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Iniciamos cantando:
El Evangelio que vamos a escuchar nos hace recordar la humildad que los cristianos
tenemos en el corazón y que debemos demostrar ante los hermanos del mundo.
Lectura del Evangelio según San Mateo. (Mt. 13, 31 - 35) (Lo lee un maestro
invitado)
Meditación del Evangelio (el guía lo lee después de la lectura del evangelio)
En este evangelio reflexionamos que la persona que encuentra en su vida a Jesús, deja todo
por Él porque Jesús es el tesoro más preciado que cambiara su vida. Nosotros debemos
buscar a Jesús en la oración, en las sagradas escrituras y en el templo acercándonos con
humildad para recibir principalmente los sacramentos que nos darán la gracia para nuestra
conversión y poder seguir a Jesús.
PETICIONES: (Lo lee el maestro guía con ayuda de los invitados o estudiantes)
A cada petición respondemos:
Te lo pedimos Señor.
1-. Por la santa Iglesia, para que Dios le conceda la gracia de perseverar en nuestra fe
cristiana.
Roguemos al Señor…
2.- Por el Papa Francisco, nuestro Cardenal, los Obispos y nuestros Párrocos para que
iluminados por el Espíritu Santo realicen su misión evangelizadora en medio del mundo.
Roguemos al Señor…
3.- Por la paz de todo el mundo, para que cesen las ambiciones y violencias y reine la paz, la
justicia y el amor de Dios en los hombres.
Roguemos al Señor…
4.- Para que siempre haya corazones jóvenes, dispuestos a seguir el llamado de Dios y a
entregarse generosamente para el bien de los hombres
Roguemos al Señor….
5.- Por todos los Docentes de nuestra Institución Educativa, para que Dios derrame
bendiciones sobre ellos y los ayude a ser ejemplos de vida y de superación para sus
estudiantes.
Roguemos al Señor….
Ahora todos juntos vamos a orar la oración que el mismo Cristo nos enseñó:
PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
AVE MARÍA
Dios te salve María llena eres de gracia
el Señor es contigo; bendita tú eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén
A Dios damos gracias por todas las bondades que nos entrega en nuestra vida y
también le pedimos que nos ayude en nuestras pruebas. Toda esta celebración lo
hemos hecho en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
AMEN.