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RESEÑA DEL CAPITULO SIETE: LA EDUCACION DEMOCRATICA, CONTRA

LAS CUERDAS DEL LIBRO SIN FINES DE LUCRO. PORQUE LA DEMOCRACIA
NECESITA DE LAS HUMANIDADES DE LA AUTORA MARTHA NUSSBAUM.

La presente reseña es del Capítulo 7 del libro Sin fines de lucro, Por qué la
democracia necesita de las humanidades, de la filósofa estadounidense Martha
Nassbaum, editado por la editorial Katz Editores: Buenos Aires Argentina, 199 pp.
Nassbaum en este capítulo defiende de manera impetuosa las humanidades de
occidente especialmente las de Estados Unidos y también destaca la importancia
de lo humano frente al omnipotente mundo de lo útil, y, principalmente, frente a
aquella actividad que se supone que es la más humana de todas, a saber: la
educación.

La autora en este capítulo denuncia y a la vez nos alerta diciéndonos que la

educación que hoy se imparte en los países de occidente tiene por objetivo
exclusivo formar individuos capaces para hacer cosas útiles y rentables, es una
educación con fines de lucro y alejada de las humanidades. Según esto, plantea
una pregunta:

¿En qué estado se encuentra la educación para la ciudadanía democrática en el

mundo actual? Y la respuesta que da la misma autora a este interrogante es: Me
temo que “en muy mal estado”. Planteado así el panorama de las humanidades
puede parecer obscuro, se necesita de parte de aquellos que las cultivan una actitud
alerta, ya que en Norteamérica en los últimos tiempos ha existido un marcado
descenso en el porcentaje de alumnos que se especializan en disciplinas
humanísticas, con el correspondiente ascenso en el porcentaje de los alumnos
matriculados en carreras profesionales y una de las causas es que las universidades
se han vuelto demasiado cautivas de los fines inmediatos y materiales que sirven y
si el modelo de mercado no se habrá transformado en la identidad fundamental que
define la educación superior. La educación superior puede ofrecer a las personas y
a las sociedades una profundidad y una amplitud de visión que se encuentran
ausentes en una actualidad inevitablemente corta de vista. Los seres humanos
necesitan sentido, comprensión y perspectiva además de necesitar trabajo.

La educación actual esta mancillada por la superficialidad práctica, técnica y

tecnológica, el valor de la reflexión y el cultivo del elemento humano en el proceso
de formar ciudadanos. En dicha perspectiva, es importante el incalculable valor
formativo de la enseñanza de las humanidades cuanto el equívoco en el que caen
los países que en forma indiscriminada extirpan de sus planes de estudio las artes
y los estudios humanísticos con el pretexto de su “nula” utilidad.

El capítulo 7 de este libro: La educación democrática, contra las cuerdas, debería

ser leído por todas las personas que laboramos en el sector educativo y ser manual
de cómo realizar un currículo participativo y democrático, que tenga en cuenta los
estudios humanísticos, porque de no ser así en un periodo de tiempo no muy lejano
nos veremos enfrentados a lo que teme la autora: “Un futuro dramático si no se
toman decisiones que reorienten la educación en un sentido plenamente humano”.