sólida, de volúmenes gico, F. Grementieri intenta un análisis in- “Alberto Prebisch. La declaración de la Moderni-
cúbicos elementales claramente articulados, terno de la obra de AP según un formato clá- dad”. En: Sección “Maestros de la Arquitectura” de
de mínimas indicaciones decorativas, discre- sico de la Historia del Arte. Un examen del la revista del Consejo Profesional de Arquitectura
ta, prioritariamente muraria, opaca, con vo- modo de resolución de sus proyectos y de la y Urbanismo. N.° 3, 1994; R. Livingston. “Prebisch a

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 111


30 años de Prebisch”. En: Summa. N.° 8, 1967; J. Mo- ís ocuparon cuevas y fabricaron cabañas de Por último, la necesidad de defensa está de-
lina y Vedia. “Prebisch y el racionalismo posible”. madera, barro y paja cuando fueron seminó- terminada por la existencia de algo apetecible
En: revista Dos Puntos. Bs. As., 1983; A. Novick. “Al- mades o sedentarios. Los totalmente nóma- y que vale la pena defender: la vida de los ha-
berto Prebisch. La vanguardia clásica”. En: Cuader- des –cazadores y recolectores– no dejaron bitantes, los cultivos, la hacienda, las tierras,
nos de Historia. N.° 9. Bs. As.: IAA, 1988; AA.VV. “Vic- otros vestigios que un patrimonio móvil, no ca- al igual que otras fuentes de riqueza, como mi-
toria Ocampo, Cliente; Alberto Prebisch, rente de interés arqueológico y artístico. nas, cotos de caza, etc. Es este el momento
Arquitecto”. En: Casas. N.° 25, 1992. cuando aparecen fortificaciones, lugares de de-
El territorio donde se asientan los pueblos pósito y caminos.
de constructores –que crearán luego obras de El ciclo evolutivo de los grupos de la Ar-
PRECIADO, PEDRO. S/d. Alarife. Activo en Bue- arquitectura– comprende las provincias de Ju- gentina actual se ha subdividido en grandes
nos Aires en la segunda mitad del siglo XVIII. juy, Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja. Con eras: 1) La era precerámica, es decir, de los pue-
respecto a Santiago del Estero existen dudas; blos que se manejan solamente con industrias
Hijo del maestro albañil Julián Preciado. Su no se han encontrado restos de construcciones de piedra, instrumentos para la caza, la pesca
primer trabajo documentado es la construcción, complejas, pero linda con áreas de alto des- o la defensa. 2) La era de la cerámica, que de-
según los planos del ingeniero Diego Cardoso arrollo cultural, por lo que no sería descami- nota un cierto grado de sedentarismo, aunque
(v.), de una de las alas del Fuerte. En 1757, se com- nado pensar que existan, no detectadas, po- sea estacional, ya que no es fácil fabricar cerá-
prueba que parte de esta obra amenazaba ruina blaciones con estructura fija, es decir, con un mica dentro del nomadismo. La era cerámica
por lo que debe ser reparada por una comisión patrón de poblamiento. se subdivide en tres períodos que, como es
compuesta por A. Masella (v.) y S. Gaete. En esta región hay dos tipos de evidencias: de suponer, varían ligeramente según las re-
En 1784 es nombrado auxiliar de J. Mos- las poblaciones y los sitios ceremoniales. De- giones del noroeste argentino:
quera (v.) para la reparación de las calles, y ese jemos de lado las obras de infraestructura –muy a) Temprano, aproximadamente entre el
mismo año es nominado junto con J. B. Ma- importantes en el NOA–, como las represas 500 a. C. y el 100 d.C.
sella maestro mayor de la ciudad, con el obje- para almacenamiento de agua, las canaliza- b) Medio, aproximadamente desde el 100
to de controlar el desarrollo de las obras par- ciones de riego artificial y las grandes terrazas d. C. hasta el 800 d. C. y el
ticulares. En 1786 aparece formando una de cultivo que fueron destruidas en su mayor c) Tardío, desde el 800 hasta la Conquista
compañía para explotar el Corral de Comedias, parte por los conquistadores como parte del española.
edificio que repara a los efectos de rehabilitarlo plan de aislamiento y debilitamiento de los gru- Durante el período temprano, entre el 100
para uso teatral. pos indígenas. Así se impidió casi totalmente a.C. y el 100 d.C., comienzan las primeras ma-
Entre sus obras puede destacarse una im- el sistema de cultivo, de modo que como me- nifestaciones constructivas en las zonas de Tu-
portante cantidad de casas en Buenos Aires, dios de subsistencia les quedaron únicamen- cumán (Tafí y zonas aledañas), en Catamarca
hoy desaparecidas. Su único edificio conser- te el pastoreo y la caza. (El Alamito, Valle de Hualfin) y seguramente
vado es el Cabildo de Luján, para el cual pro- No existen obras constructivas y no existe en una infinidad de otros sitios que queda-
yectó una fachada en 1778. D. S. arquitectura si no hay una madurez cultural, ron luego entrelazados con las culturas que les
social y económica. El hombre puede dedicar siguieron; superposición de construcciones
Bibliografía: G. Furlong. Arquitectos argentinos du- tiempo a otras actividades cuando ha satisfe- que no permite individualizarlas claramente.
rante la dominación hispánica. Bs. As., Hurpes, 1946. cho la primera necesidad: la alimentación. Lue- Florecen numerosos poblados con recintos rec-
go le sigue casi de modo inmediato, el abri- tangulares (culturas La Ciénaga y quizás Con-
go. Pero el primer abrigo es siempre natural: dorhuasi), circulares (cultura Tafí), de forma
PREHISPÁNICA, (ARQUITECTURA). En el ac- la cueva, la caverna o la choza improvisada. La ovoide muy alargada (El Alamito). Este es el
tual territorio del país existen restos de ar- creación de poblados –agrupación de varias fa- período de nacimiento de la arquitectura.
quitectura anteriores a la llegada de los es- milias– conlleva la idea de afrontar tareas en Tomemos dos ejemplos bien documenta-
pañoles. Corresponden a pueblos diversos, de forma mancomunada. No depende del hallaz- dos: El Alamito y Tafí. El pueblo de El Alami-
distintas culturas, quienes a su vez vivieron en go fortuito de una cueva, sino que presupone to (uno de varios semejantes), en un altiplano
períodos diferentes. Hasta hace poco se cre- la elección de un sitio adecuado, circunstan- próximo al Aconquija, presenta viviendas muy
yó que solo en los últimos tiempos antes de cia que es fruto de una experiencia previa y de estrechas y largas, desplegadas en abanico al-
la Conquista –y por influencia incaica– hubo la toma de decisión unánime de los pobladores rededor de una plazoleta. Las casas son semi-
obras de arquitectura de interés. La investi- o de sus jefes. La existencia de uno o más jefes subterráneas, con muros revocados, columnas
gación arqueológica ha demostrado lo con- evidencia una estructura social estratificada. de piedra y techo de madera y paja. Poseen dos
trario: el país tiene una larga tradición en la La creación de centros ceremoniales de- entradas en los extremos, una que da a la pla-
construcción de espacios abiertos y cerrados, nuncia la evolución social, con castas y una for- zoleta y otra al exterior del poblado. La plazo-
y en la organización de asentamientos com- ma de culto. Puede considerarse que una co- leta tiene dos recintos cuadrados que son co-
plejos. Estas evidencias están casi exclusiva- munidad halla la más alta expresión cuando, cinas comunales. Le siguen dos plataformas
mente localizadas en el NOA, en el área sub- por medio de sus autoridades, decide realizar ceremoniales, separadas por una trinchera don-
andina y de la Puna. En el resto del territorio un esfuerzo común, y edifica una obra que sir- de estaba alojado un monolito de piedra, obje-
argentino no hay signos de construcciones im- ve a la misma; o, si sirve solamente a la casta, to de culto. Tenemos en un solo pueblo: habi-
portantes, menos aún de obras de arquitec- se evidencia que esta tiene suficiente poder co- taciones, servicios y un sitio ceremonial,
tura. Los pueblos que poblaron el resto del pa- mo para lograr ese fin. elementos que prueban un desarrollo muy avan-

112 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pre pre
hispánica en la Argentina se encuentra en los
centros ceremoniales del período medio y en
los agrupamientos urbanos, ya desde el perío-
do temprano. Conviene no olvidar que estas
obras estuvieron acompañadas por otras de in-
geniería, que las complementaron muy opor-
tunamente, haciendo posible la supervivencia
en un entorno hostil. Las inclemencias del cli-
ma fueron un aliciente para el desarrollo. Las
represas, el riego artificial, la preparación de
las tierras y el almacenamiento de alimentos
favorecieron un grado de cultura que, en las
industrias de la cerámica, de la piedra o del me-
tal, alcanzó niveles notables. Quince o veinte
siglos construyendo fueron una experiencia va-
liosa de nuestros antepasados, experiencia que
aún hoy es válida y, en muchos casos, apro-
vechable. El NOA, en gran parte hoy estéril y
olvidado, se cultivó y fue productivo hasta cin-
u RESTOS DE UN ASENTAMIENTO DE LOS INDIOS QUILMES, EN TUCUMÁN. co siglos atrás. G. P.

zado dentro de la región. Recordemos también resto de América. El segundo centro ceremo-
que los habitantes de El Alamito fueron los es- nial, Choya 68, es una pirámide circular lo- PREHISPÁNICO, (ASENTAMIENTO). Para la ar-
cultores de los “suplicantes”, los objetos de bulada y escalonada, realizada en piedra, de 25 queología, asentamiento es toda área de un
arte más sorprendentes del noroeste argentino. m de diámetro y unos 7 m de altura. No exis- territorio ocupado de modo permanente o re-
Sus creadores brillaron por su madurez espa- te otra pirámide conocida con esta forma, muy currente en el pasado por un grupo humano
cial, su capacidad de abstracción y de síntesis. elaborada en su diseño. Se supone que perte- cuya presencia introdujo modificaciones en el
En el Abra del Infiernillo, a 3000 m de al- nece al período avanzado de La Aguada, alre- paisaje y generó un registro (‘conjunto de in-
tura, se encuentran más de un centenar de re- dedor del 800 d. C. Los arqueólogos Alberto formación’) material susceptible de ser ana-
cintos circulares, que fueron viviendas, depó- Rex González y José Togo la excavaron en 1999, lizado. El tipo de evidencia material requeri-
sitos, graneros y talleres de la cultura Tafí. trabajo que quedó inconcluso por falta de fon- da para definir un asentamiento continúa
Estos recintos llegan a tener 15 m o más de dos y de ayuda. siendo tema de discusión entre los arqueólo-
diámetro, de modo que albergaban a grupos Son estos centros los ejemplos más sig- gos, si bien suele aceptarse como tal todo
numerosos. Están agrupados de a tres hasta nificativos de arquitectura antes de la Con- conjunto de artefactos que indique transfor-
diez recintos o más, tuvieron techos de ma- quista; demuestran la existencia de una so- mación de un espacio natural en función de
dera y paja que no han subsistido, como tam- ciedad organizada, con estratificación social, un interés cultural. La presencia de conjun-
poco los de otras culturas (El Alamito, La Cié- conocimientos de medicina y técnicas de tra- tos edilicios o de estructuras construidas de
naga, y posteriores). bajo de metales. cualquier tipo supone una instancia ineludi-
En el período medio encontramos pobla- En el período tardío se desarrollan centros ble en la identificación de asentamientos hu-
dos de mayor tamaño, como Santa Rosa de Tas- poblados de mayor envergadura, tales como manos, si bien estos no pueden ser conside-
til en Salta, perteneciente a la cultura de La Quilmes, uno de los mayores. Los santama- rados como la única forma de registro de los
Candelaria (600 d. C.), infinidad de asenta- rianos fortificaron muchos de estos poblados. mismos, error muy común.
mientos en La Rioja y Catamarca, de la cultu- En el área jujeña también se encuentran po-
ra La Aguada (desde el 400 dC hasta el 900 d. blaciones fortificadas (pucarás, v.), que cons- Históricamente, los primeros asentamien-
C.), y los primeros centros ceremoniales de truían en las alturas laterales de las quebradas. tos prehispánicos que llamaron la atención de
gran tamaño, como el de Loma Larga, el de Son ejemplos Tilcara, Los Amarillos y una can- los investigadores fueron aquellos que conta-
Shincal, el de Ambato, La Rinconada y los re- tidad en la Quebrada de Humahuaca. ban con un registro material monumental o
cientes hallazgos próximos a la ciudad de Ca- La influencia incaica (v. Inca) se canaliza ma- edilicio significativo (v. Prehispánica, arquitectura),
tamarca, en La Choya. Nos referiremos a los yormente a través de la cultura de Belén, la que ya que sus grandes dimensiones, la durabili-
dos últimos. adopta sus modalidades constructivas. El in- dad de los materiales empleados y el podero-
El centro ceremonial de La Rinconada cons- canato construye su red de caminos que llegan so significado político-religioso otorgado a los
ta de una pirámide truncada (de tierra) de apro- hasta Mendoza. Los vestigios de arquitectura mismos los convertían en muy atrayentes pa-
ximadamente 6 m de altura y unos 70 m de incaica son menores, se limitan a la construc- ra los arqueólogos y los turistas. Por otra par-
largo, con restos de un templete superior con ción de tambos (v.) –estaciones de suministro te, el rico registro artefactual habitualmente
rampa de acceso y una gran plaza frontal. Es y albergue sobre el camino–, que aparecen asociado a este tipo de sitios (objetos de cerá-
la primera pirámide encontrada en la Argen- en La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy. mica, madera, metal y piedra) permitió cons-
tina y se relaciona con otras altas culturas del Lo más interesante de la arquitectura pre- truir complejas interpretaciones sobre la di-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 113


námica original de tales asentamientos y so- cialmente. La implementación de estudios acer- Ingresó Prímoli en la Compañía de Jesús,
bre la vida doméstica de sus ocupantes. En la ca del uso del espacio, los patrones de distri- en Sevilla (1716), con el objeto de ser incor-
mayor parte de los casos, se trataba de insta- bución de los grupos sobre un territorio y las porado a las misiones. Su arribo a Buenos Ai-
laciones erigidas por sociedades de agrícolas y estrategias regionales de explotación de los re- res se produjo en 1717; formaba parte, junto
jerárquicamente organizadas, hecho reflejado cursos evidenciaron la importancia de consi- con Blanqui (v.), Wolf (v.) , Klausner, Schmidt
en la presencia de una arquitectura pública derar el concepto de asentamiento en un sen- (v.) y otros sacerdotes, de una de las expedi-
bien identificada. Como ejemplo de estudio de tido amplio, que incluyera tanto los lugares de ciones más importantes de las enviadas por la
este tipo de asentamientos pueden citarse los habitación de los individuos como todo el am- Orden al Río de la Plata.
realizados en la antigua ciudadela de los quil- plio circuito de sitios involucrados en el cum- Luego de una estadía de dos años en el No-
mes (en la provincia de Tucumán) o en Shin- plimiento de sus actividades cotidianas. Sec- viciado de Córdoba, regresó a Buenos Aires,
cal de Quimivil (una instalación incaica en la tores tales como canteras de piedra, pozos de donde fue comisionado por el Cuerpo de Ca-
provincia de Catamarca). En líneas genera- aprovisionamiento de agua o áreas de caza y bildantes junto con el capitán Domingo Pe-
les, el inicio de la arqueología del NOA se re- trampeo de animales se convirtieron en in- trarca para la confección de los planos del nue-
lacionó con el análisis de este tipo de sitios. eludibles fuentes de información en la inter- vo Cabildo de la ciudad. Según Furlong, estos
Posteriormente, el desarrollo de la disciplina pretación de los asentamientos a ellos asocia- serían casi todos obra de Prímoli, habiendo
llevó a los investigadores a interesarse por gru- dos. El concepto jugó un papel central en el prevalecido en lo sustancial la planta por él re-
pos aborígenes cuya existencia y desarrollo cul- desarrollo de los estudios regionales y espa- alizada en la construcción del edificio que ha-
tural no incluía la construcción de estructuras ciales, porque favoreció la integración de da- bía de alojar en un principio las Casas Capi-
con materiales perdurables a largo plazo. Pe- tos provenientes de sectores geográficamente tulares y la Cárcel. La ejecución en sí de la obra,
se a ello, tales sociedades habían generado un distantes y permitió superar las limitaciones como la adecuación y el ajuste de los planos,
rico y variado registro material en los sitios que interpretativas impuestas por el análisis de si- quedó a cargo de Petrarca, ya que en 1720 fue
tios rígidamente delimitados. La noción de enviado Prímoli nuevamente a Córdoba.
asentamiento llevó asimismo a la incorpora- Intervino en esta provincia en la construc-
ción del paisaje en el estudio de los grupos cul- ción y dirección de varias obras de la Compa-
turales prehispánicos, pues se entiende que el ñía, aunque sólo en lo que respecta al Colegio
modo en que cada sociedad se relaciona con el Máximo de la ciudad ha podido ser demostra-
ambiente que la rodea influye directamente en da su participación. Presupone Furlong que no
las características de su cultura material, in- es improbable que hubiera tomado parte en
cluyendo las estrategias y la dinámica emple- la iniciación de las obras de algunas de las es-
adas en la ocupación del territorio. tancias que la Orden poseía en el interior de
Los asentamientos de tipo urbano fueron la provincia, tales como Alta Gracia, Jesús Ma-
característicos del último período indígena, y ría o San Ignacio de los Ejercicios. Tampoco el
sobre ellos se realizó en el NOA la superposi- papel que le cupo en la construcción de la Ca-
ción incaica. Hubo ciudades de varios miles de tedral de Córdoba ha podido ser precisado. Con-
habitantes, con construcciones complejas de trariamente a las aseveraciones de Gervasoni,
uRUINAS QUILMES EN TUCUMÁN. tipo comunal, desde sitios de molienda hasta que en 1729 atribuye a Prímoli la autoría de to-
los de carácter religioso, unidades de vivienda dos los trabajos de construcción de ese templo,
ocuparon, si bien fue necesario establecer un de mayor tamaño para los jerarcas, silos y de- supone Furlong que estos fueron llevados a
nuevo marco teórico que posibilitara su in- pósitos de granos y otras mercaderías, áreas quien reemplazó a Prímoli en la dirección de
terpretación. El concepto fue entonces redefi- para actividades religiosas y militares, alta- las diversas obras que tenía a su cargo.
nido, por lo que a la vez se amplió el espectro res, templos y grandes edificios para las reu- En el mismo año fue destinado a la ciudad
de elementos considerados como evidencia de niones de la jerarquía social. D. S. / A. I. de Buenos Aires, donde permaneció hasta 1730.
ocupación humana y la diversidad de la natu- Durante este período fue comisionado por el
raleza de los mismos; ello permitió incorporar gobernador Bruno Mauricio de Zavala como
a las clasificaciones de asentamientos prehis- PREFABRICACIÓN. f. (v. Contemporánea, arquitectura). maestro de obras de la Iglesia y Monasterio de
pánicos sitios tales como las estaciones de ca- las Catalinas, construcción iniciada por Blan-
za y los campamentos temporales de grupos PRÍMOLI, JUAN BAUTISTA S. J. Duomo, Milán qui y de la cual Prímoli efectuó un plano de re-
nómades que previamente no habían sido con- (Italia), 1673 - La Candelaria (antigua capi- levamiento antes de que se tomara la decisión
siderados como tales, dada la ausencia de es- tal de las misiones guaraníticas), 1747. Ar- de recomenzarla en otro solar. Su actividad se
tructuras arquitectónicas, de talleres de tra- quitecto. Considerado uno de los técnicos más centró principalmente en la erección de la Igle-
bajo, campamentos y otros. importantes de los jesuitas en el Río de la Pla- sia y del Colegio de San Ignacio, cuya bóveda
Progresivamente, y a medida que se des- ta, desarrolló su actividad en las ciudades de principal se construyó bajo su supervisión.
arrollaban nuevos trabajos de investigación, la Córdoba y Buenos Aires, y en distintas reduc- A principios de 1730 pasó a trabajar en dis-
evidencia obligó a los arqueólogos a conside- ciones del área guaranítica. Tuvo participación tintas reducciones del área guaranítica. En ellas
rar la posibilidad de que los asentamientos abo- en diversos emprendimientos ajenos a la Or- se ocupó de la construcción de tres de los prin-
rígenes prehispánicos tuvieran una amplitud den, tales como las catedrales de Córdoba y cipales templos levantados por la Orden: los
espacial mucho mayor que la considerada ini- de Buenos Aires, y el Cabildo de esta última. correspondientes a los pueblos de San Miguel,

114 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pre pro
Trinidad y Concepción. Tanto por la comple-
jidad de su construcción en piedra y mam-
postería, como por sus inusuales dimensiones,
se cuentan estas obras entre los ejemplos más
monumentales de los realizados por los jesui-
tas en la selva misionera.
Habiendo abandonado temporariamente
la obra de San Miguel, se hallaba Prímoli en la
ciudad de Buenos Aires entre 1735 y 1737. Allí
le fue encomendada la construcción de la re-
sidencia jesuítica de San Telmo, obra llevada
a cabo sobre la base de los planos delineados
anteriormente por Blanqui. La ejecución tan-
to del claustro como del templo habría estado u LA SUCURSAL AZCUÉNAGA DEL BANCO NACIÓN, PROYECTO DE ARTURO PRINS.
en un principio a su cargo, aunque se sabe que
en 1737 quedó bajo la dirección de Schmidt. vo General de la Nación en L. N. Alem, el Ho- minos estrictos, la denominación alude a un
En dicho año retornó a las misiones, don- tel Centenario de Av. de Mayo, el Pabellón de régimen jurídico y no a una tipología arqui-
de se ocupó de completar el templo de San Mi- Entre Ríos y la Portada Principal de la Expo- tectónica ni a un programa funcional preci-
guel hasta 1747, fecha de su fallecimiento. A. C. sición del Centenario. Concretó muchas resi- so. La Ley 13.512 fue propuesta por el gobierno
dencias: la de San Miguel en Charcas y Para- peronista (1946-1955) e integraba el 1 Plan Quin-
Bibliografía: G. Furlong. Arquitectos argentinos du- ná (1907), de Olivera en Santa Fe y Suipacha, quenal (1947-1952). Formaba parte de las polí-
rante la dominación hispánica, Huarpes, 1946; A. de Egusquiza en Libertad 1502 (1905), de Mo- ticas de democratización del acceso a la pro-
Mille. Derrotero de la Compañía de Jesús en la con- lino en Talcahuano 1296 (1905), el palacio de piedad inmobiliaria y de ampliación del parque
quista del Perú, Tucumán y Paraguay y sus iglesias Quintana en Rodríguez Peña 1874, el de Llo- habitacional propuestos por el peronismo (v. Vi-
en el antiguo Buenos Aires 1567-1768, 1968. bet en Alvear 368, Juncal 1174 y 1662, Junín vienda de interés social). Este tipo de ley, tardía en
1321, Arenales 3665, Paraguay 1336, Viamon- la Argentina, se encontraba ya impuesta en mu-
te 838, Talcahuano 859, Callao 1711, 1707, Pa- chos países (Brasil, 1928; Chile, 1937; Uruguay,
PRINS, ARTURO. Montevideo (Uruguay), 1877 raguay y Junín, Juncal y Ríobamba, Charcas y 1946). El objetivo de democratización del ac-
- s/d, 1939. Ingeniero arquitecto. Uno de los Rodríguez Peña, etc. Realizó el edificio de Ar- ceso a la propiedad se hace evidente por el tipo
principales representantes de la Arquitectura turo Medina en Viamonte y Montevideo de solución que adoptó la ley argentina, ya que
Ecléctica a principios del siglo XX, fue autor (1909), considerado el primer rascacielos (v.). admitía la división por departamentos y esta-
de importantes obras en la Capital Federal y Ganó el concurso y realizó el Club 20 de Fe- blecía su propiedad exclusiva, mientras que en
en algunas ciudades del interior. brero en Salta, hoy utilizado como Casa de Go- otras legislaciones se establecía la propiedad
bierno. por pisos o la copropiedad de la totalidad del
Se graduó en Buenos Aires de ingeniero edificio. Los edificios en la Argentina presen-
(1900) y en Italia de arquitecto. Se perfeccio- taban sectores de propiedad exclusiva (depar-
nó en el estudio de la arquitectura gótica. Fue PROPIEDAD HORIZONTAL (EDIFICIO DE). Ti- tamentos o unidades) y áreas de propiedad co-
profesor de Teoría de la Arquitectura (1907), po de edificio de vivienda en altura, ubica- mún (accesos, servicios, etc.). En cuanto a la
perito y asesor de la Municipalidad de Buenos do en un lote urbano, dentro del amanzana- organización y administración de cada edificio,
Aires, y realizó una enorme tarea solo miento tradicional. Este uso de la frase es se pautaba que debía ser realizada por el con-
o en sociedad con el arquitecto Ranzenhoffer índice del condicionamiento que a partir de sorcio de copropietarios, según el reglamento
(v.). Realizó proyectos para el Banco de la Re- 1949, debido a la lógica de la venta por uni- dictado de común acuerdo. En 1951 se creó la
pública en Montevideo y para la Universidad dades, sufrió el diseño de tales edificaciones, Cámara Argentina de Propiedad Horizontal con
de Uruguay. Obtuvo el primer premio en el y de las formas que asumió ese tipo de pro- el objeto de vincular a las personas y empresas
Concurso para la Exposición del Centenario ducción y de comercialización. Se convirtió dedicadas a tal tipo de actividades inmobilia-
(1910), en el de San Nicolás de Bari (1901) y en una tipología clásica de la vivienda de las rias, sus administradores y consorcios.
en los de: Darwinion, Museo de Botánico de áreas urbanas de densidad media y alta, aun- Aunque en general había un amplio con-
San Isidro, Galería Histórica de la Indepen- que en el total del país sus valores suelen ser senso sobre la necesidad de esa ley en el mo-
dencia de Tucumán, Universidad de Córdo- poco relevantes frente a los de las vivien- mento de su sanción, también contaba con de-
ba, etc. Presentó proyectos para la Facultad de das individuales. tractores, quienes se centraban en los siguientes
Derecho, el Jockey Club, la Biblioteca del Con- aspectos: 1) la nueva ley atacaba la tradicional
sejo de Mujeres, el Banco Nación en La Plata, Estos edificios se materializaron a partir de idea de propiedad privada definida por el Có-
Sanatorio Podestá. Realizó obras de impor- la Ley N.° 13.512/1948 (Decreto reglamentario digo Civil (1869); 2) la copropiedad podría ge-
tancia: la Facultad de Derecho (ahora de In- N.°.18.734, 06/08/1949), que admite la pro- nerar conflictos entre los propietarios; 3) el nue-
geniería) en Neogótico, el Banco Nación de piedad individual de las distintas unidades que vo régimen paralizaría la circulación de la
Santa Fe y Callao, la colonia infantil de La Can- los componen, prohibida anteriormente por el propiedad, al desaparecer la renta provenien-
delaria en Lobos, el actual edificio del Archi- artículo 2.617 del Código Civil (1869). En tér- te del alquiler, que hasta ese momento había

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 115


sido el móvil de la transformación edilicia en 20% de los habitantes de Buenos Aires vivía perficies y equipamientos comunes tendieron
sectores fuertemente urbanizados. en un total de 11.927 casas de departamen- a reducirse, pues dejaron de ser superficies ren-
El peronismo proponía esta ley, a la vez que tos, que ocupaban el 3,74% de las parcelas. No tables. 3) Los diseños buscaron, en general, el
mantenía congelados los alquileres desde 1943, existían grandes casas de este tipo: solo había máximo aprovechamiento de las posibilidades
de modo que le sustraía al mercado una forma 10 con más de 100 departamentos. La mayor constructivas de los predios. Debe destacarse
de inversión en la ciudad, pero a cambio de ella parte estaba constituida por casas con 4 de- que en tal sentido existió un cambio en la nor-
proponía una nueva. La propiedad horizontal partamentos (22,5%), le seguían en importan- mativa, porque en Buenos Aires el Reglamento
sería un nuevo dinamizador del mercado y un cia las de 5 y 6; entre los tres grupos se apro- de Construcciones (1928) (v.) fue reemplaza-
eje de renovación urbana, como lo había sido ximaban al 50% del total. do a partir de 1944 por el Código de Edifica-
anteriormente la casa de renta (v.). El Estado es- Pero la existencia del nuevo régimen jurí- ción (v.). Este último exigía el mantenimiento
timuló el nuevo tipo de emprendimientos, a dico comenzó a introducir cambios en los di- de fondos libres en los predios, con vistas a la
través de créditos la para construcción de edi- seños con respecto a estos antecedentes: 1) El constitución de un corazón de manzana. Las
ficios en propiedad horizontal del BHN (v.), es- sistema del alquiler exigía edificios con un ba- ubicaciones típicas de los edificios de propie-
tablecidos por el decreto reglamentario de la jo costo de mantenimiento, cuestión que de- dad horizontal correspondían a los dos tipos
ley. Sin embargo, los fondos asignados a la ope- jó de ser un problema para la venta inmedia- de lotes urbanos mínimos: en esquina y en-
ratoria fueron relativamente modestos respecto ta de los departamentos. Este hecho produjo tre medianeras. Los segundos fueron los de re-
de otras líneas, razón por la cual cabe suponer una pérdida de calidad en los materiales y de solución más comprometida, en los casos de
que las políticas oficiales consideraban la pro- los métodos constructivos utilizados. La pro- anchos mínimos (8.66 y 10 m). La propiedad
piedad horizontal un estímulo y una forma ca- piedad horizontal constituyó un mercado muy horizontal aumentó la cantidad de unidades
nalizadora de la inversión privada. activo (sobre todo a partir de 1960), destinado por pisos, que en los casos más frecuentes en-
tre medianeras fueron 3 o 4 unidades; 2 de ellas
PERIODIZACIÓN. iluminando a frente y contrafrente; y las res-
(Referida a Buenos Aires, donde se desarrolló tantes a patios de aire y luz. Este hecho origi-
con más intensidad este tipo). nó condiciones pésimas de iluminación y de
ventilación para un alto número de unidades
1) 1948/1949-1957. Desde la sanción de la ley por edificio. También produjo la “privatización”
hasta la reglamentación de los edificios torre. del fondo libre del lote, generalmente vendido
En este período se permitió la adquisición de como expansión de la unidad contigua de la
departamentos ya construidos, sobre todo a sus planta baja, mientras que en los edificios de
antiguos inquilinos, a través del crédito oficial renta permanecía como espacio común. El Ba-
(BHN e Instituto de Previsión Social). Duran- rrio Norte porteño es un buen ejemplo de los
te el gobierno peronista, la venta de edificios desarrollos de este primer período, pues se con-
existentes incorporados a la propiedad hori- tinuó con una localización que ya estaba mar-
zontal fue mucho mayor que la construcción cada por las casas de renta en altura y se cons-
de nuevos: entre 1950 y 1955 se autorizó a ven- truyeron fachadas y líneas de edificación de un
der dentro del sistema 4.713 edificios (61.229 fuerte grado de homogeneidad.
departamentos) y 481 edificios nuevos (6.815 En este primer período actuaron muchos
departamentos). La construcción de propiedad estudios y proyectistas que habían trabajado in-
horizontal no parece haber movilizado gran- tensamente en las casas de renta del período
des recursos, hecho que puede reconocer va- u EDIFICIO DE PROPIEDAD HORIZONTAL, M. R. ÁLVAREZ. anterior, como por ejemplo Casado Sastre y Ar-
rias causas: a) la industria de la construcción mesto (v.). Como propuestas innovadoras y re-
estaba volcada a la obra pública, por lo que se a ofrecer departamentos a un usuario en ge- flexivas sobre el habitar en altura, pueden ci-
retrajo la actividad privada; b) los empresarios neral desconocido, y muchas veces sin expec- tarse algunos ejemplos pabellonales o de torres
demandaban mayores créditos estatales para tativas definidas. Las organizaciones inmobi- en tiras, como el edificio de Alberto y Luis Mo-
construir propiedad horizontal, que no les fue- liarias crearon así una serie de “argumentos de rea (v.), Talcahuano 957/999 (1954), donde ade-
ron asignados; c) las ventas de propiedad ho- venta” que definían lo que debía considerarse más se experimenta con utilizaciones poco con-
rizontal fuerron incorporadas a las leyes de re- una “buena vivienda”, en muchos casos a tra- vencionales de la planta, como lo son los accesos
presión del agio; y fue limitado el margen vés de detalles de terminación, de la presencia a las unidades cada tres niveles. La empresa No-
posible de beneficios para los empresarios. de ciertos servicios o locales, o de la existencia guerol y Brebbia, en Rosario, también utilizó
En cuanto a la construcción de nuevos edi- de elementos tendientes a marcar el estatus so- circulaciones horizontales alternadas y ascen-
ficios, sus antecedentes eran la casa de renta cial del usuario. Estos clichés que suelen tener sores salta pisos en su edificio de la calle Rio-
(v.) y la casa colectiva (v.), que ya tenían una fuer- poco que ver con cualidades espaciales y con ja (c. 1956), aunque a partir de una utilización
te presencia en algunos sectores de la ciudad. condiciones de habitabilidad de la vivienda in- del predio no del todo feliz. La torre, que se ge-
Las “casas de departamentos” se encontraban undan los folletos de promoción inmobiliaria neralizaría posteriormente, se desarrolló en al-
encuadradas en la Ordenanza del 15/12/1922, y los avisos de la prensa, y han tenido un in- gunos ejemplos del período con singular cali-
que entendía como tales a las que tenían cua- menso desarrollo a partir de la creación del dad, como en el proyecto de Torres en la Boca
tro o más de esas dependencias. En 1943 el mercado de propiedad horizontal. 2) Las su- para el BHN (1954, Peani, Katzenstein, v.; Santos y Sol-

116 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pro pro
sona, v.).
Lo mismo puede observarse respecto y empleando torres exentas, la reglamentación
del sistema de basamento y torre en la obra en generó nuevas formas de ocupación del suelo
Mar del Plata de Antonio Bonet (v.): Galería To- urbano. Por un lado se producía una virtual des- Edificios en propiedad horizontal
rre Rivadavia (1957) y Galería de las Améri- integración de la manzana, pero, por otro, se
cas. Sobre el mismo sistema operaba una serie permitía un desarrollo de mejores condiciones
de edificios en Córdoba: edificio Progreso (1955, de habitabilidad para las unidades.
Lauge y Rébora); edificio Carmela (1957, Revol, Los lotes de frente mínimo, entre media-
Luque, Díaz); edificio Ames (1957, Ávila Gue- neras, no se vieron modificados por la nueva
vara, Moyano y Zarágara). normativa. Allí los patios de aire y luz conti-
nuaron siendo elementos ordenadores funda-
2) Período 1957-1977. Constituye el período mentales del proyecto (v. Ventilación).
más importante de desarrollo de la propiedad A medida que el mercado de la propiedad
horizontal, sobre todo hasta la crisis económica horizontal crecía, el tema se transformaba en
de 1975 (“rodrigazo”). Fue una etapa de afian- una cuestión de reflexión para el debate arqui- u TERRAZA PALACE, MAR DEL PLATA, DE A. BONET.
zamiento, en la cual se propusieron nuevas for- tectónico. En las grandes ciudades, tal área de
mas de gestión al alcance de los sectores me- la producción proveía gran parte de los encar-
dios, en muchos casos con apoyo del crédito gos recibidos por los arquitectos, y el escaso mar-
oficial de planes de ahorro y préstamo (v. BHN; gen para la creación que admitía un tema do-
Plan VEA). La más relevante fue la compra en cuo- minado por los requerimientos del mercado,
tas: los adquirentes comenzaban a pagar men- las posibilidades establecidas por la normativa
sualidades antes del inicio de la construcción, y el requerimiento de máximo aprovechamiento
sobre la base de las propuestas de los empre- de los lotes hacía que los arquitectos apreciaran
sarios, y terminaban años después de concluida su actuación profesional como una cuestión
y entregada la unidad. El sistema funcionó bas- marginal. Sin embargo, esta cuestión no dejó
tante bien en un momento de estabilidad mo- de proporcionar obras interesantes y oportu-
netaria y baja inflación, hasta mediados de la nidades de experimentación, aunque ellas no
década del setenta. hayan caracterizado la producción desde el pun-
Desde el punto de vista de las tipologías ar- to de vista cuantitativo. Como campo de expe-
u VIVIENDAS EN LA BOCA, DE ERNESTO KATZENSTEIN.
quitectónicas, en 1957 se impuso la regla- rimentación, permitió desarrollar una serie de
mentación de edificios de perímetro libre o to- temas, más o menos rupturistas respecto de las
rres, con la que se pretendía erradicar los patios demandas del mercado, entre los cuales pue-
de aire y luz. den mencionarse: la búsqueda de nuevas tipo-
Surgieron así los edificios con servicios ubi- logías; la racionalización de las plantas de las
cados en el centro de la planta y con cuatro ca- unidades y de conjunto; la relación con el es-
ras de iluminación y de ventilación destinadas pacio libre; el tratamiento plástico de fachadas,
a las unidades de vivienda. Se practicaron tam- remates y medianeras.
bién combinaciones de basamento y torre, don- En cuanto al diseño de las unidades res-
de el primero tomaba la totalidad de la planta pecto de las antiguas casas de renta, pese a la
baja, ocupada generalmente por comercios, reducción de superficies (se observa global y
u EDIFICIO EN RECOLETA, BS. AS., DE M. R. ÁLVAREZ.
mientras que las viviendas se desarrollaban especialmente en algunos ambientes, como los
en torre en los niveles superiores, de planta más dormitorios, de 2.80 m de lado mínimo, en re-
reducida; se ensayaron diversos recursos for- emplazo de la tradicional habitación de 3 m
males para la articulación de los dos elementos. por 4 m), se racionalizaron las plantas. Este
Los resultados arquitectónicos y urbanísti- proceso ya había comenzado en las casas de
cos de las torres contienen a la vez aspectos ne- renta de los años treinta. Se simplificó o des-
gativos y positivos. Sus ventajas en cuanto a ilu- apareció el sector destinado al personal do-
minación y la ventilación de las unidades se méstico, se redujeron los espacios circulato-
encontraron limitadas por las dimensiones del rios, se racionalizaron los diseños de baños,
loteo convencional y no afectaron a los predios cocinas y lavaderos, prestándose una mayor
de menor ancho. Muchas veces los nuevos edi- atención a su proyecto, y los balcones, uno de
ficios produjeron discontinuidades del tejido los tantos “argumentos de venta”, se hicieron
urbano (separaciones mínimas entre torres, so- prácticamente obligatorios. A partir de 1969
bre todo en los terrenos de mayor fondo), sin fue obligatoria la construcción de garajes.
mejorar sensiblemente las condiciones de ha- Aunque hasta 1970 no hay estadísticas que u TORRE LE PARC, P. MADERO, ESTUDIO AISENSON.
bitabilidad de las viviendas. En otros casos, co- permitan discriminar la cantidad de edificios
mo en el barrio de Belgrano, en predios amplios de propiedad horizontal construidos o por cons-
o a partir del englobamiento de los existentes, truir, su peso como determinante de la con-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 117


u EDIFICIO EN LA CALLE
MEDRANO, BS. AS., DE
AGREST Y GANDELSONAS.
FACHADAS DE FRENTE,
PATIO Y CONTRAFRENTE.

centración urbana en altura de Buenos Aires 1982); b) Torres exentas, en predios amplios, bitacional” (v.), con la que se ha designado es-
se observa en los valores globales de cons- con baja ocupación del suelo y constitución de te tipo de combinaciones formales más com-
trucciones nuevas terminadas, examinando el áreas verdes: obras del estudio Aisenson (v.) y plejas): Torrejardín (Martínez, H. Armesto, Ca-
aumento en los promedios de superficies cons- asociados, sobre todo en la zona de Belgrano sado Sastre, v., y H. R. Armesto, 1969-1973);
truidas por obra, que indican una generaliza- (Scalabrini Ortiz 3216 y 3278, tres torres en Te- obras y proyectos de Manteola, Sánchez Gó-
ción de emprendimientos de mayor enverga- odoro García y Villanueva, Zabala y Arribeños, mez, Solsona, Viñoly (conjuntos Barracas, Acoy-
dura: 430 m2/obra (1950); 889 (1960); 1.304 1969-1974, Las Barras, 1984-1989); Av. Alem te, Las Heras, c. 1970).
(1965); 1.702 (1970); 1.465 (1975); 1.478 (1978). y Alsina, (Bahía Blanca, J. Germani, R. Ger-
También se observa un aumento en el pro- mani, Jáuregui, Rubio (v.), 1971-1974); Monta- 3) Período 1977 en adelante. Desde la sanción
medio de habitaciones por obra: 9 (1950); 15 ñeses 1951 (Baliero (v.), Casares (v.), Córdova (v.), del nuevo Código de Planeamiento Urbano (v.
(1957); 24 (1960); 38 (1965); 54 (1970); 40 Katzenstein (v.), 1977-1982), Av. del Libertador Código), la nueva normativa impuso mayores
(1975); 39 (1978). Entre 1970 y 1977 existen es- 4444 (M. R. Álvarez, 1989-1994). c) Torres en restricciones al uso del suelo urbano, a través
tadísticas precisas, que indican la magnitud predios urbanos irregulares: Arroyo 663 (Pan- de los indicadores FOS y FOT, de fijación de
del proceso de construcción en propiedad ho- toff y Fracchia, c. 1969); Av. San Martín y Do- mayores fondos libres y de establecimiento de
rizontal, a partir de los permisos de construc- nato Álvarez (Korn, Lopatín, Moreo, Talloné, indicadores urbanísticos según la caracteri-
ción de obra nueva, en años de gran desarrollo: c. 1971), Billinghurst y Las Heras (M. R. Álva- zación de áreas urbanas. Sin embargo, su apli-
1530 permisos (3.928.800 m2, 97% de la su- rez, 1980-1985); Virrey del Pino y Zapiola (Man- cación reconoce numerosas excepciones. Es-
perficie por construir en vivienda, 1970); 2.468 teola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Vi- tas han permitido aumentos en la superficie
(1.515.100 m2, 94%, 1972); 1.225 (2.669.200 ñoly, v., 1977-1980); Torre Salguero 2601 edificable (FOT), que condujeron a un aumento
m2, 94%, 1975); 2.063 (4.661.300 m2, 97%, (Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas, v., 1979- de la altura de los edificios, sobre todo en las
1977). El promedio anual (1970-1977) fue de 1983); Los Arcos III (Córdoba, J. I. Díaz, v., torres exentas. Estableció las dos tipologías que
1.368 permisos y 2.583.025 m2. En cuanto a 1984). d) Pabellones o tiras curvadas: Cerrito ya se desarrollaban en la práctica: el edificio
las categorías de construcción, el mayor por- y Posadas (Dubourg, 1964); Dorrego 2699 entre medianeras (EEM) y el edificio de perí-
centaje de permisos (57%), de superficies por (Caffarini, Joselevich y Riccur, v., c. 1969); Mi- metro libre (EPL). Se trató de favorecer a los
construir (64%) y de cantidad de habitaciones rador Cabo Corrientes (Mar del Plata; Di Vé- segundos, permitiendo en ellos valores FOT
(64%) corresponde a la categoría multifami- roli, c. 1970); e) Edificios entre medianeras: más altos. Creó premios (aumento del FOT)
liar “sencillo”, hecho que indicca la amplitud obras de SEPRA (Austria 2624, en 1966; Su- para los edificios que cumplieran ciertos re-
del mercado de propiedad horizontal en los cre y 11 de Septiembre, 1968); obras del estu- quisitos: englobamiento de lotes, planta baja
años sesenta y setenta. Le siguen: en porcen- dio Baudizzone, Erbin, Lestard, Varas (Coro- libre (compenetración visual de la calle con el
taje de permisos “confortable” (30%) y “lujo- nel Díaz 2521, en 1970; Juncal 3152, 1976-1982); corazón de manzana libre), retiros de frente.
sa” (13%); en superficies: “lujosa” (20%) y “con- Avda. del Libertador 2325 (M. R. Álvarez, 1966- Estas características, incorporadas a los tejidos
fortable” (16%); y en habitaciones: “lujosa” y 8); Migueletes 825 (Manteola, Sánchez Gómez, urbanos existentes (ruptura de tejido, alturas
“confortable” (18% cada una). Benasso, c. 1969); Rómulo S. Naón 1833 (Ko- irregulares, ruptura de la línea municipal, etc.),
Como tipologías y ejemplos del período pue- courek, c. 1969); calle 45 entre 5 y 6 (La Plata, no siempre produjeron resultados urbanísti-
den señalarse los siguientes (se indican tam- Thomas, 1969). f) Bloques aterrazados: Virrey cos interesantes, aunque mejoraron la calidad
bién ejemplos posteriores para indicar el des- del Pino 3432/40 (M. R. Álvarez, 1982-1985); de las unidades.
arrollo de los tipos): a) Basamento y torre: obras Terraza Palace (Antonio Bonet, Mar del Plata, Paralelamente a este cambio de normativa,
de Juan A. Dompé en Mar del Plata (edificios 1957). g) Conjuntos compuestos por torres vin- se produjeron transformaciones en el merca-
Elíades, Edén, Cosmos y Banco Popular Ar- culadas entre sí (aunque esta tipología corres- do de la propiedad horizontal, ya que la falta
gentino); Oro 3066 (M. R. Álvarez, v., 1981- pondería más a la denominación “conjunto ha- de apoyo crediticio oficial produjo un achica-

118 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pro pue
miento del mercado respecto de años ante- todo ladrillo (J. I. Díaz ); y la del color (Baudiz- Construcciones. N.º 176, 1962; J. M. Boggio Videla.
riores, restringiéndolo a sectores medios-altos zone, Erbin, Lestard, Varas; Korn y Lopatín). “Belgrano: morfología de un cambio”. En: summa.
o altos. Por este motivo, el programa dejó de Los ejemplos más innovadores de los años N.°13, 1968; summa. N.° 16, 1969; F. E. Díaz y otros.
ser un tema de proyecto frecuente para la dis- ochenta se ubicaron en las dos últimas líneas, “Los códigos y el tejido urbano”. En: Ideas en Arte
ciplina. Además, al destinarse a sectores de mientras que la primeras persistieron con so- y Tecnología. N.° 1, 1984; summa. Colección Temáti-
mayor capacidad económica, se refinaron los lidez y profesionalismo en temas y estéticas ya ca. N.° 4, 1985; Fuentes de los valores estadísticos:
diseños y se introdujeron elementos que ten- planteadas en la década del setenta. Año 1943: Revista de Información Municipal, N.° 49-
dieran a diferenciar una imagen que en años Como temas y ejemplos del período pue- 50, 1944; Años 1948-1958: Revista de Estadística Mu-
anteriores se había masificado en las gran- den señalarse los siguientes: a) Tratamiento nicipal, 1958. Años 1958/1970: Dirección de Esta-
des concentraciones urbanas. de fachadas: el balcón, elemento típico de la dística y Censos Municipal. Boletín n.º 7, julio de
Según el censo de 1980, las dos terceras propiedad horizontal, en general planteado co- 1979. Años 1970-1979: Dirección de Estadística y Cen-
partes de los hogares de Buenos Aires vivían mo un “añadido” al edificio, es incorporado al sos Municipal. Boletín: años 1971, 1973, 1975, 1977,
en departamentos (73%); el mismo valor se espesor de la fachada, generando terrazas, nue- 1979. Años 1980 y 1991: Censos Nacionales. Años
mantiene en el censo de 1991. En 1980, en los vas formas de relación interior / exterior y com- 1980/1992: Datos proporcionados por la Dirección
partidos del Gran Buenos Aires vivía en de- plejizando los tratamientos plásticos de los ex- de Estadísticas y Censos Municipal.
partamentos el 15.5% de los hogares y en el res- teriores: Medrano 172/6 y Juan M. Gutiérrez
to del país lo hacía el 7.3%. En cuanto a la cons- 2551/55 (Agrest, Gandelsonas, v.; Feferbaum y
trucción, en valores absolutos, en Buenos Aires Naszewsky; 1977-1982 y 1978/1983); Planes PUEBLO AZUCARERO. m. En el norte argenti-
se aprobaron permisos para construir 1.313 edi- 664 (Azumendi, Contal, Foster, Iovine, 1980- no, pequeño asentamiento en torno de un in-
ficios en 1978 (3.020.700 de m2 en superficie, 1982); Iberá y Vuelta de Obligado (M. Hojman, genio. Este tipo de pueblos se desarrolló a
abarcando el 95% de la superficie a construir J. Hojman, Pschepiurca, 1982-1985); Terrazas, partir de 1876 con la llegada de la primera lí-
destinada a vivienda), valores que descienden (Rosario, Mendoza Casacuberta, Marchetti, nea del ferrocarril a la Provincia de Tucumán.
de allí en adelante. Aunque evidencian cierta Fernández de Luco, Brambilla, Villalba, 1980- Con anterioridad a esa fecha, el cultivo y la
recuperación en los últimos años, ella no lle- 85); calles 2 y 47 (La Plata, Bares, Germani, transformación de la caña de azúcar en mie-
ga a aproximarlos a las cifras registradas en los Rubio, Ucar, 1981-1985); Av. Colón 2920 (Ma- les se realizaba en las estancias o fincas ru-
años setenta. riani, Pérez Maraviglia, 1987-1990); b) Trans- rales, o en las llamadas “fábricas chanca-
En este período no se observan grandes formaciones de la morfología: búsquedas for- queras”, utilizando trapiches de quebracho
cambios tipológicos con respecto al anterior, males que se alejan del purismo de los prismas movidos por bueyes y primitivos sistemas pa-
excepto en el caso de los EMM, ya que según de las típicas torres, a través de distintos re- ra el procesamiento del jugo. Con el ferro-
el nuevo Código solo pueden ventilar ambientes cursos plásticos de complejización o ruptura carril fue posible incorporar la tecnología eu-
de primera a frente y contrafrente, eliminán- de los volúmenes: obras de J. I. Díaz (Córdo- ropea más avanzada. La complejización de
dose en gran medida los “aire y luz”. A partir ba, Miraflores I, 1981; Zigurat I, 1982; Ático, los sistemas y el incremento del rendimien-
de 1990 se observan algunos cambios en ca- 1983; entre otras); Castex 3327/61 (Testa, Korn, to de las nuevas maquinarias trajo aparejada
sos aún aislados, aunque no es posible evaluar Lopatín y otros, construcción en etapas, entre la necesidad de construir fábricas y anexos,
sus alcances. Por ejemplo, se registran trans- 1975 y c.1985); San Pedrito y Rivadavia (Korn y de mantener una población estable alrede-
formaciones en el tipo de unidades, que tien- y Lopatín, 1980); c) Nuevas tipologías: se in- dor de la fábrica. Para ello, los industriales
den a un uso más flexible del espacio, a la ma- troducen (aunque son casos poco frecuentes) reinvirtieron parte de sus ganancias en la cons-
nera de los lofts (Juncal 4559, Baudizzone, en relación con particulares situaciones urba- trucción de “pueblos industriales” privados
Lestard, Varas, 1990). Otro caso es el de la nas como forma de inserción del edificio en el que tomaron el nombre del conjunto de apa-
incorporación de equipamiento colectivo en medio: Florencia II (Córdoba, Gramática, Gue- ratos utilizados para moler la caña y obtener
inmuebles dirigidos a sectores altos (piscina, rrero, Morini, Pisani, Rampulla, Urtubey, Pi- el azúcar: los “ingenios”.
sauna, solario, etc.; por ejemplo, el conjunto sani, v., 1979; incorporación de calle comer-
“Las Barras”, Aisenson, 1984-1989): se reto- cial al proyecto); Luis Sáenz Peña y Av. de Mayo Con una población estable de 2.500 a 5.000
ma el tema de las antiguas casas colectivas, (Korn, Lopatín, Rodas, Zylberberg, 1981-1984; habitantes, la que se duplica durante la zafra,
aunque con un carácter social diferente. recuperación de tipología de patio central). estos pueblos tuvieron una estricta organiza-
Fuera de estas incipientes transformacio- En los últimos años se observa en las re- ción funcional basada en la estratificación so-
nes, las experimentaciones se centraron en las vistas de arquitectura el empleo de términos cioeconómica de su población. El trazado res-
fachadas, las morfologías y en la relación del como “edificio en altura”, para reemplazar al ponde a un sistema de líneas directrices –la
edificio con su entorno. Estas preocupaciones de “propiedad horizontal”, usado durante unos avenida o bulevar– que toma forma propia pa-
en los aspectos urbanos y plásticos se articula- cincuenta años: ello indica una necesidad de ra cada uno de los asentamientos, y una red de
ron con un mayor trabajo sobre la combinación plantear el problema en términos arquitectó- calles menores que separa bloques funcional-
y expresión de los materiales de construcción, nicos, desechando una designación que fue si- mente homogéneos integrados por: a) la fá-
que ya había comenzado a desarrollarse en los nónimo de mercado inmobiliario urbano. A. B. brica y sus anexos; b) el chalet con su parque;
años setenta. Desde ese momento y hasta el c) los servicios comunitarios; d) la vivienda de
presente se observan tres líneas de trabajo: una Bibliografía: “Las casas de departamentos en la ciudad los empleados administrativos y técnicos del
estética del vidrio y el hormigón (M. R. Álvarez, de Buenos Aires”. En: Revista de información mu- ingenio; e) la vivienda de los obreros perma-
Aisenson); la de los materiales rústicos, sobre nicipal. N.° 49-50, 1944; “Los edificios en torre”. En: nentes; f) la vivienda de los obreros transito-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 119


rios. Las construcciones se localizan en hile- Tal es el origen, por ejemplo, de Pueblo Lie- metiendo los trazados de tipo orgánico a una
ra con primacía de vacíos sobre llenos; la altu- big en Entre Ríos, para citar solo uno de los mayor rigidez por la aplicación de tramas de
ra de la edificación es casi uniforme y en la zo- numerosos asentamientos de la zona dedica- loteo al estilo tradicional. La estructura orga-
na obrera no pasa de una planta; el uso del color dos a la industrialización de la carne. También nizativa refleja la estratificación socioeconó-
otorga homogeneidad al paisaje urbano, con pueden mencionarse los “pueblos tanineros” mica. En el centro compositivo y funcional se
abundancia de los ocres, azules y rosas fuer- (v.) de la región chaqueña y del norte de Santa encuentra la fábrica con sus anexos y, próxima
tes. Entre las construcciones se destacan el edi- Fe, cuya actividad estuvo centrada en la ex- a ella, se reservan grandes explanadas para el
ficio de la fábrica, el hospital, los clubes para tracción del tanino del quebracho exportado equipamiento y la playa de maniobras del fe-
obreros y el chalet de los propietarios, dise- para las curtiembres, o los vinculados con la rrocarril. La vivienda del propietario o del ad-
ñados de acuerdo con los más variados reper- industria azucarera a partir de la caña de azú- ministrador se distingue por el tratamiento ar-
torios del historicismo. También son dignos car, que dio lugar a la aparición de los “pue- quitectónico, la localización de privilegio dentro
de mención los jardines que rodean la vivien- blos azucareros” (v.) o “ingenios”, fundamen- del conjunto o por estar rodeada por un par-
da del propietario. talmente en el NOA. También es necesario que paisajista. En las inmediaciones de la fá-
Los trazados de los pueblos azucareros no recordar a los pueblos creados alrededor de las brica se construyen los edificios de adminis-
pueden ser identificados como obra de plani- bodegas en la Provincia de Mendoza y, ya en tración, uno o más hoteles y las viviendas de
ficadores profesionales. Cada intervención ur- territorio chileno, a las “oficinas salitreras” que los técnicos y administrativos de mayor jerar-
banística fue la proyección de los objetivos de dieron origen a pueblos como Humberstone, quía, rodeados todos por generosos espacios
los dueños del ingenio; ellos poseyeron las tie- María Elena o Chacabuco. exteriores. En algunos establecimientos se plan-
rras, el sistema industrial y los equipamientos Fuertemente influidos por las experiencias tean equipamientos para la recreación de este
urbanos; este fuerte paternalismo instauró un realizadas en los países europeos y en los Es- grupo social (la mayoría de ellos extranjeros),
orden social que controlaba desde las formas tados Unidos, los industriales argentinos que como clubes de empleados, canchas de bochas,
de las construcciones hasta el comportamien- mantenían contacto con sus pares de aquellas de cricket o de tenis. Otro sector del poblado es-
to de los obreros y sus familias. regiones (integraban juntos algunas de las em- tá destinado a los obreros permanentes. Se tra-
Creados como pueblos privados, en la ac- presas propietarias) emprendieron la resolu- ta viviendas individuales, agrupadas (en dos o
tualidad son pueblos integrados al sistema ur- ción de hábitats completos con el fin de esta- cuatro unidades) o colectivas (más de cuatro
bano de cada provincia. La introducción de bilizar una población y calificar mano de obra, unidades), que forman especies de “barrios”.
tecnología industrial de máximo desarrollo , asegurando así el funcionamiento del sistema Vinculados a ellas se construyen servicios pa-
así como de materiales y técnicas novedosos productivo. Para ello construyeron pequeños ra la población como iglesia, hospital, botica,
para el medio y para la época, permitió a la asentamientos privados con un número de ha- proveeduría, teatro, cines, canchas de fútbol,
provincia evolucionar de un estadio de prein- bitantes que variaba según el caso entre los clubes. Un sector independiente está desti-
dustrialización a uno de industrialización. Ello 2.500 y los 7.000, y que podía incrementarse nado (en aquellos establecimientos que re-
se debió al aporte de los industriales que con- en períodos de mayor actividad, como en el ca- quieren mano de obra extra en períodos de co-
taron para su empresa con el apoyo crediticio so de la cosecha de la uva o de la caña de azú- secha) para los obreros “golondrina”.
del Estado. O. P. DE K. car. La experiencia externa se manifestó no so- Como pueblos, son establecimientos pe-
lo en la idea de construir el asentamiento sino queños que el habitante puede recorrer en su
Bibliografía: E. Schleh. Cincuentenario del Centro en la forma en que fue configurado, siguien- totalidad varias veces por día; sin embargo, en
Azucarero Argentino, desarrollo de la industria do los patrones del Urbanismo Orgánico an- su origen esto no fue permitido por la estricta
en medio siglo: 1880-1914. Bs. As.: Centro Azucare- tes que los lineamientos de la tradición hispá- separación entre las distintas clases sociales.
ro Argentino, 1944; O. Paterlini de Koch. Pueblos nica; esta acción se canalizó a través de técnicos Muchos de ellos se mantuvieron cercados y con
azucareros de Tucumán. Serie Tipologías Indus- y de industriales extranjeros que acudían a re- casillas de guardia para controlar los desplaza-
triales. Tucumán: Ed. Instituto Argentino de His- alizar las instalaciones de fábrica o que inte- mientos de sus habitantes. Con el tiempo, han
toria de la Arquitectura y del Urbanismo, 1987. graban el plantel de la fábrica. perdido este carácter e integran los sistemas ur-
Es posible afirmar que los “pueblos indus- banos de cada área de localización. O. P. DE K.
triales” conforman un “tipo” cuya organiza-
PUEBLO INDUSTRIAL. m. Urbanización com- ción está basada en el trazado de líneas direc- Bibliografía: J. Garner. The Model Company Town, Ur-
pleta alrededor de un centro de producción. trices (las avenidas principales o la “manga” ban Design through Private Enterprise in Ninete-
Con la industrialización, distintas actividades en el caso de Liebig), acompañado por un sis- enth-Century New England. Amherst (USA): The
productivas, ya existentes en territorio argen- tema menor de calles que responde a necesi- University of Massachusetts Press, 1984; O. Paterli-
tino, tuvieron un crecimiento inusitado que dades funcionales antes que a una búsqueda ni de Koch. Pueblos azucareros de Tucumán. Serie
derivó en el surgimiento de estos pueblos, ad- geométrica de trazado. Originariamente, co- Tipologías Industriales. Tucumán: Ed. Iaihau, 1987;
ministrados por una compañía o empresa, y mo la propiedad de la tierra pertenecía a los in- O. Paterlini de Koch. Company Towns of Chile and
dedicados en exclusividad a una determina- dustriales, se localizaron los inmuebles co- Argentina. New York, Oxford University Press, 1992;
da actividad. A este tipo de urbanismo se lo mo unidades sueltas o conformando J. Garner. Architecture and Society in the Early In-
llama en francés village ouvrier (Bergesson, particulares conjuntos habitacionales sin di- dustrial Age; L. Bergeron y otros. Colloque Inter-
Louis, 1993) y, en inglés, company town, de- ferenciar el parcelamiento. Con el tiempo, al national au Familistere de Guise, Village Ouvriers,
nominación esta muy usual en la costa este cambiar el sistema de propiedad, se trató de Utopie ou Realites? En: L’Archeologie industrielle
de los Estados Unidos (Garner, John, 1982). otorgar a cada unidad su espacio exterior, so- en France. Lyon, N.° 24-25, 1994.

