El juego, además de aportar al niño placer y momentos de distracción, es una
actividad que estimula y activa diferentes componentes de desarrollo infantil. Es el escenario en el cual los niños pueden practicar la experiencia de medir sus propias posibilidades en las diferentes situaciones de su vida y que influye en todos los ámbitos del desarrollo humano: a) Aportaciones al desarrollo cognitivo Aportaciones-al-juego-cognitivo El juego pone en marcha las habilidades cognitivas del niño, en cuanto que le permiten comprender su entorno y desarrollar su pensamiento. Por ejemplo, un niño que juega con una granja de animales, figuras…etc., irá conociendo las piezas del juego, se las dirá un adulto u otro compañero, descubrirá los diferentes tipos de animales que hay, comprenderá cómo funcionan los objetos (rodar el tractor, abrir la
Aporte del juego al desarrollo cognitivo del niño
Es una actividad lúdica y un importante factor de aprendizaje y desarrollo de las capacidades, aptitudes y habilidades del niño. ¿QUE ES DESARROLLO COGNITIVO? Es la adquisición de conocimientos el cual se da en el transcurso de nuestra vida, es el desarrollo de la inteligencia. Actividad. Pelota envenenada Formando un círculo, uno de los niños se queda en el centro con el balón en la mano. Cuando lo lance a uno de sus compañeros dirá una palabra cualquiera, por ejemplo, “verano”. Los pequeños deben ir pasándose la pelota y enunciando conceptos relacionadas, como "playa, vacaciones, arena, olas"... Si uno no sabe qué decir, se coloca en el centro. Y mucho ojo, porque si el jugador que liga pronuncia la palabra “¡veneno!”, el siguiente que atrape el balón debe permanecer en silencio y pasarlo a otro. De lo contrario, liga. Aportaciones al desarrollo social. La infancia es sinónimo de plenitud y diversión, psicólogos y pediatras recalcan la importancia de crecer en un ambiente que les provea, a niños y niñas, seguridad e integración. El juego en la vida de los infantes, además de ser la principal actividad que realizan, les puede proporcionar aprendizaje y valores; ahí, radica la importancia de poder practicar los juegos adecuados para cada edad. Cuando son orientados de manera correcta, pueden otorgarle al niño y niña nuevas experiencias que abonen a su desarrollo intelectual, aprendiendo nuevos conocimientos, a saber cómo solucionar problemas y a desarrollar su creatividad. A nivel social, este es el primer momento en sus vidas en el que establecen contacto con otros pequeños, aprenden a dominar sus impulsos, a controlar sus reacciones y a convivir sanamente en su entorno, intercambiando sus pensamientos y manifestando sus emociones. Un punto determinante en la práctica del juego, es el aprendizaje normas de comportamiento que los menores asimilan y al crecer proyectan a nivel social. Actividad Cómo jugar a la Rayuela con los niños 1. Dibuja en el suelo, con una tiza, el diagrama para jugar a la rayuela, compuesto por cajas con números del 1 al 10. Puedas hacer las cajas de distintos tamaños según la edad del niño, y usar diferentes colores 2. Para empezar a jugar necesitamos una piedra plana. El niño debe situase detrás del primer número, con la piedra en la mano, y lanzarla. El cuadrado en el que caiga se denomina "casa" y no se puede pisar. 3. El niño comienza a recorrer el circuito saltando a la pata coja en los cuadrados, o con los dos pies si se trata de un cuadrado doble. El objetivo es pasar la piedra de cuadrado en cuadrado hasta llegar al 10 y volver a la casilla de salida. 4. Si el niño pierde el equilibrio o la piedra se sale del cuadrado, se pierde el turno y pasa al siguiente jugador. Se pueden añadir casillas u obstáculos para aumentar la dificultad del juego. Edad recomendada A partir de 4 años ¿Dónde se juega? En exterior (patio, aceras, plazas, o en la playa) Número de jugadores Más de 1 Materiales necesarios Una tiza
Aportaciones al desarrollo emocional
Un buen gerente debe saber controlar sus emociones, sentimientos, no dejarse atrapar por los impulsos, saber dominarse, interrelacionarse de tal forma, que de paso a la confianza, a la motivacion, empatia. El concepto de inteligencia emocional ocupa un espacio crítico en cualquier programa de coaching. De ahi, la importancia de saber utilizar la inteligencia emocional, al respecto comenta cnnexpansion.com, que el comportamiento positivo -como es tener empatía- crea una química positiva con el equipo de trabajo. El manejar esta conexión adecuadamente mejora los resultados del negocio. Para crear cambios neurobiológicos que generen un comportamiento y emociones positivas el psicólogo Daniel Goleman sugiere mejorar nuestras habilidades de inteligencia social. Actividad. Campanita de oro. Este juego consistía en que dos personas formaban con sus manos una casita mientras todos los demás pasaban por debajo de esa casita y cantaba una pequeña cancioncita que decía, campanita de oro déjame pasar con todos mis hijitos menos el de atrás tras, tras, cuando esta terminaba uno quedaba atrapado y le cantaban, berrín birrión que pase el rey con sus ojitos de moscarrón y sus orejas de chicharrón, y le preguntaban que con quien se iba air mientras esas dos personas se ponían nombres de frutas o de lo que quisieran y cuando el que estaba atrapado decía un nombre se formaba detrás del nombre que había dicho, cuando ya todos estaban en la fila, volvía a comenzar el juego.
