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TABLA DE CONTENIDO
Página
LISTA DE TABLAS…………………………………………………………………………………………………….. vi
LISTA DE FIGURAS…………………………………………………………………………………………………… vii
OBJETO DEL DOCUMENTO……………………………………………………………………………………… viii
RESUMEN EJECUTIVO……………………………………………………………………………………………… viii
INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………………………. 1
ANEXO 1– DISCUSIÓN…………………………………………………………………………………………….. 55
Página
Tabla 1.1 Porcentaje de usuarios que consideraron aceptables e inaceptables
las secciones de pavimentos recorridas………………………………………………. 4
Tabla 1.2 Relaciones entre IRI y PSI según las dos fórmulas………………………………… 6
Tabla 1.3 Umbrales para los diferentes parámetros evaluables en las primeras
concesiones argentinas……………………………………………………………………….. 9
Tabla 1.4 Tabla de calificación para determinar el índice de estado en los
contratos de concesión de primera generación………………………………….. 11
Tabla 1.5 Tabla de calificación para determinar el índice de estado en los
contratos de concesión de la segunda generación……………………………. 12
Tabla 1.6 Comparación de las calificaciones para los elementos relacionados
con los pavimentos asfálticos en los contratos de concesión de la
primera y la segunda generación………………………………………………………… 14
Tabla 1.7 Tabla de calificación para determinar el índice de estado en los
proyectos de concesión de tercera generación…………………………………… 15
Tabla 1.8 Factor de influencia de cada uno de los elementos por evaluar………….. 15
Tabla 1.9 Propiedades de los suelos de Galapa y Bayunca………………………………….. 23
Tabla 2.1 Comparación de calificación para los elementos relacionados con los
pavimentos asfálticos en los contratos de concesión de las tres
primeras generaciones………………………………………………………………………… 25
Tabla 2.2 Efecto de la rugosidad de un pavimento asfáltico sobre los costos de
operación vehicular…………………………………………………………………………….. 25
Tabla 2.3 Umbrales puntuales y medios de los indicadores de estado y
frecuencia del control durante la etapa de operación permanente
para el concepto de medición 1 en los proyectos de la Ruta del Sol……. 31
Tabla 2.4 Calificaciones asignadas en los contratos de la tercera generación a los
umbrales medios aceptados en los proyectos de la Ruta del Sol
durante la etapa operativa………………………………………………………………….. 32
Tabla 2.5 Calificaciones asignadas en los contratos de la tercera generación a los
umbrales exigidos para la puesta en operación los proyectos de la
Ruta del Sol…………………………………………………………………………………………. 32
Tabla 2.6 Valores que dan lugar a un IE = 4.0 en un contrato de la tercera
generación y valores admitidos a los mismos indicadores en los
contratos de la Ruta del Sol durante la etapa de operación………………… 33
Tabla 2.7 Indicadores de vías en los pliegos de la cuarta generación………………….. 34
LISTA DE FIGURAS
Página
Figura 1.1 Formulario de debían llenar los integrantes de los paneles…………………. 3
Figura 1.2 Diversas estrategias de mantenimiento para conservar la condición
del pavimento…………………………………………………………………………………….. 19
Evaluar la fórmula establecida para determinar el índice de estado (IE) en algunos contratos
de concesiones viales de la tercera generación, con el fin de determinar si es o no posible
alcanzar o superar durante las etapas de construcción y operación de los proyectos un valor
IE de 4.5 (cuatro, cinco), teniendo en cuenta los rangos de calificación, los factores de
ponderación de los diversos elementos que forman parte de la fórmula incluida en los
pliegos de condiciones de los contratos y las particularidades que presentan algunas de las
carreteras incluidas en los contratos.
RESUMEN EJECUTIVO
La calificación numérica del servicio prestado por un pavimento a los usuarios tuvo su
origen en 1957 durante los preparativos del AASHO Road Test (Ottawa, Illinois). El “índice de
servicio presente” (PSI - PRESENT SERVICEABILITY INDEX) definido en ese momento consistió
en una fórmula mediante la cual se calificaba una sección de pavimento en un rango entre 5
(carretera perfecta) y 0 (carretera imposible), de acuerdo con su condición superficial. En el
caso de los pavimentos asfálticos, los parámetros que se incluyeron en la fórmula fueron la
rugosidad (falta de uniformidad del perfil longitudinal), el ahuellamiento y las áreas con
fisuras y parches. Establecida la fórmula, los expertos determinaron que los pavimentos
asfálticos construidos con el mayor de los cuidados para las pistas de ensayo presentaban
un PSI inicial de 4.2.
Con el paso de los años y tomando como referencia el PSI norteamericano, muchas
organizaciones viales del mundo definieron sus propios índices para calificar
numéricamente tanto el servicio prestado por los pavimentos a los usuarios como su
condición estructural. En Argentina, por ejemplo, la Dirección Nacional de Vialidad definió al
inicio de la década de los ochenta un “índice de estado” (IE) como reflejo de la condición del
pavimento y un “índice de servicio presente” (PSI), de concepción similar al de la AASHO,
como reflejo del grado de comodidad que brindaba el pavimento a los usuarios. Estos dos
indicadores fueron incluidos en los primeros contratos de concesión vial adjudicados en ese
El control técnico de la eficiencia del servicio prestado al usuario por los concesionarios
durante el período de operación de estos proyectos reposa en un "Índice de Estado" (IE),
que es un valor numérico que varía entre 0 y 5, por medio del cual se califican
simultáneamente la condición de la calzada pavimentada y el nivel de servicio que ella y sus
zonas adyacentes prestan a los usuarios de la carretera, siendo factores de calificación la
rugosidad, los ahuellamientos y otras deformaciones, los agrietamientos, la resistencia al
deslizamiento y el estado de las bermas. De acuerdo con el procedimiento establecido en
ese momento, el índice de estado (IE) de las carreteras incluidas en los contratos de la
primera generación, se determina mediante la expresión:
Donde:
Los documentos contractuales incluyeron una tabla para calificar cada parámetro en
función de su grado de ocurrencia. En los contratos de esta generación se estableció que el
valor mínimo del índice de estado (IE) que hacía aceptable el servicio prestado por el
concesionario a los usuarios, medido con esta fórmula, era 4.0 (cuatro, cero).
Mientras los proyectos iniciales de esta generación conservaron el índice de estado (IE)
como herramienta de control técnico, medido con diferentes fórmulas, los de la Ruta del Sol
consideraron un “Índice de Evaluación Global (IEG)”sin implicaciones contractuales. En
relación con los que mantuvieron el IE, en algunos proyectos estructurados por el Instituto
Nacional de Concesiones (INCO) a mediados de la primera década del presente siglo
(Córdoba – Sucre; Ruta Caribe; Girardot – Ibagué – Cajamarca y otros), se fijaron criterios
más exigentes para otorgar una buena calificación a los elementos evaluables (rugosidad,
deformaciones, agrietamiento y resistencia al deslizamiento) en relación con los impuestos
en las dos primeras generaciones y, simultáneamente, se definió una nueva fórmula para
determinar el índice de estado (IE), estableciéndose, además, que éste debería ser igual o
superior a 4.5 (cuatro, cinco) para considerar satisfactorio el servicio técnico prestado por el
concesionario a los usuarios. La fórmula aplicable en ellos es la siguiente:
En el numeral 3.5.1 del Apéndice B del pliego de condiciones que forma parte de los
contratos en los cuales se aplica esta fórmula se estableció, además, la obligación de
mantener de manera permanente los valores de los elementos evaluables dentro de ciertos
límites.
Es preciso anotar, así mismo, que la lectura de los pliegos de condiciones permite inferir la
existencia de unos requisitos exorbitantes que deberían ser objeto de corrección. Son los
casos de: (i) la exigencia del cumplimiento continuo y permanente de un índice de estado
que resulta superior al que implícitamente demandan las especificaciones generales de
construcción de carreteras del INVÍAS para las obras nuevas, hecho que ignora la realidad
del ciclo de vida de los pavimentos; (ii) la consideración de que se puede alcanzar un
coeficiente de resistencia al deslizamiento (CRD) igual a 100, la cual opugna las experiencias
También se puede deducir de la lectura de los pliegos de condiciones, que las tablas de
calificación y la fórmula fijada para el establecimiento del índice de estado en los contratos
de concesión tienen un carácter general, ya que ellas son totalmente independientes de las
condiciones ambientales y geotécnicas específicas de cada proyecto e invariables en sus
exigencias, sin distinguir siquiera que se trate de la rehabilitación y la operación de una
carretera que se encontraba en servicio desde tiempo atrás o de la construcción y la
operación de una calzada totalmente nueva.
Así como los contratos de obra pública incluyen especificaciones particulares ante la
imposibilidad de que las generales contemplen apropiadamente las características
específicas de cada obra particular, algo similar debería ocurrir con las exigencias sobre los
índices de condición y de estado en los contratos de concesión vial, dado que las
condiciones de los proyectos de concesión no son idénticas en todos ellos, por lo que sería
razonable que existieran parámetros de calificación particulares que tengan en cuenta
algunas situaciones especiales conocidas de antaño por la entidad contratante o por sus
predecesoras, las cuales deberían quedar perfectamente definidas en los pliegos de las
licitaciones de concesión vial.
El análisis conjunto de las tablas de calificación y de las fórmulas del índice de estado
aplicables a los contratos de las tres primeras generaciones, así como de los umbrales y los
valores medios admisibles en los proyectos de la Ruta del Sol y en los de concesión de
cuarta generación permite llegar a la conclusión de que exigir un índice de estado de 4.5
(cuatro, cinco) en un proyecto de la tercera generación equivaldría a exigir un IE nada
menos que de 4.8 (cuatro, ocho) en uno de la primera o de la segunda generación.