120 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pue pue
PUERTO MADRYN. Ciudad cabecera del de- ron emplazados a 5 km al norte del primitivo inicios del siglo XX, comenzó a difundirse una
partamento Biedma en el noroeste de la pro- asentamiento galés, cerca de la llamada La- arquitectura caracterizada por el uso de mam-
vincia del Chubut, ubicada sobre el Golfo Nue- guna de Derbes, ya conocida en 1865 por los postería estructural, techo de chapa acanalada
vo a 1369 km al sur de Buenos Aires. Con la colonos por ser la única fuente de agua pota- y revocado de los frentes, que incluía detalles
instalación de la planta de aluminio Aluar y la ble del lugar. Sin embargo, dado que la exis- como cornisas, dinteles y balaustradas. El edi-
explotación turística de la península Valdés, tencia de agua dependía de las escasas lluvias, ficio de la estación de ferrocarril, inaugurado
la ciudad asume, a partir de la década de los galpones construidos no fueron habitados en 1913, es, probablemente, el mejor ejemplo
1970, un doble perfil como polo industrial y en forma permanente, de manera que el área de esta tipología.
centro turístico. El censo 2001 le otorga no experimentó ningún desarrollo significati- En 1927 la construcción de un acueducto
57.571 habitantes. vo sino hasta 1886, año en que comenzó la cons- desde el río Chubut da nueva vida a Puerto
trucción de un ferrocarril destinado a trans- Madryn y posibilita la forestación de la plaza
El nombre Porth Madryn fue dado al lugar portar la producción triguera del valle hasta el y la costanera. Sin embargo, a partir de me-
por los primeros galeses que desembarcaron Golfo Nuevo, desde donde podía ser exporta- diados del siglo XX comienza una época de
allí en 1865, en honor a uno de los promoto- da. Debido a sus inmejorables condiciones co- estancamiento, originada por factores diver-
res de la colonización, sir Love Jones Parry, mo puerto –reparo del mar abierto y aguas pro- sos, como el levantamiento de las franquicias
oriundo del castillo de Madryn, en el norte fundas–, el naciente poblado asume entonces aduaneras, el cierre de empresas marítimas
de Gales. Si bien su destino final era el valle el carácter de puerta de acceso de la colonia ga- de cabotaje y la clausura del Ferrocarril Cen-
del río Chubut, distante a unos 60 km hacia el lesa y, por ende, de un vasto sector de la pro- tral del Chubut.
sur, el grupo colonizador permaneció en las vincia. Al permitir el transporte de agua pota- A partir de la década de 1970, con la insta-
costas del Golfo Nuevo por unos meses, dan- ble desde el valle, el tren elevó las condiciones lación de la planta de elaboración de aluminio
do lugar a un asentamiento permanente que de habitabilidad del naciente poblado. Ello per- ALUAR, Puerto Madryn experimentó un cre-
sería un primer antecedente para el posterior mitió que se instalara finalmente la Subpre- cimiento explosivo, pues triplicó su población
surgimiento del núcleo urbano. Este primiti- fectura en uno de los galpones construidos seis en tan solo una década. El crecimiento de la
vo asentamiento estaba formado por 15 habi- años antes. Una vez puesto en funcionamien- planta urbana se verificó en varios sentidos. Ha-
taciones dispuestas en una serie de tiras par- to el ferrocarril, se construyeron otros galpones cia el sur, siguiendo la costa en dirección a Pun-
cialmente excavadas en la roca arcillosa que destinados al acopio de mercadería. ta Cuevas y con el denominado Monumento al
forma terrazas y acantilados en las costas pa- En 1910 se formó el primer consejo muni- Indio como límite, se ubicaron los sectores de
tagónicas. La parte superior y la cubierta de es- cipal y se inauguró un muelle construido por más altos recursos. Hacia el oeste, el crecimiento
tas estructuras se completaba con tablas, ra- la compañía del Ferrocarril Central del Chu- se dio a lo largo de la Avenida Gales, que da ac-
mas y arbustos. Este asentamiento, ubicado but. Se trataba de una estructura de hierro de ceso a la ciudad desde la ruta nacional 3. Hacia
cerca de la denominada Punta Cuevas, fue 400 m de longitud, que es usada actualmente el noroeste se ubicaron los sectores medios y
abandonado por el grupo colonizador, aunque como muelle pesquero. En esta época comienza bajos, que completaba el vacío entre la ciu-
permanecieron hasta 1887 unas pocas perso- a ocuparse la primera cuadrícula de alrededor dad y la planta industrial de ALUAR, ubicada a
nas, destacadas allí para recibir el correo y a los de 25 manzanas. El trazado, delineado sobre 8 km del centro de la misma. Fue en este sec-
pasajeros arribados a la colonia. una área llana junto a la costa, no incluyó a la tor donde se emplazaron también varios con-
En 1882 fueron erigidos, por iniciativa del gran mayoría de las edificaciones existentes, juntos de viviendas de interés social (v.), uno de
gobierno nacional, dos galpones de chapa y ubicadas más al norte, sobre el faldeo de la lo- ellos proyectado por el estudio de los arquitec-
madera destinados a albergar la aduana y la ma a cuyo pie llegaba el ferrocarril. tos Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solso-
subprefectura del proyectado Puerto Roca, cu- El tipo de edificio residencial característico na y Viñoly (v.), cuya construcción fue conclui-
yo plano había sido confeccionado por el in- de este período consistía en una hilera de ha- da en el año 1977. Este estudio brindó también
geniero J. Brondsted según el relevamiento bitaciones que se vinculaban entre sí por me- su asesoramiento a ALUAR en la construcción
efectuado un año antes por el coronel de la Ar- dio de una galería abierta, orientada hacia el es- de su planta elaboradora.
mada Augusto Lasserre. Estos galpones, que te. Se trataba de edificios con estructura de Durante estos últimos años se ha acentua-
constituyeron el núcleo de lo que posterior- madera, cerramiento de chapas acanaladas, una do el carácter turístico de Puerto Madryn, lo
mente se conocería como Puerto Madryn, fue- arquitectura de armado en seco que encontra- que ha producido importantes cambios en su
mos a lo largo de toda la costa patagónica. A desarrollo urbano. El crecimiento hacia el sur
menudo estos edificios estaban fundados so- ha alcanzado prácticamente el sitio donde se
bre un podio o basamento construido en pie- ubica el mencionado Monumento al Indio. Co-
dra, único material propio de la zona. Este tipo mo jalón en la expansión producida en esta di-
de solución técnica fue usada también para cons- rección, cabe mencionar al Centro Nacional
truir en 1914 el denominado Balneario de Cur- Patagónico, organismo de investigación de-
ti. Hacía aparición aquí un nuevo programa ar- pendiente del CONICET, cuyo nuevo edificio
quitectónico relacionado con la naciente fue construido en esta área según el proyecto
valorización de la playa desde el punto de vista de los arquitectos Lanari y Peani. El aumento
estético y recreativo, que terminaría por dar a del valor de la tierra en los sectores céntrico y
Puerto Madryn un perfil de ciudad turística. costero ha llevado a la construcción de edifi-
u VISTA DE PUERTO MADRYN DESDE EL MAR. Con la llegada de constructores italianos, a cios en altura, que en buena parte están rela-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 121


cionados al turismo. A lo largo de la costa se ma principal de los puertos modernos consis- minados a lo largo del Paraná-Paraguay, des-
han construido balnearios y conjuntos de vi- tió más bien en la posibilidad de articulación de el delta hasta Asunción, proveían también
viendas destinados a veraneantes. En suma, la del crecimiento constante del calado de los bu- de algunos lugares naturalmente favorables.
ciudad se ha consolidado como centro de una ques con la inercia de obras de gran magnitud, Con posterioridad a la creación el Virrei-
zona turística, que incluye a la Península Val- lentas en su realización, difíciles de ajustar a nato, la Corona prestó más atención a las con-
dés y, a menudo, también al propio valle del los requerimientos siempre cambiantes del co- diciones de navegación del estuario, especial-
Chubut. A pesar de ello, no ha perdido su per- mercio marítimo. mente a los puertos de Buenos Aires y
fil industrial, ya que desde la apertura de La expansión creciente del comercio marí- Montevideo, y encargó estudios para hacerlos
ALUAR y de su importante muelle minerale- timo, que antecede a la llamada Revolución In- pasibles de acceso a buques de mayor tonela-
ro se han instalado otras plantas industriales dustrial, pero que en gran parte se encuentra je. Hacia fines del siglo XVIII, media docena
en rubros tan variados como el textil y el me- en su base, marcó una nueva etapa de desarrollo de puertos se escalonaban en la costa de Bue-
talúrgico. Ello explica que durante la década portuario. Y, desde la segunda mitad del siglo nos Aires, como Ensenada o Las Conchas. Mon-
del noventa su población haya excedido los XIX, la cantidad de puertos que se construye- tevideo competía eficazmente con Buenos Ai-
50.000 habitantes. ron o reformaron fue inmensa. En este perío- res por sus condiciones naturales: la Corona lo
En cuanto a su patrimonio arquitectóni- do, muchas modestas instalaciones portuarias reconocía como “llave” para la navegación del
co, los edificios más significativos de Madryn de países periféricos se convirtieron en autén- estuario, en virtud de que la bahía natural de
son el llamado “Chalet Pujol”, que alberga al ticos puertos. En el caso de las ciudades euro- Montevideo resultaba de más fácil acceso por
museo local, y la ya mencionada estación de peas, en la medida en que muchos de sus puer- mar. La evolución del puerto de Montevideo
ferrocarril en la cual se instalará próximamente tos como Marsella, Génova, La Spezia, Londres, fue, sin embargo, más lenta que la de Buenos
un museo ferroviario. F. W. etc., poseían una larguísima historia, su am- Aires: en 1800 no tenía ni desembarcadero
pliación y remodelación dio como resultado un ni muelle, y los barcos, como en Buenos Aires,
Bibliografía: Revista summa. N.° 90, 1975; J. Maté y Car- plan heterogéneo. Por el contrario, los puertos debían fondear lejos de la bahía. Pero las po-
los Sanabra. “Puerto Madryn”. En: Revista summa. de los países nuevos, ubicados en muchos ca- cas mejoras realizadas ocasionaron que fraca-
N.° 245-246, 1988; A. Matthews. Crónica de la Colo- sos en ciudades cuya forma definitiva estaba saran los esfuerzos de Rosas y Oribe por des-
nia Galesa. Rawson, 1992; C. Dumrauf. El Ferroca- construyéndose, ofrecían la posibilidad de ex- viar la corriente de navegación fluvial hacia
rril Central del Chubut, origen de la ciudad de perimentar disposiciones óptimas, sin los obs- otros puertos de la Banda Oriental. En cuan-
Puerto Madryn. Rawson, 1993; F. Coronato. “The táculos de preexistencias materiales ni de tra- to al delta del Paraná, no se vio especialmen-
first Welsh footstep in Patagonia: the primitive lo- mas sociales fuertemente enraizadas. Los te favorecido después de la creación del Vi-
cation of Port Madryn”. En: The Welsh History Re- puertos nuevos no solo constituían una nece- rreinato. Carecía de puertos importantes hacia
view. vol.18, N.° 4, 1997; Revista GA Document. N.° sidad primaria para los propios países que los 1800, y el tráfico fluvial se limitaba al trans-
10; C. Sanabra, “Evolución Histórica de la Arqui- construían, sino para el tráfico internacional en porte de leña y carbón desde las islas hacia Bue-
tectura de la Región”. En: Centro de Estudios His- general: Inglaterra necesitaba tanto de su pro- nos Aires. Más tarde, el aumento del tráfico co-
tóricos y Sociales de Puerto Madryn. Crónicas. pio puerto como del puerto de Buenos Aires. mercial y de la densidad de población dio origen
Afamados expertos europeos viajaron por el a una serie de puertos significativos sobre el
mundo, desde la India hasta Ceilán, diseñan- Paraná de las Palmas: Zárate, San Pedro y San
PUERTO. m. Lugar natural de abrigo en la costa, do instalaciones de una magnitud inusual. Nicolás, que hacia mediados del s. XIX era puer-
en donde puedan atracar con seguridad las Desde 1870 hasta la primera década del si- to oficial para artículos de exportación debido
naves comerciales y militares. // Conjunto de glo XX, en el período en que se decidieron y a sus vínculos territoriales con zonas de prós-
construcciones realizadas con el fin de mejo- realizaron las instalaciones para los puertos de peras estancias, mientras que Buenos Aires ab-
rar o crear las condiciones óptimas para este Buenos Aires, la Plata, Rosario, Bahía Blanca, sorbía el volumen de importación. Campana,
abrigo: muelles y diques que prolongan la cos- etc., se proyectaron y construyeron los puertos en la misma orilla, no figuró como puerto flu-
ta, escolleras que determinan la entrada a los de Valparaíso (1883-1920), Montevideo, La vial hasta después de 1850; Baradero y Rama-
puertos e impiden su obstrucción por des- Guaira, Port Natal, Ceará, Madrás, etc. llo también fueron de desarrollo posterior. En
prendimientos de tierra o arenas arrastradas la otra margen del delta, Victoria y Diamante
por los ríos y los mares, obras complementa- Antecedentes de los puertos locales (hasta eran pequeñas poblaciones en la época en que
rias como depósitos, diques secos de repara- 1860). En la historia de los puertos de la Ar- comienza a discutirse seriamente la construc-
ción, conexiones viarias, etc. Su historia tiene gentina, el complejo fluvial del Río de la Pla- ción de un gran puerto en Buenos Aires; aguas
un interés particular para la historia urbana, ta posee un papel protagónico, nunca despla- arriba, Rosario era visitada por pocos buques
en la medida en que no solo la prosperidad de zado. En ambas costas del Río de la Plata, y durante la primera mitad del siglo, y recién a
los puertos ha determinado en muchos casos sobre el Paraná, se establecieron originalmente partir del vertiginoso desarrollo de la campaña
el crecimiento de la ciudad a su vera, sino que instalaciones precarias, de acuerdo con las po- posterior a 1850 fue que la Confederación hi-
le ha otorgado un carácter particular. sibilidades naturales de las costas, situación zo de Rosario su puerto oficial. Santa Fe, mal
que se mantuvo más o menos idéntica hasta situada en tierras bajas y lejos del cauce prin-
Desde el punto de vista técnico, el progra- la creación del Virreinato. En el Río de la Pla- cipal del río, no recibía barcos durante la Co-
ma portuario no sufrió las alteraciones drás- ta los únicos puertos de importancia fueron lonia: Colastiné era el punto elegido por las em-
ticas que otros programas sufrieron desde los Montevideo, Buenos Aires –el Riachuelo– y barcaciones fluviales de carga, desde donde los
inicios de la Revolución Industrial; el proble- Ensenada. Algunos desembarcaderos dise- botes llevados a la sirga eran conducidos a la

122 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pue pue
pos antagónicos, aunque con intereses es-
tructurales similares.
En su origen, la historia del puerto de Bue-
nos Aires ligó tres sitios: la costa frente a la ciu-
dad, la boca del Riachuelo y la Ensenada. Des-
de mediados del s. XVIII, cuando comienzan
a proliferar las propuestas para el puerto, es-
tas tres posibilidades estaban planteadas. La
costa de la ciudad no ofrecía posibilidades na-
turales, pero respondía a la instalación de la
trama comercial en la ciudad, en momentos
en que no era fácil cubrir largas distancias. El
Riachuelo había sido desde los años de la Con-
quista un abrigo para naves de pequeño cala-
do, mientras que en la Ensenada invernaban
las de mayor tamaño. Las instalaciones que se
u LAS OBRAS DEL PUERTO DE ROSARIO EN UNA IMAGEN DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. realizaron fueron modestas, en consonancia
con los proyectos, entre los que pueden men-
ciudad principal por un canal estrecho. Recién el inglés Hopkins, que trasladó sus operacio- cionarse el de Juan Echeverría, en el bajo de
entrado el siglo XX, Santa Fe construiría un nes del Paraguay a la Confederación en 1850. las Catalinas (1755), el de Vianes (1761), la se-
puerto moderno. Por último, cruzando el río Hasta 1870, los buques a vapor eran más pe- rie de proyectos de Rodríguez y Cardoso (v.)
se encontraba Paraná, el más meridional de los queños, aunque más rápidos, que los buques (1771), los de Pallares (1784, en la costa frente
puertos fluviales, que nunca consiguió inte- a vela, que en la década de 1860 dominaban el a la ciudad), los de Cerviño (v.) (1794, en el ba-
grarse al comercio exterior. Sin embargo, mu- paisaje del puerto de Buenos Aires. En ade- jo de las Catalinas). Las instalaciones debían
chos puertos pequeños entre Paraná y Co- lante, la mayor parte de la carga al exterior se- contemplar tanto fines comerciales como de
rrientes comenzaron desde 1820 a tener una ría transportada por buques a vapor, los que ya defensa de las costas, asoladas por los tempo-
participación creciente en el tráfico mercantil hacia 1890 dominaban también la navegación rales, y de defensa militar. Solo se realizaron,
interprovincial, como Bella Vista y Goya, que fluvial. Para entonces, la estructura económi- en el Riachuelo y frente a la ciudad, modestos
se convirtió en uno de los puertos más impor- co-territorial del país estaba relativamente con- muelles de madera.
tantes del Paraná hacia 1860. La Paz, Esquina solidada: había una fuerte primacía del área Mucho más interesante resulta el proyec-
y Empedrado poseían entonces aduanas ofi- del Litoral y, dentro de ella, del puerto de Bue- to de Giannini (v.) (1804). El ingeniero espa-
ciales. Pero el puerto más importante hacia nos Aires, que combinaba las cabeceras de los ñol articuló el puerto natural del Riachuelo
1860 fue sin duda Corrientes. Su excelente po- ferrocarriles con las instalaciones portuarias con las necesidades de inmediatez del tráfi-
sición natural se combinó con muelles adap- en función de la eficacia de la exportación. Por co de la ciudad de Buenos Aires. Al mismo
tables al exiguo calado de la época. Después de otro lado, se desplazó definitivamente la idea tiempo, reconocía las condiciones geológicas
1850 se convirtió en el centro de comercializa- de crear una red de navegación interior, cons- del suelo bonaerense en forma más ajustada
ción de la riqueza forestal de ambas orillas del truyendo canales que articularan las ciuda- que sus antecesores.
Paraná, en especial de los bosques del Chaco, des mediterráneas con la costa y favoreciendo Giannini proponía un canal cuya excava-
frente a la ciudad. un medio de transporte más económico que el ción “dirigida en línea recta, tenga su princi-
En los años inmediatamente posteriores a ferrocarril, aunque subsistieron proyectos en pio en el recodo que hace el Riachuelo (la vuel-
la organización nacional, la mayor parte de los este sentido hasta avanzado el siglo XX. ta de Rocha) [...] desde cuyo sitio [...] formará
puertos y embarcaderos mencionados eran de una línea que vendrá paralela a las barrancas,
propiedad privada. Los cambios políticos en Puerto de Buenos Aires. En estas circunstan- hasta que, pasando por delante del fuerte, bus-
las décadas del sesenta y del setenta en el país cias tramadas por novedades técnicas, nue- que su desagüe con alguna diagonal”. El canal,
llevaron al Estado a ocuparse de la construc- vas pautas económicas y ambiciosos progra- cerrado con una exclusa, serviría como puerto
ción de puertos modernos como un objetivo mas de progreso, se inició la sostenida seguro tanto a los buques comerciales como a
fundamental para el desarrollo de la economía. preocupación por resolver los problemas del las embarcaciones pequeñas, a las cañoneras
Para entonces, las transformaciones en la na- puerto de Buenos Aires. En este proceso, vio- como a los barcos de pesca. El puerto de Bue-
vegación se hacían sentir ya en el Río de la Pla- lentas disputas acompañaron los inicios de su nos Aires debía servir, simultáneamente, a pro-
ta. Dentro de las embarcaciones a vela, ha per- realización efectiva. Las mismas se originaron pósitos de defensa militar, de comercio, de des-
dido importancia la balandra, reemplazada por por la lucha que se entabló entre los técnicos embarco de pasajeros, de producción pesquera:
el paquebote; pero, sobre todo, debe tenerse en locales, en los primeros pasos de la formación un puerto múltiple, según la más corriente cla-
cuenta la introducción de la navegación a va- de un campo profesional de la ingeniería, y las sificación por funciones. Las invasiones in-
por, alrededor de 1850, de mayor velocidad decisiones de otorgar a expertos extranjeros las glesas y la revolución dejaron en suspenso la
(aunque inicialmente incapacitada de llevar obras de magnitud. Sobre esta base de reque- realización de este proyecto.
cargas mayores). El primero en explotar la po- rimientos técnicos y corporativos se engarzó Para las nuevas propuestas de importan-
sibilidades comerciales del barco a vapor fue la discusión estrictamente política entre gru- cia hubo que esperar hasta los años veinte, du-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 123


rante la época rivadaviana, con los proyectos de puestas reelaboran formas que habían sido plan-
James Bevans (v.), quien propuso distintas al- teadas antes: la novedad consistió en primer lu-
Proyectos de puertos ternativas para el puerto, y estableció así otras gar en la dimensión planteada, y en segundo
tantas tipologías sobre las que se construyó la lugar en la manera en que ambos proyectos fue-
tradición portuaria de Buenos Aires. Bevans ron pensados y particularizados. Las diferen-
elevó tres alternativas en abril de 1823: la pri- cias entre la propuesta de Coghlan y la de Pe-
mera constaba de una dársena poligonal a seis llegrini podrían resumirse así: Coghlan dio
cuadras de la costa, unida a ella por un mue- preeminencia al sitio natural (el río) y Pellegri-
lle de madera; la segunda proponía la forma- ni al sitio de la tradición cultural (la ciudad).
ción en el bajo de la Residencia de un dique co- Respecto de la localización, sin embargo,
municado por dos canales con el Riachuelo el puerto de Coghlan tenía su baricentro en el
(desviado a partir de la vuelta de Rocha) y el Río sur, mientras que el de Pellegrini crecía desde
de la Plata, con esclusas y compuertas; la ter- el norte. La propuesta final de ambos no im-
cera consistía en acondicionar como puerto la plicaba un privilegio particular para cada área:
Ensenada de Barragán, comunicándola por me- la de Pellegrini dejaba abierta la posibilidad de
dio de un canal de balandras con Buenos Aires. articular el puerto de la ciudad con el Riachuelo,
Se aprobó, aunque nunca se realizó, el se- y la de Coghlan crecía sobre la ribera urbana.
gundo proyecto. Para la misma época (1824), Pellegrini observaba el problema desde Bue-
Guillermo Micklejohn propuso tres alternati- nos Aires. Continuaba con las visiones tradi-
vas que completaban el repertorio de solucio- cionales que enfocaban la ciudad separada de
nes desplegado en el siglo XIX: la posibilidad los pueblos que formaban su Hinterland. Él
de que el puerto frente a la ciudad ganara al río pretendía, a través el puerto, vivificar la ciudad
un sector de tierras delimitado por las actua- con el modelo de progreso del pueblo de Ba-
les calles Paseo Colón, Leandro Alem y Barto- rracas, que tanto había alabado desde las pági-
lomé Mitre, y las prolongaciones ideales de Ve- nas de la Revista del Plata. Para esto el puerto
nezuela y Juncal, urbanizando el área; el uso debía estar directamente relacionado con la ciu-
del banco o isla frente a la ciudad, amurallado, dad. La forma planteada acentuaba esta rela-
como rompeolas para delimitar un canal y un ción, y continuaba la trama amanzanada, ca-
dique que podrían prolongarse en un canal SE. racterística de Buenos Aires, en el mismo
Poco se hizo hasta que en 1852 se levantó puerto. La aduana constituía un perno para que
el privilegio que Rosas había extendido a Ma- el crecimiento hacia el norte pudiera continuar,
nuel García para la construcción de un mue- a su vez, la dirección alterada de las calles por
lle en las playas de la ciudad, y se llamó a con- las mercedes de tierra originales; la articulación
u ARRIBA: DIVERSAS AL- u ABAJO: PROYECTO DE curso de proyectos. Entonces comienza el hacia el sur era solo una proyección posible pa-
TERNATIVAS PARA EL PUER- DOCKS PARA EL PUERTO DE desfile de propuestas alternativas para el puer- ra vincularse con el puerto natural ya existente
TO DE BUENOS AIRES, PRO- BUENOS AIRES, DE C. E. to de Buenos Aires del Riachuelo. La amplitud en la concepción de
PUESTAS POR JAMES PELLEGRINI; PLANTA DEL El problema no radicaba solamente en cues- las obras complementarias, cuya realización
BEVANS DURANTE LA PRE- PROYECTO PARA PUERTO tiones de decisión política: no estaba resuelto técnica era avanzada para la situación local, ca-
SIDENCIA DE RIVADAVIA. MADERO, BUENOS AIRES. en sus detalles técnicos, y se carecía de espe- racteriza así el puerto de Pellegrini: los alma-
cialistas que pudieran resolverlo. La tradición cenes a los que se podía acceder en su planta
de ingenieros que venía de la época rivada- inferior directamente desde las lanchas, el tú-
viana tenía en su haber la identificación de los nel subterráneo que uniría al puerto con el mer-
lugares y de las tipologías básicas, pero los pro- cado de la actual plaza Once, la propuesta de
yectos carecían de precisión con respecto a las un ferrocarril de cintura que ligara los merca-
condiciones reales del terreno y de los ríos. dos del sur, del norte, el Ferrocarril Oeste y la
Las primeras propuestas entre 1852 y 1859 aduana, terminando su recorrido al sur en la
se hallaban en un estadio de desarrollo nota- actual plaza Garay, el telégrafo. Las interven-
blemente inferior a los proyectos de la déca- ciones técnicas se acomodaban a la estructura
da del veinte. Presentadas en su mayoría por comercial porteña, y la mejoraban sin alterarla
empresarios con intereses directos en las áre- sustancialmente.
as a modificar, eran básicamente proyectos de Coghlan, por el contrario, pensaba más en
muelles y no de puertos. la factibilidad técnica del puerto que en la trans-
Fue a fines de esta década cuando se pre- formación de Buenos Aires. Proponía una for-
sentaron dos proyectos alternativos que anun- mación nueva, que redundaba en una ampli-
ciaban modificaciones sustantivas en las for- ficación de los terrenos de la ciudad, como lo
mas de considerar la cuestión: el de Coghlan hacía Micklejohn, pero en el banco de la Resi-
(v.) (1859) y el de Pellegrini (v.) (1862). Las pro- dencia, en función de que la tendencia natural

124 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pue pue
Riachuelo, y fue más tarde retirada. De la ofi-
cina de Bateman, además, surgieron proyectos
que se empalmaron directamente con los de
Huergo, en especial el proyecto de Revy de 1872,
presentado al gobierno por Huergo con muy
pocas alteraciones en 1873. A partir de esta pre-
sentación, la provincia otorgó a Huergo la di-
rección de los trabajos del Riachuelo, que cons-
taban principalmente del dragado del canal sur.
Para 1881, mientras dirigía las obras de ca-
nalización y rectificación del Riachuelo, Huer-
go propuso al gobierno nacional un proyecto
de puerto. En el mismo, cambió radicalmente
el punto de vista de su proyecto de 1881: el pro-
blema de un puerto para la capital de la Nación
no era el mismo que el de un puerto para la
ciudad principal de una provincia.
El proyecto de Huergo consistía básica-
mente en la construcción de un canal de en-
u ARMADO DE ESTRUCTURAS METÁLICAS DURANTE LA CONSTRUCCIÓN DEL PUERTO DE ROSARIO. trada que profundizaría el canal sur por en-
tonces en ejecución, en un primer dique con
del río era la de conformar el banco. Afirma, Ambos proyectos son antecesores de las 2690 m de muelles para carga y descarga, de-
avanzando sobre el río en lugar de cavar docks soluciones alternativas de Huergo (Coghlan) pósitos fiscales, un malecón exterior de defensa
en la ribera, una tendencia que según Bur- y Madero (Pellegrini). Esto es en gran medi- del dique, un canal de pasaje entre el antepuerto
meister caracteriza al Plata: que en un siglo de- da exacto, si atendemos por un lado a que los y el dique y la infraestructura necesaria para
jaría de ser río para convertirse en una plata- docks de Madero están literalmente calcados las tareas portuarias (pescantes hidráulicos,
forma de tierra firme que llegaría a Montevideo. de los de Pellegrini, a que el canal norte re- básculas, etc.). El malecón exterior era el pro-
Pero, al revés de Micklejohn, que proponía una pite este proyecto, a que la insistencia sobre yectado por Bateman; aunque Huergo lo cor-
ampliación urbana con la misma lógica aman- el sur relaciona a Coghlan con Huergo. No se tó abruptamente a la altura de la calle Sar-
zanada de la ciudad, los terrenos ganados al ha señalado, sin embargo, el punto principal miento. El proyecto preveía la posibilidad de
río por Coghlan no guardaban ninguna rela- en que los cuatro se relacionan: cómo el puer- crecimiento indefinido, repitiendo la forma del
ción explícita con ella, que quedaba bloqueada to de Madero continúa una mirada específica primer dique propuesto; el esquema presen-
por detrás de los docks que rememoran el pro- sobre la ciudad, mientras el de Huergo atien- tado por Huergo originalmente indicaba la si-
yecto de Bevans. Coghlan pensaba el puerto en de más a las condiciones naturales del terri- tuación de siete diques inclinados susceptibles
otra dimensión que Pellegrini. Estimaba la po- torio. Por otro lado, los dos nuevos proyectos de extenderse hacia el norte.
sibilidad de articular no solo el Riachuelo, si- no pueden entenderse sin el eslabón previo En junio de 1882, Eduardo Madero presentó
no el Paraná, con el nuevo puerto, armando que significó Bateman (v.). al Honorable Congreso propuestas para cons-
así una continuidad territorial. La idea funda- En 1871 se contrató a Bateman, quien, co- truir las obras del puerto con dos alternati-
mental de Coghlan consistía en dirigir el Pa- mo Coghlan, había sido convocado para la so- vas: por cuenta de la Nación o por cuenta de
raná de las Palmas hacia un canal formado lución del problema sanitario de Buenos Ai- una sociedad particular. Las obras consistían
frente a Buenos Aires por medio del terraple- res. En articulación con este tema presentó una en dos canales de entrada, uno al sur (el canal
namiento del banco de la ciudad. Este banco, alternativa de puerto que se ha considerado ha- Riachuelo) y otro al norte; una muralla exte-
que derivaría en isla en forma natural, “ayu- bitualmente como el antecedente más cerca- rior de defensa, la misma propuesta por Huer-
dado por las artes”, podría servir en un futuro no del puerto de Madero. El proyecto de Ba- go y Bateman, desde la usina de gas al Ria-
para “objetos mercantiles”. El canal seguiría teman fue retomado en sus líneas generales chuelo; una dársena o basin; cuatro diques en
también la dirección natural de las corrientes, por ambos contendientes. Propuso una solu- ristra; un dique militar y una serie de instala-
es decir, hacia el SE; de esta manera, debía mo- ción que tomaba la sugerencia de Coghlan de ciones tales como vías férreas, pescantes, ele-
dificarse la línea de ribera de la ciudad, que se desviar la costa y realizar el canal en esta di- vadores, telégrafos, etc. El 27 de octubre de
ensanchaba sobre el banco de la Residencia pa- rección, para empalmarlo con el Paraná. La es- 1882 se promulgó la ley que autorizaba al Po-
ra albergar futuros docks. También se modifi- collera que Bateman diseñó fue retomada sin der Ejecutivo a contratar las obras con Made-
caría por terraplenes la boca del Riachuelo, dan- mediaciones por Huergo (v.) y Madero. ro. La documentación definitiva fue realizada
do vuelta hacia el SE, canalizando su curso La otra analogía que se hizo entre los pro- por un estudio inglés de gran prestigio, Hawks-
hasta Puente Alsina. Coghlan proyectaba ex yectos de Madero y de Bateman guarda relación haw (v.), Son & Hayter.
novo “otra ciudad”, enteramente comercial, con un tema importante: el diseño de dos ca- Las diferencias en la configuración de los
conformada por el puerto propiamente dicho nales en lugar de uno, aunque esta decisión del dos proyectos aparecen en dos aspectos. En pri-
que atravesaría, como un puerto canal, dos zo- primer proyecto de Bateman era coyuntural, en mera instancia, analicemos la más aparente:
nas comerciales. función del “horrible estado” de las aguas del los diques en peine de Huergo en oposición

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 125


a los diques en ristra de Madero. Huergo ha Esta diferencia morfológica puede analizarse el esquema en peine de Huergo al borde exte-
optado por diques abiertos inclinados hacia el desde distintos puntos de vista. No puede en- rior del puerto Madero, aunque esta vez los
acceso del puerto –una forma bastante gene- tenderse directamente ligada, como lo plantea docks se inclinan hacia el norte, en función
ral en Norteamérica y Australia–, un desarro- Scobie en la versión más difundida de esta po- de este canal. En 1908 el PEN fue autorizado
llo lógico del modesto muelle en punta, colo- lémica, con el privilegio de determinadas áre- para contratar la construcción del Puerto Nue-
cado en serie, y en forma tal que se aprovechara as de la ciudad en términos funcionales: am- vo, cuyas obras se iniciaron en 1911. A partir
al máximo el espacio, optimizando también en bos proyectos aparecen con la cercanía suficiente de 1920, y a medida que se terminaban las
su inclinación las entradas y las salidas. tanto a la zona sur como al centro urbano en obras se fueron librando sectores al servicio
El puerto de Madero, en cambio, muestra cuanto a las posibilidades otorgadas a las redes público. El puerto nuevo finalizó su construc-
en los diques uno de sus mayores problemas comercial y productiva. La diferencia morfoló- ción a mediados de la década del veinte.
de funcionamiento. Se opta aquí por docks ce- gica debe leerse más bien en términos de re- Diversos estudios se sucedieron en las dé-
rrados, con “esclusas, puentes giratorios y mue- presentación, y se vincula con un problema dis- cadas posteriores en función de la remodela-
lles en parajes angostos”, según critica Huer- tinto, eminentemente político: la cuestión ción de un puerto cuyo funcionamiento nació
go. Esta decisión, corriente en los puertos Capital. El puerto de Huergo aparece como una defectuoso. El plan de Le Corbusier elimina ya
militares, era ya por la época desaconsejada pa- configuración incompleta, pasible tanto de cre- los diques de Puerto Madero (ampliando para
ra puertos comerciales, en tanto obstaculizaba cimiento hacia el norte, como de articulación este propósito el Puerto Nuevo) y avanza sobre
el tránsito; pero aún más grave resulta la dis- con lo que a partir de 1882 ya es la Provincia de el río con una isla unida a la ciudad por el cor-
posición en ristra, por la cual un buque debía Buenos Aires. dón umbilical circulatorio. La idea de la des-
recorrer de punta a punta todo el puerto pa- afectación de los cuatro diques del puerto Ma-
ra, finalmente, salir de él. En forma más os- dero para expansión de la ciudad vuelve a ser
tensible, el estudio de Hawkshaw, Son & Hay- planteada una y otra vez en los proyectos de las
ter, a quien se le encargó el diseño definitivo próximas décadas para la remodelación del
del puerto y la dirección de las obras, optó por puerto, aunque esta área no siempre cumpli-
la misma configuración que el puerto de Pe- ría las funciones previstas en aquel plan ori-
llegrini, pero cerrando con el canal sur una dis- ginal: en lugar de un área verde, con el río “re-
posición antes abierta. cuperado”, el área de puerto Madero se concibe
El puerto de Madero, aquel que en la his- como de expansión de la ciudad comercial. Es
toriografía ha sido calificado como paradigma significativo en este sentido el proyecto de 1961
de la Modernidad que irrumpe en La Gran Al- (Decreto 1272 del 16 de febrero de ese año).
dea, transformándola radicalmente, era de los A la desafectación de los cuatro diques anti-
dos el que menos innovaba, pues se apoyaba guos para las tareas portuarias le correspon-
ostensiblemente en los proyectos anteriores. dería la extensión del Puerto Nuevo y de la dár-
Huergo, en cambio, introdujo la novedad de sena norte, hecho que reafirma la tendencia
los diques en peine, sobre la que se insistirá de utilización del área norte para las operacio-
en la bibliografía específica, en tanto aparecen nes portuarias de comercio exterior y el mo-
con un diseño realmente moderno respecto vimiento de pasajeros de ultramar, y la reser-
del problema clave de la flexibilidad. Tanto pa- va de la zona sur (Riachuelo, Dársena y Dock
ra la discusión política en las cámaras, como u UNA VISTA ACTUAL DEL PUERTO NUEVO, BUENOS AIRES. Sud) para las operaciones industriales y el mo-
para Huergo en su debate posterior, o para las vimiento de cabotaje. Asimismo, se proponía
tibias objeciones del Departamento de Inge- Las diferencias de proyectación brindan ganar tierra al río entre el malecón límite del
nieros, el punto principal en el cual se dife- también otras lecturas. El proyecto de Huergo canal norte y la defensa norte del canal sud, en
rencian ambos proyectos radica en los dos ca- tiende no solo a una forma abierta, sino a una función de la idea urbanística de expansión de
nales de entrada al puerto. serie: por lo tanto, a una ausencia de forma en la ciudad terciaria y la consecuente necesidad
La existencia de uno o dos canales altera el sentido estricto. El proyecto de Madero, por el de terrenos cercanos al centro comercial. En
sentido morfológico de cada proyecto. En el ca- contrario, presenta una forma cerrada, y com- 1969, el Plan Regulador del Puerto propone
so del proyecto de Huergo, el único canal, con pone soluciones portuarias anteriores. dos posibilidades: la remodelación del puerto
las consecuencias en el diseño de los docks, La resolución a favor de la propuesta de Ma- existente, con un antepuerto único, eliminan-
coloca el peso del proyecto del lado sur; la exis- dero se concretó entre 1882 y 1886, en medio do el canal sur o la realización de un puerto en-
tencia de dos canales, por el contrario, origina de grandes debates. Recién en 1897 se termi- teramente nuevo.
un proyecto simétrico y equilibrado, conclu- nó la dársena cuatro, y en 1898 se abrió el ca-
so perceptiva y funcionalmente en sí mismo. nal norte. Ambos proyectos no lograron, sin Otros puertos del estuario del Plata. Destinos
Los docks en ristra paralelos a la costa acentú- embargo, una hegemonía absoluta, salvo por muy diversos entre sí tuvieron otros puertos
an la simetría implícita en la trayectoria que breves períodos. Para 1902, Elmer Corthell (v.) de la Provincia de Buenos Aires que se recos-
indicaban los dos canales: en cada extremo, presentó un esquema para la ampliación del taban sobre el Plata. Algunos, como el caso del
además, aparece un remate (las dos dársenas), puerto Madero, el cual había demostrado ya puerto-canal de San Fernando, reconocen una
cada una con particularidad de forma con res- sus límites. Corthell continúa la idea de los dos historia tan larga como el de Buenos Aires. Ori-
pecto a los cuatro diques centrales. canales de entrada y sencillamente superpone ginalmente, el único puerto de abrigo para la

126 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pue pue
navegación interior fue el Río de las Conchas, pudiera competir con la ciudad que la Provin- La crisis del noventa causó serios proble-
hasta que un temporal cegó en 1820 la boca de cia sentía que le había sido arrebatada. Se pla- mas a la consecución de las obras. El gobierno
este río y abrió el río del Tigre. Sobremonte neó un puerto enteramente artificial, proyecto provincial, endeudado con la Nación, debió en-
le había encargado a Giannini, en 1805, jun- del ingeniero holandés Juan Waldorp (v.), que ajenar las obras de la Ensenada dentro del plan
to al trazado de la ciudad de San Fernando, la residía en el país. Constaba de un largo canal de renegociación de la deuda; así, el gobierno
apertura de un canal que comunicaría el Río que avanzaba desde aguas profundas, cortaba federal se hizo cargo de ellas en 1904.
de las Conchas con el Plata, cuyas funciones perpendicularmente la isla de Santiago y pe- Aunque La Plata no pudo desplazar a Bue-
serían las de encauzar los desagües en las cre- netraba en los bañados para formar un dique nos Aires, desarrolló una amplia actividad de
cientes, fertilizar las tierras y posibilitar las ins- central. Paralelos al dique principal, otros dos ultramar e incitó a la formación de una im-
talaciones portuarias en la boca del río. En 1875, canales conformaban también los respectivos portante área industrial en sus inmediaciones.
el antiguo proyecto de Giannini, teniendo en diques para cabotaje. La articulación entre ciu- Grandes compañías frigoríficas ampliaron la
cuenta las modificaciones del área, fue com- dad y puerto emerge claramente tanto en el pla- capacidad del puerto con instalaciones propias:
pletado por Huergo, lo que brindó a este in- no funcional como en el representativo: el gran el frigorífico Armour y el Swift poseían hacia
geniero la plataforma necesaria para lanzarse dock central en sus extensiones futuras y los ca- 1920 instalaciones de envergadura sobre el ca-
a la disputa del puerto principal de la Provin- nales laterales debían ser paralelos a la traza de nal de acceso; la Compañía Pampa poseía 26
cia y luego de la Capital. El puerto canal de San La Plata, aunque en la práctica existe un pe- silos con una capacidad de 9.000 toneladas; la
Fernando, y otros puertos naturales de la Pro- queño desfasaje; el primero coincidiría, ade- Compañía de Muelles y Depósitos –absorbida
vincia de Buenos Aires, como Quilmes, no lle- más, con el eje monumental de la ciudad. por el Ferrocarril Sur en 1899– era propieta-
garon a alcanzar una importancia que tras- En 1882 se promulgó la ley en virtud de la ria de más de 1.300 metros lineales de mue-
cendiera lo local. cual se facultaba al PEN para contratar la cons- lles, con vías férreas, guinches a vapor, etc.,
El caso del puerto de La Plata es distinto. trucción del puerto, junto al gobierno de la Pro- destinados al almacenamiento de cereales y
La bahía natural de la Ensenada fue original- vincia, por cuenta y dirección de esta. En 1883 frutos del país, y productos inflamables. Pero
mente considerada en relación con la ciudad se aprobó el proyecto de Waldorp. Las obras se el tipo de actividad que caracterizó el funcio-
de Buenos Aires, con fines de abrigo para bu- iniciaron el mismo año. La articulación del namiento mercante de este puerto fue la acti-
ques grandes y defensa militar. En 1730 el in- puerto con las principales líneas de ferroca- vidad petrolera, iniciada en 1902, cuando la
geniero Petrarca (v.) prepara una serie de pla- rriles fue también un objetivo central de las au- Provincia destina 15 ha para la instalación de
nos para establecer el complejo defensivo de toridades: el ferrocarril de Buenos Aires y Puer- depósitos de hidrocarburos. La radicación de
la Ensenada de Barragán. La Ensenada apare- to de la Ensenada conectó desde temprano el la destilería en 1925, contratada por las auto-
cía como la posibilidad más adecuada, espe- área sur de la ciudad de Buenos Aires con el ridades nacionales, culminó esta dirección.
cialmente por la existencia del canal natural puerto platense: en 1892 ya existía una cone-
que, gracias a la posición de la isla de Santia- xión directa entre el Dock Central y el Puerto Rosario y los puertos del Paraná. El Paraná
go, se formaba en la desembocadura del río del Madero. Aunque aún restaban trabajos de im- constituye la vía navegable más importante de
mismo nombre, originando una rada natural. portancia para el completamiento de la obra, la República y, consecuentemente, la de ma-
Durante el tercer sitio de la Colonia del Sacra- el puerto de La Plata fue librado al servicio pú- yor antigüedad en su utilización. Sin embar-
mento se ejecutó el proyecto de Petrarca (1735- blico en julio de 1889. go, una serie de características del río, como
1737), y posteriormente se realizó una serie de
modestas mejoras. Pero pronto se lo abando-
nó como posición estratégica, aunque las ba-
terías de defensa se mantuvieron. En 1823, co-
mo se ha señalado, Bevans propuso entre sus
varios proyectos el acondicionamiento de la
Ensenada para puerto de Buenos Aires. Poco
tiempo después, en 1826, Bevans vuelve a in-
formar sobre el tema y Rivadavia, ahora Pre-
sidente, apoyó la propuesta, incluyendo el área
en cuestión dentro de los límites del distrito
metropolitano.
La cuestión de la Capital cambió totalmen-
te las perspectivas. Descartado el Riachuelo por
razones similares a las de las autoridades na-
cionales, y resultando clave el problema del ac-
ceso de buques de ultramar para la futura pros-
peridad de la Provincia, las autoridades
provinciales eligieron la Ensenada como el lu-
gar de construcción de la nueva capital de Bue-
nos Aires en función de la posibilidad de cons-
trucción de un puerto de envergadura, que u OBRAS DE CONSTRUCCIÓN DEL PUERTO DE BUENOS AIRES, ACTUAL PUERTO MADERO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 127


su caudal, el fácil enterramiento, los constan- explotación del puerto por cuatro décadas. Por ta técnico, una serie de muelles se asienta so-
tes cambios de dirección de su cauce, se con- incumplimiento de sus términos, el gobier- bre pilares construidos, por primera vez en el
virtieron en problemas fundamentales para el no rescindió en 1892 el contrato de Canals. El país, con aire comprimido.
desarrollo de la incipiente navegación interior. problema del puerto de Rosario fue tan acu- Otros puertos del Paraná que alcanzaron
Las pequeñas poblaciones a su vera, que ha- ciante que en 1898 se fundó una “Asociación cierta importancia en el período 1880-1930 son:
bían reconocido cierto auge a mediados del s. Popular para la Canalización de los Ríos y Puer- Santa Fe (v.), cuya construcción, autorizada por
XIX, decayeron al no poder ponerse a tono con to del Rosario”, presidida por Gregorio Machain, Ley 4269 (1886), que concedía a la provincia
las mejoras técnicas y dimensiones que re- con el fin de presionar a las autoridades hacia la administración y la dirección de las insta-
quería un puerto moderno. Dentro de ellas, sin la solución del problema. Las gestiones de la laciones bajo el control del gobierno nacional,
embargo, algunos puertos alcanzaron una im- asociación fueron exitosas: en 1899 se promulgó no se inició hasta mucho más tarde; Campa-
portancia nada desdeñable. Entre ellos, se des- la Ley 3885, por la cual el Poder Ejecutivo Na- na, cuya mayor superficie de muelles estaba
taca Rosario (v.). cional se comprometía a abrir un nuevo con- conformada por los construidos por el Ferro-
Hacia la primera década del siglo XX, Ro- curso público en el plazo de seis meses; inicio carril Central Argentino, complementándose
sario ya era considerada la segunda ciudad real, podría decirse, de las obras del puerto de con las instalaciones privadas, fundamental-
en importancia de la República, y los benefi- Rosario. Finalmente, luego de un concurso en mente orientadas hacia la exportación petrolí-
cios de su puerto natural no fueron ajenos al el que solo tres empresas llegaron a intervenir, fera, como la West India Oil Co., la Itaca y la
notable crecimiento económico que puede ve- se celebró en octubre de 1902 el contrato entre Compañía Nacional de Petróleo Ltda.; el fri-
rificarse en ella desde mediados del s. XIX. el Ministerio de Obras Públicas y las socieda- gorífico Las Palmas Produce contaba con es-
Sin embargo, sus relativas facilidades na- des Hersent et Fils y Schneider y Cía, quienes, te puerto para las exportaciones de sus pro-
turales ya se revelaban insuficientes hacia 1870. al efecto de la construcción del puerto, consti- ductos. Zárate, similar a Campana en su
Así, la preocupación por la construcción de un tuyeron la “Sociedad Puerto de Rosario”. envergadura, pertenecía en su mayor exten-
puerto moderno en Rosario fue simultánea a Las obras contemplaban los últimos avan- sión al Ferrocarril Central; su característica es-
la de Buenos Aires. Pero la concreción de las ces técnicos en materia portuaria. Funcional- taba otorgada por la exportación de frigoríficos
obras fue posterior, debido a serios problemas mente, el puerto estaba claramente dividido en de importancia, como el Smithfield. En Bara-
de gestión. En 1869, el Departamento de In- tres secciones: importación, exportación y ca- dero, recién se comienzan las obras portuarias
genieros de la provincia presentó un proyec- botaje, en el centro del sistema. Como la ma- en la década de 1920. San Nicolás era un puer-
to en el que preveía la construcción de 1.000 yoría de los puertos fluviales, los diques es- to antiguo; su ampliación se proyecta en 1885:
m lineales de muelles, pero el proyecto no fue tán dispuestos a lo largo de la costa. Su modelo sin embargo, hasta el despegue industrial de
aprobado. En 1872, el ingeniero Lindmark, vi- técnico proviene del puerto de Lisboa; las obras la zona, vegetaba con apenas 300 m de mue-
cedirector de la Oficina de Ingenieros Nacio- de regularización del Paraná, indispensables lles. En situación similar se encontraba Villa
nales, presentó su proyecto, que consistía en para la estabilidad del sistema hídrico, se lo- Constitución.
dos dársenas de 139 m de longitud por 59,75 graron con operaciones de faginado simila- Más arriba de Rosario, sobre el Paraná, Go-
m de ancho cada una, rodeadas de muelles de res a las que con mayores dimensiones se lle- ya, Empedrado, Colastiné, etc., no lograron
hierro y madera con un desarrollo total de 800 vaban a cabo en Holanda. El proyecto constaba nunca acercarse al movimiento comercial de
m. El proyecto no fue realizado por falta de fon- de 3.870 ml de muelles. Un canal paralelo a Rosario. Pero Corrientes (v.), en la margen iz-
dos. En 1876, se promulga una ley que auto- los muelles de 3,60 m de ancho en el fondo quierda del Paraná, constituyó un puerto de
rizaba al Poder Ejecutivo a contratar con la em- permitía el libre acceso de buques de ultramar; importancia a partir de las modificaciones au-
presa Ferrocarril Central Argentino la instalaciones para el depósito de mercaderías torizadas por la Ley 1386. Los trabajos co-
construcción de las obras proyectadas. Este con- –de distinto tipo según los requerimientos fun- menzaron en 1885 y fueron sucesivamente am-
trato no llegó a efectivizarse: a pesar de las am- cionales–, calzadas y terminales ferroviarias, pliados; su importancia como puerto de tránsito
plias ventajas que se le otorgaban a la empre- edificios administrativos, elevadores de gra- por su proximidad con la confluencia del Pa-
sa concesionaria, esta se negó a aceptar la nos, grúas eléctricas, cabrestantes, dragas, com- raguay con el Paraná se mantuvo, al tiempo
cláusula por la cual el gobierno tendría el de- pletaban los compromisos de la empresa en la que la llegada del Ferrocarril del Nordeste, y
recho de expropiar las obras por el costo efec- realización del puerto. Desde el punto de vis- principalmente del Ferrocarril Económico, pro-
tivo de ellas más un 20% de interés. En 1878, porcionó el mayor movimiento comercial, por
la ley del 5 de septiembre autorizó a contratar el tránsito de los productos de los departa-
a otra empresa para construir las obras auto- mentos de San Luis y General Paz, en el inte-
rizadas en 1876. Solo se presentó a la licitación rior de la provincia. Otro puerto que puede
la empresa Rodríguez & Cía., que obtuvo así mencionarse es Posadas, sobre el Alto Paraná,
la concesión, y firmó el contrato en 1881. Pero especializado en el tránsito de la yerba mate;
poco había realizado cuando se rescinde en su construcción comenzó en 1908.
1884. Ante estos problemas, se volvió a la ad-
ministración pública para la resolución de las Puertos del río Uruguay. Recién en 1899 se
obras. En 1888 se retomó la idea de gestión pri- iniciaron estudios sistemáticos del régimen de
vada. Se licitó la sección sur de las obras, y el este río. En el Uruguay inferior, los puertos de
6 de julio de 1889 se firmó un nuevo contrato importancia son Gualeguaychú, situado en el
con el empresario Canals, que le concedía la u EL PUERTO DE BAHÍA BLANCA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. afluente del mismo nombre a 22 km de las

128 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pue pue
mismos años en que se inicia la construcción
del puerto de Ingeniero White, el ferrocarril
Sur construye un muelle en la ciudad de Ba-
hía Blanca, en función de una concesión por
diez años otorgada por el gobierno en enero
de 1883. La ciudad ya poseía un modesto mue-
lle de madera en la desembocadura del arroyo
Napostá. Para 1885 el muelle del Ferrocarril
Sur construido en acero y con una longitud de
300 m estaba habilitado. Poco después, el con-
cesionario del primitivo muelle cedió los de-
rechos para un puerto en el mismo sitio a Dun-
selman y Cía. Puerto Pareja, ubicado en la
desembocadura de un pequeño arroyo que con-
cluye en la bahía, es posterior: los trabajos se
iniciaron en 1912, de acuerdo con la Ley 5574.
También sufrió, como Mar del Plata, la de-
u EL ANTIGUO PUERTO MADERO ANTES DE SU RECONVERSIÓN URBANA.. tención de las obras debido a la conflagración
europea. Puerto Galván, a 8 km de la ciudad,
aguas profundas del río Uruguay, y Concep- puerto. Los muelles denticulares proyectados estaba unido a ella por la vías del Ferrocarril
ción del Uruguay. Las obras modernas en es- en hormigón armado (dos diques de ultramar, Buenos Aires al Pacífico. Hacia los años vein-
te puerto se iniciaron en 1882. Estaba consti- una dársena de cabotaje y un área para pesca- te, poseía un canal de acceso largo y protegi-
tuido hacia 1920 por tres secciones: la sección dores) aún no se habían completado para 1940, do, y un total de 1.431 m de muelles que per-
de ultramar, formada por una vasta dársena de cuando ya los problemas de enterramiento del mitían atracar a doce vapores simultáneamente.
piedra de 800 m con una profundidad al pie puerto limitaban el calado de los buques que Puerto exclusivo de exportación, poseía cuatro
de 6,10 m, complementadas con instalaciones ingresaban a él. elevadores de granos, aunque su importan-
de madera, situadas en la margen derecha del El puerto de Quequén se proyectó en la des- cia no llega a acercarse al de Ingeniero White.
río Itapé, en donde podían atracar buques de embocadura del río Quequén Grande, en cu- Cuatreros, por último, solo servía al frigorífi-
gran calado. Una sección de cabotaje, de 200 yas márgenes se dispusieron obras de atraque. co del que era propiedad.
m lineales, más embarcaderos particulares, Un canal de acceso, protegido en la desem- En el estuario se sitúa también el principal
completaban las instalaciones. En el Uruguay bocadura por dos escolleras que forman un an- puerto militar nacional, el Puerto Belgrano, ba-
Medio se ubicaban el puerto de Colón (cuya tepuerto de 300 ha, completaba las instalacio- se naval de las grandes unidades de la Marina
construcción efectiva comenzó en 1884), el de nes previstas. Las obras fueron otorgadas por de Guerra, situado a 30 km de la ciudad de Ba-
Concordia y el de Paso de los Libres. concurso, llamado a partir de la Ley 10.295, a hía Blanca. Para su proyecto se contrató al in-
la Societé des Grandes Travaux de Marseille. geniero Luis Luiggi (v.), que había realizado
Litoral Marítimo. A pesar del amplio desarro- El estuario de Bahía Blanca (v.) reúne una obras en el puerto de Génova, la Spezia y Pa-
llo de la costa atlántica, las instalaciones por- serie de puertos dignos de mención, agrupa- lermo, en 1896. Las vías del ferrocarril Sud y
tuarias en ella fueron siempre escasas, debido dos en torno de la zona de influencia de la ciu- del Ferrocarril Rosario a Puerto Belgrano lo
a la tardía incorporación de las tierras al Esta- dad: ingeniero White, Galván, Arroyo Pareja, unían al resto del país. Se accede al antepuer-
do nacional. A partir de la década de 1910 se Cuatreros y Nacional. El puerto de ingeniero to, de alrededor de 31 ha, limitado por dos es-
comenzaron varios trabajos en el litoral ma- White tiene su origen en la concesión otor- pigones, por un canal de tres km. Una vasta
rítimo. Muchos de estos puertos, como el ca- gada al Ferrocarril Sur de la sección que unía dársena relacionada con el mar fue construi-
so de Mar del Plata (v.) y Quequén, responden General Lamadrid con este punto marítimo da inicialmente por el Ferrocarril Rosario a
a la tipología clásica de puertos de mar, con –donde no existía población de relevancia–, Puerto Belgrano, para pasar hacia la década del
dos escolleras colocadas en posición de evitar pasando por Bahía Blanca, en mayo de 1884. veinte a manos del Estado. Un nuevo dique de
las mareas y el enterramiento. La ubicación del Ingeniero White se desarrolló notablemente marea, con amplios márgenes de crecimiento,
puerto de Mar del Plata se eligió no sin ciertas como puerto de exportación. Hacia el veinte, se adjudicó en esos años a las empresas Dic-
deliberaciones, para lo que se estudió la fran- el muelle llamado de “los elevadores” de 350 kerhoff y Widdmann S.A. y F. H. Schmidt.
ja existente desde cabo Corrientes hasta Pun- m de desarrollo, estaba servido por dos eleva- La explotación de la zona petrolífera de Co-
ta Mogotes. Decidida la ubicación a 7 km de la dores de granos de 72 silos cada uno, movili- modoro Rivadavia trajo aparejada la necesidad
ciudad balnearia, se llamó a concurso (Ley zados por energía eléctrica; 14 bocas de des- de dotar a la localidad de instalaciones por-
6499/09) y se adjudicaron las obras a la fir- carga permitían a cada elevador cargar cuatro tuarias. Algunas obras ya habían sido comen-
ma francesa Allard, Dolfus, Sillard y Viriot (lue- vapores simultáneamente. Disponía además zadas en la década del veinte por la Comisión
go Societé Nationale des Travaux Publics), que de un muelle en “T” con un desarrollo útil de Nacional Administradora de Petróleo (v. YPF).
inició los trabajos en 1911. Las obras de abrigo 980 m donde podían atracar buques de gran Puerto Deseado, ubicado en la ría del mismo
(dos escolleras construidas en hormigón sobre calado, un muelle de madera servido por dos nombre, apenas poseía un modesto muelle de
enrocamiento) encerraban 210 ha de ante- cobertizos y un dique para lanchas. Para los piedra en la década del cuarenta. G. S.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 129


Bibliografía: J. Bateman. Documentos relativos a las por el maestro de obras Cañete (v.), que per- Bibliografía: AA.VV. Arquitectura del Estado de Bs.
obras del puerto de Buenos Aires e informe. Bs. As., mite obtener una mayor altura del monumento, As. (1853-1862). Bs. As.: IAA, 1965; S. Berjman (com-
1875; L. A. Huergo. Proyecto definitivo de puerto pa- rasgo acentuado por la colocación simultánea piladora). El tiempo de los parques. Bs. As.: IAA, 1992.
ra la Capital. 22 octubre de 1881. Bs. As., 1882; L. A. de una estatua a la Libertad. Como comple-
Huergo. Examen de la propuesta y proyecto del puer- mento del conjunto, el arquitecto agregó cua-
to Madero. Bs. As., 1886; F. Bastiani. Lavori maritimi tro esculturas alegóricas, obra de J. Dubour- PUKARÁ (O PUCARÁ). m. Fortificación de pie-
ed impianti portuari. Hoepli, 1903; Cordemoy. Les dieu. Al llegar los restos de Rivadavia en 1857, dra construida en época prehispánica, es-
port modernes. 2 vol. Paris, s/f; E. Huergo. “Memoria el gobierno encargó a Pueyrredón el boceto de pecialmente en alturas estratégicas, para la
sobre el puerto del Rosario”. En: IV Congreso Cien- la carroza fúnebre que fue utilizada en la ce- defensa. (Academia Argentina de Letras. Dic-
tífico Internacional. Chile, 1908; Candiani. Memo- remonia de traslado de los despojos. cionario del habla de los argentinos. Bs. As.:
rándum para el examen de los puertos. S/l, Centro de Su obra más importante corresponde al te- Espasa, 2003). El vocablo, de origen que-
Estudiantes de Ingeniería, 1915; E. Baldassari. Vías rreno de lo privado: la quinta de Miguel de Az- chua, significa ‘fuerte, castillo o fortaleza’. La
navegables y puertos de la República Argentina. Bs. cuénaga (1851). La preocupación de Pueyrre- presencia de estas fortificaciones se extien-
As., 1925; Brysson Cunningham. A treature on the dón por el paisaje, que tanto se evidencia en de a lo largo de toda el área andina. Duran-
principles and practices of harbour engineering. sus acuarelas de la zona costera de Buenos Ai- te la Conquista fueron muy usados por los es-
London, 1928; Duplat-Taylor. The design, constru- res, aparece aquí reflejada en este especie de pañoles para identificar sitios de resistencia
tion and maintenance of docks, warves and piers. “morada observatorio”, ya que la relación con indígena a la invasión. Arquitectónicamente
Suffolk, 1934; Dirección General de Navegación y la naturaleza no se reduce al típico mirador de designa una instalación caracterizada por la
Puertos. “Síntesis de la labor que realiza la Direc- las casas tradicionales frente al río, como el que presencia de una o varias murallas perime-
ción General de Navegación y Puertos”. En: La Inge- existe en la chacra de su familia en San Isidro, trales concéntricas de considerable altura, re-
niería, 1940; C. Kroeber. La navegación de los ríos que él mismo remodela, sino que organiza la alizadas con piedra canteada, ubicadas en zo-
en la historia argentina. S/l, Paidós, 1967; A. de Pau- forma de la casa misma. Esta se presenta co- nas de altura y de difícil acceso.
la. La ciudad de La Plata, sus tierras y su arquitec- mo una planta abi erta hacia las vistas del río
tura. Buenos Aires: Banco de la Provincia, 1987; H. perceptibles en la continua barranca de la cos- Estas estructuras de trazado plenamente
Pando. El puerto de Buenos Aires. Una historia de ta norte porteña, que son aprovechadas por las militar-defensivo, a las que se suma la presencia
errores y desaciertos. En mímeo, FADU-UBA, 1989. amplias aberturas de las habitaciones y las te- de troneras, atalayas y balcones, protegían un
rrazas del primer piso. La austeridad del len- espacio interno de habitaciones y depósitos de
guaje de orden dórico sin base contrasta con ocupación transitoria. A nivel arqueológico, los
PUEYRREDÓN, PRILIDIANO. Buenos Aires, la ruptura de la planta compacta, usual ya pa- pucarás son considerados como uno de los me-
1823 - Íd., 1870. Pintor, arquitecto del mu- ra entonces en las quintas suburbanas. jores ejemplos de integración intencional de
nicipio de Buenos Aires durante los decenios Como paisajista se le atribuye el trazado la arquitectura prehispánica con la compleja
de 1850 y 1860. Realizó diversas obras de pintoresco del parque de la estancia San Juan, topografía andina. Por extensión, suele deno-
diseño urbano. Fue además uno de los pri- de Leonardo Pereyra, hoy sede de la Escuela J. minarse “pucará” a sectores montañosos cuya
meros profesionales que en el país se dedi- Vucetich en el parque Pereyra Iraola en las cer- difícil geografía les otorga ventajas defensivas,
caron al diseño de parques. canías de La Plata. F. A. sin que haya fortalezas en forma específica. En

Hijo de Juan Martín de Pueyrredón, fue lle-


vado por su padre a Europa en 1844 para es-
tudiar arquitectura. Egresó del Instituto Poli-
técnico de París en 1846. Vuelto al país,
proyectó, como técnico del municipio de Bue-
nos Aires, diversas obras públicas, por lo que
se transformó en uno de los principales refe-
rentes arquitectónicos en el período inmedia-
to a la caída de Rosas.
Sus obras más importantes son: el arre-
glo de la Plaza de la Victoria (1856), la refac-
ción de la iglesia del Pilar (1856), reforma del
templo de Quilmes (1857), una serie de nue-
vos pabellones en el Hospital General de Hom-
bres (1858-1859), la capilla del Cementerio Sur
(1858), la reforma y reparación del Hospital de
Alienados, la remodelación de la Casa de Go-
bierno en el Fuerte, el puente de Barracas (1861)
y la reforma de la Pirámide de Mayo (1856-
1857). Esta última es una envoltura realizada
sobre del obelisco construido originalmente u GALERÍA DE LA QUINTA PUEYRREDÓN, EN SAN ISIDRO, PCIA. DE BS. AS, DE PRILIDIANO PUEYRREDÓN.

130 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


pue pup
nuestro país, el Pucará de Aconquija (Depar- to, en 1788 el procurador general de la ciudad
tamento de Andalgalá, Prov. de Catamarca) es de Buenos Aires intentó prohibir la reunión de
uno de los mejores representantes de este ti- gentes y las audiciones de guitarra en las pul-
po de instalación. A. I. / D. S. perías, para retrotraerlas a su función exclusi-
vamente comercial. Después de la Indepen-
dencia fue la necesidad de controlar el
PULPERÍA. f. Local típico de la zona rural, en el alcoholismo y la delincuencia, como factores
que se vendían diferentes artículos de pri- negativos que ayudaban a acrecentar la cróni-
mera necesidad, especialmente comestibles ca falta de mano de obra, la justificación para
y bebidas alcohólicas (Academia Argentina limitar y desalentar esta actividad.
de Letras. Diccionario del habla de los ar- A diferencia de otras formas de comercio
gentinos. Bs. As.: Espasa, 2003). Véase es- que se nucleaban en la zona central, o en co-
te ejemplo de su empleo, tomado del Martín rrespondencia con las plazas más importan- u INTERIOR DE UNA VIVIENDA PROYECTADA POR G. PUPPO.
Fierro [Primera parte, 1872]: “Supe una vez, tes, las pulperías tienen, con respecto a la tra-
pa’ mi mal, / de una milonga que había, / y ma de la ciudad, una localización homogénea Realizó estudios en Montevideo (1966) y
ya pa’ la pulpería / enderecé mi bagual”. (Jo- que abarca todos los sectores urbanos. Buenos Aires (1970). Asociado con la arqui-
sé Hernández. Bs. As.: Coni, 1925, 104). En la campaña se desarrollaron en dos for- tecta Ethel Etcheverri, ha proyectado y cons-
Sobre el origen de la voz y su significado exis- mas: como lugares de encuentro, en cruces de truido una serie obras de reciclaje de viviendas
ten dos hipótesis. La primera la hace derivar caminos, en relación con postas o vías de cir- en las cuales intenta rescatar la esencia tipo-
de la palabra pulque, que en México signifi- culación importantes, o como pulperías volan- lógica de las antiguas construcciones. Sus tra-
ca ‘aguardiente’. Pulquería aludiría, enton- tes, es decir, montadas sobre carretas que re- bajos se caracterizan por el manejo cuidadoso
ces, al lugar de venta de aguardiente. La se- corrían la zona rural para intercambiar artesanías de los materiales, los detalles, las texturas y la
gunda, de origen local, la hace derivar de la o mercancías por productos rurales (cueros va- interrelación espacial, cualidades estas que
palabra pulpa o ‘carne magra’, alimento que cunos, de nutria, plumas de ñandú, etc.). se relacionan también con su actividad de ar-
se vendía en la pulpería. Sea cual fuese el En cuanto a su configuración, las pulperías tista plástico. Entre las obras realizadas con E.
origen de la palabra, servía para designar, urbanas eran diferentes de las rurales. En la ciu- Etcheverry, puede citarse la casa en Tucdum
entre los siglos XVIII y XIX, un tipo de comer- dad se ubicaban, por lo común, en las esquinas (1981/1982), que reitera casi miméticamente
cio de carácter minorista, en el que se ven- y constaban de un local con mostrador interior las cualidades de la arquitectura vernácula del
día una amplia gama de productos y cuyos y de un lugar para ubicación de las mesas. En NOA, su propia casa (meticulosa restauración
clientes, en general, correspondían a los sec- la campaña se localizaban en un rancho (v.) con de una casa chorizo) y una serie de obras en
tores populares. importante alero en su frente principal. Bajo Buenos Aires que siguen los mismos princi-
este alero se abría una ancha ventana cubierta pios: O'Higgins 4560; Cuba 3965 y 4652, el
Además de lugar de intercambio comercial, por reja de hierro o de madera dura a través de Salvador 3929, Armenia 1955, etc. Asociado
la pulpería fue un sitio privilegiado de inte- la cual se atendía a los clientes. Sobre un más- con R. Bustamante y R. Johannes, diseñó su
rrelación social. En el interior de la pulpería se til o palo alto se ubicaba un pedazo de género propio taller profesional, y con M. Net, en Jo-
tocaba la guitarra, se jugaba a las cartas, se in- que terminó por ser el símbolo de este tipo de sé C. Paz, Prov. de Buenos Aires, la Iglesia
tercambiaban noticias. También era para mu- comercio. Más tarde, el local cerrado se abrió y de Nuestra Señora de Luján (1982), templo re-
chos trabajadores un modo de subsistencia al- amplió: la reja se convirtió en un enrejado co- alizado mediante técnicas artesanales de bajo
ternativo, ya que el pulpero, además de rrido a lo largo del mostrador, y la clientela dis- costo que dan como resultado una obra des-
vendedor, muchas veces compraba los pro- puso de parte del local, con mesas y bancos pa- pojada y austera que parece continuar con la
ductos de trabajo rural que le ofrecían sus pro- ra el juego de cartas. F. A. tradición de una arquitectura alternativa con-
pios clientes. sustanciada con el catolicismo tercermundis-
La pulpería urbana, al menos en Buenos Ai- Bibliografía: P. González Bernaldo. La creation d´une ta. Ha sido docente de la Universidad de Bel-
res, tiene su momento de auge entre las dos úl- nation. Historie politique des nouvelles appate- grano y de la FADU-UBA, y ha dictado
timas décadas del siglo XVIII y las primeras nances culturelles dans la ville de Buenos Aires en- conferencias en diversas universidades de Amé-
tres del XIX. Posteriormente, la actividad es re- tre 1829 et 1862. Tesis doctoral presentada a la Uni- rica Latina y de EE.UU.
emplazada por los almacenes, bares y cafés, que versidad de París, 1993. En el campo de la plástica, desarrolló una
implican una especialización mayor de este ininterrumpida labor profundamente ligada
tipo de actividad. tanto a la tradición mediterránea como a las
De esa manera, la pulpería pierde su carác- PUPPO, GIANCARLO. raíces del arte latinoamericano. Entre sus pu-
ter original de lugar exclusivo de encuentro e blicaciones más importantes, merecen desta-
intercambio. Las fuentes indican cómo rápi- Roma (Italia), 1938. Arquitec- carse: Sol y Diseño (Barcelona, 1976); Arte Ar-
damente se produce su desaparición en Bue- to, artista plástico. Cultor de gentino antes (Bs. As., 1979). F. A.
nos Aires. En 1825 había más de 400 pulperí- una arquitectura que, partien-
as; en 1835 habían disminuido a menos de 100. do del reciclaje y de la bús- Bibliografía: R. Gutiérrez, M. Martín y A. Petrina. Otra
Entre las razones de esta desaparición se halla queda de lo vernáculo, tiende a generar un tra- arquitectura argentina, un camino alternativo. Bo-
la falta de respaldo de las autoridades. En efec- tamiento escultórico del espacio doméstico. gotá: Escala, 1989.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 131


Quinta Pueyrredón en San Isidro, de Prilidiano Pueyrredón
q
q

QUINTA. f. Hist. En el Río de la Plata, terrenos


suburbanos inmediatos al ejido (v.), que co-
rrespondían, en general, a sectores iguales o
mayores a una manzana. La denominación se
originó en el modo de dividir las parcelas, que
se practicaba antiguamente en España. Quin-
ta aludía a la quinta parte de una “caballería”,
unidad básica de la subdivisión de la tierra.