Aportaciones al desarrollo motor.
El juego es una actividad, además de placentera, necesaria para el desarrollo cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño/a. El juego espontáneo y libre favorece la maduración y el pensamiento creativo. Los niños/as tienen pocas ocasiones para jugar libremente. A veces, consideramos que "jugar por jugar" es una perdida de tiempo y que sería más rentable aprovechar todas las ocasiones para aprender algo útil. Por medio del juego, los niños/as empiezan a comprender cómo funcionan las cosas, lo que puede o no puede hacerse con ellas, descubren que existen reglas de causalidad, de probabilidad y de conducta que deben aceptarse si quieren que los demás jueguen con ellos/as. Los juegos de los niños/as deberían considerarse como sus actos más serios, decía Montaigne. El juego espontáneo está lleno de significado porque surge con motivo de procesos internos que aunque nosotros/as no entendamos debemos respetar. Actividad Objetivo del juego Saltar continuamente la cuerda, la mayor cantidad de veces posibles, nunca se debe tocar la cuerda con los pies o se perderá. Quienes lo practican. Este juego puede practicarse por personas de 5 años en adelante, sin problemas óseos o musculares. Jugadores: Mínimo 1 , máximo 12 Saltar cuerda o laso. De manera individual o grupal las reglas básicas son: No pisar la cuerda o tocarla con los pies o piernas mientras se salta. Saltar continuamente, no se puede interrumpir o se perderá. Gana quien realice mayor cantidad de saltos. Pierde quien toca la cuerda o quien para. Beneficios de este juego. Es un juego práctico y fácil de realizar. No se requieren grandes materiales, maquinas elementos, más que una cuerda. No requiere grandes espacios para practicarlo. Quema aproximadamente 800 calorías en una hora de práctica. Mejora el sistema cardiovascular. Fortalece el sistema muscular en piernas y brazos.
El adulto y la estimulación del juego
Ya desde Los primeros meses del niño, La figura del adulto esta presente en sus juegos de interacción. Recordemos que hacia Los 4 meses el adulto empieza a hacer juegos con él bebe Los cinco lobitos, el cucu-tras, etc. en los que se establece una interacción mutua satisfactoria adulto-niño. En estos juegos, el niño disfruta de La atención que le presta el adulto, y Los adultos se sienten satisfechos viendo como el niño se divierte, les sonríe, está feliz. Se establece, por tanto, un lazo afectivo entre ambos. Actividad. Juego de las burbujas 1. Preparación del juego Para llevarlo a cabo lo único que se necesita es un pampero con el que puedas hacer burbujas. Lo puedes comprar o hacerlo tú mismo. 2. ¡A jugar! Les pedimos a los niños que se pongan de pie en un espacio amplio (recomendamos retirar el mobiliario para evitar golpes). A continuación, soplamos el juguete de las burbujas para que salgan las pompas en todas las direcciones. Lo hacemos varias veces para que lleguen a todos los niños. ¿Qué crees que sucederá? Con seguridad, todos los niños empezarán a correr, saltar y gritar de alegría tratando de atrapar o explotar las pompas. De hecho, es probable que de haber adultos en la sala su reacción sea sido la misma. 3. El reto de las burbujas Dejamos que los niños se diviertan un poco y, una vez que hayan desaparecido todas las pompas, volvemos a llamar su atención para que nos escuchen. Ahora, les contamos que vamos a volver a soplar las pompas pero que esta vez no pueden explotar ninguna. Deben refrenar sus ganas y no atrapar ninguna burbuja. ¡Todo un reto, porque la tentación es muy grande! 