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La Leyenda - El Cuento - El Mito PDF
La Leyenda - El Cuento - El Mito PDF
En el pueblo de Beleña, cerca de un castillo del que aún se conservan restos de los antiguos
torreones, corre el río Sorbe, en cuyas aguas se reflejan los altos chopos, formados en dos filas,
como regios guardianes. Junto al río existe un manantial cristalino que en época remota servía de
baño a la reina doña Urraca. Perduran también restos de la vieja muralla que cubría los baños de la
reina de Zamora, quien a diario, acompañada de su dueña y sus doncellas, venía a sumergirse en las
puras y transparentes aguas.
Y se cuenta que una hermosa mañana, al salir del baño la Reina, su vieja dueña la contemplaba con
mirada sombría. La Reina preguntóle la causa de su pena, pero ella callaba, temerosa de disgustar a
su señora; ante su insistencia, no tuvo más remedio que explicarle:
- He observado, mientras os bañabais, las ondas que en el agua formabais, y mi ciencia me revelaba
que os veríais envuelta en sangrientas guerras fratricidas.
La Reina lanzó un grito de dolor, mientras en sus ojos temblaban dos lágrimas, que al caer al agua
convirtieron en rubíes las piedras.
- Mirad, señora – continuó la vieja -; bien claro lo están diciendo vuestras lágrimas.
Y la Reina lloró amargamente, y el fondo de la fuente quedó para siempre tapizado de piedrecillas
de mil colores que recuerdan las lágrimas de la regia dama.
Pronto se cumplió la profecía de la vieja, y Zamora se vio sitiada por los ejércitos de su hermano.
Pero doña Urraca estaba ya prevenida desde que le avisaron las piedrecillas de la fuente.
El cuento maravilloso
Origen: las comunidades primitivas preparaban a cada uno de sus miembros para enfrentar las
etapas nuevas que se dan en la vida. Sus enseñanzas se dirigían principalmente a la juventud, en
vísperas de su alejamiento del hogar y en su enfrentamiento con problemas como el amor, la
fidelidad, la justicia, las fuerzas desconocidas… uno de los recursos, junto a la magia y la
hechicería, eran los relatos que les señalaban las posibles soluciones. Luego, estas narraciones
perdieron su condición de rito secreto y comenzaron a transmitirse oralmente a modo de enseñanza
práctica.
Características: en la actualidad entendemos por cuento maravilloso el relato que recurre a la magia
y a la hechicería para explicar hechos de la vida que son de difícil comprensión. A veces se llega
inclusive a personificar fuerzas de la naturaleza.
En este tipo de relato lo ético no se expresa como moraleja, sino fuertemente entrelazado con el
desarrollo total del cuento.
Había una vez un rey que tenia tres hijos en edad de casarse. Para que no surgieran
rivalidades en cuanto a la elección de las tres esposas, les dijo:
-tirad con la honda tan lejos como podáis: donde caiga la piedra tomareis esposa.
Los tres hijos tomaron las hondas y tiraron. El más grande tiró y la piedra cayó sobre el techo de
una panadería; le correspondió la panadera. El segundo tiró y las piedras cayeron en la casa de una
tejedora. La piedra del menor cayó en una zanja.
Apenas tiraban, cada uno corría a entregarle el anillo a la prometida. El mayor encontró una
jovencita blanda como el pan; el mediano una muchacha pálida, delgada como un hilo, y el mas
pequeño, después de mucho mirar en la zanja, encontró una rana.
Volvieron junto al rey para contarle de sus prometidas.
-ahora- dijo el rey- quien tenga la mejor esposa heredará el reino. Hagamos las pruebas.
Y a cada uno les dio cáñamo para que a los tres días se lo trajeran hilado por las prometidas, a ver
quién se lo hacia mejor.
Los hijos fueron a ver a sus novias y les recomendaron que hilaran cuidadosamente; el más
pequeño, muy mortificado, se acercó al borde de la zanja con el cáñamo en la mano y se puso a
llamar:
-¡rana, rana!
-¿quién me llama?
-Tu amor que poco te ama
-Si ahora me ama poca cosa, me amará más al verme hermosa.
Y la rana salió del agua y se posó sobre una hoja. El hijo del rey le dio el cáñamo y le dijo que tenía
tres días para hilarlo.
A los tres días los hermanos mayores corrieron ansiosamente a casa de la panadera y de la tejedora
para retirar el cáñamo. La panadera había hecho una hermosa labor, pero la tejedora lo había hilado
de tal modo que parecía seda. ¿Y el más pequeño? fue a la zanja.
-¡rana, rana!
-¿quién me llama?
-Tu amor que poco te ama
-Si ahora me ama poca cosa, me amará más al verme hermosa.
Saltó sobre una hoja con una nuez en la boca. Al pequeño le daba un poco de vergüenza ir a verlo al
padre con una nuez cuando sus hermanos le habían llevado el cáñamo hilado; pero se hizo de valor
y fue a verlo. El rey, que había examinado el trabajo de la panadera y el de la tejedora del derecho y
del revés, abrió la nuez del más pequeño mientras los hermanos se reían burlonamente. Cuando
abrió la nuez, surgió una tela tan fina que parecía una telaraña y no terminaban de tirar de ella y
desplegarla, al punto que cubrió la sala del trono.
-¡pero esta tela no se termina más!-dijo el rey, y apenas dijo estas palabras la tela se terminó.
El padre no quería resignarse a la idea de que una rana se convirtiera en reina. A su perra de caza
preferida le habían nacido tres cachorros. Se los dio a los hijos:
-Llevádselos a vuestras prometidas e id a buscarlos dentro de un mes; quien mejor los haya criado
será reina.
