Está en la página 1de 5

La conquista de México se refiere principalmente al sometimiento del Estado mexica, logrado

por Hernán Cortés en el nombre del rey Carlos I de España y a favor del Imperio español entre


1519 y 1521. El 13 de agosto de 1521 la ciudad de México-Tenochtitlan cayó en poder de
los conquistadores españoles, después de dos años de enconados intentos bélicos, políticos y
conspirativos, en los que participaron, junto con los españoles, los pueblos indígenas previamente
avasallados por los mexicas, en un afán por rebelarse —aprovechando la alianza con los recién
llegados— de las condiciones de sojuzgamiento en que vivían. Este hecho marcó el inicio de la
conquista española y el nacimiento del México mestizo.
Posteriormente se desarrollaron otras expediciones y campañas militares, tanto de Hernán Cortés
como de sus capitanes, entre 1521 y 1525, en la zona central, norte y sur del territorio del
actual México, las cuales fueron sentando los primeros límites del Virreinato de Nueva España.
Desde esta base inicial, la conquista fue continuada con la incorporación de otros territorios por
diversos conquistadores y Adelantados: California, la península de Yucatán, la zona occidental
conocida como Nueva Galicia, la zona noreste conocida como Nuevo Reino de León, la zona norte
donde se encontraba la Nueva Vizcaya y otros territorios de América del Norte y Central. A partir de
estos acontecimientos, que modificaron drásticamente la geopolítica mundial en los albores del
siglo XVI, discurrirían aproximadamente tres siglos de dominación territorial española.
Las fuentes principales de información de las campañas de Cortés y sus capitanes son las crónicas
de Indias redactadas en el siglo XVI, de las que destacan la Historia verdadera de la conquista de la
Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, quien participó en las campañas bélicas, las cartas de
relación de Hernán Cortés al rey Carlos I de España, y la obra de Francisco López de Gómara,
conocida como Historia general de las Indias, quien nunca pisó el continente americano pero
conoció a Cortés y se documentó con los relatos de los soldados.

Las expediciones que antecedieron a la conquista[editar]


Mapa de los reinos y señoríos en México antes de la conquista española. Ampliar para ver

En enero de 1516 murió Fernando el Católico y para entonces había transcurrido casi un cuarto de
siglo desde los descubrimientos colombinos. Debido a la imposibilidad para gobernar de su
hija Juana I, había nombrado en su testamento a su nieto Carlos I como su sucesor,3 pero antes de
que este asumiera el trono, el cardenal primado Francisco Jiménez de Cisneros ejerció brevemente
la regencia de Castilla.4 En España ya se tenían noticias de que en el territorio ignoto había pueblos
"muy ricos en oro y otros metales preciosos".5 Como medio para hacerse de esas riquezas, se
proclamó una ley que autorizaba el rescate de oro6 con la cual se promovía que los españoles
viajaran a América para comerciar con los nativos, dando de sus ganancias el 20% o «quinto del
rey»7 y a fin de lograr ese propósito y regular el comercio de las Indias Occidentales, se creó
la Casa de Contratación en 1503.
Esta fue controlada por Juan Rodríguez de Fonseca, quien a su vez designó como tesorero a
Sancho de Matienzo y como contador a Juan López de Recalde. A la muerte del cardenal Cisneros
en octubre de 1517, los asuntos ultramarinos del Imperio español recayeron en el obispo de
Burgos.3
Años antes, en 1514, el almirante y gobernador de las islas del mar Caribe Diego Colón y Moniz
Perestrello había sido llamado a comparecer ante el rey Fernando el Católico por su mala
administración. Por ello el cardenal Cisneros envió como sustitutos a los frailes jerónimos Luis de
Figueroa, Bernardino de Manzanedo, Alonso de Santo Domingo, y Juan de Salvatierra a la isla La
Española.3 Por aquel entonces Diego Velázquez de Cuéllar era el teniente de gobernador de la isla
Fernandina (Cuba). Residente en Baracoa, estaba supeditado a las órdenes, más de nombre que
en realidad, de Diego Colón.8
Primera expedición[editar]
Diego Velázquez de Cuéllar.