Así mismo, queda comprobado que la obtención de un IE = 4.0 (cuatro, cero) en uno de los
proyectos de la tercera generación que son motivo de estudio en este documento (el cual es
considerado actualmente como inaceptable por ser inferior a 4.5), representa una condición
de un pavimento asfáltico que:
Los resultados de las mediciones recientes de Índice de Estado en los proyectos Ruta Caribe
y Córdoba–Sucre indican que los concesionarios colombianos están en capacidad de
producir y mantener pavimentos con bajos niveles de agrietamiento y ahuellamientos, así
como superficies con resistencias al deslizamiento que durante la etapa de uso superan los
valores mínimos fijados por las especificaciones de construcción del Instituto Nacional de
Vías. Igualmente, que los perfiles longitudinales se ajustan los niveles de evolución
consecuentes con lo que exigen nuestras especificaciones de construcción a los pavimentos
nuevos y si bien no consiguen el inalcanzable índice de estado establecido en los pliegos, sí
RECOMENDACIONES
Como resultado de los análisis realizados a lo largo de este documento sobre el origen y el
desarrollo de los índices de estado y su implementación en las diferentes generaciones de
concesiones de carreteras en Colombia, se presentan las siguientes recomendaciones en
relación con algunos aspectos del pliego de condiciones referentes a las tablas de
calificación, a la manera de ponderar las calificaciones y a la fijación del índice de estado
mínimo en los proyectos de concesión de la tercera generación licitados a mediados de la
primera década del siglo XXI:
a) Mantener el rango 1 – 2.5 m/km para considerar el elemento rugosidad como “muy
bueno” (calificación 5 – 4), pero establecer el límite de intervención inmediata en 3.0
m/km para la rugosidad.
Rango de calificación
Elemento Unidad de medida de calificación Muy bueno Bueno Regular Malo
5-4 4-3 3-2 2-0
Rugosidad (R) IRI (m/km) 1 – 2.5 2.5 – 3.5 3.5 – 5.5 > 5.5
Ahuellamientos y deformaciones (A) mm 0 – 10 10 – 20 20 - 35 > 35
Fisuras y grietas (F) % área afectada 0 – 0.5 0.5 – 3.0 3.1 – 5.0 > 5.0
Resistencia al deslizamiento (D) Coeficiente resistencia al desliz. 75( o +) – 55 55 – 45 45 – 35 < 35
4. Mantener la fórmula incluida en los pliegos para calcular el índice de estado (IE), pero
reducir el valor mínimo admisible de éste a un valor igual a 4.0 (cuatro, cero) durante la
etapa de operación de los proyectos. En este documento se demuestra claramente que
un IE = 4.0 obtenido con la fórmula de la tercera generación equivale a alcanzar un IE de
4.5 en los contratos de primera y segunda generación (muy por encima del valor mínimo
de 4.0 que se exige en ellas) y, además, asegura un pavimento mucho más cómodo,
seguro y estructuralmente competente que el que se obtiene al cumplir los umbrales
medios en los proyectos de la Ruta del Sol y los valores medios en los proyectos de la
cuarta generación. Ello indica que ajustando las calificaciones sobre resistencia al
deslizamiento como se indica en la Tabla y asegurando un valor IE = 4.0, los pavimentos
asfálticos de los proyectos de la tercera generación presentarán durante la etapa
operativa mejores características funcionales y estructurales que cualquiera de los
pavimentos de los proyectos de las otras generaciones del programa de concesiones
viales.
Nota 1: En aras de la síntesis, los proyectos de la tercera generación a los cuales se aplica la fórmula que es objeto de estudio en este
informe se denominarán, simplemente “proyectos de la tercera generación”
Como resultado de esa reunión, se solicitó al autor del presente informe adelantar un
estudio técnico con el fin de determinar si es o no factible alcanzar y superar el valor 4.5
(cuatro, cinco) para este índice, teniendo en cuenta los parámetros fijados por la entidad
contratante para calcularlo, el método establecido para calificarlos, la manera como los
elementos componentes de la fórmula deben ser ponderados y las particularidades de
algunas de las carreteras que forman parte de este grupo de concesiones.
ANTECEDENTES
Durante la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX se planeó, construyó y operó en
cercanías de Ottawa, Illinois (USA), el AASHO Road Test, pista de ensayo cuyos objetivos
principales fueron: (1) establecer relaciones significativas entre los números de repeticiones
de cargas por eje específicas de diferente disposición y magnitud y (2) evaluar el
comportamiento de diferentes estructuras de pavimentos asfálticos y rígidos, construidas
sobre una subrasante de características uniformes.
Antes del ensayo AASHO no existía una definición universalmente aceptada de lo que se
debía considerar como el cumplimiento del período de diseño o falla de un pavimento
asfáltico. Fue en aquel instante que dos ingenieros norteamericanos, Paul Irick y Bill Carey,
idearon el “índice de servicio presente” (PSI por su sigla en inglés) y establecieron que la falla
del pavimento correspondía al estado que éste presentaba en el instante en que sus
condiciones daban lugar a un valor numérico del PSI considerado como inaceptable por los
usuarios de la vía. Este concepto se basó en la suposición de que los usuarios le otorgaban
mayor importancia a la calidad del rodamiento que prestaba el pavimento, que al tipo y a la
magnitud de sus grietas y otros deterioros funcionales y estructurales.
Con el fin de obtener un índice que calificara la calidad del servicio prestado por un
pavimento a sus usuarios, se escogieron 138 secciones de carreteras con pavimentos
asfálticos y de hormigón en los estados de Illinois, Minnesota e Indiana, las cuales se
evaluaron de tres maneras: (1) mediante un panel de expertos, (2) con un panel de usuarios
ajenos a la ingeniería vial y (3) realizando medidas objetivas de algunas características
superficiales de los pavimentos.
Los miembros de cada uno de los paneles opinaron sobre las condiciones de servicio de los
pavimentos de las diferentes secciones escogidas, de manera que, según su criterio, se
calificaba cada sección recorrida usando una escala de 0 a 5 (correspondiendo 0 a una
carretera imposible y 5 a una carretera perfecta). Igualmente, opinaron sobre la condición
La calificación y la opinión promedio de cada panel sobre cada una de las secciones fueron
empleadas para definir un parámetro representativo de la condición de servicio de su
pavimento en el instante de la evaluación, el cual recibió el nombre de “Present
Serviceability Rating” (PSR). Al comparar los resultados de las evaluaciones realizadas por
los dos paneles, se concluyó que las calificaciones otorgadas por el grupo de usuarios eran
muy parecidas a las concedidas por el panel de expertos.
Así, a partir de los valores de PSR obtenidos en las 138 secciones de carretera, un equipo de
ingenieros involucrados en el AASHO Road Test midió las irregularidades del perfil de sus
pavimentos, los ahuellamientos y las magnitudes de las áreas agrietadas y parchadas y, a
partir de dicha información, un grupo de estadísticos generó ecuaciones que produjeran
resultados concordantes con los valores de PSR obtenidos por los paneles de observación. El
valor numérico obtenido con las ecuaciones desarrolladas por los estadísticos recibió el
nombre de “índice de servicio presente” (PRESENT SERVICEABILITY INDEX – PSI). En el caso
de los pavimentos asfálticos, la ecuación obtenida fue la siguiente:
En la cual:
C + P = áreas con grietas de las clases 2 y 3 más parches, en pies cuadrados por cada 1000
pies cuadrados de pavimento
Nota 2: La clase 2 de grietas comprende aquellas que forman una red con o sin desprendimientos superficiales pequeños y aislados,
semejando una piel de cocodrilo, mientras la clase 3 corresponde a los desprendimientos que se observan a aumentar los deterioros de la
clase 2
Como los panelistas también informaron si cada sección de pavimento les resultaba
aceptable o no para el tránsito futuro, los resultados indicaron que aproximadamente la
mitad de ellos consideraba aceptables las secciones de pavimento que presentaban un PSR
igual a 3.0 e inaceptables aquellas donde el PSR fue igual a 2.5. Además, prácticamente
todos coincidieron al considerar que un PSR = 1.5 representaba una condición del
pavimento absolutamente inaceptable para la circulación vehicular. Ver Tabla 1.1.
Tabla 1.1
Porcentaje de usuarios que consideraron aceptables e inaceptables las secciones de
pavimentos que evaluaron1
Aceptable Inaceptable
PSR Pavimento Pavimento Pavimento Pavimento
flexible rígido flexible rígido
4.5 100% 100% 0% 0%
4.0 100% 99% 0% 0%
3.5 95% 88% 0% 1%
3.0 55% 55% 10% 15%
2.5 17% 20% 50% 55%
2.0 3% 3% 84% 88%
1.5 0% 1% 100% 98%
Al observar la ecuación del PSI desarrollada para los pavimentos asfálticos se advierte que el
término que incluye parámetro SV (varianza de pendiente longitudinal o rugosidad) incide
de manera mucho más significativa sobre el resultado que los otros dos parámetros
(ahuellamiento y los agrietamientos y parches). Por ejemplo, dos pavimentos con el mismo
1
CAREY, W. N., & IRICK, P. E., “The pavement serviceability-performance concept”, Bulletin 250, Highway
Research Board, pp. 40-58, , Washington D.C., 1960
Nota 3: Téngase presente que mientras la AASHO determinó mediante estudios que el máximo índice de servicio que puede alcanzar un
pavimento asfáltico nuevo es 4.2, en los contratos de concesión de la tercera generación se estableció que el índice de estado (que
también califica la rugosidad, los ahuellamientos y los agrietamientos) debe ser como mínimo 4.5 y no solamente en el momento de la
construcción de las obras sino, además, durante toda la etapa operativa del proyecto.
El hecho de que en el AASHO Road Test se hubiera establecido que las irregularidades del
perfil longitudinal (rugosidad) tuvieran la mayor incidencia sobre el valor numérico del
índice de servicio presente (PSI) llevó a los expertos de la ingeniería vial, con el paso de los
años, al desarrollo de expresiones simplificadas en las que el PSI se relaciona únicamente
con la rugosidad, medida esta última a través del IRI (índice de rugosidad internacional),
parámetro definido por el Banco Mundial en 1986 como resultado de estudios realizados en
Brasil en 1982 con el fin de armonizar la gran cantidad de procedimientos existentes para
medir las irregularidades del perfil longitudinal de los pavimentos4. Dos de las fórmulas de
correlación más reconocidas, las obtenidas por Paterson y Al-Omari y Darter, se presentan
en seguida. Como lo muestra la Tabla 1.2, los PSI calculados con ambas fórmulas para
diferentes valores de IRI presentan una razonable coincidencia. En ellas se puede apreciar
que un valor de 4.2 en el PSI corresponde a un IRI de menos de 1.0 m/km.
