Los Migrantes y su creciente influencia

Aquiles Faillace

Los guatemaltecos sufrimos toda clase de carencias debido al saqueo de la

riqueza nacional y se vive en la más profunda miseria por la falta de
oportunidades.
El modelo justo y equilibrado del ejercicio del poder desde una visión de nación,
cuyo objetivo primordial fuera el desarrollo de todos, para todos, se perdió debido
a la falta de visión de las elites, creando así vacíos y deficiencias apuntaladas
por hábiles estrategias para mantener un status imposible de transformar sin el
concurso de quienes se benefician de él.
El dialogo y el consenso son herramientas condenadas al desuso tanto en los
círculos políticos como los centros de decisión económica, dejando asi cero
espacios para disenso alguno. Es entonces cuando se inicia la frenética
búsqueda de excusas para justificar una realidad inaceptable, sostenida a la
fuerza por las clases más privilegiadas.
En este escenario hay grandes sectores de la ciudadanía cuya existencia solo es
tomada en cuenta por los círculos de poder cuando el tema se trata de apuntar
el dedo hacia los menos favorecidos y culpar a ellos de los males que nos aquejan.
Guatemala vive una mentira constante, la mentira de la democracia que no
existe en plenitud ya que los centros de poder han tomado el control absoluto de
las decisiones. Vive también la mentira de un equilibrio económico sostenido por
uno de los sectores más maltratados y despreciados de nuestra sociedad, los
migrantes.
Estos guatemaltecos cuya vida consiste en trabajar duro para enviar remesas,
son quienes en realidad sostienen a un país que los expulso y que ni siquiera
intenta protegerlos de la marginalidad y las deportaciones. La lógica de la
estructura del estado para proteger al migrante debe obedecer a la lógica de la
república, la del poder limitado, con pesos y contrapesos, balances desde el altar
de la fiscalización.
Los pueblos se cuidan del poder monopolizado. Y en Guatemala, el gobierno
dedicado a quienes radican en el exterior, muestra desbalances propios del
totalitarismo, dejando todo en manos del ministerio de relaciones exteriores.
Todas las instancias distintas a este ministerio han perdido operatividad. En los
USA viven 3.5 millones de guatemaltecos, 1 de cada 5. La influencia que ejercen
sobre el país es inmensa.

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El modelo republicano de gobierno debe aplicarse para el gobierno para los
migrantes. La comisión del congreso CONAMIGUA debe desaparecer y dar paso
a la habilitación de la Autoridad Migratoria y del Autónomo Instituto de
Migración, ambos creados por el Código de Migración. Además, la PDH debe
viabilizar delegaciones independientes en el exterior que puedan verificar la
situación real de la población. Y la prensa debe esforzarse por mejorar la
cobertura al contrastar la información de investigaciones independientes contra
la información otorgada por fuentes oficiales, que la dan a la óptica de su
conveniencia.
En 2019 la elección presidencial se extenderá hacia el exterior. Nunca antes fue
este balance más necesario.