4. Momento de reflexionar Una vez que los niños han conseguido autocontrolarse, les damos la enhorabuena y les hacemos ver lo bien que han hecho el ejercicio. A continuación, les pedimos que se sienten en el suelo para hablar. Debemos tratar de que reflexionen sobre lo que acaba de suceder: han sido capaces de dominarse y no sucumbir a sus impulsos. 5. Usos posteriores del juego 'Burbujas' será a partir de ahora nuestra palabra secreta. Cada vez que notemos que los niños no se están controlando (hablan mucho en clase, no son capaces de ponerse en fila, se dejan llevar por sus impulsos...) tan solo tendremos que decir en voz alta y clara la seña. Los niños sabrán que están haciendo mal y recordarán el juego de las burbujas. Reflexionarán y se darán cuenta de que deben frenarse, ya que tienen la capacidad de controlarse. No olvidemos que jugar es una experiencia emocionaly social, que produce alegria y pasión, y en la que padres, cuidadores y educadores del nino facilitan y estimulan Las situaciones de juego que forman parte de su desarrollo.
El papel del adulto en el juego
No olvidemos como pauta excepcional, cuál debe ser nuestra Actitud. La actitud de acompañar al niño en el juego es de vital importancia y crea la diferencia. No es lo mismo que un niño esté en el parque con su mamá sentada en un banco conversando con otras mamas, a crear un espacio donde el niño se sienta reconocido por la mirada de su mama y de los adultos que le acompañan. No se trata de dirigir la experiencia sino de participar con su presencia, como un compañero simbólico de juego. El lenguaje empleado por el adulto en momentos de juego, puede ser decisivo, pues este le hace comprender y asimilar mejor. Imaginemos que el niño se asusta en una caída inesperada y le invade una emoción que lo desborda en su capacidad de comprensión. En este preciso momento nuestro lenguaje pone palabras a su miedo. Parece que prestamos el lenguaje al niño o ponemos en palabras lo que el niño todavía no puede hacer por sí mismo.
Cuál es el papel del adulto.
El juego para los niños es la forma de expresión y comunicación donde se crean vínculos afectivos, emergen emociones, se propicia la autoestima a la vez que se fomenta tener recuerdos importantes que puedan perdurar en su memoria. Las Pautas a seguir por el adulto para influir de manera positiva en el juego del niño son: No olvidar que el protagonista principal en el juego es el niño Hacer posible un espacio de juego, facilitar un ambiente tranquilo, acogedor y seguro donde no haya peligro. Proporcionar el juguete o juego apropiado a su nivel de desarrollo haciendo una elección adecuada. Acompañar y compartir la actividad lúdica como tiempo de disfrute y de juego espontáneo. Utilizar un lenguaje sencillo y claro pero no infantil Dejar al niño que actúe de forma independiente para que vaya adquiriendo autonomía, a medida que su edad y sus capacidades lo permitan. Respetar las preferencias de juego de cada niño evitando imponer un juego o actividad. Facilitar el contacto con otros niños para compartir juego. Ayudar a resolver los conflictos que surgen durante el juego. Es decir, se trata de enseñar también a los pequeños a resolver los conflictos, llegar a acuerdos, a negociar o a compartir etc. Observar el comportamiento del niño en el juego para conocerlo mejor y saber que le motiva más. Ver si mantiene una actitud atenta y concentrada, si hace un uso correcto del material, si termina lo que empieza, ver qué relación tiene con los compañeros de juego, si respeta las reglas del juego, si acepta perder, si es dependiente de otros niños o por el contrario tiende a ser líder etc. Propiciar que la rutina diaria sea en cierta forma especial y motivadora, incluso podemos hacer que tenga intencionalidad educativa, o sea que el niño aprenda algo todos los días.
Configura el escenario de sus juegos.