Fórmula de Paterson:
2
AMERICAN ASSOCIATION OF STATE HIGHWAY AND TRANSPORTATION OFFICIALS, “AASHTO guide for design
of pavement structures”, Página I-8, Washington D.C., 1986
3
INSTITUTO NACIONAL DE VÍAS, “Manual de diseño de pavimentos asfálticos en vías con medios y altos
volúmenes de tránsito”, Popayán, Cauca, 1998
4
MICHAEL W. SAYERS, THOMAS D. GILLESPIE & WILLIAM D. 0. PATERSON, “Guidelines for conducting and
calibrating road roughness measurements”, World Bank Technical Paper Number 46, Washington, D.C., 1988
PSI = 5 × e– 0.26IRI
(IRI en m/km)
Tabla 1.2
Relaciones entre IRI y PSI según las dos fórmulas
IRI PSI
(m/km) Paterson Al Omari & Darter
0 5.0 5.0
1 4.0 3.9
2 3.1 3.0
2.5 2.7 2.6
3 2.4 2.3
3.5 2.2 2.0
4 2.0 1.8
5 1.6 1.4
5.5 1.4 1.2
5
HUDSON, W. R., F. N. FINN, B.F. McCULLOUGH, K. NAIR & B.A. VALLERGA, "Systems approach to pavement
design: Systems formulation, performance definition and materials characterization," Final Report, NCHRP
Project 1-10, Materials Research and Development, Inc., March 1968
Donde:
IE = índice de estado, con valores entre 1 y 10, correspondiendo los más altos a los mejores
estados del pavimento
ai = coeficientes de ponderación que varían entre 0.04 y 0.08, los cuales dependen del tipo
de capa de rodadura (concreto asfáltico, tratamiento superficial u hormigón)
Di = coeficientes que califican el grado de falla, con valores entre 0 y 10, correspondiendo
los más altos a las situaciones más desfavorables
En el caso de los pavimentos flexibles con capa de rodadura de concreto asfáltico, el índice
de estado (IE) responde a la expresión7:
Donde:
6
ALEJANDRO L. TAGLE, A. J. SANVITALE, P.G. RODRÍGUEZ, S. RAKITIN, A. FIRPO, R. MONES RUIZ, M. MARTÍNEZ,
A. M. LEANZA, L. MANCINI, J. L. DESTEFANO & S. M. TAGLE, “El seguimiento del estado de la red nacional
pavimentada y su aplicación en la conservación”, Segundo Congreso Latinoamericano del Asfalto, Tomo 2, Mar
del Plata, República Argentina, 21 al 25 de Noviembre de 1983
7
DIRECCIÓN NACIONAL DE VIALIDAD, REPÚBLICA ARGENTINA, “ Evaluación de pavimentos”, s/f
Los valores numéricos por asignar a cada D i varían según la magnitud de la imperfección del
pavimento, como se describe en las referencias 6 y 7. Adicionalmente, dichas referencias
mencionan que “el usuario argentino es sensible a las deformaciones en el perfil longitudinal
similar a las variaciones registradas por el rugosímetro (lisura longitudinal), deformaciones
transversales (ahuellamiento) y a desprendimiento de materiales del pavimento,
fundamentalmente a baches (cuantificados en porcentaje respecto a la superficie del
pavimento)”, lo que permitió a la Dirección Nacional de Vialidad desarrollar una fórmula
propia para determinar el “Índice de Servicio Presente” (PSI) de los pavimentos asfálticos de
las carreteras argentinas:
Donde:
A = ahuellamiento, mm
La escala de calificación de los usuarios argentinos para valorar el PSI fue la siguiente:
Estos dos indicadores (IE y PSI) formaron parte de los primeros contratos de concesión de
carreteras adjudicados en ese país en septiembre de 1990; el IE como reflejo de la condición
del pavimento y el PSI como reflejo del grado de comodidad que se brindaba al usuario.
Para el primero se fijó durante la etapa de operación de la concesión un valor mínimo de 6
(durante el último año de la concesión se exigió un IE = 7.5) y para el segundo un mínimo de
2.8.
Tabla 1.3
Umbrales para los diferentes parámetros evaluables en las primeras concesiones
argentinas
El efecto práctico de fijar estos valores límites no es otro que asegurar que el valor de IE en
todas las evaluaciones estuviese por encima del mínimo fijado en los contratos (6.0). En
efecto, si en la fórmula de IE se aplican los coeficientes Di correspondientes a los umbrales
establecidos en la Tabla 3 para los diferentes elementos en el caso de un pavimento con
superficie de concreto asfáltico (D1 = 3, D2 = 2, D3 = 2 y D4 = 1)8, se obtiene:
En el caso del PSI, las calificaciones correspondientes a los umbrales llevan a un valor
coincidente con el mínimo aceptable según los contratos (2.8), como se puede apreciar al
aplicar la fórmula:
8
Ibídem 6 y 7
El control técnico de la eficiencia del servicio prestado al usuario por los concesionarios
durante el período de operación de cada proyecto en los contratos de la primera generación
reposa en un "Índice de Estado" (IE), que es un valor numérico que varía entre 0 y 5, por
medio del cual se califican la capacidad estructural de la calzada pavimentada y el nivel de
servicio que ella y sus zonas adyacentes prestan a los usuarios de la carretera, siendo
factores de calificación la rugosidad, los ahuellamientos y otras deformaciones, los
agrietamientos, la resistencia al deslizamiento y el estado de las bermas.
Donde:
9
DIS LTDA, INGENIEROS CONSULTORES, “Procedimiento para determinar el índice de estado de un pavimento
en concreto asfáltico”, s/f
Del procedimiento forma parte una tabla para calificar cada elemento en función de su
grado de ocurrencia (Tabla 1.4). En los contratos de esta generación se estableció que el
valor mínimo del índice de estado (IE) que hacía aceptable el servicio prestado por un
concesionario al usuario, medido con esta fórmula, era 4.0 (cuatro, cero).
Tabla 1.4
Tabla de calificación para determinar el índice de estado en los contratos de concesión de
primera generación
Rango de calificación
Elemento Unidad de medida de Muy bueno Bueno Regular Malo
calificación 5-4 4-3 3-2 2-0
Rugosidad IRI 2 - 3.5 3.5 - 4.5 4.5 - 6.5 6.5 -12
Ahuellamientos y deformaciones mm 0 - 25 25 - 40 40 - 60 60 - 100
Fisuras Coeficiente "F" 0-6 6-8 8-9 9 - 10
Resistencia al deslizamiento CRD 100 - 45 45 - 0
Estado de las bermas % de daños 0-2 2-5 5 - 10 10 - 20
Nota 4: No parece existir un documento que contenga los análisis técnicos detallados que condujeron a los rangos de calificación y a la
ponderación establecida en la fórmula del IE en los contratos de la primera generación, por lo que se puede presumir que su
establecimiento obedeció al criterio de los profesionales que elaboraron y recomendaron la tabla y la fórmula al MOPT y posteriormente
al INVÍAS
Tabla 1.5
Tabla de calificación para determinar el índice de estado en los contratos de concesión de
la segunda generación
Nota 5: Las calificaciones y los rangos de calificación fijados a los elementos incluidos en la fórmula del IE de los contratos de segunda
generación obedecieron a un ajuste de la fórmula y de la tabla de la primera generación, ajuste que fue adelantado por funcionarios de la
Subdirección de Concesiones del INVÍAS, con el fin de incorporar las zonas laterales y la señalización y los dispositivos de defensa, factores
que se habían incluido en el proyecto Buga – Tuluá – La Paila, administrado por el Departamento del Valle del Cauca. Al efecto, se
realizaron algunas verificaciones de ahuellamiento e IRI en pavimentos de reciente construcción en dos carreteras del mismo
Departamento (Carretera Panorama y Cali – Jamundí) con el apoyo de las firmas consultoras PVI Ltda y Bateman Ingeniería Ltda, “para
confirmar que no se estaban solicitando requisitos muy altos”11. En relación con la ponderación de los indicadores incluidos en la fórmula,
10
SUBDIRECCIÓN DE CONCESIONES, INSTITUTO NACIONAL DE VÍAS, “Procedimiento para determinar el índice
de estado de un pavimento flexible o semiflexible”
11
FRANCISCO ANDRADE VARGAS (ex funcionario de la Subdirección de Concesiones del INVÍAS), Comunicación
personal al autor, lunes 25 de agosto de 2014
12
ADOLFO NIÑO VEGA (ex funcionario de la Subdirección de Concesiones del INVÍAS), Comunicación personal
al autor, miércoles 27 de agosto de 2014
13
THE ASPHALT INSTITUTE, “Research and development of The Asphalt Institute’s thickness design manual
(MS-1) Ninth edition”, Research Report No. 82-2, College Park, Maryland 20740, August 1982
En síntesis, se puede considerar que con la experiencia adquirida por los funcionarios del
INVÍAS con los proyectos de la primera generación, no obstante que el índice de estado (IE)
mínimo se mantuvo en 4.0 (cuatro, cero), la fórmula para determinarlo (que incluía también
algunos elementos aledaños a la calzada) y la calificación de sus parámetros constitutivos
fueron sometidos a ajustes de cierta importancia para los proyectos de la segunda
generación, con el fin de obtener mejoras de las calidades funcionales y estructurales de los
pavimentos durante el período de operación de la concesión, aunque sin realizar
modificaciones excesivas, “para evitar comparaciones que significaran controversias
técnicas y contractuales”14.