Al mes se comprobó que el perro de la panadera se había transformado en un dogo enorme e
imponente, porque no le había faltado el pan; el de la tejedora, que había sufrido mas estrecheces, se
había convertido en un famélico mastín. El más pequeño llegó con una cajita y de ella salió un
perrito de aguas adornado, peinado, perfumado, que se erguía sobre las patas traseras y sabía hacer
ejercicios militares y obedecer órdenes.
y el rey dijo:
-no hay duda; mi hijo menor será rey y la rana será reina.
Se concertaron las bodas, las tres el mismo día. Los hermanos mayores fueron a buscar a sus
prometidas con carrozas ornamentadas tiradas por cuatro caballos, y las novias subieron cargadas de
plumas y de joyas.
El más pequeño fue a la zanja, y la rana lo esperaba en una carroza hecha con una hoja de higuera
tirada por cuatro caracoles. Se pusieron en marcha; él iba adelante y los caracoles lo seguían tirando
de una hoja con la rana. Cada tanto se detenía para aguardarlos, y una vez se adormeció. Al
despertarse, vio ante el una carroza de oro, tapizada de terciopelo, tirada por dos caballos blancos;
adentro había una muchacha bella como el sol y con un vestido verde esmeralda.
- ¿quien sois?-le preguntó el hijo menor.
-Soy la rana- y como el no quería creerle la muchacha abrió un arca donde estaban la hoja de
higuera, la piel de la rana y cuatro caparazones de caracol- era una princesa transformada en rana-
dijo-: solo podía recobrar la forma humana si el hijo de un rey consentía en casarse conmigo
ignorando mi belleza.
El rey se alegró mucho, y a los hijos mayores, rojos de envidia, les dijo que quien no era capaz de
elegir mujer no merecía la corona y el más pequeño y su esposa fueron el rey y la reina
Anónimo
El cuento fantástico
Definición: existe entonces en la base de todo cuento fantástico un elemento primordial que es la
vacilación entre una explicación natural o una explicación sobrenatural de los acontecimientos. La
incertidumbre que cunde entre los personajes y en el lector mismo respecto a la factibilidad de los
hechos, situados súbitamente frente a lo inexplicable, es lo que otorga al cuento fantástico su
carácter de tal. La incredulidad absoluta del hecho acaecido o la fe absoluta en él dejaría
desvirtuada toda explicación fantástica.
Posición del lector: el lector se convierte muchas veces en un personaje más que, poseído por los
sentimientos de temor o terror, asiste junto a los demás personajes a la ruptura del orden
establecido. Esta irrupción de lo inexplicable en su mundo cotidiano sólo se justifica por las
características específicas de este tipo de cuento.
Temas: algunos temas muy frecuentados por la literatura fantástica son, entre otros, el hombre lobo;
el vampiro; el pacto con el demonio; el alma en pena que exige para su reposo el cumplimiento de
determinada acción; la muerte personificada que aparece en medio de los vivos, la detención y
repetición del tiempo…
Cuentan hombres dignos de fe que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan
magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar
para ganarse el pan.
Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño
un hombre empapado que se sacó de la boca una moneda de oro y le dijo: "Tu fortuna está en
Persia, en Isfaján; vete a buscarla". A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje
y afrontó los peligros del desierto, de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las
fieras y de los hombres.
Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en
el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por decreto de Alá Todopoderoso,
una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se
despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta
que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por
la azotea.
El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y le menudearon
tales azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró el sentido en
la cárcel. El capitán lo mandó buscar y le dijo: "¿Quién eres y cuál es tu patria?" El otro declaró:
"Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí". El Capitán le
preguntó: "¿Qué te trajo a Persia?" El otro optó por la verdad y le dijo: "Un hombre me ordenó en
un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa
fortuna que prometió deben ser los azotes que tan generosamente me diste".
Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decrile:
"Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo
fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de
la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin
embargo, engendro de mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de
tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete."
El hombre las tomó y regresó a su patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la del sueño del
capitán) desenterró el tesoro. Así Alá le dio bendición y lo recompensó.
El apólogo
Definición: apólogo (del griego apólogos: cuento) es el nombre que recibieron en la Edad Media los
ejemplos, máximas, castigos, consejos o fábulas que con apoyo narrativo tenían una intención
didáctico mora.
Es una manifestación literaria primitiva, que en España tomó carácter singular. El Conde Lucanor
del Infante don Juan Manuel, tiene relación directa con esta literatura, que en la península llevaba
un siglo de existencia en lengua vulgar. En efecto, la obra del Infante es la primera configurada
sobre la base de apólogos o ejemplos.
Estructura: el apólogo es una narración con vida independiente, aunque generalmente integra
colecciones o conjuntos narrativos caracterizados por una trama, marco o pretexto.
Características: es una ficción literaria que enseña deleitando. Responde a la necesidad humana de
expresar en forma narrativa una verdad moral o un consejo práctico. Por eso es:
Breve.
Preciso.
Entretenido, y
Moralizante.
Llevando un pobre viejo una carguilla de leña del monte a su casa, tropezando al acaso en una raíz
de un árbol, dio consigo y con la carga en tierra, donde levantado, sentándose a par de su carga,
comenzó a lamentar su miseria y trabajo y llamar a la muerte que viniese presto.
La muerte, acudiendo a sus voces y presentándose delante, le dijo cómo estaba allí presta
para lo que de ella quisiese. Respondió el viejo entonces:
_Quería que me ayudase a cargar esta carguilla de leña que se me ha caído y no tengo quien
me ayude.
Los hombres llaman a la muerte ausente
mas no la quieren ver cuando presente.