El ejercicio y la creación de espacios lúdicos a través de la interacción generan actividades en las que no solo se responde al entretenimiento y la diversión, sino que da instrumentos que trabajan en la labor educativa, en el desarrollo físico y el aumento de la capacidad cognitiva. En este sentido, la labor dentro de andamiaje intelectual y social del niño es de suma importancia; el juego se ha visto desde una óptica muy cerrada que da respuesta a una necesidad del infante a divertirse y aprovechar su tiempo libre. Pero la verdad es que el juego genera un ejercicio físico pero la vez mental en el que convergen aspectos como el reconocimiento del otro dentro de su espacio, la gestación de sentimientos de competencia, autoestima, retos y tolerancia. También, enfrentamiento a la realidad del ganar y el perder, canal de expresión y motor de sus primeras vivencias. El contexto social y el desarrollo de la tecnología abre una gama de posibilidades al juego rápido, despersonalizado e inverosímil, en el que poco a poco el contacto con los demás se pierde en un naturaleza virtual llena de color y formas impresionantes. El cuerpo se mueve, corre, salta y se cansa, las manos crean nuevos elementos y el cerebro funciona en códigos lógicos y racionales para generar una respuesta. Cuando se juega se descubren cosas, se gestan nuevos sentimientos, se tienen experiencias en el manejo del poder, manipulación, lectura y respuesta rápida a un estímulo. El niño se siente inmerso en un universo que se abre desde su hogar, con sus padres y que se proyecta a otros espacios como la escuela, el barrio, el parque o el lugar de convivencia. Jugar es acercarse, desde el punto de vista de los padres, al mundo de los hijos, es escudriñar en su personalidad y vivencias, usando un código accesible a ambos, donde no solo se corre, se esconde o se monta bicicleta, sino que se educa para el futuro, a través de una actividad lúdica que enseña de manera espontánea.
Favorece en los niños la expresión y la comunicación en el desarrollo de sus
juegos. Se trata de una serie de técnicas que se utilizan a través del juego para fomentar el diálogo y la comunicación, tanto verbal como no verbal (gestos, miradas…), entre niños y niñas. El objetivo es buscar, a través de la diversión, nuevas formas o canales de comunicación para que los niños y las niñas se sientan más cómodos y aprendan a expresar sus emociones y sentimientos, a la vez que aprenden valores como el respeto mutuo, la igualdad o la solidaridad. Los beneficios que aportan los juegos de comunicación son múltiples. ¡Descúbrelos a continuación!: Los niños y niñas aprenden nuevas formas de comunicación tanto verbales como no verbales. Se rompen los estereotipos de comunicación, ya que no son unidireccionales. Favorecen que las relaciones de los niños y niñas sean más abiertas. Con cada juego se aprenden cosas nuevas, por lo que siempre resulta útil. Los niños y niñas aprenden valores porque descubrirán la importancia de escuchar a otras personas, de respetar lo que piensan o de solidarizarse con lo que dicen. ¿Necesitas ideas de juegos de comunicación infantiles? Tus deseos son órdenes. ¡Sigue leyendo! Juegos de comunicación Algunos ejemplos de juegos de comunicación infantiles Ahora que ya sabes cómo funcionan los juegos de comunicación y todos los beneficios que aportan a niños y niñas, llega el momento crucial, así que... ¡a jugar! Estos son algunos ejemplos de juegos de comunicación infantiles. ¿Con cuáles te quedas? El teléfono estropeado Más de uno y de una nos hemos divertido bastante con este juego. Los niños y niñas se colocan en un círculo, el profesor o profesora se mete también en el círculo y le dice un mensaje secreto al niño o niña de su izquierda. El mensaje se irá transmitiendo de un participante a otro a través del círculo hasta que vuelva al inicio, y llegará el momento de reírse al ver la diferencia entre el mensaje original y el final. ¿Qué te parece? ¿Te acuerdas cuando jugabas a este juego en tu infancia?
Crea un ambiente relajado.
Uno de los principios de la filosofía de Reggio Emilia es que el ambiente es un tercer maestro porque ofrece alternativas pedagógicas en el aprendizaje de los niños. Así, en aeioTU, este concepto (el ambiente) hace referencia a los diferentes espacios que promueven momentos de creación, reflexión, incertidumbre y juego, y que favorecen las relaciones sociales y medioambientales de todas las personas, en especial de los niños. En el ambiente los educadores encuentran cientos de oportunidades para proponer experiencias enriquecidas, sentidas y con la profundidad pedagógica y estética necesaria para el desarrollo de las habilidades del pensamiento (desde la lógica matemática y la comprensión, hasta la adquisición de la lengua escrita y oral, y el raciocinio, entre otros). También permite la construcción de relación que tejen los niños consigo mismos, con el otro y con su entorno. Los niños toman voz gracias a sus múltiples formas de expresarse y de relacionarse con el ambiente. En él los educadores se hacen investigadores, las familias participan activamente y generan IDENTIDAD, gestan una CULTURA DE LA INFANCIA que transforma y aporta al desarrollo de sus comunidades. El ambiente es reflejo y a la vez generador de oportunidades para la construcción del conocimiento de los niños y su participación ciudadana.