Tabla 1.6
Comparación de las calificaciones para los elementos relacionados con los pavimentos
asfálticos en los contratos de concesión de la primera y la segunda generación
Rango de calificaciones
Elemento Unidad de medida Generación Muy bueno Bueno Regular Malo
de calificación 5-4 4-3 3-2 2-0
Rugosidad IRI Primera 2 - 3.5 3.5 - 4.5 4.5 - 6.5 6.5 -12
Segunda 2 - 3.5 3.5 - 4.5 4.5 - 6.5 6.5 -12
Ahuellamientos y mm Primera 0 - 25 25 - 40 40 - 60 60 - 100
deformaciones Segunda 0 - 15 15 - 25 25 - 40 40 - 100
Agrietamientos Coeficiente F Primera 0-6 6-8 8-9 9 - 10
Área Segunda 0 – 1.0 1.1 - 5.0 5.1 – 10.0 10.1 – 15.0
Resistencia al CRD Primera 100 - 45 45 - 0
deslizamiento Segunda 100 - 55 55 - 45 45 - 35 35 - 0
Mientras los proyectos iniciales de esta generación conservaron el índice de estado (IE)
como herramienta de control técnico, medido con diversas fórmulas, otros posteriores,
14
Ibídem 12
Tabla 1.7
Tabla de calificación para determinar el índice de estado en los proyectos de concesión de
tercera generación (Ver nota 1)
Rango de calificación
Elemento Unidad de medida de calificación Muy bueno Bueno Regular Malo
5-4 4-3 3-2 2-0
Rugosidad (R) IRI 1 – 2.5 2.5 – 3.5 3.5 – 5.5 > 5.5
Ahuellamientos y deformaciones (A) mm 0 – 10 10 – 20 20 - 35 > 35
Fisuras y grietas (F) % área afectada 0 – 0.5 0.5 – 3.0 3.1 – 5.0 > 5.0
Resistencia al deslizamiento (D) Coeficiente resistencia al desliz. 100 – 55 55 – 45 45 – 35 < 35
Tabla 1.8
Factor de influencia de cada uno de los elementos por evaluar
Los factores de influencia incluidos en la Tabla 1.8 implican que la ecuación que determina
el índice de estado (IE) en estos contratos es la siguiente, donde las variables están
identificadas con la misma nomenclatura mencionada para los proyectos de las
generaciones previas:
A pesar de que se trata de licitaciones abiertas por el INCO en la misma época y empleando
la misma tabla de calificaciones y la misma fórmula de índice de estado, se advierten
diferencias inexplicables en los numerales 3.5.1 a 3.5.4 del Apéndice B de los pliegos de
condiciones de los distintos proyectos, en lo que se relaciona con las acciones por tomar
cuando los valores de los elementos calificables superan ciertos límites.
En el numeral 3.5.2 del Apéndice B de los pliegos de condiciones de las licitaciones INCO–
SEA–L–006 de 2006 (Córdoba–Sucre), INCO– SEA–L–008 de 2006 (Ruta Caribe) e INCO–SEA–
L–009 de 2006 (Área metropolitana de Cúcuta y Norte de Santander) no se fija ninguna
condición respecto del máximo valor de ahuellamiento y otras deformaciones que se puede
presentar, ni de plazo alguno para su intervención; mientras que el mismo numeral del
pliego de la licitación INCO–SEA–L–007 de 2006 (Girardot–Ibagué–Cajamarca) establece que
“Todos y cada uno de los Sectores deberán registrar valores menores a 10 mm. En caso de
presentarse valores mayores para un Sector determinado, el Concesionario tendrá un plazo
máximo de treinta (30) Días Calendario, a partir del reporte del Interventor para mejorar la
condición de la calzada y así mismo restablecer su calificación”.
Así mismo, mientras el numeral 3.5.3 del Apéndice B de los pliegos de condiciones de las
licitaciones INCO–SEA–L–006 de 2006 (Córdoba–Sucre), INCO–SEA–L–008 de 2006 (Ruta
Caribe) e INCO–SEA–L–009 de 2006 (Área metropolitana de Cúcuta y Norte de Santander)
no se fija ninguna condición respecto del porcentaje máximo de fisuras y grietas que se
puede presentar, ni de plazo alguno para su intervención, el mismo numeral del pliego de la
licitación INCO–SEA–L–007 de 2006 (Girardot – Ibagué – Cajamarca) establece que “Para
todos y cada uno de los Sectores el porcentaje de Fisuras y Grietas no podrá superar el 0.5%.
En caso de presentarse valores mayores para un Sector determinado, el Concesionario
tendrá un plazo máximo de treinta (30) Días Calendario, a partir del reporte del Interventor
para mejorar la condición de la calzada y así mismo restablecer su calificación.”
Además de lo anterior, en el numeral 3.4 del Apéndice B del pliego de la licitación INCO –
SEA– L–007 de 2006 (Girardot – Ibagué – Cajamarca) aparece una exigencia que no se
encuentra en los demás pliegos. Dice allí, refiriéndose al Índice de Estado de la carretera,
que éste “será el promedio ponderado de los Índices de Estado calculados para los
diferentes Tramos de Carretera, pero en todos y cada uno de los Sectores de Carretera de la
vía se deberá cumplir el mínimo establecido para cada uno de los Elementos” (Subrayado
fuera de texto). Este requisito pone en evidencia la discriminación de que fue objeto este
proyecto en relación con los demás por cuanto, como se mencionó en los párrafos
anteriores, fue al único al que se le establecieron unos valores que no podían ser excedidos
para todos los 4 elementos calificables.
Nota 6: Al establecer en el pliego de la licitación INCO – SEA – L-007 de 2006 que el IRI no puede ser mayor de 2.5 m/km, que las
deformaciones no pueden exceder de 10 mm, que el área fisurada no puede superar 0.5 % y que el CRD no puede ser inferior a 55, carece
de todo sentido práctico la existencia de las casillas de la Tabla 1.7 donde estos elementos se califican en los rangos 4-3, 3-2 y 2-0.
Por último, se debe tener en cuenta que el numeral 3.1 del Apéndice B de todos los pliegos
de condiciones establece taxativamente, refiriéndose al Índice de Estado, que “Es de
advertir que esta herramienta no es el único procedimiento para el recibo de las obras al
finalizar la Etapa de Construcción y Rehabilitación, ya que para dicho efecto se deben
cumplir todos los requisitos definidos en las Especificaciones Técnicas de Construcción,
Mejoramiento y Rehabilitación del INVIAS y en los apéndices y demás documentos que
hacen parte integrante del contrato de Concesión”.
Sobre el contenido de las Tablas 1.7 y 1.8 se presenta un análisis detallado en el capítulo
siguiente.
Se debe tener presente, además, que en la figura 1.2 el instante igual a cero (0), en el cual la
condición es la mejor posible (medida a través del índice de servicio, del índice de estado o
de otro parámetro similar), supone el inicio absoluto de la entrada en operación o puesta en
servicio del pavimento, es decir, el momento en que éste comienza a soportar el tránsito
automotor. Esta es la razón por la cual en el eje de las abscisas de la figura es indiferente
representar el tiempo o el tránsito. Esta condición, absolutamente deseable, no se da en los
proyectos de concesión de las carreteras colombianas ya que ellas deben soportar tránsito,
de manera permanente o esporádica, prácticamente durante toda la etapa denominada de
construcción. En otras palabras, en el instante que la entidad contratante autoriza la
entrada en operación de un tramo del proyecto, su pavimento no es “nuevo” sino que ya ha
sido utilizado, y tanto más cuanto más tiempo tarde dicha autorización.
15
FEDERAL HIGHWAY ADMINISTRATION, “Optimizing highway performance: Pavement preservation,
improved construction and maintenance operations”, Report FHWA-IF-00-013, , Washington, D.C., Sep. 2000
Otro requisito exorbitante se refiere a uno de los elementos evaluables para calcular el
índice de estado: la resistencia al deslizamiento. La tabla de calificación de los pliegos de
condiciones le impone un límite superior al coeficiente de resistencia al deslizamiento (CRD)
que hace imposible alcanzar una calificación de 5.0 por este concepto, dado que ella se
concede únicamente a una superficie que presente un CDR igual a 100 (Ver Tabla1.7). El
autor de este documento, como funcionario del Ministerio de Obras Públicas, fue uno de los
primeros profesionales que adelantaron en el país investigaciones en los pavimentos de la
red vial nacional con el péndulo británico portátil y tuvo bajo su coordinación los estudios
realizados con dicho equipo en el Ministerio durante más de veinte (20) años. En desarrollo
de dicho trabajo, que se realizaba de acuerdo con las instrucciones de la Road Note 27 del
RRL16, por cuanto el Ministerio no disponía de una norma de ensayo oficial para realizar
medidas con el péndulo, nunca encontró un pavimento en servicio que presentara un valor
de CRD siquiera cercano a 100. La bibliografía internacional tampoco reporta casos de
pavimentos flexibles en servicio donde se haya obtenido un CRD = 100, lo que indica que es
16
ROAD RESEARCH LABORATORY, MINISTRY OF TRANSPORT, “Instructions for using the portable skid-
resistance tester”, Road Note 27, Second Edition, Her Majesty’s Stationery Office, London, 1969
Teniendo en cuenta que los pliegos de condiciones de los contratos de la tercera generación
de concesiones viales mencionan que las licitaciones se convocaron en los términos de la ley
80 de 199318 y que en el inciso d) del numeral 5 del Artículo 24 de esta ley se establece que
en los pliegos de condiciones o términos de referencia “No se incluirán condiciones y
exigencias de imposible cumplimiento”, es evidente que esta situación debe ser sometida a
corrección en los documentos contractuales. Si se adujera que este valor de CRD = 100 y su
correspondiente calificación de 5.0 son los mismos que se fijaron en los contratos de las
concesiones de primera y segunda generación sin que se hubiera presentado ninguna
reclamación sobre el particular hasta la fecha, la respuesta es simple y obvia: como los
rangos de calificación de los diferentes elementos que forman el IE en estas concesiones
son más amplios y como, además, el IE mínimo exigido en ellos es solamente 4.0 (cuatro,
cero), nunca se han presentado situaciones que pudieran suscitar controversia en relación
con la asignación de calificación de 5.0 a un valor de 100 en la escala de CRD.
Según se puede deducir de la lectura de los pliegos de condiciones, las tablas y las fórmulas
incluidas en ellos para el establecimiento del índice de estado en los contratos de concesión
tienen un carácter general, ya que parecen ser totalmente independientes de las
condiciones ambientales y geotécnicas específicas de cada proyecto e invariables en sus
exigencias, sin distinguir siquiera que se trate de la rehabilitación y la operación de una
carretera que ya se encontraba en servicio desde tiempo atrás o de la construcción y la
operación de una calzada totalmente nueva.