En los años posteriores a la Conquista se en-


tendió a la quinta como una unidad de vivien-
da y espacio circundante, dedicada a la pro-
ducción de hortalizas, frutales y otros productos
de granja. Esta actividad principal comenzó a
superponerse en los siglos siguientes con otras
relativas al ocio y a la recreación; se definió de
esta manera el sistema que caracterizó al gé-
nero hasta el siglo XX.
Esta modalidad habitativa odría asimilarse
en cierta forma al programa de las villas de la
Antigüedad, en su doble condición de lugar de
ocio y de espacio de producción rural. Sin em-
bargo, la quinta local tiene la particular condi-
ción de encontrarse en el entorno inmediato
de las ciudades. La imagen típica de la quinta, u CUERPO PRINCIPAL DE LA QUINTA PUEYRREDÓN, EN SAN ISIDRO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
sobre todo durante el siglo XIX cuando co-
mienza a tener su importancia dentro del teji- tival, período en el que se cerraba la residen- Aunque sus orígenes son más antiguos, se
do urbano, es la que aúna la comodidad fun- cia ciudadana para ser reabierta a comienzos puede establecerse un período de desarrollo
cional de la residencia, lugar de sosiego liberado del otoño; también podía servir como lugar de y consolidación de este programa entre fines
de la etiqueta que exige la vida urbana, con el resguardo en caso de epidemias o inestabili- del siglo XVIII y principios del XX. Posterior-
rendimiento del huerto productivo. Desde el dad política. Es recordado el caso de la emi- mente, cuando se incentivan las actividades
punto de vista social la casa quinta cumplía gración de los sectores de la elite porteña a la del ocio suburbano y se expanden las áreas de-
el rol, en las ciudades del siglo XIX, de alber- zona de quintas y a los pueblos de recreo cer- dicadas a esta función, lo que surge es la “ca-
gar la actividad de las familias de relevancia so- canos, como Flores y Belgrano, durante la epi- sa de fin de semana”; si bien en general esta
cial en el área urbana durante la temporada es- demia de fiebre amarilla de 1871. sigue siendo denominada “quinta”, tiene una

134 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


qui qui
caracterización arquitectónica diversa y se ale- este modo de habitar lo encontramos en la se-
ja de los sectores contiguos al centro urbano. gunda mitad del siglo XIX, ya que en la mayoría
El germen de este modo de habitar nace de de los principales centros urbanos, y aun en mu- Quinta Pueyrredón
la misma legislación española y, en el caso chos poblados menores, se pueden reconocer
de Buenos Aires, se encuentra expresamente sectores enteros que poseen estas características.
señalado en las actas de fundación de la ciu- A principios del siglo XX, la adopción del sába-
dad. Garay otorga a los vecinos un “pedazo de do inglés, que alarga el fin de semana, la popu-
tierra donde con facilidad lo puedan labrar y larización del automóvil, la ideología de la ciu-
visitar cada día”. Esta determinación implica dad jardín (v.), y la consiguiente utilización de
la vecindad de los terrenos con el centro urba- la tipología del chalet (v.), modifican el sentido u ARRIBA: LA GALERÍA DEL CUERPO PRINCIPAL. ABAJO:
no y la doble modalidad de labrador / habitante original de las quintas. En efecto, a mediados de VISTA DE LOS JARDINES EN LA BARRANCA COSTERA,
de la ciudad, de los primeros pobladores. Las los treinta desaparece poco a poco la idea de un SOBRE CUYO BORDE SE ASIENTA LA QUINTA; VENTANA
causas que están detrás del origen de este tipo espacio que combina ocio con producción y se DE ARCO REBAJADO CON REJA; FAROL ORNAMENTAL.
de asentamiento se encuentran en la necesi- cambia por la de hábitat de fin de semana, he-
dad de guarecerse del peligro de los ataques de cho que implica la aparición de loteos de pro-
los indios y también en el carácter netamente porciones menores, en función de las posibili-
urbano de la colonización española. dades económicas más modestas de la creciente
A mediados del siglo XVIII, alejado el pro- clase media. Esta acción trae como consecuen-
blema de la vecindad del indio, la quinta pudo cia la expansión hasta límites impensados del te-
ser utilizada como residencia temporaria, y jido de vivienda de recreo, que sigue denomi-
mantenerse su carácter productivo. Para esa nándose quinta, pero que ha perdido el carácter
época ya pueden encontrarse quintas en las zo- y las funciones originales, al transformarse en
nas aledañas a Buenos Aires, como San Isidro vivienda de fin de semana y, en las últimas dé-
o la cañada de Morón; algunas de ellas no exen- cadas, en alternativa de vivienda permanente,
tas de cierta presunción arquitectónica, como dentro de lo que puede denominarse como el
la casa del comerciante Miguel de Riglos, El principio de un clima antiurbano de rustifica-
Retiro —construida a principios del siglo ción del hábitat (v. Pintoresquismo, Country club).
XVIII—, que dio origen al barrio de ese nom-
bre. Como lo demuestra este último ejemplo, TIPOLOGÍAS.
su crecimiento tiene relación directa con el des- Desde el punto de vista arquitectónico, la
arrollo de los comerciantes al menos en Bue- evolución del programa es tal vez uno de sus
nos Aires, donde ya durante la época colonial rasgos más interesantes. Si bien en el momento
se utilizaban las quintas, no solo como resi- que esta forma de hábitat comienza a mani-
dencias veraniegas —Riglos tenía casa en la festarse (fines del siglo XVIII) las construc-
Plaza Mayor—, sino como formas de inversión ciones son más bien modestas, pues muchas
de su excedente de Capital. Durante el siglo veces no son otra cosa que pequeñas casas o
XIX la expansión de esta forma de hábitat si- ranchos (v.) comprados a antiguos propietarios
guió aumentando proporcionalmente al des- labradores, con el correr de los años se des-
arrollo de las ciudades, con la particularidad arrollan formas tipológicas autónomas.
de que el amplio cinturón de quintas se fue co- En efecto, una vez que el programa se afian-
rriendo con el crecimiento de la mancha ur- za, puede notarse que en los ejemplos locales
bana. Esto generó la desaparición de muchos coexisten los dos géneros con los cuales se dis-
edificios de carácter suburbano, que fueron en- tinguían las originales tipologías de villa ita-
globados dentro del tejido regular. liana: en patio, aquellas estrictamente pro-
A fines de la década de 1820, cronistas y ductivas combinadas con la actividad de ocio;
viajeros detallaban la existencia de este parti- compactas, aquellas dedicadas solo al ocio. Es-
cular y vasto tejido suburbano que rodeaba las ta distinción, elaborada a partir de la interpre-
principales ciudades argentinas, en el cual se tación de fuentes clásicas por los tratadistas del
entremezclaban las viviendas de ocio con las Renacimiento y desarrolladas en innumera-
más humildes de los labradores, que abaste- bles modelos, puede seguirse con claridad en
cían con sus cultivos de hortalizas las nece- nuestro medio. En las quintas más importan-
sidades de la urbe. Cercos de palo a pique o tes y más lejanas de la ciudad, o aquellas que
de tunas, grupos de árboles frutales, arbole- cumplen funciones más complejas, prevale-
das y viviendas aisladas de diversos tipos com- ce la tipología de patio. Este carácter asume
ponían el particular paisaje que preparaba el tanto el Caserón de Rosas en Palermo (1838)
ingreso a las ciudades. como, si se nos permite considerarlo dentro
Sin embargo, el momento de mayor auge de de esta clasificación (v. Estancia), el Palacio San

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 135


la llegada del Neorrenacimiento italiano (v.), cu-
ya multiplicidad formal ayudó a organizar otro
tipo de configuraciones, no alejadas, sin em-
bargo, de la idea inicial de compacidad. Po-
demos citar como ejemplo de esta corriente es-
tilística la Quinta María Luisa, en Vicente López,
Prov. de Buenos Aires (1870).
Ejemplo paradigmático de tal tipo de resi-
dencia y de las posibilidades de organización
de la planta compacta tradicional de las villas
italianas es Villa Ocampo, en San Isidro (1891).
Fue proyectada para Francisca Ocampo de
Ocampo por el ingeniero Manuel Ocampo, pa-
dre de Victoria. Villa Ocampo, cuya planta es
un rectángulo con algunas pequeñas variacio-
nes, consta de cuatro niveles. En el semisóta-
no se dispusieron la cocina, el comedor del per-
sonal y una serie de dependencias de la misma
índole. La planta baja o principal alberga la re-
cepción y su lugar más importante y efectista,
el gran hall central con cuatro columnas in-
ternas que se repiten en el primer piso. En el
centro del espacio que abarcan estas columnas
un hueco calado en el entrepiso relaciona esas
u QUINTA CON LENGUAJE PINTORESQUISTA: EL PALACIO MORISCO DE MAZZA, EN ROSARIO. dos plantas mediante un balconeo de la plan-
ta alta sobre la principal, todo iluminado por
José de Urquiza en las cercanías de Concep- dido en Francia durante el siglo XVIII), la quin- una claraboya a la que se superpone un lu-
ción del Uruguay. Ambos, siguiendo los pre- ta neoclásica de Flores, la de la legación britá- cernario vidriado. También pueden citarse las
ceptos de la tratadística, están construidos co- nica, la Quinta Azcuénaga en Olivos, de P. quintas realizadas en Flores, Belgrano, San Isi-
mo villas productivas, con patio y torres Pueyrredón (v.), etc. Esta última es en sí mis- dro, Adrogué y otras poblaciones en los alre-
esquineras al modo de las ville forteze del Re- ma una recreación tipológica. Con dos niveles dedores de Buenos Aires, en Neorrenacimiento
nacimiento. Un tipo de agrupación similar la principales, la génesis de su planta se corres- italiano, que marcan el apogeo de esta moda-
encontramos en la quinta de Los Tapiales o en ponde con la tradición antes indicada y no fal- lidad tipológica.
la Quinta Pueyrredón, en los alrededores de tan en ella las aludidas galerías, pero el pro- En la segunda mitad del siglo XIX el pro-
Buenos Aires. Es importante notar que estas yectista “abre” el esquema ortogonal y genera grama es además el primero en incorporar los
villas muchas veces estaban acompañadas de dos salas a 45°, con gran efecto planimétrico y lenguajes correspondientes al Eclecticismo (v.)
estructuras de servicio anexas: viviendas de los espacial, que le otorgan una ligereza y trans- y al Pintoresquismo (v.), que agregan a la plan-
peones, palomar, granero, etc., grupo de cons- parencia poco comunes. ta las asimetrías, ondulaciones y anécdotas pro-
trucciones que acompañaban al cuerpo prin- Desde el punto de vista estilístico, la mo- pias de cada modalidad estilística, sin alterar
cipal sin seguir una estricta coordinación edi- dalidad más difundida durante la primera mi- la compacidad desarrollada desde principios
licia con el mismo. tad del siglo XIX, más allá de los ejemplos que de siglo. Ejemplos de ello son el Neogótico tem-
La otra forma de agrupamiento ofrece un hemos enumerado, es la que ostenta las ca- prano de la quinta de los Terrero en Flores,
mayor número de ejemplos, y tiene la parti- racterísticas de la llamada Arquitectura Pos- la chinesca de Jonás Larguía (v.) en Santa Fe,
cularidad de ser el modo de introducción de la colonial (v.): planta compacta con esquema en el Palacio Morisco de Mazza en Rosario, etc.
planta compacta en la historia del hábitat lo- U o en H y mirador, líneas severas, ausencia Paradójicamente, en algunos casos como
cal. Ya a partir de las primeras décadas del si- casi completa de ornamentación, a no ser por en Corrientes, el programa de las quintas sir-
glo XIX la mayoría de las quintas suburbanas alguna cornisa o por el uso de tenues pilastras vió para prolongar formas constructivas que
presenta la tipología de una sala central con adosadas a los muros. Ejemplos de este tipo, estaban desapareciendo, como las galerías, ex-
habitaciones en ambos laterales y pórticos, o diseminados en la mayoría de las ciudades del tirpadas de la ciudad por ordenanzas munici-
—más comúnmente— galerías en el frente y país, nos permiten confirmar la difusión del pales en 1890 (v. Corrientes).
contrafrente, que sirven de nexos o espacios programa y la magnitud de la incorporación Cuando comenzó a difundirse el turismo
de interconexión con los sitios abiertos. En de la planta compacta. en Mar del Plata, en la década de 1880, pasó a
principio adoptan el ropaje neoclásico, como Con el paso del tiempo, esta tipología se fue ella el tipo de villa que tratamos; con su es-
la Casa Amarilla del Almirante Brown, en Ba- complejizando tanto desde el punto de vista quema se construyó quizá un par de cientos
rracas, la de Senillosa (v.), en la misma área (que espacial como en lo relativo a las comodidades: de viviendas, con toda la gama de variedades
desarrolla una planta con sala y pórtico semi- los cuartos se multiplicaron y su uso se diver- posibles;: en U, en H, etc. La popularización
circular, de acuerdo con un tipo muy difun- sificó. Esta transformación se correspondió con del automóvil, hecho que en los círculos de la

136 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


qui qui

u LA VILLA OCAMPO, EN SAN ISIDRO (1891), PCIA. DE BS. AS., DE MANUEL OCAMPO, UTILIZA LA PLANTA COMPACTA TRADICIONAL DE LAS VILLAS ITALIANAS.

elite se concretó hacia 1910, desplazó a las vi- Desde el punto de vista de la modernización Bibliografía: J N. L. Durand. Recopilación y paralelo
llas, arrimadas entonces a una de las media- del hábitat, las casas quinta cumplieron un rol de edificios de todas las clases, antiguos y moder-
neras del lote para permitir la entrada del ve- importante. Alejadas del área central y del tipo nos. Madrd: Pronaos, 1981 (edición oiriginal París:
hículo al garaje, construido generalmente en de loteo heredado de la tradición, las quintas 1801); A. Martínez. Manuel du voyageur. Paris: 1907;
el fondo del predio. Este desplazamiento sig- responden a un programa menos condiciona- R. Peracca. Mar del Plata y sus progresos. S/I, 1917;
nificó la existencia de uno o más cuartos cie- do que las viviendas urbanas. De allí que este G. Mazzotti. La Villa Veneta. Treviso: 1954; R. Witt-
gos, apoyados contra el muro divisorio. tejido informal del suburbio sea escenario de kower. La arquitectura en la edad del Humanismo.
Las primeras villas veraniegas de Mar del la experimentación más radical en relación con Bs. As.: Nueva visión, 1958; M. Buschiazzo. La arqui-
Plata tuvieron, como las próximas a Buenos Ai- la modificación de hábitos arraigados, tanto en tectura de la República Argentina, 1810-1930. Bs.
res, una tipología similar a las antiguas quin- el terreno de la organización de la planta como As.: Mac Gaul, 1971; R. Gutiérrez. Presencia y con-
tas suburbanas y un lenguaje pintoresquista. en el de la incorporación de nuevos lenguajes. tinuidad de España en la arquitectura rioplatense.
Ese Pintoresquismo (v.) trajo consigo los movi- Una distinción que es comprendida rápida- Madrid: 1972; B. del Carril y A. Aguirre Saravia. Ico-
mientos de planta, la pérdida de simetría, la in- mente por algunos de los observadores más nografía de Buenos Aires. Bs. As.: 1982; D. Lecuona.
corporación de bay-windows, balcones, chime- atentos a los cambios en el hábitat, como Man- La vivienda de criollos y extranjeros en el S. XIX.
neas, el uso de la piedra en las fachadas, los silla, quien diferencia muy bien este tipo de ca- Tucumán: 1973; R. Cova. Casas compactas en Mar del
encuentros de faldones en cubiertas, el empleo sas y la influencia de los residentes extranjeros Plata, 1877-1989. Mar del Plata: Departamento Edi-
de tejas rojas, el cromatismo resultante, hasta en su construcción, y también Sarmiento, que torial FAUD-Universidad Nacional de Mar del Pla-
que fueron transformando el panorama y las ve el progreso edilicio en los suburbios, antes ta, 1993; J. S. Ackerman. La villa. Forma e ideología
primitivas villas cedieron su lugar a los chalets. que en el centro de Buenos Aires. R. C. / F. A. de las casas de campo. Madrid: Akal, 1997.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 137


Anfiteatro de Frank Romero Day en Mendoza, de Ramos Correa.
r
r

RAFFO, MANUEL. s/d. Italiano, arquitecto. Ac- Su segundo período estuvo signado por el
tivo en Buenos Aires y en el Litoral a comienzos viaje y estancia en Europa, donde por ese tiem-
de la segunda mitad del siglo XIX. po se sentaban las bases del Movimiento Mo-
derno. A su regreso abandona el Historicismo,
Se le atribuye la iglesia de Nuestra Señora que tanto prestigio le había aportado, y ad-
de Monserrat (1858-1865) en Buenos Aires; pro- hiere prudentemente al Movimiento Moder-
yectó Nuestra Señora de los Dolores (1858-1863), no, aunque limitado a tipologías urbanas no
en Dolores, y la basílica de Morón (1868-1872), residenciales. Nunca abandonaría el Pintores-
ambas en la Prov. de Buenos Aires. Y también, quismo en entornos suburbanos (chalets, clu-
posiblemente en colaboración con Bernardo bes, construcciones del parque), ya muy sim-
Poncini, la iglesia de la Sagrada Familia (1861- plificado en aspectos formales y evidenciando
1867), en Gualeguay, Prov. de Entre Ríos. u EL ANFITEATRO FRANK ROMERO DAY, DE RAMOS CORREA, un buen manejo de los materiales del lugar y
SE INTEGRA AL PAISAJE DE LA PRECORDILLERA MENDOCINA. de las condiciones bioclimáticas. En esta épo-
Bibliografía: R. Gutiérrez y G. Viñuales. “Arquitec- ca, la de sus grandes realizaciones paisajísti-
tura de la Confederación Argentina en el Litoral ta- pintoresquista”; entre 1930 y 1945, el “pai- cas, vuelca toda su creatividad.
Fluvial”. Resistencia: UNNE, 1972. sajístico” y entre 1945 y 1980, el “moderno”. Entre 1938 y 1943 actúa como director de
En el primer período adhirió a las más va- Parques, Calles y Paseos de la Provincia de
riadas corrientes del Historicismo, con pre- Mendoza, bajo la gobernación de Corominas
RAMOS CORREAS, DANIEL. Talcahuano (Chi- dominio del Renacimiento español en su ver- Segura. La gestión de Ramos Correas signifi-
le), 1898 - Mendoza, 1992. Arquitecto. Acti- tiente neoplateresca. Fue también la época de cará la más importante refacción y remodela-
vo en Mendoza, donde realizó durante su larga las grandes residencias y de la Arquitectura ción del Parque General San Martín, trazado
carrera una importante cantidad de obras en Monumental urbana, la que le dio prestigio por el paisajista Carlos Thays (v.), desde su cre-
diversos estilos. Entre todas ellas se destaca la por más de medio siglo (Mercantil Andina). ación en 1896. Del ambicioso plan de veinti-
remodelación del Parque General San Martín. En vivienda afirmó el gusto local por el chalet, dós puntos, presentados en el denominado
a través de la sumatoria del Pintoresquismo “Plan de Mejoras...”, se concretaron, entre los
Nació en Chile; siendo niño se radicó en con el Historicismo. Así trabajó en Renaci- más importantes: el teatro al aire libre “Pul-
Mendoza, donde vivió hasta su muerte. En 1924 miento español (casa Arenas, sucursal Men- garcito”; el inicio de la construcción del actual
se recibió de arquitecto en la Escuela de Ar- doza del Banco Hipotecario Nacional); en es- Teatro Griego Frank Romero Day (proyecto en
quitectura de la Facultad de Ciencias Exactas tilo Vasco (chalet Moyano) y en versiones muy el que trabajaron juntos Ramos y el arquitec-
de la UBA. Fue dibujante de Gastón Mallet (v.) particulares del Neocolonial (casa López Fru- to uruguayo Duffau); el traslado del Jardín Zo-
y discípulo de René Karman (v.) y de Villeminot goni). También utilizó en esta época el Art Dé- ológico a la ladera este del Cerro de la Gloria;
(v.). Su trayectoria profesional recorre práctica- co como repertorio formal de moda, asociado las reformas al pie del Monumento al Ejército
mente todo el siglo XX, con su riqueza y con- a los nuevos valores de confort y al uso de nue- de los Andes en el Cerro de la Gloria; la cons-
tradicciones. En su obra pueden distinguirse vos materiales en edificios para negocios, ofi- trucción del recinto para ofrendas en el cami-
tres períodos: entre 1924 y 1930, el “historicis- cinas y departamentos. no al monumento; varias reformas en el acce-

140 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


raf ran
so al Parque (inmediaciones de los portones y Plan de Urbanización, Ampliación y Verdes de RANCHO. m. Casa elemental, de fuerte presencia
levantamiento de balaustradas de cierre sobre Santa Cruz de la Sierra. Recibe en 1951 el Pre- en el ámbito rural, que se constituye en una
Avenida Boulogne Sur Mer); parquización de mio Ayuntamiento de Madrid en la Exposición de las arquitecturas básicas de nuestro país
la zona comprendida entre la Avenida del Li- Bienal Hispanoamericana de Arte (España), a partir de la conquista y colonización espa-
bertador y la actual Carlos W. Lencinas, al nor- debido a sus notables realizaciones paisajísti- ñola. Construido con materiales naturales por
te el trazado original. cas en Mendoza. Presidente de la Comisión sus propios moradores, su tipo varia según
En la última etapa, a partir de 1945, la pro- Especial para el Planeamiento Urbano y Có- las regiones. En general es de un solo nivel
ducción de Ramos Correas fue prolífica, va- digo de Edificación de la Ciudad de Mendoza y está organizado en base a unidades de plan-
riada y heterogénea. Ya no proyecta residen- (1959-1961), actúa interinamente como inten- ta rectangular (de 1 a 3 piezas con galería),
cias particulares, y este tramo está marcado por dente municipal de dicha ciudad en 1963. Fue con cubierta vegetal de dos aguas y piso de
una austeridad formal extrema, relacionada profesor y vicedecano de la Facultad de Ar- tierra. Predominó en gran cantidad hasta fi-
probablemente con su aislamiento de la vida quitectura de la UNC, en Mendoza, en cuya nes del siglo XIX, en que comenzó a ser re-
social activa. Son de esta época las numerosas fundación colabora en 1961 con Enrico Te- emplazado por otros tipos edilicios; no obs-
obras de arquitectura escolar que realizó pri- deschi (v.), con quien lo unía una profunda tante, hoy persiste en gran proporción como
mero en Salta y en los Valles Calchaquíes y lue- amistad. En 1965 recibe en Washington la dis- vivienda de la población humilde de la zona
go en San Juan, donde fue contratado en 1957 tinción de Honorary Fellow del American Ins- norte del país. En la región pampeana es no-
por el Comité de Reconstrucción para la rea- titute of Architects. table su continuidad tipológica.
lización de obras arquitectónicas y urbanísti- Su producción arquitectónica, además de la
cas (puesta en valor de la Casa Histórica de Sar- paisajística y de la que está incluida en las obras El rancho argentino tiene su origen en un
miento, de la Dirección Provincial de Turismo, urbanísticas, asciende a un total aproximado de tipo arquitectónico introducido por los coloni-
de la Catedral; reestructuración de espacios ver- 140 obras, conformadas por 54 viviendas; 8 edi- zadores españoles. En España se nombraba
des, plazas, etc.). En Mendoza realiza el edifi- ficios para departamentos; 29 edificios de ti- con esta voz a un cobijo vernáculo, fuera del
cio de la Dirección General Impositiva (1956), pologías varias (clubes, iglesias, dispensarios, poblado, que albergaba a diversas familias o
el Asilo de Mendigos “San Vicente de Paul”, el tiendas, etc.); 7 edificios en distintos puntos del personas. A su vez designaba a un grupo de
convento de las dominicas y el de San Nicolás. país y más de 40 escuelas. S. C. personas con lazos familiares que se juntaban
Fue promotor del Concurso Internacional a hablar o a tratar algún asunto o negocio par-
de Urbanistas para diseñar un Plan Regulador Bibliografía: S. Cirvini y J. Ponte. “Daniel Ramos Co- ticular; y en el léxico marinero y militar, al gui-
para Mendoza en 1941. En 1944 es contratado rreas. El oficio de 60 años de buena arquitectura”. so para un grupo numeroso y a la propia reu-
por el gobierno boliviano para el estudio del En: summa. n.° 226, junio de 1986. nión de los comensales. La palabra proviene

u LA GRAN ESQUINA DEL BANCO HIPOTECARIO NACIONAL, EN MENDOZA, DE D. RAMOS CORREA REALIZADO EN ESTILO NEOPLATERESCO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 141


del francés rang, hilera, y este del franco *hr_ng, el centro, sin chimenea. Anexa a la habitación cho— o en un costado, con salida de humo por
círculo, asamblea. En todas sus acepciones es- tenía una pequeña galería, que era una pro- la chimenea. Es importante señalar también
tán presentes los sentidos de reunión, inti- longación del alero, en la que se realizaban las que el rancho carecía de baño.
midad y morada. tareas domésticas (un embrión de ramada). Otro espacio muy importante era la rama-
En nuestro país, los tipos de rancho varían Las reuniones sociales se hacían en los lim- da, que podía estar unida al rancho forman-
de acuerdo con las regiones, según condicio- piones del patio, una explanada de tierra api- do una galería sobre su acceso, o estar aleja-
nantes de clima, tradiciones culturales y re- sonada frente a la galería, barrida y regada per- da 10 ó 20 metros. En el primer caso, servía
cursos disponibles; también se diferencian por manentemente, limitada puntualmente por para realizar tareas domésticas al reparo del
el uso de espacios conforme a funciones, por algunos árboles, con un fogón criollo en me- sol y de la lluvia, aprovechando uno de los mu-
su implantación, orientación, configuración, dio. Esta concepción de patio poco tenía que ros del rancho para sostener la cubierta de ra-
materiales y técnicas constructivas. Según Gu- ver con la de origen urbano. mas y paja, mientras el borde libre se sostenía
tiérrez Colombres [1948], podemos clasificar A partir de ese tipo simple se diversifican con una viga y horcones. Cuando estaba aisla-
los ranchos de las provincias en los siguientes funciones y se produce un crecimiento espa- da era un modesto cobertizo sin paredes que
grupos constructivos: a) de adobe, muy fre- cial por adición en horizontal de células inde- servía como área de sombra y para guardar le-
cuentes; b) de piedra; c) de paja embarrada; d) pendientes, que cuando quedan anexas se dis- ña manteniéndola seca. Pero también las hu-
de quincha (< quechua qincha, cerco o paliza- ponen alineadas o en tira, y cuando se agregan bo aisladas y con muros de quincha (varas uni-
da), con o sin embarre; e) de madera; f) de des- células exentas (caso de la cocina) arman una das de duraznillo, jarilla, paja, totora, etc.),
punte (material de desecho de las cosechas). L. A este conjunto de células dispuestas orto- en cuyo caso alojaba diferentes funciones, si-
El rancho, frecuentemente limitado a su gonalmente, y que junto a árboles, pozo de multáneas o no: como sala de reunión, come-
célula básica (la pieza), expresaba en su dise- agua, horno y palenque conforman el patio, se dor, pieza de huéspedes o gallinero, dormi-
ño los significados derivados de su raíz filo- lo denomina las casas. dero de perros, depósito de enseres y de
lógica, aunque las adecuaciones al medio am- Cuando consta de un solo cuarto, a este cosechas. Más allá de estas variantes de dise-
biente y las modificaciones introducidas en se lo llama pieza. Al separarse la cocina, la pie- ño, todos los tipos se igualaban en su función
su disposición funcional, formas y tecnología za sigue cumpliendo las funciones de depósi- de “sombrilla” y “paraguas”, y en su construc-
generaron un nuevo producto diferenciado del to y dormitorio, que a su vez puede partirse ción con ramas. Existió la costumbre de acu-
europeo; paradigmáticamente, el rancho pam- al medio o agregársele otro ambiente similar mular sobre la ramada cuanta rama se encon-
peano. Analizamos este tipo particular. contiguo. Generalmente, las dimensiones de trara, tal como se aprecia en algunos grabados
La peculiaridad del paisaje y las pautas so- todas las células oscilan entre 2 x 3 m y 3 x 4 de Pallière, de mediados del siglo pasado.
ciales, hacen que el diseño de los espacios ane- m. Originalmente, las piezas tenían un equi- El otro ámbito indispensable era el patio:
xos, semicubiertos o descubiertos, tenga tanta po muy elemental constituido por la cuja (una un amplio sector descubierto utilizado para
importancia como el de los internos. Desde el cama de palos y cuero), las cunas colgantes de reuniones, recibo de visitas o bailes, y como
siglo XVIII, en el territorio anterior al Salado los niños, bancos rústicos de troncos o cabe- playa de trabajo (ensillar, carnear, herrar, etc.).
(visto desde la Capital), más protegido de las zas de buey y algún arcón o baúl para el guar- Se presenta, entonces, como un espacio fran-
incursiones indígenas, se lo concibió como una dado de las pertenencias (siempre preparadas camente externo al cual se abre el rancho, y no
unidad habitacional productiva, donde el ran- para el transporte). La cocina era la pieza don- rodeado de habitaciones a la usanza europea
cho propiamente dicho era destinado al des- de se preparaban los alimentos, se mateaba, se occidental.
canso o a la guarda de implementos, o usado hacían pequeñas reuniones y ocasionalmen- El horno de barro para el pan, el pozo de
como simple refugio, pues la mayor parte de te alojaba a algún huésped. Su equipo básico agua con brocal y el fogón criollo (cavado en el
las actividades se realizaban en el exterior. A era una mesa y el fogón, que podía estar en suelo a la manera india), para el mate o el asa-
su vez, las nociones de límites, o la barrera en- el centro —en este caso el humo salía por los do, fueron las construcciones infaltables en el
tre lo público y lo privado, eran bastante in- vanos o por un escape en un desnivel del te- ámbito del patio.
definidas, quedando determinadas virtualmente Cerca de él, a veces, había una pequeña
por el palenque, algún cerco vivo o el griterío huerta en la que se cultivaban muy pocas hier-
de los perros. bas (tanaceto, marrubio, ruda, salvia y perejil),
Las jerarquías de los espacios dependían de ya que se descartaban las verduras de fruto y
su mayor o menor uso, y no tenían vigencia pau- hoja, así como ajos y cebollas, que se compra-
tas culturales como la de asignar mayor impor- ban en la pulpería o no se consumían.
tancia simbólica a ciertos ambientes. En el caso Durante el período de disputa de territorio
del gaucho, la vivienda entera era una cuestión entre los indios y el poder central, las casas
poco trascendente, sobre todo en la época de ma- se dispusieron en el interior de un recinto cua-
yor ambulancia, dado el tipo de tareas poco re- drado rodeado por un foso con fines defensi-
lacionadas con puntos fijos; de ahí, entre otras vos. En este esquema de disposición puntual
causas, su casi nulo diseño ornamental, su es- sobre los flancos del patio, era muy importan-
casa dedicación al cuidado y mantenimiento, y te la relación entre el rancho y los árboles (co-
su equipamiento mínimo y de fácil traslado. mo elementos de reparo). Nunca se ubicaba la
El rancho, en su tipo más simple, era una u UN RANCHO CON PAREDES DE CHORIZO Y TECHO DE PAJA vivienda debajo de los mismos, por varias ra-
sola habitación rectangular, con un fogón en EN TRISTÁN SUÁREZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES. zones que enumera López Osornio (1944): por

142 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ran ran
popular actual, hay constantes referencias a un
tipo habitacional conocido con el argentinismo
tapera. Se aplica esta denominación tanto a un
rancho abandonado o degradado: (“Tuve en mi
pago en un tiempo / hijos, hacienda y mujer,
/ pero empecé a padecer, / me echaron a la fron-
tera, / ¡y qué iba a hallar al volver! / Tan solo
hallé la tapera” (José Hernández, El gaucho Mar-
tín Fierrro. T. I [1872]. Buenos Aires, Coni, 1925,
p. 26), como a uno extremadamente pobre, ur-
bano o rural, de construcción muy precaria o
de uso transitorio: “En una tapera cercana, una
mujer se parapetaba detrás de la puerta de cha-
pa, para impedir la entrada de las cámaras de
televisión” (El Cronista. Buenos Aires,
25.01.1993). La palabra es raíz guaranítica: ta
‘pueblo’ y puerá ‘que fue’. Cf. Academia Ar-
u RANCHO, HORNO Y RAMADA A ORILLAS DE UN CURSO DE AGUA EN CAÑUELAS, PCIA. DE BUENOS AIRES. gentina de Letras, Diccionario del habla de los
argentinos (Bs. As.: Espasa, 2003, p. 533). Otra
temor a los rayos, ya que en días de tormenta verdes, fue definiendo toda la arquitectura ru- de las cuestiones para destacar, con respecto al
las plantas ofician de receptores de las descar- ral pampeana. rancho y a toda la arquitectura habitacional de
gas eléctricas; por desconfianza a los vientos, Para su construcción se emplearon mate- la región pampeana, es el predominio de los
que a veces suelen producir desgajes en los ár- riales locales, como barro, paja, ramas de ar- recursos autóctonos, inclusive después de la
boles o aun voltearlos, en perjuicio de la vi- bustos y algunos troncos de montes cercanos, introducción de los elementos industriales im-
vienda; porque las gotas del rocío suelen efec- que en la primera época (cuando no existían portados; situación que se verifica aún en la ac-
tuar un idéntico recorrido diario al escurrirse, plantaciones) se traían en carretas desde otras tualidad. El hábil manejo popular de estas téc-
y caer en un mismo lugar en detrimento del zonas. La técnica más difundida era la de una nicas y materiales, la marginalidad y el relativo
techo; porque al estar un rancho a la sombra estructura independiente formada por horco- aislamiento y la dispersión, como la simplici-
significaría la fácil podredumbre de su techo, nes y parantes esquineros sobre los que apo- dad espacial, consagran la práctica generaliza-
puesto que la paja dura más cuanto más seca yaban cumbrera y costaneras, respectivamen- da de la autoconstrucción.
esté. Además, existen supersticiones entre los te. Los muros se hicieron en principio de chorizo El impacto modernizador no cambia esen-
hombres de campo, quienes no duermen ba- de paja y barro, que se sujetaba a unas guas- cialmente las características del rancho. Si bien
jo determinadas plantas, como el ombú, por quillas (cintas de cuero de 0.01 m de ancho), produce completamientos, modificaciones téc-
decir que trae trastornos a la cabeza. tendidas en horizontal cada 0.40 m, hasta que nico-constructivas y diversificación de funcio-
Otra preocupación constante fue la de com- algo más tarde se introdujo el sistema de en- nes, se mantienen las pautas rurales de vida,
binar el aprovechamiento del sol con la pro- latado consistente en reemplazar las guasqui- el partido básico, los criterios de uso de los es-
tección de los fuertes vientos del sector oeste llas por alambre. Hubo también paredes de tie- pacios, la relación con el paisaje, las zonas tra-
y sudoeste. Por tal motivo se orientaban los rra apisonada con paja (monolíticas) y de terrón dicionales (patio rural, galería, fogón, horno,
mojinetes en la dirección norte-sur y la puer- (mampostería de tepes). El techo estaba for- galpón, huerto), la peculiar relación público /
ta hacia el este (porque quedaba más protegi- mado por un entramado de tijeras (apoyadas privado, la simplicidad formal, la planta rec-
da); mientras que las ventanas eran escasas o en cumbrera y costaneras) y empleas sujetas tangular, etc.
nulas, pues poco se permanecía durante el día a estas, sobre las cuales se tendía la paja de to- Como derivación del rancho, con la in-
en el interior de la vivienda. tora, todas las ataduras eran de guasquilla o pa- fluencia de la arquitectura urbana de compo-
En cuanto a su volumetría, además del pre- ja macho marchita, resistentes a la torsión. Los sición neoclásica simple y la inclusión de al-
dominio del prisma cúbico como figura bási- pisos fueron siempre de tierra apisonada. gunos elementos arquitectónicos de la
ca, se los construía de muy baja altura y con te- Esta tecnología natural requería un servi- Revolución Industrial, se fue desarrollando a
cho a dos aguas. Según comenta Hudson cio de mantenimiento periódico, consistente lo largo del siglo XIX una vivienda que pode-
(1918), si no hubiera sido por los árboles del en el embarrado y sobretechado, y si bien se mos denominar casa pampeana. J. R.
patio, los ranchos eran “escasamente visibles fueron introduciendo sucesivas mejoras téc-
a distancia de media legua”. Esta modalidad se nicas, se conservó básicamente este sistema Bibliografía: G. E. Hudson. Allá lejos y hace tiempo
debía en parte al hecho de presentar un redu- constructivo. [Far away and long ago: 1917]. Trad. esp. Bs. As.: Ka-
cido frente de exposición para evitar los ca- El tipo básico que denominamos rancho se pelusz, 1979; M. A. López Osornio. Viviendas en la
chetazos del viento pampero. De tal modo, la encontraba como unidad aislada en la pampa pampa. Bs. As.: Atlántida, 1944; B. Gutiérrez Co-
altura de la cumbrera solía oscilar entre 2 y 3,50 o como parte del complejo habitacional pro- lombres. La vivienda popular en Tucumán; el ran-
m, y el dintel de la puerta estaba a 1,60 m, lo ductivo de las primeras estancias (v.). cho criollo y sus accesorios. Tucumán: 1948; Insti-
que obligaba a agacharse al trasponerla. Esta Cabe señalar que, tanto en la literatura gau- tuto de Investigaciones de la Vivienda / FAU-UBA;
estrategia antiviento, junto a la de las pantallas chesca como en la canción surera o en el habla H. Urquijo (a cargo de). Tipos predominantes de vi-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 143


vienda natural en la República Argentina. Bs. As.: entorno y al imaginario del momento históri- liberar la planta de estructura portante, el in-
EUdeBA, 1972; J. Ramos. La aventura de la pampa ar- co en que se edifican. Sin embargo, no todos terés por obtener el mayor tamaño en las aber-
gentina. Arquitectura, ambiente y cultura. Bs. As.: los edificios altos pueden ser considerados R., turas de fachada, el empleo de circulaciones
Corregidor, 1992; C. Moreno. La casa y sus cosas. Bs. puesto que la designación se popularizó a par- verticales mecánicas y su destino de oficinas
As.: Centro para la Conservación del Patrimonio tir de la expansión de este tipo de edificios en de empresas comerciales.
Urbano y Rural / SIP / FADU-UBA / Junta de Estu- Chicago durante la segunda mitad del siglo En la Argentina los edificios altos comen-
dios Históricos de Cañuelas (Prov. de Buenos Ai- XIX. Motivos religiosos o prácticos (necesidad zaron a construirse en la última década del si-
res), 1994. de otear el horizonte o realizar observaciones) glo XIX. Según el censo municipal de 1904,
determinaron anteriormente la existencia de en Buenos Aires había 60 casas de 4 pisos, 40
construcciones destinadas a ganar altura. Las de 5 y 38 de 6. En 1909 el parque se había du-
RASCACIELOS. (R.) m. Edificio de gran altura. pirámides, egipcias o americanas, tenían este plicado: 146 casas de 4 pisos, 92 de 5 y 68 de
Calco semántico del inglés skyscraper, el sus- fin; así como en China fueron frecuentes las 6. De las ciudades del interior, Rosario se des-
tantivo compuesto (rasca, tercera persona de Guan y las pagodas, o grandes palacios como tacaba con unas 30 casas de tres pisos en 1906;
rascar ‘arañar’, en presente del indicativo, y el el Budala en Lasa (13 pisos; 1645) o el Da Hong solo un 1% de construcciones de dos pisos se
pl. del sust. cielo) tiene un evidente conteni- Tai en Cheng De (13 pisos; 1771). Las insulae contaban en Tucumán en 1913; en Córdoba y
do metafórico, pues alude a la bíblica Torre de romanas eran edificios de viviendas de hasta las restantes capitales provinciales ningún edi-
Babel, el sueño de una arquitectura que vin- seis pisos de altura; las torres de observación ficio sobrepasaba las dos plantas.
culara a la Tierra con el Cielo. Objetos simila- abundaron en la Edad Media; y también los fa- El concepto de R. comenzó a difundirse en
res pueden ser nombrados con otras palabras: ros eran “edificios altos”. la primera década del siglo XX, a partir de la
arañanubes, edificios altos (Hochhäuser, tall En los Estados Unidos, los R. pioneros no acción de arquitectos de origen norteamerica-
buildings), torres o edificios de perímetro libre, fueron construcciones esbeltas, y ni siquiera no. En 1905 Enrique Chanourdie escribió en
pero en casi todos estos casos la designación de perímetro libre: el Jayne Granite (1849) de Arquitectura acerca de la “Arquitectura Yanqui”,
pierde la alusión mítica de la palabra. Johnston y Walter, en Filadelfia, construido y destacaba este tipo de edificios. Su comenta-
entre medianeras, tenía planta baja y siete pi- rio se vinculaba a la presencia y a los trabajos
En nuestro país, si bien las primeras edi- sos; el Western Union (1873) de Post en New de Alfred Zucker (v.) —un arquitecto alemán
ficaciones en altura datan de la última déca- York, en esquina, tenía planta baja y ocho pi- residente en Nueva York, donde había cons-
da del siglo XIX, el concepto de R. propiamente sos; el Leiter (1879), de Le Baron Jenney, en truido el Park Row y el Hotel Majestic—, quien
dicho comenzó a ser aplicado, bajo la gravita- Chicago tenía planta baja y seis pisos. ¿Qué los visitaba el Río de La Plata con el propósito de
ción de los modelos norteamericanos, recién definía como tales? Su mayor altura relativa en participar en el concurso para el Palacio Le-
a principios del siglo XX. El momento de apo- primer lugar, pero además la preocupación por gislativo de Montevideo. Gracias a su expe-
geo de los R. en la Argentina se dio desde me- riencia neoyorquina, Zucker fue contratado lue-
diados de los años veinte hasta la primera mi- go para ocuparse de la construcción de uno de
tad de la década del treinta. La expansión de la los primeros “rascacielos” de Buenos Aires,
economía y de la industria de la construcción el Plaza Hotel, de 10 pisos. El edificio fue pro-
de finales de los años veinte tuvo uno de sus gramado para realizarse en el breve plazo de
más claros reflejos en las edificaciones en al- seis meses, pues debía ser inaugurado y utili-
tura que comienzan a ganar la ciudad de Bue- zado con motivo de las fiestas del Centenario
nos Aires, entre las cuales el Pasaje Barolo de de la Revolución de Mayo, lo que fue posible al
Mario Palanti (v.) es ejemplo emblemático. La emplear por primera vez en edificios de este ti-
contracción que impone la crisis de 1929 fa- po una estructura metálica independiente. Tam-
vorece asimismo este tipo de programa que, bién en 1910, Conder, Follett y Farmer (v.), jun-
encarado desde un nuevo punto de vista, per- to con Newbery Thomas (v.), construyeron la
mite una concentración de inversiones. El edi- Oficina de Ajustes del Ferrocarril en la esqui-
ficio Kavanagh, del estudio Sánchez, Lagos y na de Alsina y Paseo Colón, con una altura de
de la Torre (v.), encarna esta situación acaba- 13 pisos, según el modelo del Ansonia Hotel
damente. Su apelación a la tecnología avanza- (N. York, 1904) de Graves y Duboy. En estos
da del hormigón armado y el hecho de que no dos primeros ejemplos comienza a manifes-
fuera, como los ejemplos norteamericanos a tarse el problema compositivo que estos edifi-
los que refiere, un edificio de oficinas sino una cios planteaban al esquema académico tradi-
monumental casa de departamentos son ras- cional, en la medida en que el mismo estaba
gos característicos de la producción argenti- regulado por la tripartición clásica a partir de
na de esta tipología, cuyo interés comienza a una predominante disposición horizontal de
decaer ya desde finales de los años treinta, aun- sus masas. Con su dominante dimensión ver-
que ocasionalmente vuelva a presentarse co- tical, los R. resultaban inevitablemente “mal
mo objeto de reflexión. proporcionados”, pero además planteaban el
Las dimensiones y características de los R. u 30 DE JUNIO DE 1934: EL GRAF ZEPPELIN SOBREVUELA EL problema de la escala de la ornamentación, es-
son relativas a las condiciones concretas del PASAJE BAROLO A SU PASO POR BUENOS AIRES. pecialmente en los pisos superiores, fuera del

144 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ran ras
alcance de la visión normal. Zucker adoptó el do a la estrechez del terreno, la H perdió sus
recurso del bay-window vertical corrido, que patas posteriores y se autonomizó el alma, que
acentuaba el ritmo ascendente; mientras que se eleva en una torre de 22 pisos por detrás de
los arquitectos de la Oficina de Ajustes pro- los cuerpos bajos que lindan con la calle. El Mi-
curaron ceñirse a la composición tripartita tra- hanovich fue el último de los R. en los que se
dicional. Poco tiempo después, en 1915, Fran- intentó utilizar el repertorio clásico, y el pri-
cisco Gianotti (v.) construyó en Florida 175 el mero destinado a vivienda y no a oficinas. Este
Pasaje Güemes, de 14 pisos de altura. cambio es significativo, pues indica una dife-
En 1921, con el comienzo de la construcción rencia radical con el proceso que tuvo lugar en
del Palacio Barolo, se produjo un salto respec- los Estados Unidos: en nuestro país el rasca-
to de los ejemplos anteriores, ya que se alcan- cielos fue siempre una excepción, una opera-
zaron los 20 pisos, con una altura total de 100 ción determinada por la necesidad y la posibi-
m. Situado en uno de los tramos extremos de lidad de importantes inversiones concentradas
la Av. de Mayo, el edificio había sido proyecta- en la edilicia, pero condicionada asimismo por
do por Mario Palanti (v.) y materializaba una un mercado reducido que nunca alcanzó a
operación iniciada en 1919 por Luis Barolo, por presionar por transformar las técnicas cons-
la que se triplicaba la altura permitida por los tructivas en la dirección de industrialización,
reglamentos vigentes para el lugar. Se había op- repetibilidad y máximo rendimiento que de-
tado para su estructura por el hormigón arma- terminaron el surgimiento y la evolución del
do, y sus plantas estaban destinadas exclusi- R., como tipo y no simplemente como caso,
vamente a oficinas, mientras que el nivel de en los Estados Unidos.
la calle era atravesado por una galería comer- De todos modos, la adopción de la tipología
cial. Palanti estaba empeñado en la creación de era duramente combatida por muchos arqui-
un estilo monumental que, acorde con las nue- tectos de formación académica. Alejandro Chris-
vas dimensiones metropolitanas, estuviera en tophersen (v.) la criticaba por los motivos se-
condiciones de resolver problemas de di- ñalados en un trabajo publicado en la Revista
mensiones colosales; y para eso empleó los de Arquitectura en 1923: “Los rascacielos y las
bay-windows verticales, enmarcados por po- construcciones gigantescas”. En 1927 dos de
derosas modulaciones tubulares ascendentes. los trabajos presentados en el concurso para el
u EDIFICIO DEL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS.
Las circulaciones verticales están concentradas Banco Hipotecario Nacional (v.), con los lemas
en el centro de la planta en H, de la que teles- HIP y Cóndor, fueron rechazados por un jura-
cópicamente emerge una porción de cuatro pi- do que consideraba que el R. era una tipolo-
sos en T, perpendicular a la calle y, por último, gía inaceptable. De estos proyectos es espe-
una torre central de otros cuatro pisos sobre cialmente interesante el segundo, porque por
el filo de la línea municipal para la que debe primera vez en la Argentina recogía el Neogó-
desarrollarse un acceso vertical autónomo. El tico adoptado en 1922 por Howells y Hood en
modelo más conocido de la torre emergente so- el proyecto para el Chicago Tribune.
bre dos hombros era el del Woolworth (New Por obvios motivos, los R. fueron, al me-
York, 1913) de Cass Gilbert, aunque había sido nos durante la primera mitad del siglo, una ti-
ensayada en otras oportunidades. pología de casi exclusiva presencia en la ciu-
A fines de la década, el ejemplo del Barolo dad de Buenos Aires. Sin embargo, uno de sus
cundió y se conocieron varios proyectos de R. más significativos ejemplos fue construido en
En estos años, Calvo, Jacobs y Giménez (v.) des- la ciudad de Rosario, en 1928. Se trata del edi-
arrollaron en tres edificios un modelo similar ficio Minetti, una magnífica obra que José Ger-
al del Barolo. La primera construcción de esta bino (v.) y Leopoldo Scwarz proyectaron utili-
serie fue el Sanatorio Podestá, donde los ar- zando un elaborado repertorio Art Déco (v.).
quitectos comenzaron a utilizar una planta en El ingeniero Horacio Rocca propuso en
H hacia el frente, cuya alma se expresaba como 1928 construir una gigantesca masa edilicia
una torre que emergía por encima del nivel má- que, por rematar en las espaldas del Cabildo,
ximo de fachada. Con influencias de ejemplos culminaba con una torre que retomaba las ca-
como el Bankers Trust de N. York o el Straus racterísticas del monumento. Pero la propuesta
de Chicago, este tipo tuvo una resolución más más audaz de este período fue la de la esbelta
significativa en 1926, en el edificio para la Unión torre de 220 m de altura que terminaba en un
Telefónica, con estructura independiente y plan- observatorio astronómico, imaginada en 1928
tas libres en las oficinas. Con la construcción por los arquitectos Ernesto Vautier (v.) y Arís-
del edificio Mihanovich, en 1929, este mode- tides D’Agostino para rematar la Av. de Mayo
lo de R. alcanzó su expresión más pura: debi- sobre la Av. Costanera. u EDIFICIO COMEGA EN LA AV. CORRIENTES EN BS. AS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 145


La idea de que los R. constituían un exce- proponía como una operación destinada a ab- to más sorprendente y “atípico” de las plantas
lente hito para definir el paisaje costero de Bue- sorber las demandas de las empresas, bajando es la distribución de las baterías de ascensores,
nos Aires no era nueva. No solo porque esta- los costos gracias a la localización excéntrica y ubicados en distintos puntos del triángulo por-
ba siendo puesta en práctica con la construcción a la extrema racionalización, el edificio Kava- que debían permitir un acceso individual a los
del Mihanovich, sino además porque varios pro- nagh estaba destinado a los únicos actores so- apartamentos, para evitar los cruces entre ve-
yectos la habían ya incorporado. La Comisión ciales capaces de sobrevivir a las crisis en la Ar- cinos. De acuerdo con el cálculo de las estruc-
de Estética Edilicia, autora del Plan para la ciu- gentina y que podían garantizar una alta renta turas, la forma triangular aportaba una exce-
dad dado a conocer en 1925, propuso por pri- de largo plazo que permitiera recuperar la for- lente respuesta a los empujes de los vientos,
mera vez la construcción de dos R. a ambos la- midable inversión inicial: las familias más ri- dominantes en el sentido de la proa del edifi-
dos de la Plaza de Mayo, a modo de gran puerta cas vinculadas a los negocios agrarios. De allí cio; su construcción fue una empresa excep-
urbana que recibiera a los viajeros de ultramar. que por su localización en el fulcro más pre- cional en la que se experimentaron las posibi-
De esta manera, la Comisión atribuía al R. la ciado de las familias patricias, la Plaza San Mar- lidades del hormigón armado en una escala
capacidad de actuar, en razón de sus dimen- tín, por su destino habitacional y no comercial, jamás afrontada en el mundo hasta el momento.
siones, como un organismo arquitectónico de y por su distribución, el edificio constituya ca- Con 650 obreros que trabajaban simultánea-
escala metropolitana, y la concebía no como un si un reflejo invertido del ejemplo neoyorqui- mente, y requerimientos de materiales de vo-
tipo aislado sino como parte de un sistema. Es- no. Con sus 30 pisos y sus 120 m de altura de- lúmenes tales como 27.800 bolsas de cemen-
ta idea había sido desarrollada por primera vez bía ceñir sus plantas al complejo perímetro to o 1.600.000 ladrillos comunes, o con
en 1922 en el primer proyecto de Vautier para triangular del predio. Durante el proceso del demandas de instalaciones como la de los 1.600
la Avenida Norte - Sur. Anticipándose a la pro- proyecto se obtuvo de la Municipalidad la po- KW de electricidad, equivalentes a una pobla-
puesta de Eliel Saarinen para el Lake Front de sibilidad de aumentar la altura original per- ción de 80.000 habitantes, las posibilidades de
Chicago y el posterior Rockefeller Center, en él mitida, pero como compensación se abrió una negociación y contracción de los precios fueron
se proponía un sistema de R. en los cruces de calle transversal de uso semipúblico. El aspec- extraordinarias y permitieron simultáneamen-
la avenida con las calles menores. En 1927, la te responder al gusto elaborado de la futura
idea de los R. como puerta de la ciudad fue re- clientela: los pisos se construyeron con roble
tomada por J. B. Hardoy como parte de su pro- de media pulgada de espesor, las puertas se en-
yecto de remodelación del frente fluvial. chaparon con roble de Eslavonia o con caoba,
Durante su visita a Buenos Aires en 1929, los herrajes se diseñaron especialmente en ale-
Le Corbusier (v.) reelaboró la idea del R. co- aciones de metal blanco y se evitó exponer a
mo puerta fluvial y en su conocido boceto de la vista clavos y tornillos de fijación.
Plan para Buenos Aires propuso los cinco gi- Junto con el Kavanagh, en 1932 comenzó
gantescos R. de la Cité des Affaires, enclava- la construcción de otro R. en el inicio de la nue-
dos directamente sobre el río. De esta mane- va avenida Corrientes, para la Compañía Mer-
ra, mientras con el Mihanovich se cerraba el cantil y Ganadera (COMEGA). Se trata de un
período de los intentos clasicistas, con el di- magnífico edificio en el que se ha sacado el má-
bujo de Le Corbusier se abría la gran estación ximo partido a la planta, y se obtuvo, gracias a
de los R. modernistas. la ubicación de los servicios contra la media-
Paradójicamente, la construcción de es- nera y a la apertura de un patio sobre la fachada
tos edificios fue producto de la Gran Crisis de Alem, una buena iluminación, quizás con
mundial. En la Argentina, de 1929 a 1932 la sacrificio de la flexibilidad distributiva y de la
inversión total en la construcción pasó de organización de la planta baja. En esta última,
$376.000.000 a $106.000.000, de modo el formidable hall de entrada de acero inoxi-
que se redujo a un 28,19% lo que se movi- dable se consiguió a costa de una retorcida dis-
lizaba antes del crack. Se advirtió que un ca- posición de los locales y de sus servicios. Pero
mino para evitar la liquidación de capitales el interés de sus autores, Joselevich y Douillet
era su concentración en grandes empresas (v.), por los postulados de las vanguardias eu-
que evitaran pérdidas inútiles, racionaliza- ropeas también se verifica en la adopción de
ran las operaciones edilicias al máximo y po- técnicas de montaje en seco de las panelerías
larizaran la demanda. y de un vocabulario despojado que acerca al
En noviembre de 1933 comenzó la cons- edificio a la “arquitectura sin cualidad” de Lud-
trucción de un edificio de 90.000 m3, el más wig Hilberseimer. Habiendo adoptado en plan-
grande jamás imaginado en Buenos Aires, en ta la forma de H con alma emergente que de-
los terrenos que Corina Kavanagh poseía en riva del Zonning Code (New York, 1927), a
la Plaza San Martín. El emprendimiento era pa- diferencia de los R. norteamericanos, incluso
ralelo al que John Rockefeller llevaba a cabo en u RASCACIELOS DE 36 PISOS EN EL CENTRO DE BS. AS, en la vanguardista versión del Mc Graw Hill,
Nueva York con la gigantesca empresa del Roc- DE A. WILLIAMS: UNA ESTRUCTURA DE TRACCIÓN el COMEGA no destaca el ritmo ascendente ni
kefeller Center con un propósito similar. Pero SOPORTADA DESDE UN PÓRTICO DE HORMIGÓN ARMADO. en la fachada ni en la composición telescópica
mientras que el proyecto norteamericano se del remate. Por el contrario, en su diseño se

146 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ras ras
genes más genuinamente “vanguardistas” de
los R. fueron creadas por Roberto Arlt. Se tra-
ta de los edificios que imaginó en su novela El El City Block
amor brujo: unas gigantescas torres piramida-
les, como agujas de cobre y cristal con reflejos
multicolores”. El pensamiento arquitectónico
sobre los R. más cercano al vanguardismo arl-
tiano fue el de Wladimiro Acosta (v.).
En línea con las propuestas de sistemas de
R., Acosta proyectó en 1931 una alternativa de
“regeneración” de Buenos Aires, basada en una
unidad a la que llamó City Block Integral. Según
esta idea, las manzanas debían ir siendo re-
emplazadas por un edificio consistente en un
rascacielos de planta en cruz emergente de un
bloque perimetral de menor altura. En las to-
rres de 100 m de altura se albergarían las vi-
viendas y en los bloques más bajos, las oficinas
y el comercio; por las calles circularían los au-
tomóviles, mientras que los peatones dispon-
drían de una red personal sobre las terrazas de
u EDIFICIO KAVANAGH EN OBRA DURANTE EL CONGRESO los bloques comerciales; y cada unidad conta-
EUCARÍSTICO. AUTORES: SÁNCHEZ, LAGOS Y DE LA TORRE. ría con 3.6520 m2 de superficie para viviendas
y 31.616 m2 para oficinas con una densidad de
descartaron soluciones estriadas a la manera 930 a 1.080 habitantes por hectárea y 1.070 a
del Rockefeller Center, y se eligió una compo- 1.240 empleados en la misma unidad. El pro-
sición estática, centrada en el bow-window cir- yecto aludía sin duda a la propuesta para la vi-
cular, que se ubicó exactamente en el centro lle verte, y también a los R. con que Le Corbu-
de la pequeña torre emergente, sostenida por sier había propuesto cubrir Buenos Aires, con
la disposición simétrica de las aberturas de los una planta cruciforme que había tenido su pri-
dos pisos superiores. mera expresión en los R. de la Ville Contem-
A corta distancia del COMEGA se construyó poraine. Pero la idea general de la división de
en los mismos años el SAFICO. La sencilla par- actividades en vertical y la radical repetición de
tición de sus plantas, el desmesurado tama- las unidades provenía del proyecto de ciudad
ño de los paliers y la distribución de la planta vertical de Ludwig Hilberseimer. En los años
baja respondían a la coyuntura de la crisis por que siguieron el proyecto experimentó distin-
cuanto el edificio debía estar en condiciones tas variantes hasta llegar a un bloque lineal de
de ser usado indistintamente para hotel, ofici- 100 m de altura y 375 m de largo.
nas comerciales o vivienda. Aunque su volu- En los mismos años, la idea de sistema de
metría fue determinada por las condiciones de R. fue desarrollada en otras oportunidades co-
máximo aprovechamiento del terreno, se bus- mo alternativa de proyecto para la Avenida Nor-
caba llevar a cabo la operación con el máxi- te-Sur. En 1932 Vautier propuso un nuevo pro-
mo de calidad. El trabajo del ingeniero Walter yecto según el cual se establecían los usos y
Moll (v.) tuvo méritos destacables: la claridad perfiles edificables a ambos lados de la aveni-
de la volumetría de la torre, calzada dentro del da y se diseñaba una sencilla pero precisa es- u REGENERACIÓN VANGUARDISTA DE LA MANZANA DE
cuerpo bajo; la agresiva sintaxis (volumetría de tructura circulatoria ritmada a ambos lados por BS. AS.: RASCACIELOS CITY BLOCK DE W. ACOSTA.
aristas, ventanas alargadas o de ángulo) que re- R. cada 100 m. Para el mismo tema, Bereter-
vela un buen conocimiento del repertorio mo- bide imaginó la construcción de un gran Cen-
dernista; el ejercicio cuidadoso de los temas tro Cívico en la intersección de las Av. Corrientes
cardinales del Funcionalismo. Como en el ca- y Norte-Sur, destinado a albergar las oficinas
so del Kavanagh, es igualmente destacable la de los ministerios y del Municipio, cuyo ele-
calidad de los materiales y el cuidado de la eje- mento central debía ser un gigantesco R. Tam-
cución general. bién Della Paolera (v.) utilizaba los R. para cons-
Ya desde los años veinte la vanguardia lite- truir los distintos espacios que en un principio
raria argentina había comenzado a integrar al preveía para la Avenida. En su caso los R. ac-
R. dentro de sus relatos o poemas celebratorios tuaban como puerta, colocados en el cruce con
de la modernización y la metrópoli. Las imá- la Av. de Mayo a ambos lados de esta última.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 147


De 1940 es el último proyecto de esta serie, pro- El ciclo de los R. comenzó a cerrarse el 2 de
puesto por Ángel Guido (v.) para lo que llama- mayo de 1957, cuando el intendente de Bue-
ba una “Monumentalización funcional de la nos Aires Eduardo Bergalli sancionó el Decreto
Av. 9 de Julio”. Guido utilizaba aquí a los R. pa- Municipal 4110/57, por el que entró en vigen-
ra generar una suerte de Rockefeller Center, cia la nueva reglamentación para los edificios
también en el cruce con la Av. de Mayo. de gran altura, elaborada y propuesta por la
Respondiendo a la legislación original, en Oficina del Plan Regulador. Desde entonces
1935 se construyó uno de estos R. de la Ave- los R. fueron burocráticamente designados co-
nida Norte-Sur como sede del MOP. Como mo “Edificios de iluminación total”, y sus ca-
parte del fomento de obras públicas como me- racterísticas cambiaron, por lo que son trata-
canismo anticrisis, en 1933 el Poder Ejecuti- dos en otra voz de esta obra (v. Torre).
vo elevó al Senado un proyecto de ley para la Sin embargo, antes de apagarse su vigencia
construcción de un nuevo edificio para el ci- como término, todavía se produjo un aconteci-
tado ministerio. Con una superficie de 28815 miento que convocó la imaginación nacional e
m2 y 23 pisos de altura, el edificio fue reali- internacional, y en el que, con un propósito pro-
zado sobre un proyecto de Alberto Belgrano pagandístico, se apelaba a la carga mítica ca-
Blanco (v.) con la colaboración de las secciones racterística de los R. Estamos refiriéndonos al
técnicas de la División de Proyectos del pro- concurso internacional que en 1961 organizó
pio Ministerio. Primera vez esta en que la to- u LÁMINAS DEL CONCURSO PARA EL RASCACIELOS PEUGEOT. la Foering Building and Investment Company,
rre fue diseñada como una superficie neutra una empresa integrada por capitales naciona-
y compacta, y la planta se caracterizó por su manera antigua que no aprovechaba las posi- les e internacionales. El propósito era, nueva-
articulación en U, por el complicado períme- bilidades ofrecidas por los aceros de gran re- mente, construir el edificio más alto de Sud-
tro de su núcleo central y por el conservador sistencia a la tracción usados en los puentes américa, un R. (artículo 42 de las Bases)
módulo estructural empleado (7 x 7 m). El edi- colgantes. Si en este caso los entrepisos se col- destinado principalmente a las oficinas de la
ficio en su conjunto carece de una composi- gaban, podría disminuirse la sección de los apo- empresa Peugeot. Con este fin se disponía de
ción cuidada de los volúmenes, sus fachadas yos y, si se utilizaban además losas metálicas un terreno relativamente estrecho en las cer-
principales repiten una monótona carpintería y tabiquería divisoria móvil, podría reducirse canías de la Plaza San Martín y se determina-
y su planta baja no contiene ningún gesto de el peso total del edificio, de modo que se re- ba que se debían alcanzar los 60 pisos con una
interés por fuera del acceso monumental. Más ducirián aún más las secciones necesarias. Por superficie total no mayor de 140 000 m2 y un
destacable es la fachada oeste, tanto por la acer- añadidura, solo sería necesario construir en costo cercano a los 20 millones de dólares. El
tada presencia de balcones corridos de segu- obra los grandes pórticos de hormigón de los concurso se convirtió en un acontecimiento de
ridad, como por la disposición “futurista” de que colgarían los tensores. El resto de las com- importancia internacional que convocó a 866
las escaleras de incendio. ponentes podría producirse en planta, abara- equipos inscriptos de 55 países, de los que par-
Probablemente porque ya no eran necesa- tando los costos de fabricación y, al reducirse ticiparon efectivamente 266. El jurado estuvo
rias las operaciones que los hicieron posibles, el peso, también los de transporte. El resulta- integrado por Marcel Breuer y Alfonso Eduar-
los R. tuvieron luego una escasa presencia y, do, en el que colaboraron Cesar Jannello (v.), do Reidy por la Unión Internacional de Arqui-
más allá de la prédica de Acosta, los arquitec- Colette B. de Jannello y Jorge Butler, fue un R. tectos, Francisco Rossi por la FASA, Francisco
tos modernistas no los reivindicaron como una de 36 plantas, la abstracción más perfecta pen- García Vázquez (v.) por la SCA, y Eugène Elie
tipología auspiciable. Aunque estaban presentes sada hasta el momento sobre el tema. Beaudouin, Alberto Prebisch (v.) y Martín Noel
en el Plan de Buenos Aires que Jorge Ferrari La réplica fue construida en 1951: el edifi- (v.) como representantes de la empresa.
Hardoy (v.) y Juan Kurchan (v.) hicieron con Le cio Alas. Propiedad del Estado, destinado a vi- El camino que siguió la mayor parte de los
Corbusier desarrollando su boceto de 1929, no viendas, su objetivo manifiesto era constituir- participantes fue el ensayado por Williams,
era más que una concesión a los intereses del se en el edificio más alto de Sudamérica. El de priorización de la determinación estructu-
maestro. Se empleaban allí dos modelos, el de proyecto inicial, llevado a cabo por la empresa ral con alguna voluntad más o menos escultó-
los “R. cartesianos”, que reemplazaban los R. GEOPE , en ese momento bajo administración rica, tal como se expresa en la polaridad seña-
cruciformes en la cité des affaires, y el de plan- de la DINIE (la Dirección Nacional que ge- lada por el jurado en el otorgamiento de los dos
ta ligeramente romboidal, aplicado por primera renciaba las empresas de origen alemán ex- primeros premios. Resultó ganador el proyec-
vez para el barrio de La Marina en Argelia propiadas durante la guerra), consistía en una to del equipo integrado por los brasileños Afla-
(1938), del que se servía para la definición del planta en H de la que como en otros casos lo, Croce y Gasperini, y por el argentino Suá-
Centro Legislativo en Plaza Congreso. emergía el alma. Durante el proceso de cons- rez; seguido por el trabajo de los franceses J.
En 1945 Amancio Williams (v.) dio a cono- trucción los fondos con que se contaba debie- Binoux y M. Folliasson. El primero fue un edi-
cer el resultado de uno de sus teoremas arqui- ron ser drásticamente reducidos, pero se de- ficio absolutamente convencional, de línea mie-
tectónicos, para el que había tomado como pun- cidió mantener el objetivo de alcanzar la “mayor siana, resuelto con extrema corrección, mien-
to de partida la idea de un edificio vertical de altura de Sudamérica”. Por este motivo, del edi- tras que el segundo asumió el aspecto de una
gran altura. En su razonamiento partió de la ficio terminó elevándose una torre esbelta cu- gran escultura a la manera de Pevsner, sacan-
observación de que las estructuras utilizadas ya planta en su mayor parte está ocupada por do partido del funcionamiento estructural con-
en este tipo de edificios eran tratadas de una estructura y servicios. tra viento. J. L.