Ajusta los tipos de juegos a las posibilidades de los niños.
Los juegos poseen una gran importancia en Educación Infantil (de ahora en adelante utilizaremos las siglas E.I), ya que adquieren un valor educativo por las posibilidades de exploración del propio entorno y por las relaciones lógicas que favorecen a través de las interacciones con los objetos, con el medio, con otras personas y consigo mismo. Un claro ejemplo es la hora del recreo de cualquier colegio, si describimos lo que vemos podríamos enumerar un sinfín de conductas distintas que llevan a una interacción de los niños/as con su entorno. Por este motivo, considero de gran relevancia investigar a fondo el juego en esta etapa, pues, el juego es la principal actividad del niño/a, siendo también la vía que utilizan los más pequeños para elaborar y expresar los sentimientos y todo tipo de competencias intelectuales, morales, y sociales. Por lo tanto, como el juego desarrolla el ámbito de lo social, profundizaré más detenidamente el juego social. Organiza el juego. El profesor ha de tener en cuenta que el juego en la escuela es la actividad fundamental del niño y que gracias a ella logra expresarse y desarrollarse física, psíquica y socialmente. Además debe comprender los momentos evolutivos en los que se encuentra el niño. El rol que debe adquirir es el de animador del juego e incluso ser un jugador más. Su papel se caracterizará por orientar, dar ideas y animar a los niños durante el juego. Esta manera de actuar por parte del adulto estará alejada de posiciones directivas, organizativas, serias e impositivas ya que el niño debe de ver en su profesor a alguien al que poder acudir con una actitud más distendida. Para poder llevar a cabo este rol de manera óptima se deben tener en cuenta: El diseño del espacio. El espacio debe ser seguro, estable y tranquilo. El aula debe estar estructurada de tal manera que se pueda dar tanto el juego espontáneo y libre, como el juego con normas y propósito educativo en pequeños grupos y el grupo entero. El material para el juego. El material que se utilice será el “pretexto” por el que se dará el juego. Estos deben de tener unas características tales que favorezcan el pensamiento divergente y la creatividad.
Observa (y además registra).
A lo largo de unos cuantos años he ido perfilando una manera de abordar las tareas educativas con el ánimo de dar sentido a esta actividad, haciendo de ella una herramienta que permita la adquisición o desarrollo de capacidades que hagan de hombres y mujeres personas intelectualmente más analíticas, más creativas, en suma, más racionales y socialmente más críticas, más humanas y más libres. Para conseguir esos objetivos tuve que desterrar lo que es rutina y tradición, o sea, la tarea de transmitir el conocimiento, es decir, MI conocimiento. Tuve que desterrar lo que en términos grandilocuentes se conoce genéricamente como clases magistrales. Mi conocimiento y mis ideas son mías y solo mías. Es materialmente imposible transmitir lo que es propiedad de uno, porque lo que se cuenta está interconexionado con otros conocimientos, forma parte de una red que no tiene por qué ser la misma que la del receptor, la coincidencia es prácticamente nula. Dewey (1974) expresó esta opinión de la manera siguiente: “posiblemente ningún conocimiento ni ninguna idea pueden ser comunicados como tales de una persona a otra. Cuando se expresa una idea, ésta constituye otro hecho para la persona a quien se le expone, pero no una idea…Lo que recibe directamente esa persona no puede ser una idea”.
La actitud del educador.
Los contenidos del proceso de enseñanza aprendizaje son divididos en conceptuales, procedimentales y actitudinales; y son estos los que el docente debe poseer en sentido positivo para poseer enseñar, guiando a sus alumnos a adquirirlos. Si el docente no conoce la materia (contenidos conceptuales) no aporta técnicas para su apropiación (contenidos procedimentales) y no demuestra predisposición para que en el aula reine la armonía, la comprensión, la motivación y la solidaridad (contenidos actitudinales) no se llegará a un resultado satisfactorio y esperado (expectativas de logro).