Los españoles basaban su riqueza en las encomiendas, pero debido a que la población nativa
había sido diezmada por las campañas de conquista y las enfermedades, los colonos estaban
ansiosos de conseguir nuevas oportunidades de medro. Fue así que tres amigos de
Velázquez: Francisco Hernández de Córdoba, Lope Ochoa de Caicedo y Cristóbal de Morante se
organizaron para comprar dos naos con la intención de viajar hacia occidente.9 El gobernador Diego
Velázquez pagó un bergantín, consiguiendo también los permisos necesarios ante los frailes
jerónimos para realizar la expedición, pues era requisito contar con su visto bueno.9 El objetivo del
viaje fue encontrar esclavos,10 sobre todo en el caso del gobernador Velázquez,9 pero los que
encabezaron las naves pretendían descubrir nuevas tierras para poblar y gobernar.11 Se contrató
como piloto mayor a Antón de Alaminos, y como pilotos auxiliares a Pedro Camacho de Triana y
Juan Álvarez «el Manquillo» de Huelva. Como capellán viajó fray Alonso González, y como veedor
Bernardo Iñíguez.9
El 8 de febrero de 1517 zarparon del puerto de Santiago tres embarcaciones con ciento diez
hombres12 y navegaron por la banda norte de la isla de Cuba realizando diversas escalas. Al llegar a
la punta de San Antón pretendieron poner rumbo hacia las Islas de la Bahía9 pero fueron
sorprendidos por una tormenta en el canal de Yucatán, habiendo llegado los primeros días de
marzo a la deshabitada Isla Mujeres. En dicho lugar encontraron diversas figurillas de mujeres
desnudas dedicadas a la diosa maya de la fertilidad Ixchel. Posteriormente cruzaron hacia la costa
norte de la península de Yucatán avistando Ekab, lugar que bautizaron como el «Gran Cairo».
Fondearon las naves y los pobladores del lugar, con cara alegre y muestras de paz, se acercaron
en canoas invitando a los recién llegados a tierra firme, diciendo (según la transliteración española
original) «cones cotoch», «cones cotoch»; que significa: «andad acá a mis casas» (en realidad,
parece que fueron recibidos con la expresión Maya Yucateca "koonex u otoch" donde otoch
significa "pequeña casa/choza"13) motivo por el cual lo llamaron punta Catoche.14 Al día siguiente, 5
de marzo, los expedicionarios españoles aceptaron la invitación y al desembarcar, el capitán
Hernández de Córdoba tomó posesión formal en nombre del rey de lo que él creía una isla a la que
bautizó con el efímero nombre de Santa María de los Remedios. Terminado el protocolo, los
expedicionarios siguieron a los mayas tierra adentro donde fueron emboscados. En la escaramuza
que siguió, murieron dos españoles y quince nativos. Hernández dio la orden de regresar a las
embarcaciones, no sin antes haber capturando a dos indígenas, a quienes más tarde
apodaron Julianillo y Melchorejo. Estos nativos fueron a la postre los primeros traductores maya-
español.9
La expedición siguió navegando la costa norte de la península. El 22 de marzo llegaron a Can Pech,
bautizando el lugar como puerto de Lázaro y desembarcaron para aprovisionarse de agua. Mientras
se abastecían, los expedicionarios fueron rodeados por un grupo de mayas quienes cuestionaron su
presencia, asombrándose cuando los nativos señalaron al oriente diciendo: «castilán», «castilán».
Los españoles fueron guiados a la población cercana en donde fueron bien recibidos y ahí pudieron
constatar que en un templo se encontraban paredes manchadas de sangre de algún sacrificio
recientemente efectuado.15 Entonces el halach uinik advirtió a los visitantes que deberían marcharse
o de lo contrario comenzarían las hostilidades, ante lo cual Hernández de Córdoba ordenó a sus
hombres zarpar de inmediato.15 En el mar fueron sorprendidos por un viento de norte que provocó el
derrame del agua recién abastecida, por lo que volvieron a desembarcar un poco más al sur
en Chakán Putum. En esta ocasión otro grupo de mayas, cuyo líder era Moch Couoh, atacó a los
expedicionarios sin previo aviso provocándoles más de veinte bajas e hiriendo al propio Hernández
de Córdoba. En ese punto hubieron de huir los expedicionarios, dejando atrás una de las
embarcaciones pues ya no tenían suficientes hombres para navegarla.15 Los españoles sedientos
se dirigieron a La Florida donde finalmente pudieron abastecerse de agua dulce, pero nuevamente
fueron atacados por los nativos de esta región.9
La accidentada expedición regresó al puerto de Carenas en la isla de Cuba, donde se dio parte de
lo acontecido a Diego Velázquez. El gobernador dejó en claro que enviaría una nueva expedición
pero bajo un nuevo mando. Al enterarse de esta decisión, Hernández de Córdoba juró viajar a
España para quejarse ante el rey16 pero murió diez días más tarde a consecuencia de las heridas
recibidas en Chakán Putum.9 A causa de los indígenas que habían sido recogidos se creyó que
existía oro en la región, se confirmó la existencia de algunos supervivientes al naufragio ocurrido en
1511 en el Golfo del Darién y por una mala interpretación se pensó que el lugar recientemente
descubierto era llamado en idioma maya Yucatán, nombre con el que desde entonces, se llamó al
territorio. Viendo Velázquez la importancia de estos hallazgos, solicitó dos permisos para continuar
las exploraciones: el primero fue dirigido a los frailes jerónimos en Santo Domingo y el segundo
directamente al rey Carlos I de España, solicitando el nombramiento de un adelantado.17
Segunda expedición[editar]
Al año siguiente el gobernador organizó una segunda expedición recuperando las naos del primer
viaje, y añadió una carabela y un bergantín.18 Nuevamente fueron como pilotos Alaminos, Camacho
y Álvarez, a los que se sumó Pedro Arnés de Sopuerta como cuarto navegante.17 Velázquez
designó a su sobrino Juan de Grijalva como capitán general y como capitanes de los otros navíos
a Francisco de Montejo, Pedro de Alvarado y Alonso de Ávila, quienes se responsabilizaron de
suministrar pertrechos y bastimentos a las embarcaciones.19 En el viaje participó Juan Díaz, quien
además de desempeñarse como capellán, escribió el Itinerario de la armada. El veedor fue
Peñalosa y el alférez general Bernardino Vázquez de Tapia.20 Hacia finales de enero de 1518 las
embarcaciones zarparon de Santiago, navegaron por la banda norte haciendo escala en Matanzas,
en donde completaron sus abastecimientos. El 8 de abril dejaron este puerto y llegaron a la isla
de Cozumel el 3 de mayo. Por la fecha, Grijalva bautizó el lugar como Santa Cruz de la Puerta
Latina.
Cuando desembarcaron en la isla los nativos huyeron al interior de la misma, solamente
contactaron a dos ancianos y a una mujer que resultó ser jamaiquina. La mujer había llegado dos
años antes de forma accidental pues su canoa fue arrastrada por la corriente del canal de Yucatán y
sus diez compañeros habían sido sacrificados a los dioses mayas. Esta mujer actuó como intérprete
ya que algunos españoles conocían su idioma.19 En un pequeño templo, Vázquez de Tapia izó la
bandera Tanto Monta y el notario Diego de Godoy de forma protocolaria leyó el requerimiento.17 Al
poco rato se acercaron los mayas e ignorando inicialmente la presencia de los españoles, el halach
uinik realizó una ceremonia a sus dioses quemando copal. Acto seguido, Grijalva ordenó a Juan
Díaz oficiar una misa. De esta forma se entabló una comunicación amistosa por ambas partes. Los
españoles no pudieron rescatar oro, pero recibieron pavos, miel y maíz. Prolongaron su estancia en
este lugar durante cuatro días.17
Entrevista entre Juan de Grijalva y el cacique maya Tabscoob, ocurrida en Potonchán el 8 de junio de 1518.

