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Introducción

Buenas tardes señora directora, estimados docente y toda la comunidad Educativa de la I.E Juan XXIII, hoy
jueves donde recordamos a Jesús Eucaristía alimento de vida eterna y agradecidos por compartir en familia
estos tiempos bellos de navidad que hemos pasado, nos ponemos en su presencia invocando a la Trinidad en el
nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Escuchamos con atención el texto bíblico: Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,46-56
En aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava”. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación”. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a
los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” —como lo había
prometido a “nuestros padres”— en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». María se quedó
con Isabel unos tres meses y volvió a su casa. Palabra del Señor

El canto del “Magnificat”. Lo hemos escuchado muchísimas veces derrepente. Pero, esta vez, debería
sonar de otro modo. Porque la Palabra de Dios es siempre viva y eficaz. Y tiene su propia forma de
llamar a nuestra puerta, a la puerta de nuestro corazón.
Nos debe sonar a un anticipo de lo que, en algún momento, esperamos poder disfrutar plenamente. La
promesa de un mundo mejor, donde reinará la justicia que, por ahora, no vemos en el tiempo en que
vivimos. María se siente privilegiada, porque ha sentido en su carne lo que significa sentirse querida,
mimada por Dios.
Pero eso no la convierte en una privilegiada, en alguien separada de nosotros, Al contrario es un espejo,
donde todos podemos mirarnos. Es la primera de los discípulos, pero no la única discípula. Todos
somos discípulos, y todos estamos llamados a sentir que Dios ha hecho cosas grandes por cada uno de
nosotros.
Puede ser un buen día para revisar esos momentos en los que hemos visto a Dios caminando a nuestro
lado. Recordar (volver a pasar por el corazón, con agradecimiento) y darle gracias por su presencia en
nuestra vida. Quizá hayan sido momentos duros, pero en los que Dios ha ido sufriendo y
compadeciéndose de nosotros. O momentos buenos, felices, en los que Él se encontraba cerca. Cada
uno sabrá. Podría ser bonito, en nuestra oración, componer nuestro propio “Magnificat”, nuestro propio
canto de acción de gracias. Rezar con experiencias de nuestra vida, por las que se puede - y también se
debe – dar gracias a Dios. Y prepararse para lo que viene, con un calorcito agradecido en el corazón.

Peticiones

Oremos con fe y con la certeza de ser escuchados, invocando la intercesión de María, madre del Señor
presentamos nuestras peticiones.
—Para que la paz en el mundo, que tanto necesitamos, se convierta en una realidad, por la conversión sincera
del corazón de todos los hombres.... ROGUEMOS AL SEÑOR

—Para que los más necesitados, los pobres de este mundo, encuentren en María Santísima su protección
maternal, y que sea en sus vidas un motivo de espera, ROGUEMOS AL SEÑOR

—Por toda la comunidad Educativa de la I.E Juan XXIII , para que por la auténtica conversión de nuestras vidas,
apartándonos de la soberbia, demos gracias a Dios por todos los dones recibidos, ROGUEMOS AL SEÑOR

_ Por nuestros docentes José Hernández Morales, José tasayco Sotelo, Edilberto Boada Zavala, Pedro Tasayco
Mesías y José Ramos Ramos para que estén gozando del reino celestial y siga brindando el don de la fortaleza a
todos sus familiares y amistades. : ROGUEMOS AL SEÑOR

Con la mayor confianza y alegría roguemos a nuestro Padre del cielo con las palabras de Jesús: Padre Nuestro

Y a nuestra madre le decimos: Dios te salve María

María Mirame

Bendición
Con María decimos: “El Dios omnipotente ha hecho grandes cosas por nosotros. Santo es su nombre”.
Necesitamos un poco de luz en medio de la oscuridad. Necesitamos, un personaje como María, que nos ayude a
recuperar el sentido cristiano de nuestra vida: limpios por dentro y dispuestos a cumplir la misión del discipulado.
Muchas gracias por su participación. Nos despedimos.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo Amen

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