148 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


raw raw
RAWSON. Ciudad capital de la Provincia del Chu- mensor Thomas Dodds y se dedica a reorga- Si bien este alineamiento da cuenta de una
but, ubicada a 1456 kilómetros al sur de Bue- nizar la mensura del valle y muy probablemente mayor regularización del espacio urbano, los
nos Aires. Fundada en el año 1865 cerca de la del pueblo de Rawson. Por esta época apa- edificios de Rawson distaban mucho de ade-
la desembocadura del río Chubut, Rawson es recen en Rawson las primeras casas de co- cuarse al trazado. Según este último, el pueblo
el núcleo urbano más antiguo de la provincia. mercio que se ocupaban de comercializar la se organizaba en torno de una plaza central de
El censo 2001 le atribuye 86.397 habitantes. producción triguera del valle, embarcándola 200 por 600 metros de lado. Sin embargo, los
desde un muelle sobre el río Chubut. El rol de edificios existentes por entonces ignoraban por
En 1865 un grupo de colonos galeses que núcleo concentrador de la producción que te- completo la centralidad de esa plaza, y se agru-
había desembarcado en el Golfo Nuevo llega al nía Rawson en esa época se reflejaba en la exis- paban más densamente a lo largo de la barranca
valle del Chubut, donde el gobierno nacional tencia, en la década de 1880, de dos molinos ya mencionada y alrededor de una plaza más
había prometido entregarles tierras a cada una harineros. Uno de ellos era un molino de vien- pequeña ubicada junto al puente sobre el río
de las familias inmigrantes. Los colonos se asen- to cuyas grandes aspas daban a Rawson un per- Chubut. Este último era el verdadero centro del
taron en la margen norte del río Chubut, sobre fil particular. pueblo y seguiría siéndolo hasta bien entrado
un barranca pedregosa situada a unos 5 km de En 1884 se dictó la ley según la cual el te- el siglo XX. Frente a ese centro desplazado, pe-
su desembocadura. Solo existían allí los res- rritorio nacional del Chubut fue convertido ro del otro lado del río, surgió un núcleo de edi-
tos de una fortificación de barro que unos ca- en Gobernación. Al año siguiente Fontana, el ficios que constituyó otra irregularidad respec-
zadores habían abandonado en 1853. El 15 de primer gobernador, declara instalada la Go- to del trazado, ya que —ignorando la geometría
septiembre el representante del gobierno na- bernación en Rawson. Con ella comienza la
cional, el coronel Murga, dio permiso oficial a construcción de una serie de edificios admi-
los colonos para tomar posesión del lugar. En nistrativos que se alinean respecto del trazado
ese mismo acto quedó fundada la ciudad que cuadricular. Esta alineación tiene una estrecha
los galeses llamaron Tre-Rawson, es decir, “pue- relación con la obra oficial y también con la cre-
blo de Rawson” en idioma galés, en honor al ciente presencia de población de origen latino.
por entonces Ministro del Interior. Con pos- En efecto, con la instalación de la gobernación
terioridad, el agrimensor Julio V. Díaz demar- se consolida un proceso de recambio de la po-
có el trazado del pueblo tomando como base blación que había comenzado en 1876 al tras-
una línea entre dos esquinas del fuerte de ba- ladarse la mayoría de los colonos galeses a sus
rro. La planta urbana resultante tenía una orien- respectivas chacras. Así, hacia la década de 1890
tación a medio rumbo y era de forma rectan- el grupo más numeroso en la composición de
gular; su lado sudoeste quedaba interrumpido la población de Rawson estaba formado por los
por el paso del río, que con sus meandros con- italianos que, junto a otros grupos de origen la-
formaba un límite irregular. tino, estaban vinculados a la administración y
Durante la primera década, la mayoría de a oficios directa o indirectamente relacionados
los galeses permaneció en Rawson. Mientras con esta última. u LA CIUDAD DE RAWSON A MEDIADOS DE SIGLO XX.
mujeres y niños se quedaban en el pueblo, los
hombres se ocupaban de la preparación de la
tierra para el cultivo y de la construcción de
canales de riego. Aunque existían algunos
ejemplos de ladrillos, la mayor parte de las vi-
viendas que formaban este primitivo poblado
estaban construidas de adobe y con techo de
paja. Se trataba de versiones modestas del cot-
tage galés y, en general, no poseían más de dos
habitaciones. Existía además una capilla pro-
testante que, según las necesidades, servía
también como escuela, tribunal o cámara del
consejo de la colonia. Todos estos edificios se
agruparon linealmente siguiendo el borde de
la barranca del río Chubut, ignorando de este
modo el trazado cuadricular demarcado en
1865 y dando cuenta, de alguna manera, de
una cultura urbana caracterizada por una par-
ticular relación con las irregulares líneas del
terreno natural.
En 1875 se asienta en Rawson el primer re-
presentante del gobierno nacional, el comisa-
rio Antonio Oneto. Junto con él llega el agri- u PLANIMETRÍA DE LA CIUDAD DE RAWSON CON LA NOMENCLATURA DE LAS FRACCIONES, EN 1912.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 149


del mismo— tomaba la dirección del río en ese de la que salen solo tres diagonales de variable REAL CUERPO DE INGENIEROS MILITARES.
sector. Este panorama del desarrollo urbano se desarrollo. De esta manera quedó desvirtuada (RCI). Institución creada en España en 1711,
evidencia en el plano llevado a cabo en 1886 la centralidad del plano de 1886. de gran importancia durante el período co-
por el agrimensor Katerfeld, quien trató de or- En 1955 se convirtieron los territorios na- lonial americano, particularmente en el Río
denar estas irregularidades. Es probable, por cionales en provincias y se hizo necesaria la de La Plata donde la ausencia de profesio-
ejemplo, que en un intento de incluir en el tra- construcción de edificios para los nuevos or- nales de la construcción, luego de la expul-
zado a la plaza del puente, el agrimensor la ha- ganismos provinciales. Entre estos edificios, sión de los jesuitas, fue cubierta por miem-
ya asimilado a una serie de cuatro plazas peri- se destacan la Legislatura, el Consejo de Edu- bros de este Cuerpo. Su presencia en el área
féricas comunicadas por medio de diagonales cación y el Banco Hipotecario. se debe sobre todo al interés de la adminis-
con la plaza central. Si bien este es el plano más En los últimos años la planta urbana ha ex- tración borbónica por fortificar y ocupar la re-
importante con el que contó Rawson durante perimentado un notable crecimiento, especial- gión como respuesta al constante avance de
mucho tiempo, hay que señalar que muchas de mente hacia el noreste, a partir de la construc- los portugueses.
sus ideas, como la de la gran plaza central y la ción de gran número de conjuntos de vivienda
de las diagonales, quedaron desvirtuadas, mien- de interés social. Las rutas 25 y 7, que la unen En 1709 el marqués Jorge P. Verboon re-
tras que otras, como la de la avenida de cir- con Trelew, y la ruta en dirección al mar, tam- cibe la orden de regresar a España desde Flan-
cunvalación y de la serie de plazas periféricas, bién han servido de ejes a este crecimiento. Fi- des a los efectos de organizar un Real Cuerpo
fueron directamente descartadas. nalmente, hay que señalar que Rawson con sus en la rama de la ingeniería militar. Sobre la
En el año 1899, como consecuencia de una 86317 habitantes (2001) incluye también hoy base de su experiencia en la Academia de Flan-
inundación que arrasó con buena parte del va- el balneario Playa Unión y Puerto Rawson, am- des, elabora un proyecto de organización ge-
lle del Chubut, el pueblo de Rawson quedó to- bos ubicados a unos 5 km hacia el este, próxi- neral aprobado por Felipe V en 1711. La orga-
talmente destruido, por lo cual se trasladó la ca- mos a la desembocadura del río Chubut. F. W. nización definitiva demora varios años más.
pital de la gobernación a Trelew, ciudad ubicada Recién en 1718 se promulgan nuevas orde-
a unos 20 kilómetros al oeste (v. Trelew). Un año Bibliografía: G. Williams. The Desert and the Dre- nanzas, en tanto en 1720 la Academia de Ma-
después Rawson recupera su estatus de capi- am. Cardiff: 1975; M. H. Jones. Trelew, un Desafío temáticas de Barcelona pasa a ser el recurso
tal. A pesar de ello, es necesario señalar que co- Patagónico. vol.II. Rawson: 1986; A. Matthews. Cró- esencial para instruir al nuevo cuerpo de pro-
mienza aquí una etapa de declinación, ya que, nica de la Colonia Galesa. Esquel: 1992; L. Jones. La fesionales. Hacia 1737 Pedro Lucuce prepara
al convertirse Trelew en centro comercial del Colonia Galesa. Rawson: 1993; F. Williams. Terri- un Reglamento de Estudios que entra en vi-
valle, el rol de Rawson quedaría, en adelante, torio e Inmigración: el caso de la colonia galesa del gencia después de 1739. Este asegura una for-
ligado casi exclusivamente a las actividades de valle del Chubut. En: Edición n.° 69 del Seminario mación homogénea a los miembros del Cuer-
la administración pública. La extensión del fe- Crítica. IAA / FADU-UBA, 1996 (inédito); Th. Jones. po, mediante un curso de tres años estructurado
rrocarril hacia Gaiman (1909) y Dolavon (1917) Historia del los Comienzos de la Colonia en la Pa- en tres áreas. Una primera instrumental, que
significó que toda la producción del valle se em- tagonia. Trelew: 1999. abarca Aritmética, Geometría, Trigonometría,
barcara en Puerto Madryn, con lo que la acti- Topografía y Cosmografía; una segunda, de ca-
vidad comercial y portuaria de Rawson dismi- rácter exclusivamente militar, que se ocupa de
nuyó notablemente. No obstante, durante las RAZENHOFFER, OSCAR. s/d. Arquitecto, re- Artillería, Asedio y Defensa de Plazas, y una ter-
primeras décadas del siglo se producen pro- presentante de la corriente del Arte Nuevo (v.) cera, que incluía ciencias auxiliares como Físi-
gresos que trascienden la labor de reconstruc- en su variante Jugendstil a comienzos del si- ca, Hidráulica, Diseño de Máquinas, etc.
ción emprendida luego de la inundación. Ade- glo XX. Trabajó individualmente y en colabo- En la temática de este curso se incluía la
más de la Casa de Gobierno de la Provincia, ración con el arquitecto Prins (v.). proporción y la simetría de los órdenes de la
inaugurada en 1913, se construyen importan- arquitectura, partes de los edificios, técnicas
tes edificios, como el colegio salesiano y la igle- Entre las obras de singular interés, cabe de construcción de bóvedas y arcos comunes,
sia católica. Formada por una nave con techo a mencionar las casas de Rodríguez Peña 1871 calidad de materiales y modo de utilización.
dos aguas de chapa acanalada y provista de una (1910), P. de Melo 2134, Paraná y Córdoba, etc. En el cuarto y último período se trataban
torre-campanario, la iglesia, levantada sobre la En Mar del Plata realizó varios chalets: Bal- los edificios civiles y militares, delineación, sis-
plaza ubicada junto al puente, se ha convertido carce y Mitre, de José Ventafrida, Moreno y temas de representación, cartas planimétricas
en uno de los símbolos de Rawson. Viamonte, etc. Los proyectos elaborados por y topográficas. En cuanto a la arquitectura, se
En este período el desarrollo urbano tuvo Razenhoffer mantienen el caracter experi- trataban fundamentalmente la decoración, la
como hechos destacables la extensión de las ví- mental propio de los cultores del Arte Nuevo, firmeza y seguridad de los edificios y la distri-
as férreas desde Trelew y la remodelación de pero sin llegar como Le Monnier (v.) o García bución del terreno.
la plaza central. El área que rodeaba dicha pla- Núñez (v.) a los bordes del sistema. Sus edifi- Además de la ya citada Academia de Bar-
za contaba, a comienzos de la década de 1930, cios conservan las simetrías y resultan pesa- celona, hubo durante el siglo XVIII otras aca-
con un grado de consolidación muy bajo. Es- dos como consecuencia de su inclinación a demias, como la de Orán (1732), la de Ceuta
to se debía, por un lado, al ya mencionado des- dar más lugar a la masa muraria que a los va- (1739) y el Aula de Matemáticas para la Guar-
plazamiento del centro real del pueblo y, por nos en los niveles superiores. De todos mo- dia de Corps de Madrid. En la segunda mitad
otro, a la excesiva superficie de la plaza en sí. dos, casi siempre elude el empleo de los ór- del siglo XVIII se crearon otras en diversas ciu-
De esta manera, en 1932, el tamaño de esta úl- denes y busca inventar elementos lexicales o dades europeas. A partir de 1805, todas las aca-
tima fue reducido de seis a una sola manzana, producir arriesgados contrastes de escala. demias fueron suprimidas y se unificaron en

150 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


raw rea
la nueva Academia Real de Alcalá de Henares, desestimados los pedidos para fundar una aca- fortificación de Buenos Aires, Montevideo y la
cerrada durante las guerras napoleónicas. demia en nuestro Continente. Ensenada de Barragán, la demarcación y la or-
En tanto el RCI tomaba consistencia den- Una de las funciones más importantes que ganización de la línea de fronteras con el Bra-
tro de la organización militar del Imperio; en cumplieron los ingenieros del RCI, más allá sil y con el “indio”, la organización urbana y
1740 se estructuraba con 140 plazas y fue en de sus acciones especificas, fue la redacción de las obras públicas de las ciudades, etc.
aumento con el correr del siglo. informes, descripciones y noticias acerca de Miembros destacados de la Institución en
A partir de 1773, el ingeniero Pedro Mar- las plazas donde les tocaba desempeñarse. el área bonaerense fueron entre otros: Diego
tín Cermeno reorganiza el cuerpo en tres ra- La actuación del RCI en el Río de la Plata Cardoso (v.), Francisco Rodríguez Cardoso (v.),
mas: Academias; Fortificaciones; Caminos y coincidió con la época de vigencia de la forti- Juan Francisco Sobrecasas, Antonio Aymerich,
Canales. Sin embargo, esta fragmentación de ficación abaluartada, al mismo tiempo que se Jean B. Havelle, José Pérez Brito (v.), Carlos Ca-
la institución por su especialización se iría pro- consolidaba en España; el apogeo del Cuerpo brer (v.), José García Martínez Cáceres (v.), Joa-
duciendo recién hacia fines del siglo XVIII, pri- fue simultáneo al desarrollo de la estética ne- quín Antonio de Mosquera (v.), Joaquín del Pi-
mero por la creación del Cuerpo de Ingenieros oclásica formulada por las academias de Bellas no (v.), Bernardo Lecocq, etc.
de Marina (1770), luego por el establecimiento Artes. Ante la escasez de egresados de estas en La actuación del Cuerpo se extinguió en
de una Academia para el Real Cuerpo de In- América, la aplicación y difusión de aquella se nuestro país con la Revolución de Mayo.
genieros Cosmográficos, en el Real Sitio de San canalizaría por medio de los ingenieros mili-
Fernando (1797) y, finalmente, en 1779 con el tares. No sería ajena a ello la incidencia de con- Bibliografía: R. Gutiérrez, A. S. J. de Paula, A Los in-
Cuerpo de Ingenieros de Puentes y Caminos. ceptos que, fuera de la formación arquitectó- genieros militares y sus precursores en el desarro-
A partir de la estructuración del Cuerpo en nica impartida desde los cursos, requerían de llo argentino (hasta 1930). Bs. As.: Fabricaciones
1711, el pase de ingenieros a las provincias ame- los ingenieros un criterio de funcionalidad, de Militares, 1976.
ricanas adquiere gradualmente formas más or- eliminación de lo superfluo, de expresividad
gánicas, pues hasta entonces los profesionales estructural clara, énfasis en el volumen y en el
que pasaban a Ultramar lo hacían ante reque- juego de masas frente a los vacíos, mucho más REAL DE AZÚA, EZEQUIEL. s/d, 1885 - s/d. Ar-
rimientos de urgencia, cuando motivos béli- adaptable a las premisas desornamentadas y quitecto. Activo en Buenos Aires en las pri-
cos o geopolíticos lo imponían. Pero a media- simplistas del Neoclasicismo que a los del Ba- meras décadas del siglo XX.
dos del siglo XVIII ya existían comandancias rroco popular. Razones de número y de dis-
de ingenieros en diversas regiones de Hispa- ponibilidad de técnicos, en especial fuera de Se graduó en Buenos Aires en 1917. Tra-
noamérica, como México, el área del Caribe y los centros geopolíticos de Hispanoamérica, bajó asociado con el arquitecto Madero en el
Lima, entre las principales, y también las de la harían posible a los ingenieros llevar a los más estudio de 25 de Mayo 586. En 1918 obtuvie-
capitanía de Chile y del Río de la Plata, que ad- diversos puntos de los territorios en que ac- ron un premio en el concurso para el edificio
quirirían importancia con posterioridad. tuaron, las nuevas pautas de diseño de una ar- del Rowing Club y, en 1929, otro sobre vi-
El número de plazas afectadas al servicio quitectura que, sin dominar el plano teórico, viendas colectivas. Fue profesor universitario.
en América superaba el tercio de las destina- estaban capacitados para realizar técnicamen- Realizó diversas residencias como la de Uru-
das a España y los demás territorios. Un esta- te. Los ingenieros del Real Cuerpo en el Río de guay 1159. Es suyo el edificio de la Bodega Tra-
do del Cuerpo en 1778 indica que el total de in- la Plata debieron afrontar múltiples tareas: la piche en la Av. Warnes (1927).
genieros consignados en las provincias
hispanoamericanas era de 55, de los cuales 4
correspondían a Buenos Aires.
Una estimación de la demanda indicaba en-
tonces la necesidad de llegar a un total de 88
plazas para Hispanoamérica, duplicar los cua-
dros en Caracas, Santo Domingo y Buenos Ai-
res. En lo que hace a Buenos Aires, la dotación
estaba virtualmente aumentada con los inge-
nieros llegados en la comitiva del Virrey Ce-
ballos en 1777. De todas maneras, fue habitual
en América el recurso de reclutar —contan-
do con la tolerancia de la superioridad— in-
genieros voluntarios o ayudantes entre oficia-
les de artillería, de infantería, e inclusive de
pilotos de la Marina Real, para compensar la
escasez de profesionales especializados. A es-
ta permisibilidad debe sumársele una actitud
negativa de la Corona: la constante desapro-
bación de peticiones de americanos para in-
gresar en el Real Cuerpo sin cumplir con el
aprendizaje en la Península. También fueron u PLANO DE LA ANTIGUA FORTALEZA DE BUENOS AIRES SOBRE EL RÍO DE LA PLATA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 151


Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. Levaggi, J. C.
Montero, A. S. J de Paula, La Arquitectura del li-
beralismo en la Argentina. Bs. As.: Sudamericana,
1968.

RECIENTE, ARQUITECTURA. (AR). La desarro-


llada desde 1980 hasta la fecha de edición
de este Diccionario. En rigor, la AR es un epi-
sodio de la Arquitectura Contemporánea (AC),
y podría ser desarrollada dentro de la voz co-
rrespondiente, pero se ha decidido presentar-
la de manera separada por razones editoria-
les. Sin embargo, y a falta de otra designación
más apropiada, puede admitirse que la AC se
diferencia de la Arquitectura Moderna preci-
samente porque aproximadamente a partir de
1960 la condición “moderna” estaba puesta
fuera de cuestión (parecía que la arquitectu-
ra no podía ser otra cosa que “moderna”). Del
mismo modo podemos afirmar que la AR se u VIVIENDAS EN CONDOMINIIO EN LA CIUDAD PUEBLO NORDELTA, TIGRE PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
diferencia de la producción y del debate que
la precede porque en todos los planos la Mo- Con esta dinámica, en las dos décadas fi- justicia y vivienda, o las de la producción y la
dernidad está puesta en cuestión. El período nales del siglo XX la concentración de la ri- transformación del territorio.
de la AR se inaugura, en efecto, con el de- queza alcanzó en la Argentina un nivel desco- Como es sabido, durante los días 19 y 20
bate promovido por quienes sostenían que la nocido hasta entonces. de diciembre de 2001 las tensiones hasta aquí
Modernidad, y el Modernismo, habían sido su- La tendencia fue la misma con indepen- descriptas estallaron en la peor de las crisis
perados y que, en rigor, nuestra época debía dencia de los signos políticos del período. En atravesadas por el país desde su organización
designarse como la de la “Postmodernidad”. 1974 las familias más pobres habían recibido como tal, a fines del siglo XIX. La arquitectu-
el 12,4% del ingreso nacional, mientras que la ra y la ciudad se transforman a una velocidad
RASGOS DEL PERÍODO. porción más rica se había quedado con el 27%; infinitamente menor que la signada por los su-
En la Argentina, la recuperación de la demo- en 1992 la distribución era de un 9% para los cesos políticos, por lo que no es posible dis-
cracia encontró a la cultura arquitectónica, con primeros y de un 35% para los segundos. Las cernir aquí la marca que esa crisis está dejan-
pocas excepciones, vaciada de contenidos y con clases medias, entre tanto, veían reducirse sus do sobre las materias que nos ocupan.
su joven generación aniquilada. Por añadidu- entradas del 61% al 56%. En la ciudad de Bue- De todos modos, para completar esta des-
ra, la clausura de la crítica por el terror había nos Aires, donde el 10% más pobre recibía en cripción de marco, debe decirse que el período
consolidado el paradigma profesionalista, los 1974 el 2,8% del ingreso, el 10% más rico se correspondiente a la AR se caracteriza también
límites de cuyo campo se habían reducido más quedaba con el 24%; en 1999 los pobres ha- por un abandono de los ideales de renovación
aún como consecuencia del proceso de con- bían reducido su participación al 1,6% y los ri- social y cultural radical que habían impulsado
centración del capital, en contraste con una de- cos la habían aumentado al 33,1%. Más grave las transformaciones modernistas de la disci-
manda cada vez más restringida. Pero con la aún: la Argentina entró al nuevo siglo con un plina. En 1982 la llegada de Charles Moore a la
dictadura militar había culminado también una nivel del 14% de desocupación y con índices Facultad de Arquitectura del Proceso, pero so-
parte del sistema de ideas del Modernismo, extremos de población carenciada. bre todo la de Aldo Rossi a La Escuelita, reci-
que vinculaba formas y contenidos de la Nue- En la última década del siglo XX, todavía, bido esta vez con bombos y platillos luego de
va Arquitectura con la realización de progra- el 16,5% de los hogares tenían necesidades bá- una furtiva primera visita en 1978, fueron las
mas de alcance social y envergadura colectiva. sicas insatisfechas; solo el 59,7% de las vi- primeras señales de importancia que indicaron
Las transformaciones que experimentó el viendas contaban con servicio de agua potable; la difusión de las posiciones antimodernistas
país a lo largo de las dos últimas décadas del si- apenas el 34,3% tenía desagües cloacales co- que la crítica norteamericana difundió como
glo XX fueron resultado de una reestructura- nectados a la red pública. En las zonas urba- “posmodernistas”. La importancia de ese tér-
ción general del capitalismo en todo el mundo. nas se carecía de un 20,3% de las viviendas ne- mino no es menor. Por primera vez, luego de
Este cambio, que por simplificar se identi- cesarias, mientras que el déficit era de un 63,3% haber sido aceptado el carácter sustantivo de la
fica con la idea de “globalización” o “mundiali- en las áreas rurales del país. condición moderna para la arquitectura del
zación”, requiere de estructuras de extrema fle- Contribución a la manifestación material siglo XX en la Argentina de los años cuarenta,
xibilidad desde los puntos de vista legal, cultural, de esta brecha fue el aumento de consumos re- el prefijo “pos” reinauguraba de manera ex-
económico, político y geográfico, puesto que es- lativamente superfluos, al tiempo que queda- plícita para esa condición —o al menos así lo
tá basado en los movimientos del capital en tiem- ron cada vez más descubiertas las necesidades pretendían sus defensores— su calidad de ad-
po real sobre toda la superficie del Globo. de salud, educación, cultura, esparcimiento, jetivación transitoria.

152 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rea rec
EL TERRITORIO. tal carencia de carácter, el proyecto fue abor- mentaron considerablemente las explotacio-
El más resonante intento de transformación tado sin costos políticos por la administración nes mineras en las provincias cordilleranas,
en la estructura del territorio, promovido por que sucedió al gobierno. y en otras regiones se desarrollaron nuevas pro-
el primer gobierno de la democracia, fue el En los años siguientes, bajo la presiden- ducciones y, con ellas, nuevas relaciones con
traslado de la Capital Federal a Viedma. A con- cia del Dr. Carlos Menem, el desmantelamiento el mundo. Tucumán, por ejemplo, se trans-
trapelo de las líneas principales del debate ur- de las antiguas estructuras del Estado Nacio- formó en el primer exportador mundial de ju-
banístico en las últimas décadas del siglo, de nal tuvo consecuencias para las estructuras del go de limón; Chubut pasó a exportar tulipanes
los deseos y las expectativas de la mayoría de territorio, al menos en dos aspectos: el de la a Holanda y pescado a Alemania.
los argentinos, de las corrientes históricas privatización de empresas y servicios, hasta en- Tratando de articularse con el nuevo de des-
de las migraciones internas y de los proce- tonces bajo su control, y el de la descentrali- arrollo informacional del capitalismo, la cons-
sos de formación urbana, la empresa fue, zación de una importante cantidad de funcio- trucción del Mercosur fue una expresión de las
mientras existió, un producto del voluntaris- nes en las provincias y municipios. transformaciones que venimos analizando. Un
mo. Unida a Carmen de Patagones, Viedma En este contexto, las economías regionales siglo después de haber reemplazado definiti-
debía transformarse en pocos años en la nue- profundizaron una crisis comenzada con an- vamente el modelo territorial colonial con cen-
va Capital de la República Argentina e im- terioridad en algunas provincias, como Tucu- tralidad en Lima por un modelo territorial ra-
portantes esfuerzos (900 millones de dólares mán. Así, centros relativamente prósperos en diocéntrico, confluyente en la ciudad de Buenos
para dar forma al ENTECAP) se destinaron la etapa anterior se sumaron a la lista de las lo- Aires, la Argentina debatía por primera vez un
a concebir el nuevo asentamiento. A despecho calidades con graves carencias sociales: al co- modelo alternativo multipolar estructurado a
de la retórica democrática gubernamental, el menzar la última década del siglo, si el por- partir de dos ciudades globales atlánticas, co-
proyecto fue encargado de manera secreta y centaje de hogares bajo el índice de pobreza mo San Pablo y Buenos Aires, con la adición
con lógica sectorial, dejando de lado el proce- era de 8,8% en el conurbano bonaerense, en del polo Santiago-Valparaíso sobre el Pacífico.
dimiento del concurso abierto, lo que obturó General Roca era del 17,5%, en Santiago del Para insertarse en estos procesos, el princi-
el debate y ciñió la propuesta dentro de los Estero del 19,1%, en Posadas del 21,7% y en pal de los instrumentos empleados por los mu-
límites teóricos y profesionales de un grupo Neuquén del 24,2%. nicipios más activos fue la organización siste-
que, aunque contaba con amplios anteceden- Sin embargo, y aunque de manera desigual, mática de una serie de acciones de puesta en
tes, seguía sosteniendo de manera insufi- las transformaciones estructurales de los años valor y desarrollo de las ventajas comparativas
cientemente crítica ideas y métodos que a lo noventa, producidas bajo el impulso de la mun- de la comunidad, algunas veces de manera di-
largo de tres décadas habían sido muy revisa- dialización, comenzaron a inducir modifica- recta y otras a través del instrumento que se ha
dos local e internacionalmente. En perfecta ciones del paisaje regional. Las exportaciones designado y presentado como Plan Estratégico.
disonancia con las ambiciones “progresistas” llegaron a superar en treinta veces los valores El primero fue elaborado por la ciudad de
que lo habían suscitado, con su trazado fun- de la década del ochenta. Cambió la estructu- Córdoba en 1991. Desde entonces se presenta-
cionalista en cierto modo ingenuo y con su to- ra de la industria vitivinícola mendocina, se au- ron al menos unos ochenta planes destinados

u PROYECTO GANADOR DEL CONCURSO PARA LA SEDE DE LA EMPRESA CAPSA - CAPEX DE BERDICHEVSKY - CHERNY. EL CROQUIS FUE REALIZADO POR VÁZQUEZ MANSILLA.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 153


a otras de las principales ciudades –Rosario, Ba-
hía Blanca, Mar del Plata–, o en ciudades me-
dianas y pequeñas como Rafaela, Campana,
Sunchales, Venado Tuerto, Paraná o Esquel.
Buenos Aires cuenta con los lineamientos
generales de un nuevo Plan Urbano Ambien-
tal (v. Plan), pero el Área Metropolitana en su con-
junto carece de un organismo que oriente su
desarrollo, lo que constituye probablemente
la principal asignatura pendiente del país en es-
ta materia. Otro nuevo fenómeno, que agrega
tensiones centrífugas, es la creación de regio-
nes que agrupan municipios metropolitanos,
al norte y al sur de la Capital Federal.
Entre las ciudades más pequeñas pueden
identificarse dos grupos: las que se vinculan
de manera directa al área de influencia de al-
gunas de las grandes ciudades y las que, más
lejanas, procuran establecer polos a partir de
la unión con otros municipios de tamaño si-
milar, definiendo de este modo la escala de la
microrregión.
Un ejemplo del primer tipo es la confor-
mación del Área Metropolitana del Gran Ro-
sario (47 localidades dentro de un arco de 60
km alrededor de la ciudad). Como resultado de
las nuevas relaciones horizontales entre mu-
nicipios, en 1996 comenzó a funcionar en Ri-
vadavia, Provincia de Mendoza, la Red Argen-
tina de Municipios Autosustentables (RAMA).
En la escala del territorio, una de las con-
secuencias más importantes de la privatización
de servicios antes controlados por el Estado ha
sido la cesión de las obras de transporte. El pa-
so de los ferrocarriles y de los puertos a manos
privadas no ha inducido cambios destacables
en las ciudades, como tampoco han ocurrido
transformaciones relevantes a partir de la apli-
cación de peajes en la mayor parte de las rutas
nacionales. Los aeropuertos y la gestión y cons-
trucción privada de autopistas en relación con
los centros urbanos más grandes parecen los
motores principales de nuevos procesos de re-
estructuración territorial y urbana.
En Buenos Aires deben destacarse dos ti-
pos de efectos: los producidos en el área me-
tropolitana y los referidos a las dos principales
aglomeraciones articuladas con ella por las nue-
vas vías de circulación: las de Rosario y La Pla-
ta. Rosario ha impulsado con fuerza su papel
como nudo intermodal de transporte del Mer-
cosur, punto de cruce de los más importan-
tes corredores vial, ferroviario y fluvial de la re-
gión. Por un lado, se ha procurado potenciar
su rol futuro en la hidrovía de conexión con
San Pablo mediante la ampliación y privatiza-
u TORRE LE PARC, EN BUENOS AIRES, DE MARIO ROBERTO ÁLVAREZ. ción del puerto y, por otro, se busca consolidar

154 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rec rec
su posición en la red terrestre a través de la distancia / tiempo entre el centro y los cintu- Provincial y Data Center, el “Complejo” es un
construcción del nuevo puente que une a la rones periurbanos determinó la aparición del inmejorable ejemplo en el que se cruzan al-
ciudad santafecina con la localidad de Victo- nuevo fenómeno de los barrios cerrados, los gunas de las tendencias mencionadas con las
ria, en Entre Ríos, lo que instalaría a Rosario que a su vez indujeron desplazamientos de em- difícilmente explicables condiciones de un ma-
como nodo alternativo. pleos terciarios hacia la periferia. nejo discrecional de los poderes del Estado.
La Plata, uno de los centros urbanos más Solamente entre 1996 y 2000, en la Re- Otra señal relevante de las transformacio-
alicaídos durante el período anterior, parece se- gión Metropolitana de Buenos Aires se con- nes estructurales en curso es el traslado parcial
guir el segundo camino. El gobierno provincial cretaron 160 de estos nuevos barrios privados. o total a la periferia de sedes administrativas de
puso en marcha intentos de revitalización me- El incremento entre enero de 1998 y enero de empresas de primer nivel. Muchas se han mu-
diante la creación de un polo tecnológico y una 1999 fue de un 36%, lo que llevó el total de dado a edificios anónimos, mientras que en al-
zona franca en el área del viejo puerto, corres- tierras ocupadas por este tipo de emprendi- gunos casos, como Hoechst, Volkswagen (Aslan
pondiente a las localidades de Ensenada y Be- mientos a un total de 30000 hectáreas, vale y Escurra, v.), Lloyds Bank (Lier-Tonconogy, v.), Capsa-
risso. Con distintas intensidades, y en medio decir, una vez y media la superficie de la ciu- Capex (Berdichevsky-Cherny v.) se ha preferido la
de una dura polémica entre posiciones encon- dad de la Capital Federal. identificación con piezas arquitectónicas de re-
tradas, también aquí se trata, desde los nive- En el Tigre, sobre el Delta del Paraná, afec- levancia. Hoechst, de origen alemán, es pro-
les nacional y provincial, de promover la cons- tando una superficie de 1600 ha, se puso en bablemente la más emblemática de estas obras
trucción de un puente vinculado al Mercosur marcha el proyecto Nordelta (130.000 habi- porque su sede anterior se encontraba en el edi-
(Ensenada-Colonia). Asumiendo un rol com- tantes), con viviendas de distintas densidades ficio Comega, un verdadero ícono de la expan-
plementario con Buenos Aires, la ciudad ha vis- y destinadas a grupos sociales de ingresos di- sión del terciario y de los cambios de la ciu-
to concretarse algunos proyectos de equipa- versificados, colectivas e individuales, y servi- dad en la década de 1930.
miento arquitectónico. Así, se completó la La creación de ghettos ricos (o medios) no
construcción de la Catedral, la del nuevo Tea- se reduce a los barrios cerrados periurbanos,
tro Argentino y la remodelación del Pasaje Dar- puesto que muchos sectores acomodados si-
do Rocha, y se construyó el Estadio Único de la guen prefiriendo la intensidad de vida en la
Ciudad (Ferreira, Padró, Gallego). ciudad tradicional. Inserto en la trama, aun-
que con frecuencia indiferente al contexto in-
LAS CIUDADES. mediato, este otro tipo de ghetto ha requerido
Las nuevas condiciones también impactaron de grandes predios y, simultáneamente, del re-
fuertemente en la escena urbana. En algunos lajamiento de las normas urbanísticas tradi-
casos, como en Rosario, la crisis de las eco- cionales. De este modo ha sido posible la cons-
nomías regionales, particularmente la del nor- trucción de grandes volúmenes, como en el de
oeste, continuó estimulando la llegada de in- la torre Le Parc, proyectada por Mario Rober-
migrantes y acentuó la formación de cordones to Álvarez (v.) en la Capital Federal. También
de miseria. en Buenos Aires, iniciador de la serie de edi-
Simultáneamente, la caída de la inversión u PROYECTO 20 IDEAS PARA MATADEROS (CAJIDE Y GOMBISKY). ficios gemelos (Quartier De María, edificio El
pública ha contribuido al deterioro de las vie- Faro de Dujovne-Hisrsch), uno de los conjun-
jas áreas centrales, provocando la expulsión de cios de todo tipo, incluyendo dos universida- tos que puede destacarse por la calidad arqui-
sectores medios y el crecimiento de la tuguri- des. En la misma región, sobre la ruta 25, se tectónica es el de Alto Palermo (MSGSS (v.),
zación. Las principales acciones en este con- encuentra en desarrollo otro emprendimiento + Urgell, Fazio, Penedo Urgell (v.)).
texto consistieron en operaciones de gentrifi- similar, Pilar del Este (25.000 habitantes). La Los capitales concentrados, muchas veces
cación, o bien de ghettificación para los sectores misma tendencia, aunque en una escala mu- de origen internacional, como en el caso de la
de mayores ingresos; en emprendimientos pri- cho más reducida, se observa en ciudades co- empresa IRSA, se convirtieron en nuevos ac-
vados puntuales de gran escala, generalmente mo Rosario, Córdoba, Mendoza y La Plata. En tores de primordial importancia en la cons-
vinculados al comercio o la recreación y en in- el plano de la acción pública, en 2003 la go- trucción de la ciudad, en la medida en que su
tervenciones públicas menores o de borde. bernadora de la Provincia de San Luis, arqui- envergadura les ha permitido aprovechar las
A cambio de la recaudación de peaje, en tecta Alicia Lemme, presidió el acto de fun- oportunidades ofrecidas por terrenos localiza-
el marco de las reformas de los noventa se otor- dación del bizarro Complejo Urbanístico de la dos en áreas de escaso valor. En estos casos, a
gó a empresas privadas la concesión de la cons- Ciudad de La Punta, una “ciudad” ubicada ape- la construcción de viviendas de alta densidad
trucción de nuevas vías rápidas de acceso a los nas a 15 km de la capital provincial, con un eji- para sectores medios se suman programas de
grandes centros urbanos. Estas enormes obras do de 23.271 ha, de las que las 6.000 de pro- centros de compras, de recreación, oficinas y
de infraestructura aumentaron las tensiones piedad pública fueron adquiridas en 2001. Con servicios, que movilizan importantes inver-
centrípetas y centrífugas: la mayor accesibili- una población de 12.000 habitantes para la pri- siones. Un ejemplo notorio de estas interven-
dad hacia las zonas de actividades terciarias su- mera etapa y 40.000 para su máximo desarrollo ciones de gran envergadura es el del ex Merca-
periores (núcleos direccionales públicos / pri- (la cercana ciudad de San Luis cuenta con do del Abasto. Se trata de una múltiple
vados) estimuló el aumento de la construcción 120.000 habitantes), con un equipamiento intervención que supone la construcción de 589
de contenedores de administración y de sus compuesto por Escuela, Comisaría, Estadio viviendas en tres torres, de edificios de oficinas,
servicios; al mismo tiempo, la reducción de la Provincial (15.000 espectadores), Universidad hotelería y de un gigantesco centro de compras

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 155


(120.000 m2), para el que se reutilizó la es- mulándose de manera creciente y dramática, de la propia disciplina urbanística, la cual, an-
tructura más moderna del Mercado, pero des- al menos el conjunto de los vecinos se vio fa- te el fracaso de los Planes Generales, propu-
truyendo simultáneamente las cualidades es- vorecido por acciones como las desarrolladas so la alternativa de la “ciudad por partes”.
paciales verdaderamente extraordinarias del en relación con el Parque de España, proyec- La primera manifestación generalizada de
edificio original, además de saturar la zona. tado por Oriol Bohigas y financiado por el go- este concepto se produjo en 1986 con el con-
En el mercado de las viviendas en altura pa- bierno español, o la incorporación de los an- curso “20 ideas para Buenos Aires”, impul-
ra sectores medios, la ciudad de Córdoba al- tiguos túneles portuarios del Ferrocarril, una sado por la intendencia de la ciudad. Es cier-
bergó, especialmente en los años ochenta y co- pieza urbana valiosa desde un punto de vista to que en la medida en que daba cauce a un
mienzos de los noventa, una experiencia funcional y cultural. Con muy pocos recursos, conjunto muy amplio de opiniones (no se re-
singular protagonizada por el arquitecto / em- las administraciones recientes han puesto nu- quería que los trabajos fueran específicamen-
presario José Antonio Díaz (v.). Sus obras se ca- merosas áreas verdes periféricas, resabio de te “arquitectónicos”), el procedimiento consti-
racterizaron por el empleo masivo del ladrillo instalaciones ahora en desuso, al alcance de la tuía un avance en relación con la tradición
a la vista, material que él mismo fabrica (v. La- utilización popular y, revalorándola con nue- autoritaria de la planificación y más especial-
drillo). Aunque en rigor resuelven normalísimos vos equipamientos, han ampliado la accesibi- mente con las concepciones militarizadas del
programas de vivienda en altura, los edificios lidad a la costa del río Paraná en zonas cen- período inmediatamente precedente. Pero con
de Díaz se presentan cada vez como únicos y, trales de la ciudad. él se daba en forma simultánea un nuevo pa-
al menos en apariencia, irrepetibles modelos. También en la ciudad de Córdoba se des- so en la desvalorización del rol social y cultu-
Para resolver esa ilusión de diferencia en un taca la obra de recuperación de amplias áre- ral del arquitecto, al instaurarse una modali-
programa que por esencia es tipo (repetición), as de la costa del río Suquía, que atraviesa dad que caracterizaría a muchas iniciativas
se recurrió a ejercicios formalistas, y si en al- la ciudad (La Cañada), para usos libres de la similares a lo largo del período –su condición
gunas ocasiones la pericia del arquitecto per- población; una importante contribución pun- no vinculante–, por la que el comitente que-
mitió obtener resultados parcialmente exitosos, tual realizada con recursos modestos, sin gran- daba libre de utilizar aquellas propuestas y tra-
como el Edificio Sant’Angelo, en otras quedan dilocuencias pero con creatividad, en el mar- bajos que considerara más convenientes.
claramente expuestos los arbitrarios juegos ge- co de la gestión global de desarrollo urbano, Equivalente sin calorías de los que tanta im-
ométricos, como en el Zigurat I, o los dema- con la dirección de Guillermo Irós. portancia tuvieron en el período anterior, el con-
siado obvios homenajes a la moda del momento, De estas intervenciones puntuales, la ram- curso de ideas se aplicó también para decidir,
como en el caso de Caliacanto. bla proyectada por Clorindo Testa (v.) para la entre otros, el destino de dos zonas turísticas,
El espacio público se privatizó de dos ma- costanera de Mar del Plata es el ejemplo de más en Villa Carlos Paz y en San Luis. En ambos ca-
neras. Por un lado, se acentuó la tendencia a destacado interés arquitectónico; y, más re- sos, quizás por primera vez en la historia de es-
la venta, con destino a la especulación inmo- cientemente, constituye un aporte valioso a los te mecanismo de evaluación de proyectos de ar-
biliaria, de predios pertenecientes a la Nación, espacios públicos de Buenos Aires la remode- quitectura, fue determinante de los resultados
las provincias o los municipios; por otro, nu- lación de Costanera Sur, conducida por el equi- la valoración de la articulación entre arquitec-
merosos lugares de esparcimiento de propie- po de Joselevich, Novoa, Garay, Magariños, Se- tura y operación comercial. En esta línea se su-
dad pública pasaron a ser accesibles exclusi- bastián y Vila, con Cajide y Verdecchia. cedieron los concursos para la remodelación
vamente para quienes estaban en condiciones Algunos municipios del norte de Buenos del antiguo Puerto Madero, los terrenos del an-
de pagar por ello. Aires han iniciado procesos de recuperación de tiguo Ital Park y los del área de Retiro.
En la Capital Federal las cifras de las su- la costa del río para usos públicos recreativos, Ciudad por partes, construcción de ghettos
perficies que en estos años dejaron de perte- entre los que se destacan especialmente las de ricos, gentrificación, creación de una zona
necer plenamente al Estado (vale decir a los ve- obras llevadas a cabo en Vicente López, resul- privilegiada con una máxima renta, poseedo-
cinos y, más en general, a los ciudadanos del tado de un concurso público, y en particular ra de una singular riqueza patrimonial y pai-
país) son significativas: si se suman los terre- el bello monumento construido en homenaje sajística, y con el máximo valor absoluto de los
nos de Puerto Madero (1.400.000 m2), La Ru- a Amancio Williams bajo la dirección de Clau- predios por su ubicación junto a la City, el área
ral (110.000 m2), Tandanor (130.000 m2), San- dio Vekstein. de Puerto Madero permitió imaginar una ver-
ta María del Buen Ayre (ex ciudad deportiva de En el sur de la ciudad se llevaron a cabo las dadera isla, una imagen urbana perfecta para
Boca Juniors, 350.000 m2), Warnes (150.000 obras de prevención de inundaciones y recu- los nuevos ideales de los poderosos en los no-
m2) y el predio lindero a la fábrica Phillips peración de la costa en el barrio de la Boca, co- venta. La circulación de público por los pase-
(150.000 m2), se advierte que 250 hectáreas de mo una de las consecuencias del Programa Re- os durante los fines de semana no puede con-
las tierras más valiosas del país han pasado a cup. Como contracara de la inexistente, lenta fundirse con un “uso público” del lugar, cuando
manos de unos pocos en solo una década, sin o débil acción pública, la acción privada trans- los programas edilicios están mayoritariamente
que los beneficios fueran claramente planea- formó en pocos años varios kilómetros de la dirigidos a cubrir expectativas de minorías de
dos y controlados por sus antiguos propietarios, costa entre Olivos y Tigre, mediante la re- consumidores, y mientras ese “público” se li-
convertidos, en casi todos los casos, en meros construcción del Tren de la Costa, uno de los mite a mirar en los escaparates la buena vida
convidados de piedra o en consumidores. emprendimientos de escala urbana de mayor de los otros. El concurso, de bases excesiva-
Bajo administraciones de distinto signo po- envergadura en la Argentina del fin de siglo. mente ceñidas en algunos aspectos y difusas
lítico, Rosario ofreció ejemplos de una actitud La ausencia de Plan en este caso y en los en otros, no obtuvo resultados destacables; en
diferente. Si bien en los márgenes de la ciu- previamente mencionados fue consecuencia los trabajos de los equipos seleccionados fue
dad la pobreza y la exclusión continuaron acu- de una crisis en dos planos: la del Estado y la dominante la consagración del damero y la au-

156 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


w Torres El Faro rec rec

u VISTA DE LAS TORRES EL FARO DEL ESTUDIO DUJOVNE - HIRSH, EN CONSTRUCCIÓN EN EL ÁREA ESTE DE PUERTO MADERO, BUENOS AIRES.

u A LA IZQUIERDA, VISTA
FRONTAL Y LATERAL DE LAS
TORRES. SE ENCUENTRAN
UNIDAS POR TRES PUENTES
Y UN SALÓN MIRADOR EN EL
ÚLTIMO PISO. ABAJO, LA
PLANTA TIPO DE UNA DE LAS
TORRES. A LA DERECHA, DE-
TALLE DEL HALL DE ACCESO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 157


sencia de ideas innovadoras. Como había ocu- en el carácter del edificio, una construcción es-
rrido un siglo atrás volvió a imponerse un pro- pectacular, perfectamente adecuada al gusto
yecto antiguo: de algún modo Madero venció telemasificado del público. No menos kitch por
nuevamente, aunque en este caso sin que nin- el gusto de sus interiores, aunque más orde-
gún Huergo estuviera dispuesto a denunciar nado y menos estridente que Alto Palermo,
su anacronismo (v. Puerto). Unicenter se destaca en cambio porque, ubi-
En Retiro se llevó a cabo un concurso con cado en una escuálida área junto a una de las
el objeto de determinar una forma general pa- principales vías de acceso a la metropoli, cons-
ra el área, hecho que provocó un sustancial au- tituyó un gesto de total indiferencia: hacia la
mento de densidad y una no suficientemente ciudad, el edificio se presenta como una enor-
ponderada nueva oferta de espacios terciarios. me caja decorada con guardas.
Tampoco en este caso el resultado se tradujo El interés de Paseo Alcorta reside en el in-
en una propuesta innovadora o especialmen- tento de resolver el programa mediante una
te significativa, pues se limitó a una distribu- composición y un léxico cultos, y dentro de los
ción razonable de funciones y volúmenes. límites de la tradición modernista. El edificio
En consonancia con la tendencia a la “gen- resultante tuvo logros destacables, como la po-
trificación” de áreas centrales obsoletas, co- tente rampa que trepa por uno de sus flancos
menzó a utilizarse un nuevo espacio habita- y, en general, el elegante tratamiento de la vo-
ble: el loft. Pese a ser irrelevante por su número lumetría exterior. Sin embargo, ceñido a la ide-
y, las más de las veces, frívolo por su destino, ología modernista de “honestidad” y “orden”,
el loft constituye una respuesta al cuestiona- el proyecto acepta a regañadientes el carácter
miento de la familia clásica, a la revalorización frívolo del programa.
del individuo, a la pérdida de vigencia de anti- Con una más flexible interpretación téc-
guas normas de comportamiento y a la esté- nica y simbólica del programa, Gramática, Gue-
tica “sucia” producida por la consagración del rrero, Morini, Pisani, Rampulla y Urtubey (v.)
caos metropolitano. Como ocurrió en la dé- construyeron un muy buen ejemplo que, si
cada del treinta con los rascacielos, a diferen- u EDIFICIO DE VIVIENDAS EN CHENAUT Y JUNCAL. bien admite la condición efímera y celebrativa
cia de su modelo neoyorquino, los lofts se in- de estos festivales consumistas, conserva de
trodujeron en la Argentina como fórmula conjunto con lofts para jóvenes ejecutivos. Pa- manera más equilibrada cualidades de cierto
elaborada y elitista, y no como solución prag- radójicamente lo único que quedó en pie en rigor disciplinar.
mática y más o menos masiva. A tal punto que este caso fue la anodina fachada preexistente, En este registro crítico, la actitud en gene-
los primeros ejemplos, construidos en un vie- mientras que lo que hacía extremadamente sin- ral irónica y aparentemente despreocupada que
jo establecimiento en la zona de Pacífico, en gular y valiosa a esta obra de Palanti, la insó- ha ido caracterizando el discurso arquitectó-
Buenos Aires, sirvieron como escenario de las lita rampa para pruebas de autos en la terraza, nico de Clorindo Testa en estos años condujo
selectas decoraciones de la muestra anual de fue destruida. a una solución del programa del Buenos Aires
Casa FOA. En esta misma línea, en 1992 se in- La unión de la creciente inseguridad urba- Design Center en Recoleta, que fue duramen-
auguraron los insólitos apartamentos extraí- na con la incapacidad de la administración pa- te criticada por tradicionalistas y modernistas
dos de un viejo silo, proyectados por los estu- ra reorganizar de manera atractiva zonas co- recalcitrantes. Sin embargo, precisamente por
dios de MSGSS, junto con los de Juan Carlos merciales existentes, más el proceso de esas razones, otros reconocieron en ella un
López y Dujovne-Hirsch. concentración de capital que caracterizó tam- ajuste sin fisuras con las condiciones del pro-
Retomando la tipología que en los treinta tu- bién a los circuitos de comercialización, gene- grama que debía resolver. Lo más destacable
vo realizaciones memorables, como la de Sui- ró un programa que había sido frecuente en es el carácter híbrido de estos edificios enor-
pacha y Paraguay, varios edificios fueron pla- los Estados Unidos y en distintos países lati- mes, articulados con la trama metropolitana,
neados ab initio a la manera de aquellos “ateliers noamericanos, pero que hasta estos años nun- y de una importante complejidad funcional y
de artistas”. El estudio de Baudizzone-Varas-Les- ca se había instalado en la Argentina: los cen- dimensional interior y exterior.
tard proyectó algunos de ellos en bulevar Che- tros de compras (v. Shopping Center). En suma, la construcción de la ciudad de
naut y Juncal 4559, recicló con este fin el dock 7 Las obras que mejor expresaron las dis- fin de siglo ya no sigue el sencillo esquema de
de Puerto Madero y, en el mismo sector, pro- tintas actitudes estéticas adoptadas frente a es- crecimiento en mancha de aceite que fue ca-
yectó desde cero el n.° 8, destruido años antes te tema fueron: Alto Palermo, Unicenter y Pa- racterístico a lo largo de toda la centuria. Aho-
por un incendio. seo Alcorta, en Buenos Aires, y Patio Olmos y ra las ciudades explotan e “implotan” al mis-
Otro de los docks reciclados en la misma zo- Córdoba Shopping, en Córdoba. El primero tu- mo tiempo. Las novedades de su conformación
na fue concebido con el mismo programa por vo el mérito de haber introducido una inédita son al menos tres. En primer lugar, que para
el estudio de MSGSS, quienes poco después solución urbana, consistente en un puente que los sectores sociales más acomodados, y en los
demolieron la mayor parte del magnífico edi- permitió abrir a la circulación pública la calle sueños de vastos sectores medios, el centro de
ficio construido por Mario Palanti (v.) sobre la Arenales; también es destacable la rica diná- la ciudad tiende a dejar de ser un sitio desea-
avenida Figueroa Alcorta para convertirlo, ex- mica espacial conseguida con la resolución cur- ble o necesario: en el nuevo universo entera-
posición de Casa FOA mediante, en un nuevo va del interior. Pero su principal logro residió mente privatizado, el trabajo, la educación en

158 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rec rec
todos los niveles, los servicios, la salud, el es- mente, el debate se ha ido mundializando y danes, en Puerto Madero, y el Palacio Alcorta.
parcimiento, están en los nuevos barrios al al- que en la Argentina la AR está perfectamente En la obra del estudio Lier-Tonconogy puede
cance de la mano. En segundo lugar, ya no se articulada con las ideas y prácticas de la esce- advertirse una actitud similar. Ya hemos he-
espera el completamiento de procesos de com- na internacional. La realización de las Bienales cho referencia a Paseo Alcorta, pero una si-
pactación: los “huecos” albergan nuevas fun- de Buenos Aires, del Foro Internacional en milar búsqueda universalista y de claridad ge-
ciones dispersas. Enormes terrenos en los cos- Córdoba, de numerosos ciclos en Rosario, Mar ométrica se advierte también en otros trabajos,
tados de las nuevas redes de autopistas son del Plata y La Plata serían las expresiones de como el edificio que alberga las oficinas del
ocupados por cajas cerradas sobre sí mismas, este fenómeno. Pero es conveniente no lla- Lloyds Bank, en Buenos Aires, y el estadio po-
instaladas las más de las veces sin ninguna vo- marse a engaño: el papel de una comunidad lideportivo cubierto de Mar del Plata.
cación de articulación con el contexto en el que en el proceso de mundialización no se mide Tony Díaz (v.) ha sido uno de los pocos ar-
se encuentran, ni siquiera en el plano de la re- solamente en función de su disposición a re- quitectos que en este período creyó necesario
tórica, por cuanto como señales destinadas a cibir las señales de la red sino en su capacidad construir y sostener tenazmente una teoría so-
ser percibidas a gran velocidad, su carga de in- de emitirlas. En este sentido, la AR de la Ar- bre la que fundamentar su trabajo. Como con-
formación debe reducirse al mínimo que se al- gentina ha estado prácticamente ausente de to- secuencia de ello, de la especial fortuna de la
canza con la exhibición de marcas de dimen- dos los ámbitos internacionales en los que hu- tendenza en la Argentina, y de la elocuencia de
siones gigantescas. En tercer lugar, a estos biera podido manifestarse, como exposiciones, su producción, su influencia fue determinan-
lugares o “terrenos inciertos” como suelen ser conferencias, libros y, muy especialmente, pu- te en la obra de otros arquitectos, desde la ofi-
llamados, se agregan los huecos que emergen blicaciones periódicas. cina de MSGSS hasta Moscato y Schere (v.), o
en el seno de la ciudad existente, por obsoles- Resuelta las más de las veces con recetas Luis Ibarlucía, Manuel Fernández de Luco, Da-
cencia de las estructuras que la conforman. y rasgos del stock globalizado, la única tradi- niel Rabinovich, y Daniel Silberfaden con Pa-
ción que se mantuvo vigente desde los viejos blo Rozenwasser. De este momento “rossiano”
GLOBALES LOCALES. tiempos de la Academia siguió siendo la vieja de la arquitectura en la Argentina durante este
La principal divergencia entre la condición noción del “partido”. Los modelos cambiaron, período uno de los resultados más destacables
de la AR y las anteriores etapas de la Moder- y en los mejores casos el lugar de Louis Kahn fue el edificio construido en la calle Iberá en
nidad radica en el carácter agudo de la crisis de fue ocupado por Mario Botta, Ieo Ming Pei, Buenos Aires por el estudio Hojman, Psche-
fundamentos. Caída la creencia en todo tipo de Kevin Roche o Larrabee Barnes. piurca, Hojman. Una de las oficinas más aten-
certidumbres, el debate en los últimos años pa- Esa táctica para la definición de la forma se tas al debate internacional y a sus imágenes más
rece haberse sintetizado en una disyuntiva en- detecta en varias obras del estudio de MSGSS, atractivas es la de Baudizzone, Lestard, Varas
tre posibilidades excluyentes, que responden a como el complejo de La Bicocca, en Turín, la (v. BELV). Condicionadas por las dimensiones re-
un mismo supuesto, esto es: que la moderni- sede de la embajada de la entonces URSS en lativamente pequeñas del mercado argentino,
zación, y especialmente en su estado de des- Buenos Aires, la escuela Goethe, la casa Ma- tratando de ubicarse en un camino intermedio
arrollo en los albores del siglo XXI, tiene un
único signo y ha derivado en un universo to-
talizador dominante y sin fisuras. O bien se
es parte de ese universo o bien habrán de bus-
carse alternativas en espacios de presunta ex-
terioridad radical.
Retomaremos en el siguiente parágrafo la
segunda de estas posibilidades. Quienes optan
por la primera deberán operar con una suer-
te de stock universal de significantes y mate-
riales que fluyen en todas las direcciones de
las redes de información, sin ataduras a nin-
guna significación particular, y cuyo origen,
teóricamente, carece de importancia. No es por
azar que una de las expresiones más provoca-
doras del debate arquitectónico internacional
de la última década del siglo haya sido organi-
zada en torno del prefijo inglés any, que equi-
vale al ambiguo “algún”. Cada uno de los sim-
posios se realizó en distintas ciudades del
planeta, y Buenos Aires albergó en 1996 al que
debatió en torno de la palabra anybody (“al-
guien”, “cualquiera”). Podría argumentarse
que la creciente celebración de otros eventos
internacionales en el país a lo largo de este úl-
timo tramo del siglo XX prueba que, efectiva- u CONJUNTO HABITACIONAL LAS CATONAS, EN MORENO, PCIA. DE BS. AS., DE CANO, LLUMA, GRENNON Y TRAJTEMBERG.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 159


entre la producción de autor y las de las cor- res novedades, además de la aplicación de tec- elementos en tan poco tiempo que la oficina
poraciones —pragmáticas—, las suyas consti- nologías avanzadas. Proyectada por HOK con MSGSS decidió emplear aquellos disponibles
tuyen generalmente respuestas elegantes, cu- el Estudio Aisenson, la del extremo sur, se pre- en el mercado, perfiles comunes en hierro, los
yas composiciones suelen recorrer una zona senta en cambio con una volumetría pura y una que para cubrir las grandes luces requeridas
fronteriza, ambigua, entre la innovación y los mesurada retórica high tech. deben articularse en una verdadera enredade-
recursos ya probados. Trabajos como el audi- En un conjunto de pequeñas sucursales ra metálica, sujeta a los efectos deteriorantes
torio de Buenos Aires, proyectado en los setenta bancarias creadas por Berichevsky-Cherny (v.) del particular ambiente interior de la piscina y
–con interés por los sistemas y la tecnología–, para el Banco Itaú, las nuevas poéticas tecno- del clima marino. El resultado es un edificio
el barrio con reminiscencias de la Arquitectu- lógicas fueron declinadas con soltura y habi- híbrido, notablemente resuelto a pesar de los
ra Ferroviaria Británica, construido en los ochen- lidad, planteando a la vez el problema del lí- inconvenientes, tecnológicamente avanzado
ta en Campana, el auditorio de Mendoza o el mite entre arquitectura y publicidad. En esta en apariencia, pero exquisitamente argentino
proyecto para el área de Retiro, ambos de los línea la oficina aportó otras obras destacables al mismo tiempo en sus frustraciones e im-
noventa: ¿tienen en común mucho más que dentro de la AR, como las oficinas para Com- provisaciones, verdadera muestra, si la hubie-
destacable profesionalismo, habilidad proyec- paq, para CAPSA, o para Sudamericana de ra, de una suerte de poor-high-tech. Como co-
tual y adhesión a los lenguajes de moda? Aguas, significativas por su ubicación en ba- rresponde a la idea de transporte aéreo /
Frente a tanta volatilidad, la figura de Ma- rrios periféricos y no en áreas centrales, y por conexión con el mundo, los edificios para Ae-
rio Roberto Álvarez constituyó un paradigma una sensible aplicación de soluciones tecnoló- ropuertos Argentina 2000 han adoptado en la
opuesto porque, a diferencia de los virajes de, gicas en las que suelen equilibrarse materiales mayor parte de los casos un aspecto “tecnoló-
sus ahora compañeros de ruta, nunca dejó de avanzados y tradicionales. La tendencia a acen- gico” internacionalista, como ocurre con las
ceñirse a los principios que había abrazado en instalaciones de Ezeiza (MSGSS+Urgell, Pe-
su juventud. Es cierto que resulta inquietante nedo, Fazio, Urgell), el Aeroparque Metropo-
constatar que, a juzgar por esa invariable con- litano (BMA Bodas Miani Anger & Asociados).
tinuidad, parecería que a lo largo del medio si- Mederico Faivre (v.) y Norma Roman, en
glo transcurrido desde entonces nada impor- cambio, han optado por investigar de manera
tante hubiera ocurrido como para conmover sistemática las posibilidades de lo que podría-
los fundamentos del Estilo Internacional. Pe- mos identificar como un modo low o atenua-
ro esa misma persistencia nos hace pensar que, do de las poéticas tecnológicas, como puede
efectivamente, nada esencial podría agregarse advertirse en la Escuela de Estudios Bíblicos y
a la construcción básica de la ideología mo- el conjunto en constante crecimiento de la Uni-
dernista, la que en esa misma repetición has- versidad de Quilmes (proyectado con Juan Ma-
ta el infinito de sus soluciones no hace sino ex- nuel Borthagaray).
presar sus más escalofriantes aporías. Con Paradójicamente, aunque por obvios moti-
pequeñas variantes, siempre de un extremo vos, en la AR las poéticas tecnológicas no tu-
cuidado compositivo y técnico, los principales vieron su principal expresión en los edificios
ejemplos del trabajo de Mario Roberto Álvarez industriales, los que las más de las veces con-
en estos años fueron la torre Le Parc, a la que u EDIFICIO TELECOM, EN PUERTO MADERO, BS. AS. sistieron apenas en unos galpones dentro de
ya nos hemos referido, y el edificio de oficinas los que se llevaban a cabo tareas de montaje. A
en la Plaza San Martín (American Express) o, tuar las cualidades espaciales derivadas del pesar de estos límites, se destacan algunos ejem-
más recientemente, el Hotel Hilton. montaje de materiales y de la transparencia se plos por sus búsquedas constructivas o por su
La apertura de los mercados, la expansión revela, entre los más jóvenes, en la obra de Jai- realización cuidadosa. Entre los primeros de-
de la información en tiempo real mediante la me Grinberg y de Federico Aja Espil; el pri- ben mencionarse las experiencias realizadas
transformación de las comunicaciones y la mul- mero más interesado en el resultado que pue- por el ingeniero Carlos Larsson, en el Estadio
tiplicación y abaratamiento de los costos de de obtenerse a partir de la articulación de Polideportivo de Salta; el Nuevo Mercado de
transporte aéreo y naval, sostenidos por la pa- volúmenes puros (p. ej. en las sucursales de Abasto (35000 m2) y el Foro de la Democra-
ridad cambiaria peso = dólar, han permitido Movicom), y el segundo en el desarrollo de una cia (2000 espectadores), en Córdoba. Entre los
disponer no solamente de un stock diversifi- retórica de la tecnología (edificio Metrogas). segundos, sobresalen la Planta Industrial Ra-
cado de significantes, sino también de tecno- La pileta cubierta construida en ocasión de món Chozas (2000 m2), en San Luis, de Af-
logías avanzadas de calidad internacional y del los Juegos Panamericanos realizados en Mar talión, Bischoff, Egozcue, Vidal (v.); la fábrica
knowhow de oficinas extranjeras. de Plata constituye un ejemplo de las distor- de Flexibles Argentina, de Caffaro Rossi; Ime-
En los extremos norte y sur de Puerto Ma- siones de las poéticas tecnológicas en las con- tal (9000 m2), del estudio Aslan y Escurra (San
dero se han erigido dos torres construidas por diciones reales de un país como la Argentina. Juan); el comedor de Fate (Prov. de Buenos
arquitectos argentinos en asociación con ofici- Aunque fue concebida con todos sus elemen- Ai9res), de MSGSS, y la fábrica Alexvian, de
nas norteamericanas. Con una volumetría cons- tos para constituir una instalación a cielo abier- Hugo Salama y Pablo Bransburg. Como ocu-
truida por piezas de distintas alturas y texturas, to, debido a una decisión repentina del gober- rrió en etapas anteriores, la oficina de Aslan y
la ubicada en el extremo norte, destinada a una nador provincial, la obra tuvo que ser cubierta Ezcurra (v.) proyectó y construyó numerosos edi-
de las empresas telefónicas, fue proyectada por pocos meses antes de iniciarse el evento. Fue ficios industriales destacables, como piezas de
KPF con Hampton/Rivoira y no ofrece mayo- ante la imposibilidad de obtener otro tipo de arquitectura (p. ej. sedes de Hoechst y Bayer).