Después de abandonar Cozumel navegaron brevemente hacia el sur, exploraron Zamá (Tulúm),18 y
la Bahía de la Ascensión, la cual creyeron que era el límite de la «isla de Yucatán». Grijalva ordenó
cambiar de rumbo hacia el norte para rodear la península y dirigirse a las cercanías de Chakán
Putum. Tal como lo hiciera la primera expedición, se abastecieron de agua en el lugar. Aunque en
esta ocasión pudieron obtener de los nativos un par de máscaras adornadas con oro, fueron
nuevamente advertidos de abandonar el sitio.20 Haciendo caso omiso, pasaron la noche
escuchando los tambores de guerra18 y al día siguiente se entabló una terrible batalla. Esta vez el
resultado favoreció a los españoles, quienes infligieron severas bajas a los mayas que terminaron
por retirarse. A pesar de que los expedicionarios tuvieron sesenta heridos —entre ellos el capitán
Grijalva que recibió tres flechazos y perdió dos dientes— la acción fue considerada una victoria
contundente. Durante la batalla solo murieron siete españoles, incluyendo a Juan de Guetaria. Más
tarde la cifra aumentó, pues durante el viaje murieron trece soldados a consecuencia de las
heridas.17
Las embarcaciones se dirigieron hacia el oeste, llegaron a la Isla del Carmen en la Laguna de
Términos, punto al que bautizaron como Puerto Deseado.18 El piloto Alaminos pensó que ahí era el
otro límite de «la isla de Yucatán». Prosiguieron su viaje llegando a la región de Tabasco, en donde
habitaban los mayas chontales. Se apoderaron de cuatro nativos, a uno de ellos lo
llamaron Francisco, quien les sirvió como intérprete del idioma chontal.17 El 8 de junio descubrieron
el afluente al que nombraron río Grijalva21 y desembarcaron en Potonchán, donde Juan de
Grijalva se entrevistó con el cacique maya Tabscoob, quien le obsequia unas piezas de oro.8
Animados por ello, pasaron el río Tonalá y un poco más al oeste Pedro de Alvarado tomó la
iniciativa de navegar el río Papaloapan.22 Este incidente molestó a Grijalva y a partir de entonces
hubo un distanciamiento entre ellos.17
A lo largo de la costa fueron encontrando diversos asentamientos humanos. Llegaron a mediados
de junio a una isla donde encontraron un templo y cuatro indígenas muertos, los cuales
aparentemente habían sido sacrificados al dios Tezcatlipoca, por lo que el lugar fue nombrado Isla
de Sacrificios.17 Desembarcaron en Chalchicueyecan. Ahí Grijalva preguntó a Francisco por el
motivo de aquellos sacrificios. El intérprete maya chontal respondió que habían sido ordenados por
los colhuas, pero la respuesta fue malinterpretada y se creyó que el lugar se llamaba Ulúa. Por la
fecha que era, 24 de junio, el lugar fue bautizado como San Juan de Ulúa. En el lugar rescataron
oro con los totonacas. este era uno de los pueblos sometidos por los mexicas.23
Días más tarde llegaron los calpixques Pínotl, Yaotzin, y Teozinzócatl, quienes acompañados de
Cuitlapítoc y Téntlil, se presentaron como embajadores del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin.24
En forma pacífica se realizaron intercambios de regalos. Grijalva pudo de esta forma percatarse que
los aztecas —o mexicas— dominaban la región y que eran temidos y odiados por los pueblos
sometidos. Pedro de Alvarado fue enviado de regreso a la isla de Cuba para notificar y entregar los
tesoros obtenidos a Diego Velázquez.17