17
FERNANDO SÁNCHEZ SABOGAL, “Primeras experiencias sobre la medida de la resistencia al deslizamiento en
los pavimentos de las carreteras nacionales”, Primer Simposio Colombiano Sobre Ingeniería de Pavimentos,
Medellín, Mayo 13 al 15 de 1976
18
MINISTERIO DE TRANSPORTE, INSTITUTO NACIONAL DE CONCESIONES, “Estudios y diseños definitivos,
gestión predial, gestión social, gestión ambiental, financiación, construcción, rehabilitación, mejoramiento,
operación y mantenimiento del proyecto de concesión vial Área Metropolitana de Cúcuta y Norte de
Santander”, Licitación INCO SEA – L 009 de 2006, Pliego de Condiciones, Octubre de 2006
Nota 7: El INVÍAS define las especificaciones particulares como el “conjunto de disposiciones adicionales o complementarias a las
Especificaciones Generales de Construcción de Carreteras y que priman sobre éstas, las cuales abarcan y definen condiciones específicas de
una obra particular”.
El documento afirma que siempre que la rugosidad está presente y hay ausencia de
deterioros físicos o estos son mínimos, es casi seguro que su causa sea el cambio
volumétrico de los materiales de las capas subyacentes, siendo principalmente los suelos
arcillosos de alta plasticidad presentes en la fundación los responsables, debido a sus ciclos
de expansión y contracción. Pero aun en los casos en que la subrasante no es muy plástica,
se debe considerar como causa posible la consolidación sufrida por las capas inferiores del
pavimento, bien por una compactación deficiente durante su construcción, bien por la
degradación que sufren sus materiales con el tiempo y con el uso. Afirma el documento del
TTI, además, que la rugosidad atribuible a factores ambientales como la expansión y la
contracción siempre reaparece a menos que se tomen medidas efectivas para minimizar los
cambios volumétricos del suelo.
19
TEXAS TRANSPORTATION INSTITUTE, “Selection of maintenance repair methods on expansive subgrades”,
Prepared for Texas Department of Transportation, Product Number 0-4395-P2, March 2004 (disponible en la
página web: tti.tamu.edu/documents/0-4395-P2.pdf)
20
ARA INC. ERES CONSULTANTS DIVISION, “Guide for mechanistic-empirical design of new and rehabilitated
pavement structures, Part 2, Design inputs, Chapter 5, Evaluation of existing pavements for rehabilitation”,
Table 2.5.7, NCHRP 1-37A, Champaign, Illinois, March 2004
21
ARA INC. ERES CONSULTANTS DIVISION, “Guide for mechanistic-empirical design of new and rehabilitated
pavement structures, Part 2, Design inputs, Chapter 1, Subgrade/Foundation design inputs”, pp. 2.1.16, NCHRP
1-37A, Champaign, Illinois, March 2004
22
BARRY R CHRISTOPHER, CHARLES SCHWARTZ & RICHARD BOUDREAU, “Geotechnical aspects of pavements”,
Report FHWA-NHI-05-037, Woodbury MN, May 2006
23
PIARC, “Dealing with the effects of climate change on road pavements”, PIARC Technical Committee
D.2,Paris, 2012
Tabla 1.9
Propiedades de los suelos de Galapa y Bayunca (ref. 25)
24
D. R. SNETHEN AND OTHERS, “A review of engineering experiences with expansive soils in highway
subgrades”, U. S. Army Engineer Waterways Experiment Station, Report No. FHWA-RD-75-48 Prepared for
Federal Highway Administration, pp. 98 a 103, Washington D.C., June 1975
25
MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS, DIVISIÓN DE SERVICIOS TÉCNICOS, “Investigación sobre las arcillas
expansivas de Galapa y Bayunca, Publicaciones Minobras, Bogotá D. E., 1966
Nota 8: En respuesta a un derecho de petición formulado a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) por el doctor Diego Fernando
Garzón Otálora, abogado de la Dirección Jurídica de la CCI, mediante el cual solicitó una copia del informe técnico que dio lugar a la tabla
de calificación de los elementos evaluables y a la fórmula del índice de estado que forman parte de los pliegos de condiciones de las
licitaciones abiertas por el INCO en 2006 para los proyectos de concesiones de la tercera generación, el señor Carlos Andrés Jaramillo
Berrocal, Vicepresidente de Estructuración (E) de la ANI respondió el 24 de octubre de 2014, mediante el oficio número 2014-200-020627-
1 solicitando un plazo adicional de 30 días para brindar respuesta, por cuanto “la entidad se encuentra efectuando las verificaciones y
consultas pertinentes en los archivos internos y de los estructuradores que participaron en los proyectos”. Excedido en más de 20 días el
plazo adicional solicitado por el señor Jaramillo sin que se haya remitido la información solicitada, se puede considerar que la ANI no tiene
a su disposición ese informe técnico.
Tabla 2.1
Comparación de calificación para los elementos relacionados con los pavimentos
asfálticos en los contratos de concesión de las tres primeras generaciones
Rango de calificaciones
Elemento Unidad de medida Generación Muy bueno Bueno Regular Malo
de calificación 5-4 4-3 3-2 2-0
Primera 2 - 3.5 3.5 - 4.5 4.5 - 6.5 6.5 -12
Rugosidad IRI Segunda 2 - 3.5 3.5 - 4.5 4.5 - 6.5 6.5 -12
Tercera 1 -2.5 2.5 - 3.5 3.5 - 5.5 > 5.5
Ahuellamientos y Primera 0 - 25 25 - 40 40 - 60 60 - 100
deformaciones mm Segunda 0 - 15 15 - 25 25 - 40 40 - 100
Tercera 0 - 10 10 - 20 20 - 35 > 35
Coeficiente F Primera 0-6 6-8 8-9 9 - 10
Fisuras Área Segunda 0 - 1.0 1.1 - 5.0 5.1 - 10.0 10.1 - 15.0
Tercera 0 - 0.5 0.5 - 3.0 3.1 - 5.0 > 5.0
Resistencia al Primera 100 - 45 45 - 0
deslizamiento CRD Segunda 100 - 55 55 - 45 45 - 35 35 - 0
Tercera 100 - 55 55 - 45 45 - 35 < 35
Tabla 2.2
Efecto de la rugosidad de un pavimento asfáltico sobre los costos de operación vehicular
26
IRI PSI aproximado Factor de ajuste
pulgadas/milla m/km
80 1.3 3.5 o mayor 1.00
105 1.7 3.2 1.05
140 2.2 2.8 1.15
170 2.7 2.5 1.25
Por este motivo, es perfectamente razonable limitar el valor de IRI que se puede presentar
en cualquier instante de la etapa operativa de la concesión. Sin embargo, fijarle a este límite
un valor de 2.5 m/km equivale, prácticamente, a exigir que la calzada presente de manera
26
GARY BARNES & PETER LANGWORTHY, “The per-mile costs of operating automobiles and trucks - Final
Report”, Minnesota Department of Transportation, St. Paul, MN, 2003
Aparte de esta consideración, la manera como fueron asignados los valores que componen
la tabla de calificación (Tabla 1.7) crea una gran dificultad práctica para alcanzar el IE
mínimo exigido. En efecto, si en un sector de carretera se obtiene un IRI = 2.5 m/km
(considerado por la entidad contratante como “muy bueno” y prácticamente igual al de un
pavimento nuevo), la calificación que le otorga el pliego por el concepto “Rugosidad” es 4.0,
lo que da lugar a la siguiente situación según la fórmula aplicable del IE:
De donde
0.20 (A + F + D) = 2.9
Esto significa que la suma ponderada de las calificaciones de los elementos ahuellamiento
(A), fisuración (F) y resistencia al deslizamiento (D) debe alcanzar un puntaje de 2.9 para
lograr el IE mínimo exigido de 4.5 (cuatro, cinco). En términos reales, ello significa que como
las calificaciones combinadas de estos tres elementos constituyen el 60 % de la fórmula, la
calificación de cada uno de ellos debería ser prácticamente la máxima de la Tabla 1.7 para
que el sector fuese aceptado, tanto en el instante de la entrada en operación como de
manera permanente durante todo el período de la misma; es decir, ahuellamiento = 0 mm;
fisuras = 0 % y coeficiente de resistencia al deslizamiento (CRD) = 100. Todo un imposible!
27
FERNANDO SÁNCHEZ SABOGAL, “Excerpta de información sobre la variabilidad en los sistemas de
pavimentos”, Memorias del XII Congreso Ibero-latinoamericano del Asfalto”, Quito, Ecuador, Noviembre de
2003
28
THE HIGHWAYS AGENCY, TRANSPORT SCOTLAND WELSH ASSEMBLY GOVERNMENT, LLYWODRAETH
CYNULLIAD CYMRU & THE DEPARTMENT FOR REGIONAL DEVELOPMENT NORTHERN IRELAND, “Design manual
for roads and bridges, Volume 7 Pavement design and maintenance, Section 5 Pavement Materials, Part 1, HD
36/06, Surfacing materials for new and maintenance construction, numeral 3.7, pp. 3.1”, November 2006
2.2 COMPARACIÓN DE LOS ÍNDICES DE ESTADO (IE) QUE SE OBTIENEN CON LAS
FÓRMULAS DE LOS CONTRATOS DE PRIMERA Y SEGUNDA GENERACIÓN A PARTIR DE LAS
CALIFICACIONES QUE SE ASIGNAN A LOS ELEMENTOS EVALUABLES EN LOS CONTRATOS DE
TERCERA GENERACIÓN
Con el fin de comprobar la equidad (o inequidad) existente entre las calificaciones asignadas
a los elementos calificables en los contratos de las diferentes generaciones de concesión, se
plantea el siguiente ejercicio:
a) Si se toman las magnitudes de los elementos que dan lugar a una calificación de 4.0
(cuatro, cero) para cada uno de ellos en la Tabla 1.7 correspondiente a la tercera
generación (rugosidad = 2.5 m/km; ahuellamiento y otras deformaciones = 10 mm;
fisuras = 0.5 % y resistencia al deslizamiento = 55), es obvio que el IE obtenido con la
fórmula de esta generación es 4.0 (IE = 0.40×4 + 0.20×4 + 0.20×4 + 0.20×4 = 4.0),
valor que implica el rechazo del sector donde se hubieran obtenido estos valores de
acuerdo con lo establecido en los pliegos de condiciones, a pesar de que todos ellos
se encuentran dentro del rango que la misma entidad contratante considera como
“muy bueno” (ver Tabla 1.7).