160 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rec rec
LOCALES GLOBALES.
En la AR, a la ruptura con la Historia pro-
pugnada por algunos sectores modernistas y
consagrada por las corrientes profesionalistas
y por las neovanguardias tecnológicas y socia-
les, se opuso una omnivalorización del pasado
en la que el historicismo suplantó a la histori-
cidad. Y si en los sesenta y setenta las discon-
tinuidades y la creatividad habían alcanzado su
pico de adhesión, los ochenta pretendieron con-
sagrar, gracias a una articulación entre el res-
paldo teórico del estructuralismo y los des-
arrollos de la semiología, la misma inmovilidad
que el pos estructuralismo de los noventa tra-
duciría tras la apariencia de una movilidad to-
tal, permanente y sin centro alguno.
En este código debe entenderse la difusión
y la particular lectura de las teorías de Aldo Ros-
si a las que nos referimos antes. Fue esa lec-
tura la que caracterizó el discurso sobre la vi-
vienda, al menos mientras este sobrevivió, en
la primera parte del período, y permitió justi-
ficar el abandono de la pregunta sobre la va-
riedad en la cantidad que había obsesionado a
los protagonistas del período anterior.
Recusada, perdida o abandonada toda ten-
sión creativa hacia el futuro, la “presencia del
pasado” no podía darse sino como mera dis-
ponibilidad de significantes. Despojado de sus
contenidos, vale decir de sus ligamentos con
los hechos, el cúmulo de huellas de lo ocurri-
do quedó disponible para la reconstitución
de infinitos “discursos”, mediante desplaza-
mientos intertextuales que presagiaban el es-
tado de “heterogeneidad discursiva y estilísti-
ca carente de norma” que caracteriza en su
conjunto a la cultura contemporánea.
De este modo, el Posmodernismo se ma-
nifestó con las formas que lo caracterizaron en
todo el mundo, pero también aludiendo a la
historia local. Así, las “casas blancas” (v.) re-
surgieron fugazmente de sus cenizas en los
ochenta y recibieron incluso la consagración
de la revista Summa, su antigua antagonista.
Viejos católicos posconciliares, restos na-
cionalistas, ya no tan jóvenes ex partidarios de
los grupos radicales del período anterior, se ar-
ticularon en una difundida corriente bautiza-
da nac&pop. No sin cierta autoironía, la deno-
minación reconocía el carácter ahora dietético
de una vocación “nacional y popular” que po-
cos se animaban a defender en su acepción se-
tentista en tiempos en que un presidente pe-
ronista se abrazaba con el líder de la abominada
Revolución Libertadora.
En perfecta respuesta al requerimiento de
“otros” por parte del progresismo desencanta- u TORRE DEL BANKBOSTON, EN CATALINAS NORTE, BUENOS AIRES, DE CÉSAR PELLI.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 161


do en los países centrales y a la interminable dundante. En cambio, con su asimilación for- dernistas– arquitecturas de la “década infame”.
necesidad de nuevas mercancías para alimen- mal a un viejo casco de estancia, el Laboratorio Como si creyeran todavía en la potencia sub-
tar las industrias culturales de ese mismo ori- de Biotecnología y Ecología Ambiental de Chas- versiva de un Modernismo inspirado por los
gen, el Regionalismo ocupó un gran espacio en comús se presentó como una llamativa decla- soviets, las elites desdeñaron no solo todo com-
la cultura arquitectónica de los ochenta. Pero: ración de rechazo de las posturas sistémicas promiso vanguardista sino incluso de mode-
¿cuál fue la arquitectura regionalista argentina? con las que el estudio se había embanderado rado Modernismo clásico, y cuando constru-
A diferencia del folclorismo de Severiano Por- en etapas previas. Lo que, en rigor de verdad, yeron sus nuevas residencias, sin animarse a
to, en el Brasil, o de Simón Vélez, en Colom- no dejaba de ser un procedimiento típicamen- remedar directamente palacetes franceses, exi-
bia, en la Argentina es difícil articular una te vanguardista, puesto que lo que se proponía gieron ejes de simetría, mármoles y cours d’-
respuesta seria que vaya más allá de etique- era un inesperado cambio del carácter: si a co- honneur, en una parodia de Monumentalismo
mienzos de siglo sorprendía que una casa pa- que los neomodernistas no podían resolver sin
reciera una fábrica, a fin de siglo sorprende que zozobras, ni sus adversarios posmodernos sin
u CORTE DEL MUSEO XUL un laboratorio parezca una casa. resultados patéticos.
SOLAR, EN BUENOS AIRES, El Regionalismo de los ochenta fue en rigor Como expresión de la resistencia a la des-
DE PABLO BEITÍA. mucho más una fuerte operación crítica o un trucción indiscriminada de los testimonios del
deseo que una realidad. Las arquitecturas de pasado, provocada por una dinámica edilicia
adobe propugnadas por Graciela Viñuales no solo regida por las leyes del máximo y más rá-
han dado lugar a ningún ejemplo relevante. Y pido beneficio económico, pero también como
tomado como único dato, el uso del ladrillo por manifestación de las corrientes regresivas que
parte de José Antonio Díaz, o de tantos otros, hemos apuntado, y como parte de las olas de
en los mejores casos no alcanza a diferenciar valorización de los rasgos locales promovidas
estas obras de las de tantos buenos ejemplos por la industria turística internacional, a par-
norteamericanos o de las de Colin St. John Wil- tir de los ochenta se desarrolló con una in-
son o Morton, Lupton and Smith, realizadas, tensidad y difusión hasta entonces nunca al-
como se sabe, en las Islas Británicas. canzadas la preservación del patrimonio(v.).
Paradójicamente, los mismos sectores que
con espíritu neoconservador constru-
yen y habitan las casitas neo-neo-neo-
Tudor que tapizaron las periferias co-
quetas de las ciudades en los ochenta
y noventa no pestañean frente a la des-
trucción de las obras en que se con-
densan de manera más poderosa el ta-
lento y las energías de los hombres y
mujeres del pasado.
Así, a partir de los años ochenta cre-
Arropados por tantas re- ció de una manera no registrada hasta enton-
gresiones intelectuales, los ces la actividad del reciclaje; en parte porque se
viejos ricos obtuvieron fi- trataba de operaciones que requerían de inver-
tas críticas como la “Otra Arquitectura” o la nalmente una legitimación siones de pequeño volumen relativo, pero tam-
“Modernidad Apropiada”. Regido con criterios moderna de su conserva- bién porque hacia finales del siglo veinte Bue-
más dependientes de capillas políticas que pre- dorismo y lustraron más aún sus mármoles, nos Aires, Córdoba, Rosario y otras grandes
ocupado por debates teóricos disciplinares, el platas, bronces y antiguas maderas. ciudades del país habían colmado los vacíos de
Regionalismo argentino constituyó por este mo- En este contexto, el doctor Carlos Menem, su tejido y heredaban un vasto patrimonio cons-
tivo un conjunto de posiciones muchas veces segundo presidente elegido en democracia, ex- truido desde finales del siglo anterior.
antagónicas, desde la reivindicación de las cons- hibió en las publicaciones locales, que reme- No siempre el reciclaje se realizó con cui-
trucciones de adobe hasta la de la Arquitectu- daban las dedicadas a la realeza europea o a la dado y profesionalismo, y las más de las veces
ras Ferroviaria de origen británico. Kenneth high society norteamericana, una restauración se trató del apurado aprovechamiento econó-
Frampton, uno de los teóricos internacionales “clasicistizante” de la residencia de Olivos, co- mico de estructuras preexistentes. Sin embar-
de esta corriente, llegó a incluir en la lista de mo punta de lanza de los modelos de habitar go se consiguieron algunas piezas destacables,
ejemplos de Regionalismo Crítico a la obra del que parecen hacer perder el sueño a las elites como las fundaciones Antorchas y Tarea, en
estudio liderado por Justo Solsona. del nuevo cambio de siglo. En consonancia, una Buenos Aires, el Patio de la Madera, en Rosa-
Determinados por el mandato regionalista, exposición sobre la obra de Alejandro Bustillo rio; y, en Córdoba, la preservación y puesta en
Jorge Moscato y Rolando Schere produjeron ya había consagrado en el Museo Nacional de valor del oratorio Obispo Mercadillo, de Eduar-
una de sus obras menos convincentes en el gru- Bellas Artes, con pompas y honores, al Llao- do Gaggiano, y la Cripta Jesuítica (1989-90),
po de viviendas de Argüello (Córdoba), proba- llao, el Banco de la Nación y la rambla de Mar de Roberto Ghione y Guillermo Irós.
blemente por tratarse de una operación re- del Plata, las execradas –por los primeros mo- Reciclar viejas casas chorizo se hizo frecuente

162 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rec rec
en todo el país, al punto de inducir a la redac- Con la baja densidad, especialmente a lo lar- dístico, en algunas administraciones regiona-
ción de manuales ad hoc. Entre los numerosí- go de la primera década del período, la Memo- les y locales, o en las últimas expresiones de
simos trabajos de este tipo pueden mencionarse ria se ubicó en el lugar del Proyecto, el impul- la política del FONAVI del período anterior.
los realizados por Irene Joselevich, Rodolfo So- so hacia las promesas del futuro fue desplazado Pueden citarse a modo de ejemplo, en el caso
rondo, Jorge Hampton, Emilio Rivoira (v.), por la nostalgia del pasado y la experimentación de la Provincia de Buenos Aires, los proyectos
Eduardo Lacroze y José Ignacio Miguens. tecnológica sustituida por la reivindicación de encarados en Vicente López por el equipo de
Por su continuidad a lo largo de distintas los sistemas tradicionales, especialmente del Leston, en San Isidro; el ya mencionado con-
administraciones, por el protagonismo otorga- seguro ladrillo. El populismo, en el sentido fuer- junto para SIDERCA, del estudio Baudizzone-
do a los habitantes y por la calidad conseguida, te de los años calientes, dejó su lugar al popu- Lestard-Varas; el proyecto del estudio de Jorge
debe destacarse el programa Recup que, lide- lismo inofensivo del nac&pop, que ya no bus- Erbin para la Comisión de la Vivienda en Bue-
rado por Margarita Charrière y con apoyo de or- caba al meneado “pueblo” en las calles y las nos Aires, y el conjunto Las Catonas, en More-
ganismos franceses, avanzó en la recuperación plazas, sino entre malvones y “enjaulados cie- no, de Cano, Lluma y Trajtenberg.
de los conventillos de la Boca, tema que contó los” de tardecitas de barrio. Dentro del sistema FONAVI, Gramática,
con una experiencia similar en San Telmo, con Buenos ejemplos del giro hacia la memo- Guerrero, Morini, Pisani, Rampulla y Urtubey
el apoyo de la Junta de Andalucía. Se trata de ria en el debate sobre la vivienda popular fue- construyeron en Córdoba un conjunto de 839
distintas experiencias piloto que procuraron se- ron el conjunto de Arroyito, en Córdoba, de viviendas para el Sindicato de Empleados Pú-
ñalar algunas modalidades de operación como Gramática, Guerrero, Morini, Pisani, Rampu- blicos, utilizando sistemas livianos de prefa-
posibles de ser continuadas y expandidas. En lla y Urtubey, y el ya mencionado de Moscato bricación y agrupando las viviendas en patios
este clima político y cultural en el que la pala- y Schere. El primero, porque demostró la fuer- de forma octogonal. A través de su Comisión
bra “conservador” perdió el sentido negativo za del impulso regresivo, capaz de torcer el va- Municipal de la Vivienda, la ciudad de Buenos
que la había caracterizado en períodos anterio- lioso camino de exploración de un grupo co- Aires llevó a cabo varios conjuntos en terrenos
res, también la preocupación por “crear ciudad” mo el de Morini, al punto de hacerlo retroceder de su propiedad, entre los que se destaca el Car-
que había presidido las intervenciones masivas hasta el momento inicial de la arquitectura de denal Antonio Samoré.
en vivienda fue sustituida por la recuperación la vivienda popular en Córdoba, el conjunto de Enlazándose con las experiencias realizadas
de las formas urbanas preexistentes, y particu- casas baratas de Kronfuss de 1924, como si na- por Horacio Berreta al frente de los grupos CE-
larmente de la cuadrícula colonial. La escala da hubiera ocurrido desde entonces. El se- VE (Centro Experimental de la Vivienda Eco-
masiva fue reemplazada por la de intervencio- gundo, porque el empleo del tipo “chorizo” al- nómica) en Córdoba, y por Víctor Pelli (v.) en la
nes relativamente pequeñas y el tipo individual canzaba en él un excelente grado de elaboración Universidad Nacional del Nordeste, en el de-
creado por los inmigrantes a principios del si- que, por eso mismo, demostraba los límites bate arquitectónico la conservadora actitud de
glo XX, la casa chorizo, fue instituido como la extremadamente estrechos de esta estrategia. consagración de lo dado se tradujo en la legi-
alternativa al “inhumano monoblock”. Para los sectores medios más acomodados, timación de la llamada “vivienda semilla” por
El modelo de la casita individual y el barrio en Pinamar, Villa Carlos Paz, Punta del Este la que el Estado se hace cargo de una unidad
de baja densidad se articuló con los bajos pre- y otras estaciones de veraneo se construyeron elemental de aproximadamente 25 m2, y deja
supuestos de los organismos oficiales, y de es- conjuntos pequeños de viviendas igualmente a los ocupantes –familias de cuatro, seis o más
te modo tuvieron lugar una serie de concursos pequeñas con los que se procuraba crear si- miembros– el “completamiento” de la unidad
para viviendas promovidos por el FONAVI. tuaciones de escala intermedia entre las di- en el tiempo. Esta iniciativa tuvo una primera
Hubo algunos resultados plausibles por su ca- mensiones urbana y privada. Los resultados verificación en la Capital Federal con motivo de
pacidad de síntesis y por la imaginación apli- interesantes no fueron la regla, pero los hu- la demolición de un viejo edificio “intrusado”,
cada a aportar cualidades dentro de programas bo, y entre ellos se cuentan obras como el con- el albergue Warnes (1992). La experiencia de
muy limitados, como el conjunto que cons- junto de Manantiales, de MSGSSV; el grupo la “vivienda semilla” estuvo asociada a una me-
truyeron en Mercedes (Provincia de Buenos realizado por Andrés Mariash en la calle Mau- dida que se implementó también en la Provin-
Aires) Cajide, Farji, Gombinsky y Nasif (1980- re, en Buenos Aires, o el conjunto de vivien- cia de Buenos Aires: la radicación de villas y
1984). Pero 200 viviendas en San Fernando das en Campana, proyectado por Baudizzone, asentamientos.
del Valle de Catamarca, 248 en Carmen de Pa- Lestard y Varas. En las antípodas de cualquier intento de ra-
tagones, 100 en Trelew, 110 en Río Cuarto, 250 La sustitución del discurso de la “cantidad” cionalización y solución al gigantesco déficit
en Rawson fueron los volúmenes de obra que por el de la “cualidad” actuó como ideología de viviendas, mediante estas políticas se dio
en un país con carencias millonarias movili- consolatoria, a la manera de lo ocurrido con la prioridad a las necesidades inmediatas de al-
zaron a centenares de profesionales para ter- “ciudad por partes”. El Estado empobrecido de gunos habitantes de estos campamentos pre-
minar, en la mayor parte de los casos, agru- los ochenta ya no estaba en condiciones de ha- carios, y se les otorgó en propiedad los terre-
pando unidades con los mismos afanes, los cer frente a las inversiones masivas en vivien- nos en que estaban asentados y se dejó librada
mismos tics y la misma antieconómica rela- da que habían engordado a las grandes em- a su suerte no solo la construcción de unida-
ción entre infraestructuras y costos abordados presas en el período anterior y, en consecuencia, des mínimamente aceptables desde un punto
por Pasman (v.) y Medhurst Thomas (v.) cuan- el debate sobre las “políticas de vivienda” fue de vista higiénico, sino también la provisión
do, a comienzos del siglo, la Comisión Na- pasando de moda. Esta conducta, dominante de las infraestructuras necesarias. Una vez más,
cional de Casas Baratas comenzaba a balbu- en la AR con independencia del signo político el inmediatismo condicionado por las deman-
cear soluciones para el problema de la de los gobiernos nacionales, fue acompañada das políticas se impuso a criterios de largo pla-
habitación popular. por acciones menores de impacto propagan- zo que procuraran una razonable economía de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 163


los recursos socialmente disponibles y un fu- —museo Fortabat, casa Constantini, edificio sos actores públicos y privados, pero sosteni-
turo integrado con el resto de la sociedad. en Palermo—, Emilio Ambaz (v.) —Museo de dos por claros marcos de ordenamiento físico.
Arte Contemporáneo de Buenos Aires— y Car- Algunas de sus intervenciones notables son
MIGRANTES. los Ott —aeropuertos de Usuahia y Calafate, los conjuntos de Le Parc Seine Rive Gauche
La condición de fluidez, de ir y venir de las oficinas en Buenos Aires. y la Cité des Arts et des Nouvelles Technolo-
cosas y los seres, y de constante intercomuni- Así como en estos años han sido destaca- gies en Fort D’Aubervilliers. En la escala de la
cación, típica de la cultura moderna, se acen- bles algunas intervenciones de arquitectos y arquitectura, Katz-Granveaud-Peressetchensky
tuó en el país en el último tramo del siglo a oficinas venidos de otros países, también lo exhiben una notable consistencia y seguridad,
raíz de las particulares circunstancias políticas, fueron las de algunos arquitectos argentinos pero también una destacable voluntad propo-
sociales, culturales y económicas que caracte- en el extranjero. sitiva. Unas condiciones que se traducen en la
rizaron su historia. Pero una asimetría elemental El llamado “grupo argentino” en los Esta- elaboración de piezas ajustadas a la demanda,
no debe dejar de ser señalada: mientras que dos Unidos fue una consecuencia de los des- pero simultáneamente de gran impacto y sín-
la de los extranjeros con la Argentina es una re- plazamientos de la década del sesenta. Con tesis, como el jardín de infantes en el Ilôt Flan-
lación transitoria, la de los argentinos en el una fuerte impronta de la semiología france- dre-Rouen, en París, y el Palacio de Congre-
exterior es de larga duración y en muchos ca- sa, Diana Agrest, Mario Gandelsonas (v.), Jor- sos, en Périgeux-Surf.
sos definitiva. ge Silvetti, Rodolfo Machado (v.) y Emilio Am- Ignacio Dahl Rocha tuvo un primer im-
La contribución de arquitectos extranjeros baz contribuyeron fuertemente al proceso de portante reconocimiento internacional cuan-
se manifestó de dos maneras. Por un lado, a reelaboración teórica que procuraba restituir do su casa en San Isidro (con Francisco Billoch
través de grandes nombres de la arquitectura nuevas bases teóricas para la disciplina y han e Ignacio Ramos) fue seleccionada para el Pre-
internacional y, por el otro, mediante la fusión tenido su más importante marco de recono- mio Andrea Palladio, una de las distinciones
de firmas locales con oficinas de prestigio, ma- más prestigiosas para la joven arquitectura. En
yoritariamente norteamericanas. El fenómeno Suiza, Dahl Rocha consolidó una relación con
debe vincularse a la difusión del consumo de Jacques Richter –heredero de una de las prin-
objetos de “marca”, los que si en general ase- cipales oficinas de arquitectura del cantón fran-
guran presuntamente a sus usuarios la parti- cés–, que había comenzado durante los años
cipación en un círculo legitimado, en el caso de de especialización en la Universidad de Yale.
la arquitectura permiten, mediante la firma del Producto de esta asociación han sido edificios
autor, sobrevivir a las incertidumbres de nor- siempre refinados, sorprendentes y de una gran
ma producidas por la liquidación de estructu- eficacia profesional, como el Espacité, en La
ras socializadas de consagración disciplinar. Chaux des Fonds (1987-1994), los de las ofi-
Al menos, este ha sido el caso de algunos cinas de EOS, en Lausanne, los prototipos pa-
sonados ejemplos, como el del edificio de la ra refugios de invierno, en el valle de Joux, el
Banca del Lavoro, construido por Mario Botta Museo de Arte Contemporáneo de Pully y los
en la Capital Federal, o el del encargo del Cha- u PUENTE DE LA MUJER, EN PUERTO MADERO, DE CALATRAVA. talleres de mantenimiento ferroviario en Gi-
se Manhattan Bank a Skidmore Owings y Me- nebra. De sus realizaciones recientes, la más
rrill. Buenos Aires hubiera contado con su pro- cimiento a partir de su acción académica. A importante es la ampliación del edificio Nes-
pio Aldo Rossi de haber avanzado un proyecto diferencia de ellos, puede identificarse un se- tlé, una pieza canónica de la Arquitectura Mo-
de edificio de oficinas que el maestro de Milán gundo grupo, vinculado desde el inicio con la derna en Suiza, proyectado por Tschumi. La
concibió en los comienzos de nuestro período. acción profesional. Se trata de figuras igual- intervención de Richter-Dahl Rocha desarro-
Otra expresión del fenómeno es la magní- mente relevantes que, como en en el caso de lla en una nueva dimensión las cualidades de
fica construcción ideada por Oriol Bohigas pa- las anteriores, aquí solo nos limitaremos a men- la obra de Tschumi, llegando en el núcleo de
ra la ciudad de Rosario, que aporta un nuevo cionar, remitiendo a las correspondientes vo- articulación de los edificios a su momento de
espacio público a la ciudad y contribuye a la ces de este diccionario para un análisis más de- mayor intensidad.
construcción del paisaje de las barrancas del tallado. Nos referimos a Cesar Pelli y Rafael Siguiendo la senda abierta por Eduardo Ca-
Paraná. En ese clima de apertura, Rosario tam- Viñoly en los Estados Unidos, y en España a talano, Adrián Luchini obtuvo su maestría en
bién acogió obras y proyectos de Á. Siza (pe- Mario Corea (v.) y Antonio Díaz. Arquitectura en la Universidad de Harvard y
queño conjunto de viviendas), E. Miralles (puen- Pero también comparten este camino re- decidió permanecer en los Estados Unidos. Su
te), y M. Corea Aiello (centros barriales). presentantes de nuevas generaciones, como Pa- sensibilidad como diseñador se expresa en nu-
De igual modo, en Buenos Aires, el proyecto blo Katz, Ignacio Dahl Rocha, Adrián Luchini merosos detalles de intervenciones de peque-
y la construcción de un no demasiado trascen- y Laura Spinadel con Claudio Blazica (+ 2001). ña escala, como en las casas Cooper Bauer y
dente puente peatonal sobre los diques de Puer- Los proyectos del estudio que Pablo Katz Maritz-Starek, aunque sus oscilaciones de gus-
to Madero permitió incluir el nombre de San- dirige con Pierre Granveaud y Georges Peres- to –del deconstructivismo de los primeros tra-
tiago Calatrava en esa operación. Y es el prestigio setchensky en París suelen alcanzar la escala bajos al interés por autopistas y formas curvas
“mundializado” de sus nombres lo que ha de- urbana. Se caracterizan por una cuidadosa con- en los últimos– sugieren la necesidad de una
terminado la contratación de varias de las mas sideración de las condiciones de contexto y por mayor maduración, quizás posible sobre la ba-
importantes obras con César Pelli (v.) —torres una fuerte voluntad de construir espacios co- se del ejercicio de una más ajustada economía
Bank Boston y Telefónica—, Rafael Viñoly (v.) lectivos mediante la participación de numero- de recursos. La estupenda casa Piku, en De-

164 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rec rec
troit, una construcción “blanca” en la que la innovadora de articulación entre programas po de Alberdi, Real y Gallino, o Marcelo Vi-
mayor riqueza de espacios, vistas y luces se ob- privados y públicos de vivienda, trabajo y co- llafañe, Gerardo Caballero y Rafael Iglesia (v.).
tiene mediante operaciones relativamente sen- mercio. A la vez ciudad en pequeño y arqui- Los primeros han construido un edificio para
cillas, es una señal del potencial encerrado tectura grande, el conjunto es un aporte des- la administración y el control de una ruta
en esa posibilidad. tacable a la reconsideración de las formas de (1996), caracterizado por el desprejuiciado des-
BUS-Architektur, la oficina que identifica habitar y de módulos urbanos alternativos de pliegue de su cubierta y por su construcción
al estudio formado por Laura Spinadel y Clau- cara al nuevo siglo. ajustada al carácter ligero del tema, mientras
dio Blazica (con Rainer Laics), opera en Viena, que de Villafañe se pueden reconocer signos
donde ambos se trasladaron a comienzos de la NUEVOS PROTAGONISTAS. de una vocación minimalista, especialmente
década del noventa. Las obras construidas y los A diferencia de lo que ha ocurrido en Bue- en las austeras casas D’Angelo (1994) y Calo-
proyectos de BUS son, a la vez, producto de nos Aires o en Córdoba, probablemente como gero (1995). Formado en los Estados Unidos y
una percepción refinada de la forma y de un consecuencia de la relativamente vivaz condi- en España, Gerardo Caballero es uno de los
estudio atento de las posibilidades programá- ción de su Facultad de Arquitectura, de la exis- más sensibles arquitectos argentinos del fin
ticas y constructivas. En el conjunto de viviendas tencia del activo Grupo R (1993), motorizador de siglo. Si bien esa cualidad es todavía más
en Leberberg, así como en el jardín de infan- de un sinnúmero de debates –comenzados en elocuente en sus sketches, cercanos a una cali-
tes en Gudrunstrasse / Erlachplatz, edificado 1991 con el Congreso “La Construcción del grafía japonesa, la mera existencia de una obra
en un barrio popular de Viena, se verifica una Pensamiento”– y de las visitas de representa- a la vez ínfima y potente como su quincho Pu-
cuidadosa articulación con el entorno natural tivos arquitectos extranjeros, o de la plural, in- ricelli (1992) es suficiente para reconocer en
y artificial y, al mismo tiempo, los delicados usitada y productiva articulación entre técni- él a una figura excepcional. Esa misma sensi-
juegos compositivos a partir de valencias mo- cos y políticos en la administración de la ciudad, bilidad, en la que resuena una cultura sofisti-
dernistas aún abiertas que son característicos lo ocurrido en Rosario constituye un caso ejem- cada y a la vez una modestia genuina, puede
de esta oficina. El conjunto “Homeworkers”, plar por el lugar de relevancia que han ido ocu- verificarse también en sus intervenciones, al
con el que han obtenido el premio europeo Ot- pando figuras que comenzaron a actuar en el borde de la desaparición, en la plaza Santa Cruz
to Wagner en 1998, constituye una propuesta período que analizamos. Allí se destaca el gru- (1991). La obra de Iglesia, madurada en la úl-

u INSTITUTO DE REHABILITACIÓN MUNICIPAL, EN VICENTE LÓPEZ, PROVINCIA DE BUENOS AIRES, DE CLAUDIO VEKSTEIN Y MARTA TELLO.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 165


tima década, merece una mención especial, su luminosidad dominantemente cenital. los novedosos universos técnicos, teóricos y
puesto que ha logrado alcanzar una excepcio- También el trabajo de Veckstein, en una la formales derivados de los instrumentos infor-
nal consistencia, creatividad y articulación con línea de búsqueda fuertemente marcada por máticos. Con una formación de posgrado en
sus circunstancias de lugar y tiempo. El suyo su relación con Enric Miralles y por la influencia los Estados Unidos, Hernán Díaz Alonso, Mar-
es un caso ejemplar de curiosidad teórica uni- de artistas alemanes, como Joseph Beuys, cons- celo Spina y Sebastian Kohurian pertenecen a
da a una singular pasión por la praxis como tituye una alternativa agresiva al profesiona- una generación egresada en la última déca-
producto de un largo proceso de maduración. lismo y a su expresión en “ideas claras y fuer- da, por lo que su contribución puede apreciarse
Estas características son evidentes en la expe- tes”. Intrincada y oscura, por momentos hasta todavía en proyectos, destacables por enfren-
rimentación que tiene lugar a lo largo de dis- el extremo de la autoironía, la obra de Vecks- tar problemas y métodos de avanzada (paisa-
tintas obras, sin importar si se trata de inter- tein ha afrontado y salido airosa de varias prue- jes de datos, superficies curvas continuas no
venciones mínimas (una escalera en una casa, bas de realidad. El parque de la costa de Vicente regladas, arquitectura de escala infraestruc-
un quincho), edificios (propiedad horizontal López —y especialmente su auditorio descu- tural) y por representar un desafío —hasta el
en Rosario), casas (pabellón junto al río) o pro- bierto— o el edificio de servicios de salud pa- extremo de un formalismo barroco— a la lí-
gramas aparentemente bizarros, como las ins- ra el municipio son prueba de una capacidad nea dominante de la “tradición” local.
talaciones sanitarias de un parque de diver- poco frecuente de articular densos presupuestos Para concluir, una descripción de la AR en
siones. Precisamente por esa ductilidad, el teóricos con una adecuada solución del pro- la Argentina no debería dejar de mencionar
trabajo de Iglesia, en el marco de la situación blema planteado y la búsqueda de caminos ex- la producción de uno de los grupos que más
rosarina, demuestra que las debilidades de la presivos en dirección opuesta a la “discreción” radicalmente ha venido procurando contestar
AR en la Argentina no son producto directo de aceptada como tradición modernista local, y el la existencia misma de la institución arqui-
las dificultades económicas ni de la ausencia aferrarse para ello a la única guía del propio tectónica, aun a riesgo de la propia desapari-
de demandas, sino de la persistencia de una cuerpo a través de los sentidos, del instinto o ción, y con ello del sentido mismo de la ope-
concepción profesionalista, pragmática, an- del deseo, no agota el panorama de posibili- ración en curso. Con sus intervenciones
tiintelectual e inmediatista, que no puede sino dades exploradas por estos jóvenes. político-mediáticas, M777, el “colectivo” inte-
dar como resultado la banalidad. De una manera menos frontal, Bilik, Ca- grado por Mauricio Corbalan, Gustavo Dié-
Es que, si la actividad de los jóvenes rosa- ram y Del Toro, Fuentes y Clusellas prefie- guez, Lucas Gilardi, Daniel Goldaracena y Pío
rinos más destacados se recorta sobre un in- ren examinar valencias todavía abiertas en un Torroja, corroe mediante acciones, nociones
tenso clima de apertura institucional y cultural, universo del que se sienten partícipes y del que y propuestas el sentido común y procura po-
la situación es muy distinta en Buenos Aires aún reivindican referentes. Los primeros han ner en discusión los fundamentos mismos de
o en Córdoba, donde las nuevas generaciones realizado obras austeras, de geometrías sim- una disciplina que, por definición, asienta su
están obligadas a enfrentar y perforar un siste- ples, que recorren con seguridad las solucio- existencia en el Poder. J. F. L.
ma dominado por quienes poseen, y no están nes de la tradición modernista. Clusellas, des-
dispuestos a ceder o compartir, los lazos que pués de su experiencia con Horacio Baliero, ha
anudan influencia política, poder económico y continuado construyendo en la zona de Colo- RECINTO. m. En arqueología, todo tipo de cons-
ejercicio profesional. Por ese motivo, numero- nia pequeñas obras como la “casa azul”, que trucción de forma rectangular, cuadrada o con
sas figuras destacadas por la singular calidad iluminan con cautela e imaginación las posi- extremos redondeados que la acercan a esas
de sus aportes ocupan un espacio reducido que bilidades expresivas de viejos temas como los formas sencillas. Fue la construcción básica
no refleja el valor relativo de sus trabajos. pilotes, las grandes cubiertas de chapa o las tí- de la época precolombina, sea en piedra, ado-
No caben dudas de que el Museo Xul So- picas casas de la ribera. be o de cualquier otro material.
lar, de Pablo Beitía, podría disputar con muy También Oscar Fuentes ha mostrado equi-
pocas otras obras el lugar del mejor edificio librio en la concepción de proyectos como el El recinto define un espacio interno dife-
de la AR en la Argentina. Construido gracias Parque de Mendoza, verificado asimismo en rente de otro externo, y sus funciones fueron
a una dedicación y un fervor artesanal ex- casas individuales y en edificios de vivienda múltiples. El más común es el que era usado
traordinarios, en él se traman numerosas lí- colectiva, una actitud que es compartida por como vivienda; puede proceder de la unión de
neas de sentido, desde los espacios concebi- grupos como Becker y Ferrari, o figuras co- varios recintos, que forman unidades o con-
dos por el artista a quien el edificio está mo Marcelo Vila. juntos, incluyendo áreas techadas y otras abier-
dedicado hasta la particular morfología de la En Córdoba el interés por una arquitectu- tas, unidas entre sí. En el Pukará de Tilcara (Ju-
ciudad, pasando por los ecos de la espaciali- ra mesurada, de líneas elegantes pero a la vez juy) puede vérselas restauradas y con techo, en
dad y la cualidad constructiva del Banco de preocupada por la condición matérica de las Tastil (Tucumán) se las observa unidas entre
Londres y de las exasperaciones lingüísticas obras, comienzan a destacarse en un espacio sí, cubriendo laderas enteras del cerro.
de Peter Eisenman. Beitía ha continuado es- similar jóvenes como Leopoldo Laguinge, Et-
tas mismas búsquedas, perfectamente cons- kin, Goldenberg, Mullius, Santillan e Ivetta (bi-
ciente de las resonancias barrocas de su ar- blioteca de la Universidad de Río Cuarto), Ber- RECINTO PERIMETRAL COMPUESTO. (RPC)
quitectura en la casa de la calle Borges. Aunque tolino (Jardin Botánico de la ciudad de Tipo de instalación recurrente en el área an-
esta vez explorando formas curvas, allí la man- Cordoba), o Ian Dutari. dina, caracterizada por un conjunto de espa-
zana es tomada nuevamente como un bloque Un extremo opuesto al de esta continuidad cios cuadrangulares que se unen e integran
compacto en el que la obra debe ser excavada, con las figuras y soluciones históricas es ocu- con un muro perimetral, definiendo un gran
lo que determina su morfología de gruta y pado por quienes comienzan a internarse en espacio central común.

166 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rec reg
La piedra canteada es la materia prima que cia de españoles en la reducciones, etc. producción del espacio, acordes con los inte-
predomina en este tipo de construcción, aun- El sistema reduccional fue aplicado en el reses en juego y con los modelos urbanos ca-
que se observan asimismo variaciones locales Río de la Plata a partir de 1581 por los francis- racterísticos de cada momento histórico. La
que incluyen el empleo de tapia o de adobe. Si canos fray Alonso de San Buenaventura y fray norma edilicia se presenta generalmente co-
bien la aparición de este tipo de estructura es Luis Bolaños, quienes formaron entre 1585 y mo ahistórica, pero su derogación, su no cum-
anterior al Imperio Inca, a este corresponde su 1587, sobre el río Paraguay, las poblaciones de plimiento o su sustitución por otra nueva, ase-
estandarización, asociada a la búsqueda de un Pitún, San Pedro de Ipané y Guarambaré, has- guran un relativo ajuste entre el cuerpo de
diseño urbano regularizado. La definición de ta unos 200 km al norte de Asunción, y ha- reglas y las transformaciones sociales.
un gran espacio interno separado del externo cia el sudeste las de Itá y Yaguarón. Después Las principales temáticas de los reglamen-
por un muro perimetral da origen a la “can- fundaron otras en las áreas comarcales de Co- tos se refieren al control de las fronteras entre
cha” o “kancha” incaica, destinada a usos di- rrientes, Santa Fe y Buenos Aires. los dominios público y privado, la seguridad,
versos, incluso el de servir como corral de ani- La Compañía de Jesús asumió la metodo- la higiene, la estética, la habitabilidad de los
males domésticos. En aquellos casos en que la logía reduccional para sus célebres Misiones edificios y las modalidades administrativas de
topografía dificulta la construcción, el RPC Jesuíticas (v.) de Guaraníes a partir de 1609. Sus la gestión urbana.
pierde parte de su regularidad, si bien man- principales diferencias con el proyecto francis- La legislación edilicia está formada por un
tiene siempre rasgos específicos de su estruc- cano consisten en no haber sido encarada en conjunto de normas jurídicas que pueden te-
tura formal. A. I. / D. S. forma comarcal cerca de las ciudades hispano- ner carácter genérico o específico. Genéricos
criollas, sino a distancia de estas para procurar son las Ordenanzas Reglamentarias o los Re-
un mayor resguardo de las culturas autóctonas. glamentos generales. Especificos son los Acuer-
REDUCCIÓN. m. Durante el período hispánico, A mediados del siglo XVIII, al sur del río dos, Decretos, Disposiciones, Instrucciones,
tipo particular de organización urbana, en fun- Salado, proyectaron los jesuitas tres reduc- Ordenanzas y Resoluciones que afectan a ca-
ción de la actividad misionera dirigida a evan- ciones que tenían entre sus propósitos la evan- sos particulares.
gelizar a los pueblos aborígenes americanos. gelización y la preservación cultural y étnica Los Códigos de Edificación, si bien suelen
de dos grupos autóctonos: los pampas primi- retomar como antecedente parte de la norma-
Existían dos alternativas básicas de evan- tivos y los tehuelches o gününa-küne, amena- tiva previa, modifican sustancialmente la le-
gelización: las misiones itinerantes, realizadas zados por el avance de la araucanización. Este gislación al instituirse como corpus orgánicos,
por agentes pastorales desde las ciudades ha- emprendimiento fracasó. homogéneos, metódicos y sistemáticos de pre-
cia las aldeas o asentamientos tribales, o el es- Todavía a fines del siglo XIX, al organizar- ceptos jurídicos. Con la emergencia de los có-
tablecimiento de misiones permanentes entre se las misiones patagónicas de los salesianos, digos urbanísticos, las normas vinculadas al
los indios, cuyas tribus o clanes se agrupa- se replanteó la alternativa entre misiones iti- espacio público comienzan a diferenciarse de
ban en ciertos casos en pequeños poblados o nerantes o reducciones estables. Dentro del las pautas constructivas y de diseño de los edi-
centros de mediana magnitud. En estos cen- sistema de reducción, monseñor Fagnano fun- ficios. La separación entre códigos urbanísti-
tros, denominados “reducciones” a partir de dó el pueblo de Río Grande, al norte de Tierra cos y edilicios, relativamente reciente, data
una disposición dada en 1551 por el emperador del Fuego, con familias aborígenes de la cul- de la segunda parte del siglo XX (v. Código).
Carlos V con otras posteriores concordantes, tura ona. A. D. P. Si bien la legislación actual es tributaria
se preveía que los aborígenes americanos “fue- del siglo XIX, los arbitrajes entre actividades
sen reducidos a pueblos, y no viviesen dividi- Bibliografía: C. Bruno S. D. B. Vols. I-V. Historia de la humanas en el medio urbano tienen expre-
dos y separados por las sierras y montes, pri- Iglesia en la Argentina. Bs. As.: Ed. Don Bosco, s/f; siones jurídicas muy antiguas. Uno de los do-
vándose de todo beneficio espiritual y temporal, A. de Paula. “Carmen de Patagones, centro misional cumentos históricos más completos es la ley
sin socorro de nuestros ministros, y del que del sur argentino”. En: N. T. Auza y L. V. Favero (ed.). real relativa a la ciudad de Pérgamo (s. II). Sus
obligan las necesidades humanas, que deben Iglesia e Inmigración. Bs. As.: CEMLA, 1991. principales preocupaciones consistían en se-
dar unos hombres a otros”. parar el espacio público del privado, eliminar
Las disposiciones relativas a reducciones las construcciones que obstaculizaban las ca-
y pueblos de indios han quedado recopiladas REGLAMENTO. m. Conjunto de instrumentos lles y establecer la responsabilidad de la po-
en el Título III del Libro VI de las Leyes de In- que emplea la administración comunal en tan- blación en la limpieza pública, en el uso de las
dias, y algunos de los temas regulados eran: to árbitro entre los intereses particulares y fuentes de agua y en el mantenimiento de las
que los prelados ayuden y faciliten las reduc- el bien común, para regular la producción del paredes medianeras.
ciones; que en cada reducción haya iglesia con espacio urbano: ordenanzas, reglamentos, có- También en Roma se elabora una normati-
puerta y llave; que en cada pueblo haya dos o digos de edificación y urbanísticos. En su con- va acerca de la seguridad contra incendios, ser-
tres cantores y un sacristán; que a los indios fección inciden las restricciones impuestas al vidumbres de alineamientos, limitaciones en
reducidos no se les quiten las tierras que an- dominio privado por los códigos de derecho la altura de los edificios, distancias mínimas en-
tes hubieran tenido; que no se puedan mudar civil y administrativo, junto con la jurispru- tre propiedades vecinas, etc. Entre otros objeti-
las reducciones sin orden del Rey, Virrey o Au- dencia acumulada. vos se intentaba poner límites a la especulación
diencia; que en las reducciones haya alcal- inmobiliaria, para lo cual se establecía la soli-
des y regidores indios; que cerca de las re- En términos generales, la legislación con- citud de permisos de construcción y de demo-
ducciones no haya estancias de ganado, sagra y/o proscribe determinados usos y cos- lición, y la obligación de restaurar o vender las
además de otras limitaciones a la permanen- tumbres, induciendo nuevas modalidades de propiedades en ruinas. La ley de las XII Tablas,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 167


los Edictos de Vespasiano y Adriano, así como ción del Reglamento general de Construccio- sona), las condiciones de habitabilidad e hi-
las elaboraciones del Derecho Romano sobre el nes, de 1928, y sus sucesivas modificaciones, giene (se fijan modos de ventilación, se pro-
tema de las servidumbres, son algunos de los que preceden al Código de 1944. hiben habitar las cocinas, se establecen dis-
documentos jurídicos sobre los que se asienta tancias mínimas entre las piezas habitadas y
la legislación edilicia de Occidente. Primera etapa: 1858-1887. Una serie de nor- los espacios contaminantes) y las calidades
La seguridad, la circulación asegurada por mas sancionadas a partir de 1860 es el ante- constructivas que deben reunir los locales.
los alineamientos y una amplia gama de ser- cedente inmediato del primer reglamento de En estas preocupaciones sanitarias están
vidumbres de la propiedad son temáticas que edificación. Dichas normas, eminentemente implícitos los controles sociales que caracteri-
persisten hasta el siglo XVIII. proscriptivas, establecen prohibiciones y san- zan las estrategias del higienismo en el siglo
Durante los siglos XVIII y XIX las regla- ciones, y centran su atención en las condicio- XIX. Concretamente, se obliga a confeccionar
mentaciones higiénico-sanitarias se perfec- nes sanitarias y de habitabilidad de las casas registros de inquilinos y pasajeros, se organi-
cionan en Europa, y acompañan el crecimien- con cuartos de alquiler, los establecimientos zan inspecciones periódicas de carácter sani-
to de las ciudades, el desarrollo del conocimiento de salud y las industrias. tario y policial, etc.
científico y la organización de la Administra- También contemplan en menor medida cri- La verificación del cumplimiento de estas
ción Municipal. Las teorías sobre el asoleamiento terios estéticos. En este sentido, cabe destacar normas municipales estaba a cargo en prime-
y la contaminación (que se ponen de manifiesto la “Ordenanza sobre Arquería o Recova en el ra instancia de las Comisiones de Higiene Pa-
en la reglamentación del ancho de las calles, la Paseo de Julio y de Colón” (25.02.1875) y la rroquial (que se consolidan en 1882 y están com-
altura de los edificios, la prohibición de activi- obligación de crear recovas en la Plaza 11 de puestas por vecinos, profesionales y funcionarios
dades insalubres y su desplazamiento hacia los Septiembre (11.10.18 y 20.11.1873), “servi- municipales) y los comisionados de manza-
suburbios) se combinan con criterios circula- na. El rol de los comisionados de manzana y el
torios y estéticos (regularidad en las fachadas, de los vecinos es esencial, pues la información
rectitud en las calles, etc.). recabada por ellos se concibe como “base de to-
En América Latina, además de ese código das las medidas sanitarias que se dicten”. Más
urbanístico fundacional que son las Leyes de tarde, con la reglamentación de la Oficina de
Indias (1573) (v.), se promulga una rígida le- Ingenieros Municipales (1890) y la Oficina de
gislación colonial, de la que se destaca la le- Inspección General (1898), las tareas de con-
gislación edilicia borbónica del siglo XVIII. trol comienzan a ser desempeñadas exclusi-
Las sanciones de reglamentos y ordenanzas vamente por funcionarios municipales.
se vinculan habitualmente a cambios en las Aparentemente, quienes confeccionaron
políticas urbanísticas. esta primera serie de normas fueron los téc-
nicos de las reparticiones municipales de Hi-
Reglamentos en Buenos Aires: Con anteriori- giene, Obras Públicas y Seguridad, con el apo-
dad a la aprobación del Código de Edificación yo de profesionales reconocidos. Aunque el
de 1944, existieron en Buenos Aires diversos u ESTUDIOS PARA EL REGLAMENTO DE 1928. Departamento de Higiene Pública tuvo un rol
reglamentos de construcción —el primero da- protagónico en la definición de los lineamien-
ta de 1887— que fueron estableciendo progre- dumbres urbanísticas” que son mantenidas tos generales de las Ordenanzas, la interven-
sivos controles en materia edilicia. hasta el Código de 1944. ción más directa en su redacción estuvo a car-
Antecedentes de esta legislación pueden En cuanto a las condiciones sanitarias y de go de las distintas reparticiones de higiene y
hallarse en las ordenanzas elaboradas duran- habitabilidad, la “Ordenanza sobre Salubridad obras públicas (el Consejo de Higiene Pública
te la gestión del virrey Vértiz y en las emitidas y Conservación de los Edificios” (30.07.1861), (1872), la Comisión de Higiene Municipal
por los Departamentos Técnicos de la Provin- mejorada y ampliada por la Ordenanza de 1872, (1873), el Departamento de Obras Públicas y la
cia de Buenos Aires durante el gobierno de Ri- se destina a todo tipo de construcciones. Comisión de Delineaciones (1873).
vadavia. Pero recién después de la constitución Las normas generales precedentes son
de la primera municipalidad porteña comien- acompañadas por otras de carácter particular Segunda etapa: 1887-1928. Durante esta etapa
za a sancionarse una serie de normas (con- que legislan sobre “casas habitadas por más de se promulgan las Ordenanzas Reglamentarias
temporánea de las primeras expropiaciones de una familia”, (“hoteles”, “conventillos”, “bo- de Construcciones de 1887, 1891, 1904, 1911 y
utilidad pública) que se publican de manera degones”, y “fondines”). Se trata de la “Orde- 1918. El 21 de junio de 1887 el intendente Cres-
orgánica en el Digesto de Disposiciones Mu- nanza sobre Inspección, Vigilancia e Higiene po sanciona la Ordenanza Reglamentaria de
nicipales (31.10.1872). de los hoteles o casas habitadas por más de una Construcciones, primer documento organiza-
Entre la constitución de la primera Muni- familia” (14.08.1871), del “reglamento para las do y de alcance genérico sobre esta temática.
cipalidad (1858) y la sanción del primer Códi- casas de inquilinato conventillos y bodegones” La primera iniciativa para su promulgación se
go de Edificación (1944), pueden diferenciarse (16.08.1871), y del “Reglamento de órdenes re- remonta a 1878, cuando la Sociedad Científi-
tres etapas. La primera transcurre hasta la san- lativas a limpieza” (27.09.1871). ca Argentina nombra una Comisión para pro-
ción de la “Ordenanza reglamentaria de Cons- En estas normas se precisan las condicio- yectar y redactar el Reglamento de Construc-
trucciones”, en 1887; la segunda incluye la ci- nes de ocupación de las casas (se establece una ciones para la ciudad de Buenos Aires. La tarea
tada Ordenanza y sus posteriores modificaciones cantidad máxima de habitantes por cuarto y se se lleva a cabo durante la Intendencia del In-
hasta 1918; la tercera se desarrolla entre la san- asigna un volumen mínimo de aire por per- tendente Alvear (1880-1886).

168 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


reg reg
La versión final de este documento estuvo a. Las tramitaciones, que incluyen permi- de redes que valoriza sectores urbanos. Para-
a cargo del ingeniero Juan A. Buschiazzo (v.), sos de construcción, agentes autorizados y mo- lelamente, los edificios precarios se restringen
con la colaboración de otros miembros de la dalidades de control de la obra. Sus modalida- a determinadas áreas. Otro factor de jerarqui-
Sociedad Científica y profesionales de la Ofi- des se fueron precisando a medida que se zación espacial es la posibilidad de aumentar
cina de Ingenieros. En su redacción se tomó crearon espacios de formación profesional y las alturas edilicias sobre avenidas.
como base la legislación preexistente, las re- se organizó la Municipalidad. Desde el regla- La primera zonificación de carácter gené-
glamentaciones europeas y la experiencia acu- mento de 1904 se tratan de manera indepen- rico aparece en el Reglamento de Construc-
mulada en la práctica por los funcionarios. diente las tramitaciones, los controles de obra ciones de 1911, que delimita cuatro áreas a los
En las modificaciones posteriores de la nor- y los agentes autorizados, cuyas exigencias van efectos del pago de derechos de línea, nivel y
ma (1891, 1904), tuvo un rol determinante aumentando a lo largo de todo el período. construcción.
la Oficina de Ingenieros Municipales y su di- b. Los temas referidos al espacio público, La intensa discusión acerca del zoning, que
rector, el ingeniero Carlos M. Morales (v.). Mo- cuyas normas son de dos tipos: las relaciona- aparece en los medios especializados después
rales da a conocer las realizaciones locales, das con intervenciones municipales de gran del Centenario, se ve reflejada en la legislación
mediante la publicación de los proyectos ur- escala o zonificaciones establecidas (o previs- que sectoriza paulatinamente la totalidad de la
banísticos y de la legislación edilicia elabora- tas), y las vinculadas con los límites entre el es- ciudad de acuerdo con usos, materiales, altu-
dos para Buenos Aires en numerosos eventos pacio público y el privado. ras, etc., tal como se observa en el Reglamen-
internacionales. Algunas de las normas se vinculan con in- to de 1928 y queda consagrado por el Código
A fines del siglo XIX, los Congresos de In- tervenciones públicas en vías de ejecución, co- de Edificación de 1944.
geniería e Industria y los Congresos Científi- mo la construcción de recovas, que antecede c. La definición de los elementos que cons-
cos Panamericanos son foros internacionales tituyen las fronteras entre espacio público y
de discusión e intercambio de ideas y expe- privado; históricamente, el eje central de los
riencias entre especialistas y funcionarios. Las reglamentos. El tema se complejiza cuando la
reglamentaciones edilicias ocupan en ellos un red de infraestructura y transporte atraviesa la
espacio relevante. ciudad. Delineaciones, niveles, veredas, fa-
Desde su nacimiento, las asociaciones pro- chadas, alturas, etc., son elementos que deben
fesionales reclaman participación en la ela- asegurar la uniformidad y la estética del es-
boración de la normativa edilicia. En las revis- pacio público, pero su construcción y el man-
tas especializadas se publican artículos críticos tenimiento quedan a cargo de los propietarios.
y transcripciones completas de la normativa, Los cercos y veredas ocupan un espacio pri-
en las que se precisan las modificaciones que vilegiado. En un principio se trató de impedir
proponen. Con posterioridad al Centenario, se la utilización de materiales precarios en los cer-
convoca a las asociaciones de arquitectos e in- cos o la falta de delimitación entre los terrenos
genieros para integrar las comisiones de re- de particulares y la calle. A partir de 1887 se
dacción de los nuevos reglamentos. u ZONIFICACIÓN PROPUESTA POR EL REGLAMENTO DE 1928. detallan los materiales a utilizar.
Los reglamentos de esta etapa incluyen ca- El tema central del Reglamento de 1928 es
pítulos específicos y un cuerpo de carácter ge- al reglamento de 1887, las obligaciones de re- el criterio de zonificación. En las calles excén-
nérico. El Reglamento de 1887 incluye entre gularidad en torno de las plazas públicas, el re- tricas no pavimentadas los cercos pueden ser
sus prescripciones específicas un capítulo pa- querimiento de conciliar la arquitectura pri- de “tejido de alambre sin zócalo”, pero en las
ra “las casas de vecindad e inquilinatos”. En vada en las adyacencias de los edificios públicos, calles pavimentadas serán de un zócalo de mam-
1891 se le agregan dos capítulos referidos a “ce- las alturas obligatorias para los predios de Av. postería en cal, de 45 cm de espesor, revocado
menterios” y “mercados”, y en 1918 se suman de Mayo, etc. de los dos lados”. Sobre las vías de prestigio
disposiciones para una amplia gama de in- A fines del siglo XIX las zonificaciones aún (cercos en Av. Alvear, Vértiz y Centenario, art.
muebles destinados a usos comerciales e in- son fragmentarias. En la delimitación preva- 668) se obliga a utilizar materiales onerosos.
dustriales (caballerizas, tambos, depósitos, etc.). lecen disposiciones de carácter higiénico (co- La legislación sobre las veredas tiene una
El primer reglamento (1887) organiza sus mo la obligación de localizar los estableci- evolución similar. Con anterioridad a 1887 so-
partes según los siguientes títulos: Permisos mientos contaminantes “fuera del radio de lo se proscriben situaciones precarias y ter-
de Obra, Alineación, Alturas, Fachadas, De- veinte cuadras de la Plaza de la Victoria”) y la minaciones irregulares. En el Reglamento de
moliciones, Muros, Precauciones contra In- protección o prohibición de usos habituales, 1887 se detallan materiales y modalidades cons-
cendios, Niveles, Obras Públicas y Veredas. en tanto se van perfilando elementos de jerar- tructivas. En 1928, se especifican normas pa-
Con leves modificaciones, los documentos de quización del espacio urbano. ra calles pavimentadas, sin pavimentar y ca-
1891, 1904 y 1911 mantienen esta misma es- Las jerarquías urbanas —indicadas en dis- lles suburbanas.
tructura, en tanto que el documento de 1918 tintas zonificaciones— se dibujan junto con los Las primeras disposiciones acerca de las fa-
reorganiza los capítulos. Estos cambios reve- trazados de infraestructuras, las avenidas y las chadas intentaban controlar la altura por mo-
lan modificaciones conceptuales que se cris- valuaciones impositivas. La delimitación de cier- tivos de higiene, seguridad y estética, con pos-
talizan en el documento de 1928. tas áreas (“radio de iluminación a gas”, “de ilu- terioridad se agregan precisiones acerca de los
Los temas tratados pueden agruparse en minación a querosén”, el tipo de pavimenta- materiales y modalidades constructivas.
torno de cuatro ejes principales: ción de las calles, etc.) se vincula con el tendido En principio se proscribieron elementos sus-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 169


u DETERMINACIÓN DE ALTURAS DE PATIOS INTERNOS, EN EL REGLAMENTO PARA LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, 1928.

ceptibles de invadir el espacio público. A partir nores de 10 m y, para las mayores, se estable- pas (1858-1887, 1887-1928) tiene lugar una
de 1872 no se permitió el libre escurrimiento ce un coeficiente en función del ancho de la progresiva incursión de lo público en lo pri-
de los desagües de los techos, la apertura de calle. En 1904 la altura máxima en avenidas es vado, que se refleja en permanentes restric-
puertas y ventanas directamente hacia la ca- de 10 a 24 m, en tanto alcanza 32 m en 1928. ciones a la propiedad. La conexión a obras
lle, los elementos fuera de línea (1880) y los bal- d. El espacio privado. La primera distinción de infraestructura y el cambio en los modos
cones de más de un metro de voladizo (1887). de los locales internos se establece a partir de de producción del hábitat y de “representación
En el reglamento de 1928, la partes de la fa- criterios de habitabilidad. Se mencionan ex- de lo urbano” van transformando las normas
chada que avanzan sobre la línea municipal son plícitamente las habitaciones, las cocinas (v.) eminentemente proscriptivas propias de la pri-
tratadas en un capitulo especifico. y los patios. mera época. Sin embargo, las caracterizaciones
Las prescripciones sobre pinturas y mate- En lo que respecta a las primeras, se legis- edilicias, efectuadas bajo el prisma de la segu-
riales de las fachadas se relacionan con la hi- la en función de la higiene, las alturas interio- ridad, la higiene y la estética, aún ofrecen imá-
giene y la estética. A la obligación higienista de res (que oscilan entre 3 y 4 metros). Las otras genes fragmentarias de las partes del edificio,
blanquear los frentes de las casas de inquilina- dimensiones no se determinan, excepto en las de sus relaciones con el exterior o de los modos
to (1872) se agrega la exigencia de terminar las viviendas colectivas (ocupadas por más de una posibles de utilización el espacio urbano.
fachadas con ladrillo, estuco, piedra o de blan- familia), donde se prescriben los m3 de aire re-
quearlas (1886), en tanto que el revoque se im- queridos por persona. Tercera etapa: 1928-1944. El reglamento de
pone (1928) en todos los inmuebles. Los patios se caracterizan como espacios 1928 se diferencia conceptualmente de los an-
El uso de elementos estilísticos, como “lu- no construidos, sinónimo de aireación e ilu- teriores, pues intenta inducir formas de ocu-
carnas”, “pilastras”, “techos a la Mansart”, “pi- minación de los locales. En el Reglamento de pación del espacio urbano y tipos de configu-
náculos”, se fomenta en este período mien- 1887 se determinan las diferencias entre patio ración edilicia.
tras que paralelamente se prohíbe utilizar el (ventilación de locales principales) y pozo de La zonificación, que apenas se insinúa en
blanco como color en el área céntrica. En el aireación (destinado a locales de servicio). En los reglamentos anteriores, es el eje organi-
reglamento de 1928, en el capítulo “Decora- un primer momento se les asignan dimensio- zador del espacio urbano. El Municipio se sub-
ción de las Fachadas”, se incluye una serie de nes mínimas para todo tipo de edificación. En divide en áreas y la localización es el factor de-
artículos referidos a los posibles componen- 1891 cambia el criterio y se establecen sus di- terminante de las disposiciones edilicias.
tes de los frentes. mensiones en función de la profundidad o Esta postura es tributaria del debate urba-
La altura de la edificación se determina en de la superficie del terreno. nístico de la década del veinte, cuyos conteni-
función del ancho de las calles, según criterios Los locales interiores —salas, comedores, dos quedaron impresos en el Proyecto Orgá-
de seguridad, aireación y asoleamiento. El des- piezas de servicio— son caracterizados en 1887 nico para la Urbanización del Municipio,
arrollo de las redes de infraestructura, la apa- a partir de las sobrecargas estructurales. Re- elaborado en 1925 por la Comisión de Estéti-
rición de nuevas tecnologías y de modelos edi- cién en 1928 se diferencian locales habitables, ca Edilicia de la Intendencia Municipal. Este
licios y el encarecimiento de los terrenos no habitables y dependencias. Proyecto incluía una propuesta preliminar de
urbanos suscitan una permanente tensión en- La aparición en los reglamentos de ciertas reglamento que fue retomada en 1928.
tre las alturas permitidas por el código y las ex- denominaciones de locales y disposiciones da Según los autores, para la segmentación ur-
cepciones requeridas por los particulares. una pauta de la difusión de nuevas configu- bana se tomaron en cuenta las zonificaciones
En 1871 se establece una altura máxima de raciones de viviendas. parciales anteriores, la distribución de la po-
20 varas. En 1887 se fijan 16 m para calles me- En síntesis: durante estas dos primeras eta- blación (situación actual y tendencias) y los va-

170 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


reg rep
lores inmobiliarios. En realidad, los criterios misiones Municipales de estudio sobre dis- En Buenos Aires ejecutó las obras del Pa-
de zonificación que adoptaron parecen ajus- tintos tópicos (Zoning y Reglamento Funcio- lacio Episcopal proyectado por Pedro Fossatti
tarse al punto de vista del Urbanismo de Re- nal, Comisión para estudiar la reglamentación (v.). Llamado por Urquiza a Concepción del
gulación (v. Urbanismo), que preconizaba el con- del barrio de Palermo Chico, Derechos subje- Uruguay, proyectó y ejecutó las obras del Co-
trol de la “congestión” provocada por el tivos públicos y privados en la Jurisprudencia legio Nacional de esa ciudad.
crecimiento urbano mediante la graduación de Italiana, etc.). Se trata de trabajos prelimina-
densidades entre el centro y los suburbios. res para la confección del Código de la Edifi- Bibliografía: R. Gutiérrez, A. De Paula y G. Viñuales,
El Reglamento de 1928 divide la Capital en cación de 1944. A. N. / S. S. Arquitectura de la Confederación Argentina en el
tres zonas, en función de las cuales se definen Litoral Fluvial. Resistencia: UNNE, 1972.
las características de la edificación: un centro Bibliografía: Anales de la Sociedad Científica Ar-
donde se autoriza la construcción elevada (21 a gentina. Tomo VI. Seg. semestre de 1878. Bs. As.: 1878;
32 m); una zona intermedia (18 a 30 m) y una Comisión de Estética Edilicia, Intendencia Muni- REPOSSINI, MAURICIO. Paraná, 1914 - Bue-
periferia baja (15 a 25 m). Estas alturas se rela- cipal. Proyecto Orgánico para la Urbanización del nos Aires, 1968. Arquitecto. Participa de una
cionan con el ancho de la calle, según un coe- Municipio; Digestos Municipales (1872, 1884, 1890, línea de trabajo dentro de la Arquitectura Mo-
ficiente que varía de acuerdo con la localización. 1893, 1898, 1904, 1907, 1918, 1923, 1929, 1938); El Pla- derna (v.), caracterizada por la subordinación
Las dimensiones de los patios son más re- no Regulador y de Reforma de la Capital Federal. del manejo lingüístico al diseño técnico-cons-
ducidas en la primera zona (12 al 20% del es- Bs. As.: Peuser, 1925; J. L. Harouel. Historia del Ur- tructivo.
pacio del lote) que en la tercera (14 al 20%). banismo, 1981; R. Navas y otros. La Ciudad en lo Ju-
Los mentores del plan de 1925 hubieran que- rídico administrativo. Bs. As.: Esquema Director de Egresado en 1938 de la Escuela de Arqui-
rido intervenir más fuertemente sobre la ocu- Ordenamiento Urbano (MCBA), 1983; J. P. Gaudin. tectura de la Universidad de Buenos Aires, sus
pación del centro de manzana, pero las res- L’Avenir en Plan, Technique et Politique dans la primeros proyectos muestran una actitud ecléc-
tricciones del Código Civil y las incumbencias Prevision Urbaine. 1900-1930. Champ Vallon: , 1985; tica que, de acuerdo con el carácter que debe
de la Municipalidad (fijadas por la Ley Orgá- O. Suárez. Códigos y Planes para Buenos Aires 1925- asumir la obra, se manifiesta en soluciones de
nica) lo impidieron hasta el Código de 1944. 1985. Bs. As.: Ed. Previas / FADU, 1986; F. Diez. “Los vivienda con lenguaje moderno o californiano
En cuanto a los tipos de configuración edi- Códigos y el Tejido Urbano”. En: Ideas en ciencia y y proyectos como el presentado al concurso pa-
licia, el reglamento fija dimensiones de patios tecnología. Bs. As.: Universidad de Belgrano, 1987; ra el Monumento a la Bandera de Rosario, en
escalonados según la altura, establece el con- A. Novick. “Técnicos locales y extranjeros en la gé- 1940, resuelto mediante una retórica clasicista.
cepto de plano límite y abre la posibilidad de nesis del Urbanismo argentino. Buenos Aires: 1880- Simultáneamente se interesa en el estudio
elevar torres y pirámides para retiros supe- 1940”. En: Rev. Área. No. 1, FADU-UBA - École Poly- del problema técnico-económico ligado al di-
riores. Estas precisiones —reforzadas mediante technique de Lausanne, diciembre de 1992; seño de la casa mínima, tal como lo demues-
la presentación de ilustraciones didácticas— colecciones de Revista Técnica; Revista de Arqui- tran el proyecto premiado en el Concurso de
está en los albores de una modalidad regla- tectura; Revista de Administración Municipal; Re- Viviendas Económicas, organizado por el Ins-
mentaria característica de Buenos Aires: la vista de Ingeniería; S. Sánchez. Inmuebles urbanos tituto de Cemento Portland Argentino en 1941,
construcción en altura sobre lote estrecho. incorporados al mercado en Buenos Aires. Informe o la casa económica que construye en Parque
También hay “modelos a seguir” en el tex- CONICET, 1992 (en mímeo). Chacabuco en 1940.
to sobre Edificación en las Avenidas Diagona- Esta investigación lo condujo hacia la pro-
les Presidente Roque Sáenz Peña y Julio A. Ro- ducción de proyectos y a las presentaciones a
ca, donde se legisla no solo la altura obligatoria RENOM, PEDRO. s/d. Francés, constructor. Ac- concursos, realizadas con extrema parquedad
de los edificios —como en las anteriores dis- tivo en Buenos Aires y en la Provincia de En- de medios expresivos, correctas resoluciones
posiciones sobre Avenida de Mayo—, sino que tre Ríos, desde 1847 y hasta 1860. funcionales y de diseño constructivo. De esta
se obliga a los propietarios a ajustarse a ma- manera Repossini asume un camino profesio-
teriales, dimensiones y modos de composición nalista, ya netamente ligado a la Arquitectura
de las fachadas. Moderna, que lo coloca en continuidad con el
El Reglamento introduce además una se- desarrollo de la “línea dura” europea y con la
rie de clasificaciones abstractas de edificios, de racionalización constructiva norteamericana.
acuerdo con sus materiales constructivos (ba- De este período, que ocupa los años cen-
rro, madera, hierro u hormigón armado), la trales de su carrera, se destacan los departa-
modalidad de ocupación (casa particular, casa mentos en Vicente López (1946), realizados con
de vecindad, inquilinato), la altura (casas in- Alberto Síperman —con una aventurada expe-
dividuales y de departamentos), etc. rimentación técnica en el diseño de los cerra-
Las modificaciones introducidas con pos- mientos—; el edificio de la sede de la Sociedad
terioridad, durante la década del treinta, solo Militar “Seguro de Vida”, en Buenos Aires, con
afectarían aspectos parciales, como las alturas Carlos Picarel (1947); el edificio para Almace-
(Ordenanza sobre edificación en las avenidas nes y Talleres para la Flota Mercante del Esta-
Alvear y Vértiz), las modalidades constructivas do en Puerto Nuevo (Buenos Aires, 1957), con
(Reglamentación de obras de hormigón ar- Juan Casasco (v.); el Decanato, Aula Magna y Bi-
mado), etc. Durante esos años se crearon Co- uPROYECTO DEL COLEGIO NACIONAL DE C. DEL URUGUAY. blioteca de la Universidad Nacional de Cuyo

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 171


(1966); una casa en Virrey del Pino 2036, Bue- en un principio “Colonia Raza Blanca”. En 1878 las primeras casas de barro con techo de paja o
nos Aires (1963). Su obra más significativa qui- el agrimensor Juan Dillon y su ayudante, el in- totora. Con el fin de consolidar el centro y de
zás sea la vivienda de fin de semana que pro- geniero Juan Col, se suman a estas tareas ob- fomentar la construcción de edificios con fa-
yectó para sí mismo en las afueras de Buenos servando las reglamentaciones emergentes de chadas sobre la línea de frente, a partir de 1887
Aires (1961), con una planta derivada de la ca- la denominada Ley Avellaneda de 1876, según una ordenanza municipal prohibió la cons-
sa Farnsworth de Mies y una propuesta cons- las cuales tanto el núcleo urbano como el área trucción de casas con galería alrededor de la pla-
tructiva de montaje en seco sobre la base de ele- destinada a chacras de cultivo eran parte de un za central (v. Corrientes). La Escuela Benjamín Zo-
mentos metálicos de elaborado diseño. mismo trazado cuadricular. Así, el trazado ge- rrilla, construida en 1881 frente a la plaza
Desde fines de la década del cincuenta y neral consistía en un cuadrado de 10 km de la- —según el proyecto de Juan Abel Adrián Wal-
hasta su muerte, se vuelca hacia la difusión do que contenía 96 chacras, 148 lotes para quin- dorp (v.)—, es un buen ejemplo de esta reno-
del diseño gráfico e industrial desde la revis- tas y 100 manzanas para el pueblo. El área vación edilicia. Debido a su lento crecimiento
ta Nuestra Arquitectura (v.), de la que integró el urbana, que fue posteriormente ampliada a 256 poblacional, la consolidación de la capital no se
consejo de redacción. Simultáneamente, ocu- manzanas, tenía un trazado en damero con una haría sentir hasta el nuevo siglo. Hasta enton-
pó las cátedras de Visión y Arquitectura en las plaza central de cuatro manzanas y otras cua- ces, la población de Resistencia no superaba los
facultades de Arquitectura de Buenos Aires y tro periféricas de 1 manzana cada una. 2000 habitantes, ya que los nuevos contingentes
de Cuyo. E. G. A principios de 1878 arribó a la colonia el de inmigrantes se radicaban mayormente en el
primer contingente de inmigrantes, unas 250 área rural, donde comenzó a desarrollarse una
personas provenientes de la región del Friuli, diversificada producción agrícola. Sería el trans-
RESISTENCIA. Ciudad capital de la Provincia del en el norte de Italia y se sumó al año siguien- porte, la comercialización y la industrialización
Chaco, ubicada a 1012 km de Buenos Aires. te un contingente de 200 trentinos que llama- de esta producción lo que daría a Resistencia
Formando un área metropolitana junto con ron Puerto Tirol a las tierras donde se asenta- un creciente empuje, que afectaría el curso de
Barranqueras, Vilelas y Fontana, Resistencia ron. Estos primeros inmigrantes europeos, su posterior desarrollo urbano.
es la ciudad más poblada del nordeste ar- sumados a un importante grupo de origen co- En 1882, la fábrica de azúcar de Juan Hardy
gentino y conforma con la vecina ciudad de rrentino y a algunos militares y funcionarios fue la primera industria de la zona; a esta le
Corrientes una aglomeración de más de de Buenos Aires, formaron el primer núcleo siguieron el aserradero y la aceitera de Juan
700.000 habitantes. poblacional de Resistencia. La irregularidad Rossi, establecido en 1888 en un lugar deno-
del primer asentamiento y la necesidad de ubi- minado La Liguria, camino al puerto de Ba-
El surgimiento de Resistencia es parte de car un creciente número de inmigrantes moti- rranqueras. La explotación forestal también co-
un proceso de fundación de colonias impulsa- varon la realización de una tercera y definitiva bró importancia: en 1904 Gustavo Lagerheim
do por el Estado nacional con el propósito de planimetría de la colonia, llevada a cabo entre instaló la primera fábrica de tanino y llevó a ca-
asegurar el control de la región chaqueña que, 1881 y 1884 por el agrimensor Carlos Tassier. bo el tendido de vías de un tranvía a vapor ha-
todavía a fines del siglo XIX, se encontraba ba- En esta época Resistencia se dividía en dos nú- cia Barranqueras y las de un ferrocarril de tro-
jo el dominio de varias tribus indígenas. La co- cleos: uno en el Puerto San Fernando, sobre el cha angosta hacia sus obrajes. Unitan, una
misión exploradora encargada de estudiar la río Negro, y el otro en torno de la plaza central, segunda taninera, se asentó en 1906, en Puer-
margen oriental del río Paraná contaba con cier- donde se construyeron la catedral y la casa de to Tirol, 18 km al oeste de Resistencia. Comenzó
tas recomendaciones acerca de las condiciones gobierno, luego de que Resistencia se convir- aquí un período en el que la aparición de me-
que debían reunir los sitios en donde se em- tiera, en 1885, en capital del recientemente cre- dios de transporte ferroviarios y fluviales tuvo
plazarían estas colonias. Se requerían terrenos ado Territorio Nacional del Chaco. La capitali- un rol protagónico en la instalación de nuevas
altos, de fácil accesibilidad y preferentemente zación fue inaugurada con la construcción de explotaciones agrícolas e industriales, y, por en-
ubicados cerca de poblaciones existentes sobre edificios de mampostería que reemplazaron a de, en la radicación de colonos y obreros. Este
la orilla contraria del río. De acuerdo con es- fue también el caso del algodón, cuya produc-
tas pautas, Resistencia fue ubicada frente a la ción y exportación creció a medida que el fe-
ciudad de Corrientes, pero debido a la poca su- rrocarril se extendía hacia las zonas producto-
perficie de los terrenos altos sobre la barranca ras, en el centro de la provincia, beneficiando
del Paraná, se eligió un lugar a unos km tie- indirectamente a Resistencia y a Barranqueras,
rra adentro, en el que ya existía un asentamiento puerto que superó en importancia al de San
habitado por un grupo de obrajeros correnti- Fernando, pues se convirtió en el punto de sa-
nos que explotaban los bosques cercanos. Este lida de la producción agroindustrial del Chaco.
paraje conocido con el nombre de San Fernando Su crecimiento motivó en 1888 la delimitación
estaba ubicado cerca de la margen sur del río de su área urbana y en 1891 la realización del
Negro, afluente del Paraná, y entre 1750 y 1767 primer trazado, ampliado en 1906.
había sido asiento de la reducción jesuítica de Una segunda vía de comunicación y salida
San Fernando del Río Negro. de la producción regional fue provista por el
Allí el ingeniero Arturo Von Seelstrang y el ferrocarril de la compañía francesa que llegó
agrimensor Enrique Foster llevaron a cabo en- de Santa Fe en 1907; hecho este que integró a
tre 1875 y 1876 las primeras tareas de demar- Resistencia a la red ferroviaria nacional. En ese
cación de la Colonia Resistencia, denominada u PLANO FUNDACIONAL DE RESISTENCIA. mismo año se construyó la estación ferrovia-