Las embarcaciones fueron atacadas por los nativos huastecos en el río Pánuco, grabado de Van Beecq.

Francisco de Montejo encabezó un viaje de reconocimiento al norte. Descubrió el río Cazones y


el Nautla, lugar que fue bautizado con el nombre de Almería. Más adelante las embarcaciones
navegaron el río Pánuco pero en este lugar doce canoas con nativos huastecos atacaron la
incursión española,18 por lo que los capitanes decidieron emprender el regreso.25 Con una nave
averiada el viaje fue lento, tomaron la decisión de no establecer ninguna guarnición.
Mientras tanto en Santiago, Diego Velázquez no tenía noticias de los expedicionarios y se
encontraba preocupado por la tardanza. Por tal motivo, decidió enviar una carabela de rescate al
mando de Cristóbal de Olid, quien logró llegar a Cozumel, pero al continuar su trayectoria, la nave
se averió. Olid abortó la misión y regresó a Cuba.26
Cuando el gobernador recibió a Pedro de Alvarado en la isla, quedó impresionado por el reporte del
viaje. De inmediato mandó a fray Benito Martín a España, para que este notificara al obispo Juan
Rodríguez de Fonseca y al rey Carlos I las noticias de los territorios descubiertos. Como soporte fue
enviado el Itinerario de la armada y algunos objetos de oro.17 A pesar de los logros de la
expedición,27 Velázquez estaba a disgusto con su sobrino ya que no había desobedecido sus
órdenes.17 De acuerdo a las órdenes oficiales, Grijalva no debería haber establecido ninguna
colonia durante el viaje, pero extraoficialmente el gobernador esperaba lo contrario.28

También podría gustarte