Los resultados de este ejercicio muestran, simplemente, una notoria falta de equidad en los
sistemas de calificación del índice de estado (IE) en las distintas generaciones, ya que unos
valores de los elementos evaluables que den lugar a un IE de 4.0 (cuatro, cero) en la tercera
generación, dando lugar a su rechazo (debido a que el mínimo aceptable es 4.5), conduciría
en los proyectos de las dos primeras generaciones a un IE = 4.5 (cuatro, cinco) que se
consideraría excelente, por cuanto excede con holgura el IE mínimo admisible en ellas (4.0).
2.3 DETERMINACIÓN DE LOS ÍNDICES DE ESTADO (IE) QUE SE OBTIENEN CON LA FÓRMULA
APLICABLE A LOS CONTRATOS DE TERCERA GENERACIÓN A PARTIR DE LOS UMBRALES
ADMITIDOS A LOS MISMOS ELEMENTOS CALIFICABLES EN LOS PROYECTOS DE LA RUTA
DEL SOL
El Anexo 2 del Apéndice Técnico de los contratos de la Ruta del Sol “presenta el proceso de
aplicación del Sistema de Control de la Concesión para verificar el cumplimiento de
indicadores de estado y de operación y establece la metodología de aplicación de
Nota 9: Definiciones contenidas en los pliegos de condiciones de las concesiones de la Ruta del Sol:
Concepto de medición: medición semestral o anual (concepto 1), o semanal o diaria (concepto 2)
Umbral: valor estándar o límite que define la frontera entre el cumplimiento y el incumplimiento de un indicador.
Umbral puntual: valor límite del rango de valores puntuales que debe cumplir el Concesionario en cada kilómetro (a menos que se
indique distinto).
Umbral medio: valor límite del rango de valores medios que debe cumplir el Concesionario en cada tramo (a menos que se indique
distinto).
29
INSTITUTO NACIONAL DE CONCESIONES, “Proyecto Ruta del Sol, Apéndice técnico, Anexo 2”
30
Ibídem 29
31
Ibídem 29
Nota 10: De acuerdo con los documentos contractuales de la Ruta del Sol, el indicador de resistencia al deslizamiento se debe medir a
través del Coeficiente de Rozamiento Transversal (CRT), que es el mismo Sideway Force Coeficient (SFC), medido con el equipo de rueda
oblicua SCRIM a 50 km/h, según la norma NLT-336. Por razones que no quedan claras en la ficha pertinente, el valor obtenido se debe
multiplicar por 100. La adopción del CRT modifica la manera de valorar el indicador en los contratos de concesión pues, anteriormente,
éstos disponían el uso del péndulo portátil británico y los rangos de calificación del Índice de Estado se establecían a partir del BPN (British
Portable Number), llamado también Coeficiente de Resistencia al Deslizamiento (CRD).
Como posiblemente en Colombia no hay equipos SCRIM, se presume que las medidas se puedan realizar con otro equipo de auscultación,
contrastándose sus valores con los del SCRIM a partir de correlaciones debidamente reconocidas, las cuales deberían ser elevadas a rango
contractual. A los simples efectos de comparación en este informe, se empleará la formula determinada por Kennedy et al para
correlacionar el SFC y el BPN (CRD) sobre pavimentos de textura media32:
Como en esta fórmula el valor SFC se encuentra expresado en decimales, se puede concluir que cada valor de fricción en unidades BPN
será 5 % mayor que el respectivo CRT citado en el pliego del contrato. De esta manera, se puede considerar que el umbral puntual
establecido para el Coeficiente de Rozamiento Transversal (50) equivale a 53 en unidades CRD y el umbral medio de 55 corresponde a 58
unidades CRD
La Tabla 2.4 presenta las calificaciones asignadas en la Tabla 1.7 (concesiones de la tercera
generación) a los valores fijados como umbrales medios admisibles en los proyectos de la
Ruta del Sol durante la etapa operativa y, además, el valor del índice de estado (IE) que se
obtiene al someterlas a cálculo con la fórmula aplicable a los proyectos de la tercera
generación. Como se puede advertir, aunque parezca inverosímil, en los proyectos de la
Ruta del Sol se aceptan como satisfactorios sectores de pavimento que serían rechazados
categóricamente, por alcanzar solamente un índice de estado (IE) de 3.5 (tres, cinco), si
pertenecieran a los contratos de la tercera generación.
32
C.K. KENNEDY, A.E. YOUNG & I.C. BUTLER, “Measurement of skidding resistance and surface texture and the
use of results in the United Kingdom”, Surface Characteristics of Roadways: International Research and
Technologies, Meyer/Reichert editors, ASTM STP 1031, 1990
Calificación que
Indicador Concepto de Umbral corresponde al Factor de IE parcial
medición medio en la Ruta del umbral medio ponderación aportado por el
Sol en la Tabla 1.7 indicador
Regularidad
IRI longitudinal según ≤ 3.0 mm/m 3.5 0.4 1.4
el IRI
Ahuellamientos Regularidad ≤ 15 mm 3.5 0.2
transversal en mm 0.7
Coeficiente de Fricción ≥ 55
rozamiento transversal según (58 en unidades CRD) 4.1 0.2 0.82
transversal (CRT) el CRT en %
Baches, Cantidad de fisuras
asentamientos y en % del área ≤3% 3.0 0.2 0.60
áreas fisuradas
IE TOTAL 3.52
Adicionalmente, la Parte A del Apéndice Técnico de los contratos de la Ruta del Sol exige
que para la puesta en operación de un tramo, el pavimento deberá satisfacer los valores
indicados en el Cuadro 12 de dicho Apéndice, los cuales se resumen en la Tabla 2.5 en la
cual se incluye, además, el valor que se obtiene del índice de estado (IE) al someterlas a
cálculo con la fórmula aplicable a los proyectos de la tercera generación.
Tabla 2.5
Calificaciones asignadas en los contratos de la tercera generación a los umbrales exigidos
para la puesta en operación los proyectos de la Ruta del Sol
Calificación IE parcial
Indicador Concepto de Valor asignada al Factor de aportado por el
medición exigido valor en la ponderación indicador
Tabla 1.7
Regularidad ≤ 2.5 mm/m
IRI longitudinal según (promedio) 4.0 0.4 1.6
el IRI
≤ 5 mm
(el Pliego exige 0 mm, pero
Ahuellamientos Regularidad posteriormente se han 4.5 0.2 0.9
transversal en mm elaborado otrosíes
aumentando a 5 mm)
Coeficiente de Fricción ≥ 60
rozamiento transversal según (63 en unidades CRD) 4.18 0.2 0.836
transversal (CRT) el CRT en %
Baches,
asentamientos y Cantidad de fisuras 0 5.0 0.2 1.0
áreas fisuradas en % del área
IE TOTAL 4.34
Tabla 2.6
Valores que dan lugar a un IE = 4.0 en un contrato de la tercera generación y valores
admitidos a los mismos indicadores en los contratos de la Ruta del Sol durante la etapa de
operación
2.4 DETERMINACIÓN DE LOS ÍNDICES DE ESTADO (IE) QUE SE OBTIENEN CON LA FÓRMULA
APLICABLE A LOS CONTRATOS DE TERCERA GENERACIÓN A PARTIR DE LOS VALORES
MEDIOS ADMITIDOS A SUS ELEMENTOS CALIFICABLES EN LOS PROYECTOS DE LA CUARTA
GENERACIÓN
Tabla 2.7
Indicadores de vías en los pliegos de la cuarta generación
33
AGENCIA NACIONAL DE INFRAESTRUCTURA, “Apéndice técnico 4. Indicadores”
Nota 11: Unidad funcional según los pliegos de la cuarta generación es cada una de las divisiones del proyecto tal como se presentan en la
Parte Especial de los pliegos de condiciones, que corresponden –cada una– a un conjunto de estructuras de ingeniería e instalaciones
indispensables para la prestación de servicios con independencia funcional, la cual le permitirá funcionar y operar de forma individual.
Calificación IE parcial
Indicador Concepto de Valor asignada al Factor de aportado por el
medición medio valor medio en ponderación indicador
la Tabla 1.7
IRI Regularidad ≤ 3.0 mm/m 3.5 0.4 1.4
longitudinal según
el IRI
Ahuellamientos Regularidad ≤ 15 mm 3.5 0.2 0.7
transversal en mm
Coeficiente de Fricción ≥ 45 3.2 0.2 0.64
rozamiento transversal según (47 en unidades CRD)
transversal (CRT) el CRT en %
áreas fisuradas Cantidad de fisuras ≤1% 3.8 0.2 0.76
en % del área
IE TOTAL 3.50
Los resultados de estos cálculos permiten establecer, también, que la combinación de las
calificaciones de los elementos de las concesiones de tercera generación de manera que su
índice de estado sea solamente de 4.0 (cuatro, cero), da lugar a un pavimento más seguro,
cómodo y estructuralmente más eficiente que uno que cumpla a satisfacción los valores
medios de los contratos de la cuarta generación (Tabla 2.9).
Tabla 2.9
Valores que dan lugar a un IE = 4.0 en un contrato de la tercera generación y valores
admitidos a los mismos indicadores en los contratos de la cuarta generación
Teniendo en cuenta que mediante la resolución número 002662 del 27 de junio de 2002,
publicada en el Diario Oficial No. 44.865 del 13 de julio del mismo año, la Directora General
del Instituto Nacional de Vías actualizó el Capítulo Cuarto de las Especificaciones Generales
de Construcción de Carreteras, reemplazando las de igual denominación numérica incluidas
en el documento de 1996, se deduce que en el momento de la apertura de las licitaciones
de los proyectos de concesión de tercera generación objeto del estudio regían las
especificaciones sobre pavimentos asfálticos actualizadas en 2002.