172 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rep res
ria al norte de la ciudad.
El proceso de industrialización se fue acen-
tuando en los años subsiguientes. Al noroes-
te de Resistencia, sobre el río Negro, se esta-
bleció en 1915 una taninera que dio origen al
pueblo de Fontana. Tanto la fábrica como el
asentamiento cobraron importancia luego de
que la primera fue adquirida por la compañía
inglesa “La Forestal”. En Puerto Vilelas, al sur
de Barranqueras, la instalación de otra tani-
nera en 1917 fue seguida por varias industrias
agrícolas y forestales que en décadas posterio-
res convertirían al lugar en un polo industrial.
Este proceso de transformación técnica y
territorial reconoció como eje a Resistencia,
que se fue convirtiendo en un centro de servi-
cios. El transporte, en particular el ferroviario,
reforzó el rol de la ciudad. En este sentido hay
que mencionar el llamado “trencito Dodero”,
tren de trocha angosta que entre 1910 y 1924
unió a Resistencia con Barranqueras.
En cuanto a servicios, en 1908 se creó la
primera usina eléctrica y en 1913 se construyó
el Mercado Municipal. En 1910 el Dr. Julio Pe- u LA CIUDAD DE RESISTENCIA EN UNA IMAGEN DE MEDIADOS DEL SIGLO XX.
rrando fundó el primer hospital civil del Cha-
co. Dada la importancia comercial que comenzó Resistencia es la protagonista principal de instalaciones portuarias y se implementó un
a adquirir Resistencia, se produjo la apertura un proceso de expansión evidenciado clara- servicio de lanchas a Corrientes. Hacia la mi-
de sucursales de distintas entidades bancarias, mente por los censos poblacionales que en el tad del siglo, con la pavimentación de calles y
como el Banco de la Nación Argentina desde período 1914-1947 señalan al Chaco como la la construcción de nuevos barrios, se comple-
1905 y el Banco de Italia y Río de la Plata des- provincia con mayor crecimiento demográfi- tó la unión con Barranqueras, que en 1959 ad-
de 1910. El primero construyó su propio edi- co del país. La crisis de la actividad forestal quirió autonomía municipal y ensanchó su pro-
ficio en 1932 frente a la plaza central, colabo- en 1930 y la de la actividad algodonera en 1950 pio ejido. Estas tensiones de crecimiento,
rando con la consolidación edilicia de este contribuyeron a este crecimiento al generar sumadas a la barrera que representan hacia el
virtual centro cívico que seguiría concentran- una importante emigración desde las áreas ru- norte los terrenos bajos del río Negro, refor-
do el equipamiento administrativo. En tanto, rales, por lo que la población de Resistencia zaron la estructura longitudinal Este - Oeste de
las actividades comerciales se organizaron en pasó de 8374 habitantes en 1914 a alrededor todo el conjunto urbano, que se potenció con
forma separada a lo largo de la actual calle An- de 40.000 en 1947. Una de las consecuencias la apertura en 1973 del puente “General Bel-
tártida Argentina, coincidente con el trazado de esta explosión demográfica fue la genera- grano” y la consecuente integración de la ciu-
de las vías férreas a Barranqueras. ción de un elevado déficit habitacional que ni dad de Corrientes a todo el sistema. En este sen-
La creciente consolidación de Resistencia aun el BHN, instalado en 1921, logró resolver. tido pueden destacarse las conclusiones de un
se evidenció en las obras de arquitectura del De todas formas, es interesante notar que va- informe preparado por la sede local de la Uni-
período. La arquitectura doméstica experimentó rias de las numerosas industrias instaladas en versidad Nacional del Nordeste (UNNE) en 1971,
una actualización estilística de la mano del ita- Resistencia y alrededores llevaron adelante sus para el que se había estudiado en forma con-
liano Bruno del Mónico, primer arquitecto ra- propias estrategias de organización espacial, junta el funcionamiento de las dos ciudades y
dicado en la ciudad desde 1915. A él se deben las que incluían la provisión de viviendas. Pri- en el que se proponían alternativas de creci-
los proyectos de las primeras residencias im- mero La Forestal y Unitán, en Fontana y Puer- miento futuro para ambas. En el caso de Re-
portantes de la ciudad: la casa Serra y los cha- to Tirol, y luego National Lead Company, Mo- sistencia, se sugirió una zonificación de sus dis-
lets Perrando y Rapaccioli, edificios de perí- linos Río de la Plata y Fandet, en Resistencia tintas áreas y la reorganización de su red vial.
metro libre y detalles pintoresquistas; la casa y Barranqueras, construyeron barrios para su En 1970 la población de Resistencia supe-
Power (hoy Sociedad Rural del Chaco) y la ca- personal (v. Poblado taninero). ra los 120.000 hab. y, en los años siguientes,
sa Morgan, que se destacan por sus fachadas El crecimiento de Resistencia a lo largo del la mancha urbana comienza a integrar también
italianizantes sobre la línea municipal. Del Mó- eje Este - Oeste acentuó su conexión con Ba- a los pueblos de Vilelas y Fontana. En vista de
nico realizó más de doscientas obras, y durante rranqueras luego de que el camino que las une esta situación, el gobierno provincial encomendó
su gestión al frente de la Dirección de Obras fuera asfaltado en 1935, lo que posibilitó la exis- en 1977 un estudio integral cristalizado en dos
Públicas de la Municipalidad se encargó del tencia de servicios de transporte colectivo. Ca- informes: “Diagnóstico de la situación urbana
nuevo diseño de la plaza central y de efectuar, si simultáneamente se construyó en Barran- del Gran Resistencia” y “Plan de ordenamien-
en 1936, el plano de replanteo de la ciudad. queras un nuevo muelle, se mejoraron las to ambiental del Gran Resistencia y su área

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 173


ejemplo, el edificio de la Casa de Gobierno y rrioz. “Revitalización de un conjunto”. En: DANA.
la casa central del Banco de la Provincia del N° 3, 1975; Código de planeamiento urbano ambien-
Chaco, ambos frente a la Plaza 25 de Mayo. Es- tal de la ciudad de Resistencia. Resistencia: Muni-
te último fue construido en 1977 por el estu- cipalidad de Resistencia, 1980; M. E. Leiva de Dosso.
dio Antonini, Schön y Zemborain (v.), quienes “Las Colonias del área Chaqueña”. En: Revista 2C.
obtuvieron el primer premio en el concurso re- Barcelona, noviembre de 1981; “Banco de la Pro-
alizado en 1971. Actualmente existe una trein- vincia del Chaco, casa central, Resistencia”. En: sum-
tena de edificios en altura, en su mayoría en la ma. N° 173, 1982; J. Caric. “Sucursal Resistencia”. En:
zona comercial, hacia el sur del centro admi- Banco de la Nación Argentina. Acción, presencia
nistrativo constituido por la Plaza 25 de Mayo. y testimonio en la construcción del país. Bs. As.:
El carácter de barrera urbanística del río Ne- Fundación Banco de la Nación Argentina, 1983; El
gro se ha acentuado por las importantes obras patrimonio arquitectónico de los argentinos. Bs.
de defensa construidas luego de una serie de As.: SCA e IAIHAU, 1983. A. Fernández de Mahave.
inundaciones que afectaron seriamente a la Gran Resistencia. Resistencia, 1996; “Los pasos da-
ciudad durante la década de 1980. Más allá de dos para la protección del patrimonio cultural y
esta excepción, los suburbios se han expandi- natural del Chaco”. En: Diario Norte. Resistencia,
do en múltiples direcciones mediante la apa- 4 de enero de 1998; Monumentos históricos de la
rición de un gran número de conjuntos habi- República Argentina. Bs. As.: Comisión Nacional de
tacionales y asentamientos precarios. La Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, 1998;
presencia de las avenidas, siguiendo la geo-
metría cuadricular común a casi toda la ciu-
dad, conecta estos nuevos sectores con el cen- REVISTA ARQUITECTURA. Esta revista consti-
tro de la misma. La intersección de muchas de tuye el primer órgano específico de difusión
estas arterias, así como los numerosos parques de la disciplina en la Argentina. Publicada en-
y plazas existentes, sirvieron de escenario pa- tre 1904 y 1916 es el antecedente directo
ra la aparición de una gran variedad de obras de la Revista de Arquitectura de la SCA (v.).
u RESISTENCIA A MEDIADOS DE SIGLO XX. escultóricas cuya difusión ha sido principal-
mente promovida por “El fogón de los arrie- En marzo de 1904, el arquitecto Le Monnier
de influencia”. En ellos se intenta dar una res- ros”, entidad cultural del año 1943. Esta par- (v.) comunica a la Comisión Directiva de la SCA
puesta integral a la planificación de los núcle- ticularidad le ha valido a Resistencia el nombre la intención del ingeniero Chanourdie, direc-
os urbanos que conforman el área y se propo- de “ciudad de las esculturas”. tor de la Revista Técnica, de agregar un “Su-
ne utilizar los terrenos inundables del río Negro Resistencia cuenta con un importante pa- plemento de Arquitec-
como áreas verdes y recreativas. Para la puesta trimonio arquitectónico de origen industrial. tura”. Días después se
en práctica de estos objetivos se puso en vigencia Un ejemplo de ello son las instalaciones de “La llegaba a un acuerdo pa-
posteriormente el “Código de planeamiento ur- Fabril”, cuya construcción data de la década de ra redactar y organizar
bano de la ciudad de Resistencia”. Este proce- 1930 y que en 1974 fueron objeto de uno de la publicación, que
so de integración culminó en 1980 con la cre- los primeros proyectos de refuncionalización comprendía “8 páginas
ación del “área Metropolitana”, que incluyó en de edificios industriales en el país, que no lle- independientes, 1 toda
un mismo distrito a Resistencia, Barranqueras, gó a concretarse. Mejor suerte corrió el pro- con clisés, reproduc-
Vilelas y Fontana. El interés que generaron yecto de reciclaje del viejo Mercado Municipal, ciones y obras notables
en esos años las cuestiones urbanísticas se ha- que a principios de la década de 1980 fue reu- hechas por los socios”.
lla ligado en parte a la presencia como centro tilizado como galería comercial. En tanto, el u PORTADA DE LA REVISTA En representación de la
de estudios de la UNNE, de la que, a partir de edificio de la estación del Ferrocarril Santa Fe, ARQUITECTURA. SCA se designó a los ar-
1963, comienzan a egresar los primeros arqui- único monumento histórico nacional de la ciu- quitectos Le Monnier y
tectos Este hecho influyó también en la pro- dad, alberga hoy un museo de ciencias natu- Raffo. Su publicación se prolongó hasta 1916,
ducción arquitectónica local en un momento rales. Varios edificios de la ciudad están sien- con un total de 119 números. Significaba para
de gran crecimiento para la construcción. Las do preservados, en especial tres de ellos que el ambiente profesional de entonces la prime-
obras modernas más significativas fueron im- han sido declarados Patrimonio Cultural del ra publicación dedicada a la arquitectura, no ya
pulsadas por organismos estatales: el edificio Chaco: los pabellones antiguos del Hospital en forma anexa, como aparecía en la Revista Téc-
de Correos, el Aeropuerto y el edificio de la Em- Perrando, el Club Social de Resistencia y el nica, sino tratada de manera especial y por sus
presa Nacional de Telecomunicaciones, pro- Chalet Perrando. F. W. mismos protagonistas. El arquitecto y la arqui-
yectado por el arquitecto M. R. Álvarez (v.), tres tectura como símbolo de estatus social encon-
ejemplos representativos del período, al que po- Bibliografía: Plan de desarrollo físico de Resistencia traron páginas dedicadas a hoteles privados, pe-
dríamos agregar la central termoeléctrica de Ba- y su área de influencia. Resistencia: Departamen- tit-hôtels, casas de renta, cascos de estancia,
rranqueras (v. Aslan y Ezcurra). to de planeamiento (UNNE), 1971; C. P. de Bianchi. palacios y obras monumentales. A excepción
En los años setenta comenzó un período de “Arquitectura en Resistencia y Barranqueras en la de los estudios del ingeniero Domingo Selva (v.)
construcción en altura al que pertenecen, por década de 1960-1970”. En: DANA,N° 1, 1973; J. Itu- sobre la habitación higiénica para el obrero y de

174 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


res rev
yecto anterior, en el cual la herencia hispana
postulada por Kronfuss (v.), un atento lector de
Ruskin, jugaría un rol central, al menos hasta
1922.
Los profesores de la Escuela de Arquitec-
tura porteña brindaron a la revista un impor-
tante respaldo intelectual, al debatir con los es-
tudiantes el tema central que los convocaba, es
decir la posibilidad de que existiera una ar-
quitectura nacional y cómo debía encarársela.
La cubierta, que presentaba el escudo nacional
u ILUSTRACIÓN ART NOUVEAU DE UN SUMARIO DE LA REVISTA ARQUITECTURA. e incluía la arquitectura neoclásica hispana de
la Recova, fue diseñada desde el principio por
los primeros concursos de casas baratas, la te- tural, tal como fue planteado por el ámbito es- el profesor René Karman (v.), y rezaba: “Arte
mática social fue soslayada. La revista publicó tudiantil de entonces, que lo asociaba al Neo- decorativo argentino”. En el editorial se desta-
también las sesiones de la Comisión Directiva colonial (v.), se convirtió gradualmente, desde can "...orientación nacional...", "Puntos de mi-
de la SCA, los concursos estímulo organizados la presencia de la SCA, en un medio de ex- ra: la Edad Colonial, en el tiempo; toda Amé-
por esta institución y sus opiniones oficiales so- presión del profesionalismo disciplinar. A par- rica subtropical, en el espacio". A partir del
bre temas de estética edilicia. Casi todos los pro- tir de 1930 la revista impulsó la consolidación quinto número (mayo de 1916) se hizo cargo
yectos monumentales del período fueron pu- local de la figura del urbanista (v.) y el recono- de la dirección otro hispanista, Héctor Gres-
blicados (Congreso, Teatro Colón, Edificio de cimiento de su especificidad; simultáneamente lebin, y la portada —que esta vez correspondía
Correos, etc.), y siempre estuvo presente la ac- se articuló con las transformaciones técnicas, netamente al Barroco hispánico— era de Juan
tualidad europea con los premios de fachada culturales y disciplinares de la Modernidad, Kronfuss. En sintonía con las rotaciones na-
otorgados en Bruselas, París, y toda la produc- sin excluir la presencia de los estilismos tra- turales de la conducción del Centro de Estu-
ción ecléctica de principios de siglo. En 1913 apa- dicionales, cuya desaparición gradual quedó diantes, en octubre de 1916 Carlos F. Ancell
recían las primeras casas de departamentos y se reflejada en las páginas de la revista. La rea- reemplazó a Greslebin. A partir de la fusión
prolongaba el asombro por los enormes rasca- parición en 1980 eliminó de sus páginas la pu- con la Sociedad Central de Arquitectos, ocu-
cielos (v.). En 1915 se insinúan los primeros cam- blicación de proyectos y obras enviadas por los rrida en mayo de 1917, fue director Hugo Pe-
bios estilísticos: salas platerescas en edificios es- socios; de este modo quedó restringida a de- llet Lastra, y en enero de 1919 la revista estu-
pañoles se alternan con salas estilo Luis XVI, y tallar las actividades de la SCA (concursos, pre- vo bajo la dirección de Ernesto Lacalle Alonso.
surgen los dibujos de Kronfuss (v.) sobre Arqui- mios, información profesional, homenajes, Volvió la portada de Karman, pero el texto "ór-
tectura Colonial en América del Sur. J. T. etc.), y también brindó —con intermitencias— gano del CEA" fue reemplazado por un logo-
la posibilidad de debate histórico crítico. tipo SCA-CEA; por su parte, el profesor René
Bibliografía: AA.VV. SCA. 100 años de compromiso con Villeminot diseñó un nuevo sumario. En este
el país. 1886-1986. Bs. As.: SCA, 1993. Del espiritualismo al profesionalismo: la Re- medio aparecieron encendidos y románticos
vista de Arquitectura (1915-1923). En julio de artículos de Hugo Pellet Lastra, Martín Noel
1915 aparece —o en rigor reaparece, dado que (v.), Horacio Greslebin (v.), Ernesto Lacalle Alon-
REVISTA DE ARQUITECTURA. Publicación ini- el Centro de Estudiantes de Arquitectura ha- so (v.), contestados por posiciones positivistas
ciada en 1915 por el Centro de Estudiantes bía iniciado una publicación homónima de la cercanas a Viollet le Duc, como las de Pablo
de Arquitectura de la Facultad de Ciencias que se editaron escasos números en 1910— la Hary (v.) o René Karman, o bien a Taine, como
Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Revista de Arquitectura la de Alejandro Christophersen (v.).
de Buenos Aires. En 1917, la Sociedad Cen- como órgano del in- En este momento, la revista dedica buena
tral de Arquitectos se incorporó a la dirección quieto Centro de Estu- parte de su espacio a informar sobre salones de
de la revista y a partir de 1923 hegemonizó diantes de Arquitectu- pintura y escultura, así como a publicar apun-
su control; apareció en forma mensual hasta ra (CEA), dirigida por tes de los cursos de la Escuela (el de Teoría de
1951 y con intermitencias hasta 1962. En es- Fortunato A. Passerón, la Arquitectura, de Hary, y el de Historia de
te último lapso no participó el Centro de Es- en un momento en que Prins, (v.)). Esto no hacía otra cosa que reforzar
tudiantes. Paralelamente, entre 1955 y 1980, el espiritualismo en la la polémica con la carrera de ingeniería en cuan-
la Sociedad Central de Arquitectos editó un Universidad estaba ga- to a superioridad de contenidos, debate que, co-
Boletín que en forma esporádica intentó lle- nando terreno entre las mo vimos, contaba con casi dos décadas de an-
nar el vacío dejado por la revista; esta rea- u REVISTA DE ARQUITECTU- generaciones más jó- tigüedad y que alcanzaría una tregua luego de
pareció finalmente desde la última fecha ci- RA, DÉCADA DE 1920. venes, impulso que cul- la sanción del Reglamento Profesional en 1944.
tada bajo el nombre original, y su salida se minaría en la Reforma En 1917 la SCA se incorporó al directorio
extiende hasta el presente. de 1918 (v. Enseñanza de la Arquitectura). En este con- de la revista, en cuya administración el CEA
texto, y desligada por completo de los inge- quedó en minoría hacia 1923. Estas condicio-
Habiendo sido durante el control del CEA nieros, apuntaba en un comienzo a definir un nes, fomentadas por el alvearismo, por cierto
una tribuna de expresión del nacionalismo cul- perfil idealista frente al positivismo del pro- fueron propicias para que diera un giro profe-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 175


sionalista y corporativo, de ahí que comenza- (Lahusen, mayo de 1928; Unión Telefónica, ma- Primer Congreso Argentino de Urbanismo,
ran a aparecer en forma regular la publicación yo de 1929), edificios institucionales (Concejo organizado por Amigos de la Ciudad (v.) en
de los resultados de los concursos auspiciados Deliberante, noviembre de 1931). 1935. Por su parte, los artículos sobre vivienda
por la SCA, artículos sobre aspectos técnicos, Entre 1930 y 1943 la revista participó —si popular acercan el contenido de la época al de
legales y constructivos, proyectos y obras rea- bien en una ecléctica compañía con los estilis- Nuestra Arquitectura (v.) —con los editoriales
lizados por miembros mos historicistas— de la introducción en la Ar- de Hylton Scott o los artículos de Vilar (v.)— y
de la SCA, y toda una gentina de la arquitectura, el urbanismo y la también al del Boletín de la Comisión Nacio-
serie de notas que transformación del hábitat en clave estética- nal de Casas Baratas.
muestran la coexisten- mente moderna, juntamente con el incremen- Otra de sus transformaciones es el despla-
cia de los graduados en to informativo de las nuevas tecnologías. En es- zamiento del eje temático hacia la tecnología,
un medio que todavía te sentido, el número de enero de 1930 ya que pueden encontrarse artículos sobre co-
era mayoritariamente preanunciaba el cambio con obras de Virasoro, cinas eléctricas, acondicionamiento de aire, ca-
estudiantil. Cabe seña- Gelly Cantilo y otros, que, si bien correspondí- lefacción, iluminación (se publican incluso los
lar que Le Monnier (v.) an al Art Decó, fueron difundidas bajo el lema resultados del concurso organizado por la CA-
había creado en 1904 la “tendencias modernas”, y ya desde enero de DE), refrigeración, obras sanitarias, azoteas
Revista Arquitectura (v.) 1928 la cubierta ostentaba una imagen mo- impermeables, los que, junto a los habituales
u PORTADA DE LA REVISTA como órgano de la dernizada, a partir del uso exclusivo de tipo- referidos a estructuras de H° A° y acero, mar-
DE ARQUITECTURA. SCA, hecho que tenía grafía. Avanzando en la década siguiente, la re- can la importante influencia en el campo dis-
que suceder, dado el vista ostentó una tapa diagramada con criterios ciplinar de los sectores más avanzados dentro
impulso que había tenido la disciplina en la modernistas, a la par de Nuestra Arquitectura, de la industria vinculada a la construcción.
Argentina desde el momento fundacional, que incluía el empleo del color y de fotografías Paralelamente, desde 1930 se publican con
cuando se inicia una paulatina diferenciación que reforzaban la identidad de cada número. continuidad obras y proyectos modernos, tan-
con los saberes y prácticas propios de los in- El tema dominante fue, sin embargo, la apa- to los realizados en la Argentina como en el ex-
genieros, dentro de un medio profesional que rición continua de editoriales —a cargo suce- terior. Avalados en algunos casos discretamente
ponía el acento en la vertiginosa producción sivamente de sus directores Raúl J. Álvarez, por los editoriales, pueden verse trabajos de
de la metrópolis y las técnicas necesarias. Victorio Lavarello, Eduardo Fontecha y Eduar- Poelzig, Bonatz, Hoger, Gropius (v.), Breuer,
do Ferrovía—, quienes avalaban la presencia Mendelsohn, Sert, Pe-
Profesionalismo clásico y moderno (1923-1945). en la Municipalidad de Buenos Aires del in- rret, Mies van der Ro-
A partir de 1923, con minoría estudiantil y ha- geniero y urbanista Carlos M. Della Paolera (v.) he, Chermaieff, Sarto-
biendo sido elegido su director por la SCA, la y la institución del urbanismo (v.) como prác- ris (v.), Buckminster
revista, que había encarado su aparición en for- tica consagrada y específica, que la SCA in- Fuller. En algunos ca-
ma mensual, encargó la edición a un agente tentaba dejar en manos de los arquitectos, así sos, aparecen artículos
comercial, Alberto E. Terrot, quien —con fun- como lo muestra la creación en 1933 de la cá- a modo de ensayo, co-
ciones de administrador— se desempeñó en tedra de Urbanismo en la Escuela de Arqui- mo el de Franc Moller
el cargo hasta noviembre de 1951. De este mo- tectura, a instancias de Coni Molina, ex pre- sobre Gropius, o los de
do se incrementaron las publicidades de em- sidente de la SCA. En consonancia, aparecieron Prebisch, Hegemann,
presas ligadas a la producción de edificios, y notas y comentarios tanto de figuras interna- u PORTADA DE LA REVISTA Sartoris, Buschiazzo, y
gradualmente fueron desapareciendo los ar- cionales como locales: Emilio Harth Terre, Wer- DE ARQUITECTURA. la polémica sobre el ar-
tículos polémicos, reemplazados por un tono ner Hegemann (v.), Raúl Lerena Acevedo, Al- tículo de Mauclair: “Cri-
pedagógico e informativo, a excepción de los fredo Agache, Pietro Bardi, Berthold Lubetkin, sis de la arquitectura”, contestado por García
célebres escritos de Prebisch (v.) y Vautier (v.): Mauricio Cravotto, entre los extranjeros, y Ja- Mansilla y Rivarola. De todos modos, hay una
“Ensayo de estética contemporánea” (noviem- cobo e Isaac Stok (v.), Della Paolera, Bereterbi- evidente selección de referentes considerados
bre de 1924) o el de Virasoro (v.): “Tropiezos y de (v.), Vautier, Del Mazo y Jaeschke, entre los válidos, que deja afuera los aspectos corrosi-
dificultades al progreso de las artes” (mayo de argentinos. Las temáticas centrales de los mis- vos de las vanguardias e instala la Arquitectu-
1926). En este período, las obras publicadas res- mos coincidían con el debate institucional que ra Moderna dentro de un recorte profesiona-
pondieron predominantemente al Historicis- se daba en el Concejo Deliberante de la Ciu- lista más conservador.
mo practicado dentro de las reglas académicas: dad de Buenos Aires, en la Asociación Amigos Compartiendo el espacio de la revista con
numerosas casas de renta, chalets, residencias de la Ciudad; de tal modo diferencian aún más los estilismos diversos que recorren el perío-
veraniegas, petit-hôtels y hoteles privados, y, el carácter de la revista de otras como Nuestra do, se dan a conocer trabajos modernos de au-
en menor cuantía, estancias, bancos (se desta- Arquitectura o la Revista del CACYA: espacios tores argentinos: gran cantidad de casas de ren-
can el de Boston, mayo de 1924; Galicia y Bue- verdes, circulación urbana, plan regulador, re- ta y una variada gama de programas (cines,
nos Aires, enero de 1926; Alemán Trasatlán- gulación de espacios construidos, tránsito, zo- clubes, edificios de oficinas, viviendas indivi-
tico, octubre de 1926; Francés y Río de la Plata, ning funcional, centros cívicos. Asimismo, la duales, edificios públi- cos, hospitales). Sin em-
diciembre de 1926; Tornquist, junio de 1930; revista ofreció un considerable espacio a las ex- bargo, se observan ciertas ausencias de auto-
Popular Argentino, abril de 1931; Nuevo Ban- posiciones municipales de urbanismo (en 1933 res y obras, motivadas por la no pertenencia
co Italiano, agosto de 1933; Provincia de Bue- y 1940), organizadas por la Dirección del Plan a la SCA en el primer caso, o por omisión en
nos Aires, octubre de 1942), sedes comerciales de Urbanización a cargo de Della Paolera, y al el caso de obras de autores que aparecían fre-

176 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rev rev
cuentemente. Así pueden notarse ausencias Forshaw y Abercrombie, el de Liverpool, artí- de este proceso fueron Raúl Grego, director del
tales como las de Antonio Vilar (v.), debido a culos de Osborn sobre las New Towns), notas número 371 de mayo-octubre de 1953, Eduar-
que era ingeniero, Jorge Kalnay (v.), Wladimi- sobre el 7° CIAM, sobre la Ciudad de los Mo- do Sarrailh (v.), director del siguiente número
ro Acosta (v.), León Dourge (v.) o Jorge Bunge tores, de Sert y Wiener, fragmentos del libro La de enero-febrero de 1954, que ostentaba una
(v.). Por otra parte, en un período clave en el Ciudad, de Saarinen, la ciudad industrial de Tony nueva tapa diseñada por Clorindo Testa (v.),
crecimiento del campo de acción del Estado, Garnier, la ciudad jardín de Howard, entre otros. Odilia Suárez (v.), Carlos Méndez Mosquera (v.)
la revista incluyó muchos trabajos realizados A nivel nacional, el tema de mayor interés del y Conrado Sondereguer (v.). Es así como apa-
por departamentos estatales de proyecto, co- período es primero la reconstrucción de San recen, además de varias notas dedicadas a la
mo el de YPF (v.), el MOP (v.) o el Consejo Na- Juan y luego la articulación del planeamiento Unidad de Habitación de Marsella (mayo-agos-
cional de Educación, entre otros, dado que en con el Estado. Simultáneamente, y también des- to de 1953), dos números enteros dedicados al
ellos participaban socios de la entidad. de la dirección de Achával, se publican artícu- trabajo histórico de la Oficina del Plan Regu-
los de Gropius (“La teoría y organización del lador de 1948, titulados “Evolución de Buenos
Compromisos ideológicos en aguas procelosas Bauhaus”), de Klein, sobre vivienda mínima, Aires en el tiempo y el espacio”, que aparecen
(1943-1953). Entre 1944 y 1953 se despliega una de Le Corbusier (las enmarcados en los presupuestos ideológicos
etapa, que se inicia bajo la dirección de Fede- conferencias del año de la Carta de Atenas. En medio de un clima
rico de Achával (v.) y se extiende con la de José 1929 en Buenos Aires), renovado en el país y en la Universidad, du-
M. F. Pastor (v.) y la de Raúl J. Álvarez. En los el manifiesto cons- rante el año 1960 se publican bajo la dirección
primeros números de la dirección de Achával tructivista de Gabo y de Sondereguer, cofundador en 1942 de la re-
se advierte claramente un giro de la anterior re- Pevsner, etc. En este vista Tecné (v.), varios artículos dedicados a his-
vista liberal hacia posiciones abiertamente re- período, cuando van toriar la arquitectura en la Argentina que, jun-
accionarias de corte nacionalista y conserva- desapareciendo gra- to al número aniversario de Sur —que contiene
durismo católico, que en el plano disciplinar la dualmente los estilis- un trabajo de Méndez Mosquera—, constitu-
llevan a un ambiguo rechazo tanto del Clasi- mos tradicionales, ocu- yen los primeros escritos destinados a cons-
cismo como de la Modernidad y a refugiarse en u REVISTA DE ARQUITECTU- pan un amplio lugar las truir una genealogía de la Arquitectura Mo-
expresiones coloniales o anteriores al ochen- RA EN LOS AÑOS 90. manifestaciones mo- derna en la Argentina (v.).
ta. En consonancia con los ideales de la revo- dernas locales: obras y En 1955, la SCA comenzó a editar un bole-
lución de junio de 1943, dicha actitud se ma- resultados de concursos, pero sin una revisión tín que intentaba cubrir la irregularidad con
nifiesta claramente en editoriales como “Hacia crítica de la situación de cambio. que aparecía la revista (a partir de 1967, al apa-
una arquitectura argentina” (abril 1944), o la El año 1951 presagió lo que sería una tra- recer con mayor regularidad, el boletín pasó
exaltada defensa de la colonización jesuítica yectoria irregular para la Revista, dado que en a llamarse Revista de la SCA). En este lapso, se
que hacen Pastor y Achaval; hecho que se en- ese año apareció un solo número, el 362, en no- publicaron algunos de los trabajos clave de los
laza con la aparición de números especiales viembre. Dirigida nuevamente por Raúl J. Álva- años “desarrollistas”, tales como los concur-
dedicados a casas de campo, matizado sin em- rez, cesa a partir de entonces la participación sos: Biblioteca Nacional, Jockey Club, Edificio
bargo por sus colaboradores Pastor, Cappagli del CEA, el que venía teniendo algunos roces Peugeot (este de carácter internacional), Es-
y Moller. Al poco tiempo, y vinculado quizá con con la dirección y había perdido peso, a tal pun- cuela en Catalinas Sur, Colegio Mayor de Ma-
la derrota del fascismo en Europa y, paralela- to que habían desaparecido los trabajos de los drid, ampliación Cámara de Diputados, Hos-
mente, con la escasa resonancia local de su cursos de Arquitectura y de Composición De- pital Nacional de Pediatría, Auditorio de la
mensaje en un medio profesional de corte pre- corativa, que hasta 1943 ocupaban un impor- Ciudad de Buenos Aires, edificio para el per-
dominantemente liberal, Achával abandona es- tante lugar en la publicación. Durante los dos sonal del Congreso de la Nación. Asimismo,
tas posiciones y la revista inicia así un período gobiernos de Perón, la revista tradujo la ambi- aparecieron los temas fuertes de la época, ta-
que, a semejanza del anterior, pone de mani- gua actitud de la SCA frente al poder, eviden- les como el de erradicación de villas de emer-
fiesto una apertura relativamente amplia ha- ciada en particular por el número dedicado a la gencia (noviembre de 1969) o las operatorias
cia las distintas corrientes modernas interna- obra edilicia de la Fundación Eva Perón (mar- de vivienda masiva.
cionales. Esto se manifestó claramente en el zo-abril 1952), por los comentarios favorables
editorial de julio de 1946, donde se instaba a al Plan Quinquenal (febrero de 1952) y por la Resurgimiento y continuidad. Tras una nueva
los arquitectos argentinos a publicar sus obras publicación del Barrio Presidente Perón, obras interrupción, en 1981 volvió a salir dirigida por
“junto a los maestros contemporáneos Le Cor- que el Estado sustraía al ejercicio liberal auspi- Carlos Coire, a quien sucedió poco tiempo des-
busier (v.), Gropius, Wright, Neutra, Saarinen, ciado por la SCA. pués Julio Keselman, que ejerció esa función
Tectón, Asplund, Dudok, etc.”, y asimismo en hasta el número 190 de 1998. En el lapso pre-
sus fallos como jurado de los concursos orga- La apuesta por la contemporaneidad. La etapa vio al retorno de la democracia (1981-1983), con
nizados por la SCA por esos años. comprendida entre 1953 y 1962 se caracterizó la presidencia de la SCA a cargo de Francisco
Al mismo tiempo se va perfilando con sin- por la presencia hegemónica en las páginas de García Vázquez (v.), la revista comenzó a tran-
gular fuerza la presencia de Pastor, quien su- la revista de obras y planteos estrictamente con- sitar una tendencia clave de los tiempos que
cede a Achával en 1947 e incorpora buena par- temporáneos, y el paralelo esfuerzo por des- vendrían: historia, patrimonio y ambientalis-
te de la experiencia en materia de gestión urbana acreditar los últimos restos del tradicionalis- mo como cuestionamientos y alternativas fren-
y de vivienda norteamericana, el planeamien- mo académico, que aún pesaba en la Facultad te al proyecto modernizador en agonía del Pro-
to inglés de posguerra (el Plan de Londres de de Arquitectura de la UBA. Los protagonistas ceso (el número 119 incluye el trabajo de

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 177


Ladizesky, Del Franco y Ruiz sobre Wladimiro cio dedicado a obras y proyectos enviados por diciones figurativas diferentes (estilos exóti-
Acosta —preludio de una reconsideración dis- los socios de la SCA. cos, vernaculismos, pintoresquismos). En su
ciplinar que se consolidaría en la segunda mi- En marzo de 1999, la revista, dirigida a par- acepción más amplia y literal, la actitud revi-
tad de la década—, el número 124, de diciem- tir del número 191 por Carlos Lebrero y con valista incluye también el lenguaje clásico, ya
bre 1982, incluye el artículo de Odilia Suárez un staff renovado a cargo de Jorge Iribarne y en no como código universal sino como elección
“La reconciliación de la arquitectura con el am- el que participan Jorge Ramos, Aída Daitch, Nan- subjetiva dictada por la sensibilidad y adopta-
biente”, y el número 126, de agosto de 1983, es- nette Cabarrou, Alvaro Arrese, Fabiana Barre- da por motivos contingentes.
tá dedicado a preservación). da, Matías Gigli y Alfredo Moffat, cambió su per- Periodización. Difundido en el campo inter-
En 1986, en coincidencia con el centenario fil y encomendó su diseño a Lorenzo Shakespear nacional durante el siglo XIX, su datación po-
de la creación de la y la dirección técnica y edición a Hernán Bis- dría circunscribirse en la Argentina a la apari-
SCA, volvió a llamarse man y Claudio Robles. Hizo números mono- ción de los primeros ejemplos de pluralidad
Revista de Arquitectura, gráficos, en una tónica similar a otras revistas lingüística en la década de 1850 hasta 1930,
reutilizándose inclusi- europeas de gran suceso (Arquitectos de Madrid, cuando se abre una nueva fase de moderniza-
ve la tipografía del perí- A&V, etc). Abrió también un abanico de temas ción, que se extiende y coincide básicamente
odo 1944-1952. En los locales, en parte ausentes en la asimismo reno- con el período definido convencionalmente co-
años sucesivos, hasta vada Summa (v.), lo cual fue un hecho positivo: mo Eclecticismo (v.). Historicismo y Revival en
1990 aproximadamen- concursos (6 números); periferia, interiores, sus diferentes acepciones (Neorromano, Neo-
te, se advierte la fuerte la propiedad, infraestructura, el techo, la ribera, griego, Neorrenacimiento, Neobarroco, Neo-
presencia de los tópicos la calle, el plan, campos de juego, el dibujo. Un gótico, Pintoresquismo, etc.) se difunden en la
u PORTADA RECIENTE DE LA inaugurados a comien- provisorio balance de estos últimos cinco años arquitectura argentina a través de operadores
REVISTA DE ARQUITECTURA. zos de los años ochen- podría situar a la Revista en continuidad, y a la extranjeros, mediante instrumentos teóricos y
ta. En lo referente a exá- vez en reposicionamiento, en un medio que len- prácticos, que representan a diversos grupos
menes históricos (en los que participó buena tamente pareciera recuperarse del tránsito por sociales y responden a las exigencias específi-
parte de la intelligentzia local), se destacan los los turbulentos años noventa, que vieron des- cas de los dispositivos de modernización.
debates sobre el conjunto Los Andes de Fermín aparecer de las revistas los debates temáticos;
Bereterbide y sobre el caserón de Rosas en Pa- años a su vez en que se interrumpieron enteras Modalidades de difusión. En la Argentina, en
lermo (Schávelzon, Aliata), el Neocolonial (Gut- colecciones bibliográficas de editoriales locales el maleable campo profesional del período, ac-
man), lo “Nacional y Popular” (Ramos, Sabu- o internacionales. E. G. túan profesionales locales y extranjeros que in-
go, Gorelik, Silvestri), el llamado Racionalismo corporan como instrumentos proyectuales vo-
de los años treinta (Larrañaga y Katzenstein), Bibliografía: Humberto González Montaner. “La Re- cabularios y técnicas diversificadas, cuya
junto con la reconsideración de figuras emble- vista de Arquitectura”. En: Summarios: AA.VV. So- utilización deberá ser evaluada caso por caso
máticas del academicismo (Federico Ortiz re- ciedad Central de Arquitectos. 100 años de com- en función de las condiciones de producción
visó sus anteriores consideraciones sobre Chris- promiso con el país. 1886-1986. Bs. As.: SCA, 1993. de la obra. Publicaciones extranjeras (Houses &
tophersen en el número 128 de marzo de 1984); Revista de la Arquitectura N°. 212, abril 2004. Gardens, American Home, Ideal Home, Pencils
además, se dedicó una sección especial a revi- Points) o nacionales (Revista Técnica, Arquitec-
sar clásicos de la arquitectura contemporánea tura, La Vida Moderna) divulgan modas y pau-
(Banco Municipal, Teatro General San Mar- REVISTA DEL PLATA (v. Pellegrini, Carlos Enrique). tas de vida para una burguesía ávida de nove-
tín, Banco de Londres), a dos o tres décadas dades. Al mismo tiempo, distintos grupos
de inaugurados, entrevistando a sus autores REVIVAL. m. Retorno de un estilo del pasado, étnicos y sociales recurren a sus propios téc-
y debatiendo el proceso de diseño. El patri- con la implícita exigencia de proponer valen-
monio urbano fue considerado en los números cias ideológicas con él identificadas.
137 y 138, de noviembre de 1986 y mayo de 1987
respectivamente, dedicados a las principales Asimilado al concepto de Historicismo en
ciudades del país. Por su parte, en el cruce en- ámbito anglosajón, en cuanto posibilidad de
tre ecologismo y preservación, el número 135 revivir repertorios estilísticos de la historia a
de diciembre de 1985 estuvo dedicado a los par- través de un uso ideológico de sus elementos
ques nacionales y su patrimonio. Ambos temas formales, esta voz inglesa, tomadacomo prés-
estuvieron acompañados por la publicación de tamo por el lenguaje técnico, suele designar
concursos nacionales de vivienda realizados en- las diversas tendencias estilísticas de impron-
tre 1983 y 1989 (Arroyito, Rawson, Catamarca, ta romántica que, en la búsqueda de afirma-
Carmen de Patagones, Bajo Flores, etc.), re- ción de las tradiciones nacionales, se ponen en
sultados de los premios anuales, debates de las juego como alternativa a los estilos académi-
mesas redondas (desde las políticas de vivien- cos. Algunos autores indican con la noción de
da, pasando por el Código de Planeamiento has- Historicismo tanto los estilos clásicos como los
ta la intervención en Puerto Madero) y un con- medievales por su condición de estilos histó-
junto de información destinada a la actividad ricos, mientras que con el vocablo revival (R)
profesional; se eliminó, por otra parte, el espa- se refieren a los lenguajes originados en tra- u FACHADA DE UNA SUBESTACIÓN PROYECTADA POR CHIOGNA.

178 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rev rev
nicos y profesionales para reproducir reperto- mando, lombardo, gótico, veneciano, florenti-
rios regionalistas que posibiliten un mecanis- no, vasco, ticinés, etc.). Los estilos exóticos, pro-
mo de identificación con el país de origen. Es- ducto del gusto por la exploración de tierras le-
ta adopción no siempre se limita a una janas, alimentados con el extenderse del
repetición imitativa de estilemas reconocibles, colonialismo y asociados con la inclinación por
sino que produce hibridaciones y soluciones el coleccionismo de la burguesía del 1800, en-
particulares. Emergen así nuevas problemáti- cuentran su ámbito de difusión privilegiado
cas generadas por las relaciones que el movi- en pabellones de parques y exposiciones don-
miento migratorio establece entre centro y pe- de la poética inglesa del Pintoresquismo había
riferia respecto de modelos, prácticas y experimentado y sistematizado modelos for-
conformación de la disciplina; de ahí que se males extraños a la tradición occidental, con-
produzcan, según los roles (profesionales, téc- tribuyendo decididamente a la genealogía ti-
nicos, mano de obra o comitentes), diferentes pológica de la edilicia residencial europea del
grados de incidencia en la configuración de los siglo XIX. El Jardín Zoológico de Buenos Ai-
lenguajes. res (1874) fue entonces el escenario adecua-
do para recuperar el clima de jardín informal
Obras y arquitectos. El R. hace su aparición en inglés, al combinar jaulas en Neomorisco, Ne-
la Argentina en la segunda mitad del siglo XIX, ogriego, Neohindú o Neochino entre puentes,
a partir de la adopción de los medievalismos estanques y falsas ruinas; naturaleza artifi-
en la arquitectura religiosa y en sintonía con cial que además servirá de marco para la ex-
la difusión de ciertas temáticas románticas, in- perimentación de nuevos materiales (hierro
timistas y folclóricas en la literatura y la pin- y hormigón armado). Los años del Centenario
tura. Sustancialmente asociado al “tema”, el verían emerger repertorios figurativos de la tra-
Neogótico encuentra su primera expresión en dición americana e hispánica: desde el Indi-
ámbito rioplatense en dos ejemplos tempra- genismo al Arequipeño plateresco —sede del
nos: la capilla del Cementerio Protestante (1833), diario La Nación de E. Pirovano (v.)—, o des-
del arquitecto R. Adams (v.), y la iglesia, en Bue- u PROYECTO DE IGLESIA, DE AUGUSTO FERRARI. de el Barroquizante —como el que utiliza A.
nos Aires, de la Congregación Evangélica Ale- Guido (v.) en la fachada de su residencia en Ro-
mana (1850), de E. Taylor (v.). Desde enton- del arquitecto W. Basset Smith, o “Huetel” sario— al Neorrenacimiento español (Teatro
ces aparecería en numerosos templos católicos (1909), de J. Dunant); en algunas residencias Cervantes, 1921, de Aranda y Repetto). Serán
(Catedral de San Isidro, 1905, de J. Dunant, v., urbanas, como las proyectadas por los arqui- Martín Noel (v.), con obras como la restaura-
y C. Paquin, v.; Catedral de Mercedes, 1905, de tectos E. Le Monnier (v.) (Libertad 1394) y P. ción del Cabildo de Luján, su casa particular o
F. Fleury Tronquoy, v.; la Basílica de Nuestra J. Jaeschke (v.) (Callao 290). Asimismo se con- la estancia “Acelain” de 1922, y Juan Kronfuss
Señora de Luján, de V. Courtois, v.), y protes- solida la vertiente medieval, que tiende a en- (v.), con sus estudios sobre el arte del período
tantes (la iglesia de San Salvador en Belgrano, fatizar las características de fortaleza en insta- virreinal, las figuras más representativas del
1893, iniciada por el arquitecto A. Mohr Bell y laciones militares y penitenciarias (cárceles, Neocolonial que, en sintonía con la “restau-
concluida por W. Basset Smith, v.; la iglesia cuarteles, polígonos de tiro). Cierta influencia ración nacionalista”, se pone como reacción al
presbiteriana de San Andrés, Buenos Aires, romántica se registraría además en la rees- cosmopolitismo dominante.
1894-1896, y la anglicana de la Santísima Tri- tructuración de espacios urbanos realizada por
nidad de Lomas de Zamora, 1872-1873, de los P. Pueyrredón (v.). La corriente pintoresquis- Usos y significados. El Eclecticismo se carac-
arquitectos E. A. Merry, v., y C. Raynes), y se ta encuentra particular aceptación en su ver- teriza por establecer un doble mecanismo de
extende a ejemplos eclécticos, como la iglesia sión doméstica del cottage inglés, en la edilicia identificación tipológica: si a cada estilo de-
del Sagrado Corazón de Buenos Aires, de R. residencial suburbana de principios del no- bía corresponder un determinado uso, se efec-
Ayerza (v.), o incluye contaminaciones estilís- vecientos (Belgrano, Olivos, San Isidro) y en tuaba simultáneamente una catalogación ti-
ticas exóticas, relacionadas generalmente a exi- los chalets marplatenses de la elite de la dé- pológica de los edificios según su función. La
gencias de representación de la comunidad re- cada del veinte (“Villa Álzaga” de los arquitec- elección temática predominaría paulatinamente
ligiosa comitente, como el Empirismo nórdico tos Acevedo, Becú y Moreno, v., o la residen- en este proceso que, adaptando el tipo a las
de la iglesia de los Noruegos (1916) o el Neo- cia Devoto de A. Bustillo, v.). Ya desde fines nuevas exigencias, lo transforma en tema ar-
bizantinismo de la iglesia Ortodoxa Rusa y del siglo XIX se definió una línea vernaculista quitectónico. Así, el Neogótico será conside-
de la iglesia de Santa Rosa de Lima (1934), de de lenguajes diferenciados según las fuentes rado genéricamente como apto para las temá-
A. Christophersen (v.). Revivals que se des- a las que se recurre en busca de estilemas. Así, ticas religiosas, el Neorrenacimiento a edificios
arrollarían también en su faz pintoresquista los R. de origen británico estuvieron repre- administrativos y los estilos exóticos a exposi-
en el Cementerio de la Chacarita, con gran des- sentados por figuras como Pirovano (v.) y C. ciones y lugares de diversión. Afirmados en
pliege estilístico de monumentos funerarios Mendonça Paz (v.) que se ejercitaron en el Tu- una fase de profundos cambios sociales, la uti-
(neoegipcios, neogriegos, neorromanos, neo- dor, Georgian, Elizabethian, Jacobean y Re- lización de los R. se identifica con motivacio-
bizantinos, neogóticos y modernistas); en ca- gencia, mientras los distintos grupos étnicos nes de uso, carácter, representatividad en mar-
pillas y castillos de estancias (“Chapadmalal”, preferirían los propios regionalismos (nor- cos ideológicos no generalizables y verificables

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 179


u LA BASÍLICA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN, EN LUJÁN, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

en su especificidad. La transferencia y cambio mación de las particularidades culturales, se regida por el “gusto” y la “sensibilidad” —no-
de contexto en la adopción de los distintos es- adoptan regionalismos originados en tradi- ciones desarrolladas críticamente por la cul-
tilos produce además una alteración de los sig- ciones vernáculas que distinguen sus edificios tura europea en clave anticlásica—, descubre
nificados a ellos atribuidos en el debate euro- institucionales (asociaciones, clubes, hospita- la “espontaneidad” en el juego volumétrico, en
peo, por lo que se genera un proceso de les, etc.). El mecanismo de selección de un es- los cerramientos tipo bow-window, en la alter-
reideologización de los códigos lingüísticos en tilo y de una determinada fase de su evolución nancia de los techos inclinados y las chime-
función de las nuevas problemáticas en que se lleva implícita la voluntad de indicar el rol eco- neas de las regiones frías con las terrazas, pór-
realiza su inserción. Por lo tanto, consideran- nómico y social que sus miembros ejercen ticos y balcones de las zonas mediterráneas.
do el significado de R. en su acepción más am- en el país de adopción, enfatizando de este mo- Esta actitud proyectual pone en crisis los fun-
plia y concibiendo los distintos repertorios for- do la posición que ocupan o desean ocupar en damentos del sistema clásico (abandono de
males como instrumentos de estrategias de el contexto urbano. La articulación de motivos la simetría, eliminación de los órdenes, etc.).
poder, es posible detectar algunos de los sig- estilísticos en declinaciones particulares alude El Neocolonial, en cambio, forma parte de
nificados generales que suelen determinar a conflictos internos o a debates político- cul- un fenómeno americano generalizado como
su elección. Si los academicismos constituye- turales que se desarrollaban en el centro de re- oposición arcaizante a la Modernidad. Este mo-
ron la tendencia dominante del período, arti- ferencia y se divulgaban a través de la prensa vimiento surge en la Argentina en un clima cul-
culada en vertientes y registros representati- de la colectividad. El juego de identificaciones tural de reivindicación de los orígenes como
vos de paradigmas culturales de amplios es complejo y muchas veces se articula respecto búsqueda de una arquitectura que, contrastando
sectores de la clase dominante, el Neogótico se de grupos de intereses interétnicos, empeña- con la proliferación de lenguajes heterogéne-
utiliza en nuestro medio para caracterizar la dos en la búsqueda de consenso o en la defi- os, se adapte al clima y a las costumbres loca-
edilicia religiosa, estableciéndose sus inflexio- nición de una particular imagen comercial, fi- les, rescatando una supuesta “identidad esen-
nes estilísticas en relación con las exigencias nanciera o productiva (compañías de seguros, cial” a través de pautas como la sencillez, la
de identificación simbólica de la congregación bancos e institutos de crédito, grandes tiendas, pureza y la autenticidad. La revalorización del
comitente. Las elites dirigentes de las diversas etc.). Los pintoresquismos han sido directa- pasado hispánico atraviesa el campo artístico y
colectividades étnicas acuden a sus profesio- mente relacionados con la adopción del chalet literario, y se presenta como discurso oficial en
nales para difundir los repertorios estilísticos suburbano, que con fuertes connotaciones an- torno del Centenario, en un intento de homo-
nacionales que entonces se elaboraban en los tiurbanas y en su versión cottage revival adop- geneizar la fragmentación cultural provocada
países de procedencia. En la búsqueda de afir- tan los estratos medios. Una arquitectura que, por el aluvión inmigratorio.

180 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rev rig
HISTORIOGRAFÍA. ricismo”. En: Una introduzione all’Architettura tevideo y realizó la Carta Geográfica de la Re-
El R. ha sido afrontado por la historiografía de Moderna. Roma-Bari: 1960; AA,VV. Arquitectura pública Oriental del Uruguay.
la arquitectura en la Argentina dentro de la pro- del Estado de Buenos Aires (1853-1862). Bs. As.: IAA,
ducción bibliográfica general sobre el Eclecti- 1965; R. Gabetti. “Eclettismo”. En: Paolo Portog- Bibliografía: V. Cútolo. Nuevo diccionario históri-
cismo. Fue considerado en sus variantes esti- hesi (comp.). Dizionario enciclopedico di archi- co argentino. Bs. As.: Elche, 1968.
lísticas como parte de ese repertorio figurativo tettura e urbanistica. Roma, 1968; F. Ortíz, R. Gu-
de segundo orden en relación al grado de di- tiérrez, a. Levaggi, J. C. Montero, A. S. j. de Paula.
fusión de los academicismos (M. Buschiaz- La arquitectura del liberalismo en la Argentina. REZZARA, GAETANO. s/d. Italiano, ingeniero ar-
zo, 1966). La estética historicista, articulada Bs. As.: Editorial Sudamericana, 1968; G. P. “Revi- quitecto. Trabajó en Rosario entre fines del
a través del Neomedievalismo y en el marco val”. En: Paolo Portoghesi (comp.). Dizionario en- siglo XIX y comienzos del XX.
del Eclecticismo romántico, suele ser leída ciclopedico di archittetura e urbanistica. Roma,
en su interpretación más habitual como fenó- 1968; G. Germann. Gothic Revival in Europe and En esta ciudad proyectó y construyó algu-
meno contrapuesto a la corriente greco-roma- Britain sources, influencies and ideas. London, nas obras importantes dentro de la modalidad
na de las academias. Suspendidas las conno- 1972; L. Patetta. L’Architettura dell’Eclettismo. del Neorrenacimiento italiano (v.). Entre ellas
taciones nacionales que los habían caracterizado Fonti, teorie, modelli (1750- 1900). Milano, 1975; P. pueden citarse: el edififio del Municipio (1890),
en ámbito europeo, en el Río de la Plata los R. Collins. Los ideales de la Arquitectura Moderna. la villa de José Puccio conocida como “Villa
surgieron como transculturación directa de có- Su evolución (1850-1950). Barcelona: Gili, 1979; J. Hortensia”, el teatro Politeama (1891), la casa
digos formales en manos de las colectividades Liernur. “Buenos Aires del Centenario. En torno de renta de Juan Castagnino en la calle Cór-
extranjeras, y se identificaron mecánicamen- a los orígenes del Movimiento Moderno en Ar- doba 2087/99 y las casas de Bulevar Oroño
te el Neoclasicismo con la arquitectura revo- gentina”. En: Materiales. N.º 4. Bs. As., 1983; M. Ma- 1345, Córdoba 1825 y Urquiza 1285. También
lucionaria y el Romanticismo con el régimen riconde. La arquitectura del siglo XIX en la Ar- es autor, con otros colaboradores, de la sede
rosista; oposición que se prolongó en el perí- gentina. Bs. As: FAU UNC, 1983; AA.VV. Documentos del Banco Familia Argentina en la esquina
odo siguiente (1852-1880) entre el Neorrena- para una historia de la arquitectura argentina. En: de Santa Fe y Mitre (1909).
cimiento italianizante y los R. medievalistas de summa. Bs. As.: 1984; H. Kruft. Storia delle teorie
raíz británica (A. de Paula, 1984 y 1988). En architettoniche. Dall’Ottocento a oggi, Roma, 1987. Bibliografía: R. Gutiérrez, s. v.: “Rezzara, G.”. En: L. Pa-
algunos casos se niega su existencia, pues, eli- tetta. Architetti e ingenieri italiani in Argentina,
minados los principios ideológicos que los sus- Uruguay e Paraguay. Roma: Pellicani, 2002.
tentaban en los contextos originarios y no pu- REYES, JOSÉ MARÍA. San Marcos, Córdoba,
diendo identificarse con análogos significados 1803 - Montevideo (Uruguay), 1864. Militar,
en el nuevo escenario, perdería sentido cata- ingeniero y cartógrafo. Actuó en Buenos Ai- RICUR, ALBERTO VÍCTOR. Buenos Aires, 1910
logarlos como tales (F. Ortiz, 1984). Evasión res y en Montevideo durante la primera mitad - Íd., 2000. Arquitecto. Graduado en 1932
historicista y escapismo exotista caracterizó un del siglo XIX. en la Escuela de Arquitectura de la Universi-
Pintoresquismo “ajeno”, conjugado en expre- dad de Buenos Aires, tuvo una nutrida activi-
siones que van del Californiano al Neoazteca Graduado en la Academia de Matemáticas dad profesional, llegó a ser presidente de la
(R. J. Alexander, 1984). Solo una vertiente de que dirigía Felipe Senillosa (v.), realizó en prin- SCA y del Instituto de la Vivienda de la Pro-
este fenómeno es revalorizada en sus “genui- cipio una carrera militar en el arma de arti- vincia de Buenos Aires.
nas” intenciones: el Neocolonial. Movimiento llería. Posteriormente, como ingeniero mili-
que, si bien esteticista y anacrónico, habría res- tar, trazó los lineamientos del Fuerte de Tandil Diseña una gran cantidad de obras entre
catado el auténtico pasado nacional después y participó en diversas expediciones como car- 1942 y 1981, en su mayoría edificios de vivienda
de décadas de desprecio por los testimonios tógrafo con el objetivo de explorar áreas des- y oficinas, en Buenos Aires. Entre estos últi-
hispánicos. Según esta visión, el Neocolonial conocidas y trazar las fronteras de la provin- mos se destaca el de Av. Roque Sáenz Peña /
habría asumido connotaciones contestatarias cia. Producida la declaración de Guerra con Sarmiento / Carabelas (1949). Otras obras im-
por lo que superó como propuesta teórica a los el Brasil, Reyes fue encomendado para diri- portantes son el Sanatorio del Norte, en Ca-
antiacademicismos modernistas (R. Gutiérrez, gir las obras de las baterías en la Ensenada de bildo y Zabala (1942), el Colegio Manuel Bel-
G. Viñuales, 1984). Esta postura configura la Barragán, y luego pasó a la Banda Oriental, grano, en La Pampa y Cuba (1952 / 1960 / 1975
línea institucional de la historiografía, alimen- en calidad de ingeniero militar a las órdenes / 1981) y diversos edificios para congregacio-
tada por las contribuciones sobre el Arte y la de Martín Rodríguez. nes religiosas (Colegio Champagnat, 1964-
Arquitectura Colonial realizadas por Kronfuss, Finalizada la guerra, se estableció en el Uru- 1967 / 1975-1978); Capilla del Colegio Mili-
Guido y Noel en los años del Centenario y pos- guay. Luego de la declaración de independen- tar de la Nación (1969). La mayoría de sus obras
teriormente desarrolladas por M. Buschiazzo cia de ese país, Rondeau le encomendó la for- se inscriben en la tendencia racionalista.
(v.) en el ámbito del IAA. Ha sido analizada en mación de un catastro y la carta territorial del Asociado al arquitecto A. Joselevich (v.), re-
sus valencias ideológicas y operativas por estu- Estado. Posteriormente, cuando el presiden- alizó una serie importante de obras, entre las
dios críticos más recientes que intentan una te Rivera creó el Departamento Topográfico, que se destacan: el edificio Panedile; la torre
comprensión teórica e histórica del fenómeno lo nombró director. En el Uruguay realizó lue- Dorrego; Zavalía 2020; 11 de Septiembre 1836;
(A. Gorelik, G. Silvestri, 1988). M. D. go una vasta obra y actuó como diplomático y Scalabrini Ortíz 3334 y Av. Libertador 2166.
militar. Entre otras cosas, participó en la rea- Fue pionero en la utilización de sistemas in-
Bibliografía: L. Benévolo. “Il neoclassicismo e lo Sto- lización del plano de la ciudad nueva de Mon- dustrializados pesados en la construcción. J. R.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 181


RÍGOLI, BERNARDO. Taverna, Cantón Ticino mentan las perspectivas monumentales de la te, la malvinense, desde el este, y la de Chile,
(Suiza), 1850 – Paraná, 1918. Arquitecto. obra. Ya en Paraná, y en su condición de pre- desde el sur. En 1907 se crea el consejo mu-
Activo en Paraná, (Entre Ríos), y otras ciuda- sidente interino del Departamento Topográ- nicipal y, con el nuevo siglo, la apertura de los
des de Entre Ríos en las últimas décadas del fico, participa en los diseños de las Jefaturas primeros comercios da paso a la instalación de
siglo XIX. Realizó importantes edificios públi- de Policía de Concepción del Uruguay, Colón grandes firmas comerciales, como la Sociedad
cos en la capital provincial. y Victoria, los puentes sobre el Arroyo Feli- Anónima Importadora y la Exportadora de la
ciano, Arroyo Sauce, Arroyo Ensenada, Arro- Patagonia, instalada en 1908, dedicada al co-
Poco se conoce de su biografía hasta que yo Gualeyán, etc. No se puede dejar de men- mercio y al transporte marítimo. Por su parte,
llega a Entre Ríos con sus padres en el año cionar el aporte de Rígoli en la casa Solari The New Patagonia Meat & Cold Storage, que
1875. Para entonces —y a propósito de su ha- (actual Casa de la Cultura), el Club Social fren- comienza sus actividades en 1912, instala un
bilitación para ejercer la profesión de arqui- te a la Plaza de Mayo, la Escuela Rivadavia y frigorífico para la exportación de carne. Pos-
tecto—, se sabe que había sido premiado en la Jefatura de Policía de Entre Ríos en la calle teriormente, esta firma que pertenecía a la em-
la Escuela de Diseño de Lugano cuando solo Córdoba de la ciudad Capital. C. M. R. presa Swift construiría un ferrocarril y un mue-
contaba con 17 años de edad. En 1873, la Real lle propios para el traslado y el embarque de
Academia de Bellas Artes de Milán lo distin- su producción.
gue por su participación en el Concurso Trie- RÍO GALLEGOS. Ciudad capital de la Provincia Desde sus comienzos, la arquitectura de es-
nal de Arquitectura; en esa ocasión había pro- de Santa Cruz, asentada sobre la desembo- ta región se vio fuertemente condicionada por
yectado una “Iglesia con cementerio para una cadura del río homónimo, a 2636 km de Bue- la rigurosidad de un clima frío y ventoso, y por
ciudad de 14.000 habitantes”. El mismo año nos Aires. Su población, según el censo 2001, la virtual inexistencia de materiales de cons-
de 1873 aparece como arquitecto asistente en es de 79.072 habitantes. Sin acta de funda- trucción vernáculos. Por esta razón, se impu-
la construcción del Nuevo Teatro Manzoni de ción alguna, Río Gallegos nació en 1885 a so desde un principio el uso de sistemas de
Milán. Al año siguiente, la Real Academia de partir de la instalación de la Subprefectura construcción prefabricados. Un gran núme-
Bellas Artes de Milán nuevamente le comu- Marítima. ro de los primeros edificios fue construido usan-
nica su premio de arquitectura en el Concur- do técnicas similares a la conocida como ba-
so Vittadini. Con tales antecedentes, el escri- El estuario en el que se ubica actualmente lloon frame, donde la madera es usada tanto
bano mayor del gobierno, Juan Victorica, la ciudad fue descubierto en 1525 por la expe- para los elementos estructurales como para los
extiende la correspondiente certificación (1875) dición de García de Loyola. Posteriormente, el de cerramiento. Más adelante, se impuso pa-
en Concepción del Uruguay, que para enton- área fue transitada por navegantes de distintas ra estos últimos el uso de la chapa galvaniza-
ces era capital de la provincia. Pronto Rígoli nacionalidades, sin haberse producido asen- da. La iglesia catedral, comenzada a construir
es un hombre reconocido profesionalmente; tamientos permanentes. Si bien en 1877 unos en 1899, es un buen ejemplo de la versatilidad
a su trabajo en el Dpto. Topografía de Entre marinos chilenos construyeron un pequeño con que se usaban estos materiales, ya que
Ríos, desde 1879 hasta 1905, se suman im- edificio de adobe para una capitanía, su pos- su exterior, originalmente revestido con te-
portantes obras en Concepción del Uruguay, terior abandono convierte a la subprefectura juelas de madera, fue posteriormente encha-
como la Escuela Modelo y su proyecto para la marítima argentina instalada en 1885 en el pri- pado. Su única nave, su planta en cruz latina
cárcel de aquella ciudad, además de nume- mer asentamiento de carácter permanente. El coronada por una cúpula octogonal y su torre
rosas “obras de arte” en caminos provinciales. caserío que comenzó a formarse alrededor de sobre la fachada dan cuenta de la influencia de
Decidido el Gobernador Racedo a devolverle esta repartición tuvo, desde un principio, una la arquitectura religiosa del sur de Chile (fue
a Paraná su condición de capital de la provin- estrecha relación con las estancias ovejeras de construida por el sacerdote Juan Bernabé, pro-
cia, se aprueban en marzo de 1884 los planos la zona. La mayoría de estos ovejeros provení- veniente de Punta Arenas, autor de la iglesia
para la Casa de Gobierno y sede de la Legis- an de las Malvinas que, al estar superpobladas de aquella ciudad y de la de Ushuaia). Ha sido
latura Provincial, realizados por Rígoli. Sin de ganado, buscaron en el sur de Santa Cruz declarada monumento histórico nacional. Otro
duda representan el trabajo de mayor enver- y en Tierra del Fuego nuevas tierras para sus de los primeros ejemplos de este tipo de cons-
gadura y calidad hecho por este importante ar- majadas. Entre 1886 y 1887 el teniente de fra- trucción es la primera Casa de Gobierno, eri-
quitecto y constructor. El partido arquitectó- gata Teófilo de Lochi llevó a cabo la primera gida en 1895 por el carpintero Luis Noya, quien
nico adoptado es monumental y se basa en traza del pueblo, que se alineó respecto de la luego de su arribo desde Puerto Deseado fue
una sucesión de patios interiores cercados por costa sur del estuario del río Gallegos. En 1887 responsable de la construcción de otras obras,
galerías con columnas de elegante diseño. El el gobernador del territorio, Ramón Lista, tras- como el antiguo muelle de Swift.
volumen resultante, que se dispone en la to- lada la capital desde Puerto Santa Cruz hacia Morfológicamente, estos edificios eran el
talidad de la manzana, se ofrece agradable y este naciente núcleo poblacional con el objeto resultado de una composición basada en vo-
armónico. Una importante torre-reloj que re- de ejercer un mejor control sobre las riquezas lúmenes simples y compactos con techumbres
mata en una mansarda define la composición auríferas de Cabo Vírgenes. Legalmente este a dos aguas. En muchos casos el edificio se de-
urbana y preanuncia un nártex de ingreso que traslado no fue ratificado sino hasta 1898. finía por uno de esos volúmenes, lo que daba
se aprovecha en planta alta para la instalación Con el estatus de capital territorial y con el como resultado plantas cuadradas o rectangu-
del salón principal. Un recurso muy difundi- rol de centro de servicios para las importantes lares. En otros, se trataba de edificios resul-
do, pero que aquí cobra particular interés en estancias de la zona, Río Gallegos ve aumen- tantes de una sumatoria de partes, no solo de
tanto sirve para un diseño urbano de efecti- tar su población a partir de tres corrientes prin- volúmenes a dos aguas, sino también de bow-
va presencia frente a las dos plazas que au- cipales: la continental argentina, desde el nor- windows, galerías vidriadas y porches de acce-

