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contaminación
En Medellín muere una persona cada tres horas por causas relacionadas con la
contaminación del aire”, afirma el profesor Elkin Martínez, investigador de la
Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. Esta
inquietante cifra proviene de un estudio en el que se contabilizaron los certificados
de defunción asociados a enfermedades respiratorias crónicas, cáncer de pulmón
y accidentes cerebrovasculares registrados en el Dane entre 1980 y 2012.
Ese ejercicio arrojó que de las cerca de 15.000 muertes registradas en el último
año del informe, al menos 3.000 fueron reportadas como consecuencia de esos
factores. “Eso es diez veces más que los fallecimientos que causan los accidentes
de tránsito, por ejemplo. Pero a diferencia de estas, que suelen ser más
dramáticas, las otras ocurren ‘silenciosamente’ sin que nadie pueda conectarlas
con las verdaderas causas”, explica el profesor Martínez. Para él, sin embargo, las
razones son evidentes.
En marzo pasado, Medellín fue noticia porque la mala calidad del aire en la ciudad
se convirtió en una contingencia ambiental. Las autoridades restringieron la
circulación de vehículos inicialmente por una semana, pero la medida se levantó a
los tres días porque las mediciones de las estaciones de monitoreo arrojaron
resultados dentro de los límites de lo permisible. Voces críticas también dijeron
que la presión de los comerciantes aceleró la decisión.
En efecto, cifras del Área Metropolitana del Valle de Aburra, la entidad que se
encarga de los temas ambientales en esa zona, indican que entre 1985 y 2015 la
tasa de motorización por cada 1.000 habitantes pasó de 50 a 350. Asi mismo,
entre 2005 y 2015 el número de automotores creció de 478.000 a 1.347.000, lo
que significa que en la capital de Antioquia hay un vehículo por cada tres
habitantes.
Aun con sus limitaciones, los estudios de Elkin Martínez son por ahora la
perspectiva más cercana a la realidad de los efectos de la contaminación del aire
sobre la salud pública en Medellín. Mientras que los datos del profesor indican que
una de cada cinco muertes está relacionada con este factor, el Área Metropolitana
estima que la proporción es de una a diez. Sin embargo, esta última cifra es un
cálculo de la Organización Mundial de la Salud para ciudades del mismo tamaño
que la capital antioqueña, pero que no tiene en cuenta las particularidades
sociales y ambientales de la ciudad.
En diciembre del año pasado, no obstante, esta misma entidad firmó un convenio
de un año de duración con la Facultad Nacional de Salud Pública de la
Universidad de Antioquia para determinar el comportamiento de la contaminación
atmosférica y su relación con la morbilidad y la mortalidad de los habitantes de
Medellín y los nueve municipios que conforman el Valle de Aburrá. Solo hasta ese
momento se sabrá con claridad qué tan peligroso es el aire que respiran todos los
días los habitantes de esta región antioqueña.