Nota 12: El Apéndice C de los pliegos de condiciones de los contratos de la tercera generación da a entender que, en relación con las obras
de construcción y rehabilitación, rigen no solo las especificaciones vigentes en el momento de la apertura de las licitaciones sino, también,
“los documentos que las actualicen, modifiquen o aumenten”. Salvo que el pliego considere la posibilidad de suscribir un nuevo acuerdo
económico siempre que con posterioridad a la apertura de la licitación y durante el desarrollo de los trabajos de construcción o
rehabilitación se actualicen las especificaciones (con posterioridad a la apertura de estas licitaciones, el Ministerio de Transporte ha
actualizado dos veces las Especificaciones Generales de Construcción de Carreteras del INVÍAS, la primera mediante la resolución número
3288 del 15 de agosto de 2007 y la segunda por medio de la resolución número 1376 del 26 de mayo de 2014), este requerimiento resulta
absurdo, por cuanto los proponentes carecen del poder de la adivinación y, en consecuencia, les resulta imposible prever las
modificaciones que sufrirán en el futuro dichos documentos ni la manera como ellas pueden afectar las estructuras de costos de las
propuestas con base en las cuales les fue adjudicada la concesión.
34
MINISTERIO DE TRANSPORTE, INSTITUTO NACIONAL DE CONCESIONES, “Estudios y diseños definitivos,
gestión predial, gestión social, gestión ambiental, financiación, construcción, rehabilitación, mejoramiento,
operación y mantenimiento del proyecto de concesión vial Córdoba – Sucre”, Licitación INCO SEA – L 006 - de
2006, Pliego de Condiciones, Apéndice C al contrato de concesión, Especificaciones y normas generales de
diseño, construcción, rehabilitación y mejoramiento”, Julio de 2006
Tabla 2.10
Requisitos establecidos a los pavimentos asfálticos recién construidos o rehabilitados
según las especificaciones generales de construcción de carreteras del INVÍAS del 2002 y
requisitos del pliego de condiciones de los contratos de tercera generación
Consecuentemente, si de acuerdo con los límites fijados por las especificaciones generales
de construcción de carreteras resulta admisible un IE de 4.2 (cuatro, dos) en el instante en
que la obra es nueva o recién rehabilitada, mal se puede esperar y exigir la obtención de
unas condiciones que den lugar a un IE mínimo de 4.5 al entrar el proyecto en operación ni,
mucho menos, pretender que dicho índice se mantenga de manera perenne durante el
periodo de operación, teniendo en cuenta que los agentes ambientales, la edad y el tránsito
automotor van produciendo en el pavimento un desgaste lento e inevitable que impide que
su índice de servicio o de estado se mantenga en las mismas condiciones en las que la obra
fue abierta al tránsito, así sea sometida al mejor de los mantenimientos. Este concepto, se
reitera, lo consideran todos los sistemas de administración de pavimentos empleados en el
mundo, así como los modernos métodos de diseño y lo acepta cualquier ingeniero de
carreteras competente.
Nota 13: El manual de diseño de pavimentos asfálticos del Instituto Nacional de Vías acoge, también, el concepto del índice de servicio y
fija en 4.2 su valor en un pavimento recién construido36.
35
Ibídem 2
36
Ibídem 3
Nota 14: En el Apéndice B del pliego de la licitación INCO–SEA–L-007 de 2006 (Girardot – Ibagué – Cajamarca) se fijaron valores límites
para todos los elementos evaluables: rugosidad, ahuellamiento y deformaciones, fisuras y grietas, y resistencia al deslizamiento (Ver
numeral 1.3 de este documento)
La Tabla 3.1 muestra la evolución que han tenido entre 2012 y 2014 tanto el Índice de
Estado (IE) como los parámetros empleados para calcularlo en la concesión del proyecto
Ruta Caribe. Como se puede apreciar, la labor del Concesionario ha sido eficaz, en particular
en relación con la rugosidad, que es el elemento que tiene mayor incidencia sobre la
comodidad y los costos de operación de los usuarios. La rugosidad, en términos de IRI, se
logró reducir un 20 % en promedio, a pesar de que algunos de los sectores de la concesión
sortean condiciones geotécnicas complejas, tal el caso de la presencia de subrasantes
expansivas, combinadas en ocasiones con las inevitables diferencias de rigidez generadas en
las zonas de contacto entre los terraplenes antiguos y sus ampliaciones. Los índices de
estado han estado por encima de 4.0 casi en todos los sectores en las cuatro evaluaciones
incluidas en la tabla.
Por otra parte, la Tabla 3.2 muestran los resultados de las mediciones recientes realizadas
en la concesión Córdoba – Sucre. Se aprecia en ella que, en general, el índice de estado es
superior a 4.0, aunque en algunos sectores sus valores de rugosidad exceden de 3.0 m/km.
Cabe anotar que el proyecto Córdoba – Sucre fue objeto de un detallado estudio adelantado
por la experta Ana Sofía Figueroa Infante quien concluyó, entre otras cosas, que “existe una
gran proporción del material de apoyo de la carretera con problemas de calidad”, que la
mayoría de los tramos “se debieron haber estabilizado (….) para evitar deformaciones y
alteraciones por asentamientos del perfil longitudinal de la carretera” y que “todos los IRIS
del tramo se están afectando por la mala calidad de la subrasante o terraplén”37.
Nota 15: Las tablas incluidas en este capítulo con los resultados de las evaluaciones en proyectos de concesión de la tercera generación
fueron suministradas por la Cámara Colombiana de la Infraestructura.
37
ANA SOFÍA FIGUEROA INFANTE, IC, Ms. C., “Análisis del índice de estado Montería – Cereté – La Ye”, Bogotá,
Colombia, Agosto 8 de 2013
Los reconocidos ingenieros mexicanos Alfonso Rico Rodríguez y Hermilo del Castillo
afirmaron, refiriéndose a las especificaciones de construcción de carreteras, que “Las
especificaciones deben ser también muy realistas, ajustadas a lo que debe lograrse dadas las
Las Tablas 3.1 y 3.2 demuestran que los concesionarios colombianos están en capacidad de
producir y mantener pavimentos con bajos niveles de agrietamiento y ahuellamiento, así
como superficies con resistencias al deslizamiento que durante la etapa de uso superan los
valores mínimos fijados por las Especificaciones Generales de Construcción de Carreteras
del Instituto Nacional de Vías. Igualmente, que los perfiles longitudinales se ajustan a los
niveles de evolución consecuentes con lo que exigen nuestras especificaciones de
construcción a los pavimentos nuevos, aunque se debe reconocer que todavía sin alcanzar
los niveles que se obtienen en países con un nivel tecnológico superior y donde las
carreteras no se construyen con las incomodidades que genera la presencia simultánea del
tránsito público, aspecto que posiblemente no fue considerado por la entidad contratante
en el momento de elaborar los pliegos de condiciones de estos proyectos de concesión.
38
ALFONSO RICO Y HERMILO DEL CASTILLO, “La Ingeniería de suelos en las vías terrestres. Carreteras,
ferrocarriles y aeropistas. Volumen 2”, Editorial Limusa, México, 1978
COMENTARIOS Y CONCLUSIONES
a) La exigencia del cumplimiento continuo y permanente (los pliegos indican que las
evaluaciones se deberán realizar “por lo menos una vez cada seis (6) meses” y que se
4. Los contratos relacionados con las obras públicas acostumbran incluir especificaciones
particulares ante la imposibilidad de que las especificaciones generales, precisamente
por su carácter de “generales”, consideren apropiadamente las características
específicas de cada obra particular en la cual se van a aplicar. Algo similar debería
ocurrir con las exigencias sobre los índices de condición y de estado en los contratos de
concesión vial. En otras palabras, como las condiciones de los proyectos de concesión no
son idénticas en todos ellos, deberían existir parámetros de calificación particulares que
tengan en cuenta situaciones especiales (tales como diferencias entre construcción
nueva y rehabilitación), las cuales deben quedar muy bien definidas en los contratos de
concesión vial.
39
Ibídem 3
40
Decreto 926 del 19 de marzo de 2010,
Tabla 4.1
Composición que debería haber tenido la tabla de calificaciones para determinar el
índice de estado en las licitaciones de concesión de tercera generación con las
limitaciones existentes en el pliego de la licitación INCO–EA–L–007 de 2006
Rango de calificación
Elemento Unidad de medida de calificación Muy bueno Bueno Regular Malo
5-4 4-3 3-2 2-0
Rugosidad (R) IRI 1 – 2.5 Inaceptable Inaceptable Inaceptable
Ahuellamientos y otras Inaceptable Inaceptable Inaceptable
deformaciones (A) mm 0 – 10
Fisuras (F) % área afectada 0 – 0.5 Inaceptable Inaceptable Inaceptable
Resistencia al Coeficiente resistencia al deslizamiento 100 – 55 Inaceptable Inaceptable Inaceptable
deslizamiento (D) (CDR)
9. Resulta enigmático y paradójico que para la entidad contratante una calificación entre
4.0 y 5.0 para cada uno de los elementos evaluables sea considerada “muy buena” (Ver
Tabla 1.7), pero la combinación ponderada de ellas para calcular el IE sólo le resulte
aceptable a partir de 4.5. En otras palabras, resulta completamente posible que al
combinar calificaciones consideradas individualmente por el mismo contratante como
“muy buenas”, el producto final le resulte inaceptable. El holismo en su máxima
expresión.
RECOMENDACIONES
Como resultado de los análisis realizados a lo largo de este documento respecto del origen y
el desarrollo de los índices de estado y su implementación en las diferentes generaciones de
concesiones de carreteras en Colombia, se presentan las siguientes recomendaciones en
relación con algunos aspectos de los pliegos de condiciones referentes a las tablas de
calificación, a la manera de ponderar las calificaciones y a la fijación del índice de estado
mínimo en los proyectos de concesión de la tercera generación en los que se están
aplicando las calificaciones indicadas en la Tabla 1.7 y los factores de ponderación
mencionados en la Tabla 1.8:
a) Mantener el rango 1 – 2.5 m/km para considerar el elemento rugosidad como “muy
bueno” (calificación 5 – 4), pero establecer el límite de intervención inmediata en 3.0
m/km para la rugosidad. No es recomendable admitir valores superiores, por cuanto
ellos afectan los costos de operación vehicular y, sobre todo, la seguridad de los
usuarios41.