182 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rig rio
so; un conjunto de cuerpos con amplias su-
perficies vidriadas que se proyectan hacia afue-
ra en busca de la escasa luz del sol. Un buen
exponente de este tipo de relación con el ex-
terior es la galería acristalada de la casa cons-
truida por los hermanos Fenton en la década
de 1890, edificio que desde 1989 alberga el de-
nominado “Museo de los Pioneros”. La capta-
ción de la luz es también la razón por la cual
todos los aventanamientos se ubican sobre el
filo exterior de los paramentos verticales. El re-
pertorio formal resultante se completaba con
el artesonado que acompañaba las techumbres
y que incluía cenefas, pináculos y demás de-
talles en madera. Interiormente, la tipología
de disposición concentrada implicó que todas
las habitaciones de la vivienda dieran a un es-
pacio central que, por razones de calefacción,
era, a menudo, la cocina. En casi todos los ca-
sos se trataba de edificios de perímetro libre
y retirados ligeramente de la línea de frente del u LA CIUDAD DE RÍO GALLEGOS A MEDIADOS DE LA DÉCADA DE 1960.
lote. Este conjunto de características están fiel-
mente representadas por el denominado “Ba- Uno de los períodos más prósperos de la nadas originalmente al ferrocarril.
rrio de la Gobernación” (primer conjunto ha- ciudad fue el coincidente con la gestión de go- Con la provincialización de los territorios
bitacional de la ciudad construido en la década bierno del Teniente de Navío Juan Manuel nacionales en 1955 y la asunción del primer
de 1930 para los empleados provinciales), aun- Gregores, desde 1932 hasta 1945. Además del gobernador en 1958, se construyen impor-
que no todas las viviendas mantienen su as- mencionado “Barrio de la Gobernación”, se tantes edificios administrativos. Por su esca-
pecto original. Dos de ellas alojan actualmen- construyeron entonces la Escuela de Policía, la y presencia en el perfil de la ciudad, sobre-
te un museo histórico y un museo marítimo. el edificio de Correos, inaugurado en 1943, y salen en este período dos edificios ubicados
Si bien existían ejemplos de mampostería la nueva Casa de Gobierno, erigida en con- sobre la calle Julio A. Roca, arteria principal
de ladrillos, como el llamado “Grand Hotel”, junto con una nueva jefatura de Policía. La in- de la ciudad, ambos proyectados por el estu-
erigido en 1909, hacia la década de 1920 co- fluencia de la ciudad sobre la región se vio au- dio de los arquitectos Aftalión, Bischof, Egoz-
menzó a cobrar importancia este tipo de cons- mentada por la concreción de importantes cue, Vidal y Sorondo (v.). El primero es la se-
trucción para las viviendas que, de todas ma- obras viales. de central del Banco de la Provincia de Santa
neras, siguieron conservando tanto sus En décadas posteriores se generalizó el uso Cruz, construido en 1968, y el otro es un edi-
características morfológicas como sus techos de la mampostería de ladrillos. De esta ma- ficio que combina funciones residenciales con
de chapa acanalada. Un buen ejemplo de es- nera, junto con el gradual retroceso de una locales comerciales, cuya construcción fue fi-
tos primeros frentes revocados es la vivienda imagen formal característica, se fue perdien- nalizada en 1970. Estas obras son represen-
construida para los directivos de la Escuela Na- do cierto conocimiento técnico y funcional re- tativas de un período en el que cierta sensi-
cional N.°1 en 1930, que funciona hoy como lacionado con las rigurosas condiciones cli- bilidad hacia las condiciones climáticas del
museo de arte. máticas de la zona. entorno y el uso de nuevas tecnologías de mon-
En cuanto a edificios institucionales, es pre- En 1947 se dispuso un ensanchamiento de taje en seco respaldan la aparición de edificios
ciso mencionar el caso del Banco de la Nación la planta urbana con tierras que debían ser en- decididamente modernos. Dada las restric-
Argentina, realizado en 1922, primer edificio tregadas a organismos oficiales, integrados, en ciones que imponen los fuertes vientos, otra
de gran escala construido con mampostería de gran parte, por las fuerzas armadas. Cabe se- de las características de estos nuevos edificios
ladrillo. Su aspecto exterior, definido por el es- ñalar que estas últimas tuvieron un fuerte pro- es su controlada altura, hecho que se tradu-
tilo neoclásico, tiene la particularidad de con- tagonismo en el desarrollo urbano y edilicio de ce en una mejor relación en términos de es-
tar con una cubierta de chapa acanalada como Río Gallegos. También resultó fuerte la pre- cala entre lo viejo y lo nuevo, y que da como
la de la gran mayoría de los edificios de la zo- sencia de Yacimientos Carboníferos Fiscales, resultado un perfil urbano más homogéneo.
na. La llamada “Casa España”, construida en que en 1951 construyó un ferrocarril destina- Esta fue una época de fuerte crecimiento
1928 por la Asociación Española de Socorros do a transportar la producción de carbón de la demográfico: entre 1960 y 1964 la ciudad vio
Mutuos, es otro edificio institucional impor- zona de Río Turbio para su embarque en Río duplicada su población. Sin embargo, la poca
tante que representa a la denominada Arqui- Gallegos, donde se construye un nuevo mue- planificación, y la consecuente dispersión oca-
tectura Ecléctica de principios de siglo. Esta lle. Dentro de la acción de YPF merece men- sionada por la baja densidad de ocupación de
asociación también fue responsable de la cons- cionarse aquí la construcción de viviendas pa- la planta urbana, inauguraron un período ca-
trucción en 1914 del Cine Teatro Colón, que ra sus obreros, en las que se utilizó como racterizado por la falta de servicios e infraes-
en 1967 fue destruido por un incendio. material las durmientes de quebracho desti- tructura para amplios sectores de la ciudad.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 183


to con Soto realizó también varias viviendas in-
dividuales en la Provincia de Buenos Aires: Pe-
rú 1336, Acasusso; Suipacha 2047/61, Beccar;
Santa Rita 1121/45, San Isidro; un casco de es-
tancia (“La peregrina”, en Ceibas, 1961) y tam-
bién oficinas, laboratorios (en Pergamino, Prov.
de Buenos Aires y Paraná, Entre Ríos) o plan-
tas industriales. Los edificios de mayor difu-
sión, construidos en el período de asociación
con Soto, son de marcada orientación bruta-
lista lecorbusierana. Posteriormente, en su aso-
ciación con Gassó y Meyer, abordó también
programas variados: vivienda de interés social
(centros habitacionales de Hurlingham, Villa
Constitución y Hudson, Prov. de Buenos Aires,
entre 1969 y 1975), viviendas colectivas e in-
dividuales (la mayoría en San Isidro); edificios
educacionales (Facultad de Derecho y de Cien-
cias de la Administración de la UADE, 1980-
1981, Buenos Aires, etc,. Esta obra, sobria y pro-
fesional, carece sin embargo de la voluntad
experimental que había manifestado en su pri-
mera producción. Rivarola fue además docen-
te de la FAU-UBA desde antes de recibirse de
arquitecto, obteniendo su cargo de profesor re-
gular asociado en Composición Arquitectóni-
ca en 1962, hasta su renuncia en 1966 por mo-
u HOSTERÍA EN MISIONES, DE RIVAROLA Y SOTO. tivos políticos. Entre 1979 y 1980 fue asociado
rilli, F. Romay, y L. Gianello. Diccionario histórico de la cátedra de Juan M. Borthagaray en la Uni-
Con el fin de hacer frente a este problema se argentino. Bs. As.: Ediciones Históricas Argentinas, versidad de Belgrano: volvió a la UBA en 1985,
puso en vigencia en 1966 el Plan Regulador 1954; summa, N.° 170, 1982; summa. N.° 197, 1984. un año después ganó el concurso de profesor
de Río Gallegos que, finalmente, no fue res- titular del Departamento de Arquitectura y Ur-
petado. En las décadas de 1970 y 1980, la cons- banismo. Permaneció en su cátedra hasta 1992.
trucción de numerosos conjuntos de vivien- RIVAROLA, RAÚL. Buenos Aires, 1928 - Íd., Fue jurado de concursos, consejero del Claus-
da de interés social (v.) en los grandes espacios 2001. Arquitecto de destacada actuación en tro de Profesores de la FAU y activo participante
vacíos ha ayudado a consolidar una trama ur- la segunda mitad del siglo XX en Buenos Ai- de la SCA.
bana que ha perdido en su expansión hacia el res, asociado con Mario Soto (v. Soto y Rivaro-
sur la regularidad del damero central. Con el la) entre 1954 y 1967, y con los arquitec-
tiempo, y gracias a la relocalización de algunas tos Gasso y Meyer desde 1968. RIVERA, RAÚL. s/d. Arquitecto Actuó en Buenos
actividades ferroviarias y portuarias, también Aires y Rosario a comienzos del siglo XX.
se fue consolidando la costanera como paseo Se laureó en la FAU-UBA en 1954, y par-
y área recreativa. Si bien durante los últimos ticipó desde el año siguiente en diversos con- Realizó para el Banco de la Nación Argenti-
años la capital santacruceña no ha experi- cursos nacionales junto con Soto, entre los que na el proyecto de la sucursal de Rosario. Proyectó
mentado grandes transformaciones, su pobla- se destacan los primeros premios obtenidos el edificio de la Bolsa de Comercio (v.) de Rosa-
ción ha ido en constante aumento, alcanzan- para diversos conjuntos en la Provincia de Mi- rio, en la calle Corrientes esquina Córdoba.
do el 1991 los 79.033 habitantes. F. W. siones: cuatro escuelas primarias (1956); seis
hosterías (1958); el Instituto de Previsión So- Bibliografía: F. Ortiz, R. Gutiérrez, A. Levaggi, J. C.
Bibliografía: Comisión Nacional de Museos y de Mo- cial y el Hotel de Turismo de la provincia (1959), Montero, A. S. J. de Paula. La arquitectura del li-
numentos y Lugares Históricos. Monumentos histó- como también otros proyectos premiados pa- beralismo en la Argentina. Bs. As.: Editorial Sud-
ricos de la República Argentina. Bs. As., 1998; M. Ju- ra el interior del país (Facultad de Ciencias Eco- americana, 1968.
fré y J. Pasiecznik. “Río Gallegos, su historia, su nómicas de la Universidad de Tucumán, 1958;
ambiente, su patrimonio”. En: summa. N.° 245-246; O. Terminal de Ómnibus de Resistencia, Cha-
de Massi, A. de Paula y otros. Banco de la Nación Ar- co, 1966; Hospital Escuela de Córdoba, aso- ROCA, JAIME. Córdoba, 1899 – Íd., 1970. Ar-
gentina. Acción, presencia y testimonio en la cons- ciado con Traine (v.) y Borthagaray (v.), 1966; quitecto. Cumplió en Córdoba y otras ciu-
trucción del país. Bs. As: Fundación del Banco de la etc. Esto indica el interés particular del estu- dades del interior del país una vasta labor
Nación Argentina, 1983; Municipalidad de Río Ga- dio por una arquitectura caracterizada regio- institucional y docente. Realizó una impor-
llegos, Folletos informativos varios, 1999. R. Picci- nalmente dentro del repertorio moderno. Jun- tante obra, primero dentro de la corriente Ne-

184 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rio roc
parte de su obra posterior, tanto en Córdoba la Provincia de Córdoba, los Mercados San Vi-
como en otras ciudades argentinas. Entre otras cente y General Paz, la Galería Jardín, varios
realizaciones, pueden citarse las casas Allen- centros distritales en La Paz, Bolivia, y la Fa-
de y Ferreyra; los edificios Berreta, Minetti y cultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Uni-
Sudamérica; la sucursal Córdoba del Nuevo versidad Nacional de Córdoba.
Banco Italiano; el Hotel Provincial de Turismo MAR obtuvo su título de arquitecto en la
de Termas de Reyes, Jujuy (1939); el Policlí- Universidad Nacional de Córdoba (1965). Ade-
nico Ferroviario de Tucumán (1940); la Colo- más de su actividad profesional independien-
nia de Niños y hoteles dependientes del Mi- te, MAR ha ocupado numerosos cargos públi-
nisterio de Marina, en Embalse Río Tercero, cos desde los que realizó una parte importante
Córdoba (1943), y en la ciudad de Córdoba la de su obra(1979-1981) (1991-1993). Realizó nu-
sede del Jockey Club (1946); el Hotel Crillon merosas obras públicas y privadas, entre las
(1952); la Galería Argentina (1956), etc. que se cuentan proyectos, intervenciones y par-
Como profesor de Historia de la Arqui- ques urbanos, reciclaje de edificios históricos,
tectura, desde 1931, en la Escuela de Arqui- edificios para la educación, hospitales, vivien-
tectura y luego en la Facultad, contribuyó a das individuales y colectivas, centros comer-
la formación de numerosas generaciones de ciales y culturales, bancos y mercados. Entre
profesionales. sus publicaciones pueden citarse: Hacer ciu-
Desempeñó, entre otros cargos, el de pre- dad (Córdoba, 1983), Arquetipos y Modernidad
sidente de la SCA, seccional Córdoba, presi- (Buenos Aires, 1985), Habitar, construir, pen-
dente de la Comisión Provincial de Bellas Ar- sar (Buenos Aires, 1989), De la ciudad con-
tes; fundador y presidente del Instituto temporánea a la arquitectura del territorio (Bue-
Argentino Norteamericano; decano interven- nos Aires, 1998).
tor en la Facultad de Arquitectura y Urbanis-
mo de la Universidad Nacional de Córdoba, en
1956; y presidente del Instituto Interuniver- ROCA Y SIMÓ, FRANCISCO. Barcelona, s/d -
sitario de Historia de la Arquitectura (v.). M. T. s/d. Arquitecto. Realizó a principios del siglo
u EDIFICIO MOTA REYNA, EN CÓRDOBA, DE JAIME ROCA. XX una importante serie de obras modernis-
tas en Rosario.
ocolonial y luego dentro de la Modernidad ar- ROCA, MIGUEL ÁNGEL.
quitectónica. Graduado en 1906 en la Escuela de Arqui-
(MAR). Córdoba, s/f. Arquitec- tectura de Barcelona, se radica primero en Pal-
Inició sus estudios universitarios en la ca- to. Hijo de Jaime Roca, fue uno ma de Mallorca y Almería, en 1913 se trasla-
rrera de ingeniería, en la Facultad de Ciencias de los más activos y polémi- da a Buenos Aires y luego a Rosario. Entre esa
Exactas de Córdoba; luego se trasladó a los Es- cos protagonistas de la cultu- fecha y 1919, año en el cual retorna a España,
tados Unidos, donde obtuvo su título de arqui- ra arquitectónica en la segunda mitad del si-
tecto en la Universidad de Michigan. Paralela- glo XX en la Argentina.
mente asistió a cursos de especialización en
otras instituciones norteamericanas y colaboró Autor de un importante volumen de obra
en algunos estudios profesionales. La rica ex- en Córdoba y en el exterior. Entre sus obras se
periencia así adquirida le permitió desarrollar destacan la Iglesia Villa General Belgrano, la
desde su regreso a Córdoba en 1928 una inte- Plaza España, el complejo habitacional Cerro
resante labor profesional y universitaria. San Bernardo, varias sucursales del Banco de
Hasta 1935, en sus primeras obras, el len-
guaje formal se expresa en dos corrientes es-
tilísticas diferentes: el Neocolonial (v.) —am-
pliación del Colegio Nacional de Montserrat,
sede de la ex Caja de Ahorros— y el Art Déco
—pabellones del Hospital San Roque y edifi-
cio para departamentos en la calle 9 de Julio
al 100. Su casa particular, en que conviven ele-
mentos Art Déco (v.) y Racionalistas, señala su
primera adhesión al Estilo Internacional. En
una reinterpretación personal de los postula-
dos de la Arquitectura Moderna (v.), adecuán-
dolos a nuestra realidad y a los requerimien- u ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE SOCORROS MUTUOS, EN ROSA-
tos particulares de cada caso, elaboró la mayor u CENTRO CULTURAL SAN VICENTE, DE MIGUEL ÁNGEL ROCA. RIO DE FRANCISCO ROCA Y SIMÓ

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 185


realiza obras de gran riqueza ornamental en tentos por impulsar en La Plata iniciativas pri- del mismo nombre. Dos años más tarde, RE
colaboración con el escultor catalán Diego Ma- vadas acordes con la envergadura de las obras proyectó el “Tatulit” de Ricardo Grether, con-
sana. La más importante es la sede del Club que componían el plan fundacional. G. V. tiguo al anterior. Los dos chalets de José Arce,
Español, que reitera motivos de la Sociedad ca- en Falucho, Bulevard Marítimo y Gascón, fue-
talana de Alumbrado de Gas (1893-1895), pro- Bibliografía: A. de Paula. La ciudad de La Plata. Sus tie- ron proyectados en colaboración con el arqui-
yectada por José Domenech en Barcelona. Tam- rras y su arquitectura. Bs. As.: Banco de la Provin- tecto Estrada (1940).
bién realiza en estilo modernista la Asociación cia de Buenos Aires, 1987. En la localidad de San Miguel, RE construyó
Española de Socorros Mutuos (1916) y la pa- una casa de campo (1940), desarrollada en plan-
nadería La Europea. Otra obra destacada es el ta baja con muros revocados en color rosa sua-
palacio Cabanellas (1916), casa de renta reali- RODRÍGUEZ CARDOSO, FRANCISCO. s/d. Es- ve y carpintería pintada de blanco con techo de
zada para un hombre de negocios catalán que pañol. Ingeniero militar. Actuó a mediados del tejas coloniales. El garaje y la vivienda del cui-
fue su comitente principal dentro de la colec- siglo XVIII en Buenos Aires dador también conforman un volumen apar-
tividad española de Rosario; paralelamente pro- te que se distingue por su techo de zinc cu-
yecta y construye la casa de renta de Remonda Como delineador acompañó a su tío Die- bierto de paja. El mismo año construyó dos
Monserrat, en la zona central de la ciudad. go al Río de la Plata. Fue jefe de las Reales casas en Vicente López, una en Olivos, otra en
Obras de Buenos Aires, entre las cuales pro- Martínez, dos casas adyacentes en Belgrano
Bibliografía: R. Gutiérrez. Presencia y continuidad yectó un Hospital de Mujeres en los Altos de y una casa económica en San Isidro.
de España en la arquitectura rioplatense. Buenos San Pedro y una dársena en el bajo de la Mer- En colaboración con el arquitecto Vera Ba-
Aires: Librería Concentra, s/f. ced, obra nunca concretada. Intervino en cons- rros realizó una casa en San Isidro, en la ca-
trucciones castrenses de Montevideo, Colonia lle Napal 545 (1945), y otra en Beccar (1946).
y Fuerte Santa Teresa. La primera está resuelta con muros de ladri-
ROCCHI, LEOPOLDO. S/d. Italiano. Ingeniero llos a la vista en planta baja y en planta alta ta-
y empresario. Activo en La Plata a fines del blas de madera pintadas de blanco con techo
siglo XIX. RODRÍGUEZ ETCHETO, ALBERTO MANUEL. de tejas normandas. La segunda, desarrolla-
S/d. Arquitecto. Proyectó numerosas casas da también en dos niveles, tiene la misma re-
Obtuvo en Italia el título de ingeniero y, una en la ciudad de Mar del Plata. Su obra se ca- solución estilística.
vez llegado a la Argentina, trabajó en La Plata racterizó por el estilo rústico, con un uso es- En 1946 proyectó su propia casa en San Isi-
durante los años inmediatamente posteriores pecial de la piedra y de la madera. dro, en un amplio terreno arbolado que inclu-
a su fundación. En esta ciudad realizó las más ía pileta de natación de forma irregular, que si-
significativas obras surgidas de la iniciativa pri- Se graduó en la Universidad de Buenos Ai- mulaba un estanque, y cancha de tenis. Esta
vada: la residencia particular del Gobernador res en 1930. Su labor profesional se distingue formó parte de un grupo de viviendas que con-
Carlos D´amico (1887), en calle 14 entre 53 y por la serie de grandes residencias -chalets- que formaron un pequeño barrio cuyo trazado tam-
diagonal 74, y el Teatro Argentino (1889), en proyectó a lo largo de su carrera. En ellas logró bién fue obra de RE. Su resolución es similar
la manzana delimitada por las Avenidas 51, 53 integrar conceptos de la Arquitectura Raciona- a las descriptas anteriormente. Incorpora ele-
y calles 9 y 10, ambas resueltas en Neorrena- lista, relacionados con la funcionalidad, el ma- mentos tales como chimeneas, bow- window y
cimiento italiano (v.). nejo de las volumetrías, la fluidez del espacio una amplia galería. R. P.
El Palacio D´amico fue la vivienda más sun- interior, la integración de la luz y el paisaje, con
tuosa y de mayor originalidad, por su aleja- elementos locales tradicionales y materiales ta- Bibliografía: Colección Revista de Arquitectura, 1936-
miento de las habituales soluciones organi- les como tejas, madera, piedra y ladrillos. Por 1938; Colección Revista Nuestra Arquitectura, 1940
zadas en torno de patios, con que contó La Plata fuera de esta adscripción al Pintoresquismo rús- - 1946. R. Crespo y R. Cova. Arquitectura marpla-
hasta entrada la década de 1920. En 1890 la tico, es posible relacionar algunas de sus obras tense: El Pintoresquismo. Resistencia: Ed. del IAI-
imposibilidad de afrontar el endeudamiento con la corriente organicista. Ejemplo de esta HAU, 1982.
bancario contraído por su propietario motivó adscripción tardía es la casa de la calle Alvear
el alquiler del Palacio al Obispado de La Plata 1139 en Martínez (Prov. de Buenos Aires).
hasta que finalmente pasó a manos del go- Entre su producción en la ciudad de Mar RODRÍGUEZ REMY, RICARDO. Buenos Aires,
bierno provincial, quien lo cedió definitiva- del Plata se destacan: el chalet de Guillermo 1905 – Íd., 1953. Arquitecto. Es integrante
mente a la Curia eclesiástica. Nagel, en Aristóbulo del Valle y Quintana de la corriente que, a comienzos de los años
El Teatro Argentino, levantado en un sitio (1934), la casa de Avelino Barrio en Punta Mo- treinta, propugna el desarrollo de una Arqui-
jerarquizado por hallarse dentro del eje mo- gotes (1937), el chalet de María Laura Spinet- tectura Moderna en la Argentina, acorde con
numental que contiene los principales edificios to de Pini (1937), tres viviendas contiguas en las teorías y modelos promovidos por los CIAM
públicos de La Plata (v.), fue el único empren- Paunero y Brown (1938) y las residencias Sal- (v.) desde 1927. Su proyecto para una casa
dimiento privado en ocupar allí una manzana varezza, Zuberbüller y Berger. En el chalet “Los en Olivos, realizado en asociación con José
entera. A través de su gestión en el Teatro Ar- Troncos” de Eduardo Cornejo Saravia se dis- Luis Ocampo entre 1930-1932, constituye
gentino —del que fue su creador, empresario, tingue el volumen que conforman el garaje y uno de los ejemplos más tempranos del tipo
proyectista, contratista de obras, administrador los dormitorios de servicio, separados de la ca- corbusierano de casa suburbana, adaptado a
comercial y artístico— y en el Palacio D´amico, sa principal, revestido íntegramente en tron- las particularidades de loteo y orientación en
la figura de Rocchi reúne los principales in- cos. Esta obra dio origen al prestigioso barrio el medio local.

186 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


roc rog
En 1939, el mismo estudio proyecta y cons- la de los problemas y dimensiones argentinos.
truye para la Asociación de Fabricantes de Ce- Instalado en los quonsets que el IAU había
mento Portland la Casa de Cemento, que se le- montado en el cerro San Javier, desde mayo de
vantó en la Exposición de la Vivienda realizada 1948 Ernesto Rogers dictó sus clases en Tucu-
en la Sociedad Rural, en ocasión del Primer mán, las que causaron muy buena impresión
Congreso Panamericano de la Vivienda Popu- en docentes y estudiantes. Entre tanto fueron
lar. Se trata de un prototipo de vivienda míni- sucitándose con Ferrari una serie de malos en-
ma y masiva en el que cimientos, paredes y tendidos en relación con su actuación en el Plan.
techos conforman un block monolítico de hor- Ferrari pretendía una larga estadía del arqui-
migón armado; se superpone sobre la base de tecto italiano en Buenos Aires para que se hi-
esta operación, una unificación de los procedi- ciera cargo de uno de los aspectos del Plan. Ro-
mientos constructivos que redunda en la ra- gers, por su parte, veía su participación a nivel
cionalización de tiempos y costos. A. C. de una asesoría periódica en el plano general.
En noviembre se trasladó a Buenos Aires para
incorporarse al EPBA y desarrolló cambios en
ROGERS, ERNESTO. Trieste (Italia), 1909 - Mi- los planteos generales durante las vacaciones
lán (Italia), 1982. Arquitecto y urbanista. In- estivales de Ferrari y Bonet (v.). De regreso a Ita-
tegró el grupo BBPR con Gian Luigi Banfi, Lu- lia en junio de 1949, luego de visitar Chile, Pe-
dovico Belgioioso y Enrico Peressutti. Miembro rú y los Estados Unidos, Rogers seguía pen-
del CIAM (v.), tuvo una intensa actividad en sando en la posibilidad de trabajar otros seis
Italia desde su graduación en 1932 y espe- meses en el Plan de Buenos Aires y contaba con
cialmente en la posguerra. Algunas de las la presencia de Peressutti en el tiempo inter-
obras más conocidas de ER y su grupo son el medio a su regreso a la Argentina.
barrio obrero Le Grazie (Legnano, 1939), el Entre los motivos de la invitación a Rogers
barrio INA - Casa (Cesate, 1956), la Torre Ve- no habría que descartar el interés de Bonet,
lasca (Milán, 1958), la restauración del cas- Ferrari y Vivanco en consolidar su posición
tillo de los Sforza (Milán, 1963). Dentro del en el CIAM, teniendo en cuenta que el grupo
grupo, ER se distinguió por su actividad teó- milanés era encargado de preparar la siguiente
rica y fue particularmente destacable su ta- edición —la séptima— de los congresos, que
rea docente y al frente de Domus y Casabe- tendría lugar en Bérgamo entre el 23 y el 30
u CASA EN OLIVOS, DE RICARDO RODRIGUEZ REMY. lla. Algunos de sus trabajos son Esperienza de julio de 1949; sin olvidar la rivalidad que
dell’Architettura (1958), Gli elementi del fe- todos los miembros del grupo argentino man-
Egresado en 1928 de la Escuela de Arqui- nomeno architettonico (1962) Editoriali di Ar- tenían con la excéntrica figura de Amancio
tectura de la Facultad de Ciencias Exactas de chitettura (1968). Williams (v.).
Buenos Aires, participa, asociado con José Luis Por su parte, Rogers no ignoraba que su po-
Ocampo, en la Primera Exposición de Arqui- La relación de ER con la Argentina comen- sición le confería una fuerte capacidad de pre-
tectura Contemporánea Argentina, llevada a zó en el Congreso CIAM de Bridgewater (In- sión, recurso que empleó más de una vez du-
cabo en 1933 en los Salones de Amigos del Ar- glaterra), 1947. Allí fue contactado por Jorge Fe- rante las discusiones.
te. Junto a proyectos de W. Acosta (v.), A. Pre- rrari Hardoy (v.) y Jorge Vivanco (v.), delegados Su estadía en la Argentina coincidió con un
bisch (v.), E. Vautier (v.), E. Sacriste (v.), A. Mar- argentinos y en ese momento encargados del momento de auge en el debate acerca del Ar-
tínez (v.) y otros profesionales comprometidos desarrollo del Plan de Buenos Aires, el prime- te Abstracto, acentuado por el “descubrimien-
con la nueva arquitectura, el estudio Ocampo- ro, y de la sede de la Universidad de Tucumán to” de los artistas de este grupo a nivel inter-
Rodríguez Remy expone su Casa en Olivos, el segundo. En esta oportunidad los argentinos nacional, y según F. Bullrich Rogers, jugó un
construida a principios de la década. Esta obra, lo invitaron a incorporarse a sus proyectos e ini- rol importante como referencia de los distin-
dada ya a conocer en 1932 a través de La Ar- ciaron así una modalidad por la cual a través de tos grupos. En agosto de 1948 tuvo lugar en la
quitectura Funcional, revista dirigida por los la Oficina del Plan se ofrecía a los técnicos ex- galería Van Riel una exposición dedicada al Ar-
mismos Ocampo-Rodríguez Remy, se conci- tranjeros la posibilidad de una acción profesio- te No Figurativo contemporáneo, en la que ade-
be a partir de una fiel observancia de los cinco nal de gran escala, mientras que la actuación más de obras de distintos representantes de la
puntos para una nueva arquitectura enuncia- docente en Tucumán les posibilitaba la partici- corriente en el escenario internacional, expo-
dos por Le Corbusier (v.). Las limitaciones im- pación en un avanzadísimo proyecto educativo. nían Tomas Maldonado (v.), Alfredo Hlito, Enio
puestas a este modelo por las características de Rogers llegó a Buenos Aires en mayo de Iommi y Claudio Girola. Solo dos arquitectos
la estructura parcelaria, que determina lotes 1948 de paso para Tucumán, hacia donde se di- argentinos participaban de la muestra, Cata-
estrechos y largos, da como resultado una so- rigía para integrar el IAU. En la capital reci- lano con una estructura móvil y Jannello con
lución de compromiso, que denota el conoci- bió una invitación firme por parte de Ferrari, y el diseño de una silla; el grupo de Belgoioso,
miento de anteriores proyectos de Wladimiro unos días después se dirigió al norte por tierra Peresutti y Rogers constituía la única repre-
Acosta para casas entre medianeras en que en un auto conducido por Vivanco, quien se sentación extranjera.
se aborda esta cuestión. propuso darle a conocer a su invitado la esca- Rogers pronunció una conferencia sobre

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 187


el tema —”Situazione dell’arte concreta”— en y otros), el socialismo —principalmente en XIII. Con ábside rectangular y capillas latera-
diciembre de ese año, durante su estadía en Francia, 1848— y el R. en el orden general les, mantiene el ingreso sobre el eje de la nave
Buenos Aires. En ella se destacaban dos enun- de la cultura. central. La pequeña masa arquitectónica se ali-
ciados que debieron inquietar a los abstractos gera con los vanos de corte ojival, los pinácu-
más radicales: uno era el intento, típico del El R. arquitectónico en el Río de la Plata. Con- los angulares y los cornisamentos almenados.
pensamiento de Rogers, de no cortar lazos con ceptualmente, el movimiento romántico llegó
la tradición; otro la aceptación de la decora- al Río de la Plata con poca diferencia cronoló- Casa de Pierre Benoit, Buenos Aires, aprox. 1840.
ción como autónoma de la función y regida gica respecto de sus inicios en Europa; pero en Una versión distinta del Neogótico quedó tes-
por leyes propias. el ámbito de las artes plásticas, y especialmen- timoniada en la casa que hizo para sí mismo
En marzo de 1949 se inauguró una expo- te en la arquitectura, hubo un aspecto esen- y su familia el arquitecto francés Pierre Benoit
sición, presentada y organizada por Amancio cialmente contradictorio porque, a diferencia (v.) en el solar de la esquina de Bolívar y Av. In-
Williams, sobre arquitectura y urbanismo. En- del sentido nacional que se le atribuía en cul- dependencia, que se demolió hacia 1980 para
tre otros trabajos, “los expositores italianos (Bel- turas de raigambre medieval cierta y propia, ensanchar esta última arteria. En su tipología,
gioioso, Peresutti y Rogers), pertenecientes tanto el Neomedievalismo inglés como el fran- la vivienda seguía el plan tradicional del patio
al Instituto Helioterápico, exhibieron el pla- cés solo podían constituir en esta parte de Amé- encuadrado por habitaciones, de un solo piso
neamiento del Valle de Aosta, cumplido con el rica expresiones exógenas, producidas por una y con techo plano. El Neogótico aparecía como
apoyo del industrial Olivetti”. En cuanto a es- influencia cultural de sentido transnacional, alusión ornamental en los recortes ojivales de
te último trabajo, realizado entre 1934 y 1937 contraria a la propuesta nacionalista del R. las ventanas y en algunos elementos decorati-
pero publicado en 1943, no debería descartar- En la realidad histórica, Buenos Aires fue la vos, sin alterar el carácter general de “arqui-
se su influencia en la operación de la Univer- primera ciudad de Hispanoamérica donde se tectura criolla”, por así decirlo, que caracteri-
sidad de Tucumán. Relaciones entre ambos construyó una obra neogótica, y su encargo se zaba a esta casa, cuyas líneas demostraban
proyectos pueden verificarse en dos niveles: en debió a la colectividad británica, en tanto su au- cómo, también en el Río de la Plata, el Neogó-
uno, por cuanto ambos constituyen un inten- tor fue el arquitecto escocés Ricardo Adams (v.), tico perdía rápidamente su significado ideoló-
to de planeamiento de escala regional; el otro, a quien también había correspondido la reali- gico para ser una elección estilística más den-
a escala edilicia, en la medida en que tanto zación de la Catedral Anglicana, que es la más tro de un Eclecticismo arquitectónico incipiente.
en los proyectos de la estación de Breuil (Bel- antigua obra de estilo neogriego.
gioioso - Bottoni) como en la de Pila (BBPR) y Iglesia de la Congregación Evangélica Alema-
la de Courmageur (Figini - Pollini) hay rasgos Capilla del Cementerio Protestante, Buenos Ai- na, Buenos Aires, 1851. Eduardo Taylor, ar-
de implantación similar y empleo de largas ti- res, 1833. Richard Adams arquitecto, proyecto quitecto. Esta congregación obtuvo licencia del
ras de edificios que atraviesan de modo indi- y dirección; Glover & Smart, contratistas. gobierno de Juan Manuel de Rosas en 1843 pa-
ferente los accidentes del terreno, como ocu- Tras las gestiones iniciadas en 1832 por las ra celebrar sus cultos, oficiados provisoriamente
rriría luego en el proyecto de la CUT. J. F. L. colectividades inglesa, escocesa, alemana y es- en la iglesia anglicana de San Juan Bautista.
tadounidense de Buenos Aires para establecer La colocación de la piedra fundamental del tem-
un nuevo cementerio, mayor que el entonces plo propio se hizo el 18 de octubre de 1851, y el
ROMANTICISMO, (ARQUITECTURA DEL). El existente, se destinó a tal fin la manzana ubi- 11 de febrero de 1853 se realizó la solemne de-
Romanticismo (R) fue un movimiento naci- cada entre las actuales calles Alsina, H. Yrigo- dicación. El proyecto y la dirección estuvie-
do y difundido en las primeras décadas del si- yen, Pichincha y Pasco (hoy plaza Primero de ron a cargo del arquitecto inglés Eduardo Tay-
glo XIX como contradicción frontal a la cul- Mayo). La zona mantenía características su- lor (v.); es un ejemplo bien elaborado de
tura neoclásica y al proceso liberal capitalista burbanas que Adams integró al carácter de su Neogótico, aunque adolece de ser más bien de-
en general. El R. estaba enraizado en cier- proyecto, concebido sin sujeción a la rígida me- corativo. Fue refaccionado en 1923.
tas corrientes de la filosofía alemana y de la dianería de la ciudad.
literatura inglesa, del mismo modo que el Ne- La capilla se situó al centro o comedio del Iglesia Presbiteriana Escocesa de San Juan, Flo-
oclasicismo lo estaba en las de la filosofía predio, de aproximadamente una hectárea, y rencio Varela, 1854. Eduardo Taylor (v.), arqui-
francesa del siglo XVIII. Como movimiento con- sus ejes coincidieron con las diagonales del te- tecto. Interesante ejemplo de capilla rural, sin
testatario, el R. del siglo XIX opuso su Neo- rreno, o sea que se la emplazó a 45° respecto decoraciones pretenciosas, en la que se valora
medievalismo nacionalista, al Neoclasicis- de las calles circundantes, hecho que en la ru- el lenguaje de los elementos estructurales; len-
mo internacional, así como en los órdenes tina edilicia local no registraba precedentes, guaje estructural que se expresa netamente en
social y económico enfrentó a la Revolución aunque sí los tenía en los trazados pintorescos el juego de muros y contrafuertes. Los rasgos
Industrial inglesa con el movimiento de Arts de la jardinería inglesa. estilísticos del Medioevo se manifiestan en el
and Crafts (‘Artes y Oficios’), al capitalismo Una litografía delineada por Carlos E. Pe- Neorrománico de su puerta principal, en las oji-
posliberal con el socialismo europeo, el la- llegrini (v.) en 1841 permite conocer aquel pe- vas de sus ventanas laterales y en la verticalidad
borismo evangélico británico, y el neolibera- queño templo que respondía a líneas neogó- de sus contrafuertes exteriores.
lismo americano de Henry George. Las revo- ticas, inéditas en Buenos Aires hasta entonces. Poco puede decirse del tratamiento espa-
luciones paneuropeas de 1830 y de 1848 Su volumetría expresa, en términos sucintos, cial, aunque su simplicidad se halla bastante
fueron, en el plano político, hechos demos- la organicidad característica del Neogótico de próxima al sentido de la arquitectura campes-
trativos de la conjunción entre corrientes na- escuela británica y corresponde aproximada- tre que se desea revivir y en la cual los gru-
cionalistas (Grecia, Bélgica, Alemania, Italia, mente al tipo de capilla rural inglesa del siglo pos de ombúes dan la nota vernácula del pai-

188 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rog rom
saje. El interior repite el valor estructural co-
mentado y destaca la nitidez de los muros y de
sus aberturas; el piso es de madera y también
lo es la cubierta; la sección transversal de esta
tiene la configuración de un trapecio regular;
si bien es muy simple, en comparación con
otros de esta índole, el techo de madera es el
más antiguo de cuantos hoy existen y partici-
pa de esa característica que constituye uno de
los rasgos más importantes y significativos de
estos templos neogóticos.
Detrás de la capilla, el pabellón de dos plan-
tas para las diversas dependencias, tiene los
rasgos italianizantes, neorrenacentistas, que
el mismo Taylor utilizó en otras de sus obras.

Primera Iglesia Metodista, Buenos Aires, 1871.


El primer templo que esta comunidad erigió
en Buenos Aires fue el construido en 1842
en la calle Cangallo (hoy Perón) entre 25 de
Mayo y Reconquista, frente a la Basílica de
Nuestra Señora de la Merced. Allí continuó
hasta 1872, año en el cual la comunidad se tras-
ladó al actual solar de la avenida Corrientes
718, donde los cultos se oficiaron transitoria-
mente en el salón parroquial situado al fondo,
de dimensiones amplias; presenta columnas
metálicas de sección trifoliada, con basas y ca-
piteles del mismo material.
El templo se habilitó en 1874 y no existen
documentos que consignen su autor. La fa-
chada, algo retirada de la línea de edificación,
es asimétrica, pues a la diestra del observa-
dor se levanta una torre esbelta con su flecha;
los accesos son laterales, protegidos por dos
porches bajos y amplios con techos a dos aguas;
en el centro del conjunto existe un vitral de
gran tamaño, dividido en lanceolas vertica-
les; el hastial se cierra con las líneas oblicuas
de las pendientes del techo, quebradas por los
pináculos de los contrafuertes. El lineamiento
general es verticalizante, dirección que re-
marcan los contrafuertes y pináculos que, ade-
más, reflejan el espíritu de sinceridad estruc-
tural, propio de las mejores épocas del Gótico
medieval y que estos revivals incorporaron de
nuevo al quehacer arquitectónico.
Las faldas de la flecha, que se interpenetran
con el volumen de la torre, dan a esta una pu-
reza estilística y un sentido de verticalidad po-
co frecuentes en tales campanarios, tratados
con frecuencia como una virtual yuxtaposición
de un cono sobre un prisma. Por su magnitud
y calidad de ejecución puede decirse que este
techado es uno de los mejores de su género
existentes en nuestro país.
Otro elemento de gran impacto en el espa- u CATEDRAL DE LA PLATA EN ESTILO NEOGÓTICO. SUS DOS TORRES FUERON RECIENTEMENTE COMPLETADAS.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 189


cio interior son los vitrales multicolores que, un predio de configuración trapezoidal y en ta el comentado carácter orgánico, determi-
con el piso y el techo de madera, dan calidez a medio de un parque de trazado netamente pin- naron la transformación del antiguo contra-
la severidad de los muros. El contrafrente del toresco, de acuerdo con los rasgos de la jardi- frente en arco-cancel que accede al presbiterio
templo presenta un ventanal similar al que ocu- nería inglesa. Las características de la arqui- y ábside poligonal, y cuyo rico ventanamien-
pa el centro de la fachada. Los vanos latera- tectura inglesa, por su parte, inciden en la to da a este recinto una luminosidad mayor;
les, más pequeños, junto con la cerchas, de- planta de la iglesia, alargada y de sentido or- asimismo, la nave lateral requirió la apertura
terminan un ritmo neutralizado en parte por gánico en la distribución. de una arquería en los últimos tramos del mu-
el ancho de la nave, cuya dimensión transver- La parte más antigua, es decir, la nave prin- ro lateral derecho.
sal es de 13,5 m y su longitud de 20 m. cipal, presenta en su exterior algunas seme-
janzas con la Iglesia Metodista recién comen- Otros ejemplos. Con posterioridad a las nom-
Iglesia Anglicana de la Santísima Trinidad, tada, en especial en lo relativo al diseño de los bradas, fueron construidos numerosos templos
Lomas de Zamora, 1872. Carlos Ryder y Edwin contrafuertes y de los ventanales, que en am- inspirados en el gusto R. Entre ellos se desta-
A. Merry (v.), arquitectos. El 18 de agosto de bos casos corresponden al llamado decorated can la Iglesia Anglicana de Todos los Santos
1871 los numerosos residentes de habla ingle- style. Aunque se evidencian en algunos detalles, (Quilmes, 1892), las iglesias presbiterianas de
sa de Lomas de Zamora resolvieron constituir las etapas de su construcción no malogran la San Andrés de Buenos Aires (1894; Merry y
una congregación que encarara la construcción unidad del edificio; poco influye, por ejemplo, Raynes), y de Temperley (Prov. de Buenos Ai-
de un templo anglicano sobre terrenos dona- el empleo del early english para las ventanas del res) , la Iglesia Anglicana de San Salvador (Bel-
dos al efecto por Henry A. Green Esq.; para tal bautisterio. En el interior, la cubierta consiste grano, Buenos Aires, 1896. Basset Smith, v., y
fin designaron arquitectos de esas obras a Ryder en una techumbre de madera, la cual, a pesar Mohr Bell), la primera iglesia metodista de Lo-
y Merry, como arquitecto consultor a Henry de las menores dimensiones de la iglesia, que mas de Zamora (Prov. de Buenos Aires, 1896),
W. Ford y como constructor a Juan Lapizon- imponían un resultado más modesto, se ase- de Fossateth, y, de carácter más monumental,
de. La piedra fundamental fue colocada el 26 meja en la parte más antigua a su contempo- la Basílica de Nuestra Señora de Luján, de Ul-
de febrero de 1872. El templo se inauguró el ránea: la de la Primera Iglesia Metodista de Bue- rico Courtois, las catedrales de Mar del Plata,
12 de enero de 1873. nos Aires, principalmente en el tipo de tallado de La Plata, de Benoit (v.) y Meyer, la de San Isi-
Años más tarde, por resultar algo estrecho y ejecución, y no es difícil suponer que hayan dro, de Dunant y Paquin (v.), y de Mercedes, de
el recinto, se construyeron otras partes: pres- intervenido los mismos operarios. En el pres- F. Fleury Tronquoy (v.), la capilla Stella Maris
biterio, sacristía, bautisterio, nave lateral y sa- biterio y en la nave lateral su confección y as- en Mar del Plata, las iglesias del Carmen en Cór-
la para órgano, trabajos iniciados en 1888 y fi- pecto son más simples, tanto en la configura- doba, Félix de Azara en Misiones (1906).
nalizados el 15 de junio de 1890, bajo la ción de las cerchas como en el techado de
dirección del arquitecto E. C. Shearman con la madera, no tallada sino solo lustrada. En com- Otras arquitecturas del R. Aunque su princi-
actuación del constructor J. Pollard. En 1891 pensación, se advierte en esta última etapa de pal expresión fueron los templos, el R. inspi-
se efectuaron ampliaciones en la casa rectoral, las obras el aporte de una técnica valiosa y sig- ró también las formas de castillos rurales y ur-
que se destaca como un pabellón, más peque- nificativa: la del aparejo de ladrillos, que enri- banos. Entre los primeros se destaca el
ño, ubicado paralelamente a la iglesia y algo quecería el tratamiento de los muros, cuyos pa- establecimiento San José (Luján), del arqui-
separado de esta. Totalmente independiente y ramentos, en los templos antes vistos, eran tecto Ernesto Moreau; entre los segundos, la
ubicado en un eje virtualmente transversal, el revocados interior y exteriormente. Villa Ombúes en Av. Luis María Campos y Olle-
salón parroquial, construido en 1896, presen- En otro orden de cosas, la nave principal, ros, Buenos Aires. Otros ejemplos fueron cons-
ta una similitud con la iglesia desde el punto por su característica de neta longitud, da al in- truidos por Le Monnier (v.) (Libertad 1394) y
de vista volumétrico. terior un sentido de profundidad espacial. Las Jaeschke (Callao 290). En Mar del Plata se des-
Todo este conjunto se halla ubicado sobre adiciones posteriores, que imprimen a la plan- taca la sede del Pidgeon Club.
Con aspecto de castillos fueron construi-
dos numerosos edificios militares, como los
Tiros Federales de Corrientes, del arquitecto
Juan Col (v.), y de Reconquista, en la Provin-
cia de Santa Fe, o la Cárcel Penitenciaria de
Salta (1872-1884). Y también se juzgó apro-
piado apelar al clima del R. en edificios para la
educación, como la Facultad de Derecho de Ar-
turo Prins (v.), en Buenos Aires, o el Colegio de
los Irlandeses de Herbert Arthur Inglis.
En el tema de la arquitectura doméstica, la
valoración de la cotidianeidad, que fue carac-
terística de la visión romántica en general, pro-
dujo el revival suburbano y semirrural del cot-
tage y del pequeño castillo o chalet, que se
asociaron a las propuestas urbanísticas de las
u CROQUIS DE UN CLAUSTRO, POR AUGUSTO FERRARI. “ciudades jardín” y tipificaron extensas zo-

190 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


rom ros
nas residenciales en torno de las grandes ciu- bién un proyecto de reorganización de la trama bría contribuido notablemente a la enseñanza
dades, y también los centros de veraneo (Mar en función de una rígida “regularidad”. La con- del dibujo técnico.
del Plata, entre otros), y también otros temas flictividad legal, el material que tal racionaliza- Luego de dramáticas vicisitudes, que in-
como la Arquitectura Ferroviaria, muchas de ción implicaba y la inestabilidad política reinante cluso los llevaron a ser encarcelados por deu-
cuyas instalaciones se diseñaron con lengua- hicieron que el proyecto jamás fuera realizado. das, los Roquer abandonaron finalmente Bue-
jes Neorrománico, Neogótico e incluso de cha- Su abandono fue paralelo a la desaparición de nos Aires para radicarse en la ciudad Mendoza,
lets, es decir, en lenguajes vernáculos del fol- los organismos de los que Romero formaba par- donde construyeron el primer teatro y obtu-
clore europeo (v. Pintoresquismo; Revival). A. D. P. te. Durante el gobierno de Rosas, el ingeniero vieron el encargo de la construcción de un co-
español conservó un cargo dentro del Depar- legio, cuya fundación estuvo a cargo de Sosa y
Bibliografía: A. S. J. de Paula. Templos rioplatenses no tamento Topográfico (v.), aunque no llevó a ca- Lima. Su obra en dicha ciudad debió ser con-
católicos. En: Anales del IAA N.° 15-16; Raúl Gómez bo en general tareas de relevancia. Después siderable, pues se supone que edificaron igle-
Crespo y Roberto Cova. Arquitectura marplatense, de Caseros, como la mayoría de los técnicos de sias y un buen número de casas particulares.
el Pintoresquismo. Resistencia: Editorial del IAI- su generación, fue llamado a formar parte del Ramón fue quien construyó también el puen-
HAU, 1982. Consejo de Obras Públicas (1852): un organis- te sobre el río Desaguadero.
mo que sobre nuevas bases volvió a replante-
ar la gestión técnica de la ciudad. F. A. Bibliografía: G. Furlong. Arquitectos argentinos du-
ROMERO, JOSÉ MARÍA. Madrid (España), 1793 rante la dominación hispánica. Bs. As: Huarpes, 1946.
- Buenos Aires, 1865. Ingeniero militar. Tuvo Bibliografía: Piccirilli, F. Romay, L. Gianello. Diccio-
importante actuación durante el período ri- nario histórico argentino. Bs. As.: Ediciones His-
vadaviano en las tareas que hacen a la ges- tóricas Argentinas, 1954; Los ingenieros militares ROSARIO. Ciudad ubicada sobre una leve ba-
tión estatal de la ciudad y a la organización y sus precursores en el desarrollo argentino (has- rranca a orillas del río Paraná, que corre entre
de las primeros cuerpos profesionales dentro ta 1930). Bs. As.: Fabricaciones Militares, 1976; F. múltiples islas aluvionales formando canales
de la Administración. Aliata. “La ciudad regular. Arquitectura e institu- de muy diversa profundidad. El más navega-
ciones durante la época Rivadaviana”. En: AA.VV. ble, muy próximo a la costa, aunque fue cam-
Graduado de ingeniero militar en la Aca- Imágenes y recepción de la Revolución Francesa en biando de perfil con los años, siempre asegu-
demia de Zamora en 1812, llegó al Río de la Pla- el Río de la Plata. Bs. As.: GEL, 1990. ró el acceso natural a buques de gran calado.
ta en 1815, después de haber servido en el ejer- En una zona surcada por múltiples arroyos, y
cito de José Bonaparte. En principio trabajó para en la encrucijada de los caminos que vincula-
el Cabildo y en 1821, al constituirse el Departa- RONNOW, M. F. S/d. Dinamarqués, Arquitecto ban Buenos Aires con el norte y el centro del
mento de Ingenieros Arquitectos, pasó a formar país —a 300 km de la Capital Federal, 170
parte de este como inspector. Durante el go- Radicado en Buenos Aires durante varios km de Santa Fe y a 400 km de Córdoba—,
bierno de Las Heras, entre 1824 y 1825, ejerció años. En 1914 realiza en la Av. Belgrano y Pe- fue durante años la segunda ciudad de la Re-
el cargo de ingeniero arquitecto de la Ciudad rú el edificio Otto Wolff, que puede inscribirse pública y cuenta, según el censo de 2001, con
y también formó parte interinamente de la Co- dentro de un Eclecticismo de carácter centro- 1.159.004, incluido el gran Rosario). Su his-
misión Topográfica. En 1826, durante la pre- europeo. Posteriormente regresa a Dinamarca. toria estuvo signada por el hecho de no ser
sidencia de Rivadavia, Romero fue nominado sede del poder político, con una dependencia
nuevamente como inspector en el Departa- no resuelta con el poder provincial y su capi-
mento de Ingenieros Arquitectos (v.), pero de- ROQUER, JAIME - R., RAMÓN. S/d. Españo- tal, Santa Fe, que se tradujo en una distribu-
bió renunciar, en mayo de ese año, frente a la les, maestros de obras. Actuaron en Men- ción de la renta y de la participación política
hostilidad de Catelin, con quien mantenía vie- doza y en Buenos Aires entre fines del siglo injustas en relación al número de habitantes
jas disputas. Además de sus estudios como in- XVIII y principios del XIX. y a la magnitud de las riquezas producidas.
geniero militar, en 1823 Romero había comple- Cabecera de las colonias agrícolas del sur de
tado en forma satisfactoria un curso de geometría Oriundos de Cataluña, se sabe que al me- la provincia y de la primera línea ferroviaria del
bajo la dirección de Felipe Senillosa (v.), con nos Jaime cursó estudios en la Academia de país, “cuna de la Bandera”, “capital del cere-
un programa de estudios centrado en los trata- San Fernando, donde probablemente se reci- al”, “Chicago argentina”, nodo de primera mag-
dos de Lacroix, Monge y Durand. Más allá de bió de arquitecto y maestro de obras públi- nitud del cordón industrial fluvial, ha sufrido
esta formación y de la coincidencia permanente cas. Llegados hacia 1780 a Buenos Aires, los como pocas ciudades las consecuencias de
en su accionar público con Senillosa, su ads- Roquer se ofrecieron al virrey Vértiz para con- la desindustrialización, por lo que el gran Ro-
cripción a las teorías derivadas de la “Escuela feccionar los planos de la universidad que se sario es una de las áreas con mayores índices
Politécnica” es notoria en sus trabajos como aspiraba a fundar en la ciudad. La iniciativa no de desocupación y pobreza de la Argentina.
técnico del Estado. De la intensa tarea realiza- prosperó por oposición del ingeniero José Cus-
da fundamentalmente entre 1824 y 1825, cuan- todio de Sá y Faría (v.).
do ejercitó el cargo de arquitecto de la ciudad, Debido a este fracaso, en 1784 Jaime pre- LA VILLA FIEL (C.1725-1852).
se destaca su ambicioso relevamiento de la par- tendió fundar una Escuela de Arquitectura, Rosario es una de las pocas ciudades argenti-
te exterior de la entonces capital provincial, que aunque tuvo importante oposición de algunos nas sin fundación: “creación irreflexiva e in-
no solo es un registro de la realidad existente profesionales que cuestionaban sus títulos. La documentada de un involuntario avecindar”,
volcado en siete láminas detalladas, sino tam- misma no llegó a funcionar, sin embargo ha- según Razzori. Esta condición, en realidad no

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 191


tierra en suertes de 150 varas cuadras con una
calle ancha de 20 varas que las comunicara con
la plaza. Nunca fue puesto en práctica.
En 1840 el poblado alcanzaba los 3000 ha-
bitantes. Ya tenía una iglesia de material, dos
escuelas, un médico, una casa de altos y un fu-
turo promisorio como puerto natural y encru-
cijada de las rutas comerciales. Lo regía un juez
de paz con jurisdicción sobre una región de ca-
si 5000 km2. Ya desde esa época data el “so-
juzgamiento político del Sur”: a pesar de tener
una población similar a la de la capital pro-
vincial, designa a solo uno de los cuatro miem-
bros de la Junta de Representantes, institui-
da por Estanislao López en 1836. Pese a haber
sido bombardeada en tres ocasiones por tro-
pas porteñas y naves francesas, de haber sido
azotada por epidemias, sequías, posibles in-
cursiones de los indios pampas y frecuentes
requisas y tiroteos derivados de las disputas
entre caudillos unitarios y federales, su puer-
to florecía con el contrabando y la exportación
de cenizas y productos cuyanos. Sus calles pol-
u VISTA AÉREA DE LA CIUDAD DE ROSARIO A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX. vorientas todavía eran iluminadas por los fa-
roles de las viviendas privadas, y la gestión pú-
tan extraordinaria en el Litoral, se vio subra- por ser la población más importante de la ju- blica se limitaba a ordenar el blanqueo a la cal,
yada por la ausencia, durante sus primeros 150 risdicción llamada Pago de los Arroyos, que el barrido los días jueves por parte de los ve-
años de existencia, de esquemas que ordena- abarcaba desde el arroyo Carcarañá al norte cinos y la construcción de tapias y veredas en
ran su desarrollo, discriminando espacios co- hasta el arroyo del Medio al sur, con una po- las manzanas ubicadas alrededor de la plaza.
lectivos de espacios privados. Creció a partir blación calculada en 6000 almas. La forma- En 1847 el agrimensor Antonio Simonin
de un asentamiento espontáneo sobre tierras ban dos cuadras de construcciones alrededor trazó un plano de las tierras de los herederos
privadas: la concesión real de 1689 a Luis Ro- de la plaza, tan próximas al río como lo per- de Domingo Correa —lonja que pasaba a me-
mero de Pineda (vecino de la vieja Santa Fe, mitían los títulos de propiedad, sin más calles nos de 200 m al norte de la capilla— y señaló
capitán de caballos de Su Majestad) entre el que las definidas por los caminos a Santa Fe y por primera vez el posible trazado de la villa co-
arroyo Ludueña, probablemente Arroyo Se- a Córdoba, y con un rancherío amontonado a mo una cuadrícula de límites abiertos. Los fre-
co, y el fondo que estuviera vacante. Tierras su alrededor. Al quedar en medio de fuegos ri- cuentes conflictos de propiedad derivaron en
yermas y deshabitadas, donde vagaba ganado vales durante las guerras de la Independencia una nueva mensura de los terrenos de Correa,
disperso, que comenzaron a subdividirse en —uno de cuyos episodios más recordados fue donde estaba asentada la población; esta men-
lonjas, cambiando de propietario por herencia la creación de la Bandera por Belgrano en fe- sura realizada por el agrimensor Prat en 1850
o por compra. El asentamiento creció estimu- brero de 1812— y de las guerras civiles que si- corrigió el desvío de las calles, sintetizadas por
lado por la confluencia de ciertos factores físi- guieron, sufrió ocupaciones, incendios, des- un simple trazo en un esquema de 7 x 7 man-
cos —una planicie elevada sobre un puerto na- manes y necesidades de todo tipo. zanas sobre la costa del Paraná, y agregó los
tural, una curva en el camino real que enlazaba De 1814 data el primer intento de poner re- nombres de los propietarios. La organización
Buenos Aires con Córdoba y el Alto Perú, y con gla al uso a la distribución de la tierra, promo- espontánea en damero, que excedía las escasas
la reducción de Carcarañá y luego Santa Fe— vida por una Junta de Hacendados para mejo- 8 manzanas pobladas, fue estimulada por la
y el establecimiento, en 1731, de una capilla de rar el estado “lamentable” de la agricultura, morfología dominante en otras ciudades, deri-
barro y paja alrededor de la cual se fueron agru- atribuido a la falta de perímetro libre de gana- vada de las regulaciones de las Leyes de Indias
pando los ranchos de los pobladores de la zo- do, la confusión de límites entre predios y la de- y la sencillez de los recursos técnicos para avan-
na y los de los indios sometidos en torno de un jadez de propietarios que ni las fraccionaban ni zar en la ocupación de tierras.
descampado: la actual plaza 25 de Mayo. Ha- las hacían producir. La propuesta fijaba un sem-
cia 1740, el heredero Narciso Suero comenzó bradío semicircular de tres cuartos de legua so- EL DESPERTAR (1852-1861).
un fraccionamiento inicial en solares; 20 años bre la costa, fraccionado en chacras de 4 cua- Este transcurrir lento y azaroso se vio inte-
más tarde el caserío sumaba 50 ranchos en to- dras cuadradas, y obligaba a vender lo que rrumpido por un acontecimiento que habría
da la región y subsistía gracias al contrabando excediese a ese tamaño. Fue aprobada por el Di- de cambiar la historia de Rosario: fue la pri-
con Colonia de Sacramento y con Asunción, rector Supremo G. Posadas, con la sustitución mera población que se pronunció a favor del
la explotación del ganado y alguna huerta. del perímetro por un cuadrado de media legua levantamiento de Urquiza, hecho que con-
En 1823 fue nombrada “ilustre y fiel Villa”, sobre el río, para facilitar la subdivisión de la trastaba con la sumisión del gobierno provin-

192 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ros ros
cial al poder de Rosas. En agradecimiento por se centuplicó. Había un periódico, un teatro,
este acto, de gran riesgo para la población, y te- dos hoteles, dos cafés, una librería, tres plazas,
niendo en cuenta “su posición que la pone una sastrería, una sociedad de beneficencia y El crecimiento de Rosario
en contacto directo con el interior y el exterior”, dos de socorros mutuos, un banco, un sistema
fue declarada “ciudad” en agosto de 1852, por de mensajerías, dos saladeros y un proyecto en
lo que se transformó en centro de intercam- estudio para hacer una línea férrea que co-
bio, sede de la aduana y puerto de ultramar de nectara con Córdoba y, posiblemente, Chile.
la Confederación, y fue favorecida por la Ley La extensión del alumbrado público permitió
de Derechos diferenciales de 1856. Sus ven- el comienzo de la vida nocturna; se instaló el
tajas naturales permitían amarrar cerca de la primer reloj, un cementerio y un mercado, y
orilla, usando simples tablones para desem- las calles se barrían dos veces por semana.
barcar en tierra, situación que habría de me- También se sumaron los inconvenientes
jorar con la construcción del primer muelle de de un crecimiento vertiginoso y sin ninguna
madera del empresario Hopkins. Además de previsión. Se tornaron prioritarios el adecua-
exportar los productos del interior, el puerto do registro y delimitación de las propiedades.
se abrió al transporte de pasajeros de cabota- Nicasio Oroño, como Jefe Político, propuso en
je, y a los primeros contingentes de inmigrantes 1855 un acuerdo amistoso —el Convenio de las
que comenzaron a arribar en 1858 para Colo- Lonjas— para regularizar la delimitación de
nia Esperanza. las propiedades, cuyas contradicciones y su-
Ciudad madre, irradiadora de colonias, pue- perposiciones dificultaban las ventas y la pro-
blos y fuertes, se pobló primero con exilados longación de las calles. El árbitro fue Alan
políticos y luego por gente atraída por una pros- Campbell, el mismo encargado de la elabora-
peridad promovida desde el nuevo gobierno ción de un plano de la ciudad y de los estudios
confederado, que ensayaba negocios y víncu- para el ferrocarril. También Oroño propuso el
los comerciales, a los que no tardaron en su- trazado de un bulevar de 20 varas que fijara
marse inmigrantes e viajeros europeos alen- un límite al área urbana dentro de la cual se
tados por las nuevas políticas de colonización. implementarían medidas de ensanche y orde-
El entusiasmo con el nuevo orden político namiento edilicio. El proyecto fracasó y el pro-
pronto se tradujo en el primer monumento de blema fue subsanado con la fijación de un pe-
la ciudad: una columna en el centro de la pla- rímetro arbitrario —siete por siete manzanas
za parala Constitución. En pocos años se pasó en torno de la plaza—, dentro del cual se re-
de una aldea de pocos cientos de familias a una gularon las tapias; se propuso extender la ilu-
ciudad de 10.000 habitantes y con construc- minación y la vigilancia, y se prohibió la pre-
ciones que se compactaban en pocas manza- sencia de animales, barracas, jabonerías u
nas alrededor de la plaza. El precio de la tierra obstáculos que pudieran entorpecer la circu-
lación. Recién en 1860 se instaló la Munici-
palidad —la primera en el marco de la nueva
Constitución— con jurisdicción entre los arro-
yos Saladillo y Ludueña, y cierta autonomía de
recursos. Rosario ya contaba con un tercio más
de habitantes que la ciudad de Santa Fe, el 28%
de los cuales era extranjero

EL OPTIMISMO (1863-1880).
El progreso no fue quebrado por la batalla de
Pavón. Dos años de incertidumbre cesaron con
la decisión de Mitre de avanzar con el proyec-
to del ferrocarril: en 1866 se inauguró el pri-
mer tramo a Bell Ville, en 1870 llegó a Cór-
doba y en 1880 a Tucumán. Este renacimiento
se vio definitivamente consolidado con la Gue-
rra del Paraguay, durante la cual Rosario ofi-
ció de puerto de embarque de todas las fuer-
zas y pertrechos. u ESQUEMAS DE CRECIMIENTO DE LA CIUDAD DE

Centro de comunicaciones terrestres del te- ROSARIO EN 1860, 1895 Y 1931.

rritorio nacional, ya en el año 1864 se habían


u PLANO DE BOUVARD PARA ROSARIO 1911. establecido servicios de mensajerías con tres

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 193


viajes semanales a Córdoba y otros al NO y Cu- para la exhibición de hechos novedosos; la plan- un crecimiento que se suponía podía alcanzar
yo. Se subvencionaron los desagües y las com- tación de paraísos, las veredas y senderos ajar- a 100.000 personas. Se definían tres áreas:
pañías de navegación, se construyó un nuevo dinados la habían transformado en un jardín la primera de calles irremediablemente estre-
muelle y se consiguieron fondos para remo- público donde se reunían los jóvenes al atar- chas y construcciones homogéneas en mam-
delar la jefatura política y la Iglesia, construir decer. De esa época data el Álbum de Alfeld, postería y azotea que, ampliando las bajadas y
un hospicio de huérfanos, un gran depósito con vistas de las plazas, el mercado, la bajada expulsando la ranchería, debía de terminar su-
frente al muelle de Hopkins y comenzar con al puerto y algunos tramos de edificación ya turando su relación con el Bajo; una segunda
el empedrado de las calles y la iluminación a consolidada, que más allá de su objetivo pro- de calles más anchas para usos diversos (entre
gas. Cuatro saladeros, tres molinos, una fábrica pagandístico para el mercado internacional de ellos la estación ferroviaria), como primer ges-
de cemento, otra de motores a vapor, tres cer- ciudades, operaba como previsión de una ciu- to para facilitar la puesta en valor urbano de
vecerías, ocho hoteles, seis bancos, trece abo- dad deseada de construcciones compactas y fa- tierras todavía rurales; y una tercera para quin-
gados, cinco librerías, doscientas cincuenta pul- chadas continuas y homogéneas, con un re- tas y caminos comunales, hasta una distan-
perías, contabilizados por la guía civil y pertorio de zócalos, pilastras, arcos y remates cia de una legua, que duplicaba el radio del eji-
comercial de 1876, dan cuenta de la actividad. almenados que, por el momento, apenas se do previsto por Posadas cuarenta años antes.
El movimiento portuario pasó de 63.000 tn en promovió con la prohibición —sin éxito— de En 1873, tras una nueva ley orgánica que
1864 a 258.000 en 1880, con líneas directas a construcciones en paja dentro de un radio de amplió la autonomía del Municipio, se aprobó
Génova, Liverpool, Barcelona y Marsella. Y co- cuatro cuadras alrededor de la Plaza. un nuevo proyecto de M. Col —formalizado
menzaron los sueños de ser Capital, con tres Con el progreso había que prever y dar for- en el plano de 1875— que reiteraba esta idea
leyes sucesivas del Congreso Nacional entre ma al crecimiento de la ciudad. Inestable co- de ciudad en cuatro secciones: la propiamen-
1868 y 1873, en todos los casos vetadas por el mo era su suerte y su población, carente de po- te dicha, dentro de una primera ronda de bu-
Poder Ejecutivo debido a la oposición de San- der de negociación y de acceso a los fondos levares; el bajo, ordenado por una avenida cos-
ta Fe y a los temores de Buenos Aires. nacionales, con instituciones que se habían li- tanera y formando un zócalo representativo;
Con el progreso llegaron las pretensiones mitado a promover el blanqueo y prohibir los extramuros, como tierras en disponibilidad ur-
de elegancia, la moda, las tertulias y la posi- ranchos, y un territorio casi sin registros, los bana limitadas por una segunda ronda de bu-
bilidad de algunas obras: el desagote de la la- proyectos de trazado urbano comenzaron a flo- levares; los suburbios, subdivididos en super-
guna Sánchez, dos nuevos cementerios, un recer. En 1866 se iniciaron los debates sobre manzanas de tres por cinco cuadras para la
mercado de frutos, una plaza de carretas y la la delineación de la planta, con normas que ga- explotación rural, hasta los límites del Muni-
primera línea de tranvías. Hubo un circo tau- rantizaran cierto control público sobre la pro- cipio (los arroyos y un camino ancho al oeste,
rino, tres clubes sociales, un Jardín de Recreo, piedad privada, incluyendo eventuales dere- a siete cuadras de la última ronda de buleva-
una iglesia anglicana y el Colegio Nacional. Se chos de expropiación. Reapareció la idea de un res), que incluían la previsión de tres aldeas
construyeron los primeros edificios de dos y bulevar para definir los límites de una prime- autónomas y equidistantes en los tres puntos
tres pisos, que en casos como el teatro Olim- ra ciudad mal trazada —todavía no totalmen- cardinales, subdivididas con la misma regula-
po ensayaron estilos exóticos. La plaza había te ocupada, pero donde ya era muy costoso ac- ridad y orientación del trazado urbano, con un
dejado de ser un simple descampado que ofi- tuar— respecto de una ciudad nueva, de calles centro y una calle ancha que las conectaba con
ciaba de plaza de armas, espacio cívico y sede anchas y salubres, “a la europea”, previendo el área central. Esta primera prefiguración de
un área metropolitana compleja, con asenta-
mientos especializados y diferentes de las co-
lonias agrícolas, imaginaba un orden para un
proceso ya en marcha. En 1872 se habían fun-
dado dos “colonias”, Nueva España y Nueva
Italia, una para quintas y otra de recreo, que
no habrían de prosperar. Cuatro años más tar-
de, J. N. Puccio fundaba el pueblo de Alberdi
como espacio alternativo de residencia, pró-
ximo a la naturaleza y propicio para una vida
más “civilizada”.