41
PETER CENEK& NEIL JAMIESON, “Quantification of safety benefits from resulting road smoothing”, Central
laboratories report 12-529B39, Opus International Consultants Limited, Lower Hutt, New Zealand, June 2012
Tabla 5.1
Tabla recomendada de calificación para determinar el índice de estado en los proyectos
de concesión de tercera generación
Rango de calificación
Elemento Unidad de medida de calificación Muy bueno Bueno Regular Malo
5-4 4-3 3-2 2-0
Rugosidad (R) IRI (m/km) 1 – 2.5 2.5 – 3.5 3.5 – 5.5 > 5.5
Ahuellamientos y deformaciones (A) mm 0 – 10 10 – 20 20 - 35 > 35
Fisuras y grietas (F) % área afectada 0 – 0.5 0.5 – 3.0 3.1 – 5.0 > 5.0
Resistencia al deslizamiento (D) Coeficiente resistencia al desliz. 75( o +) – 55 55 – 45 45 – 35 < 35
Nota 16: La falta de rangos de valores en la última columna de la tabla crea una indefinición sobre la manera como se debe asignar
una calificación entre 2 y 0 para los elementos calificables, cuando sus valores caen allí. Esta indefinición también existe (y con los
mismos valores) en la Tabla No. 2 del numeral 3.5 del Apéndice B de los pliegos de condiciones. Aunque posiblemente en la práctica
nunca se obtengan valores con estos órdenes de magnitud, convendría eliminar la indefinición estableciendo rangos en lugar de los
símbolos “mayor que” o “menor que” escritos en la columna.
4. Mantener la misma fórmula para calcular el índice de estado (IE), pero reducir el valor
mínimo admisible de éste a un valor igual a 4.0 (cuatro, cero) durante la etapa de
operación de los proyectos. En este documento se ha demostrado claramente que un IE
= 4.0 obtenido con la fórmula de la tercera generación equivale a alcanzar un IE de 4.5
en los contratos de primera y segunda generación (muy por encima del valor mínimo de
4.0 que se exige en ellas) y, además, asegura un pavimento mucho más cómodo, seguro
y estructuralmente competente que el que se obtiene al cumplir los umbrales medios en
42
W.S. SZATKOWSKI & J.R. HOSKING, “The effect of traffic and aggregate on the skidding resistance of
bituminous surfacings”, TRRL REPORT LR 504, Transport and Road Research Laboratory, Crowthorne,
Berkshire, 1972
Nota 17: En la actualidad, hay sectores y tramos donde las obras se han terminado desde hace varios meses o años, pero no han sido
aceptados para entrar a la etapa de operación. Debido a que ellos han estado sometidos permanentemente al tránsito y al
ambiente, el Índice de Estado que en justicia se les debiera aplicar para entrar en operación es el recomendado para la etapa
operativa (IE = 4.0).
DISCUSIÓN
Antes de dar respuesta a las preguntas formuladas por el doctor López Chaves, y debido a
que muchas personas, aún dentro del ámbito de la ingeniería vial, definen de manera
diferente algunos términos relacionados con la construcción y la conservación vial, se
presentan unas definiciones a partir de las cuales se brindan las respuestas, con el fin de
limitar las controversias y/o las discrepancias. Estas definiciones, aceptadas en los ámbitos
nacional e internacional, fueron propuestas en 1988 por el Banco Mundial43:
Nota A.1.1: Según los pliegos de condiciones de los contratos, “se denomina mantenimiento al conjunto de actividades rutinarias y
periódicas, necesarias para conservar la vía y la infraestructura de puentes. El mantenimiento se considera continuo con intervalos
menores de 1 año o intervalos variables relativamente prolongados de 3 a 5 años. Estos mantenimientos contemplarán los deterioros
ocasionados por el tránsito y por fenómenos climáticos. Dichos mantenimientos tendrán alcance en todo el derecho de vía, los cuales
podrán acometer obras como: zonas laterales de protección de la vía, construcción de obras de protección, reparación, ampliación,
refuerzo y reemplazo de puentes, recuperación de los deterioros de la carpeta de rodadura, intervenciones de emergencia en la banca,
construcción de obras de drenaje menores y de protección faltantes de la vía y las demás infraestructuras de servicio, con el fin de
mantener las condiciones óptimas para la transitabilidad en la vía y la operación adecuada en la prestación de servicios ofrecidos a los
usuarios”44.
43
BANCO MUNDIAL, “El Deterioro de los Caminos en los Países en Desarrollo. Causas y Soluciones”, Estudio de
Políticas del Banco Mundial, Primera Edición, Washington D.C., Octubre 1988
44
INSTITUTO NACIONAL DE CONCESIONES, “Estudios y Diseños Definitivos, Gestión Predial, Gestión Social,
Gestión Ambiental, Financiación, Construcción, Rehabilitación, Mejoramiento, Operación y Mantenimiento del
Proyecto de Concesión Vial Ruta Caribe”, Licitación INCO–SEA–L–008 de 2006, Pliego de Condiciones,
Apéndice B al Contrato de Concesión, Especificaciones Técnicas de Operación, Mantenimiento y Servicios al
Usuario, Página 11, Bogotá D.C., Septiembre de 2006
Nota A.1.2: La segunda edición de la “Guía Metodológica para el Diseño de Obras de Rehabilitación de Pavimentos Asfálticos de
Carreteras”, elaborada por el INVÍAS y adoptada por el Ministerio de Transporte mediante resolución 000743 del 4 de marzo de 2009,
considera la rehabilitación como un mejoramiento funcional o estructural del pavimento, que da lugar tanto a una extensión de su vida de
servicio, como a la provisión de una superficie de rodamiento más cómoda y segura y a reducciones en los costos de operación vehicular.
Dicho mejoramiento comprende alguna de siguientes cuatro alternativas de intervención: restauración, refuerzo, reciclado y
reconstrucción. La restauración no tiene la misma definición del Banco Mundial, pues la guía la considera, simplemente, como la ejecución
de trabajos que mejoran la condición superficial del pavimento, pero no aumentan su capacidad estructural. Por otra parte, incluye el
término reciclado, definido como “la reutilización de parte de las capas de la estructura existente, para mejorar su capacidad estructural”,
el cual no aparece dentro de las definiciones del Banco Mundial, pues el reciclado era apenas una aplicación incipiente en el momento en
que el BIRF elaboró su documento.
Opiniones como las anteriores se encuentran en casi todos los textos relacionados con el
diseño, la construcción y el mantenimiento de carreteras. Aunque es evidente que las
características del diseño y de la construcción de los pavimentos deben ser tales que no se
originen deterioros visibles durante su etapa inicial de vida, el hecho de que se comienza a
producir un desgaste desde el instante de la puesta en servicio es incuestionable, así la
estructura del pavimento sea sometida a un mantenimiento rutinario con los más altos
estándares. Por tal motivo, las condiciones estructural y funcional durante la etapa de
operación, medidas a través de algún parámetro numérico como puede ser el índice de
estado, si bien deben ser satisfactorias para el usuario, no pueden ser iguales a las
obtenidas en el instante de terminar las obras, en tanto no se acometa alguna de las
acciones de tratamiento definidas al comienzo, diferentes la mantenimiento rutinario.
45
KEN ATKINSON, “”Manual de conservación de carreteras”, Thomas Telford publications & Asociación Técnica
de Carreteras, edición en español. Madrid (España), 1994
46
DAVID CRONEY & PAUL CRONEY, “Design and performance of road pavements”, Third edition, Mc Graw-
Hill, 1997
Se debe recordar que en el caso de estos proyectos de concesión, el índice de servicio que
se está exigiendo durante la operación obliga a sostener durante el tiempo unas
condiciones que, en algunos casos, resultan más rigurosas que las requeridas por las
especificaciones aplicables a la construcción del pavimento.
Las condiciones bajo las cuales se puede construir el pavimento son muy diferentes cuando
el constructor dispone de toda el área de trabajo sin interferencias exógenas, que cuando se
debe trabajar compartiendo la vía con el tránsito automotor, inclusive teniendo que
permitir que éste haga uso de las capas de pavimento en ejecución durante el desarrollo de
actividades de mantenimiento o rehabilitación de una calzada existente, situación en la cual
es preciso trabajar por medias calzadas e, inclusive, franjas más angostas y, aun, en horas de
la noche.
El segundo aspecto a considerar es el efecto del tránsito automotor circulante por las
carreteras colombianas, cuyas cargas máximas legales brutas y por eje, no se debe olvidar,
son prácticamente las más altas del continente y unas de las mayores del mundo. Como
normalmente la circulación de buses y camiones se debe permitir durante los trabajos de
mantenimiento y rehabilitación haciendo uso, inclusive, de las capas en construcción, su
efecto degradante sobre los materiales y las mezclas afecta adversamente durante la
construcción misma, así resulte imperceptible a la vista. Inclusive, después de terminadas
las obras, suele transcurrir un lapso de varios meses para que la carretera entre en
operación, periodo durante el cual el tránsito sigue haciendo uso del pavimento terminado,
situación que no ocurre cuando se trata de una construcción nueva donde, en teoría, la vía
Teniendo en cuenta las definiciones presentadas al principio de este Anexo y las respuestas
a las dos primeras preguntas, se considera que esta última ya ha tenido respuesta. No
obstante, se pueden presentar algunos comentarios adicionales, en espera de que ellos
ofrezcan mayor claridad.
Nota A.1.3: De acuerdo con el Artículo 450 de las especificaciones de construcción del INVÍAS del año 2002, vigentes en el instante de la
apertura de las licitaciones que dieron lugar a estos contratos, un “lote” en el caso de un pavimento terminado de concreto asfáltico, la
menor área construida que resulte de los siguientes criterios:
- Quinientos metros lineales (500 m) de mezcla colocada
- Tres mil quinientos metros cuadrados (3500 m2) de mezcla colocada
- La obra ejecutada en una jornada de trabajo
Si lo recién expuesto sucede con motivo de una construcción “nueva”, la situación resulta
aún más compleja cuando se trata de mejoramientos o rehabilitaciones, cuando la totalidad