LA CRISIS DEL PROGRESO (1880-1910).


En 1887 Rosario contaba con 50.914 habitan-
tes, cuatro bancos, dos compañías telefónicas,
treinta calles adoquinadas y ciento sesenta em-
pedradas, y setenta colonias volcaban su pro-
ducción en el puerto donde entraban 8000 bu-
ques anualmente. En 1910 se contabilizaron
192.278 habitantes, dieciocho bancos, treinta
y cinco compañías de seguros, veintiún perió-
u EL BOULEVARD NICASIO OROÑO, DE ROSARIO, EN EL AÑO 1913. dicos, tres teatros y dos óperas, 41 automóvi-

194 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ros ros
les, tranvías eléctricos, tres fábricas con más excepcionales que interrumpían la trama: un
de 200 obreros y una, la refinería de azúcar, nuevo monumento a la Constitución (Biggi,
con 1300 y un conflictivo barrio obrero a su al- La Catedral de Rosario y su entorno 1883), la remodelación de la iglesia (Arnaldi, v.,
rededor. También se señalaba la existencia de 1887), el portal del Cementerio el Salvador (Men-
dieciocho sociedades de beneficencia, veinti- zell, 1889), la casa de Canals (1886), la Muni-
séis de socorros mutuos, cuatro hospitales y cipalidad (Rezzara, 1896), el edificio de los Tri-
tres asilos que buscaban mitigar afecciones del bunales (Boyd Walker, v., y Currie 1892), la
organismo y el desamparo, la otra cara de es- Escuela Normal (Tamburini (v.), 1893), la Es-
te progreso visible en los 2006 conventillos y cuela Gobernador Freyre (1905), los teatros Co-
los 6038 ranchos y casillas sobre un total de lón y La Ópera (1904), el hotel Italia y el Savoy,
22.915 viviendas. Cifras elocuentes del creci- la Bolsa de Comercio (Censi, v., 1908), los nue-
miento de una ciudad, poblada en un 45% por vos edificios bancarios, las estaciones ferrovia-
extranjeros y otro 15% por migrantes internos, rias Sunchales (1886) y Central Córdoba (Clar-
que 30 años después de haber imaginado una ke, 1891), la Bola de Nieve (Le Monnier, v., 1906)
primera delineación había quintuplicado su y La Agrícola (Collivadino, v., 1907); estos úl-
población y roto todas las previsiones. timos fueron los primeros edificios en altura
No todo era fácil. La conexión ferroviaria con ascensor y estructura de hierro.
con Buenos Aires había favorecido el desvío de Simultáneamente la ciudad había ido cam-
parte de las cargas, el transporte fluvial había biando su geografía. Hasta pocos años antes,
perdido importancia y las líneas directas a Eu- la trama de construcciones simple y progresi-
ropa se habían suspendido. Diez nuevas vías vamente se había compactado en torno de la
férreas se habían sumado, superponiendo tra- plaza y extendido sus límites como una man-
zados y destinos, y formando una cintura de u EVOLUCIÓN DE LA CALLE BUENOS AIRES cha de aceite sobre el trazado simple de una
hierro en torno del área céntrica. La crisis de ENTRE SANTA FE Y CÓRDOBA (ROSARIO) EN LOS cuadrícula. En este núcleo primigenio, los in-
1890 fue particularmente dura para la región: AÑOS 1845, 1890 Y 1927. quilinatos convivían con las casonas de la eli-
entre las numerosas quiebras se destacan la de te local, y solo había cierto quiebre social y edi-
Puccio, fundador del pueblo Alberdi, y la de J. licio con las tierras del bajo, por años ocupadas
Canals, promotor de la extensión al oeste y del por un rancherío precario y sin regla. A par-
nuevo puerto. Fue seguida por “el escándalo tir de los años de 1880 la extensión se hace se-
del Banco Provincial”, con graves consecuen- lectiva. La periferia se densifica alrededor de
cias para el presupuesto municipal, por la re- algunas instalaciones, como la estación del
volución radical de 1893 y por una sucesión de Central Argentino, y se continúa hacia el nor-
pestes, sequías, desastres naturales a los que te, siempre sobre la costa, con el barrio for-
se sumaban los cada vez más frecuentes con- mado en torno de la Refinería y de los talle-
flictos obreros, propios de un mercado de ma- res ferroviarios; continuidad aparente, ya que
no de obra particularmente sensible a las fluc- la barrera casi infranqueable de vías la aislaba
tuaciones económicas. e incomunicaba con el centro. Un segundo
Las instalaciones de un nuevo puerto re- punto de expansión residencial más compleja
cién se habilitaron en 1906. Pero, por los tér- —Independencia— de 4 manzanas expropia- fue “el oeste”. Promovido por Canals y sus so-
minos del contrato, los dividendos pasaron a das en 1888, y luego en el Parque construido cios, que luego de comprar tierras (ya privile-
manos de las empresas francesas concesiona- entre 1900 y 1902. Debido al tiempo trans- giadas por el trazado del bulevar), las valori-
rias y en menor medida de la Nación (v. Puerto). currido, y a pesar de haberse desplazado diez zaron con la construcción de la casaquinta de
Además subieron los costos de embarque, pro- cuadras al oeste, el bulevar perdió su carácter Canals, de un grupo de viviendas para obreros,
vocando una disminución de la actividad, que de borde pero conservó el de paseo, instru- próximas a un emprendimiento similar del
se acentuó con la creciente competencia de los mento de valorización de la propiedad y ex- Banco Constructor Santafesino, y con la cons-
nuevos puertos de Santa Fe, San Nicolás, Vi- tensión de la planta. Este ámbito nuevo en es- trucción del edificio para Tribunales, pactada
lla Constitución y San Martín. cala, en su relación con el verde, en su con el gobierno provincial, que absorbía parte
De todas maneras, la construcción era fe- capacidad de invertir la gradación del valor ur- de la Plaza de las Carretas, ya parquizada, a
bril. Durante décadas quedó en manos de cons- bano de la plaza a la periferia, resultó el es- cambio de la explotación de las oficinas y de la
tructores italianos que repetían diferentes com- cenario propicio para una nueva tipología re- valoración indirecta, y no explícita, de toda el
binatorias de la casa chorizo (v.), dentro de un sidencial: el hotel rodeado de jardines, carente área de su propiedad.
repertorio restringido de almohadillados, cor- de patios, de planta compacta y habitaciones Para esta época, la actividad inmobiliaria y
nisas y pilastras, al que luego se sumarían con diferenciadas en forma y función. los mecanismos para estimular la conversión
entusiasmo diversas variantes del Art Nouve- El creciente interés por el desarrollo de for- de tierras rurales en tierra urbana se habían
au (v. Arte Nuevo). mas representativas que hicieran visibles la mo- complejizado. La organización de un catastro
En 1887 se inauguró el primer bulevar, el dernidad y la riqueza acumulada tuvo puntos municipal, la formación de bancos edificado-
Oroño, que remataba primero en una plaza de condensación simbólica en algunos edificios res para la venta a plazos de tierras y viviendas,

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 195


u LA ESQUINA DE LAS CALLES CORRIENTES Y SANTA FE EN UNA FOTOGRAFÍA DE PRINCIPIOS DE SIGLO.

la consolidación de ciertas sociedades inmo- nas construcciones importantes de los “fun- ta para reducir los gastos cotidianos y sopor-
biliarias permitían operaciones a otra escala. dadores” y la extensión de servicios mínimos, tar las periódicas crisis del mercado laboral.
El sistema madura con un primer grupo de fueron elegidos como residencia permanente El boleto obrero, la posibilidad de acceder a
“fundaciones” suburbanas: Alberdi (1876-1886), por algunas familias de los sectores medios y viviendas mínimas por el mismo sistema de
Fishertown (1888), Saladillo (1889), Eloy Pa- altos, seducidas por la imagen de suburbio ele- cuotas, justificaron un discurso promotor de la
lacios (1891). Se trata de pueblos en tierra ru- gante y culto, a la inglesa. expansión urbana, fundado en argumentos hi-
ral, bien alejados, surgidos con el respaldo de Fueron seguidos por nuevos emprendi- giénicos y en la preocupación por el bienestar
una concesión tranviaria y la compra a muy ba- mientos: La Florida, Sorrento y Arroyito, Ta- “de los que menos tienen”, que también asu-
jo precio de tierras próximas a ella. El trazado lleres en el sector norte, Echesortu, San Fran- mió el gobierno municipal.
y la subdivisión quedaban al arbitrio del es- cisquito, Arrillaga, Mendoza y Godoy, Nueva Los pueblos y barrios fueron fruto de em-
peculador / fundador, que disponía de cier- Fisherton hacia el oeste y Calzada al sur. Se tra- presas autónomas, favorecidas por sus estre-
tos espacios para la futura vida comunitaria: taba de simples trazados de sociedades inmo- chos vínculos con los intereses de algunos fun-
en el caso de Alberdi, bulevar y avenida, pla- biliarias que seguían el perfil previsto por el pla- cionarios y políticos. El Municipio, en cambio,
za y solares para la iglesia, el mercado, la so- no de extensión, por lo general sin previsión de va a actuar desde iniciativas de alcance más
ciedad de fomento, la escuela, el juzgado de espacios colectivos, sobre tierras en las que ya global, beneficiando a estas empresas de ma-
paz y hasta un lazareto y un hipódromo. Pen- estaba asegurado el transporte, la apertura de nera indirecta. Con una Ordenanza de 1887 se
sados como una oferta alternativa a la vida ur- las arterias principales, la luz y el agua corriente. comienza a promover la extensión hacia el sur
bana, para la oxigenación y el recreo en la épo- El mercado era otro: “familias obreras” atraídas con el trazado de una avenida de 40 m de an-
ca estival, tuvieron relativo éxito explotando las por la posibilidad de acceder a un pequeño lo- cho —la San Martín—, de veredas parquiza-
tierras altas, el río o los baños que construyó te en cuotas equivalentes al alquiler de un cuar- das y jardines al frente, que vinculaba el cen-
Arijón, empresario de El Saladillo. A medida to de conventillo, con la promesa de una vida tro con el arroyo Saladillo, y un futuro parque,
que se consolidaban, con el estímulo de algu- más sana, y hasta de explotar una pequeña huer- al Sur, “sugerido” por los propietarios aleda-

196 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ros ros
ños. Este habría de incluir jardín botánico, zo- primer ronda de bulevares arbolados y se cons- de Lamas,en 1899, quien propuso una exen-
ológico, actividades hípicas, de tiro, teatros truyó el parque Independencia, en el que tam- ción impositiva a los que aceptaran ciertas res-
de verano, circos y la sede de futuras ferias uni- bién se instalaron el hipódromo del Jockey Club, tricciones en los alquileres de casas de pasillo,
versales, industriales, agrícolas. En esos años la pista de ciclismo del Veloz Club, y las insta- construidas de acuerdo con un plano tipo, mo-
se estaba evaluando el proyecto de Canals pa- laciones para exposiciones de la Sociedad Ru- delo que descartaba tanto el conventillo cén-
ra el nuevo puerto (finalmente trunco), que en ral. El intendente siguiente, Santiago Pinasco, trico como la autoconstrucción periférica. Los
su sección sur incluía un murallón de 4 km comenzó las obras de la Av. Belgrano y acor- resultados fueron decepcionantes y la ordenanza
entre la actual Pellegrini y el Saladillo, alma- dó la concesión para los tranvías eléctricos que fue derogada en 1906 como justificación de otra
cenes, subprefectura, aduana y hotel de in- habrían de multiplicar el impulso en los barrios propuesta bien diversa: la construcción de vi-
migrantes. Simultáneamente se aprueba un suburbanos. Durante la gestión de Nicasio Vi- viendas para empleados municipales (sector del
plano de urbanización del sur de la ciudad, en- la (1906-1909) se proyectó un viaducto para el que dependía en gran parte el resultado de las
tre la proyectada Av. San Martín y la costa, paso de trenes entre la Av. Alberdi y el río, que elecciones). Tampoco prosperó. Durante la ges-
seguido en 1890 por la publicación de un pla- no prosperó. El siguiente, Isidro Quiroga (1909- tión de Quiroga, y con la inspiración de su Di-
no de los agrimensores Warner y Pusso, que 1919), aprobó el ensanche del parque Inde- rector de Obras Públicas, Ramón Araya, se pu-
integraba este sector a una ampliación de la pendencia, encargó a Thays un parque en la so el primer freno a la expansión ilimitada de
trama de la ciudad, siguiendo la secuencia de costa de Arroyito y contrató la realización de la planta urbana con una ordenanza que pro-
los bulevares y la orientación del damero, y sin “un plan general de mejoras” a Joseph Bouvard hibía la formación de nuevos barrios por fue-
tomar en cuenta la dirección de los caminos (v.), urbanista francés, Director de Parques y Pa- ra de las calles Canals y Paraná, límites que coin-
existentes ni las divisorias de la propiedad. A seos de París, y también contratado por la Mu- cidían con los fijados en un nuevo plano del
esta traza superponían una red de diagonales nicipalidad de Buenos Aires. Municipio que, abandonando toda cualificación
de carácter formal sobre la zona de ensanche, Paralelamente ganaba consenso la preocu- espacial, se limitaba a extender la cuadrícula
con plazas hexagonales y ovaladas en sus cru- pación por el problema de la habitación con ra- uniforme hasta ese límite, como guía para su
ces, y una diagonal para conectar los accesos íces en las pestes de la segunda mitad del si- completamiento de manos de los pequeños pro-
norte y sur de la ciudad (las avenidas Alberdi glo. En Rosario, como en otras ciudades, se pietarios. Recordemos que se trata de una ac-
y San Martín). Al año siguiente, el Municipio reglamentaron e inspeccionaron los lugares don- ción simultánea a la contratación de Bouvard
editó un plano que confirmó los principios del de se hacinaba la multitud informe y descono- para un plan “para la futura delineación y apro-
plan de Werner y Pusso: una extensión aún cida: inquilinatos, conventillos, bodegones... Pri- vechamiento de las bellezas naturales”. Los
mayor por continuidad del damero, cuyas pro- mero restringieron los niveles de hacinamiento, argumentos para esta limitación, “a menos que
mesas de homogeneidad eran desmentidas por luego tradujeron preceptos higiénicos en nor- el propietario corriera con todos los costos”, era
el tortuoso recorrido de once líneas ferrovia- mas constructivas. Con el siglo cambiaron las la eficiencia de la inversión municipal.
rias que fragmentaba esta lámina uniforme en estrategias y se pensó en disolver los efectos de
bolsones de difícil comunicación. Había des- la pobreza, promoviendo la dispersión de la po- TIEMPOS DE REFORMA (1910-1940).
aparecido la conexión norte y sur, la única con blación obrera. También se propuso ampliar la Hasta el momento todos los proyectos y pre-
potencial impacto en las comunicaciones in- oferta de vivienda para asegurar niveles razo- figuraciones desde el ámbito público habían
ternas, pero también la única que comprome- nables de alquiler. tenido como objetivo la previsión y el estímulo
tía tierras ya urbanizadas. Al igual que el pla- La primera intervención de ese tipo fue la de la extensión urbana. Se operaba sobre tie-
no de 1875, esta pieza volvía a entender el rras privadas, pero en uso rural, que auto-
proyecto urbano como la prefiguración e inte- máticamente multiplicaban su valor al ser in-
gración de la periferia. corporadas como parte del proyecto, aun
A fines de la década de 1890, luego de una cuando supusiese el compromiso de una im-
nueva ley orgánica que quitó la electividad del portante fracción para uso público. Quizás las
intendente y gran parte de las atribuciones del únicas excepciones fueron la plaza y el parque
Municipio, un nuevo tipo de gestión munici- Independencia, que requirieron de expropia-
pal habría de comenzar, con mayor estabilidad ciones masivas y que solo en una segunda eta-
en los cargos y una intervención más activa en pa de ampliación fueron conflictivas y deri-
lo urbano y en lo social. La primera gestión de varon en probables negociados. También el
este tipo fue la de Luis Lamas (1898-1904), du- proyecto de la diagonal para conectar Av. Al-
rante la que se autorizó el desmonte y el tra- berdi con Av. San Martín suponía una refor-
zado de la Av. Belgrano y de la Plaza Brown en ma de las lógicas “naturales” de crecimien-
su intersección con calle Córdoba, donde ha- to, hecho que determinó su fracaso como
bría de erigirse un monumento a la Bandera proyecto. Esta idea alternativa de reforma, que
encargado por la Nación a Lola Mora. Se hizo violentaba las lógicas relajadas de construc-
el primer censo municipal, se abrió la calle Go- ción de la ciudad, permearon el sentido de la
doy, siguiendo el viejo camino a La Candelaria, acción publica en este período.
y el “Paso de las Cadenas”, primera conexión Los festejos del Centenario fueron un hi-
con el norte a través de las vías, se levantaron to aun en ciudades secundarias como Rosario,
las vías sobre calle Pellegrini para completar la u LA PLANTA URBANA DE ROSARIO EN 1895. que “celebró en forma digna y exenta de des-

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 197


pilfarro”: el proyecto de un hospital e institu- lumen de exportaciones nacionales, las huel- sufrido un estancamiento relativo, el creci-
to libre de enseñanza médica, costeado por una gas, la represión y la violencia. No solo fraca- miento de la planta urbana se transformó en
colecta pública y para el que se realizó un con- só el Plan Bouvard, también lo hicieron la Ave- el mejor soporte de acumulación para propie-
curso internacional de proyectos, la construc- nida Central y el trazado de un tren directo a tarios y capitalistas, favorecidos por un mu-
ción de la biblioteca Argentina en terrenos de Mendoza y Chile. La ciudad seguía creciendo, nicipio que estimuló la construcción de vi-
la caballeriza municipal, asociada a la parqui- pero a un ritmo más lento (192.278 habitantes viendas periféricas, la extensión del pavimento
zación de la plaza Pringles, la aprobación del en 1910 y 407.000 en el censo de 1926, toda- y la infraestructura, la descentralización de los
proyecto de una diagonal que uniría la Plaza vía con un 44,99% de extranjeros). En 1918, y servicios y la municipalización del transporte.
25 de Mayo y el parque —la avenida Central— luego de años de negociaciones, se incorpora- Un municipio que asimismo prestó apoyo a
, con aceras y puentes elevados para los pea- ron Alberdi y el distrito norte alcanzando la ciu- un proyecto alternativo de renovación del área
tones y una edificación de altura uniforme se- dad la superficie casi definitiva de 172 km2. central y recuperación del área costera como
mejante a los bulevares parisinos. Para comprender el proceso de extensión espacio residencial y de recreo, enfrentando
Debemos incluir en el “efecto Centenario” urbana que va a caracterizar el período, y la efer- conflictos derivados de las concesiones ferro-
el “Plan de disposiciones proyectadas para el vescencia de proyectos y planes de reforma que viarias y portuarias, que parecían comprome-
embellecimiento, la mejora y el desarrollo fu- lo acompañaron, resulta indispensable referir- ter el desenvolvimiento armónico de la ciudad.
turo de la ciudad” , enviado por Bouvard al año nos al ámbito de la gestión municipal. Conso- Esta gestión, que todavía en esos años puede
siguiente, luego de una visita de solo dos días lidado el radicalismo como partido de gobier- asociarse a una corporación de vecinos que ad-
en 1909, que ha sido unánimemente cues- ministran sus intereses con bienes que le son
tionado por urbanistas e historiadores como propios, también fue receptiva a las demandas
un mero ejercicio formal. Sin embargo, supo- de un Plan Regulador y a sus promesas de una
nía una estructura de elementos primarios que programación racional de usos e inversiones
habría de garantizar una perfeccionada ho- que permitiera imponer restricciones a la pro-
mogeneidad y comunicación entre todos los piedad privada, negociar créditos públicos y,
puntos del ejido, a través de un entramado sobre todo, subordinar a las empresas conce-
de ensanches, diagonales, plazas, parques y sionarias de servicios. Estos ensayos para am-
costaneras, por lo general en áreas no ocupa- pliar las incumbencias y las áreas de inter-
das (salvo los proyectos preexistentes de la dia- vención municipal culminaron con la sanción
gonal norte / sur y de la Avenida central), y que de la Carta Orgánica de 1933, la primera carta
de ningún modo derivaba de una buscada si- libre en nuestro país, con el acuerdo unánime
metría en el dibujo. Una trama que, desvalo- de ocho partidos políticos, incluido el comu-
rizando la centralidad preexistente, la ponía en nista. Algunos puntos salientes de este docu-
conexión y competencia con nuevas polarida- mento, que sintetizaba más de quince años de
des, en principio sintetizadas en espacios ver- iniciativas, son: autonomía y autarquía mu-
des de límites definidos en las encrucijadas de nicipales, referéndum y posibilidad de revocar
avenidas que, con la estructura de la plaza fran- u VISTA DEL MONUMENTO A LA BANDERA SOBRE EL PARANÁ. mandatos electivos, voto femenino obligatorio,
cesa, podrían haber oficiado como centros al- cuerpo de funcionarios estable y regulado por
ternativos e integradores de la periferia. Tam- no —de dominio incuestionable en Santa Fe tribunales administrativos, municipalización
bién intervino corrigiendo la dirección de la entre 1912 y 1930—, el partido demócrata pro- de los servicios públicos, construcción de vi-
extensión del damero, en consonancia con la gresista, como brazo político de la recientemente viendas, fomento del deporte, creación de bi-
de los caminos y troncales ferroviarias, o la pro- fundada Liga del Sur, encontró en el ámbito lo- bliotecas, cooperativas escolares, colonias de
piedad de la tierra. cal un espacio alternativo de participación y de- vacaciones y escuelas especiales, y una notable
La indiferencia respecto de las previsiones finición como partido moderno, supuestamente ampliación del poder de policía en lo relativo
optimistas del Plan Bouvard para una ciudad ajeno a las miserias del electoralismo, adjudi- a higiene y moralidad. Pero después de la “re-
de más de un millón de habitantes puede ex- cados al partido gobernante, y que trasladó la volución” conservadora de 1930, este proyec-
plicarse por el empeoramiento de la situación disputa electoral al campo de la reforma social, to de reforma cívica y social con base en los
general en esos años. Las sequías y el descen- institucional y urbana. Esta tensión tuvo con- municipios habría de quedar trunco.
so de las cotizaciones del grano derivaron en la secuencias claras en la gestión del municipio, Hasta ese momento los planos de la ciudad
huelga de arrendatarios, conocida como el Gri- con propuestas para el fortalecimiento de la au- habían supuesto sucesivos planes de extensión:
to de Alcorta de 1912, que puso en evidencia la tonomía municipal, la profesionalización del mecanismos rudimentarios de distinción en-
fragilidad de la utopía agraria que había mo- aparato administrativo y la ampliación de los tre lo privado y lo público garantizaban la sub-
torizado la inmigración y el poblamiento de canales de participación en lo político, y con pa- división y comercialización de la tierra, al tiem-
Santa Fe. Luego la Primera Guerra y, con ella, ralelos a ensayos de intervención municipal en po que comprometían al municipio con la
la reducción de la dinámica comercial, la pará- la comercialización y producción de artículos provisión de servicios ligados a la vialidad, la
lisis y el aumento de los costos de la construc- de primera necesidad, la educación y protec- higiene y la seguridad. Pero la puesta en uso
ción, los despidos, el desempleo, el empeora- ción del desvalido, y la erradicación del juego y de ese campo de nadie, que se extendía entre
miento del estado sanitario, la disminución de la prostitución, en lo social. el centro consolidado y los pueblos suburba-
la participación del puerto de Rosario en el vo- En tanto, el “progreso” de la ciudad había nos, se confrontaba con una barrera concreta:

198 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ros ros
la viabilidad, es decir, la concreción de calles
que franquearan una red ferroviaria caótica y
tierras subdivididas en fracciones heterogéne-
as, como eran heterogéneos los intereses de
los propietarios que se “interponían” entre las
vías de circulación y los potenciales loteos. Los
márgenes reducidos de rentabilidad, y las con-
tradicciones entre el trazado teórico y la forma
de las propiedades, atrasaban la decisión de los
pequeños propietarios para lotear sus tierras,
abrir calles y así poner en viabilidad al siguiente
propietario. La superación de estas dificulta-
des no podía quedar en manos de estos pro-
pietarios, ni aun del empresario inmobiliario;
pero también excedía las posibilidades de mu-
nicipios cuyos presupuestos se mantenían ca-
si estables a pesar del crecimiento de la po-
blación y de la ampliación de sus incumbencias.
Las medidas, múltiples y variadas, demos-
traron la coincidencia de los intereses econó-
micos y la imaginación política en la expansión
de la planta urbana. La principal fue la auto-
rización de la apertura de pasajes que subdi-
vidían las manzanas y duplicaban el número
de lotes frentistas de menor profundidad para
facilitar su venta. Y si bien las sucesivas orde-
nanzas de urbanización introdujeron restric-
ciones que fijaban anchos mínimos, estable-
cían un canon por la apertura de metro lineal
de calle y obligaban a la plantación de árboles
en fracciones donadas como plaza, los per-
misos se limitaban, en realidad, a autorizar
el trazado según los planos aprobados y “la es-
crituración gratuita a favor de la municipali-
dad de los terrenos destinados a calles y pasa-
jes sin otro gravamen”.
El atractivo de los loteos periféricos se veía
multiplicado por ordenanzas que exoneraban
la edificación de viviendas económicas del pa-
go de los derechos de construcción y de la su-
pervisión de técnicos. Estos beneficios tuvie-
ron una primera versión en el proyecto de
Daniel Infante, durante su breve intendencia
en 1913, que aseguraba estas prerrogativas con
el apoyo de proyectos modelos. A partir de 1921,
ordenanzas similares se fueron renovando sin
otro requisito que un costo máximo de las cons-
trucciones y su ubicación periférica.
Para la expansión de la planta también fue-
ron fundamentales las inversiones en pavi-
mento y alumbrado público, el retiro de algu-
nas líneas ferroviarias y el traslado de enclaves
insalubres, que estimularon el loteo de áreas
detenidas. De igual forma, aquellas iniciativas
tendientes a reducir los costos del habitar pe-
riférico y ponerlo al alcance de los trabajado-
res: el boleto obrero, la reducción de las dife- u EL MONUMENTO A LA BANDERA, DE ANGEL GUIDO, INAUGURADO EN 1957 Y SU RECIENTE REMODELACIÓN.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 199


rencias tarifarias por longitud de trayecto y la
promoción del más flexible sistema del “co-
lectivo” como transporte. Los primeros vehí-
culos se introdujeron en 1923, igualando en
pocos años el número de coches de un siste-
ma tranviario obsoleto, lo que condujo a la mu-
nicipalización del transporte al crearse en 1932
la Empresa Mixta con privilegios monopólicos.
Otra iniciativa bien diversa, pero con simi-
lares efectos promotores de la extensión, fue
la construcción municipal de barrios de ca-
sas baratas, a través de la Vivienda del Traba-
jador. Esta institución autárquica —creada en
1923 con el fin de emitir hasta casi seis veces
el presupuesto anual municipal en bonos pa-
ra la construcción, adjudicación y administra-
ción de viviendas— delegó en la Compañía de
Construcciones Moderna (v.) la edificación de
1200 viviendas entre 1927 y 1929. Solo se cons-
truyó la mitad en tres barrios localizados en los
extremos de la expansión del tejido, que sir-
vieron para privilegiar el tendido de infraes-
tructura y el poblamiento de las zonas aleda-
ñas. La empresa logró rescindir el contrato en
u LA CASA SEOANE PROYECTADA POR MARCELO VILLAFAÑE EN LOS ALREDEDORES DE LA CIUDAD DE ROSARIO. 1929, una salida rápida frente a un movimiento
de resistencia generado por las deficiencias
constructivas. El gobierno municipal, com-
prometido por irregularidades en la contrata-
ción y la supervisión técnica de la obra, se hi-
zo cargo de indemnizaciones abusivas a la
empresa y una quita del 40% en el costo de vi-
viendas a los adjudicatarios. Un pésimo nego-
cio que signó, en este como en otros casos, el
fracaso de los gobiernos municipales como
constructores, que se retiraron de la escena de-
jando la vivienda pública en manos de políti-
cas fuertemente centralizadas.
En la medida en que este mercado de tie-
rras se ampliaba más allá de la demanda real,
fueron necesarios otros recursos para guiar una
descentralización selectiva y establecer criterios
de prioridad para la expansión de los servicios
urbanos. Los proyectos de bibliotecas popula-
u LAS PÉRGOLAS EN
res, guarderías, unidades sanitarias, escuelas
MADERA SON PARTE DE LA
de artes y oficios, la creación de espacios ver-
PROPUESTA ESTÉTICA DE
des equipados con juegos infantiles y de un sis-
ESTA ARQUITECTURA. ADE-
tema de ferias francas para racionalizar el abas-
MÁS SIRVEN COMO PRO-
tecimiento, tuvieron el sentido de acompañar
TECCIÓN SOLAR Y LE DAN
la incipiente densificación suburbana. Hacia
SEGURIDAD A LA CASA
1925 podía hablarse de una ciudad recompuesta
u LA NUEVA ORGANIZACIÓN en la trama de calles, aun cuando sus bordes
DE LA PLANTA SE ABRE siguieran siendo irregulares y todavía subsis-
HACIA EL FONDO DE tieran algunos núcleos inaccesibles en su inte-
LA MANZANA CON GRAN- rior. Por esos años se multiplicaron los cues-
DES CARPINTERÍAS tionamientos a la extensión de la planta urbana,
PROTEGIDAS POR EL SISTE- y una renovada “preocupación” por la higiene
MA DE PÉRGOLAS. y la estética hizo de los pasajes blanco frecuente

200 Diccionario de Arquitectura en la Argentina


ros ros
de las críticas y motivó la suspensión de nue- ra (v.) y Á. Guido (v.) para la ejecución de un
vas urbanizaciones. Plan Regulador que recién se completó en 1935.
Paralelamente ganaba consenso un pro- Este plan fue ejemplar por su recurso al
yecto urbano promovido por los propietarios análisis histórico para condenar la extensión
del área central y de las viviendas en alquiler, al oeste y legitimar el desarrollo sobre la cos-
nucleados en asociaciones vecinales. Recla- ta. Con novedosos recursos técnicos propuso
maban un límite a la expansión de la planta, la un sistema de parques y parkways regionales,
densificación y jerarquización edilicia del área y un anillo de ciudades satélites que reforza-
central, y un programa de parques y obras pú- ban y remitían al núcleo central. Otros ras-
blicas que recuperara el rol representativo del gos sobresalientes fueron la reestructuración
área costera y garantizara el tráfico a través del vial, que por primera vez abjuraba de las dia-
cerco de terraplenes, rieles y galpones que apri- gonales, la propuesta de renovación edilicia del
sionaban el área central. Este grupo promovía área central en torno de dos ejes monumen-
restricciones explícitas al loteo; llegó a propo- tales de alta densidad y una fuerte zonificación
ner un gravamen a las tierras baldías, suscri- funcional para la contención de las áreas in-
biendo a algo tan alejado de sus intereses co- dustriales y portuarias, los barrios obreros y
mo el reformismo de Henry George. También otras actividades “inquietantes”.
dieron la bienvenida a las imágenes y a los ex- Pero el plan fracasó, en este caso por fun-
pertos de una nueva disciplina urbanística, darse en una reestructuración radical de los ac-
prestando oídos a sus promesas de racionali- cesos ferroviarios, que requería del acuerdo y
dad en las inversiones públicas, gobernabili- de la inversión de las empresas concesionarias
dad de los mercados inmobiliarios, salud y so- extranjeras y que, por supuesto, no se logró.
segada felicidad general. Técnicos, políticos y También por haber confiado en una voluntad u DETALLES EN LADRILLO EN LA CASA DE JORGE SCRIMAGLIO.
propietarios llegaron a coincidir en la figura del para la renovación edilicia del área central por
Plan Regulador como instrumento proyectual medios drásticos, que además pretendía sus- derazgo regional, de las expectativas de creci-
y normativo capaz de otorgar respaldo “cien- tituir el centro histórico y los intereses ligados miento y de la calidad de vida urbana en Ro-
tífico” a la gestión de la ciudad y de generar el a él. Una cirugía mayor que en la práctica se sario. Esta decadencia se hace evidente en la re-
consenso necesario para controlar las tenden- mostró innecesaria gracias a un proceso de re- ducción del ritmo de crecimiento demográfico:
cias expansivas del crecimiento urbano, rede- conversión “natural” a través de los edificios 467.937 habitantes, según el censo de 1947,
finir el sistema circulatorio, adecuándolo al cre- de renta en altura, que se acomodaban sin con- 585.784 en 1960 y 746.882 en 1977. La mar-
ciente tráfico automotor, expulsar las actividades flicto en algunos lotes céntricos. cada centralización de las políticas económicas,
disfuncionales y resistir los “atropellos” de las Mientras tanto, una nueva etapa de obras sociales, culturales, de vivienda y las urbanísti-
empresas concesionarias de servicios y sus en- públicas —pesadas construcciones todavía ad- cas tuvieron un efecto negativo en una ciudad
claves en las áreas centrales. heridas a un Academicismo obsoleto— contri- sin jerarquía en las estructuras de poder.
Esta efervescencia en torno de los proyec- buía a la jerarquización edilicia del área central: Las esperanzas cifradas en el fin de la con-
tos urbanos fue disparada por una infeliz pro- el edificio de Correos y de la Aduana (1932), una cesión del puerto, en 1942, se diluyeron por
puesta para la estación principal del Ferroca- nueva Bolsa de Comercio y una Jefatura políti- la falta de dragado, de inversiones para la cons-
rril Central Argentino, que derivó en el apoyo ca (1938), las sedes del Museo de Bellas Artes trucción de elevadores de granos y por la fija-
a una reestructuración de los accesos ferro- (1937) y del Museo Histórico (1939), de las de ción de tarifas unificadas en todo el país, de
viarios, promovida por el ingeniero Farengo las facultades de Ciencias Matemáticas y Cien- acuerdo con los elevados costos operativos del
(1924), y una serie de proyectos para el área ri- cias Económicas (1925) y el nuevo concurso pa- puerto de Buenos Aires, que continuaron di-
bereña: reserva boscosa en La Florida (1925), ra el Monumento a la Bandera en 1940. luyendo las ventajas comparativas del puerto
avenida costanera de Amigos de la Ciudad, con Por esos años la ciudad también había re- local. Sus instalaciones decayeron o fueron
cascadas, balnearios, piletas flotantes y uso re- validado su condición de nodo de las comu- desmanteladas; gran parte de los accesos fe-
creativo de la Isla del Espinillo (1926), parques nicaciones entre Buenos Aires y las provincias rroviarios fueron levantados por “necesidades
Rivadavia y Zoológico del Sur (1927), proyec- del interior: el plan nacional de carreteras no urbanísticas”, en realidad para convertir las
to de costanera del ingeniero Devoto, con el hizo sino reproducir con su trazado la red fe- tierras liberadas en puntos privilegiados para
apoyo del Rotary Club (1928), proyecto, en 1931, rroviaria y así fue como paulatinamente se com- la edificación residencial de alta densidad so-
de calzada elevada, faro y estación fluvial de A. pletaron las rutas a Santa Fe (1933), Buenos Ai- bre la costa, aprovechando las vistas al río y
Guido (v.), balnearios en El Arroyito, Sorrento, res (1935), Córdoba (1936) y Casilda (1938), a las islas. Recién en los años de 1970 se avan-
La Florida y Saladillo, parque Constitución del manteniendo a Rosario como rótula. zó en un nuevo plan de obras, que culminó
21 (1932) y parque balneario Ludueña (1934). Empobrecimiento urbano (1940-1980). A con la construcción del canal Mitre, el que vol-
Estas iniciativas también derivaron en la for- pesar de haber mantenido su condición de no- vió a permitir el acceso de buques de gran ca-
mación de una Comisión especial de Embe- do regional, ahora como centro terciario, cul- lado. Algo similar ocurrió con la nacionaliza-
llecimiento Edilicio y Urbanismo en el Con- tural, educativo y de consumo del sur de la pro- ción de los ferrocarriles y las expectativas de
cejo Deliberante, y la posterior contratación de vincia, diversos autores coinciden en señalar una posible reorganización urbana, mucho
los ingenieros A. Farengo, C. M. Della Paole- para estos años el progresivo deterioro del li- más lenta de lo esperado.

Diccionario de Arquitectura en la Argentina 201


quindad el paisaje urbano y el modo de en-
tender la arquitectura, que también se hizo pre-
sente en los pocos edificios institucionales pen-
sados desde una óptica utilitaria y carentes
de toda pretensión representativa. Las excep-
ciones fueron pocas: el Monumento a la Ban-
dera de Á. Guido, inaugurado en 1957, los Tri-
bunales Provinciales de Navratil.
Paralelamente, la identidad y la potenciali-
dad social, cultural y política de los antiguos
barrios se fueron diluyendo. Varios factores
concurrieron a este proceso: la ampliación del
transporte público —privatizado durante la in-
tendencia de Carballo, 1958-1962—, que con-
solidó los intersticios y el ensanche de algunas
troncales circulatorias, arrasando con sus ar-
boledas y canteros centrales y transformando
las arterias comerciales en una barrera y no en
lugar de encuentro; la gradual desaparición de
los conflictos compartidos y la decadencia de
las instituciones que habían oficiado como aglu-
tinantes: bibliotecas, cines, cooperativas, aso-
ciaciones de fomento, clubes, comités. Mejor
u CASA Y PISCINA EN LA BARRANCA DEL RÍO PARANÁ, EN ARROYO SECO, DE RAFAEL IGLESIA. suerte corrieron los antiguos pueblos subur-
banos —Alberdi, Fisherton, Saladillo—, que
El progreso devino, en cambio, del des- tivas que fueron definiendo ciertos enclaves de se reconvirtieron en suburbios residenciales
arrollo de industrias de sustitución de impor- especialización interna; el debilitamiento de de elección entre los sectores medios, privile-
taciones, vinculado a los efectos de la Segun- los espacios públicos en la medida en que se giados por sus estructuras colectivas origina-
da Guerra, que hizo de Rosario un polo profundizaba la comercialización de las acti- les y ordenanzas de “barrio jardín”, donde flo-
productivo de primer nivel, favorecido por su vidades colectivas, trasladadas a ámbitos ce- recieron viviendas individuales de relativa
condición de fuerte mercado de consumo y de rrados y restringidos (cines, clubes, sedes gre- calidad y confort, dentro del marco de una es-
mano de obra, y por su ubicación privilegiada miales). Colaboró con este proceso el cierre de tética de lo pintoresco.
en el sistema de comunicaciones. Esta situa- los mercados y la decadencia de ciertos even- La periferia se fue construyendo con loca-
ción se vio reforzada en los años sesenta con tos convocantes: fiestas patrias, carnavales. lizaciones industriales en áreas libres, servidas
la localización de industrias pesadas y semi- El único espacio de encuentro que permane- por vías de conexión o troncales ferroviarias
pesadas en el eje fluvial, hecho que estimuló ció fue la calle Córdoba —con sus ramifica- (Ovidio Lagos, Ayacucho, los bordes de la nue-
una metropolización restringida a la faja cos- ciones en las galerías comerciales que perfo- va Circunvalación), promoviendo a su alrede-
tera —el cordón industrial Arroyo Seco- Puer- raron las manzanas aledañas—, arteria en la dor el crecimiento de viviendas modestas, sin
to San Martín—, en la que se conservaron las que durante un tiempo se suspendió el tráfico ninguna previsión de espacios colectivos o de
estructuras de las poblaciones ribereñas y se vespertino, y que finalmente se peatonalizó. servicios urbanos. Una operación que se com-
llenaron los intersticios. Otro factor mayor de la transformación del área pletó con la construcción de conjuntos de vi-
Este crecimiento, y la distribución las ac- central fue la fuerte densificación y sustitución viendas de financiación pública. Varias insti-
tividades, se produjo según jerarquías prees- de las construcciones, entre 1935-1945, con los tuciones fueron parte de este proceso, cada una
tablecidas, y reforzó la terciarización del área edificios de renta de alta calidad y lenguaje mo- con ciertas particularidades: la Dirección Pro-
central de Rosario, privilegiando las construc- derno y, luego de un paréntesis vinculado a vincial de Vivienda y el Banco Hipotecario, con
ciones a lo largo de las troncales circulatorias la Ley de Propiedad Horizontal, un segundo grandes intervenciones sobre el área centro y
y, sobre todo, la depresión de su periferia. El boom de edificios de departamentos en el mar- norte de la Avenida Circunvalación, el Servi-
área central se densificó, renovó y amplió sus co de leyes de desgravación impositiva. Estos cio Público de la Vivienda en la margen urba-
bordes —superando la primera ronda de bu- edificios, generalmente construidos en serie na sobre la cuenca del Saladillo y a lo largo
levares— en fuerte contraste morfológico, fun- por empresas que también se hacían cargo de de calle Grandoli; en general con programas
cional y social con la dispersión en la periferia la formación de consorcios de inversionistas, de erradicación de “villas miseria”. Estos con-
de núcleos carentes de valor y de servicios ur- buscaban el máximo rendimiento económico juntos fueron conformando nuevos bordes ur-
banos, que desbordaron la traza límite de la y derivaron en una rápida normalización de las banos de rápido deterioro social y constructi-
Avenida de Circunvalación. plantas según el ancho del lote. Estos criterios vo, a los que se sumaron los siempre crecientes
Si bien la centralidad persistió, varias fue- mínimos espaciales, constructivos y formales, asentamientos precarios.
ron las transformaciones: la concentración de pasaron a ser de rigor aun en proyectos de ma- La gestión urbanística también sufrió nota-
actividades comerciales, financieras y recrea- yor envergadura, y marcaron con su mez- bles transformaciones. El Plan Regulador, fuer-

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ros ros
te y sugestivo en lo formal, fue sustituido por sario, constituida por la Ley Nacional N.°
oficinas estables orientadas a dar respuesta téc- 16.052/61, y luego la Comisión Coordinadora
nica a la praxis política, que privilegiaron los ín- Urbanística, Ferroviaria, Vial y Portuaria, por Centro Municipal
dices edilicios y las restricciones al uso del sue- resolución de la Secretaría de Transportes de la
lo como instrumentos de regulación. Se trata Nación de 1966. Esta última propuso un nue-
de un urbanismo que desertó del horizonte de vo Plan Regulador en el año 1968. En él se es-
reforma y se concentró en el ordenamiento de tableció el desmantelamiento de las instalacio-
las tendencias determinadas por el mercado in- nes portuarias de la zona norte y su traslado
mobiliario, orientadas a favorecer una sustitu- al Sur, que había sugerido Della Paolera cua-
ción salvaje del área central. La falta de nuevos renta años antes, y la localización definitiva del
planos de la ciudad entre 1931 y 1967 es la me- aeropuerto, que se inauguró en 1970. Asimis-
jor evidencia de este abandono por parte de los mo definía diecisiete nodos donde concentrar
departamentos técnicos, de toda regulación de la acción pública: dos viarios, que derivaron en
los procesos de construcción de la ciudad, aun la construcción del viaducto Avellaneda, doce
en su vertiente más sencilla. El sistema de es- de vivienda, que solo en algunos casos preveí-
pacios públicos sólo se renovó, con algunas in- an algún equipamiento, tres reservas verdes pa-
tervenciones limitadas en la costa, reforzando ra usos recreativos y la formación del centro
el valor de centralidad y abandonando la peri- universitario, el cívico y el de transporte, que
feria a su suerte. Esta tendencia recibió un nue- únicamente en el primer caso se completó par-
vo envión con las obras del Mundial 78: los ac- cialmente a fines de la década. También inclu-
cesos Sur y Norte, las autopistas a Santa Fe y ía un Código Urbano —todavía en vigencia—
San Nicolás y la gradual recuperación de las zo- para la zonificación física y funcional que de-
nas de los antiguos mercados, la del Abasto co- jaban las transformaciones en manos de los
mo Centro de Prensa y luego Centro Cultural, mecanismos naturales de renovación urbana.
los otros como plazas. Bajo una aparente asepsia ideológica, este Plan
Este modo de entender la gestión urbana suponía definiciones precisas sobre el rol de la
se hizo evidente en los sucesivos planes. El ciudad y la periferia como valores contrapues-
Plan Rosario de 1951, fruto de la labor de Al- tos, acentuaba la segregación natural y consa-
berto Montes desde la Comisión Nacional pa- graba la actividad privada como verdadero mo-
ra la nacionalización de los ferrocarriles, pri- tor de la transformación. Este código estático,
vilegió el rápido atravesamiento urbano. Su condenado a modificaciones parciales e inco-
propuesta se basó en la apertura de tres tron- nexas, fuertemente dependiente de presiones u PRIMERA OBRA DEL PORTUGUÉS ALVARO SIZA EN
cales norte-sur, —la actual Avenida de Cir- y demandas de particulares privilegiados, usó ROSARIO. ARRIBA, INTERIOR DEL EDIFICIO Y LA PLAN-
cunvalación, la costanera y una travesía sobre el zoning como un mero reflejo de los intereses TA BAJA; ABAJO, LOS CROQUIS DEL ANTEPROYECTO.
la base de una estructuración ferroviaria dife- económicos e indujo a la tercerización y susti-
rente de la de Farengo—, secundada por la li- tución edilicia del área central con alturas mí-
beración de las barrancas de instalaciones que nimas, y a la prohibición de toda actividad que
no fueran portuarias, la centralización del sis- no fuera residencial o de servicios. Al mismo
tema de transporte en estaciones únicas, el sa- tiempo consagró la colonización de las áreas
neamiento de las cuencas de los arroyos y la fi- periféricas con la mera construcción de vivien-
jación de distritos industriales periféricos. Esta das sin servicios y la reducción de lo público a
jerarquización de la accesibilidad, el transpor- un colosal desarrollo del transporte y la in-
te y el saneamiento derivó en la apertura de ca- fraestructura, que favoreció aún más la expan-
lle Junín, el levantamiento de las líneas férreas sión y la segregación.
y de cinco estaciones terminales que permi- Esta decadencia y empobrecimiento urba-
tieron la formación del Parque Urquiza, la Ciu- no de Rosario dista de haberse revertido, sal-
dad Universitaria y el barrio Martín, la recon- vo en lo relativo a los modos de intervención
versión de la estación del ferrocarril Santa Fe municipal que desde el advenimiento de la de-
como estación de ómnibus (1953), el trazado mocracia se han concentrado en la creación de
del primer tramo de la Circunvalación en 1958, espacios de fuerte valor colectivo que redun-
la incorporación de la calle Mendoza como vía daron en la transformación de la ciudad, al me-
de acceso y la canalización de los arroyos Sa- nos en el área ribereña y en algunos enclaves
ladillo y Ludueña (1964). periféricos. A. M. R.
A comienzos de los años sesenta, nuevas
instituciones tomaron a su cargo la planifica- Bibliografía: De M. A. Marco y O. Ensick. Historia
ción urbana con la figura rectora de O. Mongs- de Rosario. Rosario: Museo Histórico Provincial
feld: la Prefectura de Coordinación del Plan Ro- de Rosario, 1978; J. Álvarez. Historia de Rosario.

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Rosario: UNL, 1981; A. M. Rigotti. “Crónica ilus- tiples situaciones de la “ciudad real”. tro medio, como por ejemplo el particular aná-
trada de las transformaciones urbanas y arquitec- La mirada sobre Buenos Aires no está au- lisis de los tipos arquitectónicos que AR pro-
tónicas de Rosario (1923/1955)”. En: Cuaderno del sente tampoco de sus trabajos de esos años, pone como instrumento disciplinar privilegia-
CURDIUR, N.° 1, 1981; I. Martínez de San Vicente. vinculado con la Argentina: la participación en do desde el cual abordar el problema de la
“La formación de la estructura colectiva de la ciu- 1961 en el concurso internacional para el ras- construcción urbana. Aunque no podría ha-
dad de Rosario”. En: Cuaderno del CURDIUR, N.° cacielos Peugeot, al que se presentó con un blarse de un debate sistemático alrededor de AR
7, 1986; G. Petronio, M. Salgado y D. Viu. Viviendas proyecto realizado en conjunto con Gianugo en la Escuelita, se construyó allí una cierta ma-
financiadas por el Estado en Rosario. S/l, EPEV / Polesello y Vico Magistretti. Si bien el pro- nera de abordar su pensamiento y de acercarse
CURDIUR, 1991; O. Bragos, I. Martínez de San Vi- yecto de los tres arquitectos italianos no ob- a su producción en términos de proyecto que
cente, A. M. Rigotti y H. Torrent. Planes y proyec- tuvo ninguna mención, anticipó un tema so- iba a ser característica del medio argentino.
tos para Rosario (1875-1940). Inédito, 1994; S. Do- bre el que AR iba a volver una y otra vez: el Posteriormente, AR realizó dos viajes más
cola. “De la aldea a la ciudad moderna. Rosario 1866: rascacielos como edificio emblemático de lo a nuestro país. El primero de ellos en 1982,
lugar de debate”. En: Cuaderno del Ciesal, N.° 2-3, americano, de su energía y de su inocencia. momento en el que dictó una serie de confe-
1994; N. Adagio y A. M. Rigotti. “Recuperando el La vinculación directa de AR con nuestro rencias. Retornó luego en 1983. Ambos via-
río. Ideas, proyectos, realizaciones. Rosario 1925- país se inició en 1978, cuando visitó Buenos jes se relacionaban con la realización de un
1940”. En: A & P, N.° 10, 1995; A. M. Rigotti. Muni- Aires invitado por el grupo de arquitectos que proyecto para la empresa ítalo-argentina Te-
cipio y Vivienda. La vivienda del trabajador. Rosa- dirigía en ese momento la llamada Escuelita chint, que lo invitó a participar en el concurso
rio 1923-1947. Tesis de Maestría (FLACSO, 1996). de Buenos Aires, integrado por Tony Díaz (v.), internacional que organizó durante esos años
Inédito; A. M. Rigotti. “El plan regulador de Ro- Justo Solsona (v.MSGSS), Ernesto Katzenstein (v.) para su sede en Buenos Aires.
sario. Entre la reforma cívica y la autonomía pro- y Rafael Viñoly (v.). Como parte de esta visita, Destinado al predio que la empresa poseía
fesional”. En: Cuaderno del CURDIUR, N.° 60, 1997. AR participó en la Escuelita en la realización en la mitad este de la manzana delimitada por
de un seminario taller y dictó dos conferencias. Av. Córdoba y las calles Viamonte, Bolívar y Re-
Debe señalarse que esta visita a una ins- conquista, este proyecto suponía una operación
ROSSI, ALDO. titución argentina de carácter informal se dio urbana de envergadura en una área histórica de
en un momento particularmente fructífero de la ciudad, caracterizada por su gran actividad y
(AR). Milán (Italia), 1933 - La- la carrera de AR, cuando ya había adquirido por sus altas densidades. La propuesta de Ros-
go Maggiore (Italia), 1997. Ar- reconocimiento internacional, en gran me- si, realizada junto con Gianni Braghieri, M.
quitecto, diseñador y teórico. dida por su proyecto ganador en el concurso Scheuer, M. Oks y G. Ciocca, partía de la bús-
Los vínculos entre Aldo Rossi del Cementerio de Módena (1972) y cuando queda de una imagen de edificio que fuera una
y el medio disciplinar argentino tienen sin du- su libro La arquitectura de la ciudad (1960) interpretación construida de la ciudad y que fi-
da su momento de mayor intensidad a fina- ya podía reconocerse como uno de los textos nalmente terminara en una condensación ma-
les de los años setenta y primeros de los imprescindibles de la cultura arquitectónica terial del mito y de la idea de Buenos Aires, co-
ochenta. Las tres visitas se inscriben en es- de las últimas décadas del siglo. En tal senti- mo lo son algunos de sus monumentos y
te período, que es asimismo el momento de do, la presencia de AR y la posibilidad de co- edificios. Se trataría de una construcción que
mayor penetración de sus ideas y recepción nocer de primera mano su pensamiento y sus pudiera referirse al carácter histórico y “casi he-
de sus obras. teorías marcaron el rumbo ideológico que to- ráldico de la ciudad”, en la búsqueda de dar cuen-
mó la Escuelita, acentúan su apertura hacia la ta de lo que consideraba su rasgo principal: una
Ya en los comienzos de la carrera de AR pue- Tendenza italiana. “discordancia concordante” que invadiría toda
den indicarse algunos hechos aislados, pero sig- Por otra parte, siendo conocida la militan- la ciudad como una melodía, según se afirma
nificativos, que permiten suponer un cierto in- cia de AR en el Partido Comunista italiano y en la memoria del proyecto. En tal sentido, el
terés por los problemas de un medio como el dada la evidente matriz de categorías deriva- proyecto se proponía construir una imagen mí-
argentino. En primer lugar, AR comenzó su ca- das del pensamiento marxista que informan tica no solo de la ciudad sino también de su pro-
rrera como crítico de arquitectura y articulista sus análisis, su recepción en la Universidad pio tipo, el rascacielos, al que se exalta como ele-
en la revista Casabella, de cuyo equipo de re- —bajo la dictadura militar del período 1976- mento urbano fundante. Esta construcción se
dactores formó parte durante el período en que 1983— fue cuando menos conflictiva. La des- llevó a cabo a partir de un juego de superposi-
fue dirigida por Rogers, entre 1957 y 1964. La confianza y la reserva que la arquitectura y las ción de imágenes y de citas de otros edificios de
relación de éste con la Argentina es bien cono- teorías de AR podían despertar entonces que- la más variada procedencia, desde el edificio Mi-
cida. Uno de los últimos números de la Casa- dan ejemplificadas en el capítulo que la críti- hanovich, de Calvo, Jacobs y Giménez (v.), su-
bella de cuyo equipo de redactores la dir. de Ro- ca Marina Waisman (v.) le dedica a AR en el puestamente el “primer rascacielos” de Buenos
gers (diciembre 1964) se dedicó justamente a número 22 de la colección summarios, en el Aires, a la Torre Velasca, en Milán, en cuyo pro-
la Argentina, su arquitectura y sus ciudades. La cual llamó a “estar alerta” respecto de lo que yecto había participado, justamente, Ernesto N.
introducción a este número fue realizada por podría implicar la adhesión a su pensamien- Rogers. Como en tantos proyectos de Rossi se
AR. El tema central del artículo es la ciudad de to y a su arquitectura. conjuga aquí una amalgama de referencias a
Buenos Aires y el Plan de Le Corbusier, cuya Frente a esta situación, La Escuelita jugó el piezas instaladas en el imaginario de una ciu-
imposibilidad de ser llevado a cabo mostraría papel de caja de resonancia de sus ideas al per- dad con recuerdos privados.
claramente las irremediables limitaciones del mitir explorar las posibilidades que las mismas A partir de los primeros años de los ochen-
urbanismo moderno para adaptarse a las múl- ofrecían para los temas y problemas de nues- ta, la arquitectura de AR, y en menor medida

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ros rot
su pensamiento, se difundieron rápidamente nismo como representante del Departamento casas Stern (1952) ,Roig (1954) y Hirschler
en la Argentina. Como en tantos otros paí- de Visión. Precisamente esta área era la más di- (1957), en Martínez y San Isidro, Prov. de Bue-
ses, esta difusión llevó a la banalización en in- námica e innovadora en la nueva Facultad. Sus nos Aires; en la investigación acerca de la vi-
contables ejemplos construidos de una arqui- objetivos explícitos fueron los de vincular los vienda masiva; en el diseño de exposiciones,
tectura que, como pocas, se resiste a una problemas morfológicos con los de la concre- entre las que se destaca la del Congreso Pan-
manipulación irreflexiva. ción del hecho arquitectónico, articulando su americano de Odontología, en 1952. G. S.
La obra de Tony Díaz (v.), principal impul- trabajo con las cátedras de composición; los
sor dentro de La Escuelita de su primera visita principios teóricos, de indudable matriz bau- Bibliografía: AA.VV. Hirz Rotzait, arquitecto. Bs. As.:
a Buenos Aires, probablemente sea la experiencia hausiana, aluden más precisamente a los tra- Ediciones Infinito / FADU-UBA, 2001.
más fructífera en términos de reinterpretación bajos de Lasló Moholy-Nagy en la New Bauhaus
de los principios de la arquitectura rossiana de Chicago, y a las investigaciones de Rudolf
en nuestro país. Diversos proyectos, como por Arnheim sobre la psicología de la forma (v. En- RUIZ GUIÑAZÚ, FEDERICO. Buenos Aires, 1911
ejemplo el conjunto Centenario, realizado por señanza de la arquitectura). Se desempeña como pro- - Íd., 1999. Arquitecto. Especialista en prefa-
Díaz, con M. Baudizzone, J. Lestard y A. Varas fesor hasta 1966 y renuncia luego de la triste- bricación y tecnología aplicadas a la vivienda.
en la ciudad de Santa Fe, ilustran tanto las di- mente famosa “Noche de los Bastones Largos”.
versas posibilidades que la propuesta rossiana Entre sus obras particulares, es especialmen- Estudió en los Politécnicos de Zurich y Stutt-
permitía al ser tomada en sus fundamentos, co- te recordado el edificio del Fondo de Cultura gart, donde se graduó en 1937. En 1938 realizó
mo sus limitaciones. Económica en Buenos Aires (1965), cuya aus- trabajos en el atelier de los arquitectos Augus-
Con motivo de su muerte, el Centro de Es- tera fachada constituyó uno de los ejemplos te y Gustave Perret. De regreso en la Argenti-
tudios de Arquitectura Contemporánea de la más refinados del Moderno pleno de la déca- na, entre 1941 y 1945 se desempeñó como ar-
Universidad Torcuato Di Tella editó un nú- da. Pueden agregarse, también, sus trabajos en quitecto del Departamento de Urbanización de
mero de la revista Block dedicado enteramen- Arquitectura Industrial, como los proyectos re- la Municipalidad de Buenos Aires. Fue además
te a la obra y la personalidad de AR. A. C. alizados para los Establecimientos Metalúrgi- asesor de la OEA. Su trabajo se caracteriza por
cos Santa Rosa durante el período 1952-1978. la investigación en temas relativos a la prefa-
También incursionó en la vivienda privada (v.gr).: bricación en hormigón, madera y acero, la vi-
ROTZAIT, HIRZ. Varsovia (Polonia), 1915. Ar- vienda económica y la tecnología de la cons-
quitecto. Activo en Buenos Aires en la segun- trucción. Autor de varias patentes de invención
da mitad del siglo XX. Tuvo importante rol co- y de sistemas constructivos en prefabricación
mo docente y proyectista de edificios liviana y pesada, realizó prototipos experimen-
industriales. Rotzait dejó Polonia en 1929 pa- tales y barrios de vivienda para sectores socia-
ra trasladarse a la Argentina. les de bajos recursos. Su obra más destacada es
la iglesia de La Sagrada Eucaristía, en Santa Fe
En el país realizó sus estudios secundarios y Uriarte, Buenos Aires, realizada en la década
e ingresó luego a la Escuela Nacional de Bellas del cuarenta; obra inspirada en Nuestra Seño-
Artes “Manuel Belgrano”, de donde egresó en ra de Raincy, de A. Perret, cuenta con la parti-
1936. Continuó sus estudios en la Escuela de cularidad de que para su ejecución colaboraron
Arquitectura de la UBA. Todavía estudiante, en algunos artistas plásticos modernos como Nor-
1938 obtuvo junto a Horacio Caminos (v.), ah Borges y Vicente Forte. Ruiz Guiñazú fue
Eduardo Catalano (v.), Carlos Coire (v.) y Ho- también presidente de la SCA.
racio Crivelli (v.) el primer premio en el con-
curso para la construcción del club San Loren- Bibliografía: AAVV. SCA, 100 años de compromiso con
zo de Almagro. Hacia 1941 comienza su tarea el país. Bs. As.: SCA, 1993.
en la Dirección de Obras Públicas y Urbanis-
mo de la Municipalidad de Buenos Aires, en la
que se mantendrá seis años hasta su renuncia RUÓTOLO, GUILLERMO RICARDO. Nápoles
por motivos políticos en 1946. En este contex- (Italia), 1876 - La Plata, 1951. Arquitecto,
to, participó en obras como el Nuevo Mercado escenógrafo, pintor y escritor, naturalizado ar-
del Plata, el Nuevo Mercado de Hacienda, el gentino en 1915. Activo en las primeras dé-
Hospital Maternidad Modelo “María N. de Mou- cadas de este siglo, desarrolló en La Plata una
ras”, etc. En 1944 inició su carrera docente en vasta labor artística que incluye la producción
la Escuela de Arquitectura como ayudante de arquitectónica.
la cátedra de Composición Decorativa. Se de-
dicó también al diseño gráfico: en 1950 com- Guillermo Ruótolo era hijo de Juana Cos-
puso la tapa del n.° 1 de la revista Canon, pu- cia y Gabriele Ruótolo, cantante lírico de tra-
blicación oficial de la Escuela. Durante 1958 y yectoria internacional, con quien recorrió gran
1959 fue miembro de la Comisión de Ense- parte de la Europa de fin de siècle. A los veinti-
ñanza de la Facultad de Arquitectura y Urba- u SEDE DEL FONDO DE CULTURA ECONÓMICA, H. ROTZAIT. ún años llegó a Buenos Aires procedente de Ná-

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poles, donde se había graduado como arqui- nisterio de Obras Públicas de la Provincia, re- que no faltan referencias medievales, resuelve
tecto en la Real Academia de Bellas Artes. Tra- alizó hacia 1926 un “proyecto de embelleci- varias viviendas: la de 31 entre 47 y 48 (premio
bajó como escenógrafo en el teatro lírico San miento del Paseo del Bosque de La Plata”, con- municipal), las de la familia Gibert (1928),
Carlo de su ciudad natal junto a Mateo Cosce- sistente en un ordenamiento paisajístico del en 47 entre 115 y 116 (una de ellas ya demoli-
lia —de quien había sido discípulo— como tam- predio correspondiente al Museo de Ciencias da), y la proyectada en 1923 para la familia Haas,
bién en Bologna y Venecia. Naturales. Ruótolo dividía el parque en zo- en la ciudad de San Juan. Como petit-hôtel y en
En Buenos Aires trabajó como escenógra- nas de distintas características, cada una de las clave Art Nouveau, proyectó el conocido como
fo, y entre otros trabajos, realizó también los cuales estaba dedicada a una divinidad de la “Palacio Gibert” de diagonal 80 entre 2 y 3, re-
decorados el de “Calandria”, pieza teatral de mitología griega que “encarnase el concepto cientemente restaurado.
Martiniano Leguizamón estrenada en 1898. director del embellecimiento” de la zona co- A fines de la década del veinte ganó el con-
Ese mismo año se radica definitivamente en rrespondiente. curso de proyectos para el Panteón Social de
La Plata, para ligarse a la actividad teatral co- Su producción como profesional liberal se la Unione Operai Italiani, que se construyó en
mo colaborador de José Podestá, siendo has- destaca del austero provincianismo que carac- el Cementerio de La Plata, en un autoprocla-
ta 1940 representante artístico y administra- terizó buena parte de la arquitectura no insti- mado “estilo bizantino”.
dor del teatro Olimpo (hoy Coliseo Podestá), tucional de la Nueva Capital en tiempos pos- Guillermo Ruótolo fue una manifestación
en cuyo edificio funcionó su estudio durante fundacionales. En el marco de una actitud tardía de creador integral de sesgo renacentis-
varios años. ecléctica, sus obras adscriben a diversas expre- ta en una ciudad que hacia 1920 se pretendía
Desde 1910, y a lo largo de treinta años, fue siones compositivas, según el carácter del en- la Atenas de América Latina. Murió a los 75 años
también el escenógrafo del Teatro Argentino. cargo. Así trabaja con riguroso clasicismo en el en una suerte de autorreclusión en Manuel B.
En ese ámbito produjo un gran número de proyecto de la Facultad de Física y Química pa- Gonnet, en las afueras de La Plata. F. G.
obras, entre las que se destacan aquellas vin- ra la Universidad local, y construye antes del
culadas a celebraciones históricas: la alegoría año 1920 dos obras de inspiración antiacadé-
para los actos del Centenario de la Revolución mica —quizá influidas por Otto Wagner. Una RUÓTOLO, OSCAR. La Plata, 1906 - Id., 1973.
de Mayo, la escenografía de la Batalla de Tu- para la Sede de la Societá Unione Operai Ita- Arquitecto. Es el arquitecto platense de más
cumán y la del acto celebratorio del triunfo de liani (1913, en 12 entre 56 y 57) y la otra con un importante actuación durante las décadas del
los Aliados en la Primera Guerra Mundial gran local comercial en planta baja y dos vi- treinta y del cuarenta, en un contexto hege-
(1918). Los cuadros de escenografía plástica “Vi- viendas en planta alta, de la que cabe destacar monizado por los ingenieros.
siones de Dante” (1917) y “Apoteosis de Dan- el extrañamiento proporcional, el revestimien-
te” (1918), el arreglo para el funeral de Floren- to de azulejos con motivos florales y la torre mi- Hijo de Guillermo Ruótolo (v.), su obra se
tino Ameghino (1911) —con alegorías sobre la rador que articula la esquina de 12 y 58. inscribe en un retorno a la tradición Beaux Arts,
Humanidad y la Historia— y la decoración pa- Con un extravagante Pintoresquismo en el de la cual fue referente a nivel nacional Ale-
ra el funeral cívico del Almafuerte (1917), que jandro Bustillo (v.).
aludía a “Prometeo encadenado y rebelde siem- Algunas de sus obras, sin embargo, se nu-
pre entre los sufrimientos y la injusticia”. trieron de las convenciones estéticas de la Ar-
Fue corresponsal en La Plata de Italia del quitectura Moderna, más afín al pragmatismo
pópolo, La patria degli italiani, y La nuova Ita- de los ingenieros que a la formación clásica de
lia, periódicos de la colectividad italiana, de la los arquitectos de la época.
cual era activo miembro. Resultado de la fidelidad a esa formación
Escribió seis comedias, seis tragedias, otros es la concepción del Hotel Provincial de La Pla-
tantos cuentos para niños, ocho comedias mu- ta, su obra más importante. Sería ocioso esta-
sicales y una novela. También realizó un es- blecer una comparación con su homólogo mar-
tudio histórico sobre los orígenes del arte es- platense -obra, precisamente, de Bustillo- dadas
cénico, titulado Theatrum; escribió Estética del las diferencias de programa, escala y localiza-
arte y varios textos sobre matemáticas aplica- ción, pero es útil señalar la elaboración pro-
das y dejó inconclusos un “Manual práctico de yectual que, a nivel de detalle, lo destaca res-
perspectiva y teoría de los colores” y sus “Me- pecto de aquel.
morias”. Como pintor desarrolló una inten- Entre las numerosas viviendas unifamilia-
sa actividad, pues participó en distintas mues- res, proyectadas y construidas, la más logra-
tras colectivas e individuales con bocetos da es la realizada para el Dr. Zambosco -en La
escenográficos y otras obras en óleo, lápiz, Plata- en la cual, mediante la articulación de
acuarela y temple. Como arquitecto trabajó en un par de volúmenes bajos a los lados del sec-
el antiguo Departamento de Ingenieros de la tor central de dos plantas y diferenciados, a su
Provincia de Buenos Aires, en el proyectó igle- vez, con un tratamiento símil piedra respecto
sias, hospitales y otros edificios en diversas lo- del ladrillo visto de aquel, logra distinguir vi-
calidades, e hizo, además, una notable maqueta vienda y consultorio y contextualizar la obra
de la Basílica de Luján. dentro de un perfil urbano conformado por vi-
Desde la Dirección de Arquitectura del Mi- u PALACIO GIBERT, EN LA PLATA, DE G. RUÓTOLO. viendas de una planta. F. G.

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